Dr. Irurtia - (Tesis, 2010)
Dr. Irurtia - (Tesis, 2010)
Dr. Irurtia - (Tesis, 2010)
Programa de doctorado:
“ACTIVITAT FÍSICA I ESPORT”
Bienio 2001-2003
Dirigida por
Dr. Ferran A. Rodríguez Guisado
Dr. Michel Marina Évrard
Barcelona, 2010
La presente investigación ha sido subvencionada parcialmente por las siguientes instituciones:
El Consejo Superior de Deportes y la Real Federación Española de Gimnasia, a través del Plan
Nacional de Tecnificación Deportiva de Gimnasia Artística Masculina. Temporadas 2005/06 hasta
2009/10.
Dirección:
INEFC
08038 Barcelona
email: [email protected]
Punch, 1850.
1. DEDICATORIAS
A mi madre, que día tras día entrega a todos su alma, haciéndome entender que de mí
depende la posibilidad de no rendirme ante las tempestades… Tu inocencia me calma y
me alienta, mama.
A mi padre, que de cuántas batallas ha salido ileso. Tu constante ejemplo me invita a ser
lo que soy. Eres mi norte, papa.
A mi corazón, Marta. Por tus palabras y por tus silencios en el devenir de estos años…
Por la complicidad de tus miradas… Por ser la persona que siempre estuvo ahí. Sempre
endavant, petita!
Finalmente, estoy seguro que te hubiera gustado vivir este momento, Pere. Allá donde te
encuentres, te hago llegar mi especial saludo. Ya ves que finalmente nos iremos a celebrarlo con
una buena paella. Ten por seguro que estarás junto a nosotros. Un abrazo de todos, y de forma
especial de Dolors y tus dos hijas, Marta y Anna.
I
2. AGRADECIMIENTOS
A las personas:
A todos los padres y madres, entrenadores y gimnastas, que han participado en esta
investigación. Es tanta la solidaridad y amistad recibida que no se me ocurre un mejor
homenaje que haberla finalizado. Además, el compromiso adquirido de aplicar los
resultados conseguidos ha sido y está siendo cumplido. Mil gracias a todos y a todas!
Siempre he considerado que tres han sido las personas que más han influenciado en mi
forma de entender la gimnasia artística. Mi entrenador: Alfredo Hueto Mayoral, mi maestro:
Lev Nicolaievich Goliandrin, y mi punto de referencia: Michel Marina Évrard. De sus
virtudes y defectos se han generado los míos propios.
A mis compañeros de la generación “Foixarda”: Andreu Vivó, Alberto del Campo, Francesc
Armengol, Francisco Cáceres, Gervasio Deferr, Josep Mª Llusar, Juan Anguita, Oriol
Combarros, Víctor Cano, Víctor Maiquez… y muchos otros. Junto a ellos sonreí, lloré,
luché, vencí, perdí… en definitiva me forjé como persona y como gimnasta.
A Ortzi Acosta, mi amigo del alma. Son tantas cosas las que compartimos en la 409…
Ilusiones, esperanzas, sueños… Gracias a él aprendí que la vida va más allá de la
realidad establecida. Laster arte, Ortzi!
A aquellas personas que, en algún momento y de alguna forma, pasaron por mi vida
gimnástica, ya fuera siendo mis entrenadores o seleccionadores: Marcel Marasescu, Enric
Grilló, Alejandro Cano, Michel Marina, Joan Carles Soler, Nikolay Karamfilov, Marco
Antonio Vázquez, Pepe Alberola, Anatoly Ubsiak, Héctor Ramírez, y Álvaro Montesinos.
A Fernando Siscar, por ser luz e inspiración en los momentos más duros de mi carrera
deportiva: cuando el cenit de tus resultados se sitúan por debajo de lo que soñaste y se
inicia el descenso que te lleva al abandono. Me enseñaste grandes lecciones… Catania
seguirá siendo mi zulo más preciado.
A Juan Carlos Ariza, por la transgresión de atreverse a soñar con una gimnasia
revolucionaria, en unos tiempos en que España moraba anclada en la tradición nacional.
Muchas fueron las barreras que Juan Carlos rompió, y que ahora, desde estas humildes
líneas, yo y muchos otros reconocemos.
A Eric Boucharin, Montse Ubía, Carmen Pascual, MªJosé Alonso, María Ollé, Kima
Gratacós, y a todos aquellos técnicos de gimnasia artística femenina que convivieron con
II
mi infancia en el gimnasio que fue cuna de la mejor gimnasia realizada hasta ahora en
Cataluña: La Foixarda.
A Javier Amado Pérez y Carlos Garrido Trejo. No hay personas con un corazón tan
grande. Han sido, son y serán mis grandes amigos. Su elevada profesionalidad y nivel de
compromiso hicieron posible no sólo esta investigación, sino también unir a todos los
entrenadores de España en un proyecto común: conseguir que en nuestro país la
tecnificación en GAM fuera conocida y reconocida como fruto de un trabajo bien realizado.
A Mario Lloret Riera, director del INEFC Barcelona que me dio la oportunidad de ser, por
primera vez, profesor.
A Jordi Sola Grancha, Xavier Iglesias Reig y Gerard Moras Feliu, que junto a Michel
Marina Évrard, conformaron la junta directiva del INEFC Barcelona que me dio la
oportunidad de seguir siendo profesor.
A Andreu Camps i Povill y a Montse Genescà Ferrer. Al primero por ser, en todas las
circunstancias y pese a todo, justo. A la segunda por apostar durante tantos años por el
óptimo desarrollo de la gimnasia en Cataluña. Gracias a los dos por apoyar y favorecer la
conclusión de la presente investigación como máximos responsables del INEFC.
III
A Pere Manuel Gutiérrez, que junto a Agustí Boixeda de Miquel y a Joan Riera Riera, me
dieron la oportunidad de formar parte del equipo directivo del INEFC Barcelona. A todos
ellos les debo la paciencia de soportarme, cuando no estaba por finalizar la presente
investigación, y cuando estaba por mis demasiado impulsivos treinta y pocos años. Pere,
gràcies per confiar i tenir cura de mi…
A Irena Bieniarz Rouba, Albert Llorens Ibarz, Herminia Mata Saumell y MªLuz Palomero
Ródenas, que me acogieron en sus vidas como un compañero más. De ellos he aprendido
el noble arte de educar entrenando y entrenar educando.
A Mercè Mateu Serra, por ser fuente de creación. Por tener la capacidad de ser sensible a
mis estados de ánimo. Por expresar bondad y transmitirme siempre su inconmensurable
energía. El “Cirque du Soleil” no volverá a ser lo mismo desde que ella me lo descubrió.
A Josep Mª Padullés Riu, genio humilde ordenadamente desordenado. Padu, maestro que
todo lo da. Excepcional entrenador. El MacGyver del INEFC. Tenir-te per amic, és un
honor que no se si, algun dia, serè capaç de compensar. Una abraçada, company.
A Josep Roca Balasch, gracias al cual me adentré en el apasionante mito del innatismo.
Helénico de reflexiones atenienses que no renuncia a la arena espartana. Josep es una
mente privilegiada que en su día, me invitó a navegar por ella. Queda pendent l’aventura!
A mis alumnas y alumnos del INEFC Barcelona, de los que tanto he aprendido y tanto me
falta por aprender. Son ya casi diez generaciones a las que debo agradecer mil millones
de buenos momentos. Ya sabéis: calentamiento libre, calentamiento dirigido, elementos
base fundamentales, bloque físico + bloque técnico… Ya la he acabado, compañeros/as.
IV
A Guillermo Pérez, Piero Galilea, Vicky Pons, Saioa Segura, Franchec Drovnic, Pep Marí,
Toni Turmo, Jaume Mirallas, Jose Manuel Vela, Susana Reguela, y el resto de personal
del CAR de Sant Cugat que durante tantos años han dado lo mejor de sí mismos en pro
de los deportistas que allí hemos entrenado y crecido. Esta investigación tiene parte de
ellos.
A Albert Busquets Faciabén, por ser amigo y confidente. Por cruzar conmigo toda España
a lo largo del año 2005. Por aportarme su manera de entender las cosas. Por contribuir
con sus conocimientos a muchos de los aspectos clave de esta investigación. Por estar
tan o más envenenado como yo de este, nuestro deporte: la gimnasia artística masculina.
A Xavier Iglesias Reig, simplemente por ser como es y por haberme permitido conocerle.
Si la definición de amistad recae sobre aquellos que acuden tanto al ser llamados como
cuando no lo son, él es uno de ellos. En el caso de Xavi, únicamente su persona supera al
gran profesional que es. Su forma de plantear las cosas han quedado patentes en muchos
rincones de la presente investigación.
A Michel Marina Évrard, por ser mi tutor de vida. Desde mis primeros “inferiores a vertical”
en paralelas allá por los años 90 (únicamente realizados en base a su ayuda, claro está),
hasta la consecución de la presente investigación. Son tantas cosas las que debo a su
persona que sólo espero poder agradecérselo día a día. Ciencia y conocimiento aplicados
con devoción a la gimnasia artística. A él se deben gran parte de las aportaciones
conceptuales de la presente investigación.
A las instituciones:
V
Al Centre d’Al Rendiment de Sant Cugat del Vallès (CAR), por ser el centro en el cual
crecí y me eduqué como deportista. Un agradecimiento especial a su director, Francesc
de Puig i Viladrich, por la excelente labor realizada a lo largo de todos estos años y tam-
bién, de forma especial hacia mi persona, por facilitarme la colaboración del CAR en as-
pectos profesionales, formativos y de investigación científica.
A todas las federaciones y clubes de las distintas Comunidades Autónomas que me han
facilitado el acceso a la totalidad de la muestra objeto de estudio: Federación Andaluza
(Club Gimnástico Blume), Federación Asturiana (Grupo Cultural Covadonga), Federación
Balear (Club Xelska, Club Gimnàstic d’Alcudia, Gimnàs Olímpic Cor, Club Gimnàstic
Palma), Federación Catalana (Club Natació Granollers, Club Gimnàstic Osona, Club
Gimnàstic Vic, Escola de Gimnàstica del Bages, Club Gimnàstic Can Masallera,
Associació Esportiva La Salle Gràcia, Gimnàs Artístic Esportiu Rubí, Club Gimnàs Llenas,
Fundació Esport Base Vilanova i la Geltrú), Federación Extremeña (Escuela Municipal de
Gimnasia de Mérida), Federación Madrileña (Club Escuela Municipal de Gimnasia de
Majadahonda, Club Gimnástico Coslada, Club Gimnástico Alcorcón, Agrupación de
Gimnasia Artística Deportiva de Móstoles, Club Gimnasia Artística Masculina Alcorcón,
Club Gimnástico de San Blas), Federación Vasca de Gimnasia (Club Arabatxo Gimnasia),
Federación Valenciana de Gimnasia (Club Gimnástico Alicante, Deportivo Herca).
VI
Finalmente, un agradecimiento especial a la Federació Catalana de Gimnàstica, mi
federación. Con ella me he formado como gimnasta, entrenador y juez. Ahora, una vez
finalizada la presente investigación, inicio mi andadura dirigiendo su proyecto deportivo.
Todo un honor que espero compensar con mi dedicación a la gimnasia catalana.
VII
ÍNDICE GENERAL
1. DEDICATORIAS ................................................................................................ I
2. AGRADECIMIENTOS ....................................................................................... II
3. ÍNDICE DE CONTENIDOS ............................................................................. IX
4. ÍNDICE DE FIGURAS ................................................................................... XVI
5. ÍNDICE DE TABLAS ...................................................................................XXIX
6. ÍNDICE DE ECUACIONES ....................................................................... XXXV
VIII
3. ÍNDICE DE CONTENIDOS
1 INTRODUCCIÓN ...........................................................................................................................1
2.2 Objetivos............................................................................................................................77
2.2.1 Objetivos generales .................................................................................................77
2.2.2 Objetivos específicos ...............................................................................................78
2.2.2.1 Valoración de antecedentes sociales y deportivos ....................................78
2.2.2.2 Valoración somática...................................................................................78
2.2.2.3 Valoración de la condición física general...................................................78
2.2.2.4 Valoración de la condición física específica ..............................................78
2.2.2.5 Valoración de la técnica .............................................................................79
2.2.2.6 Valoración multidimensional ......................................................................79
3 MATERIAL Y MÉTODOS............................................................................................................80
IX
3.2.2 Instrumentos y métodos de valoración ....................................................................83
3.2.2.1 Valoración de antecedentes sociales y deportivos ....................................83
3.2.2.2 Valoración somática ...................................................................................86
3.2.2.2.1 Dimensiones corporales .........................................................86
3.2.2.2.2 Longitudes, diámetros, perímetros .........................................88
3.2.2.2.3 Pliegues cutáneos...................................................................91
3.2.2.2.4 Composición corporal .............................................................93
3.2.2.2.5 Somatotipo ..............................................................................94
3.2.2.2.6 Proporcionalidad .....................................................................96
3.2.2.2.7 Datos parentales .....................................................................98
3.2.2.2.8 Edad cronológica ....................................................................98
3.2.2.2.9 Maduración sexual ..................................................................98
3.2.2.3 Valoración de la condición física general ...................................................99
3.2.2.3.1 Batería Eurofit .........................................................................99
3.2.2.4 Valoración de la condición física específica............................................ 102
3.2.2.4.1 Flexibilidad ........................................................................... 102
3.2.2.4.2 Capacidad de salto .............................................................. 115
3.2.2.4.3 Velocidad ............................................................................. 117
3.2.2.4.4 Habilidades gimnásticas de condición física ....................... 118
3.2.2.5 Valoración de la técnica .......................................................................... 121
3.2.2.5.1 Balanceos ............................................................................ 122
3.2.2.5.1.1 Balanceos en la barra fija ............................... 122
3.2.2.5.1.2 Balanceos en las anillas ................................. 123
3.2.2.5.1.3 Balanceos en las paralelas ............................. 123
3.2.2.5.1.4 Molinos en caballo con arcos.......................... 123
3.2.2.5.2 Test de recepción................................................................. 124
3.2.2.6 Valoración multidimensional.................................................................... 124
3.2.3 Material.................................................................................................................. 125
3.2.3.1 Valoración de antecedentes sociales y deportivos ................................. 125
3.2.3.2 Valoración somática ................................................................................ 125
3.2.3.3 Valoración de la condición física general ................................................ 126
3.2.3.4 Valoración de la condición física específica............................................ 127
3.2.3.5 Valoración de la técnica .......................................................................... 128
3.2.3.6 Valoración multidimensional.................................................................... 128
3.2.4 Instalaciones ......................................................................................................... 128
3.2.5 Procedimiento de obtención de datos................................................................... 129
3.2.5.1 Personal investigador .............................................................................. 129
3.2.5.2 Cronograma............................................................................................. 129
3.2.5.2.1 Praxis de actuación.............................................................. 129
3.2.5.2.2 Temporización anual............................................................ 129
X
3.2.5.3 consentimiento informado ........................................................................130
3.2.5.4 Comité de ética ........................................................................................130
4 RESULTADOS ..........................................................................................................................145
XI
4.2.1.2 Longitudes, diámetros, perímetros.......................................................... 165
4.2.1.3 Pliegues cutáneos ................................................................................... 165
4.2.1.4 Composición corporal.............................................................................. 165
4.2.1.5 Somatotipo .............................................................................................. 165
4.2.1.6 Proporcionalidad...................................................................................... 169
4.2.1.7 Datos parentales ..................................................................................... 169
4.2.1.8 Edad cronológica..................................................................................... 169
4.2.1.9 Maduración sexual .................................................................................. 169
4.2.2 Tipificación de las variables (Índice Z) .................................................................. 171
4.2.3 Análisis de la varianza (ANOVA) .......................................................................... 186
4.2.4 Correlación bivariada ............................................................................................ 203
4.2.5 Análisis de regresión múltiple ............................................................................... 205
4.2.6 Análisis discriminante............................................................................................ 207
XII
4.5.1.5 Prueba de recepción ................................................................................240
4.5.2 Fiabilidad de los instrumentos de valoración.........................................................241
4.5.3 Tipificación de las variables (Índice Z)...................................................................241
4.5.4 Análisis de la varianza (ANOVA) ...........................................................................243
4.5.5 Correlación bivariada .............................................................................................245
4.5.6 Análisis de regresión múltiple ................................................................................245
4.5.7 Análisis discriminante ............................................................................................245
5 DISCUSIÓN ...............................................................................................................................251
XIII
5.3.2.1.1 Dimensiones corporales ...................................................... 271
5.3.2.1.2 Longitudes, diámetros, perímetros ...................................... 273
5.3.2.1.3 Pliegues cutáneos................................................................ 277
5.3.2.1.4 Composición corporal .......................................................... 278
5.3.2.1.5 Somatotipo ........................................................................... 279
5.3.2.1.6 Proporcionalidad .................................................................. 281
5.3.2.1.7 Datos parentales .................................................................. 283
5.3.2.2 Tipificación de las variables (Índice Z) .................................................... 283
5.3.2.3 Análisis de la varianza (ANOVA)............................................................. 285
5.3.2.4 Correlación bivariada............................................................................... 288
5.3.2.5 Análisis de regresión múltiple.................................................................. 289
5.3.2.6 Análisis discriminante .............................................................................. 290
5.3.3 Valoración de la condición física general.............................................................. 290
5.3.3.1 Estadísticos descriptivos ......................................................................... 290
5.3.3.1.1 Batería Eurofit ...................................................................... 290
5.3.3.2 Tipificación de las variables (Índice Z) .................................................... 295
5.3.3.3 Análisis de la varianza (ANOVA)............................................................. 295
5.3.3.4 Correlación bivariada............................................................................... 296
5.3.3.5 Análisis de regresión múltiple.................................................................. 297
5.3.3.6 Análisis discriminante .............................................................................. 298
5.3.4 Valoración de la condición física específica ......................................................... 299
5.3.4.1 Estadísticos descriptivos ......................................................................... 299
5.3.4.1.1 Flexibilidad ........................................................................... 299
5.3.4.1.2 Capacidad de salto .............................................................. 301
5.3.4.1.3 Velocidad ............................................................................. 303
5.3.4.1.4 Habilidades gimnásticas de condición física ....................... 303
5.3.4.2 Tipificación de las Variables (Índice Z).................................................... 304
5.3.4.3 Análisis de la varianza (ANOVA)............................................................. 305
5.3.4.4 Correlación bivariada............................................................................... 308
5.3.4.5 Análisis de regresión múltiple.................................................................. 311
5.3.4.6 Análisis discriminante .............................................................................. 312
5.3.5 Valoración de la técnica ........................................................................................ 313
5.3.5.1 Estadísticos descriptivos ......................................................................... 313
5.3.5.2 Tipificación de las variables (Índice Z) .................................................... 314
5.3.5.3 Análisis de la varianza (ANOVA)............................................................. 314
5.3.5.4 Correlación bivariada............................................................................... 315
5.3.5.5 Análisis de regresión múltiple.................................................................. 316
5.3.5.6 Análisis discriminante .............................................................................. 316
5.3.6 Valoración multidimensional ................................................................................. 317
5.3.6.1 Análisis de regresión múltiple.................................................................. 317
XIV
5.3.6.2 Análisis discriminante...............................................................................318
6 CONCLUSIONES ......................................................................................................................320
9 ANEXOS....................................................................................................................................358
XV
4. ÍNDICE DE FIGURAS
INTRODUCCIÓN
XVI
figura derecha se muestra el caso contrario: la linealidad de los segmentos
corporales se rompe debido al adelantamiento de los hombros................................57
Figura 1.22. Acción técnica protagonista de transición, desde la suspensión hacia el ba-
lanceo adelante y hacia el balanceo atrás. ................................................................60
Figura 1.23. Inicio del molino desde la vertical, ya sea desde la bajada hacia adelante o
hacia atrás. .................................................................................................................61
Figura 1.24. Fases del balanceo desde el apoyo de manos en paralelas. Se describe su
recorrido hacia adelante (-2, -1, 0, +1, +2) y hacia atrás (+2, +1, 0, -1, -2) .............63
Figura 1.25. Diferentes modelos de “setas”, utilizadas como medio metodológico para el
aprendizaje del molino en caballo con arcos .............................................................65
Figura 1.26. Ejemplo de un molino, de sentido contrario a las agujas del reloj, desfrag-
mentado en cuadrantes. Se indican los momentos de rotación de la cadera,
necesarios para la anticipación de los apoyos...........................................................67
Figura 1.27. Posición de recepción en equilibrio............................................................................70
JUSTIFICACIÓN Y OBJETIVOS
MATERIAL Y MÉTODOS
Figura 3.1. Giro de hombros con bastón en anteversión (Lb = longitud brazos; Ds = dis-
tancia de separación entre manos; Ah = anchura de hombros; = ángulo)...........104
Figura 3.2. Giro de hombros con bastón en retroversión (Lb = longitud brazos; Ds =
distancia de separación entre manos; Ah = anchura de hombros; = ángu-
lo)..............................................................................................................................105
Figura 3.3. Flexión de hombros con bastón: anteversión (Lbt = longitud de la extremidad
en el test; Ds = distancia de separación; Hp = altura del plinton; = ángulo).........106
Figura 3.4. Extensión de hombros con bastón: retroversión (Lbt = longitud de la extremi-
dad superior en el test; Ds = distancia de separación; Hp = altura plinton; =
ángulo)......................................................................................................................107
Figura 3.5. Elevación frontal de la extremidad inferior (Lp = longitud de la extremidad
inferior; Ds = distancia de separación; = ángulo)..................................................108
Figura 3.6. Elevación lateral de la extremidad inferior (Ac = anchura cadera o diámetro
bitrocantéreo); Lp = longitud de la extremidad inferior; Ds = distancia de se-
paración; = ángulo) ...............................................................................................109
Figura 3.7. Espagat en el plano frontal ( ≤ 180º). Se muestra, a modo de ejemplo, el
espagat a 180º, es decir, Ds=0 (Lp = longitud de la extremidad inferior; Ds =
distancia de separación entre el suelo y la sínfisis del pubis; = ángulo). .............110
XVII
Figura 3.8. Espagat en el plano frontal ( > 180º). Lp = longitud de las extremidades; Ds
= distancia de separación entre el suelo y la sínfisis del pubis; = ángulo;
Hp = altura plinton.................................................................................................... 110
Figura 3.9. Espagat en el plano anteroposterior ( ≤ 180º). Se muestra, a modo de
ejemplo, el espagat a 180º, es decir, Ds=0 (Lp = longitud de la extremidad
inferior; Ds = distancia de separación entre el suelo y la sínfisis del pubis;
= ángulo).................................................................................................................. 111
Figura 3.10. Espagat en el plano anteroposterior ( > 180º), Ds<0 (Lp = longitud de la
extremidad inferior; Ds = distancia de separación; = ángulo).............................. 112
Figura 3.11. Errores comunes al ejecutar la elevación asistida de la extremidad inferior
delantera en el espagat frontal. Error 1: flexión de la rodilla. Error 2: el ex-
tremo proximal del muslo delantero se eleva. ......................................................... 112
Figura 3.12. Diferencia entre la longitud de la extremidad inferior (Lp) según el protocolo
ISAK, y la longitud de la extremidad inferior en el test de flexión de tronco
(LpFt) ....................................................................................................................... 113
Figura 3.13. Flexión de tronco (Ds = distancia de separación formada por la teórica cuer-
da del arco formado por la columna y los brazos; Z = distancia entre el talón
del pie y la parte más distal de las manos; La = longitud del alcance; LpFt =
longitud de las extremidades inferiores en el test; = ángulo tronco-
extremidad superior; ß = ángulo tronco-extremidad inferior). ................................. 114
Figura 3.14. Relación entre el resultado del test (Z) y su correspondiente ángulo (ß): La
(longitud de alcance); LpFt (longitud de la extremidad inferior en el test de
flexión de tronco); Lp (longitud de la extremidad inferior según el protocolo
ISAK)........................................................................................................................ 115
Figura 3.15. Puente (Ds = distancia de separación entre el lado externo del calcáneo y el
talón de la mano; La = longitud del alcance; = ángulo)........................................ 115
Figura 3.16. Cronograma anual sobre las valoraciones efectuadas en relación al calenda-
rio competitivo (CAT: Cataluña; EXT: Extremadura; VAL: Valencia; BAL: Ba-
leares; AST: Asturias; MAD: Madrid; AND: Andalucía; PV: País Vasco; I:
campeonatos Internacionales; N: campeonatos nacionales).................................. 130
Figura 3.17. Esquema conceptual sobre los procedimientos estadísticos utilizados (VASD
= valoración de los antecedentes sociales y deportivos; VS = valoración
somática; VCFG = valoración de la condición física general; VCFE =
valoración de la condición física específica; VT = valoración técnica; n=
número de gimnastas; Nv: número de variables). ................................................... 139
RESULTADOS
Figura 4.1. Valores tipificados del tiempo de entrenamiento desde la edad de inicio
hasta la fecha del estudio. ....................................................................................... 160
XVIII
Figura 4.2. Valores tipificados de las horas de entrenamiento a la semana..............................160
Figura 4.3. Valores tipificados de las semanas de convalecencia post-lesión. .........................160
Figura 4.4. Comparaciones intergrupo del tiempo de entrenamiento en años. ºKruskall-
Wallis, diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney,
pajustada<0,013). .........................................................................................................161
Figura 4.5. Comparaciones intergrupo de las horas semanales de entrenamiento.º
Kruskall-Wallis, diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney,
pajustada<0,013) ..........................................................................................................161
Figura 4.6. Comparaciones intergrupo del tiempo de convalecencia acumulado post-
lesión. ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc significativas (U de Mann-
Whytney, pajustada<0,013) .........................................................................................162
Figura 4.7. Valores tipificados de la talla ....................................................................................171
Figura 4.8. Valores tipificados de la talla sentado .....................................................................171
Figura 4.9. Valores tipificados del peso corporal........................................................................171
Figura 4.10. Valores tipificados de la envergadura .....................................................................171
Figura 4.11. Valores tipificados del alcance ................................................................................172
Figura 4.12. Valores tipificados de la longitud de la extremidad superior ...................................172
Figura 4.13. Valores tipificados de la longitud de la mano .........................................................172
Figura 4.14. Valores tipificados de la longitud de la extremidad inferior .....................................172
Figura 4.15. Valores tipificados de la longitud del pie .................................................................172
Figura 4.16. Valores tipificados del diámetro biacromial .............................................................172
Figura 4.17. Valores tipificados del diámetro intercrestal ............................................................173
Figura 4.18. Valores tipificados del diámetro bitrocantéreo ........................................................173
Figura 4.19. Valores tipificados del diámetro transverso del tórax ..............................................173
Figura 4.20. Valores tipificados del diámetro anteroposterior del tórax ......................................173
Figura 4.21. Valores tipificados del diámetro biepicondíleo del húmero .....................................173
Figura 4.22. Valores tipificados del diámetro biestiloideo de la muñeca .....................................173
Figura 4.23. Valores tipificados del diámetro bicondíleo del fémur .............................................174
Figura 4.24. Valores tipificados del diámetro bimaleolar .............................................................174
Figura 4.25. Valores tipificados del perímetro del brazo relajado ...............................................174
Figura 4.26. Valores tipificados del perímetro del brazo en tensión ...........................................174
Figura 4.27. Valores tipificados del perímetro del antebrazo ......................................................174
Figura 4.28. Valores tipificados del perímetro de la muñeca ......................................................174
Figura 4.29. Valores tipificados del perímetro mesoesternal ......................................................175
Figura 4.30. Valores tipificados del perímetro de la cintura ........................................................175
Figura 4.31. Valores tipificados del perímetro del glúteo ............................................................175
Figura 4.32. Valores tipificados del perímetro del muslo .............................................................175
Figura 4.33. Valores tipificados del perímetro de la pierna .........................................................175
Figura 4.34. Valores tipificados del perímetro del tobillo .............................................................175
Figura 4.35. Valores tipificados del perímetro cefálico ................................................................176
XIX
Figura 4.36. Valores tipificados del perímetro del cuello ............................................................ 176
Figura 4.37. Valores tipificados del pliegue tricipital ................................................................... 176
Figura 4.38. Valores tipificados del pliegue subescapular .......................................................... 176
Figura 4.39. Valores tipificados del pliegue bicipital ................................................................... 176
Figura 4.40. Valores tipificados del pliegue pectoral .................................................................. 176
Figura 4.41. Valores tipificados del pliegue axilar medio ............................................................ 177
Figura 4.42. Valores tipificados del pliegue ileocrestal ............................................................... 177
Figura 4.43. Valores tipificados del pliegue supraespinal ........................................................... 177
Figura 4.44. Valores tipificados del pliegue abdominal .............................................................. 177
Figura 4.45. Valores tipificados del pliegue del muslo anterior .................................................. 177
Figura 4.46. Valores tipificados del pliegue de la pierna medial ................................................ 177
Figura 4.47. Valores tipificados del sumatorio de 6 pliegues ..................................................... 178
Figura 4.48. Valores tipificados de la masa grasa ...................................................................... 178
Figura 4.49. Valores tipificados de la masa libre de grasa ......................................................... 178
Figura 4.50. Valores tipificados de la masa muscular ................................................................ 178
Figura 4.51. Valores tipificados de la masa ósea ....................................................................... 178
Figura 4.52. Valores tipificados del componente residual .......................................................... 178
Figura 4.53. Valores tipificados del área grasa del brazo ........................................................... 179
Figura 4.54. Valores tipificados del área muscular del brazo ..................................................... 179
Figura 4.55. Valores tipificados del área grasa del muslo .......................................................... 179
Figura 4.56. Valores tipificados del área muscular del muslo .................................................... 179
Figura 4.57. Valores tipificados del componente endomórfico ................................................... 179
Figura 4.58. Valores tipificados del componente mesomórfico .................................................. 179
Figura 4.59. Valores tipificados del componente ectomórfico .................................................... 180
Figura 4.60. Valores tipificados del índice de masa corporal ..................................................... 180
Figura 4.61. Valores tipificados del índice de longitud relativa de las extremidades ................. 180
Figura 4.62. Valores tipificados del índice córmico .................................................................... 180
Figura 4.63. Valores tipificados del índice braquial .................................................................... 180
Figura 4.64. Valores tipificados del índice perimetral de las extremidades ................................ 180
Figura 4.65. Valores tipificados de la talla de las madres .......................................................... 181
Figura 4.66. Valores tipificados de la talla de los padres ........................................................... 181
Figura 4.67. Valores tipificados del peso de las madres ........................................................... 181
Figura 4.68. Valores tipificados del peso de los padres ............................................................. 181
Figura 4.69. Valores tipificados de la edad cronológica ............................................................. 181
Figura 4.70. Comparaciones intergrupo para la talla. *ANOVA, diferencias post-hoc
significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) ............................................................... 186
Figura 4.71. Comparaciones intergrupo para la talla sentado. *ANOVA, diferencias post-
hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) ........................................................ 186
Figura 4.72. Comparaciones intergrupo para el peso. *ANOVA, diferencias post-hoc
significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) ............................................................... 187
XX
Figura 4.73. Comparaciones intergrupo para la envergadura. *ANOVA, diferencias post-
hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) .........................................................187
Figura 4.74. Comparaciones intergrupo para el alcance. *ANOVA, diferencias post-hoc
significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) ................................................................187
Figura 4.75. Comparaciones intergrupo para la longitud de la extremidad superior.
*ANOVA, diferencias post-hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) ..............188
Figura 4.76. Comparaciones intergrupo para la longitud de la mano. *ANOVA, diferencias
post-hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) ................................................188
Figura 4.77. Comparaciones intergrupo para la longitud de la extremidad inferior.
ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney,
pajustada<0,013) .........................................................................................................188
Figura 4.78. Comparaciones intergrupo para la longitud del pie. ºKruskall-Wallis,
diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ..............188
Figura 4.79. Comparaciones intergrupo para el diámetro biacromial. *ANOVA, diferencias
post-hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) ................................................189
Figura 4.80. Comparaciones intergrupo para el diámetro intercrestal. *ANOVA,
diferencias post-hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) ..............................189
Figura 4.81. Comparaciones intergrupo para el diámetro bitrocantéreo. *ANOVA,
diferencias post-hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) ..............................190
Figura 4.82. Comparaciones intergrupo para el diámetro transverso del tórax. *ANOVA,
diferencias post-hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) ..............................190
Figura 4.83. Comparaciones intergrupo para el diámetro anteroposterior. *ANOVA,
diferencias post-hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) ..............................190
Figura 4.84. Comparaciones intergrupo para el diámetro biepicondíleo del húmero.
*ANOVA, diferencias post-hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) ..............190
Figura 4.85. Comparaciones intergrupo para el diámetro de la muñeca. ºKruskall-Wallis,
diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ..............190
Figura 4.86. Comparaciones intergrupo para el diámetro bicondíleo del fémur. *ANOVA,
diferencias post-hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) ..............................190
Figura 4.87. Comparaciones intergrupo para el diámetro bimaleolar. ºKruskall-Wallis,
diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ..............191
Figura 4.88. Comparaciones intergrupo para el perímetro del brazo relajado. *ANOVA,
diferencias post-hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) ..............................192
Figura 4.89. Comparaciones intergrupo para el perímetro del brazo en tensión. ºKruskall-
Wallis, diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney,
pajustada<0,013) .........................................................................................................192
Figura 4.90. Comparaciones intergrupo para el perímetro del antebrazo. ºKruskall-Wallis,
diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ..............192
Figura 4.91. Comparaciones intergrupo para el perímetro de la muñeca. ºKruskall-Wallis,
diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ..............192
XXI
Figura 4.92. Comparaciones intergrupo para el perímetro mesoesternal. *ANOVA,
diferencias post-hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) ............................. 192
Figura 4.93. Comparaciones intergrupo para el perímetro de la cintura. *ANOVA,
diferencias post-hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) ............................. 192
Figura 4.94. Comparaciones intergrupo para el perímetro del glúteo. ºKruskall-Wallis,
diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) .............. 193
Figura 4.95. Comparaciones intergrupo para el perímetro del muslo. *ANOVA, diferencias
post-hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) ................................................ 193
Figura 4.96. Comparaciones intergrupo para el perímetro de la pierna. *ANOVA,
diferencias post-hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) ............................. 193
Figura 4.97. Comparaciones intergrupo para el perímetro del tobillo. ºKruskall-Wallis,
diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) .............. 193
Figura 4.98. Comparaciones intergrupo para el perímetro cefálico. *ANOVA, diferencias
post-hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) ................................................ 193
Figura 4.99. Comparaciones intergrupo para el perímetro del cuello. ºKruskall-Wallis,
diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) .............. 193
Figura 4.100. Comparaciones intergrupo para el pliegue tricipital. ºKruskall-Wallis, diferencias
post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ..............................195
Figura 4.101. Comparaciones intergrupo para el pliegue subescapular. ºKruskall-Wallis,
diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ...........195
Figura 4.102. Comparaciones intergrupo para el pliegue bicipital. No se observan
diferencias significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ..........................195
Figura 4.103. Comparaciones intergrupo para el pliegue pectoral. ºKruskall-Wallis,
diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ........... 195
Figura 4.104. Comparaciones intergrupo para el pliegue axilar medio. ºKruskall-Wallis,
diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ...........195
Figura 4.105. Comparaciones intergrupo para el pliegue ileocrestal. ºKruskall-Wallis,
diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ............195
Figura 4.106. Comparaciones intergrupo para el pliegue supraespinal. ºKruskall-Wallis,
diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ...........196
Figura 4.107. Comparaciones intergrupo para el pliegue abdominal. ºKruskall-Wallis,
diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ............196
Figura 4.108. Comparaciones intergrupo para el pliegue del muslo anterior. No se
observan diferencias significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ..........196
Figura 4.109. Comparaciones intergrupo para el pliegue medial de la pierna. No se
observan diferencias significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ..........196
Figura 4.110. Comparaciones intergrupo para el sumatorio de 6 pliegues cutáneos. No
se observan diferencias significativas (Kruskall-Wallis, pajustada0,013) ...............197
Figura 4.111. Comparaciones intergrupo para el porcentaje de masa grasa. No se
observan diferencias significativas (Kruskall-Wallis, pajustada0,013) ....................197
XXII
Figura 4.112. Comparaciones intergrupo para la masa libre de grasa. ºKruskall-Wallis,
diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ...........197
Figura 4.113. Comparaciones intergrupo para la masa muscular. *ANOVA, diferencias
post-hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) .............................................197
Figura 4.114. Comparaciones intergrupo para la masa ósea. *ANOVA, diferencias post-
hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) .....................................................198
Figura 4.115. Comparaciones intergrupo para el componente residual. No se observan
diferencias significativas (ANOVA, pajustada <0,013) ..............................................198
Figura 4.116. Comparaciones intergrupo para el área grasa del brazo. ºKruskall-Wallis,
diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ...........198
Figura 4.117. Comparaciones intergrupo para el área muscular del brazo. ºKruskall-
Wallis, diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney,
pajustada<0,013) ......................................................................................................198
Figura 4.118. Comparaciones intergrupo para el área grasa del muslo. ºKruskall-Wallis,
diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ...........198
Figura 4.119. Comparaciones intergrupo para el área muscular del muslo. ºKruskall-
Wallis, diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney,
pajustada<0,013) ......................................................................................................198
Figura 4.120. Comparaciones intergrupo para el endomorfismo. No se observan
diferencias significativas (Kruskall-Wallis, pajustada0,013) ...................................199
Figura 4.121. Comparaciones intergrupo para el mesomorfismo. *ANOVA, diferencias
post-hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) ..............................................199
Figura 4.122. Comparaciones intergrupo para el ectomorfismo. ºKruskall-Wallis,
diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ............199
Figura 4.123. Comparaciones intergrupo para el índice de masa corporal. ºKruskall-
Wallis, diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney,
pajustada<0,013) ......................................................................................................200
Figura 4.124. Comparaciones intergrupo para el índice de longitud relativa de la
extremidad superior. *No se observan diferencias significativas (ANOVA,
pajustada <0,013) ......................................................................................................200
Figura 4.125. Comparaciones intergrupo para el índice córmico. ºKruskall-Wallis,
diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ............201
Figura 4.126. Comparaciones intergrupo para el índice braquial. No se registran
diferencias significativas (ANOVA, pajustada <0,013) ..............................................201
Figura 4.127. Comparaciones intergrupo para el índice perimetral de las extremidades.
*ANOVA, diferencias post-hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) ...........201
Figura 4.128. Comparaciones intergrupo para ta talla de la madre. No se observan
diferencias significativas (Kruskall-Wallis, pajustada0,013) ...................................202
Figura 4.129. Comparaciones intergrupo para ta talla del padre. No se observan
diferencias significativas (Kruskall-Wallis, pajustada0,013) ...................................202
XXIII
Figura 4.130. Comparaciones intergrupo para el peso de la madre. No se observan
diferencias significativas (Kruskall-Wallis, pajustada0,013) ....................................202
Figura 4.131. Comparaciones intergrupo para el peso del padre. No se observan
diferencias significativas (Kruskall-Wallis, pajustada0,013) ....................................202
Figura 4.132. Comparaciones intergrupo para la edad cronológica de los gimnastas.
ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney,
pajustada<0,013) ......................................................................................................202
Figura 4.133. Valores tipificados para cada grupo de estudio, de la carrera de ida y vuel-
ta (nº estadios).......................................................................................................210
Figura 4.134. Valores tipificados para cada grupo de estudio, de la carrera de ida y vuel-
ta (mL·kg·min-1) .....................................................................................................210
Figura 4.135. Valores tipificados para cada grupo de estudio, del equilibrio flamenco (nº
intentos) .................................................................................................................210
Figura 4.136. Valores tipificados para cada grupo de estudio, del golpeo de placas (s)............210
Figura 4.137 Valores tipificados para cada grupo de estudio, de la flexión de tronco
adelante (cm).........................................................................................................210
Figura 4.138. Valores tipificados para cada grupo de estudio, del salto de longitud ade-
lante (cm)...............................................................................................................210
Figura 4.139. Valores tipificados para cada grupo de estudio, de la dinamometría manual
(kg).........................................................................................................................211
Figura 4.140. Valores tipificados, para cada grupo de estudio, de los abdominales en 30
s (nº repeticiones)..................................................................................................211
Figura 4.141. Valores tipificados, para cada grupo de estudio, de la suspensión con
flexión de brazos (s) ..............................................................................................211
Figura 4.142. Valores tipificados, para cada grupo de estudio, de la carrera de ida y vuel-
ta de 10x5m (s)......................................................................................................211
Figura 4.143. Comparaciones intergrupo para la carrera de ida y vuelta (nº de estadios).
ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney,
pajustada<0,013) .......................................................................................................212
Figura 4.144. Comparaciones intergrupo para carrera de ida y vuelta (mL·kg-1·min-1). *
No se observan diferencias significativas (ANOVA, pajustada <0,013) ...................212
Figura 4.145. Comparaciones intergrupo para el equilibrio del flamenco (nº de intentos).
ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney,
pajustada<0,013). ......................................................................................................213
Figura 4.146. Comparaciones intergrupo para el golpeo de placas (s). ºKruskall-Wallis,
diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ...........213
Figura 4.147. Comparaciones intergrupo para la flexión del tronco adelante (cm).
ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney,
pajustada<0,013) .......................................................................................................213
XXIV
Figura 4.148. Comparaciones intergrupo para el salto de longitud adelante (cm).
ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney,
pajustada<0,013) ......................................................................................................213
Figura 4.149. Comparaciones intergrupo para la dinamometría manual (kg). *ANOVA,
diferencias post-hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) ...........................213
Figura 4.150. Comparaciones intergrupo para los abdominales en 30 s (nº de
repeticiones). ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc significativas (U de
Mann-Whytney, pajustada<0,013) ............................................................................213
Figura 4.151. Comparaciones intergrupo para la suspensión con flexión de brazos (s).
No se han hallado diferencias significativas (ANOVA, pajustada <0,013) ...............214
Figura 4.152. Comparaciones intergrupo para la carrera de ida y vuelta 10x5 m (s).
*ANOVA, diferencias post-hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013)............214
Figura 4.153. Valores tipificados para cada grupo de estudio, de la flexión de hombros:
anteversión (°) .......................................................................................................222
Figura 4.154. Valores tipificados para cada grupo de estudio, de la extensión de hom-
bros: retroversión (°) .............................................................................................222
Figura 4.155. Valores tipificados para cada grupo de estudio, del giro de hombros en
anteversión (°) .......................................................................................................222
Figura 4.156. Valores tipificados para cada grupo de estudio, del giro de hombros en
retroversión (°).......................................................................................................222
Figura 4.157. Valores tipificados para cada grupo de estudio, de la elevación frontal de la
extremidad inferior izquierda (°) ............................................................................223
Figura 4.158. Valores tipificados para cada grupo de estudio, de la elevación frontal de la
extremidad inferior derecha (°)..............................................................................223
Figura 4.159. Valores tipificados para cada grupo de estudio, de la elevación lateral de la
extremidad inferior izquierda (°) ...........................................................................223
Figura 4.160. Valores tipificados para cada grupo de estudio, de la elevación lateral de la
extremidad inferior derecha (°)..............................................................................223
Figura 4.161. Valores tipificados para cada grupo de estudio, del espagat lateral (°)...............223
Figura 4.162. Valores tipificados para cada grupo de estudio, del espagat frontal izquier-
da (°)......................................................................................................................223
Figura 4.163. Valores tipificados para cada grupo de estudio, del espagat frontal dere-
cha (°)....................................................................................................................224
Figura 4.164. Valores tipificados para cada grupo de estudio, de la flexión de tronco (°)..........224
Figura 4.165. Valores tipificados para cada grupo de estudio, del puente (°) ............................224
Figura 4.166. Valores tipificados para cada grupo de estudio, del “squat jump” (cm)................224
Figura 4.167. Valores tipificados para cada grupo de estudio, del “counter movement
jump” (cm) .............................................................................................................224
Figura 4.168. Valores tipificados para cada grupo de estudio, del “reactive jump 5s” (Co-
eficiente VC)..........................................................................................................224
XXV
Figura 4.169. Valores tipificados para cada grupo de estudio, del “drop jump 60 cm” (Co-
eficiente VC) ........................................................................................................ .225
Figura 4.170. Valores tipificados para cada grupo de estudio, de la carrera de 20 metros
(km·h-1) ................................................................................................................ .225
Figura 4.171. Valores tipificados para cada grupo de estudio, de las flexiones en vertical
(nº) ....................................................................................................................... .225
Figura 4.172. Valores tipificados para cada grupo de estudio, de las flexiones en sus-
pensión (nº) ......................................................................................................... .225
Figura 4.173. Valores tipificados para cada grupo de estudio, de las flexiones desde el
apoyo (nº). ........................................................................................................... .225
Figura 4.174. Valores tipificados para cada grupo de estudio, de la elevación de las ex-
tremidades inferiores desde suspensión (nº) ...................................................... .225
Figura 4.175. Valores tipificados para cada grupo de estudio, de los olímpicos (nº)................ .226
Figura 4.176. Comparaciones intergrupo para la flexión de hombros en anteversión (º).
