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Sala Constitucional

El documento presenta el caso de dos individuos que han estado sujetos a una medida de privación preventiva de libertad por más de dos años. La defensa argumenta que esta medida debe decaer de acuerdo con la ley, pero los tribunales inferiores han rechazado esta solicitud. El documento resume los argumentos de la defensa y las decisiones de los tribunales inferiores.

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El documento presenta el caso de dos individuos que han estado sujetos a una medida de privación preventiva de libertad por más de dos años. La defensa argumenta que esta medida debe decaer de acuerdo con la ley, pero los tribunales inferiores han rechazado esta solicitud. El documento resume los argumentos de la defensa y las decisiones de los tribunales inferiores.

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SALA CONSTITUCIONAL

Magistrado-Ponente: FRANCISCO ANTONIO CARRASQUERO LÓPEZ

El 6 de diciembre de 2012, compareció ante esta Sala Constitucional del Tribunal


Supremo de Justicia, el abogado Simón José Arrieta Quintero, inscrito en el Instituto de
Previsión Social del Abogado bajo el N° 67.642, en su carácter de defensor privado de los
ciudadanos JOSÉ GREGORIO DÍAZ ROMERO y ANTONIO DUQUE, titulares de las
cédulas de identidad núms. 7.864.964 y 12.326.727, respectivamente, imputados por la
presunta comisión de los delitos de secuestro y porte ilícito de arma de fuego, e interpuso
acción de amparo constitucional contra la decisión dictada, el 11 de septiembre de 2012,
por la Sala 3 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, que
declaró sin lugar el recurso de apelación incoado contra el fallo dictado, el 10 de julio de
2012, por el Tribunal Segundo de Primera Instancia en Funciones de Juicio del mismo
Circuito Judicial Penal, que declaró sin lugar la solicitud de decaimiento de la medida de
privación preventiva de libertad y de la medida cautelar sustitutiva (detención domiciliaria),
que pesa sobre los acusados, respectivamente.

El 17 de diciembre de 2012, se dio cuenta del escrito en Sala y se designó ponente


al Magistrado doctor FRANCISCO ANTONIO CARRASQUERO LÓPEZ, quien, con
tal carácter, suscribe, la presente decisión.

Efectuado el análisis del caso, esta Sala para decidir, pasa a hacer las siguientes
consideraciones:

I
FUNDAMENTOS DE LA ACCIÓN DE AMPARO

Expone el abogado en la acción de amparo constitucional cuya tutela pretende que


la causa penal seguida contra los ciudadanos José Gregorio Díaz Romero y Antonio Duque,
cursa actualmente ante el Tribunal Segundo de Primera Instancia en Funciones de Juicio del
Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, y señala como presunto agraviante la decisión
dictada, el 11 de septiembre de 2012, por la Sala 3 de la Corte de Apelaciones del mismo
Circuito Judicial Penal, la cual “con abuso de poder y extralimitación de funciones declaró
sin lugar el decaimiento de la medida de privación judicial preventiva de libertad por
cumplimiento de la prórroga legal de dos (2) años acordada por el Tribunal Segundo de
Juicio del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, extensión Cabimas, en fecha 13 de
Diciembre de dos mil diez, cuya extensión en el tiempo fue superado con creces el día 29
de Junio de dos mil doce, debidamente recurrida por ante el Tribunal Segundo de Juicio
del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, extensión Cabimas”.

Señala que el 10 de julio de 2012, el Tribunal Segundo de Primera Instancia en


Funciones de Juicio del referido Circuito Judicial Penal declaró sin lugar la solicitud de
decaimiento de la medida de privación preventiva de libertad, pese a estar superado el lapso
de dos (2) años para el mantenimiento de la misma, con el argumento de que si bien en el
respectivo proceso no hubo dilaciones indebidas atribuidas a la defensa de los acusados, el
mantenimiento en el tiempo más allá de lo consagrado en la ley no era desproporcionada,
con lo que dicho argumento se “fundó en un falso razonamiento, en una ligera, errada y
mala interpretación del artículo 244 del Código Orgánico Procesal Penal, norma que
prevé que una vez vencida la prórroga consagrada para el mantenimiento de la medida de
privación judicial preventiva de libertad, procede de oficio el decaimiento de la misma”.

En virtud del recurso de apelación interpuesto el 11 de septiembre de 2012, la Sala 3


de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, declaró sin lugar la
solicitud de decaimiento de la medida de privación judicial preventiva de libertad, al
estimar que “el recurso de apelación de auto fue interpuesto contra la negativa del
decaimiento por el transcurso de 2 años de la privación preventiva de libertad y no por la
negativa del Tribunal de Primera Instancia de decretar el decaimiento de la medida de
privación judicial preventiva de libertad por el vencimiento de la prórroga de dos (2) años
decretada en fecha 10 de diciembre de dos mil diez, esgrimiéndose entre otro falso
supuesto la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, que la
primera instancia, señaló que si bien es cierto que los acusados ya han estado por 2 años
detenidos, lo que traduce un análisis superficial del recurso de apelación de auto ya que el
mismo versó sobre el vencimiento del lapso de (2) dos años de prórroga acordada por vía
de la norma prevista en el artículo 244 del Código Orgánico Procesal Penal, no alegado
como lo arguye la alzada, que el juez de primera instancia señaló la circunstancia relativa
a que los delitos de secuestro y porte ilícito de arma de fuego se consideran delitos de
mayor entidad y que por lo tanto no le es aplicable el decaimiento establecido en el
artículo 244 del Código Orgánico Procesal Penal, subterfugio construido por la Corte de
Apelaciones en su escandalosa decisión, y no por el tribunal de primera instancia […], tal
como bajo una violación a su esfera de competencia prevista en el artículo 441 del Código
Orgánico Procesal Penal y a la vez a través de una funesta interpretación del artículo 244
del Código Orgánico Procesal Penal lo estimó el tribunal de alzada, situación jurídica que
se traduce en un error de derecho incurrido por la Sala número 3 de la Corte de
Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, en su decisión fechada el 11 de
septiembre de dos mil doce, agravada la escandalosa violación por parte del ad quem una
vez que estimó de forma inferida que no puede concebirse que el mantenimiento de la
medida de privación judicial preventiva de libertad, una vez vencida la prórroga prevista
en el artículo 244 del Código Orgánico Procesal Penal, no genera gravamen irreparable a
los acusados de autos […] sobre el alarmante error de derecho relativo a que el artículo
244 del Código Orgánico Procesal Penal, establece dos límites a respetar el de (2) años,
pero aún puede extenderse dicho término al mínimo de la pena posible a imponerse en
caso de una eventual sentencia condenatoria”.

