El documento resume la Ley 30490 de Perú sobre la Persona Adulta Mayor. Establece que (1) la ley promueve y protege los derechos de las personas mayores como su dignidad e independencia, (2) el Tribunal Constitucional ha establecido la obligación de proceder con mayor celeridad en casos judiciales de personas adultas mayores, y (3) el Tribunal motivó esta medida especial para proteger la dignidad de los ancianos de acuerdo a la Constitución.
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El documento resume la Ley 30490 de Perú sobre la Persona Adulta Mayor. Establece que (1) la ley promueve y protege los derechos de las personas mayores como su dignidad e independencia, (2) el Tribunal Constitucional ha establecido la obligación de proceder con mayor celeridad en casos judiciales de personas adultas mayores, y (3) el Tribunal motivó esta medida especial para proteger la dignidad de los ancianos de acuerdo a la Constitución.
Descripción original:
modelo de escrito solicitando celeridad procesal para demandante adulto mayor
El documento resume la Ley 30490 de Perú sobre la Persona Adulta Mayor. Establece que (1) la ley promueve y protege los derechos de las personas mayores como su dignidad e independencia, (2) el Tribunal Constitucional ha establecido la obligación de proceder con mayor celeridad en casos judiciales de personas adultas mayores, y (3) el Tribunal motivó esta medida especial para proteger la dignidad de los ancianos de acuerdo a la Constitución.
El documento resume la Ley 30490 de Perú sobre la Persona Adulta Mayor. Establece que (1) la ley promueve y protege los derechos de las personas mayores como su dignidad e independencia, (2) el Tribunal Constitucional ha establecido la obligación de proceder con mayor celeridad en casos judiciales de personas adultas mayores, y (3) el Tribunal motivó esta medida especial para proteger la dignidad de los ancianos de acuerdo a la Constitución.
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El Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales",
suscrito en la ciudad de San Salvador el 17 de noviembre de 1988, ratificado en nuestro país, por Resolución Legislativa Nº 26448, con rango Constitucional por tratarse de una norma en materia de derechos humanos, establece en su artículo 17º en materia de adultos mayores, que "Toda persona tiene derecho a protección especial durante su ancianidad".
En desarrollo de estas reglas especiales de protección y en algunos casos,
tratamiento preferente, el Estado Peruano dictó en Julio del año 2016, Ley Nº 30490, Ley de la Persona Adulta Mayor, que establece en su artículo único, que regula los principios de dicha norma, que:
Ley Nº 30490, Ley de la Persona Adulta Mayor
Artículo único. Principios generales
Son principios generales para la aplicación de la presente ley los
siguientes:
a) Promoción y protección de los derechos de las personas adultas
mayores
Toda acción pública o privada está avocada a promover y proteger la
dignidad, la independencia, protagonismo, autonomía y autorrealización de la persona adulta mayor, así como su valorización, papel en la sociedad y contribución al desarrollo. El ciclo de la vida humana determina la existencia de etapas de insoslayable tránsito por todo ser humano, en el cual, luego de superado la etapa de producción laboral, llegará la ancianidad.
Como bien señala ALFREDO J. RUPRECHT, "Cada individuo tiene una
determinada época laboral en el sentido que el trabajo humano tiene un límite de duración, pasado, el cual se transforma en improductivo y después dañoso y, en fin, imposible.
Si se tienen en cuenta que la decisión Estatal que resuelve la procedencia
o no del derecho pensionario o su quantum, se dicta aproximadamente cuando el recurrente está próximo a los 76 años edad, significaría que tendría que vivir en promedio hasta los 88 años de edad para gozar de los derechos reclamados, por que a la fecha habiendo transcurrido 4 años no he logrado la justicia ansiada.
El penoso resultado es que muchos litigantes adultos mayores fenecen en
el curso de sus procesos, privándoseles materialmente de la entera satisfacción y goce de los derechos que reclaman.
EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL HA ESTABLECIDO LA OBLIGACIÓN
JUDICIAL DE PROCEDER CON LA MAYOR CELERIDAD, EN CASOS DE PERSONAS ADULTAS MAYORES, EN LA SENTENCIA RECAÍDA EN EL Expediente N° 0 02214-2014-PA/TC.
EL Tribunal Constitucional ha establecido un criterio importante, que
constituye un antecedente de esta iniciativa legislativa, con el que desarrolla el deber del Estado de dotar de una especial celeridad los procesos judiciales en los que un adulto mayor, en sus fundamentos 28 y 29:
28. Finalmente, considerando la aludida avanzada edad del
actor (99 años), el tiempo transcurrido desde la interposición de la demanda de amparo (12 años, de los cuales 10 corresponden a la fase de ejecución) y que en el presente caso ya obran específicas liquidaciones de intereses legales, el Tribunal Constitucional estima necesario ordenar al juez de ejecución del presente caso, que resuelva y se asegure de que el demandante cobre efectivamente el monto que le corresponda por todos sus adeudos en materia previsional {incluidos los respectivos intereses), en un plazo de 30 días hábiles (lo que incluye la realización de la nueva liquidación de intereses legales), tiempo que se computará desde el día de notificación de la presente decisión y que, una vez vencido dicho plazo originará las respectivas responsabilidades, debiendo remitir a este Tribunal las resoluciones que se hayan adoptado sobre el particular.
El Tribunal Constitucional motivó dicha medida especial de celeridad
procesal para un adulto mayor fundamentando en su considerando 29º, que:
"Es necesario destacar que cuando la Constitución ha
establecido en el artículo l que "la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo dela sociedad y del Estado", ha consagrado precisamente un principio exigible a la sociedad y principalmente al Estado para que. en lo que se refiere a toda actuación jurisdiccional. se efectivicen obligaciones concretas que tengan como finalidad primordial el resguardo de derechos como el de la "efectiva" tutela jurisdiccional en procesos de amparo previsionales, tomando como base el respeto a la dignidad de la persona anciana y que. en el caso de éstas. la propia Norma Fundamental exige un trato especial dada su condición especial (artículo 4). Vale decir el Tribunal Constitucional interpretó extensivamente el deber de protección especial del anciano.