La Coadicción
La Coadicción
De la codependencia a
la coadicción
P
ara fines prácticos, he definido al codependiente, como una persona
afectada por estar involucrada con un individuo altamente estresante.
Paradójicamente, a lo que reporta un(a) codependiente, la persona
que convive o convivió con un alcohólico y/o farmaco-dependiente se
caracteriza porque sufrimiento y dependencia son lo mismo; porque ambos
procesos están enraizados en la incapacidad de estar con lo que es.
La codependencia provoca la ironía de quienes la abordan e incluso
se han creado situaciones chuscas en torno de esta actitud de amar
demasiado, es decir, de tener un amor mal entendido por otro, que nos daña.
Por ejemplo, una mujer despierta y le pregunta al marido: “Oye, ¿cómo me
voy a sentir hoy?” Otra mujer, esposa de alcohólico, se encuentra a punto
de morir; se dice que en esa experiencia premortal aparece algo similar
a la película de la vida de cada quien. En este caso, la mujer moribunda
visualiza, en lugar de la muerte propia, la película del esposo adicto. Lo
sorprendente de esto es la ironía misma con la cual se observa un hecho
que alcanza tal dramatismo en la vida cotidiana.
Vale la pena aclarar que del 100% de adictos que existen en México un
80% son varones. Es por ello que se tiende a hablar de codependencia
respecto de las mujeres. Decimos lo anterior para evitar que se piense
que respaldamos una actitud misógina o peyorativa. Por el contrario, al
mostrar esta realidad que tantas mujeres comparten, pretendemos indicar
lo mucho que puede hacerse para crear programas específicos de atención
para quienes han vivido con un adicto y no han hallado la solución para
librarse de sus propias ataduras.
Distinguiendo características
Lo que pretendo en esta sección es tratar de distinguir las características de
la codependencia y las de la coadicción, buscando insistir en la diferenciación
de ambas.
La codependencia se caracteriza por las siguientes conductas:
2
más artículos en: www.infoadicciones.net
– Vivir o haber vivido con una persona altamente estresante.
– Tratar de hacer todo por los demás.
– Tendencias a mentir.
– Reaccionar exageradamente ante los cambios no planeados.
– Dificultad para ser perseverante.
– Buscar aprobación y confirmación de los demás para sentirse
bien.
– Tendencia a ser impulsivo más que racional.
– Dificultad para identificar los sentimientos propios y
expresarlos.
– Sentimientos de culpa por lo que a otros les pasa.
– Actitudes y conductas rígidas.
– Titubeo, dificultad para tomar decisiones.
– Sentimientos de vergüenza y baja autoestima.
– Piensan tanto que se confunden.
– Pueden ser muy responsables y muy irresponsables.
Desarrollos a considerar
No podemos negar lo abundante que puede resultar este tema, sobre todo
tomando en cuenta que, dentro de la salud mental, la coadicción es un
concepto desconocido para la mayoría y, por consiguiente, su desarrollo
dista de rendir mayores frutos por el momento. Sin embargo, conviene
incluir en este espacio algunos desarrollos que se presentan como elementos
perfeccionar en el campo de las adicciones.
El manejo de la asertividad
Heddy Grela maneja, como vimos arriba, la propuesta de que la
persona codependiente carece de la asertividad necesaria para evitar
que sus deseos, necesidades, sentimientos y derechos sean violados.
Asertividad se refi ere, aquí, a la adicción de afi rmar o poner en claro.
Grela nos dice: “implica una comunicación fl uida con el otro, a quien
tengo en cuenta a partir de que me tengo en cuenta a mí mismo”. 1
Se insiste en la asertividad con base en el entendido de que el o la
codependiente sacrifican su vida y tienden a perder control sobre ella.
Esto implica que postergan sus necesidades personales. Retomando las
palabras de la autora: “Uno tiene el derecho de no complacer a los
demás, a pesar de la educación que, por lo general, se recibe, en el
sentido de estar al servicio del otro, de lo que quieren los demás y no de
lo que yo necesito en un momento dado. Y por eso la persona no puede
decir no. Y dramáticamente pasa toda una vida tratando de dar gusto a
los otros sin tenerse en cuenta a sí misma...”2
Como es evidente, la propuesta de la asertividad radica en la necesidad
de abandonar un juego en donde el codependiente invariablemente pierde
al intentar controlar al otro. Pero, ¿cuáles serían las conductas asertivas a
las que se podría recurrir para el crecimiento? Grela cita más de una decena
de estas. Simplificaremos la propuesta mencionando las siguientes:
A manera de conclusiones
1. Las mujeres coadictas sacrifican su femineidad en pro de la preservación
de la coadicción. Prefieren no gozar de su desarrollo como mujeres con tal
de no enfrentar su posible soledad.
2. El mecanismo de Identificación Reivindicatoria en los grupos de
coadictos es el centro de tratamiento ya que, desde su historia, pretenden
8
más artículos en: www.infoadicciones.net
reivindicar en sí mismas la imagen introyectada de una madre aparentemente
sumisa, devaluada pero, en realidad, controladora, evitadora de conflicto y
sutilmente represiva.
3. Una dificultad para la prevención y el tratamiento es el rol religioso,
cultural y social, ya que exige que la mujer desempeñe su papel que
históricamente permanece, es decir, que se nos ha vendido la idea de
coadicción como sinónimo de amor perfecto.
4. La coadicción no se detiene cuando el coadicto inicia su abstinencia.
La persona coadicta puede seguir desconfiando, controlando, manteniendo
el resentimiento o confundiéndose, en tanto no reconozca las ganancias
secundarias que obtenía al tener un adicto en casa.
5. La razón de muchas mujeres coadictas es ser el tapón de la botella de
sus maridos.
6. La persona coadicta en un proceso de rehabilitación puede ser, en
razón de su sufrimiento, una excelente promotora de salud mental para
quienes apenas descubren la enfermedad.
7. Es importante enfocar la necesidad de profundizar en el estudio de la
coadicción masculina, ya que existen factores culturales que la encubren.
Notas
1. “El manejo de la asertividad en la relación del adicto y el codependiente”,
en: Revista de las adicciones, núm. 2, marzo-abril, 1991: 8-9.
2. Ibid.
3. “La coadicción. Jirafas con jirafas”, en: Revista de las adicciones, núm.
7, mayo-septiembre, 1992: 14-18.
4. “El vestido de novia”, en: Revista de las adicciones, Ibid: 7-13.