Carlomagno PDF
Carlomagno PDF
Carlomagno PDF
Y EL IMPERIO CAROLINGIO
LOUIS HALPHEN
MIEMBRO DEL INSTITUTO. PROFESOR DE LA SORBONA
IMPRESO EN MEXICO
PRINTED IN MEXICO
MEXICO
T.1111·11"1 l11111lll'"ill ·il 11 o~; do· hl j.1111·:, Allr11d1'. N·· ·lto. 1\ lo»¡,"· 11 1
VI PROLOGO
que fué evolucionando de manera curiosa por estar amasado con los
dos elementos, el político y el religioso, y de qué manera desapareció,
dando lugar, a través de una nueva desmembración, a un nuevo sis-
tema político !I social.
*
a lo sumo Austrasia, Neustria y Borgoña representan esbozos de 1 1 1 / 1 1111/111/ i/1 · )n·ich 11 t · 1 ¡11 1'1/ 1 1 n11J11111'i<11 el· lo nroling io y de!
nacionalidades- es "un amorfo protoplasma en el que se trazan ¡ 1,1¡ 1, 11/11 , ,¡, l.1 qu ·. n1ú s a<l · 1111111· , d1 · h1.111 pn du · i rs tan trascend enta-
divisorias o se llevan a cabo repartos frecuentes . .. El rey dispone a l, •1 l t l ll 'll't l lt' lll ld S " (pá[J. 8) .
su antojo de su reino, que es su personal propiedad. Ya no existe /\l.i ·. t.11d1· ·sal virr y d los /m11 C'os al qu implora 1 p apa que
la res publica ni hay servicios públicos. Pero junto al rey se crea ·.i 1 11111111 : 1· 1 e 111 0 "hijo dc1 t de ft s íl f1 ' s f' I s " .
una aristocracia" cuyo jefe, el mayordomo de palacio, va a adquirir '. 11 fu ., Murt 1 murió d es¡w 's l r 'f)lll'/'ir el rci n ntr s11 s hijos
creciente importancia. Después de la muerte de Dagoberto (el año 1¡ , 11{ 1¡¡1111/ c¡11 Dagoberto, [u é ntcrr Hl .. c- 11 li1 bns ili ·n d San Dio-
639), la historia merovingia se convierte en la historia de los gran- ,,¡ ., ¡º f\lnrlir " . Y nada más cmioso q 11 ntcmplar cómo se acrece
des visires que gobiernan las tres partes del Regnum Francorum. 3 d /lrn ligio de esos semi-reyes y cóm o se sir .hn srr tJinculación
1'<111 1·1 papado hasta el día en que Pipino el Br ve. qu /u:1bía que-
.. cludo ·amo único señor después del apartamie nto d e arlom án, anula
d " /'untasma de rey" para tomar el tít'-llo real. El papa Za arías ya
En tal coyuntura histórica da comienzo el presente volumen: ago- !1n f)í'1 reconocido "que era mejor llamar rey al que tenía el poder
tamiento de la estirpe merovingia, dislocación del Regnum, anarquía real qu e al que no lo poseía" (pág. 13). A la vez que se ha cía "ele-
inteíior de sus diversas partes. "La unidad teórica de la dominación gi r p or el pueblo", de acuerdo con la tradición franca, recibía, como
[ranca pudo, pese a todo, sobrevivir al fraccionamiento, y no hubo gran novedad, la unción santa de manos de Bonifacío. De esta manera
mayordomo de palacio que no tuviera el deseo de reconstituirla en era el elegido de Dios y. al mismo tiempo, el del pueblo: se cenoua-
provecho personal, apoderándose de las mayordomías que no le esta- ban los tiempos bíblicos y la consagración hacía ol1 iclar el origen
ban sometidas" (pág. 2). Pipino el Viejo, mayordomo de Austrasia r uolu cionario de aquel reinado (pág. 14). No e ra posible que el
por veinte años, tiene un nieto llamado Pipino el Joven, de Herstal, papa Esteba n ll vacilara entre Bizancio y los fr ancos; il i, se puso
que logra serlo de Austrasia, Neustria y Borgoña. "De esta ma- en camino en busca de Pipino, se instaló en el mon asterio de Sa n Dio-
nera, desde comienzos del siglo \'lll, se establece la costumbre de nisia y consagró de nuevo a Pipino y. también, a su s hijos Car! 111án
considerar al mayordomo o alcaide de palacio de Austrasia como y Carlos.
jefe de la monarquía" (pág. 3). Un bastardo de Pipino el Joven, El documento -sin duda falsificado- que se llama "la {al sa
llamado Carlos, hace frente a todas las revueltas, y vence en Poitiers donació n de Constantino", justificaba las pretension es territo riales
de Esteba n /!, e igualmente la concesión a Pipino y a sus hijos d f
a los sarracenos que habían invadido la Galia. Su autoridad se extien-
título de patricio de los romanos . De esta manera el ¡ apa s rrn íu a
de por todo el reino y alcanza hasta la Aquitania. En estas pá-
Pip in o; pero. por otra parte, Roma quedaba adscrita al r ino /' rnn co
ginas se puede seguir la progresiva ascensión de una familia ambiciosa
que iba a obtener prouecho de ello. Diversas fórmula s. q11 cita Lorris
y enérgica.
ll alph en, demuestran que a la concepción antig ua d e qu l du orrfc
Las relaciones de esta familia con el papado son uno de los aspec-
ridad procede de Dios sustituyó la de una elección divina. Tif r•cy
tos más interesantes de su historia. Carlos -Carlos Marte!- es
de los francos recibe de Dios su misión, que era d ob l . prrcs
considerado como un protector de la religión. El año 722, "conocedor
debía, ju nto con su pueblo, trabajar por el triunfo de la religión d r
del espíritu religioso que lo anima", el papa Gregario Il solicita del
Cristo.
"glorioso duque de los francos" que proteja a San Bonifacio, quien
Pipino se esforzó por devolver al papa los territorios qu f ' h.1 -
se dirige a catequizar a los paganos de la Germanía. Su sucesor
bían arrebatado los lombardos y, al mismo tiempo, trató d 11 'll 11· i1
Gregario Ill. pide su ayuda contra los lombardos. El emperndor de
un acuerdo con Bizancio. Domina las rebeliones o la s resi t ncin s ¡11c
Oriente, León III.. tanto por la guerra que declaró a los iconos como
se produj eron en la Galia y en G ermanía, y exti ndc srr rrr f< ridnd
por reunir prouincias enteras bajo la autoridad del patriarcado de
a la Aquitania. Por otra· parte, quiere restar.ir;:w r f orrlC' n lnnto tl1 •11fr c
Constantinopla. estaba en oposición con el soberano pontífice de Ro-
d e la sociedad eclesiástica como en la ciuil, y rod ad d t• 11 1111 ,</1'11 11
autoridad por el carácter religioso que le in viste, logm que los ol•is-
:1 v.~"·"' l.11'1'. "l'· .. ;1.
PROLOGO lX X PROLOGO
pos. en todos sus litigios, se dirijan directamente al rey y no a la '1111.1 s o¡Jiniones tanto aprecio merecían. "'Lo t ·c nica el l.i l'C1 rl(¡ 111 ., /u
Santa Sede. rl'i1f¡1< >.~ a. si se puede llamar así, llegó cnt n ce a :.;11 ""' lrrrl'::"
* {¡i.i .c¡ . 62). junto co n ia técn ica m il itar.
1 irig ' a la sazón C a rlom agno sus ataques co ntra l os sd r'f'<1< 'l' T1 0s
Así llegamos a la parte central del libro. al reinado de Carlo- 1¡ cl n ¡>11 ;s de u n doloroso f racaso --- l a derrotad /{ ne ,, (1.,1/c s - , se
magno. que, después de la rápida desaparición de su hermano lu1111.i 11 sta blecer una m a r ca defe nsiva en atu/11ii.i. lrn 111nr -¡1 1 1<1 ~
Carlomán, se establece como único señor del reino y se entref}a a la '' " ido ·re·· co ntra los i ndó m itos bretone s y trn , 111 ris 11111 1/c . )"rl' 11l c
tarea de engrandecerlo. .1 /,> , tc111ibles norm andos. P or doqu ie r /0111a pre ·i< ncs <'Clf l/ra -.·w
Vamos a pasar rápidamente sobre su obra guerrera, sin seguir 1.. tl.1 ,, los amenazas. P er o este reino f r an o q11 co 11 .~ li lrr y · en 1q11cl
a nuestro colaborador en el relato detallado y lleno de animación de 1110111cnto un todo enlazado es un rei no de ti rn.1 a d nlr , in t r i r. y su
sus campañas y de sus victorias, que no careciel'on de pasajeras vici- 1',\/t·11 sn p er iferia m arítim a va a qued ar expues l r1, 1t[l 11 I 11 g 11 11 las
situdes, y gracias a las cuales se terminó de constituir el reino franco. d ;,, ·nr 1ias y la anarqu ía, a los cors a r ios de l Nort ' y d /
"La guerra es. para los francos, una institución na.cional" C'nrfomag no exte ndió sobre tod os los p u ebl os so111 cti los m¡11e /l a
(pág. 124); cada primavera trae su campaña. Los tributos militares /1 · e/(' In q11 estaba impreg nado . " S oldado de Dios" a In l'C:. que
abruman a los hombres libres que anualmente pueden ser requeridos ., ,.,¡p,. de ccidente. fuPo que in terue n ir, por sus re lacio n es co n el
a tomar las armas, equiparse por su cuenta y llevar víveres para tres 11, 1¡>.H{n, ni 1¡11c (1111 no :a l a ambición lo m barda, en Italia. A l vencer
meses. Constantemente convocó Carlomagno a si•s súbditos, pero por ,¡/ , ,.,, f>1 ·\idcrio , s1• "l'r piafa co ro na d e hierro y toma el título de
lo general para campañas bastante breves y los reclutamientos varia- " 11 1¡ .¡, . {,1 , fnn1/1 ,11tfp, .. .il q11c 11n c 1 el "' patricio de l os romanos ",
ban según la dirección de los ataques. 11111 1 11 11frn /11·11111n /1 · f1. d11 ,1 1 n11/1•ricln n / i¡J in e/ Pª f'ª Esteban 11 .
Carlomagno empezó por traer de nuevo a la obediencia a la Aqui- l 111/ .11 11 • /t i < '. 11/1 •111.i.'¡1111"' 11 •11'1id111 · 11 l?P 1111 co n h no r s tales
tania sublevada. Vino luego la anexión de Baviera. a la que trató 1¡111 1" / 1' 11111/11 .1111¡111 1 11 1 11 ' " ' 111.u11 1., 1111 11.t!or c/'1·cti1·0: c 11/ nces
con miramientos por ser una zona habitada por cristianos. Siguió a 111111 111111 1 "" 1 1 f'"l '·I . 1.111.11111 1111 , t1111'1 · 11 in - c¡11 r• 11 0 /r .i ele re sn far
esto la conquista de Sajonia, realizada combatiendo a un pueblo feroz- ¡•11 11.11111 1111 • ¡1111 , I 1 11.11 t'/ 11,r1 1.1 '"' .r /1 · 11 cr en In 1>c r so n a d ·l rey
mente independiente y formado de "paganos empedernidos"; después /1111111 1111 {'/11/1, lr11 111/1•11•1 1111t111i ,/.i" (( '".'!· 87 ) .
de terribles campañas les impuso duras condiciones y logró poco a /'11./.1 , "'.r ·· 11 l.r1 111 111 •, i/1• ( '. 11 lor1111,<¡ 11 o n el papado quedan
poco extinguir aquel hogar de paganismo. Los intereses políticos del 1l11tr111 1.ii/,I\ 1/1111 1111 •111. · ¡>1•1 / f,i/¡ 1!t l'11. c¡11 C". u/ tratar d e ellas, /1 a rcdac-
reino franco y los de la causa del cristianismo se conjugan. Así, Car- 1.1, 111 /,/\ ¡io1¡¡i111" 1·11/111ino111/c., 1¡ 111 <1C$ frn s d su obra. E l papado deja
lomagno prosiguió su doble obra de hegemonía y de conversión más 1/1 11111.i1 ¡,,,, 1,1/li • 111 dri r¡ l' n cm1r1ws difi cultad s se l e prese nta n sól o
allá de Baviera, entre los eslavos. La experiencia de sus sucesivas , 1111/ 1.1, 11 C '.11!11m.i.'1110 . "tvlc rr· spond ----escrib • 's t e----, con ayuda
expediciones le proporciona una hábil táctica militar: de dos o tres 1/ 1 111 ¡ •11 ·i/,1d d11 1i11.1. lc/'c11der ' n t d o momento a In sa nta I glesia de
lugares diferentes hace salir ejércitos que van encerrando al adver- / l,, ,., 1 11 11 '" ·' .11 m ,1s: /u l'll el' la front ra s, co n t r a las incursio n es
sario en un círculo de hierro.4 1/1 I"' ¡1i1 ,1 ¡.11H1., 1¡ /.i s l el'astnci n cs d los infiel es; de n tro de ellas,
Y son después los avaros -ese pueblo que ya encontramos en r •1•1/1 11wndnfo1 fl"I 111 t•clio I la difusión d e la {e cató l ica." L a acció n
la historia de Bizancio y que por mucho tiempo "hizo temblar al ¡/, 1 ¡1.1¡1o1 fo1 d 1· j11f1.i e )//finnda en fa o ra ció n, y se reservaba para sí
mundo" (pág. 61)...- los que van a probar a su vez la fuerza del rey 111,/1 1 { cln111i11i1 d · lu .icci ' n (púg. 89). Según decía Alcuino, Jesu-
franco. Carlomagno comenzó por rechazar sus ataques; luego invadió 111 /11 /1 · /i.1 f11i1 /'1' .\ I 1r>m/1 In cfi,q nicfod real par a que "gobiern e al
su territorio y después de victorias completas que le permitieron 11111 •/i/n 1 r i. ti11r111 ". " / / 11 ict1 111 cn /1' en ti se o¡ y a n ah ora l as iglesias de
apoderarse de sus tesoros, emprendió su conversión. que se lleuó a < '11.,/11 1¡ '"'' r/1· ti ~ 1/cd.irn />11 - ¡·s1icm n s11 sa lu n ió n: d e ti, qrr eres
cabo con una prudencia correspondiente al estado de espíritu de 111 11 ,. ,,,,/,11· d1· fn .. 1 ,11111,1 ,¡,. /ci s el scn rr ia clos, co nso l n I r el· I s
r11 11 1' lll '-'·
aquellos nuevos súbditos, según lo recomendaba Alcrtino. el consejero i1/l1 ,1 ¡til• " •.il\ /1 •11 d 1· /¡ " /111 1•11os" (¡>.1,1¡ , < / ) .
/ 1111 /1/,, 1ll ' /1 . 111n " 11 '111 ,1 ¡0 "1 111¡w r'1t1 cr i ~ lid rH " _ ,.,, o¡m ' i<'inn .t
" Véanse págs. 56, 58, 76-77. " 1111¡11 1/11 1111/lolllll Sflll '" ' /1 ·1111111n s , . ,, 1//11' .\I' /1111(' 11 (' (IC )!'(I 1 / ltlt 'Cl ,
PROLOGO XI X II
actuante, un concepto que viene a ser como la idea básica del siste- 1/11 i1 11 .111/1 1111/.1d ( '. 11/ci111 '1
1"º s y rg u . . . mo eñor de todos,
ma. H alphen cita algunos elogios hiperbólicos que se dedican enton- ''" 1¡111 11 1•11/1111(.111 ' " /.1 C/IH' /¡ l l'C lo I y " (pág. 154) .
ces al rey franco: un poeta le llama ··cabeza del mundo y cumbre / • /, 1•11• • ¡•fn ¡/, · 11" 1 puh l i ·¡i que flotaba en Roma por encima d e los
de Europa" y. también, "el Augusto", "el gran Augusto". Carlo- '' , ,, 1 • /;11l•ut I, 111.nlo /111da mu ho tiempo de los espíritus. En
magno se convierte en el "mandatario directo de Dios para la 1 ! 1, 11/1 1111 ' h.rl•1.1 ndq11 irido la o tumbre d e considerar a los di-
totalidad de los cristianos de Occidente. incluyendo al Soberano , .,., , , 11 ''' , 111110 . 1111 0 • t dopoderosos por d erecho de conquista,
Pontífice" (pág. 93). .¡111 1•11111.111 d1 ·.¡>0111•r d el s11 cl y d sus habita ntes como d e una
El año 800, en un viaje triunfal durante el cual el patriarca de ¡ 11.1¡111./,111 ¡11·1M> 11nl odquirid;1 rucla//l enfc al emp uje d e su espada"
Jerusalén le entrega las llaves del Santo Sepulcro. el papa lo cor·ona r¡•.1,1¡ / ','>) 1><' 1'< 11 oirllld d /11 · 11s 1gra ·i· n, t da la. autoridad de
el día de Navidad en la basílica de San Pedro; efecto teatral, cuida- < '. 11 l.1111.1 ,1 ¡11n ¡>roccd d e Dios, y I ahí q11 m gobern ante d eba
dosamente preparado, que convierte a Carlomagno en emperador li.11' 1 11 ·111.1r /;¡ [ , y d ivina en el pu blo ristiano. "Nadi f'm o en
romano, "Emperador augusto que gobierna el imperio romano", que 111.11¡. 11 y1 ,1d c¡ 11c ·¡ el claro sentimiento d e las abrum adoras r spon-
tal fué el titulo que reemplazó al de patricio en las actas oficiales. . ,/1,/11 l.icfr s d • orde n espiritual, no menos que mate ria{, que graui-
Con respecto a Bizancio, se presentaba esta elevación como conse- 1.,/1. 111 , nbrc s11 hombros" (pág . 156). Quiso lograr la una nimidad
cuencia de la vacante del imperio que había produci.do "la actitud ,.,, 1·1 ,,rntido pi no de este vocablo- del pueblo cristiano, la cari-
de Irene, al derribar del trono y condenar a ceguera a su hijo Cons- d 1d . ·.irilns. ' nf ndida en su recto sentido, la concordia, concordia
tantino VI" (pág. 97) .5 En realidad, se produjo una tirantez de p.11 1•;, n /c('ir. la armonía en la paz, y la justicia . Nutrido en las
relaciones, ya que Irene se consideraba con plenos derechos al poder; 1·11·o1·11 .1 11 ·" cfr liliros sa9rados, asiduo lector de San Agustín, fiel
luego sobrevino Nicéforo, pero sólo después de la ascensión de Mi- 111f1 •1I'' ,.,,. d1 · In,, lt- .\ lo ., /iíhlicos , arlomagno se creía investido d e un
guel Rangabe, el año 812, se llegó a un compromiso según el cual el •.,,, ,.,,¡,,, "' N. 1d.1 d1· lo ce n('·rn icnte a la religión -formación y reclu-
emperador de la nueva Roma consentía en dar el tratamiento de t.11111• nfn dl'f r/1·10 , l1f11ryía . y a1111 el mismo dogma- le res ulta ex-
11 . 11111 / 111 ... 1<fr n J11 cilios y p n la doctrina de O ccid ente a la d e
hermano al de la Roma antigua.
1 11 .. 111 1 111 " / )11/ .1 l.r ley a los sacerdotes, a los obispos y hasta al
Para H alphen, "el imperio no parece ciertamente ser otra cosa
que una especie de apoteosis personal de Carlomagno, apoteosis que 1111""'' ¡111¡ i.1 (¡ni¡;. 165) . Se considera como el jefe supremo
tuvo de duración tan sólo la vida del emperador" {pág. 102), ya c/1 · l.1 , 1i.,1i 111dnd.
que llevó a cabo un reparto entre sus tres hijos que hubiera roto la l?1·u¡u11 ·e , r r ta nto, en O ccidente, aquella forma de unificación
unidad (tal es, al menos, la opinión de nuestro colaborador) si, una hr1111 ¡111:i -el imperio - cuya importancia recordábamos en el Prólogo
vez muertos los dos mayores, el tercero, Luis. no hubiese mantenido ele'! l'Olu 111 n anterior al presente 1 y reaparece con su caráct r rcli-
el imperio carolingio, al cual había dado Carlomagno una robusta ·'' ' º~ . M ientras en Oriente el imperio -el imperio universa/- s
1 on 11i ·rte poco a poco en una fi cción de cancillería, esa misma [ rma.
organización. Sin duda, no sólo no redujo, sino que hasta llegó a
respetar cierto particularismo, y la codificación legislativa presenta ¡>olitica y religiosa, une vigorosamente, con Carlomagno, al O ccid nt
europeo.
variedades según cada grupo étnico; pero los funcionarios, tanto los
civiles como los religiosos, ya que los obispos se habían convertido en "
eso. 6 aseguran la acción del gobierno. En un importante capítulo.
Vea mos ahora los rumbos que siguió ese imperio y s t1 rv¡>icfn
de erudita precisión. hallamos el cuadro detallado de esa organización
d islocación.
política y administrativa que "desde cualquier ángulo que se mira
Una uez simplificado por la muerte de sus herm anos el pr lil1·111n
acaba, en resumen, en la persona del emperador". Este es .-como lo
de la sucesió n, Luis -al que se ha llamado Pío o B nign - r•' <,/1ió
recapitula el autor..- "el motor central del Estado: sus órdenes, sus ca-
la corona imperial el año 813, uno antes de morir su padre . T,11 "º'hi n
pitulares. se ejecutan de un extremo al otro de los territorios sometí-
d e imperio ua a precisarse. La fórmizla qu e usaba Car! 111 nr¡ n >· :.11 ·
;, Véase Vida y muerte de Bizancio, tomo X LV/JI de esta colección.
7 La Civiliza ción Bizantina. tomo L de esta colecció11 .
n v,:ansc páas. 182 y 16.5.
PROLOGO XIII X LV PROLOGO
los, serenísimo Augusto, coronado por Dios grande y pacífico empe~ "·' l' i11 stnl · en el imperio co mo estado endémico . . . En r <.1 / ic/ .11'. 1,1c/
rador que gobierna el imperio romano a la vez que por la misericordia .1 c·11rf'cln Ju radero resulta imposible en el futuro entre 1 c1111wrn /or
de Dios, rey de los francos y de los lombardos, es sustituida por esta 1¡ ,·. 1d.1 un d sus fres h ijos; nad ie cree ya en la bu •n<J J' e le los
otra más breve y clara: Luis, por orden de la Providencia, emperador <1f1r1, " (¡1;iy . 210) . A su ucz, el papa recupera su autoridad y cfrd, 11·n
augusto. 1¡111 · " 1·/ yol>ic rn o d e las alma s, que pertenece al pontí{ic , <'.' 111.is
Es cierto que distribuye reinos a sus hijos, pero el emperador es 1111¡ " 11 t.11111 · c¡tt el temp oral, que pertenece al emperad or" (e i.J . ~ 11).
superior a los reyes y la unidad del Occidente cristiano -con excep~ / , /,ir ÍP ln,<¡f'.1 l apo y o papal contra Ludovico y és te alxli a [ o r..:os11 -
ción de Inglaterra e Irlanda- se encuentra no sólo mantenida, sino 1111 •111c o1 1u11 sccuencia " d e un juicio de Dios" , pero pronto es rc slu11 -
confirmada. Por otra parte adquiere un carácter moral sobre todo: 1.1< l11 . 1>(' sel · ntonces, su preocupación es, sobre todo, la el a~cg 11 rn f'
reforma de las órdenes monásticas y del clero, corrección de las cos~ !'/ /'' '' r ¡· 11ir el l hijo d e Judit, que, interviniendo en t d ·is nc¡11 ' llt1 s
1
tumbres, gobierno de los clérigos ...En tanto bajo el gobierno de 111•1 i¡i1 · , ·iu s, un as veces perseguida y otras tciun[ante, ha so bi I J · n-
Carlomagno la Iglesia aparecía como incorporada al Estado", en el .,. ., ,., ,,. ¡1/cnnmente y con toda eficacia su influen cia s br 1 ·mp -
nuevo régimen tanto el pensamiento de la Iglesia, como la Fe, van ro1ilnf'. fi stc d icta un postrer arreglo sucesorio; muerto su hijo P ipin o.
a constituir los fundamentos mismos del lmperio.B 1/i.,¡1w1t· r ·pn f' ti f' sus d ominios en tres reinos, pero sin imperio. L ota f'iO
El "tinte religioso" del gobierno imperial aun se acentuará más 1¡ C:.11 los 711 ·da ban en situ ación igual. "Al cabo de veintidós arios
con la "penitencia general" de Attigny del año 822. examen de con- i/,· /11 clw ., ' 11 lo s ual s fo unidad del I mpeáo y de la Iglesia se había
ciencia de todos -comenzando por el mismo Ludovico Pío- "para · " ".11.rdn i11 c·c..~ a 11 t ·m ·nt ', se regresaba a la ancestral costumbre d e los
lograr la tan deseada paz sin la cual hubiera sido una palabra vana '"/1 · '11, " <' 11 1 >les l 1 u..:nclos nrbitrnf'iam nte" (p ág. 230).
la unidad imperial" (pág. 188). ¿Se iba a llegar al gobierno del 1 ", . .,¡,, 1111111rt.r ·" ' d n 111 <'111/1ro m¡11 ·/ ·onj1111to un ifi cado por C ar-
Estado por la Iglesia? /11111.1 ¡¡1111 1¡ ·• •• I" 11d11 ¡1 ·11111 /.1 .1n.1f'c¡1 11 1 !/ lus ¡¡11 n ra s ciu ilc •. n la vez
Sin embargo, la preocupación de esa unidad había conducido ya. •1111 ·.1· "JI'"'"'''·"' / 110, ,,.,1 i/1, " 1/ 1· /11s ¡Jir 1/ .1 ., nt r111111dos: t do ello
desde el año 817, a Ludovico "en pleno acuerdo con el Todopode- 1 1.1/•, 1 /111 11 ¡,.,.. ., 1/t"/ /w111111 "' ' ¡1t P,c¡1 111111 ele l .11clcwico l i . el aq uel
roso", y aun dejando reinos a sus otros hijos, a asociar consigo, 11/1 .ti c/1 • ¡1.1 1¡ 1/1 · 111111111 ¡/ i, 1 1¡11 1· /1.i/11 1 ¡Jn•c·o n izudo .
autoridad imperial" (pág. 194). 1111 , 11 ·111 ·1¡/n r11/1·1· ,'111 / o .~ e l .: d v y f ,ui · 1 , r rn á n i : es el {am o, o
Pero con esto penetramos en un período de intrigas cuyo com- (111 o11111 ·11fn de· l :\ tro1sh11ry , rcdn tn I ·n l n9 11n ,q rmá. nica y en lcn-
plicado detalle nos revela Halphen; intrigas políticas y, también, !fll·' ro111.1 11 i1·o1 . ¡>1 it11 l't', 1 111 1n i/'cstn i · 11 ¡:; ·ial l ' la lengua [ra nce a
intrigas áulicas. Ludovico es un carácter débil, capaz de momentáneos 1¡ .1 /.1 t11 •• 1 / ,11 1 c li ~ li 11 ci<i 11 ·11 /r · /7rn n ·ia y rmania. Sig uió a esto un
impulsos de energía. pero muy influenciable; su segundo matrimonio. 11·¡i.11f11 1¡111 · ,n /1i rlc ·j.i/1,1 o1 !, l"l1i It alia. Pero Lota cio se decid e a
cuando cuenta cuarenta años, con una mujer "de sorprendente be- 11 1·1111< t,11· 1¡ ,,. 111·o r/ 11cr I'/ lf' 1t.1cl I V rclt.in ( él ño 843 ). "EL co n-
11111!11 ,¡,. !1·111!111 it1 .~ r¡1w <'lllll/H) ll C' ll rl l111 p f'i se repa rte en tf' s lotes
lleza" y ambiciosa. Judit, de la que pronto tiene un hijo llamado
Carlos, va a producir consecuenciás de todas clases. Maniobras de '{111 ., ,. r (l/l\ic/1· 1. 111 ('t /l/ Í ll1d 1• 11/i's"; lo C/11 s llama Fra n ia , qu da
, 1111,11/.1 1 11 l1 n /l(),:n ... : ¡1.11t1 l.11i8, /11 l"r1 11 cin ri ntal, .l\u sl·ri :i J\ us-
Lotario y de una camarilla que le inspira; reivindicación del primado
11.1 •1 1.i ; ¡ 1. 11 o1 ( ',· 11 In .... l,1 f•'r.111 !'1.1 n!'cii/1 ·11lo1 /. Nc 11stri 1: ¡w r11 /,ol 1ri . / 1
espiritual por parte de los obispos; momentánea caída en desgracia
de Lotario; rebelión de los hijos; desquite del padre . .. ya la revuelta /•'1. 111 11.1 11 11f1,i/, 111". 111< 111 1unl l.i , <'llf/ '1' ('/ f\ / 0 ,, , 1 !I el !?in. l.c s /1 ·c·s son
111¡ 1 ./r · /11-. /1o111111 \, 1¡ c/1· r" l.I 111.1111 · 1.1 ,'< ' :. 11.,l i1° 11 <' 1111 ·1 11¡1111i1·11ci11 r/1·
s Idem. 111111/o11/ (¡1.iu, '18 /<I) ,
PROLOGO XV XVI PROLOGO
Mientras tanto, en cm-so de todas estas peripecias, desde el 833, "el elocuente porta.voz de la lglesia".n En una carta dirigida 11 l.uis.
la Iglesia aparecía como la única fuerza capaz de salvaguardar la escribía.: "Los males abominables que sufre la Iglesia a causa dl· los
unidad del pueblo cristiano.º Sobre todo, el alto clero de la Francia paganos se encuentran sobrepasados toda.11ía por los que, con dcs[!rc~
occidental es el que asllme es2 papel: "la elevada autoridad moral cío de todas las leyes di!Jinas y liuma.11as, infligen unos cristianos a
que rodeaba a Carlomagno había tendido insensiblemente a pasar de otros, los padres a los padres, un rey cristiano a otro rey cri.~tia.110,
manos del soberano a las de la Iglesia"; el clero debía amonestar y un hermano a otro hermano." De ninguna manera debía cont11r l.uis
advertir a los reyes para que éstos se conformaran con la voluntad con los obispos "para desencadenar. comprometer o sostcr1C'r co11-
divina. Se preocupa por la armonía entre los hermanos, tanto más flictos. sediciones o guerras, ya que a aquéllos dió el Scrior por
difícil cuanto que Lotario, pese a todo, pretende mantenerse como misión la de predicar y mantener la paz'', Intérprete de fo 110/ttntad
emperador y hasta ejercer control sobre la Iglesia, y el papa Sergio le divina, el clero se considera como el auténtico dispensador cid ¡mdcr
tratará de "su amado hijo espir'itual el gran emperador Lotario". real.1 3
Desde esta época, el peligro producido por los piratas normandos Por una curiosa evolución, "la dirección del Lmtiguo imperio
y por los corsarios sarracenos se irá agravando y haciéndose conti- carolingio pasa de manos de los príncipes a las del clero" ( [>lÍfl. 279).
nuo;10 a veces se unirán a esto las incursiones de los eslavos. A todos En un sínodo, al que asisten los reyes de los tres reinos. se labora
estos peligros, a todos los desdichados acontecimientos de aquellos por restablecer la concordia fraternal; no se trata para nada y de
tiempos, se les da una interpretación religiosa; las victorias de los momento del Imperio, pero el principio de unidad del pueblo cristiano
paganos son advertencias solemnes de Dios ofendido por los peca- se salr•a.
dos de los cristianos, inuitación a la concordia fraternal y a la con- l l m1 prolongada lzistoria de divorcio va a permitir al papa afirmar
cordia general.11 Mt ;mtorid11cl y trnf,1r dr ocupar, aun en el terreno político, el lugar
Pero la concordia es bien precaria. En medio de aquellos perpe- 1frl 1•111p1•rnc/or. Nicol1í.~ /, por su firmeza, triunfa de todas las oposi-
tuos cambios, Lotario y Carlos se unen contra Luis: "Luis, el íntimo do1w.~ •.~1· 1·0111'ic·rll' 1·11 1írhitn1 cfr Occicl<'rltC' y dcclarn que los di11crsos
y amado aliado de Carlos, en el 842, es sustituido por Lotario, su ¡•1wl1/n.~ i/1• ~"~ ,...,,,.,~ 1111 cnr1stit11y1·11 .~ino rmo solo: "la cristiandad".
implacable enemigo doce años antes, y ahora le toca a Luis verse l.11 h 1tf'llf'" c·m·oli1111i11 .~1· 1•111·011tni ...~i 1•11 aquel momento clominada
0
desterrado de la alianza fraternal concluida en nombre de los princi- /1111' 1•/ ¡111¡111,
pios de paz que se proclamaban necesarios para la salvación del Si11 1•rrr/111r'l/o, 1•/ f'llfll'I c¡111· q11<'ri11 ser "emperador del mundo"
mundo cristiano" (pág. 265). t11•1'1'.~it11l111 1•11 c•I florn·m1 militar un defensor de la cristiandad contra
Al morir Lotario el año 855, dejaba tres hijos. El mayor, que lle-
/11.~ i111111.~im11•s. Bl titulo imperial le había sido atribuído al hijo mayor
vaba el título imperial, no llegó a reinar efectiuamente más que en
i/1• l.ot11rio l. llamado Luis I/; con el papa Adriano 11 y su interven-
Italia; el segundo, Lotario 11, heredó lo que por su nombre se llamó
1·ió11 1·rr en/adosas historias familiares, logra ganar autoridad Luis 11
la Lotaringia; el tercero, Carlos, todo lo demás. "El antiguo imperio
carolingio se convertía así para lo sucesivo en un mosaico de cinco
y 1fr m1c110 la situación cambia en beneficio del poder temporal. El
reinos desiguales y sin cohesión" (pág. 268). ¡111¡m no se atreve a negar nada a "su muy amado hijo",111 Luis 11, un
Las turbulencias, las riualidades y los acuerdos seguidos de trai- ¡><.>co engreiclo, no vacila en oponer la ortodoxia, que él representa,
ciones, se van a multiplicar, a la uez que se producen los ataques a la heterodoxia o, mejor, a la cacodoxia de Oriente. y su título de
de los enemigos exteriores: es un juego complicado en el cual Hal- cmpernclor augusto de los romanos, al de Basilio; para los occiden-
phen destaca la actitud del alto clero de Francia. Este sostiene a tales, el soberano de Bizancio es tan sólo "emperador de los griegos".
Carlos el Calvo contra Lllis el Germánico y contra Lotario 11, pero, Y Luis 11, volviendo a sostener la tesis de la indivisibilidad del Impe-
sobre todo, lo apoya 1m pe-csonaje que se adelanta al primer plano, rio. aparenta creer que sus tíos, Carlos el Calvo y Luis el Germánico,
Hincmaro; este notable obispo de Reims será durante algún tiempo le están subordinados.
!l Véanse p<Ígs. :141, '.!43 )' 2-16. I~ l'c:l//ISI! flÓR·'· 289, 290-29/, .109, 346 y .17.1,
111 Véanse pá¡¡s. 219. 262-263. :!~O, 29.1, 32.i, 328 y 36.J. 1:i JI hm.•e ¡1á11.•. 27.1, 274, 275 y 276.
11 r,:ª"·"'
¡11í¡¡s. 2.i2-:!.>:l: Cf. 2.19. 260 y 273. 1·I J',:mw• fJrÍf.t, 307, ilOH y .1UJ.
PROLOGO XVII XVIII PROLOGO
De nuevo aparece como un problema grave el de la sucesión im- ron z as y muer:e, todavía joven, el año 888: "con él pu d d cirs
perial, y el papa, que no representaba en el acto de la coronación sino <¡11 acaba el imperio carolingio". La unidad de la rn onarq11io fren a
un papel accesorio, se cree llamado a elegir el nuevo emperador. s ' lo s un recuez-do, y la estirpe carolingia está a punt le cxtin -
Favorecido en la elección, Carlos el Calvo intentó, al principio, y11irs {pág. 358).
una completa restauración imperial, pero después de atrevidos ensa-
yos de hegemonía tuvo que moderar sus ambiciones. Con todo, el papa *
Juan VIII, que tenía necesidad de su apoyo, aprovechó el concilio
convocado en Rávena para pronunciar un hiperbólico elogio suyo, y E ntonces comienza un período en el que se
la asamblea declaraba que su coronación como emperador estaba el principio dinástico y se trata de estable l' otr : ,¡ inri s dign , .. es
"grabada por Dios en la ordenación del mundo" (págs. 331-332). :i/ q11 designará la voluntad de Dios como más alif i 11d para n, tk
Se produjeron algunos fallecimientos, primero el de Luis el Ger- 111ir la defensa del reino". y ése es el que d be obt 11 r el podP r
mánico, que dejó tres hijos, Carlomán, Luis el Niño y Carlos el (116,qs. 359-362). Pero todo un pasado no muere d r pent . A mulfo,
Gordo; luego, el de Carlos el Calvo, en medio de la sublevación hn sta cdo del rey de Baviera, Carlomán, a quien propo r i na pr stigio
del pueblo, descontento por las expediciones a Italia (año 877). El ·' '1 urigen carolingio, rei'!indica la corona imperial !J la c nsigu -. Se -
papa, constantemente preocupado por las incursiones sarracenas, con- ,<¡1i11 el icen de él los obispos, es "el príncipe a quien el R ey d e los
sidera el problema del Imperio como la primordial condición para rey s se había dignado designar a todos los órdenes de la sublimidad
salvar al papado y a la Iglesia (pág. 337); por ello trata de lograr ,, lesiá tica y a todas las dignidades del poder secular, inflamando
un acuerdo y de mantener la unidad. Luis el Tartamudo, hijo de Car- s11 corazón con el ardor del Espíritu Santo y del amor divino"
los el Calvo, muere prematuramente y poco después le siguen a la {pág . 365) . Pero ese z·epresentante de una estirpe agotada es derri-
tumba sus hijos Luis Ill y Carlomán. El papa, como dispensador del bado bruscamente por una co ngestión cecebral y fallece en la oscu-
poder imperial, se dirige a Carlos el Gordo, cuya personalidad había ridad el año 899 . Co n él mu ere el mundo ca rolingio . Por lo que hace
anulado las de sus hermanos. "Entonces acaba de precisarse la doc- al título imperial, que volvió a ser u~ado por Ot ·11 l d A lemania el
trina pontificia": olvidando que quien tiene necesidad de ser prote- 962, tuvo una nueva y prolongada historia.
gido es él, el papa plantea el principio de que, antes de ser consagrado S i [rente a los bárbaros paganos se había afirmado la unidad
en Roma, el futuro emperador debe "confit'mar los privilegios de la c•spiritual, también se robustecieron, por otra parte, las individualida-
Iglesia romana y someterse con respecto al Soberano Pontífice clc s >tnicas . En ambas unidades distintas, la antigua monarquía, tan
a formales compromisos" (pág. 342). Cuando Carlos el Gordo se 1•iyor sa y bcillante en los días d e Carlomagno, fu é debilitándo se. Se
va a poner en camino para Italia, el papa le hace saber "su voluntad l1.1bíc1 stablecido una reciprocidad de deberes, d e fidelidades. entre
irrevocable de no conferirle el imperio mientras no se haya establecido 1·1 s h ·cano y sus súbditos -pconto podrá d ecirs : entre el señor
entre ellos el compromiso previo relativo a los derechos y privilegios 1¡ s us Pnsa llos-. E l z·ecípro co compromiso implica la facu ltad de que-
de la Iglesia romana y antes de que Carlos haya pasado las fronte- d11r lihr d l juramento si una de las dos partes falta al mismo.
ras del Estado pontificio" (pág. 344}. ,'.,' u n ·d c qtt el juramento del rey tenga que sec más cicw nstanciado
El año 881 fué coronado en Roma Carlos el Gordo, y en aquel 1¡11 c 1•1 / sus súbditos. En una palabra, la autoridad real qu ed ará
momento todos los carolingios desean realizar la unión; para lograrla " n/' ll'i, 1/111 rnt · subordinada al re speto que el rey guarde a la s cláusulas
trabaja Hincmaro, y su tratado De ordine palatii es un cuadro de la 1/i- 1111 e >11fra t stablecido con aquellos que aceptan reconocer su
organización del Imperio franco en los días de Carlomagno, descrip- ¡h•il1 ·r" ( ¡JiÍfl. 69).
ción idealizada que se propone demostrar cómo "el antiguo reino" I / ,¡/¡>!1 ' 11 , en un v igo roso r sum en, demuestra los progresos d el
había obtenido e impuesto respeto y consideración "por su misma 1•11,111/.ijc !I de ,~ u v abulari : s ñala "a quella jerarquía d e s ñorcs
grandeza y por su unidad" (pág. 350). 1¡ '"' ~ ,¡¡ )S c¡u c 1 1b ·1 el · nstit11irs nton s y que ·va a tcrm.in ar,
Tanto en el territorio franco como en Italia, frente a las devasta- u 1111 /1111/11wnl t' , 11 ocia 11n o I las pnrl 's d I ca rolingio, en la p rs n,
ciones de los bárbaros, se piensa confiadamente en la actividad de , /f"i 11 • 1¡ " . </11 <' e- 1 I n P<'Z n 11 11i .~ fr ·crr n ' Í 1 s llamado / s ñor, !J
Carlos el Gordo, pero éste, enfermo, débil, de[ rauda todas las es pe- 1¡111• .!1• n i " 111 111 <· r.1 se ·e 111 i1 ·1l c 1·n el M' 1 r I · I s s ·11. r s {pág. 72).
Carlomagno.-11.
PROLOGO XIX XX PROLOGO
Todo esto resulta como una introducción al penetrante estudio pejismo. 18 En mayor medida de lo que generalmente se r ar/ -
del mundo feudal que M are Bloch ha proporcionado a La Evolución magno se dejó conducir por los acontecimientos."
de la Humanidad y al precioso volumen de Ch. Petit-Dutaillis sobre Nada más difícil que penetrar las intenciones íntima y l s secre-
la monarquía feuda1.1s tos designios de los lejanos protagonistas de la Historia y. a u ces.
Sólo hemos recogido lo esencial de este libro, tan rico en detalles, aun d e los más cercanos.
y en el que incesantemente se ven intervenir diversas contingencias. En Vida y muerte de Bizancio señala mos que le f11ndo i · n d
En la Vida y muerte de Bizancio vimos todo lo que en el curso de mil onstantinopla merece una explicación dif r ntc para f,11i Bréhi r
años pueden arrastrar en cuanto a desórdenes y horrores las con- !J par:a Fernando Lot. El primero ve en ella gra n I s dc si17ni p lí-
tingencias étnicas y, sobre todo, las individuales. También aquí, aun- ti s co n independencia de todo pensami nt rcligi s : 11 ornbi ,
que en menor grado, ocupan amplio lugar las guerras intestinas, las f'Ora l segundo se trata del capricho de un d ;s p to pr so d inf nsa
intrigas de mujeres. de concubinas y de bastardos, las historias de e alta ión religíosa.19
divorcios,16 los escándalos 17 y los "diversos hechos resonantes"; por El hecho de que el año 806 reparta Carlomagn paru sus hijos
suavizadas que se encuentren, como consecuencia del influjo cris- el l mperio, haciendo tres reinos sin emperador, s n la pin i · n de
tiano. todavía resultan rudas y hasta crueles las costumbres que vemos llalphen la prueba de que consideraba la dignidad imperial " provi-
desfilar; los confinamientos en cenobios y las condenas a perder los si n 1! y v inculada a su persona". Pero tal vez tuviera raz ones de
ojos, sanciones tan frecuentes en Oriente, no son raras en Occi- prttd 11 ia y otras psicológicas para no anticipar la d esignación
dente. Pero, sobre todo, lo que en esta obra se trata de destacar es c/1• qttl n /111bi rll d su cderle en la cabecera del imperio.
la personalidad de Carlomagno, los avatares del Imperio carolingio· h\ il1/'id / e 11 w 1· 1 il ,nrf magno hombre. En este libro se en cuen-
y sus relaciones con el papado y con la Iglesia . 111111 11 ! ¡¡111111 .. 11'1111 f o \ 1111¡111•,ion11nl cs, p r ejcmpl . los d e Adriano l
'I tf1 I f 11 1 t11111n, 1w111 11 11 " 1' /1 11 !111 1'11 1111111 111111f 11rf1· r l d ar/ mag no.
. / 111 /( 11 11 / 1 1 f 1 .. 11111 11 1110 ·. !""' 11!11¡¡1111 ... f"''" ·" ' t11 · 1frs 1·1111 /Pcrsc la
11 r /1 1n 1111 . 1 111111 111 'f"' 11" m ll11 ·. r1/1 1 w n fl' 1111 111 / or j 111 ' " f)t llnd ·za !f
El füulo que encabeza este volumen es el que, desde el principio, ( 111111 ,. ¡t/i• 111 1/111 ' flq /tl'« 11 •,r 1 1 / /11 /! I' efe. llfl rit /o r¡ JÍ(' . e sta 11 CÍÓn
figuraba en nuestro programa. Halphen hubiera preferido que: no i/1•11111• 1111 •111 111· 111 1, · 11 11111 y 11•111110 111 · I nl o d l l poslbl , s 11 r bu s ta
apareciese en él el nombre de Carlomagno, y tan sólo el de Imperio 111· 11 11 11 dld 1d , ¡ 111".11 1111··· <{111' 1•111(1'' 11 nuC'slro ·ofab radar .
carolingio. Pero como sin Carlomagno no hubiera habido imperio ca- . '/ n 111· 1f11 ¡111· 11 <1 ., o /r'<•n· rn 1111 1111 .~ ajc d s u libro (pág. 172)
rolingio, ya que su vigorosa personalidad imprimió inevitablemente 1111111111· lnd/1 11 0 111•:1 .. n l>n· l 1s · slttmbrcs d a r/ magno, n ha
su marca en la Historia. me pareció que su nombre se imponía en el 1frdw11do, ''º"'º fo /wn · ; 1/111dfl' c·n sr1 ar! magno, 1111 apítul sobre
título. y Halphen accedió gustoso a ello. • / 1 1•/d.1 ml /1111 y l 1,,¡cf1 111/i a", !/ s q11 ·/ t cmn 11 lo" lgia. D e la
Comprendo, sin duda, las razones que le inclinaban a prescindir 111 •111111 111 11H' 1'a ~ 1111nq11r p11ro lrnt 1rl 11p irte - esqttitJa •! r na i-
de ese nombre, pese a la grandeza que conlleva. 111/1·1110 < tr 11/n¡Ji . N /111 int ·ntnd ·scribir l 1 hl grofín d 'arfo-
En la Conclusión die~: "Ni Carlomagno ni sus consejeros pudie- 11111¡¡110 . , ," In hisl ria el •/ lnip ri nr lingi . q11 ·s sufí i nt p ra
ron darse idea clara del objetiPo que iban a alcanzar." El emperador 1¡1w f, / ir111111 <fr "1" 1{ 1 lqtti ra s11 pi n D "ª' ra ión. Y tal hist ri a
"nunca tuvo conciencia exacta de las necesidades que iban a produ- / 11 !111 .,11 /1/dt 1 1x ,,. e n la riq11 za d d to/( s y con escrúpul s d
,·irsc por el estado de cosas que creaba, y todo hace suponer que lo 11n·1·1~ r o n 1¡11c rc sp nd n o su pto d la Historia.
1111•0 por provisional y t>inculado tan sólo a su persona". Y agrega:
"S,· ha pretendido también presentar a Carlomagno como un profundo
¡•1 1/ifi,·o y atribuirle la intención lentamente meditada de todos los
.(/1 .111dcs acaecimientos de los que fué punto de partida . .. Simple es- A/111111 1 ~ f 1/ 1/Jr 1 .~ oom s a d ir o st e n · ., ,, d· I
/.i fo 1;, o, 1¡ n ·!1 1,,, ccrrnrr111 s sf
1 •• Tomo$ Lll, Ull y LXI de esta colección.
11; J/1:1111.<1' ¡uÍK-'· 292 y .106. 1H f•.'I 111IJ111) ,,,¡,, I' 11111•11111.
1• 1·,.,,,,.,,. ,,,;11." :111:.-:wr.. 111 / '111/11(l ll
PROLOGO XXI XXII PROLOGO
Louis Halphen abordó estas cuestiones de método, y aun de teoría eminentes. Para el presente estudio, en el que se trata de """ dct1·1 ··
históricas, en un libro publicado en 1914, con el título de L'Histoire minada organización política en estrecha relación con ww rl'!i,11i1111
en France depuis cent ans, y en un pequeño .volumen que vió la y con instituciones religiosas, Louis H alphen aporta ww ,._,·n·fr11tc
luz en el año 1919. contribución al ensayo de síntesis científica que es La Evoludún d1· l;i
Aunque haya tenido en cuenta la labor de los teóricos y de los Humanidad.
sociólogos y obtenido provecho del esfuerzo que ha relacionado las di-
versas disciplinas históricas ensanchando el campo de la Historia. l IENlll. lil:1111
Louis H alphen se ha mantenido fiel a lo que yo he calificado de
historia historizante. Cree que, en este dominio, la ciencia consiste
en descubrir el encadenamiento o concatenación de los hechos sólida-
mente establecidos, y que esta causalidad -que en el perpetuo cam-
bio mezcla, sin duda, con las causas particulares algunas repeticiones
de causas- es muy suficiente para llegar a constituir una "ciencia
rigurosa".
Hace tiempo sostuvimos una afable controversia en la que. a la
tesis de que no hay más que ciencia de lo general, él oponía la de que
la Historia es la ciencia de lo particular.'!º
En su reciente volumen, en el que realiza un plausible esfuerzo
de comprensión, trata de atribuirme el mérito "de haber acertado a
circunscribir el papel respectivo de lo contingente y de lo necesario,
del pensamiento y de la materia {?). de lo colectivo y de lo individual,
en la compleja coyuntura de los acontecimientos humanos". Pero.
agrega: "Se trata tan sólo de opiniones teóricas, y no puede dejarse
de señalar que ninguno de los volúmenes que, con el título general
La Evolución de la Humanidad, componen la vasta colección histórica
de la que asume la dirección -si exceptuamos los prólogos, en donde
suelen aparecer algunos de sus tem·as favoritos- ofrece el menot
testimonio de las ideas, que tanto en sus libros como en sus artículos.
ha preconizado desde hace casi cincuenta años como infatigable
apóstol:· 2 1
Pese a todo, constituye para mí gran satisfacción haber encon-
trado en Halphen un colaborador, no de una simple colección. sino
de una síntesis que intenta ser explicativa. Para poseer este carácter
La Evolución de la Humanidad no sólo cuenta con mis prólogos, sino
que tiene también su plan. Concede su parte a los diversos factores
explicativos y tiende a señalar sus relaciones y su respectivo valor
en el curso de la evolución. Ya he dicho que la obra es un rompe..
cabezas en el que aparecen incluidos o se ofrecen ordenados los ele..
mentos adecuados que tienen a bien proporcionarme colaboradores
L.H.
Grenoble, sept. 1941-sept. 1943.
La Louvesc (Ardeche), sept. 1943-sept. 1944.
XXVIII INTRODUCCION
propias, la n.ayoría de los reinos bárbaros fueron obligados a v1v1r
replegados en sí mismos, con lo cual no existía en ellos comercio, y
las ciudades, allí donde todavía las había, arrastraban un vivir triste
y marchito. Por doquier se regresaba así a una economía cscnl'ial-
mcnte rural que, carente de medios de comunicación, reducía al míni-
mo sus intercambios de productos; se impusieron el particularismo y
l'I ai.slamiento, y la civilización fué arrastrada a una rc1¡rcsi{111 rs-
p;111tosa.
INTRODUCCION
De repente se habían hundido las fundamentales nociones que
;ipoyaban el Estado romano. La clara conciencia que hnbian adquirido
El Imperio romano fué una organización política fundada y apo- los romanos de que existía un interés colectivo, aquella "cmm pllblka"
yada en el poderío de Roma, que extendió sucesivamente su domi- {res publica) de la que todos, comenzando por el emperador, debían
nación a toda la cuenca del Mediterráneo. Después de su hundimiento considerarse servidores, se había borrado por completo; la misma idea
ya no se restaurará el orden ni volverá a florecer la civilización, hasta dl' servicio público había desaparecido, y con ella toda distinción
el momento en que uno de los pueblos bárbaros que se habían lan- l'ntrc bienes públicos y bienes privados (res publicae, res pri1Jatae).
zado al asalto del mundo antiguo, el pueblo franco, llegue a construir <:ualquiera que fuere la ambigüedad del vocabulario que entonces
un nuevo imperio; este nuevo imperio es puramente interior, de tierra se usaba, ya no existían tesoro público, ni funcionarios públicos, ni
adentro, y no tiene ya por capital a Roma, sino a Aquisgrán (Aix- 1~stndo, .sino arcas de las que extraían los príncipes, sin distinción,
la-Chapelle); en él domina el elemento bárbaro, pero todos aquellos tanto para sus rll'rrsidades privadns como para las colectivas, y ser-
pueblos a los que el conquistador somete a su autoridad, vinculados vidorl's l'mpll'ados i11dif1·n·nti•1111•1ü1· 1·11 bs lar<';ts dom{•.stiras y en
por una misma creencia religiosa, se sienten miembros solidarios de aqm·llas q111· inten·sahan ;1 f;1 vid;1 1lt·I rl'ino y lnrilorios que eran
una sola y vasta comunidad, y se consideran como formando un úni- nmsidcrndos propinlad1·s 11'-1 n·y. y 1·1111111 1ali·~;. l r;11w111 isihlt·~; por
co pueblo: el "pueblo cristiano". Aquel día nació Europa, una Europa herl'nrin y reparto cntn· lodos ~;u~; 1h·~;n·11di1·11lr~; dirl'dos con el
todavía muy limitada y frágil, pero que va a sobrevivir al imperio conjunto de .sus bienes.
que le dió vida. Por efímero que haya sido el Imperio carolingio; se Tal era la situación al ndvl'nimi1·nl«1 dl· los rnrnlinnios. Su papel
nos presenta como una etapa hacia la estructuración de un orden 1111 consistió en hacer resucitar un l'St-.ido de cosas ya abolido; intcn-
profundamente diferente al que había conocido el mundo antiguo. l.1rnn n111slruir, sobre las ruinas dd mundo antiHUO, un mumlo 111u·vo,
Convertido en mar interior, había asegurado el Mediterráneo la .il1·11tados por principios nuevos, y devolver, si asi p11l'd1· d1•1'ir:·w. un
cohesión del Imperio romano, permitiendo que se establecieran pri- 1···;piril11 al Occidente que agonizaba. D«sd1· 1•sl1· punto d1· vista
mero, y luego se sostuvieran entre todos los países que baña, cons- v.111111s a l'mprenclel' la historia de su lmprrio.
tantes intercambios de productos comerciales, de ideas y de creencias;
gracias al Mediterráneo todo el mundo romano en su conjunto se
cubrió de grandes ciudades, ricas y activas, en donde se fundían las
más diversas civilizaciones, que armonizaban hasta el punto de pare-
cer, en verdad, que constituían un todo. Pero de todo aquel inmenso
esfuerzo, nada subsistió después del triunfo de los bárbaros, a lo
menos en Occidente. Al principio, en el interior de las antiguas fron-
teras romanas, se constituyeron innumerables reinos distintos y. por
lo general, enemigos; y otros países, particularmente en Germania,
que nunca habían estado incorporados al Imperio y que se habían
111antenido extraños al mundo mediterráneo, adquirieron en el curso
"" los siglos creciente importancia en la vida política de Occidente.
1·11 trann· de reagruparse. Pero olejados del Mediterráneo y sin costas
XXVII
XXX INDICE
LIRR fl
INDICE VICISITUDES DEL IMPERl Bl\ j l.Lll)OVI C > PI
LIBRO PRIMERO CA PÍTULO I.- ESTABLECIMI ENTO DE U N 11\.11 l·'. 11 0 llNI J'/\ 1110 . J 9
T. En busca de la unidad . 169.- !l. P rog r;:im a rcl1111uso t1 .. 1 111 to '\'\ I
gobierno, 171.- III. Reforma d e la sociedad ct k , i.'1 s l I• .1. 17 l
FUNDACION DEL IMPERIO IV. Restauración del poder pontificio, 175. - V . l\.cl;1 dl'I 1\ 17.
177.- V L Ideal de un idad cris tiana, 180.
Página
( :A l'Í'J' l I 1.0 Il.- ÜPOSIC IÓN AL N UEVO RÉGIMEN Y P E NITEN C I/\
CAPÍTULO 1.- ESTABLECIMIENTO DE LA MONARQUÍA CARO-
1)1 ; J\'n·1 NY .. .. .. ... .... .... ........ .... ............................... .. . .. ... .... .... 182
LINGIA ................................................................................... .
l. l ~,·lwlió 11 el e Ur rn ardo de Italia. 182.- !l. For tal ecimiento de la uni -
I. Los antepasados de los carolingios y la obra de Carlos Marte!.
d.id ti" 1nh1rrno. 183. - l ll . Pen itencia ge nera l de Attigny (822) .
2.- ll. Gobierno de Carlomán y de Pipino, 9.- III. Golpe de l Hfi.
Estado de Pipino el Breve, 12.- IV. Llamamiento del papa Este-
ban 11 al rey franco y la "'promesa" de Pipino, 15.- V. Realeza
( ·,\l ' ll ' lll ( 1 111 . C: 1\l\111 10 l l l' Jll J\N 'l' J\ 1 J'I. ;( lllE ll NO 1 1PER l i\L
XXIX
INDICE XXXI
Página
Foto 1\linari
mismo año, de los partidarios de Plectrudes, que alcanzada en Colo- 7l8) son contenidos y amedrentados los sajones. 12 Por el norte
nia, en donde se había refugiado, tiene que entregarle el tesoro de
·¡ (;,.,,,,. n·g. Fraric., 51-53, págs. 325-328; con t. de Fredegario, 8-11, pú~s. 17:!-
Pipino; derrota también a los frisones y a los sajones, a los que
1'/!i. 1 :r. lliimn:1t·MÜ111.nAcHER, nos 29n-37b.
pnsigue hasta en su territorio; poco después ( 719-720), vence a los ti (;,.,,," n•g. Fume., 51, pág. 325, 1.27; cont. de Fredegario, 8, pág. 173, 1.17;
, ¡,. /\quitania y a su duque Eudes, aliado de Ragenfredo; finalmente, 1:1, p1í1•. 17;,, 1.17; 15, púg. 176, 1.2; 19, púg. 177, 1.9; 20, pág. 178, 1.16.
u A. M111.1N1t:11 y 11. ZnTENllERG, Sur les invasions arabes dans le Lm1g1wt!oc, '"'
:1 ( :r. ídem, nos 30d a 30g. In 11¡,,.,¡,,. g,:,,,:111/1· ,¡.. /,1111gw·1loc de l>evic y Vuissete, nueva ed. tomo 11 t IB75),
·• 1 :r. ídem, nos 21b y 29k. 111ív,.1. !1·1'1 !i!ill; F. Com:nA, N11rlu111t1, t;..,..,ltl y Barcelona bajo la domi11aci1i11 m11.rnl-
· r:1·sta reg11um Francorum (crónica redactada en 727 y que hoy suele designarse "''""'· r11 l11\tit111 d'H.<111tfi.• (.'11111/1111.•. A1111.mi, niios 1909-1910, págs. 1711-202.
. "" ,.¡ 1111111lirc de Liber liistoriae Francorum), 51 y 52, ed. Krusch (n• 32 de la Biblio· 111 l'.11111. 111• l•'n•1l1·¡~11ri11, 12, pÍ1r,. 175. Cf. llii11MEll·Mii111.11ACllEll, nos 37c: y :1B11.
,., ili:il. p1Í~s. 325-:!26; continuadores ele Fredegario 8 y 9, ed. Krusch (n• 29 de la 11 lliillMl.11 Mii111.11AUll.ll, 11º :111, ..
lldol111¡•,rnfí11), pi'l~H. 173-174. I" f,/1•111, 11"" :1111. :l!i11, :1'l11, :1111,, ·1111. El 1t•,1i1111111i11 ,.,,.nrinl r•s 1•1 1ln lns rn11li-
11 f.'nt11 r1·~. l'ri1111·., 4'l, pÍl1~. :l~l; ron! . .i,~ Fr.,dew1rin, 6, pál(. 172. 111111.ln1•"• olr• F1r1lr1•.nri11, 11, pí1r,. I'/;,, y l'I, p1Íf\. IT/.
ESTABLECIMIENTO DE LA MONARQUIA CAROLINGIA 5 6 FUNDACION DEL IMPERIO
·.e 111cte a los frisones en 733-734.13 Mientras tanto, se precisa de
1 Sus victorias sobre los musulmanes, en especial la de Poitiers,
11·1wnte el más grave peligro que jamás amenazara al reino, el peligro dieron al mayordomo de palacio prestigio y autoridad en toda la
11111sulmán: en tromba, la caballería del emir de España, Abderrah- Galia. Aquitania, que le debe su salvación, parece haber entrado
111.111, se abate desde Pamplona sobre la Gascuña y Burdeos. y pronto, entonces definicÍvamente bajo su obediencia; conserva en su Hobier-
d1riHiendo su avance hacia Tours y la Francia septentrional, llega a no a un duque, aun después de la muerte de Eudes acaecida el 735,
l.1.·; puertas de Poitiers (octubre del 732). Es la repetición de la alga- pero un recorrido a caballo de Carlos a través del país hasta Burdeos
'. 1 del 725, pero esta vez están en peligro las regiones vitales de la y Blaye, al día siguiente de aquel suceso, es suficiente para imponer a
<:.día. Llamado por el derrotado duque Eudes, acude Carlos. Los todos el reconocimiento de la soberanía franca. 18 De la misma manera
dos ejércitos se enfrentan a las mismas puertas de Poitiers: con sus deben inclinarse Borgoña y Provenza, igualmente indóciles, que
filas apretadas, "inmóviles como una muralla", según frase de un son recorridas, como hizo con Aquitania, por Carlos, en 733, 736 y
contemporáneo, 14 pero animados de una feroz energia, esperan en los años siguientes para, sin gran esfuerzo, domeñar su espíritu
los francos a pie firme el choque del enemigo, que viene a romper su levantisco. Pero aquí no se trata sólo de un simple dominio señorial,
fu ria en sus espadas y del que hacen una horrible matanza. Entre sino de soberanía plena y absoluta, y Carlos designa sus condes y
los muertos está Abderrahmán y sólo el manto de la noche que representantes sobre toda la extensión del territorio sometido.rn
cae y los oculta, salva de los vencedores los maltrechos restos del Allí donde queda así restablecida la autoridad real -una auto-
ejército musulmán en derrota.15 ridad real que el mayordomo del palacio ejerce sin que se le ocurra,
Al fin puede respirar la Galia; no queda su suelo enteramente ni aun después de la muerte de Thierry IV, el 737, 2 º justificar con
limpio de sarracenos, ya que éstos ocupan todavía el Rosellón y el la presencia junto a sí de un merovingio-, ~arios actúa como señor
Languedoc inferior, desde donde realizarán afortunadas correrías, absoluto, legislando, haciendo justicia, disponiendo a su antojo de
especialmente la del año 737 sobre Aviñón y la comarca vecina; pero las sedes episcopales o abaciales y de los bienes de las iglesias, que
la respuesta a estas incursiones no se hizo esperar: rechazados y distribuye entre sus fieles a cambio de sus servicios; en una palabra,
derrotados por Carlos ese mismo año a orillas del Berre, al sur de conduciéndose exactamente como si personalmente estuviera inves-
Narbona, las huestes del Islam quedan ya contenidas en aquella tido del poder soberano. 21 No se produce protesta alguna ni aun
región 1 ª de la que serán fácilmente desalojadas veinte años más contra las numerosas usurpaciones de que se hace culpable con res-
l'arde. 17 pecto al clero y ninguno de sus contemporáneos pensaría siquiera
que aquello significaba una actitud cualquiera contra la Iglesia. Por
13 BoHMER-MÜHLBACHER, n 9 39c y d. También aquí el testimonio esencial es
el contrario, se le rinden elogios, con razón, por su abnegación en
rl rlc los continuadores de Fredegario, 17, pág. 176.
favor de la religión. Tanto para las obras piadosas como para las
14 ISIDORO DE BEJA (lsidorus Pacensis), Chronique, en Recueil des hist. des
<:11ules et de la France, t. 11, pág. 721, y en MrcNE, Patrol. lat., t. XCVI, col. 1271. [Se misiones, resulta protector destacado, al que no en vano se pide
lrata de la Crónica atribuída con error al obispo de Pax Julia (Beja); MENÉNDEZ ayuda. El año 722, el papa Gregorio 11, "conociendo el espíritu reli-
l'mAL la designa como Crónica del Mozárabe del 754 (por ejemplo, Rodrigo el último gioso que anima" a aquel '.'.g!oE_oso d1:1<J.1:1_e_ de los francos", solicita
t:,,cfu, t. 1, págs. XXVII, LXVII, LXVIII); pará Claudio SÁNCHEZ ALBORNOZ, su autor
dd>iÓ ser "un clérigo de la Iglesia de Toledo, .acaso oriundo de Córdoba, y quizá,
su apoyo en favor de San BonifaciO, encargado la Santa Sede por
11 l'cces, en ella residente o viajero .. ."', Véase. En torno a los orígenes del Feuda·
de convertir a la fe cristiana a los paganos de Germania; y Carlos
lirnw, Mendoza (Argentina), 1942, tomo 11, págs. 23-27]. [N. del T.] contesta con una carta de protección completa, redactada según el mo-
rn Cf. BiiHMER-MÜHLBACHER, n 9 il9u. Los textos esenciales, a más del de la nota ddo de las cartas habituales de protección real, por la que convierte
1111lf'fior, son la Chronique de Moissac (n 9 28 de la Bibliografía), pág. 291, y los ni misionero pontificio en un protegido personal suyo. 2 2
C'llnlinuadores de Fredegario, 13, pág. 175. La importancia real de la batalla de
l'oitiers no se discute aquí, pero lo cierto es que el Occidente tuvo una sensación IH Con!. tfo. Frndegorio, 15, págH. 175-176.
.J,. ulivio que proporcionó gran prestigio a Carlos Martel. 111 /1/1·rri, J;i, 111, 21, pÚgs. 175-1711.
1 H BünMt;a-MÜHLBACHER, n•• 39i a 39m. El texto esencial es el de los continua:- :!11 llii11M1·:H·Mii111.11Ar:llEU, 11• :l'J/1.
,¡,,,, .., dt~ Fredegario, 20, págs. 177-178. :! • /r/1·111, ., ... :11!, :H. :ir•• :11. :111, :1r1, 4.0, 41, 4.:i.
17 cr. A. Mm.INH:R y H. ZOTENBERG, loe. cit. (véase pág. 11, n. 1), pág. 554. n SAN ll11NIFA1111, l·.'¡1i.<t11lri1·, 1·11 . '1'11111.d. (n• IS rle In Bíhlio¡;rnfin), corlnH 20 y
e "'" llA, lo1·. cit. (l·,:1rne púg. 11, n. 1), púgs. 197-198. '.''.', ¡uiv,". :1:1 V :I'/.
ESTABLECIMIENTO DE LA MONARQUIA CAROLINGIA 7 FUNDACION DEL IMPERIO
Tal gestión en aquella fecha podía parecer temeraria, ya que en el bio, invadieron Italia el 568. En aquella fecha toda la península era
año 722 la autoridad del hijo de Pipino era todavía incierta. Pero ya, desde hacía treinta años, parte integrante del Imperio romano y
quince años más tarde ya no era posible ningún género de duda; el estaba gobernada desde Constantinopla por los únicos sucesores
mayordomo del palacio era el más importante personaje no sólo supervivientes de los Augustos. Lentamente, desde entonces, se
del reino merovingio, sino de todo el Occidente. No hay por tanto de dedicaron los lombardos a arrancársela; ocuparon gran parte de las
qué asombrarse si en 739, y luego en 740, el nuevo papa Gregario III provincias septentrionales, y algunas del sur, pero aun no habían
se dirige _a Ca!"los para solicitar no ya un simple salvoconducto en rnnseguido apoderarse ni de Roma ni de Rávena, la antigua capital
favor de un misionero, sin9_ ayuda y co11suelo contra sus temibles de los emperadores de Occidente, en donde residía élhora el cxarca de
enemigos los lombardos que, a la sazón, amenazan con apoderarse 1talia, representante oficial del emperador para toda la península.
de Roma.2s Arrianos en un principio, los lombardos, que habían comenzado
Desde los días de Justiniano, la silla de San Pedro parécía por por hacer gravitar sobre Italia el peso de una sañuda persecución
mucho tiempo situada de manera durable, bajo la autoridad de los religiosa, terminaron por hacerse católicos romanos, pero no por
emperadores romanos de Constantinopla; pero éstos, que considera- ello dejaba de ser constante problema de preocupación angustiosa
ban y trataban a los papas como simples obispos imperiales, acabaron para el papado el progresivo avance de aquel pueblo que por su
por adoptar una política eclesiástica y, con frecuencia, una posición desconcierto y sus luchas intestinas se hacía con largos retrasos.
religiosa a la vez, que no se conjugaban con la tradición defendida Nominalmente obispo del Imperio, pero en la práctica libre de sus
por los sucesores de San Pedro. Desde el año 717 ocupaba el trono presiones y tan alejado de Constantinopla y aun de Rávena como
imperial León III, cuyas pretensiones de regir a la Iglesia desenca- p;ira poder actuar en calidad de pontífice universal, el papa tem-
denaron por doquier la guerra en sus Estados. Partidario del regreso blaba ante la idea de que pudiera convertirse en obispo de una
a un culto desembarazado de las supersticiones y excesos que en monarquía lombarda. Evidentemente, la incorporación de la sede
Oriente condujeron a la devoción de los iconos, adoptó una postura de l~oma a aquel reino hubiera sido una catástrofe para el sucesor de
tan radical en aquella materia delicada que no sólo llenó de luchas San Pedro en una época en la que su autoridad ecuménica estaba
terribles el Oriente, sino que consumó la ruptura con el romano
;1ún seriamente en litigio por las pretensiones del patriarca de Cons-
pontífice. No había dudas en cuanto a la posición adversa que
lantinopla, a quien respaldaba firmemente el emperador y de quien
debería tomar el papado, y por mucho tiempo no habría posibi-
na l·olaborador directo.
lidad de que llegase a un acuerdo con un gobierno imperial que estaba
Pero ¿cómo evitar el peligro? Sólo una solución parecía factible:
decidido a imponerle sus normas, a ejercer represalias cada vez
n·n11Tir a los francos. Por primera vez iba entonces a hacerse indis-
más duras contra los bienes de la Iglesia romana y hasta a posesio-
¡11·11sable para salvar a la cristiandad de Occidente aquella conjunción
narse de la autoridad de la Santa Sede, cuyo campo de acción directa
disminuía al substraer a su jurisdicción eclesiástica, para unirlas al 1h· lo carolingio y del papado, de la que, más adelante, debían pro-
patriarcado de Constantinopla, provincias enteras como Calabria, d 11ci rse tan trascendentales consecuencias.
Sicilia, Dalmacia y los países balcánicos. l •:I año 739, el rey lombardo Luitprando acampaba a quince
l1·1111as de la Ciudad Eterna; el momento no daba lugar a vacilaciones
Así, pues, no pudiendo contar con el apoyo de un emperador
que, además,- tenía entre manos otros asuntos bien diferentes y estaba y 1·1 papa Gregario 111 se dirigió resueltamente al poderoso mayor-
por su parte entregado a defender sus posesiones de Asia y de Euro.. domo del palacio merovingio. 24 Las epístolas que a la sazón dirige
pa, el papa se encontraba desamparado frente al peligro que los ;il j1·í1· l'Íectivo del gran reino bárbaro de Occidente 25 sorprenden
por ~;11 ~;inHular tono. Se trata de una súplica urgente dirigida al
avances de los lombardos le hacían correr. No es éste el lugar de
hacer la narración de sus conquistas; hay que recordar tan sólo que ,.;,.,...,, (.~11l1rcu11lus) de los francos para que actúe como "hijo devoto
después de haber atravesado la Germania hasta las orillas del Danu- d1·I prinl'ipl' de los l\póstolc-s"; para que se ninmueva ante las lúriri-
111.i.•; "q11l' día y noche vicrh·n los ojos" lkl por¡lifire ;111te los dcsas•
2:1 Codex Carol., cartas 1 y 2 (nº 13 de la Bibliografía). Resultan particular-
1111·111<~ significativos los términos que emplea Gregario 111 para señalar la piedad de ~· 1 (:f. llull~ll ll ~!i'illl.llAt:lll.ll, 11" ·11,/,
1 :11 rlos y o;u devoción por la Iglesia. "l1 t.'n.J,., l.'wul., c·u1l11•' 1 \' :'. \'11 1·i1n.Jn, ..
ESTABLECIMIENTO DE LA MONARQUIA CAROLINGIA 9 10 FUNDACION DEL IMPERIO
l res que se acumulan; para que piense, también, en las burlas que baldo, el 742,30 y la del de Baviera, Odilón, en 743,s1 Por doquier,
·•11s retrasos en acudir levantan entre aquellas gentes que pretenden la res pues_~_ d_e los nuev~s_ señores fu~_ rápida y eficaz. aunque tanto
111rnospreciar el poderío de los francos. El acento de estas cartas en Baviera como - en - la región alamana y en Aquitania tuvieran
v la brillante embajada que Gregario envió a Carlos el año 739 para necesidad de reanudar varias veces sus campañas s 2 y juzgaran
l'xponerle verbalmente su petición, demuestran el valor que se conce- prudente, para consolidar su poder, proveer de nuevo el año 743 el
día en la curia romana al concurso del príncipe franco y el gran trono merovingio, que una curiosa paradoja mantenía vacío desde
prestigio que nimbaba a éste en aquel momento. el 737, llev:ando allí a _un __ reyezuelo fantasma, Childerico III, del
_Su categórica negativa a intervenir en los asuntos de Italia en que sólo~iiacen mención desde entonces las actas oficiales. 33 Una
el momento en que le era necesaria la alianza lombarda para conte- de ellas lleva la siguiente declaración, que bien vale la pena citar:
ner a los musulmanes por el lado de Provenza, fué sin duda una .. Childerico, rey de los francos, al eminente Carlomán, mayordomo
prueba de prudencia; . en cualquier caso no puede verse en ella el del palacio que nos ha establecido sobre el trono ... ", 84 y tal fórmula
sínto~a 'd~ un debilitamiento de su autoridad, como parecía insinuar no precisa comentario. A mayor abundamiento, los dos mayordomos
Gregario 111 en la última de sus cartas: y casi inmediatamente des- del palacio siguen promulgando actas en su propio nombre y llegan
pués de este incidente asistimos, el agQ__ 741, a un insólito espectáculo: en ellas hasta a hacer referencia a "su reino", o a decir, como lo
Carlos, que desde el 737 y sin ampararse siquiera en un rey, hace Carlomán en el 747, que están "encargados por el Señor del
gobierna sólo el conjunto de los territorios sometidos a los francos, cuidado del gobierno'',35
procede "después de haber obtenido el consejo de sus nobles, al Esta tarea, en efecto, la realizan como si el reino fuese verda-
reparto del reino entre sus hijos". Tales son, al menos, las expresiones deramente suyo. Emprenden la obra de regenerarlo, reúnen conci-
que emplea un contemporáneo generalmente bien informado, 26 quien lios y publican capitulares en las que expresan su voluntad soberana.
precisa que Carlos dió al hijo mayor, Ca_!'.)om;ín, lª Austrasia, el país Una capitular de Carlomán,36 de fecha 21 de abril del 742 -por
de los alamanos y la Turingia; al me@_r,_ Pipino, Borgoña, Neustria tanto anterior al establecimiento de un rey merovingio en el trono.-
y Provenza. Luego, agrega, Carlos murió en Quierzy el 22 de octu- comienza con las palabras siguientes:
bre del 711 y -como el gran rey Dagoberto...- fué enterrado "en la
"En el nombre de Nuestro Señor Jesucristo. Yo, Carlomán, duque y príncipe
basílica de San Dionisia mártir" .21 de los francos, por consejo de los servidores de Dios y de mis próceres, he reunido
No era todavía rey el carolingio, pero todo sucedía como si ya a los obispos y a los sacerdotes que están en mi reino ... para que me aconsejen
la monarquía merovingia hubiera dejado de existir. el medio de restaurar la ley de Dios y la Iglesia, corrompidas en los días de los
principes anteriores, a fin de que el pueblo cristiano pueda asegurar la salvación
d1· su alma y no se deje arrastrar a su pérdida por falsos sacerdotes."
11.- GOBIERNO DE CARLOMÁN y DE PIPINO
Si9uen a esto las decisiones acordadas "por consejo de sus
Iban a transcurrir, sin embargo, diez años antes de que se diera
s;1cndotes y de sus nobles", por el "duque y príncipe" Carlomán.
el paso definitivo: fueron diez años durante los cuales la monarquía,
Todas ellas se dirigen a la restauración de la Iglesia franca bajo
ya carolingia, no dejaría de extender su autoridad en Occidente.
l.1 i'·Hi<la de aquel mismo Bonifacio, "enviado de San Pedro", a quien
No por ello tuvieron en menos grado Carlomán y Pipino, que
y.i Cirios Marte! había concedido su apoyo y que, por propia
hacer frente, en un principio, a toda una serie de rebeliones significa-
tivas que estallaron en cuanto murió su padre: la de Grifón, hijo :111 ( :11111. 1lc Frcdcgnrio, 25, pág. 1110.
bastardo de Carlos Martel, celoso del poderío que se había otorgado :i 1 /d,.111, 26, píq~. 1110. Cf. ílii11~n:u·Mih11.nAr.111m, n• 45b.
a sus mediohermanos; 2 8 la del duque de Aquitania, Hunaldo, hijo de :1:• 4 1111li1111ndorcs de Frc1fognrin, '!.7, ~ll, 29, págs. 1110-llll: íliillMER-MÜHLllA·
Eudes, que se alzó el 742; 2 9 la del duque de los alamanos, Teode- 1 111.11, 11'' ·11111.
:1:1 lliirrMl.U-Mii111.11ACllEll, 11'' ·1-!ia.
~1 1 I , / , ·,, 1•
26 Cont. de Fredegario, 23, pág. 179.
:11·, ,,,,.,,,, 11'} ~1 I.
:!7 ldem, 24, pág. 179.
~111 l'11¡1i111/111i11, 1. 1, 11"' 10, ¡11'1v'- :~1 .. :~c1. l·: .. 11· du1·1111w111u 1n111lii1'·11 npnrccc en la
:~H Annales royales, texto de la refundición, año 741, ed. Kurze, pág. 3.
• 11111"•111111d1·111'111 d1· .-..;1111 B1111il111·iu, 1·d. T111w.I. púp.'l, 1J1\ In:~, 11'1 ~><1.
'.~11 Con!. ele Frntlegnrio, 25, pú¡:, lllO. Cf. Rii11M1:11-Mii111.11ACllER, n• 44a.
ESTABLECIMIENTO DE LA MONARQUIA CAROLINGIA 11 12 FUNDACION DEL IMPERIO
iniciativa -el mismo apóstol de los germanos da testimonio de una sola que emane del rey Childerico, mientras se multiplican
ello-, 37 el hijo mayor de Carlos Marte! había "hecho llamar junto <1quellas en las que Pipino se nos presenta en el ejercicio de] poder
a él" para restablecer la disciplina eclesiástica en sus Estados. soberano.
-· Las medidas promulgadas entonces y que sólo se contraían a los Parecía, pues, llegado el momento de dar el paso decisivo. En
territorios sometidos a Carlomán, fueron confirmadas o rectificadas un acta del mes de agosto del 750 aparece Pipino sentenciando pú~
el 1 de marzo siguiente en Estinnes, en Hainaut,38 y un año después hlirnmente en justicia, en el palacio merovingio de Attigny, al que
adoptadas por Pipino para sus propios territorios, en ocasión de un ll;1111a "su palacio"; declara que preside allí "rodeado de sus nobles"
sínodo reunido en S~ls§.ons el 2 de marzo del 744. En la capitular ( 11roceres nostri} .-los obispos, los duques y los condes del reino--
que las resume, 3 9 el nombre de Childerico, que había sido entre tanto y para ejercer el poder "que le ha sido confiado por Dios":"'
elevado al trono, sólo aparece en la fecha ("en el año 744 ... segundo Poco después decide, al fin, separar al ficticio rey en cuyo nom~
del rey Childerico"). Para colmo, el documento está redactado de hrc gobierna y tomar para sí el título real.
acuerdo con el modelo de la capitular del año 742: allí, quien dicta su
voluntad es Pi pino, "duque y príncipe de los francos", voluntad
decidida "de acuerdo con los obispos" y después de "haber sido III.- GOLPE DE ESTADO DE PIPINO "EL BREVE"
aconsejado por el clero y por sus nobles": es "Pipino, varón ilustre, Todo hace creer que este golpe de Estado fué preparado cuida~
mayordomo del palacio" y no el rey quien al final del acta estampa dosamente. Durante los dos años que lo precedieron, según observa
su firma. '[a~t-º en d!;!r:echo como en la realidad, la reforma de la uno de nuestros más serios informadores (uno de los "Continuadores
Iglesia de ias Galias fué obra personal de los dos hijos de Carlos de Fredegario"), "la tierra se mantuvo sin combates", 45 y, en una
Marte!, a quien prestó su concurso San Bonifacio. i'·porn en la que el renacimiento primaveral traía normalmente
La retirada de Carlomán, que el año 747 dejó el siglo para ir a 1111;1 activid;1d hl"lica, todo hace pensar que aquella paz excepcional
acabar sus días-en un cenobio, 40 posiblemente apresuró la anulación s1· ;q1rovl·d1ú, sobre todo, para c-nt;1blar negociaciones. Hay que
de la ficción merovingia. En efecto, sólo ya en la cabecera de todo ~;11po11n que Sl' sost11vicr<111 convnsadoncs con los próceres del reino,
el reino, Pipino, al que llamamos el Breve, tuvo, es cierto, que hacer y n111111T11111s, por fuc·nll' se~1ur;1, que las hubo con la Iglesia, cuyo
frente a una nueva rebelión de su medio hermano Grifón al que ;1poyo se cn·i;1 inclis¡wnsablc. Entre otros detalles, sabemos que el
imprudentemente se había puesto en libertad después de seis años ohi~;po ch- Wiir:'.hllr!J, Burd1ard, y el abad de San Dionisia, Fulrad,
de prisión, rebelión complicada con los apoyos que el sublevado f1wl'<l11 1·11viados a Homa ;1 fines del año 749 o, con más probabilidad,
encontró en Sajonia y en Baviera: 41 pero el mayordomo del palacio .1 •·ll111il'll;'.os del 750, p;1r;i lograr la adhesión del papa al propósito de
no parece que tuviera, por otra parte, dificultades serias en hacerse 1111 c;1111hio dl' r(·nirncn:in
obedecer. 42 Grifón y sus cómplices fueron vencidos al cabo de Y.1 h;1ci;1 <ilnunos .iños que se habían ido multiplicando las rela~
algunos meses de luchas,43 y los documentos contemporáneos, aun- • 1111w~; rnl1T los jefes del reino franco y la Santa Sede. La obra de
que no se tenga en cuenta más que las apariencias oficiales, demues- 1dm111.1 reliHiosa emprendida por Carlomán y por Pipino en sus
tran que el papel asignado al rey merovingio decrece constantemente. l·'.·;1.11l11s, c·l ;1poyo que todos los misioneros, comenzando por Boni~
Se buscaría en vano, durante este período, en las actas auténticas l.11 111, h;ihian encontrado en ellos, no podían por menos, pese a
< 11.11110 ~a- h;1 dicho a veces, que predisponer a ambas potestades para
37 San Bonifacio, Epistolae, ed. Tangl, carta 50, pág. 82.
38 Capitul., t. 1, nº 11, págs. 27-28. Para la fecha, cf. también BoHMER-MÜHL· • 011<Trf.11· un ;1ruerclo más íntimo. La misma situación política obli~
llACHER, n 9 45. 11.d1.i .i lo.•; pontificcs romanos a rl'alizado, ya que, despu\·s de una
30 Capitul., t. 1, nº 12, págs. 29-30. hrn'<· 1IT\JU;1, sus rclarionl's tan lo rnn l'I cm¡wraclnr romo con los
·10 BoH~rER-MÜHLBACHER, nos 52a y 55b. l<1111h.1nlo~: ~a· pn·.~ent;1b;111 ;1nll' l'llo~; c;1r\1;icl;1s cl1· ;1111cna::;1.•;. Por el
41 ldem, nos 55c y 57e. l111n:111111· dl· Biz;incio, donde- 1·11 7·10, 1k~1p111'·s de la mucrte de
·12 Sin embargo, se ha supuesto, sin que se pueda afirmar, que un hijo de Cado-
,,,,.,.,, llamado Drogon, pudo abrigar algunas pretensiones, rápidamente anuladas, a H /,/,.111, 11° !ifl.
11.-.·olc•r a su padre. Véase SAN BoNIFACIO, Epistolae, ed. Tangl, nº 79, pág. 172. oll> 1 :11111 d1• l'n·d1·1•.ntio, :1:~. ¡1i11'.. 111'.', 1. 11 11,
·l!I cr. Bii11M1·:11-l\ti\111.11Acm:n, n• 57c. ·111 /.f,·111, :1:1, púv. 111'.'; ..l11111r/1·• ,,,.,,¡,.,,11110 '/·1 11.
ESTABLECIMIENTO DE LA MONARQUIA CAROLINGIA 13 l 1UNDACION DEL IMPERIO
León III el Iconoclasta, con quien el papado había tenido que vivir 111ú11 púhlira, l'ipino decidiQ ~I1 _novjembre de@ en~_errar en un
•·11actitud de guerra, pareció al principio asomar una esperanza de rnnvcnto al merovingio Childerico y se hizo reconocer personal-
duradero acercamiento, volvían otra vez a acumularse nubarrones mente como rey en una asamblea reunida en Soissons. 6 º
y. desvanecido el período de las iniciales afabilidades y del cambio Su elcvacióu al trono, contraria en principio la tradición franca a
de cortesías, el papa Zacarías, aunque oriundo de la Italia griega, a
que limitaba la elección los miembros de la familia merovingia, tuvo
iba a encontrar en Constantino V un encarnizado adversario del lugar con formas inusitadas; la habitual elección por el pueblo, según
nt!to de las imágenes y por consecuencia, un enemigo latente de la la requería la antigua costumbre franca (more Fra11comm. dice el
Santa Sede. De la misma manera, por lo que hacía a los lombardos, analista). fué_~~_guida en Soissons por un.1 ceremonia desconocida
con quienes habían mejorado las relaciones en los últimos meses del hasta entonces en la Galia y en el curso de ],1 cual el recién elegido
reinado de Luitprando y durante el de su sucesor Ratchis ( 744-749), recibió la unción santa de manos del obispo de Gcrmania, Bonifacio.5 1
la paz parecía peligrosamente comprometida con la ascensión al Con esto se proponía el carolingio, sin duda alguna, hacer visible
poder de Astolfo en junio del 749,47 Como antaño, en los días de a todos la aquiescencia otorgada por el Soberano Pontífice a la
Luitprando, i=;lEl!~vo_ rey sólo tenía un deseo, el de realizar a todo usurpación realizada. ¿No era, en efecto, San Bonifacio, el legado,
riesgo la unidad de Italia. Ya se preparaba el ataque, si es que no el enviado personal del papa con el que estaba, como lo demuestra
estaba en curso, contra lo que quedaba de la provincia bizantina su correspondencia de la época, en íntimo y permanente contacto?
de Rávena ..-el exarcado- cuando los dos enviados de Pipino lle- La presencia y actitud del más calificado de los representantes del
gaban a Roma para abrir con el papa las negociaciones que les había jefe supremo de la cristiandad significaba. por tanto, ante los espec-
encomendado el príncipe franco.48 tadores, que la instauración de un orden nuevo se llevaba a cabo
De aquella negociación no aparece señal alguna en los cronistas en pleno acuerdo con aquel que debía ser considerado como el más
pontificios ni, lo que es más sorprendente todavía, en el Codex Caro.... legítimo intérprete de la voluntad divina.
linus, esa copiosa recopilación, formada el año 791 por orden del El gesto de San Bonifacio, al verter los santos óleos en la cabeza
mismo Carlomagno, de las epístolas que se cruzaron entre los papas ele Pipino, tenía por resultado convertir al carolingio en el elegido de
y los primeros carolingios. Pero, según dice el redactor oficioso Dios, a la vez que en el elegido del pueblo. Sobre esto no cabe
de los anales de la corte franca (los Anna[es royales), del que, en duda alguna: se renovaban los tiempos bíblicos y la consagración
nuestra traducción, hemos respetado el estilo torpe e incorrecto, adquiría a los ojos de los contemporáneos su valor antiguo. Si el
el o_bispo Burchard y el abad Fulrad, fueron "enviados al papa Zaca- alcance de este rito olvidado podía no ser comprendido por la masa
rías para preguntarle, con respecto a los reyes que, a la sazón, no d1· los francos no sucedía lo mismo con respecto al selecto grupo
tenían en Francia el poder real, si estaba bien o no que fuese así"; d('rical alimentado con la lectura de los Libros santos. lgu.-.1 que
a lo que Zacarías parece que respondió "que más valía llamar rey al Sai"il y que David, Pipino era el ungido del Señor y rnmo l'llos se
que tenía que al que no tenía el poder real''. 49 Era ..-ignoramos si con l'.1111vc1tia en su mandatario; de Dios recibía la investidurn, que siH-
condiciones o sin ellas..- la anticipada aprobación de la actitud que el nifkaba un verdadero sacerdocio, como lo fuera, según el testimonio
príncipe franco se disponía a tomar. 1k los libros de Samuel y de los Reyes, el de aquellos a q11icrll's la
Seguro ya de esta aquiescencia, de la que un texto como el que voluntad divina, y no su nacimiento, había designado para re11ir a
acabamos de citar parece demostrar que se dió a conocer a la opi- los fieles del Topoderosc-
1.a analogía de las situaciones debió con111ov1·r a los homhn·s de
4 7 Sobre todo esto véase la biografía del papa Zacarías (escrita, en opinión de
l11h·~;ia y por muchos años la historia dl· Saül y 1h· 1 >avid ih.a ;1 1·sL1r
l\lonseñor Duchesne, en vida del mismo pontífice) en el Liber ponti/icalis, t. I,
págs. 426-439, y las notas del editor.
pn·s1·11tc en sus espíritus l'll tod11 111111111·1110 y a ~wr i-011111111.11111·1111· l'Vo-
-IH Liber ponti/icalis, t. I, pág. 444.
cada por l'flos romo 1111a l'Slll'•·il' di· prolol i¡111 d1· l.1 1111.•;111.1 111:.loria
·l!I Annales ro)·ales, año -749. Los Continuadores de Fredegario, 33, pág. 182, y rarnli1111ia,
1,, Ummtla de 1inctione Pippini hacen alusión, también, a esta aprobación pontificia;
I" '" posihlemr.ntc rcprodur.en la misma fuente que el autor de los Annales royales o t.11 ,.,,,,,,,,, .., ,.,,,,,,.,, 111111 ·,.;,o. 11 11¡.•:•. n ,. 111. • ·11111. ,1 •. F11·1l•·i•.1ul11. :n. p1'1 1,,. 1n~~
¡,.,.,, ,;guc•n a los rnimws A111111les royales. r. 1 /,/,·111. 11110 ·,·:.o. 111'i,•·. B , IO
ESTABLECIMIENTO DE LA MONARQUIA CAROLINGIA 15 lft FUNDACION DEL IMPERIO
1lay que admitir sin esfuerzo que esta resurrección de la cere- y .·;e 1li 1 nin testó al recurso que le dirigieron Roma y sus habitantes,
' "' '11 i;1 bíblica de la consagración haya podido ser facilitada por el rn li 1hb 11do las amenazas" ,0 G
1 • • 11n<lo de un pasado menos lejano. La monarquía visigótica prac- El emperador Constantino V, hijo y sucesor de León 111 el leo~
'"" parecidos usos antes de ser barrida, a comienzos del siglo vm, 52 110..lasta, no estaba evidentemente en disposición de hacer respetar
I '"' la conquista musulmana, y nada impide suponer que se poseyeran :m:-; derechos en Occidente. Esto lo sabía bien el papa Esteban 11,
11ilnrmes cincuenta años más tarde en la Galia por cualquier libro que aun enviándole, por guardar las formas, una embajada solici~
l 1111 '"H ico o cualquier recopilación canónica importada de España. tando socorro 56 enviaba a Pipino, con todo secreto por conducto
1·.. : posible, también, aunque menos seguro, que ya fuera usada la de un simple peregrino, una carta exponiéndole su angustia; en ella
'nnsagración en los países anglosajones de los que venía San Boni- le expresaba, además, el deseo de ir a conferenciar con él y le rogaba
l.1<"io.G3 Pero en todo caso puede tenerse por seguro que los antece- que le enviase a buscar a Roma con hombres de confianza.!l 7 Era
' 1.. 11 tes bíblicos impresionaron directamente el espíritu de los cléri- una medida doblemente prudente, ya que los caminos, infestados
'.1' >:; del siglo VIII y que en tal evocación halló Pipino fuerza y presti- <le lombardos, no eran seguros y, por otra parte, antes de ponerse en
11io capaces de hacer olvidar el origen revolucionario de su poder. camino quería el papa, sin duda, obtener de Pipino un acto que
comprometiese claramente la responsabilidad de su futuro aliado.
IV.- LLAMAMIENTO DEL PAPA ESTEBAN 11 AL REY FRANCO
Las respuestas a estas dos gestiones intentadas por Esteban 11,
y LA "PROMESA" DE PlPINO
una en Constantinopla y la otra en la Galia, llegaron con pocas
semanas de intervalo, hacia fines del verano o comienzos del otoño
Carecemos de detalles sobre la acogida que tuvo este golpe de Es- del año 753. La de Constantinopla era una invitación para signi~
1a<lo, pero cabe razonablemente suponer que la adhesión no fué uná- ficar de nuevo al rey lombardo, de parte del emperador, la orden
11 ime 5 4 y que no parecieron de ningún modo superfluas las nue- de evacuar los territorios que había conquistado. Nueva y vana
v;is manifestaciones de la Iglesia en favor del "elegido de Dios". protesta diplomática que realizaba el emperador por medio del obispo
Precisamente proporcionó ocasión para ellas el haberse agravado de Roma, al que consideraba como un funcionario imperial. La de la
..f peligro a que exponían al papado las victorias lombardas del otro Galia, tan deseada, llegó a través de una embajada compuesta por
Lido de los Alpes. Rávena había sido ocupada por Astolfo a comien- dos grandes personajes: el obispo de Metz, Chrodegango y el duque
ms del verano del 751, y al año siguiente era amenazada Roma. A.11nicro, ambos encargados evidentemente de asegurar al papa sobre
1·:1 sucesor de Zacarías, el papa Esteban 11, elegido en marzo del las inl·enciones de su señor y. además, de acompañar a Esteban 11,
'152, trató en vano de negociar, pero Astolfo no escuchó sus :a'\JÍlll era su deseo, hasta su país, en donde estaba preparada una
'le mandas. 1·11lrl'vista.r.fi El papa no podía tener la menor duda en elegir entre
La conmoción ganó finalmente a Bizancio. La pérdida de Rá- lk:;1ncio y los francos y no nos sorprende saber que efectivamente
vrna, con la que Constantinopla había sostenido siempre constantes :a· puso en camino el 14 de octubre del 753 dirigiéndose a la Italia
.-omunicaciones, fué allí vivamente sentida y se envió a un alto fun- .•;1·p1enl'rional y a la Galia protegido por los enviados de Pipino. 59
' 1011ario del palacio imperial, el silenciario Juan, para protestar ante Sin embargo, por un último escrúpulo y para tranquilizar su con~
,. 1 rey lombardo por aquella usurpación. ¡Era perder el tiempo! l ic11ci;1, Esteban fué a Pavía a visitar al rey Astolfo y a cumplir la
Astolfo, que poseía la fuerza, se burlaba de las protestas diplomáticas 111isic'111 que le había encomendado el emperador; como era fácilmente
r.~ Cf. Marc. BLOCH, Les rois thaumaturges (Estrasburgo y París, 1924, in-B•, :.r. Estos hechos y los siguientes sólo nos son conocidos por la versión, visible-
1,. .. ,.. 19 de las Publications de la .Faculté des Lettres de Strasbourg), apéndice Ill, 1111·1111· 1.. rnkndosu, que da de ellos el biógrafo de Esteban 11 en el Liber pontificalis,
l"'l'.'I, •JtJ{).477. 1·11. l.. l h ·i:111·:SNE, t. I, pág. 442. Su narración se hace, con frecuencia, apologética,
1.:1 Cf. ídem. I'""" ,.us lí111·as f.(C'JJcralcs pueden tenerse en cuenta.
r.' l.. LEVJLLAIN, L'advenement de la dynastie carolingienne (n• 84 de la Bi- r.11 /.i/,..,. ¡umtificalis, t. 1, pág. 442.
1.1, .. ,.,, uf ia), p:Íg. 229, nota 4, interpreta un pasaje de Willibaldo en su biografía de r•; ¡,¡,.,,,, pÍif.(. H4.
'""' llonifacio (cd. Lcvison, pág. 44) como una velada alusión a "turbulencias popu- r,s /,/1·111. p1Íf.(. H5.
¡.,, ,.. ," ""'"""""1111·~ n ln "rcvol11ci1ín rlinú,tka". Pero esto es discutible. :.11 /,/1·111, p1Í~~· 114;,,
ESTABLECIMIENTO DE LA MONARQUIA CAROLINGIA 17 111 FUNDACION DEL IMPERIO
previsible chocó allí con una categórica negativa a recibir el men~ •··~·l"•11d1· " un sentimiento compartido también por otros. La nueva
saje y. sin hacer caso de las tentativas de intimidación que le hizo 1·1111.·•;ow.ición, extendida ahora además a la descendencia de Pipino,
el rey lombardo, se puso en camino para Francia, con una buena 110 súlo tenía el efecto de repetir, reforzándolo, el acto realizado anta-
escolta, en noviembre. ao iio por San Bo nifacio, sino que confería a la familia del que en un
Consciente de la excepcional importancia que tenían las nego~ principio no era más que un usurpador, una consagración solemne
ciaciones que iba a emprender, Esteban 11 llevaba consigo a algunos calificándola a toda ella y definitivamente para la realeza. En nombre
de los principales personajes 'de la Curia: seis cardenales, el arce~ del papa había San Bonifacio convertido a Pipino en elegido de Dios,
diano de la Iglesia romana, el primicerio y el secundicerio de su ahora el mismo papa, intérprete autorizado de la voluntad divina
palacio, que eran, los dos, altos funcionarios de Letrán, y un nutrido por ser el sucesor del príncipe de los Apóstoles, hacia de la familia
séquito de sacerdotes y diáconos romanos. A pesar del frío, la tra~ carolingia la designada especialmente por Dios para gobernar al pue-
vesía de los puertos se realizó sin dificultades, pero el camino era blo franco.
largo y hasta el 6 de enero del 754, en pleno invierno, después de Con todo, muchos aspectos quedan oscuros en este asunto. La
una detención en el convento de San Mauricio en Valais, no fué misma fecha de la consagración de San Dionisia se pies ta a contro-
recibido el Soberano Pontífice en el dominio real de Ponthion, no versias. Algunos la sitúan en el verano del 754, en el mes de julio. 64
lejos del actual Vitry~le~Franc;;ois, por el rey Pipino que había salido Pero todo hace pensar que tuvo lugar en la primavera, lo que supone
a su encuentro. Juntos se trasladaron ambos al monasterio de ya varias semanas de negociaciones. Pero, más aun que la fecha
San Dionisio, donde el papa se instaló para pasar el invierno y en sería deseable conocer la naturaleza y la forma precisa de los com-
donde se prosiguieron las conversaciones iniciadas en Ponthion.6 1 promisos a que se obligaba el rey franco a cambio del apoyo que le
No conocemos los detalles de estas conversaciones, pero sus re~ proporcionaba el papado. Nos gustaría también saber en qué atmós-
sultados fueron claros. Su conclusión se señaló por una ceremonia fera se desarrollaron conversaciones tan decisivas para el porvenir
que tuvo como escenario la iglesia abacial de San Dionisio y durante de las dos partes. Por desgracia, desde que el Soberano Pontífice
la cual Esteban 11 procedió de nuevo a consagrar al príncipe franco penetra en el territorio de la Galia, comienzan las oscuridades. Los
y luego a sus dos hijos Carlos y Carlomán.62 Un contemporáneo honores que se dispensan a Esteban 11 cuando llega a Ponthion
añade que el mismo día el Soberano Pontífice bendijo a la reina nos revelan un protocolo inusitado hasta entonces y que el biógrafo
Bertrade, esposa de Pipino, y que "prohibió a todos, bajo pena de pontificio señala con visible ::omplacencia.65 Pipino salió al encuentro
interdicto y de excomunión, elegir jamás a un rey salido de otra de su augusto visitante hasta tres millas de distancia de su palacio;
estirpe que la de aquellos príncipes que la divina piedad se había mando vió a Esteban 11, descendió del caballo y s~ arrodilló humil-
dignado exaltar y, por intervención de los santos apóstoles, confir~ demente junto con su esposa, sus hijos y los grandes personajes de
mar y consagrar por la mano del bienaventurado pontífice su vica~ su séquito; luego, en señal de respeto, caminó a pie al lado del papa,
rio".63 Este texto, tan curioso, no es más que una nota perdida al que iba a caballo, y, por algunos momentos, sostuvo la brida de su
final de un manuscrito, copiado, en el mismo San Dionisia, algunos montura, como si fuera un simple escudero del pontífice.
años más tarde, por un monje de la abadía, posiblemente testigo Pero todavía no hemos llegado al cabo de nuestro asombro. En
d or;itorio real de Ponthion, en donde tuvieron ambos su primera
de los acontecimientos; .:Q posee valor oficial y sin duda sólo traduce
la personal interpretación de su redactor, pero hay que pensar que
rnnÍl'rcncia, el papa -según dice su biógrafo- recibió la promesa
d1· Pipino, bajo fe de juramento, de entregarse "por todos los medios
no l dem, págs. 445-446. ;i f;i t;irca de restituirle el exarcado de Rávena, así como los dere-
lll ldcm, págs. 446-448; continuadores de Fredegario, 36, pág. 183. Para la cro- chos y territorios de la república" .1111 Pero inmediatamente se nos
11ol11gía, d. Bii1nn:n-!\IünLBACHER, n• 73/.
11~ Li/1er pontificalis, t. l, pág. 448; Annales royales, año 754, pág. 12; Chranique 111 v;·as1· l.. l.EVll.l.AIN, L'avcnl'me11t de la dy11astie caroli11gie11ne (n• 84· de la
,¡,. Moinac, pÚg. :~93; Codex Carol., carta 7, en las Epistolae, t. III, pág. 493. llil.li111•.rnfía) q1w prnp111w, u1lc111Í1s, pura tndus los a1·011tccimi ... ntos de los años 749-757
1;:1 (.'/1111s11la, pÍll(s. 465-466. Sobre la autenticidad del texto, rer BACDOT, en una 1·rn1111ln1!,Ía 1111"\'a. 11., 1·1la dis1•r.,1111rnns f11111lamr11talmrnt"·
I ,. mo11·11 IÍ¡;1·, ~' ".,.;,., t. XXVIll (19271, pág~. 172-181, y L. LEl'ILLAI;>;, en 1a Bi- 11:, l.ilw1 ¡w11ti/irn/i.<, l. 1, pltl(. ·1·17.
¡,/,,,,¡,¡.,¡111· ,f,. r¡.:,.,,¡,. ,¡,., (.'f"trln, tomo !.XXXVIII ( 19:!7), pí1gs. 20-42. 1111 ld1·111, p/11'.. ·1·111.
1 '.11 l11111.1q1111
ESTABLECIMIENTO DE LA MONARQUIA CAROLINGIA 19 20 FUNDACION DEL IMPERIO
'" 111.,.c preguntar: ¿a qué restituciones ha querido referirse el papa? que en el siglo vm era inspirador de la política imperial. reducidos
¡ l •:s q ue no pertenecían al emperador aquellos dominios? todos ellos al rango de simples agencias ejecutivas.
Y a l llegar aquí hay que incluir en el expediente un documento A esta primera concesión agregó Constantino el regalo del pala-
( (1 yo origen ha producido desde hace siglos constantes controversias cio de Letrán y de la iglesia de San Pedro del Vaticano; el derecho
1·111 re los historiadores, pero que tiene todas las probabilidades de a que el papa llevase la diadema y las insignias imperiales: clámide
11.iber sido llevado por el papa Esteban II en su equipaje para impre~ de púrpura. túnica escarlata. cetro y bastón de mando; el derecho
"1nnar al príncipe franco; nos referimos a la Falsa do.nación de Cons~ a la misma escolta de caballeros "que acompañan la gloria imperial";
t intino. 67 En virtud de esta acta, sobre la que existen poderosas el poder de "crear patricios y cónsules"; y, en fin, y -ésta era la más
r. 1zones para creer que acababa de ser inventada entonces precisa~ _J>< sensacional concesión, la soberanía sobre Roma, Italia y hasta sobre
1111•nte, aprovechando diversas leyendas, por un falsificador al ser~ todo el Occidente:
v1rio de la Santa Sede, se atribuía al emperador Constantino el
"A fin de que en nada sea despreciada la dignidad pontifical, sino que reciba
<; re nde el haber concedido al pontífice roman<i, en la persona honor y gloria y tenga aún mayor poderío que la dignidad del imperio terrestre.
d 1 papa Silvestre I, amplias cesiones; muchas de ella:!., como vamos donarnos al bienaventurado pontífice. nuestro Santo Padre Silvestre, papa univer-
.i ver, resultaban extremadamente oportunas para aquel momento en :;al, y le entrE>gamos, tanto a él como a sus sucesores, no sólo nuestro palacio citado
r l q ue , tanto dentro del oratorio de Ponthion como en la capilla de (el de Letrán), sino la ciudad de Roma, y con ella todas las provincias, todas lat
. 'nn Dionisio, Pipino y el sucesor del papa Silvestre, Esteban II, se localidades, todas las ciudades, tanto de toda Italia corno de todas las regiones
ocddentales y, por una firme decisión de nuestra autoridad imperial. en virtud de
ocu paban de vincular mutuamente sus destinos. este edicto sagrado y de esta pragmática, las reconocernos corno de plena propiedad
E l acta tiene amplias dimensiones, ya que está contenida en unas de la Iglesia romana para que disponga de ellas a perpetuidad. También hemos
n ·ho o diez anchas páginas. Comienza con una larga evocación de juzgado conveniente transferir nuestro imperio y el ejercicio de nuestra autoridad a
l.1s circunstancias que llev.a ron al emperador, cuando fué curado las regiones orientales, erigir en la provincia de Bizancio, en lugar particularmente
111ilagrosamente de la lepra, a abjurar el paganismo y abrazar la fe favorable, una ciudad que llevará nuestro nombre y establecer allí nuestro imperio.
