Revista Altamira
Revista Altamira
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TOMO LXXV
Santander
AÑO 2008
ALTAMIRA
Edita: Centro de Estudios Montañeses
C/Gómez Oreña 5, 3", 39003, Santander
ISSN: 0211-4003-Altamira
Depósito Legal: SA-8-1959.
GOBIERNO DE CANTABRIA
CONSEJERÍA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE
INSTITUTO DE ESTUDIOS CÁNTABROS
ALTAMIRA
REVISTA DEL CENTRO
DE ESTUDIOS MONTAÑESES
TOMO LXXV
Santander
EL ATENEO POPULAR DE SANTANDER
En los comienzos del siglo XIX se inauguraron en España los primeros ate-
neos, un tipo de centros que ya se estaban creando en otros países de nuestro entor-
no europeo desde hacía algunos años y que tenían su origen en el espíritu de la
Ilustración. En aquellos ateneos, los miembros de la elite social se reunían para dar
satisfacción a sus aficiones culturales por medio del cultivo de la música, la litera-
tura o el arte, pero funcionaban como núcleos cerrados, de espaldas a la sociedad,
por lo que acabó apareciendo una alternativa -más modesta de medios, pero más
ambiciosa de intenciones- que llegó en las últimas décadas del siglo. Un tipo de
ateneo orientado a las clases más humildes, que recibía diversa denominación
según la ideología de los grupos sociales que los respaldaba, ateneos populares, ate-
neos obreros o ateneos libertarios.
Aunque aún no se ha estudiado el conjunto del que se podría llamar "movi-
miento ateneísta" en Cantabria, sí existen trabajos que repasan la historia de algu-
nas de estas entidades. Así, el Ateneo de Santander fue estudiado en 1963 por José
Simón Cabarga (l), y, más recientemente, por Mario Crespo López en 2006 (2), en
edición del Centro de Estudios Montañeses que actualiza y revisa los noventa años
de existencia del ateneo santanderino. Por lo que se refiere a una entidad que cum-
plió una función similar en Torrelavega, la Biblioteca Popular, hace casi veinte años
que tiene una detallada biografía fruto del trabajo de uno de sus socios, Aurelio
García Cantalapiedra. Sin embargo quedan muchos otros ateneos, bibliotecas o
centros culturales de cuya existencia apenas han sido trazadas unas líneas, pero
cuya presencia supuso una amplia oferta de medios educativos, alternativos o com-
plementarios, a lo largo de toda la geografía regional. Lugares en los que se trata-
ba de complementar, en la medida de lo posible, las deficiencias de la educación
Fernando Vierna García
que existía en las primeras décadas del siglo XX. Centros que se encontraban en
lugares como Santander, Cueto, Monte, Torrelavega, Maliaño, Reinosa, Cabezón
de la Sal, Barreda, Castro-Urdiales, Santoña o Laredo.
La primera forma de "ateneísmo proletariado" que se creó en Cantabria, fue
la Asociación de Cultura Ateneo Popular, en Santander en el año 1910, por inicia-
tiva de un colectivo afin a la ideología republicana. Un ateneo que no encontró
excesivo eco entre la población y, a pesar de las ganas y del trabajo de un grupo de
personas que se entregaron a esa labor, a duras penas logró superar el lustro de exis-
tencia. Aquel primer Ateneo Popular desapareció, pero conservó hasta el último
momento el espiritu de dedicación al pueblo y cuando fue clausurado, los fondos
de su Biblioteca Circulante fueron donados al Ayuntamiento de Santander, para
incrementar los de la Municipal, tal y como se establecía en su Reglamento General
(3).
Algunos años después, en la primavera de 1925, un grupo de jóvenes, reto-
mando los ideales de los promotores del aquel primer Ateneo Popular, puso en mar-
cha un nuevo proyecto, al que invitaron a participar a todo el mundo, de manera
especial a los que habían sido socios del anterior. Eran unos años en los que España
estaba sometida a la dictadura del general Primo de Rivera, por lo que se puede
decir que el momento político no era el más adecuado para sacar adelante una enti-
dad de este tipo, pero conseguirlo fue un reto que se impusieron sus fundadores y
que lograron en los últimos meses del año. crear en aquellas circunstancias una
nueva empresa cultural, como el Ateneo Popular, era arriesgado dado el carácter
conservador y conformista de la sociedad santanderina. De hecho, la vida diaria de
la nueva asociación no resultó fácil al principio, ya que, a pesar del empeño de los
fundadores y el número creciente de socios, lo cierto es que el único recurso eco-
nómico con el que contaban eran las cuotas que se pagaban entonces -una peseta
los hombres y cincuenta céntimos las mujeres- y las aportaciones generosas de
algunos benefactores. Lo que, sin embargo, no faltó en aquellos momentos fue el
apoyo de algunas cabeceras de la prensa local y rara era la semana en la que no apa-
recía algún artículo ensalzando la labor que se estaba llevando a cabo entre las cla-
ses trabajadoras de la ciudad. Informaciones que estaban firmadas generalmente
por periodistas profesionales, pero que en ocasiones eran enviadas por algunos
miembros del Ateneo Popular de 1910, reenganchados a esta nueva aventura, como
era el caso de Rufino Macho y de Dionisio Mayo, quienes trasladaban a la prensa
el reflejo de los trabajos y los proyectos de aquellos hombres y mujeres, chicos y
El Ateneo Popular de Santander
Una vez adquirida la finca, Lastra diseñó el proyecto de un edificio que apro-
vecha hasta el último rincón del solar adquirido, con planta baja y tres pisos. En la
planta baja se ubicaba la sala de tertulias y la de visitas, así como el gran salón de
actos. En las dos superiores se repartían el espacio entre las aulas, la biblioteca, la
sala de lectura y las oficinas. En la última planta se instaló la residencia familiar del
conserje, Vicente Mediavilla. La demolición del edificio que existía en el solar, la
preparación del terreno, y otras labores en la construcción de la nueva sede, fueron
realizadas por los propios socios y sus familiares, en un nuevo ejemplo de entrega
de los socios a la labor y a los objetivos del Ateneo Popular de Santander, cuya sede
social pudo ser inaugurada en la mañana el 14 de febrero de 1937. A partir de enton-
ces las actividades del Ateneo Popular estuvieron repartidas entre ambos locales:
las clases continuaron impartiéndose en las aulas de la calle Lepanto, mientras que
el servicio de Biblioteca Circulante se trasladó a la calle de Gómez Oreña.
Durante el verano de 1937 el cerco de las tropas de Franco se iba estrechan-
do sobre la ciudad. La caída de Vizcaya en el mes de junio había supuesto la con-
centración de efectivos franquistas sobre Canfabria, que sólo mantenía abierto el
flanco asturiano, por lo que la caída de Santander era cuestión de tiempo y así, el
26 de agosto, una columna de italianos y otra de requetés (6) de la Cuarta Brigada
de Navarra entraron en 'Santander. Al parecer estos últimos tomaron el edificio de
la calle Gómez Oreña e instalaron en ella su oficina de reclutamiento (7). Se ha
escrito que la biblioteca fue arrojada a la calle y quemada, pero, según otros testi-
gos, sólo corrieron esa suerte los tomos de los Episodios Nacionales, de Pérez
Galdós, que llevaban la bandera de la República en la encuadernación. El resto de
la biblioteca, así como la particular que había en casa de Mediavilla, fue saqueada.
Acababa así la historia del Ateneo Popular de Santander, una entidad que,
como se reconoció en la Junta Directiva del otro Ateneo, el de Santander, en 1949,
"funcionó con éxito indudable".
Fernando Vierna García
NOTAS
(1) SIMÓN CABARGA, José: Historia del Ateneo de Santander. Madrid: Editora
Nacional, 1963.
(2) CRESPO LÓPEZ, Mario: El Ateneo de Santander (1914-2005). Santander:
Centro de Estudios Montañeses, 2006.
(3) Asociación de Cultura Ateneo Popular. Reglamento General. Santander: La
Ideal, 1910. B.M.S. Sig. 13152.
(4) A.M.S. Signatura 2350. Folio 201. 17 de octubre de 1927.
( 5 ) LLANO DíAZ, Ángel: "Apuntes para una historia de las escuelas públicas san-
tanderinas (1923-1937)". Altamira, Santander, 2002. Tomo LIX.
(6) SOLLA GUTIÉRREZ, Miguel Ángel: La Guerra Civil en Cantabria (julio 1936
- agosto 1937). Política y administración. Santander, 2006. Tesis doctoral. Inédita.
(7) "Indicador de Centros Oficiales". El Diario Montañés, Santander, 8-9-1937.
DOS DOCUMENTOS HIST~RICOS
SOBRE ÓRGANOS MUSICALES
DE CANTABRIA
PRESENTACI~N
Durante los últimos años, con el concurso de Caja Cantabria se han restau-
rado y comprado diversos órganos musicales para las iglesias de la Comunidad
Autónoma de Cantabria. También en 1996 se creaba la Asociación para la
Restauración y Conservación de Órganos de Cantabria, con los fines que enuncia
en su denominación.
El presente comunicado no tiene más pretensión que publicar dos documen-
tos históricos sobre órganos de iglesia de Cantabria, bien escasos en los archivos
regionales; uno de ellos nos lleva hasta el último tercio del siglo XVIII y se refie-
re a una actuación para la composición y aumento del órgano que por entonces
existía en la iglesia parroquia1 de Santa María de Castro Urdiales, hoy sustituido
por un órgano neoclásico adquirido a la Catedral de Evreux (Francia).
El otro testimonio es del último tercio del siglo XIX, y se refiere a la insta-
lación de un órgano romántico de nueva planta para la recientemente construida,
por entonces, iglesia de San Lucía de Santander. El mismo testimonio nos hace
también referencia a la construcción en aquellas fechas del año 1881, del órgano
Luis de Escallada González
DOCUMENTO 1
Año 1782
ña tan suave que la puede usar cualquier muchacho que pase de ocho a diez años =
Itt. Se hará un tablón nuevo para el flautado primero de la fachada =
Itt. Se hará otro tablón para el flautado o Bordón, en la misma simetría que
hoy se hablan los bajos con este aumento, de que se han de colocar todos los que
se hablan dentro, arrimados al flautado principal =
Itt. Se hará otro tablón para el flautado de a 26, e igualmente se colocará este
arrimado a los otros flautados, para que de este modo tengan más cuerpo dichos
flautados, o se perciban mejor sus voces por el Cuerpo de la Iglesia =
Itt. Se colocará la trompeta Real actual de ambas manos después de todo él
lleno, para que de este modo pueda afinar el otorgante con libertad, sin exponerse
a echar a perder cosa de lleno, ni otra cosa =
Itt. Será de Condición apear todo el órgano, reformar todos sus Caños, así de
cañutería como de Lengüetería, soldando todos los caños que hubiese rotos, y com-
pletar de número todos los Caños que falten en el lleno y demás registros; afinará
empezando de sus flautados correlativamente hasta concluir con todo el lleno y len-
güetería, todo con igualdad de voces y con prontitud; de este modo quedará órga-
no muy decente, que puede durar muchos años =
Itt. Será de obligación de quien ha de venir al año de la entrega a refinar,
tenga o no tenga necesidad; y siempre que hubiese en el órgano alguna avería de
mano airada, no será de obligación del Maestro sino la afinación que naturalmente
tiene =
Itt. Se le pondrá a la Dulzaina de la facha su tablón nuevo =
Itt. A la Corneta su tablón nuevo de 24 Canales =
Itt. Su tablón separado al Clarín de los Ecos =
Itt. Sus tablones a la Octava y docena claras =
Pedro de Truzios
Ante mí
DOCUMENTO 11
ÓRGANO DE LA IGLESIA DE SANTA LUCIA DE SANTANDER
VARIEDADES
Teclado principal
Teclado segundo
Nota. Todos estos juegos del segundo teclado se hallan colocados en una
caja interior que se abre o cierra a voluntad del organista, para los efectos de la
expresión.
Los cinco pedales de combinación hacen funcionar: el fuerte-piano de toda
la lengüetería: Nassardos y corneta: Trémolo: Timbal o trueno: Expresión.
La caja del órgano, o sea la fachada con todo su adorno de talla, proyectada
y dirigida por el arquitecto Sr. Escalera, ha sido trabajada en la misma casa, excep-
tuándose la pintura y dorado, obra dirigida por D. Francisco Pedraja.
Todo el mecanismo del instrumento, tanto de secretos, depósitos de viento,
colocaciones simétricas de los tubos sonantes, exteriores e interiores, está trabaja-
do detenidamente; y los movimientos juegan con precisión perfecta, sin embargo
de multiplicarse estos por el sistema de la consola que enriquece la exterioridad de
la obra, y da al organista la ventajosa y cómoda posición de estar frente al altar
mayor.
Luis de Escallada González
me parece mi carrera
como que vuelvo a nacer.
Hermanos, venid a mí;
compañeros de mi vida,
dejadme que grite aquí:
¡Viva esta prensa querida
donde a las letras nací!" (3)
"A LA ASOCIACI~NBENÉFICA
LA CRUZ ROJA
La guerra fratricida,
nuncio de luto y llanto, la batalla
do la fiera crueldad no encuentra valla,
donde afilado acero centellea,
donde la sangre humea
y en torrente prolijo
corre al choque inhumano
de hermano contra hermano,
del padre contra el hijo,
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
la Caridad encierra,
basta nacer en esta noble tierra.
***
Aquí donde, al arrullo grato y puro
del Cantábrico golfo
que inquieto y fiero ruge,
se construyó la nave que, en su empuje,
deshizo las cadenas
de las terribles huestes agarena;
***
bajo este hermoso cielo
donde nació un Velarde,
que rasgó con su espada el negro velo
de esclavitud cobarde;
aquí donde no cabe la falsía.. .
jsiempre hallará su cuna la hidalguía!
***
Vuestra presencia aquí claro pregona
que respondéis al grito humanitario
que lanza España en su mortal congoja
al levantar, cual iris de esperanza,
ese blanco sudario
en donde brilla pura la Cruz Roja.
***
El virtuoso ejemplo
de tan sublime y generosa idea
ya en Santander se agita y centellea
y en cada corazón se erige en templo.
***
Extienda, pues, la Caridad su vuelo
del Cantábrico mar por la ancha zona
cual paloma que baja desde el cielo
y con sus alas nuestra sien corona.
***
El herido que gime,
Francisco Gutiérrez Díaz
(1887); Los primos y Los baturros, ambas musicadas por Manuel Nieto (1888); El
fantasma de la esquina, arreglo para zarzuela de la obra La sombra negra, con par-
titura de Ángel Rubio (1897); El sol de la caridad, etc. También logró varios de sus
más ruidosos éxitos en colaboración con José López Silva: Los tres millones, músi-
ca de Joaquín y Quinito Valverde (1898); Los arrastraos, partitura de Federico
Chueca (1 899); El barquillero, musicada por Ruperto Chapí (1900); La tremenda,
con solfas de Quinito Valverde y Tomás Barrera (1901); El capote de paseo (refun-
dición de Los arrastraos, 1901); El puesto deflores, música de Quinito Valverde y
Tomás López Torregrosa (1903); La chica del maestro, partitura de Ruperto Chapí
(1903); La borracha, musicada por Federico Chueca (1904); /Apaga y vámonos!,
música de Vicente Lleó (1907); La fresa, partitura de Amadeo Vives (1910), etc.
Con otros dramaturgos colaboró más ocasionalmente, entre ellos con el cántabro
Eusebio Sierra (De Madrid a París, música de Federico Chueca y Joaquín
Valverde, de 1889; La caza del oso o el tendero de comestibles, partitura de
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
Federico Chueca, de 1891), Carlos Arniches (Las aventuras de Max y Mino o ¡Qué
tontos son los sabios!, solfas de Tomás López Torregrosa, de 1897; Los granujas y
San Juan de Luz, ambas con música de Quinito Valverde y Tomás López
Torregrosa, de 1902; Colorín, colorao.. . y Los chicos de la escuela, las dos con los
mismos, de 1903; Los guapos, partitura de Gerónimo Giménez, de 1905; La carne
Jaca, con solfas de Vicente Lleó, de 1908), Flores González (El género grande,
rnusicada por Juan Crespo, de 1908; La alegría del abuelo, partitura del maestro
Manzanares, y El desmiguen, música de Juan Crespo, ambas de 1911; Lo que
manda Dios, musicada por Tomás López Torregrosa y Francisco Alonso, de 1912),
González del Castillo (Los calabreses, música de Pablo Luna, de 1918), Francos
Rodríguez (Chispita o el barrio de Maravillas, con solfas de Tomás López
Torregrosa y Quinito Valverde, de 1901 ; El coco, partitura de Amadeo Vives, tam-
bién de 1901), Antonio L. Rosso (Los liberales, música de Juan Crespo, de 1908;
La corza blanca, musicada por Arturo Saco del Valle y Juan Crespo, de 1910),
Ramón Rocabert (El dinero y el trabajo, partitura de Amadeo Vives y Arturo Saco
del Valle, de 1905), Enrique Paradas (Los zapatos de charol, música de Juan
Crespo, de 1904; El galleguito, musicada por Tomás López Torregrosa y Juan
Crespo, de 1906), Jacinto Capella (La gatita blanca, música de Gerónimo Giménez
y Amadeo Vives, de 1905; El guante amarillo, con los mismos compositores, de
1906; EL recluta, musicada por Quinito Valverde y Tomás López Torregrosa, de
1906; El palacio de cristal, partitura de Tomás López Torregrosa, de 1907), Roig
Bataller (Lohengrin, música de Mariano Hermoso, de 1902), Fernández Cuevas y
Sabau (La Marujilla, musicada por Arturo Saco del Valle y Pascual Marquina, de
1905), Sainz Rodríguez (El moscón, música de Quinito Valverde y Tomás López
Torregrosa, de 1906; El susto gordo, partitura de Vicente Lleó y Luis Foglietti, de
1907),Antonio Viérgol (Elpaís de la machicha, música de Luis Foglietti, de 1912),
Gabriel Merino (El paraíso perdido, musicada por Ángel Rubio y Ramón Estellés,
de 1898), Luis de Larra (S.M. el botijo, partitura de Tomás López Torregrosa, de
1908), Miguel Casañ (Soltero y mártir, música del maestro Mariani, de 1888),
Jesús Escribano (Los trapos del arte, musicada por el maestro Fuentes, de 1916),
Asensio Mas (Tropa ligera, que era continuación de Los granujas, música de
Arturo Saco del Valle, de 1909), Plaza y Flores (La última copla, partitura de
Pascual Marquina, de 1904), Pérez y González (Los vecinos del segundo, música
de Ángel Rubio, de 1892), José de la Cuesta (¡Viva mi tierra!, musicada por Ángel
Rubio y Casirniro Espino, de l884), etc.
Francisco Gutiérrez Díaz
con Manuel Nieto (1901); La tienta, con el mismo (1896); La tonta de capirote, con
Quinito Valverde y Ramón Estellés (1896); Los trabajadores, con Ruperto Chapí
(1891); Tragarse la píldora, con Manuel Nieto (1883); Triple alianza, con Manuel
Fernández Caballero (1893); Los zangolotinos, con el mismo compositor (1889);
Las zapatillas, con Federico Chueca (1895) y jZaragoza!, con Ángel Rubio (1888).
Otras obras del autor que también alcanzaron el éxito, en colaboración con
diversos músicos, fueron: A las puertas del cielo, Al infierno en coche, Alfonsa la
buñolera, El amigo de la pipa, Amor al arte, Corona y gorro ji-igio, La chaqueta
parda, En la misma moneda, Enaguas y pantalones, Entre ricos, El fin del cuento,
;Guerra a las mujeres!, jGuerra a los hombres!, Herir en el corazón, Juan
González, Las ligas verdes, El mixto de Andalucía, La mujer demócrata, Nely, Ojo
alerta, La piedra filosofal, Primera medalla, Por un ángel, Por un telegrama,
Prosa vil, El sol que más calienta, El tesoro de los sueños, El tortolito, Tres artis-
tas extranjeros, Un primo del otro mundo, Una casa de préstamos, i Una limosna,
por Dios! y ;Viva España! Ingente labor la suya en el campo literario que compa-
ginó con su actividad funcionarial, en la que llegó a ostentar el cargo de Inspector
General del Cuerpo de Telégrafos.
En medio de tan prolífica producción, ¿no dedicó el dramaturgo alguno de
sus títulos a la tierra en la que se había criado y donde naciera a la vida de las letras?
Como no podía ser de otra forma, así fue. Y en varias ocasiones. Porque
Jackson no estaba dispuesto a perder su relación con la "tierruca" y a ella procura-
ba acudir a disfrutar del descanso estival siempre que le resultaba factible, es decir,
la mayor parte de los veranos. Allí se desplazaba con su esposa y con la abundan-
te prole que nació de sus dos matrimonios (de los que vinieron al mundo 22 vásta-
gos, nada menos), los cuales se vieron presididos por un amor a todas luces entra-
ñable y ferviente, según se desprende de los sentidos versos que José dedicó con
frecuencia tanto a Visitación como a Amalia.
Merced a tan repetidas estancias en Cantabria y a las colaboraciones que
seguía publicando en la prensa santanderina, la relación con los muchos amigos de
-la región se mantenía intensa, y la ilusión por crear obra que complaciera especial-
mente a los montañeses al tener por escenario "la tierruca" fructificó en varios títu-
los.
Por su parte, los antiguos colegas a los que aludo tampoco dejaban pasar oca-
sión de dar a conocer a los lectores, desde las páginas de sus periódicos, los éxitos
que el gaditano cosechaba sin parar. Así, por ejemplo, podía leerse en El Aviso, que
Francisco Gutiérrez Díaz
***
Yo no me remojo en sal,
pero a la playa me asomo
como artista, porque tomo
apuntes del natural.
***
Nunca falta algún descuido:
la caseta mal cerrada,
la blusa poco abrochada
o el pantalón muy ceñido.
***
Una que grita 'imprudente'
y le llama al mar 'grosero';
otra que abraza al bañero,
sin querer, naturalmente.
***
Don Blas, que aguanta el resuello,
y la relamida Inés,
que toma baños de pies
por no mojarse el cabello.
***
iQué rasgos tan naturales!
¡Qué cosas hay que estudiar!...
¡Vamos, yo gozo la mar
el verano en Castro Urdiales!". (19)
Aun con tanta tristeza pesando en su ánimo, no dejó el poeta de tomar parte,
apenas una semana después de ocurrida la desgracia, en la función benéfica que se
organizó en el coliseo castreño a beneficio del pianista ciego Marcos Sotomayor, la
cual tuvo efecto el martes 27 de Agosto. En esa velada, Jackson recitó estas con-
movedoras rimas, tituladas Cantar llorando:
***
Por la compasión movido,
gracias en su nombre os doy
y aquí a cantar me decido.
Entre vosotros, estoy
como está el ave en su nido.
***
Aunque mi cuna venero,
Castro encierra para mí
los recuerdos que más quiero.
¡YOen Cádiz, soy forastero,
y en Castro, nunca lo fui!
***
En Castro aprendí a rezar,
y mi fantasía loca,
sus rimas al coordinar,
se despertó en esa roca
centinela de la mar.
***
¡Allí, de noche, cantaba;
allí, en la sagrada ermita
donde el Faro me alumbraba,
y donde una cruz me daba
dulce inspiración bendita!
***
En el mirador cubierto,
antes sagrada mansión,
hoy casi a cantar no acierto.
iEspantan la inspiración
con los barrenos del puerto!
***
Pero, si a la hermosa villa
le da esa ruda tarea
del progreso la semilla
y acerca el bien a su orilla,
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
Y por si era poco sacrificio el recién citado, en las mismas jornadas estuvo
ocupado Jackson en la organización y desarrollo de una magna recepción que el
Ayuntamiento castreño ofreció a los periodistas de Santander, quienes se hallaban
inmersos en la recaudación de fondos con los que socorrer a las familias de los
reservistas del Ejército que habían sido movilizados a causa de la revolución cuba-
na. Alfredo del Río Iturralde, compañero de profesión y camarada entrañable,
explicó así este asunto en un suelto titulado Desde Castro:
"Los telegramas que habrán publicado los diarios de esa localidad (se refie-
Francisco Gutiérrez Díaz
' CASTREÑOS !
