Binford Lewis - Descifrando El Registro Arqueologico

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1.

DESCIFRANDO EL REGISTRO ARQUEOLOGICO

LA CIENCIA DE LA ARQUEOLOGÍA

Hace algún tiempo, en el autobús, un señor de edad me pregunto qué hacía. Yo le


dije que era arqueólogo. El replico: “eso debe ser maravilloso porque lo único que se
necesita para tener éxito es suerte”. Tuve que convencerle de que su punto de vista sobre la
arqueología no era el mío. Él tenía la idea de que el arqueólogo “desentierra el pasado”, que
el arqueólogo con éxito es el que descubre algo que no se había visto antes, que todos los
arqueólogos emplean sus vidas yendo de un lado a otro con el fin de realizar
descubrimientos espectaculares. Es esta una concepción de nuestra ciencia quizás
apropiada para el siglo XIX, pero que no se ajusta a la naturaleza de la arqueología tal como
se practica hoy en dia, al menos en los términos que yo la concibo. En este capítulo quiero
explicar por qué creo que los arqueólogos son algo más que simples descubridores.

Como muchas personas, el caballero del autobús estaba bastante equivocado al


creer que el arqueólogo “descubre el pasado”. El registro arqueológico está aquí, con
nosotros, en el presente, esta allá, enterrado con muchas posibilidades de ser descubierto
al construirse una nueva carretera; es una parte importante de nuestro mundo
contemporáneo y las observaciones que hacemos sobre el están aquí y ahora, son
nuestras contemporáneas. No son observaciones directas que sobreviven del pasado (por
ejemplo, en el caso de un historiador que maneja información de un diario del siglo XV
escrito por el autor en esa época). Los hechos observados del registro arqueológico son
actuales y por si mismos, no nos informan acerca del pasado, el registro arqueológico no se
compone de símbolos, palabras o conceptos, sino de restos materiales y distribuciones de
materia. El único modo de poder entender su sentido –o dicho de otra forma, la manera en
que podemos exponer el registro arqueológico en palabras – es averiguando como llegaron
a existir esos materiales, como se han modificado, y como adquirieron las características
que vemos hoy. Esta comprensión depende de una gran acumulación de conocimientos
que relacionan las actividades humanas (ES decir, la dinámica) con las consecuencias de
estas actividades que pueden ser observables en los vestigios materiales (Es decir, la
estática). En realidad se podría pensar en los hechos arqueológicos como en una especie
de lenguaje no traducido, algo que necesitamos “descifrar” para ir de las simples
afirmaciones sobre la materia y su clasificación a aseveraciones de interés behaviorístico
sobre el pasado.

Así pues, el desafío que la arqueología plantea consiste en la trascripción, de


manera literal, de la información estática contenida en los restos materiales observables
para reconstruir la dinámica de la vida en el pasado y estudiar las condiciones que han
hecho posible que estos materiales hayan sobrevivido y llegado hasta nosotros. Este
desafío, que sienten muchos arqueólogos, es enorme y nada fácil de afrontar, porque exige
de nosotros una mejor comprensión de nuestras propias interacciones con el mundo
material. Después de todo, raramente prestamos atención a la manera en que nuestro
comportamiento puede modificar nuestro contexto material y dejar huella sobre lo que
sucede en nuestra vida cotidiana; simplemente, no contemplamos el mundo desde esta
perspectiva. Sin embargo, el arqueólogo debe prepararse para hacerlo así. Debe llegar a
interesarse por asuntos bastante vulgares ¿Cómo dispone la gente de su basura? ¿Cómo
deciden que un instrumento esta gastado y si necesitan comprar uno nuevo? ¿Cuándo
consideran que algo ya no es útil y debe ser sustituido y reutilizado con otros fines? La
información sobre estas decisiones, decisiones que modifican la forma y ordenación de los
objetos materiales es fundamental para los arqueólogos que esperan ser capaces de
“Descifrar” y “leer” el registro arqueológico en términos de aquellos aspectos del pasado
que les interesan.

¿Cómo podemos enfrentarnos a este desafio? ¿Podemos empezar a lograr


nuestros objetivos simplemente excavando más yacimientos y descubriendo nuevas cosas
como suponía el hombre del autobús? Mi respuesta debe ser un rotundo “no”. Si (como
sospecho) la mayor parte de la gente encuentra esta respuesta sorprendente, es porque
imagina que los arqueólogos solo excavan yacimientos; no saben nada acerca de los
trabajos de investigación que deben llevarse a cabo para ayudar a descifrarlos. ¿Qué
sugerencia pueden hacerse? ¿Los métodos de la historia o de las ciencias naturales o de
cualquier otra disciplina son apropiados para los problemas que plantea la arqueología?

La primera idea que rechazaríamos es la de que lo arqueólogos no son simplemente


historiadores especiales que trabajan con desventaja: es decir, historiadores que no tienen
registros escritos. Debe reconocerse la diferencia fundamental que existe en el tipo de
datos utilizados por las dos disciplinas. Los historiadores, sea cual sea su interés específico
en el pasado, trabajan de una forma u otra con registros escritos: crónicas, cartas diarios o
cualquier otro tipo de registro literario del pasado que haya sido realizado intencionalmente
por una persona para transmitir información. Sin embargo, como todos sabemos, las cartas
pueden embellecer la realidad; en la práctica, los escritores de diarios escriben, a menudo,
para un futuro lector desconocido; todos los registros burocráticos son muy susceptibles de
alteración debido a intereses personales. El hecho de que la gente no siempre es honesta
enfrenta inevitablemente al historiador con el problema de comprender los motivos que
pueden haber movido a los individuos para llevar a cabo un registro escrito del pasado. En
cambio, los arqueólogos, al menos en un cierto nivel, raramente se enfrentan con esta
particular dificultad. Por ejemplo, supongamos que durante la excavación de un yacimiento
se encuentra un hogar próximo a un área llena de desechos: seria extraño realmente
imaginar que alguien en el pasado hubiese deformado deliberadamente este pequeño
fragmento del registro arqueológico para propósitos particulares o que hubiese modificado
lo que hubiese arrojado un medio de comunicación con alguien del futuro. Con ello no
quiero decir, naturalmente, que el hombre no use las cosas materiales para comunicarse.
Las ropas o las joyas que llevamos reflejan nuestro status u otros aspectos propios; si un
hombre es policía o bombero, nos lo indica el uniforme que lleva, pues este lleva una
información muy especifica sobre su trabajo. Pero, aunque las cosas materiales
generalmente comuniquen información codificada, raramente son codificadas con
propósito de engaño. El arqueólogo trabaja con un tipo de material muy diferente al del
historiador al menos desde un punto de vista de los sistemas simbólicos y de comunicación
que el hombre utiliza.
Algunos historiadores han propuesto que el mejor método para informarse
acerca del pasado es la empatía, es decir, imaginar simplemente que acciones o
circunstancias llevarían a las condiciones observadas. Por ejemplo, puedo encontrar un
hogar rodeado de piedras, con un carbón en el centro y huesos rotos y piedras a un lado. En
este caso me digo: “yo soy un hombre. Si estuviese sentado junto a un hogar, ¿Qué podría
haber hecho para que las cosas se queden como las veo ahora?”. En estas condiciones,
podría ser capaz de plantear una serie de supuestos acerca de qué ocurrió en el pasado.
Pero elaborar estos supuestos es solo el primer paso y precisa de una mente imaginativa y
del conocimiento acumulativo de la relación entre comportamiento humano y los objetos
materiales. Mucho mas importante es como evaluar estas ideas ¿Cómo sabemos que no
existieron otras circunstancias que no tuvieron lugar en el pasado y pudieron asi mismo
haber producido los modelos que observamos en el registro arqueológico? Sin la
metodología adecuada para evaluar las ideas, solo tendremos las manos libres para
generar montones de historia sobre el pasado, pero carecemos de medios para conocer su
exactitud.

¿No será acaso el mejor medio para enfrentarnos al desafio, seguir los pasos
de los que nos precedieron, tal como sugieren algunos arqueólogos, es decir, adoptar por
ejemplo los métodos de las ciencias sociales? La sugerencia es seductora. Pero
deberíamos recordar que las ciencias sociales se desarrollan para tratar la dinámica social,
los arqueólogos, como ya he enfatizado, no observan hechos sociales; observan hechos
materiales, todos ellos contemporáneos, y por tanto, los procedimientos de las ciencias
sociales en la práctica son inapropiados para la arqueología. La arqueología debe
enfrentarse con la naturaleza de los datos que emplea y con la singularidad del desafío:
como acceder desde el presente al pasado. Lo que necesita es una ciencia del registro
arqueológico que enfoque los problemas especiales que surgen al tratar de utilizar este
registro para conocer este pasado.

