Importancia de La Danza - Expresión y Creatividad

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IMPORTANCIA DE LA DANZA

EXPRESION Y CREATIVIDAD

PRESENTADO POR: Ing. Ginna Milena Pedraza Ruiz

PPRESENTADO A : Dr. Edgar José Ariza Castillo

FACULTAD DE CULTURA FISICA DEPORTE Y RECREACION

Universidad Santo Tomás de Aquino


Floridablanca - Santander
Mayo 9 de 2003
Vivir y crecer en su cuerpo
Sentir y crear con su cuerpo.
Expresar y comunicar con su cuerpo.

La expresión corporal es una conducta espontánea existente desde siempre, es un lenguaje por el medio

del cual el ser humano expresa sensaciones, emociones, sentimientos y pensamientos con su cuerpo,

integrándolo de esta manera a sus otros lenguajes expresivos como el habla, el dibujo y la escritura.

El objetivo de esta actividad es multifacético: engloba la sensibilización y concientización de nosotros

mismos tanto para nuestras postura, actitudes, gestos y acciones cotidianas como para nuestras

necesidades de expresar-comunicar-crear-compartir e interactuar en la sociedad en la cual vivimos.

Expresión es una palabra que hace referencia a tal cantidad de cosas distintas, que ha perdido su sentido

y se ha convertido una de esas muletillas de las se echa mano tanto en el discurso pedagógico como en

las relaciones cotidianas. Etimológicamente expresión se deriva de exprimere, que significa hacer salir

presionando. El sentido originario de expresión es el de movimiento del interior hacia el exterior,

presión hacia fuera.

En el ámbito del desarrollo personal este término se puede utilizar con diferentes sentidos:

a) Como liberación: los productos expresivos son testimonio de lo que escapa a nuestra reflexión y en

esta perspectiva se fundamenta la función catártica y terapéutica del arte.

b) Como enriquecimiento del yo: la expresión pretende el retorno a la propia autenticidad y se

presenta como una vía de desarrollo y crecimiento en todas las dimensiones haciendo al sujeto un

ser apto para recibir y asumir, para transmitir y de proyectarse.

c) Como comunicación: la expresión adquiere toda su entidad cuando se hace social; las actividades

expresivas son fundamentales para el desarrollo de la capacidad creadora y para los procesos de

socialización y esta es la razón de que el binomio expresión-comunicación sea uno de los principios

en que se fundamenta la educación actual.


d) Como creatividad: la creatividad es básicamente expresión. En este sentido, todos somos creativos

en todos los lugares y en todos los momentos de la vida. Los grandes teóricos de la creatividad así

lo reconocen al colocar la expresión en la base todo proceso creativo.

La expresión corporal, como lenguaje inmediato, afirma el concepto del ser humano

expresándose así mismo consigo mismo, sin una necesidad perentoria de recurrir a elementos o

instrumentos ajenos a sí, lo cual no quita que en algunos momentos de este proceso se sirva de

ellos.

Lo que se intenta decir con esto es que desde un primer momento el individuo es su propio

instrumento. El es él mismo y a la vez es el instrumento con que se expresa.

La expresión corporal está integrada al concepto de la danza.Cualquier forma del cuerpo dada en

un escenario debe ser para alguien, quien desde el primer momento se sienta a interpretar por

medio de su sensibilidad, y por eso es que el bailarín debe tener mucho cuidado en la muestra

exacta de lo que lleva adentro, de su espíritu o sentimientos internos que quiere expresar a través

del movimiento.

Pero que es danza?

Como dijo Lisa Ullman “La danza, junto con las actividades artísticas que tienen el cuerpo como

único instrumento (tales como mímica, actuación, canto y locución), constituye un aspecto del

arte del movimiento. Además de sus elementos comunes con las demás artes, la danza posee su

propio bagaje de conocimientos, tradición, experiencia, evolución histórica y principios, que

pueden verse en funcionamiento en las imágenes creadas, en los métodos de estructuración

aplicados para forjar relaciones mutuas entre formas unilaterales de movimiento, y en los estilos

desarrollados.”
La danza es el arte del cuerpo y éste, el instrumento con el cual el hombre construye su propio

mundo, es decir, su cultura, entendida ésta como lo que aquel piensa, dice, hace y produce dentro

del contexto que le corresponde actuar.

Todas las sociedades humanas cultivan alguna forma de danza, aunque sólo sea marcar el ritmo

con los pies o batir mano. En los pueblos primitivos no existía danza sin música ni música sin

danza, ambas constituían un todo indivisible.

Movimiento y ritmo son la esencia de la vida; donde hay vida hay movimiento y viceversa y ésta

tiene su ritmo misterioso que afecta la acción de todos los seres, desde los hombres hasta los

átomos.

