MATERIAL NVOS CONVERTIDOS Pasos para Nuevos Convertidos

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Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos.

Manténganse
alerta y perseveren en oración por todos los santos (Efesios 6:18).

Orar es comunicarse con Dios de una manera simple y sencilla como un hijo habla
con su padre.
Cuando Jesús estuvo en la tierra, siempre apartaba tiempo para hablar con Dios.
Si el Hijo de Dios vio la imperiosa necesidad de orar, ¿cuánto más nosotros? Si no
sabemos qué decir o cómo orar en determinada situación, la Biblia explica que el
Espíritu Santo intercede (Romanos 8:26-27) por nosotros con palabras que no
sabemos expresar. No importa lo que sintamos, ¡hay que orar!
Cierta vez alguien muy sabio me dijo que orar es hablarle a Dios contándole todo
lo que me pasa y pidiéndole todo lo que necesito. Leer su Palabra, la Biblia, es
escuchar lo que Él tiene para decirme. Ese hablar y escuchar es dialogar. No
salgas ni hoy ni nunca de tu casa para enfrentar el día con sus muchos problemas
y decisiones que hay que tomar sin antes DIALOGAR con Dios.

Un estudio más profundo:


LA ORACIÓN
La razón principal por la cual algunos cristianos se apartan del camino del Señor
Jesucristo o viven vidas frustradas no es la indiferencia ni la falta de buena
comunión cristiana, ni siquiera la tentación, sino la falta de oración.
Alguien te puede citar promesas bíblicas sobre la oración, te puede contar
algunas de sus experiencias y las experiencias de otros, pero no puede orar en tu
lugar. En cierta manera es lo que sucede para nadar o andar en bicicleta: uno
aprende al hacerlo.
“De la misma manera que la tarea del sastre es hacer ropa, y la del zapatero,
remendar zapatos, la tarea del cristiano es la oración”. El secreto de la vida de
victoria radica en el compromiso de pasar tiempo a solas con Dios en oración
todos los días.
Es importante apartar un tiempo cada día para hablar con Dios. No le des sólo
treinta segundos mientras te preparas para salir de la casa por la mañana. Es de
vital importancia que diariamente apartemos un tiempo específico para la
oración personal. Procura ser fiel y ordenado, pero no legalista.
En ocasiones tal vez tengas que orar en otro momento del día. No hay nada de
malo en ello. Pero dentro de lo posible trata de tener hábitos consistentes.
Quizá las horas tempranas en la mañana son las mejores para orar. Hazte tiempo
para comenzar cada día a solas con Dios en oración.
Por otra parte, la oración es algo que debemos practicar a lo largo de todo el
día. La Biblia ordena: “Oren sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17). En cualquier
momento y cualquiera sea la situación, tenemos libertad para hablar con nuestro

APÓSTOLES: JOSÉ Y BEATRIZ MEJÍA


Calle Rafael M. Hidalgo No. 74 Granjas Valle de Guadalupe Ecatepec, Edo. de Méx. Tels. 10 83 36 97 y 51 20 95 64
Padre. Cada cristiano puede disfrutar de una “constante y consciente comunión
con Dios”. Y es a través de la oración que disfrutamos de esa comunión con el
Dios vivo que mora en nosotros.
Si Jesús oraba, ¿acaso no debemos hacer lo mismo? Es sorprendente ver cuánto
tiempo pasaba Jesús en oración. Él nunca estaba demasiado ocupado para orar.
Cuando aumentaban sus obligaciones y tenía que enfrentarse a grandes
decisiones, se iba solo a orar.
Te animo a hacer lo mismo para descubrir la vida de victoria que comenzará al
cerrar los ojos y, en el nombre de Jesús, buscar a Dios.

Versículos para leer:


Deuteronomio 4:7; Mateo 6:9-13; Lucas 11:1-4; Romanos 8:26-27.

Oración:
Padre celestial, en el nombre de Jesús, te doy gracias por el camino que Cristo
abrió para que yo pueda entrar en oración a Tu presencia. Quiero vivir cada día
en esta libertad de acercarme a Ti, alabarte, darte gracias por lo que me das y
pedirte lo que necesito.

En el nombre de Jesús, amén.

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Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que
cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del
espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las
intenciones del corazón (Hebreos 4:12).

