CONFESIÓN DE VIDA Yami
CONFESIÓN DE VIDA Yami
CONFESIÓN DE VIDA Yami
SANTISIMA CONFESIÓN
“Ven a los brazos de tu Padre que te ama eternamente”
“Dios mío, quiero amarte como te ama la Reina del Cielo, mamita María”
Amor Divino para el corazón humano,
Perdón Divino para el pecado humano.
“No temas, que yo te he rescatado,
Te he llamado por tu nombre, tu eres mío”
“Misericordia Dios mío por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa,
Lava del todo mi pecado, pues yo reconozco mi culpa” Salmo 50
Dios mío, tú conoces mi pasado, mi presente, mi futuro.
Te reconozco como mi Dios, mi Señor, mi dueño, mi amo.
¡Señor, ten misericordia de mí que soy un pobre pecador!
Vive con fe, amor, seriedad y sinceridad tu encuentro con Dios en el Santo Sacramento de la
confesión. Dios es el Padre amoroso, déjate abrazar de la grandeza del perdón Divino que te da la
oportunidad de vivir su Divino Amor. Cuando te arrodillas ante la Divina Majestad de Dios, lo
haces como un hijo pecador, arrepentido de haber ofendido su Amor eterno; y cuando recibes el
Santo Perdón de su Corazón, te levantas como un Santo hijo de Dios.
Vive la experiencia del Santo Sacramento de la Confesión, prepárate como hijo que necesita de su
Padre Creador.
EXAMEN DE CONCIENCIA: Consiste en recordar todos los pecados que hemos cometido después
de la última confesión válida.
ARREPENTIMIENTO: Consiste en sentir sincero dolor por haber ofendido a Dios y detestar el
pecado. Para alcanzar el arrepentimiento hay que pedírselo a Dios.
CONFESION: Consiste en decirle al Sacerdote todos los pecados que hemos descubierto al hacer
conciencia. Esta confesión de los pecados debe ser:
COMPLETA: Es decir, sin callarse ningún pecado grave. Para una confesión profunda y provechosa
es necesario confesar todos los pecados recordados.
2
PRUDENTE: Es decir, que debemos usar palabras correctas y adecuadas, y no debemos nombrar y
acusar a otras personas o descubrir pecados ajenos.
Te vas a confesar de acuerdo a la VERDAD DIVINA, a lo que Dios ha mandado y no de acuerdo con
lo que piensa el mundo. Dios es el Creador, yo soy su creatura: DEBO OBEDECERLO.
¿He amado a Dios sobre todas las personas y las cosas creadas?
¿He amado a otra persona más que a Dios?
¿He amado una cosa más que a Dios?
¿He idolatrado a alguien o a algo o a mí mismo?
¿He dudado de la existencia de Dios?
¿He tenido pensamientos malos en contra de Dios?
¿He sentido odio o rabia contra Dios?
¿He renegado alguna vez contra Dios?
3
¿He ido a la Santa Misa con afanes, sin fe y sin deseo, solo por ir?
¿Me he portado en la Iglesia con respeto y dignidad?
¿He dejado de asistir a la Santa Misa los domingos y las fiestas de precepto?
¿He dejado de asistir a la Santa Misa por ir a otros lugares o estar con otras personas?
¿Tengo otros dioses, es decir, cosas en las cuales me preocupo y confío más que en Dios, es decir,
el dinero, la fama y el poder?
¿He trabajado sin necesidad los domingos y días de fiesta de precepto?
¿He cumplido mi deber como Bautizado?
¿He cumplido mi deber como confirmado?
¿He visitado a los enfermos frecuentemente?
¿He sido fiel a mi Bautismo?
¿Me he comportado como hijo de Dios?
¿He dado testimonio de Dios?
¿He creído firmemente en la presencia de Dios en la Santa Misa?
¿He comulgado en estado de gracia o en pecado mortal?
¿He comulgado sin confesión?
¿He dejado de confesarme durante mucho tiempo?
¿He adorado a Dios en la Santa Eucaristía?
6
¿He robado?
¿He devuelto lo que he robado?
¿He respetado las cosas de los demás?
¿He devuelto oportunamente lo que me han prestado?
¿He pagado las deudas?
¿He cobrado intereses de usura, es decir, mayores de los permitidos por la ley?
¿He especulado con los precios de los artículos?
¿He engañado a los demás en el pesote o medida de los artículos?
¿He despilfarrado el dinero en cosas innecesarias?
¿He sido avaro y ambicioso para el dinero y las cosas?
¿He usado indebidamente los dineros públicos?
¿He obtenido o tratado de obtener servicios públicos o privilegios abusivos mediante soborno?
¿He practicado el contrabando?
¿He reparado los daños que he causado?
¿He ejercido honestamente mi oficio?
¿He formado parte de grupos delictivos o formado parte de sus actividades?
¿He sido solidario y generoso en la medida de mis capacidades con los pobres y necesitados?
¿He sabido compartir con los demás lo que soy y lo que tengo?
¿Le he robado a mi familia?