No se observan diferencias significativas (Kruskall-Wallis, pajustada0,013). ........ 227
Figura 4.177. Comparaciones intergrupo para la extensión de hombros en retroversión
(º). *ANOVA, diferencias post-hoc significativas (Bonferroni, pajustada
<0,013) ............................................................................................................... .227
Figura 4.178. Comparaciones intergrupo para el giro de hombros en anteversión (º). No
se observan diferencias significativas (Kruskall-Wallis, pajustada0,013) .............. 227
Figura 4.179. Comparaciones intergrupo para el giro de en retroversión (º). No se
observan diferencias significativas (Kruskall-Wallis, pajustada0,013).................... 227
Figura 4.180. Comparaciones intergrupo para elevación frontal de la pierna izquierda.
*ANOVA, diferencias post-hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013)........... 227
Figura 4.181. Comparaciones intergrupo para la elevación frontal de la pierna derecha.
ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney,
pajustada<0,013) ...................................................................................................... 227
Figura 4.182. Comparaciones intergrupo para la elevación lateral de la pierna izquierda.
No se observan diferencias significativas (Kruskall-Wallis, pajustada0,013) ........ 228
Figura 4.183. Comparaciones intergrupo para la elevación lateral de la pierna derecha.
No se observan diferencias significativas (ANOVA, pajustada0,013) .................... 228
Figura 4.184. Comparaciones intergrupo para el espagat lateral. No se observan
diferencias significativas (Kruskall-Wallis, pajustada0,013) ................................... 228
Figura 4.185. Comparaciones intergrupo para el espagat frontal izquierda. No se
observan diferencias significativas (ANOVA, pajustada0,013) .............................. 228
Figura 4.186. Comparaciones intergrupo para el espagat frontal derecha. No se
observan diferencias significativas (Kruskall-Wallis, pajustada0,013).................... 228
Figura 4.187. Comparaciones intergrupo para la flexión de tronco. No se observan
diferencias significativas (ANOVA, pajustada0,013)............................................... 228
XXVI
Figura 4.188. Comparaciones intergrupo para el puente. No se observan diferencias
significativas (ANOVA, pajustada0,013) .................................................................229
Figura 4.189. Comparaciones intergrupo para el SJ. *ANOVA, diferencias post-hoc
significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) ............................................................230
Figura 4.190. Comparaciones intergrupo para el CMJ. *ANOVA, diferencias post-hoc
significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) ............................................................230
Figura 4.191. Comparaciones intergrupo para el RJ5. ºKruskall-Wallis, diferencias post-
hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ......................................230
Figura 4.192. Comparaciones intergrupo para el DJ 60. *ANOVA, diferencias post-hoc
significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) .............................................................230
Figura 4.193. Comparaciones intergrupo para la carrera de 20 m. ºKruskall-Wallis,
diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ............231
Figura 4.194. Comparaciones intergrupo para las flexiones en vertical. ºKruskall-Wallis,
diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ...........232
Figura 4.195. Comparaciones intergrupo para las flexiones en suspensión. ºKruskall-
Wallis, diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney,
pajustada<0,013) ......................................................................................................232
Figura 4.196. Comparaciones intergrupo para las flexiones desde el apoyo. ºKruskall-
Wallis, diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney,
pajustada<0,013) ......................................................................................................232
Figura 4.197. Comparaciones intergrupo para las elevaciones de las piernas desde
suspensión. *ANOVA, diferencias post-hoc significativas (Bonferroni,
pajustada <0,013) ......................................................................................................232
Figura 4.198. Comparaciones intergrupo para los olímpicos. ºKruskall-Wallis, diferencias
post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013)...............................232
Figura 4.199. Valores tipificados para cada grupo de estudio, de los balanceos en barra
fija (puntuación sobre 10)......................................................................................242
Figura 4.200. Valores tipificados para cada grupo de estudio, de los balanceos en anillas
(puntuación sobre 10) ...........................................................................................242
Figura 4.201. Valores tipificados para cada grupo de estudio, de los balanceos en para-
lelas (puntuación sobre 10)...................................................................................242
Figura 4.202. Valores tipificados para cada grupo de estudio, de los molinos en la “seta”
(puntuación sobre 10) ...........................................................................................242
Figura 4.203. Valores tipificados para cada grupo de estudio, en la prueba de recepción
(puntuación sobre 10) ...........................................................................................243
Figura 4.204. Comparaciones intergrupo en los balanceos en barra fija. ºKruskall-Wallis,
diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ...........244
Figura 4.205. Comparaciones intergrupo en los balanceos en anillas. ºKruskall-Wallis,
diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ............244
XXVII
Figura 4.206. Comparaciones intergrupo en los balanceos en paralelas. ºKruskall-Wallis,
diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) .......... 244
Figura 4.207. Comparaciones intergrupo en los molinos en la seta. *ANOVA, diferencias
post-hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013) ............................................ 244
Figura 4.208. Comparaciones intergrupo en la prueba de recepción. ºKruskall-Wallis,
diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013) ........... 244
XXVIII
5. ÍNDICE DE TABLAS
INTRODUCCIÓN
Tabla 1.1. Participación en Campeonatos del Mundo y JJ.OO. en GAM...........................................8
Tabla 1.2. Estudios realizados sobre las características somáticas en GAM ..................................13
Tabla 1.3. Variables somáticas de gimnastas adultos de élite (Claessens et al., 1991)..................14
Tabla 1.4. Datos de talla y peso de gimnastas masculinos a lo largo de la edad. ...........................15
Tabla 1.5. Somatotipo y composición corporal en gimnastas masculinos (Irurtia et al., 2009a)......16
Tabla 1.6. Principales estudios de composición corporal en GAM a lo largo de la historia. ............19
Tabla 1.7. Masa grasa a lo largo de la edad en GAM (Caldarone et al., 1986). ..............................19
Tabla 1.8. Principales estudios sobre el somatotipo en gimnastas (GAM). .....................................21
Tabla 1.9. Índices antropométricos en gimnastas (GAM) (Leveau et al., 1974; Nelson, 1974). ......22
Tabla 1.10. Índices antropométricos en GAM (Caldarone et al., 1986)............................................23
Tabla 1.11. Resultados de las pruebas de flexibilidad a lo largo de una temporada en GAM. ........30
Tabla 1.12. Estudios relacionados con la valoración de la flexibilidad en GAM...............................31
Tabla 1.13. Ejemplos de diferentes protocolos para el desarrollo de la fuerza en niños. ................37
Tabla 1.14. Valoración de la aptitud física en gimnastas soviéticos de 6 a 10 años de edad..........37
Tabla 1.15. Valoración de la aptitud física en jóvenes gimnastas adolescentes (Gajdos, 1983).....38
Tabla 1.16. Estudios basados en el metabolismo aeróbico de gimnastas adultos. .........................44
Tabla 1.17. Estudios basados en el metabolismo aeróbico de jóvenes gimnastas..........................44
Tabla 1.18. Aportaciones biomecánicas al estudio del rendimiento en GAM...................................45
Tabla 1.19. Aportaciones al estudio biomecánico de ciertos elementos técnicos en barra fija........53
Tabla 1.20. Aportaciones al estudio biomecánico de ciertos elementos técnicos en anillas. ..........58
Tabla 1.21. Aportaciones al estudio biomecánico de ciertos elementos técnicos en paralelas. ......62
Tabla 1.22. Aportaciones al estudio biomecánico de ciertos elementos técnicos en arcos.............65
Tabla 1.23. Aportaciones al estudio biomecánico de ciertos elementos técnicos en suelo. ............68
Tabla 1.24. Aportaciones al estudio biomecánico de ciertos elementos en plataforma de saltos. ..69
Tabla 1.25. Variables predictivas a lo largo de la de edad en GAM (Régnier & Salmela, 1987). ....73
MATERIAL Y MÉTODOS
Tabla 3.1. Población vs. tamaño muestral analizado en el presente estudio...................................81
Tabla 3.2. Distribución de la muestra de gimnastas según su procedencia y edad.........................81
Tabla 3.3. Edad cronológica y tamaño muestral de los grupos incluidos en el presente estudio ....82
Tabla 3.4. Distribución de la muestra de gimnastas según su edad biológica y categoría ..............82
Tabla 3.5. Codificación de los deportes ............................................................................................85
Tabla 3.6. Codificación del tipo de lesión..........................................................................................85
Tabla 3.7. Velocidad para cada estadio en la "course navette" (Council of Europe, 1988). ...........99
Tabla 3.8. Fiabilidad de los tests indirectos de flexibilidad incluidos en el presente estudio. ........103
Tabla 3.9. Tests realizados en relación a las manifestaciones de la flexibilidad (Moras, 2002). ...103
Tabla 3.10. Fiabilidad de diferentes saltos en población infantil (gimnastas y escolares). ............116
XXIX
Tabla 3.11. Número máximo de variables susceptibles de entrar en los modelos multivariantes 132
Tabla 3.12. Variables contempladas en el cuestionario de antecedentes sociales y deportivos .. 133
Tabla 3.13. Medidas cineantropométricas de la valoración somática............................................ 134
Tabla 3.14. Cálculos cineantropométricos de la valoración somática. .......................................... 135
Tabla 3.15. Valoración de los datos biométricos parentales en la valoración somática................ 135
Tabla 3.16. Valoración de la maduración biológica en la valoración somática.............................. 135
Tabla 3.17.Valoración de la condición física general: Batería Eurofit............................................ 136
Tabla 3.18. Valoración de la condición física específica................................................................ 137
Tabla 3.19. Valoración de la técnica. ............................................................................................. 138
RESULTADOS
Tabla 4.1. Práctica materna y paterna de deporte de competición................................................ 146
Tabla 4.2. Número de hermanos/as............................................................................................... 146
Tabla 4.3. Práctica deportiva de la madre...................................................................................... 147
Tabla 4.4. Práctica deportiva del padre.......................................................................................... 147
Tabla 4.5. Actividad laboral de la madre. ....................................................................................... 148
Tabla 4.6. Actividad laboral del padre. ........................................................................................... 148
Tabla 4.7. Distribución sobre el tipo de desplazamiento utilizado hasta llegar al gimnasio. ......... 148
Tabla 4.8. Vinculación de hermanos/as con la gimnasia. .............................................................. 149
Tabla 4.9. Primer deporte practicado de forma federada. ............................................................. 149
Tabla 4.10. Práctica conjunta de gimnasia artística masculina y otros deportes federados. ........ 149
Tabla 4.11. Años de entrenamiento desde la edad de inicio. ........................................................ 149
Tabla 4.12. Edad de inicio respecto a la primera competición en GAM. ....................................... 150
Tabla 4.13. Motivación por la práctica de la GAM.......................................................................... 150
Tabla 4.14. Elección del aparato gimnástico preferente. ............................................................... 150
Tabla 4.15. Número de sesiones de entrenamiento semanales.................................................... 151
Tabla 4.16. Horas semanales de entrenamiento. .......................................................................... 151
Tabla 4.17. Número de aparatos gimnásticos que se entrenan durante un día. ........................... 151
Tabla 4.18. Realización de entrenamiento con pesas. .................................................................. 152
Tabla 4.19. Realización de entrenamiento de carrera fuera del gimnasio..................................... 152
Tabla 4.20. Número de aciertos en las respuestas sobre términos de entrenamiento y GAM. .... 152
Tabla 4.21. Conocimiento de los objetivos de la temporada. ........................................................ 153
Tabla 4.22. Conocimiento del código de puntuación. .................................................................... 153
Tabla 4.23. Preferencia de aparato al inicio de la competición...................................................... 153
Tabla 4.24. Número de competiciones anuales. ............................................................................ 153
Tabla 4.25. Expectativas previas al resultado competitivo. ........................................................... 154
Tabla 4.26. Meta final deseada como gimnasta............................................................................. 154
Tabla 4.27. Gimnastas con o sin lesiones durante su carrera deportiva. ...................................... 154
Tabla 4.28. Gimnastas con o sin intervenciones quirúrgicas durante su carrera deportiva. ......... 155
Tabla 4.29. Tipos de lesión. ........................................................................................................... 155
XXX
Tabla 4.30. Localización de las lesiones.........................................................................................156
Tabla 4.31. Causas de lesión..........................................................................................................156
Tabla 4.32. Gravedad lesional. .......................................................................................................157
Tabla 4.33. Tiempo de convalecencia por lesión (semanas)..........................................................157
Tabla 4.34. Estado físico post-lesional en el momento del estudio. ...............................................157
Tabla 4.35. Fiabilidad de las preguntas sobre antecedentes sociales. ..........................................158
Tabla 4.36. Fiabilidad de las preguntas sobre la práctica deportiva...............................................158
Tabla 4.37. Fiabilidad de las preguntas sobre entrenamiento y competiciones. ............................159
Tabla 4.38. Fiabilidad de las preguntas sobre el historial lesional..................................................159
Tabla 4.39. Normalidad y homoscedasticidad de las variables de la VASD. .................................159
Tabla 4.40. Resultados significativos y potencia estadística del ANOVA (VASD). ........................161
Tabla 4.41. Correlación entre el ranking y las variables de la VASD .............................................162
Tabla 4.42. VASD: análisis de regresión múltiple...........................................................................163
Tabla 4.43. VASD: análisis discriminante. ......................................................................................163
Tabla 4.44. VASD: clasificación discriminante para el grupo G1....................................................164
Tabla 4.45. VASD: clasificación discriminante para el grupo G2....................................................164
Tabla 4.46. VASD: clasificación discriminante para el grupo G3/G4..............................................164
Tabla 4.47. VASD: clasificación discriminante para el grupo G5....................................................165
Tabla 4.48. Dimensiones corporales...............................................................................................166
Tabla 4.49. Longitudes corporales..................................................................................................166
Tabla 4.50. Diámetros corporales. ..................................................................................................166
Tabla 4.51. Perímetros corporales..................................................................................................167
Tabla 4.52. Pliegues cutáneos........................................................................................................167
Tabla 4.53. Composición corporal. .................................................................................................168
Tabla 4.54. Somatotipo. ..................................................................................................................168
Tabla 4.55. Clasificación individual según los estadios de Tanner (Tanner, 1962)........................169
Tabla 4.56. Sujetos de cada categoría RFEG-FIG para cada grupo de estudio. ...........................169
Tabla 4.57. Proporcionalidad. .........................................................................................................170
Tabla 4.58. Datos biométricos parentales.......................................................................................170
Tabla 4.59. Normalidad y homoscedasticidad de las dimensiones corporales. .............................182
Tabla 4.60. Normalidad y homoscedasticidad de las principales longitudes corporales................182
Tabla 4.61. Normalidad y homoscedasticidad de los pliegues cutáneos (I)...................................182
Tabla 4.62. Normalidad y homoscedasticidad de los pliegues cutáneos (II)..................................182
Tabla 4.63. Normalidad y homoscedasticidad de los diámetros corporales (I). .............................183
Tabla 4.64. Normalidad y homoscedasticidad de los diámetros corporales (II). ............................183
Tabla 4.65. Normalidad y homoscedasticidad de los diámetros corporales (III). ...........................183
Tabla 4.66. Normalidad y homoscedasticidad de los diámetros corporales (IV)............................183
Tabla 4.67. Normalidad y homoscedasticidad de los diámetros corporales (V).............................184
Tabla 4.68. Normalidad y homoscedasticidad de la composición corporal (I)................................184
Tabla 4.69. Normalidad y homoscedasticidad de la composición corporal (II)...............................184
XXXI
Tabla 4.70. Normalidad y homoscedasticidad del somatotipo....................................................... 185
Tabla 4.71. Normalidad y homoscedasticidad de los índices de proporcionalidad. ...................... 185
Tabla 4.72. Normalidad y homoscedasticidad de datos parentales y edad cronológica. .............. 185
Tabla 4.73. Dimensiones corporales: diferencias entre grupos y potencia estadística (ANOVA). 186
Tabla 4.74. Longitudes corporales: diferencias entre grupos y potencia estadística (ANOVA). ... 187
Tabla 4.75. Resultados significativos y potencia estadística (ANOVA). Diámetros corporales..... 189
Tabla 4.76. Resultados significativos y potencia estadística (ANOVA). Perímetros corporales ... 191
Tabla 4.77. Resultados significativos y potencia estadística (ANOVA). Pliegues cutáneos.......... 194
Tabla 4.78. Resultados significativos y potencia estadística (ANOVA). Composición corporal .... 197
Tabla 4.79. Resultados significativos y potencia estadística (ANOVA). Somatotipo..................... 199
Tabla 4.80. Resultados significativos y potencia estadística (ANOVA). Proporcionalidad. ........... 200
Tabla 4.81. Correlación entre la variable ranking y las dimensiones corporales........................... 203
Tabla 4.82. Correlación entre la variable ranking y las longitudes corporales............................... 203
Tabla 4.83. Correlación entre la variable ranking y los diámetros corporales. .............................. 203
Tabla 4.84. Correlación entre la variable ranking y los perímetros corporales.............................. 204
Tabla 4.85. Correlación entre la variable ranking y los pliegues cutáneos.................................... 204
Tabla 4.86. Correlación entre la variable ranking y los componentes del somatotipo................... 204
Tabla 4.87. Correlación entre la variable ranking y los indicadores de composición corporal. ..... 205
Tabla 4.88. Correlación entre la variable ranking y los índices de proporcionalidad corporal....... 205
Tabla 4.89. Correlación entre la variable ranking, datos parentales y edad cronológica. ............. 205
Tabla 4.90. VS: análisis de regresión múltiple. .............................................................................. 206
Tabla 4.91. VS: análisis discriminante. .......................................................................................... 206
Tabla 4.92. VS: clasificación discriminante para el grupo G3/G4. ................................................. 207
Tabla 4.93. VS: clasificación discriminante para el grupo G5........................................................ 207
Tabla 4.94. Batería Eurofit.............................................................................................................. 209
Tabla 4.95. Normalidad y homoscedasticidad de la Batería Eurofit (I). ......................................... 209
Tabla 4.96. Normalidad y homoscedasticidad de la Batería Eurofit (II). ........................................ 209
Tabla 4.97. Resultados significativos y potencia estadística (ANOVA). Batería Eurofit. ............... 212
Tabla 4.98. Correlación entre el ranking y los ítems de la Batería Eurofit..................................... 214
Tabla 4.99. VCFG: clasificación discriminante para el grupo G1................................................... 215
Tabla 4.100. VCFG: análisis de regresión múltiple. ....................................................................... 216
Tabla 4.101. VCFG: análisis discriminante. ................................................................................... 216
Tabla 4.102. VCFG: clasificación discriminante para el grupo G3/G4........................................... 217
Tabla 4.103. VCFG: clasificación discriminante para el grupo G5................................................. 217
Tabla 4.104. Pruebas de flexibilidad. ............................................................................................. 218
Tabla 4.105. Pruebas de salto........................................................................................................ 219
Tabla 4.106. Prueba de velocidad.................................................................................................. 219
Tabla 4.107. Habilidades gimnásticas de condición física............................................................. 219
Tabla 4.108. Fiabilidad de la extensión de hombros (retroversión). .............................................. 220
Tabla 4.109. Fiabilidad de la prueba de elevación frontal de la extremidad inferior...................... 220
XXXII
Tabla 4.110. Fiabilidad de la prueba de elevación lateral de la extremidad inferior.......................220
Tabla 4.111. Fiabilidad de la flexión de tronco................................................................................221
Tabla 4.112. Fiabilidad de la prueba de carrera de 20 m. ..............................................................221
Tabla 4.113. Fiabilidad de la elevación de las extremidades inferiores desde suspensión. ..........221
Tabla 4.114. Fiabilidad de los olímpicos con pies juntos, separados y desde el suelo..................221
Tabla 4.115. Resultados significativos y potencia estadística (ANOVA). Flexibilidad....................226
Tabla 4.116. Resultados significativos y potencia estadística (ANOVA). Capacidad de salto.......229
Tabla 4.117. Resultados significativos y potencia estadística (ANOVA). Velocidad. .....................230
Tabla 4.118. Resultados significativos y potencia estadística (ANOVA). Hab. gimnásticas ..........231
Tabla 4.119. VCFE: clasificación discriminante para el grupo G1..................................................233
Tabla 4.120. VCFE: clasificación discriminante para el grupo G2..................................................234
Tabla 4.121. VCFE: clasificación discriminante para el grupo G3/G4............................................234
Tabla 4.122. VCFE: clasificación discriminante para el grupo G5..................................................234
Tabla 4.123. VCFE: análisis de regresión múltiple. ........................................................................235
Tabla 4.124. VCFE: análisis discriminante. ....................................................................................235
Tabla 4.125. Normalidad y homoscedasticidad de los ítems de flexibilidad (I). .............................236
Tabla 4.126. Normalidad y homoscedasticidad de los ítems de flexibilidad (II). ...........................236
Tabla 4.127. Normalidad y homoscedasticidad de los ítems de flexibilidad (III). ..........................236
Tabla 4.128. Normalidad y homoscedasticidad de los ítems de salto y velocidad........................236
Tabla 4.129. Normalidad y homoscedasticidad de las habilidades de condición física. ...............236
Tabla 4.130. Correlación entre el ranking y las pruebas de flexibilidad. ........................................237
Tabla 4.131. Correlación entre el ranking y las pruebas de la capacidad de salto. .......................237
Tabla 4.132. Correlación entre el ranking y la prueba de velocidad...............................................238
Tabla 4.133. Correlación entre el ranking y las habilidades gimnásticas de condición física. .......238
Tabla 4.134. Puntuación de los balanceos en barra fija. ................................................................239
Tabla 4.135. Puntuación de los balanceos en anillas.....................................................................239
Tabla 4.136. Puntuación de los balanceos en paralelas. ...............................................................239
Tabla 4.137. Puntuación de los molinos en la “seta”. .....................................................................240
Tabla 4.138. Puntuación en la prueba de recepción. .....................................................................240
Tabla 4.139. Fiabilidad de las plantillas de observación utilizadas para la valoración técnica. .....241
Tabla 4.140. Normalidad y homoscedasticidad: barra fija y anillas................................................241
Tabla 4.141. Normalidad y homoscedasticidad: paralelas y “seta”. ...............................................242
Tabla 4.142. Normalidad y homoscedasticidad: test de recepción. ...............................................242
Tabla 4.143. Resultados significativos y potencia estadística (ANOVA). Habilidades técnicas.....243
Tabla 4.144. Correlación entre el ranking y la puntuación obtenida de los ítems de la VT............245
Tabla 4.145. VT: análisis de regresión múltiple. .............................................................................246
Tabla 4.146. VT: análisis discriminante. .........................................................................................246
Tabla 4.147. VT: clasificación discriminante para el grupo G1.......................................................247
Tabla 4.148. VT: clasificación discriminante para el grupo G2.......................................................247
Tabla 4.149. VT: clasificación discriminante para el grupo G3/G4.................................................247
XXXIII
Tabla 4.150. VT: clasificación discriminante del grupo G5 ............................................................ 247
Tabla 4.151. VM: clasificación discriminante para el grupo G1. .................................................... 248
Tabla 4.152. VM: análisis de regresión múltiple............................................................................. 249
Tabla 4.153. VM: análisis discriminante......................................................................................... 249
Tabla 4.154. VM: clasificación discriminante para el grupo G2. .................................................... 250
Tabla 4.155. VM: clasificación discriminante para el grupo G3/G4. .............................................. 250
Tabla 4.156. VM: clasificación discriminante para el grupo G5. .................................................... 250
DISCUSIÓN
Tabla 5.1. Estudios que documentan talla y peso en GAM en las últimas ocho décadas. ........... 271
Tabla 5.2. Estudios que documentan la talla y el peso de jóvenes gimnastas masculinos........... 272
Tabla 5.3. Valores ideales de talla y peso de jóvenes gimnastas soviéticos masculinos.............. 272
Tabla 5.4. Longitudes, diámetros y perímetros de gimnastas adultos (GAM). .............................. 274
Tabla 5.5. Valores ideales del perímetro torácico de jóvenes gimnastas soviéticos masculinos.. 276
Tabla 5.6. Estudios que documentan el perímetro del brazo de jóvenes gimnastas masculinos. 277
Tabla 5.7. Pliegues cutáneos de gimnastas adultos (GAM). ......................................................... 277
Tabla 5.8. Somatotipo de jóvenes gimnastas (GAM)..................................................................... 281
ANEXOS (CONCLUSIONES)
Tabla 6.1. Batería de pruebas para su distribución en gimnastas masculinos prepúberes. ......... 372
Tabla 6.2. Batería de pruebas para su distribución en gimnastas masculinos peripúberes.......... 373
Tabla 6.3. Batería de pruebas para su distribución en gimnastas masculinos adultos. ................ 373
XXXIV
6. ÍNDICE DE ECUACIONES
INTRODUCCIÓN
MATERIAL Y MÉTODOS
XXXV
XXXVI
1 INTRODUCCIÓN
1
1.1 Estructura competitiva de la GAM
La gimnasia artística masculina (GAM) ha experimentado una extraordinaria progresión en nuestro
país a lo largo de la última década. Desde los JJ.OO. de Sydney 2000, el equipo español ha
logrado clasificarse sistemáticamente entre los 12 primeros. A tenor de los resultados obtenidos en
los campeonatos mundiales, europeos y JJ.OO. de la última década, podemos considerar a
España como uno de los países punteros en esta especialidad deportiva.
Sin embargo, dichos logros deportivos no han ido acompañados de una mejora del
conocimiento científico de la especialidad. En nuestra opinión, la gimnasia artística masculina
debe empezar a equilibrar la balanza entre la praxis deportiva y la necesaria aportación teórica del
conocimiento científico. Solo así será posible optimizar el proceso de entrenamiento, desde las
primeras etapas de formación hasta la culminación que supone el alto rendimiento deportivo. La
presente investigación nace en este contexto.
2
dispone de un tiempo máximo de 1:10 min:s y los grupos de elementos a realizar son: 1)
elementos no acrobáticos; 2) elementos acrobáticos adelante; 3) elementos acrobáticos atrás; y 4)
elementos acrobáticos laterales, saltos atrás con ½ giro y mortales adelante, y saltos adelante con
½ giro y mortal atrás. El CP-FIG describe un ejercicio de suelo de la siguiente forma: “Un ejercicio
de suelo está compuesto principalmente de elementos acrobáticos, combinados con elementos
gimnásticos de fuerza y partes de equilibrio, elementos de flexibilidad, apoyos invertidos y
combinaciones coreográficas, formando todos un ejercicio con ritmo armonioso utilizando todo la
superficie del suelo”.
El caballo con arcos (Figura 1.2) se sitúa a 1,15 m por encima del suelo. Posee dos arcos
acoplados en el centro de 12 cm de altura. La distancia entre éstos es variable según la elección
del gimnasta y su rango de separación oscila entre 40 y 45 cm. Los gimnastas deben usar la
totalidad de su superficie, realizando sus ejercicios con la máxima amplitud posible. Los grupos de
elementos a realizar en suelo son: 1) impulso de piernas y tijeras; 2) molinos y molinos con piernas
abiertas, con o sin giros y apoyos invertidos; 3) desplazamientos laterales y transversales; 4)
coronamientos, checas, flops y elementos combinados; y 5) salidas. El CP-FIG nos describe un
ejercicio de caballo con arcos de la siguiente forma: “Un ejercicio de caballo con arcos
contemporáneo se caracteriza por diferentes tipos de impulsos circulares piernas juntas y abiertas,
en una variedad de posiciones de apoyo en todo el caballo, impulsos de una pierna y/o tijeras. Se
permiten impulsos a través del apoyo invertido, con o sin giros. Todos los elementos deben
ejecutarse con impulso y sin la más ligera interrupción. No se permiten elementos de fuerza ni de
mantenimiento”.
3
En las anillas (Figura 1.3), tercer aparato según el orden olímpico, los gimnastas ponen de
manifiesto su capacidad para mantener elevados valores de fuerza máxima relativa a lo largo de
toda la rutina competitiva. Las anillas quedan suspendidas de una estructura denominada “pórtico”
a una altura de 2,8 m por encima de la superficie del suelo. Los grupos de elementos a realizar en
este aparato son: 1) kipes y elementos de impulso; 2) impulsos al apoyo invertido; 3) impulsos a
mantenimiento de fuerza; 4) elementos de fuerza y mantenimiento; y 5) salidas. El CP-FIG nos
describe un ejercicio de anillas de la siguiente forma: “Un ejercicio de anillas está compuesto de
elementos de impulso, fuerza y mantenimiento en partes aproximadamente iguales. Estos
elementos se ejecutan en suspensión, a llegar a una posición de apoyo o a través de ésta, a llegar
al apoyo invertido o a través de éste, predominando la ejecución con brazos rectos. Un ejercicio de
gimnasia contemporánea se caracteriza por transiciones entre elementos de impulso y fuerza o
viceversa. No se permite el balanceo ni el cruce de cables”.
La plataforma de saltos (Figura 1.4) es el aparato en que los gimnastas, previa carrera de 25 m
como máximo, deben realizar saltos acrobáticos de máxima longitud y altura, para recepcionar de
forma controlada sobre una colchoneta dispuesta a tal efecto. Este aparato, antiguamente
denominado “salto de caballo”, supuso toda una revolución en el momento de su instauración, el
año 2001. Aumentar la seguridad a la vez que posibilitar saltos más espectaculares, fueron los
motivos por los cuales la FIG lo implantó. Por sus dimensiones (135 x 120 x 95 cm) y
características elásticas, muchos técnicos y gimnastas lo consideran un segundo trampolín. Los
grupos de saltos a realizar en este aparato son: 1) saltos directos; 2) saltos con giros completos en
la entrada; 3) palomas o “yamashitas”; 4) saltos con ¼ de giro en la fase de vuelo; y 5) saltos con
entrada de rondada.
4
El CP-FIG nos describe un ejercicio de plataforma de saltos de la siguiente forma: “El gimnasta
debe realizar un salto, excepto en la calificación y en la final de salto, que debe realizar dos saltos
de diferente grupo de salto y con diferente 2ª fase de vuelo (por ejemplo, diferente dirección –
adelante o atrás– diferente posición –agrupado o carpado– para saltos simples o un mínimo de ½
giro de diferencia para saltos con giros y vuelos simples. Cada salto comienza con una carrera y
una batida con los dos pies (con o sin rondada fuera del trampolín) con piernas juntas y una fase
de apoyo breve en la plataforma con las manos. El salto puede contener uno o varios giros
alrededor de los dos ejes del cuerpo”.
Las paralelas (Figura 1.5) corresponden a dos barras (3,5 m de largo) dispuestas paralelamente a
una altura de 2,0 m sobre el suelo. Los gimnastas deben realizar una serie de combinaciones con
elementos de balanceo y equilibrio que configuren una rutina competitiva dinámica y precisa. Los
grupos de elementos a realizar en este aparato son: 1) elementos de apoyo o a través del apoyo
sobre las dos bandas; 2) elementos que empiezan en posición braquial; 3) elementos de impulso
por la suspensión en una o dos bandas; 4) dominaciones adelante volteando atrás; y 5) salidas. El
CP-FIG nos describe un ejercicio de paralelas de la siguiente forma: “En un ejercicio de paralelas
contemporáneo predominan los impulsos y elementos de vuelo seleccionados entre una gran
variedad de grupos de elementos y realizados con transiciones contínuas entre suspensiones y
apoyos, de manera que refleje todo el potencial del aparato”.
5
La barra fija (Figura 1.6) está considerada como uno de los aparatos más espectaculares de la
gimnasia artística masculina. Se compone de una barra de 2,8 cm de perímetro y 2,4 m de largo,
dispuesta a 2,8 m de altura. La aleación con la que está realizada permite cierta elasticidad que
puede ser regulada con los tensores dispuestos a tal efecto. Los grupos de elementos a realizar
en este aparato son: 1) impulsos en suspensión con o sin giro; 2) elementos volantes (sueltas); 3)
elementos cerca de la barra; 4) elementos en presa cubital y suspensión dorsal, y elementos con
la barra detrás del cuerpo; y 5) salidas. El CP-FIG nos describe un ejercicio de barra fija de la
siguiente forma: “Un ejercicio de barra contemporáneo debe presentar una ejecución dinámica que
consista exclusivamente en conexiones fluidas de impulsos, giros y sueltas, alternándose con
elementos realizados cerca y lejos de la barra, con variedad de presas para demostrar todo el
potencial del aparato”.
Los gimnastas compiten en los seis aparatos siguiendo el orden olímpico, independientemente del
aparato por el que inicien la competición: suelo, caballo con arcos, anillas, plataforma de saltos,
paralelas o barra fija (Figura 1.7).
6
En cuanto a la configuración de las grandes competiciones (JJ.OO. y Campeonatos del Mundo por
equipos e individuales), los gimnastas de categoría FIG (júnior: 17 y 18 años; sénior: ≥ 19 años),
deben competir a lo largo de cuatro fases o concursos a lo largo de 6 a 8 días de competición:
CONCURSO III (FINAL POR APARATOS): los 8 mejores gimnastas de cada aparato
compiten por el primer puesto en cada aparato. El resultado final de este concurso sur-
girán los mejores especialistas de cada aparato.
En el caso de los Campeonatos del Mundo individuales y por aparato, se aplican las mismas
fases, a excepción del concurso de calificación por equipos y la final por equipos, que no se
realizan. Además, aunque todas las federaciones o países pueden participar con un máximo de 6
gimnastas, no más de 3 podrán hacerlo en el mismo aparato. En la Tabla 1.1 se muestra la
participación individual, por equipos y por delegaciones, en los últimos 21 años de celebración de
Campeonatos del Mundo y JJ.OO. (FIG, 2009):
7
Tabla 1.1. Participación en Campeonatos del Mundo y JJ.OO. en GAM.
Celebración Participación
Edad*
Año Competición Equi-
Indiv. Gim. Países (años)
Ciudad País pos
(n) (n) (n)
(n)
1996 Cto. del Mundo San Juan Puerto Rico -- 157 157 49 22,4
8
Tal y como se señala en el inicio de este apartado, el CP-FIG es el documento que regula el
sistema de puntuación de todas las modalidades gimnásticas competitivas. En base a éste, que
regula básicamente las categorías júnior (17 y 18 años) y sénior (≥ 19 años), las federaciones
nacionales deben adaptar sus normativas técnicas para adecuarlas a las categorías inferiores. En
el caso de la Real Federación Española de Gimnasia (CP-RFEG), las categorías inferiores en la
GAM son: juvenil (15 y 16 años), infantil (13 y 14 años), alevín (11 y 12 años) y benjamín (8, 9 y 10
años).
A principios del año 2006 el CP-FIG fue revisado en profundidad. Ciertas controversias
relativas a los criterios de validez y objetividad del sistema de puntuación utilizado en los JJ.OO.
de Atenas 2004, unido a la cada vez peor ejecución de los elementos gimnásticos, hicieron que los
órganos directivos de la FIG encargaran a sus Comités Técnicos la propuesta de un nuevo
sistema de puntuación. Una de las principales características del nuevo documento, de hecho la
que generó mayores controversias, fue la eliminación del concepto de perfección gimnástica
asociada a la puntuación “10”.
9
sus respectivos países. Sólo se reconoce una federación por país y ésta debe estar reconocida
oficialmente por la autoridad nacional responsable de la Educación Física y/o el Deporte (Comité
Olímpico Nacional, Comité Nacional de Deportes, Asociación Nacional de Federaciones
Deportivas o Autoridades Gubernamentales). Los objetivos de la FIG son los siguientes: a)
administrar la gimnasia en el plano internacional; b) coordinar esfuerzos a favor de la salud, el
desarrollo físico y moral de la gimnasia y la práctica de todas las actividades deportivas
relacionadas con esta; c) luchar contra todo tipo de dopaje; d) organizar las competiciones
oficiales de la FIG y las competiciones de gimnasia durante los JJ.OO.; e) contribuir a consolidar la
amistad entre los gimnastas de todas las naciones; f) ayudar en la formación y el trabajo de
uniones continentales y grupos regionales, manteniendo una estrecha colaboración con dichas
instituciones; g) ayudar, en cooperación con Solidaridad Olímpica, en la formación de las
federaciones en los países donde no se ha desarrollado gimnasia; h) propagar los ideales del
Movimiento Olímpico.
Los eventos oficiales que organiza y gestiona directamente la FIG, son: a) las
competiciones de gimnasia de los JJ.OO.; b) las competiciones de gimnasia de los juegos
mundiales; c) los Campeonatos del Mundo en las diferentes disciplinas; d) la gymnaestrada
mundial; e) los eventos multicontinentales (por ejemplo, el campeonato de los cuatro continentes);
f) cualquier otro evento de naturaleza competitiva o instructiva. El resto de competiciones
internacionales, organizadas por las uniones continentales, las federaciones nacionales miembros,
u otras autoridades en su territorio, estarán bajo la autoridad de la FIG y requerirán colaboración y
coordinación con ésta. Así, el Comité Ejecutivo de la FIG, elaborará las reglas para aprobar dichas
manifestaciones internacionales.
Finalmente, la FIG dispone de un Código de Ética que recoge los compromisos éticos y
morales que divulga, de aplicación universal para todos aquellos países, gobiernos, organismos,
10
entidades o instituciones que gestionen cualquier actividad gimnástica. Principios como el respeto
a la dignidad e integridad humana se intercalan con los criterios generales que se establecen para
la gestión transparente de los recursos económicos y las relaciones de confidencialidad entre la
FIG y el resto de agentes externos. El propio CP-FIG recoge el juramento de gimnastas y jueces,
de obligado cumplimiento en las competiciones internacionales reguladas por la FIG, con el
objetivo de promover el “juego limpio” o “fair play”: a) juramento de gimnastas: “En nombre de
todos los gimnastas, prometo que participaremos en la presente competición, respetando y
siguiendo las reglas que los dirigen, comprometiéndonos con un deporte sin dopaje ni drogas, en
el espíritu de la deportividad, por la gloria del deporte y el honor de los gimnastas”; b) juramento de
los jueces: “En nombre de todos los jueces y oficiales, prometo que cumpliremos nuestras
funciones durante la presente competición con total imparcialidad, respetando y siguiendo las
reglas que los dirigen, en un espíritu de deportividad”.
Como se ha señalado en apartados anteriores (apartado 1.1) la FIG regula las grandes
competiciones internacionales en la categorías júnior y sénior (CP-FIG). Por su parte, la RFEG
adapta dichas normativas para las competiciones nacionales y consecuentemente para las
categorías inmediatamente inferiores: juvenil (15 y 16 años), infantil (13 y 14 años), alevín (11 y 12
años) y benjamín (8, 9 y 10 años). Se establecen así dos categorías FIG (júnior y sénior) y cuatro
categorías RFEG (benjamín, alevín, infantil y juvenil).
11
gimnastas participantes en esta competición al no regirse por la misma normativa técnica que el
resto de competiciones nacionales.
12
Tabla 1.2. Estudios realizados sobre las características somáticas en GAM
Comp.
Referencias n Talla Peso Longitudes Diámetros Perímetros Somatotipo
corporal
Dybowska & Dybowski, 1929 19 SÍ SÍ -- -- -- -- --
Di Giovanna, 1942 -- SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ --
Cureton, 1951 15 SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ
Bosco, 1962 -- SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ
Tanner, 1962 -- SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ --
Medved, 1966 -- SÍ SÍ SÍ -- -- -- --
Hirata, 1966 122 SÍ SÍ -- -- -- -- --
Carter et al., 1971 (Dinamarca) 15 SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ
Carter et al., 1971 (EEUU) 10 SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ
Carter et al., 1971 (Rusia) 5 SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ
Carter et al., 1971 (EEUU) 11 SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ
Clarys & Borms, 1971 14 SÍ SÍ -- SÍ SÍ SÍ SÍ
De Garay et al., 1974 28 SÍ SÍ -- SÍ -- SÍ SÍ
Stepnicka, 1974 58 SÍ SÍ -- SÍ SÍ SÍ SÍ
LeVeau et al., 1974 13 SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ -- --
Nelson, 1974 21 SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ -- --
Parizkova, 1977 -- SÍ SÍ -- -- -- SÍ --
Stepnicka, 1977 10 SÍ SÍ -- SÍ SÍ SÍ SÍ
Araujo & Moutinho, 1978 11 SÍ SÍ -- -- -- -- SÍ
Hirata, 1979a 101 SÍ SÍ -- -- -- -- --
Hirata, 1979b 126 SÍ SÍ -- -- -- -- --
López et al., 1979 33 SÍ SÍ SÍ -- -- -- SÍ
Zaharieva et al., 1979 126 SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ -- --
Pérez, 1981 13 SÍ SÍ -- -- -- -- SÍ
Rozin & Ceburaev, 1981 -- SÍ SÍ SÍ -- SÍ -- --
Thorland et al., 1981 12 SÍ SÍ -- SÍ SÍ SÍ SÍ
Carter, 1982 11 SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ
Meszaros & Mohacsi, 1982a 30 SÍ SÍ -- SÍ SÍ -- SÍ
Meszaros & Mohacsi, 1982b 21 SÍ SÍ -- SÍ SÍ -- SÍ
Gajdos, 1983 -- SÍ SÍ -- -- SÍ -- --
Gajdos, 1984 169 SÍ SÍ -- -- -- -- --
Zeng, 1985 19 SÍ SÍ -- -- -- -- SÍ
Broekhoff et al., 1986 17 SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ -- SÍ
Caldarone et al., 1986 47 SÍ SÍ SÍ -- SÍ SÍ --
Muñoz et al., 1986 12 SÍ SÍ -- SÍ SÍ SÍ SÍ
Rodríguez et al., 1986 15 SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ
Withers et al., 1986 8 SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ -- SÍ
Jancarik & Salmela, 1987 267 SÍ SÍ -- -- SÍ -- --
Régnier & Salmela, 1987 263 SÍ SÍ -- -- SÍ -- --
Petiot, 1987 22 SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ -- --Í
Nadgir, 1988 -- SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ
Faria & Faria, 1989 65 SÍ SÍ SÍ -- -- SÍ --
Claessens et al., 1991 165 SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ -- SÍ
Elbaek & Froberg, 1992 11 SÍ SÍ -- -- -- SÍ --
Gualdi-Russo et al., 1992 31 SÍ SÍ -- SÍ SÍ SÍ --
Gualdi-Russo & Graziani, 1993 28 SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ -- SÍ
Maffulli et al., 1994 38 SÍ SÍ -- -- -- -- --
Baxter-Jones et al., 1995, 1996 38 SÍ SÍ -- -- -- SÍ --
Daly et al., 2000 31 SÍ SÍ SÍ SÍ -- -- --
Damsgaard et al., 2000; 2001 17 SÍ SÍ SÍ -- SÍ SÍ --
Weimann et al., 2000, 2002 18 -- -- -- -- -- SÍ --
Cuk & Karacsony, 2002 40 SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ
Gurd & Klentrou, 2003 21 SÍ SÍ -- -- -- SÍ --
Georgopoulos et al., 2004 93 SÍ SÍ -- -- -- SÍ --
Lentini et al., 2004 13 SÍ SÍ -- -- -- -- SÍ
Rodríguez & Berral, 2006 25 SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ
219 SÍ SÍ -- -- -- -- --
Irurtia et al., 2009a
79 SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ SÍ
13
La biotipología ideal para la consecución del máximo rendimiento en GAM, al contrario de lo que
sucede en GAF, se establece con posterioridad al brote hormonal o pico de crecimiento
(Broekhoff, 1993). La mayoría de abandonos se producen durante la primera fase de la
adolescencia (Maffulli et al., 1994), cuando a la elevada velocidad de crecimiento lineal no se le
corresponde un desarrollo muscular suficiente (Broekhoff, 1993). Factores de origen coordinativo
(la longitud de los segmentos corporales varía, el centro de gravedad se desplaza ligeramente,
etc.) y aquellos derivados de un déficit de fuerza muscular, son los mayores limitadores de la
prestación gimnástica, al menos hasta que la estructura muscular se consolida (Broekhoff et al.,
1986; Broekhoff, 1993). Con todo, si bien se reconoce que el hecho de poseer unas características
somáticas ideales no determina el rendimiento gimnástico, éste sí vendría condicionado por éstas,
especialmente durante las etapas peripuberales (Tabla 1.4, Tabla 1.5).
