Literatura Infantil

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UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA

FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN


DIRECCIÓN DE ESTUDIOS DE POSTGRADO
AREA LINGÜÍSTICA

CONSTRUCCIÓN DISCURSIVA DE LAS POSICIONES DE PODER DE LOS


PERSONAJES EN CUENTOS ESCRITOS PARA NIÑOS

AUTORA: ÉLIDA LEÓN

Trabajo que se presenta para optar al título de


Doctor en Estudios del Discurso

Tutora
Dra. Martha Shiro

CARACAS, 2011
APROBADO EN NOMBRDE DE LA
UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA
POR EL SIGUIENTE JURADO EXAMINADOR

Dra Martha Shiro (Coordinadora)

Dra. Adriana Bolívar

Dra. Luz Marina Rivas

Dr. César Villegas

Dra. Thays Adrián


DEDICATORIA

A Ginely y Mariana, mis niñas.

A Eladio, mi padre.
AGRADECIMIENTOS

Quiero expresar mi más profundo agradecimiento y reconocimiento a las

personas que han hecho posible este logro:

A la Dra. Martha Shiro, tutora de esta investigación. Sus palabras de estímulo

y sus muestras de infinita paciencia fueron siempre el impulso necesario. Su

rigurosidad y su altísimo nivel académico la convierten en un invalorable modelo a

seguir. Gracias, Martha, por haber depositado tu confianza en que este trabajo sí era

posible. Vaya para ti mi más sincero afecto y admiración.

A la Dra. Adriana Bolívar por sus grandes enseñanzas y sus oportunas

muestras de afecto, que lograron mantener la motivación en alto en momentos de

flaqueza.

A la Dra. Franca Erlich, quien me permitió el privilegio de compartir sus

libros y sus conocimientos.

A los Drs. James Phelan, John Stephen, Paul Simpson, Elizabeth Sosa y Luisa

Rodríguez Bello, quienes muy generosamente me enviaran algunos de sus trabajos,

de invalorable aporte para esta investigación.

Al Dr. Axel Capriles por la valiosísima entrevista que me concediera durante

los primeros pasos de la investigación. Mil gracias por compartir su tiempo, sus

conocimientos y sus opiniones en el momento más oportuno.


A mis compañeros, Francisco y Cristina, con quienes he disfrutado de la gran

experiencia del desarrollo académico y, especialmente, humano. Para ustedes mi

infinito reconocimiento y cariño.

A mis compañeros y amigos del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y

Literarias “Andrés Bello”, por su constante apoyo y estímulo.

Finalmente, a mi familia. A Gonzalo por su gran apoyo moral y técnico, y

también muchas veces doméstico. A mi madre y hermanas, siempre atentas y

dispuestas a conceder su atención y palabras de aliento. A mis queridos Tapia-

Gómez, por su compañía y apoyo incondicional. Y a mis hijas, esencia de todas mis

luchas, y quienes me han perdonado tantos abandonos.

A todos, muchísimas gracias.


RESUMEN

El objetivo de la presente investigación se centró en revelar las estrategias discursivas


empleadas por los autores en la construcción de sus personajes y sus roles de poder en
textos narrativos literarios para niños. Las interrogantes que orientaron la
investigación fueron: ¿Qué estrategias emplean los autores para construir a sus
personajes en los textos narrativos para niños?; ¿Cómo se configura el ejercicio del
poder entre los personajes en estos mundos narrados?; y ¿Cómo se relacionan la
configuración del ejercicio del poder y la construcción de los personajes? Con
sustento en la Lingüística Sistémica-Funcional (Halliday, 1972, 2004), y la propuesta
de Phelan (1989) del personaje como constructo de tres componentes: sintético,
mimético y temático, la investigación se apoyó metodológicamente en Dey (1993),
por el carácter cualitativo del estudio, y en Wodak (2003), en cuanto a la naturaleza
del Análisis Crítico del Discurso. El estudio se concibió desde una perspectiva
cualitativa, descriptiva e interpretativa. Se trató el análisis como un proceso circular
que involucró la descripción, clasificación y conexión de datos, lo cual derivó en
comparaciones significativas que condujeron a una estrategia de categorización
inclusiva, con un alto nivel de clasificación. Los resultados sugieren la presencia de
cuatro grupos de personajes: los dominantes; los ascendentes; los descendentes; y los
subordinados. Se encontraron tendencias importantes en la construcción de las
dimensiones psicológica, material y comunicativa de estos personajes y diferencias
notables en el empleo de sus recursos de poder. Todo ello sugiere una estrecha
vinculación entre los perfiles miméticos (la personalidad) de los personajes
construidos por los autores/adaptadores y la configuración de una noción de poder
que es compleja y que conlleva además a la construcción de proposiciones y roles
temáticos subyacentes en el ejercicio del poder en la interacción social.
ÍNDICE GENERAL

INTRODUCCIÓN…………………………………………………………….. 1

CAPÍTULO 1. EL PROBLEMA………………………………………………. 4

1.1. Las interrogantes de la investigación………………………………….. 10

1.2. Objetivos…………..…………………………………………………... 11

1.2.1. Objetivo general…………………………………………………. 11

1.2.2. Objetivos específicos……………………………………………. 11

1.3. Justificación del estudio………………………………………………... 12

CAPÍTULO 2. EL CONTEXTO DE LA INVESTIGACIÓN…………………. 15

2.1. La Literatura infantil…………………………………………………… 15

2.2. La ideología del poder en le contexto venezolano……………………... 21

CAPÍTULO 3. LOS FUNDAMENTOS TEÓRICOS………………………….. 27

3.1. El poder………………………………………………………………… 27

3.1.1. El poder en la práctica social……………………………………... 27

3.1.2. El poder y el lenguaje…………………………………………….. 36

3.2. La narración como orden del discurso………………………………... 42

3.3. El personaje en el texto narrativo literario…………………………… 50

3.4. El cuento escrito para niños…………………………………………… 89

CAPÍTULO 4. EL MÉTODO………………………………………………….. 93

4.1. El diseño de la investigación…………………………………………… 93


4.2. El corpus……………………………………………………………….. 96

4.3. La muestra de estudio………………………………………………….. 98

4.4. Las categorías de análisis………………………………………………. 103

4.4.1. La construcción mimética de los personajes……………………… 104

4.4.2. La construcción de las configuraciones de poder………………… 107

4.5. Los procedimientos…………………………………………………….. 111

4.5.1. Fase I. Las estrategias discursivas de los autores…………………. 112

4.5.2. Fase II. Las relaciones de poder………………………………….. 118

4.5.3. Fase III. Articulación e interpretación de los hallazgos………….. 121

CAPÍTULO 5. LOS CUENTOS, SUS TRAMAS Y SUS PERSONAJES……. 124

5.1. El aldeano y los pasteles…....…………………………………………. 126

5.2. El enigma de la esfinge………………………………………………... 128

5.3. El precio del humo…………………………………………………….. 132

5.4. El zorro petulante……………………………………………………… 136

5.5. El zorro y el armadillo………………………………………………… 140

5.6. Historia de Aziru y Senmut…………………………………………… 146

5.7. La buena pulga y el mal rey…………………………………………… 152

5.8. La caída del emperador Porquesí……………………………………… 158

5.9. La grulla……………………………………………………………….. 164

5.10. La miseria…………………………………………………………….. 173

5.11. La tortuga y el antílope………………………………………………. 179

5.12. La vaca y el lobo……………………………………………………... 183


5.13. Las dos espadas……………………………………………………….. 187

5.14. Las orejas de Tío Conejo……………………………………………... 193

5.15. Lo que les pasó a los Makunaima…………………………………….. 198

5.16. Los cuatro gaticos…………………………………………………….. 202

5.17. Los niños que no tenían escuelas……………………………………... 206

5.18. Ti Zorra y los peces…………………………………………………… 211

5.19. Tío Conejo, ladrón de conuco………………………………………… 216

5.20. Un negocio ruinoso…………………………………………………… 219

CAPÍTULO 6. LA CONSTRUCCIÓN DE LOS PERSONAJES…………….. 226

6.1. La dimensión psicológica de los personajes…………………………… 227

6.1.1. La cognición vs. la emoción……………………………………… 230

6.1.2. El aspecto de la conducta social-moral…………………………… 246

6.1.3. La intención……………………………………………………….. 253

6.2. La dimensión material de los personajes……………………………….. 261

6.3. La dimensión comunicativa de los personajes……………………….…. 281

6.4. A manera de conclusión parcial……………………………………….. 298

CAPÍTULO 7. LA CONFIGURACIÓN DE LAS RELACIONES DE


PODER: RECURSOS Y POSICIONES…………………….…………….. 301

7.1. Los recursos de poder…………………………………………….…….. 302

7.2. Las posiciones de poder……………………….………………………... 314

7.2.1. Las posiciones únicas de poder…………………………………… 320

7.2.2. Las configuraciones posicionales…………………………………. 322


7.3. Los recursos y las posiciones de poder: sus vinculaciones…………….. 326

7.4. A manera de conclusión parcial……………………………………….. 332

CAPÍTULO 8. LOS ROLES TEMÁTICOS DE LOS PERSONAJES EN SUS


RELACIONES DE PODER. APROXIMACIONES A UNA
TIPOLOGÍA………………………………..……………………………… 335

8.1. Configuraciones de poder y construcciones miméticas………………... 336

8.1.1. Los personajes estables...…………………………………………. 337

8.1.2. Los personajes con transformaciones ascendentes……………….. 342

8.1.3. Los personajes con transformaciones descendentes……………… 344

8.2. Los roles de poder: hacia una tipología de los personajes……………... 348

8.2.1. Del componente mimético al componente temático……………… 348

8.2.2. Los personajes: sus roles temáticos y sus relaciones……………... 350

CAPÍTULO 9. CONCLUSIONES…………………………………………….. 362

9.1. Conclusiones del estudio……………………………………………….. 362

9.2. Comentarios finales…………………………………………………….. 368

REFERENCIAS………………………………………………………………... 372

ANEXOS……………………………………………………………………….

Anexo 1. Lista de textos escolares origen del corpus de investigación…….. 381

Anexo 2. El corpus de investigación…….………………………………….. 382


ÍNDICE DE FIGURAS

FIGURA 1. El modelo de poder según Poynton (1989)……………………….. 30

FIGURA 2. Recursos que determinan el poder según Poynton (1989)………... 31

FIGURA 3. Ilustración de una sección de complicación en el modelo de


L&W (1967)……………………………………………………… 45

FIGURA 4. Acontecimiento de mejoramiento (Bremond, 1966)……………… 57

FIGURA 5. Esquema de papeles actanciales de Greimas según (Adam y


Lorda, 1999)………………………………………..…………….. 59

FIGURA 6. Formato de recopilación de datos de la dimensión psicológica…... 114

FIGURA 7. Formato de recopilación de datos para la generación de perfiles


psicológicos……………………………………………………… 115

FIGURA 8. Formato de recopilación de datos de la dimensión material……… 116

FIGURA 9. Formato de recopilación de datos de la dimensión comunicativa… 117

FIGURA 10. Formato de recopilación de datos de recursos de poder………… 119

FIGURA 11. Formato de recopilación de datos de las posiciones y


configuraciones posicionales de poder………………………….. 120
ÍNDICE DE CUADROS

CUADRO 1. La noción del personaje desde Aristóteles hasta el


Estructuralismo………………………………………………….. 65

CUADRO 2. Criterios para la selección de la muestra………………………… 102

CUADRO 3. La muestra de estudio……………………………………………. 102

CUADRO 4. Categorías para el análisis de los rasgos miméticos de los


personajes………………………………………………………... 106

CUADRO 5. Categorías para el estudio de los recursos de poder……………... 110

CUADRO 6. Categorías para el estudio de las posiciones y configuraciones


posicionales de poder……………………………………………. 111

CUADRO 7. Los cuentos y sus personajes…………………………………….. 125

CUADRO 8. La dimensión psicológica de los personajes de la muestra……… 228

CUADRO 9. Elementos de cognición y emoción de los personajes en sus


cuentos…………………………………………………………. 231

CUADRO 10. El carácter positivo/negativo de la racionalidad/emocionalidad


de los personajes………………………………………………... 238

CUADRO 11. Distribución de los personajes según sus rasgos y carácter


predominante…………………………………………………… 242

CUADRO 12. Número de relaciones entre personajes por sus rasgos y carácter
predominante…………………………………………………… 243

CUADRO 13. Resumen de hallazgos y comentarios concernientes a la


cognición y emoción de los personajes………………………… 246

CUADRO 14. La evaluación del aspecto social-moral de los personajes……... 248

CUADRO 15. Distribución de los personajes según la construcción de la


intencionalidad…………………………………………………. 253
CUADRO 16. La intencionalidad de los personajes…………………………… 255

CUADRO 17. La acción material de los personajes…………………………... 264


CUADRO 18. Comparación de los hallazgos sobre los personajes +IP y +AC….. 267

CUADRO 19. La naturaleza de las acciones de los personajes +IP……………… 271

CUADRO 20. La naturaleza de las acciones de los personajes +AC…………….. 274

CUADRO 21. Los personajes +IP +Atr y sus rasgos psicológicos……………. 278

CUADRO 22. Los personajes +AC +Atr y sus rasgos psicológicos…………... 279

CUADRO 23. Los personajes +AC +ANotr y sus rasgos psicológicos……….. 280

CUADRO 24. La dimensión comunicativa de los personajes…………………. 284

CUADRO 25. Los personajes de habla +efectiva y sus rasgos psicológicos de


cognición / emoción…………………………………………….. 292

CUADRO 26. Los personajes de habla +reactiva y sus rasgos psicológicos de


cognición / emoción…………………………………………….. 294

CUADRO 27. Los personajes de habla +efectiva y su actuación material…… 296

CUADRO 28. Los personajes de habla +reactiva y su actuación material…… 297

CUADRO 29. Los cuentos, sus personajes y sus recursos de poder…………... 303

CUADRO 30. Aparición de los recursos de poder en la muestra de 20 cuentos. 306

CUADRO 31. Empleo de los recursos de poder por 40 personajes de la


muestra…………………………………………………………. 307

CUADRO 32. Frecuencia de las combinaciones de los recursos de poder por


parte de los personajes…………………………………………. 310

CUADRO 33. Los cuentos, sus personajes, recursos y posiciones de poder….. 316

CUADRO 34. Ocupación de posiciones únicas y configuraciones posicionales


por 52 personajes………………………………………………. 317

CUADRO 35. Número de personajes en sus posiciones de poder…………….. 318

CUADRO 36. Aparición de las posiciones y configuraciones de poder en la


muestra de cuentos……………………………………………... 319

CUADRO 37. Los recursos de los 15 personajes en posición única dominante. 327
CUADRO 38. Los recursos de los 18 personajes en configuraciones
descendentes……………………………………………………. 329

CUADRO 39. Los recursos de los 7 personajes en configuraciones


ascendentes……………………………………………………... 331

CUADRO 40. Construcción de personajes y sus posiciones de poder.


Vinculaciones sobresalientes…………………………………... 347

CUADRO 41. Los roles temáticos de los personajes en sus relaciones de


poder……………………………………………………………. 359
ÍNDICE DE GRÁFICOS

GRÁFICO 1. Número de personajes según el predominio de sus elementos


cognitivos o emocionales en la muestra……………………….. 233

GRÁFICO 2. Distribución de los personajes según sus rasgos y carácter


predominante…………………………………………………… 242

GRÁFICO 3. Número de personajes +IP según la naturaleza transformadora o


no transformadora de sus acciones……………………………….. 272

GRÁFICO 4. Número de personajes +AC según la naturaleza transformadora o


no transformadora de sus acciones………………………………. 275

GRÁFICO 5. Aparición de los recursos de poder en la muestra de textos……. 306

GRÁFICO 6. Empleo De los recursos de poder por 40 personajes……………. 307


1

INTRODUCCIÓN

La literatura infantil es quizás uno de los primeros acercamientos a mundos

inimaginados durante nuestra infancia. A través de ella es posible desarrollar la

imaginación de los niños a la vez que ponemos en sus manos un abanico infinito de

posibilidades para comenzar a conocer el mundo y construir sus propias experiencias.

En el transcurrir de sus historias el niño entra en contacto con posturas y visiones del

mundo sugeridas por sus autores y, al identificarse o no con sus personajes, se plantea

posturas propias que de alguna manera comienzan a delinear su forma de

interrelacionarse con otros actores sociales.

Asimismo, y de cierta manera intuitiva, el niño lector comienza a formarse en

valores sociales y morales a partir de las proposiciones temáticas que subyacen en los

textos y que les son presentadas por agentes mediadores en su entorno (sus padres,

cuenta-cuentos, sus maestros). Pero es el ámbito escolar donde casi de manera

obligada hallamos estos textos con mayor frecuencia y consistencia, y dependerá de

sus maestros cuáles mensajes lleguen a los niños, y en qué forma les serán

transmitidos.

Por la naturaleza socio-lingüística de los textos literarios en general, y de los

infantiles en particular, los cuentos para niños son el producto y el reflejo de temas

sociales propios del contexto en el que se producen y también en el que se transmiten.

Ello además de ser un medio para el desarrollo de habilidades discursivas

especialmente en niños en edad escolar.


2

De allí entonces que se planteara la necesidad de conocer más a fondo estas

realidades del texto literario infantil, específicamente en cuanto a su construcción

discursiva, por un lado, y en cuanto al tratamiento del tema del poder, constructo que

influye de manera determinante en las relaciones interpersonales, y por ende en el

proceso de socialización del niño.

Esta investigación, enmarcada en el Análisis Crítico del Discurso (ACD),

intenta entonces dilucidar interrogantes vinculadas a las estrategias empleadas por los

autores para la construcción discursiva de los personajes y sus posiciones de poder en

los mundos narrados en textos a los cuales podrían estar expuestos los niños

venezolanos en su segunda etapa de escuela básica.

En este sentido, se han combinado postulados teóricos del estudio de la

narración como orden del discurso y sobre todo como tipología de texto,

específicamente en relación a los personajes y sus desarrollos en las tramas; de la

lingüística sistémico-funcional, para la comprensión de las construcciones miméticas

de los personajes; y de las ciencias sociales en lo concerniente a las nociones del

poder y los recursos que lo sustentan. Esta exploración ha permitido un mayor

entendimiento de cómo se van construyendo personajes que bien podrían ser

representantes de diversos colectivos sociales, así como de algunas proposiciones

temáticas subyacentes en estos textos en cuanto a cómo se construyen y desarrollan

las relaciones poder en estos mundos narrados. Todo ello en atención al hecho de que

son estas las representaciones de la experiencia a las cuales enfrentamos a nuestros

niños en nuestras escuelas, a la vez que les enviamos mensajes con importantes

juicios de valor.
3

La investigación se diseñó en tres etapas: i) dedicada al estudio de la

construcción mimética de los personajes: su representación plausible como personas;

ii) dedicada al tema del poder: las posiciones y los recursos empleados por los

personajes; iii) enfocada en articular los hallazgos de las etapas anteriores para

establecer así perfiles temáticos más generales de los personajes en sus roles de

poder.

Este trabajo se organiza en nueve capítulos. En el capítulo 1 planteo el

problema, las preguntas y objetivos de investigación. El capítulo 2 refiere

planteamientos relacionados con el contexto de la presente investigación. El capítulo

3 esboza los postulados teóricos que sustentan el estudio en cuanto a la narración, la

noción de personaje, la gramática sistémica-funcional y los aspectos del poder como

constructo social. En el capítulo 4 describo el marco metodológico que sirvió de

andamiaje para la investigación. El diseño, el corpus, las categorías de análisis y los

procedimientos seguidos para cada etapa se incluyen en este capítulo. El capítulo 5

presenta la descripción, análisis e interpretación de los cuentos de la muestra uno a

uno. En los capítulos 6, 7 y 8 presento y discuto los hallazgos de cada etapa de la

investigación, las cuales se corresponden a cada una de las preguntas de

investigación: la construcción mimética de los personajes: sus dimensiones

psicológica, material y comunicativa; las nociones relacionadas con el poder; las

vinculaciones entre la construcción mimética y las relaciones de poder de los

personajes, así como sus proyecciones temáticas. Finalmente, el capítulo 9 expone las

conclusiones de esta investigación así como algunas consideraciones finales.


4

CAPÍTULO 1

EL PROBLEMA

Narrar forma parte esencial de toda actividad humana. En esta forma de

expresión convergen las tres grandes funciones del lenguaje en tanto comportamiento

lingüístico: a) se representa la experiencia; b) se organizan las ideas sobre el mundo

en forma cohesiva y coherente; y c) se transmiten tales ideas organizadas a nuestros

pares, estableciendo así la interacción social. En palabras de Shiro (2001: 218), “la

narrativa es una forma de discurso que representa la experiencia humana”. El presente

estudio gira en torno a develar las diversas estrategias discursivas empleadas por los

autores en narraciones dirigidas a niños en edad escolar en las cuales subyacen ideas

vinculadas a las relaciones de poder.

Ya desde los planteamientos de Platón (mímesis y diégesis), se comienza a

perfilar el estudio de la narratología. Pero fue tal vez la teorización de Propp (1928),

la que dio inicio al estudio formal de la narración en el cuento fantástico con su

Morfología del cuento, “centrada en el estudio de los personajes según su psicología

individual” (Adam y Lorda, 1999: 23). No es de extrañar, entonces, que los estudios

de narratología se encuentren frecuentemente asociados a los estudios literarios.

En este orden de ideas, el texto literario ha recibido la atención de muchos

autores, críticos y lingüistas en años recientes. Plantear una definición de

“Literatura”, sin embargo, no ha resultado tarea fácil. Una explicación generalizada

es que los textos literarios poseen una cualidad conferida según lo que hacen y no

según lo que son. Es decir, debemos apelar a una descripción más funcional que
5

ontológica (Simpson, 1997). En todo caso, parece necesario centrar la atención en el

hecho de que los textos literarios, en general, son productos que reflejan diversos

aspectos de la sociedad y, por ende, de las prácticas sociales. Estos textos, como

documentos culturales que ofrecen una mayor comprensión acerca de un país o

países, pueden tratarse “como producto sociolingüístico” (Barrera, 2003: 15).

En el caso de la literatura infantil, los textos pueden funcionar como elemento

mediador en el desarrollo social y lingüístico del niño. Siguiendo los planteamientos

de Vygostky, puede deducirse que la exposición del niño a la literatura infantil como

una fuente de estímulo podría influir en su proceso de adaptación activa a su entorno.

Debe considerarse, además, que el desarrollo cognitivo tiene lugar en el contexto de

relaciones sociales y que, también, el lenguaje influye en los procesos de

socialización y culturización, por ende el lenguaje empleado en la literatura infantil

puede ser un signo mediador en el desarrollo del niño.

La literatura infantil se concibe, generalmente, como un medio de

entretenimiento para el niño. En el ámbito escolar, sin embargo, los alcances de este

campo se extienden mucho más allá del mero entretenimiento. Se entiende que las

historias infantiles expanden el conocimiento del niño acerca del mundo de la

imaginación, mientras desarrolla además su comprensión de valores morales y su

conciencia del lenguaje mismo. En este sentido, la literatura infantil juega un rol

fundamental en el desarrollo psico-sociolingüístico del niño en edad escolar y, por

ende, de la sociedad entera. Según Hunt (1999), los libros infantiles tienen gran

importancia y efectos sobre la cultura, desde el lenguaje hasta la política: muchos

adultos, y muy probablemente la mayoría de los que ocupan posiciones de poder e


6

influencia, leyeron libros infantiles cuando eran niños, y es inconcebible pensar que

las ideologías contenidas en estos libros no hayan influido en su desarrollo (Hunt,

1999:1). Aunque no se pretende afirmar acá que existe una relación causal entre la

exposición a la literatura infantil y el hecho de ocupar posiciones de poder en la vida

adulta, sí pareciera haber una relación entre los materiales escritos y las prácticas

sociales, relación ésta que parece ser, como se sugirió anteriormente, mutuamente

reforzada. No he conocido hasta ahora investigaciones que confirmen algún efecto

contundente de la lectura de la literatura infantil en el desarrollo motivacional del

individuo al poder. Sin embargo, esta posibilidad no debería descartarse en tanto, es

preciso reiterar, la literatura en general y la literatura infantil en particular contribuye

al proceso de socialización del individuo.

El rol de la literatura infantil es también reconocido por expertos como Stephen

(1992) quien afirma que las ideologías pueden presentarse de manera explícita o

implícita en un texto infantil, revelando así las creencias políticas, sociales y morales

de los autores. Asimismo, plantea Stephen, la ficción para niños pertenece al dominio

de las prácticas culturales que tiene como propósito socializar a su audiencia, y si los

niños van a formar parte de una sociedad, éstos deben manejar los diversos códigos

de significación que utiliza tal sociedad para organizarse. Así, cada texto contiene una

ideología implícita en forma de estructuras sociales y hábitos de pensamiento; las

posturas ideológicas se revisten de cierta legitimidad al implicarse en estos textos que

“así son las cosas”. Una narración sin ideología sería simplemente impensable: la

ideología se formula en y a través del lenguaje, los significados en el lenguaje están

determinados socialmente y las narraciones se construyen con el lenguaje (Stephen,


7

1992: 1). La atención en el lenguaje es además motivo de análisis por parte de

algunos expertos en trabajos relativamente recientes. Para Knowles y Malmkjaer’s

(1996), la comprensión de la construcción de patrones lingüísticos en los textos

ayudará a dar cuenta no sólo del niño lector sino también del autor (usualmente

adulto) que los produce. De igual forma, Puurtinen (1998) sostiene que la crítica

lingüística explora las maneras en que las ideologías se encuentran codificadas en la

expresión lingüística y que el lenguaje, las escogencias lexicales y sintácticas por

parte de un autor para describir eventos, personajes y sus relaciones, puede ayudar a

crear y mantener creencias, valores y relaciones de poder. En este orden de ideas, es

también relevante considerar los planteamientos de Colomer (2005: 203), quien

identifica tres funciones básicas de la literatura infantil:

el aprendizaje del lenguaje y de las formas literarias básicas sobre las que
se sustentan y desarrollan las competencias interpretativas de los
individuos a lo largo de su educación literaria; la incorporación de los
niños al imaginario de su colectividad, y la socialización de las nuevas
generaciones en los valores y conductas de su cultura. Para cumplir estas
funciones, la literatura infantil se relaciona con las características del
contexto en el que se produce.

Asimismo, y como lo señalara en un estudio previo

Se espera, generalmente, que el niño lector adquiera conocimientos y/o


desarrolle destrezas que le permitan desenvolverse en un ambiente social,
a partir de los ejemplos presentados en relación al comportamiento de los
personajes y de los eventos ocurridos como consecuencia de tal
comportamiento; todo ello sobre el supuesto de que el lector se encuentra
en una etapa de desarrollo de estructuras cognitivas y afectivas. (León,
2007: 235)

En el caso de niños entre 9 y 11 años, Oesterreich (2001), señala que estos

niños muestran interés en la lectura de ficción. También indica esta especialista en el

desarrollo humano que entre los nueve y los once años, el desarrollo social y
8

emocional del niño incluye la observación de que sus padres, o las figuras de

autoridad, pueden cometer errores y no siempre tienen la razón. Además, y tal vez por

la misma razón, tienden a desafiar la autoridad de los adultos. De allí, que los

estudios basados en el lenguaje para examinar el texto literario, al cual son expuestos

nuestros niños entre 9 y 11 años, recobren gran importancia, especialmente en lo

concerniente a la interacción social, o la función interpersonal del lenguaje.

Al considerar además la afirmación de Fairclough (1989), según la cual no

solamente las estructuras sociales moldean el lenguaje sino que también el lenguaje

mismo contribuye a establecer y mantener estas estructuras, se hace evidente la

necesidad de conducir estudios orientados a revelar la ideología contenida en las

formas lingüísticas utilizadas por los hablantes, o escritores de una lengua

determinada. Por ende, la literatura infantil, en cuanto práctica cultural, debería poder

estudiarse desde la perspectiva del análisis del discurso, ya que a través de éste

es posible inferir visiones que favorecen a un sujeto o actor social


pasivo, afectado o “víctima” de élites dominantes, o activo y dinámico,
responsable de sus actos y co-constructor de la sociedad y de las
instituciones. (Bolívar, 2007: 32)

Tomando como referencia el diseño curricular venezolano actual para escuela

básica, se encuentra que “la importancia de la literatura no se circunscribe solamente

a la formación artística sino también a la ética, ya que son múltiples los valores

universales, nacionales y locales que se encuentran presentes en las obras literarias”

(Ministerio de Educación, 1998)

Asimismo, indica Puurtinen (1998: 3) citando a Halliday (1975) que “a través

del lenguaje el niño aprende acerca de las costumbres, jerarquías y actitudes; por
9

ende, el lenguaje de la literatura puede promover y reforzar la adopción de tales

costumbres.” También, para Knowles & Malmkjær (1996: 44), “el lenguaje, por

ejemplo las escogencias lexicales y sintácticas hechas por un escritor para describir

eventos, personajes, y sus relaciones, puede ayudar a crear y mantener creencias,

valores y relaciones de poder”.

Respecto a la noción de poder, además, Fairclough (1989: 2) afirma que

Las ideologías están estrechamente ligadas al poder, porque la naturaleza


de los supuestos ideológicos contenidos en ciertas convenciones, y por
ende la naturaleza misma de estas convenciones, depende de las relaciones
de poder que subyacen detrás de estas convenciones; y porque ellas son un
medio de legitimación de las relaciones sociales existentes y de las
diferencias de poder, simplemente a través de la recurrencia de formas
cotidianas y familiares de comportamiento que dan por sentadas estas
diferencias de relaciones y de poder.

Por otra parte, el poder, entendido como control, está presente en las relaciones

interpersonales y en la percepción del individuo en cuanto a su rol en situaciones de

intercambio social. Según, van Dijk (2000) “si queremos comprender algunas de las

funciones fundamentales del discurso en la interacción y la sociedad necesitamos una

mayor comprensión de la naturaleza del poder” (van Dijk 2000: 40). Es necesario

entonces estudiar las manifestaciones discursivas que dan cuenta del ejercicio del

poder en el intercambio social. Me refiero específicamente a los elementos

discursivos que podrían definir posiciones de control de unos individuos sobre otros

en su interacción lingüística, por una parte, y por la otra, a los elementos que podrían

contribuir a describir y/o identificar algunos rasgos de los individuos que asumen

posiciones de poder, como por ejemplo sus actitudes y percepciones.


10

Desafortunadamente, y a pesar de los trabajos de Hunt (1999), Purtinen (1998),

Knowles y Malmkjaer (1996) y Stephen (1992, 1999), entre otros, la tendencia que

parece predominar en el ámbito de la investigación en el área de la literatura infantil

se concentra fundamentalmente en sus implicaciones pedagógicas para la formación

en valores, es decir en su utilización para la enseñanza o transmisión de mensajes

relacionados con la ética y la moral. En otras palabras, el estudio de la literatura

infantil parece desarrollarse desde la perspectiva de la segunda y tercera función

(Colomer, 2005) y, en menor grado en la primera. Como afirma Stephen (1999: 56),

debido a que los contextos en los que se produce y distribuye la literatura infantil

están por lo general centrados en el contenido y el tema, el lenguaje de la literatura

infantil recibe poca atención explícita.

Tomando en cuenta, entonces, la importancia de la literatura como producto

sociolingüístico, la relevancia de la literatura infantil como elemento mediador en el

desarrollo psico-social y lingüístico del niño, y el rol de la noción de poder para la

comprensión de algunas funciones del discurso en la interacción, me he planteado

como problema el discurso que se emplea para construir los roles de poder de los

personajes en la literatura infantil a la cual son expuestos los niños venezolanos.

1.1 Las interrogantes de la investigación

Intento revelar qué estrategias discursivas emplean los autores para construir a

los personajes y las posiciones de poder que éstos asumen en el mundo narrado. En

este sentido, las preguntas generales que orientan esta investigación son las

siguientes:
11

i) ¿Qué estrategias emplean los autores para construir a sus personajes en los

textos narrativos para niños?

ii) ¿Cómo se configura el ejercicio del poder entre los personajes en estos

mundos narrados?

iii) ¿Cómo se relacionan la configuración del ejercicio del poder y la

construcción de los personajes?

1.2. Objetivos

Con base en el problema y las preguntas de investigación, me he propuesto

entonces estudiar la construcción discursiva de los personajes y sus posiciones de

poder tal y como éstas se presentan en cuentos escritos o adaptados para niños.

1.2.1. Objetivo general

Evidenciar las estrategias discursivas que ponen en práctica los autores para

la construcción del ejercicio del poder entre los personajes en el mundo narrado de

cuentos a los cuales son expuestos los niños venezolanos.

1.2.2. Objetivos específicos

Con miras a examinar y analizar los aspectos que contribuirían al logro del

objetivo general, se propusieron los siguientes objetivos específicos:

i. Identificar los elementos discursivos que emplean los autores para la

construcción de los personajes.

ii. Identificar los elementos discursivos utilizados por los autores para construir

mecanismos de control de unos personajes sobre otros en el mundo narrado.


12

iii. Explicar las relaciones entre la construcción de los personajes y la

configuración del ejercicio del poder entre ellos en los relatos.

1.3. Justificación del estudio

Un análisis de los textos con base en el discurso podría ser revelador, por una

parte, en cuanto a las presuposiciones ideológicas que dan soporte a la naturaleza de

las relaciones interpersonales en el mundo del cuento infantil, y por la otra, en cuanto

a las manifestaciones discursivas con las cuales están en contacto los niños

venezolanos; esto atendiendo a la afirmación de van Dijk (2000) según la cual “los

usuarios del lenguaje utilizan activamente los textos y el habla no sólo como

hablantes, escritores, oyentes o lectores, sino también como miembros de categorías

sociales, grupos, profesiones, organizaciones, comunidades, sociedades y culturas.”

(p. 22) Por otra parte, el Ministerio de Educación, en el diseño curricular de Escuela

Básica expresa lo siguiente:

El lenguaje, como fenómeno material, influye en los procesos de


socialización y culturización. Al reflexionar sobre el lenguaje escrito se
evidencia su carácter de memoria impresa como fundamento del desarrollo
humano a lo largo de los siglos, en las diversas personas, pueblos y
sociedades. De igual manera esta dimensión material del lenguaje
descubre la acción humana como forma de vida y la sociedad puede ser
entendida como comunicación, relaciones de poder, manifestaciones del
conflicto y del pacto, de la disensión y del consenso, todos resumidos en la
pluralidad de discursos, expresión de valores, y concepciones del mundo.
(1998)

De igual forma, y en términos más generales, el presente estudio podría

representar un aporte para una mayor comprensión acerca del funcionamiento del

lenguaje empleado en la literatura infantil. Las regularidades discursivas acá

develadas podrían constituirse en un punto de partida para futuras investigaciones


13

con interés en establecer comparaciones entre el discurso de la literatura infantil y

otros géneros discursivos, por ejemplo, relaciones entre la literatura escrita para niños

y literatura oral, o relatos de ficción y relatos factuales, entre otros.

Este estudio también podría favorecer una mayor integración de los estudios

del discurso y los estudios literarios, por cuanto el estudio de la literatura infantil con

rigor crítico en su discurso implicará la revisión, también crítica, de los modelos

lingüísticos más relevantes y/o apropiados para el estudio de aspectos del mundo

narrado. De acuerdo a Barrera (2003), la “literaturidad” viene dada tanto por el

cuerpo de creencias de la sociedad en la cual circula la obra literaria como por su

excelencia lingüística y su estilo. Suscribo la posición de Barrera según la cual “la

lingüística del discurso amplía su radio de acción de los estudios lingüísticos y

permite incorporar a su radio de influencia los estudios literarios, sin ningún tipo de

discriminación” (Barrera, 2003: 24). Esta investigación, entonces, podría reforzar las

ideas de Barrera en cuanto a que la obra literaria, como signo construido a partir de la

materia verbal podría ser estudiada siguiendo los mismos procedimientos utilizados

para estudiar cualquier hecho del lenguaje.

Un análisis del discurso empleado en cuentos escritos para niños, podría

representar un nuevo aporte en cuanto a los enfoques factibles de ser empleados en el

estudio de lo literario para niños, complementando de esta manera las nociones de

interdisciplinaridad que actúan como fundamento para la investigación en el área de

la literatura infantil. Afirma Sosa (2002) que en la práctica investigativa, las

formulaciones sobre lo literario para niños se han desarrollado con directrices socio-
14

filosóficas, psicológicas, sociales y pedagógicas que constituyen el campo teorético

de esta disciplina del saber. Según Sosa (2002: 58)

la literatura para niños ha sido estudiada con un enfoque socio –


filosófico, psico-social, pedagógico, ético, estético, con un enfoque
antropo-social, pero ella es fundamentalmente literatura, en ella operan
todos los mecanismos de la estética del discurso literario, como una
realidad lingüística que responde a intereses intelectuales pautados.

Se espera que este estudio pueda ser parte de un conjunto de investigaciones

que sirvan a su vez como punto de partida para promover una mayor atención al

enfoque lingüístico como parte integral de la pluralidad que caracteriza al estudio de

la literatura infantil.

En este mismo orden de ideas, los planteamientos derivados del presente

estudio podrían integrarse al estado actual del conocimiento en el área, y

complementar los planteamientos, ya existentes, que sirven de base a los docentes,

padres y otros mediadores para la selección, presentación y tratamiento de la

literatura infantil. Ello, indudablemente, implicaría el desarrollo de nuevas

investigaciones enfocadas en el aspecto pedagógico con base en los estudios del

discurso, como la presentada por De Freitas (2001), en la cual indica que

Esas nuevas formas de manifestación literaria no son inmunes a las


ideologías dominantes. Hay muchas obras que aún establecen y refuerzan
valores de la cultura de poder de manera velada e indirecta, de modo que
los profesores, muchas veces, no perciben las operaciones de la ideología.
Con frecuencia los propios autores no tienen conciencia de estar repitiendo
ideas que son construcciones sociales, pero que fueron tomadas por el
sentido común como naturales e incuestionables, son las ideas y valores
naturalizados.
15

CAPÍTULO 2

EL CONTEXTO DE LA INVESTIGACIÓN

2.1 La literatura infantil

El texto literario escrito para niños es ampliamente utilizado como un medio

de entretenimiento y de enseñanza o transmisión de mensajes relacionados con el

desarrollo de valores éticos y morales. “El niño lector, a la vez que disfruta del

mundo creado en la literatura, va conformando una noción del mundo y aprende, a

través de los ejemplos presentados en los textos, sobre cuestiones sociales y morales

para su propio desenvolvimiento en la sociedad” (León, 2009: 279)

De acuerdo con las políticas educativas en nuestro país, el área de lengua y

literatura en escuela básica se basa en “un enfoque funcional comunicativo que

atiende al desarrollo de la competencia comunicativa del alumno, entendida como el

conocimiento del sistema lingüístico y los códigos no verbales y la adecuación de su

actuación lingüística a los diferentes contextos socio-culturales y situacionales”

(Ministerio de Educación, 1998). Asimismo, se plantea en el Diseño Curricular de

Escuela Básica II Etapa (en la cual se ubican usualmente los niños entre 9 y 11 años)

que el área de Lengua y Literatura

se fundamenta en las teorías relacionadas con el desarrollo evolutivo y el


aprendizaje significativo. (Vygotsky, Piaget, Ausubel) y los nuevos
aportes de la lingüística. Entre estos aportes destacan las propuestas
teóricas y metodológicas de la Psicolingüística que explican los procesos
de adquisición y desarrollo del lenguaje; la variabilidad derivada del uso
de la lengua en diferentes contextos comunicativos, preocupación de la
16

Sociolingüística, y la atención a la diversidad funcional del lenguaje en la


vida de los niños (Halliday). (Op Cit.)

Pero el concepto de Literatura Infantil es relativamente reciente. Según Cerrillo

(1990: 11) “hace apenas medio siglo que se habla de Literatura Infantil.”. Stephens

(1992) describe la ficción para niños como un cuerpo más bien amorfo de textos cuyo

punto de convergencia es el impulso por intervenir en la vida de los niños, y cuyo fin

último es socializar a sus lectores.

Por otra parte, para Puurtinen (1998: 3) la literatura infantil es un medio de

entretenimiento y una herramienta para desarrollar las destrezas de lectura del niño,

pero además tiene un papel importante en la transmisión del conocimiento del mundo,

así como de ideas, valores y comportamiento aceptable. También, para Knowles &

Malmkjær (1996: 44) “el lenguaje (…) puede ayudar a crear y mantener creencias,

valores y relaciones de poder”

En cuanto a la investigación en esta área, según Barrera (2003: 70), los

estudios sobre la narración como materia discursiva se han limitado a la narrativa

natural o narrativa cotidiana. Por otra parte, parece haber abundante descripción del

texto literario en términos de sus macro-estructuras (Labov (1972), Propp (1974) o en

términos de sus características objeto del análisis literario tradicional (figuras de

habla, punto de vista, etc.) y desde perspectivas como la transmisión de valores,

promoción de la lectura, enseñanza de la lengua, etc. Sin embargo, existe poca

información acerca de investigaciones orientadas al estudio del discurso, propiamente

dicho, de la literatura escrita para niños, con especial referencia a las manifestaciones

de poder que puedan estar contenidas en ella.


17

En esta misma línea, afirma Sosa (2002: 58) que en la práctica investigativa, las

formulaciones sobre lo literario para niños se han desarrollado con directrices socio-

filosóficas, psicológicas, sociales y pedagógicas que constituyen el campo teorético

de esta disciplina del saber. Según Sosa

la literatura para niños ha sido estudiada con un enfoque socio –


filosófico, psico-social, pedagógico, ético, estético, con un enfoque
antropo-social, pero ella es fundamentalmente literatura, en ella operan
todos los mecanismos de la estética del discurso literario, como una
realidad lingüística que responde a intereses intelectuales pautados.

En este orden de ideas, es relevante resaltar la investigación de Rodríguez

(2009), en la cual se enfoca la estética del discurso en los textos infantiles de José

Martí en La Edad de Oro, desde la perspectiva del análisis crítico del discurso. Con

un objetivo general dirigido a la interpretación de las estrategias poético-discursivas

empleadas para la representación de contenidos ideológicos, el trabajo de Rodríguez

tiene, entre muchos otros valores, el de estudiar las estrategias del lenguaje para

representar las estructuras de poder enaltecidas o denunciadas en la obra de Martí. En

este sentido, vale la pena destacar, por su relevancia para el presente estudio, una de

las conclusiones de la investigación de Rodríguez, según la cual

Entre las estrategias discursivas para la expresión del poder se hablará del
‘cuadrado ideológico’. El concepto del cuadrado envuelve muchas otras
estrategias: la antítesis, la metáfora, la historia como lección,
intensificación, atenuación, atribuciones estereotípicas de rasgos positivos
y negativos, categorizaciones de pertenencia y los topoi del poder;
consiste en quitar y poner énfasis en lo positivo y en lo negativo del grupo
afín al emisor y del contrario (p. 475)

En la misma línea, Puurtinen (1998) ha realizado un estudio cuyo fin fue

inferir, a través de los patrones lexico-gramaticales que emergieron de un corpus de

literatura infantil en ingles y finlandés, las convenciones ideológicas que prevalecen


18

en la ficción inglesa y finlandesa para niños. Los resultados de esta investigación

indican que la ideología y la lecturabilidad del texto infantil están relacionadas a

nivel socio-cultural y que las recientes tendencias hacia una sintaxis más compleja

podrían ser signo de una mayor confianza en las capacidades lingüísticas de los niños.

Por otra parte además, Knowles y Malmkjaer señalan que “la consideración de

la literatura escrita para niños desde una perspectiva lingüística es un campo de

estudio comparativamente nuevo.” (1996: 1) Asimismo, indican estos autores que

“una comprensión de los patrones lingüísticos en los textos ayudará a dar cuenta no

sólo del niño lector sino también del autor (usualmente) adulto que produce el texto”.

(ibidem). De allí que estos expertos hayan basado su estudio de textos literarios para

niños en la descripción lingüística más que en la crítica literaria.

Considero los estudios de Knowles y Malmkjaer (1996) y de Stephen (1992),

aportes de gran importancia para el desarrollo del presente estudio.

Como campo de estudio en Venezuela, la literatura infantil ha dado pie a

múltiples actividades encaminadas a la producción y difusión de textos para niños

con miras a promocionar la lectura y, a través de ella, transmitir y reforzar una

formación en valores culturales. En este sentido, el trabajo que se realiza en diversas

instituciones es de gran importancia. Bastará mencionar acá las actividades

programadas regularmente por el Banco del Libro, como el mes de libro infantil con

la participación de diversas e importantes editoriales, talleres y cursos especializados,

un programa de maestría en libros y literatura infantil en conjunto con la Universidad

Autónoma de Barcelona, así como un centro de documentación también

especializado en el área. Asimismo, el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, a


19

través de sus editoriales Monte Ávila Editores y la Fundación Editorial El Perro y la

Rana, proyectan la apertura de diferentes espacios para la publicación de obras para

niños y jóvenes, poniendo en la palestra autores de trayectoria como Mireya Tabuas,

Luis Carlos Névez, Laura Antillano y David Caravás, entre otros.

La producción de literatura infantil en nuestro país ha sido abundante desde

mediados del siglo XX, con el movimiento denominado criollismo narrativo, tal vez

mejor representado por Antonio Arráiz y sus fábulas de Tío Conejo, pasando por el

modernismo, con autores como Pedro Emilio Coll (El diente Roto), Julio Garmendia

(Manzanita) y Pilar Almoina (Carrera y El camino de Tío Conejo), hasta la

contemporaneidad con autores destacados como Salvador Garmendia, Carmen Diana

Dearden, Laura Antillano, Mercedes Franco, Rafael Arráiz Lucca, Ednodio Quintero,

María del Pilar Quintero, Armando José Sequera, Mireya Tabuas y Carolina Jiménez

Tal diversidad de autores es también una gran diversidad en cuanto a

concepciones que sobre literatura infantil se tiene. Para algunos la literatura infantil es

aquella producida por niños; para otros, la literatura infantil lo es porque los textos

son concebidos y producidos para los niños; incluso algunos piensan que muchos

textos literarios para niños no fueron inicialmente concebidos para esta audiencia y

que sus mensajes subyacentes bien pueden llamar a la profunda reflexión por parte de

los adultos. En todo caso, sí parece haber consenso en cuanto a que los textos

literarios que presentamos a los niños tienen algunas características en común en

términos de su contenido y de su forma. En cuanto a su contenido, las coincidencias

apuntan hacia la formación en valores como la honestidad, el bien, la solidaridad con

el prójimo, la familia, el ambiente, etc.; temas éstos que de manera innegable


20

promueven la reflexión social y contribuyen a la socialización del niño. En cuanto a

su forma, al menos en lo que respecta a la narrativa, algunos expertos como Cervera

(1997) y Navas (1995) plantean la sencillez del lenguaje (tanto en el léxico como en

la gramática) como rasgo resaltante.

No obstante, en el marco de una investigación previa (León, 2009) se encontró

que los textos escolares, medio más frecuente de exposición a la literatura infantil, no

parecen reflejar un cien por ciento de acuerdo, al menos en lo que se refiere al tema

de la estructura general del texto narrativo. El empleo de diferentes terminologías, así

como de distintas definiciones de las mismas secciones resalta en una revisión

sistemática de diversas enciclopedias escolares. De igual modo, los ejemplos que se

suministran no siempre son reflejo de los planteamientos o formulaciones previas y

en reiteradas ocasiones, se encuentran sólo fragmentos que limitan la visión sobre el

mundo narrado en el texto así como la totalidad de su forma.

Dada entonces la diversidad de opiniones y descripciones encontradas, he

adoptado los planteamientos de Navas (1995) como andamiaje básico para la

comprensión de la literatura infantil. Para esta autora venezolana, experta en el

estudio y la enseñanza de la literatura infantil, este tipo de texto presenta algunas

características, de las cuales mencionaré sólo cuatro: i) en cuanto a sus mensajes, la

crítica a la distorsión de los valores sociales; ii) en cuanto al estilo discursivo, la

simulación del estilo oral informal; iii) en cuanto a la construcción sintáctica,

oraciones sencillas y breves; iv) en cuanto al vocabulario, un repertorio léxico

accesible para niños, así como una abundante repetición. Tales rasgos, entre otros,

orientan la selección de textos del corpus para la presente investigación.


21

2.2 La ideología del poder en el contexto venezolano

En el actual escenario de controversia social y política de nuestro país, el tema

del poder parece ser de gran relevancia para el venezolano. Este tema, no obstante,

pareciera estar asociado casi exclusivamente al poder ejercido desde el gobierno y en

algunos casos al poder económico. En un survey superficial realizado con 60 personas

entre los 20 y los 35 años de edad, en el ámbito universitario se pidió a los

participantes emitir una frase o cuatro palabras que ellos relacionaran con la frase “el

poder”. El 85% de ellos relacionó la noción de poder con la autoridad gubernamental,

mientras el restante 15% enunció frases y palabras relacionadas con el dinero o con

conceptos religiosos. Un punto que podría ser relevante es una aparente concepción

del poder como una relación vertical y desigual donde los actores son o bien

dominantes o bien dominados, lo cual podría deberse al clima de polarización política

del país.

No se han encontrado estudios en Venezuela en esta misma dirección, por lo

cual, y a fin de ampliar y profundizar en estas nociones, se llevó a cabo una búsqueda

en la Internet. Para ello, realizé una exploración a través del buscador Google con una

búsqueda de “el poder” limitada a páginas de Venezuela desde 2007 hasta febrero de

2010. La búsqueda arrojó 512.000 resultados de los cuales el buscador

automáticamente excluyó las entradas similares, dejando un total de 598. De ellas,

omití intencionalmente las páginas oficiales de los Ministerios, ya que la

denominación de ellos es “Ministerio del poder popular para…”. Se escogieron

entonces los resultados incluyéndolos de cuatro en cuatro, de manera alternativa,


22

hasta llegar al final de los resultados disponibles en Google. Las entradas

seleccionadas incluyeron reportes de prensa escrita, de radio y televisión, así como

foros de discusión, blogs, páginas de publicidad, sitios de organizaciones no

gubernamentales, e incluso páginas personales. Se encontró así una mayor variedad

de áreas relacionadas con la noción de poder: política, desarrollo humano,

comunicación, religión, entretenimiento y deportes, salud y bienestar, tecnología,

gerencia y asuntos legales. Entre estos tópicos, al igual que la opinión recogida

anteriormente, prevalece el tema de la política gubernamental con un 70%. El restante

30% se distribuyó entre los demás tópicos, entre los cuales predominó el relacionado

con el desarrollo humano (7.07%), seguido por la economía, los asuntos legales, el

deporte y entretenimiento, la religión, la salud, la tecnología, y en último lugar la

comunicación. Como puede observarse, se corrobora el tema político, los asuntos

gubernamentales, como tema central en la opinión venezolana como área central de la

noción de poder. En pocas palabras predomina el concepto del ejercicio del poder en

dirección de verticalidad, gobernantes-gobernados. No obstante, en la presente

investigación, estudiaremos el poder como un constructo que interviene en todas las

relaciones sociales, tanto de manera vertical (dominante-dominado) como horizontal

(en el tejido social).

Otro aspecto interesante a señalar es el auge de estudios, cursos y talleres de

liderazgo encaminados a promocionar la motivación al logro en diversas instituciones

públicas y privadas, lo cual confirma el interés en el área que resultó con mayor

mención luego de la política, y que agrupado con el tema gerencial representa el

8.42% de los resultados arriba señalados. Algunos estudios (como el de Sánchez y


23

Pirela (2006), o el de Colmenares y Delgado (2008)), incluso, giran en torno al

rendimiento estudiantil relacionado con la noción de poder y los planteamientos de

McClelland (1974) de motivación al logro, motivación a la afiliación y motivación al

poder.

Las investigaciones de McClelland (1974), ademán, resultan particularmente

interesantes para este estudio. En sus trabajos sobre el perfil motivacional del

venezolano, McClelland llevó a cabo un estudio de contenido de diversos materiales,

incluidos textos escolares y literatura infantil correspondientes a las décadas de los

30s, 50s y 70s. Los resultados de este estudio mostraron una alta motivación al poder

en contraposición a los otros tipos de motivación (a la afiliación y al logro).

Asimismo, investigaciones realizadas en nuestra década actual, como las de Flores

(2000), y Bilbao y Pachano (2002), se han apoyado en la teoría de McClelland para

estudiar la actuación de las personas en distintos ámbitos y han obtenido resultados

similares. Al parecer, entonces, el venezolano se encuentra más motivado por una

necesidad de poder que de afiliación y de logro. Aunque el objetivo de esta

investigación no es establecer posibles vinculaciones entre la literatura infantil y la

motivación al poder del venezolano de la actualidad, sí parece importante mencionar

tales hallazgos, pues representan un punto de partida interesante para la comprensión

de las relaciones sociales en nuestro contexto, especialmente cuando está presente el

poder como eje interventor.

En cuanto al tema de las estructuras sociales, es relevante mencionar acá el

valioso estudio de Capriles (2008). Este experto estudia uno de los rasgos

característicos de la sociedad venezolana, la viveza criolla, a partir del arquetipo del


24

trickster (embaucador, pícaro), figura que se encuentra reiteradamente en la literatura,

desde la mitología griega, la picaresca española e incluso en la prensa actual de

nuestro país. Arguye Capriles (2008: 57-8) que Pedro de Urdemalas, de Miguel de

Cervantes, héroe de la astucia tan grato y próximo al pueblo y al sentir venezolano, se

unió a su paralelo africano Tío Conejo, “y ambos prosperaron hasta convertirse en las

más influyentes imágenes colectivas a las que recurrentemente acudimos para reflejar

muchos aspectos de nuestra identidad nacional”. Este argumento encuentra sustento

en la resolución del Ministerio de Educación Nacional de los Estados Unidos de

Venezuela en 1949, a través de la cual se crea la Revista Tricolor, “publicación

infantil destinada a avivar nuestras peculiaridades económicas y sociales, y a afianzar,

en el campo espiritual, nuestra nacionalidad” (Capriles, 2008: 56). Vale la pena,

además, reproducir la cita que de esta resolución presenta Capriles:

Por cuanto es deber del Gobierno de la República encauzar las


experiencias y actividades educativas hacia la formación de la conciencia
nacional basada en el conocimiento de nuestras características y en la
apreciación justa de nuestros valores; y por cuanto es necesario dotar de
un instrumento didáctico auxiliar que satisfaga los intereses
predominantes de los niños que a ellos concurren, por disposición de la
Junta Militar de Gobierno de los Estados Unidos de Venezuela, este
despacho resuelve: se crea la Revista Tricolor.

Resalta Capriles el hecho de que tanto el primer como el segundo número de

esta publicación comienzan con una fábula de Tío Tigre y Tío Conejo y que además

la contraportada del segundo número incluye un cómic sobre Pedro Rimales, “uno de

los principales héroes de la astucia del relato oral venezolano (…) versión criolla de

Pedro de Urdemalas” (Capriles, 2008: 57)


25

En el ámbito de la psicología social más reciente, la psicología social de la

liberación, Montero (2004) señala que “como es posible observar en el trabajo

comunitario, el poder y la sumisión pueden manifestarse en el seno de las

comunidades generando desigualdades y privilegios en función de intereses

particulares y en desmedro de los colectivos”. En esta corriente resalta la motivación

hacia la transformación social que supone “acciones y reflexiones destinadas a

combatir las formas desiguales del poder y a eliminar las expresiones de injusticia y

de opresión, respecto de las cuales se busca liberar a los grupos e individuos

sometidos a ellas” (Montero, 2004). Los aportes de la psicología social, desde la

psicología social comunitaria (Sánchez y Wiesenfeld, 1995), la psicología crítica y la

psicología de la liberación son clara indicación del interés actual en el análisis de la

participación ciudadana la cual “se refiere en concreto al asunto del poder y su

ejercicio por parte de diferentes actores sociales en los espacios creados para la

interacción entre los ciudadanos y las autoridades locales” (Jiménez, 2004: 140).

Refiere este autor los planteamientos de Fals-Borda (1986) según los cuales la

participación implica “el rompimiento voluntario y vivencial de la situación

asimétrica de sumisión y dependencia implícita en la relación sujeto-objeto”

(Jiménez, 2004: 140). Es en esta línea de pensamiento que parecieran sustentarse las

actuales políticas gubernamentales venezolanas en lo referente a democracia

participativa, organizaciones comunitarias y poder popular.

El rompimiento de la situación de sumisión y dependencia, sin embargo, parece

aún una meta muy lejana, y en este orden de ideas, cabe resaltar el interés de

reconocidos psicólogos venezolanos como Ángel Oropeza, Axel Capriles y Mercedes


26

Pulido (psicólogo social), y los psiquiatras Franzel Delgado Senior y Roberto De

Vries, quienes, en compilación de Oropeza (2007) presentan su visión profesional en

torno al tema de la sumisión como actuación cotidiana en la práctica social de nuestro

país. Con prólogo del politólogo y humorista venezolano Laureano Márquez titulado

“Misión sumisión: Venezuela arrodillada”, los autores explican el fenómeno de la

sumisión política analizando diversas “razones históricas, culturales, políticas,

sociales e institucionales” (Oropeza, 2007: 16).

En pocas palabras, esta investigación se enmarca en un contexto social,

institucional y educativo que resalta los valores de la literatura infantil, por una parte,

y se interesa de manera inequívoca en los fenómenos interaccionales derivados de la

práctica del poder en la Venezuela actual.


27

CAPÍTULO 3

LOS FUNDAMENTOS TEÓRICOS

3.1 El poder

Son muchas, y muy diversas, las concepciones que sobre el poder pueden

encontrarse o deducirse en las prácticas de intercambio social entre los individuos.

Una revisión documental no muy sistemática nos llevaría a concebir el poder como

control. Para muchos el poder parece estar relacionado con aspectos políticos –el

poder del gobierno sobre las instituciones y los ciudadanos; o con aspectos

económicos –el poder de los ricos sobre los pobres; y hasta con lo espiritual –el poder

divino de los dioses sobre los mortales. En estos casos, se infiere una concepción

según la cual el poder es una fuerza que se ejerce de manera vertical, de lo superior

hacia lo inferior. No obstante, es preciso señalar el interés creciente de los estudiosos

de las ciencias sociales en entender el poder como constructo que interviene en todas

las relaciones sociales de manera vertical y también de manera horizontal en un tejido

de redes sociales, y que se pone de manifiesto en diversos contextos a través de

diferentes estrategias y recursos.

3.1.1 El poder en la práctica social

Este estudio de sustenta en la noción de poder como control o influencia: el

poder entendido como una relación de dominio del individuo sobre las mentes y las

acciones de otros individuos (Marsal, 1971). Van Dijk (2000) presenta el poder como

un concepto que “organiza muchas de las relaciones entre el discurso y la sociedad”.

Según este autor, el poder social se define como control: “controlamos a los otros si
28

podemos hacer que actúen como deseamos (o impedir que actúen en contra nuestra)”

(2000: 40). Emile Littré, en el siglo XIX definía el poder como la capacidad de

hacerse obedecer; el poder supone, por lo menos, dos personas. “Un estudio,

entonces, de la naturaleza del poder resulta ser más significativo si se realiza en base

a una relación que se establece entre él y otros individuos o entre individuos y él.”

También, Robbins (1987) definen el poder como la capacidad de un individuo para

influenciar decisiones y Michel Foucault (1979) plantea el poder como una relación

que puede existir en situaciones conflictivas y no conflictivas en las que las personas

actúan, en una "microfísica del poder" con innumerables puntos de enfrentamiento.

“De aquí que sea muy importante estudiar, con profundidad, las relaciones que

suceden entre los individuos y los grupos sociales, en un contexto determinado, para

descubrir los procesos de obediencia y mando”

A este respecto, debemos señalar los planteamientos de Fairclough (1989)

acera del rol social de los individuos. Este autor prefiere el término “posición del

sujeto” para indicar que los individuos son lo que hacen. Explica Fairclough que el

término “sujeto” posee una cualidad de ambigüedad según la cual el sujeto podría

entenderse como el individuo que está bajo la jurisdicción de una autoridad, y por

ende pasivo; pero también podría referirse, en la oración, al ejecutor activo, el que

está involucrado en la ejecución de una acción. Lo importante a señalar, en todo caso,

es que los sujetos se restringen a la posición que ocupan y, al mismo tiempo, estas

restricciones los impulsan a actuar como agentes sociales. Ello nos lleva a concluir

que el individuo puede pasar de ser controlado o dominado por las restricciones de su
29

rol social (o posición de sujeto), a una posición superior de poder una vez que las

restricciones de su posición lo han llevado a convertirse en una gente social activo.

El poder, entendido como control, está presente en las relaciones

interpersonales y en la percepción del individuo en cuanto a su rol en situaciones de

intercambio social. Según, van Dijk (2000) “Si queremos comprender algunas de las

funciones fundamentales del discurso en la interacción y la sociedad necesitamos una

mayor comprensión de la naturaleza del poder” (van Dijk. 2000: 40).

van Dijk (2000) centra su atención en las relaciones de poder entre grupos

sociales o instituciones. Sin embargo, algunas de sus afirmaciones son aplicables a las

relaciones de poder entre individuos. Nos referimos específicamente a las formas de

poder descritas por van Dijk (2000: 40-2), entre las cuales se puede resaltar: (a) el

poder coercitivo; (b) el control de la base mental de las acciones; y (c) el poder

persuasivo. Para este autor, el poder coercitivo se manifiesta a través de la fuerza

bruta: forzamos físicamente a otros a hacer lo que queremos. Por otra parte, el control

de la base mental de las acciones se refiere al control de las intenciones o propósitos

de las personas, lo cual se puede lograr a través comandos, órdenes o actos de habla

directivos. También podemos ejercer control sobre las personas mediante el poder

persuasivo el cual, a diferencia del anterior, no se basa en una amenaza implícita, sino

que más bien utiliza argumentos u otras formas de persuasión.

Las relaciones sociales también son abordadas por Poynton (1989: 76-7), quien

plantea que el poder puede clasificarse en (a) igual o (b) desigual. En este último

caso, se plantea una relación de dominancia o deferencia. Para Poynton, las fuentes

que determinan el poder en las relaciones sociales vienen dados por (a) fuerza; (b)
30

autoridad; (c) estatus; y (d) experticia. La fuerza se entiende exclusivamente en

términos de superioridad física: el fuerte domina al débil, el hombre domina a la

mujer, el gigante domina al niño, etc. La autoridad está referida al rol socialmente

legítimo: el rey domina a sus súbditos, el policía domina al infractor, el profesor

controla al alumno, etc. El estatus está asociado a aspectos sociales como la

profesión, la riqueza, el estatus hereditario, entre otros: el ingeniero controla al

albañil, el dueño de la compañía tiene poder sobre el gerente, etc. La experticia se

entiende desde la perspectiva del conocimiento y la habilidad: el experto controla al

novato, el que más sabe controla al que menos sabe, el habilidoso domina sobre el

torpe, etc.

Este modelo del poder es presentado por Poynton como:

FIGURA 1. El modelo de poder según Poynton (1989)

igual
dominación
desigual
deferencia

PODER fuerza

autoridad

estatus

experticia

(Poynton, 1987: 77)


31

Para Poynton, los recursos que determinan el poder en las relaciones sociales

vienen dados por (a) fuerza; (b) autoridad; (c) estatus; y (d) experticia:

FIGURA 2. Recursos que determinan el poder según Poynton (1989)

Fuerza: Autoridad: rol Estatus: riqueza, Experticia:


superioridad física. desigual profesión, estatus conocimiento o
socialmente hereditario, etc. habilidad.
legítimo

PODER

IGUAL DESIGUAL

Es necesario señalar también que aunque las definiciones dadas por Poynton

parecen distinguir claramente la autoridad, el estatus, la experticia e incluso la fuerza,

en la práctica tales distinciones no parecen tan obvias. Tomemos como ejemplo un

rey. Mientras que su rol de poder es aceptado como legítimo por prácticamente todas

las sociedades, también es cierto que tal posición de rey es generalmente producto de

un estatus de realeza (y riqueza) y que su trono es, también generalmente, heredado.

El poder del rey, entonces, ¿viene dado por su autoridad o por su estatus?

En nuestro contexto educativo venezolano, podríamos destacar otro ejemplo: la

figura del rector de la universidad. Mientras que en la comunidad universitaria nadie

negaría su posición de autoridad legítimamente aceptada, tal posición es consecuencia

de su desempeño profesional ¿el poder del rector viene dado por su autoridad o por su

estatus? En ambos casos, el del rey y el del rector, pareciera que la autoridad no es un

recurso de poder per se, sino que tal autoridad es más bien una forma de control

legitimada socialmente, pero que se deriva del estatus social.


32

Otro caso interesante para la reflexión es el del policía. En algunas culturas su

recurso de poder es la autoridad. El policía tiene un rol legítimo para ejercer control

ya que la sociedad le ha dado esta legitimidad. En este caso, la dominación del policía

y la deferencia de los ciudadanos radican en el poder persuasivo que, desde otras

esferas del poder (político, educativo, etc.), se ha impuesto sobre la sociedad. En otras

culturas, como la nuestra por ejemplo, el poder del policía viene dado por el hecho de

que posee armas y otros instrumentos que le permiten ejercer la fuerza sobre otros

individuos. En este caso lo que se impone es el poder coercitivo y, en situaciones

ideales, este poder se impone para lograr que los individuos actúen apegados a la ley.

Desde esta perspectiva, ¿el poder del policía tiene su base en su autoridad o en su

superioridad física? De nuevo, pareciera que la autoridad por sí misma podría no ser

un recurso sino una forma de control ejercida desde una posición, o cargo, sustentada

sobre la base de otros recursos como el estatus o la fuerza.

Desde este punto de vista, entonces, pudiéramos afirmar que el poder por

autoridad está más asociado a una posición que a la persona misma. La autoridad de,

por ejemplo, un maestro sobre sus alumnos (y sus padres) podría tener su origen en su

estatus, pero le asignamos una posición de autoridad y mostramos ante él cierta

deferencia debido a que ocupa una posición jerárquica en la escuela. Asimismo,

mostramos respeto y deferencia ante un presidente, no necesariamente por sus

cualidades y atributos sino porque ocupa la presidencia. En otras palabras, lo que

respetamos es la posición (la presidencia, la corona, la gerencia, etc.) Que el

presidente o el gerente en posición de autoridad mantenga un verdadero control (y por

ende su posición) sobre otros dependerá de sus cualidades personales, cualidades


33

éstas que, en la mayoría de los casos, están estrechamente relacionadas con sus

conocimientos y habilidades en el manejo de situaciones, es decir, con su experticia.

Mención aparte merece la experticia como recurso de poder. Para 1983, los

psicólogos sociales French y Raven, proponen su teoría sobre las bases del poder. En

esta teoría los expertos sugieren cinco tipos de poder fundamentales: el poder

coercitivo, el poder legítimo, el poder del referente, el poder por recompensa y el

poder de experto. Aunque se plantean interesantes semejanzas y diferencias con los

planteamientos de van Dijk (2000) y Poynton (1989), resaltaré sólo el reconocimiento

al poder de experto. Al igual que en el modelo de Poynton, se percibe en esta vieja

teoría al poder de experto en asociación al conocimiento y/o habilidad. Más

específicamente se define como la tenencia de un conocimiento, experiencia,

capacidad o habilidad distintiva.

Autores más recientes como Ambur (2000) explican el poder de experto como

el aspecto más importante del poder de referencia, el cual no es más que el control o

influencia que ejerce un individuo sobre otros, quienes muestran respeto y estima por

él en virtud de sus atributos y cualidades generales. También señala Ambur que el

poder de experto es más limitado que el poder de referencia, por cuanto se

circunscribe en la mayoría de los casos a áreas específicas de conocimiento y

experiencia. Esto es cierto para intercambios en los que se desarrolla una discusión,

debate o confrontación de ideas en ámbitos profesionales. Pero no podemos, a mi

modo de ver, descartar situaciones cotidianas en las que una amplia experiencia de

vida es la base de resolución de problemas ¿o no es este el caso de la llamada

sabiduría popular? Pero bien sea una forma de poder en sí misma, o sólo un aspecto
34

de otra forma de poder más general, la experticia ha captado la atención de múltiples

investigaciones sobre el ejercicio del poder en diversos contextos como por ejemplo

la educación, el liderazgo y la gerencia en ambientes de trabajo, las relaciones entre

profesionales de la salud mental y hasta situaciones de conflictos matrimoniales. En

el caso específico de un contexto educativo, Tauber y Knouse (1983) encontraron que

la forma predominante de poder de algunos maestros de escuela es el poder

coercitivo, otros, emplean como estrategia de control el poder de referencia y el poder

de experto. Encontraron también que los alumnos parecen valorar más la eficacia del

poder de referencia, y más específicamente el poder de experto de sus profesores, que

cualquier otra forma de poder.

Con base en los planteamientos presentados hasta ahora, podemos formular una

adaptación al modelo que representaría una recopilación de los distintos recursos de

poder, que a su vez conforman el sustento de análisis de nuestra investigación. Tal

modelo incluye cuatro posibles recursos de poder, los cuales se describen a

continuación:

i) El poder de consecuencias se basa en la influencia que se ejerce con base en

la amenaza o la recompensa. Se sustenta en la capacidad que se tiene para castigar o

premiar al sujeto que se intenta subordinar.

ii) El poder legítimo se deriva de la posición de autoridad o estatus y se

atribuye al derecho que otorga la posición que se ocupa.

iii) El poder de referencia se deriva de características personales. Incluye al

poder de experto se ejerce con base en características especiales de conocimiento y/o

experticia en algún área específica del poder. Los sujetos se identifican con el agente
35

de poder o lo rechazan según sus apreciaciones positivas o negativas de tales

características –como la honestidad, la inteligencia, los defectos morales, etc.

iv) El poder de comunicación se basa en el dominio del contenido y las formas

del discurso. Supone el control del contexto y de las estructuras del discurso (van

Dijk, 2000)

Como pudiese inferirse de las formulaciones referidas a los recursos de poder,

éstos necesariamente deberían estar relacionados a la ocupación de ciertas posiciones

de poder e incluso a la variación de tales posiciones según el manejo de los recursos

en diferentes situaciones de intercambio social.

En cuanto a las posiciones de poder que pueden ocupar los sujetos, propongo, a

partir de los planteamientos de van Dijk (2000), un conjunto de categorías que

permite identificar y distinguir distintas posiciones en función de la actuación de los

personajes. En primer lugar he tomado la definición de van Dijk, según la cual

“controlamos a otros si podemos hacer que actúen como deseamos o impedir que

actúen en contra nuestra.” (van Dijk, 2000: 40). Esta definición se centra en el poder

como una condición de superioridad. Se infiere de ella que hay dos formas

estratégicas de ejercer el poder sobre otros: la que determina la acción de los otros y

la que limita tal acción. Bastará acá con que se limite la actuación o imposición del

actor dominante, para inferir movimiento del agente dominado hacia una posición

superior a través de la estrategia de resistencia, lo cual implicaría entonces una

transformación ascendente en el ejercicio del poder. Ello, en consecuencia, implicaría

además una transformación del agente dominante en dominado, es decir, el

dominante sufriría una transformación descendente.


36

He sugerido hasta ahora la presencia de al menos una posición de poder y dos

tipos de transformaciones que llamaré configuraciones posicionales: una ascendente y

una descendente. Pero siendo el poder un constructo que obligatoriamente se enmarca

en la interacción, es preciso contemplar la presencia de aquellos actores que ocupan

posiciones de inferioridad o desventaja y permanecen en ellas. Nos referimos a los

que sí son definitivamente controlados por el poder de actores en posiciones de

superioridad. En este sentido, encontramos en primer lugar, a los que aceptan la

dominación o limitaciones a su actuación con base en el reconocimiento de la

posición del dominante. Esta posición se sustenta, por sobre todo, en el respeto por el

dominante. Aunque pudiese expresarse o sugerirse algún desacuerdo con el

dominante, se actúa de acuerdo a su voluntad por deferencia. Otro rol de inferioridad

o desventaja ante el poderoso es el ocupado por aquellos actores que no lo cuestionan,

los que simplemente obedecen y actúan según la voluntad del dominante, porque

están completamente de acuerdo o porque no poseen las capacidades, intelectuales o

físicas, que le conduzcan a rebelarse. Actúa entonces desde la obsecuencia, ocupa la

posición de subordinación.

3.1.2 El poder y el lenguaje

También en los estudios del discurso se valora el conocimiento y la

experiencia. En los planteamientos de la lingüística sistémica funcional Halliday

(1985) señala los niveles del lenguaje como sustancia, forma y situación. Para la

situación, se reconoce la tesis (concepto análogo al significado de Saussure), la

situación inmediata y la situación ampliada (wider situation). Esta situación ampliada

implica todo lo que se encuentra en la experiencia pasada de los participantes en el


37

acto comunicativo, y que los capacita para la elección entre las diversas opciones de

su potencial semántico así como para la comprensión de los mensajes recibidos. Es

importante señalar que en esta teoría es la situación la que determinaría la función

lingüística que se realizaría a su vez a través de los sistemas gramaticales en los

componentes ideativo-experiencial, interpersonal y textual.

Otro ejemplo del reconocimiento al conocimiento y habilidad se encuentra en

estudios pragmáticos donde se sugiere el éxito de los actos de habla directivos con

base en el reconocimiento y manejo de las condiciones de felicidad. Haré aquí un

paréntesis ilustrativo para resaltar un extracto tomado de la literatura infantil:

- Si yo le ordenara a un general volar de flor en flor, como lo hace una


mariposa, o escribir una tragedia, o transformarse en un pájaro marino, y
si el general no ejecutara la orden recibida, ¿de quién sería la culpa?
¿Mía o de él?
- Sería culpa suya –dijo firmemente el Principito.
-Exacto. Hay que exigir a cada cual lo que cada cual puede dar –dijo el
rey-. La autoridad se basa ante todo en la razón. Si le ordenaras a tu
pueblo que se lance al mar, habría una revolución. Tengo derecho a
exigir obediencia, porque mis órdenes son razonables. (El Principito, A.
Saint-Exupery)

También en el discurso persuasivo-argumentativo, es común encontrar la

atribución de planteamientos a terceros, usualmente considerados “autoridades” en el

campo objeto de exposición, en el entendido que tales “autoridades” son individuos

con gran conocimiento y experiencia en el tópico que se trata y que el lector/receptor

no dudará en aceptar la verdad de los señalamientos o argumentos esgrimidos. A este

respecto, Fairclough (1989) hace un interesante planteamiento en referencia al

sistema de significado y afirma que éste se sustenta en el poder: el poder de expertos

relevantes y el poder de ciertos sectores de la inteligencia (docentes, compiladores,


38

etc.) quienes vienen a ser los garantes del sistema y otros elementos del lenguaje

estándar (Fairclough, 1989: 95). Igualmente, en el discurso persuasivo, es fácil

encontrar expresiones como “todo el mundo sabe que…” o “como es bien conocido

por todos…” o “se debe recordar que…”, que apelan al conocimiento o al sentido

común de las personas con el propósito de lograr la aceptación y aprobación de

hechos y argumentos. En este mismo orden de ideas, y retomando las ideas de van

Dijk (2000) sobre las formas de poder, bien podría afirmarse que tanto en el control

de la base mental de las acciones como en el poder persuasivo subyace el elemento

experticia. De acuerdo con van Dijk, el control de la base mental de las acciones se

realiza a través de actos de actos directivos, como órdenes, que ubican al interlocutor

en una posición de deferencia y que controlan y restringen la contribución de éste.

Estos controles y restricciones sobre el contenido (lo que hay que hacer o decir),

sobre las relaciones (el tipo de relación que se establecerá entre los participantes) y el

sujeto (la posición que el sujeto deberá ocupar) son lo que podríamos llamar el poder

en el discurso (Fairclough, 1989: 46). Por otra parte, el poder persuasivo no se basa

en órdenes u otras formas de amenaza implícita, sino que se realiza a través de

argumentos u otras formas de persuasión, las cuales bien podrían estar basadas en

aspectos ideológicos o apelaciones al sentido común. Es lo que Fairclough (1989)

llama el poder detrás del discurso. En ambos casos resulta evidente que se requiere

cierto conocimiento, o alguna habilidad intuitiva, en el manejo de formas discursivas

si se quiere ejercer el poder en el discurso por una parte, y, por la otra, conocimiento,

experiencia, capacidad o habilidad distintiva en las áreas del saber sobre las cuales se

pretende ejercer algún poder persuasivo detrás del discurso.


39

La realización lingüística de la dimensión “poder” involucra los sistemas de la

función interpersonal. Por lo tanto, los elementos de modo, modalidad y modulación

podrían ser claves para revelar los tipos de significado considerados apropiados

culturalmente según diferentes tipos de relaciones sociales. Morley (1985: 44) en su

profundización de la función interpersonal tal como la planteara Halliday (1975),

establece que esta función se subdivide en (a) de interacción: sub-componentes

social e instrumental; y (b) personal. La función de interacción sirve el propósito de

establecer y mantener las relaciones sociales (social), así como de influir en el

comportamiento de otras personas (instrumental). Por otra parte, la función personal

incluye elementos que reflejan las actitudes de los hablantes. Con base en estos

planteamientos, se puede afirmar que los elementos de modo contribuyen en gran

medida a revelar los roles asumidos por los hablantes (para ellos y sus

interlocutores), a la vez que los elementos de modalidad epistémica (posibilidad) y

modulación, o modalidad deóntica (obligación) podrían reflejar, además de los roles,

las actitudes de los hablantes.