Pues donde el principado de los sacerdotes y la capital de la religión cristiana han
' dstia na, en la que le inició el mismo papa Silvestre, y en recono~ sido instituidos por el Emperador celestial, no es justo que el emperador terrenal
1·1miento de todo lo cual, Flavio Constantino, reverenciando en ejt>rza su poderío."
. ·,rn Pedro "al " vicario del Hijo de Dios" y en los pontífices romanos
",1 los representantes del príncipe de los Apóstoles" , declara su Tal es lo esencial ele ese texto famoso que será muy frecuente-
d1·s o de aseg urar a estos últimos que deben su principado a la Alta mente citado a lo largo de la Edad Media y sobre el que se apoyarán
Vo lunta d de Dios, un poder más amplio que el que él mismo posee muchas teorías resonantes. Pero, además, contiene todavía varias
< tJlll emperador por indulgencia de los hombres. Ansioso .. en conse~ cl:i11sulas notables, de las que no señalaremos más que una: despues
' 111· 11 ·ia, de laborar por la exaltación de la Silla de San Pedro, deci~ de h;1her recordnclo, al paso, que había renunciado a su blanca tiara
di<'> "reconocerle el poderío, la dignidad , los medios de acción y los para cubrir rnn ella a aquel que gustosamente reconocía por Sobe-
r.111() Pontifin: de toda la cristiandad, Constantino agregaba que
11011 res imperiales, es decir, el primado sobre las cuatro sedes prin ~
1 lp;dcs de Antioquía, Alejandría, Constantinopla y Jerusalén , así
"por respeto d San Pedro" había desempeñado junto a Silvestre I
'1111 10 sobre todas las iglesias del universo entero". Y he aquí, de
t·I "oficio de escudero", llevando de la brida su cabalgadura.
¡ 1rnnto, es tablecida, por un acto solemne, la primacía de la Sede (:orno vemos. este documento, no sólo en su conjunto señala el
.J, 1 orna, y a los otros patriarcados, incluso el de Constantinopla, ori\11·11 del si~¡nificativo protocolo adoptado en Ponthion o a lo menos
p1T~wnt;1 c-sf re-chas vinculaciones con él, sino que explica tambié'n, y
11 r 1lny u· ella num erosas ediciones. Una de las mejores es la de K. ZEUMER, e n la pn·ln1dl' 1u.~llficdr. las reivindicnciones territoriales de Esteban II,
I • , 1¡¡11 /11• fii.r Rndol/ von Cneist (Berlín, 1888, in-8°), págs. 47-59, reproducida en y p.in·n· efediv:imente que constituye el perc-ntorin arHtt1ncn('o desti-
l.1 '.,¡,.,.,.¡,'.,, tlt' .l. lIALLER (n • 46 de la Rihlio grafía), págs. 24·1-250. El documento,
11.111() ;1 \'•'11' • r, Jlc~¡;1dn d c;iso, );1~; v.1ciliicion1·~; dl'I rey fr;rnco( Arnu-
mús antigua se remonta a comienzos del siglo 1x, ha sido obje to de n ume-
, 11111 1•11p i11
'" '" l'1t l en tre e ll o~ recordamos especialme nte el de LEVISO N, Konstan-
111lioHnl ti cos, 11w11lo Lflll<> 111:·1.-; 111·1 •·:-:;11 in c11a11(() q111· /\.•;!11lfo-r111 t.-111ic'i li;1cc'r s;dir
11111" h1• .'fr h n1/r1111~ 1111d Silue.< t crl e~erul e, e n Miscellan ea Fr. Ehrle, t. II (Roma, d1·I cL111.'.ll'I> 1·11 donde \'1v1.1 rc·l1r.1d11 .!1·.•;11.- .. 1 '/·!/, .i C;1rlomiin.
111"·1 11111°1, A tl1 •111(1'1, v(·11 H<' L" I yu <
·i 111rln nrlÍC"u lo d<' l .. T.1·:VT1 .J.AI N. lin·111.1110 d1· l'q•11111 v ..•;111 1wrd11L1 .¡,. 111·111J>n, 1·11\'1.11·l1· a L1 ( :alia para
ESTABLECIMIENTO DE LA MONARQUIA CAROLINGIA 21 22 FUNDACION DEL IMPERIO
1 ombatir allí la propaganda pontificia, recordando a los francos las debida forma, el alcance exacto que tendría su intervención, seña-
\Jrandes ventajas que para ellos tenía su tradicional alianza con los lando por anticipado las restituciones que se proponía realizar.i3
lombardos. 68) La desaparición, posiblemente intencionada, de este documento
Apoyándose sin duda también en la Donación de Constantino, impedirá siempre llegar, en relación con su contenido, a conclusiones
1·11 ocasión de la consagración realizada en San· Dionisio, añadió el definitivas.H Debe hacerse notar, sin embargo, que resulta curioso
p;1pa Esteban un signo honorífico suplementario a los que ya había que por parte de los francos se abstuvieran de hacer alusión a su
rnncedido a su huésped para ganar su favor; en uso de una de las existencia y que del pontificio se limitaran a evocarla sin reproducir
prerrogativas que la falsa acta imperial concedía al Soberano Pontí~ nunca sus términos.75 La idea de restituciones debidas al papa, que
fice, vemos que Esteban confiere al rey Pipino y a sus hijos el título suponía el reconocimiento de un derecho para el cual únicamente la
dt' "patricio de los romanos";69 desde entonces las epístolas que le Falsa donación de Constantino podía servir de apoyo, repugnaba
dirija la Curia llevarán, en efecto, el siguiente encabezamiento: "A menos en sí misma a los contemporáneos de lo que actualmente
l<>s señores nuestros muy excelentes hijos el rey Pipino. . . Carlos sucede, ya que el papa, desde hacía mucho tiempo, era el señor
y Carlomán, todos tres patricios de los romanos ... " 7 0 efectivo del "ducado de Roma" y ya había obtenido varias veces
Este pomposo título de patricio de los romanos, cuyo valor prác~ trasantaño que se le entregasen plazas evacuadas por las tropas
tico se mantenía en un misterio, significaba, lo mismo que sucedía lombardas. Pero, según se deduce del Líber pontificalis, esta vez se
rnn la consagración, el pago anticipado de un pacto formal que el iba más lejos en estos intentos, ya que entre los bienes que debían
Soberano Pontífice creía firmemente concertar con el príncipe franco. ser restituídos al papado se incluían territorios como el exarcado de
1~n Ponthion nada se había precisado entre ambos, limitándose a un Rávena 76 del que habían sido arrojados por los lombardos, hácía
nmtacto inicial; pero después las negociaciones prosiguieron con un menos de tres años, los representantes directos de Bizancio. Real-
''entido favorable al papado: (Pi pino rompió definitivamente con mente el papa trataba de obtener de la situación ventajas que ningún
1\stolfo al hacer detener a Carlomán, poniendo fin a sus intrigas; antecedente hacía presumibles en el pasado);
.además dió orden de encerrarlo para siempre en un cenobio, en donde
iha a m0rir pronto;il luego )1 rey franco adoptó una actitud más V.- REALEZA DE DERECHO DIVINO
rL·suelta al prometer que iría a la cabeza de sus ejércitos para arran~
Desde entonces es completa la vinculación de intereses entre la
, .ir a los lombardos y restituir al papa un extenso territorio reciente~
rc;ileza franca y el papado: el porvenir o destino de cada una
111ente conquistado por Astolfo:(finalmente, en el mes de abril del
dr- bs dos partes interesadas depende en gran medida de los éxitos de
'/54. en ocasión de una asamblea reunida en Quierzy. junto al Oise, la otra. No se trata únicamente de una cuestión de prestigio: la exis-
delante del papa, se comprometió solemnemente a obligar a los lom~ ll'tKia de un papado fuerte y, con todo, sosteniendo obligaciones para
li.inlos, hasta por la fuerza si era menester, a abandonar sus con~ 1·1 carolingio le resulta tan necesario a Pipino, cuyo poder reciente-
quistas ' 2 y parece que llegó a establecer en un acta, redactada en 111C'11tc establecido choca aún con insidiosas resistencias, comp una
ns Uber pontificalis, t. 1, pág. 448. n l.ifw pm11i/icalis, t. I, pág. 498 (biografía de Adriano 1).
1111 Uausula, ed. ARNDT, pág. 465; ed. HALLER, pág. 67, 1.24. H Mnnscñor Saltet, en una serie de artículos publicados en el Bulletin de litté-
10 Codcx Carol., cartas 6, 7, 8, 9, etc. Véase también carta 11 (pág. 505 de las 1111111 ,. 11'/i~il'lt.H! <le Toulouse (ver Bibliografía, n• 108), llega hasta afirmar que
/.'¡•i.110/cw, t. III). 1111111·11 h11h11 "promesa de Quierzy" y que la tardía alusión que se hace a ella en el
·; 1 Ulicr ¡wnti/icalis, t. 1, pág. 449; Annales royales, año 755, ed. KuRZE, pág. 12. l.i/.,·1 111111ti/irnli.~ por el biógrafo del papa Adriano (pasaje citado en la nota ante-
":: /,iba ponti/icalis, t. I, pág. 449; Annales royales, versión arreglada, año 753, '¡,.,) .. ,.,.. .. .,. cJ., valor. Pero ¿cómo explicar en tal caso las cartas (citadas en la nota
'.i l\1·11z1·:, púg. 11. Nosotros seguimos la cronología de BoHMER-MÜHLBACHER, n 9 74; •·Í1•.11i1·111") r11 lns <)lle el mismo papa Esteban II recuerda, poco después de Quierzy
'" , 111l1:1 rg11 sú lo tiene a su favor el ser más verosímil. El recopilador de los Annales v 1·11 11"1111i11os fnnnulcs, 1•l acta de donación que rl rey franco hahín suscrito en favor
•",,,¡, .., 1pÍtg. ll de la ed. KuRZE), sitúa la asamblea de Quierzy antes de la consa- el" 111 l1•.l1·si11 rn111111111 "º" 1111!1•rioridad a su viajen ltnlin'?
·¡¡, <:mfn. <:11rnl., rnrlns 6, 7, 11.
1 ' ,, '"" p•·rn <'n Psto no har.e sino interpretar de manera discutible el texto analista
I" 11111111" 111rqdúnclolo. Por esto, tamhién aquí, nos separamos del sistema cronológico ·;n l.i/,,., (lmrti/irnli". l. 1, púi~~. H•J.+I<• y, r'1lf'ri11hnr11lr, ·Mii Cl1i11¡.:rnfíu ile
,¡, ¡, 11did11 por J.1.;v1r.1.AIN <·n el artículo citado supra (nº 8.J. de la Bibliografía). 1-: ..1.. 111111 11 l.
ESTABLECIMIENTO DE LA MONARQUIA CAROLINGIA 23 2i FUNDACION DEL IMPERIO
realeza franca sólida es indispensable al Soberano Pontífice que mando el santo óleo, por orden de Dios, en la cabeza de Saúl o de
frente a los lombardos carece de cualquier otro apoyo. David 81 venía a corresponderse el de San Bonifacio y luego el
Para esa misma realeza, las consecuencias de tal estado de cosas del Soberano Pontífice, haciendo otro tanto con Pipino y con sus
son decisivas. El papel desempeñado por la Iglesia en la revolución hijos. Podía, pues, el carolingio decir al Señor, como Salomón: "Tú
dinástica que favoreció a la casa carolingia, tuvo por primer efecto me escogiste para rey" (Tu elegisti me regem) ;8 2 o como para Saúl
dar a la autoridad real un carácter nuevo. o para David, "el Espíritu de Y ahvéh lo invadió" ;113 él es su man-
Sin duda, ya algunos reyes merovingios se habían apoyado en datario. Si ninguna de las actas de Pipino, que se conservan en su ori-
Dios para justificar sus frecuentes intervenciones en los asuntos !Jinal. lleva todavía 8 4 la fórmula "rey por la gracia de Dios" (Dei
eclesiásticos. El año 585, el piadoso rey Gontrán, al invitar a los ~¡ratia rex Francorum), que regularmente van a emple<:ir sus suceso-
obispos de sus Estados a predicar el retorno a una más cuidadosa n·s, el concepto que tal fórmula contiene, se expresa ya en ellas
práctica del culto y al recordar a sus súbditos la obligación del varias veces: "Con la ayuda del Señor que nos ha colocado en el
descanso dominical, invocaba, como respaldo de sus decisiones, sus trono ... ",85 se lee en el encabezado de un acta del año 760; "Habién-
deberes para con Dios "de quien", subrayaba,77 "tenía el poder de donos ungido la divina Providencia para el trono real. .. ", 86 o bien:
reinar" (facultas regnandi). Reminiscencia del libro de los Prover~ "Habiéndose realizado enteramente con la ayuda del Señor nuestra
bios (VIII, 15-16): "Por mí reinan los reyes, las autoridades de- ;1scensión al trono .. .'', según se lee en actas del 762 y del 768. 87
cretan el derecho; por mí los príncipes gobiernan y los magnates Y no se trata de puras fórmulas protocolarias, sino de la afirmación
juzgan con equidad." Este es también el pensamiento de San Pablo: consciente y reiterada de una doctrina cuya marca o señal van a
'ºToda alma se someta a las autoridades superiores. Porque no hay llevar pronto estampada todas las capitulares de los primeros caro-
autoridad que no sea instituída por Dios (non est enim potestas nisi 1111¡:¡ ios y según cuyo espíritu el rey de los francos, a partir de Pipino
a Deo): y las que existen, por Dios han sido ordenadas. Así que el ,.¡ Breve, ha recibido efectivamente de Dios la misión personal de
que se opone a la autoridad resiste a la ordenación establecida por n·inar sobre el pueblo franco y de laborar, apoyándose en éste, por
Dios". 7 8 Lo que quiere decir, como lo han explicado perfectamente !'I triunfo de la religión de Cristo.
desde San Agustín, pasando por Casiodoro, Isidoro de Sevilla y
Gregario el Grande,79 los diversos comentaristas de San Pablo, que
todo gobierno, toda magistratura es de institución divina, porque,
ya sea en bien o en mal, el orden establecido lo ha sido por la volun-
tad de Dios y que un príncipe, cualquiera que sea, aunque se trate
de un Nerón, no posee, según palabras de San Agustín, 80 "el poder de
mandar si este poder no le ha sido dado por la Providencia". Sólo
en este sentido muy general se creía Gontrán apoyado para con-
vertir a Dios en autor de su poder.
Pero en lo sucesivo va a ser diferente. La misma persona de
Pipino y las de sus descendientes han sido objeto de una elección
divina. Tal elección tuvo lugar en la misma forma que en los días H1 l .il1rn l de los Reyes (1 de Samuel), x, 1; XVI, 13.
1·11 que Israel reclamaba un rey y plugo a Y ahvéh designar persa~ H'' l.ih"o de la Sabiduría, IX, 7.
11;tlmente y hacer ungir, para ocupar el tron~. primero a Saúl, luego H:I J.ihro I de los Reyes (1 de Samuel), x, 6; XVI, 14.
.1 1)a vid y luego a Salomón. Al gesto del sacerdote Samuel. derra- H·I l\11who tiempo se creyó lo contrario dando fe a copias arregladas.
Hr. /liplom. l\arol., t. l, n• 14: "Juvante nos Domino, qui nos in solio regni
·n C11pitularia, t. I, n• 5, pág. 11, l.30. ill'1lit1111. . . "
7 H /•:pístola a los romanos, XIII, 1·2. Ht\ /,/,.111. 11" 1<1: "Et quia divina novis providentia in solium regni unxiose ma-
rn Cf. R. W. y A. J. CARLYLE, A history o/ mediaeval political theory in the 111f f'·,11111\ f'SI. , ,"
ll'nt, 1. I !1930), pá¡:s. 148·152, 157, 170·171. •,' /,/1·111, 11'" ~:i y '.'li: "lncipit•ntia rc~ni nostri uffectu de nostra erectionc integre
Hu /.11 Ciudad il1• Dios, V, 19. 1111\ ilrn11111 P11111i1111 .. ...
2<i FUNDACION DEL IMPERIO
d1· ::11.•; lil'h·s. a quienes no interesaban los asuntos pontificios; por
1'1111 .... rnnlcntó con el compromiso que adquirió Astolfo, bajo jura-
11w111e1. d1· que evacuaría el exarcado de Rávena y algunas otras con-
q111·.f.1·. 1Tcicntes o al menos no exigió de él sino la ilusoria garantía
.¡,. • 11.11"rnla rehenes; después de esto, con la conciencia ya tranquila,
111 :11 l'l>11ducir al papa hasta Roma y regresó al reino franco, en
CAPITULO 11
d1111<l1· se encontraba lo más tarde desde el comienzo del verano
LA OBRA DE PIPINO ""' /')5.~
Pero con todo aquello no estaba eximido de su obligación, ya que
l.1 promesa que había hecho al papa de ayudarle a contener a los
lo111hardos estableciéndole en los territorios cuya posesión creía el
1.- INTERVENCIÓN EN ITALIA ( 755-756) y "ooNACióN" A LA
pontífice, con razón o sin ella, necesaria como consecuencia de la
SANTA SEDE
inhibición de los emperadores, no podía considerarse como cumplida
11iirntras Astolfo no la realizara. Ahora bien, apenas había Pipino
La primera tarea que incumbía a Pipino, una vez asentada la rea-
IT!Jl'Csado cuando ya el rey lombardo, olvidando sus juramentos, se
leza en los basamentos que acabamos de ver, era la de cumplir las
promesas que había hecho a Esteban 11 y de las que dependía, ade- ncHaba a ceder nada, y el papa se veía obligado a reconocer el fra-
más, grandemente el porvenir del papado, tan íntimamente vinculado, caso de la política seguida por su aliado en su intervención al sur
dr los Alpes.
en lo sucesivo, al de la misma monarquía franca.
Ante todo tenía que obligar al rey lombardo a evacuar los terri- Las cartas que le dirige, sólo unos meses después de la capitula-
ci<'in de Pavía, rezuman la más amarga decepción. ¿Qué significa,
torios cuya cesión al Soberano Pontífice había sido acordada. Al
pues, para Pipino y sus hijos, el acto realizado por el Soberano
principio, trató Pipino de lograrlo por medios pacíficos, y a este fin
Pontífice en la ceremonia de San Dionisia, cuando "San Pedro" no
se realizaron activas negociaciones durante el verano y el otoño del
754, con la esperanza, constantemente defraudada, de atraer a Astol- ha obtenido "justicia" después de la brillante victoria con la que, sin
fo a un arreglo. Todo este trabajo fué en vano y sólo la fuerza podía cmharno. galardonó el Todopoderoso a las armas francas? 3 ¿Al
decidir. En la primavera del 755, un ejército franco salió de los "1111Hirlos como reyes" no les ha dedicado al servicio de la santa
alrededores de Soissons dirigiéndose a Lyon y de allí a la comarca 1!l li·sia y no les confió el mandato de obligar a restituir lo que se
de la Maurienne [Sabaya]. en donde Pipino se unió al grueso de ddw ¡¡) Príncipe de los Apóstoles? 4 ¿No se obligó Pipino a ello
sus tropas junto con Esteban 11. 1 Después de un ultimátum inútil, 1·11 un diploma firmado por su mano? 5 Ha sido vano que pade-
la expedición franqueó los Alpes por el puerto del monte Cenis y ciendo el papa un largo y penoso viaje, fuese desde Roma "a depo-
luego, empujando a las vanguardias enemigas, los francos avanzaron silar en sus manos, por orden del Señor", aquella causa sagrada
hasta Pavía, capital del reino lombardo, donde Astolfo se dejó 1·111 n· 1·odas; ya desembarazado de toda influencia, Astolfo "se ha
cercar. Parece que su resistencia fué débil y todo hace creer que se 111'\1;1do a restituir a San Pedro la más pequeña pulgada de terreno"
resignó pronto a ceder, a lo menos aparentemente, para desemba- v :;11 nqptiva está impune. 6 Y he aquí que pronto reanuda su ofen-
razarse del invasor. Por su parte Pipino parece que se declaró satis- .iva. /\ comienzos de enero del 756. acampa delante de Roma. Des-
fecho con bastante facilidad. Posiblemente no veía con claridad p111·:; clr apoderarse de localidades situadas en "el patrimonio de
aquel negocio ni tenía entusiasmo por una empresa que de prolon-
'.'. t :r. '"" h'xtos citados en Bi)11MEl1·Mü111.0AC.:mm, nº 76a a 76li, que hay que
garse podía poner en peligro su propia situación dentro de sus Esta- 1·11111Tir, 1•11 1·111111111 a la cronolo~ín, de 1u·.1wnlo con el artículo de L1·:v11.1.A1"i dtndo
dos; por otra parte no podía contar con los recursos militares más 1·11 la 1111la 11111t~rior.
allá de las semanas que determinaba la legislación, ni con el concurso :1 l.'11d1·1 <:arnl .. rarln n• 6.
1 ¡,¡,.,,,, 11'' '/ •
1 Annales royales, año 755; continuadores de Fredegario, 37. Cf. LEVILLAIN, ., ltl1·111. 11"" h y 7.
l.'111"c111•me11t de la dynastie carol. (nº 84 de la Bibliografía), pág. 24 y sigs. que aquí 11 '"""'· 11" '/.
· ,. ""i'ara, acertadamente en nuestra opinión, de la cronología tradicional.
25
LA OBRA DE PIPINO 27 28 FUNDACION DEL IMPERIO
San Pedro", es decir, en los dominios particulares de la Iglesia ~orl·s de Cristo, para que tengáis piedad de esta ciudad de Roma que Dios me ha
romana, cerca por todas partes la capital de la cristiandad, en cuyos rnnflado y del rebaño del Señor que alli pastura y de la Santa Iglesia que el Señor
1111· dió en guarda. Sin perder un instante, venid en su defensa y liberación de las
alrededores, escribe Esteban 11, sus tropas multiplican las profa~ 111;111os de los lombardos que las atacan, para evitar que mi cuerpo, que sufrió el
naciones de iglesias y de monasterios, los pillajes, las violaciones, milrtirio por Nuestro Señor Jesucristo y el lugar en donde reposa por la voluntad
las matanzas. Se llega ahora, según él, a que los lombardos desdeñen ti,• Oios, sean mancillados a su contacto y para que mi pueblo no sea ya más tiem-
y menosprecien a los francos". "¡Que vengan, pues, exclaman, que il" d1•snarrado y asesinado por esta gente lombarda, hacinamiento de perjuros y de
vengan a arrancaros de nuestras manos!" ¡Así es escarnecida la tr;111s11n·sorcs de las divinas Escrituras. Conoced a mi pueblo romano .. ., dad a
v11rstros hermanos el apoyo de todas vuestras fuerzas para que yo, Pedro aposto),
alianza franca y, a pesar de la gravedad del momento, Pipino no p11rda, al colocaros bajo mi protección... , concederos como rccompensd las felici-
actúa! 7 cl.1d1·s eternas y las alegrías infinitas del Paraíso.
El llamamiento del papa se hacía cada vez más apremiante, y ¡Apresuraos, pues, apresuraos! Por el Dios vivo, por el Dios verdadero, os lo
hasta suplicante. En nombre de los dos jóvenes herederos del trono r111·110, os lo suplico; acudid en nuestra ayuda, antes de que ... vuestra madre espi-
franco, a quienes considera, por la consagración que les impartió l'il11i1I, la santa Iglesia de Dios, por la que esperáis alcanzar la vida eterna, sea
l111111illada, invadida, violada, mancillada, poi los impios. Os conjuro a ello, mis
en San Dionisia, como hijos espirituales suyos, y que no son menos .1111;1disimos hijos adoptivos, por la gracia del Espíritu Santo, os conjuro a ello en
dulces a su corazón que al de su padre, Esteban 11 ..-aunque no sea 110111bre de Dios, creador de todas las cosas ... y, conmigo, Pedro, Apóstol de Dios,
sino para evitar que llegue un día en que la desgracia se abata sobre os rnnjura también la santa Iglesia católica y apostólica que el Señor me ha con-
ellos..- conjura a Pipino para que vaya a socorrerle, ya que de otra liado, para que no dejéis perecer esta ciudad de Roma, en donde el Señor ha
rnlornclo mi cuerpo. esta ciudad que El me ha confiado y que El eligió como
manera el rey carolingio se expondría a una penosa sorpresa cuando
limdamento de la fe ...
en el día del Juicio, rodeado de San Pedro y de otros apóstoles, le Ya estáis advertidos. Si obedecéis prontamente, seréis por ello recompensados
pida el Señor cuenta de sus actos. "No te conozco", le dirá entonces, • 1111 lilruueza; no sólo mi apoyo os permitirá triunfar en esta vida de todos vuestros
si no obtiene ahora su apoyo, "no te conozco, pues no socorriste a 1·111·111i11os, sino que después de una larga existencia, en la que disfrutaréis de los
mi Iglesia, no hiciste nada para defenderla a ella y a su pueblo en lii1·111·s de esta tierra, os asegurará, en el otro mundo, el beneficio de una vida
peligro".s Una demanda igual fué dirigida al pueblo franco o y, para .. 1,.,.11;1. En caso contrario -y no podemos creerlo- o si os retrasáis ... sabed que
1·11 ,.¡ nombre de la Santísima Trinidad y por la grada del apostolado que me ha
conmover más intensamente los espíritus, la cancillería pontificia, .l;11l1> Nu~stro Señor Jesucristo, vuestra desobediencia a mis exhortaciones os val-
recurriendo a la prosopopeya, adjunta al expediente de tan insistentes clri.111 ser separados del reino de Dios y de la vida eterna."
ruegos una carta, todavía más apremiante, 1 º por la que San Pedro
en persona reclama un inmediato auxilio de Pipino y de sus hijos: Aun haciendo caso omiso de la exagernción, era evidente que
p.ir.i l"I papa indefenso la coyuntura era grave y que si en verdad
" ... ¡Vosotros, que sois mis hijos adoptivos, venid a arrancar de manos de mis (pwri;1 preservar a Roma de un asalto de los lombardos, Pipino no
enemigos mi ciudad de Roma y el pueblo que me fué confiado por Dios; venid a p11di;i ;ip)azar su llegada a Italia. Esto fu~ lo que decidió en los
proteger del cont¡¡icto de estas gentes el lugar en donde reposa mi cuerpo; vPnid
a liberar a la Iglesia de Dios, expuesta a las peores tormentas, a las peores opre- prn11l'ros meses del 756, y su nueva expedición se desarrolló, al prin-
siones a causa de ese abominable pueblo lombardo! Vosotr'ls a quien tanto amo... ' ipio, de manera casi idéntica a la del año anterior: paso del monte
estad seguros que entre todos los pueblos, el de los francos me es particularmente <:l"llis, rompimiento de la línea defensiva del enemigo en el paso de
querido. Así os conjuro a hacerlo y os aconsejo a ello, ¡oh reyes cristianísimos!, S11s;i, bloqueo de Astolfo en Pavía, esta vez con ayuda de contin~
Pipino, Carlos y Carlomán, y lo mismo a cuantos pertenecen al orden sacerdotal, 111·nll'~; hi1varos traídos del norte por el duque de Baviera, Tassilon,
obispos, abades, sacerdotes, monjes, y a los duques y condes, y al pueblo franco
y, fi11;d111ente, rendición del rey lombardo.
todo entero, dad fe a mis exhortaciones como si estuviera allá entre vosotros vivo
y presente, pues que si no me véis en carne y hueso, estoy ahí en espíritu. Y, junta- Sin embargo, mientras tanto se había producido un incidente
mente conmigo, también nuestra señora la madre de Dios, la Virgen María, os con- q111· 111l'1Trc ser anotado: dos representantes del basilcus habían
jura, os aconseja y os ordena, así como toda la milicia celestial de mártires y con.fe- d1··.1·111h;1rcado en la península con la misiú11 ch· poncrse cn cn1üarto,
1·11 l'I pt1::0 111ús breve, con el rey franl"o, y 11·(·111·dark, c·n nombre de
7 ldem, n• B.
"" ~;1·1mr los d<.'rcchos imprescriptihll's d1·I 1·111pn.11l11r ~.11hre los tcrri-
R lclem, n• 8.
l11r111~; 1ndd1ida111l'nh· ontpados por 111~; l11111l1.1nl11~;. l •>;l;i llamada al
!l ldcm, 11° 9.
111 ld1•111, n• l O. "nl1·11. dl'rlll c·vilh-ntl' dl' las notil'i;i~; n·1·tl11d.1.•: 1·11 C1111stantinopla
LA OBRA DE PIPINO 29 \() FUNDACION DEL IMPERIO
sobre los acontecimientos del año 755, llegaba en un momento muy señalar que, al igual que con la prome·sa de Quierzy, aunque la
poco oportuno. Cuando después de muchas vueltas lograron los Santa Sede se haya referido continuamente a tal documento en los
enviados del emperador ser recibidos por Pipino junto a Pavía, le siglos vm y IX, siempre mantuvo secreto su texto, que ha desapare-
ofrecieron ingenuamente magníficas recompensas si lograba volver cido. ¿Había Pipino hecho suponer al papa la evacuación por los
a colocar bajo la autoridad de Bizancio el exarcado de Rávena per- lombardos, en beneficio de la Iglesia romana, de otros territorios
dido el año 751. Y a no le era posible al rey franco desconocer, en el además de aquellos de que se había apoderado Astolfo después de su
supuesto de que la hubiera olvidado, la verdadera situación jurídica ascensión al trono y de los que se hizo cargo Fulrad? El curso de
que tenía que enfrentar; pero el biógrafo pontificio, por quien cono- los acontecimientos hace pensar que intencionalmente fueron dejados
cemos estos detalles, afirma que el franco acogió como se merecía sin precisión estos extremos en el acta oficial y el papado no dejaría
la proposición imperial. es decir, negándose categóricamente a "arre- más tarde de aprovechar esta vaguedad. Pero Pipino, por su parte,
batar a San Pedro lo que con anterioridad le había ofrecido". 11 estaba convencido de que podía regresar de Italia (hacia julio del
En efecto, una vez que Astolfo capituló, no sólo se puso en vigor 756) con la conciencia tranquila, pent-ando que una vez hecho cargo,
el tratado del 755, con la obligación por parte del rey lombardo de por los buenos oficios de Fulrad, de los territorios deseados, el go-
entregar una indemnización de guerra y nuevos rehenes, sino que bierno pontificio quedaría desde entonces capacitado para dedicarse
Pipino, si hemos de seguir creyendo al biógrafo pontificio, Mzo por sí mismo a sus propios asuntos.
redactar inmediatamente un acta en la que se hacía "donación per-
petua a San Pedro, a la santa Iglesia romana y a todos los pontífices
11 ....- MEDIACIÓN DE PIPINO ENTRE EL REY DESIDERIO
que en lo sucesivo ocupasen la Sede apostólica", de todas las ciu-
y EL PAPA PAULO 1
dades y todos los territorios que el rey lombardo se había compro-
metido a evacuar el año anterior y que iría a recibir en persona el Era no tener en cuenta las dificultades de todas clases que iba a
abad de San Oionisio, Fulrad, en representación del rey franco. Y encontrar el papa para hacer respetar su autoridad en sus nuevas
así sucedió. Fulrad hizo su entrada en Rávena y en Comacchio en el posesiones, frente a una monarquía lombarda vencida, pero no resig-
Exarcado, en Forlimpopoli, Cesena, Rímini, Pesaro, Fano, Sinigaglia, nada a su derrota, y que, además, no podía dejarse arrinconar en el
San Marino, Montefeltro (hoy San Leo), Urbino, lesi y en tres noroeste de la península so pena de suicidio.
o cuatro plazas o aldeas de la Pentápolis; también se hizo entregar No había duda de que las circunstancias parecían favorables
Gubbio, al norte de la Umbría, y en los confines del ducado de al papado. Muerto Astolfo, a consecuencia de un accidente de caza
Roma y de la Sabina, la pequeña población de Narni que Astolfo pocos meses después de la victoria de Pipino (diciembre del 756) ,
había ocupado por sorpresa al papa un poco antes. 12 En todos los fu{· sucedido en el trono de Pavía por un príncipe del que, tanto
lugares el abad de San Oionisio exigió rehenes; luego fué a depo- 1·11 l~oma como en la corte del rey franco, se esperaba un leal con-
sitar '?n la tumba del Príncipe de los Apóstoles las llaves de las rnr~;o; se trataba del duque de Toscana, Desiderio, candidato del
ciudades entregadas junto con el acta oficial de donación extendida ;1h;id Fulrad y cuyo triunfo sobre los demás pretendientes se debió
a nombre de Pipino. 1 3 ;il apoyo de este último y del papa. 16 A cambio, Desiderio había
Lo mismo que sucede con la promesa inicial hecha en Quierzy j11rndo solemnemente cumplir todos los compromisos adquiridos por
el 754,14 tampoco podemos precisar el contenido de este documento. J\~;lol fo. 17 Llegó hasta prometer al papa que renunciaría en su favor
Aunque el biógrafo oficial de Esteban 11 declare que en el momento a Li IT\jión de Facnza, lmola, Bolonia y Ferrara, a la comarca occi-
en que escribe (entre el 757 y el 759), el original del mismo se d<'1ll·;il del Exarcado, así como a la ele J\nC'<ina, llmana y Osimo,
nuardaba "en los archivos de la santa Iglesia romana", 15 hay que .d :.111h-sf(' de la Pcntúpolis, 11' ITH;rlo Vl'l'lbdl'1';11111·111l· l'!'!Jio qul' termi-
11;1ri.1 por ('OllVl'l'tir ¡i( Esl;1do d,· s.111 J>nlro 1'11 1111 1011j1111lo ll'l'l'itorial
11 Libe.r ponti/icalis, t. 1, págs. 452·453.
1~ 452.
Jd<'ffl, pág.
i111po1w11l1', y;i qtH". a 111:1:; 1kl "d11c.id11 d1· l~1111i;1", q111· l'sl;rl1a desde
1:i Ucm. pág,. 453-454. 10 /,/,· 111 . púp_i1. ·l!1 I ·l'.i!,.
11 V. rn ,,,,, pág. 21.
1 ¡' / ,/ ,.,,, • p1"11'. 1~1~1
1 :. 1.if11·r 1111111ifi,·11li,, 1. I, 111í,::. 45:1.
111 1·,.,/,·1 1 ·,,,,./, 11" 11, t'll o•I l. 111 do· 111•• /'-'¡11,/,,/111·. p11¡•. !olllt.
LA OBRA DE PIPINO 31 32 FUNDACION DEL IMPERIO
hacía mucho tiempo bajo la autoridad directa del papa, iba a com- merecimientos de Desiderio,24 mientras por la vía marítima dirige
prender en lo sucesivo toda la Romaña, la Pentápolis, con la marca otro auténtico plagado de acusaciones contra él.25
de Ancona, y, sin duda, la vieja ruta que enlazaba a Roma con estas Pero esta vez, Pipino se resiste a dejarse arrastrar y trata de
últimas provincias. salir del asunto por medios diplomáticos. En abril del 760, dos pleni-
Pero ¿qué valor tenía esta nueva promesa de Desiderio? ¿Man- potenciarios de calidad, su hermano el obispo de Ruán, Remigio, y
tendría su palabra? Por otra parte, ¿estaba dispuesto el rey franco el duque Augier, logran, al fin, que Desiderio se comprometa for-
a velar por su cumplimiento? Esto era lo que solicitaba de Pipino malmente a entregar en aquel mes los territorios que todavía detenta
Esteban II a comienzos del año 757 en una carta un poco embara- contra derecho; hasta consiguieron que comenzara la evacuación de
zosa 19 en la que, expresándole su gratitud entusiasta por la obra los mismos. 26 Pero todas eran promesas vanas; bajo los más falaces
realizada y saludándole con los lisonjeros títulos de "nuevo Moisés" pretextos Desiderio se desentiende y Paulo 1, aunque no cesa de
y de "nuevo David", le explicaba que la promesa hecha por Desi- elevar protestas, 27 no consigue conmover a Pipino, a quienes otros
derio se refería a territorios que eran en realidad inseparables de más urgentes cuidados -y en especial los asuntos de Aquitania 28.-
aquellos otros consignados en el acta de donación que Fulrad había obligan a permanecer entonces al norte de los Alpes.
depositado en la tumba de San Pedro; que tanto unos como otros Para colmo, Pipino concede muy limitado crédito a lo que le dice
siempre habían estado hasta entonces sometidos "a la autoridad el papa, para quien todo el mundo parece conjurarse contra la Iglesia
de un único y mismo señor" y que, por consecuencia, esperaba el y que, sospechando connivencias entre Desiderio y el emperador
apoyo y vigilancia del rey franco para que efectivamente le fueran bizantino, ya le parece ver a la flota griega desembarcando en el
entregados. Exarcado, la Pentápolis y el ducado de Roma, ejércitos dispuestos
El hecho es que Desiderio no parecía darse mucha prisa para a ayudar a los lombardos, 2 º ya que las actuaciones de Bizancio no
cumplir su promesa. Había podido efectivamente el papa entrar en inspiran al papa menos terror que las del rey Desiderio. Hacia fines
posesión de los territorios de Faenza y de Ferrara; 20 pero en cuanto ele! 763 y en los comienzos del 764, denuncia a Pipino un complot
a lo demás, Desiderio subordinaba su entrega a toda clase de con- más o menos real tramado contra su gobierno en Rávena y enlazado
diciones que Esteban 11 juzgaba inaceptables y durante meses y con los representantes del basileus 80 y, una vez más, tiembla ante
meses iba Pipino a verse asediado de reclamaciones sobre aquel la perspectiva, que él cree próxima ya, de un desembarco griego
asunto por parte de Paulo l. hermano y sucesor de Esteban II, quien l'n las costas de la Pentápolis. También suplica al rey franco que,
había muerto el 26 dé abril del 757. rnmo defensor de la ortodoxia, intervenga sin dilación contra aque-
Un diluvio de cartas se abatió entonces sobre el rey franco para llos herejes, o, cuando menos, presione... al rey lombardo para que
empujarle a una nueva intervención en Italia. No sólo deja Desiderio 1·stc le proporcione esta clase de socorro, lo que parece ser el colmo
de cumplir su promesa, le escribía Paulo, 21 sino que se permite atra- de la paradoja. 31
vesar la Pentápolis para ir a la Italia meridional a someter a obedien- ( :on todo, fué el mismo Pipino el primero que, cansado de tantas
cia a los duques lombardos de Spoleto y de Benevento, y el papa q11l'jas y peticiones, invitó al Soberano Pontífice a llegar a un enten-
se indigna de que se atreva a atacarlos 22 cuando han manifestado la dimi1·11to rnn Desiderio,ª 2 y el papa, dominando su contrariedad, tuvo
intención de pasar al campo pontificio. 2 ª Además, las comunicaciones q111· al·cptar la conclusión de un modus vivendi con el adversario de
por tierra están cortadas de nuevo entre Roma y el reino franco y el '.'·I f,/1'111,16(758).
11•
papa tiene que recurrir a la astucia para informar a Pipino de la ::r, frfrm, 17(758).
11•
situación, llegando, incluso, para despistar, a enviar a través ·.:11 ¡,¡,.,,., 11• 19 (primnvnn rl1•] 760).
:··; l1fr111, 11• 22, qtw (llHCI'(• lli¡dr,o si11111r poc·o rl1·s1111l·s tic In •'lll'lll 19.
de las líneas lombardas un informe engañoso en el que elogia los
'.'lt J'. i11/111, JllÍl-(H. :14-:J(i,
"1 1 (',,./,·1 l.'11111{., nn·; l!i y 17 (niin 7!iBl.
Ul Codex Carol., n° 11.
:!O Liber pontificalis, t. l, pág. 455.
:! 1 Codex Carol., nº 13 y 14 (años 757-758 l.
:11 f,f,·111. """ :111. :11. :\:~ 1· :111. Jo:,111 1'1hi11111 1·111111, dr f1·1·l111 inci1!rlu, r.r!'l'rno~ que
.ldlf' !,f'I 11 \111 11111/ldU 1'011 111•, p11'1'1'ilt•lllf'•{,
:!~ ltfrm. n• 17 (758).
:1 • f ,/' "' · 11" '111
:!:I ldcm. n• 11, 1·11 1·1 t. Tll d1· la< F.pi.,111/11,.. pá¡!. S06.
LA OBRA DE PIPINO 33 31 FUNDACION DEL lMPERIO
la víspera. El acuerdo, firmado lo más tarde el año 766, 33 aunque Pipino y Carlomán, que, desde la muerte de Carlos Martel, se movía
dejaba muchos asuntos sin decidir, al menos finalizaba el estado para obtener su participación en el poder. Bávaro por su madre
belicoso que incesantemente había enfrentado, por muchos años, al Swanagilda, sobrina de Odilón, Grifón estuvo a punto de vencer.
papa y al rey lombardo. Es cierto que el resultado no era perfecto, Pero una nueva e irresistible ofensiva de los ejércitos de Pipino
pero concedía un respiro a la monarquía franca y le proporcionaba hasta el Inn le obligó a abandonar el campo y a entregar el ducado
el medio de proseguir, en condiciones más seguras, las negociaciones al vencedor.ss
que había comenzado algunos meses antes con Bizancio, a fin de Al restablecer a Tassilon en el trono ducal, Pipino sólo le resti-
llegar, también por aquel lado, a un acuerdo provisional sobre los tuyó el encargo de mantener la provincia "en beneficio" ( per suum
múltiples problemas suscitados por los asuntos de ltalia. 34 bl'neficium) •30 es decir, en las condiciones de subordinación y de
scrv1c1os previstos para un vasallo con respecto a su señor. 40 Así,
pues, en apariencia, estaba entonces asegurada la sumisión de Ba-
111.- RESTABLECIMIENTO DE LA SITUACIÓN EN LA
viera; el pequeño ducado parecía estar hasta domesticado; el año
GALIA y EN GERMANIA
757, al llegar a su legal mayoría de edad, a los quince años, Tassilon
La parsimonia que manifestaba Pipino para una intervención se dirigió al palacio de Compiegne, en el corazón de la Galia, para
decisiva al sur de los Alpes no se puede explicar únicamente por prestar, ante toda la corte reunida, juramento de vasallaje al rey
los riesgos de una aventura cuyo interés inmediato para la monarquía franco en medio de solemnidad excepcional a la que el redactor
franca puede ser que no pareciera en aquella sazón muy claro; hay oficioso de los Annales royales se refiere con evidente complacen-
que tener en cuenta, para comprender sus reservas, la§ dificulta- cia:'' Hasta vemos a Tassilon cumplir dócilmente con su nuevo
des que aun tenía que vencer la casa carolingia, tanto en Galia como señor el servicio de hueste o mesnada, al que en lo sucesivo está
en Germania, para asentar su autoridad sobre bases sólidas. obligado, y llevarle sus contingentes armados, especialmente, en
En Germania, los alamanos, que fueron en un principio hosti- ocasión de la expedición a Italia del año 756. 42 Pero el rescoldo
les, parece que se sometieron al fin a los nuevos señores del reino alienta bajo la ceniza y. bruscamente, el 763, durante una campaña
franco; después de sucesivas rebeliones en los años 742, 744, 746 35 en Aquitania, el duque, que ya llegó a la edad viril. deserta las filas
y, posiblemente, 749,36 abandonaron toda esperanza de reconstituir del ejército real y con un pretexto más o menos fútil, se substrae ya
su país como ducado independiente; pero su sumisión era reciente y, a sus deberes de vasallo. 4 ª El reinado de Pipino va a terminar sin
sin duda, se necesitaba seguir vigilándolos de cerca. qul' Baviera vuelva a cumplir con sus obligaciones.
Cuando se llevó a cabo la coronación de Pipino, Baviera, que Sóln a algunas leguas de Colonia, en las fronteras septentriona-
seguía teniendo duques propios y que siempre aguantó con inquietud h-s de 1Iesse y de Turingia, se mantenían como temibles vecinos
la hegemonía franca, hacía poco que había sido conducida a la obe- los sajones, cuyas incursiones y devastaciones en territorio franco
diencia. Al duque Odilón, a quien Pipino y Carlomán, avanzando l111ica111entl' podían evitarse por medio de una incesante vigilancia y
d1• fn·rm•ntl's campañas conducidas hasta su propio territorio. De
victoriosos hasta las orillas del Inn, impusieron su voluntad el año
1•1la~; rilan los cronistas y analistas 44 las de 744, 747, 753 y 758.
743,3í sucedió el 744 un niño de tres años, su hijo Tassilon, sobrino,
l .o.•; l'j1;rrit·os francos no vacilan en internarse en territorio sajón,
por parte de su madre Hiltrudes, de los dos príncipes francos. Pero
clo11d1· 1·1 ('ncmigo se oculta prudentemente mientras hace pagar caro
en el 748 ó 749, un terrible levantamiento conmovió de nuevo al
país al llamamiento insurrecciona! de Grifón, hermano bastardo de :111 ¡,¡,.,,,, 11'' :I~; :1111111/1'.1 rnrufr.1, uíio 7411 .
.111 f ,,,,,,¡,., 111nrln, 111111 '1411.
3~ ldem, n• 37, carta seguramente anterior al sínodo de Gentilly, de las Pascuas 111 f 1 ,,, ,, ". pl1,,,•,, 1!i1-1 ~i·~.
drl año 767. 11 f,,,.,,¡, .., ,.,~,,/, ..,, ni10 "i'':J/.
34 ldem, nos 36 y 37. 1· • 11111 .¡,. F1t·di-¡ ,11riu, :m.
1
:1;, Con!. de Fredcgario, 25, 27, 29. 1 ·1 '"'''"', 111\11/1· .... 11110 ¡'1,:1. El lt'~ln 11'11wndu l111lil11 il1· 111111 pn•l1·111lirl" c-11f1~r·
3U Si el duque Lantfrido, citado en esta fecha en los Annales royales, es efecti- UI• dnd ,¡., l 11•11,i11111.
v11m1·ntc olomano. 1 1 1 ""' ,Jo. 1•'11 111·¡•111111, '.' /, :11. :1:1, ¡111111 ¡,,., , 1111111111111" ,¡,. II 1, /.I'/ y '/!i:I; :1111111/1'.~
:11 Con!. dr. Fredegorio, 26. , 111 ,,/,·~. 111111 .. l I /, l'1.'\ \' l:1H
LA OBRA DE PIPINO 35 36 FUNDACION DEL IMPERIO
su victoria al invasor. 4 5 Este, por su parte, se venga matando, ro- tado, hasta el día en que, cuando intentaba pasar al reino lombardo,
bando y quemando, llevando por doquier el terror. Después de eso donde proyectaba preparar nuevas intrigas, fué apuñalado por un
los sajones de las comarcas asoladas hacen acto de sumisión, se asesino. 112
comprometen a pagar tributo y, a veces, hasta aceptaban el bautis- Sin duda no fué único el caso de Grifón: Pipino reprochaba, de
mo. para volver a sus correrías devastadoras en cuanto las tropas manera general, a Waifredo el que abriese con gusto las fronteras
francas se replegaban. Además de esto, los sajones estaban siempre de su ducado para acoger a los francos desterrados; además le acu-
dispuestos a dar incondicionalmente su apoyo a todos los adver- saba por la falta de escrúpulos que tenía para usurpar los bienes y
sarios de los francos y esto mismo fu.é, precisamente, lo que sucedió violar los derechos de las iglesias francas en tierra aquitana; final-
el año 74.7 cuando el medio hermano de Pipino, Grifón, luchó mente le hacía responsable del asesinato de los caudillos godos, que
en su filas. 46 eran protegidos de Pipino después de haberse posesionado éste de la
Pero los más serios obstáculos para el triunfo de su autoridad Septimania.53 Las campañas que realizó Pipino al mediodía del
los encuentra Pipino en la Galia. Si entre los años 752 y 759, logra Loira desde el año 760 tuvieron por objetivo terminar con aquel
hacerse dueño sin mucho esfuerzo de la Septimania, recuperada irreconciliable adversario: cada año realiza Pipino una más pro-
finalmente de manos de los infieles gracias a lé\ colaboración .de la funda penetración en el país: el año 767, en el mes de agosto, tiene
población gótica;17 necesita realizar todos los años desde el 760 lugar la asamblea general del reino en Bourges, en donde ha esta-
al 768, con excepción del 764., y del 765, duras campañas en Aqui- blecido una guarnición desde el año 766, y se atreve hasta pasar allí
tania para llegar, al fin, a convertir en provincia la mayor parte del el invierno con su esposa. El 768, lleva a la reina a Saintes y avanza
extenso conjunto territorial comprendido entre el Loira. el Océano, hasta las orillas del Garona, adonde llegan los gascones, que habi-
el Garona y los Cevennes. Y pese a todo, sólo se trata de una asi- taban entre los Pirineos y el río, a hacerle sumisión; luego se lanza
milación muy relativa. ya que los aquitanos se muestran obstinada- en persecución de Waifredo, que finalmente muere asesinado. Desde
mente reacios a la penetración franca tanto por el orgullo natural nquel momento puede decirse que la conquista de Aquitania es un
de ser herederos de la tradición romana, como también por un de- hecho; una tras otra las principales ciudades del ducado han caído
seo de indómita independencia para el que los duques nacionales en manos del rey franco, que situó en ellas gu·arniciones: sus condes
pueden contar con el concurso permanente de los rudos montañeses han ido substituyendo por todas partes a los del antiguo duque; en
gascones, que constituyen, según dicen los cronistas, 48 lo mejor de este momento Pipino cae enfermo repentinamente en Saintes de una
sus tropas. Y a cuando era mayordomo del palacio, creyó haberlos dolencia que ya no le permitirá restablecerse, 54 pues muere el 24 de
sometido Pipino en el curso de dos campañas realizadas en 74.2 y septiembre del 768, 55 dejando a sus sucesores la tarea de realizar,
74.5 en compañía de su hermano Carlomán. 4 9 El duque Hunaldo liasta donde sea posible, la asimilación moral de una Aquitania
.se declaró finalmente dispuesto a "cumplir exactamente la volun- dominada, pero no conquistada aún para la causa carolingia.
tad de Pipino". 5 º ºPero esta sumisión sólo era aparente. Perseguido
por todas partes, fué junto al duque Waifredo (o Gaiferos). sucesor
IV.- ÜBRA RELIGIOSA
de Hunaldo, donde encontró refugio Grifón, sublevado contra el
°
rey. en 74.8 ó 74.9 1 y pudo permanecer allí. al parecer sin ser moles- En más de un aspecto, la obra religiosa realizada por Pipino des-
put~s de su golpe de Estado viene a ser el complemento de su obre
·1°• Véase, en especial, lo que dicen los Annales royales de la campaña del 753. política. Después de que, siendo mayordomo del palacio, prestó todo
·IH Annales royales, año 747. su apoyo ¡¡ la reforma general de la Iglesia emprendida en el reino
17 Chronique de Moissac, pág. 29.Jc.
1 s Esto r> lo que se deduce particularmente de la lectura de Fred~gario Y de
franrn por San Bonifacio a partir del 742 y conjugó sus esfuerzos
11 " ' " 1in na dores que hablan constantemente de las tropas gasconas al servicio de los
t.i C:onl. ,)., l•'n·1l"f(Hrio, :15.
d111p11··. d1· Aquitnnia.
r.a ( :11111. ''" Frrdr1~11ri11, •l·I.
1!• t :011t. ele Frcdcgario, 25 y 28; Annales royales, año 742.
1•·1 Sulu·., ludo 1•<111, 1•rr 1•1 rr·l11111 111' In~ r1111ti1111111lorr~ clr Frrdcl(urio, 41·53, y los
"" 1 :011 t. d., Fredegario, 28.
A111111/n 1111 ""'-" ni111• 7110 71111.
•1 ·f ,,,,,,,,., ronil,.s. nño 7~8.
t.~ l11111M1llMiiill.llAf11111, 11• 1l!i11.
LA OBRA DE PIPINO 37 -~x FUNDACION DEL IMPERIO
en este aspecto con los de su hermano Carlomán,11e ya siendo rey esto lo que con toda claridad explican en su nombre los obispos
se entregó a proseguir esta tarea. El mismo carácter de su monarquía, reunidos por él en el palacio de Ver, en julio del 755. Después de
fundada en la investidura divina, convertía estos esfuerzos en un recordar que "de haber sido mantenidas en su integridad" hubieran
ineludible deber; la Escritura le enseñaba que si no "caminaba de sido suficientes las reglas canónicas antiguas para asegurar la vida
todo corazón en la ley de Dios" iría a la ruina, arrastrando con él a normal de la Iglesia, lo que no ha permitido lo desastroso de los
su pueblo en la catástrofe. tiempos, declaran que el propósito de su reunión es poner aquellas
Además, de acuerdo con el espíritu de los tiempos, la restaura- reglas en vigor dentro de lo posible. Sin embargo, agregan, "faltan-
ción de la disciplina en la Iglesia y el retorno del pueblo a una vida do el medio de restablecerlas en su integridad" el rey ha decretado
religiosa conforme a las prescripciones de la ley divina, eran condi- l'n principio, "que fuera corregido parcialmente lo que él entiende
ciones esenciales para el restablecimiento del orden. Por otra parte, estar hondamente en contradicción con la Iglesia de Dios"; después,
era indispensable, para Pipino, que la buscada corrección se operase "si Dios le concede días serenos y épocas tranquilas" se dedicará
en beneficio de la misma monarquía. Ahora bien, tal como lo había a disponer un completo regreso a los "santos cánones"; por el mo-
querido y dispuesto San Bonifacio, la reforma iniciada debía condu- mento, "bajo la fuerza de la necesidad", algunos de ellos han sido
cir a una completa subordinación de todo el clero franco a la auto- soslayados. oo
ridad pontificia: como "legado de San Pedro" (missus sancti Petri), De ahí el carácter de las medidas acordadas por el concilio. Si
San Bonifacio se proponia, en efecto, restablecer en la iglesia fran- bien todas s~ dirigen a restaurar en su plenitud las atribuciones del
ca una jerarquía estricta que tuviera en su cabecera a arzobispos obispo y la misma institución episcopal. fundamento de la organiza-
directamente vinculados con el Soberano Pontífice y que recibirían ción eclesiástica del reino, 61 aplazan para épocas más propicias el
sus consignas de Roma. 57 Se trataba de una concepción tan sencilla restablecimiento de las provincias eclesiásticas y de las sedes metro-
como lógica, pero que no podía seducir a un príncipe celoso de su politanas, para limitarse a prescribir la provisional delegación de
propia autoridad. Así vemos que, después de haber aceptado en un obispos en las funciones metropolitanas.6 2 Y ni una palabra se dice
principio en el sínodo de Soissons del 744 la institución de los arz- ni del título arzobispal ni de la vinculación directa de la Iglesia
obispos exigidos por San Bonifacio, 58 Pipino titubea poco después franca con Roma por intermedio de esos arzobispos, tal como lo
en aplicar, a este respecto, el programa del representante pontificio: deseaba San Bonifacio. En cambio, de todas las cuestiones objeto de
más aun, su celo se enfría tanto que San Bonifacio señala en su litigio nay que dar referencia al rey y no a la Santa Sede, ya que
correspondencia la decepción que esto le produce 59 y, finalmente, es el rey quien puede asegurar la disciplina estricta, especialmente en
después de haber conferido la sagrada unción, por orden del papa, los monasterios, así como velar por el respeto de las reglas canónicas
al antiguo mayordomo del palacio, abandona el reino franco sin 1·11 materia de excomunión. 63 Hasta un artículo prohibe a los monjes
propósito de regresar, y va a reanudar su actividad evangelizadora ir a Roma sin autorización de su abad. 64 Finalmente, si bien es ver-
en la pagana Frisia, en donde halla el martirio el 5 de junio del 754. dad que se prescribe la regular convocatoria de los sínodos, no lo es
No por ello abandona Pipino la causa de la reforma, pero susti- menos que el marco elegido para celebrarlos es el de la monarquía,
tuye el m~todo radical de San Bonifacio por otro más dúctil, que y de las dos reuniones anuales prescritas, una deberá tener lugar
ha de realizarse por etapas, a fin de no herir, al principio, ciertas oblinat:oriamente y en presencia del rey, y la otra en una ciudad
costumbres que le· parece pe1igroso descartar inmediatamente. Es rnmo Soissons, en donde podrá ejercerse fácilmente el control real.65
Tales fueron las principales disposiciones que, de acuerdo con
56 Cf. supra, págs. 10-11. d rey, creía poder poner en práctica el episcopado franco en el año
57 Véase E. LEsNE, La hiérarchie épiscopale (n• 112 de la Bibliografía), págs. 27-
:111 y 12-50.
1111 (.'<lpitul. t. 1, n• 14, pág. 33, preámbulo.
r.M Capitul., t. 1, n• 12, pág. 29, art. 3. En Soissons sólo se trataba de dos arzo- 111 ltfrom, urtR. 1, 3, 5, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 17, 21, págs. 33-37.
l·i·.pus pnru todo el reino del que entonces era Pipino mayordomo de palacio; luego 112 U1•m, urls. 2, 4, 5, págs. 33-34.
.• 111·11só en aumentar su número; y los arzobispos debían regir, en principio, sedes na ldrm, nrlH. 5, (1, 9, W, 22, plÍl(R. 34-37.
1111•lrnpolitnnns. Véase E. LESNE, obra citada, págs. 42-47. 114 /1l1•m, url. 10, pÚI(. 35.
"" Cf. LEsN~:, ídem, pág. 53. 1111 ltl1·m. 11r1. 4, plÍI(. 34.
LA OBRA DE PIPINO 39
755. Las restantes sólo son un recuerdo de las disposiciones conci-
liares antiguas. Todas se dirigen a la restauración del orden en la
sociedad, tanto civil como eclesiástica, bajo la suprema autoridad
del rey. ¿No posee ~ste, por estar consagrado, un poder que lo coloca
por encima de los simples laicos y le convierte en su guía y respon-
sable ante Dios? De ahí las numerosas prescripciones relativas al
matrimonio que promulga al margen de los sínodos reunidos a lo CAPITULO III
largo de su reinado: 6 6 nada de lo que se refiere a la disciplina moral
y religiosa de su pueblo le es ajeno. CARLOMAGNO Y LA OBRA DE COMPLETAR
Así, pues, no sólo en el terreno militar y en el político marca el TERRITORIALMENTE EL REINO FRANCO
reinado de Pipino una etapa capital en la obra restauradora iniciada
por Carlos Marte!; en el momento en que muere el primer rey caro- Por considerable que haya sido la obra realizada por Pipino el
lingio (septiembre del 768), el reino franco da la impresión de estar /Jreue, no debía producir frutos sino por la acción de su hijo mayor,
depurado y parece llegada la hora de aquellas grandes empresas que Carlos, cuya autoridad e incomparable prestigio iban a hacerlo dueño
van a permitir a la joven dinastía asegurarse en la Europa de enton- de Occidente en los cuarenta y cinco años de un reinado glorioso.
ces un lugar destacado.
1.-CoMIENZOS DEL REINADO
'10
LA OBRA DE COMPLETAR EL REINO FRANCO 41 ·1:> FUNDACION DEL IMPERIO
Del estudio de esos textos se deduce que, en vez de tener en cuen- pero uno de ellos, aunque se trata de un eclesiástico, no vacila, inme-
ta los últimos precedentes de atribuir a cada uno de los copartícipes di;1t;1mente después del fallecimiento de Carlomán, de felicitar a
regiones muy distintas -Austrasia, Neustria, Aquitania, etc.-, de ( :arlomagno por no tener que contar ya con la hostilidad de su
manera que formaran lotes territoriales claramente separados por sí lll'rmano, a quien Dios ha querido llamar antes de que hubiera efu-
mismos, Pipino se propuso todo lo contrario al yuxtaponer lo más .·.11rn de sangre.7
posible y dentro de las mismas regiones los reinos de sus dos hijos, 1~n efecto, el 4 de diciembre del 771 una muerte prematura arre-
cuyas dos capitales -Noyon, para Carlos, y Soissons, para Carlo- liaL1ba a Carlomán 8 y permitía a Carlos -una vez separados los
mán 6_ estaban dentro de Neustrasia y próximas una a la otra, dos hijos menores del fallecido-º ser inmediatamente reconocido
como ya había sucedido en los días de los primeros merovingios. <"111110 su sucesor y reunir en sus manos la totalidad de los territorios
Los territorios adjudicados a Carlos estaban dispuestos en un extenso procedentes de la herencia paterna.10
arco de círculo rodeando los que Pipino había reservado para Carlo- El acontecimiento no podía producirse más en sazón, pues tanto
mán. Desde la extremidad oriental de Turingia y desde el norte de 1·11 la Galia como en Germania los resultados logrados por Pipino
Frisia, hasta la Gascuña, contenían todo el nordeste de Austrasia, 110 .se habían demostrado todos igualmente consolidados. Hasta la
con el valle del Main, las regiones del medio Rin, Lieja, Herstal y J\q11itania, que se creía pacificada en el 768, una vez desaparecido
las Ardenas, cuna de la familia carolingia; continuaban por Neus- Waifredo, se había sublevado nuevamente, como acabamos de decir,
tria, en donde Carlos recibía todo el espacio comprendido entre las ;1 comienzos del 769 bajo el caudillaje de un jefe que los analistas
costas del mar del Norte y de la Mancha hasta los confines bretones, ll;iman Hunaldo (o Hunaudo) y que, sin duda, no era otro que el
de una parte, el Üise y el curso inferior del Loii:a (desde los alrede- ;1ntinuo duque, padre de Waifredo, eliminado quince años antes por
dores de Tours, sin duda), por la otra, y por la Aquitania, de la que Pipino. 11 Escapado del monasterio en donde había sido obligado a
quedaban en su poder todo el litoral y la mitad occidental. Carlomán 1·11cerrarse entonces, no pudo ser dominado el 769, sino por la deci-
recibía el resto, es decir, el Macizo Central y el Languedoc, com- siún y la rapidez con que intervino Carlos, que se lanzó a su perse-
prendiendo la provincia Narbonesa o Septimania, la Provenza, Bor- rndón sin dar siquiera tiempo para reunir un ejército numeroso ni
goña, la Alamania, Alsacia y las partes de Austrasia, propiamente n·trasarse por la inercia o la defección de Carlomán. 12 Aun así tuvo
dicha, y de Neustria no comprendidas en el reino de su hermano. Carlos que avanzar hasta los confines de Gascuña, en donde se
No debe excluirse, por otra parte, la posibilidad de que este lt;1hi;1 refugiado Hunaldo junto al duque Lobo, entonces práctica-
reparto, bastante desconcertante, haya tenido por objeto obligar a nu·nte independiente, y amenazar a este último con una invasión,
los dos sucesores de Pipino a mantener entre ellos un contacto más p;1r;1 conseguir que le fuera entregado el rebelde. 13 De esta manera
íntimo y, por consecuencia, frenar las fuerzas disociadoras que tan todo el territorio de Aquitania fué sometido a la obediencia, y la
intensamente habían actuado en el reino franco desde el siglo VII 11111<·rte de Carlomán, que venía a colocarlo de nuevo bajo una auto-
hasta los días de Carlos Marte!. También cabe pensar que la heren- rnlad única, iba a facilitar la pacificación. Pero es lo cierto que aun
cia que se dejaba a Carlomagno tenía por propósito darle el dominio despui·s <le esta rápida y decisiva campaña del 769, Aquitania iba a
de las más importantes regiones, colocando en realidad a su hermano d;ir todavía a Carlos bastantes cuidados para que éste esperase hasta
<'n una posición de inferioridad y a su discreción; pero la experiencia rl 778, según dice un cronista, generalmente bien informado.u para
iba a demostrar que la colaboración con Carlomán era difícil. Algu-
·; 1:nrln rle Cathulfo, en las Epistolae, t. IV, pág. 502. Cf. AnEL y S1111soN, t. 1,
nos meses después de su ascensión al poder y con motivo de una
",.,,~"· ;l(,.;17,
rl'hclión en Aguitania, en donde los dos hermanos, que cada uno H Bii11 n.n:11·Mü111.11Acm:11, n• 130a.
r•·i11;1ba sobre una mitad de la provincia, estaban aparentemente 11 Am-:1. y StMSON, t. 1, págs. 102-104.
,,¡,¡¡\!;idos a conjugar sus esfuerzos, se demostró impracticable ague! 111 llii111111:11-Mü111.11Ar:111m, n• 142a.
.. 1·:1•·111;1 de gobierno dual. Los autores contemporáneos sólo hablan 11 Am-:1. y S1111soN, t. I, pág. 4:{; Rii11Mt:11-MÜllLRACHER, n• 133b.
··1w1d1icr(;l!nente de la mala inteligencia de Carlos con Carlomán; 1~ A111111/1·.• roy11l1'.•. uño 769, pÍl¡l. 211.
1:i /tl1•111, pitio\"· 211 y :m: 1·1 rni,rnn 11•x1n 11m·1d1uln, pÚ¡lR. 29 y 31.
n <<>111. .¡,, Frcdcgnrio, !i4. 1-1 E1. "''l'lll'•NllMll, :1. c:r. 1\111.1. y SIMSllN, l. 1, pÍ114•. 309-310.
LA OBRA DE COMPLETAR EL REINO FRANCO 43 +I FUNDACION DEL IMPERIO
ir substituyendo poco a poco las gentes del país por francos en los Desde los primeros meses del 787, comenzó a condensarse la tor-
cuadros administrativos y que se creyera, poco después ( 781 ) , en menta. De pronto, lleno de inquietud, Tassilon implora la interven-
el caso, para suavizar susceptibilidades locales, de convertir aquella ción amistosa del papa Adriano a quien Carlomagno había ido a
provincia en un reino particular, aunque subordinado íntimamente a visilar de nuevo a Roma para las fiestas de Pascua. Pero ya el rey
su autoridad, en beneficio de su hijo Luis, aun menor de edad. 15 fr.inl'o no consiente ser burlado y exige del mismo papa la aproba-
rn·111 de las medidas coactivas que va a emplear, si Tassilon no se
rey franco y se tiña con un carácter de espontaneidad la retirada Con más violencia procedió Carlomagno respecto a los sajones.ª 1
al claustro del duque.26 l •:s verdad que en este caso se trataba de poblaciones particular-
Una vez conseguido este retiro monacal, Carlomagno tomó pose- mrntc difíciles de contener y que desde hacía siglos constituían para
sión del ducado, mas no por ello dejó de mostrarse prudente. Tal los francos un peligro incesantemente renovado. Hasta entonces todo
vez le incitaba a esto el peligro avaro que ya se hacía sentir amena- :w había limitado a realizar en aquel país rápidas demostraciones de
zador en las fronteras. Por eso tiene cuidado de no herir el amor poderío militar y, cuando se podía, imponerles tributo con las armas
propio de los bávaros y se inclina a dulcificar las transiciones. Desde 1·11 b mano. Pero no siendo metódicamente proseguidas estas cam-
la primavera o el comienzo del verano del 791, hasta el otoño del p;1íias demasiado breves, nunca produjeron otra cosa que una calma
793, reside casi constantemente en Ratisbona; allí reúne asambleas provisional, y al menor debilitamiento de la autoridad real. las pro-
generales y parece perseguir con ello la progresiva asimilación del vi nl"i;is limítrofes ....-Turingia, Hesse, las regiones renanas....- volvían
país. 27 .1 :a·r ;1.soladas por las devastadoras bandas sajonas. Paganos empe-
Sin duda eran miramientos necesarios y que ni aun así empleados dnnidos, pese a las tentativas realizadas para cristianizados, temi-
resultan suficientes para conseguir la adhesión de los habitantes. lil1·.·; hitrbaros, ocupaban extensas llanuras entre los Países Bajos y
ya que, el 794, se cree Carlomagno en el caso, para asegurar un 1·1 Elha, l'ntre el Harz y el mar del Norte y llegaban aún hasta el
indiscutible fundamento de su autoridad en el ducado, a sacar a
Tassilon del cenobio y Henrio, vestido con sus hábitos de monje, '.'H El l<'Xlu <'sti'1 en lus Ca¡1it11laria, t. 1, pág. 74, n• 28, art. 3, y en lus Concilia
a la asamblea general de Fracfort, para que ante ella renuncie públi- ,,,., ; '''""'·· l. 1, p:'1g. 165.
:•u ..,,,,,,,¡,._
rny11/1·"· uiíu 799, pÚg. JOB; Am:r. y S1l\ISON, t. r. pi'1g. M:l y l. 11,
25 ldem, año 788, págs. 80 y 82; Am'L y S!MSON, t. I, pág. 627. pi11"" 1'1: 1 1111..
2G Annalcs royales, año 788, texto primitirn, págs. 80 y 82 de la ed. KrnzE; texto :oo A1111. )' S1~1,o:-., l. 11, p1Ígs. 1:17.J:lll.
111rc¡:lado, pág. 83. :11 Se· lo111l111:'111 11·f1·n·111·ias y i11•.1ili1·111·i11111•, n·•·1w1·111 a , .. .,. p:'11raf11 c•n l.. llAJ.·
27 Jlii11M1·:n-Mü111.0Ar:11r.n, no• 3lld n 320g. 1·111 ,.;, f'111d1·' '•ili1¡11n ''" /'/1i1t11i11· ./r· (.'/i111/,.111111:r11·, ¡u'o¡.-.• .. l·l:i :'11\.
LA OBRA DE COMPLETAR EL REINO FRANCO 47 48 FUNDACION DEL IMPERIO
Báltico por los confines del país danés. Sin duda, a este conjunto Con todo, los sajones no se dejan ganar por el abatimiento. El
le faltaba unidad, ya que estaba poblado de diversos grupos étnicos 778, al llamamiento de uno de sus más esforzados caudillos, Widu-
frecuentemente de tendencias opuestas: al oeste estaban los westfa- kin, pasan los westfalianos a la ofensiva. Fuerzan, por el oeste, las
lianos, al este los ostfaíianos, entre ambos los angrianos y en ambas fronteras del reino franco, saquean las inmediaciones del Rin por
orillas del Elba inferior los nordalbingianos y los habitantes de la la margen derecha, desde Deutz hasta Coblenza, remontan el valle
región de Wihmode: pex·o indómitos en cuanto a la defensa de su del Lahn y por Hesse atacan por la retaguardia a los ejércitos de
independencia, todos ellos constituían un bloque en cuanto la sen- Carlomagno, que con gran esfuerzo consigue rechazarlos. El 779
tían amenazada. Y esto es lo que se produjo en los días de Pipino y el 780, dos expediciones pu'litivas, una en los valles del Lippe y
el Breve y lo que iba a suceder muchas veces durante el reinado de del Weser y la otra por Ostfalia, llegando hasta el Ocker por
su sucesor. Ohrum, parecen suficientes para restablecer la situación, cuando, el
Aunque evidentemente se imponía un cambio de método, las pri- 782, un gran ejército franco que atravesaba el territorio sajón para
meras intervenciones de Carlomagno en Sajonia fueron aún de tipo ir a combatir al pueblo eslavo de los sorbes, en el sudeste de Tu-
tradicional: simples demostraciones militares que no tenían más ringia, es sorprendido y destrozado en las faldas del Süntelgebirge,
objetivo que el de hacer respetar el poderío franco y ejercer repre- junto a las márgenes orientales del Weser. De los tres generales que
salias. Sólo la fuerza de las circunstancias condujo al rey a modificar mandaban el ej-ército, dos -el camarero Adalgiso y el condestable
su política y a preparar un plan de penetración progresiva, a fin de Geilon- y. con ellos, cuatro condes "y hasta veinte personajes
evitar aquella constante reanudación de intervenciones. de la más elevada nobleza", según confiesa un analista oficioso coe-
El año 772, fecha de su primera campaña en Sajonia, aun man- táneo, quedaron muertos sobre el campo de batalla; los supervivientes
tuvo. pues, Carlomagno la táctica habitual, y las operaciones se se retiran en plena derrota.
señalaron por la conquista de la fortaleza sajona de Heresburgo, al El golpe es duro; pero Carlos está firmemente resuelto a obtener
norte de la frontera de Hesse, por la destrucción del ídolo lrminsul t·crrible venganza. Personalmente acude con refuerzos, cae sobre el
y, finalmente, por un avance victorioso hasta el Weser. Inmediata- enemigo y le da alcance y lo derrota en Verden, cerca de la con-
mente los sajones se sometieron, entregando rehenes como garantía fluencia del Weser y el Aller, en donde 4 500 sajones hechos prisio-·
de fidelidad. Pero al año siguiente, aprovechándose de que el rey ncros son cruelmente pasados por las armas. Widukin ya se había
franco había pa.sado a Italia, se lanzaron sobre el territorio de Hesse d:ido a la fuga y sus compañeros de lucha dan pruebas de estar des-
y desde allí fueron a saquear la iglesia de Fritzlar. No tuvo mejores moralizados.
resultados una segunda campaña de los francos el año 774; reco- Sin embargo, se reorganizan, y desde el 783 al 785 prosiguen
rrieron de oeste a este el valle del Ruhr, franquearon el río Weser nin furor el combate. También Carlomagno se encarniza; el año 784
en la mitad de su curso y se internaron algo más adentro y luego resuelve hasta invernar en aquel territorio, a fin de estar preparado
las tropas regresaron a sus puntos de partida con los acostumbrados flil ra la llegada de la primavera. La campaña del 785 tiene por
rehenes. Sin embargo, en esta campaña por el sur de Sajonia, hubo punto de partida Paderborn, para donde ha sido convocada la asam-
un hecho nuevo, el de dejar establecidas guarniciones en Syburgo, hle;1 general, y triunfa de las postreras resistencias. El mismo Widu-
junto al Ruhr, y en Heresburgo, más al este. kin tiene que capitular y aceptar poco después trasladarse a Attigny,
No impidieron estas medidas, es cierto, un nuevo contrataque rn plena Galia, para prestar allí jur8:mento de fidelidad y recibir
sajón que se produjo el 776 mientras Carlomagno se encontraba en con gran solemnidad el bautismo, junto con muchos otros caudillos
Italia; pero, en el verano, el rey franco replicó victoriosamente. Mu- ~;ajoncs.
('hos sajones fueron a Paderborn a hacer acto de sumisión y a Además de esta espectacular conversión, el rey franco, instruido
recibir el bautismo y hasta en t:1 séquito de Carlomagno se habla ya por la experiencia, impone una serie de medidas draconianas, desti-
d" sumisión general. Sin embargo. para mayor seguridad, se dispone nadas a prevenir cualquier otra defección. Se promulga una terrible
1·ntre la frontera de Hesse y el curso del río Lippe una extensa zona c;ipitular para implantar en Sajonia la civilización franca y la reli-
111ilitar o marca destinada a contener al enemigo. Es un nuevo progre- Hiém cristiana bajo pena de muerte. Sus artículos son de una sin igual
·.11 preparntorio de operaciones militares de más ancho aliento. 1-r11!'ldad:
LA OBRA DE COMPLETAR EL REINO FRANCO 49 50 FUNDACION DEL IMPERIO
"Quien entre por la violencia en u11a iglesia y, por la fuerza o el hurto, se lleve Esta última comarca se defendió, no obstante, con enorme valen-
cualquier objeto o ponga fuego al edificio, será condenado a muerte. tía y parece que se mantuvo al margen de la paz cuando, el año 797,
"Quien, con menosprecio del cristianismo, rehuse respetar el santo ayuno de
la mayor parte de Sajonia se pudo considerar sometida de nuevo.
Cuaresma y coma carne durante ella, será condenado a muerte.
"Quien mate a un obispo, a un sacerdote o a un diácono, será condenado a En esta fecha, rectificando el error cometido el 785 de aquellos proce-
muerte. dimientos brutales con los que creyó poder dominar a los sajones,
"Quien entregue a las llamas el cuerpo de un difunto, según el rito pagano, y Cadomagno negoció con los caudillos westfalianos, angrarianos y
reduzca sus huesos a ceniza, será condenado a muerte. ostfalianos un acuerdo por el que se anularon las medidas anterior-
"Todo sajón no bautizado que trate de ocultarse entre sus coterrineos y se
mente decretadas. Al régimen de excepción instaurado el 785 sucedió
niegue a recibir el bautismo, será condenado a muerte.
"El que conspire con los paganos contra los cristianos o persista en ayudarles otro de entendimiento. En primer lugar, Sajonia, colocada bajo la
-en su lucha contra los cristianos, será condenado a muerte. administración franca, fué asimilada a los restantes territorios del
"El que falte a la fidelidad que debe al rey, será condenado a muerte.. ," reino franco; la constante amenaza de la pena de muerte quedó
substituida por la normal tarifa de composiciones y multas que,
Obediencia pasiva al rey franco, prohibición de toda asamblea, de en el derecho común de los francos, era suficiente para mantener la
toda reunión pública, fuera de aquellas que puedan convocar los paz pública, y un artículo (el 9) llegaba a consignar que esta tarifa
condes francos (artículo 34) , imposición del bautismo y de la prác~ no se modificaría sin el conocimiento expreso de los interesados. 35
tica del culto cristiano bajo pena de muerte .... jamás se vió método Era un verdadero edicto de pacifiE:ación, y la experiencia demostró
más brutal para obligar a toda costa a un país, libre aun la víspera. que su propósito fué logrado, ya que westfalianos, angrianos y ost-
a sufrir la ley del vencedor. falianos se mantuvieron en lo sucesivo como súbditos leales del rey
Bajo este régimen de terror vivió algunos años Sajonia, pero sus carolingio.
habitantes espiaban la ocasión de sacudir el yugo. Se les ofreció el Pero aun había que vencer a los sajones del extremo septen-
793, en la primavera. Cuando un destacamento de tropas procedentes trional, los de Wihmode y de Nordalbingia. Tal fu.é la difícil labor
de Frisia, bajo el mando del conde Thierry, atravesaba Westfalia de los años 798-804, pues durante esos seis años todavía los habi-
para unirse al grueso del ejército real que se disponía a realizar una tantes de las dos citadas regiones opusieron a la conquista franca
expedición contra los avaros, cayeron sobre él los sajones y lo des~ una resistencia desesperada, matando a los funcionarios reales y a
truyeron junto al Weser. Esta fué la señal de la rebelión. 32 Como los misioneros cristianos y volviendo al sistema de la fingida sumisión
escribe un contemporáneo, "lo que hacía mucho tiempo se ocultaba
n1ando las tropas acampaban en su país, para sublevarse de nuevo
en el fondo de sus corazones estalló a la luz del día. Igual que el
en masa y reemprender las devastaciones en cuanto los generales de
perro que vuelve al vómito, los sajones retornaron al paganismo,
Carlomagno se alejaban de sus territorios, sin que valiera el exigirles
engañando a Dios y a su señor el rey que, sin embargo, les había
rehenes, ya que aun con ellos sacudían el yugo.ªª
colmado de beneficios y arrastrando con ellos a los pueblos paganos
Decidió entonces Carlomagno aplicar medidas más radicales; una
vecinos ... Todas las iglesias que se encontraban en su territorio
de ellas fué la de separar a las poblaciones rebeldes del suelo natal,
fueron destruidas o incendiadas: rechazaron a sus obispos y a sus
trasladúndolas por pequeños grupos al interior del reino franco y
sacerdotes, se apoderaron de algunos, mataron· a otros y se volvieron
suhstituyendolas por doquier ya con francos, ya con ot~as poblacio-
a hundir en el culto de los ídolos". 33
m·s d1• probada fidelidad y, entre ellas, llevar allí muchos monjes o
Había que comenzar otra vez, ya que la rebelión se extendía
rli"ri\Jºs que podían desarrollar la doble acción de asegurar a la vez
por toda Sajonia. De nuevo era necesario imponerse por la fuerza
de las armas y recoger por doquier rehenes: más de 7 000, en el 795, la dominación franca y el triunfo de la religión cristiana. Aplicadas
t•stas medidas el año 799 a un primer grupo de habitantes de Wih-
y mayor número, en el 796 y 797, cuando se avanzó hasta el estuario
mode, fueron sistemáticamente extendidas el 804 a una gran parte,
del Weser y luego de allí hasta Wihmode. 34
y l<il vez a la totalidad, de aquel país y a la Nordalbingia. Las órde-
32 L. HAI.PHEN, 'ttutles critiques, págs. 184-189.
:i:i Itlcm, pñµ:. 18!1 (texto de los Annales Laureshamenses). :I~ /1/1•111, lllÍf.(M. 197-200.
:1-1 /tf,.m., p1i~s. JR9-l 97. :10 /d1·111. p1í 1·.•· :•oo:~io.
LA OBRA DE COMPLETAR EL REINO FRANCO 51 52 FUNDACION DEL IMPERIO
eran estrictas, y el mismo Carlomagno vigiló sobre el terreno
1H·.·; San Bonifacio, que se trasladó allí para predicar, con el apoyo del
ejecución; tropas francas recorrían las regiones no sometidas, y se
:;11 rey Pipino; unos quince años después, otro misionero procedente
llevaban a sus habitantes, aun a los ancianos, las mujeres y los de Inglaterra, Willehad, reanudó en aquella zona, sin mayor éxito,
niños. que eran conducidos como rebaños hacia las lejanas tierras la lucha contra el paganismo.4.0
que se les habían asignado y en las que los rebeldes se encontraban Es cierto que en el sur del país frisón, la causa franca y la cristiana
diseminados entre la población franca. Después tomaban inmediata- habían realizado duraderos progresos en los días de Carlos Marte!
mente posesión de las tierras abandonadas los francos, al sur del y de Pipino el Breve. El obispado fundado el año 695 en Utrecht,
Elba, y los eslavos en la otra orilla del río, y los abodritas a los en tiempos de Pipino el Joven, que a comienzos del siglo VIII fué
que Carlomagno utilizó también para terminar.ª 7 por un momento barrido, pudo restablecerse poco después como con-
De esta manera se llevó a cabo la conquista de aquel inmenso secuencia de la derrota que Carlos Martel infligió al duque de
territorio sajón que durante tanto tiempo hizo correr tantos peligros Frisia, Radbodo; con ello se convirtió en un centro activo de las
al reino franco y a la civilización cristiana. A la sazón, las fronteras misiones en tierra de paganos y en un sólido punto de apoyo desde
de Carlomagno llegaban hasta la desembocadura del Elba; al otro el cual pudo insinuarse la influencia franca hasta las orillas del
lado del río, los abodritas, hasta entonces sometidos a las órdenes del Zuiderzee.
rey franco, montaban la guardia frente a los daneses de Jutlandia. 38 Pero en los primeros años del reinado de Carlomagno, Frisia, en
Más tarde, a partir del 808, los abodritas probaron ser demasiado su mayor parte, era para los francos una conquista insegura y frágiL
débiles para resistir por sí mismos a los daneses, por lo que fueron El año 784, todo el norte se alineó con los sajones sublevados; des-
a suplantarlos, en la parte meridional de la Nordalbingia, tropas pués, las llanuras situadas al este del Zuiderzee continuaron el movi-
francas, 39 y aquella zona militar resultó suficiente provisionalmente miento. El obispo misionero Liudgero, que se había establecido allí,
para cubrir con eficacia las fronteras de la Sajonia franca contra sólo tuvo tiempo de huir para evitar correr el destino de San Bo-
toda sorpresa. Por otra parte, la conversión del país se continuó nifacio.
infatigablemente y con buen éxito. Aquel foco de paganismo estaba Pero fué ésta la última tentativa que hicieron los frisones para
en camino de extinguirse; por eso, con justicia, elogiaban a porfía escapar a la ocupación franca. El aplastamiento de los sajones, en
los contemporáneos el brillante triunfo obtenido en aquellas regiones
785, les constriñó a deponer las armas. El obispo Liudgero pudo
por la tenacidad del rey franco.
rc<rnudar entre ellos su predicación y proseguirla con entusiasmo
hasta las orillas del Ems y en todo el archipiélago frisón. Reducida
IV.- SUMISIÓN DE FRISIA a provincia, Frisia fué dividida en condados; los funcionarios francos
Situada al noroeste de Westfalia, entre la desembocadura del circularon libremente por el país y, al igual que las restantes partes
Rin y el estuario del Weser, Frisia estaba habitada por una pobla- del reino, sus habitantes tuvieron que proveer en lo sucesivo contin-
ción emparentada muy de cerca con los sajones y cuyas condiciones Hcntes para la hueste del rey cada vez que fueron requeridos a ello
dl'. vida, costumbres y creencias eran sensiblemente las mismas. Los y aun cuando se tratara de expediciones a comarcas lejanas.
frisones, de indomable sentimiento de independencia y paganos irre- Es cierto que hizo falta bastante tiempo aun para acabar con e1
ductibles, pese a los esfuerzos desplegados desde el siglo VII por los pawinismo muy intenso en el norte y en el nordeste del país. Lo
111isioneros anglosajones para convertirlos a la religión de Cristo, lJll'-' se ha llamado Ley de los Frisones y que, sin duda, sólo es una
1111 habían sido antes del siglo VIII sometidos a los francos más que rnmpilación de carácter privado que se remonta al siglo 1x,41 propor-
1·11 ;1pariencia, y las comarcas situadas al noroeste del Zuiderzee se ciona, al respecto, pruebas bastante diáfanas. Entre otras cosas, se
1110-;trilban particularmente refractarias a la influencia de estos últi- ve allí que en algunas regiones las iglesias estaban muy diseminadas.
11111·:. El año 751 había caído como mártir de la fe, en Dokkum,
rn Solirn todo esto y lo que sigue, véase A. HAtJC.K, Kirrhengeschichtc. t. I.
:1 ¡ /i/1•111. pÍlg. 210. pÚ1t,H. 4:11-147: l. 11, p1Í~s. ;¡;,4.;¡7]; 11. VON Sc111JllEHT, Gt's1·hichte der l'hri.~tli<·hn1
:rn r. in/ra. ptÍg. 54. K i11·hr·, púµ:~. ~%-:101, :1:M :1:17.
;1~1 J'. i11/rr1. p1ív,. 69. 11 U. ll1111NNrn, 1. J. pl1v.'- ·17:i-1111.
LA OBRA DE COMPLETAR EL REINO FRANCO 53 FUNDACION DEL IMPERIO
1'ero, desde aquel momento, el cristianismo, en conjunto, se iba Al posesionarse Carlomagno del ducado de Baviera adquirió al
.ihriendo camino. Ya no se trataba sino de una cuestión de paciencia mismo tiempo la hegemonía sobre el país de los carintios. Las misio-
y de tenacidad, dos virtudes que los representantes de Carlomagno ya nrs continuaron allí su obra. 46 El sucesor de Virgilio en la sede de
habían aprendido a practicar. Como en Sajonia, también aquí iba Salzburgo, el obispo Arn, gran amigo de Alcuino, para quien Carlo-
e 1 misionero a demostrar, en fin de cuentas, que era el más seguro y magno obtuvo el año 797 del papa León III el pallium y la dignidad
útil auxiliar de la política carolingia. de arzobispo de Baviera, recibió ese mismo año del rey franco el
1.:ncargo de ir personalmente al país de los carintios para activar la
V ..- Los PUEBLOS ESLAVOS DE LAS FRONTERAS ORIENTALES
predicación del Evangelio y organizar el culto, ordenar sacerdotes y
consagrar iglesias. 47
Una vez traspuestas las fronteras de Sajonia, Turingia y Ba- Ese país fué ya considerado, en lo sucesivo, como un territorio
viera, se entraba en país eslavo. La política de Carlomagno parece anexo a Baviera, cuya suerte siguió aunque fuese incorporado al
que no se proponía incorporar a su imperio los diversos pueblos que reino franco. Cuando, al comenzar el reinado de Ludovico Pío, se
lo ocupaban, sino sólo mantenerlos en el temor y ponerlos, si era pensaba realizar un reparto de territorios entre los hijos del empe-
posible, bajo vigilancia. rador ( 817), la Carintia fué oficialmente asignada a uno de ellos. 48
_Entre el Báltico y los montes de Bohemia se encontraba concen.- Diferente fué el caso de los eslavos septentrionales. Los que
trada la vanguardia de lqs eslavos septentrionales o Wendos. De estaban establecidos al este de Sajonia no se pusieron en contacto
los que se encontraban más o menos en contacto con los francos, los con los francos sino a partir del momento en que tropas de estos
principales eran los ~!_it-ª§. establecidos en la región comprendida últimos se atrevieron a adentrarse profundamente en el país sajón
entre el Elba inferior y· el Báltico, desde el Trave hasta el Warnow; y llegar hasta las orillas del Elba. Hasta el 780 no hacen alusión,
los wilsas o welátabos, más al este, en las comarcas del Mecklem- por vez primera, a ellos los analistas francos para señalar la conver-
burgo; -ros -linones: en 1a orilla derecha del Elba, entre el Havel y sión de algunos grupos situados en la oriila derecha del río. 49 Pero
el Elda; y los Sorbes o s~rabos, entre el Saaie y el Elba. En el centro, las conversiones de este tipo fueron aisladas; Carlomagno se limitó
entre el Riesengebíige, ~er~ebirge y el Bohmerwald, estaban los a una sumisión política.
bohemio_s_; al sur del Danubio, en la margen derecha del Enns, los ~ Los más solícitos, al respecto, y los más dispuestos a la sumisión
rin_!!~ que ocupaban, a más de la Carintia, la Estiria y una parte fueron los abodritas, que parece eran un pueblo bastante débil. Ex-
de Austria. · puestos a los ataques de los sajones, de los daneses y de los welá-
Los más adelantados eran los carintios, ya que hacía tiempo ha- labos, buscaron desde el 780 el apoyo del rey franco.110 Después del
bían entrado en la esfera de influencia del ducado de Baviera antes primer triunfo de las armas francas en Sajonia, el 785, se colocaron
de que esta provincia fuera incorporada al reino franco. Desde resueltamente bajo su protección; a cambio de ello, Carlomagno les
Salzburgo, el obispo Virgilio, irlandés de origen, que al igual de sus ayudó, en 789, a resistir a los welátabos. 51 Después de la rebelión
compatriotas era misionero por naturaleza, 4 2 había desplegado un de Sajonia del año 793, se pusieron resueltamente al lado de los
incansable celo para hacerles abjurar el paganismo y, cuando menos, franrns en la lucha contra el enemigo común. En 795 halló en eila
había logrado, hacia el 769, atraer a su duque a la fe cristiana.4 8 El la muerte su duque. 11 2 El año 798 derrotan decisivamente a los nor-
;iiio 772 había impuesto a este último por las armas, el duque Tassi- d;ilbinianos ria y sabemos que en aquella ocasión una parte de sus
lon, su hegemonía, 44 mientras que la predicación del cristianismo
pro~;cf!uía por todo el país, tanto desde Salzburgo, por el obispo ·111 llAl'f:K, t. IT, pág. 473.
\'ir\¡i]io, como desde el monasterio fundado en lnnichen, en la misma ·17 Ain:1. y SmsoN, t. 11, págs. 138-139.
·IH <:11¡1it11l.. t. T. n• 136, pág. 271, art. 2.
t :.1rintia. en el valle alto del Drave, el año 769 o el 770.411
rn A111.1. y S1MsoN, t. IT, pág. 348, n. 2, y pág. 359.
MI /1/n11, pÚ~. 360.
., ,, Sobre él, cf. HAUCJC, t. I, págs. 568-569.
n t\11.:1. y Sn1suN, t. I, págs. 57-58. n1 A111:1. y S1\1"1N, l. 11, pú~s. :1-lf..
ti·.~ /,/1'111, pÚv.. I);'),
-11 /,/,•m, púg. 131.
1" ld1·111, prÍp;". 131-132. ·'" 1.1., ... "''f"'·· J.11..i:io.
LA OBRA DE COMPLETAR EL REINO FRANCO 55 56 FUNDACION DEL IMPERIO
tropas estaba mandada por un legado del rey franco. Además, a este sufrió pérdidas bastante importantes.º 2 Pero instruido por la expe-
último es al que se entregan, al final de la campaña, los rehenes riencia, el rey franco se asentó sólidamente en la orilla derecha del
exigidos a los vencidos como prenda de obediencia, manifiesto testi- Elba, en donde estableció cabezas de puente bien fortificadas y
monio de que los abodritas no fueron en el campo de batalla más 1111arniciones permanentes; 63 esto no impidió que el año 811 tuviera
que un instrumento de la política franca. que volver al ataque, rechazar a los linones, 0 4 que, poco numerosos
Entre ellos y Carlomagno fué completa la cooperación. El año 804 •il parecer, siguieron no obstante obligando aún algunos años al
se confía a ellos, después de la definitiva sumisión de la Nordal- 11obierno carolingio a una constante vigilancia.
bingia, el país evacuado por sus habitantes.54 Su duque, desde en- Aunque menos cercanos, más cuidado dieron a Carlomagno los
tonces, y en calidad de simple federado, hace guardia en las fronte- wclátabos, ya que eran numerosos e inquietos. Establecidos detrás
ras del imperio carolingio, frente a los amenazadores daneses. Tarea de los abodritas, no cesaban de atacarles. El año 789 dirigió perso-
difícil; el año 808 tiene que ceder onte el otoque y huye abondonando nalmente Carlomagno contra ellos una expedición importante, en
a los suyos en la confusión de la derrota, 55 otro caudillo abodrita, la que tomaron parte, además de las tropas francas, contingentes
posiblemente rival suyo, cae prisionero de los daneses y es ahor- sajones, frisones y abodritas, avanzando con gran ímpetu y victo-
cado;56 algunos meses después, el mismo duque muere bajo el puñal riosamente muy lejos hacia el este; los welátabos se sometieron y
de un asesino. 57 Para hacer frente a la situación, tienen que acudir entregaron rehenes en garantía de su fidelidad.6 5 Durante veinte
a Nordalbingia las tropas francas,58 y, como hemos visto,59 se esta- ;ufos se mantuvieron tranquilos o, a lo menos, nada tuvieron los
blecen allí, a lo menos en los puntos más amenazados. francos que reprocharles, pero el 808 se pusieron al lado de los dane-
A través de todas estas peripecias los abodritas vinieron final- ses, interviniendo en las hostilidades contra los abodritas, 66 y esto
mente a situarse bajo el dominio franco; Carlomagno interviene en produjo que fueran también invadidos el 809 y que una vez más
sus asuntos como señor; la elección de su duque se realiza bajo su su país quedara puesto a sangre y fuego.01 El 810, como respuesta,
influencia; 60 las negociaciones con los daneses para restablecer destruyeron uno de los fuertes instalados por los francos en la
la paz las hacen representantes del monarca franco y parece que margen derecha del Elba.ss Finalmente, el 812, vuelven a ser some-
cuando se concluyen y firman el 810 y el 811 los abodritas ni siquiera tidos por una vigorosa campaña; se realizó ésta de acuerdo con
toman parte en las deliberaciones. 6 1 una antigua táctica muy usada por Carlomagno y que le vimos
Hay que hacer notar, sin embargo, que nada se dice ni de la 11plica r para Baviera: tres ejércitos salieron de tres puntos diferentes
conversión de sus duques ni de la evangelización de su país. Parece rnnlra los welátabos, cerrándose sobre ellos como un círculo de
que todo quedó limitado, por el momento, a convertirlo en un protec- hkrw, y aquel pueblo tuvo que rendirse, hacer sumisión y, como
torado. siempre, entregar rehenes. 6 º Pero entonces el sometimiento fué dura-
Más al sur, los linones y los restantes grupos eslavos, vecinos dero y ya dentro de la órbita franca se mostraron leales aliados. En
suyos, son mantenidos por el temor. El 808, para castigarlos por lo~; días de Ludovico Pío les vamos a ver comparecer en las asam-
haber ayudado a los daneses contra los abodritas, se envió contra hh-.is imperiales y hasta el 823, recurrir al arbitraje del emperador
ellos una expedición al mando de Carlos, hijo de Carlomagno; se f ra neo para zanjar una diferencia surgida entre ellos respecto a la
pensaba que sería casi un paseo militar; pero los analistas francos corona real o ducal. 70 Pero igual que con los abodritas o los linones,
confiesan que el asunto se hizo grave y que el ejército de Carlos
lle! ld1·111, 3fl7-.1BB.
Los occidentales lo llamaban, con vocablo germánico, su ring o 111ismo corazón de la Pannonia.s 7 Desde comienzos de septiembre,
círculo. Todo hace pensar que este ring se encontraba establecido, a los resultados obtenidos son tan halagüeños que, lleno de esperanzas,
fines del siglo vm, entre el Tisza y el Danubio, en las mismas comar- Carlomagno envía "a su querida y muy amada esposa, la reina
cas en donde otrora había dominado Atila con sus hunos, con los Fastrade" una carta que respira alegría y confianza. 811 El resto de
cuales frecuentemente los confundían los francos, que indiferente- l.1 campaña se desarrolla felizmente; Carlomagno llega al Raab,
mente les llamaban avaros o hunos.si pasa el río y avanza por su orilla derecha hasta su confluencia con
A fines del siglo vm, aun constituían un peligro serio. A partir .-1 Danubio. El país recorrido es arrasado a sangre y fuego y el rey
del año 787 se mueven detrás de las traiciones del duque Tassilon de franco trae gran número de prisioneros y mucho botín.89
Baviera, al que se acusa expresamente de sostener inteligencias con Sin dilación prepara Carlos desde Baviera, en donde se encuen-
ellos. 82 El 788, en el momento del juicio de lngelheim, 83 sus ataques lr.1.1111 una segunda campaña de penetración en tierra enemiga, pero,
se multiplican, sin duda para obligar a Carlomagno a abandonar el por dos veces tiene que posponerla; el 792, porque le obliga a mante-
asunto de Baviera. Las fronteras de esta provincia y las del Friul 111·rsc- allí el descubrimiento de un complot que debe reprimir;9 1 el
son atacadas a intervalos, pero en ambas Carlomagno contraataca 7'> l. porque, en el último momento, cuando se realizaba la asamblea
enérgicamente; en los confines de Friul los avaros son obligados a .¡,. l<ts tropas para la invasión, 9 ~ necesita hacer frente a la gran rebe-
huir, el año 788; más al norte, en la frontera bávara, el mismo año, y 111.111 de Sajonia, de la que anteriormente hicimos referencia, y que
con intervalo de algunas semanas, son rechazados dos veces hacia J,. rl'lendrá ocupado en aquella zona mucho tiempo.93 Mientras tanto,
el este por las tropas francas, que atraviesan el Enns y los desalo- 1·11 espera de asestar el golpe definitivo, emplea la diplomacia y, el
jan de la zona de lps, junto al Danubio. 84 !'Vi. después de conseguir establecer relaciones con .uno de los cau-
Sin embargo, sólo se trata aún de combates para proteger las .lill11s ;1varos, envía desde la Italia septentrional un pequeño ejér-
fronteras; en octubre va Carlomagno a Ratisbona para disponer .. i111 para meter una cuña en la Pannonia. El éxito obtenido sobrepasa
las medidas propias a asegurar la defensa de aquéllas. 85 El año 790 11111.1~; las esperanzas: el famoso ring cae en poder de los atacantes,
negocia con el enemigo un modus vivendi, pero las deliberaciones q111· rr<m muy poco numerosos para llevar a todas sus consecuencias
fracasan so y las incursiones bárbaras se reanudan de tal manera que .·a1 vinoria, pero que regresan con tal botín que en el séquito del rey
81 Sobre todo lo anterior, Cf. ABEL y S1111soN, t. 11, págs. 98-104; sobre el origen Hj fdt•m., t. JI, plÍp;s. ]6~2:k
de los avaros, véase L. HALPHEN, Les Barbares, 4' edición (1940), pág. 112-115. HH llii11M1:11-Miilll.l1AC:llER, n• 315.
82 Ann.ales royales, año 788. HU ,\m.1. y SIMSON, t. ll, púgs. 24-26.
83 V. supra, pág. 44. 1111 1!1ollMl.ll Mii111.11A1:111:11, "º" :-11rit1.;i20.
R4 A111:1. y S1111soN, t. 1, págs. 639-641. 111 \111.1. v s1M"•N, 1. 11, 11 :.,~"· :w.1n.
Kr. lclmn, pá!(. 611. 11'~ / ,/ ,.,,,' , .... f~· : ,.J.
1111 lrl1·m, púgs. 121-128. 1111 A111111/1•.1 m.va¡,.,,, niío 7119; 1·111·n·s¡111111l1·111"ia clr Al1·11i110, l'llrlns llM, 111;,, 1911.
117 v.-.asi· A111111frs royalrs, años 795 y 796 y nuestro párrafo anterior. 111~! A111·:t, y S11\·l~UN, t. 11, p1Í1!,. ~l\lk
llH A1.1111"10, r:otrt'.\fllllllfr111·i11, rurtus 99, 107, 110-113. 111:1 /.!1•111, 111'1¡~. '. 1111t.
LA OBRA DE COMPLETAR EL REINO FRANCO 63 ,,., FUNDACION DEL IMPERIO
acogido por el rey franco de la "Pannonia superior", 1º4 es decir, en vn " pasar los Pirineos por el desfiladero de Roncesvalles, su reta~
los confin es inmediatos de Baviera. Ese mismo año y en testimonio 1111.irdi;i fué sorprendida y aniquilada por bandas de vascos el 15
de gratitud, abraza el cristianismo y presta homenaje al emperador 105 d1· d\lllSto del 778.
que desde entonces se convierte en oficial protector suyo. Y hasta Al principio, el doloroso acontecimiento fué ocultado por los
este último ha de enviarle el año 811 algunas tropas de socorro para .111;ilistas, que en los días inmediatos nada dicen del mismo; luego
sustraerlo a una nueva amenaza de los eslavos, por cuyo gesto irá 111 desvelaron en términos discretos y sabido es cuánto elemento
el jaghan a darle las gracias al palacio de Aquisgrán.106 lq¡rn<lario habría más adelante de obtenerse de aquella catástrofe
¡El caudillo de los avaros presentándose en Aquisgrán como res- militar. Algunos de los más ilustres caudillos del ejército franco,
petuoso vasallo para rendir homenaje al emperador carolingio! En l'lltre ellos el senescal del rey, el conde del palacio y el conde Roldán,
verdad, la situación había cambiado mucho. que era prefecto de la marca de Bretaña, cayeron en aquella acción.
A comienzos del siglo IX, el redactor oficioso de los Anales reales
VII.- Los MUSULMANES DE EsPAÑA ºª
urrcglados, 1 no disimula ya que Carlomagno sintió, ante aquel des-
dichado hecho, un dolor profundo que, según observa, "anubló en su
En la otra extremidad del reino franco, la misma seguridad de rorazón una gran parte de los triunfos obtenidos en España".
la Galia obligaba a enfrentarse con otros paganos, que, para el Occi- Esos triunfos, si se puede hablar de que los hubo, no habían sido
dente cristiano, eran tan bárbaros y tan peligrosos como los eslavos sino temporales. Es posible que la desastrosa retirada de Ronces-
y los avaros; nos referimos a los musulmanes de España, bien cono- valles fuese seguida de una contraofensiva de Abderrahmán en
cidos en los días de Carlos Marte} con los nombres de moros o de Cascuña y en Cerdaña. 1 09 Pero Carlomagno no era capaz de aguan-
sarracenos. tar un fracaso. Renunció únicamente a sus proyectos de gran alien-
Desde mediados del siglo vm, España vivía prácticamente sepa- to tal como los había concebido el 778, para concentrar su acción,
rada del califato, cuya cabecera habían trasladado a Bagdad los rn lo sucesivo, en un avance lento y metódico hacia Cataluña y el
abasidas. Salvado casi milagrosamente de la sistemática matanza de Ebro inferior, con el evidente propósito de formar por aquel lado,
su estirpe, un príncipe omniada se había hecho dueño del poder q11l" era el más expuesto a las algaras musulmanas, una marca defen-
en Córdoba el año 756, pero su autoridad era combatida aún den- siva dentro del territorio enemigo. El año 785 sus tropas ocupaban
tro de la Península. La ocasión parecía extremadamente favorable, l ;crlma, al norte de Cataluña; 110 el 790, avanzaban por las cos-
se creía, para pasar al otro lado de los Pirineos y asestar el golpe
1;is. 1 11 El enemigo replicó el año 793 franqueando los Pirineos y
definitivo al dominio de los infieles en Europa.
;iv;mzó de improviso incendiando los alrededores de Narbona y lle-
El año 778 se dejó tentar Carlomagno por las promesas más
\lando con sus vanguardias hasta Rouergue; una sangrienta batalla
o menos sinceras del gobernador de Barcelona, Suleiman ibn Al-
111vo luuar en las orillas del Orbieu, entre Narbona y Carcassonne;
Arawí, sublevado contra el emir Abderrahmán, y creyó que podría
d1·.·;p11l-s de esto, los musulmanes se replegaron al sur de los Pi-
apoderarse de una vez de toda la región septentrional hasta el Ebro. ri111·os.1 •:!
Dos cuerpos de ejército, uno de ellos bajo su mando personal, fran-
Para prevenirse de nuevas sorpresas, las tropas francas se forti-
qm·nron los Pirineos por dos caminos diferentes y después de atra-
l 1carnn el año 795 en la región de Gerona, en Cardona, en Vich
Vl"sar Pamplona, se encaminaron sobre Zaragoza; 1º7 pero el fracaso
y l'll C;1scras, 113 desde cuyas posiciones lanzaban algunas avanzadas
ful• completo y la expedición terminó con un desastre. Llamado al
liada 1·] sm. 111 Al mismo tiempo, se trababan relaciones con el peque-
norte, ante el anuncio de una sublevación de los sajones, Carlos tuvo
que batirse bruscamente en retirada sin haber logrado apoderarse de 1 ni; A111111fo.~
royal1•s, páp:s. 51 y 53.
Zaragoza. s~ vengó destruyendo Pamplona al regreso, pero al vol- 11111 El lwrho no r.~tá comprobado. Véase ABEL y SIMSON, t. I, pág. 307.
1111 f,/1•111 0 lllÍ¡!,H, 5J0-51J.