La danza está en un mundo en movimiento, en desarrollo continuo, que va por tendencia y se

dispone a conquistar un espacio cada vez más vasto en la actividad teatral, y consensos cada vez

más amplios en el público. Son cuatro siglos de baile más o menos teatral. Desde las cortes a los

estadio, desde las salas de la aristocracia al cielo abierto, con espectáculos de danza que ha

producido cultura, ligados a la música, la pintura, el teatro, la literatura, la poesía, el ensayo y la

filosofía. La danza siempre ha estado ligada a la historia mundial, alrededor de ella han estado

desde las revoluciones industriales hasta las dos guerras mundiales. Y esto ha sido definitivo

para cambios en este arte. Siempre ha habido una relación muy estrecha entre el artista y la

sociedad; el artista y la persona a quien se dirige; que es finalmente quien interpreta sus

movimientos y expresiones corporales.

La danza, más que cualquier otra manifestación de arte, se ha tratado siempre de una forma

comunicativa en donde prima la fuerte relación, no completamente directa, entre el bailarín y el

receptor de la música hecha movimiento, para lograr una identidad propia del hombre, su pueblo,

cultura y sociedad.
La danza, a mi parecer, no se limita a ser un mero ejercicio, una diversión, un arte ornamental, o a

veces un juego de sociedad; es un asunto serio y, en ciertos aspectos, muy venerable. Toda época

que ha comprendido el cuerpo humano o que por lo menos ha experimentado la sensación de

misterio de este organismo, de sus recursos, límites y combinaciones de energía y sensibilidad, ha

cultivado, venerado la danza.

Es un arte fundamental, como lo sugieren o lo demuestran su universalidad, su antigüedad

inmemorial, los usos solemnes que se han hecho de él, las ideas y reflexiones que ha engendrado

en todos los tiempos. Porque la danza es un arte que se deriva de la vida misma, pues no es más

que la acción del conjunto del cuerpo humano. Pero una acción transferida a un mundo, a una

especie de espacio-tiempo, que ya no es del todo el mismo de la vida práctica.

El hombre se dio cuenta de que poseía más vigor, más flexibilidad, más posibilidades articulares

y musculares de los que requería para satisfacer las necesidades de su existencia, y descubrió que

algunos de esos movimientos le brindaban — por su frecuencia, sucesión y amplitud — un placer

que llegaba a una especie de embriaguez, a veces tan intenso que sólo el agotamiento total de sus

fuerzas, o cierto éxtasis del agotamiento, podían interrumpir su delirio, su gasto motriz frenético.

Pero también entendemos por danza una respuesta corporal a determinadas motivaciones.

Rascarse también es una respuesta corporal, pero nadie podría decir que rascarse para calmar una

picazón sea danza. No obstante, aquel que se rasca en forma organizada y rítmica con un fin

expresivo y comunicativo determinado puede transformar el carácter meramente funcional del

rascarse en una danza del rascado.

Este mismo concepto es aplicable a cualquier acción cotidiana. Obtendríamos así danzas para las

manos y brazos(por ejemplo: empujar y atraer, estirar y prensar, agarrar y tirar), como así también

para pies y piernas(por ejemplo: pisotear, deslizar, patear, saltar).


Pero siguiendo con nuestro ejemplo, mi objetivo puede ser ahora trasmitir a otros un determinado

estado de ánimo, un ritmo interno, o crear nuevos movimientos a partir de este primario de la

rascada. Vemos, mediante este ejemplo, la relación que existe entre los movimiento funcionales

y la danza.

La danza no es sólo copia o imitación de creaciones ajenas, sino que damos también el nombre

danza a esta creación personal, que no está alejada de las posibilidades de ninguna persona ya que

como lo hemos demostrado se basa en lo que todos tenemos , nuestro cuerpo y sus movimientos

funcionales, pero con una categoría más: la creatividad.

Hasta aquí se ha hablado a la posibilidad de convertir una acción funcional en danza, pero la

danza encierra también la posibilidad de dar cuerpo a imágenes, fantasías, ideas, pensamientos y

sentimientos.

Una danza, como cualquier otra obra de arte, es una forma perceptible que expresa la naturaleza

del sentimiento humano, es decir, los ritmos y conexiones, las crisis y rupturas, la complejidad y

la riqueza de lo que a veces es llamada “vida interior” del ser humano, corriente de experiencia

directa, la vida como la sienten los que viven. La danza no es un síntoma de cómo siente el

bailarín; ya que los sentimientos propios del bailarín no podrían ser prescritos, previstos y

exhibidos cuando así se lo pidiera. Nuestros propios sentimientos se dan, lisa y llanamente; y a la

mayoría de las personas no les importa que los expresemos con suspiros, gemidos o

gesticulaciones. Y si fuera eso lo que realmente hacen los bailarines, de seguro que no habría

muchos aficionados al ballet.

