Keeney, B. RESUMEN. (1983) - Estética Del Cambio. Madrid: Paidós. Cap 03 Epistemología Cibernetica

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 19

RESUMEN Fundamentos y desarrollo de la perspectiva

sistémica de la terapia familiar

Estética del Cambio


EPISTEMOLOGÍA CIBERNETICA
(Keeney, 1983)

La cibernética pertenece a la ciencia de la pauta y la organización, que se diferencia de cualquier búsqueda


de elementos materiales. En la cibernética, cualquier cosa, o más bien cualquier idea, es "real". Quien
haya pegado ya el salto paradigmático que lleva de la materia al mundo de la pauta no necesitará leer nada
más. Lo que sigue es una tentativa de referir a la diferencia entre estos dos mundos de descripción. Los
términos utilizados para distinguir las descripciones de la materia de las descripciones de la pauta han
sido muchísimos. Una lista preliminar de estas metáforas sería la siguiente:

Metáforas de la pauta Metáfora de la materia


Cibernética Física
Mente Cuerpo
Forma Materia
Comunicación Energía
Mundo biológico1 Mundo físico
Organización de la totalidad Elementos de la totalidad
Análisis cualitativo Análisis cuantitativo
Explicación mecanicista Explicación vitalista

Las descripciones de la columna de la izquierda corresponden a las de la pauta, y no pueden designarse


con metáforas provenientes de un mundo material que conlleva ciertas premisas acerca de la sustancia.
Ashby (1956) describa la cibernética de la siguiente manera:

«La cibernética comenzó por estar íntimamente asociada a la física, pero no depende en ningún
sentido esencial de las leyes de la física o de las propiedades de la materia. La cibernética se ocupa
de todas las formas de conducta... Las verdades de la cibernética no dependen de que se las derive
de alguna otra rama de la ciencia. La cibernética posee sus propios fundamento».

En el mundo de la cibernética podemos concebir dos clases de sucesos en que se manifiesta la pauta: los
que envuelven lo material y los que llamamos inmateriales. Podemos así distinguir entre la corporización
de la pauta por la materia y la aparición de la pauta en mundos inmateriales o imaginarios. Los especialistas
en cibernética nos recuerdan que la física es, en verdad, una subdisciplina de la cibernética, aplicada al
estudio de las pautas corporizadas en la materia; la física y la cibernética no representan polos opuestos:
la primera es parte de la segunda. De modo similar, debemos entender que nuestra lista de metáforas de
la pauta y la materia están relacionadas entre sí, por cuanto la pauta puede corporizarse en diversas formas
materiales.

1
RESUMEN Fundamentos y desarrollo de la perspectiva
sistémica de la terapia familiar

Para aclarar esta idea, veamos qué implica la definición completa de una máquina. Una máquina es algo más que
una lista de sus partes o una declaración acerca de las sustancias que la componen. El término "máquina" designa,
además, una particular organización de los componentes. Estrictamente hablando, la pauta de organización de la
máquina no nos exige hacer referencia alguna a la naturaleza de los materiales que la componen. Así, la máquina
constituye un caso particular en la cibernética, en el cual ocurre que una pauta está corporizada en algún "equipo"
o "soporte material" [hardware].

Para saber que la cibernética y la física, la mente y el cuerpo, la forma y la sustancia, el yin y el yang, no
son dos (no constituyen una dualidad simétrica), primero debemos trazar una distinción. Esta necesidad surge
de una idea básica de la epistemología: un mundo de distinciones se diferencia de un mundo en el que
nada puede distinguirse. La epistemología surge a partir de la creatura: aun para saber que existe un mundo
sin distinciones debemos trazar una distinción. Todas las distinciones que creamos son ilusiones, como
epistemólogos naturales, nuestro dilema consiste en tener que trazar distinciones para poder conocer un
mundo, al mismo tiempo que sabemos que estas construcciones son ilusorias.

Así pues, reconocer que las dualidades aparentes no son tales, exige en primer término trazar una
distinción. No podríamos saber que estamos ante una Gestalt íntegra sin haber advertido primero que en
ella se subsumen diversas partes. Por otro lado, esas partes no podrían distinguirse sin haber presumido
antes una totalidad a partir de la cual son abstraídas. En esencia, terminamos dándonos cuenta de que las
diferencias que trazamos no son ni la alternativa número uno ni la alternativa número dos: el mundo que
conocemos no es ilusorio ni es real. Para el terapeuta occidental, toparse con la cibernética es enfrentar
un mundo extraño. A veces, se interpreta que ella apunta a un mundo "invisible", ya que ahí no hay nada
para contar o medir y toda pregunta relativa a lo real se vuelve con frecuencia irrelevante. "Ver" un mundo
cibernético nos exige modificar nuestro hábito de ver lo material exclusivamente. Implica a la vez evitar
toda dicotomía lineal progresiva entre lo material y la pauta, o entre el cuerpo y la mente. Toparse con la
cibernética es donde lo primordial no son los objetos, sino la pauta: aquéllos se diluyen en el trasfondo,
mientras que ésta pasa a primer plano como figura.

Nuestro objetivo es desarrollar una doble visión de la materia y la pauta, el cuerpo y la mente. La
cibernética nos permite toparnos con la mente en la terapia sin olvidar los cuerpos que la corporizan. Para
lograr una doble visión de esa índole debemos aprender a re-conocer la mente.

CIBERNETICA SIMPLE
La idea primordial que dio origen a la cibernética es que hay una pauta organizadora de los procesos
físicos y mentales.

Gregory Bateson había estado desarrollando una concepción del proceso interaccional en sus indagaciones
antropológicas, y Jean Piaget procuraba identificar los mecanismos del conocimiento estudiando su
evolución en niños pequeños. Todos estos estudios compartían "el reconocimiento de que las leyes que

2
RESUMEN Fundamentos y desarrollo de la perspectiva
sistémica de la terapia familiar

rigen la corporización de la mente deben buscarse entre las leyes que gobiernan la información, y no la
energía o la materia".

«El principal paso conceptual consistió en reconocer que hay una pléyade de situaciones
físicamente diferentes que implican la regulación teleonómica de la conducta en sistemas
mecánicos, eléctricos, biológicos e incluso sociales, todos los cuales deben entenderse como
manifestaciones de un mismo fenómeno básico: el retorno de la información para formar un lazo
[loop] de control cerrado».

El “retorno de la información para formar un lazo de control cerrado” era la “retroalimentación”


[feedback]. Con esto los teóricos anunciaron un nuevo paradigma científico, según el cual lo que se
buscaba era una teoría globalizadora que incluyera las máquinas y los organismos, y que evidentemente
debía incorporar las ideas de información, control y retroalimentación. Hubo varios encuentros entre
teóricos y en la mayoría de los casos el tema de sus encuentros fue “los mecanismos de retroalimentación
y sistemas causales circulares en los sistemas biológicos y sociales”. Wiener acuñó el término
“cibernética” para designar el nuevo tipo de pensamiento que todos ellos estaban abordando. La
cibernética se ocupa a la vez de las personas y de los aparatos técnicos que ellas inventan.