A los que su sangre dan,
den todos lo que dar puedan;
los reservistas se van,
¡pero las madres se quedan,
y los hijos piden pan!'.
"iDIOS!
¿Para dosel de Dios fijar un punto?
De verle no hallarás seguro modo.
No es la tierra ni el cielo; es el conjunto.
LO buscáis en la nada y es el todo!
***
¿Falto de hermosa fe, para adorarle
pretendes darle imagen?... i Loco empeño!
¡Para medir su gloria y compararle,
otro mundo mayor fuera pequeño!
***
Todo pregona su verdad segura;
le oigo en la fuente, si a la fuente acudo.
iEn el himno sublime de Natura
no hay un grano de arena que esté mudo!
***
Todo canta su amor y sus bondades;
se le escucha en el llanto y la sonrisa.. .
idel mar en las soberbias tempestades
y en los dulces suspiros de la brisa!
***
Es la nube y el sol y la penumbra;
es ave y aire y flor y nieve y fuego.
¡Tan cerca esta de ti, que te deslumbra!
¡SUpropio resplandor te deja ciego!
***
Separa de la duda los abrojos
y sentirás su luz de eterna calma.
Para mirar a Dios, cierra los ojos
y búscale en el fondo de tu alma".
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
el día 15 de Diciembre (30). La partitura se debía nada menos que al ilustre maes-
tro Tomás Bretón, otro asiduo de la Montaña en la estación estival, quien se hizo
construir en la localidad de El Astillero una casa que llevó el significativo nombre
de La Dolores. Por tratarse de la pieza más destacada de Jackson entre cuantas
tuvieron la tierruca por escenario, la estudiaré con cierto detalle, aunque práctica-
mente no haré sino repetir lo que ya publiqué en un trabajo anterior. (31)
La acción se desarrolla en el pueblo de Orejo, a fines del siglo XIX. El argu-
mento es el siguiente:
Cuadro lo.- Escena: "Interior del portal de una casa de pueblo. Puerta gran-
de al foro y reja; puerta a la izquierda. Dos mesillas de zapatero, una a cada lado,
y en las paredes laterales colgados muchos pares de calzado, los de la derecha todos
de mujer y los de la izquierda de hombre. Herramientas del oficio sobre las mesas.
Algún instrumento de hortelano pintado en el telón del foro".
Al iniciarse el cuadro, el tío Puntera y su ayudante Manolín, que son zapate-
ros, trabajan a destajo porque todo el pueblo aparecerá en seguida por el estableci-
miento con el fin de recoger su calzado mejor, que está en reparación, ya que es
fiesta grande en Orejo pues va a pasar el tren por vez primera. La imposibilidad de
acabar a tiempo tanto quehacer da lugar a un número musical, trufado de comici-
dad, en el que intervienen los dos artesanos, mozos y mozas del pueblo.
El tío Puntera, borrachín pero cabal y bonachón en el fondo, se enfrenta de
continuo con su consuegra, la tía Visita, estirada y ambiciosa vieja que lleva muy a
malas el que una de las sobrinas a las que crió, la bella y abnegada Salud, se casa-
se con un lugareño, Pepe, el hijo de Puntera, al que finalmente convenció la ancia-
na para que emigrase a Buenos Aires con el fin de lograr caudales que remediasen
la apurada situación económica familiar, agravada con el nacimiento de un precio-
so pequeñín, hijo de la pareja Pepe-Salud, que es el orgullo de su abuelo el zapate-
ro. Tampoco lleva bien la vieja que su otra sobrina, Flora, mantenga relaciones con
el ayudante Manolín, pero los enamorados jóvenes están deseando casarse, lo que
expresan en un número musical salpicado de intervenciones cómicas del tío
Puntera.
Salud recibe carta de su esposo, que su suegro le lee a tropezones. La emo-
ción que la misiva causa en ella da lugar a que entone la antológica balada que fue
el fragmento más celebrado de la zarzuela. El cuadro concluye con una nueva tri-
fulca entre los viejos consuegros y el anuncio de que iya llega el tren!
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
Tras otro número cómico en el que Frutos intenta convencer a Salud para que
se case con él, sin saber que la joven ya tiene marido, y al conocer por ésta la ver-
dad y que se encuentra criando un hijo, el hombre se autoconvence de que ella es
la candidata ideal para ama, y lo mismo piensa la vieja y avara tía Visita, que se
encarga de persuadir a la chica para que marche a Madrid, dejando al niño a su cui-
dado. Pero Manolín escucha la conversación que mantienen los cómplices e infor-
ma de ella al tío Puntera.
"Aires de la Montaña,
ecos de mi lugar,
repetid, cariñosos, las notas
de su dulce y amante cantar".
En el coro del ferrocarril era donde Jackson aprovechaba para incluir coplas
populares de Cantabria, adornadas por el maestro salmantino con una música basa-
da en el folklore montañés:
"Molinera, molinera,
¡qué descolorida estás!;
desde el día de las quintas
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
Estas estrofas alternaban con otras que ponía el libretista de su propia cose-
cha, alusivas, sobre todo, a la inauguración del ferrocarril Santander-Bilbao que
pasaba por Orejo y causaba el estupor de los lugareños:
O, en este otro caso, referidas a una actividad tan característica de las hijas
de Cantabria, y especialmente de las pasiegas, como el acudir a la Corte para ser
nodrizas, relacionando tal eventualidad con la incorporación del tren a la realidad
de la tierruca:
El Autor".
Tras el estreno, escribió en la prensa montañesa E. Rodríguez Solís, autor de
la crónica Artes y Letras, que semanalmente enviaba desde la capital de España, lo
siguiente:
"Zarzuela. Estreno de La Cariñosa (fenómeno de feria), letra del señor
Jackson Veyán y música del maestro Bretón, más puede ser calificado de fracaso
que de otra cosa.
Justo es consignar que la música es superior al libro, que el coro del tren y
la romanza de tiple, admirablemente cantada por Lucrecia Arana, fueron recibidos
con aplausos.
De los tres cuadros, el mejor es el primero; el segundo flaquea bastante y el
tercero es por todo extremo desgraciado". (32)
Esta última frase de la crítica transcrita resulta bastante certera, pues, en
efecto, el primer cuadro es el mejor planteado y el mayormente decepcionante el
postrero, donde un desenlace como traído por los pelos se precipita casi carente de
sentido, causando en el ánimo del espectador la sensación de contemplar más una
situación algo grotesca que una razonable "moralina".
En Santander, la pieza dramática que nos ocupa se estrenó el 28 de Enero de
1900, en un Teatro Principal atestado de público, en función de noche con otras
tres, de las que ésta era la última. El anuncio en un periódico local decía lo siguien-
te:
"Estreno de la zarzuela en un acto y tres cuadros La Cariñosa:
Esta obra tiene aquí, en Santander, especial interés, además del que natural-
mente inspira por haberse estrenado con gran éxito en el teatro de la Zarzuela de
Madrid. Su libro es de don José Jackson Veyán, 'casi' montañés; su música, del
eminente maestro Bretón, con motivos de la tierruca, y su acción, que se basa en
costumbres montañesas, pasa en el cercano pueblo de Orejo". (33)
Sin embargo, la crítica del mismo noticiario al día siguiente rezaba así:
"De todas las obras representadas ayer, por tarde y noche, hemos hecho rese-
ña, menos de la zarzuela La Cariñosa, estrenada anoche como final de la función.
Jackson Veyán, autor del libro, ha dado a la escena muchas obras que le han
proporcionado aplausos y dinero con abundancia, y no ha de perjudicarle en lo más
mínimo ni en su reputación de autor ni en sus trimestres que digamos, con toda
imparcialidad y justicia, que La Cariñosa ha sido una equivocación.
La acción pasa en Orejo no porque el señor Jackson tuviera el propósito de
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
y tu facundia admiré...
¡Has consumido, José,
de tinta un Mississipí!
***
Yo millones de cuartillas
he llenado en Santander
y, aunque pobres y sencillas,
hice muchas pacotillas...
la mía está por hacer.
***
Salud, vate de alto rango,
y adiós, si te marchas pronto.
¡Buen humor, y viva el tango,
que este mundo es un fandango
y el que no lo baila un tonto!".
"RETRATO A PLUMA
Pepita Jackson de Sáinz
Sus ojos, dos luceritos;
dos pulgas, sus piececitos;
sus manos, dos mariposas;
sus labios, dos clavelitos
y sus mejillas, dos rosas.
***
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
"NOTAS AL AIRE
(A la monísima nieta de su abuelo, Charito Sáinz Jackson)
i Charito, el diablillo
que tres años cuenta
y que con sus labios
incita a besar!...
i Que tiene por ojos
granos de pimienta,
y tiene por dientes
perlitas del mar!
***
¡Pedazo de gloria,
cachito de cielo,
que por lo que sabe
causa admiración!
¡La hermosa chiquilla
nieta de su abuelo.. . !
Francisco Gutiérrez Díaz
un riñón entero
y empeño seis años
la jubilación.
***
Te ha dado, Charito,
talento tu padre;
simpatía tu ama,
que vale un Perú;
tu hermosura entera
te la dio tu madre,
y gracia tu abuelo,
jcon que ya ves tú!
***
Tus ojitos al abrir,
mi nombre has de repetir.
iTarde buscas mi reflejo.. . !
' iPapá Pepe! ' ¡El pobre viejo
de poco te ha de servir!
***
De tu abuelito colgado,
por la casa vas y vienes.
¿Tú fuiste el más desgraciado...?
¡Pues, por lo mismo, ya tienes
mi cariño asegurado!
***
Buscándome siempre está
tu boca, y pena me da
ver tus amantes excesos:
¡Como quedan pocos ya,
tienes hambre de mis besos!
***
Cuando llegues a crecer,
cuando sepas entender
lo que te quiero decir.. .
¡cuando tú sepas leer,
ya no podré yo escribir!
***
¡Guarda, alma mía, ese amor
que hoy es toda tu ventura,
y dichoso el viejo autor
si hay un beso y una flor
en su triste sepultura!
"DE LA TIERRUCA
(A mi hermosísima nieta Pilarina)
Inocentona y graciosa,
toda ella salud rebosa.
¡Con la alegría en los ojos,
saltan los glóbulos rojos
por sus mejillas de rosa!
***
Aldeanuca o labriega,
por su cara, nació en Pus,
jen la mismísima Vega!
Le falta para pasiega
el cuévano nada más.
***
Sus encantos naturales
no son de una capital.
¡Parece que, de pañales,
la criaron entre maizales
cara al sol y al temporal!
***
En sus ojos lleva impresa
el alma pura y ufana.
¡Qué cara tan montañesa,
con ribetes de aldeana
y perfiles de princesa!
***
Las mujeres de buen ver,
las más bonitas de España,
montañesas han de ser,
y ella nació en Santander,
capital de la Montaña.
***
j Qué bien formadas!... i qué hermosas!
¡qué desarrollo de pecho!
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
mente con el doctor D. Antonio del Campo de Armijo, que dirigió varios hospita-
les en Bilbao y Zaragoza; ambos fueron los padres de la poeta Marisa del Campo
(43). La rima de Jackson dice así:
"Manolita encantadora,
recibe mi parabién,
pues sé que eres escritora
y eres colaboradora
de El Cantábrico también.
***
La vecinita de al lado
despertó mi admiración,
y, de tu beldad prendado
al verte, pensé extasiado
en la colaboración.
***
Pensar escenas graciosas;
discutir planes y asuntos
de comedias asombrosas.
¡Cuántas obras primorosas
podríamos hacer juntos!
***
¡Qué exitazo tan tremendo
y qué ovaciones tan francas
si ibas tus ojos poniendo
en lo que yo iba escribiendo
sobre las cuartillas blancas!
***
Ya nuestro triunfo bendigo:
¡Unir la gloria del Arte
con la de salir contigo
y ante el público abrazarte
como se abraza a un amigo!
***
Guiarme en mi ancianidad.
Francisco Gutiérrez Díaz
Ya entrado el siguiente año 1918, una de las poesías que dio a conocer el
gaditano en El Cantábrico, publicada el día 12 de Marzo y relativa a una paisana
suya y a la ciudad en que nació, apareció en letras de molde con fea errata que moti-
vó el ingenioso intercambio de rimas entre aquél y su amigo Estrañi que va a con-
tinuación:
"El fecundo y notable poeta y autor dramático Jackson Veyán dirige a nues-
tro director la siguiente píldora:
Querido Pepe:
Acerca de la errata que salió hoy en mis versos, te ruego que publiques las
adjuntas redondillas:
Mi querido corrector:
Hay en la cuarta quintilla
una errata que es sencilla,
pero que ofende al pudor.
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
Mi querido compañero
y amigo: Este corrector
no merece tu furor
ni tu reproche severo.
Me enseña tu original
y en él, sin la menor duda,
dice bien claro desnuda
y no dormida. ¿Qué tal?
Que tu amanuense dispense,
pero te aseguro yo
que el que a Cádiz desnudó
fue, sin duda, tu amanuense.
Tuyo afmo.
PEPE ESTRAÑI". (48)
Mi querido director:
Que el corrector me dispense,
pues yo he sido, sí, señor,
ese pícaro amanuense
que ha cometido el error.
¡Tanta bulla y tanto ruido
por si dormida o desnuda
está la ciudad queruda...!
Señores, me he equivoquido
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
"RETRATO A PLUMA
(A Luisita Rodrigo, en su beneficio)
Es una chiquilla
de hermosura rara,
que sale a la escena
y se hace querer.
Francisco Gutiérrez Díaz
¡MUYclaro el talento,
muy linda su cara,
están a una altura
artista y mujer!
***
Yo la admiro siempre
que su voz escucho.
De sus negros ojos
el fuego bendigo.
Es niña, muy niña,
pero vale mucho,
y a mí me entusiasma
Luisita Rodrigo.
***
Sufre y llora y siente
y teme y recela,
y envuelve en sonrisas
sus tristes dolores.
iHonor a Luisita!...
¡Paso a Marianela,
que al templo del arte
camina entre flores!
***
Es hija de artistas
y como ellos vale.
Por eso la aplaudo,
por eso le digo:
-'¡Dichosa la rama
que a su tronco sale,
y bendita seas,
Luisita Rodrigo!'.
***
Yo de Marianela
la suerte bendigo.
¡Gloria al nombre ilustre
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
de Pérez Galdós!
¡HOYtriunfa en la escena,
sonríe contigo,
y el público entero
aclama a los dos!
***
Mujer, muy hermosa;
artista, muy buena;
logrará muy pronto
la celebridad.
¡Miradla la cara,
oídla en la escena,
y a ver si el retrato
es la realidad!
JOSÉ JACKSON VEYÁN
Dos días más tarde se celebraba la festividad de San José, fecha en la que
todos los años el genial Estrañi dejaba de publicar en El Cantábrico su cotidiana
"pacotilla" para transformarla en "pepitoria", sección que consistía en una felicita-
ción rimada, y pletórica de gracejo, a los "Pepes" más conocidos y populares. No
olvidó en esta ocasión a su amigo el gaditano. Escribía el veterano periodista:
"A José Jackson:
Estando tú en Santander,
jno felicitarte yo?
¡Hombre7tendría que ver!
iNO que no!
Honra eres dr: los Josefos
por lo mucho que tú vales
como autor de tantas obras
teatrales.
¡Y tú y yo somos amigos
desde cuatro años después
Francisco Gutiérrez Díaz
Pocas jornadas más tarde, aparecía en la prensa una ingeniosa "carta abier-
ta", dirigida al pacotillero, salida esta vez del numen del poeta festivo que nos
ocupa en el presente trabajo. Contaba en ella la curiosa "sorpresa" que se llevó días
antes y protestaba del hecho que la motivó:
y si es guapa la chiquilla,
cuando ocasión se presente
que me traiga la colilla
y el pelo personalmente.
***
Cuenta la Fábrica entera
con todas mis aficiones.
¡Siendo de una cigarrera,
que me mande lo que quiera
dentro de los cuarterones!
***
La indigna colilla ahí va.
El pelo guardado está
por si un día lo reclama,
como cosa suya, el ama,
aunque lo he pagado ya.
***
El abuso es arbitrario
y en el bolsillo me hiere,
pero no es extraordinario.
iPublícalo en tu diario,
para que nadie se entere!
PEPE JACKSON VEYÁN
"iGLORIA AL ARTE!
(A la eminente canzonetista Adria Rodi)
Del alma en tu mirada brilla el fuego.
No tienes que mover tus labios rojos
porque adivina el público en tus ojos
todo lo que tu boca dice luego.
***
Cuando sientes de amor impulso ciego,
de amar sentimos plácidos antojos
y, esclava de tu risa o tus enojos,
el alma está pendiente de tu ruego.
***
Tu hermosura recrea nuestra vista.
Tu secreto se nos graba en la memoria.
De la escena lograste la conquista.
Del corazón conseguiste la victoria.
***
iY el Arte, enamorado de la Artista,
cuando cantas, sonríe y toca a gloria!
j o s É JACKSON VEYÁN
"Adria Rodi
RETRATO A PLUMA
Con tu elegancia exquisita,
de dulces encantos llena
por lo esbelta y lo bonita,
eres unafigurita
de biscuit sobre la escena.
***
Artista franca y sincera,
la inspiración verdadera
de tus rojos labios brota,
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
Los últimos días de Mayo y los primeros de Junio los pasó el veterano dra-
maturgo en Madrid. De vuelta en Santander, Alberto Espinosa Herrer publicaba
inmediatamente en La Atalaya una especie de entrevista que acababa de "robarle".
Merece la pena de ser transcrita, porque nos da idea de la vitalidad que el autor con-
servaba y de cómo aún seguía escribiendo para el teatro con la fecundidad de sus
mejores tiempos. Éste era el trabajo:
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
Jackson Veyán; Pepe Jackson para los amigos de su juventud, ya algo leja-
na; don José para los que ahora empiezan a asomarse al mundo de las letras, es el
hombre más bondadoso y afable que hemos conocido y, al mismo tiempo, el escri-
tor fecundo y de alma eternamente joven que aún continúa escribiendo, por amor
al Arte, poesías como si tuviera 16 años.
Porque Jackson Veyán, el autor de Chateau Margaux y de otras mil come-
dias y zarzuelas que han recorrido en triunfo los escenarios y que ha escrito versos
en los abanicos y en los álbumes de todas las mujeres bonitas de España, escribe
con una asombrosa facilidad.
Habíamos oído que Jackson tenía prometida al teatro Apolo de Madrid una
zarzuela a la que pondría música el maestro Luna y, aunque sabemos que el sim-
pático poeta y autor dramático es, como acabamos de decir, un autor infatigable,
algo nos extrañó que anduviese todavía en inquietudes de estreno y aumentando su
repertorio; así que ayer, cuando nos le encontramos en el Paseo de Menéndez
Pelayo, nos acercamos a saludarle con cierta curiosidad, decididos a hacerle algu-
nas preguntas relativas a la referida obra.
-¿Conque va a estrenar usted 'todavía' una obra? -le preguntamos después
de cambiar los saludos de rigor.
El 'todavía' debió picar un poco su amor propio de autor.
-¿A cuál se refiere usted? -nos dijo.
-A la que está usted terminando, según nuestras noticias.
-Bien, sí, eso ya lo he oído; pero, ¿a cuál de ellas?
-Pero, ¿está usted escribiendo más de una?
-Sí, hombre, sí; más de una y más de dos. Son tres las que tengo en prepara-
ción y a terminarlas he venido a Santander, donde pasaré ahora una temporada.
-Yo solo tenía noticia de una, con música del maestro Luna.
-Justo, una zarzuela en dos actos en colaboración con González del Castillo
y que se titula Los Calabreses. Esa se estrenará en Apolo.
-¿Y las otras?
-Una en el teatro Martín y otra en Novedades.
-¿No puede usted decirme siquiera los títulos?
Francisco Gutiérrez Díaz
-¡Por qué no! Ningún secreto es. En Martín estrenaré una zarzuela que tengo
ya empezada y que se titula La Venus soñada, con música de Quislant, y para
Novedades terminaré enseguida otra en colaboración con Ramón Ferrer e Hilario,
El banderín rojo.
-¿En cuál tiene usted puestas mayores confianzas?
-En todas; si no, no las escribiría. Ahora, que el público es el único que puede
decir la última palabra.
-Y mientras, ¿no puede usted adelantarme su opinión, darme algunos deta-
lles sobre el plan de las obras? El público no le olvida a usted y le interesará segu-
ramente conocer esos detalles.
-Ahora salimos con que estoy hablando con el periodista, no con el amigo.
-Con el amigo-periodista, que nunca se olvida de que es periodista, ni menos
aún de que es amigo.
-¿Y si yo no quisiera que usted publicase nada de esta conversación que aca-
bamos de tener.. . ?
-Pero usted no me dará ese disgusto.
-No, no -contestó amablemente Jackson-. Pero otra vez me acordaré de
dónde vivo.
Y nos señalaba el rótulo del hotelito donde reside y en el que se leía: 'Chalet
Prudencia'.
La ocurrencia nos hizo sonreír.
-No hace falta -replicamos. Y como despedida, y siempre abusando de la
amabilidad del cariñoso amigo, le pedimos unos versos para La Atalaya y Jackson,
que siempre lleva algunos en el bolsillo, como otros llevan caramelos o pastillas de
chocolate, nos dio los que publicamos en otro lugar de este número. Los últimos
que ha escrito hasta ayer, a las seis de la tarde; y puntualizamos la hora porque pre-
sumimos que para cuando aparezca este número habrá escrito Jackson diez o doce
poesías más". (56)
El día 24 de Junio se hallaba el autor en Colindres, invitado en el hogar del
matrimonio Barthe-Jiménez, al que le unían antiguos y profundos lazos de amistad,
ya que la señora de la casa, Esperanza, había sido la mejor amiga de una de las
esposas del comediógrafo, Amalia. Tras el almuerzo con el que fue obsequiado, el
impenitente rimador recitó una composición alusiva al momento, que después
transcribió la prensa. Era ésta:
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
Este "brindis" fue enviado por vía radiotelegráfica, en ese mismo día, al hijo
ausente del matrimonio Barthe, que se hallaba en el frente italiano. El bieninten-
cionado y cariñoso joven contestaría con unas "rimas" (por llamarlas de algún
modo) que también vieron la luz en la prensa montañesa. Eran las siguientes:
"MERCI!!!
(Ensalada hispano-franco-italo-inglesa)
Cher ami Jackson Veyán:
Depuis le frente italiano
senti il giorno de San Juan
your fuerte apretón de mano,
malgré monsieur von Khulman.
***
En sufine speech de Colindres
le dio usted rumbo certero,
y lo recibió Melindres
(dont je suis cabo primero)
en su antena de los Indres.
***
No es que par ici al valor
the war, en su impulso fiero,
conceda gloria y honor
hasta nommer a un ranchero
radio-manipulador.
***
Si brinda usté en Marmolejo
(por fuerza del consonante),
sans doute asciendo a Parejo,
le traigo au pays du Dante,
lo hagofrangais y no cejo.
***
Recibí, pues, su apretón,
y aunque perdí la chaveta
al sonido del cañón,
Francisco Gutiérrez Díaz
"';BIENVENIDOS!
(A SS. MM. DON ALFONSO Y DOÑA MARÍA VICTORIA)
Al llegar a Santander
nada tenéis que temer,
porque este puerto es tranquilo;
es el más seguro asilo
que España os puede ofrecer.
***
En este florido suelo
que el mar Cantábrico baña,
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
dan el ejemplo,
y hoy, que piden limosna,
i hoy son más ricas !
***
Al llenar de monedas
sus delantales,
lágrimas a sus ojos
acaso asomen.
i Haciendo el sacrificio
de sus jornales
para que coman otros,
tal vez no comen!
***
Extendiendo esas manos
tan chiquitinas,
¡con qué orgullo y qué alegres
lucen sus talles!
i Hermosas costureras
santanderinas:
yo también lloro al veros
por esas calles!
