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Pardo y Barreda

José Pardo y Barreda fue presidente del Perú en dos ocasiones, entre 1904-1908 y 1915-1919. Durante su primer gobierno apoyó la educación pública, la cultura y la defensa nacional. Se realizaron reformas económicas y se fundaron instituciones como el Instituto Histórico del Perú. Su segundo gobierno estuvo marcado por la violencia política y fue derrocado por Augusto B. Leguía.

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Pardo y Barreda

José Pardo y Barreda fue presidente del Perú en dos ocasiones, entre 1904-1908 y 1915-1919. Durante su primer gobierno apoyó la educación pública, la cultura y la defensa nacional. Se realizaron reformas económicas y se fundaron instituciones como el Instituto Histórico del Perú. Su segundo gobierno estuvo marcado por la violencia política y fue derrocado por Augusto B. Leguía.

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COAR LAMBAYEQUE

Historia NS
Tema 08: Un líder latinoamericano: José Pardo y Barreda. Bimestre/Unidad: II - III Año: Cuarto
Estudiante:__________________________________________________________________

José Simón Pardo y Barreda (1864 - 1947) fue un abogado, diplomático y político peruano, que ocupó la
Presidencia del Perú en dos ocasiones: entre 1904 y 1908 y entre 1915 y 1919. Hijo de Manuel Pardo y
Lavalle, fundador del Partido Civil y Presidente del Perú.
José Pardo representó una nueva generación de civilistas con anhelos renovadores para el desarrollo del
Perú. Durante su primer gobierno apoyó firme y eficazmente a la educación pública, la cultura y la defensa
nacional. Su segundo gobierno se caracterizó por la violencia política y social, síntoma del agotamiento del
civilismo como opción política y de la crisis mundial derivada de la Primera Guerra Mundial. Terminó siendo
derrocado por Augusto B. Leguía.

PRIMER GOBIERNO (1904-1908)


José Pardo tenía 40 años al momento de asumir la presidencia, el 24 de septiembre de 1904. Fue un
gobernante respetuoso de la ley, de las instituciones y libertades, pero su política fue hacer un gobierno de
partido y no un gobierno nacional.
Durante este gobierno hubo amplia libertad de prensa. Hicieron oposición al gobierno los diarios El Liberal,
de Augusto Durand, y La Prensa, fundado en 1903 por Pedro de Osma y que desde 1905 dirigió Alberto Ulloa
Cisneros, fogoso y combativo periodista. Pero esta oposición se hacía dentro de los marcos que permitía la
ley, sin caer en excesos. Por ello, Pardo pudo hacer algunos viajes a provincias, lo que hasta entonces no
había hecho ningún presidente elegido democráticamente.
Pardo tuvo tres gabinetes de gobierno, siendo el de más larga duración el primero, presidido por Augusto B.
Leguía, hasta julio de 1907, cuando este renunció para preparar su candidatura presidencial. El segundo
gabinete, presidido por Agustín Tovar Aguilar, duró solo de agosto a octubre de 1907; y el tercero y último,
presidido por Carlos Washburn, estuvo menos de un año. Durante este período las pugnas se incrementaron
en el parlamento entre el partido civil y los partidos demócrata y liberal.

Aspecto Económico
Bajo el empeño del ministro de Hacienda Augusto B. Leguía, se realizaron importantes reformas en el plano
económico.
Se reabrió el crédito nacional ante los mercados extranjeros, al aprobarse en el Congreso la celebración de
un empréstito de 600 mil libras, llevada a cabo en 1905 con el Banco Alemán Trasatlántico. Tras el éxito de
este primer empréstito, se quiso celebrar otro por tres millones de libras, para la construcción de ferrocarriles,
pero esta vez hubo una tenaz oposición parlamentaria.
Se fundó la Caja de Depósitos y Consignaciones, institución encargada de custodiar gratuitamente los valores
cuyo depósito fuera ordenado o aceptado por el Poder Judicial u otras oficinas públicas.
Se renovó el contrato con la Compañía Nacional de Recaudación, encargada del cobro de las contribuciones
o tributos, pero se ajustaron nuevas condiciones para rebajar las onerosas comisiones que se llevaba dicha
compañía.
Se iniciaron las operaciones de la Compañía Salinera Nacional, sucesora de una anterior compañía
encargada de recaudar el impuesto sobre la sal (1906).
Se firmó un arreglo con la Peruvian Corporation, la empresa encargada de los ferrocarriles, que se
comprometió a continuar la prolongación de líneas férreas.
Se mejoró el sistema de aduanas, para incrementar los ingresos provenientes de la exportación del guano y
el algodón.
Se dictó un nuevo reglamento para el Tribunal Mayor de Cuentas (entidad encargada de examinar las cuentas
fiscales.

