Frankfurt La Importancia de Lo Que Nos Preocupa

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Harry G.

Frankfurt
La importancia
de lo que nos preocupa
Ensayos filosóficos

Del mismo aulor Traducido por Verónica Inés Weinstabl


y Servanda María de Hagen
!MS razones del amor, Barcelona, 2004
Necessity, volition, and love, Cambridge, 1998 (edición española
en preparación por Katz Editores)
On Bullshit, Princeton, New Jersey, 2005 (la versión original de este breve ensayo
fue publicada originalmente en La importancia de lo que nos preocupa)
Demons, drcamers and madmen: the defense ofreason in Descartes* meditations,
Nueva York y Londres, 1970
Vreihcit und Selbstbestimmung, Berlín, 2001

conocimiento
1
Posibilidades alternativas
y responsabilidad moral

Un principio al que llamaré el principio de las posibilidades al-


ternativas ha desempeñado un papel dominante en casi todas
las investigaciones recientes acerca del problema del libre albe-
drío. Este principio afirma que una persona es moralmente res-
ponsable de lo que ha hecho sólo en el caso de que hubiera po-
dido comportarse de otra manera. Su significado exacto es un
tema de controversia, en particular con respecto a la cuestión de
si alguien que lo acepta queda comprometido a creer que la res-
ponsabilidad moral y el determinismo son incompatibles. Sin
embargo, prácticamente nadie parece inclinado a negar o si-
quiera a cuestionar que el principio de las posibilidades alter-
nativas (interpretado de una u otra manera) sea verdad. En ge-
neral, siempre pareció tan abrumadoramente razonable que
algunos filósofos han llegado a caracterizarlo como una verdad
a priori. Es evidente que las personas cuyas concepciones de li-
bre albedrío o de responsabilidad moral están radicalmente en-
frentadas encuentran en él un terreno común firme y conve-
niente sobre el que pueden adoptar con provecho sus posturas
opuestas.
Pero el principio de las posibilidades alternativas es falso.
Una persona bien puede ser moralmente responsable de lo que
hizo aunque no haya podido comportarse de otra manera. La
verosimilitud del principio es una ilusión, que puede desvane-
cerse si centramos la atención en los fenómenos morales perti-
nentes.
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I II

Cuando se busca ilustrar el principio de las posibilidades alterna- En general, estamos de acuerdo en que una persona que ha sido co-
tivas, es muy natural pensar en situaciones en las que las mismas accionada a hacer algo no lo hizo libremente y no es moralmente
circunstancias provocan que una persona haga algo y, a la vez, ha- responsable de haberlo hecho. Ahora bien, podría parecer que la
cen imposible que evite hacerlo. Éstas incluyen, por ejemplo, si- doctrina de que la coacción y la responsabilidad moral son mutua-
tuaciones en las que una persona es coaccionada a hacer algo o es mente exclusivas no es más que una versión algo particularizada del
impelida de actuar por una sugestión hipnótica, o en las que un principio de las posibilidades alternativas. Es natural decir que al-
impulso interno la lleva a actuar como lo hace. En situaciones de guien que ha sido coaccionado a hacer algo no podía hacer otra cosa.
esta índole, hay circunstancias que impiden que la persona actúe Y fácilmente podría parecer que el hecho de ser coaccionado priva
de otra manera, y estas mismas circunstancias también sirven para a alguien de la libertad y la responsabilidad moral, simplemente por-
provocar que haga lo que hace. que es un caso especial de imposibilidad de hacer otra cosa. De esta
No obstante, puede haber circunstancias que constituyen con- manera, el principio de las posibilidades alternativas puede obtener
diciones suficientes para que alguien lleve a cabo una acción y que, cierta credibilidad de su asociación con la muy razonable propuesta
por lo tanto, impiden que la persona actúe de otra forma, pero de que la responsabilidad moral queda excluida por la coacción.