La Biblia es la palabra de Dios, es el alimento del alma. Es el manual que Dios


mismo escribió acerca de Su creación. En sus páginas encontramos la fórmula
exacta para nuestro correcto funcionamiento. Leerla te hará sabio, creerla te
hará eterno.
Ahora que eres un hijo de Dios, que Jesús vive en tu corazón porque tú mismo le
abriste la puerta de tu vida, no hay excusas para no comenzar a vivir una vida de
victoria sabiendo cuál es el mejor camino para andar.

Un estudio más profundo:


La Biblia: observación, interpretación y aplicación.
No podemos crecer y madurar espiritualmente a menos que comamos del pan de
vida (la Biblia) en forma regular. Los cristianos a veces descuidan el estudio de la
Biblia porque no tienen un método simple y práctico que convierta el estudio en
algo vivo y dinámico.
El estudio bíblico comienza con observación. Nuestras observaciones de
cualquier objeto, incluso de la Biblia, se realizan de acuerdo con la naturaleza
del objeto a estudiar.

Observamos las estrellas mirándolas a través de un telescopio noche tras noche.


Observamos el comportamiento de los animales observándolos durante un largo
período en su hábitat natural. Observamos la Biblia como observaríamos
cualquier otro libro de gran valor, leyéndola cuidadosamente en forma
frecuente.
Un estudioso de la Biblia declaró: “Hay sólo una ley para el estudio de la Biblia, y
tal ley es leer el Libro. Y una vez que lo haya leído, leelo otra vez, y luego
sentarse y leerlo nuevamente, y otra vez más, y de esa manera pronto usted
empezará a conocer el Libro”.
Lee un libro de la Biblia de una vez para obtener una clara impresión del libro
como un todo. Al leerlo de nuevo, pregúntate: ¿Quién? ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Dónde?
¿Cómo? ¿Por qué? Después de observar el texto, sigue la interpretación.
Debemos evitar que nuestras presuposiciones influyan sobre nuestra
interpretación. Ora para que el Espíritu Santo te ilumine. Si no tenemos Su luz,
no contaremos con el entendimiento adecuado (1 Juan 2:20-27).

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Examina el contexto del pasaje que estás interpretando. Además compara el
pasaje con relatos paralelos y otras referencias bíblicas.
Por último, trata de aplicar la Palabra de Dios a tu vida. Si la Biblia no cambia tu
comportamiento, no la has aplicado.
Encuentra relaciones entre la Biblia y las distintas áreas de tu vida: tus puntos
fuertes y debilidades, tus actitudes y acciones. ¿Qué te dice la Biblia como hijo o
hija, como padre o madre, como empleado o empleador?
El apóstol Santiago advierte: No se contenten sólo con escuchar la palabra, pues
así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica (Santiago 1:22). Obedece
la Palabra meditando en ella en oración, buscando una mayor comprensión y una
aplicación más práctica.

Observación. Interpretación. Aplicación. Estos tres pasos sencillos son la llave


que abrirá la puerta a un estudio bíblico dinámico y emocionante.

Versículos para leer:


Juan 17:17; Colosenses 3:16; 2 Timoteo 3:16-17.

Oración:
Señor, ante todo te doy gracias por Tu Palabra, la Biblia. Te adoro por Tu amor
reflejado en cada página y te ruego que Tu Espíritu abra mi mente y corazón
para entender Tu voluntad para mi vida en cada versículo.

En el nombre de Jesús, amén.

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Ésta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos
conforme a su voluntad, él nos oye (1 Juan 5:14).

Cuando, en un día cualquiera, aparece frente a mí un gran problema recuerdo la


experiencia del rey David, quien decía: El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién
temeré? (Salmos 27:1) y continúa recordando en todo ese salmo los momentos en
que Dios lo había escuchado y sacado de grandes problemas.
Si hoy tienes un problema, preséntaselo al Señor en oración, espera en Él, y
cuando sea solucionado, anótalo para recordar su poder cuando estés pasando
por angustias y así animarte sabiendo que si Dios es tu luz y tu salvación, ¿de
quién podrás tener miedo?
La Biblia nos da la certidumbre de que Dios no solamente oye las oraciones de
Sus hijos sino también las contesta. La oración es un recurso que Dios nos ha
dado para gozar de la comunión con nuestro Creador para obtener tanto cosas
grandes como pequeñas, para vencer, lo mismo en grandes batallas que en
simples escaramuzas. Te animo a presentar tus pedidos delante de Dios en
oración todos los días y a nunca olvidar Sus bendiciones.