104 /dem, págs. 321·322. 111 ¡,¡,.,,,, 1. 11, pÍll!,H. M-15.
105 ldem, pág. 322. 11 :: l.!1·111, pi'i¡~s. 57-111.
11111 Anuales royales, año 811. 11 :1 l.f1•111, p/1v,. 10!-..
107 .111rrnfr.~ royalrs. pá~s. 51 y 53. 1 1 ·I (,/1•111. ¡11'11•.. ] :~ 1 1.
;: r. f,.,i- !HÍ4~Í4Wl<tt"cf~ per!ue. ·· 'tO
" i". ' . '~ ; - . ..
-J- ~~euau~ tu.i ~a u11e f1'1!:Í'Jfe . .. tidf ~ -,,.AA!'~ .fr-ff,\. ~·~
¡..¡i .- : .,.'r~~:;J- . ~
. .x oo~t~er-o _fl1tr-Jo~I ('part;4i1~1rnc-. •. • 0)10
,,... ,.rf'l1W ""t'&'~·~ ·~ ~ . .• ." ~ . , . .;
Cr141}7 h "lct'rf ne ~111tí'n~(g.~J:11 r..- ~ .._J .h..,' ,.-,...., " °""nw"'
~~ t"', : 1 ·r-0 , ,,,. •
. X''h:~~.ft
,,...-~,: ·,. ~ .. .
1 ·r- \._~....... :
_-. ~~-~.rt--kt1~tifr ~fli1c1Tt1t ~llfe'' · .,.·~:~ ~ · tMAl~ - ~ ~ ~ . ,. \.;,~._ :..~ ·~- • •
•...·::.:.i,;
·:·: .:<ll'l~:r.~
,· ;afó4:~t:'.!t11.itlíJe.;r.-"""i:-
~ , . . ......1, iu!l ,,....t.,, t·~..t< ~" N~ 4 f"~ 10~·~ ·
. "~,
(::; ., . ;,·' ólnif~Ütétr¿_&.i;t,wt t;,1l11~~;fl!iC
!l""
~
. ---~.1·r~i1 1 14 •t'\~ ~):l~~~:~. 1:-1· ....· "·
. ·'lt~B Ml•wJ° -:--·i~' '_ , · ~-• ~;,¡ ~'°"
~.~•;:; • · .· . ~3t11,~ta fo~~~.f:.tr ú~'1!'!m1rttff hn:M-<,to<'f. ).... ,.,
"\::"•.,. ¡;-,. _. . ._.,... 4,1,!--< .., .,,A'r\w111
\:\L~'.'. ~; l ~;,·~1tci~ní1,ntf ,?11>11.\C; fl ; lw~i;.-it¡rne
tr'i"Cjl
,. .. - r ; '·' •, t· - ' '··-.
,;;g.~,., '!>~"'-- 'l1J9"'~
F
t'f·.1; ·"•· ,,.<;-;l"llt:QUriL~tr·~
,,._... ;l./' .u ' .... ~ . ·pí'lCl.lU 'C' l'l/nl<>tnt~ ~-a
.. , ~ t~~ ..........
~ ltl' ~,_~"'l
t. . ,......4 ~.
,,...--·.~P~l'
... . ""'
~/i'.~ ~-0 ' ,·1~it~~\nlt('itif ~t~t\l~\t:'U:\fuutd}e' ....~,
11,'.'.::;·· '-•: · ".'.: ¡_1 1¡;:nainqt11r'rl'J>11~1~711q1111'Al~
.... ~.~1 -... -~- -;,,~ - -
:~;; .~ .~r t1lll'lhrl11t)~~- ttl'.'-'ltlm" l"1f1\.'lii1~
>. jOl ,. • -- - ,.. '·
' 11 >s hasta en sus fortalezas, tuvieron que declararse vencidos y entre- nacionales por condes francos? iSe plegarían los bretones a la dis-
~ 1ar rehenes de calidad, que Carlomagno hizo trasladar a Worms, ciplina y al género de vida eclesiástica de las otras provincias del
junto al Rin, en donde tenía lugar aquel año su asamblea general. 129 reino cuando hasta entonces habían vivido bajo el régimen, muy
¿Podía con esto considerarse arreglada la cuestión de Bretaña? el ife rente a todos respectos, acostumbrado en los países célticos de
No, ciertamente. A lo más se podía hablar de un modus vivendi de Irlanda? No hubo mucho tiempo para decidir todo esto, pues muy
carácter provisional y que suponía que los bretones se abstendrían pronto llegaría la desilusión. Retocando, a algunos años de distancia,
en lo sucesivo de inquietar las fronteras francas. Pero más que nunca la frase de los anales que acabamos de citar, un recopilador, que
se organizan entonces los confines bretones. A fines del 789 o a también desempeñaba el papel de informador oficioso, la substituía
comienzos del 790, Carlos el Joven, hijo mayor de Carlomagno, re- nm el siguiente pasaje: "Parece que la provincia fué sometida entera-
cibe, junto con la corona real, el gobierno de los territorios al oeste mente; y lo hubiera estado si la versatilidad de este pueblo pérfido
del Loira y del Sena.1so La "marca de Bretaña" (marca Britanniae o no hubiera incitado, según su costumbre, a un rápido cambio." 134
marca Britannica. o, en latín clásico, limes Britannicus) es una de- En efecto, la sumisión de los bretones no era sino aparente. El
pendencia de ellos, lo mismo que, poco después, la marca Hispánica /l. 1 1, el gobierno de Carlomagno, cansado de ser engañado por aque-
dependerá del reino de Aquitania constituido en beneficio de Ludo- llos rebeldes, tuvo que enviar contra ellos una nueva expedición
vico Pío, otro hijo de Carlomagno. ar111;1da que, según asegura el analista, 135 obtuvo nuevos triunfos.
En los últimos años del siglo VIII, esta marca de Bretaña tiene Pero, al igual que los anteriores, los triunfos del año 811 no fueron
por titular a un conde llamado Gui, miembro eminente de una de las decisivos, ya que durante el reinado de Ludovico Pío hubo necesi-
111ás grandes familias de la región del Mosela, y por quien Alcuino, dad de realizar varias campañas aun contra los bretones, sin que
que le dedicó varias de sus obras, abriga sentimientos de particular nunca pudiera hablarse de una incorporación de su país al reino
1·stima y afecto.1s1 Tal era el hombre de confianza que, junto con franco ni aun siquiera de una subordinación duradera.
le is demás condes colocados a sus órdenes, fué encargado el 799 de El único resultado positivo conseguido en aquellas regiones fué,
obligar a los bretones a rendirse ante el poderío franco. La campaña pues, la organización o reorganización y, posiblemente, la consolida-
~:e desarrolló segun la táctica habitual, es decir, el país fué inva- ción de una marca colocada bajo la autoridad de uno de los condes
cl iclo y devastado. Pero se persiguen resultados de otro alcance rni1s ilustres del reino, lo que, a lo menos, evitaría la posibilidad de
111ayor que los anteriores, ya no el exigir únicamente respeto en las una nueva sorpresa y constituía un primer jalón para realizar una
1ronteras francas, sino una sumisión total. Los caudillos bretones, o nu·tódica penetración en el interior del país bretón.
,,,.,l'f1tiern, son desarmados, se inscriben cuidadosamente ·sus nom-
1.1 ... s en una relación, que es remitida a Carlomagno, y se les hace IX.- DEFENSA DE LAS COSTAS
11·.,ponsables personalmente en lo sucesivo de la obediencia de su
,,,,,,.;11da.1s2 Esta, "toda ella", agrega el oficioso analista contem- A la defensa de las fronteras terrestres tuvo que agregar Carlo-
marrno la de las marítimas. No sólo le causan ya cuidados los corsa-
l "11 Am:1. y S1MsoN, t. I, págs. 526-527. rios musulmanes del Mediterraneo, sino que otros piratas comienzan
1 :111 /1fom, t. II, págs. 6-7. Cf. SIMSON, Ludwig der Fromme, t. II, págs. 180-IBi.
1:11 f :r. A1m1. y SIMSON, t. 11, págs. 200-201 y, en particular, la nota 7 de la 1:1:1 A111111frs royales, priml'ra rl'daccil>n, uíio 799.
1 :1-1 /d,·111, ll'Xlo nrrl'l.\lnclo, niio 799.
l'"I' :-1111
1:1r, /d,.m, niio 1111.
1 1 ' '""'"· pÍlf(. 201.
LA OBRA DE COMPLETAR EL REINO FRANCO 69 70 FUNDACION DEL IMPERIO
.1 d;ir que hablar por el norte y hasta a todo lo largo de las costas del inmediatamente; luego, el rey danés se había dado a la mar y pudo
A f l:mtico; son los daneses, cuyo espíritu belicoso ya se nos mostró regresar impunemente a su país, con la esperanza, posiblemente, de
··11 l'l continente en las fronteras de Sajonia. volver en breve a realizar una expedición tan fructuosa como fácil. 143
Desde el comienzo de su reinado, tuvo Carlomagno que enfren- Carlomagno, ya en guardia, dió orden inmediata de reforzar
f.1rse con ellos por aquel lado. En su país halló refugio, el año 782, las defensas marítimas. Tanto en Boulogne-sur-Mer, como en Gante
Widukind.136 Después, y en todo momento, los daneses se unen :-;obre el Escalda, se concentraron navíos; 144 una capitular del año
-.irn1pre con los enemigos del rey franco en las zonas del Elba y X1O, en un artículo, del que desgraciadamente sólo nos ha llegado
.ifacan a los abroditas, sus aliados. 1 37 La primera vez que se oye un resumen, prescribía la requisa o, al menos, el almacenamiento
h;iblar de ellos en las costas de la Galia es hacia fines del año 799 de los materiales necesarios para las construcciones navales.145 El
o en los comienzos del 800. Pero no se trataba de su ataque inicial hijo del emperador, Ludovico Pío, posiblemente recibió también la
por Occidente, ya que hacía tiempo que las costas inglesas habían orden de tomar medidas análogas en su reino de Aquitania y aun
recibido su visita o la de sus émulos los noruegos 1as pues en un en el Languedoc mediterráneo, en donde la piratería musulmana
principio no se distinguía entre unos y otros y a todos se les llamaba planteaba al gobierno carolingio problemas semejantes. 14 6 El año
mdistintamente los "hombres del norte", Northmanni, de donde 811 fué personalmente el emperador a Boulogne para inspeccionar
procede nuestro normandos. Una banda de estos piratas desembarca el puerto y la flota y hacer restaurar y poner en servicio el faro
repentinamente en las costas de Aquitania y saquea la comarca. construído en tiempo de los romanos.147 Una nueva capitular, pro-
Dada la alerta, ciento cincuenta de ellos son muertos en la orilla. 139 mulgada en octubre de aquel año, con motivo de su visita a la ciu-
Inmediatamente se da aviso a Carlomagno que en marzo del 800 dad,148 recuerda a sus habitantes las obligaciones militares a que
va a visitar las costas del Atlántico y de la Mancha 14 º para organi- están sometidos y en especial los servicios de atalaya y guardia
zar flotillas a fin de defender el litoral. Por su parte, el rey· de (wacta y warda), y agrega, en un último artículo, que todos los
Dinamarca, Godfred, se muestra agresivo; negocia con Cario- señores, jefes de cuerpo, deberán estar preparados para embarcarse
magno, pero, al mismo tiempo, envía barcos a lo largo de las costas inmediatamente que el emperador decida una expedición naval.
en las cercanías del Elba,14 1 en tanto que el rey franco, ya desde el En aquella fecha aun se podía alimentar la vana esperanza de un
808, va estableciendo poco a poco al norte de este río un sistema de regreso a la calma en las regiones del mar del Norte. El rey God-
defensas avanzadas que. constituyen una nueva marca, la "mar- fred había muerto el 810: 149 su sucesor, con quien se concluyó un
ca de los normandos" (marca Northmannica o limes Northmanni- primer acuerdo, desapareció al año siguiente, y los daneses, desga-
cus), en los confines de Escandinavia {Northmannia) .142 1-rados por una cruel guerra de sucesión, parece que aspiraban a la
En la primavera del año 810, estaba Carlomagno ocupado en pre- paz exterior. 150 A fines del verano del 813, la armonía con el empe-
p;irar una invasión de Dinamarca cuando, hacia el comienzo de rador franco había sido objeto de un pacto solemne jurado por ambas
junio, llegó a la corte de Aquisgrán la noticia de que una flota partes en la frontera de los dos Estados. 1 111 Pero los acontecimientos
de unos doscientos navíos procedentes de Escandinavia había de- de ese mismo año 813 iban a convencer al gobierno carolingio que no
v;1stado el archipiélago frisón, desembarcado tropas en Frisia y era suficiente negociar con los reyes daneses para terminar con
vn1cido en tres encuentros a los habitantes que habían sido movili- los ataques de los piratas, si hemos de creer lo que dice un analis-
_. ;idos apresuradamente. Después de eso, Godfred impuso a los
\'rnciclos un fuerte rescate, del que debían ser entregadas cien libras 148 ldem, págs. 425-426.
lH / dem, págs. 425-426.
1 :11; Anrwlcs royales, años 777, 782. 141> Capilld., t. I, n° 64, pág. 153, art. 16.
1 :i ·¡V. Slt/Jfa, pág. 54. 1411 Am:L y S1MsoN, t. II, págs. 426-427.
1 :<H ( :r. VoGEL, Die Normannen, págs. 50-51. 147 ldem, págs. 469-470.
1 :l~I A111·:1. y S1MSON, t. 11, pág. 207. HH Capillll., t. I, nº 74, págs. 166-167.
1 111 Am·:1. y SIMSON, t. 11, págs. 207-208. 140 Am:1. y S1MSON, t. 11, pág. 420.
1 11 / ,/ rn1, pí1gs. 307 .:JOB. 1110 /1fo111, 11í1gs. 447, 465-467, 471, 479-480.
1 1 . li/1·111, p1Íg,, :1<J0.:191. Hit /tl.,m, pi'1g. 520.
LA OBRA DE COMPLETAR EL REINO FRANCO 71 72 FUNDACION DEL IMPERIO
L1 rn 2 que sitúa, precisamente en esa fecha •. una nueva correría en A lo largo de las fronteras de aquel reino así engrandecido, se
1,. risia, en donde los piratas recogieron un enorme botín e hicieron 1·stablecieron toda una serie de marcas avanzadas que las garanti-
1111 mero sos prisioneros. ;'.aban por doquier donde era necesario contra el peligro de aquellas
Sea lo que sea, desde entonces estaba claro que los medios de- 1 ncursiones devastadoras que en otro tiempo tanto sufrimiento les
1ensivos improvisados en un principio por Carlomagno para asegu .. causaron, cuando los sajones, los frisones o los sarracenos podía11
rar la protección de las costas que rodeaban su imperio al norte, al penetrar en ellas impunemente en cuanto observaban el menor debi-
oeste y al sur, sólo eran precarios. Es cierto que en el Mediterráneo litamiento de la autoridad monárquica. El reino franco constituía
podía disponer el carolingio de los navíos italianos y provenzales cntonces un conjunto uniforme, sólidamente protegido por el lado
y si, al comienzo del siglo IX, los moros de España y de Africa, terrestre y que sólo será en el porvenir vulnerable por las costas.
después de haber iniciado una guerra de piratería por Italia, Cór- Este último peligro, que detenía la atención de Carlomagno en
ceg a y Cerdeña, se atrevieron en el 813 hasta atacar Niza, 1 53 los los últimos años de su vida, va a ser, por desgracia, descuidado por
francos estaban en condiciones de replicar y aun tuvieron la audacia sus sucesores. Pese a su inmenso litoral, el reino franco seguirá
de ir el año 799, recordémoslo, a establecerse en las Baleares. 154 siendo una monarquía de tierra adentro. Nunca dispondrá de una
Pero en el Atlántico, en la Mancha y en el mar del Norte, su flota flota capaz de enfrentar a los ágiles barcos pequeños de los escan-
era entonces todavía embrionaria. dinavos; y éstos, que ya pudieron darse cuenta de tan extraordinaria
No es posible imaginar lo que hubiera sido, a este respecto, el falla, no tardarán en obtener ventaja de ella cuando, después de
programa de conjunto que Carlomagno, de haber vivido, habría Carlomagno, el Imperio carolingio se hunda en la discordia y en la
llevado a la práctica, pero algunos hechos que hemos anotado hacen anarquía.
pensar que, al igual que por tierra, tampoco en el mar hubiera
permanecido inactivo frente a la creciente amenaza que hacían sentir
sobre su reino los piratas normandos y sarracenos.
CAPITULO IV sinar por un empleado del palacio pontificio.4 Pero de esta manera
~;e comprenderá la impresión que recibió el nuevo papa al saber que
ANEXION DEL REINO LOMBARDO los dos jóvenes sucesores de Pipino el Breve, muerto por entonces
( 24 de septiembre del 768), siguiendo las sugestiones de su madre
Quisiéraío o no, Carlomagno no podía limitar su acción a los la reina Bertrade [o Berta la del pie grande]. se dedicaban desde su
territorios que constituían la zona natural de expansión de la monar- ;1dvenimiento a estrechar relaciones ue alianza con el rey lombardo
quía franca. Italia, que desde los días de Pipino el Breve estaba ínti- por medio de enlaces matrimoniales que parecían comprometer grave-
mamente relacionada con el papado, tenía que imponerse obligada- mente el porvenir; la hermana de los dos reyes francos, llamada
mente a su atención y ocupar. de buena o de mala gana, un lugar Gisela, debía casar cuando fuese núbil con un hijo del rey Desiderio
de primera importancia en su política. y hasta Carlos, ya de inmediato (el año 770). tomaba por esposa a
una de las hijas del mismo rey.& Del lado franco se esperaba atraer
a Desiderio, y la reina Bertrade tenía la ingenuidad de negociar
l..- EMPRESAS DE DESIDERIO Y NUEVO LLAMAMIENTO DEL lndavía con él con respecto a las últimas restituciones a que se había
PAPA A LOS FRANCOS rnmprometido en vida de Pipino; 6 pero, entre tanto, el Soberano Pon-
Como se recordará, desde el año 756 el trono lombardo estaba tífice se indignaba. hablaba de traición y denunciaba aquellas unio-
ocupado por el ex duque de Toscana, Desiderio, con quien creía Pipi- nes y esponsales como obra del diablo en persona, ya que los descen-
no que podría cont~r como aliado de la monarquía franca y de la dientes de la "ilustre estirpe de los francos" no podían, sin renegar
Santa Sede. Alianza frágil, en cualquier caso, que un incidente de sí mismos, unirse con aquellos hijos "de paganos", con aquella
producido, aun antes de morir Pipino, desveló en su valor auténtico. "mza hedionda de los lombardos", sólo apropiada para "engendrar
En julio del 768, dos altos funcionarios de la Curia, el primicerio leprosos",7
de los notarios, Cristóbal, y su hijo, el secundicerio Sergio, solicita- Desiderio no se desalentaba por el fracaso de su primera tenta-
ron imprudentemente de Desiderio que les ayudase a expulsar al tiva de apoderarse del papado. El año 771, al socaire de ir a orar
papa intruso Constantino II, que por una intervención imprevista ante la tumba del príncipe de los Apóstoles y de tratar con Este-
había sido declarado el año anterior sucesor de Paulo 1; 1 Desiderio ban 111 sobre las restituciones, entraba en San Pedro con un desta-
aprovechó la ocasión para intentar colocar en el trono de San Pedro l'amento de soldados, arrestaba al primicerio Cristóbal y a su hijo
a un hombre de su elección, al sacerdote Felipe, quien, a pesar de la d secundicerio Sergio, les hacía horadar los ojos 8 y mantenía
intervención de las tropas lombardas, no pudo mantenerse como luego al papa a su discreción tanto más fácilmente cuanto Cristóbal,
papa sino por un solo día. 2 Pero el hecho no podía ser relegado al
:i ldem, pág. 472.
olvido y el papa Esteban III, elegido el 1 de agosto del 768 en el lu- ·I /dem, pág. 473.
gar de Felipe, tenía buenas razones para desconfiar de tan pérfido r. Codex Carol., n° 45.
aliado. Hasta se decía en Letrán que un sacerdote llamado Waldi- n lrfom, rnrta 46; cf. BoHMER-MÜHLBACHER, nº 139a.
pcrt, que había sido el agente ejecutivo del rey lombardo en el ' <.'m¡,..i: Carol., n° 45.
;1sunto del papa Felipe, había concebido el proyecto de asesinar " ld1•m., n• 4-8, y Li/1n ponti/ir.alis, t. I, págs. 478·480. Sobre la discordancia de
111·• d11s .... lnln~. "c'·n~" L. llA!.l'llEN, /,11 rmp11u11: et le complot lombard (nº 79 de la
1 f,ilwr ¡umti/icalis, t. I, págs. 468-469. llilolinv.rnlín).
.. l d f'lll, pÍ1gs. 1.7().1.71.
ANEXION DEL REINO LOMBARDO 75 76 FUNDACION DEL IMPERIO
el verdadero dueño de Letrán, no tardó en morir a consecuencia de rres de las puertas de San Pedro, 1 6 avisando al rey franco por correo
sus heridas. 0 Así, pues, parecía asegurado esta vez el buen éxito marítimo -ya que las comunicaciones terrestres estaban cortadas
de Desiderio, cuando al morir Esteban 111, a fines de enero del 772. por los lombardos- en un llamamiento particularmente urgente. ¿Iba
fué reemplazado en seguida por un pontífice enérgico, perteneciente a abandonar más tiempo Carlos "a la santa Iglesia de Dios" ex-
a una antigua familia romana, el diácono Adriano, con gran descon- puesta a los ataques de los enemigos? ¿Tardaría más en imitar a su
tento del partido lombardo, que estaba representado en el seno de la padre y llegar en socorro del papado en peligro? ¿Dejaría que el rey
Curia por el cubiculario Paulo Afiarta. 1 º de los lombardos se quedara impunemente con las ciudades y las
Sin dar tiempo a Desiderio y a los .guyos de reponerse, el nuevo provincias arrebatadas a San Pedro? 17
papa, que tomó el nombre de Adriano 1, se apresuró en primer lugar Pese a las negativas de Des1derio, que pretendía haber efectuado
a traer del destierro y a poner en libertad a las víctimas aun vivas del ya todas las restituciones acordadas, una información rápida con-
complot del 771 y con ello a prepararse para la lucha. 11 La mala fe venció pronto a Carlomagno de ia exactitud de las quejas formuladas
de Desiderio era evidente a todos; a la misma hora en que se sabía por Adriano y del peligro, en aumento cada día, que constituía para
que acababa de apoderarse por sorpresa de Faenza, Ferrara y Co- el porvenir inmediato la audacia del rey lombarrlo si no se ponía
macchio y de poner sitio a Rávena (marzo-abril del 772) ¿no fingía obstáculo a ella inmediatamente: y después de aconsejarse entre los
querer reanudar las conversaciones sobre las restituciones esperadas .suyos, decidió, finalmente, intervenir. 1 8
y no hacía protestas cínicas de su inalterable deseo de armonía? 12
Para los francos había llegado el momento de decidirse. Parece
que Carlomagno se resolvió a ello a comienzos del 772, lo más tarde, 11 ....- CONQUISTA DEL REINO LOMBARDO
ya que todo hace pensar que antes de fines de abril de aquel año ya La concentración de las tropas francas se efectuó en Ginebra
había repudiado a la hija del rey lombardo 1 ª y roto con él. Por hacia los finales de la primavera del 773: 19 luego, después de tres
su parte Desiderio, con objeto de hacer imposible toda intervención últimos requerimientos enviados a Desiderio para que evacuase sus
trasalpina de Carlos, preparaba un golpe de Estado en el reino franco conquistas, Carlomagno ordenó el ataque.
en favor de los jóvenes hijos de Carlomán, que estaban refugiados en Había dividido su ejército en dos cuerpos, que se abrieron cami-
su corte junto con su madre, y pretendía que fueran consagrados por no, uno por la garganta del monte Cenis y el otro por el Gran
el Soberano Pontífice mientras se disponía a colocar a este último San Bernardo, obligando de esta manera al enemigo a una precipi-
bajo su protección después de haberle entretenido con vanas nego- tada rétirada sobre Pavía, donde, igual que cuando las campañas
ciaciones.ª ¿Pero cómo iba a dejarse engañar Adriano por aquel de Pipino, el rey lombardo cometió el error de dejarse encerrar. Allí
juego cuando, a las demandas incesantes de evacuación de territo- opuso una feroz resistencia, mientras su hijo Adalgis corría a refu-
rios formuladas por la Curia, el rey lombardo contestaba con ince- giarse, con la viuda y los hijos de Carlomán, a Verana, donde el rey
santes ocupaciones de provincias o de localidades que ya había antes franco no tuvo otro trabajo que atraparlos. En la llanura del Po
evacuado, ya que, despu~s del exarcado de Rávena, volvió a apo- se produjo, por doquier, la desbandada al acercarse el ejército fran-
derarse de Urbino, Montefeltro y Sinigaglia, en la Pentápolis; de co que, en vez de desmovilizarse como era su costumbre al fin del
Gubbio, en Umbría: finalmente, de Otricoli y Viterbo, al nordeste
otoño, esperó pacientemente durante ocho o nueve meses al pie de las
y al noroeste del ducado de Roma? 15 La amenaza se precisaba
murallas de Pavía a que el hambre, las epidemias y el cansancio
de tal forma que Adriano ordenó por precaución reforzar los cie-
realizaran su obra. Finalmente, a comienzos de junio del 774, Desi-
9 Libcr ponti/icalis, t. 1, pág. 487. derio tuvo que rendirse a discreción.20
10 ldem, t. 1, pág. 480.
11 ltlem, t. 1, págs. 486-487.
16Idem, pág. 494.
12 ldcm, t. 1, págs. 487·488.
17Annales royales, año 773; Liber ponti/icalis, t. 1, págs. 493-494.
18 Liber ponti/icalis, t. 1, pág. 494; Annales royales, año 773.
13 Amn. y S1MsoN, t. I, págs. 94-96 y 671-6'73; BoH!llER-MÜHLBACHER, n• 142b.
19 .tlnnales royales, año 773.
J.1 Li bi•r pcmtificalis, t. I, págs. 488·491.
1 r. lcln11, págs. 491-494.
20 Idem, y Liber pontificalis, t. 1, págs. 494-499. Para la fecha de la toma de
Pnvín, rf. BüHMER·MÜnLBACHF.R, n• 163b.
ANEXION DEL REINO LOMBARDO 77 78 FUNDACION DEL IMPERIO
Pero la situación difería hondamente de la que se produjo des- En efecto, durante el sitio de Pavía, manifestó Carlos el deseo
pués de las campañas de Pipino. Mientras entonces el rey franco de visitar las tumbas de los Apóstoles en ocasión de las festividades
no tuvo otro cuidado que el de llenar sus obligaciones con los meno~ pascuales, y la acogida que le preparó el Soberano Pontífice se con-
res dispendios, la campaña de Carlomagno se había realizado con formó -según anota el biógrafo oficial de Adriano 1 27 - con la que,
el propósito de abatir realmente el poderío lombardo. Por esto, como anteriormente, se reservaba "a un exarca o a un patricio". El cere-
medida excepcional. pero de que la historia de Carlomagno ofrece monial era el mismo: una delegación de todos los funcionarios de la
otros ejemplos -especialmente durante las guerras de Sajonia-, capital, llevando a la cabeza sus estandartes, se adelantó a recibir
el rey y su ejército se mantuvieron un año entero en territorio al rey hasta el lugar llamado Ad Novas, a treinta millas de Roma; a
enemigo, única manera eficaz de conseguir un resultado decisivo. una milla de la capital estaban las diversas secciones ( scholae) de
Desde Pavía hasta más allá de Verona, las provincias lombardas la milicia urbana y de la juventud escolar con palmas y ramos
habían sufrido la ley del vencedor y en aquellas provincias en las que de olivo, cantando laudes; finalmente, a la entrada de la ciudad
sus ejércitos aun no habían penetrado, los representantes de Desi- esperaban para ir delante anunciando la llegada del ilustre huésped,
derio se habían apresurado, en su mayoría, a presentar su sumisión ::n las cruces regionales. 28 Al volver a poner en práctica este ceremonial,
aunque después de la caída de Pavía, el rey franco venía a ser en dispuesto, sin duda, de acuerdo con el mismo rey franco, el patri-
realidad el dueño de todas las porciones del reino en donde se ejercía ciado de éste, hasta entonces puramente honorífico, posiblemente
la directa autoridad del rey lombardo. En cuanto a Adalgis, había adquiría un valor efectivo.
abandonado la lucha para ir a buscar refugio a Bizancio.122 Además se permitió a Carlos penetrar dos veces en Roma para
El final se imponía: Desiderio y su esposa fueron relegados en practicar allí sus devociones. Llegó el sábado santo ( 2 de abril del
cautividad y, antes de que se volviera a comenzar con otro príncipe 774) a San Pedro, en la orilla derecha del Tíber 29 y aquel mi.smo
lombardo una experiencia decepcionante, el rey franco conservó para día fué, con su -séquito y en compañía de Adriano l. a oír misa en
sí la corona arrancada a Desiderio. 2 3 A partir del 5 de junio del la ciudad, a San Juan de Letrán. Al día siguiente, día de Pascua,
774.. Carlos ordena encabezar las actas oficiales 24 con el doble título fueron a buscarle con gran solemnidad a su campamento, cerca de
de rey de los francos y rey de los lombardos ( rex Francorum et Lan~ San Pedro, una delegación de funcionarios y las milicias urbanas,
gobardorum). para darle escolta de nuevo dentro de la ciudad hasta Santa María
la Mayor, de donde, después de la misa, le llevó el papa a comer al
palacio de Letrán.30 Todos estos testimonios de distinción iban acom-
111.- NUEVA "PROMESA DE DONACIÓN" A LA SANTA SEDE (774) pañados, además, por múltiples precauciones: antes de permitirle
A estos dos títulos agrega Carlomagno casi inmediatamente, 25 entrar en la capital, el papa había exigido de su huésped el formal
un tercero que hasta entonces ni él ni su padre habían juzgado perti- rnmpromiso de no abusar de esta señal de confianza, y por su parte
nente hacer valer: el de "patricio de los romanos" ( patricirrs Roma~ el rey franco exigió que Adriano se hiciera responsable de su segu-
norum). que fué conferido por el papa Esteban II a Pipino y a sus ridad personal. 31 Pero entonces, ¿si desconfiaban así el uno del otro,
hijos en ocasión de su viaje a la Galia,20 y esta adición de tal título parn qué todas aquellas ceremonias y manifestaciones espectaculares?
resulta significativa, sobre todo si la relacionamos con algunos Es que, en realidad, había llegado para ambos la hora de escla-
detalles del protocolo que se siguió en Roma en ocasión de la visita recer una situación que amenazaba con complicarse al extremo. Aun-
que el rey franco hizo a aquella ciudad algunas semanas antes. que, en el momento de esta visita, no se hubiera rendido Pavía, su
r;1ída no ofrecía dudas a nadie. Pero este acontecimiento no arre-
21 Annales royales, año 774; Liber pontificalis, t. 1, pág. 499. Cf. ABEL y Srnsox.
t. I, págs. 188-189. :!7 Liba po11ti/icalis, t. I, pág. 497.
~H ltlc111, páv;s. 496-497.
22 Annales royales, año 774.
n AnEL y Sn-1soN, t. I, pág. 194. ::u No huy qui' olvidar que San Pedro estaba fuera de Roma, que entonces se
rslrndíu por 1·ornpl1•10 en In margen izquierda del Tíber.
24 BoH:11Ea-MünLnAcHER, n• 165.
:w l.ilu~r ¡u111ti/icalis, t. I, pÚJt:s. ·197- 1190.
2:. (.f. /dem, nos 165 y 167.
:11 ¡,¡,.,,,, pi'w. ''''7.
:rn V . .m¡¡ra, ¡11ÍI(. 21.
ANEXION DEL REINO LOMBARDO 79 80 FUNDACION DEL IMPERIO
\liaría nada si, como en los días de Pipino, se iba a limitar todo a llán y notario, redactar otra promesa de donación, según el modelo
scmimedidas. Parecía, por tanto, necesario un acuerdo previo entre de la precedente". Fué, pues, Ja promesa del 754, no la donación
d rey franco y el Soberano Pontífice, si se querían evitar más tarde efectiva del 756, si es que el relato del biógrafo pontificio es exacto,
penosas discusiones; y, por otra parte, la prolongada resistencia la que confirmó y volvió a emplazar, el acta del año 774.
de Pavía inclinaba a Carlomagno a ser prudente. Tenía en sus El rey franco, prosigue el biógrafo pontificio, "concedía en ella
manos, además, asuntos en demasía, para tratar de deséonocer el a San Pedro las mismas ciudades y los mismos territorios y prome-
apoyo que en Italia le podría proporcionar la diplomacia pontificia tía entregarlos al papa hasta la línea fronteriza señalada" en el acta
más activa que nunca desde que Adriano ocupaba el trono de San Pe- de Pipino. Esta línea, según él. era la siguiente: salía de Luna
dro. Por la incesante actividad que desplegaba en los medios lom- (cerca de Spezia), E'n la desembocadura del río Magra, cuyo curso
bardos, especialmente en las provincias próximas a Roma, el papado remontaba, franqueaba el Apenino por la garganta de la Cisa, com-
representaba una fuerza con la que tenía que contarse. prendía Parma, Reggio, Mantua, Monselice, todo el exarcado de
Especialmente hacían reflexionar sus últimos éxitos:; en el verano Ravena "con sus límites antiguos" (es decir, los anteriores a las
del 773, Spoleto había abandonado la causa lombarda y pasado al conquistas de Luitprando) y, finalmente, Venecia e Istria. Córcega,
lado del papa; antes de terminar aquel año, todo el ducado de Spo- por un lado, y los ducados de Spoleto y de Benevento, por el otro,
leto reconocía su supremacía y Adriano daba la investidura al también estaban comprendidos en la relación de .las provincias que
nuevo duque que, con mayor o menor libertad, habían elegido los la nueva promesa reservaba a la Santa Sede; pero con respecto a la
habitantes. 32 Finalmente era de presumir que, ya sin comunicaciones Italia meridional no quedaba precisada la frontera.
con la Italia septentrional, el ducado de Benevento, muy minado por -=-La anterior enumeración, suponiendo que figure en el texto pri-
los emisarios pontificios, no tardaría en seguir aquel ejemplo. Un mitivo del Liber pontificalis, sería suficiente, en todo caso, para de-
realista como Carlomagno tenía que sopesar todos estos hechos. mostrar que el objetivo no era trazar un mapa de los territorios acce-
Una vez más las necesidades políticas conducían al papado y a la sibles inmediatamente a los representantes de la Santa Sede, sino,
únicamente, una línea de demarcación precisa entre la zona de expan-
monarquía franca a precisar sus respectivas posiciones, y el reci-
sión pontificia y la del rey franco, en caso de victoria definitiva de
bimiento concedido al "patricio de los romanos" no era más que el
este último sobre el rey lombardo, y es característico que entre las
preludio de importantes conversaciones con respecto al futuro esta-
provincias reservadas al papado se encuentren algunas como Vene-
tuto que iba a darse a Italia. cia e Istria, que todavía estaban, el año 774, bajo la dominación
Y, efectivamente, el lunes de Pascua vuelven a encontrarse en bizantina. Aunque cabe preguntarse si no habrá sido intencional-
San Pedro el papa y Carlos; en el curso del servicio divino, se ento- mente retocado en estos puntos el texto del biógrafo de Adriano,3~
nan accioni.:s de gracias en honor del "excelentísimo rey de los ya que uno se sorprende cuando menos ante el hecho de que el
francos, patricio de los romanos"; al otro día el pontífice celebra documento del 77'±, por una significativa coincidencia, no se nos haya
en presencia del rey la misa en San Pablo Extramuros: y el miérco- conservado mejor que los del 754 y del 756.35
les, día 6 de abril, Adriano va a visitar a Carlos a la sacristía de De todas maneras no hay que excluir que el informador defor-
San Pedro, en donde firman ambos un acuerdo de conjunto cuyas mase en algo, consciente o inconscientemente,· las cláusulas, ya que
(·lúusulas, por desgracia, conocemos imperfectamente.
· 'Sólo, en todo caso, nos han llegado -en forma de un re!:umen :!4 Sin que sean tan decisivas como él cree, las observaciones que a este respecto
11frPce Monseñor Saltet en su ya cita<lo estudio (n• 108 de la Bibliografía) merecen
d1· estilo sospechoso- las que ofrecían ventajas para el papado. El
s1·r eonsideradas atentamente. Pero nos parecen excesivas las conclusiones que obtiene
n·y. escribe el biógrafo oficial del papa Adriano,33 "una vez que se de ellas. Ya dijimos más arriba (pág. 22 n.) que no las tenemos por fundadas en lo
lii:'.o releer la promesa que fu.é hecha en Francia, en Quierzy", por qm· .. oncicrne a la promesa de Quierey
·111 padre el rey Pipino, confirmó sus estipulaciones; luego "por su :ir. No ciaremos aquí la bibliografía del asunto. Es muy amplia. Limitémonos a
prnpia voluntad y por impulso espontáneo, ordenó a Ithier, su cape- "·iinlar lo que dice, al respecto, Monseñor L. Duchesne en su introducción al Liber
¡11mtifi('(llis, t. 1°, págs. CCXXXVII-CCXLII; P. KEHR, Die sogenannte karolingische
.'fr/i,·11 /'11.11~ ( n• 10-1. 1fo la Bibliografía) ; en fin, muy recientemente, l\fomeñor Saltct,
a:~ ldem, págs. 495-496.
1·11 1·1 1·,111di11 l'l'•·orrludo ••n la noln anterior.
na ltlt>m, pál(. 4911.
ANEXION DEL REINO LOMBARDO 81 82 FUNDACION DEL IMPERIO
en muchos detalles la sucesión de los acontecimientos, como aque- Exarcado y de la Pentápolis, el pontífice se queja amargamente ante
llos que están demostrados de manera irrecusable, parece encuadrar Carlos:
bastante mal con las precisiones que nos da; pero no debe dudarse
que, tanto por parte del pontífice como del rey franco, no existía ¡A qué humillación -le escribe al respecto- está reducida, contra todo lo
esperado, tu santa madre espiritual la Iglesia romana! ¡Qué postración, qué deshon-
un deseo muy marcado de señalar por anticipado en un documento
ra para nosotros, cuando vemos hoy, aun en vida tuya, a miserables e impíos que
oficial lo que cada uno se había asignado en el reparto de los despo- son adversarios tuyos tanto como nuestros esforzarse en arrancarnos posesiones de
jos lombardos para evitar de esta manera eventuales complicaciones. fas que disponemos como señores desde los tiempos de los lombardos! Y he aquí
IJUe nuestros enemigos nos agobian con palabras como éstas: ¿De qué os ha ser-
vido la ruina de la nación lombarda y su sumisión al rey franco? Mirad: no sólo
IV.- APLICACIÓN DEL PACTO DEL 774 no se han cumplido ninguna de las promesas que se os hicieran, sino que las propie~
dades territoriales concedidas a San Pedro por el rey Pipino, de santa memoria, os
Y con todo, resultaba inevitable que una vez derribado Desiderio son ahora arrebatadas!" 38
y en poder de Carlomagno su reino, los intereses del papado y los
de la monarquía franca se encontrasen en oposición. Para Carlos, la Pero, además, no se trata sólo del arzobispo de Rávena. Un año
conquista del reino lombardo señalaba, sin duda, el final de una después de su visita a Roma, el mismo Carlos parece haber olvidaao
etapa; libre de toda inquietud del lado de l~ Italia septentrional, un poco los acuerdos que lo unen con el Soberano Pontífice. Sus
podía entregarse por completo a los asuntos de Sajonia que, en representantes llevan a cabo en Spoleto una obra que justificada-
aquella sazón, necesitaban una intervención rápida. Por el contrario, mente inquieta a este último: el duque que había recibido la investi-
para Adriano se trataba del comienzo de una era de realizaciones. dura el 773 se inclina, parece que invitado o animado por ellos, a
De la promesa del rey franco, creía poder obtener inmediatos bene- cambiar de obediencia y a reconocer la autoridad carolingia, dis-
ficios completando la obra comenzada en los días de Pipino y, segu- puesto a traicionar pronto a su vez al rey franco, en provecho del
ramente, contaba para ello, según dice su biógrafo, con el apoyo hijo de Desiderio, Adalgis, que se mueve en la sombra.s9 Vanamente
que el rey franco le había prometido. recuerda Adriano, el año 775, su solemne promesa a Carlos; 40 éste
Así, no bien éste tomó posesión del trono lombardo, ya el Sobe- no tiene escrúpulo en entrar al año siguiente en Venecia, acampar en
rano Pontífice hubiera querido verle intervenir en su favor. Su co- Treviso y apoderarse de Friul, cuyo duque parece que estaba com-
rrespondencia revela de nuevo una impaciencia que haría sonreír, si plicado en la conjura urdida en favor de Adalgis. 41 También desde
no presagiara muy próximas y molestas discrepancias. ¿Qué espera, esta época interviene el rey franco en Istria. 42 Así, lejos de ayudar
pues, el nuevo señor de Pavía, para asegurar la evacuación de los al Soberano Pontífice a realizar sus esperanzas, Carlos, poco a poco
territorios que desde hace tantos años está esperando la Sa11ta Sede metido en los complicados asuntos italianos, parecía entonces traba-
que se le devuelvan? 36 ¿Cuando fué a Roma Carlos, no declaró jar en su contra.
solemnemente que no se rendía ni al incentivo "del oro, de las pie- Pero, al mismo tiempo que Adriano se lamenta de aquellas inter-
dras preciosas o de la plata" ni a la vana sed de gloria o de conquistas venciones, continúa pidiendo otras en su beneficio. A comienzos del
y que su única ambición era, como la de su padre otrora, la de año 778, urge a Carlos para que vaya a conferenciar con él a Roma;
"luchar para que se ·hiciera justicia a San Pedro, para completar la se sorprende de que no demuestre suficiente atención a los inte-
exaltación de la santa Iglesia de Dios y para acrecentar la seguridad" reses de la Santa Sede; quisiera que fuese menos olvidadizo del
de su cabeza? 3 7 Ahora bien, una vez terminada la conquista de las ejemplo dado por "el piadoso Constantino de santa memoria", aquel
provincias septentrionales ha vuelto a pasar los Alpes, y Adriano gran emperador por cuya generosidad fué elevada y exaltada la
casi se lo reprocha como una deserción. Como el arzobispo de Rá- santa Iglesia romana, católica y apostólica a la que él concedió
vena, contagiado por el ejemplo, quisiera crear para sí, a expensas
del Estado de San Pedro, un dominio temporal apoderándose del :11-1 ltlcm, n• 49 (fines del año 77-1.).
:l!J l1ft.m, nos 56 y 57 (fines del año 775).
·IO ldem.
:w Codcx Carol., nos 49-55.
:n /dr·m, n• S6.
·11 A111111les royalc.~, niio 776; Coclex Carol., n• 57.
·I :~ {.'11t/n f:urol., n• 6:1.
- ANEXIGN DEL REINO LOMBARDO 83 FUNDACION DEL IMPERIO
el poder en estos países occidentales", es decir, en Italia. 4 ª Le de- del reino lombardo, quiere, cuando menos, reconstituirlo en su tota-
nuncia con vehemencia las intrigas del duque de Benevento, quien lidad. El año 786 pasa por tercera vez a Italia, celebra en Flo-
en connivencia con el patricio bizantino de Sicilia y con otros per- rencia la Navidad, va a Roma, donde se detiene algunos días y
sonajes bastante ambiguos, prepara una conjura de la que el rey luego invade el ducado de Benevento, en donde, desde Capua, dicta,
franco no dejará de ser igualmente víctima.44 a comienzos del 787, sus condiciones al duque Ariquis, que había
Retenido mucho tiempo por otros cuidados, volvió, finalmente, corrido a refugiarse en Salerno. El duque, así como sus súbditos,
Carlos a Italia; el 780 celebra las fiestas de Navidad en Pavía y son obligados a prestar juramento de fidelidad al vencedor, y a
reside allí todo el invierno; en la primavera del 781 va a pasar las entregarle rehenes, entre los cuales figura el hijo de aquél, Gri-
Pascuas a Roma donde Adriano bautiza a su segundo hijo Pipino y moaldo.4ª
consagra a -éste y a su hermano menor, Luis, como reyes. Pipino Sin duda, a las nuevas victorias francas debió el papa diversas
en aquella ocasión recibió el título de rey de Italia.45 Nos faltan ventajas territoriales, entre otras la cesión de Capua, 49 aunque desde
detalles sobre esta estancia de Carlos en la ciudad pontificia; en el comienzo se hiciese Carlomagno prestar allí juramento de fideli-
particular, no sabemos hasta qué punto se mantuvo en la misma dis- dad 5o y la ocupación de la ciudad y de su comarca, si alguna vez
creción que el 774; pero la concesión de la corona lombarda a Pipino. llegó a efectuarse, no haya sido sino provisional. En aquella coyun-
la formación al lado de este niño de una corte y de un personal tura obtuvo Adriano -y esta vez de hecho- una rectificación de
administrativo destinado a aplicar en la península la legislación fran- fronteras al norte de la Tuscia romana, en donde el rey franco
ca, 4 6 demuestran bastante bien que Carloroagno comenzaba a intere- separó en su provecho de los territorios lombardos las ciudades de
sarse seriamente por Italia. Viterbo, Bagnorea, Toscanella y Soana 5l a las que se agregó, en
Con todo, cada vez menos detienen la atención del rey franco principio -sólo en principio 52_ las localidades, ya más alejadas,
los asuntos del papa. Así, en los años siguientes, no cesa Adriano de Rosellae, cerca de Grosseto y de Populonia, cerca de Piombino. 53
de reclamar justicia para la Santa Sede. Sus quejas no se refieren Pero estas liberalidades, fueran o no efectivas, tuvieron por contra-
sólo a la ejecución de las promesas del 774, ya bien olvidadas; insiste partida el abandono de lo restante. Nada se dice de la Toscana
C"n la restitución de simples patrimonios de la Iglesia de Roma, es propiamente dicha que, sin embargo, estaba incluída por entero en
decir, de bienes raíces diseminados al azar por toda la península la zona pontificia prevista el 774; tampoco se habla de los territorios
rnmo consecuencia de las liberalidades que desde hacía siglos se les que debían completar entonces el Exarcado, tanto en la Emilia como
;iccptaban a los fieles. El gobierno carolingio, que ha heredado el al norte del Po: ni Módena, ni Reggio, ni Mantua, ni Vicenza, ni
producto de las expoliaciones lombardas, demuestra en privarse de Verona, para no citar sino algunos ejemplos, nunca formarán parte
<'ll;1s una evidente renuencia. Para cada propiedad territorial es nece- del Estado pontificio y basta con leer la serie de actas oficiales
·:.1rio realizar interminables negociaciones, acumular pruebas y tes- extendidas por la cancillería de Carlomagno, para convencerse de
1i111onios. El papa acabó por perder la paciencia, y sin salir, por lo que, en ningún momento, parece que el sucesor de Desiderio hiciese
~¡rncral, del estilo pleno de unción que era regla de su cancillería, el más ligero ademán de desprenderse de ellos. 5 ""
'kwcla con frecuencia su mal humor. Hasta llega a denunciar el
·I K A1males royales, años 786 y 787.
•":píritu leguleyo que ponen en sus funciones los agentes de la monar-
rn Codex Carol., nos 82 y 83 y Apéndice, n• 1 (en el t. llI de las Epistolae,
•1111;1 franca. 47 pl͵s. í15'l-655). Que la donación comprendiera, además, "la orilla izquierda del Liris"
1)l'. la íntegra aplicación del programa del año 774 no parece que y las c·iuclades de Sora, Arpino, Arce, Aquino y Teano, no es más que una simple
.• 11.dase. Carlos que, después de haber designado para el trono de cl1·clurl'i(m sarada del acta sospechosa por la que Ludovico Pío habría confirmado
l '.1,·1.1 ;1 su hijo Pipino, sigue sin embargo presidiendo los destinos 1·1 1117 las donaciones anteriores ( Bi:i1T\IER·Mfa1LllACIIF.R, n• 643).
:,o V1~asc· Cmfrx Caro/., n• B3 y Apc'.,n<lice n• l, págs. 654-655.
1:1 /d,·111, n'' 60. r, 1 f,/,•m, n• 110.
:;~ l1frm, n• IM.
11 /d,·m. "º' 61 y M ..
1 '· ,.¡,,,,,,¡,., royllltos, aííos 780 y 781, pág. 56. r,:1 f,/,·111, 11• 110.
l •1 1 ·,1¡1it1ilmi11, t. T, n• 91, páv,s. 191-193. :, 1 \'1'.a·-1· /Ji¡i/1111111111 T<1110/., 1. 1, 11º' 1131776), l:n (780), 1471782), 183(797),
1• \ 1·11·,,. f.'111/n (.'11111/., "º' 110. (1•i, fiB n 7'!., 711, 80, 82 n !14. IB/l'i 1l 1ll, 1·11-.: ('11¡1it11/111i11, l. 1, 11" 1Jl17B:!-7Bh) urt. 9 (pÍ1µ. 19:1, línru 1:1).
ANEXION DEL REINO LOMBARDO 85 86 FUNDACION DEL IMPERIO
También conservó el rey franco la soberanía sobre la Sabina 55 A ejemplo de sus predecesores lombardos, ya tenía, a la sazón, que
a pesar de las tentativas hechas por el papa para crear una confu- considerar la unidad política de la península como una necesidad
sión a aquel respecto sirviéndose de la anfibología entre territorio, a absoluta, aunque le fuera cada vez más difícil satisfacer las exigen~
propósito de un antiguo terreno, y patrimonio de su iglesia, que, cias pontificias, muy imprudentes, además, por carecer de medios
finalmente, por otra parte, le fué restituido hacia el 782. 56 Y cuando ejecutivos, como lo demuestran los llamamientos incesantes de Adria~
Adriano se atreve a afirmar que todo el ducado de Benevento debe no solicitando el concurso de su aliado.
serle entregado, 5 7 Carlos se hace el desentendido. A lo sumo consien- Por otra parte, resultaba muy difícil, por no decir que imposible,
te que en aquellas comarcas el Soberano Pontífice y sus agentes le mantener una demarcación clara entre los territorios reservados al
sirvan de informadores, 5 8 sin que por ello se crea obligado a seguir Soberano Pontífice y los que Carlos había decidido mantener bajo
sus consejos; más aun, cuando, en el verano del 787, se trata de su autoridad directa. El gran número y la diseminación de los patri~
designar sucesor al duque Ariquis, que acaba de morir, pasa por monios de la Iglesia romana, el peligro que existía de que se esta~
alto las observaciones del papa, que se opone con todas sus fuerzas al bleciera una confusión -como hemos visto en cuanto al patrimonio
nombramiento de Grimoaldo, hijo del fallecido, que desde hace de Sabina as_ entre los más extensos de ellos y las provincias cedidas
algunos meses está en Francia como rehén,59 y al elegirle rodea la en plena soberanía al jefe de la Iglesia, así como su enredo y la
designación de medidas destinadas a hacer más estricta la autoridad obligación que tenía el papa, dada la configuración de sus Estados
de rey franco en el ducado.ªº -que cortaban en dos partes la península a todo lo ancho- de
Precaución ilusoria, a decir verdad, pues Grimoaldo, como Adria- dejar un derecho de peaje en su territorio a los representantes y
no, lo había previsto, no tarda en sacudir el yugo y conducirse aun a los ejércitos del rey franco, planteaban problemas de los que
como príncipe independiente.ª 1 Pero con ello nada gana el papado, no se podría obtener solución, a no ser que, en la práctica, una de
ya que se da motivo para que las armas francas intervengan varias las dos potencias se subordinara a la otra en lo temporal. Todos los
veces en aquella zona de Italia, en donde ya no se hablará más pergaminos del mundo -auténticos o no- resultaban estériles para
de los derechos pontificios.a2 resolver aquella dificultad.
Pronto lo advirtió Adriano en su detrimento. Nada más signifi~
V.- CARLOMAGNO, DUEÑO DE ITALIA cativo que el espectáculo de este orgulloso pontífice, en el que por
momentos reaparecía el alma soberbia y altiva bajo la aparente
La transferencia de la corona de Pavía al rey franco, tuvo, pues,
humildad del estilo protocolario, reducido al cabo de algunos años
como consecuencia convertirlo en el heredero de las pretensiones
al papel de auxiliar dócil de la política desarrollada por el príncipe
lombardas. Lleno de consideraciones hacia el papado y sin que en
franco. 64 A las veces siente un sobresalto de independencia y pro~
un principio tratase de negar nada, en líneas generales, de las dona-
testa contra las usurpaciones del rey y de sus representantes. Así,
ciones acordadas por su padre y después por él mismo cuando fácil-
el año 790 o el 791, en una extensa misiva 6 5 en la que abundan las
mente se podían mostrar generosos usando de la propiedad ajena,
expresiones de doble sentido sobre la devoción de su destinatario
Carlomagno consideró la situación de manera bien diferente en
a los intereses de la Santa Sede, llega hasta protestar ante Cario~
manto personalmente se puso a la cabecera de los destinos de Italia.
magno contra la ligereza con que son violadas sus prerrogativas
r.r. Véase Diplomata Karo:., t. I, nos 98 y 99(775), 111(776), 146(782), 160(788), judiciales y se atreve a escribir frases del tono siguiente:
1·¡1 y 172 ( 791), etc.
;,i; <:"'lcx Carol., nos 60, 68 a 72. El papa logrará sus propósitos en el siglo IX. '"Vuestra Real Excelencia me escribe que no teniendo ella inconveniente alguno
••; ld1·m, no• 80, 82, 84. en que tal obispo o tal conde o tal súbdito de sus Estados pueda venir a vernos ya
r,s ld1'111, nos 82 y 83. por nuestra convocatoria ya por su voluntad, no podría disgustar a nuestra Pater-
r.11 /1fom, nos R3 y 84.
nidad que uno de los nuestros fuera junto a vosotros ya para saludaros, ya para
1111 v.~11'1' H. POUl'ARDIN, Histoire des principautés lombardes (nº 91 de la
llolol1u;o1alí11l, lc·r. artÍ!'Ulo, pág. 269. n:i V(,ase: p1Íg. 85, .~upra.
111 Jd,·111. ¡uír,. :nn.
U·I V(.as<', "ntre otros, Cotlcx Caro[., nos B3, B4, 86, 94.
11'' ''"""'· 111'1~"· 270-272. or, lhid., n• 94.
ANEXION DEL REINO LOMBARDO 87
pediros justicia. Sin duda; pero no vólyais a ofenderos si, desde el momento en que
vuestros súbditos no pueden venir ad limina apostolorum y junto a nosotros sin una
autorización vuestra, cuando los nuestros deseen ir a veros, tengan igualmei;ite la
obligación de pedirnos autorización y una carta de ruta. Y, lo mismo que no deja·
rnos nosotros de exhortar a aquellos súbditos vuestros que recibimos a que- se
empeñen con todas sus fuerzas a serviros con pureza de corazón y absoluta
fidelidad, también rogarnos a vuestra real Prudencia que tenga la bondad de invi·
tar a aquellos súbditos nuestros que vayan junto a Ella, que hagan lo mismo con
respecto a nosotros." CAPITULO V
Pero ¿qué fuerza podían tener tales protestas frente a la dura \ EXALTACION DE CARLOMAGNO AL IMPERIO
realidad? Lo ineluctable se realizaba; en el suelo de Italia se había
dado el papado, en la persona del rey franco, un protector interven- Desde fines del siglo VIII, y antes de que coronase todas las con-
cionista, invasor, de tal manera que no bien se había establecido su quistas que había emprendido, aparecía Carlomagno como el dueño
dominación temporal ya estaba amenazada por el mismo a quien de Occidente. Sajonia estaba vencida, ya que sólo guedaba por
se la debía. A diferencia del rey lombardo, que se presentaba ante p;1cificar su extremidad septentrional. El l"ing de los ~varos había
Roma como enemigo, Carlos aparecía, en aquella sazón, como amigo mido en poder de los francos, con sus fabulosos tesoros. El poderío
sincero y leal; pero Roma y todo el Estado pontificio no son ya más, de Carlomagno se extendía, entonces, hasta Pannonia y encetaba ya
en algunos aspectos, que una prolongación de aquella Italia que el vigorosamente el mundo eslavo. Italia estaba bajo su dominación, y
nuevo rey de Pavía se esfuerza en rehacer. Sus intervenciones se acabamos de ver a un papa tan orgulloso como Adriano obligado
hacen allí cada vez más numerosas y más indiscretas; no sólo en muchos casos a oscurecerse ante él dentro de sus propios Esta-
circulan sin cesar por los territorios pontificios sus agentes, no dos. En estas condiciones ¿no era natural que, a los títulos reunidos
sólo los súbditos del papa -como h~mos visto por la carta del 790 tic rey de los francos, rey de los lombardos y patricio de los romanos,
o del 791 que acabamos de citar- pueden ser convocados ante él o que hasta entonces llevaba, viniera a unirse otro que los englobase
sus representantes, sino que interviene en muchos otros asuntos y mejor adaptado a la preponderante situación que había adquirido,
que, en principio, escapaban a su competencia. Así, por dos veces titulo que marcaría, al fin, con toda claridad ante todos el papel
tienen que recordarle Adriano con firmeza que no debe intervenir en que representaba realmente en Occidente?
Rávena en la elección de arzobispo ni tampoco hacer que sean vigi-
ladas por un delegado suyo las operaciones electorales; 66 y están
1.- CARLOMAGNO, ÁRBITRO DE OccIDENTE
cercanos los tiempos en los que, ya muerto Adriano, se permita
Carlos, cuyo poderío no ha cesado de ir en aumento, mucho más Un hecho de capital importancia dominaba toda la cuestión:
graves usurpaciones hasta en las orillas del Tíber. durante los acontecimientos que habían tenido lugar en Italia, desde
que Carlomagno intervenía en los asuntos loi:nbardos, el mundo
occidental había adquirido junto a él y por él la conciencia de su
tlflidad frente al "Imperio romano" que, en el este del Mediterráneo,
J >roseguía su curso ocho veces secular y seguía encarnando la tradi-
cirºin de la Roma antigua. Replegado en el Bósforo, en la "Nueva
l~oma". aquel imperio no poseía ya, de sus territorios al oeste del
/\driútico y del mar Jónico. más que esparcidos y raros restos de los
que nada podía esperar en el porvenir. El mismo papado había cesado
1k mirar hacia el sucesor de Constantino y de Teodosio. para vol-
v1·rsc rrsueltamcntc al lado del carolingio, con quien se sentía en
l(l ;11h-lantc intim;1111cnh.· solidario; y, ;i) iHual que él. todo el Ocri-
1:n <."111/1·.1 f."rr111/ •• 11"·· 11;, y 111.
drnli· o, al 1111·11os, todo l'I ( kl"idrnte continental. comprendió, ;il fin,
KK
EXALTACION DE CARLOMAGNO AL IMPERIO 89 90 FUNDACION DEL IMPERIO
que, rodeando al vencedor de Sajonia, ganaría en vigor y en posi- "Advierte bien al papa que debe honestamente y, ante todo, observar los santos
bilidades para su porvenir. dnones; decidle que debe gobernar piadosamente la santa Iglesia de Dios según
los acuerdos que llevaréis y según su conciencia. Repetidle, con frecuencia, que el
Y a muy al final del siglo VIII, después de la muerte del papa honor al que acaba de ser elevado es pasajero, mientras que será eterna la recom-
Ad ria no 1 ( 25 de diciembre del 795) , aquella situación se iba a prnsa prometida a las buenas obras. Persuadidle que se ocupe con la mayor dili-
precisar más todavía. Procedente de aquel medio de clérigos modes- urncia en desarraigar la herejía simoniaca que mancilla en muchos santos lugares el
tos que llenaban las oficinas de Letrán, y ascendiendo por sucesivas sagrado cuerpo de la Iglesia. Dile cuanto recuerdes de los problemas que nos
pr<?ocupan ... Que el Señor conduzca y dirija bondadosísimamente su corazón para
etapas desde las más modestas a las más elevadas funciones del
qut• pueda servir útilmente a la santa Iglesia de Dios e interceder en nuestro
palacio pontificio hasta ser promovido a Soberano Pontífice el 26 r.1vor.'' s
de diciembre del 795, el sucesor de Adriano, León 111, había sentido
más que otro alguno la necesidad de asegurar a su poder el apoyo más Era tanto como decir que hasta la dirección espiritual del mundo
completo del rey franco. 1 Las reservas que Adriano aun se creía de Occidente quedaba reivindicada entonces por el rey franco.
en el caso de abrigar, y las resistencias que creía útil oponer a las A esta eventualidad parecía que León 111 se resignase tanto más
usurpaciones de su aliado, ya estaban fuera de sazón; desde su fúcilmente cuanto su personal posición era más insegura. Su elec-
advenimiento al trono pontificio, León se rinde ante los hechos y ción, lograda por sorpresa al otro día de la muerte de Adriano, en-
trata a Carlomagno con las consideraciones debidas a un jefe, colo- rnntró en Roma una oposición que, en el verano del 798, degeneró
cándose a su lado como colaborador subordinado. Había recibido, en desórdenes. 4 En la primavera siguiente se estaba en la Ciudad
sin protestar, la carta por la que el rey franco, seguramente con la Eterna en pleno drama. El 25 de abril del 799, cuando se dirigía
pluma de Akuino, al felicitarle por su elevación a la Sede de San Pe- para una procesión desde Letrán a la iglesia de San Lorenzo en
dro, le recordaba que contaba con él para laborar "en el robusteci- Lucina, León 111 fué atacado por una banda de conjurados con la
miento de su propio patriciado" es decir, de su dominio sobre Roma rnmplicidad de dos altos funcionarios del palacio pontificio, entre
en su calidad de patricio de los romanos, y luego agregaba frases ellos el mismo sobrino de su antecesor. Derribado en tierra y apa-
cargadas de intención: lrado, fué objeto de odiosas y crueles violencias: se trató de arran-
carle la lengua y de horadarle los ojos y cuando le levantaron
"Deseo establecer con Vuestra Beatitud un pacto inviolable de fe y de caridad, bañado en sangre fué para encerrarle en una celda del monasterio
por el cual. .. pueda seguirme por doquier la apostólica bendición, y la santísima
sede de lu Iglesia romana sea constanteme::1te defendida ... por mi devoción. Me
de San Erasmo, de la que sólo la oportuna intervención de dos
pertenece, con la ayuda de la piedad divina, defender en todos los lugares a la missi del rey franco lograron salvarle. 5 Pero los conjurados no cedie-
santa Iglesia de Cristo por las armas; fuera de las fronteras, contra las incursiones ron y colmaban al papa de acusaciones, especialmente la de adúltero
de los paganos y las devastaciones de los infielt"s; dentro de ellas, protegiéndola por y perjuro. 6 ¿Quién, sino Carlos, era capaz de sacar al papa de aquel
la difusión de la fe católica. A vos, Santísimo Padre, pertenece, elevando las manos ;1tolladero? El desesperado llamamiento del Soberano Pontífice llegó
a Dios con Moisés, ayudar con vuestras oraciones al triunfo de nuestras armas...
Que vuestra Prudencia se adhiera en todo a las prescripciones canónicas y siga
hasta él cuando se encontraba en lo más apartado de Sajonia lu-
constantemente las reglas establecidas por los Santos Padres, a fin de que vuestra diando contra los paganos.7
vida proporcione en todo el ejemplo de la santidad; que de "l."uestra boca no salgan Cuando el papa se decide a trasladarse a Paderborn a donde lo
más que piadosas exhortaciones y que vuestra luz brille delante de los hombres.'' 2 h.1 invitado Carlos a ir a encontrarle para esclarecer la situación,
lns c-scritos de los contemporáneos y, en especial, la correspondencia
Al confinar de esta manera al papa en la oración, Carlomagno 1h· Akuino, retiñen con un sonido nuevo en parte. En una carta del
se reservaba para sí el terreno de la acción. El portador de su 11ws de junio del 799, escribía este último al rey franco:
carta, su fiel Angilberto, tenía orden de comprobar de cerca la justa
distribución de las tareas. Sus instrucciones decían: :1 /tlcm, n• 92.
1 W·asc la rnrtn 1lc Ar.c.UINO, n• 159, pág. 258.
1 Sohr" León III, vrase Liber Pontificalis, t. 11, págs. 1-35. Cf. Ch. BAYET, ¡, cr. llAn:'I', 11rl. dt.; Am-:1. y SrMSON, t. 11, pág. 163-187.
1;,:¡,.,.,;1111 "" Uo11 111. l.a réi:olte des Romains en 799 et ses conséquences, en el 11 ~: .. g(m el lt~Hlimonin de A1.cu1110, en ~n Correspondencia, 11• 179, 11ág. 297
A11111111ir1· ,¡,. la fl1w11l11: tf,,s l.r//rC's clt' Lyon, año 1° (1883). fase. 1, págs. 173-197. ,,.,.,,.,¡., .¡,.¡ ·¡11•1).
'.! ¡\ 1.f'I 1N11, (,'11rr1'.'/1tllld1•111·i11. 1'111'111 n• 93. • ll~HI', / .. , .. ··ir.: i\1111. 1 S1~1s11N, l. 11, 111'1gs. lfi:l-1117
EXALTACION DE CARLOMAGNO AL IMPERIO 91 FUNDACION DEL IMPERIO
"Hasta ahora, tres personas han alcanzado la cumbre de la jerarquía del M i1· 111 ras tanto, todo concurre desde el verano del 799 a forti-
mundo: l 11 .ar l.1 posición de Carlomagno y a hacer prevalecer la idea de que
"1° El representante de la sublimidad apostólica, vicario del bienaventurado
•··. d ;1rhilro supremo de Occidente. El viaje del papa, que apenas
Pedro, príncipe de los Apóstoles, del cual ocupa la Silla. Lo que ha sucedido al que
actualmente tiene esta sede, ha tenido a bien vuestra bondad hacérmelo saber. • 111.1110 dl' sus heridas se traslada al corazón de Sajonia para pedirle
''2° Viene luego el titular de la dignidad imperial que ejerce el poderío secular .1v11d.1, produjo una intensa impresión. En un poema de estilo épico 14
en la segunda Roma. De qué manera impía ha sido depuesto el jefe de este imperio, v l'"~;lnior a la entrevista.u un poeta, que se cree era Angilberto,
no por extranjeros, sino por.los suyos y por sus conciudadanos, se ha extendido por e1l11 w11e materia para exaltar en sonoros versos y acumulando hiper-
todas partes la noticia. ¡,. olirns epítetos "al rey Carlos, cabecera del mundo y cumbre de
"3° En tercer lugar está la dignidad real que nuestro Señor Jesucristo os ha
reservado para que gobernéis al pueblo cristiano. Esta dignidad es superior a las
l·:11mpa", 111 el único capaz de "someter a justo juicio la conducta"
otras dos y las eclipsa y sobrepasa en sabiduría. dl'i papa y "vengarle de los crueles ataques" de que ha sido objeto. 17
Sólo en ti se apoyan ahora las iglesias de Cristo, de ti sólo esperan la salva- En la profusión de reminiscencias clásicas que se agolpan bajo su
ción: de ti, vengador de los crímenes, guía de los descarriados, consolador de los pluma, emplea el poeta dos veces, para aplicarlo a Carlomagno, el
afligidos, sostén de los buenos.'' 8 1·pitcto de "augusto". 18 También por dos veces lo llama "el Augusto"
No podría decirse con más claridad que la monarquía franca y "el gran Augusto", 1 9 con lo que da a entender que el rey de los
era la única esperanza que le quedaba al mundo cristiano ante el francos ocupa a sus ojos, en la Europa de entonces. -y este nombre
hundimiento del mismo papado, ni subrayar de manera más nítida de Europa le es familiar-. el lugar que otrora un Augusto.
que el poderío del rey franco venía a substituir en aquel momento Por los mismos días y bajo la influencia de iguales acontecimien-
al antiguo poder imperial que se creía destruido por la deposición de los, el obispo de Orleáns, 1'eodulfo, dedica al rey unos aduladores
Constantino VI el 797. versos.~º en los que, después de recordar que es el "honor y la
Además, aparece, a la sazón, resbalando bajo la pluma de Al- !Jloria del pueblo cristiano", no vacila en escribir que San Pedro en
cuino, una expresión nueva que refleja la situación creada; es la persona "queriendo ser sustituido por él" "lo ha enviado para que
del "imperio cristiano". Los duques francos defienden vigilantes s<ilvc" al papa. "El que posee las llaves del cielo ..-le escribe aún-
las fronteras de ese "imperio cristiano":º Carlos es el protector de ha ordenado que tengas las suyas". 21 Y concluye: "Tú gobiernas la
ese imperio 10 y está empeñado constantemente en ensancharlo IHlcsia ... el clero y el pueblo."
por medio de las armas. 11 Esas dos palabras "imperio cristiano", Finalmente, en el otoño del 799, cuando Carlos, después de
hasta entonces extrañas al vocabulario de Alcuino, pero que, de haber hecho regresar a León 111 a su capitaI,22 se dispone a ir tam-
pronto, se le hacen familiares,1 2 traducen el concepto "pueblo cris- hit·n a visitarle para determinar sobre el terreno las responsabilidades
tiano" que ya hacía algún tiempo se usaba, aun en los documentos 1·11 que hayan incurrido tanto los conjurados como el mismo papa,
oficiales, para designar a la cristiandad de Occidente. Y ese "imperio J\kuino, por muy opuesto que en un principio se mostrase a cual-
cristiano" es el que, como nunca, forma un masivo conjunto detrás quier forma de proceso contra el Soberano Pontífice, 2 ª no puede
del rey franco; sobre ese "imperio" se extiende su autoridad, sin
1-1 l'uhlicado por Düi.\OILER, en los Poetae lat., t. I, págs. 366·379.
que esta expresión, que Alcuino opone entonces intencionalmente a ir; En Lodo caso es anterior a la muerte de la reina Liutgarde ( 4 de junio del
la de Imperio romano, 13 tenga todavía en su pluma un sentido igual; 1111111, a qui"n d poeta hace aparecer sin aludir a su muerte.
pero el uso que hace de ella actúa poco a poco a la manera de una 111 Versos 92-93.
idea dominante y, conscientemente o no, prepara a lús contemporá- ... VPl"MlS 388-390.
18 VcrsosMy94.
ne~s para los acontecimientos de que pronto será Roma escenario.
111 Versos 332 y 406.
8 Correspondencia de ALCUINO, n• 174. !'.o l'uhlirailos por DÜMMLER, Poetae lat., t. I, págs. 523-524.
9 Idem, n• 185. ' '.! 1 A su uclv1·nimirnto, hahín enviado León III a Carlomagno, como signo de
10 Idem, n• 177. h111111r, las lla\'rs de lu 1·0T1ft•sió11 1lt: San Pedro y un estandarte de la ciudad de Roma.
11 ldem, n• 202. v.·.,l'•I' A111111l···' f".)"llit-." uiín 796, 1·rl. Kurzl', pá;.::. 9!1.
12 ldem, nos 200, 234, 245, 249. ···· :\1111. )' S1MS11N, l. 11, pÍ1¡:s, IR6-1117.
1 :i ld<'m, nos 200 y 21S. '·'ª V•º·n-.· '11 1·nr111 u Arn dr Snl1.ht1r¡:n, n• 179 el" lns F:¡1i.,tola1>, 1. IV.
EXALTACION DE CARLOMAGNO AL IMPERIO 93 FUNDACION DEL IMPERIO
contenerse de enviar a su "amado David" -tal es el sobrenombre narse ante la voluntad de Carlomagno, que se había hecho cargo
del rey franco....- un breve poema en el que expresa, en elegantes personalmente del asunto y dirigido la información,a:i y al cabo
versos, sus esperanzas y sus deseos. 2 4 ¡Ojalá pueda Carlos curar de tres semanas, el 23 de diciembre, el papa hubo de someterse en la
las llagas que sufre Roma, restablecer la concordia entre el papa y inlesia de San Pedro a la dura obligación que le imponía el dueño
el pueblo, restaurar el orden y llevar a todos la salvación! "Roma, de Occidente.84 Ante una asamblea compuesta de la misma manera
capital del mundo, ve en ti a su protector"; 25 "haz reinar allí de que la del 1 de diciembre, y en presencia del rey, se presentó como
nuevo la paz y la piedad"; 2 6 "guía al jefe de la Iglesia como a ti reo, no sin hacer las más expresas reservas en cuanto a la legitimidad
te guía el Señor con su mano omnipotente".27 Esta conclusión, del procedimiento: "Para escuchar esta causa", comenzó diciendo, 35
como se ve, es igual a la de Teodulfo: Carlomagno, situado en la "d clementísimo y senerísimo señor rey Carlos, aquí presente, ha
cumbre de la jerarquía terrenal, se convierte en el directo mandatario venido a esta ciudad con su clero y sus nobles"; luego agregó, sin
de Dios ante todos los cristianos de Occidente, incluso el Soberano preocuparse del carácter contradictorio de sus declaraciones: "Por
Pontífice. hido lo cual, yo, León, pontífice de la santa Iglesia romana, sin ser
juzgado ni obligado por nadie, sino por un acto de espontánea
II.- CORONACIÓN voluntad, me purifico y me expurgo en vuestra presencia, ante Dios
que conoce mi conciencia, ante los ángeles y ante el bienaventurado
Con esta calidad emprendió Carlomagno el camino de Roma du- Pedro, príncipe de los apóstoles, en cuya basílica nos encontramos,
rante el otoño del año 800; su viaje se convirtió en un triunfo. El y declaro no haber perpetrado ni ordenado perpetrar los actos cri~
papa, sobre quien todavía gravitaban abrumadoras acusaciones que minales e infames que se me reprochan .. .'' Por mucho que dijera,
le lanzaban los romanos, salió a su encuentro en Mentana, a veinte .iquello era aceptar como válida la intervención del rey fran'co
kilómetros de la ciudad, desde donde regresó apresuradamente para l'll nquel asunto doloroso en que se discutía la dignidad de su vida
preparar una recepción digna de su ilustre visitante. Al día siguiente privada y reconocer, prácticamente, a Carlomagno el derecho de
( 24 de noviembre del 800) recibía solemnemente al rey franco en lo presentarse en Roma como señor soberano.
alto de la escalinata de San Pedro, rodeado de todo su clero y en " Por una coincidencia, que posiblemente no fué casual, el mismo
medio de cánticos de acción de gracias.2s día en que León 111 se sometía de esta manera y en presencia del
Dos semanas después, presidía Carlomagno en la misma San Pe- r¡-y franco a la ceremonia de expurgatorio que se le exigía, llegaba
dro una asamblea compuesta, a la vez, de prelados, simples dérigos .1 lfoma procedente de Jerusalén una delegación que traía a Carlos,
y dignatarios laicos, a los que hacía examinar las quejas presentadas (' n nombre del patriarca, un [ vexillum o] estandarte y las llaves
contra el papa, y éste era invitado a justificarse bajo la fe del jura- dd Santo Sepulcro, del Calvario y de la misma Ciudad Santa. 36
mento,29 ....-suprema humillación que Alcuino hubiera querido evitar- Simple signo de honor igual que d11co años antes el envio que le
le 30 y que constituía, a lo que parece, un hecho sin precedentes-.3 1 h;tl1ia hecho el papa de las llaves de la "confesión de San Pedro"
En vano había Alcuino recordado, por medio de una carta escrita y dl' un estandarte de Roma. 37 Pero la mención que se halla en los
unos meses antes, la regla ya antigua, según la cual "la Sede apos- 11fi('io:ms Anales reales de estos dos presentes sucesivos y la exultación
tólica no puede ser juzgada por nadie";ª 2 León 111 tuvo que incli- q11l· manifiesta Alcuino sobre el segundo de ellos, en cuanto tiene
1111lida del hecho, 3 8 parecen indicar la importancia que se les concedió
24 Poetae lat. aevi carol., t. I, págs. 257-259. l'lll 1T los francos. Después de los homenajes de la cristiandad romana,
25 Verso 63. lh·\J"han a Carlomagno los de los cristianos de Oriente.
26 Verso 68.
!!7 Versos 71-72. a:i \'1'·11s" AT1T111frs royafrs, afio BOO, pág. 112.
!!8 AsEL y Smso:-i, t. JI, págs. 219-223. ll·I Am:r. y s1~1sm1, t. lI, p(1g. 231.
2u Idem, pág. 224. :ir. 1'11111. p11r .1 Hl'Í-:, /Jil1li111/11·1·11 1'1.'fll1/I w·rma11icarum, l. IV, páp;~. 378-379.
30 Au:1:1No, Correspondencia, n• 179. :10 .·1111111/1'.' r11y1d1·s, niin 1100, p1Í¡•:. 11 ~.
:11 U. :bIA'l:'I Cnº 93 c!P la Bihliografía), pág. 157, n. 4, y págs. 159-160.
:¡~ <:nrru l 7'J ya 1·it11dn, rd. Diirnmkr, pÚ¡(. 179, 1.24.
EXALTACION DE CARLOMAGNO AL IMPERIO 95 FUNDACION DEL IMPERIO
Otros asuntos habían, mientras tanto, ocupado la atención de ..¡,.\I idos. usurpaba los poderes que, hasta mediados del siglo vm,
Carlomagno. El autor de los Anales reales habla de ellos en términos 111111c.1 dl'jaron de ejercer los "'emperadores romanos" de Bizancio.
enigmáticos. Dice que Carlos, una semana después de su llegada a 1'no de:;dc entonces y por insensibles etapas, la situación se había
Roma (el 1 de diciembre) , "reunió una asamblea para exponer 111111l1fic;ido a este respecto, hasta el p•mto que, mucho antes de la
a todos las razones de su viaje y en lo sucesivo se dedicó diaria- N.1vidad del 800, el rey franco ya se había apropiado con respecto
mente a arreglar los asuntos que le habían llevado allí. Entre ellos, .d papado casi todas las prerrogativas anteriormente reconocidas al
el más importante y arduo era el primeramente tratado: el examen 1·111perador. Los litigios a que habían dado lugar las relaciones de
de los crímenes de que se acusaba al pontífice". 3 9 ¿Cuáles eran Lis dos potencias en los días del papa Adriano, hicieron, no obstante,
los otros asuntos? El analista no lo dice. Pero la rehabilitación del sl'nsibles los inconvenientes de un estado de cosas tan mal definido
papa ya era un hecho el 23 de diciembre, y el campo quedaba libre l'n el terreno jurídico. Sustituir el título ambiguo de "patricio de los
para realizar proyectos de diferente naturaleza, meditados por el romanos" por el decisivo y claro de "emperador de los romanos": tal
rey franco en el secreto de las deliberaciones que se venían reali- f ué, ante todo, el propósito de la ceremonia que tuvo por escenario
zando desde hacía casi un mes. la iglesia de San Pedro el 25 de diciembre del año 800 y tal fué el
Ahora bien, dos días después, el 25 de diciembre, Carlos regresó dccto que produjo en un principio en los contemporáneos. Por eso,
a San Pedro con motivo de la fiesta de Navidad y antes de que se después de haber relatado el acto de la coronación aproximadamente
celebrase el ofido, fué a inclinarse y a rezar ante la confesión del en los mismos términos de que nosotros nos hemos servido, el
príncipe de los apóstoles; en aquel momento y cuando el rey iba a autor de los Anales reales se limita a concluir lacónicamente: " ...y,
ponerse en pie, el papa León se acercó a él y le colocó en la cabeza abandonando su título de patricio, se llamó emperador y augusto".
una corona, mientras que "el pueblo romano" elevaba por tres veces Después de la cere~onia -Carlomagno, como resultado de ella,
la aclamación: ¡A Carlos augusto, coronado por Dios, grande y pa- reemplazó efectivamente en los encabezamientos de sus actas el
cí[ico emperador de los romanos, vida y victoria! Después de esto, el titulo de "patricio de los romanos" por el de "emperador augusto que
Pontífice se arrodilló delante del nuevo augusto y lo adoró 40 como Hobierna el imperio romano" - , no se elevó ningún canto triunfal
lo exigía el antiguo protocolo imperial inaugurado por Diocleciano. 41 ni ningún poema para celebrar el acontecimiento, pese a que nunca
De esta manera, por un acto teatral silenciosamente preparado en como entonces abundaron los poetas en la corte franca. Apenas si
las semanas, o tal vez en los meses anteriores, Carlos se encontraba Akuino, en su correspondencia, se permite breves alusiones y cuando
de repente elevado a la dignidad de emperador romano. lo hace es para expresar en términos mesurados la alegría que siente
El propósito esencial que se quería lograr con tal acto y usando por la exaltación en dignidad (exaltatio), del rey su señor y amigo, 42
un ceremonial calcado sobre el que efectivamente se seguía desde el ,.¡ que envía una carta de cariñosas felicitaciones: "Bendito sea el
siglo v para la coronación de los emperadores bizantinos por E.>l pa- Señor y bendita su misericordia hacia sus servidores, por cuya pros-
triarca de Constantinopla, era, sin duda, el de aclarar la situación. peridad y salvación, ¡oh mi dulce David!, te ha conducido felizmente
Hasta entonces, el único título que en sus relaciones con el Soberano y llevado en medio de la paz, te ha honrado y exaltado ( honoravit
Pontífice y con sus súbditos había usado Carlomagno era el de 1·t l'Xéiltavit) . .. ", 4 ª y esta vez, todavía la única alusión a la corona-
"patricio de los romanos"; pero ninguna de las prerrogativas que, al dón imperial está por completo en estas simples palabras: el Señor
socaire de tal título, honorífico en un principio, se había ido arro- "te ha exaltado". Por importante que haya podido ser para sus
gando podían justificarse en derecho. Cuando, por ejemplo, recla- rnntcmporáneos la transformación política realizada en la Navidad
maba de los nuevos papas la inmediata notificación de haber sido dd año 800, hubo como una preconcebida discreción que posible-
11n·nte se explique por razones de orden diplomático.
39 Annales royales, año 800, pág. 112.
l~ccuérdese, en efecto, la famosa carta de Alcuino -con una
40 Relato de estilo oficial en los" Annales royales, año 801, pág. 112; relato, poco
más o menos concordante, en el Liber .pontificalis, t. 11, pág. 7 (Vida de León 111, n·d;icrión de largo alcance- en donde enfrentaba la primacía de
cap. 23).
•11 l.f. E.-\.n. BARUT, L'adoration des empereurs et les origines de la persécu- ·I'.~ A1.n11:-111, (."111t1'.\f11111dnll"it1, nos 214 y :.!111.
tion ¡/,, /liorNti1·11, 1•11 ln Rt•111u· liistorique, t. CXXTTI (1916), pág. 230. -1:1 f,/1·111, 11• :'.:'.1J '"ºl'li1·111lm· V 111·111lm• cl1·I 1101.1.
LAMINA III
r --
/ .
!
1
1
r:
I
I
¡
Carloma111111. '/
EXALT ACION DE CARLOMAGNO AL IMPERIO 99 100 FUNDACION DEL IMPERIO
ti.id de l año 800, planteaba problemas complicados tanto de orden reveló impracticable, ya que, aun antes de que pudiera ser plan-
•'X ll' ri o r como interior. ITilda, un nuevo usurpador se había impuesto en Bizancio en la
nn el exterior había que esperar una viva reacción por parte de 1wrsona del logothetes Nicéforo, que pronto se consolidó sobre el
111 ·.incio, único depositario legítimo del poder imperial. Al inscribir lrcmo imperial. Hubo, pues, que negociar, sobre otras bases, un
1· 11 el encabezamiento de sus actas el título de " emperador y augus- acuerdo. Asunto largo y delicado del que no se pudo salir sin es-
I•> •. • que gobernaba el Imperio romano",48 el rey franco -que seguía fuerzo.
t 1111lá ndose a la vez "rey de los francos y de los lombardos",_ La tensión llegó en un principio a tal punto entre los dos gobiernos
• 11 111ctia una usurpación típica que ningún príncipe bizantino podía de Aquisgrán y de Constantinopla que se habló del inmediato en-
1kjm pasar sin protesta: no había más que un Imperio romano, el de vio de un ejército franco a Sicilia, entonces territorio bizantino, y
los auténticos sucesores de los Augustos y Constantinos, estable- las negociaciones prosiguieron en medio de la trepidación de las
ridos desde hacía mucho tiempo en las orillas del Bósforo y los armas,üs para no terminar hasta el 812, en los días del sucesor de
t'rn icos que valederamente podían apoyarse en la tradición romana. Nicéforo, Miguel I Rangabe, con un compromiso imperfecto por el
E n efecto, elevaron su protesta, 49 y una de las más serias dificul- cual el emperador de la "Nueva Roma" .-la del Bósforo.....- consen-
t .1des con las que chocó el gobierno carolingio después del año 800 tía, finalmente, en no tratar en lo adelante, en su correspondencia,
fu · precisamente la que produjo este inevitable conflicto. como simple rey bárbaro a su colega de la Roma antigua, sino
Por el lado franco se creía, o se fingía creer, que la exaltación calificarle de hermano, lo que era contraer todo ello a una simple
d1· Carlos al imperio era de una regularidad perfecta. ¿No había cuestión de protocolo y dejar sin solución el verdadero problema:
· rdo proclamado emperador en territorio romano dentro de las for~ el de la coexistencia de dos emperadores y el de sus relaciones
1n.1 s legales, según el protocolo antiguo que estaba en vigor y en un mutuas en los límites del antiguo imperio romano.
111 omento en que el trono de los augustos se encontraba sin titular? La misma ambigüedad se mantenía en el plano interno. iSe adscri-
1,orque a fines del año 800, tal como lo había destacado Alcuino bía una autoridad nueva al nuevo título que recibía Carlomagno?
. 111l cs de la coronación 5 0 y como, después de ella, lo recuerdan los Parece que ni siquiera se hizo esta pregunta. También en esto todo
<1 11n listas de Occidente,51 Constantino VI, destronado por su madre quedó en el aspecto protocolar; se exigió· a todos un nuevo jura-
1.r rn1peratriz Irene, no tenía sucesor. Es verdad que Irene pretendía mento de fidelidad al soberano en su calidad de emperador, ya que
• n rr ~;e r va r para sí el poder; pero aquello era una novedad escanda ~ los juramentos anteriores sólo se referían a él como rey. 54 En lo
ln·r.i contra la que se protestaba incluso en Costantinopla. Y , además, demás, no se produjo cambio alguno. Tal vez pensó Carlos en rea-
\ 11 q u Irene pretendía reinar ¿no se podía arreglar todo recurriendo lizar reformas después de su elevación a la dignidad imperial; du-
11 l.1 ómoda solución de un matrimonio entre los dos rivales? De rante algún tiempo se abstuvo de toda operación militar 55 y estudió
1111.1 v ·z. el antiguo Imperio romano hubiera sido reconstituido de un el año 802, con sus nobles del orden laico y del eclesiástico, la
• ' t 11· mo al otro del Mediterráneo en beneficio de la pareja impe- rl'visión y nueva redacción de las leyes en uso, asi como la codifi-
' .rl . ( 11 se concibiera tal proyecto sólo nos lo dice un cronista cación de los textos canónicos y disciplinarios que interesaban a la
lit 1111!1110 n 2 que, en mas de un aspecto, es sospechoso; por esto vida religiosa; 5 6 pero los resultados de esta actividad parece que
11 1v q11 <' va ila r antes de seguirle, pero en realidad esta solución fueron mediocres y nada revela, en las capitulares promulgadas
11• •l'<' l1"ll' d d 1 problema de Oriente, si fué en verdad atisbada, se entonces o durante los años siguientes sobre estas materias, que
l'Xisticra una nueva concepción directriz; como emperador, Carlos
' M l.11 r r d 111' ·ión íntegra era : " Carlos, serenísimo augusto, coronado por Dios,
proseguía, sin más, la obra comenzada antes del año 800.
1'""'' v p111·íf iro cmpc:ad or, que gobierna el imperio romano y, a la vez, por la
1111 1 111 111 .1 111 d 1• Di os, rey J e los franco s y de los lombardos" (Carolus, serenissimus
r.:1 Vén~e. para el detalle, F. GANSHOF, Notes critiques sur tginhard, biographe
'" 1111111, 11 J!1 •0 l'IJrtilWlns m.cignus et pacificus imperator, Rom.anum gubernans im -
,/,. (.'harlnn11Kne, en la Ret"Ue belge ele philologie et d'histoire, año 1924, páginas
11 1 '''" 1¡111 1•1 /11'1 111i.1 rrir:ortlia m Dei rex Francomm et Langobardorum.)
'125-75!!.
111 1 " ' I" 11, p f11( . B.
~.~ C11pit11l., t. 1, n• 33 (comienzos del nño 802), art. 2, pág. 92.
" 1 111 ¡1111 , Jltt K. 1 l.
1 \ 1 11 •'. 1111111·1 indo, loR An11"fos Lrmresh. , cd. P ertz, pá :r. 38; ed. Katz, pág. 44. r.r, A 111111frs rny11fr.,, 11iios 1101-1103.
11 111 11 11 i 1• '1',.M11 111•11 (f.r,í r1 i1·0 , 11.?!1) , <¡tll' · ·~1·rihíu r nr n• el níi o 810 y el 814. r.n (.'11¡1i111l., 1. 1, n•"; :ir,.:m (11112), ptÍ¡.!s. 105-111.
EXALTACION DE CARLOMAGNO AL IMPERIO 101 102 FUNDACION DEL IMPERIO
.'Cuál es, a lo menos, el destino que columbra para ese "imperio Sobre un solo punto espera el emperador de sus hijos, después
1 111;ino" parcialmente reconstituído en su provecho? Hay que decla-
11 de su muerte, una política común: por el artículo 15, al evocar su
1.11 que, una vez más, todo quedó en duda, o mejor dicho, que todo propio ejemplo, el de su padre y el de su abuelo, les exhorta a "ase-
"11' 1·dió como si Carlos considerase el imperio como una realización gurar todos juntos la defensa de la Iglesia de San Pedro (es decir,
"" 1 111cntánea llamada a desaparecer con él mismo. En efecto, a el papado) ... y procurar que se le haga justicia". Más aun, todas
• 11111ienzos del 806, promulga un acta para regular su sucesión en las disposiciones tomadas por el emperador suponen la ruptura defi-
• .1.,,, de fallecimiento, y este documento 57 demuestra que en aquella nitiva de la unidad después de su muerte. Se mantiene intacta la
¡ ,., lia, de acuerdo con las viejas costumbres francas, cree inevitable costumbre franca de los repartos territoriales, no sólo para lo inme-
• 1 fraccionamiento del conjunto territorial reunido bajo su autoridad. diato, sino aun en el caso de nuevas eventualidades: fallecimiento
1>1·spués de dar gracias al Todopoderoso, por haberle concedido de uno o de otro de los hijos, nac:imiento de nietos en estado o no de
1n·s hijos legítimos, Carlos, Pipino y Luis, expresa el doble deseo suceder a los fallecidos (artículos 4 y 5) . Sin duda, Carlos tiene
,¡,. verlos, en tanto que él viva, conjuntamente asociados a su poder plena conciencia de la necesidad de salvaguardar sin limitación
,. t· I de transmitirles la totalidad de sus Estados después de su alguna, mientras él vive, su poder absoluto sobre el conjunto del
11111crte. Sin embargo, deseoso, declara, de evitar toda confusión y imperio ( art. 20); pero, una vez que él haya muerto, aquel imperio
desorden, ha de precisar por adelantado el lote que entonces ha de está llamado a desaparecer y la unión de sus herederos se reducirá
·;i·r atribuído a cada uno de ellos. De su "imperio o reino" hace, a lo que su buena voluntad recíproca permita (artículos 14 y 16) .
1•111·s. tres partes que comprenden: una, la Aquitania, la Gascuña, De las nuevas perspectivas abiertas por la coronación del año
l.1 Scptimania, la Provenza y la "Borgoña" occidental: la segunda, 800 no subsiste mucho, como se ve, menos de seis años después de
11.ilia, Baviera y la Alamania oriental: la tercera, todo lo demás. Este aquel acontecimiento. Parece que el imperio no sea sino una apoteo-
11l1i1110 grupo territorial, el más importante porque incluía el viejo sis personal de Carlomagno, apoteosis cuya duración está limitada
po1i:; franco -Francia, como se decía entonces-, estaba reservado por su misma vida personal. Y, sin embargo, la muerte prematura
.d primogénito Carlos, mientras el primero se asignaba a Luis y el de sus dos hijos mayores, fallecidos con escaso intervalo el uno del
.,,·~111ndo a Pipino, El emperador estipula que cada uno de sus tres otro, 5 º antes de que él mismo descienda a la tumba, va a tener como
111 j11s deberá "contentarse con su parte" y asegurar su defensa, sin imprevista consecuencia la de que, el imperio fundado el año 800
11111·11tar nada sobre los territorios de sus hermanos con los que, en la incertidumbre y el equívoco, no sólo sobreviva a las circuns-
• "l'na el emperador, ha de vivir en "paz y caridad",68 lo que con- tancias que le hicieron nacer, sino que, sin conservar nada de lo que
lln'.1 deberes de mutua asistencia en caso de grave amenaza para hubiera podido ofrecer por un momento la ilusión de un renacimiento
l.1 ::q1uridad de cualquiera de ellos. Así también, en virtud del ar- de la Roma antigua, adquiera, poco a poco, la forma de un organismo
111 11111 ó, los tres hermanos se comprometen expresamente a prestarse original, ese organismo que llamamos Imperio carolingio y que.
""">rm unos a otros contra los enemigos de fuera o de dentro, y durante cerca de un siglo, dominará sobre la Europa occidental.
··I .1rlirnlo 3 dispone facilidades de paso a través de los Alpes para
• .11 l.1 11 no de los tres hermanos, a fin de prevenir cualquier peligro
territorio del Imperio? Este punto quedó, parece que intencional- \JUran el desenvolvimiento de los servicios. 21
mente, en la penumbra. El principal de estos funcionarios es el conde, que en latín clá-
Había, finalmente, dentro de los límites del Imperio carolingio, .sico se llama comes y graf (latinizado en grafio), en lengua germá-
territorios de reciente, o relativamente reciente, adquisición, como nica. Constituye el piñón esencial del engranaje administrativo; por
Frisia y Sajonia, en donde se mantendrán mucho tiempo, pese a e.so lo elige cuidadosamente el emperador.e De preferencia es hijo
todos los esfuerzos violentos o pacíficos que se hagan, el recuerdo de una noble familia franca o, al menos, austrasiana, 22 educado y
nostálgico de una independencia que no había cedido sino ante el formado en la corte. El emperador no lo designa sin conocimiento
abrumo de las armas y fuertes tradiciones nacionales, contra las que de causa. Su campo de acción es el condado ( comitatus), que tam-
se romperán todas las voluntades adversas. Además, el hecho de bién se denomina pagus (de donde procede nuestra palabra país) y
.<Jlllt en lengua germánica. Hay condes de un extremo al otro del Im-
que los francos no hubieran jamás, antes de aquel momento, tratado
perio donde esta práctica pudo generalizarse más fácilmente cuanto ya
de someter al país conquistado a una legislación uniforme y que
n;1 usada en muchos países germánicos antes de la conquista franca,
cada pueblo, y hasta cada uno de los individuos que lo componían,
e.specialmente entre los lombardos. El total de los condados entre
conservara por doquier y constantemente su estatuto jurídico origi-
lo.s que se reparte la administración imperial alcanza varios centena-
nal. no podía menos que contribuir intensamente, aun en los países
rc.s.~ª La extensión de cada uno es variable y depende de la densidad
de antigua adquisición, a conservar cierto particularismo. El franco
de población. Los había más extensos que algunas de nuestras pro-
salio vivía bajo el régimen de la ley sálica: el ripuario, bajo la ley vincias y otros cuya superficie no sobrepasaba la de un término
ripuaria; el frisón, dependía de la ley frisona; el sajón, el bávaro, judicial de nuestros días.
el lombardo, el burgondo, el romano, cada uno dependía de su ley El conde representa al emperador en la plt>:iitud de sus atribu-
propia. Sin duda, se trataba de estatutos personales, independientes l· iones administrativas: publica capitulares y codas las actas impe-
del lugar de residencia; pero, en todas las comarcas anexionadas ri;iles cuya ejecución debe vigilar, percibe los impuestos, dirige las
recientemente y en todas aquellas donde el fondo de la población •ihras públicas (conservación o construcción de caminos y puentes
sl· sostenía homogéneo, los límites étnicos señalaban, grosso modo, y !'ocios los restantes trabajos edilicios), vela por el mantenimiento
d campo de aplicación principal de cada legislación. Esta regla- del orden, administra la justicia, recluta y acaudilla los contingentes
llll'nt·aba, en la práctica, la vida cotidiana de la mayoría de los militares y, finalmente .-por limitarnos sólo a lo esencial...-, recibe
l1;1hit;intes: mayoría de edad, régimen matrimonial, derecho suce-
.,, •rio, renalidades diferentes de un código con respecto a otro y, '.~ 1 l'nrn cuanto concierne a la administración local, hay que referirse, en general,
, • 11111 > consecuencia, de cada uno de los grupos étnicos. La impresión 11 l11s grn11d1:s obras que tratan de las instituciones carolingias, principalmente las de
\V Al'l'Z, F11sn:1. DE CouLANGES y BRUNNER, citadas en nuestra bibliografía.
~'.'.l cr. H. 1'11rn•AIH>IN, Les grandes /amillcs comtales (nº 34 de la Bibliografía).
1u Solm· 1·sf11s <lur.uclos, véase R. PouPARDIN, Les principautés lombardes (nº 91
~:1 V<·nH" su nomenclatura en A. LoNGNoN, Atlas (nº 49 de la Bibliografía),
,¡., 111 llilolio,.,rnfía}.
111i1'."· 11 11· 160 del tc-xlo y mupus no• 7-10.
.,., 1 :r. 1.. }hT111:~Ni:, J•:tat pontifical, Cnp. IX.
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 109 110 FUNDACION DEL IMPERIO
l11s juramentos de fidelidad de los súbditos. Revocable ad nutum, emperador.2s Bajo sus órdenes aun había otros diversos empleados a
puede también ser trasladado a voluntad del emperador: el mismo cuya cabecera estaban los vicarios ( vicarii), cada uno de ellos encar-
.-onde puede permanecer en la misma circunscripción, quince, veinte, nado de administrar una parte del condado, la vicaría (vicaria).
t rcinta años; 24 le es permitido en ella adquirir bienes y, en contra También se designaba la vicaría con el nombre de centena {centena),
•le lo que se dice a veces, sucede que, desde esta época que nos ocupa, y al vicario con el de centenario ( centenarius), ya se trate de dos
los miembros de su familia, en particular su hijo o su yerno, le suce- instituciones originalmente distintas, como opinan algunos historia-
den en el cargo. También excepcionalmente puede un mismo conde dores, que después se fundieron, ya que esta terminología dual se
regir varios condados. Pero lo normal es que sólo administre uno refiera simplemente a costumbres regionales diversas, como inclinan
a la vez. a creer numerosos documentos. Sea como sea, los vicarios, igual
En todo momento el conde se mantiene en íntima dependencia que los vizcondes y los empleados subalternos del condado, pare-
del soberano al que debe el cargo y los bienes que a éste están ce que eran designados por el conde y estaban bajo su dependencia
adscritos, pues no teniendo sueldo no percibe otra remuneración, fuera directa. Sus atribuciones abarcaban, como las suyas, todos los aspec-
de lo casual -constituido por un porcentaje determinado sobre los tos de la vida administrativa, pero en un cuadro más reducido y con
productos de la administración de justicia 25 y las contribuciones la diferencia progresiva, según su categoría. Especialmente en el
recaudados por él- que la renta de las tierras y de las abadías terreno de la administración de justicia, su competencia se limita
que, sin cuidado para el carácter religioso de estas últimas, le son a las causas llamadas menores (minores), y varias capitulares de
asignadas normalmente a cambio de sus servicios; en los límites de los primeros años del siglo IX, de las que hablaremos después, pre-
su condado. cisan lo que ha de entenderse por causas menores.-
Si un conde comete alguna libertad que se juzga reprensible, se . ::; Con los representantes del poder civil hay que relacionar los del
expone no sólo a perder su cargo, sino también todo lo que forma poder eclesiástico, de los que no es posible prescindir cuando se
su complemento y hasta, a veces, sus bienes personales; esto sucederá expone el conjunto de un Estado en el que el elemento civil y el reli-
más de una vez durante el reinado de Ludovico Pío. uioso, como veremos 111ás adelante, están indisolublemente vincula-
Además, el emperador sabe limitar la iniciativa que concede a dos. El obispo, cuya diócesis suele tener los mismos límites que el
sus agentes, por el envío de instrucciones escritas o verbales, por la condado, ya que corresponde como éste al territorio de la antigua
obligación que les impone de solicitarlas en casos dificultosos y. civitas romana, no es, sensu stricto, sino un funcionario imperial, y
sobre todo, por la de ir a la corte a dar cuenta y llevar justificacio- uno de Jos más útiles instrumentos de la política unificadora y centra-
nes completas de su actividad, por lo menos una vez al año, al lista del soberano, ya que como la religión cristiana se establece, en
reunirse la "asamblea general". Sabe, también, informarse sobre su principio, por doquier penetra la dominación franca, no hay comarca
;1dministración: las quejas de que se hace cargo su tribunal, las en el Imperio en donde los obispos no desempeñen un activo papel en
inspecciones de los missi, el ID:ás o menos discreto control que ejerce beneficio de la causa franca. La manera en que son designados,
el obispo en cada condado por la fuerza de las cosas, sobre los actos como veremos, 27 los convierte en criaturas del emperador, que se
de- los fucionarios civiles a cuyo lado está colocado, son para el apoya en ellos y los utiliza como verdaderos agentes de la autoridad
·;ohcrano preciosas fuentes de información que no deja de tener
pública: el soberano controla sus actos, les dirige instrucciones como
1· 11 cuenta.
si se tratase de condes, les encarga publicar sus capitulares y velar
El conde tenía un delegado oficial: el vizconde (vicecomes), que
por su ejecución cuando contienen asuntos eclesiásticos; les hace
1· I mismo elegía y cuyo nombramiento proponía a la aceptación del
llamar y exige su presencia en las grandes asambleas; finalmente, a
:··1 En 1·sto y en lo que sigue me remito a los resultados a que me llevó una través de ellos, actúa sobre el clero inferior, cuya acción puede de
¡¡',11 i11ii-ia1ln antes del 1940; la pérdida de mis notas, destruídas o robadas
1111 ... ,;,., ... l'sta manera conformar a sus propósitos.
'""'" • "" 111i loihliolrra por los alemanes, me obliga a aplazar su publicación. Entre
1.. ,¡.,,·111111·11111,, mi1" si~nifii-ulivos hay que ~eñalar los de la Suiza alamánica y de la :!fl S11J.r., el vizc·nnrl.,, véa>.e el ·letallado estudio de W. S1CKEL (Bibliografía,
· ·11 ..!1111, pnrq111" oliliJ!,all n n•\'i~nr lus nodmu•s eorri<•ntcs en esta nu1tcr:a . 11• 1:1:.).
. · r· i11f111. 1u"11·"· l•lll- Hl. :!·1 c,. 1•. vn ..rn,.rn.
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 111 112 FUNDACION DEL IMPERIO
Por sencilla que fuera la organización administrativa peligraría mediados de abril un informe exacto sobre la forma en que se han cumplido en su
• 1111 descomponerse y seguir imperfectamente los impulsos de la auto- reino las órdenes que estos últimos años hizo transmitir por sus missi, pues está
,,, l,,d central, si ésta no dispusiera de solícitos inspectores capaces descoso de recompensar dignamente a los que se han ceñido a ellas y reprender
con dureza, como lo merecen, a los que no lo han hecho así ... Os instamos a repa-
,¡,. h<1cer respetar de un extremo al otro del territorio las consig- sar vuestras capitulares, a record.ar las instrucciones verbales que se os hicieron
11. 1.·; del soberano. Estos inspectores fueron los missi dominici o "en- saber y a desplegar, para aplicarlas, tal celo que podáis ser recompensados por ello,
\'L idos del señor" que anualmente recorren el Imperio en todas direc- tanto por Dios como por nuestro señor el gran emperador.