***
Que vuestro amor cristiano
nunca se enfríe.
Es el calor divino
que más abriga.
i Hermanas de los pobres,
el Cielo os guíe!
i Princesas de la aguja,
Dios os bendiga!
JOSÉ JACKSON VEYÁN
"Queridísimo Eusebio:
El nuevo profesor de dibujo en la Escuela industrial, señor Fernández Carpio,
y el director de la misma proyectan la creación en Santander de una pequeña
Escuela de Bellas Artes dentro de la clase de Dibujo en la industrial, que es amplia
y permite la nueva instalación.
Allí podrían darse clases nocturnas para obreros y artistas, con modelos vivos
para copia del natural y vaciados en yeso para el estudio del dibujo antiguo.
Me ruegan que Mariano Benlliure influya y, como el oficio-petición ya está
en Madrid, es urgente la publicación de la adjunta carta, que yo le enviaré a mi com-
padre, y como hará algo, me parece que es noble el propósito de tu buen amigo y
afortunado colaborador, que te abraza.- Pepe.
homenaje o agasajo
o no se hable o no se escriba
i que si Jackson por arriba
o si Jackson por abajo!
***
Con orgullo referí
la amistad que me une a ti,
y Santander hoy anhela
tu protección. ¡NOhay Escuela
de Bellas Artes aquí!
***
El ilustre Director
y un notable Profesor
en esta Escuela Industrial
persiguen el ideal
de dar al Arte calor.
***
Con tan nobles intenciones
y exponiendo mil razones
para hacer el Arte serio,
piden a ese Ministerio
yesos y reproducciones.
***
Si tu influencia especial
empleas, que ahora es total,
tendrán, con un gasto exiguo,
el 'Dibujo del antiguo'
y 'copia del natural'.
***
iA ver si el Ministro envía
lo pedido en breve plazo!
iEn ti Santander confía,
y yo te doy un abrazo,
compadre del alma mía!
***
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
Don José Jackson Veyán ha recibido también cartas del señor director de la
Escuela Industrial y del profesor de dibujo, señor Carpio, diciendo que lo que se
desea está ya concedido por el señor ministro de Instrucción pública, habiéndose
acordado ya el envío del modelado en yeso que se le pidió; y para hacerse cargo del
material de enseñanza, ha sido designado un profesor de esta Escuela Industrial que
estaba en Madrid.
Pero esta concesión se completará con lo que haga en favor de este nuevo
Centro de enseñanza artística el ilustre don Mariano Benlliure, a quien, como al
buen don José Jackson Veyán, debemos todos los santanderinos una gratitud de las
más hondas y sinceras". (63)
También fue a mediados de Julio cuando nuestro comediógrafo, que había
visto con auténtica admiración varios cuadros del joven artista cántabro Ricardo
Bernardo -en aquellos días objeto del mayor interés de público y comentaristas de
prensa a cuenta de la pensión, más bien exigua, que la Diputación le otorgara para
ampliar estudios- y que, especialmente, observó con entusiasmo el retrato que había
hecho del "compadre" José Estrañi, se decidió a solicitar al notable pintor que
inmortalizara sus rasgos. Y no encontró mejor modo de hacerlo que en forma rima-
da y por vía de letras de molde. Concretamente así:
"CARTA ABIERTA
(Para el insigne pintor montañés don Ricardo Bernardo)
Como expuesto llegué a verle,
que está feo le prevengo
el decirle que no tengo
el gusto de conocerle.
***
Le conozco, sí, señor;
y deseo vivamente
que la pensión se le aumente
al ya famoso pintor.
***
Lo asignado poco es;
muy poco, y bien sabe Dios
Francisco Gutiérrez Díaz
Como es natural, al joven Bernardo le faltó tiempo para satisfacer los deseos
de uno de los hombres de letras más conocidos y populares que por entonces había
en España. A principios del mes de Octubre quedaría el retrato concluido, y mere-
ció estos versos del efigiado:
"OTRO YO
i Señores, qué atrocidad!...
¡EStan grande el parecido,
que asusta la realidad!
¡Bernardo me ha concedido
el don de la ubicuidad!
***
Como ese joven artista,
no hay un pintor que retrate.
¡Mi efigie salta a la vista,
allí, en un escaparate
de Pablo Mata, el mueblista!
***
¡Que soy yo, no cabe duda!
i Vaya un retrato estupendo!
Quien quiera verlo, que acuda;
iallí estoy yo, sonriendo
a todo el que me saluda!
***
Ayer, una vieja loca,
a quien mi amor la disloca
y que me quiere hasta el hueso,
estampó en la luna un beso
queriendo besar mi boca.
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
Pero mientras la ejecución del cuadro iba adelante, es decir, durante los
meses de Agosto y Septiembre, otros menudos acontecimientos que se sucedieron
en la vida del comediógrafo merecen ser consignados.
Así, cabe decir que el día 30 de Julio llegaba a la capital de Cantabria el míti-
co periodista taurino Ángel Caamaño -aquél que popularizó el seudónimo de El
Barquero- con el fin de elaborar las críticas de la Feria Santanderina que publicaría
el diario El Cantábrico. Más de veinte años hacía que, verano tras verano, cumplía
idéntico cometido el veterano cronista desde que por primera vez fuera requerido
para ello por José Estrañi. Enterado de que en la ciudad estaba su admirado Jackson,
no tardó en publicar en la prensa el siguiente
"BRINDIS
(A un viejo y popular autor de comedias, padre de muchos hijos y
amigo de muchos amigos)
Hoy envía el revistero
un saludo muy sincero
a Pepe Jackson Veyán,
y lo hago porque le quiero
como pocos le querrán.
***
Sí, don Pepe, por usté
tengo, he tenido y tendré
un afecto de primera
y una admiración sincera.
¿Que mil gracias? ¡NOhay de qué!
***
Por mi suerte malhadada
está mi vida agarrada
a esto de la torería,
y paso uno y otro día
y una y otra temporada
reseñando en versos hueros
y en artículos sinceros
las cosas fenomenales
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
Diestros de celebridad,
que sois hoy la novedad
en el pueblo montañés:
¡Saludad a este que es
fenómeno de verdad!
***
A éste, que siendo un chicuelo
se dejó crecer el pelo
e hizo faenas bordadas,
y sigue oyendo palmadas
ahora, que ya es un abuelo.
***
Francisco Gutiérrez Díaz
Su labor es de titán
y ante ella se inclinarán
los hombres de buena fe.
Conque, ¡vaya por usté,
don Pepe Jackson Veyán!". (66)
"CARTA CANTA
(Para mi buen amigo Angelito Caamaño, El Barquero).
El Cantábrico he leído
con el brindis lisonjero
que en verso me ha dirigido,
y aquí me tiene El Barquero
llorando a moco tendido.
***
El saludo se agradece,
y de otros tiempos, ya lejos,
el claro sol resplandece.
¡Aún se acuerdan de los viejos,
lo cual me rejuvenece!
***
Un abrazo quiero enviarle
con mi franca enhorabuena.
Yo no sé cómo pagarle,
y se me ha ocurrido darle
la alternativa en la escena.
***
Con mi nombre, claro está
que el suyo no ganará.
Como autor ya dio en el quid,
y usté ha toreado ya
en la plaza de Madrid.
***
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
y si el himno apadrináis
y vosotros lo cantáis,
el éxito está seguro.
***
¡Vizcaya de mis amores!...
Tienes riquezas y honores.
¡Cada monte, cada cerro
tiene un corazón de hierro
bajo un vestido de flores!
***
iSalud!, y si en la pelea
un puesto de honor me das,
firme estoy siempre en mi idea:
iOrfeón Lagun-Artea,
yo seré un amigo más!
JOSÉ JACKSON VEYÁN
Recientes están aún sus pruebas de amor a Santander gestionando para con-
seguir para nuestra Escuela industrial la sección de Bellas Artes, que su amigo
entrañable el insigne Benlliure acaba de conceder.
Es, pues, de esperar que todo Santander se sume hoy a esta fiesta en honor
del que fue dignísimo inspector general del Cuerpo de Telégrafos y que es en la
actualidad uno de nuestros convecinos que más honran a la ciudad". (69)
No era más parco en sus elogios al autor, al anunciar la velada, El
Cantábrico, cuyo gacetillero de turno se expresaba en los siguientes términos:
"Para hoy, viernes, ha preparado la Empresa del Salón Pradera una gran fies-
ta en honor del popular y aplaudido autor don José Jackson Veyán.
Tendrá lugar a las siete de la tarde, y en ella se representarán las conocidas
zarzuelas Los chicos de la escuela y Los granujas, de las cuales es autor este que-
rido amigo nuestro.
Bien merecedor es de este homenaje el señor Jackson Veyán, convecino nues-
tro en la actualidad, y a quien se debe, por su amistad con el ilustre Benlliure, que
éste haya concedido recientemente una sección de Bellas Artes para nuestra Escuela
Industrial.
El popular y fecundo autor, que tiene en el teatro cerca de doscientas pro-
ducciones suyas, entre las que recordamos i Una limosna, por Dios!, Toros de pun-
tas, Chateau Margaux, ¡Al agua, patos!, Los zangolotinos, La caza del oso (en cola-
boración con el director de La Atalaya, nuestro querido compañero don Eusebio
Sierra), Las zapatillas, La Mari-Juana, La tonta de capirote, El barquillero, San
Juan de Luz, Los guapos y tantas otras, aplaudidas y vistas siempre con gusto, es
también un benemérito de la patria, en la verdadera acepción de esta palabra, pues
sus veintidós hijos le hacen acreedor a tan justo calificativo.
Seguramente se agotará el papel para esta fiesta de honor, por cuya iniciati-
va felicitamos a la Empresa de Pradera y al señor Vallejo.
La antigua amistad que nos une con el señor Jackson Veyán hace que nos
sumemos a este festival, justificado y merecido por quien siempre puso sus entu-
siasmos en practicar el bien de los demás, aun abandonando a veces el suyo pro-
pio". (70)
Y también se sumaba a la convocatoria, citando con elogio al homenajeado,
El Pueblo Cántabro:
"El aplaudido actor señor Vallejo ha tenido la feliz iniciativa de celebrar hoy,
viernes, una función, que tendrá lugar a las siete de la tarde, en honor del aplaudi-
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
do autor don José Jackson Veyán, representándose (. ..) las conocidas zarzuelas Los
granujas y Los chicos de la escuela.
El señor Jackson Veyán es el afortunado autor de Chateau Margaux, Las
aventuras de Max y Mino, ;Apaga y vámonos!, Las zapatillas, Tropa ligera,
Chispita o el barrio de Maravillas, El fondo del baúl, La chiquita de Nájera, Los
guapos y otras, hasta cerca de doscientas obras, que han popularizado su nombre en
toda España.
Nos informan que los actores del señor Vallejo preparan 'algo', también en
obsequio a tan fecundo escritor, y éste, por su parte, es casi seguro que correspon-
derá a tal obsequio con alguna cosa 'de las suyas'.
Seguramente hoy se dará cita en el Salón Pradera lo más escogido de nuestra
sociedad para aplaudir al insigne autor de Toros de puntas y ;Una limosna, por
Dios!". (71)
Al día siguiente de celebrarse la velada, todos los periódicos de Santander se
hacían eco del acontecimiento. Quizá el revistero que mejor acertó a describirlo fue
el de El Cantábrico, quien decía:
"Ayer dedicó la compañía de Vallejo la función de la tarde en honor del vete-
rano autor cómico don José Jackson Veyán, poniendo en escena dos de sus más
renombradas zarzuelas: Los granujas y Los chicos de la escuela, que siempre se ven
con gusto y siempre consiguen el aplauso de todos los públicos.
El de ayer en Pradera, selecto y escogido, tributó al saladísimo y fecundo
autor e inspirado poeta un homenaje de simpatía, conmovedor por lo sincero e inol-
vidable por lo entusiástico.
No fue solamente al terminar las dos obras cuando las ovaciones clamorosas
de los espectadores obligaron a don José Jackson Veyán a presentarse en el escena-
rio, sino que durante la representación, en las escenas más culminantes, el entusias-
mo del público estallaba en aplausos estruendosos, que no cesaban hasta que el tan
popular y aquí tan estimado autor se presentaba en escena y saludaba, con emoción
visible, correspondiendo al sentido homenaje del que era objeto.
Tarde triunfal, 'serata d'onore', la del festival en honor suyo, dejará impere-
cedero recuerdo y servirá de legítima satisfacción al que tantos triunfos consiguió
en el teatro, porque ayer no se aplaudieron solamente dos de sus obras sino que se
le rindieron los debidos honores a su obra entera, cuyo mérito se aprecia más que
nunca ahora, por el contraste, por la comparación con las endebles y mediocres
obras de esta época de decadencia.
Francisco Gutiérrez Díaz
"Recuerdos de Santander
Los diez y nueve cumplí.
El setenta y uno era
y telegrafista fui.
Santander fue la primera
estación que yo serví.
***
En la corte un Marcelino
estudiaba sin desmayo,
y al cumplir con mi destino
pude seguir el camino
de aquel Menéndez Pelayo.
***
Aún recuerdo exactamente
lo que el telegrama urgente
del estudiante decía:
'Examen, sobresaliente'.
¡Ya el niño sobresalía!
***
El comienzo de su gloria
grabar pude en mi memoria,
y esa es mi mayor conquista.
¡NOpudo un telegrafista
empezar mejor su historia!
Jose' Jackson Veyán: un gaditano que se sintib cántabro
***
De su inteligencia extraña
brilló el poderoso rayo
y hoy es asombro de España.
¡Gloria a Menéndez Pelayo,
que es gloria de la Montaña!
***
Este Cantábrico mar,
de fuerza indomable y brava,
fue con su ronco cantar
el que consiguió inspirar
al genio que despertaba.
***
Mi primer férvido amor
nació en Santander. Lo abrió
una muchacha muy linda.
¡NOle gusté a Gumersinda,
y con otro se casó!
***
Busqué a una Luisa bonita,
le ofrecí de amor la palma;
pero era muy jovencita,
y el padre de la Luisita
por poco me rompe el alma.
***
Como amante tuve ayer
una suerte bien traidora,
y hoy, ¿qué voy a pretender'?...
¡HOYno encuentro una señora
que me mire en Santander!
***
De tiempos primaverales
hoy mi alma el recuerdo evoca.
¡Qué bailes dominicales
y qué batallas campales
Francisco Gutiérrez Diaz
formado por los famosos primeros actores Ricardo Puga y Celia Ortiz. Ambos fue-
ron obsequiados con sus versos. Decían así los respectivos "retratos a pluma":
"Ricardo Puga
La máquina ya está aquí.
Quiero que salga un portento.
Fija la mirada en mí.
Quieto, Ricardo, un momento.
Sonríete un poco.. . i Así!
***
Al ver tu copia sincera,
espero no te disguste.
Con fidelidad entera
yo hago el retrato por fiera
y por dentro. ¡NOte asustes!
***
Seguro, Ricardo, estoy
de tus sentimientos buenos,
y si algo hay malo, lo doy
por no visto, porque soy
discreto como el que menos.
***
He aquí al artista eminente:
En la calle es muy francote,
en su trato es muy decente,
y como hombre es muy guapote,
mejorando lo presente.
***
Muy bien hecho y bien plantado,
es el modelo acabado
del más perfecto español,
porque es moreno agraciado
y tostadito del sol.
***
El derecho de conquista
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cantabro
va en su mirada de artista,
y enamorado y galán,
jamás encontró Don Juan
Inés que se le resista.
***
Su gallardía es notoria,
su historia es brillante historia,
su estatura es muy corriente,
y, como artista, su frente
tocó el umbral de la Gloria.
***
En Intereses creados
su Crispín, astuto y ruin,
es el rey de los criados.
¡Son dos pillos redomados
Ricardo Puga y Crispín!
***
Todo el mundo le llamó
Crispín a los pocos meses;
Benavente no soñó
lo que el buen Puga creó
dentro de sus intereses.
***
Y al ir hacia el camerino
con un entusiasmo loco,
me digo yo en el camino:
¿Le doy la mano a ese indino
que era un granuja hace poco?
***
En ese A campo traviesa
al americano dio
un acento que embelesa,
y el público se interesa
y le aplaude.. . iCómo no!
***
Francisco Gutiérrez Díaz
NOTA BENE.-
¿Tendrás la idea formada
de que tengo preparada
una obra?... ¡NOsoy tan necio!...
iDescuida!... No te hago nada...
Conque, iya ves si te aprecio!
Santander, 20 de Noviembre de 1918". (76)
"Celia Ortiz
Cuando vio la luz primera
Dios le dio su gracia entera,
y completó aquel tesoro
tejiendo su cabellera
con unas hebritas de oro.
***
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
NOTAS AL AIRE
(A la bellísima señorita Pilar González Bárcena)
¡Pilar, la niña mimada
que ha heredado, afortunada,
las virtudes de su madre
y refleja en la mirada
las simpatías del padre!
***
¡Vamos, que haber yo nacido,
por lamentable descuido,
el año cincuenta y dos,
no tiene perdón de Dios!
i Si yo lo hubiera sabido!
***
Si yo llego a adivinar
que en Santander te iba a hallar
de hermosura hecha un portento,
retraso mi nacimiento
treinta años, linda Pilar.
***
Hoy hecho un pollo estaría,
y como voy con buen fin
y eres toda mi alegría,
tu mano le pediría
a mi amigo Valentín.
***
Te estoy viendo en el altar
con la blanca flor jurar
eterno amor, como es justo;
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
DESDE VILLACARRIEDO
(Carta abierta a mi buen amigo el antiguo alumno de aquel
Colegio don Valentín González Bárcena)
Tengo una deuda sagrada
contigo, y queda sellada.
De mis versos te hago entrega,
y perdóname si llega
esta carta retrasada.
***
Contigo al colegio fui,
escribirte prometí
y hoy mi deuda satisfago:
iaunque poeta nací,
yo lo que debo, lo pago!
***
Villacarriedo llevar
debe un nombre meritorio,
que es muy digno de ostentar:
es Colegio y Sanatorio,
las dos cosas a la par.
***
Si el campo da ricas flores,
flores da la inteligencia,
y un sol todo resplandores
disipa con sus fulgores
las neblinas de la Ciencia.
***
Sin peligros que temer,
el niño logra al crecer
ciencia y salud reunir:
iel maestro les da el saber!
i el aire les da el vivir!
***
¡Aún vive un Padre de aquellos
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
NOTAS AL AIRE
(En el abanico de mi encantadora amiguita María Navas)
Hace un mes te conocí;
en el Casino te vi;
estaba lleno el local;
pero te juro formal
que solo me fijé en ti.
***
Al ver tu rostro agraciado
y al ver tu cuerpo bonito,
le pregunté a un empleado:
-'¿Quién es esa del gorrito
de terciopelo encarnado?'
***
-'¿Esa?' -'Sí'. -'Pues, ¿quién va a ser?
La hija del amo en persona,
que, como puede usted ver,
es la chiquilla más mona
que pasea en Santander'.
***
No le pude contestar;
fue tan grande mi emoción
que me tuve que tomar
un té con agua de azahar
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
sentadito en un sillón.
***
Más que mujer hechicera
eres imagen sagrada.
¡Tienes la carita entera
de esa Virgen tan nombrada
de Consolación de Utrera!
***
Como tu cara, alma mía,
juro que no he visto dos;
y al decirme el otro día
que te llamabas María,
dije: -'iiiLa Madre de Dios!!!'.
***
Si a tu padre vuelvo a ver,
lo llamo y le digo aparte:
- ' i Qué orgullo debe tener!
¡Vaya unas obritas de arte
que ha sabido usted hacer!'.
***
La verdad es que el autor
de un ángel encantador
como el que tengo a la vista
merece, en premio al artista,
juna medalla de honor!
JOSÉ JACKSON VEYÁN (80)
Francisco Gutiérrez Díaz
NOTAS AL AIRE
(A mi bella amiga Margarita Navas, en su abanico)
¡Margarita!... ¡Blanca flor!
iMariposilla ideal
que presta vida y calor
al poema más colosal
del más eminente autor!
***
Margarita, triste historia
de una pasión ilusoria,
tan breve como bendita:
iGoethe soñó con Margarita
y se despertó en la Gloria!
***
De aquella hermosa criatura
ni un solo encanto te falta,
y en ti su imagen fulgura;
eres rubia, y eres alta,
y eres candorosa y pura.
***
Si en Fausto me convirtiera
y a la juventud volviera,
daría el alma al demonio
por pedirte en matrimonio,
Margarita retrechera.
***
Por si es que el alma quería
del peor de los poetas,
llamé al diablo el otro día
y me ofreció dos pesetas,
que es lo único que tenía.
***
Mas por eso no me achico;
viejo y todo, eso no quita,
osé Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
María Angelorum
(En el abanico de la encantadora señorita
María de los Ángeles Ruiz San Emeterio)
i María te llamas!
¡El nombre glorioso
de la Santa Madre
del más santo Apóstol,
que subió al Calvario
con la Cruz al hombro!
***
¡María, la Reina
del Divino Trono!;
más tu dulce nombre
no es María solo,
pues van con la Virgen
los Ángeles todos,
y al llamarte, dicen:
Francisco Gutiérrez Díaz
María Angelorum.
***
Que eres muy hermosa
pregonan a coro,
y aunque, por desgracia,
yo no te conozco,
he visto tu imagen
y admiré tu rostro.
¡TUmadre querida
te lleva en sus ojos... !
i El más fiel retrato
del amor hermoso!
***
Allí vi tu frente,
pura como el copo
de la nieve blanca,
y allí, candorosos,
vi tus ojos negros,
vi tus labios rojos,
que son el estuche
que esconde gozoso
esas perlas ricas
de tus dientes monos.
***
¡Qué niña tan guapa,
María Angelorum!
iVales más que pesas!
¡Vales un tesoro!
¡Vales más que el mundo,
y me quedo corto!
¡Dios te dé la suerte
que yo te ambiciono!
¡Dios guarde a tus padres,
escudos valiosos
que son en la tierra
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
RETRATO A PLUMA
(A la preciosa niña Sagrarito Díez Salceda)
Retratarte ofrecí yo,
y hoy que el momento llegó
el compromiso me abruma.
Yo hago retratos a pluma,
pero miniaturas no.
***
Más que humana criatura,
eres rosita de abril.
iFlor de divina hermosura!
iEres una miniatura
hecha en nácar y en marfil!
***
Necesitaba un pincel
digno de eterno laurel
cuando tu cara hizo Dios,
Francisco Gutiérrez Díaz
y Murillo y Rafael
se presentaron los dos.
***
En tu carita preciosa,
de dulces encantos llena,
su paleta portentosa
puso el carmín de la rosa
y el albor de la azucena.
***
El cura, ante aquel primor,
buscó un nombre extraordinario,
y, viendo el altar mayor,
dijo en la pila: -'Sagrario',
que era tu elogio mejor.
***
La de Guadalupe hermosa,
esa Virgen milagrosa,
fue la que meció la cuna
que encerró, por su fortuna,
la perlita primorosa.
***
Habiendo nacido allí,
por tu suerte se interesa,
con orgullo habla de ti,
y al oírla, le dijo así
otra Virgen montañesa:
***
-'Bendice, alegre y ufana,
de su oriente el arrebol,
más conste, Virgen hermana,
que esa perla mejicana
es de origen español.
***
Sobre nacionalidad
no hubo ya contienda extraña,
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
NOTAS AL AIRE
(A mi lindísima amiga Aurorín de la Fuente y Quintana)
Unos versos te ofrecí;
aún mi oferta no cumplí
porque el numen languidece,
y cada vez que amanece.. .
jclaro, me acuerdo de ti!
***
Al llegar a mi camita,
la primera luz bendita
que asoma en el cielo azul,
me parece que me grita:
'¡Levántate ya, gandul!
***
jA trabajar, que no es hora
de que siga usted roncando!
¡Que ya ha brillado la aurora
y Aurorita está esperando
que la pagues sin demora!'.
***
Y empieza mi desconsuelo,
porque Aurorita, por Dios,
¿qué te dice un viejo lelo
que fue amigo de tu abuelo
en Castro, el setenta y dos?