En la misma línea de pensamiento, Simpson (1993) se refiere a la modalidad

como el mayor exponente de la función interpersonal. La modalidad refleja, a

grandes rasgos, la actitud u opinión del hablante respecto a la verdad de una

proposición expresada en un enunciado, así como a una situación o evento descrito

(1993: 47). Este autor, además, presenta un modelo de modalidad que distingue entre

enunciados no-modalizados (categorical assertions) y enunciados modalizados. Los

enunciados modalizados, a su vez, se diferencian en (a) epistémicos: certeza,

creencia y cognición; en esta categoría se incluye además el subsistema de


40

percepción (basado principalmente en la percepción a través de los sentidos); (b)

deónticos: obligación y compromiso; (c) bulomaicos (o bulomayéicos, como los

designan Lozano, et al (1999)): deseos. Es preciso resaltar que cada una de estas

categorías actúa como un continuo, encontrándose en cada caso diferentes grados de

certeza, obligación o deseo. Es de hacer notar, por otra parte, que el modelo de

Simpson incorpora el continuo de modulación en su opción deóntica. Altos o bajos

grados de certeza o de obligación podrían ser indicadores de distintos grados de

control de unos individuos sobre otros o sobre situaciones y eventos que los rodean.

Según Lozano et al “mediante las categorías modales definimos los cambios que los

movimientos interaccionales efectúan en las relaciones entre los participantes.”

(1999: 250).

También Fairclough (1989: 49), al enfocar su atención en la noción de poder en

y detrás del discurso, afirma que “el poder en el discurso tiene que ver con el control

y la restricción impuestos por los participantes poderosos sobre las contribuciones de

los participantes no poderosos.” 1 . Estas restricciones pueden ser de contenido, de

relaciones y de posiciones del sujeto. En todo caso, las restricciones se derivan de las

convenciones del tipo de discurso en el cual están involucrados los sujetos. En una

relación de poder desigual, maestro-alumno, por ejemplo, el control o restricción de

las contribuciones lingüísticas, podría evidenciarse en el uso de actos de habla

performativos del tipo directivo (órdenes y preguntas): pareciera que el maestro tiene

1
Original en ingles: power in discourse is to do with powerful participants controlling and
con1straining the contributions of non-powerful participants.
41

el derecho a ordenar y hacer preguntas, mientras que el rol del estudiante pareciera

obligarlo a cumplir órdenes y a responder preguntas.

Las ideas planteadas conducen a establecer una inevitable conexión con la

teoría de actos de habla, por cuanto, según Cook (1989), la misma representa un

enfoque que intenta explicar cómo el conocimiento del mundo físico y social es

activado para inferir la función de lo que se dice considerando su forma y su

contexto. Esta teoría relaciona la función del enunciado con conjuntos de condiciones

que deben cumplirse para que tenga lugar una comunicación exitosa. Además, provee

una formulación de enunciados constativos y performativos que, junto a los

planteamientos de acto locucionario, fuerza ilocucionaria y perlocucionaria, sirve

en gran medida como herramienta de análisis para revelar la naturaleza de las

relaciones sociales representadas en el mundo narrado en un texto literario. Como lo

planteara Lozano, et al (1999: 177)

atañe a los preformativos la configuración del orden jurídico de las


relaciones entre los personajes discursivos… entendemos que tal orden se
articula como un sistema dinámico de derechos y deberes y de relaciones
de autoridad, pero también de transacciones de información y de actos de
sanción y manipulación

Así, los enunciados performativos parecen jugar un papel fundamental en la

comprensión de las estrategias discursivas que se emplean para establecer relaciones

de poder, por cuanto representan de manera clara la realización lingüística de la

función instrumental del lenguaje, que da cuenta de la influencia del individuo sobre

el comportamiento de los que lo rodean. La identificación de estos enunciados

performativos como directivos (e.g. ordenar), expresivos (e.g. lamentar), de

compromiso (e.g. prometer, amenazar) o declarativos (e.g. sentenciar), así como el


42

estudio de su ocurrencia, podría facilitar el análisis de los personajes en cuanto a su

ejercicio de poder sobre otros personajes. En otras palabras, el estudio de la

efectividad, así como su naturaleza reactiva, de los enunciados performativos podría

contribuir de manera significativa al logro de otro de nuestros objetivos de

investigación: la identificación de estrategias utilizadas por los autores para construir

mecanismos de control de unos personajes sobre otros en el mundo narrado.

3.2. La narración como orden del discurso

Antes de profundizar en la idea de narración parece relevante establecer acá la

distinción entre orden del discurso y tipología textual. Siguiendo a Sánchez (1993) y

Álvarez (2001) se entenderá aquí la noción orden del discurso como relacionada con

un esquema estructural con contenido y función característicos (la narración o la

exposición). Álvarez, por su parte, concuerda con Genette en cuanto a considerar la

narración como orden del discurso a partir del cual se construye el relato, es decir, el

texto. En este sentido, entonces, una tipología textual es un conjunto de textos con

características similares en su forma, su semántica y su función. En pocas palabras,

trataré aquí la narración como orden del discurso y el cuento como tipo de texto.

Labov (1972) define la narración como método para recapitular la experiencia

y correlaciona una secuencia de cláusulas a una secuencia de eventos. Labov y

Waletsky (1967) encontraron que la macro-estructura de la narración puede contener

seis partes o secciones:

• Sumario (abstract), donde el narrador anuncia su propósito de relatar una

experiencia en particular, y previene al oyente sobre el tópico a narrar.


43

• Orientación, como su nombre lo indica, cumple la función de orientar al

interlocutor sobre los personajes, tiempo, espacio y situación. Los elementos

de la orientación se ubican mayormente en el inicio de la narración. Cuando

se presentan elementos orientadores en otras secciones de la narración, estos

elementos cumple una función de evaluación más que de orientación.

• Complicación, el cuerpo fundamental de cláusulas narrativas en secuencia

temporal. Su función es referencial, básicamente la de contar la historia y

responde a la pregunta “¿qué pasó?”. En algunas narraciones largas es

posible encontrar varios ciclos narrativos.

• Evaluación, sirve el propósito de expresar por qué es importante la historia,

establece el punto de interés personal. Una narración sin elementos

expresivos de evaluación sería sólo una sucesión de eventos cuyo efecto

podría ser confuso, dejando la sensación de ¿y qué?. Aunque es posible

encontrar cláusulas fundamentalmente evaluativas agrupadas para suspender

la complicación justo antes de la resolución, también pueden encontrarse este

tipo de cláusulas a lo largo del relato. Asimismo, es posible encontrar

elementos lexicales incorporados en las cláusulas narrativas que cumplen esta

función evaluativa.

• Resolución, presenta el resultado final de la secuencia de eventos. Funciona

como cierre o conclusión. Indica al interlocutor que el problema ha sido

resuelto. Responde a la pregunta “y entonces, ¿qué pasó?”


44

• Coda, cumple la función de indicar que la narración ha terminado, trayendo

al interlocutor nuevamente a la situación del aquí y el ahora.

Labov (1972: 369) señala que una narración completa comienza con la

orientación, procede a la complicación, suspende la acción en la evaluación antes de

la resolución, concluye con ésta y devuelve al oyente al tiempo presente con la coda.

El sumario es un elemento opcional. Es también oportuno señalar que los cuentos

escritos en la actualidad tienden a obviar el elemento coda, lo cual se ha hecho

evidente en el presente estudio, tal como se señalará en los resultados. En el mismo

orden de ideas, es necesario señalar que, tal como lo plantearan Labov y Waletzky

(1967), es posible encontrar elementos de la evaluación en cláusulas narrativas de la

complicación. Tal es el caso del habla reportada, donde el propio proceso de

verbalización (decir, preguntar, responder, etc.) conforma el núcleo (narrative head)

de una cláusula en secuencia narrativa, pero donde la verbalización misma, la

acotación textual de lo dicho, representa una cláusula evaluativa. Es decir, una

cláusula como

Entonces el profesor me dijo: “Aprobaste el examen de milagro”

se considera narrativa por cuanto el decir es un hecho que ocurre en secuencia

temporal con uno previo (y que probablemente produzca otro hecho posterior). La

verbalización misma, lo que se dijo, es en cambio una evaluación interna donde se

orienta hacia la actitud evaluativa del personaje, quien por una parte reporta el hecho

de que aprobaste y por la otra evalúa la situación indicando que esto ocurrió de

milagro. En la misma línea, y en relación la habla en la narración, Ely (1997: 352)


45

refiere que Labov y Waletzky reconocen que la función evaluativa y la referencial

pueden coincidir en una misma cláusula, por lo cual el habla reportada podría

representar tanto lo que pasó como también un sentido de por qué pasó lo que pasó.

Así entonces es posible que una secuencia de eventos concluya con una evaluación,

bien externa (por parte del narrador) o interna (por parte de un personaje) haciendo

coincidir la evaluación con una cláusula narrativa de la resolución.

Con respecto al tipo de verbo que constituye el núcleo narrativo, he

encontrado interpretaciones del modelo de Labov y Waletzky, entre las cuales

destacaré la de Shiro (1997). Para esta autora, la cláusula, con una estructura de frase

simple, contiene un verbo de acción en pasado simple. Aunque estoy de acuerdo en

el uso del pasado simple, representado en ocasiones por el presente histórico, no he

encontrado suficiente evidencia de que el núcleo narrativo, o el verbo, deba

obligatoriamente ser un proceso material de acción. De hecho, los propios ejemplos

presentados por Labov & Waletzky (1967) contienen, además de este tipo de verbo,

procesos de verbalización y procesos mentales. Al definir la sección de

complicación, Labov & Waletzky la ejemplifican como la sección de su narración 6

que va desde la cláusula g a la m. Veamos el ejemplo:

FIGURA 3. Ilustración de una sección de complicación en el modelo de L&W


(1967)

a yeh I was in the boy scouts at the time DS (a-s)


b and we was doing the 50-yard dash
c racing
d: but we was at the pier, marked off
e; and so we was doing the 50-yard dash
5f there was about eight or ten of us, you
know, going down, coming back
46

g and, going down the third time, I caught


cramps {a-g}
h., and I started yelling "Help!" {h}
i but the fellows didn't believe me, you
know, {i-j}
j they thought I was just trying to catch up
because I was going on or slowing down {i-j}
k; so all of them kept going {k-1}
1 they leave me {k-1}
m and so I started going down {m-p}

i;,n= Scoutmaster was up there {a-s}


6o.- he was watching me {i-r)
7p: but he didn't pay me no attention either {i-r}

oq<i and for no reason at all there was another


guy, who had just walked up that minute ... {q}
HTH he just jumped over {r}
uSo and grabbed me {s}

(Labov y Waletzky (1972: 17) (énfasis mío)

He adoptado entonces este ejemplo y he incluido en la clasificación de

cláusulas narrativas aquellas con distintos tipos de procesos, atendiendo a los criterios

de secuencialidad temporal y de causalidad.

Con respecto al principio de causalidad, Labov (1997) plantea que al narrador

selecciona un evento reportable, luego selecciona un evento anterior que es la causa

eficiente del evento reportable y que responde a la pregunta ¿cómo (o por qué)

ocurrió eso?, luego el narrador continúa de manera recursiva hasta presentar un

evento para el cual la pregunta ya no sea apropiada. Podemos aquí establecer una

relación con los planteamientos iniciales del sistema de concatenación de episodios

de la gramática sistémica funcional, uno de cuyos términos (episodios relacionados)


47

muestra la posibilidad de unir cláusulas en función de la temporalidad o de la

causalidad.

Retomando el tema de los tipos de procesos factibles de constituir un núcleo

narrativo, se hace necesario presentar las ideas derivadas de la gramática sistémica-

funcional en cuanto a la cláusula como representación de la experiencia. Me refiero

específicamente al sistema de transitividad, el cual, como señalan Martin et al (1997),

da cuenta de la experiencia en términos de una configuración de tres tipos de

elementos fundamentales: el proceso (representado por el verbo), los participantes

involucrados en el proceso y las circunstancias que rodean al mismo. Para el presente

estudio enfocaré la atención en el elemento proceso. De acuerdo con los

planteamientos de Martin et al (1997:102), los procesos pueden clasificarse en:

i) Material: evento, representa lo que ocurre; acción, representa lo que se

hace.

ii) Mental: representa el procesamiento mental conciente. Incluye la

percepción, la cognición, y la reacción o afectación.

iii) Relacional: generalización de la noción tradicional de verbo copulativo,

relaciona al participante con un atributo (tipo atributivo) o lo identifica con un valor

(por identificación)

iv) Comportamental: entre lo material y lo mental/verbal, representa la

conducta humana.

v) Verbal: representa los procesos del ‘decir’ y sus distintos modos

(preguntar, ofrecer, etc.). También pueden incluirse aquí procesos que, no siendo

verbales per se, tienen una naturaleza semiótica que los caracteriza como procesos
48

externalizados derivados de un proceso mental previo (formulación ésta que se

presentara inicialmente para categorizar la verbalización). Tal es el caso de verbos

como demostrar.

vi) Existencial: representa la condición de existir de un participante.

Aunque la categorización de cláusulas por el tipo de proceso es más compleja

que lo que parece indicarse con estas formulaciones sencillas, bastará con señalar que

tal categorización se realiza fundamentalmente con atención al resto de los elementos

de transitividad. Un proceso material, por ejemplo, podrá ser clasificado como evento

o como acción con base al tipo de participante involucrado (si es inanimado o

animado, respectivamente). Asimismo, un proceso como oler podría categorizarse

según el participante y/o el elemento adjunto de la cláusula. En Ella olió las flores, el

proceso es comportamental (en cuanto versión activa de un proceso mental de

percepción), mientras que en La torta olía bien, el proceso es relacional atributivo.

La categorización presentada por Martin et al (1997), es el sustento para la

descripción de las cláusulas narrativas y evaluativas en la narración.

Siguiendo los postulados de Labov y Walesky (1967), Labov (1972) y Labov

(1997) en su estudio de narración oral de la experiencia personal, diversos estudios se

han desarrollado en intentos por aplicar el modelo a una variedad de géneros o sub-

géneros narrativos. Para Fleischman (1997: 167), tales aplicaciones a la ficción y al

género fílmico, aunque no impresionantes, han sido útiles para arrojar luces sobre los

rasgos distintivos de diversas variaciones de la narrativa. En cuanto al género

narrativo literario Fleischman (1997: 193) plantea que el modelo de Labov ha abierto

la posibilidad de profundizar en estudios de narrativas más complejas que lo


49

estipulado inicialmente para narrativas orales de experiencia personal. En este

sentido, la autora señala algunos aspectos a considerar en el estudio de la narración

literaria, entre ellos, la micro-estructura y la evaluación.

El modelo de Labov presenta una visión global de la organización textual de la

narración en un importante intento por explicar la relación entre la forma y la función.

Sin embargo, su clasificación de la evaluación se presenta en términos formales

atendiendo sólo a patrones gramaticales recurrentes. De allí que sea relevante incluir

una clasificación más cercana a términos funcionales, como la encontrada en los

estudios realizados por Shiro (1997, 2001), en los cuales aborda la narrativa infantil

desde una postura que apunta hacia el estudio del uso del lenguaje evaluativo en la

construcción de una perspectiva discursiva. En su trabajo (2001: 228) Shiro presenta

como categorías para el análisis:

i) La emoción. Expresa afecto, emoción. Ej.: Volvió a los pocos minutos

sintiéndose el más feliz de los hombres. (El Zapatero que se convirtió en Astrólogo,

cuentos de las Mil y Una Noches)

ii) La cognición. Representa el pensamiento, las creencias. Ej.: cuando ya le

creía dormido, el gigante se acercó sigilosamente. (El Sastrecillo Valiente, Hermanos

Grimm)

iii) La percepción. Expresa lo que se percibe a través de los sentidos. Ej.: El

ladrón, al oír estas palabras, volvió corriendo. (El Zapatero que se convirtió en

Astrólogo, cuentos de las Mil y Una Noches)


50

iv) El estado físico. Expresa el estado interno más físico que emocional. Ej.: Se

convirtió en un rostro de arena que sonreía malévolamente. (El Grillo y la Luna,

Beleth)

v) La intención. Expresa las intenciones de los personajes de realizar alguna

acción. Ej.: Se adentró el solo en la espesura para descubrir el escondite de la fiera.

(El Sastrecillo Valiente, Hermanos Grimm)

vi) La relación. Representa una acción que enfatiza la interpretación de una

relación entre personajes o entre personajes y objetos, más que la acción en sí misma.

Ej.: Tras hacerle burla a Alfredo, la bola se fue corriendo otra vez. (El Grillo y la

Luna, Beleth)

vii) El habla reportada. Representa el lenguaje que cita al habla Ej.: El diablo

huyó furioso lanzando juramentos. (El Hojalatero que Venció al Diablo, cuento Celta,

autor desconocido)

3.3. El personaje en el texto narrativo literario

Retomando el tema de las funciones en el texto narrativo, parece oportuno

señalar la importancia de éstas para establecer un vínculo con el lector. Después de

todo, la literatura, en cuanto lenguaje, cumple por lo menos tres funciones generales y

fundamentales: la ideacional, la interpersonal y la textual. La función ideacional, de

acuerdo a Halliday (1975), está relacionada con la representación de la experiencia, le

da al ser humano la capacidad de entender y expresar ideas acerca del mundo que lo

rodea. La función interpersonal, por otra parte, se relaciona con el proceso

comunicacional como forma y canal para la acción social, y por ende sirve el
51

propósito humano de establecer y mantener las relaciones sociales. La función

textual, que sirve de puente entre las dos previas, habilita al ser humano para la

organización de su contenido ideacional con el propósito de expresarlo

eficientemente a otros participantes de su contexto social. En cuanto al texto

narrativo específicamente, es innegable el hecho de que éste, al igual que otras

tipologías textuales, presenta una organización que lo caracteriza. Es decir, la

representación de la experiencia en un cuento debe estar organizada de manera tal

que tanto el todo como cada una de sus partes cumplan con una función

comunicativa. Igualmente innegable es que una caracterización del texto narrativo

como producto sociolingüístico debe abordar tanto el contenido como su forma y su

función comunicativa, atendiendo así las tres macro-funciones del lenguaje.

Ya para la tercera década del siglo XX, Jakobson (1921), trabajaba sobre la

noción del ‘realismo’ en la narrativa, entendido como “una tendencia artística que

busca representar la realidad lo más cercanamente posible y lucha por una similitud

máxima.” 2 Se pueden identificar dos técnicas características de este movimiento: la

inclusión de detalles innecesarios, o no esenciales para el desarrollo de la trama, y la

motivación, elemento esencial en el movimiento realista. Martin (1987) interpreta

este elemento a partir de las acciones de los personajes: los autores comienzan con

una escena o anécdota impactante, a partir de la cual crean una red de personajes y

circunstancias que motivan el desarrollo y conclusión de la historia. Asimismo,

considera Martin (1987), el personaje es primero creado y luego se le asignan ciertos

2
Original en Inglés: “is an artistic trend which aims at conveying reality as closely as possible and
strives for maximum verisimilitude”
52

rasgos que lo hacen interesante. “La ‘motivación’ requiere que estos personajes estén

firmemente entrelazados en la ‘textura’ de la novela como un todo. 3 (Martin, 1987:

65). Desde este punto de vista, pareciera entonces, el personaje es el eje central del

desarrollo de la narración. Los rasgos que hacen interesente a un determinado

personaje estarían basados en sus motivaciones, lo cual parece indicar un

acercamiento al estudio de la psicología del personaje. A su vez, el hecho de que los

personajes sean primero creados y luego se le asignen rasgos definitorios, da pie a

pensar en la técnica narrativa como base para la construcción del texto narrativo. De

hecho, a partir de los planteamientos del realismo, Shklovsky (1925) plantea su

Teoría de la Prosa. Para él, el realismo en la ficción es el producto de una técnica

narrativa y no de la observación científica de la realidad. El proceso de construcción

de la estructura narrativa consiste básicamente en la ‘desfamiliarización’, es decir

convertir lo cotidiano en extraño. Para Shklovsky, el personaje, o el héroe, es

simplemente una función de la trama creado por la técnica de construcción del relato

(Hawkes, 1977: 65). Al igual que para Jakobson la ‘motivación’ es un elemento

fundamental en la creación del texto narrativo. Cada recurso literario debe tener una

motivación. Martin (1987: 48) señala que, desde esta perspectiva, el escritor, además

de tener una intención de escribir la historia, debe también encontrar explicaciones

realistas plausibles para el uso de sus técnicas. En su interpretación de la obra de

Shklovsky, Martin identifica tres métodos para el logro de una ‘desfamiliarización’

creíble: a) la identificación de razones para la inclusión de acciones inusuales; b) la

3
: Original en Inglés: “’Motivation’ requires that such characters be firmly woven into the texture of
the novel as a whole”
53

selección de los personajes; y c) la representación de la realidad social en la literatura

de no-ficción. Concentrémonos en la segunda de ellas: la selección de personajes.

Los personajes pueden permanecer en un mismo lugar o movilizarse de un sitio

a otro. En ambos casos, sin embargo, se espera que ocurra un cambio en el personaje

en función del desarrollo de la trama. En el caso de los personajes que permanecen en

su lugar, ocurren cambios relativos a sus condiciones sociales, es decir, la variación

se da en cuanto a la movilización de una escala social a otra. En el caso de los

personajes que se movilizan, la selección se realiza en función de explicar el por qué

del viaje, así como las condiciones de vida en un país o en otro. En ambos casos,

como puede verse, la selección de los tipos de personajes viene a estar determinada

por el requerimiento técnico para la construcción del relato con base en la

desfamiliarización. Un cambio mayor en el curso de la historia ocurre cuando el

personaje mismo se convierte en la esfera de la variedad e interés, sustituyendo un

variado mundo interior por uno exterior de historias de aventuras. (Martin, 1987:

49) 4 . Puede observarse que en esta tendencia, aunque se retoma el elemento

‘motivación’, éste no se ubica en el personaje como eje central. De hecho, el

personaje deja de ser elemento central para convertirse en una función de la trama.

Así la motivación reside en el autor y no en los rasgos psicológicos del personaje, el

cual sería entonces seleccionado o creado para justificar el curso de los eventos en la

narración. Esta idea parece haber tenido repercusión en el posterior trabajo de Propp

(1928) al formular sus teorías basadas en los roles y funciones de los personajes.

4
“A major shift in the history of narrative comes about when ‘character’ itself becomes the sphere of
variety and interest, substituting a varied inner world for the varied outer world of adventure stories”
54

Con base en estudios previos que intentaban una clasificación de los cuentos,

Propp (1928) encontró fallas en cuanto a las clasificaciones basadas en temas. Para él,

una clasificación más plausible parecía ser la basada en motivos (motifs). Como

resultado de sus estudios e interés en la descripción de la estructura del cuento, en su

“Morphology of the Folktale” Propp (1928: 21) formuló su teoría basada en 31

funciones, que se definen como unidades básicas de la acción. “Se entiende como

función, el acto de un personaje, definido desde el punto de vista de su relevancia

para el curso de la acción” 5 Los personajes se definen no en términos de lo que son,

sino en términos de lo que hacen. Según Propp (1928: 20)

los nombres y los atributos de los dramatis personae cambian, no así


sus funciones o acciones. De allí podemos inferir que en el cuento
usualmente se atribuyen acciones idénticas a varios personajes. Esto
hace posible el estudio del cuento de acuerdo a las funciones de sus
dramatis personae 6 .

En este sentido, las 31 funciones son distribuidas en siete roles básicos, o

“esferas de acción”: el villano, el donante, el que ayuda, la persona buscada, el

despachador, el héroe y el falso héroe. En su interpretación del trabajo de Propp,

Fowler (1977) identifica una clasificación en términos de verbos y sustantivos. Para

Fowler, los sustantivos, o dramatis personae de Propp, son los siete roles

mencionados, mientras que los verbos son las 31 funciones de los dramatis personae

(p. 29). De acuerdo a Hawkes (1977), “el número de esferas de acción es finito:

estamos tratando con estructuras discernibles y repetidas que (…) tienen


5
Original en Inglés: “Function is understood as an act of a character, defined from the point of view
of its significance for the course of the action.
6
Original en Inglés: “The names of the dramatis personae change (as well as the attributes of each),
but neither their actions nor functions change. From this we can draw the inferences that a tale often
attributes identical actions to various personages. This makes possible the study of the tale according
to the functions of its dramatis personae.”
55

implicaciones para toda la narrativa” 7 (p. 69). Pareciera entonces, que la gran

contribución del trabajo de Propp se centra en la redefinición del personaje, en tanto

sujeto de la acción, más allá de sus características psicológicas o morales. Así, el

personaje retoma su rol fundamental en el análisis de la estructura del cuento,

centrado esta vez, no en su psicología sino más bien en sus acciones, en su relevancia

para el desarrollo del relato. Para Propp, “las funciones de los personajes sirven como

elementos estables y constantes en el cuento (…) éstas constituyen los componentes

fundamentales del cuento” 8 . (p. 24). También, Adam y Lorda (1999: 23) asignan

importancia al trabajo de Propp por considerar que

la nueva perspectiva constituyó un punto de inflexión respecto a la crítica


literaria precedente, centrada en el estudio de los personajes desde el
punto de vista de su psicología individual. Frente a ella Propp estableció
las constantes que permitían contemplar las acciones de los personajes
según su significación para el desarrollo de la intriga”.

Para la década de los 40s, el antropólogo francés Claude Levi-Strauss, presenta

sus estudios de Antropología Estructural. De especial interés acá, es su ensayo

Structural Study of the Myth. En este trabajo, Levi-Strauss (1963: 202) planteaba que

“las figuras mitológicas son consideradas abstracciones personificadas, héroes

endiosados, o dioses caídos” 9 Desarrolla así su teoría de pares binarios u oposiciones

binarias, metáforas y metonimia, mito y mitema, ello con base en sus estudios del

mito “Edipo”. La contribución de los estudios de Levi-Strauss, en cuanto al estudio

de personajes, pareciera radicar en el establecimiento de relaciones en sus


7
Original en Inglés: “ the number of spheres of action occurring in the fairy tale is finite: we are
dealing with discernible and repeated structures which… have implications for all narrative.
8
Original en Inglés: Functions of characters serve as stable, constant elements in a tale… They
constitute the fundamental components of a tale.
9
Original en Inglés:. Mythological figures are considered as personified abstractions, divinized heroes,
or fallen gods.
56

planteamientos de oposiciones binarias, pares que más tarde desarrolla Greimas

(1966) en su esquema actancial.

Posteriormente, elaborando sobre la base de los postulados de Propp, Bremond

(1966), plantea su modelo de análisis. A su modo de ver, la teoría de Propp fallaba

por ser limitada a un corpus (corpus specific). Dudaba de su aplicación a otros tipos

de relatos. Para Bremond (1966: 87), la unidad de base sigue siendo la función.

Presenta así, una tríada de funciones que constituyen la secuencia elemental:

a) Una función que abre la posibilidad del proceso en forma de


conducta a observar o de acontecimiento a prever;
b) Una función que realiza esa virtualidad en forma de conducta o de
acontecimiento en acto;
c) Una función que cierra el proceso en forma de resultado alcanzado.

A diferencia de Propp, Bremond afirma que ninguna de estas funciones

requiere de la siguiente en la secuencia. El narrador conserva la libertad de actualizar

la conducta o acontecimiento de la función de apertura. También puede elegir si una

conducta o acontecimiento alcanza o no su meta en la función de cierre. Además, las

secuencias elementales pueden combinarse para producir secuencias complejas. Los

acontecimientos del relato se clasifican en dos tipos: i) mejoramiento a obtener; y ii)

degradación previsible. Ambos tipos de acontecimientos se suceden en las secuencias

representativas de las tres funciones. Así, por ejemplo, para el tipo de acontecimiento

de mejoramiento tendríamos una secuencia elemental como sigue:


57

FIGURA 4. Acontecimiento de mejoramiento (Bremond, 1966: 90)

Mejoramiento obtenido
Proceso de mejoramiento
Mejoramiento a obtener Mejoramiento no
obtenido

Ausencia de proceso
de mejoramiento

Pero este proceso de mejoramiento no siempre puede ser imputado al azar.

También puede ser atribuido a la intervención de un agente que lo asume como una

tarea a cumplir. Así Bremond introduce dos nuevos roles que pareciera complementar

los siete roles definidos por Propp para el estudio de la estructura de la trama: i) el

aliado, que asume la tarea por iniciativa propia en beneficio de otro agente o de sí

mismo; y ii) el adversario, agente que encarna el obstáculo confrontado. Lo

importante de estos dos roles es que en ambos casos el agente asume las acciones por

iniciativa propia en provecho de un beneficiario pasivo o en contra de un agente que

asume la tarea de mejoramiento. En el caso del agente que decide mejorar su suerte

“ayudándose a sí mismo”, un mismo personaje se desdobla en dos dramatis personae

y se vuelve su propio aliado. “Pero ya se trate de un solo personaje que se desdobla o

de dos personajes solidarios, la configuración de los roles es idéntica: el

mejoramiento se obtiene gracias al sacrificio de un aliado cuyos intereses son

solidarios con los del beneficiario”. (p. 95). En cuanto a los adversarios, su presencia

supone el inicio de una conducta de eliminación del mismo, la cual puede ser

pacífica, el agente se esfuerza, a través de la negociación, en lograr que el adversario

se convierta en aliado, u hostil, el agente se esfuerza por infringir un daño en el

adversario que lo incapacite para seguir obstaculizando el cumplimiento de la tarea.


58

(pp. 96-7). Es importante señalar que para Bremond (1966: 109) los roles, así como

las secuencias, son las formas más simples de la narratividad, a partir de las cuales es

posible una clasificación de los tipos de relatos. Así, al igual que Propp (1928),

Bremond (1966) asigna gran importancia a los personajes no en función de lo que

son, sino en función de lo que hacen, formulación ésta que parece mantener su

vigencia en los trabajos de Greimas (1966).

Con base en los trabajos de Levi-Strauss, Greimas (1966: 47) presenta una

visión de del relato según la cual éste, “para tener sentido, debe ser un todo

significativo y por eso se presenta como una estructura semántica simple”. Siguiendo

a Levi-Strauss, Greimas propone tres elementos fundamentales del relato: i) el

armazón; ii) el código; y iii) el mensaje. El elemento “mensaje” es entendido en

términos de dos isotopías: una a nivel discursivo y otra a nivel estructural. La isotopía

narrativa discursiva “hace que el relato sea concebido como una sucesión de

acontecimientos cuyos actores son seres animados actuantes o actuados” (p. 48). De

esta forma, Greimas plantea una primera categorización: individual vs. colectivo. Esta

categorización permite ver a un personaje social que se presenta como un agente

gracias al cual se produce la inversión de una situación, es decir, el personaje como

mediador entre la situación-antes y la situación-después (ibidem).

Greimas distingue además tres casos de oposiciones binaras en el esquema

actancial: “Así los actantes pueden ser Sujetos-héroes u Objetos-valores, Fuentes o

Destinatarios, Oponentes-traidores o Ayudantes- fuerzas benéficas”. (p. 52). En

cuanto a los papeles actanciales, éstos dependen de tres ejes o relaciones: i) relación

de deseo o de búsqueda (querer); ii) relación de comunicación (saber); y iii) relación


59

de lucha (poder). Adam y Lorda (1999: 25) representan este esquema de la siguiente

manera:

FIGURA 5: Esquema de papeles actanciales de Greimas según (Adam y Lorda,1999)


• Relación de deseo (QUERER) o de búsqueda:
SUJETO OBJETO DE VALOR

• Relación de comunicación (SABER):


DESTINADOR (SUJETO OBJETO) DESTINATARIO

• Relación de lucha (PODER)


ADYUVANTE (SUJETO OBJETO) OPONENTE

Pareciera entonces que se retoma la idea de la motivación del personaje, lo cual

se infiere de los tres ejes mencionados. Sin embrago, no podríamos hablar de la

psicología del personaje como única base para su descripción y análisis, ya que estos

ejes parecen dirigir las acciones en las cuales se involucran los personajes. Esto

parece sugerir una combinación de rasgos actitudinales (querer, saber, poder) y de

acción, los cuales parecen también estar en una relación de mutua dependencia. No

podemos obviar, además, que el esquema actancial de Greimas también sugiere la

importancia de la interacción entre los personajes (sujeto-héroe, destinador,

adyuvantes, oponentes). Se plantea así una tríada de aspectos para el estudio del

personaje: sus actitudes, sus acciones y sus interacciones. Es este último aspecto el

que toma Todorov (1966) en su enfoque para el estudio del relato.

Con base en aplicaciones de las teorías de Propp y de Greimas, Todorov

(1966) define sus Categorías del Relato Literario. Para él, en la literatura occidental

clásica, “el personaje nos parece jugar un papel de primer orden y es a partir de él que

se organizan los otros elementos del relato” (p. 165). En su estudio, Todorov se centra
60

en el tipo de personaje que, según su criterio, es relativamente el mejor estudiado, es

decir, “el que está caracterizado exhaustivamente por sus relaciones con los otros

personajes” (ibidem). Se formula así el modelo de predicados de base, los cuales no

son más que la tipificación de las relaciones entre personajes en tres formas o

predicados: i) deseo, cuya forma más difundida es el “amor”; ii) comunicación, que

se realiza en la “confidencia”; y iii) participación, que se realiza en la “ayuda”. Todas

las otras formas de relación pueden derivarse de estos tres predicados de base.

Todorov da cuenta, además, de dos niveles de relaciones: el del ser y el del parecer.

Ello con base en el hecho de que “la apariencia no coincide necesariamente con la

esencia de la relación aunque se trate de la misma persona en el mismo momento.”

(ibidem) También Todorov propone la noción de “transformaciones personales”, es

decir, la modificación de los sentimientos que experimentan los personajes, como por

ejemplo la transformación del sentimiento de amor en un deseo de posesión y al

mismo tiempo la sumisión al objeto amado. Se puede señalar que la idea de

transformación o cambio de los personajes había ya sido planteada por Shklovsky

(1925), sin embargo las transformaciones señaladas por éste estaban más relacionadas

con ubicación física o con escalas sociales. Para Todorov, las transformaciones del

personaje se basan en sus rasgos actitudinales, cambios éstos que afectan o modifican

sus relaciones con el entrono. En resumen, para Todorov (1966: 169 – 170) existen

tres nociones fundamentales: i) los predicados, noción funcional; ii) los personajes,

sujetos u objetos de las acciones descritas por los predicados, y para los que se

emplea el término genérico agente; y iii) las reglas de derivación, que describen las

relaciones entre los diferentes predicados. Al reconocer que la descripción del relato
61

en términos de estas nociones es puramente estática, Todorov plantea un nuevo

conjunto de reglas de derivación: reglas de acción, las cuales podrían dar cuenta del

movimiento de las relaciones de los agentes, y con ellos, del relato mismo.

Partiendo de los postulados de Propp, Greimas y Todorov, Barthes (1966: 15)

propone un modelo de tres niveles en la obra narrativa.

“nivel de funciones (en el sentido que esta palabra tiene en Propp y en


Bremond), el nivel de las acciones (en el sentido que esta palabra tiene en
Greimas cuando habla de los personajes como actantes) y el nivel de la
narración (que es, grosso modo, el nivel de “discurso” en Todorov).

Para Barthes, estos tres niveles están estrechamente ligados en forma

progresiva. “una función sólo tiene sentido si se ubica en la acción general de un

actante; y esta acción misma sólo recibe su sentido último del hecho de que es

narrada.” (ibidem). En este sentido, los personajes no son vistos como “seres” sino

más bien como “participantes”. Así el estudio y/o análisis de los personajes se

realiza, una vez más, en función no de lo que son sino de lo que hacen. Según

Barthes (1966: 29)

los personajes (cualquiera sea el nombre con que se los designe: dramatis
personae o actantes) constituyen un plano de acción necesario, fuera del
cual las pequeñas “acciones” narradas dejan de ser inteligibles, de modo
que se puede decir con razón que no existe en el mundo un solo relato
sin “personajes”, o al menos, sin “agentes”.

También propone Barthes (1966: 20), la clasificación de las funciones en: i)

funciones catalizadoras y ii) funciones cardinales. Estas funciones cardinales, o

núcleos, se realizan cuando “la acción a la que se refiere abra (o mantenga o cierre)

una alternativa consecuente para la continuación de la historia, en una palabra, que

inaugure o concluya una incertidumbre”. Para la identificación de estas funciones,


62

sugiere Martin (1987: 113), se presentan indicios: rasgos de los personajes,

pensamientos, etc., que deben ser descifrados.

Ya para 1970, Barthes propone un modelo de cinco códigos para analizar los

significantes textuales. De estos códigos sólo mencionaré el código cultural, que es

tal vez el más controversial, ya que, según el propio Barthes, todos los códigos son

culturales, lo cual implicaría la negación de la especificidad de este código. En todo

caso, el código cultural se manifiesta como una voz colectiva, anónima y autorizada

en pro de lo que se pretende establecer como conocimiento o sabiduría “aceptada”.

(Hawkes, 1977: 118). Elementos como rasgos físicos y psicológicos de los

personajes se agrupan en este código. Si, como afirma Barthes (1970), todos los

códigos son culturales, entonces el personaje, con sus rasgos físicos y psicológicos

estaría estrechamente relacionado con todos los códigos del modelo.

También, Todorov (1969) desarrolla sus estudios de la literariedad

reconociendo la existencia de una “gramática” de la narrativa a partir de la cual se

derivan las historias individuales. Formula así su Gramaire du Décamerón en 1969.

Los postulados allí presentados llevaron a Hawkes (1977: 96) a afirmar que la

característica más obvia de la gramática de Todorov es su sofisticación de las

clasificaciones de Propp. Para Todorov, existen tres dimensiones o aspectos básicos

en la narrativa: i) su aspecto semántico; ii) su aspecto sintáctico; y iii) su aspecto

verbal. Concentrémonos, al igual que Todorov, en la dimensión sintáctica. En la

narración, los personajes son los sustantivos, sus atributos son los adjetivos y sus

acciones son los verbos. Las proposiciones se construyen con la combinación de

sustantivos (personajes), adjetivos (atributos) y/o un verbo (acción) lo cual lleva a


63

concluir que es el personaje, sus atributos y acciones, las unidades que vienen a

conformar la base fundamental del relato. Cada personaje puede definirse

completamente en términos de una combinación personaje-atributo-acción. En cuanto

a los atributos de los personajes, Hawkes (1977: 97) señala que “todos los atributos se

pueden reducir a tres categorías adjetivales: i) estados (états), ii) propiedades internas

(propriétés), y iii) condiciones exteriores (status)” 10 .

Ya para 1978, Todorov, en continuación de su trabajo, se basa en el análisis

de “Les Oies-cygnes”. Al estudiar la aplicación del modelo de 31 funciones de Propp,

Todorov (1996: 70) encuentra que “todas las funciones no son igualmente necesarias

para el relato; debemos aquí introducir un orden jerárquico”. Presenta así su teoría del

equilibrio y desequilibrio, en la cual propone una estructura narrativa circular en

cinco etapas: i) estado de equilibrio; ii). disrupción del orden; iii) reconocimiento de

la disrupción; iv) intento de corregir o reparar; v) restablecimiento del equilibrio.

Aunque aquí parece enfocarse el estudio en los eventos y sus transformaciones, la

participación de los personajes para la ocurrencia y transformación de tales eventos es

innegable. También aquí el punto central del estudio de los personajes lo constituyen

las relaciones.

Por último, aunque no menos importante, entre los estructuralistas nos

encontramos a Genette (1966: 193), quien planteara “el relato como la representación

de un acontecimiento o de una serie de acontecimientos, reales o ficticios, por medio

del lenguaje, y más particularmente del lenguaje escrito”. Centra así su atención en la

10
Original en Inglés: “All attributes are reducible to three ‘adjectival’ categories; status (états), interior
properties (propriétés) and exterior conditions (status)
64

vinculación relato-discurso, vinculación ésta cuyo elemento fundamental parece ser la

figura del narrador. Para 1972, Genette presenta su trabajo El Discurso del Relato y

para 1993, lo que él mismo llamara una “postdata”: Nuevo Discurso del Relato. A lo

largo de su obra notamos un marcado interés en el narrador más que en otros

elementos del relato. Así, sus aportes han sido notables para el desarrollo de modelos

más recientes que intentan el análisis de la focalización de la narración, en un

narrador en tercera persona, o en un personaje en primera persona. Es a Genette

(1972) que debemos las nociones de tres categorías de focalización: i) focalización

cero: la narrativa con un narrador omnisciente; ii) focalización interna: monólogo

interior, con una omsnisciencia restringida; y iii) focalización externa: narraciones

‘objetivas’ o ‘conductistas’ sin acceso a pensamientos y sentimientos de los

personajes. El elemento personaje es de relevancia en tanto focalizador de la

narración y ente del plano psicológico.

Para resumir, muestro los hallazgos de este breve recuento histórico en el

siguiente cuadro. En él se aprecian los aspectos más relevantes en cuanto a la

concepción y los rasgos definitorios del elemento personaje a lo largo del estudio de

la narración desde Aristóteles hasta el estructuralismo. Puede notarse, por ejemplo, la

concepción predominante del personaje como agente de la acción y, por ende, eje

central a partir del cual se organiza el resto de los elementos de la narración. En

cuanto a sus rasgos predominantes, podemos observar, por una parte, gran atención

al aspecto psicológico, representado en la motivación, en los papeles actanciales en

los ejes querer, saber, poder, así como en las relaciones de los personajes con otros

personajes: deseo, comunicación y participación. Por otra parte, encontramos


65

también un énfasis importante en los actos de los personajes, representados en los

roles básicos y las funciones de estos personajes. Asimismo, se puede observar poca

atención a los aspectos físicos y a las condiciones externas que podrían aportar

información para la descripción y evaluación de los personajes.

CUADRO 1. La noción del personaje desde Aristóteles hasta el Estructuralismo

Autor Rol desempeñado Rasgos definitorios


Aristóteles Agentes de la acción Carácter moral.
Pensamiento representado en el
habla
Jakobson. El Eje central del desarrollo de la La motivación.
realismo, narración. Agentes motivadores del La psicología individual.
(1921) desarrollo y conclusión de la historia.
Shklovsky El personaje, o el héroe, es La motivación.
(1925) simplemente una función de la trama La transformación en función
creado por la técnica de construcción del desarrollo de la trama:
del relato. condiciones sociales, o lugar de
la historia
Propp (1928) Dramatis personae Roles básicos definidos por las
Sujeto de la acción, más allá de sus funciones (actos) que cumplen
características psicológicas o morales
Levi-Strauss El personaje no en sí mismo sino en Relaciones.
(1940s- 1960s) relación con otros elementos
Bremond Agente de la acción Roles básicos definidos por las
(1966) funciones (actos) que cumplen
Greimas Seres animados actuantes o actuados. Oposiciones binarias.
Esquema mediador entre la situación-antes y la Papeles actanciales en tres ejes:
actancial situación-después querer, saber, poder
(1966)
Todorov (1966) Papel de primer orden a partir del cual Sus relaciones con los otros
se organizan los otros elementos del personajes en tres formas: deseo,
relato. comunicación, participación.
Transformación de sus actitudes.
Barthes (1966) No son vistos como “seres” sino más Funciones catalizadoras y
bien como “participantes”. Se definen funciones cardinales.
no por lo que son sino por lo que Rasgos físicos y psicológicos
hacen. como indicios que deben ser
descifrados.
Todorov (1969) Base fundamental del relato. Estados (états), propiedades
internas (propriétés), y
condiciones exteriores (status)
Genette (1966- Focalizador de la narración y ente del Rasgos psicológicos.
1972) plano psicológico
66

Enfocaré ahora la atención en la revisión de modelos más recientes,

considerando los aspectos que parecen predominar en los diferentes modelos, en

cuanto a la noción del personaje, desde Labov (1972) hasta las tendencias cognitivas

actuales. Para ello, he organizado la presente sección de forma temática,

estableciendo algunas relaciones entre diferentes autores y, en la medida de lo

posible, con algunos de los hallazgos presentados en la sección anterior, lo cual

espero contribuya a una mayor comprensión de los aspectos analizados, no sólo por

su descripción desde la perspectiva actual sino también desde el punto de vista de su

evolución.

Partiré de la noción de personaje como agente de la acción, predominante en

tendencias anteriores. Aunque la acción no parece ser un rasgo predominante en las

tendencias actuales, su relevancia se mantiene en estudios como los de Labov (2001:

13) donde incluye a los personajes como participantes o como agentes activos de los

eventos narrativos. Labov centra su atención en los elementos claves que “involucran

el signo lingüístico voz (voice), la categoría lingüística que relaciona a los

participantes con la acción” 11 . Debo señalar que en este estudio, Labov califica a los

personajes como agentes activos cuando éstos están en relación de causalidad con los

eventos narrados. Cabe también indicar el uso del término actor, con el cual también

se designan objetos, en los mismos términos empleados por Halliday (1975) en su

sistema de transitividad. Igualmente en un trabajo posterior Labov (2002) se enfoca

11
Original en Inglés: the linguistic signaling of voice, the linguistic category that relates the
participants to the action.
67

en la construcción de cadenas en términos de causalidad por parte del narrador-

participante. También en este trabajo, el punto de mayor importancia es la asignación

de responsabilidades de los participantes en los eventos. Así, afirma Labov (2002: 7),

muchas de las narraciones que se centran en conflictos “se construyen para polarizar a

los participantes, de manera tal que el protagonista actúa siempre conforme a las

normas de la comunidad y los antagonistas las violan.” De estos planteamientos se

desprenden, a mi modo de ver, dos hechos importantes. En primer lugar, se debe

destacar la noción de agente activo, de ente responsable de los eventos, lo cual

conlleva a pensar en contraposición, en aquellos participantes cuyas acciones no sean

las causas, sino las consecuencias de los eventos, que bien podrían calificarse como

personajes pasivos, lo cual, a su vez, podría conducir a las nociones de personajes

principales y secundarios, característicos y típicos, estáticos y dinámicos, simples y

complejos, o chatos y rotundos, clasificación que presenta Anderson (1999) y que

bien podría provenir de las ideas de Shklovsky (1925) y de Todorov (1966) en

referencia a la transformación de los personajes durante el desarrollo de la trama.

En todo caso, la idea de causalidad pudiera apuntar hacia el estudio, no de la

acción por sí misma, sino más bien de la interacción del personaje con su mundo

dentro de la ficción. De hecho, Anderson (1999) también plantea, entre los factores

que afectan la caracterización, la influencia del escenario y el ambiente, el carácter

distintivo del personaje según sus reacciones ante el mundo que enfrenta. Por ende,

podría entenderse las acciones del personaje no sólo como causas sino también como

consecuencias de los eventos.


68

Este planteamiento es presentado por Martin (1987), quien se muestra en

desacuerdo con la noción de personaje como ‘actante’ reducido a la función que

desempeña en el relato. Para él, las funciones y los personajes no son partes separadas

de la narración porque están en relación recíproca. El personaje es la determinación

de un incidente y el incidente es una ilustración del personaje. El curso de la acción,

la información y los rasgos personales son elementos que conforman la creación del

hilo del personaje en interacción con su mundo.

En segundo lugar, la polarización de los personajes en relatos de conflicto,

aunque pareciera relacionarse con en el concepto de oposiciones binarias planteado

inicialmente por Levi-Strauss (1963), mantiene la imagen de ambos personajes,

protagonistas y antagonistas, como agentes causantes de los eventos. Pero, no sólo la

acción puede distinguir al personaje en los trabajos de Labov. Es necesario hacer

mención a sus estudios anteriores en 1972, en los cuales desarrolla un modelo de

análisis del Inglés Negro Vernáculo en la narración oral y cuya mayor relevancia

parece radicar en sus planteamientos en cuanto a la evaluación. Retomaré la noción

de evaluación más adelante.

La acción es también importante para otros autores como Stephen (1992), con

quien coincide Anderson (1999) en considerar la acción de los personajes, no como

un rasgo único y separado, sino más bien dentro de un conjunto de aspectos que

podrían definir al personaje de una manera más integral.

Pareciera ser que esta idea de integralidad la que lleva Stephen a afirmar que la

subjetividad de un personaje ficticio se construye y se define no sólo en términos de

su propio ser, representado en sus procesos de acción, habla y pensamiento. También,


69

el personaje de ficción es construido con base en cómo es narrado y descrito y en

cómo éste interactúa con, y es percibido por, otros personajes. De allí que podamos

inferir entonces que la acción y otros rasgos no serían elementos de estudio en sí

mismos sino que, por ser reflejo de la “personalidad” del personaje, podría conducir a

una interpretación más profunda del mismo. De acuerdo a Martin (1987: 118), los

personajes no son una simple colección de rasgos o atributos, sino más bien seres que

pueden moverse desde su superficialidad a su profundidad “La distinción de los

personajes como ‘chatos’ o ‘rotundos’, dependiendo de si son estáticos o capaces de

cambiar, puede dar lugar a una concepción más flexible de la interacción del

personaje y el mundo ficticio” 12

Por otra parte, Anderson (1999: 236) considera que

Las acciones son llevadas a cabo por agentes. Siempre. No hay cuento
sin acción ni acción sin agentes. La trama está hecha con personajes que
luchan con la naturaleza, con el ambiente, con las fuerzas sociales y
económicas, con otros seres humanos y, en conflictos interiores, contra sí
mismos. El carácter de esos personajes queda revelado por esa trama de
acciones.

También, Anderson (1999) designa la caracterización como un arte y la

caracterología como una ciencia. En relación con la acción, este autor sugiere el

estudio del personaje con base, entre otros aspectos que trataremos más adelante, en

el carácter mostrado en acción, su conducta y reacciones ante situaciones

determinadas, lo cual parece remontarse a las nociones de Aristóteles. Anderson

resalta la naturaleza de los personajes como agentes humanos o no humanos y

12
Original en Inglés: The division of character into ‘flat’ or ‘round’ depending on whether they are
static or capable of change, might give way to a more flexible conception of the interaction of
character and fictional world
70

distingue también entre personas y personajes. Mientras que de las personas sabemos

las generalidades, “del personaje ficticio sabemos lo que el cuentista quiere que

sepamos. El cuentista crea al personaje como le da la gana” (p. 238). Este último

planteamiento, concuerda con Stephen (1992) en cuanto a que para éste, también, el

personaje de ficción es construido en base a cómo es narrado y descrito y a cómo éste

interactúa con, y es percibido por, otros personajes. También Schneider (2000), de

corriente cognitivista, considera que los personajes son, por una parte, seres basados

en experiencias de la vida real, y por otra parte, son el resultado de la construcción

literaria.

Todo lo anterior, entonces, parece apuntar hacia el estudio de rasgos que son en

realidad reflejo, o indicadores, de una “personalidad” designada por el autor al

personaje en función de múltiples aspectos que conforman la configuración de la

trama del relato. Pero la noción de “personalidad” requiere de una discusión más

extensa de aspectos como el carácter, la conducta, el pensamiento, la motivación, la

intención y otros que bien podrían agruparse dentro la psicología del personaje.

Retomaré esta discusión más adelante. Por ahora, parece necesario concentrarnos en

otro rasgo indicador de la personalidad del personaje y que ha recibido notable

atención en las corrientes recientes: el habla del personaje como fenómeno

observable que podría ser reflejo de una actividad mental y emocional, además de

servir de posible punto de partida para el análisis de las relaciones e influencia del

personaje en su entorno. Esta idea ya estaba plasmada en los planteamientos de

Aristóteles cuando indicaba que las acciones y las palabras del personaje debían ser la

necesaria o probable consecuencia de su carácter. También, la importancia del habla


71

de los personajes es sugerida por Todorov (1966) al caracterizar al personaje sobre la

base de su relación con otros personajes en los ejes de deseo, comunicación y

participación, que bien podríamos interpretar como actitud, habla y acción. Sin

embargo, contrasta la atención prestada a este aspecto en la actualidad con la poca

importancia asignada al estudio del mismo en el pasado.

Como en posturas anteriores, las corrientes actuales no consideran al habla

como un eje independiente en sí mismo. La mayoría de los autores estudiados

coinciden en incluir el habla del personaje como uno de los rasgos que definen al

personaje. Stephen (1992), como ya se ha visto, considera que el “ser” de un

personaje está representado en sus procesos de acción, habla y pensamiento.

Adam y Lorda (1999), por otra parte, aportan su visión del texto narrativo

desde un punto de vista lingüístico. Discuten el modelo de Greimas (1966) en detalle

y dan gran importancia a los papeles de actante (papeles abstractos) y de actor

(personajes que poseen nombre e identidad) “Estos últimos se caracterizan por tener

ciertas propiedades y desempeñar ciertos papeles temáticos, además de sus papeles

actanciales.” (Adam y Lorda 1999: 24). También consideran los actos de habla: “en

los actos de habla de los personajes, lógicamente se despliegan todos los juegos

estratégicos propios de las conversaciones de la vida real” (p. 85), y plantean la

importancia de la fuerza ilocutiva de la interrogación en los diálogos. Conceden

además relevancia al acceso a la palabra que tienen los personajes a través de las

opciones del narrador en la utilización del discurso narrativo directo, indirecto y libre.

Esto parece indicar una probable combinación de los elementos habla y acción para el

estudio del personaje. Sin embargo, no debe dejar de observarse que, al basarse sobre
72

la teoría de actos de habla, Adam y Lorda (1999) parecen asumir una postura teórica

basada en la interpretación de la interacción del personaje con los eventos de su

entorno y con otros personajes, donde el habla podría reflejar la función interpersonal

del personaje, específicamente en cuanto a la influencia que ejerce el personaje sobre

el entorno u otros personajes.

En concordancia con Adam y Lorda, Anderson (1999: 239) considera que un

rasgo importante para el estudio del personaje es su modo de hablar, una de las

funciones del diálogo. Asimismo, asigna importancia al habla de los personajes a

través de discursos directos, sin embargo, debemos señalar que “los discursos

directos del personaje están autorizados, fiscalizados por el narrador. Si analizamos

bien, oiremos que todas las voces de los personajes, por diferenciados que estén,

armonizan con la voz del narrador.”. De nuevo, sabremos del personaje lo que el

autor permita que sepamos, el autor construye su personaje para el lector.

Otro autor de relevancia es Barrera (2003: 86), para quien, en su análisis

discursivo del cuento literario, el personaje está provisto de un conjunto de rasgos

definitorios, con una función determinada dentro del entorno particular de una

historia:

es un actor caracterizado semánticamente para el receptor (…) Sus


marcas distintivas pueden inferirse en el relato a partir de tres fuentes
básicas: la información aportada por él mismo, directa y explícitamente;
la información (implícita) extraída de su conducta y del marco y la
información (explícita) aportada por el narrador o por otro personaje”.

De estas tres fuentes parece importante destacar, por ahora, la primera: la

información aportada por él mismo, directa y explícitamente, ya que es en esta fuente


73

donde se ubica el habla del personaje. Así encontramos entonces, una vez más, el

habla en conjunción con otros elementos, como la conducta en su entorno, que

aportan la información necesaria para inferir los rasgos distintivos de un personaje

determinado.

Hasta ahora, podemos observar el habla del personaje desde el punto de vista

de la interacción que establece el personaje con su entorno y de la “libertad”

concedida por el narrador/autor al personaje, libertad ésta que se reflejaría en el uso

de recursos como habla reportada directa, indirecta y/o libre. Pero al parecer hay más

detrás del habla de un personaje, por ejemplo, el pensamiento y la ideología

subyacente.

Para Fowler (1986) y Simpson (1993) el habla se presenta en conjunción con el

pensamiento. También con base en un modelo de función interpersonal, resalta

Fowler la importancia del punto de vista del narrador. Propone una primera

clasificación en dos formas: i) punto de vista interno, realizado a través del punto de

vista subjetivo de algún personaje; y ii) punto de vista externo, donde los eventos se

describen desde fuera de la conciencia de los personajes. Cada una de estas

clasificaciones a su vez, es dividida en dos tipos, obteniendo así un conjunto de

cuatro categorías: interna A, interna B, externa C, y externa D. Dada su importancia

para el análisis de personajes, enfoquémonos sólo en la categoría interna del tipo A.

Ésta comprende las narraciones en primera persona a través de un personaje.

Discursivamente, esta categoría se construye con base en el uso de modalidad

resaltada y verba sintiendi (pensamientos, sentimientos y percepciones). Según

Simpson (1993: 39) esta categoría es altamente ‘subjetiva’ “por estar localizada
74

enteramente en la conciencia de un personaje participante, que manifiesta sus juicios

sobre otros personajes y sus opiniones respecto a eventos ocurridos o no ocurridos en

la historia.” 13 . En esta consideración Simpson establece una relación innegable con la

noción de evaluación planteada por Labov. Vemos aquí al personaje como fuente de

información evaluativa.

El trabajo de Fowler (1986) es de gran preponderancia en el desarrollo de

estudios y modelos posteriores, como el de Simpson, no sólo en términos de su

relevancia para el estudio del punto de vista narrativo, sino también en términos de su

enfoque hacia los rasgos del lenguaje del texto literario. Asimismo, Simpson (1993)

plantea el estudio de la narración centrándose en el punto de vista y otros rasgos

lingüísticos de los textos como elementos que podrían reflejar una ideología. Para

ello, Simpson se fundamenta en las ideas de Genette (1966/1972) y Fowler (1986) y

en la aplicación de modelos presentados por Halliday (1975), como por ejemplo, la

transitividad y la modalidad, este último como base fundamental para la realización

de la función interpersonal de la narración. Sus aportes para el estudio de los

personajes son de relevancia en tanto presenta análisis de la representación del habla

y pensamientos del personaje, en la medida en que desarrolla su enfoque en el plano

psicológico e ideológico.

A mi modo de ver, ambos autores, Fowler y Simpson, contribuyen en gran

medida a enriquecer la noción del personaje como posible fuente de información

evaluativa, noción derivada del trabajo de Labov (1972). Carter (1997), desarrolla el

13
Original en Inglés: … as it is located entirely within a participating character’s consciousness,
manifesting their judgments on other characters, and their opinion on both realized and unrealized
events in the story.
75

planteamiento de Labov presentando la evaluación como uno de los elementos más

importantes de la narración. La evaluación puede realizarse a través de i)

comentarios, o ii) recursos evaluativos en la organización interna de la oración. En el

caso de comentarios, los mismos pueden se externos (del narrador directamente

dirigidos a la audiencia), o internos. Los comentarios internos están integrados dentro

de la oración y se dan por parte del narrador o de algún personaje en algún momento

específico de la narración. También se dan de un personaje a otro o pueden atribuirse

a un tercer participante. En todo caso, podemos interpretar, la mayor importancia del

personaje en estos estudios parece ser su intervención como posible fuente de

información evaluativa, la cual se obtiene del narrador, por una parte, y del habla de

los personajes, por la otra.

Por ahora, pareciera entonces que tanto las acciones como el habla de los

personajes vienen a ser representaciones o efectos de un aspecto mayor, que

incorpora el pensamiento, la emoción, la motivación, etc., y que para el presente

trabajo agruparemos como la psicología del personaje.

La psicología del personaje es abordada exhaustivamente por las corrientes

cognitivistas que dan cuanta además de la interpretación del personaje por parte del

lector. Esta posición se perfila ya en 1997, cuando Barrera presenta sus Apuntes para

una Teoría del Cuento. Allí, a manera de aproximación al cuento, señala que

“atmósfera, personajes, lenguaje, espacio y acciones adquieren significación muy

particular a la hora de funcionar dentro del cuento” (Barrera, 1997: 40). Estos

elementos deben manejarse, a criterio de Barrera, de una manera integral que “debe

contemplar también otras variables implícitas en el hecho literario, tales como el


76

receptor del texto.” (ibidem). También, Schneider (2001) presenta su propuesta para

una teoría cognitiva del personaje literario. En su propuesta, se plantea la doble

naturaleza de los personajes: i) se basan en experiencias de la vida real; ii) son el

resultado de la construcción literaria.

Para entender a los personajes literarios se requiere la formación de una

representación mental, que les atribuya disposiciones y motivaciones, que se

comprenda y explique sus acciones, que se creen expectativas acerca de sus futuras

acciones y finalmente que se reaccione emocionalmente a ellos. Los mecanismos de

cognición social son importantes aun cuando prevalecen algunas condiciones dadas

por recursos textuales de información, los cuales se refieren a todos los aspectos

posibles de la vida humana como rasgos físicos concretos, rasgos entre lo concreto y

lo abstracto, y rasgos netamente abstractos como disposiciones intelectuales o

emocionales. En este orden de ideas, González (2002) desarrolla el análisis de la

novela El cazador Oculto, de Salinger, y estudia los personajes desde el punto de

vista de sus actitudes sociales. Apelando a los fundamentos de la psicología social,

González plantea que las actitudes de los personajes están constituidas por variables

interrecurrentes, compuestas por tres elementos: i) componente cognoscitivo: “las

creencias y demás componentes cognoscitivos (el conocimiento, la manera de encarar

al objeto, etc.) relativos al objeto de una actitud, constituyen el componente

cognoscitivo de la actitud” (p.4) ; ii) componente afectivo: el sentimiento a favor o en

contra de un determinado objeto social; y iii) componente relativo a la conducta: la

combinación de la cognición y el afecto como instigadora de conductas determinadas

dada determinada situación. Así, la cognición, la emoción y la conducta, son parte del
77

soporte del estudio del personaje en esta investigación. Pudiera entonces pensarse que

son la cognición y la emoción las que producen ciertas conductas, las cuales a su vez

podrían manifestarse a través de las acciones y/o el habla.

Si consideramos al personaje como resultado de la construcción literaria,

deberíamos entonces centrar la atención en las condiciones textuales que podrían

aportar información referente tales disposiciones intelectuales o emocionales, además

de las representaciones de rasgos concretos. Para Palmer (2003: 19)

deberíamos hacer uso de lo que llamo los discursos paralelos sobre


mentes reales, tales como la ciencia de la cognición, psicolingüística,
psicología, y la filosofía de la mente para estudiar completamente la
mente social en acción en la novela, ya que estas disciplinas de mentes
reales tienen una visión de la conciencia muy distinta a la presentada por
la teoría narrativa. 14

En cuanto a lo textual, los recursos de construcción de personajes pueden

basarse en descripciones y/o representaciones de rasgos, comportamiento verbal o no

verbal, apariencia física y lenguaje corporal producidos o presentados en función del

espacio que lo rodea, así como a través del narrador, del personaje mismo y /u otros

personajes. También, los recursos de construcción de personajes podrían dar cuenta

de la representación de la conciencia y el mind-style del personaje.

Otro trabajo de relevancia para la comprensión del personaje, es el de Palmer

(2002), en el cual se señala la perspectiva de la mente del personaje. Para él, son

varios los recursos que se emplean para su construcción, tanto por los narradores

como por los lectores mismos. Estos recursos incluyen el papel del ‘pensamiento

14
Original en inglés: We should make use of what I call the parallel discourses on real minds, such as
cognitive science, psycholinguistics, psychology, and the philosophy of mind, in studying the whole of
the social mind in action in the novel, because these real-mind disciplines contain a very different kind
of picture of consciousness from that provided by narrative theory.
78

reportado’ para describir emociones y el papel de las descripciones del

comportamiento para representar motivación e intención. En cuanto a la descripción

de emociones, Raso y Simón (2000) encontraron que en Paseo De La Reforma, de

Elena Poniatowska, los personajes se construyen como sujetos afectivos.

Identificaron los rasgos afectivos y distinguen así tres aspectos temáticos en el

desarrollo de los personajes: i) el dolor; ii) la pasión amorosa (juego poder/no poder;

ser/parecer); y iii) el miedo. La construcción discursiva de estos personajes se basa en

las estrategias de enunciación en la modalización de los personajes de las cuales se

presentan dos estrategias significativas: la ironía y la posesión del saber (en tanto que

verdad) en el plano de la enunciación y del enunciado.

El funcionamiento de las mentes usualmente se infiere de fenómenos

observables como el habla, el lenguaje corporal y la acción, de allí que se pueda crear

una imagen de los procesos mentales del personaje tales como sus capacidades,

disposiciones, posturas y patrones de comportamiento. En este sentido, el estudio de

Alfaro (2004), quien desarrolló su estudio de The Sculptress con base en una

perspectiva cognitiva de la metáfora, reviste gran relevancia. La narrativa se centra en

la actividad mental de los personajes y su presentación como personajes complejos en

su psicología. Alfaro encontró que la expresión de las características de los personajes

está basada en metáforas conceptuales tales como “entender es ver” o “creer es

comer”. Además, encontró esquemas de imágenes como constructos abstractos para

la conceptualización del mundo. Hay en el texto estudiado muy pocas referencias

literales a las actividades mentales de la protagonista, y cuando hay una descripción,

ésta se hace a través de metáforas, que representan de alguna manera el estado o la


79

actividad mental del personaje. En resumen, Alfaro, también, se centra en una

construcción del personaje con base a sus actividades mentales, construidas

discursivamente con elementos metafóricos.

Al parecer entonces, tanto las emociones como la actividad mental pueden

verse como tendencias a la acción, material o verbal, que pueden sugerir eventos

mentales inmediatos, implícitos o explícitos y descripciones de comportamiento

físico vinculados a cadenas causales a través de conceptos como motivos, intenciones

y razones para la acción. Vemos aquí, nuevamente, la noción de acción y habla como

productos o consecuencias de la psicología del personaje. En resumen “la totalidad de

la mente del personaje en acción significa el punto de vista perceptual y cognitivo, la

posición ideológica, los recuerdos del pasado, y el conjunto de creencias, deseos,

intenciones, motivaciones, y planes para el futuro de cada personaje de la historia, tal

como se presenta en el discurso.” 15 (Alfaro, 2004: 28). Finalmente, Palmer (2003: 1)

plantea que “las construcciones de las mentes de los personajes de ficción, tanto por

los narradores como por los lectores, son centrales para nuestra compresión del

funcionamiento de las novelas, ya que la narrativa es, en esencia, la representación

del funcionamiento mental en la ficción” 16

En la búsqueda de respuestas posibles a las inquietudes surgidas, he llevado a

cabo nuevas revisiones bibliográficas, entre las cuales vale la pena mencionar la de

15
Original en inglés: The whole of a character's mind in action means the total perceptual and
cognitive viewpoint, ideological worldview, memories of the past, and the set of beliefs, desires,
intentions, motives, and plans for the future of each character in the story as presented in the discourse.
16
Original en inglés: The constructions of the minds of fictional characters by narrators and readers are
central to our understanding of how novels work, because narrative is, in essence, the presentation of
fictional mental functioning.
80

Simpson (2004) y Phelan (1989). En la primera, Simpson, con base en la distinción

trama narrativa – discurso narrativo, aborda diferentes recursos estilísticos que

conforman el discurso narrativo y plantea seis unidades básicas para el análisis

descriptivo de la narración: i) el medio textual, ii) el código socio-lingüístico, iii) la

caracterización: acciones y eventos, iv) la caracterización: punto de vista, v) la

estructura textual, y vi) la intertextualidad. En cuanto a las unidades de

caracterización, se plantea el concepto de perfil de transitividad (transitivity profile)

como indicador útil para identificar posibles patrones de acción, pensamiento y habla,

así como posibles técnicas de caracterización narrativa (Simpson, 2004: 119).

Por otra parte, Phelan (1989: 11) desarrolla una teoría de la caracterización en

la cual el personaje literario es visto como un constructo con tres componentes: i) el

sintético (conjunto de rasgos artificiales), ii) el mimético (conjunto de atributos

considerados como rasgos y que conduce a la identificación del personaje como

persona), y iii) el temático (conjunto de atributos considerados representativos de un

grupo social o institución, como por ejemplo el hombre moderno, y que sirve como

vehículo para la expresión de ideas).

Pareciera entonces factible describir las dimensiones de los personajes a partir

de la definición de sus perfiles de transitividad. Tales perfiles de transitividad podrían

conducir hacia la identificación de patrones de comportamiento (integración de

rasgos de acciones, pensamiento y habla) en la determinación de la relevancia de

estos rasgos de comportamiento para el desarrollo de los acontecimientos del mundo

narrado. En otras palabras, el perfil de transitividad de un personaje determinado

podría revelar, por una parte, el conjunto de rasgos que representan la dimensión de
81

los personajes, y por la otra, la integración de tales rasgos en patrones de

comportamiento para la definición de su función en el relato.

Tomando en cuenta que la distinción entre el componente mimético y el

temático está basada en la representación de un individuo (en el mimético) o de un

colectivo (en el temático), Phelan plantea que la función temática emerge

gradualmente en la narración en la medida en que en el relato las dimensiones

miméticas del personaje y sus acciones comienzan a dar muestras, usualmente

implícitas, de alguna proposición o proposiciones acerca de la clase de personas o de

las ideas dramatizadas en el relato (Phelan, 1989:13) (énfasis mío). Como ejemplo de

tales proposiciones temáticas, Phelan presenta “el poder corrompe”, “los hombres

frecuentemente tratan a las mujeres como posesiones que existen con el sólo

propósito de darles placer” (Phelan 1989: 9). En el caso particular que nos ocupa, el

poder en una muestra de cuentos infantiles, pudiésemos inferir como proposición

temática de estos relatos, entre otras: “el conocimiento y la habilidad mental

conducen al poder”, donde el conocimiento y la habilidad mental conforman la

experticia, elemento relevante de la referencia como recurso de poder. Tal

proposición temática parece emerger de la conjugación de rasgos y acciones

relevantes de una dimensión temática del personaje que bien podría conducir a su

calificación como representante del colectivo “las personas que saben actuar”.

Con base en estos planteamientos, analizo la dimensión mimética de los

personajes en atención a la noción de poder que se desarrolla en la ficción para niños.

Al estudiar los personajes como creaciones plausibles de una persona, intento

analizar cómo sus rasgos particulares, en cuanto a sus acciones, su habla y sus
82

actitudes, se integran en los textos para hacer de estos rasgos características

relevantes en la construcción de relaciones de poder en el mundo narrado.

Con respecto a sus acciones, los personajes son explorados a partir del

concepto de perfil de transitividad planteado por Simpson (2004: 119) como

indicador útil para identificar posibles patrones de acción, pensamiento y habla. El

sistema de transitividad, en la lingüística sistémica-funcional, entendido como una

opción dentro de la función ideacional, da cuenta de la representación de la

experiencia. En este sistema se estudia la cláusula como unidad de análisis y se

contemplan como términos básicos los participantes (representados en la cláusula por

sustantivos o grupos nominales), los procesos (representados por los verbos o grupos

verbales) y las circunstancias (representadas por adverbios o grupos adverbiales).

Estos elementos dan respuesta a la pregunta central que este sistema intenta dilucidar

para el análisis de la representación de la experiencia: ¿Quién hace qué a quién,

cómo, cuándo, dónde, etc.?

La relevancia del sistema de transitividad, más allá de la tradicional

clasificación de verbos en términos de su distribución sintáctica (con o sin objeto

directo), reside en su carga semántica. En el discurso literario narrativo,

especialmente, podríamos sustentar nuestras interpretaciones sobre quién hace qué a

quién, o en qué circunstancias particulares ocurren ciertos eventos, o qué tanto

difieren o se asemejan algunos personajes, lo que implicaría una exploración

exhaustiva de la “actuación” de cada personaje, es decir, del tipo de procesos en los

cuales aparecen más frecuentemente involucrados como actores. En este caso en


83

particular, la transitividad contribuiría a dar respuesta no sólo a la pregunta “¿quién

hace qué?” sino “¿qué hace X?” o “¿cómo actúa X?”

Otro aspecto importante en la construcción del personaje es su expresión

verbal. En primer lugar, parece relevante destacar el acceso a la palabra que los

autores dan a sus personajes. Como ya se sugirió, los procesos de verbalización

pueden acompañarse con cláusulas proyectadas en habla directa (como en éste le

dijo: —Espere que termine de hacer una herradura), o habla indirecta (como en le

aclaró de inmediato que en no más de un año volvería por él). Pero también los

procesos verbales pueden ocurrir sin la proyección de otra idea. En este caso,

hablamos de habla libre, o narratizada (como en [El antílope] siempre presumía de

sus ágiles patas y de su velocidad), a través de la cual se reporta que hubo una

interacción verbal sin expresar las palabras pronunciadas (Shiro, 2001 y Ely, 1997:

353). Estas distinciones son de gran utilidad para el estudio de los roles y/o posiciones

que asignan los autores a los personajes en el mundo narrado. Las escogencias de habla

reportada directa, indirecta o libre, por parte de un autor, podrían revelar información

relevante respecto a las estrategias de construcción de los personajes utilizando: i)

responsabilidad directa de los personajes en la emisión de sus mensajes en

contraposición con mensajes emitidos por el personajes pero mediados por el

narrador; y ii) conexión del lector con los personajes, al permitírsele “escuchar” las

palabras textuales de los personajes, haciéndole posible decir no sólo cuánto sino

también cómo hablan estos personajes.

Pero más importante aun, el estudio de la construcción de sus relaciones

interpersonales precisa de la profundización en sus interacciones verbales, es decir, del


84

efecto comunicativo que sus intervenciones pueden producir en el desarrollo de los

eventos, así como su influencia sobre otros personajes. En este sentido, las

intervenciones verbales de los personajes pueden estudiarse desde la perspectiva de

actos ilocutivos, como enunciados que se producen para lograr algo durante el acto

comunicativo. De acuerdo a Searle (1979), existen cinco formas generales de utilizar el

lenguaje: i) le decimos a los demás cómo son las cosas; ii) tratamos de hacer que hagan

algo; iii) nos comprometemos a hacer algo; iv) expresamos nuestros sentimientos y

actitudes; y v) producimos cambios en el mundo con nuestros enunciados. Estos usos

distintos del lenguaje determinan la taxonomía propuesta por Searle para clasificar los

actos ilocutivos, respectivamente, en actos aseverativos, directivos, compromisorios,

expresivos y declarativos (Searle, 1979: viii). La conformación de esta taxonomía se

basa en doce dimensiones, entre las cuales Searle señala, como una de las más

importantes el punto (o propósito) del acto ilocucionario; Otra dimensión que parece

relevante acá, por sus implicaciones en el ámbito de la construcción de relaciones

interpersonales, es la relacionada con el estatus o posición ocupada por el hablante y el

oyente (Searle, 1979: 3-5). Las diferencias en el estatus del hablante y el oyente forman

parte de las condiciones de preparación del acto de habla (Searle, 1969), y pueden

además influir no sólo en el propósito ilocucionario, sino también el la fuerza con la cual

éste es expresado, así como en la expresión del estado psicológico del hablante y el

oyente.

De los planteamientos anteriores, tanto los relacionados con el estudio de la

transitividad que revela la actuación de los personajes, como los expuestos en relación a

su interacción verbal, se desprenden algunas ideas que apuntan hacia la construcción de


85

un aspecto actitudinal, de gran relevancia para una profunda comprensión de la

dimensión mimética del personaje (la identificación del personaje como persona.)

Entenderemos por actitud un estado general de predisposición psicológica ante

diversas situaciones de la realidad circundante. Para Eiser (1989) la actitud es una

predisposición aprendida a responder de un modo consistente ante un objeto social. Esta

idea es consistente con la definición de Rodrígues (1976: 329), según la cual la actitud

es “una organización duradera de creencias y cogniciones en general, dotada de una

carga afectiva a favor o en contra de un objeto definido, que predispone a una acción

coherente con las cogniciones y afectos relativos a dicho objeto.” En la actitud, en

tanto predisposición psicológica, subyace además una postura evaluativa del mundo.

Para Petty y Wegener (1998) las actitudes son evaluaciones generales que las

personas realizan sobre lo favorable o desfavorable que resultan los objetos y las

personas de su entorno. Sobre esta base, entonces, y con miras a profundizar en el

análisis de las actitudes de los personajes, se hace necesario apelar a la teoría de la

valoración. En esta teoría, los analistas se proponen

describir y explicar los sistemas de opciones semánticas que el lenguaje


ofrece – y que son utilizados por los hablantes y autores de textos- para
evaluar, adoptar posiciones, construir personas textuales o identidades
discursivas, asumir roles, negociar relaciones, y transformar en
‘naturales’ las posturas intersubjetivas que son, en última instancia,
psicológicas. (Kaplan, 2004: 53)

White (2005) esquematiza la teoría de la valoración con base en tres dominios

semánticos: i) la actitud, valores a través de los cuales transmitimos juicios y

asociamos respuestas afectivas/emocionales ante otros participantes y procesos; ii) el

compromiso, recursos que posicionan la voz del hablante/autor respecto a diversas


86

proposiciones del texto; y iii) la gradación, valores a través de los cuales el

hablante/autor gradúa el impacto, fuerza o volumen interpersonal de sus

proposiciones, así como de la agudeza de sus categorizaciones semánticas.

La postura actitudinal es además analizada en mayor profundidad por White

(2001a). En tal profundización, White identifica tres sub-tipos o subcomponentes de

la actitud, los cuales clasifica como de i) afecto (tipo emocional), evaluación a través

de la cual el hablante/escritor indica su predisposición emocional hacia las personas,

cosas, eventos o situaciones; ii) juicio (relacionado con la ética), evaluaciones

normativas de la conducta humana en referencia a las normas y las convenciones que

regulan el comportamiento; y iii) apreciación (relacionada con la estética),

evaluaciones de la forma, apariencia, impacto, composición, etc., de artefactos,

objetos e individuos (mas no de su conducta) desde una perspectiva estética y otros

sistemas de valor social (White, 2001b: 4)

Dada la relevancia de la actitud para este estudio, vale la pena ahondar en los

planteamientos que respecto a estos tres aspectos presenta White (2001b, 2001c,

2001d). El término afecto concierne a las respuestas emocionales positivas o

negativas. Cuando el escritor atribuye alguna emoción a algún actor social, de manera

autoral o no-autoral, puede esperarse que esto provoque respuestas de simpatía o

antipatía en el lector hacia tal actor social (White, 2001b: 6-7). También, respecto al

afecto, cabe destacar la distinción en tres categorías que presenta Kaplan (2004: 62),

quien señala que las emociones se concentran en tres grandes grupos que tienen que

ver con la felicidad o la infelicidad; la seguridad o la inseguridad; y la satisfacción o

la insatisfacción. En lo concerniente con la realización lingüística de esta dimensión


87

de la actitud, White (2001b) resalta: i) los procesos mentales de emoción (en no

aguantó más); ii) los adverbios o grupos adverbiales, generalmente circunstancias de

modo (en respondió el cocinero sin inmutarse); iii) adjetivos de emoción (en dijo el

caballero enfadado); y iv) ciertas denominaciones (como comieron hasta el

hartazgo).