Tabla 1.3. Variables somáticas de gimnastas adultos de élite (Claessens et al., 1991).
Percentiles
Variables
5 10 25 50 75 90 95
14
Tabla 1.4. Datos de talla y peso de gimnastas masculinos a lo largo de la edad.
Talla
(cm)
Maffulli et al., s 4,2 2,8 8,6 7,9 3,8
1994
(n=38) x 25,1 32,7 38,7 52,4 60,0
Peso
(kg)
s 1,4 2,9 6,2 8,4 8,9
x 130,9 131,8 137,1 140,8 147,9 153,8 159,7 166,9 169,9 171,0 172,4
Talla
(cm)
Baxter-Jones et s 1,9 2,7 2,1 1,7 2,0 3,9 2,6 2,4 1,3 0,3 0,1
al., 1995, 1996
(n=38) x 25,4 26,5 29,8 33,4 38,3 43,5 49,1 58,0 62,0 64,2 64,8
Peso
(kg)
s 0,1 0,7 1,0 0,8 0,9 2,6 2,5 2,4 2,8 2,4 2,6
x 117,9 123,9 128,1 133,1 136,8 141,2 148,2 153,9 159,2 163,6 165,6 167,3 170,1 170,3 170,2 168,7 168,9 168,3 170,6
Talla
(cm)
Irurtia et al., s 4,7 4,9 6,2 6,0 7,5 8,8 8,6 8,4 8,0 7,6 6,3 5,9 5,0 6,2 4,6 6,1 5,7 6,7 5,9
2009a
(n=219) x 21,4 23,6 26,8 29,0 32,4 37,1 41,8 45,3 50,9 56,7 60,3 62,3 64,2 65,3 64,3 64,7 63,6 63,6 65,9
Peso
(kg)
s 1,0 1,5 3,0 3,7 4,4 7,6 8,2 9,5 8,7 8,9 8,5 6,6 4,3 7,4 2,5 5,1 4,9 6,1 6,2
15
Tabla 1.5. Somatotipo y composición corporal en gimnastas masculinos (Irurtia et al., 2009a).
∑ de 6 Pliegues
Edad MG MM MLG Muestra
(mm)
Estadística Endo Meso Ecto SAM
(años) ES TR EI Total (%) (%) (kg) (n=79)
x 12,1 1,8 5,6 2,8 0,6 12,4 12,9 15,3 40,6 9,3 47,7 34,2 6
s 0,36 0,33 0,84 0,51 0,14 2,07 1,48 2,91 2,15 1,56 2,65 3,53
x 13,2 1,3 5,5 3,6 0,7 11,4 11,1 13,6 36,1 7,9 46,8 36,8 9
s 0,43 0,36 1,12 1,23 0,27 1,87 1,78 2,95 2,20 1,11 3,88 4,63
x 14,2 1,5 5,6 2,9 0,9 10,8 11,0 13,1 34,9 7,5 47,3 41,3 13
16
s 0,41 0,45 1,32 1,21 0,56 1,87 2,40 2,83 2,37 0,77 2,10 6,20
x 15,0 1,5 5,9 2,6 1,1 11,1 10,3 12,8 34,2 7,5 47,8 46,7 13
s 0,36 0,31 1,25 0,90 0,49 1,83 2,49 2,32 2,21 0,73 1,66 7,99
x 16,1 1,6 6,2 2,6 0,9 11,8 11,0 12,6 35,4 7,8 48,8 51,8 14
s 0,32 0,53 0,95 0,91 0,57 2,14 2,76 2,51 2,47 1,23 1,53 7,40
x 17,3 1,5 6,1 2,5 1,1 10,8 10,6 12,4 33,8 7,4 49,5 54,2 14
s 0,39 0,43 1,15 1,07 0,58 1,99 2,07 2,57 2,21 0,91 1,70 6,95
x 18,1 1,7 6,3 2,4 1,0 11,2 10,4 11,6 33,2 7,3 49,5 56,2 10
s 0,42 0,30 1,43 1,11 0,57 1,75 1,87 2,59 2,07 0,81 1,12 4,60
SAM = distancia morfogénica media del somatotipo; ∑ de 6 Pliegues = ES (extremidad superior: tricipital, subescapular); TR (tronco: supraespinal, abdominal);
EI (extremidad inferior: muslo anterior, pierna medial); MG = masa grasa; MM = masa muscular; MLG = masa libre de grasa; x = media; s = desviación estándar.
16
1.2.1.1 DIMENSIONES CORPORALES
Estudios que comparan la evolución de las dimensiones corporales de gimnastas con valores de
referencia de sus respectivas poblaciones nacionales, coinciden en observar que los gimnastas,
ya desde edades prepuberales, son siempre más bajos y ligeros que la población general,
situándose entre los percentiles 10 a 50 en cualquier franja de edad (Caldarone et al., 1986;
Nadgir, 1988; Baxter-Jones et al., 1995; Baxter-Jones & Helms, 1996; Maffulli et al., 1994;
Weimann et al., 2000; Damsgaard et al., 2001; Georgopoulos et al., 2004; Irurtia et al., 2009a).
Además, los gimnastas con mejores resultados competitivos suelen ser aún más bajos y ligeros
que sus compañeros de menor nivel (Irurtia et al., 2009a). Así, parece demostrado que ser bajo y
ligero beneficia la prestación motriz en este deporte debido a factores biomecánicos (Christensen,
1979; Bale & Goodway, 1990; Cuk et al., 2007). Dichas observaciones serían consistentes con la
tendencia secular observada en las últimas décadas, en la que los gimnastas serían cada vez más
jóvenes, más bajos y más ligeros (Jemni et al., 2001; Lange et al., 2005), aunque no de forma
significativa (Cuk et al., 2007). Factores fenotípicos vinculados a la estricta selección inicial
efectuada por los entrenadores, así como factores externos relacionados con el exigente proceso
de entrenamiento a lo largo de la edad podrían estar en el origen de dicha tendencia (Bass et al.,
2000; Damsgaard et al., 2001). Pese a todo, conviene advertir ciertas excepciones, como por
ejemplo las características somáticas de los especialistas de suelo y salto, consistentemente más
pesados que el resto de sus compañeros (Irurtia et al., 2009a).
17
probablemente no haya una afectación negativa (Baxter-Jones et al., 2003), otros señalan que
conviene ser extremadamente prudentes en dicha afirmación, ya que podrían darse casos en que
la conjunción de diversos factores anteriormente mencionados (sobrecarga de entrenamiento,
desnutrición, alteraciones hormonales, etc.) pudiera afectar negativamente el proceso normal de
crecimiento (Caine et al., 2003)..
18
De todos los estudios sobre composición corporal referenciados en la Tabla 1.2, a continuación se
muestran aquellos de los que se han hallado datos sobre el porcentaje de masa grasa y/o la masa
libre de grasa, en kilogramos (Tabla 1.6). Con todo, onviene advertir cierta prudencia ante la
interpretación de los resultados, ya que en función de las diferentes fórmulas antropométricas
utilizadas, éstos podrían variar. De hecho, algunos autores (Jancarik & Salmela, 1987; Régnier &
Salmela, 1987; Damsgaard et al., 2001; Irurtia et al., 2009a) con el fin de minimizar esta
circunstancia, utilizan el sumatorio de pliegues (mm) como medida directa previa al error inherente
de toda fórmula estimativa (Claessens et al., 2001). No obstante, el problema persistiría ante la
diferencia en el número y tipo de pliegues utilizados por cada autor. No se incluyen los resultados
del reciente estudio mixto-longitudinal realizado con gimnastas españoles (Irurtia et al., 2009a) por
ya haber sido referenciado en la correspondiente tabla (Tabla 1.5).
Finalmente, se exponen los resultados obtenidos sobre masa grasa (%) del único estudio hallado
que lo realiza en función del grupo de edad (Caldarone et al., 1986). Cabe advertir, no obstante,
sobre su diseño transversal (Tabla 1.7).
Tabla 1.7. Masa grasa a lo largo de la edad en GAM (Caldarone et al., 1986).
15 16 17 18
Edad (años)
(n=7) (n=12) (n=18) (n=10)
x s x s x s x s
Masa grasa (%) 6,6 1,6 7,2 1,7 7,1 1,6 7,2 2,1
19
1.2.1.3 SOMATOTIPO
El somatotipo es un método, descriptivo y numérico, que permite representar las características
morfológicas del cuerpo humano de forma global (Sheldon et al., 1940). La valoración y el control
del somatotipo es particularmente interesante para los deportistas. Estudios realizados con
deportistas olímpicos mediante el método antropométrico de Heath y Carter (Carter, 1975)
coinciden en destacar que, en el deporte de élite, es frecuente poder identificar un determinado
somatotipo patrón según la modalidad deportiva y que dicho patrón se hace más restringido a
medida que aumenta el nivel competitivo de los deportistas (Carter et al., 1971). En este sentido,
los gimnastas adultos de élite poseen un somatotipo mesomorfo equilibrado y ecto-mesomórfico,
lo que pondría de manifiesto una posible asociación entre el componente mesomorfo (desarrollo
músculo-esquelético) y el rendimiento deportivo (Carter et al., 1971; Beunen et al., 1985;
Claessens et al., 1991; Gualdi-Russo et al., 1992, 1993).
Por otra parte, únicamente se ha hallado un estudio que describa la evolución del
somatotipo a lo largo de la edad en gimnastas masculinos de competición (Irurtia et al., 2009a).
Los autores señalan que los gimnastas presentan un patrón evolutivo normal en sujetos varones,
es decir, desde la infancia a la adolescencia, los cambios observados en cada uno de los
componentes del somatotipo son reducidos: el endomorfismo tiende a disminuir a la vez que los
componentes mesomórfico y ectomórfico aumentan. Al final de la adolescencia, el mesomorfismo
continúa aumentando hasta sus valores máximos (18 años) y se produce un paulatino descenso
del ectomorfismo hasta alcanzar la edad adulta. El grado de endomorfismo, sin embargo, es muy
variable (Malina et al., 2004c). Igual que sucede con las dimensiones corporales, las diferencias de
somatotipo entre los gimnastas y la población general se verifican desde edades tempranas y se
mantienen hasta llegar a la edad adulta (Irurtia et al., 2009a). Esto sugiere que los factores
genéticos y epigenéticos y/o la selección previa, combinadas posteriormente con las elevadas
exigencias del entrenamiento, podrían potenciar las características somatotípicas idóneas para el
éxito en gimnasia artística (Claessens et al., 1991). En este mismo sentido conviene advertir que,
20
pese a la dificultad que supone la modificación del somatotipo mediante determinados tipos de
entrenamiento durante la infancia y adolescencia, podrían darse casos en que esto sí sucediera,
especialmente en un deporte como la gimnasia artística masculina, en el que se hipertrofian
significativamente los brazos y el tronco (Malina, 1989). Pese a todo, en el caso específico de una
muestra representativa de gimnastas españoles (Tabla 1.5), el somatotipo se muestra estable a lo
largo de la edad, situándose siempre en el perfil ecto-mesomórfico (Irurtia et al., 2009a). A
continuación se expone mediante la correspondiente tabla (Tabla 1.8) un resumen de las
principales aportaciones de la literatura al estudio somatotípico en GAM. Atendiendo a los valores
promedio de dichos estudios, se obtiene el siguiente somatotipo (endomórfico, mesomórfico,
ectomórfico): 1,9±0,5 – 5,7±0,7 – 2,5±0,7. Estos valores ratifican los valores que preestablecen
otros autores de referencia: 1,5 – 6 – 2 (Carter, 1982); 1,5 – 5,8 – 2,4 (Claessens et al., 1991). No
se incluyen los resultados del reciente estudio mixto-longitudinal realizado con gimnastas
españoles (Irurtia et al., 2009a) por haber sido referenciado anteriormente (Tabla 1.5).
21
1.2.1.4 PROPORCIONALIDAD
El estudio de las proporciones corporales, o la relación entre las distintas partes del cuerpo, es de
sumo interés para el conocimiento biológico del ser humano (Ross & Marfell-Jones, 1982). Es un
hecho constatado que determinadas proporciones corporales condicionan el rendimiento en
múltiples especialidades deportivas (Medved, 1966). El principal interés científico del estudio de la
proporcionalidad en el ámbito deportivo se centra en averiguar el grado en que una relación entre
distintas variables antropométricas explica el rendimiento deportivo de una determinada
especialidad (Reilly et al., 2000). Los orígenes, posibilidades y limitaciones de la utilización e
interpretación de los índices antropométricos han sido tratados por el Grupo Español de
Cineantropometría (Pacheco, 1993; Maestre & Ordaz, 2009).
El primer estudio que analiza las proporciones corporales en GAM se centró en demostrar
que la morfología de los gimnastas japoneses del equipo nacional (n=6), en relación a la de los
gimnastas estadounidenses de igual nivel (n=7), favorece biomecánicamente su rendimiento en
esta especialidad (Leveau et al., 1974). El estudio fue ampliado posteriormente por uno de sus
autores (Nelson, 1974), incluyendo los datos del equipo nacional húngaro (n=7). Dichos estudios
concluyen que los gimnastas japoneses son significativamente más bajos que el resto de
gimnastas y presentan una menor longitud de tibia, cuello y cabeza. Además, el resto de sus
segmentos corporales tienden a ser más cortos y de de mayor perímetro. Todos los gimnastas
presentan diferencias sustanciales cuando se comparan con otros grupos de deportistas (Tanner,
1962; Leveau et al., 1974; Nelson, 1974). A continuación se muestran los resultados de alguno de
los índices antropométricos analizados (Tabla 1.9):
Tabla 1.9. Índices antropométricos en gimnastas (GAM) (Leveau et al., 1974; Nelson, 1974).
(J;U)
Índice braquial 80,5 2,5 79,3 4,4 86,3 --
p<0,05: (A) gimnastas estadounidenses; (J) gimnastas japoneses; (H) gimnastas húngaros.
En 1984, con motivo de la celebración del Campeonato de Europa Júnior de Gimnasia Artística en
Rimini (Italia), se llevó a cabo un estudio cineantropométrico de diseño transversal analizando,
entre otras variables, el índice de masa corporal y el índice córmico de los gimnastas participantes
(n=47), ajustando sus valores para cada grupo de edad analizado (Caldarone et al., 1986). Los
principales resultados se muestran a continuación (Tabla 1.10):
22
Tabla 1.10. Índices antropométricos en GAM (Caldarone et al., 1986).
15 16 17 18
Edad (años)
(n=7) (n=12) (n=18) (n=10)
x s x s x s x s
Índice de masa corporal 19,5 1,6 21,3 1,5 22,0 1,6 22,3 1,3
Índice córmico 50,7 1,4 51,2 1,0 51,0 1,2 52,1 1,2
1.2.2.1 LA FLEXIBILIDAD
Desde la perspectiva del rendimiento deportivo, la flexibilidad viene definida como la capacidad
intrínseca (inherente al ser humano y sujeta a cambios, pudiendo aumentar o disminuir) de los
tejidos corporales (músculo, tendón, fascia, ligamento, hueso, nervio, piel…) que determina el
máximo rango de movilidad articular (ROM) sin llegar a la lesión (Holt et al., 2008). Cada
articulación posee un rango de movimiento específico y limitado, condicionado por la propia
23
relación entre los tejidos de la estructura articular. Superar el ROM en una determinada acción
deportiva puede conllevar patologías de la estructura articular (Holt et al., 1995a; 1995b; 1995c).
Esta interacción entre la flexibilidad y las demás capacidades físicas básicas es la piedra
angular de la gimnasia artística a la hora de manifestar los máximos grados de excelencia técnica
(Loken & Willoughby, 1977; Fukushima & Russell, 1980; Sands & McNeal, 2000). El estilo y la
perfección del gesto técnico, así como la compostura y posición corporal del gimnasta, quedan
altamente condicionados por la amplitud de movimiento que éste sea capaz de generar en cada
una de sus habilidades técnicas (Carrasco, 2004a; 2004b). El riguroso tratamiento que varios
autores llevan desarrollando sobre las bases neurofisiológicas (Prevost, 2001) y biomecánicas
(Prevost,2002) de la flexibilidad, así como sobre los distintos sistemas metodológicos para su
entrenamiento y desarrollo en GAM (Petit, 1996; Carrasco, 2004a; 2004b), no hacen sino
demostrar la gran importancia que esta capacidad posee.
Los factores que condicionan el desarrollo de la flexibilidad son múltiples (Moras, 2002): a)
factores estructurales o biológicos (tendones, ligamentos, músculos, fascias…); b) otros factores
de carácter exógeno (la edad, las acciones motrices diarias, el género, la temperatura, la hora del
día, el entrenamiento deportivo…). Teniendo en cuenta el carácter multidimensional del presente
estudio, sus objetivos (2.2), y la propia muestra objeto de estudio (apartado 3.1), resulta pertinente
24
establecer previamente una breve contextualización de cómo se desarrolla la flexibilidad a lo largo
de la edad y qué afectaciones genera ésta en el proceso de entrenamiento. Así, la flexibilidad es
una capacidad física que fisiológicamente involuciona a medida que nuestra edad avanza
(Kuhlmann, 1993). Dicha involución es diferente y específica para cada articulación (Gómez et al.,
1991). Desde el nacimiento hasta llegar a la infancia (10 – 11 años) la flexibilidad decrece lineal y
progresivamente (Beaulieu, 1986). La máxima entrenabilidad de la flexibilidad acontece justo antes
de las edades cronológicas correspondientes al PHV (Sermeev, 1966; Chapman et al., 1972;
Corbin & Noble, 1980; Beaulieu, 1986; Einkauf et al., 1987; Vandervoort et al., 1992; Kuhlmann,
1993). La movilidad articular no conseguida hasta entonces, difícilmente será conseguida en un
futuro (Kuhlmann, 1993). Al llegar a la adolescencia, la movilidad articular se estabiliza para volver
a decrecer desde la edad adulta hasta los 30 años aproximadamente (Figura 1.8), mientras que a
partir de esta edad, vuelve a estabilizarse para, disminuir progresivamente hasta el final del ciclo
de vida (Vandervoort et al., 1992).
Figura 1.8. Involución biológica no lineal de la flexibilidad a lo largo del ciclo de vida (a partir de Sermeev, 1966;
Chapman et al., 1972; Corbin & Noble, 1980; Beaulieu, 1986; Einkauf et al., 1987; Vandervoort et al., 1992; Kuhlmann,
1993).
Las principales causas de este comportamiento son (Kuhlmann, 1993): a) cambios celulares:
desde que nacemos, tanto el número de células musculares como el número de capilares,
disminuye (y con ello la irrigación del propio músculo, ligamentos, tendones, fascias, etc.); b)
cambios de la matriz celular: disminuye el contenido en agua de ésta, y aumenta el área por
sección de la fibra de colágeno junto con los enlaces intercelulares; c) cambios biomecánicos:
disminuye la cantidad de colágeno porque la capacidad regenerativa es menor (esta circunstancia
es directamente proporcional a la menor actividad enzimática), y aumentan los enlaces
intercelulares (fuertes o irreducibles) generando un aumento de la rigidez mecánica. Pese a todo,
cabe señalar que la citada involución de la flexibilidad responde según parámetros meramente
25
fisiológicos. El proceso de entrenamiento puede variar (Figura 1.9) dicho comportamiento (Nelson
et al., 1983; Voorrips et al., 1993; Barbosa et al., 2002).
De las diferentes clasificaciones que se establecen sobre la flexibilidad, una de las más
difundidas es la propuesta por Fleishman (1964). El autor distingue entre: a) flexibilidad estática: la
velocidad manifestada es cercana o igual a cero. Puede generarse de forma activa o pasiva (y de
forma asistida o no). En la primera (activa), una acción generada por el propio segmento corporal
implicado conlleva una contracción del músculo antagonista al músculo estirado (interviene el
mecanismo neurofisiológico de inhibición recíproca). En la segunda (pasiva), es una acción
externa al segmento corporal implicado la que genera el estiramiento (no se genera fatiga
muscular y su carácter analítico permite alcanzar prácticamente la máxima perfección de
ejecución); b) flexibilidad dinámica: la velocidad se manifiesta de forma controlada, o bien de forma
acelerada (movimientos balísticos o cinéticos). Normalmente, la flexibilidad dinámica se genera de
forma activa.
Objetivo de Rendimiento
Figura 1.9. Adaptación del entrenamiento para el desarrollo de la flexibilidad a lo largo del ciclo de vida (a partir de Serme-
ev, 1966; Nelson et al., 1983; Voorrips et al., 1993; Barbosa et al., 2002).
La existencia de valores normativos sobre la flexibilidad en GAM, es escasa (Tabla 1.11 y Tabla
1.12). Los estudios que han proporcionado datos para cada franja de edad, lo son todavía más
(Jancarik & Salmela, 1987; Régnier & Salmela, 1987; Colombo, 1996). En GAF, ocurriendo
exactamente lo mismo, sí parece existir más información al respecto (Haywood, 1980; Sands,
1984; Haywood et al., 1986; Bajin, 1987; Sol, 1987; Sands, 1994). Junto a la escasez de datos en
GAM, intervienen además una serie de factores que dificultan cualquier comparación con el
presente estudio: a) la utilización de unidades de medida no adecuadas (generalmente,
centímetros o milímetros) por parte de ciertos autores (Faria & Faria, 1989; Colombo, 1996; Delas
26
et al., 2008); b) la aplicación de sistemas de puntuación subjetivos basados en el establecimiento
de escalas, generalmente de 0 a 10 puntos (Magakian, 1966; Gajdos, 1983; Arkaev & Suchilin,
2004); c) valores angulares diferentes, en función de cada autor, para posiciones corporales
idénticas (Jancarik & Salmela, 1987; Gannon & Bird, 1999; Moras, 2002); d) la no exactitud en la
aplicación de los protocolos para test idénticos o semejantes (Gannon & Bird, 1999; Moras, 2002);
e) la utilización de tests de origen y objetivo médico, para la valoración del ROM articular y su
relación con posibles patologías lesionales (Maffulli et al., 1994; Hahn et al., 1999).
Únicamente se han hallado cuatro estudios que valoren, en grados, la flexibilidad en GAM
(Jancarik & Salmela, 1987; Régnier & Salmela, 1987; Gannon & Bird, 1999; Irurtia et al., 2010).
Los dos primeros forman parte de un mismo estudio multidimensional de diseño longitudinal,
denominado TNT (“Testing of National Talent”), iniciado por la Federación Canadiense de
Gimnasia a finales de los años 70. Sus objetivos fueron: 1) determinar el nivel de relación
(correlación bivariada y análisis de regresión múltiple) entre una serie de variables seleccionadas
(n=71) y el nivel competitivo del equipo nacional canadiense (n=9) a lo largo de un periodo de seis
años (1977 – 1983); 2) comparar estos resultados con diversos grupos de gimnastas de menor
edad y nivel gimnástico (Tabla 1.12). Por lo que respecta exclusivamente a las variables de
condición física analizadas (fuerza, velocidad, flexibilidad), la única que incrementa sus valores de
forma significativa a lo largo de la edad es la elevación frontal de la extremidad inferior en régimen
activo, correlacionando con el rendimiento de forma discreta (r=0,20 a 0,43; p<0,05). A este
respecto los autores advierten sobre un más que posible aumento de la función muscular debido a
la continua realización de elementos acrobáticos en posición carpada que favorecerían el mayor
desarrollo de los músculos agonistas implícitos en dichas acciones gimnásticas. Por otra parte, el
grupo de nivel internacional registra siempre valores de flexibilidad superiores al resto de grupos
de nivel nacional (Tabla 1.12). El comportamiento de la flexión de hombros (anteversión) destaca
por dos motivos: a) por los elevados valores del grupo de élite en comparación con el resto de los
grupos; b) porque dichos valores correlacionan de forma negativa con el rendimiento gimnástico y,
a medida que la edad y el nivel aumentan, esta relación inversa también aumenta (gimnastas de
élite en el año 1977: r=-0,48; los mismos gimnastas de élite en el año 1983: r=-0,87). Las
27
exigencias a las que se ve solicitado el hombro del gimnasta (Mitchell, 1988), directamente
relacionadas con la necesidad de manifestar elevados valores de fuerza y potencia, es el
argumento que citan los autores para justificar la cada vez más elevada rigidez de dicha
articulación.
Para valorar la laxitud y relacionarla con situaciones de potencial riesgo lesional Gannon &
Bird (1999), comparan, mediante la utilización de técnicas hidrogoniométricas (Shirley et al., 1994),
el ROM activo y pasivo de cuatro grupos de estudio: a) gimnastas expertos (GAM: n=9; GAF:
n=12; edad: 21,1 años); b) bailarines expertos (n=14); c) gimnastas y bailarines principiantes
(n=10); d) grupo control (n=20). Los tests que utilizaron son: a) la flexión y extensión del hombro;
b) la flexión, extensión y abducción de la cadera; y de forma únicamente activa: c) la extensión
lumbar; d) la flexión dorsal del tobillo. Más allá de las diferencias significativas entre los gimnastas
expertos y el grupo control (p<0,016), la ausencia diferencias entre gimnastas masculinos y
femeninos, y las diferencias significativas de extensión lumbar y flexión dorsal del tobillo entre el
grupo de gimnastas expertos y principiantes (p<0,01), los mismos autores concluyen que los
primeros, poseyendo un ROM articular ciertamente amplio, no registran ningún valor de laxitud,
definida ésta según los criterios de Carter & Wilkinson (1964). De la misma forma, las elevadas
diferencias entre el ROM activo y pasivo en este grupo, parecen condicionadas por la propia carga
de entrenamiento, caracterizada por solicitaciones constantes de fuerza que, según los resultados
de este estudio, preponderarían sobre las demandas de flexibilidad, condicionando de esta forma
la función articular activa de los gimnastas (Brodie at al., 1982; Barton & Bird, 1995). Según
Gannon & Bird (1999) la relación causa-efecto entre carga de entrenamiento gimnástica y lesión
en GAM, no parece establecida. Estas conclusiones siguen la línea de otros estudios realizados
en GAF (Kirby et al., 1981), aunque en el caso de las gimnastas femeninas éste es un tema
controvertido, ya que otros autores advierten justo lo contrario (Bird et al., 1988; Steele & White,
1986). Según Gannon & Bird (1999), los gimnastas masculinos destacan por ser el grupo que
menor ROM (activo y pasivo) registra a nivel de flexión del hombro (retroversión). Los autores
justifican este resultado por dos motivos: a) las lesiones y leves dolores musculares de los
gimnastas en el momento de realizar el estudio; b) una posible dinámica de entrenamiento que
preponderaría el trabajo de fuerza en detrimento de una adecuada compensación de la flexibilidad
en la articulación del hombro (Russell, 1987; Mitchell, 1988; Petit, 1996). La comparación entre el
presente estudio y el de Gannon & Bird (1999) resulta difícil por varios motivos: a) el grupo de
estudio lo conforman gimnastas de ambos géneros (Tabla 1.12); b) el ángulo que hace referencia
a la posición inicial en el test de flexión del hombro es diferente entre ambos estudios (Gannon &
Bird, 1999: 0º = en bidepestación, los brazos están relajados hacia abajo en línea con el cuerpo
conformando una perpendicular con la superficie del suelo. Presente propuesta: 0º = en decúbito
prono, posición en la que los brazos conforman una línea paralela con la superficie del suelo); c) el
test de flexión y extensión de hombros se realiza de forma diferenciada para cada brazo (Gannon
& Bird, 1999), no con ambos a la vez como sugiere la presente propuesta. Pese a que todos estos
factores limitan cualquier tipo de comparación, en la Tabla 1.12 se muestran los resultados de
28
dicho test una vez realizadas las equivalencias entre ambos estudios (calculando los ángulos
complementarios).
29
capacidad elástico-reactiva muscular (reflejo miotático). Bajo planteamientos similares, esta vez en
relación a la gimnasia artística femenina y la capacidad de salto (“drop jump”) se sitúan otros
autores (McNeal & Sands, 2003). Otro de los aspectos analizados es el grado de afectación y
mejora que posee la aplicación de vibraciones mecánicas al desarrollo de la flexibilidad de los
gimnastas (Sands et al., 2006b, 2008; Kinser et al., 2008). Se ha demostrado la existencia de
beneficios significativos (p<0,05) en el ROM articular de los “splits” si a una determinada carga de
estiramientos estáticos pasivos se le añade un componente vibratorio (Sands et al., 2006b).
Además, dicho incremento del ROM no supondría, ni un incremento significativo en la percepción
de dolor generada por el estiramiento (Sands et al., 2008), ni una pérdida significativa de los
valores de fuerza explosiva en los gimnastas (Kinser et al., 2008).
Tabla 1.11. Resultados de las pruebas de flexibilidad a lo largo de una temporada en GAM.
30
Tabla 1.12. Estudios relacionados con la valoración de la flexibilidad en GAM.
Variables
(º)
Nacional
15 - 17 57 -- 33,4±14,9 -- 106,2±13,7
Nivel
Faria & Faria,
nacional e inter- 16,0±0,7 65 (cm) -8,0±5,7 44,8±11,9 -- --
1989
nacional
< 11 23 -7,3±9,6 -- -- --
Nivel inicial (plan
Colombo,
nacional francés 11 - 14 60 (cm) -5,17±16,0 -- -- --
1996
1989)
14 - 16 22 1,3±12,1 -- -- --
* Datos correspondientes al año 1977 y al año 1983. Inicio y final del estudio longitudinal (Jancarik & Salmela, 1987).
31
Considerando los criterios de González-Badillo et al, (1997, 2002) los ejercicios de competición en
GAM presentan las siguientes manifestaciones de fuerza: a) fuerza dinámica máxima relativa y
fuerza estática máxima relativa: ambas manifestaciones corresponden a la máxima fuerza
expresada ante una resistencia inferior a la correspondiente con la fuerza dinámica o estática,
máximas. En una acción gimnástica que implica la transición de una posición estática de fuerza a
otra, el gimnasta no desarrolla sus máximos valores de fuerza, ni de forma estática ni dinámica,
sino un porcentaje relativo a éstas. Si dicha acción gimnástica corresponde con un elemento de
competición, la manifestación resultante es la fuerza útil. El desarrollo de la fuerza útil debe ser el
principal objetivo del entrenamiento, ya que es el que va a guardar mayor relación con el
rendimiento del gimnasta, y debería ser el principal criterio de referencia para la organización del
entrenamiento. La fuerza útil se produce a la velocidad específica y en el tiempo específico del
elemento, por lo tanto, dicha fuerza debe estimarse en base a habilidades de competición. La
utilización de resistencias adicionales en la realización de los elementos de fuerza durante los
entrenamientos implicará siempre un valor de fuerza dinámica o estática máxima relativa superior,
cercano a los valores de fuerza dinámica o estática máxima, respectivamente; b) fuerza explosiva:
se define como la capacidad para desarrollar grandes valores de fuerza en base al reclutamiento y
sincronización instantáneos del mayor número de unidades motoras. Es el resultado de la relación
entre la fuerza producida y el tiempo necesario para ello. En GAM se da la paradoja que, pese a
que ciertos elementos y transiciones de fuerza se ejecutan lentamente, dicha velocidad es la
máxima que permite desarrollar la elevada resistencia a vencer (Trifonov & Yessis, 1986). En este
sentido, se han de considerar movimientos explosivos aquellos que alcanzan la máxima o casi
máxima producción de fuerza por unidad de tiempo (González-Badillo et al., 1997, 2002).
Finalmente, señalar que la fuerza explosiva sin preestramiento depende en gran medida de la
fuerza dinámica máxima; c) fuerza elástico-explosiva: se define como la capacidad para
desarrollar grandes valores de fuerza a partir de un preestiramiento previo (componente elástico-
explosivo). En GAM se manifiesta en las impulsiones de brazos o de piernas, y en general en
aquellas acciones que buscan movilizar rápidamente el centro de masas. Por ejemplo, al realizar
un balanceo en la barra fija el gimnasta estira los músculos elevadores de las piernas y los
retroversores de los brazos para posteriormente realizar una contracción de dichos grupos
musculares y ganar así altura y velocidad (Busquets, 2010); d) fuerza elástico-explosivo-reactiva:
en referencia a la fuerza elástico-explosiva-reactiva se añade el efecto del reflejo miotático que
interviene debido al carácter del ciclo estiramiento-acortamiento. En GAM la manifestación de la
fuerza elástico-explosivo-reactiva se desarrolla mediante ciclos de estiramiento-acortamiento
rápidos en relación a otros deportes (Marina, 2003). En el caso de los saltos, los tiempos de
contacto de los mejores gimnastas se sitúan en valores entorno a los 100 – 140 ms, por lo que la
solicitación del componente reactivo-elástico de los músculos es determinante (Marina, 2003). A
este respecto, señalar que la fuerza elástico-explosivo-reactiva depende en menor medida de la
fuerza dinámica máxima (González-Badillo & Gorostiaga, 1997; González-Badillo & Ribas, 2002).
32
Por otra parte, en GAM existen ciertas circunstancias que limitan el desarrollo de cada una de
estas manifestaciones. Por ejemplo, aquellas en las que los gimnastas deben movilizar su propio
cuerpo realizando múltiples transiciones que les obligan a la generación constante de elevados
valores de fuerza máxima (Sprigings et al., 2000). Será entonces la capacidad de resistir dichos
valores, lo que les permitirá realizar la ejecución combinada de distintos elementos técnicos en un
mismo ejercicio y así finalizarlo con óptimas exigencias de calidad técnica (Sprigings et al., 2000).
El concepto de resistencia a la fuerza sería el más aplicable en este caso, ya que se define como
la capacidad para mantener un pico de fuerza y una producción de fuerza concretos durante un
tiempo determinado (González-Badillo & Ribas, 2002). Con la evolución de la gimnasia de las
últimas décadas, la resistencia a la fuerza máxima ha ido cobrando un mayor protagonismo en el
rendimiento del gimnasta (Marina & Rodríguez, 1999). En este sentido, dicha capacidad depende
en gran medida de la solvencia muscular para trabajar con fatiga o para retardar la aparición de
ésta (Bigland-Ritchie & Voods, 1984).
Puesto que la presente investigación abarca una franja de edad considerablemente amplia
(apartado 3.1), conviene establecer un breve análisis previo de cuáles son los principales factores
que condicionan el desarrollo de la fuerza en edades evolutivas (Blimkie, 1989; Komi, 1992; Malina
et al., 2004a; Rowland, 1996; Marina 2003):
a) la edad: existe una correlación positiva y muy significativa entre la fuerza y la edad
biológica (Carron & Bailey, 1974; Blimkie, 1989). En líneas generales, y siempre en referencia al
género masculino, la fuerza aumenta de forma lineal hasta la aparición del pico de crecimiento de
la talla (13 – 14 años), momento éste secundado por un típico incremento del rendimiento
deportivo durante la pubertad (Jones, 1949; Malina, 1975; Asmussen, 1973; Faust, 1977; Parker et
al., 1990). Pese a ello, se pueden considerar dos etapas evolutivas de la fuerza en los niños: la
primera hasta el pico de crecimiento de la talla, y la segunda desde dicho momento hasta finales
de la adolescencia. En esta segunda etapa se observa un incremento significativo de la fuerza
estática máxima, tanto en valores absolutos, como en relación al peso corporal (Parker et al.,
1990). Tal y como se ha comentado en el apartado 1.2.1.1, es reconocido que los gimnastas
(GAM) de maduración tardía poseen una serie de ventajas que condicionan positivamente su
rendimiento (Petiot 1987; Baxter-Jones et al., 1995; Baxter-Jones et al., 2003; Irurtia et al. 2009).
Aunque los sujetos de maduración temprana suelen tener valores superiores de fuerza máxima en
términos absolutos, cuando se relativiza dicha fuerza máxima respecto al peso corporal las
diferencias disminuyen de forma drástica, registrándose en algunas ocasiones valores superiores
de fuerza relativa en sujetos de maduración tardía (Malina et al., 2004a) Así, dos años antes del
pico de crecimiento de la talla se produce un aumento progresivo de la fuerza por kg de peso
corporal (4 kg/año). Este aumento se mantiene un año después de dicho pico (6-8 kg/año) y
decrece posteriormente de forma rápida (Carron & Bailey, 1974). Estudios de referencia concluyen
que aquellos sujetos prepúberes que entrenan específicamente el desarrollo de la fuerza, tal y
como es el caso de los gimnastas, aumentan sus valores de forma significativa más allá de lo
atribuible al propio desarrollo natural (Blimkie, 1989; Blimkie & Bar-Or, 1996).
33
b) las dimensiones corporales: en GAM, el incremento del peso y la talla están altamente
asociados a un aumento de masa muscular y no de masa grasa (Petiot, 1987), aunque en ningún
caso de forma significativa (Irurtia et al., 2009a). En edades prepuberales las ganancias de fuerza
parecen ser independientes de los cambios del tamaño muscular, siendo los factores
neuromusculares (coordinación motora y actividad neural) sus principales causas de mejora
(Moritani & DeVries, 1979; Sale et al., 1982; Blimkie et al., 1989; Kraemer et al., 1989; Sale, 1989;
Hakkinen et al., 1989; Ramsay et al., 1990; Ozmun et al., 1994). En cambio, el desproporcionado
aumento de la fuerza en relación a la talla y al peso durante el inicio de la pubertad, obliga a
plantearse que además hay otros factores, principalmente de origen hormonal y neurológico, que
influyen en el desarrollo de la fuerza (Blimkie, 1989; Parker et al., 1990; Malina et al., 2004a;
Froberg & Lammert, 1996; Rowland, 1996). El perfil evolutivo de las correlaciones entre la fuerza y
la dimensionalidad corporal (talla y peso), siendo semejante, siempre es superior en el caso del
segundo (Clarke, 1971; Carron & Bailey, 1974; Blimkie, 1989; Parker et al., 1990; Froberg &
Lammert, 1996). Finalmente, los métodos de análisis alométrico, muchos de ellos representados
mediante índices de proporcionalidad corporal (apartado 1.2.1.4), parecen ser más adecuados y
se muestran como métodos más sensibles a la hora de caracterizar las relaciones entre la edad,
las medidas antropométricas, y la prestación motriz durante el desarrollo y maduración del
individuo (Rowland, 1996).
34
de tipo IIa en el momento de asumir un papel preponderante en movimientos dinámicos que
solicitan contracciones a gran velocidad, como es el caso de esta especialidad (Sica & McComas,
1971; Maughan, 1984).
f) factores biomecánicos: parte del aumento de fuerza asociado a la edad puede atribuirse
al incremento concurrente de las ventajas mecánicas del sistema muscular durante el crecimiento
(Blimkie, 1989). La variabilidad de la relación entre la fuerza máxima y el área transversal podría
explicarse por razones biomecánicas asociadas a diferencias arquitecturales del músculo (Froberg
& Lammert, 1996): el ángulo de penación de las fibras, que aumenta con la hipertrofia del músculo
e influye desfavorablemente en la manifestación externa de la fuerza generada por éste
35
(Maughan, 1984; Blimkie, 1989); la longitud del segmento y estructura de la articulación, que
incide en la relación entre brazos de potencia y de resistencia de las palancas (Blimkie, 1989).
h) factores genéticos: son varios los autores que han realizado una amplia revisión
bibliográfica acerca de la heredabilidad de la fuerza muscular y de la prestación motriz en niños
(Klissouras, 1997; Bouchard & Malina, 1983a; 1983b; Malina, 1986; Malinaet al., 2004a; Beunen &
Thomis, 2000; Beunen et al., 2000, 2001, 2003). Entre el factor genético y la fuerza máxima
estática se produce una correlación moderada (0,63 < r < 0,79), registrándose una evolución
semejante a lo largo de la vida entre hijos y padres (Wolanski & Kasprzak, 1979; Szopa, 1982).
Varios estudios (Kovar, 1975; Kovar, 1976; Jones & Klissouras, 1986) resaltan la muy alta
heredabilidad de la fuerza-velocidad, lo que se traduce también en la elevada capacidad predictiva
de la potencia (97%) y la fuerza dinámica (85%). Ya que las fibras de contracción rápida (tipo IIb)
tienen un tiempo de contracción que duplica al de las fibras de contracción lenta (tipo I), es lógico
pensar que la heredabilidad de las primeras es un factor determinante a la hora de predecir, por
ejemplo, la potencia de salto del tren inferior (Tihanyi, 1982; Malina et al., 2004a). Pese a todo,
conviene ser cauto ante la diversidad de los métodos utilizados para valorar la heredabilidad de la
fuerza, ya que ello induce a una gran disparidad de resultados. Baste el ejemplo del grado de
determinación genética de las fibras musculares del vasto lateral (25-50% según Bouchard et al.,
1986; 99,6% según Komi & Karlsson, 1979).
36
Tabla 1.13. Ejemplos de diferentes protocolos para el desarrollo de la fuerza en niños.
37
Tabla 1.15. Valoración de la aptitud física en jóvenes gimnastas adolescentes (Gajdos, 1983).
1.2.2.3 LA RESISTENCIA
La investigación sobre bioenergética en gimnnasia artística viene condicionada por las
características intrínsecas de un deporte técnico-combinatorio donde la variabilidad de factores de
rendimiento es más elevada y compleja que en otros deportes de prestación (Martos, 1991; Bale &
Goodway, 1990).
38
En los albores de la década de los años 70 el estudio sobre las demandas metabólicas en
gimnasia artística emerge como preocupación científica internacional (Saltin & Astrand, 1967;
Novak et al., 1968; Horak, 1969; Szogy & Cherebetiu, 1971; Montpetit, 1976). Se reconoce como
primer obstáculo a salvar la alta dificultad en la valoración del esfuerzo gimnástico. El hecho de
que éste suponga multitud de acciones musculares, constantes cambios posicionales y
rotacionales del cuerpo, así como por ejemplo, implique además factores relacionados con la
carga emocional y/o miedo que provocan ciertas acrobacias, dificultan el hecho de valorarlo de la
misma forma que aquellos esfuerzos constantes y estables que, por ejemplo, se protocolarizan en
los laboratorios (Jemni et al., 2000a). Como norma general, la literatura científica relacionada con
la escuela soviética clasifica la resistencia en GAM en base a dos tipologías diferenciadas (Ukran,
1970, 1978; Hadjiev, 1981; Smolevsky & Gaverdovsky, 1996): a) la resistencia general: implica
resistir la carga de la globalidad de una sesión de entrenamiento; b) la resistencia especial: implica
resistir la carga de cada uno de los diferentes ejercicios o rutinas competitivas realizadas en los
aparatos. En lo concerniente a la resistencia especial otros autores reconocen la existencia de un
“esfuerzo de competición” de componente anaeróbico y un “esfuerzo de entrenamiento” de
componente aeróbico, cada uno de ellos presentes en GAM (Jemni et al., 2000a, 2000b, 2006;
Irurtia et al., 2007). Con todo, parece necesario establecer un marco contextual que caracterice la
implicación de ambos componentes, vinculados con la capacidad física básica de la resistencia, en
esta especialidad deportiva.
39
El componente aeróbico en GAM
Si atendemos al estudio de las demandas aeróbicas de este deporte, los principales métodos
utilizados hasta ahora para su evaluación son: a) relación frecuencia cardiaca y consumo de
oxígeno (Astrand & Rodahl, 1977); b) retroextrapolación de la curva de recuperación a partir de la
relación oxígeno inspirado y oxígeno consumido (Di Prampero et al., 1971; Leger et al., 1980;
Leger et al., 1982). El primero de éstos, pese a la relación lineal de FC y VO2 entre el 40% y 90%
del VO2max, y admitiéndose un coeficiente de variación entorno al 10% (Astrand & Rodahl, 1977),
parece ser uno de los más utilizados, sobre todo a la hora de contemplar su viabilidad en la
situación real de entrenamiento y competición en gimnasia artística (Jemni et al., 2000a, Irurtia et
al., 2007). No cabe obviar, por lo tanto, la existencia de múltiples factores de confusión a la hora
de valorar la FC como indicador válido del esfuerzo gimnástico en GAM. Así, en múltiples estudios
realizados en GAM se ha determinado una respuesta anticipatoria en forma de aumento de la FC
previa a la ejecución del ejercicio gimnástico (Montpetit, 1976; Goswami & Gupta, 1998; Jemni et
al., 2000a; Viana & Lebre, 2005). Una preadaptación del sistema simpático condicionado por un
entorno hormonal hiperactivado, podría ser la principal causa de éste hecho (Vander, 1970).
Por otra parte, en GAM la participación del tren superior es protagonista indiscutible en los
aparatos de potro con arcos, anillas, paralelas y barra fija. A este respecto cabría tener en cuenta
las diferencias en las respuestas metabólicas (FC, VO2...) entre brazos y piernas. En este sentido,
la literatura muestra resultados dispares. En el caso específico de gimnastas de élite, se han
investigado las diferencias de comportamiento del metabolismo aeróbico a la hora de ejecutar
determinados protocolos con el tren inferior o bien con el tren superior, hallándose diferencias
entre éstos del 73%: 53,1±3,2 mL·kg·min-1 para el tren inferior, y 39±5,7 mL·kg·min-1 para el tren
superior (Le Chevalier, 1999). Otros estudios, sin embargo, revisan la literatura y señalan que en
la mayoría de casos sucede justo lo contrario: un aumento de la FC ante esfuerzos de igual
intensidad al realizarlos con el tren superior (Pendergast, 1989; Secher y Volianitis, 2006). En todo
caso, parece claro que el flujo sanguíneo durante un ejercicio global en posición de erguido es
regulado de forma diferenciada según circule por los brazos o bien por las piernas (Calbet et al.,
2005, 2007). Conscientes de la disparidad de resultados, los mismos autores señalan la
conveniencia de atender la especificidad del ejercicio valorado, ya que por ejemplo, desde la
posición de estirados en decúbito prono y ante un mismo ejercicio, se produce un aumento del
retorno venoso hacia el corazón que genera un incremento del volumen sistólico en reposo y una
concomitante disminución de la FC máxima y submáxima (Braden & Strong, 1989). Otro factor a
considerar, esta vez específico a la gimnasia artística, son los efectos del momento de inercia a
los que se ve sometido el cuerpo de un gimnasta. En el caso del Tkachev en barra fija, por
ejemplo, se alcanzan momentos angulares durante la fase de suspensión de 94,1±3,7 kg·m2/s a
una velocidad de 5,4±0,1 ms, todo ello en relación al centro de masas (Bruggemann, 1994;
Bruggemann et al., 1994). En este caso, la FC aumentaría debido principalmente a la fuerza
centrífuga y/o centrípeta que generan dichos momentos cinéticos, tal y como ocurre por ejemplo
ante situaciones provocadas de hipergravedad (Iwasaki et al., 2005). El ejercicio de barra fija en
40
GAM, es un claro ejemplo de éste hecho (Goswami & Gupta, 1998; Jemni et al., 1998a). La alta
variedad e implicación de las diversas acciones musculares ejercidas por el gimnasta es otro de
los factores que dificulta la valoración de las demandas metabólicas en esta especialidad. Desde
muy temprana edad los gimnastas ejercen, además de acciones musculares dinámicas de
carácter concéntrico, excéntrico y pliométrico, acciones musculares máximas de carácter
isométrico, cuya valoración es harto complicada en niños debido a que la mayoría de tests se
basan en protocolos submáximos (30% - 50% de una contracción máxima isométrica). Esto se
debe a la incapacidad de los jóvenes sujetos a la hora de mantener una contracción isométrica
máxima el suficiente tiempo como para efectuar mediciones hemodinámicas estables (Braden &
Strong, 1989). En el caso de la GAM, baste señalar con el ejemplo de un simple apoyo invertido
mantenido, comúnmente denominado “vertical” o “pino” de 30 segundos, la complejidad que
supone valorar determinados parámetros fisiológicos. Así, al colocarse en vertical se produce una
disminución aproximada del 20% de la FC a partir de los 5 segundos. Una vez ésta ha finalizada y
transcurridos 10 segundos, la FC vuelve a sus valores iniciales. Esta disminución se explica por el
aumento del volumen de eyección sistólico ante la necesidad de aumentar de forma repentina el
retorno venoso (Montpetit et al., 1976). La maniobra de valsalva, ampliamente analizada (Colman,
1965; Hill & Butler, 1991; Fuenmayor et al., 1992; Turley, et al., 2002), sería otro de los factores
que condicionarían la valoración del esfuerzo gimnástico, esta vez provocando un aumento de la
FC, tal y como se cita en diversos estudios realizados en gimnastas (Montpetit, 1976; Goswami &
Gupta, 1998; Jemni et al, 2000a; Viana & Lebre, 2005).
El patrón ventilatorio de los gimnastas durante las rutinas competitivas es un indicador que
muestra la naturaleza compleja que supone el esfuerzo gimnástico (Montpetit, 1976). Así, se
advierte sobre la especificidad y poca racionalidad del ritmo respiratorio en gimnasia artística,
condicionado por la heterogeneidad de los elementos, las características individuales de cada
gimnasta, así como por la distinta naturaleza de cada uno de los seis aparatos que conforman la
competición gimnástica. Los gimnastas no entrenados suficientemente se mantienen en apnea
durante el ejercicio alrededor del 40-50% del tiempo empleado para la realización de su ejercicio.
En cambio, los gimnastas de élite se sitúan alrededor del 10-15% (Montpetit, 1976). Por otra parte,
cabe no obviar, dentro de los factores que condicionan el comportamiento de la FC en GAM,
aquellos factores de origen psicofisiológico tales como el miedo, la emoción o la motivación (Kniffin
et al., 1976; Tremayne & Barry, 1988; Marina, 1990; Jemni et al., 1998a; Irurtia et al., 2007).
Dichos aspectos podrían provocar en ciertos casos un aumento de la FC sin el correspondiente
aumento del VO2, si atendemos a que no se producen demandas físicas (Montgomery & Beaudin,
1982). En este caso, los mismos autores señalan la pertinencia de utilizar la FC por encima del
VO2 para valorar el estrés total (físico y psicológico) del sistema cardiovascular en GAM. Por ello y
por otros factores, el propio modelo de estimación del VO2 y el gasto energético a través de la FC
estaría sobreestimado alrededor de un 15% (Astrand & Rodahl, 1977; Rodríguez & Aragonés,
1992; Bunc & Petrizilkova, 1994;). El estado físico (Kozar, 1962), las condiciones ambiente (Skubic
& Hodgkins, 1967) y la propia edad del sujeto (Kirby & Kirby, 1997) serían, finalmente, otros
41
valores que cabría tener en cuenta a la hora de utilizar la FC para la valoración del esfuerzo
gimnástico.
A modo de conclusión, y pese a que todos los factores de confusión anteriormente citados
atestiguan la no conveniencia de utilizar la FC como indicador válido del esfuerzo competitivo en
GAM de alto nivel (Jemni et al., 2000a), sí se reconoce la utilidad práctica de dicho parámetro a la
hora de valorar y controlar la globalidad del esfuerzo de entrenamiento, siendo un indicador útil
para el entrenador a la hora de reflejar el stress global del sistema cardiovascular para cada
evento gimnástico en determinados momentos de la temporada (Montgomery & Beaudin, 1982;
Faria & Phillips, 1970; Marina, 1990).
42
50,9±6,2 mL·kg·min-1 a los 14-15 años, hasta los 47,2±6,7 mL·kg·min-1 a los 17-25 años
(Barantsev, 1985). Como se ha señalado, dicha disminución estaría asociada principalmente a los
consecuentes cambios corporales y/o hormonales consustanciales al proceso de crecimiento,
desarrollo y maduración a lo largo de la edad (Falgairette et al, 1991), así como al lógico aumento
de la carga de entrenamiento (Black & Johnson, 1975). Además, mientras los adultos son
capaces, desde un estado de reposo, aumentar entre 10 y 15 veces (20 veces en sujetos
entrenados) su VO2 en función de las demandas exigidas por un determinado esfuerzo máximo,
los niños únicamente alcanzan a incrementarlo 10 veces (Braden & Strong, 1989). El aumento de
la potencia anaeróbica máxima, consecuencia de un entrenamiento altamente específico en
jóvenes gimnastas, contribuiría también a dicha disminución en los procesos aeróbicos a lo largo
de la edad (Jemni et al., 2002). Además, cabe tener en cuenta que dicha especificidad muscular
temprana, en caso de producirse, vería acrecentada sus efectos si se produjese antes de la
pubertad, como suele suceder en el caso de los gimnastas (Malina et al., 2004a). A pesar de la
disminución del VO2max con la edad, existe un consenso general a la hora de señalar que los
gimnastas deberían desarrollar, en mayor o menor medida, su capacidad aeróbica. Está
comprobado que aquellos gimnastas con valores más elevados tienden a soportar más carga de
trabajo durante el entrenamiento: menores tiempos de recuperación; mayor número de pasadas;
mejor estado de forma a la hora de mantener determinados valores de calidad técnica ante
situaciones de fatiga (Marina, 1990). A este respecto, señalar que se ha observado que niños que
realizaban buenas actuaciones durante esfuerzos breves e intensos poseían igualmente valores
de VO2max mejores que el resto (Bar-Or, 1975; Malina et al. 2004a). En la Tabla 1.17 se muestra
un resumen de los escasos estudios sobre FC- VO2max publicados hasta el momento con jóvenes
gimnastas (GAM). Los gimnastas se clasifican entre los deportistas con una potencia aeróbica
mas débil y con un umbral anaeróbico relativamente bajo pero tardío, cercano al 79% del VO2max
(Jemni et al., 2000a). Para entender esta contradicción (un bajo VO2max y un umbral láctico tardío,
cercano al 79% VO2max) es necesario establecer las relaciones que se producen entre los
componentes metabólicos (anaeróbico y aeróbico) y la fuerza desarrollada en GAM (Jemni et al.,
1998a, 1998b). En este sentido, si pedimos a dos gimnastas que realicen una misma combinación
de elementos en un aparato es muy probable que no hagan uso de la misma forma de los
procesos neuromusculares y metabólicos. Uno puede utilizar el 90% de la fuerza máxima mientras
que el otro puede estar entrono a valores del 50%. En consecuencia, el primero movilizará un
mayor porcentaje de fibras rápidas glucolíticas y producirá mucho más lactato que el segundo.
Este ejemplo muestra que el metabolismo aeróbico está lejos de ser considerado como un factor
determinante en la producción de energía necesaria para el rendimiento en GAM, ya que un
gimnasta “fuerte” retrasará el acúmulo de lactato porque se apoya muy poco en sus fibras IIb
(Jemni et al., 2000a). Así, diversos autores señalan que pese a que la fuerza es uno de los
factores que más condiciona el rendimiento gimnástico, un gimnasta no necesita poseer una gran
potencia anaeróbica, ni un VO2max muy elevado, o grandes valores de fuerza máxima, sino más
bien un equilibrio entre estos tres componentes (Jemni et al., 2000a, Sands et al., 2001).
43
Tabla 1.16. Estudios basados en el metabolismo aeróbico de gimnastas adultos.
8 Adultos -- -- M Internacional -- -- 181,7 ± 4,6 ≥ 140,0 51,6 19,5 ± 3,0 Montpetit, 1976
Nacional Le Chevalier et
7 18,7 ± 1,3 170,0 ± 6,0 66,0 ± 3,0 M -- 190,0 ± 8,0 188,0 122,0 ± 7,0 52,5 ± 2,9 --
Internacional al., 1999
No
5 9,0 ± 0,6 35,0 ± 2,0 140,0 ± 2,0 M 24 200,0 ± 1,5 177,0 ± 7,0 125,0 ± 4,9 55,5 ± 1,4 25,5 ± 3,3 Irurtia et al., 2007
competición
44
1.2.3 CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS DEL GIMNASTA
La gimnasia artística masculina es una especialidad deportiva de elevadas exigencias técnicas
(Neumaier et al., 2002; Prassas et al., 2006). El componente técnico, a su vez, posee una elevada
correlación con el nivel de condición física de los gimnastas (Carter et al., 1971; Sands et al.,
2001). Apenas existen elementos técnicos que no exijan niveles de preparación física ciertamente
elevados, condicionando así cualquier tipo de aprendizaje técnico (Brewin et al., 2000; Holvoet et
al., 2002). Actualmente, se estima entre cientos y miles el número de acciones y combinaciones
técnicas desarrolladas en gimnasia artística. Además, dicho número aumenta continuamente
debido a la aparición de nuevos elementos técnicos (Prassas et al., 2006). Pese a que gran parte
de estas habilidades técnicas comparten principios biomecánicos comunes y por lo tanto son
susceptibles de ser concentradas en familias gimnásticas (Leguet, 1985), grupos estructurales
(Brügemann, 1994), o hábitos motores básicos (Ariza et al,. 2007), el número de éstos sigue
siendo demasiado elevado como para poder abarcar su estudio de forma específica o individual.
Dicha complejidad puede ejemplificarse a través de la aportación científica a una acción técnica
como la marcha (Prassas et al. 2006): si actualmente una única habilidad técnica ha sido objeto de
más de 1000 estudios biomecánicos y posiblemente sea susceptible de muchos más, ¿cuántos
serán necesarios para “entender” la complejidad técnica que supone la gimnasia artística?. La
aportación científica al estudio biomecánico de la gimnasia artística ha sido recientemente
revisada (Prassas et al., 2006). El resumen de dicha revisión, junto a las principales aportaciones
realizadas hasta la fecha de la presente investigación, quedan recogidos en cada uno de los
aparatos cuando se desarrolla las características del balanceo en barra fija (Tabla 1.19), anillas
(Tabla 1.20), paralelas (Tabla 1.21) y caballo con arcos (Tabla 1.22), y la fase de recepción en los
aparatos de suelo (Tabla 1.23) y plataforma de saltos (Tabla 1.24). Finalmente, se recoge a modo
de miscelania aquellas aportaciones biomecánicas no relacionadas directamente con el estudio de
la técnica sobre los aparatos pero que han aportado conocimiento en la determinación de ciertos
factores que condicionan el rendimento en GAM (Tabla 1.18).
45
El proceso de aprendizaje técnico en GAM debe contemplar la interacción de una serie de factores
que condicionarán las posibilidades de un gimnasta a la hora de aspirar a alcanzar altos logros
deportivos (Thomas et al., 1997):
a. Amplitud de movimiento:
El gimnasta, si no quiere ser penalizado según el CP-FIG, debe manifestar en sus ejecuciones
técnicas la máxima amplitud de movimiento posible (Figura 1.10). Capacidades físicas como la
fuerza máxima relativa, la resistencia para mantener elevados valores de ésta, y la flexibilidad, son
protagonistas en la necesaria sinergia multifactorial que acontece a dicha manifestación (Prevost,
2001, 2002).
Figura 1.10. Ejecución, con la máxima amplitud, de un apoyo facial horizontal con piernas abiertas, comúnmente denomi-
nado “infernal”.
Los factores emocionales, como por ejemplo el miedo, condicionan de forma determinante al
aprendizaje en GAM (Mahoney & Avener, 1977; Massimo, 1978; Kolt & Kirkby, 1994; Shiraishi,
1999; Cartoni et al., 2003). Sin duda, el mayor o menor riesgo que suponen la gran mayoría de
elementos gimnásticos, está presente en todas las etapas de formación de los gimnastas. Aunque
las ayudas, manipulaciones, progresiones técnicas y el propio material metodológico, contribuyen
a minimizarlo, éste siempre subyace de forma implícita en la realidad del proceso de
entrenamiento gimnástico (Shiraishi, 1999). Superarlo será el principio básico para optimizar
cualquier tipo de aprendizaje gimnástico (Kolt & Kirkby, 1994).
Las faltas por una incorrecta ejecución están tipificadas en el CP-FIG, en su versión válida para el
2005, como siguen: a) faltas pequeñas (-0,1 puntos); b) faltas medias (-0,2 puntos); faltas graves (-
0,3 puntos); caídas (-0,5 puntos). En su versión actualizada a fecha de publicación de la presente
investigación, se demuestra la preocupación de la FIG por sancionar, cada vez más, este tipo de
faltas (CP-FIG, 2009): a) faltas pequeñas (-0,1 puntos); b) faltas medias (-0,3 puntos); faltas
graves (-0,5 puntos); caídas (-1,0 punto). Factores como la posición del cuerpo, la corrección de
brazos y piernas, los ángulos articulares en determinados elementos técnicos, etc., deben ser los
correctos si los gimnastas desean aspirar a las máximas puntuaciones. El CP-FIG es un
46
instrumento normativo, no metodológico (no se dispone de postulados sobre la representación
interna de la técnica de los diferentes elementos gimnásticos) que basándose en criterios
arbitrarios y estandarizados internacionalmente establece las pautas generales de lo que se
supone una correcta ejecución técnica de los elementos gimnásticos. En este sentido, y tal como
señalan varios autores (Gutewort & Sust, 1989; Thorhauer & Kempe, 1993) aunque el “ideal
técnico” generalmente es abstracto y complejo (en GAM, lo delimita el propio CP-FIG), el proceso
de entrenamiento para alcanzarlo es necesariamente individual, ajustándose a patrones concretos
en función de las características de cada deportista. No existe una resolución óptima de una
determinada tarea motriz, sino únicamente resoluciones individualmente óptimas (Gutewort &
Sust, 1989). Tanto entrenador como deportista disponen de un elevado margen deductivo para la
consecución del elemento técnico ideal (Ballreich, 1981). En GAM éste es un hecho constatable,
tal y como se refleja en la Figura 1.11.
CP-FIG
Figura 1.11. Elemento técnico denominado “Diamidov” (descrito en el CP-FIG), ejecutado de forma diferenciada por cada
gimnasta”.
La complejidad de las rutinas competitivas en GAM viene determinada por el número y grado de
dificultad de sus “elementos técnicos” y sus respectivas “combinaciones”. El CP-FIG asigna un
valor de dificultad para cada elemento técnico, bonificando con décimas de punto las
combinaciones más complejas (cada aparato posee unas reglas específicas al respecto). El CP-
FIG, en su versión válida para el año 2005, asignaba un valor teórico de “A” (0,1 puntos) a los
elementos más sencillos, de “B” (0,2 puntos) a los inmediatamente siguientes, y así (valor “C”: 0,3
puntos; valor “D”: 0,4 puntos; valor “E”: 0,5 puntos…) hasta llegar al máximo valor de “Súper E”
(0,6 puntos) para aquellos elementos de dificultad extrema. La GAM es una especialidad deportiva
47
de habilidades cerradas y entorno previsible (los seis aparatos competitivos), y tal y como se ha
señalado, la mayoría de acciones técnicas que realizan los gimnastas están enlazadas las unas
con las otras, resultando difícil para el no iniciado discriminar cuando finaliza una y se inicia otra
(Figura 1.12). Desde la perspectiva competitiva de la GAM que aborda la presente investigación, el
CP-FIG es, de nuevo, el instrumento normativo que delimita o discrimina cada uno de los
“elementos técnicos” de los que se compone la totalidad de acciones gimnásticas posibles. Éstas
pueden ser cíclicas y/o acíclicas, y deben ser combinadas siguiendo los criterios de amplitud,
virtuosismo y precisión (Sáez, 2003). A partir del marco conceptual y terminológico de la escuela
pedagógica francesa (Carrasco, 1976; Leguet, 1985), podríamos definir el concepto de “elemento
técnico o gimnástico” como aquél “gesto externo que se configura a partir de la combinación de
una serie de esquemas de acción”. Entendiendo el concepto de “esquema de acción” como el
“gesto interno o más elemental de un elemento gimnástico que en combinación con otros,
configura su forma externa”. En definitiva, los esquemas de acción no vendrían más que a reflejar
las acciones musculares más esenciales para la realización del elemento gimnástico.
Figura 1.12. La complejidad de un “Kovacs” (mortal y ½ atrás) se ve incrementada al enlazarlo con un “Gienger” (mortal
atrás con ½ giro).
Abaurrea (2000) lo define como “movimiento unitario caracterizado por una acción motora
determinada y compuesta de tres fases diferenciadas: preparatoria, principal y final”. Señala la
fase principal de la acción motora como la fase determinante a la hora de valorar el nivel de
dificultad de todo elemento gimnástico. No obstante, advierte sobre la importancia de no
menospreciar ni la fase preparatoria (determina en gran medida las probabilidades de éxito de la
fase de acción) ni la final (resultado último del grado de perfección de las anteriores fases).
48
de la acción: un ejercicio procedente de un “balanceo” hacia delante en las paralelas es diferente a
otro procedente de un “balanceo” hacia atrás; c) la postura del sujeto: pasar por una “suspensión
semiinvertida” ejecutando un elemento con piernas juntas no posee las mismas características que
hacerlo con piernas abiertas apoyando, además, las plantas de los pies sobre el aparato.
Figura 1.14. Familia gimnástica de “hacer movimientos circulares” realizada en diferentes aparatos (Leguet, 1985).
49
Finalmente, y tal y como se ha argumentado en líneas precedentes, todavía hoy no se ha logrado
establecer qué modelos de ejecución técnica suponen la “ejecución perfecta”, siendo ésta
precisamente la que filosóficamente pretende discriminar el CP-FIG. El mismo calificativo que
acontece a esta especialidad (gimnasia “artística” masculina), más allá de otras justificaciones,
delimita y limita dicho objeto de estudio.
Bajo esta perspectiva no es de extrañar que el marco teórico de cada uno de los
elementos técnicos analizados en gimnasia artística requieran del establecimiento de un modelo
técnico subjetivo, justificado, defendido y ajustado a los siguientes criterios: a) las normas de
puntuación que delimita el CP-FIG; b) la aportación científica del área biomecánica en cuanto a la
existencia de determinadas acciones técnicas que optimizan el rendimiento de ciertos elementos
técnicos; c) el criterio técnico de entrenadores con una contrastada experiencia y éxitos
competitivos. Así, el marco teórico descrito a continuación y que expone lo que se supone la
ejecución técnica ideal de un balanceo (barra fija, anillas, paralelas, caballo con arcos) y de la
acción técnica de recepcionar, se ha establecido en base a los tres citados criterios.
1.2.3.1 EL BALANCEO
Se consideran balanceos a los movimientos, de carácter pendular, que se realizan con el cuerpo
fijado a un aparato gimnástico, ya sean desde el apoyo o en suspensión (Sáez, 2003; Sáez &
Gutiérrez-Sánchez, 2007a, 2007b). Los balanceos ejecutados sobre el apoyo de manos poseen su
eje rotacional en los hombros y el centro de gravedad (CDG) pasa cerca de las manos.
Existen tres tipos de balanceos en apoyo, según el plano donde se ejecuten (Sáez, 2003;
Sáez & Gutiérrez-Sánchez, 2007a, 2007b): a) plano sagital (balanceos adelante y atrás, por
ejemplo, en el aparato de las paralelas); b) plano frontal (balanceos derecha e izquierda, por
ejemplo, en las tijeras de caballo con arcos); c) plano horizontal (balanceos circulares, por
ejemplo, en los molinos de caballo con arcos).
50
suspensión, molinos (Sáez, 2003; Sáez & Gutiérrez-Sánchez, 2007a, 2007b). El balanceo está
considerado como un movimiento esencial en la gimnasia que da lugar a multitud de elementos y
dificultades complejas (Leguet, 1985). De todas las familias gimnásticas, aquellas que conllevan la
acción motriz de balancearse representan la expresión básica de la pericia técnica de un gimnasta
(Leguet, 1985). En los balanceos, el grado de distorsión coordinativa que en todo elemento
gimnástico genera la condición física, existiendo, queda minimizado (Figura 1.15).
Balancearse
Figura 1.15. Los cinco factores esenciales en gimnasia artística para la consecución de los diferentes elementos técnicos
(Frederick, 1977).
En general, el aprendizaje y el dominio del balanceo ocupan gran parte de la carrera deportiva de
un gimnasta. Desde sus acciones técnicas básicas, hasta la consolidación de grandes dificultades
51
acrobáticas que se ejecutan desde balanceo (caballo con arcos, anillas, paralelas, barra fija), el
gimnasta lo posee siempre como un objetivo de entrenamiento esencial.
El entrenamiento del joven gimnasta con objetivos de alcanzar la élite deportiva exige,
entre otras aptitudes, constancia. Expresada en muchos casos como la capacidad de repetir un
elemento técnico un determinado número de veces, ésta guarda una relación inversamente
proporcional con la necesaria diversión y motivación de los gimnastas en sus primeras etapas de
formación. El balanceo no escapa a esta consideración. Ahora bien, una vez los gimnastas
asumen técnicamente esta habilidad gimnástica, su capacidad para aprender nuevos elementos
técnicos aumenta exponencialmente. Por el contrario, si un gimnasta en sus primeras etapas de
formación no logra consolidar la técnica básica del balanceo, sus posibilidades gimnásticas se
verán seriamente comprometidas. Un claro ejemplo lo tenemos en el caballo con arcos y el
necesario dominio de los molinos como elementos clave para lograr el éxito competitivo (Figura
1.16).
Figura 1.16. Máxima amplitud (≥180º ángulo de cintura, ≥45º ángulo de hombros) mantenida tanto en los “molinos rusos”
(imagen izquierda) como en los molinos americanos (imagen derecha).
Pese a que el concepto de “balanceo ideal” ha evolucionado a lo largo del tiempo debido en gran
parte a la propia evolución del CP-FIG, del material gimnástico, y de los aparatos competitivos,
hoy en día existe un consenso general sobre cuáles son las características técnicas básicas de un
balanceo moderno. Claro está, con salvedades específicas para cada aparato donde se realiza.
Desde hace ya varias décadas en el colectivo gimnástico se asume que “quien sabe volar
(balancearse), sabe hacer buena gimnasia” (Frederick, 1977). Un gimnasta debe ejecutar
balanceos en barra fija y anillas (balanceos en suspensión), paralelas (balanceos en suspensión y
en apoyo) y en caballo con arcos (balanceos circulares), y por eso incidiremos en lo que se
supone es una correcta ejecución del balanceo.
Barra fija:
52
Tabla 1.19. Aportaciones al estudio biomecánico de ciertos elementos técnicos en barra fija.
53
Los balanceos en barra fija representan gran parte del proceso de aprendizaje durante las
primeras etapas de entrenamiento. En parte debido a la relativa relevancia de la condición física a
la hora de ejecutarlos, los vuelos en barra fija son los primeros balanceos en suspensión que logra
dominar un gimnasta, incluso a edades muy tempranas (Irwin & Kerwin, 2005, 2007a, Busquets,
2010; Busquets et al., in press).
Aunque en la barra fija los balanceos y los molinos son protagonistas absolutos (García-
Fojeda et al., 1999), en anillas y paralelas también se considera a los molinos como elementos
técnicos fundamentales.
No existe ningún elemento técnico en barra fija que no derive en mayor o menor
proporción de los molinos. Su dominio y control sirve de soporte ineludible para realizar todos los
demás elementos (Arampatzis & Brügemann, 2001; Pidcoe, 2005): giros alrededor de los ejes
longitudinales, cambios de presa, elementos cercanos a la barra, sueltas, salidas, etc.
Se puede decir que cada elemento ejecutado en barra fija posee su correspondiente
técnica de molino (Figura 1.17). Esta especificidad, sin embargo, no niega la existencia de una
técnica de molino básica (hacia delante y hacia atrás), que es la que primero se enseña a los
gimnastas (Busquets 2010; Busquets et al., in press) y que es la que se utilizará como objeto de
estudio en la presente investigación (Figura 1.18 y Figura 1.20).
Figura 1.17. Diferentes tiempos de molino en barra fija en función de varios elementos técnicos posteriores.
54
Las fases básicas del balanceo completo hacia delante o molino básico en presa dorsal (Figura
1.18), se citan a continuación:
4º 1r
Cuadrante Cuadrante
3r 2º
Cuadrante Cuadrante
Figura 1.18. Tiempo de molino básico hacia delante (presa dorsal), de dominio y control obligatorio durante las primeras
fases de aprendizaje en GAM.
1r Cuadrante: desde el apoyo invertido en vertical se inicia el descenso empujando la barra con la
intención de querer abarcar la máxima distancia posible. El cuerpo mantiene el bloqueo tónico
postural durante todo el cuadrante: 180º de ángulo de hombros y valores semejantes o
ligeramente inferiores del ángulo de cintura). La cabeza se sitúa en posición neutra con la mirada
dirigida hacia la barra fija.
2º Cuadrante: se mantiene la misma posición prácticamente hasta llegar a la mitad del recorrido
de este cuadrante (coincide con la línea de cables que actúan a modo de tensores del aparato).
En ese momento se inicia la fase denominada comúnmente como “relajación” que consiste en
abrir ligera y progresivamente el ángulo de hombros y de cintura (>180º: las puntas se retrasan
ligeramente en relación al resto del cuerpo). Con el objetivo de que la transmisión de fuerzas
resultantes sea efectiva, es decir, que la “acción de relajación” favorezca posteriormente la “acción
de patada” es fundamental realizarla con todo el cuerpo en tensión. La cabeza se sitúa en posición
neutra con la mirada dirigida hacia la superficie del suelo.
55
cuerpo en tensión, minimizando la flexión de cintura (Sáez, 2003). La correcta ejecución de esta
acción será determinante en el aprendizaje de multitud de elementos técnicos que parten desde
balanceo (Figura 1.19).
CORRECTO INCORRECTO
Figura 1.19. La acción de patada, realizada durante el 3r cuadrante, es ejecutada de forma correcta (figura izquierda en
sombreado gris: la patada se produce con todo el cuerpo en tensión, elevando de esta forma el centro de masas) o
incorrecta (figura derecha en sombreado gris: la patada se produce con las puntas, que se elevan, pero el centro de masas
no hace lo propio).
Las fases básicas del balanceo completo hacia atrás o molino básico en presa palmar (Figura
1.20), se citan a continuación:
1r Cuadrante 4º Cuadrante
2º Cuadrante 3r Cuadrante
Figura 1.20. Tiempo de molino básico hacia atrás (presa palmar), de dominio y control obligatorio durante las primeras
fases de aprendizaje en GAM.
56
1r Cuadrante: desde el apoyo invertido en vertical se inicia el descenso empujando la barra con la
intención de alejar el centro de masas lo máximo posible de la barra. Los talones marcan el inicio
del descenso, adelantándose ligeramente en relación al descenso de los hombros (ligera curvatura
lumbar). El cuerpo mantiene el bloqueo tónico postural durante todo el cuadrante (ángulo de
hombros =180º; ángulo de cintura ≥180º). La cabeza se sitúa ligeramente inclinada hacia arriba
con la mirada dirigida hacia la barra fija.
2º Cuadrante: se mantiene la misma posición prácticamente hasta llegar a la mitad del recorrido
de este cuadrante (coincide con la línea de cables que actúan a modo de tensores del aparato).
En ese momento se inicia la siguiente fase por la cual el ángulo de cintura se cierra ligeramente
mientras los hombros lo mantienen (180º). Así, los talones se retrasan ligeramente en relación al
resto del cuerpo para, posteriormente (justo al finalizar el segundo cuadrante), iniciar la fase
comúnmente denominada como “talonamiento”. Con el objetivo de que la transmisión de fuerzas
resulte efectiva, es decir, que la “acción de talonamiento” favorezca posteriormente la elevación
del cuerpo, es fundamental realizarla con todo el cuerpo en tensión. La cabeza se sitúa
progresivamente en posición neutra mirando hacia el eje corporal.
3r Cuadrante: la acción de “talonamiento” continúa hasta la mitad del recorrido de este cuadrante
(coincide con la línea de cables que actúan a modo de tensores del aparato). A partir de ese
momento el cuerpo deberá ir retornando la posición de inicio, es decir, a formar una línea de 180º
entre extremidades superiores, tronco, y extremidades inferiores.
CORRECTO INCORRECTO
Figura 1.21. El cuerpo mantiene correctamente la posición de bloqueo, formando un línea de 180º (figura izquierda en
sombreado gris) durante el 4º cuadrante. En la figura derecha se muestra el caso contrario: la linealidad de los segmentos
corporales se rompe debido al adelantamiento de los hombros.
57
Anillas:
En relación a los balanceos pendulares (anillas, paralelas, barra fija) el momento protagonista de
la acción se produce cuando el gimnasta sitúa su centro de masas en el punto más bajo posible,
llegando a alcanzar con su cuerpo, una línea cercana a la perpendicular en relación con la
superficie del suelo (Prassas et al., 2006). En función de la dirección del balanceo (adelante o
atrás), el gimnasta debe gestionar este momento de forma diferenciada. Pese a la existencia de
unos principios técnicos comunes en los tres aparatos, las características estructurales de cada
58
uno de éstos (apartado 1.1), hace que existan ciertas diferencias. Las anillas, por su condición de
estar suspendidas en el aire, representan el medio más inestable donde el gimnasta ejecuta sus
elementos técnicos, y donde la técnica de balanceo tiene mayor complejidad y requiere de mayor
exigencia física.
Las principales características del balanceo en suspensión hacia adelante, son (Sale &
Judd, 1974; Brewin & Kerwin, 2003):
b) desde esta posición inicial, el gimnasta debe tener la intención de mantener el mayor
tiempo posible, e inicia la acción de “patada” hacia delante y hacia arriba (Figura 1.22) con todo el
cuerpo bloqueado e intentando respetar al máximo, un ángulo de cintura de 180º o ligeramente
inferior (los brazos inician progresivamente la acción de supinar; la cabeza se mantiene en
posición neutra o ligeramente inclinada hacia delante);
d) una vez ocurrido esto, la patada continúa hasta la vertical, momento en el cual el ángulo
de hombros deberá empezar a abrirse (los hombros inician su ascenso), apoyándose el gimnasta
sobre las anillas, hasta llegar a los 180º que supone el apoyo invertido o vertical (presa de manos
palmar hasta llegar a la vertical, que debe realizarse en ligera supinación; la cabeza se mantiene
en posición neutra, con la mirada dirigida hacia las anillas y con la constante intención por parte
del gimnasta de querer “esconder las orejas” entre sus hombros).
Las principales características del balanceo en suspensión hacia atrás, son (Sprigings et
al., 1998; Brewin et al., 2000; Sprigings et al., 2000; Yeadon & Brewin, 2003):
b) desde esta posición inicial, se inicia la acción de “talonamiento” hacia atrás y hacia
arriba (Figura 1.22) con todo el cuerpo bloqueado e intentando respetar al máximo, un ángulo de
cintura de 180º o ligeramente superior (los brazos pronan al máximo de las posibilidades del
gimnasta; la cabeza se mantiene inclinada hacia delante);
c) conforme el cuerpo se va elevando y se acerca al eje dibujado por los cables de las
anillas, los hombros deben permanecer en el punto más bajo que permita la flexibilidad del
59
gimnasta (presa de manos en máxima pronación, con las anillas separadas a la distancia mínima
individual que permita a cada gimnasta no elevar los hombros; la cabeza se mantiene inclinada
hacia delante);
d) una vez ocurrido esto, la patada continúa hasta la vertical, momento en el cual los
hombros deberán empezar a ascender, apoyándose el gimnasta sobre las anillas (los brazos se
van cerrando progresivamente), hasta llegar a los 180º que supone el apoyo invertido o vertical (la
presa de manos en la vertical debe realizarse en ligera supinación; la cabeza se mantiene en
posición neutra, con la mirada dirigida hacia las anillas y con la constante intención por parte del
gimnasta de querer “esconder las orejas” entre sus hombros).
Supinación Pronación
de brazos de brazos
rectos rectos
Figura 1.22. Acción técnica protagonista de transición, desde la suspensión hacia el balanceo adelante y hacia el balanceo
atrás.
Una vez el gimnasta logra dominar el balanceo por la suspensión y posee cierto dominio de la
vertical (apoyo invertido) en anillas, inicia una nueva etapa de aprendizaje. A partir de entonces,
los balanceos se ejecutaran desde la posición de vertical hasta llegar de nuevo a ésta (molino), ya
sea balanceándose hacia delante o hacia atrás (Figura 1.23). La técnica de bajada de la vertical,
en uno u otro sentido, habrá sido asimilada en las etapas previas de aprendizaje de balanceo por
la suspensión.
Las principales características de la bajada hacia delante, son (Sale & Judd, 1974; Brewin
& Kerwin, 2003):
a) la posición inicial se establece desde la vertical (todo el cuerpo forma una línea de 180º;
brazos rectos y paralelos en ligera supinación);
c) entorno a los 45º (ángulo formado entre la línea del cuerpo y la línea imaginaria de la
superficie del suelo), el gimnasta abre progresivamente las anillas, descendiendo los hombros y
60
manteniendo el ángulo de cintura entorno a los 180º (los brazos continúan empujando hacia
delante, en ligera pronación y con todo el cuerpo bloqueado; la cabeza, en posición neutra);
Las principales características de la bajada hacia atrás, son (Sprigings et al., 1998; Brewin
et al., 2000; Sprigings et al., 2000; Yeadon & Brewin, 2003):
a) la posición inicial se establece desde la vertical (todo el cuerpo forma una línea de 180º;
brazos rectos y paralelos en ligera supinación);
c) entorno a los 45º (ángulo formado entre la línea del cuerpo y la línea imaginaria de la
superficie del suelo), el gimnasta abre progresivamente las anillas, descendiendo ligeramente los
hombros y manteniendo el ángulo de cintura entorno a los 180º (los brazos continúan empujando
hacia abajo y hacia atrás, en presa palmar y con todo el cuerpo bloqueado; la cabeza, en posición
neutra);
Bajada de Bajada de
molino atrás molino adelante
Figura 1.23. Inicio del molino desde la vertical, ya sea desde la bajada hacia adelante o hacia atrás.
61
Paralelas:
En este aparato, tal y como recoge el CP-FIG a la hora de establecer sus grupos de estructura
(apartado 1.1), el gimnasta puede realizar tres tipos de balanceos en función del tipo de apoyo
ejecutado: a) balanceos desde el apoyo de manos; b) balanceos desde la posición braquial; c)
balanceos desde la suspensión de manos.
62
El balanceo desde el apoyo de manos en paralelas, junto con los balanceos desde la suspensión y
el grupo de “dominaciones adelante volteando atrás” o “inferiores” conforman los elementos
básicos desde donde se ejecutan gran parte de las dificultades de este aparato (CP-FIG, 2010).
Los jóvenes gimnastas, en sus primeras etapas de formación, deben aprender a ejecutarlo con las
máximas garantías de perfección (Figura 1.24). Sus principales características técnicas, son
(Federation Française de Gymnastique, 2006):
+2 +1 0 -1 -2
Figura 1.24. Fases del balanceo desde el apoyo de manos en paralelas. Se describe su recorrido hacia adelante (-2, -1, 0,
+1, +2) y hacia atrás (+2, +1, 0, -1, -2).
(-2) se considera que el inicio del balanceo parte desde la vertical, con todo el cuerpo dibujando
una línea de 180º;
(-1) el gimnasta inicia el descenso empujando las bandas paralelas hacia abajo y minimizando la
acción de adelantar los hombros en relación a una hipotética línea perpendicular a las ban-
das. El ángulo de la cintura se mantiene en 180º;
(0) llegar correctamente a esta fase supone, en muchos casos, él éxito o fracaso del elemento
técnico objetivo. El gimnasta debe pasar por la perpendicular (el centro de masas se encuen-
tra en el punto más bajo del balanceo) con un ángulo de cintura de 180º o ligeramente supe-
rior, es decir, con las puntas de los pies ligeramente retrasadas en relación a los hombros. La
cabeza debe colocarse en posición neutra o ligeramente inclinada hacia abajo, con los hom-
bros empujando en la misma dirección. En esta fase el gimnasta debe conseguir llegar a
máxima velocidad flexando la banda al máximo de sus posibilidades (en función de su peso,
63
de la linealidad, sentido y dirección de sus segmentos corporales, de la velocidad alcanza-
da…);
(+1) el gimnasta mantiene la posición del cuerpo, que se eleva hacia adelante gracias a la veloci-
dad conseguida en la anterior fase y por la acción que ejercen los hombros, retrasándose úni-
camente lo necesario como para compensar poder mantener un ángulo de cintura de 180º,
aproximadamente;
(+2) el gimnasta debe intentar mantener la máxima velocidad alcanzada durante el balanceo hasta
la parte final de esta fase, momento en el cual el ángulo de hombros (extremidad superior –
tronco) corresponde al máximo que las posibilidades físico-técnicas del gimnasta, permiten.
La posición de la cabeza es neutra o ligeramente inclinada, visualizando las puntas. Cuando
éstas alcanzan su máxima altura (respetando un ángulo de cintura de 180º o ligeramente infe-
rior) y tras un breve momento de pausa, el cuerpo inicia el recorrido que le llevará iniciar el ba-
lanceo atrás.
(-2) los gimnastas que mejor ejecutan el balanceo adelante en paralelas, inician el balanceo atrás
desde un posición cercana a la vertical (extensión de hombros o retroversión cercana a 180º;
(-1) el gimnasta inicia el descenso empujando las bandas paralelas hacia abajo y minimizando la
acción de retrasar los hombros en relación a una hipotética línea perpendicular a las bandas.
En esta fase es fundamental que el ángulo de la cintura se mantenga en 180º, aproximada-
mente;
(0) las características de esta fase coinciden con las del balanceo adelante, pero en sentido con-
trario;
(+1) el gimnasta mantiene la posición del cuerpo, que se eleva hacia adelante gracias a la veloci-
dad conseguida en la anterior fase y por la acción que ejercen los hombros, adelantándose
únicamente lo necesario como para compensar poder mantener un ángulo de cintura de 180º
o ligeramente inferior;
Todos los elementos técnicos que conforman el caballo con arcos, a excepción del grupo de
elementos de tijeras, se realizan a través de los molinos. La técnica de molino en caballo con
arcos se inicia en el aparato metodológico de la “seta”, denominado así por su particular
semblanza a un hongo o champiñón. Existen diferentes modelos en el mercado (Figura 1.25).
64
Figura 1.25. Diferentes modelos de “setas”, utilizadas como medio metodológico para el aprendizaje del molino en caballo
con arcos.
Su particular forma permite a los gimnastas disponer de una amplia base para apoyar las manos y
les ayuda a lograr la máxima amplitud de movimiento al no tener ningún obstáculo que superar,
como por ejemplo, los arcos (Grassi et al., 2005b).
Baudry, 2002
La aportación de la literatura científica al desarrollo técnico del caballo con arcos es la menor de
cuantos aparatos conforman la competición en GAM (Tabla 1.22). A parte del estudio de los
molinos (Baudry 2002; Baudry et al., 2004; Grassi et al., 2005b; Baudry et al., 2006a; 2006b;
Fujihara & Fuchimoto, 2006; Baudry et al., 2008; Fujihara & Gervais, 2008; Baudry et al., 2009),
únicamente se han hallado dos elementos técnicos que hayan sido analizados científicamente
65
desde perspectivas biomecánicas: las tijeras (Kamon, 1996) y el pivote magyar (Cuk, 1995).
Respecto al estudio de los molinos cabe destacar algunas aportaciones significativas:
a. la aplicación de un “feedback” auditivo en tiempo real (Baudry et al., 2006a) o visual (graba-
ción en vídeo) inmediatamente posterior a la ejecución de los molinos en caballo con arcos
(Baudry et al., 2006b), parece optimizar la ejecución de éstos, de forma especial en lo que
hace referencia a la correcta alineación de los segmentos corporales en las fases más comple-
jas del molino;
b. la consistencia o repetitibilidad de las trayectorias recorridas por las diferentes partes del cuer-
po durante la ejecución de un molino (hombro, cadera, tobillo), es un factor que caracteriza a
aquellos gimnastas que mejor lo ejecutan, tanto en la seta (Grassi et al., 2005b) como en el
propio caballo con arcos (Baudry et al., 2008, Baudry et al., 2009);
c. otro factor que caracteriza a aquellos gimnastas que mejor ejecutan los molinos en caballo con
arcos, es la correcta ejecución de la rotación de la cadera (Figura 1.26), tanto al inicio del apo-
yo facial (1r cuadrante), como al inicio del 3r cuadrante (Fujihara & Fuchimoto, 2006);
d. la aplicación de fuerzas ejercida por los gimnastas cuando realizan molinos sobre los arcos
(eje transversal) es diferente a la ejercida en los molinos rusos (eje longitudinal). La necesidad
de superar el obstáculo que suponen los arcos en los segundos, implica una mayor flexibilidad
de la articulación del hombro y unos momentos de aplicación de fuerza, mayores (Fujihara &
Gervais, 2008).
Finalmente, en el aparato de caballo con arcos no se han hallado estudios que relacionen el
rendimiento deportivo en gimnasia artística (expresado mediante la elaboración de un ranking
general en los seis aparatos o bien de forma específica a este aparato) con la mayor o menor
capacidad técnica de un gimnasta a la hora de ejecutar correctamente los molinos en este
aparato. De dichas aportaciones, junto a los criterios técnicos que caracterizan a una gimnasia
contemporánea, se extraen las principales características de ejecución, y que definen el modelo
teórico ideal:
b. los apoyos de las manos deben de soportar la misma carga, optimizando el desplazamiento de
los hombros. Es decir, minimizado su desplazamiento vascular a favor de un movimiento más
circular;
c. los apoyos de las manos deben sincronizarse en el espacio (colocación de las manos emulan-
do los arcos) y el tiempo (el sonido percibido de cada uno de los dos apoyos: mano izquierda y
mano derecha, siendo lo más tenue posible, debe poseer una misma intensidad y frecuencia);
d. los apoyos de manos deben de mantenerse el mayor tiempo posible, teniendo la intención de
constante anticipación, favoreciendo así la necesaria rotación longitudinal del cuerpo, tanto en
el inicio del apoyo facial (1r cuadrante), como en el inicio del 3r cuadrante (Figura 1.26); e) el
66
ángulo formado entre el tronco y las extremidades inferiores (cintura) debe mantenerse en to-
do momento en 180º o más. Durante dicha acción, resulta de vital importancia mantener el
bloqueo tónico postural de la cintura abdominal y de los glúteos;
e. el ángulo formado entre las extremidades superiores y el tronco debe ser el más elevado posi-
ble. El gimnasta debe mostrar la constante intención de querer “abrir el pecho” durante toda la
acción del molino;
f. la velocidad del molino debe optimizarse de forma que sea la más rápida posible, siempre y
cunado la perfección técnica del molino o de los elementos técnicos que provengan o deriven
de éste, no resulte perjudicada;
g. la trayectoria de las puntas de los pies debe dibujar una circunferencia con el mayor radio
posible. De forma consecuente, cuanto mayor sea dicha circunferencia, mayor deberá ser la
que dibujen los hombros (relación directamente proporcional), aplicada en sentido contrario
(relación inversamente proporcional). Todo con el objetivo de compensar y mantener la situa-
ción de equilibrio dinámico.
2º cuadrante 1r cuadrante
3r cuadrante 4º cuadrante
Figura 1.26. Ejemplo de un molino, de sentido contrario a las agujas del reloj, desfragmentado en cuadrantes. Se indican
los momentos de rotación de la cadera, necesarios para la anticipación de los apoyos.
1.2.3.2 LA RECEPCIÓN
En este apartado se recogen las principales aportaciones científicas al estudio biomecánico del
suelo (Tabla 1.23) y del salto (Tabla 1.24). Pese a ser éstos los dos únicos aparatos que no
poseen específicamente elementos de balanceo (si exceptuamos el símil de molinos de caballo
con arcos realizados en suelo), y que la recepción es común al resto de aparatos competitivos, sí
parece que ésta última es un elemento determinante en aquellos aparatos donde el contenido
acrobático es preponderante, como en los aparatos de suelo (Geiblinger et al., 1995b) y salto
(Takei, 2007).
67
Tabla 1.23. Aportaciones al estudio biomecánico de ciertos elementos técnicos en suelo.
Austin, 1971
Brüggemann, 1983
68
Tabla 1.24. Aportaciones al estudio biomecánico de ciertos elementos en plataforma de saltos.
69
La acción de recepcionar supone la adopción de una posición final de equilibrio en bidepestación
que todas las rutinas competitivas deben contemplar (Figura 1.27). Efectivamente, a excepción del
caballo con arcos, en el resto de aparatos el ejercicio o a rutina de competición finaliza mediante la
realización de elementos acrobáticos derivados de mortales hacia delante o hacia atrás (giros de
360º sobre el eje transversal) con o sin piruetas (giros de 360º sobre el eje longitudinal).
En el primero de ellos (Dotan et al., 1980), participó un grupo de 112 jóvenes gimnastas
(9,6±3,5 años) subdivididos en tres grupos de mayor a menor rendimiento deportivo según el
criterio de entrenadores expertos (B3: n=14; B2: n=18; B1: n=80). El grupo de mayor nivel (B3)
resultó tener las extremidades inferiores más cortas (p<0,001), un mayor mesomorfismo (p<0,01) y
70
un menor ectomorfismo (p<0,01) que el grupo de menor nivel (B1). El rendimiento deportivo de los
gimnastas correlacionó con su capacidad anaeróbica en términos relativos. Seis fueron las
variables seleccionadas en la ecuación de regresión múltiple (r=0,92): 1) índice de longitud relativa
de la extremidad superior; 2) ectomorfismo; 3) capacidad vital en valores relativos; 4)
mesomorfismo; 5) perímetro del brazo / longitud del brazo; 6) capacidad anaeróbica en términos
relativos. Las principales limitaciones del estudio radican en la falta de información sobre el diseño
de las pruebas realizadas así como los procedimientos aplicados. En este sentido, los mismos
autores sugieren, a pesar del elevado nivel de correlación (r=0,92), la necesidad de seguir
investigando en base a la implementación de variables no vinculadas únicamente a factores
antropométricos (Dotan et al., 1980).
71
R = -28,96+0,222·X1 - 0,009·X2 + 0,705·X3 - 0,626·X4 - 0,204·X5 - 0,009·X6 + 0,065·X7 (Eq. 1)
Los siguientes estudios (Jancarik & Salmela, 1987; Régnier & Salmela, 1987), pese a ser
diferentes publicaciones, fueron diseñados y elaborados en base al mismo grupo de investigación.
De hecho existe un tercero que, a modo de prefacio, explica el protocolo de cada una de las
pruebas (Salmela et al., 1987). Todos ellos fueron publicados como breves capítulos en el libro
“World Identification Systems for Gymnastic Talent” (Petiot et al. ,1987). En el estudio de Régnier
& Salmela (1987) fueron incluidos, bajo un diseño transversal, 263 gimnastas canadienses de nivel
nacional e internacional (divididos en varios grupos de edad: 10-11 años, 12-13 años, 14 años, 15-
16 años, 17-18-19 años, ≥20 años) y 71 variables independientes, todas englobadas en cuatro
áreas: morfológica o somática (n=23); orgánica o de condición física específica (n=34); perceptiva
o de habilidad técnica (n=8); psicológica (n=6). Los objetivos del estudio fueron: a) identificar las
variables relacionadas con el rendimiento gimnástico para cada grupo de edad (ranking
competitivo establecido a partir de los resultados de la liga provincial efectuada la temporada
previa al estudio); b) analizar la potencia predictiva individual de cada una de las cuatro áreas de
rendimiento evaluadas; c) mostrar la efectividad del análisis multivariante para la elaboración de
un modelo fiable de predicción del rendimiento deportivo en GAM. Los resultados del estudio
demostraron que: a) el conjunto de variables que conforman el mejor modelo predictivo varía a lo
largo de la edad; b) desde los 10 hasta los 16 años, las relaciones entre dichas variables se
establece en base a diferentes áreas del rendimiento (Tabla 1.25), a partir de los 17 años, el 100%
de la varianza es explicada básicamente por el área perceptiva (habilidades técnicas) y el área
orgánica (condición física específica); c) los menores índices de predicción del modelo se
establecen en las edades cronológicas situadas alrededor de los 14 años. Pese a todo, las
principales limitaciones del estudio sugieren ser cautos a la hora de interpretar sus resultados: a)
las franjas de edad contempladas no logran reflejar la elevada variabilidad en la prestación
gimnastica entre un gimnasta de 17 años respecto a uno de 19 años, por ejemplo; b) nuevamente,
no se poseen indicadores de edad biológica; c) los autores no indican ningún mecanismo de
control respecto a la fiabilidad y validez de cada una de las pruebas realizadas; d) el ranking
competitivo se establece sin tener en cuenta índices correctores que favorezcan a los gimnastas
con participación y resultados en las competiciones nacionales e internacionales. Además, queda
establecido con un año de antelación, y no durante la misma temporada deportiva; e) el nivel
competitivo de la muestra objeto de estudio no es lo suficientemente elevado como para
discriminar entre los gimnastas de mayor o menor nivel deportivo, de forma especial en las edades
iniciales; f) tanto la cuantificación como la idoneidad de alguna de las pruebas es discutible
(sentido kinestésico, tolerancia al dolor…).
72
Tabla 1.25. Variables predictivas a lo largo de la de edad en GAM (Régnier & Salmela, 1987).
Otro estudio, realizado con 46 gimnastas hindús de nivel nacional (Singh et al., 1987), señala que
el 73% de la varianza del rendimiento competitivo en GAM, puede explicarse mediante cuatro
habilidades gimnásticas de condición física: trepa de cuerda, espagat, salto vertical, fuerza de
prensión manual. Los autores ratifican la opinión de muchos entrenadores expertos a la hora de
afirmar que son la fuerza y la flexibilidad los dos grandes ejes condicionantes del mayor o menor
nivel de perfección técnica que pueda desarrollar un gimnasta. No obstante, la capacidad
predictiva de las variables de rendimiento de los gimnastas en este estudio queda limitada por: a)
número reducido de variables independientes y todas ellas pertenecientes a una única dimensión
(condición física); b) no se poseen indicadores de edad cronológica ni biológica; c) no se indican
mecanismos de control respecto a la fiabilidad y validez de cada una de las pruebas realizadas.
Finalmente, Delas y colaboradores (Delas et al., 2008), señalan que el 58% de la varianza en
GAM viene explicada únicamente por variables somáticas. La muestra utilizada (110 niños de
12,0±3,0 años que practican únicamente gimnasia extraescolar), limita y aleja definitivamente los
resultados y consecuentes conclusiones, en relación al presente estudio.
73
2 JUSTIFICACIÓN Y OBJETIVOS
74
2.1 Justificación y modelo de estudio
El rendimiento deportivo en GAM depende del grado de perfección técnica alcanzado por el
gimnasta en cada una de sus actuaciones (Bale & Goodway, 1990). Dicha perfección es valorada
en base a la conjunción de tres factores (CP-FIG): 1) el nivel de dificultad de los elementos
gimnásticos; 2) la corrección en la ejecución técnica de éstos; 3) la composición de las rutinas
competitivas de los gimnastas.
Los gimnastas requieren de un elevado nivel de preparación física, tanto general como
específica, para manifestar la excelencia técnica en sus rutinas competitivas (Carter et al., 1971;
Sands et al., 2001; Prassas et al., 2006). Varios autores señalan que la flexibilidad (Carrasco,
2004a, 2004b; Sands et al., 2006b, 2008; Kinser et al., 2008) y la fuerza (Ariza, 2004) en cada una
de sus manifestaciones, son las cualidades físicas preponderantes en GAM. Pese a ello, y no de
forma contrapuesta, en la gimnasia actual se pone de manifiesto, cada vez más, la necesidad de
integrar otros factores que en mayor o menor medida pudieran determinar o condicionar el
rendimiento del gimnasta como son, entre otros, la composición corporal (Georgopoulos et al.,
2004), las habilidades técnicas o coordinativas (Carnus, 2004; Asseman et al., 2008), la velocidad
(Kling & Cometti, 2002) y la resistencia (Jemni et al., 1998b, 2000b).
El estudio teórico del rendimiento deportivo ha hecho que diversos autores hayan
planteado, desde una perspectiva genérica, diversos modelos estructurales que intentan explicarlo
(Bouchard, 1973; Bauersfeld & Schröter, 1979; Martin, 1980; Grosser & Neumaier, 1982; Schnabel
& Thiess, 1994). En este sentido, y tal y como se ha desarrollado en el anterior apartado (apartado
1.3), los únicos seis estudios relacionados que se han hallado en GAM poseen una serie de
limitaciones que imposibilitan generar cualquier propuesta acorde con la realidad actual de esta
disciplina deportiva (Dotan et al., 1980; Grabiner & McKelvain, 1987; Jancarik & Salmela, 1987;
Régnier & Salmela, 1987; Singh et al., 1987; Delas et al., 2008): a) contemplan el rendimiento
gimnástico desde una única perspectiva o tipo de variable de estudio (Dotan et al., 1980; Grabiner
& McKelvain, 1987; Singh et al., 1987; Delas et al., 2008); b) incluyen un número reducido de
variables independientes (Grabiner & McKelvain, 1987); c) no aportan indicadores de edad
biológica (Grabiner & McKelvain, 1987; Jancarik & Salmela, 1987; Régnier & Salmela, 1987; Singh
et al., 1987); d) no especifican mecanismos de control respecto a la fiabilidad y validez de cada
una de las pruebas realizadas (Jancarik & Salmela, 1987; Régnier & Salmela, 1987; Singh et al.,
1987); e) el ranking competitivo se establece sin tener en cuenta índices correctores que
favorezcan a los gimnastas con participación y resultados en competiciones nacionales e
internacionales (Jancarik & Salmela, 1987; Régnier & Salmela, 1987); f) el nivel competitivo de la
muestra objeto de estudio es discreto (Jancarik & Salmela, 1987; Régnier & Salmela, 1987; Delas
et al., 2008).
Por otra parte, la mayoría de modelos genéricos de análisis del rendimiento deportivo
emplean niveles de concreción reducidos, limitándose en su mayoría a enumerar los componentes
75
analizados pero sin determinar niveles de jerarquía o de interacción entre ellos (Hohmann, 2001;
Hohmann & Seidel., 2003).
El modelo de análisis adoptado y, por tanto, el diseño del presente estudio (apartado
3.3.1), se basa en la propuesta de Rodríguez (1989), previamente utilizada en tesis doctorales
realizadas por Solanellas (1995) con tenistas, por Fernández (2000) con jugadores de balonmano,
por Saavedra (2002) con nadadores jóvenes, y por Vila (2002) con jugadoras de balonmano.
Dicho modelo configura el análisis de la estructura condicional del rendimiento deportivo en base a
distintos factores, supuestamente relacionados con el rendimiento, que son evaluados a tres
niveles: a) un primer nivel, esencialmente descriptivo, basado en el cálculo de estadísticos
univariantes para cada una de las variables de estudio y para cada grupo de edad; b) un segundo
nivel que relaciona cada una las variables de estudio con el nivel de rendimiento y compara sus
valores absolutos o relativos con los de una o varias poblaciones de referencia y en función de los
distintos grupos de edad mediante el uso de técnicas estadísticas bivariantes; y c) un tercer nivel
que, mediante la elaboración y evaluación de modelos estadísticos multivariantes, jerarquiza las
distintas variables y factores en relación con el rendimiento deportivo como variable dependiente
única en los distintos grupos de edad (Figura 2.1).
Física Física
Sociodeportiva Somática Técnica
general específica
Estadística
bivariante EVALUACIÓN MULTIDIMENSIONAL
Estadística
multivariante
RENDIMIENTO DEPORTIVO
Figura 2.1. Modelo de análisis de la estructura condicional del rendimiento deportivo (Rodríguez, 1989).
76
Así, conjugando ambos modelos (estructural y analitico), el presente estudio se centrará
en el análisis de la estructura condicional del rendimiento deportivo en GAM en base a los
siguientes factores: a) factores determinantes invariables: estructura somática (VS), morfológica y
madurativa, evaluadas mediante el estudio antropométrico y de la edad biológica (Tanner et al.,
1966), respectivamente; b) factores determinantes variables: valoración de antecedentes sociales
y deportivos (VASD), valoración de la condición física general (VCFG) y específica (VCFE) y
valoración técnica (VT). Finalmente, las citadas valoraciones (VS, VASD, VCFG, VCFE y VT) se
valorarán de forma conjunta en el apartado de valoración multidimensional (VM), mediante el
desarrollo de modelos estadísticos multivariantes (regresión múltiple y análisis discriminante).
2.2 Objetivos
2.2.1 OBJETIVOS GENERALES
Los objetivos generales del presente estudio son los siguientes:
77
2.2.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Los objetivos específicos, establecidos en función de cada una de las valoraciones realizadas, son
los siguientes:
Comparar las características somáticas de los gimnastas estudiados con las de otros
grupos de población deportiva semejantes.
Comparar la condición física general de los gimnastas con la de otros grupos de población
semejantes.
78
.
79
3 MATERIAL Y MÉTODOS
80
3.1 Sujetos
Participaron en el estudio 111 deportistas, lo que representa el 79% de la población de deportistas
españoles de la especialidad de gimnasia artística masculina (GAM) que compitieron a nivel
nacional y/o internacional durante la temporada 2005 (Tabla 3.1). Como se explica en el apartado
1.1.2, la RFEG establece las siguientes categorías: a) benjamín (8, 9 y 10 años); b) alevín (11 y 12
años) c) infantil (13 y 14 años); d) juvenil (15 y 16 años); e) júnior (17 y 18 años); y f) sénior (≥ 19
años). Cabe remarcar que las únicas categorías establecidas por la FIG, son las dos últimas.
Tanto la RFEG como la FIG establecen la edad por años naturales, lo que implica, por ejemplo,
que los gimnastas nacidos en cualquier mes del año 1990 sean considerados a 1 de enero de
2005 como gimnastas juveniles (15 años) con independencia de la fecha concreta en la que
cumplan esa edad. El número de gimnastas, procedencia y edad promedio para cada categoría se
presentan en la Tabla 3.2.
Total Total
AND AST BAL CAN CYL CAT EXT MAD NAV VAS VAL
n %
No Sí No Sí No Sí No Sí No Sí No Sí No Sí No Sí No Sí No Sí No Sí No Sí No Sí
Benja. 2 7 1 4 2 9 4 -- 2 -- 2 12 -- -- -- 5 1 -- -- -- -- -- 14 37 27 73
Alevín -- -- -- 2 -- 3 6 -- -- -- -- 6 1 1 -- 7 -- -- -- -- -- 1 7 20 26 74
Infantil -- 3 -- 2 -- 2 -- -- 1 -- -- 4 -- 2 1 -- -- -- -- 2 1 3 3 18 14 86
Juvenil 1 1 -- 1 -- 1 -- -- -- -- -- 9 -- -- -- 2 -- -- -- 1 -- 1 1 16 6 94
Júnior -- 1 -- -- -- -- -- -- -- -- -- 1 -- -- -- 3 -- -- -- 1 -- 1 0 7 0 100
Sénior -- -- 1 3 -- -- -- -- -- -- 2 4 -- -- 1 4 -- -- -- 1 -- 1 4 13 24 76
3 12 2 12 2 15 10 0 3 0 4 36 1 3 2 21 1 0 0 5 1 7 29 111 21 79
No: gimnastas no valorados en este estudio.; Sí: gimnastas valorados; AND: Andalucía; AST: Asturias; BAL: Baleares;
CAN: Cantabria; CYL: Castilla y León; EXT: Extremadura; MAD: Madrid; NAV: Navarra; VAS: País Vasco; VAL: Valencia
81
En el presente estudio se ha optado por no agrupar a los sujetos por categorías RFEG-FIG o por
edad cronológica, en parte por el tamaño reducido de alguna de las muestras y en parte por otros
criterios que se exponen a continuación. Así, los sujetos se agruparon según su edad biológica,
determinada en función del desarrollo individual de los caracteres sexuales secundarios y según
los estadíos evolutivos de Tanner (Tanner et al., 1966). Este criterio queda justificado en base a
los siguientes motivos: a) la edad biológica correlaciona mejor con el rendimiento deportivo que la
edad cronológica (Beunen, 1981; Baxter-Jones et al., 1995); b) es un método de agrupación
utilizado actualmente en algunas publicaciones internacionales indexadas, tanto de ámbito clínico
general (Misra et al., 2007), como de ámbito gimnástico (Dowthwaite et al., 2007); y c) los grupos
generados conforman óptimos tamaños muestrales a efectos comparativos (Tabla 3.3). En
relación a este último punto, como proponen otros autores (Dowthwaite et al., 2007), se ha optado
por agrupar a los gimnastas de los estadios G3 (n=22) y G4 (n=11) en un único grupo de tamaño
muestral similar al resto (n=33).
Tabla 3.3. Edad cronológica y tamaño muestral de los grupos incluidos en el presente estudio
Número (n) 28 25 33 25
Finalmente, se muestra el número de gimnastas que conforman cada uno de los 4 grupos de
estudio en relación a cada categoría RFEG-FIG (Tabla 3.4).
G1 G2 G3/G4 G5
n % n % n % n %
Benjamín 20 71,4 17 68,0 - - - -
Alevín 8 28,6 5 20,0 7 21,2 - -
Infantil - - 3 12,0 15 45,5 - -
Juvenil - - - - 11 33,3 5 20,0
Júnior - - - - - - 7 28,0
Sénior - - - - - - 13 52,0
Total 28 100 25 100 33 100 25 100
3.2 Métodos
3.2.1 TIPOS DE VALORACIÓN
El conjunto de variables analizadas en el presente estudio (n=136) se agrupan en las siguientes
categorías de valoración:
82
a. Valoración de antecedentes sociales y deportivos (VASD). Se estudian variables relacio-
nadas con: a) antecedentes sociales (n=7); b) práctica deportiva (n=6); c) entrenamiento de-
portivo y competiciones (n=12); y d) historial de lesiones (n=8).
f. Valoración multidimensional (VM). De todas las variables estudiadas en cada una de las
valoraciones se seleccionan aquéllas que presentan mayor relación con el rendimiento compe-
titivo y se analizan de forma conjunta.
Estructura
83
En base a la propuesta de Kirby et al., (1981), se incluye un modelo de historial lesional
(Anexo 9.1) establecido de forma dirigida y secuenciada en base a las lesiones más relevantes
acaecidas durante la carrera deportiva de los gimnastas, sus causas y el tiempo de convalecencia
necesario para retomar la normalidad del entrenamiento. Al objeto de obtener mayor precisión en
la respuesta se accedió ocasionalmente al historial médico individual de algunos gimnastas.
Antecedentes sociales (n=7) (García Ferrando, 1990, 2006; Solanellas, 1995; Fernández, 1999;
Saavedra, 2002; Vila, 2002): a) número de hermanos/as; b) práctica deportiva de madres y pa-
dres; c) profesión de madres y padres; d) tipo de desplazamiento utilizado para ir al gimnasio; y e)
vinculación de los hermanas y hermanos respecto a la práctica gimnástica
Práctica deportiva (n=6) (Massimo, 1977; Leglise, 1988, 1992; Campos, 1995; Solanellas, 1995;
Gajdos, 1998; Fernández, 1999; Kirkby et al., 1999; Papin 2002; Saavedra, 2002; Vila, 2002): a)
primer deporte practicado; b) práctica simultánea con otros deportes; c) edad de inicio de la
práctica gimnástica; d) edad de participación en la primera competición; e) motivación para
practicar la gimnasia artística masculina; y f) aparato gimnástico preferente.
Entrenamiento y competiciones (n=12) (Plotkin et al., 1983, 1989; Chu, 1994; Solanellas, 1995;
Major, 1996; Jemni et al., 1998a; Fernández, 1999; González-Badillo, 2000; Groussard &
Delamarche, 2000; Saavedra, 2002; Vila, 2002; Bortoleto, 2004; Irurtia et al., 2007): a) número de
sesiones de entrenamiento a la semana; b) horas semanales de entrenamiento; c) número de
aparatos que se entrenan al día; d) realización de entrenamiento con pesas; e) realización de
entrenamiento general de base aeróbica (fuera del gimnasio); f) conocimiento de los términos
relacionados con el entrenamiento; g) conocimiento de los objetivos de la temporada; h)
conocimiento de las normativas técnicas (CP-FIG y CP-RFEG); i) preferencia del aparato por el
que iniciar una competición; j) número de competiciones al año; k) orientación al ego o a la tarea; e
i) meta final como gimnasta.
Historial de lesiones (n=8) (Kirby et al., 1981; Fernández, 1999; Vila, 2002): a) número de
lesiones; b) número de intervenciones quirúrgicas; c) tipos de lesión; d) localización; e) causas; f)
índice de gravedad; g) convalecencia; y h) estado en el momento de realizar el estudio. Además, a
modo de contextualización descriptiva, se informa sobre el número de gimnastas por categoría con
algún cuadro lesional registrado a lo largo de su carrera deportiva.
Tipos de variables
Las preguntas del cuestionario son, con sólo dos excepciones, de tipo cerrado, bien con respuesta
alternativa dicotómica o con respuesta de elección múltiple. La pregunta nº 22 (conocimiento de
los términos relacionados con el entrenamiento) del bloque de “entrenamiento y competiciones”,
se plantea relacional, contabilizando el número de aciertos. La pregunta nº 3 (práctica deportiva de
84
madres y padres) del bloque de “antecedentes sociales” (Tabla 3.5), así como la variable “tipo de
lesión” del bloque “historial de lesiones” (Tabla 3.6), al poseer carácter abierto, se categorizan
como sigue:
Tabla 3.5. Codificación de los deportes Tabla 3.6. Codificación del tipo de lesión
0 Ninguno 0 Ninguna
1 Aeróbic
1 Afectación Nerviosa
2 Atletismo
2 Artritis
3 Ballet
4 Baloncesto 3 Artrosis
5 Balonmano 4 Bursitis
6 Bolos
5 Capsulitis
7 Boxeo
6 Ciática
8 Caza Deportiva
9 Ciclismo 7 Contractura
10 Culturismo 8 Contusión
11 Equitación 9 Corte Profundo
12 Espeleología
10 Disfunción cardiaca
13 Fitness
11 Distensión
14 Fútbol
15 Gimnasia Artística 12 Epicondilitis
16 Gimnasia Rítmica 13 Esguince
17 Halterofilia
14 Espondilolistesis
18 Judo
15 Fisura ósea
19 Karate
20 Motociclismo 16 Fractura ósea
Con el objetivo de valorar la fiabilidad test-retest del cuestionario (García Ferrando et al., 1986),
una vez definidas la estructura y variables a introducir, se administró una primera vez a la muestra
de gimnastas catalanes (n=36, 32,4% de la muestra total de gimnastas) y una segunda vez a los
45 días (ver apartado 4.1.2).
85
3.2.2.2 VALORACIÓN SOMÁTICA
En este apartado se describen las diferentes pruebas, incluyendo sus objetivos, las instrucciones
para el examinador y sus respectivas valoraciones. Para los parámetros estandarizados se
siguieron las normas y técnicas de medida recomendadas por el “International Working Group of
Kinanthropometry” (Ross & Marfell-Jones, 1982), adoptadas por la “International Society for the
Advancement of Kinanthropometry” (ISAK) y por el Grupo Español de Cineantropometría (GREC)
(Aragonés et al., 1993). Para los no estandarizados, se indica la referencia. Todas las mediciones
fueron realizadas por el autor, antropometrista acreditado con el Nivel 2 de la ISAK. Los
parámetros estudiados fueron los siguientes:
Pliegues (n=10): tricipital, subescapular, bicipital, pectoral, axilar medio, ileocrestal, supraespinal,
abdominal, muslo anterior y pierna medial.
Perímetros (n=12): brazo relajado, brazo contraído, antebrazo, muñeca, mesoesternal, cintura,
glúteo, muslo, pierna, tobillo, cefálico y cuello.
Composición corporal (n=10): sumatorio de 6 pliegues, masa grasa y masa libre de grasa
(Slaughter et al., 1988), masa muscular (Poortmans et al., 2005), ósea (Rocha et al., 1975) y
residual (Würch, 1974). Áreas grasas y musculares de brazo y muslo (Rolland-Cachera et al.,
1997).
Maduración biológica (n=3): desarrollo de los caracteres sexuales secundarios según los
estadios de Tanner (Tanner, 1962).
Talla
86
intervertebrales. Puede ser ayudado por el antropometrista, que realizará una leve tracción hacia
arriba desde el maxilar inferior, manteniendo la cabeza del sujeto estudiado en el plano de
Frankfort. Su valoración se realiza en centímetros, con una tolerancia de medida de 3 mm (Ross &
Marfell-Jones, 1982).
Talla sentado
Descripción: se mide la distancia entre el vértex y el plano de sustentación; el cual está sentado
con la cabeza en el plano de Frankfort y el tronco erecto. La espalda y la región occipital en
contacto con el plano vertical del tallímetro. El sujeto estudiado realiza una inspiración profunda en
el momento de la medida. Puede ser ayudado por el antropometrista que realizará una leve
tracción hacia arriba desde el maxilar inferior. Su valoración se realiza en centímetros, con una
tolerancia de medida de 2 mm (Ross & Marfell-Jones, 1982).
Peso
Envergadura
Descripción: el sujeto estudiado se sitúa apoyado la espalda en la pared, con los pies juntos y los
miembros superiores en abducción a la altura de los hombros, formando un ángulo de 90º con el
tronco. En el momento de hacer la medida se anima al sujeto estudiado para que alcance la
máxima distancia posible entre los puntos dedales medios. Su valoración se realiza en
centímetros, con una tolerancia de medida de 2 mm (Ross & Marfell-Jones, 1982).
Alcance
Objetivo: valoración de la longitud total entre el punto más elevado alcanzado por las manos y el
suelo.
Descripción: el sujeto se coloca enfrente de una pared y extiende los brazos hacia arriba con las
manos superpuestas y a la misma altura, intentando llegar al punto más elevado posible sin
levantar los talones del suelo. Se registra la distancia entre el suelo y el punto dedal medio de
ambas manos. Su valoración se realiza en centímetros.
87
3.2.2.2.2 LONGITUDES, DIÁMETROS, PERÍMETROS
Descripción: se mide la longitud entre los puntos anatómicos del acromion y el punto dedal medio.
La técnica utilizada corresponde a las medidas proyectadas. El antropometrista se sitúa a la
derecha del sujeto estudiado, que está erguido en posición de atención antropométrica, y aplica
las ramas del paquímetro midiendo: a) la distancia vertical entre el suelo y el punto anatómico del
acromion; b) la distancia vertical entre el suelo y el punto anatómico del punto dedal medio. La
diferencia entre la primera medición y la segunda, corresponde a la longitud total de la extremidad
superior (brazo, antebrazo, mano). Su valoración se realiza en centímetros.
Descripción: se mide la longitud entre el punto anatómico del trocánter del fémur y el suelo. La
técnica utilizada corresponde a las medidas proyectadas. En este caso, la medida es directa. El
antropometrista se sitúa a la derecha del sujeto estudiado, que está erguido en posición de
atención antropométrica, y aplica las ramas del paquímetro midiendo la distancia vertical entre el
suelo y el punto anatómico del trocánter del fémur. La distancia registrada corresponde a la
longitud total de la extremidad inferior (muslo, pierna, pie). Su valoración se realiza en centímetros.
Longitud de la mano
Descripción: se mide la longitud entre los puntos anatómicos estiloide y el punto dedal medio. La
técnica utilizada corresponde a las medidas proyectadas. El antropometrista se sitúa a la derecha
del sujeto estudiado, que está erguido en posición de atención antropométrica, y aplica las ramas
del paquímetro midiendo: a) la distancia vertical entre el suelo y el punto anatómico estiloide; b) la
distancia vertical entre el suelo y el punto anatómico del punto dedal medio. La diferencia entre la
primera medición y la segunda, corresponde a la longitud total de la mano. Su valoración se
realiza en centímetros.
Descripción: se mide la longitud entre los puntos anatómicos anterior y posterior del pie. El
antropometrista se sitúa a la derecha del sujeto estudiado, y aplica las ramas del paquímetro en
los puntos señalados, manteniendo el antropómetro paralelo al eje longitudinal del pie. Su
valoración se realiza en centímetros.
Diámetros
88
Descripción: se mide la distancia tomada en proyección, entre dos puntos anatómicos. El sujeto
estudiado mantiene la posición de atención antropométrica. Las dos ramas del antropómetro o
compás para grandes diámetros y paquímetro de calibre pequeño se cogen entre el dedo pulgar e
índice descansando sobre el dorso de la mano. El dedo medio se utiliza para localizar el punto
anatómico deseado. Hay que aplicar una presión firme sobre las ramas para minimizar el espesor
de los tejidos blandos. Su valoración se realiza en centímetros, con una tolerancia de medida de 1-
2 mm para el diámetro biacromial, diámetro biilíaco, diámetro biestiloideo, diámetro transverso de
tórax, diámetro anteroposterior de tórax, diámetro bimaleolar de tobillo, y de 1 mm para el diámetro
biepicondíleo de húmero y el diámetro bicondíleo de fémur (Ross & Marfell-Jones, 1982).
Biilíaco: distancia entre los puntos anatómicos ileocrestal derecho e izquierdo. El antropometrista
se sitúa enfrente o detrás del sujeto estudiado que cruza los brazos por delante para facilitar la
medida. Las ramas del antropómetro apuntan hacia arriba formando un ángulo de 45º con la
horizontal.
Bitrocantéreo (Lohman et al., 1988): distancia entre la proyección lateral del trocánter mayor del
fémur. El antropometrista se sitúa detrás del sujeto estudiado que cruza los brazos por delante
para facilitar la medida. Las ramas del antropómetro apuntan hacia arriba formando un ángulo de
45º con la horizontal.
Transverso de tórax: distancia entre el punto más lateral de las costillas, a la altura del punto
anatómico mesoesternal. El antropometrista se coloca delante del sujeto estudiado colocando las
ramas del paquímetro a 30º de la horizontal. Cabe poner especial atención en no colocar dichas
ramas entre los espacios intercostales o bien incluyendo los músculos pectoral y/o dorsal. El
registro de la medición se realiza al final de una espiración tidal.
Biestiloideo: distancia entre la apófisis estiloide del radio y del cúbito. El antropometrista está
delante del sujeto estudiado que estará sentado con el antebrazo en pronación sobre el muslo y la
mano flexionada con la muñeca en un ángulo de unos 90º. Las ramas del paquímetro están
dirigidas hacia abajo en la bisectriz del ángulo de la muñeca.
89
Bicondíleo de fémur: distancia entre el cóndilo lateral y medial del fémur. El antropometrista se
coloca delante del sujeto estudiado que está con la rodilla flexionada 90º. La rama del calibre
pequeño mira hacia abajo en la bisectriz del ángulo recto formado a nivel de la rodilla.
Bimaleolar de tobillo: distancia entre los puntos maleolar tibial y maleolar peroneal. Se tomará
con el pie apoyado en el suelo formando un ángulo de 90º. Las ramas del paquímetro se sitúan
bajo un plano algo oblicuo, por estar el maleolo peroneal en un plano algo inferior al maleolo tibial.
Perímetros
Se establece una breve reseña de las características comunes a todos los perímetros, para
concretar en cada perímetro las peculiaridades de su medida:
Brazo relajado: perímetro máximo de brazo relajado. El sujeto estudiado se encuentra en posición
erecta, con el brazo relajado al lado del cuerpo en ligera abducción. El perímetro del brazo se
toma en el punto acromial-radial medio, colocando la cinta antropométrica perpendicularmente al
eje del brazo.
Antebrazo: perímetro máximo del antebrazo distal a los epicóndilos humerales. El sujeto
estudiado sostiene la palma de la mano mirando hacia arriba (antebrazo en supinación), mientras
los músculos del antebrazo se mantienen relajados. El evaluador coloca la cinta antropométrica en
el punto máximo de la circunferencia.
Muñeca: perímetro menor de la región distal de la zona estiloidal. El sujeto estudiado coloca el
brazo derecho estirado, supinando el antebrazo y relajando la mano.
90
eje longitudinal del cuerpo. El sujeto estudiado vuelve a la posición estándar y se toma la medida
al final de una espiración tidal.
Cintura: perímetro más estrecho registrado entre del borde del costal inferior y la cresta ilíaca. El
registro de la medición se realiza al final de una espiración tidal. El antropometrista mantiene la
cinta perpendicular al tronco.
Muslo: perímetro situado en el punto medio trocantéreo-tibial. El sujeto estudiado está de pie con
los pies ligeramente separados y el peso distribuido igualmente. El antropometrista mantiene la
cinta perpendicular al eje longitudinal del fémur, situándose al lado derecho.
Tobillo: perímetro correspondiente a la mínima circunferencia de la pierna por encima del maleolo
tibial. El sujeto estudiado está de pie, con los pies ligeramente separados y el peso distribuido
igualmente. El antropometrista mantiene la cinta perpendicular al eje longitudinal de la pierna. Se
toman varias medidas hasta localizar el perímetro mínimo.
Cuello: perímetro del cuello que se localiza en el borde superior del cartílago tiroidal. El sujeto
estudiado sitúa la cabeza en el plano de Frankfort. La cinta antropométrica se coloca
perpendicularmente al eje del cuello, lo cual significa que no se disponga necesariamente en un
plano horizontal.
Se establece una breve reseña de las características comunes a todos los pliegues, para
concretar en cada pliegue las peculiaridades de su medición:
91
punto anatómico. La cantidad de tejido elevado es suficiente para formar un pliegue de lados
paralelos. Nunca se atrapa músculo en el pliegue y una buena técnica para comprobarlo, es
indicarle al sujeto estudiado que realice una contracción de los músculos de la zona cuando se
coge el pliegue. Se libera el pliegue y se vuelve a realizar la toma válida con la musculatura
relajada. El compás de pliegues cutáneos se aplica a un centímetro de distancia de los dedos que
toman el pliegue, el cual se mantiene atrapado durante toda la toma y la lectura se realiza
aproximadamente a los dos segundos después de la aplicación del adipómetro, cuando el
descenso de la aguja del mismo se ralentiza. Para obtener una medida fiable se recomienda
efectuar tres mediciones de forma no consecutiva, y registrar el valor central o mediana de los
valores obtenidos. Los pliegues se miden en el lado derecho del sujeto estudiado. Su valoración
se realiza en milímetros, con una tolerancia de medida de un 5 % (Ross & Marfell-Jones, 1982).
Tricipital: localizado en el punto medio acromio-radial, en la parte posterior del brazo. El pliegue
es vertical y corre paralelo al eje longitudinal del brazo.
Bicipital: localizado en el punto medio acromio-radial, en la parte anterior del brazo. El pliegue es
vertical y corre paralelo al eje longitudinal del brazo.
Axilar medio: localizado en la línea axilar media (altura de la 5ª costilla). El pliegue es vertical.
Ileocrestal: localizado justo encima de la cresta ilíaca en la línea medio-axilar. El pliegue corre
hacia delante y hacia abajo formando un ángulo de 45º con la horizontal. Para facilitar la toma de
esta medida, el sujeto estudiado sitúa la mano derecha a través del pecho.
Supraespinal: localizado en la intersección entre las líneas pliegue axilar – espina ilíaca y línea
horizontal a la altura de la cresta ilíaca. El pliegue es oblicuo en un ángulo de 45º, siguiendo la
línea de tensión de la piel.
Muslo anterior: localizado en el punto medio de la línea que une el pliegue inguinal y borde
proximal de la rótula, en la cara anterior del muslo. El pliegue es longitudinal y corre a lo largo del
eje mayor del fémur. El sujeto estudiado está sentado apoyando los pies en el suelo y formando
sus rodillas un ángulo de 90º. Si el antropometrista tiene dificultades en la toma de este pliegue, el
sujeto estudiado puede sostener con ambas manos su muslo en esta posición o contar con la
ayuda de otro antropometrista que atrapará con sus dos manos el pliegue.
92
Pierna medial: localizado a nivel de la máxima circunferencia de la pierna, en su cada medial. Es
vertical y corre paralelo al eje longitudinal de la pierna. El sujeto estudiado está con la rodilla
flexionada en ángulo recto y el pie colocado sobre un banco.
Sumatorio de 6 pliegues
Masa grasa
Objetivo: valoración de la cantidad de masa grasa (MG) y de la masa libre de grasa (MLG).
Masa muscular
Descripción: ecuación validada mediante absorciometría dual de rayos X (DXA) por Poortmans et
al. (2005) para estimar la totalidad de la MM en la infancia y la adolescencia (R2=0,966; p<0,001),
adaptada de la fórmula desarrollada por Lee y colaboradores (2000):
(Eq. 3)
donde MM (kg) = masa muscular (se expresa en % del peso total)
h (m) = talla
PCB (cm) = perímetro corregido del brazo
PCM (cm) = perímetro corregido del muslo
PCP (cm) = perímetro corregido de la pierna medial
Sexo = valor “0” para mujeres y “1” para hombres
Edad (años)
93
Masa ósea
Descripción: se utiliza la fórmula de Von Döbeln (1964) modificada por Rocha (1975).
Masa residual
Objetivo: valoración del de peso residual, equivalente a la masa total menos las masas grasa,
muscular y ósea.
Descripción: se estima asumiendo que, en varones, la masa residual equivale al 24,1% de la masa
total (Würch, 1974):
Áreas corporales
Descripción: se siguen las recomendaciones realizadas por Rolland-Cachera et al., (1997) que, en
base a un estudio de validación mediante resonancia magnética, proponen una adaptación de la
fórmula de Gurney & Jelliffe (1973) para determinar ambas variables en niños y adolescentes:
Para el cálculo de ambas áreas en el muslo, se substituyen los valores del perímetro del brazo y el
pliegue tricipital por los específicos de este segmento (Rolland-Cachera et al., 1997).
3.2.2.2.5 SOMATOTIPO
94
Objetivo: describir numéricamente la morfología del individuo en el momento de ser estudiado,
mediante mediciones antropométricas (somatotipo antropométrico de Heath y Carter).
Descripción: para el cálculo del somatotipo antropométrico son necesarias las siguientes medidas:
talla, peso, pliegues cutáneos tricipital, subescapular, supraespinal, pierna medial, diámetro
epicondíleo de humero y bicondíleo de fémur, perímetro del brazo contraído y de la pierna medial.
El somatotipo está formado por tres componentes: primer componente o endomórfico (I), segundo
componente o mesomórfico (II) y tercer componente o ectomórfico (III). Su valoración se realiza a
través de un análisis bidimensional (coordenadas X e Y) o bien tridimensional (X, Y, Z). Para
efectuar el análisis bidimensional se requiere la conversión previa de los tres componentes en
unidades X e Y, en donde la proporción X:Y es 3:1, según las siguientes ecuaciones:
X = III – I (Eq. 8)
(I) = -0,7182 + (0,1451 ·3PC) + (0,00068 · 3PC2) + (0,0000014 · 3PC3) (Eq. 10)
95
Mesomorfismo o segundo componente (II): indica la influencia del desarrollo músculo-
esquelético en la configuración morfológica del individuo. El cálculo de este componente se realiza
a través de la siguiente fórmula (Carter, 1975):
(II) = (0,858 · DBH) + (0,601 · DBF) + (0,188 · PCb) + (0,161 · PCp) – (0,131 · T) + 4,5 (Eq. 11)
3.2.2.2.6 PROPORCIONALIDAD
Objetivo: describir la relación que se establece entre distintas partes del cuerpo humano.
Índice de masa corporal (IMC): indica la relación entre la talla (m) y el peso corporal (kg). La
valoración se efectúa en kilogramos/metro2, a través de la siguiente fórmula (Quetelet, 1835):
96
Longitud relativa de la extremidad superior (LRES): indica la relación entre la longitud total de
la extremidad superior (cm), es decir, desde el punto acromial hasta el dactylion, y la talla (cm). La
escala para clasificar a los individuos se establece de la siguiente forma (Vallois, 1965):
Índice córmico (IC): indica la relación entre la talla sentado (cm) y la talla (cm). Fue utilizado por
primera vez por Topinard (1870), actualizada su escala de clasificación por Giuffrida-Ruggeri
(1907), posteriormente por Vallois (1965). El GREC, en base a la propuesta de Comas (1957),
propone la siguiente clasificación (Pacheco, 1993):
Varones Mujeres
Índice braquial (IB): indica la relación entre el antebrazo, o la distancia en cm entre los puntos
anatómicos radial y estiloideo, y el brazo, o la distancia en cm entre los puntos acromial y radial
(Vallois, 1965).
Índice perimetral de extremidades (IPE): indica la relación entre el perímetro del muslo medial y
el perímetro del brazo contraído. Si la proporción responde a una relación 1:1, el valor resultante
será 100% y ambos perímetros serán iguales. La diferencia entre ambos perímetros registrará
valores porcentuales inferiores al 100% si el perímetro del brazo contraído es menor al perímetro
del muslo medial (IPE<100). En caso contrario, IPE>100.
97
IPE = (Pb / Pm) · 100 (Eq. 18)
Descripción: se mide la talla (cm) y el peso (kg) de padres y madres siguiendo la metodología
descrita anteriormente.
Objetivo: valoración del grado de maduración en base a los caracteres sexuales secundarios.
a) Desarrollo genital
G1: los testículos y el escroto son del mismo tamaño y forma que los del niño; G2: ampliación de
los testículos; la piel del escroto adquiere un tono rojizo y se vuelve más delgada y arrugada; el
pene empieza a desarrollarse; G3: aumento de tamaño del pene, crecimiento de los testículos y
descenso del escroto; G4: continúa el alargamiento del pene y la formación del glande; continúa la
pigmentación del escroto; esta etapa puede definirse como “casi adulto”; y G5: etapa adulta; el
escroto se amplia y el pene llega casi hasta la parte inferior del escroto.
b) Vello púbico
PH1: ausente; PH2: escaso y poco pigmentado; PH3: más abundante, pigmentado y rizado; PH4:
forma un triángulo de base superior (no se extiende por los muslos); PH5: se extiende a la cara
interna de los muslos; y PH6: el vello púbico se desarrolla por la línea alba.
98
3.2.2.3 VALORACIÓN DE LA CONDICIÓN FÍSICA GENERAL
Se utilizó el conjunto de pruebas que conforman la Batería Eurofit, propuesta por el Consejo de
Europa para la valoración de la condición física de niños y jóvenes europeos (Council of Europe,
1988): a) carrera de ida y vuelta o “course navette”; b) equilibrio del flamenco; c) golpeo de placas;
d) flexión de tronco adelante o “sit-and-reach”; e) salto de longitud adelante sin impulso; f)
dinamometría manual; g) abdominales en 30 segundos; h) suspensión con flexión de brazos; e i)
carrera de ida y vuelta 10 x 5 m.
Tabla 3.7. Velocidad para cada estadio en la "course navette" (Council of Europe, 1988).
-1
Estadios Velocidad (km·h )
1 8
2 9
3 9,5
4 10
5 10,5
6 11
7 11,5
8 12
9 12,5
10 13
11 13,5
12 14
13 14,5
14 15
15 15,5
16 16
17 16,5
18 17
19 17,5
20 18
21/23 18,5
99
Prueba de equilibrio del flamenco
Descripción: situarse de pie, delante de una mesa dispuesta a tal efecto, con los pies ligeramente
separados. Colocar una mano en el centro de la placa rectangular, disponiendo la mano preferida
sobre el disco del lado opuesto. Mover dicha mano de un disco a otro, lo más rápido posible, sobre
la mano que está en el centro. Es necesario tocar el disco cada vez. Deben de ejecutarse 25 ciclos
lo más rápidamente posible. La prueba se realiza dos veces (se permite, además, un intento
previo) contabilizando el menor tiempo, en segundos, como el resultado de la prueba. Suponiendo
que el ejecutante sitúa inicialmente la mano sobre el disco “A” el cronómetro se para cuando
vuelva tocar este disco 25 veces. Así, el número total de golpes sobre el disco “A” y el disco “B”
asciende a 50 golpes, o 25 ciclos entre “A” y “B”.
Descripción: desde la posición de sentado frente a un cajón (35 x 45 x 32 cm) donde la tapa
superior posee unas dimensiones de 55 x 45 cm (posee una regleta a modo de indicador de marca
en cm), el sujeto debe flexionar el tronco adelante intentando llegar lo más lejos posible apoyando
la planta de los pies en su parte frontal y la punta de los dedos de las manos en el borde de la
tapa. Se deben mantener en todo momento las rodillas extendidas de forma que se empuje la
regleta de forma progresiva sin movimientos bruscos. Finalmente, y tras un momento de breve
pausa de al menos 2 segundos, se anota la máximo distancia alcanzada (cm). Si los dedos de
100
ambas manos no están a la misma altura, se anota la distancia media alcanzada por la punta de
los dedos de cada mano. La prueba se realiza dos veces y contabiliza el mejor resultado.
Descripción: situarse de pie, con los pies separados a una distancia normal y justo detrás de la
línea de salida. Flexionar las rodillas al tiempo que se llevan los brazos hacia adelante. Mediante
un fuerte impulso, saltar hacia delante lo más lejos posible. Se permite la ayuda de los brazos. Se
debe recepcionar con pies juntos, sin perder el equilibrio. La distancia se mide en centímetros,
desde el punto de contacto más retrasado de la parte trasera del talón, hasta la línea de salida. Si
el ejecutante cae hacia atrás o toca el suelo con cualquier parte del cuerpo, puede realizar otro
intento. La prueba se realiza dos veces y se contabiliza el mejor resultado.
Descripción: se sujeta el dinamómetro con la mano dominante y a la voz de ya, se aplica la mayor
fuerza de prensión posible durante dos segundos. En todo momento el dinamómetro debe
mantenerse alejado del cuerpo (en línea con el antebrazo y suspendido lateralmente), resultando
importante ajustarlo previamente a la mano del ejecutante (distancia de presa inicial a la altura de
la primera falange del dedo corazón). La valoración se realiza en kilogramos. Se realiza la prueba
dos veces y se contabiliza el mejor resultado.
101
Prueba de suspensión con flexión de brazos
Descripción: la prueba consiste en mantener el máximo tiempo posible los brazos flexionados en
suspensión (presa palmar a una distancia entre manos igual a la anchura de hombros) en una
barra horizontal de 2,5 cm de diámetro (barbilla por encima sin apoyarse en la barra). La prueba
se inicia en el momento en que el examinador, tras confirmar la correcta colocación del sujeto,
activa el cronómetro. La prueba se detiene cuando el nivel de los ojos del ejecutante desciende
por debajo de la barra. El protocolo indica la no posibilidad de informar acerca del tiempo
transcurrido durante la prueba. Se permite utilizar un banco para alcanzar la barra así como
aplicarse magnesia en las manos. Existe un único intento. La valoración se realiza en segundos.
Descripción: se trata de una carrera a máxima velocidad de ida y vuelta en una distancia
comprendida entre 5 metros. El sujeto debe situarse en posición de preparado, situando el pie más
avanzado justo detrás de una de las dos líneas. A la señal, correr lo más rápido posible hasta la
otra línea, rebasarla con ambos pies y volver a velocidad máxima hasta la línea de salida. Esta
fase constituye un ciclo. Se deben efectuar cinco ciclos seguidos. La prueba se realiza una sola
vez. Se registra el tiempo transcurrido al realizar los cinco ciclos (segundos).
3.2.2.4.1 FLEXIBILIDAD
En este apartado se hace referencia a las diferentes pruebas de flexibilidad ubicadas dentro de
esta valoración (Tabla 3.9), describiéndolas, estableciendo sus objetivos y señalando aquellos
aspectos que deben contemplarse con especial atención (Moras, 2002). Más allá del protocolo
descrito, se establece en todas un periodo de calentamiento previo e individual, donde cada
gimnasta deberá prepararse para desarrollar su máximo rendimiento.
102
Tabla 3.8. Fiabilidad de los tests indirectos de flexibilidad incluidos en el presente estudio.
Flexión de hombros con bastón (anteversión) r=0,93 Johnson & Nelson, 1979a
Tabla 3.9. Tests realizados en relación a las manifestaciones de la flexibilidad (Moras, 2002).
FLEXIBILIDAD
ESTÁTICA DINÁMICA
Flexión de hombros con bastón (anteversión) Giro de hombros con pica (anteversión)
Extensión de hombros con bastón (retroversión) Giro de hombros con pica (retroversión)
ACTIVA
Flexión de tronco
Puente
Descripción: se sitúa al gimnasta de pie sujetando con las dos manos un bastón por delante del
cuerpo (presa dorsal). Éste debe pasar el bastón por encima de la cabeza y hacia atrás hasta
llegar a la espalda. No se pueden doblar los brazos ni perder contacto de toda la palma de la
mano con el bastón. El resultado del test es la mínima distancia entre ambos lados externos de la
mano, es decir, el lado externo del quinto metacarpiano. Su valoración se realiza en grados, a
partir del cálculo del ángulo (funciones trigonométricas), en base a la longitud del brazo (Lb), al
resultado del test (Ds), y a la anchura de los hombros (Ah).
103
Aspectos a valorar: como precaución se debe iniciar la prueba cogiendo el bastón con una
separación cómoda y progresivamente cerrar las manos hasta encontrar el límite. Restar el
resultado del test (Ds) y la anchura de los hombros (Ah) supone eliminar la influencia de éste
parámetro en el resultado final, pero la longitud de brazos (Lb) continúa teniendo una clara
influencia en el ángulo final. Así, la expresión del índice como cociente entre Ds y Ah tiene un
tratamiento parecido, aunque en éste caso, al existir una elevada relación entre la longitud del
brazo y la anchura de hombros (Moras, 2002), se produce una baja distorsión debido a dichos
aspectos morfológicos (Figura 3.1).
Ds
Bastón
Lb
Ah
Ds-Ah
Lb
α Ah
Figura 3.1. Giro de hombros con bastón en anteversión (Lb = longitud brazos; Ds = distancia de separación entre manos;
Ah = anchura de hombros; = ángulo).
Descripción: se sitúa al gimnasta de pie, sujetando con las dos manos un bastón por detrás del
cuerpo (presa palmar). Éste debe pasar el bastón por encima de la cabeza y hacia adelante hasta
llegar a las extremidades inferiores. No se pueden doblar los brazos ni perder contacto de toda la
palma de la mano con el bastón. El resultado del test es la mínima distancia entre ambos lados
externos de la mano, es decir, el lado externo del segundo metacarpiano. Su valoración se realiza
en grados a partir del cálculo del ángulo (funciones trigonométricas), en base a la longitud del
brazo (Lb), al resultado del test (Ds), y a la anchura de los hombros (Ah).
104
Aspectos a valorar: como precaución se debe iniciar la prueba cogiendo el bastón con una
separación cómoda y progresivamente cerrar las manos hasta encontrar el límite. Restar el
resultado del test (Ds) y la anchura de los hombros (Ah) supone eliminar la influencia de éste
parámetro en el resultado final, pero la longitud de brazos (Lb) continúa teniendo una clara
influencia en el ángulo final. Así, la expresión del índice como cociente entre Ds y Ah tiene un
tratamiento parecido, aunque en éste caso, al existir una elevada relación entre la longitud del
brazo y la anchura de hombros (Moras, 2002), se produce una baja distorsión debido a dichos
aspectos morfológicos (Figura 3.2).
Ds
Bastón
Lb
Ah
Ds-Ah
Lb
α Ah
Figura 3.2. Giro de hombros con bastón en retroversión (Lb = longitud brazos; Ds = distancia de separación
entre manos; Ah = anchura de hombros; = ángulo).
Descripción: se sitúa al gimnasta en posición de tendido prono sobre una altura determinada con
los miembros superiores extendidos por delante de la cabeza y con las manos agarradas al bastón
en presa dorsal. La distancia de separación de manos (Ds), valorada como la mínima distancia
entre ambos lados externos de la mano (quinto metacarpiano), corresponde a la anchura de
hombros (Ah) o diámetro biacromial. En ese caso, el ángulo entre ambos brazos se establece en
= 0º (Eq. 20). Desde dicha posición (Ds = Ah) se elevan los miembros superiores lo máximo
posible sin levantar ni el pecho ni la barbilla de la superficie, manteniéndose así por un breve
105
periodo de tiempo. Su valoración se realiza en grados, a partir del cálculo del ángulo obtenido en
base a la longitud de la extremidad superior en situación del test y la distancia a la horizontal.
Aspectos a valorar: la longitud de la extremidad superior es el único elemento que puede modificar
sustancialmente el resultado. Es por ello que se decide adaptar el test original (Moras, 2002) y
tomar la longitud de dicha extremidad en la situación del test (Lbt), es decir, tomando la distancia
entre la parte más superior y lateral del plinton (que es justo donde deben colocarse los hombros),
y la parte central y más inferior del bastón que sujeta el gimnasta (que es justo la máxima altura
alcanzada por el gimnasta en la situación del test). Pese a esta corrección, la movilidad de la
muñeca puede influenciar el resultado del test. A la hora de obtener el ángulo correcto en máxima
flexión del hombro, cabe destacar la importancia de permanecer en contacto no con la frente sinó
con el pecho, manteniendo la barbilla pegada al borde externo del plinton (Figura 3.3). Aquellos
gimnastas que logran colocar el bastón (Ds) a la misma altura que el plinton (Hp), obtienen un
resultado de 0º (Ds = Hp). Los que no alcanzan dicha distancia obtienen valores negativos.
Aquellos gimnastas que logran situar sus brazos en línea perpendicualr con el suelo (Ds = Lbt +
Hp), obtienen un resultado de 90º. Para aquellos gimnastas que logran traspasar dicha
perpendicularidad (>90º) es necesario adaptar la fórmula estándar (Eq. 22), restando de 180º el
resultado final de ésta. Finalmente, aquellos gimnastas que logran realizar una rotación completa,
obtienen un resultado final de 180º.
Lbt
Ds-Hp Ds
Hp
Lbt
Ds-Hp
α
Figura 3.3. Flexión de hombros con bastón: anteversión (Lbt = longitud de la extremidad en el test; Ds = distancia de sepa-
ración (manos – suelo); Hp = altura del plinton; = ángulo).
106
Extensión de hombros con bastón (retroversión)
Descripción: se sitúa al gimnasta en posición de tendido prono sobre una altura determinada con
los miembros superiores extendidos por detrás de la espalda y con las manos sujetadas al bastón
en presa palmar. La distancia de separación de manos (Ds), valorada como la mínima distancia
entre ambos lados externos de la mano (segundo metacarpiano), corresponde a la anchura de
hombros (Ah) o diámetro biacromial. En ese caso, el ángulo entre ambos brazos se establece en
= 0º (Eq. 20). Desde dicha posición (Ds = Ah), se elevan los miembros superiores lo máximo
posible sin levantar ni el pecho ni la barbilla de la superficie, manteniéndose así por un breve
periodo de tiempo. Su valoración se realiza en grados, a partir del cálculo del ángulo en base a la
longitud del brazo y la distancia a la horizontal. La longitud del brazo debe medirse como la
distancia entre el punto más lateral del acromio y el punto más distal del segundo metacarpiano.
Aspectos a valorar: exactamente los mismos que en la flexión de hombros con bastón señalando,
además, que la presa en la extensión de hombros es palmar debido a la similitud de algunos
elementos gimnásticos que, viniendo desde la retroversión en esta presa, finalizan en vertical con
presa cubital (Figura 3.4). Su valoración se realiza en grados, a partir del cálculo del ángulo
obtenido en base a la longitud de la extremidad superior en situación del test y la distancia a la
horizontal.
Lbt
Ds Ds-Hp
Hp
Lbt
Ds-Hp
α
Figura 3.4. Extensión de hombros con bastón: retroversión (Lbt = longitud de la extremidad superior en el test; Ds = distan-
cia de separación (manos – suelo); Hp = altura plinton; = ángulo).
107
Elevación frontal de la extremidad inferior
Factor: flexibilidad activa en el plano sagital de las extremidades inferiores (un centro de rotación).
Lp
Ds
Figura 3.5. Elevación frontal de la extremidad inferior (Lp = longitud de la extremidad inferior; Ds = distancia de separación;
= ángulo).
108
Elevación lateral de la extremidad inferior
Factor: flexibilidad activa en el plano frontal (abducción) de las extremidades inferiores (dos
centros de rotación).
Ac
Lp
Ds
Figura 3.6. Elevación lateral de la extremidad inferior (Ac = anchura cadera o diámetro bitrocantéreo); Lp = longitud de la
extremidad inferior; Ds = distancia de separación; = ángulo).
109
Espagat lateral
Factor: flexibilidad pasiva en el plano frontal (abducción) de las extremidades inferiores (dos
centros de rotación).
Lp
α Ds
α = 180º
Figura 3.7. Espagat en el plano frontal ( ≤ 180º). Se muestra, a modo de ejemplo, el espagat a 180º, es decir, Ds=0 (Lp =
longitud de la extremidad inferior; Ds = distancia de separación entre el suelo y la sínfisis del pubis; = ángulo).
Lp
α Hp
DS
Figura 3.8. Espagat en el plano frontal ( > 180º). Lp = longitud de las extremidades; Ds = distancia de separación entre el
suelo y la sínfisis del pubis; = ángulo; Hp = altura plinton.
110
Índice α = 2arcos [ (Ds – Hp) / Lp ] (Eq. 27)
Espagat frontal
Factor: flexibilidad pasiva en el plano sagital de las extremidades inferiores (un centro de rotación).
Aspectos a valorar: elemento básico en gimnasia artística. Se adapta el protocolo para aquellos
gimnastas que superan los 180º mediante la elevación asistida de la extremidad inferior colocada
al frente (Sands et al., 1991; Sands, 1994; Douda & Tokmakidis, 1997). Los factores de la función
trigonométrica serán: a) la longitud de las extremidades (Lp); b) la diferencia entre la distancia del
pubis al suelo (Ds). En el caso de asistir la elevación de la extremidad delantera, el valor (cm) se
refleja negativo (Figura 3.10). Se señala la importancia de ejecutar el espagat frontal situando la
extremidad retrasada completamente estirada y en rotación interna, de forma que sea la parte más
anterior de ésta la que contacte con la superficie del suelo. Como indicador de una buena
colocación se observará que el empeine del pie se sitúe hacia abajo, con su parte más anterior en
contacto con el suelo. Para certificar la correcta colocación de la cadera, se flexionará la rodilla de
la extremidad retrasada de forma que la línea de la pierna deberá estar alineada en relación a la
del muslo. Finalmente, a lo largo de todo el movimiento, el tronco del gimnasta deberá situarse
perpendicularmente a la línea horizontal del suelo.
Lp
Ds α
α = 180º
Figura 3.9. Espagat en el plano anteroposterior ( ≤ 180º). Se muestra, a modo de ejemplo, el espagat a 180º, es decir,
Ds=0 (Lp = longitud de la extremidad inferior; Ds = distancia de separación entre el suelo y la sínfisis del pubis; = ángulo).
111
Lp
Ds
Figura 3.10. Espagat en el plano anteroposterior ( > 180º), Ds<0 (Lp = longitud de la extremidad inferior; Ds = distancia de
separación; = ángulo).
Por lo que respecta a la elevación asistida de la extremidad inferior, cabe señalar la necesidad de
utilizar dos examinadores: el primero, se encarga de fijar correctamente en el suelo la extremidad
inferior trasera (completamente estirada y en rotación interna); el segundo, asiste a la elevación y
mide. Todo con el fin de evitar posibles errores (Figura 3.11) en cuanto al registro de datos.
Error 1
Error 2
Figura 3.11. Errores comunes al ejecutar la elevación asistida de la extremidad inferior delantera en el espagat frontal. Error
1: flexión de la rodilla. Error 2: el extremo proximal del muslo delantero, se eleva. Anótese de igual forma la necesidad de
mantener las características del elemento citadas anteriormente: a) cuerpo perpendicular a línea del suelo; b) extremidad
inferior trasera en rotación interna.
Flexión de tronco
Descripción: desde la posición de sentado en el suelo con la cadera en contacto con una pared y
con las extremidades inferiores juntas y estiradas, el gimnasta extiende los brazos y ejecuta la
máxima flexión de tronco de forma que con la punta de los dedos de las manos, que se
encuentran sobrepuestas una encima de la otra, alcance el punto más lejano posible. El cálculo
del ángulo (β) multiarticular, en base al protocolo descrito por Jensen & Hirst (1980), se establece
a partir de: a) la distancia entre la pared y el extremo más distal de las manos (Ds); b) la longitud
del alcance (La) menos la longitud de las extremidades inferiores en la posición del test (LpFt).
Respecto a ésta última longitud, cabe señalar que no se corresponde con la longitud de las
extremidades inferiores utilizada en el resto de tests (Lp) debido a la implicación por parte del
tronco en el resultado final (Figura 3.12).
112
Lp
LpFt
Figura 3.12. Diferencia entre la longitud de la extremidad inferior (Lp) según el protocolo ISAK, y la longitud de la extremi-
dad inferior en el test de flexión de tronco (LpFt).
LpFt
Ds
ß Ds / 2
Figura 3.13. Flexión de tronco (Ds = distancia de separación formada por la teórica cuerda del arco formado por la columna
y los brazos; La = longitud del alcance; LpFt = longitud de las extremidades inferiores en el test; = ángulo tronco-
extremidad superior; ß = ángulo tronco-extremidad inferior).
113
donde (º) = ángulo tronco-extremidad superior
ß (º) = ángulo tronco-extremidad inferior
Ds (cm) = distancia de separación
La (cm) = longitud del alcance
LpFt (cm) = longitud extremidad inferior en el test
Aspectos a valorar: las rodillas deben mantenerse en todo momento estiradas, pudiendo ser
asistidas en dicha extensión por el investigador. El gimnasta debe alcanzar el punto más lejano
posible de forma progresiva y sin movimientos bruscos. Una vez alcanzado, se mantendrá 2
segundos. En el supuesto caso de que las manos no superen los pies, se toma igualmente la
distancia entre la pared y el extremo más distal de las manos. Teniendo como referencia el cálculo
final del ángulo formado entre el tronco y las extremidades inferiores (ß), los gimnastas que se
aproximan a tocar con éstas al torso se sitúan en un ángulo de flexión cercano a los 0º. Por el
contrario, el valor más bajo de movilidad (90º) corresponde a un resultado del test en el que Ds es
igual a 0 cm, es decir, sentado con el tronco perpendicular en relación a la línea del suelo, la
cadera en contacto con la pared, y los brazos estirados en prolongación del tronco (Figura 3.14).
La posición superpuesta de las manos es primordial al ser la misma que la utilizada en el alcance
(La), parámetro utilizado en la formulación trigonométrica. Tras el correspondiente tiempo de
pausa, la prueba se realiza una segunda vez, contabilizando el mejor intento.
Figura 3.14. Relación entre el resultado del test en cm (Ds) y su correspondiente ángulo (ß): La (longitud de alcance); LpFt
(longitud de la extremidad inferior en el test de flexión de tronco); La (longitud de la extremidad inferior según el protocolo
ISAK).
Puente
Descripción: estirado en decúbito dorsal, el gimnasta flexiona sus codos colocando la planta de
sus manos en el suelo, aproximadamente a la altura de su cabeza, y con una distancia entre éstas
igual a su anchura de hombros. Paralelamente, debe flexionar sus rodillas colocando la punta de
los pies en contacto con la pared. Desde esta posición, el gimnasta eleva su cuerpo sobre pies y
manos intentando acercar éstas hacia la pared. La valoración de la prueba se realiza en grados en
base al cálculo del ángulo () multiarticular (Moras, 2002). En éste intervienen: a) distancia de
separación (Ds) correspondiente a la mínima distancia entre el lado externo del calcáneo y el talón
de la mano; b) la longitud del alcance (La) del sujeto (Figura 3.15). Así, el triángulo isósceles está
114
delimitado por: a) 2 catetos iguales (mitad de la longitud del alcance); b) 1 cateto desigual de
longitud igual al valor obtenido en el test (Ds).
Ds
La / 2 La / 2
Ds / 2
Figura 3.15. Puente (Ds = distancia de separación entre el lado externo del calcáneo y el talón de la mano; La = longitud
del alcance; = ángulo).
Aspectos a valorar: el test se considera válido cuando el gimnasta consigue estirar completamente
y durante 2 segundos, tanto los codos como las rodillas. Las extremidades inferiores, además,
deben permanecer en todo momento juntas con la planta de los pies en contacto con el suelo.
Los tests de salto utilizados se ajustan a los protocolos descritos por la literatura internacional
(Bosco & Komi, 1979; Bosco et al., 1981; 1982; 1983; Bosco, 1985). Su elección se justifica según
las consideraciones realizadas por Marina (Marina, 2003) en relación a las características del salto
en gimnasia artística de competición: a) “squat jump” (SJ); b) “counter movement jump” (CMJ); c)
“drop jump 60 cm” (DJ60); d) “rebound jump 5 s” (RJ5). En relación a los saltos, la plataforma de
contactos nos ofrece la siguiente información: a) tiempos de vuelo (TV, ms); b) tiempos de
contacto o impulsión (TC, ms). A partir del TV se calcula la elevación (cm) del centro de gravedad
(Bosco et al., 1983). En las pruebas pliométricas (R5 y DJ) se extrae el coeficiente VC, como
resultado de la división entre tiempo de vuelo (TV) y el tiempo de contacto (TC) del mejor salto
115
registrado (Marina, 2003). El orden y protocolo de las pruebas sigue las indicaciones realizadas
por Marina (2003) sobre la realización de las pruebas: 1) SJ; 2) CMJ; 3) R5; 4) DJ60. Para cada
uno de los saltos se realizan 3 ensayos, contabilizando el mejor de ellos. La recuperación entre
cada salto debe ser completa en base al criterio subjetivo establecido por el propio gimnasta,
siendo asesorado por el investigador. En todos los casos, el gimnasta puede realizar un ensayo
previo a modo de calentamiento. La fiabilidad de cada una de las pruebas realizadas, en población
adulta, ha sido previamente documentada (Bosco et al., 1983; Hatze, 1998). En población infantil,
la Tabla 3.10 recoge alguno de los estudios relacionados:
Factor: altura alcanzada por el centro de gravedad mediante la fuerza explosiva de las
extremidades inferiores, obtenida en base al tiempo de vuelo en un salto vertical. Se valora el
componente contráctil de los grupos musculares implicados.
Descripción: la postura de inicio consiste en que el sujeto flexione las rodillas adquiriendo una
postura cómoda para él, que habitualmente se sitúa entorno a los 90º de flexión de rodillas. Las
manos deben apoyarse en la cadera durante toda la ejecución del salto, con objeto de anular la
intervención de los brazos. El tronco puede adquirir una ligera inclinación hacia delante para
facilitar el equilibrio del cuerpo antes de la impulsión. Se prohíbe el contra-movimiento de las
extremidades inferiores en el momento de iniciar el salto. La valoración se realiza en centímetros.
Factor: altura alcanzada por el centro de gravedad mediante la fuerza elástica de las extremidades
inferiores, obtenida en base al tiempo de vuelo en un salto vertical En esta prueba no se debe
desdeñar un componente de coordinación neuromuscular.
116
Descripción: el sujeto, partiendo desde la posición de erguido, genera un contra-movimiento hacia
abajo hasta llegar a un ángulo de flexión de rodilla semejante a la posición de partida del SJ. Se
produce así una flexión de rodillas inmediatamente seguida de una extensión. Las manos y el
tronco mantienen la misma posición que en la prueba anterior. La valoración se realiza en
centímetros.
Factor: relación óptima entre el tiempo de vuelo (TV) y el tiempo de contacto (TC) generada en el
mejor de una serie de varios saltos verticales con rebote consecutivos (fuerza reactiva). Se
registra el valor, en milisegundos (ms), del valor más elevado de coeficiente VC (TV / TC).
Descripción: el sujeto realiza una serie de saltos consecutivos sobre la plataforma de contactos, en
este caso durante 5 s, impulsándose con los brazos y minimizando la flexión de rodillas.
Factor: relación óptima entre el tiempo de vuelo (TV) y el tiempo de contacto (TC) obtenida
mediante todos los componentes que intervienen en la propulsión de un salto: contráctil,
reclutamiento y sincronización de fibras, elástico, brazos y reflejo (Vélez, 1992).
3.2.2.4.3 VELOCIDAD
Descripción: prueba ampliamente utilizada en gimnasia artística (Bajin, 1976; Ukran, 1978;
Shlemin, 1979; Gajdos, 1983; Sands, 1994; Sands & McNeal, 1995; Colombo, 1996) y que consta
de una distancia cercana a la máxima longitud que un gimnasta puede recorrer a la hora de
afrontar un salto (25 metros). Para la correcta realización de la prueba, se debe disponer de toda
la extensión de la carrera de salto (25 m) más un mínimo de 5 m (distancia mínima, 30 m) con el
fin de que el gimnasta no reduzca su velocidad por falta de espacio en la parte final de la prueba.
Situándose en posición de preparado con el pie más adelantado quedando por detrás de la línea
de salida, el cronómetro se pone en funcionamiento en el momento en que el gimnasta inicia la
carrera. El tiempo se interrumpe cuando se traspasa la línea de los 20 metros. Siguiendo las
indicaciones de Kirby (1991a), se establecen 3 intentos con un tiempo de pausa entre éstos de 5
min. El resultado de la prueba es el menor de los tiempos realizados (consultar apartado 4.4.1.5
para comprobar el grado de fiabilidad de la prueba para cada grupo de estudio). El gimnasta
117
puede realizar, a modo de ensayo, un intento previo a los 3 estipulados en el protocolo. La
valoración se realiza en km·h-1.
En este apartado se hace referencia a las diferentes pruebas ubicadas dentro de esta valoración,
describiéndolas, estableciendo sus objetivos y señalando aspectos de su valoración. Además, en
este caso y dada la especificidad de algunas de las pruebas en cuanto a criterios de aplicación, se
anotan aquellos aspectos polémicos así como la justificación de la opción elegida. Tal y como se
ha procedido con el resto de pruebas específicas en las que no se han hallado estudios sobre su
fiabilidad y/o validez, se procede a efectuar el análsis de la primera (apartado 4.4.1.5), justificando
la segunda en base a la pertiencia de ser pruebas que forman parte implícita del proceso de
entrenamiento gimnástico. Éstas son: a) elevación de las extremidades inferiores desde la
suspensión; b) olímpicos. El test de elevación de las extremidades inferiores desde la suspensión,
afronta la dificultad de la mayoría de test abdominales y que recoge ampliamente Tous en su tesis
doctoral (Tous, 2000). Concretamente en la elevación de las extremidades inferiores, la
musculatura abdominal no realiza ningún trabajo dinámico hasta llegar, aproximadamente, a un
ángulo de 90º (Tous, 2000). Aún así, éste es uno de los ejercicios que más implicaría a la
musculatura abdominal (Guimaraes et al., 1991; Axler & McGill, 1997; Juker et al., 1998). Por otra
parte, los test para valorar la fuerza y resistencia abdominal disponibles en la actualidad poseen
una discutible validez. Hall y colaboradores (1992), y Knudson & Johnston (1995), los critican
porque se describen como medios para la valoración de la fuerza y resistencia abdominal, cuando
en la mayoría de casos deberían considerarse como tests de potencia muscular abdominal. En el
presente estudio, la elevación de las extremidades inferiores desde la posición de suspensión
responde a la necesidad de valorar la función abdominal gimnástica, justificándolo en base a una
doble vertiente metodológica: a) se utiliza en múltiples bloques de preparación física como
ejercicio básico en gimnasia artística (Shlemin, 1973; Bajin, 1976; Rozin, 1979; Gajdos, 1983;
Ariza, 1987; Sol, 1987; Sands, 1994); b) aparece como acción técnica característica de multitud de
elementos gimnásticos competitivos (Arkaev & Suchilin, 2004).
118
se aplica una sobrecarga del 10% del peso de cada gimnasta. Este criterio se establece con el
objetivo de orientar el trabajo desarrollado hacia la valoración de la fuerza máxima, característica
en las rutinas competitivas de gimnasia artística masculina (Sale, 1976; Jemni et al., 2002; Ariza,
2004). De esta forma, se siguen las aportaciones de varios autores en cuanto a la valoración de la
fuerza en gimnasia artística, de forma específica en el tren superior (Plotkin et al., 1983, 1989;
Leichenko et al., 1987; Mitchell, 1988; Faria & Faria, 1989; Bencke et al., 2002).
Descripción: se sitúan unas paralelas bajas junto a una espaldera donde previamente se coloca
una tabla deslizante en la parte superior. El gimnasta se coloca en vertical con el tórax en
dirección a la pared; las manos se colocan lo más cercano posible a las espalderas. Desde esta
posición, que representa la correcta ejecución de la vertical en gimnasia artística y por lo tanto es
de aplicación normal para los gimnastas, se debe descender hasta llegar a una flexión de codos
inmediatamente inferior a 90º para posteriormente ascender hasta la posición inicial de vertical
(repetición válida). Se informa al gimnasta sobre la necesidad de mantener un ritmo de ejecución
constante, sin que éste se detenga hasta la finalización del test. Se valora el número de
repeticiones válidas. La validez lógica del factor de estudio así como la objetividad (r = 0,98) y
fiabilidad (r = 0,83) de esta prueba quedan recogidas por Johnson & Nelson (1979b). Cabe
advertir, no obstante, sobre la orientación y posición del cuerpo en dicho estudio, realizado con la
espalda pegada a la pared y el apoyo de manos en el suelo. Las diferencias de criterio aplicadas
en este caso responden a los siguientes factores: 1) la posición del tórax contra la pared se
efectúa para favorecer la correcta ejecución de la vertical durante toda la flexión de brazos; 2) la
utilización de las paralelas permite una flexión de codo superior a 90º, hecho que concuerda con la
realidad en cuanto a ángulos de trabajo en esta especialidad deportiva.
Flexiones en suspensión
Descripción: el gimnasta se coloca suspendido de la barra fija en posición de estático con los
brazos estirados y en presa palmar (“chin-ups”). Una repetición válida es aquella que cumple con
toda la extensión del recorrido y se realiza sin ningún tipo de impulso: la fase ascendente debe
finalizar cuando la barbilla se sitúa por encima de la barra; la fase descendente finaliza cuando se
retorna a la posición inicial (suspendido con brazos estirados). Se informa al gimnasta sobre la
necesidad de mantener un ritmo de ejecución constante, sin detenerlo hasta la finalización del test.
Se valora el número de repeticiones válidas. La validez lógica del factor de estudio así como la
objetividad (r = 0,99) y fiabilidad (r = 0,99) de esta prueba quedan recogidas por Johnson & Nelson
(1979b).
119
Flexiones desde el apoyo
Descripción: el gimnasta se sitúa en apoyo de manos sobre las paralelas, que se colocan lo
suficientemente elevadas como para que éste, en máxima flexión de codos, no toque con la punta
de sus pies al suelo. Una repetición válida es aquella que contempla todo el recorrido, es decir, el
gimnasta desde la posición inicial (brazos estirados) desciende hasta una flexión de codo
inmediatamente inferior a 90º. Se informa al gimnasta sobre la necesidad de mantener un ritmo de
ejecución constante, sin que éste se detenga hasta la finalización del test. Se valora el número de
repeticiones válidas. La validez lógica del factor de estudio así como la objetividad (r = 0,99) y
fiabilidad (r = 0,98) de esta prueba, quedan recogidas por Johnson & Nelson (1979b) y Kirby
(1991b).
Olímpico
Descripción: con el objetivo de poder discriminar entre las edades más pequeñas y los gimnastas
sénior, se establecen tres tipos de olímpico, siguiendo una escala de menor a mayor dificultad: a)
120
olímpico con las extremidades inferiores abiertas desde el suelo; b) olímpico con las extremidades
inferiores abiertas, en paralelas bajas, desde la posición de escuadra; c) olímpico con las
extremidades inferiores juntas, en paralelas bajas, desde la posición de escuadra. Cada gimnasta
realiza el máximo número de olímpicos de cada tipo, claro está, con un tiempo de recuperación lo
suficientemente amplio entre series como para poder afrontarlos con garantías. En este sentido,
se sigue un orden de ejecución de mayor a menor dificultad, iniciándose la primera de las tres
series con los olímpicos con extremidades inferiores juntas y finalizando con los olímpicos
realizados con las extremidades inferiores abiertas en el suelo. Se informa al gimnasta sobre la
necesidad de mantener un ritmo de ejecución constante, sin que éste se detenga hasta la
finalización del test. En todos los casos se contabilizan como repeticiones válidas aquellos
olímpicos que se realicen siguiendo las directrices que marcan el CP-FIG y el CP-RFEG. A saber,
brazos rectos, rodillas estiradas, y como norma general, guardando la suficiente compostura como
para respetar la naturaleza técnica del elemento. Se valora el número final resultante del
sumatorio de las tres series. Con el objetivo de valorar la fiabilidad de la prueba, se efectúa el
mismo procedimiento que con la prueba anterior (elevación de las extremidades inferiores desde
la suspensión). Los resultados obtenidos, ajustados para cada grupo de estudio y según cada uno
de los tres tipos de olímpicos ejecutados, se pueden observar en el correspondiente apartado
sobre fiabilidad de los test específicos (apartado 4.4.1.5).
Por otra parte, el componente técnico en gimnasia artística conlleva, de forma implícita, un
alto grado de condición física (Carter et al., 1971; Sands et al., 2001; Prassas et al., 2006). Valga
el ejemplo de una simple vertical o apoyo invertido o “pino”, elemento de técnica básica
fundamental que, sin embargo para cualquier persona “no gimnasta”, conllevaría una alto grado de
exigencia física. Este hecho penaliza la posibilidad de analizar aisladamente los factores
coordinativos que condicionan el aprendizaje técnico en gimnasia artística (Brewin et al., 2000;
Holvoet et al., 2002). Con el objetivo de minimizar el efecto de la variable de condición física en la
valoración de la técnica gimnástica, se decide analizar aquellos elementos gimnásticos donde la
fuerza se manifiesta en su mínima expresión (Frederick, 1977): a) elementos de balanceo: barra
121
fija, anillas, paralelas, caballo con arcos; b) test de recepción tras la habilidad técnica de giro
(360º) en el aire (giro sobre el eje longitudinal y giros sobre el eje transversal – adelante y atrás –).
3.2.2.5.1 BALANCEOS
Todos los gimnastas ejecutan 10 balanceos en cada uno de los aparatos descritos a excepción de
las anillas, donde realizan 5. De forma previa, y a modo de calentamiento, pueden realizar una
única pasada en cada uno de los aparatos a valorar. Todos los balanceos son filmados
digitalmente (apartado 3.2.3.5) para su posterior análisis. El instrumento utilizado para dicho
análisis es una plantilla de observación, diseñada en base a las directrices y variables de
penalización del CP-FIG (Anexo 9.2). Su estructura se basa en los siguientes subapartados, que a
su vez engloban a las diferentes variables de penalización:
a. deducciones por falta de estética y ejecución (brazos doblados, piernas dobladas y/o
abiertas; mala postura o posición del cuerpo o correcciones posturales en el final de las
posiciones…);
b. deducciones por faltas técnicas (desviaciones en vuelos por o a través del apoyo inverti-
do o molinos; caída desde o sobre el aparato; otras faltas técnicas);
c. deducciones específicas del aparato (se comentan de forma específica en cada uno de
los aparatos). A partir de la penalización total, se obtiene un nota final comprendida entre
el valor “0”, que supone la máxima penalización, y el valor “10”, que supone la mínima.
Para valorar la fiabilidad de cada una de las plantillas (n=4) se establecen los siguientes
procedimientos: a) fiabilidad intraevaluador: el propio investigador, acreditado como juez
internacional por la FIG, evalúa 3 veces a un total de 20 gimnastas (5 por cada grupo de estudio)
escogidos aleatoriamente; b) fiabilidad interevaluador: el propio investigador y 2 jueces
acreditados internacionalmente por la FIG, evalúan a otros 20 gimnastas (5 por cada grupo de
estudio) escogidos aleatoriamente. Los procedimientos estadísticos utilizados (índice de
correlación intraclase y coeficiente de variación), así como los resultados obtenidos, se muestran
en el apartado 4.5.2.
Factor: habilidad técnica de balanceo en barra fija desde la posición de parada en suspensión.
Descripción: desde la misma posición que al inicio de una rutina competitiva en este aparato (en
suspensión estática con presa dorsal, y las extremidades inferiores estiradas y juntas), el gimnasta
inicia la toma de vuelo para continuar ejecutando 10 balanceos. La valoración de la prueba, en
base al CP-FIG, se realiza restando de 10 puntos las penalizaciones acumuladas.
Aspectos a valorar: las faltas o deducciones específicas a este aparato, susceptibles de ser
utilizadas como variables de penalización en la habilidad técnica de balanceos, son las siguientes
(CP-FIG): a) falta de impulso o pausa en apoyo invertido o en otro elemento; b) desviación en el
122
plano de movimiento; c) corte de vuelo en los impulsos atrás. Aquellos gimnastas que no realizan
un balanceo completo o molino en presa dorsal (360º), son penalizados con 0,3 décimas por cada
corte de vuelo realizado.
Descripción: desde la misma posición que al inicio de una rutina competitiva en este aparato (en
suspensión estática con presa dorsal en ligera rotación interna, y las extremidades inferiores
estiradas y juntas), el gimnasta inicia la toma de vuelo para continuar ejecutando 5 balanceos. La
valoración de la prueba, en base al CP-FIG, se realiza restando de 10 puntos las penalizaciones
acumuladas.
Aspectos a valorar: las faltas o deducciones específicas a este aparato, susceptibles de ser
utilizadas como variables de penalización en la habilidad técnica de balanceos, son las siguientes
(CP-FIG): a) corte de vuelo en el impulso atrás; b) caída desde el apoyo invertido; c) balanceo
excesivo de cables; d) tocar cables o correas con brazos, pies u otras partes del cuerpo. Aquellos
gimnastas que no realizan un balanceo completo o molino (360º), son penalizados con 0,3
décimas por cada corte de vuelo realizado.
Descripción: desde la posición de estático en apoyo de manos, el gimnasta se sitúa con el cuerpo
estirado, formando un ángulo imaginario de 180º entre el tronco y las extremidades inferiores, que
permanecen juntas y consecuentemente estiradas. Desde dicha posición, el gimnasta inicia la
toma de vuelo para continuar ejecutando 10 balanceos. La valoración de la prueba, en base al CP-
FIG, se realiza restando de 10 puntos las penalizaciones acumuladas.
Aspectos a valorar: las faltas o deducciones específicas a este aparato, susceptibles de ser
utilizadas como variables de penalización en la habilidad técnica de balanceos, son las siguientes
(CP-FIG): a) corte de vuelo en los impulsos atrás; b) falta de control momentáneo en los apoyos
invertidos pasajeros en una o dos bandas; c) paso o ajuste de manos en apoyo invertido. Aquellos
gimnastas que no realizan un balanceo hacia atrás completo, es decir, marcando la vertical
durante un tiempo mínimo de 1 s, son penalizados con 0,3 décimas por cada corte de vuelo
realizado.
Descripción: desde la misma posición que al inicio de una rutina competitiva en este aparato (de
frente en posición de firmes con pies juntos) el gimnasta inicia los molinos, en la seta, hasta llegar
123
a un total de 10. La seta es un aparato de progresión metodológica utilizado normalmente para el
aprendizaje de los molinos en caballo con arcos. Sus principales características se detallan en el
apartado correspondiente (apartado 3.2.3.5). La valoración de la prueba, en base al CP-FIG, se
realiza restando de 10 puntos las penalizaciones acumuladas.
Aspectos a valorar: las faltas o deducciones específicas a este aparato, susceptibles de ser
utilizadas como variables de penalización en la habilidad técnica de los molinos en caballo con
arcos, son las siguientes (CP-FIG): a) falta de extensión del cuerpo en molinos; b) piernas
dobladas o abiertas en los elementos; c) desviación angular en los molinos en apoyo transversal y
desplazamientos.
Factor: habilidad técnica de recepción o aterrizaje desde una altura definida y tras la realización de
3 acciones gimnásticas diferenciadas: giro completo sobre el eje longitudinal (360º); giro completo
hacia delante sobre el eje transversal (360º) o mortal adelante agrupado; giro completo hacia atrás
sobre el eje transversal (360º) o mortal atrás agrupado.
124
3.2.3 MATERIAL
Elaborado para la recopilación de los datos sociales y deportivos (Anexo 9.1), cuyos contenidos y
estructura formal se describen en el apartado correspondiente a instrumentos de valoración
(apartado 3.2.2.1).
Instrumento calibrado de precisión (Holtain® Ltd., Crosswell, UK). Precisión 1 mm. Utilizado para
medir determinados diámetros corporales, la longitud del pie y la talla.
Instrumento calibrado de precisión (Tata® Ltd., Grosvenor, UK). Rango de medición 0 – 150 kg,
precisión 0,1 kg. Utilizado para medir el peso.
Instrumento calibrado de precisión (Lufkin Executive® w606pm, Lufkin, USA). Rrango de medición
0 – 200 cm, precisión: 0,1 cm). Utilizado para medir los perímetros corporales.
Instrumento calibrado de precisión (Holtain® Ltd., Crosswell, UK). Rango de medición 0 – 250 mm,
precisión 1 mm. Utilizado para medir los diámetros biepicondíleo de húmero, biestiloideo,
bicondíleo de fémur y bimaleolar.
Diseñadas en base a las directrices de la proforma ISAK para la obtención de todas las variables
somáticas objeto de estudio. Se describen en el apartado 3.2.2.2 y se adjuntan en el anexo 9.3.
125
3.2.3.3 VALORACIÓN DE LA CONDICIÓN FÍSICA GENERAL
CD de audio de la prueba de aptitud cardiorrespiratoria
Construida para este estudio, posee un eje central de 50 x 3 x 4 cm (largo x ancho x alto). En los
extremos sobresalen dos estructuras perpendiculares al eje central de 15 x 2 x 4 cm.
