17 Síntomas de La Personalidad Alcohólica

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Diplomado de Biodescodificacioó n. Moó dulo 3.

Síóndrome de la Personalidad Alcohoó lica


SINDROME DE LA PERSONALIDAD ALCOHÓLICA

La palabra alcohol es un vocablo de origen árabe, compuesto por el prefijo Al (algo) y el sustantivo
Kohl (sublime), el término servía para designar un polvo fino usado para pintar las pestañas; daba la
idea de algo sublime y sutil. El que se aplique actualmente al producto de la destilación de las bebidas
fermentadas. Se debe al famoso médico renacentista Parcelo, quien le dio ese nombre, considerando
que “sublimado” y “destilado” eran términos equivalentes. También el concepto era considerado por los
alquimistas como una bebida espirituosa, por lo que en latín, alcohol era sinónimo de espíritu. El
término alcoholismo es acuñado por el médico sueco Magnus Huss en 1849, definiéndolo como “todos
los problemas triviales o clínicamente reconocibles, debidos al consumo excesivo de bebidas
alcohólicas”.

La Organización Mundial de la Salud definió alcoholismo, en el año de 1950, como “toda forma de
ingestión de alcohol que excede al consumo alimentario tradicional y a los hábitos sociales propios de
la comunidad considerada, cualquiera que sea el origen de estos factores, como herencia, constitución
física o las influencias psicopatológicas y metabólicas adquiridas. La misma organización, en 1952,
dictó: “los alcohólicos son los bebedores excesivos, cuya dependencia del alcohol es suficiente para
afectar su salud física y mental, así como de sus relaciones con los demás y si comportamiento social
y económico, o bien, que ya presentan los pródromos de tales manifestaciones”. Como posible origen
de la enfermedad la American Medical Association, menciona una posible disyunción del hipotálamo.
Estudios más recientes señalan que la enfermedad del alcoholismo radica en la personalidad del
individuo y no en las cantidades o periodos de consumo. Una persona es alcohólica por los rasgos de
personalidad que caracterizan al alcohólico, aun cuando no los tenga todos. Por ejemplo, se dice que
una persona “tiene gripa” si presenta más del 50% de los síntomas propios de esta enfermedad, como
son cuerpo cortado, fiebre, mayor flujo de la secreción nasal, etc.

Tomando en cuenta lo antes dicho, se puede inferir de un individuo dado, que tiene personalidad
alcohólica, aún antes de que entre en contacto con el alcohol.

Por otro lado los Síntomas de la Borrachera Seca por el Doctor José Antonio Elizondo López. Indica el
primer síntoma: inmadurez e infantilismo, estancamiento del crecimiento emocional y persistencia de
las dependencias. El niño rey

"Con dinero y sin dinero/hago siempre lo que quiero/y mi palabra es la ley./


No tengo trono ni reina,/ni nadie que me comprenda,/pero sigo siendo el rey."
Canción popular mexicana. José Alfredo Jiménez.

Una de las características principales del perfil psicológico de los alcohólicos es la inmadurez
emocional. En la psicobiografía de la mayor parte de los adictos al alcohol encontramos antecedentes
de rechazo afectivo, sobreprotección o responsabilidad prematura. Estas vivencias infantiles
determinan un retraso en el desarrollo de su personalidad que da lugar a que este tipo de personas
sean inseguras, ansiosas, egocéntricas, con baja autoestima y una serie de complejos que impiden un
óptimo desarrollo de su personalidad.
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Al llegar a la adolescencia, surge una serie de fenómenos como la aparición de los caracteres
sexuales secundarios, la atracción por el sexo opuesto, la necesidad de ser aceptado en su grupo de
iguales, la búsqueda de una identidad propia y una mayor presión social para el cumplimiento de
responsabilidades escolares, familiares y sociales.
Estos futuros alcohólicos, al enfrentar esta serie de presiones, generan una gran angustia que les
produce un intenso malestar psicológico y al mismo tiempo mucha frustración al sentirse
incompetentes para satisfacer esas necesidades.
Pero es también en la época de la adolescencia cuando se tienen los primeros contactos con el
alcohol. El inmaduro emocional, lleno de complejos y limitaciones en sus relaciones interpersonales, al
experimentar con el alcohol, descubre una sustancia maravillosa que transforma su personalidad y lo
convierte de tímido en audaz, de cobarde en valiente, de introvertido en extrovertido, de antipático en
simpático y de lacónico en locuaz.
Es así, como este inseguro angustiado encuentra en el alcohol una muleta emocional que le ayuda a
sobrecompensar sus limitaciones psicológicas. De esta forma se inicia una carrera que empieza por el
uso, continúa con el hábito, sigue con el abuso y termina con la adicción al alcohol.
El alcoholismo es una enfermedad que produce un desgaste físico y psicológico impresionante. La
principal característica del desgaste psicológico del alcohólico es la parálisis de su desarrollo
emocional. Es decir, un alcohólico activo no crece emocionalmente. Está psicológicamente atrofiado
porque para enfrentar los diferentes conflictos de su vida o para evadirse de ellos, ha recurrido siempre
a la muleta emocional del alcohol. Por lo tanto, en el alcohólico se presenta el fenómeno de llover
sobre mojado ya que antes de empezar a beber ya presentaba serias limitaciones en el proceso de
madurez de su personalidad, que eventualmente lo llevaron al desarrollo de su alcoholismo, que a su
vez produjo un estancamiento en ese proceso de crecimiento emocional.
Pero una vez que el alcohólico decide dejar de beber y alcanza la abstinencia, persiste aún la
inmadurez emocional. La abstinencia por sí sola no provoca un crecimiento emocional, sino que, el
alcohólico en recuperación una vez que ha alcanzado un tiempo razonable de abstinencia debe de
empezar a trabajar en su crecimiento emocional.
Por eso decimos que el alcohólico que deja de beber, pero que no crece emocionalmente padece del
Síndrome de la Borrachera Seca. Este primer síntoma de la borrachera seca constituye el núcleo
central del síndrome. Los otros once síntomas son en cierta forma, consecuencia de una inmadurez
emocional.
Al inmaduro emocional le llamamos el niño rey porque su comportamiento es típico de un individuo
terriblemente egocéntrico que exige todos los derechos del niño, pero que no cumple ninguna
obligación del adulto. En otras palabras, cuando le conviene se comporta como niño y cuando le
conviene se comporta como adulto autoritario.
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Las principales características del perfil psicológico del niño rey son las siguientes:
• Infantilismo
• Demandancia excesiva
• Egoísmo
• Narcisismo
• Intolerancia a la frustración
• Caprichos
• Inconsistencia
• Inconstancia
• Dependencias emocionales
• Superficialidad
• Manipulación
• Incapacidad de aplazar satisfacciones
• Rebeldía ante la autoridad
• Egocentrismo
• Irresponsabilidad
• Pasividad
Los factores socioculturales también han influido mucho en el desarrollo del perfil psicológico del niño
rey. El machismo, la sobreprotección maternal, los roles tradicionales de género en la familia
mexicana, la sumisión de la mujer, etcétera, han sido factores que han contribuido mucho a la
configuración de este tipo de alcohólicos, que son psicológicamente débiles pero que ejercen un
dominio basado en la fuerza física o en el poder económico.
En los hogares del niño rey, por lo general, la esposa o la madre son psicológicamente fuertes. Para el
niño rey la madre y la esposa son la misma cosa, pues este tipo de personas siempre buscan una
esposa con características muy maternales y que no sea otra cosa que la continuación de su madre. El
niño rey domina a su esposa pero al mismo tiempo depende mucho de ella; no puede vivir sin su
esposa-madre y aunque suele engañarla, agredirla y humillarla no puede tolerar que lo abandone o
que lo ignore. Erich Fromm en su Sociopsicoanálisis del campesino mexicano describe esta dinámica
en la familia del campesino mexicano llamándolo el patriarcado minado, porque ese núcleo familiar en
donde aparentemente domina el hombre, la verdaderamente fuerte es la mujer (madre o esposa), por
lo que Fromm lo describió como "un matriarcado disfrazado de patriarcado".
La irresponsabilidad, la inconsistencia y la inconstancia son otras características típicas del perfil
psicológico del niño rey. Son individuos que les cuesta mucho trabajo asumir responsabilidades y
tienden a evadirlas constantemente. Son inconstantes e inconsistentes porque no terminan lo que
empiezan. A veces se ilusionan con un proyecto, lo empiezan con mucho entusiasmo y al poco tiempo
se aburren y lo abandonan. Este tipo de personas son de impulsos cortos pues les cuesta mucho
trabajo mantener una disciplina que implique perseverancia. El ser irresponsables los hace atenidos.
En muchas familias de niño rey la esposa es quien aporta la mayor carga económica. En otros casos
son los padres o los hermanos quienes los mantienen.
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Obviamente al niño rey le molesta sobremanera que le impongan reglas o limitaciones. Son individuos
caprichosos, cuya intolerancia a la frustración los incapacita a aplazar satisfacciones. Casi siempre se
salen con la suya mediante caprichos, chantaje sentimental o manipulación. Estas características los
llevan a tener casi siempre conflictos con la autoridad, llámese padre, madre, hermanos, autoridades
civiles, policía, médico o sacerdote. Es por ello que casi siempre les gusta llevar la contraria. Son
oposicionistas por naturaleza.
Finalmente son individuos egoístas, narcisistas y egocéntricos. Esto es consecuencia de un
mecanismo de sobrecompensación a sus complejos de inferioridad. Desean llamar la atención, ser el
centro de atracción. Les gusta ser "en las bodas la novia y en los entierros el muerto". Están siempre
atentos a sus propias necesidades, pero poco les interesa los sentimientos o las necesidades de los
demás. Esto provoca decepción y resentimientos en las personas involucradas sentimentalmente con
ellos.
Muchos alcohólicos que han dejado de beber, que son miembros de Alcohólicos Anónimos (AA) y que
ya han cumplido varios aniversarios sin recaer en el alcohol, persisten manifestando estas
características de personalidad. Evidentemente estas personas sufren de un Síndrome de Borrachera
Seca, pues a pesar de la abstinencia de alcohol no han trabajado en su crecimiento emocional y esto
los expone o a una recaída o a que lleven una vida muy pobre emocionalmente, con problemas
familiares crecientes y una insatisfacción permanente. Una importante cantidad de matrimonios de
alcohólicos se divorcian después de un lapso prolongado de abstinencia del alcohólico. Esta situación,
aparentemente contradictoria, no es más que la expresión de la desilusión y el desencanto de la
esposa, que esperaba un cambio más satisfactorio en el alcohólico y no simplemente una abstinencia
mediocre.
Solamente mediante de un trabajo psicoterapeútico consistente se puede lograr un mejor
autoconocimiento y una autoaceptación que lleve a un conocimiento más objetivo de cuáles son las
áreas de la vida que requieren de un cambio. Este trabajo se puede desarrollar en algunos casos, por
medio del programa de los doce pasos, pero en otros casos de neurosis más severas no es suficiente
el apoyo de los grupos de autoayuda y debe recurrirse a una psicoterapia profesional
Por lo que a continuación se analizará un poco más estos rasgos de personalidad alcohólica y como
se pueden ir atendiendo. Rasgo: Cualquier característica duradera de un individuo que lo distingue de
las demás personas.