RETROALIMENTACIÓN
La idea básica de la cibernética es la de “retroalimentación” que es un método para controlar un sistema
reintroduciéndole los resultados de su desempeño en el pasado. Si estos resultados son utilizados
meramente como datos numéricos para evaluar el sistema y su regulación, tenemos la retroalimentación
simple de los técnicos de control. Pero si esa información de retorno sobre el desempeño anterior del
sistema puede modificar su método general y su pauta de desempeño actual, tenemos un proceso que
puede llamarse aprendizaje.

Enunciado de otro modo, toda regulación, simple o compleja, así como todo aprendizaje, implican
retroalimentación. Los contextos del cambio y del aprendizaje están principalmente destinados, por
consiguiente, a establecer o modificar la retroalimentación. Para que una terapia tenga éxito debe crear
formas alternativas de retroalimentación, que muestren un camino para un cambio adecuado.

El ejemplo clásico de retroalimentación es el sistema de calefacción controlado mediante un termostato:


cuando la temperatura fluctuante excede los límites del termostato calibrado, se activa en el homo un
mecanismo que lo enciende o apaga, volviendo otra vez la temperatura al intervalo dentro del cual debe
mantenerse. Así pues, el sistema vigila su propio desempeño y es autocorrectivo. El mantenimiento de
este intervalo de fluctuación constituye un proceso en el cual “la retroalimentación lleva una dirección
inversa a la del cambio inicial que la produjo”. Este proceso, denominado “retroalimentación negativa”,
no es más que “una sucesión circular de acontecimientos causales, con un eslabón en cierto lugar de esa
cadena en virtud del cual cuanto mayor cantidad de determinada cosa haya en el circuito, menor cantidad
habrá de la siguiente”.

3
RESUMEN Fundamentos y desarrollo de la perspectiva
sistémica de la terapia familiar

Por ejemplo, cuanto más exceda la velocidad de un automóvil el límite permitido (sobre todo en presencia de un
patrullero policial) menos probable es que el pie del conductor presione el acelerador.
Dentro de una familia, una pelea entre dos miembros puede intensificarse, como la temperatura de la casa, hasta
alcanzar un umbral máximo intolerable; este último es a veces regulado o definido, igual que el termostato, por la
conducta de otro miembro que detiene la pelea. Por ejemplo, un hermano y una hermana pueden discutir entre sí
hasta que el perro de la familia empieza a ladrar; la conducta del perro distrae a los hermanos, que se le aproximan
y empiezan a jugar con él.
A veces la retroalimentación opera de modo de corregirla desviación en una dirección distinta . Un
matrimonio puede “llevarse bien” y vivir en armonía hasta que un grito de la hija los hace trabarse en una disputa
acerca de una cuestión relativamente ridícula. En este caso, es posible que la complementariedad intensificada de
la pareja haya alcanzado un umbral que desencadenó su reacción frente al grito de la hija, que a su vez los “salvó”
de caer en un “excesivo pegoteo”. Todas las familias corporizan procesos de retroalimentación que permiten
la estabilidad de la organización familiar en su conjunto. Se dice que un sistema familiar que perdura
es “autocorrectivo”. Sin embargo, el control mediante retroalimentación puede generar conductas
desatinadas si no es estructurado en forma conveniente. Por ejemplo, si a un individuo atáxico se le ofrece un
cigarrillo, sacudirá la mano en el aire en su empeño por alcanzarlo, y al no lograrlo repetirá su movimiento una y
otra vez hasta convertirlo en una oscilación violenta.

En esta “vuelta”, “rizo” o “lazo” [loop] de la retroalimentación, los comportamientos correctores del
sistema parecen sobrepasarla medida necesaria, y originan oscilaciones cada vez más intensas. Cuando un
sistema social queda atrapado en un lazo de retroalimentación tal que las conductas correctivas resultan
exageradas, también su acción parecerá oscilar enormemente. En un artículo clásico, titulado “El contexto
conyugal de un síndrome de angustia”, Fry demostró que la angustia que lleva a la situación clínica oscila
a veces entre marido y mujer. Por ejemplo, la esposa puede experimentar un ataque de angustia como respuesta
a que el matrimonio fue invitado a una fiesta; tal vez el marido se queje de que, a raíz de la "afección" de su esposa,
él no puede verse con sus amigos; pero, como corolario, el síntoma de ella protege al marido de una "exagerada
sociabilidad", algo que a él, secreta o inconscientemente, lo pone nervioso. Si el nerviosismo o angustia del marido
provocado por esos encuentros sociales se calma, su esposa comenzará quizás a participar en reuniones de esta
índole; pero entonces el marido sufre un episodio de angustia y la escenificación dramática se invierte por completo:
ahora es el marido el que "protege" con su comportamiento a su mujer, quien probablemente tema a las eventuales
relaciones extra hogareñas de aquél. Cada cónyuge incurre, respecto del otro, en una conducta correctiva exagerada,
y esto hace que ambos experimenten una angustia oscilante.

LAS CONEXIONES ENTRE EL CAMBIO Y LA ESTABILIDAD

Importa advertir que los procesos cibernéticos nunca escogen un estado estático, estacionario. «Puede
entenderse todo cambio como el empeño por mantener una cierta constancia, y puede interpretarse que
toda constancia se mantiene a través del cambio». Por ejemplo, para analizar de qué manera los procesos
de cambio llevan a la estabilidad se emplea el término “homeostasis”; lamentablemente, esta designación
puede ser errónea, por cuanto a menudo indica alguna especie de “estado estacionario”. Quizá, como

4
RESUMEN Fundamentos y desarrollo de la perspectiva
sistémica de la terapia familiar

sugirió Brand, debería denominársela “homeodinámica1”. El problema de la palabra “dinámica”, no


obstante, es que harto a menudo se la remite a fuerzas o energías físicas. Tal vez para designar la relación
cibernética de cambio y estabilidad deberíamos limitarnos a emplear la frase “retroalimentación
negativa”.

Estas ideas sobre los procesos cibernéticos presuponen que es muy raro que todas las variables de un
sistema adopten un valor exacto -si es que alguna vez pueden hacerlo-. Ninguna conducta, interacción o
sistema coreográfico se mantiene permanentemente igual a sí mismo. Las familias, verbigracia,
constituyen climas perpetuos de cambio, donde cada individuo altera su conducta en un torbellino de
permutaciones interacciónales.

En términos técnicos, una variable oscilará o ‘pendulará’ en tomo de un valor ‘de control’. En un circuito
de retroalimentación, puede oscilar dentro de un intervalo controlado, o bien se ampliará el propio
intervalo de la desviación. Por ejemplo, un individuo puede fumar todas las semanas un promedio de ocho a diez
cigarrillos diarios, manteniéndose dentro de ese intervalo de control; otro fumador aumentará la cantidad de
cigarrillos pasando de 8-10 por día, en una semana cualquiera, a 20-30 por día en las semanas posteriores. En este
segundo caso, el intervalo de desviación ha ampliado sus límites inferior y superior en la misma dirección. Este
aumento indica una "fuga", en una sola dirección. Pero el fumador podría haber pasado también, gradualmente, de
8-10 a 2-30 cigarrillos diarios, en cuyo caso, el intervalo de desviación habría ampliado sus límites en direcciones
opuestas. Este aumento sugiere una oscilación intensificada del intervalo de desviación.