Que la Corte de Apelaciones “estableció una nueva prórroga para el


mantenimiento de la medida de privación judicial preventiva de libertad por espacio de
dieciocho meses contados a partir del día 10 de julio de dos mil doce sin imbricación
alguna en la norma penal adjetiva […] lo que se traduce en una causal de nulidad del
ominoso fallo emanada de dicha demarcación judicial penal, en atención a lo previsto en
los artículos 173, 190 y 191 del Código Orgánico Procesal Penal”.

Por todo lo expuesto, denunció como lesionados los derechos previstos en los
artículos 2, 21, 26, 44 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 9
numeral 3 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, y los artículos 1, 173,
190, 191, 244 y 441 del Código Orgánico Procesal Penal, contra los accionantes de autos.

En consecuencia pide se declare con lugar la acción de amparo constitucional y se


anule la decisión dictada, el 11 de septiembre de 2012, por la Sala 3 de la Corte de
Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia así como la solicitud de
decaimiento de la medida de privación judicial preventiva de libertad por cumplimiento de
la prórroga de dos (2) años, sustituyendo la referida medida de coerción personal por una
medida menos gravosa, que pesa contra los ciudadanos José Gregorio Díaz Romero y
Antonio Duque.

II
DE LA DECISIÓN ACCIONADA

La decisión dictada, el 11 de septiembre de 2012, por la Sala 3 de la Corte de


Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, fue del siguiente tenor:

“Efectuado como ha sido el estudio y análisis de todas y cada una de las


actuaciones remitidas en apelación, observa la Sala que el aspecto medular
del presente recurso de apelación de autos se encuentra en impugnar la
decisión Nº 241-12, de fecha 10-07-2012, emanada del Juzgado Segundo de
Primera Instancia en Funciones de Juicio del Circuito Judicial Penal del
estado Zulia, extensión Cabimas, mediante la cual declaró sin lugar la
solicitud de decaimiento de la medida de privación judicial preventiva de
libertad, presentada por los Abogados Simón Arrieta y Rafael Soto, Defensor
Público Segundo, en representación de los ciudadanos JOSÉ GREGORIO
DIAS [sic] y ALFREDO DUQUE, identificados en actas, decretada dicha
privación en fecha 28-06-2008, todo de conformidad con el artículo 244 del
Código Orgánico Procesal Penal.

Ahora bien, considera este Tribunal de Alzada, oportuno señalar el contenido


del artículo 244 del Código Orgánico Procesal Penal, a los fines de
establecer el alcance y contenido del principio de proporcionalidad de las
medidas de coerción personal. En tal sentido tenemos, que el referido
artículo regula dicho principio, de la siguiente manera:
[…]
De su contenido, se observa, que las medidas de coerción personal, están
supeditadas a un plazo de duración, que en principio no puede exceder de la
pena mínima asignada al delito, ni exceder del plazo de dos años, plazos
éstos que el legislador ha considerado, como suficientes para la tramitación
del proceso en sede penal, no obstante ello, la interpretación y alcance de la
norma, ha sido desarrollado por la jurisprudencia y en ese sentido la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia N° 626 de
fecha 13.04.07, indicó que:

‘De acuerdo con el contenido del artículo 244 del Código Orgánico
Procesal Penal, la medida de coerción personal que es decretada
contra un imputado o acusado decae, previo análisis de las causas
de la dilación procesal, cuando ha transcurrido más de dos (2) años
de su vigencia contados a partir del momento en que fue dictada,
claro está, siempre y cuando no se haya proveído la prórroga
establecida en el aludido precepto, dado que, en ese caso, deberá
esperarse que culmine la misma para que pueda existir el
decaimiento…
…(Omisis)…
Cabe recalcar que en el proceso pueden existir dilaciones propias de
la complejidad del asunto debatido, por lo que el simple transcurso
del tiempo no configura íntegramente el artículo 244 del Código
Orgánico Procesal Penal, pues, de lo contrario, la compresible
complejidad que pudiera llegar a tener un caso se convertiría en un
mecanismo que propenda a la impunidad. Tal circunstancia, en un
razonamiento lógico, conduce a concluir que la norma per se
excluye los retrasos justificados que nacen de la dificultad misma de
lo debatido; sólo esta interpretación justifica que el artículo 26 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela se refiera al
deber del Estado de garantizar una justicia sin dilaciones indebidas,
lo que reconoce implícitamente que en los procesos pueden existir
dilaciones debidas o, dicho en otras palabras, que se pueden
justificar, tal como lo refiere en igual sentido el propio artículo 1 del
Código Orgánico Procesal Penal.’ (Resaltado de este Tribunal
Colegiado).

Así las cosas, se observa que, la misma Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, ha señalado en relación a la proporcionalidad de la
medida de coerción personal en el proceso, que, el mantenimiento de la
misma podría atender a las dilaciones indebidas del proceso, causadas tanto
por el acusado o sus defensores, así como aquellas que pueden originarse por
la complejidad del caso. Igualmente, en la situación, de que la libertad del
imputado o acusado transgreda el artículo 55 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, sobre lo cual la misma Sala ha señalado
que:

‘En relación con lo estipulado en el artículo 244 del Código


Orgánico Procesal Penal, esta Sala Constitucional en reiterada
jurisprudencia (vid. Casos: Rita Alcira Coy, del 24 de enero de 2001
e Iván Alexander Urbano, del 15 de septiembre de 2004) ha señalado
que la medida de coerción personal que es decretada contra un
imputado o acusado decae, previo análisis de las causas de la
dilación procesal, cuando han transcurrido más de dos años de su
vigencia, contados a partir del momento en que fue dictada, siempre
y cuando, no se haya proveído la prórroga establecida en el artículo
244 del Código Orgánico Procesal Penal, dado que, en ese caso,
deberá esperarse que culmine la misma para que pueda existir dicho
decaimiento. No procederá el decaimiento de la medida, aunque
hayan transcurrido los dos años, en aquellos casos en los cuales
dicho lapso haya transcurrido por causas imputables al procesado, o
cuando la libertad del imputado se convierte en una infracción del
artículo 55 de la Constitución vigente, todo lo cual debe ser
debidamente examinado por el juez de juicio.’ (Sentencia No. 1315,
de fecha 22-06-05) Resaltado de esta Sala

Asimismo, la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, ha


precisado en relación al contenido del artículo 244 del Código Orgánico
Procesal Penal, que:

‘Sin embargo es oportuno señalar, jurisprudencia de la Sala


Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, que ha expresado,
que cuando “… se limita la medida de coerción personal a dos años,
no se toma en cuenta para nada la duración del proceso penal donde
se decreta la medida, el cual puede alargarse por un período mayor
a los dos años señalados, sin que exista sentencia firme…”
(Sentencia Nº 1712, del 12 de septiembre de 2001). Ello en virtud de
diferentes circunstancias que pueden presentarse en el caso concreto
y que hayan determinado el paso del tiempo.

En tal sentido, dentro de las consideraciones a tomarse en cuenta


para el estudio y otorgamiento de la libertad como producto del
decaimiento de la medida privativa de libertad, está la gravedad de
los delitos atribuidos en la acusación fiscal, así como las diferentes
incidencias del proceso, a los fines de determinar la existencia o no
de medidas dilatorias imputables o no al imputado o a su defensa.

Así mismo, corresponderá al Tribunal Competente, el estudio y


consideración de cualquier otra circunstancia de similar índole que,
sea pertinente para adoptar las medidas que fueran necesarias a los
fines de asegurarse la permanencia del imputado dentro del proceso
y que, la acción del Estado no quede ilusoria, desechando cualquier
circunstancia que vaya en detrimento de la causa penal en general,
sin que esto represente violación alguna al principio de
libertad. (Sentencia No. 242, Fecha 26-05-09) Negritas de esta Sala.

En consecuencia, de acuerdo a las consideraciones anteriores se observa que


el mantenimiento de la medida de coerción personal impuesta a los
encausados, debe atender a las diferentes circunstancias que se susciten en el
proceso, es decir, el carácter de las dilaciones, el delito objeto de la causa, la
dificultad o complejidad del caso, y la protección y seguridad de la víctima,
durante el desarrollo del proceso, el cual como bien lo dice la Sala de
Casación Penal, no puede limitarse generalmente a un lapso de dos (2) años,
en virtud de las diferentes circunstancias que puedan rodear el caso
particular.
En ese orden, se observa que la Jueza de Juicio motivó su decisión de
mantenimiento de la Medida de Privación Judicial Preventiva de Libertad, en
los siguientes términos:

‘(…Omissis) Así las cosas, se observa de autos el siguiente recorrido


procesal:

En fechas 28 de Junio del 2008 son privados de libertad los


acusados JOSÉ GREGORIO DÍAZ y ALFREDO DUQUE por la
presunta comisión del delito de SECUESTRO (JOSÉ GREGORIO
DÍAZ y ALFREDO DUQUE) y PORTE ILÍCITO DE ARMA DE
FUEGO (ALFREDO DUQUE)

en fecha 28 de Julio del 2008 se realiza audiencia de prorroga Fiscal


de conformidad con el artiuclo [sic] 250 del Código Orgánico
Procesal Penal
En fecha 04 de agosto del 2008 se interpone Recurso en contra de la
decisión que acuerda la prorroga Fiscal.

En fecha 11 de agosto del 2008 se presento escrito de acusación


fiscal en contra de los acusados.

En fecha 23 de agosto del 2008 se efectúa la audiencia preliminar


por ante el tribunal Segundo de Control y se dicta la apertura a
juicio.

En fecha 30 de octubre del 2008 se interpone Recurso en contra de


la decisión de audiencia preliminar.

En fecha 07 de Noviembre del 2008 se inhibe la Juez del Despacho


de Control.-En fecha 24 de Noviembre del 2008 se recibe la causa en
el Tribunal de Juicio. En fecha 10 de febrero del 2009 se constituye
el Tribunal Mixto

En fecha 07 de abril del 2009 se recibe la causa en el Tribunal


Primero de Control a fin de que sea realizada nuevamente la
audiencia preliminar según decisión de la Corte De Apelaciones

En fecha 02 de octubre del 2009 se realiza la audiencia preliminar


por ante el Tribunal Primero de Control y se acuerda la apertura a
Juicio.

En fechas 08 y 09 de octubre del 2009 interponen recursos de


apelación las defensas privadas en contra de la decsion [sic] de
ala [sic] audiencia preliminar
En fecha 29 de octubre del 2009 se recibe la causa por ante el
tribunal Primero de Juicio de esta extensión.-

En fecha 20 de Noviembre del 2009 se Constituye el Tribunal Mixto

En fecha 11 de mayo del 2010 se recibe oficio emanado de la Sala


Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia donde solicita
información en relación a la causa.-

En fecha 28 de mayo del 2010 se solicita la prorroga fiscal de


conformidad con el artículo 244 del Código Orgánico Procesal
Penal

En fecha 28 de Junio del 2010 se cumplen los dos años de la


imposición de las Medidas Cautelares de la Privación Preventiva de
Libertad a los acusados de autos En fecha 19 de Julio del 2010 se
dicta decisión en la que se acuerda con lugar la prorroga solicitada
por el Ministerio Publico.-

En fecha 29 de Julio se recibe recurso de apelación presentada por


la defensa privada.-

En fecha 2 de noviembre del 2010 se remite la causa al tribunal


Segundo de Juicio en vista de la decisión de la Corte de apelaciones
que anula la decisión que acuerda la prorroga fiscal.
En fecha 30 de Noviembre del 2010 se realiza la audiencia de
prorroga fiscal
En fecha 13 de diciembre del 2010 se publica decisión que acuerda
parcialmente con lugar la mencionada prorroga fiscal y acuerda dos
años de prórroga para el mantenimiento de las medidas cautelares
las cuales vencen en fecha 28 de Junio del 2012

En fecha 23 de diciembre del 2010 se difiere el Juicio Oral por


instancia de los acusados de autos y de las defensas privadas.