1. Angustia patológica (miedo a todo y a nada):


Aunque quiera parecer muy seguro siempre está presente de manera sutil la idea de no
concretar algo, de que las cosas no resulten, etc., esto limita mi desarrollo, en lugar de pensar
en ganar pienso en las desventajas, en lugar de pensar en las “posibilidades” de victoria pienso
en las “posibilidades de derrota”, mal equipado para vivir. Este sentimiento de miedo indefinido,
muchas veces es hacia la vida misma por el estado de indefensión en que se considera el
individuo. El alcohólico puede instrumentar todo un mecanismo de defensa o crearse una
armadura de la personalidad propia para enfrentar la vida, y dentro de esta “fortaleza” ficticia,
sigue siendo un niñito asustado y temeroso, como el pequeño de seis años que viene de noche
por una calle solitaria pensando “no tengo miedo, no tengo ningún miedo”.
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Todo el alcohólico que es violento, es debido a que por dentro es miedoso. Dentro de las fobias
(entomofobia: temor a los insectos, claustrofobia: a los lugares cerrados, venustrafobia: a las
mujeres, etc.) se ocultan miedos relativos a algún hecho de la infancia; por haber sido éste
hecho tan duro de enfrentar, la mente hace una transferencia hacia otro punto mental del
miedo.

2. Ampuloso (Complejos: Megalomanía):


En el aspecto espiritual, el individuo cree poseer poderes mesiánicos, sintiéndose el elegido
para alguna misión en especial, la cual conlleva una recompensa también especial por sus
méritos, buscando la admiración futura o el reconocimiento como líder de la humanidad.
Pudiera incluso llegar a crear talentos especiales para curar a otras personas y solucionarle la
problemática a sus congéneres, cuando el que necesita ser cuidado y ayudado es él.
En lo económico, busca la riqueza como una recompensa merecida, para de esta manera,
obtener el elogio y reconocimiento público, con el justificante de desear la riqueza para ayudar
a los demás. Lo que en verdad quiere, es un disfraz para posicionarse por encima de los
demás y esconder su miseria humana. En lo que respecta al poder y talento, lo que en verdad
busca es el respeto, reconocimiento y admiración, sintiendo que ayuda y guía a la humanidad,
tratando de crear grandes inventos y obras excepcionales, ya sean artísticas, altruistas,
políticas o de cualquier otra índole que pudieran generarle poder y respeto, tal vez porque en la
infancia alguien lo humilló, ridiculizó o abusó de él.
Finalmente, otros buscan tener varias parejas para sentirse queridos y deseados, sentir que
tienen más valor como individuos; esto debido a la devaluación con la que viven.

3. Baja Autoestima:
Por sentirse devaluado, las críticas hacia su persona son insoportables, pero lo que más le
lastima es ser ignorado o la fría indiferencia. Por considerarse a sí mismo como un ser sin
valor, el alcohólico busca tener dinero, poder, prestigio, fama, etc., para contrarrestar esta
percepción de devaluación.
Vive en un constante intento por “demostrar” hacia la familia, congéneres o sociedad en
general. Le importa más lo que los demás piensen de él, que lo que él piense de sí mismo. La
adulación lo envicia, lo incomoda. No es raro ver al alcohólico protagónico y prepotente que
busca el liderazgo y los primeros lugares para esconder la devaluación existencial en que vive.

4. Beligerante:
Procede de la palabra latina "bellum" que significa guerra. Esta palabra se atribuye a aquellas
personas o acciones que significan o simbolizan confrontación. La palabra beligerante aplicada
a una persona, puede significar una persona con actitud combativa, aunque no con ello se
asocie a agresividad. Cuando nos preguntamos ¿qué es beligerante? debemos de entender
esta palabra como una posición contraria hacia otra u otras personas con un cierto grado de
hostilidad. Si aplicamos este término a personas, alguien beligerante puede referirse a alguien
con actitudes de combate o de fuerza, por ejemplo un defensa de fútbol puede ser beligerante
si se emplea con fuerza para que nadie sea capaz de marcar un gol. Alguien con una
conversación beligerante, se refiere a una persona que mantiene una actitud contraria a otra/s
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con el componente de actitud de ataque, no por ello simboliza agresividad ( aunque también
podría aplicarse ).
Ser beligerante en una situación determinada, no por ello debe de significar un acto malo o
agresivo, el simple hecho de defender nuestros intereses en una discusión y si nuestra posición
es de cierta hostilidad (sin ser agresivos ), puede entenderse como una actitud beligerante.

5. Conducta impulsiva:
Me dejo llevar más por emociones que por razones, es más importante lo que siento que lo que
pienso, hago cosas que luego lamento solo por dejarme llevar por mis instintos y no por mis
razonamientos. Tendencia de actuar sin hacer planes. La enfermedad del alcoholismo radica
en el área cerebral que se encarga de las emociones, los impulsos amorosos y agresivos, los
sentimientos, la tendencia a la valorización propia, a la seguridad y todo el registro de la
sexualidad y de las necesidades primitivas, como el comer y el beber, bajo su enfoque de
placer y no placer. En este desorden de la personalidad, oculto hay un “acting-out” (Curso de
acción que toma un individuo fuera de la situación terapéutica, realizado en lugar de la
concientización, de tal manera que, aun no reconociendo el cariz real de su deseo, realiza un
acto que sin embargo expresa el deseo de forma simbólica distorsionada) regresivo e
inconsciente, en donde el sujeto utiliza el alcohol como medio para obtener gratificaciones
prohibidas, de llevar a cabo hostilidades reprimidas o de desaparecer inhibiciones y
ansiedades.
Los padres típicos del alcohólico (sin ser esto regla general) son una madre sobreprotectora o
demasiado condescendiente y un padre agresivo, frío, poco afectuoso e inconsciente hacia los
hijos. En el alcohólico se encuentra siempre un patrón de dependencia oral con ira reprimida,
un sentimiento de rechazo paterno y un intenso deseo afectivo.
Por tener más fuerza lo visceral que lo cognoscitivo, reacciona por lo que la emoción le dicta y
no por lo que el cerebro sugiere, teniendo muy poco dominio propio ante sus emociones,
mismas que pueden ser amorosas, agresivas o de conducta.
Este rasgo daña severamente al individuo, que puede pasar de la rabieta infantil al sentimiento
de culpa profundo; de la entrega amorosa más intensa al rechazo propio de la indiferencia;
rasgo que es compartido por las personas de afecciones neuróticas.

6. Depresión:
Sentimiento de profunda tristeza. Decaimiento de ánimo o voluntad. Descenso de la actividad
productiva. Desgano, desvalorización y desaliento por la vida.
1 Movimiento ocular rápido o MOR (REM en inglés, Rapid Eye Movement) es la fase del sueño
durante la que suceden los ensueños más intensos. Durante esta fase, los ojos se mueven
rápidamente y la actividad de las neuronas del cerebro se asemeja a la de cuando se está
despierto, por lo que también se le llama sueño paradójico.
La depresión es un proceso de autodestrucción, perteneciente al instinto de muerte. Es la
simiente de la autoliquidación del alcohólico, en el que la culpabilidad, ansiedad, autorechazo y
la intolerancia a la frustración se enlazan, se conjugan. Ebbe Curtis dijo sobre esto: “es el uso
del alcohol como una especie de terapia universal, a través de la cual el individuo trata de evitar
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su desintegración”. Es esta desintegración la que conlleva a la depresión que, cuando es
frecuente, se convierte en perverso disfrute de la minusvalía emocional.
La manera más frecuente en que aparece es después de una pérdida, siendo el proceso más
doloroso por los bajos niveles de endorfinas. La forma más ligera es el sentimiento de
insatisfacción ante la vida, pero cuando la depresión es severa, el individuo no tiene fuerza
para suicidarse, acto que realiza cuando tiene una leve mejoría.
Cuando el individuo no se da cuenta de lo que puede hacer, no cambia las circunstancias de la
situación que quiere controlar, crea depresión como fuga de la realidad que está fuera de su
alcance, reacción negativa ante la incapacidad de enfrentar una frustración de manera adulta.
La frustración genera rebeldía, ira, violencia; que en primera instancia se dirige a los demás,
pero al no obtener el resultado esperado, se introyecta a sí mismo, pasando a la más absurda
de las tristezas.
Esta triste realidad no es otra cosa si no agresión e ira hacia sí mismo, que como resultado
final, puede tener la más autodestructiva de las acciones: el suicidio. En los primeros periodos
de depresión, existe carencia de neurotransmisores, como la serotonina. También de manera
orgánica, influyen los cambios hormonales (adolescencia, menopausia, andropausia por
mencionar algunos). Es frecuente que la depresión esté precedida por un estallido de ira, ya
que, a mi manera de ver, la depresión es “ira al revés”.

7. Desafiante:
Es la actitud de desafío que toma el enfermo hipersensible ego narcisista no es nacida del valor
sino más bien es nacida de su ignorancia y de su incapacidad para poder hacer conciencia de
los acontecimientos que va viviendo y de las consecuencias que esto va teniendo, por lo tanto
actitud de desafío hace la vida es producto de su inconciencia, es decir; de no poder percatarse
del daño que se está causando así mismo y probable daño que le puede causar a los que lo
rodean. Su inconsciencia hace que ponga en peligro su trabajo, su negocio, su familia, su
patrimonio, su prestigio, su salud, su libertad y él no se da cuenta ya que se trata de un grado
de demencia aceptado socialmente.

8. Egocentrismo (Narcisista):
La misma historia del punto anterior, jugar a ser el mejor, a ser el número uno, a que los
reflectores “estén sobre mí, a tener la razón, si esto ocurre a mi favor mi mente se nubla y
aparece el auto engaño”, si no resulta me lleno de “frustración” y de miedo.

9. Hedonista (viven para el placer): El concepto se ha desvirtuado con el paso del tiempo. El
mismo diccionario simplifica su significado: “el hedonismo es la doctrina que proclama el placer
como fin supremo de la vida”. Sin embargo, el concepto de hedonismo y de hedonista es más
profundo.
El hedonismo es toda una corriente filosófica que fue fundada hace más de 2.400 años.
Efectivamente propugnaba la búsqueda del placer por encima de todas las cosas; pero no solo
los placeres sencillos (la bebida, la comida, el descanso, el sexo…), sino también otros
placeres más beneficiosos como la lectura o la amistad. Su máxima es “más es más”, lo que
significa que ante la pregunta que a menudo se nos plantea a todos de” ¿qué debo hacer ante
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esta situación?”, su respuesta siempre es “debo elegir aquella opción que me reporte más
placer”.

10. Hipersensibilidad:
Es una palabra compuesta del prefijo hiper que quiere decir más que y sensible es decir, que
es más sensible que la gente normal, esto hace que el ser humano que la padece desvirtúe las
circunstancias que tiene en sus relaciones interpersonales, por ejemplo: si una mamá descubre
a sus dos hijos desobedeciéndole en algún mandato haciendo excesivamente ruido dentro de
la casa, a ambos les llama la atención en forma airada y haciendo uso de adjetivos calificativos,
peyorativo, acompañados de injurias e insultos, si uno de sus hijos tiene cierta NORMALIDAD
es su sensibilidad, pensará que su mamá está enojada, tratará momentáneamente de
obedecer y posteriormente regresará a pedir perdón a su Madre con un ligero apapacho; sin
embargo, si el otro hijo es HIPERSENSIBLE, su mayor sensibilidad le hará pensar que no lo
quiere, y no se acercará en el futuro con la confianza que antes le tenía a su Madre, poniendo
una barrera a partir de esa fecha entre su madre y el, inconscientemente en este instante se da
el divorcio de tipo espiritual, y se condena este individuo, en forma inocente a no volver a sentir
amor por ser ya que el enjuiciarlo lo sacó de su depósito espiritual donde radica la buena
voluntad que es sustituida por amargura de este hecho no se da cuenta pero lo que sí es cierto
es que no volver a confiar en su madre por lo tanto el no tendrá confianza, es no tener fe y no
tener fe es no tener amor de ahí que este ser queda esterilizado para amar, ya que en todas
sus relaciones futuras su mayor sensibilidad no va a llevar a sentirse INCOMPRENDIDO al no
recibir lo que los demás lo que él cree que deben darle.
Una de las manifestaciones que tiene el alcohólico a consecuencia de su ego hipersensibilidad
es la celotipia, que hace que el alcohólico en su creación de verdades inexistentes carga en
este tipo de delirios, es decir, que piense que su mujer no le es fiel, y que tenga celos de
cualquier individuo que la vea o que platiqué con ella, inclusive hasta de sus propios familiares
que pudieran ser del sexo opuesto toda vez que su grado de inseguridad lo lleva caer a este
tipo de fantasmas de los que se hace víctima a su compañera, si por alguna razón llegará a
tener un rompimiento con este ser, andará delirando por las calles pretendiendo creer que la
escucha o que lave.

11. Homosexualidad latente:


Busco la reafirmación a mis dudas sexuales, pretendiendo parecer un garañón, siendo
obsesivo en el sexo, quizá por mi propio temor a no ser lo suficientemente hombre como mi
mente lo piensa. Sentimiento de impotencia sexual, búsqueda de afirmación de la sexualidad.
En un estudio realizado por Parker (1975)1 con la prueba de Terman-Miles y revisado en el
MMPI2 , se ha demostrado al alcohólico como un individuo bajo en la prueba de masculinidad,
aunque no por este hecho se ha de generalizar. Los individuos con mayor grado de dicha falta
de masculinidad interna (que es distinto a las apariencias y actitudes), fueron los que provenían
de hogares disgregados o disfuncionales (aún cuando alguno de los padres esté presente de
manera física pero no sensible), quienes mostraron una preferencia por la madre. La
homosexualidad latente se puede manifestar en un simple miedo oculto a comenzar a sentir
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atracción por individuos del mismo sexo, miedo provocado por algún juego pre-sexual con
personas de su mismo género en la infancia, o por un abuso mayor.
El síndrome del “Don Juan” es una constante reafirmación de la hombría, ya que cada
conquista es una manera de 1 A Comparison of the Sex Temperament of Alcoholics and
Moderate Drinkers, Frederick B. Parker, American Sociological Review, Vol. 24, No. 3 (Jun.,
1959), pp. 366-374, doi:10.2307/2089385 2 Minnesota Multiphasic Personality Inventory por
sus siglas en inglés. Es uno de los test de personalidad más frecuentemente utilizada en el
campo de la salud mental (N. del A.) demostrar sus preferencias: “¿Ya ven? No soy
homosexual, yo soy muy hombre”. El contacto carnal con individuos del mismo sexo, les
siembra una inseguridad en este aspecto que puede manifestarse en eyaculación precoz,
siendo ésta más severa cuando la mujer es sexualmente más agresiva (castradora). No todos
los eyaculadores precoces lo son por esta causa. Existen los que por masturbarse en lugares y
condiciones que les impedían tomarse su tiempo, se condicionaron o educaron a sí mismos a
eyacular de manera rápida. Por el otro lado de la moneda, existen los amantes que procuran
tardarse el mayor tiempo posible en el acto sexual, intentando satisfacer a su pareja a toda
costa, incluso lastimándola para demostrar o ratificar su hombría. Pero la pregunta es: ¿quién
les dijo que no lo son? Cuando se relacionan con mujeres sexualmente más activas o
agresivas, pueden desarrollar inapetencia sexual, impotencia parcial, eyaculación precoz,
erección deficiente, total o selectiva. Estas fallas pueden ocurrirle sólo con un tipo determinado
de mujeres y con otras funcionar si no bien, al menos mejor, dependiendo de cómo las valore el
individuo (vírgenes, indígenas, prostitutas, etc.). Cuando el hombre y la mujer se encuentran
sexualmente, éste tiene que demostrar que tiene capacidad sobrada para satisfacerla. Una vez
demostrado, decrece su interés sexual. Por el contrario, cuando el hombre advierte que su
pareja tiene un deseo carnal mayor a la capacidad de él, se frustra e inhibe el deseo que
normalmente debiera tener, al grado de que la relación sexual deja de ser placentera y se
convierte en una relación frustrante, angustiosa y de temor. Cuando estamos en situaciones de
riesgo, el cuerpo libera adrenalina, que cierra las arterias, lo que disminuye el flujo sanguíneo
agravando la situación.
El ser humano está diseñado para sentir desde su nacimiento. Si a una persona que no ha
tenido un despertar sexual le vendan los ojos y “alguien” le estimula las zonas erógenas, ésta
va a sentir excitación y placer, lo que es absolutamente normal, lo contrario sería anormal. Si al
quitarle la venda ve a una persona del sexo opuesto, de su edad y bien parecido, la experiencia
será gratificante; pero si al quitarle la venda ve a una persona de su mismo sexo, o a su padre,
abuelito, etc., le crea un choque de emociones, llevándole a pensamientos como “esto es malo
y yo soy más malo porque me gustó”. Por esta razón, las personas sexualmente abusadas no
pueden perdonar a sus agresores, ya que no se perdonan a sí mismas.
En el caso de las mujeres, este rasgo es más fácil de ocultar en impotencia sexual o frigidez, o
se siente abusadas o utilizadas, aun cuando la relación con la pareja es de su elección. Por
resentimiento hacia los hombres buscan refugio y consuelo en sus pares, con posible origen en
el complejo de castración. El hombre en el desarrollo de la personalidad, vive una etapa de
temor en la cual lo peor es perder o lastimarse los genitales. El niño percibe a la mujer como la
“devoradora” y la siente agresivamente amenazante en el índole sexual; sintiendo que a pesar
de tener deseo, no tiene todavía la capacidad de satisfacer a una dama, situación que es
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superada con el desarrollo y maduración normal de la sexualidad. El complejo de castración en
la mujer es el temor a ser lastimada por el pene de su pareja, por eso las jovencitas, por el sólo
hecho de ver el órgano sexual masculino sienten horror; a pesar de tener ya el deseo sexual,
tienen miedo de ser lastimadas, abusadas o utilizadas por el hombre, concibiendo la
penetración como algo horrible y degradante. Algunas madres reafirman este miedo con
advertencias como “ten cuidado, no te vayan a lastimar, cuida tu virginidad, la que no es virgen
no vale nada, el sexo es pecado, es sucio”, situación que impide la satisfacción sexual, incluso
dentro del matrimonio, advirtiendo la relación lésbica como la “sana” por no implicar
penetración y no tener que alternar con la figura amenazante del hombre. En el otro extremo la
mujer se posiciona en el matrimonio, de manera encubierta, como el hombre, y se empeña en
vivir un matriarcado, justificando esta actitud con el no permitir que se abuse de ella,
negándose incluso a tener una vida sexual normal, sintiéndose más cómoda y protegida
desempeñando el rol opuesto. También está la mujer que primero domina al hombre
sexualmente, demostrándole que es incapaz de satisfacerla y por lo tanto inferior a ella, de esta
manera toma el control del matrimonio, con un acuerdo no hablado del “yo mando porque tu no
me satisfaces”. No siempre los orígenes de estos rasgos son sexuales, pueden ser también
sociales. Todo niño quiere ser bueno, y cuando tiene una imagen paterna nociva, no le resulta
atractivo identificarse con el padre, por ser el “malo” y su mamá la “buena”. Al querer ser bueno,
busca identificación con la madre. Por eso es común ver homosexuales que rechazan a su
padre y le tienen gran admiración a su progenitora. Cuando ésta marca los errores de su
esposo, sin darse cuenta está dañando la imagen paterna, perjudicando a su hijo en una
incorrecta introyección de hombría. Otra de las consecuencias sociales de este rasgo ocurre
cuando el hombre se posiciona dentro del matrimonio en los roles femeninos. Por ejemplo, se
empeña en ser el protegido y no el protector, se pone en situación de víctima como lo era su
madre, quejándose siempre de lo abusiva que es su pareja para con él, pero sin separarse de
ella.