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Aspecto Educativo:
El primer gobierno de José Pardo se caracterizó por dar un gran impulso a la educación. Fue el más importante
esfuerzo realizado en ese sentido desde el inicio de la República. La instrucción primaria en el Perú, según la
Ley de 1876, dictada por Manuel Pardo, estaba en manos de los municipios. José Pardo, bajo la gestión de
su Ministro de Justicia e Instrucción Jorge Polar (sucedido después por Carlos Washburn), decidió cambiar
radicalmente dicha situación.
Por ley Nº 162 promulgada el 5 de diciembre de 1905 se procedió a reformar el sistema educativo. La
educación primaria pasó a depender del gobierno central. Se dispuso también que esta fuera obligatoria y
gratuita y que en haciendas, aldeas y minas hubiese siquiera una escuela elemental mixta al igual que en
todo centro poblado con más de doscientos habitantes.
Se construyeron numerosos locales escolares modelos en Lima y el resto del país, equipados con material
de enseñanza adquirido en Europa.15 Al asumir Pardo el gobierno había menos de 1.500 escuelas con
alrededor de 100.000 alumnos; al dejar el poder, existía cerca de 2.700 escuelas a las que acudían 170.000
alumnos.
Se dio también estímulo a la carrera magisterial. Se fundó la Escuela Normal de Varones para la formación
de maestros de primaria,17 que después se denominó Instituto Pedagógico Nacional, base de la posterior
Escuela Normal Superior, hoy Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle, La Cantuta.
Reorganizó la Escuela Normal de Mujeres.
El 24 de septiembre de 1905 inauguró la Escuela de Arte y Oficios de Lima, cuya dirección asumió Pedro
Paulet.19 Es el actual Instituto Superior Tecnológico Público José Pardo.
Estableció escuelas nocturnas para obreros en las más importantes capitales de departamentos; así como
escuelas comerciales y escuelas industriales, estas últimas de preferencia en la región amazónica.
En el plano administrativo creó la Dirección General de Instrucción de la que dependían inspectores
encargados de la labor de vigilancia en toda la República. En la cúspide de dicho organismo se hallaba el
Consejo Superior de Educación, de carácter meramente consultivo

Aspecto Cultural:
Se fundó el Instituto Histórico del Perú, actual Academia Nacional de la Historia, destinado a fomentar las
investigaciones del acontecer histórico peruano. Se le asignó como local el Palacio de la Exposición.
Se fundó la Academia Nacional de Música.
Se fundó el Museo Nacional de Historia, con sus secciones incaica, colonial y republicana, bajo la dirección
del arqueólogo alemán Max Uhle.
Se fundó el Ateneo de Lima.
En las universidades como San Marcos de Lima y San Antonio de Abad del Cuzco se dio paso al estudio de
la antropología, de la misma manera que se permitió el ingreso en sus aulas a estudiantes mujeres.

Defensa Militar:
Pardo se preocupó por la defensa nacional, continuando la obra iniciada por Piérola, algo que era de urgente
necesidad frente a la agravación de los conflictos limítrofes con las naciones vecinas.
La Marina de Guerra del Perú fue repotenciada. En 1905 se adquirió el transporte Iquitos. Y teniendo como
base una erogación popular (que dio un millón de soles) y un empréstito, se mandó a construir en los arsenales
ingleses los cruceros ligeros Almirante Grau y Coronel Bolognesi, cada uno de los cuales desplazaba más de
3.200 toneladas. La llegada al Callao de estos buques, en agosto de 1907, produjo un estallido de júbilo
patriótico en todo el país. Dichos navíos fueron los mejores exponentes de la marina de guerra peruana, hasta
que en la década de 1950 fueron sustituidos por otros que conservaron sus nombres. Se reforzó también la
flotilla amazónica con cuatro lanchas patrulleras.