¿He pagado las deudas puntualmente?
¿He malgastado el dinero?
¿He sido responsable con mis obligaciones en el hogar?
¿He sido responsable con mis obligaciones en la sociedad?
¿He falsificado documentos oficiales del gobierno?
¿He hecho trampa con los servicios públicos?
¿He respetado a mis vecinos y sus posesiones?
¿He botado la comida de mi casa?
¿He robado en establecimientos públicos?
¿He engañado a alguien en los negocios?
¿He arruinado económicamente a alguien?
¿He sido un mal socio?
¿Me he aprovechado económicamente de alguien?
¿He hecho negocios sucios?
¿Me he aprovechado de la ingenuidad de alguien?
¿He sobornado a alguien?
¿He adulterado los precios en negocios?
¿He compartido algo robado con alguien?
¿He peleado con mi familia por la herencia de mis padres?
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Con Amor
Padre mío, gracias por tanto amor al darme tu perdón y la fe para seguir mi camino hacia Ti Señor
Jesús mío, gracias por amarme tanto, que tienes misericordia de mi pobre vida y me das otra
oportunidad más de vivir en Ti. Espíritu Santo mío, gracias por tu poder de perdón sobre mí,
dándome la fuerza para seguir en mi lucha de cada día. En el corazón de María Santa, te ofrezco
hoy y siempre mi vida, que Ella me guíe en la santidad.
ORACIONES DE AMOR
Oh María Reina de los Corazones, que habéis sido concebida sin pecado, os elijo hoy por Señora y
dueña de esta casa y os pido por vuestra Inmaculada Concepción, os dignéis preservarla de la
peste, del fuego, del agua, del rayo, de los terremotos, de los ladrones, de los impíos, de los
bombardeos y de los peligros de la guerra.
Bendecid y proteged las personas que habitan y viven en ella y concedednos la gracia de evitar el
pecado y todas las desgracias y accidentes.
¡Oh María Reina de los corazones, llena nuestros corazones de amor para papito Dios! (3 veces)
Padre, me pongo en tus manos, Tú eres mi Padre Creador, tómame y lléname de Ti, tómame y
posee mi vida. Tú eres mi Padre y yo soy tu Hijo, has en mi Tu Santa Voluntad, Tú me has creado
en tu infinito amor, soy todo tuyo. Tú eres mi Dios, ven y lléname de Ti, tú eres mi Señor, dame tu
presencia. Tú eres mi poderoso Señor, tómame y poséeme Dios mío.
Has en mí lo que tú quieras, sea lo que fuere, por ello te doy las gracias, estoy dispuesto a todo. Lo
acepto todo, con tal de que se cumpla tu voluntad en mí y en todas tus criaturas. No deseo nada
más Padre: has en mí, te lo ruego, tu Santa y Purísima Voluntad.
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Te encomiendo mi alma, te la entrego con todo el amor de que soy capaz, porque te amo y
necesito darme, ponerme en tus manos sin medida, con infinita confianza, porque tú eres mi
Padre. Padre mío, en el corazón de tu hija, Santa María, que tú y yo seamos uno.
Señor Jesucristo: Que tu presencia inunde todo mi ser y tu vida se marque a fuego en mis entrañas
para que pueda yo caminar a la luz de tu existencia; y pensar como tú piensas, sentir como tú
sientes, orar como tú oras, amar como tú amas. Pueda yo como tú, preocuparme por los demás,
ser sensible ante las dificultades de los demás, sacrificarme a mí mismo y ser al mismo tiempo
aliento y esperanza para los demás.
Pueda yo ser como tú: sensible y misericordioso, paciente, manso y humilde, sincero y entregado,
amoroso y comprensivo. Que ame a los niños con tu corazón, que ame a los jóvenes con tu amor,
que ame a todo con todo tu ser.
Que los que me vean te vean, que los que me escuchen te escuchen, que los que me abracen te
abracen, que los que me amen te amen, que sea yo transparencia de tu ser y de tu amor. Señor
Jesús, que en el corazón de la Santísima Virgen María, tú y yo seamos uno.
Recibe, ¡Oh Espíritu Santo! La consagración perfecta y absoluta de todo mi ser que te hago en este
día, para que te dignes ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de
mis acciones, mi Director, mi Luz, mi Guía, mi Fuerza y todo el amor de mi corazón. Yo me
abandono sin reservas a tus Divinas operaciones y quiero ser siempre dócil a tus Santas
inspiraciones.
Espíritu Santo, toma mi mente y llénala de tu Sabiduría Celestial, toma mi corazón y llénalo de tu
Santa Pureza, toma mi cuerpo y llénalo de tu Divinidad, toma mis fuerzas y llénalas de tu Santidad,
toma mi alma y llénala de tu amor, toma todo mi ser y poséelo con tu eternidad, tú todo en mí.
¿Oh Espíritu Santo! Dígnate formarme con María y en María según el modelo de vuestro amado
Jesús. Gloria al Padre Creador, Gloria al Hijo Redentor, Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén.