De Armas Llevar
De Armas Llevar
fuerzas de seguridad
Frederic, Sabina - Compilador/a o Editor/a; Galvani, Mariana - Compilador/a o Autor(es)
Editor/a; Garriga Zucal, José - Compilador/a o Editor/a; Renoldi, Brígida -
Compilador/a o Editor/a; Calandrón, Sabrina - Autor/a; Galvani, Mariana - Autor/a;
Mouzo, Karina - Autor/a; Galvani, Ivan - Autor/a; Garriga Zucal, José - Autor/a;
Lorenz, Mariana - Autor/a; Glanc, Laura - Autor/a; Glanc, Pablo - Autor/a; Melotto,
Mariano - Autor/a; Frederic, Sabina - Autor/a; Bianciotto, María Laura - Autor/a;
Bover, Tomás - Autor/a; Barrera, Nicolás - Autor/a; Ugolini, Agustina - Autor/a;
La Plata Lugar
Ediciones EPC Editorial/Editor
2014 Fecha
Colección
Fuerzas del orden; Policía; Estudios sociales; Autoridad; Saber; Argentina; Temas
Libro Tipo de documento
"http://biblioteca.clacso.edu.ar/Argentina/fpycs-unlp/20171102045703/pdf_1295.pdf" URL
Reconocimiento-No Comercial-Compartir Igual CC BY-NC-SA Licencia
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.0/deed.es
ISBN 978-950-34-0957-2
Derechos Reservados
Facultad de Periodismo y Comunicación Social
Universidad Nacional de La Plata
Introducción ....................................................................... 11
AUTORIDADES
La sagrada familia y el oficio policial.
Sentidos del parentesco en trayectorias
y prácticas profesionales cotidianas
Por Sabrina Calandrón .................................................. 57
SABERES
Enseñar a tirar. Aprender a morir
Por Mariana Lorenz ...................................................... 173
CRITERIOS
Previsión, anticipación y viveza. A propósito
de la relación entre prácticas policiales
y ámbito judicial en Rosario
Por María Laura Bianciotto ........................................... 305
11
INTRODUCCIÓN
1
León Arslanián ocupó por segunda vez el cargo de Ministro de Seguridad de
la provincia de Buenos Aires entre marzo de 2004 y diciembre de 2007.
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http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/subnotas/3-21496-2006-04-09.
html
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INTRODUCCIÓN
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INTRODUCCIÓN
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INTRODUCCIÓN
3
El Ejército argentino tuvo el comando de todas las fuerzas, militares y poli-
ciales, desde el denominado Plan Conintes (Conmoción Interna del Estado)
decretado durante el gobierno de Arturo Frondizi en los años cincuenta y
posteriormente a través de la doctrina conocida como de la Seguridad Na-
cional que orientaba las operaciones de represión de movilizaciones políticas
asociadas a dicha “conmoción interna” y contra la acción de fuerzas militares
irregulares, también conocida como guerra contrarrevolucionaria.
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INTRODUCCIÓN
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INTRODUCCIÓN
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INTRODUCCIÓN
4
El inquérito policial es un procedimiento administrativo realizado por la
Policía Civil (pero también por la Policía Federal), cuyo objetivo es realizar
investigaciones preliminares y profundas sobre un crimen y elaborar un in-
forme jurídicamente orientado del resultado de esas investigaciones que es
elevado oportunamente al Ministerio Público. Según Michel Misse (2010: 9
y ss.), se trata de una forma de “instrucción criminal”, sólo que, al definirse
como un procedimiento administrativo, a pesar de aunar la función policial
de investigar y la función judicial de formar la culpa (al tomar el delegado de
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INTRODUCCIÓN
7
Las cursivas son de la autora.
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El Estado en acción
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INTRODUCCIÓN
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INTRODUCCIÓN
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INTRODUCCIÓN
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8
A menos que se trate de relaciones y prácticas que en determinados aspec-
tos no cambian. Esto sucede, por ejemplo, con la relación médico-paciente
en lo que concierne a las intervenciones en el cuerpo y a los consentimien-
tos necesarios para que el médico pueda actuar en caso de que el paciente
se encuentre inconsciente y no pueda decidir por sí mismo sobre su propio
cuerpo.
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De armas llevar
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Bibliografia
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INTRODUCCIÓN
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AUTORIDADES
LA SAGRADA FAMILIA Y EL OFICIO
POLICIAL. SENTIDOS DEL PARENTESCO
EN TRAYECTORIAS Y PRÁCTICAS
PROFESIONALES COTIDIANAS
1
Por ejemplo, el Operativo Sol, un programa de seguridad ostensiva en las
zonas balnearias de la costa atlántica de la provincia de Buenos Aires cuyos
centros más importantes son las ciudades de Mar del Plata y Necochea y el
Partido de la Costa.
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Acerca de las concepciones nativas de las tareas policiales, sentidos varia-
bles de la vocación y el oficio, véase Frederic (2008: 68 y ss.).
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hija, dos hijos y nietos (en los meses en que la conocí haciendo
el trabajo de campo), de quienes hablaba constantemente. Según
contaba, los diálogos y discusiones que se daban en su propia fa-
milia eran la prueba de la lejanía entre civiles y policías, frontera
demarcada por la contaminación y el vicio que se propagaba
entre los agentes del orden:
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3
Uno de los requisitos de ingreso es tener menos de 26 años de edad.
4
La Ley 13.982, en su título “Derecho, deberes y prohibiciones”, Artículo 12,
inciso “e”, indica la prohibición de “desarrollar actividades lucrativas o de
cualquier otro tipo incompatibles con el desempeño de las funciones policia-
les”. Ley Nº 13.982 del 08/04/09, Boletín Oficial Nº 26.115.
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5
En los meses de trabajo de campo en los que se apoya este trabajo, los gra-
dos jerárquicos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires se distinguían
en dos grandes agrupamientos que tienen una relación de superioridad uno
con el otro: el escalafón de oficiales (con mayor grado de responsabilidad y
mando) y el escalafón de suboficiales. Esto ha atravesado sucesivos cambios
entre las décadas de 1990 y 2000 (Calandrón, 2008; Ugolini, 2011).
6
Accedió a ese lugar por la vacancia del cargo y no por grado jerárquico, el
que obtuvo más tarde. El cargo era denominado en masculino, pero desde el
año 2010 el Ministerio de Justicia y Seguridad de la provincia de Buenos Aires
aprobó las denominaciones distinguidas, femeninas y masculinas, para los
grados jerárquicos de la policía. Desde entonces, fue “comisaria”. Resolución
Nº 2457 Boletín Informativo Nº 38 del 10/12/2010.
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Esta modalidad de ingreso fue reformada en el año 2004.
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8
Resolución Nº 408 del 05/04/2002, publicada en Orden del Día Nº 33 del 8 de
abril de 2002. Ministerio de Justicia y Seguridad, La Plata, provincia de Bue-
nos Aires. Museo Policial de la Provincia de Buenos Aires “Inspector Mayor
Dr. Constantino Vesiroglos”.
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9
Carta de Mario Luis Leguizamón, publicada el 30 de marzo de 2011 en el sitio
web del Movimiento Policial Democrático. Disponible en: http://movpolde-
mocratico.blogspot.com.ar/2011/03/1-dia-de-la-familia-policial-leer.html.
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Conclusiones
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Bibliografía
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LOCOS Y MÁRTIRES.
UN ANÁLISIS COMPARATIVO
ENTRE DOS FUERZAS
DE SEGURIDAD ARGENTINAS
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1
Bourdieu sostiene que “los campos se presentan para la aprehensión sin-
crónica como espacios estructurados de posiciones (o de puestos) cuyas pro-
piedades dependen de su posición en dichos espacios y pueden analizarse
en forma independiente de las características de sus ocupantes (en parte de-
terminados por ellas)” (Bourdieu, 2002: 119).
2
El “aparato” remite a un estado patológico del campo, “es verdad que dentro
de ciertas condiciones históricas, las cuales deben estudiarse empíricamente,
un campo puede comenzar a funcionar como aparato. Cuando el dominante
logra aplastar o anular la resistencia y las reacciones del dominado, cuando
todos los movimientos ocurren exclusivamente de arriba hacia abajo, la lu-
cha y la dialéctica constitutivas del campo tienden a desaparecer [...] Pero,
se trata de un extremo que nunca se alcanza del todo, aun en los regímenes
‘totalitarios’ más represivos” (Bourdieu y Wacqüant, 2005: 68).
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3
Los trabajadores del SPF están divididos en dos grandes grupos: los ofi-
ciales y los suboficiales. Los segundos se encuentran subordinados a los
primeros, y, dentro de los suboficiales, el Escalafón Cuerpo General es el
encargado de las tareas que implican un contacto directo con las personas
encarceladas.
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Sus pares señalan que son sujetos apreciados por ellos, a la vez
que son “usados” por los oficiales en tanto los llaman cuando
los necesitan (“cuando las papas queman dentro del penal”)
para luego deshacerse de ellos y relegarlos a tareas que no son
consideradas importantes o prestigiosas dentro de este trabajo.