Con respecto a la dimensión juicio, White (2001c) explica éste como término

técnico concerniente con el lenguaje empleado para criticar o elogiar, condenar o

aplaudir la conducta de individuos y grupos. El juicio involucra, por una parte,

evaluaciones en referencia a sistemas asociados a lo legal/ilegal, lo moral/inmoral o la

cortesía/descortesía (White, 2001c: 1). En este caso, hablamos de juicios de sanción

social que implican una evaluación con base en la veracidad o la integridad moral del

individuo (Kaplan 2004: 64). Un ejemplo de este tipo de juicio lo encontramos en

resolvió reunirse con el Diablo y pedirle tres bolsas de plata a cambio de su alma…

Dios no lo recibió en el cielo porque había vendido el alma al Diablo. Por otra parte,

otros valores de juicio implican que la persona evaluada es de alguna manera realzada

o disminuida en la estima de su comunidad con base en su normalidad, sus

competencias y su predisposición psicológica, aunque estos juicios, en caso de ser

negativos, no traigan como consecuencias sanciones de tipo legal, religioso, etc.

(White, 2001c: 1). En este caso, se habla de juicios de estima social (Kaplan 2004:

64). Un ejemplo de este tipo de juicio lo encontramos en la ocurrencia del joven

pícaro.

Con relación a la realización lingüística del juicio, Kaplan (2004: 65) señala

que éste puede expresarse de manera explícita a través de adverbios, atributos y


88

epítetos. Pero también puede manifestarse de manera implícita a través de

indicadores en proposiciones aparentemente fácticas como el ejemplo ya citado de

Dios no lo recibió en el cielo porque había vendido su alma a diablo, en el cual se

infiere que vender el alma al diablo es éticamente inaceptable, y que la conducta

del herrero es, por lo tanto, inaceptable. Además, también se encuentran casos de

juicios provocados, entre lo explícito y lo implícito, bien por contraexpectativa,

como en vinieron tres diablos a llevar al herrero, pero éste los detuvo, que sugiere

una conducta habilidosa por parte del herrero; o bien por apelación a valores de

afecto a los que se les atribuye evaluaciones sociales, como en el caso de Un

soberano indio trataba muy mal tanto a sus soldados como a su pueblo, que sugiere

un juicio negativo acerca de la integridad moral (sentido de justicia) del soberano.

El tercer sub-tipo de la actitud, la apreciación, concierne a la evaluación

positiva o negativa de objetos, artefactos, procesos y situaciones con base en un

sentido estético: su forma, apariencia, construcción presentación e impacto. Aunque

tales evaluaciones pueden aplicarse a los individuos, se considera como apreciación

sólo si la misma no se ocupa de su conducta (White 2001d: 1). White además

distingue tres subcategorías de la apreciación: i) la composición, estructura o forma

de la entidad evaluada; ii) lo placentero o desagradable que pueda ser la entidad a los

sentidos; iii) valores de evaluación derivados del afecto, la emoción, si tales valores

son asignados a la entidad y no al experienciador, en cuyo caso se trataría de la

categoría afecto (Fue una cena estupenda vs. A él le encantó la cena). (White 2001d:

2-3).
89

Finalmente, es importante resaltar el hecho de que la valoración no se

encuentra necesariamente limitada a frases o cláusulas únicas, directas y explícitas, en

un texto dado. Frecuentemente, los recursos evaluativos ocurren y se combinan a lo

largo de un texto para construir una noción evaluativa general. Esta idea es expresada

por Kaplan (2004) quien sostiene que

la evaluación tiende a acumularse a lo largo de un texto. Es muy


importante tomar en cuenta el contexto, ya que una estrategia muy
utilizada por los autores para establecer su postura interpersonal es
combinar la evaluación explícita y la evocada de modo que el lector
termine por compartir sus interpretaciones con respecto a los indicadores
de actitud. (Kaplan, 2004: 67)

3.4. El cuento escrito para niños

El mundo creado en cuentos infantiles propone una relación entre lo real y lo

fantástico-maravilloso a través de la simulación de lo cotidiano, donde

todo personaje, mediante sus acciones, connota un valor axiológico…


Todo personaje representa un modo de comportamiento, de acción frente
a la vida, que puede ser calificado como justo, injusto, o valorado como
símbolo, en general, en términos del “deber ser” o “no deber ser”.
(Navas, 1995: 238)

y donde

los personajes y las acciones que éstos realizan, el ambiente en el que


éstas se desarrollan, las oposiciones que se establecen entre las diferentes
acciones y en consecuencia, entre los diferentes personajes, tejen una
trama profunda que es conscientemente ajena al niño, quien, sin
embargo, intuitiva y emocionalmente se identifica con un personaje y
no con otro, con un valor ético y no con un desvalor. (Navas, 1995:
243)

Con base en estas reflexiones, encuentro los estudios de Labov y Waletzky

(1967) y Labov (1972) especialmente valiosos para el estudio de la narración literaria


90

en general y la narración para niños en particular. Otras razones derivadas de la

naturaleza misma del cuento infantil justifican también esta escogencia: si bien es

cierto que los estudios de Labov y Waletzky se basan en narraciones orales de

experiencia personal, no es menos cierto que la narración para niños presenta rasgos

similares a las narraciones analizadas por estos expertos. Mencionaré sólo algunas de

las señaladas por Navas (1995): i) simulación de lo cotidiano (rasgos de oralidad); ii)

preponderancia de un narrador-cuentacuentos o contador; iii) construcción sintáctica

de las oraciones, concisas y breves; iv) situación comunicativa representada en el

propio texto en la que el Autor Modelo postula un Lector Modelo en la actividad

cotidiana de contar un cuento.

Para Stephen (1992), un cuento es lo que ciertos personajes hacen en algún

tiempo y espacio. Este planteamiento pone de relieve tres elementos importantes para

el análisis del cuento infantil: personajes, acción y ubicación temporal y espacial

(setting). En cuanto a los personajes, Stephen señala que la subjetividad de un

personaje ficticio se construye y se define no sólo en términos de su propio ser,

representado en sus procesos de acción, habla y pensamiento. También, el personaje

de ficción es construido con base en cómo es narrado y descrito y en cómo éste

interactúa y es percibido por otros personajes. De acuerdo a Stephen, otro elemento

fundamental para el estudio de la ficción para niños es el punto de vista, que define

como el aspecto de la narración en el cual el control implícito del autor sobre las

estrategias de lectura de su audiencia, es quizás más poderoso. Stephen apoya a Hunt

(1988) al afirmar que el control implícito del autor es un marcador característico del

discurso de la ficción escrita para niños.


91

No se ha encontrado hasta ahora una definición concreta de la narrativa infantil

en cuanto a su caracterización como género del discurso. Algunas características de la

narración oral para niños son presentadas por Cervera (1997: 201-5). Entre ellas, vale

la pena mencionar las que Cervera clasifica como características textuales: i) escasez

de descripciones; ii) empleo de fórmulas fijas; iii) repeticiones; iv) estructura cerrada;

v) escasa caracterización de los personajes; vi) ausencia total de la primera persona

narradora; vii) indeterminación espacio-temporal.

En cuanto a la caracterización de los personajes, foco de atención de este

estudio, Cervera (1989: 204) expresa que en la narrativa infantil, los mismos están en

función de la acción, son planos, carecen de densidad psicológica. En esta misma

línea, he desarrollado diversas exploraciones de los personajes en cuentos infantiles,

entre ellas, los grados de certeza y su relación con las posiciones de poder ocupadas

por los personajes, y los tipos predominantes de expresiones evaluativas insertadas en

la función referencial dentro de la estructura del relato. En cuanto a los grados de

certeza, el estudio de la modalidad sugiere que los altos grados están relacionados con

posiciones de mayor poder, mientras que los grados medios y bajos de certeza

parecen estar asociados a posiciones de desventaja o menos poder (León, 2009). En

referencia a las expresiones evaluativas, un nuevo estudio sugiere que los personajes

en posiciones de mayor poder son generalmente expuestos a través de la evaluación

interna en cláusulas subordinadas explicativas y que los aspectos más predominantes

de tal evaluación de los personajes son sus relaciones, sus acciones y sus intenciones.

(León, 2007).
92

Confirmando los planteamientos de Phelan (1989), las proposiciones temáticas

en cuentos infantiles surgen gradualmente, a partir del desempeño del personaje en su

componente mimético. Este surgimiento gradual se da usualmente a través de

expresiones que dan muestras implícitas de la proposición. Es importante señalar que

la construcción de los personajes parece ir más allá de las expresiones explícitas

presentadas, y que la comprensión de cada uno de ellos requerirá de una exploración

más detallada de sus dimensiones (conjuntos de rasgos) y de sus funciones (la

integración plausible de estos rasgos). El estudio de sus pensamientos, acciones y

habla debe llevarse a cabo con base en la revisión de las manifestaciones discursivas

a través de las cuales estos rasgos son presentados en los cuentos.


93

CAPÍTULO 4

EL MÉTODO

4.1. El diseño de la investigación

Esta investigación tiene como objetivo fundamental revelar aquellos elementos

y estrategias involucrados en la construcción discursiva de las posiciones de poder

representadas en un corpus significativo de cuentos a los cuales son expuestos los

niños venezolanos en la segunda etapa de su Escuela Básica, usualmente entre 9 y 12

años de edad.

Atendiendo a las ventajas y desventajas de los enfoques cualitativos y

cuantitativos, he optado por un diseño cualitativo, sin descartar técnicas sencillas de

procesamiento de frecuencias y proporciones, lo cual nos permitiría obtener gran

riqueza y profundidad en el análisis. De acuerdo a Mc Enery y Wilson

El objetivo del análisis cualitativo es una descripción completa y detallada.


No se intenta asignar frecuencias a los rasgos lingüísticos identificados en la
data y los fenómenos menos frecuentes reciben (o deberían recibir) la misma
atención que los fenómenos más frecuentes. El análisis cualitativo permite
distinciones finas porque no es necesario encasillar los datos en un número
finito de clasificaciones. Las ambigüedades, inherentes al lenguaje humano,
pueden ser reconocidas en el análisis.
(http://www.ling.lancs.ac.uk/monkey/ihe/linguistics/corpus1/1fra1.htm)

Por otra parte, el enfoque cuantitativo ha sido de utilidad para la clasificación y

conteo de los rasgos encontrados, ello además de producir resultados generalizables a

un corpus mayor. Sin perder de vista el hecho de que ambos enfoques conforman

diferentes perspectivas de análisis, éstas no son necesariamente incompatibles. Prueba


94

de ello es la tendencia reciente en el estudio del lenguaje y las humanidades en

general, con incorporación del computador como apoyo a la investigación.

En este marco metodológico general, he adoptado un diseño orientado hacia la

lengua (Tesch, 1991) con un diseño descriptivo e interpretativo basado en

planteamientos derivados del análisis crítico del discurso (ACD), ya que se trata de un

estudio alrededor de nociones del ámbito social y como tal hace uso de postulados de

las ciencias sociales y de la lingüística para describir estrategias y estructuras en los

textos. Ello en relación con nuestro contexto social y educativo. Estos

planteamientos, basados en las ideas de van Dijk (2004) son también abordados por

Wodak (2003: 30-1), quien sostiene que

Para el ACD, la ideología representa un importante aspecto del


establecimiento y la conservación de unas relaciones desiguales de poder
(…) El ACD se interesa por los modos en que se utilizan las formas
lingüísticas en diversas expresiones y manipulaciones del poder.

Como diseño orientado hacia la lengua, trato el análisis cualitativo como un

proceso circular que involucra la descripción, la clasificación y la vinculación (Dey,

1993: 31). Se describen datos (elementos discursivos) en el contexto del mundo

narrado para luego establecer las conexiones entre estos elementos discursivos, los

rasgos de los personajes y sus posiciones de poder. La descripción también involucra

los procesos, los cambios que pueden analizarse a través de fases, incidentes clave y

el intercambio complejo de factores.

Con base en los objetivos del estudio, así como en el marco conceptual, fue

posible hacer una aproximación a la clasificación de los datos en categorías iniciales

de análisis a través de las cuales las acciones y los eventos pudieron hacerse
95

inteligibles y significativos. La clasificación de datos cualitativos permitió hacer

comparaciones significativas de segmentos de datos (databits) (Dey, 1993: 57), que

proporcionaron los fundamentos conceptuales sobre los cuales se basan la

interpretación y la explicación. La categorización, que funciona como un embudo

para los datos, generó categorías inclusivas que a su vez permitieron desarrollar un

nivel más alto de clasificación y establecer dimensiones dentro de las categorías.

Comenzar con categorías inclusivas condujo a la clarificación y definición de

conceptos relacionados con la noción de poder en el corpus estudiado.

Además, en la investigación cualitativa es posible identificar conexiones

substanciales a través de asociaciones entre diferentes aspectos del estudio. Una vez

que los primeros datos generales fueron clasificados, fue posible examinar

regularidades, variaciones y singularidades entre ellos. Estas regularidades,

variaciones y singularidades se harían evidentes con mayor facilidad al incorporar el

computador para el registro y la clasificación de datos. La utilización de datos

numéricos sencillos (p. ej. estudio de frecuencias y proporciones) han suministrado

un sustento más sólido a la interpretación de los datos cualitativos y las conexiones

entre ellos, a la vez que apoya la rigurosidad del estudio. Con base en estos

planteamientos, he optado por compilar los datos textuales en una base de datos en

formato Excel 2003, herramienta que ha facilitado la ubicación, filtrado y

organización de la información así como la vinculación entre la variedad de datos que

han surgido en cada categoría de análisis. La presentación y descripción de los

instrumentos diseñados para la base de datos se incluyen en el aparte de los

procedimientos.
96

4.2. El Corpus

Como resultado de la compilación de los textos narrativos literarios incluidos en

libros escolares de II Etapa de Escuela Básica, el corpus inicial quedó conformado

por un total de 168 relatos. En el anexo 1 se incluye la lista de textos escolares de

donde se extrajeron los cuentos.

Los 168 relatos poseen las siguientes características:

• Correspondencia a las definiciones teóricas de expertos.

• Adecuación a edades comprendidas entre 9 y 12 años.

• Factibilidad de uso en las escuelas.

Explico a continuación las razones para tales criterios iniciales:

Correspondencia a las definiciones teóricas de expertos. Aun cuando el

interés es estudiar aquellos textos a los cuales pudieran estar expuestos los niños en

las escuelas, he de admitir la posibilidad de que algunos de estos textos no

correspondan estrictamente a las definiciones de literatura infantil, tal como lo

plantea Navas (1995: 228-231). De allí la necesidad de estudiar los textos sugeridos

por los maestros a la luz de formulaciones teóricas derivadas de postulados de

expertos en el área de la literatura infantil. Cabe mencionar que los estudios

sistemáticos de la literatura infantil, como género literario, son relativamente

recientes y pudiese aún encontrarse imprecisiones en el uso y tratamiento de algunos

textos.

Adecuación a edades comprendidas entre 9 y 12 años. En décadas recientes,

se ha establecido el término “literatura infantil y juvenil” para agrupar toda la


97

literatura producida para niños y jóvenes. La naturaleza del lenguaje de estos textos

varía según la etapa de desarrollo lingüístico y socio-afectivo del niño. En este

sentido, y en aras de la consistencia de los resultados, se hace necesario delimitar el

corpus agrupando los textos según la complejidad de los temas y del lenguaje. Debido

a que el tema del poder parece relevante en esta etapa del desarrollo del niño, y que el

diseño curricular de la II etapa de Escuela Básica expresa que el área de Lengua y

Literatura “se fundamenta en las teorías relacionadas con el desarrollo evolutivo y el

aprendizaje significativo. (Vygotsky, Piaget, Ausubel) y los nuevos aportes de la

lingüística” (Min. Educación y Deportes, 1998), he escogido la literatura para niños

en esta edad escolar. Señalamos el rango de edad, ya que algunas colecciones y

enciclopedias, los cuentos están clasificados con base en este criterio.

Factibilidad de uso en las escuelas. He considerado el texto literario como

producto sociolingüístico que, como práctica discursiva, puede transmitir y mantener

aspectos de una ideología en la práctica social. Me interesaba explorar cómo los

aspectos de la ideología relacionados con el poder podrían ser presentados a los niños

venezolanos como parte de su desarrollo social y cognitivo. De allí la importancia de

considerar la posibilidad de exposición de los niños a estos textos e ideologías y

creemos que es en el ámbito escolar donde más oportunidades se presentan, tanto a

los educadores como a los niños, para tal exposición; ello además de los

planteamientos explícitos encontrados en los programas de educación básica de

nuestro país para el área de lengua y literatura. En este sentido, la recopilación inicial

de cuentos agrupa todas las narraciones literarias encontradas en libros de texto y

enciclopedias escolares de mayor uso en la II etapa de escuela básica. Para ello, y


98

como procedimiento preliminar se consultó la lista escolar de varias escuelas públicas

y privadas del área metropolitana de Caracas, así como las librerías especializadas en

la preparación de listas escolares.

4.3. La muestra de estudio

En aras de la factibilidad del estudio, a partir del corpus inicial he seleccionado,

de manera intencional, una muestra de 49 cuentos atendiendo primeramente a

postulados de la teoría fundamentada propuesta por Glasser y Strauss (1967: 45), que

define esta forma de muestreo como

el proceso de recogida de datos para generar teoría por medio del cual el
analista recoge, codifica y analiza sus datos conjuntamente y decide
después qué datos y dónde encontrarlos para desarrollar su teoría a medida
que surge. Este proceso de recogida de datos está controlado por la teoría
emergente.

Pero más importante aún, se atendió a los planeamientos de Tognini-Bonelli

(2004) para la conformación de un corpus. Tal conformación refleja varios aspectos

según lo planteado por esta autora, quien pone de relieve características como la

autenticidad, la cantidad y la representatividad.

La autenticidad: si bien es cierto que la autenticidad es generalmente vista en

términos de la naturalidad con que ocurre el evento comunicativo, también es cierto

que la comunicación puede ser “mediada”. Es decir, no podemos descartar el estudio

de la comunicación cuando ésta esta ensayada (como programas de radio o televisión)

o construida (como textos escritos, o discurso literario). Como fue señalado

anteriormente, el texto literario como un producto socio-lingüístico constituye una

forma de comunicación auténtica entre el autor y el lector.


99

La cantidad: aun cuando la tendencia es a utilizar grandes cantidades de texto,

millones de palabras, también debe tomarse en cuenta que es posible construir un

corpus limitado y ajustado a las necesidades de la investigación. En este sentido, y

dada la especificidad de los datos que se pretendía observar, así como la complejidad

del manejo de los mismos, esta investigación no necesariamente requiere de una gran

cantidad de textos. En atención a las críticas según las cuales el análisis de datos

cualitativos puede ser trabajoso e ineficiente y en pro de la factibilidad del estudio, se

conformó una muestra de cuentos tan amplia e inclusiva como fue posible (Taylor,

2001: 24). Ello implica la selección de cuentos de diversos autores y culturas sin otras

limitaciones que las derivadas de la factibilidad del estudio y de las características

mismas de los textos, aspecto este que trataremos en la sección referente a la

representatividad.

La representatividad: De acuerdo a Taylor (2001: 24) puede seleccionarse

documentos sobre la base de que éstos, no siendo ampliamente representativos, son

altamente específicos como categoría particular de, en nuestro caso, el género

literario “cuento infantil”. Sobre esta base, dos grandes conjuntos de criterios orientan

la selección: (a) características del género discursivo, y (b) los componentes del

discurso que conformarán el conjunto de datos para el análisis.

En cuanto a las características de esta tipología textual, asumo los criterios de

Navas (1995: 228-231) para la selección de textos infantiles. Ello debido, por una

parte, a la preponderancia de esta autora en el área de la literatura infantil, lo cual

contribuye a fortalecer la factibilidad de uso de los cuentos en la escuela básica

venezolana. Por otra parte, la especificidad de sus planteamientos en cuanto al nivel


100

del discurso de la literatura infantil resulta de gran relevancia. En este sentido, he

establecido como criterios para la selección los siguientes:

i) Sus mensajes subyacentes, o la “visión de mundo”…alude a una crítica de la

distorsión de los valores en la Cultura… Propone el triunfo después de una lucha por

su obtención y restituye así la justicia social propia de una sociedad democrática.

ii) Estilo discursivo oral. Forma de expresión que simula el estilo de los

discursos orales-informales, para cumplir con funciones propias de la comunicación

artístico-estética.

iii) Construcción sintáctica de las oraciones, concisas y breves.

iv) Repetición de ciertas informaciones.

v) Repertorio léxico accesible para niños. Esto no supone menoscabo a la

calidad artística de dichas imágenes o figuras y, mucho menos disminución en su

ambigüedad connotativa, ni “simpleza” en el manejo del lenguaje.

Asimismo, el tema de los componentes del discurso que conformarían el

conjunto de datos para el análisis, y que debían estar representados en el corpus, es de

gran importancia. Se entiende que la representatividad del corpus debe estar basada

en aquellos aspectos que pretendemos observar, más que en la tradicional

presuposición de la cantidad. “El requisito básico para un corpus es que sea

conformado de acuerdo a una selección basada en algún criterio” 17 (Tognini-Bonelli,

2004: 14). Con base en esta afirmación, la conformación del corpus de estudio estuvo

17
Original en inglés: The basic requirement for a corpus is to be assembled according to a principled
selection
101

basada en la selección intencional de textos que reflejaban elementos que contribuían

a arrojar luces sobre nuestros elementos clave:

1. Las relaciones de poder como eje de la interacción de los personajes;

2. Presencia de personajes que ocupen, o se muevan entre, posiciones de

poder;

3. Evidencia de la dimensión material de estos personajes;

4. Evidencia del habla de los personajes;

5. Presencia, explícita o implícita, de elementos de función expresiva, reflejo

de las dimensiones psicológicas de los personajes.

En este sentido, la muestra de estudio ha quedado conformada por un total de 49

cuentos, 139 personajes. Luego a partir de esta muestra inicial, recopilada de manera

intencional, y a fin de garantizar la factibilidad de este estudio, procedí a una nueva

selección, esta vez al azar, de 20 de los cuentos, los cuales incluyeron un total de 52

personajes. Es de hacer notar que todos los personajes, principales y secundarios, de

esta muestra han sido objeto de análisis. En resumen, dos grupos de criterios

orientaron la selección de una muestra representativa: i) las características propias de

la literatura infantil; y ii) los aspectos que se pretendía observar y analizar.


102

CUADRO 2: Criterios para la selección de la muestra

CRITERIOS PARA LA SELECCIÓN DE LA MUESTRA


Referidos al género discursivo “literatura Referidos a los aspectos a observar
infantil”
• Aparición en textos y enciclopedias escolares, Presencia de:
en el área de Lengua y Literatura. • Relaciones de poder como eje de las
• Mensajes subyacentes como crítica de la relaciones interpersonales.
distorsión de los valores.
• Estilo discursivo oral. • Personajes delineados explícita o
• Construcción sintáctica de las oraciones, implícitamente con evidencias de sus
concisas y breves. dimensiones material, comunicativa y
• Repetición de ciertas informaciones. psicológica.
• Repertorio léxico accesible para niños.

Atendiendo a los planteamientos anteriores, la muestra de cuentos ha quedado

conformada por los textos referidos en el siguiente cuadro:

CUADRO 3. La muestra de estudio

TÍTULO Grado TEXTO ESCOLAR


1
El aldeano y los pasteles 6º Lecturas Girasol 6. Serie Flor de Araguaney
2
El enigma de la esfinge 5º Lecturas 5. Santillana Serie Araguaney
3
El Precio del Humo 5º En Guía Caracol 5. Santillana
4
El zorro petulante 4º Enciclopedia Girasol 4
5
El zorro y el armadillo 4º Lecturas Girasol 4
6
Historia de Aziru y Senmut 6º Lecturas Girasol 6. Serie Flor de Araguaney
7
La buena pulga y el mal rey 5º Lecturas Girasol 5
8
La caída del emperador Porquesí 5º Lecturas 5. Santillana Serie Araguaney
9
La Grulla 4º Lengua y Literatura 4. Santillana
10
La Miseria 6º Lengua y Literatura 6. Fundación Editorial Salesiana
11
La tortuga y el antílope 4º Lecturas 4. Santillana Serie Araguaney
12
La vaca y el lobo 5º Lengua y Literatura 5. Santillana
13
Las dos espadas 5º Lecturas Girasol 5
14
Las orejas de Tío Conejo 5º Lengua y Literatura 5. Fundación Editorial Salesiana
15
Lo que les pasó a los Makunaima 6º Guía Caracol 6. Santillana
16
Los cuatro gaticos 5º Lecturas Girasol 5.
17
Los niños que no tenían escuelas 6º Lecturas Girasol 6
18
Tía zorra y los peces 5º Lecturas Girasol 5
19
Tío Conejo, ladrón de conuco 6º Lengua y Literatura 6. Fundación Editorial Salesiana
20
Un negocio ruinoso 6º Lecturas Girasol 6. Serie Flor de Araguaney
103

4.4. Las categorías de análisis.

A partir de las preguntas de investigación y el marco teórico, he estudiado las

tres dimensiones que conforman su componente mimético y que se conjugan para

construir su componente temático, por una parte, y la construcción de los personajes

en sus posiciones y recursos de poder, por la otra.

Con sustento en Dey (1993: 63-4) el inicio de la investigación estuvo dedicado

a la observación crítica y a la inferencia a fin de “formar impresiones generales e

intuiciones” sobre el desempeño de los personajes en los diversos mundos narrados

de la muestra. Tales impresiones e intuiciones se apoyaron en los planteamientos

teóricos previamente expuestos en nuestro marco teórico. Así, se generó una primera

agrupación de los personajes, lo cual se constituyó, luego del análisis, en un conjunto

de categorías inclusivas que orientaron la identificación más detallada de los

personajes según sus regularidades actitudinales como individuos pertenecientes a un

grupo social. Es preciso reiterar que las impresiones iniciales acerca de los personajes

estuvieron basadas en generalidades de contenido de los textos tales como

expresiones explícitas que los describen (i.e. fue el emperador más temible que

hubo, célebre por su ingenio, un hombre sabio), sus actuaciones materiales y

verbales, y sus efectos sobre los demás personajes, su evolución en la trama, etc.

Esto, además, encuentra sustento en las tendencias contemporáneas del análisis

estilístico literario, el cual intenta validar las intuiciones iniciales del lector-

intérprete con base en formulaciones derivadas de la lingüística. Para expertos como

Carter (1997) las intuiciones son primordialmente producidas por las escogencias

lingüísticas del autor, el análisis parte de una base subjetiva de corazonadas acerca
104

del texto, las cuales podrían ser corroboradas y/o expandidas por los hallazgos de un

estudio sistemático de los posibles patrones discursivos del texto.

4.4.1. La construcción mimética de los personajes

En una primera fase de la investigación el estudio se concentró en la revisión de

las estrategias discursivas empleadas por los autores para la construcción de sus

personajes en relaciones de poder. Específicamente, el foco estuvo en analizar la

construcción del componente mimético de los personajes, el cual agrupa una serie de

rasgos que “dibujan” al personaje como persona (Phelan, 1989). De manera general,

he agrupado estos rasgos en tres grandes categorías: la dimensión material, la

dimensión comunicativa, y la dimensión psicológica.

La dimensión material da cuenta de la actuación física del personaje. En esta

categoría se agrupan los rasgos de acción material de los actores, atendiendo

especialmente a la efectividad transformadora de tales acciones. Para ello se

concentró la atención en el análisis de la transitividad las cláusulas. Se entenderá aquí

como proceso transformador, en primer lugar, aquel que presenta una construcción

proceso + meta (cláusula transitiva), y como proceso no efectivo al que no se

acompaña del elemento meta. Se observa así la capacidad del personaje para producir

transformaciones o modificaciones en su entorno. Es importante señalar que se ha

considerado de interés el hecho de que los elementos meta refieran a objetos del

entorno o a otros personajes en su mundo narrado. Además, he considerado

importante el hecho de que los procesos materiales sean ejecutados por iniciativa

propia del personaje o ejecutados como consecuencia de la actuación de otros

personajes o de los eventos en su entorno. Ello atendiendo al principio de causalidad


105

planteado por Labov (1997), y con apoyo en el estudio del recurso literario del vacío

(gap) (Hardy, 2005). Finalmente, se abordan también en esta categoría los procesos

comportamentales y los procesos relacionales que describen el estado físico cuando

éstos reflejan de alguna manera aspectos vinculados a la posición de poder (superior

o inferior) del personaje.

La dimensión comunicativa del personaje agrupa sus rasgos de habla. Interesa

especialmente el estudio de la efectividad de los actos de habla de los personajes,

reflejada en la actuación de los interlocutores como consecuencia de un acto emitido,

por ejemplo, un acto directivo es obedecido y se ejecuta una acción de acuerdo con la

instrucción, orden, etc. En contraposición, se han considerado también aquellos actos

de habla que no surten ningún efecto sobre los interlocutores. Asimismo, he incluido

la clasificación de actos de habla reactivos, los que se emiten como respuesta o como

consecuencia de un evento anterior o de un acto efectivo de otro personaje.

En la dimensión psicológica he agrupado las características relacionadas con la

mente del personaje. En esta categoría se analizan los aspectos relacionados no sólo

con la cognición del personaje, su pensamiento y percepción, sino también los

aspectos que reflejan su emocionalidad, sus intenciones, sus sentimientos y sus

apreciaciones del mundo que lo rodea.

El siguiente cuadro presenta el conjunto de categorías que conforman la base de

estudio de la dimensión mimética de los personajes:


106

CUADRO 4. Categorías para el análisis de los rasgos miméticos de los personajes.

CATEGORÍAS PROPIEDADES INDICADORES


La dimensión Representación de la mente del personaje y sus Procesos mentales y
psicológica: formas de interacción con los otros. comportamentales.
1. COGNICIÓN BASADA EN: Unidades léxicas
a. Percepción favorable o desfavorable para relacionadas con
toma de decisiones acertadas o erradas, o para la
actividades cognitivas
transformación positiva de su situación en su
entorno como el pensamiento y
b. Pensamiento: recurso favorable (i.e. la percepción más las
inteligencia, astucia, seguridad o certeza) o apreciaciones,
estado desfavorable (i.e. locura, brutalidad, disposiciones,
torpeza en la interpretación de los hechos, intencionalidad,
inseguridad o incertidumbre) sentimientos y
2. EMOCIONALIDAD positiva (i.e. emociones.
controlada, valentía, estados de bienestar, etc.) o Unidades léxicas
negativa evaluativas de la
3. INTENCIÓN: materializada o impedida por
conducta social y
el otro
4. CONDUCTA SOCIAL-MORAL: moral.
evaluación positiva (i.e. altruismo, conciencia
social, etc. se genera empatía por el personaje) o
negativa (egoísmo, avaricia, despotismo, etc.)
La dimensión Ejecución de acciones y comportamientos más Procesos materiales de
material: físicos que actitudinales: acción, transformadores
1. Que se ejecutan por iniciativa propia, o son (proceso+meta) y
2. Consecuenciales: Se ejecutan por obediencia, menos transformadores
adhesión o complacencia al otro; por oposición a
(proceso –meta).
las actuaciones del otro; o en respuesta a eventos
o circunstancias del entorno
En ambos casos:
A. Transforman el entorno en beneficio o
perjuicio propio. También pueden afectar
negativamente al otro o a sí mismo; o
B. No representan ningún efecto sobre el
entorno o sobre otros personajes
La dimensión Representación del habla. Actos que son Procesos verbales.
comunicativa: A. Efectivos: producen reacciones mentales, Enunciados
verbales o materiales en el interlocutor; performativos emitidos
B. Inefectivos: intentan influir en el otro pero no por los personajes. Las
lo logran;
consecuencias de tales
C. Reactivos: actuaciones verbales como
respuesta o reacción a las actuaciones verbales actos mostradas en: a)
del otro, sus actuaciones o eventos de la historia. acciones materiales de
los interlocutores; b)
actuaciones verbales de
los interlocutores; c)
afectaciones en el
aspecto psicológico de
los interlocutores.
107

4.4.2. La construcción de las configuraciones de poder

En una segunda fase, he centrado la investigación alrededor de los aspectos que

dan cuenta de la construcción de la noción de poder. Para ello, he contemplado: a) el

estudio de las bases o recursos de poder sobre los cuales se apoya la actuación de los

personajes; y b) el estudio de las posiciones de poder que ocupan estos personajes en

el mundo narrado;

Un aspecto de fundamental importancia para la comprensión de la noción de

poder es lo relacionado con las fuentes o recursos que lo sustentan. Para este aspecto

se consideró como punto de partida los planteamientos de Raven (1992),

considerando además los aportes de Poynton (1989) y de van Dijk (2000). El modelo

para el estudio de los personajes, y adaptado de los anteriores, compila a) el poder

basado en las consecuencias, negativas o positivas; b) legítimo, que se deriva de las

condiciones de reciprocidad, equidad, dependencia y posición; c) de referencia,

derivado de características, cualidades o virtudes especiales; y e) de comunicación,

basado en el dominio de información.

El poder basado en las consecuencias se basa en que la resistencia o la sumisión

al poder puede producir consecuencias positivas o negativas para el individuo en

posición de desventaja. Se basa en el reconocimiento de la capacidad del individuo

para castigar o recompensar las acciones del otro; es el poder coercitivo y de

recompensa, respectivamente. El actor en posición de inferioridad actúa en función de

saber que el actor dominante puede infringirle un castigo, físico o moral, o

garantizarle una recompensa, también física o moral.


108

Trataré acá al poder legítimo esencialmente con base en la posición de autoridad

y/o de estatus de un individuo, posición ésta que es reconocida y aceptada

socialmente, como por ejemplo, el padre, el maestro, el policía, el rey, etc. El recurso

del poder legítimo puede contemplar, además, tres variantes relacionadas con las

estrategias para ejercer el poder desde la posición legítima: a) la reciprocidad, el

individuo en posición superior actúa positivamente para el actor en posición de

inferioridad; se distingue del poder de recompensa en que el agente actúa por

iniciativa propia y no como una forma de compensación; b) la equidad, el agente en

posición superior compensa al individuo en posición inferior por trabajo arduo o

daños sufridos; se diferencia de la recompensa en que la equidad surge de la iniciativa

del agente superior y no es esperada (ya que no es previamente ofrecida) por el actor

en posición de desventaja; y c) dependencia, basada en el principio de la

responsabilidad social, el agente ayuda al necesitado.

He sustentado el análisis del poder por referencia en la definición de Raven

(1992). Trato todos aquellos aspectos relacionados con el comportamiento social del

agente que conducen a que los otros se identifiquen con él, esencialmente por sus

virtudes y cualidades, lo cual conduce a identificarlo como un individuo de alta

estima social. Tales virtudes o cualidades son, por ejemplo, la constancia, la

responsabilidad, la valentía, la consideración y el respeto por los demás, la astucia, la

experticia, etc.

Finalmente, he considerado el poder de comunicación como la capacidad del

agente para ejercer control sobre sus interlocutores a través de la palabra. Se

entenderá aquí el poder del discurso como la capacidad de manejar el contenido y la


109

disponibilidad de la información, tal como lo planteara Raven (1992), así como el

control del contexto y el dominio de las estructuras del discurso, según los

planteamientos de van Dijk (2000). Si bien es cierto que este recurso de poder tiene

sus características propias que lo distinguen de los demás recursos, también es

importante enfatizar que, independientemente del recurso empleado y en casi todos

los casos, el ejercicio del poder se hará evidente a través de la palabra. De allí que

deba contemplarse su intervención constante en la actuación de los agentes que

participan en una relación de poder, cualesquiera que sean los demás recursos que

sustentan tal relación.

El siguiente cuadro resume las categorías que orientan el estudio de los recursos

de poder empleados por los autores para la construcción de sus personajes:


110

CAUDRO 5. Categorías para el estudio de los recursos de poder.

CATEGORÍAS PROPIEDADES INDICADORES


De Coerción: el agente está en Procesos relacionales y
consecuencias capacidad de infringir castigo físico materiales; grupos
o moral al agente meta. lexicales que sugieren las
Recompensa: el agente posee los capacidades de los
medios y la capacidad para actores.
recompensar al agente meta.
Actos de habla
compromisorios
Legitimidad Se deriva de la posición de Procesos relacionales y
autoridad o estatus. Atribuido al grupos lexicales
derecho que se tiene por la posición (nominales y adjetivales)
que se ocupa. Puede además que señalan roles sociales
sostenerse por la reciprocidad, la
equidad o la dependencia.
Referencia Los otros se identifican con el Procesos relacionales y
agente, o lo rechazan, usualmente grupos lexicales
por sus características personales: valorativos
virtudes, cualidades, habilidades,
defectos morales, etc.
Características especiales de
conocimiento y experticia en algún
área específica del saber.
Con base en estos rasgos
personales, el agente puede actuar
como un líder positivo o uno
negativo.

Comunicación Basado en el dominio del contenido Actos de habla en reportes


y de las formas. Acceso a la directos, indirectos y
palabra, control del contexto, libres.
control de las estructuras del
discurso.

Con base en las revisiones bibliográficas y las discusiones en el capítulo

dedicado a los fundamentos teóricos, he propuesto un segundo cuerpo de categorías

que conduce a la identificación de las posiciones de poder que ocupan los personajes

en el mundo narrado, y que resumo en el cuadro a continuación.


111

CUADRO 6. Categorías para el estudio de las posiciones y configuraciones


posicionales de poder.

CATEGORÍA PROPIEDADES INDICADORES


DOMINANTE Se controla la actuación material, e Procesos materiales de
incluso la actitud mental del otro, acción propios y de los
haciéndolo actuar de acuerdo a su otros.
voluntad. Se impide o limita la Actos de habla efectivos
actuación de un actor en posición
propios y reactivos de los
de desventaja.
otros.
ASCENDENTE Se transforma el personaje desde
una posición subordinada a una
dominante en el curso de la historia. Variaciones en la ejecución
Se impide o limita la imposición o de acciones propias y de los
restricción del poderoso (dominante otros.
o restrictivo), disminuyendo la Variaciones en procesos
fuerza de su poder. verbales y aspectos
DESCENDENTE Se transforma el personaje desde psicológicos en los otros.
una posición dominante a una Variaciones en procesos
subordinada en el curso de la relacionales propios y de
historia. Es influenciado en su los otros
actuación y disminuido en su
postura por otro personaje
SUBORDINADA Se es dependiente o sometido a la Procesos materiales de
voluntad del agente superior. No se acción consecuencial.
cuestiona su poder. Se muestra poca Actos de habla reactivos.
o ninguna inconformidad o Procesos relacionales y
desacuerdo, pudiendo mostrar mentales que señalan
deferencia o respeto hacia el
poderoso.
sumisión.

4.5. Los procedimientos

Luego de la investigación documental de rigor, de la selección de los textos, y

la definición de las categorías iniciales de análisis, se procedió al estudio de los

personajes y sus relaciones en la muestra. Es preciso resaltar que, en atención a lo

planteado anteriormente y siguiendo a Dey (1993), se realizó una evaluación o

revisión crítica de todos los textos, uno a uno, a fin de obtener una visión

particularizada agrupando de manera no sistemática algunos de los rasgos que


112

definían el comportamiento social de los personajes. Esta fase preliminar suministró

información que conformó la base para el posterior registro y sistematización de

datos para su procesamiento en las fases centrales del estudio, las que se describen a

continuación.

El estudio se desarrolló en tres fases: i) dedicada al estudio de las estrategias

discursivas empleadas por los autores para la construcción de los personajes; ii)

dedicada al estudio de las relaciones de poder; y iii) dedicada a la articulación e

interpretación de la representación de la noción de poder y las estrategias discursivas

de construcción de personajes, con miras a producir una tipología para dar cuenta de

los roles que asumen los personajes en sus relaciones de poder. Describiré a

continuación los procedimientos llevados a cabo en cada una de estas fases.

4.5.1. Fase I. Las estrategias discursivas de los autores.

Para la primera fase de la investigación se enfocó la atención en los aspectos

relacionados con la construcción de los rasgos de los personajes en su componente

mimético, es decir, su representación como persona. Se buscaba, esencialmente,

revelar los mecanismos mediante los cuales los autores tienden a construir sus

personajes cuando las relaciones de poder entre ellos conforman un eje temático en la

historia. Para ello, y en aras de la factibilidad de este estudio, fue preciso apelar un

nuevo muestro, esta vez de manera aleatoria, de la muestra inicial analizada en la

primera fase de la investigación. Esta muestra quedó conformada por 20 textos, lo

que representa un total de 52 personajes y se consideró suficientemente representativa

del corpus inicial en términos tanto cualitativos como cuantitativos. Es preciso

recordar que he considerado para este análisis los rasgos relacionados con la
113

dimensión material, la dimensión comunicativa y la dimensión psicológica. En este

sentido, en esta primera fase se intentó dar respuesta a la pregunta de investigación:

¿qué estrategias emplean los autores para construir a sus personajes en los textos

narrativos para niños?

Esta pregunta orientó el estudio en tres etapas correspondientes: i) la dimensión

psicológica de los personajes; ii) la dimensión material; y iii) la dimensión

comunicativa. Se describen a continuación los procedimientos de cada etapa:

La primera etapa de esta fase estuvo orientada al análisis de la dimensión

psicológica de los personajes. Para ello se revisó la actuación de los personajes en

atención a las categorías e indicadores señalados en el cuadro 4, y que apuntan a los

elementos evaluadores indicadores de la actividad mental, emocional y socio-moral

de los personajes. Presento a continuación los procedimientos llevados a cabo para

este análisis.

1. Se llevó a cabo una nueva revisión critica de los textos uno a uno. Tal

revisión crítica puso de relieve expresiones explícitas e implícitas construidas por los

narradores. Se identificaron, clasificaron contabilizaron estas expresiones para luego

ser añadidas al formato de la base de datos; se presenta a continuación un fragmento

de este formato, el cual se incluye en su totalidad en el capítulo 6.


114

FIGURA 6: Formato de recopilación de datos de la dimensión psicológica

C. Soc-
Cuento Personaje Cognición Emoción Intención
Moral
El aldeano y los
muchachos 0 2pos 1imp 3neg
pasteles
aldeano 4pos 0 1mat 1pos
dioses 0 0 1mat 1pos-1neg
El enigma de la tebanos 1neg 1neg -1pos 0 1neg
esfinge Edipo 2pos 1pos 1mat 2pos
esfinge 2pos 2neg 1imp 3neg
posadero 0 3neg-1pos 0 2neg
El precio del humo sabio 7pos 0 0 3pos
campesino 8neg 2neg 4imp 2pos

2. Esta tabla sirvió de base para delinear una descripción de la dimensión

psicológica de cada personaje. Se observó entonces cuáles rasgos –cognitivos,

emocionales, etc., tendían a predominar en los diferentes personajes, lo que permitió

a su vez una comparación de ellos en su actuación en sus mundos narrados en cada

relato. Se elaboraron varios cuadros resumen que describen a cada personaje en cada

cuento, en cada uno de los aspectos de su dimensión psicológica, primero en lo

relacionado con la cognición y la emoción; en segundo lugar se exploró lo

concerniente a la conducta social y moral; en tercer lugar, la exploración se centró en

la intencionalidad de los personajes.

3. Se realizó una consulta-filtro a la base de datos basada en cada aspecto de la

dimensión psicológica, lo cual permitió identificar y vincular las tendencias alrededor

de las cuales se establecieron generalizaciones en cuanto a perfiles parciales de los

personajes. Muestro a continuación un extracto de este formato, el cual se incluye en

su totalidad en el capítulo 6.
115

FIGURA 7: Formato de recopilación de datos para la generación de perfiles


psicológicos

Rasgo cogn/emoc – C. socio-


Cuento Personaje Intención
pos/neg moral
El aldeano y los muchachos +emocional+positivo negativa impedida
pasteles aldeano +racional+positivo positiva materializada
dioses sin evidencia equilibrado materializada
El enigma de la tebanos +emocional negativa suprimida
esfinge Edipo +racional+positivo positiva materializada
esfinge equilibrado negativa impedida
posadero +emocional+negativo negativa suprimida
El precio del humo sabio +racional+positivo positiva suprimida
campesino +racional+negativo positiva impedida

La segunda etapa de esta primera fase consistió en el análisis de los rasgos de la

dimensión material, la acción de los personajes. Describo a continuación los

procedimientos para esta etapa:

1. Se identificaron, en cada texto, las cláusulas con función referencial que

incluían a los personajes en el rol de actor. Tales cláusulas fueron agrupadas para

cada personaje, lo cual permitió observar el perfil de transitividad, o perfil de

actuación general de cada uno de los personajes. Se procedió de esta forma para cada

uno de los textos por separado.

2. Se clasificaron las cláusulas de cada personaje en atención a su ejecución por

iniciativa propia o consecuencial, y luego en relación a la transitividad. Se consideró

para ello el tipo de proceso de las cláusulas y se tomaron las cláusulas con procesos

materiales de acción portadoras de los datos necesarios para la investigación en esta


116

etapa. Estas cláusulas, representativas de la dimensión material fueron incluidas y

clasificadas en el formato de la base de datos.

3. Se contabilizaron las cláusulas de cada personaje según su naturaleza: acción

por iniciativa propia (AIP), acción consecuencial (AC), acción transformadora (Atr) y

acción no transformadora (ANOtr). Ello con el propósito de identificar tendencias y

facilitar su comparación con otros personajes en su mismo texto. Se elaboró un

cuadro resumen que incluye a cada personaje en cada texto a fin de reflejar en él

posibles tendencias en la construcción de su dimensión material. Se incluye acá un

fragmento de este cuadro, que presento en su totalidad en el desarrollo del capítulo 6.

FIGURA 8: Formato de recopilación de datos de la dimensión material

Predom
Nº NºA Predom.
Cuento Personaje AIP
NºAC NºAtr
NOtr AIP/AC
ATr/A
NOTr
muchachos 0 2 2 0 +AC +Atr
El aldeano y los pasteles
aldeano 4 0 4 0 +IP +Atr
tebanos 0 0 0 0 0 0
El enigma de la dioses 0 1 1 0 +AC +Atr
esfinge esfinge 0 5 0 5 +AC +ANoTr
Edipo 3 0 1 2 +IP +ANoTr
posadero 0 4 1 3 +AC +ANoTr
El precio del humo campesino 2 9 5 6 +AC +ANoTr
sabio 3 0 2 1 +IP +Atr

4. Para finalizar esta segunda etapa, se establecieron relaciones entre los

aspectos de la dimensión material y aquellos resaltantes de la dimensión psicológica.

Para ello, se distinguieron tres grupos de personajes: i) los que ejecutan

predominantemente acciones por iniciativa propia y transformadoras; ii) los que

actúan de manera consecuencial con acción predominantemente transformadora; y iii)


117

los que actúan también de forma consecuencial, pero con acciones no

transformadoras.

La tercera etapa de esta primera fase del estudio se concentró en el análisis de la

dimensión comunicativa de los personajes. Los procedimientos de esta etapa se

describen a continuación:

1. Se seleccionaron las intervenciones en el habla reportada de cada uno de los

personajes. Se analizaron estas intervenciones a la luz de los actos de habla en ellas

emitidos.

2. Se clasificaron tales intervenciones por su naturaleza: efectiva, inefectiva,

reactiva, y se clasificaron los personajes por el predominio de los elementos en su

habla. Estos datos fueron sistematizados en el formato de la base se datos, un

fragmento del cual se muestra a continuación.

FGURA 9: Formato de recopilación de datos de la dimensión comunicativa

Nº Nº Nº Descripción.
Cuento Personaje
I.E. I.I. I.R. Personaje
El aldeano y los pasteles aldeano 6 0 0 +efectivo
muchachos 1 1 5 +reactivo
esfinge 2 1 0 +efectivo
El enigma de la esfinge Edipo 2 0 2 efect/react
dioses 5 0 0 +efectivo
tebanos 1 0 1 efect/react
posadero 7 2 2 +efectivo
El precio del humo
sabio 6 0 0 +efectivo
campesino 0 0 6 +reactivo

3. Se realizaron las consultas-filtro a la base de datos con el fin de identificar

tendencias en cuanto a vinculaciones de esta dimensión y las anteriores. Para ello se


118

agruparon los personajes como +efectivos (con predominio de actos efectivos),

+inefectivos, y +reactivos.

4. Para cada personaje en cada grupo se vinculó su habla, primero con los

aspectos cognitivo y emocional y luego con los aspectos de su actuación material.

Para finalizar con esta primera fase de la investigación, se elaboraron

conclusiones parciales que recogen las tendencias identificadas y que conformaron

una primera aproximación a los perfiles de los personajes delineados en los cuentos.

4.5.2. Fase II. Las relaciones de poder

Esta segunda fase, destinada al estudio de la construcción el poder, estuvo a su

vez conformada por tres etapas orientadas por la segunda pregunta general de

investigación: ¿Cómo se configura el ejercicio del poder entre los personajes en estos

mundos narrados? Para cada etapa de esta fase se atendieron aspectos de relevancia

que condujeran a dar respuesta a la interrogante planteada: i) cuáles recursos apoyan

con mayor consistencia la construcción del ejercicio del poder de los personajes en

sus mundos narrados; ii) cómo se configura el desarrollo de los personajes en

términos de su ocupación de diversas posiciones de poder en los relatos; y iii) cómo

se relacionan los recursos empleados por los personajes y las posiciones de poder que

ellos ocupan en sus mundos narrados.

Se procedió así en la primera etapa al estudio de cada uno de los personajes en

su actuación en los eventos de cada cuento. Expongo a continuación los

procedimientos seguidos para cada etapa.


119

1. A fin de sistematizar los hallazgos, se diseñó un primer instrumento o tabla

en la base de datos Excel 2003, la permitió organizar cada uno de los cuentos con sus

personajes y todos los recursos empleados por ellos en sus relaciones de poder. Se

muestra a continuación el modelo de esta tabla:

FIGURA 10: Formato de recopilación de datos de recursos de poder

Cuento Personaje P.referencia P.comunic P.legitim P.coerción P.recomp


El aldeano aldeano presente presente 0 0 0
y los pasteles
muchachos 0 0 0 0 0
esfinge 0 0 presente presente 0
El enigma de Edipo presente 0 0 0 0
la esfinge dioses 0 0 presente presente 0
tebanos 0 0 0 0 0
posadero 0 0 presente 0 0
El precio del
humo sabio presente presente 0 0 0
campesino 0 0 0 0 0

2. Con base en los datos aportados por esa primera tabla se pudo tener una

visión precisa acerca de los recursos de poder empleados por los autores de manera

más consistente en la construcción de una noción de poder de sus personajes en sus

mundos narrados. A través consultas-filtro a la base de datos, se logró observar: i)

personajes que no emplean ningún recurso de poder; ii) personajes que emplean sólo

un recurso de poder; iii) personajes que emplean una combinación de recursos; iv) los

recursos únicos y las combinaciones de recursos presentados con más consistencia en

la muestra.

Para la segunda etapa de esta fase, se procedió de manera similar a fin de

establecer las posiciones de poder que ocupan los personajes en el curso de los

eventos de cada cuento. Describo seguidamente los procedimientos:


120

1. Se amplió la tabla correspondiente a la etapa anterior a fin de insertar la

nueva información: posiciones únicas dominante o subordinada, o configuraciones

posicionales ascendente o descendente. Se presenta a continuación un extracto del

modelo de la tabla que sirvió como instrumento para la sistematización de estos

datos:

FIGURA 11. Formato de recopilación de datos de las posiciones y configuraciones


posicionales de poder.

Cuento Personaje P.referencia P.comunic P.legitim P.coerción P.recomp Pos./Config.


El aldeano aldeano presente presente 0 0 0 dominante
y los pasteles
muchachos 0 0 0 0 0 subordinada
esfinge 0 0 presente presente 0 descendente
El enigma de
Edipo presente 0 0 0 0 ascendente
la
esfinge dioses 0 0 presente presente 0 dominante
tebanos 0 0 0 0 0 subordinada
posadero 0 0 presente 0 0 descendente
El precio del
humo sabio presente presente 0 0 0 dominante
campesino 0 0 0 0 0 subordinada

2. Esta forma de organización de los datos permitió observar, por una parte, las

posiciones únicas más usuales en la muestra, y por la otra, las tendencias en cuanto a

las transformaciones de los personajes en su desarrollo en el mundo narrado, es decir

sus configuraciones posicionales. Todo ello, con base en las consultas-filtro

realizadas a la base de datos.

Para la tercera etapa de esta segunda fase, y con base en los datos de las tablas

anteriores, se realizaron las vinculaciones pertinentes a través de las consultas-filtro a

la base de datos. Los procedimientos se exponen a continuación:

1. Se realizó el análisis de las regularidades en el comportamiento de los

personajes en cada cuento de la muestra para conformar una primera aproximación a


121

la clasificación de ellos en términos de su ejercicio de poder en sus mundos narrados.

Se consideró para ello una agrupación de los personajes con base en sus posiciones

únicas o sus configuraciones posicionales sus recursos primordiales de poder.

2. Para cada grupo, se revisó la utilización y preponderancia de los diferentes

recursos de poder. Fue posible así, entonces, establecer cuáles recursos podrían estar

asociados a: i) el desarrollo ascendente de los personajes –de una posición de menor

poder a una de mayor poder; ii) el desarrollo descendente –caso inverso; o iii) la

posición única dominante.

3. Se elaboraron conclusiones parciales en lo concerniente a los hallazgos de

esta segunda fase.

4.5.3. Fase III. Articulación e interpretación de los hallazgos.

Los resultados obtenidos en las fases I y II del estudio presentaron una visión

parcial de cada aspecto: i) las estrategias para la construcción de los rasgos miméticos

de los personajes; y ii) la construcción de las relaciones de poder. Aun cuando se

adelantaron algunas interpretaciones en cada etapa, las mismas no dejan de ser

parciales. Es por ello que se plantea la necesidad de vincular los resultados de cada

fase del estudio de manera más consistente.

La fase concluyente de esta investigación estuvo destinada a la determinación

de los roles funcionales de los personajes con base en su construcción discursiva. En

esta dirección se planificó esta fase sobre la base de una articulación de los hallazgos

surgidos del análisis en las fases anteriores del estudio. Nos orientamos a dar

respuesta a la tercera pregunta de investigación: ¿Cómo se relacionan la

configuración del ejercicio del poder y la construcción de los personajes? Es


122

importante señalar que de esta interrogante se derivan aspectos relevantes para tratar:

i) qué tipos de personajes pueden identificarse a partir de sus rasgos de actuación, y la

configuración del ejercicio de poder en el mundo narrado; y ii) cómo tienden a

relacionarse los diferentes tipos de personajes entre sí en los mundos narrados.

Una vez culminadas las etapas de identificación y clasificación, se pudo tener

una primera aproximación descriptiva de los personajes. Así, cada personaje pudo

describirse en términos de los rasgos característicos de su dimensión mimética, y los

recursos de poder a los que suelen apelar de acuerdo a las situaciones o eventos del

cuento para ocupar distintas posiciones de poder en su interacción con otros

personajes. Todo ello contribuyó de manera significativa a la conformación de una

tipología que permitió además el estudio del tipo de relaciones en las cuales se

involucran los personajes en sus intercambios sociales con otros personajes en sus

mundos narrados.

Para desarrollar esta fase del estudio se consideró necesario proceder a una

compilación de los elementos de las tres dimensiones estudiadas para los personajes y

su articulación con los recursos y posiciones de poder. Para ello, se realizó una nueva

vinculación a través de consultas a la base de datos que permitieran una descripción

completa de los personajes y una plausible agrupación de los mismos en función de

las regularidades o similitudes y las diferencias encontradas, pero sin descartar

aquellos rasgos excepcionales en las descripciones. Es preciso señalar además que

estas descripciones y agrupaciones se llevaron a cabo atendiendo también a

generalidades de contenido de los textos, tal como se contempló en la observación

crítica inicial, así como a los planteamientos de expertos que dan cuenta de algunas
123

figuras estereotípicas que intervienen en el desarrollo de eventos sociales, en el caso

que nos ocupa, las relaciones de poder.

Se clasificaron así todos los personajes de la muestra de cuentos seleccionada y

se pudo además identificar las figuras más resaltantes por su frecuencia de aparición

en la muestra. Es importante señalar que aun cuando la observación crítica inicial ya

había sugerido una primera clasificación intuitiva, tal categorización resultó limitada

e insuficiente al estudiar la muestra de manera más exhaustiva en todos los

componentes del tema de las relaciones de poder.


124

CAPÍTULO 5

LOS CUENTOS, SUS TRAMAS Y PROTAGONISTAS

Phelan (1989: 13) plantea que la función temática emerge gradualmente en la

narración en la medida en que las dimensiones miméticas de los personajes y sus

acciones comienzan a dar indicios de la clase de personas o de las ideas subyacentes

que se plantean en el relato. Se han estudiado los rasgos miméticos en función a la

actuación material (acciones) de los personajes, su actuación discursiva (habla) y su

mindstyle (“estilo cognitivo“, es decir, rasgos de cognición, emoción, percepción,

etc.,). En este capítulo presento una revisión de los cuentos de la muestra, uno a uno,

a fin de ofrecer una visión de cada uno de ellos, y sus personajes en interacción, que

sirva de plataforma para la presentación de los resultados de la presente investigación.

A continuación, el cuadro 7 expone una relación de los veinte cuentos que han

constituido la muestra de estudio, y sus personajes:


125

CUADRO 7. Los cuentos y sus personajes


Nº Cuento Personajes Nº Cuento Personajes
aldeano tortuga
1 El aldeano y los pasteles 11 La tortuga y el antílope
muchachos antílope
esfinge vaca
El enigma de la Esfinge Edipo 12 La vaca y el lobo lobo
2
dioses granjero
tebanos caballero
13 Las dos espadas
posadero anciano
3 El precio del humo sabio Tío conejo
campesino 14 Las orejas de Tío Conejo Dios
zorro otros
4 El zorro petulante
gato Los que les pasó a los Makunaima
15
Makunaima
zorro vieja sapo
5 El zorro y el armadillo
armadillo cocopelado
hermanos
Historia de Aziru y Aziru 16 Los cuatro gaticos gatos
6
Senmut gato
Senmut bravucón
pulga Los niños que no tenían gobernantes
La buena pulga y el mal 17
7 escuelas
rey rey niños
súbditos Tía Zorra
emperador 18 Tía Zorra y los peces Tío Zorro
La caída del emperador
8 pueblo Tío Tigre
Porquesí
seguidores Tío Conejo
Tío Conejo ladrón de
cocinero 19 Viejita
9 La grulla conuco
caballero Tío Tigre
Dios zapatero
10 La miseria herrero 20 Un negocio ruinoso peregrino
diablos juez

A continuación describo cada uno de estos cuentos en atención a sus tramas y

los personajes que se involucran en el desarrollo de sus eventos.


126

5.1. El aldeano y los pasteles

Este cuento, también conocido como El pan y la muela, del español Juan de

Timoneda, producido en el siglo XVI, se incluye en su libro Sobremesa y alivio de

caminantes (1563), recopilación de cuentos populares y heroicos. En nuestros textos

escolares se encuentra en Lecturas Girasol 6. Serie Flor de Araguaney destinado a

niños de 6º grado.

En este relato, el aldeano tiene un conflicto: tiene un dolor de muela, tiene

hambre y tiene poco dinero, que no alcanzaría para resolver ambos problemas.

Aprovecha la llegada de dos muchachos que intentan burlarse de él. Lleva a los

muchachos a una discusión que resulta en una apuesta: se comería quinientos pasteles

o se dejaría sacar una muela. Así, el aldeano logra comer, y perdiendo la apuesta, se

deja sacar la muela.

El aldeano influye en la actuación y el desarrollo de los eventos

fundamentalmente a través de su habla. Sus intervenciones verbales contrastan con la

actuación de los muchachos. En la actuación verbal del aldeano, se encuentra que

todas sus intervenciones resultan en actos de habla efectivos, produciendo siempre

una respuesta, en actos de habla reactivos, o reacción inmediata en sus interlocutores.

Tales reacciones se suceden una tras otra para conducir a la resolución del conflicto.

El aldeano plantea una exageración, los jóvenes no le creen, se inicia una discusión,

el aldeano insiste en su exageración, los muchachos lo desafían a una apuesta. El

aldeano ha hecho que sus interlocutores digan lo que él necesita para resolver su

problema, demostrando de esta forma su dominio del recurso de comunicación,

controlando el contexto y las estructuras del discurso. Esto se hace evidente en el


127

final del cuento, el cual muestra cómo el aldeano ha logrado influir en los muchachos:

—Más tontos son ustedes, porque gracias a esta apuesta he matado el hambre y me

han sacado la muela que me estaba doliendo toda la mañana.

Un rasgo importante en la construcción de los personajes es el relacionado con

su dimensión psicológica. Aquí, también, encontramos diferencias significativas entre

el aldeano y los dos muchachos. Para comenzar, el planteamiento del conflicto se

hace a través del acceso a la mente del aldeano. Allí, se resalta su pensamiento, a la

vez que se muestra al lector el origen del problema: Si me saco la muela y pago al

dentista, no puedo comer; si lo gasto en comer, me seguirá doliendo la muela. Se

presentan además tres alusiones directas al pensamiento del aldeano (se encontró con

un grave problema; pensaba; estaba el buen hombre en estos pensamientos) y ninguna

al pensamiento de los muchachos. Se muestra así, entonces, cierta capacidad cognitiva

del aldeano, procesos de pensamiento que llevan a inferir sus recursos cognitivos para

ejercer dominio en la búsqueda de soluciones. Los muchachos, en cambio, se muestran

emocionales: aceptaron alegres la apuesta; se reían diciendo…

Por otra parte, además, la evaluación de los personajes dibuja también un

contraste entre el aldeano y los muchachos. Mientras el aldeano se describe como “el

buen hombre”, para los muchachos se reflejan conductas reprochables de irrespeto y

burla (para burlarse; “miren a ese tonto”) Se infiere también una visión errada por

parte de los muchachos al llamar “tonto” al aldeano, lo que queda demostrado en la

culminación del cuento.

Vale la pena también resaltar el hecho de que el aldeano aparece ejecutando

cuatro procesos materiales y los muchachos dos. Uno de los procesos materiales del
128

aldeano incluye como meta su muela. En ningún momento las acciones del aldeano

afectan negativa o positivamente a sus oponentes. En el caso de los muchachos, sin

embargo, uno de sus procesos beneficia al aldeano (exactamente lo que él deseaba, los

hace actuar como él quiere): Entonces llamaron a un dentista y le sacaron la muela.

Esta acción, además, no se ejecuta por iniciativa propia, sino que se realiza como una

consecuencia de la actuación del aldeano. En este sentido, entonces, la actuación

material de los muchachos resulta dirigida por el otro.

De esta manera, el autor favorece la figura del aldeano como personaje central y

dominante, quien además de poseer habilidades discursivas para dominar a los otros,

haciéndolos decir y hacer lo que él quiere, se construye como un personaje reflexivo

con pensamiento asertivo y es evaluado positivamente. Caso contrario es el de los

muchachos, quienes aparecen como figuras reprochables, sin recursos psicológicos en

lo cognitivo y errados en su proceder, todo lo cual los hace perdedores.

En resumen, el aldeano resalta como personaje influyente haciendo uso de su

habla y su cognición. Por el contrario, los muchachos resultan influidos en sus

acciones y su habla por la actuación del aldeano, y como resultado sus pocas e

inefectivas herramientas psicológicas. Se contrasta también su conducta social

reprochable.

5.2. El enigma de la esfinge

Este cuento aparece reseñado como relato de la mitología griega en el texto

escolar Lecturas 5 de Santillana, Serie Araguaney, para niños de 5º grado.

En el relato, la ciudad de Tebas ha sido aislada por el castigo impuesto por los

Dioses, debido a un crimen cometido hace muchos años. Para ello, han designado a la
129

Esfinge, terrible monstruo que desafía a todo aquél que intente ingresar a la ciudad.

La esfinge plantea un enigma al viajero, quien morirá si no puede resolverlo.

Se presentan en este cuento dos relaciones principales de poder: entre los dioses

y la esfinge y entre la esfinge y Edipo. En la relación dioses-esfinge, los dioses, en su

rol legítimo, ejercen su influencia a través de su habla. Éstos se construyen con más

actos de habla efectivos que cualquier otro personaje: 5 actos directivos de los cuales

se muestra uno en reporte de habla indirecta (mandaron allí a la Esfinge) y cuatro en

una intervención en reporte de habla directa —Ve a Tebas -—le dijeron los dioses a la

Esfinge—, y quédate en la cima de la montaña que está junto a la entrada de la ciudad.

A cada viajero que pretenda llegar a Tebas le plantearás un enigma y matarás al que no

sepa resolverlo.

La obediencia de la esfinge se hace evidente: Durante años, la Esfinge vivió en

aquella montaña. Cada vez que se acercaba un viajero, ella le planteaba un

enigma tan difícil de resolver que nadie logró entrar a la ciudad.

Como resultado del cumplimiento de las órdenes de los dioses, se presenta la

relación esfinge-Edipo. Es ésta la relación que se desarrolla en el relato y la que

constituye la trama de la historia. Por esta razón he enfocado la atención en la

exploración de esta relación.

Al inicio del intercambio Edipo-esfinge, se coloca esta última en el rol de

personaje influyente: es la enviada de los dioses, lo que le asigna cierta legitimidad.

Edipo se presenta reactivo:

—¡Alto, viajero! ¿Quién eres y hacia dónde te diriges? —preguntó desafiante.


—Me llamo Edipo y voy a la ciudad de Tebas —respondió el caminante.
130

Pero contrasta luego su habla con la de la esfinge. En tres reportes de habla

directa, nunca mediada por el narrador, Edipo emite dos actos de habla efectivos y

dos reactivos, pero nunca emite actos de habla inefectivos, incluso sus actos reactivos

representan desafiantes:

—Antes de seguir tu camino, debes resolver un enigma. Si no lo haces, morirás —


replicó la Esfinge.
—He oído hablar de ti —le dijo Edipo— y no te tengo miedo. Dime tu enigma.

Se comienza a notar acá un cambio de roles en la relación de poder. Edipo

disminuye el poder de la esfinge al desafiarla.

Pero es su lado psicológico lo que lo coloca por encima de la esfinge. Su estado

emocional es mostrado una sola vez y es controlado (no te tengo miedo) y la

cognición se encuentra basada en el pensamiento en dos oportunidades: Edipo se

quedó pensativo y que Edipo hubiera resuelto el enigma. Mientras tanto La Esfinge no

pudo soportar que Edipo hubiera resuelto el enigma y, llena de ira, levantó vuelo y voló

enloquecidamente hasta que se estrelló contra unas rocas. La narración de esta reacción

de la esfinge pone de relieve dos elementos emocionales que resultan además

desfavorables para ella, conduciéndola a perder la razón (un elemento cognitivo

desfavorable) y a ejecutar acciones materiales que resultan en su propia destrucción. La

esfinge se representa más activa que Edipo, pero parte de tal actividad es

consecuencia de la pérdida de su poder sobre Edipo. No se muestra su actividad

cognitiva.

En pocas palabras, Edipo se presenta como un personaje inteligente, valiente y

desafiante, siendo éstas sus herramientas psicológicas fundamentales, que sirven

como elementos de referencia para influir sobre la Esfinge (y sobre los demás), quien
131

es dibujada como figura altamente emocional y reactiva. Su destrucción es producto

de tal emocionalidad no controlada ante Edipo.

Otros personajes presentes, aunque secundarios por su poca actuación son los

tebanos. Estos personajes se muestran siempre influidos por los eventos y las

actuaciones de otros personajes. Sus intervenciones verbales se presentan en dos

reportes de habla directa, reflejándose tres actos de habla reactivos:

—Nuestra ciudad antes era próspera y rica —se lamentaban los tebanos—, pero
ahora nadie se atreve a venir aquí. ¿Qué será de nosotros?;

— ¡Nos has salvado! —exclamaron llenos de alegría—. Nos has librado de la


Esfinge,

y uno efectivo:

[…] por eso, a partir de hoy serás nuestro rey. Y así fue que Edipo se convirtió
en rey de Tebas

Es en estas intervenciones donde se refleja, demás de su condición reactiva, un

grado de emocionalidad similar al de la Esfinge, en el sentido de que tal

emocionalidad supera su cognición. Para estos personajes sólo se encuentra un

elemento aparentemente relacionado con la cognición: no podían creer lo sucedido.

No obstante, esta expresión representa más un proceso de afectación que uno de

pensamiento, por lo cual podría interpretarse más como una indicación de emoción

que una de cognición. Sus pocas herramientas psicológicas los conducen a

mantenerse en posición de influidos, identificándose con Edipo por sus cualidades

deseables.
132

5.3. El precio del humo

Este relato aparece señalado como cuento popular en la Guía Caracol 5 de

Santillana para niños de 5º grado y es una versión del cuento original, de autor

desconocido, que aparece en Novelle Antiche una colección de cuentos italianos del

siglo XII.

En esta versión, el campesino, luego de vender sus productos en la ciudad,

decide descansar y comer algo en la posada. Sólo tiene dinero para pagar un trozo de

pan y un vaso de vino. Tentado por el olor que despide un pavo en las brasas,

impregna su pan en el humo del pavo, a lo que el posadero reacciona molesto e

intenta cobrar al campesino por el humo del pavo. El sabio interviene en la discusión

y ridiculiza al posadero.

Una de las relaciones de poder en el cuento ocurre entre el campesino y el

posadero. En su aspecto psicológico, el campesino actúa con seguridad al principio

de la historia. Se resalta su pensamiento a través del acceso directo a la mente de este

personaje. De hecho, la introducción al conflicto se construye a través del reporte

directo de su pensamiento: ¡Cuánto le gustaría comer un poco de aquel pavo! Pero...

¡qué precio tendría!... ¡Olía tan rico!...De pronto, tuvo una idea. Ejecutar su idea

(impregnar el pan con el humo del pavo) se traduce en la ejecución de acciones

materiales, dos de ellas con el pan como meta, que detonan la reacción violenta

del posadero (una voz que gritaba; Los gritos del posadero).

El posadero, con base en su estatus como legítimo dueño del lugar, se

posiciona en el rol dominante al ejercer su influencia sobre el campesino, lo cual

logra a través del uso del habla (Todo lo que hay en esta posada es mío. Y quien lo
133

quiera debe pagar por ello). Los reportes de habla del posadero ante el campesino se

muestran siempre de manera directa y efectiva, produciendo respuestas o reacciones

que se evidencian en los actos de habla del campesino:

—¿Qué quieres comer? —le preguntó el posadero.


—Una hogaza de pan y un jarrito de vino —respondió el campesino.

Luego, en tono amenazante:

—Te crees muy listo, ¿verdad? Intentabas engañarme, pero tendrás que
pagar por lo que me has robado.
(…)
—Yo... yo no te he quitado nada. Te pagaré el pan y el vino —dijo el
campesino.
—Sí, claro... ¿y el humo qué? ¿Acaso no piensas pagarlo?
El campesino sin salir de su asombro, intentaba defenderse:
—El humo no vale nada, pensé que no te importaría...
—¿Cómo que el humo no vale nada? Todo lo que hay en esta posada es
mío. Y quien lo quiera debe pagar por ello.

A este punto de la historia, el campesino no logra disminuir el dominio del

posadero. Sólo intenta defenderse. Su habla es siempre reactiva. La actuación

amenazante del posadero, lo afecta emocionalmente. La exposición de su

pensamiento se ve disminuida por la exposición de su estado emocional, el cual

resulta negativo o, al menos, poco efectivo para controlar la actuación del posadero.

Comparativamente, ambos personajes difieren de manera importante en su

actuación. El campesino, al inicio, se muestra seguro de sí mismo, ejecuta ocho

acciones materiales, y su psicología da muestras de su pensamiento, su percepción y

su intención, aunque estas indicaciones de intencionalidad señalan aspectos de la

cotidianidad y no representan en su mayoría un desafío a la autoridad del otro. El

posadero, por otra parte, ejecuta poca acción material (2 procesos), pero ejerce su
134

influencia sobre el campesino a través del uso de actos de habla aseverativos y

directivos. Entre estos actos de habla resaltan dos en particular por su efectividad

amenazante sobre el campesino (pero tendrás que pagar por lo que me has robado;

¿Acaso no piensas pagarlo?). Tales actos afectan la emocionalidad del campesino

impidiéndole tomar el control de la situación y haciéndolo responder en forma

defensiva o reactiva. Es importante señalar que la última intervención del posadero

en esta sección del cuento, aunque igualmente impositiva, resulta inefectiva por la

intervención del sabio. En cuanto al aspecto psicológico de los personajes, vale la

pena resaltar que el campesino resulta más elaborado que el posadero. Para el

campesino se dibuja una figura más descrita en su pensamiento, intención y

percepción. Para el posadero sólo se resalta su emocionalidad negativa (gritos), lo

que se traduce, en lo social-moral, en agresividad. También resalta la avaricia en

contraposición con la humildad y la pobreza material del campesino.

En un segundo ciclo de la narración se observa una nueva relación de poder

que se da entonces entre el sabio y el posadero, entrelazando también una relación

entre el sabio y el campesino. Ante la imposibilidad del campesino de defenderse del

posadero, el sabio actúa de manera asertiva anteponiéndose la inteligencia y la astucia

que contrasta con la ausencia de procesos de pensamiento en el posadero.

Nuevamente, tal sabiduría ase evidencia a través del habla del personaje:

—¡Cálmate, posadero! ¿Cuánto pides por el humo?


—Me conformo con cuatro monedas —respondió satisfecho el posadero.

En este intercambio el sabio logra tranquilizar al posadero. Modifica su conducta

(satisfecho) en lo emocional. El acto de habla del sabio ha sido efectivo, y el del posadero
135

ha sido reactivo. Interviene entonces el campesino y se establece la relación entre éste y el

sabio:

El pobre campesino exclamó preocupado:


—¡Cuatro monedas! Es todo lo que he ganado hoy.
Entonces el hombre sabio se acercó al campesino y le dijo algo en voz
baja.
El campesino abrió su bolsa y le dio sus cuatro monedas al sabio.

Nuevamente, el sabio hace que el otro actúe como él desea y el pobre campesino,

cuya intervención verbal se da de manera reactiva ante la petición del posadero, ejecuta

dos acciones materiales que ocurren no por propia iniciativa sino como consecuencia de

lo que el sabio le dijera en voz baja. Aún así, estas acciones se presentan en una

estructura con el elemento meta (su bolsa, las monedas). Por ende estas acciones se

considerarán transformadoras del entorno. Acá, también, el habla del posadero ha

resultado efectiva en su estrategia para disminuir el dominio del posadero.

—Escucha, posadero —dijo el sabio haciendo sonar en su mano las


monedas— Ya estás pagado.
"¡Clin, clin!", sonaban las monedas en las manos del sabio
—¿Cómo que ya estoy pagado? ¡Dame las monedas!
—¿Las monedas? —preguntó el sabio—. ¿Acaso el campesino se comió el
pavo? Él sólo tomó el humo. Pues para pagar el humo, bastará con el
ruido de las monedas.

En este intercambio el sabio plantea la solución al conflicto. Al igual que en

sus intervenciones anteriores, el habla del sabio es efectiva y genera la intervención

reactiva del posadero, quien además intenta una acto directivo (¡dame las monedas!,

nótense además los signos de exclamación) que resulta inefectivo, ya que no es

complacido por el sabio. La resolución de la historia es evidencia de la influencia del

sabio:
136

Y ante las risas de todos, el posadero no tuvo más remedio que volver a
su trabajo y dejar marchar tranquilamente al campesino.

En pocas palabras, se encuentra en este cuento tres personajes que interactúan y

establecen ente ellos relaciones de poder. Por una parte, aparece el posadero, quien

domina sobre el campesino por su posición de dueño de la posada. Es además un

personaje no razonable (lo que se muestra en la ausencia absoluta de procesos

cognitivos) y agresivo. El campesino, en segundo lugar, da muestras de cierto control

sobre su entorno con sus acciones materiales y de cierta racionalidad con evidencia

de su pensamiento, pero su estado emocional afectado por la actuación del posadero

le imposibilita defenderse ante éste. Como personaje resaltante aparece el sabio, cuya

cognición sólo se resalta con la repetición de “el sabio” (3 veces) o “el hombre sabio”

(dos veces). Se muestra entonces a este personaje como poseedor de características

especiales de conocimiento y experticia. Esta capacidad cognitiva se refleja en el

dominio del discurso por parte de este personaje. Sólo emite actos efectivos que

surten resultados inmediatos tanto en el posadero como en el campesino. De esta

manera, se dibuja a un personaje dominante, quien resuelve el conflicto

disminuyendo el poder negativo del posadero y defendiendo, o salvando, al pobre

campesino. Todo ello con base en su cognición y en el poder de su palabra.

5.4. El zorro petulante

Este relato se inscribe como una fábula del escritor Ignacio Zárraga en la

Enciclopedia Girasol 4, para niños de 4ª grado. Es importante decir, sin embargo, que no

se ha encontrado información referente a este autor y que además este mismo relato

aparece reseñado en la web, en un foro electrónico


137

(http://foro.cuandocalientaelsol.net/viewtopic.php?f=91&t=6571&start=990), como

cuento del folklore venezolano incluido en el libro Encuentro con nuestro Folklore

(1992), y cuya autoría se atribuye a Luis Arturo Domínguez, conocido músico y

folklorista venezolano.

