Los Medios de Comunicación Con Mirada de Género PDF
Los Medios de Comunicación Con Mirada de Género PDF
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A MODO DE INTRODUCCIÓN
Aprender a desaprender. Identificar estereotipos y discriminaciones,
clave para una comunicación más igualitaria1, 5
Soledad Ruiz Seguín
Investigando sobre el género, 19
Francisco Sierra Caballero
I. REFLEXIONES PREVIAS
1. Perspectiva feminista en el conocimiento y en la actividad mediática, 27
Fernando Contreras Medina
2. Mujer, mujeres y medios de comunicación. Interacciones y consecuencias, 63
Felicidad Loscertales Abril
3. La otra mirada. Las mujeres que trabajan en los medios, 77
Trinidad Núñez Domínguez
1
Conferencia inaugural impartida en el Curso Universitario La mirada de las mujeres en la sociedad de
la información. Facultad de Comunicación – Universidad de Sevilla Mayo, 2007
1
2
A MODO DE INTRODUCCIÓN
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APRENDER A DESAPRENDER.
IDENTIFICAR ESTEREOTIPOS Y DISCRIMINACIONES, CLAVE PARA
UNA COMUNICACIÓN MÁS IGUALITARIA2.
En primer lugar, quiero agradecer las facilidades dadas para poner en marcha esta
colaboración entre el Instituto Andaluz de la Mujer y la Facultad de Comunicación de la
Universidad de Sevilla. Agradezco también la respuesta que he encontrado en las docentes
e investigadoras universitarias y, muy especialmente, quiero expresarles mi
reconocimiento a las profesoras Felicidad Loscertales y Trinidad Núñez, coordinadoras del
curso La mirada de las mujeres en la sociedad de la información, curso que ahora ve
proyectado su valor en este volumen.
Grandes han sido los cambios experimentados en los últimos 25 años, aunque no para
todas las mujeres ni en el mismo grado; unos cambios que, a nivel de España y de
nuestra Comunidad Autónoma, han seguido un ritmo vertiginoso. Sin embargo, todavía
muchos son los retos por cumplir. Retos que, en algunos casos, serán visibles para
quienes sois más jóvenes y, en otros, pasarán inadvertidos, cubiertos por lo que hemos
venido en llamar el “velo de la igualdad”. A quitar ese velo, a mostraros las
discriminaciones y desigualdades que todavía existen en nuestra sociedad quiere
contribuir este Curso, destinado a revisar desde una mirada de género los que serán
vuestros futuros campos profesionales, y donde vuestras aportaciones y toma de
conciencia serán fundamentales para asentar la cultura de la igualdad.
Los estudios de género, implantados en las universidades españolas desde los años 80,
removieron los fundamentos del saber patriarcal y evidenciaron cómo las teorías del
conocimiento estaban llenas de preconceptos y negaban la presencia y aportaciones de
las mujeres.
2
Artículo basado en la conferencia inaugural impartida en el Curso Universitario La mirada de las
mujeres en la sociedad de la información Facultad de Comunicación – Universidad de Sevilla Mayo,
2007
5
Ahora, en pleno siglo XXI, es necesario que los estudios de género sigan proyectando
su capacidad de análisis y de transformación sobre las nuevas realidades sociales y
sobre los nuevos temas emergentes en el mundo global. Con este objetivo, desde el
Instituto Andaluz de la Mujer estamos impulsando, no sólo este curso que también se ha
celebrado en Málaga, sino también los cursos “Ciencia y Sociedad: una mirada desde
las mujeres”, que, con carácter interdisciplinar, se vienen desarrollando en diversas
universidades andaluzas.
Si la base sobre la que se construyen todas las culturas, así como el progreso de todas
las naciones, es la educación, podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que junto a la
familia y la escuela, los medios de comunicación de masas, en tanto que re-crean la
realidad son importantes agentes de socialización en nuestra época y tienen una gran
responsabilidad en la configuración de la imagen pública de las mujeres y en la
configuración de los géneros: hombre versus mujer.
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continuos mensajes y en la voluntad de lograr una buena recepción por parte de la
ciudadanía, recurren a los estereotipos. Entendemos que el estereotipo es un saber
aprendido, un punto de referencia fácilmente identificable y, podría decir, que
incuestionable. Especialmente la publicidad se sustenta en los estereotipos y los
refuerza; la economía mental que conllevan asegura una lectura eficaz del mensaje y de
la consiguiente propuesta de consumo. Pero es que no sólo se venden productos se
venden conductas y valores, como la felicidad, el éxito o la belleza. Y estos valores son,
con gran frecuencia, sexistas y discriminatorios para las mujeres.
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Tampoco debemos dejar de atender a las nuevas tecnologías de la información y
de la comunicación, me refiero a Internet y a los videojuegos5 que –junto a sus
valores positivos- representan también un terreno problemático y complejo de
regular.
Y me detengo aquí para llamar la atención sobre programas como Cambio radical o
Desnudas, centrados en generar una autoestima que, en cualquier caso, está en la mirada
de los otros, que procede de la aprobación que llegue del exterior y que están destinados
a sacar a las mujeres de la “angustia” en la que esa misma ideología patriarcal las ha
sumido al no responder a los patrones de belleza dominantes. En definitiva, se trata de
mujeres alienadas, por mucho que se pregone su libre voluntad de hacer lo que hacen,
violentadas por el bisturí o por las cámaras, cuyos cuerpos se someten a torturas y
sacrificios, o a un proceso de “acompañamiento estético” sustentado en el consumo de
cosméticos y ropa. Del mismo modo, más recientemente, la revisión de este artículo
para su publicación me permite denunciar una serie en boga en estos momentos: Sin
tetas no hay paraíso. En ella, se muestra cómo para unas jóvenes estudiantes la única
forma de mejorar social y profesionalmente es “vender” su cuerpo, entrando en un
círculo de lujo, poder y dinero fácil, que se les ofrece como promesa de éxito y estatus
social.
Creo que, tras esta breve reseña de la serie, el comentario sobra, porque es evidente que
el guión se sustenta en los más viejos estereotipos de género y que, al ubicarse en unos
referentes cercanos e identificables por el público joven, hace creíbles y actualiza los
roles sexistas como pautas válidas y justificables de cara a los proyectos de vida de
adolescentes y jóvenes. Y esto cuando la realidad es que las jóvenes andaluzas
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representan el 54% del alumnado que accede a los estudios universitarios y el 60% de
quienes se gradúan. Afortunadamente, lo que nos muestra la serie es muy distinto de las
posibilidades con las que cuentan hoy las jóvenes: una realidad plena de expectativas y
de opciones profesionales personales y libres, ¡nada que ver con los estereotipos
trasnochados que la serie intenta revivir!
Los datos, una vez más, nos ayudarán a ver mejor la dimensión y trascendencia social y
política de los aspectos que acabo de abordar:
Sólo 2 de cada 10 personas que aparecen en las noticias son mujeres, y lo hacen
ocultas por el lenguaje8 y reforzando los estereotipos9: las mujeres queremos ser
visibles en los medios de comunicación, pero no con una atención centrada
preferentemente en la situación de víctimas de violencia de género. Al mismo
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tiempo, es preciso matizar que lo que está en juego no es tanto el número de
mujeres que aparecen en los medios sino el peso de nuestras voces.
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En ese mismo año, la Resolución 9934/95, del Consejo Europeo, sobre el tratamiento de
la imagen de las mujeres y de los hombres en la publicidad y los medios de
comunicación, invita a los Estados miembros a:
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Se encarga a la Administración Pública de velar por el cumplimiento estricto de
la legislación, promoviendo acuerdos de autorregulación,
También se regula la obligación de los medios de comunicación de fomentar la
protección y salvaguarda de la igualdad de mujeres y hombres, evitando todo
tipo de discriminaciones.
Por su parte, la Ley Orgánica 3/2007, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres,
establece la obligación de los medios de comunicación públicos de velar por una
transmisión igualitaria, plural y no estereotipada de la imagen de las mujeres. Se insta
especialmente, en este sentido, a la corporación RTVE.
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Precisando más, la Ley 12/2007 considera ilícitos los anuncios que representen a las
mujeres de forma vejatoria, bien utilizando particular y directamente su cuerpo o
partes del mismo como mero objeto desvinculado del producto que se pretende
promocionar, o su imagen asociada a comportamientos estereotipados que vulneren los
fundamentos de nuestro ordenamiento, coadyuvando a generar la violencia a que se
refiere la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de medidas de protección integral
contra la violencia de género.
Por otra parte, contar con el aval de una práctica publicitaria no sexista será uno de los
principios tomados en cuenta para otorgar a una empresa la marca de excelencia en
igualdad (artículo 34). En esta misma línea, también la reciente Ley 13/2007, de 26 de
noviembre, de Medidas de Prevención y Protección Integral contra la Violencia de
Género, contempla la elaboración y aprobación de un Plan integral de sensibilización y
prevención contra la violencia de género, coordinado por la Consejería competente en
materia de igualdad y que desarrollará estrategias de actuación, entre otras áreas, en
Comunicación y Formación.
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variado y que pueda ser visto por toda la población. Por su parte, el Consejo
Audiovisual de Andalucía17 velará para que los medios audiovisuales sobre los que
ejerce sus funciones traten y reflejen la violencia de género en toda su complejidad.
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La Ley 1/2004 crea el Consejo Audiovisual de Andalucía, entre cuyas funciones están la de adoptar las
medidas necesarias para neutralizar los efectos de la difusión o la introducción en la programación o la
publicidad de mensajes o contenidos que atenten contra la dignidad humana y el principio de igualdad.
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requiere ser capaces de desarrollar una labor creativa original, novedosa, que no
suponga recurrir a la imagen simplificadora del estereotipo ni de los roles
asignados a mujeres y hombres,
requiere utilizar las estrategias que posee una lengua, para, sin faltar lo más
mínimo a la gramática, tratar de un modo igualitario a los dos sexos, y
requiere, y voy a cerrar con esto lo pretende ser una reflexión, presentar otro tipo
de relaciones entre mujeres y hombres que no sean las basadas en la seducción o
atracción sexual.
También quiero deciros que la sociedad os necesita, que son muy importantes vuestras
aportaciones para hacer efectiva la igualdad y, por ello, es necesaria vuestra formación
en perspectiva de género y vuestra toma de conciencia.
El Instituto Andaluz de la Mujer, en el marco de sus dos Planes para la Igualdad de las
Mujeres y dos Planes contra la Violencia hacia las Mujeres, ha puesto en marcha, desde su
creación, diversas acciones formativas y ha desarrollado recursos para profesionales de la
comunicación y publicistas. Una línea de trabajo que se vio reforzada, desde 2003, con la
creación del Observatorio Andaluz de la Publicidad No Sexista, una herramienta hoy ya
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consolidada a nivel de Andalucía y un referente para el análisis de la publicidad también en
otras Comunidades. En el seno de este Observatorio, se han desarrollado diversos
materiales didácticos y dos documentos novedosos en el panorama español y que permiten
identificar cuándo una campaña publicitaria es sexista: se trata del Decálogo para
identificar el sexismo en la publicidad y del Código Deontológico. Mientras el Decálogo
mira más a la ciudadanía y recoge su sentir, el Código Deontológico es el punto de
arranque para los y las profesionales de la publicidad, abierto a sus sugerencias y con
voluntad de adaptarse a las realidades cambiantes de la publicidad.
Por supuesto que estamos articulando las vías de funcionamiento que nos permitan ejercer
las competencias establecidas en el nuevo marco legislativo, pero también quiero señalar
que hemos buscado, desde el principio, la colaboración y el arbitraje. Porque entendemos
que las empresas también salen beneficiadas de este posicionamiento a favor de la
igualdad efectiva.
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anulación a través del lenguaje, a través de imágenes estereotipadas que nos reducen a
papeles secundarios, todo lo que suponga negarnos la voz del conocimiento y de la
autoridad está ejerciendo una violencia simbólica contra las mujeres, violencia simbólica
que puede ser el primer paso para sustentar las otras formas de violencia: económica,
psicológica o física.
Concluyo ya, el curso recogido en las ponencias de este libro invita a descubrir y a poner
en valor la mirada de las mujeres en la sociedad de la información. Para ello, junto a la
reflexión de periodistas y medios, será preciso también aprender a ver, a deconstruir el
discurso publicitario, para comprobar su carga ideológica y que nada en neutro.
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INVESTIGANDO SOBRE EL GÉNERO
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consumo iguala los roles sociales entre géneros, ésta evita plantear las desigualdades
reales y manifiestas en la esfera de la producción. Pues es consustancial a la lógica
cultural de la industria mediática promover una forma de representación basada en la
coherencia y funcionalidad del sistema económico.
La constatación de este hecho exige desde la investigación una indagación sobre los
factores, recurrencias y formas de alteración posibles del modelo hegemónico de
mediación social. Ahora bien, la asunción de tal empeño puede ser abordado desde
diferentes niveles de análisis y con relación a distintos componentes del proceso
informativo. El análisis pormenorizado de la mediación informativa depende, a este
respecto, de la capacidad de integración de cada una de las variables comprendidas en
tales niveles y elementos de la interacción comunicativa concreta. Pero sobre todo de
cómo abordemos esta problemática. En efecto, el problema de los estudios de mujeres y
comunicación es un problema de mirada. Desde hace décadas, el movimiento feminista
ha entendido perfectamente la situación, como antes, desde otros parámetros, la teoría
crítica supo ver que el “pensamiento negativo” era la respuesta adecuada al
reconocimiento de la potencia creativa de otra concepción posible del universo social.
Por suerte, las instituciones públicas han asumido esta reivindicación histórica del
movimiento de emancipación de la mujer y tratan hoy de arrojar luz, de orientar la
mirada del espectador, alertando sobre las situaciones de enunciación que reproducen
las asimetrías y formas dominantes de explotación y marginación de la mujer. Es el caso
de instancias como el Observatorio Andaluz de la Publicidad no Sexista del Instituto
Andaluz de la Mujer, cuyo trabajo está sirviendo para “desnaturalizar” lo evidente
aunque no suficientemente explícito en las relaciones y representaciones entre géneros.
Pautas, roles y estereotipos son impugnados y expuestos así a la mirada escrutadora que
disecciona e interpela al emisor. Pues, si bien el rol de las mujeres ha evolucionado
considerablemente de forma positiva, las representaciones masculinas y femeninas del
universo social difundidas por los medios no han sido replanteadas del mismo modo.
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relegan a la mujer a un segundo o tercer plano en el espacio público. La crítica de la
vida cotidiana, la deconstrucción y radical rechazo de las formas privadas de
reproducción y su extensión en la esfera pública constituyen desde entonces un
conflictivo y recurrente campo de batalla por la definición de las formas de
masculinidad y feminidad. Pero también por las prácticas permisibles que condiciona el
orden social patriarcal. No sólo ámbitos tradicionalmente masculinos como la
construcción, el Ejército o la política han estado vedados al acceso ciudadano de las
mujeres. También en la propia comunicación existe una notoria marginación de éstas,
pese al demostrable potencial y capacitación que acreditan las estudiantes egresadas de
nuestros centros de educación superior. Así, pese a contar con los mejores expedientes y
acreditar una competente cualificación, cuando no una brillante carrera y currículo
vitae, el mercado de trabajo segrega o en el mejor de los casos delimita, un estrecho
margen de desarrollo profesional a las mujeres. El tristemente citado techo de cristal no
es sin más un reclamo feminista, sino la constatación de una estructura social que
cambia más lentamente de lo deseable y que, paradójicamente, se refuerza día a día
reformulando las formas contemporáneas de relación desigualitarias con los actuales
procesos de innovación y modernización económica.
Hoy más que nunca, cuando los centros neurálgicos de la Sociedad del Conocimiento
(industria de telecomunicaciones, informática, universidades, investigación y desarrollo,
etc.) son espacios negados para la mujer por las persistentes brechas y desequilibrios de
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género, la construcción de la Sociedad de la Información para todos plantea en
consecuencia visualizar nuevos caminos. Urge establecer puentes, articular plataformas de
sensibilización y, sobre todo, construir pensamiento emancipador para el futuro,
conocimiento consciente de las limitaciones y posibilidades del desarrollo igualitario del
frente cultural como un campo de luchas y conquista de la dignidad humana. En la era de
las redes sociales inalámbricas, en la cultura digital del pensamiento en red, urge, una vez
más, organizar un nuevo saber para la acción, y una praxis para un nuevo modelo de
representación y expresión social. Nuevas formas en fin, de sentir y habitar el mundo
tejiendo y destejiendo, cual Penélope, los hilos y texturas que conforman nuestro espacio
público y que realimentan los resortes y dispositivos de domesticación del Capitalismo
Cognitivo.
En este empeño, la Facultad de Comunicación viene trabajando desde hace ya más de diez
años. En su seno, se han generado diversas iniciativas de formación e investigación de alto
nivel. Desde los trabajos sobre estereotipos e imagen social de las mujeres de la profesora
Felicidad Loscertales y los de la profesora Trinidad Núñez sobre conciliación, mujeres
directivas y profesionales en los Medios de Comunicación, a la crítica cinematográfica
sobre la imagen de la mujer en el audiovisual desarrollada por la profesora Virginia
Guarinos, o la novedosa reflexión, vital sin duda, según apuntábamos antes, del papel de
las nuevas tecnologías en la organización de las demandas del movimiento feminista, que
apunta el profesor Fernando Contreras.
22
habituales en nuestro campo académico como el rol de las mujeres periodistas en las
redacciones o casos específicos como la situación de las mujeres inmigrantes y su
representación discursiva en los medios de información periodística. Por otra parte,
revistas como el anuario REDES.COM (www.grupo.us.es/cico) han editado
monográficos específicos sobre Teoría Feminista y Comunicación, con el concurso de
prestigiosas investigadoras europeas y americanas para tratar las nuevas problemáticas y
avances en el conocimiento de esta línea de investigación.
Esperamos que la semilla fértil del pensamiento que alumbra este proyecto, florezca en
breve con nuevos hallazgos sembrando la curiosidad y el pensamiento creativo,
alimentando en fin, otra forma de mirar lo público y lo privado: nuestras formas de vida
y convivencia.
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I. REFLEXIONES PREVIAS
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1. PERSPECTIVAS FEMINISTAS EN EL CONOCIMIENTO
Y LA ACTIVIDAD MEDIÁTICA
Fernando R. Contreras
Universidad de Sevilla
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los hombres y para atormentarlos. Son significativas las cartas publicadas del marqués
de Condorcet, Madame Lambert, Théroigne de Méricourt y Olympe de Gouges y en
medios de comunicación, tenemos la referencia de la primera prensa femenina en este
siglo: Le Courrier de l´Hymen, periódico para mujeres (1791). Recordemos también los
seminarios titulados Conversaciones de la intelectual feminista Margaret Fuller, quien
inició cursos de educación de adultos para mujeres en 1839 centrados en la mitología
griega, el arte, la ética, la educación, la cultura y la mujer que dieron paso a los
Woman´s Studies o Estudios de las Mujeres.
Naturaleza Cultura
Gráfica 1 Sexo Género
La dialéctica de la Ilustración deforma también la razón que conduce a creer que las
desigualdades sociales tienen su origen en la diferencia cultural. Las cruzadas religiosas
serán reemplazadas por la colonización racional del mundo, arrastrando sus problemas y
deficiencias. Por ello, algunos ilustrados como Condorcet argumentan la defensa de los
derechos de las mujeres desde la admisión de la diferencia. El mismo discurso será
utilizado más adelante por la ética liberal de John Stuart Mill y Harriet Taylor. Se
establecerá dentro del racionalismo occidental un debate profundo sobre el respeto y la
dignidad humana desde la tolerancia de la diferencia cultural y por la lucha contra la
desigualdad social que alcanza nuestras modernas naciones multiculturales y
multirraciales.
28
Explicaba Condorcet que frente a las diferencias naturales (embarazos, el tiempo del
parto, la lactancia), no existe otra diferencia que no sea obra de la educación (la cultura).
Por su parte, la sociedad debe restituir los derechos de ciudadanía de la mujer como una
obligación de la razón de la justicia y el derecho. Señala como el emperador Juliano
concedía a las mujeres el derecho que sólo los maridos habían gozado desde los inicios
de Roma de enviar el libelo de divorcio. Condorcet se pronuncia en su Carta de un
burgués de Newhaven a un ciudadano de Virginia (1787) sobre la injusticia con las
mujeres, la restrincción de libertad, la exclusión legal y el derecho a la ciudadanía. La
desigualdad física de las mujeres para la guerra (la desigualdad de la fuerza) se extiende
a todos los talentos, incluso el de inventar. Fue Voltaire quien irónicamente sostenía que
si también buscáramos esa facultad en los hombres, siempre quedarían muchos puestos
vacantes. Resalta en sus textos la importancia de la formación del genio, de la educación
del pensamiento que prácticamente es eliminado de la vida de las mujeres perjudicando
su desarrollo y progreso.
29
ámbito de lo simbólico, de la cultura). En lo simbólico, se ejerce el poder del orden
jerárquico o el orden patriarcal. El mantenimiento depende de quien ejerce el poder
como del que admite y cree que los que están encima son mejores. El patriarcado se
sustenta en las propias mujeres que piensan superior al hombre. Por ello, la construcción
social del sujeto femenino a partir del derecho (justicia), de la ciudadanía (política), del
racionalismo ético o desde la misma prensa (comunicación social) es imprescindible.
Condorcet publicaba el 3 de julio de 1790 (“Acerca de la Instrucción Pública”) sobre la
admisión de las mujeres al derecho de ciudadanía a partir de que los hombres y las
mujeres tienen las mismas cualidades civiles (sensibilidad, moralidad y raciocinio), y
por tanto, iguales derechos. Con ello pretende enfrentarse a una identidad de
inferioridad a partir del sexo. Los argumentos esbozados eran que las mujeres (a) no
habían realizado descubrimientos importantes en la ciencia, (b) no mostraban talento en
las artes y la literatura, (c) no poseían mucha inteligencia (o no la demostraban), (d) no
tenían facultad, ni sagacidad para la razón, (e) y no se dejaban guiar por la razón, (f)
tenían vicios emparentados con el egoísmo y la dureza de corazón, (g) eran inútiles para
la ciudadanía (frente a la utilidad familiar que reside en el cuidado de los hijos, el hogar
y sus labores), (h) y su condición materna era una diferencia insalvable que las
incapacita para la vida pública.
30
principios revolucionarios de libertad e igualdad; la libertad sexual de las mujeres, el
derecho de la madre soltera, el divorcio y el derecho al sufragio universal de las mujeres
(1791):
Ahora bien, seréis dueñas en vuestra casa si podéis serlo en la plaza pública. Mientras estéis
en el ejército, buen número de vuestros maridos tejerán como Hércules o se acostarán como
indios del Caribe. En materia de separación o divorcio, haréis justicia a vuestras
Conciudadanas; y en el hogar mismo probaréis a los infieles y a los ingratos que la mujer es
igual al hombre en derechos y también igual al hombre en placeres. Vuestro periódico,
Señoras y Señoritas, aparecerá hoy 30 de noviembre, y tres veces por semana, los lunes, los
miércoles y viernes. Irá a buscaros (Condorcet, 1993:138).
31
filosófico, mediante la argumentación de una mujer sin razón. Niegan a todas las
mujeres el principio de individuación (en contra de la corriente individualista de la
modernidad). El recurso ontológico consiste en transformar [todas las mujeres] en [la
mujer].
32
condición de sujeto). Sus intereses son privados y corresponden a ese espacio familiar
que la controla y protege, incluso de sí misma. En este entorno colectivo, la mujer
pierde su condición de sujeto, ya que impera el orden patriarcal. Su individualidad se
pierde desde la figura de la mujer mantenida. La familia tampoco tiene individualidad
plena (madre, hermana, esposa, hija…). Surgen las relaciones de la organización en clan
que la sujetan a un conjunto de normas ajenas a su voluntad y a sus deseos. Lo
femenino ama y desea genéricamente, mientras que lo masculino, por individuo,
individualiza. Esto supone un peligro tanto para el orden del Estado como para la
familia que ordena la vida en comunidad. Cada colectivo arrastra su ley: el masculino es
diferenciado y consciente, el femenino es genérico y lo consciente de lo inconsciente, es
decir, más cercano de la naturaleza en sí misma.
33
Nos encontramos con un irracionalista metafísico que pretende deshacerse en último
extremo de la razón para contemplar la libertad. Para ello, fundamenta su doctrina en la
realidad construida mediante una voluntad metafísica. La Razón sólo condiciona la
moralidad; para el Hombre es sólo la fuente de esa moralidad ya que ofrece la
oportunidad de reflexionar sobre el pasado y el futuro de un ejercicio de la voluntad,
proceso que lo diferencia de los animales y que valora como el núcleo de todo
comportamiento moral. La libertad es dividida en dos: la libertad física y una libertad
moral (aunque también contempla inicialmente la libertad intelectual en su escrito Sobre
la libertad de la voluntad). La libertad física corresponde a la ausencia de obstáculos a
las acciones en el mundo material y pertenecería a ese significado de la libertad
extendido y popular. La libertad moral es unida a la voluntad misma, es la definición
filosófica. Si la libertad física refiere la vinculación entre las acciones con la voluntad,
de la modalidad hacer a la modalidad querer, la libertad moral ubica la relación del
querer con los motivos. La libertad no se puede encontrar en la región de dominio de las
acciones individuales, sino en una zona superior que es transcendental. La libertad
moral sólo podrá existir en un mundo inteligible que es distinto al mundo empírico. La
ausencia de la razón suficiente aparece en la necesidad.
Por supuesto, la mujer no reunía estos valores descritos sólo para el hombre. Su
naturaleza irracional la incapacita para estos planteamientos. El naturalismo iluminó
todo el siglo XIX y la inferioridad femenina se extendió a la inferioridad de los
34
trabajadores, los enfermos, las discriminaciones raciales y de todos aquellos que se
sospecharán no estaban convenientemente dotados para la lucha de la vida. Además,
todos esos contenidos naturalistas se extendieron por otros cauces diferentes. La
literatura, el cine, la publicidad han representado en numerosas ocasiones a esta mujer
irracional que arrastra al hombre a su perdición. Margaret Gallagher estudió en los
medios masivos norteamericanos la imagen de la mujer alcanzando a coincidir con las
mismas cualidades de las que hablaba Schopenhauer. Los periódicos a) trivializan los
temas femeninos, b) eliminan los éxitos profesionales de las mujeres y lo reemplazan
por los detalles de su apariencia (sombreros, ropas, maquillaje), c) de la mujer fabrican
objetos sexuales y glamourosos que atraen irremediablemente como sirenas, d) son
reducidas al entorno familiar, al hogar y sus maridos la acompañan con imágenes en sus
puestos de trabajo, es la imagen de la mujer virginal e) y también reflejan los casos de
las víctimas muertas en crímenes sexuales (violaciones, violencia de la pareja).
35
contrato social para definir el sistema completo de poder en el que las mujeres deben
moverse minorizadas y en el que reclaman que la democracia no debe poseer zonas
inaccesibles.
La lucha política fue encabezada por la feminista socialista Clara Zetkin que defendió el
derecho al voto. No obstante, como más tarde denunció la anarquista Emma Goldman,
de nada servía este éxito si no mejoraba el resto de la situación de las mujeres. El
sufragismo norteamericano reunió a las feministas en torno a esta reivindicación del
voto. Era un comienzo para que la mujer participara en la vida pública, pero no bastaba
sólo con ello. En Estados Unidos, la lucha política arrastró también otra demanda como
era la marginación de la mujer negra. Los problemas raciales se mezclaron e hicieron
más complejo la lucha feminista por los derechos a la igualdad. En la actualidad, los
estudios de género en la comunicación de masas todavía distinguen tratamientos
distintos en función del sexo y la raza. La fusión de feministas y abolicionistas
(Lucrecia Mott o Elizabeth Cady Staton) sumió la causa de las mujeres en una situación
de falta de apoyos.
36
John Stuart Mill y Harriet Taylor Mill se separaron de las teorías utilitaristas y
abrazaron las doctrinas sociales. El giro hacia el socialismo permitió ampliar la defensa
de las libertades individuales. De nuevo, esta pareja de liberales pretende desde la
noción de libertad recuperar los derechos individuales de la mujer, es decir, la mujer
libre para decidir sobre su vida. En nombre del individualismo, los Mill pretenden
mostrar el error de las relaciones sociales que regulan el comportamiento de hombres y
mujeres. Según ellos, deben sustituirse por otros principios que admitan la igualdad que
consistirá en que ningún sexo ejercerá poder o privilegios sobre el otro y también, la
negación de todas las discapacidades de la mujer.
Las mujeres rechazaron el liberalismo que reconocía los derechos civiles y políticos,
pero que les negaba los derechos sociales. Sólo Mill, en su distanciamiento del
utilitarismo, fue capaz de hablar sobre la emancipación de la mujer. Locke no acierta
entre la distinción del poder paternal o maternal que es por naturaleza y el poder político
que es convencional. El liberalismo de Locke no cuestiona que mientras el poder
paternal o maternal no puede dividirse en público o privado, en la esfera de la política si
es posible. De este modo equivocado, la maternidad es razón que esclaviza la mujer. Su
función es prioritariamente el cuidado de la familia, el esposo y los hijos. Con ello se
reduce la esfera propia sin reconocimiento de sus derechos y libertades: la mujer es
madre (y esposa) antes que ciudadana. Mill reconoce la falta de reconocimiento de
derechos sociales en la mujer (la división sexual del trabajo, el divorcio, el matrimonio
-contrato sexual- o la distribución del poder político):
No es cierto que en toda asociación voluntaria de dos personas deba ser una de ellas el jefe
absoluto; y menos aún que pertenezca a la ley determinar cuál de las dos debe serlo.
Después de matrimonio, el caso más frecuente de asociación voluntaria es la sociedad
comercial; y no se ha descubierto o creído que fuera necesario decretar que en cualquier
sociedad de ese género, uno de los asociados tenga el absoluto control de los negocios y los
otros estén obligados a obedecer sus órdenes. Nadie querría entrar en una sociedad de
manera que se sometiese a las responsabilidades de un jefe, conservando los poderes y
privilegios de un empleado o de un agente. Si la ley interviniera en los otros contratos como
interviene en el matrimonio, ordenaría que uno de los asociados administrase los asuntos
comunes como si fuera el único interesado, que los demás tuvieran sólo poderes delegados y
que el jefe fuera designado por alguna previsión general de la ley, por ejemplo por el de más
edad (Mill, 2000:188-189)
Mill introduce (dicen que bajo la influencia del amor que profesaba a su pareja) una
transformación personal intensa que se traduce desde sus ideas de compromiso por la
solidaridad y sociabilidad a una teoría de superación e integración social y de género.
Introduce, a su modo, lo que consideramos feminismo en la actualidad: una teoría (de
37
justicia, racionalista y culturalista), una agenda (que consiste en mantener abierto el
debate siempre necesario de oposición al patriarcado y educación) y un movimiento
(social, político y generacional).
Desde la perspectiva de los estudios culturales, la cultura de género surge formada por
creaciones materiales e inmateriales, si atendemos a lo expresado por Berger en sus
obras. Por un lado, el feminismo influye en las acciones (intencionalidad de los actores
sociales), pero por otro lado, surgen nuevos significados subjetivos que junto a las
acciones dan paso a pautas de comportamientos humanos y otras clases de
externalidades. La intersubjetividad o comprensión compartida (comunicación) es el
núcleo de las cuestiones culturales debatidas, y también del feminismo. La cultura de la
mujer supone en esta línea de argumentación, la aceptación de multitud de pequeñas
cuestiones que admitimos sin ponderar, que continuamente interiorizamos mediante una
previa selección y que al mismo tiempo, estructuran nuestro pensamiento cotidiano (la
organización del sentido común). Es decir, orienta nuestras pautas de acciones
realizadas en la cotidianidad
38
A propósito de la carencia, Marcuse afirmaba algo similar respecto a la noción de
ciudadanía. El sistema niega atributos para la definición de ciudadanía. La ciudadanía es
una noción en la que todo lo que se hace es quitar, en vez de poner: “Es como si no se
fuese hombre, como si no se fuese mujer, como si no se fuese negro, como si no se
fuese rural …Debemos superar la definición decimonónica de la ciudadanía abstracta”.
Para Marcuse, la igualdad es siempre una relación pactada bajo parámetros, porque sino
sería la indiferencia absoluta. De este modo, define el principio de igualdad/principio
de indiferencia: la igualdad no puede ser absoluta porque entonces sería identidad y por
tanto indiscernible. La situación haría imposible hablar de igualdad. Lo que dice
Marcuse, a nuestro juicio, podría aplicarse claramente a cualquier proyecto de
construcción de identidad. En el caso de la mujer, su identidad es construída más desde
lo que se le quita, en vez de añadir y ampliar.
Otra feminista que trabajará sobre las estructuras subjetivas será Michéle Le Doeuff que
diferencia tres niveles de actuación: imaginario, metadiscursivo y de dogmatización. El
nivel imaginario es exclusivo de la filosofía y fija las condiciones de lo que puede
establecerse como racional dentro de ella. El nivel metadiscursivo se compone de las
imágenes generadas en el relato filosófico y su interpretación: a) interpretación
primitiva o infantil. Las imágenes expresan directamente lo que el filósofo pretende
comunicar; y b) interpretación abierta. El texto deja de ser una mera metáfora, es abierto
e impide la dogmatización. El nivel dogmatización define “así están las cosas” sin
miedo a la argumentación en contra, porque se supone que el lector no necesitará de
explicaciones.
39
Para Le Doeuff existe una pluralidad de racionalidades, luego (en oposición a Irigaray)
no existe una razón hegemónica masculina. El problema es pragmático: existen pocas
mujeres trabajando en la filosofía, porque los hábitos profesionales en esta disciplina lo
ha impedido. La filosofía utiliza la filosofía para autolegitimarse. Por ello, Le Doeuff se
opone al sexismo de la filosofía en nombre de la filosofía. Entre las múltiples prácticas
de la filosofía que han excluido a las mujeres: a) Ha destacado la abstracción y la
universalización frente a la pertinencia; b) Ha rechazado la idea de “pensamiento
errante”; c) Ha pensado que las mujeres eran su “otro”; d) Ha sido inflexible con el
estilo de enunciación que ha permanecido en principio invisible; y e) Han existido
numerosas mujeres, discípulas y partidarias de pensadores varones, cuando lo que se
valora es la independencia de los pensadores (tal como sucede con los filósofos
varones).
40
El [Poder/Solidaridad] se compra con la misma moneda; los medios lingüísticos pueden
emplearse para crear uno u otra. Lo que parece que es un intento de dominar una
conversación (un ejercicio de poder) puede en realidad tener la intención de establecer
una relación (un ejercicio de solidaridad). Los estilos comunicativos utilizan diversas
competencias: distancia, deferencia, camaradería y claridad. La diferencia cultural
también repercute de modo distinto en las mismas relaciones de género. Para Tannen, el
género no es una cuestión de identidad –modos de conducta intrínseca- sino una
exhibición, elegida de un abanico de conductas posibles y que unen a los hablantes con
otros hablantes de una clase sexual (“En nuestra cultura, el sonreír es una conducta
ligada a la clase sexual; en otras palabras, de que las mujeres tienden a sonreír más que
los hombres”).
41
universales como “los derechos humanos” proporcionan los recursos conceptuales
necesarios para garantizar la repulsa de las abominaciones morales dentro de las
tradiciones y porque otras, sólo aparentan serlo. El universalista abraza un realismo
moral que le arrastra a pensar que los juicios morales verdaderos los hacen verdaderos
algo que está en el mundo. Además considera que todo ser racional de cualquier época
alcanza a ver todas las posibles diferencias moralmente relevantes, todas las posibles
identidades morales que nacen de dichas prácticas compartidas. Respecto a ello, Rorty
afirma que el argumento central de MacKinnon es que “una mujer no es todavía el
nombre de una manera de ser humano; aún no es el nombre de una identidad moral, sino
a lo sumo, el nombre de una discapacidad”.
42
4 Aproximaciones sociopolíticas
El marxismo no fue una gran ayuda a los estudios de género. La lucha obrera o sindical
supuso un retraso a las demandas feministas. Los marxistas acusaron de burgués al
feminismo. El análisis de la sociedad a través de la división del sexo era olvidar la
primacía de la clase que omite la división entre las mujeres, dividiendo así al proletariado.
Los esfuerzos feministas por romper con las barreras que impiden a la mujer reconocerse
como persona eran intereses liberales e individualistas. Lo que tienen en común las
mujeres está basado en la naturaleza y no en la sociedad. Básicamente, el conflicto interno
surge porque las feministas han defendido la identidad de la feminidad y la masculinidad
como constructos culturales, es decir el género está abierto a cambios. Las teorías
marxistas entraron por el debilitamiento de los desacuerdos metodológicos y teóricos en el
seno de los estudios de género que analizaban la relación que vincula la cultura y el poder.
El marxismo trataba todas las relaciones sociales y culturales como constructos históricos.
Los estudios feministas-marxistas fracasaron, porque el marxismo ofreció una concepción
de la subjetividad como productos de determinantes socioeconómicas. En la teoría
feminista-marxista, la feminidad es producida socialmente, en especial, a través de la
división sexual del trabajo, que les asigna a las mujeres la tarea femenina “del cuidado y la
nutrición”. Para Engels, el sexo divide el trabajo, pero no las relaciones con los medios de
producción. Marx y Engels hacen una distinción entre naturaleza e historia al definir las
cuestiones de mujeres y hombres, como una parte del dualismo descriptivo en el que la
situación de las mujeres es lo último para dirigir el cambio social. Las feministas acusan al
marxismo de estar dirigido teórica y prácticamente por la cosmovisión masculina. El
análisis de la sociedad exclusivamente en términos de clase omite las experiencias sociales
particulares de cada sexo, ocultando la situación real de las mujeres. El feminismo crítica
43
del marxismo la omisión de los sentimientos, las emociones y las actitudes, o sea, la
importancia de la percepción que la mujer tiene de su propia situación.
Por otro lado, de los partidos de izquierda y de movimientos cristianos surgieron los
primeros marcos de la acción colectiva que ofrecen esquemas interpretativos para la
simplificación del mundo exterior (según Snow/véase De la Garza, 1996): el
diagnóstico (que identifica situaciones problemáticas y señala responsables), el
pronóstico (que establece un plan para corregir la situación y especifica líneas de
acción: objetivos, tácticas y estrategia) y la motivación (que establece un vocabulario de
motivos o razonamientos que justifican la acción a favor de una causa). Bajo la acción
colectiva, las organizaciones de mujeres trabajadoras reúnen a mujeres de distinta
condición social. Las organizaciones de derechos humanos también están formadas casi
totalmente por mujeres. Nacieron de las asociaciones que promovió la Iglesia y del
protagonismo de los partidos de izquierda movilizando a las clases populares. En la
actualidad, las agrupaciones de lucha también nacen de grupos vecinales de mujeres
(sobre todo en Latinoamérica, donde los estudios de género se conocen como estudios
de la mujer). El intercambio crítico del estructuralismo enriquece la perspectiva
marxista superada las limitaciones iniciales y orientando todas las acciones
específicamente en dos direcciones: la estratificación de la sociedad (antes lucha de
clase /Talcott Parsons) y el dominio de una cultura hegemónica capitalista
(neocolonización/interaccionismo simbólico).
44
da por hecho, aunque para Saussure la relación entre significado y el significante es
arbitraria, ubica esta relación arbitraria dentro de un sistema lingüístico necesariamente
completo. Existe una differance (Jacques Derrida) diferenciadora que simultáneamente
vincula y diferencia. La economía falogocéntrica depende sustancialmente de una
economía de la differance, ya que se establece una relación que es manifiesta, se da por
cierta y se niega. Las relaciones entre clanes patrilineales se basan en un deseo
homosocial (Irigaray lo llamaba “hommo-sexualidad”), una sexualidad reprimida que
tiene que ver con los vínculos entre los hombres, pero que se da mediante el intercambio
heterosexual y la distribución de mujeres.
Según Jacques Lacan, la ley patena estructura toda la significación lingüística llamada
“lo Simbólico” y así se convierte en un principio organizador universal de la cultura.
Crea la posibilidad de un lenguaje significativo y también de una experiencia
significativa mediante la represión de los impulsos primarios de la libido (incluido la
dependencia del bebé con la madre). “Lo Simbólico” se hace posible al repudiar la
relación primaria con el cuerpo materno. De lo cual surge un sujeto portador de esta ley
represiva. El lenguaje queda constreñido por esta ley represiva que elimina significados
múltiples (de la vinculación con el cuerpo materno) e instaura en su lugar significados
unívocos y separados.
La teoría semiótica de Julia Kristeva desarrolla la ley paterna del lenguaje. La oposición
entre lo simbólico y lo semiótico se reduce a un conflicto metafísico entre el principio
de multiplicidad que escapa a la acusación de no contradicción y un principio de
identidad basado en la supresión de la multiplicidad. Lo semiótico es un esfuerzo
cultural por desplazar al logos, donde éste representa el significante unívoco, la ley de
identidad. Kristeva acepta que la cultura es equivalente a lo simbólico que se halla
subsumido bajo “la ley del Padre” y que los únicos modos de actividad psicótica son
los que participan en cierta medida en lo simbólico. Su estrategia consiste en validar
aquellas experiencias de lo simbólico que permiten una manifestación de los límites que
lo separan de lo semiótico (la maternidad/ la poesía son prácticas privilegiadas
sancionadas por la cultura paterna). Kristeva reconoce el cuerpo materno portador de
significados. La noción de cultura como una estructura paterna y delimita la maternidad
como una realidad esencialmente precultural. Los múltiples impulsos que caracterizan
lo semiótico constituyen una economía libidinal prediscursiva que a veces se da a
45
conocer en el lenguaje, pero que mantiene una condición ontológica anterior al lenguaje
en sí.
46
narrativas sintéticas que den por sentada la unidad inherente del pasado (crítica a la
historigrafía convencional como sería también la elaborada por Michel Foucault). La
complejidad social desde el desconstruccionismo de Derrida rompe con la tradición
freudiana y sus profundas estructuras mentales y se concentra (como Lacan) en el
lenguaje y la subjetividad. Se descompone la noción unitaria de “mujer” que consiste en
someter a examen como se construye la categoría de mujeres. Los desconstruccionistas
concluyen: a) la mujer no es un concepto esencialista; b) las categorías hombre y mujer
no caben en un análisis social; c) es como si sólo se pudieran analizar las
representaciones.
Foucault pretende sustituir la historia lineal y teleológica con un enfoque que buscaba
toda la sistematicidad que fuera posible encontrar en un contexto general de dispersión
y particularidad. Hablar “en la verdad” de una disciplina en particular es hablar en el
ámbito de una compleja red de inclusiones y exclusiones. Las diferencias de tiempo y
espacio son definitivas para entender estos requisitos en contextos específicos. Para
entender la complejidad social, debemos entender los aspectos educativos que atañen a
la colonización en el pasado y las consecuencias de ellos en la distribución actual del
poder académico. La tarea más ambiciosa es plantear cual es el mejor método, teoría y
formas de trabajo de las disciplinas. La dispersión del saber de Foucault debilita las
teorías de género, ya que toda teoría en principio es una manifestación de poder que
sustituye a otro. Resumiendo algunas soluciones desde las teorías posmodernas,
enumeramos las siguientes: a) los problemas de muchas teorías del patriarcado se deben
a un rasgo contingente, y no necesario, de los análisis; b) el problema es que utilizan un
modelo simple de base y superestructura de las relaciones causales; c) algunas críticas
posmodernas afirman la imposibilidad y la inutilidad de investigar la desigualdad de
género; d) los significantes “hombre” y “mujer” tienen demasiada continuidad histórica
y transcultural. Es imposible responder (debido a su contingencia histórica) en un nivel
teórico, pero si es posible ofrecer soluciones a nivel práctico.
47
La recuperación de la epistemología feminista es el núcleo de la obra de Donna Haraway.
Comienza afirmando que no hay una realidad externa única, sino tantas realidades como
subjetividades y que están interconectadas. El objeto del conocimiento científico
(sujeto/objeto) no es menos fragmentario; contra la idea realista de un mundo externo cuya
unicidad puede ser reflejada por las teorías científicas explicadas. El feminismo
posmoderno ha enriquecido al aumentar el debate desde la pluralidad y diferencias
existentes entre los distintos puntos de vista feministas. (Ej. Feminismo lésbico).