Como vemos, hay diferentes pautas para la ampliación de la desviación. En un sistema cibernético ésta
puede ampliarse en una sola dirección, o bien en un intervalo de oscilaciones cada vez más vastas.
Habitualmente las fugas en una sola dirección -como el aumento de la fortuna de un magnate del petróleo- son
desencadenadas por el empeño de maximizar o minimizar una variable determinada, y las oscilaciones
extremas -como la conducta del paciente atáxico- son el resultado de una retroalimentación no coordinada.

Existen sistemas que contrarrestan la desviación y otros que la amplían, y que unos y otros incorporan,
respectivamente, la retroalimentación llamada “negativa” y la “positiva”. El problema que puede
presentar esta concepción es que harto fácilmente lleva a describir el cambio y la estabilidad como una
dualidad de opuestos polares. Se dice entonces que las familias o bien están orientadas al cambio, o bien
son homeostáticas, o poseen una combinación equilibrada de estos procesos diferenciados. Pero esta
división simplemente no es cibernética, ya que en la cibernética es imposible separar la estabilidad del cambio -
ambos son las dos caras complementarias de la misma moneda sistémica-.

Es imposible cimentar un cambio si no se cuenta con un techo de estabilidad por sobre él, y que a su vez
la estabilidad descansa en los procesos de cambio que están por debajo. La estabilidad y el cambio son
explicables por diferentes órdenes de control de la retroalimentación. En otros términos, “la
retroalimentación puede referirse al éxito o fracaso de un acto simple, o bien producirse en un nivel más
alto, en el cual se retroalimenta la información correspondiente a toda una modalidad de conducta o pauta

1
Homeodinámica, no homeostasis.

5
RESUMEN Fundamentos y desarrollo de la perspectiva
sistémica de la terapia familiar

de comportamiento, permitiendo así al organismo cambiar la planificación estratégica de su acción


futura”. Esta retroalimentación de orden superior suele ofrecer una manera de preservar y de cambiar una
determinada organización social.

Como demuestra magistralmente la obra de Haley, el hecho de que a un adolescente se lo diagnostique como
"psicótico" suele implicar que la familia ha tenido problemas en la etapa evolutiva del "destete" de ese hijo. La
aparición de la conducta "psicótica" del adolescente, que parece intensificarse hasta un punto tal que se vuelve
ingobernable para los padres, desencadenará a la postre un orden superior de control. Por ejemplo, los padres pueden
buscar un terapeuta que interne al adolescente en un hospital neuro-psiquiátrico; de este modo, encerrándolo en un
cuarto (por lo cual sus padres pagan una cierta suma de dinero), la familia permanece inmodificada. En otros
términos, la retroalimentación que envuelve al terapeuta y a la institución contribuye ahora a mantener la
organización de la familia de modo de seguir bloqueando la incursión airosa del adolescente en el mundo adulto.
Frente a un sistema complicado como éste, para ser eficaz una terapia deberá establecer otro orden de proceso de
retroalimentación, que modifique la pauta que conecta recursivamente a la familia, el terapeuta y la institución.

Si la retroalimentación no está sujeta a un control de orden superior -vale decir, si no hay en la situación
una retroalimentación de la retroalimentación-, conducirá inevitablemente a la intensificación
descontrolada y a la cismogénesis. En definitiva, la intensificación descontrolada destruye al sistema. En
general, para la supervivencia y co-evolución de cualquier ecología de sistemas, los procesos de
retroalimentación deben corporizarse en una jerarquía recursiva de circuitos de control.

La cibernética estudia de qué manera los procesos de cambio determinan diversos órdenes de estabilidad
o de control. En esta perspectiva, el terapeuta debe ser capaz de distinguir no sólo la retroalimentación
simple, que mantiene el problema presentado por su cliente, sino también la retroalimentación de orden
superior que mantiene esos procesos de orden inferior. El objetivo del terapeuta es activar el orden del
proceso de retroalimentación que permita a la ecología perturbada autocorregirse.

UNA FICCIÓN ADECUADA PARA LAS CIENCIAS DE LA CONDUCTA

Era menester que alguien suministrara a las ciencias de la conducta una ficción tan elegante como aquella
sobre la cual se construyó la física: la partícula newtoniana. Sin una ficción o hipótesis8 apropiada, es
imposible construir una ciencia de la conducta.

La idea de una red recursiva con estructura de retroalimentación suministra una ficción útil para las
ciencias de la conducta. “Utilicemos como elemento de la conducta... el propio lazo de retroalimentación”.

La retroalimentación simple debe considerarse como la unidad de construcción o hipótesis conceptual


básica. Con ella podemos edificar una perspectiva más amplia de los órdenes recursivos del proceso de
retroalimentación, que nos permita caracterizar el proceso mental y viviente. Los sistemas complejos
envuelven un ordenamiento jerárquico de retroalimentaciones. Importa recordar que esta jerarquía es una

6
RESUMEN Fundamentos y desarrollo de la perspectiva
sistémica de la terapia familiar

red recursiva, y no una pirámide dividida en estratos. Cuando hablo de proceso de retroalimentación estoy
aludiendo a esta red recursiva.

Además, prefiero pensar en función de una retroalimentación negativa ordenada (en el sentido recursivo
del término) en forma jerárquica. Lo que a veces parece ser una “retroalimentación positiva” (p.ej., la
escalada en la acumulación de armamentos por determinadas potencias) es en verdad parte de una
retroalimentación negativa de orden superior. La explicación cibernética es siempre “negativa”. Lo que
a veces se denomina “retroalimentación positiva” o “desviación amplificada” es, entonces, un arco de
círculo o secuencia parcial de un proceso de retroalimentación negativo más abarcador.

CIBERNÉTICA DE LA CIBERNÉTICA
En los comienzos de la cibernética, los ingenieros solían referirse al estudio de las “cajas negras”. La
ingeniería cibernética de las cajas negras se limitaba a examinarla relación entre lo que entra en un sistema
(la entrada o insumo, input) y lo que sale de él (salida o producto, output). Dicha relación era cibernética
cuando la salida actuaba de tal modo sobre la entrada, que modificaba las salidas futuras.

«Siempre podemos utilizar la frase “retroalimentación positiva” como una aproximación a órdenes
superiores de retroalimentación negativa. Según esto, la retroalimentación negativa y la positiva
son complementarias, del mismo modo que lo son la epistemología recursiva y la lineal
progresiva».

Por ejemplo, un cohete se autoconduce hacia la luna reciclando información sobre su posición en cada momento,
que orienta su posición futura. La falla de esta concepción es que no da cabida al observador o ingeniero. Por
ejemplo, después de un cierto número de pruebas, éste debe calibrar el mecanismo de conducción del cohete; y esta
secuencia más amplia de ensayo y error constituye un proceso de retroalimentación de orden superior, que lo incluye
al ingeniero.

En general, cualquier sistema de “caja negra”, ya se trate del mecanismo de conducción de un cohete o de
un simple aparato de calefacción, está circunscripto por órdenes superiores de control de
retroalimentación. La concepción de la caja negra, que postula que el observador se mantiene fuera del
fenómeno observado, suele dar origen a la suposición de que aquél es capaz de manipular o controlar
unilateralmente el sistema que está observando. Esta perspectiva es útil a veces, para quien carga con la
responsabilidad de manejar un cierto sistema. Por supuesto, esta concepción es incompleta y sólo resulta
útil en aquellas situaciones que exigen un manejo unilateral. En un orden superior de recursión, el
terapeuta forma parte de un sistema total y está sujeto a las restricciones de su retroalimentación; en dicho
nivel es incapaz de ejercer un control unilateral. La cibernética dejó atrás la limitada puntuación de la
primitiva ingeniería de las cajas negras, al reconocer los órdenes superiores del proceso cibernético.

