Cuentos y Leyendas de Guatemala
Cuentos y Leyendas de Guatemala
Cuentos y Leyendas de Guatemala
LA CIGUAMONTA:
MORALEJA
La compasión y la bondad suelen ser
Recompensadas; no así la maldad.
El lobo y el león Los tres quejosos
-¡ Que mal -grito la mona- que estoy sin rabo!
En cierta ocasion, un lobo -¡Que mal estoy sin astas! -repuso el asno.
Y, a continiacion, dijo el topo:
arrastraba hasta su guarida a -Mas debo yo quejarme, que estoy sin ojos.
No reniegues, Camilo, de tu fortuna
un carnero que otros podran dolerse mas de la suya.
que había apartado de su MORALEJA
rebaño, cuando se le cruzó un Si se repara, nadie en el mundo tiene dicha completa
león
y se lo arrebató. el lobo,
guardando las distancias, le
reclamó:
-¡Injustamente me arrebatas lo
que es mío!
y el león, riéndose, le
respondió:
-¡Ajá! ¡Seguro que a ti te lo han
regalado!
MORALEJA
Lo que ha sido mal conseguido, fácilmente
será perdido.
RONDAS INFANTILES VIVORA DE LA MAR:
EL PATIO DE MI CASA: A la víbora de la mar
El patio de mi casa
A la víbora de la mar,
de la mar,
El patio de mi casa por aquí pueden pasar;
es particular, los de adelante corren mucho,
cuando llueve se moja los de atrás se quedarán,
tras, tras…
como los demás.
Una mexicana
Agáchate que fruta vendía,
y vuélvete a agachar, ciruela, chabacano,
que los agachaditos melón o sandía,
día, día,
si saben bailar.
será la vieja
del otro día.
//Cuando cantes esta canción puedes abrir y cerrar las
manos como si estuvieras escurriendo agua (lluvia) y Campanita de oro,
luego, en el verso que dice “agáchate”, te agachas y déjame pasar,
con todos mis hijos,
tratas de bailar.// menos el de atrás,
tras, tras…
Verbena, verbena,
jardán de matatena,
verbena, verbena,
la fruta está muy buena.
Campanita de oro,
déjame pasar,
con todos mis hijos,
menos el de atrás,
tras, tras…
será melón,
será sandía,
será la vieja
del otro día.
Campanita de oro,
déjame pasar,
con todos mis hijos,
menos el de atrás,
tras, ¡tras!
Aserrín, aserrán
Aserrín,
aserrán
los maderos
de San Juan,
piden pan,
no les dan;
piden queso,
les dan hueso,
que se atora
en el pescuezo;
y se echan
a llorar,
en el quicio
del zahuán;
riqui,
riqui,
riqui,
¡ran!
CUENTO
El carruaje de la muerte
Cuenta que el carro de la muerte aparecía durante las
noches y anunciaba la muerte de alguna persona.
También cuentan que se parqueaba frente a las casas
y se llevaba al fallecido.
Después de un largo y arduo día de trabajo en el
campo, Mario se dirigía a su casa en la ciudad. Ya
casi anochecía y caminaba de prisa. Poco antes de
llegar a su casa escuchó el sonido de un carruaje muy
cerca, lo que era muy normal en aquella época, pero
este sonido era diferente, sintió mucho temor. Corrió
y decidió esconderse en el parque, detrás de los
árboles.
El sonido del carruaje se escuchaba cada vez más
cerca, pero a la vez daba la impresión de que nunca
llegaba y la espera se hacía interminable.
Sin darse cuenta, Mario pasó la noche en el parque.
De repente, despertó por el frío que sintió y recordó
lo ocurrido la noche anterior y en ese momento pensó
que temerle a un carruaje había sido algo absurdo. Se
levantó y fue a su casa.
Los días pasaron y Mario no podía olvidar lo
ocurrido, así que decidió contárselo a un amigo.
Al escucharlo el amigo también le compartió lo que
contaba la gente al respecto. “Dicen que por las
noches se escuchaba a un carruaje ir a toda velocidad
y que iba recogiendo a la gente que moría, era
conocido como El Carruaje de la Muerte”. Al
finalizar el relato añadió: “Posiblemente todo esto es
un invento de la gente, no hay que hacer caso”.
Mario no se quedó tranquilo y junto con su amigo
decidieron esperar esa noche, al carruaje y así
confirmar si los rumores eran ciertos.
Se encontraban en parque bajo la noche fría y
solitaria cuando comenzaron a escuchar el sonido de
un carruaje. Poco a poco pudieron verlo, cada vez
más cerca. Y en efecto, se trataba de un carruaje
negro, tirado por caballos negros y con un conductor
vestido completamente de negro.
Igual que la primera vez, el carruaje tardaba en llegar
hasta donde ellos se encontraban.
Cuando por fin el carruaje estaba frente a ellos, el
conductor los observo fijamente y ambos hombres se
desmayaron. A la mañana siguiente, despertaron de
frío y desde entonces, tanto Mario como su amigo, se
esconden donde pueden cada vez que escuchan el
sonido de un carruaje, sobre todo por las noches.
RELATO
EL CANTO DE LA FLOR DEL AMATE.
El Progreso-Guastatoya don Domingo Castillo,
"contador de maravillas", de la aldea Casas
Viejas, narra el cuento "El Canto de la Flor del
Amate", muy difundido y vigente en todo el
departamento. Asegura don Domingo Castillo
que ese palo es encantado y nunca da flor,
pero cuando le entra el encanto si florece. "El
encanto sólo se abre la noche de la víspera del
Día de San Juan y es necesario que haya luna
llena. El hombre o la mujer deben llegar al pie
del árbol a las doce de la noche para que les
caiga el encanto". Y si al Encanto del Árbol le
cae bien la gente, les deja caer una flor y con
ello los vuelve "suertudos en el amor y con
mucho dinero".