***
¿Quién le echa flores ahora
a una niña encantadora
con tu gracia y tu palmito,
más bonita que la aurora
que te dio el nombre bendito?
***
Lejos de mí tal idea.
Ya mi cabeza blanquea
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
¡Viva mi tierra!
(En el abanico de una distinguidísima gaditana)
Al mirarte, sin querer,
dije: -'¡Vaya una mujer,
y una carita gitana!'.
Dicen que eres gaditana...
¡De Cádiz tienes que ser!
***
iCádiz, la hurí del Profeta
que, como dijo un poeta
que, por cierto, está presente,
'es una perla sujeta
por un hilo al continente'!
***
Naciste, Gloria preciosa,
en Cádiz, por tu fortuna,
y con tu cara graciosa
pasa, gaditana hermosa,
lo que pasa en nuestra cuna.
***
En Cádiz, ciudad querida
entre las olas dormida,
el mar siempre es tu destino
porque, por cualquier camino,
das con el mar en seguida.
***
Al que te quiere admirar,
Francisco Gutiérrez Díaz
NOTAS AL AIRE
(En el abanico de la hermosa morenilla María Antonia Rodríguez Ros)
María Antonia.
i Guapa chiquilla,
siempre discreta,
siempre oportuna;
y por lo mismo
que es morenilla,
tiene un gracejo
como ninguna!
***
Discurre siempre
con muy buen juicio,
tiene un talento
sobresaliente;
y está su padre,
el buen Mauricio,
loco por ella
completamente.
Francisco Gutiérrez Díaz
Por su chiquilla
encantadora
siente la madre
debilidad,
y de la casa
reina y señora,
hay que llamarla
Real Majestad.
***
Es un modelo
de ingenuidades
que dice aquello
que piensa y siente.
¡Le larga a uno
cuatro verdades,
y ella se queda
tan sonriente!
***
¡Ay de 10s pollos
santanderinos
el día que ella
llegue a mujer!
¡Serán sus ojos
dos submarinos,
echando bombas
por Santander!
***
Sé que tras ella
va un guapo chico.
iQue tenga novio
es natural!
Que yo lo cuente
en su abanico,
sé que a la chica
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
le sabrá mal.
***
No sé, a mis años,
lo que merezco.
Tú eres ingenua
de corazón;
pero yo, en cambio,
que soy un flesco,
de mi flescura
pido perdón.
***
Si hablé del novio
fue por capricho;
después de todo,
te casarás,
y si te ofende
que lo haya dicho,
perdona, niña;
jno lo haré más!
... ... ... ........
(En el abanico de la encantadora rubia Serafina Rodríguez Ros)
Mezcla de ángel y mujer,
buscando un nombre al nacer
dijo la bondad divina
en la pila: Serafina,
y fina tienes que ser.
***
Es un nombre que reclama
ciertas dotes personales,
y para darte más fama,
hay un couplet que se llama
'Serafina la Rubiales'.
***
En cuanto la copla oí,
que me alegré te declaro.
Francisco Gutiérrez Díaz
iA la órden!
(En el abanico de la bellísima señorita
Rosa Serrano Fernández de Villavicencio) (1)
Es mi arma la pluma ingrata
y, sin miedo a la derrota,
en la tropa literaria
soy un soldado de cuota.
(¡De la cuota más barata!).
***
Como hija de un militar
de muy alta graduación,
en su honor debo cantar.
¡NOquiero, Rosa, faltar
a la subordinación!
***
De respeto y de obediencia
toda mi vida hice gala
y me cuadro en tu presencia.
¡Siempre a la orden de vuecencia,
mi pequeña generala!
***
Supe a la patria cantar,
y por una cruz honrosa
que al pecho puedo llevar,
tengo fuero militar,
bella y simpática Rosa.
***
Y hecho, como es de rigor,
el saludo de ordenanza,
diré, Rosa, en tu favor
que eres la más bella flor
del jardín de la esperanza.
***
Si miran con tierno afán
Francisco Gutiérrez Díaz
iFELICIDADES!
(A mi bellísima amiga Pepita Barthe Jiménez, en su cumpleaños)
Aunque no traía versos preparados,
yo no cierro el pico,
y en cinco minutos escribo unas coplas
para tu abanico.
***
Escribiendo versos para todo el mundo,
¿no iba yo a cantarte?
iQuiá.. . ! No pasa el día, Pepita del alma,
sin felicitarte.
***
¿Veinticinco añicos el nueve de julio.. .?
Desde ahora me avengo
a cumplir, tocaya, otros veinticinco
sobre los que tengo.
***
Con noventa añazos, ¿piensas que este viejo
ya no escribiría?
¡Teniendo delante tu cara de rosa,
aún me inspiraría!
***
Aunque no lo creas, somos muy formales
todos los poetas,
y para estas coplas compro un abanico
de cuatro pesetas.
***
De esos muy bonitos, que cuestan muy caros,
de santicos llenos.. .
ipor ti yo me gasto las cuatro pesetas.. .!
jni un ochavo menos!
***
Siempre que te miro, parece que tengo
delante a tu padre,
Francisco Gutiérrez Díaz
La bendición de Dios
(A mi bellísima amiga María Luisa S. Jubera de Santiago)
Hay en tu frente
mayor blancura,
tienen tus ojos
más resplandor
y en tus suspiros
hay más dulzura.
j Es que en tu alma
nace el amor!
***
No ese amor breve
de triste encanto
que entre caricias
brinda el placer.
¡Otro amor puro!
j Otro amor santo
que diviniza
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
a la mujer!
***
Es que desciende
desde la altura
un angelito
que está al llegar.
¡El complemento
de la ventura,
que en tus entrañas
quiso anidar!
***
¡Dulce esperanza!
i Sol de alegría!
iFruto bendito
de tu pasión!
¡Ángel del cielo
que Dios envía.
para ofrecerte
su bendición!
***
¡El que en tu seno
llevas dormido,
que siente el ansia
de despertar!
Ese que grita
' iMadre! ' en tu oído
y con la Gloria
te hace soñar.
***
Bendijo el cura
la unión dichosa,
pero os faltaba
algo a los dos:
¡Cuando a ser madre
llega la esposa, ,
Francisco Gutiérrez Díaz
es cuando el lazo
bendice Dios!
***
María Luisa:
sonríe y canta,
que madre pronto
te ha de llamar,
con su sonrisa
más dulce y santa,
jese angelito
que está al llegar!
JOSÉ JACKSONVEYÁN
¡Viva lo bueno!
(A mi bellísima amiguita Angelines Ruiz San Emeterio,
el día de su Santo)
En el día de tu Santo,
viejo y todo, me levanto
al despuntar la mañana;
templo el guitarrico y canto
debajo de tu ventana.
***
De piropos gastar quiero
contigo un caudal entero.
¡Te llamo gentil y bella,
y te llamo sol y estrella,
y encanto y gloria y lucero!
***
Verte, niña, gusto da.
Así de orgulloso está
y de satisfecho y ancho
mi buen amigo Don Pancho,
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
NOTAS AL AIRE
(En el abanico de mi bellísima amiguita Blanca Díaz Losada)
El nombre tu alma retrata,
tu alma, candorosa y buena,
blanca como la azucena,
bonita como la plata.
***
Tienes por labios dos rosas,
es de coral tu boquita,
y eres, Blanca, pequeñita
como las piedras preciosas.
***
Tu sitio supiste hallar;
como alhaja de valía
estás en tu joyería,
que es donde debes estar.
***
Las virtudes de tu madre
en ti hallaron nido hermoso.
¡Así está tan orgulloso
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
el buenazo de tu padre!
***
Si alguno te echa una flor
cuando él va detrás de ti,
saluda diciendo: ' ¡Aquí
está presente el autor!'.
***
En ella su gloria está;
es la obra acabada y bella,
y las flores para ella
las recoge su papá.
***
La virtud te da su palma.
¡NOenvidies mayor ventura,
que no hay mejor hermosura
que la hermosura del alma!
***
Tiende serena tu vuelo
sin temer la humana guerra,
que la que es buena en la tierra
tiene bien seguro el cielo.
***
¡Si yo tan viejo no fuera,
entraba en la joyería
y daba por ti, alma mía,
lo que el joyero pidiera!
JOSÉ JACKSON VEYÁN
NOTAS AL AIRE
(En el abanico de mi hermosísima amiguita Etelvina Díaz Losada)
Tus ojos con su fulgor
inspiran al viejo autor.
¡Ojos que brillan ardientes
como faros sonrientes
en las costas del amor!
***
Faros de una luz radiante
que, marcando el rumbo cierto
sobre este mar zozobrante,
indican seguro puerto
al perdido navegante.
***
Su bendición para ti,
lleno de cristiana fe,
a la Virgen le pedí,
y en cuanto me arrodillé
la bendición recibí.
***
No me podía negar
tan humilde petición,
pero tienes que esperar,
pues la tengo que buscar
dentro de mi corazón.
***
- Quiera el Cielo, niña mía,
que la Virtud te sonría
y sigas su luz constante.
¡TUmadre, que va delante,
podrá servirte de guía!
***
Huye de la ociosidad,
que el trabajo sabrá darte
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
la eterna felicidad.
¡TUpadre puede enseñarte
lo que es laboriosidad!
***
¡Alza tu frente serena!
¡Cruza la vida sin pena
y de tu hogar haz un templo,
que no es difícil ser buena
teniendo en casa el ejemplo!
***
¡Busca de la Fe el calor!
¡Logra el tesoro más rico
que ofrece el divino amor,
y reza por el autor
que firma en este abanico!
JOSÉ JACKSON VEYÁN
NOTAS AL AIRE
(En el abanico de mi encantadora amiguita Celina Díaz Losada)
Dan siempre buen resultado
los versos que yo dedico,
y a cuantas he dedicado
versos en el abanico,
en seguida se han casado.
***
Del hombre más tosco y frío,
del más marrajo y más tuno,
yo, Celina, ine sonrío.
¡El segundo verso mío
no lo resiste ninguno!
***
Tengo una gracia especial
Francisco Gutiérrez Díaz
NOTAS AL AIRE
(En el abanico de mi distinguida amiga la señora
doña Elena Bengoechea de Sesma)
iDoncellas, que sabéis dar
disgustos fenomenales,
la justicia en su lugar.. . !
¡Llegó la hora de cantar
a las señoras formales!
***
Con muy noble rectitud
rindo culto a la virtud.
¿O es que piensan las chiquillas
que solo la juventud
es digna de mis quintillas?
***
Por eso la voz levanto
y, sin que la edad me aflija,
en este abanico canto:
¡Si dulce es el nombre de hija,
el nombre de madre es santo!
***
Del amor en el exceso,
cuando una madre da un beso
es más puro y más hermoso.
¡YOaquí la verdad confieso
Francisco Gutiérrez Díaz
y no le temo a tu esposo!
***
Y si el buen Sesma se enfada,
es preciso que comprenda
que él pierde mucho y yo nada.
¡NOvuelvo a entrar en su tienda
y la cuestión terminada!
***
Verás como no abre el pico:
Don Felipe es un buen chico
y al verme, yo ya lo sé
que me dice: -'Don José,
¿cuándo compra otro abanico?'.
***
¡ESmuy fino.. . ! Vende guantes
y artículos elegantes.
Que se disguste no espero.
¡El negocio es lo primero!...
conozco a los comerciantes.
***
Bueno; ya comprenderás
que es en broma cuanto digo;
Felipe es un buen amigo
que no olvidaré jamás,
y pongo a Dios por testigo.
***
Merece lo que le quieres
y, esclavo de sus deberes,
demuestra con el ejemplo
que no es de los mercaderes
que Jesús echó del Templo.
***
Conste, amiga mía, así
y firmado va por mí
lo escrito en este papel.
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
RETRATO A PLUMA
(Para el álbum de la bellísima señorita María Ruano)
En vivos deseos ardo
de hacer tu retrato a pluma.
¿Piensa en Arte el buen Bernardo
que él solo es compendio y suma.. .?
¡Pues se lleva el gran petardo!
***
Viendo el lienzo el otro día,
y yo no miento jamás,
todo el mundo lo decía:
' iVale mucho más María... !
¡Pero muchísimo más!
***
Su boca el silencio sella
y su mirada está muda;
María es mucho más bella.. . !'
A mí, entre el retrato y ella,
María, no cabe duda.
***
En mi pluma hay más color,
y aunque le cause molestia
en su amor propio al pintor,
lo demuestro. iLa modestia
es mi cualidad mejor!
***
Con ansias del infinito,
en el mismísimo cielo
Francisco Gutiérrez Díaz
abro yo un agujerito:
se asoma allí un angelito
y ese es el mejor modelo.
***
En teniendo desparpajo,
ya todo el mérito estriba
en comparar sin trabajo
con el angelín de arriba
el angelito de abajo.
***
Con el ángel verdadero
indisponerme no quiero;
si no, con razón diría
que me resulta María
un ángel con más salero.
***
¿Que del retrato no hay nada
diréis. ..? Pues de una plumada
he terminado la historia:
¡Una carita de gloria!
¡Un encanto, una monada!
***
¡La perla de Santander!
¡DOSojitos de mujer
luz y fuego derramando,
que al mirar, están gritando:
i Viva España! sin querer.
***
¿Que su padre goza hoy día
fama...? No lo encuentro raro.
¡Con los ojos de María,
así ve don Juan tan claro
en cosas de abogacía!
***
¡SUhija es el faro esplendente
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
NOTAS
del Sr. Wünsch, se presentó espontáneamente a este señor apenas tuvo noticia de que se pro-
yectaba el concierto, manifestando sus sinceros deseos de tomar parte en la fiesta. Las pala-
bras que el Sr. Gerner añadió a su oferta son de un grande valor para los que conocemos sus
generosos sentimientos: 'Yo deseo tomar parte en ese concierto -dijo- porque soy liberal'.
iBrav0, Sr. Gerner!" (El Aviso, 28 de Marzo de 1874).
(9) Víd. íd., íd.
(10) Íd., 11 de Abril de 1874.
(11) Íd., 24 de Mayo de 1881.
(12) Íd., 7 de Junio de 1879.
(13) Vid. íd., 2 de Julio de 1887.
(14) El Correo de Cantabria, 27 de Noviembre de 1889.
(15) El Atlántico, 27 de Noviembre de 1889.
(16) Íd., 3 de Diciembre de 1889.
(17) Íd., 4 de Diciembre de 1889.
(18) El Correo de Cantabria, 4 de Diciembre de 1889.
(19) La Montaña de Torrelavega, 14 de Septiembre de 1890. La obra El milagro de
la Virgen, que se cita en estas rimas, es una zarzuela en 3 actos con libro de Mariano Pina
Domínguez y partitura de Ruperto Chapí; había sido estrenada en el Teatro Apolo de Madrid
el 8 de Octubre de 1884, cosechando un gran éxito.
(20) Este escritor leonés ya había creado anteriormente el libro de otra zarzuela
ambientada en la costa cántabra, que llevó por título La Virgen del Mar, "melodrama lírico
en 2 actos divididos en 7 cuadros, original y en verso". Con partitura de Ángel Rubio y Juan
García Catalá, se estrenó en el madrileño Teatro de Apolo el 23 de Diciembre de 1889.
(21) El manuscrito original del libreto se conserva actualmente en la Biblioteca
Nacional de Madrid, donde también existe un ejemplar editado del mismo (ref. Tl13.780).
(22) El Aviso, 7 de Agosto de 1894.
(23) La Atalaya, 10 de Agosto de 18%.
(24) El Aviso, 22 de Agosto de 1895.
(25) La Región Cántabra, 4 de Septiembre de 1895.
(26) Periódico que por aquella época se publicaba en Castro Urdiales.
(27) El Correo de Cantabria, 2 de Septiembre de 1896.
(28) Íd., 13 de Agosto de 1897.
(29) La Ilustración de Castro, 11 de Mayo de 1899.
(30) Existen ejemplares del libreto en la Biblioteca Nacional de Madrid, ref.
Tl15.430 y Tl50.207, y también en la Biblioteca Municipal santanderina, no 56965.
Francisco Gutiérrez Díaz
Ladislao del Barrio, don Julio Porcel y don Domingo Díaz Losada. No fue posible dar cabi-
da a cuantos pretendieron acudir. Ni el servicio de vajillas y cubiertos podía ni la capacidad
del local permitía sobrepasar la cifra de 1.300 comensales, que salieron muy complacidos
del magnífico menú que les proporcionó el Restaurant 'El Cantábrico', de don Pedro Gómez
Fernández. Se quitó todo aspecto político al acto y por eso se sumaron al mismo todos los
Círculos de la ciudad, las entidades particulares, Círculo Mercantil, Liga de Contribuyentes,
Cámaras oficiales, Instituto, Escuelas de Comercio y de Náutica, Ateneo, Clubes deporti-
vos.. . Vinieron de la provincia comisiones de Ayuntamientos, todos los Alcaldes, los gre-
mios de pescadores de todos los puertos y una nutrida representación de los pasiegos resi-
dentes en la Corte (...) Lo más representativo de la ciudad, en todos los órdenes sociales y
económicos, allí estaba junto al señor Ruano, que ocupó la presidencia acompañado del
Alcalde accidental, don Fernando López Dóriga, y de don Marcial Solana, que era a la sazón
Diputado a Cortes. Y llegó la hora de los brindis. Hizo el ofrecimiento del acto el miembro
de la Comisión don Julio Porcel (.. .). Don Buenaventura Rodríguez Parets, en su calidad de
presidente de la Liga de Contribuyentes, se levanta a hablar (. . .). El Alcalde don Fernando
López Dóriga, que lo era accidental, brinda también en nombre de todos los Alcaldes de la
provincia que están presentes, declarando que la gratitud de los pueblos de la Montaña será
eterna para su Diputado y defensor de los intereses de la región con tan gran acierto como
laboriosidad. Don Casimiro Solano, al llegar este momento, pidió permiso para decir unas
palabras (...). Y le llegó el turno al señor Ruano, visiblemente emocionado (...). Da las gra-
cias a la Comisión organizadora del acto, y a cuantos están presentes o adheridos ofrece su
amistad, que no la concede a cualquiera pero cuando la entrega lo hace para toda la vida, y
termina manifestando que donde le lleven los aires de la vida no le podrán quitar el agrade-
cimiento que guardará para todos y el amor a la Tierruca, que es amor a España porque le
hizo al nacer poner los ojos en ella y al morir cubrirá con esta tierra santa sus despojos.
Resumen: ovación larga, vivas estruendosos, entusiasmo sin fin, crédito ilimitado para que
el hombre siguiera trabajando, fe enardecida por don Juan José Ruano, el mejor valedor que,
nacido en esta tierra, ha tenido la Montaña (. . .)" (SÁNCHEZ GONZÁLEZ, FERMÍN: La
vida en Santander, hechos y figuras (50 años, 1900-1949), tomo 11. Santander, 1950; pp.
126-129).
(47) El Cantábrico, 17 de Diciembre de 1917.
(48) Íd., 13 de Marzo de 1918.
(49) Íd., 14 de Marzo de 1918.
(50) Íd., 17 de Marzo de 1918.
( 51) Íd., íd.
José Jackson Veyún: un gaditano que se sintió cántabro
ce. Lo pago, agarro el cuadro y empiezo a hacer palillos (era una tablita) ante la mirada estu-
pefacta del chamarilero anticuario. No quedó nada del tal Carpio. - 'Bueno, ya veo que está
usted completamente loco. Destruir el cuadro de tan célebre pintor de fama mundial'. - 'Ese
célebre pintor de fama mundial soy yo, y la firma falsificada. A mí no me duelen prendas
cuando tengo que adquirir cuadros con mi firma falsificada, que no son pocos los que voy
encontrando" (ALVEAR AGUIRRE, GERARDO DE: Santander en mi memoria.
Santander, 2001; pp. 81-82). Y añade el artista trasmerano: "Otra tarde, también en el
Ateneo, hablaba de su maestría en el dibujo: - 'Yo lo mismo empiezo a dibujar una figura
por los pies que por la cabeza' (dibujar empezando por los pies y terminar la figura por la
cabeza es dificilísimo). Le preguntamos Fernando Barreda y yo: - 'Diganos algo de su vida
de pintor'. - 'Aténganse a las enciclopedias'. Acaso con una cita mínima figurase él en algu-
na, porque nadie le conocía como pintor; su vanidad alimentaba, daba fuerza a su ya deca-
dente vida" (Íd., id., pp. 82-83). No obstante el indulgente menosprecio con que Simón
Cabarga y Alvear valoran la capacidad artística de Fernández Carpio, lo cierto es que en sus
mejores tiempos -como queda ya expresado- fue artista cotizado y de fama Su aportación a
la Exposición Internacional de Bellas Artes celebrada en Santander en el verano de 1919 se
glosó con juicios como los siguientes: "unos cuadros de mucho empeño, representando uno
el Juramento de Su Majestad Alfonso XIII, prodigio de ejecución, en el que hay que aplau-
dir la constancia y la laboriosidad de su autor" (Fernando Segura. El Cantábrico, 22 de
Agosto de 1919); "La Jura de Alfonso XIII ante las Cortes tiene el valor de un documento
histórico. Viendo la otra mañana al Rey colocado ante un momento de su vida anterior, del
más decisivo momento, sentimos una extraña emoción. Frente a frente el Rey hombre del
Rey niño, el Rey que prometía y el Rey que ha cumplido. Iba repitiendo los nombres que
decían los rostros de los políticos de la Regencia. Muchos han muerto. Otros, ya viejos, asis-
ten a la renovación de España. Y pensamos ante la obra de Fernández Carpio que cuadros
como éstos deben conservarse en los edificios oficiales como esos tomos eruditos de histo-
ria en las bibliotecas para ser consultados cuando queramos reconstruir toda uma época,
seguros de que hablarán verídicamente" (José Francés. La Atalaya, 24 de Agosto de 1919);
"Carpio acierta en su empeño de perpetuar el recuerdo de personajes de un pasado no remo-
to" (Evaristo Rodríguez de Bedia. El Diario Montañés, 29 de Agosto de 1919). Cabe reite-
rar que el óleo El Juramento de S. M. el Rey Alfonso XIII (1,03 x 0,58 m.; hoy en Reinosa,
colección particular) no era nuevo, pues ya antes había figurado en la Nacional de Bellas
Artes de 1906 con el no 317. Precisamente en esa misma muestra dio a conocer el pintor
también una de sus obras más queridas, la titulada El autor y su hijo (1,50 x 0,60 m.), que
llevaba el no 316 (Catálogo Ojcial de la Exposición General de Bellas Artes de 1906.
Francisco Gutiérrez Diaz
Madrid, 1.906; pag. 31). Una fotografía en blanco y negro de la pintura regia fue publicada
por La Esfera en su no 300, lanzado a la calle el 27 de Septiembre de 1919. Carpio, que tam-
bién escribió en la prensa santanderina (1920-22) algunos artículos acerca de cuestiones
artísticas, fue quien, enterado de que los restos de Casimiro Sáinz -inhumados en el cemen-
terio de Carabanchel- iban a pasar a una fosa común, inició en El Cantúbrico la campaña
periodística que logró el traslado de aquéllos a Reinosa, con todos los honores. En mi libro
Mariano Pedrero, el ilustrador de Cantabria (Santander, 2006), en el que incluí una nota
sobre el pintor jienense, di por fecha de su muerte el año 1929, siguiendo lo que señala el
arriba citado Diccionario de pintores y escultores españoles del siglo XX. Sin embargo, he
podido comprobar que en realidad falleció el 26 de Diciembre de 1931 en su domicilio de
la cuesta del Hospital (por entonces, Segismundo Moret) no 3. Le sobrevivieron dos hijos,
Leopoldo y Antonio Fernández Boyet, casados respectivamente con Carnila Millán y
Dolores Jaraba, así como cinco nietos: Amalia, Ratael, Manolo, Leopoldo y Antonia. El
Cantábrico del día 27 incluía una necrológica en la cual, entre otras cosas, señalaba: "Con
profundo sentimiento hemos recibido la noticia del fallecimiento del célebre pintor andaluz,
residente en Santander, don Manuel Fernández Carpio, que gozaba de generales simpatías y
de la mayor estimación en los centros artísticos por la gran obra desarrollada durante toda
su vida". Del aprecio que sus cuadros siguen mereciendo es buena prueba el hecho de que
en los últimos años se han subastado varios, tanto en España como en el extranjero, por
cifras considerables: E l 18 de Octubre de 1994 se vendió Vista de Venecia; el 14 de Mayo
de 1997, El baile en la taberna; el 19 de Enero de 1999, El brindis; el 13 de Octubre siguien-
te, El mercado de esclavos; el 19 de Febrero de 2000, Acantilado de Santander; el 8 de
Octubre de 2002, La visita, pintada en 1895, etc.