Este es el caso de Santiago4, un suboficial que se dedica a
tareas que dentro del SPF son consideradas poco prestigiosas,
como es el caso de las tareas de mantenimiento.5 Sin embargo,
Santiago cobra protagonismo cada vez que una situación se
pone “difícil” dentro del penal. Él “es loco, con él no se juega”,
es quien “sabe poner orden”, el que “no piensa”: “entra y pone
las cosas en su lugar”. Según nos dicen sus compañeros, e incluso
él mismo, lo convocan los jefes “porque no quieren ensuciarse
las manos, porque son unos cagones...”. Santiago no sólo es que-
rido por sus compañeros, sino, en cierto modo, admirado por su
actitud rebelde. Es quien se enfrenta a los presos, pero también
a la superioridad. En nuestro caso tuvimos la oportunidad de
entrevistar a sus compañeros, a él mismo y a su jefe directo,
quien no hizo ninguna mención respecto de este subordinado e
incluso intentó que no tuviéramos contacto con él. Nos decía un
suboficial compañero de Santiago:
El jefe es uno de esos que tira para los presos, que los
derechos humanos y la mar en coche, hasta que un día le
tiraron una piedra en la cabeza, ¿sabés a quién fueron a
buscar para que les dé [pegue] a los presos?, a Santiago.
4
Utilizaremos en todos los casos nombres de fantasía para resguardar la
identidad de nuestros entrevistados.
5
Desde la mirada de nuestros entrevistados, realizar tareas de mantenimien-
to degrada al personal, que se supone fue formado para otras funciones.
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La PFA tiene la característica de que los hombres que se jubilaron pueden
volver a trabajar en la institución bajo la figura de “convocado”. Se trata en su
mayoría de suboficiales y oficiales que cumplieron con los veinticinco años
de servicio pero que aún quieren o necesitan (mejoran su jubilación) seguir
trabajando dentro de la institución.
7
Para los entrevistados, los más locos son suboficiales pertenecientes al
cuerpo de infantería: “no te tiene que importar nada para estar ahí”, “la in-
fantería es para los que les gusta pegar”, “si te mandan a uno de infantería
a la comisaría tenés que tener cuidado porque para ellos no hay términos
medios: reprimir es pegar”, “les decimos sándwich de montura: caballo arriba
y caballo abajo”.
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8
El comisario Luis Alberto Villar fue jefe de la Policía Federal en 1974. Fue uno
de los creadores de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina), organiza-
ción terrorista paraestatal que estuvo bajo la dirección política del entonces
ministro de Bienestar Social José López Rega. Encabezó varias represiones
y estuvo sindicado como torturador. Murió cuando explotó el yate en el cual
paseaba y el atentado fue atribuido a la agrupación Montoneros.
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La “tropa” son los suboficiales. Ser tropero es estar en el trabajo diario en
la calle. Se diferencian de “los de escritorio”, que son los oficiales asignados
a tareas de oficina.
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Los médicos, por ejemplo, deciden sobre la vida y la muerte de otras per-
sonas, pero en su trabajo no exponen su vida. Los guardavidas (socorristas)
y bomberos exponen la vida para salvar otras vidas, pero no pueden decidir
matar a nadie en defensa de un objetivo superior. Mientras que ambas cues-
tiones se encuentran inextricablemente unidas en la función policial.
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La muerte es excepcional en el proceso de trabajo de los penitenciarios, sin
embargo, esta situación objetiva es vivida subjetivamente de forma distin-
ta por los penitenciarios, quienes consideran su trabajo altamente riesgoso.
Con esto no queremos decir que no lo sea, en la medida en que definamos
“riesgo” como la posibilidad de contraer determinadas enfermedades o al-
teraciones psicológicas y psiquiátricas producto del trabajo en el encierro,
en situaciones insalubres, etcétera. Pero insistimos en que no es un trabajo
donde la vida quede expuesta de la misma forma que en el trabajo policial.
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Rozitchner explica el cristianismo como la religión necesaria para el ca-
pitalismo, y, si bien excede los límites de este trabajo establecer la relación
entre policías, capitalismo y cristianismo, queremos dejar sentado el vínculo.
En palabras del filósofo: “En el cristianismo hay una retracción del campo
histórico donde se debate el sentido y la orientación de lo humano. Es una
concepción individualista, no individualizante, que nos separa de los demás
hombres, y sólo nos empuja, sin índice de realidad, movido cada actor por la
amenaza de muerte que nos atraviesa. Así como los pecadores usan mal la
ley, que es buena, así los justos usan bien la muerte, que es mala. Los buenos
mueren bien, aunque la muerte sea mala. Mueren bien la mala muerte, por-
que creen que otra vida eterna les espera” (Rozitchner, 1996: 336).
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www.policiafederalargentina.gov.ar.
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Creemos que este “poner la vida en juego” es constitutivo del capital que
valoriza a las distintas fuerzas. De este modo, la PFA es reconocida por parte
del campo político y el judicial en tanto actor a tener en cuenta en materia de
“seguridad”, mientras que, respecto a esta problemática, el SPF queda rele-
gado a la esfera del tratamiento penitenciario, tema que no tiene un espacio
central ni en la agenda estatal, ni en la mediática, ni en la opinión pública.
Asimismo, en los discursos mediáticos la policía aparece como actor clave
y como informante para diarios y agencias de noticias, mientras que el SPF
sólo esporádicamente y en casos de alta conmoción aparece como noticiable.
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El comisario inspector de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, Alfredo
Franchiotti, fue el jefe del operativo represivo del 26 de junio de 2002 en la es-
tación Avellaneda, donde fueron asesinados los militantes sociales Maximi-
liano Kosteki y Darío Santillán, este último fusilado por el mismo Franchiotti,
condenado por este hecho a cadena perpetua en enero de 2005. A pesar de
los esfuerzos de distintos organismos de derechos humanos y agrupaciones
políticas, no fue posible hasta el momento enjuiciar a quienes tuvieron la
responsabilidad política en estos hechos.
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para los medios y para “la sociedad que debía proteger”. El re-
sultado institucional fue su exoneración, la condena a cadena
perpetua, la condena social y, simultáneamente, la exculpación
de las instituciones que lo construyeron. Aquí, la injerencia de
otros actores –como los periodistas que pugnaron por publicar
las fotos que imputaban a Franchiotti el asesinato de los militan-
tes sociales, y de distintos organismos de la sociedad civil– con-
fluyeron para que el “loco” cotice en baja, sea un desprestigio.
La valorización de esta posición, en consecuencia, depende
de las disputas que se establecen entre los distintos campos del
espacio social. En este caso puntual, producto de la lucha entre
distintos campos, se produce una fisura en la impermeabilidad
del campo policial que hace posible la denuncia y el descrédito
de quien en un principio había sido considerado un héroe.
En cierto modo, en la figura del loco se condensa el “deber
ser”, la máxima expresión posible del “super yo penitenciario/
policial”. Tal es así hasta un punto para nada paradójico de
que el loco puede –parafraseando a Agamben– actuar en la sus-
pensión de la ley para restaurarla. ¿Se necesita decretar el es-
tado de excepción para que el loco actúe? No, porque en “el
límite” la policía y la penitenciaría funcionan constantemente
bajo la modalidad de la excepción.16 El loco, entonces, ¿actúa
fuera de la ley?, ¿comete una ilegalidad cuando, sin importar
los medios, restaura el orden? No. El loco salva la ley. Ejerce,
16
En Homo Sacer I, Agamben establece que el paradigma del “estado de ex-
cepción” es el campo de concentración y no la cárcel. Coincidimos con el
autor en que el campo de concentración es el máximo exponente en la histo-
ria del lugar donde hecho y derecho se confunden y donde la vida es “nuda
vida”. Sin embargo, a pesar que las cárceles se encuentran reguladas por el
derecho penitenciario, en su cotidianeidad la excepción también se vuelve
regla. Un ejemplo de ello es la arbitrariedad y la informalidad de las requisas
sorpresivas, es decir, las múltiples intervenciones que se realizan sobre los
presos en nombre de la “seguridad” del penal. Pensamos que la lógica coti-
diana del espacio carcelario se articula en torno a “pequeños” y “continuos”
estados de excepción, que operan fundamentalmente sobre los presos pero
también sobre los propios funcionarios (Galvani y Mouzo, 2007).
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Tiscornia agrega que el poder de policía es, al mismo tiempo que conserva-
dor de derecho, fundador de derecho: “Se trata de un poder ejercido a través
de la violencia fundadora de un derecho de edictos, de estados de excepción:
las razzias” (Tiscornia, 2005: 47).
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Bibliografía
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CUESTIÓN DE “CINTURA”.
FORMAS DE OBEDECER Y DESOBEDECER
DEL PERSONAL SUBALTERNO DEL SERVICIO
PENITENCIARIO BONAERENSE
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De mis notas de campo.
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3
Soich (2008, 2010), en un estudio sobre los obreros automotrices, atribuye
estas prácticas a que existe una escasa o ineficiente representación sindical
en este sector. Entonces, los obreros buscan otros modos de resistencia. Es
decir que, por más que en este caso exista un gremio que represente a estos
trabajadores, también hay una relación entre falta de representación sindi-
cal o dificultad para hacer reclamos colectivos y este tipo de resistencias.
No obstante, además de este trabajo, no encontré evidencia suficiente como
para poder pensar que esta relación es así en todos los casos.
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Las “carpetas”
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Esta asociación entre el concepto de Agamben de estado de excepción y al-
gunas prácticas penitenciarias es producto de la lectura y discusión de textos
inéditos de Karina Mouzo, en los que esta idea estaba desarrollada.
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Lugar de trabajo según nivel de estudios de los suboficiales sel SPB (en %)
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5
Las abreviaciones de “máximo nivel de estudios”, de izquierda a derecha,
corresponden a: “sin estudios/primario completo”, “secundario incompleto”,
“secundario completo”, “terciario incompleto”, “terciario completo”,
“universitario incompleto”, “universitario completo”.
