Como Buscar A Dios
Como Buscar A Dios
Como Buscar A Dios
Charles Stanley
Los beneficios de buscar a Dios son maravillosos; la Biblia nos dice que los que buscan a Jehová no
tendrán falta de ningún bien. el Dr. Charles Stanley, en su predica, comparte las diferentes
maneras en las que podemos encontrarnos con Dios y conocerlo.
No permita que su conversación gire sólo en torno a los deportes, la política y los titulares de la
prensa. ¡Haga que la conversación se dirija a Jesús!
Conservo en mi oficina la vieja y desgastada Biblia de mi abuelo. Hay algo muy especial acerca de
ese libro. Siempre que lo tomo en mis manos, me acuerdo de alguien que Dios usó para plantar en
mi corazón las lecciones más maravillosas de toda una vida.
En Mateo 12:39, Jesús llamó “mala y adúltera” a su generación: “La generación mala y adúltera
demanda señal; pero señal no le será dada”. Ellos buscaban señales y prodigios en vez de buscar al
Señor. Hoy, vivimos en un clima espiritual muy parecido, en el que las personas quieren
demostraciones del poder divino, pero se conforman con una simple relación superficial con Jesús.
Les satisface saber que son salvas, asistir a la iglesia y recibir respuestas a sus escasas oraciones;
sin embargo, prefieren no ahondar en su relación con su Salvador ni buscarle más efectivamente.
Los beneficios de buscar a Dios son maravillosos; la Biblia nos dice que “los que buscan a Jehová
no tendrán falta de ningún bien” (Salmo 34:10). Pero no seremos llevados por inercia, de manera
accidental a una relación significativa con Él; el secreto para desarrollar intimidad con Dios es
actuar decididamente teniendo ese fin en mente. Como dice en 1 Crónicas 22:19: “Poned, pues,
ahora vuestros corazones y vuestros ánimos en buscar a Jehová vuestro Dios”. ¿Cómo podemos,
entonces, buscar con tesón conocerle mejor?
Por la Biblia: La Biblia es la relación escrita de los atributos de Dios y de la manera como Él actúa.
Muchos cristianos leen uno o dos pasajes cada mañana, pero buscar al Señor exige mucho más
que eso. Cuando abra la Palabra de Dios, dígale al Señor: “Quiero conocerte mejor. Háblame,
Señor, y muéstrame la verdad sobre Ti”. Usted puede tener la seguridad de que “muéstrame la
verdad” es una oración que Dios siempre responderá.
Cuando usted se enamora de alguien, anhela desarrollar una relación para conocer más a esa
persona. Cuando se produce la intimidad verdadera, las barreras desaparecen y la ignorancia es
sustituida por un conocimiento que tiene un nivel más profundo que lo físico o lo emocional: se
produce una conexión con el espíritu de la otra persona.
De manera parecida, si usted quiere buscar a Dios, abra su Biblia con el propósito de hallar
respuestas a las siguientes preguntas: ¿Quién es este Dios? ¿Quién es este Cristo? ¿Quién es este
Espíritu Santo que mora dentro de mí y que expresa la vida de Jesús a través de mi ser?
Por la oración: Todos nosotros tenemos una lista de oración. En realidad, la mía tiene centenares
de asuntos, pero nada de lo que hay en esa lista abarca mi objetivo supremo cuando oro, que es
conocer más a Dios. Hace algún tiempo aprendí esta verdad en el libro En pos de lo supremo, de
Oswald Chambers. Lo más importante en mi vida no es mi servicio, ganar personas para Cristo,
predicar sermones, o ser un pastor. Lo más importante en mi vida es desarrollar mi relación con
Cristo. Por tanto, cuando usted se acerque a Él en oración, dígale: “Señor, abre mi corazón a Ti y
háblame; muéstrate a mí, y ayúdame a entender Tus caminos”.
Por la adoración: No venga a la iglesia simplemente porque es domingo. Por el contrario, venga
con un corazón hambriento y una actitud de: “Señor, ¿qué quieres decirme? ¿Qué quieres hacer
en mí y a través de mí?” Venga listo para escucharle; tenga una Biblia abierta, una libreta y una
pluma, para que pueda anotar lo que el Señor le revele lo que Él está tratando de hacer en su vida.
Usted se marchará habiendo aprendido verdades que influenciarán su futuro si las acepta y las
aplica.