(62) La Atalaya, 14 de Agosto de 1918.
(63) El Cantúbrico, 15 de Agosto de 1918.
(64) Íd., 23 de Julio de 1918. Copiado en La Montaña de La Habana, 14 de
Septiembre de 1918. El almacén de muebles La Equitativa, propiedad de D. Pablo Mata,
expuso con frecuencia pinturas de diversos autores montañeses.
(65) Íd., 13 de Octubre de 1918.
(66) Íd., 8 de Agosto de 1918.
(67) Íd., 10 de Agosto de 1918. Copiado en La Montaña de La Habana, 19 de
Octubre de 1918.
(68) Íd., 2 de Septiembre de 1918. Copiado en La Montaña de La Habana, 23 de
Noviembre de 1918.
(69) La Atalaya, 27 de Septiembre de 1918.
José Jackson Veyán: un gaditano que se sintió cántabro
En los últimos años, entre numerosas personas del gran público de Cantabria,
ha ido creciendo el interés por conocer cómo fue en realidad el estandarte romano,
que llevaba el nombre de "cántabro" y todo lo que se relaciona con su historia.
Algunos incluso han pretendido reconstruir tal enseña militar, para transformarla en
la bandera de la actual comunidad política y administrativa de Cantabria. Por eso,
creemos que puede ser útil presentar a los interesados en el tema una exposición de
lo que en realidad sabemos hoy de tal estandarte, de acuerdo con las fuentes histó-
ricas.
Es curioso comprobar que nuestras noticias sobre tal enseña militar no pro-
vienen, como en otros casos similares, de fuentes históricas relacionadas con la
milicia, ni, desde luego, con nada que se refiera directamente al ámbito de las cono-
cidas guerras cántabras. Los testimonios que acreditan la existencia del "cántabro"
(cantabrum) se encuentran, dentro de la literatura latina, en el mundo de los primi-
tivos escritos cristianos, concretamente en las obras de dos apologistas de finales
del siglo 11 d. C.
Se trata de Marco Minucio Félix y de Quinto Florens Tertuliano, ambos ori-
ginarios del norte de África, que florecieron en una época en que esta región del
imperio adquirió un protagonismo singular, por ser la cuna del nuevo linaje de los
emperadores llamados los Severos, cuyo fundador fue Septimio Severo, nacido el
146 d. C. en Leptis Magna (en el occidente de la actual Libia),y que fue emperador
entre los años 193 y 211 d. C. Las provincias de Numidia y África Proconsular lle-
garon a ser en aquellos tiempos unas de las más ricas y pobladas del imperio.
Joaquín González Echegaray
Minucio Félix
Minucio Félix fue un elegante escritor latino, sin duda el más conspicuo de
la literatura cristiana en los siglos 11 y 111. Apenas sabemos algo sobre su biografía,
salvo que debió ser originario de Numidia, en la actual Argelia. Por una alusión en
su obra, podría pensarse que nació en la ciudad de Cirta, importante colonia roma-
na, que corresponde a la actual Constantina. De aquí pasó a Roma, donde se distin-
guió en su profesión de abogado. Esto sucedía en el último tercio del siglo 11 d. C.
El personaje debió morir a principios del siglo 111 d. C. De él nos habla San
Jerónimo en su De viris illustribus, especie de catálogo de autores cristianos, escri-
to el año 392 d. C. Minucio Félix escribió, al parecer, un libro llamado De Fato
(Sobre el Hado), que no se conserva. Pero su obra conocida y a la que aquí nos refe-
rimos es el Dialogus Octavius. Se había conservado hasta la Edad Moderna for-
mando parte de la obra de Arnobio Adversus nationes (Contra los gentiles), com-
puesta de siete libros, como si se tratase del libro VI11 de la misma (1). Este último
autor, conocido como Arnobio el Viejo, fue un apologista cristiano de principios del
siglo IV, que compuso su obra durante la persecución religiosa de Diocleciano, y
era también norteafricano de Numidia, nacido en la ciudad de Sicca, en donde vivió
siendo allí profesor de Retórica.
El "Octavio" de Minucio Félix es una obra de carácter doctrinal, escrita en
forma de diálogo entre personajes reales, pero cuyo argumento debe atribuirse no
tanto a un intercambio real de opiniones entre las personas aludidas, cuanto a una
forma de expresar la doctrina profesada por el autor de la obra. Se trata de un géne-
ro literario común en el mundo greco-romano, desde los tiempos de Platón, y que,
dentro de la tradición latina, fue muy utilizado por Cicerón. En nuestro caso se trata
de presentar el pensamiento cristiano en el ambiente pagano de entonces, defen-
diendo las nuevas ideas religiosas frente a las insidias y calumnias que contra los
cristianos se habían difundido. Todo ello aparece realizado en un estilo elegante y
dentro de un alto nivel intelectual. Los interlocutores son el propio autor, un amigo
suyo cristiano llamado Octavio, y un pagano de nombre Cecilio. Los tres pasean
junto al mar, cerca del puerto de Ostia. Octavio representa el enfoque cristiano,
Cecilio el pensamiento pagano y Marco (el autor) hace de moderador en la contro-
versia, pero acaba inclinando la balanza a favor de Octavio, logrando que Cecilio
quede convencido de la verdad del cristianismo.
Acerca del llamado "Lábaro Cántabro"
Cruces etiam nec colimus, nec optamus. Vos plane qui ligneos
deos consecratis, cruces ligneas et deorum vestrorum partes forsitam
adoratis. Nam et signa ipsa et cantabra et vexilla castrorum, quid
aliud quam inauratae cruces sunt ornatae?. Tropaea vestra victricia,
non tantum simplicis crucis faciem, verum et affixi hominis imitantur
(Oct. xxzx,7). ( 2 )
tara del verdadero cantabrum, pues las primeras aludirían hipotéticamente al enton-
ces todavía reciente triunfo de Augusto en las guerras cántabras, y las segundas se
refieren a la victoria del ejército de Septimio Severo sobre los Partos, en el cual
había tropas procedentes del campamento de Lambesis, muy influido, como vere-
mos, por elementos militares de origen cántabro. Más representaciones de vexilla se
ven en el arco triunfal de Trajano en Benavento, en la columna de Antonio Pío en
Roma, y en los relieves de la época de Marco Aurelio insertos en el arco de
Constantino en Roma (11)
Del texto de Minucio Félix, que comentamos, se deduce que, además de los
vexilla comunes, había también otro estandarte de parecidas características, que lle-
vaba el nombre específico de cantabrum. Ambos, como todas las enseñas militares,
eran objeto de veneración religiosa y no solamente se miraban con respeto cuando
eran portados con toda solemnidad por el vexillarius en las paradas militares y pre-
sidían los actos religiosos de la tropa, sino que también dentro de los campamentos
se guardaban en una capilla o santuario (sacellum), situada en el edificio principal
(principia), donde tenía su sede el mando supremo del ejército. Las enseñas eran
objeto de cuidados especiales; se las ungía con aceite y se las adornaba con guir-
naldas. Pues bien, venerar a "vexilos" y "cántabros" suponía dar culto a una cruz,
según el apologista cristiano. Es evidente que la cruz la formaban el vástago y la
cruceta que soportaba el paño, tal y como se deduce de la frase analizada. Pero ha
habido quienes, forzando el texto, han querido traducir la palabra ornatae no como
"vestimentas" de la cruz dorada, es decir, el paño que cuelga de ella, sino como si
se tratara de que esta tela se hallara adornada con una cruz amarilla. No puede des-
cartarse por completo esta traducción, pero sencillamente la consideramos menos
probable.
De cualquier forma, habrá de convenirse que Minucio Félix, al citar el vexi-
llum y otro tipo especial de estandarte, el cantabrum, parecido a aquél, era conoce-
dor de los temas militares. Hay que decir que, en general, los romanos de su tiem-
po tenían en gran estima todo lo que se relacionaba con el ejército, admiraban a los
militares y conocían bien sus uniformes y distintivos (12). En el caso de Minucio se
daba la coincidencia de que procedía de una región de gran raigambre militar. Cirta,
su ciudad natal, estaba a menos de 100 kilómetros de Lambaesis, el famoso cam-
pamento fortificado de la Legión 111 Augusta, fundado por Trajano, y tenía mucho
contacto con dicho cuartel general, donde residía el gobernador de la provincia,
pese a que Cirta era la ciudad más importante. Pero, ni siquiera puede rechazarse
Joaquín González Echegaray
tacada a Lambaesis. A. García y Bellido estudió este tema (17) y opinaba que el
traslado de un destacamento de la Legión VI1 a Lambaesis durante el imperio de
Adriano (117-138 d. C.) estaba en relación con un ajuste de tropas, motivado por la
revuelta judía de Palestina (años 131-135 d. C.). Al parecer, ya en el año 126 d. C.,
en previsión de los hechos y tras las zozobras e inquietudes sufridas en los últimos
años de Trajano durante las revueltas judías en varias ciudades del oriente, se tomó
la decisión de que algunos contingentes de tropa de la Legión 111 Augusta fueran
enviados a Palestina (18), lo que había provocado un peligroso debilitamiento de la
guarnición de Lambaesis. Para solucionar el problema, se decidió desde Roma la
formación de un destacamento de la Legión VII, acampada en León, para que se
trasladara a Lambaesis. No sabemos cuántas unidades de esta legión fueron desta-
cadas a Numidia, pero la muerte allí de varios soldados dela Legión VII, atestigua-
da por sus lápidas funerarias (19), nos habla de que se trataba de un contingente
importante. Como hemos dicho, entre ellos había varios cántabros.
Pero este testimonio no es el único, ni siquiera el más importante para el tema
aquí abordado. El emperador Adriano, cuando estuvo en este campamento en el 128
d. C., dirigió a la tropa un comunicado militar (adlocutio), que se conserva en un
documento epigráfico (20), en el cual felicita a las unidades que tomaron parte en
las maniobras. En él se hace alusión expresa a la existencia en el ejército de
Lambaesis de un batallón de infantería montada de origen hispano (Cohors II
Hispanorum equitata), por lo que se refuerza aún más, y especialmente relacionán-
dolo con la caballería, la presencia de hispanos y posiblemente de cántabros en la
guarnición de Numidia. Pero todavía hay más.
En la adlocutio se habla expresamente de la caballería legionaria y se descri-
be una táctica militar que recibe el nombre de cantabricus densus, es decir, la "carga
cantábrica", que coincide con lo que con mucha más amplitud expone el escritor de
temas militares Flavio Arriano, amigo del propio emperador Adriano. Esta opera-
ción militar de caballería recibe aquí también el nombre de "carga cantábrica" (kan-
tabriké tis kalouméne epélasis) y "su denominación -dice- me parece que viene del
pueblo hispano de los Cántabros, pues de ellos la tomaron los romanos" (21). Un
poco más adelante se designa una táctica especial de ella con el nombre concreto de
"círculo cantábrico" (kantabrikós kyklos) (22).
Partiendo de los análisis militares de la operación realizados por el coronel
de caballería Lión Valderrábano (23) y por el especialista en temas militares roma-
nos M. Feugkre (24), es E. Peralta, quien presenta una lúcida exposición que nos
Joaquín González Echegaray
explica en qué consistía esta maniobra ecuestre (25), y a ella remitimos al lector
interesado.
Resulta, pues, que en el siglo 11 las tropas de la guarnición de Numidia y con-
cretamente las del cuartel general de Lambaesis estaban muy familiarizadas con las
costumbres militares hispanas y de modo especial con la táctica de la caballería cán-
tabra. Por tanto, la cita referente a un estandarte de caballería, llamado "cántabro",
se halla dentro de un contexto muy lógico viniendo de un autor romano procedente
precisamente de la propia comarca de Lambaesis.
Tertuliano
Quinto Septimio Florens Tertuliano nació en Cartago hacia el año 160 d. C.
Como Minucio Félix, ejerció la abogacía en la ciudad de Roma, sobresaliendo por
su cultura tanto literaria como jurídica. Parece que allí fue donde entró en contacto
con el cristianismo e ingresó en la iglesia, haciéndose bautizar. Hacia el 195 d. C.
volvió a su ciudad, Cartago, y, retirándose del foro, se dedicó en exclusiva a escri-
bir para defender al cristianismo de quienes lo atacaban desde ciertos ambientes cul-
tos paganos. Enfrascado en las ideas religiosas nuevas para él y, dado su tempera-
mento extremista, Tertuliano acabó rompiendo con la iglesia oficial y pasó a una
secta fundamentalista conocida como los montanistas, de la que llegó a ser el jefe
de una de sus facciones.
Como vemos, Tertuliano fue también, igual que Félix, un romano del norte
de África, en este caso de la provincia conocida con el nombre de África
Proconsular, de la que Numidia había formado parte hasta su por entonces reciente
separación. La provincia del África Proconsular viene a corresponder con algunas
pequeñas diferencias a lo que hoy es la nación de Túnez o Tunicia, abarcando tam-
bién la vecina Tripolitania de Libia, mientras que Numidia coincide ya con el orien-
te de Argelia, pues el occidente de esta nación actual correspondía a la provincia lla-
mada Mauritania Cesariense.
Las obras literarias de Tertuliano son muy numerosas y todas ellas escritas
con pasión, pero también con brillantez. Se conservan 31 títulos distintos, siempre
sobre temas de la religión cristiana. Desde el punto de vista apologético contra los
paganos destacan dos, una titulada "Para los gentiles" (Ad nationes) y la más famo-
sa llamada simplemente Apologeticum, que es un valiente alegato dirigido contra
los gobernadores romanos de todas las provincias del imperio, escrito el año 197 d.
C., siendo ya emperador Septimio Severo, originario de la misma provincia que el
Acerca del llamado "Lábaro Cántabro"
nes (354 epitafios). Resulta, pues, que al menos el 58 % de los soldados tenía ya
esposa de facto. También se ha podido establecer la tasa de fecundidad a juzgar por
la cita del número de hijos (29). El hecho de que el nacimiento de Tertuliano tuvie-
ra lugar en Cartago y no en Lambaesis no aclara gran cosa, pues su madre podría
ser de esa ciudad a donde habría ido a dar a luz en casa de su madre. Pero podría
suceder igualmente que, al licenciarse el centurión, se hubiera establecido en
Cartago donde le nació el hijo. De cualquier manera, Tertuliano, por su condición
social, por los conocimientos de que hace gala en sus obras y hasta por su carácter
autoritario y combativo, no podía negar su origen militar, a pesar de haber escrito
una obra antimilitarista, titulada De Corona, publicada el año 211 d. C.
Pues bien, en su obra "Para los gentiles" dice no resultar admisible que los
paganos o gentiles se rían de los cristianos por venerar el símbolo de la cruz, pues
tanto en los "cántabros" como en los "vexilos", que el ejército guarda con no poca
devoción religiosa, las telas colgantes de tales enseñas militares no son más que las
vestiduras de unas auténticas cruces:
"Pero adorais a las victorias, siendo así que en los trofeos las
cruces constituyen el armazón interior de los trofeos. Toda la religión
militar de los romanos consiste en venerar las enseñas, jura las enseñas
y pone las enseñas por delante de todos los dioses. Pues en las enseñas
todas las astas de las imágenes resultan adornos de las cruces. Las telas
aquellas de los vexilla y de los cantabra son los vestidos de unas cru-
ces. Alabo vuestra diligencia en no querer consagrar cruces desnudas
y sin adornos"
Como puede comprobarse, se trata aquí de una reproducción casi exacta del
párrafo perteneciente al libro antes comentado. En lo que a nuestro tema afecta, sólo
se ha trocado la expresión vestis por stola, que es una palabra aún más claramente
de origen griego, pero ambos nombres pueden considerarse como sinónimos en la
mayoría de los casos.
En relación con el texto de Minucio Félix las diferencias igualmente son muy
escasas, si bien el empleo de la terminología es algo diverso, pues Tertuliano utili-
za en sus obras la palabra siparum o sipharum, de origen griego, de acuerdo con un
estilo a veces helenizante -Tertuliano había estudiado muy bien el griego-, mientras
que Félix suele manejar un latín más puro, inspirado en la tradición ciceroniana.
Hemos de decir que Minucio Félix coincide también con Tertuliano en el dato de
que la cruz sea de color dorado. Por cierto, la palabra crucum, que aparece en el
texto, es un genitivo de plural latino de crux, que no sigue la forma irregular cru-
cium. Algunos comentaristas, como Holder y Peralta (32), admiten la posibilidad de
que deba interpretarse como una expresión germana, que significa "rojo". Sería una
aportación esclarecedora sobre la naturaleza del estandarte, pero, según pensamos,
no resulta admisible, ya que en tal caso queda sin sentido la frase. El argumento de
Tertuliano es que los romanos adoran la cruz sin ser conscientes de ello; pero, si se
omite la palabra "cruz", la frase diría simplemente que veneran un paño rojo, lo
Joaquín González Echegaray
cual, siendo cierto, no aporta nada al proceso argumenta1 de Tertuliano. Pero tam-
poco podría descartarse del todo que el texto primitivo, maltratado por las trans-
cripciones y ediciones de la obra, contuviera originariamente un juego de palabras
en las que se citaran ambas: crucum crucium, es decir, las rojas vestiduras de las
cruces.
No sólo el paralelismo entre las frases de Tertuliano y Minucio Félix, que
venimos analizando -por cierto, en Félix está explícita la palabra cruces, sin que
pueda dar origen a confusiones de ningún tipo-, sino toda una larga serie de argu-
mentos entre las obras apologéticas de ambos autores, han llamado la atención de
los críticos, hasta el punto de plantearse la posibilidad de que se pudiera establecer
una dependencia entre los dos autores. Algunos estudiosos creen que Tertuliano se
inspiró en Minucio Félix, y otros a la inversa. "Serias investigaciones (...) para esta-
blecer de modo definitivo la cuestión de la dependencia entre estos escritos, no han
conseguido hasta ahora, es necesario reconocerlo, dar una respuesta satisfactoria"
(33). Quede aquí, pues, planteada la cuestión, sin una solución clara, acerca de si,
en efecto, ha existido una relación entre ambos autores, por otra parte, práctica-
mente contemporáneos.
El Codex Theodosianus
Después de las citas de los autores africanos de finales del siglo 11 d. C., el
estandarte militar llamado cantabrum no vuelve a aparecer en la literatura, esfu-
mándose de las obras lo mismo de raíz cristiana, que en las de temas históricos o
militares, hasta el punto de que cabría conjeturar que la citada enseña de la milicia,
portada por algunas unidades romanas en aquella época, habría desaparecido de la
panoplia militar, a no ser por una extraña, pero reveladora mención, en la primera
mitad del siglo V: el Codex Theodosianus.
Se trata de un ambicioso documento de carácter jurídico, mandado redactar
por el emperador de oriente Teodosio 11 (401-450 d. C.), pero con la pretensión de
que tuviera vigencia tanto en oriente como en occidente, donde era entonces empe-
rador su colega y pariente Valentiniano 111 (425-455 d. C.). Fue promulgado entre
el 435 y el 438, e intentaba recopilar la legislación imperial desde los tiempos de
Constantino. Al tratar de los derechos y prelaciones de algunos colegios profesio-
nales, se habla de los abanderados o portadores de enseñas militares, que sin duda
concurrían o desfilaban en algunas ceremonias imperiales. Habla expresamente de
los "signíferos y cantabrarios", que aparecen citados entre otros heterogéneos ofi-
Acerca del llamado "Lábaro Cántabro "
Bremenium. Como es bien sabido, en los tiempos del emperador Adriano, ante la
necesidad de reforzar la frontera entre la Britania romana y el país de los Pictos en
la actual Escocia, se acometió la formidable obra de levantar una gran muralla de
piedra que iba desde el Mar del Norte hasta el Mar de Irlanda, aprovechando que la
isla de Gran Bretaña se estrecha notablemente a la altura de la actual ciudad de New
Castle upon Tyne. La gran línea defensiva, que tenía una longitud de 117 kilóme-
tros, fue levantada entre los años 122 y 126 d. C. y consistía, además del muro, en
un complejo de estructuras que incluía empalizadas, fosos y fortalezas. La obra se
hallaba enmarcada dentro del gran proyecto de Adriano para todo el imperio: atrin-
cherarse fuertemente en las fronteras ya establecidas y no ampliar las conquistas, en
contra de lo que había pretendido su antecesor Trajano.
En los tiempos del emperador Antonino Pío (138- 161 d. C.) se construyó un
nuevo muro más al norte, ya en territorio picto, aprovechando el estrechamiento de
la isla a la altura de las actuales ciudades de Edimburgo y Glasgow. Esta defensa,
mucho más débil que la de Adriano tuvo al fin que ser abandonada. Ello obligó al
emperador Septimio Severo (193-211 d. C.) a desplazarse a Britania para combatir
a los pictos en su país, reconstruir con un criterio más realista lo que fue el viejo
muro de Adriano y limitarse en el futuro a tomar una serie de medidas estratégicas
con el ejército de la frontera. Allí le sorprendió la muerte, cuando emprendía una
operación de castigo en Escocia.
Sus sucesores establecieron un peculiar sistema de defensa, que consistía en
apoyarse en la muralla de Adriano, pero a la vez situar puestos aislados al norte de
ella, a los que se enviaba patrullas militares para vigilar y controlar el territorio. Uno
de estos campamentos fortificados era el de Bremenium, al que se destinó una limi-
tada fuerza militar, en la que figuraba una cohorte auxiliar llamada Cohors Fida
Vardulorum, la cual dejó en aquellos años de la primera Atad del siglo 111una serie
variada de inscripciones (35). Llama la atención el hecho de que destaquen algunas
aras dedicadas a los númenes sagrados del batallón, que eran su genio protector y
su propia enseña militar, considerados como pertenecientes al mundo de las divini-
dades. La cohorte de infantería era, sin embargo, equitata, es decir, que contaba con
una amplia sección "montada", la cual probablemente llevaba también su propia
enseña militar. Una de estas aras, además de los adornos simbólicos de esvásticas y
medialunas, lleva lo que parece ser una representación del estandarte, la cual pre-
senta el dibujo de un aspa o "x". El tema coincide con el de uno de los vexilla halla-
dos en Egipto, así como con el que aparece representado en una moneda que con-
Acerca del llamado "Lábaro Cántabro"
el signum sería la enseña militar, que recibirá el nombre de lábaro, y sobre cuya asta
figuraba el anagrama XP (45), superpuestas ambas letras.
La tercera fuente, como hemos dicho, consiste en la "Vida de Constantino",
y es la más explícita sobre la naturaleza del lábaro. En ella se habla, primero, de una
visión de la cruz sobre el cielo; después, del sueño revelador durante la noche; y
finalmente de la decisión imperial de convocar aquella misma mañana a los orfe-
b r e ~para que elaboraran una pieza metálica consistente en el monograma de Cristo,
ahora ya bien descrito e interpretado como una "ji" (X) y una "rho"(P), el cual, suje-
to al estandarte imperial, constituía el remate de la cruz natural formada por el asta
y la antena transversal, de la que pendía el lienzo (VC 1, 28-31). En este último no
se dice que figurara símbolo cristiano alguno, sino el nombre del emperador y sus
hijos. Se trata, pues, del verdadero lábaro, aunque su específico nombre no figure
en el texto y tengamos que esperar unos cuantos años a que tal denominación apa-
rezca en la literatura latina y griega del siglo IV. Es también interesante comprobar
que Eusebio hace aquí una alusión al hecho de que, algún tiempo después,
Constantino hizo reproducir el crismón sobre su propio casco militar. Así lo vemos
representado en una medalla de plata procedente de Pavía, conservada en el Museo
de Munich. (46)
Se ha discutido entre los estudiosos sobre la etimología del nombre "lábaro",
que algunos creen de origen germánico o tal vez galo. Pero no faltan quienes le dan
un origen latino, y hasta hispano, fundados ya en el paralelismo entre el "cántabro"
y el "lábaro", buscando incluso su etimología en el euskera.
