Sala Constitucional
Sala Constitucional
Efectuado el análisis del caso, esta Sala para decidir, pasa a hacer las siguientes
consideraciones:
I
FUNDAMENTOS DE LA ACCIÓN DE AMPARO
Por todo lo expuesto, denunció como lesionados los derechos previstos en los
artículos 2, 21, 26, 44 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 9
numeral 3 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, y los artículos 1, 173,
190, 191, 244 y 441 del Código Orgánico Procesal Penal, contra los accionantes de autos.
II
DE LA DECISIÓN ACCIONADA
‘De acuerdo con el contenido del artículo 244 del Código Orgánico
Procesal Penal, la medida de coerción personal que es decretada
contra un imputado o acusado decae, previo análisis de las causas
de la dilación procesal, cuando ha transcurrido más de dos (2) años
de su vigencia contados a partir del momento en que fue dictada,
claro está, siempre y cuando no se haya proveído la prórroga
establecida en el aludido precepto, dado que, en ese caso, deberá
esperarse que culmine la misma para que pueda existir el
decaimiento…
…(Omisis)…
Cabe recalcar que en el proceso pueden existir dilaciones propias de
la complejidad del asunto debatido, por lo que el simple transcurso
del tiempo no configura íntegramente el artículo 244 del Código
Orgánico Procesal Penal, pues, de lo contrario, la compresible
complejidad que pudiera llegar a tener un caso se convertiría en un
mecanismo que propenda a la impunidad. Tal circunstancia, en un
razonamiento lógico, conduce a concluir que la norma per se
excluye los retrasos justificados que nacen de la dificultad misma de
lo debatido; sólo esta interpretación justifica que el artículo 26 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela se refiera al
deber del Estado de garantizar una justicia sin dilaciones indebidas,
lo que reconoce implícitamente que en los procesos pueden existir
dilaciones debidas o, dicho en otras palabras, que se pueden
justificar, tal como lo refiere en igual sentido el propio artículo 1 del
Código Orgánico Procesal Penal.’ (Resaltado de este Tribunal
Colegiado).
Así las cosas, se observa que, la misma Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, ha señalado en relación a la proporcionalidad de la
medida de coerción personal en el proceso, que, el mantenimiento de la
misma podría atender a las dilaciones indebidas del proceso, causadas tanto
por el acusado o sus defensores, así como aquellas que pueden originarse por
la complejidad del caso. Igualmente, en la situación, de que la libertad del
imputado o acusado transgreda el artículo 55 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, sobre lo cual la misma Sala ha señalado
que:
DISPOSITIVA
III
DE LA COMPETENCIA
IV
MOTIVACIÓN PARA DECIDIR
La presente acción de amparo constitucional fue interpuesta por el abogado Simón
José Arrieta Quintero, en su carácter de defensor privado de los ciudadanos José Gregorio
Díaz Romero y Antonio Duque, imputados por la presunta comisión de los delitos de
secuestro y porte ilícito de arma de fuego, contra la decisión dictada, el 11 de septiembre de
2012, por la Sala 3 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia,
que declaró sin lugar el recurso de apelación interpuesto contra el fallo dictado, el 10 de
julio de 2012, por el Tribunal Segundo de Primera Instancia en Funciones de Juicio del
mismo Circuito Judicial Penal, que declaró sin lugar la solicitud de decaimiento de la
medida de privación preventiva de libertad y de la medida cautelar sustitutiva (detención
domiciliaria), que pesa sobre los acusados respectivamente, solicitada en razón de haberse
vencido la prórroga legal de dos (2) años acordada por el Tribunal Segundo de Juicio del
Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, extensión Cabimas, el 13 de diciembre de 2010.
Así pues, dispone el primer y segundo parágrafo del derogado artículo 244, hoy
recogido en el artículo 230, del Código Orgánico Procesal Penal de 2012, lo siguiente:
En ningún caso podrá sobrepasar la pena mínima prevista para cada delito, ni
exceder del plazo de dos años, si se trataré de varios delitos se tomará en
cuenta la pena mínima del delito más grave […].”
En tal sentido, esta Sala Constitucional, mediante sentencia N° 626 del 13 de abril
de 2007, caso: Marco Javier Hurtado y otros, estableció lo siguiente:
“…De acuerdo con el contenido del artículo 244 del Código Orgánico
Procesal Penal, la medida de coerción personal que es decretada contra un
imputado o acusado decae, previo análisis de las causas de la dilación
procesal, cuando ha transcurrido más de dos (2) años de su vigencia
contados a partir del momento en que fue dictada, claro está, siempre y
cuando no se haya proveído la prórroga establecida en el aludido precepto,
dado que, en ese caso, deberá esperarse que culmine la misma para que
pueda existir el decaimiento.
