Asana Samyama
Asana Samyama
Asana Samyama
Âsana Samyama
Vivir plenamente las cualidades esenciales y transpersonales del ser humano, es decir
las que despojan al ser de su alienación con la persona. Es punto de partida para
traspasar la frontera de nuestra conciencia ordinaria.
En la visión del Yoghismo, el cuerpo está conformado por siete envolturas, niveles o
estratos que son cuerpos: físico-anatómico, fisiológico, sensorial, psicológico,
intelectual-discriminador, de conciencia y de sí mismo. De este modo, las āsana en
Ghatastha desarrollan los niveles: físico–anatómico y fisiológico.
Por su parte, Hatha potencia los estratos anatómico, fisiológico, sensorial y psicológico.
Prānasamyama y Āsana Samyama (eje sustancial del Raja Yoga) engloba Ghathasta y
Hatha, los trasciende, y se enfoca en los últimos tres los planos intelectual-
discriminador, de conciencia y de sí mismo.
Iniciare con algunos Sutras de Patanjali que he considerado importantes para realizar el
contexto para este estudio. No con esto resto importancia a ninguno que no haya sido
mencionado,
Aca se plantea una recopilación de los cuatro capítulos o padas propuestos por Patañjali
con un comentario del traductor. Este es solo una de las tantas traducciones o
propuestas. Para algunos efectos he dejado la traducción en ingles ya que permite tener
un contexto amplio de la traducción para los alumnos que así lo deseen.
duhkha-anusayi ragah
9 La inseguridad es el sentimiento innato de ansiedad ante el futuro. Afecta tanto a
ignorantes como a sabios.
Desire for continuity, arising even among the wise, is sustained by self-inclination.
svarasa-vahi viduso' pi tatha rudho' bhinivesa
53 La mente está preparada ahora para ser dirigida hacia un objeto elegido.
And there is fitness of the mind organ for concentrations.
dharanasu ca yogyatamanasah
3 Pronto la persona estará tan absorbida por el objeto que ya sólo es aparente la
comprensión de dicho objeto. Es como si la persona hubiera perdido su propia
identidad. Es la integración completa en el objeto de comprensión (samâdhi).
When the purpose alone shines forth as if empty of own form, that indeed is samadhi.
tad eva-artha-matra-nirbhasam svarupa-sunyam iva samadhih
7 Comparativamente, los tres aspectos del Yoga descritos en estos sûtras (III. 1, 2 y 3)
son más complejos que los cinco primeros aspectos del Yoga (sûtra II. 29).
These three inner limbs are (distinct) from the prior ones.
trayam-antar-angam purvebhyah
8 El estado en que la mente está exenta de toda impresión y nada queda fuera de su
alcance (nirbîjah samâdhi) es más complejo que el estado en que se dirige la mente
hacia un objeto (samâdhi).
These indeed are outer limbs [in regard to] the seedless.
tad api bahir-angam nirbijasya
9 La mente puede tener dos estados, basados en dos tendencias distintas: la distracción y
la atención. Ahora bien, a cada instante prevalece un solo estado y ese estado determina
el comportamiento, las actitudes y los modos de expresión de la persona.
[In regard to] the two samskaras of emergence and restraint, when that of appearance
(emergence) is overpowered, there follows a moment of restraint in the mind; this is the
parinama of restraint.
vyutthana-nirodha-samskarayor abhibhava-pradurbhavau nirodha-ksana-citta-anvayo
nirodhaparinamah
4 Con facultades mentales excepcionales, una persona puede influir en el estado mental
de otros seres.
The fabricating minds arise only from I-am-ness.
nirmana-cittani asmita-matrat
6 La influencia sobre otro de aquél cuya mente haya alcanzado el estado de dhyâna,
nunca puede aumentar la ansiedad u otros obstáculos. De hecho se reducen.
There, what is born of meitation is without residue.
tatra dhyana-jam anasayam
7 Y estas personas actúan sin motivación alguna, mientras que otras personas,
igualmente dotadas de facultades excepcionales, actúan con algún que otro móvil.
The action of a yogin is neither black nor white; that of others is threeflold.
Karma-asukla-akrsnam yoginas trividham itaresam
Ray Viloria – Asana Samyama
A partir del antaranga y al iniciar la práctica del Samyama, que abarca los tres últimos
niveles del sistema del Asthanga Yoga (Dharana, Dhyana, Samadhi) el punto de partida
es constancia y paciencia.
Si el practicante no cruzo el puente de prathyahara, seguramente no podrá continuar y se
desilusionara.
Los diversos niveles de Samyama implica la relajación como una experiencia de la
armonía entre la mente y el cuerpo. Ambas dimensiones se complementan y optimizan
los efectos del Hatha yoga: la relajación porque desvanece tensiones profundas, y el
Samyama, porque lleva la mente hacia adentro y la introduce en etapas más
desarrolladas del yoga. Sin relajación no puede haber meditación.
Asana y pranayama son el punto de partida para acceder a la llave del Samyama:
ekāgrata.
Āsana Samyama enfoca el ekāgrata (concentración) en las vibraciones sutiles del propio
cuerpo humano, a la manera de un sonido que expresa armonía. Cada una de estas
vibraciones puede sintonizarse con la pausa, con el no movimiento. Esta sintonización
es el camino de la experiencia transpersonal del yoga. Āsana Samyama y
Prānasamyama son la clave que permite ubicar conscientemente nuestra permanencia en
el presente, que cambia en cada instante. Y el presente es el espacio, el momento que es
ahora, que permite el desarrollo de la conciencia. Porque la combinación del espacio y
el movimiento crean la imagen del tiempo.