De todo lo dicho no se deduce más que el lábaro era probablemente una deri-
vación del tradicional vexillum del dux del ejército. No parece que tenga que ver con
el vexillum propio de la caballería, dentro del cual el cantabrum debía ser un tipo
específico. El hecho de que el vástago de todos los estandartes militares tenga nece-
sariamente la forma de cruz, es algo que afecta también al labarum y quizás en este
caso con algún sentido simbólico; pero lo característico del estandarte o enseña
constantiniana era el hecho de que el asta vertical remataba con una figura metáli-
ca consistente en el crismón, es decir, el monograma del nombre de Cristo. Este últi-
mo, que puede también interpretarse como una alusión a la cruz, por su forma,
representa propiamente las letras iniciales en griego de la palabra XPISTOS. Es
dudoso si ha existido alguna relación entre la "ji" (X) y el hecho de que en algunos
de los antiguos vexilla estuviera representada un aspa sobre el lienzo. De hecho sí
se da, como hemos visto, algún caso aislado en que en la propia tela del lábaro apa-
Joaquín González Echegaray
tos tienen desautorizada la fée de muchas historias, aún en lo que refieren verdade-
ro". (53)
Recientemente en algunos medios culturales y políticos de la actual región de
Cantabria se ha tratado de hacer resurgir la antigua enseña militar, objeto de este
estudio, promocionándola como una posible bandera de la comunidad. Se la ha
dado el nombre de "El Láburu" y se ha reconstruido como un lienzo alargado de
color rojizo, que lleva impreso en dorado el tema central de la estela de Barros, con-
sistente en cuatro crecientes lunares dispuestos de tal forma que sugieren la idea de
un aspa. Se trata de una creación nueva, de la que sólo puede decirse que se halla
vagamente sugerida por algunos de los elementos históricos de que aquí hemos
hablado. Otro tema distinto es, si la adopción de tal bandera para sustituir a la
actual, está justificada política e históricamente, lo que cae fuera del objeto del pre-
sente estudio. Aunque dicho de paso, nuestra particular opinión es negativa.
Tras esta extensa exposición, hemos de lamentar el no haber podido llegar a
una conclusión definitiva sobre lo que era en sí el cantabrum y cuál su descripción
formal, y, sobre todo, si el cántabro fue el predecesor del lábaro o si nada tuvo que
ver con él. Por eso creemos que, como resumen, sigue vigente el mismo dictamen
que sobre el tema dimos hace ya muchos años: "A través de la caballería cántabra
pasó al ejército romano una enseña, un estandarte llamado cántabro. La cita la
debemos a Minucio Félix y a Tertuliano, y por el Codex Theodosianus sabemos que
el portador de dicha enseña llevaba el nombre de cantabrarius. No pueden dedu-
cirse demasiados datos de las citas aludidas, y lo único que podemos asegurar es
que dicho estandarte era conocido en el ejército en el siglo 11, y que se trataba de un
paño colgado sobre un asta en forma de cruz al estilo del vexillum y más tarde del
labarum". (54)
Acerca del llamado "Lábaro Cántabro"
NOTAS
Para ver la monumental cabeza de Constantino, puede consultarse BIANCHI, R., Elfin del
arte antiguo, (cit.), p. 74.
(46) BIANCHI BANDINELLI, R., Roma. Elfin del arte antiguo, (cit.), p. 29.
(47) QUINTANA, G., Antigüedad y Nobleza de Madrid, Madrid 1629, p. 21.
(48) UROLABEITIA, A., "El Lauburu", Cien vascos de proyección universal, La
Gran Biblioteca Vasca, Bilbao 1981, pp. 641-672.
(49) COSS~OY CELIS, P., Historia en dedicatoria, grandeza y elogios de la muy
valerosa provincia y xamás vencida Cantabria, nombrada hoy Montañas Bajas de Burgos
y Asturias de Santillana, Madrid 1688.
(50) SOTA, F., Crónica de los Príncipes de Asturias y Cantabria, Madrid 1681.
(51) LARRAMENDI, Manuel de, Discurso histórico sobre la antigua famosa
Cantabria, Juan de Zúñiga, Madrid 1736, pp. 30-31.
(52) FLOREZ, H., La Cantabria, 3" edic., Madrid 1877, p. 136.
(53) MART~NEZMAZAS, J., Memorias de la Iglesia y Obispado de Santander, Ed.
Besaya, Santander 2002, pp. 77-78.
(54) GONZÁLEZ ECHEGARAY, J., Los Cántabros, 5" edic., Estudio, Santander
2004, p. 237. A continuación del párrafo citado en el texto, sigue esta frase: "Debía tener
algún emblema especial y tenía una cenefa adornada de cruces". Estas últimas palabras,
escritas en 1966 y no omitidas en las ediciones posteriores de la obra, difícilmente podrían
ser hoy suscritas por nosotros.
Joaquín González Echegaray
Vexillum del comandante en jefe de la Legión 11Augusta en una escena de sacrificio ritual.
Relieve procedente de la muralla de Antonino Pio en Escocia.
National Museum of Antiquities, Edimburgo.
Acerca del llamado "Lábaro Cántabro"
Moneda de Adriano, que conmemora una adlocutio del emperador a sus tropas.
Joaquín González Echegaray
namiento anterior y adecuarse a los nuevos tiempos democráticos. Por otro lado, se
pretendía evitar la formación de parcelas de poder y de presión dentro de la misma
Institución, hasta entonces bastante frecuentes y radicalizadas hasta el punto de
pasar por alto en ocasiones los mandatos y prerrogativas de la Diputación
Provincial.
La decisión de cambiar los estatutos no llegó a contar con el Consejo Rector
de la I.C.C., por lo que algunos miembros de la misma se consideraron discrimina-
dos. El enfrentamiento entre los diferentes clanes y grupos de consejeros determina
que un sector de ellos se acogiera a un antiguo y controvertido artículo de los esta-
tutos y presentaran un recurso contencioso-administrativo contra la decisión de la
Diputación. Retirado el recurso finalmente por sus propios promotores, se convoca
al Consejo general de la Institución al objeto de elegir nuevo presidente, en sustitu-
ción del dimitido Ignacio Aguilera. Tras la presentación en 1977 de una terna de
candidatos al pleno de la Diputación por parte del Consejo Rector de la I.C.C., la
propuesta no llegó a ser aprobada debido a las fuertes y acaloradas discusiones en
el pleno, y la elección quedó suspendida "sine die". Todos los intentos de media-
ción y de gestión provisional resultaron al cabo infructuosos debido a los enfrenta-
mientos ideológicos y a la imposibilidad de llegar a acuerdos de base y de consen-
so, tanto en la Diputación como en el seno de la Institución. El Consejo Rector de
la I.C.C. se reúne por última vez en otoño de 1977 y desde ese momento será un
secretario general quien se encargue de llevar a cabo una gestión provisional, sobre
todo a efectos de los proyectos editoriales y de publicaciones. Tales proyectos, por
cierto, estaban fuertemente condicionados por unos exiguos presupuestos, que ni
siquiera en 1980 rebasan los diez millones de pesetas. Además, la mala gestión y
distribución de los libros publicados hace que se vaya acumulando un ingente depó-
sito bibliográfico, cuyo valor en pesetas se cifraba en 1983 en cerca de sesenta
millones.
Precisamente hasta 1983, esta vez ya bajo la administración autonómica, la
I.C.C. se mantuvo sumida en una profunda crisis de organización y de gestión, en
la que no faltaron los enfrentamientos personales y las tensiones entre grupos ideo-
lógicos casi irreconciliables (2). Desde luego, ningún otro asunto de la época con-
siguió levantar en la opinión pública tanta polémica y tantas manifestaciones de uno
y otro signo. (3)
Independientemente de lo que pueda haber sido un motivo para el enfrenta-
miento personal o para el choque dialéctico de grupos ideológicos más o menos
Cultura y política durante la Transición; la crisis en la Institución
Cultural de Cantabria (1977-1983)
contrapuestos, lo cierto es que esta crisis puso en evidencia ante la opinión pública
los males estructurales que afectaban en ese momento a la política oficial en mate-
ria de divulgación y creación cultural. Pero, por otro lado, el hecho de que fuera
prácticamente todo el espectro político y cultural de la sociedad cántabra el que
tuviera ocasión de manifestarse en una u otra dirección, resulta una muestra de la
extraordinaria importancia que se concedía a la cultura como elemento vertebrador
del futuro Estado autonómico y democrático. Desde luego, a pocas personas se les
escapaba que la cuestión de fondo no se circunscribía solamente a una mera crisis
de gestión o de organización cultural, sino a una posible instrumentalización parti-
dista o sectaria de la actividad cultural a través de las instituciones públicas. Así lo
expresaba Juan González Bedoya a mediados de 1978:
(-1
Desde aquí y ahora manifestamos que esta labor apenas puede
ser emprendida o continuada cuando la dirección y financiación de
nuestra cultura está diluida en diversas entidades y dependencias y en
manos de personas que pretenden sentirse portavoces de los intereses
culturales de una comunidad y realmente no son más que censores
incapacitados por su trayectoria, dominadores y dominados por las
armas de las trabas burocráticas, llenos de buenas palabras, enojados
o paternalistas y ante todo deseosos de continuar en sus sillones o ins-
talarse en otros más altos eludiendo o evitando lo que les suponga el
esfuerzo de canalizar demandas y exigencias de la colectividad.
De otra parte, a nadie le escapa que otro importante sector de
nuestra vida cultural está sufragado por instituciones capitalistas que
a lo largo de los últimos cuarenta años, y salvo contadas excepciones,
entendieron su labor de mecenazgo evidentemente en mayor o menor
grado elitista, como manera de paliar con otra imagen pública el ama-
samiento más o menos irregular de sus fortunas o simplemente el
modo más elegante de eludir y en todo caso rebajar parte de su obli-
gada participación fiscal. ( 8 )
Nada podían potenciar, porque nada tenían. Ello trajo como conse-
cuencia el que en un deseo de asirse a algo propio, se apoyaran inten-
tos culturales de los que trataban de decir algo, no cuestionándose
cómo lo decían o si realmente lo decían.
El resultado fue la aparición de una serie de productos cultura-
les -que se fueron mitificando- mantenidos artificiosamente -unos por
su significado o lucha política, otros por necesidad (no había poetas,
pintores...)- sin llegar a ese umbral objetivo exigible al medio de
expresión elegido. Surgieron los subproductos culturales, válidos
como afirmación político-cultural en un momento dado, pero históri-
camente superados por su verdadera aportación.
En Cantabria ha pasado un poco de estas dos cosas. Primero ha
sido una región marginal que ha comenzado su identificación cultural
con retraso respecto a otras. Por otro lado, en segundo lugar, a la
sombra de lo regional han aparecido falsos resultados que han sido
oficializados, confundiendo al espectador-lector. Aprovechando la
actitud de "conocer lo nuestro", se han hecho oji-ecimientos cultura-
les -por vía personal u oficial- que nada tenían que ver en verdad con
el medio de expresión utilizado. (Los medios de expresión requieren un
lenguaje que hay que conocer; el poeta de Cantabria tiene que ser pri-
mero poeta; el plástico que se siente cántabro, tiene que ser primero
pintor, etc ...). ( 9 )
Con este tipo de precedentes, se puede comprender mejor el recelo y las pre-
venciones de un sector de artistas y creadores cántabros en materia de cultura autóc-
tona y regional. Mantener una clara diferenciación entre las verdaderas señas de
identidad regionales y todo lo que eran manifestaciones espurias o impostadas se
convierte en una tarea primordial y no siempre fácil para cualquier artista de fina-
les de los setenta. En este sentido, conviene señalar que esa tarea de delimitación y
desbroce de campos en la acción cultural se ha producido ya antes de 1975, aunque
desde una manera mucho más subrepticia y sin apenas relieve en los círculos cul-
turales oficiales de la época. El homenaje a Manuel Llano en octubre de 1970, por
ejemplo, puede considerarse como uno de los momentos iniciales en esa toma de
conciencia en torno a la recuperación de los valores de la cultura autóctona. Nunca
hasta entonces -durante la dictadura franquista-, han tenido ocasión de coincidir en
Cultura y p6lítica durante la Transición; la crisis en la Institución
Cultural de Cantabria (1977-1983)
Cantabria tantas gentes anónimas y tantos profesionales, intelectuales y artistas de
las más diferentes tendencias e ideologías.
Por otro lado, también es evidente que nos encontramos ante una situación
que responde a una coyuntura muy determinada y a un momento de movilización
social en el que se intentan conjugar todas las modalidades de reivindicación posi-
bles. A finales de los años setenta ya se advierten algunos síntomas de interferen-
c i a ~por parte del estamento político, y sobre todo comienzan a evidenciarse algu-
nas preocupantes consecuencias en el panorama cultural cántabro del momento. La
cuestión de fondo estriba en una nueva reformulación de la función y el sentido del
hecho cultural sobre todo en su relación con la acción política, y sin que ello supon-
ga un alejamiento de las demandas sociales y populares. Desde el punto de vista
personal del artista o escritor, esta situación está comenzando a derivar hacia una
toma de posiciones cada vez más alejadas de la realidad social.
Luis Alberto Salcines, una vez más y con su habitual claridad para el análisis
de la realidad sociocultural de la región, dejó firmados en la prensa local algunos
artículos que exponen de manera meridiana lo que acabamos de señalar:
lar, cada uno por su cuenta, en casa. Y como consecuencia, los actos
culturales se quedaron solos.
L.../
¿Hasta que punto son válidos o decadentes los modos que se
consideraban hasta ahora para participar en la cultura? ¿No será
necesario replantearse las formas al uso de ofrecimientos culturales?
(10)
Por todo ello, es un hecho evidente que la inseguridad y la crisis que se gene-
ran en las instituciones políticas, y la misma diversidad de tendencias y actitudes
críticas en torno a la virtualidad y proyección del arte y la cultura, se convierten en
un lugar común entre los artistas y creadores cántabros a fines de los setenta. Sólo
a partir de 1984, cuando se da por zanjada la Transición política, comienza a vis-
lumbrarse una nueva etapa y un nuevo orden e n las complicadas relaciones entre
cultura y política en Cantabria.
(1) Salvador Giner, refiriéndose a la realidad cultural española, señala como rasgos
identificativos más característicos de la época postfranquista la "euforia democrática"
(1976-1978), el "Desencanto" (1979-1982), y considera de "Gran Sensatez Posibilista" el
período que se abre a partir de 1983 (en VV.Aa., "Ya no vuelve el español donde solía", Las
Nuevas Letras, 3 / 4, 1985, pp. 10-16.).
(2) En la prensa de la época han quedado registradas numerosas muestras del grado
de crispación y de tensión que se vivió en el seno de la I.C.C. Para la ocasión no se ahorra-
ron ni descalificaciones personales ni sospechas a la honradez de los consejeros: "Pista de
zancadillas, marginaciones y hasta amenazas; grupos que nacieron entre abrazos y zancadi-
llas por la espalda" (Pereda de la Reguera, Hoja del Lunes, Santander, 10-X-1977, p. 7 );
"Nepotismo, personalismo, zorrería y puntillismo cohartador de iniciativas" (Pérez
Bustamante, Hoja del Lunes, Santander, 93-111- 1981,p. 7).
(3) Entre la variedad de artículos aparecidos en la prensa regional, citaré de la Hoja
del Lunes de Santander aquellas ediciones que contengan puntos de vista y perspectivas de
análisis diferenciados o polémicas. Así la entrevista a Leandro Valle, presidente de la
Diputación Provincial: 3-X-1977; el Manifiesto firmado por Manuel Pereda de la Reguera,
Presidente del Ateneo de Santander: 10-IX-1977; los Manifiestos de partidos políticos: 10-
X-1977, 17-X-1977; el Manifiesto firmado por los "Jóvenes de la Institución Cultural de
CantabriaW:3 1-X-1977. Igualmente, la segunda entrevista a Leandro Valle: 3-VII-1978; Juan
González Bedoya, "La institución de la discordia": 3-VII-1978; "Política editorial" de la
I.C.C.: 17-X-1977, 7-XI-1978, 10-VII-1978; "La Diputación carece de política cultural":
Julio Díaz
19-XI-1979. También resultan interesantes los informes sucesivos firmados por Víctor
Gijón bajo el título de ''¿Qué hacer con la cultura en Cantabria?": 2-11-1981, 9-11-1981, 16-
11-1981, 2-111-1981; Opiniones de representantes culturales: 9-111-1981; Opiniones de líde-
res políticos comprometidos con la cultura: 16-111-1981; Entrevista a José Antonio
Rodríguez, presidente de la Diputación Provincial: 30-111-1981.
(4) GONZÁLEZ BEDOYA, J.: "La institución de la discordia", Hoja del Lunes,
Santander, 3 de julio de 1978, p.13.
(5) VALLE, L. (entrevista), Hoja del Lunes, Santander, 3 de julio de 1978, p. 13.
(6) PÉREZ BUSTAMANTE, R. (entrevista): Hoja del Lunes, Santander, 9 de marzo
de 1981, p. 7.
(7) Uno de los casos más aireados en ese momento fue la crisis en la gestión y orga-
nización de los Festivales de Verano de Santander. Una vez transferidas las competencias a
la administración local y regional, éstas se ven desbordadas técnicamente en su empeño de
llevar a cabo la organización de la edición de 1979, de modo que se llega a l o de julio de
ese año sin programación, sin presupuesto y sin director de Festivales. En última instancia,
y tras múltiples gestiones y otras tantas desavenencias entre ambas administraciones, es el
propio Delegado Provincial de Cultura quien improvisa una programación de urgencia para
conseguir levantar el telón el 1" de agosto (Vid. "La transición, a punto de terminar con el
festival de la Porticada", Hoja del Lunes, 30 de julio de 1979, p. 16). En relación a la
U.I.M.P., los problemas y tensiones -aparte de las críticas y recelos que suscita en un sector
de artistas e intelectuales el tipo de gestión y la falta de transparencia democrática- provie-
nen de la escasez de recursos y la falta de consolidación como organismo autónomo. En
1980, los 50 millones de déficit en la financiación de actividades y cursos se cubren entre la
Universidad de Cantabria, las aportaciones de empresas particulares, el Ministerio de
Cultura y diversas entidades bancarias (Vid. "La Universidad Internacional todavía tiene
problemas de presupuesto", Hoja del Lunes, Santander, 18 de agosto de 1980, u. p.).
(8) PÉREZ BUSTAMANTE, R.: "Prólogo"; en Fernando Gomarín, Esbozo para una
alternativa cultural, Santander, 1977, pp. 15-16.
(9) SALCINES, L. A., Poetas de Cantabria hoy, Torrelavega, Ed. Tantín, Santander,
1997, p. 1.
(10) " S A R R U J ~ " (Luis A. Salcines), El Diario Montañés, Santander, 27 de mayo
de 1978, p. 16.
(11) "M." (Mauro Muriedas), "La cultura no debe estar limitada por el grupo que
tenga el poder", El Diario Montañés, Santander, 27 de enero de 1979, p. 27.
MANUEL ARCE: ANTOLOG~APOÉTZCA
(1947-1954)
JUAN ANTONIO GONZÁLEZ F U E N TE S
Centro de Estudios Montañeses
(El texto que a continuación se ofrece, es el que el autor leyó el día 25 de junio de
2008, en una de las salas del Centro Cultual CASYC de Caja Cantabria, como presentación
de su edición del libro de Manuel Arce Antología (1947-1954),editadopor el sello barcelo-
nés Icaria (2008), gracias a una ayuda a la edición de la Fundación Gerardo Diego).
me refiero. Es decir, los poetas y escritores, los creadores literarios del llamado
medio siglo santanderino, los que comenzaron a escribir, a trabajar, a soñar, en
plena posguerra, en aquellos años duros, fríos y grises que hoy sentimos tan leja-
nos, tan lejanos, como la antiquísima batalla de las Termópilas.
Desde que ya hace más de diez años la Universidad de Cantabria me encar-
gase trabajar sobre la obra de José Luís Hidalgo, la querencia aquí confesada se ha
materializado, de mejor o peor manera, en diversos trabajos (antologías, ediciones,
breves ensayos, bibliografías...) sobre poetas y literatos que presentan plenamente
las características ya mencionadas. Hablo de José Luis Hidalgo, Carlos Salomón,
Rodríguez Alcalde, Ricardo Gullón, Alejandro Gago, José Hierro o Manuel Arce.
De los autores aquí citados, es sin duda el protagonista de esta tarde, Manuel
Arce, el que a todas luces presenta una mayor importancia en la vida cultural y artís-
tica de Santander y Cantabria a lo largo de los últimos sesenta años, pues en él se
unen la faceta de creador con la palabra (poeta y novelista) y la de impulsor esen-
cial de empresas culturales de indudable calado, no sólo en el ámbito local y regio-
nal, sino también en el nacional. Me refiero, como saben la mayoría de ustedes, a la
revista La isla de los ratones (recientemente editada completa por la editorial Visor
en forma de facsímil), a la colección de libros de igual nombre, a la librería y gale-
ría de arte Sur (referencia inexcusable en el panorama artístico español desde su cre-
ación hasta su cierre), al impulso y ayuda a los más jóvenes escritores a través de
los Premios Literarios del Consejo Social de la Universidad de Cantabria que él
creó, y que ya han sido impulso sustancial para muchos poetas y narradores de la
región, etc, etc...
Aquí tenemos un nuevo libro de este personaje clave en la sociedad y en la
cultura de Cantabria del siglo XX, a él voy a referirme a continuación en mi condi-
ción de historiador y poeta y de amigo con unas palabras que han sido meditadas y
escritas no pensando quizá en la mayoría de ustedes (muchos cercanos a Arce y
sabedores de sus trabajos), sino en el lector desconocido de cualquier rincón de
España o del mundo que, por vez primera, descubre a Manuel Arce y descubre su
poesía.
La intención última de esta antología, bien lo saben el autor y sus impulso-
res, Pureza Canelo y Jesús Ortiz, no ha sido descubrir, analizar, enjuiciar, calificar
una poesía.. ., sino ponerla de nuevo en circulación, posibilitar que nuevas genera-
ciones de lectores se acerquen a ella y la conozcan. Allá vamos:
Manuel Arce: antología poética 1947-1954
(hojas de poesía)
VISOR LIBROS
Manuel Arce: antología poética 1947-1 954
JOHN CRIGPIN
OXFORD Y CAMBR1DG.E
MADRID
LA RESIDENCIA DE ESTUDIANTES
/ 1910 - 1936 /
Y SU ENTORNO CULTURAL
PUBLICACIONES
LA ISLA DE LOS RATONES
SANTANDER, 1981
cubierta de uno de los últimos libros editados por Arce en sucolección La isla de los ratones.
Juan Antonio González Fuentes
Iturrino, Solana, Gordillo, Luis Muñoz, Menchu Gal, Amalia Avia... Es decir, fun-
damentalmente parte de lo mejor del arte español concebido en las primeras siete
décadas del siglo XX.
Los textos de los catálogos o los programas de las exposiciones fueron escri-
tos con frecuencia o bien por el propio Manuel Arce o algunos de sus compañeros
"santanderinos" (Maruri, Alejandro Gago, Rodríguez Alcalde, Gerardo Diego,
Gullón, Hierro.. .), o bien por críticos, poetas y escritores del resto del país como
Santiago Amón, Corredor Matheos, Eugenio D'Ors, Gaya Nuño, Camilo José Cela,
José Miguel Ullán, Dionisio Ridruejo, Cirlot, Camón Aznar, Castellet, Gabriel
Ferrater, Lafuente Ferrari, Ángel Crespo, Chueca Goitia, Miguel Logroño, Laín
Entralgo, Luis Rosales.. ., varios asiduos en su momento a las páginas de La Isla de
los Ratones o a las de los libros de la colección del mismo nombre.