que, en realidad, no obligan a la persona a actuar ni a producir su Sin embargo, no está bien que así sea. El hecho de que una per-
acción de ninguna manera. Una persona puede hacer algo en cir- sona haya sido coaccionada a actuar como lo hizo puede implicar
cunstancias que no le dejan más alternativa que hacerlo, sin que es- tanto que no podía hacer otra cosa como que no es responsable-
tas circunstancias en realidad la muevan o la conduzcan a hacerlo, mente moral de su acción. Pero su falta de responsabilidad moral
sin que desempeñen ningún papel, en efecto, en provocar que ac- no es consecuencia del hecho de no haber podido hacer otra cosa.
túe como lo hace. En otras palabras, no es correcto interpretar la doctrina de que la
Un examen de situaciones caracterizadas por circunstancias de coacción excluye la responsabilidad moral como una versión par-
esta clase arroja dudas, creo yo, sobre la relevancia del hecho de ticularizada del principio de las posibilidades alternativas.
que una persona que ha actuado de una manera no podría haber Supongamos que alguien es amenazado en forma convincente con
actuado de otra, respecto de cuestiones de responsabilidad moral. un castigo que considera inaceptable y que luego hace lo que la per-
Propongo desarrollar algunos ejemplos de esta clase en el contexto sona que lo amenazó le pide. Podemos imaginarnos detalles que nos
de un debate sobre la coacción y sugerir que nuestras intuiciones llevarían a pensar que la persona fue coaccionada para llevar a cabo
morales con respecto a estos ejemplos tienden a desconfirmar el la acción en cuestión, que no pudo hacer otra cosa y que no es mo-
principio de las posibilidades alternativas. Luego discutiré el prin- ralmente responsable de haber hecho lo que hizo. No obstante, ¿qué
cipio en términos más generales, explicaré lo que pienso que son tienen las situaciones de esta clase que garantizan el juicio de que la
sus errores y describiré brevemente y sin argumento cómo podría persona amenazada no es moralmente responsable de su acto?
revisarse en forma apropiada. Esta pregunta puede enfocarse considerando situaciones como la
siguiente: Jones tiene razones para decidir hacer algo, luego alguien
lo amenaza con un castigo muy severo (tan severo que cualquier
persona razonable se rendiría a la amenaza) a menos que haga pre-
cisamente aquello, y Jones lo hace. ¿Responsabilizaremos moral-
mente a Jones por lo que hizo? Creo que eso dependerá de los pa-
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peles que creemos que fueron desempeñados, al llevarlo a actuar, Ahora consideremos una tercera posibilidad. Jones3 no se sintió
por su decisión original y por la amenaza. empujado por la amenaza a tomar una decisión precipitada y tam-
Una posibilidad es que Jonesx no sea un hombre razonable; más poco fue indiferente a ella. La amenaza lo impresionó, como impre-
bien, es un hombre que hace lo que decidió hacer sin importar lo que sionaría a cualquier hombre razonable, y él se habría sometido a ella
suceda después y sin importar el costo. En ese caso, la amenaza en re- sin reservas si no hubiera tomado ya una decisión que coincidía con
alidad no ejerció una fuerza efectiva sobre él. Actuó sin pensar en ella, la que se le exigía. Sin embargo, de hecho, él llevó a cabo la acción
casi como si no fuera consciente de su existencia. Si, en efecto, así fue, en cuestión sobre la base de la decisión que había tomado antes de
la situación no implicó ninguna coacción. La amenaza no llevó a Jo- recibir la amenaza. Cuando actuó, en realidad no estaba motivado
nes! a hacer lo que hizo. Como tampoco fue, de hecho, suficiente para por la amenaza sino únicamente por las consideraciones que lo ha-
impedir que hiciera otra cosa: si su decisión anterior hubiera sido la bían llevado a actuar, aunque sí lo habría estado de no haber tenido
de hacer otra cosa, la amenaza no lo habría disuadido en absoluto. suficientes motivos para llevar a cabo la acción en cuestión.