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Inicio de la legislación social
En 1904 y ante la creciente agitación obrera, el gobierno encargó al ilustre jurista José Matías Manzanilla la
elaboración de un proyecto de Legislación del trabajo a la que generalmente se ha denominado Legislación
Social. En su mensaje al Congreso en 1905, Pardo hizo conocer estos proyectos, pero luego de unos debates
su aprobación fue aplazada y solo en 1911 se aprobó uno de ellos, referente a las indemnizaciones por
accidentes de trabajo.
Aspecto Internacional
En lo que respecta a la política exterior, los puntos más críticos fueron las cuestiones limítrofes con los países
vecinos.
El pleito con el Brasil derivado del control del Alto Yurúa y el Alto Purús (en la zona no delimitada de la
frontera común), terminó en un choque armado en la zona del río Amuenya el 4 de diciembre de 1904, lo que
obligó a prorrogar la solución provisional acordada en junio de ese año, la llamada política de modus vivendi,
que contemplaba la neutralización en las zonas de los ríos en disputa y un gobierno en conjunto. Esa solución
se fue prorrogando cada seis meses, hasta que se firmó un tratado definitivo de límites en 1909, ya en el
siguiente gobierno.
El pleito con Ecuador se hallaba entonces en espera del arbitraje del rey de España, sin embargo la
penetración ecuatoriana en territorio peruano por la zona del río Napo había continuado, lo que produjo el
incidente armado de Torres Causana en julio de 1904, meses antes de que Pardo asumiera el poder. En 1905
llegó a Quito el comisario regio Ramón Menéndez Pidal, representante del rey de España, el cual expuso a
los representantes de Ecuador y Perú, que para llegar a una situación conciliatoria, ambos países tenían que
retirar sus guarniciones militares del Napo. El retiro de tropas no significaba el abandono de las posesiones
de ninguna de las partes. Ecuador retiró sus guarniciones militares que tenía en Aguarico y las condujo a
Quito, lo propio hizo el Perú con las que mantenía en Torres Causana, que los trasladó a Iquitos. Solucionado
ese problema, continuó la presentación de los alegatos de las partes ante el rey de España. El alegato peruano
estuvo a cargo de los comisionados Mariano H. Cornejo y Felipe de Osma, en cuatro tomos y siete de
documentos.
Con Bolivia, se hallaba ventilando la cuestión de límites al arbitraje del Presidente de la República Argentina.
El alegato peruano fue presentado por el internacionalista Víctor M. Maúrtua, alegato que consta de dos tomos
y 12 de documentos (1906).28 No obstante, no dejó de producirse algunos incidentes en la frontera. La
ocupación de la boca del río Heath por tropas bolivianas al mando del general José Manuel Pando en mayo