7
RESUMEN Fundamentos y desarrollo de la perspectiva
sistémica de la terapia familiar

Todo nuestro pensar acerca de la naturaleza de la finalidad y otras ideas conexas está sesgado
culturalmente por la propensión a discernir una finalidad, y sospecho que esta manera de contemplar lo
que hace un organismo es a menudo demasiado estrecha. Por ejemplo, puedo decir que mi finalidad al querer
convencerlo a usted de la importancia de mis descubrimientos es escalar posiciones sociales... Pero en verdad, en
mi condición de organismo, estoy aquí para cumplir finalidades mucho más vastas, que incluyen un sentimiento de
bienestar.

En su tentativa de ampliar la comprensión de diferentes órdenes de finalidades por parte de los


especialistas en cibernética, Pask diferenció dos tipos u órdenes de sistemas orientados hacia una meta:
los “sistemas taciturnos” y los “sistemas orientados por el lenguaje”, definiéndolos así:
«Los sistemas taciturnos son aquellos para los cuales el observador enuncia o descubre la meta
(finalidad presente en el sistema en cuestión), que luego es equiparada con la finalidad establecida
para él. En contraste con ello, en los sistemas orientados por el lenguaje, cualquiera que conozca
el lenguaje-objeto puede solicitar o instruir al sistema para que adopte ciertas metas, y el sistema
puede enunciar y describir sus propias metas utilizando el mismo medio».

El sistema de "control de la velocidad de crucero" en un automóvil es un sistema taciturno; una computadora


dotada de un lenguaje de programación es un sistema orientado por el lenguaje. Estos sistemas operan
formulando interrogantes para alcanzar sus metas, en lugar de ser unilateralmente comandados a hacerlo.
Por ejemplo, la computadora puede responder al operador diciéndole que no le suministró la información correcta,
o bien puede sugerirle otras preguntas, distintas de las que él le formuló.

Los sistemas taciturnos permiten al observador actuar como si estuviera diferenciado del sistema que en
ese momento es objeto de su interés. En la mayoría de los casos pasamos por alto cualquier interacción en
curso entre el operador y la máquina. En los sistemas orientados por el lenguaje, el observador se incorpora
con más claridad al sistema, al definir y establecer cuál es su propia finalidad. Este es un orden de finalidad
más alto, por cuanto el logro de la meta del sistema exige del observador algo más que oprimir una perilla
para que empiece a funcionar la máquina. El operador de una computadora forma parte del sistema que
computa.

La diferencia entre los sistemas taciturnos y los sistemas orientados por el lenguaje está dada por el orden
de recursión. En vez de ver estos sistemas como una dualidad de opuestos, puede concebirse que los
sistemas orientados por el lenguaje representan un orden de recursión superior que los sistemas taciturnos,
y que los sistemas taciturnos constituyen una aproximación complementaria de los primeros. De este
modo, cualquier puntuación de un sistema taciturno efectuada por un observadores una indicación
abreviada de lo que en un orden de recursión superior se presenta como un sistema orientado por el
lenguaje.

Históricamente, los terapeutas de familia han abordado a sus clientes como sistemas taciturnos, o como sistemas
orientados por el lenguaje. Según la primera postura, el sistema del cliente es una caja negra que puede ser observada

8
RESUMEN Fundamentos y desarrollo de la perspectiva
sistémica de la terapia familiar

y operada desde una posición exterior a ella; según la segunda, el terapeuta es incorporado al sistema y queda vedada
toda desconexión del circuito integrado por él y el cliente.

El salto desde la “caja negra” a la “caja negra más el observador”, así como el que va de los sistemas
taciturnos a los orientados por el lenguaje, represéntala evolución de la cibernética primitiva a lo que se
ha dado en llamar “cibernética de la cibernética”. Como dice von Foerster: «en este punto nuestra
maduración nos lleva de la cibernética (en la cual el observador ingresa en el sistema sólo al estipular la
finalidad de éste) a la cibernética de la cibernética (en la cual el observador ingresa en el sistema
estipulando su propia finalidad)».

La “cibernética de la cibernética” es, pues, una manera de señalar la inclusión y participación de los
observadores en el sistema. A diferencia del enfoque simplista de la caja negra, en el cual el observador
extremo procura discernir las redundancias (o reglas) en las relaciones entre la entrada y la salida, la
cibernética de la cibernética pega un salto en el orden de recursión y sitúa al observador como parte
integral del sistema observado.

Tradicionalmente, el empleo de las ideas cibernéticas en las ciencias sociales y la psicoterapia se atuvo al
modeló de la caja negra. Y según esta perspectiva, que puntúa a la familia como una caja negra, tanto los
síntomas como las intervenciones terapéuticas son "entradas" en ella. Esta concepción es muy útil para
diseñar una estrategia terapéutica; en tal caso, el terapeuta se asemeja a un ingeniero de control que se
ocupa de “ajustar”, “recalibrar” o “cambiar la organización estructural” de las familias que acuden a un
tratamiento, merced a un diseño que persigue una finalidad explícita. Esta perspectiva ha dado lugar a
muchas contribuciones importantes para la pragmática de la terapia. No obstante, la limitación de esta
concepción pragmática es que pasa por alto al observador o terapeuta como parte del sistema observado
y tratado; además, puede soslayar en el contexto de la terapia los órdenes más complejos del proceso, que
a veces se denominan “inconscientes”. Y lo curioso del enfoque pragmático descontextualizado es que no
sólo pone a la familia dentro de una caja negra, sino que también circunscribe al terapeuta como parte de
otra caja negra. Con harta facilidad se ignora la “caja” más amplia aun que incluye la interacción compleja
entre estos sistemas circunscriptos. La cibernética de la cibernética procura adoptar una perspectiva según
la cual esas cajas separadas pueden abrirse y considerarse parte de un sistema recursivo total.

Wiener tenía conciencia de los diferentes órdenes del proceso de retroalimentación. Advirtió que en las
ciencias humanas los procesos cibernéticos de orden superior incluyen forzosamente al observador, y por
ende postuló que una comunidad cualquiera, estudiada por un antropólogo, “nunca sería exactamente la
misma después”, y también, que “cualquier investigación del mercado de valores probablemente
desacomode el mercado de valores”. Por desgracia, en los comienzos de la era de la “cibernética de control”, no
se enunciaron con claridad estos órdenes superiores del proceso, y fue preciso que esta disciplina redescubriera su
propia índole recursiva.

9
RESUMEN Fundamentos y desarrollo de la perspectiva
sistémica de la terapia familiar

La cibernética simple nos ha proporcionado nociones como las de homeostasis y adaptación, en


tanto que la cibernética de la cibernética, según veremos, incluye los conceptos de
autorreferencia, autonomía, y los que corresponden a unidades más complejas de la mente.