Podríamos sintetizar lo dicho hasta aquí, del modo siguiente:
48
a) una lectura instintualista de Freud; b) el interés desmesurado por la somática sexual
(y en el trabajo psicopatológico de los sexólogos del siglo XIX); c) el avance de la
endocrinología bioquímica y fisiológica a partir de los años veinte; d) la psicobiología
que encuentra diferencias de sexo; e) las emergentes hipótesis sobre el dimorfismo
sexual hormonal, cromosómico y neural convergentes en los años cincuenta; f) y los
cambios de sexo en los años sesenta. La suma de políticas feministas, el determinismo
biológico, la construcción social y la biopolítica de las diferencias de sexo han
estructurado a nivel discursivo la identidad de género.
5 Feminismo y comunicación
De este modo, llegamos a demostrar que el feminismo insiste en situar el campo de las
reivindicaciones de igualdad (desde la diferencia) en el ámbito de lo simbólico, lo
discursivo y en resumen, de la comunicación. También lo sostuvo Judith Butler, al
afirmar la necesidad de las feministas de legimitar el aprendizaje de su propia narrativa
para no producir más géneros incoherentes frente a la identidad de género que refleja la
ficción coherente masculina. Esta ficción sostiene coherencias como una maternidad
natural y una paternidad cultural. Pearson, Turner y Todd- Mancillas han organizado la
investigación entre género y comunicación del modo siguiente:
49
Los métodos actuales de investigación entre comunicación/género suponen la
aproximación interdisciplinar a la intersubjetividad/intrasubjetividad. Lo muestra la
propia noción de “techo de cristal”. Con esta expresión se designa todo el conjunto de
prácticas y maniobras que dan como resultado que las mujeres sean desestimadas por
los sistemas de cooptación. Un sistema cooptación funciona cuando, añadido a los
elementos expertos, concurre un criterio no experto de adecuación superior a éstos. Por
ejemplo: Las condiciones biológicas de hombres y mujeres impedirán continuamente la
igualdad por las funciones que desempeña cada sexo en la supervivencia del entorno o
sistema; o bien, el problema de las mujeres es que deben luchar por una formación más
sólida (que nunca tiene final como la de los hombres).
Dado que la cooptación existe y las mujeres son rechazadas, la forma de alcanzar la
representación dual es el sistema de cuotas. Mediante el sistema de cuotas se intenta
introducir un principio de orden en los sistemas públicos de cooptación. A su vez, el
principio de discriminación positiva no puede mantenerse sin una red amplia de apoyo
en la base, vinculada por ideología feminista aunque sea difusa. El novum de los 80 que
alumbra y que en los 90 consolida es que el feminismo se sigue conservando como
ideología legitimadora que implanta la igualdad como principio de discriminación
positiva y que aboga por un sistema de cuota de participación en un poder dado.
50
Los medios de comunicación y las acciones sociales o políticas como las descritas son
los focos organizativos interior del discurso de la identidad de género. La intervención
sobre el lenguaje sin acción es inútil para los esfuerzos feministas. El lenguaje permite
el acoplamiento estructural necesario para el desarrollo de diferenciación de las
descripciones del mundo. Para Habermas, las nociones ilustradas que fundamentan con
un reglamento casi transcendental la sociedad (verdad, libertad y justicia), se
encuentran adicionalmente insertas en las estructuras de la comunicación lingüística.
Analizando las claves del lenguaje encontramos las notaciones que desvelan la
esperanza sobre estas nociones sociales primarias: el lenguaje es lo único que puede
validar la sociabilidad.
51
las acciones humanas que concentra en lo que llama pragmática universal. El
reglamento que opera en este juego son los actos de habla. En estas normas debemos
encontrar las directrices racionales que deberían presidir todas las acciones humanas.
No obstante, si bien los actos de habla regulan una sociedad, no sucede lo mismo con
las reglas morales, estéticas o científicas. Para Adorno y Horkheimer, el lenguaje
implica también ideologías y un conocimiento guiado hacia los intereses
emancipatorios. Menos pesimista, Habermas reconoce en el desarrollo de la razón la
posibilidad de alcanzar la unidad a partir del reconocimiento de la necesidad de
cohabitar junto a un pluralismo racional, y cómo, dentro de cada racionalidad, restañar
la división entre elites y masas.
52
lógica que atraviesa la distinción sexo/género. También, como hemos señalado,
fracasaron Marx y Engels (o la tradición marxista) que no pudieron escapar de la natural
división sexual del trabajo en la heterosexualidad. Por otro lado, las categorías
feministas son distintas para otras culturas no basadas en la dialéctica abierta entre la
modernidad y la posmodernidad (como ha defendido Albrecht Wellmer).
53
Liesbet van Zoonen, en Feminist Media Studies (1994), enmarca en el proceso
sociosemiótico de la comunicación, cuales serían las posibles líneas de actuación de los
estudios de la comunicación respecto a los discursos de género desde su complejidad
cultural:
54
minado la opresión desde el análisis estructuralista, destacando el error de la creencia en
la racionalidad y el progreso para la construcción de un humano universal y unificado.
55
las artes, sino también en esa zona de la vida cotidiana que se caracteriza por la rutina,
la discreción, los pensamientos y sentimientos.
Frente a la posición estética, el modelo de Stuart Hall es más crítico y equilibrado. Los
estudios sobre ideología y prácticas sociales vienen en comunicación a sustituir el
paradigma de los efectos limitados o la atención hacia las audiencias. Son el resultado
de una suma de aportaciones (marxismo, estructuralismo, etnometodología y
fenomenología) que desembocan en las actuales corrientes del pensamiento
posmoderno.
6 La cultura de género
Aceptando los determinantes históricos, materiales y sociales, resulta que lo
sobresaliente es la ideología de la producción cultural. A partir de los postulados de
Hall, el estudio de género no debería mostrar una separación entre producción y
recepción y por el contrario, abrirse también hacia la textualidad y la significación. La
comunicación es un fenómeno que se extiende más allá de lo interpersonal, de lo
mediático profesional (periodismo) y de lo institucional o corporativo. La vinculación
producción/consumo que formula Hall, introduce la noción de estrato social vinculado
al proceso de significación de mensajes. La finalidad de la reivindicación semiótica es la
misma de Hall cuando dice que el consenso será un proceso complejo de construcción
social y de legitimación. Los medios respaldan las estructuras sociales dominantes, la
reproducen y la mantienen, participando en el proceso de formación social. En el
proceso semiótico de construcción de la realidad social, los espectadores pierden esta
categoría pasiva y adquieren el valor de un usuario activo del sistema de producción. No
obstante, el poder del que disponen los nuevos espectadores no queda completamente
explicado en el modelo de Hall en el que la comunicación olvida su dimensión natural
para convertirse en un proceso de codificación/decodificación lleno de intencionalidad
en la construcción y en la recepción de contenidos. Hall obvia las cuestiones del
dominio. De modo que no explica como la sociedad moderna negocia la representación
56
de la realidad social, cuando al mismo tiempo dice, que los medios reproducen,
refuerzan y crean nuevos valores políticos, sociales y las prácticas institucionales.
Apunta hacia la función de los medios como instrumentos para la producción y
reproducción de las ideologías dominantes. Hall mira el discurso hegemónico de los
medios masivos, pero como en la teoría comunicativa de Habermas, parece olvidarse de
los medios subculturales. Habermas no cae en el protagonismo de la prensa obrera, de
los comités sindicales, de las reuniones vecinales, es decir, de la fuerza de la
comunicación fuera del gran consenso en la construcción de la realidad social. El
modelo de Hall también parece olvidarse de estos caminos. Para Hall, la producción se
realiza en los límites que condicionan la decodificación o lectura. Y la lectura puede ser
de varios tipos: en la lectura dominante el receptor acepta la perspectiva del emisor, en
la lectura negociada aunque reconoce las intenciones comunicativas, el emisor y el
receptor no comparten el mismo punto de vista y finalmente, tendríamos la lectura de
oposición en el que reconocidas las intenciones comunicativas, estudian entre ambos las
alternativas. La ironía, la sátira, el discurso de la forma física de los cuerpos, la
visibilidad televisiva de la homosexualidad, el lesbianismo, la transexualidad transgrede
el género, lo supera. La cultura de género, asumiendo su origen reivindicativo, se
apropia con más facultad de los nuevos retos que conlleva el estudio de género en la
publicidad, la imagen controvertida de las mujeres poderosas (Hillary Clinton, Madonna
o Margaret Tatcher), el discurso de los medios masivos frente a la marginación laboral
de las mujeres, la violencia de género o la discriminación de género intercultural.
57
Podemos hablar de interiorización selectiva y jerarquizada como una vía abierta a la
alteración de lo establecido, de una reformulación de lo cultural, aunque tampoco se
puede obviar la irreductibilidad de lo cultural frente al individuo. Jean Claude Passeron
conviene también tres interpretaciones de la cultura: estilo de vida, tecnologías e
instituciones, y un corpus de obras/productos socialmente consagradas y valorizadas.
Raymond Williams también insiste en el modo de vida que expresa significados y
valores no sólo en el arte, sino a través de las instituciones sociales y en los
comportamientos individuales de la colectividad.
58
último reto feminista (o feminismo de la diferencia) en la revisión estratégica analítica.
El cuerpo no es visto del mismo modo, según la red de significados. En Occidente,
todos tenemos una identidad, quien no la tiene renuncia a su reconocimiento como
persona. La construcción de la identidad comienza siempre por el cuerpo que nos
permite la percepción y la experiencia. La corporeidad ha sido discutida por las
feministas que veían tesis que reducían todo el estudio a la anatomía de los sexos. La
corporeidad cobraba una gran importancia para concretar los procesos de construcción
del sujeto y la formación de identidades.
El cuerpo es un gran símbolo que funciona como frontera precaria o amenazada. Los
ritos tradicionales están basados en la purificación o la limpieza del cuerpo de la
invasión de extraños. Establece una dialéctica entre lo que está fuera y lo que está
dentro o de lo que puede o no entrar. Los márgenes de esta permeabilidad son los
límites que dicta la cultura. El feminismo descubre que el cuerpo no representa solo por
el gesto proxémico, la ropa, el maquillaje o la máscara como objeto pasivo, sino que es
una construcción cultural en sí mismo. El cuerpo de la mujer pasa a significar
enfermedad, debilidad, maternidad o suciedad. El objetivo del estudio de la producción
simbólica del cuerpo comenzará a partir de (re)escribir el cuerpo, controlar el propio
59
cuerpo y la voz que habla de él, tal como hacen los estudios de género de los medios
masivos.
Otro aspecto curioso que se observa a través de lo que muestran los medios masivos, es
que los mismos problemas a los que se enfrentaban las mujeres, ahora alcanzan a los
hombres: la preocupación por estar atractivos y tener unos cuerpos musculosos, el
dinero, la vida ociosa, el lujo o la aceptación social. La masculinidad se ve alcanzada
por los mismos ataques biológicos y culturales que la feminidad en el pasado. Si es
cierto que la proliferación de pornografía en revistas, películas y ahora en Internet
continúan cosificando en objetos y deshumanizando a las mujeres. A esto debemos
añadir que en la red Internet cada vez son más frecuentes los casos de violencia de
género en el consumo de pornografía infantil o pornografía forzada que proviene de
países con economías más pobres. La principal crítica feminista a la economía
mediática de nuestro tiempo puede resumirse finalmente a la perpetualidad de las
jerarquías sexuales y a las falsas identidades creadas alrededor de la mujer en sus textos.
60
7 Comentario final
Para concluir, deseamos señalar que nuestro objetivo ha consistido en mostrar la
complejidad y la extensión del feminismo en los actuales estudios de género o de la
mujer. Todos los estudios de comunicación que se aproximan a la problemática de
género recuperarán alguna de sus propuestas: la identidad de género y los talk shows de
televisión, la simpatía femenina al soap operas (Dallas) o al culebrón (Cristal), la
representación de las mujeres en la publicidad, el uso atractivo de la sexualidad
femenina en la prensa, el culto femenino a las revistas de mujeres, la construcción racial
de las mujeres africanas o asiáticas, la violencia sexual en el cine, la afición femenina a
la música popular (o mediática), el poder masculino sobre la pornografía o la
proliferación de chats en Internet con mujeres conectadas.
También los retos futuros respecto a la mujer y los medios masivos, podríamos
sintetizarlo de acuerdo con Margaret Callagher y las perspectivas feministas expuestas,
de este modo: 1) la necesidad de la presencia de profesionales mujeres en los medios de
comunicación; 2) la existencia de una presión externa a los medios sobre la formas de
expresión y que limite el poder de los lobbying de consumidores; 3) una educación
sobre el consumo de los medios de comunicación para aprender a defenderse del uso
indiscriminado de estereotipos de género presentes en sus contenidos; 4) la necesidad de
una presión externa que obligue a los medios a actuar dentro de un código deontológico
para una adecuada representación de la mujer que la proteja; y finalmente, 5) la
necesidad de un debate internacional sobre “la libertad de expresión” que recupere la
noción de derechos humanos de las mujeres basado en un código ético planetario. Las
nuevas tecnologías de la comunicación, como ya todos sabemos, han convertido al
planeta en una pequeña aldea global llevando la cultura mediática a todos los rincones
del mundo y con ella, casi los mismos problemas de género.
61
62
2. MUJER, MUJERES Y MEDIOS DE COMUNICACION.
INTERACCIONES Y CONSECUENCIAS
Aclarar el concepto de público de los medios es difícil. Hay que entender que no son
personas individuales ni colectivos cohesionados y definidos sino simples agregaciones
humanas que sólo tienen en común su búsqueda de información, su necesidad de estar
conectados con la realidad. Y eso lo lograrán aproximándose a los medios de
comunicación. Un público es, por lo tanto, el conjunto de las personas que, en un
momento dado, se encuentran congregados por un medio de comunicación para recibir
sus informaciones. Se trata pues de una “congregación” puramente teórica y anónima.
Así que, por ejemplo, una persona sólo es parte del público de un periódico en el
63
momento en que lo lee y se informa a partir de esa lectura igual que las otras personas
que también lo estén haciendo.
Estos nuevos estilos y técnicas de comunicación representan para la sociedad actual una
evidente y radical transformación. Ya Mc Luhan hablaba de la "aldea global", un mundo
que ha llegado a ser tan abarcable para sus habitantes como una aldea para sus vecinos,
gracias a los medios de comunicación que han tendido sus redes en torno al planeta. Y de
esta forma el impacto que la labor de los profesionales de los medios produce en sus
públicos es extenso y duradero. Merece la pena poner de relieve esta circunstancia
insistiendo, además, en que no solamente hay que conocer los efectos de los medios con
el interés del científico en su torre de marfil, sino dentro de una dinámica más completa
en la que el público, o mejor aún las personas que lo integran, afronten también la
responsabilidad de la intervención directa. Porque estas personas, cuando reciben los
mensajes mediáticos no han de ser considerados como elementos pasivos y sin voz.
Ciertamente es difícil la respuesta, pero la acción ciudadana tiene sus propios y eficaces
canales de expresión y no debe desistir de usarlos.
Además, los medios generan modelos que influyen en la creación de la identidad. Modelos
que pueden ser interpretados como un espejo donde se refleja la realidad social y la génesis
de su dinámica vital. Y una importante realidad es la situación de ambigüedad en que se
encuentran aún hoy día muchas mujeres. Por una parte el reconocimiento constitucional a
la igualdad de derechos entre varones y mujeres; por otra, el bagaje cultural arquetípico
que a través de mitos y religiones ha sido interiorizado por todos, hombres y mujeres, a lo
64
largo de siglos. Los medios de comunicación contribuyen a la construcción social del
género según sea el tratamiento que hagan de mujeres y de hombres y de los diversos
conceptos de lo femenino y lo masculino. Las producciones de los medios presentan
ante la población los patrones con los que entender el mundo, las dimensiones
cualitativas y cuantitativas que aplicar a los roles que cada persona y cada grupo han de
desempeñar. Y lo verdaderamente importante es que estos marcos de comprensión van a
contribuir a definir qué es un hombre o qué es una mujer en la escena social del mundo
de hoy.
Las diversas culturas, cada una a su estilo, han configurado sobre la existencia biológica de
los sexos una idea del “genero”, precisamente como una construcción social. Porque si la
humanidad está formada por mujeres y hombres que nacieron con un sexo determinado por
la biología, una vez que son miembros de un conjunto social, han de aprender cuales son
las características de sus roles de género y las directrices de conducta que esos roles tienen
en la sociedad en la que viven. Ahora bien, parece comprobado que hasta este momento y
sin entran en discutir determinadas teorías, estaban muy claros los roles de los hombres y
sus espacios sociales y por referencia a ellos se marcaban los de las mujeres.
65
prácticamente invisibles, han irrumpido con clara voluntad de visibilidad en la sociedad
actual. Y naturalmente han de saber dónde se mueven, cómo se mueven y qué se dice o
se va a decir de ellas, de sus "temas" y de aquello en que ellas puedan intervenir, es
decir, de toda la vida social. Estamos ante una nueva esperanza en la sociedad actual: la
ciudadanía se enriquece con la presencia activa de las mujeres que desempeñan cada
vez más todo tipo de tareas profesionales haciendo valer precisamente el principio de
“igualdad de oportunidades”. Y del mismo modo acceden a puestos de responsabilidad
social en los que su actitud es todavía más decisiva. Y no solo eso, sino que, como
consecuencia de la salida de las mujeres al mundo público, se han planteado a toda la
sociedad, a hombres y mujeres, aspectos tan novedosos y valiosos como los intentos de
establecer una conciliación entre la vida laboral y la familiar o la implantación de
nuevos estilos de dirección, gestión y acción en las organizaciones laborales; estilos con
características femeninas de las que hasta ahora habían carecido.
Ahora bien hay que destacar cómo, a partir la inquietud y movilidad de las mujeres a la
búsqueda de su identidad, se ha provocado un efecto rebote que ha motivado a los hombres
para que se pregunten acerca de si mismos y de su significación en el concierto humano
actual. Y no sólo se han motivado los hombres por referencia a las mujeres sino la
sociedad entera. Y así se acrecienta el interés por la comunicación social, sus diversos
agentes, sus lenguajes y estilos, sus objetivos, sus efectos y su lugar en la vida actual.
Añadiendo una especial atención en la consideración de los estereotipos y sus contenidos
prejuiciosos que pueden tener que ver con los roles de género y con las actitudes
(sentimientos, pensamientos y conductas) que se pueden y deben adoptar ante ellos.
Queremos hacer notar que decimos "ante ellos" y no "frente a ellos". Y es que creemos
firmemente que las posiciones competitivas y agresivas son al fin mucho más ineficaces y
de efectos negativos que las de cooperación activa y franca apertura ante los problemas. Es
una forma más racional de estudiar sus facetas y buscar soluciones. Esta mirada sobre los
medios de comunicación busca conocer si ofrecen una visión especial sobre las mujeres, y
si está o no sesgada. Porque para el público es importante conocer en que medida esa
visión sigue, contradice -o aumenta- la estereotipia, habitual todavía, sobre la imagen
social de las mujeres y, como contraste y complemento, sobre los hombres. Para poder,
después, actuar positivamente en pro de un mejor equilibrio social de forma que la
66
ciudadanía no vea mermada y manipulada su libertad sino enriquecida con más
información para ejercer conscientemente su autonomía.
En cuanto a las mujeres importantes que son noticia, hay abundantes datos sobre qué tipo
de importancia es la suya: políticas de renombre, esposa de un hombre importante, artistas
del espectáculo, actrices de cine, pero no en casos de profesionalidad normal de la que se
ocupa por ser persona preparada (no hombre o mujer), También son mujeres "luchadoras"
de forma individual o colectiva en asociaciones o similares. Igualmente se las presenta
como mujeres "abnegadas salvadoras de" (generalmente cosas muy excepcionales como
Rigoberta Menchú o la Madre Teresa de Calcuta). Desde la perspectiva negativa pueden
ponerse como ejemplo dos temas candentes: los malos tratos y asesinatos en el seno del
hogar y la pornografía y prostitución infantiles.
67
de forma paralela, se pueden percibir claramente en sus producciones los estereotipos de
género más habituales.
Por un lado, tienen el deseo de ser sensibles a la corriente de los tiempos, a la realidad de la
lucha de las mujeres por un auténtico espacio social, y eso llevará a los medios y sus
profesionales al respeto y al cuidado en el tratamiento del género. Pero, por otro lado, la
falta de conocimientos acerca de cómo hacerlo correctamente y, sobre todo, la presión casi
inconsciente de estereotipos sobre las mujeres fuertemente anclados en la mente social
desde hace mucho tiempo, les obligará a la reproducción de los mismos errores a los que
se creía estar combatiendo. Los medios y sus profesionales manifiestan con claridad sus
intenciones de tratar adecuadamente los temas de género. Son intenciones rectas y
sinceras pero la realidad es que los estereotipos al uso en los ambientes sociales actuales
se les escapan y aparecen en sus producciones. Por eso es conveniente analizar todos los
lenguajes y formas de expresión y representación que se encuentran el los diversos
medios, elaborando pautas de acción en la línea de las buenas prácticas del tratamiento
del género.
El estereotipo se puede definir como una generalización en las atribuciones sociales sobre
una persona por causa de su pertenencia a un grupo determinado. Se trata de teorías
implícitas de la personalidad o conocimientos no fundamentados en la certeza, que un
grupo de personas comparte sobre su propio grupo o sobre las personas que pertenecen a
otro determinado grupo. Cuando se asigna un cierto estereotipo a un grupo humano se le
atribuyen características y conductas fijas y homogeneizantes que condicionan su
personalidad y su papel social. No debe pensarse que los estereotipos son siempre algo
inconveniente y distorsionador. De hecho su papel en la economía de la comunicación es
importante porque si no hubiese acuerdos comunes nos sería imposible informar y
comunicar fluida. El problema está cuando se generaliza en exceso o cuando aparece el
prejuicio porque su efecto es la discriminación del grupo al que se le aplica.
Es una realidad el hecho de que las distintas culturas han elaborado unas definiciones muy
claras acerca de las personas de uno y otro sexo: "lo que son y lo que deben hacer; qué
conductas se esperan de cada uno de estos sexos y cuáles les están vetadas". En esta línea
Williams & Best (1990) distinguen entre estereotipos de rol que son aquellos que
determinan los roles adscritos a cada grupo y cuáles son las cosas permitidas y prohibidas,
68
y estereotipos de rasgo, los más consistentes y básicos, ya que son los que asignan
determinadas características psicológicas o rasgos de personalidad a los hombres y las
mujeres.
A través los adjetivos y demás formas de calificación a través del lenguaje de los locutores,
voces en off y hasta de la palabra de los personajes, se identifican los estereotipos de
rasgo. Son muy significativos, en efecto, los adjetivos dedicados a estereotipar en dos
campos diferentes a mujeres y hombres. Suavidad frente a energía, sociabilidad frente a
dominancia, sensibilidad frente a dureza... Aunque no hay demasiados trabajos dedicados a
analizar detalladamente a los hombres o a comparar mujeres y hombres, está claro que las
mujeres aparecen como más pacíficas, sumisas, seductoras, sensibles, desgraciadas, ...
Por lo que se refiere a los estereotipos de rol, se les puede encontrar e identificar en los
títulos de los documentos informativos; también en el desarrollo de sus contenidos, en las
imágenes visuales y hasta en la creación de "imágenes mentales" a través de determinadas
construcciones lingüísticas. Los personajes son tratados también de formas especiales
según sus roles sociales y, desde luego, también según los estereotipos al uso sobre su
género. En la investigación en Medios de Comunicación hay algunos estudios ya clásicos
sobre la forma en que se presentan las imágenes de las mujeres que tienen resultados
todavía hoy válidos. Se pueden describir, y en esto coincidimos con Robinson (1975) los
estereotipos que dirigen los criterios por los que se elige a una mujer como "noticia". Y es
más, a veces se hace aparecer a las mujeres para rellenar esos criterios y no porque sea
necesario hablar de ellas por algún motivo realmente importante y noticiable a la manera
en que se habla de hombre destacados.
Los estereotipos principales que se reproducen en los medios de comunicación son los
derivados de una base conceptual originaria, un “estereotipo de rasgo definitorio”, que
tiñe, desde la noche de los tiempos, las ideas, apreciaciones y consideraciones sobre las
mujeres en general y cada una de ellas en particular. Se trata de un error fundamental que
confunde lo biológico y lo social y define como un "dogma", o una tesis científicamente
demostrada, que las mujeres están determinadas por la biología a ocupar un puesto social
específico.
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Hay muchas ocasiones en que tanto profesionales de la comunicación, como los propios
medios (en las editoriales de prensa, por ejemplo) queriendo y creyendo que hablan en
favor de una correcta atención a las mujeres confunden lamentablemente, en este campo,
los aspectos del sexo y el género. Tal como se encuentra frecuentemente incluso con unos
visos de aparente modernidad y justicia, este estereotipo de base, marco para muchos otros,
podría formularse así: Las mujeres tienen asignada por la naturaleza (biología-sexo) las
tareas de reproducción de la especie y cuidado y educación de la prole y mantenimiento
del hogar con todo sus integrantes personales y materiales.
Son las mismas ideas dichas de otra forma en relación con dimensiones que no tendrían
por qué ser de mujeres o de varones, sino de personas. Hay aspectos intelectuales (siempre
está implícito el "si pueden" como la mención de otra forma de inteligencia ¿quizás
menor?). Y también profesionales (no es lo suyo hacer ciertas acciones, ¿es que no está
dotada?, pero si quieren hacerlas...) Es decir una mezcla de conceptos absolutamente
heterogéneos que no puede hacerse si se quiere ser mínimamente coherente.
70
Quizás porque se entiende que va de suyo, que es algo tan evidente y verdadero que no es
preciso volverlo a recordar: todos lo saben. Eso es un estereotipo "de libro".
El primero es la definición de los roles de las mujeres y de los varones sobre una base
confusa que mezcla indiscriminadamente los determinantes biológicos con los
condicionantes sociales. Posiblemente esta confusión (que al parecer para él no existía) es
la que le hizo decir al filósofo que las "mujeres son unos seres de cabellos largos e ideas
cortas". Este estereotipo desencadena una fuerte carga de sentido en algo que tiene mucho
que ver con las atribuciones de "valores" a roles sociales asociados al género. Puede
destacarse aquí el hecho, estadísticamente muy frecuente, de que la voz en off (símbolo de
la autoridad) sea de varón.
En relación con este aspecto puede situarse y hasta diferenciarse otro estereotipo con
entidad en sí mismo. Sería el tercero: la importancia del cuerpo y de la apariencia externa
en las mujeres. Es un tema que ellas mismas asumen (es la autoatribución del grupo
estereotipado) porque la sociedad lo impone con una cierta violencia simbólica. Y no sólo
se trata de la belleza. Las mujeres prototipo en los medios de comunicación son jóvenes,
delgadas y de clase media o medio-alta. Las demás son la excepción: ancianas, enfermas,
71
maltratadas... Y no sólo en la publicidad. Porque si se ha de buscar una mujer para una
entrevista o para un reportaje en televisión, indudablemente se la buscará del tipo
profesional o social que corresponda pero si, por ejemplo, hace falta una médica o una
profesora, de entre todas las del Hospital o de la Universidad se procurará elegir a una que,
además de profesional, sea joven y de buena presencia.
Así es como se puede definir el quinto estereotipo, más grave aún que los otros por lo
solapado e insidioso que resulta su mensaje. Es el concepto de la relación de las mujeres
con la infancia y la juventud de las que se las considera responsables por completo. Está
claro, en muchos discursos mediáticos que si, por ejemplo, un bebé enferma es la mamá la
que ha de faltar al trabajo para atenderle. O que determinadas profesiones de horarios
cortos y vacaciones amplias son apropiadas para mujeres porque así pueden seguir
atendiendo a sus "responsabilidades propias". Para mayor gravedad, este estereotipo no
sólo no se desvanece sino que aumenta, puesto que está apareciendo otro colectivo
indefenso y necesitado, el de los ancianos en su fase final, cuyo cuidado está siendo
atribuido a "las hijas" frente a la alternativa "cruel" del asilo, aunque eufemísticamente se
le llame Residencia.
72
Tan fuertemente arraigada está esta estereotipia en la sociedad que algunos teóricos en el
terreno de la Pedagogía, "de cuyos nombres no quiero acordarme", han llegado a afirmar
que la causa principal del fracaso escolar, de la violencia en las aulas y de la mala
adaptación social actual de la infancia y la juventud radica en que las madres abandonaron
"sus" responsabilidades familiares para desempeñar profesiones en el "exterior" (del hogar,
evidentemente) lo que les hizo descuidar la atención a sus hijos e hijas y su correcta
educación y adecuada socialización. Parece que "sólo" las madres son responsables de la
educación en el seno de la familia, porque si ellas abandonan se produce la debacle. No
daremos desde luego la cita bibliográfica de esta genial idea.
De ahí que sea tan importante valorar la presencia de las mujeres en los medios en
relación con la pregunta sobre su visibilidad o invisibilidad. Porque, en efecto, las mujeres
en el afán de acción directa hacia su presencia en la escena social, han entablado un rico y
complejo diálogo con los medios de comunicación. Complejo y difícil en ocasiones,
puesto que no por existir el afán y la acción se ha logrado todavía el objetivo propuesto.
Pero, aunque difícil, es un diálogo pleno y lleno de futuro puesto que las relaciones de las
mujeres con los medios tienen muchas variantes.
Para estudiar este proceso puede trazarse una amplia panorámica desde una doble
dimensión, las relaciones que denominaremos “agentes” y las que pueden ser llamadas
“pacientes”. Entendemos como relaciones agentes al tipo de interacción en la que las
mujeres actúan sobre los medios, ejerciendo su profesión o alguna otra forma de influencia
de manera que los medios se ven afectados por su presencia activa. Por el contrario, las
relaciones pacientes pueden definirse como aquellas en que las que los medios son los
que actúan sobre las mujeres; tanto sobre las mujeres reales (cuando son su público) como
sobre su dimensión conceptual creando, modificando o distorsionando su imagen.
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En el siguiente cuadro se muestran las ideas básicas de este tema:
Muy escasas.
Mujeres que ocupan Se encuentran pronto con los
puestos directivos “techos de cristal”
en medios Suelen ser brillantes
de comunicación
Abundan e incrementan su
número, pero les resulta duro
RELACIONES “AGENTES” Mujeres profesionales lograr ascensos a puestos de
en cualquiera de las responsabilidad.
especialidades de los Tienen serias dificultades
medios para conciliar la vida
profesional y la vida laboral.
En el campo de las mujeres agentes hay que ver en primer lugar a las mujeres que
dirigen los medios. Son profesionales muy cualificadas que desempeñan puestos de altura
y gran responsabilidad. Efectivamente, ellas son por lo general profesionales muy
brillantes que, por ello, son visibles y destacan. Pero son muy pocas las que llegan a estas
cimas. Y cuando lo hacen se las considera como excepcionales lo cual relega al
ostracismo a las “normales”. Hace pocos años murió una de estas mujeres, Katherine
Graham, que supo guiar a su periódico, el Washington Post por rutas brillantes. Pero sería
bueno recordar como esta gran dama del periodismo tuvo su oportunidad porque hubo de
sustituir a su marido muerto. Como tantas otras...
Después, en segundo término, las mujeres que trabajan en los medios y desarrollan su
vida profesional, no dirigiendo, sino en puestos de cualquier otro estatus. Desde la
74
presentadora de un informativo televisivo, a la responsable de documentación, o la que
carga con una cámara y graba el programa o las imágenes que lo ilustrarán. Son mujeres
en la que se cumple muchas veces la teoría del “techo de cristal”. Sus compañeros
varones van a tener mucho más fácil el camino a puestos mejores, mientras que para ellas
serán muy duras las exigencias, las condiciones, las restricciones. Es la más dura de las
invisibilidades. Sin dar nombres que sería imprudente, podemos citar el caso de una mujer
que desempeña en un conocido programa de televisión una tarea de organización muy
importante y para la que se requiere una buena cualificación profesional. Pues bien, como
no existe oficialmente el puesto que desempeña (ni hay voluntad de crearlo), está allí con
otro tipo de contrato, por supuesto menos valioso, que nada tiene que ver con su papel
real en el programa.
Atendiendo ahora a las relaciones pacientes, veremos en tercer lugar, las mujeres que son
objeto de la atención de los medios. Visibles, claro. Pero ¿cómo se las deja ver? ¿Cuáles
son las que se ven, o de las que se habla? Sería una vana ilusión pensar que viendo la
televisión, leyendo la prensa, u oyendo la radio, se pueda saber como es realmente esa
parte de la sociedad humana que llamamos “las mujeres”. Los profesionales de los medios
(entre los cuales se cuentan también mujeres) seleccionan de entre toda la población, una
serie de tipologías y de temáticas que, hipotéticamente, son las que espera y desea el
público, ese semidios tirano y manipulable al mismo tiempo. Numerosos estudios han
demostrado que hay una clara estructuración de temas y de situaciones y entornos sociales
que son los que se estiman adecuados y hasta “políticamente correctos” para las mujeres
cuando han de ser objeto de la atención de los medios. Manteniéndose también la clásica
diferenciación de los espacios públicos para los varones y los espacios privados para las
mujeres. Se las suele situar en los extremos más llamativos: o son muy felices, en la
prensa rosa por ejemplo, o son tremendamente desgraciadas; o son jóvenes (casi
adolescentes) bellas y tersas, o son ancianas desvalidas; o las matan sus maridos o son
ellas malas y asesinas; o son ricas y poderosas o se debaten en la más triste pobreza... ¡
75
importante cambio en las formas de conocer e interpretar la realidad de las mujeres y
después en las modalidades expresión al “decirlas”.
Por último, están las mujeres que son público de los medios de comunicación.
Podemos también denominarlas consumidoras de los medios. Constituyen
posiblemente el colectivo más invisible y en apariencia más indefenso, pero también el
potencialmente más poderoso si fuera capaz de tomar conciencia de su fuerza. Ellas
presencian las imágenes que recrean los medios y perciben con claridad que las mujeres,
y lo que hay en torno a ellas en los medios, no son realidades sino estereotipos, a veces
tan fuertes, que se salen del cauce tolerablemente permitido por la necesidad de crear
entendimientos comunes para hacer posible el lenguaje y el intercambio comunicativo.
Por lo general las mujeres, en tanto que espectadoras, lectoras, oyentes, van comenzando a
hacerse ver. Todavía tienen dificultades de expresión y de cauces para hacerla fluir, así
como falta de sentido crítico. Este es el gran reto para los públicos en general y muy
especialmente para las mujeres que leen periódicos y revistas o se sientan frente a la
pantalla. A partir de un trabajo importante de consolidación de la autoestima hay que saber
prepararse para “ver bien” haciendo una lectura crítica de los medios y, si es necesario,
para denunciar aquello que sea suficientemente inconveniente. Es tanto como decir, que
hay que trabajar en una línea que tiene dos direcciones complementarias: por un lado se
llega a lograr una autoestima positiva que ayudará a contrastar las diferentes versiones y
creaciones sociales de las imágenes de las mujeres, por distorsionadas que aparezcan y, por
otro lado, se podrán emprender acciones positivas para eliminar los efectos negativos y los
propios estereotipos que los generan.
76
3. LA OTRA MIRADA. MUJERES QUE TRABAJAN EN LOS MEDIOS
77
total andaluza, nos referimos a Cádiz, Córdoba y Sevilla. Para esta parte del proyecto
nos ha interesado estudiar a mujeres que están desempeñando puestos de
responsabilidad en nueve campos profesionales: política, empresa, educación, sanidad,
justicia, cultura y arte, desarrollo social, deporte y comunicación.
En la siguiente tabla podemos ver de manera más clara nuestros intereses al seleccionar
la muestra:
CAMPOS ÁMBITOS
Deporte
Deportistas de élite, juezas, entrenadoras, directivas de instituciones
deportivas.
Educación y Ciencia
Rectoras, vicerrectoras, catedráticas, directoras de grupos de investigación,
directoras de IES, CEIS o escuelas infantiles.
Política
Alcaldesas, concejalas, consejeras, Diputadas, Senadoras, Ministras.
Mundo judicial
Juezas y magistradas, abogadas, fiscales, notarias, procuradoras, secretarias
Sanidad
Directoras de hospital, médicas con especialidades tradicionalmente
ocupadas por hombres, jefas de sección.
Empresa
Productoras de televisión, directoras de departamento, directoras de
consultorías, directoras de agencias de viajes, etc.
Arte y Cultura
Pintoras, galeristas, directoras de cine, Actrices, imagineras, bailaoras.
Desarrollo Social
Sindicalistas, Coordinadoras de ONGs, Presidentas de Asociaciones, etc.
Comunicación
Directoras, jefas de redacción o sección de prensa escrita, editoras de
informativos de televisión, presidentas de asociaciones profesionales,
directoras de Agencias, etc.
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ESTUDIO Tipo OBJETIVOS MUESTRA
Universitarias de
Identificar tendencias y expectativas ante últimos cursos. Se
el mercado laboral de las jóvenes. estudian un total de 95
Sondeo cuestionarios que
Conocer los esquemas referenciales de las pudieron ser agrupados
jóvenes respecto a roles, liderazgo, etc. en dos grandes áreas de
conocimientos: CC. SS.
y Humanidades y
Ciencia e Ingeniería
Un ejemplo: en 2003 se estudian 129 diarios de todas las CC.AA. y se puede concluir
que la responsabilidad y la capacidad de decisión de las mujeres llega sólo al 14% (Y se
llega a ese porcentaje porque se incluyó en poder de cuarto nivel: Jefatura de Sección).
Si analizamos los puestos de responsabilidad en la prensa escrita de nuestra Comunidad,
los datos son muy similares: 14,6% de mujeres frente al 85,3% de hombres. En
79
CanalSur TV, el porcentaje de personas en puestos de decisión (Dirección Secretaría
General, Dirección de Comunicación, Dirección Comercial, Dirección Económica-
financiera, Dirección Técnica, Dirección de Antena, Dirección de Informativos, Jefatura
de Audiencia…) es de 88% hombres y 12% de mujeres.
Estos ejemplos que mencionamos son muy claros. Sin embargo se deben tener en
cuenta otros donde los datos que se barajan son más sutiles y por ello nos dan la pista de
que el techo de cristal existe en los medios de comunicación. Concretamente en RNE,
podemos apreciar que el porcentaje de responsables de los diferentes programas está
relativamente equilibrado en cuestión de género o por lo menos no existen unas
diferencias dramáticas (59% de hombres frente al 41% de mujeres en puestos de
responsabilidad). Ahora bien, si vamos más allá nos encontramos con que ese equilibrio
es un poco tramposo porque las mujeres básicamente están al frente de programas
culturales (denominados blandos) mientras que los hombres lo están de programas
socio-políticos (denominados duros). Pero las mujeres que presentamos en este estudio
cualitativo, sí han roto el techo de cristal, están en puestos de responsabilidad y afrontan
de manera asertiva la conciliación de sus vidas: personal, familiar, laboral y social.
Demasiadas vidas por vivir, nos decía una colega.
Como hemos dicho en otro momento citando a Shein y Müller, existen algunas
explicaciones que intentan justificar el mantenimiento de ese techo de cristal. Entre
otras, se considera que las personas responsables de la selección de personal en las
empresas tienden a asegurarse con aquello que hasta ahora conocen y les ha ido bien:
80
elegir a hombres. Elegir a una mujer para un puesto directivo supone un mayor riesgo
subjetivo por existir escasos referentes. Los estereotipos prejuiciosos sobre la capacidad
de liderazgo de las mujeres o su falta de ambición han sido determinantes barreras para
su promoción (Núñez et al, 2007). Junto al concepto antes mencionado aparece el
concepto “techo de cemento” para nombrar esas normas autoimpuestas por las propias
mujeres que la hacen rechazar la promoción a puestos directivos, por entenderlos más
rígidos y exigentes.
Son muchas las investigaciones latinoamericanas y europeas que demuestran que el estado
civil, la edad y la situación reproductiva se constituyen en un elemento de relevancia para
las trayectorias profesionales de las mujeres. Se llega a observar una alta proporción de
solteras y divorciadas entre las que desempeñan cargos directivos y, a la vez, un bajo
número de mujeres que son madres (Arango, 1998; Delfino, 2005, etc.). Chinchilla,
Poelmans y León (2005), después de entrevistar a 145 ejecutivas, concluyen que el criterio
que más condiciona la toma de decisiones de las directivas es el equilibrio entre la vida
personal/familiar y profesional. El 68% de estas mujeres consideran muy importante poder
conseguirlo antes de decidirse a promocionar. Igualmente, para la mayoría de estas
mujeres, la prioridad máxima es su propia descendencia; después quedan la pareja, la
familia y… en cuarto lugar se encontraría el proyecto profesional.
Es más, los datos demuestran que las mujeres que están en puestos de dirección suelen
renunciar a su baja maternal (a la que indudablemente tienen derecho). En cambio, el
12% de los directivos varones la están tomando. La explicación que ofrecen las autoras
antes mencionadas es que a las mujeres les preocupa las repercusiones laborales de estas
bajas. Todo lo contrario pasa con el hombre. Para ellos, el hecho de atender a su
descendencia, y que la empresa conozca, supone un extra de reconocimiento social.
81
auto-protegerse, renuncian al ascenso, a tener poder ejecutivo. Y no es por miedo o por
incompetencia sino por exceso de responsabilidad; de celo: quieren hacer muy bien su
trabajo dentro y fuera (el reproductivo y el productivo) y como piensan que puede
resultar complicado, deciden renunciar a aspiraciones laborales. Chinchilla, en una
entrevista concedida a El País (22 de mayo de 2007 en www.Elpais.com) es muy
explícita cuando dice: “Las empresas van a pagar ese techo de cemento que se ponen las
mujeres y ahora también algunos hombres jóvenes que no quieren tener esos horarios
porque, al final, sólo conseguirán directivos que son máquinas de trabajar y que no ven
al empleado sino como una máquina de trabajar. ¿Qué obtienen?: gente desmotivada?”
Como ha quedado dicho, los estereotipos son creencias compartidas que un grupo tiene
sobre otro grupo. Los estereotipos (y los estereotipos prejuiciosos como el que hemos
citado) tienen dos efectos directos: uno en el grupo de estereotipadores, el otro en el
grupo de estereotipados. A su vez, en el grupo de estereotipados (en el caso citado: las
mujeres) pueden darse dos efectos:
a) El primer efecto que se encuentra es el de la acomodación. De esta manera, las
personas terminan por comportarse tal como se espera de ellas. Son las
expectativas de autocumplimiento.
b) El segundo es intentar demostrar que el estereotipo es erróneo.
Ambos efectos son nefastos para la salud social del grupo estereotipado. En el primer
caso, y refiriéndonos a las mujeres, éstas terminarían por identificarse con lo que se
espera de ellas. Si lo que se les piden es que sean buenas profesionales y buenas madres,
intentarán exigirse lo máximo, no descansar con tal de conseguirlo (ser superwoman).
Sintiéndose muy culpables si no lo logran. En el segundo caso, nombremos como
ejemplo a aquellas mujeres que por demostrar que pueden ser tan buenas líderes como
los hombres, terminan renunciando a ser femeninas, comportándose con un estilo
masculinizado de dirección.
En una ocasión la política Amparo Rubiales señalaba que el poder ha sido cosa de
hombres. Estas palabras pueden unirse a otra tesis: las mujeres seguimos respondiendo de
manera refleja a muchos siglos de reprobación y censura sobre lo que sentimos o sabemos.
Ambas ideas contribuyen fuertemente a mantener (y, seguramente, a perpetuar) una
elevada autoexigencia personal y profesional. De tal manera que la severidad con que la
82
sociedad juzga las acciones profesionales y familiares de las mujeres las hemos hecho
nuestra, la hemos internalizado y nos lleva a actuar pidiéndonos siempre más y viviendo
con culpa los posibles errores. Por otro lado, estos contundentes planteamientos llevan a
reflexionar sobre la importancia que adquiere el que las mujeres puedan estar presentes en
puestos donde se toman decisiones de envergadura, perdiendo el miedo al éxito. Porque
también parece que la mujer lo “vive” como una trasgresión a la norma puesto que lo
“normal” es que sea el hombre el que aspire al éxito profesional (Coria, 1996)
ENTREVISTADA CARGO
Ha sido Directora General de la Cadena de Televisión ATB
Lola Álvarez de Bolivia y actualmente es la Directora General de la
Agencia de Noticias EFE.
Periodista de TVE (en Andalucía). Presidenta de la
Nani Carvajal Asociación Andaluza de Mujeres Profesionales de los
Medios de Comunicación y, en la actualidad, Presidenta
de la Asociación Sevillana de la Prensa.
