Cenicienta vivía con su malvada madrastra y sus dos malvadas hermanastras, quienes la trataban como una sirvienta. Cenicienta recibió una invitación al baile del príncipe pero su madrastra y hermanastras no la dejaron ir. El hada madrina le dio un vestido para el baile, donde Cenicienta y el príncipe se enamoraron bailando. Cenicienta huyó a medianoche dejando solo un zapato atrás. El príncipe buscó a la dueña del zapato y se cas
Cenicienta vivía con su malvada madrastra y sus dos malvadas hermanastras, quienes la trataban como una sirvienta. Cenicienta recibió una invitación al baile del príncipe pero su madrastra y hermanastras no la dejaron ir. El hada madrina le dio un vestido para el baile, donde Cenicienta y el príncipe se enamoraron bailando. Cenicienta huyó a medianoche dejando solo un zapato atrás. El príncipe buscó a la dueña del zapato y se cas
Descripción original:
Adaptación Teatral "Cenicienta" para la tercera edad.
Cenicienta vivía con su malvada madrastra y sus dos malvadas hermanastras, quienes la trataban como una sirvienta. Cenicienta recibió una invitación al baile del príncipe pero su madrastra y hermanastras no la dejaron ir. El hada madrina le dio un vestido para el baile, donde Cenicienta y el príncipe se enamoraron bailando. Cenicienta huyó a medianoche dejando solo un zapato atrás. El príncipe buscó a la dueña del zapato y se cas
Cenicienta vivía con su malvada madrastra y sus dos malvadas hermanastras, quienes la trataban como una sirvienta. Cenicienta recibió una invitación al baile del príncipe pero su madrastra y hermanastras no la dejaron ir. El hada madrina le dio un vestido para el baile, donde Cenicienta y el príncipe se enamoraron bailando. Cenicienta huyó a medianoche dejando solo un zapato atrás. El príncipe buscó a la dueña del zapato y se cas
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Narrador: Cenicienta, era una dulce y amable
joven, que vivía con sus dos hermanastras y su
madrastra. De ellas, no recibía más que malos tratos. (Las dos hermanastras se encuentran en el salón).
Hermanastra 1: (Grita) ¡Cenicientaaaa! Tráeme mis zapatos.
Hermanastra 2: (Grita) ¡Cenicientaaaa! ¿Has lavado ya mi ropa?
(Cenicienta entra a escena a toda prisa con los zapatos en mano. Se
dirige a la hermanastra y le da los zapatos).
Cenicienta: Aquí tienes. (Se dirige a la otra). He lavado toda tu ropa, he
colgado tus vestidos…
Narrador: En eso llega la madrastra.
Madrastra: Cenicienta, ¡deja ya la charla!, no pierdas más tiempo y
anda a planchar ahora mismo. Cenicienta: Sí señora.
Narrador: Antes de que Cenicienta se marche a
cumplir con más labores. Un paje de palacio llama a la puerta. Paje: Buenos días, traigo esta carta de Palacio. (Le ofrece la carta).
Cenicienta: Muchas gracias, (Coge la carta) que tenga buen
día. (Cierra la puerta) ¡Una carta de palacio!
Hermanastra 1: (Le quita la carta) ¡Dámela!
Hermanastra 2: (Le quita la carta a su hermana) ¡No, es mía!
Madrastra: (Le arrebata la carta). ¡Niñas, niñas! ¡Esto es para mí!
(Abre la carta y lee). “Su majestad se complace en invitar a todas las muchachas de esta casa a un baile que se celebrará en honor a su hijo el príncipe… ¡esta misma noche!”
Hermanastras: (Bailando y saltando). ¡Arreglemos los vestidos!
Cenicienta: Yo no tengo que ponerme. (Se ríen las otras tres).
Madrastra: No digas tonterías y sigue limpiando, gente con esas
pintas no entra a Palacio. (Salen las tres por un lado del escenario riendo y por el lado contrario Cenicienta, se marcha cabizbaja).
Narrador: Se arreglaron para el baile con las
mejores galas y dejaron a Cenicienta llorando en un rincón. Pero, de pronto, recibe una visita inesperada.
(El Hada Madrina entra a escena agitando su varita).
Hada madrina: Buenas noches mi niña, ¿Por qué tantas lágrimas?
Cenicienta: Buenas noches señora. Lloro porque no he podido ir al
baile de Palacio. No tengo vestido ni zapatos.
Hada madrina: No te preocupes hija mía, yo te daré todo lo que
necesites.
(Agita su varita mágica y entra por un costado del escenario un
coche y un par de ayudantes embellecen a Cenicienta, colocándole un hermoso vestido).
Hada madrina: ¡Estás lista! Vamos, vamos, date prisa o llegarás tarde.
Cenicienta: Muchas gracias Hada madrina. Adiós!
Hada madrina: Deberás regresar antes de las doce, a esa hora el
hechizo se rompen.
Cenicienta: Así lo haré.
Narrador: Cenicienta, se monta en el coche y se
dirige a Palacio. Ahí todos quedan asombrados con su belleza e inmediatamente el príncipe la invita a bailar. (El príncipe y Cenicienta bailan por largo rato). Sin darse cuenta dan las doce de la noche y es advertida por las campanadas. Dong… dong… dong…
Cenicienta: ¡Tengo que irme!, se me acaba el tiempo, muchas gracias.
¡Adiós!. (Sale corriendo).
Príncipe: No te vayas por favor. Dime quien eres.
Narrador: El Príncipe corrió tras de ella, pero fue demasiado tarde, la bella dama se desapareció, dejando atrás uno de sus zapatos. (El príncipe recoge el zapato). Días después el paje de palacio visita casa por casa probando el zapato a todas las muchachas del reino, ya que el Príncipe se casaría con aquella a la que le calzara el zapato. Llegó entonces hasta la puerta de la casa de Cenicienta.
Madrastra: Cenicienta abre la puerta.
Narrador: Las desesperadas hermanastras, de
inmediato hicieron pasar al paje para que les probara el zapato. Hermanastra 1: Ese es mi zapato, ¡Póngamelo! (El hombre se inclina y lo prueba). ¡Basta, basta!, me hace daño, es demasiado pequeño.
Hermanastra 2: ¡Entonces es mío! Yo tengo el pie más pequeño.
(El hombre lo prueba en ella)¡Bah!, si mi pie no ha entrado, no entrará ninguno.
Cenicienta: Falto yo!
Madrastra: Pero que tontería, anda niña vete a la cocina.
Paje: Es verdad, discúlpeme por favor.
Madrastra: No le haga caso, es solo una sirvienta.
Paje: Las órdenes son órdenes. Acérquese señorita. (El hombre se lo prueba). ¡Le queda perfecto!
Narrador: Y así fue como el príncipe encontró a
Cenicienta. Se casó con ella y vivieron felices para siempre.
…Y colorín colorado… este cuento se ha acabado.
“Su majestad se complace en invitar a todas las muchachas de esta casa a un baile que se celebrará en honor a su hijo el príncipe… ¡esta misma noche!”