Antecedentes Históricos Del Tratado de Salomón
Antecedentes Históricos Del Tratado de Salomón
Antecedentes Históricos Del Tratado de Salomón
(…) S.E. El Libertador (…) propuso que se fijase por base para los límites el río
Marañón desde la boca del Yurati aguas arriba hasta encontrarse con el río
Guancabamba y el curso de este río hasta su origen en la cordillera y de allí tomar
una línea al Macará para seguir y tomar las cabeceras del río Tumbes; (…) el Perú
quedaba dueño de la navegación del Amazonas conjuntamente con Colombia…
poseyendo la ribera derecha del Río Negro desde la piedra del Cocui y todo su curso
interior como los ríos Caquetá ó Yapurá, Putumayo y Napo. (…) Después de una
detenida discusión, convino el Ministro de Relaciones Exteriores en estas bases;
pero que las modificaba poniendo por término, no la embocadura del
Guancabamba, sino la del río Chinchipe que conciliaba más los intereses del Perú,
sin dañar á Colombia. (…) El Ministro de Colombia convino en todo, dando desde
ahora por reconocido el perfecto derecho de Colombia á todo el territorio de la ribera
izquierda del Marañón ó Amazonas y reconocía del Perú el dominio en la ribera
derecha quedando únicamente pendiente resolver si deben regir los límites por
Chinchipe ó Guancabamba.
El Perú ha considerado a éste protocolo como inexistente o, al menos, inválido
debido a las siguientes razones:
Ni Colombia, ni el Ecuador, ni el Perú han podido mostrar el protocolo
original, que de existir, se encontraría en sus cancillerías.
El 11 de agosto, día de la supuesta firma del protocolo, Mosquera no estaba
ya en Lima. Se había embarcado en el Callao en la goleta Guayaquileña el
día anterior, de acuerdo al número del Mercurio Peruano del 12 de agosto de
1830.
Durante esos días (desde el 7 al 11 de agosto), Pedemonte se encontraba
enfermo y era reemplazado temporalmente por Matías León.
En la fecha de la supuesta firma del protocolo, la Gran Colombia había dejado
de existir y Mosquera ya no tenía autoridad para firmar algún documento en
nombre del extinto país.
Cuando Mosquera llegó a Guayaquil en 1830, no dio publicidad a la noticia
de que habían concluido sus gestiones, con la gran victoria diplomática para
Colombia que se atribuyó en 1870.
El mismo Mosquera declaró en 1843 que había negociado con Pando, sin
mencionar a Pedemonte o al protocolo.
En 1853, en una carta enviada al ministro de relaciones de Colombia, narró
nuevamente la historia de su misión en Lima, más o menos en la misma
forma que en 1843 y tampoco aludió al protocolo permaneciendo en igual
mutismo posteriormente y manteniendo la misma actitud en su defensa
autobiográfica cuando estaba enjuiciado en 1867.
En su memoria de 1831, Pedemonte no comunicó al Congreso la firma de
documento alguno en relación con los límites entre el Perú y Colombia.
Durante las primeras negociaciones limítrofes peruano-ecuatorianas en
1841, el protocolo de 1830 no fue mencionado.
De existir el supuesto protocolo, este no tendría ninguna validez, al no haber
sido ratificado por los Congresos de ninguno de los países.
Asimismo, la Corte Suprema del Perú designó, gracias a una denuncia del fiscal de
la Nación del 8 de agosto de 1910, a una comisión para que investigase lo sucedido
en esos territorios. Carlos A. Valcárcel recibió las órdenes en noviembre de ese año,
y el día 22, dispuso que se enjuiciara a los presuntos culpables. Sin embargo,
debido a problemas de salud y falta de dinero, Valcárcel no pudo hacerse cargo de
la investigación, por lo que fue reemplazado por Rómulo Paredes. El informe de
Casement fue presentado a inicios de 1911. En este, se describía las horribles
prácticas de la casa Arana. El reclutamiento de nativos a manos de peruanos y
colombianos, la esclavitud, la explotación sexual de las mujeres, la muerte de miles
de indígenas amazónicos; que confirmaron las denuncias hechas anteriormente.88
A pesar de ello, Julio César Arana nunca sería juzgado por sus presuntos crímenes,
ni ante la Cámara de los Comunes de Gran Bretaña, ni ante la justicia peruana.
Llegaría a ser senador de Loreto y opositor al Tratado Salomón-Lozano.
Incidentes armados en el Putumayo y el Caquetá
A pesar de los acuerdos firmados con el Perú, el 5 de junio de 1907 el gobierno
colombiano celebró secretamente una convención con el Ecuador, para negociar un
acuerdo limítrofe en los territorios que también estaban en disputa con el Perú. Al
mismo tiempo, exigía que este país aprobara el tratado de 1905 (que no ocurrió),
cuando lo había violado al negociar con el Ecuador. Ante esto, el 22 de octubre de
1907, el gobierno colombiano declaró unilateralmente terminado el modus vivendi
de 1906, nombrando y sosteniendo autoridades en el Putumayo. Debido a esto, la
cancillería peruana solicitó a Julio C. Arana que ayudara con sus empleados a
repeler una posible invasión colombiana. Como consecuencia de estas dos
acciones, se produjeron una serie de incidentes armados entre caucheros peruanos
y colombianos en la zona.