Lalia González-Santiago Ha sido subdirectora del Diario de Cádiz, actualmente es la
Directora de la Voz de Cádiz
83
Todas estas mujeres entrevistadas están, por tanto, en puestos de decisión, ejerciéndolo con
todas sus consecuencias y asumiendo el poder con absoluta responsabilidad. Todas han
llegado a ese puesto después de demostrar muy bien su valía profesional. No han tenido
muchos modelos a los que seguir y por ese motivo han ido ellas mismas abriendo caminos,
convirtiéndose en modelos para otras mujeres. Somos conscientes de que no están todas
las que son, afortunadamente, en este campo profesional existen otras mujeres a las que
podemos considerar modelo a seguir por su trayectoria profesional. Pero sin duda son
todas las que están. Reconocemos en ésta una frase bastante manoseada, es recurrente,
poco ingeniosa pero creemos que expresa muy bien lo que nos hemos encontrado: mujeres
responsables, valientes, trabajadoras y divertidas.
Como perfil de conjunto les podemos decir de estas siete mujeres que:
Conceden gran valor a la familia, a la propia y a la de origen.
Han renunciado a muchas “cosas”: Todas a disponer de tiempo de ocio (a vida
personal); algunas a tener pareja o hijos (no se nos escapa que casi la mitad de
este grupo de mujeres no los tiene y que dos de las cuatro que están casadas lo
están con colegas). Y cuando hemos preguntado a mujeres periodistas más
jóvenes, abiertamente nos han dicho que es difícil mantener una pareja o
decidirse a tener hijos en una profesión como esta.
Las mujeres que les presentamos han sido muy precoces trabajando: todas
simultanearon estudios y trabajo.
Como dato particular, recuerdan con especial emoción la transición política
española: les interesan los temas “duros”.
Y, desde luego, nos hemos encontrado con mujeres responsables, valientes, con
cierto sentido del humor (por tanto con una estimable salud mental),
comprometidas con su género y fuertes para romper barreras.
A lo largo de su trayectoria profesional se han encontrado con muchas trabas, que han
sabido sortear. Por ejemplo, el tema de la conciliación en este campo profesional es
especialmente difícil. Como una de ellas nos decía, la información no tiene hora de
cierre. Esta consideración nos permite entender las otras que les exponemos.
El ejercicio de esta profesión conlleva una falta absoluta de horarios, de vivir
con la espada de Damocles de “lo imprevisto” a todas horas. Construir una
relación de pareja, una familia…requiere tiempo y dedicación. Si tienes suerte
84
de que tu pareja lo entiende, pues fantástico. Pero, para qué engañarnos, eso
no suele ser lo común. Mi carrera me ha llevado a tener que optar en
muchísimas ocasiones, a elegir entre mi vida personal y mi vida profesional. Y
en cada momento, con las luces que tienes, optas. (L.A.M)
Pero, además, son conscientes de que existe todavía una presión especial sobre las
mujeres trabajadoras. Nos referimos a una consideración que se mantiene en el
inconsciente colectivo: a la mujer puede salir al campo profesional siempre que no
descuide “su” casa. Estas mujeres, en cambio, son claramente sensibles a este tema y
denuncian (con su pluma y su palabra) una presión social absolutamente perversa sobre
las mujeres.
Yo creo que debemos plantear las cosas como son. No hay que obstaculizar la
maternidad ni que el derecho a ella sea, como lo es hoy, casi incompatible con
la vida profesional. No me des 100 al mes por cada hijo, dame dos horas
menos de trabajo y que ello no afecte a mi curriculum profesional. Un poco por
ahí. Más horas libres no sólo para que cuides de la familia sino para que
también te cuides, ¿me entiendes? (INC)
Igual que denuncian los malabarismos horarios que tienen que hacer para responder a lo
que se espera de ellas.
Ayer, por ejemplo, fui a presentar un libro y después me quedé cenando con
compañeros de mesa un rato y me decía a mí misma: -bueno!! es que no me lo
puedo creer, que sea yo, que esté aquí delante de un gin tonic; me parece
imposible.
Tengo muy poquito tiempo realmente para mí. Yo digo que el único sitio mío es
el asiento de mi coche. Que te pones el cinturón de seguridad y estás contigo
misma a solas (E GS-G)
Y es que todo está pensado, como nos dicen, desde el concepto patriarcal de familia.
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irónicamente del problema para reflexionar sobre él, valorarlo y evitar que las deje
paralizadas.
Yo nunca en la vida he ido con mi marido al ginecólogo, ni me ha hecho falta,
además ni se me ha pasado por la cabeza. Tú te das cuenta de que has hecho un
poquito el primo por querer ser tan heroica cuando en el fondo da exactamente
igual, y a parte que forma parte de tu vida, con mucho orgullo, y lo tienes que
poner encima de la mesa. Es como el Día del Orgullo Gay, ¿sabes? Hay que
hacerlo como el Orgullo Gay, sacar todas tus plumas y todas tus cosas, y esto es
lo que hay y ya está, y yo soy así. Y si os gusta bien, y si no... (E.GS-G.)
Estas mujeres, a pesar de los sentimientos de culpa que les genera estar muchas horas
fuera de casa, son capaces de progresar, de tener ambición (que nos habían dicho que
eso era cosa de hombres y no se podía desear)
A los hombres les falta iniciativa, ganas de colaborar. De machista se vive tan
bien… Son pocos todavía los que por si mismos saben que tienen que quitar la
mesa, que hay que lavar ropa, planchar, tender, ordenar los armarios, poner las
cosas en su sitio, organizar el menú de la semana, comprar, vestir a los niños…
y un sin fin de situaciones que no se hacen solas. Algunos creen que con llevar
el carrito del supermercado ya han cumplido (NCL)
Posiblemente las mujeres con hijos se diferencien, también, de sus compañeras sin hijos
en uno de los sentimientos que experimentan a lo largo del día. Y es que el sentimiento
de culpa aparece sin ningún pudor en ellas. Otros sentimientos, en cambio, son
compartidos por todas como mujeres-trabajadoras. Uno de esos sentimientos
compartidos por nuestras entrevistadas es, precisamente, el de inseguridad; una
inseguridad que entendemos muy unida a la falta de autoestima. Quizá en el imaginario
colectivo todavía están demasiado instalados y arraigados valores absolutamente
prejuiciosos (de dependencia, de pedir permiso, de discreción, etc.) que se nos vuelven
en contra como profecía de auto-cumplimiento.
Según los comentarios de 75 directivas que recoge la profesora García de León (1995)
fruto de una investigación sobre el empresariado español, las empresas creen que la
mujer es: débil, superficial, no tiene deseos de ascender, no es capaz de tomar
decisiones. Por otro lado, respecto a las mujeres empresarias hay que decir que se
86
debaten entre una especie de esquizofrenia social porque se espera de ellas que sean
muy femeninas ejerciendo su profesión (que vayan bien vestidas y que tengan buena
imagen) y muy masculinas ejerciendo el poder (que sean frías, duras, calculadoras y que
cuenten con todo el tiempo del mundo para reuniones importantes).
En la Unión Europea, como reconoce Verdú (2002), a pesar de que las madres siguen
pasando, al menos, el doble de tiempo que los padres con sus hijos, se está revisando el
sentido del trabajo y de la dedicación a la familia tanto por parte de hombres como de
mujeres, en la convicción de que las cosas no deben ser así. Sin embargo, lo que me
parece destacable de las reflexiones de este sociólogo no es tanto esa consideración de
que las cosas no deben ser así –que es más que evidente- sino su idea de que la sociedad
se está feminizando y que ello conduce a una desvalorización del éxito y del dinero
(ambos en relación con el trabajo). Por otro lado, adquiere una alta consideración el
equilibrio entre la vida privada y la pública y la importancia del cultivo de las aficiones.
Así pues, la idea de triunfar y de tener dinero pierde fuerza en la ciudadanía de la unión
europea frente al disfrute con la familia y con las amistades. Al menos esta parece ser la
tendencia y a esto es a lo que Verdú denomina “feminización de la sociedad”.
Los propios medios de comunicación se han hecho eco en los últimos tiempos de la
conciliación entre la vida familiar y profesional porque este problema ha dejado de ser
particular para convertirse en un asunto de interés macro-social. Ello está requiriendo
una intervención a nivel socio-político y a nivel jurídico y ha trascendido como tema de
agenda, destacándose como actualidad. Entendemos como algo positivo el que “hablen”
87
(y no silencien) de esta dificultad entre la vida privada y la pública, entre lo familiar y lo
profesional porque participamos del presupuesto de que la realidad no es tal si no está
narrada por los medios; que lo que ellos no cuentan no existe. Por lo tanto, tiene gran
valor que el tema de conciliación no entre en una espiral de silencio sino que, al
contrario, sea subrayado y visibilizado. Por otro lado, sólo para lo que existe (sólo si la
dificultad es reconocida) es posible buscar salidas o soluciones.
Amanda Lotz (2004) ha estudiado las series de televisión y el género y demuestra cómo
en los años noventa del siglo pasado salen a la luz unos guiones que destacan a la mujer
como protagonista. Ally McBeal, Sexo en Nueva York presenta a mujeres que tienen
vida pública y privada. También han llegado super-heroínas a la pequeña pantalla: Buffy
Cazavampiros o Xena, la princesa guerrera. Son buenas señales de cambio si tenemos
en cuenta la importancia que tienen los mensajes sutiles (ante los que estamos desnudos
88
como personas) en la población y en la población juvenil especialmente sensible y en
plena formación de valores y de estereotipos sociales. No obstante, y como señala con
cierto aire irónico Lotz, en el cambio han participado los ejecutivos de televisión que se
han percatado del valor de la audiencia femenina. A pesar de los cambios, siempre
queda algún prejuicio que subrayar: Ally McBeal no deja de ser “rara” y “neurótica”
89
Y consideran que la gestión adecuada del tiempo es un tema importante en el mundo
empresarial.
A mí me parece imprescindible tener flexibilidad, dentro de unos límites. Por
ejemplo aquí lo aplico. Creo que la gente debe estar a gusto trabajando. Eso no
quiere decir que hagas dejación de tus funciones, está claro. El programa tiene
que salir todos los días y eso tiene que funcionar, y tiene que funcionar como
una máquina. Pero aquí hay mucho desgaste personal, porque hay mucha
entrega, porque estamos a expensas de lo que pasa fuera. Es muy difícil decirle
a alguien que tiene que estar de 8 de la mañana a 3 de la tarde. Hoy, por
ejemplo, tenemos gente en Rota, con unidades móviles porque están saliendo
barcos. ¿Y yo qué le digo a este señor cuando vuelve? Le tengo que decir:
tranquilo, vete a tu casa y ya vendrás mañana. Es necesario que la máquina
funciones, pero no hay que forzarla (BJP).
Igualmente hemos aprendido de ellas que no hay que tener miedo a expresar los
sentimientos, aunque estos sean de insatisfacción o de inseguridad. Manejan muy bien
su inteligencia emocional. Y ello no las hace más vulnerables sino más fuertes. Es
importante recordar algo que las caracteriza: la valentía y el compromiso con las
cuestiones de género. A ninguna le ha temblado la mano o la voz (según el medio en el
que trabajan) cuando han tenido que reivindicar derechos laborales o sociales de las
mujeres. Y se han convertido en eco, en amplificadoras de muchas situaciones injustas
para las mujeres.
6 Para finalizar...
Las mujeres de nuestro estudio tienen muy claro que la socialización y la educación
desde la perspectiva de género son pilares fundamentales para una mejor sociedad. Y
nunca se olvidan de mantener un espíritu crítico en su casa y en su trabajo, por eso son
andaluzas que abren caminos. Como dicen Heredia et al (2002): Es necesario coeducar
a la sociedad desde las aulas, desde los medios de comunicación y desde el propio
contexto familiar para poder escoger y desarrollar en libertad la propia identidad
individual.
Pero debemos hacer una reflexión más. Con mujeres como éstas, se gana siempre. No
debemos de obviar que a las propias empresas le interesa (incluso aunque sea por puro
90
mercantilismo) contar con todo el potencial de las personas, sean hombres o mujeres.
Llopis (2007), fundadora de Open Bank, del Grupo Santander y Consejera de dicho
Grupo desde 1993 a 2000, apoyada en diferentes estudios, reconoce que la mujer
“positiviza” la economía de los países y los resultados de las empresas. Por ese motivo,
identificar y cuantificar la brecha de género en el acceso y la promoción puede servir
para ofrecer argumentos que mejoren significativamente el potencial económico,
político y social de un país. Pensar sobre estas cuestiones puede seguir animando a la
clase política y ayudarla a fortalecer la idea de empoderamiento de las mujeres y a
seguir potenciando una verdadera igualdad de género.
91
92
II. ¿ HABLAN LOS MEDIOS CON ESTEREOTIPOS
SEXISTAS?
93
94
4. LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN: IMÁGENES Y PALABRAS
Paralelamente, sin embargo, se corre el peligro de que, al ofrecernos esos mundos virtuales
construidos a medida y esas sugestivas vidas irreales, nos impidan vivir la nuestra, la
auténtica y única vida que tenemos. Y que justamente ha de ser construida por nosotros
mismos mientras la vivimos. Porque las personas, que no son todas iguales, no asumen de
la misma forma los mensajes mediáticos. Lo que los medios cuentan (o crean) producen
muy diferentes efectos, positivos y negativos. Seguramente, el mejor de los efectos
positivos es el hecho de que hoy la información está generalizada y puesta a disposición de
toda la población; la democracia, por ejemplo, no sería posible sin ella. Pero es cierto que
también hay efectos negativos: la violencia que la infancia presencia en muchos medios
puede engendrar violencia en sus conductas futuras reforzando unos equivocados mensajes
de masculinidad; igual que determinadas figuras humanas, argumentos o anuncios pueden
incitar a entender de forma errónea qué significa ser mujer; la vida lujosa y falsamente
fácil que muestran algunas series el la televisión distorsiona las aspiraciones y la visión de
la realidad de gentes sencillas; Internet puede ser un mundo oscuro de peligrosas
informaciones (¿y deformaciones?) para quienes no tengan la adecuada preparación; la
publicidad, que cumpliría una magnifica función informativa, deforma las ofertas de los
fabricantes y comerciantes cuando, en vez de mostrar con noble sinceridad lo mejor de los
productos que anuncia, lo que hace es maquillarlos y disfrazarlos...
95
Los medios de comunicación son, por lo tanto acusados de ser los principales motivadores
de muchas situaciones problemáticas de nuestra sociedad actual como la pérdida de
valores, conductas y lenguajes sexistas, la falla en la autoridad en la familia, el desinterés
por los estudios y la cultura, el consumismo ilógico subordinado a la publicidad, las
compras compulsivas...
No obstante, cabría formularse las siguientes preguntas:
- ¿Es un problema el sexismo en los medios?
- ¿Es seguro que son los medios quienes producen estos efectos negativos?
- ¿O podrían conseguirse otras consecuencias si el público los usase de otra forma?
- ¿Es posible prever y, en su caso, paliar los efectos nocivos, o simplemente no
deseados, de algunos productos de los medios en relación con el sexismo y sus
derivaciones?
En esta obra intentamos ofrecer las respuestas en la línea de una clara y correcta
orientación en todo lo referente a la perspectiva del género para obtener no sólo
conocimientos teóricos sino también sugerencias de posturas personales acerca de las
actitudes (sentimientos, pensamientos y conductas) que se pueden y deben adoptar a
partir de una lectura crítica de cada uno de los medios estudiados y propuestas de
acciones muy prácticas que orienten hacia el análisis, comprensión y resolución de la
problemática en relación con el tratamiento del género por los medios, estimulando la
creatividad y favoreciendo el ejercicio de un sano espíritu crítico.
Para esta tarea que acabamos de definir nos hemos planteado el estudio de los medios
desde un sencillo enfoque que es el más visible y que también tiene una clara y decisiva
acción sobre sus públicos. Pues aunque todos los medios tienen hoy día una subordinación
importante a la tecnología no es esta su característica más sobresaliente para nuestra
intención. Así que llamamos la atención sobre otra dimensión mucho más destacada: se
trata de la diferenciación según el predominio de la imagen o el predominio de la palabra.
2 La imagen fascinadora
Hay medios cuya característica es la primacía de lo icónico: imágenes, luces, colores...
todo ello combinado, desde luego, con lo verbal pero sin ceder a la palabra más espacio del
mínimo imprescindible y, desde luego, sin cederle acceso al protagonismo. En este gran
grupo hemos de colocar en primer lugar a la televisión, entronizada ya en todos los hogares
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y protagonista de amores y desamores. Junto a ella a los productos de ficción,
concretamente el cine y, con él, las “series” televisadas, descendientes y herederas de
aquellas “novelas por entregas” o “folletines” ya archivados en la historia. Se llegó a
pensar que la televisión sería la muerte del cine pero no ha sido así. Lo veremos más
adelante, pero lo que sí se puede afirmar es que hay ya, y desde luego por la presencia de la
“tele”, otras formas de hacer películas y otras clases de películas que se hacen
especialmente para el formato de la pequeña pantalla. Ver cine en casa puede ser una
ocasión de grata convivencia, de formación cultural y de disfrute en familia. Se trata de
una gran oportunidad que no se puede desperdiciar.
Por último, Internet, móviles y juegos electrónicos, etc. completan el apartado que
denominaríamos “medios con predominio de la imagen”. Con ello queremos decir que,
ante el público, estos medios aparecen con una gran mayoría de recursos icónicos con lo
cual sólo demanda de él pasividad en la recepción ya que el mensaje no exige
demasiado esfuerzo en la decodificación. La gran apertura al saber que representan los
“buscadores” de Internet no tiene parangón, se tienen todos los datos que se necesitan y
en el momento en que se necesitan... si se saben buscar. Pero también hay que reconocer
el tiempo que muchas personas pierden “navegando” y el peligro de enganche que hay
en el uso descontrolado de móviles y juegos electrónicos.
Son medios muy diversos que tienen a la imagen como denominador común, es decir
todos ellos “salen por pantalla”, desde la pantalla grande y ya clásica en el mundo actual
del cine (que se empequeñece cuando se asoma a la de la televisión) pasando por la
pantalla de la televisión, tan habitual, hasta las individualizadas, y a veces diminutas,
pantallas de los móviles o los juegos electrónicos, sin olvidar, evidentemente, a la nueva
y eficaz pantalla del ordenador, donde “navegamos” por Internet. También podemos
incluir en este amplio campo, a las producciones y mensajes que nos envía la
Publicidad. Que si bien ha de considerarse como un elemento generalizado cuya
presencia seductora cruza por todos los medios de comunicación del mundo actual,
tiene a la imagen como su forma privilegiada; nadie como la publicidad se expresa con
imágenes porque ha sabido hacer iconos hasta de las palabras.
97
denominando “cultura audiovisual”. Y así, junto a las culturas que se basan en la palabra,
en el discurso lógico y reflexivo, más difíciles de adquirir, aparecen, vivas y pujantes, las
basadas en la imagen, cuyos contenidos son de adquisición rápida e intuitiva porque van
directamente a los sentidos. Esto quiere decir que actúan más intensamente sobre las
dimensiones emocionales de las personas y deja de lado el sosegado proceso del
pensamiento racional, siendo esta una de las características más importantes de la imagen
frente a la palabra que exige un esfuerzo de pensamiento para ser entendida.
LA IMAGEN
como principal agente de la cultura audiovisual:
Y es que con la imagen (apoyada y perfeccionada por la tecnología) aparece una nueva
forma de mostrar y de entender la realidad que va a resultar extraordinariamente atractiva:
imagen y sonido modificados, trabajados y embellecidos para que describan y expresen
emociones y cuenten hechos con toda la riqueza posible. Se trata de recreaciones de la
realidad, no de la realidad misma. La cultura audiovisual es uno de los más importantes
componentes de la sociedad del presente, y lo es de pleno derecho. Porque aunque la
imagen siempre existió en las manifestaciones culturales de la humanidad, era una
complementariedad de la palabra y se ponía al servicio de los mismos fines. Recordemos
los hermosos frontones de los templos griegos, que cumplían las mismas funciones
instructivas que los tímpanos de las catedrales góticas, igualmente hermosos. O nos
podemos situar en cualquier pueblo de la España profunda, a las puertas de nuestra edad
contemporánea, y acordarnos de esos carteles antecesores de los actuales cómics en los que
estaba explicada en imágenes una truculenta historia que el ciego o trovador de turno iba
señalando con un largo puntero mientras recitaba ¡las palabras! de esa misma historia ante
un auditorio que no sabía leer y por ello necesitaba enriquecer lo que oía con las imágenes
que se mostraban en las viñetas del cartel.
Ayudar a los que no sabían leer... enriquecer el discurso de la palabra que era la
importante. Eso habían venido haciendo primordialmente las imágenes. Pero ahora,
98
imagen y palabra se enfrentan o al menos se disocian porque la imagen adquiere
dimensiones propias que sin duda pueden ser muy positivas. Es ya independiente y el
mundo icónico adquiere carta de naturaleza en esta cultura que, por eso se llama
audiovisual y se ha convertido en el instrumento de expresión preferido en la
interacción social así como en muchos de los medios de comunicación.
La comunicación verbal (que usa las palabras como vehículos del mensaje) está destinada
primordialmente a la transmisión de ideas, de abstracciones. Es el puro simbolismo de las
palabras que en cada idioma han sido convencionalmente construidas como portadoras de
significados. No obstante, las palabras son también instrumentos de expresión de la
sensibilidad y los sentimientos, y la poesía es la mejor demostración de ello. Eso sí,
siempre a través de los recursos lingüísticos y sus exactas reglamentaciones que son las
que definen los lenguajes.
99
pareceres, es igualmente un canal inigualable para la manifestación de la sensibilidad y el
intercambio de emociones.
LA PALABRA
¿Y que decir de los libros? Aunque están entre nosotros, en su modalidad impresa, desde
el siglo XV, cumplen hoy todos los requisitos que definen a los medios de comunicación
de masas y no parece que vayan a desaparecer, sino al contrario. Ellos son informadores
pero también incitadores porque cuando alguien lee no se limita a ser espectador de la
creación del autor sino que crea y recrea por si mismo. La decodificación de la palabra
escrita siempre exige un fuerte trabajo intelectual y un amplio compromiso personal que
convierte en creadora a la persona que lee. Por eso los libros y en general todos los
“medios con predominio de la palabra” son compañeros de reflexión y de emoción.
100
implica tomar varias decisiones: por qué gastar el dinero en leer y no en otra cosa “más
útil”; qué periódicos se eligen, qué libros incorporamos a nuestra biblioteca, con qué
frecuencia se compra, si se lee entero o no, si somos fieles a uno solo o vamos
alternando, etc. Decidir, igualmente cuándo y cómo se oye la radio, qué credibilidad
damos a su palabra, si tenemos en cuenta quien la dice...
Y todo ello comporta reflexionar sobre lo que significa la palabra, como elemento
activo; es decir, recapacitar en profundidad sobre su influencia en nosotros y, desde
luego, esforzarse en adoptar una postura exigente. Son decisiones más trascendentales
de lo que parecen. Leer se convierte, por lo tanto, en un marcador social y cultural de
primer grado. De la misma forma, oír la radio es acceder igualmente a la riqueza de la
palabra y quizás con unas características muy especiales como la proximidad y la
desnudez de todo otro elemento que no sea su propio sonido y su esencial significado.
Es decir, la palabra como el más eficaz vehículo de las ideas y de los sentimientos.
Una consideración importante se añade a estas anteriores: las interacciones que el público
establece con estos medios es más pausada, rica y profunda que las que tiene con otros
medios de comunicación social, por definición inmediatas y efímeras. Cuando una persona
lee la prensa (y un libro) o escucha la radio, está dialogando de una manera especial con la
voz y la palabra de otra persona, abre su yo a unos mensajes que se convertirán en sus
propias reflexiones e, incluso en convicciones que formarán parte de su personalidad,
durante mucho tiempo o quizás, durante toda su vida.
Sin embargo no podemos terminar esta reflexión sobre los medios que tienen la palabra
como herramienta de trabajo sin hacer una seria llamada de atención acerca de un hecho
ineludible: la palabra también engaña. Es, igualmente, vehículo de mentiras, de falsedades y
de aseveraciones dañinas y malintencionadas. Puesto que es una magnífica herramienta, va
a ser muy útil a quien la use, independientemente de que tenga un objetivo excelente o unas
intenciones totalmente faltas de ética. Por no citar mas que un ejemplo, puede constatarse
en la historia reciente de la humanidad como ha habido situaciones políticas en que
determinados grupos presionaban a la población con fuertes estrategias persuasivas desde
los medios de comunicación, pero eligiendo predominantemente la prensa y la radio,
justamente a causa de la gran capacidad argumental del lenguaje que es la principal
herramienta de trabajo de estos dos medios.
101
Este es un aspecto importante cuando se trata del lenguaje sexista y de las posiciones que
haya en la sociedad ante él. Hay que tomar conciencia de los usos incorrectos y también
inadecuados de la palabra ya que por su misma riqueza expresiva y su fuerte poder para
influir, genera el grave peligro de la seducción y el engaño. No se deben olvidar que los
grandes “conductores” de hombres eran también grandes expertos en el manejo persuasivo
de la palabra y con ella arrastraban multitudes, tanto para lo bueno como para lo malo.
102
5. MUJER Y CINE
De todos los medios de comunicación de masas, de todos los medios en los que se
encuentran modos de representación de referentes reales, el cine es sin duda el pionero
en la absorción y proyección de elementos para la realimentación de la sociedad de la
que procede y a la que sirve. Hoy por hoy, a comienzos del siglo XXI, la televisión e
Internet son los medios más rápidos en captar de la realidad empírica circundante sus
motivos y emblemas, en representarlos y devolverlos simbolizados como parte de
nuestro imaginario colectivo. No obstante, el cine fue el primer medio en realizar esta
tarea recogiendo el testigo de la tradición literaria y teatral, masificando y ampliando la
función del teatro y la literatura, en el sentido de que el cine nació como un espectáculo
popular con un mayor radio de influencia entre los espectadores con respecto a los
productos teatrales y literarios.
En cualquier caso, el cine actual es mucho más conservador que la televisión, los
videojuegos o Internet, a la hora de incluir en sus historias y personajes las
preocupaciones o los tipos humanos. Es de notar que la televisión, los videojuegos o
Internet son medios “de consumo”, que se realizan y se destruyen casi con la misma
rapidez y que necesitan una rentabilidad mercantil que los sumergen en una guerra de
audiencias beneficiosa para el investigador, en tanto que con mucha inmediatez incluye
tipos humanos y conflictos sociales que el cine, como máquina ideológica pesada, tarda
en incorporar.
103
movimiento feminista social de reivindicación de derechos, así como a la difusión del
cine independiente y la creciente presencia femenina entre los cineastas y otros puestos
técnicos y creativos de la industria cinematográfica. En la década de los 70 también
surge en Inglaterra la revista Mujeres y cine y un festival de cine de la mujer.
Simultáneamente, crece el interés por analizar en las películas el modo en que el
discurso fílmico designa un lugar para la mujer, una función e impone a los
espectadores una concepción del mundo y de la mujer en él. Los primeros
investigadores, como es lógico, fueron mujeres que intentaban analizar cómo un mundo
de hombres había asignado un puesto para ellas con unos modos de representación al
que se veían obligadas a contemplarse.
Esta metodología de trabajo ha ido ganando sitio y practicantes, tanto que se incluye
como una de las teorías del cine (Casetti: 1994), precursora incluso de los tan modernos
estudios culturales, y ha comenzado a ser practicada por investigadores hombres. La
perspectiva de estudio de hoy no es sólo ya la de buscar una reivindicación social para
el papel de la mujer delante y detrás de la cámara, para la ruptura de un techo de cristal
cada vez más opaco, sino la revisión de toda la historia del cine, los directores y sus
historias, desde otra perspectiva hasta hace muy poco ignorada. Y los avances son
innegables, tanto es así que existe ya una corriente de investigadores que empiezan a
necesitar, solicitar y practicar un estudio de género desde el punto de vista masculino,
que enriquezca la historia y la teoría del cine.
104
1. Un orden sociológico, que rastrea la presencia de la mujer en la producción
cinematográfica desde el punto de vista historiográfico, de donde surge, por
ejemplo, el texto de 1975 de Sharon Smith, Mujeres que hacen películas.
2. Un orden teórico, que profundiza en los estereotipos de mujer propuestos
desde los orígenes del cinematógrafo, que descubre un cine, llamado a partir
de entonces, patriarcal. A esta tendencia pertenecen las obras tempranas de
Marjorie Rosen, La Venus de palomitas de maíz (1973) y de Molly Haskell,
De la reverencia a la violación (1974).
Una segunda fase de estos incipientes estudios, muy influida por la semiótica y el
psicoanálisis, de influencia freudiana y lacaniana, instaura la etapa de la mirada-poder.
Las revistas Screen y Camera Obscura jugaron un papel importante en Inglaterra y
EEUU en la difusión de una crítica a la búsqueda de la deconstrucción: deconstrucción
de las formas y estructuras de la mirada, de la propia imagen fílmica y de la noción de
cine como aparato ideológico del Estado. Los artículos de Pam Cook y Claire Johnston
(1975) y de Laura Mulvey (1975) fueron fundamentales para ello. Tal como referencia
Colaizzi (1995: 21), la idea transmitida por las primeras sobre la sexualidad femenina es
la de que “la mujer no es más que un signo vacío intercambiado por y entre hombres en
la economía de mercado de su deseo (…) Aunque la sexualidad femenina está
interpretada en los filmes hollywoodienses, esta represión nunca se consigue totalmente,
sino que crea conflictos en le interior del texto, abriéndolo de tal manera que acaba
mostrando sus contradicciones ideológicas”.
Por su parte, Laura Mulvey llegó a la conclusión de que el cine clásico debe su poder al
placer visual que expone a la mujer como espectáculo simple y objeto de deseo,
ofrecido como un fetiche del héroe y personaje principal que ejerce su dominio y
control sobre la mujer en el cine como forma simbólica del poder masculino sobre la
sociedad.Desde entonces hasta ahora han sido múltiples los trabajos que han ido
ampliando los estudios de género hasta darse cuenta de la diferencia mujer/no mujer y la
diferencia mujer/mujer, creándose una revisión del conocimiento y del mundo desde
esta perspectiva, una cosmovisión femenina, propuesta por una de las mayores teóricas
como es Teresa de Lauretis. En palabras de Colaizzi (1995: 31): “Una Teoría e Historia
del cine implica la asunción de un estatuto ideológico entre textos, prácticas discursivas
e instituciones sociopolíticas. Se trataría, en una palabra, asumiendo la noción de
105
diferencia no sólo como marca distintiva entre hombres y mujeres, sino entre mujeres,
en el interior de cada mujer, así como las diferencias de raza, preferencia sexual,
religión, edad y clase social”. Especial repercusión han tenido los trabajos de Ann
Kaplan, maestra de varias generaciones de estudiosas feministas y del feminismo, quien
habla ya de una cuarta oleada o etapa de la Teoría Feminista, siendo ella puntal
definitivo de esta “third wave”. La etapa anterior, centrada en la psicología y cerrada a
determinaciones sociales e históricas, no fue capaz de subjetivizar la multiplicidad de
diferencias, misión en la que se embarcan estas teóricas de la tercera vía.
106
porcentaje de crecimiento ha ascendido entre las mujeres directoras, por ejemplo, de un
3 % en la mitad de la década de los 80 a un 6% en el año 2001; el de guionistas ha
pasado en las mismas fechas de un 7% a un 8%. Mujeres cámaras, mujeres técnicos de
sonido, mujeres montadoras, dobladoras pueblan los créditos de las películas con
normalidad, al mismo ritmo que han ido incorporándose a otros ámbitos laborales
tradicionalmente desempeñados por hombres.
107
ridiculización del hombre, como sucede en algunas películas de la alemana Doris Dörrie
(¡Hombres, hombres!, 1985). Pero una película no la construye un personaje, la
construye un tema, una trama, una acción, una ambientación… y no sólo la construcción
del personaje femenino cuando quien dirige es mujer.
Todavía hoy resuenan los agrios debates entre quienes piensan que existe un término
marcado en la creatividad femenina frente a la masculina, voz respondida por quienes
piensan que esta supuesta marca sexual no haría más que aumentar la distancia para la
igualdad entre hombres y mujeres en la creación artística. Sin que suene a salomónico,
lo cierto es que a día de hoy no hay ni un sólo trabajo riguroso y científico que
demuestre ni una ni otra posición, de ahí lo acalorado de los debates y mesas redondas
en tanto que se fundamentan en posiciones subjetivas y de fe y esperanza. Lo único
cierto que es la guionización y dirección de ficción para televisión, mucho más
abundante que la de ficción cinematográfica, nos lleva a no poder diferenciar un
capítulo de una serie cuando ha sido escrito o dirigido por una mujer o por un hombre,
si han trabajado en equipo y siguiendo una planificación de historias y tramas prevista
en la biblia de serie y han asimilado los comportamientos de unos personajes. Puede
existir voluntad de diferencia, pero tanto en hombres como en mujeres; todo dependerá
de si esa voluntad de diferencia puede ser llevada a cabo o no según imposiciones de
producción. No todas las guionistas o directoras son Sofia Coppola -Las vírgenes
suicidas (1999), Lost in Translation (2003), María Antonieta (2006)-, a quien se
atribuye uno de estos universos personales, también existe Mira Nair –Cuando salí de
Cuba (1995), La feria de las vanidades (2004)-, directora india, mujer, que retrata a sus
mujeres personajes bajo la misma construcción y función del más rancio cine patriarcal.
¿Es estética de mujer El demonio viste de Prada (David Frankel, 2006)? Su guionista es
una mujer, Aline Brosh, también responsable del film Hasta que la ley nos separe
(Peter Howitt, 2004). ¿Y El diario de Bridget Jones, (Sharon Maguire, 2001; guión de
la escritora Helen Fielding) dirigida y guionizada por mujeres? ¿Y la secuela de 2004,
que fue escrita por un hombre (Andrew Davies)? Silvia Bovenschen afirmaba en el año
1977, en su artículo “Is There a Feminine Aesthetic?”, que existía una sensibilidad
estética o de modos de percepción sensitiva pero no existía estética femenina como
variedad inusual de producción artística o de teoría del arte. Por su parte, Teresa de
Lauretis (1990), analizando producciones de directoras feministas, observa en ellas una
108
disyunción de la imagen y la voz, la reelaboración del espacio narrativo o la elaboración
de estrategias dirigidas a alterar las formas y equilibrios de la representación tradicional.
Por otro lado, si las películas clásicas están hechas para espectadores hombres, los
personajes están planteados para que el hombre pueda buscarse y reconocerse. Siendo
109
así, la aparición de mujeres en la pantalla puede llegar a generar problemas de
identificación. Según Casetti (1994: 256), recreando ideas de Laura Mulvey, la carencia
de pene de la mujer “hace estallar el miedo a la castración. De forma que si por un lado
constituye una presencia fascinante, un icono que se exhibe par ala mirada y el goce
masculino, por otro, es una presencia amenazante, una posible fuente de ansiedad. El
hombre tiene entonces dos vías para huir de la angustia. Puede actualizar una
reactivación del trauma representado por el miedo a la castración y explorar a la mujer,
desmitificándola y restándole valor. Es la vía del voyeurismo y el sadismo, que
Hitchcock recorre hasta el fondo. Pero también puede negar ese miedo y trasformar el
objeto amenazante en objeto de culto, que preserva y adora. Es la vía del fetichismo que
elige Sternberg. En ambos casos el hombre vuelve a adueñarse de la escena, fuente del
deseo y motor de la acción, mientras que la mujer continúa en su papel pasivo y
subordinado”.
110
identificación, representación y construcción narrativa, el espectro de consumidores
espectadores, tradicionalmente heterosexuales y gays, a mujeres heterosexuales y
lesbianas.
La mujer en el cine patriarcal no es más que una simple imagen reflejada en un espejo,
como dice Colaizzi (1995: 10), un cine que “identifica la mirada y la economía escópica
en general con el poder masculino. Hace iguales poder y masculinidad y sitúa a las
mujeres en situación exterior al poder y a la representación, equivalente a falta de poder
y objetualización”. La mujer, según Lauretis (1992), es en el cine patriarcal, dominada
por la masculinidad, un sujeto que funciona por ausencia o cautividad. Francesco
Casetti (1994: 253 y ss.) resume en los siguientes puntos la objetualización narrativa de
la mujer:
1.- Son estereotipos monocordes, sin matices.
2.- No producen narratividad.
3.- Son imagen y se les recuerda físicamente, como un elemento escenográfico.
4.- Son fijas y eternas como los mitos.
5.- Permanecen marginadas fuera de la historia y elevadas a la glorificación
como fetiches.
6.- Son objeto de intercambio, cuyo valor es decidido por los hombres.
7.- Se habla de ella pero ella no habla, sólo parlotea.
8.- Son deseadas, pero no desean.
9.- No actúan, son manejadas.
10.- No miran, son miradas.
111
11.- Sucumben en el fracaso si intentan rebelarse contra este sistema.
Ante esta acumulación de discriminaciones narrativas, sólo cabe esperar que la mujer en
la mayor parte de los filmes clásicos sea un secundario o de apoyo, en el mejor de los
casos, cuando no directamente ambiente.
Como persona el personaje construye una iconografía acorde con su estatus social,
cultural, económico, con su forma de hablar y su evolución psicológica, redondeando un
ente complejo como ser humano. Los personajes principales especialmente suelen
mostrarnos todas sus facetas, y decimos de ellos que son redondos, frente a los
secundarios que pueden ser ya personajes planos si de ellos conocemos sólo alguna de
estas caras del poliedro. Los primeros estudios feministas definen en el cine clásico una
mujer como servidora y esclava romántica, una mujer que lo olvida todo por un hombre
y una relación conyugal, de lo que se puede deducir que al estar al servicio de
personajes masculinos su aparición en el relato es como personaje secundario. Serán
pocas las facetas conocidas de los personajes femeninos, su escasa relevancia hace que
no esté el tiempo suficiente ni posean el peso suficiente para que conozcamos su ser
como personas. Recordemos que hemos dicho que en el cine patriarcal las mujeres no
hablan, de modo que poco sabremos sobre su caracterización verbal, no actúan, luego
112
poco sabremos sobre sus pensamientos y actitudes ante el mundo circundante. Haskell
también hablaba en su libro de la fascinación no narrativa sino visual, que permanece en
el recuerdo del espectador, que provocan las mujeres en las películas. La representación
iconográfica será en buena medida la construcción base del personaje femenino.
¿Cuántas imágenes visuales tenemos en la mente de actrices de cine clásico y no
recordamos sus nombres como personajes o la trama de la película? Muchas
iconografías han pasado a engrosar el acerbo del imaginario colectivo occidental
elevándose a la categoría de mitos mediáticos: Audrey Hepburn en Vacaciones en Roma
(William Wyler, 1953), Marilyn Monroe en La tentación vive arriba (Billy Wilder,
1955), Rita Hayworth en Gilda (Charles Vidor, 1946). La belleza, el glamour, la
feminidad, la sensualidad, el vestuario y la caracterización general de los personajes
femeninos hacen de la iconografía el elemento más desarrollado en ellas.
Las mujeres profesionales, sobre todo abogadas y periodistas, son incluso recordadas
por sus apariencias más que por su papel de mujeres con trabajo en el cine clásico de los
40 y 50. No es de extrañar, muchas de ellas fueron escritas para abandonar sus
profesiones por un hombre, luego sus trabajos, sus funciones sociales eran más que
secundarias, a veces hasta un simple subterfugio de guión para provocar el
enfrentamiento directo con su pareja masculina. Y por los mismos motivos, la evolución
psicológica del personaje femenino realmente no existe. Como objetos hechos para la
exposición a la mirada, lo que se observará será su evolución física, no la psicológica,
ya que esta última debe desprenderse de sus diálogos o monólogos, de su forma de
actuar, de su forma de relacionarse con otros personajes, acciones todas ellas vetadas al
personaje femenino durante mucho tiempo.
113
En la evolución del personaje mujer como persona, también se viene produciendo desde
los años 90 otro fenómeno rápido y alarmante: el de la masculinización. La incursión de
las niñas y adolescentes en el mercado de los videojuegos ha abierto una doble vía de
satisfacer la demanda de consumo: por un lado se crean “juegos rosas” para chicas; por
otro, se mantienen los tradicionales juegos de chicos incorporando figuras femeninas
protagonistas en roles de superhéroes. De estas últimas ha tomado buena nota el cine,
adaptándolas directamente a la pantalla desde la videoconsola, caso de Lara Croft: Tom
Raider (Simon West, 2001), o adoptándolas en personajes creados para cine, La teniente
O’Neill (Ridley Scout, 1997), ambas historias escritas por mujeres curiosamente, Sara
Cooper y Danielle Alexandra respectivamente. En una mal entendida igualdad que
otorga al cuerpo femenino un comportamiento masculino, el cine patriarcal comercial
no ha sabido aprovechar el hecho para enriquecerse, porque dicha masculinización, para
algunos “machificación”, no va acompañada por una masculinización iconográfica. Es
más de comportamiento, lo que termina derivando no en un enriquecimiento del
personaje como persona sino en la creación de otro estereotipo más que añadir a los ya
tradicionales, con el añadido exasperante de que siguen siendo hermosas, muy
femeninas, muy erotizadas, eso sí hechas para matar, embrutecidas, inteligentes,
dominantes, soberbias, astutas y hasta terroristas sin escrúpulos. No hay un ejemplo
mejor que la evolución de las chicas Bond (compárese desde Dr. No, de Terence
Young, 1962, a Casino Royale, de Martin Campbell, 2006).
A pesar de toda esta evidente progresión del personaje como persona cando es mujer, la
mujer también tiene sexo y tendencias sexuales. Y de esto sí que parece no haberse dado
cuenta el cine actual. La condición sexual de la mujer es silenciada en el cine
contemporáneo en clara discriminación con las tendencias homosexuales masculinas. El
conservadurismo cinematográfico ha ido incorporando la figura del homosexual
masculino pero no así la femenina. Aunque la figura del gay en la cinematografía
hollywoodiense aún hoy puede ser objeto de burla y escarnio, va adquiriendo respeto y
presencia: Cuatro bodas y un funeral (Mike Newell, 1994), Los amigos de Peter
(Kenneth Branagh, 1992), Filadelfia (Jonathan Demme, 1993), Brokeback Mountain
(Ang Lee, 2005). Pero, ¿dónde están las mujeres lesbianas? Eso sí no se rechaza alguna
que otra insinuación de lesbianismo como concesión de un capricho. Recordemos que,
como con respecto al travestismo femenino, también las escenas lésbicas (Instinto
básico, Paul Verhoeven, 1992) producen un alboroto de testosterona en casi todas las
114
culturas. Son más atrevidas las “cinematografías periféricas” a la norteamericana: A mi
madre le gustan las mujeres (Daniela Fejerman-Inés París, 2002), Felpudo maldito
(Josiane Balasko, 1995), Todo sobre mi madre (Pedro Almodóvar, 1999).
115
• La chica buena. Lo es porque acepta el sistema, es sufridora, ingenua y
conformista. Suele ser joven, pero discretamente hermosa y generalmente de
clase social y nivel cultural medio-bajo. Su aspiración es ser feliz con un
buen esposo toda la vida.
• El ángel. De piel de cordero y lobo en su interior, da el perfil de la anterior
pero es la más peligrosa, puesto que en su falsedad es ambiciosa y capaz de
cualquier cosa en beneficio propio.
• La virgen. En sus variedades de virgen sumisa y virgen rebelde o virgo
potens. Estas mujeres hacen de su renuncia sexual su fundamental
característica, en algunos casos de forma beatífica y en otras aproximándose
más a la mujer guerrera, tipo Juana de Arco.
• La beata/solterona. Son mujeres solas, rozando la cincuentena, poco
agraciadas, con vocación religiosa y en algunos casos de personalidad
reprimida, oscura y amargada.
• La chica mala: Es una variedad de ángel pero de mayor juventud,
adolescente, a la caza y captura de un hombre maduro. Suele provocar
tensión sexual y problemas éticos a los hombres que considera sus objetivos.
Su finalidad puede llegar a ser sencillamente el divertimento: es la Lolita.
• La guerrera. Mujeres por lo general de corte histórico mítico, al estilo de las
amazonas que anteponen la lucha a otras facetas personales. Suelen ser
también muy atractivas y renunciar a los hombres o renunciar a su condición
de guerreras por un hombre.