Parece evidente que, en estas circunstancias, el hecho de que Jones, Sin duda, en un caso como éste será muy difícil para cualquiera
fuera amenazado no reduce de ningún modo la responsabilidad mo- saber qué pasó exactamente. ¿Acaso Jones3 llevó a cabo la acción en
ral que tendría, de otra manera, por su acto. Este ejemplo, sin em- virtud de la amenaza, o sus razones para actuar fueron simple-
bargo, no es un contraejemplo de la doctrina que afirma que la co- mente las que ya lo habían persuadido de hacerlo? ¿O actuó sobre
acción libera de responsabilidad ni del principio de las posibilidades la base de dos motivos, cada uno de los cuales fue suficiente para
alternativas. Pues supusimos que Jones, es un hombre sobre quien la su acción? Sin embargo, no es imposible que la situación fuera más
amenaza no tiene ningún efecto coercitivo y, por ello, que en realidad clara de lo que son en general las situaciones de esta clase. Y su-
no lo privó de alternativas a lo que hizo. pongamos que para nosotros es obvio que Jones3 actuó sobre la
Otra posibilidad es que Jones2 fuera empujado a tomar una de- base de su propia decisión y no por la amenaza. Entonces pienso
cisión precipitada por la amenaza. Dada esa amenaza, habría lle- que estaría justificado considerar que su responsabilidad moral
vado a cabo la acción sin importar qué decisión había tomado. por lo que hizo no está afectada por la amenaza aunque, dado que
Además, la amenaza lo perturbó tanto que se olvidó por completo de todas maneras se habría rendido ante la amenaza, no podía ha-
de su decisión anterior e hizo todo lo que se le pedía porque tenía ber evitado lo que hizo. Para nosotros sería completamente razo-
terror del castigo con el que había sido amenazado. En este caso, nable emitir el mismo juicio con respecto a su responsabilidad que
el hecho de que ya hubiera decidido llevarla a cabo no pesa sobre el que habríamos emitido si no hubiéramos tenido conocimiento
su realización de la acción. Cuando cayó en la cuenta, no pensó en de la amenaza, puesto que la amenaza de hecho no ejerció in-
otra cosa que en la amenaza, y sólo el temor lo llevó a actuar. El he- fluencia alguna sobre su realización de la acción. Él hizo lo que
cho de que anteriormente Jones2 hubiera decidido, por sus propios hizo de la misma manera que si no hubiera recibido la amenaza.
motivos, actuar de esa manera puede ser relevante para una eva-
luación de su carácter; puede tener toda la responsabilidad moral
para haber tomado esa decisión. Pero no se puede decir que sea
moralmente responsable de su acto, puesto que llevó a cabo la ac- ni
ción simplemente como resultado de la coacción a la que fue so-
metido. Su decisión anterior no desempeñó ningún papel en pro- A primera vista, el caso de Jones3 parecería combinar coacción con
vocar que hiciera lo que hizo y, por lo tanto, sería gratuito asignarle responsabilidad moral y, por lo tanto, proporcionar un contrae-
un papel en la evaluación moral de su acción. jemplo para la doctrina de que la coacción libera de responsabili-
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dad. En realidad, no es tan seguro que lo haga, no obstante, porque tido a una fuerza coercitiva que descarta la posibilidad de que lleve
no queda claro si el ejemplo constituye una instancia genuina de a cabo otra acción, puede, a pesar de todo, tener responsabilidad
coacción. ¿Podemos decir que Jones3 fue coaccionado a hacer algo, moral por realizar esa acción.