Lo que se expresa en un baile es una idea, una idea del modo en que sentimientos, emociones y

todas las demás experiencias subjetivas vienen y se van: su ascenso y desarrollo, su síntesis

intrincada que da unidad e identidad personal a nuestra vida interior. Lo que llamamos “vida
interior” de una persona es el relato interno de su propia historia; el modo en que se siente vivir

en el mundo.

La danza es la expresión corporal de la poesía latente en todo ser humano. A la actividad

organizada bajo el nombre de expresión corporal, dotada de objetivos específicos, la

consideramos una actividad artística, si por artístico se entiende aquella que desarrolla la

sensibilidad, la imaginación, la creatividad y la comunicación humanas.

Es un lenguaje por medio del cual el individuo puede sentirse, percibirse, conocerse y

manifestarse. Es un aprendizaje de sí mismo: que es lo que el individuo siente, qué quiere decir y

cómo quiere decirlo. Con este concepto no se intenta decir que los actos del niño pierden

espontaneidad sino que, por el contrario, el ser humano es por naturaleza un ser espontáneo que

pone en juego a cada instante su capacidad creativa. Justamente esa espontaneidad es una de las

tres dimensiones de la expresión: espontaneidad, dominio del lenguaje y cultura. La expresión

surge de la dialéctica equilibrada entre creatividad y técnica, entre espontaneidad y regla

establecida. A la espontaneidad debe seguir la técnica, fundamentada en el dominio de los

códigos, que da una forma y una estructura durable a nuestras inspiraciones y que confiere a

nuestras obras un valor comunitario al marcarlas con cierto número de rasgos que las hacen

accesibles a los otros. Sin espontaneidad el producto es frío y sin vida; sin técnica, resulta

confuso. El dominio de los códigos ha de permitir traducir las ideas o los sentimientos con un

máximo de eficacia y de sinceridad.

1. La espontaneidad es "la respuesta adecuada a una nueva situación o la nueva respuesta a una

situación antigua". Esta capacidad exterioriza, libera y sensibiliza el conocimiento y nos mantiene

abiertos a la realidad natural, social y a nuestro propio yo. Y, también, la actitud que nos permite

confirmar que siempre hay una nueva manera de hacer las cosas, de dar respuesta a un reto, y nos

ayuda a superar los bloqueos perceptuales, emocionales y culturales, verdaderos enemigos de la


creatividad. La estrategia didáctica básica a través de la que se desarrolla la espontaneidad es la

improvisación.

2. La técnica reside en el conciencia de las posibilidades, en el dominio de los códigos. Es el saber

hacer, fundamentado sobre una serie de reglas precisas y de procedimientos constatados por la

práctica. Para poder expresarse es necesario tener conciencia de las posibilidades que nos ofrecen

los diferentes lenguajes. Es decir, estamos en el dominio del saber hacer, fundamentado sobre

una serie de reglas precisas y de procedimientos constatados por la práctica. Y en esta dimensión

se sitúa el reto, entendido como constricción o traba formal que hay que superar, pues como

afirma U. Eco para poder inventar libremente hay que ponerse barreras. Barreras que

posteriormente habrá que derribar para poder seguir creciendo.

3. La tercera dimensión es la cultural. Entendiendo por cultura el conocimiento y la valoración

crítica de los logros alcanzados por los que ya han trabajado y obtenido productos relevantes en

cualquier ámbito. Y aquí reside la importancia del modelo, que en un primer estadio se imita para

después superarlo.

La consideración de estas tres dimensiones nos lleva a educación artística entendida como

alfabetización artística, en el sentido de comprender y valorar críticamente las manifestaciones

artísticas y para ser capaces de dar forma a emociones, ideas y sentimientos mediante los distintos

lenguajes.

Todo acto expresivo se basa en un movimiento de doble dirección: del mundo exterior hacia la persona

(impresión) y de la persona hacia el mundo exterior (expresión). Sólo podemos expresarnos si nos

dejamos impresionar - voluntariamente o no - por lo que nos rodea o interpela. Si no somos como

sensibles placas receptoras que registramos mediante los sentidos y almacenamos las diversas

sensaciones muy poco podremos después comunicar expresándonos.

Por eso existen cuatro fases en el proceso creador.


 Preparación: situación del sujeto en el clima favorable y con los medios adecuados para crear.

 Incubación: elaboración interna de la obra; información y tanteo, análisis de la situación y búsqueda

de soluciones múltiples.

 Iluminación: plasmación de la nueva idea o fijación de la mejor solución encontrada.

 Revisión: evaluación de los resultados; experimentación, corrección y puesta en práctica.

Se sabe que este modelo no es lineal y que no necesariamente las fases se suceden unas a otras siempre en

un mismo orden, ya que los momentos de revisión pueden actuar como iluminadores o la incubación, en

ciertas ocasiones, puede actuar también como preparación. En vez de la línea recta en una sola dirección

deberíamos de emplear la espiral ascendente y descendente pues ya nos decía Jackson que la trayectoria

del pensamiento se parece más al vuelo de la mariposa que al recorrido de la bala.