“[...]
No procederá el decaimiento de la medida, aunque hayan transcurrido los
dos años, en aquellos casos en los cuales dicho lapso haya transcurrido por
causas imputables al procesado, o cuando la libertad del imputado se
convierte en una infracción del artículo 55 de la Constitución vigente, todo
lo cual debe ser debidamente examinado por el juez de juicio".
De la lectura de las sentencias parcialmente transcrita supra, se desprende que el
decaimiento previsto en el artículo 230, antes 244 del Código Orgánico Procesal Penal, no
opera de manera automática, sino que debe realizarse un análisis que debe atender a las
diferentes circunstancias que se susciten en el proceso, es decir, el carácter de las
dilaciones, el delito objeto de la causa, la dificultad o complejidad del caso, y la protección
y seguridad de la víctima.
Efectivamente, este análisis fue realizado por las instancias que conocieron del
asunto, lo cual se desprende de las sentencias transcritas, lo que trajo como consecuencia la
decisión de mantener las medidas impuestas, una vez visto que, efectivamente, la dilación
no resultaba imputable al órgano judicial, lo cual evidencia esta Sala que ha sido diligente
en la realización de las audiencias, sino a una recurrente incomparecencia de las distintas
defensas o los imputados por falta de traslado, así como la complejidad propia del proceso
donde existen pluraridad de sujetos, hechos que al no ser atribuibles al administrador de
justicia no puede tomarse en cuenta el tiempo transcurrido en beneficio de los posibles
culpables; se analizó también la entidad y gravedad del delito imputado (secuestro), así
como el derecho de la víctima a obtener la debida protección por parte de los órganos del
Estado, conforme lo prevé el artículo 55 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela.
Aunado a ello, señaló tanto el tribunal de juicio como la corte de apelaciones,
argumento en el cual esta Sala coincide, que si bien es cierto los imputados han estado
privado de libertad por un lapso superior a los dos (2) años, y venció la prórroga establecida
en el artículo 244, hoy artículo 230 del Código Orgánico Procesal Penal, no es menos cierto
que, dicha medida al ser extendida por las razones expuestas, no se convierte en ilegítima ni
lesiona los derechos constitucionales de los acusados accionantes, en virtud de que en su
caso las medidas a la cual han sido impuestos desde el año 2008, no han sobrepasado el
tiempo establecido como pena mínima del delito más grave imputado, la cual es para el
delito de secuestro, una mínima de diez (10) años, supuesto previsto en la norma adjetiva
penal a la cual se hizo referencia supra. Ello a objeto de garantizar la incolumidad y
resultas del proceso.
En tal virtud, considera esta Sala que los accionantes sólo buscan utilizar el amparo
como una tercera instancia, para debatir nuevamente un asunto ya resuelto, atacando los
juicios de valor emitidos por los órganos jurisdiccionales que conocieron la causa penal en
el marco de la cual se produjo la sentencia hoy impugnada.
V
DECISIÓN
Por las razones que anteceden, este Tribunal Supremo de Justicia en Sala
Constitucional, administrando justicia en nombre de la República por autoridad de la Ley
declara IIMPROCEDENTE in limine litis la acción de amparo constitucional interpuesta
por el abogado Simón José Arrieta Quintero, en su carácter de defensor privado de los
ciudadanos José Gregorio Díaz Romero y Antonio Duque, imputados por la presunta
comisión de los delitos de secuestro y porte ilícito de arma de fuego, contra la decisión
dictada, el 11 de septiembre de 2012, por la Sala 3 de la Corte de Apelaciones del Circuito
Judicial Penal del Estado Zulia, que declaró sin lugar el recurso de apelación interpuesto
contra el fallo dictado, el 10 de julio de 2012, por el Tribunal Segundo de Primera Instancia
en Funciones de Juicio del mismo Circuito Judicial Penal, que declaró sin lugar la solicitud
de decaimiento de la medida de privación preventiva de libertad y de la medida cautelar
sustitutiva (detención domiciliaria), que pesa sobre los acusados, respectivamente.
La Presidenta,
Los Magistrados,
FACL/
EXP. n° 12-1324