En El zorro petulante, el zorro y el gato salen de paseo cantando a dúo. El

instinto del gato le avisa sobre la presencia de perros e intenta advertirle al zorro. Éste

en actitud petulante, hace alarde de sus “mañas”, por lo cual no habría peligro alguno.

Salen los perros y el gato se sube a un árbol, pero el zorro queda en tierra y es

perseguido por los perros. El zorro, que sólo corre por su vida, queda ridiculizado por

su cobardía y su falta de habilidad cognitiva, mientras que el gato resulta airoso.

El gato impide el ataque de los perros en su contra, y a la vez deja en evidencia

la humillación del zorro, quien inicialmente subestima el peligro e intenta mostrarse

en control de toda situación:

-Compadre Zorro, ¿qué haría usted si nos saliera de esa casa un señor
perro?
-Mire, compadre Gato, eso para mí es lo de menos, porque yo tengo
muchas mañas -dijo el zorro petulante
La dimensión psicológica marca una distinción entre ambos personajes.

Fundamentalmente, el gato resulta exitoso debido a su acertada percepción: avisado

por su instinto y por su fino olfato, percibió en las inmediaciones de una casa donde

vivían unos campesinos la presencia de un perro (...) no perdía de vista la casa

campestre. Tal percepción es la base de una oportuna reacción: De repente asomaron

las cabezas, no de uno sino de dos feroces perros. El gato, sin perder tiempo, de un

salto ganó las ramas de un árbol.


138

El zorro, por su parte, confiado en sus “mañas”, no percibe el peligro. Su

aspecto cognitivo aparece marcado por elementos negativos que limitan su control

sobre la situación, e incluso sobre sí mismo: El zorro, sin saber cómo salir de aquel

aprieto, trataba de escapar a todo correr.

Asimismo, se muestra la superioridad cognitiva del gato sobre el zorro,

El gato, desde su paradero, recordando la petulancia del zorro, le gritó con


fuerza:
-Compadre Zorro, de tantas mañas que tiene usted, aplique aunque sea
una.
A esto contestó el zorro:
-¡Qué caray! ¡Si ya no me acuerdo ni dónde tengo las patas!

Se hace evidente en este extracto, el contraste en la cognición de ambos

personajes: el gato recuerda, el zorro no.

Otra diferencia entre el gato y el zorro se muestra a través del único elemento

explícito indicador de estado emocional: pero el gato, poco satisfecho de lo que le

había dicho su colega, no perdía de vista la casa campestre. Tal expresión, que en

otros contextos podría interpretarse negativamente, resulta positiva, ya que permite al

gato mantenerse en estado de alerta.

En pocas palabras, el gato controla la situación apoyado en su instinto, su

capacidad cognitiva y su estado emocional. El zorro, por el contrario, da muestras de

una ausencia absoluta de la percepción y su cognición se ubica en un extremo

negativo. Su lado emocional, además, se construye de manera implícita en su

reacción ante el peligro (trataba de escapar a todo correr), sugiriéndose miedo o

cobardía. Es importante señalar también en la dimensión psicológica la evaluación

explícita negativa del zorro, la cual se observa en tres menciones a su petulancia: en


139

el título y en la complicación, el zorro petulante; hacia la resolución: recordando la

petulancia del zorro. Se encuentra además una indicación implícita de sanción moral

que apunta hacia la imprudencia y la torpeza del zorro en sus relaciones con los

demás, lo cual se muestra en la coda del relato como moraleja: Por eso, queridos

amiguitos, nunca hay que hablar más de la cuenta, porque "la prudencia es madre de

la sabiduría".

Además, el gato se diferencia también del zorro en su habla. El gato nunca

habla de forma reactiva, como sí lo hace el zorro. Los dos actos del gato son

efectivos, por cuanto generan una respuesta por parte de su interlocutor. Aunque tales

respuestas podrían no ser de la entera satisfacción del gato, sí lo son para que este

personaje pueda poner en evidencia el tema de la historia: la petulancia del zorro y

sus consecuencias negativas. Este es especialmente el caso del último intercambio:

-Compadre Zorro, de tantas mañas que tiene usted, aplique aunque sea una.
(…)
-¡Qué caray! ¡Si ya no me acuerdo ni dónde tengo las patas!

La actuación verbal del zorro, por el contrario, lo representa como un

personaje influido, ya que sus intervenciones son reactivas, se dan como respuesta a

las solicitudes del gato, quien conoce de su petulancia y lo hace admitir su verdadera

incapacidad.

Por último, vale la pena también destacar la actuación material de ambos

personajes. Se ejecutan cuatro acciones materiales conjuntas, ambos personajes

conforman el elemento “actor” de estos procesos: (salieron una tarde de paseo; se

echaron el brazo; comenzaron a cantar a dúo; continuaron caminando). Diferencia a


140

estos personajes su actuación en el momento clímax de la historia, una vez que se

asoman los perros y la situación se torna peligrosa. Acá, el gato ejecuta una acción

con el elemento meta (de un salto ganó las ramas de un árbol) que se calificaría

como una acción transformadora y que redunda en su propio beneficio. Es además

una acción que, no siendo de iniciativa propia, demuestra la habilidad del gato para

reaccionar exitosamente. Por su parte, el zorro ejecuta una acción como consecuencia

del evento (trataba de escapar a todo correr), acción ésta que no tiene ningún efecto

transformador, ni siquiera beneficioso, en el desarrollo de la historia. Por el contrario,

la acción del zorro, presentada con el elemento de intención (trataba), da cuenta de la

incapacidad del zorro para mantenerse en control de la situación.

Se presentan así dos personajes que, aun cuando no se encuentran enfrentados

entre sí en una lucha por dominar al otro, dan muestras de su capacidad para controlar

los eventos de su entorno. El gato se personifica como un agente superior al zorro,

mientras que este último es resaltado como un representante del anti-valor: la

petulancia y la imprudencia. Por contraposición, entonces, el texto parece resaltar los

valores de la humildad y la prudencia como recursos referenciales de poder.

5.5. El zorro y el armadillo

Señalado como una fábula de la folklorista argentina Berta Vidal de Batín,

este relato se incluye en Lecturas Girasol 5, para niños de 4º grado. Su versión

original se encuentra como El Zorro y el Quirquincho, en Cuentos y leyendas

populares de la Argentina (1980), obra publicada en 8 tomos. En sus relatos, Vidal

resalta las figuras de animales como característica del folklore argentino. De esta

manera, son numerosas las apariciones de la figura del zorro, representante de la


141

astucia y la picardía en las fábulas de Esopo, pero que en las leyendas populares

argentinas se contrapone con animales más pequeños –y también más astutos- que se

burlan de él.

En la versión que nos ocupa, el zorro es dueño de un conuco, pero no le gusta

trabajar. Comienzan a ir mal los negocios y siente la apremiante necesidad de hacer

producir el conuco. Contacta entonces al armadillo, con fama de buen trabajador y de

poco inteligente, e intenta aprovecharse de él. Ambos acuerdan un trato, el cual el

armadillo reacomoda a su favor y resulta perjudicial para el zorro.

Se da entre estos personajes una relación en la cual el zorro intenta influir (o

más bien dominar) sobre el armadillo haciéndolo trabajar para él.

Pensó enseguida en el armadillo, que es buen labrador, y como tiene


fama de ser poco inteligente, fácilmente podría aprovecharse de su
trabajo. Y así fue como buscó al armadillo y le propuso formar una
sociedad. El armadillo pondría la semilla y el trabajo; el zorro, la
tierra y estipularía la forma de repartir el producto.

El armadillo, por su parte, resiste las intenciones del zorro sin enfrenamiento

abierto pero con mucha astucia, aparentándole respeto y obediencia, pero

produciéndole resultados adversos y llevándole a la ruina.

-Este año, compadre, será para mí todo lo que den las plantas
arriba de la tierra, y para usted lo que den abajo.
-Bien, compadre -contestó el sembrador.
El armadillo meditó en el escondido propósito del zorro, el de
aprovecharse de su trabajo y de sus bienes, y sembró papas. Cuando
llegó la época de la cosecha, a él le correspondieron las papas y al
zorro las hojas inútiles que las plantas dan fuera de la tierra.
142

Se suceden luego otros dos ciclos narrativos de igual estructura: el zorro

instruye, el armadillo acepta con deferencia, siembra a su conveniencia y le entrega al

zorro el producto inútil de la cosecha.

Como puede inferirse de los extractos anteriores, el andamiaje fundamental

sobre el cual se sustenta la construcción de los personajes es su dimensión

psicológica. En este aspecto, la evaluación de la conducta se convierte en una

estrategia central para el desarrollo del relato al marcar un contraste importante entre

ambos personajes. En este sentido se encuentran indicaciones explícitas de sanción

moral hacia el zorro, construyéndose así una imagen negativa de este personaje desde

el principio del relato (Era mal labrador y nunca le había atraído el trabajo de la

tierra; Esa tarea sedentaria y sucia le parecía indigna de él, tan apuesto, tan

movedizo, tan amante de los largos viajes y la buena cacería; con toda mala intención),

hasta su final (Y ese fue el castigo a la mala fe del socio tramposo). Como

contraparte, la figura del armadillo es resaltada con indicaciones explícitas de sus

cualidades deseables como juicios positivos de estima social (buen labrador, gracias a

su trabajo honrado).

Pero además de las evaluaciones de la conducta expuestas por el narrador,

también se encuentran indicaciones de la actividad mental de los personajes. Con

acceso al pensamiento de éstos, se establece una distinción importante entre ellos.

Para la construcción del zorro, se emplean tres indicaciones de cognición. En los tres

casos se indica el pensamiento como recurso desfavorable, ya que reflejan una

interpretación desacertada de los hechos: Esa tarea sedentaria y sucia le parecía

indigna de él; Pensó enseguida en el armadillo (…) como tiene fama de ser poco
143

inteligente, fácilmente podría aprovecharse de su trabajo; "No me dejaré burlar

más", pensó. Para el armadillo, en cambio, se emplea una sola indicación de

pensamiento: El armadillo meditó en el escondido propósito del zorro, el de

aprovecharse de su trabajo y de sus bienes… Esta única indicación, no obstante,

se convierte en una base más sólida para del desarrollo de los eventos que las

tres indicaciones del pensamiento del zorro. Si consideramos los procesos

mentales realizados por los verbos de pensamiento de ambos personajes, se hace

evidente que la actividad cognitiva del armadillo (meditó) es mayor que la del

zorro (le parecía, pensó). Por otra parte, además, el pensamiento del armadillo

muestra su capacidad para interpretar los hechos de manera acertada y actuar en

consecuencia. Llama también la atención el hecho de que la intención del

armadillo de contrariar al zorro no se hace explícita en el relato, como sí se

muestra en tres ocasiones para el zorro (fácilmente podría aprovecharse de su

trabajo; dio entonces sus instrucciones con toda mala intención; el escondido

propósito del zorro, el de aprovecharse…). Sólo una vez se indica explícitamente la

intención del armadillo, indicación ésta que además sugiere la responsabilidad del

armadillo: dispuso todo lo necesario para dar cumplimiento a lo pactado. Las

intenciones del armadillo, en su estrategia de resistencia ante el zorro se infieren

más bien por la organización causal de los eventos: meditó en el escondido

propósito del zorro (…) y sembró papas.

En otras palabras, mientras el pensamiento del zorro lo conduce al fracaso,

la cognición del armadillo es el detonante de los eventos que lo llevan al

progreso al final de la historia. Finalmente, en lo que respecta al aspecto


144

psicológico de los personajes, es preciso señalar que sólo se presenta un

elemento indicador de estado emocional. Este indicador (molesto) se atribuye al

zorro y sugiere el estado negativo de pérdida de control del pensamiento por

parte de este personaje.

Las acciones materiales, como se sugiriera anteriormente, están a cargo del

armadillo. El zorro sólo ejecuta una acción material (buscó al armadillo), la cual lleva

a cabo por iniciativa propia y para su propio beneficio. El resto de la acción en la

historia ocurre con el armadillo como actor de los procesos, un total de nueve. Todos

estos procesos incluyen al elemento meta: sembró papas; sembró entonces trigo;

lo segó; llenó su granero de espigas; y le entregó al zorro una carga de raíces sin

ninguna utilidad; sembró maíz; levantó la cosecha y llenó sus graneros; Al zorro le

entregó una carga hecha con las cañas. Estos procesos entonces se definirán como

transformadores. Vale decir además que en dos de estos procesos se incluye al zorro

como agente afectado, son acciones que lo afectan negativamente. Además, es

importante señalar que las acciones ejecutadas por el armadillo se derivan de una

decisión implícita (meditó en el escondido propósito del zorro […] y sembró

papas), decisión ésta que es a su vez consecuencia de la actuación del zorro. En

cada uno de los tres ciclos narrativos, además, el armadillo ha recibido

instrucciones del zorro, las cuales aparentemente respeta y obedece. El armadillo

actúa entonces consecuencialmente. Este personaje comprende su contexto y

hace gala de su astucia para invertir los eventos a su favor.

La aparente obediencia del armadillo se evidencia en su actuación verbal.

En cuatro intercambios el armadillo emite actos (también aparentemente)


145

reactivos que muestran cierta deferencia hacia el zorro, quien a su modo de

entender tiene el control sobre su interlocutor y gira instrucciones sobre la

repartición de la cosecha. Veamos los intercambios:

Y así fue como buscó al armadillo y le propuso formar una sociedad.


El armadillo pondría la semilla y el trabajo; el zorro, la tierra y
estipularía la forma de repartir el producto. El armadillo aceptó

El zorro dio entonces sus instrucciones con toda mala intención.


-Este año, compadre, será para mí todo lo que den las plantas
arriba de la tierra, y para usted lo que den abajo.
-Bien, compadre -contestó el sembrador.

-Este año, compadre, como es justo, será para mí lo que den las
plantas bajo la tierra y para usted lo que den arriba.
-Bien, compadre, será como usted dice -replicó el armadillo.

-Este año, ya que usted ha sido tan afortunado con las cosechas
anteriores, será para mí lo que den las plantas arriba y debajo de la
tierra, y para usted lo que den en medio.
-Bien compadre, ya sabe que respeto tu opinión -dijo el armadillo

Como actos reactivos, el armadillo emite actos compromisorios en su

estrategia de resistencia no abierta y hace creer al zorro que hará su voluntad. De no

ser por las acciones ejecutadas luego por el armadillo, el resultado de tales

intervenciones podrían ser tomadas como actos de subordinación por parte del

armadillo. Sin embargo, al observarse los resultados de su acción material, puede

concluirse que tales actos verbales son en realidad una evidencia del dominio del

contexto y las estructuras del discurso, lo cual significa entonces la utilización de la

comunicación como recurso de poder que posiciona al armadillo en un rol superior al

rol legítimo del zorro como propietario de la tierra. El zorro, por su parte emite cuatro
146

actos directivos, de los cuales tres resultan inefectivos dados los resultados de la

acción material de su interlocutor.

5.6. Historia de Aziru y Senmut

Este cuento es una adaptación de los cuentos de Las mil y una noches,

recopilación de cuentos árabes del Oriente Medio. Aunque usualmente aparece como

de autor anónimo, es probable que el recopilador de estas historias haya sido el

escritor Abu abd-Allah Muhammed el-Gahshigar (siglo IX). La primera recopilación

moderna se publicó en Egipto en 1835. El relato se encuentra incluido en Lecturas

Girasol 6. Serie Flor de Araguaney, para niños de 6º grado.

En esta adaptación, Aziru decide darle una lección a Senmut, gran tacaño del

pueblo. Para ello, le tiende una trampa: le pide prestada una cucharilla y al día

siguiente le devuelve dos. Le explica que la cucharita ha tenido una hija, lo que

Senmut acepta sin dudar. Haciéndolo creer de esta forma que es favorecido por los

dioses, Aziru le hace perder su vajilla, una de sus más valiosas posesiones. Esta vez

explica que la vajilla ha muerto de manera tan misteriosa como la cucharita pudo

tener una hija.

La dimensión psicológica de estos personajes es un aspecto notable en su

construcción. La capacidad cognitiva de Aziru se resalta sobre la poca habilidad de

Senmut. Aziru es explícitamente descrito por el narrador como célebre por su ingenio

que tenía muchas ganas de hacer una jugarreta a Senmut (…) y tuvo una idea.

Con estos tres señalamientos ubicados en la orientación del relato, se muestra la

cognición y la intencionalidad de este personaje, se introduce el conflicto y se

genera una relación de causalidad con los acontecimientos subsiguientes. Se


147

desprende de allí que las acciones, las actuaciones verbales e incluso las

muestras de emocionalidad de Aziru a lo largo de la historia han sido

planificadas por éste. Senmut, en contraparte, se presenta como un personaje con

limitaciones, incapaz de evaluar los hechos de manera acertada, y cuya

valoración se centra en sus bienes materiales. Aziru inventa una situación y le

pide una cucharilla prestada. Lo manipula además con una mención a los dioses:

…Seguro que los dioses sabrán recompensar tu generosidad.


Senmut miró desconfiado a su vecino, pero no pudo negarse a su
petición

Senmut además termina creyendo en las palabras de Aziru.

—¡Oh, querido Senmut —le dijo—, he de darte una excelente noticia! Tu cu-
chara ha tenido una hija.
—¡Alabado sean los dioses! —exclamó Senmut—. ¡Qué cucharita más bonita!
Sin duda, tú has sido el intermediario en este regalo divino.

Se suceden luego dos nuevos ciclos narrativos casi idénticos en los cuales,

Aziru se acerca a Senmut, le pide algo prestado y éste se lo entrega, ya que cree

que en verdad los dioses le recompensarán.

Senmut recordó lo que había ocurrido con la cuchara y al momento trajo


la cazuela.
—¡Oh, querido Senmut! —le dijo— . Los dioses te han premiado una vez
más. También tu cazuela ha tenido una hija durante la noche. Aquí tienes.
—¡Qué cazuelita más bonita! —exclamó Senmut—. Los dioses aprecian mis
virtudes a través de tus ojos.

Y en el tercer ciclo

—Yo te puedo dejar mi vajilla —le dijo Senmut recordando lo de la cuchara


y la cazuela—. Pero cuídala porque es muy valiosa.

En los extractos anteriores se evidencia que Senmut es colocado en

posición inferior, cognitivamente, a Aziru. En su afán de acumular más riqueza


148

material, Senmut da muestras de su pensamiento (recordó, recordando) y utiliza

además un alto grado de modalidad epistémica indicando su certeza al afirmar

“Sin duda, tú has sido el intermediario”. Pero no es capaz de evaluar e interpretar

los hechos acertadamente aun cuando son obviamente absurdos. Mientras tanto,

el plan de Aziru se va desarrollando exitosamente.

El tercer ciclo narrativo se resuelve con la “muerte” de la vajilla.

—¡Ay, querido vecino; no sabes qué disgusto tengo! —se lamentó Aziru—.
¡Pobre vajilla! ¡Que los dioses la tengan en su reino!
—Pero ¿qué ha ocurrido? —preguntó Senmut impaciente.
—Tu vajilla murió esa misma noche.
—¡Por todos los dioses! —exclamó perplejo Senmut—. ¿Es que acaso
puede morir una vajilla?
—Sin duda, los mismos dioses que hicieron que la cuchara y la cazuela
tuvieran hijos han hecho que la vajilla pueda morir.

Otro aspecto de la dimensión psicológica que vale la pena resaltar es el

relacionado con la emocionalidad. En relato se aprecian cuatro menciones a la

emocionalidad de Aziru (Aziru regresó alborozado; Aziru paseaba triste; Temo que

la familia de mi futuro yerno se ofenda; no sabes qué disgusto tengo!). Estas

indicaciones, sin embargo, dan cuenta de un estado emocional controlado y fingido

por Aziru como parte de su estrategia para persuadir a Senmut. Por su parte, Senmut

es reflejado como un personaje altamente emocional. Se presentan dos indicaciones de

alegría expresadas por el narrador (exclamó) y con uso de signos de exclamación.

Luego, tal estado emocional comienza a variar hacia un estado negativo: preocupado;

impaciente; perplejo. En total, ocurren cuatro indicaciones de elementos

emocionales que dan cuenta de un estado emocional no controlado por el

personaje, ello en contraste con la emocionalidad controlada por Aziru.


149

La superioridad cognitiva de Aziru y su capacidad de influir sobre Senmut

se materializa en la historia a través de la actuación verbal de ambos personajes.

En esta dimensión, Aziru demuestra un dominio absoluto del contexto y de las

estructuras del discurso, dominando tanto el contenido como la forma de sus

intervenciones y causando los efectos deseados de acuerdo con su plan. Casi

todas sus intervenciones resultan actos de habla efectivos, por cuanto producen

en su interlocutor una respuesta y una actuación material esperada o deseada por

Aziru. Ejemplos de ello son:

—Buenos días, amable vecino. Hoy viene a visitarnos el prometido de mi


hija, que es un hombre rico. Queremos invitarle a comer, pero no tenemos
cucharas suficientes. ¿Podrías tú prestarme una? Seguro que los dioses
sabrán recompensar tu generosidad.
Senmut miró desconfiado a su vecino, pero no pudo negarse a su peti-
ción.

—Buenos días, generoso vecino —le saludó—. Hoy viene a visitarnos el


prometido de mi hija con sus padres. Queremos invitarles, pero la
cazuela que tenemos es pequeña. Si me prestaras una, mañana te la
devolvería.
Senmut recordó lo que había ocurrido con la cuchara y al momento trajo
la cazuela.

—Mañana se celebrarán las bodas de mi hija y no tenemos vajilla para


dar de comer a todos los invitados. Temo que la familia de mi futuro yerno se
ofenda y la boda no llegue a celebrarse.
—Yo te puedo dejar mi vajilla —le dijo Senmut recordando lo de la cuchara
y la cazuela—. Pero cuídala porque es muy valiosa.

La única intervención que no tiene un efecto inmediato sobre la actuación

de Senmut se realiza como un acto aseverativo reactivo cuyo fin pareciera más

bien una manera de advertir al lector el resultado final de la historia:

—Agradezco tu generosidad. Los dioses te darán pronto lo que


mereces.
150

Se observa además en la actuación verbal de Aziru, una estrategia

sistemática de atenuación de la amenaza a la imagen positiva y negativa de

Senmut. Aziru emplea un trato amable y deferente ante Senmut llamándolo

amable, querido y generoso vecino cada vez que hace una solicitud. La idea de

generosidad, además, es mencionada tres veces por este personaje,

evidenciándose así el recurso de la ironía en el relato. Se utiliza además el

recurso de la recompensa de los dioses como atenuación de la amenaza a la

imagen negativa del interlocutor. Senmut, por su parte, emite actos reactivos

casi en su totalidad. En dos intervenciones, Senmut produce actos que parecen

ser iniciadores y efectivos:

Unas semanas después, Aziru paseaba triste frente a la casa de su vecino.


—¿Qué te pasa? —le preguntó Senmut.
—Mañana se celebrarán las bodas de mi hija y no tenemos vajilla para
dar de comer a todos los invitados. Temo que la familia de mi futuro yerno se
ofenda y la boda no llegue a celebrarse.

La pregunta de Senmut produce una respuesta inmediata por parte de Aziru. No

obstante, es importante recordar que tal respuesta evidencia otra parte del plan que

Aziru ha ideado, ya que además esta respuesta se convierte en un acto efectivo con un

resultado inmediato: —Yo te puedo dejar mi vajilla —le dijo Senmut… En este sentido

entonces, la efectividad del acto de Senmut (—¿Qué te pasa?) podría contemplarse

como dudosa, pudiendo sugerirse más bien como un acto reactivo. Asimismo,

otra intervención de Senmut que aparenta ser efectiva es:

—Querido vecino —dijo Senmut—, hace ya unos días que te presté mi valiosa
vajilla. No es que haya perdido la confianza en ti, pero...
—¡Ay, querido vecino; no sabes qué disgusto tengo! —se lamentó Aziru—.
¡Pobre vajilla! ¡Que los dioses la tengan en su reino!
151

Como se observa, nuevamente la intervención de Senmut produce un resultado

inmediato sobre su interlocutor. Pero este resultado (la respuesta de Aziru) en

conjunción con una aseveración previa (los dioses te darán pronto lo que mereces),

construyen la idea de que incluso esta actuación verbal de Senmut fue

planificada por Aziru, por lo cual, de nuevo, la efectividad de tal actuación

parece dudosa, pudiendo interpretarse más bien como una intervención reactiva.

Finalmente, vale la pena destacar que en este relato la dimensión material

de los personajes no representa un aporte importante par la representación de la

influencia que pudiera ejercer uno sobre el otro. Se presenta a Aziru como un

personaje más dinámico que se traslada a casa de Senmut, lo cual ocurre cinco

veces en la historia y por iniciativa propia como parte del plan para afectar

negativamente a Senmut. Tales acciones, sin embargo, vistas de manera

individual y sin el complemento de la actuación verbal, no significarían ningún

efecto sobre el entorno o sobre el otro personaje. Senmut, por otra parte sólo

ejecuta dos acciones materiales, la primera de las cuales (trajo la cazuela) es una

acción consecuencial en respuesta a la solicitud de Aziru que de acuerdo a su

apreciación errada resultaría en beneficio propio, pero que se convierte en una

acción para su propio perjuicio al observarse los resultados. Su segunda acción

material (Transcurridos unos días, Senmut preocupado por su vajilla, fue a casa

de Aziru) es una acción que se da por iniciativa propia y que en sí misma no

representa ningún efecto sobre el entorno o sobre el otro personaje.

En resumen, se construye en este cuento a un personaje cuyo grado de

influencia viene dado por su ingenio, como su recurso de referencia así como
152

por su poder de comunicación, manejando de manera magistral los elementos del

contexto y evidenciando su dominio de las estructuras del discurso. Su co-

protagonista, en cambio es presentado como un personaje limitado en cuanto a

su cognición demostrando una evaluación o interpretación pobre de los hechos y

respondiendo casi de manera automática a las solicitudes de su interlocutor, todo

lo cual resulta en el éxito de la jugarreta de Aziru (el ingenioso) y en perjuicio

de Senmut (el gran tacaño)

5.7. La buena pulga y el mal Rey

Este es uno de los cuentos del francés Víctor Hugo (1802 - 1885) y aparece

incluido en Lecturas Girasol 5, para niños de 5º grado. Conocido por su interés en los

temas sociales, el escritor y dramaturgo Victor Hugo refleja en sus obras la crítica a

la desigualdad social y la injusticia de la Francia del siglo XIX. La buena pulga y el

mal Rey no es una excepción.

En este cuento, una pulga especial se entera del maltrato del rey hacia sus

súbditos y decide darle una lección. Lo pica incesantemente para persuadirlo de hacer

feliz a su pueblo. El rey se resiste y trata de destruir a la pulga, pero no lo logra. La

pulga alcanza su objetivo y el rey es expulsado del país, el cual, y como

consecuencia, se convirtió en país democrático, se Gobernó a sí mismo y llegó a

ser verdaderamente feliz.

La pulga, evaluada positivamente en la orientación del cuento (muy amable y

de muy buenos sentimientos. muy bien educada), logra dominar al rey, para quien

se emiten juicios negativos (malo; extremadamente rico y tenía un gran ejército

para su defensa; peor humor). Se contrasta así la actitud de ambos personajes en


153

su presentación al lector, así como los valores de la educación y el buen trato

hacia los demás, valores éstos que sirven de elementos de referencia como

recursos de la pulga en contraste con la autoridad legítima del rey en su rol de

gobernante. Vale decir que en todo el relato sólo se incluye un elemento que

orienta sobre el pensamiento del rey (Pensando haberla ahuyentado). Tal

pensamiento, sin embargo, refleja una interpretación errada de la realidad, por lo

que su pensamiento no constituye una herramienta para mantenerse en el poder ni

para eliminar a la pulga (única mención a su intencionalidad firme). Como

consecuencia de los eventos y hacia la resolución del relato, el rey da muestras de

un pensamiento acertado: su decisión de obedecer a la pulga. Se encuentran

también dos elementos de percepción: sintió algo como la picadura de un alfiler;

gritó al sentir una furiosa picadura. Como puede observarse, sólo se indica la

percepción de la picadura. No se presentan otros eventos en la percepción del rey.

Asimismo, se resaltan con mayor frecuencia los elementos asociados al estado

emocional del rey: peor humor; furioso; iracundo; con un humor de mil diablos; y

nuevamente furioso. Tales indicaciones construyen el estado emocional negativo del

rey. Por su parte, la pulga da muestras de una emocionalidad controlada con sólo dos

indicaciones al respecto: sin molestarse siquiera en contestar; no queriendo ser

demasiado severa… La dimensión psicológica de la pulga se sustenta

fundamentalmente en su intencionalidad (combinada con la valoración positiva de sus

cualidades y virtudes) que refleja un firme desafío:

-Va a ser difícil entrar a este rey en razón -se dijo la pulga-con todo lo
intentaré.
154

-¡Oh! ¿qué es eso? -gruño el rey.


-Una pulga que se propone corregirte

Estos elementos indicadores de intencionalidad, en combinación con los

eventos y las acciones materiales de la pulga, agregan implícitamente un elemento

en la evaluación positiva de la pulga: la perseverancia.

La dimensión material de los personajes es quizás el aspecto de mayor

relevancia en este relato. Es a través de sus acciones de ataque al rey que la pulga

logra hacerlo renunciar a su cargo y abandonar el país. La pulga ejecuta un total de 10

acciones materiales por iniciativa propia. Entre estas acciones la idea de la picadura

se reitera de distintas maneras en el relato: le picó de nuevo; continuó picando;

empezó a picarle; le atacaba incesantemente. En la resolución la pulga, haciendo honor

a sus buenos sentimientos, ejecuta una acción en beneficio del rey: Pero no queriendo

ser demasiado severa, la pulga permitió al malvado rey llenarse los bolsillos de oro

antes de marcharse.

Por otra parte, el rey ejecuta un total de nueve acciones materiales, sólo tres de

las cuales se dan por iniciativa propia y no representan además ningún efecto sobre su

entorno o sobre los demás personajes: volvió a acostarse; reclinó la cabeza en la

almohada; se levantó. El resto de sus acciones son consecuencia de los eventos o

de la actuación de la pulga: Y levantándose furioso de la cama, el rey sacudió

sabana y mantas; necesitado de descanso, se acostó muy temprano; Dirigióse éste a

otro aposento; Su mismo cuerpo quedó amoratado y negro de los pescozones

cachetes y golpes que se propinó él mismo en los vanos esfuerzos que hizo…De
155

estas seis acciones, cuatro ocurren sin efectos sobre el entorno, una es una acción

transformadora (sacudió) y una resulta en su propio perjuicio.

Por la acción material de estos personajes se evidencia entonces el dominio de

la pulga sobre la actuación del rey.

Es importante señalar también que ocurren en la historia otras actuaciones

materiales por parte de los súbditos del rey. Estas acciones, cinco en total, son todas

acciones consecuenciales, toda vez que se ejecutan por obediencia al rey y en su

beneficio: examinaron cuidadosamente la alcoba; Todos penetraron como un

torbellino en el aposento real; Hicieron pedazos la cama; desgarraron el papel de las

paredes, arrancaron el pavimento.

En su dimensión comunicativa se observa que el rey sostiene una relación con

la pulga y otra con los súbditos. Sus intercambios con la pulga (cuatro en total) se

presentan en reportes de habla directos y resultan, en su mayoría actos reactivos o

inefectivos. En su comunicación con los súbditos, en cambio, sus órdenes son

obedecidas de inmediato, lo que denota la efectividad de sus actos por su rol de

autoridad legítima y la consecuente obediencia de los súbditos. La mayoría de estas

actuaciones verbales ocurren como reportes de habla indirecta, privilegiándose así la

comunicación con la pulga y disminuyendo el efecto de su comunicación con los

súbditos.

En un primer intercambio con la pulga, el rey se muestra en su posición de

poder. Su primer acto resulta efectivo y obtiene una respuesta inmediata por parte de

la pulga. Tal respuesta es una aseveración y produce a su vez otra intervención del
156

rey. En este sentido la respuesta de la pulga se convierte en un acto efectivo y la

respuesta del rey en un acto reactivo:

-¡Oh! ¿qué es eso? -gruñó el rey.


-Una pulga que se propone corregirte.
-¿Una pulga? Lo veremos. Aguarda un poco.

En una segunda intervención, el rey intenta amedrentar y ofender a la pulga,

pero no obtiene respuesta verbal ni material favorable. Es un acto inefectivo.

-¿Y te atreves a picarme otra vez, abominable insecto? -exclamó-


Apenas montas más que un granito de arena, y atacas a los más
poderosos de la tierra.
La pulga, sin molestarse siquiera en contestar, continuó picando.

Más adelante en el relato, se muestra un tercer intercambio:

-¿Qué es esto? -gritó al sentir una furiosa picadura.


-La pulga.
-¿Qué quieres?
-Que me obedezcas y hagas feliz a tu pueblo.
-¿Dónde están mis soldados? ¿Dónde mis generales, mis ministros? -
gritó el rey.
-Que vengan inmediatamente.

El rey inicia nuevamente este intercambio con una pregunta y obtiene una

respuesta inmediata, por lo cual se considerará un acto efectivo. No así su segunda

pregunta, la cual deja de ser una pregunta retórica y busca obtener una información

que no posee, colocándose así en una posición de inferioridad. En este sentido, se

observa cómo el rey, con este acto reactivo, comienza a perder poder y a aceptar el

dominio de la pulga. Sin embargo, el mandato de la pulga no es aún obedecido por el

rey, quien se dirige entonces a sus súbditos en su afán por eliminar a la pulga. Este

acto de la pulga resulta entonces inefectivo dada la resistencia del rey.


157

Es en el último intercambio donde se muestra, finalmente la rendición del rey

y la efectividad absoluta de la pulga:

-Has de hacer feliz a tu pueblo -dijo la pulga.


-¿Qué he de hacer, para conseguirlo? -preguntó el rey.
-Márchate inmediatamente de este país.
-¿Puedo llevarme conmigo siquiera una parte de mis tesoros?
-No -exclamó la pulga.

Como puede observarse, el habla de los personajes, en cuanto a la relación

pulga-rey, muestra un contraste importante entre la pulga, mayormente efectiva, y el

rey, quien se representa como un personaje mayormente reactivo.

Vale la pena destacar que el rey emite también actos efectivos en su relación

con los súbditos. Esta efectividad, sin embargo, no es mostrada a través de

intercambios verbales, ya que su efectividad es evidenciada en la acción material y no

a través de actuaciones verbales. Veamos estos casos:

Mandó a hacer una limpieza extraordinaria y veinte sabios, armados con


potentísimo microscopios, examinaron cuidadosamente la alcoba y
cuanto en ella se encontraba.

-¿Dónde están mis soldados? ¿Dónde mis generales, mis ministros? -gritó
el rey.
-Que vengan inmediatamente.
Todos penetraron como un torbellino en el aposento real.
Hicieron pedazos la cama, desgarraron el papel de las paredes,
arrancaron el pavimento, y a todo, la pulga tan bonitamente en la
cabellera del rey.
…hizo pregonar un bando contra las pulgas, en el cual mandaba a su
pueblo exterminarlas a todas con la mayor presteza posible. Pero él no
pudo escapar del diminuto insecto, que le atacaba incesantemente

En resumen, la pulga se ubica en una posición de poder por sobre el rey. Para

ello, el narrador se vale de alusiones directas de referencia a sus cualidades deseables,

a una acción material por iniciativa propia y en perjuicio del rey y una actuación
158

verbal mayormente efectiva. La inferioridad del rey es evidenciada en el juicio

negativo, una alta carga de emocionalidad no controlada y negativa, en la ejecución

de acciones materiales consecuenciales y en un habla mayormente reactiva.

5.8. La caída del emperador Porquesí

Este relato es de la escritora argentina Silvia Schujer, actual miembro del consejo

de dirección de la revista "La Mancha, papeles de literatura infantil y juvenil" de su

país. El cuento se encuentra reseñado en el sitio www.glaux.esc.edu.ar enmarcado en

planteamientos sobre la dictadura militar en Argentina, la violación de los derechos

humanos y el terrorismo de estado, con el objetivo de despertar el conocimiento y la

crítica sobre este contexto social. En nuestro país, La caída del emperador Porquesí

se encuentra incluido en Lecturas 5. Santillana Serie Araguaney, para niños de 5º

grado.

El cuento narra la historia de Porquesí, emperador malvado y glotón del país.

Al asumir el mando, publica una primera ordenanza expropiando todos los árboles

frutales del país. Luego produce un segundo decreto en la cual ordena la expropiación

de las risas de los niños para la preparación de más dulces y manjares. Al pasar el

tiempo, los niños han pedido las ganas de reírse. Se publica entonces un tercer bando

con la amenaza de severo castigo a los que no quieran reírse. Así las risas fingidas

producen unos manjares amargos y salados, por lo que el emperador decide entonces

invadir otros países. Los paisanos deciden por primera vez enfrentarlo. La idea de la

derrota del emperador les produce tal alegría que el pueblo comienza a despedir un

olor maravilloso que atrae al emperador. Al llegar, Porquesí siente un fuerte dolor de

estómago y cae para no levantarse jamás.


159

El emperador y sus seguidores (presentados en el cuento como las

autoridades, los seguidores de Porquesí y los glotones de Porquesí) se presentan en

control de los eventos, lo cual se refleja en la ejecución de más procesos materiales

así como en sus actos de habla efectivos. La caída del emperador se produce casi

accidentalmente. Ocurre un cambio en la emocionalidad del pueblo (del miedo a la

rabia y a la alegría), lo cual, y en combinación con los aspectos negativos del

componente moral-social del emperador y sus seguidores, ocasiona su caída. Se

exponen en el relato tres protagonistas principales: el emperador, sus seguidores, y el

pueblo (los paisanos y los niños).

La dimensión psicológica parece ser el aspecto más relevante en la

construcción de los personajes oprimidos, el pueblo. En esta dimensión, además, se

resalta la emocionalidad por sobre la cognición. Se configura así a un tipo de

personaje con ciertas limitaciones cognitivas, y cuya actuación se apoya en gran

medida en el ámbito de las emociones. De hecho, es preciso señalar que estos

personajes no presentan actuación verbal alguna, y la única alusión a su habla de

alguna manera denota la falta de recursos cognitivos: Sin protestar -porque nunca lo

habían hecho- los paisanos entregaron sus árboles a las autoridades.

El cuento se desarrolla entonces con base en la actuación del emperador y la

reacción emocional del pueblo:

…los chicos del país empezaron a entristecerse, y perdieron poco a poco


las ganas de reír…Aterrorizados por el castigo, imitaban un sonido parecido
al de las carcajadas… Con ellas, que eran una mezcla de miedo y de
imitación, los dulces para el emperador resultaron más amargos que la
hiel.
160

Se observa en este extracto cómo un hecho material vine a ser producto de una

reacción emocional.

Sólo cuatro elementos relacionados con la cognición se incluyen en la actuación

del pueblo y hacia la resolución del relato:

Viendo cómo su gobernante pretendía entristecer a los chicos de todo el


mundo, los paisanos se enfurecieron y, por primera vez, decidieron
enfrentarlo.
La sola idea de vencer a Porquesí los puso contentísimos. Y sin darse cuenta
organizaron un festejo que coloreó las calles del país.

Es de hacer notar que tales manifestaciones de cognición se presentan

estrechamente ligadas al componente emocional. Al percibir e interpretar

acertadamente una realidad (que, de nuevo, se relaciona con la afectividad), se genera

el estado emocional (se enfurecieron), el cual a su vez produce la decisión de enfrentar

al opresor. Luego se produce otro cambio en la emocionalidad (contentísimos) como

resultado de un pensamiento (La sola idea de vencer a Porquesí). El estado emocional

positivo, a su vez, los lleva a la acción, pero esto ocurre sin darse cuenta. En pocas

palabras, el desarrollo del relato, en secuencia causal, parece sugerir la importancia de

estado emocional en la materialización de hechos, por una parte, y del cambio de la

afectividad, desde el estado negativo de tristeza-miedo hasta el estado positivo de

felicidad, para una materialización satisfactoria.

Pero la representación del emperador es aún más limitada en cuanto a su

cognición. Sólo se expone una alusión a su pensamiento (Creyó que se daría el mejor de

los banquetes), la cual resulta una interpretación errada de la realidad. De hecho, el

nombre del emperador (Porquesí) alude a la falta de razones o argumentos. Su

dimensión psicológica se orienta más bien hacia sus percepciones sensoriales, ideas que
161

construyen su evaluación negativa de glotón (Era el dulce más dulce que se había

conocido; Atraído por [el olor exquisito]) y hacia sus intenciones: Y armó un poderoso

ejército para saquear nuevos países; pretendía entristecer a los chicos de todo el

mundo; Porquesí quiso probar de qué se trataba. En contraste con el pueblo, no se hace

mención explícita a la emocionalidad de este personaje. Para él, en cambio, la dimensión

material parece ser la más relevante. De hecho, su aspecto comunicativo viene

introducido dos veces con procesos materiales (redactó) y en una ocasión como un

evento (Entonces vino la tercera ordenanza). En estas tres ordenanzas, se evidencia

la imposición sobre el pueblo:

"Todo árbol de fruta que crezca en el país -decía la orden- deberá ser
entregado de raíz a este gobierno. Firmado: Porquesí."

"Tras la inesperada muerte de los árboles -decía la orden- y ante la falta de


frutos deberán entregar a este gobierno las risas de todos los chicos que
habiten este país".

"Todo chico que no quiera reírse -decía la orden- será severamente


castigado por este gobierno".

Nótense los elementos de alta modalidad deóntica (la orden, deberá, deberán)

en las dos primeras ordenanzas y el uso de la coerción en la tercera.

Sólo en una ocasión se “escucha” la voz del emperador en un acto reactivo:

—¡Pueblo de traidores! —gritó entonces Porquesí

Retomando el tema del aspecto material de la historia, éste es muchas veces

presentado como procesos de evento (con actores no animados), generando la

sensación de que las cosas simplemente ocurren (el palacio se llenó de incalculables

canastos de fruta; los árboles se enfermaron y murieron; [un festejo] coloreó las

calles del país; un fuerte dolor de estómago lo hizo caer redondo al suelo) o con
162

procesos relacionales ([la jalea de carcajadas infantiles] se convirtió en el manjar más

precioso de Su Majestad; tanto esplendor no duró mucho; los dulces para el

emperador resultaron más amargos que la hiel; tanta felicidad despedía un olor

exquisito), o con construcciones en voz pasiva alejando de escena a los actores (fue

leída al pueblo en plaza pública; [enormes bolsas] eran llevadas a palacio; Fue

metido en frascos y vendido a otros monarcas a precios sin igual). Todas estas acciones

presentadas en voz pasiva son ejecutadas por los seguidores del emperador, y sólo en dos

ocasiones tales personajes aparecen en el rol de actor de los procesos: Y los fieles

seguidores de Porquesí se lanzaron a la persecución, acción consecuencial en

perjuicio del pueblo; y los glotones de Porquesí cargaban [un sonido parecido al de

las carcajadas] en sus bolsas para llevarlas a palacio, también acción consecuencial

esta vez en beneficio del emperador. En total, los seguidores ejecutan ocho acciones

materiales, todas consecuenciales y en su mayoría en perjuicio del pueblo, lo que los

coloca en un rol dominante sobre el pueblo, con base en su condición de

representantes del emperador, lo cual implica cierta legitimidad en el poder y por

ende cierto grado de influencia sobre el pueblo.

Un contraste importante se construye entre el emperador, ejecutor de acciones

que se realizan más de manera consecuencial que por iniciativa propia y en perjuicio del

pueblo, y la actuación material escasa de los paisanos. Se encuentran ocho acciones

materiales ejecutadas por el emperador, y cuatro ejecutadas por el pueblo. De las cuatro

acciones materiales ejecutadas por el pueblo, tres son consecuenciales y se ejecutan por

obediencia u obligación (los paisanos entregaron sus árboles a las autoridades; los

chicos depositaban sus sonrisas por obligación; Aterrorizados por el castigo,


163

imitaban un sonido parecido al de las carcajadas). Sólo una de ellas (organizaron un

festejo) se da por iniciativa propia, aunque sin darse cuenta.

La revisión de las acciones materiales que ejecuta el emperador pone de relieve

algunos signos interesantes. Es preciso señalar que una de las acciones aparece repetida

tres veces (cayó) y dos de ellas se repiten dos veces (redactó y el emperador hizo/hacía

preparar dulces), creándose así la ilusión de más acción de la que realmente se ejecuta.

Para el caso de redactó, debe decirse que, efectivamente, se realizó el acto tres veces, se

produjeron tres ordenanzas, aunque la tercera de ellas se presenta como una evento y no

como una acción. El primero de estos procesos se da por iniciativa propia, mientras que

la segunda ordenanza (también la tercera) es consecuencia de los eventos (la enfermedad

y muerte de los árboles). Otro caso similar, aunque no se encuentra repetido, es Y armó

un poderoso ejército para saquear nuevos países. Es otro proceso consecuencial que se

ejecuta ante el evento adverso de la falta de risas de los niños y ante la necesidad de

controlar las circunstancias adversas para mantenerlas a su favor. Estos procesos

representan acciones que tienen el doble efecto de afectar negativamente al otro y

beneficiar a su actor. La otra construcción verbal repetida (hacía preparar) enfoca la

atención en el emperador como actor, aunque se deduce la actuación de un tercero. En

todo caso, tales acciones se ejecutan en dos oportunidades distintas, son iniciativa del

emperador y en beneficio propio, ya que era un glotón. El en caso del proceso cayó, sin

embargo, el emperador sólo cae una vez (con tanta fuerza que jamás pudo levantarse)

aunque se reitera el proceso tres veces. Tal repetición obedece a características

propias de la literatura infantil, y surte el efecto de progreso del evento en una larga

línea de tiempo. Es un proceso consecuencial que produce un efecto negativo en su


164

propio actor, resaltándose así la pérdida de control por parte del gobernante. Aunque

pudiera inferirse un beneficio para el pueblo, tal beneficio no es expresado en el

relato cuyo cierre se presenta como:

Y así termina el cuento. Un capítulo que en historia universal se conoce


como la caída del emperador Porquesí, el malvado emperador de un país.

La diferencia fundamental entre la actuación material del pueblo y la del

emperador reside entonces en la ejecución de más acciones por iniciativa propia por

parte de este último, así como sus efectos negativos sobre el pueblo. Las acciones

consecuenciales de este personaje obedecen a sus intenciones de transformar o

mantener las condiciones del entorno en su beneficio. El pueblo, en cambio, actúa

más consecuencialmente y sus acciones representan actos de obediencia o temor

hacia el gobernante y por ende lo benefician. Es importante señalar, finalmente, que

hacia la resolución del relato, el pueblo comienza a actuar por iniciativa propia,

produciendo eventos que resultan en la caída del emperador. Éste, a su vez, ha

comenzado a actuar consecuencialmente. Este cuento parece sugerir entonces que la

ejecución de acciones por propia iniciativa está más asociada a posiciones de

dominación, mientras que la ejecución de acciones consecuenciales se vincula a

posiciones de subordinación o a la pérdida del poder.

5.9. La grulla

Este relato aparece reseñado como cuento anónimo en el texto escolar Lengua

y Literatura 4. Santillana, para niños de 4º grado. Sin embargo, lo he encontrado

como Las patas de la grulla, el Cuento Cuarto de la Jornada Sexta de El Decamerón

(1351) de Giovanni Boccaccio. El cuento en nuestro texto escolar es entonces una


165

adaptación de esta obra italiana del sigo XIV conformada por cien cuentos. El

Decamerón gira en torno a tres grandes temas: el amor, la fortuna y la inteligencia

humana. Es en este último que se inserta nuestro relato.

En esta adaptación, un noble caballero caza una grulla y le pide a su cocinero

que se la prepare para cenar. Preparado el plato, el cocinero cede ante la tentación del

buen olor se come una pata entera de la grulla. La sirve tratando de ocultar su falta.

Cuando el caballero exige una explicación para la falta de una pata, el cocinero

afirma que las grullas tienen una sola pata. Al verse delatado en su mentira, da una

ingeniosa respuesta, ante la cual el caballero le perdona haberse comido la pata de la

grulla sin permiso y haber tratado de engañarlo.

La relación de poder entre los personajes se establece con base en la posición

legítima del caballero como propietario y empleador del cocinero: Un día, un noble

caballero salió a cazar; Al llegar a casa, el hombre le pidió a su cocinero que

preparara la grulla; y El cocinero […] obedeció a su señor. Interviene además el

recurso de poder por consecuencias, específicamente cierto grado de poder

coercitivo, ya que el caballero está en capacidad de infringir algún castigo al

cocinero por su falta. En esta relación, sin embargo, resalta la habilidad discursiva

del cocinero como recurso para evitar que el caballero pueda actuar en su contra,

posicionándose al final del relato como actor superior que logra influir sobre la

decisión de su empleador disminuyendo así el poder de éste. Este recurso de poder

se expresa de manera explícita por el narrador en el texto:


166

Y el joven cocinero, que tenía respuesta para todo, dijo: —A lo mejor, si le


hubiera gritado así a la grulla que cenó ayer, también ella hubiera sacado
la otra pata.

La construcción del personaje del cocinero se da con un balance de elementos de

la dimensión psicológica, la material y la comunicativa. Su actuación material y su

comportamiento discursivo se presentan como externalización que pone de relieve, y

refuerza, los elementos de su psicología, algunos de los cuales son además expuestos

explícitamente por el narrador, y cuya utilización contrasta de manera importante con el

empleo de estos elementos en la construcción del personaje del caballero.

En su dimensión psicológica, no se aprecian evaluaciones negativas de ninguno

de los dos personajes. En el caso del caballero, éste es mencionado simplemente como

el caballero en siete oportunidades. Sólo en una ocasión es mencionado como el noble

caballero, dejando al lector la idea de una evaluación positiva de su conducta en

general. También en una oportunidad el caballero es referido como el hombre, lo cual

viene a contrastar con la descripción del cocinero como un muchacho joven: El

muchacho no pudo resistirse…; el joven cocinero (dos veces); y el joven pícaro.

Podría interpretarse de aquí que la actuación del cocinero, si bien puede ser

reprochable, también puede justificarse dada su corta edad –nótese que además se

disminuye su falta con El cocinero, que era muy glotón […] no pudo resistirse. Se

genera empatía con el personaje y se resalta la picardía como rasgo importante de su

conducta.

En cuanto al aspecto cognitivo de los personajes, se establece cierta sugerencia

de similitud entre ambos al dar acceso directo a la mente de estos actores. En ambos

casos el pensamiento muestra el grado apreciación de los personajes por el mismo


167

objeto: la grulla como cena. Para el caballero, en reporte directo de su pensamiento, se

observa ¡Sería una cena estupenda!, y para el cocinero se reporta "¡Hummm, qué bien

huele!", pensó el cocinero. Vale la pena decir, que es precisamente este objeto, y el

interés común de los personajes, uno de los elementos que constituye el foco de

conflicto en su relación. Además, es preciso señalar que existe una relación importante

entre el pensamiento y la percepción de estos personajes en estos momentos de la

historia. De hecho la percepción y el pensamiento se entremezclan de manera tal que

sería difícil establecer que cualquiera de estas frases fuese exclusivamente pensamiento

o exclusivamente percepción.

A medida que avanza el relato, es posible comenzar a distinguir diferencias en

el pensamiento de los personajes. En el caso del cocinero, se observa cómo éste actúa

con claridad y certeza ante la situación:

El cocinero mintió:
—Todas las grullas tienen una sola pata, señor —afirmó. Se lo puedo
demostrar.

Y el joven cocinero, que tenía respuesta para todo, dijo:

Nótese que los elementos que apuntan hacia el pensamiento del personaje

aparecen además estrechamente vinculados a su actuación verbal lo cual evidencia,

como ya he sugerido, la habilidad comunicativa de este personaje, su control sobre el

contexto y sobre las estructuras del discurso. Por su parte, el pensamiento del caballero

no aparece vinculado o entrelazado con elementos de otras dimensiones de su perfil, su

habla o acción material, sino que más bien se mantiene dentro de su dimensión

psicológica y se combina con otros elementos de esta misma dimensión. En el

caballero quería demostrar que tenía razón, el narrador pone en evidencia la


168

vinculación del pensamiento con la intención del personaje. Luego, y como

resolución del relato, en olvidó su enfado y hasta le perdonó haberse comido la pata

de la grulla, se reflejan elementos de cognición que se relacionan además con el

aspecto emocional de este personaje.

En este otro aspecto de la psicología de los personajes, la emocionalidad, el

cocinero muestra más control que su co-protagonista. Sólo una alusión al aspecto

emocional del cocinero se presenta de manera explícita (respondió el cocinero sin

inmutarse) y muestra el control de este personaje ante una situación potencialmente

amenazante: el enfado de su empleador y sus posibles consecuencias. Como

contraparte, el caballero da muestras de un mayor número de elementos explícitos e

implícitos de un estado emocional que es más frecuentemente negativo que positivo y

que refleja cierta pérdida de control: gritó el caballero al ver la grulla coja; replicó el

caballero algo molesto; dijo el caballero enfadado; Al caballero le hizo tanta gracia

la ocurrencia del joven... En pocas palabras, mientras que el cocinero parece

controlar su estado emocional, parece además provocar los cambios emocionales

que reflejan la pérdida de control del caballero.

Es de hacer notar que así como el pensamiento del cocinero se vincula con su

habla, en el caso del caballero son los elementos de su emocionalidad los que

acompañan su desempeño comunicativo, lo que podría estar sugiriendo la

importancia de actos comunicativos controlados por el pensamiento en

contraposición con un habla más llevada por la emocionalidad. En la dimensión

comunicativa, además, es posible encontrar elementos de contraste que dan cuenta


169

de diferentes formas de acción y reacción verbal y que ponen de manifiesto además

la influencia que ejerce un personaje sobre su interlocutor.

Un elemento de contraste, tal vez el más importante, es la efectividad de los actos

de habla emitidos por ambos personajes. Para el caso del caballero, se representa un

habla mayormente reactiva que ocurre como resultado de la actuación del cocinero.

Sólo un acto, al inicio del relato muestra influencia del caballero sobre el cocinero:

Al llegar a casa, el hombre le pidió a su cocinero que preparara la grulla.


El cocinero, que era muy glotón, obedeció a su señor…

En el siguiente intercambio, el caballero se muestra poco asertivo, más bien

inefectivo, al intentar exigir una explicación:

—Pero... ¿qué es esto?—gritó el caballero al ver la grulla coja.


—Grulla asada, señor —respondió el cocinero sin inmutarse.

La respuesta del cocinero no sólo no satisface la expectativa del caballero sino

que además se torna un acto de habla efectivo, ya que produce o genera una nueva

intervención de su interlocutor, quien se ve obligado a reformular su pregunta:

Entonces, el caballero le preguntó por qué tenía una sola pata.


El cocinero mintió:
—Todas las grullas tienen una sola pata, señor —afirmó. Se lo puedo
demostrar.
—Pues yo nunca he visto grullas de una pata —replicó el caballero algo
molesto.

Nuevamente, el cocinero evita dar la verdadera explicación y la primera

intervención del caballero en este intercambio resulta inefectiva. Nótese además

que el reporte del habla del cocinero se realiza con los verbos mentir y afirmar y el

acto aseverativo del cocinero se lo puedo demostrar comienza a sugerir algún

grado de desafío a la posición del caballero. Todo ello, sin embargo, manteniendo
170

el respeto hacia su empleador, lo cual se evidencia con el uso del vocativo señor.

Este acto del cocinero, a su vez, genera una respuesta por parte del caballero,

respuesta que resulta un acto reactivo evidenciado, en primer lugar por el estado

emocional (algo molesto) y el verbo de reporte de habla replicar. Nótese que,

además, el caballero emplea el vocablo pues como inicio de su turno, lo cual es

signo de una conexión causa-efecto en este intercambio verbal.

El siguiente, y último, intercambio verbal ente los personajes evidencia la

efectividad del habla del cocinero:

—¿Lo ve, señor?—preguntó el joven cocinero, señalando a las grullas


dormidas.
Entonces, el caballero dijo:
—La otra pata la tienen doblada y no se ve. Mira.
[…]
—¿Ves como tienen dos patas? —dijo el caballero enfadado. Me has
mentido.
Y el joven cocinero, que tenía respuesta para todo, dijo:
—A lo mejor, si le hubiera gritado así a la grulla que cenó ayer, también
ella hubiera sacado la otra pata.

El cocinero sigue adelante en su desafío al conocimiento del caballero. Inicia

él el intercambio con un acto que resulta efectivo, pues produce la reacción del

caballero. Éste insiste en demostrar que tiene razón en sus dos turnos subsiguientes,

en los cuales emite actos aseverativos y directivos. Tales actos, cuatro en total,

resultan intervenciones inefectivas, ya que no logran producir una respuesta

satisfactoria, o una confesión, por parte del cocinero. La intervención final del

cocinero, un acto aseverativo atenuado en su grado de certeza (a lo mejor), podría

considerarse como un acto reactivo de no ser por el efecto que ocasiona en su

interlocutor: Al caballero le hizo tanta gracia la ocurrencia del joven pícaro que
171

olvidó su enfado y hasta le perdonó haberse comido la pata de la grulla. Ya que con

esta última intervención el cocinero no sólo elude su responsabilidad, sino que

también produce la reacción favorable del caballero, se considera este acto como

efectivo.

Finalmente, la dimensión material de los personajes parece ser la menos

importante, o menos desarrollada en el relato. En este aspecto, lo primero que resalta

es una mayor exposición de acciones materiales por parte del cocinero. La mayor

parte de estas acciones se concentran en la parte inicial de la historia y son el reflejo

de dos hechos: la obediencia del cocinero y la experticia de éste en la cocina. Es de

hacer notar que todas las acciones del cocinero, diez en total, contienen a la grulla

como elemento meta o como objeto transformado. De estas, cuatro acciones son

consecuenciales que ocurren por obediencia al caballero (Limpió la grulla; la puso en

una cacerola; le echó aceite…; la metió al horno). Son además acciones

transformadoras que funcionan en beneficio del caballero. Ocurre luego una acción

por iniciativa y en beneficio propio (le dio primero un mordisco, luego otro... ¡hasta

comerse una pata entera!). Es de hacer notar que aún cuando la acción se representa

explícitamente una sola vez, en otra cláusula el proceso aparece elidido y la

circunstancia ¡hasta comerse una pata entera! hace suponer la reiteración del proceso

además de velar la verdadera acción material: el cocinero se comió la pata entera. De

esta manera, el narrador resalta más la pericia del cocinero y disminuye el efecto de su

falta. Otras tres acciones se ejecutan inmediatamente: colocó la grulla en una fuente,

la acomodó como pudo y la sirvió. Estas acciones son consecuenciales y con ellas se

intenta controlar eventos o circunstancias potencialmente adversas para el cocinero.


172

Además, estas acciones resultan en beneficio del caballero, ya que con ellas se presta a

éste un servicio. Otra acción consecuencial se ejecuta en se fueron los dos al

riachuelo […]. En esta cláusula se presentan ambos personajes como actores. No

obstante, debe tenerse en cuanta que la cláusula funciona de manera distinta para cada

actor. Para el cocinero se interpretará como una acción consecuencial por obediencia

y sin efecto en su entorno. Para el caballero, en cambio, se ha de interpretar como una

acción por iniciativa propia y que afecta negativamente al otro, lo cual se infiere de

pues el caballero quería demostrar que tenía razón. La última acción ejecutada por

el cocinero parece un intento de defensa. Intenta disminuir el poder del caballero

señalando a las grullas dormidas, en una acción por iniciativa propia, pero sin efecto

alguno sobre su entorno.

El caballero, por su parte, ejecuta menos acciones materiales. Sólo seis acciones

se llevan a cabo con el caballero como actor, una de las cuales, como fuera ya

explicado, se representa con el cocinero como co-actor. Tres de las restantes

actuaciones se ejecutan al inicio de la historia: caballero salió a cazar; encontró por

casualidad una grulla y la cazó. La primera y la tercera de estas acciones sugieren

cierto grado de control del entorno, ocurren por iniciativa del personaje y se dan en

beneficio propio del actor. La segunda, sin embargo, sugiere falta de intención o de

control sobre las circunstancias, ya que es modificada por la circunstancia por

casualidad. La última actuación material del caballero la encontramos hacia la

resolución del relato: Y dando una palmada, gritó a las grullas. Se presentan aquí

dos acciones por iniciativa propia, que afectan al entorno en su propio beneficio y
173

cuyo fin es poner en evidencia la mentira del cocinero (Con el ruido, las grullas se

despertaron, sacaron su otra pata y echaron a volar).

La aparente inconsistencia en los roles de poder, como estos se representan en

las dimensiones comunicativa y material, podría entonces estar sugiriendo la

superioridad de una actuación verbal con control de las emociones, del contexto y de

las estructuras del discurso por sobre la actuación material. En este cuento ha valido

más la actuación verbal que la material a la hora de ganar control sobre el entorno y

sobre el otro personaje.

5.10. La miseria

Este cuento se inserta en Lengua y Literatura 6, de la Fundación Editorial

Salesiana, para niños de 6º grado. Se reseña como cuento folklórico. Es en realidad una

adaptación de La miseria versión tradicional, cuyo origen es el capítulo 21 de Don

Segundo Sombra (1926), del escritor argentino Ricardo Güiraldes, que incluye relatos

tradicionales de la vida campesina de su país.

En la versión de este corpus, un herrero muy pobre, cuyo nombre es Miseria,

decide vender su alma al diablo por tres bolsas de plata. El diablo le concede el deseo,

pero le da un año para venir a llevárselo. Un día, un viejecito harapiento, quien

resultó ser Dios, llega a su casa y es muy bien atendido por toda la familia. Dios le

deja tres dones: quien se siente en su mueble sólo podrá levantarse si el herrero lo

permite; quien tome los mangos de su mata quedará allí pegado hasta que el herrero

lo decida; quien entre en su bolsa sólo podrá salir si el herrero lo deja. El herrero

utiliza estos tres dones para librarse de los diablos: los hace caer en estas trampas y

los diablos terminan por perdonarle la vida.


174

Se dan en este cuento dos relaciones: dios-el herrero y el herrero-los diablos.

En la relación dios-el herrero, parece obvio, el herrero aparece subordinado a dios. En

la relación herrero-diablos, en cambio, el herrero se posiciona como el personaje

controlador, con la astucia y la habilidad discursiva como sus recursos fundamentales.

Como es de esperarse, la actuación del herrero se presenta diferente en sus dos

relaciones.

La relación entre el dios y el herrero aparece insertada en el relato luego del

primer encuentro entre el herrero y el diablo, y luego al final del cuento. Ocupa un

lugar relativamente limitado en la historia, pero como resultado de esta relación

aparecen las herramientas que utilizará el herrero para vencer a los diablos. Se utiliza

además esta relación como excusa resaltar los valores morales y abordar la pobreza (o

la miseria) como fenómeno social relacionado con debilidades éticas: Dios no lo

recibió en el cielo porque había vendido el alma al Diablo […] Entonces Dios lo

mandó a vagar por el mundo, y quizá sea por eso que la miseria no se acaba.

Vale la pena destacar que para el primer encuentro entre le herrero y dios, no

se ha indicado aún la identidad de este último personaje (A las pocas semanas se

presentó en casa del herrero un viejo andrajoso que andaba en un caballo flaco y

sin herradura). Así que el herrero presta su ayuda a este hombre sin conocerlo, con la

sola motivación de ayudar. Se presenta así de manera implícita una evaluación

positiva de la conducta del herrero, un hombre noble, altruista, que presta un servicio

desinteresadamente: El herrero le dio hospedaje, la mujer le lavó y remendó la ropa

y entre todos (padre e hijos) colocaron herraduras nuevas al caballo del anciano. Se

observan aquí dos de los cuatros procesos materiales que ejecuta el herrero en toda la
175

historia (incluida su relación con el diablo). Son acciones que se llevan a cabo por

iniciativa propia y que benefician al otro. Otra indicación de la conducta altruista del

herrero se aprecia en:

Cuando el viejito decidió irse, le dijo al herrero: —¿Con qué puedo


pagarte el favor?
—No es nada —contestó el herrero.

Y es precisamente como premio a esta virtud que dios, en un acto de habla

efectivo, le suministra las herramientas materiales que empleará luego en su lucha

contra los diablos:

—Bueno, te daré entonces tres dones: 1) el que se siente en esta silla no


se levantará hasta que se lo ordenes; 2) el que entre en esa bolsa
tampoco podrá salir sin tu permiso, y 3) el que suba a esta mata de
mango no se bajará mientras a ti no te dé la gana.

Pero el foco temático de esta historia es cómo el herrero, Miseria, logra

someter y vencer a los diablos. Como inicio de esta relación, y como orientación del

relato encontramos:

Había una vez un herrero muy pobre que se llamaba Miseria. Un día,
harto de la pobreza y de no tener qué darles de comer a sus hijos,
resolvió reunirse con el Diablo y pedirle tres bolsas de plata a cambio
de su alma.

Se resalta acá parte de la psicología del herrero: un primer elemento indicador

de un estado emocional negativo (harto) y un segundo elemento que indica su

pensamiento, una decisión tomada como resultado de su estado emocional. Dado que

la decisión es producto de un estado emocional negativo, y dadas además las

consecuencias de su decisión (El Diablo le dio lo que pedía, pero le aclaró de

inmediato que en no más de un año volvería por él, para llevárselo al infierno),
176

calificaré entonces el pensamiento del herrero como desfavorable para el inicio de la

historia.

Ahora bien, es de hacer notar que la relación de poder entre el herrero y el o los

diablos se sustenta en el recurso de consecuencias, bien sea por recompensa o por

coerción del diablo. Por una parte, el diablo posee los recursos (naturales o

sobrenaturales) para compensar al herrero, y por la otra, el diablo tiene el poder de

llevárselo al infierno. Pero además, el herrero posee la astucia, el control del contexto

y el dominio de las estructuras del discurso para escapar de las consecuencias del

trato y evitar que los diablos puedan actuar en su contra. En pocas palabras, el herrero

emplea su habilidad discursiva, el recurso de la comunicación, el cual se muestra

como superior al recurso de la coerción en el relato. Este recurso del herrero se hace

evidente en tres pequeños ciclos narrativos consecutivos y similares en los cuales se

entrelazan la dimensión material, la psicológica y la comunicativa. Es importante

resaltar que el análisis del habla de los personajes muestra diferencias relevantes entre

ellos.

En el primero de estos ciclos narrativos, se aprecia la efectividad del habla del

herrero con actos directivos y, en contraposición, un habla reactiva con un acto

compromisorio por parte del diablo:

Cuando se cumplió el plazo, vino un Diablo a llevar al herrero, pero éste


le dijo:
—Espere que termine de hacer una herradura. Mientras tanto siéntese a
descansar en esta silla.
El Diablo no se podía levantar y se quedó sentado una hora, dos horas...
hasta que no aguantó más y le prometió que si lo dejaba levantarse le iba
a perdonar la vida por un año. El herrero le ordenó que se levantara y el
Diablo se fue.
177

De manera casi idéntica, el segundo de los ciclos evidencia nuevamente la

superioridad del herrero, esta vez enfrentado a tres diablos:

-Esperen que acabe con esta herradura —dijo—. Pueden subirse a la mata y
comerse unos mangos.
Los diablos treparon y comieron hasta el hartazgo; cuando vieron que no
se podían bajar, prometieron desesperados que le perdonarían un año
más la vida.

Y en el tercer ciclo, esta vez ante cincuenta diablos,

—Voy a ir con ustedes, pero antes quiero darle mis tesoros al que logre
sacarlos de esa bolsa.
Los codiciosos se metieron, uno tras otro y el herrero les dio de palos. Los
diablos le prometieron que le iban a perdonar la vida entera si los dejaba
salir. El herrero así lo hizo y los diablos huyeron.

el herrero gana definitivamente la batalla. En esta oportunidad, el herrero ha

cambiado su estrategia para detener a los diablos, y en lugar de emplear actos

directivos utiliza un acto compromisorio, pero el cual es igualmente atractivo para los

diablos. Se resalta así la astucia del herrero al emplear una estrategia de engaño

planteando elementos que aparentemente beneficiarían a los diablos (descansar en el

sillón, comerse unos mangos y regalar los tesoros de su bolsa), y por ende se

privilegia el recurso de comunicación de este personaje.

Se evidencia además la poca asertividad de los diablos en estos tres ciclos y se

desafía el mito según el cual “más sabe el diablo por viejo que por diablo”, adagio

popular que resulta evidentemente falso en este relato. En los tres ciclos, se suprime

todo elemento de pensamiento en la cognición de estos personajes. Pero se resaltan la

intención (a llevar al herrero, mencionado en cuatro oportunidades) y los estados

emocionales negativos: no aguantó más; prometieron desesperados.


178

Asimismo, se muestra un predominio de acción material de los diablos. Los

diablos ejecutan ocho acciones materiales mostradas todas en cláusulas intransitivas,

donde no está presente el elemento meta. De estas ocho acciones sólo tres se ejecutan

por iniciativa propia (vino, vinieron), pero no representan ningún efecto sobre el

entorno o sobre el otro personaje, ya que la intención manifiesta de afectarlo

negativamente (a llevar al herrero), resulta infructuosa en los tres ciclos. Las demás

acciones se dan como consecuencia de la actuación del herrero, son acciones

consecuenciales que se ejecutan o bien por obediencia o adhesión al herrero: Los

diablos treparon y comieron hasta el hartazgo; Los codiciosos se metieron, o bien

como respuesta a eventos potencialmente adversos: el Diablo se fue; los diablos

huyeron –esta última acción además refuerza la idea de un estado emocional

negativo. A estas cinco acciones consecuenciales debemos agregar además las

presentadas en la resolución del relato: pero los diablos al verlo salieron corriendo y

le cerraron la puerta. Todas estas acciones consecuenciales, a excepción de la última,

benefician al herrero, ya que satisfacen su expectativa. Debemos sumar también la

acción presentada al inicio: El Diablo le dio lo que pedía, la cual es del mismo tipo

de las anteriores, consecuencial y en beneficio del herrero.

En contraste con los diablos, el herrero ejecuta sólo tres acciones materiales.

De ellas, una se ejecuta por iniciativa propia y en perjuicio de los otros (el herrero les

dio de palos). Otras dos acciones materiales resultan consecuenciales: pero éste los

detuvo –en perjuicio de los otros, y El herrero así lo hizo [los dejó salir], para

beneficio de los diablos.


179

En resumen, la relación de poder entre los diablos y el herrero se presenta

marcada por una importante habilidad discursiva del herrero que lo conduce

exitosamente a dominar a los diablos, y que se evidencia en el habla efectiva del

herrero en contraposición con los reportes de habla reactiva de los diablos. Por su

parte, la actuación de los diablos se ve resaltada en su intencionalidad, su estado

emocional negativo y la falta absoluta de indicadores de pensamiento. Además, en

cuanto a la dimensión material de los personajes se ha apreciado una abundante

ejecución de acciones materiales por parte de los diablos, entre las cuales además

predominan las acciones consecuenciales en beneficio del herrero, en contraste con la

escasa actuación material del herrero, la cual se orienta más a afectar negativamente a

los diablos.

5.11. La tortuga y el antílope

Incluido en Lecturas 4, de Santillana Serie Araguaney para 4º grado, este relato

es una de las muchas adaptaciones de la fábula La liebre y la tortuga, atribuida

originalmente a Esopo y reescrita posteriormente por Jean de La Fontaine. Existen

incontables versiones de esta fábula, pero todas giran en torno a la misma moraleja y

constituyen una crítica a la arrogancia.

En la versión de Santillana, la tortuga quiso darle una lección al antílope, quien

siempre presumía de su velocidad y agilidad. Idea un plan para una carrera con el

antílope. La tortuga engaña al antílope y lo hace creer que ella es el animal más veloz

del reino. Así entonces, el antílope presumido es desafiado y vencido por la tortuga.

Se presenta aquí un relato más bien sencillo y lineal. La relación de poder entre

la tortuga y el antílope se sustenta, por un lado en la actitud presuntuosa del antílope


180

con base en su ventaja física, y por el otro, en la habilidad cognitiva y comunicativa

de la tortuga.

Como parece obvio, el antílope es evaluado negativamente. No se niega su

superioridad física pero se critica su actitud de menosprecio hacia los demás: Había

una vez un antílope que siempre presumía de sus ágiles patas y de su velocidad; El

antílope, tras burlarse de la tortuga […]; Al poco tiempo, con cierta burla, […]. En

cuanto a la tortuga, no se aprecian elementos evaluativos explícitos de su conducta.

Ello a pesar de que su estrategia se basa en el engaño. Puede inferirse en cambio

una evaluación positiva en su intencionalidad (Un día, una tortuga le quiso dar una

lección) y en su cognición, con un elemento de pensamiento favorable (la ingeniosa

tortuga).

La dimensión psicológica del antílope pone en evidencia su inferioridad ante la

tortuga. Su pensamiento resulta un recurso más bien desfavorable, que refleja su débil

o inadecuada interpretación de la realidad:

El antílope aceptó la propuesta, pensando que era innecesaria, pues a


los primeros pasos dejaría a la tortuga muy atrás;
El veloz antílope no se explicaba lo que ocurría;
Desde aquel día, el antílope considera a la tortuga como el animal más
veloz de la selva.

Por otra parte, además, se incluyen elementos que reflejan un estado emocional

negativo estrechamente vinculado a sus debilidades de pensamiento y a su

percepción: Y cuál no sería su asombro cuando oyó: "¡Sí, aquí estoy!"; pero su

desconcierto fue mayor cuando al llegar cerca de la meta vio que allí estaba la

tortuga. En cuanto a la tortuga, en cambio, sólo se aprecia un elemento indicador de

emocionalidad: allí estaba la tortuga bailando de alegría. Este elemento se muestra


181

al final de la historia y representa un estado emocional positivo. Durante el desarrollo

de los eventos de la historia, sin embargo, se suprime todo elemento de

emocionalidad en la actuación de la tortuga.

La habilidad cognitiva de la ingeniosa tortuga se infiere de su actuación tanto

en lo material como en lo discursivo. En una primera intervención verbal, la tortuga

da muestras de control y desafía al antílope:

—Amigo mío, estás muy orgulloso porque corres como el viento. Pero yo te
desafío a una carrera y te aseguro que venceré.
El antílope, tras burlarse de la tortuga, aceptó el reto.

Como puede observarse, la intervención de la tortuga, produce una respuesta

por parte del antílope (aceptó el reto). Es por tanto un acto de habla efectivo.

En lo material, sólo ejecuta dos acciones, ambas por iniciativa y en beneficio

propio. Estas acciones se presentan seguidas de sendas intervenciones verbales

efectivas, producen una respuesta (material o verbal) satisfactoria para la tortuga. La

primera de ellas es de gran relevancia, ya que revela el plan de la tortuga:

El día de la carrera, la tortuga colocó a varias de sus hermanas repartidas


por todo el trayecto que el antílope y ella iban a recorrer, y les dijo:
—Cuando pase el antílope y pregunte: "Amiga, ¿estás ahí?", cada una de
ustedes responderá: "Sí, aquí estoy".

Es de hacer notar que, aunque se incluyen aquí otros personajes (sus hermanas

tortugas), y que se hace evidente la influencia de la tortuga sobre ellas, estos

personajes sólo funcionan como accesorios necesarios, como herramientas para llevar

a cabo el plan contra el antílope. La relación entre la tortuga y sus hermanas se

presenta de forma muy limitada en el relato. Las hermanas aparecen luego durante la

carrera siguiendo las instrucciones de la tortuga.


182

La segunda acción material de la tortuga se presenta como continuación de su

plan:

Después, la ingeniosa tortuga fue al lugar previsto para la salida y le dijo


al antílope:
—Amigo, como soy tan pequeñita, apenas podrás verme en la carrera, así
que he pensado que de vez en cuando preguntes: "Amiga, ¿estás ahí?" y yo te
responderé: "Sí, aquí estoy".
El antílope aceptó la propuesta, pensando que era innecesaria, pues a los
primeros pasos dejaría a la tortuga muy atrás.

A diferencia del extracto anterior, en este último se evidencia la respuesta

inmediata del antílope (aceptó la propuesta) y por ende, la influencia de la tortuga

sobre éste.

En dos oportunidades consecutivas las respuesta del antílope se muestra igual

(aceptó). El habla de este personaje aparece mediada por el narrador y son actos

reactivos, lo cual no ocurre para la tortuga, cuya habla se expresa siempre con reportes

de habla directa, sin intervención del narrador, y son actos efectivos. Se encuentran otras

dos intervenciones del antílope en el relato. La tercera ocurre como un reporte de habla

directa y resulta un acto efectivo, ya que recibe respuesta de parte de las tortugas

escondidas: Al poco tiempo, con cierta burla, preguntó: "Amiga, ¿estás ahí?". Y cuál no

sería su asombro cuando oyó: "¡Sí, aquí estoy!". Para su cuarta intervención,

igualmente efectiva, el narrador retoma el reporte de habla libre.

En cuanto a su actuación material, el antílope sólo ejecuta dos acciones. La

primera, se inició la carrera y el antílope salió como una flecha, es una acción

ejecutada como consecuencia –responde al reto de la tortuga. Esta acción, dado el

desarrollo de los eventos no representa ningún efecto sobre el entorno o sobre el otro

personaje. La segunda acción, el antílope corrió más aprisa todavía, resulta


183

igualmente consecuencial, ya que su circunstancia (más aprisa todavía) indica la

comparación de esta acción con la primera y es el resultado de haber escuchado a

quien cree es su contendora, la tortuga. Al igual que la primera de sus acciones esta

no representa ningún efecto sobre su entorno o sobre el otro personaje.