cuando ya había decidido hacerlo por su cuenta y cuando lo hizo
enteramente sobre la base de esa decisión? ¿O sería más correcto
decir que Jones3 no fue coaccionado a hacer lo que hizo aunque él
mismo reconociera que sentía una fuerza irresistible en virtud de IV
la cual debía hacerlo? Mis propias intuiciones lingüísticas me con-
ducen hacia la segunda alternativa, pero son algo equívocas. Quizá En la medida en que el principio de las posibilidades alternativas
podamos decir cualquiera de estas dos cosas, o quizá debamos deriva su verosimilitud de la asociación con la doctrina de que la
añadir una explicación calificativa a cualquiera de las que digamos. coacción excluye la responsabilidad moral, una clara comprensión
Sin embargo, esta oscuridad no nos impide extraer una impor- de esta última disminuye el atractivo de la primera. Sin duda, el
tante moraleja de un análisis del ejemplo. Supongamos que deci- caso de Jones3 puede, al parecer, hacer algo más que iluminar la re-
dimos decir que Jones3 no fue coaccionado. Nuestra base para de- lación entre las dos doctrinas. Quizá también parecería brindar un
cir esto será claramente que es incorrecto considerar que un contraejemplo decisivo del principio de las posibilidades alterna-
hombre fue coaccionado a hacer algo a menos que lo haga a causa tivas y, por tanto, mostrar que el principio es falso, puesto que el
de la fuerza coercitiva ejercida contra él. El hecho de que haya re- carácter irresistible de la amenaza a la que Jones3 es sometido bien
cibido una amenaza irresistible, entonces, no implicará que la per- podría interpretarse en el sentido de que él no puede más que rea-
sona que la recibe es coaccionada a hacer lo que hace. También será lizar la acción que realiza. Y, sin embargo, la amenaza, ya que Jones3
necesario que la amenaza sea la verdadera razón para hacerlo. Por lleva a cabo la acción sin tenerla en cuenta, no reduce su respon-
otro lado, supongamos que decidimos decir que Jones3/ue coac- sabilidad moral por lo que hace.
cionado. Entonces seguramente admitiremos que ser coaccionado Sin duda, se planteará la siguiente objeción contra la sugerencia
no excluye ser moralmente responsable. Y lo más probable es que de que el caso de Jones3 es un contraejemplo del principio de las
lleguemos a la perspectiva de que la coacción afecta la responsabi- posibilidades alternativas. Quizás, en cierto sentido, Jones3 no
lidad moral de una persona sólo cuando la persona actúa como lo puede realizar otra acción más que la que hace, ya que es un hom-
hace porque está coaccionada a hacerlo, por ejemplo, cuando el bre razonable, y la amenaza a la que se enfrenta es suficiente para
hecho de que ha sido coaccionada da cuenta de su acción. movilizar a cualquier hombre razonable. Pero no es este sentido el
Sea lo que fuere que decidamos decir, entonces, reconoceremos que guarda relación con el principio de las posibilidades alternati-
que la doctrina de que la coacción excluye la responsabilidad mo- vas. Su conocimiento de que va a sufrir un castigo intolerable y se-
ral no es una versión particularizada del principio de las posibili- vero no significa que Jones3, estrictamente hablando, no pueda lle-
dades alternativas. Las situaciones en las que una persona que hace var a cabo ninguna otra acción que no sea la que, en efecto, lleva a
algo no puede hacer otra cosa porque está sometida a un poder co- cabo. Después de todo, aún le queda abierta, y esto es crucial, la
ercitivo o bien no son en absoluto instancias de coacción o bien posibilidad de desafiar la amenaza si desea hacerlo y aceptar el cas-
son situaciones en las que la persona aún puede ser moralmente tigo que su acción le provocaría. En el sentido en que el principio
responsable de lo que hace si no lo hiciera por la coacción. Cuando de las posibilidades alternativas emplea el concepto de "podría ha-
disculpamos a una persona que ha sido coaccionada, no la discul- ber hecho otra cosa" la incapacidad de Jones3 de resistirse a la ame-
pamos porque no pudo hacer otra cosa. Aunque alguien sea some- naza no significa que no pueda hacer otra cosa que llevar a cabo la
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acción que realiza. De allí que el caso de Jones3 no constituya un ¿Qué medidas tomará Black, si cree que debe tomar medidas, a
ejemplo contrario al principio. fin de asegurar que Jones4 decida y actúe como él desea? Cual-
No propongo considerar en qué sentido el concepto de "podría quiera que tenga una teoría con respecto a lo que significa "podría
haber hecho otra cosa" figura en el principio de las posibilidades haber hecho otra cosa" está en condiciones de responder a esta
alternativas, como tampoco intentaré medir la fuerza de la obje- pregunta describiendo las medidas que consideraría suficientes
