Introducción Libro Comprando Tiempo de Wolfgang Streeck
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Wolfgang Streeck
Serie Ensayos
Primera edición, 2016
© Katz Editores
Cullen 5319
1431 - Buenos Aires
c/Sitio de Zaragoza, 6, 1ª planta
28931 Móstoles-Madrid
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Índice
Introducción: Pasado y presente de la Teoría Crítica 7
Tiempo comprado 41
Notas 181
Bibliografía 211
Introducción
Pasado y presente
de la Teoría Crítica
crisis finalmente terminan bien —una impresión que sin duda creo posible
encontrar también en Adorno—. Él carece de ese tipo de sentimiento de
seguridad “funcionalista” que es posible ver en Talcott Parsons; nunca hay
garantía de que antes o después todo retornará automáticamente al equili-
brio. Él no podría compartir la confianza básica de Hölderlin: “Pero, allí
donde el peligro acecha, también crece lo que salva”. Por la razón que sea,
tampoco yo lo creo. A mis ojos, los órdenes sociales son normalmente frá-
giles y precarios; en cualquier momento pueden presentarse sorpresas desa-
gradables. Creo también equivocado exigir que cualquiera que identifique
un problema deba también ofrecer la solución.2 No me inclino a tales pres-
cripciones en este libro, incluso si en el último capítulo realizo una pro-
puesta (no realista) dirigida a un aspecto parcial de la crisis. Los problemas
pueden ser de una naturaleza tal que no haya soluciones para ellos, o en todo
caso ninguna solución practicable aquí y ahora. Si alguien me preguntara,
reprochándome, dónde está “lo positivo”, al final estaría dándome la opor-
tunidad de invocar a Adorno, cuya respuesta, naturalmente mucho mejor
expresada, sin duda habría sido: ¿Y qué pasaría si no hubiese nada positivo?
Mi libro trata de la crisis financiera y fiscal del capitalismo democrático
contemporáneo a la luz de las teorías de la crisis de la Escuela de Frankfurt
de los tardíos 1960 y tempranos 1970, un período en el que Adorno estaba
todavía activo y en el cual, claro, yo estudiaba en Frankfurt. Las teorías a las
que me refiero fueron intentos de captar los cambios radicales incipientes
en la política económica de posguerra como aspectos de un proceso que
abarcaba al conjunto de la sociedad, haciendo un uso más o menos ecléctico
de elementos de la tradición marxista. Las interpretaciones desarrolladas en
esos intentos no fueron uniformes ni mucho menos, muchas veces solo se
formularon en forma esquemática y fueron cambiando, como era de espe-
rar, con el correr de los acontecimientos, a menudo sin que los propios
autores lo notaran. Observándolos retrospectivamente, también se encuen-
tra con frecuencia una insistencia obstinada sobre diferencias menores den-
tro de la misma familia teórica, que hoy aparecen como irrelevantes o
incluso incomprensibles. Por esta simple razón, en lo sucesivo no tiene ya
sentido ocuparnos de quién tenía más o menos razón en ese entonces.
Los esfuerzos teóricos de los años de Frankfurt evidencian también que
las conclusiones en materia de sociología están inexorablemente atadas a su
tiempo. Sin embargo, y precisamente por eso, al abordar los acontecimien-
tos actuales es pertinente relacionarlos con las teorías de la crisis del “capi-
Introducción • 9
etcétera. Esta crisis también tiene implicaciones para otras sociedades, tanto
presentes como futuras, pero su naturaleza precisa, que solo la investigación
empírica puede dilucidar, se decidirá por la acción práctica históricamente
específica. Lo que sabemos en general sobre las crisis políticas y económicas
puede resultar útil. Pero no menos importante es el carácter distintivo, sin
precedentes de esta crisis, que debe inferirse e interpretarse con base en su
contexto espacio-temporal.
Como se verá, la consideración de la variable temporal al observar la
actual crisis financiera y fiscal resulta reveladora en diversos sentidos. Sobre
todo, vista en un contexto histórico, se relativiza la importancia de nume-
rosas diferencias entre las sociedades del capitalismo democrático organiza-
das como estados nación que fueron observadas en investigaciones
transversales de las ciencias sociales, tal como sucede en la bibliografía sobre
las “variedades del capitalismo” (Hall y Soskice, 2001), donde esas diferen-
cias fueron estilizadas a tal punto que terminaron siendo convertidas en
rasgos categóricos de distintos “modelos” de capitalismo.7 Si la crisis es
considerada como un estadio intermedio en una secuencia de desarrollo
prolongado, resulta que los paralelos e interacciones entre países capitalistas
son muy superiores a sus diferencias institucionales y económicas. La diná-
mica subyacente, que permite variaciones locales, es la misma, incluso en el
caso de países considerados muy distantes uno de otro como Suecia y los
Estados Unidos. Lo que se vuelve particularmente visible en un estudio a
lo largo del tiempo es el papel de liderazgo del más grande y más capitalista
de todos los países capitalistas, los Estados Unidos, donde se originaron
todos los ajustes de tendencias del desarrollo: el fin del sistema de Bretton
Woods y la inflación, el crecimiento de los déficits presupuestarios gene-
rado por la resistencia a los impuestos y por los recortes impositivos, el
aumento de la actividad gubernamental financiera con deuda, la ola de
consolidaciones fiscales de la década de 1990, la desregulación del mercado
financiero como parte de una política de privatización de las funciones del
Estado, y por supuesto, la crisis financiera y fiscal de 2008.
Las conexiones y mecanismos de causalidad que interesan a los sociólogos
también operan en la dimensión temporal, y de hecho durante largos pe-
ríodos de tiempo, en la medida en que están implicados la elaboración y el
cambio de las instituciones o del conjunto de las sociedades. Tendemos a
subestimar cuánto tiempo necesitan las causas sociales para producir sus
efectos. Si preguntamos demasiado pronto si una teoría atinente al cambio
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