• La femme fatale o vamp. Es la mujer mala por naturaleza, la perdición de los
hombres, la otra chica del gánster (suelen tener una buena/tonta y otra de este
estilo). Son ambicionas, peligrosas y fatales para el hombre que se
encapricha de ellas. Tienen cierta tendencia a la autodestrucción. De alto
poder de seducción y malas costumbres morales y físicas, su belleza y
juventud se terminan marchitando hasta llegar a la enfermedad o la muerte
como justo castigo a sus vidas disolutas. Carmen es una variedad étnica de
esta categoría.
• La mater amabilis. Es el ama de casa feliz, de mediana edad, amorosa y
atenta con sus hijos y su marido. Una buena persona sin mucho que aportar
en ningún sentido.
116
• La mater dolorosa. Es la madre sufridora que observa cómo sus hijos son
maltratados por la vida y que incluso pueden llegar a maltratarla a ella. Es
uno de los poco tópicos de edad madura o rozando la ancianidad.
• La madre castradora. La madre dominante que coarta la libertad de acción y
pensamiento de sus hijos, especialmente con los hijos varones llegándole a
crear secuelas psicológicas irreversibles. También suelen ser maduras y de
aspecto severo.
• La madrastra. Muy parecida en comportamiento a la anterior pero con hijos
no naturales.
• La madre del monstruo. La madre desnaturalizada que engendra un hijo no
deseado o deseado pero que no es lo que se esperaba, vástago al que termina
enfrentándose o destruyéndolo.
• La madre sin hijos. Son mujeres jóvenes de perfiles psiquiátricos enfermizos
se obsesionan con su incapacidad para engendrar en claro desequilibrio con
su deseo de maternidad, lo que les provoca problemas conyugales y con la
justicia, puesto que tienden a secuestrar física o psicológicamente a los hijos
de otros.
• La Cenicienta. Hermosas, jóvenes e ingenuas, las cenicientas ascienden
socialmente sin pretenderlo y por amor, superando para ello muchos
obstáculos a veces sin intención o voluntad de hacerlo.
• La turris eburnea. La mujer torre de marfil, inalcanzable y por ello más
deseable. Es fuerte, fría e inflexible, fácilmente fetichizable.
• La reina negra/bruja/viuda negra. En función del género en el que se
inscriban pueden ser monstruosas o belleza embriagadora, pero siempre
serán perversas y dispuestas a hacer el mal por conseguir el dominio sobre
algo o alguien, o por el simple placer sádico. Su variante moderna es la
dominatrix.
• La villana. Cumple el rol de oposición al héroe masculino. La mujeres Bond
son un buen ejemplo de ello. Suelen combinar juventud, belleza, inteligencia
y destreza física para enfrentamientos y escapadas de situaciones
comprometidas. Una buena dosis de masculinidad de comportamiento no les
impide ser sexualmente muy activas y despreocupadas.
117
• La superheroína. También de corte masculino en comportamiento se
diferencia de la anterior por sentido de actuación al servicio de la comunidad
en correlato con el mismo estereotipo masculino.
• La dominatrix. Procedente fundamentalmente del cómic, como la anterior,
fundamenta su vida con los hombres en relaciones de poder sadomasoquista.
Imponentes de aspecto, independientes, económicamente solventes, encarnan
los personajes protagonistas de los ero-thriller, manteniendo continuamente
un pulso con los hombres que a veces ganan.
El cine, sin estar hecho con intencionalidad de constituirse como cine testimonial, es
siempre un testimonio de su realidad. Así, y aunque siempre han existido mujeres
víctimas de violencia tanto simbólica como explícita (física, verbal y psicológica), en
los últimos años aparece de forma reivindicativa la figura, ya estereotipo, de la mujer
maltratada. La violencia de género, que se ha extendido como una preocupación social
en todos los medios de comunicación y modos de representación audiovisual, también
cuenta con un lugar en el cine. La visualización de hechos violentos, como las propias
violaciones sexuales y los maltratos, aparecidos a lo largo de todo el cine y no
cuestionados, ahora se convierte en buena medida en una visualización simbólica,
expuesta para ser recriminada con intencionalidad. El título parlante de la obra de
Haskell, De la reverencia a la violación, evidencia que desde siempre ha existido esa
forma de violentar a la mujer, como interpreta Colaizzi (1995:15), “un camino que lleva
la imagen de la mujer desde la reverencia de los primeros años a través de formas cada
vez menos sutiles de menosprecio, hasta la violencia explícita de los años sesenta y
primeros setenta tipificada en filmes como La naranja mecánica (S. Kubrick, 1971) y
Perros de paja (S. Peckinpah, 1971)”. Sólo mía (Javier Balaguer, 2001), Solas (Benito
Zambrano, 1999), Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto (Agustín Díaz
Yánez, 1995), Ciudad del silencio (Gregory Nava, 2006) y otros títulos se acumulan ya
pero no con esta violencia expuesta para ser mirada sin más sino como violencia
referida para ser pensada y cuestionada.
118
travestirse de hombres para llegar a conseguir sus objetivos y dejar de ser por un
momento en las tramas figuras secundarias y sin autonomía narrativa. Baste recordar
títulos como Víctor o Victoria (Blake Edwards, 1982) e incluso Mulán (Tony Bancroft-
Barry Cook, 1998) en animación para niños. Esta tradición de amplio arraigo en el
teatro del Siglo de Oro por razones obvias (los papeles de mujeres eran interpretados
por hombres), se continúa hoy incluso en películas de guión contemporáneo no
adaptado pero que recrean la época de capa y espada: Shakespeare enamorado (John
Madden, 1998), Piratas del Caribe II (Gore Verbinski, 2006) frente a la adaptación de
Lope La moza del cántaro (Florián Rey, 1954), por poner un ejemplo de los clásicos
españoles, aunque son muchos los procedentes de obras de Shakespeare.
Hasta aquí hemos llegado descubriendo que, como en la realidad social e histórica, la
mujer va abriéndose paso en las pantallas de cine y detrás y delante de las mismas. Pero,
como se afirmaba al principio, no existe la mujer, sino las mujeres, y hay algo más que
refrenda la multiplicidad de mujeres. Y eso es la multiplicidad de discriminaciones
119
fílmicas. Pensemos, cuando se ha hecho referencia a la homosexualidad, que el
lesbianismo sigue siendo un tema tabú. Del mismo modo hay otros temas casi
intocables, como el suicidio femenino. Aunque Thelma y Louise (Ridley Scott, 1991) o
El marido de la peluquera (Patrice Leconte, 1990) lo reflejan, en el caso de Lady
Macbeth, suicida reconocida históricamente, se observa que algunos directores se
atreven a exponer a la mirada su acto (Orson Welles, 1948) y otros no son tan valientes
(Roman Polanski, 1971). Parece que la mujer puede morir por castigo o sufrimiento
externos pero no de modo autónomo y porque sí. Y todo ello nos puede llevar a hablar
de la doble discriminación o discriminación múltiple: Por mujer y por lesbiana
(directoras y personajes), por mujer y por suicida, por mujer y por inmigrante
(andaluzas, cubanas…), por mujer y por rebelde, por mujer y por pobre, por mujer y por
vieja (¿cuántos papeles protagonistas hay de abuelas?), por mujer y por
musulmana/judía…, por mujer y por raza (negras, mestizas…).
120
6. LA MUJER OBJETO Y SUJETO TELEVISIVO.
LA MUJER COMO PERSONAJE DE LA TV. LA MUJER ESPECTADORA
121
media de la Comunidad de Madrid es de 217 minutos persona/día (unas 3 horas y
media).
Existe una relación inversa entre número de personas en el hogar y consumo. Mientras
que en los hogares de más de cinco personas se consume una media de tres horas al día,
en los que cuentan con una o dos personas se consume de media de cuatro horas y
media. Algunas investigaciones han llegado a decir de ella que es el macrodiscurso
social dominante (Vázquez Medel, 1995). Esa es una forma de subrayar que lo que dice
la televisión es lo que se escucha, es de lo que se habla. La realidad no es tal si no está
narrada por ella. Lo que dice la tele es "la verdad" y si no lo menciona, no existe. En ese
sentido, y uniéndolo con la temática “mujeres”, es interesante recordar que el maltrato a
las mujeres "existe" desde que la prensa lo denuncia pero, especialmente, desde que lo
narra la comúnmente conocida tele.
122
potencia, que se constituyó en tema de agenda para los medios. Ya hemos comentado
que lo que no se nombra en los medios (y especialmente en la televisión), no existe. Tal
como venimos diciendo, en la sociedad actual la televisión es "la vida", la presencia de
lo que interesa y el diseño de lo que debe interesar (agenda setting/determina la agenda
de temas). Puede afirmarse, en palabras de José Antonio Marina, que "sus mensajes
alejan lo cercano y acercan lo lejano".
Ha habido otros casos de violencia contra mujeres que han sido contados. Ese es el caso
de Alba, una niña de cinco años supuestamente maltratada por la pareja de la madre
(separada) que tuvo que ser ingresada en coma en el Hospital Vall d’Hebron de
Barcelona. De nuevo, aquel hecho narrado removió conciencias de tal manera que la
niña estuvo recibiendo regalos permanentemente durante los tres meses en los que
estuvo ingresada. La televisión había conseguido que nos enterásemos de que el
maltrato a la infancia existe y logró conmover a la ciudadanía. Otro caso más de
maltrato a una niña. El 15 de febrero aparece una noticia en el diario ABC. La firma
José Luis García. El titular es: Grabaron vejaciones a una deficiente y colgaron las
imágenes en internet. Se cuenta que: la menor, que está afectada por el síndrome de
Down, fue objeto de frases soeces y vejatorias y obligada a proferir comentarios de
índole sexual. El día 16, el Diario de Sevilla recoge en portada la noticia, firmada por
Fernando Pérez Ávila, con el siguiente titular: Diez menores vejan a una deficiente y lo
difunden en internet.
123
Existen otros ejemplos de su utilidad pública, nos referimos a la importancia de cubrir la
necesidad informativa de la ciudadanía en caso de grandes catástrofes. En concreto, el
consumo medio de televisión aumentó espectacularmente tras los atentados del 11 de
septiembre de 2001 en Nueva York y tras los atentados del 11 de marzo en Madrid. En
el caso primero, si el mismo martes 11 de septiembre, pero de 2000, la audiencia
rondaba los cinco millones de espectadores, en 2001 fueron un millón más. En el caso
de los atentados de Madrid, se cumplió una función que va más allá de la pura
información, se cumplió la función psicosocial de potenciar la cohesión grupal, de
arropar a la ciudadanía, de hacerla sentir que no estaba sola. De hecho, las cadenas de
televisión, tanto públicas como privadas, lucieron un lazo negro y emitieron un
comunicado conjunto para manifestar la condena y expresar lo que la propia ciudadanía
sentía. Igualmente los presentadores aparecieron con una corbata negra.
Pero la tele también tiene una parte oscura. Está tan presente en nuestra vida que ha
llegado a modificar hábitos de comportamiento: ¿Es que no nos hemos acostumbrado a
ir al baño o a la cocina cuando salen los anuncios? Diferentes estudios avalan que el
consumo de TV influye en el consumo de agua. El gasto de agua se elevaba de forma
extraordinaria en los hogares en los momentos publicitarios. Por otro lado, ¿qué lugar
ocupa en nuestra casa: ¿quizá un lugar privilegiado? ¿Se cambia el sofá en función de la
toma eléctrica de televisión? Para más del 90% de la infancia española, ver la televisión
es su actividad favorita al volver del colegio. Y es más deseada que jugar con amigos o
amigas, que merendar o que hacer los deberes. Nunca un electrodoméstico ha sido tan
"necesitado" y tan deseado (pero también tan odiado).
124
elección ofrecen una gran libertad aunque pueden conducir a que, dentro de las casas,
cada persona vea (en su propio aparato) el programa que le apetece. Se rompe incluso la
posibilidad de estar juntos. Se deja de estar al lado de la otra persona. Cuando sólo
existía un aparato, las personas podían compartirlo, a pesar de que el estar muy cerca no
significara siempre hablarse. E incluso existe una disfunción de género porque como el
mando a distancia lo suele tener el hombre (si le interesa ver algo), la mujer o las hijas
si no comparten esa selección (masculina), terminan yéndose a otra habitación.
125
- Que la vida media de las mujeres es inferior a la de los hombres, ya que
la mayor parte de las mujeres que aparecen en la pantalla suelen tener
entre 20 y 45 años. En cambio, los hombres pueden pasar tranquilamente
de los cincuenta. (La invisibilidad de las mujeres mayores se está
rompiendo poco a poco, pero todavía no se ha logrado del todo).
- Que, en general, los hombres tienen trabajos más cualificados que las
mujeres. (que las mujeres trabajan en el ámbito privado: cuidando a la
familia y al cargo de tareas domésticas)
126
Con respecto a las mujeres sujeto (u objeto) de la noticia, diferentes investigaciones nos
llevan a afirmar que la mayoría de las veces en las que una mujer es noticia en
televisión, lo es por una de estas dos razones:
- Por ser muy importante, pero mucho. (Especialmente del mundo artístico)
- Por ser víctima o sujeto de algún problema social: maltrato, cuidado de hija o
hijo drogadicto, etc.
Así que podemos afirmar que existen unos errores básicos en el tratamiento de género.
En concreto pudiéndose señalar:
- Un desequilibrio cuantitativo entre mujeres y hombres: en tiempo y presencia
(es excepcional que saquen a una mujer deportista, a una científica, a una
investigadora…)
- Una desigualdad cualitativa: en cuanto a ocupaciones y roles desempeñados (Las
mujeres suelen salir más en el ámbito doméstico y los hombres en el laboral.
Pocas veces sale un hombre cuidando de un enfermo).
- Por lo tanto, se produce una distorsión de la imagen social de las mujeres como
objeto de noticia.
Se escuchaba en un programa infantil la siguiente frase realizada por uno de sus
presentadores: Chicos, ¿a que a todos os molesta que vuestras madres os
manden a pasar la escoba o a recoger la mesa?
En la ficción televisiva, películas o teleseries nos encontramos esta misma desigualdad:
- 8 de cada 10 episodios están protagonizados por hombres.
- Sólo 3 de cada 10 personajes son mujeres
- En lo que tiene que ver con tareas domésticas, las mujeres aparecen en una
relación de 7 a 1
- En la publicidad, en escenas de hogar aparece una proporción de 5 (mujeres) a 1
hombre.
Si hablamos de las personas que trabajan en la televisión, tenemos que decir que si bien
existe un cierto equilibrio entre profesionales que conducen programas, no ocurre lo
mismo cuando se trata de estar en puestos de dirección. Aun así, se puede matizar. En
líneas generales, los hombres suelen aparecer con caracterización de tipo profesional o
como sujetos de informaciones de cierta relevancia. En programas divulgativos,
educativos o informativos, son directivos, conductores y presentadores (con especial
incidencia en este último tipo de programas: los informativos). En lo que atañe a las
127
mujeres, aunque ya van ocupando poco a poco espacios similares a los que ocupan los
hombres, su presencia todavía es predominante-mente testimonial y de adorno. Por
ejemplo, las chicas vestidas de forma ostentosa (o desvestidas, directamente) que
acompañan al conductor de un concurso o de un musical. Y sólo poco a poco se van
incorporando a la dirección o conducción de programas. Por poner un ejemplo, en el
staff directivo de la televisión pública andaluza, nos encontramos con los datos
siguientes (Núñez y Loscertales, 2004):
CANAL SUR TV
PUESTOS DE DECISIÓN Hombre Mujer
Dirección 1
Secretaría General 1
Dirección de Comunicación 1 1
Dirección Comercial 3 1
Organización de RR.HH. 5
Dirección Económica- 8 2
financiera
Dirección Técnica 6
Dirección de Antena 1
Dirección de Informativos 1
Jefatura de Audiencia 2
F 29 4
Total % 87,88 12,12
CANAL 2 ANDALUCÍA
PUESTOS DE DECISIÓN Hombre Mujer
Dirección 1
Responsable de 1
Programación
Coordinación de Antena 1
F 2 1
Total % 66 33
Últimamente se está poniendo coto a este problema, aunque en algunos países con más
celeridad que en otros. Es de destacar el caso de Francia, donde se pone mucho cuidado
en no sacar mujeres "de adorno" en programas televisivos; no sucede en igual medida
en España, Italia o Portugal (Autoría múltiple, 2003).
De todas maneras, en nuestro país en los últimos tiempos, se viene realizando un gran
esfuerzo por no discriminar a la mujer. Un ejemplo lo tenemos en que va habiendo
presentadoras de televisión mayores sin que ello resulte antiestético. También lo
tenemos en el especial celo que ponen las personas que trabajan en la producción de
128
programas, para que en los debates haya una considerable representación de mujeres.
Hace tiempo estas cuestiones ni se planteaban: las mujeres desparecían o no estaban
presentes y ya está. Como ejemplo concreto se pueden exponer las palabras de Angels
Barceló que en una entrevista concedida a la Revista MH Mujer cuenta cómo TV3,
donde trabajaba, le ofrecen como argumento que quien presentaba un diario no lo
puede dirigir, que era política de la empresa. Aunque esa política cambió cuando fue
un compañero el que presentó el informativo porque a él sí le permitieron dirigirlo.
Angels Barceló entonces se fue de la cadena.
4 Estereotipos prejuiciosos
Hemos estudiado durante cinco años (de 1990 a 1995) todos los programas relacionados
con mujeres emitidos por los informativos no diarios más significativos de dos cadenas
públicas (TVE y CanalSur TV), nos referimos a: Informe Semana, Línea 900,
Documentos TV y Los Reporteros. Las conclusiones nos permiten afirmar que han sido
encontrados hasta seis estereotipos prejuiciosos, que ya se ha detallado en el capítulo 3:
Definición de los roles de mujeres y hombres mezclando determinantes
biológicos y condicionantes sociales.
Por ser de uno u otro sexo, se está abocado a tener una determinada forma de ser
y de actuar.
Para las mujeres es fundamental cuidar su cuerpo y su apariencia externa.
El mundo público e para los hombres y el privado para las mujeres.
Las mujeres son responsables del cuidado de otras personas.
El espacio privado es para las mujeres, aunque si salen al mundo público debe
ser sin descuidar el privado.
El primero de ellos lo consideramos un estereotipo básico asociado a un determinismo
biológico que incluye aspectos sexuales totalmente reales (parir y amamantar) pero
129
también abarca elementos sociales y culturales (criar, educar, atender) que no
necesariamente tendría que corresponder a una mujer.
Una mujer viene marcada genéticamente para parir pero no para cuidar aunque es una
tarea que “naturalmente” se le atribuye. Asociados a esta formulación, aparecen otros
estereotipos que podrían denominarse secundarios, aunque su importancia no sea menor
y sus efectos sean absolutamente devastadores. En ese sentido destacamos el estereotipo
sexto. En muchos discursos mediáticos queda claro que si, por ejemplo, el bebé
enferma, es la mamá la que ha de faltar al trabajo para atenderle. O que determinadas
profesiones de horarios cortos y vacaciones amplias son las apropiadas para las mujeres
porque así pueden compatibilizar (conciliar) su vida profesional con la familiar.
130
del cuerpo y la apariencia externa en las mujeres. En concreto, se valora positivamente
el ser joven, alta, delgada, guapa, y por el contrario, no está "bien visto" el que una
mujer sea baja, gorda, fea. Es muy difícil que a los programas de debate acudan
mujeres viejas o feas. Es difícil encontrar una presentadora de televisión que tenga ya
una edad madura. Para la televisión, en un momento determinado, la mujer se hace
invisible.
¿La televisión se convierte en jeringuilla que inocula violencia simbólica en los hogares
adjudicando papeles diferentes a hombres y mujeres? Porque esto también se podría
considerar tele-basura. Una telebasura sutil y, por tanto, peligrosísima. La respuesta es
afirmativa si tenemos en cuenta que cuando se quiere fortalecer una información o
rodearla de credibilidad e importancia, se suele utilizar la voz en off de un hombre. La
respuesta es afirmativa si se constata que cuando se presenta a una mujer en televisión,
el tratamiento informativo que se hace suele estar más asentado en lo emotivo que en lo
131
racional, dándose poca información sobre su nivel cultural o de preparación. La
respuesta es afirmativa si cuando se presenta a una mujer se la llama por su nombre de
pila y no por su apellido, restando profesionalidad y seriedad.
G1. Mujeres sin trabajo remunerado y G.2. Mujeres con trabajo remunerado
sin estudios universitarios y sin estudios universitarios
G.3 Mujeres con trabajo remunerado y G.4. Mujeres sin trabajo remunerado
con estudios universitarios y con estudios universitarios
La discusión fue grabada en casete y luego convirtió a archivo de Word para poder
aplicarle un programa informático que nos aportó datos cuantitativos y categoriales. El
trabajo nos permitió concluir que, para estas mujeres (como representación micro de la
macrosituación social), aparecen unos tipos de mujeres diferentes a los tipos de
hombres:
TIPOS DE MUJERES
Mujeres-objeto
Amas de casa
Mujeres normales
Mujeres de “relleno”
Profesionales
TIPOS DE HOMBRES
Hombres-objeto
Profesionales
Normales
132
definimos como aquellas que son estupendas, que lo tienen todo: fama, buen físico,
dinero...) o las amas de casa en su acepción más peyorativa (esas mujeres con escaso
nivel cultural y social; dependientes; centradas en su casa y con casi ningún interés por
la formación).
Por lo tanto, la percepción que tienen las mujeres es que los hombres suelen aparecer lo
hacen como “guapos” pero también como expertos o profesionales mientras que las
mujeres suelen aparecer como guapas, como víctimas o como personas inexpertas a las
que hay que cuidar. También señalan que:
Las mujeres están más presentes en los programas de entretenimiento mientras
que los hombres tienen más presencia en los programas de debate (G.2).
Así pues, lo que las mujeres percibimos y denunciamos es que los hombres aparecen en
los programas serios (en debates políticos o sociales) mientras que las mujeres se
“quedan” para los programas menores (testimonios, entretenimiento de bajo nivel
cultural, etc.). Y así lo dicen:
En las tertulias, en los debates suelen estar más hombres que mujeres. Eso sí, esa
mujer que está en la tertulia está muy bien seleccionada. Para que una mujer esté
ahí… tiene que ser muy buena (G1).
133
En la tele se habla… del aguante que tiene una mujer, que quizá no lo tiene un
hombre (G.2)
Muchas mujeres van así para contar su vida… y les sirve de tratamiento (G.1)
Algunas veces una madre luchadora cuando va a contar que se quedó viuda,
como tú… pues entonces, sí. La abnegación de sacar a los hijos p’adelante… en
el caso de los hijos que toman drogas…Pues mira, te sirve (G.2)
Estos testimonios nos sirven para subrayar la idea de que la mujer habla de sus “cosas”
y sirve de ejemplo. Bien es verdad que los hombres no han estado dispuestos a contar
problemas domésticos, entre otras razones, porque no los han considerado “suyos”. A
los hombres se le ha arrebatado (y se lo han dejado arrebatar) el poder mostrar
sentimientos.
Otras mujeres de las que participaron en los grupos de discusión sienten que contar
historias “de mujeres” es una vergüenza para todas. Lo expresan así:
La TV saca lo esperpéntico, lo exagerado. No saca a la mujer como ser humano,
saca una caricatura (G.4)
Las mujeres preguntadas coinciden básicamente con las personas expertas que
diferencian dos etapas en los programas de testimonio. En una primera etapa, estos
programas ayudaron no sólo a destapar problemas sino que ayudaron a crear una
conciencia crítica colectiva frente a situaciones discriminantes: malos tratos, problemas
de conciliación, etc. Aunque se valora una segunda etapa donde impera lo chabacano
porque lo que importan no son las personas sino las audiencias y “hay que dar
espectáculo”.
Y ahí la presentadora, abusando de la ingenuidad y de la poca cultura, se mete
en unos terrenos… que a mí me dan vergüenza. Yo, entonces, la quito (G.3)
9 Reflexiones finales
Se deben tener en cuenta dos cuestiones: No podemos olvidar que la televisión se dirige
más a las emociones que a las razones. No se nos debe olvidar y que es un potente
socializador y divulgador de normas y creencias. ¿La solución pasa, entonces, por
apagar la tele para no dejar que ésta nos muestre inadecuados ejemplos de vida?
Creemos que la televisión puede “mirarse” de manera positiva, para que sea útil.
134
También es posible mirarla de manera negativa (Núñez, 2005): Hablamos de un uso
negativo de la televisión cuando no se mantiene una postura crítica, cuando no se la
mira con distancia, cuando se la “niega” y se sostiene que es un electrodoméstico inútil.
Se ha dicho que no somos nosotros quienes miramos la televisión, sino que es ella quien
nos mira. Esa idea representa de una manera muy gráfica y tremenda que podemos
mantener una postura de sumisión a este medio.
Se debe poner especial énfasis en la infancia y frenar la quietud frente a la tele: con
silencios, sin sonrisas, con parálisis total. Todos ellos son síntomas de que la televisión
nos está afectando de manera perniciosa. Hablamos de un uso negativo cuando
mantenemos un estilo de ver donde no se invierte ninguna energía en analizar, en
valorar, en reflexionar o en digerir qué es lo que se escucha y qué imágenes están
emitiendo.
Nos comunicamos con la presentadora, con la mujer que cuenta “su historia” y muy
poco con el vecindario. Apenas saludamos a la gente más cercana. Consideramos con
Ferrés (1997) que es importante distinguir que no se trata tan sólo de que la televisión
incite al consumo de bienes y servicios sino que (y fundamentalmente) hay que pensar
que la televisión incita al propio consumo, al consumo de sí misma.
135
MODELO NEGATIVO
Es posible hacer igualmente un uso asertivo, un uso creativo y crítico. Ser asertivo
significa tener capacidad de expresar directamente qué es o qué no es lo que opinamos o
queremos; es la capacidad de expresar nuestro punto de vista respetando a nuestro
interlocutor. Metafóricamente podemos usar la televisión de manera asertiva cuando se
utiliza para entretenernos sanamente, para estimular procesos cognitivos que nos ayuden
a entender el mundo y actuar en él; para situarnos ante el entorno.
Desde la Psicología Social (Rouquette, 1988), se señala que una de las funciones de la
televisión es potenciar la pertenencia al grupo creando intereses comunes por encima de
los particulares. Por ese motivo (y aplicándolo a la televisión), se puede hablar con más
exactitud de group media, quedando trasnochado el término mass media. Desde una
mirada positiva (asertiva), la televisión refleja y expresa el entorno, favorece la
explicación de fenómenos sociales y hace a las personas sentirse dentro de un grupo
determinados (los que ven un programa, una cadena de televisión, los que comparten las
ideas expresadas en tal debate, etc.).
136
Una lectura asertiva (crítica) intenta aprovechar el medio como una oportunidad para la
reinterpretación, para el juego inteligente. Una lectura crítica no acepta la pretendida
transparencia del mensaje sino que reflexiona sobre el punto de vista de la persona o
empresa que emite ese mensaje. El sentido crítico supone un compromiso y ha de partir
de, al menos, dos presupuestos: uno técnico y otro ético:
- Poner de relieve que el mensaje de los medios (de la televisión) es una
representación intencional de la realidad y puede someterse a evaluación para su
mejora.
- La televisión debería ser, ante todo, un servicio público.
Es peligroso (de puro ingenuo) pensar que se puede gobernar a nuestro antojo la
información. Por eso es preciso mantener un compromiso, que no sólo es personal sino
que debe ser empresarial, para que la televisión permita la diversidad y la
interdependencia.
MODELO ASERTIVO
Atender a la tele en presencia de otras personas.
Comunicativo Esa es una forma de remover el estado de opinión
y compartirlo.
Crítico Implica capacidad de seleccionar
Creativo Investigar con los medios.
Por otro lado, la capacidad de seleccionar (de dirigir nuestros propios gustos) es un
ejercicio crítico que evita la pasividad y el “tragarse” el programa que pongan.
Desde el punto de vista creativo, es saludable “jugar” a descubrir qué dicen los
programas y cómo lo dicen. Es posible Investigar desde las casas, valorando qué
características tienen los personajes de tal o cual serie, cómo visten o cómo se expresan.
Es posible aventurar desde la propia casa cuántas mujeres profesionales aparecen en una
137
serie u otra, etc. Es interesante preguntarse si las series españolas, por ejemplo han
cambiado o no a la hora de representar a hombres y mujeres. Sí tenemos ejemplo de
cambios en tres series nacionales. En 7 vidas (emitida por Tele 5 durante un largo
período de tiempo) tiene un protagonismo coral pero las mujeres aparecen como fuertes,
inteligentes, con capacidad de mando, con capacidad de decisión y algunos hombres
aparecen como indecisos, sensibles. También esta cadena emite Los Serrano, donde
ellas (hasta la temporada pasada) han sido profesionales con un buen nivel cultural (tres
profesoras) y ellos carecen de una buena formación. Por otro lado, no es raro
encontrarlos en casa cuidando de la familia. De hecho, durante un período largo, Lucía
se fue a estudiar al extranjero y no fue un problema (excesivo). En la serie Aquí no hay
quien viva, (emitida por Antena 3 durante varias temporadas) apareció en la primera
temporada una pareja en la que ella trabajaba y él, aunque era titulado superior, se
quedaba en casa.
Son señales interesantes, le sugerimos que siga “investigando” qué pasa en otras series
nacionales. Pero no sólo es una cuestión de las personas que vemos la tele, de las
personas de la calle, de personas no expertas. También hay que pedir a los y las
profesionales de los medios y a los y las responsables (todavía son mayoría los hombres
responsables) que cuiden su estilo de contar cosas o de dirigir a personas que cuentan
historias, contribuyendo a una didáctica social.
138
7 LA MUJER DIBUJADA.
EL SEXISMO EN PELÍCULAS Y SERIES DE ANIMACIÓN
Las personas que estudian el cine y las que lo consumen muchas veces hacen referencia
al punto de vista artístico (porque crea ilusión, es magia). No en vano entre los primeros
creadores del cine se encontraban magos profesionales, como es el caso de Geoges
Mélies, verdadero iniciador de los efectos especiales. Podemos recordar su película
Viaje a la Luna, que se estrenó en 1902. Por eso hablamos del séptimo arte. Pero el cine
es también industria (la industria cinematográfica) que da de comer a muchas personas.
Así, actores y actrices, directoras, directores, y todo el personal dedicado a la
producción, a la distribución o a la exhibición… esperan sacar beneficios.
139
Algunas de las personas que analizan e investigan sobre este tema consideran que tiene
más fuerza que la propia realidad porque las imágenes tienen gran poder seductor y
logran zamarrear nuestras emociones. Y ese poder emocional puede influirnos más que
los hechos reales. Nos ciega de tal manera que hace que nos sintamos cerca de
situaciones y personajes a los que realmente detestaríamos (Aguilar, 1990). Muñoz
Molina participa de esta idea escribiendo el artículo El esplendor del forajido en su
sección semanal del diario El País. En dicho artículo se expresa así de claro: Yo no creo
que la realidad imite al arte, pero tengo la impresión de que muchos forajidos y
canallas reales sienten debilidad por copiar a los que ven en las películas, y también de
que muchos de nosotros, sin darnos cuenta, tendemos a basar irresponsablemente en
ellas nuestras ideas sobre la muerte y el crimen, incluso sobre la vida lo cual es casi
tan serio como basar las convicciones políticas de uno sobre la publicidad electoral de
los partidos.
El poder de esas imágenes junto a la fuerza de las palabras nos lleva a idealizar a los
personajes y a ciertos estilos de vida. Además, no podemos olvidar que la mayoría de
las veces vamos al cine lo hacemos de forma relajada, vamos desprevenidos, no
acudimos con ojos críticos… Y de esa manera nos dejamos impresionar más fácilmente.
También debemos reconocer que el cine suele tener una carga ideológica (por eso en
algunos casos existe la censura) a la vez que posee una carga emocional y social. Así
que podríamos afirmar que tiene potencialmente “efectos secundarios”. Entonces:
- ¿En qué medida el cine es sexista?
- ¿Cómo habla de hombres y de mujeres?
- Piensen en una película reciente, ¿quién la protagoniza: un hombre o una mujer?
- ¿Es diferente el cine que hacen los hombres del que hacen las mujeres?
- ¿Qué nombres de directoras de cine recuerda? ¿Y de hombres?
- ¿Quién produce películas? ¿Quién pone el dinero para hacerlas?
140
estereotipos (incluyendo a los estereotipos de género). No podemos olvidar que en la
comunicación tiene un papel importante la persona que recibe el mensaje: que tiene
unos intereses, una experiencia anterior, una formación y vive y se desenvuelve en un
contexto determinado.
Los estereotipos son marcos cognitivos formados por conocimientos y creencias que
unos grupos mantienen sobre otros (Pinazo, 1998). Son, por tanto, un conjunto de
creencias sobre las características que tienen en común los miembros de un determinado
grupo social y que es reconocido por ese mismo grupo o por otros. Evidentemente se
aprenden. En principio no tienen por qué ser considerados como negativos. Al contrario,
son atajos cognitivos que facilitan nuestro entendimiento del mundo, nos hacen un
resumen del mundo y hacen especialmente posible que nos reconozcamos dentro de un
grupo y reconozcamos a otros grupos. Por tanto, bien usados, resultan útiles como una
primera fuente de información.
En ese sentido, una película que ha de contar la larga historia del personaje en algo más
de hora y media, si no se basara en esas creencias compartidas que resumen la realidad,
difícilmente podrían comunicar algo y hacer inteligible el discurso. Sin embargo hay
quien considera que los estereotipos son negativos porque se basan en sobre-
generalizaciones que inducen al error, que nos llevan a inexactitudes o que son,
directamente, consideraciones erróneas. Específicamente los estereotipos de género
constituyen expectativas sobre hombres y mujeres. Es eso que esperamos de hombres y
mujeres. Lo que pasa es que, a veces, esas expectativas sesgan la percepción, la
interpretación y el recuerdo de la información. De manera que si se admite que un rasgo
característico de la mujer es que es “emotiva” y de lágrima fácil, se tenderá a recordar
momentos en los que alguna mujer se expresó de esta manera. El resultado final es el
fortalecimiento de dicho estereotipo. Una vez que son aprendidos, son muy difíciles de
arrinconar, de expulsar de nuestro inconsciente colectivo.
141
estereotipo es prejuicioso en la medida en que uno de los grupos (el dominante)
mantiene un sentimiento de superioridad frente al otro grupo.
Los primeros estudios sobre el papel que representan las mujeres en el cine desde la
perspectiva de género los encontramos en la década de los setenta y son trabajos que
surgen unidos a los primeros festivales de cine feminista y/o de mujeres. Estos primeros
estudios tomaron como centro de análisis las películas de Hollywood.
Para analizar los “modelos” de hombre y de mujer que el cine nos muestra, podemos
tener en cuenta una serie de aspectos (Autoría múltiple, 2003):
- El género cinematográfico.
- La estructura narrativa.
142
- Otros aspectos formales: la puesta en escena, los decorados, el montaje, la
banda sonora…
- Las convenciones o códigos para representar algunas escenas, sobre todo si
son de violencia o de sexo.
- Los propios actores y actrices con sus apariciones públicas, la vida privada que
trasciende de ellos, etc.
143
Algo para recordar (1993), etc. En concreto, el argumento de la primera cinta nombrada
trata de un rudo cazador de cocodrilos, llamado Michael Dundee, que tiene una forma
especial de vivir la vida y por ello es considerado como un héroe. Eso despierta el
interés de la periodista Sue Charlton que decide hacerle un reportaje. Sin embargo, más
que como mujer profesional, la co-protagonista se nos presenta como la hija mimada y
consentida de un rico empresario que se ha encaprichado de un tipo exótico y papá le ríe
la gracia por ello aunque mamá está indignada por no casarse con “un buen partido”..
A la vez el cine suele mostrarnos a un hombre seguro, que se mueve bien en la esfera
pública, que tiene un buen trabajo, poder económico o que sabe lo que quiere: Armas de
mujer (1989). A veces encontramos que directamente a la mujer se la puede “comprar”,
como en la película Pretty Woman (1990) o en Una proposición indecente (1993). En
la primera cinta, un frío y acaudalado hombre de negocios “alquila” los servicios de una
prostituta para irse con ella a la cama y para que le acompañe a cenas con clientes. En la
segunda cinta, David y Diona Murphy forman un matrimonio feliz pero que está
pasando por un bache económico. En ese momento, un multimillonario ofrece al marido
un millón de dólares a cambio de una noche con su mujer. En ambos casos se cosifica a
la mujer, con evidencia, de manera explícita.
En ocasiones se nos presentan hombres inseguros pero muy compensados porque son
inteligentes, muestran un lado sensible, pero finalmente los percibimos como duros,
muy hombre. Sería el caso de títulos como Tres solteros y un biberón (1987). También
parece existir un buen tratamiento del género en películas como Erin Brockovich (2000)
donde Julia Robert representa a una mujer separada, con tres hijos a su cargo, que se
queda sin trabajo y sin dinero. Pero es una gran luchadora, creativa, auténtica
“buscavidas” y como no se rinde, después de mucho esfuerzo logra un trabajo. Está mal
pagada pero no le importa, cree en su proyecto; además, cuenta con una relativa buena
autoestima y el esfuerzo invertido le permiten demostrar su valía. Así que logra triunfar
ganando al “mal”.
Debemos recordar que la película está basada en hechos reales. Ahora bien, a lo largo
de la cinta están presentes dos estereotipos absolutamente prejuiciosos que coinciden
con los que ya valoramos cuando hablamos de televisión (Núñez, 2005):
a) Relación de responsabilidad de las mujeres con la infancia y la juventud.
144
b) El espacio propio de las mujeres es el mundo privado; aunque pueden salir al mundo
público siempre que no abandonen el privado.
Es decir, la mujer tiene que cuidar a los hijos e hijas, es su misión (dice el primer
estereotipo prejuicioso). Así pues, lo biológico, que marca a la mujer para que pueda
parir está teñido, está empañado por aspectos sociales y culturales: criar, educar,
atender… que no necesariamente tendría que corresponderle. Una mujer viene marcada
genéticamente para parir pero no para cuidar. Sin embargo, es una tarea que
“naturalmente” se le atribuye y que el cine remarca en cintas como las mencionadas. El
otro estereotipo (unido al primero) es, si cabe, más perverso porque señala que la mujer
puede salir al mundo público, al mercado laboral, sin abandonar “sus labores”
domésticas.
Es verdad que existen algunas excepciones en la historia del cine de agentes secretos.
Por ejemplo la cinta MataHari (1931) donde Greta Garbo interpreta a una espía
inteligente, calculadora, fría. Sin embargo, es una frente a los más de veinte títulos de
Agente 007 a los que se les puede acompañar con los nuevos agentes secretos de Misión
imposible (1995) o Speed (1994) o incluso con el estilo de Indiana Jones (con
Harrinson Ford a la cabeza) en sus múltiples aventuras.
145
Por otro lado está la fuerza en estado puro de Sylvester Stallone (recordemos a Rambo
estrenada en1985 o Cobra (de 1986). Rambo es excarcelado y enviado a Vietnam para
averiguar el paradero de norteamericanos que se pudieron quedarse allí atrapados
después de la guerra. Sólo se le permite llevar un cuchillo, un arco y una flecha, la
consigna de no atacar al enemigo… y unos enormes músculos. Es traicionado y jura
venganza. Otro de los actores “admirados” por su musculatura es Arnold
Schwarzenegger protagonista de cintas como: Terminador; Desafío total (1990);
Terminador 2. El juicio final (1991); Beretta´s Island (1994); Daño colateral (2002);
Terminador 3. La rebelión de las máquinas (2003); etc. En esa misma consideración se
encuentra Bruce Willis, con títulos como La jungla de cristal, de 1989, 1990, 1995 y
Pulp Fiction estrenada en 1994, por poner algunos ejemplos.
En La jungla de cristal, Willis interpreta a un rudo policía de Nueva York que viaja a
Los Ángeles a pasar la Nochebuena con su familia. Hally (mujer del policía) ha sido
promocionada en su empresa y por ello trasladada a Los Ángeles. Él considera que ella
volverá por no adaptarse al nuevo trabajo, por lo tanto, cada uno se mantiene en una
ciudad. Cuando John entra en la oficina, donde se celebra la fiesta, comprueba que su
mujer está usando el apellido de soltera y discute con ella por esa razón. Entonces se
separan y en ese momento el edificio es tomado por unos terroristas. Nadie se da cuenta
que el policía está allí y eso le da “vía libre” para intervenir. Lógicamente salva a su
familia y termina siendo el héroe.
Es verdad que dentro de este género encontramos algún título protagonizado por una
mujer, pero se convierte en la excepción. Nos referimos a Tomb Raider, estrenada en
2001 y Tomb Raider: la cuna de la vida, estrenada en 2003. Dos títulos que hacen
frente a las más de veinte películas de James Bond. Para colmo, la propia protagonista
de esta película de heroicidades femeninas no ha estado libre de comentarios sobre su
particular vida privada (incluyendo su sexualidad).
146
LOS DATOS: películas de superhéroes Veamos otros ejemplos. Es muy
Barbarella (1968) interesante hacer un repaso por las
Supermán (1978)
Supermán II (1980)
películas de superhéroes (porque
Supermán III (1983) ¿dónde están las heroínas?). Nos
Supermán IV (1987)
Batman (1989) encontramos que desde 1968 a 2005 se
Batman vuelve (1992)
La sombra (1994) han producido 28 films. De ellos, 22
Batman Forever (1995)
Spawn (1997) han tenido un protagonista masculino
Batman y Robin (1997)
Blade (1998)
(el 78,5%); hay están Spiderman,
X-Man (2000) Batman, Supermán , X-Man, La
Blade II (2002)
Spider-man (2002) sombra… De las seis cintas restantes,
Darenvil (2003)
The Hulk (2003) tres han estado protagonizadas por
X-Man 2 (2003)
La liga de los hombres extraordinarios (2003) mujeres: Barbarella, Catwoman y
Spider-man 2 (2004)
Hallboy (2004)
Elektra (el 7,1%). Por último, en tres
Catwoman (2004) casos las cintas están protagonizadas
Blade: Trinity (2004)
Los increíbles (animación) (2004) por varios superhéroes que actúan
Elektra (2005)
Constantine (2005) unidos y entre el grupo se incluye a
Batman Begins (2005)
Los 4 fantásticos (2005) alguna mujer. Esto es lo que ocurre en
La liga de los hombres extraordinarios
estrenada en 2003 y Los increíbles (de animación), estrenada en 2004 y Los 4
fantásticos que se estrenó a finales de 2005.
Como ya hemos dicho en otro momento (Núñez y Loscertales, 2005), con películas
como la mayoría de las que hemos nombrado, el estereotipo prejuicioso que invita a los
niños a no llorar o a ser más fuertes y a usar la violencia como un instrumento de
solución de problemas (la solución de la torta) queda verdaderamente subrayada.
147
récords de recaudación en taquilla La Bella y la Bestia, Aladdin, Pocahontas o El
jorobado de Notre Dame. Las películas Disney que tienen como protagonista a una
mujer comparten un patrón muy parecido entre ellas para representar roles masculinos y
femeninos: Blancanieves y los siete enanitos es la primera película de la factoría Disney
y se estrena en 1937; luego siguen, La Cenicienta, que se estrena en 1950, La Bella
Durmiente de 1959, La Sirenita de 1989, La Bella y la Bestia de 1991, Aladdin de 1992,
Pocahontas de 1995 o Mulán estrenada en 1998… todas son claros ejemplos.
MUJERES
Muchacha joven
Sin madre y/o persona muy vulnerable porque está sola. Además, si existe un sucedáneo
de madre, ésta es mala, envidiosa…
Está bajo la tutela de un hombre (su padre)
Trabaja en las labores de la casa (friega, barre…)
Debe ser salvada de una mala vida
HOMBRES
Hombre joven y fuerte (con espada y sin nombre)
Con alto rango: príncipe. Es llamado por su “oficio”, por su “cara pública”
Valiente y decidido
Debe salvar a la mujer que entonces se convierte en una persona “bella”.