de 1906, motivó la protesta del Perú.
En lo que respecta a Colombia, se mantenía la disputa por el territorio selvático entre los ríos Putumayo y
Caquetá, donde actuaban los caucheros, siendo el más célebre el peruano Julio C. Arana. El Perú, deseoso
de solucionar su diferendo con ese país, envió una legación a Bogotá, encabezada por Hernán Velarde, quien
firmó con Clímaco Calderón y Luis Tanco Argáez una serie de acuerdos: un tratado por el cual se sometía el
pleito de límites al arbitraje del Sumo Pontífice (12 de setiembre de 1905) y un convenio de statu quo y de
modus vivendi en la región disputada del Putumayo, quedando este río como límite provisional. Colombia
ocuparía la zona norte de dicho río y el Perú la zona sur; ambos se comprometían a no hacer avances al lado
contrario, mientras se ventilase la solución definitiva. En 1906 se firmó en Lima un nuevo convenio de modus
vivendi para la zona en litigio, el mismo que al año siguiente sería cesado unilateralmente por Colombia, que
volvió a ejercer su jurisdicción sobre el Putumayo. Como consecuencia de ello, se produjeron una serie de
incidentes armados entre peruanos y colombianos en dicha zona en 1908.
Con Chile la situación fue igualmente tensa. Esta república retenía ilegalmente las provincias peruanas de
Tacna y Arica, pues según el Tratado de Ancón (que puso fin a la guerra del Pacífico en 1883), en 1894 debió
convocar en ellas un plebiscito para que sus habitantes decidieran retornar al Perú o permanecer en Chile.
Sin embargo, el gobierno chileno, no solo prorrogó indefinidamente la realización de tal plebiscito sino que
desde 1900 arreció una severa política de «chilenización» contra los peruanos de Tacna y Arica, así como
los que residían en Tarapacá, lo que provocó la protesta del gobierno peruano.32 Por ese motivo, desde 1901
se hallaban rotas las relaciones diplomáticas entre ambos países. En octubre de 1904, a poco de iniciarse el
gobierno de Pardo, Chile y Bolivia firmaron el Tratado de 1904, que zanjó la paz entre ambas naciones. El
cancillería peruana protestó ante su par chilena con respecto a algunas cláusulas de dicho tratado, en lo
concerniente a la demarcación de la frontera boliviana-chilena y a la construcción del ferrocarril entre Arica y
La Paz, ya que afectaban directamente los intereses del Perú (pues legalmente, el Perú seguía siendo el
señor y dueño de Tacna y Arica, mientras que Chile era solo el tenedor y ocupante). De todos modos, poco
después se reanudaron las relaciones diplomáticas entre Perú y Chile.33 Las mismas que se volverían a
romper, ya durante el siguiente gobierno, a raíz del llamado «Incidente de la Corona» (1909).

