Antropología
Antropología
Antropología
Algunos autores como Ladaria y Ruiz de la Peña van a continuar, con esta
perspectiva de diferencia, aun, la radical unidad de la creación-salvación, teniendo a Cristo
como elemento de inteligibilidad del hombre. Estos autores seguirán separando el ‘hombre
creado’ y el ‘hombre salvado’ por Cristo. Hay otros autores como el italiano Serentha, que
señala que el punto de partida y el principio fundamental que ha de adoptar la antropología
teológica es no tanto el orden cronológico, como el orden lógico de la historia de la
salvación: El hombre creado en Cristo y salvado en Cristo. El hombre predestinado en
Cristo. Defiende Serentha que la antropología debe empezar con el estudio del hombre
creado en Cristo, que goza de la inhabitación del Espíritu, en Cristo, para abordar
posteriormente el hombre en la historia, el hombre pecador, que coactúa con la gracia en la
historia y finalmente el hombre plenificado escatológicamente. Lo mismo encontramos en
otro gran teólogo de los años 80, Colzani, “Antropología Teológica: El hombre paradoja y
misterio” sigue una orientación similar a la que encontramos en Serentha y nos ofrece un
proyecto cristiano, donde está todo lo referido a la predestinación en Cristo, el estado
original del hombre en gracia, la libertad de la persona en tanto, participación de la vida en
Cristo, la participación escatológica en la vida de Cristo. Y la parte ultima de su obra -
Colzani- nos muestra este proyecto confrontado con la historia, el hombre pecador, las
virtudes teologales del hombre en la historia.
Esta constitución pastoral nos ofrece una nueva perspectiva. En los primeros
capítulos el CVII nos ofrece una perspectiva fenomenológica del hombre,. el hombre
operando en el mundo, trabajador, también un discurso antropológico, el hombre ser-en
eljmrndo, ser-en la historia y la perspectiva antropológica. En GS 12 el concilio nos
presenta al hombre creado a imagen y semejanza de Dios, el hombre capaz de conocer y
amát-aLCreador y desde ahí capaz de amamal Creador y ser en relación, ser social. Nos
encontramos con la perspectiva genuinamente teológica y novedosa en GS 22:
\
Cuando dice “El Hijo con su Encarnación se ha unido en cierto modo, con todo
hombreT el concilio está diciendo que 1) Asume la humanidad entera, 2) lo que ocurre a
Cristo en cuanto cabeza de la nueva humanidad alcanza a todos. 3) Hay un importante
matiz existencial que el concilio quiere subrayar acerca de la unión de Cristo con todo
hombre. Cristo se ha unido “quad modum” en cierto modo a cada hombre, no es una
abstracción.
“La vocación ultima del hombre es una sola, la divina”. Por tanto, para la
perspectiva conciliar la vocación sobrenatural del hombre es afirmada como la vocación-
destino último unitario. El hombre no es llamado a ser libre, ser social, vivir en el mundo
1 Cf. Tertuliano, De Camis resurr. 6: «Cualquier forma que se daba al barro, se pensaba en Cristo, el
hombre futuro».
y que después le venga la llamada a vivir la vida de la Iglesia, sino que la llamada
primordial es la llamada divina, la vocación divina, que en los Padre se llama
‘divinización^ésta es la vocación ultima del hombre.
Kart Barth_
Expone Barth que todas las aproximaciones desde la antropología, religiones etc...
no son sino destellos, luces, pero únicamente desde la palabra revelada en Cristo
encontramos la fuente de conocimiento cierto, sólido. Por tanto, Ia_airtnipnJtogía_para_.
Barth se funda únicamente enJíl cristología, porque es en Cristo donde encontramos la
realización de la esencia humana. Karl Barth toma expresamente la cita de Jn 19, 5 “Ecce
Homo”, Pilato refiriéndose a Jesús. Solo en Cristo encontramos quién y qué es el hombre.
Por tanto, cualquier otra visión de orden naturalista o de orden ético nos ofrecerá visiones
/íníronoío9'ía T^oló^ica H'
cerradas sobre el hombre. Porque nos hablará de una naturaleza abstracta o de una ética
fundada sobre el propio hombre. Cristo es el juicio sobre el hombre. Cristo es la esencia
humana sin pecado, Cristo es aquel en quien Dios encuentra lo que no encuentra en
nosotros. Cristo, ¿s la esencia humana plenamente realizada, por tanto, la naturaleza
humana se funda en la gracia .La esencia humana -dice Barth- es lo que^Dios.ha.hecho
en Cristo, en Cristo se revela lo que no somos nosotros, por eso es juicio, por eso nos
pone en crisis y al mismo tiempo nos revela lo que estamos llamados a ser.
Esta unidad del ser y el actuar del ser en Dios, será el punto de partida de Balthasar
para su antropología, el punto base es esta idea teológica de Karl Barth. Por eso Barth
rechaza toda antropología que se funda en el hombre como “hombre sombra”, ni siquiera el
existencialísmo, toda teología de querer fundarse en las situaciones límites que nos abren a
la trascendencia. Reseño el aserto de K. Barth “toda visión naturalista, ética, ni siquiera una
antropología del signo existencialista” (abierta a la trascendencia, cercana a la visión
cristiana) son antropologías que no nos hacen ir más allá del hombre en sí mismo. Una
antropología del hombre, de su trascendencia, solo puede fundarse en Cristo. Para K. Barth
no hay propiamente una esencia humana, esto es Platonismo ‘proyección ideal’, ya que la
verdadera esencia del hombre es su historia con Dios y con la humanidad.
Por tanto, de una autocomprensión autónoma, reclama que el hombre pase a una
antocomprensión teónomá. El hombre no se puede convertir en regla -en nomos- para
sí mismo. De ahí que el hombre real para Barth es el que existe unido a Dios, al igual
que Cristo, pero diferente porque Cristo es Dios. Hay una determinación ontológica de
la Encarnación, sobre la realidad del hombre.
Karl Barth pone acento en Cristo salvador, Dios que redime el pecado, ahora el
hombre no es capaz ontológicamente, de pecado.
- Observaciones críticas.
Tanta consistencia tiene el ser creatural del hombre, que existe la posibilidad
ontológica -de ahí brota el pecado original- de negarse al plan de Dios. Decía
Nietzsche que «el hombre es el único capaz de decir ‘no ’». Nosotros sostenemos desde
la teología católica que el hombre es el único capaz de decir no a Dios. Por tanto, el
2
hombre no es un epifenómeno de Cristo, tal y como ofrece el planteamiento Barthiano.
La imposibilidad ontológica de pecado es la afirmación más radical de la
redención de Cristo, pero esto nos conduce a la idea teológica de la apocatástasis. La
apocatástasis significa que la escatología se impone a los destinos de la historia
humana. No habría posibilidad de la condenación, la apocatástasis significaría que no
existe el infierno. Nosotros desde la teología católica afirmamos la posibilidad del
infierno, de la condenación, afirmamos que la posibilidad humana agraciada por la
redención de Cristo puede abrirse al plan de la salvación, pero conserva consistencia
creatural para rechazarla. Por tanto, en esto nos acercamos más a Nietzsche que a Barth,
porque con ello estamos afirmando el espesor de la libertad humana. El hombre no
queda reducido a una marioneta soteriológica, sino que su libertad conserva la
capacidad de decir ‘no’ a Dios. Como lo hizo en el pecado original y como lo puede
hacer el hombre. Esta afirmación no disminuye la afirmación Cristológica, sino que la
profundiza en el destino del cual finalmente es dueño cada hombre.
Epifenómeno dícese de algo que no tiene fenómeno, consistencia en sí mismo, sino que es
apariencia, como un disfraz.
Nosotros desde la teología católica decimos que la cristología no vacía la
protología -creación- sino que profundiza y refuerza su consistencia. La gracia desde la
que es creado el hombre y desde la que es redimido el hombre, integra, deja espacio a la
autonomía y la consistencia creatural del hombre.
Nosotros diremos que el pecado es una contradicción del ser del hombre desde
Cristo, pero nunca diremos que el pecado es una imposibilidad ortológica.
- Kart Rahner
2) “La historia común de las libertades”. Cristo es el salvador ¿de quién? ¿de
qué? ¿para qué? ¿para quién? Todos estamos implicados unos en otros, la libertad del
hombre no se puede llevar a cabo desde la más burda individualidad. Desde esta historia
común de las libertades -argumentada por Rahner- llega a la idea de salvador absoluto. Lo
que ha acontecido en el Cristo de la unión hipostática tiene una significación universal para
todo-hombre. La personalidad histórica de Jesús, condicionado y limitadó por ef espacio-
tiempo en que se desarrolla, ha sido la expresión y la realización de la
autocomunÍ£acióii-ab.so-lu.ta_de_DLos para el hombre, esto es lo que le confiere su
' " 4
carácter de irrevocabilidad, de culmen de la comunicación de Dios . Habla de
irrevocabilidad porque en Cristo nos encontramos cpn la.autocomunicación de- Dios y
la repuesta de su obediencia, de la libertad; nunca nos olvidemos que la unión
hipostática es un trozo de la historia del cosmos. Nacido de una mujer, Jesús de Nazaret
ha formado parte de la historia. Dios en Cristo aprehende la materia que sustenta a Jesús
tanto en su dimensión corporal como en su dimensión pneumática. Esa unidad es en la
que se va a manifestar Dios de una manera irrevocable.
- El salvador absoluto
¿Qué significado tiene esto para el hombre de nuestros días? ¿Para qué Cristo es
el salvador? Rahner recoge el dato neotestamentario clave: Cristo es la personalidad___
3 Cf. RAHNER, K. Curso fundamental sobre la fe, Herder, Barcelona, 1984. p. 219.
\lhid. p. 233.
histórica en la cual la autocomunicación de Dios alcanza el punto más elevado de su ser.
El concepto de un “salvador absoluto” designa a aquella personalidad histórica que
significa el principio de la autocomunicación^absoluta de Dios quellega asu fin5. Esto
tiene lugar en la historia común de las libertades. En Cristo Dios se autocomunica
entrando verdaderamente en la historia común de todos. La autocomunicación de Dios
en Cristo no tiene eomparaciónrni analogía con las diferentes comunicaciones de Dios
en el pasado (AT). La autocomunicación de Dios en Cristo alberga un carácter especial,
se autocomunica y Cristo acoge-acepta-respujide a esa autocomunicación. Ésta
comunicación-respuesta que tiene lugar en la personalidad histórica de Cristo supone un
acontecimiento irreversible. Porque es la autocomunicación de Dios acogida
plenamente en un hombre: Jesús.
5 Cf, RAHNER, K. Curso fundamental sobre la fe, Herder, Barcelona, 1984. p. 233.
que a nosotros alcanza es la misma, por tanto, la unión hiposiática-es-elmomento
singular, el momento cumbre, el momento único.
Sabemos por Revelación que la única gracia que recibe el hombre es Cristo. La
gracia de la unión hipostática no se diferencia de la gracia que nosotros recibimos por lo
comunicado en ella, sino por el hecho de que Qristo es la comunicación de Dios para
nosotros, de manera única, e insuperable. En la unión hipostática se encuentra la unión
de quienja^cprnunica (Dios mismo) y lo comunicado (Dios mismo). En la respuesta de
Cristo se produce la plenitud deJLa_aco.gida.
Este punto ha recibido criticas. Rahner quiere centrar esa unidad de Cristo a la
realidad del hombre. Para subrayar la unidad con la materia, disminuye-reduce el carácter
trinitario. No podemos entender la cristología sin adoptar una visión descendente, es la
trinidad la que kenóticamente se hace mundo y se hace historia. Rahner redujo la
argumentación trinitaria, no desarrollo suficientemente el carácter trinitario de la persona de
Jesús. Hasta aquí va el método ascendente de la argumentación rahneriana.
Rahner subraya que el hombre fue pensado desde siempre como aquel que
podría ser asumido por el Hijo de Dios. La humanidad glorificada en la persona de
Jesús es siempre hombre. Este aserto tiene consecuencias espirituales, antropológicas, e
incluso litúrgicas. Rahner subraya la diferencia diciendo que ningún hombre ha
alcanzado esta gracia de la unión hipostática. Por la encarnación de Cristo a nosotros
nos ha llegado toda la gracia de Dios. Habrá una plenitud escatológica, pero en el ‘ya’,
ahora recibimos la gracia.
, Dios se ha hecho hombre, por tanto, el inmutable, es el inmutable que llega a ser.
' " «El hombre fue creado como gramática de una posible manifestación de
tjlios encarnándose» postula Rahner. Como viene afirmando, Creación y Encamación
son dos realidades diferenciadas, pero intrínsecamente relacionadas. La Creación solo
se comprende en su radical realidad desde la Encamación.
Dios se autocomunica encamándose. Esto quiere decir que toda la creación y todo
hombre pueden ser expresión de Dios, tal y como afirma el Concilio Vaticano I en la De i
Filius. A partir de la Encamación brota una teología de la Creación. Dios crea para
asumir, crea en vista a hacer suya la propia criatura humana. A partir de la Encamación
surge una definición nueva de la criatura; el hombre es la “gramática” de su posible
automanifestación.
Una creación sin encarnación es posible. Lo menor puede existir siempre sin lo
mayor. Lo que no podría existir es el hombre en la creación sin la posibilidad de la
Encarnación; lo menor sin la posibilidad de lo mayor. Concluye Rahner que un Píos
que no puede encamarse, sería un Dios que no puede crear; un Dios que no es capaz de
expresarse, autocomúnicarse plenamente en lo otro, sería un Dios que tampoco puede
expresarse de manera perfecta en la creación.
Desde que Dios se ha hecho hombre en Cristo no nos cabe pesadumbre. Por ello,
desde la antropología de la Encamación, le está vedado al hombre tenerse por poco,
minusvalorarse, porque estaría teniendo por poco a Dios mismo, estaría teniendo por
poco la textura en que Dios se nos ha dado. Solo podemos encontrar a Dios en la
humanidad de Cristo. San Pablo señala en la carta a los Colosenses que en Cristo
“reside toda la plenitud de la divinidad" (Col 1,19).
- CRITICAS a Rahner
Kasper
hay una elección para el hombre en Cristo antes de los comienzos del mundo.
Hay, por tanto, una única determinación del hombre en Cristo desde siempre.
Desde el principio el hombre es imagen de Dios, pero en la, Encamación es
donde se muestra el alcance de este diseño. Esta determinación desde el inicio
no la encontramos en el NT, no nos habla de una relación protológica entre el
hombre y Cristo, sino que subraya la razón escatológica entre el hombre y
Cristo. Ahora bien, teológicamente decimos que esta determinación escatológica
responde a una determinación primera de carácter protológico.
Estamos ante una tensión de equilibro entre la determinación cristológica del
hombre en la creación y la consistencia creatural del hombre. Afirmamos la
analogía entis, el hombre es un ser libre que tiene consistencia y capacidad por
sí mismo y al mismo tiempo decimos que la finalidad última del hombre es la
partigipaciónLen la analogía libertatis y caritatis de la vida. personaLde. Cristo.—
8Cf. RUIZ DE LA PEÑA, J. L. El don de Dios. Antropología Teológica Especial, Sal Teme,
Santander 1991, p. 22.
que en Santo Tomás hay una concepción del sobrenatural diferente que la que ha sido
transmitida.
- Pedro Lombardo
Lombardo afirma que cuando el hombre peca se opone a Dios y pierde una realidad-
de la que gozaba previamente. Incurrir,en pecado conlleva perder la realidad de la gracia;
pero no por ello deja de ser hombre, el hombre continúa siendo hombre. Por lo tanto,
expresa Pedro Lombardo que es preciso hablar de la gracia em_un sentido genérico, es
preciso distinguir la gracia en sentido especifico como aquella amistad del hombre con Dios
que éste tenía en el estado de justicia original: esto último es lo que el hombre pierde tras el
"pecado. El problema del sobrenatural se explícita a partir de lo que el hombre ha perdido
tras el pecado original. Se suscita la problemática de determinar qué es lo que pertenece a la
naturaleza humana (y tras el pecado permanece) y que es lo que el hombre ha perdido, que
jgra el culmen, la realidad que perfeccionaba al hombre.
Santo Tomás
Los teólogos descubren -sobre todo..Hemi.de.-Lubac- que para Sto Tomás el orden
del sobjwatofalr-€s-uH-Qi4eii_<Hie--est á incluido en lo que el hombre es ya como
naturaleza. Esto aparece expresado en el “desiderium naturale videndi Deum'\ la clave la
encuentra Santo Tomás en el deseo de ver a Dios. El hombre desea participar, gozar de la
vida de Dios. Ésta es la finalidad última verdadera que satisface plenamente al ser humano.
Esto nos abre a la paradoja que se encuentra en el quicio de ser del hombre. Lajíltima
finalidad que el hombr.^ la visión beatifica, ahora bien, esta
finalización que puede dar cumplimiento al ser humano -homo capax Dei- solo la puede
.alcanzar como don. Jamás la puede alcanzar por sus propias fuerzas. Con lo cual eso
entraña que es Dios quien tiene que acercarse al hombre como don.
Para Sto Tomás, la gracia no es una simple respuesta a los deseos del hombre,
sino que es un bien que . excede la proporción de la naturaleza ,humana, la gracia
desborda (no solo colma) el deseo natural del hombre.
- Cayetano^
- Bayo
En el mismo siglo XVI Bayo reacciona contra esta visión de ruptura entre el
orden de la creación y el orden de la gracia. El hombre tras el pecado es concupiscencia,
mortalidad, pecado, y esto no se corresponde con la dignidad que Dios quiso darle. Esta
situación estaría estableciendo una demanda respecto a Dios, porque convertiría al
Creador indigno de dar el ser a un hombre tan deficiente. Concluye Bayo.queja .gracia
eg. una necesidad que el hombre demanda en su naturaleza. Dios de alguna manera, no
estaba sino obligado a comunicar al hombre los bienes de la gracia.
- Henri de Lubac___ .
En la Humani Generis, sin citar a nadie, advierte Pió XII a quienes niegan la
gratuidad del orden de lo sobrenatural y afirman que Dios pudiera crear seres dotados
de intelecto sin llamarlos ni ordenarlos a la visión beatifica.
9
«Especular con un ser humano irreal no puede servir para iluminar la situación de la única humanidad
real e históricamente existente; tal hipótesis conduce además a la consolidación de una presunta
naturaleza humana abstracta y al consiguiente extrinsecismo de lo sobrenatural respecto de lo natural, con
10 que se liquida el elemento inmanencia de la comprensión de la gracia» Cf. RUIZ DE LA PEÑA, J. L.
El don de Dios. Antropología Teológica Especial, Sal Terrae, Santander 1991, p. 29.
Matiza que la gratuidad de la creación no tiene otro sentido/finalización que la gratuidad
de la salvación.
- Karl Rahner
Todas las experiencias están bajo el influjo del existencial sobrenatural. Rahner
prefiere conservar como concepto residual la idea de naturaleza, como hipótesis límite
para salvaguardar el carácter sobrenatural de la gracia. Para salvaguardar la posibilidad
de que Dios crease a un hombre sin la finalidad de la visión beatífica.
, Es el teólogo que más reparos pone a H. de Lubac. Al igual que Rahner, nos
ofrece su pensamiento del sobrenatural a partir de sí mismo, no a partir de la naturaleza.
Por lo tanto, liga el sobrenatural a la Encarnación. Podemos entender lo que es el
sobrenatural a partir de la gratuidad de la Encarnación; doble relación inseparable de
inmanencia y de trascendencia.
- Conclusiones10
a) Coincidencias:
b) Divergencias:
El deseo de ver a Dios es, según de Lubac, natural, absoluto y necesario; ajuicio
de Alfaro y Rahner, es un deseo natural, pero condicionado a la voluntad divina de
autodonación. La teología actual ha superado el dualismo extrinsecista de la relación
naturaleza-gracia. Hay un único fin en el dinamismo del hombre y una única historia.
Caemos fácilmente en separar el actuar de Dios en la historia de la historia del hombre.
10Cf. RUIZ DE LA PEÑA, J. L. El don de Dios. Antropología Teológica Especial, Sal Terrae,
Santander 1991, p. 34-39,
Sostiene Ruiz de la Peña que la dialéctica del esquema trascendencia-inmanencia
indica que el problema del sobrenatural, a primera vista tan árido y especulativo, está en
realidad en la entraña de todas las cuestiones teológicas decisivas. Por ejemplo: Cuando
hablamos del diálogo con la cultura planteamos mal las coordenadas del problema. Por un
lado, situamos el mundo (cultura) y por otro la Iglesia (la gracia, la trascendencia). Desde el
siglo XVIII se mantiene este esquema cultural y muchas veces caemos en el error de querer
cerrar ‘mundo’ e ‘Iglesia’ cuando la fe ya está en el mundo, en el hombre, ya que todo él
existe en el orden del sobrenatural.
Conclusiones:
«Creado por Dios en la justicia, el hombre, sin embargo, por instigación del
demonio, en el propio exordio de la historia, abusó de sU-libertad, levantándose^QntraI>i.as
y pretendiendo alcanzar su propio fín^aljiiargen de Dios. (...) El hombre, en efecto, cuando
examina su corazón, comprueba su inclinación ai mal y se siente anegado por muchos
males, que no pueden tener origen en su santo Creador. Al negarse con frecuencia a
reconocer a Dios como su principio, rompe el hombre la debida subordinación a su fin
último, y también toda su ordenación tanto por lo que toca a su propia persona como a las
relaciones con los demás y con el resto de la creación. (...) Pero el Señor vino en persona
para liberar y vigorizar al hombre, renovándole interiormente y expulsando al príncipe de
13 ,
este mundo , que le retenía en la esclavitud del pecado. El pecado rebaja al hombre,
impidiéndole lograr su propia.plenitud;» (GS 13)
En éste primer bloque trataremos de dar respuesta a preguntas que nos surgen, a
saber: ¿Por qué un pecado cometido al comienzo de la historia me afecta a mí? ¿Qué
clase de pecado es ese en el que mi voluntad no participa?
12Cf. RUIZ DE LA PEÑA, J. L. El don de Dios. Antropología Teológica Especial, Sal Terrae, Santander
1991, p. 43. '
13
cf. Jn 12,31 "Ahora es el juicio de este mundo; ahora el Príncipe de este mundo será derribado”. Su caída
contrasta con la elevación de Cristo, que debe entenderse en dos sentidos complementarios: elevación en la
cruz y elevación a la derecha de Dios Padre.
1.1. Noción bíblica del pecado: la existencia como pecado.
La Revelación sigue una pedagogía progresiva que comenzará denunciando la
situación de pecado del hombre para concluir con el esclarecimiento del mismo a la luz
de Cristo, Verbo encamado. Encontramos en las primeras páginas de la Escritura el
pecado del hombre (Gn 2-3).
La Biblia nos presenta el mundo creado por Dios, bueno en cuanto tal, y al hombre
presidiendo la Creación, como el centro de armonía y paz, donde se desarrollaría la
historia de la salvación. El pecado viene a poner término a esta situación de armonía.