LA BELLA Y LA BESTIA
Nº personajes totales 26
148
Estereotipos Las Chicas guapas son tontas o raras
prejuiciosos ligados No deben leer
a los personajes Pueden expresar sus sentimientos porque son dulces
femeninos Trabajan en el cuidado de la casa
En Mulán aparentemente se rompen moldes porque una mujer, contra todo pronóstico y
trasgrediendo la norma establecida, decide luchar ocultando su condición femenina,
claro. Sin embargo, al final de la película y para tranquilidad de la familia, el chico (su
guerrero) “pide la mano” de la chica (salvándola de ser una “mujer distinta”). El caso de
La Sirenita es bastante explícito, es capaz de vender su alma (sus aletas, sus cualidades,
su «don») por irse con su príncipe azul (o rojo, que tanto da). Otro caso es La Bella
Durmiente o Cenicienta, quienes no son nadie sin su príncipe, que es quien la salva,
quien la hace despertar, mostrándole el camino. Pocahontas es una Barbie que renuncia
a sus creencias (a su independencia, a su autosuficiencia, a «los suyos»…) por amor. En
definitiva, las mujeres deben estar preparadas para casarse. Ese es su fin en la vida.
Volvemos a ver el mismo estereotipo prejuicioso: puede salir a la escena pública (puede
hasta luchar, puede ser valiente, inteligente) pero sin dejar nunca el mundo privado, que
es el que le corresponde. La mujer está subordinada al hombre de manera explícita o
implícita.
Por lo tanto, nos encontramos en estas películas tres tipos de mujer: la princesa, que es
bellas e ingenua; la reina, que fundamentalmente aparece para tener hijos (e incluso una
vez tenidos, muere porque ya ha culminado su papel en la vida) y la madrastra, que no
suele tener hijos propios porque es una mujer malvada. A veces la madrastra es
cambiada por la bruja. Así pues, nos encontramos ante unos roles humillantes y
desprestigiados. Pero no sólo las imágenes, las palabras son todavía más peligrosas
porque suelen estar tapadas por unas imágenes llamativas. No podemos olvidar que
inicialmente van destinadas a la infancia, y estas personitas van a ser muy
impresionables por las formas, el color…Los diálogos en las películas Disney pasan
desapercibidos la mayoría de las veces: niños y niñas (público habitual) pero también
las personas adultas que los acompañan, suelen estar más pendientes de la animación,
del color o de la estructura musical. . Sin embargo, podemos encontrarnos con “perlas”
149
como las que exponemos en el cuadro de abajo (y que son independientes de la fecha de
estreno; por lo tanto, no se puede afirmar que las más antiguas sean las más sexistas). Es
decir, las palabras juegan un papel especial porque dentro del contexto cinematográfico
quedan soterradas por la especial potencia de las imágenes. Pero están presentes y son
capaces de quedarse fijadas en los y las espectadores dejando una huella indeleble
aunque casi latente.
Resumen del trabajo presentado por las alumnas Verónica Rodríguez y Mª Carmen Ruiz
para la asignatura Psicología Social de la Comunicación de la Facultad de Psicología
¿Qué pasaría si los cuentos y sus películas no terminaran de esta manera? Pedro Bravo-
Elizondo escribe en la revista digital Dramateatro haciendo un análisis de los cuentos
de hadas y termina recordando un texto de la escritora nicaragüense Daizy Zamora que
le dedicó a su hija y que dice así:
Blancanieves se negó a ser la sirvienta de los enanitos y estos no le permitieron
entrar en la casita. La Cenicienta demandó por maltrato a la madrastra. “Sin
escopeta no entro en el bosque”, dijo Caperucita después de que el Lobo la
siguiera por primera vez. Su abuela nunca abría la puerta sin asomarse antes.
La Sirenita no murió de amor. Tampoco se ilusionó con que un príncipe se
150
casara con ella. Cuando Bella conoció a la bestia, lo quiso tal cual era, sin
esperar milagros.
151
prototipo de conducta rebelde y gamberra tolerada a los niños. Es ingenioso, tiene
mayor libertad de movimientos que su hermana y pocas veces expresa sus sentimientos.
Es valiente y travieso. Lisa representa el tipo de personalidad aceptada a la mujeres
(modernas): aunque es inteligente, es también estudiosa (obediente: hace lo que debe
hacer), es tranquila, honesta, dialogante y expresa, sin problemas, sus sentimientos. Es
una habilidosa social con tendencia a la huida fantástica. Toda una mujer de carácter
(obediente).
Los dibujos animados Shin Chan llevan 14 años en antena, en su país de origen: Japón.
Se han emitido ya más de 560 episodios. Esta serie fue denunciada por defensor del
Menor después de recibir muchísimas quejas de familias. En su informe exponía que
“se plantea un modelo de familia estereotipada y superficial, con un sentido del humor
adulto” o que el tratamiento de los roles familiares son muy inadecuados (Núñez
Morgades, 2003). Uno de los logros fue cambiar la calificación de apta para todos los
públicos por apta para mayores de 13 años. Sinceramente creo que el cambio no arregla
demasiado. Si bien es verdad que mientras más joven sea el público más vulnerable se
presenta, los trece años no implican (de entrada) la madurez y la distancia necesarias
para entender los estereotipos prejuiciosos presentados y “defenderse” contra ellos.
152
• Misae Nohara (Mitsy Nohara) es la madre de Shin-chan. Tiene 29 años. Es ama
de casa. Le encanta dormir la siesta, buscar las mejores ofertas del super y
cotillear con la vecina. Es fácil hacer que pierda los estribos. Su apellido de
soltera es Koyama.
• Himawari Nohara (Daisy Nohara) es la hermana pequeña. Aún no habla y poco
tiempo lleva gateando. En las primeras temporadas, Shin-chan aún era hijo único
pero pronto llegó la buena nueva. La serie sigue todo el embarazo de Misae
hasta que dio a luz a la pequeña Himawari. Le encantan las joyas y toda clase de
adornos caros. Le apasionan los chicos guapos.
• Nevado (Lucky) es el perro de la familia. En teoría, Shin-chan cuida de él, pero
suele olvidarse de darle de comer.
El padre llega a casa y se pelea con la madre porque en el día de su aniversario de boda no
van a poder cenar juntos, ya que tiene una cena de trabajo con un importante cliente.
La madre y el niño se van a cenar a un restaurante. Estando en él, la madre comenta
literalmente: ‘como tu padre no nos hace ni caso, vamos a ahogar las penas con una
botella de vino y un buen atracón’.
La madre, efectivamente, se emborracha.
El padre por otro lado está en la cena de negocios con otro compañero y el cliente
importante. Hay una camarera que les está sirviendo la cena; el cliente, sin ningún
miramiento, aprovecha que la tiene cerca para manosearle el culo. Después, manifiesta
orgulloso: ‘He tocado cientos de culos a lo largo de mi vida, hasta he perdido mis huellas
dactilares de tanto tocar culos. De hecho, en mi empresa he implantado una nueva norma:
todas las empleadas deben dejarse tocar el culo; si no, no las contrato’.
Después de esto, el padre con el compañero y el cliente deciden irse a tomar una copa, y el
niño decide ir con ellos. Todos van paseando por la calle hasta que al final entran en un
‘Club Privado’. Hiroshi Nohara se encarga de que vengan chicas a atender a su cliente. Y
vienen. Y el cliente toca culos para, finalmente, acabar tocando al mismo niño!
El capítulo acaba con la madre ya dormida la mona, y los tres muy felices paseando por la
calle, diciendo que se van a ir de marcha de nuevo.
El resultado, de nuevo, es que la mujer es mejor que se quede en casa porque cuando
sale, o es violentada (manoseada) o pierde los papeles (se emborracha) porque su
153
auténtico sitio es el hogar. El resultado, de nuevo, es que el hombre es el rey de la calle,
de donde “toma” todo lo que le apetece.
Encontramos muy contundentes las palabras de del Moral (2004) quien afirma que: ésta
es la serie más “reaccionaria”, donde no se desaprovechan las ocasiones de subrayar
que las mujeres son indiscutiblemente inferiores a los hombres, aprovechadas e
irresponsables, la que no busca casarse bien para ser mantenida es porque ya está
casada e intenta sisar de las cuentas comunes para pagarse sus caprichos. Una vez más
son los personajes femeninos los que aparecen padeciendo las agresiones de distinto
tipo propinadas por sus parteneres masculinos. Ello sería un argumento para justificar
la violencia que muestra Hiroshi contra su mujer y, en general, los hombres contra las
mujeres.
Por último, incluimos algunos comentarios sobre la serie Padre de Familia (en su
idioma original, inglés: Family Guy). Ésta es una serie de televisión animada para
adultos creada por Seth MacFarlane en 1999. La serie fue cancelada en 2002 (Fox fue
retirándola progresivamente de su parrilla de programación); sin embargo, la demanda
del público la devolvió en el 2005. En España se emitió por primera vez a través de Fox
España, aunque posteriormente la nueva cadena de televisión en abierto, La Sexta,
estrenó la primera temporada el 1 de abril de 2006. El argumento gira en torno a las
aventuras de Peter Griffin y su familia en el pueblo de Quahog. Peter es un trabajador
de una fábrica de juguetes y se le presenta como irresponsable y fiestero. Lois, su
esposa, es ama de casa y profesora de piano. Tienen un hijo (Chris), un muchacho de
reacción mental lenta y con un gran talento para el dibujo; una hija (Megan) una
adolescente rechazada en la escuela y humillada continuamente por su familia y
"amigos" y Stewie, un bebé diabólico que planea matar a su madre y conquistar el
mundo. También vive con ellos un perro que habla, de nombre Brian, posiblemente el
personaje más culto y sensato de la serie. Como nos recuerda del Moral (1999 y 2004),
a Peter Griffin (en “Padre de familia”) es vago, borracho y, además, violento. De hecho
en uno de los capítulos es castigado con un arresto domiciliario por pegar a una mujer
embarazada. En otro capítulo, Peter le dice a su mujer: que más quisieras tú que te
quisiera tanto.
154
Nos encontramos, una vez más, con el estereotipo prejuicioso anteriormente citado: la
mujer puede salir al mundo público siempre que no abandone el privado que es el que
“naturalmente” le corresponde. De nuevo, las mujeres de la serie son “maltratadas” por
su propia familia o por otras personas. A la vez, los hombres no es que salgan mejor
parados. Se nos presentan unos personajes masculinos sin autoridad, despreocupados de
la formación de sus hijos o hijas: como modelos impresentables. Por otro lado, no se
nos debe olvidar que tanto en Shin chan como en Padre de familia, los animales son
más humanos y que los verdaderos animales son los personajes que representan a
personas.
Nos parece muy interesante la matización que realiza Loscertales (1998) cuando resalta
que el efecto perjudicial no sólo depende del propio mensaje sino de las personas
receptoras:
- Cuanto menos formada esté su personalidad, menos posibilidades de afrontar el
mensaje desde actitudes coherentes o críticas.
- Cuanto más escasa sea la formación cultural y académica, menos opciones para
aplicar capacidades discriminatorias.
- Cuanto más coincidan los contenidos ofertados (y su lectura ideológica) con los
intereses y necesidades del grupo de pertenencia, más se fijarán dichos
contenidos y más fácilmente servirán de justificación de actitudes prejuiciosas.
5 Reflexiones finales
Así que el resultado final es que, en general, la mujer es presentada como objeto y el
hombre como sujeto de la narración fílmica. Ellos suelen ser protagonista y ellas ejercen
155
de compañeras o de acompañantes (ejercen “del descanso del guerrero”) en el mejor de
los casos. En el peor, hasta pueden ser violentadas o maltratadas.
El poder, de hecho, en el cine ha sido de los hombres no sólo porque sean más visibles,
más conocidos sino que, precisamente por serlo les ha resultado más fácil conseguir
quién produzca su proyecto. Resulta menos complicado acordarse de nombres de
directores de películas que de nombres de directoras. Son escasos todavía los títulos de
los que “ellas” son responsables que logren tener una buena financiación, lo que afecta
también a la promoción. La consecuencia es que pocas películas logran entrar
adecuadamente en el mercado y, por lo tanto, pocas realizadoras son conocidas. Y si no
se es una persona conocida se complica la obtención de financiación, volviendo a
empezar.
156
Quítate tú pa’ ponerme yo (1982)
Dunia Ayaso Perdona bonita, pero Lucas
me quería a mí (1996)
El grito en el cielo (1998)
Descongélate (2003)
157
Subset (1992) En el Festival de Cine de
Sexo oral (1994) Málaga ganó el premio a la
Alma gitana (1995) mejor fotografía por
Chus Gutiérrez Insomnio (1998) El Calentito.
Poniente (2002)
El calentito (2004)
Mónica Laguna Tengo una casa (1996)
Juego de Luna (2001)
La petición (1976)
El crimen de cuenca (1979) Goya 1997 a la mejor
Gary Cooper que estás en los cielos dirección por
(1980) El perro del hortelano
Pilar Miró Hablamos esta noche (1981)
Werther (1986)
El pájaro de la felicidad (1991)
Tu nombre envenena mis sueños
(1996)
El perro del hortelano (1996)
158
Maname Rodríguez Retrato de una mujer con hombre al
fondo (1997)
¿Se puede afirmar que las mujeres directoras suelen plantear sus trabajos de manera
diferente a como lo plantearía un hombre? Parece que sí. Las mujeres que toman
decisiones como realizadoras ponen una mirada distinta empezando por la elección del
159
tema y de los personajes. Parece menos probable que una directora utilice a una mujer
como objeto del discurso y a un hombre como sujeto. Las mujeres directoras buscan
nuevas formas de representación porque están hartas de verse mal representadas (Carmí,
1999) . Y es que hablar de “cine de mujeres” es reconocer implícitamente que la
empresa cinematográfica ha estado excluyendo a las mujeres de puestos de
responsabilidad y de poder. Por lo tanto, la elaboración de dicho concepto se convierte
en una postura claramente reivindicativa. Ahora bien, la utilización del término no está
exenta de peligro. Para algunas directoras parece que dicha expresión alimenta la
creencia de que los hombres hacen cine y las mujeres hacen cine para mujeres, lo cual
es muy limitante. Iciar Bollain, en concreto, afirmaba tajante en una entrevista a La
Revista del diario El Mundo, que no existe el cine de mujeres sino cine protagonizado
por mujeres.
Entonces, ¿es más saludable no ver cine o televisión? Desde luego que no. Pero sí es
importante conocer, reflexionar… saber que no es inocuo o inocente. Aunque estos
medios pueden (y deben) ser una diversión, también son transmisores de valores, de
normas y, por tanto, no debemos bajar la guardia. Siempre se debe mantener el sentido
crítico. ¿Hay que ser una persona experta para aplicarlo? Pensamos que en absoluto.
Eso sí, se trata de mantener otra mirada. Suele resultar útil comentar con otras personas
lo que nos ha parecido, lo que nos ha removido. Debemos contrastar.
Debemos tener presentes muchas preguntas que nos harán reflexionar, que es una
manera estupenda de despertar el sentido crítico:
- ¿Qué tipo de mujeres muestra?
- ¿De qué edad? ¿Con qué apariencia?
- ¿Son protagonistas del relato o ejercen papeles secundarios?
- ¿En qué entorno aparecen?
- ¿Trabajan fuera de casa o dentro?
- ¿Se las nombra por sus nombres o por sus apellidos o cargo?
- Y a un hombre, ¿se le nombra por su nombre o por su apellido o cargo?
- ¿Las mujeres toman decisiones o las toman por ellas?
- ¿Cómo se relacionan con los hombres?
- ¿Qué tipo de lenguaje se usa para hablar de mujeres? ¿Y para hablar de
hombres?
160
- ¿Los hombres tienen que ser fuertes y las mujeres abnegadas?
- ¿Se siguen entendiendo como valores femeninos la amabilidad la solidaridad, la
bondad, la abnegación, la generosidad, la obediencia o la entrega…? Porque
esos valores que por sí solos no van a llevar a la mujer al éxito o al poder.
Aparentemente son valores sanos e inocuos pero llevan una carga prejuiciosa
sutil de sometimiento.
161
162
8 LA MUJER EN-RED-ADA
Por ello es necesario concretar en que consisten básicamente las materias necesarias para el
conocimiento de Internet. En primer lugar, la tecnología informática exige del usuario el
conocimiento de los ordenadores, máquinas diseñadas inicialmente como potentes
calculadoras, de hecho, se les denominan también computadoras (“que computan”) y de
sus periféricos (impresora, escáner, módem, DVD, CD-ROM, etc.) es lo que llamamos
hardware y comprende todos los elementos físicos de la informática. Por otro lado,
tenemos la tecnología “del pensamiento”, la llamamos software o aplicación, y están
basadas en algoritmos matemáticos capaces de articular el código binario a los relees de las
máquinas donde 0 es apagado y 1 es encendido. Basándose en este código, los
informáticos han generado los múltiples lenguajes que componen el universo de la
programación: Basic, Cobol, C++, etc.
163
producción de publicaciones impresas. Ha abaratado el coste y también ha agilizado la
tarea profesional, pero en contra del pensamiento más extendido, no ha liberado al usuario
de obligaciones, sino que lo ha sometido a más. De hecho, si antes el redactor de un
periódico tenía un maquetista que realizaba la tarea de composición, ahora es el propio
periodista quien debe hacerle frente a un programa (ej. Quark-X-Press) que maqueta y
compone la noticia. Por ello, debemos sumar a sus tareas anteriores, el conocimiento
necesario de los instrumentos informáticos. A causa de este proceso de informatización de
las actividades humanas en todas las áreas de la producción y del conocimiento
comenzamos a hablar del “computer literacy” o lo que es lo mismo, del “analfabetismo
informático”.
164
nombre y una contraseña. Los programas de correos son administrados en suites o
conjunto de aplicaciones que va a permitir no sólo la lectura y escritura de mensajes,
sino también las utilidades de una agenda y el orden de las bases de datos. En los
últimos años se han diseñado nuevas modalidades de correo electrónico. De reciente
creación es el webmail, que permite emplear el correo electrónico desde una página
web. El sistema internamente es el mismo, pero ha liberado el uso del correo ya que
antes siempre dependía de un proveedor en el que debíamos de darnos de alta. El
webmail comenzó a ofrecer el servicio gratuito de correo a través de clientes HTML. El
pionero en este servicio fue Hotmail. Finalmente también contamos con la mensajería
instantánea que permite conversar en tiempo real, mandar archivos, charlas de voz,
videoconferencias, etc. La mensajería instantánea no informa además de quién está
conectado a la red y cuando llegan los mensajes nuevos. Para ello se le suministra un
nombre y una clave a cada usuario. Entre los más populares caben destacar MSN
Messenger integrado en Hotmail y Yahoo! Messenger.
3. News. Son foros de discusión donde usuarios de todo el planeta pueden intercambiar
ideas y opiniones. Las News aparecieron en 1979 cuando dos estudiantes de Carolina
del Norte (EE.UU), Tom Truscott y Jim Ellis fabricaron un sistema que conectaba sus
máquinas mediante un protocolo UUCP. Este protocolo también es utilizado para el
correo electrónico. UUCP corresponde a las siglas de Unix to Unix Communication
Program y fue diseñado por Mike Lest a finales de los años setenta en los laboratorios
Bell para permitir la conexión de los ordenadores por vía telefónica. Normalmente para
acceder a las News utilizamos las suites de Netscape o Microsoft. Permiten resolver
dudas y problemas sobre algún producto que vamos a comprar, sobre como resolver un
problema técnico o para recibir consejos de los expertos.
165
4. IRC. Internet Relay Chat o Charla Interactiva en Internet es otro servicio de
comunicación de la red en tiempo real. Los chats pueden ser de dos tipos: oral o escrito.
Su origen se encuentra en los primitivos BBSs cuando en los años ochenta los
internautas comenzaban a utilizar los módems para comunicarse entre ellos. Su
diseñador fue Jarkko Oikarinen que escribió el código originalmente para su BBS en
1988. Su generalización no llega hasta 1993. Actualmente estas redes soportan un
tráfico de más de 30.000 usuarios conectados al mismo tiempo.
166
profesores confundidos son reacios a la enseñanza del conocimiento técnico
confundiéndolo con un conocimiento productivo (la universidad ni es formación
empresarial, ni es formación profesional). Frente a esta oposición, ciertas esferas de la
ciencia intentan postular una posición privilegiada del conocimiento teórico, volviendo a
recaer en la dicotomía platónica del mundo de la ideas y del mundo terrestre,
correspondiendo al técnico la suciedad de lo terrestre y al científico la nobleza de las
ideas.
167
familiar también fue desfavorable. Los padres veían los juegos informáticos y los
microordenadores como algo más propio de chicos que de chicas, influenciados por
agresivas campañas publicitarias de las empresas informáticas que referían un futuro
esperanzador para ellos en el aprendizaje técnico de las nuevas tecnologías.
Luego, Internet puede convertirse en una nueva tecnología que discrimine a la mujer en el
trabajo, reduciendo su capacidad laboral nada más que a tareas domésticas. Recientemente
ha aparecido una teletrabajadora que puede desempeñar el trabajo de su oficina y las tareas
domésticas (cuidar la casa, los niños, etc.) al mismo tiempo gracias a la conexión a Internet
en casa. Finalmente, también es necesario pensar que psicosocialmente el género
masculino debe romper con su rol tradicional en este tipo de actividades.
En otro orden, existen más reflejos de masculinidad en Internet que provienen de su propia
concepción y desarrollo. Internet es un proyecto militar en sus comienzos subvencionado
por el Departamento de Defensa. Su fines bélicos y logísticos desarrollados por hombres
no ofrecen una imagen atractiva para la mujer. El proyecto excluye el mundo femenino
también en su propio desarrollo; entre los científicos e ingenieros que participaron en la
construcción de la red tampoco aparece el nombre de una mujer. Más adelante, los
primeros sistemas de comunicación en red que alcanzaron cierta popularidad, los BBSs,
tampoco contaban con presencias femeninas. La extensa mayoría eran chicos enamorados
de la informática que se conectaban con los primeros módems que salían al mercado. Los
hackers fueron jóvenes adolescentes varones en su gran mayoría que consideraron la
programación y los ordenadores como un gran reto más allá de la afición y cuya figura se
ha mitificado al saltar a la popularidad por ser inventores o descubridores de grandes
168
avances técnicos (Marvin Minsky, Joseph McCarthy). En resumen, la mujer no estaba en
los primeros pasos de Internet agravándose más el problema de la discriminación femenina
frente a la nueva tecnología.
Actualmente, existe una presencia creciente de mujeres en la red Internet, pero no nos
confundamos. Lo mismo que en otros medios de comunicación, su presencia es pasiva y
secundaria mientras que las posiciones de poder todavía son mayoritariamente masculinas.
La red de Internet ha originado un mundo virtual reflejo del mundo real. Su organización
es similar si no fuese por las diferencias que marca la virtualidad. El cambio de identidad
es una consecuencia de esa cualidad electrónica. No obstante, las últimas investigaciones
demuestran que el sexo de los internautas está presente en la red por su comportamiento,
su modo de expresarse, su actitud o sencillamente está expuesto en contenidos. Por ello, en
el ciberespacio y en las cibercomunidades tiende a consolidarse el universo del género.
Según los expertos, la presencia de la mujer fundamentalmente obedecería a este esquema
que hemos construido:
169
3 ¿Es sexista Internet?
Según estudios recientes, el conocimiento del sexo de las personas con las que nos
comunicamos en la red es un factor más importante que la raza, la religión o la fisonomía
del individuo. En Internet, el sexo se puede deducir del apodo que empleamos, de los
pronombres que utilizamos u otras expresiones, aunque también existen técnicas y modos
de ocultarlo. Conocer el sexo de nuestro interlocutor es importante porque dependiendo de
este, se establecerán relaciones psicológicas distintas, formación de impresiones,
discriminación, agresividad o cooperación. El sexo modifica nuestra conducta en la red
porque magnifica ciertos estereotipos sexuales que provienen del mundo real. Veamos
algunos parámetros reales traspasados al mundo virtual.
170
Los más agresivos en la comunicación de los MUDs son los hombres. Del estudio de
campo realizado por los investigadores psicosociales en los MUDs y Chats, se demuestra
que podemos deducir el sexo de los participantes en el modo de expresarse. Existe una
literatura con atributos específicos por género. Los estudios sobre las diferencias en las
expresiones de cada género no son únicamente aplicable a la comunicación asistida por
ordenador. De hecho, muchas de las conclusiones que exponemos se basan en estudios
lingüísticos realizados a priori del fenómeno de los mensajes electrónicos producidos por
semiólogos, psicólogos o filósofos del lenguaje.
171
experimentan los grupos en la red (llama la atención de la tabla expuesta uno de los
dialectos con ciertas denotaciones xenófobas: pig latin o puerco latino).
Efectivamente en las últimas décadas han tenido una mayor aceptación la informática y el
uso de los ordenadores personales en la población masculina. Un ejemplo es la omisión de
referencias y vínculos simbólicos en numerosos manuales a la presencia femenina en el
comienzo de la programación informática. Fue Augusta “Ada” Byron, la Condesa de
Lovelace quien escribió las instrucciones de la computadora en el decimonónico siglo para
Babbage. Además en los años 60, existían 2000 programadores de los cuales el 65% eran
mujeres. Lamentablemente estas cifras han decrecido en la actualidad en un 34%. Para
conocer la aproximación a Internet debemos plantearnos cuestiones tales como el uso de la
informática que hace la población por sexo. Las investigaciones efectuadas con esta
finalidad se encauzan por distintos enfoques que pretenden explicar científicamente el
retroceso de la población femenina en el empleo de la tecnología informática.
172
Masculino Femenino
Los ordenadores han sido usados para jugar. Los ordenadores han sido usados para tareas
específicas.
Aprendices duros (aprendizaje jerárquico y Aprendices suaves (han empleado el ordenador
estrictamente lógico/ muy útil para la programación) interactivamente generando interacción /
comunicación)
Entorno familiar favorable (los padres compraban Entorno familiar desfavorable (los padres no
ordenadores para los hijos) estimulaban a las hijas en el uso de ordenadores)
Experimentan con la programación No indagaban nuevas formas de uso.
Abundante producción multimedia pensado Falta de producción multimedia pensado para ellas
para ellos
Entorno educacional favorable (maestros que Entorno educacional desfavorable (maestros
estimulan a sus alumnos) convencidos de la imposibilidad femenina para el
aprendizaje de la informática)
Además de una acción socializadora que tiende a identificar los “valores” de la tecnología
exclusivos de la población masculina, discriminando de este modo a la población
femenina, existen múltiples obstáculos para que ellas accedan a los ordenadores. Pese a
todos estos obstáculos, las investigaciones demuestran que las mujeres no están
descorazonadas con respecto a dominar las nuevas tecnologías para completar sus tareas.
La pornografía en la WWW
Consiste en la publicación de imágenes de fuerte contenido sexual. Es una manifestación de la violencia
simbólica generada por la población masculina en Internet que muestra la orientación androcentrista de esta
tecnología.
173
Factores psicotecnológicos que engendran la agresividad en Internet
1. La frustración del tiempo de espera de conexión a la red sumado al tiempo de descarga de las páginas
web.
2. El inserto de gráficos multimedia en sitios web que retrasan la descarga de la página y que aburren desde
la obligación de visionarlo cada vez que se visita ese espacio.
3. En las charlas síncronas, los retrasos (o lags) o desfases desde que enviamos nuestro mensaje hasta que
recibimos el de los participantes del chat.
4. El net-split o corte de la red originado por los problemas técnicos de los servidores.
5. La censura o los sistemas de seguridad.
6. La falta de respeto a la intimidad
Los remailers anónimos permiten suplantar la identidad Los varones han sido más agresivos y hostiles que
de otra persona y dañar su reputación. (ej. un alumno las mujeres en la red.
puede enviar un mensaje sexista con el nombre de un
profesor suyo).
174
tipo humano, económico y de organización. La teleeducación es fundamentalmente educar
e instruir a distancia de los convencionales centros formadores ubicados en un espacio
concreto. La educación a distancia es el medio o herramienta fundamental para el
desarrollo del proyecto político anterior. El fenómeno de la educación a distancia – se
desarrolló en los años 70 en Estados Unidos- no tendría nuevos secretos sino fuese por las
estrategias introducidas a través de las tecnologías predominantemente telemáticas. En
estos momentos, los países que más avanzan en este campo son Estados Unidos y en
menor medida, Gran Bretaña y Francia, donde es conocido por Home Schooling. La
educación en casa ha recibido fuertes críticas siendo la principal el déficit de socialización
que experimentan los niños. La consecuencia más directa es el aislamiento de los niños al
carecer de acceso a la convivencia que propicia los espacios comunes y reales frente a los
espacios comunes y virtuales que generan las comunidades virtuales en la red.
A continuación mostramos una tabla con aquellos aspectos más relevantes para la
investigación de género en la educación a distancia. La información de la tabla muestra la
coincidencia entre características de la educación a distancia y las capacidades de cada
género de acuerdo al trabajo de la antropóloga Helen Fisher.
175
6 La subcultura de género en la pornografía por Internet.
En Internet proliferan desde hace tiempo la producción casera de pequeños ficheros
pornográficos de video digital en formatos de compresión (DivX, MPEG) que permiten
la circulación y el rápido intercambio en la red. Estos videos tienen una pequeña
duración media que oscila entre dos minutos a 30 minutos. Su producción se reduce a
una cámara de vídeo y a su digitalización para la posterior publicación en webs
pornográficas. No emplean equipos sofisticados, y en la mayoría de los casos, la cámara
se coloca sobre un trípode; toda la grabación se sujeta a un solo plano general con una
iluminación poco estudiada, limitándose la edición en la mayoría de los casos a eliminar
las partes menos “excitantes” para minimizar su duración.
El bajo coste que supone esta infraestructura y la situación de fragilidad de los derechos
sobre estas producciones facilitan que el archivo sea explotado por el mismo individuo
que lo baja de la red. De modo, que el mismo video puede encontrarse en distintas
websites con diferentes títulos. Otra estrategia comercial de estos videos consiste en el
acceso a fragmentos en baja resolución siendo la calidad de la imagen pésima y muy
pixelada; ello impide un correcto visionado. Esta versión es gratuita. Cuando el
consumidor desea el visionado de alta resolución, el precio aumenta considerablemente.
Finalmente, encontramos algunos websites que incorporan la opción de bajarse un
archivo de video gratis. El procedimiento indica que no costará nada visualizar el video.
Después de realizar la descarga en nuestro ordenador, el fichero de video suele
acompañarse de otro fichero html que nos conecta a un website en el que nos darán una
176
contraseña a cambio de un pago no estipulado desde el principio. El internauta que hizo
la descarga del archivo, finalmente no consigue el archivo gratis y debe pagar para ver
el video.
Los vídeos amateur son un ejemplo de la transparencia que provocaban ya los medios
masivos. La oferta personalizada de los medios en red no escapan de la eliminación
constante entre las fronteras de lo público, lo privado y lo íntimo. En la televisión, la
explotación de la intimidad ha sido visto a través de modelos de programas como Big
Brother o Gran Hermano, y en Internet, hemos conocido las cámaras que retransmiten
sin interrupción la vida íntima de individuos. En este contexto, la producción casera de
pornografía no es sorprendente, sino fuese por la radicalización temática de sus
contenidos. Los vídeos amateur disfrutan de la libertad que ofrece un mundo
transnacional sin tribunales internacionales, abriéndose a todas las posibilidades,
discriminatorias, abusivas, ilegales y perversas. El vídeo casero muestra desde imágenes
captadas sin el consentimiento de sus protagonistas hasta manipulaciones también
realizadas por los mismos particulares que abusan de las producciones profesionales
para su propio beneficio. Un ejemplo de esto último, es la oferta de imágenes de
contenido sexual de famosos actores o actrices, de lo que se ha hecho una síntesis de
todas las escenas eróticas de sus películas y se ofrecen editadas, sintetizadas y
descontextualizadas.
177
La pornografía infantil en la red consiste básicamente en la publicación de imágenes
sexuales de niños menores entre 6 y 15 años preferiblemente. Su origen es variado
desde el engaño o la coacción para realizar las fotografías en estudios y lugares privados
a la captación en los campos de nudismos a donde recurren camuflados los fotógrafos.
Curiosamente, los pornógrafos también captan imágenes de aquellas páginas familiares
en las que los padres incluyen fotografías de sus hijos.
También son captadas las imágenes de los niños en los parques, mostrando la ropa interior
de las niñas cuando vestidas con faldas se balancean en columpios o se sientan
descuidadamente en los bancos. Los rostros de los niños aparecen mayoritariamente
sonrientes, felices o por el contrario, llorando, gritando, la boca abierta, gestos histriónicos
y muy expresivos. La perversión en los vídeos amateur se independiza en ocasiones de las
imágenes: las motivaciones que estimulan la compra es encomendada a la titulación del
vídeo. El mismo archivo aparece comercializado con distintos nombres en la red otorgando
múltiples significaciones para la misma narración y los mismos personajes: esposa-
marido, hija-padre, amante-marido infiel ó esposa infiel-amante. Los videos se
178
comercializan en diversos websites, y los mismos son ofrecidos gratuitos (o en algunas
ocasiones un fragmento de ellos) para promocionar el website pornográfico.
Finalmente, conviene destacar que las grabaciones robadas sin consentimiento de los
protagonistas suelen consistir en imágenes de mujeres anónimas en playas nudistas. La
violencia del robo de privacidad es el mayor atractivo de estas escenas.
179
distribución transnacional complica que pueda frenarse la acción de particulares en la
comercialización ilegal del sexo. En resumen, debemos afirmar que esta producción
particular utiliza Internet con graves consecuencias simbólicas, pues la violencia está
presente en estos vídeos desde el metadiscurso que ocasionan las múltiples
deformaciones de los roles sociales y el abuso de estereotipos discriminatorios en la
relación humana de género.
180
9 LA MUJER EN LA PRENSA
1 Los periódicos
El periódico socializa. Todo el mundo lo sabe aunque no haya reflexionado nunca sobre
ello. Algo tan elemental como comprar la prensa ha sido siempre considerado como un
acto de madurez social, de incorporación al grupo. Ese sencillo acto de ir al kiosco
181
implica tomar varias decisiones: por qué gastar el dinero en el periódico y no en otra
cosa “más útil”; qué periódico se elige, con qué frecuencia se compra, si se lee entero o
no, si somos fieles a uno solo o vamos alternando, etc. Y todo eso comporta reflexionar
sobre lo que significa el periódico elemento activo; es decir, molestarse en recapacitar
sobre su influencia en nosotros y, desde luego, esforzarse en adoptar una postura
exigente. Son decisiones más trascendentales de lo que parecen. Por eso hay gente que
tarda en tomarlas o que no las toma nunca. El periódico se convierte, entonces, en un
marcador social de primer grado.
Son bastantes los procesos sociales que se gestan por, en o con los medios en relación con
las identidades de género. En esta capítulo sobre la prensa nos interesan especialmente
cuatro: la representación que hay de mujeres y hombres, las distinciones en la forma en
que la sociedad utiliza dichos medios, las diferencias y desigualdades en la actividad
profesional, y la percepción general que de todo eso nos queda. Lo que entendemos como
el periódico es algo presente desde hace mucho tiempo en la vida social. Representa la
apertura a lo que sucede, pero de entre todo lo que está pasando, en el periódico
aprendemos qué es la “actualidad”. Ese es el trabajo que hace por nosotros la prensa:
seleccionar lo que importa. Por lo tanto es también algo cargado de significación social y
de señales de estatus familiar: tradicionalmente era el padre el único que leía la prensa
diaria y comentaba los temas de actualidad, bien a la madre y los demás adultos de la casa
182
o bien en la mesa, a la hora de las comidas delante de los pequeños que así van tomando
conciencia de la realidad como actualidad.
La importancia social de la prensa en el momento actual es tal que ya forma parte del
conjunto socio-histórico de la cultura en un sentido muy amplio: está desde luego
incardinado en lo que habíamos definido como cultura audiovisual pero no deja de
hundir sus raíces en los terrenos culturales más clásicos ricos y profundos. En el trabajo
de los profesionales de la prensa hay que enlazar con todo tipo de campos científicos
para desarrollar adecuadamente las tareas informativas, documentales y divulgadoras
que le son propias. Por ello, podemos estar seguros de que la prensa es una excelente
alternativa a los problemas y carencias que se pueden percibir en otros medios de
comunicación.
183
estados modernos y no fueron ajenas a fenómenos tan importantes como la Revolución
Francesa, la independencia de las colonias americanas o la presencia social de las clases
medias. El periodismo como profesión, tal como hoy se le conoce, esta muy ligado al
auge de la prensa norteamericana y en relación con este tema no podemos dejar de
mencionar a Pulitzer que marcó hitos ya imborrables en el estilo de hacer periódicos.
Pero la prensa no sólo está constituida por los diarios que ofrecen noticias y actualidad.
Además de los clásicos periódicos hay otros medios que se catalogan dentro del mismo
apartado de “prensa escrita”. Hacemos así alusión a las revistas de todo tipo, a los
semanarios, a los suplementos dominicales, etc. Tantas variantes hacen que hoy en día, sea
difícil referirse a la prensa como algo uniforme y homogéneo. Y mucho más difícil es
pensar en la posibilidad de encontrar rasgos comunes en esta amplia tipología de soportes
de comunicación. Se puede, no obstante, destacar algunos muy generales que nos dan la
idea de que nos movemos en un territorio enorme pero con ciertas bases compartidas: el
prestigio social (lo que se escribe es serio y creíble por el hecho de estar escrito...); escasa
presión temporal (se pueden leer en cualquier momento de la jornada porque la actualidad
de que se habla llega hasta “ayer”); carácter objetivo e impersonal (se intenta dar la
información desprovista -en lo posible- de evaluación); especialización de los
profesionales, cada vez más puntual...
VERDAD
ACTUALIDAD
TRASCENDENCIA
INDEPENDENCIA
184
2 ¿Cómo se puede clasificar tanta variedad de “prensa” ?
Las dos principales referencias para obtener datos sobre los medios de comunicación
son la Encuesta General de Medios (EGM) y la Oficina de Justificación de la Difusión
(OJD). La EGM, como su nombre indica, es una encuesta sobre hábitos de consumo de
medios de comunicación que se realiza periódicamente a una cantidad representativa de
individuos. La OJD es el organismo oficial que supervisa la difusión –que no la tirada,
que suele ser mucho mayor- de la mayoría de los medios impresos en España. No todas
las publicaciones que se acogen a sus criterios pueden considerarse como “prensa
escrita” tal como la entiende la gente, pero los principales medios periodísticos que
conocemos sí están controlados por este organismo. Esta clasificación de medios
impresos está compuesta de nueve categorías que abarcan todas las posibilidades de
publicaciones periódicas con presencia activa en España.
Siguiendo este modelo y sin pretender realizar aquí una catalogación exhaustiva ni
demasiado pormenorizada de los medios de comunicación impresos, habría que
considerar al menos dos grandes grupos, los periódicos y las revistas. Cada uno de los
cuales hemos clasificado a grandes rasgos según se indica en los cuadros
correspondientes porque es la forma que nos parece más cercana a los criterios que
circulan entre el público de hoy día. ¿Qué diferencias existen entre los periódicos y las
revistas? Desde el punto de vista técnico, su formato y estructura, las secciones que los
componen, la calidad del papel (a muchas las revistas se las denomina coloquialmente
como “papel couché”), la forma en que se leen y, no se sabe si como antecedente o
como consecuencia de todo lo anterior, los contenidos que los nutren, que si en los
periódicos se centran en la actualidad, en las revistas se subordinan a temáticas muy
variadas. Otra diferencia importante es la periodicidad. Mientras que el periódico es una
compañía informativa cotidiana, es decir, de cada mañana, que de ahí le viene el
185
nombre genérico de “diario”, la revista no tiene una periodicidad uniforme. Desde
revistas semanales hasta algunas que son semestrales o incluso anuales, podemos
encontrar toda una gama en la aparición de cada número. Desde el punto de vista social,
los separa un espacio amplísimo de costumbres, de comportamientos, de intereses de
toda clase... y, mucho de todo eso, afectado por las diferentes actitudes y criterios de
elección que, frente a ambos el diario y la revista, tienen las personas que los compran,
los leen y, en ocasiones los coleccionan. Y finalmente hay que tener en cuenta una
importante diferencia de base: el periódico y la revista tiene cada uno su público, muy
específico y determinado.
CLASIFICACIÓN DE PERIÓDICOS
186
Miscelánea, Espectáculos, Economía, Deportes y Cartelera son las secciones que
habitualmente podemos encontrar en un diario de gran tirada, junto a las cuales hay que
anotar un importante porcentaje de contenidos de publicidad.
Los diversos tipos de periódicos cada uno con un estilo, una ideología y unas
características especiales, marcan ya su destino y a qué manos van a ir a parar. Por estos
motivos es también muy pertinente conocer quién es el público a quien se dirige un
periódico para entender las diferencias entre unos y otros. Por ejemplo los de
información deportiva o económica frente a los “generalistas"; o los de pago frente a los
gratuitos. A su vez, a los periódicos les interesa conocer qué opina el público sobre
ellos, tanto según el género (lo que leen y lo que les interesa a las mujeres y a los
hombres) como según los grupos de edad (porque evidentemente las preferencias se
determinan bastante por los “años”) y, por supuesto, según las preferencias y
orientaciones profesionales.
4 Las Revistas
Las revistas constituyen una categoría de gran presencia social que está creciendo y
diversificándose mucho en el día a día del momento actual. En efecto, basta con
acercarse a un quiosco en la calle, a cualquier punto de venta en las grandes superficies
comerciales, a la caja de una gasolinera... para comprobar la enorme variedad de oferta
que hay. De manera que, aunque siempre tuvo su importancia (recordemos La Esfera,
tan presente en la España de los felices veinte, o Blanco y Negro que ha dejado un poso
histórico) hay que reconocer que la revista se han convertido hoy en un artículo más de
consumo.
187
Las revistas por sí mismas nos inducen a pensar en usos muy diversos en el seno del hogar.
Por la selección de sus contenidos, su maquetación, su estilo, etc. tienen un gran atractivo
para el público y representan una oferta de gran amplitud. Lo mismo se puede pensar en un
grato momento de relax hojeando un número de una revista de tipo general de las llamadas
femeninas (que todo el mundo mira), que se puede ampliar el horizonte de intereses
leyendo un reportaje de viajes y aventuras en un número de una revista especializada.
Entre unas revistas y otras, la principal y a veces única diferencia que marca todo el medio
(y en ocasiones es la razón de su existencia) es el público que las demanda. Esto quiere
decir, y es lógico que así suceda, que el grupo de edad, sexo etc. a que pertenecen los
destinatarios es el que configura el estilo de la publicación porque son escasas las revistas
para ambos sexos, leídas por igual hombres y mujeres o las que interesan a todas las
edades sin distinción.. Las hay infantiles y juveniles y para personas adultas, y también
especializadas en muy diversos campos: las hay clara y estereotipadamente femeninas
como las labores, decoración... otras infantiles (como comics y “tebeos”) o juveniles
(también éstas diferenciadas para chicas y chicos) para hombres: (motor, economía..), otras
de tipo profesional, de información económica muy centradas en el mundo financiero y
empresarial, otras por aficiones...
Interviú,
Nuestro Tiempo, Suplementos Semanales
Sie7e,
Tiempo de hoy (de los grandes Diarios).
Yes Magazine
188
CATEGORIZACIÓN TEMÁTICA DE LAS REVISTAS ESPECIALIZADAS
(fuente OJD)
- DT(DOWNTOWN)
- FHM
- GENTLEMAN
- GQ
- INTEGRAL
- MAN
- MAXIM
- MEN´S HEALTH
- PLAYBOY
- PRIMERA LINEA
- ZERO
En siete de estas revistas aparecen siempre mujeres con desnudos parciales (top-less) o
integrales... evidentemente para que sean vistas por los lectores –hombres- de estas
publicaciones. En efecto, en una lectura superficial, no da la sensación de que ninguna
de estas revistas esté destinada especialmente a mujeres, mientras que nueve títulos
189
(incluyendo la revista ZERO, con un público-objetivo prioritariamente homosexual)
tienen una marcada proyección masculina.
Para tomar conciencia de los aspectos de género que se pueden encontrar en prensa y
revistas, es conveniente también repasar la lista de revistas que se someten al control de
la OJD en la sección Deportes y ocio, para constatar, una vez más la clara vinculación
del ocio con el género masculino. Y no tiene porqué ser una pretensión específica de las
editoriales; de hecho habrá mujeres que sean lectoras asiduas de estas publicaciones
aunque ello no va a cambiar el sentido del estereotipo de género que asigna el ocio a los
hombres de una manera casi exclusiva. Lo que ocurre es que, probablemente por la
histórica asociación entre los hombres y muchas acciones que tienen que ver con la
dimensión pública de la persona (incluido el ocio), relacionamos ciertas actividades
(fútbol, náutica, caza, pesca...) con la condición social masculina. Y, paralelamente, se
coloca a las mujeres en el espacio privado, en el interior del hogar. La prensa no hace
sino reproducir, explotar y, muchas veces, fortalecer esa tendencia.