En resumen, se han presentado dos personajes centrales en una relación de

poder en la cual la tortuga, en desventaja física, desafía y vence al antílope. El recurso

fundamental empleado por la tortuga para influir sobre el antílope es su habilidad

cognitiva, la cual se expresa en su pensamiento, a su vez reflejado en sus acciones

materiales por iniciativa y en beneficio propio y en su actuación verbal efectiva. El

antílope, por su parte da muestras de limitaciones cognitivas al no ser capaz de

interpretar la realidad circundante. Prueba de la influencia que ejerce sobre él la

tortuga son además sus acciones consecuenciales y su habla reactiva.

5.12. La vaca y el lobo

Cuento del folklore venezolano en Lengua y Literatura 5 de Santillana, para

niños de 5 º grado, este relato parece provenir de uno de los cuentos populares de

tradición oral de Extremadura, España: Vicente, Vicente, deja la soga y vente, el cual

se incluye en la recopilación Cuentos populares españoles, de Aurelio Espinosa,

publicada entre 1923 y 1926. Ambos relatos presentan gran semejanza en la

complicación (el lobo atado con una soga es arrastrado por la vaca) aunque difieren

notablemente en su resolución. Sin embrago, dado que no se han encontrado otros

datos sobre La vaca y el lobo, no podría afirmarse la veracidad de tal origen.

En nuestro cuento folklórico, la vaca se escapa de su establo y es acosada por

un lobo que amenaza con comérsela. La vaca, aprovechando la soga que todavía
184

llevaba al cuello, le sugirió al lobo que la tomara con su hocico y así ella no

escaparía. El lobo, asido a la soga es luego arrastrado por la vaca hasta el establo,

donde es luego liberado por el dueño de la granja.

En este relato, la relación de poder se plantea entre el lobo, con base en cierta

superioridad física le asigna poder coercitivo, y la vaca, con el recurso de su habilidad

cognitiva evidenciada en su habla y su acción material.

Llama la atención cómo en este relato de sólo 153 palabras se destaca la

inteligencia de la vaca sin hacer mención explícita alguna a su cognición –ni su

pensamiento ni su percepción, y de hecho se suprime toda mención a su aspecto

psicológico. Para el lobo, sin embargo, encontramos un elemento que dirige la

atención hacia su pensamiento: Y el lobo, que sólo pensaba en darse un banquete

[…]; el cual resulta desfavorable para el lobo, ya que asocia la cognición con una

necesidad básica instintiva. Esta idea se refuerza a demás con la co-ocurrencia de

elementos comportamentales tales como:

Poco después apareció un lobo, que aulló:


—¡Auuu...! ¡Te voy a comer...!,

que convierte el reporte de habla (decir) en emisión de un sonido animal y

disminuye el efecto del aspecto psicológico de intencionalidad, o

—Está bien... —contestó el lobo relamiéndose,

que nuevamente apunta hacia la satisfacción del instinto básico de comer, o

Los fuertes aullidos del animal fueron escuchados por el dueño de la


vaca,

donde el lobo es tratado simplemente como el animal y donde la nominalización del

proceso (aullar) lo distancia y lo elimina como autor del proceso material. Esta vez,
185

además, la noción que se presenta de aullar es distinta de la inicial, denotando en esta

segunda oportunidad una indicación de dolor o sufrimiento. Se construye así la idea

de la transformación de este personaje de amenazante a amenazado, de dominante a

dominado.

Pero además la idea de subordinación del lobo, y por ende de superioridad de

la vaca, se evidencia en el habla reactiva del lobo, quien responde de forma inmediata

y satisfactoria a las intervenciones efectivas de la vaca:

—¡Auuu...! ¡Te voy a comer...!


—Bueno —dijo la vaca—. Pero antes déjame que me harte de hierba.
—Está bien... —contestó el lobo relamiéndose

y también:

Al rato, la vaca le propuso al lobo:


—Coge el otro extremo de la soga y átame a ti. Por si quiero escapar...
Y el lobo, que sólo pensaba en darse un banquete, se ató la cuerda a
una de sus patas.

En pocas palabras, el lobo actúa según la voluntad de la vaca. No sólo le

permite el tiempo necesario para comer –tiempo que emplea la vaca para diseñar la

trampa, sino que además ejecuta una acción material que es consecuencial y que

resulta en su propio perjuicio, según la instrucción expresa de su “víctima”.

En el siguiente evento de la historia, se aprecia cómo la vaca toma ventaja de

las limitaciones cognitivas del lobo que le impiden una acertada interpretación de su

realidad. La vaca ejecuta la acción más relevante de su actuación, acción que se

plantea en un proceso material que incluye al lobo como participante afectado: Al

instante, la vaca echó a correr hacia el establo, llevando al lobo tras ella. Es de

hacer notar que estas acciones, que parecieran ser consecuenciales, son en realidad
186

acciones por iniciativa propia, lo cual se ha evidenciado en las actuaciones verbales

de la vaca que ponen en evidencia la ejecución de un plan. Se transforma así el

personaje de la vaca: de víctima en victimario, de posible dominado en dominante.

Esta idea se refuerza además si se compara la realización de otros dos procesos

materiales al inicio de la historia (una vaca se escapó del establo en donde estaba

y, con la cuerda a rastras, se puso a pastar en un prado). Estas dos acciones

introductorias del relato se ejecutan, igual que las dos últimas, por iniciativa

propia. Sin embargo, al principio se aprecia una actuación en beneficio propio,

no beneficiosa ni perjudicial para ningún otro personaje, y al final observamos

una actuación que afecta negativamente al lobo.

Finalmente, es necesario señalar la intervención del granjero. Este personaje

aparece como actor salvador del lobo: Los fuertes aullidos del animal fueron

escuchados por el dueño de la vaca. Al ver lo que ocurría, éste cortó la soga y la

vaca se libró del lobo. Tres hechos llaman la atención en la construcción de este

extracto. Primero, este evento se presenta como resolución del relato, y sólo aquí se

reporta la actuación del granjero. En segundo lugar, se presentan para este personaje

tres procesos, dos de los cuales son de percepción. Nótese además la construcción

en voz pasiva de la primera de sus cláusulas, lo cual disminuye su efecto en el lector

como actor del proceso. El granjero entonces sólo ejecuta una acción, la cual es

consecuencial, en un proceso material con la soga como elemento meta. Llama la

atención el hecho de que aún cuando la acción del granjero beneficia al lobo, la

construcción de la cláusula señala a la vaca como actor y no al lobo (y la vaca se

libró del lobo). Tal construcción da preponderancia a la vaca sugiriendo una acción
187

deliberada de ésta y no, como es en realidad, un efecto de la acción de otro.

Asimismo, se sugiere la idea de que es la vaca quien escapa del lobo y se recuerda

al lector la posición inicial de este personaje. Por ende, se resalta el hecho de que la

vaca ha controlado y transformado su realidad. No obstante, el cierre del relato

también recuerda al lector que es el lobo el que resulta verdaderamente afectado: El

lobo se quedó sin cenar, pero pudo escapar sano y salvo.

5.13. Las dos espadas

Este cuento aparece incluido en Lecturas Girasol 5, para niños de 5º grado, y su

autor se indica sólo como Civiracs. No se ha encontrado información alguna sobre

este relato o sobre su autor. Sin embargo, elementos como la magia y la imagen de las

espadas clavadas en una piedra, pudieran ser alusivos a la leyenda de Excalibur y el

Rey Arturo.

Un caballero anda por el bosque y encuentra una gran cueva. Decide entrar y

aparece un anciano, quien le presenta un reto: debe sacar dos espadas que ha hecho

aparecer mágicamente clavadas en una piedra. La primera es la espada del corazón.

De sacar la segunda es la de la avaricia, o peor aún de la codicia. El caballero

finalmente comprende la lección y deja la segunda espada. Sigue su camino.

Nos encontramos en esta oportunidad con un texto en el cual la relación de

poder entre sus personajes pudiera no ser tan obvia o explícita como en otros relatos.

Aquí, como en otros cuentos está presente la idea de dar una lección al otro (véase

por ejemplo, Historia de Aziru y Senmut, La buena pulga y el mal Rey, o El Antílope

y la Tortuga). Sin embargo, a diferencia de otros relatos, la historia no parte del mal

comportamiento de un personaje y la estrategia del anciano no está basada en el


188

engaño. En este nuevo relato, se combinan elementos mágicos y aspectos morales a

través del desafío a la inteligencia del caballero. El anciano presenta un desafío con el

fin de enseñar el valor del buen sentimiento (la espada del corazón) y el rechazo a la

avaricia o la codicia (la segunda espada). De allí que presenten reiteradas alusiones al

estado emocional del anciano. Debe hacerse notar, sin embargo, que se aprecia una

transformación positiva en el estado de ánimo del anciano a medida que va

alcanzando su objetivo: con un tono de voz amenazadora; dijo el anciano con un

poco de lástima; con un tono de lástima en la voz; con un tono de de felicidad en la

voz. Estos cuatro elementos emocionales, como puede observarse, acompañan la

realización de procesos verbales. Y es que el ejercicio de la influencia del anciano

sobre el caballero se expresa fundamentalmente a través de su actuación verbal. De

hecho, el texto es casi totalmente una conversación y las acciones materiales son muy

limitadas. En 12 intervenciones verbales del anciano y 9 del caballero, todos los actos

de habla del anciano son efectivos, mientras que los del caballero son en su mayoría

reactivos, 8 en total, como es de esperarse.

En el habla del anciano es posible apreciar su influencia no sólo por las

respuestas inmediatas de su interlocutor, sino que se observan además elementos de

modalidad deóntica que refieren el sentido de mandato, aunque atenuado, por parte

del personaje:

—Consiste en sacar esas dos espadas de la piedra donde están


enterradas y tendrás que decidir cuál de las dos espadas te vas a llevar, si
quieres te puedes llevar las dos, el anciano señaló las dos con sus ojos.
—No lo sé... puedes comenzar con el reto— dijo el anciano.
189

El intercambio más importante revela cómo el caballero termina por

comprender la lección que el anciano quería dar:

—¿No sacarás la otra espada?— preguntó el anciano.


—Cuando termine de sacar la espada del corazón— dijo el caballero
[…]
—Ahora sacaré la otra— dijo el caballero acercándose a la piedra.
—Entonces dejará de llamarse espada para llamarse espada de la
codicia— dijo el anciano con un poco de lástima.
—Entonces no seguiré sacando la espada de la codicia, sólo me llevaré la
espada del corazón.
—Pero luego vendrá otro caballero como tú y se llevará la espada de la
codicia— advirtió el anciano.
—Entonces me llevaré la espada de la codicia— dijo el caballero posándose
otra vez frente a la piedra.
—La espada de la codicia dejará de llamarse así, para llamarse espada de
la avaricia— dijo el anciano con un tono de lástima en la voz.
—Creo que por fin entendí— suspiro el caballero —Debo conformarme con
lo que tengo y no ser egoísta, por eso ya entendí los diferentes nombres de la
espada.
—Entonces la espada se llamará de nuevo, simplemente espada – dijo el
anciano con un tono de de felicidad en la voz. […]

En este extracto no sólo se evidencia la afectividad del habla del anciano y la

reactividad del caballero. Se pone de relieve, además, la influencia que ejerce el

anciano sobre aspectos psicológicos como la intencionalidad y el pensamiento del

caballero, al hacerlo cambiar de opinión respecto a sus decisiones.

En este aspecto vale la pena mencionar que en el relato abundan elementos de

aluden tanto al pensamiento y a la percepción como a la intención del caballero. Dos

elementos presentados como cláusulas subordinadas indican cómo la percepción del

caballero de alguna manera influyen sobre el estado de ánimo del caballero: frente a

él se apareció una enorme cueva que se veía muy tenebrosa; El caballero,

cuando escuchó lo que dijo el anciano, sujetó bien fuerte el mango de su espada.

Ambos elementos se encuentran en la sección inicial del cuento. También en esta


190

sección se resalta el pensamiento mayormente desfavorable del caballero, un

estado de sorpresa, incertidumbre y confusión:

[…] el caballero no sabía si entrar o no, pero el caballero pensó que


sin peligro no hay triunfo, entonces decidió entrar. […] El
caballero se sorprendió mucho al ver a aquel anciano en ese oscuro y
solitario lugar.
—Acércate—, le dijo el anciano al caballero, el caballero se sorprendió
mucho.
—¿Eres un verdadero caballero, verdad?— pregunto el anciano.
—Pues sí— respondió el caballero un poco confuso.
—¿Aceptas cualquier tipo de reto?— volvió a preguntar el anciano.
—Tal vez— respondió el caballero.

Las siguientes alusiones a la cognición del personaje, y que denotan su

transformación, aparecen luego hacia la resolución del relato en su habla directa:

—Creo que por fin entendí— suspiro el caballero.


—Debo conformarme con lo que tengo y no ser egoísta, por eso ya entendí
los diferentes nombres de la espada.

Se percibe entonces en el desarrollo de la historia una transformación en

positivo de ambos personajes: la del anciano en su estado emocional y la del caballero

en su estado cognitivo (ello a pesar incluso del elemento de media o baja modalidad

epistémica en creo que por fin entendí). Se sugiere así una relación similar a la del

maestro y el discípulo en la cual los progresos de ambos se refuerzan mutuamente. Es

por ello que esta relación se presenta particularmente interesante. Si bien es cierto que

la cognición del anciano no está sujeta a discusión o cuestionamiento alguno, de

hecho es su sabiduría la que sirve de sustento a su poder, también es cierto que la

afectividad no se suprime por tal superioridad cognitiva. Para el caballero, sin


191

embargo, no se aprecian elementos alusivos a su emocionalidad, como no sea alguna

influencia más bien implícita de la percepción (tenebrosa) sobre el estado de ánimo.

Finalmente, y con el objeto de complementar la descripción del perfil de los

personajes, abordaré la dimensión material. Como planteamiento general tenemos que

el caballero ejecuta más acciones materiales que el anciano, un total de seis acciones;

ello como resultado de la aceptación del reto del anciano. En cuanto al anciano, éste

sólo ejecuta una misma acción material reportada en dos oportunidades distintas, al

inicio y al final de la historia. Esta misma acción reiterada es iniciativa propia del

aciano en las dos ocasiones. Sin embargo, sus efectos son distintos en los dos eventos:

comenzó a tocar su pequeña flauta y como por arte de magia apareció


una enorme piedra con dos hermosas y brillantes espadas clavadas en
ella.

y tocando su pequeña flauta desapareció en la nada

En su primer reporte, se señala la transformación del entorno como

consecuencia de la ejecución de la acción y por ende el control del anciano sobre el

mismo. En la segunda oportunidad, sin embargo, no se aprecia efecto alguno sobre el

entorno o sobre otro personaje. De hecho, la acción aparece como una cláusula

subordinada que señala una circunstancia, razón por la cual esta acción material se

disminuye en relevancia ante el proceso principal de la cláusula desapareció, el cual

no es un proceso material sino de naturaleza existencial. Como se observa entonces,

la actividad material del anciano es prácticamente nula. El caballero, ya se ha

sugerido, ejecuta más acciones materiales. En primer lugar, es de resaltar que cuatro
192

de sus seis acciones materiales se ejecutan como parte de las actividades involucradas

en el cumplimiento con el desafío impuesto, es decir, son consecuenciales:

cuando escuchó lo que dijo el anciano, sujetó bien fuerte el mango de


su espada,

puedes comenzar con el reto— dijo el anciano.


El caballero se paró firmemente frente a la piedra y empezó a sacar la
espada del corazón.

—Pero luego vendrá otro caballero como tú y se llevará la espada de la


codicia— advirtió el anciano.
—Entonces me llevaré la espada de la codicia— dijo el caballero posándose
otra vez frente a la piedra.

Estas acciones consecuenciales no representan ninguna transformación sobre el

entorno o efecto alguno sobre el anciano.

Otras dos acciones son ejecutadas por el caballero. Estas dos ejecuciones se dan

por iniciativa propia, e igual que en las demás acciones, no representan ningún efecto

sobre el entorno, sino que refieren solamente aspectos de movimientos del personaje:

—Ahora sacaré la otra— dijo el caballero acercándose a la piedra.

[…] el caballero siguió su rumbo.

Es de hacer notar que en la primera cláusula el proceso principal es decir, lo

que coloca la acción de acercarse en un plano subordinado y disminuye su

relevancia.

En pocas palabras, la acción material de estos personajes refleja diferencias

importantes entre ellos. El anciano por su parte ejecuta efectivamente una sola acción,

que además transforma su entorno. El caballero, por otro lado, ejecuta más acción

material. Se presenta como un personaje más activo. Sin embargo, tal actividad
193

material viene mayormente condicionada por la actuación del anciano, quien como ha

reflejado la exploración, no sólo influye sobre la acción del caballero sino también, y

de manera más evidente, sobre su habla y sobre su cognición.

5.14. Las orejas de Tío Conejo

Este cuento sobre la famosa figura de nuestro folklore pertenece a la extensa

colección de cuentos del venezolano Rafael Rivero Oramas y se encuentra incluido

en Lecturas Girasol 5, para 5º grado. Como todos los cuentos de Tío Conejo, éste se

centra en la picardía del personaje. Existe además una versión de este cuento: ¿Por

qué Tío Conejo tiene las orejas largas?, de la reconocida autora Pilar Almoina de

Carrera.

En este relato, Tío Conejo le reclama a Dios por haberle hecho tan pequeño.

Dios le ofrece hacerlo más grande si logra cumplir con tres tareas en tres días:

conseguir las lágrimas de Tío Tigre: traer un diente de Tío Caimán y a la propia Tía

Culebra en una botella. Tío Conejo lo logra todo en un solo día. Dios, al ver la

maldad de que ha sido capaz Tío Conejo, lo tira de las orejas y lo envía de nuevo a la

tierra.

En esta historia nos encontramos con una relación central de poder entre Dios y

Tío Conejo. Se presenta el popular personaje Tío Conejo, que intenta desafiar el

poder de Dios: Tío Conejo fue a reclamarle a Dios porque lo había hecho muy pequeño.

Nótese el empleo del verbo reclamar, en lugar de, por ejemplo, preguntar. Como en

otras apariciones de Dios como personaje, su recurso poder se fundamenta en las

consecuencias, bien por su capacidad de premiar o bien por su capacidad de castigar


194

al otro. Y es precisamente este recurso lo que apoya la construcción del punto básico

de la trama:

Dios, le contestó:
—Está bien, si en tres días logras traerme las lágrimas de Tío Tigre, un
diente de Tío Caimán y a la propia Tía Culebra metida en una botella, yo
te hago más grande.

A partir de esta exigencia, Tío Conejo ejecuta todas sus acciones materiales,

por ende consecuenciales, afectando negativamente a otros personajes – Tío Tigre,

Tío Caimán y Tía Culebra. Estos tres personajes tienen una participación muy

limitada en el relato. Cada uno de ellos se presenta en un solo intercambio con Tío

Conejo y su actuación es evidentemente subordinada. No evidencia ningún tipo de

habilidad cognitiva –ni pensamiento ni percepción, que los pueda ayudar en la

interpretación de los hechos ni de las intenciones de Tío Conejo, a quien parecen

creer ciegamente. Veamos estas tres participaciones:

"Amigo Tigre, se están muriendo los animales del bosque y si sus


lágrimas caen al suelo, se mueren también. Imagínese, la primera que se
murió fue Doña Tigra, su esposa".
Entonces, Tío Tigre empezó a llorar y Tío Conejo tomó una totuma y le
dijo: "No se preocupe, déjeme recoger sus lágrimas"; y en cuanto tuvo
algunas salió corriendo.

Luego fue donde Tío Caimán y le dijo lo mismo, sobre Doña Caimana, y
el Caimán abrió la boca muy grande, así que Tío Conejo saltó y con una
pinza le arrancó un diente.

Más tarde, fue donde Doña Culebra y le dijo: "¡Usted no sabe que un
ratoncito me estaba molestando y lo metí en este saco! Yo se lo doy si usted
me gana una apuesta: Quien se meta completo en esta botella gana". La
culebra le dijo: "¡Cómo no!" Y se metió en la botella. Tío Conejo la tapó
rápidamente y también la metió en el saco.

La actividad de estos personajes si circunscribe a realizaciones más bien

comportamentales – Entonces, Tío Tigre empezó a llorar y el Caimán abrió la boca


195

muy grande, y la acción material de Tía Culebra es, a todas luces, consecuencial y en

perjuicio de sí misma. La inclusión de estos personajes, entonces, sirve como excusa

para representar las habilidades de Tío Conejo y no en realidad para establecer entre

ellos intercambios o sub-tramas en las cuales se desarrollen relaciones

interpersonales de importancia.

En todo caso, vale decir que la actuación de Tío Conejo con estos personajes

refleja no sólo su afán de cumplimento de las tareas, sino su manejo del contexto y

de las estructuras del discurso. Sabe cómo dirigirse a sus interlocutores y qué

decirles a fin de lograr sus objetivos. Los domina a pesar de su natural inferioridad

física. Sus acciones, ya se ha dicho, son consecuenciales, resultado de su relación

con Dios, y en su conjunto afectan negativamente a estos personajes.

Retomando el tema de la acción en la relación de poder, se aprecia una

diferencia importante entre la cantidad de acciones materiales ejecutadas por Tío

Conejo y las ejecutadas por Dios. Tío Conejo ejecuta un total de 12 acciones (todas

ellas consecuenciales) mientras Dios sólo es actor de tres. Entre las acciones de Tío

Conejo se encuentran 6 que no representan afectación alguna de su entorno o de

otros personajes (Tío Conejo se fue; salió corriendo; llegó hasta donde estaba Dios);

Las restantes 6 acciones son ejecutadas con miras a producir efectos sobre otros

personajes. Dos de ellas se presentan particularmente interesantes, ya que preparan la

situación para afectar negativamente a Tío Tigre: Cuando lo vio comenzó a dar gritos

y a recoger sus lágrimas. El efecto de esta acción (Tío Tigre comienza a llorar) es

aprovechado por Tío Conejo en su propio beneficio, lo cual se evidencia en la acción


196

tomó una totuma […] y en cuanto tuvo algunas [lágrimas] salió corriendo. Otras

cuatro acciones se ejecutan en perjuicio directo a los personajes: Tío Conejo saltó y con

una pinza le arrancó un diente; y Tío Conejo la tapó rápidamente y también la metió

en el saco. Es preciso enfatizar que ninguna de estas acciones se realiza en perjuicio

de Dios, puesto que todas ellas forman parte de la actuación de Tío Conejo en aras de

lograr su recompensa. Por su parte, Dios ejecuta sólo tres acciones materiales:

Entonces Dios lo guindó por las dos orejas, lo sacudió y le dijo […]; Y lo lanzó

desde la nube. Nótese que Tío Conejo es el objeto directo de acciones con efectos

negativos. Se presenta entonces a Dios como un personaje con acciones precisas y

contundentes, aunque consecuenciales. Estas acciones se ejecutan a partir de la

evaluación de Tío Conejo por parte de Dios. Esto se evidencia en la única alusión a

la cognición de Dios, su percepción: Esa misma noche llegó hasta donde estaba Dios,

que lo había estado observando, así como en uno de los reportes de su habla: - Si

siendo tan chiquito eres capaz de ser tan malo, imagínate si fueras grande. ¡Ni lo

pienses! Se deduce, por ende, un aspecto de la dimensión psicológica de Dios como

personaje. Se genera empatía por él ya que condena la maldad de Tío Conejo. Es un

personaje cuya conducta moral es, obviamente, evaluada positivamente. Mientras

tanto, la conducta de Tío Conejo se presenta como reprochable y se deja en palabras

del propio Dios tal evaluación y el castigo correspondiente.

Otro aspecto interesante es la dimensión comunicativa de estos personajes.

Sólo dos intercambios ocurren entre ellos:

-Dios, ¿no te parece que soy muy pequeño mientras la culebra, el


caimán y el tigre son enormes?
Dios, le contestó:
197

-Está bien, si en tres días, logras traerme las lágrimas de Tío Tigre, un
diente de Tío Caimán y a la propia Tía Culebra metida en una
botella, yo te hago más grande.

- Aquí estoy, Dios. En un solo día te traje una lágrima de tigre, un diente
de caimán y una culebra.
Entonces Dios lo guindó por las dos orejas, lo sacudió y le dijo:
- Si siendo tan chiquito eres capaz de ser tan malo, imagínate si fueras
grande. ¡Ni lo pienses!

En el primer intercambio, la intervención de Tío Conejo es reportada como un

reclamo. Se observa, sin embargo que Tío Conejo ha atenuado tal reclamo con una

forma interrogativa que apela al pensamiento de su interlocutor y le muestra cierto

grado de respeto. Ello a pesar de la obvia discrepancia y resistencia por parte de Tío

Conejo. Con este primer acto, que resulta efectivo, se comienza a delinear la habilidad

discursiva de quien conoce y maneja los elementos del contexto y actúa en

consecuencia, como se ha evidenciado en su utilización de los otros personajes. La

respuesta de Dios, que bien podría interpretarse como un acto reactivo, se convierte en

acto efectivo al desafiar las habilidades de Tío Conejo e imponerle tareas que parecen

imposibles de cumplir, pero que Tío Conejo ejecuta en su totalidad.

El segundo intercambio, de nuevo, muestra a Tío Conejo como iniciador. Esta

vez, sin embargo, su intervención resulta inefectiva por cuanto la respuesta de Dios le

es adversa e inesperada, ya que había llegado ante Dios muy risueño. Esta es la única

alusión a su emocionalidad. Pero antes de exponer lo relativo a su psicología, es

preciso señalar que a pesar de que de sus dos intercambios con Dios, uno es

inefectivo, existen otras tres intervenciones de este personaje que forman parte de su

estrategia para cumplir con las tareas asignadas. Estas tres intervenciones se dan
198

frente a los otros personajes ya mencionados. Lo importante a resaltar es que estos

tres actos son definitivamente efectivos, por cuanto logra que sus interlocutores

actúen exactamente como él lo desea a pesar de que sus planteamientos serían

evidentemente absurdos para un interlocutor con cierta capacidad cognitiva. El

hecho de que los animales del bosque, físicamente superiores a Tío Conejo, crea tan

ciegamente en las palabras de Tío Conejo le agrega el toque de humor que

usualmente acompaña a este tipo de personajes engañadores en los textos aquí

estudiados (véase por ejemplo Historia de Aziru y Senmut).

Finalmente, es importante señalar que las indicaciones explícitas a la

dimensión psicológica de Tío Conejo, salvo en dos oportunidades arriba mencionadas,

quedan suprimidas en el relato. No obstante, es posible construir una idea clara de la

“personalidad” de Tío Conejo a partir de sus actuaciones. De ellas se puede concluir

que retrata de un personaje inteligente, con gran capacidad comunicativa y habilidad

para percibir y manejar su entorno a su favor. Es además un personaje pícaro, que no

se enfrenta abiertamente al poderoso, pero que se aprovecha de la poca inteligencia de

los demás y los engaña, lo que lo hace malo y reprochable y lo que, a su vez,

determina su fracaso: Al llegar al bosque, Tío Conejo se dio cuenta de que lo único

que tenía más grande eran las orejas.

5.15. Lo que les pasó a los Makunaima

Este relato es un mito Pemón que se incluye en la recopilación del Pbto.

Cesáreo de Armellada, misionero español que trabajó con los indios pemones en la

Gran Sabana, Edo. Bolívar, en la década de los años treinta. Autor de la primera

gramática y diccionario de la lengua pemón, Fray Armellada produjo también obras


199

que recopilan las historias de los indios pemones de nuestro país, entre las cuales se

cuentan Taurón Pantón: cuentos y leyendas de los indios pemón : Gran Sabana,

Estado Bolívar (1964) y su secuela Cuentos y no cuentos: cuentos y relatos de los

indios pemones (Gran Sabana, Estado Bolivar) = Panton, Panton Neke-Re (1988).

Este relato se encuentra incluido en Guía Caracol 6 de Santillana, para niños de 6º

grado.

En Lo que les pasó a los Makunaima, la tribu de los Makunaima (primeros

pemones) decide vengar a su madre, quien había sido envenenada por la vieja sapo,

mujer del tigre. Se ofrecen a ayudar a la vieja sapo con su conuco y ésta acepta, pues

no los ha reconocido. Cuando llega el momento de la quema, los Makunaima le

tienden una trampa y la vieja sapo se ve rodeada de fuego. Los Makunaima utilizan

su sabiduría y se salvan de la furia de la vieja sapo y de la lluvia de fuego al

convertirse en moscas y dejarse tragar por un caimán, del cual salen cuando ha

pasado el peligro.

La Vieja Sapo se encuentra en una posición natural y legítima de poder como

propietaria del conuco. Los Makunaima, por su parte, presentan ante ella ciertas

características de conocimiento o experticia en el manejo del conuco. También,

aunque no explícitamente, se sugiere la inteligencia de estos personajes al diseñar el

plan que les permitiría llevar a cabo su venganza exitosamente:

[…] le dijeron a la vieja sapo que le ayudarían en su conuco. Ella aceptó


porque no se dio cuenta de quiénes eran.

En muy poco tiempo los Makunaima le talaron un conuco muy grande. Y


cuando los ramajes estuvieron secos le dijeron a la vieja sapo: "Vamos a
quemar la tala. Mientras nosotros pegamos fuego alrededor, tú pega fuego por
el centro."
200

Como se observa, la capacidad cognitiva de los Makunaima se muestra a través del

reporte de su habla. En sus dos intervenciones se muestran efectivos. Vale decir que en la

primera, en reporte indirecto, la poca percepción de la Vieja Sapo les permite seguir

adelante con su plan que, en su segunda intervención verbal, queda revelado. Este acto

directivo es igualmente efectivo por cuanto: La vieja sapo se agachó y pasó tiempo

soplando sobre un montón […]. Por su parte, el habla de la Vieja Sapo, la cual se

muestra en dos intervenciones resultan reactivas: Ella aceptó, como resultado del

ofrecimiento de los Makunaima, y luego al descubrir el plan de ellos: "¿Para eso,

para rodearme de fuego, fue que me mandaron a pegar fuego en el medio?", dijo la

vieja sapo.

Una tercera intervención se construye con actos compromisorios: Y desesperada

dijo también: "¡Ah, malvados, ahora yo los atajaré por dondequiera; y caeré sobre

ustedes ya estén en la sabana o se escondan bajo el agua". Y una cuarta, reportada

en habla libre: la vieja sapo los maldecía, revela igualmente su intención de

afectar negativamente a sus oponentes. Estos actos resultan inefectivos en el

desarrollo de la historia, ya que los Makunaima logran escapar y al final continuaron su

viaje porque querían hallar a su padre el Sol.

Las acciones de los personajes también resultan reveladoras del control de los

Makunaima sobre su entorno y sobre la Vieja Sapo. Ésta ejecuta sólo dos acciones

materiales siguiendo instrucciones de los Makunaima; son por lo tanto consecuenciales

(se agachó y pasó tiempo soplando sobre un montón). Sin embargo estas acciones no

representan efecto alguno sobre su entorno, ya que no logró que se levantara llama. Es
201

aquí donde se establece el contraste relacionado con la experticia de los personajes:

Ellos, al contrario, en un momento prendieron candela. Este proceso material, en

combinación con el indicado previamente en el relato (En muy poco tiempo los

Makunaima le talaron un conuco muy grande), resalta la habilidad y el conocimiento

frente a las limitaciones de la Vieja Sapo. Son acciones que se han ejecutado por

iniciativa propia y en perjuicio del otro. Nótese que aunque le talaron un conuco incluye

a la Vieja Sapo como participante beneficiario, esta acción forma parte de la

transformación del entorno necesaria para desarrollar su plan, por ende será tomada

como una acción que afectará negativamente a la Vieja Sapo.

Otras cinco acciones materiales de los Makunaima muestran sus habilidades para

escapar de la Vieja Sapo. Ellos echaron a correr; Entonces mascaron una planta

llamada kumí y se convirtieron en moscas y se pusieron al alcance del caimán

para que los tragara; los Makunaima volvieron a salir del vientre del caimán; Y

luego continuaron su viaje. Si bien es cierto que estas acciones son consecuenciales,

pues se ejecutan para escapar de las posibles consecuencias de su actuación, también es

cierto que resultan transformadoras del entorno en beneficio propio, reflejando así el

control que tienen los Makunaima, incluso sobre la naturaleza misma.

Para finalizar, se hace necesario redondear algunas ideas relacionadas con la

dimensión psicológica de los personajes. Como se ha sugerido anteriormente, la

construcción de los Makunaima los presenta como personajes inteligentes y con

conocimientos que les permite influir y controlar los eventos del entorno y la actuación

de la Vieja Sapo. No dan muestra alguna de su estado emocional, pero sí de su

intencionalidad (le ayudarían en su conuco; se pusieron al alcance del caimán para


202

que los tragara; querían hallar a su padre el Sol). Es de hacer notar que la intención

de perjudicar a la Vieja Sapo queda velada en el principio del relato, en el cual se

emplea una construcción que conduce a interpretar un beneficio para ella (ayudar).

También se refleja su percepción ([…] vieron un caimán en la orilla. Entonces

mascaron una planta […]); es de destacar además cómo la percepción de su entorno

se convierte en un elemento de utilidad para la toma de decisiones acertadas. El

desarrollo de estos personajes, de víctimas a victimarios, parece sugerir cierta

subestimación a la evaluación negativa de la venganza como motivación. Es decir,

estos personajes resultan triunfadores, se premia la inteligencia y el conocimiento y se

desestima su conducta vengativa. La Vieja Sapo, por su parte, da muestras de

limitaciones cognitivas de pensamiento y de percepción. Se evalúa negativamente la

conducta de este personaje al exponer cierto grado de maldad en la orientación del

relato: La madre de los Makunaima, o primeros pemones, había sido envenenada por

la vieja sapo, mujer del tigre. Su estado emocional es también expuesto como negativo,

aunque de manera implícita. Sus actos de habla compromisorios son de carácter

amenazante e intenta hacer uso del recurso de la coerción, todo lo cual sugiere un estado

emocional de ira, que aunado a la maldad sugerida al inicio del relato, presenta un

retrato negativo de la personalidad de la Vieja Sapo, que podría en cierta forma

disminuir, y hasta justificar, el instinto vengativo de los Makunaima.

5.16. Los cuatro gaticos

Este cuento de la escritora venezolana Marisa Vannini se incluye en Lecturas

Girasol 5, para 5º grado. Aun cuando no he encontrado datos específicos sobre este

cuento en particular, vale decir que la Profesora Vannini se ha destacado por su


203

producción en el campo de la literatura infantil, entre la que se cuenta El gato de los

ojos dorados, Monte Ávila (2000), obra escogida por el Banco del Libro como mejor

libro del año, y Literatura Infantil (1983), Premio Municipal de Literatura

Investigación (1984).

En este relato, los cuatro gaticos serían enviados a la escuela. El menor de ellos

era un gatico cocopelado y no quería ir a la escuela por temor a las burlas de los

demás. Sus hermanos lo consuelan y animan. Así comienza la escuela. Efectivamente,

al llegar a ella, un gato bravucón comienza a burlarse poniendo en evidencia al

cocopelado. Los tres hermanos se paran frente al bravucón con actitud retadora. El

bravucón se asusta y de allí en adelante nadie volvió a meterse con el gatico

cocopelado.

En este relato se dan dos relaciones principales: entre el gatico cocopelado y

sus hermanos y entre el gato bravucón y los hermanos gatos. En esta segunda relación

el gatico cocopelado pasa a ser secundario.

La influencia que ejercen los hermanos sobre cocopelado está basada en el

poder de referencia, sus virtudes y cualidades que hacen que este último se

identifique con ellos. Esta relación se construye fundamentalmente sobre el

componente emocional que vincula fuertemente a estos personajes:

Los cuatro gaticos eran hermanos y se querían mucho. El gatico


cocopelado era un poco feo, porque aún no le había crecido todo el pelo,
además era chiquitico y flaco. Pero sus hermanitos le tenían cariño, lo
acompañaban siempre, lo cuidaban y no permitían que nadie se burlara
de él.

Ante la noticia de que irían a la escuela al día siguiente, los hermanos se

pusieron muy contentos, pero el gatico cocopelado empezó a llorar. El estado


204

emocional negativo de cocopelado y la determinación e influencia de los hermanos se

muestra a través de su habla:

-¡Ay, ay, ay! ¡Miau, miau, miau! ¡Pobre de mí! ¡Ay! ¡Miau...!
-¿Qué te pasa, gatico cocopelado? -Le preguntaron los hermanos- ¿Por
qué lloras? ¿No quieres ir a la escuela?
-Yo sí quisiera ir, pero no me atrevo, porque allá van a decir que soy feo y
flaco y cocopelado.
-Cocopelado -le dijeron sus hermanos-, nosotros estaremos allí y vas a ver
que no te pasará nada.

A partir de las intervenciones reactivas de cocopelado se puede deducir su

estado de temor y autocompasión, el cual se refuerza más adelante a su llegada a la

escuela: entró el gatico cocopelado, todo asustado y triste. Se observa también la

influencia de sus hermanos en sus actos efectivos. La última intervención presenta un

acto compromisorio que denota el sentido de protección de estos personajes hacia su

pequeño hermano, por un lado, y un alto grado de seguridad en acto aseverativo, por

el otro. La efectividad de este acto se evidencia en: Al día siguiente los cuatro fueron

a la escuela, con sus bultos nuevos. Esta es una de las acciones materiales que

ejecutan los personajes. Otras acciones que se deben resaltar son las ejecutadas por

iniciativa propia de los hermanos en beneficio del gatico cocopelado: lo

acompañaban siempre; lo cuidaban.

El siguiente evento presenta la aparición del gato bravucón. Es un personaje

envalentonado, que aparenta fortaleza y superioridad y cuyo comportamiento de burla

y menosprecio lo hacen merecedor de una evaluación negativa de su conducta social.

Así entonces intenta este personaje ridiculizar a cocopelado haciendo uso de su

acceso a la palabra: -¡Ya, ja, ja! ¡Miren que gato tan feo! ¡Es feo, es flaco y es

cocopelado! ¡Miren, miren! ¡Ya, ja, ja! Esta intervención resulta inefectiva, ya que el
205

bravucón no recibe respuesta ni adhesión alguna de sus compañeros. Por el contrario,

se enfrenta al desafío de los hermanos gatos, quienes se le pararon enfrente muy

serios, lo miraron fijamente y le dijeron: -¿Qué has dicho? ¿Qué has dicho de

nuestro hermanito cocopelado? Como es de suponer, el habla de los hermanos gatos

es un habla efectiva, pues produce un efecto inmediato en el bravucón que es

favorable para ellos y su hermanito:

Al gatico bravucón, por el susto, se le trabó la lengua:


-No, no... no. Yo no... no... he dicho na... na... nada, na... na...
nadita. ¡Pase usted señor gato, pase usted, señor gato
cocopelado. ¡Mire, aquí esta el mejor asiento, siéntese usted, por favor,
señor gato cocopelado!

Pero no sólo el habla de los hermanos es efectiva sobre el bravucón. Es

importante llamar la atención sobre su actuación material, la cual sirve de marco a

su intervención verbal: se le pararon enfrente; lo miraron fijamente. Son acciones

ejecutadas consecuencialmente en rechazo al comportamiento del bravucón, a quien

definitivamente, y a juzgar por su reacción, afectan negativamente. Puede inferirse de

estas acciones cierto grado de seguridad o firmeza ante el gato bravucón. La única

acción material del bravucón es se puso de pie, la cual es consecuencial a la entrada

de cocopelado y no tiene ningún efecto sobre su entorno u otros personajes.

El efecto emocional de la actuación de los hermanos sobre el bravucón es

indicado por el narrador (por el susto). Tal reacción también es reflejada en el

tartamudear del bravucón. Se evidencia asimismo el cambio radical en la

actitud de este personaje, ahora respetuosa y cordial –nótese el uso reiterado

de señor y de usted.
206

El resultado final de la actuación de los hermanos gatos demuestra el

grado de control que ejercen estos personajes sobre quien pretendía

presentarse como superior, por una parte, y refuerza la idea del poder de

referencia de ellos ante su hermano menor, ya que le demuestran una vez más

que son capaces de protegerlo de otros gatos del entorno: Cocopelado se

sentó entonces en el mejor asiento de la escuela, justico frente al maestro,

y nunca más nadie lo molestó ni se burló de él.

5.17. Los niños que no tenían escuelas

Este relato es del cineasta español José Luis García Sánchez y el escritor e

ilustrador Miguel Ángel Pacheco, Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil

(España, 2001). No se dispone de información específica sobre este cuento. Aparece

incluido en Lecturas Girasol 6, para niños de 6º grado.

El cuento narra la historia de dos países muy pobres que eran gobernados por

dos rivales muy brutos. Después de una larga guerra se firma la paz, pero continúan

siendo enemigos. Si uno hacía algo en su país, el otro trataba de hacerlo mejor para

mostrarse superior. Construían estatuas y palacios y compraban armas, pero a

ninguno se le ocurría hacer escuelas. Los niños de ambos países tramaron un plan e

hicieron que ambos gobernantes comenzaran a hacer escuelas. Por su rivalidad, cada

vez se construían más y mejores escuelas en ambos países. Al pasar los años, los

niños se convirtieron en hombres profesionales, visitaron a sus gobernantes y se

ofrecieron para hacer a sus países más felices. Los gobernantes no entendían nada,

por lo que fue necesario entonces enviarlos a la escuela.


207

Abordaré para este relato la relación que se establece entre los niños y sus

gobernantes. Si bien es cierto que se exhiben dos gobernantes enemigos, estos

gobernantes actúan de manera casi idéntica y no se muestra en la narración

intercambio alguno entre ellos. La postura de resistencia u oposición a los

gobernantes se encuentra en la figura de los niños, siendo el aspecto psicológico el

verdadero contraste entre ellos.

La posición de poder de los gobernantes se deriva, naturalmente, de su rol

legítimo como jefes de estado. Los niños por su parte, derivan su influencia del poder

de referencia en lo que respecta a su inteligencia, y del poder de comunicación, es

decir, de su dominio del contexto así como de los contenidos y las formas, que les

permite fijarse y lograr un objetivo: que los gobernantes construyan escuelas. Los

siguientes extractos reflejan estos contrastes:

Había una vez dos países muy pobres gobernados por dos gobernantes
muy brutos […]
Don Pedro Garrote y Don Pablo Estaca estaban tan ocupados con las
estatuas, los palacios y los cañones que no se acordaron de construir
escuelas.

Los habitantes de aquellos dos países, en cambio, sí que querían escuelas


para sus hijos... pero todas habían sido destruidas por la guerra. No
sabían qué hacer...
Hasta que un día, los niños de los dos países se pusieron de acuerdo y
prepararon un plan... un plan maravilloso... y muy sencillo.

Ocho elementos se encuentran en el relato que aluden a aspectos de la

dimensión psicológica de los gobernantes. Entre estos, cinco se relacionan

directamente con su pensamiento y expresan las debilidades cognitivas de estos

personajes: gobernantes muy brutos; nunca habían ido a la escuela y es muy posible

que por eso fueran tan brutos de mayores; no se acordaron de construir escuelas; no
208

entendían nada de nada; Para que aprendieran a no ser tan brutos... Otros tres

indicadores sugieren intencionalidad:

Y cada uno de ellos decidió construir una escuela y ponerle su nombre;

querían mejorar sus escuelas más y más cada día...

empezaron a vender estatuas, palacios, uniformes, cañones... todo lo que


tenían... con tal de pagar cada vez mejores escuelas, mejores profesores,
mejores libros que los del país vecino...

Es de hacer notar que tal intencionalidad viene dada por el manejo que de ellos

han hecho los niños. A estos tres elementos, además, debemos agregar las

manifestaciones explícitas incluidas como parte del habla directa de estos personajes,

las cuales se revisarán más adelante. Al mostrar la intencionalidad de los gobernantes

se pone en evidencia el éxito del plan diseñado. Y es que, como en otros relatos, no se

deja al narrador la explicación del plan. En su lugar, se recurre a la causalidad y se

devela el plan en la medida en que los niños intervienen verbalmente y los

gobernantes actúan.

Para los niños, encontramos sólo tres elementos explícitos vinculados a su

dimensión psicológica, dos de ellos indicadores de cognición prepararon un plan...

un plan maravilloso... y muy sencillo; los niños de los dos países sabían cada vez

más cosas; y uno relacionado con un estado emocional positivo, que es además

resultado del éxito de su plan: Pronto se inauguró la escuela de don Pablo; tenía muy

buenos profesores y en ella se aprendía mucho. Los niños estaban encantados.

Como ya he sugerido, es el habla de los niños, y la intención-acción de los

gobernantes, lo que revela el plan. Los niños son conocedores de la rivalidad entre los

dos gobernantes; la actuación de cada uno de ellos responde la actuación del otro:
209

Si don Pablo se hacía una estatua, don Pedro se hacía otra mayor.
Si don Pedro se hacía un palacio de ladrillo y piedra, don Pablo se hacía
otro de mármol y cristal.
Si uno compraba fusiles y cascos nuevos para su ejército, el otro
compraba uniformes y cañones nuevos para el suyo.

Con este conocimiento, entonces, los niños se dirigen a sus gobernantes:

"¿Por qué no construyes una escuela? En el país de ahí al lado, no tienen ninguna.

Serías más famoso que su gobernante..." Esta intervención es un acto efectivo, surte

un efecto inmediato: "¡Qué buena idea"', dijeron don Pablo Estaca y don Pedro

Garrote. Y cada uno de ellos decidió construir una escuela y ponerle su nombre. Una

segunda intervención de los niños sirve para completar su plan:

Don Pedro, mientras tanto, estaba furioso; su escuela, que iba a


tener un laboratorio, una biblioteca y un gimnasio, estaba muy atrasada...
"No importa... así podrás ir arreglando las cosas para que la escuela sea
gratuita; seguramente, a don Pablo Estaca no se le ha ocurrido...",
dijeron los niños.

Ante esta sugerencia de los niños, se sucede una serie de intervenciones

reactivas de los gobernantes, de las cuales se infieren otros actos efectivos de los

niños, que aunque no se exponen en el relato, se deducen dada la intención de los

gobernantes de acometer acciones que concuerdan con lo planeado:

"Así que la escuela de Pedro Garrote es gratuita ¿eh? Pues la mía


también lo será, y además será obligatoria", decidió don Pablo.
"¡Pues yo haré dos escuelas gratuitas y obligatorias!", declaró don
Pedro.
"¡Pues yo haré cuatro, gratuitas, obligatorias, grandísimas y
modernísimas!", rugió don Pablo.

La materialización de estas intenciones, sin embargo, no se muestran en

procesos materiales de acción, salvo en tres cláusulas: Pronto se inauguró la escuela

de don Pablo; Tanto dinero se gastaron que empezaron a vender estatuas, palacios.
210

Se emplean con preferencia cláusulas con procesos relacionales (su escuela, que iba

a tener un laboratorio, una biblioteca y un gimnasio, estaba muy atrasada...; los dos

países fueron teniendo más escuelas; cada pueblecito tenía su escuela) que van

mostrando la transformación del inicial estado de cosas. En todo caso, las pocas

acciones materiales de los gobernantes resultan consecuenciales y en beneficio de los

niños. Por su parte, la acción material de los niños también se presenta escasa en el

relato: Los niños de cada país fueron a ver a su gobernante; fueron a ver a los dos

gobernantes. Estas acciones de los niños se ejecutan por iniciativa propia e intentan

trasformar el entorno en beneficio propio.

Hacia el final de la historia, los niños, ya adultos, intervienen nuevamente,

esta vez en reportes de habla indirecta: les explicaron que, con todo lo que habían

aprendido, podían conseguir que los dos países fueran cada día más felices:

acabarían con la pobreza y con la guerra para siempre... y empezaron a explicar-

les... Estas nuevas intervenciones resultan inefectivas, dadas las limitaciones

cognitivas de los gobernantes que no entendían nada de nada, así que se hace

necesario emprender otra acción: al final no hubo más remedio que mandarles a la

escuela a los dos. Para que aprendieran a no ser tan brutos... Esta es una acción

consecuencial (no hubo más remedio) que resulta en beneficio de los gobernantes.

En resumen, el relato se construye con una relación entre los gobernantes y los

niños. El desarrollo de esta narración muestra pocos procesos de acción material

ejecutados por los protagonistas. Resalta en esta historia, la habilidad cognitiva de los

niños, revelada fundamentalmente a través del habla efectiva de estos personajes. Se

evidencia el diseño y ejecución de un plan de estos niños, quienes desde su aparición


211

en el relato se imponen como figura de poder, ya que, y dadas las limitaciones

cognitivas de los gobernantes, logran hacer que éstos actúen como ellos desean.

5.18. Tía Zorra y los peces

También del escritor venezolano Rafael Rivero Oramas, este cuento, como los

de Tío Conejo, gira en torno al tema de la picardía de su protagonista. Forma parte

del contenido del libro Cuentos de enredos y travesuras, antología de cuentos

infantiles latinoamericanos, publicado en Bolivia (2007). Se encuentra incluido en

Lecturas Girasol 5, para niños de 5º grado.

Tío Zorro pesca tres hermosas guabinas y le pide a Tía Zorra que las prepare.

Invitará además a Tío Tigre a almorzar. El olor de las guabinas preparadas tientan a

Tía Zorra quien, sin darse mucha cuenta se come una, luego la otra y finalmente la

tercera. Para cubrir su falta trama un plan. Le pide a Tío Zorro que vaya a la cocina y

afile un cuchillo. A Tío Tigre le informa que la verdadera intención de Tío Zorro es

comérselo a él. Así, Tío Tigre huye despavorido. Tía Zorra le dice entonces a Tío

Zorro que Tío Tigre se ha robado todas las guabinas. Tío Zorro sale entonces en su

búsqueda pidiéndole que le diera aunque fuese una. Se refería a las guabinas, pero

Tío Tigre pensaba que se refería a sus orejas.

En este cuento se muestra una relación central entre Tío Zorro y Tía Zorra, en

la cual Tío Zorro parece tener el rol dominante. Al menos, al inicio del relato, y a

través del pensamiento reportado de Tía Zorra, se dan indicaciones sobre la influencia

que éste, en su rol como jefe de la casa, ejerce sobre ella: Es necesario que pruebe la

de Tío Zorro; él es muy delicado, y si la guabina suya no esta bien frita, seguro que

se molestará. No obstante, dado el manejo de las circunstancias por parte de Tía


212

Zorra, y la manera en que logra influir sobre los otros personajes para impedir que

Tío Zorro pudiera actuar en su contra, es indudable que es ella el personaje de mayor

dominio en esta historia.

El rasgo más destacado de la “personalidad” de Tía Zorra es su astucia,

herramienta psicológica que utiliza para diseñar y ejecutar exitosamente un plan

luego que ha cometido un acto reprochable (—¡Dios mío, me la he comido

integra!— exclamó —pero el daño esta hecho: ya no importa que me coma

también la última. Y se la comió igualmente.) Las indicaciones a la cognición de la

Zorra se muestran a través del acceso a la mente del personaje que toma la forma de

reportes directos de habla, como las dos citas anteriores. Ello además de menciones

explícitas por parte del narrador, las cuales reportan más los elementos de percepción

que de pensamiento: —¡Oh, que guabinas tan enormes! — exclamó Tía Zorra,

relamiéndose de gusto; era tan apetitoso el olor que despedían que murmuró […]; lo

encontró tan sabroso que se olvidó de cuanto había dicho; cuando vino a

fijarse, toda la guabina de Tío Zorro había desaparecido. Es importante destacar

que aún en los reportes de sus reflexiones internas encontramos un elemento

vinculado a la percepción: —Estaba deliciosa.

Se presenta entonces una situación potencialmente adversa para Tía Zorra.

Habiéndose dejado llevar por la percepción de los elementos en su entorno, ha cometido

un error, que se expresa a través de sus acciones materiales: Comenzó a pellizcar el

pescado y […] en pocos segundos el plato quedó limpio; Se comió la colita

tostada, luego una aletica, después la cabeza; me la he comido integra; Y se

la comió igualmente. Todas estas acciones giran alrededor del acto de comer,
213

necesidad básica instintiva que se incrementa con la percepción del personaje,

y que lo conduce a actuar, ya se ha dicho, de manera reprochable. Es por ello

que estas acciones han sido consideradas consecuenciales y, además, son

transformadoras del entorno en beneficio de su propia actora –obtuvo la

satisfacción de comerse todas las guabinas.

Como en otros relatos, no se hace indicación alguna a la planificación o a la

concepción de una idea –en algunos otros relatos encontramos tuvo una idea, o ideó

un plan, sino que ésta se va revelando a medida que comienzan a darse intercambios

verbales con los otros personajes. En este sentido, la dimensión comunicativa de los

personajes se convierte en el segundo aspecto más importante en la caracterización de

este cuento, ya que no sólo revela el plan de Tía Zorra, sino que además permite

establecer contrastes de (in)efectividad y reactividad de los personajes.

Al fin, llegó Tío Zorro acompañado de Tío Tigre y le preguntó a su mujer:


—¿Has preparado ya las guabinas?
—¡Claro que sí! Las tengo todavía puestas al fuego para que no se
enfríen— mintió ella.
—Sírvela pronto, que tenemos mucho apetito. ¿Verdad Tío Tigre?
—Indudablemente Tío Zorro, Y por lo menos... Y con el olorcito a
pescado frito que hay aquí...

En este intercambio se observa una primera participación efectiva de Tío Zorro,

recibe una respuesta inmediata por parte de Tía Zorra. Sin embargo, debe advertirse

que ésta mintió de manera también efectiva, por cuanto los otros le creen. La

segunda intervención de Tío Zorro puede considerarse en dos direcciones.

Dirigiéndose a Tía Zorra, podemos decir que es una intervención no efectiva, ya que

Tía Zorra, de hecho, no sirve las guabinas. Al dirigirse a Tío Tigre, por otro lado,
214

recibe una respuesta inmediata y de apoyo, por lo cual consideraremos que ha sido

efectivo.

En un siguiente intercambio, se observa el habla directiva y efectiva de Tía

Zorra:

—Voy a poner la mesa. Siéntate allí, Tío Tigre, ese es tu puesto.


—Gracias, Tía Zorra.
Tío Tigre se sentó, y la Tía Zorra llamó aparte a su marido.
—Anda al patio y afila los cuchillos, pues las guabinas eran muy viejas y
han quedado sumamente duras.
Tío Zorro corrió al patio, y a los pocos momentos empezó a escucharse el
ruido que hacían los cuchillos contra la piedra de afilar.

Su intercambio con Tío Tigre ocurre más bien como un trato de cortesía

por ambos personajes. Sin embargo, podríamos decir que Tía Zorra emite un

acto efectivo, ya que su interlocutor responde, de manera reactiva, con una

fórmula de cortesía y además ejecuta la acción sugerida (Tío Tigre se sentó). En

su segunda intervención hacia Tío Zorro se descubre una nueva mentira (las

guabinas eran muy viejas y han quedado sumamente duras) que va acompañada de

una instrucción precisa, la cual es atendida de manera inmediata (Tío Zorro corrió

al patio…). Es por lo tanto una intervención efectiva.

Tía Zorra también hace uso de su percepción y llama la atención de Tío Tigre

sobre sonido del cuchillo afilándose:

—¿Escucha usted? es que mi marido está afilando un cuchillo. Se ha


vuelto loco y tiene la manía de comerse las orejas suyas, Tío Tigre; para
eso lo ha traído a usted aquí. ¡Huya antes de que el regrese, por favor!

Miente nuevamente Tía Zorra y, en forma efectiva y sin mayor esfuerzo,

convence a Tío Tigre: Tío Tigre se llenó de espanto y salió de la casa a todo correr.

Pero su plan no concluye allí. Todavía debe evitar un posible disgusto de Tío Zorro
215

hacia ella. Después de todo, es su relación familiar la que está potencialmente

amenazada –recuérdese que él es muy delicado, […] seguro que se molestará. Así

que le endosa a Tío Tigre la responsabilidad por la falta de las guabinas: —¡Tío

Zorro, Tío Zorro! Ven pronto, que Tío Tigre se llevó todas las guabinas. Ante esta

nueva intervención-mentira efectiva, Tío Zorro actúa consecuencialmente tal y

como lo hizo Tío Tigre anteriormente: Tío Zorro, con un cuchillo en cada mano,

echó a correr detrás de Tío Tigre, y habiendo creído la historia de su esposa intenta

dirigirse a Tío Tigre: —Tío Tigre, Tío ¡Tigrito! —le decía— ¡Déme siquiera una

solita!. Pero este acto de habla resulta inefectivo, ya que Tío Tigre, creyendo que

Tío Zorro se refería a sus orejas, apretó el paso, lleno de miedo, y no paró hasta

que estuvo bien seguro en su casa.

De esta forma, se impone la astucia de quien, habiendo cometido un error y

sin mostrar ningún tipo de emocionalidad, no se enfrenta abiertamente a quien por

naturaleza pareciera ostentar una posición de poder. En su lugar, se hace presente la

picardía, la estrategia del engaño para evitar las posibles consecuencias de su

conducta.

Es necesario acá hacer dos comentarios finales. En primer lugar, el éxito de

Tía Zorra se debe no sólo a sus evidentes habilidades cognitivas, sino también a las

limitaciones que en este sentido parecen tener tanto Tío Zorro como Tío Tigre. Sólo

una alusión al pensamiento de Tío Zorro se incluye en el relato. En cambio, se

presentan dos elementos relacionados con su estado emocional positivo al inicio del

relato. En cuanto a Tío Tigre, y como segundo comentario, vale decir que sólo

presenta una alusión a su pensamiento, el cual resulta errado –una falsa creencia, y
216

dos elementos indicadores de estado emocional negativo (espanto; miedo). Es

además importante señalar que tanto su falsa creencia como su estado emocional

son inducidos por Tía Zorra, lo cual hace de Tío Tigre un actor de utilidad para

llevar a cabo su plan. Tío Tigre, cuya actuación se muestra absolutamente

restringida en el relato, es un nuevo personaje accesorio que, para beneficio de Tía

Zorra, simplemente estaba en el lugar y el momento preciso para se utilizado.

5.19. Tío Conejo, ladrón de conuco

Este es otro cuento folklórico sobre Tío Conejo, esta vez en adaptación de Pilar

Almoina, que se incluye en Lengua y Literatura 6, de la Fundación Editorial

Salesiana, para niños de 6º grado. Aunque no se dispone de referencias claras sobre

este cuento, el mismo (por la similitud de su trama) parece tener su origen en Tío

Conejo y Tío Coyote, publicado en el libro Cuentos de mi Tía Panchita (1918) de

Carmen Lyra, escritora costarricense.

En esta adaptación de Pilar Almoina, Tío Conejo robaba las hortalizas del

conuco de una viejita. Ésta decide tenderle una trampa y coloca un muñeco de cera.

Tío Conejo al no saber de qué se trata golpea incesantemente al muñeco quedando

completamente pegado a éste. La viejita lo encuentra y lo amenaza con echarle agua

caliente. Tío Conejo, para salvarse, engaña a Tío Tigre y hace que éste ocupe su

lugar.

Encontramos nuevamente la figura de Tío Conejo como personaje central del

relato, esta vez en relación con una viejita, quien deriva su poder de su posición

legítima como dueña del conuco. Su contraparte, Tío Conejo, emplea su habilidad
217

cognitiva, nuevamente su astucia, para engañar a Tío Tigre, otra vez el tonto útil de la

historia, y evitar el castigo en su contra.

Tío Conejo se encuentra en esta oportunidad con un oponente importante. El

narrador sugiere la intencionalidad de la viejita ella no lograba atrapar al ladrón, que

en combinación con un elemento relacionado con su cognición, un día a la viejita se

le ocurrió hacer un muñeco de cera y ponerlo en la entrada del conuco, materializa

la captura de Tío Conejo. Éste a su vez no exhibe en este episodio ningún elemento

vinculado a su pensamiento. Las alusiones a su cognición se enfocan hacia su

percepción, la cual, además, es errada y no le permite salir airoso de esta situación:

vio al muñeco de cera, y le dijo […]; Al ver que el otro no se movía le dio una patada

[…]. Tío Conejo exhibe entonces cierta limitación perceptiva, así como acciones

consecuenciales que se revierten en su perjuicio. El resultado de ello se representa en

dos cláusulas relacionales (se quedó pegado; se quedó todo pegado) que expresan el

éxito del plan de la viejita hasta ese momento. Asimismo, la satisfacción de la viejita

por este logro es reflejado en su primera intervención verbal: "Así era como te quería

ver, pícaro, sinvergüenza. Te voy a echar una olla de agua caliente". El narrador aquí

muestra además la evaluación de la conducta de Tío Conejo (pícaro, sinvergüenza).

Sin embargo, tal intervención resulta inefectiva, por cuanto indica una intención que

no llega a materializarse, ya que esta amenaza detona la habilidad cognitiva de Tío

Conejo. Éste aprovecha la aparición de Tío Tigre, esta vez haciendo uso acertado de

su percepción, y conociendo las limitaciones cognitivas de Tío Tigre, promueve el

intercambio entre ellos:

[…] cuando Tío Conejo lo oyó se puso a gritar dentro del saco:
218

- Que no me caso con la hija del rey. ¡Yo no me quiero casar!


-¿Qué te pasa Tío Conejo?, le preguntó Tío Tigre.
- Que me tienen aquí amarrado para obligarme a casar con la hija del rey.
- ¡Caramba, Tío Conejo, déjeme su puesto que yo sí me quiero casar con la
hija del rey!, dijo Tío Tigre.

Como puede apreciarse, el habla de Tío Conejo es efectiva, obtiene respuestas

inmediatas y satisfactorias en el habla evidentemente reactiva de Tío Tigre, quien a

pesar de lo absurdo del planteamiento parece creer ciegamente en Tío Conejo.

Asimismo, Tío Tigre ejecuta su única acción material, la cual es a todas luces

consecuencial y resulta en su propio perjuicio: Entonces, Tío Tigre sacó a Tío Conejo

y se metió él en el saco.

Para finalizar el relato, entra en escena nuevamente la viejita y ejecuta las

acciones materiales que concluyen la historia: Al poco tiempo vino la viejita y le echó

un perol de agua caliente y lo dejó todo pelado. Son acciones consecuenciales que se

ejecutan como castigo a la actuación de Tío Conejo, y que afectan equivocadamente a

Tío Tigre. Es importante señalar que previamente la viejita ha ejecutado otras dos

acciones materiales (la viejita se acercó; Y se fue a la cocina). Estas acciones se dan

por iniciativa propia, sin embargo no representan transformaciones importantes en el

entorno o en otros personajes. En el caso de sus acciones concluyentes, podría decirse

que la viejita ha cumplido con sus propósitos –atrapar y castigar al ladrón, de no ser

por la astucia de Tío Conejo. Su capacidad para el engaño ha funcionado como su

herramienta para burlar el castigo. Ha engañado también a la viejita, por lo cual Tío

Conejo, y a pesar de su conducta reprochable, se erige como figura más dominante en

este relato.
219

5.20. Un negocio ruinoso

Esta versión, que se incluye en Lecturas Girasol 6, Serie Flor de Araguaney

para 6º grado, es una adaptación del cuento del escritor británico Richard Hughes en

En el regazo del Atlas: cuentos de Marruecos, publicado en español por Alfaguara en

1984, y escrito originalmente en inglés (In the lap of the Atlas: stories of Morocco,

1979). El libro contiene dieciséis cuentos sobre la vida social de Marruecos,

considerado por Huges como su segundo hogar y a donde viajaba frecuentemente.

En este cuento en particular, un zapatero tiene un canario que canta. Un

peregrino que lo escuchó quedó fascinado y quería comprarlo, pero el zapatero no

tenía intenciones de venderlo. Tanto insistió el peregrino que el zapatero accedió a

vendérselo por veinte monedas. Luego de tres días, el peregrino regresa exigiendo su

dinero, ya que el canario no cantaba. Ahora el zapatero no acepta ningún trato. Se

armó tal escándalo que todos se pusieron en contra del zapatero y éste tuvo que

devolverle el dinero. Pero luego el peregrino quiso exigir además el dinero que había

gastado en alimentar al canario. Así que llamaron a un juez. El juez admitió que el

zapatero debía pagar el costo de la comida del pájaro, pero además admitió también

que el zapatero había pasado tres días sin el canto de su canario, por lo que condenó

al peregrino a permanecer en una jaula por tres días y cantarle al zapatero. Cuando el

juez simulaba dar órdenes a sus policías, el peregrino huyó y nunca más volvió al

pueblo.

En esta historia se incluyen dos relaciones importantes de poder. Por una parte,

se presenta el conflicto entre el zapatero y el peregrino, situación que parece no tener

solución. Es por esto que se hace necesaria la intermediación del juez. Este personaje
220

actúa en una segunda relación como un defensor, y ejerce su control con base en su

autoridad legítima ante el peregrino. Pero su astucia resulta más importante que su

autoridad para resolver la situación conflictiva en la que, aparentemente, el peregrino

ha pretendido aprovecharse del zapatero.

En la relación zapatero-peregrino se aprecian diferencias importantes entre

estos personajes. En primer lugar, es posible apreciar el contraste en la utilización de

elementos explícitos de la dimensión psicológica. El peregrino sólo exhibe tres de

estos elementos en su actuación: uno de ellos alusivo a su percepción (oyó el canto del

pájaro), y dos relacionados con su estado emocional (fascinado; furioso) el cual sufre una

transformación hacia lo negativo. Se infiere además una evaluación negativa de su

conducta a partir de elementos encontrados en el habla del zapatero: —Yo no quería

vendértelo. Fuiste tú quien insistió en comprarlo. Y ahora vienes a molestarme otra vez.

¿Qué derecho tienes a hacer eso?

La construcción del zapatero, en cambio, incluye seis de estos elementos. Tres

de ellos sugieren la intencionalidad del personaje: cosa que éste no estaba dispuesto a

hacer (vender el pájaro); con la esperanza de que lo dejara tranquilo; no lo haría jamás

(pagarle al peregrino las semillas que comió el pájaro durante tres días). Otros dos

elementos apuntan a su estado emocional negativo (molestarme, furioso). De estos dos

elementos, el segundo equipara a ambos personajes, señal que pareciera sugerir la

dificultad para resolver el conflicto, ya que ambos se encuentran en el mismo estado

afectivo y ninguno está dispuesto a ceder. El estado de ira del zapatero se produce

como resultado de una intervención del peregrino y su percepción por el zapatero: Al

oír esto, el zapatero se puso más que furioso.


221

Otro aspecto importante en la construcción de estos personajes y su relación de

poder es la dimensión comunicativa. Si bien el zapatero ha tenido una mayor

exposición en lo psicológico, en cuanto a la actividad verbal el peregrino lo supera,

no sólo en el número de intervenciones sino en la efectividad de su habla, tema éste

que da cuenta de la influencia que este personaje es capaz de ejercer sobre su

interlocutor: empezó a suplicar al zapatero que se lo vendiese, cosa que éste no estaba

dispuesto a hacer. Pero, el peregrino insistió tanto que, al final, el zapatero aceptó

vendérselo por veinte monedas. En este extracto el habla de ambos personajes aparece

mediada por el narrador. Como se observa, entonces el habla del peregrino ha

resultado efectiva, el zapatero se ha rendido y ha accedido a vender el pájaro.

Pero en un próximo episodio de interacción, comienza a fallar la efectividad del

peregrino:

—Devuélveme mis monedas y toma tu pájaro.


—Yo no quería vendértelo. Fuiste tú quien insistió en comprarlo. Y ahora vie-
nes a molestarme otra vez. ¿Qué derecho tienes a hacer eso?
—El pájaro no canta —le respondió el peregrino—. Desde que me lo llevé a
casa, no lo he oído cantar ni una sola vez.
—Me es igual —dijo el zapatero—. En el trato que hicimos no pusimos como
condición que el pájaro cantase. Así que... lárgate.

En este intercambio se puede apreciar que ninguno de los dos personajes recibe

respuesta satisfactoria a sus planteamientos. Todas las intervenciones en este extracto resultan

inefectivas. De hecho, el peregrino se ve en la necesidad de recurrir a la atención de terceros

El peregrino empezó a dar voces, y se formó un tumulto de espectadores que


querían saber cuál era el problema.
Todos se pusieron en contra del zapatero.
—¿No te da vergüenza? —le dijeron—. Devuélvele a este pobre hombre
sus veinte monedas y quédate con tu pájaro.
222

Esta es la única aparición de los espectadores, quienes intervienen como

personajes accesorios que sirven para complementar la presión del peregrino sobre el

zapatero. El dar voces, entonces, funciona como un acto que es efectivo sobre los

espectadores directamente y, dada su intermediación, sobre el zapatero de manera

más indirecta: Y así lo hizo: le dio al peregrino sus veinte monedas.

El conflicto, sin embargo, se extiende con una nueva exigencia del peregrino:

—Un momento —dijo el peregrino—. Le he dado de comer a este pájaro


durante tres días. Es justo, pues, que me pagues las semillas que se ha
comido […] Eso, dijo, no lo haría jamás

Nuevamente, el peregrino ha perdido su control sobre el zapatero. Su habla

vuelve a ser inefectiva al no lograr que el zapatero satisfaga su solicitud.

Queda por mencionar el tema de la dimensión material en esta relación

peregrino-zapatero. Siendo el aspecto que menos aportes representa para la

construcción de ambos personajes, es aun interesante observar que los procesos

materiales de acción se concentran casi con exclusividad en el peregrino. El zapatero

sólo ejecuta una acción material, que es consecuencial (dada la presión de los

espectadores) y resulta en beneficio del peregrino: le dio al peregrino sus veinte

monedas. Se aprecia aquí nuevamente el control que el peregrino ejerce sobre el

zapatero.

El peregrino, por su parte, ha ejecutado cinco acciones materiales a este punto

del desarrollo de la historia. Las primeras tres acciones (reunió el dinero, compró el

pájaro y se marchó) podrían interpretarse como una consecuencia de la decisión del

zapatero de vender el pájaro. Sin embargo, no hay que olvidar que fue el peregrino

quien insistió en la venta. Él oyó el canto del pájaro, suplicó e insistió. Es ésta la
223

verdadera razón para la transacción. De allí entonces que se clasifiquen estos procesos

no como acciones consecuenciales sino como materialización de la iniciativa del

peregrino. Son acciones que además redundan en su beneficio, ya que le aportan la

satisfacción del objetivo logrado. Una cuarta acción (el peregrino volvió con el

canario), aparece como una ejecución por iniciativa propia. Esta vez el efecto de la

acción afecta negativamente al zapatero, como se evidenció en su segunda interacción.

La última acción de esta sección del relato es una acción consecuencial que se da ante

la negativa del zapatero y la imposibilidad de obtener el beneficio esperado: hizo

llevar al zapatero ante el comisario. Esta acción se ejecuta además en perjuicio del

zapatero y sirve de enlace al siguiente ciclo narrativo del relato, donde se exhibe la

relación entre el juez y el peregrino.

La actuación del juez queda restringida a la resolución del relato. Su

participación aunque muy limitada da cuenta de su dominio del contexto y de las

estructuras del discurso, lo cual es el elemento clave que genera la solución al

conflicto de intereses de los dos oponentes. Es por ello, que este personaje no es

considerado acá como un personaje accesorio, como los que se han evidenciado en

relatos anteriores (sumisos, limitados cognitivamente, etc.) Muy por el contrario, el

personaje del juez exhibe rasgos que, como se evidencia en el relato, le permiten

ejercer su poder no sólo sobre el peregrino, su relación esencial, sino también sobre

otros personajes. Veamos:

El juez los escuchó con mucha atención. Luego dictó sentencia.


—Es evidente que el peregrino está en su derecho —le dijo al zapatero—, así
es que debes liquidar la deuda que tienes con él por los tres días que ha dado de
comer a tu canario. Pero hay algo en tu contra —añadió el juez, al
tiempo que se volvía hacía el triunfante peregrino—. Durante tres
224

días este zapatero se ha quedado sin el canto de su pájaro, y debes


pagarle. Por tanto, te condeno a pasar tres días dentro de una jaula en
el taller del zapatero y a cantar para él tan bien como lo hace su pájaro.

Primeramente, la actuación del juez se inicia con elementos mentales de

percepción (escuchó) y de cognición (con mucha atención), lo cual se vincula a la

actitud reflexiva de quien pretende resolver una disputa. Su percepción le permite

construir una idea de su realidad y actuar asertivamente en consecuencia. Pero

también hay que hacer notar que su intervención verbal es introducida con dictó

sentencia, lo cual alude a su condición de autoridad legítimamente reconocida y

cuyos actos declarativos deben ser acatados, lo que anticipa la efectividad de su

habla.

Es importante señalar además que el juez simula imparcialidad, y aumenta su

credibilidad, al dirigirse al zapatero y condenarle a pagar el alimento del canario. La

interpretación de esta sentencia como un acto simulado se basa en los

acontecimientos posteriores que son resultado de la actuación del juez, y los cuales,

dadas sus habilidades cognitivas estaba en capacidad de predecir.

La condena al peregrino añade un elemento de humor al relato no sólo por lo

inesperado –el peregrino se había mostrado triunfante, sino también por lo absurdo y

exagerado de la sentencia. Se comienza así a asomar el verdadero plan del juez: que

el peregrino se fuera y dejara en paz al zapatero. Esto lo ubica más como un defensor

en rescate del personaje en desventaja que como un juez imparcial.

El desenlace del relato evidencia el control del juez sobre otros personajes y

sobre los eventos del entorno:


225

Entonces llamó a los policías, como si tuviera que decirles algo


importante, dejando al peregrino sin vigilancia. Y no hace falta decir que,
cuando miraron, el peregrino había desaparecido; y nunca volvió a mo-
lestar a nadie en Tánger.

He presentado hasta ahora una descripción más bien panorámica de los

cuentos y de sus protagonistas. Estas descripciones generales aportan los elementos

que han conformado la base de datos para un análisis más exhaustivo de los

personajes y sus actuaciones en la interacción con otros personajes de sus mundos

narrados y que los conduce a ocupar distintas posiciones y a asumir distintos roles en

sus relaciones de poder. El lector habrá podido notar algunas coincidencias en la

actuación de diferentes personajes en distintos relatos, así como también algunas

regularidades en cuanto a tramas y tratamiento de temas sociales. Tales regularidades,

o más bien tendencias, se irán haciendo evidentes en los próximos capítulos.


226

CAPÍTULO 6

LA CONSTRUCCIÓN DE LOS PERSONAJES

Abordaré de aquí en adelante los hallazgos de la investigación. Para ello, y

como paso previo, creo necesario resaltar el primero de los supuestos que orientan el

estudio.

Parto del supuesto de que los cuentos infantiles “dibujan” parte de una

realidad en sus mundos narrados. En ella, los personajes se desenvuelven de manera

aproximada a lo que harían personajes reales en un contexto social, aunque adaptado

a los niños, similar al narrado en los textos. Después de todo, estos personajes son

construidos con una dimensión mimética que los aproxima a personas reales y que

son, por cierto, modelos a seguir o a rechazar por parte de los niños en su formación

en valores, uno de los fines últimos de la literatura infantil en la escuela.

Conformaré entonces este capítulo con una descripción de los personajes en

términos de las estrategias discursivas que emplean los autores para su construcción

mimética –su representación como “persona”. En este sentido, he analizado a los

personajes desde las perspectivas de su dimensión psicológica –que agrupa el reporte

de pensamientos, emociones y valores sociales y/o morales de los personajes; su

dimensión material –fundamentalmente sus acciones y los efectos de éstas en el

mundo narrado de cada relato; y de su dimensión comunicativa –la efectividad de sus

actos de habla para influir sobre los otros. Todo ello en consideración a sus

actuaciones como personajes que influyen o son influidos en sus mundos narrados.
227

A este fin, se llevó a cabo el análisis de una muestra de 20 cuentos tomados al

azar del corpus de narraciones literarias para niños en los textos escolares. En total,

estos cuentos incluyen 52 personajes que interactúan en situaciones diversas, siendo

la relación de poder uno de los ejes temáticos centrales en estos cuentos.

6.1. La dimensión psicológica de los personajes.

El estudio de la dimensión psicológica de los personajes agrupa los rasgos

relacionados con su lado cognitivo, emocional, moral y social. Para llevar a cabo esta

parte del estudio, se han considerado las unidades léxico-gramaticales relacionadas

con estos aspectos –procesos relacionales, elementos clausulares de circunstancias,

modificadores y calificadores en grupos nominales, etc. Es de hacer notar que

algunos de estos rasgos se presentan de manera explícita por el narrador o por los

personajes mismos y otros deben inferirse de la actuación, tanto material como verbal

de los personajes, así como de las relaciones lexicales que construyen significados no

siempre obvios. En todo caso, he seguido algunos parámetros derivados de los

planteamientos de Shiro (1997) relacionados con el lenguaje evaluativo, así como los

de White (2005) relacionados con la valoración.

En este sentido, he clasificado estos rasgos de la actividad mental y la

conducta (la actitud social-moral) como positivos o negativos con base en los efectos

que éstos tienen en el desenvolvimiento de los personajes y en las relaciones

interpersonales entre ellos. Mención aparte merece el aspecto de la intencionalidad, la

cual he clasificado como materializada o impedida por ser ésta una categorización

más representativa de la influencia que pueda ejercerse o recibirse del entorno u otros
228

personajes. A efectos de la presentación de estos resultados, el siguiente cuadro

incluye los hallazgos correspondientes a los diferentes aspectos de la dimensión

psicológica de todos los personajes de la muestra, específicamente señalo el número y

el tipo de elementos indicadores de cada uno de los aspectos. Así, por ejemplo, el

signo 4pos en el aspecto de cognición para el aldeano, significa que se encontraron

cuatro elementos indicadores de cognición positiva en la actuación de este personaje.