Si no somos realmente historiadores ni científicos sociales, ¿Qué podemos


decir acerca de los métodos de las ciencias naturales? Esta es una sugerencia bastante
mas adecuada, porque entre los científicos naturales no se espera que los hechos que se
observan “hablen por si mismos”. Los físicos, químicos, biólogos, etcétera, no imaginan que
las relaciones observadas tengan un sentido que sea evidente por si mismo. Estan
constantemente preocupados en dar sentido a tales observaciones y posteriormente
evaluar hasta que punto, en la practica, es útil la interpretación dada. Seguramente, esta es
la posición en la que se encuentra el arqueólogo: interpretar los hechos arqueológicos
(actuales) que observa y luego tratar de evaluar hasta que punto su imagen del pasado se
ajusta a la realidad. Es por esta razón, que siempre he afirmado que la arqueología debiera
adoptar los métodos de las ciencias naturales. Son las únicas técnicas que conozco que
pueden ayudar al arqueólogo en su especial y peculiar dilema: disponer solo de
observaciones actuales sobre materiales cuya génesis es inasequible a través de la
observación.

¿Qué implicaciones tiene este hecho en los procedimientos que seguimos al


excavar un yacimiento? ¿Necesitamos preocuparnos sobre el significado de los restos
arqueológicos antes de excavarlos? Si es asi ¿Influira esto en los resultados de la
excavacacion? Ciertamente, el arqueólogo como descubridor debe estar preocupado por
estas cuestiones. Naturalmente, no sabríamos nada acerca del pasado si nuestras
energías estuvieran eternamente dedicadas a desarrollar una perfecta metodología de
investigación y fracasaramos en el registro de los hechos arqueológicos del pasado. Por
otro lado, tampoco estaríamos mas cerca de conocer el pasdao si tuviéramos un registro
arqueológico completo y ningún modo de darle sentido. Obviamente; los dos aspectos de la
investigación arqueológica deben desarrollarse conjuntamente, pero esto es mas fácil
decirlo que hacerlo. Podemos excavar en exceso sin contar con la metodología necesaria
que nos permita interpretar las cosas que observamos; o podemos llevar a cabo una
excesiva investigación metodológica y encontrarnos que al excavar un yacimiento las cosas
que necesitamos observar justamente no están allí. A menudo se oye a los arqueólogos
decir: “X es un teorico, o Y es un hombre de campo”, o criticar que “fulano de tal excava
muchos yacimientos correctamente pero no nos interpreta muy bien”. El mensaje para la
arqueología se basa en la necesidad de un crecimiento equilibrado entre el desarrollo de las
técnicas que nos permiten hacer inferencias exactas acerca del pasado y la realización de
observaciones arqueológicas que nos proporcionan materiales de interpretación. No creo
que se pueda excavar un yacimiento correctamente a menos que sepamos también que
potencial pueden tener los datos excavados para lograr inferencias sobre el pasado. Por
ejemplo, si yo no conociese las técnicas de datación por radiocarbono, no tendría sentido
que el conservara el carbón de una excavación, solo cuando se que el análisis de muestras
de carbón sin contaminar puede dar una medida independiente del tiempo transcurrido, me
doy cuenta de la necesidad de recoger ese material y de registrarlo cuidadosamente. En
resumen, las buenas técnicas de excavación dependen del conocimiento de los sistemas
potenciales de hacer inferencias acerca del pasado. Pero las propias técnicas de
excavación son las que continuamente nos llevan a un mayor y variado numero de formas
de investigación metodológica porque siempre encontramos cosas que no entendemos y
que nos interesan, cosas que exigen una mayor investigación antes que podamos utlizarlas
para hacer inferencias sobre el pasado.

Por tanto la arqueología es una disciplina interactiva que no puede crecer sin
encontrar un equilibrio entre los intereses teóricos y los practicos. Los arqueólogos tienen
que estar en permanente autocritica: por esto el campo es tan vivo y los arqueólogos
siempre están discutiendo sobre quien esta en lo correcto en ciertos temas. La autocritica
conduce al progreso y es por si mismo, un desafio que el arqueólogo quizás solo comparte
con el paleontólogo y algún otro científico cuya preocupación ultima sea hacer inferencias
sobre el pasado en base a datos actuales. La arqueología no es un campo que puede
estudiar el pasado directamente, ni puede limitarse solo al descubrimiento, como sugeria el
hombre del autobús. Por el contrario, es un campo enteramente dependiente de las
inferencias del pasado a partir de las cosas encontradas en la actualidad. Los datos
arqueológicos, desgraciadamente, no son evidentes por si mismos. ¡Mucho más fácil sería
nuestro trabajo si lo fueran!