Los títulos a que nos referimos son los siguientes:
190
Un caso muy singular, dentro de este grupo, es el de la revista Sport Life, de
periodicidad mensual, que tiene una variante específica para mujeres Sport Life Women,
pero de periodicidad anual. Se supone, entonces, que la edición mensual está dirigida a
hombres. De donde habría que deducir que, desde el punto de vista mediático, las
mujeres interesadas por el deporte deben aceptar una perspectiva masculina en cuanto a
gustos y estilos, o renunciar a leer una publicación especializada.
Pero pasemos ahora a las publicaciones que parecen ser destinadas a las mujeres, sin
que por ello se especifique que no han de ser leídas por hombres, de la forma tan
“entendible” en que se presentan algunas revistas destinadas al grupo masculino o al
colectivo homosexual. Básicamente, situamos en este conjunto, destinado
predominantemente a las mujeres, a las llamadas “familiares” y a las “femeninas”.
- CRECER FELIZ
- EL CUADERNO DE LOS PADRES
- EMBARAZO SANO
- ESPECIALES MIA
- GUIA DE COMPRAS MI BEBE Y YO
- GUIA DEL NIÑO – ANUARIO
- GUIA DEL NIÑO – MENSUAL
- MUNDO CRISTIANO
- REINADO SOCIAL
- SER PADRES HOY
- VIVIR CON JUBILO
191
AR LA REVISTA DE ANA ROSA MIA
CADENA MODE MUJER 21
CHIC MUJER VITAL
CITIZEN K MUY SALUDABLE-EXTRA
CLARA NUEVO VALE
COSMOPOLITAN PRONTO
DIEZ MINUTOS QUE ME DICES
DIVA RAGAZZA
ELLE SEMANA
GALA SORPRESA
GLAMOUR TELVA
HOLA UNICA
IN STYLE VIVE
LECTURAS VOGUE
LINEA SALUDABLE WOMAN
LOKA MAGAZINE YOU
MARIECLAIRE
Como se ve, predominan las revistas de las llamadas “del corazón” o “prensa rosa”,
seguidas por las revistas para chicas adolescentes, las revistas para jóvenes, etc. Es muy
sintomático que para una franja de edad muy concreta, entre los 13-14 y 18 años, haya
tantas revistas para ellas (hemos identificado al menos cuatro: Loka Magazine, la de
más éxito entre las adolescentes, Nuevo Vale, Ragazza, y You) y ninguna para ellos.
Más, teniendo en cuenta que a esa edad no es muy frecuente todavía la lectura de
periódicos, al menos los de pago. Esto significa que los adolescentes deben leer las de
ellas o no leen revistas. Hay otra explicación plausible: si los adolescentes leen revistas,
son las de adultos.
Con ello se cumple la teoría de la “función iniciática” de los medios respecto a las
identidades de género, y su determinante capacidad de intervención social. Ya dijimos
más arriba que la prensa, como los demás medios de comunicación, es un elemento
socializador de primer orden, incluso podríamos asegurar que compite victoriosamente
con familia y escuelas. En el caso concreto del género, ciertas revistas ofrecerían
estímulos de “masculinidad” a los hombres y lo mismo ocurriría con respecto a los
cánones de “feminidad”, que otras revistas atribuyen a las mujeres en sus interacciones
cotidianas.
Como en los periódicos, hay que distinguir entre revistas de pago y gratuitas. Pero, a
diferencia de los periódicos, muchas de las revistas gratuitas son enviadas al destinatario
como parte de una relación comercial (Digital +, Auna, Race Club, etc). Otra variante
192
que se está generalizando, es la ofrecer una revista junto con el diario (por ejemplo los
fines de semana), bien regalada o bien a un precio reducido. Suele ser revistas de las
denominadas femeninas. Esto ha hecho aumentar mucho sus índices de lectura y no sólo
entre las mujeres sino entre todas las personas de la casa.
193
revistas que se relacionarían con hombres, el número total de lectores es inferior al de
lectoras (en lo referente a revistas, no así en periódicos).
La EGM muestra que en el período entre octubre de 2004 y mayo de 2005, sobre un
total de 37094 individuos, (Mujeres = 51,7% Hombres = 48,3) se produjo el siguiente
consumo (o persistencia):
Diarios 41,0 % (Mujeres = 39,5% Hombres = 60,5%)
Suplementos 29,9 % (Mujeres = 50,5% Hombres = 49’5%)
Revistas 55,0 % (Mujeres = 54,3% Hombres = 45,7%
Fuente: EGM
Estos datos muestran que la lectura se reparte entre los miembros de la familia de
formas desigual. Ante todo, se puede apreciar que siendo las mujeres una población de
referencia que supera a la de los hombres, no se mantiene la misma proporción en
cuanto a la atención de lectura de los diarios. Este es un punto de mucho interés al
analizar los índices de lectura desde la perspectiva de género y suscita la reflexión
acerca de las diferentes posibilidades de acercamiento a la cultura y la información que
han tenido las mujeres con respecto de los hombres. No obstante también hay que hacer
constar la rápida evolución de este fenómeno porque ya hay un alto número de mujeres
que, profesionales o no, se interesan por la actualidad como ciudadanas de pleno
derecho y en el pleno ejercicio de sus derechos y deberes.
Pasando a otros aspectos del consumo, la mayoría de las personas solemos tener
costumbres muy parecidas respecto a cómo leemos la prensa: qué nos gusta más, cuánto
leemos… y todo eso no suele formar parte de nuestras valoraciones. Otras dimensiones
son muy personales, como por ejemplo en el contenido que seleccionamos y en la forma
de verlo: si es por secciones, echando una ojeada, de atrás para delante; la hora (a
primera hora, en el trabajo, en casa, por la tarde, etc.) y el lugar que elegimos para leer
periódicos y revistas, etc. Por otra parte, en cuanto a la importancia que damos a lo que
cada día se busca en la prensa, da la sensación de que una cosa es lo que nos gusta y nos
divierte (sucesos, deportes, cotilleos, la cartelera de espectáculos o la programación de
la tele) y otra lo que nos debe preocupar y por ello hay que conocerlo y “estar al tanto”
(política, economía, temas internacionales). Es muy interesante el fenómeno de los
194
periódicos locales que se suelen mantener por el interés que hay en la ciudadanía por
conocer todos los problemas y aspectos de la ciudad en que vive.
Otra cosa son las revistas que, al ser tan variadas ofrecen lecturas casi a la medida
exacta de cada demanda. Las hay de tipo muy general que tocan todos los géneros y
temáticas y se suponen dirigidas a un público extenso, a la población en su conjunto.
Otras de contenidos más especializados se ciñen a una temática completa atendiendo a
los deseos, necesidades e intereses de sectores muy concretos del público y, en nuestro
caso, de las familias. La asignación del mundo privado a las mujeres se percibe
claramente en la clasificación de la OJD (que se enumeraron más arriba) hay dos
categorías que se titulan respectivamente “familiares” y “femeninas” que son las que
se puede pensar que más se consumen en el seno del hogar y especialmente a cargo de
las mujeres y jovencitas.
Parece haber una atribución hacia los hábitos de las mujeres y en consecuencia a su
necesidad de revistas específicas y ninguna referencia explícita hacia los de los
195
hombres. Esto puede ser algo llamativo sobre todo porque no hay una consideración de
revistas masculinas, aunque la costumbre nos haga pensar en varios tipos de revistas
como más propias de hombres que de mujeres (por ejemplo, las que incluyen
contenidos eróticos, las de motor, las de deportes, incluso las de economía, etc.).
Como se ve, predominan las revistas de las llamadas, por su temática, “del corazón” o
“prensa rosa”, seguidas por las revistas para chicas adolescentes, las revistas para
jóvenes, etc. Es muy sintomático que para una franja de edad muy concreta, entre los
13-14 y 18 años, haya tantas revistas para jovencitas (hemos identificado al menos
cuatro: Loka Magazine, Nuevo Vale, Ragazza, You) y ninguna para muchachos. Y más,
teniendo en cuenta que a esa edad no es muy frecuente todavía la lectura de periódicos.
Esto significa que los adolescentes deben leer las de chicas o no leen revistas. Hay otra
explicación plausible: si los adolescentes leen revistas, son las de adultos. Las revistas
infantiles han sido escasas y se asimilaban a los “tebeos” o cómics infantiles tambien
muchos de ellos con clara asignación de género. Pero muy recientemente están apareciendo
interesantes ofertas para la infancia en general con publicaciones que abarcan temas de todo
tipo, actividades de aprendizaje, juegos y pasatiempos, etc.
Por último, para hacernos una idea de la incidencia de estas publicaciones entre el
público, recogemos también los índices de lectura de la EGM referentes a diarios y las
principales revistas mensuales y semanales. Según datos de 2004-2005, (fuente EGM)
los diez periódicos más leídos (lectores al día x 1000) son los siguientes:
ABC 838
La Vanguardia 736
Los datos sobre la lectura de revistas se consignan en los dos cuadros siguientes:
196
Revistas semanales: (lectores semana x 1000)
(fuente AIMC - EGM)
6 Posturas personales
La prensa ha sido con frecuencia señalada como el cuarto poder en una referencia a los
tres poderes clásicos definidos por Montesquieu: legislativo, ejecutivo y judicial. En
realidad este apelativo se aplica a todo el periodismo, pero se suele concretar en la
prensa, que siempre se ha tenido como la principal referencia del periodismo, tanto en
su función social como en su vertiente profesional. Este título de “cuarto poder” que
197
alude al gran poder que poseen los medios impresos nos lleva directamente a la
responsabilidad que tenemos los ciudadanos ante ellos. Hemos de establecer un tipo de
relación muy participativa en la que seamos copartícipes de la acción sociopolítica que
se espera del público en una democracia contemporánea.
Una imagen típica de una casa en la que se lee el periódico muestra a un hombre
sentado hojeándolo, unos niños que juegan y una mujer que realiza las tareas del hogar
y, a ratos, ve la televisión. ¿Es esto lo que queremos para nuestro hogar? Porque
evidentemente esta imagen tiene mucho que comentar por simple, anticuada, tópica,
incluso poco representativa..., pero es muy esclarecedora como estereotipo de una
situación social que todavía persiste en nuestro imaginario colectivo, la de la
distribución de roles en la familia. La prensa, está ahí también y habrá que ver si hay
alguna conexión entre esos roles y la lectura de los periódicos. lo que es tanto como
estar en el mundo, estar al tanto de la realidad, de lo que pasa, de lo importante.
Buscando una escena paralela de acuerdo con la forma en que se suele encuadrar a la
mujer, nos encontraríamos a ésta leyendo en la peluquería la revista del corazón, o
llevándosela a la que acaba de dar a luz para que “se distraiga”. También podría estar en
casa, hojeándola un domingo, porque el hombre de antes la ha comprado para su mujer
al mismo tiempo que toda “su” prensa. Evidentemente estas secuencias son más parte de
clichés preestablecidos, que de la realidad. y seguro que menos propios de ninguna
imagen familiar que cualquier otra variante. Precisamente uno de los reproches que más
se hacen a los medios es el de reducir la realidad a un conjunto de imágenes bajo las que
nadie se siente representado. Pero los medios también son eso, proyección de ideas y,
junto con estas ideas, estereotipos fuertemente arraigados. Cuestión que también afecta
a la distinción entre los dos principales medios escritos: periódicos y revistas.
198
de asumir la familia. El periódico de nuestros ancestros, y hasta hace bien poco el
nuestro, era escrito, detentado, adquirido, manejado, leído, comentado… en definitiva,
usado por hombres. En muchas ocasiones las mujeres ni llegaban a leerlo sino que les
bastaba con el comentario selectivo que el hombre hiciera de lo que él se hubiera
enterado tras su lectura. En pueblos y ciudades era el hombre el que, como con casi todo
lo que correspondía al ámbito público, lo introducía en casa. A menudo el periódico se
leía en el bar, el casino, la asociación, etc., es decir, en el lugar social de encuentro de
unos con otros. También allí (y a veces sólo allí) se discutían sus contenidos. Sobre
todos los políticos, económicos y los sucesos; y, más recientemente, los deportivos.
Como hemos dicho, la prensa forma parte de complejos procesos sociales. Uno de los
aspectos de esa complejidad es que hay muchas vías para entender cómo se comportan
periódicos y revistas en su oferta a la ciudadanía, aunque podría decirse que es una
oferta a la familia porque rara vez se tiene la noción de que una revista o un periódico
son una propiedad individual sino más bien algo para compartir que no se agota con el
uso. Además, como ocurre con casi todos los objetos de intenso funcionamiento social,
nada está suficientemente definido, nada es por azar, ni tampoco lleva a nada
simplificarla para tratar de explicar mejor lo que por la prensa, en la prensa o con la
prensa, ocurre. Con ello se cumple la teoría de la “función iniciática” de los medios
respecto a los miembros jóvenes del grupo familiar. Ya dijimos más arriba que la
199
prensa, como los demás medios de comunicación, es un elemento socializador de primer
orden, incluso podríamos asegurar que compite victoriosamente con familia y escuelas.
Por ejemplo, en el caso concreto del género, ciertas revistas ofrecerían estímulos de
“masculinidad” a los niños y lo mismo ocurriría con respecto a los cánones de
“feminidad”, que otras revistas atribuyen a las mujeres en sus interacciones cotidianas y
se presentan a las niñas como modelos a seguir. Lo que si parece claro es que hay una
cierta atribución de lectura y se “aceptan los periódicos para hombres y para mujeres o
por lo menos ciertas secciones muy claramente entendidas como propias de cada sexo.
Del conjunto de revistas parece que también está clara la división por sexos. Poca gente
conoce los datos oficiales de lectura de revistas; y menos la distinción de los lectores
por sexos. Pero cualquier persona algo conocedora del entorno de la prensa puede
hacerse una idea de quiénes son los principales compradores de la revista Interviú, por
ejemplo, situación casi simétrica a la que se da con la revista Hola. Mujeres y hombres
pueden leer indistintamente revistas “asociadas” socialmente con el otro sexo, pero no
son compradores habituales. Y en la prensa, el hecho de adquirir el ejemplar, es un
gesto muy decisivo. Por no hablar de otros temas como: economía, electrónica,
videojuegos en los que la relación no es tan directa pero hay una asociación histórica
con lo que les incumbe a ellos. O la eterna explicación de que las mujeres están más
vinculadas a la vertiente emocional (como si fuera algo “de suyo” por nacer con el
cromosoma XX) y por eso ellas y solo ellas tienen tendencia a interesarse por los
rumores, chascarrillos, escándalos, por la vida íntima de los demás, etc., lo cual implica
muchas veces, aunque no siempre, abstraerse de cuestiones más trascendentales.
En los periódicos es más sutil la distinción que en las revistas, aunque también se
produce. Nuestra postura es que esta división no está realizada por consenso social, sino
que proviene de esa larga época en la que las decisiones las tomaban los hombres:
revistas de motor, de deportes, de información (casi siempre política), de variedades, en
los que no se sabe qué es la excusa para qué o si nos llevamos equivocando años de
considerar que la información no puede combinarse con el entretenimiento o, al menos,
con esa clase de entretenimiento.
A las nuevas demandas de muchas familias cuyos miembros tienen roles más complejos
y exigentes, responde la aparición de nuevos espacios de comunicación en relación con
200
el género: revistas de mujeres y hombres que se salen de lo tradicional, secciones
estables en los periódicos dedicadas a las mujeres, o suplementos que están teniendo
una gran acogida y ayudan a sostener a los medios que los editan en días de escasa
tirada. Si en décadas de prensa de masas no había habido movimiento alguno en materia
de género, ahora estamos asistiendo a un cambio suave, progresivo y, sobre todo, muy
bien aceptado por el conjunto de la población. Suplementos como Mujer de Hoy (MH)
y Yo dona (se entrega junto con el diario El Mundo desde el 7 de mayo del 2005),
representan una tipología de “prensa híbrida” con muchas posibilidades de éxito . Sin
realizar un análisis en profundidad, habría que decir que estos suplementos son un paso
intermedio entre la prensa y las revistas, porque han sabido explotar los temas y
tratamientos más efectivos de otras revistas conjugándolo con un periodismo activo en
materia de género que moderno y atractivo para el público.
Esta presencia será muestra de su intuición ante temas candentes en las preocupaciones
sociales. En efecto, el periodismo, que es un sensible termómetro, tanto de la realidad
cotidiana como de la actualidad más "noticiable", no permanece indiferente ante un tema
tan candente en las preocupaciones sociales como es el de la mujer y de lo que, sobre ella,
hay en la mente y en la conducta social. De entre los resultados estadísticos seleccionamos,
como más destacados los datos referentes a la presencia de mujeres y de hombres en los
contenidos de los M.C.M. estudiados.
201
Prensa diaria y Revistas para público en general:
Mujeres.... 8'
2% Hombres.... 91'
80 %
-Género: 65 %
-Sexo: 35 %
Cuando se habla, en efecto, de "la mujer" parece que se la trata desde un enfoque en el que
se la considera como una entidad diferenciada (filosófica, cultural, psicológica) a la que se
le concede una nota de uniformidad atribuible a un colectivo o grupo humano (desde un
punto de vista sociológico o antropológico) mucho más allá de la simple caracterización
sexual biológica y sus naturales consecuencias. Un resultado general y globalizador de
nuestro trabajo es el hallazgo de una imagen bastante uniforme y estereotipada de la mujer
actual de nuestro mundo occidental:
Desde un punto de vista meramente descriptivo y estadístico, las mujeres que aparecen
tanto en las revistas generales como en las específicamente femeninas:
- A) son más cultas (incluyendo un buen porcentaje de universitarias),
- B) tienen menos hijos (la tasa de 2'
6 necesaria para la renovación generacional no se
alcanza en muchos países occidentales),
- C) y se incorporan al mercado de trabajo con bastante fluidez y amplitud. (Sin que
ello excluya dificultades específicas en razón del hecho de ser mujer).
No obstante, es importante señalar que estos tres datos sólo se encuentran unidos - como
mencionamos más arriba - en la que hoy se llama sociedad occidental de cultura "europea"
en la que existen nuevas actitudes y escalas de valores. Como rasgos diferenciales entre los
dos grupos de revistas, en este trabajo hemos encontrado que en la Prensa diaria y las
Revistas generales se encuentra un reflejo del “mundo público”. Diríase que se dirigen al
público en general independientemente del sexo que tengan o el género en que se haya
socializado. Está muy claro que no tienen alusiones al mundo privado salvo en las
secciones destinadas específicamente a mujeres.
202
Las revistas femeninas son, por el contrario, el cliché de los intereses del mundo privado.
Suelen estar hechas de mujeres para mujeres y se refieren a tres grandes bloques de temas:
primero “la mujer en si misma”, segundo el “mundo privado”, y sólo en tercer lugar, y
como un reconocimiento de la nueva presencia femenina en la sociedad actual, al “mundo
público”. Estimamos, asimismo que se mantiene con bastante firmeza la separación entre
los dos mundos y la misma asignación de roles. Los femeninos predominantemente en el
mundo privado y los masculinos en el público.
Pero también queda la parte negativa. Esa que los mismos diarios, en un gesto de
franqueza y autocrítica tan habitual que se les ha hecho propio, denuncian y lamentan.
Aún pueden verse casos de lenguaje sexista, estereotipos de toda clase, arbitrariedad en
las concesiones de protagonismo hacia los hombres… Como pueden observarse muchas
más publicaciones dirigidas a los hombres que hacia las mujeres o, desde luego, para
ambos; porque no siempre la distinción es una garantía de igualdad.
Del conjunto de revistas parece que también está clara la división por sexos. Poca gente
conoce los datos oficiales de lectura de revistas; y menos la distinción de los lectores por
sexos. Pero cualquier persona algo conocedora del entorno de la prensa puede hacerse una
idea de quiénes son los principales compradores de la revista Interviú, por ejemplo,
situación casi simétrica a la que se da con la revista Hola. Mujeres y hombres pueden leer
indistintamente revistas “asociadas” socialmente con el otro sexo, pero no son
compradores habituales. Y en la prensa, el hecho de adquirir el ejemplar, es un gesto muy
decisivo.
203
pero hay una asociación histórica con lo que les incumbe a ellos. O la eterna explicación de
que las mujeres están más vinculadas a la vertiente emocional (como si fuera algo “de
suyo” por nacer con el cromosoma XX) y por eso ellas y solo ellas tienen tendencia a
interesarse por los rumores, chascarrillos, escándalos, por la vida íntima de los demás, etc.,
lo cual implica muchas veces, aunque no siempre, abstraerse de cuestiones más
trascendentales.
En los periódicos es más sutil la distinción que en las revistas, aunque también se produce.
Nuestra postura es que esta división no está realizada por consenso social, sino que
proviene de esa larga época en la que las decisiones las tomaban los hombres: revistas de
motor, de deportes, de información (casi siempre política), de variedades, en los que no se
sabe qué es la excusa para qué o si nos llevamos equivocando años de considerar que la
información no puede combinarse con el entretenimiento o, al menos, con esa clase de
entretenimiento.
Entonces, ¿cuál es la situación? ¿Pueden salir las mujeres de la espiral de las revistas del
corazón?, ¿pueden los hombres leerlas?, ¿pueden ellas leer revistas pseudo-eróticas sin
sentirse rebajadas en su condición, sin temer reforzar un papel social, como “de
resignación”, que en absoluto les es propio sino consignado? En todo caso, ¿cómo
entender las revistas para hombres?, ¿serán de esas “cosas de ellos” que nadie parece poder
o querer explicar, y que de esa forma perduran? A muchas mujeres no le alegran esos
contenidos, pero tampoco les desagradan; no les producen estímulos ni positivos ni
negativos... es como si no hubiera nada. Aunque algunas cosas están cambiando, ¿es la
solución transmutar lo que hay?; es decir, que haya revistas para mujeres con hombres
desnudos (como parece estar ocurriendo en la publicidad y en algunas series de televisión),
que las mujeres se incorporen como profesionales y como lectoras a revistas de deportes,
que los hombres tengan sus revistas de moda, de culto al cuerpo, de salud y sexo como
Men’s Health que es un calco de la Cosmopolitan femenina.
A todo esto, han aparecido nuevos espacios de comunicación en relación con el género:
revistas de mujeres y hombres que se salen de lo tradicional, secciones estables en los
periódicos dedicadas a las mujeres, o suplementos que están teniendo una gran acogida y
ayudan a sostener a los medios que los editan en días de escasa tirada. Si en décadas de
prensa de masas no había habido movimiento alguno en materia de género, ahora estamos
204
asistiendo a un cambio suave, progresivo y, sobre todo, muy bien aceptado por el conjunto
de la población (no hay más que ver los índices de tirada de Mujer de Hoy). Suplementos
como Mujer de Hoy (MH) y Yo dona (se entrega junto con el diario El Mundo desde el 7
de mayo del 2005), representan una tipología de “prensa híbrida” con muchas
posibilidades de éxito . Sin realizar un análisis en profundidad, habría que decir que estos
suplementos son un paso intermedio entre la prensa y las revistas, porque han sabido
explotar los temas y tratamientos más efectivos de otras revistas conjugándolo con un
periodismo activo en materia de género.
El periódico de nuestros ancestros, y hasta hace bien poco el nuestro, era escrito,
detentado, adquirido, manejado, leído, comentado… en definitiva, usado por hombres. En
muchas ocasiones las mujeres ni llegaban a leerlo sino que les valía con el comentario
selectivo que el hombre hiciera de lo que él se hubiera enterado tras su lectura. En pueblos
y ciudades era el hombre el que, como con casi todo lo que correspondía al ámbito público,
lo introducía en casa. A menudo el periódico se leía en el bar, el casino, la asociación, etc.,
es decir, en el lugar social de encuentro de unos con otros. También allí (y a veces solo
allí) se discutían sus contenidos. Sobre todos los políticos, económicos y los sucesos; y,
más recientemente, los deportivos.
Todo eso está cambiando, pero es necesario que lo tengamos en cuenta para comprender
que lo que ahora vemos en la prensa puede ser una continuación, una respuesta o una
consecuencia de lo que antes imperaba.
Como hemos dicho, la prensa forma parte de complejos procesos sociales. Uno de los
aspectos de esa complejidad es que hay muchas vías para entender cómo se comportan
periódicos y revistas en materia de género. Además, como ocurre con casi todos los
objetos de intenso funcionamiento social, nada está suficientemente definido, nada es por
205
azar, ni tampoco lleva a nada simplificarla para tratar de explicar mejor lo que por la
prensa, en la prensa o con la prensa ocurre.
Por esas razones, creemos necesario “descomponer” las distintas facetas en que se
manifiesta entre nosotros en estas cuatro fundamentales:
a. la representación que hay de mujeres y hombres, y de los temas que les conciernen
b. las distinciones en la forma en que la sociedad utiliza dichos medios,
c. las diferencias y desigualdades en la actividad profesional,
d. la percepción general que de todo eso nos queda.
En los medios impresos hay distintos tipos de contenidos que se expresan de muy
diversas formas. De una forma algo llana podríamos decir que todos los textos están
constituidos por: los procesos de producción (que los podríamos reunir en la emisión), los
procesos de interpretación (los llamaríamos: recepción) y la situación de mediación, de
transmisión de dichos textos. Ahora vamos a observar la mediación en abstracto, es decir,
lo que nos dice el contenido. En los puntos siguientes nos ocupamos de los otros procesos.
Un procedimiento sencillo para estudiar el modo en que los medios se refieren a hombres y
mujeres, es atender a tres aspectos centrales de la composición de los textos: cómo se
habla, de qué se habla, y de quiénes se habla. El conocimiento del valor y la incidencia
social de un texto en materia de género provendrá de la información que se obtenga en
cada pregunta (qué diga el texto en cada caso) y, sobre todo, las deducciones que
saquemos al relacionar los datos de varias de ellas.
206
1. Cómo se habla. Se refiere a cuál es el tratamiento que se da a aquello que se nos
transmite. Suele ser lo primero que se percibe y nos aporta mucha información
sobre las intenciones –no siempre explícitas- de los emisores. Comprende, entre
otras, las siguientes interrogantes:
Exteriormente
- ¿En qué parte o sección de la publicación aparece este texto? ¿Sucesos, temas
sociales, política, corazón…? ¿Quiénes –hombres o mujeres- ocupan
preponderantemente qué secciones?
- ¿Es periodístico, publicitario o de otro tipo?
- ¿Qué espacio se le dedica?; ¿qué extensión tiene el texto?, etc.
En el texto
- ¿A qué género periodístico corresponde el texto?
- ¿Predominan los datos o las explicaciones y comentarios?
- ¿Cómo es el lenguaje que se utiliza?
- ¿Cómo se cita, directa o indirectamente?
- ¿Cuál es el tono en que se habla: serio, distante, afectivo, coloquial…?
- ¿Cómo es la estructura con que se narran los hechos?, etc.
2. De qué se habla.
- ¿Qué temas predominan?
- ¿Cuál es el hecho que se está relatando?
- ¿Cuál es la relación de las personas con los hechos?
- ¿Qué consecuencias o conclusiones se pueden sacar después de leer el texto?
- ¿Con qué otros hechos o datos se puede relacionar?, etc.
3. De quiénes se habla.
- ¿Quién o quiénes son los protagonistas?,
- ¿Cómo se habla de cada uno?; ¿cómo son los juicios de valor respecto a los sujetos
de referencia?
- ¿Qué importancia se les asigna a cada persona que aparece en el texto?, etc.
A partir de estas indicaciones de análisis, podemos hacernos una idea de qué imagen de la
realidad de las personas se ofrece en los medios. Porque la mayoría de los lectores realiza
207
asunciones de acuerdo a las indicaciones que va encontrando en el texto. Para cuando llega
al punto en el que le cuentan lo que ha ocurrido, ya está completamente condicionado. Y es
que no es lo mismo leer una noticia en primera página que en la contraportada. Ni en la
página de sucesos o de “gente”, que en la de política nacional. Basta echar una mirada a los
principales diarios para darse cuenta de dónde y cómo aparecen la mayoría de las mujeres
y hombres.
Cada vez hay más textos en los periódicos que podrían considerarse dentro de una temática
de género. Noticias, por supuesto, pero también crónicas, reportajes, columnas, cartas al
director, viñetas, etc. Ahora bien, habría que preguntarse: ¿de qué temas se habla?, ¿cómo
de profundo se tocan los temas?. En las noticias de sucesos, que son en las que
últimamente más se habla de temas relacionados con la igualdad de género, ¿cuál es el
tono general que impera?, ¿no queda una especie de sensación de querer explotar la
vertiente más dramática, siendo las mujeres un acicate para ese fin?, ¿no estarán los
periódicos dejándose llevar por una “moda” que les reporta beneficios o a la que no
pueden dar la espalda?. Porque, por ejemplo, es cierto que cada vez aparecen más mujeres
en los medios impresos, pero ¿cómo aparecen?, ¿Cómo víctimas de un suceso luctuoso?,
¿por un escándalo?, ¿porque son famosas y están “en el candelero”? ¿Y los hombres, hay
alguna posibilidad de sacarlos del impasse en que se encuentran y mirarlos más allá de los
estereotipos que los medios les han asignado por ausencia?
La mayoría de los periódicos repiten los mismos contenidos de siempre. Se puede pensar
que eso es así porque se ajustan a lo que ha pasado. Pero hay muchos hechos, muchos
comentarios, muchas exploraciones que se desechan cada día por no ajustarse a los
criterios de noticiabilidad. También podemos reprochar a la prensa que no solo la
selección de hechos, sino la estructura de contenidos evolucionan muy poco. En los
periódicos es muy estático, por ejemplo, el espacio que invariablemente se dedica a los
temas. En las revistas que se destinan a mujeres, los temas que se tratan: información sobre
gente conocida, belleza, moda, psicología, salud, sexo, ocio… y sobre todo la forma de
exponerlos, evidencian un escaso interés por la movilidad.
El caso es que la prensa marca y reafirma tendencias en materia de género. Y lo hacen
sobre hecho conocido, sobre beneficio demostrado, sobre relación consolidada. No se
incurre en riesgos a no ser que estos sean el objeto de atención. Pero, ¿cómo reprochárselo,
208
si nosotros somos quienes sancionamos esa tendencia?, ¿debe estar la prensa por encima, y
hasta en contra de nuestras costumbres?
Para Fagoaga y Secanella existe una norma no escrita por la que “es un tipo especial de
mujer la que debe aparecer como noticiable” (1987, 34) Y que son sobre todo lo que estas
autoras denominan: “actividades ornamentales”, muy alejadas del poder o de lo que se
consideran actividades serias como la política o la economía. Ahora bien el panorama
político y económico ha cambiado bastante en los últimos años en lo que respecta a la
presencia de mujeres en puestos relevantes de toda índole. Queda por ver si los contenidos
de la prensa están modificando sus cánones respecto a las proporciones de hombres y
mujeres que muestran y, sobre todo, la forma en que se refieren a ellos: el sentido que se
les da en los textos.
Ellos son quienes mayoritariamente llevan el periódico a casa, sea éste de pago o gratuito,
como también la revista de actualidad. Mientras que las mujeres tienen casi la exclusiva en
la compra y lectura de revistas del corazón, de moda, belleza y salud. También pueden
encontrarse diferencias en cómo se lee el periódico: si es por secciones, echando una
ojeada, de atrás para delante, etc.; o en cuándo se lee: a primera hora, en el trabajo, por la
tarde, etc.
209
Siempre se han relacionado los niveles y las clases de lectura con procesos de socialización
y de hegemonía. Leer un periódico es asomarse, con talante participativo, a una ventana
sobre el mundo que importa. Un privilegio que les estaba reservado a los hombres. Para las
mujeres había “otro” mundo, más acorde a lo que se suponía que eran sus habilidades, de
las que derivaban sus competencias y con ello sus cometidos.
Según las estadísticas, las publicaciones periódicas de información general –lo que se
conoce como “periodismo clásico”- son mucho más seguidas por hombres que por
mujeres, que parecen preferir otras formas comunicativas menos periodísticas. Pues bien,
es muy revelador que, de ese selecto grupo de temas, áreas o especializaciones del
periodismo (política, economía, deportes, cultura…), la que más se asocia a la mayoría de
las mujeres sea la de sucesos. El estereotipo de mujeres/sufrimiento se explota como
rentable objeto de interés por los medios. Porque las mujeres “sufren” también por lo que
les pasa a otros. De manera que se escoge la perspectiva de la noticia que más dramatismo
ofrezca. El resultado es que las revistas más “amarillistas” comparten los primeros puestos
de lectura junto con las “rosas”.
210
Obviamente ni mujeres ni hombres con un mínimo de conciencia del tiempo que vivimos,
nos identificamos con estas clasificaciones, pero es interesante observar que aún hoy
prevalece esa distinción entre lo interesante y lo importante, lo sencillo y lo complejo, lo
ameno y lo serio, para separar a las personas por cualquiera de sus condiciones (cultural,
sexual, económica, ideológica, etc.). De hecho, no podríamos comprender el papel social
que cumplen las revistas llamadas “del corazón” si no pensamos en las atribuciones socio-
culturales que siempre han rodeado a este tipo de prensa. Por poner un ejemplo, nos cuesta
pensar en un hombre que compre Hola, o Semana, sin que tenga que dar explicaciones
congruentes con esa “anomalía”. Ni que decir tiene que esas y todas las demás revistas
conocen mejor que nosotros ese dato y todas las posibles fluctuaciones que se puedan dar
entre los lectores, y así organizan su agenda de contenidos.
Una situación llamativa del consumo de la prensa, desde el punto de vista del género, es la
combinación periodismo/erotismo. Hay periódicos en muchos países del mundo (también
en España) tanto especializados -deportivos- como también algunos denominados
“generalistas” que incluyen fotografías de mujeres semidesnudas y/o contenidos eróticos
(por ejemplo, anuncios por palabras) entre sus textos. En ambos casos resulta
extraordinario encontrar ejemplos destinados al público femenino.
Pero más singular es la convivencia en algunas revistas como Interviú -que es considerada
por muchos una publicación de prestigio) de contenidos explícitamente eróticos con
espacios de periodismo de investigación, columnas de opinión, editorial, etc.; es decir, lo
que corresponde a una revista de información de actualidad. Esto hace suponer que nos
encontramos ante publicaciones para hombres; mejor dicho, para “un tipo” de hombres.
Implica también que a esos hombres les gusta que junto a la información haya otros
“estímulos” o que, al menos, no les importa que los haya. Y que no se sienten incómodos
porque la mujer con la que puedan compartir la lectura de esa revista no encuentre ningún
aliciente en esas páginas, y asuma que para acceder a cierta información tiene que asumir
el “peaje” de esas fotos tan “alegres”.
Evidentemente en los cálculos de estos medios ya se ha debido estimar la pérdida de
algunos lectores que no se sienten identificados con la mezcla, y sí con cada uno de los
contenidos por separado. Interviú juega además con la baza de la explotación de la
curiosidad por ver desnudas a mujeres conocidas, procedimiento que podría ser
considerado como parte de la actividad periodística.
211
El caso es que, viendo el número de publicaciones periodísticas de prestigio que han
desaparecido en los últimos años, y comparándolo con las que tienen algún contenido
erótico y se mantienen, junto con las que vienen apareciendo... todo hace pensar que
muchos medios ganarían escasos lectores frente a los muchos que perderían, si renunciasen
a estos recursos.
Muy en relación con este “estímulo erótico” al que nos hemos referido, es lo que podría
llamarse el “estímulo sexual” con el que están tratados ciertos hechos hasta transformarlos
en noticias. Hay estudios que muestran un incremento de las noticias con contenido sexual
en los periódicos con el fin de sostener o incrementar el interés de los lectores. No en vano,
podría parecer una contradicción que en ciertas noticias donde se denuncien abusos o
malos tratos se describan minuciosamente los hechos, incluso cuando se han cometido con
menores. Sin embargo, se demuestra que a menudo estas noticias son leídas con más
atención que ninguna otra.
Los deportes constituyen una prueba evidente de la separación social por sexos respecto a
la prensa. Si la mujer, con esfuerzo y a veces contra las reticencias de ciertas federaciones,
forma parte ya del panorama deportivo de nuestro país en todas sus disciplinas, todavía es
muy reducido el número de consumidoras de esta prensa especializada frente al de los
hombres.
Este ejemplo de determinación de los temas por sexos puede tener varias explicaciones:
Una cuestión de exclusión (¡este no es tu terreno!). Personas de uno u otro
sexo pueden sentirse excluidas de ciertos medios especializados, por la
forma en que se marcan esos atributos sociales en una publicación y, sobre
todo, la resistencia a cualquier cambio.
La costosa asunción del rol que conllevan algunas publicaciones (¡piensa
como un hombre!). Rol que puede ser entendido como etiqueta, pero
también como estigma. En la prensa deportiva hay que evidenciar un
conocimiento minucioso de los temas, y hasta un cierto proselitismo.
Comprar y leer estos periódicos es parte de una forma de ser.
La capacidad económica. De acuerdo con la explicación anterior, muchos
hombres que leen prensa deportiva no son grandes deportistas ni lo han
sido nunca. La relación con el deporte es parte de una condición social.
Condición que permite y alienta el desembolso económico diario. Y no es
212
que las mujeres sean más practicas (otro tópico) sino que muchas mujeres
no comparten esa “dinámica” social.
Y, lo que nos parece más importante reseñar, porque resume y amplía las
otras tres: el hábito social de consumo (la calle “no es suya”). Quizás
todavía las mujeres no tiene el hábito de gastar dinero en comprar revistas
ni en nada que represente su ocio. Quizás siempre se les ha negado la
posibilidad del ocio. Quizás la incorporación de las mujeres a ciertos
circuitos sociales de consumo no sigue los mismos patrones que los que
tienen los hombres.
Es curioso que si cada vez hay más mujeres muy aficionadas por el fútbol, sea todavía muy
residual el número de las que compran con asiduidad periódicos deportivos en relación con
los hombres. Todo esto tiene que ver también con el contexto social en el que circula la
información. El “para qué se lee”, indica la profunda dimensión de leer un periódico u
otro, o ni siquiera sentirse correspondiente a ese espacio. Porque a esa cuestión tendríamos
que añadirle: “cuándo se lee”, “con quién se comenta”, “en qué momento se compra”… y
situarlo todo en el ámbito cotidiano en que se desenvuelve cada mujer.
De todas formas, hay que tener en cuenta que los procesos de transformación de ciertas
actitudes, como los hábitos de lectura de la prensa, requieren de bastante tiempo para su
consecución.
Para entender cómo afectan las condiciones profesionales a los contenidos de los textos
que se difunden en prensa, nos apoyaremos en los cuatro mecanismos de la transmisión de
estereotipos de género que Juana Gallego distingue en este medio (Gallego, J.,“De las
recomendaciones a los mecanismos: producción informativa y transmisión de estereotipos
213
de género” en Vera, M. T. y Ballesteros, R. M. (coords.), Mujeres y medios de
comunicación, Ed. Atenea, 2004):
hombres
86%
mujeres
14%
hombres
86%
214
Porcentajes de ocupación de cargos
directivos en diarios de información
deportiva según sexos
mujeres
8%
hombres
92%
(Fuente de todos los gráficos: Menéndez, M. I., El 4º poder, ¿un poder de mujeres?, ed.
Milenta Muyeres, 2003)
En el año 1978 H. Molotoch afirmaba que el periódico: “Es la revelación del poder del
varón sobre la mujer y una parte del proceso social a través del cual el varón le habla al
varón. Cuando se tratan temas de mujer, se tratan desde el punto de vista de las ventajas
del varón... El varón es el preocupado porque la mujer pierda su feminidad. Es para el
varón para el que la mujer existe como objeto sexual y frágil criadora de hijos. Y es ese
varón el que posee y edita los periódicos y domina las corporaciones profesionales”
(Citado en Fagoaga, C. y Secanella, P.M., Umbral de presencia de las mujeres en la
prensa española, ed. Instituto de la mujer, Madrid, 1987).
Que cada cual piense cuánto han cambiado estas condiciones en nuestros días.
Cuando se trata de noticias que hablan de cuestiones de género, el tratamiento es más bien
“blando” debido a distintos intereses, pero también, a ciertas rutinas profesionales: “Los
215
acontecimientos imprescindibles son aquellos que se explican en términos de datos,
hechos, cifras. Mientras que la mayoría de los temas que tienen que ver con las relaciones
de género se explican más en términos de procesos o de relaciones. Los periodistas
necesitan con rapidez datos que se puedan ofrecer, cifras, circunstancias, etc. Esto hace
inevitable que tengan prioridad los acontecimientos fácticos, que se puedan diseminar sin
mayores preámbulos...y que se queden una vez más fuera de juego aquellos aspectos de la
realidad que necesitarían otro tipo de abordaje.” (164)
O por una cuestión de dominio y competencia: “También descubrimos que los periodistas
tienden a dar más valor a aquellos asuntos sobre los cuales se sienten más seguros, que
conocen mejor. Denominamos este mecanismo el de la competencia vital, porque
entendemos que la socialización de hombres y mujeres ha sido diferente, y por lo tanto los
hombres dominan más algunos ámbitos de la experiencia vital, mientras que las mujeres,
por su parte, dominan otras.” (165)
El caso es que, sea por una razón u otra, hay todavía mucho por hacer en los procesos de
elaboración de textos relacionados con las desigualdades de género: “Nuevamente son los
temas relacionados con las cuestiones de género los que se aceptan con reticencias,
llegando incluso a manifestar un cierto malestar, una incomodidad y un rechazo notables; o
bien se tratan de manera frívola, o se reciben con silencios que nadie osa romper, o se
contraponen con hechos dramáticos (que afectan habitualmente a las mujeres) a hechos
cómicos e irrisorios. Entendemos que este es un mecanismo de defensa ante aspectos de la
vida que les resultan desconocidos, pero que tienen que abordar por mor de la
compensación informativa, es decir, a causa de la creencia de que los medios son reflejo de
la realidad, y “ si hay que hablar de un tema, se habla” porque esta actuación forma parte
de los fundamentos profesionales.” (165)
216
Para entender esto, tenemos que pensar que los periodistas no dejan de ser personas que
provienen de circunstancias familiares, colectivas, grupales... concretas, y, por tanto, con
unos estereotipos conceptuales y comportamentales muy arraigados. A veces ellos mismos
han reconocido (junto a un creciente interés) su incapacidad para afrontar los procesos de
producción periodística de acuerdo a unas normas elementales de equidad, respeto y rigor
en relación con el género.
Muchas situaciones tienen que ver con la representación social de la prensa. No es normal,
por ejemplo, que muchas mujeres no sientan a la prensa como propia, y no necesariamente
propia de ellas (como algunos suplementos), sino propia de la comunidad en la que se
217
encuentran. En el lado contrario tampoco es lógico que los hombres sientan la compra y
lectura de la prensa como un atributo masculino.
Aunque es en las revistas donde la proyección de perfiles sexistas es más patente. Un
indicio de que la situación empieza a cambiar es que hay revistas para hombres cuyos
contenidos a muchos hombres (y por supuesto, mujeres) les gustaría cambiar o suprimir
sin dilación. Y lo mismo ocurre respecto a muchos estereotipos temáticos ligados a las
mujeres que ya nadie comprende ni comparte.
9 A modo de conclusión
Ya no es solo el hombre el que lleva el periódico a casa. Es que ya ni siquiera se lleva un
único periódico a casa. Y cuando es así, no funciona a la fuerza como un tótem
indiscutible, sino que a menudo es comentado, relacionado y hasta evidenciado por las
personas que lo comparten. Además, el periódico ya no es una entidad única, sino que se
contrasta con lo que se recibe por otros medios, sobre todo la televisión.
Tampoco el periódico se compra tanto como antes: los periódicos gratuitos, los digitales, la
información que se ofrece por los móviles… están modificando el marco de lo que se
conocía como prensa.
Todo eso hace que se estén cambiando las posiciones en la distinción de los lectores por
sexos. Y no es que los hombres estén frecuentando más la lectura de medios
tradicionalmente correspondientes a mujeres (como las “revistas del corazón”, las de
moda, belleza o cocina), aunque se observa si no un mayor hábito de lectura sí una cierta
flexibilidad social al consumo, sino que las mujeres han trascendido, como grupo social, el
lugar que como consumidoras pasivas se les había asignado.