Pero lo que a la altura de estas líneas me interesa subrayar es que Manuel
Arce, a sus treinta años de edad, en 1958, con una trayectoria poética reseñable y
en aparente proceso de crecimiento y consolidación, decidió dejar de escribir poe-
sía, o al menos decidió dejar de publicarla, dando así paso a la desaparición, a la
muerte del poeta, eclipsado ya entonces por el Arce novelista, galerista y agente cul-
tural. El hecho vino a coincidir en el tiempo con la aparición de la Antología poéti-
ca 1948-1958, libro que a la luz de los acontecimientos casi debemos entender
como una despedida de la escritura poética por parte del poeta. Una despedida cons-
ciente y en toda regla.
¿Qué impulsó al joven a no volver a publicar nunca más hasta la fecha un
nuevo libro de versos nuevos? Esta pregunta no ha tenido jamás, que yo sepa, una
respuesta cerrada y concluyente del autor. Al respecto sólo podemos manejar unos
pocos datos irrebatibles. En realidad la despedida se produjo en 1954, año de publi-
cación del último título nuevo del poeta, Biografia de un desconocido, en la presti-
giosa colección Adonais. Al año siguiente, 1955, la revista La Isla de los Ratones
concluyó su andadura cuando, en palabras del propio Arce, dejó de ser "un juego
alegre y divertido". Me resisto a creer que los dos hechos no tuvieran relación algu-
na entre sí, y su coincidencia en el tiempo se debiese sólo a una mera casualidad.
Parece evidente que los esfuerzos y la dedicación que exigió desde un prin-
cipio la puesta en marcha y consolidación de Sur algo debió influir también en la
decisión. Y más evidente todavía es el hecho de que a partir del año 56 Manuel Arce
comenzase una sólida carrera como novelista que le ha llevado a dar a la imprenta
hasta siete novelas en medio siglo de escritura. El novelista y el galerista de arte no
Manuel Arce: antología poética 1947-1954
dejaron espacio en la vida de Arce para el crecimiento y desarrollo del poeta. Pero
me arriesgo a aventurar además otro motivo de índole a la vez estética y biográfi-
ca. Creo que a partir de la segunda mitad de los años 50 del pasado siglo, cuando
España se encaminaba con decisión hacia los avatares del desarrollismo y sus diver-
sas consecuencias, el poeta Arce comenzó a ser un extraño, un desconocido para el
Arce hombre y novelista, y que el esfuerzo de seguir avanzando en la biografía poé-
tica de un desconocido, no le resultó a Arce tarea ni fácil ni apetecible en la nueva
fase de su vida que estaba dando comienzo. Sencillamente el joven poeta de un mar-
cado "existencialismo intimista e individualista" fue dejando de respirar, de ser una
realidad para diluirse poco a poco en un creador embarcado en un claro compromi-
so sociopolítico que encontró mayores y mejores posibilidades expresivas en la
fuerza intelectual y estética de la prosa. El poeta de inquietudes éticas y humanistas
que, partiendo siempre de un posicionamiento existencialista, había logrado avan-
zar desde una poética entregada a la sencilla y triste angustia melancólica, hacia otra
poética sustentada en la esperanza, en el amor y en la solidaridad y libertad indivi-
dual del hombre como protagonista colectivo de su destino, dejó paulatinamente
paso expedito a un uso distinto de la palabra creadora como depositaria de verdad
y de fuerza reveladora.
En torno a 1955 un cierto mundo santanderino y español había llegado a su
término, un mundo que había surgido de la guerra civil y el posterior aislacionismo
autárquico, grisura más grisura y pobreza y miseria de circunstancias enraizadas. El
joven poeta Manuel Arce dejó escrita en versos con perfume existencialista y
melancólico, con palabras sencillas y de ritmo libre, la personal crónica de su vida
y la de buena parte de su generación en aquel periodo y circunstancias, en aquel
concreto espacio físico y moral, ético y estético que le tocó en suerte como geogra-
fía de su primera juventud.
En trance de desaparecer el escenario global de su poesía, creo que Arce optó
por no ser una sombra más entre las sombras. Situado ante la decisión de transfigu-
rar o reinventar su escritura poética u optar por la aventura narrativa, más ajustada
además a sus nuevas necesidades expresivas en torno a lo social y político, el autor
dejó que el poeta sucumbiera a las circunstancias y se transfiguró con empuje en
novelista. En definitiva, el poeta Manuel Arce desapareció de la escena una vez
cumplido su destino, contar en verso la juventud de una España muy determinada.
Además estaban los altos mandos de las otras armadas; pero no consta entre
ellos ningún montañés. La única duda que nos queda es saber si el Hurtado
Mendoza, que mandaba una de las divisiones de la "Invencible", pertenecía a la
rama de este apellido originaria de Castro Urdiales, o más probablemente, a la de
Cañete, en Cuenca. En nuestra modesta búsqueda no hemos logrado encontrar la
filiación exacta de ese Hurtado de Mendoza, de nombre Antonio. Igualmente faltan
nombres de estirpe montañesa (hoy diríamos cántabra) entre los mandos que capi-
taneaban los Tercios y las Compañías de soldados que transportaba la Armada para
las operaciones de abordaje y desembarco que se tenían previstas.(4)
Desafortunadamente Alvaro de Bazán murió durante los preparativos de la
empresa y fué sustituido por el joven dugue de Medina Sidonia, Alonso Pérez de
Guzmán, con mucha menos experiencia en las cosas del mar que el marqués de
Santa Cruz. De éste se ha escrito que murió de los pesares que le produjeron cier-
tas desabridas reconvenciones que le había dirigido el Rey, poco justificadas dado
el celo que Alvaro de Bazán había demostrado siempre en el servicio a la Corona.
Del duque de Medina Sidonia se ha dicho que ignoraba todo en lo referente
a cuestiones marítimas. Se ha llegado incluso a escribir que "sólo había navegado
el tiempo suficiente para saber que en los viajes marítimos tenía propensión a mare-
arse"; pero tuvo la honestidad de renunciar, aunque Felipe 11 no aceptase la renun-
cia. Sin embargo la realidad fué algo diferente. El duque aportó dinero, hombres y
navíos. Su capacidad como militar se había demostrado en la campaña de Portugal
y su experiencia como organizador está probada por el hecho de que en menos de
dos meses (fué nombrado en marzo de 1588) consiguió que la "Felicísima Armada"
estuviera lista para poder zarpar. Le faltaban, lógicamente, la gran experiencia y los
amplios conocimientos que tenía el fallecido Alvaro de Bazán para el planteamien-
to y desarrollo de la guerra en el mar. Pero la capacidad intuitiva de Alonso Pérez
de Guzmán se pone de manifiesto cuando la armada, salida de Lisboa,tiene que arri-
bar a La Coruña, después de haber sido en gran parte dispersada por la tempestad.
A la vista del estado en que quedaron cierto número de naves, el duque se decidió
a aconsejar al Rey que suspendiera, al menos temporalmente, la empresa pues se
había demostrado que aquella armada no era la más adecuada para la lucha en los
mares del Norte y el canal de la Mancha. Pero Felipe 11 no lo aceptó, argumentan-
do que un aplazamiento de aquella empresa podía desvirtuar la motivación religio-
sa que le había impulsado a realizarla: restaurar el catolicismo en Inglaterra y
Flandes.
Santander y la Armada Invencible
Dejemos aquí esta digresión y volvamos a ocuparnos de los hechos que rela-
cionaron a la "Invencible" con Santander. La falta de un protagonismo directo de
nuestro puerto en la logística de la organización de la "Felicísima Armada" no quie-
re decir que las Cuatro Villas no jugasen un importante papel en la prepararación
previa y más tarde en el epíiogo de esa desventurada empresa.
Así, sabemos que entre los años 1583 y 1584, los astilleros de Guarnizo
entregaron nueve galeones para la Marina Real, construidos bajo la dirección del
superintendente Cristobal de Barros, los cuales fueron conducidos a Lisboa por
Martínez de Recalde, quien confirmó al Rey que dichos galeones eran "buenos,
fuertes y bien labrados"; más tarde formarían parte de la "Invencible". Estos gale-
ones, que tenían capacidades entre 630 y 650 "toneles", fueron incluidos en la divi-
sión castellana de aquella armada y al parecer regresaron todos después de resistir
los diversos encuentros con la armada inglesa y las grandes tempestades.
Igualmente,sabemos por dos cartas reales, citadas por el historiador naval
Cesáreo Fernández Duro, que se pidió el envío a la Armada de "pilotos prácticos y
expertos en la navegación a Flandes", procedentes de las Cuatro Villas de la Costa
y que el corregidor de esas villas, a la sazón Ordoño de Zamudio en Laredo, los
envió por mar a La Coruña; además el Rey pide a su gobernador en Galicia, el mar-
qués de Cerralvo, "que se los trate muy bien pues son gente honrada". Cabe añadir
que nos parece lógico pensar que los casos aquí recogidos no cierran el capítulo de
las aportaciones de nuestra comarca a la gestación de la "Felicísima Armada", pues
ya en el primitivo proyecto presentado al Rey por Alvaro de Bazán , figuraban apor-
taciones varias de las Cuatro Villas de la Costa. Recordemos que en ese primer plan
se trataba de transportar desde la península un ejército de invasión de 60.000 hom-
bres, para lo cual se necesitarían 556 navíos (grandes y pequeños) de combate y
transporte y un total de 94.000 hombres entre marineros y soldados. Digamos, que
en ese plan, entre otras muchas disposiciones, se indicaba que "de Asturias, las
Cuatro Villas de la Costa y provincia de Vizcaya, saldrán 100 embarcaciones meno-
res" y así mismo se decía que para el abastecimiento "se obtendrían en Vizcaya y
las Cuatro Villas de la Costa, 54.000 quintales de bizcocho de trigo de Burgos y de
la Tierra de Campos".
Recordemos también, que ese primitivo proyecto no se aceptó, siendo susti-
tuido por otro donde la Armada enviada desde la península protegería el desembar-
co en Inglaterra de los Tercios que en Flandes había reunido el duque de Parma,
Alejandro Farnesio.
Laurentino Ruesga Herreros
después de las pérdidas sufridas por la "Invencible". Y por mandato real, fué
Hernando de la Riva-Herrera el encargado de la "fábrica de los galeones".
Aunque pueda parecer fuera de contexto y antes de terminar esta especie de
crónica, vamos a resumir cómo la más inclemente fatalidad acompañó también al
retorno de la "Felicisima Armada". Pensamos que este breve relato ayudará a com-
prender mejor el esfuerzo que supuso para Santander el atender a los protagonistas
de tantas desgracias.
Al amanecer del dia 9 (agosto, 1588), después del combate de Gravelinas, la
furiosa tempestad y la noche habían separado y dispersado las armadas inglesa y
española, que prácticamente tenían agotados sus hombres y sus municiones. El
duque de Medina Sidonia tuvo dificultad para reagrupar sus barcos y sólo pudo
hacerlo gracias a un cambio del viento que ahora empujaba sus naves hacia el norte
y los libraba del riesgo de ir a estrellarse en los bajos de la costa. Aquel mismo día
el duque tras una reunión con sus consejeros decidió regresar a España en contra de
la opinión de Farnesio que proponía ir a algún puerto de Alemania a reparar averí-
as y reabastecerse para luego volver otra vez a la lucha. Pero el de Medina Sidonia
pensó que ese plan podía dejar desguarnecida la costa española durante mucho
tiempo y por eso no alteró su decision.
La falta de municiones impedía reanudar el combate y por tanto no era posi-
ble regresar por el Canal de la Mancha, donde aguardaba la flota inglesa. "Dadme
balas y yo me quedo", había dicho Oquendo. Por todo ello, el regreso a España hudo
de hacerse bordeando por el N. y el O. las islas británicas. Al principio, hasta llegar
al Atlántico el retorno parecía anunciarse favorable. Pero allí les esperaba un nuevo
adversario cien veces más temible que los barcos ingleses de '"la bande Howard
Drake, Seymour et consorts", según frase de Jacques Mordel. Prontamente se desa-
ta una furiosa tempestad cuya violencia aumenta de forma inusitada en los siguien-
'
tes días. Los números lo dicen todo: 19 buques se estrellan contra la costa entre
Escocia y el sur de Irlanda. De más de 6.000 hambres que los tripulaban apenas se
salvaron un millar de perecer ahogados. Pero lo que es aún más trágico: otros 35
barcos desaparecen sin dejar rastro. El hambre y la sed hacen el resto. Basta un solo
ejemplo: Martínez de Recalde, empujado por la desesperación hizo un desembarco
por la fuerza en la costa irlandesa para procurarse agua; lo que no impidió que hasta
el fin de la travesía tuviera que arrojar por la borda, cada día, los cadáveres de dos
o tres hombres muertos de hambre y sed. Los barcos y hombres llegados a
Santander, eran los supervivientes de este espantoso viaje de retorno.
Santander y la Armada Invencible
Epíiogo
Cuando se repasa la historia de los sucesos que condicionaron el infausto
desenlace del episodio de la "Invencible", se comprende que al conocerlo, Felipe 11
pronunciara la histórica frase de: "Yo envié mis barcos a luchar contra los ingleses,
no contra los elementos. Dios sea loado". Pero ocurre que esa interpretación provi-
dencialista de los hechos también la compartían los vencedores: fué en Inglaterra
donde se concibió la frase que decía "Dios se ha hecho protestante". Y su reina
Isabel hizo acuñar una medalla conmemorativa de aquellos sucesos que comporta-
ba la leyenda: "Dios sopló y fueron dispersados".
Volveremos ahora a nuestra crónica local.
Quizás el único beneficio que en realidad aportó a Santander este episodio de
la "Invencible" es que años más tarde el Rey autorizó y nuestro Cabildo aprobó (el
20 de noviembre de 1599) la construcción de un hospital para atender entre otros
enfermos, a los que llegaban a la Villa en las Armadas Reales. No hay que olvidar
que el duque de Medina Sidonia ya había señalado la falta de un Hospital en
Santander.
Por el contrario, el comercio con Flandes, que tanta fama había dado a Las
Cuatro Villas de la Costa, quedó casi paralizado y hubo que esperar a la muerte de
Isabel de Inglaterra y a que su sucesor Jacobo 1 restableciera buenas relaciones con
España, para que ese comercio marítimo con los países del norte se recuperara; aun-
que sin llegar nunca al antiguo explendor.
El que vió premiado su celo y esfuerzos fué Hernando de la Riva-Herrera a
quien el Rey escribió agradeciéndole sus servicios y más tarde le confirmaría como
Proveedor General de las Armadas Reales, encargándole "la fábrica de cuatro gale-
ones" que habían sido adjudicados al astillero de Guarnizo, tal como ya dijimos
anteriormente. Riva-Herrera es también encargado de organizar la guerra en corso
para "apresar naves enemigas y tomar lenguas de lo que pasaba en el reino de
Inglaterra", y en este cargo estuvo al menos hasta el año 1595. Todavía, en el 1593
fué nombrado, interinamente, para ocuparse del "plantío de montes" con jurisdición
sobre el Señorío de Vizcaya, los Corregimientos de la Cuatro Villas de la Costa y
del Principado de Asturias.
Laurentino Ruesga Herreros
NOTAS
(1) Pero Menéndez de Avilés era asturiano de nacimiento pero a los 14 años sentó
plaza de grumete en una armada destinada a luchar contra los corsarios y que tenía su base
en Santander. Pronto destacaron sus dotes para la navegación y la estrategia y así ocurre que
siendo aún joven fué nombrado Capitán General de la armada que en 1554 combatía corso
y piratería en el Cantábrico. Sus actuaciones se contaban por éxitos, y en 1565 Felipe 11le
elige para dirigir la colonización de la Florida, empresa que también realizó con gran éxito.
Por tanto no fué de extrañar que en 1574 fuese nombrado para organizar en Santander la
armada destinada a reconquistar las provincias perdidas en Flandes, de la que fué nombra-
do Capitán General.
(2) Ya antes del infausto desenlace que tuvo la Armada de Menéndez de Avilés, el
Rey había cursado instrucciones para aplazar un año la acción proyectada, dado lo avanza-
do del verano, que era la estación más favorable para realizarla. La operación se había ido
retrasando porque la evolución desfavorable de la rebelión en los Países Bajos (principal-
mente la pérdida de los puertos de apoyo, Ramua y Ramekens) aconsejaba incrementar la
fuerza naval a enviar al escenario de la lucha y esto exigía más tiempo a fin de reunir y armar
nuevos buques para reforzar la armada. A pesar del aplazamiento acordado, Menéndez de
Avilés recibió instrucciones Reales para efectuar, aquel mismo verano, una salida provisio-
nal de la flota con el sólo objeto de combatir los corsarios que con base en La Rochele aco-
saban y espiaban el tráfico y los puertos españoles. Además, así se evitaría una larga inacti-
vidad de la armada con el consiguiente riesgo de una relajación de la disciplina y el espíri-
tu combativo de las tripulaciones. Después, la muerte de Pero Menéndez de Avilés y los
hechos que se sucedieron impidieron también el cumplimiento de la orden de salida.
(3) Álvaro de Bazán ya había prestado importantes servicios a la Corona antes y des-
pués de Lepanto. Reinando Carlos 1participó en diversas acciones, entre ellas las conquis-
tas de Túnez y la Goleta. El Emperador le nombró también Capitán General de la armada
de Poniente. Reinando Felipe 11 cabe señalar su actuación en la conquista de las islas
Terceras (Azores), en 1582, donde según el cronista también "brilló el genio de Oquendo al
frente de las naves Guipuzcoanas". En lo que respecta a Martínez de Recalde, hay que recor-
dar, entre otras brillantes acciones, su actuación en la lucha contra los corsarios que hosti-
gaban el comercio con Flandes.
Santander y la Armada Invencible
(4) Los mandos que capitaneaban las agrupaciones navales que se integraban en la
"Felicísima Armada" fueron los siguientes: en la armada de Portugal el propio duque de
Medina Sidonia; en la de Vizcaya, Martínez de Recalde; en los navíos andaluces, Pedro de
Valdés; en los galeones de Castilla, Diego Flores de Valdés; en la armada de Guipúzcoa,
Miguel de Oquendo; en los navíos de Levante, Martín de Bertendona; al mando de las urcas,
Juan Gómez de Medina; Antonio Hurtado de Mendoza mandaba la agrupación de zabras,
carabelas y pataches; en las galeazas de Nápoles, Hugo de Mendoza; y en las galeras portu-
guesas el mando lo ejercía Diego de Medrano.
En el mando de los tercios y las compañías de infantería embarcadas, cabe señalar a
Diego Pimentel, Nicolás Islas, Francisco de Toledo, Agustín Mejía, Alonso Luna, Gaspar de
Sousa, Alonso de Leiva, Conde de Paredes, Diego Téllez, etc... Pero a nuestro entender, nin-
guno de los citados era nacido en nuestra tierra.
(5) Señalan también los estudiosos del episodio de la "Invencible" que los grandes
navíos españoles estaban diseñados para facilitar la lucha al abordaje; esto restaba espacios
para el más adecuado emplazamiento y utilización de la artillería montada en las portaca-
ñoneras de aquellos elevados galeones.
Las críticas que se han hecho al envío de galeras a los mares del norte, no parecen
del todo consistentes, pues todavía en el año 1790, las galeras suecas del rey Gustavo 111
derrotaban a las rusas de la emperatriz Catalina 11en el fiordo Svenksund del Báltico.
(6) Además de los 46 buques supervivientes al desastre de la "Invencible" entrados
en Santander, llegaron también 11 naves a los puertos guipuzcoanos, 7 a Galicia y uno a
Lisboa. En total se salvaron 65 barcos de los 128 que en viaje de ida habían llegado al Canal
de la Mancha. La mayoría de los que se salvaron eran buques grandes.
En contra de la versión más difundida, las pérdidas en acciones de guerra fueron
mínimas si se comparan con las causadas por las tempestades que persiguieron incansable-
mente a la armada durante su viaje de retorno. Según las cifras del prestigioso historiador
naval Fernández Duro, el balance es el siguiente: 2 naves abandonadas al enemigo; 3 perdi-
das en la costa francesa con salvamento de pertrechos; 2 perdidas en la costa holandesa; 2
hundidas en combate; y en el viaje de retorno, 19 embarrancadas en Escocia e Irlanda y 35
perdidas sin dejar rastro. Estas cifras coinciden casi exactamente con las indicadas por el
historiador naval francés J. Mordal, lo que confirma el criterio de este autor cuando dice que
la "Invencible" fué vencida por las tempestades y la desmoralización, y no por los buques
ingleses. Frank Tyler en su Historia de la Navegación a vela, cita un número similar para
las naves perdidas en el viaje de retorno de la "Invencible".
Laurentino Ruesga Herreros
X Combates (
Arrojados a l a c o s t a
O-
Croquis con el viaje de retorno de la Armada Invencible
Laurentino Ruesga Herreros
"Al árbol le viene en flor y fruto de lo que Eleva profundo en sus raíces"...
Dedicatoria
Para que en las mareas del tiempo, la nao del C.E.M. celebrando el LXXVO aniver-
sario de su travesía, continúe navegando a toda vela y siga; con el aliento renovado en la
Academia de sus Miembros y fiel a su cometido 'sine ira et studio': ' e x vetustate novum',
siendo testigo, mensajero, y faro de la Historia y avatares de Cantabria... En recuerdo de
todos los que la fundaron, la impulsaron y la dirigieron en sus singladuras:
Miguel Artigas y Ferrando; Fermín de Sojo y Lomba; Marcial Solana y
González-Camino; Fernando Barreda y Ferrer de la Vega; Fernando Calderón y Gómez de
Rueda; Joaquín González Echegaray; José Luis Casado Soto; Emilio Herrera Alonso; y
nuestro muy ilustre timonel actual: D. Leandro Valle González-Torre.
1. Motivación e impulso
¡Que dias los de aquel tiempo!...Ante mis sentidos y sentimientos una vista
de dilatados e impresionantes horizontes, cuando el sol iba dorando intensamente el
rosicler de la aurora.. . Extasiado ante el maravilloso espectáculo que en aquellos
días se me ofrecía desde aquel privilegiado mirador, sobre el majestuoso macizo del
pintoresco Vindio: las cumbres orientales de los Picos de Europa que se iban des-
pertando en serie con los primeros rayos del astro rey, mientras disfrutaba aspiran-
do hondamente la frescura y el aroma matutino del amanecer estival en la ermita de
Santa Catalina; balcón prominente en las faldas de la Viorna sobre el valle de
Camaleño y la cercana villa de Potes, -la que fuera capital de la antigua provincia
de las Asturias cántabras de Liébana y centro de sus valles-; más a la derecha que-
José María Alonso del Val, O.F.M.
daban los oscuros perfiles a contraluz de Peña Sagra. Todo ello envuelto en tules
blanquecinos que se iban difuminando sobre un cielo azul cobalto. No faltaba el
rumor de fondo de las torrenteras, que bajando por empinadas laderas desagüaban
finalmente en el Deva, acompañado ello de los elegantes silbos de un mirlo lejano
y trinos de unos petirrojos que jugueteaban sobre unos escajos y gárabas ante mí.. .
Allí, en esos días fue una delectación leer y meditar las páginas del libro de Julián
Marías, España Inteligible. Razón histórica de las Españas. El pasado año lo había
hecho con el segundo volumen de Claudio Sánchez Albornoz, España, un enigma
histórico.. .