En fecha 02 de febrero del 2011 se difiere el Juicio Oral por


instancia de los acusados de autos y de las defensas privadas,
escabinos y órganos de prueba.

En fecha 07 de febrero del 2011 se difiere el Juicio Oral por


instancia de los acusados de autos y de las defensas privadas,
escabinos y órganos de prueba y victimas.

En fecha 24 de febrero del 2011 se interpone recurso por parte de la


defensa pública, en relación a decisión que acuerda la prorroga
Fiscal.-
En fecha 17 de marzo del 2011 se difiere juicio oral por estar el
tribunal en continuación de otro juicio.-

En fecha 01 de abril del 2011 se difiere el Juicio Oral por


inasistencia de los acusados de autos y de las defensas privadas,
escabinos y órganos de prueba y victimas.

En fecha 29 de abril del 2011 se difiere el Juicio Oral por


inasistencia de los acusados de autos y de las defensas privadas,
escabinos y órganos de prueba y victimas.

En fecha 25 de mayo del 2011 admiten los hechos los acusados


EUSLAR MIGUELGREGORIO ROJAS MORLES Y JULIO CESAR
MEZA, por la comisión como COOPERADORES INMEDIATOS en
el delito de SECUESTRO, Con respecto a el [sic] resto de los
acusados vista la inasistencia de los escabinos y la defensa privada
Abog. SIMÓN ARRIETA, se difiere el JUICIO ORAL Y PÚBLICO y
se fija una nueva oportunidad para el día 22 DE JUNIO DEL AÑO
2011.

En fecha 21 de Julio del 2011 se difiere el acto de juicio oral fijado


con posterioridad a la reincorporación al despacho de la juez
natural por suspensión médica, debido a falta de servicio eléctrico
en la sede del tribunal.

En fecha 06 de octubre del 2011 luego del receso judicial se difiere el


acto ya que el tribunal estaba constituido en otro juicio debate oral.

En fecha 25 de octubre del 2011 se difiere el acto ya que el tribunal


estaba constituido en otro juicio debate oral.

En fecha 08 de noviembre del 2011 se difiere el juicio oral debido a


las inasistencias de la defensa privada y falta de traslado de
acusados de autos.

En fecha 22 de noviembre del 2011 se difiere el juicio INASISTENTE


la defensa privada así como la víctima y escabinos, y acusados.
En fecha 06 de diciembre del 2011 se difiere el acto ya que el
tribunal estaba constituido en otro juicio debate oral.

En fecha 20 de diciembre del 2011 se difiere el juicio INASISTENTE


la defensa privada así como la víctima y escabinos y acusados.

En fecha 19 de enero del 2012 se difiere el juicio oral ya que el


tribunal estaba constituido en otro juicio debate oral.
En fecha 19 de marzo del 2011 se difirió el juicio oral ya que el
tribunal NO OTORGÓ DESPACHO por cuanto se realizó fumigación
en la sede.

En fecha 03 de abril del 2012 se difiere el acto por cuanto no


compareció la defensa privada, las victimas, los acusados.

En fecha 27 de abril del 2012 se difirió el juicio oral ya que el


tribunal NO OTORGÓ DESPACHO

En fecha 25 de mayo del 2012 se difiere el juicio por inasistencia de


las partes.-

En fecha 04 de junio del 2012 se difiere el acto debido a la


incomparecencia de las partes, defensa privada, las victimas, los
acusados.

En fecha 28 de Junio del 2012 se cumplieron los 2 años a que se


contrae la prorroga fiscal.-

En fecha 29 de junio del 2012 se difiere el acto debido a la


incomparecencia de las partes, defensa privada, las victimas, los
acusados…

A juicio de quien aquí decide si bien ha vencido el lapso otorgado


con ocasión de la Prorroga solicitada por el Fiscal del Ministerio
Público tal y como lo indican las defensas, no es menos cierto que el
juez de mérito debe sopesar, no solo los derechos de los acusados,
sino también debe valorar el alcance del daño causado con el
presunto actuar de los acusados, daño este que actúa sobre la
propiedad aludiendo a la libertad individual, y al derecho a la
tranquilidad de todos los ciudadanos.

En tal sentido, tomando en consideración que en el caso que nos


ocupa, se precalifico la presunta existencia de un hecho punible
grave, se observa que la medida de privación judicial preventiva de
libertad y la Medida Cautelar Sustitutiva de la Privación Preventiva
de Libertad según el artículo 256 °1 del Código Orgánico Procesal
Penal, no son desproporcionadas al hecho, pues el delito de mayor
pena imputado a los acusados en el proceso de marras, implica una
pena mínima de diez (10) años de prisión, no habiendo sido excedido
dicho límite hasta la fecha, tal y como lo establece el texto del
referido artículo 244 del Código Orgánico Procesal Penal,
resultando el mantenimiento de tales medidas de coerción necesarios
para garantizar la comparecencia de los acusados JOSÉ
GREGORIO DÍAZ y ALFREDO DUQUE al proceso, estimando
quien decide que acordar el decaimiento de las antes referidas,
pueden poner en riesgo el proceso, convirtiéndose en una trasgresión
al derecho constitucional de la víctima y al deber del Estado de
impartir justicia.

Cabe acotar que en modo alguno debe suponerse que el


mantenimiento de las medidas precautelares aquí referidas de
privación de libertad de los acusados, conlleva al establecimiento de
su culpabilidad o responsabilidad, toda vez que estas medidas
aluden únicamente a garantizar la presencia de los acusados JOSÉ
GREGORIO DÍAZ y ALFREDO DUQUE al proceso, tomando como
indicador los delitos imputados, el daño causado y las circunstancias
procesales que han rodeado al caso con la anuencia de la norma
procesal, sin considerar o prejuzgar el fondo del asunto.