Las categorías de “lugar de trabajo” surgen de agrupar los diferentes
lugares en que puede trabajar el personal. El orden de arriba hacia abajo
supone un cierto orden jerárquico, aunque formalmente ninguno de estos
cargos es superior al otro. Las categorías son: “jefatura, dependencias
externas o comisionados” (puestos en dependencias del SPB fuera de
las unidades penitenciarias), “administrativos en las unidades” (trabajan
dentro de las unidades, pero en tareas administrativas), “tratamiento”
(incluimos actividades que implican acceso al área de pabellones, pero no
una permanencia constante dentro de ellos), “talleres” (trabajo) y “escuelas”
(también incluimos aquí el trabajo en los “casinos”, que son los lugares
donde el personal come y descansa. Se realiza fuera del área de pabellones,
pero está más relacionado con lo manual que con lo intelectual, por eso se
asemeja más a las actividades que se encuentran dentro de tratamiento, que
a las actividades administrativas), “penal” (abarca todos los trabajos que
implican una permanencia dentro del área de los pabellones la mayor parte
del tiempo. Incluye: “encargado de pabellón”, “requisas”, “visitas” y “GIE/
DOE”. Visitas no implica estar todo el tiempo dentro del penal, pero sí un
contacto directo con los internos y sus visitas. Los grupos GIE (Grupo de
Intervenciones Especiales) y DOE (División de Operaciones Especiales) son
los grupos tácticos que intervienen en situaciones de violencia. Tienen como
tarea específica el uso de la fuerza. No están dentro del penal pero, como su
tarea tiene que ver más con la vigilancia que con el tratamiento, los incluimos
aquí. Implica una posición relativamente ventajosa respecto del resto, pero, a
fines de sintetizar, los incluimos en la misma categoría). “Guardia” incluye a
quienes están en la guardia de seguridad exterior –en los puestos de acceso
y en el muro– y quienes realizan traslados de detenidos, que en la mayoría de
las unidades pertenecen al área de la guardia.
En la realización del relevamiento y elaboración de las categorías conté con la
colaboración de Ezequiel Castro, Lorena Gil y María José Manzo.
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6
Dentro de los pabellones, según la normativa, se deben utilizar balas de
goma.
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Reflexiones finales
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Bibliografía
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“UN CORRECTIVO”. VIOLENCIA Y RESPETO
EN EL MUNDO POLICIAL
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JOSÉ GARRIGA ZUCAL
Sobre la violencia
1
En este período realicé trabajo de campo en dos comisarías, una de zona
norte y otra en las afueras de La Plata, y más de treinta entrevistas abiertas
y no estructuradas, diez de ellas extensas historias de vida, con policías de
distintas jerarquías.
2
Toda generalización es engañosa y oculta la heterogeneidad que reina en el
mundo policial.
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3
Los nombres de nuestros informantes son ficticios para mantener su ano-
nimato.
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4
Seguramente, el detenido golpeado entendía que la paliza posterior era el
resultado lógico de una interacción determinada, nunca comprendida como
violación a sus derechos. Para iluminar este punto, traigo a colación un ejem-
plo de mi trabajo de campo anterior entre “barras bravas” del fútbol (Garriga,
2007). En variadas oportunidades los miembros de las “barras bravas” son
objeto de la represión policial, represión que toma ribetes a veces desmesura-
dos. Sin embargo, los integrantes de estos grupos no entienden estas desme-
suras como violación de sus derechos, sino como reacciones “naturales” ante
sus prácticas socialmente rechazadas. La reacción policial es justificada en el
contexto de una general desaprobación de sus acciones. La ilegitimidad de
sus acciones justifica y vuelve legítima la acción policial. En otro trabajo sobre
la policía bonaerense (Garriga, 2010) mencionábamos una cierta cantidad de
reacciones violentas que eran legitimadas por los uniformados según la con-
dición amoral del delito o del delincuente. Ahora bien, esta legitimidad se en-
treveraba con aceptaciones que parecía compartir buena parte de la sociedad.
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JOSÉ GARRIGA ZUCAL
5
Cfr. Birkbeck y Gabaldon (2002).
6
Nuestro trabajo se centra en las interacciones laborales y no en la formación
policial.
7
No deja de llamarnos la atención cómo la denominación no es más ni me-
nos que la construcción de una diferencia que oculta que los policías también
son ciudadanos y civiles.
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JOSÉ GARRIGA ZUCAL
El correctivo
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8
Los policías sostienen que estos les faltan el respeto, al mismo tiempo que
saben que muchos de ellos tienen una posición “antiyuta” (Pita, 2006).
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JOSÉ GARRIGA ZUCAL
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Desarmando al respeto
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Por otro lado, la reacción policial ante lo que para ellos es una
ofensa está superpuesta con otras posiciones sociales del ofendi-
do. El género, la clase, la edad y otras variables median en que un
insulto sea o no sea tolerado. En varias conversaciones intuimos
que la misma ofensa era interpretada como más o menos humi-
llante según el género del uniformado. Las ofensas eran para los
varones una degradación más vergonzosa, que hería no sólo el
respeto que merecen como policías sino también las nociones de
hombría que muchos de ellos mostraban continuamente en sus
charlas. Ariel, en la misma charla que relataba el enojo con el
imaginario interlocutor que lo llamaba “gato”, nos contaba que
ante un llamado de emergencia se encontró en una situación de
persecución que lo llevó a las puertas de una “peligrosa” villa
miseria del barrio de Dock Sud. Pensándose acompañado por
sus pareja de trabajo entró corriendo al barrio, haciendo algo,
según él, sumamente arriesgado. A las dos cuadras se dio vuelta y
vio que estaba solo. Volvió al patrullero corriendo, sudado, asus-
tado, y encontró a su compañero dentro del auto, según él, “có-
modamente sentado”. El compañero dijo que se había quedado
ahí para reiterar el pedido de refuerzos, pero para Ariel eran
otros los motivos: “era un cagón”. Prefirió no hablarle, porque
“si le hablaba lo tenía que matar”. Recuerda que cuando llegó a
la comisaría fue directo a hablar con el comisario y, a los gritos,
dijo que no salía más a trabajar con ese “cagón de mierda”. Las
palabras de Ariel ejemplifican la distinción entre el valiente poli-
cía que no se amedrenta ante el riesgo y su compañero que, aco-
bardado, se “acovachó” en el patrullero. Ariel tenía la necesidad
de relatar su actitud como la correcta dentro del mundo policial.
Su relato exhibía una conducta ejemplar: valentía y coraje al ser-
vicio del combate contra la delincuencia. Ahora bien, la valentía
de Ariel era una muestra de masculinidad, una señal de distin-
ción hacia sus compañeros que no tienen “huevos” como atribu-
tos masculinos. Raquel, una teniente encargada de los trámites
judiciales en la comisaría, recuerda el caso de un compañero que
en una persecución cometió tantos errores que al volver a la co-
misaría le pidió como favor al jefe de tercio volver a patrullar
con una amiga, con la que se sentía más segura. Raquel es delga-
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mayor parte de las tareas cotidianas del hacer policial– está di-
rectamente vinculado al uso de la fuerza como particularidad
distintiva. La distinción entre civiles y policías se sustenta en el
uso legal de la fuerza. Así, los abusos de la fuerza vinculados al
respeto comunican un límite con los “civiles” visibilizado en la
deferencia violada.
Ganado o perdido en interacciones con la alteridad civil, este
respeto ordena algunas de las interacciones hacia dentro del mun-
do policial. Como plantea, Bourdieu respecto de algunas de las
características del honor:
9
Por esta razón hemos evitado pensar al correctivo como muestra del honor
policial.
164
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Palabras finales
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JOSÉ GARRIGA ZUCAL
Bibliografía
168
SABERES
ENSEÑAR A TIRAR.
APRENDER A MORIR
1
Las diferencias de escalafón se hacen notorias al interior de las instituciones
escolares ya que sus miembros respetan a rajatabla los protocolos: deben sa-
ludar siempre con la venia a los de mayor jerarquía y detener su actividad para
mantenerse firmes hasta tanto el superior no haya terminado de pasar frente a
ellos y dé la orden de proseguir.
2
Según el Art. 31 de la Ley para el Personal de la Policía Federal Argentina (21.965):
“Queda prohibido el cambio de categoría de personal subalterno a superior”.
173
MARIANA LORENZ
3
Ley 20.429. Anexo I. Cap. III. Sección VII. Art. 112. La autorización para porta-
ción se restringe a: “funcionarios públicos en actividad, cuando su misión lo
justificare y en el momento de cumplirla; los pagadores y custodias de cau-
dales, en el momento de desempeñarse en función de tales; otras personas,
cuando concurran en razones que hagan imprescindible la portación”. Resulta
relevante aquí distinguir entre tenencia y portación: cualquier legítimo usua-
rio posee la tenencia, es decir, está habilitado a mantener el arma en su po-
der, transportarla descargada y separada de sus municiones y usarla con fi-
nes lícitos (caza, tiro deportivo, etcétera). Los funcionarios, además, cuentan
con la portación, que consiste en disponer, en un lugar público o de acceso
público, de un arma de fuego cargada, en condiciones de uso inmediato.
174
DE ARMAS LLEVAR
175
MARIANA LORENZ
La escuela de oficiales
4
“Los aspirantes a Cadetes tendrán estado policial cuando cumplan el perío-
do de adaptación que fije para cada incorporación la Escuela Federal de Poli-
cía, oportunidad en que les será concedida el alta efectiva”. Decreto 1.866/83.
Título I. Cap. I. Art. 4.
176
DE ARMAS LLEVAR
5
Las armas que se aprende a manejar son: las pistolas semiautomáticas de
dotación policial (Browning y Bersa Thunder), la pistola ametralladora FMK3,
la escopeta Ithaca, la pistola lanza-gas de Fabricaciones Militares y, por últi-
mo, la escopeta semiautomática Browning 2.000.
177
MARIANA LORENZ
6
Por el costo elevado que significa el mantenimiento y puesta a punto de
estos equipos y el constante desgaste que significa su uso continuo, muchas
veces estos no se encuentran operativos. La PFA cuenta con tres de estos
sistemas: uno en el Departamento Central para el reentrenamiento y uno en
cada una de las escuelas.
178
DE ARMAS LLEVAR
La escuela de suboficiales
7
“Los aspirantes a personal subalterno tendrán estado policial desde el mo-
mento de su incorporación a los Institutos de formación. Aprobados los cur-
sos obtendrán el nombramiento como Agente o Bombero.” Decreto 1.866/83.
Título I. Cap. I. Art. 5.
179
MARIANA LORENZ
El reentrenamiento
8
Las Ordenes del Día Internas (O.D.I.) son boletines oficiales mediante los
cuales la institución complementa y modifica la legislación existente según
lo considere necesario.
9
Centro de Instrucción de Tiro “Escribiente Emilio Sarno”, División Escuela Fede-
ral de Tiro, Departamento Cuerpo Policía Montada, Tiro Federal Argentino, Su-
perintendencia de Interior y Delitos Federales Complejos, Superintendencia de
Investigaciones Federales (Plan Anual de Tiro 2011: O.D.I. N° 24 del 03-02-2011).
180
DE ARMAS LLEVAR
10
Temario instrucción teórica: medidas de seguridad a tener en cuenta en el
empleo de armas de fuego, empuñamiento y encare sobre el blanco, factores
que hacen al tiro, desempeño del tirador ante eventuales fallas en el meca-
nismo del arma, cambio de cargadores, síntesis de los errores más comunes
y formas de corregirlos , posiciones de tiro a rendir, puntería del tiro poli-
cial, instantes de fuego en tiro dirigido, utilización de parapetos, desenfunde,
desplazamientos y tiro en movimiento, y nociones básicas sobre balística,
cartuchería y chalecos antibala (Plan Anual de Tiro 2011: O.D.I. N° 24 del 03-
02-2011).
11
Presentación I: tiro de precisión con mano hábil e inhábil. Presentación II:
blanco múltiple, pasaje de blancos, destrabe. Presentación III: blancos con
rehén, identificación de blancos, cambio de cargador. Presentación IV: des-
enfunde, desplazamientos con parapetos e instantes de fuego (Plan Anual de
Tiro 2011: O.D.I. N° 24 del 03-02-2011).
12
Para aquellos funcionarios que no posean un arma adicional a la provista
por la institución, esta será la única instancia en la que podrán renovar su
munición, ya que no cuentan con la Tarjeta de Control de Munición otorgada
por el Registro Nacional de Armas, entidad encargada de habilitar y fijar los
límites para su compra.
13
Reglamento General de Armas y Tiro (R.G.P.F.A. N°8). Cap. II. Art. 22: “Fina-
lizada la práctica de tiro y como máximo dentro de las 24 (veinticuatro) horas
subsiguientes, el personal arbitrará los medios para entregar el arma a la de-
pendencia u oficina encargada, a fin de que se haga la procedente limpieza,
oportunidad en que se exhibirá la libreta de tiro a sus superiores inmediatos
para el respectivo control”.
181
MARIANA LORENZ
14
La presentación con pistola ametralladora, al igual que la práctica con el
arma reglamentaria, será de diez disparos y se aprueba con un mínimo de
70% de efectividad. La condición a rendir es: posición de pie con apoyo en el
hombro, tiro semiautomático y automático. En cuanto al temario de la par-
te teórica, consta de: posiciones de tiro con arma larga, utilización de los
aparatos de puntería, seguros, cambio de cargadores, transición de armas
y control semiautomático y automático (Plan Anual de Tiro 2011: O.D.I. N° 24
del 03-02-2011).
15
La utilización de esta tecnología permitirá, según la institución, “que el
personal acentúe su adiestramiento para conseguir una mayor capacidad de
reacción y discernimiento, respondiendo así ante agresiones armadas sor-
presivas, ya que se le presentarán al tirador situaciones similares a las que
pudiera enfrentar en su trabajo cotidiano”. Aquí se evalúan tres condiciones:
la precisión (tiro a blancos de exposiciones fijas e intermitentes ubicados a
distintas distancias), el criterio ante situaciones diversas (reconocimiento de
blancos hostiles y los que no lo son) y la reacción ante una agresión arma-
da (exhibición de videos interactivos con situaciones en las cuales el policía
debe desenvolverse). Las exigencias en estas tres condiciones serán un míni-
mo de 70% de efectividad en cuanto a la precisión y un mínimo de “bueno”
en reacción y criterio (se utiliza una escala de “excelente”, “muy bueno”, “bue-
no”, “regular” y “malo”) (Plan Anual de Tiro 2011: O.D.I. N° 24 del 03-02-2011).
182
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16
Los nombres de los actores involucrados han sido modificados con el fin
de proteger sus identidades.
17
Estas son las únicas tareas que están habilitados a realizar por una cuestión
de responsabilidad civil, ya que aún no son oficialmente oficiales y agentes.
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O.D.I. N°35. 23-02-06.
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19
El Registro Nacional de Armas (RENAR) es el organismo encargado de re-
gistrar, fiscalizar y controlar toda actividad vinculada con armas de fuego,
pólvoras, explosivos y afines y otros materiales regulados, y a sus usuarios,
dentro del territorio nacional, con la sola exclusión del armamento pertene-
ciente a las Fuerzas Armadas. Asimismo, propone e implementa políticas
para el mejor cumplimiento de la legislación vigente.
20
El RENAR otorga cuatro tipos de registros como instructor de tiro: Profesor
Instructor de Tiro (ITA), Instructor de Tiro con Armas Cortas y Largas (ITB),
Certificante de Idoneidad en el Manejo de Armas de Fuego (ITC) e Instructor
de Tiro con Escopetas (ITE). Para poder obtener el registro como instructor
de tiro se debe ser poseedor de credencial de legitimo usuario de armas de
fuego y aprobar la evaluación teórico-práctica dispuesta por el organismo.
190
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192
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nuestro.
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23
Se recuerda a los “caídos en esta fecha” por ser el aniversario del atentado
contra la Superintendecia de Seguridad de la PFA. Es interesante la explica-
ción que al respecto brinda el (ex) comisario inspector Zappietro: “Mediaron
catorce días entre el asesinato del Jefe de Policía Cardoso y la colocación de
un poderoso explosivo en el comedor de la Superintendencia de Seguridad
Federal, que extinguió la vida de veintiún personas dejando sesenta y tres
heridos graves, siendo la peor herida que ostenta la Institución de aquella
época infeliz. La fecha del 2 de julio de 1976 está grabada en los corazones po-
liciales, que cada año se reúnen para depositar su ofrenda en el Monumento
a los Caídos levantado en la Avenida Figueroa Alcorta y Monroe” (Zappietro,
2010: 174).
24
Según relata la publicación institucional Mundo Policial, el 9 de octubre de
1926, por disposición del entonces jefe de la policía de la capital, Jacinto Fer-
nández, fue el primer día de la policía. Ese día dio origen a la celebración de la
Semana de la Policía Federal, que se realiza desde 1964 en ese carácter y con
esa duración. Según la publicación, la Semana de la Policía sólo tiene un sen-
tido: “reafirmar la mística de la vocación de servicio que hace de la profesión
policial raíz y sacerdocio de sacrificio llevado hasta el martirio en bien de los
demás” (“El primer día de la policía. Octubre 9 de 1926”. En: Mundo Policial,
N° 38, diciembre de 1977; el subrayado es nuestro).
196
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25
Ley N° 21.965. Art 8. Inciso d.
26
Ley N° 21.965. Título I. Cap. II. Art. 9. Inciso a.
27
Ley N° 21.965. Título II. Cap. VI. Art. 57. Allí se indica que podrán producirse
ascensos extraordinarios: “a) Por acto destacado del servicio, cuyo mérito
se acredite fehaciente y documentadamente; b) Por pérdida de las aptitudes
psíquicas y/o físicas a causa de un acto como se detalla en el inciso a); c) Por
pérdida de la vida en las mismas circunstancias precedentes (ascensos ‘post-
mortem’)” (el subrayado es nuestro).
28
O.D.I. N° 35 23-02-2006.
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palabras de Pedro: “Si vos vas por una ruta conduciendo y ves un
robo en el que están asaltando, por ejemplo, a un blindado y ya
mataron a dos policías, yo no espero a que me tiren, les disparo
los siete tiros. Y si tengo una granada, también. Ya mataron a dos
camaradas míos”.
El cinismo, la visión de que se trata de una fuerza incompren-
dida y el corporativismo son parte de este entramado de valores
que se transmite de manera informal por parte de aquellos fun-
cionarios con más experiencia a los aspirantes en el período de
formación, y que se afianzará a lo largo de la carrera institucional.
Analicemos ahora esta moral más abstracta y formal a la que
hacíamos alusión que se transmite fundamentalmente en la eta-
pa de formación y a través de manuales y legislación producidos
por la institución. En primer lugar, para la PFA, no se puede ser
guardián de las buenas costumbres ajenas si no se empieza por las
propias. Como lo explica el comisario Horacio Gonzales Figoli en
su Manual de Instrucción para el Personal Subalterno de la Policía
Federal Argentina:
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DE ARMAS LLEVAR
29
Ley Orgánica de la Policía Federal Argentina – Decreto Ley N° 333/58 – Con-
validado por la Ley 14.647 – Art. 4.
30
Reglamentación de la Ley Orgánica de la Policía Federal Argentina – Decre-
to 6.580/58 – Título IV Cap. II. Art. 133.
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Observaciones finales
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MARIANA LORENZ
Bibliografía
206
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207
LA PARADOJA DE LA SEGURIDAD
EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES:
¿PROTEGER A LAS “AMENAZAS URBANAS”
DE LOS “GARANTES” DE LA “SEGURIDAD”?
209
LAURA GLANC Y PABLO GLANC
1
Para un análisis sobre la persecución y juicio a los militares, ver Nino (1996).
2
Para un análisis sobre las reformas militares, ver McSherry (1997), Pion Ber-
lín (2001), Sain (1997, 2000).
210
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211
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3
Ver, por ejemplo, las reformas policiales de las provincias de Buenos Aires,
Córdoba, Santa Fe y Mendoza, así como también en la Ciudad de Buenos
Aires (Palmieri, 1999: 149-162).
212
DE ARMAS LLEVAR
4
Finalmente, en febrero de 2010, la Ciudad de Buenos Aires logra tener su
propia fuerza de seguridad, la Policía Metropolitana, coexistiendo territorial-
mente con la PFA, que sigue desarrollando funciones en el área. A la vez, en
algunas zonas determinadas también se cuenta con la Gendarmería Nacio-
nal, la Prefectura Nacional y las ya existentes policías privadas. Nos excede
proporcionar un análisis del rol de las diferentes fuerzas en la ciudad. Para un
análisis sobre Gendarmería y Prefectura en la Ciudad de Buenos Aires, ver:
el trabajo de Sabina Frederic “Ways of Giving. Police Interventions in Segre-
gated Urban Areas of Buenos Aires or How to Protect Without Stigmatizing?”,
presentado en el Congreso Internacional de Americanistas (ICA), Viena. Dado
que en este estudio nos centraremos en la sanción del código de 1998, nues-
tro trabajo se focalizará en el rol de la PFA.
213
LAURA GLANC Y PABLO GLANC
5
Esta posición fue señalada por la constituyente Lubertino, del partido Unión
Cívica Radical (UCR), quien expresó: “Muchas de estas garantías no hacen
otra cosa que reiterar textos de la Constitución Nacional de manera más o
menos explícita, como son aquellas que se refieren a que nadie puede ser
privado de su libertad sin orden emanada de autoridad judicial, salvo el caso
de flagrante delito, o aquellas que aluden a que deben regir los principios de
legalidad, de inviolabilidad de la defensa en juicio, del juez designado por ley
antes del hecho de la causa, etcétera, que no sólo están consagrados en la
Constitución Nacional sino también en los pactos internacionales sobre de-
rechos humanos, que hoy en día integran el texto constitucional” (Asamblea
Constituyente, Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 24-25
de septiembre de 1996: 1439).
214
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6
Ver también Chillier (1999).
215
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7
Entrecomillado propio.
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8
Dada su arbitrariedad y el uso indiscriminado por parte de las policías, en 1991
la antigua ley fue reemplazada por la Ley de Detención por Averiguación de Iden-
tidad. El punto central de esta modificación legal fue el objetivo que se otorgó
a la detención: no se trataba ya de establecer los antecedentes criminales del
sospechoso, sino de verificar la identidad de una persona, y sólo en caso de que
no portara consigo suficiente prueba y se encontrara en “actitud objetivamen-
te” sospechosa. Asimismo, se establecía que las detenciones no podían exceder
las diez horas de arresto. Para ampliar este este tema, ver Tiscornia, Eilbaum y
Lekerman (2000).
219
LAURA GLANC Y PABLO GLANC
9
La mayoría de los edictos policiales se redactó en 1932, bajo el gobierno de
Agustín P. Justo; sin embargo, no fue hasta 1944 que la PFA estuvo autoriza-
da a emitir edictos. En 1958, con la sanción de la Ley Orgánica de la Policía
Federal (Decreto-Ley 333/58), deja de contar con dicha facultad, procediendo
solamente a su aplicación. Para ampliar sobre la historia de los edictos poli-
ciales en Argentina, ver Pita (2003).
220
DE ARMAS LLEVAR
10
Nos referimos principalmente a los miembros del CELS, quienes fueron los
que más reflexionaron en relación con la sanción del Código y el problema
de la violencia policial en general. Entre ellos se ubican el abogado Chillier
(1998, 1999) y la antropóloga Sofía Tiscornia (1999, 2000, 2004, 2006, 2009),
entre otros.
11
Se aplicaban, para estos casos, las figuras de “iniciación al acto carnal”
(artículo 2, inciso H), “vestirse con ropas del sexo contrario” (artículo 2, inci-
so F) o “Proferir palabras torpes, obscenas o indecentes que corrompen las
buenas costumbres” (artículo 1, inciso B) (Página/12, 23 de octubre de 1996).
221
LAURA GLANC Y PABLO GLANC
12
Como describe el legislador por el FrePaSo, Jozami, hubo muchos legisla-
dores que no se atrevieron a votar en contra porque “era un contexto favo-
rable (para la sanción de la norma)”; sin embargo, manifestaban en privado
su oposición a la sanción de la ley. Tal fue el caso del legislador por Nueva
Dirigencia Gustavo Beliz (Jozami, 2000: 83).
13
La preocupación y consiguiente presión desde la esfera internacional pue-
de ser pensada, por un lado, a través de la visita de Amnistía Internacional
222
DE ARMAS LLEVAR
del Reino Unido a Buenos Aires, cuando señalaron: “Nos vamos con una
preocupación mayor de la que trajimos: hemos observado que la repetición
de casos de brutalidad policial y uso desproporcionado de la fuerza contra
civiles es de una gravedad inusitada [...] En la policía hay un problema de
educación, de entrenamiento, de selección de personal [...] se requiere una
decisión política muy firme y una forma persistente y sistemática de actuar
para modificar comportamientos que parecen muy arraigados en la policía
de Buenos Aires” (Página/12, 27 de abril de 1996).
Por otro lado, a través de que la Comisión Interamericana de Derechos Hu-
manos declarase “admisible” el caso de Walter David Bulacio en 1998. Para
ampliar sobre el tema, ver: Informe Anual de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, 1999, caso Nº 11.752 (Walter David Bulacio); ver también
Tiscornia (2006).
14
Legislador Eduardo Jozami, Asamblea Legislativa, Ley Nº 10, 9 marzo de
1998, p. 25.
223
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15
Legislador Jorge Argüello, Asamblea Legislativa, Ley Nº 10, 9 de marzo, p. 44.
224
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16
Una vez iniciada la reapertura democrática de 1983, el nuevo jefe de la
PFA, Antonio Di Vietri, dijo, “La Superintendencia de Seguridad Federal será
modificada y se le cambiará la estructura” (Clarín, 12 de diciembre de 1983).
225
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17
Nos excede realizar un análisis de las modificaciones a la nueva legislación.
Sin embargo, nos pareció importante mencionarlo. Para un análisis más de-
tallado de las modificaciones de 1998 y 1999, ver Pita (2003). Por las modifica-
ciones de 2004, ver Código de Convivencia Urbano, Nº 1.472, 23 de septiem-
bre de 2004. Ver también La Nación, 26 de octubre de 2004 y 2 de noviembre
de 2004. Por las modificaciones de 2011, ver La Nación, 2 de diciembre de
2011, Página/12, 7-8 de diciembre de 2011 y Clarín, 8 de diciembre de 2011.
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Conclusión
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Bibliografía
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LAURA GLANC Y PABLO GLANC
Periódicos:
Página/12
Clarín
La Nación
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APRENDER A DESEAR LO POSIBLE:
LA CONSTRUCCIÓN DE LA VOCACIÓN
Y EL ESPÍRITU DE CUERPO EN ESCUELAS
DE FORMACIÓN BÁSICA POLICIAL
241
MARIANO MELOTTO
1
El concepto bourdieano de “campo” refiere a mundos relativamente au-
tónomos producto de la progresiva diferenciación de las sociedades. Estos
campos se diferencian por lo que en ellos está en juego, por los tipos de
242
DE ARMAS LLEVAR
capital que en ellos intervienen así como también por las estrategias que
engendran para obtenerlos, por los habitus que estructuran y por los que a su
vez son estructurados. En este trabajo partimos de la idea de la existencia de
un campo del policiamiento, campo que en nuestro país se ha ido reconfigu-
rando desde la vuelta de la democracia y más precisamente desde mediados
de los años noventa, cuando la seguridad, entendida de manera acotada a la
lucha contra el delito, comenzó a ser un tema no exclusivo de policías, sino
además de un conjunto de especialistas y académicos que se abocaron tanto
a su estudio como a la gestión pública en seguridad. El surgimiento de nue-
vos capitales como títulos de técnicos o licenciados en seguridad se destaca
entre otros fenómenos que dan cuenta de dicho proceso.
243
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Confluencias
La vocación
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2
Para un detallado análisis del concepto de vocación en las fuerzas policiales
argentinas, véase Galvani (2009). También, Frederic (2008).
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3
Los nombres de los actores involucrados han sido modificados con el fin de
proteger sus identidades.
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El espíritu de cuerpo
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4
Tutor es el nombre que se le da a los instructores de campo en la PBA. Cabe
destacar que quienes dictan esta área son policías. En este trabajo usaremos
ambos términos de forma indistinta.
254
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5
Según nuestro trabajo de campo, tenemos conocimiento que se realizaron
al menos durante los años 2008 y 2009.
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Consagraciones
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6
Pedir parte implica que, cuando se dirigen a un superior, los cadetes deban
presentarse de manera ritualizada, adquiriendo la postura de firme, quitán-
dose luego la boina, y explicitando su apellido, nombre y número de legajo,
en ese orden, para recién luego solicitar permiso para hacer el pedido que
tengan que hacer al superior con el que estén interactuando.