Así mismo cualquier proceso expresivo se articula sobre estas palabras claves: percibir, sentir, hacer y

reflexionar.

 Percibir. Es tanto como estar a la escucha de uno mismo y del entorno. Supone la disponibilidad

del individuo a dejarse impregnar por los estímulos del entorno físico y humano y permitir que

surjan las imágenes que éstos inducen. La percepción consiste en desplegar las antenas de todos

los sentidos para poder captar los estímulos del exterior y dirigir la mirada hacia el mundo interior.

Esto implica un estado de disponibilidad en los planos cognitivo, motriz y afectivo.

Desde el punto de vista didáctico, en esta fase la tarea del profesor/animador consiste en crear un clima de

calma y de escucha consciente y mirada activa, una atmósfera dinámica y estimulante; ofrecer un amplio

abanico de experiencias sensoriales; ayudar a tomar conciencia de uno mismo y de la realidad exterior.

La actitud a adoptar podemos concretarla en los siguientes principios:

- Tomar conciencia de que siempre estamos percibiendo con los cinco sentidos.

- Dar importancia a los detalles prácticos.


- Estar en contacto con la las realidades físicas.

- Atender al momento actual

- Darse cuenta de los detalles pequeños de la vida cotidiana.

 Sentir. Es tanto como pensamiento corporal, según Root- Bernstein, es decir, el pensamiento que

tiene lugar a través de las sensaciones y la conciencia de nuestros nervios, músculos y piel. Son

muchas las personas creativas que antes de encontrar las palabras o las formas adecuadas para

expresarse “experimentan la emergencia de las ideas en forma de sensaciones corporales,

movimientos musculares y emociones que actúan a modo de trampolines que permiten acceder a

una modalidad más formal del pensamiento. Los atletas y los músicos imaginan la sensación de los

movimientos que van a ejecutar; los físicos y los pintores experimentan en su cuerpo las tensiones

y los movimientos de los árboles y de los electrones”1.

 Hacer. El sujeto pone en acción sus imágenes interiores, las elabora a partir de un estímulo y

comunica su mundo interior. Este hacer se debe orientar en dos direcciones: la exploración y la

actualización. La exploración es un periodo de ensayos múltiples, de lanzamiento de propuestas

diversas. En las actividades de exploración se pone el acento sobre los medios e instrumentos con

los que se realiza el aprendizaje de los distintos lenguajes. La actualización es la etapa de elegir, de

organizar, de arrancar. Momento en el que la creación emerge a partir de las propuestas planteadas.

Es la fase por excelencia de la expresión-comunicación. La actividad base de este periodo es la

improvisación articulada sobre distintas situaciones.

 Reflexionar. Se trata de disponer de un momento de pausa para volver sobre la actividad realizada

y apropiarse de la experiencia vivida. Es el momento del análisis, de la vuelta sobre lo que ya ha

sido vivido y tomar conciencia de los medios utilizados para expresarse.

1
Root- Bernstein, 2002 , pág. 44
El área de la expresión – y cualquier acto de enseñanza aprendizaje - es el espacio de las cinco

‘c’: primero hay que reaccionar con los sentidos (cuerpo), después con los sentimientos y las

emociones (corazón) para terminar con la reflexión, el conocimiento y la voluntad (cerebro),

sobre unos contenidos culturales (cultura) y todo ello impregnado en un clima de creatividad.

Cualquier actividad de expresión, sea cual sea el lenguaje utilizado, ha de utilizar las

herramientas mentales de la creatividad que, siguiendo a Root- Bernstein, se concretan en:

 Observación: capacidad de prestar atención a lo que vemos, escuchamos... o sentimos en el

interior de nuestro cuerpo.

 Imaginación: capacidad de evocar o imaginar las impresiones y sensaciones. Visualizar

imágenes, “escuchar” sonidos y canciones inéditas, etc.

 Abstracción: proceso mediante el cual lo complejo acaba reduciéndose a lo simple. Proceso

de simplificación.

 Reconocimiento y formación de pautas: tiene que ver con el descubrimiento de las leyes y

la estructura matemática de la naturaleza, con las rimas y los ritmos del lenguaje, la danza, la

música. La formación de nuevas pautas siempre se origina en la combinación inesperada de

elementos simples preexistentes.

 Analogía: la comprensión de que dos cosas aparentemente muy dispares comparten

propiedades o funciones se halla en el núcleo de las principales obras de arte y de la literatura.

 Pensamiento corporal: el que tiene lugar a través de las sensaciones y la conciencia de

nuestros nervios, músculos y piel. Son muchas las personas creativas que antes de encontrar

las palabras adecuadas para expresarse, experimentan la emergencia de las ideas en forma de

sensaciones corporales, movimientos musculares o emociones. Los atletas y los músicos


imaginan la sensación de los movimientos que van a ejecutar; los físicos y los pintores

experimentan en sus cuerpos las tensiones y los movimientos.