AUTORREFERENCIA
ERRORES DE LA OBJETIVIDAD

D Dado que la cibernética de la cibernética, o lo que von Foerster llama “Cibernética de segundo orden”,
sitúa al observador en el seno de lo observado, toda descripción es autorreferencial. Las paradojas
autorreferenciales forman parte natural de todo sistema formal de pensamiento, el hombre no puede
desembarazarse de ellas, como no puede librarse de su naturaleza animal.

Siempre se pensó que en el discurso científico la “autorreferencia” era ilegítima, pues se abrigaba la
convicción general de que el Método Científico descansa en enunciados “objetivos” presuntamente
independientes del observador; parecía imposible abordar científicamente la autorreferencia, la
autodescripción y la autoexplicación. Esta creencia es infundada; dado que un sistema posee tal
complejidad que debe posee un sistema descriptivo que le permita funcionar con los objetos que el
describe.

Las consecuencias epistemológicas de la Cibernética de la Cibernética sustentan cada vez más la postura
de que la pretensión de “objetividad” es errónea, pues se presume la separación entre el observador y lo
observado. «¿Cómo sería posible efectuar una descripción, ante todo, si el observador no gozara de las
propiedades que le permiten generar tales descripciones?". Y concluye declarando que, ¡El reclamo de
objetividad carece absolutamente de sentido!» Por desgracia, en el trato del hombre con los sistemas
humanos suele prevalecer la noción de objetividad, con su concomitante descuido de la autorreferencia.

El maestro es siempre parte de lo que enseña y el alumno es siempre parte de lo que aprende. Idealmente, la
educación debería abarcar tanto el aprendizaje “de memoria” como el diálogo socrático, unido de un modo
recursivo. La misma crítica es aplicable a la terapia. Los terapeutas que conciben los sistemas de sus clientes como
las cajas negras aisladas pueden trivializar el contexto terapéutico, considerándose a sí mismos capaces de
“controlar” unilateralmente a sus clientes y exaltando las virtudes de la denominada “postura objetiva” o “neutral”.
Una de las maneras en que los terapeutas pueden trivializar a sus clientes es administrándoles tests diagnósticos
“objetivos”. Esto les permite manejar una categoría predecible. Vinculándose con el comportamiento del cliente
como si fuera una categoría particular de conducta, el terapeuta contribuye a plasmar la "realidad" del problema
que su cliente le presenta, lo cual convierte la sesión en un rito de iniciación y en una clase de adiestramiento sobre
una manera particular de ser sintomático. En tal contexto, el cliente aprende las habilidades necesarias para
convertirse en una categoría sintomatológica “adecuada”.

Otros terapeutas, operando a partir de una concepción más social, tal vez generen episodios interacciónales que
lleven a los clientes a modificar sus respuestas. Según este enfoque, por ejemplo, podrá permitírsele a una familia

10
RESUMEN Fundamentos y desarrollo de la perspectiva
sistémica de la terapia familiar

que se comunique sólo de cierto modo, a través de determinados canales. Se le dirá al padre que le cuente a su
esposa cómo "se siente", y no cómo "piensa"; al mismo tiempo, se impedirá que los niños interrumpan al padre
mientras éste habla. Según el libreto de esta interacción social, el terapeuta es una especie de agente de tránsito que
puntúa la forma en que deben desarrollarse las diversas secuencias de conducta. Estos terapeutas, ya sea que lo
oculten detrás de un marco psicométrico de interacción social, actúan guiados por la misma premisa
fundamental: la de que ellos están “encargados” de originar el cambio y deben permanecer “fuera” del
sistema que tratan. Como veremos, la Cibernética de la Cibernética presta más atención a la relación
recurrente entre terapeuta y cliente –perspectiva que elude las premisas de la objetividad–.

La objetividad y la subjetividad representan una suerte de par complementario, como el día


y la noche o la izquierda y la derecha. Así, si se demuestra que la idea de “objetividad” carece de
sentido, esto sugiere implícitamente que también la “subjetividad” carece de sentido.

ETICA DE LA OBSERVACIÓN
Tenemos que ir más allá de la Gestalt de la objetividad y la subjetividad. La Cibernética de la cibernética
propone que la alternativa es la ética. Desde una perspectiva ética no nos preguntamos si somos ‘objetivos’
o ‘subjetivos’; en lugar de ello, admitimos el nexo necesario entre el observador y lo observado, y ello nos
conduce a examinar cómo participa el observador en lo observado. Por consiguiente, la concepción que
un terapeuta tiene de un síntoma presupone en él una preferencia, intención o base ética determinada. Esto
nos sugiere que cualquier descripción nos dice tanto o más sobre el observador, como sobre el suceso
que describe. Un ejemplo obvio es el de un crítico cinematográfico que rotula una película determinada como
‘absurda’: esa descripción suele revelarnos más acerca del crítico que acerca de la película.

El tránsito hacia una perspectiva participativa y ética es el “pasaje de un pensamiento causal


unidireccional, a un pensamiento sistémico mutualista, de la preocupación por las propiedades de lo
observado al estudio de las propiedades del observador”. Como cada cual prescribe determinadas maneras
de puntuar el mundo, es importante examinar las intenciones que están en la base de esos hábitos de
puntuación. En síntesis, las distinciones que establecemos a fin de conocer el mundo humano surgen de
una base ética, no objetiva ni subjetiva.

La concepción de una epistemología autorreferencial participativa rechaza muchas otras premisas que
subyacen en el “método científico” tradicional. Que la “cibernética propone construir una epistemología
más general, de la cual el método científico clásico es un caso especial, no aplicable a los sistemas
sociales”. Hay que dar cuenta de un "observador", o sea, de un sujeto, por los menos: i) las observaciones
no son absolutas sino relativas al punto de vista del observador; ii) las observaciones afectan lo observado,
de modo tal que anulan toda esperanza de predicción que abrigue el observador; una descripción (del
universo) implica a la persona que lo describe (que lo observa).

11
RESUMEN Fundamentos y desarrollo de la perspectiva
sistémica de la terapia familiar

La cibernética de la cibernética, que ha sido desarrollada en gran medida por los biólogos, nos provee de
una visión de la autorreferencia y consideraciones éticas sobre la manera en que participamos en la
construcción y mantenimiento de nuestro universo de experiencia. El camino para corregir la postura
derivada de una aplicación estricta de la cibernética simple a los sistemas humanos -postura
potencialmente “desalmada” y que éticamente lleva a la bancarrota- consiste en saltar a la posición de
autorreferencia y participación prescripta por la cibernética de la cibernética. En este orden superior del
proceso, nos encontramos con que no es preciso arrojar por la borda las ventajas pragmáticas que se
obtuvieron gracias a la concepción del primer orden. En lugar de ello, la pragmática de la cibernética
simple es contextualizada mediante una perspectiva que ubica al terapeuta plenamente dentro de la terapia.

Ya estamos en condiciones de abordar el núcleo mismo de la cibernética de la cibernética. Pero para


aproximamos a este territorio, empezaremos haciendo una breve excursión por el campo de las
investigaciones biológicas que llevaron originalmente a reflexionar acerca de estos órdenes superiores del
proceso. Advertimos al lector que el camino que lleva a la comprensión del modo en que el terapeuta
forma parte más cabal de la terapia es paradójico. Como veremos, la consideración plena de la autonomía
de un sistema nos conduce a una comprensión enriquecida de la ecología de la terapia.