En tal sentido, tomando en consideración la gravedad de los delitos


precalificados, así como, las circunstancias del hecho cometido y la
pena probable aplicable, así como los motivos que han originado la
prolongación en el tiempo de este asunto penal; y al ser una
obligación de esta Juzgadora garantizar las resultas del presente
proceso, se declara SIN LUGAR la solicitud de la Defensa Privada
ABOG SIMÓN ARRIETA y la Defensa Publica Segunda ABOG
RAFAEL SOTO en representación de los ciudadanos JOSÉ
GREGORIO DÍAZ y ALFREDO DUQUE respectivamente, por lo
que se mantienen las Medidas Cautelares impuestas a cada uno de
ellos, a fin de resguardar y asegurar las resultas del proceso penal. Y
así se decide.

DISPOSITIVA

Por los argumentos antes expuestos, este TRIBUNAL SEGUNDO DE


PRIMERA INSTANCIA EN FUNCIONES DE JUICIO DEL
CIRCUITO JUDICIAL PENAL DEL ESTADO ZULIA, EXTENSIÓN
CABIMAS Administrando Justicia en nombre de la República
Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley, RESUELVE:
PRIMERO: Se declara SIN LUGAR la solicitud de Decaimiento de
Medida presentada por ABOG SIMÓN ARRIETA y la Defensa
Publica Segunda ABOG RAFAEL SOTO en representación de los
ciudadanos JOSÉ GREGORIO DÍAZ y ALFREDO DUQUE por lo
que se mantiene la Medida Cautelar de Privación Preventiva de
Libertad y Medida Cautelar Sustitutiva de Privación Preventiva de
Libertad respectivamente, por la presunta comisión de los delitos de
SECUESTRO y adicionalmente al acusado ALFREDO DUQUE el
delito de PORTE ILÍCITO DE ARMA DE FUEGO todo a fin de
resguardar y asegurar las resultas del proceso penal medida esta que
no es indeterminada en el tiempo, sino que supone el interés del
legislador de obtener con prontitud un pronunciamiento que permita
brindar la tutela judicial efectiva, y en consecuencia se NIEGA el
otorgamiento de una medida cautelar menos gravosa a los acusados
de autos…’

Se observa, de la recurrida, que en el caso de los ciudadanos JOSÉ


GREGORIO DÍAZ y ALFERDO [sic] DUQUE, les fue negada la solicitud
interpuesta por sus Defensores, no obstante, la Jueza tomó en consideración
la complejidad del asunto debatido, la gravedad del hecho, la fortaleza de los
elementos de convicción que obran en contra de los imputados, las
posibilidades objetivas de solución del asunto a corto plazo, aunado al hecho
que, la libertad de los imputados según la instancia constituye una violación
del contenido del artículo 55 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela.

No obstante a ello, es menester destacar, en atención a las circunstancias


especiales que rodean al presente caso, que la proporcionalidad va referida a
la relación que debe existir entre la medida de coerción personal a ser
impuesta, la gravedad del delito que se imputa, las circunstancias de su
comisión y la sanción probable a imponer, es decir, que ante la posible
comisión de un hecho punible por parte de un individuo determinado, el
Juzgador debe valorar los anteriores elementos, para luego con criterio
razonable, mensurar la necesidad de postergar o no la medidas de coerción
personal impuestas, a los fines de que no quede enervada la acción de la
justicia, como en efecto se efectuó.
[…]
Observa esta alzada, que en el presente asunto se han realizado varios
diferimientos imputables a todas las partes intervinientes, y así lo dejó
plasmado la A-quo, en su decisión ut-supra parcialmente transcrita, por tanto
no se le puede atribuir el retardo del presente proceso, solo a los órganos de
la administración de justicia, aunado a que, en el presente caso, la Jueza
Segundo de Primera Instancia en funciones de Juicio de este Circuito
Judicial Penal del Estado Zulia, extensión Cabimas, tomó en cuenta que, si
bien es cierto, los acusados ya han estado más de dos años detenidos, no es
menos cierto, que se evidencia de las actas que los imputados JOSÉ
GREGORIO DÍAZ ROMERO y ALFREDO DUQUE, identificados en
actas, se encuentran presuntamente incursos en los delitos de SECUESTRO
y PORTE ILÍCITO DE ARMA DE FUEGO, que se consideran delitos de
mayor entidad, y no le resulta aplicable el decaimiento establecido en el
artículo 244 supra citado; por lo que, estima esta Alzada que la decisión
tomada por la A-quo, se encuentra ajustada a derecho, en tal razón, no se
evidencia en el presente caso que se le haya causado un gravamen
irreparable a los acusados de autos, toda vez que el mismo artículo 244,
establece dos límites a respetar; en primer término el de dos años, pero aún
puede extenderse este término al mínimo de la pena posible a imponerse en
caso de una eventual sentencia condenatoria. Así se Decide.-

Por tanto, concluyen los miembros de esta Sala N° 3 de la Corte de


Apelaciones, que lo procedente en derecho, es declarar sin lugar los recursos
de apelación interpuesto por los profesionales del Derecho por el Abogado
SIMÓN ARRIETA QUINTERO, actuando en su carácter de defensor
privado del ciudadano JOSÉ GREGORIO DÍAZ ROMERO y el Abogado
RAFAFEL [sic] ANTONIO SOTO RUBIO Defensor Público Segundo Penal
Ordinario (Suplente) adscrito a la Unidad de la Defensa Pública del Estado
Zulia, Extensión Cabimas, en su carácter de defensor del ciudadano
ALFREDO DUQUE, en contra de la Decisión No. 241-12 dictada en fecha
10-07-2012, emanada del Juzgado Segunda de Primera Instancia en
Funciones de Juicio del Circuito Judicial Penal del estado Zulia, Extensión
Cabimas, mediante la cual declaró Sin Lugar la solicitud de Decaimiento de
la Medida presentada por los abogados defensores, en representación de los
ciudadanos JOSÉ GREGORIO DÍAZ ROMERO y ALFREDO DUQUE,
manteniendo la Medida Cautelar de Privación Preventiva de Libertad y
Medida Cautelar Sustitutiva de Privación Preventiva de Libertad,
respectivamente, por la presunta comisión de los delitos de SECUESTRO y
PORTE ILÍCITO DE ARMA DE FUEGO, todo de conformidad con el
artículo 244 del Código Orgánico Procesal Penal. Así se Decide.

