Cenicienta

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Narrador: Cenicienta, era una dulce y amable

joven, que vivía con sus dos hermanastras y su


madrastra. De ellas, no recibía más que malos
tratos.
(Las dos hermanastras se encuentran en el salón).

Hermanastra 1: (Grita)
¡Cenicientaaaa! Tráeme mis zapatos.

Hermanastra 2: (Grita)
¡Cenicientaaaa! ¿Has lavado ya mi ropa?

(Cenicienta entra a escena a toda prisa con los zapatos en mano. Se


dirige a la hermanastra y le da los zapatos).

Cenicienta: Aquí tienes. (Se dirige a la otra). He lavado toda tu ropa, he


colgado tus vestidos…

Narrador: En eso llega la madrastra.

Madrastra: Cenicienta, ¡deja ya la charla!, no pierdas más tiempo y


anda a planchar ahora mismo.
Cenicienta: Sí señora.

Narrador: Antes de que Cenicienta se marche a


cumplir con más labores. Un paje de palacio llama
a la puerta.
Paje: Buenos días, traigo esta carta de Palacio. (Le ofrece la
carta).

Cenicienta: Muchas gracias, (Coge la carta) que tenga buen


día. (Cierra la puerta) ¡Una carta de palacio!

Hermanastra 1: (Le quita la carta) ¡Dámela!

Hermanastra 2: (Le quita la carta a su hermana) ¡No, es mía!

Madrastra: (Le arrebata la carta). ¡Niñas, niñas! ¡Esto es para mí!


(Abre la carta y lee).
“Su majestad se complace en invitar a todas las muchachas de esta
casa a un baile que se celebrará en honor a su hijo el príncipe… ¡esta
misma noche!”

Hermanastras: (Bailando y saltando). ¡Arreglemos los vestidos!

Cenicienta: Yo no tengo que ponerme. (Se ríen las otras tres).

Madrastra: No digas tonterías y sigue limpiando, gente con esas


pintas no entra a Palacio.
(Salen las tres por un lado del escenario riendo y por el lado
contrario Cenicienta, se marcha cabizbaja).

Narrador: Se arreglaron para el baile con las


mejores galas y dejaron a Cenicienta llorando en
un rincón. Pero, de pronto, recibe una visita
inesperada.

(El Hada Madrina entra a escena agitando su varita).


Hada madrina: Buenas noches mi niña, ¿Por qué tantas lágrimas?

Cenicienta: Buenas noches señora. Lloro porque no he podido ir al


baile de Palacio. No tengo vestido ni zapatos.

Hada madrina: No te preocupes hija mía, yo te daré todo lo que


necesites.

(Agita su varita mágica y entra por un costado del escenario un


coche y un par de ayudantes embellecen a Cenicienta,
colocándole un hermoso vestido).

Hada madrina: ¡Estás lista! Vamos, vamos, date prisa o llegarás tarde.

Cenicienta: Muchas gracias Hada madrina. Adiós!

Hada madrina: Deberás regresar antes de las doce, a esa hora el


hechizo se rompen.

Cenicienta: Así lo haré.

Narrador: Cenicienta, se monta en el coche y se


dirige a Palacio. Ahí todos quedan asombrados
con su belleza e inmediatamente el príncipe la
invita a bailar. (El príncipe y Cenicienta bailan
por largo rato). Sin darse cuenta dan las doce de
la noche y es advertida por las campanadas.
Dong… dong… dong…

Cenicienta: ¡Tengo que irme!, se me acaba el tiempo, muchas gracias.


¡Adiós!. (Sale corriendo).

Príncipe: No te vayas por favor. Dime quien eres.


Narrador: El Príncipe corrió tras de ella, pero fue
demasiado tarde, la bella dama se desapareció,
dejando atrás uno de sus zapatos. (El príncipe
recoge el zapato). Días después el paje de
palacio visita casa por casa probando el zapato a
todas las muchachas del reino, ya que el Príncipe
se casaría con aquella a la que le calzara el
zapato. Llegó entonces hasta la puerta de la casa
de Cenicienta.

Madrastra: Cenicienta abre la puerta.

Narrador: Las desesperadas hermanastras, de


inmediato hicieron pasar al paje para que les
probara el zapato.
Hermanastra 1: Ese es mi zapato, ¡Póngamelo! (El hombre se
inclina y lo prueba). ¡Basta, basta!, me hace daño, es demasiado
pequeño.

Hermanastra 2: ¡Entonces es mío! Yo tengo el pie más pequeño.


(El hombre lo prueba en ella)¡Bah!, si mi pie no ha entrado, no
entrará ninguno.

Cenicienta: Falto yo!

Madrastra: Pero que tontería, anda niña vete a la cocina.

Paje: Es verdad, discúlpeme por favor.

Madrastra: No le haga caso, es solo una sirvienta.


Paje: Las órdenes son órdenes. Acérquese señorita. (El hombre se lo
prueba). ¡Le queda perfecto!

Narrador: Y así fue como el príncipe encontró a


Cenicienta. Se casó con ella y vivieron felices para
siempre.

…Y colorín colorado… este cuento se ha acabado.


“Su majestad se complace
en invitar a todas las
muchachas de esta casa a
un baile que se celebrará
en honor a su hijo el
príncipe… ¡esta misma
noche!”

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