AUTONOMÍA
Los especialistas describen la cibernética de la cibernética como una manera de concebir el “cierre
organizacional” o “autonomía” de los sistemas. Esto implica que el sistema es considerado sin hacer
referencia alguna a su medio extremo. El límite del sistema permanece intacto. De hecho, esto es un intento
de abordar la totalidad de los sistemas. Desde esta perspectiva, hablamos de un sistema cerrado, o más
radicalmente aun, un sistema que desde el 'punto de vista' del sistema mismo es enteramente
autorreferencial y no tiene ningún 'afuera'. Esta orientación ha recibido elaboración formal por parte de
los biólogos Maturana y Várela, que iniciaron su labor tratando de responder a la siguiente pregunta:
¿Cuál es la organización del proceso viviente?, ¿Qué pauta caracteriza la autonomía de los sistemas
vivientes? Como punto de partida, Maturana trabajó sobre el fenómeno de la percepción. En un artículo
histórico, “Lo que el ojo de la rana le dice al cerebro de la rana” la rana tiene incorporados a su neurofisiología
detectores de rasgos que responden selectivamente ante determinados sucesos del medio (p. ej., el color, la forma,
el movimiento de la presa y del enemigo). Esta hipótesis se apoyaba en la premisa de que existe una realidad o
medio objetivo fuera del animal, del cual se traza en el interior de éste un modelo. Se pensaba que la percepción
consistía en correlacionar los sucesos del medio externo con los sucesos neurales internos.

Esta epistemología empezó a mostrar sus falencias cuando Maturana propuso investigar una premisa
diferente: ¿Qué ocurre si, en vez de tratar de correlacionar la actividad de la retina con los estímulos
físicos externos al organismo, procediéramos de otra manera, y tratáramos de correlacionar la actividad
de la retina con la experiencia cromática del sujeto? (Maturana y Várela, 1980). De hecho, esto equivalía
a preguntar: ¿Cuál es la relación que existe entre el ojo y el cerebro de un organismo, si no se hace
referencia a ningún estímulo exterior? Sus posteriores investigaciones llevaron a Maturana y sus colegas

12
RESUMEN Fundamentos y desarrollo de la perspectiva
sistémica de la terapia familiar

a concluir que la percepción no está determinada por el medio externo, sino que es el producto del
sistema nervioso interno. Si bien los sucesos externos pueden desencadenarla acción de la totalidad del
sistema nervioso, los productos de la percepción se generan internamente. No sorprenderá averiguar que
la epistemología experimental llegó a descubrir que el sistema nervioso se cierra sobre sí mismo, lo cual
es operacionalmente necesario para que el organismo pueda pensar acerca de su pensar. Esta perspectiva
nos sugiere que la percepción sensorial no es un pautamiento interno de un aflujo o insumo [input] externo,
sino que debe considerársela “un reflejo de la estructura del sistema nervioso”.

Como he venido insinuando, la cibernética de la cibernética vuelve del revés la epistemología tradicional.
La autonomía de los sistemas se caracteriza por una organización cerrada y recurrente; dicho de
otro modo, todo proceso viviente corporiza una epistemología cibernética. Maturana y Várela recurrieron
al término “autopoyesis” para aludir a ese orden de proceso que genera y mantiene la autonomía o
totalidad de las células biológicas. Andrew definió la autopoyesis como “la capacidad de los sistemas
vivientes para desarrollar y mantener su propia organización, en cuyo caso la organización desarrollada y
mantenida es idéntica a la que cumple las acciones de desarrollo y mantenimiento”.

El orden más alto de recurrencia o de proceso de retroalimentación de un sistema define, genera y mantiene
su autonomía. La amplitud de la desviación que esta retroalimentación procura controlar tiene que ver con
la organización de la propia totalidad del sistema. Si éste trasciende los límites de su amplitud de
organización, deja de ser un sistema. Así pues, la autonomía se refiere al mantenimiento de la totalidad de
un sistema. Las ideas de Maturana y Várela se vinculan con la obra de Bateson; los tres aducen que las
descripciones, y las relaciones de las descripciones, son generadas mediante las distinciones que traza el
observador, lo cual crea una red epistemológica apta para captar e identificar un fenómeno. Las
“características mentales son inherentes o inmanentes al sistema en cuanto totalidad”. Interrumpir el
circuito puntuando en él una entrada [input] y una salida [output] es quebrantar el sistema.

El cierre organizacional implica una red de lazos interconectados de retroalimentación, red que es cerrada
y que carece de entrada desde, o de salida hacia, el ambiente exterior: se alimenta de sí misma con la
recursiva serpiente que devora su propia cola.

Pero si bien la organización de un sistema autónomo es cerrada, podemos interactuar con su totalidad de
diversas maneras. Un observador o terapeuta puede “interactuar con un sistema hurgando en él, arrojando
cosas en su interior y mediante otros procedimientos semejantes, con variados grados de sutileza”; estas
interacciones perturban la estabilidad del sistema total, que como respuesta “procurará o no
compensarlas” (Várela, 1976). Lo que permanece estable en esa compensación es la totalidad del sistema:
éste conserva su identidad como organización autónoma particular. El sistema total actúa como un
homeostato, o sea, un artefacto para mantener dentro de ciertos límites su propia organización.

Un informe de Darwin sobre uno de sus trabajos de campo suministra un interesante ejemplo de una organización
cerrada:

13
RESUMEN Fundamentos y desarrollo de la perspectiva
sistémica de la terapia familiar

En una enorme estancia, (Darwin) se encontró con una tropa de ganado que sumaba más de diez mil cabezas.
Para el ojo poco experto no era sino un desordenado conjunto de bestias, pero todos los arrieros sabían que
la tropa se subdividía en grupos de cincuenta o cien animales, que siempre permanecían en las vecindades
unos de otros. Una noche hubo una serie terrorífica de tormentas eléctricas: en medio del pánico, los
animales arremetieron unos contra otros, se precipitaron a los saltos dispersándose en la oscuridad,
volvieron a reunirse y a sentir pánico y a dispersarse otra vez. A la mañana, parecía que un mazo de diez
mil naipes hubiera sido barajado y rebarajado durante toda la noche; a los arrieros les fue imposible restaurar
el orden original. Sin embargo, no habían pasado 24 horas y ya cada animal había encontrado a sus
compañeros originales, retomando con ellos la vida social de costumbre (pág. 67).

Desde la perspectiva de la Cibernética de la Cibernética, la tormenta eléctrica no actuó a modo de una


intervención lineal, del tipo de un dato de entrada [input], sino que más bien perturbó una organización
cerrada. Este caso el sistema social, organizacionalmente cerrado, se compensó y retuvo su autonomía.

LA FAMILIA COMO SISTEMA AUTÓNOMO


En su orden más alto de recursión la familia es un sistema autónomo. Como organismo social, su orden
más alto de proceso de retroalimentación tiende a mantener su unidad como ser familiar total. Enunciando
esto de manera recursiva, podríamos decir que la familia se organiza a fin de mantener la organización
que la define como tal.

Ya hemos visto que puede describirse a las familias mediante diversos órdenes de proceso, incluyendo
fragmentos particulares de acción, episodios de interacción y sistemas coreográficos más complejos. En
esta jerarquía de procesos recursivos, la coreografía más avanzada tiene que ver con la interconexión de
los órdenes inferiores de proceso tendiente a mantener al organismo como tal. Este orden superior de
organización es la organización cerrada del sistema: modificar esta pauta de organización equivale a
destruir el sistema. Si, un organismo no puede perdurar dentro de los límites de lo viviente, muere. Aunque
la descripción de estos órdenes recursivos puede parecer a veces monótona, tediosa y complicada, es una manera
formal de abordar la organización del proceso viviente.