En cuanto al recurso de apelación interpuesto por el Abogado RAFAFEL


[sic] ANTONIO SOTO RUBIO Defensor Público Segundo Penal Ordinario
(Suplente) adscrito a la Unidad de la Defensa Pública del estado Zulia,
extensión Cabimas, en su carácter de defensor del ciudadano ALFREDO
DUQUE, identificado en actas, quien también fundamenta su escrito de
apelación de conformidad con el artículo 447 ordinal 5° del Código
Orgánico Procesal Penal, en contra de la decisión dictada por el Juzgado
Segundo de Primera Instancia en funciones de Juicio de este Circuito
Judicial Penal del Estado Zulia, extensión Cabimas, de fecha 10-07-2012,
por cuanto versa sobre los mismos hechos y circunstancias del recurso de
apelación interpuesto por el Abogado SIMÓN ARRIETA QUINTERO, de
los cuales esta Sala ya se pronunció y da aquí por reproducidas, lo declara
Con Lugar en base a los mismos fundamentos de hecho y de derecho. Así se
Decide.

Ahora bien, es el caso que la A-quo, no definió el tiempo en que debía


prorrogarse esa medida de privación preventiva de libertad en el presente
caso, para así darle una determinación a ese tiempo de prorroga que no
puede hacerse indefinido; razón por la cual esta Alzada, en aplicación de una
sana administración de justicia y a los efectos de que se verifique el juicio
oral y público considera prudente acordar y fijar dicho termino en el lapso de
dieciocho (18) meses contados a partir de la fecha en que se dictó la
recurrida, como término de prórroga de la misma. Así se decide.-

No obstante lo anterior, este Tribunal de Alzada ordena al Tribunal Segundo


de Primera Instancia en funciones de Juicio del Circuito Judicial Penal del
estado Zulia, extensión Cabimas, realizar el juicio oral y público, en un lapso
que no exceda de sesenta (60) días continuos, a los fines de alcanzar una
sentencia definitiva.
DISPOSITIVA

Por los fundamentos anteriormente expuestos, esta SALA Nº 2 [sic] DE LA


CORTE DE APELACIONES DEL CIRCUITO JUDICIAL PENAL DEL
ESTADO ZULIA, administrando justicia, en nombre de la República
Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley, DECLARA:
PRIMERO: SIN LUGAR el recurso de apelación interpuesto por los
profesionales del Derecho SIMON ARRIETA QUINTERO, actuando en su
carácter de defensor privado del ciudadano JOSÉ GREGORIO DÍAZ
ROMERO y el Abogado RAFAFEL [sic] ANTONIO SOTO RUBIO
Defensor Público Segundo Penal Ordinario (Suplente) adscrito a la Unidad
de la Defensa Pública del Estado Zulia, Extensión Cabimas, en su carácter
de defensor del ciudadano ALFREDO DUQUE, en contra de la Decisión No.
241-12 dictada en fecha 10-07-2012, emanada del Juzgado Segunda de
Primera Instancia en Funciones de Juicio del Circuito Judicial Penal del
estado Zulia, Extensión Cabimas; y SEGUNDO: SE CONFIRMA la
decisión recurrida. TERCERO: Fija el lapso de dieciocho (18) meses
contados a partir de la fecha en que se dictó la recurrida que aquí se
confirma, como término de prórroga de la medida preventiva privativa de
libertad dictada en contra de los acusados de autos, a los efectos de que se
verifique el juicio oral y público.

III
DE LA COMPETENCIA

Previo a cualquier decisión, esta Sala debe pronunciarse acerca de su competencia


para conocer del presente caso. Así pues, observa que la Ley Orgánica del Tribunal
Supremo de Justicia, al delimitar la competencia de esta Sala en materia de amparo
constitucional, establece en su artículo 25, cardinal 20, que le corresponde conocer de las
demandas de amparo autónomas interpuestas contra las decisiones que dicten, en última
instancia, los juzgados superiores de la República, salvo las que se incoen contra la de los
juzgados superiores de lo contencioso administrativo.

En el presente caso se interpuso acción de amparo constitucional contra una


decisión dictada por la Sala 3 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del
Estado Zulia, razón por la que esta Sala, asume la competencia para conocer de la presente
acción de amparo de conformidad con el artículo citado supra. Así se decide.

IV
MOTIVACIÓN PARA DECIDIR
La presente acción de amparo constitucional fue interpuesta por el abogado Simón
José Arrieta Quintero, en su carácter de defensor privado de los ciudadanos José Gregorio
Díaz Romero y Antonio Duque, imputados por la presunta comisión de los delitos de
secuestro y porte ilícito de arma de fuego, contra la decisión dictada, el 11 de septiembre de
2012, por la Sala 3 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia,
que declaró sin lugar el recurso de apelación interpuesto contra el fallo dictado, el 10 de
julio de 2012, por el Tribunal Segundo de Primera Instancia en Funciones de Juicio del
mismo Circuito Judicial Penal, que declaró sin lugar la solicitud de decaimiento de la
medida de privación preventiva de libertad y de la medida cautelar sustitutiva (detención
domiciliaria), que pesa sobre los acusados respectivamente, solicitada en razón de haberse
vencido la prórroga legal de dos (2) años acordada por el Tribunal Segundo de Juicio del
Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, extensión Cabimas, el 13 de diciembre de 2010.

Ahora bien, para decidir esta Sala observa lo siguiente:

El Tribunal Segundo de Primera Instancia en Funciones de Juicio del Circuito


Judicial Penal del Estado Zulia, para declarar sin lugar la solicitud de decaimiento expuso
que “el presente proceso se ha prolongado en el tiempo, sin que hasta la fecha se haya
obtenido sentencia definitivamente firme, siendo que a juicio de quien aquí decide, no ha
habido dilación indebida o de mala fe atribuible al Ministerio Público, a la defensa de los
acusados, o alguna de las partes, sino que ha sido por causas propias del devenir procesal
de asunto penal en particular, siendo entre otras, diferimientos atribuibles a todas las
partes intervinientes en este proceso penal, al órgano judicial por causa justificada, y a la
interposición de recursos por las partes, cuyos efectos han sido la reposición de la causa a
etapas previas de juzgamiento, todo ello en aras de obtener la verdad de los hechos, siendo
que, cada circunstancia debe ser ponderada por el juez de la causa a los fines de adecuar
los requisitos de procedibilidad del artículo 244 del Código Orgánico Procesal Penal”.