No puedo imaginar que alguien vaya a un culto para sólo estar allí sentado, y pensando: ¡Qué
sermón tan maravilloso! El propósito de la iglesia no es entretenerle sino más bien dejar que Dios
cause un impacto en su corazón, que cambie su vida, y que lo haga cada vez más parecido a
Jesucristo. Esto comenzará a suceder cuando usted lo invite decididamente a hablarle a su
corazón.
Por los libros Los grandes autores de la fe tienen conocimientos profundos y útiles, pero no serán
de valor para usted si no busca intencionalmente a Dios mientras los lee. Tenga, por tanto esta
disposición: “Señor, quiero conocerte más. Muéstrame algo nuevo, y si hay algo acerca de Ti que
debo entender pero no he captado, hazme el favor de revelármelo”.
Hay ocasiones en las que, cuando leo una nueva idea, tengo que ponerme de rodillas y decir:
“Señor, ¿cómo es posible que después de haber sido cristiano tanto tiempo no haya visto esto
antes?” Pero, para todos nosotros, es necesario oír repetir algo una y otra vez para que ciertas
verdades penetren profundamente en nuestros corazones.
Por la conversación: Sea intencional cuando converse en casa, en el trabajo y con sus amigos. No
permita que su conversación gire sólo en torno a los deportes, la política y los titulares de la
prensa. ¡Haga que la conversación se dirija a Jesús!
La Biblia nos dice que cuando nuestra prioridad máxima es conocer a Dios, podemos esperar una
serie de beneficios, además de la gran bendición de tener intimidad con Él:
1) No tendremos falta de ningún bien. El salmo 37:4 dice que si Dios es lo primero en nuestro
amor e interés, Él nos concederá los deseos de nuestro corazón. Como nuestro Creador
omnisciente, el Señor nos conoce mejor que lo que nos conocemos a nosotros mismos; Él está
muy consciente de nuestros anhelos más profundos, incluso de algunos de los que no nos hemos
dado cuenta. Aun más, al buscarle aprendemos como piensa Él, nuestros pensamientos comienzan
a alinearse con los Suyos, y desearemos solamente lo que Él desea. De esa manera, las
bendiciones que Dios decide amorosamente para nosotros, satisfarán verdaderamente los deseos
de nuestro corazón.
2) Tendremos éxito en la vida. Segundo de Crónicas 31:21 nos ofrece el ejemplo de Zacarías: “En
todo cuanto emprendió en el servicio de la casa de Dios, de acuerdo con la ley y los
mandamientos, buscó a su Dios, lo hizo de todo corazón, y fue prosperado”. Igualmente, el Señor
le dijo a Josué que obedeciera el libro de la ley para que pudiera prosperar y tener éxito en todas
sus empresas (Josué 1:7, 8). El principio es que, al meditar en la Palabra de Dios, llegamos a
entender Sus caminos y Su voluntad, y nuestra relación con Él se profundizará. Si conocemos más
a Dios, haremos decisiones correctas en número cada vez mayor, y eso lleva al éxito.
3) Adquiriremos entendimiento. Proverbios 28:5 dice: “Los hombres malos no entienden el juicio;
mas los que buscan a Jehová entienden todas las cosas”. Un corazón malo es tenebroso e impuro,
y en él se aloja un espíritu rebelde. Pero cuando ansiamos conocer a Dios, nuestro corazón se
vuelve limpio, nuestra mente se aclara, y nuestro espíritu se hace obediente; seremos, entonces,
capaces de discernir lo que es moralmente bueno y lo que es moralmente malo, y entonces
acataremos obedientemente la dirección divina.
4) Sabremos lo que es el contentamiento. Por su experiencia en el desierto, David sabía lo que era
ansiar con vehemencia el agua; por eso usó la imagen de la sed en el salmo 63:1 para expresar la
ansiedad con que él buscaba al Señor. En el versículo 5, expresa un genuino y profundo
contentamiento: “Como de meollo y de grosura será saciada mi alma, y con labios de júbilo te
alabará mi boca”. Es que en el corazón de una persona que busca con afán al Señor, hay una
sensación de profunda satisfacción.
¿Qué anhela su corazón? Al despertar cada mañana, ¿en qué piensa y qué desea en la vida? Si es
capaz de responder: “A Jesucristo”, eso es evidencia de que usted está buscando verdaderamente
al Señor.
Si usted desea tener más comprensión y mayor conocimiento de la voluntad de Dios para su vida,
no espere entonces. Ya sea que tenga 5 años o 95, comience a aprender cómo buscar, obedecer, y
seguirle. Ése es el camino que conduce al éxito y al verdadero contentamiento.