En ese lugar fue cuando en los días del verano de 1987, el don de la
Providencia y las vibraciones telúricas de la hermana madre Tierra, se aliaron -con
la intercesión del Beato de Liébana y los ejemplares compañeros de su "scripto-
rium", con otros monjes de santa vida que figuraban en la puerta del perdon jubi-
lar cruceno del cercano monasterio milenario de Santo Toribio-, para inspirarme y
ayudarme a concebir la "letra iconográfica" de este himno que ahora presento;
canto a los símbolos que nuestra Región había ido adoptando y aprobando -no hacía
mucho tiempo-, con muy buen criterio en las formas y maneras del proceso auto-
nómico, los cuales acogían, respetaban y mostraban armónicamente -en síntesis
lograda-, las esencias de nuestra querida patria chica: los Pueblos y Gentes de
Cantabria en su geografía e historia.. .
icantabria estaba viva, activa y se preparaba junto a las demás comunidades
del Estado Español!; tenía conciencia, buen pulso, tensión, y anhelos de sacar ade-
lante el proyecto vital que sus gentes habían decidido entonces en sus representan-
tes, a fin de que con energía, ilusión y buen hacer, arrostrando los riesgos y desafí-
os inherentes, (no olvidemos v.g.; la primavera muy dura y conflictiva vivida en la
ciudad capital de Campóo -Reinosa- en ese año, a causa de la brutal reconver-
sión;... las crisis y "travesías de desierto", que no mucho tiempo después hubo de
afrontar la Autonomía desde sus Gobiernos, con ejemplos poco edificantes -e inclu-
so hilarantes- para la ciudadanía cántabra y española), y así protagonizar mejor su
presente y futuro en una España plural, democrática y sólida, recién estrenada su
pertenencia a la Comunidad Económica Europea, (C.E.E.).
En el año de 1976 me había encontrado en Santander, -donde se hallaba de
paso-, con un compañero (religioso y sacerdote franciscano): Luis Esnal Lasa,
(Andoain, Guipúzcoa, 1918); el cual desde su comunidad en el Santuario de Nuestra
Señora de Arántzazu, solía allegarse a Cantabria para predicar y ayudar al señor
Canto homenaje a la bandera y escudo de Cantabria
En fin,... como decían los clásicos "nec témere, nec tímide": ni con temeri-
dad ni con timidez. Así, a pesar de las resistencias y reticencias, se fueron alcan-
zando las cotas y metas perseguidas. La aportación cultural del Centro de Estudios
Montañeses fue entonces muy relevante; por ejemplo, en 1978 cuando presentó el
informe pormenorizado titulado: Antecedentes históricos y culturales de la
Provincia de Santander como Región; para que la Asamblea de fuerzas políticas y
sociales regionales, -que por entonces en el "río revuelto español" trataban de abrir-
se paso como constituyentes autonómicos-, tuvieran criterios fundamentados, abun-
dantes y sólidos en éste ámbito de reivindicaciones.
2. La Bandera de Cantabria
Se había aprobado ya (ley de la Asamblea Regional de Cantabria, a 22 de
diciembre de 1984) la secular bandera, -digo lógicamente bandera y no pendón, ni
estandarte, enseña o gallardete-, (ya que la vexilografia es una ciencia moderna que
se encarga de estudiar y fijar las banderas con sus leyes y disposiciones, las cuales
han de ser objetivamente respetadas), que nuestras gentes portadoras de identidad
autoafirmada y defendida, con conciencia de pueblo diferenciado dentro de unos
límites de geografía política, (provincia, o departamento constituido); habían exhi-
bido como distintivo propio y exclusivo en las empresas marítimas y militares.
Bandera con sus tradicionales colores blanco y rojo por mitad y a partes iguales, en
proporción 2:3 -ancho & largo-, que pasaba por ser -junto a la nacional del Estado-
, de las más antiguas aceptadas y respetadas desde la tradición de las tales, para
nuestra Región en la España del siglo XVIII (que es cuando para todas en el Estado,
-la de España se adopta en su forma actual con Carlos 111 en 1785-; e incluso en los
pueblos y naciones de Europa, se inicia entonces su elección y fijación), oficiali-
zándose posteriormente con Real Orden en julio de 1845; por lo demás dejemos a
los Troyanos.
Blanco y rojo, dos colores nítidos; de contraste sobresaliente, que logran el
propósito que pretenden representar de forma expresiva y original en su simbolis-
mo, para todos los variados ámbitos de su exhibición.. . Colores y efecto cromático
al servicio de una identidad cuyos sustratos se hallan en la geografía e historia que
han venido protagonizando y determinando sus gentes, cuya voluntad ha forjado un
Pueblo de hijos desde la entraña de su patria chica: Cantabria, también conocida
en otros tiempos como la "nación de La Montaña"; vinculada a otras regiones y
provincias, y unida a ellas por históricos y entrañables lazos fraternos; y la madre
José María Alonso del Val, O.F.M.
3. El Escudo Regional
¿Qué decir del escudo regional?; (aprobado por el Parlamento Regional por
ley 811984, también a 22 de diciembre; y para ser incorporado a la bandera, por ley
411987, de 27 de marzo). .. Brújula es del corazón y la razón donde se simboliza y
significa el discurrir vital y andadura de nuestros ancestros y antepasados: prehis-
toria e historia de Cantabria en continuidad. Singulares imágenes y figuras que así,
elegidas y colocadas concentran y cristalizan en esplendente icono, -con realismo
de verdad y belleza, coherente y trasparente-, las piezas heráldicas que han venido
configurando en el tiempo y espacio, -en toda suerte de proyectos y empresas-, a las
gentes de mar y montaña, de valles y costas, de historia y prehistoria, de fe natural
y revelada; en esta grandiosa porción norteña de la Iberia peninsular que es
Cantabria; cuya naturaleza guarda y exhibe todavía los contrastes más vistosos que
uno pueda imaginarse y contemplar;. .. en cuyas montañas se hallan las fuentes que
encauzan y remansan las primeras y abundantes aguas del río patrio más caudaloso
que le da impronta, y de otros que fluyen, jcaso único!; hacia todos sus mares.
Piezas del blasón que nos acercan con emoción y afecto al paisaje y paisanaje: patri-
monio global de ayer y hoy de nuestra patria chica.. .
Canto homenaje a la bandera y escudo de Cantabria
territorio las grandes tribus de sus habitantes que conformarían después la variedad
de las comarcas y su peculiar etnografía: vadinienses, orgenomescos, tamáricos,
cabuniaeginos, plentusios, salaenos, avariginos, blendios, coniscios, morecanos,...
ocupando algunas extensiones que son ahora de la provincia de Burgos, tales como
Peña Amaya, El Tozo, La Lora, Bricia, el Rudrón, porción de Sedano, Espinosa de
los Monteros, los valles de Losa y Mena (éste último es diócesis de Santander);
parte de las antiguas Merindades y de La Bureba, -no debemos olvidar ese eufóni-
co "Cantabrana", junto a Oña-. Es decir que hubo una Cantabria con bordes astu-
rianos, leoneses, palentinos, burgaleses, e incluso riojanos; éstos considerados
"Cantabria baja", la cual seguía el cauce del Ebro y tenía su centro en la antigua ciu-
dad de Varea (junto a Logroño) -en territorio berón-. Al mismo tiempo hemos de
tener en cuenta a los vecinos y aliados Autrigones, con cabecera en el Portus
Ammanum, después Flaviobriga romana, más tarde la villa foral, y ahora ciudad de
Castro Urdiales-; que desde el Agüera al Nervión (frontera de los caristios), con los
valles (actualmente provincia de Burgos) que descendían por el Nela, el Trueba y
Ebro a La Bureba y las Merindades, llegando hasta las fuentes del río Oca (afluen-
te del Ebro) -límites de los turmódigos-, y del Tirón que lo hacía con los berones;
estuvieron y siguen estando vinculados a esta Región por esos lazos ancestrales e
históricos continuados siempre. No hay empero, que olvidarse de otras comarcas,
como las actuales Encartaciones que formarían parte también de esa "autrigonia",
como lo manifiesta su toponimia...
Algunos historiadores o cronistas -más guiados entonces en su oficio de la
imaginación o mera intuición que de la investigación-, y enardecidos por lo que des-
cubrían leyendo las relaciones y descripciones de los escritores sobre los cántabros,
tales como lo hicieron los romanos: M. P. Catón (el primero que los da conocer en
torno al año 200 antes de Cristo), Estrabón, Plinio, Floro, Dión Casio,
Orosio;.. .fueron atribuyendo lo narrado a sus propios pueblos pre-hispánicos en los
orígenes, sin criterio contrastado de verificación; apropiándose así de sus caracte-
rísticas y elementos; reinventado y mitificando muchas veces su historia novelada.
La polémica fue dirimida decisivamente por el gran historiador agustino -de
Villadiego- Enrique Flórez, el cual acotó de forma científica y con demostración
categórica lo investigado; haciendo realidad aquel dicho de: "callen barbas y
hablen cartas"...
Llegados a este punto y considerando que la Historia es antorcha de la ver-
dad y vida de la memoria, algunas instituciones y asociaciones culturales, sociales
José María Alonso del Val, O.F.M.
y políticas han tenido a bien, -con excelente acogida y respuesta- el recrearla y cele-
brarla, a fin de ayudar a avivar la conciencia y los vínculos cordiales identitarios de
Pueblo en todos sus ámbitos: personales, colectivos y estructurales, y ser así faro de
ilustración y motivación permanente, en especial para las nuevas generaciones...
Magnífico es a este respecto el parque temático del castro cántabro establecido en
Argüeso -Hermandad de Campóo de Suso-, el cual evoca en vivo la vida de esa
Edad del Hierro de nuestros ancestros; o el de Cabezón de la Sal, -lugar pionero en
las iniciativas y manifestaciones autonomistas-; y.. . con un éxito inusitado, la cele-
bración durante más de una semana, (inicios del mes de septiembre) en Los
Corrales de Buelna, de "Las Guerras Cántabras": grandioso espectáculo rememora-
tivo en el cual participan prácticamente miembros de todas las familias del munici-
pio, que encarnan y dan vida a las costumbres, carácter, fiestas, ritos, estilo de vida,
personajes; etc, de las diversas tribus del pueblo cántabro y su invasión-conquista
(dominados que no domeñados: " indoctum ferre yuga nostra"), por las legiones
romanas, con la vistosidad que protagonizan en su ambientación escenificativa,
indumentaria, desfiles y luchas, etc; invirtiendo unos medios, esfuerzos, iniciativas
y creatividad encomiables.. . iEstelas de Cantabria!: ellas nos están diciendo al
contemplarlas, que los invasores que España a lo largo de los tiempos, donde más
caro lo hubieron de pagar fue en nuestra Región de Cantabria, y finalmente no que-
daron impunes.. .
Para finalizar este primer apartado referido a la estela colocada en el blasón
del escudo regional, habremos de señalar que ese símbolo del disco solar y torques
lunares, que eligieron entonces y elegimos ahora, constituye un vínculo y eslabón
de identidad continuado, entre aquellos aquellos pueblos y gentes anteriores y los
actuales en esta Región, que no ha de dejar de iluminar y orientar a las generacio-
nes en las eras y períodos sucesivos; y al seguir girando, dar vida, coraje, libertad,
esperanza, fecundidad, y el valor necesario para poder alcanzar -en medio de los
riesgos y luchas de cada tiempo-, las metas y victoria final. Para volver a resurgir
en momentos especialmente críticos (como fueron ellos las invasiones sufridas pos-
teriormente de visigodos, normandos, musulmanes, franceses.. . etc), o las guerras,
divisiones y tensiones interiores, que en otros tantos momentos destruyeron y fre-
naron el avance de lo conseguido y proyectado hasta entonces. Es la rueda denta-
da que ha de brillar y girar con sus radios sin que nada la frene, contando con el
impulso de tod@s, en la empresa de ir alcanzando al presente, aquellos logros de
un progreso que dispoga a un futuro mejor.
Canto homenaje a la bandera y escudo de Cantabria
en sus velas, tensión en los remos y mano firme en el timón, y así ser capaces de
quebrar los eslabones de esas potentes cadenas, obstáculos que salen al paso, y
como "cantos de sirena" hay que superar siempre: apatía, indiferencia, pesimismo,
cobardía, intolerancia, insolidaridad, división.. . que la cierran o frenan, impidiendo
avanzar y progresar en los horizontes abiertos a una decidida y edificante aventura.
En esa nave han surcado mares y océanos los que emprendieron tantas ini-
ciativas de comercio y mercantiles, de pesquerías (en otros tiempos, bacalao, balle-
na...), militares y de otros servicios; creando bases logísticas de trabajo e inter-
cambio que hicieron posible el mestizaje de nuestro humanismo en Hispanoamérica
e Hispanoasia: hombres y nombres de Cantabria, apellidos y pueblos de nuestra
geografía regional multiplicados en otras tierras, civilizaciones y culturas, que lle-
van nuestro idioma español, sangre y fe.. . El icono de este medio de navegación
contemplado y cantado, nos invita a las gentes de esta Región de Cantabria a con-
siderar lo expuesto; y aspirando a lo mejor en esta nave común, ir unidos; bien
orientados y coordinados a fin de superar los escollos o circunstancias desfavora-
bles y avanzar sin detenernos, en el dinamismo y audacia de los proyectos persona-
les y comunitarios en beneficio de todos.
REGISTRO DE CANTABRIA,
Datos de la solicitud
Núm. solicitud: S-193-06
Fecha de presentación y efectos: 0811112006 Hora: 13:OO
Auf'. No......
Fdo.: José M a Alonro áel Val, O.F.M.
Vicepresidente del Centm de Estudios Montañeses
SANTA N D E R (Cantabria)
Canto homenaje a la bandera y escudo de Cantabria
HOMENAJE
A LA BANDERA Y ESCUDO DE CANTABRIA
Letra Sianificado
!
H O ~ LUCHAN,
M QUE ~ 'V(DA QUE DAN, Contenidos de ínndo y motivaciones
fundamentales: Vida, Traoajo, Lucha,
SupemOn.
HOMENAJE
A LA BANDERA Y ESCUDO DE CANTABRIA
PARA 4 VOCES MIXTAS Y ARMONIZACIÓN
VALLES Y COSTAS, V O Z DE U N I D A D :
C A N T A B R I A SURGE DESDE S U S H I J O S ,
SURCA L A H I S T O R I A C O N RUMBO FIJO:
SANGRE FECUNDA, HUELLA I N M O R T A L .
Sopranos
Altos
Tenores
Balos
Canto homenaje a la bandera y escudo de Cantabria
al. Can - - - . .
José María Alonso del Val, O.F.M.
Canto homenaje a la bandera y escudo de Cantabria
Ligado
José María Alonso del Val, O.F.M.
Canto homenaje a la bandera y escudo de Cantabria
El tema del veraneo en Santander y los "baños de ola" han ocupado una abun-
dante bibliografía a partir de la valoración actual del turismo. El libro a que nos
referimos, editado con especial cuidado por Cantabria Tradicional, con abundantes
grabados, tiene la particularidad de referirse a la época de Isabel 11, reina que es la
primera de la Familia Real que eligió Santander para los baños de mar. Su reinado
de haber continuado la hubiera vinculado estrechamente con la capital de la
Montaña durante los veranos, como plaza elegida en sus descansos estivales. Visitó
Santander en 1861 por razones institucionales y aprovechó el momento para bañar-
se en su deseo de curarse de su eczema crónico con el agua del mar. El recibimien-
to de la ciudad fue entusiástico y de total entrega, como se aprecia en los docu-
mentos y grabados de aquel momento. El ayuntamiento realizó un gasto especial de
protocolo que iba desde los arcos hasta la instalación de la caseta real en la Primera
playa del Sardinero, que fue decorada por el pintor Esteban Aparicio Álvarez, cate-
drático de Dibujo natural del Instituto de Santander. La isla de la Torre se engalanó
con este motivo con una corona que luego sirvió para que se la conociera como "Isla
de la corona".
Benito Madariaga de la Campa
Recensión del libro Isabel 11 y los inicios de Santander
como ciudad de veraneo
A raíz de este primer encuentro, la ciudad acordó en 1867 ofrecer a la reina
terrenos para construir un palacio. De haberse hecho realidad, la historia de los
veraneos regios hubieran sido distintos a como luego sucedieron. Se conserva el
documento de la donación hecha en 1862 a la Reina por el Ayuntamiento y la
Diputación de Santander de la finca de recreo, La Alfonsina, donación luego anula-
da a raíz de la revolución del 68.
Los autores del libro tratan las relaciones que tuvo la reina con esta ciudad a
la que concedió el titulo de "Decidida" que figura en su escudo y que motivó que
años después se pusiera su nombre a una de las calles de la ciudad. Las efemérides
de Isabel 11 fueron siempre celebradas por la especial simpatía que la profesaba
Santander, que celebró con festejos sus visitas. Quizá el acto más importante, aun-
que fuera su esposo el protagonista, lo constituyó la inauguración del tramo del
Ferrocarril Alar del Rey-Santander. Se conserva como pieza de museo la carretilla
y la pala plateada que se utilizaron en el acto.
No fue aquella una visita única. En 1876 volvería del exilio acompañada de
su hijo Alfonso XII y Santander ciudad de una gran vocación monárquica hizo obje-
to al Rey y a la entonces Reina Madre de un solemne recibimiento que el alcalde de
la ciudad definió como "un suceso de altísima importancia".
Los lectores de este libro sobre la historia local de las visitas de Isabel 11pue-
den admirar los abundantes grabados de la colección de Pedro Casado, una de las
mejores particulares existentes en España, ilustraciones que con los documentos de
archivo que se reproducen hacen del libro un testimonio importante de aquel
momento.
Se acompaña de fotografías de Duomarco y grabados de la Revolución de
1868 que destronó a la reina, imágenes donde se ve el papel que desempeñó
Santander entre las primeras ciudades sublevadas de España y la lucha que tuvo
lugar en las calles de Ruamayor y Ruamenor, Becedo, El Puente y en las dos
Alamedas. Murieron 16 personas y su monumento funerario existe todavía en
Ciriego, traído del de San Fernando, pero sin los nombres.
Figuran igualmente en el libro ilustraciones, portadas y documentos proce-
dentes de la Biblioteca municipal, con anuncios de El Casino del Sardinero, los
himnos a la reina y tarjetas postales de la época.
Estamos, pues, ante un libro editado y escrito con amenidad y con ilustracio-
nes que hacen que el lector pueda conocer de la mejor manera aquel reinado y sus
visitas a Santander.
CÁNTABROS DISTINGUIDOS
EN LA HISTORIA HISPANOAMERICANA
Breves Semblanzas
JESÚS CANALES RUIZ
Centro de Estudios Montañeses
Triste final para un hidalgo de noble señorio, leal a su mundo y a sus amigos.
Entre sus posesiones, podemos citar: una casa en la calle Liniers, construida
el año 1790, la famosa chacra, (rancho) de San Isidro, en la que se desarrollaron
Francisco Tellechea de Echániz
parte de las acciones bélicas en la invasión inglesa; medía 560 metros de frente, una
legua (5.550 ms) de fondo, que llegaba a la hoy Avenida del Libertador, en el famo-
so barrio residencial de La Recoleta.
Había sido comprada el año 1808 por Tellechea a Maria Josefa Baygorri,
viuda de José Luís Cabra1 en 3.000 pesos. Esta chacra entorpeció el reparto de la
herencia, cuando Calixta, niña de 13 años, se casó con Pueyrredón el año 1815, aún
no se había repartido, porque se habia valorado en 17.491 pesos "imposible de sub-
dividir y de vender debido al precio disparatado".
El matrimonio fue arreglado por sus tíos el clérigo Domingo Caviedes y su
cuñado Manuel Martínez, esposo de Damasia Caviedes, en cuyo domicilio se crió
tras la muerte de su padre.
iQué sintió Pueyrredón al pasear por aquellos jardines y pasillos junto a su
joven esposa, con la imagen de su padre suspendido de la horca por orden suya!
Dueña Calixta de la Quinta, se convirtió en el domicilio del matrimonio
Martín de Pueyrredón y Calíxta Tellechea en la Posta de Pueyrredon, situada en la
hoy esquina de la Avenida Márquez con la Avenida de Santa Fe, y que fue demoli-
da el año 1955. Allí se hospedó en 1912, el Presidente Roque Sáenz de la Peña,
oriundo del Valle de Soba.
En ella nació su hijo Prilidiano, famoso pintor y arquitecto, el 24 de enero de
1823. El año 1838, partió con sus padres a Brasil y el año 1844 a Francia donde
recibió clases de dibujo y pintura, regresando a Buenos Aires el año 1869, para
fallecer a causa de la diabetes que padecía el 13 de mayo de 1870. A finales de la
década de 1940 la casa se convirtió en Museo Pueyrredón. Arturo Capdevila cantó
en romance los amores de María Calixta y Pueyrredón.
La casa-domicilio de Francisco Tellechea, estaba en la calle de Santo
Domingo, hoy Defensa no 176, que fue heredada por su hija Benita casada con
Benito Linch, y después ocupada el año 1819, por la firma Lynch, Zimermany Cía.
Ya hemos dicho el dinero que recibió cada uno de sus hijos, su esposa reci-
bió 20.000 pesos.
Digamos que además había otros bienes, corrales, mercancía, varias casas, y
una fragata que transportaba productos desde España, valorada en 25.000 pesos.
Además de comerciante también intervino en la política con diferentes car-
gos, entre los años 1797 y 1800 fue Regidor, Diputado de la Policía y Fiel Ejecutor.
Más tarde fue elegido Primer Regidor del Cabildo y Diputado Gestor Económico el
año 1809, durante el virreinato de Baltasar Hidalgo Cisneros, interviniendo en la
Jesús Canales Ruiz
que correspondía al primer lunes del mes de Febrero, tuvo que ser suspendida con
motivo de los destrozos causados por el temporal en la cubierta del edificio y la con-
siguiente inundación de nuestros locales:
5 de Marzo:
Asamblea General Ordinaria
2 de Abril:
Luis de Escallada González
"Historia de la villa de Argoños"
7 de Mayo:
Federico Crespo y Paulino Laguillo
"Pedro Ceballos Guerra, Ministro de Estado"
4 de Junio
Francisco Gutiérrez Díaz
"Un pleito contra el Abad: la Colegial de Santander en 1572"
2 de Julio:
Juan Antonio González Fuentes
"Historia de una revista literaria: La Isla de los Ratones"
6 de Agosto:
Luis de Escallada González
"El linaje de Argos"
3 de Septiembre
Salvador García Castañeda
"La obra miscelánea de José María de Pereda'
1 de Octubre
Reunión coordinada y moderada por Fernando Vierna sobre:
"Celebración del 75 aniversario del Centro de Estudios Montañeses"
Memoria CEM 2007
5 de Noviembre
Fernando Vierna García
"El Ateneo Popular de Santander"
3 de Diciembre
Ángel Llano Díaz
"La creación de Escuelas en la Cantabria de la 11 República"
Publicaciones:
En cuanto al proceso de edición de libros y revistas durante el año referido,
se han publicado cuatro tomos de nuestra revista Altamira, números LXXI, LXXII,
LXXIII, y LXXIV.
Memoria CEM 2007
Intercambios:
En cuanto a los intercambios de publicaciones con el resto de Centros de
Estudios Locales de toda España e Instituciones Culturales de la Región (Museo de
Bellas Artes de Santander, Fundación Botín, Fundación Santillana, etc.), y
Universidades Españolas, continúan llevándose a cabo con algún retraso, debido a
los problemas surgidos en el año anterior.
A pesar de todo, seguimos tratando a aumentar los que se efectúan con buena
parte de otros Centros de Hispanoamérica y Universidades Extranjeras, intentando
establecer nuevos contactos con otras Instituciones Culturales.
Otras actividades:
Y como en años anteriores y como complemento de todo lo anteriormente
expuesto, continuamos con nuestra labor de colaboración con otras Entidades
Culturales de Cantabria mediante la participación de nuestros miembros en mesas
redondas, conferencias, ponencias, etc. que tuvieron lugar a lo largo del presente
año y que versaron sobre cuestiones relacionadas con el mejor conocimiento y difu-
sión de la historia y cultura de nuestra Región.
Asimismo se acudió a la LIV Asamblea General que la Confederación
Española de Centros de Estudios Locales (CECEL) celebró en la ciudad de Huesca
los días 27,28 y 29 del mes de Septiembre del presente año.
Todo ello se ha realizado de acuerdo con el Presupuesto económico previsto
para este Programa de Actividades Culturales.
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