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Progreso Material
Se trató de llevar adelante la construcción de los ferrocarriles ordenada por la ley del 30 de marzo de 1904,
dándose preferencia a la prolongación de la línea de Sicuani a Cuzco, y de La Oroya a Huancayo. Pero el
proyecto de construir un ferrocarril hacia la región amazónica del Ucayali, no fue aprobado por el Congreso.35
En cambio se construyó otras vías de tramo corto, de modo que hacia 1908, el total de vías férreas del país
ascendía a 2.153 km.
Durante este período la ciudad Lima recibió el impulso del progreso y la expansión, gracias a la labor de su
alcalde, Federico Elguera. La capital tenía entonces 140.884 habitantes, siendo su principal avenida la de La
Colmena (hoy Avenida Nicolás de Piérola), aunque aún no se hallaba culminada. Se hicieron algunos arreglos
en la Plaza de Armas y en la Plaza Bolívar.36 El transporte novedoso era el tranvía eléctrico, inaugurado en
mayo de 1906. Llegaron también los primeros automóviles.
El 5 de noviembre de 1905 se inauguró el monumento en homenaje al coronel Francisco Bolognesi en la
plaza de su nombre, ceremonia a la que asistió el coronel argentino Roque Sáenz Peña, antiguo subordinado
de Bolognesi en la defensa de Arica (y que en 1910 llegó a ser presidente de su país). La escultura del héroe,
obra del escultor catalán Agustín Querol, sería reemplazada por otra en los años 1950.
Como homenaje a los héroes caídos en la guerra con Chile se construyó la Cripta de los Héroes en el
Cementerio General de Lima (hoy Cementerio Presbítero Maestro)
SEGUNDO GOBIERNO (1915 – 1918)
El 18 de agosto de 1915 José Pardo asumió por segunda vez la presidencia de la República. La normalidad
constitucional regresaba al país luego de un breve paréntesis de gobierno militar.
Pardo se mostró respetuoso de las leyes y libertades públicas. Decretó una amnistía política y trató de hacer
un gobierno de concordia y unión nacional. Pero no pudo contrarrestar la exacerbada oposición que le hicieron
desde el Congreso y la prensa. La más violenta oposición vino desde el diario El Tiempo, fundado en 1916;
allí colaboraban jóvenes y combativos periodistas como José Carlos Mariátegui y César Falcón, que se
solidarizaron con los reclamos populares.
Dos crímenes consternaron a la población y exacerbaron más los ánimos contra el gobierno. El 25 de
septiembre de 1915 fue asesinado por su misma tropa el comandante Juan Gerardo Ferreccio, en Huaraz,
adonde había sido enviado a reprimir una rebelión. El 4 de marzo de 1917 fue asesinado el parlamentario
Rafael Grau (hijo del héroe de Angamos) en Palcaro, cerca de Abancay, en medio de una reyerta desatada
entre bandos políticos locales. Rafael Grau era opositor del gobierno, por lo que se acusó directamente a
Pardo de ser el autor intelectual del crimen, acusación que nunca fue demostrada.
En el sur andino, los abusos de los hacendados y gamonales sobre la población nativa y campesina motivaron
muchas sublevaciones de indígenas, como la encabezada por Rumi Maqui en 1915.
La oposición al gobierno se agudizó aún más por la crisis económica derivada de la primera guerra mundial;
esta crisis causó malestar entre la clase trabajadora, obreros y empleados, ante la carestía de artículos de
primera necesidad y la subida de los precios. Estallaron numerosas huelgas y paros, el más notable de los
cuales sería el de enero de 1919 por la jornada de las 8 horas de trabajo.
Efectos de la Primera Guerra Mundial
A Pardo le tocó afrontar las consecuencias de la Primera Guerra Mundial. En el marco de esta conflagración,
un momento particularmente difícil fue el hundimiento en aguas españolas de la embarcación peruana
«Lorthon» por submarinos alemanes; el Perú reclamó al gobierno de Berlín y, al no obtener explicaciones
satisfactorias, rompió relaciones con el Imperio Alemán. El Perú se alió a Estados Unidos aunque evitó
declarar la guerra a Alemania.
Hubo una fugaz sensación de bienestar económico por la coyuntura mundial: se incrementaron las
exportaciones de azúcar, algodón, lana, petróleo y cobre. Por ello los cultivos agroindustriales de la costa se
intensificaron, lo que benefició a un reducido grupo de hacendados, pero de otro lado el cultivo de productos
alimenticios disminuyó considerablemente, surgiendo escasez y el aumento de precios en desmedro de las
clases populares, lo que naturalmente originó una gran agitación social, representada en huelgas y paros
laborales.
La lucha por la jornada de las 8 horas de trabajo
La guerra mundial agravó pues, la condición económica de la clase trabajadora y preparó el campo para el
desenvolvimiento de la acción sindical. Las sucesivas huelgas que se produjeron durante el gobierno de Pardo

