Depresión No Puedo Dejar de Estar Triste

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 8

GUÍA DE APOYO PSICOLÓGICO PARA UNIVERSITARIOS

Depresión: No puedo dejar de estar triste

Depresión:
No puedo dejar de estar triste
Patricia Pérez Marinkovic

Dentro de los motivos de consulta psicológica de los estudiantes uni-


versitarios, la temática más frecuente es la depresión. Factores tales
como la frustración por rendimiento insatisfactorio en la vida aca-
démica, di cultades familiares, problemas económicos, di cultades
para el establecimiento de relaciones interpersonales, desmotivación
por la carrera que se ha escogido, cambio de ciudad y afrontamien-
to de una vida lejos de la familia, con ictos de pareja, son algunos
de los motivos que señalan los estudiantes como explicativos de su
“estar triste”.

Diferencia entre ánimo triste y depresión


En este contexto, es importante señalar que sentir un descenso de
la energía física y psíquica no implica que la persona esté cursando
un trastorno del ánimo. Para diagnosticar que ello está ocurriendo se
requiere de toda una sintomatología especí ca y de una duración
mínima en el tiempo. Cuando se ha activado una depresión, la per-
sona vivencia un estado de ánimo triste la mayor parte del día, pier-
de interés por las actividades que antes le generaban placer, puede
sentir ansiedad, sensación de fatiga o pérdida de energía a diario,
irritabilidad, sueño excesivo o insomnio, di cultades de concentra-
ción. Puede sentir temor, sensación de inutilidad y culpa, además de
pensamientos desesperanzadores acerca de la vida. Cuando varios
de estos síntomas se presentan de manera sostenida por más de 2 se-
manas, la persona comienza a experimentar un deterioro signi cativo
en su vida, tanto a nivel personal, social como familiar.
Episodios de descenso del estado de ánimo son naturales en los seres
humanos y están vinculados a episodios que los detonan, no obstan-
te, la persona que lo vivencia no deja de disfrutar y ver el mundo
con esperanza. Es decir, el “bajón” tiene una intensidad y duración
acotada en el tiempo, tras lo cual, la persona recupera su nivel de
funcionamiento habitual.

155
Patricia Pérez Marinkovic

En este contexto, no resulta extraño que muchas veces no nos demos


cuenta de los procesos internos que realizamos y solamente podemos
percibir conscientemente los resultados de ellos.

¿Qué sucede en la depresión?


El estado de ánimo depresivo implica la ejecución de una serie de
procesos internos en donde hemos “adherido” a esta emocionalidad
por un tiempo que excede el interés de nuestro ser interno, que es
nuestro propio referente de armonía. Nos sentimos agotados, agobia-
dos, desesperanzados, tristes, frustrados, enrabiados… y no sabemos
realmente cómo es que llegamos hasta allí internamente. Podemos
darnos la explicación causal, pero no somos conscientes realmente
de qué estamos haciendo para “alimentar y reforzar” ese estado.
No nos damos cuenta conscientemente de cómo “elegimos” perma-
necer en esa serie de pensamientos y emociones que perpetúan el
ánimo depresivo. Nos levantamos por la mañana e instantáneamen-
te nos repetimos los pensamientos con los cuales funcionamos el día
anterior, un día que por cierto ya no existe. En coherencia entonces
con todo aquello que nos estamos “recordando” surge la emocio-
nalidad absolutamente obediente a las órdenes psíquicas que le
estamos enviando. Si pensamos: “…¡qué lamentable!, ¡otro día más
de esfuerzo!”, nuestras emociones se colocan en sintonía con eso y
rápidamente se activa el cansancio, la frustración, la desesperanza.
Y partimos entonces inmediatamente creando el día que sin darnos
cuenta, nos propusimos crear… no cuesta mucho imaginar cómo
será ese día para nosotros y lo más complejo es que si mantenemos
esa actitud por un tiempo prolongado, realmente la vida se hace
“cuesta arriba”.

La vivencia de la emocionalidad y diálogos internos


En el contexto psíquico, el estado de ánimo se vincula a la focalización
de la atención. En este contexto, los seres humanos podemos experi-
mentar decenas de emociones y éstas tienen de manera natural un
ciclo de existencia, en donde la emoción aumenta hasta alcanzar un
peak y luego desciende. Ninguna emoción se puede sostener de ma-
nera ininterrumpida por un largo periodo de tiempo, salvo que este-
mos repitiendo internamente a voluntad todos los pensamientos que
la desencadenan. Es decir, podemos estar muy tristes, en plena crisis,
pero probablemente a las 8 horas de estar llorando alternadamente,

156
GUÍA DE APOYO PSICOLÓGICO PARA UNIVERSITARIOS
Depresión: No puedo dejar de estar triste

lamentándonos y sintiéndonos profundamente incompatibles con la


vida, necesitaremos parar en algún momento, para comer algo por
ejemplo, o para ir a dormir. Luego, si decidimos continuar en la misma
emocionalidad, despertamos unas horas más tarde y sin darnos cuen-
ta, nos preguntamos internamente…¿dónde habíamos quedado?...
y comienza el ciclo una vez más. Cuando estamos deprimidos, lo que
hacemos psíquicamente es que generamos un círculo vicioso de “re-
petición” de todos los pensamientos y emociones que vivenciamos
tras un evento de frustración, rabia y/o tristeza, es decir, focalizamos
nuestra atención en esta repetición. Por ejemplo, si algo no funcionó
para nosotros (reprobamos una asignatura) comenzamos a exacer-
bar la emocionalidad vinculada a ese hecho (ej.: sentimientos de in-
utilidad, frustración, ansiedad, tristeza) y nos repetimos mentalmente
todo un diálogo interno que nos dice más de lo mismo, en coherencia
con lo que ya nos habíamos repetido. El tiempo en que sostengamos
esta focalización de la atención en esos pensamientos y emociones,
es lo que genera un estado depresivo. Es decir, donde está nuestra
atención, allí estamos nosotros. Cuando captamos eso, comienza a
abrirse la posibilidad de querer cambiar el foco de nuestra atención
y entonces podemos salir de ese estado en el que entramos. Nuestra
capacidad de focalizar la atención es una herramienta fundamental
cuando queremos manejar nuestros estados internos. Por lo tanto, el
darnos cuenta de qué estamos haciendo psíquicamente con noso-
tros, nos devuelve el poder para cambiar dicha situación.
Todos los seres humanos tenemos razones para entristecernos, enra-
biarnos, frustrarnos, etcétera, por lo tanto, ese no es el punto. Lo im-
portante, es cuánto tiempo decidiremos quedarnos en esa sintonía. A
veces decidimos quedarnos allí porque de alguna manera sentimos
que hay una ganancia en ello, puede ser que nuestros seres queri-
dos nos brinden más atención, que la persona que nos abandonó se
sienta culpable, poder hacer nuestra “pataleta” con la autorización
social (ya que es un diagnóstico clínico), en n… pero eso no cambia
el hecho de que estamos pagando un alto precio por aquella ganan-
cia secundaria.
¿Y por qué es un alto precio?, porque estamos desperdiciando un
tiempo precioso y valioso para construir interna y externamente
aquello que sí deseamos y anhelamos de verdad, lo que realmente
es importante, prioritario, fundamental y su retribución no se compara
con la ganancia secundaria. Darnos cuenta de que la vida es una
aventura maravillosa en la que todos los seres humanos estamos en
este proceso de crecimiento, aprendizaje y evolución, nos puede abrir

157
Patricia Pérez Marinkovic

grandes posibilidades para decidir con mayor consciencia “en qué


queremos estar en nuestra vida”, si deseamos internamente “cons-
truir”, “estancarnos” o “destruir”. La verdad es que a cada instante
estamos eligiendo una postura interna al respecto.

Elegir en conciencia
Cuando nos permitimos explorar nuestro mundo interno podemos
hacernos conscientes de qué estamos eligiendo para nosotros y en-
tonces nos podemos hacer responsables de nuestras vidas y todas
nuestras turbulencias emocionales. Desde ese momento, estamos en
condiciones de “elegir en consciencia”.
Una vez que hemos realizado ese trabajo interno, nuestras posibilida-
des de elegir vivir una vida satisfactoria, aumentan considerablemen-
te y en muchos casos “inevitablemente”.
Cuando nos preguntamos entonces ¿por qué no puedo dejar de es-
tar triste?, podríamos preguntarnos ¿por qué no quiero dejar de estar
triste? Si al responderme, algo me pasa internamente y me doy cuen-
ta que “sí quiero dejar de estar triste” y quiero comenzar a trabajar
en ello, puedo comenzar a focalizar mi atención en qué cosas me
estoy diciendo permanentemente, que me gatillan la emocionalidad
depresiva. Y entonces, puedo comenzar a elegir hacia dónde diriguir
mi atención, hacia pensamientos distintos a los que he estado escu-
chando. Al hacer este proceso podré notar cómo mi emocionalidad
también reacciona coherentemente y comienza a serenarse.
Pero debemos recordar que lo principal es preguntarnos: ¿quiero
realmente abandonar la tristeza, la victimización, la fragilidad?... Este
es el inicio del proceso, más tarde vendrán las comprensiones y ener-
gizaciones psíquicas y físicas necesarias para recorrer mi camino de
regreso a mi potencialidad.
Esa es la belleza y maravilloso potencial de nuestra capacidad in-
terna, podemos entrar y salir de todo cuanto hemos elegido interna-
mente, simplemente con nuestra consciencia y determinación. Po-
ner atención en nuestros estados internos, pero desde la perspectiva
de “¿cómo estoy manejando mi atención?, ¿lo estoy haciendo de
manera constructiva o destructiva?, ¿cuánto tiempo decidiré estar
focalizado en determinada emocionalidad?”, es la clave para cons-
tituirnos en dueños de nuestro mundo interno. En este punto, es ne-
cesario mencionar que también parte de este hacernos cargo de
nuestro estado interno, implica evaluar de manera realista si puedo

158
GUÍA DE APOYO PSICOLÓGICO PARA UNIVERSITARIOS
Depresión: No puedo dejar de estar triste

sobreponerme de manera autónoma o si requiero solicitar una ayuda


externa que me oriente acerca de cómo poder cambiar esta emo-
cionalidad en mí (especí camente consultar con especialistas tales
como psicólogos y psiquiatras). Esta solicitud de ayuda, lejos de de-
mostrar más fragilidad, en realidad lo que está mostrando es la forta-
leza de reconocer que en ese momento puntual, no puedo salir solo
de ese estado interno.

El mundo interno victimizado


Muchas veces las personas consideran que el tener una vida “difícil”
es una tarjeta preferencial para compadecerse de sí mismas (victi-
mización), tienen la creencia que las personas que se manejan de
manera más satisfactoria en su vida, son personas que precisamente
han tenido una experiencia de vida satisfactoria, se dicen a sí mismas:
“¡claro!, yo con la suerte de esta persona… habría sido súper feliz”,
entonces no consideran que quien navega en la satisfacción interna
tenga algún mérito respecto a su estado. En Psicología existe el con-
cepto de “locus de control” y signi ca cuál es el foco de la persona
respecto a la responsabilidad de sus vivencias. Un locus de control
externo indica una persona que considera que los resultados de la
vida tienen una causalidad externa y que siempre se está navegando
en un mar que no se controla. Por otro lado, un locus de control inter-
no indica que la persona percibe que su vida es un resultado de sus
propias decisiones en un porcentaje bastante alto, es decir, percibe
una causalidad interna. Y es precisamente desde esta perspectiva
del locus de control que operamos cuando estamos eligiendo hacer-
nos cargo de nuestra emocionalidad o no hacernos cargo y vivirla de
manera desbordada y autodestructiva.
Muchas veces los seres humanos nos vemos invadidos por nuestras
emociones y sentimientos, pero la verdad es que si no podemos pen-
sar más allá de esas emociones, no podremos controlar nuestra vida
psíquica. Cuando decidimos responsablemente y amorosamente
con nosotros mismos, vivir la vida desde una perspectiva más armóni-
ca, nuestras emociones son comandadas por nuestro pensamiento,
lo cual no signi ca “reprimir” el sentir, sino que, por el contrario, me
doy el permiso y el espacio para conectarme con mis emociones y
sentimientos, pero también genero un control sobre el tiempo y la in-
tensidad con la cual vivo la emocionalidad.

159
Patricia Pérez Marinkovic

La depresión: un invitado no deseado


ha entrado en nuestra casa
Una situación que siempre surge en el estado de ánimo triste, es un as-
pecto de la personalidad que se encuentra muy activo durante ese
periodo de tiempo, es decir, a manera de metáfora, la tristeza pasa
a ser una especie de personaje interno en la psiquis que se vuelve
poderoso y omnipresente mientras más espacio le demos. Es como
un invitado a casa al que le hemos abierto la puerta y después no
sólo no se va, sino que nos llena la cabeza de ideas, comentarios y
nosotros le escuchamos muy atentamente cada día. El problema es
que lo que le escuchamos decir ni siquiera lo ltramos, sino que más
bien le creemos todo y terminamos siendo unos perfectos aliados de
este personaje que a todas luces no es una buena in uencia para
nosotros, ya que sus comentarios se van tornando cada vez más pesi-
mistas, negativos y desesperanzados.
Este personaje interno lo hemos energizado y reforzado, porque lo he-
mos escuchado atentamente. A veces ocurre que acabamos literal-
mente engolosinándonos con su estilo y con todas las emociones que
nos orienta a experienciar.
Entonces, llega el momento en que nos comenzamos a hartar y este
personaje nos comienza a complicar un poco, pero no tenemos la
más mínima idea de cómo desalojarlo de casa ya que nos hemos
hecho muy cercanos…, y de pronto comenzamos a darnos cuenta
que en realidad él se ha tomado mucho espacio en nuestra casa y
que hasta nuestra cama ha estado ocupando y decidimos comenzar
a recuperar nuestro espacio…

¿Qué hacer frente a este invitado no deseado?