 Empatía: muchos creativos afirman ‘perderse’ por completo en el tema que les interesa,

fundiendo de ese modo , el ‘yo’ y el ‘ello’. Los actores aprenden a convertir a los personajes

que representan en partes de sí mismos. Buena parte del trabajo de los científicos, médicos y

artistas consiste en ponerse en lugar de otra persona, animal, planta, electrón o estrella.

 Pensamiento dimensional: capacidad de imaginación para trasladar mentalmente una cosa

desde un plano bidimensional a otro tri o pluridimensional, desde la tierra al espacio exterior,

a través del tiempo o incluso de universos paralelos. Indispensable en campos como la

arquitectura, ingeniería, escultura, artes visuales, medicina, matemáticas.

 Modelado de objetos y conceptos: exige la adecuada combinación del pensamiento

bidimensional, la abstracción, la analogía, la habilidad corporal o manual. Utilización de los

modelos de escritores que han precedido; los artistas plásticos elaboran maquetas y bocetos;

los ingenieros utilizan modelos operativos; los médicos maniquíes especiales; etc.

 Juego: herramienta que integra pensamiento corporal, empatía, representación y modelado.

Implica disfrutar con lo que uno está haciendo y una cierta actitud irreverente hacia los

procedimientos, objetivos y ‘reglas de juego’ convencionales.

 Transformación: nos permite traducir los contenidos de una herramienta mental a otra o los

contenidos de nuestra imaginación a los lenguajes formales de la comunicación. El

pensamiento transformador entreteje todas las herramientas en una unidad funcional y nos

ayuda a establecer relaciones operativas entre todas las habilidades descritas.

 Síntesis: combinación de diferentes modalidades de experiencia.


Pero ahora que ya conocemos las herramientas mentales para el desarrollo de la creatividad, así

como el proceso creador podemos decir que la expresión corporal, es, así, una suerte de estilo

personal de cada individuo, manifestado a través de sus movimientos, posiciones y actitudes. Es

la profundización de sí mismo, pero no queda allí, puesto que esta profundización es para un fin:

el de comunicarse. Es la profundización de la manera de interactuar con otros. Esto implica que,

si bien no hay necesariamente un aprendizaje de una serie de pasos o gestos preestablecidos, se

llegará a la concreción de ciertos patrones de conducta compartidos. Existe en cada individuo la

necesidad básica de poder expresase tal como es, y el deseo de que esta expresión , aun sino es

compartida, sea comprendida por él o los otros. Recapitulando lo dicho hasta ahora,

describiremos la expresión corporal como un que hacer específicamente organizado relativo a un

aspecto de la conducta humana. Es precisamente mediante esta actividad planificada que el

lenguaje corporal se enriquece gracias a un proceso de aprendizaje que abarca el ámbito de la

sensación, la percepción y las prácticas motoras.

La importancia que le damos a la expresión está basada en la siguiente idea: cuantos más medios

de expresión pueda desarrollar el ser humano, tanto mayor será su riqueza existencial. El

individuo que sólo puede expresar su vida interior por una vía(ya sea ésta el escribir, el pintar, el

hablar, etc.) no realiza todas sus potencialidades. No se quiere decir con esto que el cuerpo sea el

medio más importante de expresión, sino que es una vía más, que tiene la ventaja de ser el único

instrumento de expresión utilizado por el hombre desde que nace.

Cuando se hace referencia a la expresión mediante el cuerpo no se hace hincapié en una

liberación de tipo catártico, en la cual el cuerpo sería un mero instrumento de descarga de

impulsos, sino que al aprendizaje de la exteriorización de contenidos en acciones significativas

para el individuo, encauzadas creativamente, teniendo en cuenta que el hombre no existe sólo

para sí mismo sino también para los demás, lo cual entraña procesos de comunicación e
interacción. El individuo se expresa con su cuerpo debe aprender que vive en una sociedad con

otros individuos que también se expresan con sus cuerpos.

La danza depende del cuerpo y con éste el hombre expresa ideas y sentimiento por medio de

movimientos corporales coordinados armoniosamente por el ritmo. Al educador físico le

corresponde formar el cuerpo, educarlo y desarrollar las destrezas básicas para la práctica del

deporte, la danza, la recreación y las actividades sociales.

Por esta razón es muy conveniente la introducción progresiva en la enseñanza de aquellas

disciplinas que utilizan el cuerpo como vehículo expresivo, las cuales sirven de complemento a

las disciplinas tradicionales que se orientan sobre todo al desarrollo intelectual. Un niño no es un

simple receptáculo de informaciones, sino que se lo debe considerar un ser creador, un ser capaz

de elegir y seleccionar los instrumentos que necesita para su desarrollo total. Se considera como

desarrollo total, integrado y armónico aquel en el cual ninguna área de la conducta es desatendida

en aras de otras más valorizadas. Incluso el desarrollo del área intelectual se verá favorecida por

el desarrollo proporcionado de otras áreas: social, emocional, corporal, etcétera.