1
ción que acabo de describir. Porque considero que la fuerza que se para garantizar que, en el sentido pertinente, Jones4 no puede ha-
piense que pueda tener esta objeción puede ser desviada alterando cer otra cosa. Que Black pronuncie una terrible amenaza y, de esta
el ejemplo de la siguiente manera.2 Supongamos que alguien -di- manera, obligue a Jones4 a llevar a cabo la acción deseada y, a su
gamos Black- quiere que Jones4 lleve a cabo cierta acción. Black vez, le impida realizar una prohibida. Que Black le dé a Jones4 una
está dispuesto a llegar lejos para salirse con la suya, pero prefiere poción o lo hipnotice, y de alguna otra manera similar, genere en
no mostrar sus intenciones innecesariamente. De modo que es- Jones4 una compulsión interior irresistible de llevar a cabo el acto
pera hasta que )ones4 esté a punto de tomar una decisión sobre qué que Black desea y de evitar otros. O que Black manipule los pro-
hacer, y no hace nada a menos que le resulte claro (Black es un ex- cesos mínimos del cerebro y el sistema nervioso de Jones4 de al-
celente juez de esas cosas) que Jones4 va a decidirse a hacer algo guna manera más directa, para que las fuerzas causales que entran
que no sea lo que él quiere que haga. Si resulta claro que Jones4 va y salen de sus sinapsis y pasan por los nervios del pobre hombre
a decidirse a hacer otra cosa, Black toma medidas efectivas para determinen que elija un acto y que actúe de una manera y no de
asegurarse de que Jones4 se decida a hacer, y que haga, lo que él otra. En otras palabras, cualesquiera sean las condiciones en las
3
quiere que haga. Cualesquiera sean las preferencias e inclinaciones que se sostenga que Jones4 no puede hacer otra cosa, que Black
iniciales de Jones4, entonces, Black se saldrá con la suya. haga prevalecer esas condiciones. La estructura del ejemplo es bas-
tanteflexible,creo, para hallar una salida a cualquier cargo de irre-
i Los dos conceptos principales empleados en el principio de posibilidades levancia acomodando la doctrina sobre la que se basa el cargo.4
alternativas son "moralmente responsable" y "podría haber hecho otra cosa". Ahora supongamos que Black nunca tiene que intervenir por-
Discutir el principio sin analizar alguno de estos conceptos parecería un intento
de piratería. F.1 lector debería notar que mi bandera con la calavera y los huesos ha
que Jones4, por razones propias, decide llevar a cabo, y lo hace, la
sido desplegada. acción misma que Black quiere que lleve a cabo. En ese caso, parece
2 Después de pensar en el ejemplo que estoy a punto de desarrollar, me enteré de claro, Jones4 tendrá precisamente la misma responsabilidad moral
que Roben Nozick, en unas conferencias que dio hace varios años, había
formulado un ejemplo del mismo tipo general y lo había propuesto como un
por lo que hace que la que habría tenido si Black no hubiera estado
contraejemplo del principio de posibilidades alternativas. dispuesto a tomar medidas para asegurar que lo hiciera. Sería muy
3 La suposición de que Black puede predecir lo que Jones4 va a decidir no da por poco razonable excusar a Jones4 por su acción, o negar el elogio al
sentada la cuestión del determinismo. Podemos imaginar que Jones4 muchas
que ésta normalmente le daría derecho, sobre la base de que no po-
veces se ha enfrentado a las alternativas A y B a las que ahora se enfrenta, y que su
gesto invariablemente se frunció cuando estaba a punto de llevar a cabo A y nunca día haber hecho otra cosa. Esta situación no lo llevó en absoluto a
cuando estaba por decidirse a hacer B. Sabiendo esto y observando el gesto, Black
tendría una base para la predicción. Seguramente, esto supone que existe una
cierta relación causal entre el estado de Jones4 en el momento del gesto fruncido y 4 l-l ejemplo también es lo suficientemente flexible para permitir la eliminación por
sus estados subsiguientes. Sin embargo, cualquier perspectiva razonable de completo de Black. Cualquiera que crea que la eficacia del ejemplo se debilita por
decisión o de acción admitirá que tomar una decisión y llevar a cabo una acción su dependencia de un manipulador humano que impone su voluntad a Jones4
suponen etapas anteriores y posteriores, con relaciones causales entre ellas, y a tal puede sustituir a Black por una máquina programada para hacer lo que hace
punto que las etapas anteriores no son parte de la decisión ni de la acción. El Black. Si esto aun no basta, olvidémonos de Black y de la máquina y supongamos
ejemplo no requiere que estas etapas anteriores estén relacionadas, desde un que su papel es desempeñado por fuer/ais naturales que no involucran ninguna
punto de vista determinista, con sucesos aun anteriores. voluntad ni plan en absoluto.