' 111ncs. 2 s "Os encarecemos, pues, ante todo y os recomendamos obedecer puntualmente y
Y a los merovingios habían, a veces, utilizado enviados de esta exigir de vuestros empleados y de vuestros administrados, exacta obediencia a las
órdenes de vuestro obispo en todo aquello que se relaciona con su ministerio. Dedi-
«l.1sc. A fines del reinado de Carlomagno, este servicio se había
caos a mantener todos los derechos del emperador tal como os han sido precisados
\¡t"neralizado, sin que los missi formaran propiamente una clase de por escrito y verbalmente, pues sois responsable de ellos. Haced plena, correcta y
funcionarios distintos de los que hemos enumerado. Reclutados excep- equitativamente justicia a las iglesias, a las viudas, a los huérfanos y a todos, sin
' iom1lmente entre los abades y, más comúnmente, entre los condes fraude, sin corrupción, sin renuencia o con plazos abusivos y velad para que todos
1·n activo y entre los obispos, sus funciones de inspectores venían vuestros subordinados hagan lo mismo, si queréis que Dios y nuestro señor os
" añadirse a las que ya tenían y que no dejaban de ejercer. Sus recompensen. Si enfrentáis actos de rebeldía o desobediencia, si hay quien se niegue
a aceptar las decisiones que dictéis en conformidad con la ley o la justicia, tomad
misiones son, además, tan sólo temporales y, aun a finales del reina- nota de ello y advertimos, ya inmediatamente si es urgente, ya a nuestro paso, a
do, cuando se hicieron más frecuentes sus recorridos, no les ocupan fin de que demos aviso de acuerdo con las instrucciones que hemos recibido de
:;ino unas cuantas semanas cada año. Viajaban de dos en dos ,.-conde nuestro señor. No vaciléis, si es que os queda alguna duda sobre el sentido de un
y obispo o conde y abad,- y provistos de instrucciones del empera- pasaje de este mandamiento... en enviarnos urgentemente a uno de vuestros repre-
dor; visitaban el conjunto de condados (en total unos seis o más) sentantes que sea capaz de darse cuenta de nuestras explicaciones, a fin de que
podais comprender todo y, con la ayuda de Dios, cumplir con todo.
que formaba la zona objeto de la inspección, o missaticum, que les
"Poned atención, sobre todo, en que ni a vos ni a vuestros subordinados se os
h;1bía sido asignada. A veces sucedía que iban más de dos a inspec- sorprenda y digáis a las partes interesadas, con la idea de burlar o retrasar el ejer-
cionar un solo missaticum, pero en todo caso siempre se pareaban cicio de la justicia: '¡Callaos hasta que hayan pasado los missi, después lo arregla-
rnndes y obispos o abades para realizar la tarea que exigía, en efecto, remos entre nosotros!' Por el contrario, dedicaos a imprimir celeridad en juzgar los
la doble y alternada competencia de laicos o de eclesiásticos. asuntos pendientes con anterioridad a nuestra llegada, ya que si cometéis algún
En efecto, su inspección abarcaba variados aspectos: gestión engaño de esta clase o si por negligencia o malicia retrasáis la marcha de la justi-
cia hasta nuestra llegada, estad seguro de que rendiremos contra vos un severo
d1· los funcionarios de todas las categorías y rangos, observancia de
informe.
bs capitulares y de las prescripciones de los concilios, sentencias "Leed y releed esta carta y conservadla bien, para que sirva de testimonio
dictadas por los tribunales locales, quejas formuladas contra los entre vos y nosotros." 29
rnndes o sus subalternos, publicación de las medidas decretadas por
..¡ :1obierno superior, recepción de juramentos de fidelidad cuando Esta circular demuestra hasta qué punto cuidaba el emperador
1111 c;nnbio de soberano obligaba a renovarlos, etc. Si se quiere com- de mantener en alerta constante a sus funcionarios y cómo esperaba
¡ 1rrnder el campo que estaba señalado a su actividad, véase el texto realizar, por medio de sus missi, la unidad de dirección gubernamen-
.J,. 1111a circular que a comienzos del siglo rx dirigieron cuatro de tal. Los missi se hacían cargo, durante sus viajes, de los casos liti-
··ll.1 . ; ;1 cada uno de los condes cuya circunscripción se disponían a giosos que debían sentenciar por sí mismos o enviar inmediatamente
\'1.'.iL1r: al soberano para su examen: cuestiones relacionadas con el proce-
dimiento, los títulos de propiedad, el estatuto personal de los libres
"(J., enviarnos esta carta para ordenaros, en nombre del emperador, y rogaros
y de los no libres, la validez de las actas, etc. so De todas maneras,
• "' ,,,,., 11l<1111cnte por nuestra parte, que os esforcéis en cumplir con todas las obliga-
' ,.,,,,.,., q111· "-' conciernen, tanto en lo que respecta al culto de Dios como al servicio los problemas que, planteados y complicados por la diversidad de
•1. ,,, ,..,., r11 -''"iior y a la ~alvación y cuidado del pueblo cristiano. Ya que nuestro ródiHos, reclamaban una competencia amplia y gran experiencia
• •"" ""'' ha .-11comcndado, lo mismo que a todos los demás missí, presentarle a Je los asuntos.
"" ,<-;.,¡,,.,. 1·!111", v.-r 1·1 1·sl11dio fundamt"ntal de V. KnAUSE (n 9 130 de la Biblio·
~11 (.'a11itul., t. I, n• 85, págs. 183-184.
1·1·di11).
:111 y,:11sc, por ejemplo, Ca{Jilltl., t. I, n• 58, pág. 145.
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 113 111 FUNDACION DEL IMPERIO
La labor encomendada a los missi es tanto más pesada cuanto militares, a los que se denomina marcas. En los textos se habla de
que el número de viajes que se les prescriben aumenta sin cesar. De una "marca de Bretaña" en los límites de la Bretaña independiente,
una capitular perteneciente a los últimos años de Carlomagno si pa- que comprende Nantes, Vannes y Rennes; de una "marca Hispá-
1Tce deducirse que entonces se había llegado a un total de cuatro nica", en el borde de la España islámica, con Gerona, Urgel y Bar-
1iras o recorridos anuales: en enero, abril, julio y octubre, y uno llega celona; de una "marca de Friur', en los confines de los países esla-
;i preguntarse cómo podían estos inspectores tener tiempo para sus vos del sur; de la marca avara, de la "marca wenda", de la "marca
normales actividades de condes, obispos o abades, sobre todo si se danesa". En cada marca (marcha, o en latín clásico, limes), todos
·1icne en cuenta los largos recorridos que muchos de ellos tenían que los pode.res están concentrados en las manos del jefe de las tropas
realizar, las expediciones militares en que debían tomar parte y de ocupación, que tiene el rango de conde y lleva el título de
las asambleas generales en las que era obligatoria su presencia. "conde de la marca", en latín comes marcae y, en lengua germánica,
¿Cómo podían en tales condiciones estos altos funcionarios asegu- markgraf, de donde procede margrave. También se decía marchio 34
rarse simultáneamente en persona de la buena marcha de los servi- y, más tarde, marchisus, de donde procede marqués. Este personaje,
cios que se les encomendaban? cualquiera que sea el nombre con el que se le designe, manda como
Aun había otras circunstancias agravantes de lo que decimos: jefe las tropas que se cree conveniente poner a su disposición para
sus zonas de inspección, como era natural, no podían nunca coincidir hacer frente a cualquier eventualidad, y por ello se le dió también,
con sus propios distritos administrativos y toda la extensión de los a veces, el nombre de duque (dux), es decir, caudillo o general. Pero
territorios incorporados al Imperio, ya fuese la Aquitania o la Lom- sus prerrogativas sobrepasan las de un general ordinario, ya que,
bardía, estaba, en principio, sometida a su inspección, Tenían acceso al igual que los otros condes, administra, juzga, recauda impuestos,
aun a los Estados pontificios, aunque su ingerencia allí fuera discu- promulga decisiones imperiales y, en una palabra, actúa como aqué-
tible. 32 Inmenso campo de actividad en el que los missi parece que llos dentro del orden administrativo en favor de !a unidad franca.
realizaron con celo su tarea de vigilancia y a la vez sirvieron de
agentes de enlace permanente entre el emperador y todos los fun- Ill.- ADMINISTRACIÓN CENTRAL
cionarios provinciales.
No hay duda que de esta manera logró Carlomagno mantener Todo, dentro del Estado carolingio, va a dar a manos del empera-
firmemente el control de toda la administración, aun en las comarcas dor. Y es curioso que -éste no posea para secundarle en su tarea, sino
a las que concedió una semiautonomía. Los reyes de Aquitania o de una administración central de las más rudimentarias.
Lombardía deben, igual que los demás condes, ejecutar las órdenes La razón principal de esto reside en la misma sencillez con que,
del emperador, velar por la aplicación de sus capitulares, elevarle en aquellos tiempos, se concebía el gobierno. Los representantes del
todos los casos de litigio, presentarse personalmente en las asam- soberano en las provincias vivían de sus funciones y de las prebendas
bleas generales y dar cuenta en ellas de sus actos. La menor inten- que éstas conllevaban y, por otra parte, los gastos de interés colec-
ción de independencia por su parte sería reprimida inmediatamente: tivo, como los de las obras públicas, por estar, como veremos, a
d "rey de los lombardos", Bernardo, lo experimentará, en su per- cargo de los usuarios en forma de prestaciones en especie, no pesaban
juicio, a comienzos del reinado de Ludovico Pío,33 Lo mismo sucede sobre el gobierno imperial, que de esta manera quedaba liberado
t'n Gascuña, en donde el duque nacional se expone a ser tratado
de una carga que, más que otra alguna, constituye verdadero abrumo
rnmo rebelde, si se sale del papel que le ha sido asignado. para los Estados modernos. La parte de las recaudaciones públicas
Sin embargo, las provincias que confinan con las fronteras terres- que ingresaba en la tesorería imperial después que los condes se-
1n'.s escapan, en su conjunto, a la organización habitual. Siendo paraban el porcentaje que les correspondía como remuneración de sus
rwrmanente en ellas el contacto con el enemigo, forman territorios servicios, iba a agregarse allí a las sumas procedentes de la explota-
ción de los dominios del emperador, y éste podía disponer de todas
:11 lclcm, t. I, n• 80, art. 8, pág. 177. ellas a stt antojo.
:1~ v.,r lns curtas de Adrinno 1 citadas supra, págs. 86-87.
:1:1 V. iri/rn, JIÚ!!i. U!3. :l·I Ví-ns.,, por f'jemplo, Ca/)Ítul., l. I, plÍ~. 206, l. 29.
1 '.1rlolllól\JllO. -·-8.
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 115 116 FUNDACION DEL IMPERIO
J )e esta manera no existía nada parecido a un ministerio de A su lado figuran, ao en primer término, el senescal (senescal~
11.11 irnda. Las mismas palabras "tesoro público" (aerarium publicum cus), encargado de proveer el palacio y que, por esta razón, se le
" /iscus), cuando se las emplea por casualidad, no son sino un ar- acostumbra a designar en latín clásico regiae mensae praepositus, es
' .11.·;1110 culto sacado del vocabulario administrativo romano. Con más decir, "prepósito de la mesa real"; el copero (buticularius} o
•· ';irtitud se habla de la cámara (camera} del emperador, en donde "jefe de los escanciadores" (magíster pincernarum}; finalmente, el
···;1:111 acumulados, en efecto, las especies amonedadas, los lingotes "conde del establo", es decir, de las caballerizas, o condestable ( co~
· ¡,. 111etales preciosos y las joyas que se consideran bienes propios, de mes stabuli); estos tres citados personajes tenían a sus órdenes
J, ·~; que no tiene que dar cuenta a nadie, y de los que, por tanto, diversos empleados subalternos: chambelanes o cubicularii, adscritos
111 wde disponer libremente tanto en beneficio de las personas que le al cubiculum o apartamento privado del emperador, ujieres o porte-
wdcan como en favor de' sus herederos.35 ros (ostiarii), cocineros, escanciadores, mariscales (marrscalci} o
Igual que el tesoro era un todo con su caja particular, su corte palafreneros, etc. Pero, al igual que el camarero, los tres jefes de
'" como entonces se decía, el palacio (palatium) se confundía con lo servicios que acabamos de citar no limitaban su actividad a los
que otrora .se llamó su casa. Su servicio privado no se distingue del asuntos privados del emperador: basta con leer los documentos de
oficial. y la confusión que dominaba sobre esto en los tiempos aquella época para dari:;e cuenta que a ella agregaban muchas veces
111crovingios se perpetúa en los días de Carlomagno. Poco más o bien mandos militares o misiones de todas clases, según fuera la
111enos los cargos están distribuidos de la misma manera.36 Unica- voluntad imperial.
111cnte ha desaparecido, naturalmente, la mayordomía de palacio el Así como no hay ministerio de hacienda, tampoco aparecen, en
.1 ia en que, con Pi pino el Breve, el titular de tal función se convirtió general. dentro de palacio servicios distintos para las diversas ·clases
··11 rey. Parece que el camarero (camerarius}, guardián de la cámara de asuntos que deben tramitarse y su necesidad no se hace sentir,
1111pcrial en donde estaba depositado el tesoro,87 cubrió en adelante ya que, en los mismos condados, todas las cuestiones, cualquiera
..J conjunto de servicios propiamente domésticos y desempeñó una que sea su género, son indistintamente de la competencia de los
p;1rte del oficio que tenía otrora a su cargo el mayordomo del palacio. condes. Sin embargo, por imposición de la necesidad, existen algunos
.' ;,. lrataba de un gran personaje al que Alcuino ss recomienda acon- servicios especializados, ya que requieren un personal de determi-
·;1· jar bien al rey, realizar con prudencia las misiones que le están nada naturaleza y en primer lugar dos servicios desempeñados, uno
, 111ifiadas, juzgar con equidad y ser generoso en la distribución de exclusivamente y el otro de preferencia, por clérigos: la capilla y la
l1111osnas. En los días de Ludovico Pío, se va a comprobar a cuán- cancillería.
"·~; peligros queda expuesta la monarquía ante la influyente posición Capilla ( cappella o capella}, era el nombre que se daba al ora-
,J,·I rnmarero, en el caso de que la autoridad del soberano llegara a torio -rea[4o·
Por mucho tiempo este nombre sólo se aplicó a ese sitio,
, (,·hilitarse. ya que la palabra cappella, diminutivo de cappa, designaba una de
las preciosas reliquias que allí se encontraban depositadas, una capa
:u. V1\ase el testamento de Carlomagno al final de la Vie de Charlemagne, por
f 1·.i11l111nl (ed. y trad. de Halphen, págs. 94102).
de San Martín, sobre la cual. desde el siglo vn, disponían los reyes
:in /\ 1 describir la organización del palacio carolingio en esta época a que nos francos que se prestase juramento en su propio oratorio. Parece
º""'"·
•··I··• ¡:.:encralmente se sigue demasiado el De ordine palatii de HINCMARO. En que los antepasados de Carlomagno se habían apropiado esa reliquia
"' "' 111¡·,nr dijimos (nº 154 de la Bibliografía) por qué convenía no tenerlo en cuenta
'""" ¡.,,. díns de Carlomagno. A lo sumo, se trata de un opúsculo de propaganda, no 30 La mayor parte de los textos se destacan en FusTEL DE CouLANCES, t. VI,
.1, 1111 1rntnilo objetivo. Nuestra exposición se apoya en el examen de los textos págR. 326 y sigs. Véase también BRUNNER, t. 11, 2• ed., págs. 138 y sigs., y los estudios
. 111..i1111w11l" cnntcmporáneos de Carlomagno, que son los únicos valederos, ya que fle detalle a los cuales remite. Para los términos de senescalcus y de buticularius, véase
1.. 111•11i1111·iorll's s•~ modificaron constantemente durante el siglo IX. Con estas reservas, principalmente Capitul., t. 1, pág. 84, art. 16 (capitular de villis) y pág. 314, art. 6;
I'"' ,¡,.,. l111llnrs" informaciones útiles en WAITZ, t. llI, 2° ed., págs. 499-535; FusTEL pum el de magister pincernarum, los Annales royales, año 781, pág. 58; para el de
"' ' "' l.ANca:s, l. VI, pá~s. 322-333; BRUNNER, t. 11, 2' ed., págs. 130-161. r"IÚ<w 1111•11sae pracpositus, en los textos citados por FusTEL DE CouLANCES, añadir
:1 • l 'or ""'º tnmhién le llama Alcuino arcarius y dispensator thesaurorum (Epis- AngilJu,rt, poema publicado en los Poetae lat., t. I, pág. 362, verso 68.
' "''''. 1 IV, 11• 111, pÍ11(. 159). ·In Sohrn todo lo que sigue, véase el estudio especial de W. LÜDERS, citado en
, ., l .!1·111. ¡11Í¡~. l "1. lllWHll'll llihliogrnfíu (n• 131).
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 117 118 FUNDACION DEL IMPERIO
1• 11 los comienzos del siglo vm, y de ahí tomaron después los clérigos lntimos eran los vínculos que existían entre la capilla y la
clt· su oratorio particular el nombre de capellanes ( cappellani o cape~ cancillería. La redacción y expedición de actas o diplomas, en una
/l;i'ni). Desde entonces, estos términos de capilla y capellane.s se l~poca en la que. en Occidente, la única lengua oficial era el latín,
li icieron extensivos a toda clase de oratorios, sin que se olvidase suponía una cultura que con más facilidad se encontraba entre los
11unca, sin embargo, que en un principio se habían aplicado al ora~ clérigos que entre los laicos. Más de un capellán, en consecuencia,
1orio del príncipe carolingio; más de un escritor lo recordará en el trabajaba en las oficinas de la cancillería en calidad de notario
,;i\Jlo IX y exaltará las virtudes de la venerable capa confiada a la (notarias). No por esto dejaba de constituir la cancillería un servicio
\lllarda de los capellanes imperiales. distinto cuya dirección estaba encomendada a uno de aquellos nota-
El jefe de éstos, que todavía no poseía designación particular rios al que habitualmente se daba entonces el título de canciller (can-
.- hasta el reinado siguiente no se le llamará archicapellán ( archi~ cellá.rius). El canciller siempre era escogido entre el cler~~~
rnpellanus o summus capellanus)...-, 41 no era, sin embargo, un cape~ Al c~pdlán y-al-canciller hay __ que agregar un tercer alto funcio-
llán del mismo rango que los otros. Al abad de San Dionisia, Fulrad nario de la corte carolingia: el conde del palacio (comes palatii), 4 5·
(muerto el año 784), que ocupó ese cargo a comienzos del reinado, que asiste al soberano en el ejercicio de la administración de ju-sticia
sucedieron por nombramiento de Carlomagno dos grandes prelados: y cada vez más preside en lugar suyo el tribunal imperial.46 En efec-
primero el obispo de Metz, Angilram (muerto el 791). y luego el to, el volumen de los asuntos acrece constantemente en ese tribunal.
de Colonia, Hildebaldo, que vivió hasta el 818. Para estos dos últi~ a medida que se extiende el poderío y el prestigio de Carlos. Así, este
mos tuvo que solicitar del papa una dispensa de residencia en sus cargo que todavía era modesto a fines de la época merovingia se
diócesis respectivas, que no podían respetar si querían atender el hace cada día más importante. Hasta una cancillería especial. ocu-
cargo para el que el emperador les designaba. Además, obtuvo para pada únicamente de la redacción de los juicios, se constituye poco a
dios la dignidad arzobispal, que no estaba adscrita a sus diócesis. poco al margen de aquella otra que está dirigida por el canciller. El
1Jebe señalarse que en ambos casos su petición de dispensa se apoyó personal es distinto. Compuesta, al parecer, exclusivamente por laicos
1·n la obligación que tenía de mantener "constantemente" a su lado (cuando los notarios colocados a las órdenes del canciller son clé-
"para las necesidades de la Iglesia" al prelado a que se contraía la rigos) . adquiere, por necesidad, la costumbre de recibir sus orienta-
::olicitud. Y hasta sometió el caso de Hildebaldo a un concilio ciones del conde del palacio. Desde comienzos del siglo IX, los docu-
reunido el año 794 en Francfort, en presencia del legado de la Santa mentos que expide esta cancillería judicial van marcados con un sello
Sede, para el examen de la herejía adopcionista. 42 Con esto ya se especial y tienen una fisonomía propia que transparenta la unidad
1I ice lo suficiente en cuanto a la importancia de algunas de las cues~ de dirección y demuestra la importancia que ha adquirido el jefe de
1 iones sobre las cuales deseaba obtener consejo en todo momento
la administración del que emanan.
•11· un prelado calificado. El archicapellán, jefe de su capilla, era a la Pero una vez citados los pocos servicios que acabamos de reseñar,
\T.'., su consejero permanente en materia eclesiástica o religiosa, un
puede darse por completo el cuadro de la "administración central"
• •111•;cjero cuya función debía ser muy importante, a juzgar por los de los días de Carlomagno. Si aun hay un reducido número de
d11rn111entos. 4 3 El proceso verbal de un concilio, reunido en Magun~ l'mpleos de los que, a veces, se halla mención en los textos .-como
• 1.1 t·I ;1ño 813, da al archicapellán Hildebaldo el significativo trata~
los de hostaleros (mansionarii), encargados, sin duda, de disponer el
11111·1110 de "arzobispo del sacro palacio" y le reserva 44 un lugar
•!.- honor a la cabeza de los arzobispos que están allí citados; de esto 4fi Sobre este oficio véase el muy extenso estudio de H.-E. MEYER (n 9 132 de
, .... 1,·111os deducir el rango que ocupaba en el Estado. 111 Bililinl(rafía), en donde se hallarán todas las referencias útiles. Cf. BRUNNER, t. 11,
:~· .,.J., JIÍll(s. 148-154, y sobre Ja cancillería judicial, H. BRESSLAU, Handbuch der
11 1•:11 111111 de sus cartas (Epistolae, t. IV, pág. 134, n9 90), Alcuino le llama ll1 lmnd1·11frl1re, t. I, 2' ed., pág. 380.
""" ,,,,. 1'11f1/Wlllle primicerius; pero este título nada tiene de oficial. rn Ac·tas de Cnrlomagno en los Diplom. Karol., nos 102(775), 110(775),
1 • \' ,·.'"'"" luH actas del concilio en Concilia aevi karol., t. 1, n 9 19, canon 55, J:llW/BI ), MB(¡,7R2'?), 204(806), 216(812); fórmulas de fines del siglo vm, en las
1•111· l'/I, \' <:11f1Íl11l .. t. l, nº 28, canon 55, pág. 78. f'c11111.11.f11c" pÍll-(. 122, 11• 21 (adición a las fórmulas de Marculfo) y pág. 196, n9 26
1:1 l11di1·ad11s rn d estudio de LiiDERS, págs. 34-38. (f1'1111111lnH clr Srns); f:11pitul., t. T, n• RO, púg. 176, nrl. 2; Jlie de Clmrlcmagne por
1 1 1 ·..11,·ili11 111·1•i t.11rol .. t. I, p{1~. 2!i9. lo:o;INlll\1111, l'llJI. XXIV.
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 119 120 FUNDACION DEL IMPERIO
;dojamiento del emperador y su séquito durante sus desplazamientos, de operaciones militares. La asamblea propiamente dicha tenía lugar
o los de veneros ( venatores) y de halconeros (falconilrii), encarga- en los edificios de habitación y, por consiguiente, no comprendía
' lns de las cacerías-, puede decirse que no interesan para nada en sino una selección de personas, y la muchedumbre de los soldados,
l<t marcha del Estado. Así, pues, para gobernar, el emperador con- ;icampados en los alrededores, no hacía más que dar una aprobación
l;1ba directamente con el personal que lo representaba en las provin- dC' pura forma a las medidas decretadas.
das y al que se esforzaba -sus capitulares lo demuestran...- en man- Por restringida que fuera, la selección así reunida en torno del
1cner constantemente bajo su dirección. soberano comprendía, no obstante, varios cientos de personas: altos
funcionarios del palacio, duques y condes, obispos, abades y vasallos
IV.- ASAMBLEA GENERAL del rey. Pues, para todo aquel que posea un rango dentro del Imperio
es obligatoria la asistencia: hasta a un Alcuino, cuando ya la edad y
Pero el emperador no sólo quiere establecer contacto con sus bs dolencias comenzaron a abrumarle, le cuesta trabajo ver acep-
representantes en las provincias, sino con todo el pueblo. Para esto tadas como válidas las excusas que le proporciona su estado de
se vale de lª asamblea general ( conuentus general is), que se llama, salud, aunque tal género de excusas parece que era el único que
también, audiencia general· ( placitum generale). 47 tenía probabilidades de ser admitido. 4 8 Y es que de los nobles
Todos los años, de acuerdo con una tradición antigua, convocaba que reúne el emperador no sólo espera consejos, sino también compro-
el emperador a sus súbditos para reunirse con él antes de ponerse en misos: las medidas acordadas con su participación, sea ésta real o
campaña; pues para una nación marcial, como lo era el pueblo franco, ficticia, vinculan a todos los asistentes; por esto es importante que
las operaciones militares son cosa normal que anualmente llegan nadie se inhiba. Este hecho se va a producir con mucha frecuencia
con la primavera. La asamblea coincidía con la concentración de después de Carlomagno, en las horas críticas que atravesará la monar-
las tropas y la fecha de su convocatoria se elegía de acuerdo con las
quía, para que se pueda uno equivocar con respecto a las razones
necesidades militares. De marzo, mes en el que, todavía a comienzos
profundas que tenía aquella obligación así impuesta por el soberano
del siglo VIII, tenía lugar esta concentración ..-de ahí su antiguo
" sus súbditos.
nombre de campo o campamento de marzo (campus martis) .-, se
Cuando se abría la asamblea, el programa de los asuntos que van
trasladó, en un principio, a mayo, convirtiéndose así en campo de
" ser sometidos ha sido por anticipado cuidadosamente estudiado por
mayo (campus maii o campus madius); y este nombre, que se daba
el emperador con aquellos altos dignatarios del palacio o aquellos
por extensión a la misma asamblea general, se mantuvo, aunque poco
íntimos suyos que considera sus consejeros habituales. Hay que
;i poco la convocatoria fuera retrasada a junio, hasta julio y aun al
mes de agosto. suponer que, por ejemplo, el archicapellán era consultado siempre
rn todo lo que se relacionaba con la religión o la Iglesia; y la corres-
Todos los súbditos del Imperio se consideraban convocados y
presentes. De esta manera todas las decisiones que se tomaban allí pondencia de Alcuino demuestra que durante mucho tiempo el célebre
lo eran con la aquiescencia de todo el pueblo {omnis populus), y esto ;ibad de San Martín de Tours fué también, en estas materias, uno
nunca dejaba de declararlo el emperador en las actas que promul- de los personajes de quienes Carlomagno gustaba conocer la opinión.
q;1ha después de la asamblea. Pero no hay que decir que, en la prác-
El programa elaborado marcaba la labor de la asamblea y orien-
1ic<1, sólo estaban presentes ros-nobles (optimates o pcoceres), es
t aha la discusión, como puede juzgarse por la muestra siguiente, 49
.!1·.-ir, sobre todo, funcionarios y primates, y (representando la que se cree corresponde al año 811:
111.1·;;1 de los súbditos) las tropas que iban a la reunión para cumplir
"Queremos primeramente colocar a nuestros obispos y abades a un lado y a
• "'' I.i orden de movilización. El lugar en que se celebraba la asam- - 1111t·slros condes al otro y considerar por separado con cada uno de ambos grupos
lil1·.1 lo determinaba cada año el emperador, y estaba en las inmedia- lo.~ ~'i11uientes temas:
' 111111·s dl· uno de sus palacios o de una de sus residencias campestres,
• 11v.1 l'lc·cción dependía de su proximidad relativa al futuro teatro rn l'or lo menos, era el único que habitualmente se alegaba. Véase, por ejemplo,
r11 1·1 r1·i11ndo Je Ludovico Pío, las cartas de Eginhard, en las Epístulue, t. V, pág. 113
1 1 4 :1. WAnz, 1. IJ 1, págs. 554-605; FusTEL DE CouLANCES, t. VI, págs. 356-412 (11"' 1111, 116 (11• 13), 117 (nº 14), JIB (nº 15), 122 (nº 25).
1 1·.1 l'H: 1!1111~~1.11, '·11. ¡uÍ¡(:<. 171-IRI. rn (.'11/litul., l. 1, n• 71.
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 121 122 FUNDACION DEL IMPERIO
"1•· ¿A qué causas debe atribuirse el hecho que se niegue la ayuda mutua, ción se manifestaba, sin duda, por medio de la aclamación. Seguida-
tanto en las marcas fronterizas como en el ejército, cuando hay necesidad de mente se disolvía la asamblea y el ejército se ponía en marcha en
actuar para defender la patria?
dirección de la frontera próxima.
"2• ¿De dónde proceden esos perpetuos pleitos cuya causa es que se reivindica
aquello que posee uno de los iguales? A veces. también la asamblea tenía que conocer otros asuntos.
"39 Del hombre de otro (es decir, el vasallo) que deserta a su señor y es Se había descubierto una conjura. había estallado una rebelión en
acogido en otro lugar. J;is semanas o los meses anteriores y el emperador reservaba a su
"4• Se les preguntará en qué y en cuáles lugares los laicos son molestados por pueblo el cuidado de pronunciarse sobre la suerte que debían sufrir
Jos eclesiásticos y los eclesiásticos por los laicos en el ejercicio de sus funciones. Y los culpables. Así, el año 786 se había preparado una conjura en
a este respecto deberá ser discutida y resuelta la cuestión de saber en qué medida
Turingia y los sospechosos, entre ellos varios condes. comparecieron
un obispo o un abad debe intervenir en los asuntos seculares y un conde u otro
laico en los de la Iglesia. Lo que conducirá a escrutar el significado de aquellas ;mte la asamblea general de Worms, que pronunció condenas dife-
palabras del Apóstol:50 Nemo militans Deo implicat se negotiís secularibus (que rentes, desde la revocación de los funcionarios y la confiscación de
ningún miembro de la milicia de Dios se mezcle en los asuntos seculares) y tam- sus bienes hasta el destierro y la ceguera.52 Dos años después, el
bién determinar a quién se aplica esta sentencia." duque de Baviera comparecía ante una asamblea reunida aquel año
l"ll lngelheim y, juzgado culpable de alta traición, era condenado a
Después de diversas cuestiones que se refieren a problemas de
muerte por ella.53
orden religioso, el programa, que no está exento de cierta ironía,
Además, convocar a una asamblea era obligado cada vez que
contiene el estudio de algunos puntos que merecen ser señalados:
l"staban en juego- los intereses generales del Estado, ya se tratase,
"9• De la vida y de las costumbres de nuestros pastores, es decir, los obispos, por ejemplo. de proceder, como el año 806, a un reparto eventual
que deben no sólo con su enseñanza, sino también con su conducta, dar buen dl" los territorios del lmperio, 5 -i o bien, como en el 813, a la designa-
ejemplo al pueblo de Dios; pues creemos que fué a ellos a quienes se dirige el L·ión y a la coronación de un emperador asociado en el ejercicio del
Apóstol 51 cuando dice: lmitatores mei estate et observate eos qui ita ambulant poder." 5 Añádase a todo esto que por medio de la asamblea se
sicut habetis formam nostram (Sed imitadores mios y observad a los que proceden
según el dechado que tenéis en nosotros) . informaba el emperador de la situación de las comarcas más apar-
"10• De la vida de los que se llaman canónigos. Cómo deberá ser. l'adas, podía comunicar a todos sus opiniones e instrucciones, recibir
"11• De la vida monástica. ¿Se puede ser monje sin observar la regla de de los representantes la parte que le pertenecía de las contribuciones
San Benito? Habrá que averiguar si hubo monjes en la Galia antes de que esta y multas percibidas por los condados así como los donativos anuales
regla llegase." q11c, como veremos, estaban obligados a entregar gran número de
.c;us súbditos; finalmente. gracias a un contacto personal con los
La división de la asamblea en dos grupos, el de los clérigos y el
de los1aicos~- tal como está prevista en ese texto, era de uso corriente. nobles que acudían de todas las partes del Imperio, podía el empe-
I .os clérigos formaban un verdadero sínodo nacional encargado de rador trabajar directamente en la gran obra de aproximación y de
estudiar todas las cuestiones de disciplina y de organización ecle- unificación de la que dependía el futuro del Estado.
~;iústica, mientras la política y la administración correspondían más
hicn a los laicos. Las respuestas de los dos grupos, reunidos en V.- JURAMENTO DE FIDELIDAD
~a-!¡uida o no en sesiones plenarias, ayudaban al emperador a tomar
·;11s decisiones con conocimiento de causa. Desde el punto de vista político, la unidad a que se desea llegar
Estas decisiones eran entonces formuladas en una serie de ar- queda asegurada por el más fuerte de todos los vínculos, por el
11nilos llamados capítulos (capitula), cuya reunión constituía la juramento de fidelidad que adscribe individualmente al emperador
;1 todos los habitantes del Imperio del sexo masculino desde que
t1nlrnanza o capitular (capitulare), que el emperador promulgaba
li.diit ualmente como conclusión de la asamblea. Luego se daba lec- cumplen los doce años.
111 r.1 de todo al pueblo agrupado en torno del edificio y cuya a proba- r.:.? Textos en Bi:iIIMER·MÜHLllACI!ER, n• 272a.
r;:~ :1111111/rs royales, pÚ!(. 80.
r.11 1S1111 l'uhln, .'frgm11la Epístola a Timoteo, JI, 4] [N. del T.]. r..i li/1·111, pÚ!(. 121.
1.1 S1111 l'n!.111, Fili¡w11."'·'• 111, 17. r¡r. Tnlns 1·11 Bii11MEll-Mii11LIJACll1:u, n• 179a.
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 123 IH FUNDACION DEL IMPERIO
El compromiso que adquieren es sencillo, pero categórico. He 11.11· l.1 lirrra llevada en beneficio del emperador ni apropiársela";
aquí un ejemplo de comienzos del siglo rx: "1111 :.11hslraerse a los alistamientos o llamamientos de hueste" ni usar
hasta exponerse a la amputación de la mano derecha como cómplice De todas las cargas que abrumaban a los súbditos y que éstos
de falso juramento; era ser considerado en el número de los infieles, estaban obligados por su juramento a cumplir escrupulosamente, las
fuera de la ley y quedar sin protección para los bienes o para la más pesadas eran las militares.59
misma vida; mucho más aun, era la certidumbre de estar ya conde- La guerra era para los francos una institución nacional. Ya
nado eternamente al infierno.57 dijimos que, casi invariablemente, la primavera la trae a las fronteras
Por otra parte, el compromiso excluía toda limitación, toda esca- de] Imperio con uno o con otro y, frecuentemente, con varios de
patoria. Basta para convencerse de ello leer las instrucciones remi- los pueblos que las bordean. Los analistas señalan como años excep-
tidas el año 802 a los missi encargados de exigir a todos los súbditos,
(·ionales aquellos en los que no hubo que guerrear. Por consecuencia,
sin excepción, un nuevo juramento, en el que fué incluído el título
anualmente, todo súbdito del Imperio puede ser requerido a tomar
imperial que poco antes había recibido Car1omagno.üs Se les pres-
las armas al primer llamamiento. Cuatro años después de la muerte
cribía, en efecto, hacer destacar en tal ocasión, en sus comentarios
de Carlomagno, es cierto que para una campaña que estaba desti-
previos, "cuán grandes y numerosas" eran las obligaciones asumidas
por todo aquel que comprometía así su fe. Se les invitaba a especi- nada a reprimir una rebelión inopinada en Italia, los movilizados
ficar que el juramento no era tan sólo, "como muchos lo habían fueron advertidos que debían estar preparados para ponerse en ca-
creído hasta entonces", una promesa de "fidelidad hacia el emperador mino la misma tarde del día en que recibieran la orden de alista-
vivo", sino que implicaba además obligaciones múltiples y variadas miento, si esta orden les llegaba por la mañana, y al día siguiente
que desbordaban la misma persona del soberano, tales como "man- ;d amanecer, si la recibían por la tarde.so
tenerse con toda su inteligencia y todas sus fuerzas al servicio de Cada movilizado debe equiparse por su cuenta y llevar consigo
Dios"; no emprender nada, "ni por perjurio, ni por mala intención, víveres para tres meses. También debe ll~var vestidos, armas, y mate-
11i por fraude, ni por seducción, ni por dinero" contra los bienes del rial para seis meses, y aun los carros quedan a su cargo. Hasta las
fisco; no cometer "ni fraude, ni rapiña, ni injuria alguna contra los etapas señaladas se cuentan, no desde el lugar de salida, sino desde
·:;antos templos de Dios, las viudas, los huérfanos, ni los viandantes, una línea que a veces está muy alejada: por ejemplo, desde el Loira
1•on¡ue nuestro señor el emperador ha sido establecido, después del o desde el Rin, según los casos, para los hombres que residen en el
:;,·iíor y de sus santos, como protector y defensor suyo"; "no arrui- lado de acá de ambos ríos; desde el Elba, para los que, viviendo en
r.11 <:1111itul.., t. I, n• 34, pág. 101. r.11 cr. WA!'l'Z, y sigs.; FusTEL DE CoULANGES, t. VI, págs. 509-523;
t. IV, púgs. 531
lo'/ Solir" 1·) perjurio ,.,:ase, especialmente, Capitul., t. 1, págs. 49, 58, 98, 104, llHllNNl-:11, t. H, 269-289.
(11Íp;H.
l'.'·I. n••Í ""'"º In l.1·y rip1wria, título 69. no Vl·n'" In cnrtu 1lcl urzohispo de Tré\'cris, I-lntti, en las Epistolae, t. V,
1ot1 r:,,,.;1111 .. l. 1, nº :1:1, pÍlr,s. 92-93. 111ív,. :~TI. 11'' 2.
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 125 llh FUNDACION DEL IMPERIO
Germania, van a hacer la campaña a los países eslavos: desde los li.1rdos. 1111 Sin embargo, poco a poco, a medida que las expediciones
Pirineos, para los aquitanos enviados a España.61 1111lilan·s tuvieron menos extensión, parece que cambió este sistema
El armamento era objeto de minuciosa reglamentación. El movi- y, 1·11 lo posible, se limitaron los reclutamientos a los habitantes de
lizado debía presentarse en el centro de concentración provisto, bajo l.1.·; prnvincias menos alejadas de las zonas donde iba a combatirse.
pena de multa, de una lanza, de un escudo, de un arco con u~a l'no como se guerreaba a la vez o sucesivamente en todas las
cuerda de recambio y de doce flechas. 62 Los jefes de destacamento l'rn11lcras, al final ninguna región podía considerarse más favorecida
debían, además, llevar an casco y una lóriga o una brunia, es decir, que las otras.
un sayo de cuero revestido de piezas de metal.63 El material que 1~n cada una de ellas, salvo el caso de invalidez debidamente
debe llevarse también está previsto anticipadamente, como lo demues- 1 ll'111ostrada, todos los hombres libres -únicos que eran tenidos en
tra, entre otros documentos, esta nota de servicio que posiblemente menta- estaban afectados por la orden de llamada y, según la
pueda fecharse aproximadamente en el año 806 y de la que se halló 1·crminología de la época, obligados a presentarse al "bando de hues~
un ejemplar dirigido por el emperador al abad de San Quintín: tl"". Sólo quedaban exceptuados los pocos empleados que los condes,
los obispos y los abades tenían autorización de dejar en sus
"Debes saber que nuestra asamblea general está convocada este año para la puestos para que no sufriera menoscabo la buena marcha de la admi~
Sajonia oriental, en Estrassfurt, a orillas del Bode. Te ordenamos que estés allí nistración, 67 y lo mismo pasaba con los ancianos y los enfermos que
el 15 de las calendas de julio,64 siete días antes de San Juan Bautista, con todos
tus hombres bien armados y equipados. Te presentarás con ellos dispuesto y
habían obtenido del emperador, y de manera individual, una exen~
preparado para entrar en campaña en la dirección que yo señalaré, con armaS', ción permanente del servicio militar:ªª finalmente, también estaban
bagajes y toda provisión de guerra en víveres y vestidos. Cada caballero llevará exentos los clérigos y los monjes dedicados al culto y a la plegaria.
un escudo, una lanza, una espada larga y una espada corta, un arco y un carcaj Pero esta última excepción no se refería a los obispos y a los abades
lleno de flechas. En tus carros traerás utensilios de todas clases -hachas, dola- que, en principio, estaban obligados tambioén a conducir por sí mismos
deras, taladros, segures, picos y palas- y las demás herramientas necesarias para sus contingentes armados.
la guerra. Traeréis también en vuestros carros víveres para tres meses, a contar No obstante, hubiera sido imposible en la práctica que en cada
de la salida de Estrassfurt, y armas y vestidos para medio año. Cuidarás que
región se arrancaran constantemente de sus actividades normales a
durante el camino, y hasta llegar al citado lugar, no causéis ningún desorden por
ningún sitio de nuestro reino por el que vuestro itinerario os haga pasar. No toca-
todos los hombres libres a la vez, a pesar de la inmensa contribución
réis a nada excepto la hierba, la madera y el agua.. ," 65 que la mano de obra de los siervos proporcionaba a las labores
anrícolas y a la actividad artesana. Así, era raro un tal recluta-
Así, pues, cada expedición militar obligaba a todos los movili- miento masivo. Lo normal era que el emperador sólo llamase a una
zados a realizar sacrificios considerables, sin otra compensación que parte del contingente, teniendo en cuenta las necesidades en efecti~
la del muy eventual botín que pudieran lograr en la guerra. vos, la distancia de los itinerarios, las condiciones económicas y fas
No había regiones privilegiadas: Neustria, igual que Austrasia; posibilidades de todo género. Por ejemplo, una capitular,69 que puede
Frisia, como Borgoña; Sajonia y Aquitania; Baviera, de la misma fecharse en los primeros años del siglo IX, distingue para los sajones
manera que Lombardía, enviaban una después de otra, cuando no los tres casos siguientes: 19, campaña en el país de los avaros o hacia
simultáneamente, sus contingentes, aunque se tratara de teatros de lstria;7° 29, campaña en Bohemia; 39, guerra contra los sorabos. En
operaciones que no les interesaran de manera directa. El año 778, 1111 Annales royales, año 778.
cuando la guerra de España que terminó tan desastrosamente en 07 Capitul., t. 1, n• 50, art. 4, pág. 137.
Roncesvalles, el ejército de Carlomagno comprendía con tropas reclu- flH Hasta nosotros han llegado modelos de cartas de exención que se remontan
tadas en Galia meridional, austrasianos, burgondos, bávaros y lom- n <'lnnienzos del reinado de Carlomagno, en la colección de las Fórmulas de Sens,
11° 1'!(768-775) y en la de las Fórmulas de Merkel n• 41(774-775), págs. 193 y 256
Gl Capitul., t. 1, n• 74(811), art. 8, pág. 167; n• 75, pág. 168. ,¡., lnH Formulae.
02 Capitul., t. I, n• 77(813), art. 9, pág. 171. 1111 <:apitul., t. 1, n• 49, art. 2, pág. 136.
113 ldem, y Capitul., t. I, n• 44(805), arts. 6 y 7, pág. 123. 70 Sc¡,\{m lus lecciones 1le los manuscritos, la región de que se trata sería España
fl4 Es decir, el 17 de junio. (l/i.,¡11111irw tmrtcs); (ll'ro rrcmnos que es una confusión y proponemos corregir Hispa-
u~ C11pitul., t. I, n• 75, pág. 168. ,.¡,,,. p11r 11;,,,.;,,,. romo pnn·r·1• sllJ!rrir la proximidncl ron !ns partes Avarial' rn In
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 127
111\ FUNDACION DEL IMPERIO
el primer caso, la movilización afectaba a un hombre por cada seis:
olili11úndosc a proveer de vituallas a las gentes una vez pasados los
en el segundo, a un hombre de cada tres; en el tercero, a toda la
11·1·~· 111t>scs en los que cada uno debía atenderse por sus propios
población masculina, pues los sorabos eran vecinos inmediatos de los
11wdio~;. Abandonar el ejército sin orden formal del soberano, cual~
sajones y entonces se trataba de la "defensa de la patria". Otra
1p111·r;i que fuese el plazo o momento en que se hiciera, era conside~
capitular, 71 que su más reciente editor fecha en el año 807, prevé,
r.ulo (·orno una deserción pura y simple, crimen que se designaba 75
con respecto a una leva general entre el Sena y el Loira, las siguientes
rnn la palabra germánica de herisliz (que precisamente quiere decir
modalidades de aplicación, menos rigurosas que de costumbre, dice
"abandono del ejército") y que acarreaba la pena capital con la
el texto, en consideración del hambre que azota: 1Q. no estarán
rnnfiscación de bienes,76
obligados individualmente al servicio -a más de los que llevan
beneficios reales que están vinculados al emperador por un compro- Todo retraso en acudir al centro de concentración de las tropas
miso especial del que hablaremos más adelante..- sino los propietarios era castigado; 77 toda ocultación se consideraba como infracción al
de tres mansos [mansis] o más (el manso era entonces la unidad bando (bannus) u orden del soberano y, como tal. se castigaba con
territorial): 29, los propietarios de menos de tres mansos se agru- una multa de 60 sueldos, 78 con la agravante de que si se trataba del
"bando de hueste" [o de mesnada] -comúnmente llamado heribán
parán para equipar por su cuenta entre todos ellos a un hombre; se
agruparán por dos los que posean de tres a cuatro mansos por cada (heribannus o haribannus), de la palabra alemana heri, ejército-,
dos; por tres, los que no posean más que un manso cada uno; por tenía que ser satisfecha en el acto, y en caso de insolvencia, el delin~
seis, los que no poseían más que medio cada uno o su equivalente cuente era condenado a servidumbre hasta saldar por completo su
en especie o en bienes muebles. El año 808 todavía se hacen más deuda. 79
holgadas estas medidas: 72 el servicio no atañe sino a los propietarios Si se tiene en cuenta que a las obligaciones anteriores hay que
de cuatro mansos cuando menos y se invita a los demás a reunirse agregar la de servir en la guardia de las fronteras, la de atalaya, la
para proveer, a costa de todos conjuntamente, un hombre por cada <le patrullamientos 80 y la de permanente defensa de las costas, para
cuatro mansos. la cual todos los súbditos tenían que estar preparados al primer lla~
Hasta en algunos casos, parece que el emperador confió a las mamiento, 8 1 se convendrá, sin posibilidad de error, en que el servicio
autoridades locales el establecer una rotación ent~e los movilizables, militar amenazaba con agobiar económicamente a las poblaciones y.
pues algunos de ellos se quejaban de ser convocado~ con más frecuen- además, con producir un serio colapso a la vida normal del país.
cia de la debida por no ser bien vistos del conde o de sus subalternos
y aun del obispo o del abad.73 Con todo, por regla general. parece VII.- PRESTACIONES y SERVICIOS
que el servicio militar pesó con gravitación sensiblemente igual sobre
todos los habitantes de todos los territorios que componían el Impe- A las obligaciones militares todavía se agregaban otras cargas
rio, un peso que era ciertamente abrumador. de diversa naturaleza, de que nadie estaba exento tampoco dentro del
Es cierto que las campañas, por lo general. no eran muy prolon- Imperio.
gadas. Normalmente la salida tenía lugar en el mes de julio o durante En primer lugar estaban las requisas de alojamiento y de víveres,
el mes de agosto y el regreso en septiembre o en octubre, lo más de caballos y de carros, para los agentes o representantes de la auto~
tardar. 74
rn Capital., t. I, nº 64, art. 13; 74, art. 4; 98. art. 3; Annales royales, año 788,
Pero el emperador tenía el derecho de poder prolongar por ¡olt~. BO.
más tiempo el servicio del contingente armado si lo juzgaba útil, 711 Capital., t. 1, nos 74 y 98.
77 Ln sanción que estipula una capitular del año 811 (Capital., t. 1, n• 74, art. 3,
<•ventualidad supuesta. A comienzos del siglo IX parece que ya no ~e hacían levas ¡o1'1 ¡~. l 66) es posible que baga sonreír: privación de vino y de carne durante un
111~
tropas sajonas para enviarlas a comarcas tan alejadas como España. 11 l11111·rn .¡., días igual al del retraso.
71 Capitul., t. 1, n° 48, pág. 134.
7 H JI. in/ra, plÍgs. 140·141, lo que se refiere al bando del soberano.
7:l /1frm, n• 50, art. 1, pág. 137.
'i'IJ (.'apitcú., t. 1, nº 64, nrt. 12; nº 74, arts. 1, 2, 9.
7:1 /tl1•111, n• 73, arts. 3 y 5, pág. 165.
Hu ltlcm, 11Q 71, nrl. 2; n• 132, urt. l.
7-1 Vt'·n"'' In rrnnolo~ín tic las l(lrnrras rn l'I reprrtorio de BoHMF.n-MÜHLRACHER.
HI /1J..m, 11• :M(ll02), url. 131>, pá.gs. 100-101.
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 129 uo FUNDACION DEL IMPERIO
ridad pública. El Imperio romano 82 había poseído un perfecciona- que había de proporcionarse era de 40 para un obispo, de 30 para
do servicio de correos o postas, con paradores estafetas u hostales un abad o un conde y de 17 para un simple vasallo del emperador.
por etapas (mansiones) y relevos de caballos (veredi y paraveredi). Es dificil afirmar si estaban afectados todos los habitantes sin
Cada albergue o parador de ruta tenía un cercado con habitaciones, distinción. Al contrario, hay que pensar que, sin perjuicio de los
donde todo funcionario del Estado y hasta toda persona civil o ecle- privilegios generales de inmunidad, de los que hablaremos,86 existían
siástica acreditada por el emperador, con la sola presentación de 111 uchas dispensas individuales y colectivas. 87 Parece también que
su carta de misión, hallaba alimento y lugar techado para él y para su el derecho de requisa estuvo limitado a algunos casos claramente:
séquito, así como los medios de transporte indispensables para con- 1·specificados, como los viajes de los missi dominici, pues hay capi-
tinuar su viaje. Posiblemente, algunos elementos de esta organización lulares 88 cuyo objeto es, entre otros extremos, llamar la atención
subsistían todavía, al menos en Italia, en la época carolingia, 83 aun- a los condes, los obispos, los abades o los vasallos reales que se
que debían ser muy pocos. Pero, no obstante, quedaba el principio permitían, en sus desplazamientos personales, exigir hospitalidad
de que todo representante de la autoridad pública que llevara una de sus administrados y abusar de sus bienes. Con todo, la carga de-
orden en regla podía obtener durante su viaje alojamiento y víveres bió de ser muy pesada, pues resultaban frecuentes las misiones que,
por medio de una requisa: {·omo las de los missi dominici, daban derecho a la requisa de víveres
Se nos ha conservado un modelo de la carta de ruta o carta de y de medios de transporte, 89 sin hablar del alojamiento y del fuego
viaje (epistola tractoria o tractoria, simplemente) que se remitía a que, en invierno cuando menos, era obligado proporcionar por requisa
tal efecto a los missi dominici. 84 Está dirigida no sólo a todos los a todo viandante sin posada, llevara o no tractoria,9o Además no
agentes de la administración, sino también a "todos los fideles" del conocemos caso alguno en el que estas provisiones hayan sido paga-
emperador, es decir, a todos sus súbditos, y les requiere que pro- das. Abrumadora carga de la que nos consta que las iglesias y los
vean a los portadores de los medios de transporte ( evectio) y de monasterios trataron incesantemente de liberarse.
los víveres ( huma·nitas) necesarios. Allí mismo se detalla todo: tantos A todo esto hay que agregar las prestaciones para la conservación
caballos de relevo, tanto en pan, en vino, en cerveza, en tocino, en y, eventualmente, la construcción de caminos, de puentes y de edi~
puercos o lechones, en ovejas y corderos u otras carnes, en pollos, ficios públicos.9 1 Sin embargo, estos últimos servicios se encuentran
ánsares, faisanes, huevos, miel, aceite, vinagre, cominos, pimienta, raramente citados en los textos, lo que hace suponer que los trabajos
clavo y otras especias, tanto en sal, en legumbres, en quesos, en cera, de esta clase sólo ocupaban un limitado lugar en las preocupacio-
en heno para los caballos, en madera para el fuego, etc. De acuerdo nes del gobierno imperial.
con el testimonio que nos proporciona una capitular de aquella épo-
ca. 8 5 las raciones señaladas variaban de acuerdo con el rango del
VIII.- IMPUESTOS
que se beneficiaba de ellas (evidentemente teniendo en cuenta la
supuesta importancia de su séquito). Por ejemplo, el número de panes En su mayor parte, el régimen fiscal no fué sino una superviven-
da de las prácticas romanas. No siendo indispensables las contribu-
82 Véa~e. en último caso, C. JuLLIAN, Histoire de la Gaule, t. VIII (1926)
ciones para el funcionamiento de los servicios públicos, tal como
págs. 52-56; E. J. HoLMBERG, Zur Geschichte des Cursus Publicus (Upsala, 1933,
in-8°); [PFLAUM], Essai.s sur le cursus publicus sous le haut Empire romain, en las
1111 fo/ ra, pág. 145.
a
Mémoires présentés par divers savants l'Académie des lnscrip•ions et Belles-Lettres, H7 C11¡1itul., t. l, n• 155, art. 10, pág. 315.
t. XIV, 1° parte (1940), págs. 189-391. Para el tránsito de la época romana a la 1111 E~.pecialmente, Capitul., t. l, n• 94(787), art. 4, págs. 198-199.
bárbara consultar el concienzudo estudio de F.-L. GANSHOF, La tractoria (nº 137 1111 Ejemplo: fórmula de tractoria, un poco posterior a la muerte de Carlomagno,
de nuestra Bibliografía). 1111 rn vn81il los c'nc·iirµ;ados de la leva de la hueste y de la percepción del heribán, en la
83 Es lo que hace sospechar la capitular publicada en Capitul., t. I, nº 150, colc·1Til111 do: lus Frirm1tl1t~ irn11crialcs (Formulae, pág. 292, n• 7).
nrt. 19, pág. 306. 1111 Jo:jc111plos: Capitul., l. 1, n• 18, art. 46, pág. 43; n• 57, art. 1, pág. 144;
84 Modelo de los alrededores del año 800 en la colección de Marculfo (Formulae, 11• 'l·I, 1111. ·i, pú¡!,. J'J9; !!le.
pág. 120, nº 20), que reproduce una fórmula merovingia (publicada, ídem, n• 11), 111 <.'11¡1i111/., l. 1, 11• 91, ¡uíg. 192, urt. 4; n• 94, pá¡:?:. 199, urt. 9; n• 140, pág. 288,
prro con nlgunns mo11ificnciones significativas. 1111. 11; 11'1 HI, pÚ¡•.. :!•lll, 11rl. 17; 11• HH, púµ;, .'101, url. 11; n• 150, pú.g. :106, art. 22;
ti~ Ca11i11tl., t. 1, nº 141, ar!. 29, pág. 291. 11"'" ,¡,. l '1111011111:•.1111, "" /lil'l"m11111 K11rnl., 11• 111, ¡uíg. 1:12. l. 19.
Carlo1111111110.. 9.
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 131 132 FUNDACION DEL IMPERIO
entonces se concebían -ya que los agentes del poder central vivían salvo el caso de exención regular, faltar al juramento de fidelidad que
de sus cargos y del producto de las tierras que les estaban asignadas se le debía al monarca. 96
y no tenían sueldo y los súbditos contribuían personalmente a satis- Pero eran vanas estas exhortaciones: el impuesto ya no respondía
facer casi todas las necesidades del Estado ya en el orden militar a la necesidad de proveer al sostenimiento de los servicios públicos;
como en el civil.-, el emperador se contentaba, en general, con lo por doquier se consideraba abusivo y estaba en camino de desapa-
poco que había sido salvado por sus antecesores del antiguo sistema recer.
fiscal instituído por Roma. La única contribución pública asimilable a un impuesto directo,
En lo que concierne a las contribuciones o impuestos directos, 92 que entonces estaba verdaderamente en vigor, era el diezmo. 07
esa herencia romana era tan pequeña que hasta se ha creído que /\unque percibido por la Iglesia y, en un principio, en su exclusivo
había desaparecido por completo. No obstante, todavía de cuando provecho, se exigía a todos de un extremo al otro del Imperio, en
en cuando se hablaba de la capitación y de la contribución territo- virtud de las órdenes que daba el mismo soberano, pues, desde Pipino,
rial en las capitulares promulgadas por Carlomagno o por sus inme- la monarquía franca no separaba ya su causa de la de la religión
diatos sucesores. El año 805, por ejemplo, el emperador decretó cristiana y a nadie dejaba el cuidado de legislar en tal materia.
recaudar el censo real ya sobre la persona de los contribuyentes ya El pago del diezmo eclesiástico se hizo, pues, obligatorio en lo
sobre sus bienes, doquiera fuera hasta entonces legalmente exigible 93 ~ucesivo por orden de la autoridad pública y son numerosas las capi-
y, poco después, insiste en otra acta en la necesidad de levantar una tulares de Carlomagno que -se ocupan de ello, ya para recordar a los
relación de las tierras sometidas al pago del censo: "Que nuestros fieles que se trata de un deber al que nadie, bajo ningún pretexto,
missi procedan a una diligente investigación con respecto a nues- puede substraerse, ya para reglamentar la percepción y la tarifa
tros censos en todos los lugares en donde antiguamente había costum- aplicable, ya, finalmente, para amenazar a los que tratan de eludirlo.
bre de pagarlos al rey... y nos rindan un informe para que podamos A los agentes del emperador cumple hacer respetar en esto la ley
ordenar lo que deberá hacerse sobre esto en lo sucesivo.'' 94 Parece ---palabra que se repite varias veces 9 8 - y perseguir a los renuentes,
que no ofrece dudas que los censos de que aquí se trata eran los que que no podrán eludir ya ni la multa civil ni las censuras eclesiásticas. 9 º
en otros textos se designan más bien como tributos y que comúnmente Se trata, por tanto, de un verdadero impuesto cuyo importe, que es
llamamos impuestos; tampoco debe dudarse, leyendo los documentos realmente igual a la décima parte de las rentas rústicas de cada
de la época, que las dos categorías de impuestos que se enumeran ficl, 10 º está destinado en este caso a sostener el desenvolvimiento
en la capitular del año 805 son, uno la capitación personal, y el otro, de un servicio público : el del culto y las obras de asistencia a él
la contribución territorial. 95 Pero en muchos sitios estos impuestos vinculadas.
habían dejado de percibirse, ya porque en gran parte de sus grandes
IHI Capitul., t. I, n 9 33 (802), art. 8, pág. 93.
patrimonios los antecesores de Carlomagno y él mismo habían renun- 117 Véanse los trabajos de STUTZ, PERELS y P. VIARD, señalados en nuestra Bi-
ciado espontáneamente a ellos poco a poco en beneficio de las igle- hliografía, nos 115-118.
sias, de las abadías y de los beneficiarios de inmunidades, ya también 1111 Especialmente en las Capitul., t. I, n 9 59, art. 2, pág. 146; n 9 84, art. 7,
¡,., i111¡11its ir11lirects chez les Romains jusqu'aux invasions barbares (París, 1882, 1117 Ví·ns.,, 1·11 particular, Diplomata Karol., pág. 128 (774-775).
i1111"). 1 llH f'.f. I'. l111v..:1.1N, Tlssai historiq1tc sur le droit des marcliés et des /oires,
'11H l'or rjrmplo, Ca¡1iwl., t. 1, n 9 13(754-55), art. 4 (pág. 32); n 9 143 (820 (1'111í", lll'r7, iu-11°, l<'HiH de dcrt>cho de París), en pnrticular ¡uí~s. 113-17(1 y
nprn• i11111cl11111l'11lr), nr·t. 1 ( púg. 294). :•111 :.11.i.
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 135 1 lh FUNDACION DEL IMPERIO
11•1111 losc de una clase de rentas que aseguran importantes aspectos
.¡, ..·~11 viJa. Otro punto que debe señalarse es el empleo a la vez,
~:IX.- PATRIMONIO, MONOPOLIO DE LA MONEDA, DERECHOS
f.111111 en esta capitular ns como en muchos otros textos contempo-
DE CANCILLERÍA
r.11wos, 11 ·1 de las dos palabras villae y fisci, para designar los reales
Es cierto que la monarquía contaba con algunas fuentes de ingre- p.il rimonios: aun siendo de origen familiar, estos dominios estaban,
sos por rentas: los que obtenían ya de la explotación de sus dominios. I'"" 1;into, asimilados a los que en Roma se consideraban como tierras
ya del ejercicio del poder público. cl1·I fisco, lo que no debe causarnos sorpresa, ya que cualquier distin-
Los dominios ( villae) de que disponía Carloma'gno, eran consi~ rnm entre el carácter privado y el público de la persona del rey
derables y estaban diseminados por todo el territorio, aunque se p.in·ec que estaba en lo adelante abolida.
concentraban más en las regiones septentrionales de la Galia y en 1)e los diversos monopolios que producían beneficios a los empe-
las comarcas del Mosa y del Rin, en donde las propiedades patri- r.11 lores romanos, parece que el único que pudo conservar el soberano
moniales de la familia carolingia fueron a aumentar las que Pipino, ··oirolingio fué el de la acuñación de moneda. Después de los des-
al usurpar el poder, había heredado de los merovingios que, a su .-,nlcnes del período merovingio en los días de su decadencia,11 5
vez, las habían tomado, a veces, del fisco romano. Estos patrimonios Pipino el Breve se hizo cargo con energía de la administración mone-
comprendían, como era normal, tierras labrantías, praderas, viñedos, laria.116 Sus esfuerzos y los de su sucesor permitieron reorganizar
jardines y josas, bosques y tierras baldías, de lo que una parte 11wtódicamente la casa de moneda y el mismo sistema monetario. El
estaba bajo la directa administración del rey, mientras la mayor 1111!11cro de talleres de acuñación, que se había hecho excesivo, fué
extensión era usufructuada por terratenientes.100 Había intendentes rl'd ucido para facilitar la vigilancia. Carlomagno llegó, en el 805
(villici) encargados de la vigilancia de la explotación, de la conser- y el 808, hasta el punto de no autorizar, en principio, acuñación
vación de los edificios para habitación que, al igual que en los sino en el taller de Aquisgrán.117 Medida de excepción y. sin duda,
grandes patrimonios, comprendían como complemento caballerizas, 11rovisional (pues ya no parece estar en vigor en los días de Ludo-
establos, un corral, un colmenar, un lagar, un molino, herrerías para virn Pío). pero que produjo la nueva ordenación del :.sistema mo-
reparación de los aperos, talleres de hilandería y, cuando se podía, 11l'tario.
pesquerías y viveros.110
Los gastos que ocasionaba la acuñación se cubrían con las mermas
- Poseemos varias capitulares que demuestran el interés del empera- que los jefes de los talleres de troquel -los monederos (monetarii}-
dor por una administración inteligente de todo. La más famosa, la ,.~;I :aban autorizados a efectuar sobre el metal o sobre las monedas
capitular llamada de villis 11 1 -de la que, además, resulta muy difícil
vil'jas sometidas a fundición. Una capitular, que se remonta a los días
precisar si emanó del mismo Carlomagno o de su hijo Luis (el futuro d1· Pipino el Breve,11s había señalado esta merma en un sueldo por
Ludovico Pío) , entonces delegado de su padre en el gobierno de
l1hroi de plata en una época en que la libra tenía 22 sueldos. Como
AquitaIJ,ia 112 - , demuestra con evidencia, desde su artículo }9, el
1111 se autorizaba ninguna otr!l merma, hay que suponer que cada
esencial cuidado del soberano: no permitir que vayan en beneficio
Lallrr estaba arrendado por el soberano o que le correspondía una
de otro los recursos que puede obtener de su patrimonio. Se trata de
p.1 rll" de los beneficios.
un concepto que se repite en más de un artículo. El pequeño rendi-
miento de algunos impuestos subsistentes obliga al monarca a velar 1 1 :i Entre otros, en los artículos 4 y 52.
al·entamente para que nadie interfiera usurpando su derecho y adue- 1H Ví-m'" Pspccialmente Diplomata Karol., t. I, n• 83 (774 aproximadamente),
pi'11~- 119, lín<'a 40.
1 oo Sobre el patrimonio real, cf. WAITZ, t. IV, págs. 14().1&3, que remite a los 11 r. ( :r. el Catalogue des monnaies /rant;aises de la Bibliotheque nationale. Les
ll·xln~ cscnr.ialcs. ,,,,,,,,,.,;, .., 1111:rovi11gi1•r111es, por Mauricio Paou (París, 1892, in·8º). Introducción.
110 Ví-nsc espec1almente Capitul., t. I, nº 77(801-813), art. 19, y la capitular 1 111 l'nrn 1"111111tn sP rdaciona con la acuñació¿ de monedas carolingias, véase la
,¡,. 111'lli.•. <'Ítndn más adelante. l1111111l111·1'i1°111 de M. 1'11011 al Catalogue tics monnaies carolingiennes (n• 139 de nuestra
1 1 1 <.'1111it11l., 1. J, nº 32, págs. 82-91. llol.l1111•1alía).
11 :~ cr. !\lnr" ílr.oc:11, T.'ori~irw et la date drt "Capitulare de villis", en la Revue 111 t:111'i111l., 1. 1, 11• 1J4(Bll;,), 11rl. IR, pÍq',. 12á; 11• 52(808), url. 7, pág. 140.
¡,¡,,,.,;,,,,,., 1. CXl.lll 1192:\l, p1Í1!."· 40-Sfi. 11 1• t '11¡1i111/., 1. 1, 11• i:117;,.i ·¡;,;,¡, arl. 5, pú~~- :12.
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 137 1 38 FUNDACION DEL IMPERIO
Este monopolio tenía, además, la ventaja de permitir la unifica- En verdad, la monarquía carolingia ya no se encontraba en aquel
ción del sistema monetario, signo tangible de la unidad del imperio. e:-;tadio que caracterizó los tiempos de las grandes invasiones, y en el
Carlomagno hizo todo lo posible para conseguir este resultado. Así, que se esperaban de la guerra, por el botín que obtenía el vencedor y
retiró de la circulación las piezas antiguas, entre las que existía la por los tributos que se imponían a los vencidos, los más pingües
mayor diversidad, y las reemplazó por piezas nuevas de tipo, peso recursos; con todo, sólo débilmente pudo suplir estos ingresos con la
y denominación uniformes.ne Medida, aparentemente, fácil de apli- fiscalía y las normales obvenciones de los derechos que ésta ejercia.
car, ya que la única moneda que quedaba oficialmente en circulación Los transportes de alegría que el año 796 levantó la noticia de que los
dentro del reino franco era el denario de plata, del que el sueldo tesoros acumulados por los avaros habían caído en manos de las tro-
tenía 12 y la libra 24:0, sin que se sintiera la necesidad en lo adelante pas francas, nos ayudan a puntualizar la situación: un botín seme-
de acuñar piezas de ninguno de estos valores. Con todo, los jante pareció a todos como una inesperada fortuna o lotería que iba
textos demuestran que la reforma triunfó no sin esfuerzo, y la clasi- '1 abrir inmediatamente una era de excepcional abundancia. 121
ficación de las monedas que nos han llegado testimonia que el go- Sin embargo, el ejercicio del poder judicial, del que nos falta aún
bierno de Carlomagno fué impotente, en último caso, para asegurar ocuparnos, no dejó de proporcionar a la monarquía, con mayor
en el campo monetario aquella uniformidad absoluta que se propo- regularidad, ingresos apreciables, a la vez que permitía al soberano
nía. Sin embargo, no se puede negar que los denarios de los dias de a firmar útilmente en todo el Imperio su autoridad moderadora, al
Carlomagno -a los que en la práctica no pudo dejar de adicionarse ~ervicio de la paz y del orden público.
medios denarios u óbolos- ofrecen un carácter de regularidad rela-
tiva con manifiesta ventaja sobre los de la época merovingia.
X.- JUSTICIA 122
Si resulta difícil apreciar las rentas que la monarquía carolingia
obtenía de la acuñación de la moneda más lo es aún, posiblemente, Pese a la diversidad de los códigos .-leyes sálica, ripuaria, bur-
calcular las que le producían los derechos de cancillería. Todo cuanto rronda, etc ..- a que estaban sometidos dentro del Imperio y aun en
se puede decir es que la autoridad y el prestigio que proporcionaron e 1 solo reino franco, los súbditos del monarca carolingio, y cuyo
a Carlomagno sus triunfos militares y el atinado ejercicio del poder e:-;tatuto jurídico individual, función que procedía del origen étnico
fueron dando de día a día más valor a las actas que expedía pana de cada uno de ellos, 123 nada pudo modificar, la organización judicial
conceder o confirmar bienes y privilegios. De ahí el aflujo que había 121 JI. supra, pág. 60.
en su corte de peticiones, como lo demuestran los documentos de la 122 Sobre el tema tratado aquí, véase sobre todo G. WAITZ, t. IV, págs. 365-525,
época. El constante acrecentamiento de ]os territorios que formaban IJll" proporciona un fácil conocimiento de los textos, y H. BRUNNER, t. II, págs. 435-
el imperio carolingio ensanchó, más aun, el círculo de los que acudían 1111<1, que es seguramente la más completa exposición de e;onjunto de que disponemos
nrtuulmente para cuanto se relaciona con el funcionamiento de la justicia en las
a solicitar favores del señor y que proporcionan a su cancilleria
•'·poca~ merovingia y carolingia. Cada párrafo de esta extensa exposición lleva una
oportunidad de ingresos que, sin la menor duda, se subestimarían hil1liop;rafía que alcanza hasta el año 1927. Por desgracia, la presentación resulta con
si se contrajera su importancia al volumen únicamente de las escasas 1n•.,tmncia confusa y ganaría mucho si estuviera más concentrada. Entre los estudios
160 actas cuyo texto auténtico ha llegado hasta nosotros. 12 º En el "" francés aun resulta provechoso leer a FuSTEL DE CouLANCES, t. V, págs. 304-506,
estado actual de la documentación a nuestra disposición, es imposible "" lo qm~ atañe esencialmente a la época merovingia, pero más de un pasaje interesa
tnmhií'n a los tiempos carolingios. A éstos había reservado FuSTEL un capítulo del
aventurar la menor valoración ni aun atreverse a decir si los bene-
voh11111·n si¡::;uientc de su obra (t. VI), pero en ese volumen, tal como fué publicado
ficios que se obtenían por este renglón superaban en demasía los por ( :nmilo }ULLIAN después de la muerte de su autor, no se encuentra (págs. 494-
gastos necesarios para mantener en buen estado el desenvolvimiento !>0I) nuís r111r un brevísimo bosquejo del tema. A esto hay que añadir, en cuanto a la
de estos servicios. 11ri'.1111iz1wií111 rlc los tribunales, el libro, actualmente sobrepasado, de L. BEAUCHET
(11• 111 rf., nuestra Bibliografía) y el mediocre Étuáe sur le mallum de BIDAULT DES
11 !1 Sobre lo que sigue, véase la obra de M. PROU, Catalogue des monnaies carolin· e :11A1rMEs (n• M2 rlc nuestra Rihliografía) que es un trabajo de principiante. En todo
i:i1·11111"' (n• 139 de nuestra Bibliografía). 111 c¡111· 1rntnmns en las pÍ1p;i11as 'fue siguen se impone más que nunra recurrir a los
1 ~o Vi'·asc la colección que ha dado E. MÜHLBACHER, Diplomata Karolinorum, '"'''"· N111·slrn ili•cÍpulo H. llAllTllm pr1·¡11m1 unn ohra rle conjunto sohrc In justicia
l. l. pi'1~s. 77·'292. 1·11 In 1'·pu1·n d1· lw. 1·11ruli111du..;.
ORGANIZACION PÓLITICA Y ADMINISTRATIVA 139 liO FUNDACION DEL IMPERIO
era, a lo menos en sus rasgos generales, uniforme de un extremo al 111ús por cada condado. En la mayor parte de los casos era suficiente
otro de los territorios sometidos a la autoridad de Carlomagno. que se reunieran siete de ellos 12 º para que el tribunal pudiera le.gal-
En este aspecto domina todo el panorama un principio: el de que, 111cnte deliberar. Acompañaban al conde en sus recorridos judiciales
entre los deberes que jncumben al soberano, no hay ninguno que sea y, como él. estaban sometidos a la vigilancia de los missi.
más imperativo que el de asegurar a todos el pleno respeto de sus El número de audiencias o sesiones que debía celebrar el conde
derechos -de su ley, dicen los textos- y una justicia escrupulosa. durante el año fué limitado a tres, por Carlomagno, a fin de terminar
Este principio, muchas veces enunciado en las capitulares, 124 no rnn los abusos de todas clases que se le notificaban sobre las cita-
sólo es aplicable al mismo emperador, sino a todos aquellos, tanto ciones dema·siado frecuentes para comparecer y las molestias que de
laicos como eclesiásticos, que ejercen la autoridad en su nombre. 1·sl·o se originaban a los interesados. Varias capitulares recuerdan,
Pues hay que señalar que el deber de hacer justicia se impone de además, que sólo las partes del proceso están obligadas a asistir a
manera tan absoluta al soberano que se considera como responsable las audiencias.121
de la exacta ejecución de las sentencias pronunciadas en sus Estados La competenaia del tribunal condal se extendía a toda clase de
tanto por los obispos o los abades como por los condes y los demás <1suntos, civiles o criminales, que los litigantes le sometían. No parece
agentes del orden civil. 1211 Por todo esto las prescripciones que se que el conde tuviera facultad para iniciar por sí mismo prooesos,
contraen a la administración de la justicia resultan frecuentes en las salvo cuando se tratase de cumplimentar órdenes o defender los
capitulares. intereses del soberano. Pero su celo se alimentaba con el incentivo
Suelen ir dirigidas a los condes, cuya actuación se nos presenta de los provechos que le valía la aplicación de las penas que pronun-
aquí tan primordial como en los otros terrenos administrativos, ya ciaba. ·
que, en principio, depencien de su tribunal, salvo casos particulares, En efecto, el principio general era que, cualquiera que fuese el
todos los procesos en los que contienden dos súbditos del emperador, estatuto jurídico de cada procesado, toda infracción al derecho ajeno
con la sola excepción de los asuntos de orden puramente eclesiástico conllevaba, en caso de condena, el pago de una composición cuyo
que estaban reservados a los tribunales de la lg lesia. Así, todo conde monto era proporcional a la gravedad del perjuicio producido, pero
tiene en su condado audiencias regulares -se llamaban mall ( ma- del cual se reservaba siempre una parte en calidad de multa (fredus)
llus) o plaid ( placitum) [asamblea, tribunal] condal-, unas en la para la autoridad real, protectora en todo el Imperio del orden pú-
ciudad donde residía y otras en diferentes ciudades o localidades de blico. Esta fracción era de un tercio, al menos en el derecho franco;
su distrito. El conde presidía asistido/de jueces que, después de haber y, de la suma así percibida, el conde se. quedaba, a su vez, con un
sido, hasta el siglo vm, seleccionados entre los notables del condado, frrcio como remuneración de sus servicios.
como nuestros modernos jurados .-entonces se les llamaba rachim- Hay que añadir a esto -siempre a base de un tercio- el pro-
burgos ( rachineburgi, rachinburgi, racinebutgi. racinburgi} u hom- ducto glubal de las multas recaudadas en beneficio del Tesoro por
bres buenos (boni homines}-, constituían desde el último cuarto del infracciones a los decretos superiores o, como se decía entonces, al
siglo, a lo menos dentro del reino franco propiamente dicho, un l>i!nclo del soberano (bannus dominicus), caso que era frecuente,
cuerpo de magistrados profesionales .-los tegidores ( echevins, sca-
120 Véase, por ejemplo, Formulae, pág. 251, nº 27 de las fórmulas llamadas de
bini} - cuya intervención se limitaba a establecer el derecho, que-
l\frrkd (fines del siglo VIII).
dando a cargo del conde como presidente de su tribunal el dar forma 127 Capital., t. 1, nº 40(803), pág. 116, art. 20; nº 44(805), pág. 125, art. 16;
a las sentencias y pronunciarlas. Reclutado dentro de cada condado 11" <•I (1109), pág. 148, art. 5. El hecho de que en estas capitulares sólo se haga refe-
por el mismo conde de acuerdo con los missi dominici, el cuerpo de n·nc·iu 11 lns hombres libres ha hecho generalmente creer que todos los hombres
los regidores o echevines se reducía a una docena de miembros a lo 1;1,,...,. cld1í11n estar presentes en las tres sesiones. Los textos no dicen nada de eso.
l.o (111¡,.11 que determinan -y esto lo sabemos por otras fuentes además-- es que las
123 V. supra, págs. 106-107. clitipnH¡,.ioncs dil'ladns de esa manera no afectan n los no libres. Una capitular de
124 Capitul., t. I, nos 22(789), pág. 58, art. 63; 25(792), pág. 67, art. 5; 33 l.111lovico l'ío (Capitril., t. 1, nº 141, año 819, pág. 290, art. 14), recuerda In limitn-
(ll02), púg. 96, art. 26; 66(1110), pág. 155, arts. 3 y 5; 69(810), pág. 158, art. 3; 85 c·io'111 n lrcs 11ucliC"11ci11s judicinlt.s calificándolas de generalia placita. Este calificativo
(llOJ-111:1), púr.- 181(., arts. 2, 3, 5. ~··11,,rnli11 1111 cluclo lugnr 11 n111d1os crrnn:s: de acuerdo con el contexto dcejgnn, evi-
t:!r. Vl·n"' <:1111ir11l .. r. T, n• 3:\(1102), púg. 9R, art. 38. clc·111c·111r111<-. lnH 1111climwi11H clrl co11cll' purn difcrcnciurl11H de lus 1lc los ccnlurionee.
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 141 l·I.' FUNDACION DEL IMPERIO
dado el gran número de actos de la vida civil, religiosa o militar que • np.-ioncs de la Iglesia respaldadas por el emperador, o al orden,
todos los súbditos del Imperio tenían obligadamente que realizar con pt1dia ser considerada como una oposición a la voluntad del soberano.
riesgo de infringir lo que se consideraba bando del soberano. Nume- Y la pena que se aplica en este caso al delincuente es la de 60 suel-
rosos textos demuestran que con esto no se hacía sólo referencia ' 11is, 1·11 cantidad importante en aquella época y que aun puede ser
a sus capitulares, ordenanzas o actas oficiales publicadas debida- dt1hlada 1-1:.i y hasta triplicada 14 3 si el delito cometido parece excep-
mente, sino a todo lo que, bajo cualquier forma y en cualquier grado, cionalmente grave. En cambio, es raro que sea inferior a los 60
reflejaba o implicaba una decisión de parte del emperador, como, por ~;111·ldos. No hay que considerar cuán productiva podía ser esta fuente
ejemplo, su voluntad de mantener bajo su protección a las iglesias, dl· inHresos para un conde vigilante y activo.
las viudas, los huérfanos y a todos los desheredados de la fortuna, Y esto no era todo. Algunos procesos podían, por su misma natu-
en cualquier lugar del Imperio en donde vivan, o su deseo de perse- r;i kza, proporcionar al conde beneficios suplementarios, si se trataba
guir a los incendiarios, a los autores de los crímenes de rapto, robo dl· crímenes como el incesto, el homicidio de parientes cercanos, la
con fractura, a los desertores ... 128 Enumeración que nada tiene de falta a la fe jurada, que conllevaban, en caso de condena, la pena
limitativa y que en realidad el emperador o sus agentes ejecutivos de confiscación de bienes. 14 4 Es cierto que el beneficiario de ella es,
se inclinaban a extender casi indefinidamente, ya que vemos a Cario- primero, el soberano; pero algunos textos hacen pensar que también
magno incluir en ella la caza furtiva en los vedados de los bosques aquí el conde obtenía su parte, pues se le acusaba de dejarse arras-
reales, 12 9 el rehusar monedas de curso legal, iso el negarse reiterada- trar por una "insaciable codicia" para multiplicar las condenas de
mente al pago del diezmo, 131 la venta de objetos del culto. 182 la esta especie,146
violación por parte de los clérigos de las prescripciones conciliares Por otra parte, el conde no es el único que en las provincias
con respecto a la presencia de mujeres en sus casas, 133 la percepción conoce de los asuntos judiciales. En efecto, se distinguía entre las cau-
abusiva de alcabalas o peajes, 134 el encubrimiento de fugitivos, 13 r; sas llamadas mayores que, salvo casos particulares, eran obligatoria-
el robo de granos o de forrajes en perjuicio de los habitantes de las mente de la competencia de su tribunal, y las causas de menor
comarcas por donde transitaban las tropas, 18 º el robo de bestias de importancia, llamadas causas menores,146 que podían ser enviadas al
carga, 13 7 la venta a precio más alto de los productos tasados, 138 juzuado de sus subordinados los vicarios o centuriones. De acuerdo
la venta de esclavos o de siervos fuera de la·s fronteras del reino,139 el rnn las capitulares promulgadas a comienzos del siglo IX, quedaban
homicidio de peregrinos, 140 etc. El campo de aplicación de las medidas reservados al tribunal del conde los asuntos criminales y los procesos
tomadas contra los infractores del bando real o imperial era, como que se contraían a la libertad. 147 Desde el siglo 1x, 14 s las disputas
se ve, ilimitado, ya que toda ofensa al derecho de otro, o a las pres- relativas al derecho de propiedad -a lo menos de la propiedad terri-
torial- no son por sí mismas competencia de los vicarios, sino de
128 Capitul., t. 1, n• 27(797), pág. 71, art. l; n• 33(802), pág. 98, art. 40; n• 34
(802), pág. 101, art. 18; n• 68(801-813), págs. 157-158, arts. 1-3; n• 98(801), 141 ldem, n• 35(802), pág. 104; art. 57; n 9 68(801-813), págs. 157-158, arts. 1-
pág. 205, art. 2; n• 110, pág. 224, arts. 1-8; etc. :~; n• 74(811), pág. 166, art. l; n 9 77(801-813), pág. 171, art. 9; n• 98(801), pág. 205,
129 Capitul., t. 1, nº 33(802), pág. 98, art. 39; n• 102(801-810), pág. 211, url. 2; n• llO, pág. 224, etc.
art. 17. 142 ldem, n• 100(800-810), pág. 208, art. 2.
130 ldem, nº 63(809), pág. 152, art. 7; n° 90(781), pág. 191, art. 9. 143 ldem, n• 136(818-819), págs. 281-282, arts. 4-5.
131 ldem, n• 87(787-813), pág. 186, art. 4. 144 Véase Capitul., t. I, n• 13(754-755), pág. 31, art. 1 (incesto); n• 56(803-
132 ldem, n• 33 (802), pág. 94, art. 15. 1113), pág. 143, art. 3 (homicidio de parientes cercanos, incesto); Diplomata Karol.,
133 ldem, nº 100(800-810), pág. 207, art. l. u• 1B0(797), pág. 243, l. 5 (falta de fidelidad); n• 205(807), pág. 274, l. 31 (incesto);
l :1-1 lclem, n• 57 (801-814), pág. 144, art. 7. l•'11rmulae, n• 22 de las fórmulas B de Reichenau (800-840), pág. 357 (incesto 3).
1ar. ldem, n• 52(808), pág. 140, art. 6; n• 64(810), pág. 153, art. 9. 14!í EL ASTRÓNOMO, cap. XXXVIII.
1 :111 ldem, n• 70(810-811), pág. 160, art. 4. Hfl Para esta distinción véase Capitul., t. I, n• 20(779), pág. 49, art. 10; n• 132
1:11 ldcm, 11• 77(801-813), pág. 173, art. 3. (B l;, l, pág. 262, art. 2.
1:1H /1frm. 11• 52(808), pág. 140, art. 5. Hay que señalar, además, que de los 60 J.17 Capitul., t. I, n• 64(810), pág. 153, art. 3; n• 65(810), pág. 154, art. 5;
111wld11s, 20 son, en el caso indicado, reservados al denunciante. n'' 110(811-813), pág. 176, art. 4; n• 102(801-810), pág. 210, art. 14.
1:111 ¡,¡,.,,,, 11• 20(779), pÚJ!:. 51, art. 19; n• 90(781), pág. 190. H!l Hay, al menos, para el siglo vm, un ejemplo contrario. Véase Formulae,
1-ltl /d1·111, n• 'll (7112-7116), ¡1Í1J!:. 193, art. 10. n' '.7'1 1!1! las fórmulas llamadas de Mcrkel, pág. 252.
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA H3 144 FUNDACION DEL IMPERIO
manera provisional. 14 º y, sin duda, cuando el objeto del litigio es chas cuyo reparto se lleva a cabo de acuerdo con las reglamentaciones
de menor cuantía: cuando se trata de causas livianas (leviores enunciadas anteriormente. Debe también señalarse que los litigios
causae}, dice una capitular. 150 El campo de administración de la jus- relativos a las sucesiones inmobiliarias, cuyo conocimiento parece
ticia confiado a los vicarios es, pues, de los más reducidos. que estaba reservado a los missi, producían derechos especiales en
Esta administración de justicia vicaria} se ejerce en forma análoga beneficio del Tesoro que reclamaba por sus buenos oficios una
a la de la condal; el vicario preside un tribunal considerado como décima parte de las tierras y de la mano de obra servil. 157
audiencia ( plaid o mall} y compuesto igualmente por siete jueces, al El tribunal del rey,us constituía la instancia suprema a la que
principio rachimburgos y luego regidores o echevins, una vez que la se elevaban los procesos que los tribunales ordinarios, especialmente
institución de estos últimos se puso en práctica. 151 Pero, sin duda, los del orden eclesiástico 169 o aun los de los missi,16º se consideraban
debe imputarse a la, cada vez más, restringida importancia de su incapacitados para resolver o los que se negaban a juzgar, 161 así como
tribunal la extrema rareza de los documentos que testimonian aquellos que se remitían en apelación. 162 En primera instancia, el
su funcionamiento en la -época de Carlomagno. tribunal del soberano juzgaba el caso de los funcionarios reales,
Si el tribunal del conde tiene competencia para sentenciar los especialmente de los condes, contra los que se presentaban quejas
procesos de los que, sólo con reservas, tienen conocimiento los tri~ por sus administrados, 163 algunos procesos graves de desobediencia
bunales de sus vicarios, estas sentencias de los condes estaban, a su a las órdenes del rey, como la deserción (herisliz}, que estaba reser-
vez, sometidas a revisión por parte de los missi, que deben, además, vada a la sola competencia del monarca, 164 y, finalmente, los procesos
hacerse cargo de los procesos que por cualquier razón estén en sus- que se referían a los próceres o poderosos ( potentiores). altos fun-
penso.152 Se les recomienda que durante el mes de su viaje o jira cionarios, obispos, abades, grandes terratenientes. 1 65
tengan cuatro audiencias en cuatro localidades diferentes del con- No hay que decir que el soberano no presidía por sí mismo las
junto de los condados sometidos a su inspección 15 3 y cada vez pre- audiencia·s. sino excepcionalmente, cuando la importancia de los asun-
sidan allí asistidos no sólo de los siete regidores que en lo adelante tos sometidos a su tribunal hacía oportuna su intervención. En esos
estaban determinados para todos los tribunales ordinarios, 154 sino casos estaba asistido por el conde del palacio, cuyas atribuciones ya
también en presencia del conde en cuyo distrito se abrió el proceso señalamos más arriba 166 y que era quien presidía en sus veces y sitio
que se somete a su examen. 155 En todos los casos, ya el recurso a en los casos normales.167 Pero cualquiera que sea quien lo presida,
los missi esté fundado en una queja por una injusticia o en un litigio este tribunal residía en el palacio en donde se encontrase en aquel
relativo a la decisión dictada por este o aquel conde, 1 56 la sentencia
promulgada en nombre del soberano por sus representantes en visita 157 Capitul., t. I, n 9 77(801-813), pág. 171, art. 7. Cf. Fórmulas de Marculfo,
lihro I, n• 20 (fines del siglo vn), pág. 50 de las Formulae.
de inspección, produce, igual que la de los tribunales condales, prove~ 158 Sobre este tribunal ver WAITZ, t. IV, págs. 472-499; L. BEAUCHET, págs. 327-
149 Capitul., t. 1, nos 64 y 65, citados en la nota 2 supra. :1:,:{; BnuNNER, t. 11, págs. 181-192.
150 Idem, n• 102, cit. en la nota 1 supra. ir.o Capitul., t. I, n• 28(794), págs. 74-75, art. 7; n• 112(799-800), págs. 228-
151 Formulae, n• 7 de las fórmulas llamadas de Bignon (750·774), pág. 230; :.!29, arl. 26; n• 33(802), pág. 94, art. 15.
nos 29 y 30 de las fórmulas llamadas de Merkel (fines del siglo vm), pág. 252. 160 ldem, n• 34(802), pág. 101, art. 19.
152 Sobre la jurisdicción ele los missi, véase WAITZ, t. IV, págs. 413-418; L. BEAL'· 101 ldem, n• 90(781), pág. 190, art. 2.
CHET, págs. 301-326; FusTEL DE CouLANCEs, t. VI, págs. 555-559; H. BRUNNER, t. 11, 1112 lclem, n• 13(754-755), pág. 32, art. 7; n 9 44(802), págs. 123-124, art. 8;
págs. 258-260. Pero ninguno de estos autores establece claramente la distinción entre 11• 69 (¿hacia el 810?), pág. 159, art. 7.
las épocas a que se refieren los textos alegados. lll:S ldem, n• 95 (hacia el 790), pág. 201, art. 7; Diplom. Karol., t. I, n• 12
1· n·;;quemores y era necesario impedir claramente las intervenciones No eran los beneficiarios de inmunidades los únicos intermedia-
.¡,. los condes y de sus subordinados, vemos que, ya bien temprano, rios a que recurría el emperador, al margen de sus representantes
< :.arlomagno promulga edictos contra los infractores de la inmunidad, normales, para establecer relaciones con 1sus súbditos y hacer ejecutar
··:J;1bleciendo las sanciones más severas; a la pena pecuniaria de 600 sus iJrdenes. La rápida extensión_del régimen vasálico puso a su dis-
"'ll'lclos, que, como vimos, estaba determinada contra el beneficiario posición otros auxiiiaies-que, al descargar a los condes y sus adjun-
.¡,. inmunidades que se mostrara rebelde, corresponde, para el caso de tos de una parte de sus obligaciones, vinieron a reforzar, al menos
v111Liriún del privilegio de inmunidad, una composición del mismo
1111111to, un tercio del cual, en forma de fredus, queda en provecho 170 Sobre los procuradores, a más de la de KROELL (cit. pág. supra), ver las
ol1r11s 1le F. SENN (nos 144 y 145 de nuestra Bibliografía).
,¡,.J monarca y los dos tercios a favor del beneficiario de la inmuni-
171 Consultar, ante todo, H. MITTEIS (n• 149 de la Bibliografía). Además, entre
.1.,,1 l'I\ l'lll'Stión. otros, WAITZ, t. IV, págs. 176-287; BRUNNER, t. II, págs. 328·368; F. Lor, en la
/\d1·111ús, de este disfrute del producto íntegro de las percepciones llistoirc générale de GLorz, Mayen áge, t. 1, págs. 664-700 de la 2' ed. lnnumera-
o¡1w. 1·11 principio, se realizan a nombre y por cuenta del gobierno real, hl1•s son los trabajos sobre este tema. Los principales están citados en MITTEIS, BRUN·
ro··.11 ll.1 por doquier colmado de provechos. Para responder a las nue- Ni-:11 y F. Lor. Véase además GANSHOF (nos 146 y 147 de la Bibliografía). (Agré-
' .1. ni\11·11das que resultan, el precio obligado del privilegio de que
11,ncs•', 1~n cuanto a los orígenes y a la evolución prefeudal del vasallaje, la obra
furulumentnl, que viene a revisar y rectificar la doctrina de BRUNNER, de Clnu<lio
.1, .l 1111.1. m·n•sita disponer de un aparato administrativo análogo, en SÁNClll·:Z At.llOllNOZ, En torno a los crígerics del feudalismo, cit. supra; cf., en
1, l''"l'"r1:i<'in debida, al del conde de cuya autoridad se halla exento. 1·sp.,•·i11l, los tomos TI y 111 (Parte Segunda, Los árabes y el régimen prefeudal c11ro-
1' .. , "' 1.1 11;1 rf·1-. slis funciones ('cl('siásticas le prohiben ejercer por sí lr11¡¡io)]. 1N. 1lrl T. I
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 149 150 FUNDACION DEL IMPERIO
en apariencia, la organización administrativa y a aumentar sus ren- s11rldos y el acuerdo seguirá siempre en vigor; 4 9 , finalment~ convenimos que a
dimientos. ,._,¡,. respecto se entreguen a cada uno dos actas iguales y confirmadas por ambas
partes. Asi se ha hecho."
Sin embargo, a diferencia de la inmunidad, no fué el vasallaje,
rn su principio, una institución de derecho público. Su contrato es de Aquí se trata, sin duda, de un caso extremo: el que declara entrar
derecho privado entre dos personas de condición libre que conciertan al servicio de otro reconoce que lo hace porque carece en absoluto
entre ellas un acuerdo por el cual una, el vasalío (vassus, vassalus), de recursos y no dispone de ningún medio de vida. Pero esta confe-
se comprom~tf!. _se confía o -para emplear el lenguaje de la épo- sión que, a lo sumo, sólo encierra un testimonio de humildad expre-
ca.- se_ encomienda o se recomienda (se commendat) al servicio sado con alguna exageración, ·no impide al pobre quidam cubrirse
( scrvitium) y a la obedienCia fin obsequio) del otro, al que reconoce con su dignidad de hombre libre y tratar de igual a igual con su pro-
por dueño (dominas) o señor (senior), a cambio de la protección que tector, que en la fórmula está intencionalmente señalado como su par
éste le garantiza. . o igual. Las cláusulas del acuerdo concertado se parean como con-
Estas mismas palabras de servicio, obediencia, dueño, señor, in- viene a un contrato libremente redactado entre iguales; y la violación
dican a primera vista que, sin renunciar en nada a su condición de de ese contrato por cualquiera de las dos partes se condena con la
hombre libre, uno de los dos contratantes acepta dejarse asimilar en misma pena pecuniaria. El vasallo se dirige a un dueño (dominus).
alguna manera a un simple servidor. El empleo del vocablo vasallo, pero es un dueño voluntariamente elegido por él; y lo que, ante todo,
que acabará por evocar ideas bien diferentes, está lejos de oponerse le demanda no es un medio de vida, sino su mandeburdio, su protec-
a esto, ya que originariamente y todavía a veces en pleno siglo VIII, ción, a cambio de la cual se lleva a efecto el contrato de servicio.
y hasta excepcionalmente en el IX, se empleaba para designar a gen- Esta protección no conllevaba ninguna humillación para aquel que
tes de condición servil. Y es que, en efecto, la inseguridad de la vida la recibía. En una sociedad en la que, poco a poco, se fué perdien-
durante el siglo VII y luego en una gran parte del VIII y la.s conmo- do la noción de orden público, se adquirió la costumbre, entre los que
ciones sociales que fueron su consecuencia, obligaron a muchos hom- carecían de la fuerza suficiente para por sí mismos hacer respetar sus
bres libres a buscarse protectores entre aquellos a quienes la suerte derechos, de ponerse de esta manera "bajo el mandeburdio" (mun-
había salvado del desastre y, con frecuencia, se entregaban a la ge- clcburdium o mundium) de una persona más poderosa, y el mismo
nerosidad de estos últimos. rey en persona dió el ejemplo al aceptar en su mandeburdio o bajo
Un formulario que parece remontar a mediados del siglo VIII, 172 su guarda (tuitio) muchas iglesias y monasterios de sus Estados. Fa-
nos ha conservado un modelo de contrato establecido entre uno de vor muy solicitado que valía a sus beneficiarios encontrarse a cubier-
aquellos desheredados de la fortuna y el protector que eligió. El do- to, ellos y sus bienes, por la ~isma garantía que las personas y las
cumento comienza recordando la demanda elevada al magnífico señor propiedades de la familia del protector o hasta que sus bienes pro-
(domino magnifico) elegido por aquel a quien la desgracia -como pios.
lo indica el título que inscribió en el encabezamiento el autor del for- El acuerdo vinculaba, en principio, a los dos contratantes durante
111 ulario (Qui se in alterius potestate commendat)- colocó en la du-
toda su vida. Sin embargo, textos posteriores en medio siglo precisan
ra necesidad de "encomendarse al poderío de otro": que el recomendado o encomendado -al que desde entonces se le
"Como es bien sabido por todos que yo no tengo de qué comer ni vestirme,
llama con más frecuencia vasallo- puede considerarse libre de toda
1..- ,;olidtado de tu piedad, y me lo has concedido, la autorización para entregarme obligación, si su señor ha faltado gravemente a sus deberes de pro-
v 1·11cumcndarme en tu mandeburdio (en otras palabras, colocarme bajo tu patro-- t<·rtor, por ejemplo, amenazándole de muerte, o empleando la violen-
'111111). Lo que he hecho en las condiciones siguientes: 1°, tú deberás ayudarme cia hacia él, o atentando a la virtud de su esposa o de su hija,
1· :;;1tisfac¡·rme tanto en la comida como en el vestido en la medida en que
""""" yo merecerlo sirviéndote; 2°, tanto tiempo como yo viva te debo el servido
o, tmnbién, tratando de despojarle de sus bienes personales. 17 Ex- ª
1· l.1 11h1·di!'ncia que puede dar un hombre libre y no podré, mientras me dure la
ceptuando casos de esta clase, el compromiso del vasallo es irrevo-
1·1ol.1. m1hstraerme a tu poder y mano; 3°, convenimos en que si uno de nosotros cable y, en principio, no tiene otras limitaciones de servicios que las
11 ,,, ,, ,¡,. 1·l11dir este acuerdo tendrá que pagar a su par una composición de tantos
1-;:i <:11¡1i111l•• 1. J. n 9 77, urt. 16, pág. 170, y (si el texto se remonta realmente n
'i'·' Í•'nr11111l11rio .i., Tours, n• 4.1, <.m las Formulae, pág. 158. ¡,,., clius .¡,. ( :11rl11111u1~110, lo qnr nos pnn•c1~ 1h11l11so) el n• 104, nrt. 11, ptÍg. 215.
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 151 152 FUNDACION DEL IMPERIO
que implican su condición de hombre libre. 174 Estrictamente, y con ·w comprometía con él a conducirse "como por derecho un hombre
l"sta limitación, es decir, con exclusión señalada de los trabajos ma- tkbc hacerlo con respecto a su señor".
nuales que entonces realizan sólo los siervos, el vasallo ya no se per- También con motivo de la entrada en vasallaje de Tassilo, el 757,
tenece, está a disposición del señor, al que, según el lenguaje de Vl'mos perfilarse el formalismo de lo que más adelante se llamará ho-
la época, se ha "entregado y condenado". Una capitular de Pipino el menaje. Para destacar el alcance de su acto, según observa el ana-
Breve, 175 que se cree de hacia el año 760, considera como normal la lii;ta oficioso cuyo relato seguimos,1so Tassilo se encomienda al rey
obligación en que puede encontrarse el vasallo de expatriarse con su "por las manos" (in vasatico se commendans per manus}: o, en otras
señor, si éste se ve constreñido a destierro; ya que no hacerlo así, palabras, pone sus manos en las manos de su señor de acuerdo con
observa el legislador, será "faltar a la fe jurada" (fidem me·ntiri). un rito cuyo sentido o simbolismo es claro, y cuya difusión rápida,
En efecto, hacia esa época comienza el contrato de vasallaje a poco después, demuestran los documentos que nos hallan llegado. 181
completarse y reforzarse, si todavía era posible, con la prestación de Estos nos prueban, además, que tal ceremonial se precisa y se com-
un juramento de fidelidad que, desde fines del siglo vm, se conver- pleta hasta el punto de relegar en la oscuridad el primitivo contrato
tirá en obligado acompañante de tocio compromiso vasálico. 176 Este cuyas huellas se pierden antes de finales del siglo Vlll.
juramento viene a parearse con el que el monarca exige de sus súb- En efecto, ya no había necesidad de acta escrita; era suficiente
ditos, y posiblemente resulte significativo que el texto más antiguo que la entrada en vasallaje de acuerdo con las formas que acabamos
en el que aparece se refiera, precisamente, a un vasallo de rey; ya de señalar tuviera lugar públicamente para que el compromiso del va-
que éste, desde muy pronto, tuvo sus vasallos, aunque en calidad de sallo fuera indiscutible. En cambio, nada positivo o evidente señalaría
simples particulares. Por primera vez aparece en un documento tal ya el compromiso del señor si no viniera oportunamente una prác-
juramento de fidelidad el año 757 en ocasión de la entrada en vasalla- tica nueva a testimoniarlo: en vez de una promesa general y vaga
je del duque de Baviera, Tassilo. Este "se encomienda en vasa- ele ayuda material, el señor tuvo, más cada vez, que gratificar a su
llaje" (in vassatico se commendans) y presta juramento sobre las vasallo con alguna tierra o cualquier otra propiedad que éste tendría
reliquias de los santos, "prometiendo fidelidad" (fidelitatem pro- de él en calidad de beneficio (beneficium), es decir -si se da a la
missit) a Pipino, "como un vasallo la debe con sincera y sólida de- palabra beneficium su sentido original-, como un testimonio de su
voción por justicia a su señor" (recta mente et firma devotione per generosidad.
iustitiam, sicut vassus dominos suos esse deberet). 177 Y, desde el Aunque esta costumbre no se introdujo en la práctica sino pro-
comienzo del siglo IX, esta práctica se hace tan habitual que, en una Hresivamente y con alguna lentitud, una capitular de Carlomagno, de
capitular del año 805, Carlomagno no vacila en colocar en el mismo h'i primeros años del siglo IX, ya precisa que, salvo circunstancias
plano el juramento de fidelidad del vasallo y el juramento de fideli .. excepcionales, ningún vasallo podría ya abandonar a su señor "desde
dad del súbdito a su rey, para señalar que son los dos únicos tipos el momento en que recibiera de él el valor de un sueldo" .1 82 La po-
de juramento de fidelidad auténtica válidos.11s Hasta cabe pen- sl'sión de un ber.eficio cualquiera, por insignificante que fuere, crea-
sar que la fórmula de juramento exigido el año 802 de los fieles del ba, por tanto, la presunción de un vínculo de vasallaje o venía a con-
emperador, y cuyo texto hemos traducido más arriba,179 fué modela- firmarlo; y, a la inversa, desde la misma época, el vasallaje parece
d;i hasta cierto punto, a su vez, por la fórmula del juramento que conllevar corrientemente la atribución de un beneficio.18 3
1·n1·onces se exigía de los vasallos, ya que el fiel o fidel de Carlomagno Aunque, repitámoslo, no fuera aún en aquella época considerada
necesaria esta atribución, a lo menos inmediatamente, 184 el beneficio
17'1 Cf. MITTEIS, págs. 38-40.
17 :-. <.'a1Jilul., t. 1, n• 16, art. 9, pág. 41. 1 HO Annales royales, año 757.
1 "/11 f :r. Mnn:1s, págs. 44-47. 1111 U. Augusto DuMAs, Le serment de fidélité et la conception du pouvuir
1 TI .·l111111l1•s royak•, año 757. [También, Annales Laurissenses majores, 757, Mon. ( 11• 1:!:; d., la Bibliografía).
1:,.,,,,, lli.•t . .'i1:ri¡1wrcs, I, pág. 140. Cf. SÁNCHEZ ALBORNOZ, op. cit., t. 1, pág. 60.] 1 H:.! (11pitul., t. I, n• 77, nrt. 16, pág. 170.
IN .J,.¡ T.I 1 H:1 <:11pit11l., t. 1, n• 20(779), nrt. 9, pág. 48.
1 •" (.°11¡1itul., r. 1, 11• 1·1·, arl. IJ, pí1g. 121·. IHI /rfrm, 11• 4SW06), nrt. 9, púg. 128; nº 74(811), urt. 7, pág. 167; nº J:l2(fllS),
1 ;11 Su¡m1, p1Í1'.. 1:•:1. 111'1. "· pi'•µ;. :~h~.
ORGANIZACION POLITICA Y ADMINISTRATIVA 153 15·1 FUNDACION DEL IMPERIO
~que en el siglo x se llamará feudo- se convierte de esta manera en demostrar que a fines del siglo VIII y en el IX, los vasallos reales ocu-
el complemento y la contrapartida del vasallaje del que sigue las vi- pan. al lado de los condes. puestos de mando en los ejércitos de Car-
cisitudes: el incumplimiento por el vasallo de la fe jurada ocasiona lomagno 188 y que, sin someterse a los condes, en caso de movilización
que el señor vuelva a hacerse cargo del beneficio e igual sucede cuan- rnnducen directamente a la hueste los contingentes de sus propios
do se produce la disolución del vínculo de vasalla je por fallecimiento vasallos y de todos los movilizables que dependían de ellos. 189
o por otra causa. 1 scs De todas formas el contrato de vasallaje tiende a Además, el vasallaje proporcionaba por sí mismo a la monarquía
pasar, como dicen los juristas, del plano personal al real, tendencia un medio cómodo de simplificar y de acelerar la movilización en to-
que seguirá manifestándose incesantemente después de la muerte de dos los grados. De acuerdo con el contenido de algunas capitulares
Carlomagno. de comienzos del siglo IX y, en especial, de los años 808 y 811. 19 º
Esta evolución, por otra parte, importa menos para nuestro pro- la regla era que la movilización se realizara a las órdenes de los se-
pósito que el vasallaje en sí mismo y el vínculo personal y directo que ñores para todos los que dependían de un señor, excepto cuando,
significa entre el protegido y el protector. Para el señor los vasallos por una razón valedera, ese señor estaba dispensado de ir personal-
constituyen un grupo de fieles o fideles siempre dispuestos a ejecutar mente a la hueste,
sus órdenes y a secundarle .en la realización de sus empresas. Ahora En estas condiciones se explica que el gobierno de Carlomagno,
bien, como el monarca poseía sus propios vasallos -a los que se di- lejos de poner obstáculos al vasallaje, hiciera todo lo posible, por el
ferencia de los otros con el calificativo de vassi dominici-, éstos, cuyo contrario, para favorecer su desarrollo. No sólo lo aceptó, sino que
número ya era considerable en los días de Carlomagno, son amplio lo reglamentó, y la distribución de los beneficios y el juramento va-
equipo de auxiliares a los que mantiene más adscritos a sí que la masa sálico le parecieron adecuados para aumentar sus medios de acción.
de sus súbditos corrientes, en consideración a los beneficios que No cabe duda de que con esto se anticipaba a determinados peligros,
les distribuye y de los que puede desposeerlos al menor signo de cuya gravedad habría de precisarse más adelante, y que supo ver y
desobediencia. hallar en ese sistema durante los primeros tiempos un medio cómodo
De los vasallos del monarca salen los cuadros del ejército y está v seguro de reforzar y completar sus cuadros administrativos.
demostrado que esta consideración por ellos era dominante hacia Desde cualquier ángulo que se considere, toda la organización po-
mediados del siglo vm. El año 743, reconocía Carlomán que se había li tica y administrativa del Imperio, en fin de cuentas. va a parar a
visto en la necesidad de crear, "a causa de las guerras'', gran núme- las manos del emperador. El es el motor central del Estado; sus ór-
ro de beneficios sacados de los bienes de los monasterios y de las dl'nes y sus capitulares se cumplen de un extremo al otro de los te-
iglesias, a fin de poder dotar de manera suficiente a los vasallos de rritorios sometidos a su autoridad; los condes y los missi ejecutan en
que tenía necesidad para sus ejércitos. 18 6 Método, en un principio,
l'llos sus decisiones; los beneficiarios de inmunidades y los vasallos
excepcional, al que se había tenido que recurrir desde hacía bastante
tampoco se hurtan al vigilante cuidado normal de sus agentes, sino
tiempo entonces, para hacer frente a las insuficientes reservas mili-
pma adherirse a su persona por vínculos de más directa dependencia.
tares de la monarquía.
l •:n rnalquier eventualidad, es el dueño de todos, un señor cuya vo-
Fué a este propósito cómo se inventó el singular sistema de las l1111 tad es ley.
precarias en nombre del rey (precaria in verbo regís) que no es éste
Llegamos, pues, al punto en que debemos investigar los funda-
el momento de estudiar, pero a cuyo socaire daba licencia el rey para
mentos de su gobierno y las concepciones generales a que respon-
usufructar bienes de la Iglesia, mediante determinadas compensacio-
dinon sus actos.
nes, aparentes cuando menos, a muchos de sus vasallos, con lo que
l"vitaba así nuevos despojos de su propio patrimonio y creaba sobre 1 HH V(·ase, e~pecialmente, la carta de Carlomagno a la reina Fastrade ( 791),
los bienes eclesiásticos beneficios suficientes. 1 87 Los textos parecen ""l11c la rnmpaiia en ti.,rras de los avaros, en las Epistolae, t. IV, pág. 528.