Es cierto que aún el número de mujeres periodistas es menor que el de hombres, dato que
no sería muy grave si no fuera por el alto número de licenciadas en periodismo en relación
con los varones (ver cuadro). Pero también lo es que la mayoría de las publicaciones
(semanarios, secciones especializadas, etc.) que están cambiando el panorama de los textos
relacionados con el género, están dirigidos por mujeres y, lo que es más importante, surgen
de debates, investigaciones, comentarios, demandas de profesionales, de lectoras… y de
hombres que comparten las mismas inquietudes.
218
Como con casi todas las cosas que nos parecen importantes, tendemos a reducir la prensa
en relación con el género a juicios simples y categóricos. El rango que más se utiliza con
los medios es el de beneficio-daño, cosa evidente ya que tendemos a protegernos de ellos
por su enorme carga persuasora y nuestra escasa capacidad de control. Periódicos y
revistas influyen muy decisivamente sobre la opinión pública, lo cual significa que nos
afectan incluso aunque no se compren o lean.
En lo que respecta a cómo se trata a las mujeres en la prensa no hay muchas alternativas.
Incluso aunque no se tenga un conocimiento profundo de la prensa, de sus mecanismos
estratégicos, de su estructura profesional, de sus entramados fácticos, todo el mundo sabe
de la deuda que estos medios tienen con la sociedad: por lo mucho que han hecho (sobre
todo respecto a la difusión y estabilización de estereotipos) y lo mucho que han dejado de
hacer.
En estas circunstancias se vislumbran dos caminos claros para intervenir sobre la prensa:
Mejorar los mecanismos de producción.
Mejorar los procedimientos de recepción.
A la prensa aún le queda mucho por hacer en la lucha por la igualdad de género. La
prensa no debe contentarse con modificar su propia situación, sino que tiene que
explotar un camino para el que siempre ha sido competente y sobre el que tiene
depositadas todas las expectativas: la transformación social. Cuando esto no sucede, se
pone de relieve con insistencia tanto en las revistas generales como en las femeninas y eso
es la mejor demostración de que sigue siendo algo excepcional. De todas suertes, también
hay que reconocer que, cuantitativamente, las excepciones van siendo tan abundantes que
llegarán a invertir en el concepto de excepción. Los estudios estadísticos que se están
haciendo en nuestro grupo, como continuación de esta investigación lo van corroborando,
aunque esta afirmación solo la sostenemos como válida para la cultura occidental tal como
puntualizamos al principio.
219
220
10 MUJER, RADIO Y CANCIÓN DE CONSUMO
Ha de partirse de la idea de que el sonido no tiene sexo, como afirma Longina, “el
sonido no tiene pilila”, distinta es la construcción cultural patriarcal que hemos venido
haciendo, y por tanto recibiendo, sobre él. Los estudios feministas que asocian mujer y
sonido desde Ellen Koskoff (1987), afirman que los comportamientos de género de las
sociedades inciden en las prácticas musicales. De todas formas la investigación
feminista en la música va con retraso con respecto a otras, corresponde a la década de
los 80 del siglo XX. En cualquier caso, es ya objetivo prioritario en este mundo musical,
221
en tanto que incluso existen líneas de género en asociaciones como la IASPM
(International Association for the Study of Popular Music, www.iaspm.net). Incluso
investigaciones procedentes del punto de la salud han prestado atención al hecho y han
demostrado que la sexualización afecta negativamente a niñas y mujeres jóvenes tanto
en las emociones como en la cognición. La objetualización sexual de la mujer en las
canciones puede provocar daños en la autoimagen como timidez o ansiedad, trastornos
de la alimentación y depresión.
222
como Angels Barceló con A vivir que son dos días también en las mañanas de fin de
semana de la SER respectivamente. Las mañanas de Radio 1, de RNE, las lleva Olga
Viza, Beatriz Pécker hace lo propio en La plaza, también de RNE, emisora donde la
presencia de mujeres en fin de semana en muy alta. La tarde con Cristina, de Cristina
López en la COPE, Habla con Olga, Olga Bertoméu y La buena estrella, con
Inmaculada Jabato, ambas de Canal Sur Radio, completan esta oferta en la radio de
formato convencional. Del mismo modo se puede decir que cada vez hay más mujeres
periodistas cubriendo información deportiva, por ejemplo, o taurina, hasta ahora
bastante copada por periodistas hombres. Aun así la cuota de empleo femenino en radio
es de un 36% (Mahoney: 1992).
En radio fórmula, la presencia femenina ante el micrófono sigue la misma tónica que en
la radio convencional. Algunas emisoras se caracterizan por la paridad casi total entre
locutores masculinos y locutoras femeninas, como en Canal Fiesta Radio. Y si bien las
diferencias entre hombres y mujeres en la dirección de programas en radio convencional
parece no existir a la hora de concretar contenidos para la información, el magazine o la
revista especializada, sí se observa un modo diferente en la fórmula en la locución de las
mujeres frente a la de los hombres, basándose en tonos más sosegados y menos
estridentes que los hombres. Siempre hay casos excepcionales como el de la locutora
denominada “Venus”, del programa Ponte a prueba, de Europa FM (que por algo se
publicita en su web como “el programa que no se atreven a hacer otras emisoras”, quien
articula su discurso en total igualación al de sus dos compañeros hombres, una retórica
bastante masculinizada.
El caso Elena Francis, antes referido, y las radionovelas nos indican que en un tiempo la
radio española contaba con programas “femeninos”, supuestamente destinados a las
223
mujeres como oyentes. Esos programas eran de contenidos relacionados con la estética,
la información rosa, las dedicatorias de discos, la salud familiar, novelas folletinescas…
El paso del tiempo y la llegada de la televisión ininterrumpida y las privadas, con sus
programas magacines que contienen un poco de todo ello y los culebrones han
cambiado mucho el panorama de la programación radiofónica en función del oyente
deseado. La propia publicidad que interrumpe los programas radiofónicos no son ya de
productos dedicados a uso o disfrute de mujeres, amas de casa o no, es una publicidad
más estandarizada de productos tanto para hombres como para mujer, sobre todo
relacionados con el sector servicios. Ya no hay programas para mujeres ni radionovelas
para mujeres. Programas de radio de mujeres, no en este sentido patriarcal tradicional y
de alto valor son Nosotras en el mundo, de Radio Vallekas, o En femení plural, de
Radio Sant Boi, de Barcelona, dirigido y presentado por Carolina Barber. Los
contenidos actuales de la radio son bastante asexuados, salvaguarda hecha de los
obligatorios programas deportivos, o mejor dicho futbolísticos.
A pesar de ello, la participación de la mujer en los programas como oyente, a través del
teléfono es menor que la masculina, siendo más abundante en cadenas locales o
autonómicas, de una media de edad correspondiente a una franja muy amplia desde los
treinta hasta los setenta. Internet, igualadora social en muchos aspectos, lo es también en
esta cuestión (Burkle y González: 2006); de entre los “chatines” (internautas que oyen
radio por internet e interactúan en conversaciones con otros oyentes a través del chat del
programa), las mujeres igualan a los hombres. No sólo la mujer en internet aparece
como participante receptora, comienzan a ser importantes las radios de mujeres, en lo
que en España llevamos considerable retraso: Radiopaca.net, desde Barcelona, consigue
sobrevivir no antes sin pasar por algunas dificultades. Su objetivo es el mismo de otras
de diversos países hispanohablantes, como el de Radiofeminista.net, de Puerto Rico, la
observación y actuación sobre el mundo desde una perspectiva feminista, como se
explica en el lema de Radialistas.net, la radio on line de la Asociación Radialistas
apasionadas y apasionados, que se definen como ONG de Lima con la misión de
contribuir a la democratización de las comunicaciones, especialmente la radio, desde la
perspectiva de género. El amplio directorio internacional sobre mujer y comunicación
en la página de AMECO (http://www.nodo50.org/ameco/) da una idea de la escasez de
recursos en este sentido que tiene nuestro país en el momento actual.
224
2 La mujer y la radionovela
Teniendo en cuenta que las últimas radionovelas llegaron hasta finales de los años 70, la
imaginería femenina que de ellas se ha desprendido ha calado en varias generaciones de
mujeres españolas, y mucho más sudamericanas. Esta tradición fue recogida por la
versión televisiva del melodrama radiofónico, el culebrón. Muchos de los valores que
las generaciones más jóvenes ven ahora por televisión han sido trasplantados de modo
directo de la radionovela. Y aunque existían radionovelas para hombres, de aventuras,
de acción, policíacas, la radionovela era el género femenino por excelencia de la radio.
Como en el culebrón, la protagonista solía ser una mujer relativamente joven, virtuosa,
de pasado desgraciado, que sin querer o queriendo poco a poco va recuperando el orden
moral hasta reestablecer una vida mejor, que, por buena persona, merece.
225
atiende a alguien en casa, mujeres que esperan, criadas. Y muchas desocupadas. El
hombre llega, viene. Al hombre le está reservada la aventura. Las aventuras hazañosas y
las amorosas”.
Y así fue desde los primeros, pasado por Ama Rosa, en la SER desde 1959, hasta llegar
a las últimas, como Lucecita, de Delia Fiallo (1974) o Simplemente María, última
radionovela de éxito, de la Cadena SER de 1971, adaptación de Sautier con tres años de
emisión.
226
atender estos problemas de género desde la perspectiva de la creación, también desde el
consumo.
227
arranca de los años 70 del siglo XX con el nacimiento de la música como industria
internacional, los grandes compañías discográficas y todo el montaje alrededor de ella:
conciertos, diseños de carátulas de discos, estilistas, managers… Ya antes, con la
popularización y abaratamiento de aparatos como el gramófono, en los años 20-30, se
asistió a un primer florecimiento de la música ligera que provocó las atenciones de
pensadores como Benjamín (2003), a propósito de las funciones y esencias del arte ante
su reproductibilidad en 1935. Más cerca de nuestro tiempo, de las reflexiones más
tempranas sentaron bases las de Straniero (1964) sobre la canción como parte de una
cultura masiva hecha para el rápido desgaste y conversión en basura, símbolo de nuestro
tiempo.
La crisis actual de las industrias discográficas, que han terminado obteniendo más
beneficios por el uso de la música como tonos de móviles por encima de las ventas de
discos compactos gracias a la piratería profesional y a la doméstica, aún fomenta más el
consumo rápido y la entrega de nuevas entregas de canciones inéditas. Esta canción
comercial está hecha para ser consumida pero no meditada y basa buena parte de su
éxito en la repetición y en el placer del reconocimiento que siente el oyente, quien no
llega a saber si una canción le gusta o no, sencillamente se la sabe y la repite, de tanto
oírla, incluso en lenguas que no domina y, en los peores casos, ni siquiera conoce.
228
mediáticos industriales como Madonna o las Spice Girls, que lo paralingüístico es tan
importante como la letra de la canción, o lo que es lo mismo que es tan importante lo
que se canta como quién y cómo lo canta. El ejemplo del que hace uso dice que “un
corrido tradicional cantado por Chavela Vargas subvierte, de manera muy consciente
para ella y para su auditorio, todas las connotaciones machistas que pudiera tener”
(2004:47). Las folklóricas españolas, de profundo cristianismo y sumisión al régimen
franquista y a los hombres, a través de la copla profieren discursos no feministas
claramente; mientras que esas mismas canciones en boca e interpretación de Martirio
pueden adquirir un significado es muy diferente. De todo ello se deduce, que un análisis
de género de la canción de consumo debe cubrir al menos las letras de las canciones y
la iconografía del cantante o el grupo. No se ha de olvidar tampoco la presencia de la
mujer como artista, trabajadora del mundo de la música. Y los datos históricos indican
que también en el mundo de la canción, como en el cine, la mujer es un objeto para ser
expuesto a la vista, ya que como dice Ramos “en la historia de la música popular
occidental, como en la música culta, las mujeres han tenido un mayor protagonismo
como intérpretes que como compositoras (2004:48-49). Las mujeres en la música son
cantantes en su mayoría pero no compositoras o intérpretes de instrumentos. Y dentro
de los estilos musicales también hay discriminaciones en tanto que las mujeres han
despuntado más en el pop que en el rock, por ejemplo, tradicionalmente más masculino,
el rap o el heavy metal.
Los perfiles de mujer que pueden encontrarse en uno u otro grupo son muy alejados al
menos en la formas. Pero ambos modos tienen en común algunos rasgos como que las
mujeres no pueden estar más alejadas de las heroínas trágicas de la ópera, son mujeres
más sencillas, más cotidianas, protagonistas de historias pequeñas en extensión y en
importancia histórica. Lo cual no quita que tengan problemas universales. La
transnacionalización y globalización de la música en español exige que, por exigencias
229
de mercado, las letras de las canciones aborden temas universales para cualquier
cultura; estamos ante una industria cultural que conlleva una comunicación
intercultural. La pertinencia de ello radica en que desde Aristóteles se sabe que la
música no sólo influye en nuestro estado de ánimo sino que también infiere en nuestra
capacidad volitiva, es decir, modifica nuestros comportamientos. El paso por tanto del
estereotipo al prototipo es casi natural. ¿Qué imágenes forman nuestros jóvenes, chicas
y chicos a partir de las canciones y los cantantes? Itziar Marín, en su estudio de 2004
sobre la canción comercial española (La imagen de la mujer en las letras de las
canciones, Confederación de Consumidores y Usuarios, subvencionado por la Dirección
General de la Mujer de la Comunidad de Madrid, puede consultarse en
http://www.mujeresenred.net/), avanzaba que la mayor parte de las canciones son de
amor o desamor como si no pudiera haber otro tipo de relación entre un hombre y una
mujer. Del estudio realizado sobre los top ventas y canciones más escuchadas de enero a
julio de 2004, casi en su totalidad las presentadas por hombres eran de temática
amorosa, mientras que las canciones de cantantes mujeres son más variadas de temática.
Aun así, la imagen frívola y despectiva de la mujer en la mayor parte de las canciones
fue un hecho sobre una muestra de treinta canciones. En la misma medida, otro trabajo,
de Juan Carlos de Pablos Ramírez, de 2001, titulado El amor en la canción popular y en
la música pop (http://www.ugr.es/), sobre canciones de grupo Mecano y sevillanas,
concluía que en estas últimas, pertenecientes a las canciones folklóricas de nuestra
cultura, perviven los valores tradicionales de ocupaciones propias de hombres y de
mujeres, mientras que en las de Mecano, del segundo grupo, se resalta el alto contenido
sexual.
Si es evidente, como demuestras estos estudios, que el amor es eje central de la canción
de consumo y también que la canción puede inferir en nuestro comportamiento, también
es evidente por tanto que tal reiteración puede interferir en nuestro modo de entender las
relaciones de pareja entre hombre y mujer, tanto sentimental y emocionalmente como
desde la perspectiva sexual. Lo cierto es que dentro del monotema hay amor en todas
sus vertientes:
- Amor deseado
- Amor consumado
- Amor perdido
- Amor platónico
230
- Amor imposible
- Amor incipiente
- Amor consolidado
- Amor fou
- Amor conyugal
- Desamor
231
extendiéndose así también a la implicación de la identificación secundaria del
oyente con su propia experiencia individual.
3. Sujeto múltiple. Grupos o dúos. Especialmente los dúos pueden aportar patrones
radicalmente diferentes: Pimpinela frente Amistades peligrosas pueden servir de
ejemplo.
La importancia de quién canta es tan alta que condiciona el camino que va del
estereotipo al prototipo, de las mujeres cantadas a las mujeres cantantes. La cantante
enuncia un microtexto donde aparece un personaje femenino pero a su vez, la propia
artista es una construcción en la música de consumo. El caso Madonna ha sido el más
analizado y comentado pro muchos otros podrían serlo sólo observando los cambios
cronológicos que se observan en los contenidos de sus canciones y los cambios de
estilismo y look de las artistas. Una transformación milagrosa, radical y sorprendente en
el panorama musical español es la que afecta a Cristina del Valle, antigua integrante del
dúo Amistades Peligrosas. En su momento, de 1991 a 1997, el dúo ofrecía una imagen
sensual, y haciendo honor a la película del mismo título, sus letras derramaban gran
tensión sexual, en algunos casos de forma muy explícita. Su mitad femenina ahora,
después de varios discos en solitario y un cambio radical de estilo interno y externo, es
presidenta de la Plataforma de Mujeres Artistas contra la Violencia de Género
(http://www.ellasdanlanota.org/), e incluye en sus canciones temas cercanos al
compromiso y el testimonio social.
232
Volviendo atrás la cabeza.
Lo mismo me llaman Carmen,
Que Lolilla que Pilar;
Con lo que quieran llamarme,
Me tengo que conformar
Soy la que no tiene nombre,
La que a nadie le interesa,
La perdición de los hombres,
La que miente cuando besa
Ya lo sabe. Yo soy esa.
233
obstante, es difícil encontrar abiertamente la declaración de prostitución. Una canción
de Isabel Pantoja, censurada, rezaba “Ramera, yo soy ramera” y no llegó a grabarse, era
de los años 70 y fue escrita por Rafael de León y Juan Solano. Mujeres apasionadas
que viven amores enfermizos hasta el borde de dar la vida, como en Y sin embargo te
quiero, también de Rafael de León, comparten partituras con amores imposibles y
valientes, aunque silenciados, como el amor a un hombre más joven, es el caso de
Madrina (Quintero, León y Quiroga): “Por fuera un jardín de rosas por dentro un zarzal
de espinas”, porque el hombre de su corazón le llama sólo madrina. La copla ha sido
investigada desde el punto de vista del Derecho, usada como medio didáctico por Rosa
Peñasco (2000), y del estudio correspondiente se deduce que la imposición patriarcal
que en ellas existe se extiende hasta el punto de anular los derechos de la mujer, que
necesitaban el consentimiento paterno para cambiar de estado, participaba en
matrimonios arreglados, era castigada socialmente por tener hijos fuera del matrimonio
(Con los bracitos en cruz, Moles, Alfonso y Naranjo) y se rendía ante el dinero y el
brillo de los diamantes (Triniá, Rafael de León), el marido fijaba el domicilio y la mujer
le seguía (A tu vera, de León y Solano)…
234
cualquier caso, ante el amplísimo espectro de oyentes que puede tener una canción
comercial, de igual modo podrá haber algún que otro maltratador a quien sí le llegue el
mensaje. La presencia en la actualidad de este tipo de letras sigue coexistiendo con
canciones, tanto en voces de hombres como de mujer, que explicitan la violencia, e
incluso la solicitan.
Britney Spears, la llamada “princesa del pop”, modelo de muchas adolescentes, iniciaba
su carrera discográfica siendo también una adolescente con el tema Baby One More
Time, de 1998, canción donde se declara ciega de amor y reclama “hit me, baby, one
more time”. Perfiles de maltratadores clásicos, que se arrepienten al momento y aluden
a los celos como excusa, se pueden leer en la canción de La Unión Fueron los celos
(Álbum Tentación, 1990). Y actitudes prepotentes del tipo Estás hecha para mí (2006),
de Carlos Baute, (famoso por su Dame de eso, canción y álbum, de 2003), uno de los
cantantes con mayor carga sexual en sus canciones y videoclips, se alternan con
canciones más blancas e inocentes de amores románticos al estilo Bisbal, Shakira, Luis
Miguel…
235
parado en canciones de mujeres para hombres generalmente hechas desde el desamor
pero hay pocas de mujeres cantadas por mujeres donde se muestre deseo sexual hacia un
hombre -suelen ser más románticas-, donde se cante a su torso o a sus músculos, como
objeto deseo (excepciones hechas: Le deseo, de Merche, en el álbum Mi sueño, 2002).
236
No vaya a ser que se despierte el que maltrata.
Y en tu ventana
Amor, sexo, violencia, las relaciones entre hombre y mujer en las canciones arrojan
montañas de mujeres malas, abandonadas, fuertes, felices, busconas, nostálgicas, como
Penélope con su bolso de piel marrón. Pero hay otro grupo muy cantado que es el de la
madre. En todas sus vertientes, el amor materno filial aparece en canciones dedicadas a
la madre o en canciones dedicadas al hijo. El perfil maternal suele ser positivo, una
demostración de sentimiento profundo bidireccional, aunque también hay algún ejemplo
de madre deseable del amigo al estilo Mrs. Robinson, como en La madre de José, de El
canto del loco en su álbum Estados de ánimo (2003). La madre soltera suele cantarse a
sí misma en la copla, mostrando amor por su hijo aunque su padre no quiera
reconocerlo, pero también aparecen nuevas madres solteras modernas, cabezas de
familias monoparentales, como La Mona Jiménez en su disco Al pie del cañón (1998).
El canto a la madre y el canto al hijo son temas que se extienden independientemente
del género de la canción y del estilo musical. Por lo general la dedicatoria a la madre
puede ser en vida o ya fallecida pero la dedicatoria al hijo suele darse al hijo ya nacido.
Es excepción la dedicatoria al hijo no nato durante el embarazo, como Mi pequeño
tesoro de Presuntos implicados (El pan y la sal, 1994). Y no sólo el amor a una madre
o a un hijo es cosa de mujeres, se produce en mujeres cantantes y también hombres a
sus madres y a sus hijos.
El perfil de las últimas nuevas cantantes y sus nuevas canciones comienza a ser muy
sexualizado, eso sí, con la diferencia de que la mujer representada por ellas y sus
237
canciones apuestan por una mujer más actual, trabajadora, más agresiva, más
competitiva, superior incluso. Hay un deslizamiento hacia la mujer 10, fuerte,
independiente, autosuficiente, que no necesita el amor, la heroína que se hace a sí
misma. Sobreviviré (2000), de Mónica Naranjo en tono rotundo y serio, y Cuando tú
vas (2002), en tono más juguetón, de Chenoa, dan cuenta de ello. Aun así, continúan
existiendo tópicos de tabúes no audibles en canciones. Como en otros medios de
comunicación audiovisual, la canción comercial rechaza temas como el travestismo, el
amor homosexual o el suicidio, se puede decir que no son materia poética para una
canción. La propia Pasión Vega en su disco La reina del Pay-pay (2006) incluye un
tema de igual título donde se habla de un hombre que por las noches se traviste de mujer
para actuar en un local de moda. Pero junto a esta canción, que trata el tema del
transformismo y la homosexualidad masculina, y a la de reivindicación de María se
bebe las calles, en la misma cantante se encuentran temas de perpetuación de roles
continuistas patriarcales como La calle del almíbar (Flaca de amor, 2005) donde la
niña quiere ser princesa y el niño, torero; así es la canción comercial. La
homosexualidad femenina es escasamente referenciada en las canciones, hechos como
el de la canción de Mecano Mujer contra mujer (Descanso dominical, 1987) son
escasos. Los besos lésbicos de algunas cantantes sobre el escenario en conciertos, como
los protagonizados con relativa frecuencia por Madonna suelen ser motivo de escándalo
mediático, mientras la homosexualidad declarada de intérpretes masculinos es vista con
total normalidad, Elton John por ejemplo. No así sucede con la ambigüedad de
escarceos lésbicos que son bien recibidos en los videoclips, como el de Lucky, Lucky
(2006), de Lucky Twice. Y muertes dulces autoimpuestas se presentan menos aún:
Alfonsina, de Luna y Ramírez, inmortaliza el suicidio de la poeta argentina Alfonsina
Storni.
De este repaso se puede decir que no hay mujeres caperucitas y cenicientas en las letras
de la canción de consumo. De ahí que temas de éxito como Amo a Laura (2006), de un
grupo inexistente supuestamente religioso y defensor del matrimonio caso y por amor,
creación publicitaria para la MTV (2004), sólo puedan ser entendidos como parodias y
nunca tomados en serio como propuesta de defensa de vuelta a valores como la
virginidad y el matrimonio religioso. Por el contrario hay más Lolitas y Macarenas,
alejadas de las ingenuas Penélopes que recibían ramitos de violetas, productos carnales
hechos para la exposición de la mirada, generalmente la masculina como puede verse en
238
las apariciones de cantantes en sus vídeos musicales. Por cada videoclip que quiera
erigirse como microrrelato audiovisual, signo de la fragmentación postmoderna,
artístico sin más, hay cincuenta que hacen una propuesta visual atractiva con un cuerpo
también atractivo que mostrar. No existe en ello gran discriminación de género, en el
sentido de que cuando es el cantante hombre el protagonista también muestra su cuerpo
en exhibición en alto grado de sensualidad en una especie de mercado de la carne.
Carlos Baute y Jennifer López lo ofrecen en grandes cantidades en todos sus trabajos de
vídeo.
Los estudios sobre los videoclips son de la segunda mitad de los ochenta y aunque los
estudios sobre la mujer en la música son tardíos, los de género asociados al videoclip
son coetáneos a los estudios en general del propio género audiovisual. Los primeros ya
trabajaron sobre la representación del sexo y la violencia, como los de Dominick y
Sherman (1986) o los de Brown y Campbell sobre raza y género (1986), así como los de
la reacción del espectador ante el sexo y la violencia de Greeson y Williams (1986).
Como objetos artísticos o mediáticos, los videoclips musicales llevan detrás una gran
tarea de producción y promoción de un disco, donde la figura del intérprete o grupo
adquieren un estatus simbólico, que además conlleva un alto número de emisiones a
través de la televisión, en cadenas incluso especializadas, o a través de internet. El vídeo
matiza, redunda o reconduce los contenidos de la letra de la canción y la imagen del
artista. Y al ser un microtexto plantea situaciones y personajes muy simplificados y
esquematizados, por tanto también un microcosmos muy estereotipado donde las
mujeres si aparecen suelen o cantar o ser personajes mudos, donde su aspecto y sus
gestos son fundamentales para proporcionar una idea de su personalidad. De escasa
duración textual y pocos elementos constructivos, los códigos audiovisuales de
representación, caracterización y puesta en escena, son los únicos para hacernos con un
personaje. Y con tan poco cosa no sólo hemos de conocerlos sino también tender una
vinculación emocional hacia ellos. La presencia de la mujer se convierte en un objeto
erótico con una puesta en escena donde la configuración del propio cuerpo es resaltada
con poses que subrayen el atractivo cuando no la insinuación sexual directa, con
envoltura de ropaje transparente, mínimo o sin él en bastantes casos. Como afirma
Sánchez Noriega (2003: 8), “en estos vídeos se refuerza la identificación/proyección
con el sex symbol del cuerpo del intérprete de forma que su recepción va más allá de los
valores musicales del tema y de los audiovisuales de los clips.” Y afecta tanto a
239
hombres como a mujeres, bien es cierto que hay muchas más mujeres expuestas en los
clips que hombres. Muy esperado fue el vídeo de la canción de Miguel Bosé, Down with
Love (Velvetina, 2005), dedicada al pene, interpretado por Nacho Vidal, actor porno
español. El vídeo resultó ser mucho más sugerente, delicado y estético que la mayor
parte de los videos de los cantantes latinos donde lo que se muestra es más al macho que
al hombre.
240
11 LA PUBLICIDAD COMO ELEMENTO TRANSVERSAL
EL VALOR DE LA FIGURA HUMANA
Los medios y soportes en los que se muestra la publicidad son muy diversos y apenas se
puede hacer una sistematización porque la imaginación de los “creativos” (nombre que
se suele aplicar a las personas profesionales) es inagotable. La carrocería de los
autobuses urbanos, las prendas de vestir, las secuencias de algunos filmes, cualquier
espacio o situación es un adecuado portador de mensajes publicitarios. Y siempre se
busca sorprender al público, no sólo con la originalidad del mensaje sino con la del
espacio que le sirve de soporte.
241
Hoy por hoy, es en la Televisión donde parece que hay un mayor volumen de anuncios.
A continuación y por orden de preferencia hay que citar a la Prensa (Diarios y Revistas
periódicas); la Radio (con una audiencia muy fiel y nada despreciable); la Publicidad
exterior (vallas, carteles, etc.); Internet (que va ganado puestos a gran velocidad) y el
Cine.
Se puede afirmar que, actualmente y desde hace ya bastante tiempo, el “lugar” estrella
es la Televisión pues, en efecto, superó con mucho a todos los demás medios en
inversión publicitaria. Durante el año 2002 fueron en total 2.184’6 millones de euros y
con un crecimiento del 1’6 % más que el año anterior. Su carácter de invitado en el
hogar, donde se le puede considerar ya como un miembro más de la familia, potencia
cualquier mensaje que emita. Tanto es así que se han generado formas de conductas de
los espectadores como una especie de mecanismo de defensa ante la lluvia de
anuncios.
La publicidad (en estado puro) puede entenderse como un proceso comunicativo por
medio del cual se da a conocer a la ciudadanía a través de distintos medios de
comunicación, la existencia de determinados productos o servicios. Desde este punto de
vista, la publicidad es necesaria para dar a conocer la diversidad y variedad de
productos y servicios que existen en la sociedad actual y que no podrían llegar de otra
forma al conocimiento de sus posibles consumidores. Sin embargo, hemos de matizar
este concepto puesto que describirla como mera información no es suficiente para
abarcar la complejidad del fenómeno persuasivo que lleva aparejado la publicidad.
Porque si el vendedor quiere que los anuncios contribuyan a asegurar la venta de sus
productos tendrá que utilizar recursos no informativos sino más bien “presionadores”.
Podemos citar imágenes que emocionan, asustan o ilusionan... ideas pseudocientíficas
sobre ciertas características del producto... En suma, el uso de determinados elementos
para mover a la compra de “lo que sea”, nos puede llevar a la conclusión de que la
publicidad es, seguramente algo más, algo distinto, de lo que se cita al definirla como
información sobre productos y servicios.
242
neutra sobre las características y propiedades del producto, su duración y sus utilidades.
Y rara vez se menciona el precio. "De lo que se trata es de deslumbrar con la
apariencia subyugante del objeto y provocar el ansia por poseerlo". En consecuencia,
la comunicación persuasiva ha girado su objetivo: el receptor decide su conducta pero,
previamente, ha sido modificado por los estímulos contenidos en el mensaje. Esta
dimensión conformadora no ha estado a lo largo de la historia falta de debate lo cual
abre un campo de investigaciones y trabajos extraordinariamente rico y complejo en
cuyo centro puede ser situado el fenómeno publicitario.
La publicidad tiene una importante presencia en el mundo actual ya que cubre una
función que en la sociedad de masas no se podrían atender de otra forma: la de
satisfacer las necesidades informativas sobre elementos de consumo. Bien es cierto que
unos de estos elementos son imprescindibles y otros son superfluos pero esta es otra
dimensión del problema, la que atañe a la libertad personal y al nivel de aspiraciones.
¿Es la publicidad una necesidad o un problema social? ¿Beneficia o daña a la
población? Hay que reconocer que resulta un tema difícil cuando se examina desde
ciertas perspectivas entre las que quizás la educativa y la feminista sean las más
destacadas abriendo un campo de investigaciones y trabajos extraordinariamente rico y
complejo que tiene como centro el fenómeno publicitario.
243
convencionales) cómo es el tratamiento de la figura humana, de mujeres y de hombres,
en sus dimensiones de sexo, edad y género en sus modalidades más actuales.
1 La perspectiva de género.
¿Por qué aparecen personas en el mensaje publicitario? ¿Por qué si se ha de distorsionar
alguna imagen es, antes que nada, la de las mujeres? Preguntas como estas centran el
interés en la publicidad con un enfoque que se orienta desde la perspectiva del género:
Una visión actual del poder de la publicidad al ejercer su influencia sobre su audiencia
conduce a la consideración de los modelos culturales que transmite. Un anuncio
publicitario es efectivo si en sus contenidos se nos ofrece la definición de estándares
culturales y se nos “vende” una identidad. Y, en la transmisión de estos modelos, los
lenguajes publicitarios recurren a las figuras humanas como instrumentos simbólicos de
comunicación. Las personas que observan el anuncio se “ven” en las personas que en el
anuncio aparecen. Por eso las figuras humanas son instrumentos muy rentables ya que los
mecanismos de identificación que ponen en marcha resultan fáciles y directos. Y en esa
identificación el género es una dimensión muy valiosa.
Ya se sabe que en la publicidad son más impactantes las imágenes que las palabras pero,
cuando las imágenes son seres humanos semejantes a nosotros, aumenta nuestra tendencia
a identificarnos con ellos y, al mismo tiempo, con el mensaje que están transmitiendo, y
eso es lo que aprovecha la persuasión publicitaria. Y no se trata de que se ofrezcan
realidades sino más bien fantasías teatralizadas, ni se muestra la vida misma sino
representaciones de la vida. Pero, desgraciadamente, por eso mismo son más atractivas las
244
ofertas. De acuerdo con estas propuestas se han realizado numerosas investigaciones que
pretenden hacer una descripción de las formas de presencia de las personas (de ambos
sexos), o más bien de sus imágenes, en los anuncios publicitarios. En estas descripciones
se pueden encontrar recursos con los que poder analizar cómo han sido usadas estas figuras
como elementos comunicativos del mensaje (ya sea en forma verbal o icónica) detectando
asimismo sus diversas modalidades y formas de expresión y presentación tanto las
efectivas, correctas y ajustadas a la realidad del mensaje, como las erróneas, inadecuadas o
prejuiciosas.
Con todo ello, los medios d comunicación y en nuestro caso la publicidad contribuyen
de manera importante al proceso de socialización del género, a la vez que reflejan la
situación de ambigüedad en que se encuentran hoy día muchas mujeres que, ante la
rapidez de los avances y transformaciones sociales, ven acrecentada la posibilidad de
ejercer roles que van mucho mas allá de los tradicionalmente ejercidos por sus anteceso-
ras gracias al reconocimiento constitucional a la igualdad de derechos entre varones y
mujeres; pero que también se ven constreñidas por el bagaje cultural arquetípico con
mensajes que definen los roles tradicionales y que, a través de múltiples canales, han
245
sido interiorizados por todos, hombres y mujeres, a lo largo de siglos. Para estudiar la
imagen de las mujeres que ofrece la publicidad es muy importante tener en cuenta una
doble dimensión cualitativa del colectivo femenino en la sociedad actual:
- a) dentro del hogar y en las circunstancias reales del momento actual, la mayor
presencia y la responsabilidad de la gestión pertenecen a la mujer y ella es la receptora de
la casi totalidad de la publicidad que emite la televisión. Pero además también es, en su rol
de mujer de hogar, la protagonista de muchos spots. Y aunque recientemente se hace que
algunos los protagonicen hombres , el rol de la mujer en su hogar sigue siendo el mismo
con lo cual el esquema no ha cambiado.
- b) Pero en el mundo exterior, el aspecto profesional de la mujer es un fenómeno
sociológico tan importante en la sociedad de hoy que no puede dejar de ser tenido en
cuenta. Y de hecho también la publicidad es sensible a este hecho ya que localiza la
presencia de bastantes productos y de muchas figuras de mujer en ambientes públicos. Los
anunciantes saben que no se pueden quedar detrás si no quieren perder clientela y van
tendiendo a equilibrar los espacios sociales destinados a las mujeres y a los hombres.
Aunque ya se ha iniciado, es un proceso muy lento porque las inercias en la ideología
social son muy fuertes todavía y los estereotipos se mantienen fuertemente.
246
desde muy pequeñas se enseñan a las niñas a ser serviciales y se les adiestra en la
correcta realización de las labores domesticas mientras que a los niños se les demanda
ser fuertes y a esperar el apoyo y el servicio en el hogar por parte de las mujeres. En la
actualidad hay ya muchos estudios e investigaciones sobre estereotipos de género que
demuestran estos errores y voces importantes que los denuncian en amplios foros
sociales.
Por lo que respecta al género en la publicidad el tema más analizado hasta este
momento, y a partir de las preocupaciones feministas, ha sido el de las mujeres y su
figura como parte del anuncio. No obstante, ya se está atendiendo a estos mismos temas
cuando el protagonismo es de los hombres. El caso es que la figura humana (de mujer o
de hombre) usada en los anuncios publicitarios puede presentar connotaciones sexistas
que habrá que detectar y que, según muchos estudios, han sido más evidentes y
discriminadoras en el caso de las de mujer que en las de hombre. Al menos hasta el
momento presente. Porque no se puede olvidar que el fundamento psicosocial de la
persuasión publicitaria es la identificación con el modelo que se muestra. Una
identificación que puede ser tanto positiva (apetezco ser como este prototipo y
consumiré el producto) como negativa (esto es lo que nunca querré). Así que, para que
pueda ser recordado sin errores, el discurso publicitario cuida muy bien la presentación
de las imágenes de personas. El género adquiere entonces una funcionalidad especial en
el lenguaje del anuncio. Se trata de que una mujer (o un hombre) aparezca como tal en
un anuncio cuando su presencia sea imprescindible para que el proceso de persuasión
publicitaria se ponga en marcha y se desarrolle con eficacia. Es un procedimiento útil y
una forma muy eficaz, de empleo del género como instrumento de comunicación pero
también la que tiene más peligro de que se pongan en marcha estereotipos de todas
clases, tanto positivos como negativos. Este concepto de funcionalidad persuasiva es el
que uniformemente subyace en todo mensaje publicitario donde aparece el género, es
decir imágenes de personas cuya lectura es precisamente la de ser mujer u hombre. Y es
por lo tanto algo que no se puede dejar a un lado cuando se quiere hacer una lectura
crítica y constructiva de este tipo de comunicación.
Para podernos situar en el punto de mira de este trabajo, la perspectiva del género, y
siendo la Publicidad uno de los fenómenos mediáticos más habituales en el mundo actual,
hemos de considerar cuando sus mensajes publicitarios van específicamente destinados
247
a mujeres u hombres por el hecho de ser tales. Y en este sentido no podemos dejar de
reconocer que las mujeres son uno de sus principales objetivos como destinatarias del
mensaje persuasivo ya que ellas son las que han de tomar la mayoría de las decisiones de
compra en el hogar y en lo referente a todo el grupo familiar. Y asimismo influyen en las
decisiones de compras de otras personas de sus grupos de referencia e influencia.
En este uso y abuso de los estereotipos siempre se puede reconocer cómo se han carac-
terizado como más propias de hombres la "virtudes" de autodominio y coherencia, de
control y de racionalidad así como se han atribuido a las mujeres las condiciones de
caprichosas, impulsivas, desprestigiándose, incluso, el mundo de las emociones al ser las
mujeres las que tenían "permiso" para expresarlas. En relación con estas calificaciones
(que son creencias que forman una parte muy importante de los estereotipos de género) se
puede encontrar una clara distinción de la publicidad destinada a mujeres y la publicidad
destinada a hombres. Los estereotipos femeninos suelen aparecer como caracterizadores de
los mensaje de los anuncios destinados a mujeres que son muy abundantes. En principio y
también siguiendo ideas estereotipadas, puede pensarse que los hombres, educados para la
libertad y el autodominio con un fuerte pensamiento crítico y autocrítico, se van a poder
situar al margen de los efectos de eslóganes y consignas publicitarias que hacen llamadas
simples y básicamente emocionales. Y se podría suponer, por el contrario, que las mujeres
serían más sensibles ante estas llamadas publicitarias al estar menos preparadas a causa de
una socialización con matices emocionales y acríticos. Hay otro dato muy importante que
explica la abundancia de anuncios dirigidos a las mujeres, el hecho de que son ellas las que
toman muchas de las decisiones de compras en el hogar familiar. No cabe la menor duda
de lo erróneas que pueden ser estas ideas que acabamos de describir, pero es igualmente
cierto que todavía son sustentadas por muchas personas e instancias sociales y
248
profesionales. Con ello queremos decir que no son las únicas premisas que rigen el trabajo
profesional de los publicitarios.
Pero hay un segundo punto de vista ya que también se usan las imágenes de las mujeres
(y de hombres) como parte integrante de los anuncios. Y entonces forman parte de su
lenguaje que es muy complejo. Tiene partes verbales y partes icónicas en una amalgama
muy rica de significados que han de estimular los deseos y necesidades de quien lo
“lea” para que se decida a hacer suyo el producto ofrecido.
Cuando las figuras forman parte de los anuncios es importante observar los
estereotipos físicos asociados a cada uno de los sexos porque detrás también se
emboscan ideologías culturales que tienen que ver con los roles asignados a mujeres y
hombres. Sexismo, erotismo, papeles secundarios para las mujeres, hombres
ridiculizados si asumen roles dentro del hogar y otros aspectos muy variados. Se
denuncian e incluso se hace retirar la campaña, pero siguen apareciendo porque hasta la
retirada es rentable. Frente a estas dimensiones negativas se pueden percibir ya trabajos
de creativos publicitarios que muestran una interesante línea de tratamiento equilibrado
de estas temáticas.
Pero como en los anuncios no solo hay imagen sino también texto, es preciso saber que
en lo que atañe directamente al tratamiento del género, un “lenguaje políticamente
correcto” no garantiza nada por si sólo. Las palabras del llamado “lenguaje
políticamente correcto” suelen obedecer a modas y estilos muy superficiales, urgentes y
vigentes en un momento dado, pero olvidadas muy pronto y con la misma urgencia.
Hay que comprobar si las palabras revisten ideas sólidas y fundamentadas o son simples
envoltorios vacíos. Y para ello conviene hacer una crítica adecuada de las ideas que
sustentan.
Resultan muy reveladores los procedimientos que se emplean para diseñar y presentar
los distintos roles de género el cuanto a las dimensiones verbales. Es interesante
observar cómo se les habla de tu o de usted a mujeres y hombres, el uso del nombre
propio o del nombre completo con apellidos, las alusiones a la profesión o a la vida
privada, etc. Conviene observarlo y ver que puede significar aunque son estilos que
cambian con cierta rapidez. Al menos hasta hace poco tiempo, se tendía más a dar
249
nombres propios a las mujeres y apellidos a los hombres. Una posibilidad
complementaria es la observar la localización de las figuras humanas en el espacio del
anuncio porque puede dar mucha pistas acerca del tratamiento del género, con o sin el
uso de estereotipos distorsionadores. Por lo que respecta a los escenarios en que
aparecen las personas pueden ser interiores (hogar, lugares de trabajo o esparcimiento) o
exteriores (urbanos, parques o calles, o rurales y de naturaleza). La caracterización que
un escenario confiere a las figuras humanas es importante: un despacho o entorno de
trabajo destaca el valor profesional mientras que el hogar o un espacio abierto minimiza
la profesión para centrar la atención en lo humano o lo personal. Una mujer en una
consulta médica o una oficina está señalada como profesional mientras que en la cocina
o el cuarto de estar se identificará como ama de casa.
También los personajes son tratados de formas especiales según sus roles sociales y,
desde luego, según los estereotipos sobre su género al uso en cada entorno sociocultural.
Podemos establecer una cierta categorización de los roles sociales estereotipados en
publicidad sobre la figura humana:
1 Pares opuestos: La mama” o la mujer fatal. El gigoló o “mi papá”. Es esta una forma
muy extrema de presentar los estereotipos. Modelos que se mueven entre dos extremos
totalmente enfrentados y antagónicos. Sin embargo, resultan muy claros para el público,
que entiende bien en donde se sitúa cada uno. Los ejemplos que se podrían poner son
muchos y los que hemos elegido como muestra parece suficientemente significativos.
2 Trabajo y profesión de mujeres y hombres en la publicidad. Los hombres y las
mujeres no son realmente iguales ante el mundo del trabajo a pesar de la legislación que
dicta lo contrario y los anuncios publicitarios lo reflejan pero ateniéndose en gran
medida a los más clásicos estereotipos. Hay muchos más casos en los que se representan
las mujeres con trabajos caseros y profesiones secundarias y subordinadas que como
directivas y profesionales de alto nivel. Y la obediencia al estereotipo aparece cuando
lo que el anuncio muestra es la mujer que es capaz de compatibilizar su profesión con su
misión de ama de casa... gracias al producto publicitado.
3 El cuerpo como estereotipo es la gran piedra de toque de la publicidad actual. La calidad
de vida mejora sin cesar en las sociedades más avanzadas y la salud se hace paralela a un
cuerpo “perfecto”. Pero también las normativas estéticas pasan por una figura bella y
estilizada más semejante a lo ideal que a lo real. Durante mucho tiempo estas
prescripciones eran sólo para mujeres pero actualmente los hombres tienen las mismas
250
presiones. La dinámica comercial en torno a los “cuerpos 10” se incrementa día a día y la
publicidad trabaja a tope para promocionar todo lo que se produce. El caso de los
“productos milagro” está en la cumbre de las preocupaciones y denuncias y problemas
como el crecimiento de la bulimia y la anorexia (en jovencitas, pero también en chicos)
demuestran que no es un tema banal.