20 I LA IMPORTANCIA DE LO QUE NOS PREOCUPA P O S I B I L I D A D E S ALTERNATIVAS Y R E S P O N S A B I L I D A D MORAL I 2 1

actuar como lo hizo. Habría actuado de la misma manera aunque a hacerlo la habría conducido u obligado a hacerlo aun en el caso en
ello no hubiera ocurrido. En efecto, todo sucedió como habría su- que esa persona hubiera podido hacer otra cosa.
cedido sin la presencia de Black en esa situación y sin su disposi- Así, no habría habido diferencia, en lo que concierne a su acción
ción para intervenir en ella. o a cómo llegó a realizarla, si las circunstancias que le hicieron im-
En este ejemplo, hay suficientes condiciones para que Jones4 posible evitar realizarla no hubieran prevalecido. Es claro que el
lleve a cabo la acción en cuestión. La acción que realice no depende hecho de que no haya podido hacer otra cosa no provee ninguna
de él. Por supuesto, en cierta manera depende de él si actúa por su base para suponer que podría haber hecho otra cosa de haber sido
propia cuenta o como resultado de la intervención de Black. Ello capaz. Cuando un hecho es, de esta manera, irrelevante respecto
depende de la acción que él mismo esté inclinado a realizar. Pero del problema de dar cuenta de la acción de una persona, parece in-
ya sea que finalmente actúe por su cuenta o como resultado de la fundado asignarle algún peso en la evaluación de su responsabili-
intervención de Black, lleva a cabo la misma acción. No tiene más dad moral. ¿Por qué se debería considerar el hecho al emitir un jui-
alternativa que hacer lo que Black quiere que haga. Sin embargo, cio moral con respecto a la persona cuando no ayuda en absoluto
si lo hace por su cuenta, su responsabilidad moral por hacerlo no a comprender qué la llevó a actuar como lo hizo o qué podría ha-
se ve afectada por el hecho de que Black estuviera acechando con ber hecho en otras circunstancias?
intenciones siniestras, ya que estas intenciones nunca entran en Ésta, entonces, es la razón por la que el principio de las posibili-
juego. dades alternativas es erróneo. Afirma que una persona no tiene
responsabilidad moral -es decir, que está disculpada- por haber
llevado a cabo una acción si hubo circunstancias que le hicieron
imposible evitar realizarla. Sin embargo, quizás haya circunstan-
cias que hagan imposible que una persona evite realizar una acción
sin que esas circunstancias provoquen en modo alguno que rea-
El hecho de que una persona no hubiera podido evitar hacer algo es lice esa acción. Ciertamente no sería bueno que la persona se refi-
una condición suficiente para que lo haya hecho. Sin embargo, riera a circunstancias de esta clase en un intento por absolverse de
como muestran algunos de mis ejemplos, es posible que este hecho la responsabilidad moral por llevar a cabo la acción en cuestión.
no desempeñe ningún papel en la explicación de por qué lo hizo. Es Ello se debe a que, de acuerdo con nuestra hipótesis, en realidad
posible que nofigureen absoluto entre las circunstancias que en rea- esas circunstancias no tuvieron nada que ver con que la persona
lidad provocaron que hiciera lo que hizo, de modo que su acción haya hecho lo que hizo. Habría hecho exactamente lo mismo y ha-
debe ser explicada sobre otra base por completo diferente. Es decir, bría sido conducida u obligada a hacerlo de la misma manera, aun-
aunque la persona hubiera sido incapaz de hacer otra cosa, podría que aquéllas no hubieran prevalecido.