1 su f :i1t·nws únicamente las Capitul., t. I, n• 49, art. 3, pág. 136; n• 74, nrt. 7,
1Hr. l\frrTEIS, pÚgs. 148-160.
p1'1;~. 1117 t ""lo l'XC"pcionalmcntc cuando el vasallo real no iba a la hueste se invitahn
1Hll C11rll'ilio de Estinnes, en las Capitul., t. I, n 9 11, art. 2, pág. 28; y en los
n Hll" hlllionlinndos a nl'11clir n ella hnjo las c'irrlcncs del conde).
f.'11111·ili11 11t'l"Í lwrol .. l. T, ¡uí~s. 6-7. 11111 <.'11¡1itul., l. 1, 11• 50, urt. 1, pÚ¡(. 1;17; n• 7:~. art. 8, pág. lti5; n• 74, nrt. 9,
IWI cr. l\1r'l'TEIS, pÍll'."· 11;,.12.~.
p1'11~. 1111.
fl!NDJ\CION DI·:!. IMPl·Jrn >
l 11w:1, 11111al que en los tiempos de Isr;¡el, bs fronlnas d1· ·.11 ·" l11.1rii'i11
lll'11d .. 11 a confundirse con las de los territorios qul· orup.111 111:1 .idcp-
'"" .¡,. L1 verdadera fe, ya que aun a aquellos qm•, 1·11 1111 pri11 .. ipio,
1·1.111 1·,1r.1íios a ella, se les obliga, por lo gerwr.il, ;i ;1hr;¡z;irla
"11 '11.111111 quedan incorporados a sus Estados. i\:;i, p11r 1111.1 :;irnpli~
111"'11'111 que los hechos van, a la larga, a justific;1r, s1· ti1·11c la con~
CAPITULO VII v11 • 11'111 d1: que reina sobre "todo el pueblo cristiano" (011111is populus
,/11i·;ti.,1111s) y no se quiere considerar dignos de este nombre~ más
EL EMPERADOR •Jlll' a aquellos cristianos que constantemente se nwntuvicron en la
11lwdic11cia del sucesor de San Pedro.
J.- PRINCIPIOS DB GOBIERNO No hay, por tanto, para el monarca franco más imperativa obli~
~¡ación que la de una vida conforme a las enseñanzas de la religión
Hay que señalar obligadamente, y antes de todo, que Carlomag- católica. Carlomagno estaba penetrado de esta necesidad, que no
no, aunque en el encabezamiento de sus actas, 1 a partir del año 800, dejaban de recordarle los hombres de Iglesia y que, ya en los co-
declara "gobernar el Imperio romano" (Romanum gubemans impe- mienzos de su reinado, le señalaba en una epístola, citada con fre-
rium), no fué, sin embargo, un emperador romano. Si su biógrafo niencia, un clérigo llamado Catulfo: 6 atribuirlo todo a Dios, que,
Eginhardo hace todo cuanto puede por asimilarlo a los príncipes desde el más pequeño al más grande, a todos nos ha sacado de la
de la Roma antigua es por haber tomado como modelo al biógrafo de nada para hacernos lo que somos; a Dios, a quien el rey debe sus
los "Doce Césares", al historiador latino Suetonio; pero, en realidad, triunfos y su dominación sobre "Europa"; a Dios, de quien "ocupa
el lugar aquí en la tierra" y de quien recibió la misión de hacer reinar
el poder que maneja Carlomagno sólo lejanamente recuerda el de los
y de "exaltar la Ley". Es un programa idéntico al de los reyes bí-
"Césares" antiguos. El concepto de respublica que, como lo ha de-
blicos, cuyo ejemplo se invoca constantemente en los documentos de
mostrado con evidencia Fustel de Coulanges, 2 se mantenía en Roma
la época y que se le presentan a Carlos para que le sirvan de modelo.
por encima del emperador y lo convertía en intérprete y ejecutor de
Por eso le recomienda Catulfo que tenga siempre al alcance de la
la voluntad colectiva de todo el pueblo, hacía mucho tiempo que se
mano un ejemplar de la Ley, según el mandamiento de Moisés en el
había esfumado de los espíritus en Occidente. 3 A lo largo de siglos
Deuteronomio (XVII, 18-19), que, refiriéndose al rey, dice: "En
de anarquía, transcurridos desde el triunfo de los conquistadores bár-
cuanto se siente sobre su trono real escribirá él en un libro un du-
baros, se adquirió la costumbre de no ver ya en los diferentes reyes
plicado de esta ley custodiada por los sacerdotes levitas. Y lo tendrá
que se repartían el dominio del mundo occidental sino dueños o se- consigo y leerá en él todos los días de su vida, a fin de temer
ñores todopoderosos por el derecho de conquista, que podían disponer a Y ahvéh, su Dios, guardando todas las palabras de esta ley y estas
de la tierra y de sus habitantes como de una propiedad personal ru- disposiciones para cumplirlas ... "
damente adquirida por la fuerza de las armas. Las actas promulgadas por Carlomagno demuestran su deseo
Esta manera sumaria de concebir la importancia del poder mo- constante de aplicar tal programa. Nadie tenía en mayor grado que
nárquico fué entonces sobrepasada. Por efecto de la acción de la Igle- <·! el nítido sentimiento de las graves responsabilidades de orden es-
sia, el carolingio adquirió conciencia de los deberes que le incumbían piritual, no menos que material, que pesaban sobre sus hombros. Una
como cabecera de la comunidad de los pueblos sometidos a su go- de sus más famosas capitulares, 7 la que se acostumbra llamar "Ad-
bierno. En virtud de la consagración, su autoridad procede de Dios~ 4 monición general" ( Admonitio generalis), ofrece, hacia el 789 apro-
como otro David, está designado por el Omnipotente para conducir ximadamente, una exposición de conjunto de los principios que se ha
hacia su salvación al nuevo pueblo elegido, el de los fieles de Cristo. propuesto. Recordando el precedente del rey Josías que, según dice
1 V. supra, pág. 99, n. 48. ¡¡ Los textos contemporáneos aparecen colmados de esta expresión.
:.! F11sT1-:1. 1m CouLANGES, t. I, pág. 148. tJ Epistolae, t. II, págs.. 501-505.
:1 cr. L. llAJ.l'lll·:N, T:idée cl'Étal (n• 155 de la Bibliografía). 7 Capitul., t. 1, n• 22, págs. 53-62.
·I Cf. .m¡1rn, 1·np. T !V).
l'i'i \
EL EMPERADOR 157 l'ill FUNDACION DEL IMPERIO
1· I Ubro de los Reyes (Libro II, caps. 22-23), hizo una encarnizada dedicará a facilitar su ejecución ( art. 8); que no sólo no dificultará
!Jllcrra a los supersticiosos y se dedicó sin descanso a restablecer en 1·1 t'.jcrcicio de la justicia, sino que pondrá todas sus fuerzas al ser-
lodo Israel el culto del verdadero Dios, Carlos también creía no te- vicio de la equidad (art. 9); que no sólo no realizará nada contra los
ner más urgente tarea que la de hacer volver al "pueblo de Dios" hi1·ncs del soberano, sino que ayudará a éste en su tarea de defensor
a la vía del Señor y la de procurar con todas sus fuerzas su salva- d1· la propiedad ajena y de protector de las iglesias, viudas, huérfanos
ción. 8 "Así, su primer cuidado es el de reproducir ( arts. 1-60) , para y extranjeros, absteniéndose de ofenderlos (arts. 2, 4, 5). Carlos es-
memoria de los obispos y de su clero, las prescripciones esenciales de pl'l'a de cuantos poseen ascendiente o poder público, "obispos, abades,
los grandes concilios que, desde los de Nicea, de Laodicea o de An- abadesas, condes", que se "muestren unánimes ...• con toda caridad
tioquía, establecieron las reglas de una vida religiosa.· Unicamente y en plena concordia", en la ejecución de sus mandatos (art. 14).
por éstas se podrá asegurar la pureza de la fe que los clérigos de- Sólo ayudándose íntimamente los unos a los otros y marchando en
berán sin desfallecimiento predicar al pueblo ( art. 61) y que cimen- completa unión de corazones y de almas .-que es lo que significa el
tará la unión de todos alrededor del monarca, que es su obligado vocablo unanimidad.- todos los que constituyen, de arriba abajo de
guardián. "Que la paz, la concordia y la unanimidad reinen entre la escala, el "pueblo cristiano" sostendrán al emperador para que
todo el pueblo cristiano y los obispos, los abades, los condes y nues- no sucumba bajo el peso de las responsabilidades con que Dios le ha
tros demás representantes; entre todos, grandes y pequeños; pues, ;ibrumado.
sin la paz no se puede agradar a Dios", precisa el artículo 62, con Vivir siempre en perfecto acuerdo los unos con los otros, no se-
referencia a los pasajes de la Escritura en los que el amor del pró- pararse jamás de los principios de solidaridad y de caridad (caritas),
jimo y la concordia se dan como condición para la salvación común. en el verdadero sentido de este vocablo, que se repite constantemen-
Gracias a esta concordia y a esta unanimidad todos, unidos frater- te en sus capitulares, he aquí las virtudes que no se cansa de predicar
nalmente entre sí y con el monarca, formarán un solo cuerpo en Cris- Carlos por medio de sus missi a todos los fieles del Imperio, presen-
to, ganando de esta manera para después de la muerte el reino de tándolas como indispensables para el cumplimiento de su misión; 12
los cielos ( art. 82) . y una parte de las resoluciones que toma proceden de este pensamien-
Las mismas ideas y, con frecuencia, iguales vocablos, especialmen- to neneroso. Tal fué el caso, por ejemplo, cuando, con motivo de las
te el tan expresivo de unanimidad ( unanimitas o unianimitas}, vuel- hambres que varias veces azotaron sus Estados, prescribió que todo
ven a repetirse, con razonamientos en parte originales, en las instruc- aquel que diispusiera de suficientes recursos, alimentara por su cuen-
ciones que, ya emperador, dió Carlomagno el año 802 a los missi ta a unu o a varios indigentes de acuerdo con un cálculo establecido
enviados para tomar el nuevo juramento de fidelidad 9 que el monarca ª
según los medios de cada uno; 1 o cuando recuerda la obligación
creyó necesario exigir de sus súbditos a causa de su exaltación al impuesta a todos de acoger bajo su techo a los viandantes ricos o po-
º
lmperio. 1 No hay posibilidad de gobierno sin el concurso de todas hrcs y a los peregrinos durante sus viajes. 14
las voluntades bien dispuestas, repite: todos deben "mantenerse uná- Unicamente practicando esta gran ley de ayuda mutua y de so-
nimes cuando cumplen con sus obligaciones y sus funciones" y ob- liclaridad humana y por el constante acuerdo de todas las buenas vo-
servar entre ellos "relaciones de caridad y de paz". 11 Esto supone, luntades, espera el emperador preservar la paz interior sin la cual
en primer lugar, como hemos visto, que cada uno "habrá de mante- no hay Estado viable. Estaba convencido de que sólo el acuerdo de
nerse plenamente al servicio de Dios", a fin de ·salvaguardar la fe sin t"Odos -lo que él expresa empleando la palabra concordia.- puede
la cual perecen los pueblos, pues al emperador le sería imposible "por fundar la paz y por eso se encuentran constantemente asociados en
sí mismo proporcionar a cada uno en particular todos los cuidados y sus capitulares esos dos términos, 15 hasta el punto de que en al-
los adoctrinamientos necesarios" ( art. 3). Esto supone, también, que
cada cual, no ·sólo observará sus órdenes estrictamente, sino que se 1:.: Capital., t. I, n• 26, art. 29; n• 33, arts. 14 y 35; n• 34, art. 18; n• 35, art. 31;
nv (12, nrt. 4; n• 63, art. 3; n• 78, art. 9; nº 99, art. 2; etc.
8 Idem, págs. 53.54 (preámbulo). 1 :1 /d.:111, n• 21; nº 46, nrt. 9; n° 54. nrt. l.
9 Capitul., t. 1, n• 33, págs. 91-93. 1·I ltl.:111, 11• 22, urt. 75; n• 33, art. 27.
10 Véase pág. 123. •~ Ejmnplo~: (.'11¡1it11l •• t. 1, n• 22, nrl. (12; n• 26, arl. 29; n° 33, art. 14; n• 7B,
11 Idem, pág. 92, J. 12·13. nrl. fJ; 11 11 f)C), urt. :! : l'fc'.
EL EMPERADOR 159 lhO FUNDACION DEL IMPERIO
gunos casos 16 dan lugar a una locución difícil de traducir al roman- liuuo Testamento y de la palabra de Cristo: "Porque con el juicio
ce: concordia pacis ("la concordia de la paz"), que posiblemente está rnn que juzgáis, seréis juzgados" (Mateo, VII, 2). 27
inspirada en las páginas que San Agustín, en su Ciudad de Dios El emperador multiplica las prescripciones destinadas no sólo a
-Eginhardo afirma que era ésta una de las favoritas lecturas de w1r;:mtizar el perfecto funcionamiento de los tribunales y la sinceri-
Carlomagno-, 11 después de haber exaltado (XIX, 11 y 12) "la... d;1d de los debates que en ellos tienen lugar, 2 s sino a prevenir los
suavidad de la paz, que tan agradable es a todo" y pr~sentándola procesos evitando las ilegalidades, las usurpaciones, los fraudes y,
como el soberano bien aquí en la tierra, la define como el fruto de un especialmente, velando de cerca por la honradez de las transacciones
perfecto acuerdo (concordia) entre todos los elementos del organis.. mercantiles. 2 9 No escatima nada de su parte para merecer ser colo-
mo social, garantizado por el buen orden de cuantos lo componen, rndo entre los príncipes que, según dice San Agustín, fiel intérprete
lo que resume diciendo que "la paz de los hombres es la ordenada de los textos bíblicos, so siempre hicieron la felicidad de sus subditos
concordia": pax hominum est ordinata concoi·dia. 1 8 por el cuidado que tuvieron en que se diera a cada cual lo que le
Fiel a las enseñanzas de las Sagradas Escrituras, también sabía correspondía en derecho.
Carlomagno, como igualmente lo dijo San Agustín -cuyo pensa-
miento estupendo, sin embargo, no ha dejado huellas en las capitu-
lares-. que "sin la virtud de la justicia los reinos no son sino II.- ACCIÓN RELIGIOSA
execrables latrocinios"; 1 9 sabía que los buenos reyes son aquellos Pero oigamos, en su amplitud, la lección de San Agustín: "Tam-
que "reinan justamente". 2º También él se entrega sin descanso a poco decimos que fueron dichosos y felices algunos emperadores cris-
la tarea de asegurar el reinado de la justicia y la más elevada. la más tianos -escribe en La Ciudad de Dios (Lib. V, cap. 24)- por-
imperativa consigna que da a sus representantes es que hagan jus- que reinaron largos años, porque muriendo con muerte apacible
ticia a todos: "Que aquellos a quienes se ha dado poder de juzgar". dejaron a sus hijos en el Imperio, porque sujetaron a los enemigos de
leemos en el artículo 63 de la Admonitio generalis, citada más arriba, la República, o porque pudieron no sólo guardarse de sus ciudadanos,
"juzguen justamente, ya que está escrito: Con justicia has de juzgar sino también oprimirlos. . . Sin embargo, los llamamos felices y di-
a tu prójimo 2 1 y Juzgad con equidad, pues, el juicio es de Dios. 20 chosos cuando reinan justamente, cuando entre las lenguas de los
Cada uno, reitera el emperador a sus missi en las instrucciones del que los engrandecen y entre las sumisiones de los que humildemente
año 802, debe siempre estar seguro de que la ley será aplicada con los saludan, no se ensoberbecen, sino que se acuerdan y conocen que
equidad; 2a debe sentirse protegido contra la arbitrariedad; 24 tiene son hombres; cuando hacen que su dignidad y potestad sirvan para
derecho a una justicia estricta, con exclusión de todo engaño o frau- dilatar cuanto pudieren el culto de Dios; cuando temen al Señor,
de.211 En las capitulares, con una perseverancia incansable, reitera lo aman y adoran ... ; cuando ejercen todas estas virtudes no por el
Carlomagno estas recomendaciones, 26 que proceden a la vez del An- ansia de la vanagloria sino por el amor de la felicidad eterna."
El propósito de Carlomagno era traducir en actos esta doctrina,
16 Véase, entre otros, Capitul., t. 1, n° 46, art. 2.
17 EcrNHAHD, 24. 4ue, por lo demás, no tuvo necesidad de ir a buscar en San Agustín
18 La Ciudad de Dios, Lib. XIX, caps. 13 y 14. [Conocida es la clásica definición (y tampoco en esto aparece eco del Hiponense en ninguna de las
del Hiponense que sigue al lugar citado: "La paz de todas las cosas es Ja tranqui· rnpitulares), ya que se desprende claramente de los textos bíblicos
lidad del orden y el orden no es sino una disposición de cosas iguales y desiguales, rnya lectura alimentaba al emperador y a sus colaboradores, como
que da a cada una su propio lugar."] [N. del T.]
lo había solicitado Catulfo desde los primeros tiempos del reinado. 31
19 De La Ciudad de Dios, Lib. IV, cap. 4.
20 ldem, Lib. V, 24.
Carlos .se creía, pues, investido de un verdadero sacerdocio. Al igual
21 Levítico, XIX, 15.
:!7 Cita en una arenga de los missi imperiales (Capitul., t. 1, n• 121, pág. 240,
:!:! Deuteronomio, I, 16-17.
l'..J
ro línru 20).
:!:! Capitul., t. I, nº 33, arts. 1, 9, 14. i("'
ya era desde hacía mucho tiempo tan sólo un simulacro. Cada vez
que quedaba vacante una sede episcopal, el emperador sugería al
111.- }EFE SUPREMO DEL CLERO
clero de la iglesia interesada que, en lo sucesivo, forma exclusiva-
La autoridad del emperador acabó, pues, por extenderse hasta mente el cuerpo electoral, el nombre de aquel que deseaba fuera nom-
tal punto que ningún terreno o dominio le pareció ya extraño. Señala brado como nuevo titular, y este deseo expresado por el soberano
la ley a los sacerdotes, a los obispos y hasta al mismo papa, con la equivalía a un mandato.61 ¿Qué podía haber de más normal. desde su
convicción de que nunca desborda sus derechos, sino que, por el con· punto de vista, teniendo en cuenta la función encomendada entonces
trario, cumple estrictamente con sus deberes. Ejercita éstos con res· al obispo en la dirección de los asuntos del Estado? El emperador ne-
pecto al clero de sus Estados dentro de una extrema libertad. Trata cesitaba hombres en los que pudiera apoyarse en cualquier momento
a los obispos como simples funcionarios cuya misión esencial es, tSin y para mayor seguridad los elegía entre los clérigos de su palacio.
duda, la de trabajar por la salvación de las almas, pero han de rea· Formados en buena escuela y, por así decirlo, bajo su mirada, serán
lizar esta labor de acuerdo con los designios del emperador, que colaboradores saturados del mismo espíritu que alienta en su señor
espera de ellos que le brinden un concurso ilimitado para su obra y acostumbr;idos a sus métodos. Y hay que reconocer que, general-
de gobierno. mente, las selecciones que hacía Carlomagno eran buenas aun con
Y a vimos cómo los utiliza en toda clase de menesteres para los respecto a la Iglesia: sin~eramente religioso, sus preferencias se
que no parecen dispuestos y bajo cuya responsabilidad acaban por inclinan por aquellos que juzga más dignos por todos conceptos,
ser abrumados. Cada vez se reduce más el tiempo que deben dedicar y la composición del episcopado franco bajo su reinado honra, en su
a su pastoral ministerio, pues se ven instados a ocuparse de múltiples conjunto, el acierto del monarca para elegirlo.
obligaciones que son de su incumbencia por orden del emperador: Frente al Soberano Pontífice, Carlomagno se muestra pleno de
llamadas a la corte, convocatorias a las asambleas generales del reino respeto; pero la órbita de acción que le reconocía acabó por reducirse
franco, viajes de inspección en calidad de missi dominici, participa· al extremo. Invitado desde su advenimiento a limitarse a la oración,62
ción en las campañas militares, misiones diplomáticas, y otras. Algu- León III. desde la exaltación de Carlos al Imperio, no es ya sino un
nos hasta tienen que ser dispensados de residir en sus diócesis por fiel colaborador cuya más pequeña veleidad de independizarse que-
haber decidido el emperador confiarles funciones permanentes en su claria parada en seco. Ya que, junto al emperador, que se considera
corte. Tal era el caso del obispo de Metz, Angilramo, y después, del cabecera suprema de la cristiandad de Occidente, no hay lugar sino
de Colonia, Hildebaldo, que mantuvo a su lado en calidad de archi~ par¡¡ ;rntoridades subordinadas y, como acabamos de señalar, aun
c<1pellanes, no sin obtener permiso de las autoridades eclesiásticas en 111:11·eria dogmática, Carlomagno se propuso mantenerse como
sriior. Nada demuestra esto mejor que la actitud independiente que
r.r. !dem, pág. 293.
r.11 Ttfrm, p!Íg. 298, nrt. 12. r·,u J'. ·'"''"'' pág. 117.
~.1 1.n conronlnndn de las proposiciones presentadas por los padres de los diver- 011 ¡.,·,,¡,¡,./111·, t. IV, nos IBa y 18b, cartas de Paulino de Aquilea.
'"''' c·c1111·ilioH clc·I 813 lo demuestra con evidencia. 01 l'lllAH'I' 111. !.A To11n, f,es élcc~io11s épiscopales (n• llO de la Bibliografía).
r,H (.°1111c·i[i11 lWl!i /wrol., l. J, pÍtp:s. 294-297 y 297-30}. 11'' 1'. '"''"" pÍ1µ:. 90.
EL EMPERADOR 167 168 FUNDACION DEL IMPERIO
adoptó en el candente problema del Filioque, al obstinarse, a pesar Je la fe, cuya mano diestra blande la espada de las victorias y cuya boca hace
del veto de León 111, en que en su capilla se cantase, en la recita~ rl'sonar la trompeta de la Verdad católica. Así fué cómo en otro tiempo, David,
,.(,·g!do por Dios para rey del pueblo, que entonces era su pueblo elegido.. .,
ción del símbolo de Nicea, la fórmula por la cual el Espíritu Santo
sometió a Israel, con la espada victoriosa, a las naciones cercanas y predicó entre
procede tanto de Dios Hijo como de Dios Padre.63 los suyos la ley divina. De la noble estirpe de Israel brotó, para salvación del
Los favores que prodiga a los monasterios, en los que ve asilos de mundo, la "rosa de Sarán y el lirio de los valles'',70 el Cristo, a quien, en nues-
oración indispensables para la salud de sus Estados, no le impiden tros dias, el nuevo pueblo que él ha hecho suyo 71 debe otro rey David. Con el
mantener sobre ellos una vigilancia estricta. Tanto su corresponden~ mismo nombre, i2 animado de la misma virtud y de igual fe, éste es ahora nuestro
caudillo y nuestro jefe: un jefe "a cuya sombra" i3 el pueblo cristiano se re-
cia, como sus capitulares, demuestran el constante cuidado que le
frigera en la paz y que por doquier inspira el terror de las naciones paganas;
anima para obligarlos a someterse a la regla benedictina, a la que su 1111 caudillo cuya devoción no cesa de fortificar por su firmeza evangélica la fe
amor por el orden exige que todos los cenobios uniformemente sean C<ltólica contra los herejes, velando por que nada contrario a la doctrina de los
conducidos, 64 sin que esto, por otra parte, le vede considerar, si~ Apóstoles venga a introducirse en cualquier lugar y dedicándose a hacer resplan-
guiendo el ejemplo de sus predecesores, los cargos abaciales como dl.'cer por todas partes esta fe católica a la luz de la gracia celestial." 74
ricas prebendas destinadas tanto a recompensar el celo de sus fie~
les 65 como a asegurar, en parte, los ingresos de sus condes. 66 Magnífico elogio salido de una pluma que mejor que otra alguna
Además, no sólo son tolerados, sino multiplicados ad libitUJm, los se movía al impulso de las aspiraciones elevadas de aquel a quien se
"abades laicos", cuyo abadiato consiste únicamente en el disfrute de dirigía entonces.
una parte de las rentas monásticas, y la libertad de las elecciones
abaciales estipulada por la Regla de San Benito (cap. 64) se arrum~
ha en el olvido.01 No es ésta una de las menores contradicciones de
un régimen que todo lo atribuye a la persona del emperador y con~
vierte la voluntad de éste en ley suprema del Estado.
Pero, en verdad, esta contradicción pasó inadvertida por los
contemporáneos o, si llegaron a darse cuenta de ella, no pudieron
menos que rendir sincero homenaje al elevado pensamiento que ins~
piraba, en el conjunto, el proceder del soberano. Sin duda, los elogios
que en público le dedican rezuman adulación; los Padres de los cinco
concilios celebrados en el reino franco, el año 813, fueron hasta un
poco lejos -pudiera pensarse os_ en este camino. Pero no es posi~
ble recusar el testimonio de ferviente admiración de un espíritu tan
independiente como el de Alcuino, que hacia el 794 o el 795, inme~
diatamente después del concilio de Francfort, se expresa, en un impul~
so cordial, de esta manera:
VICISITUDES DEL IMPERIO BAJO LUDOVICO PIO "C.1rlo.s, serenísimo augusto, coronado por Dios, grande y pacífico
(814-840) . rn1pcrador que gobierna el imperio romano y, a la vez, por la mise-
nrnrdia de Dios, rey de los francos y de los lombardos", substituye
1111111·diatamente esta otra, breve y clara: "Ludovico, por orden de la
CAPITULO 1 l'rovidencia divina, emperador augusto"; y, desde el 814, en la fecha
aparece esta simple mención: "el año 1 de nuestro imperio", en vez
ESTABLECIMIENTO DE UN IMPERIO UNITARIO de la que usaba Carlomagno todavía algunos días antes: "el año
XIV de nuestro imperio, XLVI de nuestro reinado en Francia y
_El reinado de Carlomagno tuvo fin envuelto en el equívoco, ya XXX de nuestro reinado en Italia". El cambio parecía mínimo, pero
que, el año 806, el emperador pudo proceder a un reparto de sus 1·ra todo un programa. Significa sin· duda que a los ojos del nuevo
Estados entre sus hijos, sin hacer ni la menor alusión a la dignidad .sobC'rano sólo aparece presente una realidad: el Imperio, ante la cual
suprema de que había sido revestido seis años antes. 1 Sólo la muerte se eclipsa en adelante la noción de los reinos.
que, uno tras otro, le fué arrebatando a dos de sus hijos legítimos Pueden subsistir reinos o podrán establecerse dentro de las fron-
de los tres que le quedaban, permitió, finalmente, salvaguardar la 1·era.s imperiales. Es el caso del reino de Italia a cuya cabecera se
unidad del Imperio, cuya corona pasó al más pequeño y único super- .sostiene Bernardo, el nieto de Pipino, a quien Carlomagno envió allí
viviente de ellos, Luis, de manos del viejo emperador en una asam- rnn el título real el año 813; 3 y, durante el verano del 814, el mismo
blea reunida en el palacio de Aquisgrán en septiembre del año 813. 2 I .udovico Pío no vacilará en delegar en sus dos hijos mayores, Lota-
¿Se seguiría así confiando al azar el cuidado de disponer el porvenir rin y Pipino, los gobiernos respectivos de Baviera y de Aquitania. 4
político de la cristiandad occidental? O, por el contrario, ¿se iba Pero esta concesión al particularismo de algunas provincias no debi-
osadamente a resolver aquel problema bajo la preocupación de con- lit·n en nada su •subordinación a la autoridad imperial: eran reinos
solidar la obra realizada y de asentar sólidamente el nuevo imperio? subordinados como los había habido siempre dentro de la monarquía
Hay que reconocer que, desde su ascensión, se dedicó, sin abandonos, frnnca, y sus mo:r.arcas debían al emperador una obediencia estricta,
Ludovico Pío a resolver el problema y la claridad no menos que el de tal manera que en ningún momento estaba afectada la unidad del
atrevimiento de las soh:ciones adoptadas, hace pensar que sus con- Imperio.
sejeros no esperaron la muerte de su padre para meditar y hacer Por aquella primera y discreta reforma ya indicaba el soberano
madurar sus decisiones. .su voluntad de respetar las diversidades étnicas y las tradiciones
propias de cada una de las partes que componían el Imperio, que
1..-EN BUSCA DE LA UNIDAD nin.sl·ituían su característica común, y de la que debe, según su con-
1·i1·1H"ia, garantizar la unidad, es decir, la religión cristiana, que, por
En efecto, desde el comienzo el programa del nuevo reinado se
las victorias de las armas francas, ha triunfado hasta en los territo-
refleja ya en el mismo protocolo de las actas que expide la cancillería
rios mi1s recientemente sometidos. A los reyes que gobiernan sobre
imperial. Mientras que, hasta los postreros días de su vida, Cario-
los divrrsos nrupns étnicos se nntepone un emperador, que reina
magno mantuvo en sus actas, al encabezarlas, la enunciación de sus
:1olm· todo '\·I p1whln cri.stinno" y, esta expresión, yn cmph•adn en
t 811.prn, páp;. 101. :1 111111M1 11 M li 111.llAi:l l l:ll, n" !i 1:·,¡,,
" Armr. y S1MsoN, t. T, pÍlp;. 51R; nii11MF.n-Mii111.nA<:m:n, n9 479b. 1 ¡,¡,.,,,. 11º :.:•11,,.
1(i')
ESTABLECIMIENTO DE UN IMPERIO UNITARIO 171 l'IJ EL IMPERIO BAJO LUDOVICO PIO
los días de Carlomagno, se reiterará constantemente en lo adelante "" .·;l·q11itn. no siempre daba un espectáculo muy edificante. Las aven-
por la pluma de quienes mejor reflejan el pensamieñto de Ludovico 111 r.i:. de sus hijas legítimas -por no hablar más que de éstas, pues
Pío y de sus consejeros. En todo caso, traduce perfectamente su esen- l.1.·; il1·\1iti111as eran numerosas- dieron que hablar en el mundo, espe-
cial preocupación, que es la de asegurar por todos los medios a su 11.d111l'llte las de Berta, que tuvo del sobresaliente poeta Angilberto
alcance el desarrollo de la vida cristiana en el marco de un imperio 1·1 //omero de Aquisgrán- varios hijos nacidos fuera del matri-
cuyos límites coinciden aproximadamente, poniendo aparte Ingla- 1111111io, lo que no impidió, a pesar de esto, que Carlomagno colmara
1·:;pll·ndidamente de favores al feliz amante, confiriéndole incluso
terra e Irlanda, con los de la misma cristiandad de Occidente.
b ;iliadía de Saint-Riquier.
Apenas murió el viejo emperador, esta vida holgada y de disipa-
11..-- PROGRAMA RELIGIOSO DEL NUEVO GOBIERNO ciones fué desterrada de la corte: desde su llegada a Aquisgrán,
Ludovico Pío invitó a sus hermanas a retirarse en monasterios, redujo
De esta manera, ya desde el comienzo del reinado, todo se dis-
;i( mínimo el personal femenino que podía residir en palacio y expulsó
puso para reforzar el carácter religioso de aquel imperio. A diferen-
de éste, sin contemplaciones, a las mujeres de costumbres ligeras. 11
cia de su padre, Ludovico, que tiene en aquella sazón cerca de treinta llna capitular sobre el gobierno interior de la corte, 12 que se remonta,
y seis años, recibió una sólida instrucción dentro de las características sin duda, a aquella época, les prohibía no sólo vivir en palacio, sino
de la que, desde fines del siglo vm, se daba a los futuros clérigos; los l'n las casas de las inmediaciones; dispone que se vigilen todos los
contemporáneos están de acuerdo en esto 5 y uno de ellos agrega locales para habitación de los alrededores de Aquisgrán y prescribe
que la vida monástica ejercía tal atractivo sobre el emperador que expulsar inmediatamente a todos los hombres y mujeres de moralidad
hubiera ingresado en un convento si no hubiera sido designado por dudosa. Un artículo dispone que "todo hombre en cuya casa se en-
Dios para reinar. 6 En Aquitania, donde se habían iniciado, antes de cuentren mujeres de vida alegre deberá llevarlas a hombros hasta el
morir Carlomagno, en su oficio de rey, se dedicó con todo el entu- mercado, en donde serán azotadas, y que, en caso de negarse a ello,
siasmo de su fe a la reforma de los monasterios bajo la inspiración será azotado en el mercado con ellas". Al mismo tiempo que expulsaba
de un santo varón, del que había hecho su íntimo consejero: el de Aquisgrán a los elementos inquietos, el emperador establece allí
abad de Aniana, Benito, restaurador de la regla benedictina estricta a Benito de Aniana: o, mejor dicho, como el piadoso abad no quisiera
en los conventos del Languedoc. 7 A la vez se dedir:ó Ludovico, según mezclarse en la vida áulica, pese a la depuración que en ella se
nos refiere uno de sus biógrafos, 8 a la reforma moral de las provin- había realizado, Ludovico fundó para él un monasterio en las puertas
cias sometidas a su autoridad, y ya mereció por aquel celo constante de Aquisgrán, en In:da (actual Kornelimünster) y en donde le es
en favor de las buenas costumbres y de la religión el sobrenombre de fúcil consultarle en cualquier momento. la
Piadoso o Pío (Pius) que, de manera constante, se le dará después Por lo demás, no es sólo la vida de corte lo que ha cambiado: el
de su muerte 9 y también el de Monje, que algunos le daban 1 0 con personal de confianza de Carlomagno fué despedido y reemplazado
suave burla por su tendencia a querer someter a todo el mundo, por hombres ideológicamente unidos con el nuevo emperador. A la
incluso en su corte, a una disciplina de monástica traza. cabeza de ellos estaba el que había sido su canciller en Aquitania,
el sacerdote Helisachar, reputado por su ciencia teológica. Se trata
Su ascensión al imperio produjo inmediatamente un cambio de
de un verdadero gobierno de clérigos. Tanto por el clima general de
atmósfera. Por muy saturado que estuviera de principios religiosos,
austeridad que crea en torno al palacio, como por la elección de los
Carlomagno vivía en el siglo, vivía en él plenamente y, al igual que
hombres de que se rodea y las convicciones que dictan sus primeros
5 Véase SIMSON, Ludwig der Fromme, t. 1, págs. 33-46. ados, Ludovico Pío señala bien pronto la orientación que piensa dar
6 EL ASTRÓNOMO, 19. a su política; mientras que en los días de Carlomagno aparecía la
7 ADEL y SIMSON, t. 11, pág. 517. Sobre Benito, abad de Aniana, ver, además, Iglesia como incorporada al Estado, el nuevo régimen se propone
la bibliografía que da Dom ScH~!ITZ en Histoire de l'odre de saint Benoit, t. I (1942),
pó~s. 92-100, notas.
11 S1MsoN, 1. r, pú¡.:H. 11.11J.
H Ei. ASTRÓNOMO, 19.
12 <:111,;1111.• 1. r, 11• 21fi. 11i1i.:. 2CJ11.
1:1 S1~rn1N, l. 1, 111Íf1."· :~1.:>.:..
n S1MSON, l. J, pá~s. 45·4·6.
JO S1 M·mN, t. 1, pí1r.. :11. ·
ESTABLECIMIENTO DE UN IMPERIO UNITARIO 173 l / ·I EL IMPERIO BAJO LUDOVICO PIO
evidentemente desde un principio hacer predominar el pensamiento v q r.i 11 rnncílio que deliberó detenidamente sobre ellos hasta comien-
de la Iglesia sobre la razón de Estado. ., 1.·. d(· septiembre, fueron seguidamente revisados y promulgados por
Júzguese mejor sobre todo esto a través de aquella verdadera pro- .-1 ('111pnador, a cuya piedad y prudencia se dejó oficialmente la
fesión de fe que aparece en la exposición de motivos de un acta 11111·i;1tiva.~ 0
promulgada por aquellos mismos días 14 en nombre del emperador, 1>os son los citados textos promulgados. El primero. que se re-
que dice: "La piedad que nuestro muy santo emperador Ludovico 1w re a los canónigos de las iglesias catedrales, es un estatuto apli-
siente hacia Dios no cesa de buscar todo cuanto puede concertarse 1·.i lilL· uniformemente en todo el Imperio 21 y que, al constreñirlos a
mejor con la voluntad del Señor, acrecerttar el prestigio de la reli- l.1 vida en comunidad y en clausura, los sometía a una regla igual
gión, ayudar al desarrollo cada día mayor de la devoción, favorecer • 1 la de los monjes benedictinos. En todo esto es fácilmente recono-
la celebración del culto divino y asegurar más honra y dignidad a los ,·ihlc la influencia de Benito de Aniana. El segundo texto, 22 promul-
sagrados oficios ... El emperador tiene constantemente presente en ~t;ido en septiembre del 816, es un estatuto de las religiosas o monjas.
su espíritu aquella palabra de Dios: Hallé a David, el hijo de I saí, Inspirado por el mismo espíritu, tiende a introducir de igual manera
varón según mi corazón, que cumplitá todas mis voluntades." 15 En una regularidad perfecta y una completa uniformidad en el género
este programa de acción cristiana se resumen, ante todo, en lo esen- de vida impuesto a las religiosas, al adaptar a sus necesidades la
cial, las opiniones de Ludovico Pío en cuanto al gobierno del Impe- regla de San Benito. Estos dos primeros estatutos fueron publicados
rio; por esto, las primeras medidas que decreta son de restauración 1·11 todas las diócesis, en donde el emperador prescribió que se les
moral y religiosa. ;iplicara íntegramente en el plazo máximo de un año, bajo pena de
•;;1nciones, y los obispos fueron informados de que los missi, en su
próxima visita de inspección, se asegurarían de que se habían tomado
IIL-- REFORMA DE LA SOCIEDAD ECLESIÁSTICA
1od;i clase de medidas necesarias, de un extremo al otro del territorio,
¿Cómo puede producir sorpresa, dados estos antecedentes, el que con objeto de que se respetara en esto, estrictamente, la voluntad
entre esas medidas aparezca en primer lugar la reforma de la misma imperial. 23
sociedad eclesiástica? La reforma de los monasterios de varones, que no pudo termi-
La idea no era nueva. Se recordará que unos meses antes de morir narse de establecer en la asamblea general del año 816, quedó fina-
Carlomagno, en mayo del 813, 1 G ya había tomado la iniciativa de li:ada en la asamblea general de julio del 817, celebrada igualmente
reunir el clero del reino franco en cinco sínodos regionales, en Ma- rn Aquisgrán. 24 Una comisión de monjes y de abades, a cuyo frente
guncia, Reims, Tours, Chalon-sur-Saóne y Arles, para "remediar sobresalía Benito de Aniana, dió allí sus opiniones en cuanto a los
el estado de las iglesias"; 17 pero de aquellas deliberaciones no habían medios de combatir la relajación de la vida monástica, de disipar las
salido, como suele ocurrir en casos de este tipo, más que propuestas dudas que puede producir la interpretación de la regla benedictina
que se referían a las reformas en detalles. 1 8 En el mes de agosto del y de, finalmente, elaborar un texto rígido aplicable uniformemente a
816, Ludovico Pío, en ocasión de una asamblea general reunida en todo el Imperio y que Ludovico Pío promulgó, 25 igual que los ante-
Aquisgrán, adoptó un método completamente distinto. El personal- riores, ordenando a los missi que vigilasen también su estricta ejecu-
mente con sus consejeros, preparó los textos orgánicos que se diri- ci<'m. La reforma se completó con un inventario exacto de las cargas
gían a realizar en su conjunto lo que él mismo llama t.na "reforma de toda naturaleza impuestas a los monasterios,26 bajo cuyo peso
de la santa Iglesia de Dios". 19 Presentados estos textos para su ;il\111nos de éstos se arruinaban, disponiéndose una distribución mejor
opinión al examen de los miembros del clero reunidos en un solo
:~u ldt-n1~ púp:. :n2.
:~ 1/d1·111. páµs . .'H2-•12l.
14 Formulae Senonenses recentiores, n• 9, en la colección de Formulae, pág. 215.
··- ldm1, púµs. •t'.2-IS6.
15 Hechos de los Apóstole~, xm, 22.
:·:1 /./,·111, p1'1;~s.
•l'.iB-·l(1·k
rn V. s1~pra, pág. 163.
'.' 1 /./1·111. p1Ígs. ·lfrl· 111'.i.
17 A TI TI ales royales, año 813. .
'/C, l,'11¡1if11/., l. 1, llv 1711, plt¡'.S. :1.1:1.:\.J'J.
1 H v.~llll"" sus netas en la colección de los Concilia aevi karol., págs. 245-.'306.
·.•n /,/,·m. 11" 1·;1, p-'1:··:. :~ 1'' :~:,:>.
111 ¡,¡,.,,,, ¡11Í¡(. :i12.
ESTABLECIMIENTO DE UN IMPERIO UNITARIO 175 176 EL IMPERIO BAJO LUDOVICO PIO
de gravámenes que les permitiera consagrarse, con toda holgura de rebelión que no comenzó a sosegarse hasta mayo del 816, cuando
espíritu, a la meditación y a la plegaria.2 7 el pontífice murió.31
Finalmente, durante una tercera asamblea general, el 818 o el No era posible salir de tal estado de cosas, sino cambiando de
819, se promulgó una última serie de textos 28 relativos a la reforma método. El nuevo papa Esteban IV, imitando a sesenta años de dis~
del episcopado y, en general, del clero secular, con un llamamiento a tancia el gesto de su homónimo Esteban II, no vaciló en ir a la Galia
las reglas canónicas olvidadas con demasiada frecuencia y que el em- unos meses después de su consagración para entrevistarse allí con el
perador, por su parte, se compromete a respetar en lo sucesivo. Uno sucesor de Carlomagno y, confiando en los sentimientos de que
de los mejor informados cronistas coetáneos 2 0 agrega que las medidas le sabía animado, lograr si era posible que le diera su apoyo.
tomadas en esta ocasión tuvieron por efecto que los interesados La entrevista tuvo lugar en Reims, en el mes de octubre del año
modificaran un género de vida que era la negación misma del espíritu 816, con un protocolo exactamente igual al que se aplicó en Ponthion.
evangélico: obispos y sacerdotes, escribe, "abandonaron sus cintu- Como su abuelo Pipino, Ludovico Pío se adelantó a recibir al Sobe~
rones y sus bandas de oro, sus pesados puñales enriquecidos de rano Pontificio hasta una milla de distancia, echó pie a tierra, fué
piedras preciosas, sus vestidos lujosos, las espuelas que cargaban sus respetuosamente a tomar su caballo por la brida y ayudó a su hués~
talones". En una palabra, era el retorno a reglas de vida más con- ped, como un simple espolique, a que descendiera de su montura, y
formes con el mismo ideal de la Iglesia y que se creía, además, que luego, después de tres genuflexiones y abrazos, lo condujo hasta la
servirían de ejemplo a toda la sociedad. catedral para oír misa. Las conversaciones que dieron comienzo inme~
Una capitular, promulgada también en el 818 o el 819, ordenaba diatamente después, condujeron, al cabo de cuatro días, a un acuerdo
la inclusión en todas las leyes, las francas y las otras, que estaban de principio, especialmente sobre las promesas hechas en otro tiempo
reconocidas en el Imperio, de una serie de artículos varios de los al papado por los antesesores de Ludovico. Luego -y siguiendo siem~
cuales tenían por objeto reprimir crímenes o delitos atentatorios de pre el precedente establecido por Esteban II-, el Soberano Pontífice
la religión, como los homicidios, golpes o heridas en el interior de los
procedió a una nueva coronación y a la consagración del emperador,
templos o a su entrada, o el homicidio de penitentes.ªº
así como de su esposa Irmengarda.32
De esta manera, la Iglesia y la religión son las piedras angulares
De esta manera volvía todo a situarse como en los tiempos en que
del nuevo edificio que se quiere construir: se cree que, erigiéndolo, el
el papado y la monarquía franca, por necesitarse mutuamente, tam~
Imperio carolingio realizará la obra que le ha sido destinada y que
Ludovico está dispuesto a ejecutar. bién mutuamente se consideraban. Por eso no nos produce sorpresa
saber que habiendo fallecido Esteban IV (el 24 de enero del 817),
poco después de su regreso a Roma, la cancillería de Ludovico Pío
IV.- RESTAURACIÓN DEL PODER PONTIFICIO expidió a .su sucesor Pascual I, elegido casi inmediatamente, un di~
Pero ¿cómo lograr ese objetivo sin devolver primero al papado ploma 33 que, siendo consecuencia de las conversaciones de Reims,
todo su brillo? señala, finalmente, en la política del emperador un claro cambio de
Desde el advenimiento de León III ¡qué decadencia! El desdichado orientación en beneficio de la Santa Sede.
pontífice, rehabilitado a fines del año 800 por Carlomagno, pero
tratado por éste en la forma ruda que ya vimos, se mostró hasta :n Annales royales, nños 815 y 816.
:12 Sobre todo lo anterior véase Sn1soN, Ludwig der Fromme, i. I, págs. 66-75;
el final impotente para triunfar de la oposición que, en la misma Bii11Mrn-l\IÜHLBACHER, n• 633a.
Roma, se rebelaba contra su autoridad. A comienzos del año 815 :1:1 Esta acta, cuyas principales ediciones están señaladas en el repertorio Je
estuvo a punto de ser asesinado por segunda vez; luego, como orde- Bii111\H:R-MÜHLBACHER, n• 643, ha sido publicada, entre otros, por BoRETIUS, en las
nase condenar a muerte a los culpables, tuvo que enfrentarse con una <:1111itul., t. 1, n• 172, págs. 352-355, y por J. HALLER, Recucil, págs. 238-241 (y cf.
p1Í~- XI). El texto, tal como lo conocemos por copias de fechas tardías, ha sido alte·
21Cf. SrnsoN, t. 1, págs. 87-90. rndo en muchas partes con interpolaciones que la crítica ha tratado de interpretar;
28 Capitul., t. I, nos 137-138, págs. 273-280. ¡wro unn vez limpio de esas adiciones, su conjunto parece auténtico. Cf. el estudio
29 EL ASTRÓN0:0.10, 28. C'll)litnl clc Th. S1cKEI., Das Privilegium Ottos I für die riimischc Kirche vom !ahre 962
30 Capi111l .. t. T, nº 139, pág. 281, arts. 1, 2. 5.
( l111rnlirn .. k, IBB:I, in·ll").
ESTABLECIMIENTO DE UN IMPERIO UNITARIO 177 178 EL IMPERIO BAJO LUDOVICO PIO
Después de hacer una relación de todos los territorios que consti- doquier'', dispusiera por anticipado, y con plena tranquilidad de
tuían el Estado de San Pedro, como consecuencia de los abandonos espíritu, la suerte futura de sus Estados y su eventual reparto entre
realizados progresivamente desde los días de Pipino el Breve,3 4 el sus hijos "de acuerdo con la ancestral costumbre" (more pa.rentum
documento precisaba que el emperador se comprometía por sí, por sus nostrorum). Y Ludovico desveló entonces repentinamente sus pro-
hijos y por sus sucesores: yectos.
19 , a no producir allí nunca la menor ofensa o ataque "por disputa Aunque la petición, observa el mismo emperador en el encabeza-
o maquinación de cualquier género", a hacer respetar en ellos en miento del acta, fué presentada con "devoción y fidelidad" (devote
toda su plenitud la autoridad pontificia y a asegurar, por todos los ac fidelitet}, "no nos ha parecido, ni a nosotros ni a aquellos que
medios a su alcance, su defensa; juzgan sanamente (qui sanum sapiunt), que fuera posible, por amor
2 9 , a no intervenir ya en lo sucesivo en materia política, adminis- de nuestros hijos, permitir que se quebrantara, al proceder a un
trativa o judicial, a no ser expresamente requerido por el papa; reparto, la unidad de un imperio que Dios ha mantenido en nuestro
3Q, a entregar a los represent-antes de este último todos los acu- beneficio. No hemos querido correr el riesgo de desencadenar un
sados que fueran a buscar refugio en territorio del Imperio, salvo escándalo en la santa Iglesia y ofender a Aquél en cuyo poderío
un número reducido de casos claramente especificados; descansan los derechos de todos los reinos". Por eso se prescribió
411, a no intervenir personalmente ni consentir que intervinieran un triduo de ayunos y oraciones para implorar la inspiración divina.
ninguno de sus fidefes, al producirse la muerte de un Sobe.rano Pon- El resultado fué la adopción, "en pleno acuerdo con el Todopode-
tífice, en el arreglo de su sucesión al trono de San Pedro, ya que la roso", de las siguientes medidas que Ludovico promulgó seguida-
elección de los nuevos papas debería siempre mantenerse con libertad mente:
y sólo ser notificada al emperador una vez realizada la consagra- l 9 El primogénito de sus tres hijos, Lotario, que entonces tenía
ción y a efectos de renovar el pacto "de amistad, de caridad y de aproximadamente veintidós años, fué proclamado emperador, ciñó
paz" que vincula a amb9s potencias. solemnemente la diadema imperial, asociado desde entonces en el
De esta mane.ra, el papado, que Carlpmagno había mantenido a ejercicio del poder junto a su padre y declarado solo y único here'-
dero eventual de todo el Imperio.
raya, recobl1aba la independencia política necesaria para su restau-
ración, a la vez que la de toda la Iglesia. 29 De los dos hijos menores, Pipino y Luis, el primero conservó
la corona real de Aquitania, que le había transmitido su padre el año
814, y el segundo fué designado rey de Baviera, pero ambos tenían
V.- ACTA DEL 817 que gobernar bajo.la dirección del emperador.
39 Cuando su padre muriera, Pipino y Luis completarían sus
Pero ¿no correría la misma cristiandad un mortal peligro si no era
respectivos reinos, uno con la anexión de la Gascuña, de· la marca
el Imperio definitivamente garantizado contra aquel desmembramien-
de Tolosa, del condado de Carcassonne y de los tres condados de
to que, al mo.rir Carlomagno, sólo pudo evitarse por el concurso de
Autun, Avallan y Nevers; el otro, por la de Carintia, Bohemia y
circunstancias excepcionales? Justificadamente preocupado por aque-
las marcas avara y eslava, pero ambos seguirían subordinados a la
lla situación, Ludovico Pío se atrevió, en el mes de julio del 817, a
autoridad imperial.
adherirse a las más inveteradas tradiciones francas por un acto
49 Lo mismo sucedería con el reino de Italia que, en su estado
de alcance todavía mayor.35
actual. había sido adjudicado a Bernardo el año 813 por Carlomagno.
En la misma asamblea general en que se decidió la reforma de los
5<:> Una vez que quedase como único emperador, Lotario debería
monasterios de hombres, 36 los fideles .-según se lee en el preámbulo dejar a sus dos herm'anos, en cuanto alcanz~sen la mayoría de quince
del documento.- invitaron a su señor a que "aprovechando que en- años, exigida por la ley ripuaria que era la vigente en la familia caro-
tonces estaba en buena salud y que la paz reinaba, gracias a Dios, por lingia ( art. 16), la libre disposición, dentro de sus respectivos reinos,
34 En esta parte del texto es donde copistas exce~ivamente celosos interpolaron
de los cargos y dignidades ( art. 3), del producto de las contribucio-
nombres de lugares y de territorios que nunca habían sido donados al papado. nes, de los impuestos, penas pecuniarias y rentas fiscales ( art. 2):
:ir. Ca[litul., t. l, n'' 136, pág. 270. pero en todo lo demás conservaría Lotario la dirección sobre ellos.
!ltl Cf . .m¡m1, pÍI¡(. 174.
Carlo111.111110. · I7.
ESTABLECIMIENTO DE UN IMPERIO UNITARIO 179 11!0 EL IMPERIO BAJO LUDOVICO PIO
Sus dos hermanos tendrán, en consecuencia, una vez al año y "en el quirnes el nuevo régimen más perjudica y que, aun concediéndoles
momento oportuno", es decir, cuando se reúna la asamblea general, .1l111111as :;atisfacciones de prestigio, proclama y consolida la unidad
que ir a llevarle en persona sus "dones anuales" y concertarse con 'h-1 1mperio, del que se han constituido defensores Ludovico Pío y
d "con espíritu de amor fraternal" para todos los asuntos de interés ~·11 hijo Lotario~-- ..
común ( art. 1). Salvo el caso de ataque imprevisto, no podrán recu-
rrir a las armas sin permiso de Lotario ( art. 7); les será vedado con-
Vl.-loEAL DE UNIDAD CRISTIANA
certar tratados ni recibir embajadores sin haber dado aviso previo
a su hermano mayor y haberse puesto de acuerdo con éste para l·as ¿Hubiera sido posible ir todavía más lejos? Parece que algunos lo
respuestas que deban dar ( art. 8). En cambio, deberán dar facili- creyeron. Soñando con una fusión completa de los pueblos y de los te-
dades para que lleguen hasta él todas las embajadas que le sean rritorios sometidos al señor del reino franco, el impetuoso arzobispo
enviadas y tenerle al corriente de cuanto suceda en sus fronteras, a de Lyon, Agobardo, en una carta que le dirigió por entonces,37 expre-
fin de que siempre esté en condiciones de poder intervenir allí donde saba el deseo de que se unificara ~l derecho vigente en el Imperio,
lo precise el interés del Imperio ( art. 8). No podrán contraer matri- aplicando uniformemente a todos un solo código: el de los francos
monio sin su consentimiento ( art. 13). Y hasta para todo acto que salios. Al señalar las violentas discordancia.s del enjuiciamiento que
sea abuso de autoridad o tiránico, quedarán sometidos a la recon- se presentaban en un mismo lugar, ya que de acuerdo con el princi-
vención a la vez "paternal y fraterna" de su hermano mayor, que. pio de la ley personal un inculpado dependía por su condición
en caso de obstinación por parte de ellos, consultará a la asamblea jurídica individual ya de un código o de otro y, sobre todo, al subra-
general sobre la penalidad que debe aplicárseles (art. 10). yar la extremada ilegalidad de las penas a que se exponía, Agobardo,
69 Por su parte, Lotario deberá acogerlos fraternalmente cuando que vivía en una zona de población muy mezclada, se indignaba de
le lleven sus "dones anuales", recordando que dispone "con el con- la confusión que producía aquel estado de cosas. ¿Cómo aceptar
sentimiento de Dios" de una autoridad superior a la de ellos y debe
-escribe- que se mantengan tales diferencias de trato entre fieles
!1ratificarles, a su vez, con regalos de un valor mayor (art. 5):
del emperador que son, a la vez, fieles de Cristo? Y, sin embargo,
además les deberá dar ayuda y protección militar contra los ataques
una sola verdad fué "anunciada a todas las naciones del mundo, una
ele las "naciones extranjeras" (art. 6).
sola fe les ha sido dada por Dios, una misma esperanza ... una misma
79 Finalmente, para evitar que lo esencial de las disposiciones
:;eñaladas sea puesto en tela de juicio algún día, se estipulaba caridad, una misma voluntad, un mismo anhelo, una misma oración:
que. en caso de fallecimiento de uno de los hermanos de Lotario, el cualesquiera que sean sus diferencias raciales, la diversidad de sus
pueblo del reino respectivo será invitado a elegir aquel de los hijos condiciones, de su sexo, de su origen, nobles y siervos, todos, sin
d1·l muerto a quien deba darse la sucesión vacante, sin que pueda excepción, hablan con igual corazón al dirigirse al Dios único, que
1r;iccionarse ni ser adquirida y ejercida en otras condiciones que las es su padre común: Padre Nuestro que estás en los cielos, santificado
T1-1;dadas más arriba (art. 14); que si el fallecido no dejase hijos sea tu nombre; no invocan sino a un solo Padre..., no piden más que
l1·\1itimos, su reino pasará directamente a manos del emperador un solo reino, su reino celestial, no anhelan sino que se haga su sola
( .1 rt. 15) ; que si muriese el mismo Lotario, los fideles. "a fin de ase-
voluntad, le ruegan todos que les conceda el mismo pan cotidiano
' p 1r.ir la salud de todos, la tranquilidad de la Iglesia y la unidad del y que a todos les perdone sus pecados ..."
lrrrpnio", serán invitados a recogerse y a implorar por medio de ora- "Ya no hay -prosigue, aplicando un famoso pasaje de San Pa-
, ,, 1111"; l.1 divina inspiración, para proceder con el concurso del Todo- blo ª8 ....- ni gentil ni judío,. .. ni bárbaro,. ni escita, ni aquitano ni
11111lno:a1 a la designación de aquel de los otros dos hermanos a quien lombardo, ni burgondo ni alamano, ni siervo ni libre: todos no son
,(,·11.1 rn11fiarse la autoridad imperial desde entonces (art. 18). más que uno en Cristo". Pues "si el Señor ha sufrido la pasión, fué
,,.,1 rnnj11nto de estas disposiciones constituye, como se ve, un para que con su sangre quedaran juntos los que estaban alejados y
•·" (,' • olll'rl'nte que, por una iniciativa osada, no respeta de las tra-
:17 Carta Hohrn 111 ley gombctn [o de los burgondos] en las Epistolae, t. V,
' ( ,, 11111.il1·:; costumbres de la monarquía franca sino el mír.imo indis-
pÍlf(H. 1511-1 M y 11111t•riorm1•ntc "n MlGNt:, l'atrol. lat., t. CIV, col. 113-126.
1" 11'··" ,¡,. para calmar, hasta cierto punto, los apetitos de aquellos a :IH EpÍHloln 11 loH ( :oloM<'llHCH, 111, l l.
ESTABLECIMIENTO DE UN IMPERIO UNITARIO 181
desaparecieran las separaciones". ¿Es posible aceptar .-pregunta a
Ludovico el arzobispo- que a "esta unidad, obra de Dios, se oponga
una tal diversidad de leyes que, en una misma comarca, en una
misma ciudad, y hasta en una misma casa, sucede (¡evidente exa-
neración!) que, de cinco hombres que van uno junto al otro, ninguno
de ellos, en el terreno de las cosas humanas, dependa del mismo de- CAPITULO II
recho cuando, en el fondo de sí mismos, en el plano de las cosas eter-
nas, dependen ·de la misma ley de Cristo?" Y ¿no se impone como OPOSICION AL NUEVO REGIMEN Y PENITENCIA
conclusión que debe "transferirse al derecho franco" a cuantos están DE ATTIGNY
sometidos a otro cuerpo de leyes?
Sin llegar tan lejos, de todos modos fué cierto que Ludovico Pío
se entregó, hasta cierto punto, en los primeros años de su reinado, a I.- REBELIÓN DE BERNARDO DE ITALIA
la obra de unificación jurídica deseada, con la promulgación de varias
capitulares, cuyo objeto fué induir en los diversos cuerpos legisla- Sin embargo, era obligado que una revolución política, como la
tivos vigentes disposiciones adecuadas para nivelar las divergencias.ªº que significaba el programa formulado por el acta del año 817, no
También es verdad que, a partir del año 817, la palabra unidad podía realizarse sin suscitar, frente a movimientos de entusiasmo
(unitas} se va a encontrar empleada constantemente por la pluma como el de Agobardo, otros en sentido contrario por parte de aque-
de los partidarios o de los adversarios del emperador. Se va a luchar llos cuyos intereses iban a ser lesionados.
por o contra la unidad del Imperio, y siempre se evocará, en tal oca- Los dos hijos menores de Ludovico Pío, los más afectados por
sión, el elevado concepto de la unidad cristiana, de la unidad de fe, aquellas medidas, eran demasiado jóvenes para intervenir: Luis tenía
que se cree entonces el más sólido cimiento del Imperio. cuando más once o doce años;l Pipino, aunque mayor, también
estaba aún en la infancia. Pero el rey de Italia, Bernardo, sobrino
del emperador, que tendría a la sazón unos veinte años, 2 se dejó
empujar a la rebeldía por sus cortesanos, aunque ningún cambio se
produjo en el régimen a que estaba sometido su gobierno. Además,
f'odo hace creer que sólo era un instrumento manejado por un nume-
roso grupo de descontentos, entre los que sorprende encontrar al-
gunos personajes del mayor supuesto: no sólo algunos de los más
altos personajes de la corte, sino hasta prelados, como los obispos de
Milán y de Cremona y, aun de la Galia, como el de Orleáns, el ilus-
tre poeta Teodulfo.s
Pese a la extrema discreción que guardan los analistas y cronistas
contemporáneos, todos ellos afectos a la causa del emperador, parece
que se trató de una muy seria tentativa de rebelión general que desde
1tafia debía pasar a la Galia. Sólo la decisión con que Ludovico Pío y
:>us consejeros hicieron frente a la situación, permitió dominarla antes
de que alcanzase su terrible desarrollo: urgentemente se convocó la
hueste en el otoño y se ordenó a todos los jefes de destacamento
que se mantuvieran dispuestos a salir al primer aviso hacia la frontera
:111 C11pi111/ .. 1. 1, nº' 1:14 y 13!l, del uño 816; nos 139 y 140, de los años 818-819; 1 l l11hí11 nncido hacia el !105-806. Véase Bü11MEn-Mü11LBACIIER, n• 1338b.
... 11:•. ,¡,.¡ ni111 11:m. :~ cr. s1~1s<>N, 1. 1, 1 11'1~. 113.
:i Srn1"1N, t. 1, ¡11Í1'.'· 1J:l-117.
11\2
OPOSICION AL NUEVO REGIMEN 183 184 EL IMPERIO BAJO LUDOVICO PIO
de los Alpes. 4 Ludovico Pío asumió personalmente el mando de las estructura del gobierno imperial sufrió modificaciones bastante
tropas y se dirigió a Italia. La rapidez de la concentración del ej-ér- hondas.
cito fué suficiente para quebrar la sedición: Bernardo, abandonado Hasta entonces, había seguido funcionando el régimen de las
por una parte de los rebeldes y mal apoyado por otros, no se atrevió asambleas generales en la misma forma que en los días de Carlo~
a mantener la lucha. Conducido a Chalon-sur-Saóne, hasta donde magno: poco más o menos, en el verano, cuando era llegado el mo-
había llegado el emperador en su camino para Italia, se rindió incon- mento de ponerse en campaña, se celebraba el conventus generalis en
dicionalmente. 5 un lugar cercano al futuro teatro de las operaciones militares en las
El castigo fué ejemplar. Citado a comparecer ante la asamblea que el mismo emperador se disponía de ordinario a tomar parte, y
general convocada con anticipación para el mes de abril del 818, allí se aconsejaban y decidían las disposiciones que habrían de apli-
Bernardo y aquellos de sus cómplices que no pertenecían al estado carse. De esta manera, el ritmo de la vida de gobierno se ordenaba por
eclesiástico fueron condenados a muerte por el crimen de alta trai- el de la actividad castrense. Pero, poco a poco, nuevas costumbres
ción; los obispos, abades y otros personajes del clero complicados se fueron abriendo paso. Cada vez participa menos el emperador en
en la conjura, comparecieron ante un concilio que sentenció su los combates. Las guerras se desarrollan en zonas cada día más ale-
deposición. Además, por orden de Ludovico Pío y de acuerdo con jadas y los ejércitos que las sostienen están formados por tropas
su grado de culpabilidad, fueron desterrados o encerrados en monas- reclutadas en los países vecinos, salvo cuando se producen aconteci-
terios para hacer allí perpetua penitencia. En cuanto a Bernardo y sus mientos tan graves como en 817, en que hizo falta enfrentarse con la
cómplices laicos, el soberano dictó en su favor una medida de cle- rebelión de Bernardo en Italia o o en el 818, con motivo de un levan-
mencia: en vez de hacerlos ejecutar, se limitó a que se les horadaran tamiento de la Bretaña que obligó a Ludovico Pío a reunir la asam-
los ojos, lo que significó igual para Bernardo y para uno de sus blea en Vannes y a hacerse cargo personalmente del mando de la
principales consejeros, el camarero Regimbardo, ya que ambos su- expedición.10 Pero excepto casos de este género, la asamblea normal,
cumbieron a aquel suplicio. 6 Finalmente, como precaución, Ludovico aquella a la que deben llevarse los "dones anuales" al soberano, se
Pío hizo tonsurar y encerrar en monasterios a sus hermanos bastardos, reúne desde entonces, comúnmente, en el centro del reino franco, por
de los que desconfiaba.7 ejemplo, en Quierzy, en Attigny, en Compiegne, así como en Aquis~
Así, la última palabra la dijo el emperador y su voluntad impuso grán, en lngelheim o en Francfort.n Además -y en esto es donde
el acta del año 817. De momento, el único resultado aparente de la aparece la más sobresaliente novedad-, aunque la asamblea normal
oposición armada, de que había dado la señal Bernardo, fué la supre- sigue siendo convocada en verano, si bien en fechas más variables
sión de un reino de Italia distinto: el antiguo reino lombardo quedó que anteriormente, Ludovico Pío toma la costumbre de convocar
simplemente anexado a los territorios que se había previsto que Lo- otras asambleas, restringidas o generales, en otras épocas del año, a
tario ocuparía al morir su padre, asumiendo el gobierno directo de veces en enero o en febrero, a veces en octubre o en noviembre, para
ellos. Así, no se atenuaron, sino que salieron fortificados los princi- preparar en ellas reformas, elaborar planes de campaña y cambiar
pios básicos del acta del 817, como consecuencia de la rebelión. impresiones sobre la situación generaI.12
el efecto de aquella confesión quedó un tanto atenuado por la adver- sin la cual la unidad imperial no hubiera sido sino una vana palabra.
tencia, que inmediatamente presentaron los obispos, de que iban a No por esto es menos negable que en Attigny se acentuó el cariz
poder actuar como era conveniente, si el emperador, como así se rdigioso del gobierno imperial. No sólo la unidad del Imperio se
había comprometido, les devolvía las necesarias libertades para el rncontraba fundada en la unidad de la fe, y por eso se hablaba como
cumplimiento de su misión. Pero, finalmente, reconocían haber cum- de cosas equivalentes de la unidad del Imperio y de la unidad de la
plido con ésta muy imperfectamente por carecer de una adecuada 1\J lesia, sino que todo se subordina a la causa de la religión, y la Igle-
instrucción religiosa y se acusaban de haber dado pruebas de un ~;i<1 acaba por adquirir un lugar preponderante en la vida del Estado.
celo insuficiente en la organización de las escuelas de sus diócesis a l .os eclesiásticos son consultados antes que todos los otros conseje-
las que debieron, según declaraban, haber dedicado más cuidados ros; después de la muerte de Benito de Aniana, los obispos, el abad
para que, precisamente, pudiera formarse un clero dotado de una só- de Corbie, Adalardo, su hermano el monje Wala, ejercen tan cons-
lida cultura. 26 Confesiones bien delimitadas por faltas que los auto- tante presión sobre el emperador que éste acabó por no ver ya más
res terminaban por cargar a la cuenta y responsabilidad de los que que por sus ojos y no actuar sino de acuerdo con sus deseos.
no les habían proporcionado, según ellos, los medios financieros para ¡Qué contraste con el reinado de Carlomagno! En lugar de un
actuar, 21 pero, en fin de cuentas, confesiones que se pareaban con clero enteramente a las órdenes del monarca, nos encontramos en
las que· personalmente había Ludovico Pío ejemplarizado. <tquel momento con un clero dueño de la situación y con un empera-
¿Hicieron taml;>ién su confesión, después de los obispos, los pró- dor siempre dispuesto a escuchar y a seguir sus consejos. ¿Del go-
ceres del orden laico? Lo ignoramos; pero su caso fué evocado -y bierno de la Iglesia por el emperador se iba a pasar a un gobierno
no con excesivo agrado- por los prelados reunidos en sesión espe- del Estado por la Iglesia?
cial. El arzobispo de Lyon, Agobardo, para responder al deseo del
emperador de conocer los males que debían ser con más urgencia
evitados, se ufana de haber sugerido, por su parte, resolver en primer
lugar el problema de la apropiación de los bienes de la Iglesia por
los laicos; 28 y hasta nosotros ha llegado, además, a continuación de
la confesión de los obispos, el sumario de varias proposiciones, entre
las que figura una que se refiere a los laicos que no concurren a la
iglesia. 2 9
Como se ve, lo que tuvo lugar en Attigny fué un examen gene-
ral de conciencia. Cada cual hizo allí, o fué obligado a hacer, las con-
fesiones y los sacrificios necesarios al bien común. Por su personal
acto de contrición, no pensaba realmente el emperador, como se h<t
dicho, que humillaba su dignidad imperial, y ningún contemporáneo
le dii:igió nunca este reproche. Uno de ellos so hasta le felicita por
aquella actitud que renovaba la de Teodosio. Al actuar de aquel mo-
1li'"I
CAMBIO DE FRENTE DEL GOBIERNO IMPERIAL 191 192 EL IMPERIO BAJO LUDOVICO PIO
durante el cual estuvo en relaciones con el reino franco. 8 Todo su- ere, que se apresuró a enviar a Ludovico dos cardenales, quienes lle-
cede, pues, lo restante del tiempo. como si, a partir del año 822, la garon a la corte franca antes de que salieran de ella los investigadores
presencia de Lotario en la corte imperial se considerase indeseable y que< solicitaron al llegar que se hiciera justicia a su señor indig_na-
o, a lo menos, inútil. y como si, sin modificar en nada las disposiciones mente calumniado. No por todo ello fué juzgada con menos severidad
decretadas el 817 para el futuro. prefiriera Ludovico, por el momento, la conducta del papa en el séquito de Ludovico Pío. El autor oficioso
confinar a su primogénito, como a sus hijos menores, en Jos límites de los Anales reales, a quien debemos estos detalles, lo deja entrever
de un reino particular. cuando anota con escepticismo: "Los dos missi no pudieron poner
las cosas en claro de manera cierta, porque el papa Pascual, por un
juramento que prestó junto con numerosos obispos, se lavó de toda
11.- TUTELA SOBRE EL PAPADO (824)
complicidad en el negocio y, tomando a su cargo la defensa de los
La presencia de Lotario en Italia tuvo, además, como consecuencia homicidas por pertenecer éstos a la familia de San Pedro (es decir,
cambiar de nuevo, poco a poco, en beneficio del poder imperial. el por ser familiares suyos y servidores de su propia casa) , afirmó que
carácter de las relaciones entre la corte franca y la Santa Sede. las víctimas habían sido asesinadas con justicia, como culpables del
El mes de abril del 823, inmediatamente después de su consagra- delito de lesa majestad". 11 El emperador no se atrevió a llevar más
ción imperial en San Pedro, interviene Lotario en los asuntos del lejos la investigación, pero, sin duda, se reservó tomar las precau-
Estado pontificio, al presidir en la misma Roma las sesiones de un ciones que se hacían indispensables.
tribunal al que se ha sometido un proceso pendiente desde hace mu- A todo esto, el papa Pascual 1 murió el 11 de febrero del 824,
cho tier.ipo entre la Curia romana y el abad de un gran monasterio y su sucesor Eugenio 11 fué elegido, en ausencia de Lotario, bajo la
de la Sabina, el de Farfa. con respecto al estado secular de la abadía vigilancia de un representante del gobierno imperial, que parece ha-
y a su situación jurídica. Asunto que en sí mismo no tenía mucha ber sido Wala, y obligado a prestar ante él un juramento que sólo
importancia, pero que demostraba la ingerencia característica del po- pudo ser de fidelidad al Imperio y a su jefe. 12 El caso es que el nue-
der imperial en la vida interna del Estado de San Pedro. 9 Hay que vo papa que, al igual de tantos otros antecesores suyos, tenía que ha-
añadir, además, que el tribunal presidido por Lotar.io sentenció con- cer frente a un partido de oposición que pretendía substituirlo por
tra las pretensiones de la administración pontificia, que estaba repre- ª
otro rival, 1 se encontró a merced de sus protectores francos y Lu-
sentada por un alto funcionario, por el bibliotecario de la Santa Sede. dovico Pío aprovechó aquello para hacer que Lotario, enviado urgen-
Pero pronto adquirieron las cosas un aspecto más grave. Mientras temente a Roma, tomara "las medidas", dice un texto oficioso, "que
I .otario estaba momentáneamente ausente de Italia, corrió el rumor requería la situación". 14
de que acababa de desarrollarse un drama en el palacio de Letrán, De tal situación, de acuerdo con la información que se hizo por
rT.sidencia del Soberano Pontífice, en donde dos jefes de servicio de las autoridades francas en Roma, se tuvo por responsables en gran
Li Curia, el primicerio de los notarios, Teodoro, y el nomenclador medida al papado y a sus funcionarios; Lotario ordenó la restitución
l .1·i"in, acusados de simpatía hacia los francos y de connivencia con de algunos bienes usurpados con la complicidad de la Santa Sede: 15
··I !1obierno de Lotario, habían sido asesinados por gentes del séquito finalmente, en el mes de noviembre del 824, se promulgó un acta 16
1•11111ificio; y la instigación e iniciativa de este crimen se imputaba al para establecer de manera diáfana las relaciones entre los dos pode-
1111~;1110 papa. 1 º Todo esto. produjo intensa emoción en la corte de res: el del emperador y el del papa.
,i\, 111hnrim, en donde Ludovico Pío decidió enviar inmediatamente a 11 ldem, págs. 161-162.
'1, •·; missi, un conde y un abad, para que realizaran una investigación 12 Esto es lo que sugiere, cuando menos, la última frase de la fórmula del
·.11hn· 1·1 trrrcno de los hechos. Indignadas protestas de inocencia hizo juramento exigido poco después a los súbditos del papa. Véase Capital., t. 1, nº 161,
pág. 324, l. 18-19.
l '.1·.1·11.il l. pcr.sonaje de muy escasa autoridad y de prestigio medio-
13 Véase SIMSON, t. 1, págs. 214-215 y los textos citados en nota; L. DucHESNE,
ttm pontifical, págs. 194-195.
" \',-.,,.,,. llii11~11.11-l\li'i111.11A1.m:11, 11°• IOH/ 11 1027.
J.I Annales royales, año 824, págs. 164-165.
11 ll1111\ll.ll·l\li"r111.11A1111:11, 11" lllT/. C:I. l.. )h11:111:sNI·'., f.t11t ¡11111tifil'll/, JlllV,• Jll:1. 15 lrfom, pág. 166; Ei. ASTRÓNOMO, 38.
111 fo1111/n 10111/,._,, 111io 11:!:1, pÍ••:· lhl. 111 S1MsoN, t. J, ¡uíg. 225.
o
~~¡
o~
"·
·;:...=!
.=. ._
~1ft
''·
-~
fl )
"
-~
~----. ----
CAMBIO DE FRENTE DEL GOBIERNO IMPERIAL 193 194 EL IMPERIO BAJO LUDOVICO PIO
S1· trata de un documento capital. 17 De los nueve artículos que perador, ya del papa, y el que contraviniera esta disposición se u-
, 1111firnc, una parte tiene por objeto restablecer el orden en el Esta- ponía a ser condenado a muerte.
d .. d1· San Pedro, promulgar una amnistía para las violencias pasadas 5'1 Sólo en manos de los romanos quedaba la elección del papa,
v 1·:;f ipular reparaciones para las víctimas y los daños causados. Es- pero debía hacerse según las reglas que estaban vigentes antigua-
l.1:. 1bposiciones de carácter transitorio procedían todas, debe señalar- mente ( art. 3). es decir, a lo que parece, sin exclusión de los laicos,
··•·. di· la iniciativa imperial, y la ejecución de algunas de ellas foé ex- contra la nueva regla impuesta el 769, inmediatamente después de la
¡ 111·:;.11nente confiada sólo a representantes del emperador. Tal fué elección de Esteban 111; 1s esto permitiría al gobierno imperial ejer..,
··I • .i::o de las que aparecen en el artículo 6, redactado así: "Para las cer mayor presión sobre el cuerpo de electores. De todas maneras,
I" 11¡iinlades de las iglesias indebidamente ocupadas, ya al socaire el elegido sólo podía ser consagrado después de haber prestado pú-
d,· 111a pretendida autorización pontificia, ya . . . por el mismo go-
1 blicamente, y en presencia del delegado permanente del emperador
l 11n11ll pontificio, queremos que la reparación sea exigida por nuestros en Roma, un juramento semejante al que le fu.é exigido a Eugenio 11
1111 ·• ·;¡' el año 824, 1 9 es decir, un juramento de lealtad al emperador.
esta manera, el emperador se reservaba el derecho exclusivo de
1 >1· 69 Finalmente, y coronando todo este edificio, se exigía a todos
111111·\¡ir los excesos del pasado. los súbditos del papa el siguiente juramento de fidelidad al empera-
l'no más significativas son las disposiciones de carácter perma- dor: "En el nombre de Dios Todopoderoso, sobre estos Santos Evan-
11rn11· y de alcance general que ocupan el lugar más importante en el gelios y sobre esta Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, así como sobre
nL1do documento. He aquí lo esencial: el cuerpo del bienaventurado Pedro, príncipe de los Apóstoles, pro-
I '' La administración pontificia estará, en lo sucesivo, bajo la vi- meto que, a contar de este día y hasta el de mi muerte, seré fiel a
!Jil.111d;1 de una delegación mixta residente en Roma y compuesta de nuestros señores los emperadores Ludovico y Lotario, con todas mis
un rl'prcsentante del papa y de un representante del emperador. Estos fuerzas y con toda mi inteligencia, sin engaño ni mala intención, sal-
rl'ndirún anualmente un informe al emperador; recibirán las quejas vo la fe prometida a mi señor el papa ... " De esta manera, el fiel del
present·adas contra los funcionarios pontificios y las transmitirán al papa se encuentra convertido también en fidel del emperador; y, úl-
papa, que deberá hacer justicia sin demora y, si así no fuera, el de- tima precisión, se pide de él que agregue: "Me opondré con todas
legado imperial dará cuenta al emperador, quien enviará a Roma mis fuerzas y con toda mi inteligencia a que ninguna elección a la
missi dominici para -sentenciar ( art. 4). sede de Roma tenga lugar de manera diferente a como lo dispone
2v Los funcionarios pontificios de Roma deberán presentarse an- el derecho canónico y la justicia, y no permitiré que el elegido sea
te el emperador (o, muy verosímilmente, ante su delegado), quien consagrado antes de haber prestado públicamente en presencia del
en adelante tendrá una relación nominal de ellos y quien "los amo- delegado de mi señor el emperador el juramento requerido"; fórmula
nestará individualmente respecto al ejercicio de sus funciones", es terrible que transformaba a los romanos en garantes de un estatuto
decir, les comunicará sus instrucciones ( art. 8). al que quedaban en lo sucesivo sometidos el papado y el Estado pon-
39 El artículo 5 extendía al Estado pontificio, y aun a la misma tificio. En resumen, el Estado pontificio se convierte en una especie
Roma, el sistema franco de las leyes personales, planteando como de protectorado franco y, desde el punto de vista secular, el papa
principio que cada romano será invitado a declarar el derecho bajo queda claramente subordinado a la autoridad imperial.
el que quiere vivir y ser juzgado; las autoridades imperiales tomarán, Como se ve, se trataba de un completo y radical cambio de la
al respecto, todas las disposiciones pertinentes junto con las autori- situación anterior, tal como había sido definida el año 817. Y hasta,
dades pontificias; con esto, se abría, una vez más, la puerta para mu- para el papado, había una agravación respecto al régimen practicado
chas intervenciones francas en la vida interna del Estado de en los días de Carlomagno, tanto más cuanto a la sazón se trataba
San Pedro.
49 Por otro artículo ( art. 1 ) , quedan exentas del derecho común 11! Cf. L. Ducm:SNE, Stat pontifical, págs. 199-200 y, para el régimen de 769,
todas las personas colocadas bnjo la especial salvaguarda, ya del em· JllÍ~~''- 125-126.
111 <:láusulu i11sertu en el texto del juramento exigido a los romanos el año 824
pecto a la Santa Sede, se encontraba así revocada. p111ln realizar, gracias a Lotario, sus ideales de purificación de la
::e ll'inlad; hasta algunos, todavía más ingenuos, esperan realizar por
c·I L1 unidad que está en peligro -al menos así lo creen- por la am-
111.- INTRIGAS EN TORNO DE LoTARIO
li1c·iún de Judit, en quien ven un agente de Satanás.
Por entonces también parece estarlo en la vida interior del Entre los primeros de estos últimos estaba el monje Wala, her-
Imperio. mano del abad de Corbie, Adalardo. Encargado, después de haber
En efecto, el 13 de junio del 823, la segunda esposa de Ludovico vuelto a la gracia del emperador, 2 4 de acompañar a Lotario en Ita-
Pío, Judit, dió a luz un hijo, Carlos 20 -que después será llamado lia.~•· adquirió sobre éste una influencia que, aun exagerada por su
Carlos el Calvo-, y este nacimiento planteaba un problema que po- apologista Pascasio Radberto, 2 º no parece haber sido pequeña, y que
día dificultar la aplicación del sistema sucesorio establecido por el iba a acrecentarse en el curso de los acontecimientos subsiguientes.
acta promulgada el año 817. Por ésta se creía haber tenido en cuenta Entre los pescadores en río revuelto estaban gentes como el conde
minuciosamente todas las eventualidades: muerte prematura de uno de Tours, Hugo, suegro de Lotario, el conde de Orleáns, Matfrido,
de los tres hijos de Ludovico Pío, matrimonio de cada uno de ellos, y algunos otros personajes poco recomendables cuya intervención
nacimiento de sm: hijos; se había previsto el caso de que los hijos se hizo pronto inquietante.
del emperador no tuvieran herederos directos, el caso en que faltasen Es cierto que, en un principio, no pareció que habían sufrido cam-
a sus deberes; se habían meditado muchas hipótesis, salvo la del na.. bio alguno las relaciones entre Lotario y su padre. Después de los
cimiento de uno o de varios hijos más del mismo Ludovico Pío, como compromisos que adquirió en cuanto al niño Carlos, Lotario fué en-
si este emperador de cuarenta años apenas (había nacido el 778) viado de nuevo a Italia, en donde completó la obra comenzada, des-
hubiera hecho voto de castidad perpetua. El nacimiento de un cuarto plegando en el antiguo reino lombardo una actividad de que nos
hijo legítimo, sin anular los principios expuestos el año 817, obliga- ofrecen testimonio las numerosas actas promulgadas en su nombre, 27
ba, sin embargo, a reconsiderar, para adaptarlas a las nuevas circuns- actividad que fué absorbida, como hemos visto, 28 por los asuntos
tancias, algunas de las disposiciones decretadas entonces con respecto del Estado pontificio. Pero el año 825, durante el verano, regresó
a los reinos concedidos a los hijos menores, al reino franco, parece que decidido a capitalizar el apoyo que había
Para atraerse a este efecto la confianza de Lotario, su sucesor prometido a la emperatriz Judit para el establecimiento del recién
designado, el emperador le hizo venir a su corte en el verano del año nacido.
823. 2 1 Se tuvo la habilidad de que fuera el padrino del recién nacido Una primera satisfacción para su amor propio fué el que -su nom-
y de confiarle su protección. 22 Igualmente se logró que admitiera el bre se añadiera al de su padre en el protocolo de las actas oficiales;
principio de atribuir al nuevo heredero un reino análogo al que había otra, el que las gentes de su séquito y corte personal, los Wala, los
sido previsto respectivamente para P.ipino y para Luis. 2 ª H ugos, los Matfridos, comenzaran a dar que hablar en el aula impe-
Pero al llegar aquí, las cosas se complican; Lotario, que se da rial. 2 0 Con motivo de las fiestas ofrecidas en el palacio de lngelheim
menta de ser el hombre indispensable, comienza a querer explotar en junio del 826 por el bautismo del rey Haroldo de Dinamarca, la
b situación o, más bien, se convierte en instrumento de una camari- emperatriz Judit, si hay que creer al poeta Ermoldo el Negro, so se
ll.1 que la explota y que se manifestará cada vez más indiscreta. Esta presentó en un cortejo, llevada precisamente por los condes Hugo
• .im;irilla está constituída por hombres de toda laya y. por conse-
' 1w11cia, de diversas tendencias. Entre ellos hay simples ambiciosos 24 V. supra, págs. 186-187.
!!ú V. supra, pág. 189.
'.'ll llii1111.n:11-Mii111.11ACllER, n• 773a. :rn En el l\pit"phium Arsenii (nº 42 de la Bibliografía).
•.· 1 1J., uhí 1·1 vinjt~ de l.oturio al reino franco por esa época y al que aludimos 27 v.~as" Hii11Mt·:11-l\Iii111.nAClrnR, nos 1020a-1027.
11111. ar 1 ilin, ptt~. l«JO. ~8 s,, ,,,.,,, pÚ~!. l 'J2.
'.".' ll1111MLll-Mii111.11A1:11t:11, 11 9 77:\11 . :~u 1:1. llii11~11-11-~li"'llt.l!ACllEH, 11'1 1027 y si¡:s.; StMSON, t. I, págs. 240-241.
., 1 N1 \'llAllll, '· :1, (llÍ~. 11. :11> l'1w11111 •.... ¡. .. ,. l .11d11vic·11 l'í .. , lil1ro IV, \'C'l"~us 2.)02-2.10.5.
CAMBIO DE FRENTE DEL GOBIERNO IMPERIAL 197 198 EL IMPERIO BAJO LUDOVICO PIO
y Matfrido; y una carta del arzobispo de Lyon, Agobardo, dirigida lona, el conde Bernardo, gobernador de la Marca Hispánica, estaba
al "ilustrísimo Matfrido, el más eminente de los hombres", solicitan- allí reducido casi a sus solas fuerzas para enfrentarse a la frivasión,
do su influencia cerca del emperador "a quien Dios ha designado y sólo con increíbles esfuerzos logró rechazar al enemigo. 84
como ministro Suyo desde el origen del mundo", 3I nos desvela, al En el palacio de Ludovico Pío se alzó una opinión unánime: la
igual que otros muchos documentos, 32 la importancia que, en aquella inercia de H ugo y de Matfrido había sido voluntaria; retrasaron in-
sazón, había adquirido este singular personaje. En cuanto a Wala, tencionalmente el avance de su ejército con la esperanza de que,
abad de Corbie después de la muerte de su hermano Adalardo, a abandonado a sus propios recursos frente a un enemigo superior en
principios del año 826, comienza, sin duda, por entonces, según dice número, Bernardo sucumbiría. 85 Hijo del conde de Tolosa, Guiller-
su biógrafo Pascasio Radberto, a acosar a Ludovico Pío con lo que mo (o Guillén) , que en los días de Cario magno se había distinguido
el mismo Pascasio califica de discursos a lo Jeremías, 3 3 para reclamar por su valentía en la lucha contra los vascos y contra los musulmanes,
nuevas reformas en la Iglesia, principalmente, entre los eclesiásticos antes de morir piadosamente en el monasterio de Gellone, SG Bernar-
de la capilla imperial. De esta manera el palacio de Ludovico Pío do era ahijado del emperador Ludovico, con quien además estaba
era poco a poco acaparado por la camarilla de Lotario. emparentado y en cuya presencia se había casado en el verano del
824. 3 7 Al confiarle por entonces el condado de Barcelona y la Mar-
ca Hispánica (que algunas veces se llamaba Marca de Septimania),
IV.- ASUNTO DE LOS CONDES HuGO Y MATFRIDO (826)
le había dado el emperador un testimonio de extraordinaria confianza,
Ahora bien, en tanto que se tejían estas intrigas en la corte fran- y los acontecimientos venían a demostrar que la elección había sido
ca, en las fronteras del Imperio tenían lugar graves acontecimientos. acertada. En cuanto a la actitud observada por los condes Hugo y
Hasta el año 826, no sólo pudieron ser preservadas éstas de todo Matfrido, se explicaba, sin duda, por un efecto de celos envidiosos.
ataque, sino que aun a veces fueron ligeramente ensanchadas por me- Así, no se hizo esperar su castigo. Una asamblea convocada en
dio de avances. El prestigio del Imperio era todavía considerable. febrero del 828 en Aquisgrán, juzgó su conducta y. a la vez, la del
Pero los nubarrones se amontonaban del lado de la península ibérica. duque de Fríul, que, casi por los mismos días, había demostrado gran
Hacía tiempo que la marca establecida en los días de Carlomagno negligencia en la defensa contra los búlgaros de la marca de Istria,
en los confines de la España musulmana se había convertido en un cuya guarda se le había encomendado. Los tres culpables fueron des-
foco de perpetuas intrigas. El año 826 se produjo allí una rebelión tituídos de sus cargos y perdieron sus beneficios. 38 Pero en el caso
contra la autoridad franca bajo el caudillaje de un godo llamado de Hugo y de Matfrido, es fácil descubrir de dónde procedía el gol-
Aizón, a quien apoyaba el emir omeya de Córdoba Abderrahmán 11. pe, ya que su desgracia fué acompañada de una rápida ascensión
A comienzos del año 827, la situación se hizo alarmante: los rebeldes del conde Bernardo, y a uno de los primos de éste, Eudes, se le con-
ganaron rápidamente terreno; se multiplicaron las defecciones; las cedió inmediatamente el condado de Orleáns, del que se había des-
tropas musulmanas llamadas en auxilio de la sublevación recorrían poseído a Matfrido. 89
el país hasta la Cerdaña y Gerona y ponían sitio a Barcelona. Los
primeros destacamentos de socorro enviados apresuradamente por el
emperador resultaron, de momento, insuficientes; pero un gran ejér- V.- INFORME DE LOS OBISPOS ( 829}
dto colocado oficialmente bajo las órdenes del rey de Aquitania, Con todo, la camarilla de Lotario no se dejó sacrificar en silen-
Pipino, fué inmediatamente movilizado y partió para el teatro de ope- cio. Aunque Hugo y Matfrido hayan caído en desgracia, allí estaban
raciones. El mando efectivo de estas fuerzas fué confiado a los con-
' li-s H ugo y Matfrido, los dos espíritus malos de Lotario. Pero su !14 Un relato detallado de estos hechos en S1MSON, t. l, págs. 267-269 y 273-276.
.1v;inre se hizo con tal lentitud que, encerrado en su capital, Barce- 811 Cf. SIMSON, t. 1, pág. 276.
llfl Es !'l San Guillén de la Iglesia y el Guillermo de Orange de la leyenda.
:i 1 <:nrtus de Agohardo en MIGNE, Patrol. lat., t. CIV, col. 185-190, o mejor, en !17 Sobre Bernardo y su padre, véase SIMSON, t. 1, págs. 3~0-3:!3; J. CALMETTE,
'"" l·.'11i.<tol11t", t. V, págs. 201-203. l>c /frrnardo ( n• 73 de la Bibliografía).
:1·~ ( :r. S1MsON, t. I, púgs. 289-290. llH S1MsnN, t. I, págs. 288-291.
:i:i l·.'¡1itaplii11111 Arn•11ii, lihro 11, "" Mir.NE, Pntrol. lat., t. CXX, col. 613. 1111 E1. AsTnflNoMo, 45.
CAMBIO DE FRENTE DEL GOBIERNO IMPERIAL 199 200 EL IMPERIO BAJO LUDOVICO PIO
W ala y los suyos para seguir hablando todavía alto y fuerte. Espe- /\poyados en estas citas preliminares, los Padres del sínodo de
cialmente Wala, que redobla sus amonestaciones al emperador, le Paris insistían sobre la primacía de lo espiritual y sobre la superio-
acusa de usurpación de los bienes y derechos de la Iglesia y reclama ridad que debe reconocerse a los clérigos en todo el Imperio; hasta
a voz en cuello reformas 4o hasta el punto que en el mes de di- 110 sin atrevimiento, recordaban al comienzo de su exposición la fa-
ciembre del 828 el emperador acabó por dar oídos a sus reclama- mosa frase del papa Gelasio, que colocaba la autoridad ( auctoritas)
cio~es y prescribió la reunión de cuatro sínodos encargados de pro- de que está investido el cuerpo sacerdotal muy por encima del sim-
ponerle las reformas, reservándose someter sus proposiciones a una ple poder de mando (potestas) de que disponen los príncipes tem-
próxima asamblea general. porales, reyes o emperadores. Obligado a dar cuenta a Dios de la
En la carta de convocatoria dirigida a los obispos y redactada, rnnducta de los príncipes, el clero está cargado de responsabilidades
de acuerdo con el protocolo anteriormente establecido, tanto en su más graves, 45 y por eso los obispos consagraban largas páginas a las
nombre como en el de su hijo Lotario, el emperador no vacila en jus- reformas que debía imponerse él mismo.
tificar los sínodos ante la necesidad de una reforma de conjunto No olvidan en nada, no obstante, las responsabilidades que pesan
( communis correctío) capaz de poner remedio a los vicios de una so- sobre los hombros de los monarcas; y, tratando de precisar los debe-
ciedad cuya conducta constituye una perpetua ofensa a Dios; 41 y res que les incumben, recordaban con Isidoro de Sevilla y con el
en razones análogas se fundamenta su orden adjunta de que se pro- autor anónimo de un tratado muy citado sobre los Abusos ,del siglo.
ceda en todo el Imperio a previas informaciones. 4 2 Los prelados, reu- que un príncipe que no gobierna según la equidad y la ley de Dios
nidos en mayo y junio del 829 en París, Lyon, Maguncia o Tolosa, no es sino un tirano de poder vacilante. 46 Agregaban que tenía que
según la sede de su obispado, se consideran convocados, y de sus dar cuenta de sus actos ante Dios, al único al que debe su reino, sin
deliberaciones sale un voluminoso expediente compuesto en parte por que sus antepasados tengan nada que ver con ello; 4 1 que él peca
observaciones generales sobre la sociedad -la religiosa en particular, cuando delega su poder en "jueces o en ministros inicuos"; 48 que no
pero también la civil, sin exceptuar a la misma monarquía- y en deberá tolerar que los "hombres revestidos de dignidades palatinas
parte por proposiciones concretas que se ruega al emperador insis- se desgarren entre ellos por envidias" y se dediquen a saciar sus mu-
tentemente que haga suyas. 48 fuos odios con el mayor provecho para los "enemigos de Cristo". 49
Las únicas resoluciones que han llegado a nosotros son las acor- 1~ra difícil que no se viera en esto una alusión directa a las intrigas
dadas por el sínodo de París. 44 Revelan el estado de espíritu con de que, a la sazón, era escenario el aula imperial y a los cambios que
que el episcopado franco abordó entonces los problemas que le eran ihan a producirse en el personal de confianza del palacio después de
sometidos. Después de evocar las razones que, ante los males que la desgracia de los 'condes Hugo y Matfrido.
se abatían sobre el Imperio, obligan a los fieles a un hondo examen Las peticiones que, en conclusión, sometían los obispos muy res-
de conciencia y a una corrección general, los obispos destacaban con petuosamente al emperador 50 no carecían de audacia. Solicitaban,
satisfacción que, para hacer frente a la situación y apaciguar la có- ;inte todo, como lo reclamaba Wala, que el emperador recordase a
lera del Todopoderoso, los dos emperadores habían decidido, como sus hijos y a sus próceres las consideraciones debidas al clero ( artícu-
era normal, recurrir en primer término a las luces de aquellos a quien los 8 y 9); pero iban más lejos: pedían al emperador que invitara a sus
Dios había conferido el poder de atar y de desatar en la tierra, "vi- súbditos que no tuvieran dudas de la pureza de sus intenciones cuan-
carios de los Apóstoles, y lumbreras del mundo", conforme a las pa- do, de acuerdo con los deberes de su ministerio, sugirieran aquellas
labras del profeta Ageo ( II, 1°2) : "Pregunta ahora a los sacerdotes medidas que creyeran necesarias para la salvación de todos ( artícu-
acerca de la ley." lo l O) ; pedían que fueran echados de palacio los clérigos y los frailes
40 PASCASIO RADBERTO, 11, en MIGNE, col. 1612. ·Ir. ldem, pág. 610, l. 35-39.
·111 lcfrm, págs. 649-650.
41 Concilia aevi karol., págs. 598 y 599; Capitul., t. 11, n° 184, pág. 2 y nº 185,
p1Í!(. 4 (redacción A, la redacción B, más extensa, es una falsificación). "7 '"""'· pÚI(. 655.
•IH f1frm, pÚg. 653.
42 Capitul., t. 11, n• 187, págs. 8 y 9.
48 Concüia acvi karol., págs. 601-680.
rn ld1·m, pág. <i:i6.
r,11 fd,·m. ¡oíi 1 ~s. hl1!1-6BO.
44 /rlcm.
CAMBIO DE FRENTE DEL GOBIERNO IMPERIAL 201
que estaban fuera de la ley canónica y que lo ocupaban con abuso
de la complacencia del monarca ( art. 14); solicitaban también del
emperador que pusiera fin a las maquinaciones de gentes sin auto-
ridad que, dentro del Imperio, hacían correr la sangre cristiana para
ejercer sus personales venganzas (art. 17); le pedían que llamase la
atención a sus capellanes y a los clérigos de su palacio sobre el res-
CAPITULO IV
peto a las prescripciones canónicas y que invitara a los próceres y a
los funcionarios de la corte a asistir a la misa los días de fiesta y
REBELION DE LOS HITOS Y GOLPE DE ESTADO
a dar, por su parte, ejemplo de asiduidad a los oficios divinos ( artícu-
DE LOTARIO
lo 19) ; le recomendaban comulgar con frecuencia ( art. 20) y velar
por la selección de buenos obispos y de buenos abades, dignos de los
cargos que se les confiaban ( arts. 22-23); finalmente, y sobre todo,
1.- DESGRACIA DE loTARIO Y DESIGNACIÓN DEL CONDE
que velase "por su salvación, por el bienestar de todo el pueblo, por el
BERNARDO PARA CAMARERO (829)
honor y la estabilidad de la monarquía", por la elección de "conse-
jeros y de funcionarios que fueran respetuosos, en sus relaciones mu-
Si los textos propuestos de esta manera a la aprobación del em·
tuas, de los preceptos de caridad, de paz y de concordia". enemigos
perador quedaron -para aprovechar el eufemismo de los Padres del
del "disimulo y del engaño", "guardianes de su alma, a la vez que
concilio de Aquisgrán- "relegados al olvido", fué porque unas se-
de su cuerpo",."que den ejemplo de honestidad y de bondad" y con-
manas después, cansado de ser mantenido a raya por la camarilla
viertan su "sagrado palacio" en casa digna de respeto (art. 24).
de Lotario, inquieto por las "maniobras que se urdían en la sombra",
Este breve resumen de las demandas del sínodo de París, del 829,
como escribe uno de sus biógrafos, 1 y empujado, sin duda, por Judit,
desvela claramente la evolución realizada y el clima combativo en
que se sentía el primer objetivo de aquellas sordas maquinaciones,
que ya se vivía. Ludovico Pío dejaba hablar; pero, como lo obser-
Ludovico Pío se decidió a tomar medidas enérgicas.
vaba con despecho un biógrafo del abad Wala doce años después, 51
Al terminar la asamblea general reunida en Worms en el mes de
de todo aquello nada salió. Y esta observación decepcionada era un
agosto del 829, se supo, sucesivamente, que Lotarfo era enviado
eco de la que, el año 836, presentaban los Padres de un concilio ce-
de nuevo a Italia, que el conde de Barcelona, Bernardo, era llamado a
lebrado en Aquisgrán al emperador, con estas palabras: "Recorda-
la corte en calidad de camarero y que, finalmente -sin que aquella
mos que en reuniones anteriores, varios artículos fueron discutidos
cuestión hubiera sido sometida a la asamblea-, un territorio que com-
y elaborados a petición tuya con propósito del biene~tar y la salva-
prendía el país alamano (cuna ·de la familia de los Welf, a la que
ción comunes de los dos órdenes, el eclesiástico y el laico; pero
pertenecía Judit), la Recia, Alsacia y una parte de Borgoña se atri·
ignoramos por qué subsecuentes obstáculos aquellos artículos queda-
buía a Carlos, el postrero de los hijos del emperador. 2 ·
ron relegados al olvido." 52
Esta última medida no tenía en sí misma nada de revolu~ionaria:
no estaba en contradicción con los principios planteados el 817 para
disponer la sucesión imperial: el territorio que se dejaba a Carlos
era, según toda apariencia, hasta inferior a los de sus hermanos, que
quedaban intactos, y al reino de Italia que Ludovico, después de ha-
ber sostenido allí a su sobrino Bernardo el 817, había juzgado pru·
dente colocar bajo la particular dirección de Lotario. Ni siquiera
sabemos -ningún texto habla de ello- si el título real se reservaba
a Carlos. La atribución de aquellos territorios al pequeño príncipe.
realizada, ya por espontánea voluntad del emperaelor, ya por la pre•
r.i l'AsCAsm HAnm:rrrn, IT, col. 1612 de la ed. MICNE.
l'í:.! (.'011t·i/irr 111·1 i /i'tlrol .. p:Íg. 27:l, l. 2!l-2B.
1
1 Et. A!lTllÚNOMO, 43, pág. 9580 de la ed. de MIGNE.
2 StMSON, t. l, pÚ.~K. 327-334.
202
REBELION Y GOLPE DE ESTADO 203 Jll-1 EL IMPERIO BAJO LUDOVICO PIO
sión de sus cortesanos, 3 no hacia menos necesario un arreglo del acta /, •: 11 I' •ven y liviana, Judit se había dejado arrastrar a los peores exce-
del 817, puesto que nada parecido se había previsto. Ahora bien, en ·111·; 111 y sólo veía ya por los ojos de su amante convertido en tan
ningún momento se habló de ello. I" n l1· ro~a1 gracias a sus sortilegios 11 ¡hasta el punto que era de temer
Pero lo que, sobre todo, podía hacer sospechosa aquella decisión ,. .. r b misma vida del emperador, que tenía una venda en los ojos! 12
es que iba acompañada de las otras dos que señalamos y sobre cuya l 111 posible resulta descubrir lo que en todo esto hubiera de verdad,
significación no cabían dudas: el hacer volver a Lotario a Italia con .11111q11e lo esencial iba, sin embargo, a ser utilizado más tarde en las
el corolario de que su nombre quedaba omitido en el protocolo de las .11 11~;•1ciones lanzadas oficialmente contra el emperador y su esposa.
actas oficiales, en donde figuraba al lado del de su padre desde su l '1·rn la violencia de la campaña realizada desde entonces demuestra
regreso al palacio imperial, y el nombramiento del conde Bernardo li.1s1<mte bien que las gentes de5tituídas no se resignaban. Y, ade-
para el puesto de camarero, uno de los más importantes de la corte. 111;1s, el biógrafo de Wala reconocía 1 ª que su héroe, hundido en su
Estas dos medidas se completaban, para colmo, por la desgracia de 111nm1sterio, se había desde allí "puesto a buscar, en el nombre de
todos los que hasta entonces habían tenido voz en las reuniones del Cristo, con grandes personajes y algunos santos obispos, el medio
consejo de gobierno y, en primer plano, la del abad de Corbíe, Wala, de evitar que tales hechos no desembocaran en una subversión de
obligado poco después a regresar a su monasterio con orden de no loe.lo el Imperio".
volverlo a abandonar nunca. 4 Había, pues, en su alrededor, se decía, 14 empeño por "salvar la
Entonces estalló la cólera en el campo de los poderosos de la vís- religión, el Imperio, la paz de la Iglesia" y por "proteger al rey y a
pera, todos, unos después de los otros, alejados del palacio y subs- la monarquía" contra los traidores conjurados para su pérdida. Con-
tituídos por gentes afectas a la emperatriz o al nuevo camarero. rs fesión significativa que era un anuncio de los tumultuosos aconte.ci-
Considerándolos a ambos responsables de sus infortunios, no les per-
mientos desarrollados poco después.
donaban la pérdida de los cargos que habían ocupado y que, aun a
veinte años de distancia, el biógrafo de Wala no duda en escribir
que les eran debidos. a Luego, después de haber inculpado a ambos 11.- REBELIÓN DEL 830
de despojo, se pasó al ataque; Judit y Bernardo fueron arrastrados
Así, preparada en la sombra, la rebelión estalló en el mes de abril
en el fango; se hicieron correr sobre ellos las más repugnantes ca-
del 830 y adquirió inmediatamente gran amplitud. La ocasión la pro-
lumnias.
porcionó el descontento producido en el pueblo por la convocatoria
Demasiado bien se sabía -decían- el propósito de aquel vil
Bernardo desde que se le había hecho venir de su lejana España. del ejército en una ·fecha insólita, en plena cuaresma, con el pretexto
"Revolcándose en el fango", hozando "como un jabalí furioso" ha- de ir a reprimir turbulencias en Bretaña. 15 El lugar de concentra-
bía comenzado por "poner todo el palacio patas arriba, reduciendo ción de la hueste y de la asamblea general se fijó en Rennes. 16 Se le-
a la nada el consejo, arrojando y pisoteando a los titulares de los vantaron quejas diciendo que aquel lugar era muy lejano y de "difícil
oficios, tanto clérigos como laicos..., conmoviéndolo todo, cambian- acceso"; i; se discutió la utilidad o, a lo menos, la urgencia de la
do sucesivamente el día en noche y luego la noche en día", 7 encar .. <·ampaña proyectada; 18 y se vió en ella un capricho del camarero
nizándose, sobre todo, con aquellos que, tanto en el palacio como
n ldcm.
fuera de él, habían conquistado un justo renombre: s luego se había
10 AcoeARDO, Liber apologeticus, 2, en l\lxGNE, t. CIV, col. 307.
atrevido hasta a apoderarse del corazón de la emperatri~ y ésta ha.- t 1 PASCASIO RADBERTO, ed. MIGiSE, col. 1617.
bía venido a ser su concubina: había convertido el palacio en prostíbu- 1:! Cf. SIMSON, pág. 340.
1:1 PASCASIO RADDERTO, ed. MIGNE, col. 1618.
3 Cf. SIMSON, t. I, pág. 327. 1 ·I /dcm, col. 1618.
4 ldem, pág. 361. 15 Amrnles /Jcrtilliani, ed. WAITZ, pág. 2; Episcoporum relatio, en las Capitularía,
ú cr. S1MsoN, t. 1, pág. 335. t. 11, n• 197, púg. 54, art. 2.
6 PASCASIO RADllF.RTO, col. 1615 de la ed. MIGNE. 111 Ann. Mett., uiio 830.
7 ltlcm, col. 1615. 17 A1111. /forti11., uiío 830.