ANALIZAR AL PRESENTE SIRVE AL PASADO


Todos estamos familiriazados con el cliche de que estudiamos el pasado para
conocer el presente. Quizá no lo estemos tanto con la idea de estudiar el presente para
entender el pasado. Al menos, mucha gente parece no comprender muy bien el hecho de
que los arqueologos vayan a vivir con los aborigenes australianos o que sigan a los
bosquimanos !Kung en su cacerías. Éstas no son exactamente el tipo de actividades que
se suponen propias del arqueologo. Pero desgraciadamente, muchos de nosotros estamos
ocupados casi por completo en estas actividades, al menos durante alguna fase de nuestra
carrera. En efecto, incluso en los Estados Unidos, en la moderna ciudad de Tucson, Arizona,
existe un proyecto dirigido a estudiar las practicas de produccion de basuras de los actuales
habitantes de la ciudad ¡los arqueologos paseando con los basureros! El hecho de que
tales practicas se lleven a cabo, creo que es un sintoma de que el campo de la arqueologia
se esta ampliando y haciendo cada vez mas sofisticado. Como resultado, la arqueologia
deberia estar en condiciones de ofrecer al mundo unas nociones de nuestro pasado mas
claras y estimulantes que las que nunca antes habria sido capaz de proporcionar.

El registro arqueologico como ya he mencionado, es un fenomeno contemporaneo y


las observaciones que hacemos sobre el no son afirmaciones “historicas”. Necesitamos
yacimientos que conserven elementos del pasado; pero, de igual manera, tenemos
necesidad de instrumentos teóricos que den sentido a esos elementos cuando se
encuentran. Identificarlos exactamente y reconocer su contexto en el pasado depende de
un tipo de investigación que no puede ser llevada a cabo a través del registro arqueologico
unicamente. Es decir, si intentamos investigar la relacion existente entre la estática y la
dinámica, debemos ser capaces de observar ambos aspectos simultaneamente; y el unico
lugar donde podemos observar la dinamica es el mundo actual, aquí y ahora.

Voy a dar un ejemplo. Un tipo de hallazgos muy común que efectúan los
arqueologos con los instrumentos líticos. Para obtener un mejor conocimiento del contexto
en el que los hombres hacían, usaban y disponían de instrumentos líticos, sería
logicamente muy util observar pueblos que los usen. Este fue el motivo que me llevo al
desierto central de Australia hace varios años, con el fin de realizar trabajos de campo entre
un grupo de gente que conocia este tipo de instrumentos y que todavia los usaban
periodicamente para diversos propositos. Esperaba ser capaz de relacionar la informacion
sobre el comportamiento de estas gentes (la dinámica) con las consecuencias de este
comportamiento visto a través de la distribución, diseño y modificación de los instrumentos
piedra (la estática). Parte de este trabajo se describe brevemente en el capítulo 7. Mi
objetivo era estudiar la estática y la dinámica en un contexto actual. Si llegásemos a
comprenderlas en todos sus matices, contaríamos con una especie de piedra Rosetta: un
sistema para “descifrar” lo estático, pasando de los instrumentos líticos encontrados en un
yacimiento arqueológico a la vida que llevaban las gentes que los dejaron allí.

Los nexos entre lo que encontramos y las condiciones que dieron lugar a su
producción solo pueden estudiarse a partir de pueblos actuales. Yo he trabajado sobre este
problema con los nunamiut, un grupo de esquimales, cazadores de caribú en Alaska, con
los navajos, que son pastores de ovejas en el Sudoeste americano; y tengo varios
estudiantes trabajando entre los bosquimanos !Kung en el Sur de África. Todos estos
trabajos de campo están planteados con la finalidad de poder estudiar de manera directa
los nexos entre las cosas que encontramos como arqueologos y los diversos
comportamientos que dieron como resultado la producción, modificación y disposición
eventual de estas cosas.

La arqueología experimental es otra área de investigación en la que el presente es


usado para servir al pasado, con el objeto de proporcionar observaciones para la exacta
interpretacion del registro arqueológico. Una gran parte de este metodo de trabajo fue
iniciado en Gran Bretaña. Corresponde la recreación experimental de sucesos o procesos
que sabemos deben haber ocurrido en el pasado, para observar cual habria sido el
resultado arqueologico. Por ejemplo, si una casa se quema y la erosion de sus restos tiene
lugar durante un largo período, ¿cual seria el resutlado que verian los arqueologos? ¿De
que manera se habrian modificado la estructura original y su contenido? Son problemas que
podemos abordar a través de la experimentación. La investigación, en este sentido, nos
permite evaluar hasta que punto podemos aceptar lo que vemos como directamente
referible al pasado, o como algo deformado de maneras diversas por los procesos
intermedios. Otra de las ventajas de la experimentación es la posibilidad de reproducir las
técnicas de los artesanos antiguos, es decir, aprender a hacer instrumentos de piedra,
cerámica y otros productos empleados en las tecnologías prehistóricas y aplicar los nuevos
conocimientos a situaciones diferentes, de forma que nos permitan solucionar problemas:
este tipo de trabajo puede contribuir a un mayor entendimiento del registro arqueologico.
Creo que estamos en condiciones de afirmar que los arqueologos empezarían a emplear
estos metodos experimentales con mayor frecuencia de lo que han hecho en el pasado,
cuando empiecen a ser concientes de que el mero hecho de encontrar un objeto carece
prácticamente de valor si no se puede revestir de contenido.

Los documentos historicos constituyen otra fuente importante de información, que


solo recientemente ha empezado a ser utilizada por los arqueologos. El objeto de la
investigacion “etnoarqueologica” se centra en la busqueda de datos significativos sobre la
formación del registro arqueologico. El arqueologo que trabaja en un asentamiento y
observa las diferentes actividades que llevan a cabo sus ocupantes cree que podrá
identificar ciertos modelos arqueologicos una vez conectadas las actividades que los
produjeron. Ahora bien, simplemente estar allí y mirar no es la unica manera de obtener
esta informacion, pues existe tambien una cantidad importante de documentos escritos que
describen las acciones del hombre del pasado. A menudo, el estudio de los documentos
históricos nos sirve, no solo para identificar los lugares de ocupación antiguos, sino tambien
para informarnos de lo que alli sucedia, que nivel de especialización artesanal existía, por
ejemplo, o detalles referentes a la organización social del asentamiento, estamos en
condiciones de excavar el yacimiento y relacionar los hallazgos con las noticias que
poseemos sobre las actividades y procesos que tuvieron lugar hace tiempo. Este uso de la
historia como una forma de control experimental esta todavia en sus inicios, aunque
esperamos que en un futuro se produzcan grandes progresos en esta dirección. El numero
de personas que todavia hacen instrumentos de piedra para la caza y sigue un modo de
vida nomada disminuye cada dia, por tanto, las futuras generaciones de arqueologos
tendran escasas oportunidades de estudiar a las gentes que usan este tipo de instrumentos.
Pero la existencia de documentos historicos que contienen observaciones hechas por
individuos actuales sobre la dinamica de los yacimientos en el pasado permite excavarlos y,
en base a los relatos existentes sobre dichos lugares, intentar relacionar lo que
encontramos en el terreno con las informaciones históricas.

De todos modos, la palabra escrita no es el unico documento historico que existe;


afortunadamente, durante los ultimos cien años hemos sido capaces de realizar fotografias.
Muchas de ellas fueron tomadas a principios de siglo, cuando todavia existian numerosos
pueblos que vivian al margen del desarrollo tecnológico ¿De que manera podemos emplear
tales fotografías para que nos proporcionen una informacion arqueologica util? Mi
experiencia me sugiere que no es tarea facil. Por ejemplo, es necesario conocer una serie
de detalles, tales como la distancia focal de las lentes de la camara, si queremos convertir
una fotografia oblicua (es decir, tomada por una camara sostenida a mano y mirando al
paisaje) en un mapa que, de todos modos, no será análogo a los que un arqueologo
realizaría al excavar un yacimiento. Una vez estos problemas tecnicos esten resueltos, y
estoy seguro de que se logrará, estaremos en condiciones de aprovechar de una manera
mucho mas rentable los cientos de miles de fotografias etnograficas tomadas en un pasado
relativamente reciente. Las fotografias tienen una inmediatez maravillosa: podemos ver una
persona del pasado sentada frente a nosotros y conocer lo que estaba haciendo en aquel
momento. Consecuentemente, se pueden poner en conexión las relaciones espaciales de
la gente con los hogares, de las casas con la gente , de los hogares con las casas, en un
contexto behaviorístico que normalmente es dificil de establecer, incluso con la ayuda de la
palabra escrita. Con las fotografías se consigue tener, simultaneamente, una fugaz vision
del comportamiento en el pasado y una especie de “mapa” una enorme ventaja que los
arqueologos seguramente capitalizarán en el futuro.

Tenemos por tanto, tres importantes campos de investigación a desarrollar: el


estudio de los pueblos contemporáneos, la creación de situaciones experimentales que nos
permitan controlar las causas a fin de estudiar los efectos, y el uso de documentos
historicos de diferentes clases, todos ellos campos de investigacion que la arqueologia
contemporanea esta empezando a desarrollar de forma significativa. A medida que estos
aspectos van adquiriendo importancia, la imagen popular del arqueologo, calado con un
casco, descubriendo una tumba, será sustituida por la de un individuo ecléctico, interesado
en casi todos los dominios de la actividad humana que conducen a resultados que pueden
quedar reflejados en el registro arqueologico.

LOS GRANDES INTERROGANTES DE LA ARQUEOLOGIA

¿Que es lo que queremos conocer del pasado? Es siempre dificil determinar la


viabilidad de una sugerencia, si de antemano no sabemos lo que pretendemos conseguir.
Este postulado es tan aplicable a la arqueologia como a cualquier otra disciplina; lo que
pretendemos conocer acerca del pasado incide de forma determinante en el método con
que los arqueologos llevan a cabo las excavaciones e investigan el registro arqueologico. Si
no tienen las ideas claras al respecto, les sera dificil encontrar la forma de aproximarse a los
datos arqueologicos o saber que tipo de investigación han de llevar a cabo para
interpretarlos. Por tanto, nuestras ideas acerca del pasado afectan a la investigación
arqueologica y al desarrollo de la arqueologia en general . Puede ser de utilidad discutir
brevemente sobre nuestros conocimientos sobre el pasado, pero sobre todo es interesante
y necesario discutir sobre lo que nos gustaria saber partiendo del registro arqueologico: ¿es
posible por medio de la investigación arqueologica contestar algunos de los grandes
interrogantes?

Si pretendemos adoptar una aproximación arqueologica tipica ¡empecemos por el


principio! Creo que es extremadamente importante poseer algun tipo de información acerca
de los rasgos fundamentales de la conducta de nuestros antepasados mas antiguos.
Tenemos sus huesos, naturalmente es decir, los fosiles de los hombres mas remotos,
algunos de ellos de una antigüedad que oscila entre 3 y 6 millones de años. Pero ¿cuando
empezo el comportamiento tipico, el unico significativo para usted y para mi, como
miembros que somos de la misma especie? La respuesta es simplemente que no lo
sabemos. Conocemos cuando se produjeron los cambios en la capacidad craneana, en el
tamaño de nuestro cuerpo y en la forma de nuestra pelvis; sin embargo, todavia ignoramos
en que momento el hombre comenzo a usar el lenguaje, cuando empezo a vivir en
pequeñas familias monogamas o a compartir el alimento entre adultos: y son estas las
características que, de hecho, nos distinguen en la mayor parte de los animales. ¿Que
antigüedad tiene el comportamiento que todos consideramos como tipicamente humano?
¿Cuáles fueron realmente nuestros antepasados mas antiguos? Creo que estos son unos
de los temas centrales de la investigación arqueologica.

Hay una cuestion de actualidad que mantiene en controversia a los arqueologos: el


hombre de hace 2 millones de años ¿cazaba ya para alimentarse? ¿disponía de un
campamento base? ¿compartía la vivienda y los alimentos dentro del grupo? Estas
preguntas adquieren significado cuando se contemplan en el contexto del comportamiento
animal en general: los primates (excluyendo al hombre), por ejemplo, tienden a dormir en
los árboles, y no en el suelo, y comen en el mismo lugar en que han obtenido el alimento y
no donde duermen, como hace el hombre. ¿Cuando empezó el sistema de vida terrestre, la
actividad cazadora y el reparto del alimento? ¿Fue la caza determinante en la evolucion del
lenguaje o lo fue por otra conducta social? ¿Que motivó estos cambios y como deberiamos
explicarlos? Solo cuando hayamos establecido lo que realmente sucedió en el pasado
podremos empezar a preguntarnos el por qué sucedió. Y solamente la arqueologia, creo,
esta en condiciones de proporcionarnos informacion sobre tales interrogantes. El estudio
biologico comparativo del registro de los fosiles humanos no puede por si solo contestar a
nuestras preguntas. Las respuestas seran la consecuencia de la integración de una amplia
variedad de datos arqueologicos que se han conservado: no unicamente la informacion
sobre la anatomia de nuestros antepasados sino tambien, por ejemplo, del lugar donde
fueron hallados sus esqueletos fosilizados y su relacion con los instrumentos de piedra y los
subproductos de sus comidas. Con todo, hay que tener en cuenta que los argumentos
emitidos hasta ahora, no han sido frecuentemente muy solidos.