Por ello es muy importante la introducción de esta actividad desde el momento del ingreso del

niño en el jardín de infantes. Esto no va en contra de la opinión de que la expresión corporal es

una actividad vital que no conoce límites institucionales. Comienza al nacer y termina al morir,

se puede y se debe realizar en todos los ámbitos en que el hombre actúa.

Si se admite que el ser humano es él mismo y a la vez su instrumento sensible relacional,

debemos ayudar al niño a vivenciar esta situación de tal manera que pueda aprovechar y gozar

con mayor eficacia y menor gasto de energía sus experiencias diarias.

Entre otros, por ejemplo, el control de la musculatura fina, cuyo nivel de exigencia va en aumento

durante toda su vida escolar. Además la escuela debe estimular e incentivar en ellos la soltura,

libertad, armonía y creatividad que traen como potencial. Es en este aspecto que la expresión
corporal podría llegar a ser un auxiliar sumamente eficaz para los docentes en su objetivo de

lograr una maduración integral, tanto en sí mismos como en sus alumnos.

Otro aporte que no debemos menospreciar es la idea de que a partir del conocimiento de su

propio cuerpo aprende a percibirlo, quererlo y no sentirse ni inhibido ni avergonzado o molesto a

causa de él. Esto mismo lo ayuda a establecer una mejor relación corporal con los demás.

Ir paulatinamente conociendo sus posibilidades y descubriendo los límites de seguridad mediante

exploraciones cada vez más amplias del mundo circundante. Encontrar por sí mismo el término

medio entre la aventura y la seguridad.

Entre los variados aportes de esta actividad dentro de los quehaceres escolares no menos

importante es la función de detectar diferentes tipos de problemas psicomotores para su ulterior

consideración por los debidos especialistas: médicos, psicólogos, psicopedagogos, kinesiólogos y

todo especialista que de una y otra forma tiene a su cargo la salud física y psíquica de los niños.

El material de la danza es el movimiento. A medida que desarrollamos nuestra conciencia del sí

mismo y del ambiente, descubrimos que el cuerpo debe convertirse en instrumento sensible para

posibilitar que se manifieste la interrelación entre el mundo interior y exterior.

Uno de los objetivos de la danza en la educación (creo que el más importante) es ayudar al ser

humano a que, por medio del baile, halle una relación corporal con la totalidad de la existencia.

La danza, como todas las artes, es una fuente de conocimientos en la que puede ahondarse; pero

debemos familiarizarnos con su disciplina y aprender a ejecutar con precisión sus ritmos y

formas.

Rudolf Laban describió en su obra el desarrollo gradual de la capacidad de movimiento en los

niños. Se aplicariía un procedimiento similar a los adultos que, por primera vez, experimentan en

sí mismos la liberación del flujo natural del movimiento. El objetivo “es el efecto benéfico de la

actividad creadora del baile sobre la personalidad”, y no la producción de danzas sensacionales.


El artefacto no es un fin en sí, sino un medio por el cual se fomenta la expresión artística de una

manera creativa y apropiada para el talento y estadio de desarrollo de los alumnos.

En la educación, así como en la recreación, elaboramos la experiencia e la danza sobre formas

básicas universales de movimiento y su asimilación y reflejo subjetivos, y no sobre la concepción

de una presentación externa. De ese modo se establece gradualmente un vocabulario del

movimiento que nos ayuda a adquirir expresividad en el lenguaje del baile.

Esto nos lleva a la pregunta ¿por qué bailar?. El movimiento, por supuesto, es un rago de todas

las actividades del hombre. ¿Por que, entonces, pensamos que el baile contribuye a preparar la

vida(cosa que constituye la meta de la educación)? En la danza nos sumergimos en el proceso

mismo de la acción, mientras que en otras actividades, sean en el ámbito del deporte o del

trabajo, nuestra atención se centra principalmente en las consecuencias prácticas de nuestras

acciones. Aunque las secuencias de movimiento de todas las actividades físicas entrañan el

esfuerzo específico de las persona que se mueve, en esta última la conciencia del proceso da lugar

a su concentración en el logro externo. Cuando creamos y nos expresamos por medio de la

danza, cuando ejecutamos e interpretamos sus ritmos y formas, nos preocupa exclusivamente el

manejo de su material, que es el movimiento mismo. Por medio de los movimientos de nuestro

cuerpo podemos aprender a relacionar nuestro ser intimo con el mundo exterior. Recibimos de

afuera presiones que nos hacen reaccionar y, así mismo, proyectarnos hacia afuera nuestros

espontáneos impulsos internos, con lo que expresamos la presencia de la energía vital. Pero lo

que refuerza la conciencia del movimiento no es el dominio de movimientos aislados. Es, más

bien, la estimulación recíproca del flujo interior y exterior del movimiento, que impregna y anima

todo el cuerpo, tal como se la fomenta en la danza.