Repitamos que la organización cerrada, autonomía o totalidad de un sistema como la familia no puede modificarse,
pues de lo contrario no habría familia. Si un sistema familiar pierde su autonomía, ya no podría distinguírselo como
unidad. En tal sentido, dejaría de ser una totalidad reconocible. Pero esto no significa que la familia no cambie. Lo
que cambia es su estructura, o el modo de mantener su organización. Maturana y Várela (1980) proponen que la
organización y la estructura pertenecen a distintos tipos lógicos;

Las relaciones que definen una máquina como una unidad, y determinan la dinámica de interacciones y
transformaciones que puede sobrellevar en su carácter de unidad, constituyen la organización de la
máquina. Las relaciones efectivas que mantienen los componentes que integran una máquina concreta en
un espacio determinado constituyen su estructura.

14
RESUMEN Fundamentos y desarrollo de la perspectiva
sistémica de la terapia familiar

Por otro lado, cuando un terapeuta dice que el síntoma cumple un servicio para la persona que lo manifiesta y/o su
sistema familiar, alude a la forma particular en que ese sistema es estructuralmente mantenido como totalidad. Una
meta de la terapia puede ser facilitar la existencia de estructuras alternativas para mantener la organización de la
familia. La diferencia entre estructura y organización, tal como fue enunciada por Maturana y Várela, sugiere una
nueva manera de entender el apotegma de la teoría de los sistemas según el cual “la totalidad es mayor que la suma
de sus partes”. Dicho con más precisión, “la totalidad es el cierre organizacional de sus partes” (Várela, 1976a).
A todas luces, hablar del cierre organizacional de una familia es una manera de designar la familia total.

DIALÉCTICA DE LA CALIBRACIÓN Y LA
RETROALIMENTACIÓN
Importa volver a subrayar que la cibernética de la cibernética no exige el abandono de la cibernética
simple, no nos insta a desprendernos de nuestros conceptos sobre la retroalimentación simple; más bien,
la cibernética de la cibernética es un orden superior de recursión que la cibernética simple. La cibernética
de la cibernética se ocupa de la homeostasis de la homeostasis, del control del control, de la estabilidad
de la estabilidad, del cambio del cambio, y de la retroalimentación de la retroalimentación. Nos
proporciona una manera de construir y discernir procesos cibernéticos más complejos merced a órdenes
superiores de recursión. Como ya dijimos antes, todos los sistemas y lazos de retroalimentación se
asemejan a cajas chinas metidas una dentro de la otra.

Esto significa que toda institución social (en la intersección de varias de las cuales está inserto un individuo
cualquiera) se halla inserta dentro de una institución social más amplia, y así recurrentemente; y que todas
ellas son autopoyéticas...Cualquier individuo que intente reformar su vida dentro de una familia
autopoyética no podrá nunca llegar a ser cabalmente su nuevo sí-mismo, porque la familia insistirá en que
siga siendo su sí-mismo antiguo.

La noción de sistemas envueltos en sí mismos [infolded], al modo de las cajas chinas, indica que cada individuo
forma parte de numerosos órdenes de organización. Una manera de incursionar en el laberinto del proceso
cibernético de orden superior es mediante el empleo de la escala dialéctica que asciende en zigzag entre la forma y
el proceso.

El observador clasifica la organización del proceso que observa. Traducida al mundo de la cibernética,
la clasificación de la forma se convierte en “Clasificación de la calibración”, vale decir, una
especificación de la organización del proceso retroalimentativo. Mediante esta versión de la dialéctica
entre forma y proceso podemos construir y discernir diversos órdenes de calibración y retroalimentación
cibernéticos. Por ejemplo, el control de la temperatura de una vivienda, en su orden más simple de recursión,
consiste en un proceso de retroalimentación por el cual el termostato y el aparato de calefacción responden a las
diferencias de temperatura. Este lazo cibernético elemental es organizado por la predisposición particular del
termostato, denominada "calibración" de la retroalimentación térmica de la vivienda. No obstante, como ya hemos
visto, la calibración de esa retroalimentación está a su vez sujeta a una retroalimentación de orden superior, que

15
RESUMEN Fundamentos y desarrollo de la perspectiva
sistémica de la terapia familiar

abarca a la persona que efectúa dicha calibración. Las personas que viven en climas fríos y desapacibles, y por ello
prefieren permanecer en el interior de las viviendas, muy probablemente calibrarán sus termostatos de otra manera
que las que viven en un desierto cálido y seco y disfrutan de los deportes al aire libre.

El clima y el estilo de vida de una persona forman parte de un proceso de retroalimentación de orden aun
superior que calibra a esa persona.

Al igual que la dialéctica entre la forma y el proceso, el desplazamiento de un orden de proceso de


retroalimentación a otro demanda una oscilación dialéctica, que pasa por la clasificación de la calibración.
En el caso de la interacción familiar, el ejemplo clásico es el del comportamiento sintomático del hijo que calibra
la intensidad de la interacción entre sus padres. Si éstos se traban en una reyerta cada vez más intensa, puede llegar
un momento en que activen en el niño un ataque asmático; la conducta del niño distrae la interacción de los padres,
y de este modo calibra el grado de intensidad que pueden alcanzar sus disputas.

Pero también esta retroalimentación está sujeta a recalibración por un proceso de orden superior. Un
terapeuta, verbigracia, puede reestructurar la organización familiar de manera de ofrecer un camino alternativo para
alcanzar la estabilidad en la interacción. A tal fin, tal vez procure que los padres calibren sus episodios simétricos
que, al intensificarse, llevan a la fuga. Facilitando la instauración de un contexto en el que marido y mujer se
convierten en un sistema autocorrectivo, el terapeuta contribuye a desacomodar la calibración previa del
comportamiento de los padres por el trastorno sintomático del hijo. En este caso, el proceso de retroalimentación
de orden superior incluye al terapeuta, los padres y el hijo. Así pues, una retroalimentación de orden más
alto recalibra un proceso de retroalimentación de orden más bajo. O, dicho de otra manera, el “sistema
compuesto por terapeuta, padres e hijo” altera el “sistema compuesto por padres e hijo”.

Esta dialéctica entre retroalimentación y calibración nos permite percatarnos de los distintos órdenes de
la cibernética (véase la figura 2).
Como lo muestra la figura, el pasaje
de la retroalimentación simple a la
calibración simple da cuenta de la
organización de los sistemas
cibernéticos simples. A medida que
uno asciende hacia órdenes superiores
del proceso de retroalimentación, la
retroalimentación simple queda sujeta
a recalibración: aquí estamos en el
nivel de la Cibernética de la
Cibernética. Este ascenso en zigzag
alcanza un límite, sin embargo,
cuando nos topamos con el orden más
alto de calibración y retroalimentación
en un sistema, el que Várela y Maturana llaman “autonomía”. Ya hemos visto que la autonomía

16
RESUMEN Fundamentos y desarrollo de la perspectiva
sistémica de la terapia familiar

específica a la totalidad del sistema mismo, que por definición está cerrado organizacionalmente. Esta
dialéctica cibernética puede aplicarse a cualquier sistema que un observador ( p. ej., un terapeuta) sea
capaz de distinguir. Y también es posible concebir que la ecología de todos los sistemas puntuados
imaginables (e inimaginables) pertenecen a un sistema autónomo más amplio.