Por ejemplo, la mayor parte de los libros de texto arqueologicos aseguran que el
hombre antiguo era cazador de animales. Este argumento se basa en los hallazgos de
yacimientos como la garganta de Olduvai, situado en el África oriental: en este lugar,
además de los fósiles de homínidos e instrumentos de piedra antiguos, tambien han sido
encontrados gran cantidad de huesos de animales; al estar estos huesos asociados a
instrumentos de piedra, es posible deducir que se trata de los restos de comidas del
hombre antiguo, pero ésta no es, necesariamente, la interpretación correcta. Los
yacimientos donde encontramos estos instrumentos de piedra tan antiguos son depositos
geologicos creados por agentes naturales, no por el hombre: este simplemente estuvo
presente en el contexto ambiental durante el periodo de tiempo en que los procesos
naturales que formaron los yacimientos estaban en pleno desarrollo, y no hay razón para
suponer que todos los hallazgos aparecidos en tales yacimientos se puedan relacionar. En
otro yacimiento del África oriental han aparecido unas huellas de hominidos conservadas en
la roca a las que se les atribuye una antigüedad de unos 3 millones de años. Pero estas no
eran las unicas huellas; tambien fueron identificadas huellas de elefante, jirafa, pintada e
incluso de pequeños gusanos. Sería bastante absurdo llegar a la conclusión de que la
asociación de huellas de hominidos y de elefante implica que el hombre antiguo era pastor
de elefantes. Sin embargo, es precisamente el tipo de logica usada por los arqueologos
que, a partir del hallazgo de instrumentos de piedra y huesos de jirafa en un mismo deposito,
presuponen que el hombre mató a la mencionada jirafa. De hecho, ésta quizá murió por
causas naturales y los instrumentos de piedra fueran utilizados y abandonados en el
yacimiento cientos de años después, siendo utilizados, tal vez, para cortar productos
vegetales. Si los arqueologos quieren comprender el pasado correctamente ,tendrán que
solucionar el problema de separar los diversos procesos y comportamientos que llevaron a
la formación de un depósito; estos temas los discuto con mas detalle en los capitulos 2 y 3.

Otra controversia interesante que plantea la arqueologia gira en torno a la pregunta


de si todas las características que consideramos puramente humanas se iniciaron al mismo
tiempo o bien eran emergentes, en el sentido de que surgieron en contextos diferentes
¿Puede considerarse la evolucion de la, por así decirlo, verdadera esencia del hombre
como una especie de “salto cuantitativo” o mas bien se trata de un proceso de crecimiento
progresivo? De nuevo, la respuesta es, simplemente, que no lo sabemos. Se ha dicho, por
ejemplo, que la adopción por parte del hombre de la postura erguida, sobre dos piernas,
constituye un salto cuantitativo porque libera las manos; el uso de las manos hizo posible la
fabricación de instrumentos; los instrumentos propiciaron el lenguaje; y el lenguaje preparó
el camino a muchos cambios en la organización social, tales como el reparto del alimento y
la adopción de actitudes altruistas. Esta es una via de evolucion sobre la que tengo
bastantes dudas. Personalmente, creo que no deberíamos subestimar la necesidad de
planificación que tuvieron los antiguos cazadores para poder solucionar, por ejemplo, el
problema del abastecimiento de alimento durante la estacion del año en que las plantas no
crecen. Quizá fuera en el contexto de la caza donde l acumulación de información y su
procesado empezaron a jugar un papel mas importante para nuestra evolución. Mi
planteamiento, sin embargo, es que el desafío que nos plantea la investigación del pasado
consiste en buscar caminos que nos permitan descubrir si tales orientaciones son correctas
o no.

Uno de los interrogantes mas importantes que podemos examinar a través de la


investigación arqueológica es el que hace referencia al momento en que surgieron
comportamientos característicos que creemos nos distinguen de otros animales y de que
manera podemos entender su desarrollo. Contamos tambien con un segundo grupo de
problemas, relacionado con el anterior, que constituye, y es facil hallar la razón, un tema de
fascinación y especulación para mucha gente, ademas de los arqueologos. Nos referimos
al origen de la agricultura y a las condiciones que llevaron al hombre a adoptar unas formas
de vida mucho mas sedentarias que las correspondientes a su pasado como cazador y
recolector. ¿Por que el hombre dejó de trasladarse, se estableció y empezó a intensificar su
producción de alimentos en espacios cada vez mas pequeños? Esto es, despues de todo,
lo que significa realmente la agricultura ¿Por qué este fenómeno se produjo en muchos
lugares diferentes del Viejo y Nuevo Mundo? Y ¿cual es la razon de que estos cambios se
dieran en regiones tan distintas dentro de lo que, desde un punto de vista arqueologico, es
un periodo de tiempo tan limitado como unos 2000 años? En el capitulo 8, hago algunas
sugerencias sobre la direccion a seguir si queremos hallar respuestas a estos interrogantes.
Si fueramos capaces de acceder a algunas de estas cuestiones, creo que estariamos en
condiciones de empezar a comprender la influencia que nuestra adaptación ejerció sobre
nuestro sistema de vida y también sobre nuestro nicho particular dentro del mundo animal.
Digo esto porque la adopcion de la agricultura y el sedentarismo implican una serie de
cambios muy caracteristicos: representa una readaptacion importante por parte de una
especie, sin que se observen en contrapartida excesivos cambios biologicos. Sobre esta
segunda y crucial serie de Grandes Interrogantes de la investigación arqueologica
practicamente carecemos de informacion historica escrita.