Se trata de una actitud de atenta observación, en la que somos un espectador del “drama
cósmico que sucede dentro de nosotros mismos”. No hay que hacer nada, no hay que
pensar, sólo estar presente y abierto, intensificando la vivencia de nosotros mismos. Así,
el proceso de la āsana se transformará en una meditación, una experiencia integradora
en la que el cuerpo, la mente y la respiración se unifican.
El camino del yoga permite vivir diversos niveles del propio potencial humano, desde
un nivel de salud, relajación, concentración en la vida diaria, hasta el contacto del
individuo con su Ser trascendente. En nuestro linaje, se ha insistido, la experiencia
profunda del yoga es el encuentro con el ser humano que trasciende sus apegos y
debilidades cotidianas, para profundizar en nuestro propio potencial, en la energía que
nos une como individuos, como seres humanos y nos impulsa a la trascendencia.
Ray Viloria – Asana Samyama
Para el yoga, la mente debe verse como un organismo mutidependiente, en el que cada
función tiene relación con el conjunto, y cada una de las partes se vincula entre sí. Así,
cada pensamiento, emoción y acción que generamos no pueden verse de manera aislada:
todas están indisolublemente relacionados. Cada estado mental determinado tiene, así,
que estudiarse sin perder de vista el conjunto de la mente.
No se concibe, por ejemplo, que una persona pueda adquirir plena salud al trascender
una dolencia física sin un trabajo específico en la mente.
En la psicología del yoga se subraya que cada ser humano se da cuenta de sus procesos
mentales interiores, a través de una reacción a la percepción interna, o bien de los
impulsos internos.
Por ejemplo, la angustia como fantasía catastrófica ante la incertidumbre del mañana,
pierde fundamento, ya que la experiencia del sí mismo es una experiencia fugaz y a la
vez permanente de un presente continuo, en donde las fronteras de la persona quedan
rebasadas, sin negarlas, por la experiencia de la conciencia de la totalidad.
Para el yoga, el ser humano tiene la posibilidad de alcanzar el poder de la mente cuando
ésta se vuelve independiente de los sentidos, sin eliminarlos ni dejar de utilizarlos;
cuando los controla y los guía; cuando puede producir, a voluntad, el cambio cualitativo
de los mismos, sumergirse en ellos con plena conciencia y, en un momento
determinado, vivir la distancia, la separación. Así, la mente es activa; no es un
receptáculo pasivo de sensaciones y emociones. El desarrollo de las funciones psíquicas
adquiere, de esta manera, un eje.
Las sensaciones, las percepciones, la memoria, la imaginación, el razonamiento, la
voluntad, la resolución, la acción y el contacto con los objetos, con los sujetos y con el
sí mismo son diversos modos en que opera nuestra energía psíquica, y que se
desarrollan a través del yoga.
Cuando la mente adquiere una dirección trascendente, lo efímero, los apegos, los
rencores, el odio, la depresión no tienen “combustible” para “reproducirse”. La mente
está direccionada hacia planos sutiles y trascendentes. Es la imagen de la serpiente que
adquiere plumas y vuela. El yoga nos da las herramientas alquímicas de la
transmutación a partir de la mente. La práctica del Āsana Samyama tiene la intención de
trascender las dualidades de dolor y placer, alegría y tristeza, agonía y éxtasis. Al
trascender estas experiencias relativas adquirimos la experiencia del ser en sí que las
trasciende sin negarlas.
Si una āsana, como forma tangible, se concibe como objetivo en sí mismo, no va más
allá de ser una postura corporal que forma parte de un conjunto de ejercicios que tienen
como resultado el conservar una buena condición física y nada más. Āsana Samyama es
una etapa de profundidad, de la apropiación consciente del cuerpo en sus planos
akhāshico y prānico.
Āsana Samyama es una tercera dimensión, que permite experimentar el proceso del
movimiento, el cual va de lo intenso, pasando por el movimiento sutil, hasta el no
movimiento. Ello repercute en una primera etapa en una nueva relación entre postura
corporal, dolor y comodidad.
Las āsana tienen dos partes básicas: la primera es el movimiento que permite adoptar y
salir de la postura; la segunda es la pausa: la āsana sin movimiento aparente: cuando el
mundo fenoménico se detiene.
La primera parte es de suma importancia, ya que el movimiento debe realizarse con
plena conciencia del cuerpo y de su respuesta a cada estímulo y al conjunto, atendiendo
respiración y relajación, así como concentrándose en la ubicación gradual de la energía
que se retiene y se expande.
Para llegar al estado de máxima concentración del āsana, la tradición yóghica nos
recomienda tomar conciencia del aliento y reducir progresivamente su longitud.
Āsana Samyama es el arte del control y el manejo de las manifestaciones del prāna en el
cuerpo, como sustento del sentido real de la mente.
Somos parte del cosmos, y se nos había olvidado. La capacidad de ser testigo y
participar conscientemente, al no perder el más mínimo detalle, y mantener
nuestra vibración ya sintonizada con el orden universal, en una especie de testigo
irradiante, eso es Samyama. Adrian Marcelli.