LA MENTE COMO SISTEMA CIBERNETICO


Uno de los aportes más importantes de Bateson fue su definición de la “mente” como sistema
cibernético. Desde esta perspectiva, la mente es un agregado de partes interactuantes, dotado de una
estructura de retroalimentación. La complejidad de estos sistemas va desde la retroalimentación simple a
lo que Bateson denomina una “Ecología de la mente”; allí donde haya retroalimentación se pondrán en
evidencia características propias de una mente. La mente de un ciego que cruza una calle incluye por fuerza su
bastón, que sin duda forma parte activa del proceso de retroalimentación que lo guía. Al sustituir la palabra
“sistema” por la palabra “mente”, podemos darnos cuenta de que «la mente se vuelve una propiedad, no
sólo de organismos simples aislados, sino de las relaciones entre ellos, incluyendo a los sistemas que se
componen de un hombre y otro hombre, o de un hombre y un caballo, o de un hombre y un jardín, o de un escarabajo
y una planta».

La concepción cibernética pone de relieve que la unidad de la terapia no son los individuos, parejas,
familias, vecindarios o sociedades; la cibernética se centra en el proceso mental. En la terapia, la mente
puede ser inmanente a toda una amplia variedad de unidades sociales, y abarcar individuos, subsistemas
familiares y familias completas. El especialista en cibernética apunta su mira a las pautas subyacentes de
la retroalimentación.

«La epistemología cibernética que acabo de exponerles podría sugerir un enfoque nuevo. La mente
individual es inmanente, pero no sólo el cuerpo: es inmanente también a las vías y mensajes que se dan
fuera del cuerpo; y existe una Mente más amplia, de la cual la mente individual es sólo un subsistema. La
Mente más amplia es comparable a Dios, y tal vez sea eso que algunas personas llaman "Dios", pero sigue
siendo inmanente al sistema social total interconectado y a la ecología planetaria».

La cibernética nos permite examinar tanto la autonomía como la interdependencia de sistemas totales, ya
se trate de los constituidos por terapeuta y cliente, o por el hombre y el planeta. A la inversa, el examen
cabal de las pautas más abarcadoras de interconexiones imaginables nos lleva a reconocer la autonomía
de una diversidad de sistemas individuales. Estas ironías, cuando se las concibe como una doble visión, nos
recuerdan una eterna verdad: en un universo recursivo, la Tierra entera puede encontrarse en una única célula viva.

17
RESUMEN Fundamentos y desarrollo de la perspectiva
sistémica de la terapia familiar

COMPLEMENTARIEDADES CIBERNÉTICAS
Ya hemos apuntado que la epistemología cibernética propone que abarquemos ambos lados de cualquier
distinción trazada por un observador. A lo largo de esta obra, he aducido que un terapeuta debería adoptar
a la vez las perspectivas de la pragmática y la estética, del control y de la autonomía, de la cibernética
simple y de la cibernética de la cibernética, y aun de las descripciones lineales progresivas y las recursivas.
Una manera de reconocer los dos lados de estas distinciones es considerarlas parte de una
“complementariedad cibernética”.

Várela comienza estableciendo la forma básica de concebir los dos lados de una distinción:
“eso” / “el proceso que conduce a eso”.

Si se considera que estos dos lados, pese a ser diferentes, están relacionados entre sí, uno se aproxima a
un encuadre cibernético de las distinciones, y dicho encuadre permite que pueda verse a ambos como una
«imbricación de niveles, en que uno de los términos de la pareja surge del otro» (Várela, 1976). La relación
entre los lados de estas distinciones es autorreferencial, de modo tal que uno de ellos es (re)ciclado desde
el otro. Para generar una complementariedad cibernética no hay más que seguir la receta de Várela:

A este fin, tómese cualquier situación (dominio, proceso, entidad, noción) que sea holística (total,
cerrada, completa, plena, estable, autosuficiente). Póngasela del lado izquierdo de la barra, y del
lado derecho póngase los procesos correspondientes (constituyentes, generadores, dinámicos)
(pág. 63).

Por ejemplo:
Forma ‒ proceso
Territorio ‒ mapa
Descriptor ‒ descripto
Observador ‒ observado
Sujeto ‒ objeto
Realidad / receta
Ambiente ‒ sistema

Importa tener en cuenta que toda complementariedad cibernética abarca diferentes órdenes de recursión,
que demuestran de qué manera las “parejas (polos, extremos, modalidades, lados, aspectos) se relacionan
y sin embargo permanecen distintas” (Várela, 1976). Las complementariedades cibernéticas ofrecen una
manera de compendiar la índole recursiva de la epistemología natural.

A veces, sin embargo, se trazan distinciones con el fin de deslindar una pareja de opuestos, cada uno de
los cuales pertenece a un mismo orden de proceso. Por ejemplo, se propone el par “predador/presa”,
afirmando que son opuestos excluyentes entre sí. Várela (1976) sugiere que cada vez que encontramos un

18
RESUMEN Fundamentos y desarrollo de la perspectiva
sistémica de la terapia familiar

dualismo de este tipo -que él denomina “par hegeliano”-, debemos advertir que estamos ante un esquema
incompleto: es menester que concibamos esos pares hegelianos como uno de los lados de una
complementariedad cibernética más amplia. En el caso del par hegeliano “predador/presa”, tenemos la
complementariedad cibernética “ecosistema/interacción de las especies”. Cada vez que nos encontramos
con un par hegeliano que propone una simetría de opuestos, podemos siempre reencuadrarlo como parte
de una complementariedad cibernética más abarcadora. En el ejemplo anterior, la batalla entre las especies por
el alimento y el territorio sólo es una mitad de la historia: el cuadro cibernético más amplio nos dice que esa batalla
es un medio o proceso para generar, mantener y estabilizar un ecosistema.

Por consiguiente, las complementariedades cibernéticas son reencuadres de las distinciones que trazan las
personas en función del proceso de recursión. Por ejemplo, la forma básica de Várela, “eso/el proceso que
conduce a eso”, puede utilizarse para encuadrar la pauta “estabilidad/cambio”. La cibernética, tal como la hemos
definido, es de hecho el estudio de esta relación complementaria. La perspectiva de las
complementariedades cibernéticas transforma nuestra manera de conocer, encaminándonos hacia la visión
estética que los poetas han tenido desde siempre. Esa visión concibe todo proceso mental y viviente
como recursivo y complementario.

Como en los orígenes de la cibernética simple, la terapia familiar se halla hoy inmersa en métodos de
tratamiento basados en la técnica y el control. Nuestra pragmática debe ser contextualizada mediante
pautas estéticas más abarcadoras. Un camino para enmendar esto consiste en el salto recursivo de la
Cibernética Simple a la Cibernética de la Cibernética. Nuestros estudios podrían inspirarse en un afán antiguo,
la curiosidad respecto del mundo del que formamos parte. La recompensa de tal tarea no es el poder sino la belleza.

19

También podría gustarte