H /1fom, col. 1617. 1 H l•.'¡1i.~1.·11¡11m1111 rd11tio, "" lus (.'llpilltl., t. 11, nº 197, púg. 54, art. 2.
REBELION Y GOLPE DE ESTADO 205 206 EL IMPERIO BAJO LUDOVICO PIO
Bernardo. 1 0 Los conjurados se adelantaron inmediatamente en su el mantenimiento de las disposiciones anteriormente decretadas para
papel de liberadores del "emperador y de sus hijos". Había llegado la salvación del Imperio. 31 Se ejercieron represalias contra la familia
el momento, declaraban, de impedir que el Imperio se hundiera en del ex camarero Bernardo: su hermano Herberto fué cegado y des-
las "trampas tendidas por sus enemigos", 2 º y de desembarazarse terrado con guardas a Italia; su primo Eudes, hasta entonces conde
del traidor "y de sus cómplices". 21 de sacar a Ludovico Pío del es- de Orleáns, _fué deportado. Otros sospechosos fueron detenidos y
tado de "abyección" a que lo tenía reducido "el insolente Bernar~ encarcelado~ Lotario quedó restablecido en la plenitud de sus atri-
do". 22 Una parte de las tropas se dejó arrastrar por el movimiento buciones de 'emperador asociado y su nombre colocado inmediata-
de rebelión y se concentró en París. El hijo segundo de Ludovico Pío, mente después del de su padre en el protocolo de las actas y diplomas
Pipino de Aquitania, ganado también a la causa de los rebeldes, oficialei3:?
_)
32
38 SIMSON, t. JI, pÍlg. 4; '1011M•:11.l\fü11J.BACllER, n• 877a. -1:1 1:11,.i111/., 1. 11, 11• l'J.1., pí1v;,. W-24.
REBELION Y GOLPE DE ESTADO 209 210 EL IMPERIO BAJO LUDOVICO PIO
A Pipino, el mayor de los tres hijos llamados a beneficiarse del primeras semanas del 832, llegaba la noticia de que Luis de Baviera,
reparto de los territorios francos, se reservaba, además de Aquita- secundando el movimiento, va a la~zarse sobre los territorios de la
nia y las comarcas anexas señaladas en el 81 7, todas las regiones Alamania que, como se recordará, había sido señalada para su her-
entre el Loira y el Sena y una gran parte de la N eustria, propiamente mano Carlos. 44
dicha. A Luis, además de Baviera y las provincias vecinas que habían La rebelión se instala, por tanto, desde entonces dentro del Im-
sido designadas en el 817, señalaba el acta a que nos referimos casi perio y adquiere los caracteres de una endemia. Ludovico Pío hizo
toda la Austrasia, Turingia, Sajonia, Frisia, Flandes, Brabante y esfuerzos desesperados para quebrar aquella conjura que constante-
Hainaut, así como el extremo septentrional de la Neustria. Para Car- mente renacía y recurrió para ello unas veces a la violencia y otras
los, a más del país de los alamanos, de Alsacia y de Recia, se aña- a la astucia. Frustró la maniobra de Luis de Baviera, anticipándosele
día la comarca del Mosela, los condados de Reims y de Laón, todo por una marcha rápida; penetrando personalmente en Baviera en el
el antiguo reino burgondo hasta el Mediterráneo, con excepción de mes de mayo a la cabeza de un fuerte ejército, llegó a Augshurgo,
los tres condados reservados el 817 a Pipino (los de Autun, Avallon junto al río Lech, en donde el hijo rebelde se consideró dichoso de
y N evers), y, finalmente, toda la Gotia ( Septimania y la Marca His- obtener su perdón.. Inmediatamente se volvió contra Pipino, se apo-
pánica). deró de su persona, lo envió prisionero a Tréveris (septiembre del
La toma de posesión efectiva de los tres reinos citados tendría 832) y lo substituyó en el trono de Aquitania por Carlos, el hijo de
lugar al morir el emperador reinante y se declaraban independientes Judit. Al mismo tiempo, queriendo aprovecharse de la mala avenen-
en las mismas condiciones y con iguales reservas que en el 806, es cia que existía entre ~us tres hijos mayores, trató de negociar un
decir, quedaba a cargo de los tres hermanos ponerse de acuerdo para nuevo acuerdo con Lotario, en el que posiblemente salieran perjudi-
la defensa común de sus fronteras y de la Iglesia romana, cuando cados Pipino y Luis. 411 Pero, en verdad, todo acuerdo duradero entre
ya su padre hubiera fallecido. Pues parece quedar entendido que ya el emperador y cualquiera de sus tres hijos mayores era imposible
no habrá emperador una vez desaparecido Ludovico Pío sino que en lo sucesivo: ninguno cree ya en la buena fe del otro y cada cual
los tres monarcas actuarán entonces como lo crean mejor para sus trata de ponerse en guardia contra nuevas sorpresas.
intereses, sin tener en cuenta a su hermano mayor. Pipino, que había conseguido escaparse de Tréveris, se puso in-
En cambio, mientras viva Ludovico Pío, se espera de ellos su- mediatamente en relación con sus hermanos Luis y Lotario, para vol-
misión y obediencia absolutas, y un amenazador artículo (el 13) de- ver a realizar juntos el ataque fracasado en el 830. Esta vez
cía que el emperador se reservaba aumentar en perjuicio de aquel la rebelión había sido preparada con cuidado y los tres hermanos
o de aquellos que no se condujeran rectamente, la parte territorial dispusieron detalladamente su plan de operaciones. Lotario, que sin
de aquel o de aquellos que se hicieran dignos de un "suplemento en duda había salido de Pavía durante el mes de abril del 833, forzó
sus dignidades y en su poder", a fin de que cada uno fuese recom- el paso de los Alpes y corrió a reunirse con Pipino y con Luis en
pensado de acuerdo con sus merecimientos. ¿Contra quién se dirigía Al sacia.
esta amenaza? Evidentemente no contra Carlos, el hijo de Judit, niño Más que nunca agitaban entonces los tres hermanos la cons-
de siete años y que por algún tiempo aun no podría actuar por cuenta titución del año 817, que estaba bien olvidada desde hacía algún
propia. Pero la experiencia llevó a Ludovico Pío a desconfiar de tiempo, y se adelantaban como defensores del orden establecido. Una
Pipino y de Luis, especialmente de Pipino, que en el 830 había sido ruidosa propaganda tendía a presentarles no como facciosos sino co-
instrumento dE> los rebeldes hasta la llegada de su hermano mayor mo salvadores. 48 El arzobispo de Lyon, Agobardo, siempre dispuesto
de Italia. a ocupar las primeras filas, publicaba, en forma de carta abierta al
Carlrn111111110 .. -11.
REBELION Y GOLPE DE ESTADO 211 212 EL IMPERIO BAJO LUDOVICO PIO
emperador, el manifiesto de los rebeldes. 4 1 Si le escribía, declaraba, portante que el gobierno temporal que pertenece al emperador". ¿No
era para descargar su conciencia. En vez de llevar con sus hijos, co- dijo San Gregario Nacianceno en pleno templo a los emperadores:
mo nubiera podido hacerlo, "una vida bien tranquila, tal como lo La ley del Cristo os ha sometido a nuestro poder sacerdotal . .. Ella
hicieron su padre y su abuelo", Ludovico, después de haber tomado nos ha dado un principado mucho más perfecto que el vuestro? ¿Qué
en un principio disposiciones sabias con respecto a la suerte de sus habéis contestado como verdaderos sacerdotes?, agrega dirigiéndose
Estados y a la conservación de la unidad imperial, cambió brusca- a los obispos recalcitrantes:
mente "de voluntad y rompió sus compromisos": "sin razón y sin
tomar consejo, repudió, sin tener en cuenta a Dios, las medidas que "¿Por qué no habéis respondido al emperador, cuyas órdenes, según decís,
os han impresionado, haciendo vuestra aquella réplica del mismo San Gregorio
había decretado con Dios". Que vuelva en sí y que Dios le atraiga
a un emperador: Acuérdate que no te diferencias ni por la naturaleza ni por la
al camino recto: que tema "no se desencadene la cólera de Dios con- substancia de todos aquellos que están sometidos a ti. Manténte en espíritu con
tra él". Que tenga cuidado: la gente "murmura intensamente a causa /Jios y glorifícate no tanto de mandar al mundo como de ser mandado por Cristo?
de los diversos y contradictorios juramentos" que se exigen: y hasta En vez de quedaros con el emperador ¿por qué no abandonáis vuestras estúpidas
"no se contenta con murmurar, sino que se siente aflicción y se le- adulaciones y le decís, con San Agustín: Dichosos los emperadores cuando reinan
justamente, cuando entre las lenguas de los que los engrandecen y entre las sumi-
vantan críticas". Y, para terminar, Agobardo recuerda el pensamien-
,,iones de los que humildemente los saludan no se ensoberbecen. .. ; cuando son
to de San Jerónimo sobre el olvido del juramento que conduce al per- tardos y remisos en vengarse; cuando esta venganza la hacen forzados de la nece-
jurio... Como se ve, la acusación no iba ni velada. El emperador sidad del gobierno JI defensa del Estado y no por satisfacer su rencor...! Vosotros,
sabía ya a qué atenerse, pues a un perjuro nadie le debe ya fidelidad. que no quisisteis ser los buenos obreros de la Verdad, no sois más que engaña-
A mayor abundamiento, y por una maniobra magistral, Lotario dores ...
¿Dudáis? ¡Pero el que duda es como la onda del mar que el viento
llevaba consigo al Soberano Pontífice Gregorio IV, que se había de-
agita; y en vuestras vacilaciones llegáis hasta declarar estúpidamente que somos
jado arrastrar en la convicción de que defendía de aquella manera la nosotros los que nos hemos olvidado de nuestra misión pastoral. . .1 Llegáis hasta
paz de la cristiandad y de que "él era el único capaz de reconciliar a acusamos desvergonzadamente de venir a pronunciar no sé qué presuntuosa y
al padre y a los hijos". 4 s La presencia de tal autoridad en el campo desatinada excomunión ... ; de querer insultar y deshonrar la potestad imperial y al
de los rebetdes produjo conmoción en el séquito de Ludovico Pío, en mismo tiempo rebajar y envilecer nuestra autoridad! ¿Qué significan, qué anun-
cian tales palabras? Y ¿qué es lo que deshonra más la potestad imperial: los
donde se expandió el rumor de que el papa venía para excomulgar
actos dignos de excomunión o la excomunión misma?... Tales expresiones provo-
al emperador y a todos cuantos se opusieran a las órdenes de Lo.. can náuseas... ¡Me i;ecordáis el juramento de fidelidad que presté al emperador!
tario. 49 Mas yo quiero precisamente evitar faltar a tal juramento y denunciarle todo
Esta intervención pontificia fué inteligentemente explotada: el lo que él realiza contra la unidad y la paz tanto de la Iglesia como de la monar-
papa, por una primera carta que ha llegado a nosotros, invitó a todos quía. Si no lo hiciera quebrantaría mi juramento, como faltáis vosotros a él que
los obispos francos a presentarse ante él, lo que era una manera disi- habéis jurado y vuelto a jurar de actuar siempre fielmente hacia el emperador y
que viéndolo ahora obrar contra toda buena fe y precipitarse a su ruina, no le
mulada de arrojarlos en manos de Lotario. Varios de ellos se excu-
disuadís de hacerlo. . . Finalmente me prometéis una afectuosa recepción si voy
saron de no poder aceptar aquella invitación por no estar autorizados a visitarlo según su voluntad. ¡Pero no es en los Libros divinos en donde leísteis
para ello por el emperador. Una segunda carta de Gregario, cuyo S<'m<'jante respuesta! Como no hacéis nada sino pensando en las recompensas
texto poseemos, 50 protesta contra tal actitud: la orden del papa está h•mporales sois como carrizos agitados por el viento y os doblegáis al menor
por encima de la que ha dado el emperador, señala Gregorio y, ade- soplo. Considerad, considerad, hermanos mios, cuán lejos está vuestro espíritu
más, se le antepone. Por otra parte, los obispos "no debieran ignorar el,• aqu~lla oración que al celebrar la misa tenéis costumbre de elevar a Dios,
nm la boca, pero no con la intención: Danos, por el amor de Ti, poder para
que el gobierno de las almas, que pertenece al pontífice, es más im- m1.•nosprcciar las vanidades de este mundo y para no temer ninguna adversidad.
Si vm·stra plegaria saliera del corazón, la hubiera ya acogido Aquel que ha dicho:
17 Texto en MIGNE, Patrol. lat., l. CIV, col. 287-292, y en las Epistolae, t. V, Pcdicl !I se os dará . .. "
111í11,~. 223-226.
·IK EL ASTRÓNOMO, 48, ed. MIGNE, col. 962D.
Esta proclama del Soberano Pontífice, posiblemente redactada
40 F.r. ASTRÓNOMO, 48, ed. MIGNE, col. 962o-963A.
no MIGNF., Patrol. lat., t. CIV, col. 297-308; Mon. Germ.., Epistolae, t. V, pági- por Agohardo, despinzaba hábilmente el problema. Se olvidaba la
111111 :!211-2.12. rdwliún de- trc-s hijos, úvidos <le poder, contra un emperador legitimo,
REBELION Y GOLPE DE ESTADO 213 2H EL IMPERIO BAJO LUDOVICO PIO
para no ver sino un caso de conciencia: la unidad del Imperio y de rompimiento de la unidad cristiana, asegurar la salvaguarda de las
la Iglesia estaba rota, y el jefe supremo de la cristiandad llegaba, i11lt·~ias. del pueblo y del Imperio, 64 los más adictos al emperador
en nombre de la autoridad que Dios le había concedido, para resta- !W iwntian vacilantes.
blecer la paz entre los cristianos; ¿cómo atreverse a no bajar la ca- r.udovico Pío, con todo, .se mantenía firmemente y enfrentaba la
beza ante su suprema magistratura? r.... menta con energía y dignidad. A la amenaza de usar las armas,
Una nueva carta de Agobardo 51 se lo recuerda al emperador, en n·plicó con una nota muy decisiva, de la que si no conocemos los tér-
respuesta a la invitación que ha recibido de acudir a una asamblea minos exactos, sí nos ha llegado su contenido aproximado. Recorda-
general convocada con toda premura en Worms para los comienzos h;i en ella a Lotario y a sus hermanos menores, Pipino y Luis, lo
de junio. ¿No ha observado ya San Agustín que es cismático quien ~iuuiente:
se separe de la sede apostólica? Y el papa San León ¿no ha dicho, 19, que los tres eran hijos suyos y debieran recordarlo en su con-
a su vez, que "deja de participar en el misterio divino" el que se ducta con respecto a él:
atreva a desviarse de la sede de San Pedro? ¿Cómo podéis sospechar 29, que eran "sus vasallos" y como tales le habían prestado ju-
de las intenciones del papa Gregorio, que ha venido para restablecer ramento de fidelidad:
la paz y para volver a colocar las cosas en el estado en que "por 39, que él era el defensor autorizado de la Sede apostólica y no
vuestra voluntad, en nombre de vuestro poder y con el consentimien- les permitía que asumieran esa función:
to de todo el Imperio, las habías tú mismo colocado y hecho confir- 49, les acusaba de impedir al papa ir hasta él:
mar por la Santa Sede"?, preguntaba a Ludovico Pío el arzobispo 59 , a Lotario, en particular, le reprochaba el secuestrar a Pipino
de Lyon, que terminaba su carta de la manera siguiente: y a Luis y haberles arrastrado a la rebelión:
69, les acusaba, finalmente, de corrupción de vasallos.
"Dígnese tu sublime Prudencia pesar estas palabras del Apóstol: En los posJ
Punto por punto contestó Lotario:
treros días se presentarán tiempos peligrosos.1'>2 El bienaventurado papa Gregorio,
ya deploraba esos peligros en una época en que la situación era todavía incomJ 19 , que tanto él como sus hermanos estaban llenos de respeto
parablemente mejor que ahora, y así decía: Bstoy de tal manera sacudido por las para su padre: que de ninguna manera se encontraban en estado de
olas de este mundo que no puedo conducir a puerto la vieja nave semicarcomida rebelión contra él, como se decía, sino que se llegaban a él como hijos
cuya dirección me han confiado los oscuros designios de Dios. Tan pronto la asalta adictos a solicitar su indulgencia:
el oleaje por la proa, como las olas espumosas del mar se hinchen en sus cosJ 29 , que eran fieles a sus juramentos, dispuestos a cumplir sus com-
tados, o sopla la tempestad por la popa; y, en esta tormenta, tan pronto me veo
promisos hacia su señor y que no les movía otro deseo que el de pro-
obligado a lanzarme directamente sobre el obstáculo como a bordearlo ofreciendo
los flancos de la nave a la amenaza del oleaje. Gimo porque me doy cuenta de que
tegerlo contra sus enemigos:
en cuanto desf altece mi vigilancia crece la sentina de los vicios y que frente a 39 , que, como asociado al Imperio por la misma voluntad del em-
la tempestad que hace estragos, las maderas carcomidas exhalan la quejumbre del perador, y enviado por éste junto a la Santa Sede. tenía que asegu-
naufragio que se avecina.53 ¡Ay!, si ya entonces la nave de la Iglesia y el madeJ rar juntamente con él la defensa del Soberano Pontífice:
ramcn de que está hecha estaban roídos por la carcoma, ¿qué debemos decir 49 , que, lejos de impedir al papa de ir a visitar al emperador, le
ahora?"
había ayudado a dejar Italia, mientras que Ludovico Pío ordenaba,
Esta hábil propaganda tenía el efecto de producir confusión en por el contrario, cerrar los pasos de salida de aquel reino:
los espíritus. ¿Cómo dudar de que únicamente con perfecto conoci- 59 , que, lejos de separar al emperador de sus dos hijos Pipino
miento de causa hubiera el Soberano Pontífice tomado partido por y Luis, se los traía, cuando ·su padre los había expulsado:
los hijos de Ludovico Pío? A fuerza de oír decir que no había em- 6 9 , que él había obrado lo mismo con respecto a los vasallos a
prendido semejante viaje, sino para restablecer la paz, impedir el quienes el emperador había perseguido, desterrado o encarcelado:
que, "habiendo oído decir siempre que los hombres de valía que han
líl AGOllARDo, De comparatione regimmis, en MIGNE, Patrol. lat., t. CIV, col. hecho méritos ante su soberano deben ser honrados y recompensa-
:~'Jl-2'Jll; 1,n las E¡1istolae, t. V, págs. 226-228. dos", también se los traía para que usase con ellos de misericordia.
11~ 11 Timotco, 111, l.
r.:1 C1mr;111110 t:I. ·c.nANDt:, Epistolae IJAFFÉ-WATTENBACH, nº 1111). 114 PM1<:A!llO RAooERTO, ed. M1cNE, col. 1630.1631.
REBELION Y GOLPE DE ESTADO 215 216 EL IMPERIO BAJO LUOOVICO PIO
Eran razonamientos especiosos 55 con el propósito de desviar las traba por completo unido en torno a aquel a quien el mismo Ludovico
responsabilidades, imputando al emperador todas las injusticias. Pío había designado para recibir todos los sufragios al asociarlo a
·SU poder. 59
220
RESTAURACION DE LUDOVICO PIO 221 222 EL IMPERIO BAJO LUDOVICO PIO
Además, Pipino de Aquitania y Luis de Baviera, se separaron castigo, los redactores del documento evocaban los males desencade-
inmediatamente de su hermano mayor, regresando a sus reinos res-- nados por la conducta del emperador. En vez de seguir el noble
pectivos y comenzando a fechar .sus actas no por los años del nuevo ejemplo dado por su padre el ilustre Carlos, de pía memoria, Ludovico
emperador, sino por los de su propio reinado o, accesoriamente, por "por su imprevisión y su negligencia" precipitó el reino "en un
los del emperador destronado,4 cuya suerte se dejó a la discreción estado tal de ignominia y de envilecimiento que éste se convirtió
de Lotario. 0 para sus amigos en objeto de aflicción y para sus enemigos en ludi-
brio". Por haber faltado de esta suerte a sus deberes de rey, "irritado
11.- PENITENCIA DE SOISSONS ( 833) a Dios y escandalizado a la santa Iglesia", y, luego, en último lugar.
"empujado al pueblo que le estaba confiado a una guerra civil", fué
Sobre este último aspecto, el camino a seguir había sido trazado. "privado repentinamente de la potestad imperial por un justo juicio
por anticipado, en el manifiesto de Agobardo, que hemos analizado de Dios".
anteriormente; era necesario llevar a Ludovico Pío a hacer penitencia Pero los obispos no han querido abandonarle sin apoyo a su
y a que por su voluntad se retirara hasta el fin de sus días en un muy triste suerte: "con autorización del príncipe Lotario", han re-
monasterio en donde pediría a Dios la remisión de sus pecados. De suelto acercarse a él para "señalarle sus pecados, a fin de conducirle
esta manera, únicamente, la opinión pública, muy dividida de nuevo a una firme decisión que le permita salvarse". El emperador destro-
y que comenzaba a conmoverse hondamente por la suerte miserable nado se dejó llevar fácilmente: pidió reconciliarse con su hijo Lota-
del emperador, podría resignarse a las consecuencias del golpe de rio y ..se sometió a hacer pública penitencia.
Estado. En una palabra, hacía falta que la retirada de Ludovico Pío Así, fué conducido a la basílica de San Medardo de Soissons,
apareciese como una voluntaria abdicación y el advenimiento de y allí, en presencia de una multitud de clérigos y de laicos, entre
Lotario como la consecuencia normal de aquella decisión. 6 De ahí los que se hallaba en primera fila el propio Lotario, se tendió en
la odiosa comedia que fué montada entonces por el usurpador y sus tierra delante del altar mayor, confesó humildemente sus pecados,
cómplices. reclamó el beneficio de la penitencia y solicitó la absolución de
Una asamblea general, reunida el 1 de octubre del 833 en Com# "aquellos a quienes Dios ha confiado el poder de atar y de desatar".
piegne, se hizo cargo del caso del emperador, encerrado a unos cua# A las preguntas de éstos reconoció, dice el proceso verbal. haber
renta kilómetros de allí, en el convento de San Medardo de Soissons.7 cometido realmente las faltas que los prelados le habían vituperado
El arzobispo de Reims, Ebbon, en cuya provincia eclesiástica se y de las que tenía una lista detallada en las manos. Se confesó de
encontraba Soissons, tomó personalmente en sus manos, en el Consejo ellas en ocho puntos:
de los prelados, el examen de los crímenes de que se acusaba a Lu# 1Q Culpable de "sacrilegio y de homicidio" por haber faltado a los
dovico y fué encargado de dirigir el proceso eclesiástico que, en un compromisos adquiridos delante de Dios hacia su padre y hacia el
plano religioso, debía facilitar al emperador destronado el acceso a pueblo; haber empleado la violencia para con los suyos; haber llevado
una penitencia redentora. El arzobispo cumplió esta tarea con una a la muerte a su sobrino Bernardo; haber desviado la religión hacia
energía y una rudeza despiadadas, como lo testimonia el proceso fines de venganza personal.
verbal oficial que entonces se redactó en su nombre y en el de sus 29, "fautor de escándalo, perturbador de la paz, violador de jura-
colegas del episcopado.s mentos" por haber contravenido las decisiones decretada..s solemne-
Después de señalar brevemente el primordial papel designado a mente para la salvaguarda "de la paz y de la unidad" y obligado a sus
la Iglesia, guardiana soberana de la religión y de la moral, cuyos súbditos a constantes perjurios al exigirles juramentos contradic-
menospreciadores deben ser sin debilidades condenados por ella al torios;
3Q, violador de los preceptos de la religión, por haber, sin razón
4 SIMSON, t. II, págs. 60-61; BiiHMER-MÜHLBACHER, nº 1352a; Auz1As, pág. 110. válida, convocado al ejército y a la asamblea general en plena cua-
r. S1MSON, t. 11, págs. 61-62.
U Ví·nsc~ F.i. AsrnÓNOMO, 4d, ed. MICNE, col. 964b y c.
resma;
7 SrMsoN, t. 11, pÍl¡r~. 62-6:l; fliiHMEn-MÜHLnACIIER, nº 926a. 49, "violador de las leyes divinas y humanas" y una vez más
H f.'1111i1t1l., t. lf, 11• (97, pÍ11t."· !il-!i!i. "homicid<1" por haber usado de represalias con respecto a algunos de
RESTAURACION DE LUDOVICO PIO 223 221 EL IMPERIO BAJO LUDOVICO PIO
sus fieles que, con toda humildad, le fueron a advertir de los peligros Tal es al menos el aspecto en que se presentaban desde aquel
q,ue le amenazaban: momento las cosas para el séquito y cortejo del primogénito del em-
59 , perjuro, por los falsos juramentos que exigió y, especialmente, perador destronado.
con el designio de demostrar la inocencia de Judit;
69, responsable de todas las matanzas, rapiñas, incendios y de llJ.__. RESTAURACIÓN DE LUDOVICO Pío
todos los saqueos de los bienes de la Iglesia, bajo cuyo peso el
pueblo sucumbía; Desgraciadamente para Lotario y los suyos, la realidad era muy
7<1, responsable también de los arbitrarios repartos a causa de los diferente.
cuales había obligado al pueblo a considerar a sus hijos como ene- En primer lugar, Ludovico Pío no era por completo el penitente
migos, cuando hubiera debido dedicarse a conservar paternalmente la voluntario que se esperaba. En San Medardo de Soissons sólo había
concordia entre todos; cedido por la violencia. Algunos de sus partidarios lo afirmaban
89, culpable, finalmente, y para colmo de miseria, de haber inci- expresamente, 1º en particular el autor de los Anales llamados de
tado al pueblo a una matanza civil, cuando hubiera debido llevarlo San Bertín, que dice sin rodeos: "Lo maltrataron hasta obligarle a
a la salvación y la paz. despojarse de sus armas y a cambiar de vestido; luego lo arrojaron
Esta enumeración transparentaba, por su misma confusión, el de la iglesia, sin permitir que fuera a hablar con él nadie, excepto
deseo de impresionar más intensamente los espíritus, aumentando los que habían sido delegados a este efecto." 11 Dicho de otra manera,
caprichosamente el total de los pecados de que públicamente .ge obli- habían encerrado al pobre soberano, aislándolo, y finalmente solo, le
gaba al emperador a considerarse culpable. Este entregó la lista a obligaron a ceder agotando su capacidad de resistencia. Y ésta es
los sacerdotes que habían salido a recibirle, quienes la colocaron también la impresión que producen, leyéndolos despacio, los mismos
encima del altar; Ludovico se despojó de su cinturón y de sus armas, documentos oficiales. 12 Se habían cumplido las apariencias rituales,
que depositó al pie del altar; recibió de los obispos el hábito de pero era tan poco lo que podía decirse sobre la adhesión espontánea
penitente y fué admitido por ellos a la penitencia perpetua, esa peni- del pecador, que Lotario no se atrevió a dejar a su padre en el con-
tencia de donde .-así termina el proceso verbal.- "ya no se regresa vento -o. mejor dicho, en la dependencia del convento-, donde
nunca a la vida del siglo". le había hecho encerrar con buena vigilancia,1s sino que, después de
De esta manera, el emperador había renunciado espontáneamente la ceremonia de San Medardo, le llevaba por todas partes consigo
.-así podía pretenderse al menos- a la dignidad imperial y a la temeroso de que se escapara y volviera a la vida política.u El autor
vida del mundo. La ceremonia, además, había tenido lugar en condi- de los Anales llamados de San Bertín, cuyas informaciones proceden,
ciones de publicidad que garantizaban su valor; de ella daba fe un en general, de buenas fuentes, llega hasta a afirmar que, en las pri-
minucioso proceso verbal y, para mayor seguridad, cada uno de los meras semanas del 834, Ludovico Pío todavía oponía una categórica
obispos presentes fué requerido para añadir al expediente un perso- neg.ativa a los incesantes requerimientos de los que "día y noche"
nal testimonio. Poseemos el del arzobispo de Lyon, Agobardo,9 que se esforzaban para decidirle a "abandonar espontáneamente el siglo
insiste, con más detalle y fuerza que el mismo proceso verbal colec- y retirarse a un cenobio". 15 Se estaba, por tanto, lejos de pensar en
tivo, en el carácter espontáneo de la confesión hecha por el culpable lograrlo.
y en su voluntad de definitivo retiro. En apariencia, la situación Ahora bien, poco a poco se transparentaba la verdad y no faltaban
así creada era clara: no sólo había perdido Ludovico el poder en el gentes dispuestas a explotarla. Descontentos de haber sacado las
"Campo de la Mentira", sino que, en adelante, ha renunciado de castañas del fuego a su hermano mayor; tanto Luis de Baviera como
manera legal a poseerlo. Por oSU voluntario retiro al co~vento 10 Cf. SIMSON, t. JI, pág. 67.
de San Medardo, en donde va a seguir viviendo·en oracióIJ y en vir- 11 Ann. Bertin., año 833.
tud del acta del 817 cuya anulación jamás había sido pronunciada, 12 Cf. L. HALPHEN, La pénitence de Louis le Pieux (n 9 80 de la Bibliografía).
Lotario es su indiscutible sucesor. 13 S!MSON, t. II, pág. 76.
H S1MSON, idem.
ll Capitlll., t. 11, n• 198, púgs. 56-57. ir. A1111. [J,.,tin., aíio 1134.
RESTAURACION DE LUDOVICO PIO 225 226 EL IMPERIO BAJO LUDOVICO PIO
Pipino de Aquitania comenzaban a inquietarse. El primero se indig~ Matfrido, y el conde de Nantes, Lamberto, lograron infligir, en los
naba, con mayor o menor sinceridad, de los malos tratos infligidos confines de la marca de Bretaña, una sangrienta derrota a las tropas
a su padre. Una entrevista que a este respecto celebró con Lotario imperiales, cuyos jefes principales quedaron muertos en el campo de
en Maguncia, en diciembre del 833, no hizo sino acrecer sus desave~ batalla; otro grupo, capitaneado personalmente por Lotario, se apo-
nencias. 1 6 En la opinión se dibujaba un cambio en favor del empera~ deró de Chalon-sur-Saone, en donde se distinguió por sus matanzas.
dor depuesto. Pero, en el mes de agosto o a comienzos de septiembre, el ejército
Al socaire de vengar el honor de .su padre y salvar su persona, imperial conducido por Ludovico Pío llegaba con todo su poderío
Luis y Pipino se ponían de acuerdo pronto para realizar una acción cerca de Blois y cortaba la retirada a las tropas que Lotario llevaba
común. Inquieto por su seguridad, Lotario juzgaba prudente, en sobre el Loira para reunirlas con las de Matf rido y Lamberto; vién-
febrero del 834, alejarse de Aquisgrán, demasiado cercana de las dose perdido, Lotario se rindió. Arrodillado a los pies de su padre, e
fronteras de Luis de Baviera, y retirarse a París y luego al monasterio implorando su perdón, tuvo que jurarle de nuevo obediencia, obli-
de San Dionisia, llevando siempre consigo a su imperial prisionero. gándose a regresar a Italia y aceptar gobernarla únicamente en cali-
Pero la fortuna había cambiado de campo. El 28 de febrero, bajo la dad de simple rey, como otrora su tío Pipino en los días de Cario-
doble amenaza de las fuerzas conducidas desde el este por Luis de magno, y, finalmente, a no salir de aquel territorio sin autorización
Baviera y de otras traídas desde el sur por Pipino, Lotario huía sin expresa: 2 º la verdad es que allí se mantuvo constantemente hasta
tener tiempo siquiera aquella vez de llevarse a su padre o sin atreverse comienzos del año 839.21
a ello. 17
Liberado como por encantamiento, Ludovico Pío, al día siguiente
IV.- REPRESALIAS
( 1 de marzo del 834) obtenía de los obispos, en el templo de
San Dionisia, la absolución de sus pecados y su reingre.so en la comu~ No por todo esto dejaba de seguir siendo extremadamente con-
nión de los fieles; luego fué inmediatamente puesto en posesión de fusa la situación. Después de tantos acontecimientos contradictorios,
sus vestiduras y de sus insignias reales y restaurado en la plenitud nadie sabía ya con certeza en dónde se encontraba el derecho. Otrora
de su potestad. Unicamente el empleo por la cancillería de una emperador asociado, en virtud de actas solemnes, Lotario ya no era
singular fórmula encabezando las actas y diplomas oficiales .- "Lu- sino un hijo sometido a penitencia y mantenido en un semidestierro
dovico, por un retorno favorable de la divina demencia (divina re- en Italia, sin otro título en lo sucesivo que el de rey. Por otra parte,
propitiante clementia) emperador augusto".- venía a recordar a los reconciliado de labios afuera con su padre, se le sentía, en el fondo,
fieles la trágica aventura que, por varios meses, había costado al hostil y en modo alguno resignado con su destitución. En cuanto a
emperador la pérdida de su autoridad. 18 Saludado a su paso con res~ Ludovico Pío, estaba restablecido en el trono, pero ¿sería duradera
peto, en la asamblea de Quierzy, no sólo por sus dos hijos Pipino y esa restauración? ¿Era siquiera válida?
Luis, sino por muchos de aquellos que pocos días antes le habían En todo caso planteaba muchos problemas, a los que consagró
abandonado a su triste suerte, reunido pronto con la emperatriz Judit, un opúsculo dedicado al emperador el famoso abad de Fulda en
arrancada también en Italia de las garras de sus carceleros, Ludovico Hesse, el erudito Rábano Mauro, cuyos escritos gozaban entonces
Pío podía una vez más ir a celebrar con gran solemnidad la fiesta de plena autoridad en el lmperio. 2 2 Con abundante aparato de citas
de Pascua a su palacio de Aquisgrán el 5 de abril del 834. 19 bíblicas y con el árido estilo de un tratado teorético, condenaba en
Unicamente Lotario y sus partidarios, demasiado comprometidos nombre de la religión la conducta de los hijos que faltaban al respeto
para resignarse a lo inevitable, intentaron un desesperado esfuerzo y a la debida sumisión a sus padres o que intentaban apoderarse de
para oponerse a la restauración, de la que iban a ser las primeras
la herencia paterna sin esperar a que se produjera normalmente la
víctimas. Un grupo de ellos, en el que estaban el ex conde de Orleáns. ~uccsión; también condenaba los juicios temerarios, especialmente
rn SIMSON, t. II, págs. 77-78.
~o /,/,·m, púr,s. 102-116.
17 S1MsoN, t. II, págs. 84-87.
1H S1Ms11N, t. II. pá~s. 90-92. 1 llii11m.n·Mii111.11Ac11t:n, nos l0-15c-106.l
'.!
2:1 Sobre esto y lo que sigue, véase S1MSON, t. II, págs. 126-131. '.!U Ann. Bcrtin .• años 8.35 y 8.36.
2 ·1 Texto en las Capitul., t. 11, n• 199, págs. 57-58; y en cuanto a los hechos ~!7 /tl4•m., uño R37.
11111rrion•s, véuse S1MsoN, t. 11, págs, 131-137. ~H /rfrm, ufin fl.'n.
:rn .:i1MsoN, t. II, págs. 137-140. ~!11 I' ..'illflftl, ¡uÍ1!,. 220.
RESTAURACION DE LUDOVICO PIO 229 230 EL IMPERIO BAJO LUDOVICO PIO
y que se extendía, por el sur, hasta París, 1'.l:tampes, Auxerre y pero no se hablaba para nada de Imperio: Lotario y Carlos queda-
Troyes.ªº ban situados en un plano completamente igual.
Pero ¿estaba realmente dispuesto Luis de Baviera a garantizar Después de veintidós años de luchas, en las que constantemente
este nuevo reparto de territorios? No lo parece, pues apenas se dió se había alegado la unidad del Imperio y de la Iglesia, se volvía a
a conocer cuando entabló conversaciones secretas con su hermano la costumbre ancestral de los repartos en lotes arbitrariamente de}¡ ..
Lotario. Prevenido el emperador, tuvo con Luis dos tormentosas mitados, sin consideración para los supremos intereses de la cristian-
explicaciones, después de las cuales le ordenó evacuar inmediatamente dad -a la que, sin embargo, comenzaban a poner por entonces en
todas las provincias de Germanía ( Alsacia, el valle del Maine, Ala- serio peligro los ataques de lo·s piratas normandos- ni para la esta-
mania, Recia, Sajonia, Turingia, etc.) que había ocupado a raíz de bilidad de los compromisos adquiridos bajo la fe del juramento; y,
los acontecimientos del 833, y limitarse a su reino de Baviera;a1 esto para colmo de desdichas, el Imperio se hundía en la anarquía y en
significó la guerra abierta; Luis de Baviera se lanzó sobre Francfort las guerras civiles. Nadie se sentía seguro del día de mañana; los
el?- noviembre del 838, y su padre, en respuesta, unas semanas des- titulares de los cargos civiles o de las dignidades eclesiásticas esta-
pués, a comienzos del 839, se adelantó contra él con un ejército para ban en peligro, a cada momento, de ser destituídos; más que nunca
rechazarlo al interior del país bávaro.ªª se había convertido en obsesión el afán de obtener dignidades y em-
¿Hada quién dirigirse -entonces para asegurar el porvenir de Car- pleos. Imposible dudar de la grave dolencia que corroía al Imperio,
los? Pipino de Aquitania, debilitado desde hacía algún tiempo por la cuando vemos que los últimos meses del tan turbulento reinado de
enfermedad, murió en diciembre del 838, dejando hijos aun meno- Ludovico Pío se pasaron, desde el verano del 839, primero, en aplas-
res;33 la ocasión parecía excelente para acrecentar más todavía la tar a la Aquitania sublevada por la desconsideración con que se dis-
parte del hijo de Judit. Pero la prudencia más elemental indicaba ponía de su territorio en perjuicio de los herederos de Pipino, 35 y
entenderse a este respecto con Lotario, el único de los dos hijos ma- luego, en preparar una nueva campaña contra Luis de Baviera, que
yores que le quedaban, con quien aun no se habían cortado los puen- seguía manteniéndose en estado de rebelión. 36 Unicamente la en-
tes de manera oficial. En la primavera del 839, se pudo concertar un fermedad, y luego la muerte del emperador ( 20 de junio del 840),
acuerdo; Lotario fué de nuevo a solicitar perdón ante una asamblea salvaron a aquel mal hijo del ejemplar castigo que su padre se dis-
general, reunida en Worms el 30 de mayo, y entonces se procedió ponía entonces a aplicarle. 37
a un último reparto de toda la herencia imperial en beneficio de Lo- Ciertamente, se estaba lejos de aquel ideal de paz y de concordia
tario y de Carlos, dejando al rebelde Luis únicamente Baviera. Los tantas veces preconizado al comienzo del reinado.
territorios restantes se dividieron en dos partes de valor sensiblemen-
te igual, y Lotario, en su calidad de primog~nito, fué invitado a elegir
primero la parte que le correspondía. De acuerdo con esta elección,
su reino debía comprender, en conjunto, además de Italia, todas las
regiones situadas al este del Ródano, del Saona y del Mosa; el de
Carlos, las comarcas situadas al oeste de esta línea, a más de la Pro-
venza y de los condados de Ginebra, Lyon, Chalon-sur-Saone y
Toul. Este reparto entraría en vigor el mismo día de la muerte del
emperador. 34 Los dos hermanos prometían ayudarse mutuamente;
111
REPARTO DE LOS TERRITORIOS 233 234 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
ron inmediatamente otros más graves todavía. Después de una hábil miento. En cuanto quedó concertada la tregua con Carlos, Lotario
preparación diplomática, Lotario, en los comienzos de octubre, inva- volvió al ataque. En abril del 841 cruzó el Rin cerca de Worms y
dió las comarcas entre el Mosa y el Sena, que habían sido adjudicadas trató de reiniciar en las comarcas del río Main la operación que tanto
a Carlos en el reparto de Worms. Los próceres laicos y los eclesiás- éxito le había proporcionado entre el Mosa y el Loira. Abandonado
ticos, sobre quienes había ejercido, en las semanas anteriores, una por una parte de sus fideles, a los que Lotario había logrado atraer-
tremenda presión amenazándoles con desposeerlos de su.s cargos y se por los mismos procedimientos que en el reino de Carlos, Luis se
dignidades, se adelantaron a recibirle: entre ellos estaban el abad vió obligado a replegarse dentro de Baviera. 5
de San Dionisia, Hilduino, y el conde de París, Girard. El 1O de Tanto en Francia como en Germanía, la diplomacia de Lotario
octubre se instala Lotario en el palacio de Ver, cerca de Senlis; poco se ingenió en lograr defecciones de los fideles de sus hermanos, em-
después llega al Sena y luego avanza hasta el Loira. Carlos, que pleando para ello mayores ofertas de dignidades o bienes y el im-
entonces combate con los aquitanos opuestos a reconocerle, no se ponerse a ellos como el sucesor legítimo de Ludovico Pío en toda
encuentra en condiciones de combatirle. Por su parte, tampoco Lo- la extensión del Imperio. Pero la identidad de peligros que corrían
tario, cuya retaguardia está amenazada por Luis el Germánico, desea, acercaba instintivamente a Luis el Germánico y a Carlos. Entre am-
de momento, llevar más lejos su avance y conquista. Por esto se con- bos hubo conversaciones que condujeron pronto a una alianza contra
cierta entre él y Carlos, frente a frente en las inmediaciones de el adversario común, al que su unión tenía todas las probabilidades
Orleáns, una tregua firmada en noviembre, según la cual Lotario de reducir. En efecto, por los dos frente·s tuvo Lotario que ceder
conservará provisionalmente los territorios que habían caído en su terreno. En el oeste, a fines de marzo del 841, Carlos atraviesa el
poder, es decir, las comarcas entre el Mosa y el Sena y una parte Sena, al sur de cuyo río se había comprometido a mantenerse provi~
de los condados entre el Sena y el Loira, y Carlos aceptaba, hasta sionalmente; después logra apoderarse de París y llegar hasta Tro-
que se llegara a un arreglo definitivo, limitar su acción a las pro- yes; en mayo avanza hasta Chalons-sur-Marne. 6 Por el este,
vincias que no habían sido ocupadas por los ejércitos de su her- victorioso Luis el 13 de aquel mismo mes en el Riessgau, en los con-
mano. 3 fines de Baviera, fuerza, por su parte, el paso del Rin y avanza al
o.Inmediatamente después, Lotario se dirigió contra Luis el Ger- encuentro de su joven hermano. La unión de los dos ejércitos se ve-
mánico, que, en cuanto le concernía, nunca reconoció -como era rifica poco después. 7
natural- el reparto de W orms, que en gran parte se había realizado Parecía inevitable el choque entre sus dos ejércitos reunidos con
a sus expensas después de su desavenencia con su padre. Si Lotario el de Lotario, que había, a su vez, ido en busca de su sobrino Pipi-
se apoya en el acta del 817 para reivindicar sus derechos a todo el no 11 de Aquitania, el rival de Carlos, al sur del Loira ..La batalla tuvo
Imperio, Luis se parapeta para defender los suyos en los acuerdos lugar el 25 de junio en Fontenoy-en-Puisaye, cerca de Auxerre, y,
del año 833, subsiguientes a la deposición de Ludovico Pío, y por después de alternativas diversas, finalmente terminó con ventaja pa-
los cuale.s se le había adjudicado, además de Baviera, la mayor par- ra Luis y Carlos, sin que, no obstante, los vencedores, también ago-
te de las provincias propiamente germánicas (Sajonia, Turingia, el tados, pudieran perseguir a su hermano en fuga. 8
valle del Main, Alsacia, Alamania, Recia, etc.) . Desde el momento Así, pues, este último no se consideró derrotado; desde Aquis-
en que Lotario pasó al norte de los Alpes, Luis trató en vano de grán y luego desde Thionville, adonde se replegó, reemprendió sus
impedirle el acceso a las regiones de las que se considera legítimo maniobras cerca de los fideles de sus hermanos y, para comenzar,
heredero: no pudo evitar que se apoderara, desde el primer momen- preparaba una nueva ofensiva contra Carlos. 9 Pero esta ofensiva
to, de Alsacia (julio y agosto del 840) ni de Worms y Maguncia. 4 iniciada en septiembre, terminó con otro fracaso: rechazado sobre
Sólo la intervención de Lotario en el reino de Carlos permitió a Luis
•.~vitar de momento el ataque que su hermano mayor preparaba con- li DüMMLER, Gesch. des ost/riink. Reiches, 2' ed., t. I, pág. 148; BoHMER·
tra los otros territorios más orientales. Pero no era sino un aplaza- Miim.nAcimR, nos 1083c y 1369b.
o LoT y lIALPHEN, págs. 21-27.
s Sobre todo lo anterior, véase LoT y HALPHEN, Le regne de Charles le Chauve, 7 lliiMMU:R, t. T, pág. 151; BOHMER-MÜHLBACHER, nos 1369d y e.
t. (, plÍp;H. 14·20. H l.0·1· y llA1.1•n..:N, pÍlgs. 211-36.
·I ( :r. lliillMEH-Miim,nAc:llEU, 110• 1068-1071, 1365g y /1.
11 llii11 m:11-Mii111.11ACll Ell, "º' 101J.1lc-IOl17tl.
REPARTO DE LOS TERRITORIOS 235 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
el Sena, no pudo impedir Lotario que una vez más Carlos y Luis hí<m explicado el alcance del tratado, utilizando también de la misma
unieran sus fuerzas. 10 El 14 de febrero del 842, los dos hermanos lllanera la lengua francesa o la germánica, que era familiar a la ma-
se encontraron en Estrasburgo, y con plena conciencia de la nece- yoría de sus oyentes. 1 ª Novedad sobresaliente que nos ha valido,
sidad de una inteligencia duradera para hacer frente a los peligros además, la conservación del texto original de los juramentos pronun-
comunes, concertaron entre ellos una alianza defensiva en medio de ci;idos, venerables testimonios del francés primitivo.
excepcional solemnidad. 11
Los juramentos que entonces cambiaron -los famosos "juramen-
11.- TRATADO DE VERDÚN
tos de Estrasburgo" - nos han llegado a través de su primo, el his-
toriador Nithard, hijo bastardo de una de las hijas de Carlomagno, No sólo habían señalado en Estrasburgo Luis y Carlos su in-
de Berta, y del célebre poeta Angilberto, al que debemos un animado quebrantable voluntad de vincular su suerte para protegerse contra
relato -escrito antes del verano del 844- de las luchas y de las Lis empresas de Lotario; parece que tambj.én comprendieron la ne-
negociaciones llevadas a cabo ante sus ojos entre los sucesores de cesidad de un entendimiento duradero del que podría renacer entre
Ludovico Pío. 12 Cada uno de los dos hermanos juró públicamente "el pueblo cristiano" aquella "concordia" y aquella "unanimidad"
en Estrasburgo, Luis "en lengua románica" [o romance] (es decir, en rnya necesidad con tanta frecuencia había sido destacada tanto por
francés) , para que lo entendieran los soldados de Carlos, y Car- la Iglesia como por los mismos emperadores. Antes de cambiar los
los en lengua germánica, para ser comprendido por los soldados de juramentos de que acabamos de hacer mérito, los dos monarcas, en
Luis, sostener sin desfallecimiento a su compañero y no concertar la arenga con que los habían precedido, insistieron precisamente en la
trato alguno sino de acuerdo con él: esperanza que alimentaban de trabajar de aquella manera por el "bien
de todos" y por el restablecimiento de la "paz" por medio de
"Por el amor de Dios, por la salvación del pueblo cristiano y por nuestra "J;i justicia"; 14 e inmediatamente después del acuerdo, toda su acti-
común salvación, en tanto Dios me conceda saber y poder, ayudaré en lo suce-
sivo a éste mi hermano y le auxiliaré en todo como se debe, según la equidad, tud parece estar calculada para subrayar su deseo de rehacer la
socorrer a un hermano, siempre que él haga lo mismo conmigo; y jamás concluiré unión; el historiador Nithard, que los acompañaba, nos los muestra 15
con Lotario ningún acuerdo que, por mi voluntad, pueda perjudicar a mi her- viviendo juntos bajo el mismo techo, en una estrecha y fraternal in-
mano." timidad, comiendo en la misma mesa, comunicándose sus cuidados y
Después de esto, los representantes de cada uno de los dos ejér- sus alegrías; nos muestra cómo aquella perfecta "concordia" .-pala-
citos juraron igualmente cada uno en su idioma -los de Luis, en bra que brota espontáneamente de su pluma.- se iba extendiendo
germánico, y los de Carlos, en francés- velar por el mantenimiento poco a poco, desde los reyes a sus súbditos, que se juntaqan para sus
de los compromisos adquiridos: juegos en grandes torneos "avant la lettre", en los que todos, "sa-
jcines, gascones, austrasianos, bretones", mezclados en la emulación
"Si Luis (o Carlos) observa el juramento que ha prestado a su hermano confiada, olvidaban sus diversidades de origen para sentirse de nue-
Carlos (o Luis) y Carlos (o Luis) mi señor rompe por su parte el suyo, juro que vo miembros solidarios de una misma comunidad: la del gran "pueblo
si no puedo desviarlo de hacerlo, jamás le daré mi ayuda contra Luis (o Carlos)." cristiano" con la que habían soñado Carlomagno y Ludovico Pío.
Mientras tanto, Lotario, que había creído poder aventurarse por
Así, por vez primera tal vez, aparecían oficialmente los pueblos
el vnlle del Loira y hasta el Maine, dándose cuenta de la futilidad
como testigos en una lengua inteligible para todos y quedaban tam..
de estos circunstanciales avances, se replegó sobre el Rin y desde el
bién asociados a los compromisos adquiridos por sus soberanos. La
pabcio de Sinzig, a unos treinta y cinco kilómetros más arriba de
alianza no se concertaba tan sólo entre Luis y Carlos, sino entre sus
Cohlenza, rechazó, a mediados de marzo del 842, los ofrecimientos
fideles, a quienes, por medio de una arenga previa, ambos reyes ha..
de entablar negociaciones que sus hermanos le hacían. 16 Estos, re-
10 LoT y HALPHEN, págs. 43-47.
1 :1 LoT y IIALPllEN, págs. 47-48.
11 ltlcm, plÍgs. 47·<Ul. 1•1 NTTllAHll, T, 5.
t:i NtTllARI>, ITT, 5, cd. LAm:n, púp;s. 10'1-lOll, con un facsímil entre !ns pági- tr. N1TllAllll, 1, (1.
nnH XX y l. 11\ f.11'1' y J)Al.l'llt:N, (IÍlf!,S. 1\9-50.
REPARTO DE LOS TERRITORIOS 237 238 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
forzados por la llegada de destacamentos procedentes de Germania, Lo que este reparto fué tiene poca importancia, pues resultó más
decidieron terminar aquello entonces. El 18 de marzo entraron en efímero aun que los anteriores. Baste decir que la parte de Luis com-
Coblenza, franquearon el Mosela y se abrieron paso hacia Sinzig, prendía el conjunto de territorios germánicos, con la Frisia, y la de
que Lotario abandonó al día siguiente ( 19 de marzo). dirigiéndose Carlos, el de los territorios situados al oeste del Mosa, más Aqui-
a Aquisgrán, seguido de cerca por las fuerzas adversarias. De Aquis- tania y, verosímilmente, el antiguo país de los burgondos y la Pro-
grán también se salvó, llevándose lo:S tesoros y los ornamentos im- venza. 2 0
periales; reemprendió su marcha, esta vez hacia el sur, como si, Lotario intentó entonces un último esfuerzo diplomático para sal-
renunciando a la lucha, abandonase a la vez sus derechos al Imperio var cuando menos una parte de lo que ocupaba. Refugiado, no en
y se dispusiera a ir a encerrarse en Italia. 11 Italia, como se había creído y esperado, sino en Lyon, en donde pudo
Así lo creyeron al menos Luis y Carlos. Y a en el palacio de reorganizar un ejército, reanudó el hilo de las negociaciones con sus
Aquisgrán, del que tomaron posesión inmediatamente, hicieron con hermanos. Aceptando, aquella vez, no prevalerse de su título im-
los prelados y clérigos de su séquito un balance de la situación. Se perial, o, al menos, no exigir nada en contrapartida, logró que se
juzga la conducta de Lotario y se establece la relación de sus per- aceptase inmediatamente el principio de un reparto territorial en tres
jurios, sus violencias y de los males "que ha causado a la Iglesia por reinos; y, después de los inevitables regateos, se establecieron las
su avidez"; se establece la prueba de "su incapacidad para reinar". bases de un acuerdo en una entrevista que los tres príncipes cele-
La asamblea considera por unanimidad que su fuga es un efecto de braron en los alrededores de Macon el 15 de junio del 842. Tuvo,
la "voluntad de Dios" que "por un justo juicio" lo ha desviado "del' no obstante, que transcurrir más de un año de agrias disputas y de
combate y luego de su reino" en "castigo de sus crímenes", y de múltiples conferencias entre los delegados de los copartícipes antes
esta manera ha "devuelto el gobierno del Imperio a sus hermanos, de convertir este acuerdo de principio en un tratado definitivo, que
mejores que él". Apoyados en estas premisas, los prelados, intérpre- pudo finalmente sellarse en una nueva entrevista de los tres príncipes,
tes fieles del pensamiento divino, después de estar seguros de que en Verdún, en el mes de agosto del 843. Fué el famoso tratado de
Luis y Carlos se disponen a gobernar como buenos reyes y "de acuer- V crdún que, no obstante las modificaciones que ulteriormente hubo
do con la voluntad de Dios", les invitaron a hacerse cargo de la de sufrir, se mantuvo por mucho tiempo como mapa territorial de
herencia vacante y a proceder a repartírsela. 1 s Europa. 21
Una vez más se volvía de esta manera al sistema demasiado có- Las cláusulas de este tratado, cuyo texto, por desgracia, no se
modo del "juicio de Dios" con un clero dócil a los señores del mo~ ha conservado, son las siguientes:
mento, al que se invitaba para que, en determinadas circunstancies, El conjunto de los territorios que componían el Imperio se re-
diera al respecto el comentario que convenía. Como es comprensible, partía en tres zonas consideradas equivalentes. A Luis; se le cedían
no se hablaba, ni por asomo, del régimen instaurado el año 817: "el los países germánicos y sus anexos al norte de los Alpes y al este
reino", "el Imperio", subsistía, y nadie pensaba en discutir la unidad del Rin, completados por los tres condados de Espira, Worms y
del "pueblo cristiano"; pero, al mismo tiempo, en aquel palacio de Maguncia, en la orilla izquierda de este río, así como todo el país
Aquisgrán, todavía poblado por el recuerdo de Carlomagno y del de los alamanos y la Recia (Grisones y Engadina); en cambio, que-
que Nithard dice, bajo el efecto de los acontecimientos, que "era en~ daba fuera de esta zona, al norte, toda la Frisia. A Carlos se le
tonces la capital de Francia" (es decir, del reino de los francos). se entregaban, de norte a sur, las regiones situadas al oeste del Escalda,
decidió, en frío, que, entre los dos reyes considerados vencedores, luego todo lo occidental. a partir de una línea que llegaba a la co-
se procediera a un nuevo reparto en dos territorios equivalentes de marca meridional de Cambrai y la de Sedán, para pasar en seguida
toda la herencia y que Lotario quedara limitado a su reino de Italia; por los Argonas, el valle superior del Marne, la meseta de Langres,
y, pasando seguidamente de la intención al acto, se designó una co- e 1 Saona (con una pequeña cuña sobre la orilla izquierda, a fin de
misión para determinar las fronteras. 10 contener todo el condado de Chalan), dejando al este los de Lyon
17 /dem, págs. 50-52. :w ldem, p!Ígs. 53-54.
18 NITllAlllJ, IV, l. ~ 1 ltlmi, pÓgH. 51°-63.
111 l.oT y flAl.l'llJo:N, pÚ!(. '.13.
REPARTO DE LOS TERRITORIOS 239 210 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
Vivar y Uzege y alcanzando finalmente el Pequeño Ródano al "Francia media". De esta manera los tres hermanos podrían llamar..
sur de Nimes. La larga franja de territorios comprendidos entre el se igualmente "reyes de los francos" ( reges Francorum) y efectiva-
reino germánico del este y el reino francés del oeste, se dejaba, jun- mente van a reinar cada uno de ellos sobre una porción de aquel
tamente con Italia, a Lotario, cuyos Estados se extendían así desde "reino de los francos" (regnum Ftancorom), cuya unidad ideal no
el norte de Frisia hasta la Campania. El palacio de Aquisgrán, la quedó destruída por el nuevo reparto, como sucedía con los anterio-
región de los Ardennes y la comarca entre el Mosa y el Rin, cuna res desde los tiempos de los hijos de Clodoveo.
de la familia [arnúlfica] carolingia, quedaban incluidos en esta zo- Uno de los más arduos problemas debió ser el de la distribución
na. De esta manera, al final, se venían hasta cierto punto a consa- de. los fideles, en el sentido civil del vocablo. Todo nuevo reparto de
grar los títulos de Lotario a un trato de favor en consideración a su territorios se enfrentaba, en efecto, con la espinosa cuestión de la
calidad de mayorazgo e implícitamente, quisj.érase o no, a su título transferencia de obediencias. Cada monarca tenía su clientela de ¡¡..
de emperador, que continuaba usando. deles o de vasallos que le habían prestado personal juramento de
El reparto se hacía de manera que entre los tres hermanos viniera fidelidad y a los que era necesario dar satisfacción distribuyéndoles
a disponerse la herencia del emperador difunto lo más equitativamen- cargos y dignidades, ya que nadie estaba autorizado a conservar be-
te posible. Varias consideraciones se tuvieron en cuenta para esta neficios en varios reinos, 23 es decir, a reconocer como señores a va-
determinación. rios reyes o súbditos de varios reyes. Así, la permuta de territorios
En primer lugar consideraciones de conveniencia política y per- volvía a plantear cada vez las atribuciones ya realizadas, pues todo
sonal: ya no era posible separar entre sí a las comarcas germá- nuevo titular debía contentar a aquellos que habían abandonado a
nicas cedidas a Luis cuya posesión a éste resultaba indiscutible. Los su antiguo señor para adherírsele. La lectura de los historiadores de
juramentos de Estrasburgo demuestran que ya se tenía conciencia aquella época, en especial de Nithard, y la del epistolario que nos
de que su íntimo parentesco lingüístico y su sumisión a Luis era un ha llegado de aquellos días turbulentos, 24 demuestra las complica-
hecho incontestable muchos años antes de aquel tratado. Por lo que ciones que suscitaban estas modificaciones del mapa político, y
hacía al reino del oeste cedido a Carlos, si bien sus fronteras orien- Nithard atestigua, de manera formal. que el problema de las tierras
tales eran muy discutibles y si Aquitania aun se mantenía en rebe- que tenían que distribuirse a los fideles gravitó con tremendo peso
lión, estaba fuera de dudas que tanto histórica como lingüísticamente en las negociaciones que desde el 842 sostuvieron los tres hijos de
formaba también un conjunto homogéneo, cuya atribución a otro que Ludovico Pío. 25
no fuera Carlos hacían sumamente difícil los acontecimientos de los La complejidad de los problemas a resolver explica la extraña
últimos años. apariencia del estatuto territorial elaborado en Verdún: hubo que
Lo más delicado había sido disponer para Lotario una zona tal conciliar demasiados intereses divergentes, satisfacer demasiadas am-
que, aun conservando a Italia, en donde reinaba desde hacía mucho biciones contradictorias, especialmente las de Lotario, cuya since..
tiempo, no quedara, no obstante, excluido del "reino franco" y, en ridad seguía siendo dudosa y cuyo deseo, demasiado visible, era
especial, de las antiguas comarcas francas, en las que sus hermanos disponer los medios para volver a lanzarse a la conquista del Imperio
iban a seguir ejerciendo su potestad. De ahí la idea de seccionar ta- en detrimento de sus dos hermanos.
les provincias, llamadas todas comúnmente entonces "Francia", en Con todo, antes de separarse, los tres juraron solemnemente la
tres trozos: para Luis, el del tras-Rin o "Francia oriental" (Francia paz sobre las bases territoriales que acababan de ser establecidas.
orientalis), de la que lo esencial estaba formado por el valle del Main y sus fideles confirmaron este juramento, cuyo texto fué remitido
y que en sentido restringido se -llamaba entonces también "Austria" inmediatamente al Soberano Pontífice. 2a.
o "Austrasia"; 22 para Carlos, el de entre Masa y Sena, o "Francia
occidental" (Francia occidentalis), denominada también "N eustria": ~;¡ Véase el acta de reparto del año 806, art. 9 (Capitul., t. I, nº 45, pág. 128);
Ortli11atio imperii del 817, art. 9 (ídem, nº 136, pág. 272); el acta de reparto del
para Lotario, el de entre Mosa y Rin, que en lo adelante será la
11:11, :irl. 5 (Capitul., t. II, nº 194, pág. 22).
22 Este término dejó desde entonces de designar la parte de la antigua Austrasia :.M Vl•unsr. !ns cartas de Eginhardo, de Frothier de Toul, etc.
situada entre Mosa y Rin. Su sentido restringido está demostrado, entre otros autores, :!~ r:t. LoT y HAr.PJJF.N, pág. 66.
por los Anales llamados de San Bertín. ~11 ft/1•111, ¡uÍ~H. 65-66.
L \:\lll\ A n
La~ San tas i\íu j!'rf's en el . ep ulcro. :\Tarfil rarol in¡;do del ~ i gl o rx. de eó'cncla
alPma na. ::\luseo del Bargello, Florencia.
REPARTO DE LOS TERRITORIOS 241 }·I/ DESMEMBRACION DEL IMPERIO
1·11 J;1 veneración de la Santa Iglesia, en la fidelidad al rey, en la
llJ.- PROGRAMA DE CONCORDIA ,·,iJ1111tad de afirmar y mantener el honor que le es debido, dentro
.¡,. L1 paz, la concordia y la amistad sincera", en otras palabras, por
Este último detalle no debe olvidarse. En la confusión en que se l.1 voluntad unánime de restaurar el concierto entre todos los cris-
hundió el Imperio después del 833, aparecía la Iglesia como la única l 1;i11os en el interior del reino franco. Las decisiones tomadas lo han
capaz de salvaguardar la unidad del "pueblo cristiano", cuyo go- :;ido en común y están formuladas "con voto unánime", ya que todos,
bierno acababan, una vez más, de repartirse los hijos de Ludovico observa el redactor, "no forman sino un cuerpo de la única Iglesia"
Pío. Pero, a falta de un emperador que tuviera autoridad sobre toda y sólo piensan en el "provecho común".
la cristiandad, la Iglesia y su cabeza se convierten en depositarios de Distribuídas en seis artículos, estas decisiones tenían por objeto
aquella idea que, hasta entonces, había encarnado el emperador. Ya determinar las precisas condiciones de la ansiada restauración, seña-
el año 806, cuando Carlomagno decidió el reparto de sus Estados bndo su deber a coda uno: pura todos y ante todo, "honrar" los
entre sus hijos, la Santa Sede había sido oficialmente informada de templos y al clero; en segundo lugar, "honrar" al rey y servirle rec-
ello y el papa León III fo.é invitado a suscribir el acta, 27 como si t;irnente; en cuanto al mismo rey, "honrar" a sus fideles, es decir, tra-
Carlomagno hubiera comprendido anticipadamente el importante pa- tarlos según "la razón y la equidad"; en cuarto lugar, ayudar al rey a
pel que estaba reservado a la lg lesia, después de él, en el plano po- rnmplir con esta regla y velar para que no se ejerza presión sobre él
lítico. Era ella, en efecto, la que ante la crisis del poder temporal. en beneficio de intereses particulares; en quinto lugar, en caso de
arrebatado por el torbellino de las luchas intestinas, iba en aquella que el rey falte a la antedicha regla, advertírselo fielmente, aunque
sazón a hacerse cargo directamente de la defensa de la unidad cris- con el respeto debido a la "sublimidad de la realeza"; finalmente,
tiana y a entregarse sin desfallecimientos a rehacer a toda costa el en sexto lugar, tratar de atraer de nuevo a respetar ese "vínculo de
acuerdo necesario para salvar la causa a la que está vinculado su caridad" y ese "pacto de concordia", "amonestándole en sentimien-
propio destino. tos de amor cristiano" a todo aquel que se haya atrevido a quebran-
Por otra parte, fué menos el papado que el alto clero, particular- tarlo y. caso de no conseguirlo, ejercer rigurosamente el castigo
mente el del reino de la "Francia occidental" -la actual Francia...- contra él.
quien asumió al principio la actitud de defensor de la unión ante Como se ve, se trataba de poner en práctica, dentro de uno de
todo para salvaguarda de la civilización cristiana. En noviembre del los tres reinos salidos del desmembramiento del Imperio, pero con
843, mientras Carlos lucha por doquier con una infatigable energía un espíritu que los hacía fácilmente trasladables en su conjunto,
a fin de someter a su autoridad las provincias que el tratado de Ver- ;1quellos principios generales ya formulados en los días de Cario-
dún le adjudicó dejándole el cuidado de conquistarlas, el episcopado magno ~ 9 y mantenidos por su inmediato sucesor durante los años
primeros de su reinado. Se contraían a la idea de la íntima solidari-
franco, en ocasión de una asamblea reunida en Coulaines, cerca de
dad que debía unir entre ellos a todos los que constituían el "pueblo
Mans, propuso al joven monarca el texto de las deliberaciones que
cristiano". Como hermanos en Cristo, sólo por el concierto de sus
el rey, de buena o de mala voluntad, promulgó inmediatamente, y
buenas voluntades harían triunfar entre ellos la paz y la concordia,
aquel texto era significativo. 2 s
sin las que no podía haber salvación para la cristiandad; ésta era
Comienza con una evocación de los obstáculos que han debido ser como un solo cuerpo a cuya vida todos los miembros contribuyen con
vencidos para llegar a restablecer la paz entre los tres hijos de Lu- intima y armoniosa cooperación.
dovico Pío y, por medio de un reparto del reino paterno, permitir Carlomagno se había referido ya a la unanimidad indispensable
a la Iglesia y al pueblo respirar con sosiego después de tan crueles. cnlre todos sus súbditos; pero, en cuanto a él mismo, se consideraba
sufrimientos. Pero, continuaba el redactor, el mal subsistía, y no po- co1110 dueño absoluto de las decisiones que debían tomarse y como
drá ser conjurado más que por "la unión en la obediencia de Dios, rcspon•;;1ble sólo ante Dios de sus iniciativas. Desde entonces, el po-
der impnial h<1hí<1 atraves<1do por muchas vicisitudes y la elevada
!!7 Annales royales, año 806.
!!8 Capitul., t. II, nº 254, págs. 253-255. El texto está analizado y comentado en
LoT y HALPHEN, págs. 91-95.
Carlomagno.-16.
REPARTO DE LOS TERRITORIOS 243 244 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
autoridad moral de que disponía un Carlomagno había tendido in- Grande y turbadora novedad: no sólo la autoridad quedaba li-
sensiblemente a pasar de manos del soberano a las de la Iglesia. A mitada por la necesidad de someterse a la ley divina, sino que,
lo largo de los turbulentos años que el Imperio había vivido desde además, en el caso que nos ocupa, se subordinaba al cumplimiento
el 829, la Iglesia no había dejado de recordar, en términos cada vez de la explícita promesa que debe hacer a sus súbditos de no violar
más apremiantes, que si los reyes estaban elegidos por Dios para ve- nunca los dictados de la justicia, fundamento de su potestad.
lar por la salvación de los pueblos, también ella tenía por misión Y a no se trataba, pues, tan sólo del Imperio; los mismos prin-
velar por la salvación de los reyes. Sólo merecen conservar el poder cipios sobre los que se había edificado quedaban uno tras otro com-
los príncipes que gobiernan con justicia y que por ella aseguran en prometidos; después de la ruptura de la unidad, he aquí que hasta
medio de la paz el reino de Dios sobre la Tierra. 30 De todo esto el concepto de monarquía venía a ser sacudido al dejar de imponerse
los obispos, en su demanda dirigida al emperador después del con- sin discusión al respeto de todos. Pero allí estaba la Iglesia para
cilio, 31 habían sacado como conclusión que ellos tenían la misión recordar a quienes trataran de olvidarlo, incluso a los reyes, que
expresa, en consecuencia de las responsabilidades que gravitaban los anhelos y las ambiciones personales debían oscurecerse ante la
sobre ellos como los únicos intérpretes calificados de la ley divina, gran ley de unión y de concordia a la que ningún fiel de Cristo pue-
de guiar la conducta de los reyes por medio de sus advertencias y de substraerse y que nada está perdido mientras no se ha olvidado.
sus amonestaciones y no habían faltado a ello.
Desde el año 829 esta doctrina se hizo corriente. El obispo de
Orleáns, Jonás, uno de los principales redactores de las actas del
concilio de París, la utilizó y propagó casi textualmente en un tratado
especial que, sobre los deberes de los reyes, escribió poco después. 32
Finalmente, las dramáticas peripecias de la lucha emprendida por
Ludovico Pío con sus hijos el año 833 habían familiarizado a los
fieles con la idea de que el poder del monarca, pese a su carácter
sagrado, sólo podía ser detentado por su titular, a condición de que
fuera ejercido normalmente.
El año 843 se lleva en Coulaines a sus últimas consecuencias tal
doctrina: no sólo son invitados los súbditos de Carlos a orientar al
rey con sus advertencias y a protegerlo contra los arrebatos a los
que pueda ceder por debilidad o por ignorancia ( art. 5). sino que
el soberano, por el artículo 3, se compromete a gobernar de acuerdo
con la justicia, que es la razón misma de su autoridad: "Queremos,
declara en términos precisos, que todos nuestros fideles tengan por
muy cierto que en lo adelante no privaremos a nadie, cualquiera que
sc>n su condición o su dignidad, de los puestos a que tenga derecho,
que no lo despojaremos ni por capricho, ni bajo ninguna pérfida in-
fluencia, ni por una injusta codicia, sino que usaremos los caminos
de la justicia y nos ceñiremos a la razón y a la equidad. Garantizo
; 1 todos, con la ayuda de Dios, y cualesquiera que sean su dignidad
nuestro muy amado hijo espiritual, el gran emperador Lotario". Pri· Hubiera habido o no, desde la conclusión del tratado de V erdún,
vilegio inusitado que, a trav-és de Drogon, cuya sede episcopal está el proyecto de ulteriores entrevistas de sus firmantes, lo cierto es
dentro del territorio de Lotario, proporciona a éste un derecho de que, de acuerdo con los deseos del clero, tuvo lugar una primera
visado, y hasta de intervención sobre toda la Iglesia franca, y le fa. reunión entre ellos en el mes de octubre del 844 en el palacio de
cilita cómodo medio de inmiscuirse en los asuntos de sus dos her- Yütz, cerca de Thionville, dentro de los Estados de Lotario Las
manos. conversaciones se desarrollaron con un espíritu de cordialidad, al
Sólo en un punto encontró Lotario resistencia en el nuevo papa. menos, aparente. 8 Los prelados de los tres reinos, reunidos bajo la
Hubiera querido, al mismo tiempo, obtener de Sergio 11 la rehabili- presidencia del arzobispo Drogon, 9 en cuya diócesis se celebraba
tación y restablecimiento en sus sedes de sus incondicionales partida- el encuentro, sometieron a la aprobación de los reyes un programa
rios el ex arzobispo de Narbona, Barthélemy, y el ex arzobispo de en seis artículos 10 de inspiración semejante a los que un año antes
Reims, Ebbon, con quien estaba comprometido desde el 833. El pl'O• habían hecho adoptar en Coulaines a Carlos el Calvo, los obispos
pósito no dejaba de ser audaz, ya que los dos arzobispados de Reims de la Francia occidental. Los considerandos generales que constitu~
y de Narbona y toda la provincia eclesiástica de que era metrópoli yen su preámbulo son idénticos a los que figuran en el encabeza~
Reims se encontraban, como ya vimos, dentro del reino de Carlos. miento del acta de Coulaines. Además, se felicita a los reyes por
El papa rehusó acceder a aquello, 7 pero la gestión resultaba signi· haber comprendido, al fin, la necesidad de consuitar al clero, único
ficativa, ya que demostraba que la resignación de Lotario a las intérprete autorizado del pensamiento de Dios, para "hacer frente
cláusulas del tratado de Verdún no era, evidentemente, sino provi- al peligro común y proveer a la salvación de todo el pueblo". En
sional, y estaba completamente decidido a obtener todas las ventajas respuesta, pues, a su llamamiento, los prelados les hacen saber, sin
posibles de su título imperial. Ahora bien, de persistir en este camino, rodeos, cuáles son sus sentimientos:
era seguro que entraría en conflicto con Luis y Carlos, quienes no
se hallaban dispuestos a permitir que, de cualquier manera que fue- "Dejadnos declararos, sin querer ofenderos, muy nobles señores, que nuestra
re, se volviese a abrir en su detrimento la cuestión del restableci- santa Iglesia, redimida por la sangre de Cristo, y restaurada al precio de tantos
sacrificios por vuestros antepasados, está desgarrada por vuestras discordias,
miento de un imperio que ellos, hacía tiempo, consideraban abolido
conmovida y abrumada. Si deseáis un reinado feliz en la Tierra y vuestra ¡¡alva-
para siempre. ción en el otro mundo. . . tened cuidado de conservar entre vosotros aquella
Felizmente, la Iglesia vigilaba. En la misma bula en la que, ce- rnridad de que habla el Apóstol,11 la caridad que nace de un corazón limpio,
diendo a la presión que Lotario ejercía sobre él, convertía a Drogon dt• una buena conciencia y de una fe sincera ... que excluye toda turbia maquina-
en vicario suyo para la Galia y Germanía, declaraba el papa Sergio 11: ción con propósito pernicioso y, doquiera que es menester, lleva al prójimo el
socorro de sus consejos y una ayuda pronta, pues está escrito: 12 El hermano
"No es tolerable que la sociedad de tres hermanos carnales, uni-
11y11clado por su hermano es como una plaza fuerte. En vez de la discordia exten-
dos por la misma fe en la Trinidad, se aparte del mutuo cariño y dida por las maquinaciones del diablo entre el pueblo que se os ha confiado, pro-
de la común equidad. Si uno de ellos, prefiriendo seguir al Príncipe de pa11ad la paz, esa paz que Cristo al subir al Cielo ha dejado a sus fieles como
la discordia, se separa de la paz general, con toda justicia y con In mayor de las recompensas, diciéndoles:13 Os dejo la paz, mi paz os doy, pues
la ayuda de Dios, de acuerdo con los cánones, nosotros mismos cui- si11 ella nadie podrá ver a Dios.''
111 ltft.m, urts. ll y 12. llH A1111. Bertin., año 845; Arm. Fuld., año 845.
n:~ .fon. llrrtin., niío fl19. 1111 cr. Bii11MEll-Mii111.11ACllF.R, nº 1179a.
11;1 ¡,¡,.,,,, ni1u B~iO. 711 (.'11¡1it111., l. JI, no•. 212 y 213, páf!;S. 84-88.
11:1 ¡,¡,.fil, pág. 71l. UH Jo:, In 111w d11 11 1•11tc•rul"r l'rudcncio de Troyc•s en los An11. /Jcrtin., uño 855.
1111 Cf. !lii11Mrrn-l\1ii111.11At:lllm, 11• 117711 y /,.
268 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
denominación que en el siglo x se transformará finalmente en Lo-
tharingia, de la que los alemanes hicieron Lothringen y los franceses
"Lorraine". 3
Así, pues, en lo adelante, el antiguo Imperio carolingio era un
111osaico de cinco reinos desigu3.les y sin cohesión que los anteriores
CAPITULO III ;icuerdos, a pesar de los solemnes juramentos que los habían cerrado,
110 podían proteger mucho tiempo contra los peligros de nuevos arre-
SALVACION DE LA UNIDAD CRISTIANA POR LA ~1los. A lo menos hubiera sido indispensable la alianza ele los tres
IGLESIA hijos de Lotario para conjurar las tormentas. Pero los dos mayores,
Luis II y Lotario 11, se creían ambos lesionados, y los señores de
Provenza sostenían al pequeño Carlos cuyos hermanos hubieran
1.- FRACASO DE LA "FRATERNIDAD" ( 855-858) q ucrido sacrificar en sus intereses. Las discusiones entre estos tres
hermanos que, por una coincidencia de funesto augurio, llevaban los
Hasta entonces podía engañar la esperanza de que una concordia mismos nombres que los tres rivales de Fontenoy, se hacían agrias:
fraternal acabaría por mantener entre todas las partes del antiguo L'n el curso de las conversaciones que sostuvieron juntos el año 856 en
Imperio carolingio una cohesión suficiente para salvar, al menos en lo Orbe, al sur del lago de Neuchatel, estuvieron a punto de venir a
esencial, aquella "unidad cristiana" realizada por Carlomagno en las manos; sólo con mucho trabajo logró restablecerse la paz entre
Occidente y que Ludovico Pío creyó poder convertir en realidad ellos. 4
política durante los primeros años de su reinado. Pero ¿qué iba a ser Entre Luis el Germánico y Carlos el Calvo, el acuerdo penosa-
de tal esperanza frente a las nuevas complicaciones que acarreaba la mente restaurado el 855 resultaba igualmente muy precario. A co-
muerte de Lotario? mienzos del verano del 856 estalló en el reino de Carlos una rebelión
Había éste dispuesto la sucesión entre sus tres hijos legítimos, de que puso en peligro su poder; entonces se vió a los sublevados ofrecer
la manera siguiente: a Luis, el primogénito, el reino de Italia y la el trono discutido a su hermano, igual que los aquitanos lo habían
corona imperial, que ya le habían sido asignados anticipadamente hecho el 854, sin que se pueda decir, por otra parte, hasta qué punto
desde hacía varios años; a Lotario, el segundo, que entonces andaría estaban los insurgentes entonces en connivencia con el rey de Ger-
en los dieciocho años a lo más, 1 las comarcas septentrionales. desde rnania. G Comprometido entonces en duros combates con los bohemios
Frisia hasta la meseta de Langres y hasta la montaña de Alsacia, que le infligieron ·en el mes de agosto del 856 terribles pérdidas, 6
posiblemente aun hasta el Jura; al menor, Carlos, todavía niño, todo Luis, ya muy resentido por una campaña conducida el año anterior
lo demás. 2 Este reparto_ territorial modificaba sensiblemente el aspecto contra los moravos, 7 se encontraba imposibilitado para acoger seme-
de las cosas: con el mayorazgo, Luis -el emperador Luis 11-. el jante llamamiento; ¿pero lo hubiera desdeñado en otras circuns-
título imperial venía a quedar como relegado a Italia, en aquella tancias?
Italia lombarda que, desde los días de Carlomagno, jamás había Durante algunos m<:ses pudo, sin embargo, creerse todavía en la
sido considerada otra cosa que un anexo del reino franco. Aquisgrán, conservación de la concordia, si no entre todos los reyes, al menos
por primera vez, no era ya capital sino de un reino secundario, el de l'ntre Carlos el Calvo, Luis el Germánico y su sobrino Lotario 11.
Lotario -Lotario 11-. cuyo núcleo central estaba constituído, sin Seguro desde su advenimiento del apoyo del Germánico que había
duda, por la "Francia media", pero tan mal determinado geográfi- it!o a solicitarle en Francfort durante el otoño del 855,B Lotario 11
camente que sus fronteras, sobre todo por el sur, variaron con
a Vc"·1"c PAnrsoT, págs. 740-749.
frecuencia y que resultó tan inconsistente a todos respectos que no
·l Arrn. Bertin., año 856.
poseyendo otro nombre tendrá que dársele el de su rey: Lotharii !í ldem; Ca¡1itul., t. TI, nº 262, pág. 279, y n° 263, pág. 283, l. 6.
regnum, Lothariense regnum, "reino de Lotario", "reino lotariano", n ·"""· Fuld., níío 856; Ann. Bcrti11., año 856.
7 ·"""· Ful d .. uíío BS5; Ami. Bertin., año 855.
1 Vi'·asc PARISOT, Le royaume de Lorraine, págs. 78-79. H :lnn. Fuld., ní10 BSS.
20 Capitul., t. 11, n 9 266, arts. 1 y 10, págs. 286 y 287. Entre los prelados del reino occidental, el arzobispo de Sens,
21 Ann. Bertin., año 858, pág. 48, y los textos citados por VocEL, Die Norman- Guenelón (Wenilo) o Ganelón, que era, no obstante, criatura de
nen, págs. 160-165.
22 Cf. AuzrAs, págs. 298-300. 2; Sobre todo lo anterior, ver las referencias en Bi:iHMER·l\ÍÜHLBACHER, nos 1435b
23 Ann. Fuld., año 858, págs. 48-49.
n 11-35m.
:M A11n. Bertin., año 858, pág. 50. :.?H Ann. Bertin., año 858, pág. 51; J. CALMETTE, Diplomatie carol., pág. 55.
:rn A1111. Fultl., uño 8511, págs. 49-50. :.?ll Arm. Bcrtin., pág. 51, y el párrafo 7 de la queja presentada por Carlos el
:!U :11111. F11/d., uño 11511, pág. 49.
r.11/vo c·ontra el nrzohispo C.nenclón, tm lns Capitul., t. JI, n 9 300, pág. 452, l. l:l-15.
SALVACION DE LA UNIDAD CRISTIANA 273 274 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
Carlos el Calvo, fué de los pocos en adherirse al rey de Germania. para tratar de obtener de ellos lo que hayan obtenido antes de ti;
Hasta no temió, en los primeros momentos, hacer propaganda en su pero podría suceder que traten de conseguirlo cuando tú estés aún
favor. 30 Pero no halló mucho eco y, en su conjunto, el alto dero vivo." Igual que aquellos que "organizaban las rebeliones contra su
se mantuvo reservado, hasta el punto de que, aun en el palacio de padre", hay también ahora quienes lo incitan contra su hermano, con
Attigny, Luis tuvo que limitarse a que le dijera misa el arzobispo el ropaje de palabras de paz, de salvaguarda de la Iglesia, de sal-
felón, pese a no ser aquella zona de su diócesis.ª 1 Cuando fueron vación y de unidad del pueblo cristiano; pero "el veneno se oculta
convocados a Reims para celebrar una asamblea general cuya aper- bajo la miel y se cumplen las palabras del Salmista: Hablan de paz
tura se fijó para el 25 de noviembre, los prelados se excusaron de con su prójimo y en su corazón anida la maldad" (Salmos, XXVII
acudir. 32 Al menos nos ha llegado la negativa rotunda, hábil, pero [XXVIII] . 3) .
firme, que opusieron al usurpador los obispos de las dos provincias 1) Los abominables daños que sufre el país a causa de los paganos
eclesiásticas de Ruán y de Reims:ªª documento capital que fué redac- "son todavía sobrepasados por los que, con menosprecio de todas
tado por el arzobispo de Reims, aquel Hincmaro del que anunciamos las leyes divinas y humanas, infligen unos cristianos a otros cris-
.ya el importante papel que iba a desempeñar y que durante algún tianos, los parientes a sus parientes, un rey cristiano a otro rey cris-
tiempo fué el portavoz elocuente de la Iglesia. tiano, un hermano a su hermano". Tened cuidado, exclaman los obis-
Este documento, muy amplio, está escrito en forma epistolar y pos, que vuestro palacio "que debe ser un palacio sagrado no sea
va dirigido al rey Luis, en respuesta a la convocatoria que éste había un palacio sacrílego" y si habéis venido, como decís, a "corregir el
dirigido a los obispos. Comienzan éstos por atrincherarse en la impo- mal que se ha hecho, no hagáis otro mal peor". Y ya que decís estar
sibilidad material en que se hallan de contestar en un plazo tan corto guiado por la "caridad", "que la caridad os impulse a ir a combatir
y en un momento de tal confusión a la orden que Luis les envía; luego a los paganos y ... a libertar de esta manera la Iglesia y el reino".
atacan directamente los problemas planteados por el mismo folleto De manera general, ya que Luis pretende querer "restaurar la Igle-
de convocatoria del rey. La reunión, como se anunciaba, tenía por sia de Dios", los obispos le invitan a tomar mejor como modelo a su
objeto proveer a "la restauración de la santa Iglesia y a la salvación hermano "su señor" y no conducirse con el clero como lo hizo Car-
del pueblo cristiano". Ahora bien, en tales asuntos, señalaban los los Martcl, que se ha condenado por haber confiscado los bienes
obispos, irían mejor las cosas "si os hubi-érais querido mostrar obe- eclesiásticos. Finalmente, pues que Luis expone el deseo de "buscar
diente a nuestras anteriores observaciones", pues "lo que hemos el bienestar y la salvación del pueblo cristiano" que se corrija a sí
escrito, mandado, dicho y hecho, nos fu.é dictado ... por Dios". Re- mismo antes de pretender corregir al prójimo, pues está escrito "Mé-
cuerdan particularmente a Luis. la sugestión que le presentaron cinco dico, cúrate a ti mismo" (Lucas, IV, 23). Así creían los prelados
veces diferentes para una conferencia con Carlos, en la que los dos indispensable recordarle a lo largo de su escrito, sus deberes de rey.
monarcas, rodeados de sus fideles, hubiesen examinado en común los "Si Dios, concedían no obstante, decide confiar en tus manos
remedios que debían aplicarse a los males señalados. Es ya tiempo la causa y la salvación de la Iglesia y del reino, decidiremos reali-
para Luis de seguir sus consejos y se los formulan por escrito. zar bajo tu gobierno lo que nos parezca más conveniente a las dis-
Que, ante todo, se reconcentre en sí mismo y considere en con- posiciones divinas. Pues Dios puede de un mal comienzo obtener
ciencia, sin dar oídos a las palabras de los aduladores, el valor de consecuencias felices, que le es posible a El lo que parece imposible
las "excusas y razones que puede dar para justificar su presencia a los hombres." Pero de tal adhesión no se podría hablar en tanto
en el reino" invadido. Que piense en los cambios, siempre posibles, no existiera la certeza de que "nuestro señor, vuestro hermano, se
de la fortuna: "Los que ahora te sonríen cuando consiguen de ti lo ha (efectivamente) retirado de esta parte del reino", y esta expresión
que quieren, sonreirán a otros cuando estés en el artículo de muerte "nuestro señor", que ocurre aquí por segunda vez, señala que la
cuestión de hecho, en opinión del que escribe, no está liquidada mien-
30 Véase la queja que presentó contra él Carlos el Calvo en junio del 859, ídem, tras todos los obispos de la Galia no hayan podido deliberar entre
págs. 450-453. ellos. Pues, observan los prelados, son ellos quienes "con el con-
31 Véase el mismo texto, art. 7, pág. 452, l. 10-13. sentimil'nto y por la voluntad del pueblo de este reino, ungieron a
32 Véase el texto citado en la nota siguiente, párrafo 1, pág. 428, l. 13.
lllll'SITo sl'íinr VUl'stro hermano como rey con el santo crisma".
33 Capitul., t. 11, n• 297, págs. 427-441.
Carloma11no.-l8.
SALVACION DE LA UNIDAD CRISTIANA 215 276 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
En consecuencia, que relea Luis en el libro segundo de los Reyes felones y gentes bajas" (fellones atque ignobiles) y, "si es un rey
la historia de Saúl. "Verá cuánto respeto guardó hasta el final Sa- cristiano y ... quiere reinar de acuerdo con Dios" que se conforme
muel para Saúl, aunque éste hubiera sido reprobado y rechazado por estrictamente a los consejos de los obispos, ya que, como sucesores
el Señor" por haberlo aquél ungido con el real crisma. Aquel sacer- de los Apóstoles, han recibido de Cristo el gobierno de "la Iglesia,
dote Samuel, de quien los obispos "ocupan, aunque sean indignos es decir, de su reino". Orgullosas declaraciones que tendían a hacer de
de ello, su lugar en la Iglesia", les ha señalado el camino. En cuanto la Iglesia el árbitro de la situación y del clero el intérprete de la
a él, que se acuerde de la conducta de David que, si bien "elegido y voluntad divina y el verdadero dispensador de la potestad monár-
ungido por el Señor para reemplazar a Saúl", se oponía a que se quica.
"pusiera la mano sobre el ungido del Señor." ª4 Y, sin embargo, Hay que darse cuenta del camino recorrido desde las asambleas
David no era "ni de la familia ni aun de la tribu de Saúl": "sabía de Coulaines, de Yütz y de Meerssen: la Iglesia ya no es solamente
que estaba rechazado por el Señor y se sabía personalmente elegido indispensable guía, cuya misión consiste, entre otros aspectos, en ve-
por Dios y no había dado garantía alguna a Saúl", mientras Luis lar sobre los reyes y dirigirlos por las sendas salvadoras, sino que,
el Germánico tenía formales compromisos con Carlos el Calvo, su en nombre del Señor, es ella quien hace a los reyes al verter en sus
propio hermano. David "no intentó arrebatar a Saúl su reino ni por frentes los santos óleos, misión por la cual su autoridad deja de estar
la guerra ni por la astucia"; aunque rodeado "de aduladores y de sometida a los caprichos humanos para no depender sino de Dios.
partidarios, no se dejó arrastrar por nadie en tal camino"; arrostró Pero ¿a quién incumbirá el cuidado de decidir si un rey, en caso de
"las persecuciones y los peligros mortales a que le expuso Saúl". Y disputa, está o no calificado para ejercer el poder? En la carta antes
llevando cada vez más lejos la osadía, bajo el velo de la alusión bí- citada que escribió, en nombre de los obispos de su provincia y de
blica, los obispos se atreven a agregar: "Sabes muy bien, además, la de Ruán, el famoso Hincmaro, se abstuvo éste de abordar de frente
cómo David ordenó proceder con respecto a aquel que, por conse- el problema; pero en su opinión la respuesta no ofrecía dudas: úni-
guir sus favores, se ufanó de haber puesto la mano sobre el ungido camente los obispos que realizaron la consagración del rey por vo-
del Señor"; 35 "pero para el caso de que alguien lo ignore, recorda- luntad divina, pueden, por esa misma voluntad, decidir si debe
remos que dió orden de matarlo". Pues "quien pone Ja mano sobre considerarse a un monarca abandonado de Dios. Y lo que en no-
el ungido del Señor, ofende al mismo Cristo, señor de todos los un- viembre del 858 se limita Hincmaro a dejar subentendido, sin decir-
gidos o cristos y perece bajo la espada espiritual". "Esto se dice, agre- lo aún explícitamente, lo aceptará y declarará sin ambages el mismo
gan en seguida los obispos, no para oponer a tu dominación Carlos el Calvo algunos meses más tarde, en junio del 859, cuando
argumentos que pudieran parecer fuera de lugar, sino para hacer escriba, o deje que se escriba en su nombre, que habiendo sido con-
resaltar mejor, como lo manda nuestro ministerio, el respeto que de- sagrado en la iglesia de Santa Cruz de Orleáns el 818 dentro de las
bemos a tu hermano". formalidades requeridas "no debe ser suplantado ni derribado del
Para terminar, recordaban los prelados que los eclesiásticos no trono, sin, cuando menos, ser oído y juzgado por los obispos bajo
se entregan a quien quiere tomarlos; que no son libres para "com- cuyo ministerio fué consagrado... y por medio de los cuales da a
prometerse en vasallaje y prestar juramentos, como lo hacen los lai- conocer Dios sus juicios". 3 6 De esta manera se desembocaba en una
cos"; "consagrados a Dios", sólo de Dios dependen. "Cuando llegue teoría de la realeza que estaba muy alejada de la q~e sostenía Car:.
el momento y el lugar, actuarán como bien les parezca hacerlo para lomagno y por la cual la monarquía quedaba a merced de la Iglesia.
acomodarse con las justas decisiones del Señor". Que no cuente con
ellos Luis, en ningún caso "para desencadenar, comprometer o sos-
tener conflictos, revueltas o guerras, pues el Señor les dió por misión
111.- RESTAURACIÓN DE LA UNIDAD POR LA IGLESIA
predicar y mantener la paz" y no sostener sino un solo combate: el La resistencia del episcopado de las Galias tuvo como primer re-
"combate contra los vicio¡;'', Que "no cure de las palabras de los sultado hacer delicada la posición del invasor y dar tiempo a Carlos
:1.1 1 /fry1·.~ )Samrtell, XXVI, 8-11; 11 Reyes (11 Samuel], 1, 16. :ui Capit11l., l. 11, n• 3!XI, nrl. 3, pág. 451 (queja de Cario~ el Cafoo contra
:ir. 11 U1·y1·s l 11 Sllm1id), ·1, 1-16. ( :11r11rll111).
SALVACION DE LA UNIDAD CRISTIANA 277 278 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
el Calvo de recuperarse y rehacer su ej-ército. Aprovechando que su go de Carlos el Calvo que de acuerdo con éste fué elegido el 845 come
hermano había ido a San Quintín para pasar allí las fiestas de Na- arzobispo de Reims después de la destitución de Ebbon. La expe-
vidad, y no tenía consigo sino pocas tropas, Carlos se lanzó impro- riencia en tratar los asuntos que había adquirido en la corte, las mis-
visadamente al ataque sobre él ( 15 de enero del 859) y lo obligó a mas circunstancias que concurrieron en su elección al arzobispado de
replegarse apresuradamente hacia el este. 3 7 Reims, que vinieron a ser favorables a su prestigio cuando Ebbon y
El cambio fué tan completo como súbito; los que más prisa se sus partidarios seguían desesperadamente inquietos y, sobre todo,
dieron en acudir al rey legítimo fueron precisamente quienes se ha- su temperamento, que era el de un hombre de acción más que el de
bían adherido al rey de Germania; Carlos, por su parte, procedió a un especulativo, todo, en fin, lo señalaba para desempeñar una acción
realizar distribuciones de abadías y de condados para recompensar de primera magnitud en los conflictos de su época. Lleno de brioso
el celo de sus partidarios. as A comienzos de febrero, Lotario 11, cu- entusiasmo, penetrante y lúcido, siempre dispuesto a la lucha y a sa-
yos Estados acaba de atravesar de nuevo Luis el Germánico para car de su arsenal de lecturas las armas necesarias para ella, iba a
regresar a su reino vencido, se apresura a cantar la palinodia. 3 0 Los ser durante un cuarto de siglo la conciencia pensadora de la Iglesia
obispos se convierten en el centro básico de la situación. Reunidos de las Galias y si por algún tiempo aun sobrevivió el ideal de una
en sínodos provinciales, el rey les consulta, se apoya en ellos 4 0 y cristiandad de Occidente unida frente a la barbarie, consiguiendo, con
cada día más se ve afirmarse la gran figura del que había sido alma frecuencia, triunfar del egoísmo de los monarcas, se debió en gran
de la resistencia al invasor, del arzobispo de Reims, Hincmaro. parte al arzobispo de Reims.
El 859, tiene unos cincuenta años. u Formado en el monasterio En todo caso, a comienzos del año 859, es él sin disputa el ins-
de San Dionisia bajo el abad Hilduino, recibió una intensa cultura pirador de la política seguida por el alto clero con el propósito de
teológica que descansaba en lecturas excepcionalm~nte copiosas y lograr una reconciliación general del Occidente; es él indudablemente
de las que supo, mejor que ningún otro de su época, obtener la ma- quien, desde la primera reunión de los obispos en el concilio de Metz,
yor utilidad. A ejemplo de la mayor parte de sus contemporáneos, el 28 de mayo, cuando se trata de determinar por escrito las medidas
aprendió el arte de insinuar sus ideas bajo el ropaje de las referencias que con mayor urgencia deben tomarse, maneja la pluma para hacer-
que multiplica hasta abrumar un tanto al lector:. pero, a diferencia de lo. 42 La asamblea, en la que toman parte muchos prelados pertene-
muchos de sus émulos, cuyos escritos suelen ser cargamentos de citas cientes a los dos reinos de Carlos el Calvo y de Lotario, ambos
expuestas sin arte, Hincmaro sabía con incomparable maestría intro- consultados antes de la reunión y probablemente presentes en ella,
ducirlas y encadenarlas con tal lógica que conducía implacablemente se hallaba conmovida por la reciente lucha entre Luis el Germánico
a quienes se dirigía a la conclusión que se había propuesto. Su carta y su hermano el rey de Francia; deplora los excesos que por ella
del mes de noviembre del 858 a Luis el Germánico, en nombre de los han sufrido tanto la Iglesia como el reino de Carlos y, decidida a
obispos de las dos provincias de Reirr.s y de Ruán, no es más que preservar a la cristiandad contra la renovación de tan funestos pe-
un ejemplo, entre muchos otros, del rigor de su argumentación y del ligros, resuelve enviar al rey de Germania una delegación compuesta
carácter original de un pensamiento que no se oculta detrás de los por los arzobispos de Reims, de Ruán, de Colonia y por seis obispos:
textos sino para imponerse mejor. los de Coutances, Laon, Meaux, Auxerre, Chalons-sur-Marne y
Llevado a la corte el 822 por su maestro Hilduino, cuando éste Metz. Estos delegados tendrán plenos poderes para darle la abso-
fué designado allí archicapellán, lo había seguido en su caída en des- lución bajo las condiciones siguientes: 19, debe el rey de Germania
gracia el año 830, pero no tardó en ser llamado de nuevo a palacio reconocer y confesar los daños que, por instigación de perversos con-
y supo ganarse de tal manera la confianza de Ludovico Pío y lue- sejeros, hizo padecer a las iglesias; 29 , ha de prometer hacer peni-
tencia por ellos y reparar los desafueros cometidos: 39, tiene que
37 Ann; Bertin.,años 858 y 859, pág. 51 Ann. Fuld., año 858, pág. 51.
comprometerse a concertar la paz con su hermano Carlos y a vivir,
:J8 Ann. Bertin.,año 859, pág. 51; J. CALMETTE, Diplomatie carol., pág. 60.
:111 Ann. Bertin.,año 859, pág. 51. en lo adelante, en armonía, tanto con él como con Lotario, en las
10 Ann. Bertin.,año 859, pág. 52, l. l. condiciones en que éstos se presten a ello; 49, ha de dar la seguridad
·1 J Snlire él, véase principalmente Sc1111ons, Hinkmar; pero no hay un libro que
lrnl" pnr 1·nt1•ro Hnhrn la personalidad 1le Hincmaro y sus obras. 42 Capitul., t. 11, n• 298, págs. 442-446-
SALVACION DE LA UNIDAD CRISTIANA 279 280 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
de "no volver ya nunca a producir semejante cisma en la santa Igle- berlo examinado con sus obispos". Medida dilatoria, sin duda, pero
sia y la cristiandad"; 59, debe retirar "su protección y sus favores télmbién clara confesión de que el proceso pertenecía, ante todo. a la
a los hombres malignos que lo impulsaron a ofender tan gravemente competencia de la Iglesia.
a Dios" y. tal como se había comprometido a ello en Meerssen, ha- La evolución que acabamos de señalar se corrobora, con más in-
cerles comparecer en la próxima asamblea que tendrán su hermano tensidad aun, diez días después ( 14 de junio), en ocasión de un se-
Carlos o su sobrino Lotario, para que sufran, si ha lugar a ello, el gundo sínodo episcopal reunido en Savonnieres, no lejos de Toul, 44
castigo a que se hayan hecho acreedores; 69, debe, finalmente, dar en el que participan cuatro arzobispos y veintitrés obispos del reino
su apoyo a la Iglesia, cuya unidad está por encima de los repartos de Carlos el Calvo, tres arzobispos y siete obispos del reino de Lo-
en reinos, a fin de que "teniendo en cuenta los peligros del momento, tario 11, en cuyo territorio tenía lugar la asamblea, y un arzobispo
sea restaurada, que el clero disfrute de los privilegios y de la auto- y cuatro obispo1' del reino de Carlos de Provenza, a los que se unen
ridad a que tiene derecho y que el pueblo viva en la justicia y en tres abades, d::,s de ellos del reino de Carlos el Calvo, en total cua-
la paz". Sólo con estas condiciones, están los delegados autorizados renta y cinco prelados, a cuyas deliberaciones asisten los reyes de
a dar la absolución a Luis el Germánico; además, llevan la misión de los tres reinos citados. Estos cuarenta y cinco prelados, en el proceso
advertirle que toda reincidencia le expondría al castigo de Dios y verbal de su reunión, declaran que pertenecen a doce de las pro-
de la Iglesia. vincias eclesiásticas de la antigua Galia de un conjunto de dieciocho
Como se ve, para los prelados que por sí mismos se hacían cm'Hº provincias, cifra que por su importancia proporciona imponente res-
de la causa de la paz, el reproche esencial que se formulaba contra paldo a sus opiniones. El objetivo que se proponen es, según exponen,
Luis el Germánico era el haber llevado la división y el desorden a restablecer la concordia fraternal entre los reyes Luis y Carlos y
aquella "Iglesia una" que en la confusión de la época y en medio poner con ello término al cisma que desgarra la Iglesia y divide "al
de la diversidad de reinos, era la única realidad permanente. Y nadh· pueblo cristiano". Frente al desmoronamiento de la potestad del mo-
parece sorprendido por aquella transposición de los hechos del pla- narca quieren oponer "la unidad de la Iglesia" ( art. 1 ) . Y ya, desde
no político al religioso; signo revelador de la evolución que se hn el artículo 2 de los t~xtos acordados, no vacilan en precisar su pro-
producido en los espíritus y que tiende a hacer pasar, con el con- grama en los siguientes términos: "Los obispos, como lo requiere su
sentimiento tácito o expreso de los mismos monarcas, la dirección ministerio y la autoridad sagrada de que están investidos, deberán
del antiguo Imperio carolingio desde las manos de los príncipes a unirse para dirigir y corregir a los monarcas, así como a los próceres
las de los clérigos. de los diversos reinos y al pueblo a ellos confiado, prestándoles el
Particularmente significativa es, a este respecto, la conversación apoyo de sus consejos." Para conseguirlo, deberán asistir asiduamen-
que tuvo lugar algunos días después -el 4 de junio- en Worms, te a los sínodos, tal como lo exigen los cánones. Gracias a esto podrán
entre los delegados de los obispos y Luis el Germánico. Tenemos la imponerse sus opiniones a los reyes, tal como sucedió en el pasado;
suerte de poseer un relato detallado y que puede considerarse casi tal es, al menos, la tesis de los prelados que, ante el resonante fra-
fiel. 43 Comenzó Luis por preguntar a Hincmaro, que era quien pre- caso de la política dt> directo entendimiento y de conferencias entre
sidía la delegación, si él y los que le acompañaban tenía1 el espíritu los reyes, han decidido ahora hacerse cargo personalmente de la di-
horro de todo resentimiento personal con respecto a él; luc-go, unn rección del mundo cristiano y de los mismos monarcas. Es la idea
vez tranquilo en cuanto a este punto, hizo que se le dieran a conocer favorita de Hincmaro, cuya intervención resulta preponderante y
las instrucciones escritas de que eran portadores y declaró que an- quien va a desarrollar ese concepto hasta su muerte.
tes de dar respuesta a ellas necesitaba consultar a sus propios obispo11i. Sin embargo, Luis el Germánico se o1'one a todo eso por no estar
de los que sólo tenía junto a sí "dos o tres"; como los delegados in- presente ni representado en Savonnieres. Por lo menos la asamblea
sistieran en iniciar la conversación sobre los puntos a que se contrnian declara con satisfacción ( art. 3) que Carlos el Calvo y sus dos so-
sus instrucciones, Luis replicó de nuevo "desde lo alto de su trnno" brinos, Lotario y Carlos de Provenza, han resuelto mantenerse uni-
que no podía "entrar en la discusión de aquel escrito antes clr ha- dos y trabajar en la obra de salvación emprend'ida por la Iglesia.
·•:i t:r1pi111l., 1. H. 11• 2911, píag. '146. ·11 El 111"111 "" p11lilil'i'1 1•11 lnH (.'11¡1i111/., l. IT, n• 299, 11íil(s. ·147-<l!'iO.
SALVACION DE LA UNIDAD CRISTIANA 281 282 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
La condición primera para tal obra era la reconciliación de Luis su salvación". Las primeras proposiciones del rey de Germania no
el Germánico con su hermano, pero el fracaso de la negociación de pudieron ser consideradas, pero las más recientes parecían acepta-
Worms la hacía difícil. Lotario 11, interesado por su propia seguridad bles; por todo ello Carlos pedía a los asistentes ratificar el texto de
en el restablecimiento de la paz entre sus dos vecinos, parece que la convención preparada y que iba a ser leído.
se dedicó activamente a poner fin a su enemistad. Una primera en- Ese texto, que ha llegado hasta nosotros, tiene doce artículos,
trevista de ambos tuvo lugar cerca de Andernach, más arriba de Co- ocho de los cuales reproducen simplemente el pacto firmado en
blenza, en una isla del Rin, a comienzos del verano del 859, y fué Meerssen el 851. De los cuatro artículos nuevos, dos tienen por ob-
un fracaso. Los dos reyes desconfiaban uno del otro hasta tal punto jeto dar a la Iglesia las garantías reclamadas; los otros dos consti-
que se habían hecho acompañar a la isla elegida para la conferencia tuyen un compromiso entre las demandas de Luis el Germánico, que
por un número estrictamente igual de próceres cuya lista nominal reclamaba la anulación de todas las sanciones de orden político o
había sido pl'eviamente aceptada por las dos partes, y el grueso de religioso aplicadas a los que se habían pasado a su campo el 858, y
las dos escoltas se mantuvo "igilante en las orillas del río para in- el rígido mantenimiento de aquellas sanciones, tal como lo quería
tervenir, una en la margen izquierda, en territorio de Lotario, la otra Carlos el Calvo: se prometían amplias medidas de clemencia después
en la derecha, en el de Germania. 4 5 Después de una prolongada y de examinar cada caso particular. En otras palabras, se pasaba una
estéril discusión, que se contrajo principalmente a la 'restitución que esponja, dentro de lo posible, sobre los acontecimientos de los últimos
Luis reclamaba de los bienes que Carlos el Calvo había desposeído años para volver al régimen proclamado el 851: pero el hecho nuevo
a los que le traicionaran el 858, fué necesario convenir un nuevo en- era que se trasladaba el poder moderador de los reyes a los obispos,
cuentro para el 25 de octubre cerca de Basilea, 46 es decir, una vez que van a secundarlos en lo sucesivo en el ejercicio de su autoridad.
más en la frontera de Germania con el reino de Lotario y como éste La aprobación del acuerdo por los fideles, permitió que el 7 de
no pudo estar dispuesto para la fecha acordada, se fué aplazando junio fuera proclamada oficialmente la convención. Los reyes jura-
hasta que logró reunirse la con{erencia el 1 de junio del 860, en Co- ron dedicarse con toda su voluntad y toda su energía a "la defensa
blenza, con asistencia de los dos hermanos enemigos y en presencia de la Iglesia y a la salvación del pueblo cristiano" y también ayudarse
y con el concurso de su sobrino Lotario. 4 1 Los tres monarcas llega- mutuamente para realizar la obra común. Los sobrinos de Luis y de
ron allí acompañados de un numeroso séquito, en el que estaban en Carlos fueron expresamente incluidos en la promesa de ayuda mutua.
mayoría los próceres laicos y, especialmente, los condes: 48 pero el Después se clausuró la asamblea con las solemnes declaraciones que
lugar elegido fué la sacristía de la iglesia de San Castor, segura- hicieron Luis y Carlos ante los asistentes, aquél en lengua germánica
mente bajo la influencia de los prelados que estuvieron al lado de y éste en romance (es decir, en francés), con un resumen en lengua
los reyes y entre los que se cita en primer lugar al arzobispo de Reims, germánica y una adhesión de Lotario expresada en lengua germánica
Hincmaro: allí, al cabo de cinco días de laboriosas discusiones, se también. Las declaraciones de Luis y Carlos, que tienen un contenido
llegó a un acuerdo que, según se creía, iba a terminar con la etapa idéntico, dicen, al principio, que encomendando a "sus obispos y a
de sus disentimientos. 49 Finalmente, el 5 de junio pudo ser comuni- sus fideles" el cuidado de hallar una fórmula de acuerdo, habían apro-
cado por los reyes a sus fideles aquel acuerdo. Tomando la palabra bado el texto que éstos -es decir, esencialmente los obispos- les
en su nombre y en el de su hermano, Carlos el Calvo recordó los es- habían sometido; que, en consecuencia, estaban resueltos a vivir to-
fuerzos realizados por Lotario, ante la presión de los obispos, para dos, en lo sucesivo, hermanos, tíos y sobrinos, en pleno acuerdo;
restaurar la paz y restablecer entre su hermano y él, "la caridad y que "no querían ya, en adelante, usar entre ellos más que palabras que
la concordia fraternales, sin las que ningún cristiano puede conseguir auradaban a Dios y servir a su común salvación igual que a su
honor"; que aquellos de entre ellos que vinieran a romper este acuer-
45 Ann. Fuld., año 859. do deberían ser intimados "para que dieran explicación de ello y
40 ltlem; Ann. Bertin., año 859, pág. 52.