En los diversos libros del AT, en todos sus géneros literarios (históricos, proféticos,
sapienciales, lírica...) se da fe de una constante actitud religiosa del hombre: su proclividad
al pecado. El relato sacerdotal es rotundo en su aserto: “la fierra estaba corrompida en la
presencia de Dios... Dios miró a la tierra, y de ahí que estaba viciada, porque toda carne
tenía una conducta viciosa sobre la tierra” (Gn 6, 11-12). El mal parece ser la tendencia
dominante en el interior de los humanos “todos están descarriados, todos a una pervertidos.
No hay quien haga el bien, ni uno siquiera” (Sal 14,3). .....
14 ~
Cf. RUIZ DE LA PENA, J. L. El don de Dios. Antropología Teológica Especial, Sal Terrae, Santander
1991, p. 52.
Aníropologia Teológica 11 ■ .
El hombre (Adam) es creado del polvo del suelo (adamali). Tras la creación (v.
7) Dios introduce al hombre en un jardín: «Luego plantó Yahvé Dios un jardín en Edén,
al oriente, donde colocó al hombre que había formado. Tomó, pues, Yahvé Dios al
hombre y lo dejó en el jardín de Edén, para que lo labrase y cuidase.» (Gn 2, 8.15). El
relato nos detalla el paraíso como el jardín de Dios, concretando los minerales preciosos
que se descubren, los querubines como guardianes del lugar, la espada llameante que
guardará el paraíso tras la expulsión del hombre, (cf. Gn 2, lis; 3, 8.24)
En el centro jardín hay dos árboles: “eZ árbol de la vida y el árbol de la ciencia
del bien y del mar (Gn 2, 9). El primer árbol “de la vida” está cargado de simbolismo;
conocemos en las tradiciones populares el mito de una planta de la inmortalidad. Aquí
entendemos vida no como una realidad exclusivamente física o biológica, sino que la
vida es un concepto teológico que designa disfrutar de una existencia plenifícada en la
comunión con Dios. La situación central de este árbol significa que la vida procede del
centro de Dios, él es quien nos vivifica.
El segundo árbol de llamado “de la ciencia del bien .y..del...mar’La mayoría de los
comentaristas interpretan conocer el bien y el mal como expresión de un conocimiento
práctico orientado a la acción; implica una posesión de lo conocido y se extiende a la
totalidad de lo real. Se trataría de una prerrogativa divina. El propio texto parece igualar
conocer el bien y el mal con ser como Dios (cf. Gn 3, 5.22), por tanto, no significan cosas
distintas, sino que ambas frases expresan lo mismo. Dios hace una acotación, da un
mandato al hombre, no se trata de una prohibición ni de un tabú; este mandato solo tiene
sentido si nos encontramos en una esfera de relaciones interpersonales con un serlibre, El
mandato tematiza la realidad del hombre: su libertad. Expresa Ruiz de la Peña que “lejos de
ser expresión discrecional de un autoritarismo arbitrario, es pura y simplemente
recordatorio del límite connatural al hombre y llamada de atención para que éste se
reconozca y acepte tal cual es, y no pretenda autorrealizarse alienándose, tratando de
15Cf. F. LADARIA, L. Teología del pecado original y de la gracia, BAC, Madrid .1993, p. 58-60.
convertirse en lo que no es ni puede llegar a ser por sí mismo.” (Ruiz de la Peña, 1991,
págs. 61-62) La consecuencia de la desobediencia es catastrófica, tal y como relata el
libro del Génesis: “Y Dios impuso al hombre este mandamiento: «De cualquier árbol
del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás,
porque el día que comieres de él, morirás sin remedio.»” (Gn 2, 16-17) El hombre vive
en comunión con Dios; pero el hombre no puede ser forzado a dicha relación: la amistad
es una opción libre. Dios ha tomado la iniciativa y el hombre tiene que disponer de un
ámbito para ratificar responsablemente la iniciativa divina.
Teniendo en cuenta los textos proféticos, podemos postular que el paraíso es más
un paradigma del futuro que un recuerdo del pasado. Es la expresión simbólica y
plástica del designio de Dios para el hombre, que veremos realizada en la escatología.
En esta tentación está por decidirse cómo lograr el poder, la trascendencia, colmar
las ansias de plenitud del hombre: como recepción de un don gratuito que se acoge en
obediencia, o bien como conquista propia y promoción autónoma. El pecado que constituye
sucumbir a la tentación no es una transgresión cualquiera, en él emerge condensarla la
esencia de todo pecado: La afirmación autónoma del hombre frente a Dios.
❖
Las consecuencias del pecado original.
Cf. Ez 16, 37-40 «los voy a congregar de todas partes contra ti, y descubriré tu desnudez delante de ellos,
para que vean toda tu desnudez.» Aparece el “te mostraré tu desnudez”, lo mismo que decir “te mostraré tus
mentiras”.
Gn 3,14: «Entonces Yahveh Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho esto,
maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Sobre (u
vientre caminarás, y polvo comerás todos los días de tu vida» En el v. 14 nos
encontramos con la sentencia divina tras el pecado. Nos encontramos con
consecuencias existenciales, no lo veamos como que con ésta sentencia se introducen
males. Lo que cambia en el existencial humano es cómo el hombre comienza a ver su
propia vida y la realidad de la creación, se ha producido un cambio en el interior de la
psique, en el interior humano, en su comprensión y en la heterocomprensión, hacia el
otro y lo otro. El pecado es una fuerza que va a inundar toda la vida humana, todo el
existir de la vida humana. En la sentencia nos encontramos con 3 existenciales:
1. El dar a luz se verá siempre con sufrimiento, con desgarro. El dar vida se verá
no como dar comunión, sino como sufrimiento. El temor a sufrir estará ahí
latente en la existencia del hombre
2. El segundo sufrimiento es -dolor en^l-<mftiro-de-Ia-ereaeión. En Gn 1 se manda
al hombre trabajar la tierra, administrarla, que de fruto y se multiplique. El
hombre es el lugarteniente de Dios. A partir del pecado el hombre comienza a
vivir la relación con la creación a modo de lucha. Porque ahora percibe la
creación como algo hostil a él.
3. El tercer existencial -que Heidegger sitúa como eje de la existencia humana- es
el hombre como “ser para la muerte”. A partir del pecado la muerte comienza
a ser vivida con angustia, como una gran amenaza, la muerte se ve como el gran
vacío que puede fagocitar la vida del hombre. El hombre antes del pecado si
moría, porque el ser vivo nace, se reproduce y muere. El hombre es un ser vivo,
muere como cualquier ser vivo, ¿Qué ocurre, por tanto, a partir del pecado? El
hombre vive lajnuerte anticipadamente, porque es conscientede-que4nuere.j/ lo
hace de forma problemática. El hombre rechaza esta realidad como algo
impropio, como algo no querido, después del pecado se vive así. Antes del
pecado el hombre viviría la muerte como el paso a la plenitud con Dios.
En el versículo 19: «Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas
al suelo, pues de él fuiste tomado. Porque eres polvo y al polvo tornarás», nos
encontramos con un elemento de novedad en cuanto a la autocomprensión que el
hombre tiene de sí mismo, de su origen, de su identidad. El hombre viviría en una
inconsciencia, y sucumbe a la tentación de endiosarse, de desplazar su identidad, para
endiosarse. Esto es precisamente (este pecado de tratar de convertirse en otro ser) lo que
le lleva a descubrirse en su cruda naturaleza. Este hombre que pretende endiosarse en
encuentra con su radical pobreza, es polvo. Y al polvo volverá.
Versículos 22-23 “Y dijo Yahveh Dios: «¡He aquí que el hombre ha venido a ser
como uno de nosotros, en cuanto a conocer el bien y el mal! Ahora, pues, cuidado, no
alargue su mano y tome también del árbol de la vida y comiendo de él viva para siempre.»
Y lo echó Yahveh Dios del jardín de Edén, para que labrase el suelo de donde había
sido tomado. ”
Viene a ser una ridiculización de la situación del hombre. Parece una ironía
cruel, pero nos encontramos con un implícito reconocimiento de la capacidad de la
libertad humana, y un implícito reconocimiento de la autonomía del hombre en sus
decisiones. En estos dos versículos aparece una de las pérdidas que el hombre siempre
vivirá con nostalgia, la pérdida del estado de paraíso.
18
En la cultura griega, sobre todo, el hombre es inocente. Es un ser al que los males le sobrevienen desde
fuera, son los dioses los responsables últimos de las fatalidades, de los males que asolan al hombre. El
hombre es un ser trágico. Nos ofrece con brillantez la dramaturgia griega, pero su tragedia está causada
siempre por otros seres, figuras semidivinas u otros dioses.
De tai manera que en el v.21 «Yahveh Dios hizo para el hombre y su mujer
túnicas de piel y los vistió» el yahvista nos muestra la ternura divina, es Yahvé quien
hace túnicas para vestir al hombre, es Dios mismo el que sigue siendo el Dios
providente, que sigue cuidando de su creación, de su criatura, de su imago. Es muestra
de que el Dios que expulsa del paraíso continúa siendo el Dios de salvación.
Desde la réplica católica decimos que si la historicidad aparece como una de las
dimensiones constitutivas del hombre creado en Gn 1 ¿Por qué desaparecería la
historicidad en los dos siguientes capítulos?
Con ello llegamos al capítulo 11, el relato de la torre de Babel Aquí el pecado
se convierte en una situación universal, el cosmos deviene caos\ de modo que Dios tiene
que recrear de nuevo el orbe. Sin duda alguna este es el paradigma del pecado
colectivo, donde de nuevo nos encontramos con el afán, la pretensión del ser humano de
llegar, de alcanzar por sus propios medios la esfera de lo divino. Esto sucede de un
modo similar a como aparece el pecado del ‘endiosamiento’ en el relato de la caída. Las
consecuencias son claras, en Babel se da la disgregación de la unidad, incomunicación,
división, incomprensión, el hombre pierde la capacidad de entenderse con el otro.
La pecaminosidad del hombre será una constante, de modo que decir ‘hombre’
será igual que decir ‘pecado’, es cuasi-connatural del hombre. Lo encontramos en todos
los géneros literarios. Ver: Jb 14,1-4; Is 24,5-6; Jr 2,29ss. “Arrancaré vuestro corazón
de piedra y os daré un corazón de carne ’’ (Ez 36, 26). Esta situación de pecado inunda
a todo el pueblo, abarca a todo el pueblo de tal manera que el pueblo es solidariamente
el que responde ante Dios.
Hay más textos importantes en el AT, Si 25,24: “Por la mujer fue el comienzo del
pecado, y por causa de ella morimos todos” Es un texto importante, porque en él se
establece explícitamente la causa entre el primer pecado y la muerte universal que
afecta a todo hombre. No se trata de la muerte física, sino de la muerte teológica. Este es el
concepto de muerte que encontramos en el AT. La vida en AT es sinónimo de santidad, la
muerte es situación de ruptura con Dios que implica la injusticia y la ignorancia.
Sb 1, 13: no fue Dios quien hizo la muerte ni se recrea en la destrucción de los vivientes.
Sb 1,15: porque la justicia es inmortal.
Sb 1, 16: Pero los impíos con las manos y las palabras llaman a la muerte; teniéndola
por amiga.
Mt 12,34: “Raza de víboras, ¿cómo podéis vosotros hablar cosas buenas siendo malos? Porque de lo
re rebosa el corazón habla la boca.”
Cf. Jn 1,11 “vino a los suyos y los suyos no lo recibieron”
siúraciónjEolugal-rie-muerterno de la situación biológica, y así en algunos textos nos
21
encontramos reiteradamente con este concepto .
Por lo tanto, thanatos como situación teologal de muerte espiritual, de ruptura
abismal con Dios. El concepto paulino de carne -sarx- es una situación de no-salvación,
en situación de ruptura con Dios. Es muy importante el sarx porque esta idea de no-
salvación remite a una idea de común pertenencia, de solidaridad.
Lo que nos presenta aquí Pablo es esa atmósfera de pecaminosidad que rodea el
existir humano, nos habla de la pulsión incoercible que encontramos hacia el pecado en
todo ser humano.
Rm 5,12ss «Por tanto, como por un hombre entró el pecado en el mundo y por el
pecado la muerte y así la muerte alcanzó a todos los hombres, ya que todos pecaron.»
En Rm nos habla del pecado de judíos y gentiles, “todos pecaron”. La ley para Pablo es
impotente para evitar el pecado, de tal manera que nos narra en los primeros capítulos
de su carta a los Romanos (1-5) la situación de depravación, de idolatría, de perversión
de la inteligencia y de la voluntad en la que vive todo hombre es la situación de pecado
acaecida por el oscurecimiento de Dios.
Ef 2,5 “estando muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó juntamente con Cristo. Por gracia habéis
sido salvados.” O en lTm 5,6 “La que, en cambio, está entregada a los placeres, aunque viva, está muerta.”
Rm 6,23 “el salario del pecado es la muerte” Rm 7,5 “cuando estábamos en la carne (sarx), las pasiones
pecaminosas, excitadas por la ley, actuaban en nuestros miembros, a fin de que produjéramos frutos de
muerte.” o Rm 8,6 “las tendencias de la carne (sarx) son muerte, las del espíritu (pneuma) son vida y paz.”
Rm 8,10 “aunque el cuerpo haya muerto a causa del pecado, el espíritu es vida por la resurrección.”
2Rm7,15
cuerpo de pecado! Es la gracia de Dios la única capaz de hacer salir al hombre de esta
fuerza que le aliena, habiendo recibió la justificación por la fe, estamos en paz con Dios.
Por lo tanto, el hombre enhamartía es presentado como el hombre en situación interior
de esclavitud, bajo el pecado. El hombre o la humanidad sin Cristo, sin salvación.
¿Cómo llega Pablo a afirmar esta universalidad del pecado, de la humanidad sin Cristo?
San Agustín opta por los primeros significados de cada término, de manera que
interpreta Rm 5,12, “por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la
muerte (física), y así la muerte (física) pasó a todos en quien todos contrajeron pecado”.
Con esta traducción San Agustín nos va a ofrecer una rotundísima afirmación de la
doctrina del pecado original. San Agustín no acertó en la traducción que hizo, no da
cuenta exegética del significado que aporta.
«Por un hombre -está relacionado con la libertad del hombro, no tanto con la
naturaleza- entró la hamartía en el mundo -el poder maléfico en el mundo- y por la
hamartía (pecado) la muerte, -es decir, la situación de muerte espiritual, la situación de
ruptura con Dios- y así la thánatos (muerte espiritual) pasó a todos (es decir, afecta a
toda la humanidad), mediante el hecho de que todos cometieron pecados».
En vv. 13-14 «porque, hasta la ley, había pecado en el mundo, pero el pecado no se
imputa no habiendo ley, con todo, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés aun sobre
aquellos que no pecaron con una transgresión semejante a la de Adán, el cual es figura del
que había de venir.» Aparece aquí una interpolación (v.13 en letra cursiva), Pablo está
fingiendo un diálogo con un rabino que contrapone sus ideas. En el verso 14 nos volvemos
a encontrar con la voz de Pablo. El rabino contra-argumenta que cuando no había ley, no
había responsabilidad, por tanto, pecado. Pablo responde, que con ley o sin lev reinó la
muerte, el pecado en el mundo. Pablo introduce de nuevo la figura de Adán en tono
polémico con la finalidad primordial de afirmar a Cristo. Y de nuevo, nos encontramos con
la ausencia de cualquier atisbo de dualismo gnóstico en la teología paulina. Esta clave de
presentar la figura de Adán presentada desde Cristo la encontramos en los versos siguientes.
Para Pablo la Revelación del pecado solo es posible realizarla desde la persona y la realidad
de Cristo. Para Pablo no hay equiparación de la realidad de
la gracia con el pecado. Desde la realidad de la gracia descubrimos la realidad del
pecado, v. 15 “¡cuánto más la gracia de Dios y el don otorgado por la gracia de un solo
hombre, Jesucristo, se han desbordado sobre todos J
hombres. Hay una imitación pero que afecta exteriormente al hombre, no en el nivel de
ser. De tal manera que para Pelagio del pecado solo cada uno es responsable^Por
supuesto, si cada persona es responsable tiene que tener una previa capacidad para poder
hacer el bien. Por eso Pelagio afirma con rotundidad_-_eLnoder, el querer y el ser del
hombre para hacer el bien. Afirmar lo contrario es un atentado teológico contra la
creación de Dios y contra la naturaleza del hombre creado por Dios -diría Pelagio-.
Implicaría que Dios crea el alma del hombre en pecado, esto es lo que quiere salvar
Pelagio: El alma del hombre está creada para poder, querer hacer el bien. Afirmar la
transmisión del pecado genéticamente, implicaría violentar el sacramento del
matrimonio, porque en el seno materno se generaría hijos para el pecado. Para Pelagio,
el pecado de Adán afecta extrínsecamente a la libertad de cada uno. Si esto es así, habría
que deducir que también la salvación de Cristo afectaría extrínsecamente a la libertad
humana. Si el pecado afecta externamente, la gracia también extrínsecamente afectaría.
En De libero arbitrio san Agustín defiende la tesis de que los niños que no han
pecado, pero que no han sido bautizados están en el limbo. En su escrito ‘de diversis
quaestionibus ad simplicianum ' presenta san Agustín su categoría teológica de ímassa
peccati a qué llama Agustín al pecado de Adán como pecado original. Para san Agustín en
esta idea de massa peccati, massa damnatio. Todo hombre imbuido en el pecado de Adán
se encuentra en una situación de condenación, se encuentra en una massa peccati. “De
pecatorum meritis et remisionem” san Agustín afirma que todo hombre en Adán ha pecado,
en consecuencia todos hemos adquirido la culpa de Adán. Es en esta obra donde Agustín
utiliza Rm 5,12 como tesis contra Pelagio. San Agustín habla del pecado de los
orígenes que sería transmitido a todo hombre que vive en este mundo. Por tanto, el
pecado de Adán tiene un alcance__interior, no exterior -como decía Pelagio-, Si el
pecado nos afecta por generación, también la gracia redentora de Cristo nos afecta a los
hombres interiormente como regeneración.
San Agustín alude a la situación de los niños no-bautizados, dice que son
condenados si no son bautizados, porque mueren en pecado incluidos en esa massa
damnatio. Para afirmar a la situación abismal del pecado no alude al estado intermedio.
El pecado original se transmite por generación, por tanto, la sexualidad humana es
fuente de pecado. Y por ello, todos los nacidos, todo ser humano nacido necesita
ineludiblemente la regeneración bautismal. Para salvaguardar la gracia de Cristo, san
Agustín va a hacer una profundísima afirmación del pecado original.
San Agustín aborda la cuestión planteada por Pelagio que, si el pecado afecta a
todo hombre, el alma humana ha sido creada en pecado. S. Agustín fluctúa, la culpa la
sitúa en el plano ético más que ontológico, ¿Qué se propone san Agustín y cómo
interpretar estas tesis tan rotundas? San Agustín trata de afirmar la necesidad-de-4a
redención de Cristo para todo hombre y para ello es necesario afirmar la previa
situación de todo hombre afectado por el pecado. Entiende que para afirmar que la
gracia y la salvación afecta a todo hombre es necesario afirmar la realidad universal
de pecado. Todo hombre está necesitado de la redención de Cristo. Su realidad está
herida por el pecado y sin la gracia curativa/sanante/liberadora de Cristo no es posible
que la libertad humana pueda alcanzar su fin, su plenitud. Ello incluye el Bautismo.
J,a muerte física es entendida como consecuencia del pecado. Con lo cual, en la
situación previa al pecado Adán no moriría. El canon 2 afirma que el Bautismo remite
no solo los pecados personales sino también especialmente el pecado original, y es
especialmente en este canon 2 donde se utiliza el termino de pecado original. Respecto
a la transmisión de pecado se utiliza el término ‘tradux peccati\ pero sin embargo no
aparece en el Magisterio una asunción de la idea agustiniana sobre la transmisión
generativa del pecado. En el canon 3 no se recibe ni se acoge la idea agustiniana del
lugar intermedio que sería el limbo. El Magisterio no valida esa idea de san Agustín.
Todos estos cánones son radicados por el Papa Zósimo (234).
Otro Concilio a señalar tuvo lugar en Orange. El canon 1 de Orange afirma que
la libertad humana en su dimensión unitaria corpóreo-espiritual está indeterius, está
radicalmente dañada, deteriorada. En el canon 2 de Orange añade más, el pecado de
Adán no solo le afectó a él, sino también a su descendencia. Afirma que el pecado
transmite la muerte tanto corporal como espiritual.
San Anselmo en el Siglo XI nos ofrece una importante teología del pecado
original, entiende que el pecado de Adán como cabeza de la humanidad, hace a todo
hombre culpable. El pecado de Adán implica la culpabilidad de todo hombre. En
segundo lugar, entiende el pecado de Adán como un atentado del honor divino. Lo
entiende como una realidad infinita porque está dirigido contra Dios mismo.
Va a justificar la Encamación por la infinitud del pecado del hombre, que solo Dios
podría redimir esa ofensa, esa culpa. Para san Anselmo si no hubiera habido pecado no
habria habidoEncamación. San Anselmo entiende el pecado como pérdida de la justicia
origina^ de la justicia divina, de la gracia en la que es creado todo hombre. Para san
Anselmo el pecado de Adán se convierte en un “pecatum nature” designa el estado de la
naturaleza que se transmite al hombre una vez entra el pecado en la historia. San Anselmo
no liga la transmisión del pecado a la vía sexual. La transmisión del pecado es por la
naturaleza privada ya del estado de justicia original. Por último, en San Anselmo
encontramos una rotunda afirmación de la realidad de la gracia, desarrolla la idea de que la
infinitud del pecado reclama que sea la infinidad del mismo Dios la que subsane esa
situación de pecado. Trata estos temas en “De concepción virginal y del pecado original”.
Canon 1. En este canon el concilio habla de las consecuencias del pecado original
originante, ¿Cuál es la consecuencia principal del pecado original originante? La pérdida de
la santidad original y la justicia en la que el hombre fue creado. El concilio utiliza una
terminología bíblica: santidad y justicia. El concilio remite a lo que Orange afirma acerca
del pecado originante, pero se esquiva en este canon la definición que recoge el concilio de
Orange acerca de la lesión de la libertad del hombre. El Concilio de Orange asevera que con
el pecado la libertad queda afectada, todo el hombre queda afectado y condicionado en su
capacidad de optar y de elegir. Este canon no entra a definir quién es Adán, quien es el
sujeto del pecado original, si es un sujeto singular o un sujeto colectivo. A Trento no le
interesa identificar quien es el sujeto del pecado original, lo que quiere es definir
dogmáticamente cuales son las^onsecuencias del pecado original para el hombre.