12. Incapacidad para amar:


Creo amar, pero en el fondo sé que está muy manchado de dependencia y control todo lo que
hago, me engaño a mí mismo pensando que amo cuando en realidad solo necesito. Esta
inferioridad afectiva es la incapacidad de establecer lazos genuinos. Cuando intenta “dar amor”,
crea dependencias, vías de manipulación, deseos egoístas disfrazados, perversiones e incluso
sentimientos de venganza. La incapacidad no radica únicamente en el “dar”, sino también en el
“recibir”. En este rasgo, el individuo no se siente querido, o no cree que en realidad se le
quiera. Pone constantemente a prueba el amor de las personas que dicen quererlo. Cuando
alguien le hace una demostración afectiva incluso puede sentirse incómodo o termina
abusando y pisoteando a la persona que dice que lo ama. Este rasgo es en especial doloroso,
porque el alcohólico no daña más a sus enemigos, sino a las personas que lo quieren o a las
que él quiere. La inferioridad afectiva se percibe más en aquellos que sufrieron algún tipo de
abandono en la infancia, ocasionándole daños que muchas veces son irreversibles.
Hacemos mención que los niños que fueron abusados sexualmente, maltratados, golpeados;
tienen mayor oportunidad de recuperación que los niños abandonados, ya que desarrollan
sentimientos enfermizos de desconfianza, viven un miedo a depositar su cariño en alguien, por
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temor a ser abandonados. No tienen la capacidad de sufrir una pérdida de manera adulta. Es
más fácil que entren en contacto sexual con un extraño a que desarrollen una relación de amar
y ser amados de forma genuina. Por lo anterior, no es raro ver la vida sexual de un alcohólico
con tintes de promiscuidad, lo raro es ver una relación de amor en la que éste no dañe o salga
dañado. La infertilidad afectiva la vive incluso consigo mismo, boicoteándose el mismo o
rechazando su propia persona. Al no tener amor de calidad para si mismo, no lo tiene hacia los
demás (el narcisismo, egocentrismo o conmiseración no es amor). No tiene ninguna cantidad
de amor genuino para su persona. Tal vez a la persona que más ha dañado sea a él mismo, y
los destellos egoístas son sombras de a luz de amor que debiera otorgársele.

13. Incapacidad para asimilar las experiencias:


No tengo memoria, un burro no tropieza dos veces con la misma piedra, pero a mí se me olvida
que no debo pasar de nuevo por ahí, una y otra vez repito el mismo error.

14. Incapacidad para integrarse a los grupos humanos:


Me asusta la gente, juego a ser valiente aparentando que estoy bien, pero en el fondo me
molesta estar con otras personas, permanezco con ellos mientras no me enfado, solo tolero
estar con la gente con la que me siento bien, no tengo tolerancia para los extraños. En este
rasgo destaca la incapacidad para integrarse a un grupo, la dificultad para participar en equipo.
Aquí existen tres vertientes, que son la devaluación, la soberbia y el egocentrismo. Un individuo
puede autocondenarse al aislamiento por considerarse negativo o devaluado ante los demás,
por el temor a que los demás “se den cuenta” de su miseria humana. En un grupo se siente
incómodo, ya que piensa que su ser es el de menor valor. Prefiere mantenerse a distancia de
sus pares, en trabajos de equipo siente incomodidad, en eventos sociales se lleva una actitud
limitada por su incapacidad de socializar, a menos que se encuentre bajo el influjo del alcohol.
Cuando se encuentra con personas de mayor valor que él, porque piensa que ellos si tienen
elementos de los cuales él ha carecido, la actitud que lleva es la antes mencionada, pero
cuando se encuentra con personas a las que dentro de la devaluación personal considera
inferiores, resalta su egocentrismo, exagerando la exaltación de su propia persona hasta
considerarse como centro de atención de la actividad general. Con un sentimiento infantil de
poderío, este intento de exaltación de sí mismo trata de compensar la devaluación interna con
que vive, dando como resultado el mismo de inadaptación social, pues sus congéneres
terminan rechazándolo e incluso expulsándolo de la comunidad. Este tipo de personas que
viven en una devaluación interna, a veces les llega a repercutir en la relación de pareja:
mujeres a quienes se les enseñó que al perder su virginidad perdían su valor, se relacionan con
individuos que tienen cosas en contra (hombres casados, drogadictos, feos, viejos, etc.,).
Hombres que llevan la devaluación por algún abuso sexual, una no aceptación de su persona,
de sus orígenes, se relacionan con perronas en estado de falta (divorciadas, indígenas,
prostitutas, etc.).
Dentro de su escala de valores, les encuentran un rasgo a sus parejas, que compense la
devaluación propia, y se unen a ellas. Aun cuando ellos mismos les estén echando en cara la
debilidad que les encontraron, ésta aparente actitud de superioridad encierra lo más triste de la
devaluación. Con los ricos se siente pobre, con los pobres se siente rico, con los cultos se
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siente ignorante, con los ignorantes se siente culto y así por el estilo. El caso es que no
consigue socializar en ningún grupo, no tiene la madurez de superar su estado emocional
mediante la aceptación de sus carencias. En tanto no exista dicha aceptación personal, no
podrá sentirse aceptado por los demás, ya sea sintiéndose más devaluado o queriendo
demostrar que él es muy superior a los demás. El rasgo de la devaluación puede ser
antecedente de la soledad existencial, depresión, etc. Casi todos los rasgos están
entrelazados, siendo difícil aislar a uno por completo.

15. Incapacidad para tolerar el sufrimiento. ¿Por qué a mí me pasa esto?:


Cuando algo malo sucede tiendo a resentirme, mi mente inmediatamente “busca
justificaciones” y culpables, ¡si yo soy un alma de Dios!, me digo, ¿Por qué los pendejos y los
malos siempre parece que ganan y la gente buena y noble como yo siempre parecen que
pierde en todo?