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Estímulos y posibilidades
7
Los subescalafones comando y general son homólogos a los viejos escala-
fones de oficiales y suboficiales, respectivamente.
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MARIANO MELOTTO
Consideraciones finales
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MARIANO MELOTTO
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Bibliografía
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LA FORMACIÓN POLICIAL EN CUESTIÓN:
IMPUGNACIÓN, VALORACIÓN
Y TRANSMISIÓN DE LOS “SABER HACER”
POLICIALES1
1
Agradezco los comentarios a versiones anteriores de los integrantes del
Grupo de Estudios sobre Policías y Fuerzas de Seguridad (IDES UNQ) y a
Máximo Badaró.
271
SABINA FREDERIC
2
Usaré cursivas para las categorías nativas, es decir, los términos esgrimidos
por los agentes estudiados que son objeto de un análisis etnográfico. En tan-
to aquellos no sometidos a este tipo de análisis por su carácter más periférico
han sido destacados con comillas dobles, lo mismo que otras citas textuales.
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273
SABINA FREDERIC
274
DE ARMAS LLEVAR
3
Sobre esa posición de denuncia de ciertos enfoques sobre seguridad y poli-
cía, véase Galvani, Mouzo y Ríos (2010).
4
La Secretaría de Seguridad dependió del Ministerio del Interior hasta el
año 2007, cuando pasó a serlo del Ministerio de Justicia, Seguridad y Dere-
chos Humanos. En diciembre de 2010, el nuevo Ministerio de Seguridad de
la Nación se localizó en el edificio que ocupaba dicha Secretaria. Si bien la
estructura orgánica cambió radicalmente, el área de educación de la misma
continuó con muchas de sus líneas de trabajo y capitalizó la tarea previa.
275
SABINA FREDERIC
5
Para una descripción de las funciones y actividades del Programa Nacional
de Capacitación, Apoyo a la Formación y Actualización Profesional de Cuer-
pos Policiales y Fuerzas de Seguridad (PRONACAP) creado en 2005, véase
Alonso y Garrote (2009). Allí se relata el proceso que se inicia en 2007 y cul-
mina en 2008 con la aprobación por el Consejo de Seguridad Interior de dos
documentos conteniendo los “marcos de referencia federales para orientar la
formación profesional básica”.
276
DE ARMAS LLEVAR
277
SABINA FREDERIC
6
Para un análisis de las condiciones y consecuencias de este proceso, véase
Ugolini (2010). La autora explora en particular las tensiones entre lo que de-
nomina concepciones modernizantes y tradicionales de la formación policial.
278
DE ARMAS LLEVAR
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SABINA FREDERIC
7
El término “intervención” fue acuñado por los policías durante el período
en cuestión y aplicado luego del cambio de gobierno. Para una ampliación
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SABINA FREDERIC
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DE ARMAS LLEVAR
9
Las prácticas profesionalizantes o pasantías comenzaban en la Escuela de
Cadetes en el segundo cuatrimestre del segundo año y se extendían hasta el
egreso. La frecuencia era de entre dos y tres veces por semana.
10
En 2011, como coordinadora de la asistencia técnica al Ministerio de Segu-
ridad de la Nación por parte de la Universidad Nacional de Quilmes, realicé
trabajo de campo en la Escuela de Cadetes, la Escuela de Agentes, una co-
misaría de la región sur de la ciudad de Buenos Aires y el curso básico del
GEOF de la Policía Federal Argentina. El equipo estuvo integrado por Mariana
Galvani, Tomás Bover, Sabrina Calandrón, Iván Galvani, Mariano Melotto y
Agustina Ugolini. Durante los años 2006, 2007, 2008 y 2011 desarrollé por
períodos de entre uno y tres meses trabajo de campo en dependencias de la
Policía de la Provincia de Buenos Aires.
11
La edición estuvo a cargo del Grupo de Capacitación y Cooperación Poli-
cial del Mercosur, integrado por Javier Alonso de la Secretaría de Seguridad
de Argentina, Disney Rosetti de la Academia Nacional de Policía de Brasil,
Miguel Vargas Novalon de la Policía de Investigaciones de Chile, Gloria Arza-
mendia del Ministerio del Interior de Paraguay y Johnny Diego de la Escuela
Nacional de Policía de Uruguay.
289
SABINA FREDERIC
290
DE ARMAS LLEVAR
12
Para un análisis del modo en que se aprenden las técnicas corporales, véa-
se la investigación de Iván Galvani (2010) sobre la escuela del Servicio Peni-
tenciario de la provincia de Buenos Aires.
291
SABINA FREDERIC
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DE ARMAS LLEVAR
13
La experiencia docente en ámbitos universitarios también indica que estos
aspectos son fundamentales, si bien existe menos supervisión pedagógica
y estatal.
293
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SABINA FREDERIC
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DE ARMAS LLEVAR
14
Para un análisis de formación básica de policías y militares en términos de
ritual de iniciación, véase Sirimarco (2009) y Badaró (2009), respectivamente.
299
SABINA FREDERIC
Bibliografía
300
DE ARMAS LLEVAR
301
CRITERIOS
PREVISIÓN, ANTICIPACIÓN Y VIVEZA.
A PROPÓSITO DE LA RELACIÓN ENTRE
PRÁCTICAS POLICIALES Y ÁMBITO JUDICIAL
EN ROSARIO
1
Aclaración: a lo largo del escrito usaremos el término “agente policial” para
señalar la dimensión individual de los funcionarios policiales. En este sen-
tido, nos apoyamos en la noción de agente de Bourdieu (1995). Realizamos
la pertinente aclaración ya que puede prestarse a confusión con uno de los
grados jerárquicos de la fuerza policial.
305
MARÍA LAURA BIANCIOTTO
2
En nuestra investigación doctoral (Bianciotto, 2012) hemos reconstruido,
asimismo, la relación que los agentes policiales mantienen con vecinos y
ciudadanos, comerciantes, medios de comunicación, entre otros.
306
DE ARMAS LLEVAR
3
La numeración de las dependencias policiales es ficticia a fin de preservar el
anonimato de los agentes con quienes hemos entablado relación.
307
MARÍA LAURA BIANCIOTTO
modo en que “se hacen las cosas” y cuáles son las responsabili-
dades que a cada ámbito le corresponden. Para los agentes poli-
ciales, la relación con jueces es particularmente más estrecha en
“la instrucción de sumarios”, por lo que son generalmente “los
sumariantes”4 quienes mantienen comunicación con los juzgados
y los más familiarizados con la terminología judicial.
Si bien, una vez que se conoce el circuito de oficinas y depen-
dencias para solicitar los peritajes e informes, la elaboración de
“los sumarios” suele ser una actividad bastante estandarizada y
modelada,5 son siempre “los detalles” los que deben tenerse en
consideración a la hora de entablar conversación, y muy especial-
mente saber qué juez es el que está a cargo, ya que contemplar
el criterio del juzgado es muy importante al momento de presen-
tar las actuaciones; “hay cosas, ponele, que la comisaría no las
consulta con el juzgado porque ya el juzgado las da por hecho
y la comisaría sabe lo que tiene que hacer de acuerdo al criterio
de cada juez”, nos comentaba uno de los oficiales a cargo de los
sumarios.
En este intercambio se lleva adelante una de las acciones más
rutinarias e institucionalizadas entre policía y poder judicial: la
consulta al juzgado. Generalmente de forma telefónica, el agente
policial informa las novedades a los juzgados correspondientes y
se interioriza de los pasos a seguir estipulados por el funcionario
4
Usualmente se utiliza el término “sumariante”, aunque el formalmente es-
tablecido sea el de “secretario de actuaciones”. Esta “apropiación” también
nos indica la fuerte impronta que el ámbito tribunalicio/judicial tiene en el
ámbito policial.
5
En las visitas que realizamos a los espacios de comisarías, pudimos ob-
servar que los sumariantes poseen un formato estándar o modelo de toma
de denuncia al cual van modificando los datos específicos –fecha, nombres,
direcciones– y las declaraciones pertinentes. Asimismo, las dependencias y
oficinas a las que se acude son generalmente las mismas: balística, medicina
legal, oficina 10 (para solicitar la planilla prontuarial), entre otras. De allí que
hablamos de una tarea policial que en sus rasgos generales se encuentra
estandarizada o modelada.
308
DE ARMAS LLEVAR
309
MARÍA LAURA BIANCIOTTO
al juez que acá vino tal persona y denunció tal cosa o lla-
maron y pasó tal cosa. Pero eso también lleva implícito que,
cuando hay un hecho de trascendencia, vos no podes esperar
veinticuatro horas para avisarle a un juez [...] Tenés que aga-
rrar el teléfono, llamar al juez y avisarle en el momento “se-
ñor...”, o al secretario, “pasó esto, esto y lo otro, tengo este
detenido y demás...”, “bueno, con el detenido haga esto”.
Todas las otras directivas las dan ellos, no manejamos noso-
tros eso, pero... hay que comunicarse de inmediato.
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MARÍA LAURA BIANCIOTTO
6
El artículo femenino alude a que usualmente el personal que cubre esta fun-
ción en las comisarías es del sexo femenino, indistintamente de si pertenece
al escalafón de oficial o suboficial.
7
La expresión nativa alude al instrumento del que se vale el poder judicial
para hacer efectivas sus decisiones. Así, las órdenes de captura, allanamiento
o desalojo son ejemplos de hechos en que el poder judicial utiliza “la fuerza
pública” –en este caso, la policía– para que ejecute sus órdenes. En un senti-
do más general, alude al poder de imperio.