Asimismo, el signo 1mat en el aspecto de intención de este mismo personajes

significa se encontró un elemento indicador de intencionalidad y que la misma fue

materializada en el relato.

CUADRO 8. La dimensión psicológica de los personajes de la muestra.

C. Soc-
Cuento Personaje Cognición Emoción Intención
Moral
El aldeano y los pasteles muchachos 0 2pos 1imp 3neg
aldeano 4pos 0 1mat 1pos
dioses 0 0 1mat 1pos-1neg
tebanos 1neg 1neg -1pos 0 1neg
El enigma de la esfinge Edipo 2pos 1pos 1mat 2pos
esfinge 2pos 2neg 1imp 3neg
posadero 0 3neg-1pos 0 2neg
El precio del humo sabio 7pos 0 0 3pos
campesino 8neg 2neg 4imp 2pos
El zorro petulante zorro 2neg 1neg 0 2neg
gato 3pos 1pos 0 1pos
El zorro y el armadillo armadillo 1pos 0 1mat 2pos
zorro armad 3neg 1neg 1imp 3neg
Historia de Aziru y Senmut Aziru 2pos 2neg -1pos 1mat 1pos-1neg
Senmut 3neg 4neg 0 1neg
súbditos 0 1neg 0 1neg
La buena pulga y el mal rey rey 1neg-1pos 5neg 1imp 3neg
pulga 1pos 0 2mat 3pos
seguidores 0 0 1mat 1neg
La caída del emperador Porquesí emperador 1neg 1neg 3imp 3neg
pueblo 4pos 3neg-2pos 1imp-1mat 1pos-1neg
La grulla cocinero 4pos 1pos 0 1pos-1neg
caballero 4pos 4neg 1mat 1pos
229

CUADRO 8. La dimensión psicológica de los personajes de la muestra (Cont.)

C. Soc-
Cuento Personaje Cognición Emoción Intención
Moral
diablos 0 3neg 1imp 1neg
La miseria dios mise 0 0 1mat 1pos
herrero 1neg 1neg 1mat 1pos-1neg
tortuga 1pos 1pos 1mat 1pos-1neg
La tortuga y el antílope
antílope 3neg-2pos 2neg 0 2neg
lobo 1neg 0 1imp 1neg
La vaca y el lobo vaca 1pos 0 0 1neg
granjero 2pos 0 0 1pos
anciano 0 4pos 0 1pos
Las dos espadas
caballero 8neg -4pos 0 0 1pos-1neg
otros 0 2neg 0 1neg
Las orejas de Tío Conejo dios 1pos 0 1imp 1pos
Tío Conejo 2neg 1pos 0 2neg
Lo que les pasó a los vieja sapo 1neg 1neg 2imp 2neg
Makunaima Makunaima 1pos 0 3mat 1pos-1neg
bravucón 0 1neg 0 1neg
Los cuatro gaticos
cocopelado 0 4neg 0 2neg
hermanos 0 2pos 1mat 2pos
Los niños que no tenían niños 2pos 1pos 0 1pos
escuelas gobernantes 5neg 0 3mat 2neg
Tío Tigre 0 1neg 0 1pos
Tía Zorra y los peces Tío Zorro 1pos 1pos 1mat 1pos
Tía Zorra 4neg 0 1mat 1pos-1neg
Tío Tigre 0 0 1imp 1neg
Tío Conejo, ladrón de conuco Viejita 1pos 0 3mat 1pos
Tío Conejo 2neg-1pos 0 2imp 1neg
peregrino 1pos 2pos-1neg 0 1neg
Un negocio ruinoso zapatero 1pos 2neg 3imp 1pos
juez 2pos 0 0 1pos

La identificación y clasificación de elementos vinculados a la actividad mental

de los personajes dan cuenta de algunas tendencias que permiten iniciar una

aproximación a los perfiles de desempeño de estos personajes en sus mundos

narrados.
230

6.1.1. La cognición vs. la emoción

Los datos han reflejado una clara distinción entre lo racional y lo emocional.

Si bien es cierto que algunas tendencias en los estudios de conducta no favorecen esta

separación, por cuanto las emociones podrían abordarse como el resultado de un

procesamiento mental previo, también otros estudios –como los dedicados a la

inteligencia emocional, afirman la existencia de una “mente emocional” que

fácilmente podría entrar en conflicto con la “mente racional”, o podrían también

funcionar ambas en equilibrio en algunos individuos.

En todo caso, y aunque no es mi objetivo acá confirmar o refutar estos

planteamientos, es importante señalar que, al menos en cuanto a la representación de

los personajes en sus mundos, se evidencia la presencia de elementos que marcan uno

u otro aspecto por separado, dándose incluso casos en los que no aparece mención

alguna a la emocionalidad o casos en los que no se incluye ningún elemento que

pueda referirnos a la actividad cognitiva racional. Más aún, cualitativamente

hablando, la naturaleza de los elementos cognitivos (positiva o negativa) no siempre

coincide con la naturaleza de los elementos emocionales, como veremos más adelante

en el curso de la exposición y ejemplificación de estos casos. En general, los

personajes de la muestra de cuentos se comportan de manera más racional que

emocional, o vice-versa, y en pocos casos encontramos un equilibrio en el empleo de

elementos de naturaleza cognitiva y emocional. Se genera así cierta noción de

contraposición entre la actividad mental y las emociones.

Esta contraposición se presenta como una estrategia común en la muestra de

cuentos. En el cuadro 9, a continuación, presento los datos referentes a estos aspectos.


231

Se incluyen en él, el número de elementos encontrados y la naturaleza de los mismos.

Por ejemplo, 2pos en la columna de cognición significará que para el personaje se

evidencian dos elementos de cognición positiva en su relato. La última columna

muestra el predominio de un aspecto u otro para cada personaje. De esta manera, por

ejemplo, +emocional significa que para el personaje se encuentran más elementos

indicadores de emoción que de cognición. Asimismo, +racional da cuenta del

predominio de elementos de cognición, y equilibrado señala un igual número de

elementos indicadores de cognición y de emoción en la actuación del personaje.

CUADRO 9. Elementos de cognición y emoción de los personajes en sus cuentos.

Cuento Personaje Cognición Emoción Rasgo Pers.


El aldeano y los muchachos 0 2pos +emocional
pasteles aldeano 4pos 0 +racional
dioses 0 0
El enigma de la tebanos 1neg 1neg -1pos +emocional
esfinge Edipo 2pos 1pos +racional
esfinge 2pos 2neg equilibrado
posadero 0 3neg-1pos +emocional
El precio del humo sabio 7pos 0 +racional
campesino 8neg 2neg +racional
zorro 2neg 1neg +racional
El zorro petulante
gato 3pos 1pos +racional
armadillo 1pos 0 +racional
El zorro y el armadillo
zorro armad 3neg 1neg +racional
Historia de Aziru y Aziru 2pos 2neg -1pos +emocional
Senmut Senmut 3neg 4neg +emocional
súbditos 0 1neg +emocional
La buena pulga y el
rey 1neg-1pos 5neg +emocional
mal rey
pulga 1pos 0 +racional
seguidores 0 0
La caída del
emperador 1neg 1neg equilibrado
Emperador Porquesí
pueblo 4pos 3neg-2pos +emocional
232

CUADRO 9. Elementos de cognición y emoción de los personajes en sus cuentos.


(Cont.)

Cuento Personaje Cognición Emoción Rasgo Pers.


cocinero 4pos 1pos +racional
La grulla
caballero 4pos 4neg equilibrado
diablos 0 3neg +emocional
La miseria dios 0 0
herrero 1neg 1neg equilibrado
tortuga 1pos 1pos equilibrado
La tortuga y el antílope
antílope 3neg-2pos 2neg +racional
lobo 1neg 0 +racional
La vaca y el lobo vaca 1pos 0 +racional
granjero 2pos 0 +racional
anciano 0 4pos +emocional
Las dos espadas
caballero 8neg -4pos 0 +racional
otros 0 2neg +emocional
Las orejas de Tío
dios 1pos 0 +racional
Conejo
Tío Conejo 2neg 1pos +racional
Lo que les pasó a los vieja sapo 1neg 1neg equilibrado
Makunaima Makunaima 1pos 0 +racional
bravucón 0 1neg +emocional
Los cuatro gaticos Cocopelado 0 4neg +emocional
hermanos g 0 2pos +emocional
Los niños que no niños 2pos 1pos +racional
tenían escuelas gobernantes 5neg 0 +racional
Tío Tigre 0 1neg +emocional
Tía Zorra y los peces Tío Zorro 1pos 1pos equilibrado
Tía Zorra 4neg 0 +racional
Tío Tigre 0 0
Tío Conejo,
Viejita 1pos 0 +racional
ladrón de conuco
Tío Conejo 2neg-1pos 0 +racional
peregrino 1pos 2pos-1neg +emocional
Un negocio ruinoso zapatero 1pos 2neg +emocional
juez 2pos 0 +racional

Los personajes +racionales, 24 en total, se distribuyen en dieciséis de los

veinte cuentos, siendo así el tipo de personaje con más aparición en la muestra

estudiada. Por otra parte, los personajes +emocionales, 17 en total, se pueden


233

encontrar en doce de los veinte cuentos, teniendo una menor exhibición general en la

muestra. Pero los personajes que menos se muestran son los que presentan un

equilibrio entre sus elementos cognitivos y emocionales. Estos personajes, siete en

total, aparecen reflejados en igual número de cuentos. Cabe mencionar la existencia

de personajes para los cuales no se presenta evidencia alguna de cognición ni

emoción, en cuatro de los veinte cuentos estudiados. El gráfico 1 ilustra estos

hallazgos:

GRÁFICO 1. Número de personajes según el predominio de sus elementos cognitivos


o emocionales en la muestra

4
7

24

17

+racionales +em ocionales equilibrados s in evidencia

Se pone de manifiesto así cierta tendencia a la construcción de más personajes

para los cuales se resalta más su aspecto cognitivo, por una parte, y un segundo grupo

de ellos para los cuales se muestran más los aspectos de su emocionalidad, por la otra.

La mayoría de los textos presentan estos tipos diferentes de personajes en

interacción, como puede observarse en el cuadro 9, y las interacciones más comunes

se presentan entre personajes con más elementos cognitivos (+racional) y personajes

con más elementos emocionales que cognitivos (+emocional). Este tipo de relación se

encuentra reflejada en ocho de los cuentos: El aldeano y los pasteles –el aldeano más
234

cognitivo y los muchachos más emocionales; Las dos espadas- el anciano más

emocional y el caballero más cognitivo; El precio del humo –el sabio más cognitivo y

el posadero y el campesino más emocionales; Un negocio ruinoso –el juez más

cognitivo y el peregrino y el zapatero más emocionales; Las orejas de Tío Conejo –

dios y Tío Conejo más cognitivos y los demás más emocionales; El enigma de la

esfinge –Edipo racional, los tebanos emocionales; Tía Zorra y los peces –Tía Zorra

racional y Tío Tigre emocional; y La buen Pulga y el mal rey –la pulga más cognitiva

y el rey y sus súbditos más emocionales.

Otros cuatro cuentos presentan la interacción entre personajes con más

elementos cognitivos y personajes con equilibrio en sus elementos de cognición y de

emoción: La grulla –con el cocinero, más cognitivo que emocional y el caballero con

un número balanceado de elementos de cognición y de emoción; Lo que les pasó a

los Makunaima –los makunaima más cognitivos que emocionales y la vieja sapo con

equilibro de ambos tipos de elementos; Tío Conejo ladrón de conuco –Tío Conejo y

la viejita más cognitivos y Tío Tigre sin elementos explícitos de emoción ni de

cognición; y la Tortuga y el Antílope –con la tortuga como personaje equilibrado y el

antílope como personaje más cognitivo.

También se encuentran casos, aunque poco comunes, de interacción entre

personajes +emocionales y personajes equilibrados, lo que se muestra en sólo dos de

los cuentos: La caída del Emperador Porquesí –con el emperador y sus seguidores

como personajes equilibrados y el pueblo como personajes con predominio en lo

emocional; y La miseria, dios y el herrero equilibrados y los diablos más emocionales

que cognitivos. Otro caso poco común, reflejado sólo en dos cuentos, es la inclusión
235

de los tres tipos de personajes: El enigma de la esfinge –Edipo, el personaje

cognitivo, los tebanos, emocionales y la esfinge, personaje con equilibrio de

elementos de cognición y de emoción; y Tía Zorra y los peces –Tía Zorra, personaje

más cognitivo que emocional, Tío Tigre, personajes más emocional que cognitivo, y

Tío Zorro, personaje equilibrado.

Vale la pena mencionar también los cuentos en los que interactúan personajes

con los mismos rasgos psicológicos de cognición/emoción, es decir, todos los

personajes predominantemente cognitivos, o todos sus personajes predominantemente

emocionales. Estos casos representan una pequeña muestra de siete cuentos, y en ella

también aparecen como prominentes las relaciones entre personajes +racionales.

Estas relaciones se encuentran reflejadas en cinco cuentos: El zorro y el armadillo,

Los niños que no tenían escuelas, La vaca y el lobo, Tío Conejo, ladrón de conuco y

El zorro petulante. Dos relatos presentan relaciones entre personajes que están

construidos con más elementos de emoción que de cognición (Historia e Aziru y

Senmut, y Los cuatro gaticos). Ninguno de los cuentos se encuentra construido con

personajes equilibrados solamente.

En pocas palabras, y para resumir, la muestra de cuentos resalta la cognición

por encima de la emoción. Los personajes +racionales aparecen en dieciséis de los

veinte cuentos, mientras que los personajes +emocionales aparecen reflejados en doce

de los veinte relatos. Los personajes con equilibrio cognición/emoción se encuentran

en sólo siete de los veinte cuentos. Estos personajes tienden a combinarse en sus

interacciones. Entre estas combinaciones, las más comunes son la que se dan entre

personajes +racionales y personajes +emocionales y las que ocurren entre personajes


236

+racionales (cuando la interacción ocurre entre personajes de un solo tipo, la

interacción más común es la que ocurre entre personajes +racionales).

Este acercamiento a la psicología de los personajes sólo dibuja una primera

aproximación a la naturaleza de la interacción entre ellos en sus mundos narrados.

Una segunda tendencia identificada en la representación de la dimensión psicológica

de los personajes es la vinculada al carácter positivo o negativo tanto de la cognición

como de la emoción.

Anteriormente hemos visto que existe una mayoría de personajes con una

cognición resaltada –aquellos cuya construcción contiene más elementos de

cognición que de emoción. Dichos personajes se encuentran distribuidos en un mayor

número de relatos, como he sugerido con anterioridad. Una mirada a estos personajes

conduce a distinguirlos como personajes con cognición resaltada positiva o negativa.

Un caso de cognición resaltada positiva es, por ejemplo:

(1) El armadillo meditó en el escondido propósito del zorro, el de


aprovecharse de su trabajo y de sus bienes, y sembró papas. (El zorro
y el armadillo)

El armadillo se encuentra entre los personajes con más elementos de

cognición que de emoción, por lo cual se ubica con cognición resaltada.

Además, he considerado esta cognición como positiva, ya que muestra su

astucia como recurso favorable para la toma de sus decisiones, lo que lo

conduce a un final exitoso en la resolución del relato. Por el contrario, una

cognición resaltada en negativo refiere elementos de pensamiento o percepción

desfavorable para el personaje que implican la falta (o la pérdida) del control

sobre los eventos de la historia. Ejemplo de ello es el zorro en el mismo relato:


237

(2) Pensó enseguida en el armadillo, que es buen labrador, y como tiene


fama de ser poco inteligente, fácilmente podría aprovecharse de su
trabajo. (El zorro y el armadillo)

Se evidencia en este extracto el reporte un estado de pensamiento desfavorable

que refleja una desacertada percepción de los hechos y de las capacidades del otro, por

lo cual resulta burlado y derrotado en sus intenciones como resolución de este relato.

En cuanto a la emocionalidad resaltada, también la muestra de cuentos incluye

elementos de léxico valorativo que permite categorizarla como positiva o negativa.

Veamos un caso de emocionalidad resaltada negativa (ejemplo 3) y positiva (ejemplo

4)

(3) cuando vieron que no se podían bajar, prometieron desesperados que le


perdonarían un año más la vida (La miseria)

(4) El gatico negro, el gatico blanco, y el gatico pardo se pusieron muy


contentos (Los cuatro gaticos)

El cuadro a continuación refleja los hallazgos referentes al carácter positivo o

negativo de los personajes en cuanto a sus aspectos de cognición o emoción. En el

mismo he omitido a los personajes equilibrados o aquellos para los cuales no se

presentaron evidencias de estos aspectos en los relatos. Las clasificaciones +positivo o

+negativo se han hecho con base en el número de elementos indicadores de valoración

positiva o negativa. Así, un personaje con más elementos positivos que negativos en

su cognición, o en su emoción, se ubicará como +positivo dado el predominio de estos

elementos en su actuación.
238

CUADRO 10. El carácter positivo/negativo de la racionalidad/emocionalidad de los


personajes

Rasgo Carácter
Cuento Personaje Cognición Emoción
Predom. Predom.
El aldeano y los muchachos 0 2pos +emocional +positivo
pasteles aldeano 4pos 0 +racional +positivo
El enigma de la Edipo 2pos 1pos +racional +positivo
esfinge tebanos 1neg 1neg -1pos +emocional +negativo
posadero 0 3neg-1pos +emocional +negativo
El precio del humo sabio 7pos 0 +racional +positivo
campesino 8neg 2neg +racional +negativo
zorro 2neg 1neg +racional +negativo
El zorro petulante
gato 3pos 1pos +racional +positivo
armadillo 2pos 0 +racional +positivo
El zorro y el armadillo
zorro 3neg 1neg +racional +negativo
Historia de Aziru y Aziru 2pos 2neg -1pos +emocional +positivo
Senmut Senmut 3neg 4neg +emocional +negativo
súbditos 0 1neg +emocional +negativo
La buena pulga y el
rey 1neg-1pos 5neg +emocional +negativo
mal rey
pulga 1pos 0 +racional +positivo
La caída del
Emperador Porquesí
pueblo 4pos 3neg-2pos +emocional +positivo
La grulla cocinero 4pos 1pos +racional +positivo
La miseria diablos 0 3neg +emocional +negativo
La tortuga y el
antílope
antílope 3neg-2pos 2neg +racional +negativo
lobo 1neg 0 +racional +negativo
La vaca y el lobo vaca 1pos 0 +racional +positivo
granjero 2pos 0 +racional +positivo
anciano 0 4pos +emocional +positivo
Las dos espadas
caballero 8neg -4pos 0 +racional +negativo
otros 0 2neg +emocional +negativo
Las orejas de Tío
dios 1pos 0 +racional +positivo
Conejo
Tío Conejo 2neg 1pos +racional +negativo
Lo que les pasó a los
Makunaima
Makunaima 1pos 0 +racional +positivo
bravucón 0 1neg +emocional +negativo
Los cuatro gaticos Cocopelado 0 4neg +emocional +negativo
hermanos g 0 2pos +emocional +positivo
239

CUADRO 10. El carácter positivo/negativo de la racionalidad/emocionalidad de los


personajes (Cont.)

Rasgo Carácter
Cuento Personaje Cognición Emoción
Predom. Predom.
Los niños que no +racional +positivo
niños 2pos 1pos
tenían
escuelas +racional +negativo
gobernantes 5neg 0
Tío Tigre 0 1neg +emocional +negativo
Tía Zorra y los peces
Tía Zorra 4neg 0 +racional +negativo
Tío Conejo, Viejita 1pos 0 +racional +positivo
ladrón de conuco Tío Conejo 2neg-1pos 0 +racional +negativo
peregrino 1pos 2pos-1neg +emocional +positivo
Un negocio ruinoso zapatero 1pos 2neg +emocional +negativo
juez 2pos 0 +racional +positivo

Se aprecian más personajes con cognición resaltada positiva que negativa, los

cuales se presentan en trece de los cuentos, mientras que los personajes con cognición

resaltada negativa aparecen distribuidos en diez cuentos de la muestra.

Como sugerí anteriormente, no siempre coincide el carácter positivo o

negativo de la cognición con el de la emoción. Primeramente, debo resaltar que en la

mayoría de los casos de cognición resaltada positiva los elementos que indicarían

emoción están totalmente suprimidos, no hay referencia alguna a su estado emocional

en el relato. Tal es el caso de personajes incluidos en nueve de los cuentos: el

aldeano en El aldeano y los pasteles, el armadillo en El zorro y el armadillo, el sabio

en El precio del humo, la viejita en Tío Conejo ladrón de conuco, los Makunaima en

Lo que les pasó a los Makunaima, el juez en Un negocio ruinoso, Dios en Las orejas

de Tío Conejo, la pulga en La buena pulga y el mal rey, y la vaca y el granjero en La

vaca y el lobo; todos ellos actores principales para la resolución del conflicto. Por
240

esta razón, entonces, la tendencia más marcada es hacia personajes con cognición

resaltada positiva sin expresión de emocionalidad alguna.

Los casos de cognición resaltada negativa funcionan de manera similar a los

de los personajes cognitivamente positivos. Para los personajes cognitivamente

negativos también se observa una mayor tendencia hacia la supresión de los aspectos

emocionales. Este es el caso de cinco de los diez cuentos que contienen personajes

con cognición resaltada negativa: los gobernantes en Los niños que no tenían

escuelas, el caballero en Las dos espadas, Tío Conejo en Tío Conejo ladrón de

conuco, Tía Zorra en Tía Zorra y los peces, y el lobo en La vaca y el lobo. Se

encuentran también, y casi en igual proporción, personajes con coincidencia en la

naturaleza negativa de su cognición y de su emocionalidad en cuatro de los diez

cuentos de esta muestra: el Zorro en El zorro y el armadillo, el campesino en El

precio del humo, el zorro en El zorro petulante, y el antílope en La Tortuga y el

Antílope. Sólo se encontró un caso de cognición resaltada negativa en combinación

con una emocionalidad positiva: Tío Conejo en Las orejas de Tío Conejo.

Los personajes +emocionales se encuentran distribuidos en doce de los veinte

cuentos de la muestra. Para este grupo de personajes, también, la naturaleza del

estado emocional pudiera no coincidir con el carácter del estado cognitivo. Hemos

visto que en los casos de cognición resaltada la tendencia más clara es a suprimir los

elementos de estado emocional. Los personajes con emocionalidad resaltada se

presentan similares en el sentido de la supresión del otro aspecto, es decir, se resalta

la emoción y se suprime la cognición, lo cual se expresa en diez de los personajes

distribuidos en ocho de los doce cuentos de este grupo, y ocurre independientemente


241

de la naturaleza positiva o negativa de la emocionalidad. Estos personajes son los

muchachos en El aldeano y los pasteles; el anciano en Las dos espadas; bravucón,

cocopelado y sus hermanos en Los cuatro gaticos; el posadero en El precio del humo;

los diablos en La miseria; los otros en Las orejas de Tío Conejo; los súbditos en La

buena pulga y el mal rey; y Tío Tigre en Tía Zorra y los peces.

Por otra parte, y en cuanto al carácter positivo o negativo de estos aspectos en

los personajes, llama la atención que la mayoría de los personajes +emocionales se

ubican en el lado negativo (opuesto a la mayoría de los personajes +racionales que

muestran un énfasis en el carácter positivo). Este es el caso de once personajes

distribuidos en nueve de los doce cuentos de este grupo: los tebanos en El enigma de

la Esfinge; el posadero en El precio del humo; Senmut en Historia de Aziru y Senmut;

los súbditos y el rey en La buena pulga y el mal rey; los diablos en La miseria; los

otros en Las orejas de Tío Conejo; bravucón y cocopelado en Los cuatro gaticos; Tío

Tigre en Tía Zorra y los peces; y el zapatero en Un negocio ruinoso.

Otro grupo menor, pero igualmente importante, es el de los personajes

+emocionales y de carácter positivo, seis personajes distribuidos también en seis

cuentos distintos: los muchachos en El aldeano y los pasteles; Aziru en Historia de

Aziru y Senmut; el pueblo en La caída del emperador Porquesí; el anciano en Las dos

espadas; los hermanos gatos en Los cuatro gaticos; y el peregrino en Un negocio

ruinoso.

Estos últimos hallazgos pueden visualizarse en el siguiente cuadro resumen:


242

CUADRO 11. Distribución de los personajes según sus rasgos y carácter


predominante.

Personajes +racionales Personajes +emocionales


+positivos +negativos +positivos +negativos
Nº de
14 10 6 11
personajes

O representado gráficamente

GRÁFICO 2. Distribución de los personajes según sus rasgos y carácter predominante.

11
14

6
10

+racionales+positivos +racionales+negativos
+emocionales+positivos +emocionales+negativos

Se aprecia entonces cómo el grupo de personajes +racionales/+positivos

predomina en la muestra. En segundo lugar aparecen los personajes

+emocionales/+negativos. Asimismo, el grupo de personajes

+emocionales/+positivos es minoritario. Puede observarse también que entre los

personajes +negativos los +racionales y los +emocionales se encuentran más o menos

equilibrados, lo cual no sucede entre los personajes +positivos. Esto revela cierta

relación entre el rasgo de la cognición y el carácter positivo de los personajes: la

racionalidad tiende a ser positiva o favorables para el personaje. También se sugiere

alguna vinculación entre la emocionalidad y el carácter negativo: una emocionalidad

resaltada resulta negativa o desfavorable con mayor frecuencia.


243

Como cierre de la exposición referente a los aspectos de la cognición y la

emoción de los personajes, vale la pena considerar también la interacción de los

personajes de acuerdo a la naturaleza positiva o negativa de ellos. Para ello he

considerado los cuatro grupos de personajes arriba identificados.

Ya anteriormente señalé que las interacciones más comunes ocurren entre

personajes +racionales y +emocionales, entre personajes con el mismo rasgo

+racional, y en mucho menor frecuencia entre personajes +emocionales.

Específicamente, se encontraron nueve relaciones entre personajes +racionales y

personajes +emocionales, ocho relaciones entre personajes +racionales, y cinco

relaciones entre personajes emocionales. Ahora bien, estas relaciones además se

distinguen por los rasgos positivos o negativos de la racionalidad o la emocionalidad

de los personajes. En este sentido, los tipos de relaciones construidas en la muestra de

cuentos se distribuyen de la siguiente manera:

CUADRO 12. Número de relaciones entre personajes por sus rasgos y carácter
predominante.

Personaje tipo +rac+pos +rac+neg +emoc+pos +emoc+neg


+rac+pos 0
+rac+neg 7 0
+emoc+pos 2 1 0
+emoc+neg 4 2 4 1

El cuadro es una tabla de doble entrada en la cual se refleja el tipo y número

de relaciones identificadas en la muestra de cuentos. Las clasificaciones de los

personajes exhibidas en el cuadro 12 se muestran tanto en el eje horizontal como en el


244

vertical de manera que se muestra cuántas veces se encuentra cada tipo de relación en

la muestra.

Efectivamente, los personajes +racionales y los +emocionales tienden a

relacionarse más entre sí. Estas relaciones son variadas. Encontramos relaciones entre

personajes +racionales+positivos y personajes +emocionales+positivos. Asimismo,

aparecen relaciones entre personajes +racionales+negativos y personajes

+emocionales+negativos. En ambos tipos de relación sólo se contrasta el rasgo de la

cognición y el de la emoción. Pero el tipo más frecuente es el que involucra a

personajes +racionales+positivos y los +emocionales+negativos, como es el caso de

la de la pulga (cognición positiva) y el rey (emoción negativa) en La buena pulga y el

mal rey. Se resalta así no sólo un contraste entre lo negativo y lo positivo, sino

también la oposición entre lo cognitivo y lo emocional.

Otro tipo de relación que también resalta en la muestra es la que involucra a

los personajes +racionales+positivos con personajes +racionales+negativos, lo cual

sugiere la importancia del aspecto cognitivo, por un lado, y el enfrentamiento entre lo

positivo y lo negativo, por el otro. Es decir, cuando la relación de poder se da entre

personajes +racionales lo que se opone es la naturaleza positiva y la negativa del

aspecto cognitivo de los personajes. Un ejemplo de este tipo de relación, presente en

siete de los cuentos, se refleja en El precio del humo entre el sabio y el campesino: el

sabio esencialmente positivo en su cognición, y el campesino con más elementos

cognitivos de naturaleza negativa que le resultan desfavorables en su actuación.

Asimismo, se encuentran resaltadas en la muestra las relaciones que

involucran a los personajes +emocionales+negativos. Estos personajes interactúan


245

con más frecuencia con personajes +racionales+positivos, como expuse

anteriormente. Pero ellos también se encuentran relacionados con los otros tipos de

personajes, y con más frecuencia aparecen relacionados con los

+emocionales+positivos. Tal es el caso de la relación entre el peregrino y el zapatero

en Un negocio ruinoso. Se resalta así, nuevamente la naturaleza positiva y la negativa

en la emocionalidad, tal como ocurre con los personajes racionales que interactúan

entre sí.

En pocas palabras, al establecer los tipos de relaciones encontrados en la

muestra, se evidencia que las interacciones más frecuentes ocurren entre: i)

personajes +racionales+positivos y personajes +racionales+negativos; b) personajes

+racionales+positivos y personajes +emocionales+negativos; y c) personajes

+emocionales+positivos y personajes +emocionales+negativos. Llama la atención

además que los personajes, con la sola excepción de los +emocionales+negativos, no

se relacionan personajes que exhiben rasgos idénticos de cognición y emocionalidad.

Es decir, los personajes +racionales+positivos nunca se encuentran relacionados entre

ellos, como tampoco los +racionales+negativos, o los +emocionales+positivos.

Pareciera ser, entonces, que en la muestra de literatura infantil estudiada las

relaciones de poder están vinculadas a distinciones entre lo racional y lo cognitivo,

así como entre lo positivo y lo negativo de estos rasgos.

A manera de resumen de lo planteado hasta ahora, el siguiente cuadro

sinóptico muestra los hallazgos en lo concerniente a los aspectos de la cognición y la

emoción.
246

CUADRO 13. Resumen de hallazgos y comentarios concernientes a la cognición y


emoción de los personajes

HALLAZGOS COMENTARIOS
De la presencia, carácter y la naturaleza de los personajes en la muestra
24 personajes +racionales en 16 cuentos: 14
+positivos; 10 +negativos Se evidencia la tendencia a representar
personajes más racionales que emocionales.
17 personajes +emocionales en 12 cuentos: 6 Se privilegia asimismo la naturaleza positiva
+positivos; 11+negativos de la cognición, mientras que la
emocionalidad es frecuentemente asociada
7 equilibrados en 7 cuentos con negatividad.

4 sin evidencia de cognición o emoción en 4


cuentos

De las relaciones encontradas en la muestra


+racional /+emocional: 11 casos en 8 cuentos:
+racional+positivo/ +emocional+negativo: 4 La mayor tendencia es a construir relaciones
+racional+positivo / +emocional+positivo: 2 entre personajes predominantemente
+racional+negativo / +emocional+negativo: 2 racionales con personajes más emocionales.
+racional+negativo / +emocional+positivo: 1 En estos casos, se evidencia además el
contraste entre la cognición positiva y la
+racional / +racional: 7 casos en 4 cuentos: emoción negativa.
+racional+positivo / +racional+negativo: 7
Una segunda tendencia es a relacionar
+emocional / +emocional: 5 casos en 2 cuentos: personajes predominantemente racionales
+emocional+positivo / +emocional+negativo: 4 entre sí, en cuyo caso se contrasta sólo la
+emocional+negativo / +emocional+negativo: 1 naturaleza positiva y negativa de la
cognición.
+racional / equilibrado: 5 casos en 5 cuentos:
+racional+positivo – equilibrado: 3 Se encuentran además relaciones entre
+racional+negativo – equilibrado: 2 personajes de carácter más emocional, en las
cuales también se aprecia la tendencia a
+emocional / equilibrado: 2 casos en 2 cuentos: contrastar la naturaleza positiva y negativa.
+emocionales+positivo – equilibrado: 1
+emocionales+negativo – equilibrado: 1

6.1.2. El aspecto de la conducta social-moral

He explorado el tema de lo social-moral de los personajes en términos de sus

conductas social y/o moralmente reprochables o estimadas. Como sugerí antes, este

aspecto de la psicología de los personajes se encuentra a veces reflejado


247

explícitamente por el narrador en elementos circunstanciales de la cláusula o en

elementos modificadores o calificadores en grupos nominales, así como en

extensiones adverbiales en grupos verbales. Sin embargo, la valoración de las

conductas en algunas ocasiones ha requerido de revisiones y construcciones con base

en señalamientos implícitos que se revelan a través de una concatenación de

elementos lexicales en los co-textos. En consecuencia, tanto los elementos explícitos

por el narrador como las construcciones más implícitas han conducido a la

construcción de una imagen positiva o negativa de los personajes en sus relaciones

interpersonales. Los siguientes extractos de La buena pulga y el mal rey son muestras

de la conducta positiva de la pulga (5) y de la conducta negativa del rey (6):

(5) […] hasta que llegó esto a oídos de una pulga muy amable y de muy
buenos sentimientos. No son así todas las pulgas, pero aquélla había
sido muy bien educada; por lo que sólo picaba a la gente cuando tenía
mucha hambre y aun entonces ponía cuidado en no hacer daño.

(6) Había una vez un rey malo que molestaba mucho a sus súbditos.

Es de hacer notar que en la muestra total se encuentran más personajes

negativos que positivos, y nueve personajes, de los cincuenta y dos de la muestra,

contienen tanto elementos positivos como negativos explícitos en equilibrio. El

próximo cuadro incluye, para cada cuento y personaje, la clasificación de su conducta

social y moral. En dicho cuadro, he conservado las indicaciones concernientes a sus

aspectos de cognición/emoción a fin de facilitar vinculaciones más adelante.


248

CUADRO 14. La evaluación del aspecto social-moral de los personajes

Rasgo Predominante Evaluación conducta


Cuento Personaje cogn/emoc – pos/neg socio-moral
muchachos +emocional+positivo negativa
El aldeano y los pasteles
aldeano +racional+positivo positiva
dioses sin evidencia equilibrado
El enigma de la tebanos +emocional negativa
esfinge Edipo +racional+positivo positiva
esfinge equilibrado negativa
posadero +emocional+negativo negativa
El precio del humo sabio +racional+positivo positiva
campesino +racional+negativo positiva
zorro +racional+negativo negativa
El zorro petulante
gato +racional+positivo positiva
armadillo +racional+positivo positiva
El zorro y el armadillo
zorro +racional+negativo negativa
Historia de Aziru y Aziru +emocional+negativo equilibrado
Senmut Senmut +emocional+negativo negativa
súbditos +emocional+negativo negativa
La buena pulga y el mal +emocional+negativo
rey negativa
rey
pulga +racional+positivo positiva
seguidores sin evidencia negativa
La caída del Emperador equilibrado
emperador negativa
Porquesí
pueblo +emocional+positivo equilibrado
cocinero +racional+positivo equilibrado
La grulla
caballero equilibrado positiva
diablos +emocional+negativo negativa
La miseria dios sin evidencia positiva
herrero equilibrado equilibrado
tortuga equilibrado equilibrado
La tortuga y el antílope
antílope +racional+negativo negativa
249

CUADRO 14. La evaluación del aspecto social-moral de los personajes (Cont.)

Rasgo Predominante Evaluación conducta


Cuento Personaje cogn/emoc – pos/neg socio-moral
lobo +racional+negativo negativa
La vaca y el lobo vaca +racional+positivo negativa
granjero +racional+positivo positiva
anciano +emocional+positivo positiva
Las dos espadas
caballero +racional+negativo equilibrado
otros +emocional+negativo negativa
Las orejas de Tío +racional+positivo
dios positiva
Conejo
Tío Conejo +racional+negativo negativa
Lo que les pasó a los vieja sapo equilibrado positiva
Makunaima Makunaima +racional+positivo equilibrado
bravucón +emocional+negativo negativa
Los cuatro gaticos Cocopelado +emocional+negativo negativa
hermanos +emocional+positivo positiva
Los niños que no tenían niños +racional+positivo positiva
escuelas gobernantes +racional+negativo negativa
Tío Tigre +emocional+negativo positiva
Tía Zorra y los peces Tío Zorro equilibrado positiva
Tía Zorra +racional+negativo equilibrado
Tío Tigre sin evidencia negativa
Tío Conejo, +racional+positivo
Viejita positiva
ladrón de conuco
Tío Conejo +racional+negativo negativa
peregrino +emocional+positivo negativa
Un negocio ruinoso zapatero +emocional+negativo positiva
juez +racional+positivo positiva

Una primera exploración general revela que dieciséis de los cuentos de la

muestra contienen por lo menos un personaje positivo, y diecisiete cuentos incluyen

por lo menos un personaje negativo. Como puede notarse, la mayoría de los cuentos

reflejan la interacción entre personajes moral y socialmente positivos y personajes

negativos, lo cual parece natural dadas las características de la literatura infantil en su

enfoque hacia la formación en valores. Los nueve personajes con rasgos positivos y
250

negativos se distribuyen en igual número de relatos. Es decir, casi la mitad de los

textos incluyen personajes que no son totalmente “buenos” ni totalmente “malos”.

Pero las relaciones entre estos personajes en la muestra de textos son más

variadas de lo que a primera vista pudiera parecer. Como he planteado, en la mayoría

de los cuentos se incluyen personajes positivos y negativos. Las relaciones entre

ellos, sin embargo no se dan siempre uno a uno, es decir, un personaje positivo en

interacción con uno negativo. Tal sencillez se exhibe en sólo cuatro de los textos: El

aldeano y los pasteles, El zorro y el armadillo, Los niños que no tenían escuelas, y El

zorro petulante. Otros tres textos reflejan la relación entre un personaje negativo y

uno con rasgos positivos y negativos: Historia de Aziru y Senmut, Lo que les pasó a

los Makunaima, y La tortuga y el antílope; y sólo dos cuentos colocan en interacción

a un personaje positivo y uno con rasgos positivos y negativos: Las dos espadas, y La

grulla. El resto de los textos muestran relaciones entre más de dos personajes. En

ellos encontramos más personajes con rasgos negativos que personajes positivos o

neutrales, siendo la interacción más común la que se da entre dos personajes

negativos y uno positivo.

Es preciso señalar también que los rasgos positivos o negativos en el aspecto

social-moral de los personajes parecen tener cierta relación con los aspectos de

cognición y emoción. Llama la atención que, por lo general, los personajes positivos

exhiben también una cognición positiva, e igualmente la mayoría de ellos se muestran

emocionalmente positivos, aunque hay excepciones. Veamos estos casos

excepcionales.
251

En El precio del humo, encontramos el único personaje que es moral y a la

vez socialmente positivo, pero no es positivo ni en su cognición ni en su aspecto

emocional. Este personaje es el campesino. Otros dos actores positivos en sus rasgos

sociales y morales (el caballero en La grulla, y el zapatero en Un negocio ruinoso) se

presentan como personajes cognitivamente positivos, pero afectados negativamente

en su emocionalidad. También tenemos un último caso de excepción –Tío Tigre en

Tía Zorra y los peces, quien no da muestra alguna de su lado cognitivo y exhibe una

emocionalidad negativa. En total, son cuatro los personajes que presentan esta

característica en su dimensión psicológica. Vale la pena resaltar que estos cuatro

personajes, cada uno en sus mundos narrados, resultan movidos o influidos por sus

co-protagonistas. En consecuencia, puede deducirse que la construcción de estos

personajes como “víctimas” se logra con una evaluación positiva en su aspecto

social-moral, pero combinando esta positividad con elementos que indican su

afectación racional y emocional.

Si consideramos, por otra parte, a los personajes con rasgos negativos en su

aspecto socio-moral, se observa que raras veces estos personajes tienen una cognición

positiva. Es decir, los aspectos negativos de su conducta muestran un patrón que los

relaciona con una cognición desfavorable, bien por limitaciones cognitivas o bien por

una percepción errada de su realidad. Este es el caso, por ejemplo, del zorro en El

zorro y el armadillo, o del emperador en La caída del emperador Porquesí, o la vieja

sapo en Lo que les pasó a los Makunaima, entre otros. Asimismo, la supresión de

todo rasgo relacionado con la racionalidad se encuentra más en personajes con rasgos

de conducta negativa. Como ejemplo de estos personajes se encuentran los diablos en


252

La miseria, el gato bravucón en Los cuatro gaticos, o el posadero en El precio del

humo.

Debe resaltarse también el hecho de que la emocionalidad de estos personajes

es frecuentemente negativa, como es el caso de Senmut en Historia de Aziru y

Senmut, o del antílope en La tortuga y el antílope, o se encuentra suprimida, como en

el caso de Tío Conejo en Tío Conejo ladrón de conuco, o el lobo en La vaca y el lobo.

Ninguno de estos personajes con rasgos negativos resulta triunfador en sus mundos

narrados, por lo cual se infiere que la construcción de personajes “perdedores” se

apoya en una importante combinación de características negativas tanto en su

conducta socio-moral como en su cognición y emoción.

En pocas palabras, la conducta social y moral de los personajes presenta cierta

vinculación con la racionalidad y emocionalidad de ellos. La evaluación positiva del

aspecto social-moral de los personajes parece estar asociada a una construcción

también positiva del aspecto cognitivo y emocional. Asimismo, la evaluación

negativa de la conducta de los personajes viene frecuentemente acompañada por

elementos negativos en su cognición y emocionalidad.

Los hallazgos anteriores apuntan hacia ciertas consistencias en la construcción

de los personajes en su dimensión psicológica. Para completar esta aproximación, sin

embargo, queda por presentar un último aspecto que bien podría servir como

vinculación de este perfil psicológico y la actuación material de los personajes. Me

refiero específicamente al aspecto de la intencionalidad.


253

6.1.3. La intención

La intencionalidad de los personajes es quizás el elemento menos explícito en

la construcción de la dimensión psicológica de los personajes. Es en este aspecto

donde se encuentra un importante número de personajes para los cuales no se hace

mención alguna de elementos relacionados con sus intenciones. No obstante, es

preciso señalar que estos personajes con intencionalidad suprimida se distribuyen en

igual número de cuentos que los personajes con una intencionalidad materializada

(catorce de los veinte cuentos), por lo cual ambos tipos de personajes gozan del

mismo grado de representación en la muestra. Por otra parte, los personajes con una

intencionalidad impedida, aunque numéricamente inferiores a los anteriores, se

distribuyen en doce de los veinte cuentos. Veamos estos datos numéricos en el

siguiente cuadro.

CUADRO 15. Distribución de los personajes según la construcción de la


intencionalidad

Intencionalidad Intencionalidad expresada


suprimida
Materializada Impedida
Nº de personajes 21 18 13
Distribución en la muestra 14 cuentos 14 cuentos 12 cuentos

En este sentido, entonces, tanto los personajes con intencionalidad suprimida,

como los de intencionalidad expresada materializada y los de intenciones expresadas

impedidas tienen casi la misma representación numérica en los cuentos estudiados.

Presentaré entonces ejemplos de la intencionalidad expresada materializada (7) y


254

expresada impedida (8) para pasar luego a explorar brevemente cada unos de estos

grupos.

(7) A la mañana siguiente, se fueron los dos al riachuelo, al sitio donde


estaban las grullas, pues el caballero quería demostrar que tenía razón.
Cuando llegaron, las grullas estaban dormidas sobre una pata, como
suelen hacer.
[…]
Y dando una palmada, gritó a las grullas. Con el ruido, las grullas se
despertaron, sacaron su otra pata y echaron a volar.
—¿Ves como tienen dos patas? —dijo el caballero enfadado […] (La

grulla)

(8) Cuando el pan se impregnó bien de aquel olor tan suculento, lo retiró
del fuego y se dispuso a comer. Pero al ir a morderlo oyó una voz que
gritaba:
—Te crees muy listo, ¿verdad? Intentabas engañarme, pero tendrás que
pagar por lo que me has robado. (El precio del humo)

Describiré ahora estos grupos de personajes en relación con otros rasgos de su

componente mimético no sin antes mostrar cómo se refleja la intencionalidad para

cada uno de los personajes. En el siguiente cuadro incluyo estos datos en la última

columna. He conservado en él la información concerniente a los otros rasgos de la

dimensión psicológica a fin de facilitar la ubicación de las vinculaciones entre estos

elementos.
255

CUADRO 16. La intencionalidad de los personajes

Rasgo cogn/emoc – C. socio-


Cuento Personaje pos/neg moral
Intención
muchachos +emocional+positivo negativa impedida
El aldeano y los pasteles
aldeano +racional+positivo positiva materializada
dioses sin evidencia equilibrado materializada
El enigma de la tebanos +emocional negativa suprimida
esfinge Edipo +racional+positivo positiva materializada
esfinge equilibrado negativa impedida
posadero +emocional+negativo negativa suprimida
El precio del humo sabio +racional+positivo positiva suprimida
campesino +racional+negativo positiva impedida
zorro +racional+negativo negativa suprimida
El zorro petulante
gato +racional+positivo positiva suprimida
armadillo +racional+positivo positiva materializada
El zorro y el armadillo
zorro armad +racional+negativo negativa impedida
Historia de Aziru y Aziru +emocional+negativo equilibrado materializada
Senmut Senmut +emocional+negativo negativa suprimida
súbditos +emocional+negativo negativa suprimida
La buena pulga y el mal +emocional+negativo negativa impedida
rey rey
pulga +racional+positivo positiva materializada
seguidores sin evidencia negativa materializada
La caída del Emperador equilibrado negativa impedida
Porquesí emperador
pueblo +emocional+positivo equilibrado materializada
cocinero +racional+positivo equilibrado suprimida
La grulla
caballero equilibrado positiva materializada
diablos +emocional+negativo negativa impedida
La miseria dios sin evidencia positiva materializada
herrero equilibrado equilibrado materializada
tortuga equilibrado equilibrado materializada
La tortuga y el antílope
antílope +racional+negativo negativa suprimida
lobo +racional+negativo negativa impedida
La vaca y el lobo vaca +racional+positivo negativa suprimida
granjero +racional+positivo positiva suprimida
anciano +emocional+positivo positiva suprimida
Las dos espadas
caballero +racional+negativo equilibrado suprimida
otros +emocional+negativo negativa suprimida
Las orejas de Tío +racional+positivo positiva impedida
Conejo dios
Tío Conejo +racional+negativo negativa suprimida
Lo que les pasó a los vieja sapo equilibrado positiva impedida
Makunaima Makunaima +racional+positivo equilibrado materializada
256

CUADRO 16. La intencionalidad de los personajes (Cont.)

Rasgo cogn/emoc – C. socio- Intención


Cuento Personaje pos/neg moral
bravucón +emocional+negativo negativa suprimida
Los cuatro gaticos Cocopelado +emocional+negativo negativa suprimida

hermanos g +emocional+positivo positiva materializada


Los niños que no tenían niños +racional+positivo positiva suprimida
escuelas gobernantes +racional+negativo negativa materializada
Tío Tigre +emocional+negativo positiva suprimida
Tía Zorra y los peces Tío Zorro equilibrado positiva materializada
Tía Zorra +racional+negativo equilibrado materializada
Tío Tigre sin evidencia negativa impedida
Tío Conejo, +racional+positivo positiva materializada
ladrón de conuco Viejita
Tío Conejo +racional+negativo negativa impedida
peregrino +emocional+positivo negativa suprimida
Un negocio ruinoso zapatero +emocional+negativo positiva impedida
juez +racional+positivo positiva suprimida

Los personajes para los cuales se suprime todo elemento explícito indicador

de intencionalidad pueden presentarse con rasgos positivos o negativos en sus otros

aspectos psicológicos, como se refleja en el cuadro anterior.

Es de hacer notar, sin embargo, que en su mayoría son personajes

esencialmente negativos, es decir, cuyos aspectos cognitivos, emocionales y de

conducta social son fundamentalmente de naturaleza negativa. Ejemplo de ello son

personajes ya mencionados en ocasión de la revisión de los aspectos previos: el

antílope en La tortuga y el antílope, el zorro en el Zorro petulante, y Senmut en

Historia de Aziru y Senmut. Vale la pena también mencionar a otros personajes

similares cuyo aspecto cognitivo también está suprimido en los textos. Tal es el caso

de personajes como Cocopelado en Los cuatro gaticos, el posadero en El precio del


257

humo, y Tía Culebra y Tío Caimán en Las orejas de Tío Conejo. Estos personajes

muestran elementos negativos en sus otros aspectos psicológicos.

Como señalé más arriba, también se encuentran personajes con

intencionalidad no expresada en los textos pero con rasgos positivos en los demás

aspectos de su perfil psicológico. Estos personajes, expuestos casi en la misma

proporción de cuentos, muestran una diferencia fundamental con los anteriores.

Mientras algunos de los personajes sin intencionalidad expresada y con rasgos

negativos presentan supresión de su aspecto cognitivo, para los personajes sin

intencionalidad expresada y con rasgos positivos tiende a omitirse su lado emocional,

manteniéndose la positividad en sus otros aspectos. En otras palabras, la omisión de

elementos de intencionalidad en personajes negativos tiende a estar relacionada con la

supresión de su cognición, mientras que la omisión de elementos de intencionalidad

en personajes positivos parece vincularse más a la supresión de elementos del aspecto

emocional. Si bien este planteamiento podría no revestir mayor relevancia para la

exploración de la intencionalidad en el perfil psicológico de los personajes, sí sugiere

un nuevo elemento para enfatizar la distinción entre el aspecto racional y el aspecto

emocional de los personajes planteada inicialmente. Retomemos ahora el tema central

del aspecto de intencionalidad: la materialización o no de ésta en el desenvolvimiento

de los personajes.

Los personajes con intencionalidad materializada, ya se ha dicho, se

encuentran exhibidos en más de la mitad de los cuentos estudiados. Son dieciocho

personajes en total, de los cuales sólo tres podrían considerarse como mayormente

negativos en sus otros aspectos: los gobernantes en Los niños que no tenían escuelas,
258

el herrero en La miseria, y Tía Zorra en Tía Zorra y los peces. Tanto los gobernantes

como Tía Zorra muestran una cantidad importante de elementos negativos de

cognición y su emocionalidad es suprimida. El herrero, por otra parte, muestra

elementos negativos en todos los demás aspectos de su dimensión psicológica. El

resto de los personajes contienen una mayor cantidad de elementos positivos en sus

otros aspectos.

Dos detalles llaman la atención en este grupo de personajes con

intencionalidad materializada. En primer lugar, todos los personajes que se

encontraron con equilibro negativo-positivo en su aspecto socio-moral se encuentran

en este grupo. Esto puede hacer que estos personajes “indefinidos” moral o

socialmente sean más identificables como positivos que como negativos, ya que

parecen más similares a los personajes con rasgos positivos e intencionalidad

materializada.

En segundo lugar, más de la mitad de ellos aparecen con su emocionalidad

suprimida. Se repite aquí el patrón de intencionalidad relacionada con cognición

positiva y emocionalidad suprimida. Es decir, se muestra una tendencia hacia la

representación de personajes con mención explícita de su intencionalidad, la cual se

materializa en el desarrollo de los eventos. Tal materialización pareciera entonces

estar relacionada fundamentalmente con una cognición positiva. En otras palabras,

este hallazgo parece sugerir que la materialización de las intenciones es posible

gracias a una emocionalidad controlada y a un pensamiento y una percepción del

entorno favorables en la toma de decisiones que afectarán o influirán de alguna

manera en la transformación del entorno de los personajes.


259

Como contraparte a los anteriores, los personajes con una intencionalidad

explícita impedida, es decir, que no llega a materializarse en el curso de los eventos,

muestran una tendencia importante hacia la negatividad en sus otros aspectos

psicológicos. Entre estos personajes se encuentran los que reflejan elementos

negativos en todos los demás aspectos de su dimensión psicológica: el zorro en El

zorro y el armadillo, la vieja sapo en Lo que les pasó a los Makunaima, y el

emperador en La caída del emperador Porquesí.

En el aspecto específico de su conducta socio-moral, sólo tres de estos

personajes son evaluados positivamente. Dos de ellos, el zapatero en Un negocio

ruinoso, y el campesino en El precio del humo, ya han sido descritos anteriormente

como “víctimas” de sus co-protagonistas, cuya emocionalidad parecía ser influida o

controlada mostrándose como negativa. La intencionalidad impedida de estos

personajes agrega un elemento más a tal descripción.

Llama la atención el aspecto cognitivo en este grupo de personajes, por cuanto

se encuentran entre ellos personajes con cognición negativa, la mayoría de ellos, y

personajes con cognición positiva o suprimida. Esto quiere decir que el predominio

de los elementos cognitivos negativos podría estar relacionado con el hecho de que

estos personajes puedan o no materializar sus intenciones, lo cual es consistente con

los hallazgos para los personajes con intencionalidad materializada, los cuales ponen

en evidencia la relación entre una cognición positiva y tal materialización.

Pero esta diversidad en el aspecto cognitivo se reduce de manera importante

para el aspecto emocional. Al observar la emocionalidad de este grupo de personajes

con intencionalidad impedida, puede observarse un claro predominio de elementos


260

negativos. La emocionalidad negativa, entonces, podría ser un elemento indicador del

fracaso de estos personajes para llevar a cabo las acciones que conlleven a

materializar sus intenciones.

En pocas palabras, la materialización de las intenciones de los personajes en

los cuentos estudiados, está definitivamente relacionada, en primer lugar, con una

cognición positiva y una emocionalidad igualmente positiva o suprimida, mientras

que el hecho de que la intencionalidad de los personajes resulte impedida se relaciona

más con una cognición negativa y una emocionalidad también negativa.

Es importante también destacar que el aspecto social-moral de los personajes

también parece tener relevancia en la materialización de las intenciones. Casi todos

personajes con intencionalidad materializada son también personajes esencialmente

positivos en su conducta social y moral, presentándose el caso contrario para los

personajes con intencionalidad impedida. Se construye así una noción de personajes

psicológicamente positivos, con predominio de una racionalidad positiva (un

pensamiento y una percepción favorable) y una emocionalidad positiva o controlada

que logran materializar sus intenciones, y que, vale decir además, impiden la acción

de los personajes esencialmente negativos (ya que los unos interactúan con los otros),

siendo estos últimos construidos con una cognición negativa o reducida, una

emocionalidad exaltada en su negatividad y, claro está con una conducta

generalmente reprochable.

Es importante señalar que el aspecto de intencionalidad, su materialización o

no, sirve además de punto de partida para la exploración de la dimensión material de


261

los personajes: la realización de lo psicológico en acciones materiales concretas. Este

es el tema de la próxima sección.

6.2. La dimensión material de los personajes.

A partir de la revisión del desarrollo de cada uno de los personajes en sus

relatos, y considerando la actuación de los demás personajes que lo acompañan, fue

posible establecer un perfil de desempeño material de los actores que los distingue,

en primer lugar como personajes iniciadores –los que actúan fundamentalmente por

iniciativa propia, o consecuentes –con marcado predominio de acciones realizadas

como reacción ante el otro o ante los eventos del entorno. Es importante señalar que

las acciones consecuenciales podrían darse por adhesión u obediencia al otro, pero

también como reacción que marcaría resistencia u oposición al contrario. Es por ello

que se hace necesario explorar además hasta qué punto tales acciones tienen algún

efecto en cuanto a: a) transformar el entorno para beneficio o perjuicio propio o del

otro; b) beneficiar directamente al otro; o c) afectar directamente al otro de forma

negativa.

De allí que, y en segundo lugar, el estudio de la dimensión material se

desarrolló también tomando como indicadores los procesos materiales de acción

ejecutados por los personajes en cada uno de sus relatos. Estos procesos,

representados por los verbos, se analizaron a su vez en términos de su conformación

como procesos +meta:

(9)
Colocó el pan sobre el humo
Proceso Meta Circunstancia
(El precio del humo)
262

o como procesos –meta:

(10)
Se fueron los dos al riachuelo
Proceso Actor Circunstancia
(La grulla)

Es preciso recordar que en desarrollos más recientes, los procesos materiales

+meta son denominados procesos transformadores y son a su vez indicadores de la

influencia que puede ejercer un actor sobre su entorno. De allí que tomásemos esta

distinción como elemento importante para comprender la dimensión material de los

personajes cuando el poder es el eje central de su interacción. Vale destacar, además,

que el elemento meta del proceso puede estar representado por otro personaje:

(11)
Dios lo guindó por las dos orejas
Actor Part. afectado Proceso Alcance
(Las orejas de Tío Conejo)

lo cual hace más evidente el ejercicio del poder de un personaje sobre otro, por

cuanto puede mostrarse el efecto beneficioso o perjudicial (como en este caso) sobre

el otro.

Abordaré entonces en primer lugar la distinción entre personajes que actúan

más por iniciativa propia (ver ejemplo 12) y personajes que actúan más de forma

consecuencial (ver ejemplo 13).

(12) Un día, una vaca se escapó del establo en donde estaba y, con la cuerda
a rastras, se puso a pastar en un prado. (La vaca y el lobo)
263

(13) La Esfinge no pudo soportar que Edipo hubiera resuelto el enigma y, llena de
ira, levantó vuelo y voló enloquecidamente hasta que se estrelló contra unas
rocas. (El enigma de la esfinge)

En el próximo cuadro se incluyen los datos relacionados con la actuación

material de los personajes. Para cada uno de ellos se indica el número de procesos

materiales ejecutados por iniciativa propia (IP) y los ejecutados de manera

consecuencial (AC). Se incluye además el número de procesos transformadores

(ATr) y no transformadores (A NOtr) que ejecutan los personajes. En las últimas dos

columnas incluyo la clasificación de los personajes según el predominio de

elementos indicadores de estas categorías en su actuación. Así, un personaje con la

indicación +IP ha mostrado más acciones ejecutadas por iniciativa propia; un

personaje con la indicación +Atr ha ejecutado un mayor número de acciones

transformadoras.
264

CUADRO 17. La acción material de los personajes

Predom
NºA Predom.
Cuento Personaje Nº AIP NºAC NºAtr
NOtr AIP/AC
ATr/A
NOTr
muchachos 0 2 2 0 +AC +Atr
El aldeano y los pasteles
aldeano 4 0 4 0 +IP +Atr
tebanos 0 0 0 0 0 0
El enigma de la dioses 0 1 1 0 +AC +Atr
esfinge esfinge 0 5 0 5 +AC +ANoTr
Edipo 3 0 1 2 +IP +ANoTr
posadero 0 4 1 3 +AC +ANoTr
El precio del humo campesino 2 9 5 6 +AC +ANoTr
sabio 3 0 2 1 +IP +Atr
zorro 4 1 1 4 +IP +ANoTr
El zorro petulante
gato 4 1 0 5 +IP +ANoTr
armadillo 0 9 9 0 +AC +Atr
El zorro y el armadillo
zorro armad 0 1 1 0 +AC +Atr
Historia de Aziru y Senmut 0 2 1 1 +AC Equlib
Senmut Aziru 5 0 0 5 +IP +ANoTr
súbditos 0 5 4 1 +AC +Atr
La buena pulga y el mal
rey rey 3 6 2 7 +AC +ANoTr
pulga 10 0 5 5 +IP Equlib
seguidores 0 8 8 0 +AC +Atr
La caída del Emperador
pueblo 1 3 4 0 +AC +Atr
Porquesí
emperador 3 5 5 3 +AC +Atr
cocinero 3 7 10 0 +AC +Atr
La grulla
caballero 5 1 4 2 +IP +Atr
dios 0 3 1 2 +AC +ANoTr
La miseria herrero 3 2 5 0 +IP +Atr
diablos 3 8 1 10 +AC +ANoTr
antílope 0 2 0 2 +AC +ANoTr
La tortuga y el antílope
tortuga 2 0 1 1 +IP Equlib
granjero 0 1 1 0 +AC +Atr
La vaca y el lobo lobo 0 2 1 1 +AC Equlib
vaca 5 0 1 3 +IP +ANoTr
anciano 2 0 1 1 +IP Equlib
Las dos espadas
caballero 2 4 0 6 +AC +ANoTr
otros 0 2 0 2 +AC +ANoTr
Las orejas de Tío
Tío conejo 0 12 6 6 +AC Equlib
Conejo
dios 1 3 4 0 +AC +Atr
AIP= Acciones por Iniciativa Propia AC= Acciones consecuenciales
Atr= Acciones transformadoras A NOtr= Acciones No transformadoras
265

CUADRO 17. La acción material de los personajes (Cont.)

Predom
NºA Predom.
Cuento Personaje Nº AIP NºAC NºAtr
NOtr AIP/AC
ATr/A
NOTr
Lo que les pasó a los vieja sapo 1 2 1 2 +AC +ANoTr
Makunaima Makunaima 2 5 4 3 +AC +Atr
Cocopelado 0 1 0 1 +AC +ANoTr
Los cuatro gaticos bravucón 0 1 0 1 +AC +ANoTr
hermanos 4 1 4 1 +IP +Atr
Los niños que no tenían niños 0 3 3 0 +AC +Atr
escuelas gobernantes 2 1 3 0 +IP +Atr
Tío Tigre 0 2 0 2 +AC +ANoTr
Tía Zorra y los peces Tía Zorra 0 7 7 0 +AC +Atr
Tío Zorro 3 4 2 4 +AC +ANoTr
Tío Tigre 1 2 1 2 +AC +ANoTr
Tío Conejo,
ladrón de conuco Viejita 1 3 2 2 +AC Equlib
Tío Conejo 2 2 3 1 Equilib +Atr
zapatero 0 1 1 0 +AC +Atr
Un negocio ruinoso juez 1 0 1 0 +IP +Atr
peregrino 4 1 3 2 +IP +Atr
AIP= Acciones por Iniciativa Propia AC= Acciones consecuenciales
Atr= Acciones transformadoras A NOtr= Acciones No transformadoras

Llama la atención que en la mayoría de los relatos con más de dos personajes, la

tendencia es a incluir un personaje iniciador con dos o más consecuentes. Y es que en la

muestra total de personajes se encuentran más personajes consecuentes que iniciadores.

Vale decir también que sólo un personaje, de los cincuenta y dos, exhibe el mismo

número de acciones iniciadoras y consecuentes (Tío Conejo, en Tío Conejo ladrón de

conuco), y únicamente los tebanos en El enigma de la esfinge no ejecutan ninguna acción

material en el relato. En total, se observa un personaje con equilibro en sus acciones, y

uno sin ejecución alguna de acciones. Treinta y cuatro personajes de la muestra,

distribuidos en diecinueve de los veinte cuentos, están construidos con predominio de


266

acciones materiales consecuenciales; otros dieciséis personajes aparecen con predominio

de acciones iniciadoras, en catorce de los textos.

Una diferencia general entre estos dos grupos está en la supresión de acciones del

tipo contrario, es decir, personajes con predominio de acciones iniciadoras sin ejecución

alguna de acciones consecuenciales, y vice-versa. Proporcionalmente, el grupo de

personajes con predominio de acciones consecuenciales sin ninguna ejecución de

acciones por iniciativa propia supera al grupo de personajes iniciadores con total

supresión de acciones consecuenciales. Entre los 34 personajes consecuentes

encontramos 21 sin acciones por iniciativa propia (61.76%); entre los 16 personajes

iniciadores 9 de ellos se exhiben sin ejecución de acciones consecuenciales (56.25%).

Quiere decir esto que entre los personajes predominantemente iniciadores cabe mayor

posibilidad de combinar las acciones por iniciativa propia y las acciones consecuenciales

en la actuación de estos personajes, mientras que el otro grupo de personajes muestra

mayor tendencia a ser predominantemente consecuente y la ejecución de acciones por

iniciativa propia es menos frecuente. El siguiente cuadro sinóptico resume estos

hallazgos.
267

CUADRO 18. Comparación de los hallazgos sobre los personajes +IP y +AC

Personajes +IP Personajes +AC Comentarios


16 en total (30.76% de la 34 en total (65.38% de la Los personajes +AC
muestra). muestra). representan una amplia
mayoría (más del doble de
Distribuidos en 14 Distribuidos en 19 los personajes +IP) y
cuentos. cuentos. aparecen en casi la
totalidad de los cuentos.

9 de ellos (56.25%) sin 21 de ellos (61.76%) sin Los personajes +IP son
acciones consecuenciales. acciones por iniciativa más proclives a ejecutar
propia. también acciones
7 de ellos (43.75%) 13 de ellos (38.23%) con consecuenciales, mientras
ejecutan acciones acciones por iniciativa que los personajes +AC
consecuenciales propia tienen mayor tendencia a
no ejecutar ninguna acción
por iniciativa propia.

De manera general, es preciso mencionar el hecho de que la mayoría de los

cuentos incluyen al menos un personaje con mayor número de acciones ejecutadas

por iniciativa propia en interacción con uno cuyas acciones son predominantemente

consecuenciales. En otras palabras, es común que interactúen personajes iniciadores

con personajes consecuentes, como lo es en el mundo real.

Veamos primero las interacciones menos comunes, las que se muestran en

seis de los cuentos. Un primer caso excepcional es el de El zorro petulante. En este

relato la construcción de la dimensión material de ambos personajes es idéntica.

Ambos actúan más por iniciativa propia y ejecutan, cada uno, sólo una acción

consecuencial. Esto ocurre porque en la mayoría de las acciones se colocan ambos

personajes en el rol de actor conjunto, lo cual se ilustra en


268

(14) El gato y el zorro salieron una tarde de paseo. Se echaron el brazo y


comenzaron a cantar a dúo. (El zorro petulante)

Este es el único cuento de la muestra que exhibe esta situación. Otro caso de

los menos comunes ocurre en cinco relatos en los cuales todos los personajes exhiben

más acciones consecuenciales que por iniciativa propia: Las orejas de Tío Conejo, Tía

Zorra y los peces, La caída del emperador Porquesí, El zorro y el armadillo, y Lo que

les pasó a los Makunaima. Los restantes catorce cuentos colocan a personajes

iniciadores en interacción con personajes que actúan mayormente de manera

consecuencial.

Pareciera lógico pensar que los personajes iniciadores son los que muestran

mayor dominio de su entorno, las circunstancias u otros personajes, iniciando cadenas de

eventos o respondiendo a ellos. Los personajes consecuentes podrían ser los más

influidos, sus acciones, generalmente, no representan una iniciativa para la

transformación de su entorno y se ejecutan en respuesta a los eventos o las actuaciones de

los otros. Podemos tomar estas aseveraciones como una tendencia general. No obstante,

esto no se refleja en el cien por ciento de los casos.

En doce de los cuentos, los protagonistas principales (y triunfadores) se

construyen como actores predominantemente iniciadores, como es de esperarse. Con sus

acciones materiales por iniciativa propia tienden a controlar su entorno, y en

consecuencia la actuación de otros personajes.

Sin embargo, en siete de los veinte cuentos de la muestra, los protagonistas

principales se construyen como personajes materialmente influidos. Tres de ellos, de

hecho, no ejecutan ninguna acción por iniciativa propia (el armadillo, en El zorro y el
269

armadillo; los niños, en Los niños que no tenían escuelas; y Tía Zorra, en Tía Zorra y los

peces) y los restantes muestran un marcado predominio de acciones consecuenciales (el

cocinero en La grulla, los makunaima en Lo que les pasó a los Makunaima, Dios y Tío

Conejo en Las orejas de Tío Conejo, el pueblo en La caída del Emperador Porquesí).

Llamaré a estos personajes “falsos influidos”, pues resultan triunfadores en cada uno de

sus cuentos, terminan por dominar los eventos y a sus co-protagonistas a su favor. Son

personajes que apelan a sus cualidades psicológicas a fin de procesar cognitivamente los

eventos de su entorno y sacar provecho de ellos. ¿Qué marca la diferencia entre estos

personajes y los personajes realmente influidos? Una diferencia fundamental radica en

su dimensión psicológica. Todos estos “falsos influidos” exhiben un predominio de

elementos de cognición y, a excepción de la zorra, esta cognición se muestra positiva,

apuntando esencialmente hacia la astucia de estos personajes. Los personajes influidos,

en cambio, tienden a aparecer como personajes sin elementos de cognición o con estos

elementos resaltados en negativo. Estos personajes, además, actúan siempre por adhesión

u obediencia ciega. Ejemplo de ello son los súbditos en La buena pulga y el mal rey, o

Tío Tigre, Tío Caimán y Tía Culebra en Las orejas de Tío Conejo. Otro aspecto que los

distingue es el dominio del contexto y las estructuras del discurso –evidenciado en su

habla, lo que expondré más adelante.

Pero no podemos desestimar un aspecto importante en el propio sentido de la

acción material. Me refiero específicamente a la interacción en términos de la actuación

de los personajes en sus propios mundos narrados. Y es que más allá de determinar el

predominio de cierto tipo de acciones en la muestra total, debemos considerar también

este aspecto de los personajes en su desempeño con otros personajes con los cuales
270

interactúan. Como ya sugerí anteriormente, la mayoría de los relatos colocan a personajes

predominantemente iniciadores (+IP) con personajes predominantemente consecuentes

(+AC). También señalé que los cuentos con más de dos personajes tienden a incluir uno

solo con predominio de acciones iniciadoras, y que además se aprecian cuentos en los

que todos los personajes actúan de manera predominantemente consecuencial. Pero más

importante aún es el hecho de que existen personajes que ejecutan acciones

mayoritariamente consecuentes y aún así no terminan derrotados en sus cuentos. Esto

sugiere entonces que, por una parte, no todos los personajes predominantemente

iniciadores son totalmente influyentes en su entorno, y por la otra, que no todos los

personajes predominantemente consecuentes son absolutamente influidos.

Se hace necesario entonces estudiar la naturaleza de las acciones materiales en

consideración a los efectos que estas causan tanto en los demás personajes como en el

desarrollo de los eventos de la historia. Abordaré de aquí en adelante la actuación

material de los personajes desde el punto de vista de sus efectos sobre el entorno u otros

personajes y en relación a su desempeño como personajes iniciadores o consecuentes.

Para ello, he clasificados las acciones materiales como i) transformadoras, representadas

por la construcción ‘actor + proceso (+meta/alcance) (+participante

afectado/beneficiario)’, como por ejemplo:

(15) [El campesino] le dio sus cuatro monedas al sabio


Actor Proceso Meta Part. Benef.
(El precio del humo)

y ii) no transformadoras, representadas por la construcción ‘actor + proceso’, como por

ejemplo:
271

(16) Aziru se presentó otra vez en casa de Senmut


Actor Proceso Circunst. Circunst.
(Historia de Aziru y Senmut)

De manera general, vale la pena destacar que la mayoría los personajes

predominantemente iniciadores ejecutan sus acciones materiales también de manera

predominantemente transformadora. De los datos presentados en el cuadro 17, he

extraído los personajes que actúan predominantemente por iniciativa propia (+IP), los

cuales presento a continuación a fin de exponer sus tendencias en cuanto al efecto

transformador de sus acciones:

CUADRO 19. La naturaleza de las acciones de los personajes +IP

Predominio
Cuento Personaje ATr / A NOTr
El aldeano y los pasteles aldeano +Atr
El enigma de la esfinge Edipo +ANoTr
El precio del humo sabio +Atr
zorro +ANoTr
El zorro petulante
gato +ANoTr
Historia de Aziru y Senmut Aziru +ANoTr
La buena pulga y el mal rey pulga AEq
La grulla caballero +Atr
La miseria herrero +Atr
La tortuga y el antílope tortuga AEq
La vaca y el lobo vaca +ANoTr
El zorro y el armadillo anciano AEq
Los cuatro gaticos hermanos +Atr
Los niños que no tenían escuelas gobernantes +Atr
juez +Atr
Un negocio ruinoso
peregrino +Atr

+Atr = Predominio de acciones transformadoras


+A NOTr = predominio de acciones no transformadoras
AEq = acciones transformadoras y no transformadoras en equilibrio
272

A fin de facilitar la visualización de las proporciones de los personajes +IP en

cuanto a la naturaleza transformadora de sus acciones presento el siguiente gráfico.

GRÁFICO 3. Número de personajes +IP según la naturaleza transformadora o no


transformadora de sus acciones.
Personajes +IP

+Atr +ANOtr Aeq

En este grupo de personajes, dieciséis en catorce de los cuentos, se muestran ocho

con predomino de acciones transformadoras y cinco con un mayor número de acciones

no transformadoras. Sólo tres de ellos muestran un balance en su actuación material,

ejecutando acciones de ambos tipos. No sucede así en la muestra de personajes

predominantemente consecuentes. Este grupo, treinta y cuatro en diecinueve de los

cuentos, presenta un balance de personajes en el predominio de ambos tipos de acciones

materiales: catorce personajes, en diez cuentos, muestran predominio de acciones

transformadoras y quince, en once cuentos, ejecutaron más acciones no transformadoras.

Cinco personajes de este grupo ejecutaron sus acciones transformadoras y no

transformadoras en equilibrio. Quiere decir esto que los personajes iniciadores tienen

mayor tendencia a influir sobre su entorno y sobre otros personajes, mientras que los

personajes con predominio de acciones consecuenciales pueden ejecutarlas igualmente

con o sin influencia sobre su entorno. Examinemos estas tendencias en mayores detalles.
273

Como ya he señalado, catorce cuentos incluyen personajes predominantemente

iniciadores. En siete de ellos ocho personajes iniciadores ejecutan también un mayor

número de acciones transformadoras. Ahora bien, estas acciones transformadoras se

presentan más frecuentemente con la forma ‘proceso (+meta) +participante

afectado/beneficiario’ que como ‘proceso+meta’. Esto sugiere una tendencia hacia la

construcción de personajes iniciadores con acciones materiales que no sólo influyen

sobre los elementos del entorno, sino que además, y en mayor medida, ejercen cierto

grado de control sobre otros personajes, afectándolos negativamente en algunos casos o

beneficiándolos en otros. Un caso que vale la pena destacar como ejemplo es el del

herrero en La miseria. Allí, de las cinco acciones materiales ejecutadas por este

personaje, se encuentran dos que afectan negativamente a los diablos:

(17) […] éste los detuvo; y

(18) el herrero les dio de palos,

pero también ejecuta una acción en su beneficio:

(19) los dejó salir

Se observan además dos acciones en beneficio de dios:

(20) le dio hospedaje; y

(21) colocaron herraduras nuevas al caballo del anciano.

Otro caso similar es el de los hermanos gatos en Los cuatro gaticos, que actúan

en beneficio de su hermano menor y también afectan negativamente al gato bravucón.

Por otra parte, el grupo de personajes con predominio de acciones

consecuenciales, superior numéricamente a los personajes que actúan por iniciativa


274

propia, también presenta algunos contrastes. En el cuadro 20 presento una relación de

estos personajes y la naturaleza predominante de sus acciones.

CUADRO 20. La naturaleza de las acciones de los personajes +AC

Predominio
Cuento Personaje
ATr / A NOTr
El aldeano y los pasteles muchachos +Atr
dioses +Atr
El enigma de la esfinge
esfinge +ANoTr
El precio del humo posadero +ANoTr
campesino +ANoTr
El zorro y el armadillo armadillo +Atr
zorro +Atr
Historia de Aziru y Senmut Senmut AEq
súbditos +Atr
La buena pulga y el mal rey
rey +ANoTr
seguidores +Atr
La caída del Emperador Porquesí
pueblo +Atr
emperador +Atr
La grulla cocinero +Atr
dios +ANoTr
La miseria
diablos +ANoTr
La tortuga y el antílope antílope +ANoTr
granjero +Atr
La vaca y el lobo
lobo AEq
Las dos espadas caballero +ANoTr
otros +ANoTr
Las orejas de Tío Conejo Tío Conejo AEq
Dios +Atr
vieja sapo +ANoTr
Lo que les pasó a los Makunaima
Makunaima +Atr
cocopelado +ANoTr
Los cuatro gaticos
bravucón +ANoTr
Los niños que no tenían escuelas niños +Atr
Tío Tigre +ANoTr
Tía Zorra y los peces Tía Zorra +Atr
Tío Zorro +ANoTr
Tío Tigre +ANoTr
Tío Conejo, ladrón de conuco
viejita AEq
Un negocio ruinoso zapatero +Atr
+Atr= predominio de acciones transformadoras
+A NOTr = predominio de acciones no transformadoras
AEq = acciones transformadoras y no transformadoras en equilibrio
275

La representación gráfica de estos datos permite observar las diferencias

numéricas en cuanto a los efectos transformadores o no de estos personajes +AC.

GRÁFICO 4 Número de personajes +AC según la naturaleza transformadora o no


transformadora de sus acciones.

Personajes +AC

15

15

+Atr +Anotr Aeq

Once de los cuentos exhiben actores fundamentalmente consecuentes con un

mayor número de acciones no transformadoras (+ANotr). Llama la atención en este

grupo la ejecución de un número importante de acciones materiales por parte de algunos

personajes en comparación con sus co-protagonistas en sus cuentos. Tomemos por

ejemplo a los diablos en La miseria. En este relato, los diablos ejecutan diez acciones

consecuenciales y todas se presentan como no transformadoras. Su co-protagonista en

cambio, ejecuta sólo cinco acciones, todas transformadoras. Se encuentran otros casos

similares que establecen un contraste entre una mayor ejecución de procesos materiales

consecuenciales y no transformadores de algunos personajes y una poca ejecución de

acciones, pero con efectos transformadores por parte del otro. Estos casos son el

caballero y el anciano en Las dos espadas, el campesino y el sabio en El precio del humo,

el rey y la pulga en La buena pulga y el mal rey, el gato bravucón y los hermanos gatos
276

en Los cuatro gaticos, y el antílope y la tortuga en La tortuga y el antílope. En pocas

palabras, seis de estos once cuentos establecen un contraste en la actuación material de

sus personajes, colocando personajes consecuentes con acciones no transformadoras en

interacción con personajes iniciadores con acciones transformadoras.

Pero este contraste también se encuentra presente en otro grupo de personajes.