Construido expresamente para este estudio. El cajón posee las siguientes dimensiones: 35 x 45 x
32 cm (longitud x anchura x altura), y su tapa superior: 55 x 45 cm (longitud x anchura). En la parte
superior posee una guía con un marcador que se desliza sobre una escala graduada en cm.
Dinamómetro manual
Dinamómetro de prensión manual con empuñadura regulable (Harpenden® British Indicators Ltd.,
Burgess Hill, UK). Precisión 1 kp.
Cronómetro
Colchonetas de protección de 1,70 x 0,75 x 0,5 cm (largo x ancho x espesor). Utilizadas para: a)
abdominales en 30 s; b) salto de longitud sin impulso; y c) suspensión con flexión de brazos.
126
3.2.3.4 VALORACIÓN DE LA CONDICIÓN FÍSICA ESPECÍFICA
Bastón para las pruebas de giros y flexión/extensión de hombros
Construido para este estudio, es un bastón metálico extensible con escala métrica incorporada
(rango de medición 0 – 100 cm, precisión 1 mm). Utilizado para medir la distancia entre las manos
en las pruebas de giro de hombros (anteversión y retroversión) y para medir la distancia al suelo
en la prueba de flexión (anteversión) y extensión (retroversión) de hombros.
Paralelas bajas
Cinturón lastrado
Construida para este estudio, es una tabla de madera de 200 x 40 cm (largo x ancho) con soporte
para la espaldera. Utilizada en la prueba de elevación de las extremidades inferiores desde la
suspensión. Se dispone entre el gimnasta y la espaldera para minimizar posibles fuentes de error
derivados de la utilización de diferentes modelos de espalderas.
127
3.2.3.5 VALORACIÓN DE LA TÉCNICA
Aparatos gimnásticos de competición
Para la valoración de los balanceos en barra fija, anillas y paralelas, así como para la prueba de
recepción desde la plataforma de saltos, se utilizaron los aparatos de cada centro o club, todos
ellos homologados en base a las normas y exigencias impuestas por la FIG. Para la valoración de
los molinos en caballo con arcos se utilizó una única “seta” de 60 cm de altura y una superficie de
apoyo circular de 60 cm de diámetro. Los aparatos de barra fija y de paralelas se utilizaron,
además, para la realización de las pruebas de suspensión con flexión de brazos y flexiones en
suspensión (barra fija), y flexiones desde el apoyo (paralelas).
Videocámara digital
Cámara de vídeo digital MiniDV (Sony® DCR-HC45E, Tokyo, JAP) utilizada para filmar los
balanceos en barra fija, anillas, paralelas y los molinos en el aparato de la seta.
Ordenador portátil (DELL® Inspiron 9300, Texas, USA) utilizado para la recogida, almacenamiento
y posterior procesamiento de los datos, así como para la redacción de la presente memoria.
Software estadístico “Statistical Package for the Social Sciences” (SPSS® for Windows, Chicago,
USA) con licencia para el INEFC.
Software ofimático con licencia para el INEFC. Utilizado para la recogida, almacenamiento y
posterior procesamiento de los datos (Microsoft Excel®), así como para la redacción de la presente
memoria (Microsoft Word®).
3.2.4 INSTALACIONES
Debido a las características del estudio (apartado 3.3.1), que abarca gran parte de la población
gimnástica nacional masculina (79,3%), las valoraciones se efectuaron en las instalaciones de los
respectivos clubes, centros de tecnificación y centros de alto rendimiento visitados. Las
valoraciones de la condición física general, la condición física específica y la valoración técnica se
llevaron a cabo en la propia sala de entrenamiento. La valoración somática se efectuó en salas
anexas adecuadas a tal efecto, es decir, salas amplias, ventiladas, con una temperatura agradable
(≈22–24ºC) y, cuando fue posible, iluminadas con luz natural. El formulario de valoración de los
antecedentes sociales y deportivos fue completado en los respectivos domicilios de cada
gimnasta.
128
3.2.5 PROCEDIMIENTO DE OBTENCIÓN DE DATOS
3.2.5.2 CRONOGRAMA
La recogida de datos se llevó a cabo durante el año 2005. En los dos primeros meses se procedió
a distribuir la información sobre el proyecto a través de los canales de la RFEG y de las
federaciones autonómicas. Se tuvo en cuenta en lo posible el calendario competitivo nacional e
internacional (categorías júnior y sénior), minimizando así las posibles variaciones en el estado de
forma según el momento de la temporada como posible fuente de error (Figura 3.16).
129
3.2.5.3 CONSENTIMIENTO INFORMADO
Los gimnastas o sus respectivos padres o tutores legales, una vez informados sobre las
características y posibles riesgos de la investigación, procedieron a firmar un formulario de
consentimiento informado con anterioridad al inicio de las valoraciones (Anexo 9.4).
Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Sept. Octubre Noviembre Diciembre
1
CAT
2
I
3 PV
AST
4
N
5
6
7 CAT
8
9
10
N
11
I
12 CAT
13 MAD
14 CAT
15 MAD
16 EXT
N
17 BAL AND
18
19 CAT
20
21 CAT
22
I I
23 CAT CAT
24
I
25
I I
26 CAT
27
28 VAL
29 CAT
I I
30
31
Figura 3.16. Cronograma anual sobre las valoraciones efectuadas en relación al calendario competitivo (CAT: Cataluña;
EXT: Extremadura; VAL: Valencia; BAL: Baleares; AST: Asturias; MAD: Madrid; AND: Andalucía; PV: País Vasco; I: cam-
peonatos Internacionales; N: campeonatos nacionales).
130
competente para evaluar los protocolos de investigación clínica e investigación en el ámbito de las
ciencias del deporte promovidos por los organismos de la administración deportiva de la
Generalitat de Catalunya (DOGC 4347 – 21.3.2005; pp. 6998-7000).
3.3 Diseño
3.3.1 TIPO DE ESTUDIO
El estudio se enmarca en el ámbito de la valoración funcional, cuyas principales áreas de
actuación son: a) el control médico y deportivo; b) el diagnóstico funcional; c) el control y la
optimización del rendimiento; d) las pruebas fisiológicas; y e) el pronóstico del rendimiento
(Rodríguez & Aragonés, 1992). El modelo de estudio, descrito en la figura 2.1, se basa en un
modelo multifactorial de análisis de la estructura condicional del rendimiento deportivo (Rodríguez,
1989). Dicho modelo ha sido utilizado anteriormente en estudios con tenistas (Solanellas, 1995;
Solanellas y Rodríguez, 1996), jugadores de balonmano (Fernández, 1999; Fernández Romero et
al., 2001), nadadores jóvenes (Saavedra, 2002; Saavedra et al., 2010) y jugadoras de balonmano
(Vila 2002; Vila Suárez et al., 2002). Utilizando dicho modelo, la presente investigación pretende
describir la estructura somática, condicional y técnica de la población de gimnastas españoles que
compiten a nivel nacional y/o internacional, en todas las categorías (apartado 2.1).
131
n / nv ≥ 5,0 (Eq. 32)
donde n = número de sujetos
nv = número de variables
Tabla 3.11. Número máximo de variables susceptibles de entrar en los modelos multivariantes
Grupos G1 G2 G3/G4 G5
El criterio metodológico también considera las variables extrañas, definidas como aquellas que, sin
ser variables dependientes ni independientes, sí pueden afectar a las segundas. Su origen y su
eventual control pueden radicar en:
El observador. Todas las valoraciones las llevó a cabo un único observador (apartado
3.2.5.1), quién siguió de forma escrupulosa las normas del protocolo de cada una de las pruebas
(apartado 3.2.1).
132
Tabla 3.12. Variables contempladas en el cuestionario de antecedentes sociales y deportivos
QN: cualitativa nominal; QD: cualitativa dicotómica; CD: cuantitativa discreta; A: antecedentes; V: volumen.
Del conjunto de dichas variables, fueron candidatas a ser seleccionadas por el modelo
multivariante (análisis de regresión múltiple y análisis discriminante): años de entrenamiento, horas
semanales de entrenamiento y semanas de convalecencia por lesiones. El resto no lo fueron por
ser variables cualitativas, no aplicables en el análisis de regresión múltiple (Hair et al., 2001).
133
Tabla 3.13. Medidas cineantropométricas de la valoración somática.
CC = cuantitativa continua.
134
Tabla 3.14. Cálculos cineantropométricos de la valoración somática.
CC = cuantitativa continua.
CC = cuantitativa continua.
CD = cuantitativa discreta.
135
El modelo de análisis multivariante, al establecerse según una secuencia de pasos sucesivos
(apartado 3.3.2.10 y 3.3.2.11), seleccionará, para cada una de las valoraciones establecidas
(VASD, VS, VCFG, VCFE, VT, VM), aquella variable o conjunto de variables que mejor expliquen
la varianza de la variable rendimiento (análisis de regresión múltiple), o que mejor discriminen a la
hora de clasificar a cada individuo en función de las categorías establecidas (análisis
discriminante). En este caso, como se verá en apartados posteriores (apartado 3.3.2.11):
rendimiento elevado, medio o discreto. En ambos casos se ha introducido un número máximo de
variables en el modelo según el mencionado criterio de Norman & Streiner (Eq. 31). Así, el grado
de correlación (apartado 3.3.2.9) entre cada una de las variables independientes y la variable
rendimiento (apartado 3.3.1), permitirá cuantificar la aportación final de cada una de las variables
independientes al modelo multivariante (Hair et al., 2001).
-1
Carrera de ida y vuelta VO2max CC mL·kg·min Resistencia cardiorrespiratoria
136
Tabla 3.18. Valoración de la condición física específica.
Elevación frontal de la EII Elevación frontal EII CC Grados FEA EII plano antero.
Elevación frontal de la EID Elevación frontal EID CC Grados FEA EID plano antero.
Flexibilidad
Elevación lateral de la EII Elevación lateral EII CC Grados FEA EII plano frontal
(n=13)
Elevación lateral de la EID Elevación lateral EID CC Grados FEA EID plano frontal
Elevación CG
"Squat jump" Squat jump CC cm
(fuerza explosiva EI)
Elevación CG
Capacidad "Counter movement jump" Counter movement jump CC cm
(fuerza elástica EI)
de salto
(n=4) Coeficiente VC
"Rebound jump 5 s" Rebound jump CC ms
(fuerza reactiva EI)
Coeficiente VC
"Drop jump 60 cm" Drop jump CC ms
(fuerza específica EI)
Velocidad -1
Carrera de 20 m Velocidad en 20 m CC km·h Velocidad
(n=1)
CC = cuantitativa continua; CD: Cuantitativa discreta; AV = anteversión; RV = retroversión; CG: Centro de gravedad;
ROM = "range of motion"; EI = extremidades inferiores; EII = extremidad inferior izquierda; EID = extremidad inferior
derecha; FEP = flexibilidad estática pasiva; FEA = flexibilidad estática activa; FDA = flexibilidad dinámica activa; VC:
tiempo de vuelo / tiempo de contacto.
137
El criterio para entrar en el modelo de análisis multivariante se establecerá según lo comentado en
el apartado 3.3.1.2.
Balanceos en barra fija Balanceo en barra fija CC Nota sobre 10 HT de balanceo en barra fija
CP-FIG
Balanceos en paralelas Balanceos en paralelas CC Nota sobre 10 HT de balanceo en paralelas
(n=5)
CC = cuantitativa continua; CA = caballo con arcos; HT = habilidad técnica; FIG = Federación Internacional de Gimnasia
138
VASD (n=33) VS (n=65) VCFG (n=10) VCFE (n=23) VT (n=5)
Índice Z
ANOVA
CORRELACIÓN
SELECCIÓN
ANÁLISIS DISCRIMINANTE
Figura 3.17. Esquema conceptual sobre los procedimientos estadísticos utilizados (VASD = valoración de los antecedentes
sociales y deportivos; VS = valoración somática; VCFG = valoración de la condición física general; VCFE = valoración de la
condición física específica; VT = valoración técnica; n= número de gimnastas; Nv: número de variables).
139
3.3.2.1 ESTADÍSTICOS DESCRIPTIVOS
La distribución de las distintas variables de estudio se caracteriza mediante estadísticos
descriptivos básicos: media aritmética, desviación típica y valores mínimo y máximo. Las variables
cualitativas del cuestionario de valoración de antecedentes sociales y deportivos se describen
mediante la distribución de frecuencia de respuestas. Los estadísticos descriptivos básicos se
presentan en relación a cada variable (n=136) y para cada grupo de estudio (n=4).
140
3.3.2.4 HOMOGENEIDAD DE LAS VARIANZAS
La homoscedasticidad u homogeneidad de las varianzas es un requisito previo a la aplicación de
pruebas paramétricas (Bland & Altman, 1986). Su comprobación resulta fundamental,
especialmente cuando se quiere comparar grupos de datos de diferente tamaño muestral. De
todas las posibles pruebas para su determinación (F de Snedecor, test de Bartlett, etc.), se ha
escogido el test de Levene, el que procesa por defecto el paquete estadístico SPSS. Si p≤0,05, se
asumirá que las varianzas son significativamente distintas, y por lo tanto las pruebas paramétricas
quedarán invalidadas (Bland & Altman, 1986).
3.3.2.5 PERCENTILES
El percentil “Pn” es un índice que se aplica para determinar la situación relativa de un sujeto
respecto a un grupo. Si la muestra es representativa de una población, como sería el caso
(apartado 3.1), las tablas de percentiles pueden ser utilizadas como patrón, permitiendo
posteriormente el posicionamiento de un sujeto respecto de la población. En el presente estudio se
presentan las tablas de percentiles de aquellas variables más relacionadas con el rendimiento
deportivo en GAM (apartado 6). Se introducen utilizando los percentiles P0 a P100, registrando las
denominadas bisagras de Tukey (P25, P50 y P75).
Cuando las variables son cuantitativas, las pruebas para valorar la fiabilidad se aplican en
función de la distribución y características de la muestra. Para muestras de distribución normal y
varianzas homogéneas se utiliza el índice de correlación intraclase o CCI (Fleiss, 1986). Este
coeficiente permite evaluar la concordancia general entre dos o más variables diferentes
basándose en el modelo de análisis de la varianza (ANOVA) de medidas repetidas (Fleiss, 1986).
Los valores del CCI pueden oscilar entre los 0 (ausencia de concordancia) y 1 (concordancia o
fiabilidad absoluta). Como regla general, se valora como baja (≤0,4), regular a buena (0,5-0,75) o
excelente (0,75) (Fleiss, 1986). Para muestras que no se distribuyen normalmente se utiliza el
coeficiente de correlación por rangos de Spearman (rho) para muestras no paramétricas (Álvarez-
Cáceres, 2007), cuyos valores se encuentran entre -1 y +1 (asociaciones totales negativas o
positivas, respectivamente) hasta 0 (ausencia de concordancia).
141
Finalmente, y aunque no supone un método para valorar la fiabilidad o concordancia entre
variables, en algunos casos se incluye el coeficiente de variación de Pearson (CV) con el objetivo
de evaluar el grado de dispersión de determinados grupos de variables. Este índice de dispersión
de medidas relativas se define como el cociente entre la desviación típica y el valor absoluto de la
media aritmética. El CV representa el número de veces que la desviación típica contiene a la
media aritmética. Cuanto mayor es el CV, mayor es la dispersión y menor la representatividad de
la media.
Así, se realiza una conversión a escala para expresar los resultados brutos como resultados
estándar (índice z), mediante los cuales resulta posible comparar una variable con otra respecto a
sus posiciones y distribuciones, en este caso, para cada uno de los grupos de estudio.
142
señalado en apartados anteriores (apartados 3.3.2.3 y 3.3.2.4), el ANOVA requiere una serie de
asunciones previas que conviene no obviar (Álvarez-Cáceres, 2007). En función de dichos criterios
se desarrollará el análisis de la varianza mediante estadísticos paramétricos (ANOVA de un factor)
o sus análogos no paramétricos (Kruskal-Wallis). En este último caso, al no permitir métodos de
comparación post-hoc, en el supuesto de que se rechazase la hipótesis nula de igualdad de
medianas, se aplicarán métodos de comparación de dos a dos mediante la prueba no paramétrica
de la U de Mann-Whitney (Martínez-González et al., 2001).
143
criterio. La segunda debe explicar un porcentaje mayor de la variable criterio no explicado por la
primera, y así sucesivamente, hasta que no se seleccionen más variables en el modelo. El criterio
que permite incluir o excluir las diferentes variables predictoras se basa en el cálculo de un valor F
para cada variable predictora, incluyéndose en la ecuación de regresión aquellas variables cuya
probabilidad de F≤0,05 y excluyéndose las variables cuya probabilidad de F≥0,10. Para conocer la
fuerza de la asociación entre la variable criterio y las variables predictoras se utiliza el coeficiente
de determinación (r2). Un coeficiente igual a 1 indica que el 100% de la varianza de la variable
criterio viene explicado por las variables predictoras y que la relación lineal entre variables es
perfecta. Por el contrario, si el valor del coeficiente de determinación es igual a 0, las variables
predictoras explican el 0% de la varianza de la variable criterio y no existe ninguna relación lineal
entre las variables.
144
4 RESULTADOS
145
4.1 Valoración de los antecedentes sociales y deportivos
La valoración de antecedentes sociales y deportivos consta de diferentes variables agrupadas en
cuatro bloques: antecedentes sociales (n=7); práctica deportiva (n=6); entrenamiento deportivo y
competiciones (n=12) e historial lesional (n=8).
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
Madre 1 3,6 1 4,0 3 9,1 3 12,0 8 7,3
Padre 10 35,7 8 32,0 9 27,3 3 12,0 30 27,0
Madre y Padre 7 25,0 8 32,0 10 30,3 7 28,0 32 28,8
Ninguno 10 35,7 8 32,0 11 33,3 12 48,0 41 36,9
Total 28 100 25 100 33 100 25 100 111 100
La Tabla 4.2 muestra la distribución por grupos del número de hermanos/as de los gimnastas
estudiados.
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
Ninguno 3 10,7 1 4,0 5 15,2 5 20,0 14 12,6
1 hermano/as 17 60,7 14 56,0 18 54,5 11 44,0 60 54,1
2 hermanos/as 6 21,4 7 28,0 9 27,3 4 16,0 26 23,4
≥3 hermanos/as 2 7,1 3 12,0 1 3,0 5 20,0 11 9,9
Total 28 100 25 100 33 100 25 100 111 100
146
La Tabla 4.3 muestra la distribución por grupos del tipo de práctica deportiva de las madres.
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
Ninguna 18 64,3 13 52,0 17 51,5 14 56,0 62 55,9
Aeróbic 0 0,0 0 0,0 1 3,0 0 0,0 1 0,9
Atletismo 2 7,1 2 8,0 2 6,1 1 4,0 7 6,3
Ballet 0 0,0 0 0,0 1 3,0 0 0,0 1 0,9
Baloncesto 2 7,1 1 4,0 0 0,0 3 12,0 6 5,4
Balonmano 0 0,0 0 0,0 0 0,0 1 4,0 1 0,9
Bolos 0 0,0 0 0,0 1 3,0 0 0,0 1 0,9
Equitación 0 0,0 0 0,0 2 6,1 0 0,0 2 1,8
Espeleología 0 0,0 0 0,0 0 0,0 1 4,0 1 0,9
Fútbol 0 0,0 2 8,0 0 0,0 0 0,0 2 1,8
Gimnasia artística 3 10,7 3 12,0 4 12,1 1 4,0 11 9,9
Gimnasia rítmica 0 0,0 2 8,0 0 0,0 1 4,0 3 2,7
Judo 0 0,0 1 4,0 0 0,0 0 0,0 1 0,9
Karate 0 0,0 0 0,0 1 3,0 0 0,0 1 0,9
Natación 2 7,1 0 0,0 2 6,1 1 4,0 5 4,5
Patinaje 1 3,6 0 0,0 0 0,0 1 4,0 2 1,8
Tenis 0 0,0 0 0,0 1 3,0 0 0,0 1 0,9
Voleibol 0 0,0 1 4,0 1 3,0 1 4,0 3 2,7
Total 28 100 25 100 33 100 25 100 111 100
La Tabla 4.4 muestra la distribución por grupos del tipo de práctica deportiva de los padres.
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
Ninguna 8 28,6 5 20,0 11 33,3 12 48,0 36 32,4
Atletismo 1 3,6 1 4,0 1 3,0 1 4,0 4 3,6
Baloncesto 3 10,7 0 0,0 2 6,1 0 0,0 5 4,5
Balonmano 3 10,7 0 0,0 1 3,0 2 8,0 6 5,4
Boxeo 0 0,0 1 4,0 0 0,0 2 8,0 3 2,7
Caza Deportiva 0 0,0 0 0,0 1 3,0 0 0,0 1 0,9
Ciclismo 0 0,0 1 4,0 1 3,0 0 0,0 2 1,8
Culturismo 1 3,6 0 0,0 1 3,0 1 4,0 3 2,7
Fitness 0 0,0 0 0,0 1 3,0 0 0,0 1 0,9
Fútbol 7 25,0 3 12,0 5 15,2 3 12,0 18 16,2
Gimnasia Artística 1 3,6 4 16,0 3 9,1 1 4,0 9 8,1
Halterofilia 0 0,0 1 4,0 1 3,0 0 0,0 2 1,8
Judo 2 7,1 2 8,0 0 0,0 0 0,0 4 3,6
Karate 0 0,0 0 0,0 2 6,1 0 0,0 2 1,8
Motociclismo 0 0,0 1 4,0 0 0,0 0 0,0 1 0,9
Motocross 1 3,6 0 0,0 0 0,0 0 0,0 1 0,9
Natación 0 0,0 1 4,0 0 0,0 0 0,0 1 0,9
Padel 0 0,0 1 4,0 0 0,0 0 0,0 1 0,9
Patinaje 0 0,0 1 4,0 0 0,0 0 0,0 1 0,9
Piragüismo 0 0,0 1 4,0 0 0,0 0 0,0 1 0,9
Rugby 0 0,0 0 0,0 0 0,0 1 4,0 1 0,9
Esquí 0 0,0 0 0,0 1 3,0 0 0,0 1 0,9
Taekwondo 1 3,6 1 4,0 0 0,0 1 4,0 3 2,7
Tenis 0 0,0 1 4,0 1 3,0 1 4,0 3 2,7
Voleibol 0 0,0 0 0,0 1 3,0 0 0,0 1 0,9
Total 28 100 25 100 33 100 25 100 111 100
147
La Tabla 4.5 muestra la distribución por grupos de la actividad laboral de las madres de los
gimnastas.
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
La Tabla 4.6 muestra la distribución por grupos de la actividad laboral de los padres de los
gimnastas.
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
La Tabla 4.7 muestra la distribución por grupos del medio utilizado para desplazarse al centro de
entrenamiento.
Tabla 4.7. Distribución sobre el tipo de desplazamiento utilizado hasta llegar al gimnasio.
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
Caminando 5 17,9 2 8,0 3 9,1 10 40,0 20 18,0
En autobús 0 0,0 1 4,0 3 9,1 3 12,0 7 6,3
En coche 20 71,4 17 68,0 15 45,5 10 40,0 62 55,9
Combinaciones 3 10,7 5 20,0 12 36,4 1 4,0 21 18,9
Otros 0 0,0 0 0,0 0 0,0 1 4,0 1 0,9
Total 28 100 25 100 33 100 25 100 111 100
148
La Tabla 4.8 muestra la distribución por grupos de la vinculación gimnástica de los/las
hermanos/as.
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
Gimnasia artística 22 78,6 23 92,0 28 84,8 23 92,0 96 86,5
Deporte individual 3 10,7 0 0,0 4 12,1 2 8,0 9 8,1
Deporte colectivo 3 10,7 2 8,0 1 3,0 0 0,0 6 5,4
Total 28 100 25 100 33 100 25 100 111 100
La Tabla 4.10 muestra la distribución por grupos de la práctica conjunta de GAM y otros deportes.
Tabla 4.10. Práctica conjunta de gimnasia artística masculina y otros deportes federados.
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
No 26 92,9 24 96,0 31 94 23 92,0 104 93,7
Práctica conjunta 2 7,1 1 4,0 2 6,1 2 8,0 7 6,3
Total 28 100 25 100 33 100 25 100 111 100
La Tabla 4.11 muestra los años de entrenamiento por grupos desde la edad de inicio hasta la
fecha correspondiente al actual estudio. La edad de inicio es de 6,0±1,5 años.
149
La Tabla 4.12 muestra la distribución por grupos de las edades de inicio respecto a la primera
competición en GAM. La edad promedio de inicio (n=111) es de 7,9±1,6 años.
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
La Tabla 4.13 muestra la distribución por grupos de la motivación por practicar GAM.
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
La Tabla 4.14 muestra la distribución por grupos de la elección del aparato gimnástico preferente.
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
150
4.1.1.3 ENTRENAMIENTO DEPORTIVO Y COMPETICIONES
La Tabla 4.15 muestra la distribución por grupos del número de sesiones semanales de
entrenamiento.
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
Tres o menos 1 3,6 2 8,0 0 0,0 0 0,0 3 2,7
La Tabla 4.17 muestra la distribución por grupos del número de aparatos gimnásticos que se
entrenan durante un día.
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
151
La Tabla 4.18 muestra la distribución por grupos de la respuesta sobre la realización de
entrenamiento con pesas.
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
La Tabla 4.20 muestra la distribución por grupos del número de aciertos en las respuestas sobre
términos de entrenamiento y GAM. Al máximo número de aciertos (n=6) le corresponde el 100%
de acierto.
Tabla 4.20. Número de aciertos en las respuestas sobre términos de entrenamiento y GAM.
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
152
La Tabla 4.21 muestra la distribución por grupos del conocimiento declarado de los objetivos de la
temporada.
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
Sí 20 71,4 21 84,0 28 84,8 24 96,0 93 83,8
No 8 28,6 4 16,0 5 15,2 1 4,0 18 16,2
Total 28 100 25 100 33 100 25 100 111 100
La Tabla 4.22 muestra la distribución por grupos del conocimiento declarado del código de
puntuación (CP-FIG y CP-RFEG).
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
Sí 9 32,1 13 52,0 24 72,7 23 92,0 69 62,2
No 19 67,9 12 48,0 9 27,3 2 8,0 42 37,8
Total 28 100 25 100 33 100 25 100 111 100
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
Suelo 6 21,4 3 12,0 8 24,2 5 20,0 22 19,8
Arcos 3 10,7 4 16,0 9 27,3 2 8,0 18 16,2
Anillas 3 10,7 3 12,0 2 6,1 8 32,0 16 14,4
Salto 2 7,1 2 8,0 0 0,0 4 16,0 8 7,2
Paralelas 4 14,3 4 16,0 4 12,1 1 4,0 13 11,7
Barra fija 8 28,6 5 20,0 8 24,2 2 8,0 23 20,7
Indiferente 2 7,1 4 16,0 2 6,1 3 12,0 11 9,9
Total 28 100 25 100 33 100 25 100 111 100
La Tabla 4.24 muestra la distribución por grupos del número de competiciones durante un año.
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
Entre 1 y 2 5 17,9 9 36,0 5 15,2 0 0,0 19 17,1
Entre 3 y 4 6 21,4 10 40,0 23 69,7 8 32,0 47 42,3
Entre 5 y 6 15 53,6 5 20,0 4 12,1 8 32,0 32 28,8
>6 2 7,1 1 4,0 1 3,0 9 36,0 13 11,7
Total 28 100 25 100 33 100 25 100 111 100
153
La Tabla 4.25 muestra la distribución por grupos de las expectativas previas declaradas de
resultados competitivos.
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
La Tabla 4.26 muestra la distribución por grupos de la meta final deseada como gimnasta.
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
154
La Tabla 4.28 muestra la distribución por grupos de gimnastas con o sin ninguna operación
quirúrgica a lo largo de su carrera deportiva.
Tabla 4.28. Gimnastas con o sin intervenciones quirúrgicas durante su carrera deportiva.
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
La Tabla 4.29 muestra la distribución por grupos de los diferentes tipos de lesión a lo largo de su
carrera deportiva.
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
Afectación nerviosa 0 0,0 1 9,1 4 7,3 1 0,9 6 3,0
Artritis 0 0,0 1 9,1 1 1,8 3 2,6 5 2,5
Artrosis 0 0,0 0 0,0 1 1,8 4 3,4 5 2,5
Bursitis 0 0,0 0 0,0 2 3,6 0 0,0 2 1,0
Capsulitis 1 6,3 0 0,0 0 0,0 1 0,9 2 1,0
Ciática 0 0,0 0 0,0 1 1,8 0 0,0 1 0,5
Contractura 1 6,3 1 9,1 4 7,3 1 0,9 7 3,5
Contusión 2 12,5 0 0,0 2 3,6 1 0,9 5 2,5
Corte Profundo 0 0,0 0 0,0 1 1,8 1 0,9 2 1,0
Disfunción cardiaca 0 0,0 0 0,0 0 0,0 1 0,9 1 0,5
Distensión 0 0,0 1 9,1 2 3,6 3 2,6 6 3,0
Epicondilitis 0 0,0 0 0,0 1 1,8 0 0,0 1 0,5
Esguince 7 43,8 3 27,3 12 21,8 36 30,8 58 29,1
Espondilolistesis 0 0,0 0 0,0 0 0,0 1 0,9 1 0,5
Fisura ósea 1 6,3 0 0,0 3 5,5 0 0,0 4 2,0
Fractura ósea 3 18,8 2 18,2 10 18,2 30 25,6 45 22,6
Inestabilidad Articular 0 0,0 0 0,0 0 0,0 4 3,4 4 2,0
Lumbalgia 0 0,0 1 9,1 0 0,0 3 2,6 4 2,0
Luxación 0 0,0 0 0,0 1 1,8 0 0,0 1 0,5
Microruptura fibrilar 0 0,0 1 9,1 1 1,8 2 1,7 4 2,0
Osgood Slater 0 0,0 0 0,0 4 7,3 3 2,6 7 3,5
Osteocondritis 0 0,0 0 0,0 0 0,0 2 1,7 2 1,0
Periostitis 0 0,0 0 0,0 0 0,0 1 0,9 1 0,5
Rotura de ligamentos 0 0,0 0 0,0 0 0,0 1 0,9 1 0,5
Tendinitis 1 6,3 0 0,0 5 9,1 18 15,4 24 12,1
Total 16 100 11 100 55 100 117 100 199 100
155
La Tabla 4.30 muestra la distribución por grupos de las diferentes localizaciones de las lesiones
acaecidas a lo largo de su carrera deportiva.
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
La Tabla 4.31 muestra la distribución por grupos de las causas de lesión acumuladas por los
gimnastas estudiados a lo largo de su carrera deportiva.
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
156
La Tabla 4.32 muestra la distribución por grupos del índice de gravedad declarado de cada una de
las lesiones acumuladas por los gimnastas estudiados a lo largo de su carrera deportiva.
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
La Tabla 4.33 muestra el tiempo total de convalecencia por lesión (semanas) acumulado por los
gimnastas a lo largo de su carrera deportiva.
La Tabla 4.34 muestra la distribución por grupos del estado físico de los gimnastas en el momento
del estudio y en relación a las lesiones acaecidas a lo largo de su carrera deportiva.
G1 G2 G3/G4 G5 Total
n % n % n % n % n %
Recuperado 27 96,4 23 92,0 15 45,5 6 24,0 71 64,0
Siente molestias 1 3,6 1 4,0 14 42,4 12 48,0 28 25,2
No recuperado 0 0,0 1 4,0 4 12,1 7 28,0 12 10,8
Total 28 100 25 100 33 100 25 100 111 100
157
4.1.2 FIABILIDAD DEL CUESTIONARIO
Para el estudio de la consistencia o fiabilidad interna del cuestionario (test-retest), definida como el
grado de homogeneidad en la respuesta a los distintos ítems (n=36, 32,4% de la muestra total de
gimnastas) se han establecido dos procedimientos estadísticos: a) para las variables cualitativas
se utiliza el coeficiente kappa; b) para las variables cuantitativas se utiliza el coeficiente de
correlación de Spearman, debido a que éstas no se distribuyen normalmente (apartado 3.3.2.9).
Los resultados obtenidos se muestran en función de cada ítem, agrupados éstos en cada uno de
los bloques de contenidos en los que se estructura el cuestionario: a) antecedentes sociales
(Tabla 4.35); b) práctica deportiva (Tabla 4.36); c) entrenamiento y competiciones (Tabla 4.37);
historial lesional (Tabla 4.38). En todos los casos, el grado de significación observado fue p≤0,01.
158
Tabla 4.37. Fiabilidad de las preguntas sobre entrenamiento y competiciones.
159
3 AÑOS DE ENTRENAMIENTO 3 HORAS SEMANALES DE ENTRENAMIENTO
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.1. Valores tipificados del tiempo de entrenamien- Figura 4.2. Valores tipificados de las horas de entre-
to desde la edad de inicio hasta la fecha del estudio. namiento a la semana.
0
-0,5
-1
-1,5
-2
-2,5
-3
G1 G2 G3-G4 G5
160
En todas las variables cuantitativas (VASD) susceptibles de ser analizadas mediante el ANOVA
(años de entrenamiento, horas semanales de entrenamiento, semanas de convalecencia post-
lesión), se registran diferencias significativas entre alguno de los grupos según su edad biológica
(Tabla 4.40).
2
Variable gl F X p 1-β
a
Años de entrenamiento 3,107 -- 87,183 <0,001 --
a
Horas semanales 3,107 -- 59,361 <0,001 --
a
Semanas de lesión 3,107 -- 71,031 <0,001 --
a
Comparadas con la prueba de Kruskall-Wallis
Los gimnastas con menor tiempo de convalecencia post-lesión son los del grupo G1 (Figura 4.6),
seguidos del grupo G2 (p<0,001). Se observa una tendencia no significativa a un mayor tiempo de
convalecencia en G3/4 respecto de G2. Los del grupo G5 presentan un tiempo de convalecencia
post-lesión mucho más elevado que el resto de grupos (p<0,001).
22
º 34 º
Tiempo de entrenamiento (años)
20 32
18 30
28
16
º 26
14 24
12 22
º 20
10
18
8 16
6 14
12
4
10
2 8
0 6
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.4. Comparaciones intergrupo del tiempo de Figura 4.5. Comparaciones intergrupo de las horas
entrenamiento en años. º Kruskall-Wallis, diferencias semanales de entrenamiento.º Kruskall-Wallis, dife-
post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajusta- rencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney,
da<0,013). pajustada<0,013).
161
CONVALECENCIA POST-LESIÓN
75
70
65
162
Tabla 4.42. VASD: análisis de regresión múltiple.
2
r Error de
Grupos Ecuaciones predictivas F gl1 gl2 p
estimación
Exacto Corregido
G1 27,830 + (0,995 · Horas/semana de entren.) + (1,064 · Años entrenamiento) 47,735 2 25 0,001 0,79 0,78 2,22
G2 46,358 - (0,898 · Semanas convalec. lesión) + (1,095 · Años entrenamiento) 27,090 2 22 0,001 0,71 0,69 2,59
G3/G4 21,199 + (1,780 · Años entrenamiento) + (0,399 · Horas/semana de entren.) 32,294 2 30 0,001 0,68 0,66 3,47
G5 27,964 + (0,882 · Años entrenamiento) + (0,332 · Horas/semana de entren.) 45,848 2 22 0,001 0,81 0,79 1,67
Fentrada(p≤0,05); Fsalida(p≥0,10)
163
Grupos Variables seleccionadas Lambda de Wilks () gl1 gl2 gl3 F gl1 gl2 p r1ª función
Fentrada(p≤0,05); Fsalida(p≥0,10)
163
4.1.7 ANÁLISIS DISCRIMINANTE
Las variables seleccionadas a través el análisis discriminante para cada uno de los grupos de
estudio de la VASD se incluyen en la Tabla 4.43. El coeficiente de la correlación canónica se
establece para la primera función del modelo discriminante (r1ª función) e indica el grado más elevado
en que el modelo multivariante clasifica a los sujetos de cada uno de los grupos de estudio, según
las categorías de rendimiento establecidas: elevado, medio, o discreto (apartado 3.3.2.11). Se
muestran además los resultados de clasificación discriminante para cada una de dichas
categorías, indicando el valor numérico individual (n) y porcentual (%) en que se logra clasificar
correctamente a cada uno de los sujetos que forman parte de la muestra objeto de estudio: G1
(Tabla 4.44); G2 (Tabla 4.45); G3/G4 (Tabla 4.46); G5 (Tabla 4.47).
164
Tabla 4.47. VASD: clasificación discriminante para el grupo G5.
4.2.1.5 SOMATOTIPO
Las variables que describen por grupos el somatotipo, se muestran en la Tabla 4.54.
165
Tabla 4.48. Dimensiones corporales.
G1 G2 G3/G4 G5
x s min max x s min max x s min max x s min max
Talla (cm) 133,5 6,7 122,6 151,9 137,1 6,5 125,3 150,0 155,2 10,0 140,5 175,2 166,6 5,6 158,2 179,1
Talla sentado (cm) 69,8 2,9 64,9 76,2 71,4 3,2 65,0 78,0 78,9 4,9 70,8 89,4 87,8 2,3 84,4 93,9
Peso (kg) 30,1 4,5 23,7 41,5 33,4 4,2 24,8 40,4 45,9 9,3 33,9 67,1 64,1 3,8 56,1 70,8
Envergadura (cm) 134,0 7,3 121,5 154,4 138,4 8,8 122,7 157,5 158,8 10,9 143,1 179,8 173,4 7,8 162,7 189,5
Alcance (cm) 167,5 9,4 152,0 195,6 172,6 9,9 156,5 193,0 198,9 13,0 181,5 224,0 212,9 9,1 199,0 231,7
G1 G2 G3/G4 G5
x s min max x s min max x s min max x s min max
Extremidad superior (cm) 58,5 3,3 53,4 66,0 60,1 4,1 52,5 67,7 68,2 4,3 61,2 77,0 74,1 4,3 66,9 82,8
Mano (cm) 14,4 1,2 11,6 16,9 14,9 1,4 11,9 17,2 16,7 1,3 14,8 19,9 18,4 1,3 16,4 20,9
166
Extremidad inferior (cm) 69,2 4,4 61,4 79,1 71,5 4,2 65,0 79,3 83,2 6,1 74,0 97,2 87,6 4,8 80,2 98,7
Pie (cm) 20,9 1,0 18,0 23,3 21,7 1,6 19,5 24,9 24,5 1,4 21,9 26,2 25,1 0,7 23,5 27,0
G1 G2 G3/G4 G5
x s min max x s min max x s min max x s min max
Biacromial (cm) 29,6 1,5 26,6 32,9 30,8 1,8 27,4 33,8 34,9 2,7 30,5 40,8 39,2 1,2 37,5 41,7
Intercrestal (cm) 20,3 1,1 18,4 22,6 21,0 1,1 18,8 22,8 23,1 1,6 20,5 26,4 25,7 1,1 24,0 28,0
Bitrocantéreo (cm) 22,3 1,0 20,2 24,0 23,2 1,4 20,5 26,5 26,5 2,3 23,3 31,0 29,3 1,1 27,1 31,6
Transverso del tórax (cm) 20,5 0,8 18,8 22,2 21,4 1,1 18,9 23,2 24,0 2,1 21,1 29,4 27,4 1,5 24,5 30,2
Anteroposterior del tórax (cm) 14,8 1,3 12,6 17,4 15,6 1,2 13,5 17,7 16,8 1,3 14,1 19,6 19,5 0,9 17,3 21,5
Biepicondíleo del húmero (cm) 5,5 0,3 5,0 6,4 5,7 0,4 5,0 6,7 6,4 0,4 5,7 7,2 6,8 0,3 6,0 7,4
Biestiloideo de la muñeca (cm) 4,7 0,3 4,0 5,1 4,8 0,3 4,2 5,5 5,5 0,5 4,6 6,3 5,9 0,3 5,2 6,5
Bicondíleo del fémur (cm) 8,0 0,2 7,5 8,6 8,3 0,5 7,6 9,1 9,1 0,4 8,1 10,1 9,2 0,4 8,3 10,2
Bimaleolar (cm) 6,0 0,2 5,5 6,6 6,2 0,4 5,5 6,9 6,7 0,4 5,8 7,7 7,0 0,3 6,5 7,8
166
Tabla 4.51. Perímetros corporales.
G1 G2 G3/G4 G5
x s min max x s min max x s min max x s min max
Brazo relajado (cm) 20,0 1,8 17,1 23,4 20,8 1,4 18,3 24,1 24,4 3,0 19,3 31,0 31,1 2,0 27,4 34,7
Brazo en tensión (cm) 22,0 1,9 19,2 26,4 22,7 1,5 19,8 25,4 27,0 3,7 22,5 35,0 34,7 2,1 30,3 38,0
Antebrazo (cm) 19,9 1,3 17,7 22,5 20,4 1,4 18,1 23,8 23,2 2,3 20,0 28,0 27,5 0,9 25,6 28,8
Muñeca (cm) 13,4 0,6 12,6 14,5 14,0 0,7 12,9 15,0 15,7 1,5 13,2 18,9 17,4 0,7 15,8 19,5
Mesoesternal (cm) 66,4 4,1 59,8 74,3 70,1 3,1 65,0 75,5 78,6 7,9 66,0 94,9 94,5 3,0 90,5 101,0
Cintura (cm) 56,6 3,2 52,0 64,0 58,9 3,4 52,3 64,2 64,4 4,7 55,5 73,5 74,5 3,2 70,0 81,0
Glúteo (cm) 66,1 3,9 59,9 76,0 70,3 4,0 62,2 77,0 77,0 6,4 68,1 91,0 87,2 2,3 82,1 92,0
Muslo (cm) 38,8 3,1 33,9 45,5 40,9 2,8 35,6 45,6 45,1 4,3 38,6 54,8 51,6 1,9 47,2 55,0
Pierna (cm) 27,0 2,0 23,6 30,0 28,1 1,2 25,5 32,0 31,3 2,2 27,2 36,0 35,3 1,3 33,1 38,4
Tobillo (cm) 17,8 1,3 16,0 19,5 18,3 0,9 16,0 20,6 20,5 1,4 18,0 23,2 21,8 1,5 19,5 25,5
Cefálico (cm) 52,5 1,0 50,6 54,4 53,0 1,2 50,8 54,9 54,6 1,3 51,8 57,0 55,7 1,5 53,3 58,7
167
Cuello (cm) 28,0 1,2 26,0 29,7 28,5 1,0 26,3 30,5 31,4 2,5 27,7 36,1 36,3 1,5 32,5 38,9
G1 G2 G3/G4 G5
x s min max x s min max x s min max x s min max
Tricipital (mm) 7,4 2,1 4,4 12,8 8,3 2,5 4,2 12,0 6,8 1,4 4,0 9,2 6,3 1,4 4,0 9,0
Subescapular (mm) 5,3 0,9 3,8 7,4 5,8 1,4 3,8 9,0 5,9 0,9 4,4 7,8 7,8 1,0 6,0 10,0
Bicipital (mm) 3,8 1,1 2,4 6,0 4,0 1,1 2,4 6,0 3,9 1,0 2,6 6,0 3,7 0,6 3,0 5,0
Pectoral (mm) 4,5 0,9 2,8 6,0 5,5 1,4 3,2 7,6 5,0 1,0 3,6 7,0 5,7 0,9 4,0 7,6
Axilar medio (mm) 4,5 0,9 3,0 6,2 5,0 1,2 3,0 7,5 5,3 0,9 3,4 7,2 6,5 0,7 5,6 7,8
Ileocrestal (mm) 7,0 2,4 3,6 11,8 8,5 3,4 4,4 15,0 7,9 1,9 4,0 11,0 10,1 2,6 6,6 15,0
Supraespinal (mm) 3,6 0,6 3,0 6,5 4,4 1,1 3,0 6,5 4,2 0,6 3,4 5,6 4,7 0,7 3,6 6,4
Abdominal (mm) 5,3 1,1 3,4 7,4 7,1 2,5 3,8 11,0 6,4 1,5 3,6 9,8 8,3 1,7 5,4 11,0
Muslo anterior (mm) 11,0 2,2 7,8 15,4 12,3 4,2 4,2 21,0 11,5 3,4 6,0 19,0 10,0 3,1 5,0 16,2
Pierna medial (mm) 7,2 1,1 5,2 9,0 8,5 2,5 4,8 14,0 8,4 2,8 5,0 14,0 7,1 2,1 3,2 12,2
167
Tabla 4.53. Composición corporal.