Un estudio más profundo:


Cuando oramos, queremos tener la seguridad de que Dios oiga y como resultado
nos responda. Entonces, permíteme que brevemente describa la clase de oración
que a Dios le gusta responder. Si tú sigues estos principios, Dios habrá de ungir
tus oraciones con fuego celestial.

1. La primera consideración se trata del propósito y del motivo de la oración:


Cristo mismo nos aclara en Juan 14:13,14 cuál es el propósito: Cualquier
cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el
Padre en el Hijo. Lo que pidan en mi nombre, yo lo haré. Debemos
preguntarnos al orar: La contestación que deseo ¿traería gloria a Dios? Y la
frase “en mi nombre” se refiere a la autoridad y voluntad de Jesús, a la
cual todo cristiano debe someterse.

2. La segunda condición es que tenemos que pedir conforme a la voluntad


del Padre: Esta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si
pedimos conforme a su voluntad, él nos oye (1 Juan 5:14). Para poder
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hacerlo, uno tiene que conocer bien lo que el Señor quiere. Santiago 4:1-4
nos explica que hay muchos que no reciben lo que están pidiendo porque
piden mal, para gastar en sus propios placeres. Se refiere a los placeres
mundanos, es decir, a los placeres no bíblicos.

3. La tercera condición se dirige solamente a los hombres casados. De igual


manera, ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal, tratando
cada uno a su esposa con respeto, ya que como mujer es más delicada, y
ambos son herederos del grato don de la vida. Así nada estorbará las
oraciones de ustedes. (1 Pedro 3:7).

4. Juan destaca la importancia del corazón limpio en la oración. El resultado


de tener el corazón limpio es la confianza y la promesa que Si el corazón
no nos condena, tenemos confianza delante de Dios, y recibimos todo lo
que le pedimos porque obedecemos sus mandamientos y hacemos lo que le
agrada (1 Juan 3:21-22).

5. Pablo dice que la oración siempre debe ser con gratitud: No se inquieten
por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus
peticiones a Dios y denle gracias (Filipenses 4:6).

6. El salmista nos dice en el Salmo 66:18: Si en mi corazón hubiera yo


abrigado maldad, el Señor no me habría escuchado. Dicho sencillamente,
el pecado conocido estorba la oración. El pecado priva a uno de la
comunión con el Padre, por lo tanto el Padre no puede escuchar la oración
del creyente con pecado conocido no confesado. Por tal motivo, es tan
importante confesar, perdonar, pedir perdón, reconciliarse, restituir,
etc., (Marcos 11:25-27) para mantener abiertas las líneas de
comunicación.

7. Después de todo, el elemento más importante en la oración es la fe. Uno


tiene que orar con fe. La fe abre las puertas del cielo en la oración (Mateo
21:22; Marcos 11:24). La Biblia explica que sin fe es imposible agradar a
Dios (Hebreos 11:6).

Te animo a hacer tu parte desde este día, y a recibir respuestas concretas del
Señor. Comienza a orar la clase de oración que a Él le agrada responder y
recuerda cada una de las veces que Dios te responde.

Versículos para leer:


Proverbios 15:29; Mateo 21:22; Lucas 18:1-8; Colosenses 4:2-4; 1 Timoteo 2:1-2.
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Oración:
Señor, te ruego que perdones mis pecados y me des abundante fe y me enseñes a
pedir lo que realmente necesito y está dentro de Tu voluntad para ver Tu gran
poder respondiendo la oración.

En el nombre de Jesús, amén.

No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino


animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día
se acerca. Si después de recibir el conocimiento de la verdad pecamos
obstinadamente, ya no hay sacrificio por los pecados (Hebreos 10:25-26).

Una pregunta frecuente es: ¿Tengo que asistir a una iglesia? La Biblia claramente
señala la importancia de la iglesia local.
Si no profundizas tu relación con la iglesia local, todos perdemos. Lo que haces
afecta en forma directa o indirecta el bienestar de otros creyentes: Si uno de los
miembros sufre, los demás comparten su sufrimiento; y si uno de ellos recibe
honor, los demás se alegran con él (1 Corintios 12:26).
Ahora eres parte de un cuerpo que, como el cuerpo humano, está formado por
muchas pequeñas partes que funcionan entrelazadas, como el engranaje de un
reloj. A partir de hoy tienes que saber que tú eres importante para Dios y para
mucha gente que cuenta contigo:
Primero, tus hermanos en la fe, los que también en algún momento creyeron en
Cristo.
Segundo, los que siguen perdidos sin haber aceptado a Jesús. Para los primeros
es importante que te acerques a ellos porque Dios te dio dones y habilidades que
sólo tú tienes y que el grupo necesita. Y para los segundos, recuerda que tú
encontraste un tesoro y debes compartirlo con ellos. Ese tesoro es Cristo.
Te animamos a estar con nosotros en “ La Catedral de la Gloria de Dios” Rafael
M. Hidalgo # 74 casi esquina con Carlos Hank Gonzalez entre Av. Central y Av. R1
Col. Granjas Valle de Guadalupe Ecatepec Tel. 10833697, 51209564 y 17071655.