El tercer grupo de problemas tambien produce, en general, una gran fascinacion:


esta vez nos referimos a los origenes de la civilizacion. Los sistemas politicos bajo los que
vivimos la mayor parte de nosotros y la complejidad de la vida urbana que casi todos
llevamos están totalmente alejados del sistema de vida nómada basado en la caza y la
recolección que privó en el contexto en el que tuvieron lugar nuestros cambios biológicos
¿Cuales fueron las causas que motivaron este nuevo estilo de vida? ¿Que razones
existieron para que las sociedades basadas en la agricultura evolucionaran hacia tipos de
organización politicos y burocraticos cada vez mas complejos? ¿Que causas produjeron el
enorme incremento de la especialización, tanto a nivel de la artesanía como al de la
organización social o del trabajo, que caracteriza a una ciudad, sea esta moderna o
antigua?

Nos hallamos ante una problemática en la que la arqueología empieza a


relacionarse con la historia, la filosofía política y muchas otras de las ciencias sociales, y
ello gracias a que contamos todavía con algunos pueblos situados en partes remotas del
mundo moderno que aún no se han visto afectados por la revolución industrial y por tanto,
sus procesos están en pleno desarrollo: el arqueologo puede aportar sus datos y
compartirlos con los que derivan de otras ciencias sociales. Fue interesante observar que,
en cada una de las tres conferencias internacionales a las que asistí durante 1981, el tema
central de discusión fue la aparición de los sistemas politicos complejos, el posible papel
desempeñado por el comercio, y en que medida los monopolios sobre la produccion afectan
el nivel de desarrollo político ( en el capitulo 9 planteo algunos de mis puntos de vista sobre
el tema). En la actualidad, es interesante observar que estas discusiones interesan casi
exclusivamente a los arqueologos, pero en el pasado estas cuestiones eran planteadas por
historiadores , filosofos políticos y otros estudiosos afines: la arqueologia está comenzando
a participar en el debate en terminos de igualdad con las disciplinas de investigación que
poseen una metodologia mas histórica.

La arqueología se inicia, por tanto, en el pasado remoto, en el mismo comienzo de


nuestra historia biologica, un periodo en el que nuestro desconocimiento sobre el
comportamiento humano es casi total, y prosigue a lo largo de toda la evolucion hasta la
complejidad del mundo moderno. ¡Tal es el campo de accion de la arqueologia! Pero
¿ofrecen los arqueologos perspectivas especificamente arqueologicas que las diferencien
de otros campos al tratar, por ejemplo, los origenes del sedentarismo o la aparicion de los
sistemas politicos complejos? Creo que la respuesta debe inevitablemente ser “si”. Los
arqueologos inician su investigación con los objetos materiales y es natural que adopten
puntos de vista materialistas; a menudo, avanzan argumentos de naturaleza pragmática en
contextos donde son mucho mas corrientes los argumentos de tipo psicológico, y creo que
pueden ser útiles aunque solo sea porque proporcionan una base concreta a ciertos
debates de largo alcance.

Las respuestas a los fascinantes Grandes Interrogantes que he mencionado


anteriormente y que discutiré mas adelante dependen de la interacción entre la observación,
por un lado, y la investigación para dar sentido a las observaciones, por el otro. Esto genera
un impulso y este impulso esta creciendo, como ocurre con la disciplina arqueologica en su
conjunto: existen muchos mas arqueologos en la actualidad que hace cincuenta años. Por
consiguiente, muchas áreas de la investigación han dejado de ser simples utopías
arqueológicas y se han convertido en problemas reales que pueden ser afrontados
inteligentemente, y también solucionarse; en lugar de vagas generalidades sobre el pasado,
esperamos obtener información fiable. Sin embargo, nuestros Grandes Interrogantes no se
resolverán trabajando en nuestro país o provincia, y a pequeña escala, sino que requieren
una investigación que comprenda amplios periodos de tiempo y extensas areas geograficas.
La comunidad de investigación arqueologica es cada vez mas internacional y la bibliografía
sobre el tema que nos ocupa ha crecido hasta abarcar muchas lenguas. La investigación
realmente excitante está progresando y las soluciones a nuestros principales problemas no
las podemos considerar lejanas, sino que, en algunos casos, estan ya a nuestro alcance.

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