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tenían como exigencia el abaratamiento de las subsistencias, la implantación de la jornada de las «8 horas
de trabajo», entre otras reivindicaciones laborales.
Un paro general se produjo en Lima y Callao los días 13, 14 y 15 de enero de 1919, en pro de la jornada de
las 8 horas. El ministro de Fomento Manuel Vinelli abogó ante el presidente Pardo por la dación del decreto
que implantase la jornada de las 8 horas, único requisito que exigían los obreros para levantar la huelga. El
decreto se dio el 15 de enero de 1919, otorgándose tal beneficio a los trabajadores de los talleres y
dependencias del Estado; en los talleres o establecimientos particulares los patrones y obreros deberían
ponerse de acuerdo sobre el horario de trabajo, pero en caso de no llegarse a un acuerdo regiría la jornada
de 8 horas. Este decreto fue considerado como un gran triunfo por los trabajadores.
Como actores principales del paro general de enero de 1919 hay que mencionar a los sindicalistas Nicolás
Gutarra, Julio Portocarrero y Julio Tataje; la Federación de Estudiantes del Perú (FEP) apoyó también a los
obreros y uno de sus delegados fue un joven universitario trujillano, que a partir de entonces tendría gran
figuración en la vida política del país: Víctor Raúl Haya de la Torre.
La rebelión de Rumi Maqui
Por entonces estaba en auge el gamonalismo, un sistema de explotación de los campesinos indígenas en las
haciendas, especialmente en el sur andino del Perú. Estas haciendas se caracterizaban por su escasa
productividad, su baja rentabilidad, el derroche de fuerza de trabajo y la exclusión cultural de sus peones
agrícolas, que permanecían en la más paupérrima pobreza. Los gamonales o terratenientes detentaban un
considerable poder local (muchos llegaron a ser senadores, diputados, alcaldes y prefectos) y contaban con
pequeños contingentes armados. Al aumentar el precio internacional de la lana, los gamonales expandieron
sus haciendas ganaderas a costa de las tierras de las comunidades indígenas y redujeron a muchos
campesinos a la condición de siervos. Todo ello, sumado a la indiferencia o complicidad de los gobiernos de
turno, ocasionó el estallido de muchas rebeliones de indígenas, una de las cuales fue la encabezada en 1915
por un sargento mayor de caballería, Teodomiro Gutiérrez Cuevas, más conocido como Rumi Maqui
(quechua: mano de piedra ). Rumi Maqui se alzó con un grupo de indígenas de Huancané y Azángaro, pero
fue vencido y apresado en 1916. Fue acusado de traición a la patria y condenado a veinte años de prisión. Si
bien sus enemigos (los gamonales) lo acusaron de haber querido fraccionar parte del territorio nacional para
cederlo a Bolivia, así como de querer reinstaurar el Tahuantinsuyo, en realidad Rumi Maqui solo había
reivindicado la libertad e igualdad de derechos para el indígena. No obstante, esta rebelión no fue del todo
infructuosa pues al menos hizo que el gobierno se interesara algo más por la problemática de los indígenas.
Rompimiento De Relaciones Consulares Con Chile.
Las relaciones diplomáticas con Chile continuaban interrumpidas a raíz del conflicto generado por el destino
definitivo de las provincias peruanas de Tacna y Arica, que se hallaban en poder de Chile desde la guerra de
1879-1883. Al terminar la primera guerra mundial, el gobierno y toda la nación peruana se dejó seducir por
los principios de justicia internacional proclamados por el presidente norteamericano W oodrow Wilson, uno
de los cuales era el derecho de libre determinación de los pueblos. Muchos en el Perú creyeron que al amparo
de ese principio se podría recuperar Tacna, Arica y, eventualmente, Tarapacá. El gobierno peruano intensificó
entonces su campaña para recuperar esas provincias; en respuesta, el gobierno chileno acentuó su política
de chilenización en las mismas. Muchos peruanos fueron expulsados de dichas provincias y de Antofagasta,
y muchos otros fueron enrolados a la fuerza en el ejército chileno. Esta situación se agravó con el ataque de
la residencia del cónsul peruano en Iquique, a manos de turbas de chilenos. La cancillería peruana protestó
enérgicamente y retiró a todos sus cónsules de territorio chileno. El rompimiento de relaciones con Chile llegó
pues a ser total (25 de noviembre de 1918), con grave daño para los intereses económicos de ambas
naciones.
Los principios wilsonianos no contribuyeron pues en nada a la solución de la espinosa Cuestión del Pacífico.
Ésta solo sería liquidada en el tramo final del Oncenio de Leguía, bajo la fórmula que impuso Chile: retención
de Arica y devolución de Tacna (1929).
El problema de La Brea y Pariñas
El gobierno también mostró atención por resolver el espinoso problema de La Brea y Pariñas. En 1916 la
London Pacific Petroleum Company vendió los derechos de arrendamiento de dicho yacimiento petrolífero a
la International Petroleum Company (IPC) dependiente de la Standard Oil de New Jersey, Estados Unidos.
La cámara de diputados aprobó una ley que autorizaba al Estado a someter el asunto al fuero arbitral del
Tribunal Internacional de La Haya (26 de diciembre de 1918).