En este canon tampoco Trento incluye la muerte física como consecuencia del
pecado original, puede pensarse o deja abierto. Realmente cuando el concilio habla de la
muerte tenemos que interpretarlo como hemos visto en la Escritura, muerte en sentido
teológico, perdida de la comunión con Dios.
el hombre solo lo puede alcanzar por el mérito de Cristo. Por tanto, Trento defíne aquí
que a una situación de pecado universal le corresponde una situación de salvación
universal en Cristo. Está ahuyentando cualquier forma de herejía y coincidiendo con las
posiciones luteranas. En cuanto a la transmisión del pecado, el concilio sustituye la
expresión “tradux peccatC por la de “contrajeron pecado”, el hombre en Adán contrajo
pecado. En este canon el concilio se sitúa intermediamente, rechaza el pelagianismo de
que el pecado se comete por imitación, pero tampoco abraza la idea agustíniana dejjue
el pecado se transmite., por generación. Para el concilio donde se genera un ser humano
hay necesidad de salvación; pero sin abrazar la tesis agustiniana de transmisión del
pecado por generación.
Luis Ladaria es otro teólogo importante que escribe sobre el pecado en su obra
“teología del pecado original y de la gracia” es el autor que más ha incidido en que el
pecado original-es pérdidajie mediación para la-gracia.
El pecado originante es el sujeto, quien ha puesto en marcha el pecado original. El pecado originante,
hablamos de él, porque si no incurriríamos en gnosticismo. Si no hay pecado originante, hemos de derivar
que el hombre fue creado como un ser en déficit, como un ser con carencias. Implicaría imputar una mala
creación a Dios. O bien, también como toda, forma de gnosticismo o neo-gnosticismo constataríamos que el
mal o pecado, es un misterio de iniquidad, un misterio absoluto, inescrutable, presente en la historia del
hombre. Es esta deriva a la que nos conduce abordar el mal, algo que o estuvo presente en la filosofía
previa al siglo XX, este siglo inundado de guerras, genocidios lleva a preguntarse ¿Por qué el hombre es
capaz de crear tanto sufrimiento? Nosotros teológicamente decimos que el mal no pertenece a la naturaleza
del hombre, el mal es una realidad que el hombre pone en marcha en el transcurso de su historia. El mal es
fruto de la libertad humana.
Para Vanneste el. pecado originante es la constatación de Ja presencia del mal en la historia humana, es
el símbolo de universalidad de la presencia, del pecado. ¿Cómo explicar que todo hombre está afectado por
el pecado? El mal es un misterio el ‘mysterium iniquitatis’. Una visión gnosticista diría que la hamartía de
la que habla san Pablo, sería el polo que dirige la historia.
Rahner dice que, para evitar la visión del pecado como una visión fatal, es preciso hablar de una
dinámica responsable presente en la historia. Por tanto, el pecado originante entendido como una acción
personal en la historia es necesario para no derivar a una posición neo-gnóstica. Hay esta discrepancia
acerca del sujeto del pecado originante, ya que no es una verdad de fe, contraviene Ruiz de la Peña que es
un aserto teológicamente cierto, que está incluido en una verdad de fe.
Rahner considera que el primer pecado de la humanidad originada (parecido a Flick alszeghy) tiene un
papel determinante para toda la historia humana. Esta determinada por la relevancia de la humanidad del
principio. Esa primera humanidad, tenía la responsabilidad de convertirse en mediadora de gracia para una
realidad posterior. Y esa primera humanidad se convirtió en mediadora no de gracia, sino de pecado para
toda la humanidad.
El policulpismo. El policulpusmo no otorga a la primera humanidad ese papel determinante, sino que
dirá que lo que hace es constatar que la humanidad ha sido pecadora. ¿Cómo sostenemos que todo hombre
quedó afectado por el pecado? Porque la verdad de fe afecta a todo hombre; si el foco se pone en que está
extendido el pecado en toda la humanidad, ¿habrá algunos hombres que no pecaron? Ningún hombre queda
excluido de la realidad del pecado.
La concausalidad. Constata la primera realidad de pecado e incluye la relevancia de toda esa realidad de
pecado que la historia nos ofrece. Esta explicación de la concausalidad es capaz relata porque afecta a toda
la humanidad. Primero porque una primera humanidad ha puesto en marcha la dinámica del mal, en
segundo lugar, esa dinámica se convierte en una marea que invade toda la existencia del hombre, personal
y social. De tal modo que todo hombre quiera o no ser pecador, quedará afectado por la presencia del mal
en la historia.
- Concepto de mediación, introducido por Rahner
La teología del pecado original, en Santo Tomás, sobre todo, trataba en pecado antes del discurso
soteriológico, antes de hablar de Cristo. La teología actual, sin embargo, entiende que solo se puede hablar
del pecado original a partir de la cristología de la solidaridad de toda la humanidad en Cristo. Por tanto, hay
una solidaridad primordial en Cristo, anterior a la solidaridad en Adán (humanidad primera), y esto como
hemos visto, damos buena cuenta de lo que la visión nos ofrecía. Es justamente, a partir de esta solidaridad
primordial del hombre en Cristo, a partir de cómo podemos entender la solidaridad en Adán.
La solidaridad del hombre en Cristo es universal, previa a la solidaridad en Adán. A partir de este
hombre redimido en Cristo, en la solidaridad redentora de la cruz, es desde donde podemos descubrir el
abismo de la solidaridad del hombre en el mal. La solidaridad en Adán ¿Qué entraña desde el punto de
visto teológico? Es la negación a la mediación de la gracia de la primera humanidad que peca. Sea Adán un
sujeto singular o colectivo, teológicamente nos es irrelevante, lo que sí es relevante es que la solidaridad en
Adán implica que esa humanidad renuncia a ser mediación para la gracia, para sí y para las generaciones
venideras y se convierte en mediación para el pecado. Por ello, a partir del pecado originante, el hombre
nace en un estado de privación, de mediación para la gracia. El hombre nace en un estado de mediación
para el pecado. La transmisión- generación del pecado hay que entenderla no desde una óptica física (a
partir de san Agustín tradux peccati), sino que hay que entenderla como una ausencia de mediación para la
gracia.
Nos acercamos a cómo se explicaba en la teología clásica el pecado original. Una era la tesis jurídica,
una corriente jurídica que va a primar especialmente en la teología postridentina. La gran figura que ocupa
esta figura es el cardenal Lugo, el punto de partida que toma Lugo para explicar el pecado original es el
pecado personal. El card. Lugo distingue el acto pecaminoso, el estado de enemistad con Dios, el efecto de
ese estado (privación de la gracia). Proyecta la explicación del pecado personal hacia el pecado original; en
el pecado personal yo hago mío el pecado original del cual yo no soy autor. Lugo lo explica así: Dios ha
dado un decreto, en virtud del cual Adán es cabeza jurídica de toda la humanidad y, en cuanto tal, la
voluntad de Adán pre-contiene todas las voluntades de cada uno de los seres humanos. Por tanto, el acto
pecaminoso es el de Adán pero estábamos todos incluidos en el pecado de Adán. La consecuencia es la
enemistad con Dios, por -ellos todos nacemos en ese estado de enemistad con Dios y la consiguiente
necesidad de reconciliación con Dios. Consecuencia de ello es la carencia de mediación para la gracia.
Serían el pecado original y el personal realidades univocas, sería lo mismo. Esta Teoría nunca gozó de
simpatía entre otras escuelas.
Otra explicación es la ontológica, que defiende el cardenal Millot, que afirma la imposibilidad de
establecer una univocidad entre el pecado original y el personal, como mucho una analogía. Millot parte de
que Adán es el cabeza natural de la humanidad. Parte del monogenismo, todos descendemos de Adán, la
solidaridad en el pecado tiene base genética. En segundo lugar, entiende la teoría ontológica que la justicia
original es un don añadido al hombre, como accidente, se transmitiría junto con la naturaleza. Tercer lugar,
Adán cuando peca pierde este don añadido a su naturaleza (la justicia original) y también lo pierde para
toda la descendencia humana. La naturaleza que transmite es una naturaleza privada de la justicia original.
Los hombres nacemos privados de ese don añadido que Dios quiso para el ser humano. El pecado
original -para la explicación ontológica- es la privación de esa justicia original que Dios quiso para el
hombre. Aquí el individuo no es pecador en cuanto sea el autor de un pecado, aquí cada ser humano pasa a
ser pecador en cuanto está privado de una realidad que Dios quiso para todo ser humano. En el pecado
personal la voluntariedad -y la pecaminosidad le son propios. En el pecado original le es propio la
pecaminosidad, pero no la voluntad. Esta teoría era la que encontrábamos previa al Conc. Vaticano II.
Ventajas: No identifica pecado personal y original, solidaridad en el pecado muy clara (en base al
monogenismo), entiende el pecado original no como imputación positiva de culpabilidad que se puede
hacer a cada hombre, sino como una carencia de la justicia original. Desventajas: Basa la solidaridad en el
pecado en el monogenismo que ha sido altamente superado por las ciencias; la libertad personal de cada
individuo en el pecado original queda prácticamente difuminada.
que realizar para la comprensión de dicha doctrina es el cambio en la perspectiva antropológica. Estas dos
teorías a las que nos acabamos de referir parten de una antropología de la naturaleza humana. La
perspectiva del hombre en cuanto naturaleza tiene rasgos, a saber: considera la naturaleza como ser
encerrado en sí mismo, autosuficiente, invariable, e impermeable a los influjos del mundo y de la historia.
Podemos decir que la idea, de naturaleza, es una idea a-histórica, proveniente del aristotelismo. Es una.
visión del hombre más próxima a. la biología que a la. filosofía y a la teología. El hombre es un ser
histórico,-también es ser de la naturaleza, pero es único ser de la naturaleza histórico. El tiempo forma parte
esencial del desarrollo de su existencia. El hombre es el único ser que se va haciendo en el tiempo, y
lentamente.
Lo que queremos subrayar afirmando la historicidad del hombre y todo 10 que le es propio (el lenguaje,
el arte). Podemos decir que todo lo que el hombre realiza, todo ello son realidades históricas.
La historia de los demás me conforma a mí, es historia. Los elementos de la historia consciente o
inconsciente nos influyen. La historia común que cómpartimos será el supuesto, el espacio que haga
posible mi desarrollo personal. Será determinante en la constitución de mi yo-personal.
Cada ser humano nacemos como miembro de una sociedad que vamos a llamar sociedad de pecado, o
reino de pecado. Una sociedad sin gracia, desprovista de mediación humana para 1a. gracia. Y pertenecer a
esta sociedad de pecado es algo, que me constituye a mí desde el primer instante. Configura mi
personalidad el pertenecer a esa sociedad sin gracia. En este sentido, esa privación de mediación para la
gracia puede ser llamada pecado (en sentido analógico, no estricto), porque es nacer en el seno de una.
realidad de no-salvación. Evidentemente nosotros teológicamente hacemos lectura de esta sociedad
incidiendo en su dimensión determinante que es la sobrenatural.
La índole pecaminosa de este estado en que nacem os todo hombre, se pone de manifiesto cuando yo me
vuelvo responsable de mis propios actos. El ser humano ratificará con sus acciones esa privación de gracia
original en que ha nacido. El hombre que no cuenta con la gracia si es capaz de hacer actos buenos, ya que
la libertad tras el pecado original ha quedado herida, afectada por el pecado, pero no ha quedado destruida.
El pecado personal sería el pecado original en acto, realizándose. Con lo cual, el pecado original no es una
realidad que ocurrió en una historia primigenia, sino que el pecado original es una realidad de presente.
El mal existe porque hubo una libertad de un individuo o de una humanidad que pecó. El pecado
original es la presencia del pecado y del mal a lo largo de la historia humana; es una realidad de presente,
que no se queda en el estado primigenio.
El pecado original nos evidencia lo más importante y decisivo: la incapacidad del hombre de abrazar la
totalidad del bien, de la justicia, de la bondad, de la belleza, sin la presencia de la gracia. En Antropología
partimos del hombre en gracia, que rechaza esa gracia y dará a la humanidad esa carencia de gracia. Lo
importante es la gracia, no el pecado. El hombre es incapaz de salvarse por sí solo. Al hombre le es
ofrecida la incorporación a una nueva sociedad de gracia en el sacramento del Bautismo. Por eso el
Bautismo le llamamos sacramento de la regeneración, en el que se opera un nuevo nacimiento. Al ser
incorporados en la sociedad de gracia, queda erradicado 24 el pecado. Somos incorporados en la Iglesia a
una realidad en la que sacramentalmente recibimos la mediación déla gracia. Nosotros somos mediación de
la gracia y también estamos en la encrucijada siempre del pecado.
El pecado original es una realidad que atañe a lo social y a lo personal. El pecado es una magnitud
dinámica que se desarrolla en cuanto expresión de la interrelación humana. El hombre es el ser que se
desarrolla en el tiempo, en la historia, es el ser vivo que se construye su vida. En último término está en
nosotros la posibilidad de decidir quiénes vamos a ser. El pecado original despliega sus potencialidades
cuando se apropie cada sujeto personal de esos efectos malévolos del pecado. En cuanto ser personal, el
hombre tiene que asumir ese destino previo de la realidad histórica en la que nace, y tiene que tomar una
postura de asunción o de rechazo a esa negatividad histórica. El destino previo va a condicionar y
determinar mi propia voluntad personal.
Por tanto, en esta doble dimensión del hombre ser social, ser personal, nos encontramos en
correspondencia con el pecado original y el pecado personal. Evidentemente tiene que ver con nuestra
condición de sujetos libres y dueños de nuestras acciones. Todos somos sujetos pasivos y activos, todos
colaboramos o bien por acción o bien por omisión. Pero junto a este destino previo de sociedad de no
salvación, de sociedad opaca a la gracia, existe también un destino previo y universal de gracia. Todos
somos originalmente pecadores en Adán, pero todos somos originalmente agraciados en Cristo. Todos
nacemos en un existencial de pecado, pero todos renacemos a un existencial de salvación y de gracia. Entre
estos dos existenciales se va a decidir nuestro destino personal. El pecado original evidencia en nosotros la
imposibilidad de alcanzar la salvación por nuestras propias fuerzas. La doctrina del pecado original tal
como se comprende, fiel a la visión paulina no incide en que el hombre es un ser pérfido, malvado y
pecador, sino que nos viene a evidenciar la situación de universalidad de la gracia que tenemos como oferta
toda la humanidad. El pecado original pone a las claras la situación de no-salvación en la que se encuentra
el hombre sin la gracia de Cristo.
Hanan. Es un concepto profano, significa inclinarse benevolentemente hacia alguien, apiadarse, obrar
bien con alguien, compadecerse de alguien. No es tanto la idea de inclinarse a alguien con
condescendencia, cuanto la idea de dedicarse a alguien. No nos encontramos con un sentimiento interior,
sino que se subraya la acción determinada de aproximarse benevolentemente hacia alguien. En el Antiguo
Testamento no hay dualismo entre sentimiento y acción. Implica una respuesta a la situación de privación
en la que se encuentra la persona. Hay un alguien en un estado superior que se inclina hacia alguien que
está privado-carente.
El hanan del Antiguo Testamento lo encontramos en las oraciones en las que alguien dialoga con Dios
desde su estado de necesidad o de deficiencia, de calamidad, de miseria, de enfermedad. Aquí la persona
suplica a Yahvé que le salve, como vemos, en el libro de Job. También en el Sal 26,11: “Yo, en cambio,
llevo una vida íntegra, rescátame, ten piedad de mí” se implora la salvación; el perdón de los pecados Sal
51,3 o implorar la salvación del Seol, de la muerte. En todos estos textos en que encontramos el uso del
término hanan encontramos que Yahvé tiene una solicitud especial por los pobres, por los perdidos. Dios
levanta con su acción, con su hanan al hombre humillado; aparece como un sinónimo de la expresión “ten
piedad de mí”. Ahora bien, esta acción de la gracia es un don libre, implica la libertad soberana de Dios,
que actúa con misericordia. No hay nada de la persona que se dirige a Yahvé que le condicione. Muy
claramente en el texto de la alianza, en el dialogo entre Moisés y Yahvé Ex 33,12-23 nos encontramos con
toda esta temática de la gracia. Vemos a un Dios oculto, que no está a merced del interés y del deseo del
hombre, pero al mismo tiempo un Dios que se inclina hacia la protección del caminar junto al pueblo.
La experiencia del hanan del hombre bíblico culmina en la alabanza litúrgica, la encontramos recogida
en la antífona de “Tú eres un Dios compasivo y misericordioso” hanan rabunn que se repite a lo largo del
Antiguo Testamento.
Derivado del hanan encontramos el vocablo hen, que incide en el motivo por el que alguien halla el
favor divino. Nos encontramos con una persona que incide en otra y obtiene el favor de ella. Es la
expresión “hallar gracia a. los ojos de...” cuyo paradigma será María “porque has hallado gracia delante de
Dios” (Le 1,30). . ■ ' .
Hesed, subraya las relaciones reciprocas en un grupo humano, relaciones que constituyen la cohesión.
Significa bondad, amistad, amor. Hesed es la conducta de los miembros que genera la cohesión del grupo
humano, en tanto el hesed conlleva una relación reciproca que se regula por derechos y obligaciones. Este
concepto ‘hesed’ lo encontramos en las alianzas políticas, pactos de la cultura del momento.
El uso bíblico que recoge este término es de aquel que olvidándose de si se muestra favorable en todo al
otro, rebasando estas obligaciones. De modo que quien posee hesed, entra hacia otro, ya no en el ámbito de
las obligaciones, entra en el ámbito de lo sorprendente, de lo que no se mide, de la sobreabundancia, que el
otro le responda de igual modo. El plano bíblico es el plano del Amor. Dios establece su hesed -su alianza-
con el pueblo revelando su esencia como Dios de los hombres, como Dios clemente y compasivo, rico en
hesed y en emet, el Dios que conserva la misericordia hasta la milésima generación, por tanto, el Dios de la
misericordia infinita.
La sobreabundancia de la misericordia de Dios para-con el pueblo tiene su máximo exponente en la
liberación de la esclavitud de Egipto, es en los salmos donde aparece de forma más recurrente este carácter
del hesed de Dios, que salva, libera, saca del abismo, conserva la vida. Este hesed desbordante,
sobreabundante aparece expresado en un binomio hesed-emet
Emet, este concepto subraya el amor de perpetuo de Dios para con el hombre. Emet significa fidelidad.
El amor de Dios es fiable, emet significa que se puede confiar en él, es fiable y es veraz porque es eterno,
porque es estable. Emet es un término que se encuentra en el contexto de las relaciones inter-humanas, será
un adjetivo calificativo que va a expresar la esencia divina. Dios es verdaderamente el emet, el fiel.
En la teología del hesed nos encontramos con que está incluida la espera de la reciprocidad. Si Dios es el
Dios que vuelca su amor sobre el hombre, reflejado en Oseas como el esposo amante, fiel. Dios es el
esposo que espera del pueblo -la esposa- la respuesta de amor a la iniciativa del hesed de Dios, Dios es
quien tiene la iniciativa. El hesed de Dios es el amor que crea la relación con el pueblo y a su vez la
respuesta del pueblo. Constantemente los profetas están incidiendo en que el pueblo debe responder al
hesed de Dios, porque es Dios quien precede con su entrega generosa, su hesed, el pueblo debe recibir con
emet esa iniciativa de Dios. Y esa respuesta que reclaman los profetas al pueblo de la alianza se ha de
expresar en dos direcciones: La alabanza, que reconoce ese hesed amor de Dios a los hombres y el Amor
horizontal, al prójimo. El hesed culmina en liturgia y en justicia; en liturgia y en caridad. De alguna forma,
la respuesta del pueblo al hesed de Dios debe incluir tres centros principales: La verdad, la justicia y la
alabanza.
El hesed no conoce límites, ni siquiera la muerte del hombre (Sal 63,4: Tu hesed y tu emet vale más que
la vida; Sal 63,9: en la vida y en la muerte tu hesed me acompaña). El hesed de Dios supera las barreras de
la muerte del hombre.
Subrayar a través del concepto emet la presencia, el contenido de verdad que tiene el emet, lo que en
lenguaje griego se denomina la aletheia, incide en que la realidad implica la Revelación de la verdad.
Cuando en hebreo se dice yo te voy a comunicar mi emet (fidelidad), es lo mismo que decir “yo te voy a
comunicar mi verdad”. Cuando Dios se comunica al hombre, le comunica su verdad.
Además del emet ligado al hesed tenemos que aludir al termino rajamim es el plural del termino rejem,
este término alude al seno materno, al vientre de la madre; leemos en Isaías: “que no me haga morir en el
seno materno”. El hesed unido a rajamim nos señala las entrañas de misericordia de Dios. Dios es Padre y
es madre en este sentido.
Sedeca en femenino significa justicia. Traducido al griego dilaesiké, es decir justificación. El sedek, la
sedeca es la justificación de la actitud. Esta palabra se atribuía al Rey en cuanto atribuye justicia, imparte
justicia ‘sadic’ (Jr 22, 3-15) el rey es el sadic porque es el protector de los más débiles, lo es por
encomienda del propio Dios. Es Dios el que reivindica la justicia a los más pobres, la primera función de la
justicia real es declarar justo al que ha sido inculpado injustamente. Como segunda acepción, en la
actividad real de administrar justicia vendría el declarar culpable al que es digno de tal declaración.
La justicia, en segundo lugar, conlleva un significado de carácter comunitario. Von Rad, dice que sadic
es la persona que cumple las exigencias de la comunidad a la que pertenece. La sedeca es la persona que
vive en la sociedad de forma íntegra e irreprochable. En el deuteroisaías nos vamos a encontrar con una
acepción de la sedeca absolutamente nueva, expresada en la figura del justo doliente, del siervo de Yahvé.
Dios se va a servir de este justo que carga con los crímenes de todo el pueblo para implantar su sedeca,
para cargar con los crímenes de todos los pueblos. Esta figura será enigmática para el judaismo, pero
pronto el cristianismo va a identifica a Jesús.
Tras el destierro de babilonia, la justicia va a ser vista como una realidad que desciende del cielo. Sal 85,
11-14 “de los cielos asomará la justicia”, Sal 99, 4 “cielos lloved vuestra justicia”. Esta justicia que viene
del cielo va a ser vista como una realidad absolutamente necesaria para el hombre, porque va a ser la
justicia divina que se convierte en juicio de la injusticia humana (cf. Sal 118,9). Esta justicia divina va a
alcanzar un carácter escatológico, es una justicia que va a redimir a liberar la entera historia de la
humanidad (cf. Is 46, 12; Is 51,7). Esta justicia escatológica la encontramos también en la literatura
posterior al libro del eclesiástico, en torno al año 100-130 d.C. muy especialmente en la literatura
apocalíptica. Justicia que de forma clara y rotunda desciende del cielo y transforma la entera realidad del
hombre y del mundo (Dn 9,24 nos habla de las 70 semanas en las que se implantará la justicia eterna de
Dios).
El termino gracia: tecná en griego, jaris en la teología paulina aparece en el Nuevo Testamento 135
veces, de las que 100 es en las cartas paulinas enRm y Corintios^ EnMty Me no aparece el termino gracia,
en Le 4 veces y en Jn aparece 8 veces. Esta reducida presencia de la gracia en los escritos sinópticos no
quiere decir que esté ausente. Así por ejemplo en las escenas del Bautismo o de la Transfiguración se nos
presenta a Jesús como el Hijo amado, es decir, como aquel en quien Dios se complace. Lucas le llama “el
elegido”. Al presentar a Jesús como el llamado, el elegido por excelencia, nos pone de relevancia de modo
supremo, de modo pleno, el amor salvífico de Yahvé. Después de los profetas, Dios nos envía a su Hijo
amado.