Etapa 1
Pues la primera etapa es darnos cuenta de todo lo que hemos cam-
biado desde el día que lo recibimos en casa y decidimos comenzar a
observarlo de manera más objetiva, ya no desde el involucramiento,
sino desde una actitud de neutralidad.

Etapa 2
La segunda etapa implica que una vez que ya lo hemos comenzado
a mirar con otros ojos, vamos a comenzar a recuperar nuestro espacio,

160
GUÍA DE APOYO PSICOLÓGICO PARA UNIVERSITARIOS
Depresión: No puedo dejar de estar triste

no lo desalojaremos de la noche a la mañana, ya que mal que mal


durante todo este tiempo ha sido un el compañero, por lo tanto lo
que haremos es ir reduciéndole su espacio en casa y nos propondre-
mos hablar mucho menos con él, y escucharlo mucho más desde la
actitud del ltro.

Etapa 3
Un tercer paso, es comenzar a escuchar a otros aspectos internos que
nos permitan re-conectarnos con estados de ánimo más satisfacto-
rios, por ej. ver una película divertida, visitar a amistades con las que
lo pasemos bien, leer un libro esperanzador, escuchar música que nos
levante el animo, etcétera.

Etapa 4
Y el cuarto y último paso, es mantenernos atentos a cualquier inter-
vención de este personaje interno. Es decir, si notamos que de pron-
to nos hemos vuelto a sentir deprimidos, vamos a tomar conciencia
una vez más de qué es lo que estamos escuchando nuevamente. Y
entonces, si lo deseamos, vamos nuevamente a cambiar el foco de
nuestra atención de manera consciente, repitiendo las etapas ante-
riores.
Posterior a esto, podemos decidir invitar a este personaje a retirarse
de nuestro hogar o dejar que él se aburra solo y decida ir a otro lugar
donde ser escuchado.

¿Qué me dice la tristeza?


Estar triste implica que, en algún momento, nos hemos conectado de
manera importante con un aspecto insatisfactorio en nuestras vidas.
Y es importante, desde esa perspectiva poder, de alguna manera,
profundizar en los contenidos de esa tristeza, no para quedarnos allí,
como ya se mencionó, sino que para obtener mayor información de
nuestro mundo interno. Es por este motivo que, desde el punto de
vista del desarrollo personal, una crisis de este tipo, sin duda puede ser
una gran oportunidad para darse cuenta de situaciones y vivencias
internas que requieren ser modi cadas en nuestra vida para poder
transitar por un camino más maduro y signi cativo.

161
Patricia Pérez Marinkovic

Es muy difícil que un ser humano decida cambiar cuando todo va


bien en su vida. La verdad es que realmente es muy poco probable.
Generalmente, los seres humanos requerimos del ingrediente “sufri-
miento” para tomarnos el tiempo de re exionar acerca de nuestras
di cultades. Y eso es un aspecto muy positivo que nos ofrece el sufri-
miento. Entonces, sentir que se está triste y que se está cansado ya de
ello, es una muy buena señal de que es un momento propicio para
generar una introspección y hacernos cargo de aquello que no está
funcionando, tanto en el mundo interno, como en el externo.

Importancia de la motivación para acceder al cambio


Pasar desde el sufrimiento a la calma y posteriormente a la satisfac-
ción, es un proceso que requiere motivación, ya que no existe la
posibilidad de hacerlo sin un trabajo interno de por medio. A veces,
las personas creen que si cambia la situación en su mundo externo,
entonces cambiará también en su mundo interno, es como que la
vida se hará cargo totalmente de cambiar la circunstancia que me
complica. No obstante, la verdadera autonomía implica que al cam-
biar desde mi mundo interno, genero cambios en el mundo externo,
a nivel concreto y/o de la percepción de la situación, pudiendo en-
tonces ampliar mi perspectiva de ésta.. De esta manera, no me hago
“dependiente” de lo que ocurre allá afuera para estar bien o mal. Si
no que genero de manera autónoma las condiciones internas que
me permitirán hacer frente a la situación que me ha complicado. Ese
es el sentido de todo lo que nos ocurre, conectarnos internamente
con nuestro potencial para, de este modo, avanzar y evolucionar en
nuestro proceso personal.

162

También podría gustarte