314
DE ARMAS LLEVAR
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MARÍA LAURA BIANCIOTTO
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8
A diferencia del escalafón de oficiales, que cuenta con el Círculo de Oficiales
contemplado en la normativa de la institución.
317
MARÍA LAURA BIANCIOTTO
9
Concretamente, la Escuela de Cadetes de Policía, luego reformada en el
Instituto de Seguridad Pública.
318
DE ARMAS LLEVAR
10
Empresa Provincial de la Energía.
319
MARÍA LAURA BIANCIOTTO
Así, para este juez federal, que reconoce las dificultades que
muchas veces se presentan durante las investigaciones, el punto
320
DE ARMAS LLEVAR
Reflexiones finales
321
MARÍA LAURA BIANCIOTTO
11
En el trabajo previamente citado de Renoldi (2010), la autora también enfa-
tiza cómo el conocimiento “en movimiento” de un juzgado federal, es decir,
sus rutinas, el personal que lo conforma, las anécdotas que se relatan, los pa-
peles que circulan, etcétera, permite advertir que la distinción tan firmemente
defendida de los poderes del Estado se configura más bien como flujos de
información y redes de relación (sobre todo, de relaciones entre las perso-
nas) antes que en fronteras fijas y definidas.
322
DE ARMAS LLEVAR
12
Sin la necesidad realizar un análisis comparativo exhaustivo, podemos re-
conocer “lugares comunes” dentro de las administraciones estatales que tie-
nen que ver con las presiones de jefes y superiores, los estilos individuales,
las posibles sanciones, entre otros.
323
MARÍA LAURA BIANCIOTTO
324
DE ARMAS LLEVAR
Bibliografía
325
UNA CUESTIÓN DE CRITERIO:
SOBRE LOS SABERES POLICIALES
327
TOMÁS BOVER
328
DE ARMAS LLEVAR
1
El trabajo de campo se realizó en el marco del convenio de asistencia téc-
nica entre el Ministerio de Seguridad de la Nación y la Universidad Nacional
de Quilmes, coordinado por Sabina Frederic e integrado por los siguientes
investigadores: Mariana Galvani, Tomás Bover, Sabrina Calandrón, Iván Gal-
vani, Mariano Melotto y Agustina Ugolini.
2
Las cursivas se utilizan para utilizar términos de la jerga institucional.
3
En esta comisaría existe un espacio que no pudimos visitar, donde el perso-
nal puede descansar cuando el tiempo entre servicios no es suficiente para
volver a sus hogares.
4
Los nombres son ficticios.
329
TOMÁS BOVER
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DE ARMAS LLEVAR
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TOMÁS BOVER
5
En la jerga jurídico-policial se denomina “hecho” a la comisión de una in-
fracción y/o delito del que toma conocimiento la autoridad policial.
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TOMÁS BOVER
De civil a la marcha
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TOMÁS BOVER
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DE ARMAS LLEVAR
Transmitir el criterio
337
TOMÁS BOVER
Criterio (def):
1) El criterio permitirá valorar los factores que inciden en un
problema y proporcionar las soluciones posibles para llegar
a una resolución correcta. Se incrementa mediante el cono-
cimiento y la experiencia.
2) Para desarrollar el criterio el jefe deberá:
a) Practicar asiduamente apreciaciones de situación.
b) Evitar resoluciones irreflexivas y opiniones infundadas.
c) Preguntarse siempre ¿por qué? y ¿para qué?
d) Ver las cosas tal cual son y no como uno desea que fuesen.
e) Desconfiar de las fórmulas hechas porque cada caso habrá
que estudiarlo y resolverlo en su particular circunstancia.
f) Conocer al instante las nuevas posibilidades.
g) Considerar insuficientes la audacia y la buena suerte. Con
338
DE ARMAS LLEVAR
339
TOMÁS BOVER
6
Se refieren a la tendencia a sancionar al personal subalterno que les enseñó
parte de lo que saben y muestra el lugar del disciplinamiento a través de la
sanción del personal a su cargo como facultad de los oficiales.
340
DE ARMAS LLEVAR
Más allá del malestar expresado por los policías, esa sanción
se tornó significativa para mostrar cómo, frente a una misma
situación, el criterio de los jefes puede diferir; y, en última instan-
cia, sólo uno de ellos resuelve la medida a tomar y puede no ser
el de mayor jerarquía formal:
7
Se denomina pasar revista a revisar el uniforme y la presencia del personal
a cargo, observando que respondan a las pautas establecidas sobre cómo y
en qué condiciones llevar el uniforme y los efectos personales.
341
TOMÁS BOVER
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343
TOMÁS BOVER
8
El caso del asesinato de María Marta García Belsunce en su casa ubicada
en un barrio cerrado al norte de la capital cobró resonancia a partir de las
dudas generadas por la reacción de la familia y el personal de servicio, quie-
nes modificaron la escena del crimen y gestionaron por diversos medios un
certificado de defunción falso, donde alteraron la causa de muerte e hicieron
pasar por un accidente doméstico el asesinato, siendo por esto condenados
algunos de sus familiares directos.
344
DE ARMAS LLEVAR
Swing
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TOMÁS BOVER
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DE ARMAS LLEVAR
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TOMÁS BOVER
Repertorio común
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DE ARMAS LLEVAR
Swing y criterio
9
Ámbitos de actualización doctrinaria y capacitación de las comisarías.
349
TOMÁS BOVER
Consideraciones finales
350
DE ARMAS LLEVAR
351
TOMÁS BOVER
Bibliografía
352
POLICÍA, TERRITORIO Y DISCRECIONALIDAD:
UNA ETNOGRAFÍA SOBRE LA ESPACIALIDAD
EN LAS PRÁCTICAS POLICIALES
EN LA CIUDAD DE ROSARIO
El campo
355
NICOLÁS BARRERA
1
Pequeñas dependencias administrativas subordinadas a la comisaría que
corresponda en su jurisdicción.
356
DE ARMAS LLEVAR
2
En dicha investigación, realizada con el financiamiento provisto por la ob-
tención de las becas doctorales tipos I y II que otorga el Conicet, nos propu-
simos analizar la forma que asumen las prácticas policiales violentas acon-
tecidas en la ciudad de Rosario, y el modo en que en el espacio policial se
construyen representaciones y significados relativos al uso de la fuerza y al
rol social de la policía, en tanto elementos articuladores de un esquema de
percepción y valoración constitutivo de alteridades.
357
NICOLÁS BARRERA
3
Sofía Tiscornia (2004) analiza esta situación a partir de concebir la existencia
de un centro opaco a la mirada que organiza y legitima el poder de policía. En
el mismo sentido, Sozzo, González y Montero (2010) indican cómo el escaso
desarrollo de este tipo de investigaciones tiene que ver con los altos niveles
de opacidad de las instituciones policiales argentinas, lo que se traduce en
una serie de obstáculos prácticos para la realización del trabajo de campo.
358
DE ARMAS LLEVAR
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NICOLÁS BARRERA
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DE ARMAS LLEVAR
4
Todos los nombres han sido modificados para respetar el anonimato.
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NICOLÁS BARRERA
5
Las referencias institucionales precisas han sido suprimidas para garantizar
el anonimato.
362
DE ARMAS LLEVAR
6
Angostas vías de tránsito en el interior de este tipo de urbanizaciones.
7
Personal de comisaría abocado a la instrucción de sumarios, etapa adminis-
trativa previa a la investigación judicial.
363
NICOLÁS BARRERA
8
Además de diferenciar entre “espacio físico” y “espacio social”, Bourdieu
(1999) entiende por “lugar” al espacio físico en que un agente o cosa están
situados.
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NICOLÁS BARRERA
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DE ARMAS LLEVAR
9
Se refiere a las viviendas sociales construidas mediante el Fondo Nacional
de la Vivienda. En la ciudad de Rosario tuvieron un desarrollo significativo en
casi todos los barrios periféricos entre las décadas de 1970 y 1980.
10
Delincuentes comunes.
367
NICOLÁS BARRERA
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DE ARMAS LLEVAR
11
Un policía con diez años de trayectoria en el Comando afirmaba: “son zo-
nas totalmente distintas, lo que es, la, la, la, digamos, en una, una zona es
mayormente mucha cantidad de robo, en otra no tanto, y en otras ya tienen
otro tipo de modalidades [...] Digamos, en el centro es, más que nada, es el
carterista, los mecheras, las mecheras, digamos, pero, en otras zonas ya hay,
eh, este, robos ya por parte de, con, con tipos de, con otros tipos de armas,
depende de las circunstancias. Por eso no todas las zonas se trabajan de la
misma manera. Hay zonas que se trabajan con suma precaución y hay otras
zonas que no, ya con un poquito más de, más abierto...”.
369
NICOLÁS BARRERA
12
Personal abocado a la recepción, tránsito y archivo de todos los documen-
tos que ingresan y egresan de la comisaría.
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NICOLÁS BARRERA
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NICOLÁS BARRERA
Apuntes finales
374
DE ARMAS LLEVAR
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NICOLÁS BARRERA
Bibliografía
376
DE ARMAS LLEVAR
Fuentes
377
REUNIENDO CÓMPLICES: SOCIABILIDAD
COTIDIANA Y LAZOS DE COMPLICIDAD
ENTRE POLICÍAS
379
AGUSTINA UGOLINI
1
Utilizaré cursiva para referirme a términos empleados por los actores.
380
DE ARMAS LLEVAR
381
AGUSTINA UGOLINI
2
Fátima y La Gloria son nombres ficticios de una localidad y un barrio en un
municipio del Gran Buenos Aires, perteneciente al primer cordón del conur-
bano. Los nombres de personas también son ficciones.
382
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3
Ley 13.482, de unificación de las normas de organización de las policías de
la provincia de Buenos Aires. El subrayado es nuestro.