Asimismo, señaló dicha decisión que “tomando en consideración la gravedad de


los delitos precalificados, así como, las circunstancias del hecho cometido y la pena
probable aplicable, así como los motivos que han originado la prolongación en el tiempo
de este asunto penal; y al ser una obligación de esta Juzgadora garantizar las resultas del
presente proceso, se declara SIN LUGAR la solicitud de la Defensa Privada ABOG
SIMÓN ARRIETA y la Defensa Publica Segunda ABOG RAFAEL SOTO en representación
de los ciudadanos JOSÉ GREGORIO DÍAZ y ALFREDO DUQUE respectivamente, por lo
que se mantienen la Medida Cautelares impuestas a cada uno de ellos, a fin de resguardar
y asegurar las resultas del proceso penal”.

Por su parte, la Sala 3 de la Corte de Apelaciones del mencionado Circuito Judicial


Penal fundamentó su declaratoria sin lugar del recurso de apelación, bajo el argumento de
que “en el presente asunto se han realizado varios diferimientos imputables a todas las
partes intervinientes […] por tanto no se le puede atribuir el retardo del presente proceso,
solo a los órganos de la administración de justicia, […] si bien es cierto, los acusados ya
han estado más de dos años detenidos, no es menos cierto, que se evidencia de las actas
que los imputados JOSÉ GREGORIO DÍAZ ROMERO y ALFREDO DUQUE, identificados
en actas, se encuentran presuntamente incursos en los delitos de SECUESTRO y PORTE
ILÍCITO DE ARMA DE FUEGO, que se consideran delitos de mayor entidad, […] por lo
que, estima esta Alzada que la decisión tomada por la A-quo, se encuentra ajustada a
derecho, en tal razón, no se evidencia en el presente caso que se le haya causado un
gravamen irreparable a los acusados de autos, toda vez que el mismo artículo 244,
establece dos límites a respetar; en primer término el de dos años, pero aún puede
extenderse este término al mínimo de la pena posible a imponerse en caso de una eventual
sentencia condenatoria”.

Así pues, dispone el primer y segundo parágrafo del derogado artículo 244, hoy
recogido en el artículo 230, del Código Orgánico Procesal Penal de 2012, lo siguiente:

“Proporcionalidad. No se podrá ordenar una medida de coerción personal


cuando ésta aparezca desproporcionada en relación con la gravedad del
delito, las circunstancias de su comisión y la sanción probable.

En ningún caso podrá sobrepasar la pena mínima prevista para cada delito, ni
exceder del plazo de dos años, si se trataré de varios delitos se tomará en
cuenta la pena mínima del delito más grave […].”

De la norma transcrita se colige que toda medida de coerción personal, que se


imponga a una persona que esté sometida a un proceso penal, tendrá un plazo máximo de
aplicación que no puede exceder de la pena mínima para cada delito, ni en todo caso, de
dos años.

En tal sentido, esta Sala Constitucional, mediante sentencia N° 626 del 13 de abril
de 2007, caso: Marco Javier Hurtado y otros, estableció lo siguiente:
“…De acuerdo con el contenido del artículo 244 del Código Orgánico
Procesal Penal, la medida de coerción personal que es decretada contra un
imputado o acusado decae, previo análisis de las causas de la dilación
procesal, cuando ha transcurrido más de dos (2) años de su vigencia
contados a partir del momento en que fue dictada, claro está, siempre y
cuando no se haya proveído la prórroga establecida en el aludido precepto,
dado que, en ese caso, deberá esperarse que culmine la misma para que
pueda existir el decaimiento.

No obstante esa pérdida de la vigencia de la medida no opera de forma


inmediata, pues, aunque la libertad del imputado o acusado debe ser
proveída de oficio sin la celebración de una audiencia por el tribunal que esté
conociendo de la causa (vid. sent. N° 601/2005 del 22 de abril); el juez que
conoce del asunto tiene la posibilidad de decretar cualquiera de las medidas
cautelares sustitutivas previstas en el artículo 256 del Código Orgánico
Procesal Penal (vid. Sent. N° 1213/2005 de 15 de junio), en atención al
contenido del artículo 55 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, y en caso de que no lo acuerde el afectado o su defensa pueden
solicitar la libertad o la concesión de una medida cautelar sustitutiva si no
son decretadas de oficio.

De lo hasta aquí expuesto se colige que el principio de proporcionalidad


recogido en el artículo 244 del Código Orgánico Procesal Penal es, en
definitiva, una limitante temporal a todas las medidas de coerción personal
dictadas en el proceso penal, el cual debe ser cumplido por todos los órganos
que imparten justicia por ser la regla general que toda persona será juzgada
en libertad, excepto por las razones determinadas por la ley, conforme lo
establece el numeral 1 del artículo 44 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, como lo sería en lo contemplado en el artículo
29 eiusdem.

Cabe recalcar que en el proceso pueden existir dilaciones propias de la


complejidad del asunto debatido, por lo que el simple transcurso del tiempo
no configura íntegramente el artículo 244 del Código Orgánico Procesal
Penal, pues, de lo contrario, la comprensible complejidad que pudiera llegar
a tener un caso se convertiría en un mecanismo que propenda a la
impunidad. Tal circunstancia, en un razonamiento lógico, conduce a concluir
que la norma per se excluye los retrasos justificados que nacen de la
dificultad misma de lo debatido; sólo esta interpretación justifica que el
artículo 26 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela se
refiera al deber del Estado de garantizar una justicia sin dilaciones indebidas,
lo que reconoce implícitamente que en los procesos pueden existir dilaciones
debidas o, dicho en otras palabras, que se pueden justificar, tal como lo
refiere en igual sentido el propio artículo 1 del Código Orgánico Procesal
Penal. Así, un proceso penal puede prolongarse sin que exista una tardanza
de mala fe imputable a las partes o al Juez, pues en algunos casos es posible
y hasta necesario para la búsqueda de la verdad de los hechos que las partes,
en ejercicio pleno de su derecho a la defensa y dada la complejidad del caso,
promuevan un número importante de medios de pruebas que luego deberán
ser evacuadas, en estos casos, se insiste, la tardanza del proceso penal se
debe a la complejidad de los hechos controvertidos y mal puede dicha
complejidad beneficiar a los posibles culpables…” (Destacado original del
fallo).