Segunda realidad ligada a la gracia en los sinópticos es la realidad de la llegada del Reino de Dios, cuyo
instaurador es el propio Jesús. La presencia del reino se identifica con la persona de Jesús y este reino
conlleva la salvación del hombre. Por tanto, el concepto de Reino de Dios es un concepto que se asemeja al
concepto de gracia. El reino es una realidad histórica, es Jesús mismo con su obrar, con su persona está
presencializando el Reino. Al mismo tiempo de ser una realidad histórica, es una realidad escatológica. El
reino es siempre gracia, es una realidad que el hombre no construye con su quehacer, el Reino ha irrumpido
en la historia, pero no ha llegado a su plenitud, la presencia del reino es una presencia velada, latente (tal y
como nos recuerda el CVII en Gaudium et Spes). Este ‘ya’ de la presencia del reino se extiende de forma
dinámica en los retados de los Evangelios sinópticos.
Una realidad expresada en las parábolas de Le, como cosecha que madura, un árbol que crece, una. masa
que fermenta, un grano. Por tanto, los sinópticos nos ofrecen una visión de presencia germinal del Reino.
Presencia germinal del reino'que se inicia con la Encarnación del mismo Hijo de Dios, que se prolonga en
toda la existencia de Jesús y que tras la resurrección continuará en la misión de la Iglesia. Con la
matización de que 1a. Iglesia no se identifica con el reino, la Iglesia no es ya el reino, la Iglesia está al
servicio del reino. La Iglesia es sacramento del Reino de Dios, no es el Reino de Dios.
En los Evangelios sinópticos se nos ofrece la relación entre el misterio del mutuo amor entre el Padre y
el Hijo y la salvación del hombre. Entre Dios y Jesús existe una relación de mutuo y exclusivo amor y
conocimiento. Es justamente en este misterio de relación única entre Jesús y el Padre en la que -con actitud
de abandono filial- Cristo ofrece el sacrifico de su vida. Por tanto, en esta entrega de su vida se cumple y se
revela el acto salvífico definitivo de Dios para con el hombre. De ahí que toda la teología de los Evangelios
incide en que la salvación de todo hombre está vinculada ante la.persona de Jesús: Adhesión o no. Porque
es en la persona de Jesús, en su entrega, en su muerte sacrificial donde se realiza la redención (cf. Me
18,45).
a. Teología Paulina
¿Quién es la gracia para san Pablo? Jesucristo. Así comienza y finaliza sus cartas: “la gracia de nuestro
Señor Jesucristo” San Pablo llama a la gracia jarís. Identifica la gracia con la condición de Kyrios, el Señor
resucitado; entronca así la gracia con el misterio pascual.
Importante en ICo dice Pablo que ‘por la gracia de Dios soy lo que soy’. La resurrección de Cristo es el
fundamento de la gracia-y de la fe. En Ef 1 se nos expresa que Dios nos ama en Cristo. Ef 1 es el himno
cristológico, en que la literatura paulina nos expresa en forma de cántico la elección de Dios por el hombre.
Dios nos eligió en la persona de Cristo, con una decisión absolutamente gratuita, en Cristo recibimos el
amor que Dios. Por tanto, en este himno cristológico de Ef 1, se nos muestra que el amor del Padre al Hijo
abarca en él el amor a todos. Somos hijos de Dios en cuanto participamos del amor del Padre a su propio
Hijo.
San Pablo ve en la Encamación del Hijo de Dios el cumplimiento inicial del amor salvífico del Padre. El
Hijo de Dios siendo rico, se hizo pobre por nosotros para enriquecernos con su pobreza, se apropió de
nuestra carne sometida por el pecado, para en su carne, vencer el pecado y la muerte. El Hijo de Dios si
hizo hombre como nosotros para que podamos recibir la adopción filial y la justificación. La muerte de
Cristo va a ser interpretada en clave de liberación (cf. Rm 8,3). La muerte de Jesús aparece como la fase
culminante de la apropiación de nuestra existencia mortal por parte del Hijo de Dios en la Encamación. En
esta muerte liberadora se cumple y se revela el amor del Padre a la humanidad pecadora.
San Pablo junto con esta visión qué nos ofrece de solidaridad “uno por todos”. San Pablo tuvo una
conciencia privilegiada del valor salvífico de la resurrección de Cristo. Cristo ha resucitado como principio
de vida de toda la humanidad, es en él y por él, donde aparece anticipada la resurrección de todo hombre,
de cada hombre. De tal manera que, tal y como nos presenta la carta a los Colosenses Col 3, 1-4 “buscad
las cosas de allá arriba donde está Cristo. Porque vuestra vida está oculta con Cristo en él.” Pablo nos
presenta la vida del hombre en clave de participación en la vida resucitada de Cristo. El termino con que
San Pablo se va a referir a la resurrección será esjemá Fil 3,21 ‘El transformará este cuerpo en cuerpo
glorioso como el suyo” esjemá es cambio de ser, trasformar, no es una modificación accidental y periférica.
Este cambio se verifica mediante una fuerza dinámica energeia en virtud del poder, de la energeia que
posee para someterse a sí todas las cosas. Pablo apunta al Cristo cósmica Rm 8,20-23 “La creación fue
sometida por aquel que la sometió en la esperanza de ser liberada de la servidumbre para participar de la
gloria de los hijos de Dios”.
En Rm 8,29, junto con esta ‘transformación’ encontramos otro concepto teológico clave, es el concepto
de eikón “los llamó a reproducir la imagen -eikon- de su Hijo”. La antropología teológica de Pablo se
fúnda en la imagen del Hijo, el eikon del Hijo. El hombre está llamado a reproducir el eikón del Hijo
porque Cristo es la imagen de Dios invisible. La antropología paulina es radicalmente cristológica.
Reproducir la imagen de Cristo es dejarse modelar por la presencia dinámica de él. ICo 15,49: ‘Ya que
hemos llevado la imagen del hombre terreno, también llevaremos el eikon -la imagen- del hombre celeste’ .
Otro concepto es el metamofoien ‘revestimiento’ Ef 4, 21-24 “revestios del hombre nuevo creado sobre
un Dios en la justicia, la santidad y la verdad”. Para revestirse del hombre nuevo es necesario despojarse
del hombre viejo. Esta transformación, este esjemá este cambio en el ser, se verifica por la fuerza de Cristo
en el hombre Gal 3,27: “todos los bautizados os habéis revestido de Cristo”. Esta antropología teológica no
afecta solo al hombre, sino a toda la creación, porque toda la creación ha sido sostenida, afianzada,
recapitulada en la vida gloriosa de Cristo.
Otro punto importante de la teología paulina: Pablo presenta la salvación del hombre como una
salvación total, no se salva el ‘alma’ humana, lo que se salva es el hombre entero y esta salvación del
hombre entero la encontramos en la teología del con- resucitar, con-vivir, el ser co-herederos de la vida de
Cristo. 1 Co 15,19: ‘Si solamente para esta vida tenemos puesta nuestra esperanza en Cristo, ¡somos los
más desgraciados de los hombres!’, dice Pablo. La salvación del hombre entero es posible por la
participación en la gloria de Cristo resucitado, que expresa san Pablo con el concepto de koinónia, en
comunión con Cristo. Ligado a este concepto de koinonía hemos de añadir todos los conceptos del ‘con’
con-vivificados, coherederos, con-glorificados, con Cristo.
- La j mistificación
Es un tema que se convierte en el siglo XVI en el tema nuclear respecto a la gracia y es el tema de
diatriba, de ruptura teológica entre el catolicismo y el protestantismo. La interpretación católica de la
justificación enPablo. Partimos de 1a. carta a los Gálatas 2, 16: «...el hombre no se justifica por las obras de
la ley, sino por la fe en Jesucristo».
La acción justificadora se expresa con un verbo (dikaioün) que importa no tanto una simple declaración
forense de inocencia cuanto la acción por la que Dios comunica su «justicia» al hombre. Dios hace justo a
quien comunica su gracia, hay una nueva creación, hay un nuevo nacimiento, hay una transformación (Rm
6 y Rm 8). El segundo aspecto de que el hombre no se justifica por las obras de la ley, sino por la fe, por la
pistis. En Cristo es alguien en quien se hace justo el hombre, eso significa ser justificados. Para Pablo el
estar unidos a Cristo implica ya vivir no desde el propio yo, no desde la propia carne, sino vivir desde
Cristo. Col 3,3 “es Cristo quien vive en mí” no vivo yo. Por tanto, el ser justificados implica vivir ya
mediante en adhesión personal a Cristo. Pablo contrapone el sarx al pneuma. Sarx es la realidad del mundo,
la realidad del pecado, la realidad del hombre caduco, debilitado y el pneuma presencializa la dinámica
transformadora desde Cristo.
En la situación del hombre nuevo en la gracia se da un cambio operado por el amor. La fe, para Pablo no
es posible vivirla sino desde la dinámica de acoger la entrega del amor de Cristo por nosotros. La fe es una
dinámica de interrelación personal con Cristo. Esto.es lo que quiere contraponer Pablo respecto a las obras
y a la ley, como forma vieja de vivir el hombre. Si es una dinámica de relación interpersonal es una
dinámica que se sigue desde la clave de acoger el don, de acoger la entrega gratuita de Cristo.
Profundiza la realidad del hombre frente a Dios en modo judaico. Pablo va a introducir la clave de
cambio, la relación entre la fe y la gracia. Para ello Pablo hace una lectura de la gran figura del judaismo
que es Abraham. Abraham no tuvo la justicia de Dios por las obras sino por su fe. A los patriarcas los
presenta desde la clave de la elección, no son modelo de creyente por su obrar, sino que fueron
predestinados por Dios, no son sus méritos los que pueden ser presentados como razón de su vida de justos,
sino por la elección.
Pablo enseña que es el ‘ahora’ escatológico de esa nueva vida el que opera esa nueva vida. ¿Qué modelo
de fe nos presenta Pablo? Es la fe incapaz por si misma de alcanzar la autosalvación por las obras. Esa fe
está marcada para Pablo por la obediencia -hypakoe-. La obediencia para Pablo es ponerse a la escucha es
en primer lugar auditare, escuchar y desde la escucha acoger la gracia que me es entregada y responder
confiadamente desde la entrega a esa gracia.
La pistis es acoger a Aquel a quien en la fe yo doy crédito. La fe no es una actitud ciega del hombre
frente a Dios, la fe es acoger la verdad que llega a mí como gracia, y acogerla en el corazón, en el
sentimiento. El primer aspecto que se subraya en la pistis paulina es acoger en confianza, entraña una
respuesta de amor. Y en esa respuesta de amor del hombre que por fe es justificado, Pablo introduce las
obras. La ética paulina es una derivada de la respuesta de la fe. En Pablo la contraposición fe-obras no
implica una eliminación de la ética en la vida de la gracia. Todo esto queda integrado.
El autor de la carta a los hebreos nos introduce en una comprensión de Cristo profunda, en la clave de
mediación sacerdotal. Cristo, el que intercede por el hombre. Cristo que está sentado a la derecha del
Padre. El autor de la carta a los hebreos ofrece con autoridad la filiación divina de Cristo. Cristo es el Hijo
obediente, pero al mismo tiempo de subrayar de forma palmaria la filiación divina de Cristo, subraya de
modo vigoroso la autenticidad de la experiencia humana, su experiencia del dolor, de la tentación. Jesús es
el Hijo de Dios, Dios que vive desde dentro el destino humano, que lo comparte de manera radical. Cristo
ha sido semejante a nosotros en todo, menos en el pecado. El hombre semejante a nosotros en todo, el
hombre que asume la experiencia humana de la prueba, en comunión con todos los hombres. Desde ahí nos
presenta a Cristo como el verdadero y único sacerdote. El valor del misterio salvífico de Cristo se funda en
la solidaridad del Hijo de Dios con el hombre. Hb 2, 10-17 “Cristo se hizo nuestro hermano, apropiándose
nuestra existencia mortal, para por la aceptación voluntaria de nuestra muerte, vencer la muerte en sí
mismo y para nosotros”.
El Hijo de Dios se hace participante de nuestra condición mortal para hacernos participantes de su
gloria. Esta clave sacerdotal va a ser leída en la patrística como el admirable intercambio, el ‘admirable
comercio’ que se da en la salvación. ¿Cómo puede Cristo hacer de mediador entre Dios y el hombre?
Como puede ser sacerdote para el hombre, si Cristo renuncia a su posición divina y se somete de manera
radical a la condición humana. Aquí nos encontramos con el punto nuclear de toda la carta a los hebreos,
Cristo consuma su sacerdocio precisamente en el cielo en la vida gloriosa. El que compartió de manera
radical toda la condición humana, consuma esa entrega sacerdotal, consuma ese sacerdocio siendo exaltado
a la derecha del Padre “para interceder por nosotros”. Por tanto, la muerte de Cristo, su entrega sacerdotal,
está para el autor de la carta a los hebreos indivisiblemente unida a su glorificación en la vida celeste.
Porque Cristo ha resucitado y ha sido exaltado a la diestra del Padre, su sacerdocio permanece para
siempre, es imperecedero. Dice el autor “por eso puede .siempre salvar a los que por él se acercan a Dios
viviendo para siempre; Cristo está intercediendo a favor nuestro”. Solo es ahora por la acción, por la
consumación de este sacerdocio de Cristo cuando la causa del hombre, solo ahora el futuro del hombre deja
de ser mera utopía y se convierte en una esperanza real y fundada para el hombre. Entró en el cielo para
presentarse ante Dios a favor nuestro, intercediendo por nosotros. Evidentemente, este sacerdocio
imperecedero solo puede ser entendido desde el carácter de acontecimiento único, irrepetible e irreversible
hecho de una vez para siempre.
1) El vínculo absolutamente único que existe entre Cristo y Dios. El calificativo de unigénito expresa el
amor singular de Dios a Cristo. Él es su elegido. Éste amor singular aparece expresado para Juan como
don, El Padre ama al Hijo y le ha dado todo. Todo lo que tiene el Padre es también del Hijo. Todo lo que
tiene el Padre es don del Hijo. Intima comunión entre ambos Jn 11, 15; Un 13,1-2; 1 Jn 5,2 “Tu en mí, yo
en ti”. Este vínculo único expresado en la formula uios ton Zeu, en Juan aparece de manera diferencia
respecto a cuándo el autor del cuarto Evangelio se refiere a la filiación de los creyentes. No les llama uios
ton Zeu, sino que dice Tecna ‘engendrados’. Y esta diferenciación de fórmulas la utiliza Juan para
diferenciar radicalmente a la filiación de Cristo y la filiación del creyente.
2) El segundo aspecto que encontramos en la teología joánica se refiere al amor de Dios al hombre y al
mundo, entregando el Don supremo de su Hijo único. De tal manera que el amor del Padre al Hijo es lo que
determina la misión del Hijo en el mundo. Esa misión está concentrada en el misterio de la Encarnación y
en el misterio pascual. El amor del Padre al Hijo incluye el amor al hombre “los has amado como me has
amado a mí, para que el amor con que me has amado esté en ellos” (cf. Jn 17,23-26). Hay, por tanto, para
Juan una progresión trinitaria sacramental del amor. Dios ama a su Hijo y es con ese mismo amor con el
que ama al hombre. Al igual que Cristo ama a los suyos con el amor del Padre. Para Juan el amor fraterno,
el amor posible entre los hombres es participación del amor trinitario, del amor del Padre al Hijo.
3) El tercer aspecto que presenta la teología de Juan: la función vivificante de Cristo al hombre. Es
Cristo quien entrega, comunica, la vida eterna al hombre. Envió al mundo a su unigénito para que vivamos
por él. Esto es presentado en la teología joánica como el que da la vida a los hombres. Cristo da su vida
porque la recibe del Padre. lJn 1, 2. 5,50 y Jn 6. Cristo se presenta como el pan verdadero de la vida.
Comunica a los hombres la misma vida divina que él recibe del Padre. Cristo se convierte en el pan de la
vida (cf. Jn 6), porque Cristo se apropia de nuestra carne mortal, se hace solidario a nuestra muerte, para
entregarnos su vida gloriosa. En Juan la encamación no se presenta tanto como kenosis, como humillación,
sino que la Encarnación es no tanto para la muerte, para la ‘hora’, sino Encamación para la exaltación. Es
presentada la Encarnación por .Juan como el inicio de la glorificación. Juan introduce las metáforas de Vida
y de Luz como complementarias para subrayar como Cristo se convierte en la luz de la vida. Cristo ilumina
vivificando. El hombre unido a Cristo por la fe, puede tener la vida. La misión de Cristo en el mundo
también es revelar al Padre; es lo que le convierte en el paradigma del testimonio de la verdad.
Y el tema de la. Verdad es otro de los temas que encontramos en el IV Evangelio. Relación entre verdad
y fe, se encuentra en el capítulo 17 de, Juan. Si Cristo testifica en su persona al Padre, Cristo es para Juan al
mismo tiempo objeto y sujeto de la fe, de tal manera que creer en Cristo pisteuein jo Cristo, es inseparable
de creer a Cristo. Para Juan esto es así porque Cristo es al mismo tiempo el revelador y lo revelado. La
verdad para Juan tiene una absoluta estructura personal. Creemos en el mensaje de Cristo porque creemos
en su persona. Creemos a Cristo porque creemos en Cristo.
Solo Cristo conoce al Padre y transmite el conocimiento que el mismo tiene del Padre. Nadie puede
llegar al Padre sino por Cristo. Cristo es también el Camino. La triada de Juan: Cristo camino, verdad y
vida.
4) El cuarto aspecto de Juan, la dimensión pneumatológica del misterio de Cristo. Cristo ejerce su.
función de ser vida, de ser luz, de ser verdad, por medio de ser luz, de ser pneuma. La teología joánica pone
de relieve que el Espíritu Santo es el espíritu de Cristo. Es mediante su espíritu, el Espíritu de la verdad,
como en Cristo glorificado da a los hombres el conocimiento sobre el misterio. Y como se lleva a cabo este
conocimiento de Cristo que lleva a cabo el pneuma, el espíritu. El Espíritu es el agente divino regenerador.
Solo puede aceptar la Revelación de Dios en Cristo quien ha nacido de Dios por el espíritu, solamente
puede venir a Cristo quien es internamente atraído en Señal por el espíritu, de tal manera que la interioridad
ya profetizada en el AT, aparece ya lograda y consumada por la acción regeneradora del Espíritu de Cristo.
Para conocer la verdad, a.Dios, dice Juan que es necesario nacer del espíritu, nos está indicando que la
fe es anterior a las obras. lJn 2,29 “no porque obra la justicia el hombre nace de Dios, sino es quien nace
de Dios el que es capaz de obrar la justicia”. El nacimiento por el Espíritu implica que nadie puede amar a
Dios ni conocerlo si no es porque él nos ha amado primero, lJn 4,19 “somos capaces de amar a Dios
porque él nos amó primero”.
La vida eterna., Cristo como vida eterna para el hombre. La gloria del hombre, para Juan, no consiste en
la vida eterna plenificada por la resurrección Jn 6,39; 14,2-3. Acceder a la vida plenificada, a la vida eterna
es estar con Cristo, implica participar de la gloria del resucitado. El simbolismo del agua y de la sangre
utilizado por Juan expresa la dimensión pascual de la gracia. El agua es símbolo del espíritu. La sangre es
el símbolo del sacrificio. 1 Jn 5,7-8 Jn 19,34. La Iglesia siempre interpretó el simbolismo del agua y sangre
que salen del costado de Cristo como el símbolo de la nueva humanidad. Cristo lanza el agua y el Espíritu
hasta nuestros días en la nueva humanidad que es la Iglesia.
Para Juan ‘nacer de Dios’ es sinónimo de conocer a Dios. Es el Espíritu el que pone en el hombre, a
través de la gracia, el conocimiento de Dios. Juan lo llama Espíritu de la verdad (pneuma tes aletheia). Se
trata de la verdad revelada (Jn 14,17-26). Conocer a Dios es creer en Cristo y creer en Cristo es efecto de
una atracción anterior, de una enseñanza anterior. El Espíritu Santo es vuestro maestro (Jn 14, 16s; 6, 44-
45) por tanto conocer la verdad es conocer a Cristo. Los discípulos son los que conocen por la fe a Cristo,
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porque han recibido la unción del Espíritu y con ella el conocimiento de Dios-' . Quien no ha nacido de
Dios no puede conocer que Cristo es el Hijo de Dios. La gracia en Juan no es un objeto, sino que es una
relación que implica la regeneración interior, que implica la atracción a creer en Cristo y con ello a conocer
la Verdad, a conocer a Dios.
Leemos en la carta a los Romanos que esta acción del Espíritu no solo afecta al ‘yo espiritual’ al.
individuo, quien se reviste de Cristo se hace uno, con Cristo en Todos. Ese ‘uno’ es la Iglesia Gal 3,27-28
«Los que os habéis bautizado en Cristo os habéis revestido de Cristo: ya no hay judío ni griego; ni esclavo
ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús». Esta idea del ‘uno’ del cuerpo
místico de Cristo, está presente en ICo 12, 12-28.
La gracia se extiende a toda la creación, la vida nueva de la resurrección es una realidad que impacta en
todo lo creado. Por tanto, a toda la creación llega la huella de la resurrección, la nueva creación. Toda la
creación está gimiendo esperando ser liberada.
El ministerio apostólico tiene un importante lugar en la teología paulina. Es visto como un ministerio al
servicio de la conformación del hombre con Cristo. El servicio de los apóstoles tiene un papel importante
en la gestación y en la conformación del hombre nuevo. Por vosotros sufro dolores de parto, hasta ver a
Cristo conformado en vosotros.
Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y a la piedad, mediante el
conocimiento perfecto del que nos ha llamado por su propia gloria y virtud,'por medio de las cuales nos
han sido concedidas las preciosas y sublimes promesas, para que por ellas os hicierais partícipes de la
naturaleza divina, huyendo de la corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia. Por esta misma
razón, poned el mayor empeño en añadir a. vuestra fe la virtud, a la virtud el conocimiento, al conocimiento
la templanza, a la templanza la tenacidad, a la tenacidad la piedad, a la piedad el amor fraterno, al amor
fraterno la caridad. (2Pe 1,3-7)
Se habla en este texto del hombre como partícipe de la naturaleza divina. Koinonoi phisis energeia. Se
introduce el termino koinonoi -estar en comunión con- la exégesis apunta en este texto que el autor sagrado
parece introducir una expresión inadecuada en lo referente a la gracia. La exégesis interpreta este llamativo
texto en el sentido de que, para el autor sagrado, los cristianos no es que participemos de la esencia divina,
sino que a partir de la gracia participamos de los atributos divinos, en especial de los atributos divinos más
destacados: la inmortalidad y la incorruptubilidad. Pedro nos dice que el cristiano que se une Cristo
resucitado por el Bautismo, participa de esas dimensiones de inmortalidad e incorruptibilidad propias de
Cristo resucitado.
Baneste: critica la transmisión del pecado por generación, el pecado original
propiamente son los pecados personales entendido como el rechazo de la gracia. Adan
es el símbolo de la comunidad pecadora.
Villamonte; habla del cristianismo sin pecado original, el pecado original no es una
verada de fe propiamente de otro, sino un argumento teológico. Porque entraría en
contradicción con la idea de salvación para todo el género humano.
1. la justicia original
porque la teología tiene que hablar la justicia original cuando Trento no habla de justicia
original. Antes de la libertad humana existe el designio salvífico de Dios hacia el
hombre. El Big Ban de la historia comienza con el designio salvífico de Dios sobre el
hombre. Lo primero en la historia es el designio salvífico_ de_DIOS. La_teología
argumenta que lo primero que existió fue la gracia desde siempre. Dios crea al hombre
enla^gracia^^yJo hace porque Dios crea al hombre en vistas a cristo. Él hombre se va a
constituir en gramática de una posible encamación de Dios en la historia. Este designio
es único.
Gn 2; simboliza el único fin de la historia este sí del estado del paraíso. Este paraíso se
encuentra como un “NO”. En Gn 3; es el no de la libertad humana. El nuevo camino
será el camino redentor de Cristo para remedirá este no de Gn 3 en la cruz.
La economía salutis
GN 3 no a la comunión
Resulta por tanto una economía crucis, de la cruz para restaurar la comunión (segunda
economía crucis).
¿existió el estado de justica original? Según Trentoi no es verdad de fe, declarar. ¿La
justica original existió? Los medievales decían existió, pero en res. Lo que se tiene que
afirmar que el hombre ha sido creado para vivir e en estado de justicia original, que
haya existido o no porque le pecado del hombre ha frustrado este plan. No lo sabemos.
El mal no existía, pero existía la posibilidad del mal en el hombre, el hombre podía
razonar el mal.
La escatología hay que entenderlo como la consumación total del ser. Jesús temía una
autoposeción de sí mismo, implacable. El cordero que quita el pecado del mundo. Von
Baltazar; defíne al hombre con el hombre de la libertad suprema.
b) El don de la inmortalidad
La muerte como una de las penas del pecado. El salario del pecado.esJa muerte, el
hombre es un ser único en la cual la muerte va incluido, es como cualquier ser vivo.
El hombre muere con cristo para resucitar. Cristo muerte y vive la experiencia de la
muerte con una donación y libertad. Este nuevo modo de vida, no me quitan la vida yo
la entrego.
La muerte es una experiencia vivida no por rebeldía sino, en modo cristiano como
cristo. Hay dos formas de muerte la del hombre en pecado, es la muerte en pena y es
Ranher considera que el pecado original originante es responsable de toda la
humanidad. Que tenía la opción convertirse en mediadora de la gracia.
La con causalidad: constata la primera realidad del pecado incluye la relevancia de toda
esa realidad de pecado el hombre va ofrecer. Afecta a toda la humanidad; porque una
humanidad a puesto en marcha el pecado.
La teología del pecado original en Tomas trata del pecado antes del descenso
soteriológico.
Hoy se habla del pecado original desde la cristología se habla de citología y luego de
pecado original y la solidaridad primordial en cristo superior a la solidaridad de Adán.
Desde Cristo entendemos la solidaridad de Adán.
Por un lado, es la tesis jurídica (pos tridentina) y la figura que sobre sale es el
cardenal (Hugo). El punto de partida para explicar el pecado original es el pecado
personal.
Es distinto de Lugo que afirma la unidad de pecado orignal y personal, lo mismo. Milot
afirma que es imposible tal relación. Lo que podría hacer es una analogía.
vacío y amenaza al ser. La muerte en gracia, es aceptar la finalidad de nuestro ser
creatural.
Karl Ranher dirá que todo morir es un acto de incredulidad o un acto de fe porque la
muerte es un acto supremo de la vida humana, porque pone fin a la existencia terrena y
por tanto, exige una respuesta definitiva de aceptación o rechazo. La justicia original
hay existido o no es una realidad indebida a la vida del hombre porque podía ser creado
como cualquier otro ser vivo.
Es el acto concreto de desobediencia cometido por Adán-y.Eva. Ese el sujeto mismo que
ha puesto en marche el pecado original.
Por ello, nos distinguimos de los gnósticos. Porque si no hay pecado originante se diría
que el hombre fue creado como un ser en defici, con carencias. Y le imputarían a Dios
una mala creación o podríamos afirmar equivocadamente un neo gnosticismo que el mal
sería algo inescrutable.
Como explicar que todo hombre está afectado por el pecado, llamado el misterio
Iniquitatis.
Ranher: para evitar una visión fatalista del pecado es preciso hablar de una dinámica
responsable presente en la historia. Por tanto, el pecado original originante entendido
como una....
El sujeto del pecado original originante. Ruiz de la peña (libro) que es don de Dios,
antropología teológica habla no es una verdad definida.
el monoculpismo
Entiende la teroría teolgica que la justicia original es un don añadido al hombre, como
accidente y se transmitiría junto con la naturaleza.
Adán cuando peca este don añadido a su naturaleza pierde la justicia original, y también
para toda la descendencia humana. La naturaleza que transmite es una naturaleza
privada de la ¡justicia original.
Cuando el hombre nace, nace privado del don accidental. El pecado original para la
explicación ontológica a la privación de esa justicia original que Dios quizo para el
hombre. El individuo no es pecador en cuanto sea el autor de un pecado de una realidad
que Dios quiso para todo ser humano. El pecado personal, este estado de pecaminosidad
le es propio.
Ventajas
Deficiencias
Cada ser humano nacemos miembros de una sociedad de pecado o reino de pecado. Esa
privación para mediación de la gracia es el pecado porque nacemos ene le seno de una
realidad de no salvación.
Latoma de conciencia del pecado será cuando sea responsable de sus actos. ¿El hombre
que no cuenta con la gracia es capaz de hacer actos buenos? Sí, Porque la naturaleza ha
quedado herida más no destruida. El pecado personal sería el pecado original en acto,
realizándose porque el pecado original no sería solamente una realidad histórica y que la
cometió solo Adán, sino que es una realidad del presente.
El mal existe porque hubo una libertad de un hombre o una humanidad. El pecdo
original da la incapacidad déT hombre para abrazar el bien. En la economía de la
salvación lo importante es la gracia no el pecado. Esta marca el camino antropológico
de la teología. En La segunda creación la gracia ya queda radicado el pecado.
Viene de la radix (raíz) el hombre es arrancado de la raíz del pecado, pero ello, no
implica la total extinción del pecado porque el hombre después del bautismo ¿cómo el
hombre comete pecado? Es por la concupiscencia.
En cuanto deseo personal asumimos la realidad del pecdo original condiciona nuestra
vida y puede determinar nuestra propia voluntad. Podemos pecar por omisión o
comisión. Es imposible desarrollamos con nuestras propias fuerzas.
Teología de la gracia
A) La sagrada escritura
El bañan; significa inclinarse, elevar la mente hacia alguien apiadarse, obrar bien con
alguien, compadecerse de alguien, no inclinarse con condescendencia. Se subraya una
acción determinada de aproximarse benevolente hacia alguien para hacerle el bien.
Implica una respuesta a la privación de alguien. Tiene que hablar un ser en un estado de
superidad que se inclina para compadecerse del que esta privado. Lo encontramos en la
oración en estado de deficiencia, calamidad, enfermedad, necesidad, suplica a Yahvé
que lo salve (salmo 9,11) piedad de mí Yahvé, mira mi aflicción. Job habla de esta
actitud.
El salmo 26,11 llevó una vida integra rescatante y ten piedad de mí, se implora la
salvación.
Esta experiencia de hanan culmina en una acción litúrgica tu eres un Dios compasivo y
misericordioso hanan rabuni.
Hanan= ha el motivo por lo que halla el favor divino Le 1,30. Hallar gracia a los ojos de
DIOS. Este es paradigma mañano
Hesed: Subraya las relaciones recíprocas entre los hombres, que constituyen la unidad,
significa, bondad, amistad, amor entre sus miembros. Se regula por derechos y
obligaciones. Se encuentra en las alianzas políticas y pactos de cultura de su tiempo.
El uso bíblico es de aquel que olvidarse de sí se muestra favorable al otro. Hesed entra
hacia otro. El plano bíblico es el plano de amor. Dios establece su Hesed su alianza
revelándose al hombre como es, como Dios clemente compasivo y misericordioso hasta
la milésima generación, de misericordia infinita tiene su máximo exponente en la
liberación de ejipto.
En los salmos aparece de modo más frecuente, a Hesed de Dios, salva, cuida, conserva
la vida. Hesed-emed.
Emed: subraya el amor de perpetuo de Dios con el hombre, fidelidad perpetua significa
que su amor es fiable. Significa que se puede confiar en Dios, fiable y veras porque es
eterno y estable.
Emed está también en las relacione interhumanas. DIOS ES fien para perdonar nuestros
pecados, él es el emed.
Es iniciativa de Dios va a gener el amor como respuesta a ese amor. Los profetas
inscitan que el pueblo debe responder al hesed de Dios el pueblo debe recibir con emed,
esa iniciativa de Dios. Esa alianza se debe expresar en la albanza y reconocer el Hesed.
Amor de Dios a los hombres y ahacia el prójimo. El hesed culmina en la liturgia y
alabanza hacia Dios y acaba en justicia, amor horizontal. Término, la liturgia, justicia y
caridad. La respuesta del pueblo incluye la verdad justicia y alabanza. No conoce
límites. Salmo 63,4 tu hesed y tu emed vale más que la vida. Salmo 63,9 en la vida y en
al muerte me acompaña. Supera las barrearas de la muerte del hombre.
4 Replicó la serpiente a la mujer: «De ninguna manera moriréis. 5 Es que Dios sabe muy bien que el día en que
comiereis de él, se os abrirán los ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal.» Gn 3,4-3
La divinización es una palabra antigua, porque representa el motivo del pecado del pecado original. La divinización
es- la propuesta que la serpiente hace al hombre en el principio para que coma del árbol: «seréis como dioses».
Debemos anotar que la serpiente se ha equivocado en el tiempo verbal porque ya lo somos. Hay una tentación de
pensar como futuro lo que en realidad me ha sido dado y no lo debo alcanzar por mí mismo porque me ha sido
dado por Dios. El contenido de la divinización es Dios mismo.
Hay una intuición profunda de este origen, ahí debo buscar para saber dónde debo ir. La creación del hombre es a
imagen de Dios. Según la antropología teológica estamos emparentados con Dios, somos con Dios. Y esto ¿cómo
lo sabemos? Porque poseemos la misma sangre. Los Padres dirán que por eso podremos recibir la comunión
sacramental porque nuestra sangre está emparentada con la de Dios. La parentela nos viene de recibir el soplo del
Espíritu y ser conformados al Hijo que ha asumido nuestra humanidad.
La divinización puede ser una tentación diabólica por eso hay una prohibición de usar esta palabra sustituyéndola
por la palabra humanización. Esto no va bien para la concepción cristiana porque ser más humano es ser más
divino, más crístico... También es importante ver el contexto en el que se usa esta palabra. El New Age usa la
palabra divinización, pero en otro modo. Para nosotros la divinización es una vocación dada en el origen y la
acogemos como vocación. Cada religión tiene un modo de explicar la relación entre lo humano y lo divino, ya que
la misma palabra religión es “vínculo entre el hombre y Dios”. Esto se explica en el contexto de la cultura religiosa:
la poesía es una nostalgia de lo divino, la filosofía es un testimonio extraordinario de la parentela entre alma,
mente, pensamiento y Dios, la arquitectura de las pirámides es un modo de relacionar la tierra y el cielo. Se da una
visión del mundo y de la historia, trágica, bella, exigente a partir de la divinización. Trágica es una imagen inútil,
donde el hombre no será nunca Dios; bella si todo está pleno de lo divino... por eso no podemos hablar de
cualquier cosa cuando nos referimos a la divinización.
En el cristianismo esta palabra no está en la Biblia como tal, sino que es un concepto teológico que se desarrolla a
partir de la fe. Por revelación confesamos que Dios ha creado al hombre a su imagen y semejanza, y nuestra tarea
es descubrirlo. La vocación del hombre confiesa la novedad de la convicción de la realidad en la que se ha llevado
a cabo la encamación. Para San Atanasio encamación y divinización están en el mismo tratado. Dios se ha hecho
hombre para, que el hombre se haga Dios. De esta visión nosotros obtenemos un tratado sobre la creación,
encamación y redención. Cada tratado explica qué es la divinización. El modo como cada Iglesia explica la vida
cristiana depende del énfasis que da a las categorías'teológicas: en oriente la vida cristiana se explica en clave de
progresiva divinización. La vida moral es vida espiritual, el espíritu viene desarrollando su vocación de ser hijo en
el Hijo. La divinización contiene el germen de la teología moral, sacramental y eclesiológica. De la antropología
deriva una eclesiología sacramental espiritual divinizante.
El primero y mejor autor que usó la palabra es Ireneo de Lyon. Ha tenido la genial idea de explicar el hombre
según las tres fuentes de vida que componen la única vida:
Esta vida única compone la totalidad del hombre sin dividirlo. Remitir al centro de la definición del hombre está la
presencia del Espíritu Santo. Si el hombre fuese solo cuerpo y psique sería un animal como los otros. Esto que
califica la humanidad es que el hombre nace en el momento en que Dios se entrega, se empeña en esta nueva
creatura que se llamará hombre. El don de Dios constituye el ser humano. Si se vive solo de cuerpo y psiqué el
hombre muere, porque todo lo creado muere; en cambio creer en la resurrección se debe a la posesión del germen
divino que otorga un cuerpo nuevo (que hace vivir según la caridad) y una psiqué nueva (que hace vivir según 1a.
metanoia). Esta unidad de vida da a nuestra constitución humana la posibilidad de convertir lo humano en divino,
razonar como razona Dios, pensar cómo piensa Dios.
Dionisio Areopagita es más filosófico. Propone una cuestión seria: ¿qué cambia en el hombre a través de la
divinización? Para responder a la cuestión toma a los autores precedentes (Nisa, Nazianceno...), y habla de la
divinización concibiéndola de un modo neoolatónico:
X el 'hombre se diviniza en la contemnlación.
A En la
contemplación viene el encuentro entre Dios y el hombre, en ella viene el milagro que es el de la trascendencia que
se acerca-avecina al no trascendente. La trascendencia de Dios se concede al hombre, pero sin confusión,
manteniendo la diferencia entre ambos, Dionisio llega a decir que hay una distinción entre, el Dios que se comunica
entre la esencia y la energía (potencia, acto). Marca la diferencia entre Dios como persona y el don que da para
participar de su vida. En el hombre. Dios se comunica según la capacidad que resta activa a través de la energía
divina.
Juan Damasceno debe afrontar el problema de las imágenes durante el problema iconoclasticismo trabajando la
cristología y la antropología. El único que puede representar a Dios es la humanidad. ¿La humanidad de Jesús hace
presente la divinidad? ¿O es una máscara? Hay que ver la diferencia entre naturaleza e hipóstasis. El auténtico
icono de Cristo se representa en la naturaleza humana; a través de la naturaleza humana puedo llegar a la persona
que es el Hijo. La persona se diviniza a través de la asimilación del hombre en la relación con Dios a través de lo
humano (símil con.la transubstanciación eucarística).
Aspecto bíblico. El Vaticano U es la primera vez que en un texto magisterial encontramos la antropología
presentada como imagen y semejanza. Por eso difícil tratar el tema siendo tan reciente. De ahí que el principal
referente para tratar el tema sea desde la Escritura.
Aspecto teología trinitaria. ¿De qué Dios se habla al hablar de divinización? Partimos de la primera afirmación del
credo: «Creo en Dios Padre todopoderoso creador del cielo y la tierra. ¿Si hablo de Dios Padre, yo quién soy? Soy
hijo. La paternidad es el primer elemento que aparece. En segundo lugar Dios como creador omnipotente domina la
naturaleza. Como creador omnipotente podría obligar al hombre a amarle, pero Dios que me hace libre como hijo a
pesar de ser creador omnipotente, sobre mí no usa su poder omnipotente, sino que usa la relación, la invitación.
Creemos en la Trinidad donde, hay un Hijo a imagen del cual somos creados. En su rostro tenemos una semejanza
que debo descubrir (cf. Mt 25). El Espíritu es el gran desconocido en nuestra teología católica.
Aspecto patrístico. Los padres griegos son los que más entran en el tema de la divinización. Los padres latinos no
son muy familiares con esta temática. Los griegos se han interesado en eso: si Dios se ha revelado en Cristo, ¿qué
significa esto para el hombre? Del pecado en adelante ¿qué pasa? Debemos tomar como punto de partida para hacer
una antropología la misma creación, incluso con el pecado.
Aspecto filosófico. La temática de la divinización usa términos para hablar del hombre. Así como la filosofía es
valiente para hablar del hombre, hemos tomado palabras de la filosofía y las hemos llevado a la teología. Pero no
funciona así: no se puede hablar del hombre como animal racional. El animal racional es un simio. Es preferible
ser hijo de Dios, porque somos más que los animales. Somos imagen del Hijo, que más que un animal. Por eso hay
que tomar la filosofía con reservas en el contenido de las palabras que nos ofrece.
Teología espiritual, ascética. La ascética es una palabra tabú, porque vivir como asceta es bueno para un budista,
deportista... pero no para el cristiano que es libre. La vida ascética en los autores se da como la decisión de la vida
cristiana, decir sí a un pensamiento y no a otro. La divinización ve a la persona como salvada, no lo que hace para
ser salvado... siendo salvado el hombre vive. Hay que custodiar el paraíso que hemos encontrado: es la prueba de
que somos salvados. En occidente la ascesis es una mortificación, en oriente es conservación del don de Dios,
creación y redención.
Aspecto litúrgico. Es un campo donde se vive anticipadamente la divinización, nos hace ser lo que seremos, nos
hace ser un solo cuerpo, nos hace ser comunión, nos diviniza, no es solo habitación personal de Jesús en mí, sino
que la liturgia nos hace comunión, realiza la escatología. La antropología de la divinización se cumple en la Iglesia.
No es el mito del superhombre, es el énfasis en el hombre como un ser eclesial. El hombre divinizado es el hombre
litúrgico, de la Pascua, de la resurrección.
Cuando hablamos del oriente cristiano es una categoría histórica referida a toda la concepción cristiana que se
mueve en el entorno de Constantinopla. Es el otro pulmón de la cristiandad. Cuando más se conozca al otro, más
católicos seremos porque el hecho de conocer la tradición oriental ayuda a conocer mejor la propia especificidad.
Esto es el signo de los tiempos. No hay mejor ni peor, sino que lo mejor es solo lo que Dios te hace vivir. Hablar de
la diferencia entre la teología latina y teología griega no es cuestión de lengua, sino que es más profundo. Tampoco
podemos hablar de tradición católica y ortodoxa, ya que en la católica hay orientales católicos, y en la ortodoxa no
todos son griegos o bizantinos. También cabe recordar que la teología occidental es católica y luterana.
Dicha apertura del occidente cristiano al oriénte es muy reciente. El término divinización llega tarde a la teología
católica. Congar en el año 1935 escribe un artículo donde habla de La déification dans la tradition spírituelle de
l ’orient. En dicho artículo propone seis puntos en contraste con las dos tradiciones cristianos:
1. Platonismo: el oriente cristiano tiene un modo de razonar cercano al platonismo, en cambio occidente tiene otro
cliché más aristotélico. El oriente es platónico porque insiste en el hecho de que los seres son partícipes de Dios en
el orden de la causa formal, hay una similitud participada porque el Dios creador del mundo da al mundo algo de sí,
la gracia es lo que nos hace semejantes a Dios. Por tanto, no encontraremos nunca una oposición entre naturaleza y
gracia, una diferencia que es típica de una tradición posterior. La naturaleza es ya informada por Dios por tanto es
agraciada. Se subraya la continuidad y a pesar de que el pecado desfigura, imperfecciona la imagen, la criatura es
siempre figurada por Dios.
Occidente sigue la vía aristotélica: las cosas existen por sí, no hay una referencia necesaria a Dios, y por tanto hay
un mundo natural que está hecho por causa y efecto, no por epifanía de lo divino. Fácilmente la visión cósmica y la
religión son separadas y el mundo se ve como una cosa a parte de Dios. Las cosas tienen una consistencia propia y
un principio de actividad. La gracia es un plus sobre la naturaleza, un principio adjunto a la naturaleza, por tanto, se
hablará de natural y sobrenatural (que no tiene el mismo sentido que oriente).
2. Ontología: la teología oriental se dedica a la (Mitología de las cosas, al ser; en cambio la occidental a la
actividad, al hacer... el cliché es oriente es María y occidente es Marta. El orden del ser hace que sea posible hablar
de divinización como aquello que soy por origen, soy algo por origen: imagen creada de Dios, y este ser se debe
desarrollar en manifestaciones del ser, en la actividad. La gracia es concebida en la ontología y de la gracia se realiza
la semejanza, por gracia soy lo que soy y realizo mi vocación. Es el paso del don al cumplimiento.
La visión de occidente considera que el cumplimiento del hombre es la visión beatífica, ver a Dios desde el punto de
vista de aquél que actúa, siendo la gracia un principio de operación sobrenatural. No es necesario distinguir entre
esencia y energía, porque la gracia es la energía.
El recorrido en occidente es que uno se toma santo en la medida en que cumple y asimila sus actos a la santidad de
los santos. Es una conquista del hombre, una respuesta a través de acciones que te llevan a la santidad. La
divinización es actuar según la imitación de Cristo. En oriente la dinámica es Vivir en Cristo, en occidente la
dinámica es la Imitación de Cristo. Es la santidad ontológica y la santidad moral. Algunos santos de oriente no han
hecho ningún milagro porque el milagro por excelencia ha sido conservar la fe.
4. Aspecto del conocimiento, para oriente el conocimiento envuelve todo el ser, lleva a cambiar y transfigurar el
mundo. Participamos de la sabiduría que lo ha creado todo. La palabra sabiduría significa que quien cree es sapiente
y quien es sapiente puede hacer buenos oficios porque participa de la sabiduría divina. Conocer a Dios por
contemplación en oriente es un acercamiento siempre mayor con Dios, conocimiento de sí.
En occidente la sabiduría es una capacidad intelectiva, de leer, capacidad racional, limitada a dicha capacidad. La
encíclica Lumen Fidei afirma aue “la razón sirve a iluminar, la fe ve del inicio al final enelobándolo todo”. La fe
engloba la razón, pero la razón puede no englobar la fe. Es la capacidad de leer un particular,, pero rio hemos
accedido a la totalidad propia de la fe. El fundamento en occidente es distinguir entre fe y razón. El estudio (razón) te
confirma la fe.
5. Cristología. no habría ninguna diferencia entre las tradiciones porque profesan la misma fe. El acento es sobre
algún misterio u otro de Cristo. En oriente la centralidad es el Pantocrátor, Cristo creador de todo, la Pascua como
creador de todo.
En occidente se acentúa la cruz como misterio de la redención. Para tener acceso a la cruz debes confesar el pecado.