383
AGUSTINA UGOLINI
4
Un trabajo de Álvarez y Guglielmucci (2006) sobre ciertos actos ritualizados
de solidaridad y comensalidad, vistos como usados para construir o mante-
ner redes de complicidad e impunidad en torno a una masacre ocurrida en la
provincia de Chaco en la última dictadura militar en Argentina, fue útil para
desarrollar este texto por su proximidad al tema.
384
DE ARMAS LLEVAR
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AGUSTINA UGOLINI
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DE ARMAS LLEVAR
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AGUSTINA UGOLINI
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DE ARMAS LLEVAR
5
Registro de campo, 1° de septiembre de 2009.
389
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390
DE ARMAS LLEVAR
391
AGUSTINA UGOLINI
Estos eran los problemas que veía Daniel, más preocupado por
su carrera política en la policía, que creía que los negocios de
Luis podrían afectar su gestión al frente de la comisaría, y por
ello le había pedido que evitara involucrarlos a “los asuntos de
la comisaría”.
En los encuentros que tenían, se ponían sobre la mesa re-
glas, formas válidas en que era practicada la relación de esos
poderes en disputa, se reunían cómplices para el ocultamiento
de las actividades non sanctas en que cada uno estuviese invo-
lucrado. Daniel quería mostrarle a Luis que aceptaba que fuera
él quien ganara la puja sobre la recaudación ilegal en la calle,
para así evitar conflictos mayores que pudiesen poner en riesgo
su continuidad como titular de la comisaría. Esto formaba parte
de un ritual bidireccional de construcción de lazos de complici-
dad que podemos llamar “de precaución”, en que la desconfian-
za entre ambos y la disputa de poder interna que sostenían era
imposible de disimularse: cualquier hecho era mirado con lupa
para ver quién ganaba y quién perdía. Las reuniones, las cenas y
almuerzos compartidos eran el marco que daba oportunidades
para conocerse mejor, para hablar abiertamente de lo que pensa-
ran, para plantear problemas sobre la organización y dinámica
del trabajo, para compartir información sobre ilegalidades, para
mostrarse mutuamente “que en policía se sabe todo y que cuan-
to más se sabe más poder se tiene”, y reunir así cómplices que
a partir de entonces fueran corresponsables por las ilegalidades
cometidas/conocidas.
392
DE ARMAS LLEVAR
6
Para un análisis sobre la relación entre la estructura del sistema penal brasi-
lero y las actividades criminales de la Policía Civil de Rio de Janeiro, ver Kant
de Lima (1995).
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DE ARMAS LLEVAR
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DE ARMAS LLEVAR
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INTRODUCCIÓN
398
DE ARMAS LLEVAR
399
AGUSTINA UGOLINI
7
Hallamos una coincidencia en el uso del término recluta que hacían estos
policías y el que identificó Renoldi (2007) entre los gendarmes en la Triple
Frontera. Refiriéndose a la tarea de escribir un acta de procedimientos, la
autora señala que era la experiencia como saber diferencial que sólo poseen
quienes tienen más antigüedad lo que definía el criterio de quién confeccio-
naba un acta. Las más importantes las confeccionaban los jefes, las menores,
los principiantes o reclutas. En ese sentido, el término es usado para referirse
a los ingresantes a la fuerza, que tienen poca experiencia, y esto deriva en
poder usarlo como ofensa para quienes, teniendo experiencia, no son efi-
cientes en su trabajo.
400
DE ARMAS LLEVAR
401
AGUSTINA UGOLINI
402
DE ARMAS LLEVAR
Algunas conclusiones
403
AGUSTINA UGOLINI
404
DE ARMAS LLEVAR
405
AGUSTINA UGOLINI
Bibliografía
406
REFERENCIAS BIOGRÁFICAS
DE LOS/AS AUTORES/AS
Nicolás Barrera
Licenciado en Antropología por la Universidad Nacional de Ro-
sario (UNR), y estudiante de doctorado de la misma universidad.
Fue becario del Conicet. Es docente de la carrera de Antropo-
logía (UNR). Miembro del Grupo de Estudios sobre Policías y
Fuerzas de Seguridad (CAS/IDES-UNQ). Integrante del proyecto
PID UNR “Prácticas punitivas y derechos: procesos y dinámi-
cas de las agencias del sistema penal en Rosario en relación a
las construcciones de ciudadanía”. Ha publicado artículos sobre
prácticas policiales en la ciudad de Rosario.
Tomás Bover
Licenciado en Antropología por la Universidad Nacional de La
Plata. Doctorando en Antropología Social (IDAES-UNSAM).
Becario de Investigación de la UNLP. Miembro del Grupo de
Estudios en Policías y Fuerzas de Seguridad (CAS/IDES-UNQ) y
del Grupo de Estudio en Juventudes (FTS-UNLP).
409
REFERENCIAS BIOGRÁFICAS DE LOS AUTORES/AS
Sabrina Calandrón
Licenciada en Sociología por la Universidad Nacional de La Plata y
doctoranda en Antropología Social por la Universidad Nacional de
San Martín. Docente de la UNLP y becaria doctoral del Conicet y
la Universidad Nacional de Quilmes. Miembro del Grupo de Estu-
dio de Policías y Fuerzas de Seguridad (CAS/IDES-UNQ). Trabaja
configuraciones profesionales y moralidades de género en la policía.
Sabina Frederic
Doctora en Antropología Social por la Universidad de Utrecht,
Holanda. Docente de la Universidad Nacional de Quilmes. Investi-
gadora del Conicet. Fue subsecretaria de Formación del Ministerio
de Defensa (2009-2011) y es coordinadora del Grupo de Estudio
de Policías y Fuerzas de Seguridad (CAS/IDES-UNQ). Ha investi-
gado sobre moralidades y profesionalización en políticos, militares
y policías.
Iván Galvani
Licenciado en Sociología por la Universidad Nacional de La Plata
y magister en Antropología Social por el IDES-Universidad Na-
cional de San Martín. Doctorando en Antropología Social de la
UNSAM. Docente en la carrera de Sociología de la UNLP y parti-
cipante en proyectos de investigación radicados en esa universidad.
Desde el año 2005 investiga temas relacionados con el servicio pe-
nitenciario.
Mariana Galvani
Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Ai-
res. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Investigadora del
Instituto de Investigaciones Gino Germani y docente de la UBA.
Integra el Grupo de Estudio de Policías y Fuerzas de Seguridad
(CAS/IDES-UNA) y dirige el proyecto UBACYT “Disputas, ten-
siones y articulaciones en torno al gobierno de la (in)seguridad
y las fuerzas de seguridad en Argentina 2007-2011”. Entre sus
410
DE ARMAS LLEVAR
Laura Glanc
Antropóloga por la Universidad de Buenos Aires. Magíster y doc-
tora en Ideología y Análisis del Discurso por la Universidad de
Essex. Entre 2005 y 2010 se desempeñó como docente en la Uni-
verisdad de Essex donde, entre 2012 y 2013, fue Investigadora
Visitante. Actualmente está a cargo de la materia “Dinámica de
grupos y liderazgo” en la Universidad de Lomas de Zamora. Entre
sus publicaciones se encuentran “Jacobo Timerman”, “Memoria
Activa y demandas de justicia en Argentina” y “Vallados”.
Pablo Glanc
Abogado, diploma de honor, por la Universidad de Buenos Aires.
Magíster en Sistemas Penales Comparados y Problemas Sociales
por la Universidad de Barcelona y la Universidad Nacional de
Mar del Plata. Actualmente se desempeña como Secretario de la
Defensoría General de la Nación. Es docente de filosofía del dere-
cho y de derechos humanos en el Consejo de la Magistratura de
la provincia de Buenos Aires, en la UBA, UNLP y UCES, e inves-
tigador becario del Centro Cultural de la Cooperación. Entre sus
últimas publicaciones se cuenta “Las ‘nuevas’ respuestas punitivas
de América del Sur y el derecho penal en el Nacionalsocialismo
alemán: el caso de la República Argentina” y “El derecho a huelga
en la Constitución Nacional y el lock- out”.
Mariana Lorenz
Licenciada en Sociología por la Universidad de Buenos Aires.
Maestranda en Sociología de la Cultura y el Análisis Cultural
(IDES-UNAM). Doctoranda en Ciencias Sociales (UBA) y becaria
del Conicet por la Universidad Nacional de Quilmes. Participa en
diversos grupos de investigación sobre fuerzas de seguridad y el
control social. Colabora en la revista Delito y Sociedad. Es docen-
411
REFERENCIAS BIOGRÁFICAS DE LOS AUTORES/AS
Brígida Renoldi
Doctora en Antropología por la Universidad Federal de Rio de
Janeiro (UFRJ). Investigadora del Conicet en la Universidad Na-
cional de Misiones. Investigadora asociada al Núcleo de Estu-
dios en Conflicto, Ciudadanía y Violencia Urbana de la UFRJ.
Integra el Grupo de Estudios sobre Policías y Fuerzas de Seguri-
dad en el Centro de Antropología Social del IDES-UNQ. Autora
de Narcotráfico y justicia en Argentina.
Agustina Ugolini
Licenciada en Sociología por la Universidad Nacional de La Pla-
ta. Magister en Antropología Social. Doctoranda en Antropolo-
gía social de la UNSAM. Becaria del Conicet y la Universidad
Nacional de Quilmes. Trabaja sobre moral y la relación entre lo
legal, lo ilegal y lo legítimo en la actividad policial en la provin-
cia de Buenos Aires.
412
Este libro se terminó de imprimir
en el mes de marzo de 2014,
en la ciudad de La Plata,
Buenos Aires, Argentina