Un estudio más profundo:


La iglesia es el lugar donde nos reunimos y te esperamos (1 Corintios 16:19) con
el propósito de edificar y educar (Efesios 4:11-16, Mateo 28:19), dar gloria a Dios
(Tito 2:10, Juan 4:23, 24: Filipenses 3:3, Romanos 15:6, 9, Efesios 1:5, 6, 12, 14
y 18), purificarse (Efesios 5:26, 27, Juan 15:2, Tito 3:10 y 11, 2 Corintios 7:1),
evangelizar al mundo (Mateo 28:19, Marcos 16:15, Lucas 24:46-48, Hechos 1:8, 1
Pedro 2:9), actuar como luz para detener la maldad en el mundo (Mateo 5:13-16,
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2 Tesalonicenses 2:6 y 7) y dar oportunidad a los fieles de encontrar su ministerio
en el Cuerpo de Cristo (1 Corintios 12: Efesios 4:11-16, 1 Pedro 4:10, Romanos
12:1-8). La asistencia a la iglesia no salva, sólo la fe en Cristo salva (Juan 1:12,
Efesios 2:8 y 9, Tito 3:5, Juan 5:24) pero es de vital importancia para el
crecimiento en la vida espiritual. Puedas encontrar tu ministerio (lugar de
servicio) en el plan de Dios (1 Corintios 12, Efesios 4:11 y 12, 1 Pedro 4:10).
Entonces, comprométete a asistir regularmente y hazte miembro de la iglesia.
Dile al pastor que quieres bautizarte, hazles saber a los líderes que deseas ser
parte activa de la iglesia y sujetarte a la autoridad.

Versículos para leer:


Todo el libro de Hechos.

Oración:
Señor, reconozco que Tú mismo fundaste la Iglesia y ella es Tu cuerpo en el
mundo. Te ruego que me dirijas para ser fiel para asistir a Torre Fuerte. Quiero
participar de las actividades y ser un miembro eficaz de Tu cuerpo para
adorarte; crecer junto a los demás miembros en comunión; y servir a mis
hermanos y a la sociedad.

En el nombre de Jesús, amén.

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¡Pero tengan cuidado! Presten atención y no olviden las cosas que han visto
sus ojos, ni las aparten de su corazón mientras vivan. Cuéntenselas a sus hijos
y a sus nietos (Deuteronomio 4:9).

Nunca debes abandonar el contacto diario con Dios, la lectura de Su palabra y la


oración. Así como tu cuerpo necesita cada día comer y dormir, tu espíritu
necesita alimentarse de la Palabra de Dios y descansar en Él. Y ojalá no seas tú
el único creyente en Cristo en tu hogar, porque una de las cosas más lindas de
esta nueva vida es poder compartir el entusiasmo que hoy tienes con los que te
rodean. Es importante reunirse alrededor de una mesa, leer la Biblia y orar
juntos antes de comenzar el día de trabajo o estudio y tener un “estudio
familiar”.
Pero si tu familia no es creyente aún, te animamos a que tengas un día a la
semana en tu hogar un estudio de la palabra el cual llamamos Centro de
Crecimiento o pregunta a los líderes de la iglesia en donde hay uno cerca de tu
hogar, y en cada oportunidad presentes la vida de tu familia a Dios para que Él
los bendiga. Tu testimonio respetuoso de vida hará que cada uno a tu alrededor
también le entregue su vida a Jesucristo.
No permitas que los trajines diarios te impidan gozar de estos preciosos
encuentros con el Señor.