4i ;fon. Bertin., año 860, pi\g. 54.
cnstigados de tal manera que ya nadie más fuera tentado a hacer
4R Véase su lista oficial en las Capitul., t. II, pág. 154. nada semejante"; que estaban resueltos a garantizar a cada quien,
•l!l Sohr" lns m•gociaC"iorw~ y ~u final, véanse los textos oficiales en las Capitul., '\·n sus reinos respectivos, su ley, su derecho y su seguridad, como
l. If, 11• 21J.2, )IÍtgH. )5:J-15fl. ~n los ti('mpos de sus antcpnsados", bajo condición de reciprocidad:
SALVACION DE LA UNIDAD CRISTIANA 283
4 Vén!'e PouPARDIN, Le royaume de Provence, págs. 49-50. .. in ya sin más; pero R. l'ARISOT (pá~. 180), y, dP!<pués de él, J. CALMETTI·: (Divlo-
r. c,,,,;wl .. l. 11, n• 305, págs. 463-466 y las notas. 11111ti1· 1·11rol .. pí1~. 76) ohsrn•nn que no puede tratarse sino de un ofrecimiento condi-
11 A1111. JI,.,,;,,., niio llflll, pÓI(. 53; l.11pi111l., t. 11, n• 306, págs. 466-468. 1·i1111a I parn 1·1 f11111rn.
LA HORA DEL PAPADO: NICOLAS 1 287 288 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
Algunos de estos exilados eran de gran supuesto: el conde Ernesto matrimoniales. Desde aquel momento le era necesario tratar de vio-
(suegro de Carlomán, hijo de Lotario) y sus tres sobrinos, el abad lentar la decisión sin tener en cuenta el parecer del clero de "Fran-
de Waldon, y los condes Uton y Berenguer, rebelados contra Luis; cia". Después de una última gestión que en su nombre y en el de
el conde Adalardo, sublevado contra Lotario. 11 Todos fueron acogi- Luis el Germánico hizo por el 861, cerca de Carlos el Calvo, gestión
dos favorablemente y gratificados con dignidades y beneficios por que fracasó, 19 Lotario se decidió a terminar el caso de Teutberga
el rey de Francia. 12 con la sola intervención del clero de sus Estados.
Pronto este último pasó a la ofensiva descarada atacando, en el Ocho obispos lorenos, reunidos en Aquisgrán el 29 de abril del
otoño del 861, el reino llamado de Provenza, devuelto el año 855 al 862, fueron, pues, invitados a pronunciarse de una manera clara y
más joven de los tres hijos de Lotario 1 y donde, afirmaba Hincmaro definitiva. Al expediente del asunto se había agregado una memoria
-otrora tan elocuente defensor de la concordia y de la fe jurada-. justificativa en la que el rey no vacilaba en hacer intervenir el argu-
los próceres, rebelados, deseaban ser librados al fin de un príncipe mento dinástico: Teutberga no sólo era una esposa indigna, a la que
"indigno de la dignidad real y hasta del nombre de rey". 13 Desver- tal vez él hubiera podido seguir conservando en interés de la paz,
gonzada violación de todos los acuerdos anteriores y, para colmo, sino que por su esterilidad comprometía el futuro de la monarquía.
acto de hostilidad sin disimulo contra Lotario 11, que, desde hacía Por mayoría de seis votos contra dos, el sínodo episcopal reconocía,
mucho tiempo, era el candidato declarado a una sucesión que todo una vez más, la exactitud de las acusaciones contra la reina y con-
el mundo en Occidente daba por virtualmente planteada. siderando, además, "que no se podía prohibir al monarca tomar mu-
Nadie ignoraba, en efecto, que el hijo menor de Lotario 1, Carlos, jer a fin de procrear hijos", se declaraba favorable a la anulación
padecía un estado muy precario de salud, 14 hasta el punto de que del matrimonio y concedía autorización a Lotario para contraer otro
sus dos hermanos, especialmente Lotario 11, esperaban su muerte de nuevo, si lo deseaba. 20 Queriendo, con todo, salvar las apariencias,
un momento a otro. Desde el año 858, había Lotario 11 tomado po- Lotario hizo que a esta decisión siguieran dos gestiones cerca del
siciones, permitiendo al joven rey una rectificación de fronteras (le Soberano Pontífice; una, solicitando su aquiescencia, 2 1 y la otra ro-
cedió las diócesis de Belley y de Tarentaise) a cambio de la promesa gándole, en su nombre y en el de su tío Luis el Germánico, que ad-
de toda su herencia en el caso, infinitamente probable ante su de- virtiera a Carlos el Calvo la necesidad de respetar el pacto de Co-
bilidad y sus cortos años, de que muriese sin dejar hijo legítimo 1 5 blenza. 22 Luego, sin esperar siquiera la .respuesta, cuyo sentido no
y desinteresando a su otro hermano Luis 11 por la cesión de algunos podía ofrecer dudas, se casó con su amante en el verano o en los
otros territorios (las diócesis de Ginebra, Lausana y Sión) sacados comienzos del otoño del 862 e hizo proceder, con gran solemnidad,
de su propio reino. 1 ª Así, pues, el repentino ataque a la "Provenza" a su coronación. 2s
por Carlos el Calvo era un golpe directo contra el mismo Lotario. Era aquello sostener descaradamente la audacia. Pero, para im-
En realidad, la empresa fracasó 1 7 y el mismo Hincmaro se atre- poner esta solución, le hubiera hecho falta contar, al menos, con el
vió a afirmar después que su señor nunca había tenido la menor in- firme apoyo del rey de Germania. Ahora bien, si éste se encontraba
tención de conquista. 18 Pero la alarma había sido intensa y ya no unido a su sobrino por la misma hostilidad contra el rey de Francia,
parecía posible esperar el restablecimiento de un concierto que hu- no tenía razón ni interés alguno en levantar la hipoteca que gravaba
biera facilitado, con respecto a Lotario, el buen éxito de sus proyectos una herencia de la que no estaba excluido -y el futuro iba a demos-
11 Ann. Bertin., año 861, pág. 55; Anales Fuldenses, año 861; cf. PARISOT, 1!I Ann. Bertin., año 861, pág. 56.
págs. 184-188. 20 Véanse la<> actas del sínodo con los documentos anexos, en MANSI, Concilia,
12 Cf. CALMETTE, Diplomatie carol., págs. 76-77. t. XV, col. 611-630 y el análisis en PARISOT, págs. 193-195, o en BoHMER-MÜHL-
13 Ann. Bertin., año 861, pág. 56. A partir del 861 estos anales están redactados BACHER, Regesta, n• 1296a.
personalmente por Hincmaro. :!I Se hace alusión a esto en una carta del papa Nicolás I del 31 de octubre
14 Cf. supra, pág. 270. df'l 867 dirigida a los obispos de Germania (Eipstolae; t. VI, pág. 343, líneas 1-2).
tri Anr1. Bcrtin., año 858, págs. 49-50. :!:! Carta publicada, ídem, págs. 212-214 y analizada en BoHMER·MÜHLBACHER,
10 lrf..m, aiín 1159, pág. 5:\. lfr~esta, n• 1297.
17 ldnn, aiío 1161, póg. 56. :i:i Ann. llertin., año 862, pág. 60, y dos cartas del papa Nicolás 1, en las Epis-
18 Cf. l'olll't\lllllN, !'r111•1•11t"1\ pÍ1g. 28. tolm", l. VI, pÚgH. 275-276, n• 10(863) y pág. 343, n• 53(867), línf'a11 5-7.
LA HORA DEL PAPADO: NICOLAS l 289 290 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
trarlo- y en la que él se encontraba interesado. Además, carecía de Carlos el Calvo. en cuyo nombre se presentaba la exposición, hace
los medios necesarios para proseguir una política que conllevaba para saber en ella, no sin osadía, que por su parte siempre había observado
él graves riesgos en un momento en que su poder estaba muy que- lealmente los compromisos contraídos en Coblenza y ponía al mundo
brantado por una serie de rebeliones que le costaba mucho trabajo por testigo de la falta de palabra de su sobrino Lotario. No era cul-
dominar, especialmente la que, como vimos, 24 capitaneara el conde pa suya que no se hubieran celebrado las conferencias previstas por
Ernesto en la primavera del 861, luego la de su propio hijo Carlomán, el acuerdo de Coblenza para reglamentar los asuntos comunes y
que había podido vencer en la primavera del 862 cediendo una parte por eso que siempre había estado dispuesto a ellas no había vacilado
de los territorios ocupados por el rebelde entre el lnn y la marca de en acudir a la presente reunión.
Carintia; 25 y aun era de esperar que este mal hijo reanudara, antes Invirtiendo constantemente los papeles e intencionalmente olvida-
de mucho, las hostilidades. 26 En las fronteras orientales y septen- do de su propia conducta, Carlos el Calvo acusaba a su vez a su so-
trionales de su reino, Luis el Germánico tenía, al mismo tiempo, que brino de haber violado el pacto de Coblenza al dar asilo al raptor de
emplearse a fondo y sin tregua para contener a los paganos esla- su hija Judit, el conde Balduino, declarado culpable y excomulgado
vos, 21 a los daneses y a otros bárbaros nuevos, recién llegados a las por los obispos de "Francia"; le reprochaba, en particular, que en el
fronteras de sus Estados, a los húngaros, cuyas correrías por los paí- asunto de su matrimonio, no hubiera tenido en cuenta la opinión de
ses germánicos dieron comienzo precisamente el 862. 2s En tales cir- los obispos y prescindiera de la del Soberano Pontífice. En conse-
cunstancias, aun habiéndolo deseado, no estaría en condiciones de cuencia, al tiempo que solicitaba con sospechosa prontitud el concurso
intervenir y comprometerse en favor de su sobrino Lotario. de Luis el Germánico -al que llamaba su "único y amado herma-
Sin embargo, tenía interés en no dejar el campo libre a su her- no"-, a fin de concertar un acuerdo del que dependía a la vez "la
mano, cuya tentativa fracasada sobre la Provenza señalaba con cla- común salvación de ellos, la salvación y el honor de su sobrino y
ridad sus ambiciones. Así, empleando "formas capciosas", según dice la salvaguarda de todos sus súbditos", reclamaba de Lotario, antes de
Hincmaro, 2 0 logró convencerlo de la necesidad de celebrar una en- iniciar nuevas conversaciones, la categórica promesa de una sumisión
trevista que, por acuerdo común, tuvo lugar a comienzos de noviem- sin reservas al juicio común de los obispos de Francia, de Lorena y
bre en el reino de Lotario, en Savonnieres (cerca de Toul) , en donde de Germanía. ¿No era aquél un asunto que en primer plano "inte-
ya se había desarrollado en junio del 859 una de las grandes asam- resaba a la generalidad de los cristianos" y desbordaba, por consi-
bleas episcopales que habían preparado el camino para el acuerdo de guiente, la competencia del clero de un solo reino? De no cumplirse
Coblenza. Su objeto era, precisamente, buscar las bases de un com- con esto, termin?ba diciendo Carlos, podía hacer Lotarfo "lo que le
promiso que permitiera restablecer la paz. gustara", pero no debía ya contar con él para "separarse de Dios
También entonces la negociación, que fué laboriosa, so la condu- a cambio de su amistad ni para ayudar a realizar el mal, pues escrito
jeron los obispos y parece que la acción desplegada por Hincmaro fué estaba: "¿Al impío das ayuda y amas a los enemigos de Yahvéh? Con
preponderante. 31 Antes de aceptar reunirse con Lotario, tanto Carlos esto has atraído sobre ti la cólera de Yahvéh." 33
el Calvo como sus obispos, Hincmaro en cabeza, pusieron condiciones Para salir del atolladero, Lotario se declaró dispuesto a dar ex-
que tuvieron cuidado de formular por escrito en un memorándum plicaciones y justificarse, 8 4 y las conversaciones se reanudaron, acor-
que con toda probabilidad fué redactado por el obispo de Reims. 32 dando que el asunto del divorcio no fuera ya presentado a un concilio,
sino al mismo papa. Con esto, el acuerdo entre los tres monarcas
24Supra, pág. 279.
quedó restablecido oficialmente el 3 de noviembre del 862 y cada
.4nn. Fuld., años 861 y 862; Ann. Bertin., años 861 y 862, págs. 55 y 58. Cf.
25
BoHMER·MÜHLBACHER, Regesta, n• 1448a.
uno de ellos hizo redactar en este sentido una declaración, 85 Luis ,
26 Ann. Fuld., año 863, pág. 56; Ann. Bertin., año 863, pág. 62. para felicitarse por haber servido de mediador entre su hermano y su
27 Ann. Fuld., año 858, pág. 51; año 862, pág. 56. sobrino y de esta manera restaurado el espíritu de Meerssen y de
28 Cf. Bi.iJIMER-MÜHLBACHER, Regesta, n• 1450a.
20 Ann. Bertin .• año 862, pág. 60. 3:1 11 Paralipómenos [Crónicas] XIX, 2.
30 /dem. :l·ICllpitul., t. 11, n 9 243, art. 2, pág. 163, líneas 27-l!B (declaración de Lotario
31 Cf. Capitul., t. 11, n• 243, pág. 159, l. 20-21. clrspue"s ele• In e•ntrnvista elc-1 3 tlt~ novi.,mhrn cl1•l 1162).
a~ <:11/'itul., l. n, n'' 243, _páf(s. 159-163. :1n /e(,om, 111í11:<. 16:l-16S.
C.1rlonia1111n.-. (<l.
LA HORA DEL PAPADO: NICOLAS 1 291 292 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
Coblenza; Carlos, para protestar una vez más de su constante fide... Aquel papa -Nicolás 1- que iba a revelarse como uno de los
lidad a los compromisos anteriores y de su firme voluntad de sostener grandes pontífices de la época, había sido considerado, curiosamente,
con Lotario relaciones normales de amistad propias de un tío con como un sacerdote de personalidad difuminada o borrosa. Sólo se
su sobrino, siempre que este último estuviera, en verdad, dispuesto sabía que su elección tuvo efecto el 858 a petición de Luis 11 o, mejor
a ellas tal como había prometido: Lotario, en fin, para dar gracias dicho, que habí~ sido impuesta por éste al clero romano 3 7 y por ello
a la bondad solícita de su tío Luis y prometer conducirse como buen se descontaba su docilidad; obligado a estar de acuerdo con aquel a
sobrino respecto de Carlos, en la medida en que éste se condujera quien Hincmaro calificaba desdeñosamente de "pretendido emperador
como buen tío. de Italia", 3 ª se le creía dispuesto a todos los compromisos y se iba
Por restablecido que estuviera este acuerdo aparecía, como se ve, a percibir, bien pronto, que era un hombre no sólo difícil de manejar,
muy envuelto en reservas, y las partes contratantes se separaron en sino irreductible cuando se trataba de los principios.
medio de un incidente que sería largo. Cuando iba a pasarse a la lec... Comenzó, ya el 23 de noviembre, por decidir que el asunto del
tura pública de las tres declaraciones reales ya citadas, según era divorcio sería sometido de nuevo al examen de un concilio, que ten-
costumbre, después de haber dado conocimiento de ellas únicamente dría lugar en Metz, pero en el que los prelados del reino de Lotario
a los casi doscientos consejeros que llenaban. la sala de las delibe ... estarían asistidos por ocho obispos más, a razón de dos por el reino
raciones, Luis y Lotario se opusieron a ello, para evitar exponer ante de Germanía, dos por el de Francia, dos por el de Provenza y dos
el auditorio los agravios y las discordias del pasado: pero, sin hacer por Italia, y que estos dos últimos serían los presidentes por derecho
caso de esto, Carlos (tal vez por instigación de Hincmaro) hizo co... en cuanto llevaban la calidad de legados pontificios. Todo el expe-
nacer al pueblo reunido todos los extremos en los que Lotario se diente del proceso y el juicio deberían serle enviados para su apro-
había visto obligado a darle satisfacción se y con esto destruyó de bación o revisión antes que la sentencia se considerase definitiva. 39
una vez el efecto apaciguador de un acuerdo tan laboriosamente con... Sus legados, además, llevaban instrucciones precisas con prohibición
seguido. de desviarse de ellas. 40
Diversos acontecimientos -entre ellos uno de primera magnitud,
sobre el que volveremos: la muerte de Carlos de Provenza, el 24 de
11.- SENTENCIA DEL PAPA NICOLÁS J
enero del 863 y el arreglo de su sucesión- retrasaron hasta el mes
De los acontecimientos que acabamos de resumir se desprendía, de junio del 863 la reunión del concilio. 41 Lotario aprov.echó esa de-
no obstante, con toda claridad un hecho: desde aquel instante era mora para recurrir a la diplomacia y a la astucia. Especialmente se
de la Iglesia, y únicamente de la Iglesia, de la que dependía la 50.... las arregló para interceptar las cartas y las instrucciones de que eran
lución del asunto del divorcio, que poco a poco se había convertido portadores los legados pontificios antes de que éstos hubieran podido
en la clave de toda la política occidental. Pero, al aceptar someterlo dar conocimiento de ellas a los interesados, para que el día fijado
al Soberano Pontífice, nadie había considerado, al parecer, ni en el para la reunión sólo los obispos del reino de Lotario hubieran recibido
campo de los monarcas ni en el de los obispos, las consecuencias in... las convocatorias previas, y para que el sínodo de junio del 863 es-
calculables que esta simple transferencia de jurisdicción podía pro... tuviera compuesto, una vez más, únicamente por personas afectas
ducir en el porvenir de la Europa carolingia. ¿Convertido en árbitro a Lotario; los mismos legados, más o menos comprados a su causa,
de la situación, no intentará el papa asegurar para sí en Occidente, se guardaron bien de hacer nada de lo que les había sido ordenado.
aun en el terreno político, el lugar que estaba vacante por carencia En estas condiciones, los prelados reunidos se hallaron fácilment~
de un emperador? Todo, evidentemente, dependía de su personalidad. de acuerdo para sentenciar la inocencia de Lotario, aprobar su con...
Ahora bien, no se iba a tardar en comprobar que el nuevo titular de
37 Ann. Bertin., año 858, pág. 50.
la Sede Apostólica no era hombre que desaprovechara la oportunidad 38 ldem, año 863, pág. 61.
que tan sencillamente se le ofrecía para afirmar su autoridad de modo :rn Cartas de Nicolás 1 del 23 de noviembre del 862, en Epistolae, t. VI, pág~. 268·
positivo. 272, n•• 3-6.
-111 /tlt'ln, (lÓI(, 277.
:111 A1111. JJ,~rtin., año !16:.!, pá~s. 60·61, rnlato dehido a In pluma clfl Hincmaro. ·11 A1111. Rnti11., uño Hfül, prí~. 62.
LA HORA DEL PAPADO: NICOLAS I 293 294 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
ducta y condenar a Teutberga. Hasta llegaron a admitir lo bien fun- una carta de vehemente protesta dirigida al papa, 46 en la que, a su
dado de la tesis paradójica que hacía poco había decidido Lotario vez, le acusaban sin temor, con inaudita libertad de tono. Devolviendo,
presentar, según la cual Waldrada habría sido su esposa legítima contra el jefe supremo de la Iglesia, la acusación que éste había lan-
con anterioridad a su unión con Teutberga, que de pronto no tenía zado a los Padres del sínodo de Metz, calificaban igualmente de ban~
ya sino el título de concubina, de una concubina a la que no se tenía didaje la brutal parcialidad con la que, según ellos, había el papa
inconveniente en arrastrar por el lodo. 42 realizado el examen de su proceder, con "todas las puer.tas cerradas,
Pintoresca prestidigitación cuyo único efecto fué que el papa se ante una muchedumbre abigarrada en la que los laicos estaban mez~
irguiera contra todos los que, monarca y obispos, se estaban burlando ciados con los eclesiásticos": le reprochaban con vehemencia haberles
con tanta osadía de él. Se encargaron de llevar a Roma al Soberano juzgado y condenado "sin consideración para el procedimiento ca~
Pontífice las conclusiones a que había llegado el sínodo el arzobispo nónico, sin que se presentara ningún acusador, sin citar testigos, sin
de Colonia, Gunther, y el de Tréveris, Teutgaldo. Fueron recibidos discusión, sin defensa, sin la menor declaración por parte de ellos,
como lo merecían. Después de conocer los textos que llevaban los dos en ausencia de los otros metropolitanos y de sus sufragáneos, en
arzobispos y haber sometido el caso a un sínodo reunido en el pala- ausencia de sus colegas de episcopado, sin aquiescencia de nadie y
cio de Letrán, Nicolás, hacia fines de octubre, anuló la sentencia pro- por un acto puramente arbitrario y de furor tiránico". Y, no vaci~
mmciada en Metz por los cómplices de aquel nuevo "bandidaje de lando ya en adoptar una actitud de abierta rebeldía contra aquel a
Efeso", decretó la deposición de Gunther y de Teutgaldo, suspen- quien, en el comienzo de su carta, fingían aún tratar con el respeto
diéndoles en su ministerio sacerdotal, conminó a los otros obispos debido a su a-Ita dignidad y a su carácter sagrado, terminaban con
que se habían reunido en Metz a que hicieran inmediato acto de con- estas palabras desafiantes:
trición bajo pena de las mismas sanciones y, francamente, infamó sin
"Tu maldita sentencia que excluye la benevolencia paternal y que es extraf!.a
la menor consideración el "crimen del rey Lotario", si es que todavía, a todo sentimiento de caridad fraterna, esa sentencia que has lanzado contra
agregaba la bula pontificia, "era posible verdaderamente llamarle nosotros con violación de toda justicia, de toda razón, de todas las leyes canóni·
rey".43 cas, no la aceptamos y. con el conjunto de nuestros hermanos y considerándola
Una carta especial dirigida por el Soberano Pontífice a aquel como no producida, la despreciamos y rechazamos. En cuanto a ti, que estás en
rey indigno, destacaba, además, sus sentimientos de dolorosa repro- la comunión de los condenados y de los excomulgados, junto con los que dese·
chan la santa religión a quienes reservas tus favores, rehusamos recibirte en nues-
bación con respecto a un príncipe que "soltando la rienda de las pa- tra comunión y en la sociedad fraternal de toda 1a Iglesia, de esta Iglesia que, en
siones, se revolcaba .-como dice el Salmista (XXXIX, 3 [XL, 2] ) - tu arrogante vanidad, desdeftas y de la que eres indigno por tu insensato
.. en el hoyo de miseria y en el fango cenagoso, arrastrando a su orgullo. En tu temeraria ligereza. tú mismo te has hecho reo de anatema cuando
ruina a un pueblo que tenía la misión de gobernar". 44 exclamas: "Que quien no observe los preceptos apostólicos sea anatema", pues
Es cierto que los dos arzohispos depuestos intentaron oponerse tú no cesas de violar esos precept. ·.s, a la vez que las leyes divinas y los sagrados
cánones ... y nosotros, que hemos experimentado ahora tu engaño y tu astucia,
al papa. Llegaron, incluso, a comienzos del 864, a empujar al empe- lejos de sentimos humillados por ti, nos erguimos con piadoso celo contra tu
rador Luis 11 para que probara un golpe de fuerza en su favor. Ame- iniquidad.. .''
nazado en su capital, Nicolás 1 enfrentó la violencia con incompara-
ble firmeza de alma. Se retiró a San Pedro, en donde pasó dos días Finalmente, para que nadie lo ignorase, estos dos arzobispos en
y dos noches implorando la divina misericordia, hasta que Luis 11 rebeldía agravaron aún su caso dirigiendo copia de su libelo a sus
tuvo que ceder ante su inflexible voluntad. 4 5 Gunther y Teutgaldo colegas del episcopado en el reino de Lotario, haciéndolo preceder
contestaron entonces a las medidas tomadas contra ellos, redactando de una carta de remisión en la que el Soberano Pontífice era califi-
cado como "el señor Nicolás, a quien llaman papa, que pretende ser
4~ Véase la carta de Nicolás I a los obispos de Germania, del 31 de octubre apóstol entre los apóstoles y que se cree emperador del mundo". Y
del 867, en las Epistolae, t. VI, pág. 343 (nº 53); la memoria de Advencio, obi~po de hasta no vacilaban en hablar de su demencia (insania). 47
Mctz. ídem, págs. 215-217; los Ann. Bertin., año 863, pág. 62.
·1:! Epi.~tolae, t. VI, págs. 284-287, nos 18-21.
·HI El texto fué transcrito por Hincmaro en los Ann. Bertin., año 864, págs. 69·
H ldcm, pÚg. 287, n• 22.
70. y pnr Rormr.FO m: Fm.OA, en los Ann. Fuld., año 863, págs. 60·61.
H1 A1111. fl1•rti11 .. uño 864,. plÍgs. 67-6B.
·17 .41111. n,.,tifl., añn 864, p1Ígs. 68-69.
LA HORA DEL PAPADO: NICOLAS l 295 296 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
Estas violencias de lenguaje, este desbordamiento de injurias, no mutua que -como lo recuerdan- constituía una obligación estricta
sirvieron de nada. No sólo Nicolás 1 no se desvió de la línea de con~ a consecuencia del pacto de Coblenza, tratan el punto esencial: el
ducta que se había trazado, sino que los obispos del reino de Lotario caso de su sobrino Lotario. Este, observan, "víctima de los impulsos
y el mismo Lotario en persona se sometieron por medio de cartas lle~ juveniles" y excesivamente dócil a los "consejos de hombres livianos"
nas de respeto, excusándose a cada cual mejor por haberse dejado de su séquito, con su conducta "ha conmovido a la Iglesia, conducido
arrastrar a aquello. 48 El mismo arzobispo de Tréveris se apresuró a los sacerdotes al deshonor y comunicado al pueblo cristiano el
a inclinarse ante la sentencia de deposición que le afectaba. 49 Unica~ contagio del mal". Por todo ello, considerando que "la Iglesia que
mente Gunther se empecinó en su rebelión, aunque abandonado por les ha sido confiada a él y a ellos, constituye como un solo y único
Lotario, que dispuso la provisión de su sede de Colonia. 60 reino" y que los diversos pueblos que gobiernan no forman, de la
De esta manera la firmeza de Nicolás 1 había triunfado de todos misma manera, sino uno solo: la "cristiandad", han tomado la reso-
los obstáculos y, en aquella sazón, se sintió lo bastante fuerte como lución de dar a su sobrino los "consejos sinceros" que, además, él
para convocar en Roma un concilio general. cuya reunión fijó para mismo les ha pedido.
el 1 de noviembre del 864, con la misión de decidir, bajo su presi- El acta oficial no dice más: pero Hincmaro, sin duda presente a
dencia, todos los asuntos pendientes tanto en Occidente como en la entrevista, cree poder afirmar üs que Lotario fué expresamente in-
Oriente, entre ellos, claro está, el del divorcio de Lotario. 61 vitado por sus dos tíos para que pusiera fin al escándalo producido
por el asunto de su divorcio, es decir, para que se separara de Wal-
III.-EL PAPA, ÁRBITRO DE ÜCCIDENTE
drada y volviera a unirse con Teutberga.
Ni un solo momento le cupieron dudas al interesado sobre las
Ante el anuncio de esta convocatoria, los reyes carolingios se intenciones verdaderas de los consejos que se le prodigaban: en ellos
conmovieron. Vieron en ella una amenaza para su independencia po- vió la prueba palmaria de que sus dos tíos, cuyas protestas de desin-
lítica y, como si fuera una consigna, ningún obispo de las Galias ni terés sólo podían engañar a los ingenuos, se habían puesto de acuer-
de Germania se presentó el 1 de noviembre en Roma. 62 Sin desani~ do, como ladrones en feria, ante el reparto de su sucesión que, sos-
marse por esto, Nicolás aplazó para el 19 de marzo del 865 la aper.. f·eniendo el matrimonio con Teutberga, iba a caer tarde o temprano
tura del concilio y lanzó nuevas convocatorias. 68 ('n desheredamiento por falta de descendientes directos y hasta, po-
Luis el Germánico y Carlos, inquietos y dándose cuenta de la ne- siblemente, habían tratado de una más ·rápida ocupación de su
cesidad de conformar su acción política antes de que un arreglo de- reino. ll 7 Ante esta amenaza, Lotario ya no vaciló: más valía apelar
finitivo viniera a interferirse, se entrevistaron, a mediados de febrero, a la conciencia del Soberano Pontífice que dejarse despojar de aque-
en Tusey, junto al Mosa, en el reino de Lotario. G4 El acta de su lla manera por sus tíos. Inmediatamente pidió a su hermano Luis 11
reunión 55 da comienzo con una protesta de desinterés: los dos mo- que hiciera una gestión cerca del papa Nicolás 1 para favorecerle. 58
narcas, que no tienen la conciencia tranquila, se creen en el caso de De esta manera los deseos del papa se veían colmados: el mismo
precisar que su reunión no tiene por móvil ni "el deseo de engañar ) ,otario quedaba constreñido a inclinarse ante su alta autoridad.
o condenar a nadie ni cualquier codicia indebida". Sus intenciones Menos clara aparecía la actitud de Luis el Germánico y de Carlos
son limpias: les anima una sola voluntad: la de laborar por el bie- ,.¡ Calvo. En Tusey, no habían descartado la eventualidad de una
nestar común. Luego, una vez que se prometen de nuevo la ayuda personal gestión de Lotario cerca d?! Soberano Pontífice, pero bajo
48 Epistolae, t. VI, págs. 217-224, n•• 7-10 y págs. 297-300, nos 30 y 31; Ann.
t1 expresa condición de que el asunto del divorcio fuera considerado
Bertin., año 864, pág. 71. previamente como arreglado y que ya no hablara en Roma sino de
49 Los mismos textos de la nota anterior. imlulf¡cncia, es decir, de reconciliación religiosa. 59 Además, se habían
50 Ann. Bertin., año 864, pág. 71.
51 Idem, año 864, pág. 73; Epistolae, t. VI, pág. 301, n° 32. r.. 1 En los Ami. Bertin., año 865, pág. 74.
52 PARISOT, pág. 257. 1•• ldnn, ¡iág~. 7-1-75. Los términos de que se sirve Hincmaro en este pasaje se
r;s Epistolae, t. VI, pág. 224, n° 10. 1·rn11·ili1111 m"jnr !'on lu segunda hipótesis.
114 Ann. Bertin., año 865, pág. 74; Mon. Germ., Capitul., t. 11, pág. 165, l. 23-25. totl /,/1•111, plÍI-(. 7[i.
úl'.i Capitul., t. IT, nº 24tl-, págs. 166-167. loll /,/1•111, JllÍI(, 71-.
LA HORA DEL PAPADO: NICOLAS 1 297 298 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
puesto de acuerdo para negar a sus obispos autorización para ir al verbales, el carácter imperativo de la voluntad del Pontífice. Lotario,
concilio general convocado en Roma, como vimos, para el 19 de ma- en particular, fué conminado a abandonar a W aldrada y a unirse
yo del 865. Pretendían que los plazos eran demasiado cortos, las de nuevo con Teutberga. 64 Traída ésta por Arsenio, desde Francia,
distancias excesivamente grandes, los caminos muy poco seguros y hasta donde se hallaba su esposo, en el mes de agosto, fué solemne-
el momento poco oportuno a causa de los constantes ataques de los mente reconocida de nuevo como esposa legítima en presencia de
normandos, que hacían indispensable la presencia de todos en sus diez obispos o arzobispos, del capellán del rey y de una numerosa
puestos. 60 Pese a ello, no estaba el papa menos resuelto a proceder muchedumbre venida de los diversos reinos. Seis condes y seis se-
con energía. Al mismo tiempo que declaraba no engañarse sobre las ñores se hicieron garantes, bajo la fe del juramento, de que en ade-
razones invocadas para excusar la ausencia de los obispos al con- lante sería tratada con las consideraciones debidas a una esposa le-
cilio, enviaba a los reyes en calidad de legado pontificio a una de las gítima y a una reina, y Lotario fué advertido de que cualquiera nueva
más distinguidas personalidades de la Curia, a su apocrisario y fiel desviación por su parte le acarrearía una inmediata excomunión; fi-
consejero el obispo de Orta, Arsenio, con la misión de arreglar en nalmente, para mayor seguridad, Arsenio se hizo entregar a Waldra-
su nombre los asuntos pendientes. 01 da y se la llevó con él a Italia. 65
A mayor abundamiento, Arsenio tenía orden de no tener en cuen- En este asunto triunfaba la voluntad del papa. Igualmente salía
ta ninguna susceptibilidad, ni siquiera la de Hincmaro, cuyas pre- victoriosa en todos los dominios de la vida política o religiosa de la
tensiones a regentar la Iglesia de las Galias habían llegado a aburrir Europa carolingia, en donde Arsenio había tenido el mandato de
al Soberano Pontífice. ¿No se había visto el año 862, al arzobispo intervenir. Además, el legado había logrado restablecer, entre todos
de Reims privar de su sede, por una simple sentencia sinodal, a uno los príncipes carolingios, las relaciones pacíficas. Una vez resuelto
de sus sufragáneos, el obispo de Soissons. Rotadus, y ordenar su el asunto de Teutberga, ni Carlos el Calvo ni Luis el Germánico te-
internamiento en un cenobio sin esperar siquiera la conformidad del nían motivos para mantener en cuarentena a su sobrino. Carlos, por
papa al que se había alzado en apelación el condenado? Convirtiendo su parte, accedió a recibirle en Attigny por el mes de agosto, reanu ..
aquel asunto en personal. se había negado Hincmaro durante mucho dando con él las relaciones de amistad acordadas en Coblenza. 66
tiempo y con obstinación, pese a las conminaciones pontificias, a de- Carlos y Luis se entrevistaron en seguida en Colonia para confirmar
jar que Rotadus fuera a Roma, de donde volvía en aquella sazón. delante del legado su armonía.87 Hasta la sucesión de Provenza dejó
en compañía de Arsenio, para ser reintegrado en su diócesis en virtud de ser motivo de discordia; después de· 1a muerte del rey Carlos,
de una sentencia pontificia del mes de enero del 865. 0 2 ocurrida en enero del 863, el emperador Luis II, considerando sin
Arsenio llevaba consigo un paquete de cartas por las que el papa valor el tratado por el que el fallecido había reconocido a Lotario 11
expresaba de manera clara y decisiva a todos, tanto monarcas como como heredero, 88 logró anticiparse a éste, ganándose la fidelidad
obispos, sus decisiones en términos que no admitían réplica. 6 3 El de una parte de los próceres de Provenza, y finalmente se llegó a
una transacción entre los dos pretendientes por medio de un reparto
legado entregó a cada quien su epístola: a Luis el Germánico, en
que parece haber reservado a Luis 11 la Provenza y las diócesis de
Francfort, en el mes de julio; a Lotario, en Gondreville, cerca de Toul,
Embrun, Gap, Grenoble, Moutiers y Belley, dejando todo lo demás
algunos días después; luego a Carlos el Calvo, a mediados de julio,
para Lotario. 89 Desde entonces las relaciones entre Luis 11 y su her-
en el palacio de Attigny. Los obispos recibieron las suyas en los mis-
mano se mantuvieron tan cordiales que en todo momento había en-
mos sitios. A todos hizo saber Arsenio, por medio de comentarios
G4 Ann. Bertin., año 865, págs. 75-76.
60 Epistolae, t. VI, pág. 224, n9 10; pág. 309, n 9 3R. G5 ldem, págs. 76-78 (en donde se reproduce íntegramente el texto del jura·
61 Idem, págs. 309-310, n 9 38. Cf. págs. 307-309, n" 37 y PARISOT, págs. 274-277. mento, inserto también en las Capitul., t. II, n9 307, págs. 468-469); Ann. Fuld., año
62 El expediente de este asunto fué parcialmente publicado en las Epistolae, 1165; carta del papa Nicolás 1, del 31 de octubre del 867, a los obispos de Germanía,
t. VI, págs. 353-432 y puede completarse con la carta de Hincma.-o en MIGNE, Patrol. en las Epistolae, t. VI, pág. 348 (n 9 53).
lat., t. CXXVI, col. 25-46. Hincmaro presentó las cosas a su manera en Ann. Bertin., oo Ann. Bertin., año 865, pág. 78.
años R61, 862, 863, 864 y 865. Cf. ScHRORS, págs. 237-270. 07 Ann. Frtlrl., 11iio 865, pág. 64, l' columna (adición en la 2' parte).
u:i 1.o que ~e ha conservado de ellas está publicado en las Epistolae, t. VI, flR JI. snpra, púg. 287.
pá¡.:~ . .'!02-aM, n•> 33-39. 1111 1'0111'AICl>IN, Pr11111•11c1~, pÍlg>'. 32-35.
LA HORA DEL PAPADO: NICOLAS I 299
contrado Lotario en el rey de Italia, durante sus desavenencias con.
la Santa Sede, el más seguro y eficaz apoyo.
Hay que agregar que en aquel momento tenían los reyes, a lo
que parece, cada uno en su territorio, tribulaciones bastantes como
para no desear ocuparse de los asuntos generales de la Europa caro-
lingia. En Francia, las devastaciones de los normandos habían alcan-
zado alarmantes proporciones y la necesidad de acudir a la defensa CAPITULO V
del territorio que el rey invocaba el 864 y el 865 para justificar la
abstención de sus qbispos a los concilios de Roma rn no era, por EL DESPERTAR DE LA IDEA IMPERIAL: LUIS II
desgracia, un vano pretexto; los normandos se instalaban en el mismo
corazón del reino, en las inmediaciones de París, y se adentraban,
Una sombra, sin embargo, se presentaba en este cuadro: el "em~
en sus correrías, por el país; no menos osados aparecían en la cuenca
perador del mundo;, que, según decían los arzobispos de Tréveris y
del Loira;7 1 además, sabemos que el rey se veía obligado a multipli-
de Colonia, trataba de ser Nicolás I, carecía de los medios necesarios
car sus esfuerzos para mantener en obediencia a sus súbditos y hasta
para proveer a su propia seguridad. En la misma Roma estaba a
a su propio hijo Luis el Tartamudo.1 2 También Luis el Germá'nico
merced de cualquier golpe de mano; 1 en todo momento las facciones,
tenía que hacer frente a los rebeldes y a las traiciones de sus hijos
que no estaban desarmadas, podían turbar el sosiego de la ciudad.
y de algunos de sus próceres. 73 En cuanto a Lotario, lo menos que
Pero más todavía que las turbulencias internas tenían que preocuparle
puede decirse es que los acontecimientos de los últimos años
los enemigos exteriores y, sobre todo, los musulmanes que seguían
habían puesto a dura prueba su autoridad y su prestigio. Todo que-
amenazando a la capital de la cristiandad.
daba, por tanto, libre para el papado, que era el gran vencedor de la
Desde que, desde Sicilia, habían logrado poner el pie en la Italia
hora y parecía estar en condiciones de dictar su voluntad al Occi~
meridional, sus avances en aquella zona habían sido constantes.
dente.
Aprovechando las rivalidades que enfrentaban entre sí a los pequeños
principados lombardos de Campania, fueron poco a poco, desde
Bari, su primera base en el continente, adentrándose en la comarca
de Benevento y hasta más allá del Volturno; lograron adueñarse de
l<is fortalezas que guarnecían el curso superior de dicho río y final~
mente habían ganado el valle del Liris, desde donde comenzaron a
avanzar hacia el Lacio.
Por sí mismo era el papado impotente para contenerlos, y su
debilidad material iba, durante muchos años, a obligarlo no sólo a
moderar sus designios políticos, sino a asegurar a toda costa, en
la persona de uno de los príncipes carolingios, el puesto y título
de defensor que reclamaba la salvación de la cristiandad. Era tanto
como declarar que después de haber vivido un cuarto de siglo abri-
Hando la generosa ilusión de una concordia fraternal, cuya animadora
70 J'. supra, pág. 295. fuera la Iglesia, se había venido, por fuerza de la realidad, a tener
71 Cf. VocEL, Die Normannen, págs. 197-223.
necesariamente que entregarse, por medio de un caudillo temporal.
72 Rebeliones de Luis el Tartamudo en el 862 y de Pipino de Aquitania en el
864, Ann. Bertin., años 862 y 864, págs. 58, 59, 66, 72; movimientos levantiscos a la defensa del patrimonio común de todos los cristianos de Occi-
en Borgoña (Capitular de Tusey, de febrero del 865, en Capitul., t. 11, n 9 274, pági- dente. Ahora bien, como el peligro más apremiante era el que
nas 329-332) . amenazaba a la sede de San Pedro, los papas iban a dedicarse en
73 Rebelión de sus hijos, Carlomán el 863 y Luis el 866; traición del marqués
1fo Pnnnonin el 865. Vi•llnse 1-os Ann. Fuld. y los Ann. Bertin. 1 Vl·n,...~, por ej1•mplo, 1•n los A1111. Bertin., año 864, pógs. 67-68, el relato ele los
11111111l111c.-11" i11.,iclc·111<·s IJll" s1·iialaro11 In llr•l(ncln a Roma "] niio ll(i4 clr Luis IT.
'300
EL DESPERTAR DE LA IDEA IMPERIAL: LUIS 11 301 .~02 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
adelante, sin descanso, a la tarea de hallar al más calificado monarca su voto, que se volviera a realizar el escrutinio en presencia de sus
que pudiera enfrentarse con aquella situación. delegados. Y esto fué el resultado de una transacción, pues en un
principio había manifestado la pretensión de substituir al elegido
por un candidato señalado por él, que era el hijo del obispo de Orta,
1.- EL EMPERADOR LUIS 11 y LA DEFENSA DE ITALIA
Arsenio, el famoso Anastasio al que, con poderosas razones, León IV
En los días de Nicolás I no era posible ninguna duda: se imponía anatematizó.5
tan sólo un hombre a la elección del Soberano Pontífice; el hijo mayor A menos de tres años de distancia -ya que Benedicto 111 había
de Lotario 1, aquel Luis 11 a quien, precisamente, había sido conce- muerto el mes de abril del 858,.......;, fué sin tardanza Luis a Roma para
dido el título imperial y que, en la Italia del sur, hacía años que vigilar por sí mismo y de cerca la nueva elección y asegurar el triunfo
sostenía la lucha contra los infieles. de su candidato que, esta vez, era nada menos que el diácono Nico-
Había nacido hacia el año 822 y, por tanto, estaba a la sazón lás, proclamado papa con el nombre de Nicolás l.ª Por tales circuns-
en la plenitud de su vida. "Rey de los lombardos" desde el año 844, tancias, éste se le mostró, al principio, completamente adicto. Al otro
consagrado emperador el 850, las circunstancias le habían hecho un dia de su consagración le vemos recibir a Luis sentándolo en su
soberano esencialmente italiano. Desde el 850 hasta el día de su mesa, abrazarlo con ternura en el momento en que van a separarse
muerte (en el 875) ya no abandonaría el suelo de Italia más que tres y hasta darle la sorpresa, cuando el emperador está ya en camino de
veces, y cada una de ellas por ausencias breves: el 856 y el 864 para regreso, de alcanzarle a algunos kilómetros de Roma para participar
conferenciar con su hermano Lotario 11 en Orbe, a algunas leguas en su comida y apretarle una vez más en sus brazos.7 Ltega hasta el
de sus fronteras septentrionales, y el 863 para ir a Provenza a hacerse punto de rodearse de algunos personajes que sorprende sean sus
cargo de la sucesión de su hermano Carlos. Todo el resto de su vida colaboradores, de no haberle sido impuestos por su protector; entre
se desarrolla en Italia, residiendo con preferencia en la antigua capi- ellos, aquel Anastasia a quien Luis 11 pensó hacer papa el 855 y
tal de los reyes lombardos, en Pavía, cuando las necesidades de que, a causa de su inteligencia y excepcional cultura, fué designado
orden militar no lo obligan a ir a las comarcas de Benevento. 2 por Nicolás secretario suyo; o aquel Arsenio, obispo de Orta, y
Su calidad de soberano italiano -de "emperador de Italia", como padre de Anastasia, cuya acertada intervención en el asunto del divor-
decía con desdén Hincmaro s_ no dejaba, por otra parte, de colo- cio de Lotario no impide que fuera un hombre lleno de vicios; o,
carlo con frecuencia en oposición con el papado. Si bien no estuvo finalmente, el obispo de Porto Rodoaldo, notorio prevaricador que
en Roma, sino en breves y raras ocasiones, ejerció allí sin la menor se dejó comprar el _863 por Lotario 11.s Cuando, algo más tarde,
cesión, ya por sí mismo, ya por medio de sus representantes, las
quiso Nicolás desembarazarse y quedar libre, se produjeron choques
prerrogativas que poseía por la Constitución romana del año 824,
bastante rudos: por ejemplo, el 860 y el 861, cuando Luis 11 SQstuvo
aunque desde los tiempos de León IV (847-855) se elevaban en
al arzobispo de Rávena contra la Santa Sede e y el 864, cuando, como
Letrán quejas contra sus injerencias en los asuntos pontificios y hasta,
vimos, el emperador llegó hasta emplear la violencia para tratar de
a veces, las relaciones entre las dos potestades degeneraban en vio-
que el papa arriase su voluntad ante los dos arzobispos Gunther y
lentos conflictos.4 A la muerte de León IV, en julio del 855, el
Tcutgaldo, destituidos en castigo de su escandalosa actitud en el
carolingio hizo respetar sin consideraciones su derecho de interven-
asunto del divorcio.10
ción en las operaciones electorales, que dieron por resultado la
elección del nuevo papa Benedicto 111: como los electores descui- 11 Sobre todos estos acontecimientos, véase DucHESNE, ttat pontifical, págs. 224-
daron solicitar su aprobación previa, había exigido, antes de aceptar :!:l l y las notas del mismo historiador en su edición del Líber pontificalis, t. 11.
o Liber pontificalis, t. 11, págs. 151·152; Ann. Bertin., año 858, pág. 50.
2 '/er los documentos recogidos en los Regesta de BéiHMER-MÜHLBACHER, 7 Libcr pontificalis, t. II, pág. 152.
nos 1179a-1275a. H DurnEsNr., "ttat pontifical, págs. 235-236 y 244; cartas de Nicolás 1, del año
3 JI. supra, pág. 292. llM1, 11 los putriarcas y obispos de Oriente sobre el papel de Radoaldo en el asunto
4 Véase la corre~pondencia de León IV analizada en los Regesta de ]AFFÉ- ,(., l"o.,io ( f:pi.<tolac, t. VI págs. 554, 561, 562).
WATTENBACH, nos 2602-2646; el Líber Ponti/icalis, t. 11, págs. 134 y sigs. y las notas; 11 /.i/11•r rumtific:ulis, t. 11, págs, 155-156; Ducnr.sNr., ttut pontifical, pág. 238.
y Dvcm:sN E, État pontifical,. págs. 220-223. 111 S11 1,,.11, 1uíg. ;¿en.
EL DESPERTAR DE LA IDEA IMPERIAL: LUIS 11 303 301 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
En este último caso Nicolás supo enfrentar altivamente la tor- garo, sino tan sólo una parte de los presentes recibidos, excusándose
menta. Pero, pese a su energía y a la elevada idea que tenía de su de no poder ser más generoso.17
autoridad, no podía permitirse romper con un príncipe que tanto le El futuro de la cristiandad de Occidente, quisiérase o no, apa-
era necesario para la defensa de Italia. ¿No se habían puesto a prue- recía, por tanto, más íntimamente vinculado cada vez a las posibili-
ba, desde su ascensión al trono, la valentía y los talentos militares dades militares del pequeño príncipe carolingio, a quien el destino
de Luis en la lucha contra aquellos infieles cuyo ataque decisivo se había hecho emperador, y aun el orgulloso Nicolás 1 estaba, hacia el
temía a cada momento? El año 847 los había detenido en seco, por fin de su pontificado, bien convencido de ello para que no se sometiera
primera vez, en las cercanías de Benevento. 11 El 852, después de a aquella evidente realidad.
haber intentado, sin éxito, arrebatarles Bari, los había derrotado otra
vez junto a Benevento. 1 2 El 860, cuando se hallaba en la Italia sep-
11.- EL PAPA ADRIANO 11, A REMOLQUE DEL EMPERADOR
tentrional, los infieles volvieron al ataque, impusieron tributo al duque
de Benevento, amenazaron Nápoles y amagaron un movimiento en Muerto Nicolás ( 13 de noviembre del 867), cada vez se va ha-
dirección del Lacio, 1 ª de tal manera que fué necesario disponer con- ciendo más borroso el significado político del papado, mientras acre-
tra ellos la movilización de toda Italia, desde la llanura del Po hasta cienta su importancia la acción del carolingio, en quien todos ven, a
las comarcas más directamente afectadas. A esta preocupación se la sazón, la barrera de la Europa cristiana contra los infieles.
contrae una capitular, 1 4 promulgada el 866 por Luis II, pdr la cual El sucesor de Nicolás l. llamado Adriano 11, cuya elección tuvo
hace un llamamiento, a causa del peligro, a todos los hombres libres lugar en ausencia de Luis 11, en aquel momento ocupado en la Italia
de la península divididos, de acuerdo con sus recursos personales, meridional por la situación militar, era un sacerdote romano bastante
en dos categorías: los menos ricos deben ser movilizados en el lugar o oscuro. Tuerto y cojo, hombre sin gran prestigio, acogedor y servi-
proximidad de su residencia, para asegurar la vigilancia de las cial, 1s pero sin personalidad y sin carácter, siempre dispuesto a testi-
fortalezas y de las costas: los otros, destinados al ej-ército de opera- moniar su gratitud y su buena voluntad a un emperador de quien
ciones, deben estar dispuestos a partir, provistos del equipo necesario espera apoyo y de quien elogia los méritos. He aquí, escribe a comien-
para un año de campaña. Plazo excepcional (el normal de la movili- zos del 868 a Luis el Germánico y a Carlos el Caluo, 19 he aquí un
zación en el territorio carolingio era de tres meses) que demuestra la príncipe que no consume sus fuerzas contra los cristianos, sino que
gravedad de aquel momento. las emplea todas "en la defensa de la Iglesia, para nuestra propia
¿Cómo no iba el Soberano Pontífice, mejor situado que nadie seguridad y para librarnos de los infieles"; un príncipe que protege
para darse cuenta de la situación, a sentirse obligado a conceder su nuestras fronteras contra los sarracenos; que no ha dudado en dejar
completo apoyo al único defensor posible? 111 Luis 11 invitó al papa su capital y sacrificar "el grato reposo" que disfrutaba para lanzarse
a participar con una aportación financiera a la empresa contra los a la lucha, afanándose sin límites, sufriendo "calores y escarchas",
infieles, indicándole que podria consistir en que cediera la rica ofren- siempre dispuesto a "soportar males y peligros por la causa de Cris-
da que le acababa de hacer el khan de los búlgaros, Boris, recién to", no retrocediendo ante nada "para asegurar la salvación y la
convertido al cristianismo; 1 6 Nicolás se vió obligado a acceder, más paz" de los cristiano!.. En todo esto, la actitud del papa Adriano
o menos gustosamente, a aquella demanda, que, según dice Hincmaro, responde a la obsesión del peligro musulmán y al sentimiento de que
equivalía a una orden, pero no entregó la totalidad del regalo búl- únicamente Luis 11 es capaz de proteger a la cristiandad contra aque-
lla amenaza; así, cuando el 20 de febrero del 868 sienta a su mesa,
11 BoHMER·MÜHLBACHER, Regesta, n• 113lb.
en Letrán, a unos monjes extranjeros, les invita a rogar por "su
12 ldem, n• 1154a.
13 ldem, n• 1216r. Sin embargo, es difícil decir si la carta de Lotario 11 al cristianísimo hijo el emperador augusto Luis, a fin de que Dios Todo-
papa Nicolás (Epistolae, t. VI, pág. 210) citada con este número se refiere a una
amenaza sarracena o a una amenaza normanda. 17 Véase HlNCMARO, en los Ann. Bertin., año 866, pág. 86. Cf. BoH!IIER·MÜHL·
14 Capitul., t. 11, n• 218, págs. 94-96. 11Ac111-:11, R<"1:esta, n• 1235g.
15 Véase "en las Epistolae, t. VI, pág. 703, la carta que el sucesor de Nicolás 1, 1H Sohrc su per~onalidad y su elección, véase el Liber ponti/icalis, t. II, págs.
el papa Adriano 11, escribió en febrero del 868 a Luis el Germánico. 173-17:..
16 Cf. L. HALPHEN, Les Bwbares, 4' ed. (1940), pág. 329.
111 ¡.;,,¡_,,,,¡,,..,t. VI, póp:~. 70il y 717.
LA;\Il:\A \ 'JT
Carlomagno.~20.
EL DESPERTAR DE LA IDEA IMPERIAL: LUIS 11 307 JOS DESMEMBRACION DEL IMPERIO
pleara su ascendiente personal con el rey, a fin de disuadirlo de rea-
Ill.- EL PAPADO Y LA SUCESIÓN LOTARINGIA (869-870) lizar aquello.3 2 Finalmente, conminó al mismo Carlos para que
renunciara a actuar de aquella manera.83 Por otra parte, había invi-
Esta muerte inesperada tuvo por inmediata consecuencia plantear, tado por el mismo correo a los obispos y a los próceres del reino
antes de lo que se suponía, pero en condiciones ya previstas por lotaringio para que se adhirieran todos, so pena de anatema, al here-
Carlos el Calvo y por Luis el Germánico, el problema de la sucesión dero legítimo, el emperador Luis, "rey, señor y emperador de toda
lotaringia, ya que Lotario no dejaba hijos sino de su unión, reputada la Galia".34
ilegítima, con Waldrada. En otra época hubiera podido Luis Il, el Por una ironía del destino, las cartas de Adriano estaban fecha-
más próximo heredero del fallecido, encontrar en aquella circuns- das el 5 de septiembre, es decir, el mismo día en que Carlos el Calvo
tancia una oportunidad excelente para reconstituir en su provecho entraba en Metz; sólo después de haber tomado posesión de una gran
el reino de su padre Lotario 1, es decir, la ocasión de reunir de nuevo parte del reino de Lotario 11 y de haber disfrutado, especialmente,
en un solo Estado los antiguos países francos del Mesa y del Rin, los honores del palacio de Aquisgrán, fué cuando el rey de Francia
con su capital Aquisgrán, y la Italia de los reyes lombardos, en la que recibió a los mensajeros del papa, a los que acompañaba un embajador
reinaba desde hacía veinticinco años. Su título imperial. al que habían de Luis 11 encargado de apoyarles en su gestión. Pero Hincmaro,
proporcionado significación sus victorias militares y los servicios que estaba en Lorena junto a su rey 35 y a quien debemos los de-
rendidos a la cristiandad, hubiera hallado con ello, sin duda, un talles de todo esto, observa que Carlos "no cuidó de tal petición"; 36
brillante suplemento. Pero la lucha contra los sarracenos de la Italia ni siquiera se tomó el trabajo de darle respuesta, al igual que hicie-
meridional hacía, de momento. imposible para él toda intervención ron todos sus obispos, entre ellos el mismo Hincmaro, y todos sus
al norte de los Alpes. En parecida situación se encontraba su tío próceres.37 El lenguaje conminatorio del papa disimulaba mal su ver-
Luis el Germánico, que había caído tan gravemente enfermo en Ra- dadera debilidad y nadie se dejó engañar. En cuanto al emperador,
tisbona como para que los médicos desconfiaran de salvarle la vida. 29 cuya causa defendía con tanto entusiasmo Adriano 11, estaba dema-
Magnífica e inesperada fortuna para Carlos el Calvo que, después siado absorbido por la lucha contra los musulmanes para que la
de haber negociado rápidamente con los próceres del reino vecino, se reclamación que hacía de sus derechos pudiera intimidar al rey de
encontraba en Metz el 5 de septiembre y se hacía coronar allí el 9 Francia.
como rey de la Lotaringia.so
El único con quien éste tuvo que contar fué con Luis el Germánico.
El papa Adriano, siempre dócil auxiliar de Luis 11, en cuanto tuvo
Menos gravemente .enfermo de lo que se había creído en un principio,
noticia de la muerte de Lotario envió cartas a los obispos, a
se llamó a la parte en la distribución del botín. Aun antes de que
los condes y a los próceres del rey de Francia.si para pedirles que
Lotario hubiera muerto, ya desde el año 868, se había puesto de
obstaculizaran toda tentativa de aquel género por parte de su sobe-
acuerdo con Carlos el Calvo para repartirse entre ellos, por zonas
rano y les recordaba los derechos imprescriptibles de Luis 11 a la
iguales. "todo lo que Dios les diera de los reinos de sus sobrinos"; 38
sucesión de su hermano. También evocaba que Carlos se había com-
y en septiembre del 869 no dejó de recordar a Carlos las condiciones
prometido por juramento (especialmente en Lieja el 854) a respetar
en beneficio de sus sobrinos la independencia del reino concedido a 32 1dem, pág. 720.
Lotario I en el tratado de Verdún; exaltaba, una vez más, la admi- 33 Carta perdida analizada por Hincmaro en los Ann. Bertin., año 869, págs.
rable abnegación de Luis 11 por la causa de la cristiandad; elogiaba 107·108.
los merecimientos "de un príncipe tan grande y de un emperador tan M Epistolae, t. VI, págs. 721·723.
35 Ann. Bertin., año 869, pág. 103.
piadoso"; amenazaba con anatematizar y, a los obispos, destituir, a
38 ldem, págs. 107·108.
quien no se opusiera a Ja realización del crimen que Carlos meditaba
:lí Pocos meses después lo señalaba con amargura Adriano 11. Véanse sus cartas
seguramente. Por carta particular invitaba a Hincmaro para que em- en las Epistolae, t. VI, pág. 725 (lineas 14·16), 726 (l. 34), 728, 729 (l. 20).
:IR Capitul., t. 11, n• 245, págs. 167·168. Este texto que lleva fecha del 868, está
20 Ann. Fuld., año 869, pág. 69; Ann. Bertin., año 869, pág. 108.
:lo Bertin., año 869, págs. 101-105.
A1111.
dntndo en el mes de junio por J. CALMETTE, Diplomatie carol., págs. 110 y 195·200.
:11 l\pistofoe, t. VI, p!Ígs. 717-720. Otros lo co111rnr11 ni nño 867 por rozones qus: resume y rechaza J. Calmette en su
citudu ohro.
EL DESPERTAR DE LA IDEA IMPERIAL: LUIS 11 309 310 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
de este acuerdo. 3 9 Pero cuando supo que, no contento con instalarse vez, a la tarea de contestarle. ¡Pero qué respuesta! En un extenso
en el territorio lotaringio y de promulgar en él actas fechadas en "el memorial 4 5 el inquieto arzobispo, herido en lo vivo, colocaba en su
año 1 de su reinado como sucesor del rey Lotario", 40 Carlos, que lugar al Soberano Pontífice, con un atrevimiento de lenguaje increí-
precisamente había enviudado por entonces (el 6 de octubre) , se ble, participándole la sorpresa que habían producido en la Galia sus
había vuelto a casar solemnemente en Aquisgrán, el 22 de enero observaciones. No faltaban gentes, llegaba a decirle, que recordaban
del 870, con una doncella del país, Riquilda o Riquelda, hija del conde que los papas, en las horas difíciles en que los lombardos amenaza-
loreno Bivin y sobrina de la reina Teutberga,4 1 esperando así atraerse ban, habían aceptado con premura que Pipino y sus descendientes
a sus nuevos súbditos, Luis amenazó a su hermano con recurrir a las recurrieran a las armas para salvarles; con esto señalaba, también,
armas si no procedía inmediatamente al reparto acordado. 42 No sin que, contra los normandos, las oraciones del sucesor de San Pedro
esfuerzo pudo finalmente llegarse a un entendimiento en Meerssen, eran insuficientes. Agregaba que "de dar crédito a la literatura
en donde los dos monarcas se entrevistaron el 8 de agosto del 870: el secular, los reinos de este mundo se ganan por la guerra y se aumen-
reino de Lotario fué partido en dos, de norte a sur, por una línea tan con la victoria y no con excomuniones"; que, además, "no es
de trazado bastante complicado que dejaba a Luis Aquisgrán, Colo- posible ser a la vez monarca y obispo" y que "si los asuntos ecle-
nia, Tréveris, Thionville, Metz, Maguncia, Alsacia y la región del siásticos dependen del papa, los públicos son de la competencia de
Jura, y a Carlos, las comarcas occidentales.43 Verdadero despedaza- los reyes". Que tales declaraciones hayan salido de la pluma de un
miento en el que no se había tenido el menor respeto por el interés obispo y, lo que es más todavía, de un Hincmaro, es la mejor prueba
general ni por la equidad. de la evolución que se había producido en los espíritus.
La única voz que aun se elevaba en favor del derecho y de los
principios que los dos reyes de Francia y de Germanía estaban piso- IV.- LA RECONQUISTA DE BARI y EL DESPERTAR DE LA
teando con tanto cinismo, era la del papado. Apenas se había reali- IDEA IMPERIAL
zado el reparto de Meerssen, cuando una lluvia de cartas pontificias 44
caía sobre Occidente, aunque sin efecto diferente al producido por las Junto al débil pontífice, cuyas amenazas dejaban indiferentes a
anteriores e igual que ellas con un retraso en la información y en los reyes de Francia y de Germanía y de las que se mofaba el arzo-
la transmisión que acentuaba su carácter inoportuno e inoperante; bispo de Reims, el emperador, que borraba la personalidad de Adria-
fechadas el 27 de junio del 870, testimoniaban a Luis el Germánico. no. podía presentarse como un gran personaje.
con enfadosa impertinencia, felicitaciones por su desinterés, y a Es verdad que en el terreno militar, al menos, era sin duda el
Carlos el Calvo vehementes reproches y amenazas de anatema, tan caudillo infatigable· cuya abnegación por la causa cristiana gustosa-
vanas como las del 869. Conminaban a los obispos, a los próceres y. mente exaltaba el papa. Desde el 866 al 871. ya no abandonó la
personalmente, a Hincmaro para que intervinieran, a fin de salva- Italia meridional 4 0 y no tuvo más que un pensamiento: acabar con
guardar los derechos de Luis II. que estaba llevando a cabo, "con el invasor musulmán. Las operaciones, tan pronto victoriosas como
grandes fatigas", el combate hermoso "contra los enemigos del nom- indecisas, que personalmente dirige sin alejarse con ningún pretexto
bre cristiano y para liberar al pueblo de Dios". Pero de la elocuencia del teatro de la luchu, le condujeron finalmente, a comienzos de
febrero del 871, al resultado que perseguía encarnizadamente des-
de Adriano, de sus súplicas y de sus amenazas nadie hizo más caso
de el 867: la conquista de la gran base musulmana de Bari, a orí'."
que anteriormente.
llas del Adriático, y la liberación casi total de la península. 47
Sin embargo, Hincmaro, a quien el papa intimaba a excomulgar
al rey de Francia si éste no renunciaba a su conquista, se dió, esta Para llegar a este final no escatimó esfuerzos: ni aun dudó en
ponerse en relación con el emperador bizantino, a fin de obtener,
39 Ann. Bertin., año 869, pág. 105. el 869 y el 871, el concurso de una flota griega que pudiera suplir la
40 BoHMER-MÜHLBACHER, n• 1473.
41 Cf. PARISOT, págs. 350-366. 1~ l\Irc:'iE, Patrol. lat., vol. CXXVI, col. 174-186. Este documento es de octuhrc
42 An-n. Bertin., año 870, págs. 108-109. ,¡,.¡ 870 .
43 Capitul., t. II, n• 251, págs. 193-194. Cf. PARISOT, págs. 369-378. .¡o; Biimrrn-i\IünLBACHER, nos 1232-125lb.
44 Epistolae, t. VI, págs. 724-732. ·17 !tfrm. nº 1246e y /.
EL DESPERTAR DE LA IDEA IMPERIAL: LUIS 11 311 312 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
:molesta carencia, para el ataque a un puerto, de toda clase de naves mente, poniéndose a resguardo, mientras que, después de haber
'de guerra. 4 ª Pero, finalmente, la victoria se debió a él y a sus tropas. vanamente esperado durante meses la llegada de vuestra flota,
'y el orgullo que ésta le produce es tal que le hace perder un tanto nuestros hombres, por poco numerosos que fuesen y aunque se halla-
lla cabeza, si hemos de juzgar por la carta que, al día siguiente de su ban agotados por tantos sufrimientos ... habían vencido tan bien a
:triunfo, se atreve, según todo hace suponer, a enviar al basileus de la muchedumbre innumerable de los sarracenos que devastaban la
:Constantinopla. 49 Calabria. . . que por eso fué fácil la toma de Bari."
i Desde sus primeras palabras toma una actitud contraria a su Una vez restablecidos así los hechos y luego de hacer alusión a
¡colega de Oriente, oponiendo su propio título a aquel que él le da: otros agravios, Luis II pedía al emperador bizantino que enviara a las
¡"Luis, por la voluntad de la divina Providencia emperador augusto zonas de la Italia meridional una flota suficiente para cortar a los mu-'
\de los Romanos, a su muy amado hermano espiritual Basilio, glo- sulmanes de sus bases y, en especial. de Sicilia; de lo contrario, las
riosísimo y piadosísimo emperador de la Nueva Roma." Pues él es el victorias de los francos no serán definitivas, cuando con el concurso
lverdadero
1
emperador; lo es por la voluntad de Dios, como lo indica de una flota griega no sólo se podría liberar toda la península, sino·
/el protocolo de sus actas, es decir, porque plugo al Todopoderoso que, tal vez, la misma Sicilia. 1
\dar el trono imperial al más digno, por virtud del santo óleo que El tono de esta carta es tal que, a veces, ha sido considerada
'el papa, nuevo Samuel, vertió sobre su frente, mientras que Basilio apócrifa. 52 Pero nada hace pensar esto. Ha' sido redactada con el
pertenece a una línea de príncipes que no sólo abandonaron la ciu- mismo espíritu y casi con el mismo estilo que muchos otros docu-
dad de Roma, sede del imperio, sino que desertaron del pueblo romano mentos que salieron en aquella época de la Curia pontificia. Recuerda
iy hasta dejaron de usar la lengua romana, para emigrar a otra ciu- especialmente una carta dirigida unos seis años antes por el papa
ldad, junto a otro pueblo, adoptando otra lengua." Frente a Basilio, Nicolás 1 al emperador bizantino Miguel 111, que también se había 1
¡que representa la heterodoxia o, mejor dicho, la cacodoxia, él repre- permitido tratar de bárbara la lengua latina, a lo que el Soberano
isenta la ortodoxia. ¿Qué importa que él pertenezca a la raza franca? Pontífice había replicado que los bárbaros eran quienes se ponían 1
INunca dejó de haber emperadores romanos salidos de otras razas en "ridículo al titularse emperadores de los romanos ignorando la i
'diferentes a la romana: españoles, isaurianos, kazaros, por ejemplo. lengua romana"; 53 y esta coincidencia no foé efecto de la casualidad, 1
!Desde entonces le plugo a Dios llamar a los francos, porque, según sino la demostración de que en ambos casos el redactor era la misma 1
~las palabras del Apóstol,50 el Señor ha querido "injertar ramas nuevas persona; es decir, el famoso Anastasia, protegido de Luis 11, secreta-
¡y de una fe limpia, en lugar de las ramas que había desgajado a rio del papa Nicol~s 1, bibliotecario de su sucesor y siempre dispuesto
:causa de su incredulidad". Que aquel. pues, "que tenga oídos, a servir la causa de su imperial protector. El soberano de Constanti-
loiga." 51 nopla se había ido convirtiendo poco a poco para los occidentales 1
1
1 Ridiculizando en seguida la estúpida pretensión de un emperador en "empetador de los griegos" (Graecorum imperator) y más que¡
!que tan mal conoce la lengua de los romanos como para estropear siempre Luis II podía persuadirse, como lo hacía o dejaba declararlo, ,
:Ia palabra rex (rey) e ignora que es equivalente a la griega basileus, que el verdadero "emperador romano" era él. ¡
1
señala el asombro de verle reivindicar la conquista de Bari como En un solo punto y en una cart3 desgraciadamente perdida a la,
.testimonio de las virtudes militares de "sus griegos", con pretexto que Luis 11 daba respuesta, atinaba Basilio en el punto neurálgico
de que en el sitio de la ciudad, los francos sólo eran un puñado de al señalar que aquel príncipe franco que pretendía hablar en nombre
!hombres únicamente ocupados en "mirar y comer". "Los vuestros, del poderío franco "no reinaba en todo el territorio franco" (in tota
.replicaba, eran como los saltamontes al comenzar el asalto; pero Francia}. La respuesta de Luis fué aquí singularmente oscura Y:'
luego, bruscamente enfermos de cobardía .... sin mirar, sin co- embarazosa: "Reinamos en todo el territorio franco, pues se puede/
mer, sin combatir y sin trofeos de victoria, se eclipsaron repentina- decir que poseemos los países que. poseen aquellos que son de la
1
'31-1
EL PAPADO LLAMA A CARLOS "EL CALVO" 315 116 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
869 las negociaciones con el papa Adriano en nombre de Lotario lI l'llAquisgrán aquella diadema imperial del papa, sino de manos de
cuando éste fué a Italia, se dedicó entonces con singular astucia a su padre, y la consagración que llevó a cabo Esteban IV más tarde, el
tener engañados y entretenidos tan pronto a Carlos el Calvo como X16, en Reims, con motivo de la visita que había ido a hacer a la
a Luis el Germánico, haciendo brillar engañosamente ante ambos la Calia, sólo fué una ceremonia religiosa de carácter protocolario que
esperanza de la sucesión italiana.º Pero, al mismo tiempo, se reali- por ningún concepto señalaba el punto de partida de una nueva era
zaba otra negociación por parte de la Curia romana y ésta, a espaldas rn las relaciones del poder espiritual con el poder temporal. Igual-
de Luis 11, tratando de arreglar el problema según sus intereses. Entre mente en Aquisgrán, y por la mano y la voluntad de su padre,9
los gritos, las protestas tumultuosas, los desafíos y las amenazas había sido coronado emperador Lotario I el 817, y la ceremonia de
que llenan la correspondencia cruzada entonces entre el rey de Fran- coronación celebrada el 823 en San Pedro de Roma con motivo
cia y el Soberano Pontífice, con motivo de una multitud de asuntos <le la visita que el joven heredero hacía al Soberano Pontífice 10 no
eclesiásticos que enfrentan al uno con el otro, 7 causa sorpresa era, una vez más, sino una manifestación de protocolo sin ningún
encontrar, de pronto, en una carta del año 872 dirigida por Adriano valor constitucional. Pero, desde entonces, las cosas habían cambiado
a Carlos el Calvo, un pasaje en donde ........-después de hiperbólicos Cuando, en su carta al emperador Basilio, escribía Luis 11: "Los prín-
cumplimientos sobre el saber, la piedad, la justicia y la devoción cipes francos, que antes llevaban el título de reyes, adquirieron el de
del rey de Francia, a cuyas dotes afirma el papa audazmente haber emperador a partir del momento en que recibieron para ello, del
rendido siempre homenaje- figuran frases como éstas: "Te confia- pontífice romano, la unción por el santo óleo"; 11 o cuando obser·
mos bajo sigilo -y esto no debe ser comunicado a nadie, si no es a vaba 12 que sus mismos tíos le daban el título de emperador "en consi-
gentes muy seguras........-, que ... si Tu Nobleza sobrevive a nuestro deración no a su edad, que es menor que la de ellos, sino de la
emperador, aunque nos dieran montones de oro, no aceptaremos, ni consagración que, por la imposición de las manos del Soberano Pon-
solicitaremos o acogeremos nunca con pleno agrado nuestro en este tífice y por sus oraciones, lo ha exaltado divinamente a esta digni-
reino y en el Imperio romano a nadie que no seas tú mismo ... Si tú
dad"; cuando atribuía entonces, por consecuencia, al papado la
sobrevives a nuestro emperador, es a ti al que nosotros deseamos ...
investidura imperial, señalaba hondamente la gran transformación
como jefe, como rey, como patricio y como emperador." 8
que se había producido en las ideas de la época sobre aquella materia
De esta manera, no sólo la asignación de la corona imperial se
t·an discutida.
convertía en un problema que preocupaba a los espíritus, sino que
Estaba, también, el hecho de que cuando, el año 850, Lotario 1
se comenzaba a percibir que si el papado no estaba, tal como lo
había decidido, en plenitud de la soberanía de sus derechos, asociar
deseara Nicolás l. en condiciones de regentear al mundo cristiano,
a su hijo Luis al Imperio, su primer cuidado y actitud habían sido
tenía, a lo menos, que desempeñar una acción esencial en la elección
de un nuevo emperador. enviarle a Roma, donde el papa León IV le había conferido por la
A este respecto la situación era bien diferente de lo que había sido consagración las insignias de su nueva dignidad.13 Pero ahora, se
en la primera mitad del siglo IX. Sin duda, Carlomagno había ido el creía o se fingía creer que la ceremonia de la consagración en Roma
año 800 a hacerse coronar emperador en San Pedro de Roma por era el acto fundamenteil para la exaltación de un emper~dor, y el
el Soberano Pontífice, pero nadie en aquel momento había pensado Soberano Pontífice podía, y esfo en opinión de los mismos monarcas,
que al colocarle la diadema sobre la cabeza, en medio de las acla- llegar a establecerse, sin contradicción, como distribuidor de co-
maciones de la multitud que llenaba la basílica, había sido otra cosa ronas.
León 111 que un instrumento de la política dictada por el dueño y No se iba a tardar en recoger las consecuencias de esa manera
señor del reino franco. Después, Ludovico Pío no recibió el año 813 de presentar las cosas.
(A1111. Bcrtin., año 876, pág. 127). r.o .11111. llt'f1r11., aiío B76, págs. 131-132.
·t ~. V. .rnpm, páµ:. 245. r.1 Hii11M1:11-Mi"ii11.11A<:11Etc, n• lf>l9b.
EL PAPADO LLAMA A CARLOS "EL CALVO" 325 326 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
diatamente la ocasión para desquitar su desgraciado retroceso del ahora complicidades cada vez más numerosas entre los pequeños
año 870 y reinstalarse en Aquisgrán, que en aquella sazón le había príncipes lombardos de la Italia meridional, en el duque de Nápoles ~ 8
obligado a evacuar su hermano.5 2 Días después de la muerte de Luis y hasta en Roma y aun en el mismo palacio de Letrán, ya que en la
el Germánico ya estaban sus emisarios en "Lorena", precediendo en primavera del 876 habían podido por un momento aliarse con aquel
pocos días la llegada de sus tropas y la suya personal. A mediados grupo de descontentos a los que ya aludimos 11 º y de los que era
de septiembre hacía su entrada en Aquisgrán y luego en Colonia, el alma uno de los más altos funcionarios de la Curia, el nomenclador
en donde recibía la noticia de que los normandos remontaban el Gregario. 00 Había sido éste expresamente acusado por el papa de
Sena con unos cien barcos grandes. Sin cambiar por ello sus designios haber querido abrirles las puertas de la ciudad, en connivencia con
prosiguió imperturbable su camino hacia Maguncia, tratando, sin varios otros personajes que pertenecían al palacio pontificio. 61 Que
duda, de ocupar toda la orilla izquierda del Rin. 53 Esperaba sorpren- fuera o no fundada esta acusación, lo cierto era que el peligro se
der a sus sobrinos en medio de la confusión de un arreglo de la había agravado y que Juan VIII, como lo demuestra su correspon-
sucesión que aun estaba imprecisa, pese a un reparto, teórico, que dencia, experimentaba una creciente angustia. El conde Boson, a
su padre había hecho el 865 en su favor. Y en esto se equivocaba. quien Carlos el Calvo había confiado el cuidado de velar por Italia
Luis el Joven, aquel de ellos cuyas posesiones eran las más directa- en su ausencia, sólo trabajaba para sí. En vano le urgía el papa,
mente amenazadas y en todo caso las más próximas, ya que com- desde septiembre del 876, para que enviara socorros; 62 en vano le
prendían Sajonia, Turingia y la "Francia oriental",54 se situó a orillas anunciaba con espanto, pocos días más tarde, que, según informes
del Rin, que, después de un vano intento de negociación, franqueó seguros, una flota de cien grandes navíos sarracenos navegaba hacia
ante Adernach, a unos veinte kilómetros más arriba de Coblenza. Roma;0s Boson se mantenía sordo a aquellas alertas. El duque Lam-
Un terrible combate tuvo lugar el 8 de octubre cerca de esta ciudad, berto, restablecido en Spoleto por las instancias del papa, y su her-
y en aquella acción Carlos el Calvo fué derrotado. 55 Dura lección mano Guido, designado adjunto suyo con la misión, al parecer, de
para el emperador, que se vió obligado a huir sin parar hasta Lieja ayudarle en la protección del territorio pontificio,6 4 sólo se preocu-
con los restos de su ejército y tuvo que dejar el campo libre a su paban de sus intereses personales.65 En cuanto a Carlos el Calvo,
sobrino, quien pocos días más tarde hacía de nuevo su triunfal en- se eternizaba en la Galia, y prodigando buenas palabras y promesas
trada en Aquisgrán. lí6 Destrozado moral y físicamente, pues estaba difería constantemente su intervención. 66 El 15 de noviembre del
enfermo de una pleuresía que por poco le cuesta la vida, 67 Carlos. 876 le demuestra Juan VIII su impaciencia y su decepción: ¿no ha
se dió cuenta, aunque demasiado tarde, que la idea de una restaura- sido elegido Carlos para ser sostén y defensa de la Santa Sede? 67
ción imperial tan completa como la había soñado en el arrebato de El papa solicita de los prelados de la Galia y de la misma emperatriz
los primeros triunfos se encontraba ya fuera de su alcance y que, Riquelda que pongan en juego su influencia, a fin de apresurar la
para llevar a cabo la realización de una obra duradera, le hacía falta salida del emperador para Italia.os
limitar sus ambiciones. La noticia del desastre de Andernach, en octubre, no impidió al
papa renovar sus d<..mandas. En la primavera del 877, recibe Carlos
IV.- CARLOS "EL CALVO" y EL PELIGRO MUSULMÁN
58 Véanse las cartas de Juan VIII en la colección de las Epistolae, t. VII,
págs. 5-39, nos 6-41.
No menor debió ser la decepción de Juan VIII, pues por doquier
59 Supra, pág. 323.
le cercaban los peligros. Después de la muerte de Luis II, los sarra- RO Epistolae, t. VII, págs. 326-329.
cenos se rehacían y. síntoma inquietante entre todos, encontraban Rl ldem, págs. 328-329.
u2 ldem, pág. 1, n• l.
52 V. supra, pág. 309. n:1 /dem, pág. 7, n• 8.
53 Ann. Bertin., año 876, pág. 132; Ann. Fuld., año 876, págs. 86·87. IH v.~asr LAl'ORTF.. L'Europe et le Saint-Siege (n• 101 de la Bibliografía). 256
54 Bi:iHMER·MÜHLBACBER, n 9 1459a. ur, 1'."f1i.'tol1w, t. VII, pÍlgs. 20-23, nos 22-25; pál(s. 30-31, nos 31-32.
55 Ann. Bertin., año 876, págs. 132-133; Ann. Fuld., año 876, págs. 87-89. un ¡,¡,.,,,, p1Í¡(. !!IJ, nº 31.
r.n A1m. Bertin., año 876, págs. 133-134; Ann. Fuld., año 876, pág. 89. 07 /,/,•m, ¡uí~'.. 19, 11 11 2:~.
r.7 Ann. Bcrtin., año 876, pág. 134.
EL PAPADO LLAMA A CARLOS "EL CALVO" 327 328 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
el Calvo, no bien convaleciente de su pleuresía, la visita de dos lega-
dos pontificios, 69 que le entregan una carta del 1O de febrero con V.- AsAMBLEA DE QmERZY (877)
términos más apremiantes todavía: los sarracenos realizan correrías
en los alrededores de Roma; se han apoderado del valle del Anio, a ¡Cruel ironía dirigida a un príncipe de cincuenta y dos años,
algunos kilometros al norte de la ciudad; la suerte de la cristianidad duramente probado por la enfermedad y que no podía dejar por
está de nuevo en juego. "¿Es que crees que los daños que sufre mucho tiempo, sin correr un peligro mayor, que los normandos ocupa-
nuestra Iglesia son pequeños?" Por desgracia no es así, precisa el ran el valle del Sena.74 Pero, para emprender operaciones militares
papa, que se considera en vísperas de sucumbir. Y agrega, no me contra ellos le hacía falta disponer de algunos meses. Ahora bien, ni
obligues a "dirigirme a otro lado" y envíame sin dilación el auxilio la impaciencia del Soberano Pontífice ni las necesidades de la defen-
sa de Italia parecían permitirlo. Así, a comienzos de abril, cediendo
hace tanto tiempo prometido. 7 º Tres días después, había el papa
a las instancias de Juan VIII, Carlos el Calvo estaba resuelto a
agregado a esta carta una postdata para recordar a su destinatario
desafiar una vez más las dificultades y emprender el camino de la
que el trono imperial que le había reservado con perjuicio de sus
península. Desde Compiegne, a donde había ido para celebrar las fies-
otros pretendientes conllevaba obligaciones especiales. Carlos no
tas pascuales, decretó, el 7 de mayo, la imposición de un tributo
podía pretextar otros cuidados para substraerse a su deber con la
especial, a fin de levantar cinco mil libras de plata para comprar
Iglesia romana, cuyo peligro sobrepasaba a todos los otros. Este la retirada de los normandos;75 luego, consciente de la gravedad del
urgía: bajo los ataques conjuntos de los sarracenos y del duque de momento, convocó a sus súbditos a una asamblea general en Quierzy
Spoleto, la Iglesia romana estaba amenazada de perecimiento.71 para el 14 de junio, a fin de dejar dispuesto con ellos el gobierno
Como, pese a estos llamamientos desesperados, nadie acudía en su de sus Estados francos durante su ausencia.
ayuda, el papa, aturdido, se cree en el caso de suplicar, en el mes Evidentemente, no le faltaban, en aquella sazón, inquietudes:
de abril, al comandante de una flota bizantina que cruza en aquella la coronación imperial no le había proporcionado, hasta entonces,
sazón las aguas italianas, que destaque diez navíos de alto bordo sino un aumento de trabajos y cuidados y la ruda lección de Ander-
para la protección de las costas cercanas a Roma. 7 2 Esto no le impide nach no se podía olvidar: el largo viaje que iba a emprender por
volver a la carga con Carlos el Calvo en el mes de mayo, en términos segunda vez, el peligro de nuevos ataques a que, bien sabía, estaba
más categóricos que nunca, 7 3 recordándole, desde la primera línea expuesto su reino por parte de sus sobrinos tanto como por los
de su epístola, que "la divina Majestad lo eligió con preferencia a normandos, los riesgos que iba a correr entonces al aventurarse hasta
todos los otros para elevarlo a la dignidad del Imperio_ romano y ha aquella Italia meridional, en donde el peligro musulmán reclamaba
querido coronarlo con la diadema de los augustos para que proteja su presencia y, finalmente, la muy escasa confianza que le inspi-
constantemente a la Iglesia de Cristo. . . y la defienda contra los raba su hijo Luis el Tartamudo, al que necesariamente tenía que
ataques de los paganos. confiar la regencia y del que anteriormente había tenido que lamentar
Ante el espectáculo de las devastaciones que cada día se extien- las traiciones, todo esto constituía para el emperador, enfermo y enve-
den más y la penuria que amenaza, ¿no va a conmoverse Car- jecido prematuramence, un cúmulo de preocupaciones de que nos dan
los? Ha llegado el momento de acudir. ¡El papa y su clero rogarán manifiesto testimonio las dedsiones adoptadas en Quierzy. En aque-
al Señor para que la preciosa salud del emperador no sufra demasiado lla ocasión quiso que cada quien adquiriese sus propias responsa-
con el clima! bilidades adhiriéndose por un formal compromiso a las decisiones
que iba a promulgar; y una feliz casualidad nos ha conservado el
69 Ann. Bertin., año 877, pág. 134. texto, por lo menos parcial, del cuestionario que fué sometido a los
70 Epistolae, t. VII, págs. 29-30, nº 31. Igual que anteriormente, adjunta a esta próceres reunidos en Quierzy, así como el de las respuestas que
carta iba otra para la emperatriz Riquelda en la que insistía el papa en solicitar su dieron. 7 º
concurso (pág. 32, nº 33).
71 ldem, pág. 31, nº 32 (13 de febrero del 877). H An11. Bertin., año 876, pág. 134.
72 ldem, pág. 45, n• 47. 1r. f.'11pi111l., t. IT, png. :1;,4, n• 2HO: A1111. Butill., año 1177, png. 1:1:;.
7:1 /1fom, púg. 51, n• 56. ·;n (.'11pi111l .. t. n, pllll,>- :1;,;,.:1<11, n• 2111.
EL PAPADO LLAMA A CARLOS "EL CALVO" 329 :BO DESMEMBRACION DEL IMPERIO
En la mayoría de los asuntos las preguntas y las respuestas son hubiere, serán igualmente reservados y las investiduras definitivas
claras, y el emperador obtuvo de sus fideles todas las seguridades iHualmente aplazadas. Finalmente, se estipulaba que las propiedades
deseadas: promesa de respetar los bienes de la Iglesia y las funda- de los obispos, de los abades y de las abadesas, así como las de
ciones personales del emperador ( arts. 1 y 2); aquiescencia a la los condes o de los vasallos del rey y las de sus esposas y de sus
designación hecha por él de las personas que van a acompañarle hijos, si llegaran a fallecer unos u otros, quedarían bajo la salvaguar-
a Italia ( art. 3); confirmación de los juramentos de fidelidad y de da de la autoridad pública y toda ofensa a esos bienes conllevaría
leal colaboración prestados por todos en los años anteriores ( art. 4) ; las sanciones judiciales previstas por la ley.77
garantía de los bienes personales de la esposa y de los hijos del Por otro artículo (el 1O) , estipulaba Carlos el Calvo que en el
emperador ( arts. 5 y 6); aprobación, en principio, de las medidas l·aso de que él muriera durante la expedición a Italia, concedía a
de protección que el emperador juzgase pertinentes, en caso de ata- ;iquellos de sus fideles que quisieran renunciar al mundo para con-
que de sus sobrinos contra su ejército o contra el reino (art. 7). sagrar el fin de su vida a rogar por el descanso de su alma, el dere-
De acuerdo con sus fideles, Carlos decretó, además, las disposi- c- ho excepcional de disponer libremente de sus dignidades en favor
ciones conservadoras que debían tomarse en su ausencia para los de sus hijos o de sus parientes en estado de servir el cargo: y este
oficios y beneficios que quedaran vacantes ( art. 9) : en caso de artículo circunstancial también es muy elocuente para probarnos
muerte de un arzobispo, el obispo más cercano se hará cargo de la la evolución que entonces se realizaba, dentro de las concepciones
diócesis, junto con el conde de la ciudad cabecera, hasta la notifica- de la época, en materia jurídica.
ción del fallecimiento al emperador; en caso de muerte de un obispo,
Los artículos siguientes tienen menor alcance, pero transparentan
la diócesis será administrada por un visitador designado por el arzo-
las inquietudes del emperador. Recomendaba Carlos a sus hijos y a
bispo, de acuerdo con el derecho canónico, visitador que será asistido,
sus f ideles no hacer caso a las noticias que pudieran circular sobre su
como en el caso anterior, por el conde que resida en la sede afectada
muerte, pero si éstas se confirmaban, dar cumplimiento a sus últimas
hasta ser notificado el caso al emperador; en caso de deceso de un
abad, el obispo y el conde del distrito tendrán en las mismas condi- voluntades ( art. 11 ) : designaba a los albaceas o ejecutores testamen-
tarios ( art. 12): dejaba previsto, en cuanto a su sucesión, el caso
ciones el cuidado provisional del monasterio. La elección de nuevo
('O que le naciera otro hijo y también el de que uno de sus sobrinos se
titular, en estos tres casos, quedará sometida a las reglas habituales,
es decir, subordinada a la aprobación del soberano. hiciera digno de recibir una parte de la herencia, lo que indica la
Para los cargos condales se señalaban los mismos principios: en incertidumbre en que se hallaba en cuanto al futuro de su imperio
caso de fallecimiento de un conde, la administración del territorio ( art. 13).
afectado será confiada provisionalmente a un consejo gestor formado Previendo luego el caso en que regresara salvo y sano de su
por los altos funcionarios del condado y por el obispo, hasta que el t•xpedición, invitaba a su hijo a estar dispuesto a ir a Italia para
emperador haya podido estatuir. Pero hay una disposición que desvela dedicarse al servicio de la Santa Sede y hacerse coronar en Roma
algunas transformaciones importantes para la completa ejecución ( art. 14). Designaba los diversos obispos, abades y condes que. según
de este decreto: de una manera expresa se reservan los derechos de hs regiones, deberían asistir al rey Luis en el ejercicio del poder
los hijos del conde, si es que los tiene, como si, en tiempos normales, ( art. 15): recomendaba a éste que tuviera siempre junto a sí, siguien-
recayera sobre ellos la sucesión. Si se encuentran en el lugar de do su ejemplo, a un grupo de hombres seguros dispuestos a dirigirse
residencia de su padre, pero son menores de edad, el hijo mayor rnntra sus adversarios allí donde fuera necesario ( art. 16) : final-
será delegado provisionalmente en el cargo bajo la intervención del mente, disponía ( arts. 17-33). hasta en los menores detalles, la
consejo gestor; si el primogénito del fallecido es mayor de edad, pero 111archa de los servicios durante su ausencia, sin olvidar la conserva-
se encuentra junto a Carlos en Italia, algunos de sus parientes o ción de las defensas contra los normandos ni las de los bosques, y
familiares serán adjuntos al citado consejo para velar por sus intere- lleHaba hasta el punto de que, antes de cerrar el capítulo de sus
ses. Igual disposición se aplicaba a los beneficios de los vasallos: ya
77 El sentido y alcance del artículo 9, tal como nosotros creemos interpretarlos,
procedan estos beneficios del emperador, de un obispo, de un abad,
"' p111·dcn prnl'i,ar por los arlícnlns 3 y 4 de la capitular que fué oficialmf'nte promul
de un conde o de un señor cualquiera, los derechos de los hijos, si los ¡•,ndn 1·1 11> de juniu (<:a¡1it11l .• l. IT, nº 2112, pií~s. 362.:l63).
EL PAPADO LLAMA A CARLOS "EL CALVO" 331 n2 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
recomendaciones, ordenara que se llevase una cuenta exacta de las Dios en el orden del mundo".8 4 A comienzos de septiembre, el mismo
piezas cobradas en la caza por su hijo ( art. 33) . JUém VIII lo recibía personalmente en Verceil, cuando entraba en la
Este cuidado de dejar dispuesto todo en sus detalles y de limitar llanura lombarda, y desde allí le acompañó hasta Pavía y fué aquí
lo más posible el espacio a toda decisión caprichosa y hasta a la donde les llegó de pronto la nueva inquietante de que el primog-énito
iniciativa de cada quien, nos produce la penosa impresión de un de Luis el Germánico, Carlomán, llegaba a Italia con todo pode-
viaje corroído por la ansiedad angustiosa, ensombrecido por la cruel río dispuesto seguramente esta vez a cortar el camino a su tío y a
certeza de un fin inmediato. disputarle la corona lombarda y la diadema imperial. 8 "
Lo esencial de estos textos fué recogido el 16 de junio en cuatro Después de la muerte de su padre, el 28 de agosto del año ante-
artículos, que se leyeron a~ pueblo reunido; 7 ª luego se dió la orden rior, los tres hijos de Luis el Germánico, Carlomán, Luis el Joven y
de partida. El 20 de junio el emperador estaba en Compiegne; el 1 de Carlos el Craso, se habían, en efecto, repartido amigablemente los
agosto el ejército atravesaba el río Saona, dirigiéndose hacia ltalia.79 diversos territorios que constituían el reino de Germania. El primo-
Hénito, Carlomán, había heredado Baviera con sus anexos de Bohe-
mia, Moravia, Pannonia y Carintia; el segundo, Luis el Joven, la
VI.- FIN DE CARLOS '"EL CALVO" (877) "Francia oriental" (la futura Franconia), Turingia, Sajonia, Frisia
Mientras tanto, el Soberano Pontífice se dedicaba en la penín~ y la mayor parte de la Lotaringia, que su padre había anexionado;
sula a consolidar la autoridad de Carlos. A la vez que proseguía Carlos el Craso, el menor de los hermanos, recibió la Alamania (la
futura Suabia) con Alsacia y, sin duda, la Recia.86 Ahora bien, en
cerca de Gaeta activas y delicadas negociaciones para poner fin a la
virtud de este reparto, Carlomán era sin disputa, a la vez que su
connivencia del duque de Nápoles y de algunos otros régulos de
hermano Carlos el Craso, el más directamente interesado en los acon-
Campania con los sarracenos,60 convocaba en Rávena, a petición
tecimientos de Italia y el mejor situado para intervenir en ellos eficaz-
del mismo emperador, un concilio cuya reunión, anunciada para el
mente. Se recordará, además, que, a la muerte del emperador Luis II,
24 de junio, 81 tuvo que ser retrasada, a causa de los asuntos de la
una gran parte de los próceres de Italia había pensado en él para
Italia meridional, hasta comienzos del mes de agosto. El objeto de la doble sucesión real e imperial y que ya en 875 lo había intentado,
la asamblea era, ante todo, asegurar a Carlos una más amplia y presentándose bruscamente en Lombardía.
sincera adhesión del episcopado italiano. Ante los ciento treinta Era de esperar una terrible batalla. Procedente, sin duda, del
obispos que respondieron a la convocatoria, pronunció Juan VIII Brennero, Carlomá.n avanzaba rápidamente sobre Pavía y Carlos
un hiperbólico elogio del carolingio; después de eso, la asamblea el Calvo, que esperaba la llegada de importantes refuerzos traídos
declaró por unanimidad que aprobaba y confirmaba la elección que de Francia, juzgó prudente replegarse al sur del Po, hacia Tortona,
se había hecho de él para emperador y anatematizaba a quien a ello en donde el papa, siempre a su lado, coronó como emperatriz a su
se opusiera.s2 esposa Riquelda. Luego, como el peligro se precisara, Carlos hizo
En Orbe, al norte de Lausana, junto al camino que le conducía que ésta repasara inmediatamente los Alpes por la más próxima
hacia San Mauricio de Valais y hacia el Gran San Bernardo, tuvo Harganta, la del Cenis, llevando su tesoro.8 7
noticia Carlos el Calvo de este voto alentador, 8 ª fundado en que la Carlomán seguía avanzando y, sin embargo, los refuerzos no
elección realizada en su persona estaba dispuesta por Dios desde llegaban. Pronto se tuvo la explicación de este retraso: acababa de
la eternidad o, para emplear las palabras del texto, "inscripta por producirse en Francia un formidable levantamiento capitaneado por
algunos de los jefes militares que mandaban las tropas de refuerzo.
78 Capitul., t. JI, n• 282, págs. 362-363.
Entre los que figuraban al frente de aquel movimiento estaban el
79 Cf. CALMETTE, Diplomatie carol., págs. 171-172.
80 Epistolae, t. VII, pág. 36, n• 37; pág~. 3840, nos 39-42; pág. 44, n• 46;
H1 Actas del concilio en MANSI, t. XVII, Apéndice, col. 171-174.
págs. 48-49, nos 51-53; pág. 55, n• 61.
8ú Ann. Bertin., año 877, pág. 136. Carlos el Calvo estaba en Verceil a comienzos
81 Véanse las cartas de Juan VIII, ídem, pág. 50, n• 55; pág. 52; n• 57;
págs. 53-54, n• 59; págs. 55-56, nos 61-62.
,¡., Hcptiembrc (ver un diploma suyo en Historiens de France, t. VIII, pág. 674).
Rll Bü11Mrn-Müm.BACllER, n• 1520a.
R2 Actas del concilio en MANSI, t. XVII, Apéndice, col. 171-174.
w; A1111. flerti11., uño !l77, pág. 136.
R:I Ann. Bcrtin., año 877; págs. 135-136.
EL PAPADO LLAMA A CARLOS "EL CALVO" 333 334 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
conde Boson, hermano de Riquelda, Hugo, el Abad -uno de los fideles. De ahí la explosión de descontento y la rebelión general que,
miembros más distinguidos de la familia W elf y primo carnal del de pronto, destruía toda su fuerza al emperador en el momento pre-
emperador-, el conde de Auvernia, Bernardo Plantevelue, el mar~ ciso en que Carlomán se aprestaba a atacarle. Rebelados los refuerzos
qués de la Septimania, Bernardo, y a éstos seguían en la rebelión indispensables junto con sus caudillos, no le quedaba a Carlos sino
otros condes y muchos obispos del reino. De cuantos habían quedado un camino: el del regreso a Francia, y lo más pronto, si quería salvar
en Francia, muy pocos, afirma Hincmaro, se mantenían fieles. 88 su corona.
Los historiadores han tratado de descubrir la causa de esta rebe~ Era demasiado tarde hasta para esto. Abatido por la adversidad,
lión que sorprendía a Carlos el Calvo en un momento decisivo. Hay temblando de fiebre, sólo tuvo tiempo para franquear a su vez el paso
una incontrastable, que las domina a todos y resulta altamente signi- del Cenis en litera, para ir a morir miserablemente, el 6 de octubre del
ficativa: el mismo Imperio, con todo lo que implicaba de nuevos 877, en una aldea perdida de la Maurienna.95
tributos. Carlos volvía a Italia el 877 "contra la voluntad de los
suyos", declara con palabras precisas el autor anónimo de los Ana~
les de San Vaast de Arrás.s9 Descontento tanto más explicable
cuanto que la expedición del rey de Francia era posible gracias al
hecho de haber entregado a los invasores normandos una contribu-
ción cuyo abrumo sobre los tributarios pareció a éstos insoportable. 00
¿No era, en tales circunstancias, una verdadera deserción la ausencia
de Carlos? Ya el año 875 le reprochaba Hincmaro haber "abando-
nado espontáneamente su reino para marchar a ltalia",0 1 dejando
a los suyos· expuestos sin defensa al ataque de los enemigos;9 2 y
asegura haber oído entonces al pueblo reprochar al rey "que dejara
el reino en el momento en que, trastornado en su interior, estaba
cercado por los paganos y el haber desertado -ésta era la palabra
:¡ue se pronunciaba- de aquellos a quienes la voluntad de Dios le ha~
bía confiado en gobierno y protección".os Y tratando otra vez, poco
después, el 877, sobre estos hechos, en una carta dirigida a Luis
el Tartamudo, el arzobispo de Reims, que desde el asunto del vica~
riato de Ansegiso de Sens había pasado a la oposición, precisa los
agravios al acusar a Carlos el Calvo de haber dejado periclitar todo
en el país "porque sus consejeros no se atrevían ya a decirle, ni aun
estaban en condiciones de ello, lo que creían que era útil y provechoso
para el reino".94
No era posible mayor claridad para dar a entender que la arries-
gada política de Carlos el Calvo ya no tenía la aprobación de sus
88 ldem.
so Ann. Vedastini, año 877, pág. 42.
oo ldem, pág. 41, y carta de Hincmaro a Luis el Tartamudo, párrafo 8, en MrcNE,
Patrol. lat., t. CXXV, col. 987o-988A.
01 Carta de Hincmaro a los obispos ele EUS arquidiócesis, párrafo 3, ídem,
col. 963c..
!l~ ldem, párrafo 9, col. 966A.
!1:1 ld<'m, párrafo 12, col. 9678.
IJ.I ~hc;:-;1-:, 1'11trnl. lrrt., t. ·<:XXV, rol. 9B7o-9!18A.
B6 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
analista llama "fiebre italiana".7 Pué necesario dejar para mejores
tiempos la continuación del asunto y, como el estado de salud de
Carlomán no dejaba de agravarse, pronto tuvo que ser descartada
la idea de conferirle el poder supremo. 8
Más que nunca, sin embargo, sentía el papa la necesidad de un
protector, ya que al peligro que hacían correr los musulmanes a la
CAPITULO VII l:apital de la cristiandad se agregaba entonces el de las empresas
amenazadoras del duque Lamberto de Spoleto. Desde comienzos del
CARLOS "EL CRASO" 878, Juan VIII se debatía en vano contra la pretensión de este
último de imponérsele y protestaba con energía contra lo descon-
siderado de su correspondencia. 9 En el mes de marzo, el duque de
1.- EL PAPA JUAN VIII. EN BUSCA DE UN EMPERADOR:
Spoleto, auxiliado por el marqués de Toscana, Adalberto, logró pene-
CONCILIO DE TROYES ( 878)
trar en Roma, se hizo seguir allí por los antiguos conjurados del 876
e impuso el terror en la ciudad tiberina; intentó cortar al Soberano
Así, por segunda vez en dos años, el Imperio estaba vacante. El Pontífice, encerrado en San Pedro, todas las comunicaciones con
papa, que se había entregado a fondo en favor de Carlos el Calvo con los suyos y con su clero, le mantuvo bloqueado de esta manera por
la esperanza quimérica de que el rey de Francia sería capaz de pro- espacio de treinta días en la basílica y, durante este tiempo, se hizo
seguir en Italia la obra de defensa iniciada por Luis II y de reconsti- dueño de la ciudad.10
tuir, además, un poder imperial suficientemente sólido para imponerse En vano demandaba Juan VIII el socorro de Carlomán, cuya
en Occidente, no tenía ya, desde entonces, capacidad para hallar enfermedad ignoraba "y al que creía simplemente de regreso en
soluciones. Seriamente no era posible, al parecer, tener en cuenta al Alemania para arreglar con sus hermanos la sucesión de Lorena; 12
hijo de Carlos el Calvo, aquel Luis el Tartamudo, que con gran luego, desesperando de poder restablecer la situación con sus propias
esfuerzo iba a conseguir ser reconocido y obedecido en la misma fuerzas, tomó la decisión de ir a establecerse en territorio franco 1s
Francia. 1 Además, el hijo mayor de Luis el Germánico, Carlomán, para tratar de salvar a la cristiandad del desastre, entablando gestio-
se había hecho dueño, rápidamente, de la situación en la Italia sep- nes personales con los carolingios. Proyectaba un gran concilio en el
tentrional; mientras Juan VIII regresaba presuroso a Roma, 2 Carlo- que los tres hijos de Luis el Germánico, el hijo de Carlos el Calvo y
mán se instalaba en Pavía, en donde recibía el juramento de fidelidad los obispos de sus cuatro reinos, así como los de Italia, reunidos bajo
de los próceres en la primera quincena de octubre 3 y escribía al papa su presidencia, tuvieran, finalmente, todos juntos, conciencia del peli-
para preparar su futura coronación imperial. 4 Para Juan VIII era nro y proveyeran los medios para enfrentarlo solidariamente; 1 4 y.
aquello un naipe forzado y lo único que intentó fué salvar su situa- después de haber anatematizado a Lamberto de Spoleto y a sus
ción lo mejor posible, poniendo determinadas condiciones. 5 t·ómplices, abandonó Roma a fines de abril del 878, se hizo a la mar,
Pero la fatalidad se cebaba con los carolingios. Apenas había
comenzado la negociación cuando Carlomán caía gravemente enfermo 7 Ann. Fuld., año 877, pág. 90.
y tenía que ser transportado, también en una litera, a sus Estados. s R ldem, año 879, pág. 92.
Su mismo ejército estaba diezmado por una epidemia mortal. que un !l Epistolae, t. VII, págs. 78-80, nos 83-84.
10 C.f. las cartas de Juan VIII, en las Epistolae, t. VII, págs. 68-70, nos 73-74;
1 PouPARDIN, Provence, pág. 85. p/1¡.o,,. 84-85, nos 88-89; pág. 90, n• 96; pág. 99, n• 107. Sobre la fecha de estia. ocu·
2 Ann. Bertin., año 877, pág. 136. p11 .. i(m de Roma, véase ídem, pág. 70, n. 2. Los Ann. Fuid., año 878, pág. 91, hablan
3 Ann. Fuld., año 877, pág. 90, y toda una serie de actas expedidas por Carlo- .¡,. 1111 .iurnmento ele fidelidad que se exigió entonces a los romanos en nombre de
mán a contar del 16 de octubre para iglesias o abadías de la Italia septentrional l ·,, rlornírn; pr·ro 1•sl" lr.slimon io es de valor endeble.