Tratado Vásquez Cobo-Martins
Mapa de Colombia en 1912, tras la firma del tratado Vásquez Cobo-Martins. El 24
de abril de 1907, se firmó en Bogotá, entre los representantes de los gobiernos de
Colombia y Brasil; Alfredo Vásquez Cobo y Enéas Martins, respectivamente, un
tratado que definió la frontera, entre la piedra de Cocuy hasta la desembocadura del
río Apaporis en el Caquetá:
La frontera entre Colombia y el Brasil (...) será la siguiente: De la isla de San José
(...), el thalweg del Apaporis hasta su desembocadura en el río Yapurá o Caquetá
(...); y el resto de frontera entre los dos países disputada, sujeta a posterior arreglo
en el caso de que Colombia resulte favorecida en sus otros litigios con el Perú y el
Ecuador.
Tratado Porras-Tanco Argáez[editar]
En 1909, se reanudaron las negociaciones entre el Perú y Colombia, con el fin de
poner término a los sangrientos combates que se sucedían entre el Putumayo y el
Caquetá. El canciller peruano, Melitón Porras y el ministro colombiano, Luis Tanco
Argáez, suscribieron un acuerdo el 22 de abril de ese año, que consistía en los
siguientes puntos:
El nombramiento de una comisión que investigara los sucesos del Putumayo y
estableciera responsabilidades.
Se indemnizaría los daños materiales y a las familias de las víctimas.
La cuestión de límites, sería resuelta cuando se expidiera el fallo español en el juicio
con el Ecuador y se sometería a arbitraje en caso de desacuerdo.
Se pactaría un nuevo modus vivendi; y se ajustaría un tratado de comercio.
En cumplimiento de la primera parte del tratado, se firmó en Bogotá el 13 de abril
de 1910 la convención sobre reclamaciones. Se acordó en ella, la constitución de
un tribunal mixto internacional, que se reuniría en Río de Janeiro a los 4 meses de
firmada la convención. El tribunal debía resolver:
El monto de la indemnización que uno de los países debía pagar a otro; y
Determinar los casos en que se debía aplicarse la ley colombiana o peruana a los
presuntos culpables de los crímenes de la región.
Sin embargo, sobre los convenios de arbitraje y modus vivendi acordados en el
tratado Porras-Tanco Argáez, no se llegó a un acuerdo formal.
Conflicto de La Pedrera (1911)
En 1911, Colombia comenzó a establecer guarniciones militares en la orilla
izquierda del río Caquetá, en clara violación al tratado Porras-Tanco Argáez, que
establecía que esa zona era territorio peruano. Envió a una expedición comandada
por el general Isaac Gamboa, conformada por 110 hombres, que ocupo Puerto
Córdoba, también llamada La Pedrera. En junio, zarpó otra expedición a Puerto
Córdoba al mando del general Neyra.
Mientras tanto, el gobierno peruano, resguardando sus intereses en la zona que
estaban siendo amenazados por las expediciones colombianas, solicitó la
suspensión de la expedición Neyra, pero fue denegada. Entonces, las autoridades
de Loreto destacaron un contingente peruano, al mando del teniente coronel Óscar
R. Benavides, para desalojar a los colombianos de La Pedrera.95
Fue entonces cuando los cónsules de Perú y Colombia en Manaos, conscientes de
las consecuencias de un posible enfrentamiento, propusieron telegráficamente a
sus gobiernos la desviación de las expediciones: la expedición colombiana, al
mando de Neyra, se detendría en Manaos; y la peruana, de Benavides, en el
Putumayo.
En 1919, se inició una nueva fase del conflicto. Colombia propone un arreglo directo,
sin embargo, la línea propuesta por el ministro colombiano Fabio Lozano Torrijos a
la cancillería peruana no fue aceptada, por cuanto no implicaba cesión alguna de
Colombia. La contrapropuesta peruana tampoco fue aceptada por el ministro
colombiano.
Marco conceptual
1.1.6. Tratado Salomón-Lozano
Reiniciadas las gestiones, el 24 de marzo de 1922 se llegó a un acuerdo directo en
Lima, obra de los plenipotenciarios Fabio Lozano Torrijos (representando a
Colombia) y Alberto Salomón Osorio (representando al Perú). El tratado Salomón-
Lozano estableció como límite el siguiente:
La línea de frontera entre la República Peruana y la República de Colombia queda
acordada, convenida y fijada en los términos que en seguida se expresan: Desde el
punto en que el meridiano de la boca del río Cuhimbé en el Putumayo corta al río
San Miguel o Sucumbíos, sube por ese mismo meridiano hasta dicha boca del
Cuhimbé; de allí por el río Putumayo hasta la confluencia del río Yaguas; sigue por
una línea recta que de esta confluencia va al río Atacuari en el Amazonas y de allí
por el río Amazonas hasta el límite entre Perú y Brasil establecido en el Tratado
Perú-Brasileño de 23 de octubre de 1851.
La rectificación del límite entre el Perú y Brasil y la entrega de la faja de territorio
colindante con el Brasil, por la línea pactada en 1851 con el Perú, así como el
acceso de Colombia al Amazonas, del que sólo el Perú y Brasil eran condóminos,
determinó la oposición de Brasil al tratado Salomón-Lozano. Esta actitud retardó la
aprobación del acuerdo, hasta la firma de un acta en Washington en 1925, por el
cual Colombia reconoció los territorios cedidos por el Perú a Brasil en 1851.105 El
20 de diciembre de 1927, fue aprobado por el Congreso peruano, sería ratificado
por el colombiano el 17 de marzo de 1928, y comenzó a ser efectivo desde el 19 de
marzo de 1928. Finalmente, el tratado se consumó con la entrega física de los
territorios, el 17 de agosto de 1930.
2. Conclusiones
3. REFERENCIAS