Un estudio más profundo:


Algunas de las cosas más importantes que diremos y haremos tendrán lugar en el
hogar. Allí es donde los niños reciben la educación más crucial. Como promedio,
nuestros hijos pasan el 1% de su tiempo en la iglesia, el 16% en la escuela y el
restante 83% en el hogar o cerca de él. En la vida de un niño, no hay fuerza que
se compare al impacto de su hogar.
Nunca estaremos exagerando al referirnos a lo vital de la influencia de un buen
padre justo y temeroso de Dios. A menos que nuestros hijos vean la diferencia
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que Cristo hace en nuestras vidas y oigan el evangelio presentado de manera
clara, casi invariablemente rechazarán el cristianismo.
Nuestros hijos no son automáticamente hijos de Dios, ellos deben tomar la
decisión personal de aceptar a Cristo en sus vidas. Recuerda que Dios no tiene
nietos, sólo hijos. Dios dispuso el hogar como el sitio donde Su Palabra debe ser
enseñada, vivida y transmitida de generación en generación.
Deuteronomio 6:6-7 nos instruye: Grábate en el corazón estas palabras que hoy
te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés
en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te
levantes. Alguien dijo que hay que instruir al niño en su camino, y de vez en
cuando también andar por ese camino.
Cuando compartimos con nuestros hijos momentos alrededor de la mesa, durante
las comidas o en otras ocasiones del día, ellos notan cada actitud que tenemos y
cada palabra que decimos, y nos imitan. ¿Acaso puedes decirles a tus hijos, sin
vergüenza alguna: Imítenme a mí, como yo imito a Cristo? (1 Corintios 11:1)
Una de las formas más eficaces en que los padres comunican su fe a los niños es
guiándolos en un culto familiar. Todos los días debemos apartar un tiempo para
el estudio de la Biblia y la oración, y esos momentos deben convertirse en algo
natural y en un tiempo agradable en la vida de la familia. Haz que tus hijos lean
una pequeña parte de la Biblia y luego comenten el significado.

La oración es otro aspecto esencial de la vida familiar. En cualquier momento


podemos conversar con Dios en oración pero hay circunstancias en el día que son
claves en la vida de la familia: antes de la ir a la escuela, antes de las comidas y
a la hora de ir a acostarse. Enseña a tus hijos a agradecer a Dios por Su
protección y bondad, a confesar sus pecados directamente a Dios y pedirle que
los perdone y a orar por sus parientes y amigos.
Somos responsables del cuidado y enseñanza de cada hijo que Dios nos da. Por lo
general, los tenemos en el hogar por un corto tiempo, hasta tanto ellos forman
sus propias familias.
Ten como prioridad decir y hacer aquellas cosas que les enseñarán a tus hijos las
lecciones más importantes de la vida. Utiliza el estudio familiar para integrar el
cristianismo en cada uno de los aspectos de tu hogar.

Versículos para leer:


1 Samuel capítulos 1-4 (la triste historia de lo hijos rebeldes de Elí); Proverbios
20:7; 22:6; Efesios 6:4
.
Oración:
Padre celestial, te doy gracias porque en este estudio me hablaste en forma
personal. Entiendo la necesidad de estar en diaria comunión contigo. Me
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Calle Rafael M. Hidalgo No. 74 Granjas Valle de Guadalupe Ecatepec, Edo. de Méx. Tels. 10 83 36 97 y 51 20 95 64
comprometo a llevar adelante un estudio de Ti en mi hogar, dándote gracias por
Tus bendiciones, adorándote, presentándote la vida de mis seres queridos para
que también formen parte de Tu reino, rogándote que perdones cada una de mis
faltas, leyendo y meditando Tu Palabra. Y, por sobre todo, comprendo la
necesidad de que toda mi familia participe del estudio familiar. Ayúdame a
ponerlo en práctica.

En el nombre de Jesús, amén.

Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y


aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y
canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón (Colosenses 3:16).

Existen en la vida momentos en que pasamos por pruebas y profundos problemas


en cuestión de instantes. Algo que siempre me ayudó en esos minutos es recordar
pasajes de la Biblia que me hablan de que Dios está a mi lado. ¡Qué hermoso es
recordar y repetir pasajes como: “Dios es mi pastor, nada me faltará, en lugares
de delicados pastos me hará descansar” o “Todo lo puedo con Cristo que me
fortalece”!
Si realmente deseas tener en tu corazón estas promesas debes armar un gran
archivo en tu mente de ellas.
Hoy mismo debes comenzar a memorizar pasajes de la Biblia, y a meditar en
ellos. La memorización acompañada de meditación nos ayuda a pensar en forma
derecha en un mundo torcido. Quizá ahora comenzarás a leer la Biblia por
primera vez. Pues bien, no sólo léela todos los días sino subraya los versículos
que tocan tu corazón de manera especial. Después, comienza a repetirlos y
aprenderlos de memoria porque te ayudarán grandemente a alimentar tu alma
dondequiera te encuentres en el mundo.

