Los Partidos Politicos
Los Partidos Politicos
Los Partidos Politicos
Partidos de creación externa (partidos de masas): surgen a partir de la lucha por la extensión de los
derechos políticos entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Aparecen estrechamente
vinculados con grupos que realizaban sus actividades fuera del Parlamento, como los sindicatos,
entidades religiosas y periódicos. Por ejemplo, el Partido Laborista británico. Los partidos de masas
resolvían los problemas de financiación que requiere el funcionamiento de un partido mediante el
reclutamiento masivo de afiliados. Su organización solía ser una estructura piramidal jerárquica: la
base estaba formada por los militantes y la cúspide por la élite dirigente del partido. A cambio de
los recursos aportados por los militantes, las élites dirigentes se comprometían a defender los
intereses de sus afiliados, razón por la que a diferencia de los partidos de cuadros presentaban una
ideología muy claramente definida.
Estos dos modelos de partido quedaron obsoletos por la evolución que sufrieron las democracias
durante el siglo XX. Otto Kirchheimer y otros autores propusieron nuevas formas de partidos cuya
organización interna difería substancialmente de las dos anteriores:
Partidos "cártel": al dejar muchos partidos de tener un grupo social de referencia bien definido,
renunciaron a la lealtad de recursos y a buen número de presupuestos ideológicos. Como
alternativa de financiación, muchas estructuras partidarias pasaron a depender de recursos
públicos. Esta fuente llevó a los partidos a funcionar como cárteles que impedían o trataban de
impedir el acceso a dicho recurso por parte de competidores, razón por la que se los describe con
el término "cartel" tomado de los economistas de la competencia imperfecta. En un sistema
dominado por partidos de tipo "cártel", los partidos mayoritarios forman una clase política
homogénea que impide la competencia de nuevas formaciones, lo cual maximiza su financiación y
los beneficios para sus miembros. Estos partidos usan su posición hegemónica para reservarse la
mayor parte de las ayudas públicas (sean subvenciones o prerrogativas de cualquier naturaleza,
como ser espacios gratuitos en los multimedios de difusión), buscando excluir a partidos
minoritarios. Este tipo de estructuras favorecen el bipartidismo, y tienden a reducir el número de
partidos con representación parlamentaria.
Características
as considerables dificultades para establecer una definición unánime del concepto de partido
político han llevado a la doctrina a identificar cuatro características fundamentales, que se perfilan
como criterios para considerar que una organización determinada es un partido político.
En concreto, un partido político es una organización estable y permanente; que se basa en una
ideología y un programa de gobierno para definir unos objetivos; que busca alcanzar dichos
objetivos mediante el ejercicio del poder político; y que dicho ejercicio busca ocupar cargos
públicos electivos.
En todo caso, esta caracterización sólo es válida para los sistemas políticos democráticos,
pluralistas y competitivos. Un sistema político que no reúna cualquiera de estas tres características
produce partidos políticos que, en mayor o menor medida, difieren de las características y
funciones descritas.
Estructura
Candidatos: potenciales ocupantes de los cargos públicos electivos, ya sean de carácter ejecutivo o
legislativo. Son seleccionados por los demás miembros del partido.
Militantes: son los que están afiliados al partido, participan activamente de manera constante.
Afiliados: están inscritos en el padrón del partido y aportan a su financiación a través de cuotas
periódicas, limitan su participación a la elección interna de los candidatos y autoridades.
Además en el exterior del partido pueden encontrarse simpatizantes: se muestran favorables a sus
principios pero se mantienen apartados de la organización colaborando con sus votos y opiniones.
Factores
Robert Michels, desde un enfoque monocausal, plantea que la dimensión del partido político es la
variable fundamental que define su organización, dado que incide en:
La cohesión interna: en formaciones políticas pequeñas es más fácil un acuerdo en torno a valores
y objetivos. Pero si aumentan sus proporciones habrá una mayor heterogeneidad.
La burocratización: a medida que crece la organización es más notable la división del trabajo. Se
fomentan las desigualdades internas en pro de la eficiencia del partido.
Panebianco considera que no se puede establecer un nexo tan rígido de causalidad. Afirma que los
factores que definen el perfil de la organización partidaria y permiten conocer sus expectativas de
supervivencia o éxito son:
Gestión de las relaciones con el entorno: capacidad de adaptación, aptitud para formular
estrategias de negociación, establecer alianzas y conflictos con otras organizaciones.
Financiación: es un asunto muy polémico. Existen distintos criterios. Algunos afirman que debe ser
pública sólo durante las campañas electorales para garantizar la participación de todos los
partidos. Otros consideran que el Estado tiene que ocuparse de todos los gastos para su
mantenimiento y funcionamiento. Esto afectaría su independencia. Quienes se inclinan por la
financiación privada sostienen que los costos económicos deben ser solventados por los
ciudadanos interesados. Se pueden adoptar medidas negativas de limitación directa (estableciendo
un máximo de gastos permitidos) o indirecta (obligarlos a dar publicidad del origen de los recursos
y de su finalidad); o medidas positivas de prestación directa (subvención de actividades) o indirecta
(ayudas como destinar espacios gratuitos en la televisión pública para los partidos). La contribución
puede ser con base en los cargos obtenidos o en función del porcentaje de votos recibidos con
independencia de si ha conseguido o no representación. Lo más adecuado es combinar ambos
criterios.
Ideología
Cada partido posee una ideología que le da claridad conceptual y lo guía en su acción política. Se
compone de:
Existen diversas maneras de agrupar o clasificar las ideologías políticas, usualmente las ideologías
pueden agruparse según el posicionamiento frente a una serie de cuestiones clave. Las diferentes
clasificaciones ideológicas se basan en diferentes cuestiones claves. Una de las clasificaciones más
comunes de las ideologías ha sido el espectro político basado en la distinción izquierda política
frente a derecha política. Esta es una clasificación unidimensional que puede clasificar de manera
aproximada los partidos políticos de una gran cantidad de territorios, aunque en muchos casos una
explicación adecuada de la conducta electoral requiere clasificaciones multidimensionales más
complejas (entre ellas son de uso frecuente el gráfico de Pournelle o el gráfico de Nolan entre
otros).
Poder político
El partido político trata de ostentar el poder político, bien sea detentando la capacidad de decidir,
bien sea participando en el proceso de toma de decisiones junto con otros actores políticos
(partidos o no).
En los sistemas pluralistas y competitivos, existe una separación formal entre las estructuras del
Estado y las estructuras del partido político. Los partidos actúan como estructuras intermedias que
conectan al Estado con los ciudadanos y la sociedad civil.
Tipos
Partidos de notables: nacen entre principios y mediados del siglo XIX en Europa, en el marco de
regímenes semidemocráticos y de sufragio censitario. Contaban con estructuras organizativas
mínimas, asentadas sobre redes interpersonales en el seno de un ámbito geográfico reducido.
Débilmente ideologizados. Basados en la distribución de beneficios particulares a los residentes. Se
subdividen en partidos de notables y clientelistas.
Partidos de masas: surgen a fines del siglo XIX y comienzos del XX en Europa, se extienden en la
actualidad a países asiáticos y africanos. Se caracterizan por tener una organización sólida y una
amplia base de afiliados que aportan económicamente al partido. Mantienen lazos fuertes con
organizaciones externas como sindicatos, entidades religiosas y medios de comunicación. Se
clasifican en: nacionalistas (pluralistas o ultranacionalistas) socialistas (socialdemócratas o
leninistas) y religiosos (confesionales o fundamentalistas).
Funciones
Armonización de intereses.