4 Estereotipos interculturales. Finalmente tenemos un tipo de anuncios en alza quizás
debido al auge de la multiculturalidad en nuestras sociedades. Aparecen en anuncios en
donde las imágenes humanas son de personas pertenecientes a distintas razas. Lo que
sucede es que, salvo ocasiones muy señaladas no se presentan siguiendo una limpia
dinámica multicultural sino siguiendo estereotipos muy precisos y conocidos. Mujeres
de raza negra bellísimas anunciando bebidas alcohólicas, o tipos de mestizajes muy
extraños como una chica de rasgos orientales pero con los ojos azul claro para
promocionar el exotismo de un perfume son posibles ejemplos de una amplia gama.
Así que la publicidad juega a proporcionar a su público “figuras humanas ideales” como
objetivos a los que admirar e imitar para identificarse con ellos de forma satisfactoria.
Estas figuras creadas por la publicidad se mueven en contextos y situaciones también
fruto de la creación publicitaria que definen, a su vez, los modelos culturales que actúan
como patrones de socialización y motores de la conducta y la acción social. Este es el
principal problema ético de la publicidad: las figuras humanas que se van a crear como
parte de su lenguaje y el uso que se va a hacer de ellas.
251
Y, llegados a este punto, es necesario tener presente que una de las principales
dimensiones con la que se construye la identidad social es la caracterización de género
a partir de la construcción sociocultural de este concepto. Si se entiende por sexo una
dimensión biológica con la que se ha nacido (vertebrados y mamíferos), el género es
una elaboración social de raíces hondamente culturales e históricas. De forma que cada
sociedad define qué entiende por ser hombre o ser mujer y a este modelo han de
ajustarse las personas que forman parte de ella.
Hay muchas formas de leer el uso de las imágenes de hombres y mujeres en los
anuncios de las que ofrecemos algunas de las más importantes:
a) Como un modelo “abstracto” de identificación. Suele ser cualquier figura,
generalmente modelos anónimos que se presentan como valor añadido al
producto.
b) Se ofrece con la imagen de un personaje público conocido. Entonces es un
caso personalizado. El personaje, por ser concretamente quien es, refuerza
con su “llamada a identificarse con él” la identificación con el atractivo del
producto.
c) Figura-rol. Es la representación de un rol social muy definido y significativo
que se asocia positivamente y con gran carga de significado al producto o
mensaje específico. No importa tanto quien sea sino qué represente.
d) Roles tratados en clave de humor (muy particularmente en la mal llamada
“lucha de sexos”, porque es una dimensión de la que se pueden hacer chistes,
giros humorísticos, imágenes risibles...).
252
Plan ha hecho figurar entre sus medidas a aplicar el objetivo de ofrecer en los
medios una imagen de la mujer que no sea discriminatoria.
- La Ley General sobre Publicidad nº 34/1988,11 noviembre, se reconoce como
publicidad ilegal aquella que atente contra los derechos reconocidos en la
Constitución y sobre todo cuando se trata sobre la infancia, juventud o de la
mujer.
Por su parte el Instituto Andaluz de la Mujer ha elaborado el Decálogo que se presenta
en el cuadro de texto y que fue presentado en las IV Jornadas sobre Consumo,
Publicidad y Cultura celebradas en la Facultad de Comunicación de la Universidad de
Sevilla los días 23 y 24 de Noviembre de 2004.
DECÁLOGO
CONTRA EL SEXISMO EN LA PUBLICIDAD
Instituto Andaluz de la Mujer
“Consideramos sexista:
1. Promover modelos que consoliden pautas tradicionalmente fijadas para cada uno de
los géneros.
2. Fijar unos estándares de belleza femenina considerados como sinónimos de éxito.
3. Ejercer presión sobre el cuerpo femenino a través de determinados tipos de productos
que facilitan su dominio y control.
4.Presentar el cuerpo de las mujeres como un espacio de imperfecciones que hay que
corregir.
5.Situar a los personajes femeninos en una posición de inferioridad y dependencia.
6.Excluir a las mujeres de las decisiones económicas de mayor relevancia.
7.Alejar a las mujeres de los espacios profesionales prestigiados profesionalmente y, por
el contrario, asignarles los roles de limpieza, cuidados y alimentación familiar.
8.Negar los deseos y voluntades de las mujeres y mostrar, como “natural”, su
adecuación a los deseos y voluntades de los demás.
9.Representar al cuerpo femenino como objeto, esto es, como valor añadido a los
atributos de un determinado producto; como su envoltorio, en definitiva.
10.Mostrar a las mujeres como incapaces de controlar sus emociones y sus reacciones,
“justificando” así las prácticas violentas que se ejercen sobre ellas”.
253
Es lógico que tanto desde la ciencia como desde las instituciones exista esta preocupación
acerca del tratamiento estereotipado de las imágenes de mujeres y varones en las distintas
formas de publicidad. Porque al transmitirlas se están haciendo juicios de valor y
transmitiendo también una determinada ideología sobre una sociedad, sus miembros, sus
creencias y sus formas de vida. Este hecho, junto con otras muchas prácticas educativas y
socializadora, indica claramente que los estereotipos sociales sobre las mujeres enfatizan la
idea de que éstas están dotadas por la naturaleza de diferentes aptitudes que los varones,
por lo tanto, siguiendo con esta creencia, lo "natural" es que ellas realicen trabajos y tengan
responsabilidades distintas a ellos.
254
actualidad", (la necesidad de estar informado rápidamente de lo que pasa) o el de la
"solidaridad", (sentimientos que surgen ante la presencia del sufrimiento injusto de
muchos colectivos o personas). Pero hay otros mitos actuales muy peligrosos, como el de
"la mujer delgada" (hay que ser delgada para que te quieran)o el de "la juventud" (hay que
ser joven para triunfar).
La publicidad no deja de utilizar estos nuevos mitos, así como los clásicos, dándoles
formas entendibles en la dinámica social actual: son los “prototipos” es decir figuras
humanas ideales de contenido monográfico que puedan responder con exactitud a las
expectativas de las personas que los contemplan y así las puedan elegir como modelo
de identificación.
255
- La mujer-objeto, (objeto sexual evidentemente). Es pasiva, se presta a la
contemplación y el deseo masculino sin tener opinión. Su deseo no es lo
importante, lo importante es que a ella la deseen.
- La seductora, mujer de mundo, (no exactamente mujer fatal). En anuncios de
perfumes, de belleza, de automóviles, etc.
- La mujer fatal, (no tan abundante en los anuncios como pudiera creerse aunque hay
casos claros). A veces forman pareja, o aparecen en paralelo, con su equivalente
masculino, tipo "latin lover", o similar. Anuncian perfumes o productos muy
exclusivos y generalmente caros y superfluos.
- La novia, amante, compañera ideal (una variante de la seductora pero más sencilla
y natural). Una suegra exigente la aceptaría.
- La profesional de éxito (a la que se tiende a sumar alguno de los tipos anteriores)
pero que no abandona los estereotipos clásicos de la mujer de siempre. Viste
elegante, da de comer bien a sus hijos o elige libremente su coche.
256
- El hombre apuesto y bello, que vestido de la mejor confección o desnudo con los
mejores perfumes, seduce irresistiblemente. A veces es desdibujadamente
ambiguo en la expresión de su sexo.
- El profesional de alto nivel, que además de ser eficaz y activo (suele estar junto
a un buen coche) es casi siempre dandy y elegante e incluso puede llegar a la
sofisticación si anuncia un tabaco o ropa muy exclusiva.
- El hombre-sexo que mantiene, o sugiere, interacciones basadas en la atracción
sexual. El típico y tópico "latin lover". A veces, en un bucle de significación
latente se muestra su cuerpo con más centralidad que el rostro.
- El señor mayor (también abuelo simpático) que aparece casi siempre en grupo
con personas de su edad o con su esposa. Menos veces con nietos y muchas
menos con nietas. Representa la garantía de la experiencia, publicita seguros,
ahorro, vida sana.
En Roles Complementarios
En Roles Opuestos
(o que actúan en oposición)
Cada figura (de mujeres o varones)aparece sola de forma independiente. Se usan, en este
257
caso, las figuras aisladas de varones y de mujeres con la intencionalidad de ejemplificar
roles sociales deseables para la promoción del producto de que se trate, bien a través de
mecanismos de identificación, bien para poner en marcha procesos de aprendizaje vicario.
Es un caso muy interesante el de presentar a una mujer o un hombre reales que tengan
fama y prestigio social por algún motivo (ser actriz o actor de cine, o cantante famoso,
deportista, etc) y esta persona es la que propone el consumo del producto. Se sobreentiende
que ha de ser un producto de gran calidad como por ejemplo un reloj de marca o una
bebida exquisita.
Aparecen mujeres y varones en interacción. Son los casos en que el anuncio muestra
que sus roles sociales se relacionan de diversas formas: a) son complementarios. Por
ejemplo cuando aparecen los miembros de la familia, especialmente si se ven juntos los
dos miembros de la pareja, o se hace referencia a papá y mamá o al matrimonio, en
conjunto. También si hay una pareja de abuelos, o padre e hijo; o
profesorado/alumnado.... b) son opuestos o actúen en oposición. Se suelen presentar (en
imágenes o en palabras) antagonismos o falsas competencias. Incluso "guerras" abiertas
o no declaradas. c) son paralelos, es decir que se muestra un anuncio protagonizado por
un varón exactamente igual a otro protagonizado por una mujer.
A veces este paralelismo es falso en el sentido de poner a mujeres y hombres en el
mismo plano porque, bien en la imagen bien en el texto se cuelan estereotipos. Un
ejemplo clásico puede ser el de dos anuncios institucionales de Hacienda que
aparecieron hace pocos años en los que se pedía a la ciudadanía que tributase
correctamente. En uno de los anuncios figura un varón y en el otro una mujer. El texto
es idéntico en ambos pero la imagen no. El varón está en la calle, el mundo público, en
una actitud corporal y con unas ropas que sugieren actividad de tipo laboral. La mujer
está en el interior, en albornoz, con un bebé en los brazos como si lo acabase de bañar,
en una clara función maternal dentro del mundo privado. Esta asignación de roles choca
con el espíritu aparentemente igualitario con el que Hacienda se dirige a ambos: el
mismo texto, colorido igual, idéntica estructura general del anuncio, etc. Los anuncios
en paralelo como estos en los que se pueden ver estereotipos negativos sobre los roles
de ambos géneros pero más sobre las mujeres, son la mayoría.
258
apreciación semejante en imagen móvil. La relación entre las figuras de personas y el
producto, en cuanto al espacio ocupado tiene muchas lecturas por la importancia que
tiene visualmente este espacio. Es una relación cuantitativa que tiene una graduación en
cuatro niveles de presencia referidos a la figura humana: "Máxima, Media, Mínima y
Nula”. Es decir que si la imagen humana ocupa la mayoría del espacio habría que
calificar la proporción de máxima, y así sucesivamente.
Pero como también el texto cuenta, hay que analizar qué dicen las palabras, la parte
verbal del anuncio, porque en casos de presencia nula, cuando no hay imagen humana, a
veces el texto le habla a alguien, utilizando la segunda persona, dándole la importancia
que la imagen le negó.
259
mayoría generalizada ya que no se pueden definir, en tanto que consumidores, con
características acordes o aproximadas a los estereotipos de género, masculinos y femeninos
tal como se han entendido hasta ahora.
Estamos hablando de tres casos diferentes, uno referido al sexo junto a las características
clásicas de género -como opción del rol social- y los otros dos a la circunstancia que se
produce al cruzar las dos principales variables biológicas que definen a las personas: la
edad y el sexo de nacimiento. Su importancia deriva de que estos tres colectivos tienen,
cada vez más, poder adquisitivo lo cual les hace ser objetivos apetecibles para el marketing
de determinados productos que, si bien han comenzado siendo escasos y muy exclusivos,
cada vez se van generalizando más.
El primer caso, en el que se consideran sexo y género, lo constituyen las personas que,
para vivir su sexualidad, han hecho opciones homosexuales. Por lo tanto rechazan
también los roles de género tal como se han definido hasta el momento. Para el segundo
y tercer caso consideraremos una perspectiva interesante para la publicidad: no sólo la
variable género sino también la edad cuando ésta determina grupos sociales tan
importantes en la sociedad actual como son las personas mayores y la juventud. Ellos
son los otros dos colectivos a los que hemos incluido en nuestro estudio.
El colectivo homosexual se hace actualmente muy presente y sobre todo muy visible en
la escena social. Las personas que lo forman son cada vez más dignas de ser tenidas en
cuenta como consumidores, es decir como foco de atención de la publicidad. Son
personas que hasta hace muy poco tiempo eran cuando menos ignoradas e invisibles si
no se les perseguía o marginaba. Los colectivos homosexuales (formen o no
asociaciones) están dejando de ser considerados como grupos marginados o aislados
para pasar a engrosar las filas de la “ciudadanía de a pie” sin tener que ocultar su opción
260
sexual y su negativa a incluirse en las tradicionales caracterizaciones de género. Ahora
son vistos como miembros de la colectividad social sin ningún tipo de adjetivo.
Los anuncios dedicados a estos colectivos o que utilizan en sus mensajes figuras
humanas que podrían identificarse como pertenecientes a ellos, son en su mayoría
cuidadosos, indefinidos, muy artísticos y sofisticados... Parecería que todavía está
presente la proscripción social vigente hasta hace muy poco. No obstante, ya va
apareciendo una expresión más directa en relación con este tema. En resumen, a veces
son mensajes muy directos y claros y otras veces son tan difusos o poco explícitos que
rozan lo subliminal.
Cuando los publicitarios se preocupan de seducir a sus públicos con figuras “sociales”,
estas figuras se construyen con un matiz de género determinado pero también con una
edad. Y cada una de estas características configuran algo atractivo, una imagen
prototípica con la que identificarse o a la que tomar de modelo para elaborar la conducta
consumista que está en la base motivadora del anuncio. Como un dato más de gran
interés, al estudiar un anuncio hay que prestar atención a los cruces entre edad y género
ya que podemos afirmar que se pueden encontrar unas constantes que demuestran cómo
y en que circunstancias predominan mas el género o la edad. En ciertas etapas del ciclo
vital, concretamente la Juventud y la Vejez, parece que prima la edad sobre el sexo. De
forma que el grupo diana para el vendedor y el publicista de su producto no es el de sexo
sino el de edad.
Las personas mayores, sean del sexo que sean son los "viejos", la "tercera edad", "nuestros
mayores", los "carrozas" etc. según el adjetivo de moda en cada momento, y de esa misma
forma se les va considerando ya como un grupo consumidor específico y consolidado, y
sus intereses se refieren a los problemas más generales y acuciantes de su edad. Su rol
social lleva caracterizaciones objetivas (la jubilación) o afectivas (ser abuelo o abuela)
propias de su edad. De todas formas, hasta ahora han sido muy escasos los espacios
mediáticos dedicados a ellos, y por lo tanto también es escasa la atención prestada por los
publicitarios. Pronto, posiblemente cambie este panorama, incluso se puede decir que está
cambiando ya, puesto que las personas mayores van siendo consideradas por el mundo
del marketing como "el poder de plata". Son muchos y su vida mejora en cantidad y
calidad de forma que su capacidad adquisitiva no puede despreciarse. Además se
261
identifican a sí mismos como tales personas mayores, es decir, como un colectivo
definido por la edad.
En los anuncios, las personas mayores aparecen como dos símbolos muy atractivos: el
de la ternura (abuelo nieto) y el enlace con el pasado y la tradición, y el de la seguridad
y la garantía de comodidad y calidad de vida (anuncio tabaco señor mayor) como una
especie de premio al trabajo y la constancia de toda una vida (chocolate del loro). Son
anuncios que van no sólo a el colectivo de la tercera edad sino a todo el público
espectador porque muestran un futuro que todos desearíamos. La imagen social de la
ancianidad según aparece en los medios informativos y de opinión y según aparece en la
publicidad puede llegar a ser muy diferente.
La adolescencia y la juventud se estudian ya como una etapa muy amplia de la vida que
puede estar entre los 13 y los 25 años. Sus miembros, aunque no gocen en general de
demasiada autonomía económica son indudablemente, compradores potenciales de
muchos productos. La "gente joven" consume en razón de su juventud y se identifica, ante
todo, con su grupo de edad independientemente de que sean chicas o chicos. Muchos
anuncios en los que aparece esta “gente joven” tienen numerosas connotaciones de
"pandilla" (colonia) y muestran una alegría informal (el otro)en la que la juventud
disfruta de su edad y de una distancia ideológica (latinos) entre esa juventud y los
“adultos”. Y ya se habla en muchos foros psicológicos y sociológicos de ver a la
juventud como una “clase”, un colectivo de edad cada vez más presente en la escena
social como tal grupo.
262
psicólogos sociales y todos los demás estudiosos del tema y preocupados por el
tratamiento adecuado del género han de estar atentos a su extraordinaria riqueza y
movilidad.
6 Reflexión final
¿Cómo ve la publicidad a las mujeres y cómo son las mujeres en realidad? ¿Es que la
mujer es agredida y deformada por la publicidad o esto es uno de los muchos rumores
sociales que funcionan por nuestra sociedad contemporánea? Hay que reconocer que en
el anuncio (una de las formas persuasivas más elaboradas y abundantes) se manejan
elementos de amplio matiz simbólico en los que, con demasiada frecuencia, se muestran
componentes sexistas. Y eso tiene que desaparecer. Los profesionales de la publicidad
se deben hacer eco de la lucha por la dignidad y la conciliación, de la aspiración a la
igualdad de oportunidades para el desempeño de todos los roles sociales y, en
consecuencia, es preciso que presenten en los mensajes publicitarios imágenes de
mujeres asociadas a valores positivos.
Por lo pronto, al observar el tratamiento social del hecho femenino, y buscar elementos
para una aproximación a su estudio, una primera reflexión puede plantearse en torno a la
complejidad y artificialidad del término "mujer" que encontramos igualmente como
concepto genérico que como realidad concreta. Cuando se habla de "mujer" parece que se
la trata desde un enfoque en el que se la considera como una entidad diferenciada
(filosófica, cultural, psicológica) a la que se le concede una nota de uniformidad propia de
un grupo humano homogéneo mucho más allá de la simple caracterización sexual
biológica. Esto es un error importante porque no existe un colectivo formado por seres
uniformes que se llame la mujer. Hay “las mujeres”, que no son todas iguales, son muchas
y diversas personas muy diferenciadas entre sí dentro de la escena social.
263
sociedad, han estado vigentes hasta hoy. A consecuencia de este proceso, que es quizás
uno de los más característicos del momento histórico actual, cada mujer podrá construir su
identidad con un autoconcepto y una autoestima totalmente individualizados en los que la
madurez y la consistencia personales incluyan, entre otros muchos datos, una equilibrada
posesión de su sexo y de su género.
264
III. REFLEXIONES FINALES:
¿CÓMO “DECIR EL GÉNERO” CON CORRECCIÓN?
265
266
12 ACCIONES POSITIVAS EN EL TRATAMIENTO DE LA INFORMACIÓN
267
I PARTE: LAS BASES TEÓRICAS
1 El desarrollo cronológico
Con la consolidación de los modelos del libre flujo de la comunicación se iniciaba un
larguísimo período de estabilidad aparente pero de asimilación/adquisición de unos
valores asociados a unos productos o mercancías de base cultural-comunicativa y de
índole económica y simbólica. No será hasta 1978 cuando la Asamblea General de la
UNESCO en su Declaración sobre Medios de Comunicación Masivos apuntille que
además del libre flujo es necesaria una más amplia y equilibrada divulgación de la
información. La decisión que siguió a este planteamiento general es de todos conocida,
evidenciada en el Informe McBride (1980) y sistematizada ulteriormente en el
nacimiento de una construcción normativa: el derecho a comunicar. Establecido en la
Recomendación 54 que recordaba que “las necesidades de la comunicación en una
sociedad democrática deberían estar aparejados a la extensión de los derechos
específicos como el derecho a ser informado, el derecho a informar, el derecho a la
privacidad, el derecho a participar en la comunicación pública” (UNESCO, 1988)
Pero frente a los avances se detectaba un déficit cuasi imposible de justificar porque las
iniciativas en este sentido eran prácticamente coetáneas. En 1978 en el marco de la
Conferencia de la Mujer de México –dentro de las actividades de la Década
Internacional de la Mujer de las Naciones Unidas (1975-1985)-, se reconocían las
posibilidades de los medios de comunicación para promover los cambios sociales y de
actitudes, para acelerar la participación de la mujer en la sociedad y para estimular su
integración al desarrollo en pie de igualdad; desde luego en estos planteamientos estaba
la certeza de que el uso de los medios de comunicación constituía un presupuesto de
eficacia de toda política social, en este caso en favor de las mujeres. Paradójicamente,
las instituciones que simultáneamente estaban debatiendo los problemas nacionales e
268
internacionales de la comunicación -transnacionalización, democratización de las
comunicaciones, la publicidad, los flujos comunicativos, los problemas de colonización
cultural a través de los medios- hacían poco por vincular este debate, que no era ni más
ni menos que la batalla por el acceso igualitario al flujo comunicativo y a las políticas a
favor, también, de las mujeres. No otorgaron ni otorgan especial importancia a estas
necesidades a pesar de referirse a temas que las mujeres destacamos como
emblemáticos en nuestra relación con los medios de comunicación: acceso, control,
necesidades, capacitación, sub-representación, marginación, distorsión. Fueron y son
problemáticas comunes a mujeres y a hombres, a colectivos que ejercen la capacidad de
comunicarse y con ella manifestar su poder, frente a grupos cuya facultad comunicativa
-personal y social- está atrofiada; son reivindicaciones equidistantes y frecuentemente
demasiado ajenas entre sí en lo que debería ser un frente común.
269
organizaciones de comunicación con perspectiva de género intervienen y relatan
acciones en todos los niveles: locales, nacionales, regionales e internacionales.
Denuncian, asimismo, que la consolidación del poder androcéntrico, centralizado por
las transnacionales de la comunicación, impide la transformación substancial de las
tendencias globales hacia una óptica más democrática. Frente al vínculo efectivo, la
capacidad de los grupos hegemónicos para aliarse con sus pares, incluso en la periferia,
redujo estos planteamientos a lo que Margaret Gallagher (1983) sintetizó en: los
problemas de las mujeres en los medios de comunicación (su ausencia) y la imagen de
la mujer en los medios de comunicación (sus defectos).
270
1983) volviendo a vincular la representación con el empleo de las mujeres en este
ámbito. Es en el 2º Programa de Acción Comunitario (1986-1990) donde se menciona
explícitamente a los medios como sector clave para influir sobre la opinión pública. La
estrategia se mantuvo en el Tercer Programa (1991-1995); posteriormente se fue
concretando en aspectos específicos, enmarcando objetivos y limitando áreas. Para
entonces, eran ya las Comunidades Autónomas las que asumían estas competencias y
adaptaban el espíritu general a las circunstancias socioeconómicas y culturales de cada
región enfatizando en unas circunstancias la misión de los medios audiovisuales
públicos y en otros la representación, por ejemplo, de roles y situaciones renovadas.
271
canal". Definido el término, su complejidad no se hace esperar: estamos intentando
controlar un elemento que es a la vez la fuente del mensaje, su creador y su productor,
que frente a la subjetividad del individuo esgrime la objetividad del grupo profesional,
que defiende a ultranza su misión social mientras mantiene un funcionamiento
coherente con la actividad empresarial. Desde esta perspectiva múltiple, difícilmente
podemos establecer una única lógica productiva y articular un mecanismo concreto –
unas recomendaciones- que prescriban modos y criterios estables para determinados
tratamientos informativos de una materia prima que es, en esencia, mutable.
No es tampoco casual que nuestras críticas se dirijan hacia los niveles inferiores de las
operaciones productivas -la redacción-, dejando a los niveles más altos de la
planificación económica y de la programación política prácticamente inexplorados,
cuando es justamente aquí donde existe la posibilidad de rechazar y seleccionar la
información en consonancia con la gama de presiones que se ejercen en un determinado
sistema social. Esta es la dimensión del gatekeeper (seleccionador) que actúa en los
canales de información como filtro con la capacidad de decidir entre dejar pasar la
información o bloquearla; más que una capacidad personal, en esta función pesan más
las normas de empleo, las profesionales y las organizativas, es decir, la acción se
justifica y legitima y se ejerce explícita e institucionalmente. Desde esta perspectiva, la
toma de decisiones respecto a la inclusión o no de un acontecimiento, así como su
tratamiento, cobertura y ubicación han de responder a criterios organizacionales
consecuentes con la línea editorial del medio y explicitados, por ejemplo, en los
respectivos libros de estilo.
Frente a esta vía si no grata al menos directa, se impuso una segunda perspectiva que
negaba la manipulación –propia, se afirma, de regímenes autoritarios no democráticos-
y achacaba el problema a una distorsión involuntaria que se produce constantemente en
la cobertura informativa. Pese al sentido evasivo, se trata de un enfoque mucho más
radical porque al reducir toda carencia y manipulación de la cobertura informativa
exclusivamente a presiones e influencias explícitas externas (la disponibilidad temporal,
la convivencia/supervivencia con la superficie publicitaria, las expectativas del público)
se niega desde luego la autonomía profesional y se eluden, desde luego, las carencias
vinculadas a las prácticas profesionales, a las habituales rutinas productivas, a los
valores compartidos e interiorizados sobre las modalidades de desarrollar el oficio de
272
informar. Y es más, mientras que la primera tendencia actúa en el plazo corto y respecto
a la selección de un acontecimiento particular, en este caso se corresponde a la marcha
normal de la cobertura informativa durante largos períodos de tiempo.
En plenitud de esta tendencia evasiva, se alude a los criterios propios que dotan de
noticiabilidad a los hechos. Así los criterios se especifican, jerarquizan y distribuyen de
tal forma que se asemeja a una malla o rasero que, puesta sobre la realidad, filtran unos
acontecimientos u otros. Como señala Tuchman, siguiendo la metáfora de la red, en
función de la trama el filtrado es más o menos amplio; pero lo que subyace, sin duda, en
este planteamiento es la exculpación total del emisor (el individual y el colectivo) de sus
intereses y de sus criterios ideológicos o profesionales, y el acercamiento progresivo al
propio hecho y a sus circunstancias, que por otra parte siempre son relacionales. Con
todo, la noticiabilidad está constituida por el conjunto de requisitos que se exige a los
acontecimientos para adquirir la existencia pública de noticias; corresponde al conjunto
de criterios, operaciones, instrumentos con los que los aparatos de información abordan
la tarea de elegir cotidianamente, entre un número imprevisible e indefinido de
acontecimientos, una cantidad finita y tendencialmente estable de noticias. Todo ello,
equivale a introducir prácticas productivas estables sobre una “materia prima” –lo que
ocurre en el mundo- de naturaleza extraordinariamente variable e imprevisible.
273
la agencia EFE, y establece que en esta fase la dimensión del género sistemáticamente
se niega o se desconoce y solamente contadas preocupaciones pueden achacarse a
sensibilidades individuales. Más allá de las tomas de decisiones puntuales, el terreno
para este tipo de análisis es el estructural donde se producen las condiciones y
planteamientos desde los que se aborda la compleja tarea de interpretar la realidad;
justamente aquí se originan estos mecanismos: unos proceden de la organización
empresarial, otros de la cultura periodística, los siguientes derivan del contexto
sociocultural, mientras que los últimos emanan de la idiosincrasia individual de los
profesionales. De esta manera, cualquier intento por intervenir, modificar, tutelar o
fiscalizar el producto resultante –los mensajes difundidos a través de los medios de
comunicación- resultará una tarea si no inútil al menos incompleta.
Como hemos visto el proceso se origina justamente en aquellas instancias que poseen la
capacidad de seleccionar, jerarquizar y tematizar los hechos; en estas tareas mujeres y
hombres profesionales intervienen en una medida u otra, pero ambos han aprendido –en
una lógica que es más empresarial que informativa- a no plantear asuntos
inconvenientes que sean rechazados, a focalizar determinados asuntos en función de las
secciones donde serán insertas, a fragmentar la realidad en función de prioridades
varias. Cualquier reflexión que cuestione este orden de cosas tendrá que ser, por
naturaleza, conflictivo,... pero tendrá que ser así o no serán más que una serie de
acciones bienintencionadas pero limitadas.
3 De la incorporación a la representatividad
A inicios de los noventa, la socióloga Liesbet Van Zoonen (1994) pronosticaba que el
cambio de paradigma que informa la relación entre las mujeres y los medios de
comunicación habría de plantearse desde una triple perspectiva: con el incremento
paritario de mujeres en las redacción periodísticas y en los medios de comunicación
audiovisual, en el aumento progresivo y equitativo de las mujeres como personajes
referenciales, y en la modificación de los contenidos y discursos.
274
supone responsabilidad ni capacidad de decisión: las profesionales contaban con
handicaps como la férrea jerarquización de las redacciones, la propia organización
periodística que prioriza determinadas temáticas en menosprecio de otras muchas, o el
más general para cualquier ámbito laboral que culpabiliza al llamado “techo de cristal”
que coarta carreras profesionales en función del escaso reparto de responsabilidades en
el ámbito doméstico (garcía de cortázar y garcía de león, 2000) y que presenta como
automarginación lo que en realidad es un mecanismo sofisticado de exclusión. A la
mayor capacidad organizativa, mayor dedicación y mayor preparación que se reconocen
las profesionales y reafirman sus compañeros, estiman el menor apoyo de la empresa y
la menor disponibilidad horaria y dedicación. En este sentido, estiman las autoras que
más de la mitad de los profesionales –hombres y mujeres- se habían planteado alguna
vez o muchas dejar la profesión a causa de los sacrificios, el estrés, las dificultades en la
vida familiar, etc.
275
alumnado universitario es mayoritaria en valores absolutos: el 54% en España y el
56.30% en Andalucía (INE. Estadística de la enseñanza universitaria en España).
276
II PARTE: LAS ESTRATEGIAS
La ampliación del enfoque hacia todo el proceso comunicativo y especialmente hacia los
niveles primarios de producción informativa origina quizás cierta complejidad pero
permite, a su vez, clasificar las acciones. De un lado, las que competen a los profesionales;
de otra, las que crean las instituciones públicas. No obstante, unas y otras no son paralelas
sino confluentes. Cualquier acción, independientemente del sujeto iniciador, que incida en
esta línea redundará no solamente en el tratamiento igualitario de mujeres y hombres sino
en la quiebra de unas prácticas productivas que logran separar cada vez más el debate de la
opinión pública de los asuntos que interesan a la ciudadanía. Esto no supone, por supuesto,
reincidir en la discusión que parece actual sobre la conveniencia o no de las temáticas
populares: sexo, sucesos y deporte, tan frecuentes en la prensa popular e imprescindibles
para entender el tránsito desde la prensa política a la de masas a finales del XIX. Significa,
eso si, evaluar el proceso productivo: la tarea es inmensa pero los resultados son
amplificables y no sólo repercutirán en nuestro objeto de estudio sino en la adecuación de
información a una realidad diversa.
Respecto a la selección, una mirada más equitativa pasaría por redefinir los valores
noticiables y, con ello, el interés periodístico. La obligación de no confundir lo
conflictivo o espectacular con lo importante (art. 30 del Código Deontológico Europeo
de la Profesión, 1993) no es una cuestión accesoria. Desde que Breed diferenciara en
1956 entre noticia e interés humano porque la primera se refería a la información seria
y la segunda a la diversión, la individualidad y el sensacionalismo, la mezcla es ya
indisoluble: esa palpable realidad del llamado infoentretenimiento, hace del sexo o de la
condición sexual del protagonista de la información un componente activador del valor
noticiable, tal y como ha estudiado Dader (2000), si bien su presencia alude a los
277
resortes clásicos de la apelatividad periodística: conflicto, impacto dramático, accidente,
inusualidad, escándalo, morbo o emotividad. Desde este punto, no es difícil entender
porqué las recomendaciones emanadas de asociaciones profesionales e instituciones se
han decantado casi en exclusividad hacia el tratamiento informativo de la violencia
contra las mujeres.
Con esa materia prima diferente, se impone pues una organización de la información
que evite tanto los errores más evidentes –adscribir las profesiones a un determinado
278
sexo- como los más sutiles, como por ejemplo el uso diferencial de guiones de
entrevistas para hombres y mujeres o identificar a las mujeres en función de su
parentesco con un varón prominente. Luego, esas informaciones se ubican en las
diferentes secciones, donde vuelve a incidir una distribución jerárquica, donde
predominan unas secciones imprescindibles (Política Nacional e Internacional y
Economía), con otras necesarias (Deportes, Cultura, Espectáculos), y algunas
soslayables (Sociedad, Gente). El efecto es doble: el inmediato, valorativo; el posterior,
cognitivo en tanto que se produce una focalización o reducción informativa
determinados -un frame o enfoque-: en Política, se centra en partidos e instituciones; en
Internacional, en conflictos o desastres; en Deportes en competición de élite; en
Economía, en la circulación de capitales y empresas; en Sociedad, donde la presencia de
las mujeres es mayoritaria, en los sucesos.
279
“la inmigración y el racismo, las catástrofes y tragedias humanitarias, conflictos y
situaciones de riesgo para los periodistas, imagen y presencia de la mujer en los medios,
violencia doméstica contra mujeres, discapacidad y comunicación para el desarrollo”.
280
Deontológico Europeo de la Profesión Periodística (1993) afirma en su artículo 16 que
“el tratamiento ético de la información exige que se considere como destinatarios de la
misma a las personas consideradas en cuanto a tales, no como masas”; el mantenimiento
de modelos y estereotipos prejuiciosos atenta directamente contra este precepto, que
constituía el espíritu del principio séptimo de la Declaración sobre la conducta de los
periodistas (1954, enmendada en 1986) de la FIJ: “El periodista se cuidará de los
riesgos de una discriminación propagada por los medios de comunicación y hará lo
posible para evitar que se facilite tal discriminación, fundamentada especialmente en la
raza, el sexo, la moral sexual, la lengua, la religión, las opiniones políticas y demás, así
como el origen nacional o social”. Sobre este sustrato normativo podría reivindicarse
una figura jurídica que velase por su cumplimiento, una especie de mecanismo de
autocontrol que podría llamarse Ombudsman si no fuera por la ironía del sufijo.
281
Octava. Es importante destacar el valor de las mujeres que denuncian malos tratos para
no caer en victimizaciones; estas mujeres se enfrentan con valentía a una realidad no
deseada.
Novena. Es importante promover el rechazo social a la violencia contra las mujeres:
el silencio nos hace cómplices.
Décima. Es importante informar de los recursos públicos existentes, teléfonos de
emergencia y acciones a emprender.
282
Mientras, la tutela institucional posee una función auditora sobre los contenidos
publicados que implica una dimensión mucho más importante: crea conciencia de que la
ciudadanía tiene el poder de interactuar con los medios, dar su opinión sobre los
productos mediáticos, y ejercer el derecho a cuestionar los mensajes de los medios y
proponer alternativas. Los grupos de mujeres han comprobado que el monitoreo provee
de evidencias irrefutables sobre la continua falta de equilibrio en la representación de
las mujeres y los varones en los medios de comunicación, en términos de posición
social y autoridad. Los futuros profesionales de la comunicación, el alumnado de
nuestras Facultades, han de implicarse en esta tarea que es la del derecho a informar en
igualdad.
283
284
13 CAMBIAR EL LENGUAJE SEXISTA DE LOS MEDIOS
Susana Guerrero Salazar
Universidad de Málaga
285
Estados miembros que fomenten el empleo de un lenguaje que refleje el principio de
igualdad. Con tal objeto, sugiere que se adopten medidas como las siguientes:
286
Otro paso importante en materia de igualdad lingüística se produce en 1990, cuando el
Ministerio para las Administraciones Públicas y el Ministerio de Asuntos Sociales
(Instituto de la Mujer) coeditaron un Manual de Estilo del Lenguaje Administrativo, el
cual dedica un apartado al uso no sexista del lenguaje en la Administración con la
finalidad de fomentar la aplicación de sus recomendaciones en el conjunto de las
Administraciones Públicas.
Las mujeres que obtuvieran su título, certificado o diploma oficial del Ministerio de
Educación y Ciencia o de los Rectorados de las diversas universidades con fecha
anterior a la entrada en vigor de esta Orden podrán solicitar de nuevo la expedición de
287
los documentos con el género gramatical corregido. Para ello solo tendrán que pagar el
precio fijado para los duplicados.
288
El lenguaje constituye un importante espacio simbólico con gran capacidad para
conformar nuestra mente y nuestro comportamiento. Las resistencias y reticencias a
utilizar un lenguaje sexuado, a pesar de las recomendaciones realizadas por distintos
organismos ya desde hace mucho tiempo, constituyen una muestra de que no se ha
asumido la necesidad de utilizarlo porque la realidad continúa analizándose desde una
pretendida neutralidad que no hace sino buscar la inclusión de las mujeres en el
referente masculino ya existente. […]
Se velará por el cumplimiento de las disposiciones relativas a la utilización de un
lenguaje no sexista en todos los documentos emanados de la Administración y de
los centros escolares.
Muchas de las guías y manuales son fruto de proyectos o planes de igualdad que vienen
impulsados desde las instituciones. Destacan así las realizadas por los distintos
Institutos de la Mujer (que con frecuencia colaboran con otras instituciones en la
edición de estas recomendaciones), los Ayuntamientos y las Diputaciones. Aunque en
menor medida, también algunos Parlamentos, Sindicatos, Empresas, Universidades,
Bancos o Cajas de Ahorros se han sumado a esta empresa y han editado normas para
que su personal utilice un lenguaje igualitario en la práctica habitual de su trabajo.
Las recomendaciones dirigidas a los medios de comunicación son menos numerosas que
las realizadas para la administración, y, al igual que estas, suelen distribuirse y agotarse
con rapidez. Además, el hecho de que no se comercialicen dificulta el acceso e incluso
el conocimiento de su existencia. Entre estos trabajos, destacamos Sexismo y redacción
periodística. Guía de estilo 2 (Bengoechea y Calero Vaquera, 2003), Manual de
información en género (López Díez, 2004), La mujer construida. Comunicación e
identidad femenina (Suárez, 2006), Guía para un uso igualitario del lenguaje
periodístico (Ayala Castro, Guerrero Salazar y Medina Guerra, 2006) y los trabajos
289
realizados por Laviña (editados por la Federación de Mujeres Progresista) y los de
Lledó Cunill que se citan en la bibliografía.
290
5.1. La regla de inversión
Incurrimos en sexismo lingüístico cuando las palabras o estructuras que empleamos
son discriminatorias para alguno de los sexos. Para detectar el sexismo lingüístico
resulta de gran utilidad la llamada regla de inversión, que consiste en sustituir los
términos femeninos por los correspondientes masculinos, y a la inversa. Si al hacerlo
descubrimos que la frase resultante no es políticamente correcta o nos suena extraña, es
muy probable que sea sexista. Así ocurre en el siguiente ejemplo:
Asistió al festival acompañado de su mujer/*Asistió al festival acompañada de su
hombre.
a) Metonimias
Para evitar el masculino genérico podemos, en determinadas ocasiones, aludir, en
vez de a la persona, a su cargo, profesión, titulación, lugar de procedencia…
Los Andaluces han salido a la calle para protestar.
Andalucía ha salido a la calle para protestar.
291
b) Abstractos, colectivos, epicenos
Los abstractos son sustantivos que denominan cualidades, sentimientos,
emociones, instituciones que no se pueden localizar físicamente: presidencia, alcaldía,
dirección, inspección…
Lo haremos cuando nos avise el presidente.
Lo haremos cuando nos avise presidencia.
Los colectivos son sustantivos que en singular aluden a un grupo de seres con
independencia de su sexo: personal, comité, ejército, funcionariado, alumnado,
clientela…
Mañana daremos una copa para los trabajadores de la empresa.
Mañana daremos una copa para el personal de la empresa.
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d) Omisión de masculinos innecesarios
En muchas ocasiones se puede omitir el sujeto en masculino genérico y, o bien
mantener tan solo los morfemas verbales, o bien cambiar por otra construcción verbal,
como imperativos, infinitivos o estructuras con se. Ejemplos:
Para conseguir los impresos, uno puede acceder a la documentación que se
encuentra en la página web.
Para conseguir los impresos, se puede acceder a la documentación que se
encuentra en la página web.
e) Perífrasis
Las perífrasis son otra opción para sustituir a los masculinos genéricos. Desde un
punto de vista estilístico, son preferibles a los desdoblamientos, ya que no producen
el efecto repetitivo de estos. Ejemplos: pueblo catalán, clase política, comunidad
escolar, personal sanitario, servicio doméstico, etc.:
293
5.3. El término hombre
El sustantivo hombre posee un doble valor en español, según se use como génerico
(con el significado de ‘persona’), o como específico (con el de ‘varón’). Pero no
siempre resulta fácil interpretar el sentido exacto y, cada vez con más frecuencia,
surge la confusión. Por ello, lo recomendable es utilizar el término hombre para
referirse solo al sexo masculino y utilizar otras posibilidades más claras como
persona, ser humano, etc. cuando se pretenda englobar a los dos sexos. Ejemplos:
Incluso cuando el sentido del término femenino indica una categoría profesional,
esta suele ser más baja que su correspondiente masculino (gobernante ‘hombre que
desempeña labores de mando’/gobernanta ‘mujer encargada de la administración de
una casa o institución’, secretario ‘hombre que desempeña un alto cargo’/secretaria
‘mujer que se dedica a tareas subalternas’, etc.). Solo el uso de las formas femeninas
de modo simétrico a como usamos las masculinas, es decir, en los mismos contextos
y con el mismo valor, conseguirá desterrar el carácter despectivo o inferior que la
comunidad hablante asigna a determinadas palabras cuando se refieren a las mujeres.
En este sentido, los medios de comunicación desempeñan un papel primordial, ya
294
que son los grandes difusores de las nuevas tendencias lingüísticas en nuestros
tiempos.
295
5.6. El adrocentrismo y el salto semántico
En los medios de comunicación ocurre a veces que cuando un texto está escrito o
leído por un hombre, este suele olvidar que las mujeres son también receptoras de su
mensaje. Surgen así discursos que están construidos de un modo androcéntrico. Para
que esto no suceda se debe tener presente que el público está constituido por los dos
sexos y que, por tanto, hay que dirigirse a ambos, sin discriminar ni ocultar a
ninguno de ellos.
296
c) Otras veces advertimos un tratamiento asimétrico cuando los hombres son
nombrados por su condición, profesión, estatus social, nacionalidad, etc., mientras
que de las mujeres solo se resalta su condición sexuada.
Participaron en el debate tres periodistas y dos mujeres.
Participaron en el debate tres periodistas y dos abogadas.
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Para no reforzar estas ideas, conviene tener en cuenta, en primer lugar, que hay que
evitar alusiones innecesarias al aspecto físico y a la vestimenta de las mujeres; en
segundo lugar, que no debemos presentar a las mujeres como seres inferiores,
secundarios o pasivos; en tercer lugar, que hay que eludir los tópicos que relacionan a
hombres y a mujeres con determinados papeles (los hombres son los independientes,
mientras que las mujeres están ligadas a las tareas domésticas).
5.9. Recomendaciones
A modo de decálogo recuerda las siguientes recomendaciones:
1. Introduce la perspectiva de género siempre que puedas para poner de manifiesto
las diferencias y desigualdades entre los sexos.
2. Visibiliza a las mujeres a través del lenguaje y de las imágenes. Incrementa el
escaso protagonismo de las mujeres en los medios de comunicación, ampliando,
por ejemplo, las citas textuales de las mujeres o el tamaño de las fotos en las que
aparecen como protagonistas de la noticia.
3. Preséntalas en las mismas condiciones que a los hombres.
4. Nómbralas con su nombre y apellido.
5. Evita presentarlas de modo subordinado o dependiente.
6. Cuando hagas referencia expresa a los dos sexos, alterna el orden de
presentación.
7. Elimina los términos mujer(es) o femenina(s) cuando resulten innecesarios.
8. Utiliza el femenino en cargos y profesiones.
9. Evita los estereotipos sexistas.
10. No olvides que la economía no está reñida con la utilización de un lenguaje
igualitario y, sobre todo, que la claridad informativa prevalece sobre el principio
de economía.
298
IV. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
299
300
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Ofrecemos una relación de obras sobre los temas tratados en esta obra como una simple
muestra de la abundante producción en estos campos de conocimiento. En los
momentos actuales la información bibliográfica es de fácil acceso y tanto en las
bibliotecas como en las localizaciones de Internet se pueden encontrar las más variadas
referencias para lecturas y estudios sobre los medios.
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Madrid: Fundamentos.
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