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Otras obras y hechos importantes
Además del famoso decreto del establecimiento de la jornada de las 8 horas de trabajo (15 de enero de 1919),
Pardo dio otras leyes de carácter social, derivadas de los proyectos de Manzanilla que había presentado en
su primer gobierno. De ellas mencionamos dos:
La Ley Nº 2851 del 25 de noviembre de 1918 que reglamentaba el trabajo de las mujeres y los menores de
edad y La Ley Nº 3010 del 26 de diciembre de 1918 que estableció el descanso obligatorio dominical extensivo
a las fiestas cívicas y al primer día de las elecciones políticas.
Contribuyó a aliviar la crisis económica con la reorganización de la Hacienda pública en 1916 y 1917, la
supresión de los billetes fiscales que aún circulaban, el pago de la deuda interna y la revalorización de la libra
peruana.
Se estableció la libertad de cultos, por ley Nº 2193 del 11 de noviembre de 1915, que hizo la enmienda
constitucional respectiva. Se siguió reconociendo a la religión católica como la religión del Estado, pero se
borró la parte del artículo 4º de la Constitución vigente entonces (la de 1860) donde decía que «no se permite
el ejercicio público de alguna otra». Es decir, a partir de entonces se permitió el ejercicio de otras religiones,
fuera de la católica.
En el campo cultural se encomendó a la Sociedad Geográfica de Lima la formación de un atlas geográfico;
se fundó la Escuela Nacional de Bellas Artes de Lima; y se ordenó organizar el Archivo Nacional.
Estableció la colonia penal de la isla de El Frontón, situada al frente del Callao, con capacidad para doscientos
presos.
El país se modernizó a paso acelerado. Proliferó el automóvil y se construyeron las primeras carreteras. Entre
agosto y septiembre de 1915, un avión surcó el cielo de Arequipa y en seguida el de Lima. Crecieron la capital
y sus balnearios.
Se construyó el ferrocarril de Cuzco a Santa Ana y el de Lima a Lurín. Se completaron otros ferrocarriles.
Se reorganizó la Compañía Peruana de Vapores, que fuera creada en su primer gobierno.
En cuanto a la defensa no hubo ninguna novedad al fracasar los proyectos que creaban el Fondo de Defensa
y el Consejo de Defensa Nacional. Sin embargo, se fundó la Escuela Militar de Aviación (inaugurada a fines
de 1919); se incentivó la capacitación de los pilotos peruanos en la escuela argentina de El Palomar y se
construyeron cuarteles en diversos lugares del país.
Tampoco hubo avances en materia de educación al no aprobar el Congreso el pedido presidencial de que se
derogara la Ley 2094 que limitaba la acción del Estado en la dirección de la enseñanza primaria.
Fin Del Segundo Gobierno De Pardo
Próximo a finalizar su mandato, Pardo convocó a elecciones. Por el Partido Civil (gobiernista) se presentó
Ántero Aspíllaga, rico hacendado del norte, con la anuencia de Pardo. Como candidato de la oposición se
presentó Augusto B. Leguía y Salcedo, enemigo personal de Pardo y que estaba apoyado por un grupo
político al que dio su nombre. Los comicios, que no fueron muy limpios, dieron por ganador a Leguía, pero en
el recuento oficial se le anularon numerosos votos. Ante el peligro de que fueran anuladas las elecciones y
que estas se trasladaran al Congreso, donde los civilistas tenían mayoría, Leguía y sus partidarios dieron un
golpe de estado, contando con el apoyo de la guarnición militar de Lima. Era el 4 de julio de 1919.
Pardo fue desterrado a Nueva York. Exiliado con su familia en Europa, se estableció en el castillo Caradoc,
Biarritz, Francia, en donde residió hasta 1944 cuando retornó al Perú. Tres años después murió en Miraflores
y fue enterrado en el Cementerio Presbítero Maestro.
Fuentes:
Basadre, J. (2005). Historia de la República del Perú (1822-1933). Lima: Empresa Editora El Comercio.
Contreras, C. (2010). La posguerra del Pacífico y la formación del Perú moderno (1883-1933) Tomo XI de
Historia del Perú. Lima: Empresa Editora El Comercio S. A.
Chirinos, E. (1985). Historia de la República (1821-1930). Lima: AFA Editores Importadores S.A.
Guerra, M. (1984). Historia General del Perú. La República Aristocrática 11. Lima: Milla Batres.
Rivera, R. (1974). Historia del Perú. República (1822-1968). Lima: Editorial Jurídica.

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