Sería erróneo presuponer, que cualquier tipo de movimiento o saltos(cosa que suele denominarse

baile) ejerce el efecto unificador y armonioso que acabamos de describir. Ni siquiera el bailarín
profesional tiene a menuda la oportunidad de experimentarlo, puesto que el baile es su profesión,

que debe practicar en toda circunstancia, derive o no beneficio personal de ello.

La danza, junto con las actividades artísticas que tienen el cuerpo como único instrumento(tales

como la mímica, actuación, canto y locución), constituye un aspecto del arte del movimiento.

Además de sus elementos comunes con las demás artes, la danza posee su propio bagaje de

conocimientos, tradición, experiencia, evolución histórica y principios, que pueden verse en

funcionamiento en las imágenes creadas, en los métodos de estructuración aplicados para forjar

relaciones mutuas entre formas unilaterales de movimiento, y en los estilos desarrollados.

Hasta el momento hemos encontrado una amplia orientación sobre los modos de elaborar su

experiencia, conocimientos y facultades creadoras del movimiento, junto con consideraciones

sobre metas y métodos educacionales. Por supuesto que en una actividad creativa todo esto no

puede constituir, simplemente, un proceso intelectual, aunque el empleo de las palabras tienda

hacerlo así. Las explicaciones verbales representan simplemente un marco que debe llenarse y

vivificarse mediante un conjunto de imágenes basadas en una sensibilidad par el movimiento.

Desarrollar el sentido del movimiento, del cual todos estamos dotados, en medida mayor o

menor, es de suma importancia. Para ello es necesaria una clara conciencia de las sensaciones

motrices, combinada con las que surgen de la interacción del esfuerzo y el cuerpo en el espacio.

No todos estamos dotados de un sentido kinestésico igualmente sutil (se hace referencia al

sentido mediante el cual percibimos el esfuerzo muscular, el movimiento y la posición del

espacio). Sus órganos no están situados en ninguna parte determinada del cuerpo, como ocurre

con los de la visión o la audición, por ejemplo; sino que son terminaciones nerviosas enclavadas

en las fibras musculares de todo el cuerpo. Por medio del sonido de la música tratamos de refinar

nuestro sentido de la audición; mediante la interacción de colores y formas en el arte procuramos

refinar nuestro sentido de la visión; y mediante la danza intentamos refinar nuestro sentido
kinestésico. En cada caso nuestros sentidos se aplican a un fin “no utilitario” y para educarlos

nos proponemos, a la vez, educar en la apreciación de la forma artística. El problema, sin

embargo, reside en el modo de estimular las reacciones sensoriales y desarrollar la capacidad para

diferenciar una creciente variedad de matices más delicados en las sensaciones, o inclusa una

única sensación. Toda persona que haya perdido el uso de uno de sus sentidos estará incapacitada

para refinar esa capacidad: ya que no hay nada que pueda refinarse. El hecho de que los otros

sentidos tienden a compensar esa pérdida demuestra que las sensaciones recibidas son el

resultado de una combinación de diferentes impresiones sensoriales. Esto demuestra la

importancia de la educación por medio de la danza, ya que aquí el sentido kinestésico (básico,

unto con la contribución de todos los demás sentidos)U tiene ocasión de abrir una puerta que

posibilita la autoconciencia en un medio social y objetivo. Esto no será posible, sin embargo, sin

un proceso consciente y una comprensión intelectual de los elementos implicados.

En la danza educacional, cuyo objetivo es ayudar a la persona a tomar conciencia y reafirmar su

propia potencialidad, aprender relacionar y aumentar la capacidad de respuesta y habilidad para

comunicarse, el equipo técnico, en primer término, tiene que servir a ese fin. Es por eso que

Laban propugnó una técnica de danza “libre”, o sea liberada de un estilo ideado según pautas

específicas; pero de ninguna manera deber ser caóticamente libre. Existe un ritmo universal y

elementos formales que son parte de nuestro bagaje y experiencia humana. Tratamos de llegar a

ellos y despertarlos en nuestro interior, y al llevarlos al plano consciente nuestros poderes

creativos pueden enriquecerse. Necesitamos empapar todo nuestro se en el material del

movimiento, y descubrir la facilidad o dificultad que tenemos para utilizarlo y manejarlo al bailar.

Esto no dará una mayor comprensión de nosotros mismos y no estimulará para desarrollar

nuestro potencial.
Cuando educamos para el arte, se modela seres más completos ya que abarcará la formación

estética, el oficio, la solvencia profesional, la docente, la creatividad y la crítica. La educación

por el arte debe tener una apariencia totalmente alejada de lo teórico, pero basarse en ello para

evitar la divagación; todo debe ser planificado y nada librado a la casualidad. La danza debe

acompañar al individuo como técnica educativa y creativa desde los primeros años escolares, a

través de toda la enseñanza y más adelante también, ¿por qué no? en la edad adulta.

Es necesario convencer a las autoridades de la educación, para que incorpore a los

establecimiento escolares, la enseñanza del tan resistido baile. Es imprescindible además que esa

función esté en manos de profesores altamente capacitados, eficientes y comprensivos en su

función.

La actividad principal que debe cumplir ese profesor es la de hacer amar la danza y extraer de su

práctica, todo el beneficio que pueda brindarle al estudiante. En lo referente al orden físico, debe

eludir cualquier tipo de deformidad profesional, erradicar el espíritu de competencia sin apagar el

de emulación y superación. Debe desarrollar la apreciación de las distintas eficiencia, la

admiración, mutuo aliento y espíritu de equipo. Debe divertir e interesar; la parte práctica debe ir

acompañada de la teórica, pero ésta debe ser dada en forma amena, la historia se brindará por

medio de anécdotas subrayando la importancia de la historia general, de la historia del arte y de la

mitología.

En todas las escuela (oficiales y/o privadas) no sólo las clases prácticas cumplen la función de

educar, igualmente formativa, aunque de mayor recreación, resultará la presentación de charlas

ilustrativas o mejor dicho, baile explicado para los niños, a cargo de buenos profesionales de la

danza y de la docencia.

En las mismas escuelas se podría alentar la formación de grupos aficionados que intercambiaran

exhibiciones, concursos de croquis sobre esa actividad, visitas a los museos para reconocer
cuadros y esculturas dedicados a la danza, conciertos ilustrativos de la época que se está

estudiando.

Pero no debe creerse que sólo para el niño se abre la posibilidad de encauzar la necesidad de

esparcimiento y acción en una disciplina beneficiosa y activa; los adultos también tienen

necesidad y deseo de saber, de entender, de juzgar con conocimiento. Es deber de las

instituciones culturales satisfacer esa necesidad.

El movimiento es un elemento básico de la vida. Existe en todos nosotros, pero para aprovechar

su fuerza debemos tomar conciencia de lo que significa, y aprender a reconocer sus principios y

experimentar sus formas. Nuestros esfuerzos engendran forman, y la forma engendra esfuerzo.

El cuerpo con sus distintas partes, puede funcionar como una orquesta; todas sus partes pueden

sucederse produciendo una forma completa de movimientos, o pueden combinarse en dirección

concertada. Pueden ser confluyentes o divergentes; algunas dirigen al resto, mientras que las

demás acompañan o producen un polo contrario estático. La intención de la danza dirige las

distintas acciones, y en su realización todo el ser se plasma en un todo unificado. La cultivada

sensibilidad para el movimiento y su más aguda percepción son parte necesaria de nuestra

capacidad para relacionarnos con el mundo y con los otros. Al bailar, podemos experimentar

relaciones en que se realza la conciencia de sí mismo y de los demás. El sentido de goce que la

danza puede brindarnos nos ayuda a hallar armonía y adquirir mayor sentido de pertenencia. Con

ese fin nuestro impulso interior al movimiento debe vitalizarse y orientarse lo suficientemente

conmovidos y logramos una auténtica expresión por medio del baile, comenzamos a derrumbar la

atmósfera mental en que crecimos.

Desde el mismo principio de la vida el hombre ha utilizado la expresión corporal como un

lenguaje universal y ha hecho de la danza la versión más comunicativa y profunda del amor,

porque es una fuerza vital que abraza y entrelaza la materia y el espíritu, desafiando lo imposible,
engendrando sueños y nuevos caminos y siendo participe de la evolución de los pueblos como

parte integral de la identidad cultural que nos demarca.

Si en nuestras enseñanzas ayudamos a la gente a enfrentar sus temores y adquirir confianza para

comunicarse libremente, con sensibilidad e imaginación; y si conseguimos que, incluso en

pequeña medida, tomen conciencia de su propio potencial y el de los demás, habremos logrado

entonces un éxito considerable. Dicho éxito es lo que justifica la educación por medio de la

danza.
BIBLIOGRAFIA

BARRET, G. (1991). Pedagogía de la expresión dramática, Montreal.

DUNCAN, Isadora, (1973). Mi vida; Ed. Losada,

LABAN, Rudolf, (1993). Danza educativa moderna; Ed. Paidós,

MOTOS, T. (1996). “Dramatización y técnicas dramáticas en la enseñanza y el

aprendizaje” en Garcia Hoz y otros Enseñanzas artísticas y técnicas. Madrid: Rialp.

SACHS, Curt, (1944). Historia universal de la danza; Ed. Centurión.

SCHILDER, Paul, 1983. Imagen y apariencia del cuerpo humano; Ed. Paidós.

ROOT-BERNSTEIN, R. y M., (2002). El secreto de la creatividad. Barcelona: Kairós.

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