Otros doce cuentos incluyen actores predominantemente consecuentes que ejecutan

mayor número de acciones materiales transformadoras, presentándose así personajes que

aun siendo consecuentes, actúan de manera similar a la mayoría de los actores iniciadores

en el sentido de los efectos que tienen sobre su entorno y sobre otros personajes. Vale

decir además que siete de estos diez cuentos asignan estas mismas características a su

protagonista principal (el triunfador): actores que actúan como consecuencia de los

eventos, o en respuesta a ellos, pero que además influyen en el desarrollo de los mismos,

siendo fundamentalmente transformadores en su actuación material. Este es el caso del

armadillo en El zorro y el armadillo, los niños en Los niños que no tenían escuelas, el

cocinero en La grulla, los makunaima en Lo que les pasó a los Makunaima, dios en Las

orejas de Tío Conejo, el pueblo en La caída del emperador Porquesí, y Tía Zorra en Tía

Zorra y los peces.

Una diferencia entre estos personajes consecuentes-transformadores y los del

grupo de iniciadores-transformadores, además de la obvia, es que los primeros

muestran una mayor tendencia hacia la ejecución de acciones representadas por la

forma ‘proceso+meta’, impactando más sobre los objetos de su entorno, mientras que

los segundos exhiben con mayor frecuencia acciones materiales representadas en la

forma ‘proceso+participante afectado/beneficiario’. Quiere decir esto que las


277

transformaciones ejecutadas por los personajes consecuentes tienden a incidir más

sobre el entorno que sobre otros personajes. Los personajes iniciadores, en cambio,

tienden a actuar procurando una transformación que impacta más sobre las ‘personas’

que sobre los objetos del entorno.

Visto de otra forma, y para resumir, he identificado tres tendencias en la

construcción de la dimensión material de los personajes. La primera agrupa

personajes cuya actividad material es transformadora y se ejecuta por iniciativa

propia. Estos actores además ejercen control no sólo sobre los objetos de su entorno,

sino también sobre otros personajes, algunas veces de manera positiva y algunas otras

de forma negativa. Es decir, son actores con la habilidad de hacer cosas y de

transformar sus realidades. Son estos los agentes de cambio en sus mundos narrados.

Una segunda tendencia es la de personajes transformadores que actúan de manera

predominantemente consecuencial. Estos actores tienden a responder a los eventos

ejecutando acciones que conducen a la transformación de su realidad, pero

fundamentalmente sobre los objetos de su entorno y con poca o ninguna influencia

material sobre sus co-protagonistas. El tercer grupo de actores se conforma por

personajes cuyas acciones se construyen sin elementos afectados. Su acción,

predominantemente consecuencial, no surte efectos materiales directos ni sobre su

entorno ni sobre los demás personajes.

A este punto, vale la pena establecer algunas conexiones entre estas

tendencias en la dimensión material y la dimensión psicológica tratada anteriormente.

En cuanto a algunos aspectos de la dimensión psicológica de los personajes en los

tres grupos señalados, se pueden encontrar también algunas tendencias en lo referente


278

a su cognición y emoción, a su intencionalidad y a la evaluación de su lado social y

moral.

Presento a continuación los personajes que ejecutan más acciones por

iniciativa propia (+IP) y cuyas acciones son predominantemente transformadoras

(+Atr). Incluyo para este grupo sus rasgos psicológicos.

CUADRO 21. Los personajes +IP +Atr y sus rasgos psicológicos

EVAL.
RASGO
CUENTO PERSONAJE SOCIO- INTENCIÓN
COGN/EMOC
MORAL
El aldeano y los pasteles aldeano +racional+positivo positiva materializada
El precio del humo sabio +racional+positivo positiva suprimida
La grulla caballero equilibrado positiva materializada
La miseria herrero equilibrado equilibrado materializada
Los cuatro gaticos hermanos +emocional+positivo positiva materializada
Los niños que no tenían escuelas gobernantes +racional+negativo negativa materializada
juez +racional+positivo positiva suprimida
Un negocio ruinoso
peregrino +emocional+positivo negativa suprimida

En el grupo de siete cuentos que contienen a los personajes con actuación

material transformadora y por iniciativa propia, se exhibe también una tendencia

hacia una mayor cognición que emoción. Asimismo, estos cuentos muestran más la

intencionalidad expresada explícitamente, la cual en la mayoría de los casos resulta

materializada. Es de hacer notar también que la mayoría de estos personajes son

evaluados de manera positiva, ya que contienen más elementos de esta naturaleza no

sólo en su desempeño moral y social, sino también en su aspecto cognitivo y

emocional.
279

El segundo grupo, con personajes de acción transformadora aunque

consecuencial se reflejan en doce cuentos. El cuadro a continuación muestra los

rasgos psicológicos de estos personajes.

CUADRO 22. Los personajes +AC +Atr y sus rasgos psicológicos

EVAL.
RASGO
CUENTO PERSONAJE SOCIO- INTENCIÓN
COGN/EMOC
MORAL
El aldeano y los pasteles muchachos +emocional+positivo negativa impedida
El enigma de la esfinge dioses sin evidencia equilibrado materializada
armadillo +racional+positivo positiva materializada
El zorro y el armadillo
zorro +racional+negativo negativa impedida
La buena pulga y el mal rey súbditos +emocional+negativo negativa suprimida
seguidores sin evidencia negativa materializada
pueblo +emocional+positivo equilibrado materializada
La caída del Emperador Porquesí
emperador equilibrado negativa impedida
La grulla cocinero +racional+positivo equilibrado suprimida
La vaca y el lobo granjero +racional+positivo positiva suprimida
Las orejas de Tío Conejo dios +racional+positivo positiva impedida
Lo que les pasó a los Makunaima Makunaima +racional+positivo equilibrado materializada
Los niños que no tenían escuelas niños +racional+positivo positiva suprimida
Tía Zorra y los peces Tía zorra +racional+negativo equilibrado materializada
Un negocio ruinoso zapatero +emocional+negativo positiva impedida

Se aprecia, igual que en los anteriores, una mayor exposición de la cognición.

En el aspecto de la intencionalidad, sin embargo, comienzan a registrarse diferencias,

ya que la intención materializada es proporcionalmente menor en este grupo que en el

anterior, y comienzan a mostrarse los casos de intención impedida. De manera

similar, la evaluación positiva de la actuación de estos personajes disminuye respecto

del primer grupo.

El tercer grupo, que expone personajes de actuación no transformadora y

consecuencial, se presenta en el siguiente cuadro.


280

CUADRO 23. Los personajes +AC +ANotr y sus rasgos psicológicos

EVAL.
RASGO
CUENTO PERSONAJE SOCIO- INTENCIÓN
COGN/EMOC
MORAL
El enigma de la esfinge esfinge equilibrado negativa impedida
posadero +emocional+negativo negativa suprimida
El precio del humo
campesino +racional+negativo positiva impedida
La buena pulga y el mal rey rey +emocional+negativo negativa impedida
dios sin evidencia positiva materializada
La miseria
diablos +emocional+negativo negativa impedida
La tortuga y el antílope antílope +emocional+negativo negativa impedida
Las dos espadas caballero +racional+negativo equilibrado suprimida
Las orejas de Tío Conejo otros +emocional+negativo negativa suprimida
Lo que les pasó a los Makunaima vieja sapo +emocional+negativo negativa suprimida
cocopelado +emocional+negativo negativa suprimida
Los cuatro gaticos
bravucón +emocional+negativo negativa suprimida
Tío Tigre +emocional+negativo positiva suprimida
Tía Zorra y los peces
Tío Zorro equilibrado positiva materializada
Tío Conejo, ladrón de conuco Tío Tigre sin evidencia negativa impedida

Este grupo da muestras de una actuación general de sus actores que difiere de

manera importante de los dos grupos anteriores. En primer lugar, no puede

identificarse una tendencia hacia la cognición o hacia la emoción, ya que se aprecia

igual número de personajes predominantemente cognitivos y predominantemente

emocionales, y también igual número de personajes con equilibrio de estos dos

aspectos. Por otra parte, y en cuanto al aspecto de la intención, la mayor tendencia es

hacia la falta de expresión explícita de elementos que sugieran la intencionalidad de

los personajes, lo cual constituye otra diferencia importante con los grupos anteriores,

para los cuales la intencionalidad expresada se encuentra en la mayoría de los casos.

Pero la diferencia más marcada entre este tercer grupo y los anteriores se encuentra

en la representación de la evaluación general negativa de estos personajes, la cual es

muy superior proporcionalmente.


281

En pocas palabras, las tendencias en la construcción de la actuación material

de los actores en la muestra de cuentos parecen estar relacionadas con tendencias en

la construcción de aspectos psicológicos, siendo las más marcadas la relación entre la

naturaleza transformadora de la acción y la naturaleza positiva o negativa de

evaluación general del lado psicológico –en lo cognitivo, emocional y moral. Los

agentes de cambio en la muestra de relatos tienden a ser más cognitivos que

emocionales y su evaluación general es positiva. Por el contrario, los agentes

consecuenciales y no transformadores, los que están sujetos a los cambios impuestos

por las circunstancias y los otros personajes son evaluados mayormente como

personajes negativos.

Se han planteado hasta ahora dos de los aspectos que conforman el perfil

general de los personajes. Abordaré entonces el tercer aspecto, el habla de los

personajes, a fin de completar la exploración de estos personajes en términos de su

desempeño para ejercer control sobre otros personajes e influir sobre el desarrollo de

los eventos en sus mundos narrados.

6.3. La dimensión comunicativa de los personajes.

Con el estudio de la dimensión comunicativa de los personajes intento

explorar hasta qué punto el habla de los personajes es utilizada como estrategia de los

autores para construir una visión de personajes influyentes. He considerado acá el

estudio de la efectividad o influencia de los actos de habla emitidos por los

personajes. Para ello se tomó en cuenta el efecto que cada acto de habla
282

produce, bien en la actuación de otros personajes en lo inmediato, o bien los

eventos generales que surgen como consecuencia del habla de cada personaje.

Atendiendo al principio de causalidad de Labov (1997), he analizado cada una

de las intervenciones de los personajes en sus cuentos, y siguiendo los mismos

procesos anteriores he revisado la actuación de cada personaje en relación con sus co-

protagonistas en sus relatos. Con el criterio de si un acto de habla produce una

reacción en el interlocutor y/o influye en el desarrollo de los acontecimientos, si no

produce ningún efecto en otros personajes o en los eventos, o si es sólo un acto

producto de la reacción a la actuación de otros personajes, he clasificado estos actos

como +efectivos, -efectivos o reactivos, respectivamente. Cabe decir que un acto de

habla pudiera ser reactivo en tanto se produzca como respuesta inmediata a otro

personaje o a un evento en particular, como la respuesta de Tío Tigre en el siguiente

extracto:

(22) […]
–Que me tienen aquí amarrado para obligarme a casar con la hija del rey.
–¡Caramba, Tío Conejo, déjeme su puesto que yo sí me quiero casar con la
hija del rey!, dijo Tío Tigre. (Tío Conejo, ladrón de conuco)

Sin embargo, tal reacción pudiera a su vez generar efectos en la actuación de

otros. En estos casos, estos actos fueron clasificados como +efectivos y no como

reactivos. Como ejemplo de ello tenemos:

(23) — ¿Cuántos pasteles te atreverías a comer en una comida?


—¡Hombre! Me comería quinientos.
—¡Quinientos! ¡Dios nos libre!
283

En este extracto, los muchachos intentan retar al aldeano, cuya intervención

aparentemente reactiva (resaltada en negrillas) surte un efecto inmediato en el habla

de sus interlocutores.

Es preciso señalar también que aunque un acto reactivo no tenga

consecuencias inmediatas, por el hecho de derivarse de la actuación de otro, se ha

mantenido como reactivo y no como –efectivo. Los actos –efectivos, por otra parte,

implican una intervención espontánea, no reactiva, sin efectos en la actuación de

otros o con un efecto que desafía la voluntad del hablante. Esto puede ilustrarse en:

(24) Pasaron tres días, y el peregrino volvió con el canario.


—Devuélveme mis monedas y toma tu pájaro.
—Yo no quería vendértelo. Fuiste tú quien insistió en comprarlo. Y ahora
vienes a molestarme otra vez. ¿Qué derecho tienes a hacer eso?
(Un negocio ruinoso)

En este extracto, el peregrino emite un acto directivo. La actuación verbal de

su interlocutor, sin embargo, no refleja el efecto esperado, ya que el zapatero se

muestra reacio a complacer la petición del peregrino. De allí entonces que el acto

directivo resulte inefectivo, o –efectivo.

La clasificación de estos actos de habla se llevó a cabo independientemente de

la denominación que ellos tienen en la teoría de actos de habla, ya que un acto

directivo puede o no ser efectivo –no todas las órdenes se cumplen y no todas las

preguntas obtienen respuestas por parte de los interlocutores. Así, un acto directivo,

por ejemplo, puede haber sido clasificado como +efectivo o como –efectivo y un acto

compromisorio pudiera igualmente encontrarse como reactivo o como +efectivo o

incluso como –efectivo, dependiendo siempre del co-texto en cada narración.


284

De manera general, se observa un predominio importante del reporte de habla

directa sobre los reportes de habla indirecta y libre, dando así oportunidad al lector de

“escuchar” directamente al personaje y permitiendo un mayor acceso al mismo. Sin

embargo, algunas intervenciones de los personajes se dan en forma de reportes de

habla indirecta o reportes de habla libre. El ejemplo 25 refleja un reporte de habla

indirecta, el ejemplo 26 es un caso de reporte de habla libre:

(25) Entonces, el caballero le preguntó por qué tenía una sola pata. (La
grulla)

(26) […] la vieja sapo los maldecía (Lo que les pasó a los Makunaima)

Estas categorizaciones ya han sido explicadas en el capítulo 4 del marco

teórico, lo importante a señalar acá es que todos los casos de actuación verbal

reportados como habla directa, indirecta o libre han sido considerados para el estudio

de la dimensión comunicativa de los personajes. A continuación presento los

hallazgos concernientes a la actuación verbal de los personajes.

CUADRO 24. La dimensión comunicativa de los personajes

Descripción.
Cuento Personaje Nº I.E. Nº I.I. Nº I.R.
Personaje
El aldeano y los pasteles aldeano 6 0 0 +efectivo
muchachos 1 1 5 +reactivo
esfinge 2 1 0 +efectivo
El enigma de la esfinge Edipo 2 0 2 efect/react
dioses 5 0 0 +efectivo
tebanos 1 0 1 efect/react
posadero 7 2 2 +efectivo
El precio del humo
sabio 6 0 0 +efectivo
campesino 0 0 6 +reactivo
El zorro petulante zorro 0 0 2 +reactivo
gato 2 0 0 +efectivo
Nº I.E. = Número de intervenciones efectivas. Nº I.I. = Número de intervenciones inefectivas
Nº I.R. = Número de intervenciones reactivas
285

CUADRO 24. LA dimensión comunicativa de los personajes (Cont.)

Descripción.
Cuento Personaje Nº I.E. Nº I.I. Nº I.R.
Personaje
El zorro y el armadillo zorro armad 4 0 0 +efectivo
armadillo 0 0 4 +reactivo
Historia de Aziru y Senmut Aziru 8 0 1 +efectivo
Senmut 0 0 7 +reactivo
pulga 4 1 1 +efectivo
La buena pulga y el mal rey
rey 4 1 4 efect/react
súbditos 0 0 0 0
emperador 3 0 1 +efectivo
La caída del emperador Porquesí
pueblo 0 0 0 0
seguidores 0 0 0 0
La grulla cocinero 4 0 0 +efectivo
caballero 1 1 4 +reactivo
dios 2 0 0 +efectivo
La miseria
herrero 4 0 0 +efectivo
diablos 0 1 3 +reactivo
tortuga 3 0 0 +efectivo
La tortuga y el antílope
antílope 2 0 2 efect/react
vaca 2 0 0 +efectivo
La vaca y el lobo
lobo 0 1 1 inefect/react
granjero 0 0 0 0
Las dos espadas caballero 0 1 8 +reactivo
anciano 12 0 0 +efectivo
Tío Conejo 4 1 0 +efectivo
Las orejas de Tío Conejo
dios ore 2 0 0 +efectivo
otros 0 0 2 +reactivo
Lo que les pasó a los Makunaima Makunaima 2 0 0 +efectivo
vieja sapo 0 0 4 +reactivo
cocopelado 0 0 2 +reactivo
Los cuatro gaticos
hermanos 3 0 0 +efectivo
bravucón 0 0 2 +reactivo
Los niños que no tenían escuelas gobernantes 0 0 4 +reactivo
niños 2 0 0 +efectivo
Tía zorra 5 0 0 +efectivo
Tía Zorra y los peces
Tío zorro 2 1 1 +efectivo
Tío Tigre 0 0 2 +reactivo
Tío conejo 2 0 2 efect/react
Tío Conejo, ladrón de conuco
Viejita 0 1 0 inefectino
Tío Tigre 0 0 2 +reactivo
zapatero 0 0 4 +reactivo
Un negocio ruinoso
peregrino 3 3 0 efect/inefect
juez 2 0 0 +efectivo
Nº I.E. = Número de intervenciones efectivas. Nº I.I. = Número de intervenciones inefectivas
Nº I.R. = Número de intervenciones reactivas
286

Se aprecia en la muestra que, con una sola excepción, los cuentos incluyen al

menos un personaje predominantemente efectivo en su habla. Llamaré

predominantemente efectivos (+efectivos) a los personajes cuya actuación verbal

contiene un más intervenciones +efectivas que de cualquiera de los otros tipos.

Quince de los cuentos, incluyen personajes que se muestran predominantemente

reactivos –con más actos reactivos que de otro tipo, y sólo uno presenta a un

personaje predominantemente inefectivo. Quiere decir esto que el tipo de personaje

que más abunda en la muestra es el personaje cuya actuación verbal resulta efectiva

(por tanto influyente sobre la actuación de los demás personajes) y el segundo tipo

más frecuente es el personaje reactivo (+reactivo). El personaje predominantemente

inefectivo sólo se encuentra en un relato (la viejita en Tío Conejo, ladrón de conuco),

y con sólo una intervención.

Algunos personajes presentan un habla combinada, con igual número de

intervenciones efectivas, inefectivas y/o reactivas. Estas combinaciones se dan de la

siguiente forma en la muestra: cinco personajes, expuestos en cuatro relatos,

combinan el habla efectiva y el habla reactiva; otros cinco personajes, en igual

número de cuentos, combinan el habla inefectiva y el habla reactiva; y sólo uno

muestra igual número de intervenciones efectivas e inefectivas.

Tomando en consideración estos datos generales puede deducirse entonces

una tendencia hacia la construcción de personajes +efectivos y personajes +reactivos

en interacción en la mayoría de los relatos. Esta es la relación más común en la

muestra de cuentos. Nueve de los veinte cuentos presentan el intercambio entre


287

personajes cuyas intervenciones son mayoritariamente efectivas y personajes cuyas

intervenciones son predominantemente reactivas. Vale decir además que con

excepción del armadillo, en El zorro y el armadillo, los personajes de habla efectiva

en este grupo de relatos son los protagonistas principales, los triunfadores en sus

mundos narrados. Veamos sólo algunos ejemplos.

El aldeano en El aldeano y los pasteles, los niños en Los niños que no tenían

escuelas, Aziru, en Historia de Aziru y Senmut, y el herrero en La miseria, son

algunos de los ejemplos más resaltantes de personajes con alto dominio del contexto

y de las estructuras del discurso. Tal dominio se manifiesta en los efectos perloctivos

de sus actos de habla, los cuales en la mayoría de los casos se representan como actos

aseverativos, pero que funcionan como directivos. Sus interlocutores terminan por

actuar (verbal o materialmente) como ellos desean: el aldeano, insistiendo en que

puede comerse quinientos pasteles, induce a los muchachos a aceptar una apuesta, la

cual resolverá su problema inicial; los niños utilizan la conocida rivalidad de sus

gobernantes para manipular sus actuaciones y hacerlos tomar decisiones a favor de su

pueblo; Aziru le hace creer al tacaño que éste es favorecido por los dioses y así le

hace entregar (y perder) su vajilla más valiosa; el herrero ofrece descanso, alimento y

tesoros a los diablos para hacerle caer en sus trampas y salvarse de ellos. A través de

sus actos de habla (la mayoría de los cuales son aseverativos), estos personajes

ejercen influencia sobre sus co-protagonistas y controlan los eventos de su entorno.

Otros ocho relatos incluyen la figura de personajes comunicativamente

efectivos en interacción con personajes que combinan la reactividad y la inefectividad

en su actuación verbal: La vaca y el lobo, Las orejas de Tío Conejo, Lo que les pasó a
288

los Makunaima, Los cuatro gaticos, Un negocio ruinoso; o con personajes que

combinan la reactividad con la efectividad: El enigma de la esfinge, La buena pulga y

el mal rey, y La tortuga y el antílope. En estos cuentos, los anti-héroes intentan

tomar el control interviniendo ocasionalmente con actos efectivos, inefectivos y

reactivos, pero los personajes triunfadores exhiben la misma efectividad de los

protagonistas mencionados para el primer grupo, haciendo que sus intervenciones,

inicialmente reactivas, produzcan un efecto a su favor y convirtiéndose así en

personajes esencialmente efectivos. En otras palabras, los personajes efectivos de este

grupo logran revertir una situación potencialmente adversa con base en su dominio

del contexto y de las estructuras del discurso. Pongamos como ejemplo el caso de La

vaca y el lobo, en el que el lobo se muestra como figura dominante iniciando con una

intervención amenazante y habría sido efectiva tal vez con otro interlocutor:

(27) —¡Auuu...! ¡Te voy a comer...!


—Bueno —dijo la vaca—. Pero antes déjame que me harte de hierba.
—Está bien... —contestó el lobo relamiéndose.

Ante esta amenaza la vaca reduce la efectividad del lobo con una

intervención que bien podría ser reactiva (Bueno –dijo la vaca…), pero que al

incluir un enunciado en modo imperativo (Pero antes déjeme que…) impide la

actuación inmediata del lobo, influyendo en él de manera tal que la situación se

transforma a favor de ella.

Asimismo, podemos mencionar otros personajes con casi la misma

actuación. El caso de Edipo y la esfinge:

(28) —Antes de seguir tu camino, debes resolver un enigma. Si no lo


haces, morirás —replicó la Esfinge.
289

—He oído hablar de ti —le dijo Edipo— y no te tengo miedo. Dime tu


enigma.

O el caso del herrero en La miseria:

(29) Cuando se cumplió el plazo, vino un Diablo a llevar al herrero,


pero éste le dijo:
—Espere que termine de hacer una herradura. Mientras tanto
siéntese a descansar en esta silla.
El Diablo no se podía levantar y se quedó sentado una hora, dos
horas... hasta que no aguantó más y le prometió que si lo dejaba
levantarse le iba a perdonar la vida por un año. El herrero le
ordenó que se levantara y el Diablo se fue.

De esta forma, los demás héroes de este grupo de cuentos influyen en el

desarrollo de los eventos. Es importante señalar que además del obvio control sobre

el habla de sus co-protagonistas, estos personajes pueden también influir en la

actuación material de los demás actores en sus mundos narrados. Este es el caso de,

por ejemplo, Tío Conejo y Tío Tigre en Tío Conejo, ladrón de conuco:

(30) […] cuando Tío Conejo lo oyó se puso a gritar dentro del saco:
Que no me caso con la hija del rey. ¡Yo no me quiero casar!
¿Qué te pasa Tío Conejo?, le preguntó Tío Tigre.
Que me tienen aquí amarrado para obligarme a casar con la hija
del rey.
¡Caramba, Tío Conejo, déjeme su puesto que yo sí me quiero casar
con la hija del
rey!, dijo Tío Tigre.
Entonces, Tío Tigre sacó a Tío Conejo y se metió él en el saco.

También influyen estos personajes en el cambio de actitud de sus co-


protagonistas, como es el caso de Los cuatro gaticos:
(31) […] se puso de pie un gatico bravucón y empezó a gritar:
-¡Ya, ja, ja! ¡Miren que gato tan feo! ¡Es feo, es flaco y es
cocopelado! ¡Miren, miren! ¡Ya, ja, ja!
Pero entonces los tres gaticos, el negro, el blanco y el pardo, se
le pararon enfrente muy serios, lo miraron fijamente y le dijeron:
290

-¿Qué has dicho? ¿Qué has dicho de nuestro hermanito


cocopelado?
Al gatico bravucón, por el susto, se le trabó la lengua:
-No, no... no. Yo no... no... he dicho na... na... nada, na...
na... nadita.
¡Pase usted señor gato, pase usted, señor gato
cocopelado. ¡Mire, aquí esta el mejor asiento, siéntese usted, por
favor, señor gato cocopelado!

Dos aspectos surgen de la exploración de la actuación verbal de estos

personajes. El primero está relacionado con la reactividad como actuación de la

mayoría de los personajes. Si bien es cierto que sólo dieciséis personajes, en quince

relatos, se construyen como predominantemente reactivos, también debe resaltarse

el hecho de que otros diez personajes, en nueve cuentos, emiten actos reactivos

tanto como actos efectivos o inefectivos. Esto significa que el habla reactiva está

presente en la muestra de relatos casi en la misma proporción que el habla

netamente efectiva, y por lo tanto vale la pena explorarla. Retomaré este tema más

adelante.

Otro aspecto que reviste importancia es la actuación de los personajes

eminentemente efectivos. Como ya he comentado, la actuación verbal de éstos

tiende a producir consecuencias no sólo en el habla de los demás personajes sino

también en su actuación material y en su manera de comportarse. Ahora bien, tal

influencia parece posible gracias a cierta superioridad de estos personajes en cuanto

a sus habilidades comunicativas, las que parecen estar estrechamente vinculadas a la

dimensión psicológica de estos personajes.

He sugerido anteriormente el dominio que sobre el contexto y las estructuras

del discurso poseen estos personajes efectivos. De su actuación podría inferirse


291

cierta capacidad para anticipar cómo actuarán sus interlocutores, como es el caso

del aldeano, en El aldeano y los pasteles, de Tío Conejo en Las orejas de Tío

Conejo, o de Aziru en Historia de Aziru y Senmut. Estos personajes parecen saber

qué decir y en qué momento. Pero quizás más representativos de tal conocimiento

implícito son Tía Zorra en Tía Zorra y los peces y el cocinero en La grulla.

Tía Zorra, a fin de evitar que actúen en su contra, por haberse comido todas

las guabinas, engaña a sus interlocutores, cuya actuación material es determinada

por ella:

(32) Tía Zorra llamó aparte a su marido.


—Anda al patio y afila los cuchillos, pues las guabinas eran muy
viejas y han quedado sumamente duras.
Tío Zorro corrió al patio, y a los pocos momentos empezó a
escucharse el ruido que hacían los cuchillos contra la piedra de
afilar.
Tía Zorra se acercó a Tío Tigre y le dijo:
—¿Escucha usted? es que mi marido está afilando un cuchillo. Se
ha vuelto loco y tiene la manía de comerse las orejas suyas, Tío
Tigre; para eso lo ha traído a usted aquí. ¡Huya antes de que el
regrese, por favor!
Tío Tigre se llenó de espanto y salió de la casa a todo correr.
—¡Tío Zorro, Tío Zorro! Ven pronto, que Tío Tigre se llevó todas las
guabinas.
Tío Zorro, con un cuchillo en cada mano, echó a correr detrás de
Tío Tigre

El cocinero, con el mismo objetivo y casi la misma estrategia (la mentira),

emite respuestas inesperadas que influyen en el cambio de humor, y de actitud de su

empleador:

(33) —¿Ves como tienen dos patas? —dijo el caballero enfadado. Me


has mentido.
Y el joven cocinero, que tenía respuesta para todo, dijo:
—A lo mejor, si le hubiera gritado así a la grulla que cenó ayer,
también ella hubiera sacado la otra pata.
292

Al caballero le hizo tanta gracia la ocurrencia del joven pícaro


que olvidó su enfado y hasta le perdonó haberse comido la pata
de la grulla.

Pero este personaje, además de su aparente conocimiento del otro y de su situación,

posee también la habilidad para improvisar una respuesta y revertir su situación

potencialmente adversa, tenía respuesta para todo.

Los planteamientos anteriores hacen relevante establecer algunas vinculaciones

entre la dimensión comunicativa de estos personajes efectivos y su dimensión

psicológica, específicamente en lo referente a su aspecto de cognición y de emoción.

Estas vinculaciones pueden mostrarse a partir de los siguientes cuadros.

CUADRO 25. Los personajes de habla +efectiva y sus rasgos psicológicos de


cognición / emoción.
RASGO
CUENTO PERSONAJE
COGN/EMOC
El aldeano y los pasteles aldeano +racional+positivo
El enigma de la esfinge esfinge equilibrado
dioses sin evidencia
El precio del humo posadero +emocional+negativo
sabio +racional+positivo
El zorro petulante gato +racional+positivo
El zorro y el armadillo zorro +racional+negativo
Historia de Aziru y Senmut Aziru +emocional+negativo
La buena pulga y el mal rey pulga +racional+positivo
La caída del emperador Porquesí emperador equilibrado
La grulla cocinero +racional+positivo
La miseria dios sin evidencia
herrero equilibrado
La tortuga y el antílope tortuga equilibrado
La vaca y el lobo vaca +racional+positivo
Las dos espadas anciano +emocional+positivo
Las orejas de Tío Conejo Tío Conejo +racional+negativo
dios ore +racional+positivo
Lo que les pasó a los Makunaima Makunaima +racional+positivo
Los cuatro gaticos hermanos +emocional+positivo
Los niños que no tenían escuelas niños +racional+positivo
Tía Zorra y los peces Tía zorra +racional+negativo
Tío zorro equilibrado
Un negocio ruinoso juez +racional+positivo
293

Los personajes que se muestran predominantemente efectivos son en su

mayoría aquellos que resultaron ser también predominantemente cognitivos, o al

menos con más elementos explícitos de cognición que de emoción. También

encontramos en este grupo algunos personajes con igual número de elementos de

cognición y de emoción y sólo cuatro exhiben más elementos de emoción que de

cognición. Estos últimos cuatro personajes son el posadero, en El precio del humo,

Aziru, en Historia de Aziru y Senmut, el anciano, en Las dos espadas, y los

hermanos gatos en Los cuatro gaticos. Con excepción de Aziru, quien finge su

estado emocional para engañar a Senmut, y el posadero, quien exhibe un estado

emocional negativo y cuya habla es efectiva frente al campesino (mas no frente al

sabio), los otros dos personajes muestran elementos emocionales más asociados con

lo positivo que con lo negativo. Podría decirse entonces que la efectividad del habla

viene asociada a una mayor cognición que a una emocionalidad resaltada.

Retomando el tema de la reactividad del habla, y como ya he señalado, ésta

se manifiesta en quince de los cuentos como forma predominante del habla de

algunos de sus personajes, y aparece también combinada con la efectividad y la

inefectividad en otros nueve cuentos.

Al establecer una relación de la reactividad predominante con la dimensión

psicológica, como con el grupo anterior, se observa que estos personajes pueden ser

más emocionales que cognitivos y otros, en igual número, pueden ser más

cognitivos que emocionales. A continuación presento estos hallazgos.


294

CUADRO 26. Los personajes de habla +reactiva y sus rasgos psicológicos de


cognición / emoción.
RASGO
CUENTO PERSONAJE
COGN/EMOC
El aldeano y los pasteles muchachos +emocional+positivo
El precio del humo campesino +racional+negativo
El zorro petulante zorro +racional+negativo
El zorro y el armadillo armadillo +racional+positivo
Historia de Aziru y Senmut Senmut +emocional+negativo
La grulla caballero equilibrado
La miseria diablos +emocional+negativo
Las dos espadas caballero +racional+negativo
Las orejas de Tío Conejo otros +emocional+negativo
Lo que les pasó a los Makunaima vieja sapo equilibrado
cocopelado +emocional+negativo
Los cuatro gaticos
bravucón +emocional+negativo
Los niños que no tenían escuelas gobernantes +racional+negativo
Tía Zorra y los peces Tío Tigre +emocional+negativo
Tío Conejo, ladrón de conuco Tío Tigre sin evidencia
Un negocio ruinoso zapatero +emocional+negativo

A diferencia de los personajes efectivos, sin embargo, los personajes

reactivos que exhibieron más cognición mostraron también (casi en su totalidad)

más elementos negativos que positivos en este aspecto. En pocas palabras, los

personajes reactivos tienden a ser más emocionales, y cuando son más cognitivos,

tal cognición se muestra negativa. Es decir, una emocionalidad exaltada o una

cognición negativa podrían conducir a un habla menos reflexiva, reactiva, que no

produce resultados en cuanto a la influencia que pudiera ejercer el personaje sobre

su entorno o sobre otros personajes.

Pero el habla reactiva puede darse en la misma medida que el habla efectiva

en ciertos personajes. Este es el caso de Edipo y los tebanos en El enigma de la

Esfinge, el rey en La buena pulga y el mal rey, el antílope, en La tortuga y el

antílope, y Tío Conejo en Tío Conejo ladrón de conuco. Estos personajes, con
295

excepción de los tebanos muestran también un predominio de la cognición por

sobre la emoción, inclinándose de esta forma más hacia la actuación efectiva que

reactiva. Los tebanos, por su parte, parecen más proclives a la reactividad si

consideramos que son más emocionales y que, además, su único signo de cognición

es negativo.

Por otro lado, los personajes que exhiben un equilibrio entre sus

intervenciones reactivas y sus actos inefectivos, son en su mayoría más emocionales

que cognitivos. El caso de excepción, el lobo en La vaca y el lobo, muestra una

cognición negativa, lo cual es similar a los casos de personajes reactivos con mayor

cognición.

A fin de complementar esta exploración del habla de los personajes,

podemos relacionar ésta a la naturaleza transformadora o no transformadora de sus

acciones materiales. Veamos en primer lugar estas vinculaciones para los

personajes +efectivos.
296

CUADRO 27. Los personajes de habla +efectiva y su actuación material

Naturaleza
CUENTO PERSONAJE
Actuación Mat.
El aldeano y los pasteles aldeano +Atr
El enigma de la esfinge esfinge +ANOtr
dioses +Atr
El precio del humo posadero +ANOtr
sabio +Atr
El zorro petulante gato +ANOtr
El zorro y el armadillo zorro +Atr
Historia de Aziru y Senmut Aziru +ANOtr
La buena pulga y el mal rey pulga AEq
La caída del emperador Porquesí emperador +Atr
La grulla cocinero +Atr
La miseria dios +ANOtr
herrero +Atr
La tortuga y el antílope tortuga AEq
La vaca y el lobo vaca +ANOtr
Las dos espadas anciano AEq
Las orejas de Tío Conejo Tío Conejo AEq
dios ore +Atr
Lo que les pasó a los Makunaima Makunaima +Atr
Los cuatro gaticos hermanos +Atr
Los niños que no tenían escuelas niños +Atr
Tía Zorra y los peces Tía zorra +Atr
Tío zorro +ANOtr
Un negocio ruinoso juez +Atr

A grandes rasgos, los datos han revelado que la mayoría de los personajes de

habla predominantemente efectiva son también personajes cuya acción material es

mayormente transformadora o mantienen equilibrio entre ambos tipos de acción.

Esto sucede para diecisiete de los veinticuatro personajes efectivos en diecinueve de

los cuentos.

Asimismo, los personajes cuya actuación verbal tiende hacia la reactividad

son en su mayoría personajes con una acción material predominantemente no


297

transformadora, lo cual se evidencia para diez de los dieciséis personajes

+reactivos. Veamos estos datos

CUADRO 28. Los personajes de habla +reactiva y su actuación material

Naturaleza
CUENTO PERSONAJE
Actuación Mat.
El aldeano y los pasteles muchachos AEq
El precio del humo campesino +ANOtr
El zorro petulante zorro +ANOtr
El zorro y el armadillo armadillo +Atr
Historia de Aziru y Senmut Senmut AEq
La grulla caballero +Atr
La miseria diablos +ANOtr
Las dos espadas caballero +ANOtr
Las orejas de Tío Conejo otros +ANOtr
Lo que les pasó a los Makunaima vieja sapo +ANOtr
cocopelado +ANOtr
Los cuatro gaticos
bravucón +ANOtr
Los niños que no tenían escuelas gobernantes +Atr
Tía Zorra y los peces Tío Tigre +ANOtr
Tío Conejo, ladrón de conuco Tío Tigre +ANOtr
Un negocio ruinoso zapatero +Atr

Esta misma relación se verifica también para personajes que combinan en su

habla actos reactivos con efectivos y reactivos con inefectivos.

En resumen, la efectividad del habla de los personajes tiende a estar

asociada con una mayor cognición de parte de los personajes que la producen. La

reactividad, por el contrario, luce más vinculada con un mayor grado de

emocionalidad o con una cognición negativa de sus personajes emisores. Además,

los casos de habla combinada reactiva/efectiva o reactiva/inefectiva muestran a

personajes con tendencias hacia la efectividad con mayor cognición o con

emocionalidad positiva, los primeros, o hacia la reactividad con mayor

emocionalidad o con cognición negativa, los segundos. Asimismo, los personajes


298

que lucen más efectivos en su habla muestran tendencias hacia una actuación

material transformadora o hacia un equilibrio entre sus acciones transformadoras y

no transformadoras, mientras que los personajes que se han mostrado más reactivos

tienden a ejecutar un mayor número de acciones no transformadoras.

6.4. A manera de conclusión parcial

He explorado en este capítulo la construcción de los personajes en torno a

tres dimensiones de su actuación: la dimensión psicológica, la material y la

comunicativa. Las mismas conforman el componente mimético de estos actores, su

representación plausible como “personas” que pudieran influir o ser influidas por la

actuación de sus co-protagonistas en sus mundos narrados.

No podría decirse hasta ahora que alguna de estas tres dimensiones sea de

mayor o menor relevancia para establecer un perfil del personaje, aún cuando en

algunos casos alguna dimensión aporte mayores datos para la descripción. En lugar

de ello, distintos aspectos de cada dimensión se entrelazan para generar una

“imagen” del personaje en su interrelación con los otros.

Desde este punto de vista, he establecido algunas vinculaciones que

permiten delinear algunos perfiles distintivos. Fundamentalmente, podría decirse

que los elementos de las dimensiones material y comunicativa pueden relacionarse

entre sí y también con los diferentes aspectos de la dimensión psicológica. O dicho

de otra forma, algunos rasgos del perfil psicológico parecen extenderse o realizarse

a través de la actuación material, por un lado, y la actuación verbal, por la otra.


299

El estudio de los personajes en sus cuentos ha permitido identificar

tendencias en la construcción de los personajes en su manera de influir sobre su

entorno o sobre la actuación de otros personajes. En este sentido, las dos tendencias

más marcadas incluyen a personajes influyentes y personajes influidos.

Entre los personajes influyentes se pueden identificar rasgos que los definen

en sus tres dimensiones. Aquí las tendencias muestran una fuerte inclinación hacia

una mayor exposición de la cognición que de la emoción, siendo esta última

controlada y en muchos casos positiva. También, la intencionalidad de estos

personajes, cuando se muestra explícita, resulta materializada en el curso de los

eventos. Por otra parte además, estos personajes son agentes de cambio. Sus

acciones materiales se inclinan más hacia acciones ejecutadas, bien por iniciativa

propia o bien de manera consecuencial, con efectos transformadores. En cuanto a su

actuación verbal, estos personajes tienden a ser emisores de actos efectivos,

produciendo casi siempre una reacción en sus interlocutores, la cual se refleja tanto

en la actuación verbal como en la acción material de éstos.

En relación a los personajes con mayor tendencia a ser influidos, el análisis

ha puesto en evidencia una marcada tendencia hacia una evaluación negativa en el

aspecto moral de estos personajes, y también una importante inclinación hacia una

emocionalidad exaltada (y de naturaleza mayormente negativa), y una

representación disminuida de sus rasgos cognitivos (también con tendencia hacia lo

negativo). Pero además, estos personajes tienden a actuar de manera consecuencial

y con poca o ninguna influencia sobre los demás personajes o sobre los elementos
300

de su entorno. Su habla, además, tiende a ser reactiva o a mostrar equilibrio entre

intervenciones reactivas e intervenciones inefectivas.

A este punto, estas dos tendencias generales comienzan a mostrar una parte

del perfil de los personajes en su actuación en el mundo narrado. Pero este análisis

refleja sólo una representación mimética parcial de estos actores. Construir y

comprender una visión del poder, tal y como éste se refleja en los cuentos infantiles,

implica además una revisión de aspectos asociados a la naturaleza del ejercicio del

poder que conduzca además a planteamientos más integrales en cuanto a la noción

de estos personajes que va desde su componente mimético a su componente

temático. A estos aspectos del poder dedicaré el próximo capitulo de este trabajo.
301

CAPÍTULO 7

LA CONFIGURACIÓN DE LAS RELACIONES DE PODER: RECURSOS Y


POSICIONES

Esta fase de la investigación se apoya primeramente sobre la base de los

planteamientos de van Dijk (2000) que conducen a construir una noción del poder,

como constructo que gobierna las relaciones interpersonales y moldea el

comportamiento social entre las personas. En otras palabras, el poder está presente en

todas las relaciones sociales, y por ende, una comprensión del desempeño personal en

la sociedad pasa por una comprensión de la visión de poder con la cual el individuo

se enfrenta y se desenvuelve en su contexto. Por lo tanto, si se pretende estudiar el

desarrollo de los personajes en la literatura infantil, el estudio de sus relaciones de

poder es un paso obligado para tal estudio y comprensión.

En segundo término, parto del supuesto de que el estudio del poder no puede

llevarse a cabo con base en una visión restringida exclusivamente a una relación

vertical dominante-dominado. En lugar de ello, el poder se halla en casi todas las

manifestaciones del tejido social, en las relaciones que no son necesariamente entre

gobernante y pueblo, o ente adulto y niño, o entre jefe y subordinados. Es decir, debe

considerarse el poder no sólo en relaciones de verticalidad sino también en relaciones

horizontales entre pares, compañeros, familiares y amigos; relaciones en las cuales,

en apariencia, ninguno es superior al otro, pero en las cuales nos encontramos

constantemente influyendo en el ser y hacer de los demás.


302

En este orden de ideas, el poder, como constructo, se configura y

operacionaliza a través de procesos que implican por lo menos: a) el empleo de

ciertos recursos, o fuentes de poder, como parte de la estrategia de influencia, y b) la

ocupación de diversas posiciones de acuerdo con los eventos y personas a los que nos

enfrentamos en una situación social determinada. Así, las relaciones de poder en el

mundo narrado de la literatura infantil pueden involucrar más de un recurso y más de

una posición por un mismo personaje, a la vez que se tejen las relaciones

interpersonales en el contexto social.

Presentaré entonces los resultados obtenidos del estudio de la configuración de

las relaciones de poder entre los 52 personajes de los 20 cuentos infantiles de la

muestra. Para ello, abordaré primero lo relacionado con los recursos de poder

empleados por estos personajes en sus mundos narrados. En segundo lugar, mostraré

y discutiré los hallazgos que, en materia de posiciones de poder, han surgido del

análisis de estos mismos cuentos y personajes. Finalmente, para este capítulo, cerraré

con la relación que parece surgir entre el empleo de ciertos recursos y las posiciones

de poder ocupadas por estos personajes.

7.1. Los recursos de poder

He planteado el estudio de los recursos de poder con base en varias categorías,

adaptadas de Raven (1992), Poynton (1989) y van Dijk (2000) a saber: i) de

consecuencias, coerción, basado en la capacidad de infringir castigo; ii) de

consecuencias, recompensa, basado en la capacidad de premiar al otro por sus

actuaciones; iii) legitimidad, derivado de la posición de autoridad o estatus; iv)

referencia, basado en características o virtudes personales, así como en características


303

especiales de conocimiento, o experticia; y v) comunicación, sustentado en el acceso

a la palabra, el control del contexto y de las estructuras del discurso. En el curso de la

presentación de los resultados se irán ejemplificando estas categorías en la actuación

de los personajes.

El siguiente cuadro recopila información proveniente de la base de datos y

muestra a los personajes y los recursos de poder que ellos emplean en su interacción.

CUADRO 29. Los cuentos, sus personajes y sus recursos de poder

Cuento Personaje Recursos


El zorro
gato Referencia
petulante zorro
El aldeano y los
aldeano Referencia Comunicación
pasteles muchachos
La tortuga y el
tortuga Referencia Comunicación
antílope antílope
Las dos
anciano Referencia Comunicación
espadas caballero
Historia de
Aziru Referencia Comunicación
Aziru y Senmut Senmut
Lo que les pasó a
Makunaima Referencia Comunicación
los Makunaima vieja sapo Legitimidad
EL zorro y el
armadillo Referencia Comunicación
armadillo zorro Legitimidad
cocinero Referencia Comunicación
La grulla caballero Legitimidad
vaca Referencia Comunicación
La vaca y el lobo
granjero Legitimidad
lobo Coerción
Los niños que no
niños Referencia Comunicación Legitimidad
tenían escuelas gobernantes Legitimidad
sabio Referencia Comunicación
El precio de
posadero Legitimidad
humo campesino
dios Legitimidad Coerción Recompensa
Las orejas de Tío
tío conejo Comunicación Recompensa
Conejo los otros
hermanos Referencia Coerción Recompensa
Los cuatro gaticos
bravucón Coerción
Cocopelado
304

CUADRO 29. Los cuentos, sus personajes y sus recursos de poder (Cont.)

Cuento Personaje Recursos


dios Legitimidad Recompensa
La miseria
herrero Referencia Comunicación Coerción Recompensa
diablos Coerción Recompensa
juez Referencia Legitimidad
zapatero Legitimidad
Un negocio ruinoso peregrino Legitimidad
pueblo Referencia
La caída del
emperador
emperador Legitimidad Coerción
Porquesí seguidores Coerción
Tía zorra Referencia Comunicación
Tía Zorra
Tío zorro Legitimidad
y los peces Tío Tigre
Tío conejo Comunicación Coerción Recompensa
Tío Conejo, ladrón
Viejita Legitimidad Coerción
de conuco Tío Tigre
sabio Referencia Comunicación
pulga Referencia Coerción
La buena pulga y el
rey Legitimidad Coerción
mal rey súbditos
dioses Legitimidad Coerción
Edipo Referencia
El enigma de la esfinge Legitimidad Coerción
esfinge tebanos

Una visión general del cuadro anterior permite observar la presencia de

personajes que no emplean recurso de poder alguno. Los demás personajes, por otro

lado, pueden variar desde la utilización de un solo recurso hasta el uso de cuatro

recursos distintos en su desempeño como figura de poder.

El análisis de los cuentos ha revelado que los recursos no siempre se emplean

de manera exclusiva. En otras palabras, los recursos de poder no son mutuamente

excluyentes. Aunque en algunos de los casos los autores han construido a sus

personajes con un solo recurso a su disposición, casi la mitad del total de estos

personajes (25 de los 52) se muestran empleando más de un recurso en el desarrollo


305

de los eventos. En la muestra de relatos, los personajes que emplean una combinación

de recursos aparecen reflejados en los veinte cuentos, mientras que aquellos que

utilizan un único recurso de poder (15 de los 52) pueden encontrarse sólo en once

relatos.

Esto quiere decir que parece haber una marcada preferencia por representar

personajes con una variedad de recursos a su disposición para la construcción de los

textos, ya que todos ellos los incluyen. Los personajes que utilizan más recursos

tienen mayor presencia en la muestra, y ante los lectores, que los que emplean un solo

recurso. Además, puede observarse que 12 de los 52 personajes no utilizaron ninguno

de los recursos de poder. Estos personajes asumen, de manera general, roles de

sumisión y no ejercen influencia alguna sobre otros personajes o su entorno. Pero nos

ocuparemos de estos personajes en el aparte dedicado a las posiciones de poder.

En la muestra, son más frecuentes los relatos donde los actores interactúan de

manera dinámica. La interacción ocurre entre personajes con diferentes estilos o

estrategias para el ejercicio del poder (utilizando un único recurso o apoyándose en

una combinación de ellos), tal como tiende a ocurrir en contextos reales de

interacción social.

Retomemos ahora el tema de la categorización de los recursos de poder y su

empleo por parte de los personajes delineados en los textos. Para ello, presento una

revisión de las frecuencias y proporciones de tales recursos, tanto en la muestra de

cuentos como en su empleo por los 52 personajes.

Al estudiar la frecuencia de aparición de cada uno de los recursos en la

muestra de cuentos se revela lo siguiente:


306

CUADRO 30. Aparición de los recursos de poder en la muestra de 20 cuentos.


Recursos Legitimidad Referencia Comunicación Coerción Recompensa
Nº de 14 18 14 8 4
cuentos:
Proporción 70% 90% 70% 40% 20%
en la
muestra:

O visto gráficamente,

GRÁFICO 5. Aparición de los recursos de poder en la muestra de textos.


Nº de cuentos

4
8 14

14
18

Legitimidad Referencia Comunicación Coerción Recompensa

El recurso de referencia aparece como el recurso con más presencia en la

muestra, puesto que se encuentra en 18 de los 20 cuentos, lo cual representa una

proporción del 90% del total de la misma. En segundo lugar aparecen la legitimidad y

la comunicación, que son usados en catorce de los relatos (lo que equivales a 70% de

los cuentos). La coerción y la recompensa aparecen como los recursos con menos

aparición en la muestra.

Si se revisan estos recursos en términos de su frecuencia de empleo por parte

de los 52 personajes, encontramos casi las mismas proporciones. Cabe mencionar que

la mayoría de los cuentos contienen entre 2 y 3 personajes, lo cual explica tal

similitud de proporciones. Además debe aclararse que se han excluido para esta

revisión los personajes que no presentan ningún recurso. Así que el grupo de

personajes a explorar resulta en 40. Por otra parte, además, la sumatoria total resulta
307

superior al número de personajes de la muestra debido a que éstos, ya se ha señalado,

pueden utilizar más de un recurso de poder.

CUADRO 31. Empleo de los recursos de poder por 40 personajes de la muestra


Recursos Legitimidad Referencia Comunicación Coerción Recompensa
Nº de 18 18 14 14 7
personajes:

O visualizado gráficamente,

GRÁFICO 6. Empleo de los recursos de poder por 40 personajes


Nº de personajes:

7
18
14

14 18

Legitimidad Referencia Comunicación Coerción Recompensa

Como en las generalizaciones previas en torno a la utilización de los recursos

de poder en la creación de los textos, en la construcción de los personajes se observa

que el recurso más empleado es la referencia. Se resaltan así las figuras que utilizan

sus virtudes o cualidades personales como fuente de su poder. Este es el caso de 18

personajes que emplean la referencia como recurso para influir sobre los otros. Cabe

señalar que este recurso es frecuentemente combinado con otras fuentes de poder, tal

como veremos más adelante. En este grupo de personajes se ubican los héroes, los

rivales, los amigos o compañeros, los sabios, y en general aquellos que, estando

inicialmente en desventaja, logran salir airosos de situaciones difíciles. Las

cualidades o virtudes específicas que sustentan el recurso de referencia de estos

personajes son fundamentalmente las señaladas en el Capítulo 6, de la construcción


308

de las dimensiones miméticas, específicamente en lo relacionado con la dimensión

psicológica de los personajes.

Pero también, y en la misma proporción, encontramos resaltado el recurso de

legitimidad, ejerciéndose así el poder, en muchos casos, desde posiciones socialmente

aceptadas como instancias de autoridad o estatus. Es importante mencionar que en

este grupo de 18 personajes, nueve (la mitad de ellos) emplean el poder legítimo

como único recurso. Veremos sus combinaciones más adelante, pero es preciso

señalar que la legitimidad como recurso no aparece frecuentemente combinada con la

referencia. En este grupo de personajes se ubican los reyes, emperadores o

gobernadores, los dioses, los padres, dios o el diablo, y los dueños de inmuebles o

establecimientos. Pareciera entonces resaltarse la presencia de figuras de poder que

sustentan su influencia más por sus posiciones sociales que por otras fuentes.

Los recursos de la comunicación y la coerción ocurren en la misma

proporción. Cada uno de ellos es empleado por catorce personajes. No obstante debe

tomarse en cuenta que la coerción aparece reflejada en menos cuentos que la

comunicación. Ambos recursos, además, se presentan en menor frecuencia que la

referencia y la legitimidad, las cuales son empleadas por 18 personajes. El poder

sustentado en la comunicación es ejercido por 14 de los personajes y ninguno de ellos

lo utilizan como único recurso. Es decir, al igual que el recurso de referencia, el de la

comunicación es frecuentemente combinado con otros recursos. Básicamente, los

personajes que más emplean este recurso de poder son del mismo tipo de los que

sustentan su poder en la referencia. Ellos son los compañeros o amigos, los líderes y

especialmente aquellos que resuelven situaciones de conflicto, bien en su favor o a


309

favor de otros, los que han mostrado gran manejo de los contextos y las estructuras

del discurso, lo cual quedó evidenciado en la efectividad de sus actos de habla en el

capítulo anterior.

En cuanto al recurso de coerción, éste se expone en la actuación de 14 de los

52 personajes, apareciendo combinado en la mayoría de estos casos, con preferencia

en el recurso de la legitimidad. Los personajes que utilizan más esta fuente de poder

son aquellos que poseen algún tipo de superioridad, bien sea física o de estatus. Estos

son generalmente los reyes, emperadores o gobernadores, y personajes usualmente

representados por animales personificados como el lobo, el tigre, la culebra, etc., es

decir, personajes que están en capacidad de infringir un castigo físico al otro y, en el

caso particular de los gobernantes, castigo y sanciones que afectan lo moral y

psicológico en los dominados.

Llama la atención la poca presencia del recurso de la recompensa. Se hace

evidente cómo al observar el poder por consecuencias, resalta más el castigo que el

premio. Así notamos que en la muestra de 52 personajes sólo 7 de ellos emplean la

recompensa como recurso de poder. Con la sola excepción de dios en La miseria, la

recompensa se muestra en combinación con otros recursos.

Intentemos ahora un acercamiento a las combinaciones de los recursos de

poder que se han encontrado en la muestra estudiada.

Como se ha señalado anteriormente, 24 de los 36 personajes que ejercen

influencia sobre otros personajes hacen uso de una combinación de recursos en lugar

de atenerse a una fuente única de poder. Se realizó entonces una exploración de tales
310

personajes en sus cuentos. El próximo cuadro muestra, en tabla de doble entrada, las

combinaciones encontradas en la muestra:

CUADRO 32. Frecuencia de las combinaciones de los recursos de poder por parte de
los personajes

Legitimidad Referencia Comunicación Coerción Recompensa


Legitimidad 2 1 6 2
Referencia 12 3 2
Comunicación 2 3
Coerción 5

Las vinculaciones más frecuentemente encontradas ocurren entre la

legitimidad y la coerción, por una parte, y entre la referencia y la comunicación, por

la otra.

Podría tal vez esperarse que el recurso de la legitimidad estuviese combinado

con la referencia, es decir, que las virtudes o cualidades personales condujeran a los

personajes a asumir roles de autoridad legítima, o que en su actuación como líderes

legítimos se evidenciaran las características personales que lo hacen meritorios de tal

legitimidad. Sin embargo, no sucede así en los cuentos estudiados. En ellos, la

combinación más frecuente de la legitimidad se observa con la coerción. En otras

palabras, el poder por legitimidad se encuentra más frecuentemente combinado con la

coerción que con otros recursos de poder. Esto no quiere decir necesariamente que tal

combinación legitimidad-coerción sea la más afortunada o efectiva al ostentar

posiciones de superioridad, tal como se verá en el tercer aparte de este capítulo, de la

relación recursos-posiciones de poder. Por ahora bastará con resaltar este patrón de

actuación en los personajes que ejercen control con base en el recurso de la

legitimidad de origen (que no necesariamente de desempeño). El caso más evidente y


311

más frecuente de este tipo es el de los gobernantes déspotas, quienes haciendo uso de

sus cargos de autoridad abusan de ellos y someten a los otros a casi todo tipo de

atropellos. Tal es el caso del emperador en La caída del Emperador Porquesí. Este

gobernante, con su primera ordenanza, expropia todos los árboles frutales a su

pueblo; luego, al morir los árboles, pretende expropiar también las risas de los niños

del pueblo, obligando a los chicos a reír so pena de ser castigados. En este caso,

algunos grupos lexicales sirven de indicadores de la utilización de los recursos de

legitimidad y de coerción: la legitimidad se refleja, por ejemplo, en el título del

cuento

(7.1) Emperador Porquesí

(7.2) Apenas asumió el cargo […]

(7.3) este gobierno.

Estas indicaciones señalan el rol legítimo de este personaje como jefe de

estado; la coerción, por otra parte, es indicada en

(7.4) el emperador más temible,

y en la tercera ordenanza del emperador,

(7.5) Todo chico que no quiera reírse -decía la orden- será severamente
castigado por este gobierno.

Estos ejemplos resaltan la capacidad del personaje para infringir castigo,

siendo por ello, indicaciones del recurso de coerción.

Por otra parte, el recurso de la referencia se encuentra más frecuentemente

combinado con el recurso de la comunicación. Este es el caso de los líderes positivos

y los sabios, entre otros. Usualmente estos personajes aparecen descritos explícita o
312

implícitamente por el narrador en sus virtudes sociales o morales y además

demuestran su dominio del contexto y las estructuras del discurso. Un ejemplo de ello

es el de los niños en Los niños que no tenían escuelas: dos países presididos por

gobernantes sin ninguna educación carecen de escuelas. Los gobernantes sólo se

ocupan de competir entre ellos con la construcción de monumentos, adquisición de

armas de guerra, etc. Los niños, con base en su comprensión de la realidad, y

haciendo uso de sus habilidades cognitivas y comunicativas

(7.6) se pusieron de acuerdo y prepararon un plan... un plan


maravilloso... y muy sencillo. Los niños de cada país fueron a ver a
su gobernante y le dijeron: "¿Por qué no construyes una escuela?
En el país de ahí al lado, no tienen ninguna. Serías más famoso
que su gobernante..."
"¡Qué buena idea"', dijeron don Pablo Estaca y don Pedro Garrote.
Y cada uno de ellos decidió construir una escuela y ponerle su
nombre

Se observan en este extracto varias expresiones que indican la capacidad

cognitiva de los niños (prepararon un plan, buena idea), lo cual refleja el recurso de

referencia, así como su dominio del contexto y del discurso, el recurso de la

comunicación: conociendo a sus gobernantes son capaces de predecir cómo actuarían

éstos ante sus planteamientos, lo cual se pone en evidencia en su habla efectiva.

Como ha podido notarse hasta ahora, dos recursos de poder predominan en la

muestra de los cuentos analizados. En primer lugar, se observa la aparición de los

recursos de legitimidad y de referencia de manera reiterada en los textos, bien como

recurso único de los personajes, bien como recurso combinado con otra fuente de

poder. Para el caso de la legitimidad, ésta tiende a combinarse con la coerción como
313

recurso para el ejercicio del poder. Abundan así los que gobiernan en forma

despótica.

Asimismo, y como contraparte, se aprecia una importante cantidad de

personajes cuyo recurso principal de poder es la referencia. Esta fuente de poder se

encuentra en mayor proporción que la legitimidad, y también en una mayor

proporción que la legitimidad se combina con la coerción, la referencia se emplea en

combinación con la comunicación. Podría decirse entonces que los recursos de poder

utilizados con mayor consistencia por los autores en la construcción de sus personajes

son la legitimidad y la coerción, por una parte, y la referencia y la comunicación por

la otra.

Igualmente, podría comenzar a asomarse así una nueva, aunque aún

rudimentaria, clasificación de los personajes de estos mundos narrados en dos tipos

distintos (y complementarios) en los contextos sociales que se intenta reflejar en estos

textos: los que sustentan su poder en sus cargos de autoridad o estatus, y con

tendencias represoras, y los que se apoyan en sus virtudes o cualidades personales

para ejercer influencia, rebelarse y cambiar el estado de cosas a su favor o a favor de

los oprimidos. En ciertas ocasiones, este tipo demuestra, además de sus características

personales, un dominio importante de las estructuras del discurso. Estos rasgos ya han

sido sugeridos en el Capítulo 6, de la construcción discursiva de las dimensiones

miméticas de los personajes.

Es también preciso señalar que, hasta ahora, no se han hecho planteamientos

en cuanto a la efectividad de estos recursos de poder. Los recursos de poder, vale

enfatizar, conforman sólo uno de los aspectos de lo que hemos llamado la


314

configuración de las relaciones de poder. El otro aspecto, tal vez más relevante

incluso, es el de las posiciones desde las cuales los personajes “juegan” a establecer

y/o mantener su control sobre los otros. Nos referimos específicamente a las

posiciones de poder que ocupan los personajes en el curso de los acontecimientos del

mundo narrado. Dedicaremos entonces el próximo aparte el estudio de tales

posiciones.

7.2. Las posiciones de poder.

Es importante enfatizar primeramente que estas categorías han surgido

inicialmente de la definición de van Dijk (2000: 40) según la cual el poder implica

control, y controlamos a otros si logramos hacer que actúan como deseamos o

evitamos que actúen en contra nuestra. Esta noción define entonces la posición

dominante, a partir de la cual, y por contraposición, puede deducirse la noción sobre

la posición subordinada –el personaje se actúa según la voluntad del otro o se ve

limitado o reducido en su acción contra el poderoso.

Se estudiará en este aparte el desarrollo de los personajes en términos de las

posiciones que éstos ocupan en sus mundos narrados. Para ello, y en primer lugar,

debe resaltarse el hecho de que, como se ha planteado anteriormente, las posiciones

de poder pueden no ser fijas, o únicas, para algunos personajes. En consecuencia, no

siempre encontraremos posturas rígidas que describan a un personaje como

puramente dominante o puramente dominado. En lugar de ello, se verá una

importante cantidad de casos en los que el personaje se desliza de una posición a otra

dependiendo de sus circunstancias y sus interlocutores. De allí, el uso del término


315

configuración posicional, que empleo aquí para dar cuenta de esta transformación o

variación en el desempeño del personaje de una posición de poder a otra.

Abordaré entonces el desempeño de los personajes en términos de i) sus

posiciones fijas: el personaje permanece en la misma posición en el relato, su

posición dominante o su posición subordinada; y ii) su configuración posicional: el

personaje se transforma, inicia en posición dominante y termina en posición

subordinada, lo que indicaría una configuración descendente, o inicia en posición

subordinada y termina en posición dominante, lo que señala una configuración

ascendente. Estaré suministrando ejemplos de estas porciones en el curso de la

presentación de los resultados de esta fase.

Con base en estos planteamientos, y en los distintos eventos e intercambios

que se dan entre los actores en cada cuento, se realizó un estudio de los 20 textos.

Esta revisión ha mostrado cierta diferencia numérica en la aparición de actores en

cuyo desarrollo se observan tales configuraciones posicionales, en comparación con

aquellos que ocupan una única posición (dominante o subordinada). Es importante

señalar, sin embargo, que ambos tipos de personajes se encuentran en casi toda la

muestra de cuentos, teniendo así una importante presencia en la misma.

En el próximo cuadro muestro los resultados de esta nueva revisión. Incorporo

los datos relacionados con sus posiciones o configuraciones posicionales e incluyo

una vez más a los personajes con sus recursos de poder, a fin de facilitar la

visualización de posteriores vinculaciones:


316

CUADRO 33. Los cuentos, sus personajes, recursos y posiciones de poder.

Cuento Personaje Posición Recursos


El zorro gato dominante Referencia
petulante zorro subordinada
El aldeano y aldeano dominante Referencia Comunicación
los pasteles muchachos subordinada
La tortuga y el tortuga dominante Referencia Comunicación
antílope antílope subordinada
Las dos anciano dominante Referencia Comunicación
espadas caballero subordinada
Historia de Aziru dominante Referencia Comunicación
Aziru y
Senmut Senmut subordinada
Lo que les Makunaima dominante Referencia Comunicación
pasó a los
Makunaima vieja sapo descendente Legitimidad
EL zorro y el armadillo ascendente Referencia Comunicación
armadillo zorro descendente Legitimidad
cocinero ascendente Referencia Comunicación
La grulla
caballero descendente Legitimidad
La vaca y el vaca dominante Referencia Comunicación
lobo granjero dominante Legitimidad
lobo descendente Coerción
Los niños que niños dominante Referencia Comunicación Legitimidad
no tenían
escuelas gobernantes descendente Legitimidad
sabio dominante Referencia Comunicación
El precio de
humo posadero descendente Legitimidad
campesino subordinada
dios dominante Legitimidad Coerción Recompensa
Las orejas de
Tío Conejo tío conejo descendente Comunicación Recompensa
los otros subordinada
Los cuatro hermanos dominante Referencia Coerción Recompensa
gaticos bravucón descendente Coerción
Cocopelado subordinada
dios dominante Legitimidad Recompensa
La miseria
herrero ascendente Referencia Comunicación Coerción Recompensa
diablos descendente Coerción Recompensa
juez dominante Referencia Legitimidad
Un negocio
ruinoso zapatero descendente Legitimidad
peregrino descendente Legitimidad
La caída del pueblo ascendente Referencia
emperador emperador descendente Legitimidad Coerción
Porquesí
seguidores descendente Coerción
Tía zorra ascendente Referencia Comunicación
Tía Zorra
y los peces Tío zorro descendente Legitimidad
Tío Tigre subordinada
317

CUADRO 33. Los cuentos, sus personajes, recursos y posiciones de poder (Cont.)

Cuento Personaje Posición Recursos


Tío Conejo, Tío conejo descendente Comunicación Coerción Recompensa
ladrón de Viejita descendente Legitimidad Coerción
conuco
Tío Tigre subordinada
sabio dominante Referencia Comunicación
La buena pulga ascendente Referencia Coerción
pulga y el mal
rey rey descendente Legitimidad Coerción
súbditos subordinada
dioses dominante Legitimidad Coerción
El enigma de Edipo ascendente Referencia
la
esfinge esfinge descendente Legitimidad Coerción
tebanos subordinada

Con base en estos datos, y como he sugerido anteriormente, la exploración de

las posiciones que ocupan los personajes en los cuentos, varían desde posiciones

únicas –algunos personajes son sólo dominantes, o sólo subordinados, a

configuraciones que dan cuenta de la transformación de los personajes de una

posición superior a una inferior, o de una posición inferior a una superior.

El siguiente cuadro muestra los resultados más generales de esta revisión.

CUADRO 34. Ocupación de posiciones únicas y configuraciones posicionales por 52


personajes

Personajes en posiciones únicas Personajes con configuraciones


(sólo dominante o subordinado) posicionales
(ascendente – descendente)
27 (52%) 25 (48%)

Como se observa, aunque por muy poco margen, son más los personajes que

ocupan sólo una posición en sus relatos que los que se mueven de una posición a otra

en el curso de los eventos en sus cuentos. Veamos cómo se agrupan estos personajes

en cuanto a sus posiciones particulares:


318

CUADRO 35. Número de personajes en sus posiciones de poder

POSICIONES ÚNICAS CONFIGUR. POSICIONALES


Posición Posición Configuración Configuración
dominante subordinada ascendente descendente
Nº de
personajes
15 12 7 18
Proporción
personajes
29% 23% 13% 35%

Los personajes que presentan una configuración descendente predominan

sobre los demás personajes de la muestra –representan poco más de un tercio. Esta

posición contrasta de manera muy significativa con la configuración ascendente, la

cual representa sólo el 13% de los personajes y es la más escasa en aparición. Los

personajes que se ubican en la posición dominante son los segundos más frecuentes

en la muestra –quince de los cincuenta y dos, y los que ocupan la posición

subordinada se reflejan casi en la misma proporción que los dominantes. Se

evidencia entonces que los personajes con configuración descendente son la mayoría,

seguidos por los dominantes y luego por los subordinados. Por último, encontramos a

los personajes ascendentes, sugiriéndose la idea de que es más frecuente descender en

una escala de poder que ascender en la misma.

Pero igualmente importante es ver cómo están distribuidos estos personajes en

los cuentos; ello, claro está, en función de tales posiciones únicas o de las

configuraciones posicionales. Esta distribución se muestra en el siguiente cuadro, en

el cual se indica el número de relatos que muestran cada una de las posiciones en sus

tramas.
319

CUADRO 36. Aparición de las posiciones y configuraciones de poder en la muestra


de cuentos.

POSICIONES ÚNICAS CONFIG. POSICIONALES


Posición Posición Configuración Configuración
dominante subordinada ascendente descendente
Nº de cuentos 14 12 7 12
Proporción en
20 cuentos
70% 60% 35% 60%

La posición única dominante aparece reflejada en catorce de los veinte

cuentos y la posición única subordinada se encuentra en doce de ellos. Por otra parte,

las configuraciones posicionales de los personajes se distribuyen desigualmente en la

muestra. Sólo siete de los cuentos muestran la posición ascendente, mientras que en

doce de ellos aparece reflejada la configuración descendente.

En otras palabras, en términos de la distribución de las posiciones de poder en

la muestra de cuentos, se aprecia que la posición con más presencia en la muestra es

la de dominante, seguida por la posición subordinada y la configuración descendente.

Al igual que en la revisión de la totalidad de los personajes, se observa que la

configuración ascendente no es muy apreciable en relación a las otras posiciones.

Cabe resaltar que la configuración descendente, destacada en la revisión de

personajes, no muestra la misma distinción en la muestra de cuentos: aunque en

mayor número, los personajes descendentes se exhiben en doce relatos. Los

personajes dominantes, en contraste, representan un menor número, pero se

distribuyen en un mayor número de cuentos, por lo cual resultan con mayor presencia

en la muestra de cuentos.
320

Vale la pena, en este punto, abordar la revisión y discusión sobre estos

personajes y sus posiciones a fin de ir desglosando más finamente un panorama del

funcionamiento de estas posiciones de poder en los textos, así como del desempeño y

desarrollo de estos personajes en sus mundos narrados.

7.2.1. Las posiciones únicas de poder

Abordaré primeramente el tema de la subordinación, la que casi se equipara en

proporción a la posición única dominante. Estos personajes estáticos actúan según la

voluntad del otro. En todos los casos, estos actores no cuestionan la autoridad del

otro, y en ocasiones ni siquiera evalúan su realidad. Podemos decir que estos

personajes puramente subordinados aparecen como dos grupos distintos. Por una

parte, tenemos a los que se subordinan a los gobernantes. En este grupo encontramos

a los súbditos, y en general a los habitantes de algún pueblo o país. Así, encontramos

por ejemplo a los tebanos en El enigma de la esfinge, o a los súbditos, en La buena

pulga y el mal rey. En estos casos, los personajes se han conformado con su realidad,

casi siempre por temor, hasta que el héroe los libera de la represión del gobernante

que actúa con base en sus recursos de legitimidad y coerción.

Otro grupo de personajes subordinados lo conforman aquellos que

simplemente creen en el otro. Aunque los motivos no parecen tan claros como los del

grupo anterior, estos personajes hacen lo que el otro desea. Un caso típico de este tipo

de personaje es Tío Tigre en Las Orejas de Tío Conejo, y en Tío Conejo ladrón de

conuco. Lo reiterado de su aparición y de su actuación frente a Tío Conejo, lo hacen

el mejor representante de personajes subordinados que no cuestionan a su

interlocutor. Se muestran irreflexivos. Simplemente el otro tiene para ellos cierta


321

credibilidad, por lo cual podría inferirse que este grupo actúa no sobre la base de la

legitimidad y la coerción, como el primer grupo, sino desde el recurso de la referencia

del otro. Todo ello, claro está, desde una percepción a veces errada, como es el caso

de Tío Tigre. La sumisión de estos personajes, sea cual fuere el origen, tiende a

mantener una estructura de poder en la cual el otro siempre será el dominante. Sobre

los personajes puramente dominantes se discutirá a continuación.

El otro grupo de personajes con posición única se concentra alrededor de la

figura del dominante. Éstos numéricamente representan mayor número y aparición en

la muestra que los personajes subordinados. Sus interacciones, sin embargo, no se

limitan a intercambios con subordinados. En lugar de ello, encontramos estos

personajes en contextos en los que actúan también otros personajes con

configuraciones tanto ascendentes como descendentes.

Encontramos entre estos personajes dominantes un grupo similar conformado

por actores en relaciones familiares: madre, esposa, padre, hijo, siendo la figura de la

madre dominante más frecuente. Otro tipo de personaje dominante lo constituye,

naturalmente, los que ostentan un poder legítimo: la figura del gobernante, el gerente,

el propietario y el juez aparece en este grupo. Podemos además identificar la figura

del poder sobrenatural, alrededor de la cual se construyen los personajes de dioses:

Dios en La miseria y en Las orejas de Tío Conejo, y los dioses en El enigma de la

esfinge. Un último conjunto de personajes dominantes agrupa a agentes que exhiben

cualidades de liderazgo, bien por sus conocimientos (el anciano en Las dos espadas),

o bien por su disposición a ayudar al prójimo (el sabio en El precio del humo o la

pulga en La buena pulga y el mal rey). Estos personajes dominantes, como se


322

planteara anteriormente, pueden actuar sólo en un episodio de la historia o en dos o

tres eventos. Cuando este es el caso, por lo general interactúan con personajes que a

su vez exhiben configuraciones posicionales que los llevan a pasar de posiciones

superiores (con otros personajes) a posiciones inferiores. Trataremos este aspecto de

aquí en adelante.

7.2.2. Las configuraciones posicionales

He llamado configuración posicional a la condición del personaje que lo ubica

de una posición de poder a otra y que constituye el eje central de su transformación

en la historia narrada. Como se observó con anterioridad, estos personajes constituyen

el 48% del total de la muestra de 52 personajes. Los personajes dentro de este grupo

de la muestra pueden exhibir diversas transformaciones que van desde posiciones

superiores a inferiores –que he llamado descendentes, y de inferiores a superiores, o

ascendentes. Ahora bien, ¿cómo se dan estas configuraciones? Abordaré de aquí en

adelante esta interrogante para delinear una noción más completa sobre el

funcionamiento de los personajes en sus interacciones de poder.

A partir de esta revisión del desarrollo de los personajes en sus

transformaciones de posiciones dominantes a subordinada, o vice-versa, abordé el

estudio de cada personaje cambiante en cada uno de los textos. He encontrado que las

transformaciones de los personajes no se dan exclusivamente de una posición inferior

a una superior, y vice-versa, aunque este es el caso de la mayoría de ellos. Además, se

identifican casos de personajes que ocupan más de dos posiciones a lo largo de la

historia. Las configuraciones posicionales que dan cuenta del desarrollo de los

personajes son abundantes y sumamente variadas. No obstante, y a fin de facilitar el


323

manejo y la visualización de los hallazgos, presentaré sólo las configuraciones más

frecuentes, las ascendente y las descendentes, con base en la posición inicial del

personaje en el relato y la que ocupa al final de éste.

La posición dominante y la subordinada, que resultaron frecuentes en

aparición tanto en el estudio de la muestra de cuentos como en la revisión de la

muestra de personajes y en el estudio de las posiciones únicas, aparecen también en

alto número en las configuraciones posicionales.

La primera configuración en términos de su frecuencia es la que refleja la

transformación de los personajes desde la posición dominante a la subordinada. Son

personajes que habiendo iniciado su actuación ejerciendo control sobre los otros,

terminan actuando según la voluntad de sus oponentes. Entre estos casos tenemos,

por ejemplo, al caballero en La grulla, al diablo en La miseria, al lobo en La vaca y

el lobo, el rey en La buena pulga y el mal rey, y el posadero en El precio del humo.

En la mayoría de estos casos, la astucia (aspecto del recurso de referencia) del

oprimido inicial juega un papel fundamental para producir esta transformación.

Un caso más complejo de este tipo de transformación lo representa Tío

Conejo en Las orejas de Tío Conejo. En este cuento, la transformación de Tío Conejo

muestra una configuración subordinada-dominante-subordinada. Es preciso señalar

que este personaje sostiene una relación con Dios y otra muy distinta con los demás

animales del reino. De allí, que lo encontremos como dominante (en su relación con

sus pares) y como subordinado a la voluntad de dios.

Las configuraciones mencionadas hasta ahora son del tipo que he denominado

descendente. Describiré ahora las llamadas configuraciones ascendentes.


324

Otra configuración frecuente, aunque mucho menor a la anterior, es la que

representa una transformación de subordinado a dominante. El caso típico en esta

configuración es el de personajes héroes que no se conforman con el estado de cosas.

Esta configuración se exhibe también en personajes que estuvieron en interacción con

un dominante y lograron dominar a su oponente. Se enfrentan al dominante para

producir un cambio en sus escenarios de acción. Personajes representativos de esta

configuración son los niños en Los niños que no tenían escuelas, y Edipo en el

Enigma de la esfinge, entre otros.