no ser el caso que actuara como lo hizo porque no pudo hacer otra Por cierto, con frecuencia disculpamos a las personas por lo que
cosa. Ahora bien, si alguien no tuvo alternativas para llevar a cabo han hecho cuando nos dicen (y les creemos) que no podían hacer
cierta acción, pero no la realizó porque no pudo hacer otra cosa, en- otra cosa. Pero esto es porque suponemos que lo que nos dicen
tonces habría llevado a cabo exactamente la misma acción aunque sirve para explicar por qué hicieron lo que hicieron. Damos por
hubiera podido hacer otra cosa. Las circunstancias que le impidieron sentado que no están faltando a la sinceridad, como estaría ha-
hacer otra cosa se podrían haber extraído de la situación sin afectar ciendo alguien que adujera como excusa el hecho de que no tenía
lo que pasó o por qué pasó en cualquier caso. La razón que efectiva- modo de evitar hacer lo que hizo, pero que supiera perfectamente
mente ha conducido a la persona a hacer lo que hizo o que la obligó que ésta no fue, de ningún modo, la razón por la que lo hizo.
22 | LA IMPORTANCIA DE LO QUE NOS PREOCUPA POSIBILIDADES ALTERNATIVAS V RESPONSABILIDAD MORAL I 23

Lo que dije puede sugerir que el principio de las posibilidades porque no podía hacer otra cosa. Este principio no parece estar en
alternativas debería revisarse como para afirmar que una persona conflicto con la visión de que la responsabilidad moral es compa-
no es moralmente responsable de lo que ha hecho si lo hizo por- tible con el determinismo.
que no podía hacer otra cosa. Se observará que esta revisión del Lo siguiente puede ser verdad: existieron circunstancias que hi-
principio no afecta seriamente los argumentos de quienes con- cieron imposible que una persona evitara hacer algo; estas cir-
fiaron en el principio original en un intento por sostener que la cunstancias, en realidad, desempeñaron un papel para provocar
responsabilidad moral y el determinismo son incompatibles» que esa persona hiciera lo que hizo, de modo que es correcto decir
puesto que si existió determinación causal para que una persona que lo hizo porque no podía hacer otra cosa; la persona realmente
realizara una acción, será verdad que la persona la realizó en vir- quería hacer lo que hizo; lo hizo porque era lo que realmente que-
tud de esos determinantes causales. Y si el hecho de que la acción ría hacer, de modo que no es correcto decir que hizo lo que hizo
de una persona estuviera determinada causalmente significa que sólo porque no podía hacer otra cosa. En estas condiciones, la per-
la persona no podía hacer otra cosa» como en general suponen sona bien puede ser moralmente responsable de lo que hizo. Por
los filósofos que defienden la tesis de la incompatibilidad, enton- otro lado, no será moralmente responsable de lo que hizo si lo hizo
ces el hecho de que la acción de una persona estuviera determi- sólo porque no podía hacer otra cosa, aunque lo que hizo fuera
nada causalmente significará que la persona la realizó porque no algo que realmente quería hacer.
podía hacer otra cosa. El principio revisado de las posibilidades
alternativas implicará, en cuanto a esta suposición con respecto
al significado de "podía haber hecho otra cosa", que una persona
no es moralmente responsable de lo que hizo si su acción estuvo
determinada causalmente. No obstante» no creo que esta revisión
del principio sea aceptable.
Supongamos que una persona nos dice que hizo lo que hizo
porque no podía hacer otra cosa; o supongamos que hace una afir-
mación similar: que hizo lo que hizo porque tenía que hacerlo.
Con frecuencia aceptamos enunciados como ésos (si los creemos)
como excusas válidas, y esos enunciados» a primera vista, parecen
invocar el principio revisado de las posibilidades alternativas. Pero
creo que cuando aceptamos enunciados de ese tipo como excusas
válidas es porque suponemos que nos dicen más de lo que los
enunciados transmiten estricta y literalmente. Entendemos que la
persona que ofrece la excusa quiere decir que hizo lo que hizo sólo
porque no podía hacer otra cosa o sólo porque tenía que hacerlo. Y
entendemos que quiere decir, más en particular, que cuando hizo
lo que hizo no fue porque eso fuera lo que realmente quería hacer.
El principio de las posibilidades alternativas, entonces, debería ser
reemplazado, en mi opinión, por el siguiente principio: una per-
sona no es moralmente responsable de lo que hizo si lo hizo sólo

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