16. Incapacidad para tolerar la frustración:


Estoy en aprietos cuando lo que digo no se acepta, cuando lo que propongo no prospera,
cuando la gente no hace lo que yo deseo, cuando no me aman como yo los amo, cuando la
gente no piensa como yo quiero que piensen. Sin duda que esto está bien enclavado en mi
mente, lo trabajo pero no “deja dejoderme” la existencia. Incapacidad de aceptar la realidad que
se contrapone a sus deseos personales. Cuando un nuño normal va corriendo y se cae, se
levanta, se sacude las rodillas y continúa corriendo. Cuando el niño es de personalidad
alcohólica, va corriendo, se cae y se queda en el suelo llorando y pensando: “pobrecito de mí,
nadie me cuida, creo que me fracturé el pie, me duele muchísimo, tal vez alguien me metió el
pie, creo que mis piernas están muy débiles, yo no nací para correr, mejor no me levanto, qué
tal si me vuelvo a caer y me va a doler más, pudiera yo hasta quedar inválido”. Esta forma de
vivir una frustración, suena un tanto irrisoria, pero cuando esta misma situación se aplica al
caso de un alcohólico que no logra triunfar en un negocio, que pierde un amor, falla en una
relación sexual, etc., comprendemos el dolor de vivir este rasgo de la personalidad.
Al tener una experiencia frustrante la amplifica, de una manera obsesiva la repasa una y mil
veces, según él para que no le vuelva a pasar, sin tener la capacidad de simplemente seguir
adelante, sabiendo que la vida tiene cosas gratificantes, tanto como cosas frustrantes.
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17. Inestabilidad emocional:
Fácil alteración del estado de ánimo, característico de la edad infantil. La inestabilidad
emocional es la incongruencia entre lo que se dice, lo que se piensa, lo que se siente y lo que
se hace. En este rasgo, el individuo tiene cambios de estado de ánimo en periodos cortos de
tiempo, pasa de la euforia a la depresión. Al igual que los niños, después de una rabieta o un
berrinche, se comporta como si nada hubiese pasado. Como es impulsivo y se guía por lo que
siente, si está enojado insulta, arremete o hiere; pero cuando la emoción sale se disculpa, sin
embargo, si se enoja pronto, el ciclo se repite. La inestabilidad de las emociones es el problema
en este rasgo, el individuo que lo padece vive en los extremos y no en la mesura.
En la teoría genotrófica, atribuyen dicha inestabilidad a una deficiencia relacionada con los
neurotransmisores, sustancias que nivelan o regulan las emociones; además le permiten al
individuo la sensación de disfrute. Una situación típica, podría ser ejemplificada con el
alcohólico que intenta disfrutar de una noche en un buen hotel, al lado de una bella dama pero
con un pensamiento similar a este: “¿cuánto me irá a costar la noche?... esta chica es muy
guapa, seguro que si me descuido me la “bajan”, quizá falle con ella en lo sexual y quede en
ridículo…” y así por el estilo, por lo que no disfruta lo disfrutable: está con su amante y piensa
en su esposa, está con la esposa y piensa en su amante, le cuesta trabajo disfrutar el
momento. Con la pareja está haciendo planes para toda la vida y al otro día la está corriendo
de su vida, de modo que no vive feliz ni con ella ni sin ella. Cuando corre a su cónyuge, en
seguida va en su búsqueda para que regrese a su lado. Vive la vida en un “sube y baja” de
emociones, en el cuál puede sentir emociones encontradas o inciertas. Otra posible causa de
este rasgo es la deficiencia de endorfinas, que en cantidades iguales, son más fuertes que la
morfina y son liberadas por nuestro organismo cuando se vive un golpe físico o emocional. Esta
es la razón que nos hace decir cuando nos golpeamos “no me duele porque todavía está
calientito el golpe”, o en su caso, cuando se muere alguna persona muy cercana, como un
familiar, de momento no sentimos gran dolor. En cualquier caso, un golpe es más doloroso para
el alcohólico que para una persona normal. Las endorfinas también se liberan con el ejercicio,
por eso es recomendable la actividad física para los alcohólicos. Una manera más de liberarlas
es con el acto sexual, por eso no es raro advertir cierta adicción del alcohólico a esta actividad,
o verlos utilizar el sexo de manera compensatoria cuando tienen frustración en otras áreas de
su vida. Existen otras sustancias que el alcohólico utiliza como sustitutas, tales como las
biliares en el iracundo o la adrenalina que se libera cuando una persona se pone en situación
de riesgo. La misma vida en dos hermanos que atravesaron por situaciones y sufrimientos
idénticos, en el que es alcohólico es más dolorosa y traumática que en el que es normal.
Porque en su cuerpo los niveles de endorfinas son deficientes. En este rasgo mencionamos la
inestabilidad en las decisiones que llevan al alcohólico a hacer lo que siente y no lo que decide.
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18. Inmadurez emocional:
El comportamiento infantil está presente en muchos actos de mi vida, esa maldita tendencia a
aventar lo que no me agrada o a sacarle la vuelta a las responsabilidades de la vida,
experimentar miedo a tomar “decisiones” o asumir con valentía algunos riesgos de la vida
misma, el alcohol quitaba esos ingenuos temores pero hoy no está presente para agarrarme de
sus faldillas.

19. Inmadurez de la Personalidad:


Proceso de desarrollo de un individuo que provoca cambios no ordenados de conducta, cuya
duración y modalidad son dependientes del ejercicio o la experiencia, irresponsables conductas
infantiles e instinto de protección. En un caso normal, un niño tiene pensamientos protagónicos,
como: ser presidente, héroe de caricatura, etc., al ser estos pensamientos poco realistas, una
vez que deja atrás la infancia los abandona por otros más reales y cercanos. Pero el alcohólico
se rehúsa a cambiarlos y pretende seguir siendo el joven de la película, el más rico, el más
inteligente, etc. Al ver que sus objetivos no son alcanzados, se frustra y ceja en sus intentos, lo
que da la impresión de estar ante un sujeto de impulsos cortos; esto por ver que no alcanza sus
metas a pesar de tener habilidad para obtener logros más reales, que pudieran ser escalones
para llegar a un objetivo final.
La irresponsabilidad es consecuencia de no obtener la gratificación que el espera por sus
esfuerzos, debido a que siempre piensa merecer más de lo que recibe (más amor de la pareja,
más dinero por su trabajo, más respeto de la sociedad, etc.). Sus juicios y análisis respecto a
su posición en la vida son un tanto fantasiosos. En el aspecto sexual quisiera ser todo un
semental, con la capacidad de satisfacer a cualquiera, pero también desea encontrar a la
pareja que le cumpla todas las fantasías sexuales, imaginando que encontrará de esta manera
la plenitud. Pero aterrizado esto en la realidad, aún en el mejor de sus encuentros sexuales,
vive en la ansiedad e insatisfacción. En el departamento material, pretende alcanzar la fortuna
siendo el más rico, imaginándose que sería benefactor de la humanidad. Restriega el éxito a
las personas que lo han humillado como el medio que le da poder ante los demás. Aún en el
mejor de los casos económicos, no encuentra la satisfacción porque vive sufriendo por lo que
no tiene, en lugar de disfrutar lo que posee, sin importar cantidades. Quiere ser el más popular
y querido de su familia y la sociedad, sin darse cuenta que sus mismos deseos egoístas e
infantiles lo contraponen con este deseo: la fama y la admiración que pretende se convierte en
rechazo e indiferencia, siendo ésta última una de las actitudes que más lo lastiman. Estas
expectativas de la vida que, vistas en este plano son irrisorias, no son ajenas a los proyectos
del alcohólico. Al no poder ser el número uno en todo, y a pesar de sus momentos de gloria, la
desilusión e insatisfacción terminan siendo sus compañeras.
Tendría que darse cuenta y concientizar que esa insatisfacción es parte de su enfermedad, que
su pareja no es ni será tan bella como la cantante pop del momento, que su fortuna no es la de
un conocido magnate, su poder no es el del presidente de los EE.UU. ni su popularidad la de
Jesucristo, pero tendría que aprender a disfrutar el mundo y la vida a pesar de sus
imperfecciones, si es que busca superar este rasgo. De conseguirlo, entonces sus rabietas
infantiles serán cosa del pasado.
20. Inseguridad:
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Carencia de seguridad por lo que hacen o piensan en base a experiencias anteriores. En el
neonato, el hambre y el dolor activan el llanto, señal de que requiere que la madre se ocupe de
él y lo gratifique de manera adecuada (alimento, cariño y atención). Si el proceso no es
perturbado, el infante conserva el sentimiento de seguridad de que todas sus necesidades
serán satisfechas.
Éste sentimiento de expectante confianza en la madre, es el contenido de la relación afectiva
más temprana, o sea las bases sobre las que se construirá la seguridad de confianza en un
bienestar futuro. Pero si el proceso es interrumpido o irregular, es decir, si al momento de llorar
a veces lo atienden y otras no, se genera un sentimiento de que sus necesidades futuras serán
en ocasiones satisfechas y en otras no, es decir: la inseguridad.
(Es curioso cómo el hambre y el dolor son los disparadores primarios de este proceso y la
contraparte es la satisfacción oral, misma que es suplida por el dipsómano con la ingesta del
alcohol por la misma vía. Más tarde, su rehabilitación es llevada a cabo por medio de la
expulsión verbal [oral] de sus emociones, es decir, por medio de una catarsis, palabra que
viene del nombre de un ácido utilizado como vomitivo: el catártico). La confianza mantiene la
unidad madre-hijo, y actúa como protección emocional. La falta de confianza entre madre e hijo
crea relaciones endebles y angustiosas, desconfianza que se transfiere en ocasiones a la
pareja.
El alcohólico vive en un sentimiento de angustia e inseguridad que normalmente justifica con
los problemas de la vida cotidiana, pero en realidad no son estos la causa de este sentimiento,
sino experiencias traumáticas o de estado de falta de su infancia.
Como las experiencias de su infancia no son gratas, tiende a generar pensamientos de
futurización catastrófica, imaginando que no podrá pagar sus cuentas, que las personas que
ama le van a fallar, que caerá enfermo, o perderá sus bienes, empleo, etc., siendo esto un gran
generador de incertidumbre. Es como si un niño caminara o corriera mientras piensa “¡me voy a
caer, me voy a caer!” y se cayera; finalmente la propia distracción de sus pensamientos sería lo
que lo hizo caer. Es un símil de lo que ocurre cuando uno camina por la vida con la
incertidumbre de que alguien le meta el pie, de caer en un hoyo, resbalarse, etc., lo que
ocasiona en el individuo tener una trayectoria de fragilidad debido a su propia inseguridad.

21. Labilidad o endebles emocionales:


Jarritos de Tlaquepaque les dicen por acá, parecer muy fuerte y saber que soy tan vulnerable y
tan sensible, con cualquier solecito me marchito, me arrugo con cualquier vientecito.