Aunque sería natural suponer un número mayor para estos casos, dada la

cantidad de dominantes que se transforman en subordinados, esto no ocurre así, ya

que como se ha expuesto no todos los interlocutores de los dominantes son

subordinados, y además, no todos los subordinados llegan a ser dominantes. Son

casos inversos en los mismos cuentos en que encontramos la configuración

descendente. Entre ellos, La vaca y el lobo, Tía Zorra y los peces. Nuevamente, la

astucia, las habilidades cognitivas y comunicativas, parecen jugar un rol principal en

estas transformaciones. Veamos el ejemplo de Tía Zorra y los peces:

(7.7) Se comió la colita tostada, luego una aletica, después la


cabeza, y cuando vino a fijarse, toda la guabina de Tío Zorro
había desaparecido. '" —¡Dios mío, me la he comido
integra!— exclamó —pero el daño esta hecho: ya no
importa que me coma también la última. Y se la comió
igualmente.
Al fin, llegó Tío Zorro acompañado de Tío Tigre y le preguntó a
su mujer:
—¿Has preparado ya las guabinas?
—¡Claro que sí! Las tengo todavía puestas al fuego para que no
se enfríen— mintió ella.
325

(…)
Tío Tigre se sentó, y la Tía Zorra llamó a parte a su marido.
—Anda al patio y afila los cuchillos, pues las guabinas eran muy
viejas y han quedado sumamente duras.
Tío Zorro corrió al patio, y a los pocos momentos empezó a
escucharse el ruido que hacían los cuchillos contra la piedra de
afilar.
Tía Zorra se acercó a Tío Tigre y le dijo:
—¿Escucha usted? es que mi marido está afilando un cuchillo.
Se ha vuelto loco y tiene la manía de comerse las orejas suyas,
Tío Tigre; para eso lo ha traído a usted aquí. ¡Huya antes de
que el regrese, por favor!
Tío Tigre se llenó de espanto y salió de la casa a todo correr,
entonces Tía Zorra comenzó a gritar:
—¡Tío Zorro, Tío Zorro! Ven pronto, que Tío Tigre se llevó todas las
guabinas.
Tío Zorro, con un cuchillo en cada mano, echo a correr detrás
de Tío Tigre.
—Tío Tigre, Tío ¡Tigrito! —le decía— ¡Déme siquiera una sólita!
Y Tío Tigre, creyendo que Tío Zorro se refería a sus orejas, apretó
el paso, lleno de miedo, y no paró hasta que estuvo bien seguro en
su casa.

El personaje de la zorra logra dominar la situación. Se ha comido los peces y

hace que los demás actúen como ella desea, a la vez que impide que actúen en su

contra. Su habilidad cognitiva, como se evidenció en el capítulo anterior, le permite

crear un plan y su habilidad comunicativa le concede el poder de convicción para que

los otros le crean y actúen según su voluntad.

Otras transformaciones interesantes son las que llevan al personaje desde la

subordinación por deferencia hasta la dominación. Aquí nos encontramos con

personajes como el joven cocinero de La grulla, y el armadillo de El zorro y el

armadillo, a los cuales ya se ha hecho mención.

Puede decirse entonces que un mayor número de personajes se transforman de

manera descendente. Éstos, numéricamente hablando, superan a los personajes que


326

progresan de posiciones menores a posiciones mayores. Pareciera sugerirse así que es

más fácil y frecuente perder una posición de poder que ganarla. De lo anterior podría

inferirse entonces que en los cuentos estudiados existe una mayoría de personajes que

terminan en posición inferior (descendente o subordinada), mientras que los

personajes que ostentan las posiciones superiores al final de las historias (dominante o

ascendente) están en desventaja numérica.

He discutido hasta ahora el empleo de diversos recursos o fuentes de poder

por parte de los personajes. He presentado también algunos planteamientos

relacionados con las posiciones de poder que ocupan los personajes y las

transformaciones de éstos a partir de las configuraciones de tales posiciones. En muy

pocas ocasiones, sin embargo, he sugerido la relación que pudiese existir entre el

empleo de ciertos recursos y la obtención, mantenimiento o pérdida del poder por

parte de los personajes. En el próximo aparte intento una aproximación a estas

vinculaciones.

7.3. Los recursos y las posiciones de poder: sus vinculaciones

Presentaré aquí los resultados de una nueva revisión de los recursos de poder,

esta vez en su vinculación en la ocupación de las posiciones de poder. Tal vinculación

puede observarse en el cuadro 33, anteriormente presentado. Señalaré primeramente a

los personajes que exhiben la posición única dominante. Como ya se sugirió antes, los

personajes en posición única subordinada no exhiben ningún recurso de poder, ya que

su misma posición y actuación, sugieren la ausencia de acciones –y por ende, de

recursos, que puedan ser indicio de su ascenso en la escala de relaciones de poder.


327

Describiré luego las vinculaciones de los recursos de poder y las configuraciones

posicionales. Para ello, estaré considerando esencialmente las agrupaciones que

reflejan transformaciones ascendentes y las que indican cambios descendentes en el

continuo de poder.

En cuanto a la posición única dominante, presentamos los siguientes

hallazgos:

CUADRO 37. Los recursos de los 15 personajes en posición única dominante

Recursos únicos Combinación de recursos


(2 personajes) (13 personajes)
Nº de personajes

Legitimidad: 1 Legitimidad-coerción: 1
por recurso

Referencia: 1 Legitimidad-referencia: 1
Legitimidad-recompensa: 1
Legitimidad-coerción-recompensa: 1
Referencia-comunicación: 7
Referencia-comunicación-legitimidad: 1
Referencia-coerción-recompensa: 1

Se aprecia una obvia mayoría de personajes que emplean una combinación de

recursos de poder. Los resultados anteriores indican que la posición única dominante

está asociada al recurso de la referencia más que a otras fuentes de poder. La

referencia, única o combinada, es utilizada por 11 de los 15 personajes. Otro recurso

de relevancia aquí es el de la comunicación, como recurso combinado. Esta fuente de

poder aparece empleada por 8 de los 15 personajes. También, la legitimidad aparece

casi en la misma proporción que la comunicación, encontrándose 6 casos. El recurso

menos empleado en este grupo de personajes es la coerción.


328

No intento afirmar que el recurso de poder es la causa, o la consecuencia, de

una posición de poder determinada. Para algunos, la posición dominante podría

inducir al actor a apelar a la coerción como recurso. Para otros, es el recurso de la

legitimidad el que conduce a una posición dominante, y no al revés. Enfrentaríamos,

por ende, un círculo interminable de discusión, que se apartaría de los objetivos de

este estudio.

Para la presente investigación, entonces, nos conformaremos con señalar las

vinculaciones que se han encontrado. Así, se puede resumir este pequeño aspecto

diciendo que existe una relación importante entre el mantenimiento de la posición

dominante y la combinación de los recursos de la referencia y comunicación, en

primer lugar, y la legitimidad (única o combinada) en un segundo plano. Veremos

ahora cómo se dan estas vinculaciones en personajes que exhiben configuraciones

posicionales, y que por lo tanto sufren una transformación en el relato.

Como se señaló más arriba, quince personajes, en trece relatos, exhiben una

configuración posicional descendente. El siguiente cuadro muestra el empleo de los

diversos recursos relacionados con estas configuraciones de mayor a menor poder:


329

CUADRO 38. Los recursos de los 18 personajes en configuraciones descendentes


Recursos únicos Combinación de recursos
(11 personajes) (7 personajes)

por recurso
personajes
Legitimidad: 8 Legitimidad-coerción: 4
Nº de

Coerción: 3 Coerción-recompensa: 1
Comunicación-recompensa: 1
Comunicación-coerción-recompensa: 1

En el caso de personajes con configuraciones de mayor a menor poder, se

aprecia una diferencia importante entre el uso de un único recurso (11 personajes) y el

empleo de una combinación de recursos (7 personajes). A diferencia de la posición

dominante, las transformaciones mayor-menor poder aparecen asociadas a un alto

número de casos de empleo del recurso de la legitimidad. Éste supera por amplio

margen a los demás recursos. Si lo consideramos como recurso único o en

combinación encontramos que doce de los dieciocho personajes en transformaciones

descendentes emplean este recurso. El siguiente en frecuencia es el recurso de la

coerción, empleado por la mitad de estos personajes. ¿En qué radica entonces la

diferencia entre los que se mantienen en posición dominante y los que pierden esta

posición? En primer lugar, podría decirse que los que mantienen su posición

dominante tienden a emplear una mayor variedad de combinaciones de recursos que

los que se transforman de forma descendente. En segundo lugar, debemos notar que

los recursos de referencia y comunicación, predominantes en la posición dominante,

son menos abundantes en términos de sus proporciones para el segundo grupo de

personajes. En tercer lugar, podemos observar que la legitimidad es aquí,

proporcionalmente, más combinada con la coerción. Esto último podría sugerir que la
330

combinación legitimidad-coerción juega un papel más importante en la pérdida de la

posición dominante que en el mantenimiento de ella. Ello, claro está, cuando estos

personajes se encuentran en interacción frecuente con subordinados. Por último,

debemos inferir entonces que la legitimidad, por sí misma, no garantiza el

mantenimiento de una posición superior, ya que aparece como el recurso más

frecuente de personajes que se transforman de posiciones de mayor poder a

posiciones de menor poder. Un ejemplo de los personajes que se transforman de

posiciones de mayor a menor poder, y que usan como recurso la legitimidad, son Don

Pablo Estaca y Don Pedro Garrote, en Los niños que no tenían escuelas:

(7.8) Cuando aquellos niños dejaron de ser niños, fueron a ver a los
dos gobernantes y les explicaron que, con todo lo que habían
aprendido, podían conseguir que los dos países fueran cada día
más felices: acabarían con la pobreza y con la guerra para
siempre... y empezaron a explicarles... Pero como don Pablo
Estaca y don Pedro Garrote no entendían nada de nada, porque
no habían ido nunca a clase... al final no hubo más remedio que
mandarles a la escuela a los dos. Para que aprendieran a no ser
tan brutos...

El caso contrario lo constituyen los personajes que se transforman de manera

ascendente, de posiciones de menor poder a mayor poder. Este caso agrupa sólo a 7

personajes de la muestra. Veamos sus vinculaciones a los recursos de poder:


331

CUADRO 39. Los recursos de los 7 personajes en configuraciones ascendentes


Recursos únicos Combinación de recursos
( 2 personajes) (5 personajes)

por recurso
personajes
Referencia: 2 Referencia-comunicación: 3
Nº de

Referencia-coerción: 1
Referencia-comunicación-coerción-recompensa: 1

Se percibe, primeramente, una diferencia notable en la aparición de recursos

únicos y de recursos combinados. La transformación de estos personajes, de manera

opuesta a la anterior, se relaciona más estrechamente con el recurso de la referencia y

el de la comunicación, bien como fuentes únicas o bien en una combinación de

ambas. Puede notarse también que la legitimidad no se incluye como recurso para la

transformación ascendente. La legitimidad combinada con la coerción puede en

ocasiones apoyar el mantenimiento de una posición dominante (si se interactúa con

personajes subordinados) o puede también, y con mayor frecuencia, contribuir a la

pérdida de la posición de poder,

En pocas palabras, los personajes que exhiben una transformación de menor a

mayor poder hacen uso de la referencia con más frecuencia que de otros recursos.

Todos los personajes de este grupo la han empleado como recurso único o en

combinación con otros recursos, principalmente el de comunicación, el cual es el

segundo recurso en frecuencia. Cuatro de estos siete personajes reflejan la

comunicación como recurso combinado.


332

7.4. A manera de conclusión parcial

Para esta fase de la investigación el objetivo que guió el estudio fue identificar

los elementos discursivos utilizados por los autores para construir mecanismos de

control de unos personajes sobre otros en el mundo narrado. En este sentido, el

análisis de los veinte cuentos, y cincuenta y dos personajes, ha revelado algunas

tendencias importantes.

En primer lugar, es importante señalar que de los recursos de poder

empleados por los personajes, el de referencia aparece como el de más presencia en

la muestra, ya que se encuentra en el 90% de los relatos. Con base en esto, puede

afirmarse que los autores tienden a hacer uso de un lenguaje evaluativo positivo para

privilegiar la presencia de virtudes y cualidades deseables en sus relatos. En segundo

lugar aparecen la comunicación, reflejada en la construcción del habla de los

personajes, usualmente directa y efectiva, y la legitimidad, revelada en grupos

lexicales generalmente incorporados en la orientación del relato. La coerción y la

recompensa aparecen como los recursos con menos aparición en la muestra. Ahora

bien, la muestra estudiada presenta una tendencia importante hacia la representación

de personajes que emplean una combinación de recursos de poder más que un recurso

único en su desempeño.

Entre las combinaciones posibles, se encontró una mayor tendencia hacia la

construcción de personajes que utilizan la referencia y la comunicación, por una

parte, y la legitimidad y la coerción por la otra. Se ha evidenciado que los personajes

que emplean la combinación referencia-comunicación son los personajes que se

ubican en una posición única dominante, manteniéndose en esta posición en todo el


333

relato, y los que exhiben una configuración ascendente, los que se transforman desde

posiciones subordinadas hacia posiciones dominantes. La diferencia fundamental

entre estos dos grupos es que los dominantes pueden incluir también la legitimidad

entre sus recursos de poder, mientras que los personajes ascendentes no emplean la

legitimidad. En lugar de ello, todos los personajes ascendentes emplean el recurso de

la referencia. En este sentido, puede afirmarse que las posiciones dominante y

ascendente presentan una estrecha relación con la utilización de los recursos de

referencia y de comunicación para el ejercicio del poder.

Es importante también señalar que los personajes que presentan una

configuración descendente predominan sobre los demás personajes de la muestra, lo

que sugiere que es más fácil descender en una escala de poder que ascender en ella.

Estos personajes tienden a emplear un único recurso en el ejercicio de su poder. Para

ellos la legitimidad se muestra como recurso predominante. Además, cuando estos

personajes hacen uso de una combinación de recursos la combinación legitimidad-

coerción se presenta de manera más frecuente.

He discutido hasta ahora las generalizaciones que se han evidenciado en

cuanto a la configuración de las relaciones de poder en la muestra de 20 cuentos y 52

personajes. He hecho alusión a las posiciones que ellos ocupan y los recursos de

poder que emplean. En algunas ocasiones, también, se han mencionado de manera

muy somera términos como habilidad cognitiva y comunicativa, cualidades o virtudes

personales, etc. Estos términos forman una parte de los rasgos de los personajes. Es

decir, de una parte de la construcción mimética que los hacen “lucir” como

representaciones plausibles de personas en un contexto social. Tales rasgos han sido


334

abordados en el capítulo anterior, de las estrategias discursivas que emplean los

autores para la construcción de sus personajes, y serán retomados en el próximo

capítulo de manera más sistemática en su articulación con los recursos y las

posiciones de poder aquí discutidos, a fin de establecer y presentar el paso de un

componente mimético a un componente temático de los personajes, lo que implicará

una aproximación los tipos de roles que asumen los personajes en mundos narrados

donde el poder conforma un eje temático.


335

CAPÍTULO 8

LOS ROLES TEMÁTICOS DE LOS PERSONAJES EN SUS RELACIONES DE


PODER. APROXIMACIONES A UNA TIPOLOGÍA

En el curso de la presentación de los resultados de la primera fase de

investigación –la construcción mimética de los personajes, y de la segunda –la

configuración del poder en los cuentos infantiles, han emergido algunos rasgos

particulares que posibilitan la distinción de estos personajes en función de su

actuación en el mundo narrado. Como se ha planteado anteriormente, esta tercera y

última fase del estudio está dedicada a la articulación e interpretación de la

representación de la noción de poder y las estrategias discursivas de construcción de

personajes, con miras a presentar una tipología para dar cuenta de los roles que éstos

asumen en sus relaciones de poder. Tal articulación e interpretación está orientada a

presentar respuestas a la interrogante i) ¿cómo se relacionan las configuraciones del

poder y la construcción mimética de los personajes?; y derivándose de ella, ii) ¿qué

tipos de personajes pudieran identificarse a partir de sus construcciones miméticas y

sus configuraciones de poder? En este sentido, he organizado el presente capítulo en

dos secciones. La primera sistematiza los hallazgos presentados en el capítulo 6, de

las construcciones miméticas, en función de las configuraciones de poder (posiciones

y recursos) derivadas del análisis en el capítulo 7. La segunda sección versa sobre la

identificación de distintos tipos de personajes a partir de sus actuaciones miméticas y

su desarrollo como figuras que intervienen en distintas relaciones de poder.


336

8.1. Configuraciones de poder y construcciones miméticas.

Para el análisis de la construcción mimética de los personajes se identificaron

elementos o rasgos en atención de tres dimensiones: la psicológica, que agrupa

elementos de cognición, emoción, intención y rasgos sociales y morales; la material,

que exhibe la actuación por iniciativa propia o derivadas consecuencialmente de los

eventos, así como también la naturaleza transformadora o no de tales acciones; y la

comunicativa, con reflejo en la efectividad o la reactividad del habla de los

personajes. Luego, y como producto del análisis de la configuración del poder en los

cuentos infantiles, se puso en evidencia la existencia de posiciones fijas o de

configuraciones posicionales que dan cuenta de distintas formas de control que

pueden ejercerse en atención a las circunstancias y a la naturaleza de los personajes

en ellas involucrados. Se evidenció así que existe un 33% de personajes que ocupan

una única posición en sus historias. Estos son los que hemos llamado acá personajes

“estables” en términos de la ocupación de alguna de las posiciones de poder en sus

relaciones interpersonales. El restante 67% de personajes se distribuye entre los que

presentan configuraciones posicionales, ocupan al menos dos posiciones de poder en

el curso de la historia. Para ellos, hemos identificado dos tipos de desarrollo o

trayectoria en el continuo de posiciones de poder: los personajes que se movilizan

desde posiciones inferiores hacia posiciones superiores –que hemos llamado

configuraciones ascendentes, y los que se desarrollan de forma contraria –con

configuraciones descendentes. Veamos en mayor detalle estos personajes.


337

8.1.1. Los personajes estables.

El análisis de los personajes estables ha mostrado que los que ocupan una

posición única dominante sobrepasan, aunque no muy significativamente a los

subordinados.

Los personajes en posiciones únicas dominantes muestran una tendencia

importante a emplear una combinación de recursos de poder en lugar de apoyarse en

un recurso único. En la actuación de estos personajes, la legitimidad puede

encontrarse combinada con el recurso orientado hacia las consecuencias, apareciendo

más la coerción que la recompensa. Estos personajes ejercen el poder desde

posiciones socialmente aceptadas como instancias de autoridad o estatus. No es de

sorprender entonces que encontremos a Dios, un juez, o al dueño de una granja como

ocupantes de la posición dominante. En cuanto a su construcción, notamos que estos

personajes son de poco actuar. La mayoría de ellos ejecutan pocas acciones,

sustentando el ejercicio de su poder con el habla efectiva como su instrumento

esencial. En su dimensión psicológica, estos personajes se apoyan más en la

cognición que en la emoción y generalmente aparecen con una evaluación positiva de

su aspecto moral-social. En pocas palabras, la posición única dominante con sustento

en la legitimidad parece estar vinculada a personajes con poca actuación material,

pero con gran efectividad en sus actos de habla, asertividad ésta que parece apoyarse

más en el manejo de la cognición y la intencionalidad por sobre la emocionalidad de

los personajes. Debo agregar además que cuando se resalta la emocionalidad de estos

personajes, ésta tiende a mostrarse de manera positiva.


338

También entre los dominantes encontramos personajes que, no teniendo

legitimidad socialmente reconocida, emplean los recursos de la referencia y la

comunicación. Éstos son la mayoría en este grupo. Tienen en común cualidades

positivas, y su sentido de la justicia es mucho más claro que los que emplean la

legitimidad y la coerción. La experticia es un elemento común en su recurso de

referencia. Al igual que el grupo anterior, estos personajes tienden a mostrar poca

actuación material, y el dominio del contexto y las estructuras del discurso se hace

evidente en la realización de actos de habla efectivos. En cuanto a su psicología,

podemos decir que este grupo también exhibe su inclinación hacia la cognición y no

hacia la emoción. Específicamente, estos personajes demuestran su intención de dejar

una enseñanza a sus co-protagonistas. Ejemplos de este tipo de personajes son el

sabio en El precio del Humo, la pulga en La buena pulga y el mal rey, el gato en El

zorro petulante, y el anciano en Las dos espadas.

Mención aparte merece el personaje Aziru de Historia de Aziru y Senmut en

este grupo de dominantes. Exhibiendo todos los rasgos anteriores, este personaje

también se distingue por fingir un rol de subordinado (como también lo hace el

personaje ascendente del armadillo en El zorro y el armadillo). Aziru es el único

personaje en la muestra que asume una actitud deferente con rasgos de felicitador o

adulador en su relación con Senmut. De allí que se pueda suponer que la adulancia se

encuentra muy desfavorecida, casi oculta, en la literatura infantil.

Podríamos deducir entonces que la ocupación y mantenimiento de una posición

única dominante se relaciona con características de una actuación con poco ejercicio

material, abundante habla efectiva y control de la emocionalidad a través de la


339

cognición, así como también, en la mitad de los casos, una explícita exhibición de la

intencionalidad materializada. Como recursos fundamentales se emplea la

mayormente la referencia y la comunicación, y en algunos casos, la legitimidad. La

mayoría de los personajes en esta posición son además evaluados positivamente, con

virtudes como el sentido de justicia y la asistencia al prójimo que los hacen aparecer

como líderes positivos en sus colectivos sociales en apoyo o defensa de los más

desaventajados o en el afán de producir un cambio de conducta con base en la

enseñanza.

Otro grupo de personajes que ocupan una posición única lo constituyen los

subordinados. Este grupo es casi tan numeroso como los dominantes. Son personajes

que no exhiben ningún recurso de poder, ya que como parece obvio, estos personajes

no desafían ni intentan obtener alguna cuota de poder en sus mundos narrados. En la

mayoría de estos casos, la exposición del personaje en posición subordinada es

restringida a pocos eventos del relato. Su construcción mimética se basa en la

realización de pocas actuaciones materiales, de las cuales además la mayor parte se

representa con procesos materiales –meta, es decir procesos no transformadores, que

se ejecutan además de manera consecuencial. He aquí una semejanza y una

diferencia con los personajes en posición única dominante. Ambos grupos muestran

una clara tendencia a la ejecución de poca acción material. Sin embargo, para los

dominantes estas pocas acciones resultan transformadoras, por representarse con la

configuración proceso +meta, y en su mayoría por iniciativa propia. Parece lógico

además suponer que estos personajes delegan la acción en sus co-protagonistas, lo

cual logran a través de la efectividad de su habla. Para los subordinados,


340

contrariamente, la poca acción refleja también la poca capacidad para transformar su

realidad circundante. Asimismo, su habla resulta casi absolutamente reactiva, es

decir, sus intervenciones verbales no surten efectos influyentes en los otros, como sí

es el caso de los dominantes, sino que más bien son producto o consecuencia de los

eventos en su entorno, a los cuales estos personajes subordinados responden de

manera más emocional que cognitiva. Prueba de ello, es la alta ocurrencia de

elementos emocionales en su dimensión psicológica, la cual supera la aparición de

elementos que reflejen la cognición, aspecto este que parece ser el fundamento de la

fortaleza psicológica de los dominantes. En lo moral-social, la actuación sumisa de

estos personajes conduce a inferir una baja autoestima, y sentimientos de

autocompasión, lo cual es especialmente cierto para los pueblos oprimidos, como los

tebanos en El enigma de la esfinge o los súbditos en La buena pulga ye el mal rey,

cuando se encuentran en contextos que incluyen una figura despótica en posición

dominante.

Pero también se aprecia en este grupo algunos personajes que simplemente

parecen no tener el recurso de la cognición que le permita evaluar el contexto y actuar

en consecuencia. El ejemplo más resaltante de este tipo es Tío Tigre en su aparición

en los dos cuentos donde interactúa con Tío Conejo. En ambos relatos, y en otros

conocidos mas no presentes en la muestra, Tío Tigre siempre reacciona de manera

emocional a Tío Conejo. Le cree ciegamente de forma casi irracional, no cuestiona la

veracidad de sus planteamientos y actúa casi absolutamente de manera sumisa, tal y

como Tío conejo se lo propone. En pocas palabras, parece existir una relación

importante entre la posición única subordinada y la construcción mimética basada en


341

la poca actuación material, la cual es además no transformadora y consecuencial, el

habla reactiva y la emocionalidad, usualmente negativa, por encima de la cognición.

En su aspecto moral-social se aprecian también rasgos de baja autoestima y temor o

cierta incapacidad cognitiva para evaluar y controlar su entorno. Esto último permite

hacer una distinción de los subordinados en al menos dos grupos: los conformistas,

no transformadores, que pueden evaluar las situaciones y valorarlas negativamente

pero esperan que alguien más (un líder) implemente las soluciones, y los que

funcionan como instrumento de otros por parecer poco inteligentes, con la actuación

como reacción inmediata y emocional y sin cuestionamiento alguno al otro.

En resumen, entre los personajes “estables” en posiciones únicas se encuentran

como figuras resaltantes los dominantes y los subordinados. Los dominantes tienden

a emplear como recursos, la referencia y la comunicación, usualmente combinadas, y

en algunos casos la legitimidad, mientras los subordinados no hacen uso de ninguno

de los recursos. Además, la posición dominante se presenta vinculada a la poca

actuación material, pero efectiva o transformadora, mientras que la posición

subordinada se relaciona más frecuentemente con pocas acciones, la mayor parte de

las cuales se presentan como no transformadoras y consecuenciales. Por otra parte,

los agentes en posición dominante muestran evidencias de efectividad en sus actos de

habla, mientras que los subordinados son casi absolutamente reactivos en su

actuación verbal, evidenciándolos así como agentes más influidos que influyentes.

Finalmente, en su dimensión psicológica la posición dominante se relaciona más

estrechamente con la cognición que con la emoción, así como con una evaluación

positiva en las nociones asociadas al componente moral y social. Esto resulta


342

diametralmente opuesto para los subordinados, para quienes se resalta la

emocionalidad y algunos valores negativos como la poca autoestima y la poca

realización de procesos cognitivos.

8.1.2. Los personajes con transformaciones ascendentes.

Otro grupo de personajes está conformado por actores que ocupan distintas

posiciones de poder en el transcurso de la historia, y que “se mueven” desde

posiciones inferiores a superiores de poder. He descrito a estos personajes como

actores cambiantes o dinámicos capaces de influir sobre la conducta de otros

personajes para transformar su entorno en su favor o a favor de otros. Estos

personajes aparecen siempre en interacción con otros que ostentan una posición

superior.

La primera regularidad observada en esta configuración ascendente es la

relativa a los recursos de poder empleados por estos personajes. El recurso por

excelencia es el de la referencia, es decir, las cualidades y virtudes que hacen que los

otros se identifiquen con el agente. Entre estas virtudes, la inteligencia es un factor

común. Vale mencionar además que en la actuación de muchos de estos personajes

encontramos la picardía –derivada de la inteligencia y astucia, como elemento

relevante. Ejemplos de estos personajes son el cocinero en La grulla, Tío Conejo en

Tío Conejo ladrón de conuco, el aldeano en El aldeano y los pasteles y Tía Zorra en

Tía Zorra y los peces, entre otros. Se encuentran también otros personajes que,

además de su inteligencia, muestran la virtud de actuar a favor o en defensa de otros,

ubicándose en posiciones superiores y ganándose el respeto y la admiración de los

demás (incluso posiblemente de sus adversarios). Este es el caso, por ejemplo, de


343

Edipo en El enigma de la esfinge, los niños en Los niños que no tenían escuelas, o los

hermanos gatos en Los cuatro gaticos. Con pocas excepciones, la referencia es el

primer recurso de estos personajes, pero tiende además a combinarse con el recurso

de la comunicación, como es el caso nuevamente del cocinero en La grulla. Es

preciso señalar que a diferencia de los que ocupan la posición dominante como

posición única, los personajes con configuraciones ascendentes no aparecen

empleando el recurso de la legitimidad como sí ocurre frecuentemente entre los

primeros.

En cuanto a su construcción mimética encontramos un patrón común en la

actuación de estos personajes ascendentes. En primer lugar, se aprecia en la muestra

un frecuente predominio de procesos materiales de acción, los cuales son además

procesos transformadores que se construyen con la estructura verbo +meta. Estas

acciones también pueden darse de manera consecuencial, lo que muestra la capacidad

de estos personajes para captar el estado de cosas de su entorno y actuar en

consecuencia, revirtiendo así situaciones potencialmente adversas. Esto confirma la

naturaleza dinámica o cambiante de este grupo de personajes y los diferencia además

de los personajes estables en la posición dominante, quienes mostraron un

predominio de poca acción. En su dimensión comunicativa, la mayoría de los

personajes ascendentes presentan poca o ninguna mediación por parte del narrador, y

aunque se encuentran algunos casos de predominio de habla reactiva, la mayoría de

los casos exhibe gran abundancia de actos de habla efectivos. Esta estrategia de

construcción del habla de los personajes es consistente con el frecuente empleo del

recurso de la comunicación que muestran estos personajes. Asimismo, la


344

construcción de la dimensión psicológica es consistente con el mayor empleo del

recurso de la referencia por parte de estos personajes, quienes exhiben un importante

predominio de elementos que reflejan la cognición por sobre la emocionalidad,

mostrándose frecuentemente su inteligencia y astucia, así como rasgos de rectitud y

disposición a ayudar al prójimo.

En pocas palabras, puede decirse que los personajes con configuraciones de

poder ascendentes, apoyados en los recursos de la referencia y la comunicación son

por lo general construidos con base en la acción material transformadora, el habla

más efectiva que reactiva, la cognición por encima de la emoción, y rasgos sociales y

morales que tienden a valorarse positivamente, especialmente, los relacionados con la

inteligencia, la astucia y el amor al prójimo, y que los convierten en un líder

importante para el contexto en el cual se desenvuelven. Este es el tipo de personaje

sobre el cual tienden a apoyarse los subordinados.

8.1.3. Los personajes con transformaciones descendentes.

Un grupo numéricamente mayor a los anteriores está conformado por aquellos

que se transforman de manera descendente en sus posiciones de poder. Estos son los

casos de personajes que cambian directamente de dominantes a subordinados, o los

casos en los cuales los personajes simplemente pierden su posición y desaparecen del

escenario de la historia. La ventaja numérica de estos personajes en relación con los

personajes ascendentes podría sugerir el hecho de que puede ser más fácil perder una

posición de poder que ganársela.

Como se señalara en el capítulo anterior, esta configuración descendente se

encuentra usualmente asociada al recurso de la legitimidad y al de la coerción, o una


345

combinación de ambos. Frecuentemente encontramos en este grupo a los malos

gobernantes o en general a figuras despóticas con tendencias a intentar disminuir

moral o físicamente a los otros, a través de actuaciones abusivas. Como ejemplos de

este tipo de personajes tenemos al zorro en El zorro y el armadillo, el posadero en El

precio del humo y la vieja sapo en Lo que les pasó a los Makunaima –estos tienen en

común su estatus como propietarios de bienes, el emperador en La caída del

emperador Porquesí, el rey en La buena pulga y el mal rey –los malos gobernantes, o

el antílope en La tortuga y el antílope y el zorro en El zorro petulante –los

presumidos, quienes intentan dominar por su superioridad física. También tenemos

los casos, por ejemplo, de la viejita en Tío Conejo ladrón de conuco y de la esfinge

en El enigma de la esfinge. Estos personajes, si bien es cierto muestran cierto sentido

de la justicia, trastocan tal sentido en venganza y violencia física. No logran impedir

que otro personaje, rebelde y más astuto, logre ocupar la posición dominante. En el

caso de la viejita, termina ésta ejerciendo su poder sobre el tigre por equivocación y

sin saberlo. Pareciera entonces, que el recurso de la coerción, si bien no se niega su

efectividad, no goza de la mejor aceptación como fuente de poder, sugiriéndose así

una valoración negativa de tal recurso. Otros casos, aunque menos frecuentes en la

muestra, son los que actúan como envalentonados intentando humillar al contrario:

los muchachos en El aldeano y los pasteles o el gato bravucón en Los cuatro gaticos.

Las estrategias de construcción mimética de estos personajes se basan

esencialmente en la acción poco transformadora. Aunque pueden mostrar más

acciones que los subordinados en posición única, al igual que éstos los personajes

descendentes muestran una clara tendencia hacia la ejecución de más procesos con la
346

construcción verbo –meta. Asimismo, se pudo observar que la mayor mediación por

parte del narrador ocurre para estos personajes, cuya actuación verbal se presenta

frecuentemente a través de reportes de habla indirecta o libre. Es además un habla

marcada por la reactividad y la poca efectividad. En cuanto a su dimensión

psicológica, se observó que para este grupo predominan los elementos que reflejan

emocionalidad, por una parte, y elementos que explicitan la intención, por la otra. Los

elementos de pensamiento y de percepción son más bien escasos. También, y como se

sugirió anteriormente, estos personajes tienden a ser abusivos, represivos, humillantes

o simplemente aprovechadores de las debilidades del otro. Estos rasgos, valorados

socialmente como negativos, junto con las debilidades cognitivas, las acciones

inefectivas y el habla reactiva e igualmente inefectiva se relacionan de forma

inequívoca con la pérdida de una posición superior de poder que se sustenta

fundamentalmente en la legitimidad y la coerción, o en una combinación de ambas.

Vale la pena hacer un paréntesis para resumir en el siguiente cuadro, y de

manera comparativa, las vinculaciones encontradas.


347

CUADRO 40. Construcción de personajes y sus posiciones de poder. Vinculaciones sobresalientes.

POSICIÓN ASCENDENTE POSICIÓN DOMINANTE POSICIÓN POSICIÓN


DESCENDENTE SUBORDINADA
Referencia y comunicación Referencia, comunicación y Legitimidad y coerción como Sin recursos de poder.
como recursos fundamentales legitimidad como recurso recursos fundamentales

Alta frecuencia de acción Alta frecuencia de acción Más acción material Poca actuación material.
material transformadora por material transformadora por consecuencial y no Acciones consecuenciales y
iniciativa propia iniciativa propia transformadora no transformadoras

Mayoría de actos de habla Influencia a través del habla: Abundante mediación del Personajes más influidos que
efectivos, aunque se dan casos Actos de habla efectivos habla por el narrador. influyentes:
de actos reactivos. Actos de habla no efectivos y Actos de habla reactivos
reactivos

Más cognición que emoción, Más cognición que emoción, Predominio de la Se resalta la emocionalidad
se resalta la inteligencia y se refleja frecuentemente la emocionalidad sobre la negativa por sobre la
astucia. intención. cognición. Se resalta la cognición
intención.

Valores positivos: rectitud, Rasgos morales y sociales En lo moral-social Rasgos morales y sociales
disposición a ayudar al positivos: líderes positivos, predominan los valores negativos: baja autoestima,
prójimo sentido de justicia, ayuda al negativos: personajes sentimientos de
prójimo abusivos, humillantes o autocompasión, poca
aprovechadores. inteligencia interpersonal.
348

8.2. Los roles de poder: hacia una tipología de los personajes.

En la sección anterior hicimos alusión a denominaciones como líder,

gobernante despótico, aprovechadores, sumisos, deferentes, etc. Y es que los

personajes parecen ejercer ciertos roles funcionales en su interacción social, roles

éstos que parecen relacionarse con las diversas posiciones de poder que se ocupan en

dicha interacción. Asimismo, en las situaciones del mundo narrado, así como en las

situaciones naturales de la práctica social, los personajes juegan determinados papeles

como actores que influyen sobre, o son influidos por, otros actores, los eventos y las

circunstancias. De allí que expertos como Greimas (1966) y como Propp (1928)

definieran papeles actanciales y funciones, respectivamente, estableciendo así

distinciones entre los personajes con base en el desenvolvimiento de los mismos. En

consecuencia, y como aspecto final del presente estudio cabe preguntarse: ¿Qué tipos

de personajes pueden identificarse a partir de sus rasgos de actuación, sus recursos y

sus posiciones de poder en el mundo narrado?; y ¿Cómo tienden a relacionarse los

diferentes tipos de personajes entre sí en los mundos narrados?

8.2.1. Del componente mimético al componente temático.

De acuerdo con los planteamientos de Phelan (1989), ya lo he señalado, los

personajes deberían entenderse como un constructo de tres componentes: el sintético

–que agrupa los rasgos físicos; el mimético –su representación plausible como

“personas”; y el temático –su representación como miembros de un colectivo. Este

componente temático sugiere además el protagonismo del personaje, su rol principal,

en las proposiciones temáticas que surgen, a veces de manera implícita, en el relato.

Un ejemplo de una de estas proposiciones temáticas en la muestra estudiada podría


349

ser “los malos gobernantes pierden el poder”. En una proposición como esta, los

malos gobernantes son un colectivo con sus características propias. En nuestra

investigación particular, hemos encontrado a estos personajes en las configuraciones

descendentes de poder. Entre otros rasgos, estos personajes exhiben el uso de los

recursos de legitimidad y coerción, la acción inefectiva, el habla reactiva y a veces

inefectiva y una dimensión psicológica sustentada más en lo emocional negativo que

en lo cognitivo positivo. Este y otros casos serán tratados en mayor detalle en el

aparte 8.2.2, dedicado a los tipos de personajes según sus roles funcionales o

temáticos.

No he considerado el componente sintético para la presente investigación,

aunque sí se ha hecho mención esporádicamente a algunos rasgos físicos de los

personajes cunado éstos pudieran ser un motivo en las relaciones de poder. Como se

ha observado, el estudio se ha centrado hasta ahora en el análisis del componente

mimético y su relación con las configuraciones de poder en los textos. Ahora bien, tal

como lo planteara Phelan (1989), a través del estudio de las dimensiones que

conforman el componente mimético, se han identificado algunos rasgos y

regularidades en la actuación de los personajes que permiten ubicarlos como

miembros de grupos con características propias en función de las posiciones de poder

que ellos ocupan. Tales agrupaciones sugieren entonces la conformación de

colectivos temáticos como sugiriéramos anteriormente.

Por otra parte, además, debemos tener en cuenta que la noción de poder se

enmarca en la práctica social y por ende quienes están involucrados en relaciones de

poder asumen roles sociales diversos de acuerdo a las variables contextuales que
350

intervienen en tales interacciones. Desde este punto de vista, y en consecuencia, se

hace imperativo contemplar los roles de los personajes como funciones que éstos

cumplen en eventos e intercambios donde el poder o el control es un elemento central

en sus relaciones con otros personajes del mundo narrado. Tales roles se dan en

estrecha relación con las proposiciones temáticas, por lo cual los llamaremos roles

temáticos, en concordancia con los planteamientos de Phelan (1989), quien los

denominó funciones temáticas. En pocas palabras, intento delinear una tipología de

personajes en sus roles temáticos a partir de los rasgos –sus configuraciones de poder

y sus construcciones miméticas, que hasta ahora han definido sus actuaciones. A ello

dedico la siguiente sección.

8.2.2. Los personajes: sus roles temáticos y sus relaciones

Como ya sugiriéramos en el aparte anterior, algunas proposiciones surgen del

análisis de la actuación de los personajes. El contenido de estas proposiciones apunta

hacia algunas nociones temáticas que aparecen de manera reiterativa de uno a otro

texto y marcan la actuación y las relaciones de los personajes en sus mundos

narrados. Abordaré entonces una nueva descripción de los personajes con base en los

hallazgos ya presentados y en los roles temáticos que emergen de tales hallazgos así

como de las nociones que parecen proponerse en los textos estudiados.

Una noción temática frecuentemente encontrada es el despotismo.

Entenderemos aquí el déspota como lo define el DRAE: persona que trata con dureza

a sus subordinados y abusa de su poder o autoridad. Anteriormente se sugirió la idea

de que es más fácil perder el poder que ganarlo. Y es que la mayoría de los personajes

déspotas se encuentran ubicados entre los que muestran una configuración


351

descendente. Son actores con posiciones socialmente reconocidas, lo cual implica la

legitimidad como recurso de poder. En el caso particular de los personajes déspotas,

éstos tienden a combinar la legitimidad con el recurso de la coerción. En su

descripción mimética identificamos sus acciones no transformadoras, su habla

inefectiva (ya que tienden a ser desobedecidos), y su poca cognición en comparación

con su emocionalidad. Encontramos además actuaciones humillantes y abusivas hacia

los demás. La poca representación de su cognición, así como su (mal)trato hacia los

otros podría estar reflejando la carencia de lo que expertos como Gardner (1983) han

llamado inteligencia interpersonal, su capacidad para entender las motivaciones,

deseos e intenciones de los demás. Como se indicó antes, la legitimidad y la coerción

son los recursos básicos de los personajes déspotas. Por ende, utilizan su posición de

autoridad o su estatus para controlar a los otros afectándolos de forma negativa. En

este sentido, es importante distinguir entre dos tipos de personajes déspotas: los malos

gobernantes, que ejercen su poder desde su posición de autoridad legítima (el rey en

La buena pulga y el mal rey); y los propietarios, cuyo poder se deriva de sus bienes o

riquezas, instrumentos que utilizan para controlar la actuación de los otros,

generalmente en función de mantener u obtener más riquezas (el posadero en El

precio del humo); la mezquindad y la avaricia generalmente marcan sus actuaciones,

aunque también aparecen como antivalores de los malos gobernantes. Tienden a

aparecer en interacción con personajes en posición subordinada y en buena medida

con personajes con configuraciones ascendentes.

Otra forma de abuso, aunque mucho menos frecuente en la muestra es el

ventajismo o el aprovechamiento negativo. Un grupo cualitativamente similar a los


352

propietarios déspotas está conformado por los aprovechadores. Igual que los

déspotas, estos personajes aparecen entre los que muestran una configuración

descendente. A diferencia de aquellos, el abuso de poder se realiza de manera

solapada, sin mostrarse maltratos o humillaciones directas al subordinado. Con base

en su poca capacidad cognitiva, en comparación con su emocionalidad, subestiman al

otro, intentando aprovecharse de su trabajo o de sus supuestas desventajas para su

propio beneficio (el zorro en El zorro y el armadillo).

Otra noción temática muy frecuente es la rebeldía. Buena parte de los

personajes que exhiben una configuración ascendente de poder son del tipo rebelde.

Son personajes activos, con una actuación material efectiva y con rasgos referenciales

y comunicacionales que les sirven como recursos de poder. Su fortaleza psicológica

se basa en la cognición, la cual es frecuentemente resaltada por sobre la

emocionalidad, y les permite asumir posturas de resistencia En su aspecto

comunicativo, estos personajes pueden ser reactivos o efectivos. Por lo general se

rebelan en contra del poder establecido y toman iniciativas para transformar su

realidad en su favor o a favor de otros. También tienden a desobedecer las normas. En

la muestra estudiada tal desobediencia es valorada de manera positiva cuando se trata

de enfrentar la maldad, la injusticia o la tiranía, ya que estos personajes tienden a

mostrar la rectitud y la disposición a ayudar el prójimo como sus valores morales y

sociales. Se relacionan con mucha frecuencia con los personajes déspotas, a quienes

reducen, y con personajes en posiciones subordinadas, a quienes ayudan. Este es el

caso de los personajes rebeldes que se erigen como héroes (Edipo en El enigma de la

esfinge).
353

Debe aclararse además que no todos los personajes rebeldes con

configuraciones ascendentes alcanzan la posición de héroe dominante y que aún otros

sólo logran disminuir la autoridad del superior por el sólo hecho de impedir su

actuación. De hecho, en este grupo de individuos no todos son irreverentes ni se

enfrentan abiertamente al poderoso. De allí que podamos distinguir al menos dos

grupos de rebeldes: el retador, que se enfrenta y desafía abiertamente las estructuras

de poder y que representa la mayoría de los personajes; y el evasor, que no confronta

al otro pero no cumple órdenes, reduce el poder del otro al no someterse; es una

rebeldía solapada que se rige por el dicho popular “se acata pero no se cumple”, así su

acciones van enfocadas a ejecutar lo contrario (o algo distinto) a lo instruido (el

armadillo en El zorro y el armadillo).

Mención aparte merece la picardía como noción que bien podría interpretarse

como otra forma de rebeldía. Y es que los personajes pícaros abundan casi en la

misma medida que los sumisos o los rebeldes retadores y evasores. Debilitan al poder

pero sin enfrentarlo (al igual que los evasores) y pueden asumir frecuentemente roles

de sumisión pragmática, pero muy raras veces permanecen en esta postura. Tan

importante es esta figura en la venezolanidad que Capriles (2007: 40) emplea el

término sometimiento picaresco para describir la conducta de los que acá hemos

denominado rebeldes evasores. En esta investigación, sin embargo, he logrado

identificar rasgos que permiten distinguir a los evasores de los pícaros. Por una parte,

los evasores de la muestra no aparecen actuando en beneficio propio, aprovechando

las circunstancias en su favor, como sí lo hacen los personajes pícaros. Por otra parte,

mientras que los evasores simplemente evitan obedecer, los personajes pícaros están
354

marcados por conductas socialmente reprochables como la mentira o el engaño,

cometen faltas de las cuales salen airosos como resultado de su astucia. Otra

diferencia notable entre estos personajes pícaros y los evasores es la efectividad de su

habla. Mientras que el habla reactiva parece ser un elemento común entre los

evasores, los pícaros emplean la comunicación como recurso de poder, convirtiendo

sus actos reactivos en efectivos en la mayoría de los casos, con lo cual logran

manipular la emocionalidad del contrario, ya que muestran gran inteligencia

comunicativa. A diferencia de los rebeldes, las actuaciones de los pícaros no

producen beneficios para los demás, ya que su disposición de ayuda al prójimo es

nula. También se distinguen de los aprovechadores, ya que el abuso de poder no

forma parte de su actuación, como sí lo es la astucia para transformar las situaciones a

su favor, lo cual es precisamente una gran debilidad en los aprovechadores.

Finalmente, este tipo de personaje, como ningún otro en la muestra, aparece

construido en situaciones humorísticas que resaltan sus habilidades para evadir el

posible castigo por sus actos (Tío Conejo en cualquiera de sus relatos, el cocinero en

La grulla o Tía Zorra en Tía Zorra y los peces).

Otra noción temática tan importante como la rebeldía en la muestra de cuentos

ha sido la sumisión, el estado de obediencia y acatamiento de unos personajes ante

otros. Evidencia de esto es la cantidad de personajes que han ocupado la posición

subordinada, a veces por deferencia, como única postura en los relatos e incluso los

que habiendo dado muestras de alguna clase de resistencia y a veces de dominación

terminan por ocupar nuevamente sus posiciones subordinadas. De las descripciones

de los personajes subordinados, podemos definir al menos tres tipos distintos de


355

personajes sumisos: los que se conforman con su realidad y no luchan por cambiarla,

sometidos generalmente por temor; los que presentan pocas capacidades cognitivas

para evaluar su entorno; y los que por respeto se subordinan pudiendo llegar incluso a

niveles de adulación. Los primeros se encuentran bajo lo que Capriles (2007) llama el

sometimiento involuntario, el cual es producto del poder coercitivo, “aquel que

obtiene la obediencia y moldea la conducta por medio de amenazas y sanciones”

(Capriles, 2007: 37). Los segundos parecen estar simplemente acostumbrados al

sometimiento automático, tienen el hábito de obedecer. Capriles llama a ese tipo de

sumisión sometimiento en zonas de indiferencia y explica que “la razón del hábito

tiene una base temperamental” (Capriles, 2007: 38). El tercer tipo, ubicado en

posiciones de deferencia, es un sometimiento pragmático (Capriles, 2007: 39), a

través del cual los sujetos expresan respeto y se someten a la voluntad del otro

(usualmente un déspota) a cambio de algún beneficio personal, que en los casos

encontrados es estatus y seguridad (los seguidores de Porquesí, en La caída del

emperador Porquesí). En general, los personajes sumisos tienden a ser reactivos, lo

que se evidencia en su habla y en sus actos, los cuales son generalmente consecuencia

de la actuación de otros o del desarrollo de eventos externos. En su aspecto

psicológico, se resaltan más las emociones negativas, asociadas a la baja autoestima y

la autocompasión, que la cognición y sus relaciones tienden hacia la obediencia casi

absoluta, sin cuestionar al otro, y cuando lo intentan carecen de los recursos o de las

capacidades físicas o cognitivas para desafiar al poderoso.

Retomando la línea de los personajes con posición única dominante y

configuraciones ascendentes, encontramos a los personajes que no sólo actúan desde


356

su rebeldía natural contra el déspota, sino que además tienden a conducir la actuación

de otros. Son los actores con condiciones de liderazgo. Con base en una valoración

positiva de sus elementos referenciales en lo social-moral, estos personajes ocupan

más la posición única dominante que la configuración ascendente (más asociada a los

rebeldes). A diferencia de los gobernantes déspotas, cuando ejercen el poder desde la

legitimidad, nunca combinan este recurso con el de la coerción. Con el recurso de la

referencia y de la comunicación logran ganar seguidores y mantenerse en posición

dominante. Emplean la acción material y el habla efectiva como estrategia en su

actuación y se resalta su cognición por encima de su emocionalidad. De manera

natural, se encuentran relacionados generalmente con personajes sumisos, relaciones

éstas que parecen basarse en la inteligencia interpersonal (Gardner, 1983), su

capacidad para comprender las motivaciones, los deseos y las intenciones de los

demás (los niños en Los niños que no tenían escuelas).

Otro tema importante es el relacionado con la intervención o la mediación de

un tercer agente. Los personajes mediadores tienden a aparecer en un evento,

generalmente hacia la resolución de la historia y ocupan por lo general una posición

única dominante con el recurso de la referencia y la comunicación. Su actuación

material es escasa, ya que su intervención es esencialmente verbal. Su capacidad

cognitiva se resalta por encima de la de otros personajes y entre sus valores más

resaltantes está su disposición a ayudar al desaventajado. Encontramos dos tipos de

personajes mediadores: los educadores y los defensores. En sus dimensiones

miméticas, en términos generales, estos dos tipos de mediadores no presentan rasgos

que los distingan uno del otro. Sin embargo, el resultado de su actuación sobre el
357

contrario difiere de los defensores a los educadores. Estos últimos no sólo intervienen

para proteger a los sumisos sino que además producen como resultado una enseñanza

que a su vez deriva un cambio de conducta en el personaje contrario, una enseñanza

moral (el anciano en Las dos espadas). De manera distinta, el personaje mediador

defensor no produce un cambio de conducta o intenta enseñar algo al otro. En

interacción con personajes déspotas (gobernantes o propietarios), interviene en

defensa del desaventajado y reduce significativamente la influencia de los primeros

logrando impedir o restringir sus actos. Los casos del sabio en El precio del humo, el

juez en Un negocio ruinoso y la pulga en La buena pulga y el mal rey, pertenecen a

este grupo.

La noción de la vanidad, y cómo ésta sirve de motivo o instrumento para la

dominación, también está presente en la muestra. Los personajes vanidosos siempre

se encuentran entre los que exhiben una transformación descendente, lo cual indica la

valoración negativa que se le asigna a esta noción en los cuentos infantiles. A través

de su habla, la cual resulta inefectiva, intenta humillar o intimidar a los otros

resaltando su superioridad física (la belleza o la habilidad) o intelectual, pero su poca

capacidad cognitiva frente a personajes rebeldes o líderes naturales (La tortuga en La

tortuga y el antílope), los conducen a la pérdida de su posición inicial de dominación.

Similar a la noción de la vanidad, por basarse en la apariencia, se presenta la

noción de la bravuconería. El bravucón, envalentonado, o comúnmente conocido en

el ámbito venezolano como el alzao, intenta utilizar su fortaleza física como

instrumento de coerción. Como ya se ha planteado, este recurso se vincula muy

frecuentemente con la pérdida de la posición dominante. No es de sorprender


358

entonces que estos personajes muestren una configuración descendente, ya que por lo

general son enfrentados en los cuentos con personajes con mayores capacidades

cognitivas y cualidades como la astucia, e incluso con otros personajes igualmente

envalentonados (el gato bravucón en Los cuatro gaticos). En su actuación, los

envalentonados subestiman a los demás, actúan desde la emocionalidad y reaccionan

de manera amenazante ante situaciones o actores que pudieran percibir como

riesgosas para su imagen y/o territorio, mostrando una falsa valentía y pudiendo tener

éxito frente a personajes débiles. Pero, tal imagen de superioridad y valentía se ve

rápidamente disminuida por la actuación de un contrario superior. Su habla resulta

poco efectiva y sus pocas acciones materiales tienden a ser del tipo no transformador.

A manera de resumen, entonces, describo estos roles temáticos de los

personajes en el siguiente cuadro.


359

CUADRO 41. Los roles temáticos de los personajes en sus relaciones de poder.
ROLES TEMÁTICOS PERFIL DE LOS PERSONAJES
El déspota: Generalmente su poder depende de su posición de
• El mal autoridad, de su rol socialmente aceptado. Abusan de su
gobernante poder y combinan su legitimidad con el recurso de la
• El propietario coerción, la amenaza. En el caso de los propietarios, utilizan
los bienes materiales como instrumento de manipulación.
Tienen tendencia a la transformación descendente como
resultado de sus debilidades cognitivas y su alta
emocionalidad. Sus acciones y su habla se muestran
inefectivas.

El aprovechador Subestima las capacidades de los demás. Con base en lo que


cree son las limitaciones del otro, trata de imponerse y
obtener beneficios. Su abuso de poder re realiza de forma
solapada, fingiendo cierta deferencia. No agrede al contrario
directamente. Exhibe configuraciones descendentes en la
escala de poder y debilidades cognitivas.

El rebelde: Se revela en contra de del poder establecido. Actúa de


• El retador manera contraria a lo que se le ordena o toma iniciativas en
• El evasor contra del poderoso. Utiliza sus habilidades cognitivas, que
superan a su emocionalidad, para evitar ser afectado
negativamente y para desarrollarse de forma ascendente. Por
lo general muestran un sentido de la justicia y disposición a
ayudar al prójimo. El retador desafía al poder abiertamente.
El evasor sólo evita obedecer reduciendo al contrario.

El pícaro Desafía el poder establecido, aunque no se revela


abiertamente en contra del agente o sistema. Usualmente
actúa de manera socialmente reprochable (la mentira y el
engaño) y utiliza su astucia para escapar del castigo. Su
recurso de poder por excelencia es la comunicación.

El líder Tiende a dirigir, coordinar o liderizar las acciones de los


demás sin llegar a ser represor. Con base en una valoración
positiva de sus elementos referenciales en lo social-moral,
ocupa usualmente la posición única dominante y combina el
recurso de la legitimidad con la referencia y la
comunicación. Su acción material es transformadora y su
habla es efectiva.
360

CUADRO 41. Los roles temáticos de los personajes en sus relaciones de poder.
(Cont.)

ROLES TEMÁTICOS PERFIL DE LOS PERSONAJES


El sumiso No cuestiona al agente. Actúa como el otro desea o como
las circunstancias lo determinen. Aunque pudiera tratar de
defenderse en algunos casos no lo logra, bien porque no
posee la fuerza física o bien porque no posee estrategias o
rasgos psicológicos para enfrentar al contrario. Su
emocionalidad resalta por sobre su cognición y su habla es
casi totalmente reactiva. Pueden mostrar un sometimiento
involuntario ante el poder coercitivo o un sometimiento
automático, por el hábito de obedecer que parece producto
de sus carencias cognitivas. Pueden mostrar también un
sometimiento pragmático en aras de obtener beneficios tales
como bienes materiales o seguridad.

El mediador: Interviene en situaciones que no necesariamente lo afectan


• El defensor de manera directa. Intenta impedir la acción en contra de
• El educador otros sin producir necesariamente un cambio en la
psicología del contrario (caso del defensor) o modificando
su conducta (caso del educador). Su capacidad cognitiva se
resalta por encima de la de otros personajes y entre sus
valores más resaltantes está su disposición a ayudar al
desaventajado. Sus recursos principales de poder son la
referencia y la comunicación, ocupando usualmente la
posición única dominante.

El vanidoso Hace gala de su superioridad física. Incluye la fortaleza, la


habilidad física y la belleza. En muchos casos intenta
intimidar al otro por sus cualidades corporales, pero muestra
poca capacidad cognitiva y su habla resulta inefectiva, lo
cual resulta en su configuración descendente en la escala de
poder.

El envalentonado Conocido popularmente como “alzado”, reacciona de


manera amenazante ante una situación que pudiera éste
interpretar como riesgosa, o simplemente intenta transmitir
una imagen de superioridad y valentía para intimidar a
quienes considera inferiores. Sin embargo, carece de estas
cualidades de de fortalezas cognitivas para enfrentarse al
poder. Su configuración de poder es siempre descendente,
asociada el recurso de la coerción, a la poca acción material
y a la inefectividad de su habla.
361

Finalmente, es preciso señalar que así como en la mayoría de los casos los

personajes transitan de una posición de poder a otra, de manera similar se pueden

producir cambios de roles en el desarrollo de los mismos. Así, un personaje

inicialmente sumiso, en posición subordinada, podría transformarse en rebelde, en

posición resistente, e incluso llegar a ser un líder, en posición dominante. De manera

similar, pero en trayectoria inversa, un personaje déspota, en posición dominante,

podría llegar a ser sumiso si la actuación del adversario es lo suficientemente

efectiva. Las formulaciones anteriormente planteadas corresponden a generalidades

que bien podrían describir a los personajes cuando juegan un rol funcional

determinado. No obstante, el propósito de tales formulaciones es delinear el perfil de

los personajes en sus funciones temáticas, es decir, como miembros de colectivos

presentes en las distintas prácticas sociales vinculadas al poder y que parecen

proponerse o sugerirse en los mundos narrados de los relatos estudiados.


362

CAPÍTULO 9

CONCLUSIONES

La presente investigación ha revelado información importante en cuanto al

tema del poder, tal como éste se construye y se transmite a través del discurso de la

literatura infantil en nuestro contexto educativo. Los hallazgos aquí presentados

podrían tener algunas implicaciones en el ámbito del estudio de este género literario,

por una parte, y por la otra, en cuanto a la evaluación y tratamiento de estos textos en

el ámbito escolar. Como cierre de este estudio, presento a continuación las

conclusiones de la investigación así como algunos comentarios finales derivados de la

reflexión.

9.1. Conclusiones del estudio

Para la presente investigación, me planteé como problema la comprensión del

discurso que se emplea para construir las posiciones y los roles de poder de los

personajes en la literatura infantil, y por ende de los mensajes que les son enviados a

los niños venezolanos en este tema. El propósito general fue evidenciar las

estrategias discursivas que emplean los autores-adaptadores para la construcción del

ejercicio del poder entre los personajes en el mundo narrado.

A tal fin se diseñó el estudio con una base esencialmente cualitativa, aunque

con apoyo en algunos datos cuantitativos de frecuencias y proporciones. El estudio,

programado en tres fases, se centró primero en la construcción de los personajes en

sus dimensiones miméticas, en su construcción plausible como personas en el

mundo narrado. En segundo término, se enfocó la atención en la construcción de las


363

configuraciones de poder, lo cual incluye las posiciones asumidas por los personajes

con base en sus recursos de poder y las transformaciones o desarrollos de los

personajes en el transitar entre distintas posiciones. La fase final del estudio, estuvo

dedicada al análisis e interpretación de las vinculaciones que se establecen entre la

construcción mimética de los personajes y los aspectos relacionados con sus

configuraciones de poder. Todo ello, condujo no sólo a dar respuesta a la

interrogante planteada, sino también –y en consecuencia, a la generación de una

posible tipología de los personajes que delinea la actuación de los personajes en su

componente temático, es decir, en su construcción como miembros representantes de

colectivos sociales que intervienen en interacciones signadas por las relaciones de

poder en los mundos narrados en los textos estudiados.

De manera general, y en primer término, puede afirmarse que existen

evidencias que señalan relaciones importantes entre la construcción mimética de los

personajes –sus dimensiones materiales, comunicativas y psicológicas, y la

configuración de los aspectos relacionados con sus actuaciones en intercambios

sociales donde las relaciones de poder rigen su interacción en el desarrollo de los

eventos.

Los autores o adaptadores de los cuentos infantiles estudiados emplean

estrategias que parecieran ser generalizadas, o al menos, pareciera existir ciertas

tendencias en común para la construcción de sus personajes a la hora de reflejar

situaciones de intercambio interpersonal cuando rigen entre los actores relaciones

marcadas por diferencias de poder.


364

Entre estas estrategias, y en cuanto a la construcción mimética de los

personajes, se encuentran la exaltación de lo racional positivo por sobre lo emocional,

lo cual se compagina también con la emisión de juicios positivos de estima social, la

expresión de la acción material transformadora y el dominio del contexto y las

estructuras del discurso. Todas estas variables se muestran relacionadas con la

ocupación de posiciones de dominio o con configuraciones ascendentes en las

relaciones de poder. Por el contrario, se desfavorecen las limitaciones cognitivas y la

exaltación de la emocionalidad negativa como rasgos de personalidad de personajes,

quienes se evalúan de manera negativa en términos de su conducta social y moral, y

que tienden a descender en la escala de poder o simplemente permanecen en

posiciones de inferioridad.

Asimismo, los aspectos de la construcción mimética se combinan con la

utilización de los recursos de referencia (mayormente la inteligencia y astucia) y de

comunicación. Esta combinación de aspectos parece ser una tendencia constante para

delinear personajes “triunfadores” en sus mundos narrados. Es de hacer notar que la

muestra de cuentos incluía textos de diversas culturas y épocas, y aunque sería

aventurado afirmar que en todas las culturas prevalece el mismo modelo de poder, sí

pareciera reflejarse algún consenso en cuanto a que i) la “personalidad” del personaje

es un factor determinante para su desempeño como actor influyente o influido en su

contexto social; ii) la cognición es quizás el aspecto más relevante del perfil

psicológico del personaje, incidiendo de manera definitiva en su comportamiento

material y verbal para convertirse en agente de cambio; y iii) derivándose también de

su perfil psicológico, el empleo de los recursos de referencia y de comunicación


365

resulta más favorable para su desempeño que los recursos de legitimidad o de

coerción.

Es preciso reiterar, además, que en la muestra de literatura infantil estudiada los

autores-adaptadores parecen coincidir en una opinión según la cual las posiciones

superiores de poder son ocupadas por menos individuos que las posiciones inferiores.

Este hecho se revela al analizar los resultados que indican un mayor número de

personajes que descienden en la escala o que permanecen en roles de subordinación.

Se refuerza así la proposición de que sólo algunos, los mejores, llegarán a obtener y

mantener los beneficios del poder. Esto también parece sugerir cierta intención de

desmontar la tesis según la cual los poderosos son siempre malos, a la vista de los

niños.

El mensaje primordial que se ha puesto en evidencia es que la ocupación de

una posición de poder, o de subordinación, o una transformación hacia la pérdida o

hacia la ganancia del poder puede depender de que el actor tenga o no ciertos rasgos

característicos en su “personalidad”, rasgos estos que a su vez parecen ser el

andamiaje necesario que podría determinar un apropiado o inapropiado empleo de

ciertos recursos de poder.

Los hallazgos de esta investigación ponen de relieve que una posición de

poder no se circunscribe sólo a la ocupación de ésta por sí misma. En lugar de ello,

hablar de una posición de poder involucra incorporar también una serie de elementos

conexos que forman parte necesaria de ella. Así, como se ha reflejado a través del

análisis, la definición de cualquier posición de poder trae consigo: i) quién la ocupa;

ii) qué perfil de personalidad tiene quien la ocupa (su mente, su acción y su habla);
366

iii) cuáles son las fuentes, o los recursos, de su poder; y iv) qué roles sociales asume

este agente en situaciones de intercambio interpersonal. Es importante señalar

también que, según se desprende de este estudio, los actores no son necesariamente

siempre poderosos o siempre subordinados. En lugar de ello, la dinámica social, así

como las habilidades de los personajes los llevan a transformarse y trasladarse de

una posición a otra. Lo que sí parece constante, en este sentido, es un patrón de

conducta que los ubica como potencialmente ascendentes o descendentes en la escala

de poder en sus relaciones sociales e interpersonales.

Todo ello configura en el corpus una noción en torno a la figura del poderoso,

y en contraposición del subordinado, que pareciera tener consenso en nuestro

contexto social, por cuanto tales textos han sido adaptados e incluidos en las

ediciones de textos escolares para presentárselos a los niños venezolanos en su etapa

de formación.

Por otra parte, la vinculación de la construcción mimética y de la configuración

de poder de los personajes conduce a la conformación de una dimensión temática que

da cuenta de las proposiciones subyacentes en los textos y que contribuye a una

posible identificación de estos personajes en mundos narrados con actores reales y

miembros de colectivos en las prácticas sociales de la cotidianidad.

Los planteamientos de Phelan (1989) apuntan hacia una noción de personaje

como constructo de tres componentes: el sintético –que agrupa los rasgos físicos; el

mimético –su representación plausible como “personas”; y el temático –su

representación como miembros de un colectivo. Como resultado del análisis de los

personajes ha sido posible delinear una tipología de personajes en sus roles temáticos
367

a partir de sus construcciones miméticas y sus configuraciones de poder, por una

parte, y de las proposiciones temáticas subyacentes que se han puesto en evidencia en

el desarrollo de los eventos en los relatos, y la participación de los personajes en tales

eventos.

Se identifican así en esta muestra nueve roles temáticos de los personajes

involucrados en relaciones de poder. Entre los personajes dominantes se encuentran

el mediador (defensor o educador), y el líder, quien puede aparecer también como

ascendente. Como personajes con transformación descendente encontramos al

déspota (como mal gobernante o como propietario), al aprovechador, al vanidoso, y al

envalentonado. El rebelde (retador o evasor) y el pícaro se ubican entre los

ascendentes. Finalmente, se encuentra la figura del sumiso, en posición única

subordinada.

Debo también señalar que la frecuente presencia de la figura del pícaro como

personaje triunfador parece ser indicio de gran aceptación por parte de los autores-

adaptadores, o en todo caso de los seleccionadores de estos textos, transmitiéndose y

reforzándose así una ideología subyacente de valoración positiva de las conductas

picarescas en nuestra sociedad. Asimismo, se presenta en esta muestra una alta

frecuencia de aparición de personajes déspotas, entre las cuales es usual ver a malos

gobernantes que fracasan en sus intentos por mantenerse en el poder. Esto, en

contraposición a la figura del pícaro, se resalta como un antivalor con muestras

recurrentes de juicios de sanción moral.

De lo anterior se desprenden algunas proposiciones temáticas en cuanto a la

manera de ostentar o de ganar posiciones de poder y pone de relieve nociones como


368

las sugeridas por Capriles (2009) en cuanto al trickster y su actuación frente a los

poderosos. Pero además se apunta hacia las conductas reprochables de los

gobernantes, las cuales podrían impedirse, o al menos limitarse, a través de otras

conductas que, aunque también reprochables, parecen mejor aceptadas por tener su

origen en cualidades como la astucia y la inteligencia, virtudes éstas de las que

parecen carecer los gobernantes según se deduce de la muestra de literatura infantil

estudiada en esta investigación.

Por último, aunque no menos importante, es necesario hacer mención del

colectivo de los subordinados, tanto o más frecuentes que los anteriores, estos

personajes no se dibujan como modelo a seguir. Se ha hecho mención a la variedad

de rasgos de estos personajes. Con distintas características y motivaciones, que van

desde sus limitaciones cognitivas hasta su sumisión pragmática, estos personajes se

presentan como representaciones de los grupos sociales que bien podrían ser

víctimas, en algunos casos, o soporte del sistema imperante, en otros. De cualquier

modo, la muestra de literatura infantil aquí estudiada sugiere una valoración negativa

de estos personajes al ubicarlos dentro del grupo con más rasgos negativos de

cognición, emocionalidad, intencionalidad y valoración de su conducta social.

9.2. Comentarios finales

Los hallazgos de esta investigación han mostrado una complejidad pocas

veces sospechadas por los usuarios de la literatura infantil.

Por una parte, se ha evidenciado un manejo consistente de nociones sociales,

en particular de la noción de poder, lo que implica que la literatura infantil no es sólo


369

un medio de entretenimiento, sino que además es producto y reflejo del contexto

social donde se produce, lo que la convierte además en instrumento de suma

importancia en la transmisión de ideologías subyacentes.

Por otra parte, además, la investigación ha permitido confirmar la factibilidad

del uso de postulados y modelos lingüísticos para el estudio del texto literario, a

través de métodos y procedimientos del análisis crítico del discurso, que comprueban

una vez más la naturaleza socio-lingüística de la literatura, más allá de su concepción

tradicional como objeto estético. La atención al lenguaje y el análisis de estas formas

de organización discursiva definitivamente contribuyen a una mayor comprensión del

fenómeno comunicativo propio de este género del discurso como medio para desafiar

o reforzar nociones asociadas a postulados ideológicos de diversa índole.

A partir de esta investigación, no puedo afirmar categóricamente que estos

textos tengan poco o mucho impacto en nuestra población infantil, por cuanto el

tratamiento que se les de en las escuelas dependerá en gran medida de los enfoques

pedagógicos y literarios que asumen los docentes en sus aulas. No obstante, sí parece

pertinente recomendar la concientización de los maestros y de los mediadores en

general (padres, cuenta-cuentos, etc.) en cuanto al amplio abanico de posibilidades

que ofrece el discurso literario y el análisis del discurso como aporte para la

selección, adaptación y tratamiento de textos que podrían ser instrumentos

invalorables durante las etapas de desarrollo del lenguaje en los niños y, más

importante aún, durante el proceso de desarrollo de sus habilidades para la

socialización.
370

Otras inquietudes que surgen de esta investigación se relacionan con el tema

de la percepción e interpretación que de estos textos pudieran hacer los niños lectores,

toda vez que es a ellos quienes están dirigidos. ¿De qué manera podrían influir estos

textos en la construcción de nociones sociales por parte de los niños? ¿Podrían estos

cuentos moldear conductas a la vez que contribuyen en la comprensión del mundo y

las relaciones interpersonales? ¿Podrían estos textos además tener alguna incidencia

sobre la escritura de textos narrativos y la construcción de personajes por parte de los

niños en edad escolar?

Es importante señalar además que este estudio no pretende cerrar la discusión

en torno los temas relacionados con el poder y su influencia en las relaciones sociales.

Por el contrario, creo necesario enfatizar el hecho de que a partir de esta investigación

puedan iniciarse estudios posteriores que den cabida a temas relacionados con, por

ejemplo, las cuestiones de género o los aspectos etarios no tratados en este estudio, y

de manera muy particular, profundizar en investigaciones de carácter

interdisciplinario que contribuyan a una comprensión más clara sobre el fenómeno de

la sumisión en contrapartida con el fenómeno de la picardía, lo que pareciera ser una

verdadera dicotomía social en nuestra sociedad, a juzgar por la selección de textos a

los cuales se está exponiendo la población infantil en nuestro sistema escolar.

Finalmente, no puede dejar de mencionarse el hecho de que esta investigación

se vio en riesgo de perder relevancia en varias oportunidades debido a la propuesta

gubernamental de imponer un texto único para la educación pública, propuesta ésta

que se concretó unas semanas después de culminado este estudio. Con base en esto,

parece cuando menos sensato proponer la promoción de futuras investigaciones


371

centradas en la exploración de los nuevos textos escolares y tratar de establecer: i)

hasta qué punto los nuevos textos, de uso obligatorio, incluyen contenidos en el área

de lengua y literatura similares a los textos que hasta ahora se han venido utilizando;

ii) hasta qué punto la selección de textos literarios es similar o diferente a la

encontrada en los libros que conformaron el corpus de esta investigación; iii) hasta

qué punto los nuevos textos mantienen o difieren de las nociones subyacentes de

poder que se han venido transmitiendo hasta ahora.

En todo caso, lo importante a resaltar es que esta investigación ha mostrado la

fotografía de lo que hasta ahora se ha venido presentando como literatura infantil, con

todas sus implicaciones estéticas, didácticas y sociales a varias generaciones de

venezolanos. Los resultados de estas enseñanzas a nuestros niños quedan aún por

investigarse.
372

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380

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S.A.
381

ANEXO 1

Lista de textos escolares origen del corpus de investigación

Libros Editorial Año Título


enciclopédicos Santillana 2005 Guía Caracol 4
2005 Guía Caracol 5
2005 Guía Caracol 6
Santillana 2007 Enciclopedia Didáctica 4
2007 Enciclopedia Didáctica 5
2007 Enciclopedia Didáctica 6
Excelencia 2002 Retos 4. Mi libro enciclopédico
2002 Retos 5. Mi libro enciclopédico
2002 Retos 6. Mi libro enciclopédico
Co-Bo 2006 Libro Integral Nuestro Futuro 4º
2006 Libro Integral Nuestro Futuro 5º
2006 Libro Integral Nuestro Futuro 6º
Girasol 2007 Enciclopedia Girasol 4
2006 Enciclopedia Girasol 5
2006 Enciclopedia Girasol 6
Tricolor 2006 Libro Integral Mundo Tricolor 4
2006 Libro Integral Mundo Tricolor 5
2006 Libro Integral Mundo Tricolor 6
Salesiana 2005 Arco Iris Venezolano 4º grado
2005 Arco Iris Venezolano 5º grado
2005 Arco Iris Venezolano 6º grado
Textos de Lengua Co-Bo 2005 Valores Lingüísticos 4
y Literatura 2005 Valores Lingüísticos 5
2005 Valores Lingüísticos 6
Santillana 2004 Lecturas 4. Serie Flor de Araguaney
2004 Lecturas 5. Serie Flor de Araguaney
2004 Lecturas 6. Serie Flor de Araguaney
Girasol 2007 Lecturas Girasol 4
2007 Lecturas Girasol 5
2007 Lecturas Girasol 6
Co-Bo 2006 Tú y Yo. Lectura y Escritura 4º grado
2006 Tú y Yo. Lectura y Escritura 5º grado
2006 Tú y Yo. Lectura y Escritura 6º grado
Santillana 2004 Lengua y Literatura 4. Serie Futuro
2004 Lengua y Literatura 5. Serie Futuro
2004 Lengua y Literatura 6. Serie Futuro
Salesiana 2006 Lengua y Literatura 4. Serie Arco Iris Venezolano
2006 Lengua y Literatura 5. Serie Arco Iris Venezolano
2006 Lengua y Literatura 6. Serie Arco Iris Venezolano
382

ANEXO 2

El corpus de investigación

TÍTULO Género Gr. Libro de Texto

El cura, el blanco y el indio que Libro Integral nuestro futuro. 5º Grado.


querían comer gallina cuento 5º Ediciones CO-BO
Ananse y la olla cuento 5º Lecturas Girasol 5
Chiké y el fuego mito 5º En Guía Caracol 5. Santillana
Cumpleaños Feliz cuento 4º Lecturas 4. Santillana Serie Araguaney
Lecturas Girasol 6. Serie Flor de
El adivino cuento 6º Araguaney
Lecturas Girasol 6. Serie Flor de
El aldeano y los pasteles cuento 6º Araguaney
Lengua y Literatura 4. Fundación Editorial
El ataque del Abuelón cuento 4º Salesiana
Lengua y Literatura 6. Fundación Editorial
El Churún - Merú mito 6º Salesiana
En Retos 4. Mi libro enciclopédico. Ed.
El doctor Terríbilis cuento 4º Excelencia
El dueño del sol mito 5º Lecturas Girasol 5
Lecturas Girasol 6. Serie Flor de
El elefante y su hijo cuento 6º Araguaney
El enigma de la esfinge cuento 5º Lecturas 5. Santillana Serie Araguaney
El gato y el diablo cuento 4º Lecturas Girasol 4
Libro Integral nuestro futuro. 5º Grado.
El hombre que robó los chivos cuento 5º Ediciones CO-BO
El huésped del rey cuento 4º Lecturas Girasol 4
Libro integral Nuestro Futuro 6. Ediciones
El león y el ratón fábula 6º Co-Bo
El lobo y el hombre cuento 6º Enciclopedia Girasol 6
El Precio del Humo cuento 5º En Guía Caracol 5. Santillana
Libro integral Nuestro Futuro 6. Ediciones
El tigre y el jabalí fábula 6º Co-Bo
El tratado de paz cuento 4º Lecturas 4. Santillana Serie Araguaney
Lengua y Literatura 5. Fundación Editorial
El viento y el sol fábula 5º Salesiana
El vuelo de Icaro mito 6º Enciclopedia Girasol 6
El zorro petulante fábula 4º Enciclopedia Girasol 4
El zorro y el armadillo fábula 4º Lecturas Girasol 4
383

El corpus de investigación (Cont.)

TÍTULO Género Gr. Libro de Texto


Lecturas Girasol 6. Serie Flor de
Historia de Aziru y Senmut cuento 6º Araguaney
La buena pulga y el mal rey cuento 5º Lecturas Girasol 5
La caída del emperador Porquesí cuento 5º Lecturas 5. Santillana Serie Araguaney
La casa del tesoro leyenda 6º Guía Caracol 6. Santillana
La culebra y sus jueces cuento 4º Lecturas Girasol 4
La Grulla cuento 4º Lengua y Literatura 4. Santillana
La invención del ajedrez cuento 4º Lecturas 4. Santillana Serie Araguaney
Lecturas Girasol 6. Serie Flor de
La leyenda de Guillermo Tell leyenda 6º Araguaney
Lengua y Literatura 6. Fundación Editorial
La Miseria cuento 6º Salesiana
La tortuga y el antílope cuento 4º Lecturas 4. Santillana Serie Araguaney
La vaca y el lobo cuento 5º Lengua y Literatura 5. Santillana
Libro integral Nuestro Futuro 6. Ediciones
La zorra y el cuervo fábula 6º Co-Bo
Las dos espadas cuento 5º Lecturas Girasol 5
Las gallinas gordas y las flacas fábula 4º Lecturas 4º. Santillana Serie Araguaney.
Las guayabas de Leonidas cuento 4º Lecturas Girasol 4º
Lengua y Literatura 5. Fundación Editorial
Las orejas de Tío Conejo cuento 5º Salesiana
Lo que les pasó a los Makunaima mito 6º Guía Caracol 6. Santillana
Los cuatro gaticos cuento 5º Lecturas Girasol 5.
Los dos caracoles cuento 4º Lengua y Literatura 4º. Santillana
Los niños que no tenían escuelas cuento 6º Lecturas Girasol 6
Puré de papa cuento 6º Lengua y Literatura 6. Santillana
Tía zorra y los peces cuento 5º Lecturas Girasol 5
Tío Conejo y Doña Zorra cuento 5º Enciclopedia Girasol 5
Lengua y Literatura 6. Fundación Editorial
Tío Conejo, ladrón de conuco cuento 6º Salesiana
Tío Tigre, Tío Conejo y el
ventarrón cuento 4º Lecturas Girasol 4º
Lecturas Girasol 6. Serie Flor de
Un negocio ruinoso cuento 6º Araguaney

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