El pecado toma sentido ante el Dios que lo ha creado todo. Occidente contempla el verdadero hombre, encamado, en
la pasión, hasta el viernes santo. Hemos subrayado más Navidad que la Pascua. Señalando la humanidad se insiste en
la pasión, la muerte del Señor.. ■. y no en la resurrección porque forma parte de la divina humanidad de Cristo.
6. La Iglesia: reflejo de todo es la visión de la Iglesia en los sacramentos. En oriente la Iglesia es la vida divina
que se revela en la vida de las creaturas, y la divinización se hace presente en las criaturas, creando un nuevo
Pentecostés, es 1a. continuación inaugurada en Pentecostés. La eclesiología oriental es cristocéntrica y
pneumatológica (Zizioulas) dando un sentido como tal de los sacramentos, la jerarquía y la vida litúrgica.
Occidente es una Iglesia militante que combate siempre. La Iglesia es misionera por epifanía, y el rol del sacerdocio
se adquiere por la centralidad de Cristo, en cambio la centralidad del laico es más propia de la pneumatología.
Congar en 1978 escribe el primer texto que habla en la teología latina del Espíritu Santo, siendo el gran olvidado de
la teología católica. Habla de la misma fuente de la Trinidad, la misma fuente de la teología sacramental, el ser de los
laicos ligados al Espíritu Santo, participando de la profecía que está presente en los que son cristianos. El artículo de
Congar es una invitación a resolver el problema de la ignorancia entre los pulmones de la cristiandad: no ignorar el
otro para enriquecerse mutuamente. Debemos descubrir en el otro los elementos que no hemos desarrollado.
Tema 1
LA DIVINIZACIÓN
EN EL RENACIMIENTO BIZANTINO
Gregorio Palamas es el autor esencial para entender la divinización en oriente porque fija la terminología que ha
hecho posible la antropología oriental de la divinización. Para entender cómo llega a ser un autor de referencia en
oriente, tal como Tomás de Aquino lo es en occidente, es necesario pararse en este autor y conocer su vida.
Para llegar a hablar del autor debemos tener claros algunos presupuestos. Palamas es el doctor del hesicasmo que es
una teología fundada sobre un movimiento de plegaria. Es un modo de oración que funda una teología pasando por
una antropología: así como se reza se da una visión del hombre que conduce a un modo de hablar de Dios. Todo
parte de la importancia a este tipo de plegaria.
Hesicasmo:
El punto de partida es la concepción de la plegaria. En todas las variantes posibles la oración es la unión de Dios
con el hombre, encuentro entre el hombre y Dios. Si este encuentro es esencial, entonces hay otro término que
necesitamos explicar: cuánto se necesita rezar y cuándo, determinando la cantidad y el momento. La respuesta de
los monjes del monte Athos de oriente es rezar siempre, incesantemente. De este modo de hablar de la oración, de
la plegaria incesante, se llega a hablar del hesicasmo. Esta corriente es la que da a Gregorio Palamas la posibilidad
de hacer una síntesis dogmática.
Orar incesantemente: sobre este modo de orar hay varias interpretaciones al respecto. Dios no desaparece nunca de
nuestro horizonte. La interpretación de 1 Tes 5,17 crea algún problema: así como el corazón trabaja siempre, la
sangre bombea siempre, en cualquier momento en el que se encuentre el hombre debe rezar. Orígenes propone unir
la intención a lo que se hace. Existe el riesgo de olvidarse de Dios, por eso los mesábanos han dicho que para ser
honestos solamente se debe rezar interpretando la idea de rezar “incesantemente”: quien se dedica a la plegaria no
hacen nada más, ni celebrar la misa, ni trabajar... A Palamás se le acusa de mesaliano.
Otra interpretación de la oración incesante en el s. V afirma que incesantemente se refiere a la comunidad: siempre
hay un grupo de monjes que rezan; la comunidad se divide en tumos de plegaria de 8 horas combinando el trabajo,
el descanso y la oración. Otra explicación dice que no es la acción que se debe considerar, sino el estado del
hombre, en qué estado se encuentra el hombre que reza. Esta praxis comienza en el desierto repitiendo una breve
palabra o frase para que a través de lo dicho se esté unido a Dios. Se crea un método según el cual el modo
concreto de decir la plegaria incesantemente es la repetición incesante de la misma palabra.
Para rezar incesanternente debo estar en paz, tener el corazón en paz: esiquia12, estar en paz, en quietud. Esta
quietud, este estado necesario para rezar es lo que da nombre al método hesicasta. Consiste en que para tener esta
paz y tranquilidad se necesita estar alejado de lo que turba, es un movimiento de alejamiento físico y del
pensamiento para concentrarse sobre el recuerdo de Dios (recuerda Israel) ya que si pierdes la memoria pierdes la
identidad. Es una plegaria que se centra sobre el nombre de Jesús, el Salvador, sin el cual tú pierdes la identidad.
Finalmente se invita a invocarlo, a llamarlo, a decirlo. En esta situación en que el pensamiento no está turbado se
llega a la nepsis a través de la sobriedad. Los padres hesicastas y los padres nepticios son los padres de la
sobriedad, movimiento que comienza en el desierto del s. IV, donde se hace famosa la jaculatoria: Señor Jesús,
Kyrie Eleison, evitando que la plegaria sea una habladuría con Dios. Se limitan a invocar a Dios.
Evagrio Póñtico, monje discípulo de Macario, era un intelectual, un erudito, discípulo intelectual de los padres
capadocios (Gregorio Nacianceno le dio su manto). Evagrio como novedad presenta una antropología donde el
nous? en la plegaria es un diálogo con Dios, es una subida de la mente hacia Dios. La plegaria es la más alta
función de la inteligencia. Cuanto más reza una persona más inteligente es. “Tu plegaria superará toda alegría
cuando tú mismo te tomarás plegaria”. Convirtiéndose él mismo en plegaria el hombre vive cualquier cosa que
haga en estado de plegaria: plegaria mental, que significa la plegaria en donde todo el yo está dirigido hacia Dios.
Para que no sea una plegaria conceptual, sino para que sea relacional, debe expresarse delante quien habla, por eso
se da importancia, a la siguiente oración “Señor Jesús ten piedad de Es la plegaria monologiote, hecha de una
sola palabra. Sabemos que esta plegaria del s. IV estaba difundida y era obvia. Juan Cristóstomo afirma “aquél que
viva solo debe gritar el «Señor Jesús ten piedad de mí»” mostrando que era una plegaria conocida en los ambientes
monásticos.
De los ambientes monásticos pasa a la población cristiana,' a los laicos. Con Diadoco. esta plegaria viene asociada
no a la mente, como plegaria mental, sino que viene asociada a la sede donde Dios reposa en el hombre (Rom 5,5):
el corazón. Esta misma plegaria se toma la expresión de una relación con Dios que es amor, se empieza a llamar
plegaria del corazón: esta plegaria está asociada a la antropología que considera el corazón como el centro de la
1 Proviene del griego: tyw^pófjhesfáasmós, derivado de í\ovffü/hesykhía, “quietud, silencio, paz interior”
2 Nous entendido como lamente, la inteligencia, la capacidad de elevar la propia vida hacia Dios
identidad del hombre o la sede del Espíritu Santo. El recuerdo de Dios, la memoria de Dios es un ejercicio
espiritual, no mera memoria. Pronunciando el nombre de Jesús en virtud del Espíritu Santo estoy delante del Señor.
Se desarrolla un movimiento nuevo en santa. Caterina del Sinaí en el s. VIL donde Juan Clímaco con su escalera del
Paraíso, introduce esta plegaria de los hesicastas (estado de paz) en la plegaria del corazón (lugar de la paz),
mostrando que es la ciencia de las ciencias si se llega a este tipo de plegaria. “Cuando rezas no busques hacerlo con
tu palabra, las palabras turban la mente, las pocas palabras llevan al recogimiento”. El fin de la plegaria hesicasta es
la armonización del pronunciamiento del nombre de Jesús coñ toda la persona. Lo otro que viene interpelado es la
respiración: “si se une la memoria de Jesús a la respiración entenderás que es la plegaria incesante”. “Si no puedes
dejar de respirar, cuando respiras debes recordar el nombre de Jesús, que te permite respirar la vida de Dios y no la
vida de la tierra”. Es la conciencia consciente de que en el hombre vive Dios. La antropología parte ya de la
divinización. Palamas lo descubre en la praxis de la plegaria. En el hombre vive el Espíritu Santo que nos hace
pronunciar Abbá Padre, la plegaria es la prueba de que habita el Espíritu Santo en nosotros. Pronunciando el
nombre de Jesús toda la persona respira a Jesús. La Filocalia? es la explicación de esto.
Simeón el nuevo Teólogo. Simeón presenta una novedad respecto a los padres anteriores. Normalmente los padres
no cuentan su vida sino que nos transmiten una experiencia. En cambio Simeón describe su experiencia de plegaria,
hace ver qué le ocurre. Tenemos la descripción de la experiencia de la plegaria incesante. En oriente solo tres han
sido llamados teólogos, Juan el teólogo, Gregorio nacianceno y Simeón. Esto demuestra que la experiencia de
Simeón representa una teología. Simeón habla de que la plegaria te hace experimentar la luz divina. Si hay luz
vemos, la luz sirve para ver. Si Simeón habla de la experiencia de la plegaria como luz es porque te hace ver a
Dios, es posible ver a Dios: “si no puedo ver a Dios ¿de qué me sitve la luz?”. La vida monástica se resume con la
visión de Dios que es la divinización: el hombre se diviniza en la medida de su visión, de lo que ves, de lo que
experimentas... es lo que te conviertes.
Transferencia del Sinaí a la escuela del monte Athos. Aquí empiezan las dificultades. Transfiriéndose al monte
Athos la plegaria hesicasta es una plegaria que se une a las ciudades, no tiene en cuenta la solitud. Tenemos dos
grandes expertos que son Nicéforo y Gregorio el sinaíta. La novedad de este movimiento es el aspecto piscofísico.
Hacen una propuesta de cómo controlar la mente, ya que la mente debe estar liberada, y de cómo controlar la
respiración para que pueda llevar a la quietud y tranquilidad. Si no encontramos un maestro que enseñe como
respirar y controlar la mente es difícil hacerlo, por eso se dice “pide a Dios con espíritu contrito y lágrimas,
suplícalo: tu vida debe estar tranquila, en paz con todos, enciérrate en tu celda y haz lo que te diga [tu maestro]”.
Los padres que hablan del método psicofísico lo ven como una ayuda y no como un fin en sí mismo, que sería
yoga.
En 1296/97 nace Gregorio Palamas, momento en el que viven Nicéforo y Gregorio el sinaíta. La formación que
recibe es la típica de un aristócrata de su época. Hijo de un senador muy amado del emperador, y miembro de una
familia santa. El hermano se hace monje, la madre se retira en monasterio y las hermanas entran en un monasterio.
Su vida se divide en tres bloques de 20 años primero en su casa, después en el monte Athos, y finalmente el periodo
de prisión-exilio-persecución. Cuando era joven, en la corte toma la palabra y lo comparan a Aristóteles: su
formación filosófica está muy cuidada “parecía Aristóteles mismo”, mostrando que no es un platónico, sino que es
uno que estudió a Aristóteles.
Se retira al monte Athos donde los maestros espirituales que encuentra son Nicéforo y Gregorio el sinaíta. Allí se
forma en el hesicasmo, en la plegaria de Jesús. Por 20 años la autenticidad de su experiencia monástica no la pone
en cuestión, son la garantía de que cuando habla lo hace sabiendo lo que dice. Con Palamas podemos reconstruir la
biblioteca patrística del monte Athos por la cantidad de citas que da el autor: Dinisio Aeropagita, los padres
capadocios, y sobre todo la Vida de Moisés de Gregorio de Nisa y el Tratado del Espíritu Santo de Basilio el
grande.
1 Filocalia o filokalia ( en griego CDúoKaÁia, de <púía = afición, amor y de icotóg = bello, belleza ), nombre que recibe una colección ya
clásica de textos dedicados ala mística y ascesis en la Iglesia Ortodoxa, uno de sus principales temas es el hesicasmo.
Palamas muere en el 1359. Vive durante la última gran fase del renacimiento bizantino, que desconocemos. Vive
bajo el reino de emperadores paleólogos Andrónico, II, III y Gregorio V. El imperio cae en manos de un laico,
Cantacuceno, un aristocrático que toma el poder. Esta política tiene que ver con la unión con Roma: ¿se puede
hablar de Dios o no, se puede afrontar el tema del Filioque o no? En este contexto de polémica, en un cierto
momento Palamas viene acusado e interpelado como anticatólico. Saliendo del contexto histórico es difícil
entender que pasó. Las disputas vienen por el monje Barlaam que nace ortodoxo y muere católico como obispo. Es
la historia de la oposición entre dos ortodoxos sobre el tipo de teología, de cómo se habla de Dios, de la Trinidad, la
antropología, la plegaria, el papel del hesicasmo.
Palamas nace en un momento en que el esplendor bizantino está en pleno apogeo a nivel cultural y artístico (no
político). Hay una lucha social entre populistas y aristocráticos. Los primeros son sostenidos por la familia
imperial, mientras que los aristocráticos son defendidos por los Cantacuceno. Cuando Palamas es integrado y hecho
obispo, no puede llegar a su sede de Tesalónica porque los populistas lo acusaban de aristocrático. Estamos en el
momento después de las cruzadas y a un siglo de la caída de Constantinopla. La situación de Bizancio está entre el
deseo y el miedo de unirse a Roma.
El 6 de julio de 1054 un legado del papa, cardenal Humberto de Silva Cándida depone una bula de excomunión en
el altar de Santa Sofía. A su vez, el patriarca de Constantinopla, Miguel Cerulario excomulga el legado del papa y
sus acompañantes. ¿Sobre qué vertía esta excomunión? Sobre el tema del filioque. El 1014 el filioque fue
introducido por el papa Benedicto VIH en el credo diciendo que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo. El
motivo de la división es una cuestión sobre el Espíritu Santo. La excomunión viene considerada como el inicio de
las cruzadas que se produjeron durante 2 siglos. No cesaron los intentos de corregir la división, pero con la toma de
Constantinopla se debilita el deseo de unión con los latinos. En el 1261 el emperador Miguel Paleólogo ha tomado
Constantinopla y retoma relaciones con Roma. En el concilio de Lyon (1274) se debate la cuestión del filioque. El
hecho de que constantemente con Roma haya esta discusión hace que el emperador decida reabrir el problema del
filioque. Curiosamente el Espíritu Santo que crea la comunión ha creado la división.
En tiempos de Palamas esta discusión está abierta. El emperador elige un experto, el monje Barlaam, para discutir
con Palamas sobre la unión, ya que Palamas es monje y tiene una vasta cultura filosófica. Barlaam propone que
para la unión con Roma en el tema del filioque es “mejor no hablar de hecho de procesión, ya que ninguno conoce
Dios por sí mismo, por lo que ninguno tiene razón”. Ante estas declaraciones aparecen las primeras señales de
alarma es sobre la teología trinitaria. La expresión que se metía en cuestión es si es posible conocer a Dios:
Barlaam dice que no, mucho menos los monjes. El primer texto que escribe Palamas es un texto sobre el filioque
diciendo que de Dios podemos conocer alguna cosa porque podemos rezar y en la plegaria podemos conocer.
La teología de Palamas es una defensa del hesicasmo con el tomo hagiolítico. Al inicio la polémica parte del
filioque y se centra sobre la plegaria. No es un tratado de la plegaria, sino que se centra solo sobre el problema del
método, la función del cuerpo y de la respiración en la oración. Palamas no baja el nivel en discusión porqué
Barlaam va en otra medida y los acusa de mesalianos y de adoradores del ombligo (por la postura del rezo
inclinando la cabeza sobre el estómago). ■
Palamas habla de la oración preguntando: ¿cuál es el significado de la oración como tal en teología? Del valor de la
plegaria es la autoridad de la experiencia en teología. Puesta en discusión la plegaria se mete en la expresión
filosófica y cultural de la oración. En la experiencia considerada como palabra y sobre la teología de la luz Palamas
expresa lo que de implícito contenía la tradición patrística que es la experiencia verbalizada, motivada y expresada,
y de la luz donde el Espíritu Santo es luz que ilumina y permite conocer. Palamas es para la ortodoxia el Octavo
concilio que nunca se ha celebrado y que correspondería a la antropología. Con su teología es la victoria del
hesicasmo, de la plegaria.
Después de la formulación dogmática de los concilios, con Palamas la oración tiene un empujón, lleva adelante la
tradición, y la victoria de la teología. Lo extraordinario es que de la tradición inventa algo nuevo: supera los
concilios cristológicos y propone una antropología cristológica. Obliga a todo teólogo a considerar estas preguntas:
¿es posible conocer a Dios? ¿Qué implica esta respuesta? ¿Qué nos revela de la naturaleza de Dios? Se centra en la
relación entre el hombre y Dios. La pregunta sobre el hombre la responde con la doctrina de la divinización: la
salvación se resume diciendo que el Hijo de Dios se ha hecho hombre para que nosotros fuéramos divinizados. La
pregunta sobre Dios implica responder que en Dios se puede distinguir entre eso que viene comunicado al hombre
para que participe de la naturaleza de Dios y eso que de Dios que es incognoscible e inparticipable. Sobre el
fundamento del conocimiento del hombre y de Dios la experiencia de la plegaria es el ámbito en que se revela el
hombre a Dios: en la plegaria el hombre dice a Dios lo que es, un pecador; en la plegaria Dios dice al hombre lo
que es, soy el Dios que se ha salvado. La plegaria de Jesús revela lo que es Dios y el hombre: quien te ha salvado,
soy un pecador.
El palamismo es igual que decir hesicasmo, divinización, doctrina de la gracia y de la experiencia. A Palamas se le
reconoce el método de haber libertado lo que había de permanente y universal de una espiritualidad monástica,
pasando los límites de los monasterios para alimentar la vida de los fieles.
f
Horizonte teológico del hesicasmo es la experiencia
La experiencia es la fuente .de la teología. Si viéramos la experiencia como diversa esto provocaría la creación de
dos verdades diversas. Esto es porque ponemos la experiencia bajo el título de subjetividad. Pero Palamas dice que
la experiencia, así como se trata de experiencia de plegaria, será auténtica si te hace encontrar a Jesucristo. El
Cristo que encuentra uno y otro es el mismo. Así el fundamento de la teología es cómo cada uno ha encontrado a
Cristo: Cristo es la objetividad de la plegaria, no la persona que reza. La defensa del hesicasmo es la defensa de la
verdad del encuentro con Cristo, el monaquismo por tanto tiene como vértice la unión con Dios, siendo el
fundamento de la teología. En oriente no hay escuelas de espiritualidad, solo tradiciones de oración: la convicción
fundamental es que.el cristiano tiene como maestro principal el Espíritu Santo que lo hace semejante a Cristo, por
medio de los dones han sido dados. La vida de la Iglesia se difunde por la experiencia. La vida es infinitamente más
rica que los conceptos, por eso no se puede contestar a la experiencia.
El verdadero conocimiento de la verdad es posible a través del don de la experiencia. Es una categoría de> riesgo:
Palamas reprueba a Barlaam que menosprecié la experiencia de los santos, esto sería como anular la experiencia
monástica. El monje- hombre de Dios debe hacer experiencia de la fragilidad y la tentación, experiencia de la
gracia y la participación, y debe llevar a todos a esta experiencia. De estas experiencias hacen transformar la
experiencia en una luz. La concreción del pecado corresponde a la concreción de la experiencia, la gracia es
incontestable. Si una persona cambia esto se ve. La experiencia del pecado es privilegiada de la plegaria y en la
plegaria, porque permite acoger la gracia como transformante. Diciéndose cristianos hay un modo ateo de afrontar
el pecado, la ascesis, la mortificación... el modo de quien no cree en la fuerza del Espíritu Santo, sino que solo cree
en las propias virtudes y en la propia voluntad. La plegaria de Jesús no habla del pecado de modo abstracto, habla
de mí, es mi pecado. Todo este' retomo a la experiencia es para subrayar la concreción de la relación del hombre
con Dios. ,
Reconocer el Dios que salva es el gran acto de la inteligencia humana. El Dios que salva es el Padre que perdona y
recrea el hombre. Es Cristo que toma sobre sí el pecado. Es el Espíritu Santo que hace de nosotros hijos de la luz
(Le 16,8). La palabra “luz” es peligrosa porque ha derivado en muchas herejías. El pecado no es el fundamento de
la antropología ni de la divinización, sino que es la certeza del amor de Dios en nuestro corazón puesto por el
Espíritu Santo. Santificarse es convertirse en un pecado consciente de serlo que en cuanto a tal está abierto a la
gracia.
La experiencia está orientada al encuentro con Cristo, Hay un Cristo solo, el Hijo de Dios que muerte por nosotros
y ha resucitado. Esta objetividad del encuentro con Cristo se toma subjetiva, porque es original de la experiencia
personal. La experiencia no es subjetiva porque lo haga yo, sino porque es Cristo que me hace algo nuevo.
El testimonio de los monjes no hablan del “yo” en clave de las confesiones, sino que habla de lo que Cristo ha
hecho de mí. La experiencia evocada como subjetiva es objetiva porque ha sido obrada por Cristo y es válida para
todos. La objetividad de la plegaria es Cristo y la subjetividad es la divinización. Los hombres espirituales
empeñados en la misma fatiga muestran el carácter misterioso y esotérico de esta experiencia: solo el que lo
experimenta puede gozarlo. La experiencia es una superación del apofatismo, la teología que se promueve diciendo
que se puede hablar de Dios en negativo. La experiencia habla de Dios y por eso la experiencia es la superación del
apofatismo. Palamas es llamado doctor de la experiencia: su teología siendo de la tradición apofática no niega la
posibilidad del conocimiento.
El apofatismo negaba quien quería conocer a Dios a través de los conceptos. Palamas parte de este principio: Dios
es incomprensible, si el medio del conocimiento no es correspondiente a Dios y usamos la, razón humana vemos
que los conceptos no definen a Dios. Barlaam defiende la incognoscibilidad de Dios aplaudiendo los conceptos y la
■ ' 8
razón. Palamas habla de dos horizontes: defendiendo la trascendencia de Dios se afirma que en Dios hay algo que
permite al hombre conocerlo y amarlo de verdad (vía afirmativa katafáücd), y la vía que niega la posibilidad de
decir nada de Dios (vía negativa apofática'). Palamas combina los dos niveles hablando de un apofatismo de los
conceptos y de un katafatismo de la experiencia, de la santidad, del testimonio. Otra tradición afirmará que de Dios
no se puede conocer nada, siendo la vía de los místicos, que es una vía del conocimiento. Apofática o katafática no
niegan la experiencia, pero nuestra tradición ha distinguido entre los teólogos katafáticos y los místicos apofáticos.
Palamas es un teólogo místico porque funda la capacidad del conocimiento de Dios en la misma capacidad de la
oración.
El palamismo entiende el carácter eterno de las energías de Dios. Para conciliar la esencia y la energía de Dios ente
el que no es cognoscible y el cognoscible. Esta teología de la esencia y las energías salva la incognoscibilidad y la
cognoscibilidad de Dios. Es una certeza de la teología oriental. Clément en su obra Bizancto y cristianismo afirma
que “la consecuencia de la unión que vivifica el hombre, la revelación recrea el intelecto que lo toma capaz de
pensar no la plenitud, pero si puedo vivir en la plenitud”. Moisés, según Gregorio de Nisa, se acerca a la zarza,
entra en la nube, y en la nube conoce a Dios. El apofatismo es visto como superficial, el silencio no es un método
teológico, el fin no es el silencio, el no sentir nada y no ver nada como el yoga; el fin cristiano es estar en paz;
combatir lo que turba, para que Dios entre en la propia vida.
J. M. Verlinde, era químico iluminado que en la revolución del 68 marcha a Asia, se hace tibetano y descubre la
espiritualidad oriental. Regresa a Francia y se convierte al cristianismo. Afirma que “era talmente bueno en la
plegaria le vitando, que cuando entré al seminario el formador me dijo de ahora en adelante no me pusiera en la
posición del budismo para rezar, sino que pusiera una silla ante la otra y hablase con el Señor”. El fin de nuestra
vida es el encuentro con el Señor, cerrándolo todo y encontrarse con él.
Palamas es conocido como el doctor del hesicasmo, el heraldo de la ortodoxia. El empeño por el hesicasmo y por el
valor de la experiencia llevan a la teología ortodoxia una superación del apofatismo. A través de la experiencia y la
plegaria se supera la tradición apofática. El fruto principal será la doctrina de la divinización. Para llegar a la
doctrina de la divinización se dará una propuesta de teología, una doctrina sobre Dios donde se hará una distinción
entre esencia, hipóstasis y energías. Lo que sostiene la doctrina hesicasta es la posibilidad del encuentro entre Dios
y el hombre, no solo e nivel conceptual, sino a nivel transfigurante. Al inicio la polémica está la dificultad y
desencuentro sobre el método de la plegaria. Juan Pablo II exiRosarium VirginisMariae, 27 afirma que:
la relación con Cristo se sirva de la ayuda de un método. Dios se comunica con el hombre respetando nuestra
naturaleza y sus ritmos vitales. Por esto la espiritualidad cristiana, incluso conociendo las formas más sublim.es
del silencio místico, en el que todas las imágenes, palabras y gestos son como superados por la intensidad de una
unión inefable del hombre con Dios, se caracteriza normalmente por la implicación de toda la persona, en su
compleja realidad psicofisica y relacional.
Esto aparece de modo evidente en la Liturgja. Los Sacramentos y los Sacramentales están estructurados con una
serie de ritos relacionados con las diversas dimensiones de la persona. También la oración no litúrgica expresa la
misma exigencia. Esto se confirma por el hecho de que, en Oriente, la oración más característica de la meditación
cristológica, la que está centrada en las palabras «Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador», está
vinculada tradicionalmente con el ritmo de la respiración, que, mientras favorece la perseverancia en la.
invocación, da como una consistencia física al deseo de que Cristo se convierta en el aliento, el alma y el 'todo' de
la vida.
Toda la salvación incluye a todo el hombre. En la plegaria el hombre se implica todo, que. haya abusos o malas
interpretaciones del cuerpo, la respiración no quitan la autoridad del principio teológico que funda la plegaria
hesicasta.
La esencia de la plegaria no está en los métodos físicos... el alma y no una de sus facultades participa del todo en la
plegaria. Hay pocos escritos de Palamas sobre el método. A él no le importa el método, el problema era otro: en
teología ¿qué método seguimos? Esto es lo que se pregunta, ¿cuál es el rol de la participación del hombre en Dios?
¿Cómo llega a conocer a Dios? Cuando se habla del hesicasmo el método físico no es lo más importante, sino que
aporta a la relación entre Dios y el hombre, al hombre interior, este encuentro con un tú divino que se produce en el
corazón. Es la plegaria del corazón, la plegaria de Jesús.
Esta tensión hacia el hombre interior, hacia la relación personal con Dios explica por qué en el oriente hay un
vínculo entre e-1 dogma y la espiritualidad. En la espiritualidad oriente no sabría concebir una verdad religiosa que
esté solo en la especulación filosófica sin que forme parte de la vida vivida. La consecuencia paradoxal cuando se
unen dogma e espiritualidad es que cuanto más dogmático se es más espiritual se toma, cuanto más alto es tu
conocimiento de- las cosas de Dios más será implicada tu vida. Cuanto más teológico más santo. Fundando su
teología sobre la plegaria, la experiencia considerada como una palabra, se entiende que la antropología es
importante en la visión de la Trinidad y de la teología in genere. Esta vinculación entre espiritualidad y dogma
expresa en Palamas lo mejor de la tradición de oriente: la fuerza de los padres de ligar lo que dicen de Cristo y
verificarlo en la experiencia.
La novedad es. la teología que se expresa con las palabras “esencia” y “energía”. La plegaria es una vía de
conocimiento. La plegaria de Palamas es una antropología de la participación. ¿Qué cosa convierte al Dios
trascendente en conocible? Una de las primeras respuestas es que ha creado el hombre y ha comunicado su vida.
Seguramente en la creación y en todos los modos en que Dios habita en el hombre es por medio del modo de
participación. Dios nos crea, manda a su Hijo... son consecuencias que veremos fuera. El presupuesto de todo es la
creación, por eso hay que ver cómo entendemos la creación, qué da Dios al hombre por creación, y qué cosa
respecto a esta creación revela la redención. La redención revela, qué es la creación, el pecado revela qué es el
hombre por creación más allá del pecado.
Este deseo de comunión de Dios al hombre no puede venir según la naturaleza. La natura humana y divina son
diversas. Hay un único ámbito donde están unidas: en la hipóstasis del Hijo. La única realidad, el único sujeto
donde las naturas están unidas perfectamente es en la hipóstasis del Hijo. Si el hombre es creado a imagen y
semejanza de Dios, según el Hijo, quiere decir que está llamado a la vida humana según la vida del Hijo y por eso
es lógico que el bautismo nos regenera como hijos, porque en el Hijo hemos sido creados. El pecado no nos ha
privado ser hijos, podemos ser hijos desgraciados pero siempre somos hijos. La garantía de esta antropología y
teología es la paternidad de Dios: el hecho que Dios sea Padre es incancelable, es Padre para siempre. El hombre es
hijo desgraciado de un Padre siempre misericordioso... El Padre permanece siempre como padre, incluso después
del pecado, porque Dios siempre tiene la misma mirada.
Otro interrogativo: ¿cómo Dios nos hace partícipes de su divinidad y qué nos ofrece? El hombre participa de Dios
en la oración, estás en relación con Él y en la relación siempre viene alguna cosa. Si encontramos a Dios también
viene algo a nosotros. En el ámbito de la plegaria o la liturgia el hombre puede acceder a Dios. ¿En qué participa el
hombre? Hay que hacer al respecto una distinción en Dios entre esencia, hipóstasis y energías. Según esta
distinción la participación del hombre a Dios según la esencia es imposible, la unión según la hipóstasis solo es
posible en el Verbo, y solo según las energías el hombre puede unirse a Dios, con un conocimiento participativo y
no de concepto lo hace vivir verdaderamente y diversamente, vivir en un modo tal que esto que vives recuerda a
Dios: esto es la santidad, la participación en la santidad de Dios. Se vive la santidad en la realidad, no en el
concepto, en la vida y ortológicamente, no según la esencia. El hombre es omoousios a Dios, a Dios como tal, pero
para Palamas como un solo Dios no existe, existe la Trinidad. Si participo de Dios, participo del Padre, Hijo y
Espíritu Santo, la unidad en Dios es imparticipable. El hombre se puede' relacionar con las personas divinas que son
Dios. Si imaginamos la revolución que esto supone, algunas acusaciones que hacen a Palamas es que introduce un
antropomorfismo en el concepto de participación (acusado de arriano, triteísta...). Quienes hacen tales acusaciones
son quienes no creen como real la participación del hombre en la santidad de Dios.
Nuestra teología occidental ha elaborado el sobrenatural para garantizar que el hombre puede acceder a algo más'
que su propia natura, no mellando la identidad de Dios. La palabra central es “natura”. Pero Palamas no habla de
natura. Afirma que al nivel de la naturaleza el encuentro es imposible, debe darse en el ámbito de la persona. La
incomprensión entre griegos y latinos durarte siglos ha sido por el tema de la gracia y el sobrenatural. Un griego de
un latino respecto de la gracia piensa que usan la palabra sobrenatural, gracia, como si fuese una unión a la
naturaleza humana, dejando al hombre en el orden de lo creado. En cuarto la gracia es creada no puede explicar
que el hombre participe de la vida divina. ¿Qué sentido tendría la encamación si el hombre es alejado de la fuente
de la divinidad? El problema es que por naturaleza el hombre no puede participar de la vida divina. El palamismo
sostiene la posibilidad de la comunión, la posibilidad de la gracia increada por la cual la divinización sería una vía
metafórica si el don divino se redujese a una forma creada dada al alma, de este modo la divinización no sería
posible...
La segunda observación crítica es que usando estos términos “esencia” y “energía” Palamas descompone la
simplicidad (unidad) de Dios, Dios no se puede dividir. Introduce en la divinidad partes diversas: en 1343 fue
condenado a 4 años de prisión. Fue acusado de innovador, de decir cosas nuevas del Padre, lo acusan de citar a los
padres, de no entenderlos... la conclusión es que Dios es simple, de una naturaleza y sustancia y que no puede
dividirse siendo imparticipable. Este es el argumento dé Barlaam, que defendía el filioque, siguiendo el modo de
razonar de los católicos: Dios no se puede entender, no se puede razonar, solo podemos , razonar sobre la naturaleza
una. En Dios el filioque es justo (divinidad + divinidad igual a divinidad). En la economía viene el problema: el
Padre más el Hijo no da como resultado el Espíritu. Basilio dice que si se habla en términos de personas el Espíritu
es nieto o el hermano de Jesús. No es una cuestión simple: la Trinidad es el misterio del uno y del tres. Las
relaciones siempre son entre dos. Este es el concepto de Dios uno imparticipable.
La luz de la plegaria no es una luz creada ni intelectual, sino que tiene que ver con Dios, la luz misma que Dios
mismo tiene. Por eso Dios en sí, uno, no se divide, dando lo que justamente los latinos afirman como gracia creada.
Si miro solo lo que afirmo de Dios viene la sospecha de esta teología, como si la unidad de Dios se pusiera en
cuestión. Palamas dice que su argumentar no es sobre Dios sino sobre el hombre. Dice “decidme algo, de Dios que
pueda corresponder al hombre, experiencia de la plegaria, martirio, de la conversión... ”. También se le acusa de
pelagiano. Palamas en oriente representa el octavo concilio que no se ha celebrado sobre la antropología. El genio
de Palamas son los dados del interés por el hombre redimido. Para garantizar la verdad de la vida cristiana, afirma
la concreción de la vida cristiana a partir de la distinción entre energía y esencia.
La teología cristiana torna el cristiano este modo de hablar de Dios: uno y tres. El uno no es separado del tres. No
es extraña la lógica trinitaria: en Dios hay una división indivisible, es totalmente Dios. Es una unión dividida. La
Trinidad no niega la simplicidad de Dios. El franciscano menor holandés De Halleux ha escrito sobre Palamas y la
escolástica. El Dios de Palamas no es el uno por encima de la esencia de donde procede el mundo como los rayos
del sol. Es el Dios existencial que se ha revelado a Moisés el ser del cual no deriva de la esencia pero que
constituye la fuente. Para Palamas es el existencial en Dios lo que se comunica. Es más importante decir que Dios
es trino que decir que es uno (que lo dicen mucho). La Trinidad como fe del cristiano es lo que nos hace romper la
cabeza. Retener solo la simplicidad de Dios, la natura una, hace que no se pueda hablar de gracia increada, ni
esencia, ni energía. La gracia increada está ligada a la energía. Sin la Trinidad no hay plegaria. Si Dios es solo uno,
no hay plegaria contemplativa de Dios, ya que toda plegaria cristiana es trinitaria en el Espíritu Santo por Hijo al
Padre. ¿A quién rezas? Por el Hijo, al Padre, en el Espíritu Santo. La plegaria es un punto de partida y de retomo.
En Palamas la fe es la convicción del encuentro con Dios que transforma al hombre que va en camino de santidad.
La revelación de un don increado, no es cuestión de un don creado. Esta concepción conduce a la antropología del
hombre creado: el binomio entre creado-increado está presente en todos los autores que trataremos. La distinción
real es creado-increado, el don en el creado es una cosa (vida, mundo, ley cósmica), la creación tiene un don, pero
el don típico hecho al hombre es increado porque se asegura que no es la natura divina, no es lo que entendemos
naturaleza humana y no es sobrenatural. Estamos frente ante las conclusiones:
La oposición al palamismo viene de los que defienden que la plegaria es cognoscitiva. El palamismo aparece en un
momento cuando se trata de entender el estatuto de la filosofía en la teología y la mística. Una tradición ha
privilegiado la mística y otra se ha enamorado de la filosofía. No son vías opuestas, deben ser a la vez estatuto de la
teología. Las escuelas de espiritualidad en occidente se han ligado con la mística como participación y no han
entrado en dogmática. El espíritu vivo y creativo de Palamas no repite solo los padres, es un diagnóstico penetrante
de los problemas que amenazaban a la ortodoxia como el nominalismo de Barlaam.
Para ver cómo razona Palamas debemos ver sus textos. En la homilía sobre la transfiguración está tratado el puntó
neurálgico de la discusión. Trata sobre la luz tabórica para preguntarse qué sucede durante la transfiguración, algo
que es una cuestión teológica: la comprensión de la transfiguración de Jesús ha sido el motivo de oposición con
Barlaam y sus discípulos. Palamas afirma que hay coincidencia entre la manifestación de la divinidad en la
humanidad de Cristo y la revelación que consiste en la potencia del Espíritu Santo, presente en los apóstoles
mientras ven Jesús transfigurado. Permite elaborar una antropología de la divinización. En esta homilía Palamas
muestra la importancia de plegaria, de la plegaria de Jesús, de la Trinidad...
La fiesta de la Transfiguración es importante en oriente. Ya está atestiguada en el.s. IV y celebrada hacia el año
1000. En la Iglesia latina llega tarde, con Calixto III, gracias a la victoria de 1456 sobre los turcos. La escena de la
Transfiguración es importante para los pictógrafos. El examen de admisión para ser iconógrafo en oriente es pintar
la Transfiguración porque es una escena que combina imágenes en que lo humano revelan lo divino.
Palamas en la introducción parte de la creación porque alabando al Creador puedo decir algo de la creación.
Glorificando al Creador podré decir algo de la creatura, no solo de lo creado. Ya en la introducción ataca el empeño
de los enemigos a interpretar al Creador, rechazan la santa verdad usando el Espíritu en contra del Espíritu. Usa la
referencia a los padres invitando a huir de aquellos que se alejan de las doctrinas de los santos padres. Son los que
fingen de usar las Escrituras pero en realidad rechazan el conocimiento conforme a la fe. La tradición invocada
aquí es una tradición que pone a la vez la Escritura y con el modo de interpretar la relación entre creador y creatura.
El reclamo es fuerte porque Palamas dice que lo que sigue es en conformidad con la Escritura y la tradición.
Dentro de la escena de la Transfiguración Palamas comenta un problema que parece secundario: cómo en algunos
evangelios se dice que se produjo la Transfiguración al sexto día y en otros el octavo día. La concordancia entre 6 y
8 revela algo profundo.
rivolgo questa esortazione per amore vostro perché oggi noi celebriamo la fiesta della venerabile Trasfigurazione
di Cristo sul monte e perché dobbiamo parlare della luce che si manifestó, in auanto grande é oggi la lotta
scatenata dai nemici della luce.
Come possono accordarsi tra loro, se uno dice chiaramente che erano passati otto giomi tra l ’annuncio e la
realizzazione, mentre l ’altro parla di sei? Ascoltate e cércate di capire.
Palamas relaciona los datos de la Escritura entre los 6 días y los § sacando significado a los números. Los seis 6 se
refieren a las 6 personas visibles del Tabor (Pedro, Santiago, Juan, Moisés y Elias, más Jesús humano), el octavo
día son ocho personas (uniendo a estas seis al Padre y al Espíritu Santo) vistos por Jesús verdadero Dios.
Ma con il Signore, se puré in modo invisibile, si trovavano anche il Padre e lo Spirito Santo; il Padre testimoniava
con la propria voce che quello era il suo Figlio prediletto, mentre lo Spirito, illumincmdo con la nube di luce,
mostrava l ’unitá di natura del Figlio con sé e con il Padre, e quindi l ’unitá della luce.
Palamas muestra que no hay incoherencia entre ser seis u ocho. En modo misterioso eran 8 personas, en modo
manifiesto eran 6 personas. Hace ver la relación entre lo visible y lo invisible. 4 personas son visibles a todos (Jesús
y apóstoles), Elias y Moisés son vistos por los que suben al monte, y 8 son visibles solo por quien es de la misma
naturaleza de Dios.
5. Seis días, seis sentidos: el sexto es para ver lo invisible
Para cada una de estas visibilidades se requiere un sentido especial. La grandiosa visión de la Transfiguración del
Señor es el misterio del octavo día, el tiempo de la ventura, el tiempo final, que representa la superación de
nuestros sentidos que ejercitan en nosotros un sexto sentido. Los cinco sentidos nos hacen ver lo humano, el sexto
sentido que necesitamos nos hace ver a Elias y a Moisés. Este sexto sentido es el sentido de la plegaria, es la
capacidad de ver que se llama Espíritu Santo y que transforma los cinco sentidos. Seis son los sentidos necesarios
para creer, ver y participar. Los cinco no sirven de nada más que para morir, en cambio el sexto sentido es el que
transfigura a los otros cinco. La fiesta que se celebra es la transfiguración de los sentidos que ven a Moisés y a
Elias.
No hay incoherencia, en realidad la fiesta es la humanidad que es llevada a la luz que nos hace ver. El don de la luz
hace que los sentidos puedan pasar de sentidos corporales a espirituales.
Abbiamo infatti tinque sensi, ma a questi si aggiunge la parola profe rita in modo sensibile, che fa diventare sei le
energie della nostra sensibilitá. Ora, il regno di Dio promesso a coloro che ne sono degni é superiore ai sensi e
alia parola. Percid, dopo che queste energie che agiscono in noi in sei modi avranno un felice compimento -
compimento che da al settimo giomo la sua ricchezza e dignitá - nell’ottavo giomo, il regno di Dio risplende con
la potenza di una piü forte energía.
El Señor concede a los que ven la capacidad de ver, a aquellos que ven lo creado ver lo increado. Porque la
potencia de la revelación futura los ha custodiado sin mancha estando necesitados de un sexto sentido.
Non gustano la morte dell 'anima coloro che prima sono stati purificati, perché la potenza della rivelazione futura
li ha custoditi. senza macchia, come io pensó, anche nell ’intelletto.
¿Qué cosa es el reino? El reino de Dios para Palamas es la presencia del rey, donde está el rey está el reino.
Ovunque é il re dell'universo, ovunque é il suo regno. II che significa che l’awento del suo regno non é il suo
passare da un luogo a un altro, ma il manifestarsi di esso con la potenza dello Spirito divino. Per questo sta
scritto: venire con potenza. Ouesta potenza non si offre semplicemente al primo venuto, ma a coloro che sono uniti
stabilmente con il Signore, cioé a coloro che sono saldi nellafede in luí, a coloro che, come Pietro, Giacomo e
Giovanni, prima sono condotti dal Verbo su un monte eccelso, cioé sono sollevati al di sopra della bassezza della
nostra natura. Per questo motivo - come é stato detto - Dio appare sul monte, sia scendendo egli stesso dolí 'alto
della sua dimora sia elevando noi dalla bassezza di quaggiü affinché, «l’Incomprensibile sia misuratamente
compreso dalla natura moríale, per quanto ció puó essere sicuro». Tale apparizione non é inferiore alia nostra
intelligenza, ma molto superiore e piü alta, poiché si produce per la potenza dello Spirito divino.
Esta luz que transforma los sentidos no es la luz del sol, es una luz inefable en la medida que ha concedido la
potencia del Espíritu. Cuanto más Espíritu más capacidad de ver las cosas de Dios.
Es el parágrafo más importante de la homilía. Hace ver cómo los discípulos han visto el reino de Dios. Palamas
afirma que los apóstoles ven el reino cuando son capaces en el Jesús humano reconocer el hijo de Dios. Algo que
no comprenden los que blasfemian contra esta luz (Barlaam):
Ecco cosa non compresero coloro che oggi lanciano bestemmie contro questa luce, e credono che gli Apostoli
eletti avessero visto la luce della Trasfigurazione del Signore permezzo di unpotere sensibile e creato; in questo
modo riducono a cosa creata non solo quella luce, cioé la gloria e il regno di Dio, ma anche la potenza dello
Spirito divino, per mezzo della quale sono stati svelati i misten di.vi.ni a chi ne é degno.
Palamas acusa a sus enemigos de reducir la gracia a una cosa creada. El mismo Señor, siguiendo su costumbre de
subir a rezar a las montañas, el octavo día sube con algunos discípulos. Allí se transfigura, es decir, se solevó el
velo de su divinidad y mostró a sus iniciados el Dios que habita en él. No es una transformación, sino que les hace
ver la verdad: que en él habita la plenitud de la divinidad. Esto es antes de la pasión: la divinidad de Jesús no es la
conquista después de haber sufrido, sino que Jesús es Dios siempre. Muestra la divinidad que habita en él, significa
que la humanidad vive en la vida espiritual.
Vivir en el orden de los cinco sentidos es vivir según la naturaleza creada sin acceso a la divinidad. Si
comprendemos eso, tomando el símil de lo que el sol es para los que viven según los sentidos y viven según ellos,
lo es el Espíritu Santo para aquellos que viven de Dios. No tienen necesidad de otra luz en la visión divina,
mientras oraba resplandecía, revelaba la divinidad y ha revelado a los discípulos que son capaces de ver la
diviíüdad, siendo una doble revelación. En los discípulos ocurre algo: la plegaria procura la beata visión, mediante
la cercanía con Dios en la virtud de la unión con Dios. Este esplendor se ve en todos aquellos que incesantemente
advienen a Dios.
Revela en tercer lugar qué cosa sucederá en nosotros al rezar: viene la luz. La gran expresión de los más famosos y
atractivos santos son los que han sido transfigurados por la luz. Quien tiene el Espíritu Santo tiene la luz, la luz es
el Espíritu Santo, que nos hace ver lo que los otros no ven. La creación está toda bajo la epíclesis del Espíritu
Santo. Es peligrosa esta afirmación porque los herejes también hablan de la luz: por eso cita a Basilio:
«La bellezza vera, la meta piü alta del desiderio, quella bellezza che ábbraccia la natura divina e beata, puó essere
contémplala solíanlo da colui che, con mente purifícala, fissa lo sguardo nei suoi bagliori e nelle sue grazie, ne
partecipa in certa misura, come se una fioritura di luce avesse dato nuovo colore al suo sguardo»
Palamas añade que esta luz que el hombre lleva dentro y que lo hace resplandecer es el mismo cuerpo. Podemos
creer en el cuerpo transfigurado. La gloria de la divinidad se muestra común gracias al cuerpo.
Ma nostro Signore Gesü Cristo, luí, traeva quello splendore dalla propria natura; perció non aveva bisogno di
pregare perfiar risplendere di luce divina il. suo carpo ma, pregando, indicava la fonte da dove sarébbe pervenuto
ai santi lo splendore di Dio e come l ’avrebbero visto. Allora i giusti splenderanno come il solé nel regno del Padre
loro, e cosí, diventati tulla luce divina, germogli delta luce divina, vedranno Cristo, che risplende in modo
ineffabile e divino
coloro che in mezzo a noi si vantano di possedere la razionalitá dei greci e la sapienza di questo mondo, e
preferiscono non obbedire (anzi si oppongono) agli uomini spirituali che si fondano salle parole dello Spirito,
quando sentono parlare delta luce delta trasfigurazione del Signore sul monte, di quella luce cioé che fu vista dagli
occhi degli apostoli, essi la riducono súbito al livello di una luce sensibile e creata, e banalizzano la luce
immateriale e senza tramonto, eterna e superiore non solo ai sensi, ma anche all’intelletto. Essi si trascinano
quaggiü e sono incapaci di concepire qualcosa che si innalzi al di sopra delle cose terrene, Eppure colui che di
questa luce brilló aveva in precedenza dimostrato che era luce increata, chiamandola regno di Dio.
Este evento de la transfiguración revela el sexto sentido de la divinidad, la divinidad en nosotros y la posibilidad de
la transfiguración. Esta es la luz que atrae y purifica, teniendo una fe firme conforme a la enseñanza recibida
comprendemos el misterio de la transfiguración y caminaremos hacia la transfiguración, purificando el ojo de la
mente despreciando todo eso que es bello pero pasa, prefiriendo lo que es bello y no pasa.
Conclusión
Simbólicamente la oposición entre balaamitas y palamitas, entre los ortodoxos, es una oposición entre teología y la
antropología. Meyendorff ha comenzado su carrera en París y acaba en latinoamerica. En su obra San Gregorio
Palamas y la mística ortodoxa después de defender su tesis, traduciendo las tríadas, haciendo el comentario permite
que del 1954 en adelante Palamas vuelva a ser conocido de nuevo.. En este libro pretende tomar en serio la
oposición entre Barlaam y Palamas porque influye en todos los grupos, porque se encuentra en el fondo la versión
medieval del conflicto entre religión intelectualista y mística de la transfiguración.
Barlaam partía de un presupuesto intelectual helenista donde identificaba el sobrenatural con lo inmaterial,
fundándose sobre postulados aristotélicos: todo conocimiento que comprende el conocimiento de Dios tiene como
punto de partida los sentidos; y otros postulados neoplatónicos: Dios está más allá de la experiencia sensible y es
incognoscible. De esto deriva la mística que es simbólicamente real, y la relación con Dios no puede pasar del
cuerpo. No. hay pensamiento teológico que haya hecho más desastre en la piedad cristiana que el dualismo
platónico que separa alma y espíritu, espíritu y materia como prisión el cuerpo.
Palamas habla del solo hombre integral que recibe la gracia de Cristo, ni los ojos de la inteligencia, ni la
imaginación o el cuerpo solo. Quien reza hace experiencia total de estar envuelto. Se trata de construir la armonía
de la tradición cristiana de todo el sujeto humano: si los doctores del hesicasmo tienen este equilibrio es por la
visión bíblica del hombre como unidad, unidad destruida por el pecado, pero el pecador mientras reza se reunifica
en sí, se convierte en un todo uno ante Dios. Tradición hesicasta, según Meyendorff, es un humanismo unitario que
no divide el hombre. El hesicasmo ha continuado la tradición patrística con una auténtica doctrina de la
divinización. El palamismo toma lo mejor de lo patrístico y funda una tradición antropológica, siendo novedad
respecto al tiempo y una actualidad para nosotros. Palamas es una de las fases radicales del pensamiento bizantino,
donde se basa en recoger las fuerzas que estaban en lo profundo y que occidente comienza a descubrir. El
palamismo es la novedad más increíble de la Iglesia más conservadora.
Palamas fue canonizado como testimonio de la tradición de los padres y heraldo de la ortodoxia,
1.4. El tratado sobre la divinización4
Los padres por sí mismos no tienen una antropología. La patrística está fundada sobre la convicción que en la
soteriología y en la cristología, en cuanto salvación y revelación de Cristo verdadero Dios y hombre hay una
palabra sobre el hombre. En la época patrística la divinización del hombre es experimentada, vista en los mártires,
en los santos. Lo que se ve no es solo una admiración hacia lo que han visto, sino que se ve que el hombre ha sido
creado de tal modo que puede vencer el instinto de supervivencia. Se abre una reflexión sobre quién es el hombre
que puede dar su vida por su Señor. Palamas quiere reflexionar sobre la escatología y la protología llegando a decir
que el hombre, la criatura humana, lleva un don de parte de Dios que lo hace capaz de creer y vivir eso que Dios
nos promete, la vida eterna.
Hay dos grandes líneas o modos de reflexionar. Uno estático y otro dinámico. La corriente más estática reflexiona
sobre la esencia, es la comente más platónica donde se refleja sobre la imagen el modo de ser de la esencia: el
hombre remite a la esencia (no es la línea de Palamas). La otra línea reflexiona sobre el aspecto dinámico
mostrando la convicción de que el hombre es creado a imagen de Dios. No se refleja tanto sobre la imagen cuanto
sobre la semejanza, es más dinámica. Tratan de analizar qué significa la semejanza, la vocación a la semejanza. No
se reflexiona sobre la esencia, sino sobre lo que me hace partícipe de la vida de Dios, se reflexiona sobre la
“energía”, qué es lo que hay en mí que me hace similar a Cristo, me hace cristiano.
Otra línea a considerar es que las antropologías se distinguen en comentar qué característica debe cultivar el
hombre para alcanzar esta perfección. Si reflexionas sobre la imagen de Dios es más fácil ir al tema de la esencia,
por eso la esencia puede ser participada a modo de la inteligencia. La perfección de la imagen es la elevación de la
mente a Dios, el hecho de hacer posible la esencia de Dios. Es un siempre menor envolvimiento del corazón. Si
insistes en la semejanza, no es tanto la cuestión del intelecto y la participación del intelecto, sino en ver la
capacidad del hombre de vivir en el cuerpo eso que es propio de Dios, pero Dios no tiene cuerpo-materia.
Aquí la respuesta es más difícil: ¿qué quiere decir vivir la vida de Dios? La respuesta es seguramente que, aunque
el hombre se asemeja a un simio o realidad creada, es necesario decir que en lo creado hay diversidad. Descubrir
cómo eso creado participa de un modo diverso del Creador. Basilio, padre capadocio, afirma que “la diferencia
viene que en la creación las cosas son creadas pero el hombre ha sido creado para dominar las cosas creadas”. En el
dominio de lo creado muestra que el hombre es diverso de lo creado. En el orden de las cosas creadas hay una
diferencia: es fácil dominar una hormiga con el pie, un león se domina con la inteligencia, lo que no se puede
dominar con la inteligencia o con el pie es aquello que es en ti la muerte, lo incompatible con la creación: el hecho
de tener una vida que no es aquella simplemente biológica.
Se hace un énfasis sobre el tema de dominar las pasiones, ya que las pasiones son eso que en el hombre genera
muerte. No puedes dominar una pasión reflexionando sobre ellas. Las pasiones son el ámbito donde se manifiesta
la impotencia de lo creado y la potencia del hombre regenerado. Solo en esta línea de la antropología que insiste
sobre la diversidad que existe entre el hombre y lo creado se entiende el tema de dominar las propias pasiones
como algo más difícil que dominar lo creado. La pasión es lo que en el hombre solo puede ser dominado con el
Espíritu Santo. No es una cuestión moral, es una cuestión teologal: Cristo ha vencido la muerte.
Palamas realiza esta reflexión a partir de la semejanza y preguntándose cuál es el don que en el hombre hace que
sea semejante, participante de la vida divina. Su respuesta es que “la prueba que es posible es que en la humanidad
Cristo ha hecho ver que no es incompatible la humanidad y la divinidad”. En Cristo esta no incompatibilidad entre
la humanidad y la divinidad es algo que se ve en la transfiguración, En la transfiguración la naturaleza divina y
humana están presentes eficazmente ante las personas humanas que son los apóstoles.
En nosotros no hay unión hipostática, nuestra participación no es como la de Cristo, sino que la nuestra es según las
energías, participamos de la vida divina a partir de nuestra creaturalidad. Hay una línea que lleva constantemente al
paso entre la transfiguración y la divinización, hay un aspecto dinámico, revelando que la humanidad es capaz de
participar en la vida divina. Es la humanidad que es transfigurada: a través de la forma se trata de ver otra cosa, no
"'Debemos situar el contexto de Palamas en la polémica. Meyendorff Gregorio Palomas y la mística ortodoxa.
15
cambia lo físico., sino que es algo más allá de la física, es metafísico. Dentro de la humanidad veo otra cosa que está
pero necesito unos ojos diversos para verlo. La divinización se liga a la transfiguración: el argumento de la
transfiguración y la luz que se ve en este momento es importante, es la luz increada que no es la divinidad, que no
es la luz de la electricidad.
Cuando hablamos del hombre imauen de Dios debemos preguntarnos: ;es el hombre creado o el redimido? Si es el
hombre creado participan de esta imagen todos los hombres, si es el hombre redimido solo los bautizados. Si insisto
más sobre la semejanza puedo. decir que todos los hombres por creación participan de la imagen, pero de la
semejanza solo ios regenerados por el bautismo. Si decimos imagen o semejanza se trata de ver en qué consiste ser
imagen: creado con un intelecto... “si fuese cuestión de intelecto, el cumplimiento de la naturaleza intelectual, la
divinización vendría identificada con las edades de la razón” pero no es así, dice Palamas. ¿Cuál es el don para
entender la divinización? Palamas dice que es el Espíritu Santo. Cuando uno se toma espíritu encamado (esto es ser
espiritual) o carne espiritualizada, uno es divinizado. Es algo que no corresponde a la edad de la razón sino a la
santidad. La santidad no está eliminada de la vida, no es un opcional: o el hombre se toma santo o pierde su
humanidad. Cuanto más santo más humano. Bastaría convertirse en más humano para ser más santo porque esto es
ser más humano según Jesucristo.
El tratado sobre la divinización (1341-1342) es contemporáneo a Las Tríadas para la. defensa de aquellos que
practican la Sagrada Quietud, que son los nueve libros escritos en tres bloques de tres. Es la obra más extensa y
famosa de Palamas. La última Tríada es contemporánea con el tratado sobre la divinización. En las Tríadas
Palamas respondía a los ataques de Barlaam. Como la gente no leería las Tríadas, por su extensión decide escribir
un tratado más breve y más accesible. En su razonamiento Palamas comienza al inicio dirigiéndose a aquellos que
le hacen la contra. Está discutiendo sobre la diferencia entre la gracia creada e increada. El modo de responder no
es el mismo que sus enemigos. Palamas no sigue la línea del don en el intelecto. En su demostración se verá que no
usa argumentaciones convincentes, sino que usa ejemplos. Prefiere convencer a través del ejemplo y no de la
demostración.
Introduce distinción entre el don creado y el increado. El don que Dios da a todas las creaturas es crearlas,
comunicando a todas las creaturas el don de ser creadas es el don creado. Este ser creado viene de Dios, es una
gracia como don de Dios. Pero hay un don que Dios da específicamente a la creatura humana y la creatura humana
no recibe el don de las otras criaturas. El hombre siendo creatura recibe el don increado, porque recibe la vocación,
no solo en el origen sino en la escatología: la vocación del hombre no es definirse como creatura, sino como
partícipe de la divinidad. Este es un don increado.
Sin la fe este argumento no es posible. Esto se toca de lleno con la centralidad de que Jesús ha venido a salvamos
de la muerte. La gracia increada es una llamada a participar de la vida divina. Hablar de don increado nos hace
hablar de participación a la vida divina, no al ser Dios, es, en palabras de Ladaria, la supracreaturalidad, la
transcreaturalidad, el ver más allá creatural. Este don sitúa al hombre en una situación diversa del resto de lo
creado, compartiendo su mismo origen. No es una cuestión de evolución, es la cuestión de una naturaleza diversa.
La natura del hombre que lleva un don increado es diversa de la natura del que solo lleva un don creado. Su
naturaleza no es de ser creado, porque lleva en su ser el don increado, su fin no es ser Dios sino ser divinizado: ser
otro permaneciendo él mismo. María, por ejemplo, es una naturaleza humana completamente divinizada. No es
divinidad ni creatura como las otras, sino que María ha cumplido la vocación de la creatura de llevar en el ser
humano la participación de lo divino.
El don de Dios se toma “divino” a modo de participación según el grado de participación en el Espíritu. En el orden
humano no hay diferencia: el más humano es el más participante del don divino de la santidad, el menos humano es
el menos santo. La relación entre lo creado y Dios es distinta porque el don es diverso. El don de existir es una cosa
y el don de la santidad es otro. La gracia que actúa en los santos es la gracia increada, el resto en lo creado es gracia
creada: depende de Dios (gracia) en lo creado. El esplendor de la natura de Dios que nos toca se entiende a modo
de luz, que es la luz increada. “La naturaleza creada y la gracia increada son correlativas, una existe en la otra, el
soplo de vida que recibe el hombre muestra la existencia humana ligada a la vida divina, para poder realizar su
vocación que es unión con Dios”. Atanasio en la carta a Serapión afirma que “si entramos a formar parte de la
natura de divina por el Espíritu no es cierto que el Espíritu pertenezca a lo creado”.
Si no hablamos de vocación no podremos entender qué es nuestra vida en la tierra. La vocación es una perfección.
La vocación en el orden de su creación es perfección. María es perfecta porque ha cumplido la perfección humana.
Sin el Espíritu Santo el hombre no podría .realizar su perfección. El Espíritu Santo no está presente en todo lo
creado por el hecho, de ser creado, es porque Dios ha creado cada cosa con una vocación propia. Si el hombre no
entiende su vocación tiene dos opciones: o se identifica con lo creado o vive como hombre sin saber qué es. Su
vocación de hombre es ser dominador de lo creado e hijo de Dios.
Los padres afirman: “si esto que Dios da al hombre es igual que las creaturas, ¿qué necesidad habría de la
encamación de Cristo?”. El defecto de la creación es culpa del hombre. La santidad en los santos no es el mismo
modo con el cual Dios crea en los otros seres con las cualidades que son necesarias. Dios no crea como genera: el
Verbo es generado, por eso cuando Dios crea el hombre le da lo que un padre a su hijo: la herencia de su
naturaleza. Este hijo puede tomar esa herencia e irse, pero en la generación el hijo es partícipe de algo que el
mundo no tiene. El hecho que Dios no crea como genera nos hace preguntar cuál es la necesidad del misterio
pascual dé Cristo si la santidad solo fuera una cuestión de virtud natural, si la gracia fuese imitación no tendríamos
necesidad del sacrificio de la gracia. La idea central de los enemigos de Palamas eran los postulados de Marción,
Pelagio y Nestorio. La gracia no es una cuestión de imitación. Gracia se debe leer en clave de restauración de la
verdadera imagen del hombre que se expresa en la semejanza: una acción que es sinergia de la vocación. El mundo
latino no habló tanto de la transformación, iluminación, transfiguración del Verbo encamado como en occidente.
Quien acoge a Cristo es templo del Espíritu Santo. El Espíritu no es algo natural y accesible sin que Dios se
implique en el don. Es absurdo pensar que Dios dé un don al hombre sin que El se implique en el don. Es la
diferencia entre crear y generar: si género no puedo ser separado de lo que he generado. En el don del Espíritu
Santo Dios se implica, el Espíritu Santo es dado en un modo tal que Dios se implica y que el hombre se debe
implicar, mostrando que no somos del todo libres. Recibiendo el Espíritu se nos pide qué hemos hecho con el don
del Espíritu Santo. El Espíritu Santo no está en el orden de lo creado, no está presente en los animales, solo está
presente en el hombre. A Palamas se le acusa de dividir el Espíritu Santo como una cualidad de la gracia increada.
El Espíritu Santo ni se puede pesar ni medir, de la misma medida que la participación: cuanto participas de Dios tu
participación te hace ser del todo participante de Dios. La participación de por sí es la medida de Dios y no la
cantidad, esto se verá en el esplendor de la semejanza. La multiplicidad es debida a la enfermedad de nuestra
mirada.
La medida de nuestra participación de parte de Dios es del cien por cien, en la semejanza estamos llamados a ser
perfectos en la vocación. Es la antinomia de participar en lo inparticipable. No es que el Espíritu Santo sea divisible
porque sea participable. La participación es el concepto clave para la divinización. La divinización es asimilación y
unión con Dios, es semejanza cumplida, la misma semejanza sin la unión rio bastaría para rendir cuentas de la
divinización. No solo la imagen, no solo la semejanza externa (ya que uno puede fingir), lo importante es la unión
que hace la divinización. En la unión es necesaria la participación de lo que se une, es una cuestión no formal, sino
de vida. Poner en práctica los mandamientos, no es una imitación natural de los mandamientos, es la potencia del
X X
Palamas comprende los primeros elementos extraordinarios de la divinización: si la naturaleza no puede llevar a
cabo el cumplimiento, ¿cómo puede venir de lo creado el cumplimiento? Debe venir el Espíritu Santo como en el
bautismo de Jesús. Es la gracia que actúa con potencia y diviniza. La diferencia está en el mismo Espíritu Santo,
fuertemente adherente al bautizado por la gracia de la santificación que es el Espíritu mismo. Si esta gracia fuese
creada y nosotros que participamos de lo creado, ¿cómo pensar que esta gracia nos hace hijos de Dios?
Viene la reflexión sobre la muerte como límite de la creación. Palamas muestra qué relación hay entre muerte y
vida. La muerte del alma es vida, vida infernal, sin Dios. La muerte es la vida del hombre que no es creado, el
hombre lleva una vida que no acaba nunca. El don de vida del hombre no acaba, la diferencia está entre vivir una
vida de muerte o vida de Dios. El Espíritu Santo da vida divina, en cambio la fuerza de hacer milagros es diversa,
porque hacer milagros no es del todo obra del Espíritu Santo, es la fuerza que manifiesta la presencia del Espíritu
Santo
Los milagros no son la prueba de que quien hace el milagro lleva el Espíritu, es un signo para quien debe creer. El
milagro que ninguno puede hacer es perdonar los pecados, esto es, la única cosa que ninguna creatura en el mundo
puede hacer es perdonar los pecados. La magia es natural, lo que no es don natural es resucitar un muerto. Perdonar
los pecados es igual que resucitar un muerto, solo se puede hacer en virtud del espíritu divino. El hombre interior
está muerto, tú que curas con el perdón haces lo que solo Jesús hizo al resucitar un muerto.
El Espíritu Santo vivifica el hombre interior y gracias a la unión con Dios hace resucitar a los muertos,
consintiendo al alma vivir de modo divino, vivir una vida verdaderamente divina y eterna. Se vive solo si se tiene el
Espíritu Santo: de otro modo o vivos o muertos estamos muertos, aunque estemos animados, vivimos una vida no
unida a Dios (que es el infierno). Son muertos los que viven en la vanidad del mundo... El cristiano no entierra a
los muertos, los resucita. El Señor llama muertos a los vivos, porque son como muertos en el alma. La separación
del alma de Dios es la muerte. Lo propiamente muerte es la muerte del alma. La muerte verdadera es vivir estando
muerto.
De ahí la necesidad de Palamas de señalar tres nacimientos: un nacimiento en el seno materno, otro en la fuente
bautismal y otro en el propio corazón que dice sí a la condición de filiación que nos ofrece el Padre. Son tres
generaciones: creación, bautismo y santificación. Todo corresponde a la vocación de ser hijos de Dios. Este es el
camino de la perfección humana.
Conclusión .
1. Hay que partir de la economía porque la economía de la salvación hace referencia a la experiencia. Palamas
dice que la Trinidad parte de la economía y nuestro Credo y nuestra plegaria son trinitarios. Confesar el Hijo y el
Espíritu Santo revela cuál es la vocación del hombre. El Espíritu y el Hijo juntos revelan la vocación del hombre.
La divinización resume eso que profesamos en la tercera parte del Credo: Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador
de vida, recibir el Espíritu es quien da la vida, el Espíritu es una persona de la Trinidad, que con el Padre y el Hijo
es adorado y glorificado, es Dios. El Espíritu nos hace hablar como profetas, nos hace ser santos, nos hace
resucitar, ser Iglesia... Sabemos en qué consiste 1a. divinización gracias a la tercera parte del Credo. El reto de la
antropología es partir de la economía, darse cuenta de cómo el hombre se salva siendo más relevante que decir que
es en sí el hombre: el hombre es una creatura querida por Dios llamada a participar de su misma vida. La verdadera
pregunta es ¿qué significa la salvación? ¿Cómo puedo vivir la salvación? ¿Por qué quiero entrar en un monasterio?
Para vivir como salvado.
Vivir la salvación es vivir lo dado por el bautismo, vivir como salvado manifestando la salvación.. Palamas en las
Tríadas afirma que la divinización no es entender conceptos, hay que estar atentos a lo que produce, a las obras, el
estado, la gracia a la que participas. Solo en ese momento sabrás según el grado de tu participación, qué cosa es
esta energía. En realidad, solo quien entiende por experiencia conoce el Espíritu Santo (cf. III Tríadas 132). El
tentativo de Palamas es que “nosotros hemos escrito mucho sobre la hesiquía, la paz, o porque leyendo los padres
hemos visto la tradición milenaria o por el preguntar de los monjes o de los enemigos, no hemos escrito nunca,
sobre la divinización, es necesario hablar de la divinización solo con la gracia, de Dios, con palabras respetuosas de
la fe que no pueden venir demostradas: si se habla de ello permanece indescriptible, mientras se nombra es
innombrable”. Solo se describe visible en el otro. •
2. Categoría del increado. El término increado es el modo en que el oriente habla del sobrenatural. Lo increado se
explica a través de la creación, del origen en Dios y la escatología, el sobrenatural hace hablar a naturaleza. Lo que
el cristiano busca es la participación a la vida divina, esto es, increada. El hombre vive como nueva creatura por el
don de esta gracia. La condición de los seres en su naturaleza es vivir una participación a la vida de Dios sin
cambiar su naturaleza. En la terminología palamita creado-increado afirma la única distinción entre Dios y los
seres. Lo que diferencia a los hombres de Dios es que Dios es origen de sí mismo, mientras que el hombre
participando de Dios no es el origen del divino en él, lo que es divino no es originado por sí.
3. Gracia como luz. La luz de la que habla Palamas es el esplendor de la energía divina. La luz increada, tiene un
aspecto subjetivo, objetivo y colectivo.