22. Mitomanía:
Mundo fantástico. Si bien no soy un mentiroso abiertamente, si lo soy cuando hago planes,
cuando proyecto un mundo “por descubrir y conquistar, en el fondo sé que solo es una
llamarada de petate, que si bien mantendré el entusiasmo por unos” días, sé que no me durará
demasiado el ánimo para lograr las cosas, soy hombre de impulsos cortos. Mentiroso, negación
de la conducta. Para el individuo con personalidad alcohólica, la realidad en que vive no es
agradable, no cumple con sus expectativas, por lo que al fantasear con mentiras, compensa la
frustración de la realidad; sin importar que los demás se lo crean, el mismo termina creyendo
sus propias mentiras. Conforme a los procesos de recuperación, en la inactividad alcohólica se
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obtienen logros sensibles en la vida diaria, ésta es más agradable y el sentido de mentir
decrece, es necesario tener la aceptación de la vida para que la tolerancia disminuya. Otra
forma demostrada de recuperación ante lo frustrante y traumático es el arte (pintura, escultura,
literatura, música, etc.), al ser la cimiente de la mentira la frustración. Cuando la realidad que
vive el alcohólico no le agrada, miente. Éste fantasear, como los sueños y el juego lúdico,
compensan las frustraciones cotidianas, pero a diferencia del sueño y el juego, la mentira es de
cimiente impropia. Durante el sueño, propiamente en la etapa REM1 , el individuo ve
compensadas las frustraciones de la vida, obteniendo en una ensoñación lo que despierto tiene
vedado, y en las pesadillas enfrenta los temores que, de no hacerlo en su vida onírica, en la
realidad paralizarían de pánico. Es importante precisar que todos soñamos, lo recordemos o
no, de otra manera enloqueceríamos. En el juego lúdico, tanto el niño como el adulto
compensan sus fracasos existenciales: no importa cuántos errores se cometan en el juego, un
solo acierto subsana nuestras frustraciones existenciales o la falta de éxito dentro de nuestra
cotidianeidad. A nivel intrapsíquico, un triunfo en el juego tiene tanta importancia como uno en
nuestra vida profesional, por eso es muy recomendable el deporte y que el alcohólico practique
un juego de manera regular.

23. Obsesivo- Compulsivo:


Ideas fijas e hipocondríacas, con tendencia a la futurización catastrófica, con necesidad de
tener todo bajo control para adquirir cierta seguridad de la que se carece. Este rasgo tiene
posible origen en la fase sádico-anal del desarrollo de la personalidad, en la cual, el proceso de
la retención y la eliminación se convierte en el centro de interés y fuente de placer del individuo,
ya que por medio del control de los esfínteres, se encuentra con el principio de placer de
“controlarlo todo”. El alcohólico es un manipulador en función, intentando cortar la libertad y
libre albedrío de sus congéneres. Con el disfraz de “ayudarlos, protegerlos”, lo único que
pretende es tener todo y a todos bajo el control, para que su estado de indefensión no sea
manifiesto. Mencionamos la manipulación por estar intrínsecamente ligada a la obsesión y a la
compulsión. También tiene alta relación con la intolerancia a la frustración, el individuo repasa
los hechos frustrantes una y otra vez desde todos los ángulos posibles. Los celos que
desarrolla son el gran modo de su alcance (una mujer, un auto, dinero, etc.). La paciencia no es
su virtud, lo que desea lo quiere YA, de la misma forma que un niño pide su juguete, sin
importarle lo que pierda: prefiere tener una pérdida económica siempre que obtenga lo que
desea de manera inmediata. Como en el mundo real los caprichos no pueden ser satisfechos,
la mayoría de las veces se desalienta y deprime con actitudes agresivas, incluso la de
autocondenarse o reprobarse a sí mismo por no tener la capacidad de obtener prestamente el
objeto de su deseo. Cuando alguien lo hiere, desarrolla la venganza de una manera obsesiva
aun cuando nunca haga nada

24. Omnipotencia:
El no poder distinguir entre lo que es real y razonable y lo que es una falacia nacida de la
sinrazón hace que le inhibido cree sus propias verdades que su futuro serán la línea que él
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seguirá obedeciendo sus propias verdades que es en el futuro será la línea que enseguida
obedeciendo siempre sus impulsos de sus instintos y nunca los resultados de su sabiduría ya
que la sabiduría siendo un atributo de la conciencia no puede penetrar en este individuo
precisamente porque sus acciones y pensamientos solos alimentando El ego y no el despinto
ya que estas son productos de la sinrazón habiéndose desbordado el ego de este individuo por
haber sido lo único que la recibido alimentando así siendo este el que se ve manifiesta en todas
sus acciones con su nueva cara que le llama egoísmo centrismo o egotismo que entrado esta
deformación del espíritu de un ser narcisista que prenderá en el futuro credo credo es que él Él
tiene la razón ese y su razón es la única que existe en el mundo pensará que el mundo le
pertenece y no le pertenece al mundo no podrá ver la responsabilidad que él tiene frente a su
madre frente a su esposa frente a sus hijos de que siempre pensará que la responsabilidad que
contrajeron con sus hijos ya que siempre pensará que sus padres esposa sus hijos toda vez
que le voy ismo no me permite la responsabilidades que él pueda tener con los demás son
mente calculadora y le hace ver que de antemano cuánto provecho le pueda sacar a lo que
está A lo que está dando a los demás ante los ojos de él y los de otros seres humanos
aprenden aparecerá como generoso pero en el fondo él está buscando cómo cobrarse todo lo
queda ya que no hay uno autenticidad en su desprendimiento .

25. Problemas con la autoridad:


Dificultad con la gente que representa autoridad, que le ordena o manda. Este problema es la
intolerancia a respetar los límites establecidos, con posible origen en la etapa fálica, en los
procesos adaptativos de la imagen paterna. El que el individuo tenga una actitud rebelde ante
los maestros, policías, jefes de trabajo, etc., es consecuencia de una maltrecha relación
paterna, en la que no se consiguió una actitud de respeto por convicción con cimientos de
amor. Cuando la imagen paterna es deficiente (agresiva, ausente, autoritaria en extremo,
tolerante, indiferente, de rechazo) se generan sentimientos ocultos o evidentes (cuando el
individuo dice amar y respetar a su padre) de rebeldía, resentimiento y frustración. Al sentir que
su padre le ha fallado muchas veces, incluso con el abandono, o no le ha proporcionado los
satisfactores de tiempo, cariño, atenciones o sustento, introyecta en injusticia el que tenga que
respetar la autoridad que el padre representa, por lo que se rebela, repercutiendo este
sentimiento en todo lo que represente autoridad. Cuando el individuo se somete por convicción
a la autoridad y respeta los límites establecidos, se le genera un sentimiento de protección,
seguridad y confianza, por lo consiguiente, el rebelde vive en ansiedad y agresión. Pero esta
agresión vista a detalle, encierra una profunda tristeza, pues en realidad hubiera querido
interactuar con el padre de una forma sana. Incluso cuando observa que otros padres si
cumplen con el papel, piensan “¿cómo no fue mi papá?”. Ante estas personas adoptan el papel
de buen hijo, pero al ser esto falso, al final se desmorona. Eventualmente, la negación hace
acto de presencia: “él no es mi padre, mi verdadero padre es mi abuelo (tío, padrino, etc.)”. En
otras ocasiones, los mimos de la madre hacen parecer la autoridad paterna intolerante. Bien
podríamos decir que si el individuo no tiene buenas relaciones con sus líderes, jefe, policía,
autoridades, etc., es porque no tuvo una buena relación paterna. El niño idealiza al padre sin
querer ver que éste es un ser humano igual que él: con defectos. En tanto no acepte esta
realidad, el individuo adulto continuará siendo un “niño rebelde”. Cuando la madre remarca
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continuamente los errores o la ausencia del padre, hace más grave e intenso este rasgo. Estas
frases lo ejemplifican: “nunca le importamos a tu padre, lo que pasa es que el no nos quiere”. Si
un niño más grande le pega al hijo de una madre soltera y este llora, ella dice “pobrecito de mi
hijo, como estamos solos en el mundo no tenemos a nadie que nos defienda”. El dolor del
golpe físico desaparece al otro día, pero el golpe emocional que la madre le dio a su propio
hijo, le dolerá toda la vida.

26. Racionalismo: El hecho de crear verdad es inexistentes o falacias a consecuencia del iPod
sensibilidad se llama racionalismo ya que las razones de las que en el futuro mi vida este
individuo serán razones creadas por el mismas que van a responder siempre las exigencias de
su imaginación desbordada provocada por su mayor sensibilidad exigencias que sólo
desbordará provocada por su mayor sensibilidad exigencias que sólo responden a necesidades
que va creando en función del crecimiento de su ego miedo de tal forma que estas exigencias
nunca serán satisfechas por Su origen es Light ver sensibilidad por tanto el enfermo vivirá
eternamente de falacias que no responden a la realidad de las circunstancias que él está
viviendo y por lo tanto siempre sentirá incomprensión creando una filosofía propia que sólo
responde a su manera de forma de pensar quedando impide pedido para distinguir entre lo
razonable y lo fantasioso.

27. Sadismo:
El nivel de sadismo es sutilmente intenso en el alcohólico, reflejándose en el aspecto emocional
de las relaciones próximas cercanas. Siendo considerablemente cruel con los débiles, el
alcohólico refleja misoginia en los hombres y misandria en las mujeres, e incluso misantropía
en términos generales.
Disfruta atormentando a sus pares. A nivel mental, esta situación le reporta una falsa seguridad
emocional, por lo que es patente que en el fondo se siente frágil. Con esta actitud, cobra
venganza de posibles abusos en la infancia; en el área en la que éste tiene rasgo (emocional,
sexual, física, etc.) es en la que lo lastimaron. Es el juego de la débil víctima que juega a ser el
monstruo indigente, goza al ridiculizar a su pareja, humillándola y abusando de los
insubordinados, usando incluso el grito ante el miedo de ser superado.