Asimismo, en sentencia N° 1315 del 22 de junio de 2005, caso: Campo Elías


Dueñez Espitia, expuso que:

“[...]
No procederá el decaimiento de la medida, aunque hayan transcurrido los
dos años, en aquellos casos en los cuales dicho lapso haya transcurrido por
causas imputables al procesado, o cuando la libertad del imputado se
convierte en una infracción del artículo 55 de la Constitución vigente, todo
lo cual debe ser debidamente examinado por el juez de juicio".
De la lectura de las sentencias parcialmente transcrita supra, se desprende que el
decaimiento previsto en el artículo 230, antes 244 del Código Orgánico Procesal Penal, no
opera de manera automática, sino que debe realizarse un análisis que debe atender a las
diferentes circunstancias que se susciten en el proceso, es decir, el carácter de las
dilaciones, el delito objeto de la causa, la dificultad o complejidad del caso, y la protección
y seguridad de la víctima.

Efectivamente, este análisis fue realizado por las instancias que conocieron del
asunto, lo cual se desprende de las sentencias transcritas, lo que trajo como consecuencia la
decisión de mantener las medidas impuestas, una vez visto que, efectivamente, la dilación
no resultaba imputable al órgano judicial, lo cual evidencia esta Sala que ha sido diligente
en la realización de las audiencias, sino a una recurrente incomparecencia de las distintas
defensas o los imputados por falta de traslado, así como la complejidad propia del proceso
donde existen pluraridad de sujetos, hechos que al no ser atribuibles al administrador de
justicia no puede tomarse en cuenta el tiempo transcurrido en beneficio de los posibles
culpables; se analizó también la entidad y gravedad del delito imputado (secuestro), así
como el derecho de la víctima a obtener la debida protección por parte de los órganos del
Estado, conforme lo prevé el artículo 55 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela.
Aunado a ello, señaló tanto el tribunal de juicio como la corte de apelaciones,
argumento en el cual esta Sala coincide, que si bien es cierto los imputados han estado
privado de libertad por un lapso superior a los dos (2) años, y venció la prórroga establecida
en el artículo 244, hoy artículo 230 del Código Orgánico Procesal Penal, no es menos cierto
que, dicha medida al ser extendida por las razones expuestas, no se convierte en ilegítima ni
lesiona los derechos constitucionales de los acusados accionantes, en virtud de que en su
caso las medidas a la cual han sido impuestos desde el año 2008, no han sobrepasado el
tiempo establecido como pena mínima del delito más grave imputado, la cual es para el
delito de secuestro, una mínima de diez (10) años, supuesto previsto en la norma adjetiva
penal a la cual se hizo referencia supra. Ello a objeto de garantizar la incolumidad y
resultas del proceso.

En tal virtud, considera esta Sala que los accionantes sólo buscan utilizar el amparo
como una tercera instancia, para debatir nuevamente un asunto ya resuelto, atacando los
juicios de valor emitidos por los órganos jurisdiccionales que conocieron la causa penal en
el marco de la cual se produjo la sentencia hoy impugnada.

En consecuencia, concluye esta Sala Constitucional que no se encuentran


satisfechos los extremos legales exigidos por el artículo 4 de la Ley Orgánica de Amparo
sobre Derechos y Garantías Constitucionales, para la procedencia de la acción de amparo,
al no haber incurrido la Sala 3 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del
Estado Zulia, en usurpación de funciones o abuso de poder, ni ocasionar con su decisión
violación de derecho constitucional alguno, por lo cual la presente acción de amparo resulta
improcedente in limine litis. Así se decide.

V
DECISIÓN

Por las razones que anteceden, este Tribunal Supremo de Justicia en Sala
Constitucional, administrando justicia en nombre de la República por autoridad de la Ley
declara IIMPROCEDENTE in limine litis la acción de amparo constitucional interpuesta
por el abogado Simón José Arrieta Quintero, en su carácter de defensor privado de los
ciudadanos José Gregorio Díaz Romero y Antonio Duque, imputados por la presunta
comisión de los delitos de secuestro y porte ilícito de arma de fuego, contra la decisión
dictada, el 11 de septiembre de 2012, por la Sala 3 de la Corte de Apelaciones del Circuito
Judicial Penal del Estado Zulia, que declaró sin lugar el recurso de apelación interpuesto
contra el fallo dictado, el 10 de julio de 2012, por el Tribunal Segundo de Primera Instancia
en Funciones de Juicio del mismo Circuito Judicial Penal, que declaró sin lugar la solicitud
de decaimiento de la medida de privación preventiva de libertad y de la medida cautelar
sustitutiva (detención domiciliaria), que pesa sobre los acusados, respectivamente.

Publíquese, regístrese y notifíquese. Remítase el expediente.


Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los 06 días del mes de mayo de dos mil trece.
Años: 203º de la Independencia y 154º de la Federación.

La Presidenta,

LUISA ESTELLA MORALES LAMUÑO


El Vicepresidente,

FRANCISCO ANTONIO CARRASQUERO LÓPEZ


Ponente

Los Magistrados,

MARCOS TULIO DUGARTE PADRÓN

CARMEN ZULETA DE MERCHÁN

ARCADIO DE JESÚS DELGADO ROSALES


JUAN JOSÉ MENDOZA JOVER

GLADYS MARÍA GUTIÉRREZ ALVARADO


El Secretario,

JOSÉ LEONARDO REQUENA CABELLO

FACL/
EXP. n° 12-1324

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