Un estudio más profundo:


La Biblia dice: Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo
respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de
admiración, en fin, todo lo que sea excelente o merezca elogio (Filipenses 4:8).

¿Cómo podemos pensar en lo que es puro cuando cada día somos confrontados
por la impureza? Meditando expresamente en la Palabra de Dios.
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APÓSTOLES: JOSÉ Y BEATRIZ MEJÍA


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Es imposible leer la Biblia todo el día, pero siempre podemos meditar en los
pasajes de las Escrituras, si los hemos memorizado.
Los estudios muestran que después de 24 horas, podemos recordar con exactitud
el 5% de lo que oímos, el 15% de lo que leímos, el 35% de lo que estudiamos, pero
el 100% de lo que memorizamos.
Hay cinco consejos para memorizar las Escrituras.
1. Lee el versículo al menos 10 veces.
2. Escríbelo 20 ó 30 veces lentamente, pensando en cada palabra.
3. Trata de citarlo y practícalo; debiera resultarte fácil.
4. Medita en él durante el día y repásalo en los días siguientes.
5. Comparte el versículo con otras personas en tus conversaciones. Por mi
parte, he memorizado todos los siguientes pasajes y medité en ellos, y
ellos han producido un gran cambio en mi vida. Te aseguro que también
pueden cambiar la tuya. El salmista dice: En mi corazón atesoro tus dichos
para no pecar contra ti (Salmo 119:11).
6. Acerca del “Nuevo Nacimiento”:
I. Salvación Juan 3:16
II. Nueva vida 2 Corintios 5:17
III. 3. Identidad como hijos de Dios 1 Juan 3:1-2
IV. 4. Dios vive en mí 1 Corintios 6:19-20
V. Bautizados en un Cuerpo 1 Corintios 12:13
VI. La eternidad de Cristo Juan 1:1
VII. El Espíritu de Dios Juan 15:26
VIII. El Espíritu Santo como Consejero Juan 14:16-17
IX. La fortaleza de Dios Efesios 6:10-11
X. Esposas Efesios 5:22
XI. Esposos Efesios 5:25
XII. Hijos Efesios 6:1-3
XIII. Padres Efesios 6:4
XIV. Tentación 1 Corintios 10:13
XV. Confesión y perdón 1 Juan 1:9
XVI. Oración Juan 14:13-14
XVII. Comunión con cristianos Hebreos 10:24-25
XVIII. Amor entre cristianos Juan 13:34-35
XIX. Libertad del legalismo Colosenses 2:20-22
XX. Autoridad 2 Pedro 1:20-21
XXI. Inspiración y propósito Timoteo 3:16-17
XXII. Para nuestra pureza Salmo 119:9,11
XXIII. El andar en el Espíritu Gálatas 5:16-17
XXIV. Dedicación y transformación Romanos 12:1-2
XXV. Victoria por la cruz Gálatas 2:20
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XXVI. El fruto del Espíritu Gálatas 5:22-23
XXVII. La gran comisión Mateo 28:18-20
XXVIII. Muerte y resurrección en Cristo Romanos 6:3-4
XXIX. Condenación eterna Apocalipsis 21:8
XXX. El cielo Juan 14:1-3

Comienza a aprender de memoria los distintos pasajes mencionados. Luego elige


otros. Tu vida toda se impregnará de la Palabra de Dios. Haz de la memorización
bíblica tu experiencia personal. Pero recuerda una advertencia: el hacerlo puede
cambiar tu vida para bien.

Versículos para leer:


Salmo 19; 119:105; Isaías 55:11; Juan 17:17; 2 Timoteo 4:1-8.

Oración:
Padre eterno, ahora que sé que la Biblia está llena de hermosas promesas para
mí, quiero retenerlas en mi mente para que sean un aliento a mi vida en
momentos difíciles.
Quiero empaparme de Tus palabras para poder repetírselas a mis hijos, a mis
amigos y a cuantos me rodean. Señor, te ruego que me des, a partir de hoy, las
fuerzas necesarias para retener Tu Palabra y ponerla por obra.

En el nombre de Jesús, amén.

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APÓSTOLES: JOSÉ Y BEATRIZ MEJÍA


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