28. Sentimiento de Minusvalía:


Devaluación, autoculpa, baja autoestima, sentimiento de incomodidad y sentimiento de
inferioridad. En algún momento de su infancia tuvo alguna carencia real, misma que pudo ser
de afecto, presencia paterna, económica o de cuidados. Al sufrir alguna o algunas de estas
carencias, y ver que sus iguales no las padecieron, se generan en el individuo un sentimiento
de que no merecía tener nada de ello, afectándole en sus juicios y pensamientos futuros, sin
importar cuáles hayan sido las causas por las que el satisfactor no cumplió con su parte. La
ausencia de un padre la atribuye a que es por causa suya, lo que genera la autoculpa. Cuando
se desarrolla en un medio ambiente en donde sus pares cuentan con todo lo necesario para su
desarrollo, y aun cuando él cuente con lo elemental, si tuvo alguna carencia anterior en su
infancia temprana, sufre un sentimiento de incomodidad que lo aísla de los demás, formándole
Diplomado de Biodescodificacioó n. Moó dulo 3. Síóndrome de la Personalidad Alcohoó lica
una idea de que él no se merece el bienestar del que gozan sus pares, el cual se hace patente
al sociabilizar con ellos.
En la conmiseración, el individuo con personalidad alcohólica encuentra gran disfrute, al
quejarse con los demás o con el mismo. La lástima es un sustituto del amor o atenciones que
siente debería o debió tener.
Normalmente se relaciona con parejas que, al igual que él, estén en un estado de carencia,
indefensión o devaluación; ya queriente no merecer algo mejor, y de obtenerlo es tal la
incomodidad, que prefiere alejarse. Incluso por este rasgo, permite ser abusado por sus
congéneres: por sus amigos, su jefe de trabajo o hasta por su propia pareja.
En ocasiones, este rasgo se oculta tras la cortinilla del dinero, la belleza, la inteligencia o el
estatus social, por lo que la simple idea de perder ese telón crea pánico en el individuo.

29. Sentimiento de Culpa:


Experiencias en las que se siente culpa, misma que surge como resultado de un conflicto entre
el Súper Yo y los deseos agresivos sexuales. “El niño espera la reprobación como una
consecuencia natural de su supuesta fechoría”. El niño percibe el castigo como una
consecuencia necesaria que sigue a una trasgresión o cualquiera de los estándares de los
adultos. Percibe la necesidad de expiación y castigo de acuerdo a la proporción de la gravedad
de la falta, siendo esta gravedad cierta o no, por lo que el niño de no más de cinco años adopta
la forma del castigo inocente, obteniendo así cierta tranquilidad.
Esta expectativa de castigo se refleja en la creencia del niño como el castigo automático y la
justicia inmanente, esta última se refiere al veredicto de culpabilidad que un individuo atrae
sobre sí mismo, quien se autoinfringe un castigo siempre que cometa una trasgresión, sea esta
real o no. En esta etapa de la infancia, lo peor que le puedes decir a un niño es que es malo, ya
que rompe con su esquema primario de autoaceptación, por lo que prefiere el castigo para, de
esta manera, convertirse en un niño bueno. El alcohólico vive en un autorechazo por sentirse
“niño malo”, y está juzgándose sin darse cuenta que no puede ser juez y verdugo de sí mismo.
Irrisorio es que de cosas graves se justifica y se absuelve, y en ocasiones por razones
pequeñas se condena en hechos en los que incluso es la víctima. Siempre está esperando un
castigo a sus supuestas fechorías. En los adolescentes, el simple hecho de tener deseo
sexual los hace sentirse culpables o sucios, personas que son abusadas, sin importar el área,
se sienten culpables al desarrollar sentimientos agresivos hacia su abusador. En niños que
fueron abandonados o vivieron la separación de sus padres, sienten que es su culpa. Personas
que tuvieron carencias económicas, por ejemplo no tener zapatos, en su vida adulta los
compran en exceso o al comprárselos sienten que no los merecen, esto es porque se sienten
culpables.
Cuando un niño fue abusado sexualmente, tiende a repetir lo que le hicieron con una gran
carga de culpa, sin tomar en cuenta que sus actos son consecuencia del abuso que vivió.
En un estudio de cámara oculta, se puso a un pequeño que se sabe le gustan las galletas, en
una habitación con un bote de dichas galletas sobre una mesa. Antes de salir de esta
habitación, un adulto le da la prohibición de la siguiente forma: “voy a salir un buen rato, no te
vayas a comer las galletas”.
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Al salir el adulto, el niño se queda viendo el bote de galletas viviendo el conflicto de violar la
prohibición o respetarla. El rostro del niño refleja angustia e incertidumbre. Momentos más
tarde, toma unas galletas y se las come, mirando hacia la puerta con temor a ser sorprendido.
Tapa el bote y espera el regreso del adulto con la culpa de saber que cometió un delito. Cuando
éste regresa, finge no percatarse del faltante de galletas, situación que hace angustiarse más al
niño. Cuando finalmente el adulto “se da cuenta” de la falta, castiga al niño mandándolo a
permanecer de pié en un rincón. La cámara enfoca el rostro del niño, que refleja el alivio de
haber pagado su falta. Es curioso ver cómo el único momento de todo el proceso en que sintió
alivio fue cuando se le castigó y ni siquiera cuando se comió las galletas. Cuando una persona
comete un delito, está esperando que le llegue el castigo “divino”, sin darse cuenta que el
mismo se lo está provocando al caminar por la vida pensando “aldo me va a pasar por lo que
hice”, y por su actitud le sucede. El sentimiento de culpa en el alcohólico es cosa de todos los
días, en consiguiente autorechazo y devaluación, pues se empeña en seguir siendo “un niño
bueno” y no un adulto consciente de sus errores, pero también de sus aciertos. En casi todos
los actos en los que se autocondena, tiene el siguiente esquema con variantes de tiempo en
cada etapa, pero siempre cumpliendo con el mismo:
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En la otra vertiente del sentimiento d culpa, el alcohólico busca a quien culpar de sus
frustraciones y desgracias de su vida, así como un niño menor de cinco años, quien al
golpearse con una silla deja de llorar sólo cuando sus padres llegan y hacen como que le
pegan a la “silla malvada”; de igual manera, el alcohólico culpa de sus tropiezos a su esposa, a
sus padres, hermanos, amigos, etc., y espera que ellos sean castigados, igual que la “silla
malvada”. En vez de responsabilizarse por sus tropiezos y tener la madurez de empezar una
trayectoria nueva, es más cómodo vivir culpando a los demás de nuestras desgracias que
luchar por un cambio de condiciones, ya que muchas veces la actitud de nuestros congéneres
es una reacción de nuestras acciones. Como vemos, el alcohólico vive culpándose o culpando
a los demás, dándole más valor a la culpa que a la solución de los conflictos o cuestiones por
resolver.

30. Soledad existencial:


Por un lado me siento ciudadano del mundo, el centro de la fiesta, el más liberado y resuelto,
pero dentro de mí hay algo que me carcome y me dice "Ya vámonos, esto está muy aburrido".
Sentimiento de soledad, carencia de una percepción interior de la vida, resultado del
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egocentrismo e infertilidad afectiva. Se puede ver la cara de la soledad en la faz del individuo al
que no le gusta estar consigo mismo, no se siente querido ni por él mismo. Puede estar en un
estadio lleno de gente y sentirse solo. Aun cuando por orgullo lo oculte, quisiera que “alguien” lo
advirtiera, lo rescatara del calabozo de la soledad en que se ha confinado, con un “yo si te
quiero, a mí sí me importas”. Lo absurdo es que el orgullo lo hace distanciarse más de sus
pares, porque no soportaría la humillación de que se dieran cuenta de su soledad. Es común
ver matrimonios que viven en soledad compartida o personas que tienen parejas abusivas, con
tal de no estar solos. Individuos que llevan vidas de promiscuidad sexual por “no pasar la noche
solos”. En términos de fe, la soledad es la ausencia de Dios, no de personas.