(BoHMER-MÜHLBACHER, nos 1523-1529; textos publicados en los Diplomat. reg. Ger- 11 /•.'¡1i.<tol1w, l. VII. pÍ1¡?;. 70, 11• 74.
maniae, t. 1). 1:? /1frm, pÍlf.(. ~7. n• frL
4 Véase la respuesta de Junn VIII en las Epistolae, t. VII, págs. 57-58, n• 64. 1 :1 ¡,¡,.,,,, p1í1'.. H. 11• 711.
r. E¡1istolae, t. VII, págs. 57-58, n• 64. 11 /,/,.,,,, 11/1¡'.'·· 11: 1.1111, ,, .... 11'/Wl;, 11• %: p/1¡•. llll, 11• 1011.
ll Arrn. Rertin., año 87.7, pái1. 137.
w;
e
·~
"' .
.::::
'"~
~o
c1 c;:j
}= . . . :::
z~
~'~
_:t:;;. ......
E·~
~ ..3
~(.J
~ ~
e~
== (J
2 .2.,_
e:·:
~~
~ ;§
.:? :::;
::.1. ;...-
.:: _g
o
0
CARLOS "EL CRASO" 337 338. DESMEMBRACION DEL IMPERIO
tocó en Génova y desembarcó en Arles el 1 de mayo. Desde allí, se que estaban presentes en la asamblea pertenecían a la Galia. Después
hizo acompañar por el conde Boson hasta Lyon y siguió después de la llegada de Luis el Tartamudo, Juan VIII pronunció el discurso
su viaje hada el norte.15 . · patético, del que sólo tenemos dos breves fragmentos, para hacer
Antes de dejar.Roma, y luego desde Génova, había dirigido cartas un llamamiento urgente a sus auditores en auxilio de la "santa Iglesia
a los monarcas carolingios 16 para exponerles la gravedad de la si- romana" que estaba en peligro;24 además, en el curso del concilio,
tuación e invitarles a sellar entre ellos una alianza que exigía la salva- reiteró varias veces este tema. 2 11 Pero ¿qué eco podían tener sus
ción común; además les anunciaba la próxima reunión del concilio, palabras frente a un rey enfermo y sin autoridad y a un clero cuyo
del que esperaba habría de salir una solución, por la buena estado de espíritu traduce muy bien Hincmaro cuando aconsejaba
voluntad de todos, al angustioso problema del Imperio, condición al joven rey abstenerse de seguir, a este respecto, el ejemplo de su
primera, según su opinión, para la salvación del papado y de la padre? 2 0 Todo lo más el concilio aceptó confirmar los anatemas y
Iglesia. excomuniones pronunciados por el Soberano Pontífice contra sus
Pero una doble y penosa decepción le esperaba a su llegada a adversarios en Roma, en especial contra Lamberto de Spoleto y
Francia. Sucesivamente se enteraba de la enfermedad de dos de los sus cómplices laicos o eclesiásticos; 2 7 luego decretó diversas medidas
cuatro reyes carolingios a quienes contaba tener a su lado: la de de detalle y se disolvió sin haber podido hacer nada de lo que el papa
Carlomán, al que prometió ir a visitar después del concilio, 1 7 y la esperaba en su reunión. Entre Juan VIII y el rey de Francia sólo
de Luis el Tartamudo, que estaba retenido en Tours por un mal súbito hubo un intercambio de cortesanías y, una vez terminado el concilio,
que por un momento hizo peligrar su vida. 1 ª Todo lo que pudo hacer Luis el Tartamudo se apresuró a que el papa regresara a Italia acom-
provisionalmente el rey de Francia fué facilitarle el viaje hasta pañado de Boson, que poco a poco se había convertido en el perso-
Troyes, a cuyo obispo dió orden de acogerlo. y en donde pudo ser na je más importante de su corte y cuya ambición no cesaba de
convocado el concilio para el día 1 de agosto. 1 9 En cuanto a Luis crecer. 28
el foven y a Carlos el Craso se hicieron los sordos; ni uno ni otro Por su parte, Juan VIII sólo había recogido amargas decepciones
pensaron siquiera por un momento en ir a Troyes y el papa tuvo de su viaje a tierra franca. La experiencia del concilio de Troyes le
que resignarse a prometer que les visitaría también después de la había bastado; no creyó conveniente ir más lejos en su tentativa,
celebración del concilio, que ya no sería más que un concilio "de yendo a hacer sus proyectadas visitas a Carlomán y a sus hermanos.
las Galias", pues los obispos de Germania, al igual que sus monarcas, A lo menos, antes de abandonar Francia había conseguido que se
no iban a comparecer en éJ.20 iniciaran negociaciones entre Luis el Tartamudo y su primo Litis el
De aplazamiento en aplazamiento, el ~oncilio, cuya apertura se Joven; el primer fruto de esta política de aproximación fué la entre-
había fijado al principio para el 2 de julio 21 y luego para el 1 vista de Fouron, entre Visé y Aquisgrán, en la cual, dentro del marco
de agosto, no dió comienzo hasta el 11 de este último mes 22 y aun de la política general de apaciguamiento preconizada por el papa,
el carolingio, con cuya presencia había contado el papa, no llegó los dos monarcas convinieron el 1 de noviembre un modus vivendi
hasta varios días después,23 así que el efecto que Juan VIII trataba relativo a todos los asuntos que estaban pendientes: mantenimiento
de producir salió fallido; ni un solo monarca estaba allí para la se- del reparto acordado entre Luis el Germánico y Carlos el Calvo en
sión de apertura y los únicos obispos (con excepción del de Porto) Meerssen el 870 para los territorios procedentes de la sucesión de
Lotario 11: mantenimiento provisional del statu quo para los territo-
15 Ann. Bertin., año 878, págs. 140-141; Epistolae, t. VII, pág. 85, n• 89;
rios de "Provenza" y de "Borgoña" procedentes de la sucesión de
pág. 89, n• 94.
16 Epistolae, t. VII, págs. 82-86, nos 87-89; págs. 99-IM, n• 107.
Luis 11: reserva expresa de derechos eventuales de cada uno 'de ellos
17 ldem, págs. 86-87, nos 90-91.
18 Ann. Bertin., año.878, pág. 140. 24Epistolae, t. VII, págs. 105-106, n9 1.15.
19 Epist?lae, t. VI( págs. 86-87, nos 90-91. 25Véase M.\NSI, t. XVII, col. 345-358.
20 \.arta de Hincmaro a Luis el Tartamudo, en MIGNE, Patrol. lat., t. CXXV,
20 ldem, pág. 87, n• 91; pág. 97, n• 104; págs. II9-120, nos 136-137.
21 ldem, pág. 117, n• 133. . col. 9113-990.
:.n Arrn. Rcrtin., año 878, pÚ~& J.11-142.
22 Véanse las actas del concilio en MANSI, t. XVII, col. 345-358.
~H 1'11111'AHlllN, l'rlll'<'lll"Iº, Jll0lJ~S. fl'J.IJO.
2:1 J-:¡1i.~t11ltzr. t. VII, pág. 114, n. 6.
40 Idcm, pág. 144, n• 180; pág. 155, ¡i• 193. HiillMEn-l\füm.nACllF.R, n• 1591a.
r,o Bii1ntER-MÜHLnACllER, nos 1547a y b. !i·I /\'pi.-rolat•, t. Vll, púg. J9<J, 11'' 221.
CARLOS "EL CRASO" 343 344 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
del 880 la no menos enfadosa de regresar a Alemania sin despe- Fué necesario, sin embargo, que pasara todo el año 880 en acti-
dirse, 55 ante la noticia de la muerte de su hermano Carlomán que tud de espera y sin contar con otros medios para tener alejados a los
había fallecido el 22 de marzo.56 Juan VIII tuvo que limitarse a sarracenos que con el concurso de las flotas griegas, 05 hasta el
enviar detrás de él a un legado de confianza, su sobrino y consejero punto de que esto despertara en Carlos el Craso bastantes sospe-
íntimo Farulfo, y a expresarle por medio de una carta, en términos chas. 66 Demorado en sus Estados, el monarca de Alamania no mani-
apremiantes, la urgencia que tenía de su viaje a Roma, en donde festaba mucha prisa por hacer el viaje a Roma, pese a las reiteradas
aumentaba el peligro.57 A lo que Carlos, sin molestarse, contestó cartas 67 en las que el papa le mostraba una impaciencia que no le im-
designando al papa dos protectores, que .-amarga ironía.- resulta- pedía, sin embargo, sostener sus exigencias. En casi todas sus cartas
ron ser ... el nuevo duque de Spoleto, 'Guido, hijo y cómplice del repetía que Carlos debía hacerse preceder por un embajador con el
muy famoso Lamberto, y su compañero de pillajes, el marqués de Tos- que debían, antes, arreglarse de manera clara las cuestiones relativas
cana, Adalberto. 5ª ¡Singulares protectores! Si con Adalberto acabó a los derechos y privilegios de la Iglesia romana, ya que la coronación
Juan VIII por llegar a un acuerdo,59 Guido, apodado la Peste, siguió imperial estaba subordinada a este requisito.
siendo un implacable enemigo que se burlaba del papa y. según éste Finalmente, en noviembre, volvía Carlos a Italia y en diciembre,
decía, se portaba como un "ladrón rapaz".Go Evidentemente, era tomando la vía Emilia, se dirigía rápidamente a Roma en donde entra-
imposible contar con tal personaje para contener el avance de los ba en los primeros días de febrero del 881, os antes de la fecha en
sarracenos. que el mismo papa lo esperaba, ya que el 25 de enero Juan VIII
Ahora bien, por lento que este avance fuera, seguía siendo temi- expresaba su asombro ante la noticia de que, apresurando las etapas,
ble, y la connivencia de los musulmanes con las autoridades civiles y Carlos el Craso llegaba sin haberse hecho preceder de la embajada
religiosas de la Italia meridional se había hecho peligrosa. Los obis- que el pontífice le había incesantemente pedido como una necesidad.
pos de Nápoles, de Amalfi y de Gaeta eran, también, cómplices.et Envió a su encuentro legados con instrucciones precisas para noti-
Por medio de fuertes subvenciones que gravaban pesadamente su ficarle su irrevocable voluntad de no conferirle el imperio antes
presupuesto, conseguía el papa, temporalmente, ganarse en aquellos de que se concertara entre ellos el acuerdo previo con respecto a los
diversos puntos auxilios marítimos que le permitían retrasar el mo- derechos y privilegios de la Iglesia romana, y esto antes de que
mento fatal; pero aquellos concursos eran precarios y con frecuencia Carlos traspasara las fronteras del Estado pontificio.69 Sobre esta
las subvenciones se gastaban con pura pérdida y los interesados se cuestión de principio se mostraba el papa intransigente, ya que, en
guardaban el dinero, pero no actuaban.º 2 A veces, también, Juan VIII efecto, ella iba a señalar toda la evolución ulterior de la institución
lograba la ayuda militar de alguna escuadra bizantina; 63 p~ro éste imperial; y no h~y que dudar de que sólo después de que Carlos
tampoco pasaba de ser un remedio provisional, y contemplando las el Craso dió al Soberano Pontífice las garantías reclamadas, fué
flotas musulmanas que: cruzaban en alta mar frente a Ostia, el desdi.- admitido finalmente 10 para recibir los honores de la consagración
chado papa volvía a temblar por la suerte de la capital de la imperial en San Pedro de Roma en la primera quincena de febrero
cristiandad. 64 del 881 (posiblemente el 12 de febrero) .
Muy mediocres, para colmo, iban a ser las ventajas que el papa
55 Ann. Bertin., año 880, pág. 151. obtendría de aquel acontecimiento tanto tiempo y con tanta impacien-
56 BoHMER-MÜHLBACHER, nº 1547c.
57 Epistolae, t. VII, pág. 200, n° 225. cia esperado: ni contra los sarracenos ni contra el duque de Spoleto
58 Idem, pág. 219, nº 251. ni contra nadie, hizo nada el nuevo emperador, pese a las desespe-
59 Idem, pág. 235, nº 266.
60 Idem, pág. 226, n° 257; pág. 254, nº 290; págs. 263-264, n° 304. 65 ldem, pág. 233, nº 263. Cf. pág. 229, nº 259.
61 ldem, pág. 204, nº 230; pág. 215, nº 246; págs. 217-218, nos 249 y 250. Cf. oo /dem, pág. 225, nº 257.
pág. 241, nº 273, y pág. 246, nº 279. 07 ldem, pág. 219, nº 251 (junio del 880); pág. 225, n• 257 (julio); pág. 230,
62 ldem, pág. 73-75, nos 76, 77 y 79; pág. 81, nº 86; pág. 85, nº 89; pág. 192, u• 260 (septiembre); 233, n• 263 (octubre).
nº 214; pág. 194, nº 217; pág. 218, n 9 250; pág. 246, nº 279. llF< BüHMF.n-MüHI.BACHER, nos 1604d y 1605-1609a.
oa Idem, pág. 214, nº 245; pág. 229, n° 259. un F.pi.~tolae, t. VII, pág. 2.35, n• 267.
tl-1 Idem, pág. 214, nº 245. 70 llii11MEll·Mii111.11Ar.llF.R, n• 1609a.
CARLOS "EL CRASO" 345 Hh DESMEMBRACION DEL IMPERIO
radas demandas que se le dirigieron; 71 abandonando Roma inmedia~ dd oeste, aunque hubiera triunfado fácilmente, a comienzos del
tamente después de su coronación, Carlos el Craso no volvió jamás 880, de una nueva tentativa de conquista iniciada por Luis el Joven, 79
a la Italia meridional y ni siquiera a las orillas del Tíber. Unicamente parecía a(in muy frágil.
la Italia septentrional tuvo el privilegio de su intermitente presencia. Se planteaba, pues, la cuestión de saber si Carlos el Craso, que
Es cierto que prometió enviar socorro a aquellas zonas, 72 pero nunca t'ntonces estaba en pleno vigor físico, ya que había nacido el 839, 80
cumplió esta promesa ni volvió a ver a Juan VIII, sino durante un no estaría en condiciones de rehacer en su torno aquella unidad
concilio al que éste le invitó y que tuvo lugar en Rávena en febrero imperial que desde los días de su infancia llenaba los espíritus de
del 882;73 es verdad que decretó algunas decisiones de principio 1·vocaciones.
contra los enemigos de la Santa Sede, especialmente contra el duque Recientes acontecimientos habían venido a resucitar la antigua
de Spoleto, 74 pero en seguida se inhibió cada vez más de los asuntos idea de la solidaridad franca. En el sudeste de la Galia se había
italianos, abandonando al papa a su triste suerte. Presa de las peores presentado un competidor extranjero frente a la estirpe carolingia
dificultades, traicionado por todos, sin fuerzas suficientes para impe- en la persona de aquel Boson, conde de Viena, cuñado de Carlos ·el
dir que los sarracenos, aliados con Gaeta, se apoderaran del valle del Calvo, cuya bulliciosa actividad ya vimos manifestarse desde el año
Garellano y realizaran algaras dentro de territorio romano, Juan VIII 876 tanto en la corte de los reyes de Francia como en el séquito del
iba a morir trágicamente el 15 de diciembre del 882, envenenado, papa. Delegado el citado año durante algún tiempo por su cuñado
según se cree, por uno de sus familiares y luego rematado a marti- como gobernador de Italia,ª 1 se había casado allí con la hija del
llazos en la cabeza.75 emperador Luis II, Ermengarda, 82 que parece haberle llevado alma~
trimonio algo de aquel genio intrigante que poseía su madre, la
111 ..- ESPERANZAS DE RENOVACIÓN inquieta Engelberga, y un acrecentamiento -que él ciertamente no
necesitaba- de proyectos ambiciosos. Desde aquel momento su mala
Fuera de Italia, la ascensión de Carlos el Craso al Imperio hizo, fe se fué manifestando por la rebelión durante el segundo viaje de
por un momento, concebir esperanzas de renovación. Carlos el Calvo a Italia, luego con su actitud ambigua en los días
La casualidad le convirtió en heredero de toda la Germanía. Su de Luis el Tartamudo y sus tratos secretos con Juan VIII cuando el
hermano mayor, Carlomán, había muerto, como dijimos, a comienzos concilio de Troyes, y con su posición indefinida al advenimiento de
del 880 sin dejar más descendencia que un bastardo llamado Arnulfo Luis III y de Carlomán. 8 3 Sólo trabaja para sí mismo cada vez más
y por su condición de tal descartado del trono. 76 Su otro hermano, impulsado por su· esposa, según dice Hincmaro, la cual se indignaba
Luis el Joven, que entonces había recogido la herencia germánica de de que siendo hija de un emperador y habiendo estado prometida a
Carlomán y ocupado toda la antigua Lotaringia, había caído tan un emperador (ya que por razones diplomáticas su padre la había
gravemente enfermo en el verano o el otoño del 881 que moriría destinado otrora al emperador bizantino Basilio I), sólo tuviera
el 20 de enero del 882, 77 no dejando, de la misma manera, ningún por esposo a un conde. 84 Así, desde el 25 de abril del 879, éste ponía
heredero legítimo, ya que todos sus hijos habían fallecido prematu- orgullosamente en una de sus actas este título inusitado: "Yo, Boson,
ramente.78 La autoridad de Luis 111 y Carlomán en el reino franco que soy lo que soy por la gracia de Dios", míentras el notario que
71 Epistolae, t. VII, pág. 245, n° 278 (marzo del 881); pág. 254, n• 290 (no-
redactaba este documento de forma insólita se intitulaba con no
viembre· del 881); pág. 259, n• 297 (enero del 882); pág. 267, n• 309 (marzo del menor orgullo archicanciller, a ejemplo de los jefes de las grandes
882). (·ancillerías reales. Además, el año del reinado de los dos príncipes
72 /dem, pág. 245, nº 278 (marzo del 881). que entonces se sentaban en el trono de Francia, Luis III y Cario~
73 ldem, pág. 259, n• 297.
74 BiiHMER-MÜHLBACHER, nº 1627d. Cf. nos 1628-1630. ;:1 l'ARISOT, págs. 438·439.
75 Excelentes observaciones de Monseñor Amann, al tomo VI de la Histoire de so Ann. Alam., año 839. en Mon. Germ. Scriptores, t. I, pág. 49.
l'Église de FucHE y MARTIN (nº 94 de la Bibliografía), págs. 438-439. s 1 V..mpra, pág. 326.
7 6 V. supra, pág. 340. H:l Cf. 1'0111'ARlllN, Pror;cncP, págs. 73-78.
77 Ann. Fuld., años 881 y 882, pág. 97. s:I /,/1·111. pÍl~K. fil-%.
78 PARISOT, págs. 438 y 448. HI A1111. llnti11 .. 11i1u 1179. ¡uÍ¡',. l!iO.
CARLOS "EL CRASO" .347 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
mán, y que debiera estar indicado en la fecha, de acuerdo con la medidas de interés general, especialmente una campaña contra el
costumbre, no aparecía para nada.ss bastardo de Lotario 11, Hugo,ss que también intentaba, desde hacía
Su voluntad de no considerarse súbdito de los hijos de Luis •ilHún tiempo, establecer un dominio independiente en la antigua
el Tartamudo, era evidente. Tal vez también estuviera Boson desde º
Lotaringla. 8 La expedición proyectada contra Boson se emprendió
aquel momento resuelto a sostener que aquellos. dos jóvenes eran en el mes de julio, y las tropas de Luis el Joven, al principio, actua-
indignos de la monarquía. En todo caso esto fué, sin duda, lo que ron en conjunción °con las de Luis 111 y Carlomán en el sudeste de la
creyeron y quisieron dar a entender, algunas semanas más tarde, los Galia, después de haber batallado juntas en su campaña contra Hugo
seis arzobispos de Viena, Lyon, Besan~on, Tarentaise, Aix y Arles, de Lorena: luego se unieron a ellas las de Carlos el Craso, que pro-
junto con diecinueve de sus obispos sufragáneos, cuando, reunidos cedían de Italia y llegaban mandadas por su rey.ºº De esta manera
con cierto número de próceres en Mantaille, cerca de Viena del la usurpación de Boson produjo el milagro de la unión de todas las
Delfinado, el 15 de octubre del 879, confirieron a Boson la dignidaq fuerzas carolingias en los mismos campos de batalla; y tal milagro
real. Declararon en aquella ocasión que le habían elegido rey porque se prolongó durante varios meses -hasta noviembre-, reanimado en
la muerte de Luis el Tartamudo había dejado al reino sin defensor y Occidente el sentimiento de solidaridad entre los diferentes reinos
Dios les había inspirado la elección del hombre en quien ya Carlos francos otrora agrupados bajo un dominio único.
el Calvo, y luego el mismo Luis el Tartamudo, habían colocado su El que Boson pudiera, finalmente, mantenerse en el sudeste de la
confianza y a quien el papa Juan VIII, alabando por doquier sus me- Galia y hasta constituir allí un pequeño reino independiente -el reino
recimientos, había elegido personalmente como protector cuando hizo de Provenza 9 1 - , después de haber tratado de disputar el trono de
el viaje de regreso a Roma.ss Francia a sus legítimos herederos, no disminuye en nada el interés
De esta manera, un hombre nuevo, extraño por su nacimiento a la de aquella cooperación momentánea de todas las fuerzas carolingias
familia carolingia, pretendía, al socaire de las turbulencias provocadas unidas contra el usurpador. Cuando Carlos el Craso se hacía coro-
en la Galia por la muerte sucesiva de Carlos el Calvo y de Luis el nar emperador en Roma en febrero del 881, algunas semanas después
Tartamudo, usurpar el título real y presentarse como rival de los de haber participado en el sitio de Viena, junto al Ródano,º 2 al
legítimos descendientes de Carlomagno y de Ludovico Pío. Hay que lado de los ejércitos de su hermano y de sus jóvenes primos de Fran-
suponer la emoción que debió producirse en Occidente ante seme- cia, podía con todo derecho pensar que con él el antiguo reino
jante noticia. Todos los carolingios se sintieron inmediatamente ame- franco estaba aquella vez efectivamente en trance de resucitar de sus
nazado8 por aquella usurpación que ponía en peligro el principio cenizas.
mismo de su poder, fundado, como se recordará, en el derecho ex- A mayor abundamiento, en el reino franco del oeste se elevaba
clusivo de su familia para gobernar a los francos en virtud de la de nuevo entonces la voz de Hincmaro en favor de un retorno a la
consagración conferida a Pipino el Breve y a sus hijos por el papa tradición de los antepasados y de la unidad del Occidente cristiano.
Esteban 11. Se llevaron a cabo entre todos ellos conversaciones. de Después de un eclipse pasajero, correspondiente a los últimos
las que no fueron excluidos los hijos de Luis el Tartamudo en cuyo años del reinado de Carlos el Calvo, la autoridad del arzobispo de
favor había intervenido, cerca de Carlos el Craso, el arzobispo de Reims se había engrandecido. Parece que su influencia fué decisiva
Reims, Hincmaro,87 y una reunión de los cuatro carolingios entonces al lado de Luis el Tartamudo y la había empleado constantemente
vivos -Luis el Joven, Carlos el Craso, Luis 111 y Carlomán- se fijó en favor del restablecimiento de la concordia interior y de una alian-
para celebrarse en Gondreville, junto al Mosela, en el mes de junio za entre todos los carolingios. 93 Muerto Luis el Tartamudo, no había
del 880. Allí acudió Carlos el Craso, así como Luis 111 y Carlomán:
Luis el foven, que estaba enfermo, envió una representación. Se acor- 88 Ann. Bertin., año 880, pág. 151.
dó un plan de acción común contra Boson, a la vez que muchas otras 89 Cf. PARISOT, págs. 443-452.
90 Ann. Bertin., año 880, pág. 151; An·n. Vedas t., año 880, pág. 47; Ann. Fuld.,
85 At:tes des rois de Provence (n• 5 de la Bibliografía), pág. 31, n• 16; Pou- año 880, pág. 95. Cf. PouPARDIN, Provence, págs. 120-127.
PARDIN, Provence, pág. 96, n• 3. 91 Cf. PourARDIN, Provence, págs. 136-141.
sr, Capitul., t. TI, n• 284, págs. 365-369; Ann. Bertin., año 879, pág. 150. D~ ltlcm, pÚ¡!;. 127.
103 Ann. Vedase., año 884, págs. 54·55. 107 Vm:EL, /Jic Normrmncn, págs. 313·315.
104 VocEL, Die Normannen, págs. 268-269; PARISOT, pág. 448. 111~ l\ii11~n:H·J\fii111.11Al'.llEll, 11 9 1639b. cr. Vor.EI., págs. 288·292; PARISllT, 463-·164.
105 Ann. Vedase., año 881, págs. 50-51. Cf. VocEL, Die Normannen, pág. 273. 111!1 V111;i.1., 1uip.s. :rnn.:lfH; l'A111s11T, píiv;"' .Jfl9..177.
CARLOS "EL CRASO" 353 354 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
Mientras tanto, la situación se ha agravado en el reino del oeste, había proporcionado el más sorprendente de los triunfos: volver a
en donde Carlomán, después de haber tratado de enfrentarlos a reagrupar en sus manos todos los territorios sometidos antiguamente
comienzos del 884, tuvo que resolverse también, por consejo de sus a un solo soberano: para colmo, su nombre mismo hacía esperar el
próceres, a comprar algunos meses de tranquilidad, pagando un regreso de las gloriosas tradiciones. Y probablemente no fué casual
tributo a los invasores que entonces se encontraban instalados en el que por entonces un monje de San Gall, Notker el Tartamudo,
Amiens. 110 Pero Carlomán no sobrevivió mucho tiempo a la conclu- después de haber pasado por su cenobio el nuevo señor de Occidente
sión de este acuerdo y su muerte accidental el 12 de diciembre del en diciembre del 883, 115 se entregue a redactar, para instrucción de
884, a la edad de dieciocho año~. 11 1 dejó a Francia sin rey y expuesta aquel huésped ilustre, no, como lo hizo Hincmaro un De otdine
a los ataques de un adversario que acechaba la ocasión para volver a palatii, sino una especie de historia edificante del gran emperador
avanzar. Además, el país se encontraba en un estado de descompo- Carlomagno, de la que quisiera que su homónimo de aquel fin de
sición y de anarquía, como lo demuestran las capitulares de los años siglo obtuviera útiles lecciones. 116 Por ridículo que sea, en más de un
883 y 884; 112 ya no se sabe cómo acabar con las bandas armadas, pasaje, el libro de este buen º'Monje de San Gall", cuyos relatos
con los robos y con las depredaciones, que no dejaban desde hacía algunos historiadores han cometido el error durante mucho tiempo
tiempo de denunciar, por la pluma de Hincmaro, los eclesiásticos de considerar auténticamente sucedidos, es al menos a su manera
y otros prelados en sus concilios. un curioso testimonio del estado de los espíritus hacia el 885 e,
Ahora bien, de la descendencia de Luis el Tartamudo sólo vivía indirectamente, de las esperanzas que en más de un medio despertaba
un hijo póstumo, Carlos -al que más tarde se apodó el Simple..-, el hecho de que volviera a ascender otro Carlos al trono de Occidente.'
nacido de un segundo matrimonio, pero de una edad tan tierna
(cumplió cinco años en septiembre del 884) y de una legitimidad
V.-LA CAÍDA
tan discutible (aun vivía la primera esposa de su padre y su matri-
monio con ella no había sido regularmente anulado) que nadie pen- Todas estas esperanzas tuvieron pronto tremendo desengaño.
saba seriamente, al parecer, en hacerlo subir al trono en tan críticas Igual que en tierra italiana, tampoco en la franca hizo nada Carlos
circunstancias. Por consiguiente, la única solución en la que todos el Craso de cuanto se esperaba de él.
pensaban era llamar al emperador, el único carolingio que estaba, Su primer cuidado al llegar a la Galia fué reclutar un ejército
a la sazón, en condiciones de reinar; y como esta solución se llevara contra los normandos y enviarlo hacia Lovaina, en donde estaban
todos los sufragios, Carlos el Craso fué invitado a trasladarse a Fran- éstos acantonados. Pero enfermo el jefe normal de la expedición, uno
cia para recibir los juramentos de fidelidad de sus nuevos súbditos.Uª de los más poderosos personajes de Neustria, Hugo, llamado el Abad,
que acudieron en masa a Ponthion en el mes de junio del 885, para no le fué posible hacerse cargo del mando de las tropas y el fracaso
asistir a la ceremonia.114 fué completo. El analista de San Vaast de Arrás cuenta que los
Esta prontitud se explica sin la menor duda por la confianza normandos acogieron con sarcasmos a los soldados francos: "¿A qué
que se había puesto en la persona de un emperador al que estamos habéis venido? No rlebisteis tomaros este trabajo. Ya sabemos quj.énes
acostumbrados a juzgar teniendo en cuenta las desilusiones de los me- sois y lo que deseáis: ¿queréis que volvamos a vuestro país? De
ses que siguieron. Pero entonces sólo se veía en Carlos a un joven acuerdo: ¡no dejaremos de hacerlo!" 111
animoso a quien hasta entonces había sonreído constante la fortuna, Y, en efecto, algunas semanas más tarde, en el mes de julio del
que sin que oél hubiera cuidado excesivamente de ir a buscarla le 885, los normandos se ponían en marcha hacia el sur, llegaban a.
110 Ann. Vedast., año 884, pág. 55.
Ruán, entraban en la ciudad y luego, apoyados por una flota de sete~
111 Idem, pág. 56. cil'.ntos grandes barcos, remontaban el Sena y concentraban, en
i12 Capitul., t. II, nos 286 y 287, págs. 370-375. novirmbre, bajo los muros de París, un ejército de unos cuarenta
113 Ann. Vedast., año 884, pág. 56; RÉCINON, Chronicon, año 884, ed. KuazE,
pág. 122. 11:. lli•llMEll·l\fii111.11ACllEll, nos 1677b y(",
114 Ana. Vedast., año 885, pág. 54; y, para la fecha, un acta de Carlos el Craso 1111 \'1'·11s" llAl.l'lll:N, Étwfr.~ critit//ll!.<, píq.~s. 1:15-1:17.
expedida en Ponthion el 16 de junio (BéiHMER·MÜHLBACHER, n 9 1703). 11 ·; .fo11. 1'1·,/11,1., uiíu 11115, pia~.s. !ÍÍl·!'i7.
Carlonm11no.-23.
CARLOS "EL CRASO" 355 356 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
mil hombres, el más poderoso que nunca hubieran reunido. 118 París Así, después de haber rechazado a los sitiadores hacia la orilla
resistió heroicamente bajo la dirección del conde Eudo y del obispo izquierda y cruzado' él mismo el Sena, el emperador se decide a tratar
Gozlin. Cuando Carlos el Craso, entonces ocupado en Baviera, 11 9 con el enemigo sin esperar más: a cambio de un tributo de 700 libras
tuvo noticia de aquello, despachó en ayuda de la ciudad a su mejor de plata y de que se les conceda la libertad de establecer sus cuarte-
general, el conde Enrique, que entonces estaba en la culminación les de invierno en Borgoña, los normandos aceptan levantar el cerco
de su gloriosa carrera después de su matanza de normandos en Fri- y se obligan a regresar a su país en la primavera siguiente. 12 ª
sia.120 Pero esta vez fué menos afortunado. Con una caballería fati- Concluído este pacto, el emperador se vuelve a Alemania con más
gada y duramente aspeada por las inclemencias del tiempo no pudo rapidez de la que había traído: salió de París a lo más el 6 de no-
vencer a las tropas normandas que, sólidamente atrincheradas delante viembre, el 12 estaba cerca de Metz y pocos días después en Al-
de París, rehusaron aceptar batalla campal. Lo más que pudo lograr sacia.129
hacia el mes de marzo fué desorganizar su campamento, infligirles Gravemente enfermo, transportado con precauciones desde Alsa-
pérdidas en hombres y en caballos y abrirse paso hasta la ciudad, cia hasta las orillas del lago de Constanza, en donde tuvo que some-
en la que introdujo avituallamientos.1 21 En seguida regresó a buscar terse en el mes de febrero del 887 a una peligrosa operación en la
refuerzos y a dar cuenta de la situación al emperador, que en aquel cabeza 130 -sin duda una trepanación-, aquel emperador de cua-
momento regresaba de ltalia. 122 Pero en aquel período turbulento renta y siete años ya no fué desde entonces sino la sombra de sí
comenzaron a manifestarse los mconvenientes de una monarquía que mismo, y su precipitada retirada de París -retirada que los historia-
abarcaba un perímetro territorial demasiado extenso y que se veía dores no cesaron de reprocharle como una deserción y casi como una
solicitada simultáneamente en todas las direcciones por necesidades traición- es posible que se explique, al cabo, como efecto de
igualmente urgentes y, con frecuencia, inconciliables. una imprevista decadencia física.
Desde Metz, en donde había reunido una asamblea general, en La desgracia que se había cebado en sus hermanos, arrebatados
julio del 886, decidió el emperador marchar en socorro de París.123 los dos prematuramente y sin dejar hijos, le persigue a su vez. Igual
A fines de agosto terminó la concentración de su ejército en Quierzy, que ellos, tampoco -él tenía hijos legítimos. Trató en vano, por el año
junto al Oise. Pero el conde Enrique, enviado como batidor de van~ 885, de hacer reconocer como heredero a un bastardo, a Bernardo,
cuya legitima.ción había solicitado, hasta entonces sin éxito, del
guardia, es sorprendido por el enemigo y cae muerto a sus golpes
delante de París el 28 de agosto, 12 4 así que, cuando el emperador se papa. 131 Estaba solo. También conocía él aquel abandono en el que
presenta con sus tropas en las alturas de Montmartre en el mes vivió sus últimos meses su hermano Carlomán, cuando todo el mundo
de octubre 125 la partida está virtualmente perdida por falta de un espiaba los progresos de su enfermedad y acechaba su muerte. Carlos
caudillo militar capaz de conducir el ataque, A mayor abundamiento, desconfía de los que le rodean; a comienzos del verano del
se extiende la noticia de que el caudillo normando Sigfrido, que se 887, despide bruscamente a su canciller y archicapellán, el obispo
había alejado del sitio de París en marzo, 128 llegaba con refuerzos. 12 7 Liutwardo, en el que tenía puesta su confianza y, al mismo tiempo,
se separa de la emperatriz Ricarda, por sospechar que sostiene rela-
118 ldem, pág. 57; ABBON, Le siege de París, ed. WAQUET (con traducción), ciones culpables con el citado obispo. 132 . Retumba el descontento
especialmente 1, 29, pág. 14, y 1, 115, pág. 24. contra aquel emperador enfermo y alucinado.
119 BoHMER·MÜHLBACHER, n•• 1716a, b y c. En el otoño estallan por doquier las rebeliones: en Franconia, en
120 Ann. Fuld., año 886, pág. 104. Sajonia, en Turingia, en Baviera, en Suabia; Arnulfo, el hijo bastardo
121 ldem, pág. 104; ABBON, Le siege de París, 11, 3-19, ed. WAQUET, pág. 66.
122 BiiHMER-MÜHLBACHER, n• 1718a. de Carlomán con quien se puso en connivencia el destitt.iído canciller
123 Ann. Fuld., año 886, pág. 105.
124 Ann. Vedast., año 886, pág. 61; Ann. Fuld., año 886, pág. 105; ABBON, 11, 128 ABBON, 11, 338-340, pág. 90; Ann. Fuld., año 886, pág. 105.
217-220, pág. 82; BoHMER-MÜHLBACHER, n• 1723a. 129 BoHMER-MÜHLBACHER, nos 1733-1734a.
125 AeeoN, 11, 330-334, pág. 90; Ann. Vedast., año 886, pág. 62; y, para la fecha, 130 Ann. Fuld., año 886, pág. 105; continuación de Ratisbona, año 887, pág. llS.
BiiHMER-MÜHLBACHER, nos 1725a-1733. 131 Ann. Fuld., año 885, pág. 103.
12!; AaaoN, Le siege de Paris, I, 31-67, págs. 68-70. 132 Idem, año 887, págs. 105-106; continuación de Ratisbona, pág. llS; Rii11~11n
127 Arm. Fuld., año 886, pág. 105.
Mii11LDACllER, n• 17S4a.
CARLOS "EL CRASO" .l'i7
Liutwardo, es invitado por los rebeldes a uni1·sc a l•llos. 1 :i:i Se trata
de un hombre joven, de unos treinta o cuéll'enl'a años que ya estaba
probado en las guerras de Carintia y de Pannnnia y tmnhiéa en
la lucha contra los normandos el 882. Los rclwlclcs lo clincn rey. 1 :1o1
En Tribur o Trebur, a unos doce kilómetros al sudeste de Magun-
cia, en donde reunió una asamblea general en novie111l)l'e, el empera- CAPITULO VIII
dor es pronto abandonado por todos. No le quedn mús que un recur-
so: entregarse a la generosidad del usurpador, que consiente en LIQUIDACION DEL IMPERIO CAROLINGIO
dejarle el disfrute de algunos dominios en Suabin. Allí murió, olvidado
de todos, el 13 de enero siguiente, en Neidingen, cerca de la Selva
Negra. 1s11 Puede decirse que con Carlos el Craso tuvo fin el Imperio carolin-
gio. Aun ha de continuar conmoviendo los espíritus el sueño imperial,
pero el ideal a que había respondido el imperio de un Carlomagno o
de un Ludovico Pío, y que después de ellos había intentado en vano
rehacer la Iglesia, ya no correspondía a ninguna realidad.
El Imperio carolingio nació de una progresiva extensión del "reino
de los francos" (regnum Francorum}, es decir, de la dominación
franca hasta los límites del Occidente cristiano, con excepción de la
Gran Bretaña y de Irlanda. Ahora bien, el año 887 la unidad franca
no es más que un recuerdo próximo a borrarse y la estirpe carolingia,
cuyas victorias habían permitido extender considerablemente la obra
comenzada bajo los merovingios, está a su vez en vías de extinguirse.
20 ldem, págs. 365-366; L. M. HARTMANN, Geschichte ltaliens (n 9 54 de la Bi- :!·I A1111. Fulil., contin. de Ratisbona, año 888.
hliogrnfía), t. III, 2• parte, págs. 108-109. :!!I JI, Sltflrtl, (llÍf.(, :l!il).
LIQUIDACION DEL IMPERIO CAROLINGIO 363 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
En el mes de octubre del mismo año, el rey Rodolf o de Borgoña, imperial que el papa Esteban V tuvo por fuerza que concederle en
cuyas tentativas de expansión en Alsacia habían chocado con la resis- f1·hrcro del 891? ¿No exigió, además, del papa Formoso, en abril
tencia de las tropas de Arnulfo, se decidió a entablar negociaciones 111'! 892, el mismo honor para su pequeño hijo Lamberto, ya aso-.
con éste y fué a visitarlo a Ratisbona, con la esperanza de obtener 11.1110 con él como rey de Italia desde el 1 de mayo del 891? 32
un arreglo amistoso;26 generalmente, se ha visto en esta gestión una Si dejaba pasar, sin decir nada, semejantes hechos, corría el riesgo·,
copia de la de Eudo de Francia, sin que, a decir verdad, la lectura /\rn11lfo de verse suplantado para siempre en aquella Italia a donde
de Jos textos obligue a tal conclusión. El mes siguiente, Arnulfo se 1·1 p;1pa Esteban V le había invitado a ir. Así, ya no vaciló más. A
pone en camino hacia Italia, para hacer valer allí sus derechos al p;i rl ir del año 893, la conquista de.la península y de la corona impe-
reino, Berenguer de Friul, de quien no había todavía logrado triunfar n;il figura de nuevo en su programa; a comienzos del 894 se hace
Guido de Spoleto por aquella fecha, corre a su encuentro hasta du('iio de Lombardía y pone todo tesón en hacerse coronar empe-
Trento; es recibido allí "con clemencia" por el rey de Germania, rador.ªª
quien se digna "renunciar a quitarle nada de su reino", declara el En aquella fecha su situación en Occidente parece verdadera-
continuador de los Anales Fuldenses, inclinado a dar una versión mente sólida, ya que, más que nunca, en medio de la general confu-
de los hechos que sea agradable para el amor propio de su sobera- sión, se presume, no sin ingenuidad, que representa todavía la tradi-
no.27 De la misma manera, el 890, Ermengarda se cree en el caso. dón de los grandes antepasados carolingios. En octubre del 891, se
antes de que sea coronado su hijo -el rey niño Luis de Provenza-, n1brió de gloria al infligir a los normandos delante de Lovaina, a la
de asegurarse la ap~obación de Arnulfo y de ella se hace mención cabeza de un ejército franco, una terrible y sangrienta derrota; 34
explícita en el proceso oficial de la elección.2s l'n el mes de julio del 892, capitaneando un fuerte ejército compuesto
Está, pues, claro que su calidad de carolingio, aunque sea bas- de francos, de alamanos y de bávaros, condujo victoriosamente una
tardo, valía a Arnulfo un prestigio y aun una autoridad de tipo expedición por Moravia;35 a comienzos del 894, se impuso en la
superior a la de todos sus émulos. 11-alia septentrional por la valentía y la audacia que desplegó condu-
¿Se va a sostener esto? Un analista afirma que desde el año 890, l'il·ndo sus tropas al asalto de Bérgamo, no menos que por el ejemplar
el papa Esteban V, cuya confianza en Guido de Spoleto había de- l'astigo que impuso a los defensores de la ciudad por haberse atrevido
caído mucho, hacía saber al rey de Germania que le vería con agrado a resistirle.so
"visitar la morada de San Pedro y tomar en sus manos el reino de Ita~ Al regreso de esta última expedición, en junio del 894, en la
lia para arrancárselo a malos cristianos y a los paganos que lo ame~ ;1samblea de Worms, se presenta Arnulfo como árbitro del Occidente.
nazaban." 29 Pero por entonces tareas más urgentes retenían a Arnul- 1)esconsiderado por varios fracasos en el curso de la lucha contra
fo en Alemania, en donde los normandos, los moravos y la acción los normandos, abandonado por una parte de los próceres, el rey de
levantisca de un bastardo de Carlos el Craso, Bernardo, le estaban lirancia, Eudo, se encontraba con la oposición de un grupo de descon-
produciendo cuidados.ªº Se veía obligado, por el momento, a desinte- lenlos, a cuya cabeza se hallaba el arzobispo de Reims, Pulques,
resarse de aquella Italia en la que, sin embargo, se había preparado quienes presentaban y sostenían para rey al hijo póstumo de Luis
para intervenir el año 888.31 Entonces se había borrado, por un tiem- d 1'arf,1mudo, el peque"ío Carlos (al que se designa con el nombre
po al menos, ante Berenguer de Friul. Pero iba a mostrar menos pa- de Carlos el Simple}, quien por entonces se acercaba ya a la mayoría
ciencia con respecto a Guido de Spoleto, cuya ambición no conocía h·wtl fijada en quince años. Se solicitó de Arnulfo que se pronunciara
límites. ¿No se lanzó éste, una vez rey de Italia, a reclamar la corona 1·111rc los dos reyes, Eudo, el primero que había sido coronado, y
26 Ann. Fulá., contin. de Ratisbona, año 888, pág. 116; para la fecha, cf. a~ E. lliiMMl.Ell, t. 111, págs. 368-3i2; HARTMANN, Gcschichte ltaliens (n• f>1
BoHMER·MÜHLBA.CHER, nos 1803-1805. •I•· In llililio~~rnfín), t. 111, 2° parte, págs. ll2-ll3.
27 Ann. Fulá., año 888, pág. 117. :1:1 Bii11MEll-Mü111.11Ac11E11, nos 1R92d-11197.
28 láem, año 890, pág. 119; Capitul., t. II, n• 289, pág. 377, l. 30-32. :1·1 llii1JME11-Mii111.11Ac:111m, n• lll65a. Vénsc, en particulnr, los rcl11to8 del co111i111111-
29 Arrn. Fuld., año 890. ,1 .. ,. 1lr los A1111. F11ld1·11."""• uiín 1191, y de IU:c;1NoN, Chrm1., niío 1191.
30 DÜMMLER, t. III, págs. 339-357. 11r. 11¡·,11~1E11-l\1ii111.11Ai:11r-:11, n" 1117511. Vc•r, 1'11 1111r1ii-11l11r, A1111. /.'11.ld., '.IÍÍO nen.
31 JI. supra, pág. 362. :111 l1iit1Ml·.ll·l\lii111.11AC"llLll, 11'"• 11!«1?./-11!«1:111,
LIQUIDACION DEL IMPERIO CAROLINGIO 365 l66 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
Carlos, que tenía en su favor el pertenecer a la estirpe carolingia. renace de sus cenizas. En el mes de febrero del 896 lo acoge solem-
El arzobispo de Reims, se excusó de no haber consultado con el rey nemente el "Senado romano" y los representantes de los barrios de la
de Germania antes de consagrar al joven príncipe, haciendo constar Ciudad Eterna, que llevan sus estandartes y sus cruces. Respetuosos
que "no hay costumbre" cuando se substituye al rey fallecido por rnn la tradición, han acudido todos a su encuentro hasta el puente
"un miembro de su familia, de consultar al rey superior", pero agre~ Milvio y le acompañan procesionalmente a la basílica de San Pedro. 41
gaba inmediatamente que el rey~niño estaba dispuesto a gobernar de En lo alto de la escalinata lo espera el papa Formoso, que desde
acuerdo con los consejos de su poderoso vecino.:17 Arnulfo acogió hilce meses esperaba su llegada.4 2 Lo recibe como otrora León 111 a
con condescendencia a su sobrino, que fué a W orms a solicitar su Cadornagno. La decoración es igual que la del día de Navidad del
protección y, declara un analista francés, 38 "le concede el reino ;ti"ío 800; la ceremonia está calcada sobre la de aquella época: Arnulfo
paterno". Luego, como esta solución levantó turbulencias graves en es coronado emperador "según la costumbre de sus antepasados". 43
Francia y Carlos se reveló incapaz de reinar, Arnulfo citó, el año 1~l largo paréntesis abierto después de la muerte de Carlos el Craso,
siguiente, a los dos rivales ante su corte y devolvió su confianza a se cierra al fin. La historia vuelve a comenzar...
Eudo, que fué el único de ambos que hizo el viaje a Alemania y que Al menos eso se creía. Pero únicamente las apariencias son igua-
se presentó ante Arnulfo con un cargamento de regalos. 39 h·s. Arnulfo tiene que recurrir a la fuerza para abrirse un camino en
Algunos días antes (a comienzos de mayo) , en ocasión de una l~oma, que entonces estaba en poder de otro emperador, el joven
asamblea reunida en el palacio de Trebur, cerca de Maguncia, el rey ] ,amberto de Spoleto, regularmente entronizado, como vimos, desde el
de Germania se presentó con toda la brillantez de su gloria, rodeado, año 892 por el mismo papa Formoso, de cuyas manos acababa de
según dice el acta oficial, "de una inmensa muchedumbre de obispos. recibir la corona el rey de Germania. Sin duda, Lamberto, que suce-
abades, condes, próceres, clérigos y laicos". Desde su elevado trono, dió a su padre Guido el año 894, no era todavía sino un niño bajo la
revestido con sus más hermosos atavíos, recibió de manos de sus 1·11tela de su madre Ageltrudes; pero poseía el título imperial; y, frente
obispos el texto de las decisiones conciliares en el que rendían un a aquel rival, sin embargo bien débil, el carolingio se nos ofrece con
magnífico homenaje al "'príncipe que el Rey de reyes se había dignado c;1rartcres desdichados. Quince días después de su coronación en
proponer a todos los órdenes de la sublimidad eclesiástica y a todas S;111 Pedro se ve obligado a ponerse en campaña para tratar de some-
las dignidades de la potestad secular, inflamando su corazón con el l1•r, en su propia guarida de Spoleto, al niño en cuyo nombre se
ardor del Espíritu Santo y con el amor divino, a fin de que apare~ ;ilT1'ven a disputarle el poder.4 4
ciera ante el mundo entero no como elegido por los hombres y para La tarea sobrepasó sus fuerzas físicas. Bruscamente herido por
los hombres, sino por el mismo Señor".4 º El palacio de Trebur fué u11;1 congestión cerebral, aquel pobre representante de una raza ago-
en aquella ocasión escenario de fastuosas ceremonias calculadas visi~ tada debe ser inmediGltamente conducido a Alemania, de donde no
blemente para realzar el prestigio del rey carolingio en vísperas de volvl.'rá a salir. 4 1i Morirá oscuramente en el mes de diciembre del
acontecimientos decisivos. Todo estaba entonces dispuesto para el aiio H99:1ll
supremo homenaje. J•:sta última experiencia de un Imperio carolingio fué efímera y el
lilulo imperial no volvuá a ser conferido, después de Lamberto
111.- ULTIMO INTENTO DEL IMPERIO CAROLINGIO (896) d1· Spoleto, sino a dos insignificantes príncipes, a los que no propor-
\'ion;1rá ningún aumento de prestigio: a Luis de Provenza y a Beren-
Inmediatamente después de la dieta de Trebur, Arnulfo tomaba, !llll'I" de Friul, tardíos supervivientes de un mundo definitivamente
en efecto, el camino de Roma, para ir a recibir allí la corona imperial. llllll"l'l'O,
y en aquel momento le rodea la ilusión de que el Imperio carolingio
·11 A11r1. Fult! .. contin. de Ratishona, añq 896, pág. 128.
37 Biim11En-MÜHLBACHER, nº 1897. ·•:~ f1ft.111, aiío !19:{, pú~. 122, y 1195, pá~. 126.
31! 4nn. Vedast., año 894. ·I :1 fdt•fll., nr10 !1%, pÚ~. 12!1.
39 B6H111En-l\fü111.BACHER, nº 1908a. H ft/1•111, arw !1%, p1Íg~. l'.!7-129,
40 Capital .. t. 11, n° 252, e5pecialmt.nte las págs. 210-213 (texto A, que representa rn fd1·111, 111-111 ll'Jh, pi'11f.. 1:~ 1 1.
la versión tenida hasta ahora por auténtica). Cf. BiiHMER-MÜHLBACHER, n° 1905b. ·111 Jli'11i~ll.ll ~li'llll.llAI IHll, u"' Jl)!i!".f1.
j68 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
Sin duda, el origen de esta reserva capital debe buscarse en los
acontecimientos que señalaron el reinado de Ludovico Pío: pero fué
poco después de su muerte cuando adquiere lo que podemos llamar
aspecto de regla constitucional. Y a señalamos 1 la decisiva importan~
cía de la asamblea de Coulaines del año 813 en el reino de Carlos
el Calvo y analizamos el artículo en el que el monarca, al prometer a
CAPITULO IX
sus fideles "no privar a nadie, cualquiera que sea su condición o su
EN EL UMBRAL DE UN MUNDO NUEVO diHnidad, del puesto a que tenga derecho", se comprometía a no
1·111plear en lo sucesivo "más que vías de justicia, conformándose a
(¡¡ razón y a la equidad" y "garantizando a todos el respeto a su
En realidad, el Imperio carolingio murió porque las concepciones propia ley", Es decir, al compromiso del fidel hacia el rey, corres~
a que había respondido, durante una época, se habían transformado ponde el del rey con respecto al fidel, lo que implica necesariamente
profundamente. Si aun se mantenía incrustada en los espíritus la idea para este último la facultad de quedar redimido de toda obligación
de una cristiandad de Occidente, ya no iba, en cambio, asociada si el rey falta a la palabra dada. Ocho años después, en Meersen,
a la de una vigorosa autoridad central que dictaba su ley a todo "el !.otario, Luis el Germánico y Carlos el Calvo se hacen solidarios de
pueblo cristiano" y le imprimía una dirección única. Incorporados uno análogas promesas cuando declaran: "Que nuestros fideles, cuales~
tras otro al conjunto territorial de que Carlomagno había formado quiera sean su condición o su estado, estén seguros que ya jamás
su imperio, los pueblos de esta manera vinculados por la voluntad los condenaremos ni les privaremos de sus dignidades ni les oprimi~
del conquistador y unidos por él en la conciencia de una común fe remos con menosprecio de la ley, de la justicia o de la equidad, y que
religiosa, tendieron, ya desde mediados del siglo IX, y aun sin perder no realizaremos contra ellos ninguna maquinación indebida .. ," Así,
nunca el sentimiento de su solidaridad espiritual, a evolucionar, sin anregaban, serán para nosotros "verdaderos colaboradores" y nos
embargo, de manera divergente de acuerdo con sus intereses políti- proporcionarán "sinceramente sus consejos y sus -concursos... como,
cos y sus propias necesidades. A pesar de los esfuerzos desplegados l'n derecho, debe hacerlo cada uno con respecto a su príncipe y su
constantemente por la Iglesia para mantener su unión frente a paga- ~;l'iior" .2 Iguales seguridades se reiteran en muchas ocasiones en el
nos e infieles, por doquier y· más cada vez amenazantes, afirmaron emso de los años siguientes. 3
también, cada día con mayor vigor, sus individualidades ~tnicas y Un paso más en este camino se da el año 858 en el reino de Car~
el fraccionamiento de la naciente Europa en una se:r;ie de grupos los C'/ Calvo. Como se multiplicaran en su torno las defecciones en
distintos, primeros esbozos de los Estados medievales, no fué una lll'ndicio de su hermano Luis el Germánico, 4 Carlos reclama de sus
de las características menos sorprendentes de aquella época cuya his- súbditos un nuevo juramento de fidelidad: pero, inmediatamente
toria, después de la muerte de Ludovico Pío, acabamos de describir. dl'spués, tiene, en contrapartida, que prestar él mismo otro juramento,
rnyo texto ha llegado hasta nosotros:5 "También yo, según mi saber
1.- DECADENCIA DEL PRINCIPIO MONÁRQUICO
y 1·11tender me lo dicter con la ayuda del Señ.or, honraré a cada uno
1h· vosotros de acuerdo con su condición y su persona: velar-é por su
Esta descomposición de un Estado, que de la autoridad del sobe- hi1·11cstar sin fraude ni engaño; mantendré su ley propia y su dere~
rano obtenía lo esencial de su fuerza y de su cohesión, se explica, dm cn la medida en que lo haya menester y lo pidiera razonable~
ante todo, por la decadencia progresiva del principio monárquico. 1111·rlf"c; usaré con él de misericordia, procediendo en todo como un
Mientras que el poder de un Carlomagno se imponía sin discusión y
de manera absoluta a todos los habitantes del Imperio, el de los pos- r .'iu.¡1rn, ¡uígs. 2·1·1-243.
treros sucesores suyos sólo es una potestad condicionada. El jura- ~~ <:11¡1itul.. t. 11, n• 205, art. 6, pÚJ(. 73.
:1 Vl·ns1·, rsprcinlnwnl•', C11¡iiwl., t. JI, n~ 242(860), nrt. 10, púg. 156: 11• :l·H
mento de fidelidad que obliga a cada quien personalmente con res- (llh!il, nrl. ;., ¡uÍJ(. 166.
pecto al príncipe subsiste, pero se adquirió poco a poco la costumbre ·• V. rn¡m1. pir 1 ~. :ni.
de no considerarlo válido, sino en la medida en que el príncipe, a su r, f.'11l'i111l .• 1. 11, 11• !'<>'), pÚ¡~. :!91i.
vez, se mantuviera fiel a los deberes de su cargo.
367
EN EL UMBRAL DE UN MUNDO NUEVO 369 .170 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
rey fiel lo debe hacer con respecto a sus fideles. Tanto como lo per-
mita la humana fragilidad y Dios me dé inteligencia y poder, no me 11.- EXTENSIÓN DEL VASALLAJE
separaré de esta línea de conducta en beneficio de nadie, ni por favor,
ni por malevolencia, ni por incitaciones indebidas; y si yo me dejare No es nada dudoso que este nuevo aspecto de la monarquía se
arrastrar a desviarme de esto por debilidad, me dedicaré, en cuanto explique por una generalización progresiva de las costumbres vasáli-
de ello me dé cuenta, a reparar espontáneamente [el daño cometido].•• cas que desde los días de Carlomagno no cesaron de ganar terreno.
En este caso citado, el juramento del rey resulta hasta más preciso Y a en la fórmula de promesa, hecha por Lotario, Luis el Germánico y
y circunstanciado que el que reclama de sus fideles, ya que es, en Carlos el Calvo, el año 851 en la segunda conferencia de Meerssen 11
aquella sazón, tan fuerte la competencia entre los descendientes de la frase final, que se refiere a las condiciones en que los fideles deben
Ludovico Pío, en particular entre Carlos el Calvo y Luis el Germá- dar su concurso a los monarcas -"como en derecho cada uno de ellos
nico, que para conservar a sus fideles se ven los monarcas en el caso debe hacerlo con respecto a su príncipe o su señor" (et suo senio-
de darles seguridades cada vez más claras, pues los próceres amena- ri) ~. subraya por sí misma la transformación que está en camino de
zan a cada instante con pasarse a la autoridad de un rival si no obtie- operarse, ya que el rey es tratado allí a la vez como príncipe y como
nen satisfacción.e y llegan, incluso, en Aquitania, a reivindicar el señor, en el sentido pleno que este término señor con1leva desde en-
derecho de coalición para obligar a su rey a respetar sus compro- tonces. No menos significativos son los términos por los que, el año
misos.7 R58, Carlos el Calvo, en el texto del juramento a que más arriba nos
Antes de recibir el trono de Lorena el año 869, tiene Carlos el referimos, 12 se compromete a conducirse con respecto a sus súbditos
Calvo que ofrecer a sus nuevos súbditos, a cambio de su fidelidad. "como un rey fiel debe hacerlo con respecto a sus fideles", o aquellos,
garantías análogas a las que constan en el juramento del 858 8 y su casi idénticos, por los que se vincula, el año 876, a los próceres del
declaración la presenta en aquella ocasión el obispo de Metz, que reino de Italia.is En ambos casos la fórmula parece relacionarse
preside la ceremonia, como condición sine qua non de su elección: dt> manera sorprendente, en cuanto nos es posible saberlo, pues no
"Es conveniente -afirma el preladoº- y aun necesario, que oiga- poseemos texto preciso, con los compromisos que entonces se pacta-
mos de su boca la declaración que un pueblo fiel y unánime en ser- ban entre señores y vasallos, y es característico que, en el juramento
virle, espera de este rey cristianísimo ... " Y sólo después de la prestado el 876 por los grandes de Italia a cambio de la promesa real.
declaración del monarca tiene lugar la coronación. la palabra señor figure de nuevo con todas sus letras: "Prometo que.
En lo sucesivo, se impondrá la regla de que en el momento de su a contar de este día, seré fiel. en tanto que yo viva, a mi señor que
elección, cada nuevo monarca dé a los que van a ser sus fideles la está aquí. .. (isti seniori meo)."
formal garantía de una buena y exacta justicia, a la vez que una Pero más que el vocabulario, lo que detiene la atención es la posi-
activa protección contra cualquiera que intente ofender sus derechos. <·ión mutua de los fideles y del rey. ¿En dónde :sino en la práctica
A cambio de esto, obtiene la fidelidad de los súbditos, lo que quiere del vasallaje pudieron hallar el rey y sus súbditos la idea de ese
decir que la autoridad real queda oficialmente subordinada al res- compromiso recíproco que en lo adelante los vincula estrechamente
peto por parte del rey de las cláusulas de un contrato establecido entre sí y subordina la fidelidad de los unos a la leal actitud del
con aquellos que acepten reconocer su poder. Así sucede especial- otro? Unicamente el vasallaje había admitido desde su origen el prin-
mente en 876, 877, 879, 882, 888, con motivo del advenimiento de cipio de una ruptura en caso de incumplimiento, por una u otra de las
Carlos el Calvo como rey de Italia, de Boson, en Provenza, y de Luis partes. de los compromisos adquiridos. El hecho de que la monarqtlía
el Tartamudo, de Carlomán y de Eudo, en Francia.to <·arolingia haya llegado a eso señala una transformación radical de la
sociedad.
6 V. supra, págs. 262, 268, 271-2, 277, 321. En realidad, el vasallaje terminó por invadirlo todo. Los príncipes
7 Capitul., t. 11, n• 262, art. 10, pág. 281; n• 265, pág. 285. t·xtranjeros son invitados por los soberanos carolingios a hacer su
8 ldem, n• 275, art. 3, pág. 333, y art. 1 de la Adnzmtiatio, pág. 337; n• 276,
pág. 339, l. 19-29. 1 1 S1t¡1111, l'Íll(. 2<>0.
n ldem, pág. 339, l. 15-17. I '.' Su.¡irr1, 111í¡i:. :l<>'l.
111 Capillll., t. 11, n°• 220, 283, 284, 285, 288, págs. 100, 364, 367, 370 y 376. 1:1 C•111it11I., r. 11, n• :~:m, p1íp:. 1110.
C:arloma(Jno. -24.
EN EL UMBRAL DE UN MUNDO NUEVO 371 1/2 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
sum1s1on declarándose vasallos. El ejemplo de Tassilo de Baviera, de nuestros antecesores." 1 º De esta manera viene a formarse enton-
intimado por Pipino ya el 757 a encomendarse en vasallaje, 14 es imi- 1Ts toda una jerarquía de señores y de vasallos para ir a parar, de
tado en adelante tan ampliamente que la prestación de homenaje ~¡r;1do en grado, en cada una de las partes del antiguo imperio caro-
puede considerarse como el modo regular de sumisión empleado en linHio, en el rey, que se convierte así en el señor de los señores.
esos casos. "Con las manos juntas .-escribe con referencia al rey También las relaciones del soberano con la alta sociedad eclesiás-
danés Haroldo el poeta Ermoldus Nigellus, contemporáneo de Ludo- tica se resienten de esta transformación. Ya sea, originalmente, en
vico Pío- se entrega al rey franco al mismo tiempo que su reino ... r;1::ón de los beneficios anexos a sus cargos -como lo sugiere un pa-
y el emperador recibe sus manos en las suyas", 1 r, lo que es exacta- saje de los Anales llamados de San Bertín para el año 837, en el que
mente el rito de homenaje; y esta práctica parece hasta tal punto ~w hace mención de los "obispos, abades, condes y vasallos reales que
natural en la segunda mitad del siglo IX que los analistas se limitan poseen beneficios" en los territorios atribuidos a Carlos el Calvo
de ordinario a aludir a ella, sin insistir, al hablar de la recomendación y que vienen a encomendarse a él 20 ...-, ya sea por simple extensión
( commendatio) de tal o cual príncipe, es decir, de su entrada en tk las prácticas vasálicas, lo cierto es que en la segunda mitad del
vasallaje, como de una señal normal de sumisión. 10 siH lo IX los reyes adquieren la costumbre de reclamar a los obispos,
Igualmente ganan sin cesar terreno en las relaciones interiores el 1·11mo a los abades, una encomendación ( commendatio) en vasallaje,
vocabulario vasálico y las costumbres que conlleva y .supone. El bió- ;d mismo tiempo que una profesión ( professio) de fidelidad.2 1 Así
grafo del abad de Corbie Wala, el cronista Pascasio Radberto, en un \'l'mos que al advenimiento de Luis el Tartamudo, el año 877, los
pasaje de su libro escrito poco después del 851, pone en boca de Lu- obispos de su reino le hacen, el día de su coronación, estas dos decla-
dovico Pío, el año 833, dirigiéndose a sus hijos rebelados: "Sois mis r;K iones, seguidas una después de la otra: 1Q "Me encomiendo a ti
vasallos (mei vassali) y me habéis jurado fidelidad", 1 7 lo que hace y te encomiendo mi iglesia para que nos conserves la ley y la jus-
suponer que, en opinión de Pascasio, muy en relación como se sabe f icia y nos asegures protección tal como debe hacerlo un rey con res-
con la vida del siglo, el vasallaje aparecía como la forma habitual pecto a un obispo y a su iglesia"; 29 "Declaro que, a contar de este
de subordinación en una sociedad que ya constituía una larga cade- dia y en lo adelante, seré fiel a mi señor y rey aquí presente (isti
na de señores y de vasallos vinculados los unos con los otros por los .~rn iori et regi meo), Luis, hijo de Carlos y de lrmentrudes, con todo
lazos de la fidelidad. "Sabed -declara Carlos el Calvo después del mi saber y poder, en el ejercicio de mi cargo y que lo ayudaré con mi
primer congreso de Meerssen el 84 7 - que queremos asegurar a nues- rnnrnrso y mi consejo, con mi fidelidad y mi sacerdocio, como un
tros fideles sus derechos y no lesionarlos en nada; y, de la misma 11hispo debe hacerlo normalmente para con su señor (seniori suo)." 2 :i
manera, os invitamos a asegurar a vuestros hombres su derecho y a Estas dos declaraciones sucesivas, que se complementaban una
no lesionarlos en nada", 18 lo que el mismo monarca repite el año 869, a la otra, demuestran a qué grado de confusión se había llegado. ya
con la siguiente fórmula: "Conservaremos a nuestros fideles su ley que- la fórmula precedente de encomendación se refiere al rey. en
y su justicia, tal como fueron aplicadas a sus antepasados en los días f;111to que rey, mientras la de fidelidad se refiere a él en su calidad
de nuestros antecesores; y queremos y ordenamos que los vasallos de 1h· rey y de señor. Más reveladores todavía de esta confusión son los
nuestros obispos, abades, abadesas, condes y vasallos, vean que liTminos que empleab..t siete años antes el obispo de Laon, en una
se les aplica por sus respectivos señores su ley y la justicia, tales dedaración de fidelidad a Carlos el Calvo, cuyo texto ha llegado a
como ellas lo fueron a sus antepasados por sus señores en los días 1111sotros: "Seré fiel y obediente a mi señor el rey Carlos en el ejer-
cicio de mi ministerio ... corno un vasallo (hamo) debe serlo respecto
14 V. supra, pág. 34. •• s11 señor (suo seniori) y un obispo para con su rey." n Eh vano
15 ERMOLDUS NrGELLUs, Poeme sur Louis le Pieux, IV, vs. 2481-2486, ed. FARAL, li;ihía alzado su voz el arzobispo de Reims. Hincrnaro. el año 858,
pág. 188.
16 Cf. WAITZ, t. IV, pág. 280; MITTEIS, pág. 70. [Para la práctica se commendare 111 /d,.,11. 11• 275, p:ír.:. :i:n. arls. l y 2.
pcr manus y su probable origen, véase SÁNCHEZ ALllORNOZ, op. cit., t. I, págs. 141 Y ~" A1111. llt-rti11 .. niio 11:!7, ¡1i1r.:. 15.
sigs.J [N. del T.] ·11 M1rr1.1s, pl11•s. Tl-74.
17 PASCASIO RADBERTO, ed. MIGNE, col. 1636. ~~~ r:11,.i111l .• 1. 11, 11• ~11:1, pl11~. :1r.ri.
18 Capiwl., t. II, n 9 204, pág. 71, art. 4. ~~:1 fo11. ll1·1ri11., 11i111 1!110, p:í 1 ~. 11111.
EN EL UMBRAL DE UN MUNDO NUEVO 373 374 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
contra esta extensión del régimen de vasallaje a las relaciones de la en Borgoña",29 es decir, sin que ofrezca duda, si le mantiene en pos.e-
monarquía con el episcopado, recordando con su habitual energia que sión de los cargos que hasta ese momento había venido ejerciendo;
"los obispos, consagrados al Señor, no pertenecen a aquella categoría y, cuarenta años más tarde, un analista 30 refiere sin vacilar del rey
de hombres que, como los laicos, pueden verse obligados a encomen- Luis el Joven, hijo del Germánico, que se aseguró la fidelidad de
darse a cualquiera en vasallaje (ut in vassalatico debeamus nos cui~ llugo, hijo bastardo del rey Lotario 11 de Lorena, "dándole abadías
libet commendare) ... o a prestar juramento, lo que prohibe la auto- y condados en beneficio" ( ei abbatias et comitatus in beneficium
ridad evangélica, apostólica y canónica": 2 4 toda la sociedad, sin dcdit). Al menos había un hecho cierto, el de que cada vez que se
exceptuar a la Iglesia, se veía arrastrada por la corriente de las trans- producía el embargo de los bienes de un rebelde que ocupaba una
formaciones generales que Ja convertían en una sociedad de un nuevo posición sobresaliente en uno de los reinos, o se llevaba a efecto
cuño. una redistribución de territorios entre los diversos monarcas, cuales-
quiera que fueran sus causas, se procedía a un nuevo reparto de car-
III.- CONFUSIÓN DE LOS CARGOS PÚBLICOS y DE LOS nos y beneficios, en el cual iban comprendidos, sin discriminación,
BENEFICIOS condados, abadías y todas las otras clases de bene{icios y de digni-
clades. 31
Más grave en consecuencias fué la tendencia, que se afirma desde Además, estos dos vocablos, beneficios y dignidades. van a rela-
mediados del siglo IX, a confundir como si fueran beneficios todas las cionarse. Ya, refiriéndose a los acontecimientos del año 839, el obispo
dignidades y todos Jos cargos del Estado. Y a vimos 2 5 el año 877 a de Troyes, Prudencio, opone a los bienes propios ( proprietates}
los obispos de Francia encomendar a Luis el Tartamudo sus iglesias, reservados a Lotario, sus "dignidades beneficiarias, o en beneficio"
a la vez que se encomendaban ellos mismos; y esto era lo que desde (bcneficiarii honores}, es decir, los cargos que tiene en beneficio;3 2
el 858 escandalizaba más al arzobispo Hincmaro. "Las iglesias que de igual manera, el arzobispo de Reims, Hincmaro, treinta años más
nos han sido confiadas por Dios -decJaraba 2 6 - no son beneficios tarde, habla 33 de un conde Efroy ( Acfridus} que posee la abadía de
de tal especie ( talia beneficia). . . que pueda el rey a su capricho San Hilario de Poitiers y un gran número de "otros cargos tenidos
y sin consultar con nadie darlas o quitarlas."· En cuanto a las aba~ en beneficio" (honorabilia beneficia}. Los cargos o dignidades -en
días, ya era entonces práctica corriente conferirlas a cambio del jura- primer rango están los cargos condales. abaciales y episcopales 34 -
mento de vasallaje. 2 7 En cuanto a Jos cargos condales que, como es se asimilan de esta manera a beneficios, cuyos poseedores tienen el
sabido, conllevaban beneficios desde hacía mucho tiempo, su asimi- disfrute de ellos en calidad de vasallos del rey. Con ello pierden
lación con los beneficios era inevitable. Ya hemos citado un pasaje fo noción de estar ejerciendo funciones publicas para no tener
de los Anales llamados de San Bertín, en el qtte, a propósito de una en cuenta sino los provechos y la autoridad que obtienen de eJios.
nueva atribución de territorios hecha a Carlos el Calvo por su padre, No puede, por tanto, sorprendernos que, en tales condiciones, se
el año 837, se habla de los condes que van a encomendarse a él a diera una multiplicación de acumulaciones de condados, a veces, has-
causa de los beneficios que disfrutan; 2 8 el año 841, según dice un ta en regiones muy alejadas unas de otras y que, a ejemplo de los
testigo particularmente calificado, el historiador Nithard, primo beneficios, las digmdades condales tiendan a convertirse en heredi-
carnal de Carlos el Calvo, el duque de Septimania, Bernardo, enviaba tnrias.
a este último su hijo Guillermo con orden de encomendarse a él. si el
21) NITHARD, JJI, 2, pág. 84.
rey acepta "en darle las dignidades que hasta entonces había tenido :w A1111. Fuld., año 881, pág. 96. ,
24 Capitul., t. JI, n• 297, pág. 439, l. 32.36. :11 VPas•\ por ejemplo, en los Ann. Bertin., año 865 (pág. 80), el easo dd c11111l1_•
25 Supra, pág. 372. Adalarrlo; año R66 (pág. 81), d caso del condado de Autun; nño 877 íp1Í~. 1:i7l,
26 Capitul., t. II, n• 297, pág. 439, l. 28-30. 1•) cnso 1fo los l'ondados riel rPino de Luis el Turtflmmfo; año 1179 (págs. 148·H'J 1, •·I
27 WAITZ, t. IV, págs. 212-214; hay numerosos ejemplos en la mayoría de los rns.J d1• los cor11lnrlos lor.,1wst·s. Y no son sino algunos rjrmplos entre m1whos.
historiadores y analistas de la época, especialmente en los Ann. Bertin., año 863 Jz Afl11. llarin., 111io 839, póg. 20.
(pág. 61. última línea), 865 (pág. 79, l. 33l, 866 (pág. 81, l. 33), 86i (pág. 88, l. 2. aa /d,.,11. aiio 1167, p(t!(. <JO.
y pág. 90, l. 23), BliR (pág. 91, l. IOl. :11 v,:1,,.r la fl11/i11r11i11 im¡w1ii 1lo·I 1117, 1·11 Ja, r:11¡1i111/., t. 1, 11'1 1'.lh, a11. :l.
~ s S11 wa. páir. 371. (IÚJ; ~·11: ·""'" //,•11i11 .. a1io l\h!;, ¡1/1~. 7'1. l. :1;·,.:11o; 11Í111 llh7, l'¡,1~· 90, l. :1:¡.)1(1, ••11
EN EL UMBRAL DE UN MUNDO NUEVO 375 376 DESMEMBRACION DEL IMPERIO
En un principio se trató de un fenómeno del que ya anteriormen- Así, detrás del aspecto exterior del Imperio carolingio, se está
te, 35 a partir del siglo vm, anotamos algunos casos excepcionales; constituyendo un mundo nuevo, el mundo al que llamamos feudal y
pero en el curso del siglo 1x los ejemplos se hacen más frecuentes. que poco a poco eliminará al antiguo.
Sea suficiente aquí citar el condado de Autun, del que recientes
investigaciones han demostrado que durante cuatro generaciones
IV.- EL PRINCIPIO MONÁRQUICO SUBSTITUÍDO POR EL
sucesivas se mantuvo en posesión de los descendientes del conde
VASÁLICO
Thierry, padre del conde de Tolosa, Guillermo. 36 La costumbre se
hizo tan general en la segunda mitad del siglo IX que, al partir para Los mismos monarcas precipitaron la evolución al abdicar más
Italia el año 877, Carlos el Calvo acepta como cosa normal que tanto t·ada día en beneficio del régimen vasálico. Para asegurarse contra los
en los condados como en los beneficios vasálicos los hijos sucedan t:ómplices de su hijo Carlomán, que se ha rebelado, no encuentra nada
a los padres.37 No es, insistamos, que renuncie a su derecho de desig- mejor Carlos el Calvo, el año 871, que obligarlos a entrar en vasallaje
nación ni, aun en teoría, a la libertad de elegir; pues la famosa capi- ele algunos de sus fideles a su elección u y como no todos se sometan
tular que promulgó en Quierzy, lejos de ser, como se ha creído mucho a ello, una capitular del año 873 condena a confiscación de bienes a
tiempo, la carta constitutiva del feudalismo, tuvo por objeto, por el los que en aquella fecha no han elegido todavía señores,4 2 En otras
contrario, reservar expresamente la libertad de iniciativa al sobera- palabras, no pudiendo asegurar el orden por medio de sus propios
no, que no abdica ni de la más mínima partícula de su autoridad: pero representantes, los monarcas descargan aquella función en el vasa-
si nada aparece cambiado en las antiguas reglamentaciones sobre llaje que, sin embargo, no es sino una institución de carácter privado.
los nombramientos condales, está claro que en lo sucesivo los titula- De la misma manera recurren al beneficio como medio de garan-
res de éstos, igual que los titulares de beneficios, a los que pronto se tiz<1r los vínculos de fidelidad más seguramente que invocando su
dará el nombre de feudos, tienen segura la posibilidad de una trans- autoridad soberana. Carlos el Calvo, da en beneficio (in beneficium),
misión hereditaria y se consideran como en propiedad personal den- al duque de los bretones, llamado Salomón, quien acepta el 863 reco-
tro de sus condados. De ahí la resistencia que oponen a los reyes ruwcr la hegemonía franca, una parte del condado de Anjou y la
que quieren despojarles de ellos. El año 864, el conde Autun, Ber- abaclia de San Albino de Angers a cambio de su juramento de fide-
nardo Plantevelue, destituido por Carlos el Calvo, se niega, con las liel<1d y de homenaje que el antiguo rebelde se decide a prestarle; 43 a
armas en la mano, a ceder su puesto al sucesor que el rey ha desig- l'llo añade el 867, parece que en condiciones semejantes, el condado
nado en la persona de Roberto el Fuerte.3B La misma escena se 1k Coutances;H y ya hemos visto 4 5 a Luis el Joven proceder de la
reproduce en 867-868 en Bourges, en donde el conde Gerardo, desti- misma manera el 881, con respecto a Hugo de Lorena, el hijo bastardo
tuido también, se enfrenta combativamente al nuevo titular Efroy, 1k Lotario 11. Para someter a sus hijos rebelados, tampoco cono:e
del que finalmente se desembaraza por medio de un asesinato.39 Luis el Germánico el 871 procedimiento mejor que distribuirles bene-
Algunos años más tarde, en Germania, el rey Luis el Joven concede ficios y los sublevados no se le someten hasta que están bien seguros
un condado de la "marca oriental" a un personaje extraño a la fami- el(' no ser engañados. 46 No ha terminado aún el siglo IX y ya se siente
lia de los titulares anteriores, ésta forma un bloque contra el intruso, 1·1 aliento de la plena "\ltmósfera feudal.
le conmina a abandonar "el condado de sus padres" y emprende En tales condiciones, los principios de gobierno en los que se
contra él una lucha a muerte.40 li;1bia apoyado Carlomagno no son sino un recuerdo lejano. Las
311Supra, Libro I, pág. 109. r11011;uquías nacidas del desmembramiento de su Imperio están ya
36 J.
CALMETTE, L'ef/ondrement d'un empire (n• 56 de la Bibliografía), pági- maduras para emprender nuevos rumbos.
nas 127-133, según sus propios trabajos, los del abate CHAUME, de L. AuzrAs y de
L. LEVILLAIN. Sobre San Guillén, v. ~upra, pág. 198, n. 36. ·Ir .fon. Rcrtin., nño 871, pág. 118.
37 V. supra, pág. 329. 1~ <.'a¡1i111l., t. IT, n• 278, art. 4, pág. 39S.
38 J. CALMETTE, L'ef/ondrement d'un empire, pág. 133. ·1:1 ..11111. lfrrti11 .• aiio 863, pág. 61.
30 Ann. Bertin., años 867 y 868, :;iágs. 90-91. Cf. J. CALMETTE, L'effondrement H /t!,·m. aiio B<17, pú~. BB.
d'un empirc, pág. 138. .r;; .'i11¡1rn, pú~~- :174.
40 Ann. Frtlcl., contin. de Ratisbona, año 884, págs. 110-111. ·IB 11111. /.'11/d., ni111 B71, pl1¡~'· ~·;¡\'/.J..
l78 CONCLUSION
rnrona imperial pasaban sin violencias ni choques a un príncipe del
que: se podía esperar que, continuando la política paterna, sería capaz
de consolidar la obra ya realizada y convertir al Imperio en una
rc•alidad duradera.
El error capital de Ludovico Pío y de sus consejeros fué querer
realizarlo todo desde el primer momento y en una vez. Dando la
CONCLUSION espalda a la realidad, empujando tradiciones e intereses, no tuvieron
sino una idea: elaborar y hacer triunfar sin más un sistema tal que ya
nunca estuviera en peligro la unidad imperial. Su plan era claro y
A todo lo largo de su historia se resintió el Imperio carolingio de lógico, pero sólo viable a condición de que se realizara por etapas.
la confusión que había presidido su nacimiento. Ni Carlomagno ni l\l tratar de imponerlo sin demora, corrían al fracaso. Inaugurado
sus consejeros pudieron formarse una idea clara del objetivo que era bajo el signo de la unidad, el reinado del segundo emperador caro-
necesario alcanzar. El rey de los francos intentó en un principio lingio condujo pronto a los peores desórdenes y sólo engendró con-
recoger la sucesión del Imperio romano y pronto tuvo que darse cuenta fusión en espíritus desconcertados, por las constantes mudanzas y
de que no había caído en desheredamiento, como se creía el año 800. arreglos de los territorios que se concedían a los herederos del trono,
y que Roma e Italia ya hacía mucho tiempo que no eran sus piezas cuando, en un principio, se había repudiado paladinamente la cos-
claves. Apoyado en la nueva dignidad de que había sido investido tumbre de los repartos.
en la antigua ciudad de los Césares, Carlomagno, no menos que -éstos, Las vacilaciones del comienzo se perpetuaron hasta el 840, para
actuó como jefe soberano de todo el Occidente cristiano; pero nunca desembocar pronto, por el tratado de Verdún, en una liquidación
tuvo conciencia clara de las necesidades que conllevaba un tal estado aparentemente definitiva. Pero, destruido en cuanto a su territorio,
de cosas, y todo hace pensar que lo consideró, al principio, como el Imperio se mantuvo después de aquella fecha en el plano espiritual
provisional y sólo unido a su persona. y moral como una realidad viva. La autoridad personal de los prín-
Hacer constar esto no es disminuir su genio, sino situar al hombre cipes que se apoyan en el título imperial tiene menos valor, en ade-
en su tiempo. Se ha pretendido que Carlomagno fué un profundo lante. que la idea que ellos encarnan: la de la unidad del Occidente
político y se le atribuyó la intención, detenidamente meditada, de cristiano. Y por eso no puede sorprendernos ver a la Iglesia recoger
todos los grandes acontecimientos de que él fué origen, mientras de las manos temblorosas y decaídas de los carolingios la dirección de
se hacía recaer sobre sus sucesores la responsabilidad de las conse- aquella comunidad ideal que está formada por pueblos políticamente
cuencias desdichadas que tuvieron. Se trata de un simple espejismo. extraños unos de otros, pero solidarios en cuanto a la reHgión y a la
Carlomagno se ha dejado conducir por los acontecimientos en mayor civilización. '
medida de lo que se cree. Sin embargo. lo cierto es que su vigorosa Este hecho hace cambiar el carácter del Imperio carolingio: mien-
personalidad y un instinto, muy seguro de lo posible, le previnieron t@s que en sus orígenes la religión estaba como absorbida por el
siempre contra la impulsividad de que no supieron guardarse sus poder político, luego se convierte ~n la dominadora. El papa, cuyo
herederos. papel en los días de Carlomagno era el de un simple delegado eje-
No poseyó un espíritu sistemático: las sucesivas realizaciones fue- cutivo, termina por convertirse en el supremo dispensador de la
ron completadas a medida que lo requerían las circunstancias y esto corona imperial, y para asignarla exige que el que va a llevarla st>
explica que fundado el Imperio en el año 800, Carlomagno se resigne comprometa a proteger a la Santa Sede. Esta mudanza de papeles
ya el 806 a prever su reparto entre sus tres hijos que entonces le condujo a disminuir progresivamente ante los contemporáneos el
vivían, a fin de evitar al Occidente cristiano los peligros de una guerra valor de un título más cargado de responsabilidad que de honnrt>s.
de sucesión. De ei.to no hay que deducir que no se diera cuenta de De dueño y señor de Occidente, que era el que estaba investido con
las ventajas que la cristiandad iba a obtener normalmente a conse- aquella suprema dignidad en un principio, pasó, en los fin.-iles dd
cuencia de la nueva situación que casi inmediatamente se produjo siglo rx, a no ser más que un auxiliar del Soberano Pontífice para
por la muerte sucesiva, a poca distancia uno del otro. de dos de sus la dC'fcnsa de la fe-. Y aun a este respecto, los lamcntahlcs fr;H'i1sw1
tres herederos. De esta manera la totalidad de sus Estados y la
377
CONCLUSION 379
34. MONJE DE SAN GALL, Gesta Karoli Magni, pub. en los Mon. Germ .• serie
de los Scriptores. t. 11 (Hannover, 1829, in-folio); otra ed. por ·l/. lk111~11;11 Miilll.ll/\C:Ill-:11, /Ji1~ Nc¡wst1·11 e/e_. /(11iserrdchs 1111frr t/1·11 /\1m1/i11
Ph. Jaffé en el t. IV de su Bibliotheca rerum germanicarum (Ber- 11 ,.m, '/~/ '1/8; 2' .. d .. L l. n·visado y frrrninado por J. J,,·d111<·1· (11111"
lín, 1867, in-8°); otra ed. por E. Meyer von Knonau, eu sus St. Gal- J.1111 l<. 1'llli'i, in •1°).
BIBLIOGRAFIA 385 386 BIBLIOGRAFIA
48. JAPPÉ y WATTENBACH, Regesta pontificum Romanorum ab condita Ecclesia 58. ABEL (S.) y SIMSON (B.), Jahrbücher des friinkischen Reiches unter Karl
ad annum post Christum natum MCXCVllI, 2° ed., t. I (Leipzig, 1885, dem Grossen (Leipzig, 1883-1888, 2 vols. in-8°: el tomo I, publicado
in-4°). en 1888, es una refundición por B. Simson de una primera redacción
III.-MAPAS publicada por S. Abel en 1866) .
59. S1MSON (B.), Jahrbücher des friinkischen R.eiches unter Ludwig dem From-
49. LONGNON (A.). Atlas historique de la France depuis César jusqu'a nos men (Leipzig, 1874-1876. 2 vols. in-8°).
jours, sólo se editó la primera parte (París, 1884-1907, atlas in-folio 60. DüMMLER (E.), Geschichte des ostfriinkischen Reiches, 2• ed., completa-
y 1 vol. in-8° mayor). mente refundida (Leipzig, 1887-1888, 3 vols. in-8°), historia del reino
de Germanía del 840 al 918.
IV.- ÜBRAS GENERALES
2• En la serie de los Annales de l'histoire de France a l'époque carolingienne,
1° Historias generales: pub. en la Bibliothéque de l'S.cole des Hautes 8tudes, sciences historiques
et philologiques:
50. Cambridge medieval historg, t. Il (Cambridge, 1913, in-8°), capítulos de
G. L. Burr, Foakes-Jackson, L. M. Hartmann, G. Seeliger y P. Vino- 61. LoT (F.) y HALPHEN (L.), Le régne de Charles le Chauve, 1' parte: 840-
gradoff; t. III ( 1922), capítulos de L. Halphen, R. Poupardin y Previté- 853 (París, 1910, in-8°, fase. 175 de la Bibl. 8cole des Hautes 8tudes);
Orton. la continuación, en preparación.
51. HALPHEN (L.), Les Barbares, des grandes invasions aux conquétes turques 62. FAVRE (E.), Eudes, comte de Paris et roi de France (París, 1893, in-8°.
du XI• siecle (París, 1926, in-8°; 4• ed., totalmente refundida, 1940; fase. 99 de la misma Bibl.).
5• ed., 1948; t. V de Peuples et civilisations, historia general pub. por 63. EcKEL (A.), Charles le Simple (Paris, 1899, in-8°, fase. 124 de la misma
L. Halphen y Ph. Sagnac). Bibl.J.
52. LoT (F.), PPISTER (Chr.), GANSHOP (Fr.), Les destinées de l'Empire en 61. PouPARDIN (R.), Le royaume de Provence sous les Carolingiens, 855-933
Occident (París, 1928 [-1935], in-8°, reimpresa en 2 vals. con algunas (París, 1901, in-8°, fase. 131 de idem).
adiciones, 1940-1941; t. I de la sección Mogen age en la Histoire géné· 65. PouPARDIN (R.), Le royaume de Bourgogne, 888-1038. S.tude sur les origi-
rale pub. por G. Glotz) . nes du royaume d'Arles (París, 1907, in-8°, fase. 163 de ídem).
2° Historia de Francia: 3° Monografías:
53. LAVISSE (E.), Histoire de France, t. 11, 1' parte, por C. Bayet, Chr. Pfister 66. HALPHBN (L.), Étuáes critiques sur l'histoire de Charlemagne (París, 1921,
y A. Kleinclausz (París, 1903, in-8°). in-8°), apareció antes en artículos sucesivos en la Revue historique,
años 1917-1920.
3° Historia de Italia:
67. KLEINCLAUSZ (A.), Charlemagne (París, 1934, in-8°).
54. HARTMANN (L. M.), Geschichte ltaliens im Mittelalter, t. Il, 2° parte, y 67 bis. CALMETTE (J.), Charlemagne. Sa vie et son oeuvre (Paris, 1945, in-8°
t. III. 1• y 2• partes (Gotha, 1903-1911, 3 vols. in-8° de la col. Ges- menor).
chichte der europiiischen Staaten de Heeren y Ukert). 68. CALMETTB (J.), La diplomatie carolingienne du traité de Vel'dun a la mort
de Charles le Chauve (París, 1901, in-8°, fase. 135 de la Bibliothéque
4° Historia del Imperio carolingio: de /'.8cole des Hautes .8tudes. sciences histor. et philo.).
55. KLEINCLAUSZ (A.), L'Empire carolingien. Ses origines et ses transforma· 69. Auz1As (L.), L'Aquitaine carolingienne, 778-987 (Paris y Toulouse, 1937,
tio ns (Par is, 1902, in-8°) • in-8•, fase. 28 de la Bibliothéque méridionale, pub. por la Facultad de
56. CALMETTE (J.), L'effondrement d'un empire et la naissance d'une Europe, Letras de Toulouse, 2• serie).
IX•-X•, siecles (París, 1941. in-16°). '/ll. PARISOT (R.), Le royaume de Lorrain1;; sous les Carolingiens (París, 1899,
in-8•).
5° Historia de la Iglesia:
·!• Estudios de detalle (orden alfabético de autores):
Véase la sección especial (nos 94-120).
71. llouRGEOIS (E.), Le capitulaire de Kiersy-sur-Oise (Paris, 1885, in-8°·).
V.- HISTORIA POLÍTICA 12. Bo111u;Eo1s (E.), L'assemblée úe Quierz.r¡-sur-Oise, en los Études d"histoire
clu moyer1 iige dédiées a Gabriel Monod (París, 1896, in-8''), pági--
1° En la serie de Jahrbücher der deutschen Geschichte, pub. por la Academia nas 137-153.
de Munich: 71. C111.M1'TTI! (J.), De Bcrrwrclo sancti Guil/clmi filio (Toulousc, 1902, in-ll''),
57. ÜELSNER, Jahrbücher des franki.~chen R.eiches unter Konig Pippin (Leipzig, 7'1. C111111M1; (M.), /,es ori¡¡incs clu c/uc/ié de Bour¡¡ognc, t. 1: l/istoirc polilit¡111·
1871, in-8°). (Dijo11, ICJ25, in-8•).
Carlomagno.-'25.
BIBLIOGRAFIA 387 388 BIBLIOGRAFIA
75. DOIZÉ (J.). Le gouvernemcnt confraterne/ des fils de Louis le Pieux et runité
VI.- HISTORIA DB LA IGLESIA
de l'Empire, en Le moyen áge, año 1898, págs. 252-285.
76. GASQUET (A.), L'Empire byzantin et la monarchie fr:anque (París, 1888.
in-8°).
t• Obras generales:
77. GAY (J.), L'Italie méridionale et l'Empire byzantin depuis l'avénement de 94. Histoire de l'Sglise depuis les origines jusqu'a nos jours, pub. por A. Fliche
Basile l•r jusqu'a la prise de Bari par les Nonnands, 867-1071 (París, y V. Martin, t. V: Grégoire le Grand, les 8tats barbares et la conquéte
año 1904, in-8•, de la Bibl. des 8coles fran{:aises d"Athenes et de Rome). arabe, por L. Bréhier y R. Aigrain (París, 1938, in-8•); t. VI: L'époque
78. HALPHEN (L.), A propos du capitulaire de Quierzy-sur-Oise, en la Revue carolingienne, por E. Amann (París, 1937, in-8°): t. VII: L'Sglise au
historique, t. CVI ( 1911), págs. 286-291. pouvoir des laiques, por E. Amann y Augusto Dumas (París, 19'.10,
79. HALPHEN (L.), La papauté et le complot lombard de 771, en la Revue in-8°).
historique, t. CLXXXII ( 1938), págs. 238-244. 95. HAUCK (A.), Kirchengeschichte Deutschlands im Mittelalter, t. II, 3° ed.
80. HALPHEN (L.). La pénitence de Louis le Pieux a Saint-Médard de Soissons, (Leipzlg, 1904, ín-8°).
en los Troisiémes mélanges d'histoire du moyen áge, pub. bajo la direc- 96. SCHUBERT (H. von), Geschichte der christlichen Kirche im Frühmittelaltcr
ción de A. Luchaíre (París, 1904, in-8•, fase. 18 de la Bibli'otheque (Tubinga, 1921, in-8°).
de la Faculté des Lettres de París}, págs. 177-185. 2 9 Historia del papado:
81. HELDMANN (K.), Das Kaisertum Karls des Grossen. Theorien und Wirklich-
keit (W eimar, 1908, in-8•, fase. 2 del t. VI de Quellen und Studien zur 97. GASPAR (E.), Geschichte des Papsttums, t. 11 (Berlín, 1933, in-8°), se quedó
en la mitad del siglo vm y el resto no se publicó.
V erfassungsgeschichte des deutschen Rciches, fundados por K. Zeumer).
98. HALLER (J.), Das Papsttum. Idee und Wirklichkcit, t. 11, 1' parte (Stuttgart,
82. H1MLY (A.), Wala et Louis le Débonnaire (París, 1849, in-8•).
1936, in-8°).
83. JoRANSON (E.), The Danegeld in France (Rock-Island, 1923, in-4•, n• 10 de
99. HALLER (J.), Nikolaus I und Pseudo-lsidor (Stuttgart, 1936, in-8°).
las Augustar1a library publications).
100. LAPOTRE (A.), L'Europe et le Saint..Siége a l'époque carolingienne, 1" parte:
84. LEVILLAIN (L.), L'avénement de la dynastie carolingienne et les origines de
Le pape Jean Jll (París, 1895, in-8°).
l'8tat pontifical, 749-757, en la Bibliotheque de ft!.cole des Charles,
101. LAPOTRE (A.), De Anastasia bibliothecario Sedis apostolicae (París, 1885,
t. XCIV (1933), págs. 225-295. in-8°). ·
84 r
bis. LEVILLAIN (L.). Les co~tes de Paris a époque franque, en Le moyen
102. PERELS (E.), Papst Nikolaus I und Anastasius Bibliothecarius (Berlín,
áge. año 1941, págs. 137-205.
1920, in-8°) .
85. LEVILLAIN (L.), Le couronnement impérial de Charlemagne, en Revue d'his-
toire de l't!.glise de France, t. XVIII (1932), págs. 5-19. 3• Historia del Estado pontificio:
86. LoT (F.), La grande invasion normande de 852-862, en la Bibliotheque de
103. DucHESNE (L.), Les premicrs temps de l't!tat pontifical, 3• ed. (París, 1904.
l' École des Chartes, t. LXIX ( 1908), págs. 5-62. in-16°).
87. LOT (F.). La Loire, l'Aquitaine et la Seine de 862 a 866: R.obert le Port. en 104. KEHR (P.), Die sogenannte karolingische Sclzenkung von 774, en Historis::he
la misma revista, t. LXXVI ( 1915), págs. 473-510. Zeitschrift, t. LXXX ( 1893), págs. 385-441.
88. LoT (F.), Les tributs aux Nonnands et l't!.glise de France au IX• siécle, 105. CRJVELLUCCI (A.), Delle origini dello Stato della Chiesa. (Pisa, 1909, in-8°) .
en la misma revista, t. LXXXV ( 1924), págs. 58-78. 106. MARTENS ( W.), Die romische Frage unter Pippin und Karl dem Gross
89. LoT (F.), Une année du régne de Charles le Chauve: année 866, en Le ( Stuttgart, 1881, in-8°).
moyen áge, año 1902. 107. MARTENS (W.). Neue Erorterunge-i über die romische Frage (Stuttgart.
90. PouPARDIN (R.)' La lettre de Louis II a Basile le Macédonien, en Le moyen 1882, in-8°).
áge, año 1903; cf., en la misma revista, año 1904, págs. 45 y sigs., con 108. SAl.TET (L.), La lecturc d'un texte et la critique contemporaine. Les prétcn-
el mismo titulo, una respuesta de A. Kleinclausz. ducs promcsses de Quierzy (754) et de Rome (774) da.is le "Liber
91. PouPARDIN (R.), t!.tudes sur l'histoire des principautés lombardes de l'ltalie pontifica/is", en el Bulletin de littérature ecclésiastique, pub. por rl
méridionale et de leurs rapports avec l'Empire fra11c, en Le moyen áge, Instituto católico de Toulouse, año 1940, págs. 176-206: 1941. p;í(Ji
años 1906 y 1907. nas 61-85.
92. PoUPARDIN (R.), t!.tude sur les institutions politiques et administratives es
principautés lombardes de l'ltalie méridionale, JXe-XJe siécles (París, 4" Instituciones eclesiásticas:
1909, in-8°) . JO'>. Di l r.o (S.). l.a n'y/e ele sai11t Benoit d' Aninnc et la réformc mo11a.<ti<¡111· ,.;
93. VOGEL (W.), Die Normannen 1md das friinkische Reich bis zur Gründung /'1'¡1eu¡1w rnroli1111i<'llll!' (Ninws, l'>.l5, in-8•).
der Normandic, 799-911 (Heidelberg, 1906, in-8°. fase. 14 de Heidelber- l IO. IMJIAllT 1>1·: l A To1111, /., •., {·/,•cfions i·r>isn>¡mlc., c/1111,, /'ti¡¡/i.,c 1/i· Fn111t'1' d11
ger Abhandlungen). IX·· 1111 XII·· .,ii·d1· (Pilris, IWJI. in ll'').
BIBLIOGRAFIA 389 390 BIBLIOGRAFIA
111. LEVY-BRUHL {H.), Étude sur les élections abbatiales en France jusqu'a la 126. DUMAS (Aug.), Le sermcnt de fidélité a l'époque franque, en Rcvue beige de
fin du regne de Charles le Chauve ( Paris, 1913, in-8•). philologie et d'histoire. t. XIV ( 1935), págs. 405-426, respuesta al
112. LESNE (E.), La hiérarchie épiscopale. Provinces, métropolitains, primats en artículo de F. Lot, n• 128.
Gaule et en Germanie depuis la réforme de saint Boniface jusqu'a la 127. LoT (F.), Pídeles ou vassaux? Essai sur la nature du líen qui unissait les
mort d'Hincmar, 742-882 (Lille, 1905, in-8•, fase. 1 de las Mémoires et grands vassawc A la royauté depuis le millieu du JXe jusqu'a fin du
travaux des Facultés catholiques de Lille). XII e siecle (París, 1904, in-8°) .
113. LESNE (E.), Histoire de la propriété ecclésiastiquc en France (Lille, 1910, 128. LoT (F.), Le semzent de fidélité a l'époque franque. en la Revue beige de
1943, 6 vols, in-8°, fases. 6, 19, 30, 34, 44, 46, 50 y 53 de la misma col.). philologie et d'/zistoire, t. XII ( i933), págs. 569-582, criticá del estu-
1 H. CLERCQ (C. DE). La législation rcligieuse franque, de Clovis a Clmrlcmagne. dio n9 125.
Étude sur les actes de conciles et les capitulaires, les statuts docésains et
les regles monastiques, 507-814 (Lovaina y París, 1936, in-8°, fase. 38 3° Organización administrativa:
de la Recueil de travaux pub[. par les membrcs des conférenccs d'histoire
129. BRESSLAU (H.), Handbuch der Urkundenlehre für Deutschland und ltalien.
et de philologie de l'Université de Louvain, 2'.' serie). t. I. 2• ed. (Leipzig, 1912, in-8°).
115. PERELS (E.), Die kirchlichen Zchnten im karolin¡¡ischc11 Rcich (Berlin,
130. KRAUSE (V.), Geschichte der Missi dominici, en los Mitteilungen des lnsti-
1901, in-8•).
tuts für osterreichische Geschichtsforschung, t. XI ( 1890). págs. 193
116. PERELS (E.), Die Ursprünge des karolingischen Zc/111trcchtes, en Archiv
y sigs.
für Urkundenforsclmng, t. lII ( 1911), pilgs. 233 y sigs.
131. LüDERS (W.), Capclla. Die Hofkapelle der Karolingei: bis zur Mittc des
117. STUTZ (U.), Das lcarolingischc 7-chntgcbot, en Ja Zcitscl1rift dcr Savigny-
neunten Jahrhunderts. Capellae auf Konigs- und Pi:ivatguf, en el Archiv
Stiftung für Rechtsgcsc/1ichtc, Gcrmanistischc Abtcilung, t. XXIX
für Urkundenforschung. t. II ( 1909), págs. l-100.
(1909), págs. 180 y sigs. 132. MEYER (H. E.), Die Pfalzgrafen der Merowinger und Karolinger. en la
118. VIl\RD (P.), Hisfoire de la dime ccclésiastique. principa/f!'mcnt en France Zeitschrift der Savignystiftung für Rechtsgeschichte. Germanistische
jusqrliirl D«crct de Gr;iticn (Dijon, 1909, in-8°). Abteilung, t. XLII ( 1921), págs. 380-463.
119. VoIGT (K.). Die karolingisclrc /(/ostcrpolitik und der Nicdcrgang de west- 133. PERRICHET (L.). La grande chancellerie de Frarice, des origines a 1328
friikischcn Konigtums. Laienabte und Klosterinhaber (Stuttgart, 1917, (París, 1912, in-8•).
in-8'', fases. 90-91 de lo~ Kirchenrcchtlichte Ablzandlungen, pub. por
134. PoUPARDIN (R.), Les grandes familles comtales a l'époque carolingienne.
U. Stutz). en la Revue historique, t. LXXII ( 1900), reproducido y corregido en la
Estudio biográfico: obra del mismo autor, Le royaume de Provence (nº 64 de esta Biblio-
grafía), págs. 377-399.
120. SCHRORS (H.), Hinkmar, Erzbischof von Reims (Friburgo de Brisgovia,
135. S1cKEL (W.), Der friinkische Vicecomitat (Estrasburgo, 1907-1908, 2 fase.
1884, in-8•).
in-4°).
VII.- HISTORIA DE LAS INSTITUCIONES CAROLINGIAS 4• Impuestos y prestaciones:
(orden alfabético de autores en cada subdivisión)
136. GANSHOF (F.), Les ori¡;'.nes ,..,.:iiaines du rouage, en Mélanges de droit
t• Obras generales: romain dédiés a Georg"'~ Cornil (Gante y París, 1926, 2 veis. in-8•).
t. I. págs. 387-395.
121. BBUNNER (H.), Deutsche Rechtsgeschichte, t. 11, 2• ed .. refundida por
137. GANSHOP (F.). La tractoria. Contribution a l'étude des origines du droit de
C. von Schwerin (Leipzig, 1928, in-8°).
gite, en Tijdschrift voor Rechtsgeschiedenis, t. VIII ( 1928), pági•
122. FusTEL DE CouLANGES, Histoire des instittttions politiqucs de l' ancienC1e
nas 69-92.
France (París, 1888-1892, 6 vols. in-8•), especialmente el vol. 5° (La
138. LoT (F.), L'impot foncier et la capitation personnelle sous le Bas-Empire et
monarchie franque) y el 6 9 (Les transformations de la royauté pendant
l'époque carolingienne), citados así: Fuste] de Coulanges, t. V o t. VI.
a l' époque tranque (París, 1928, in-8°. fase. 253 de la Bibliotheque de
!'Scole des Hautes Studes, sciences historlques et philologiques).
123. SCHRODER (R.), Lehrbuch der deutschen Rechtsgeschichte, 6• ed., refundida
por E. von Künssberg (Leipzig, 1922, in-8 9 ). 5° Monedas:
124. WAITZ (G.), Deutsche Verfassungsgeschichte, t. III y IV, 2' ed. (Berlín,
1883-1885, 2 vols. in-8°). 139. PROU (M.), Catalogue des monnaies fran~aises de la Bibliotheque nationalc.
Les monnaies carolingiennes, con una introducción (París, 1896, in-8°).
2° Juramento de fidelidad:
(J• Organización judicial:
125. DUMAS (Aug.), Le serment de fidélité et la conception du pouvoir du [er
au IX• siecle, en la Revue historique de droit fran~ais et étranger, afio J.40. ALTllOFFP.R (B.), Les scablns (Nancy, 1938, in-8•, tesis d,• dcrc-cho •~n
1931, págs. 30-51 y 289-321. Nnncy), trabajo de principiante.
BIBLIOGRAFIA 391 392 BIBLIOGRAFIA
141. BEAUCHET (L.), Histoire de l'organisation judiciaire en France. Époque 160. REVIRON (J.), Les idées politico-religieuses d'un évéque du IX• siecle: ]onas
franque (París, 1886, in-8•). d'Orléans et son "De institutione regia" (París, 1930, in-8°).
142. BIDAULT DES CHAUMES, Étude sur le mallum (París, 1906. in-8•. tesis de 161. SCHRAMM (P. E.), Der Konig von Frankreich. Das Wesen der Monarchie
derecho en París), trabajo de principiante. vom 9. bis zum 16. Jahrh1mdert (Weimar, 1939, 2 vols. in-8°).
7• Inmunidades:
143. KROELL ( M.) , L'1mmunité franque (París, 1910, in--8•, tesis de derecho NoTA. En el empleo que hicimos de las capitulares carolingias no tuvimos en
en Nancy). rn<'nta las arriesgadas ideas expues~as sobre ellas en 1940 por Simon Stein en la
14-4. SENN (F.), L'institution des avoueries ecclésia.stiques en Prance (París. n·vista Le Mogen Age. En un estudio que esperamos publicar muy pronto sobre
1903. in-8°, tesis de derecho en París). las más antiguas colecciones de capitulares, tendremos ocasión de explicar nuestro
145. SENN (F.), L'institution des vidamies en France (París, 1907, in-8°). ..:l'itcrio al respecto.
8° Vasallaje:
146. GANSHOF (F.), Benefice and vassalage in the age of Charlemagne, en The
Cambridge historical journal, t. VI ( 1939), págs. 147-175.
147. GANSHOF (F.), Note sur les origines de l'union du benefice avec la vassalité,
en los Études d'histoire dédiées iJ. la mémoire de Henri Pirenne (Bruse-
las, 1937, in-8•), págs. 173-189.
148. LoT (F.), Les fransformations de la société franque: avenement du régime
vassalique, págs. 641-677 del volumen n• 52.
149. MITTEIS (H.), Lehnrecht und Staatsgewalt (Weimar, 1933, in-8°).