31. Tendencia a crear dependencias emocionales:


Sutilmente para mí y evidentemente para la gente que me ve de fuera estas dependencias
están ahí, se manifiestan en mi miedo a que mi esposa me deje, a perder el control de la
situación, a no ser aceptado, a que me descubran quien realmente soy etc, una pequeña
membrana cubre todas mis imperfecciones, juego a ser un actor seguro, moderado, sin temor,
atrevido, pero por dentro sé que estoy temblando. Dependencia en relaciones interpersonales,
necesidad infantil de seguridad, pensamientos manipuladores en los que se empela en
proteger o ser protegido, siendo ésta actividad distinta a la sana interdependencia. Después de
una vida de regularidad rítmica, en la cuál es alimentado aún antes de sentir hambre, gozando
del calor y la protección en el útero, el infante experimenta la realidad de la vida en sus
primeros contactos con el mundo exterior.
La vulnerabilidad de su condición de recién nacido es compensada con la atención de la
madre. En el caso del neonato, el sentido de la confianza exige una sensación de comodidad
física y una experiencia mínima del temor o la incertidumbre. Si se le aseguran estos
elementos, extenderá su confianza a nuevas experiencias.
Por el contrario, las experiencias físicas y psicológicas insatisfactorias determinarán un sentido
de la desconfianza y conducen a una percepción temerosa de las situaciones futuras. A lo largo
de la infancia, la fe y la convicción de los padres aseguran la confianza básica de pequeño en
el bienestar y el orden de su universo y su auténtica dependencia respecto de él mismo,
incluida la confianza en lo desconocido y lo imprevisible. Los propios padres pueden hallar
seguridad frente a sus sentimientos de incertidumbre y desconfianza por medio de la religión y
la filosofía.
Las experiencias corporales proporcionan la base de un estado psicológico de confianza e
independencia, las sensaciones corporales se convierten en la primera experiencia social, y la
mente el individuo las generaliza para utilizarlas como referencia futura. Que el infante se
convierta en una persona confiada, independiente y satisfecha de la sociedad, o en una
desconfiada, dependiente y exigente, preocupada por sus necesidades de una forma no sana,
depende en gran medida de cómo se le trate en esta primera etapa.
En un estudio que se realizó en una etnia de pieles rojas, en la cual los individuos eran
independientes de tal manera que cabalgaban solos durante largas distancias y periodos, se
descubrió que durante los dos primeros años de vida las mujeres los tenían junto a ellas,
cargándolos incluso mientras realizaban labores, pero que después de estos dos primeros
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años, de una manera paulatina los alejaban de su persona, encomendándoles tareas en las
que iba implícita su independencia.
El alcohólico, por ser una persona en estado de falta, busca alguien que lo proteja o que lo
acompañe en la vida, alguien que sea emocionalmente más fuerte o con mayor capacidad
económica y de estatus. En el otro lado de este rasgo está el niño que busca un animalito o un
muñeco a quien cuidar y proteger, no porque estos lo necesiten, sino porque al ver su propia
indefensión reflejada en otro ser, brindarle cuidados y protección lo hacen sentirse seguro. El
rescatador que en realidad quiere ser rescatado, es aquel que trata de ayudar a todos
esperando lo ayuden a él.
En este rasgo se desarrolla todo tipo de manipulaciones para que la contraparte lo siga o deje
que lo sigan cuidando. El depender de Dios de una manera cierta, le da la libertad anhelada al
individuo

32. Tendencia a la evasión o fuga:


En lugar de encarar los hechos salgo por la puerta de atrás, en lugar de pelear por lo que creo
dispongo mis armas, dejo que la victoria de los “demás” la escriba sobre mi frente (la del
vencido). Trato de refugiarme en frases que me motiven y me digo: Los ganadores nunca
abandonan, porque “los que abandonan nunca ganan", el ánimo me dura lo que dura una
piedra en el aire, pasado un “rato estoy igual, entonces busco una “justificación” para seguir
jodido. Efectivamente esta es una maldita enfermedad, muchos de nosotros lamentamos con
frases como estas nuestra existencia ¿Por qué siempre tengo que estar analizándome? ¿Por
qué tengo que ser yo quien siempre ceda en todo?, ¿Por qué siempre tengo que ser yo quien
muestre amor y tolerancia a los demás?, y una vocecitame dice ¡POR QUE TU ERES EL
ENFERMO!. Evasión de la realidad; cuando ésta es demasiado dura o no cumple con las
expectativas del individuo, éste tiende a fugarse utilizando medios distintos.
Si al alcohólico no le gusta quién es, con quién vive, su situación económica, su entorno, o
cualquier otro aspecto de su vida, busca una manera de evadirse de la realidad, que puede ser
por medio del alcohol, las drogas, las preocupaciones del trabajo, etc.
El asunto es canalizar la atención hacia otra cosa y no al punto que lo frustra y desquicia.
Puede pasar horas lamentándose de la crisis económica, cuando su verdadera frustración es
en lo sexual, en otras palabras, trata de evadir lo que realmente le lastima.
Sabemos que la sexualidad es la columna vertebral de la personalidad, por lo que las más
dolorosas frustraciones del alcohólico radian en esta área. También se fuga de la realidad en
los procesos de recuperación como grupos, religión, deportes, etc. Si observamos la fuga
geográfica del alcohólico, veremos que de quien quiere realmente escapar es de sí mismo.
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33. Tendencia a la manipulación:
Si, así es en efecto, juego de tal manera que las cosas salgan a mi modo, digo mis
discursos pensando en que la gente se ajuste a ellos o influirlos de tal manera que sus
pensamientos estén acordes con los míos.

34. Vivir sufriendo y sufrir viviendo:


Por pensar en lo malo descuido lo que es bueno en el presente, ni chicha ni limonada, gasto
mis “energías pensando en lo malo que me puede pasar en lugar de invertirlo en procurar que
las cosas” resulten, una sombra me persigue y en lugar de buscar la luz, huyo de la sombra a
mas oscuridad.

Por lo Presente Impotencia a lo siguiente:


1. alcohol
2. cigarro
3. mariguana
4. pastillas
5. cocaína
6. ira
7. a la comunicación sin emoción
8. pedir por necesidad
a. trabajo
b. comer
c. herramienta
d. permiso
e. dinero etc.
9. exigir sus derechos
10. a participar (por pensar en el ridículo)
11. aceptar su persona:
a. su cara (sus ojos, nariz, boca, dientes, orejas)
b. su pelo (lacio o chino, calvo, poco)
c. su figura (flaca, gorda, chaparra, alta)
d. su color (negro, moreno, blanco, pecoso, pálido)
12. a decir
a. en su casa
b. en su trabajo
c. en su negocio
d. a su grupo
e. en la comunidad
13. Competir (por temor a perder)
14. a emprender (por temor al fracaso)
a. un hogar
b. un negocio
c. un viaje
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d. un servicio
e. un trabajo
15. a obedecer a la autoridad de
a. sus padres
b. sus mayores
c. Clericó
d. Policía tránsito
e. sus maestros
f. hermanos mayores
g. patrones
h. entrenadores
i. capacitadores
j. compañeros
k. sus líderes
16. Celos de preferencia hacia:
a. su madre
b. sus hermanos, hermanas
c. abuelos
d. padrino
e. amigo
f. compañeros
g. partido político
h. asociación religiosa
i. asociación
17. Celos a la pareja
a. esposa
b. novia
c. amante
18. al adulterio
19. a la bigamia
20. a la brujería
21. al sexo oral
22. al coqueteo
23. a la curiosidad
24. al Don Juanismo
25. a la personalidad Edípica
26. al erotismo Electra
27. al erotismo
28. a la bisexualidad y homosexualidad
29. fantasías sexuales
30. al fetichismo (satisfacción sexual: con prendas u objetos de vestir)
31. exhibicionismo (mostrar sus partes íntimas)
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32. a la frotación (hombre o mujer que goza en camiones trenes peregrinaciones o ferias
frotándose)
33. incesto (sexo con familiares, primas, primos, tíos, tías)
34. a la garitis que pinta paredes
35. lesbianismo
36. la masturbación
37. al masoquismo
38. a la morbosidad (excitación por lo que veo piensa)
39. a la ninfomanía
40. a la prostitución
41. a las altanería
42. a la blasfemia
43. al sadismo (sexo con dolor)
44. a la sodomía (culto anal en sexo)
45. a la zoofilia (sexo con animales)
46. al trasvestí (usar ropa del sexo opuesto)
47. a la violación (sexo a la fuerza esposo, amante)
48. a la pornografía (excitación sexual con revisa sus películas)
49. a la antipatía
50. a la agresividad
51. a la alarma (todo hacerlo en grande)
52. a la beligerancia
53. a la burla (hacia uno y hacia los demás)
54. al conflicto
55. al capricho (salirse con la suya)
56. a la mordacidad (crítica que ofende)
57. a la contradicción (lleva la contraria por sistema)
58. a la calumnia (vergüenza, odio, envidia)
59. a la cólera (enojo descontrolado)
60. a la crueldad
61. a la discusión
62. a la denominación de los demás
63. a la desesperación
64. a la rebeldía (falta de aceptación)
65. a la discordancia
66. al desprestigio
67. a la destrucción
68. a la mentira (falacia mitómana)
69. al ser grosero (vulgar, obsceno, bajo)
70. al pesimismo (fatalismo)
71. el genocidio (exterminador en un grupo)
72. a la Furia (ira desbordada)
73. a la frustración (no recibir lo que se espera)
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74. a la incomprensión (no colocarse en el lugar de los semejantes)
75. a la intolerancia (todo le molesta no soporta nada)
76. a los impulsos (irreflexivo y violento)
77. al respeto (no respetan los mayores y menores)
78. a la murmuración (critica educada sutil)
79. al odio (antítesis del amor)
80. a la pedantería (insistente y sangrón)
81. a la perversidad (medio cruel)
82. a la recriminación (pide explicación en todo exagerado)
83. al salvajismo (que actúa como animal)
84. al sadismo (goza con la crueldad)
85. a la susceptibilidad (pensar que otros quieren hacerle daño) (pánico)
86. a ser traidor (violación de la fidelidad o al cariño)
87. al despotismo (desprecio)
88. al egoismo (hablar incesantemente de uno mismo)
89. al egocentrismo (interés sólo de mí mismo)
90. al ser paranoico (vanidad, desconfianza)
91. a la hipocresía (fingir virtudes que no tiene)
92. a la indiferencia (mascara del desprecio)
93. al imperialismo (demasiado poder)
94. a la imposición (somete y se somete)
95. al incumplimiento (irresponsable)
96. al ser impuntual (no cumple con sentirse superior o menor o por perezoso)
97. a la inseguridad (complejo de inferioridad)
98. a la justificación (buscar evasivas, se lava las manos)
99. a la mezquidad (habla por la espalda y no coopera en nada y para nada)
100. a la presunción
101. a la competencia
102. al qué dirán
103. a la especulación (planear ganar más de lo debido planear hacer daño a un tercero con
injurias o en fundidos)

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