G1 G2 G3/G4 G5
Σ de 6 pliegues (mm) 39,7 6,3 29,0 51,4 45,8 11,7 27,8 65,0 43,5 9,0 30,8 61,1 44,2 8,5 31,4 60,0
Masa grasa (%) 11,9 2,6 8,5 18,6 13,3 3,2 8,1 18,8 12,2 2,9 7,6 18,0 11,0 2,7 6,3 18,0
Masa libre de grasa (kg) 26,5 3,6 21,4 34,1 28,9 3,3 22,8 35,1 40,3 8,8 30,4 63,0 57,0 3,8 50,0 66,3
Masa muscular (%) 42,3 1,7 38,0 45,6 41,4 2,3 36,9 45,6 42,7 2,0 37,5 46,4 45,9 3,0 39,2 49,6
Masa ósea (%) 20,6 1,5 17,5 23,8 20,0 1,3 17,8 22,9 20,0 1,8 14,9 23,0 17,1 1,4 14,6 19,5
Componente residual (%) 25,2 2,3 20,7 30,2 25,3 1,9 22,3 28,7 25,1 2,5 19,6 28,7 26,0 1,7 23,0 29,4
2
Área grasa del brazo (cm ) 7,0 2,2 4,1 12,3 8,1 2,7 3,9 14,0 8,4 2,0 5,1 13,2 9,4 2,1 6,2 13,4
168
2
Área muscular del brazo (cm ) 25,1 4,7 18,4 35,2 26,2 3,6 20,2 34,4 39,5 10,7 24,2 65,6 67,5 10,6 48,3 84,1
2
Área grasa del muslo (cm ) 16,4 3,9 11,3 23,9 19,0 6,7 7,3 30,8 19,8 6,1 8,8 33,6 19,6 6,2 9,7 34,1
2
Área muscular del muslo (cm ) 62,1 9,4 48,7 83,2 66,1 9,0 51,2 88,9 83,2 17,1 60,7 120,1 112,3 12,0 90,6 136,0
G1 G2 G3/G4 G5
Endomorfismo (I) 1,8 0,6 0,9 3,0 2,2 0,7 1,2 3,4 2,0 0,4 1,3 2,9 2,3 0,4 1,5 2,9
Mesomorfismo (II) 4,5 0,7 3,2 5,7 4,6 0,5 3,6 5,8 4,4 0,8 3,0 6,4 5,3 0,8 3,6 6,6
Ectomorfismo (III) 2,9 0,8 1,7 4,5 2,6 0,9 1,1 4,7 3,2 0,9 1,1 4,4 1,9 0,7 0,9 3,3
168
4.2.1.6 PROPORCIONALIDAD
Las variables que describen por grupos la proporcionalidad, se muestran en la Tabla 4.57.
Tabla 4.55. Clasificación individual según los estadios de Tanner (Tanner, 1962).
Tabla 4.56. Sujetos de cada categoría RFEG-FIG para cada grupo de estudio.
G1 G2 G3/G4 G5
n % n % n % n %
Benjamines 20 71,4 17 68,0 -- -- -- --
Alevines 8 28,6 5 20,0 7 21,2 -- --
Infantiles -- -- 3 12,0 15 45,5 -- --
Juvenil -- -- -- -- 11 33,3 5 20,0
Júnior -- -- -- -- -- -- 7 28,0
Sénior -- -- -- -- -- -- 13 52,0
Total 28 100 25 100 33 100 25 100
169
Tabla 4.57. Proporcionalidad.
G1 G2 G3/G4 G5
Índice de masa corporal 16,8 1,4 14,3 19,9 17,8 1,4 15,0 19,9 19,0 1,9 16,1 23,2 23,1 1,2 20,9 25,3
Índice de longitud relativa de la extremidad superior 43,8 1,1 41,5 45,7 43,8 0,8 42,0 45,4 43,9 1,4 41,1 46,3 44,4 1,4 41,4 46,8
Índice córmico 52,5 1,6 49,5 55,6 52,0 1,2 49,6 54,1 50,9 1,3 48,3 52,9 52,7 1,3 50,1 54,7
Índice braquial 76,4 7,0 64,8 90,6 78,7 7,1 68,2 91,4 73,9 5,2 61,7 82,2 74,7 5,7 62,8 87,0
Índice perimetral de las extremidades 70,0 4,3 63,2 78,2 69,7 3,0 63,5 75,7 74,7 5,4 66,0 85,8 85,6 7,2 70,8 96,1
170
G1 G2 G3/G4 G5
Talla madre (cm) 162,4 5,1 152,0 170,0 160,7 5,1 152,0 169,0 162,6 3,5 157,0 170,0 160,5 5,8 150,0 173,0
Talla padre (cm) 172,3 5,7 162,0 184,0 171,6 4,2 164,0 179,0 171,0 6,9 158,0 185,0 171,8 5,1 163,0 181,0
Peso madre (kg) 61,3 6,7 50,0 73,0 62,8 12,0 45,0 86,0 63,2 10,4 47,0 85,0 63,4 8,1 47,0 77,0
Peso padre (kg) 78,5 10,4 60,0 99,0 76,4 7,6 65,0 90,0 75,6 8,7 62,0 95,0 80,3 9,4 63,0 100
170
4.2.2 TIPIFICACIÓN DE LAS VARIABLES (ÍNDICE Z)
Las variables candidatas a ser incluidas en el modelo de análisis (VS) son todas, a excepción de
las variables de maduración sexual (Tanner, 1962), utilizadas para conformar los grupos de
estudio (G1, G2, G3/4, G5). Pese a que en alguno de éstos, determinadas variables (VS) no se
distribuyen normalmente (Tabla 4.59 – Tabla 4.72), se procede a la tipificación en todos los casos
para facilitar la comprensión de la distribución de cada variable mediante gráficos (Figuras 4.7 –
4.69). Se indican la media y la desviación típica de cada grupo de gimnastas según su grado de
maduración sexual.
3 3
TALLA (cm) TALLA SENTADO (cm)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.7. Valores tipificados de la talla. Figura 4.8. Valores tipificados de la talla sentado.
3 3
PESO (kg) ENVERGADURA (cm)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.9. Valores tipificados del peso corporal. Figura 4.10. Valores tipificados de la envergadura.
171
3 3
ALCANCE (cm) LONGITUD EXTREMIDAD SUPERIOR (cm)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.11. Valores tipificados del alcance. Figura 4.12. Valores tipificados de la longitud de la
extremidad superior.
3 3
LONGITUD MANO (cm) LONGITUD EXTREMIDAD INFERIOR (cm)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.13. Valores tipificados de la longitud de la Figura 4.14. Valores tipificados de la longitud de la
mano. extremidad inferior.
3 3
LONGITUD PIE (cm) DIÁMETRO BIACROMIAL (cm)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.15. Valores tipificados de la longitud del pie. Figura 4.16. Valores tipificados del diámetro biacromial.
172
3 3
DIÁMETRO INTERCRESTAL (cm) DIÁMETRO BITROCANTÉREO (cm)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.17. Valores tipificados del diámetro intercrestal. Figura 4.18. Valores tipificados del diámetro bitrocanté-
reo.
3 3
DIÁMETRO TRANSV. DEL TÓRAX (cm) DIÁMETRO ANTEROP. DEL TÓRAX (cm)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.19. Valores tipificados del diámetro transverso del Figura 4.20. Valores tipificados del diámetro anteropos-
tórax. terior del tórax.
3 3
DIÁMETRO BIEPICOND. DEL HÚMERO (cm) DIÁMETRO BIEST. DE LA MUÑECA (cm)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.21. Valores tipificados del diámetro biepicondí- Figura 4.22. Valores tipificados del diámetro biestiloideo
leo del húmero. de la muñeca.
173
3 3
DIÁMETRO BICOND. DEL FÉMUR (cm) DIÁMETRO BIMALEOLAR (cm)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.23. Valores tipificados del diámetro bicondíleo Figura 4.24. Valores tipificados del diámetro bimaleolar.
del fémur.
3 3
PERÍMETRO BRAZO RELAJADO (cm) PERÍMETRO BRAZO EN TENSIÓN (cm)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.25. Valores tipificados del perímetro del brazo Figura 4.26. Valores tipificados del perímetro del brazo
relajado. en tensión.
3 3
PERÍMETRO ANTEBRAZO (cm) PERÍMETRO MUÑECA (cm)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.27. Valores tipificados del perímetro del ante- Figura 4.28. Valores tipificados del perímetro de la
brazo. muñeca.
174
3 3
PERÍMETRO MESOESTERNAL (cm) PERÍMETRO CINTURA (cm)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.29. Valores tipificados del perímetro mesoes- Figura 4.30. Valores tipificados del perímetro de la
ternal. cintura.
3 3
PERÍMETRO GLÚTEO (cm) PERÍMETRO MUSLO (cm)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.31. Valores tipificados del perímetro del glúteo. Figura 4.32. Valores tipificados del perímetro del muslo.
3 3
PERÍMETRO PIERNA (cm) PERÍMETRO TOBILLO (cm)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.33. Valores tipificados del perímetro de la Figura 4.34. Valores tipificados del perímetro del tobillo.
pierna.
175
3 3
PERÍMETRO CEFÁLICO (cm) PERÍMETRO CUELLO (cm)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.35. Valores tipificados del perímetro cefálico. Figura 4.36. Valores tipificados del perímetro del cuello.
3 3
PLIEGUE DEL TRÍCEPS (mm) PLIEGUE SUBESCAPULAR (mm)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.37. Valores tipificados del pliegue tricipital. Figura 4.38. Valores tipificados del pliegue subescapu-
lar.
3 3
PLIEGUE BICIPITAL (mm) PLIEGUE PECTORAL (mm)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.39. Valores tipificados del pliegue bicipital. Figura 4.40. Valores tipificados del pliegue pectoral.
176
3 3
PLIEGUE AXILAR MEDIO (mm) PLIEGUE ILEOCRESTAL (mm)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.41. Valores tipificados del pliegue axilar medio. Figura 4.42. Valores tipificados del pliegue ileocrestal.
3 3
PLIEGUE SUPRAESPINAL (mm) PLIEGUE ABDOMINAL (mm)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.43. Valores tipificados del pliegue supraespi- Figura 4.44. Valores tipificados del pliegue abdominal.
nal.
3 3
PLIEGUE DEL MUSLO ANTERIOR (mm) PLIEGUE DE LA PIERNA MEDIAL (mm)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.45. Valores tipificados del pliegue del muslo Figura 4.46. Valores tipificados del pliegue de la pierna
anterior. medial.
177
3 3
Σ DE 6 PLIEGUES (mm) MASA GRASA (%)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.47. Valores tipificados del sumatorio de 6 Figura 4.48. Valores tipificados de la masa grasa.
pliegues.
3 3
MASA LIBRE DE GRASA (kg) MASA MUSCULAR (%)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.49. Valores tipificados de la masa libre de Figura 4.50. Valores tipificados de la masa muscular.
grasa.
3 3
MASA ÓSEA (%) COMPONENTE RESIDUAL (%)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.51. Valores tipificados de la masa ósea. Figura 4.52. Valores tipificados del componente resi-
dual.
178
3 2 3 2
ÁREA GRASA DEL BRAZO (cm ) ÁREA MUSCULAR DEL BRAZO (cm )
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.53. Valores tipificados del área grasa del bra- Figura 4.54. Valores tipificados del área muscular del
zo. brazo.
3 2 3 2
ÁREA GRASA DEL MUSLO (cm ) ÁREA MUSCULAR DEL MUSLO (cm )
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.55. Valores tipificados del área grasa del mus- Figura 4.56. Valores tipificados del área muscular del
lo. muslo.
3 3
ENDOMORFISMO MESOMORFISMO
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.57. Valores tipificados del componente en- Figura 4.58. Valores tipificados del componente me-
domórfico. somórfico.
179
3 3
ECTOMORFISMO ÍNDICE DE MASA CORPORAL
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.59. Valores tipificados del componente ec- Figura 4.60. Valores tipificados del índice de masa
tomórfico. corporal.
3 3
ÍNDICE DE LONG. REL. DE EXTREM. ÍNDICE CÓRMICO
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.61. Valores tipificados del índice de longitud Figura 4.62. Valores tipificados del índice córmico.
relativa de las extremidades.
3 3
ÍNDICE BRAQUIAL ÍNDICE PERIMETRAL DE EXTREMIDADES
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.63. Valores tipificados del índice braquial. Figura 4.64. Valores tipificados del índice perimetral de
las extremidades.
180
3 3
TALLA DE LA MADRE (cm) TALLA DEL PADRE (cm)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.65. Valores tipificados de la talla de las ma- Figura 4.66. Valores tipificados de la talla de los padres.
dres.
3 3
PESO DE LA MADRE (kg) PESO DEL PADRE (kg)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.67. Valores tipificados del peso de las madres. Figura 4.68. Valores tipificados del peso de los padres.
3
EDAD CRONOLÓGICA (años)
2,5
1,5
0,5
Valor Z
-0,5
-1
-1,5
-2
-2,5
-3
G1 G2 G3-G4 G5
181
Tabla 4.59. Normalidad y homoscedasticidad de las dimensiones corporales.
182
Tabla 4.63. Normalidad y homoscedasticidad de los diámetros corporales (I).
183
Tabla 4.67. Normalidad y homoscedasticidad de los diámetros corporales (V).
Cefálico Cuello
G1 G2 G3/G4 G5 G1 G2 G3/G4 G5
Levene 0,207 --
Shapiro-
0,35 0,11 0,01 0,26 0,07 0,21 0,02 0,25 0,05 0,655 0,003 0,83 0,73 0,93 0,90 0,06 0,76 0,78 0,38 0,41
Wilks
Componente Residual Área Grasa Brazo Área Muscular Brazo Área Grasa Muslo Área Muscular Muslo
Shapiro-
0,64 0,28 0,14 0,70 0,09 0,23 0,01 0,23 0,05 0,688 0,02 0,38 0,08 0,34 0,18 0,76 0,04 0,69 0,001 0,56
Wilks
Levene 0,06 -- -- -- --
184
Tabla 4.70. Normalidad y homoscedasticidad del somatotipo.
Shapiro-Wilks 0,16 0,04 0,02 0,17 0,22 0,72 0,16 0,65 0,10 0,59 0,02 0,10
Levene -- 0,05 --
Índice de masa corporal Long. rel. de extrem. sup. Índice córmico Índice braquial Índice perimetral de extrem.
185
Shapiro-
0,27 0,39 0,05 0,44 0,54 0,96 0,51 0,38 0,36 0,89 0,05 0,19 0,52 0,16 0,52 0,86 0,14 0,92 0,07 0,20
Wilks
Talla Madre Talla Padre Peso Madre Peso Padre Edad Cronológica
Shapiro-
0,14 0,34 0,03 0,41 0,36 0,49 0,69 0,17 0,10 0,04 0,15 0,25 0,17 0,01 0,13 0,80 0,36 0,03 0,19 0,09
Wilks
Levene -- 0,09 -- -- --
185
4.2.3 ANÁLISIS DE LA VARIANZA (ANOVA)
En base a la comprobación realizada sobre los supuestos para la aplicación del ANOVA (Tabla
4.59 – Tabla 4.72), y tal y como se ha justificado en el apartado correspondiente (apartado
3.3.2.8), se procede a establecer un análisis de la varianza mediante el ANOVA de un factor y
pruebas post hoc (Bonferroni), o bien mediante el ANOVA no paramétrico de Kruskall-Wallis
(Figuras 4.70 – 4.132). En este último caso, las comparaciones a posteriori se establecen por
pares (U de Mann-Whitney).
DIMENSIONES CORPORALES
Los grupos de estudio se diferencian entre sí (p<0,001) en todas las dimensiones corporales
(Tabla 4.73).
Tabla 4.73. Dimensiones corporales: diferencias entre grupos y potencia estadística (ANOVA).
2
Variable gl F X p 1-β
Los resultados de las comparaciones entre las dimesiones corporales de cada grupo de estudio,
se presentan de la Figura 4.70 a la Figura 4.74. Se observa como, únicamente a partir del grupo
G2, las diferencias entre grupos se producen correlativamente, es decir, registrando el grupo
posterior valores más elevados (p<0,001) que el inmediatamente anterior.
190 95 *
*
180 90
170 85
Talla sentado (cm)
Talla (cm)
160 80
150 75
140 70
130 * 65 *
120 60
*
110
*
55
100 50
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.70. Comparaciones intergrupo para la talla. Figura 4.71. Comparaciones intergrupo para la talla
*ANOVA, diferencias post-hoc significativas (Bonferroni, sentado. *ANOVA, diferencias post-hoc significativas
pajustada <0,013). (Bonferroni, pajustada <0,013).
186
90 200
PESO ENVERGADURA
85
80
190 *
º
75 180
70
65 170
Envergadura (cm)
60
160
55
Peso (kg)
50 150
45
140
40
35 130 *
30
25 120
º
20
110
15 *
º
10 100
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.72. Comparaciones intergrupo para el peso. Figura 4.73. Comparaciones intergrupo para la enverga-
*ANOVA, diferencias post-hoc significativas (Bonferroni, dura. *ANOVA, diferencias post-hoc significativas
pajustada <0,013). (Bonferroni, pajustada <0,013).
260 ALCANCE
240 *
220
Alcance (cm)
200
180
160 *
140
*
120
G1 G2 G3-G4 G5
LONGITUDES CORPORALES
En todas las longitudes corporales se han hallado diferencias significativas entre alguno de los
grupos analizados (Tabla 4.74).
Tabla 4.74. Longitudes corporales: diferencias entre grupos y potencia estadística (ANOVA).
2
Variable gl F X p 1-β
187
Los resultados de las comparaciones entre las longitudes corporales de cada grupo de estudio, se
presentan de la Figura 4.75 a la Figura 4.78. Se observa como los valores del grupo G3/G4
siempre son superiores (p<0,001) a los valores del grupo G2. Las longitudes de la mano y la
extremidad inferior del grupo G5 son las únicas que registran valores superiores (p<0,001)
respecto al grupo G3/G4.
90
LONGITUD EXTREMIDAD SUPERIOR 24 LONGITUD MANO
23
85
* 22 *
80 21
20
Extremidad superior (cm)
75 19
18
Mano (cm)
70
17
65 16
15
60
14
55 13
*
12
50 11
45
* 10
*
9
40 8
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.75. Comparaciones intergrupo para la longitud de Figura 4.76. Comparaciones intergrupo para la longitud
la extremidad superior. *ANOVA, diferencias post-hoc de la mano. *ANOVA, diferencias post-hoc significativas
significativas (Bonferroni, pajustada <0,013). (Bonferroni, pajustada <0,013).
26
90 25
Pie (cm)
85 24
23
80
22
75
21
70 20
65 19
º
18
60
17
55 º
16 º
50 15
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.77. Comparaciones intergrupo para la longitud Figura 4.78. Comparaciones intergrupo para la longitud
de la extremidad inferior. ºKruskall-Wallis, diferencias del pie. ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc significati-
post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajusta- vas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013).
da<0,013).
DIÁMETROS CORPORALES
En todos los diámetros corporales se han observado diferencias significativas (p<0,001) entre
alguno de los grupos analizados (Tabla 4.75).
188
Tabla 4.75. Resultados significativos y potencia estadística (ANOVA). Diámetros corporales
2
Variable gl F X p 1-β
a
Biestiloideo de la muñeca (cm) 3,107 -- 74,259 <0,001 --
a
Bimaleolar (cm) 3,107 -- 66,350 <0,001 --
a
Comparadas con la prueba de Kruskall-Wallis
Los resultados de las comparaciones entre las longitudes corporales de cada grupo de estudio, se
presentan de la Figura 4.79 a la Figura 4.87. Se observa como, únicamente a partir del grupo G2,
las diferencias entre grupos se producen correlativamente, es decir, registrando el grupo posterior
valores más elevados (p<0,001) que el inmediatamente anterior. Esto siempre es así a excepción
de los diámetros bicondíleo del fémur y maleolar, que no registran diferencias entre los grupos
G3/G4 y el G5.
47,5
DIÁMETRO BIACROMIAL 30
DIÁMETRO INTERCRESTAL
29
45
* 28 *
42,5 27
26
Diámetro intercrestal (cm)
Diámetro biacromial (cm)
40
25
37,5
24
35 23
32,5 22
21
30
20
27,5 19
*
25 18 *
* 17
22,5 *
16
20 15
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.79. Comparaciones intergrupo para el diámetro Figura 4.80. Comparaciones intergrupo para el diámetro
biacromial. *ANOVA, diferencias post-hoc significativas intercrestal. *ANOVA, diferencias post-hoc significativas
(Bonferroni, pajustada <0,013). (Bonferroni, pajustada <0,013).
189
35 DIÁMETRO BITROCANTÉREO 35 DIÁMETRO TRANSV. DEL TÓRAX
34 34
33 * 33
32 32
*
30
29
29 28
28 27
27 26
26 25
25 24
24 23
23 22
22 21
20
21
* 19
20 *
18
19 17
18 *
16 *
17 15
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.81. Comparaciones intergrupo para el diámetro Figura 4.82. Comparaciones intergrupo para el diámetro
bitrocantéreo. *ANOVA, diferencias post-hoc significativas transverso del tórax. *ANOVA, diferencias post-hoc
(Bonferroni, pajustada <0,013). significativas (Bonferroni, pajustada <0,013).
22
8,0 *
*
7,5
21
20 7,0
19 6,5
18
6,0
17
16 5,5
15 5,0
14
*
4,5
13 *
4,0
12 *
11 * 3,5
10 3,0
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.83. Comparaciones intergrupo para el diámetro Figura 4.84. Comparaciones intergrupo para el diámetro
anteroposterior. *ANOVA, diferencias post-hoc significati- biepicondíleo del húmero. *ANOVA, diferencias post-hoc
vas (Bonferroni, pajustada <0,013). significativas (Bonferroni, pajustada <0,013).
7,0 10,5 *
º
Diámetro biestiloideo de la muñeca (cm)
6,5 10,0
6,0 9,5
5,5 9,0
5,0 8,5
4,5 8,0
4,0 º 7,5
3,5 º 7,0
*
3,0 6,5
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.85. Comparaciones intergrupo para el diámetro Figura 4.86. Comparaciones intergrupo para el diámetro
de la muñeca. ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc signi- bicondíleo del fémur. *ANOVA, diferencias post-hoc
ficativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013). significativas (Bonferroni, pajustada <0,013).
190
DIÁMETRO BIMALEOLAR
9,0
8,5
º
8,0
7,0
6,5
6,0
5,5
5,0
º
4,5
G1 G2 G3-G4 G5
PERÍMETROS CORPORALES
En todos los perímetros corporales se han hallado diferencias significativas entre alguno de los
grupos analizados (Tabla 4.76).
2
Variable gl F X p 1-β
Los resultados de las comparaciones entre los perímetros corporales de cada grupo de estudio, se
presentan de la Figura 4.88 a la Figura 4.99. Se observa como, únicamente a partir del grupo G2,
las diferencias entre grupos se producen correlativamente, es decir, registrando el grupo posterior
valores más elevados (p<0,001) que el inmediatamente anterior. Esto siempre es así a excepción
del perímetro cefálico, donde no se registran diferencias entre los grupos G3/G4 y el G5.
191
PERÍMETRO BRAZO RELAJADO PERÍMETRO BRAZO EN TENSIÓN
40 40
38 38 º
36 36
34 * 34
32 32
30 30
28 28
26 26
24 24
22 22
20 20
18 18 º
16 * 16 º
*
14 14
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.88. Comparaciones intergrupo para el períme- Figura 4.89. Comparaciones intergrupo para el perímetro
tro del brazo relajado. *ANOVA, diferencias post-hoc del brazo en tensión. ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc
significativas (Bonferroni, pajustada <0,013). significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013).
27
19
26
25 18
24
17
23
22 16
21 15
20
14
19
18 13
º
17 12
16 º
15 º 11 º
14 10
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.90. Comparaciones intergrupo para el perímetro Figura 4.91. Comparaciones intergrupo para el perímetro
del antebrazo. ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc de la muñeca. ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc
significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013). significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013).
95
Perímetro de la cintura (cm)
75
90
85 70
80 65
75 60
70
55
65
50
60 *
* 45
*
55 *
50 40
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.92. Comparaciones intergrupo para el períme- Figura 4.93. Comparaciones intergrupo para el perímetro
tro mesoesternal. *ANOVA, diferencias post-hoc signifi- de la cintura. *ANOVA, diferencias post-hoc significativas
cativas (Bonferroni, pajustada <0,013). (Bonferroni, pajustada <0,013).
192
100 PERÍMETRO GLÚTEO 62 PERÍMETRO MUSLO
60
95
58 *
90 56
º
54
Perímetro del glúteo (cm)
55 º
34 *
32
*
50 30
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.94. Comparaciones intergrupo para el períme- Figura 4.95. Comparaciones intergrupo para el perímetro
tro del glúteo. ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc del muslo. *ANOVA, diferencias post-hoc significativas
significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013). (Bonferroni, pajustada <0,013).
24
Perímetro del tobillo (cm)
36 23
34 22
21
32
20
30 19
28 18
17
26
16 º
24
* 15
22 * 14 º
20 13
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.96. Comparaciones intergrupo para el períme- Figura 4.97. Comparaciones intergrupo para el perímetro
tro de la pierna. *ANOVA, diferencias post-hoc significa- del tobillo. ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc significa-
tivas (Bonferroni, pajustada <0,013). tivas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013).
58
Perímetro cefálico (cm)
57 36
56
34
55
32
54
53 30
52 28
51
26
50 * º
* 24 º
49
48 22
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.98. Comparaciones intergrupo para el períme- Figura 4.99. Comparaciones intergrupo para el perímetro
tro cefálico. *ANOVA, diferencias post-hoc significativas del cuello. ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc significa-
(Bonferroni, pajustada <0,013). tivas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013).
193
PLIEGUES CUTÁNEOS
En todos los pliegues cutáneos, a excepción de los pliegues bicipital, muslo anterior y pierna
medial, se han hallado diferencias significativas (p<0,05) entre alguno de los grupos analizados
(Tabla 4.77).
2
Variable gl F X p 1-β
a
Tricipital (mm) 3,107 -- 9,852 <0,05 --
a
Subescapular (mm) 3,107 -- 42,937 <0,001 --
a
Pectoral (mm) 3,107 -- 16,559 <0,001 --
a
Axilar medio (mm) 3,107 -- 42,219 <0,001 --
a
Ileocrestal (mm) 3,107 -- 19,996 <0,001 --
a
Supraespinal (mm) 3,107 -- 24,049 <0,001 --
a
Abdominal (mm) 3,107 -- 30,872 <0,001 --
a
Comparadas con la prueba de Kruskall-Wallis
Los gimnastas clasificados en el estadio G5 son los que registran valores más elevados de tejido
graso subcutáneo en el tronco: pliegues subescapular (Figura 4.101), pectoral (Figura 4.103),
axilar medio (Figura 4.104), ileocrestal (Figura 4.105), supraespinal (Figura 4.106) y abdominal
(Figura 4.107).
Por el contrario, los gimnastas del grupo G2, registran los mayores valores en las
extremidades superiores [pliegues tricipital (Figura 4.100) y bicipital (Figura 4.102)] y en las
extremidades inferiores [muslo anterior (Figura 4.108) y pierna medial (Figura 4.109)].
Precisamente los pliegues axilar medio (Figura 4.104), supraespinal (Figura 4.106) y
abdominal (Figura 4.107), junto con los pliegues subescapular (Figura 4.101) e ileocrestal (Figura
4.105), difieren de la relativa estabilidad del resto en cuanto a la existencia de diferencias
significativas (p<0,001) entre cada uno de los grupos que los conforman.
194
16 PLIEGUE TRICIPITAL 16 PLIEGUE SUBESCAPULAR
15 15 º
14
14
13
13 º
12
11
º
10 11
9
10
8
9
7
6 8
5 7
4
6
3
5
2
1 º 4
0 3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.100. Comparaciones intergrupo para el pliegue Figura 4.101. Comparaciones intergrupo para el pliegue
tricipital. ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc significa- subescapular. ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc
tivas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013). significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013).
7 8
7
6
Pliegue pectoral (mm)
Pliegue bicipital (mm)
6
5
5
4
4
3
3
2 2
º
1 1
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.102. Comparaciones intergrupo para el pliegue Figura 4.103. Comparaciones intergrupo para el pliegue
bicipital. No se observan diferencias significativas (U de pectoral. ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc significati-
Mann-Whytney, pajustada<0,013). vas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013).
14
7 13
12
6 11
10
5 9
8
4 7
6
5
3
4
3
2 2
º º
1
1 0
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.104. Comparaciones intergrupo para el pliegue Figura 4.105. Comparaciones intergrupo para el pliegue
axilar medio. ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc ileocrestal. ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc significa-
significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013). tivas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013).
195
PLIEGUE SUPRAESPINAL PLIEGUE ABDOMINAL
8 15
14
º
7 13 º º
12
6 11
Pliegue supraespinal (mm)
2 4
3
1 2
1 º
º
0 0
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.106. Comparaciones intergrupo para el pliegue Figura 4.107. Comparaciones intergrupo para el pliegue
supraespinal. ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc abdominal. ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc signifi-
significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013). cativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013).
18 12
11
16
10
14
9
12 8
7
10
6
8
5
6 4
3
4
2
2
1
0 0
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.108. Comparaciones intergrupo para el pliegue Figura 4.109. Comparaciones intergrupo para el pliegue
del muslo anterior. No se observan diferencias significa- medial de la pierna. No se observan diferencias significa-
tivas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013). tivas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013).
COMPOSICIÓN CORPORAL
En todas las variables de composición corporal a excepción del ∑ de 6 pliegues (mm), masa grasa
(%), componente residual (%), y área grasa del muslo (cm2), se han hallado diferencias
significativas entre alguno de los grupos analizados (Tabla 4.78). En la masa libre de grasa (Figura
4.112), el área muscular del brazo (Figura 4.117), y el área muscular del muslo (Figura 4.119), a
partir del grupo G2 las diferencias entre grupos se producen correlativamente, es decir,
registrando el grupo posterior valores más elevados (p<0,001) que el inmediatamente anterior
(G2<G3/G4: p<0,001; G3/G4<G5: p<0,001). En relación al grupo G1, en las mismas variables,
dicho patrón no se observa hasta el grupo G3/G4 (p<0,001). El porcentaje de masa muscular de
los gimnastas del estadio G5 es significativamente superior a la del resto de grupos (Figura 4.113),
196
mientras que en la masa ósea (Figura 4.114) ocurre exactamente lo contrario: el grupo G5 posee
valores porcentuales significativamente inferiores al resto de los grupos (p<0,001).
2
Variable gl F X p 1-β
a
Masa libre de grasa (kg) 3,107 -- 86,005 <0,001 --
15
55
14
50 13
12
45
11
40 10
9
35
8
30 7
6
25
5
20 4
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.110. Comparaciones intergrupo para el suma- Figura 4.111. Comparaciones intergrupo para el porcenta-
torio de 6 pliegues cutáneos. No se observan diferen- je de masa grasa. No se observan diferencias significati-
cias significativas (Kruskall-Wallis, pajustada0,013). vas (Kruskall-Wallis, pajustada0,013).
60
Masa muscular (%)
46
55
50 44
45 42
40 40
35
38
30
36
25
20
º 34 *
15 32
º *
10 30
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.112. Comparaciones intergrupo para la masa Figura 4.113. Comparaciones intergrupo para la masa
libre de grasa. ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc muscular. *ANOVA, diferencias post-hoc significativas
significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013). (Bonferroni, pajustada <0,013).
197
28 MASA ÓSEA 34 COMPONENTE RESIDUAL
27 33
26
* 32
25
31
24
30
21 28
20 27
19 26
18 25
17 24
16
23
15
22
14
21
13
12 * 20
11 19
10 18
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.114. Comparaciones intergrupo para la masa Figura 4.115. Comparaciones intergrupo para el compo-
ósea. *ANOVA, diferencias post-hoc significativas nente residual. No se observan diferencias significativas
(Bonferroni, pajustada <0,013). (ANOVA, pajustada <0,013).
18 120
ÁREA GRASA DEL BRAZO ÁREA MUSCULAR DEL BRAZO
17
110
16
15 100
14 º
Área muscular del brazo (cm2)
90
Área grasa del brazo (cm2)
13
12 80 º
11
70
10
9 60
8
50
7
6 40
5
30
4
3 20
2
10
1 º º
0 0
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.116. Comparaciones intergrupo para el área Figura 4.117. Comparaciones intergrupo para el área
grasa del brazo. ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc muscular del brazo. ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc
significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013). significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013).
40 170
38 ÁREA GRASA DEL MUSLO ÁREA MUSCULAR DEL MUSLO
160
36 150
34
140
º
Área muscular del muslo (cm2)
32
Área grasa del muslo (cm2)
30 130
28 120
26 110
24 100
22
90
20
80
18
16 70
14 60
12 50
10 40
8
º
30
6 º
4 20
2 10
0 0
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.118. Comparaciones intergrupo para el área Figura 4.119. Comparaciones intergrupo para el área
grasa del muslo. ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc muscular del muslo. ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc
significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013). significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013).
198
SOMATOTIPO
4,0 4,0
3,5 3,5
3,0 3,0
2,5 2,5
2,0 2,0 *
1,5 1,5
1,0 1,0 *
0,5 0,5
*
0,0 0,0
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.120. Comparaciones intergrupo para el endomorfis- Figura 4.121. Comparaciones intergrupo para el mesomor-
mo. No se observan diferencias significativas (Kruskall-Wallis, fismo. *ANOVA, diferencias post-hoc significativas
pajustada0,013). (Bonferroni, pajustada <0,013).
ECTOMORFISMO
8,0
7,5
º
7,0
6,5
6,0
5,5
º
5,0
Ectomorfismo
4,5
4,0
3,5
3,0
2,5
2,0
1,5
1,0
0,5
0,0
G1 G2 G3-G4 G5
199
PROPORCIONALIDAD
En todos los índices de proporcionalidad a excepción de los índices sobre la longitud relativa de la
extremidad superior y del índice braquial, se han hallado diferencias significativas entre alguno de
los grupos analizados (Tabla 4.80).
2
Variable gl F X p 1-β
a
Índice de masa corporal 3,107 -- 65,242 <0,001 --
a
Índice córmico 3,107 -- 22,844 <0,001 --
El índice de masa corporal o IMC (Figura 4.123) presenta valores progresivamente más elevados
entre los grupos G1 y G3/G4 (p<0,001), y entre éste último grupo y el grupo o estadio G5
(p<0,001). El índice córmico o IC (Figura 4.125) presenta valores progresivamente menores entre
los grupos G1 y G3/G4 (p<0,001), y mayores entre éste último grupo y el grupo o estadio G5
(p<0,001). El índice perimetral de las extremidades o IP (Figura 4.127), a partir del grupo G2,
registra valores superiores entre grupos correlativos, es decir, registrando el grupo posterior
valores más elevados (p<0,001) al inmediatamente anterior (G2<G3/G4: p<0,01; G3/G4<G5:
p<0,001).
Se observa así como en los tres índices, ya sea aumentando sus valores (IMC e IPE) o
disminuyéndolos (IC), se hace necesario llegar al grupo que comprende los estadios G3/G4 para
que las diferencias sean significativas (pajustada≤0,013) desde los gimnastas clasificados en el
estadio G1.
29 47,5
28
47,0
27
26 46,5
º
25 46,0
Índice de masa corporal
24 45,5
23
45,0
22
21 44,5
20 44,0
19 43,5
18
43,0
17
16 42,5
15 42,0
14 41,5
13 º
41,0
12
11 40,5
10 40,0
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.123. Comparaciones intergrupo para el índice de Figura 4.124. Comparaciones intergrupo para el índice
masa corporal. ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc de longitud relativa de la extremidad superior. *No se
significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013). observan diferencias significativas (ANOVA, pajustada
<0,013).
200
ÍNDICE CÓRMICO ÍNDICE BRAQUIAL
58 100
57 º 95
56
º
90
55
54 85
Índice braquial
Índice córmico
53 80
52
75
51
70
50
49 65
48
60
47
55
46
45 50
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.125. Comparaciones intergrupo para el índice Figura 4.126. Comparaciones intergrupo para el índice
córmico. ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc significati- braquial. No se registran diferencias significativas
vas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013). (ANOVA, pajustada <0,013).
95
Índice perimetral de las extremidades
*
90
85
80
75
70
65
60
*
55
*
50
G1 G2 G3-G4 G5
No se han hallado diferencias significativas entre ninguno de los grupos que conforman los datos
biométricos parentales de los gimnastas objeto de estudio (Figura 4.128 – Figura 4.131).
201
191 TALLA DE LA MADRE 191 TALLA DEL PADRE
188 188
185 185
182 182
179 179
Talla de la madre (cm)
Figura 4.128. Comparaciones intergrupo para ta talla de Figura 4.129. Comparaciones intergrupo para ta talla del
la madre. No se observan diferencias significativas (Krus- padre. No se observan diferencias significativas (Kruskall-
kall-Wallis, pajustada0,013). Wallis, pajustada0,013).
85 85
80 80
75 75
70 70
65 65
60 60
55 55
50 50
45 45
40 40
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.130. Comparaciones intergrupo para el peso de Figura 4.131. Comparaciones intergrupo para el peso del
la madre. No se observan diferencias significativas (Krus- padre. No se observan diferencias significativas (Kruskall-
kall-Wallis, pajustada0,013). Wallis, pajustada0,013).
27 EDAD CRONOLÓGICA
26
25
Edad cronológica de los gimnastas (años)
24
23
22
º
21
20
19 º
18
17
16
15
14
13
12
11
10
9
8 º
7
6
G1 G2 G3-G4 G5
202
4.2.4 CORRELACIÓN BIVARIADA
En la valoración somática (VS) son candidatas a ser seleccionadas todas las variables a
excepción de las correspondientes a la maduración sexual, utilizadas para conformar los grupos
de estudio. La correlación se efectúa entre cada una de las variables independientes (VS) y la
variable dependiente (ranking). En función del tipo de diustribución de cada variable (Tabla 4.59 –
Tabla 4.72), se utiliza el índice de correlación de Pearson o el índice de correlación de Spearman
(apartado 3.3.2.9). Los resultados se muestran a continuación (Tabla 4.81 – Tabla 4.89):
203
Tabla 4.84. Correlación entre la variable ranking y los perímetros corporales.
Tabla 4.86. Correlación entre la variable ranking y los componentes del somatotipo.
204
Tabla 4.87. Correlación entre la variable ranking y los indicadores de composición corporal.
Tabla 4.88. Correlación entre la variable ranking y los índices de proporcionalidad corporal.
Tabla 4.89. Correlación entre la variable ranking, datos biométricos parentales y edad cronológica.
205
Tabla 4.90. VS: análisis de regresión múltiple.
2
r
Error de
Grupos Ecuaciones predictivas F gl1 gl2 p
estimación
Exacta Corregida
*
G1 No se cumplen los criterios de inclusión -- -- -- -- -- -- --
G3/G4 9,122 + (1,271 · Masa muscular) - (1,501 · Edad cronológica) 4,834 2 30 0,015 0,24 0,19 5,37
G5 19,143 + (0,667 · Edad cronológica) + (0,196 · IPE) 17,829 2 22 0,001 0,62 0,58 2,33
*
Fentrada(p≤0,05); Fsalida(p≥0,10)
206
Grupos Variables seleccionadas Lambda de Wilks () gl1 gl2 gl3 F gl1 gl2 p r1ª función
*
G1 No se cumplen los criterios de inclusión -- -- -- -- -- -- -- -- --
*
G2 No se cumplen los criterios de inclusión -- -- -- -- -- -- -- -- --
*
Fentrada(p≤0,05); Fsalida(p≥0,10)
206
4.2.6 ANÁLISIS DISCRIMINANTE
Las variables seleccionadas a través el análisis discriminante para cada uno de los grupos de
estudio de esta valoración (VS) se incluyen en la Tabla 4.91. En los grupos G1 y G2, de la misma
forma que ocurre en el análisis de regresión con el primero de los grupos, ocurre la circunstancia
que ninguna de las variables de análisis (VS) cumple los requisitos de entrada en el modelo
multivariante (apartado 3.3.2.10 y 3.3.2.11). Para los demás grupos (G3/G4 y G5), el coeficiente
de correlación canónica se establece para la primera función del modelo discriminante (r1ª función) e
indica el grado más elevado en que el modelo multivariante clasifica a los sujetos de cada uno de
los grupos de estudio, según las categorías de rendimiento establecidas: elevado, medio, o
discreto (apartado 3.3.2.11). Se muestran además los resultados de clasificación para cada una de
dichas categorías, indicando el valor numérico individual (n) y porcentual (%) en que se logra
clasificar correctamente a cada uno de los sujetos que forman parte de la muestra objeto de
estudio: G3/G4 (Tabla 4.92); G5 (Tabla 4.93).
Elevado 8 1 2 11
n Medio 3 3 5 11
Discreto 4 4 3 11
Elevado 7 1 0 8
n Medio 0 7 1 8
Discreto 1 1 7 9
207
4.3 Valoración de la condición física general
La valoración de la condición física general (VCFG) se establece, tal y como se ha justificado en
apartados precedentes (apartado 3.2.2.3.1), mediante la aplicación de la “Batería Eurofit” (Council
of Europe, 1988).
208
Tabla 4.94. Batería Eurofit.
G1 G2 G3/G4 G5
x s min max x s min max x s min max x s min max
Carrera ida y vuelta (nº estadios) 6,3 2,1 3,0 10,0 7,0 2,0 4,5 11,0 8,2 1,7 5,0 11,0 9,1 1,1 7,5 11,5
-1
Carrera ida y vuelta (mL·kg·min ) 52,6 4,1 44,5 59,5 52,4 3,6 45,6 59,4 51,1 4,0 43,8 58,3 48,5 6,2 38,6 60,0
Equilibrio flamenco (nº intentos) 14,1 6,0 4,0 29,0 10,0 4,3 2,0 16,0 8,4 3,6 3,0 15,0 3,9 2,3 1,0 8,0
Golpeo de placas (s) 14,9 2,3 11,2 20,2 13,5 1,7 10,2 16,6 11,3 1,6 8,8 13,8 9,6 1,3 7,2 12,3
Flexión de tronco adelante (cm) 29,4 3,5 23,0 36,0 29,0 3,9 22,0 36,0 32,1 3,5 25,0 38,0 38,6 4,2 29,0 46,0
Salto de longitud adelante (cm) 179,9 17,0 143,0 218,0 184,4 18,9 149,0 221,0 215,1 20,5 180,0 251,0 260,6 14,0 233,0 286,0
Dinamometría manual (kg) 13,1 3,5 9,0 20,0 13,7 3,6 8,0 21,0 24,7 7,7 11,0 44,0 41,4 4,4 35,0 50,0
Abdominales en 30 s (nº repeticiones) 29,5 4,1 22,0 39,0 31,3 4,5 24,0 40,0 33,1 4,1 22,0 40,0 36,2 2,7 31,0 41,0
Suspensión en flexión de brazos (s) 80,2 38,0 26,0 160,0 79,6 22,8 25,0 125,0 67,2 20,7 30,0 103,0 67,7 15,4 36,0 97,0
209
Carrera ida y vuelta de 10x5m (s) 20,1 1,9 17,0 23,8 19,4 1,5 16,5 22,5 18,3 1,2 15,8 20,8 17,2 1,1 15,4 19,8
C. ida y vuelta (estadios) C. ida y vuelta (VO2max) Equilibrio del flamenco Golpeo de placas Flexión tronco adelante
Salto de longitud adelante Dinamometría manual Abdominales en 30 s Suspensión en flexión brazos Ida y vuelta de 10x5m
G1 G2 G3/G4 G5 G1 G2 G3/G4 G5 G1 G2 G3/G4 G5 G1 G2 G3/G4 G5 G1 G2 G3/G4 G5
Shapiro-
0,65 0,74 0,08 0,58 0,003 0,04 0,06 0,21 0,68 0,24 0,46 0,09 0,03 0,59 0,07 0,73 0,55 0,50 0,77 0,34
Wilks
Levene 0,29 -- 0,16 -- 0,004
209
3,0 C. IDA Y VUELTA (nº estadios) 3,0 C. IDA Y VUELTA (mL·kg·min )
-1
2,5 2,5
2,0 2,0
1,5 1,5
1,0 1,0
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0,0 0,0
-0,5 -0,5
-1,0 -1,0
-1,5 -1,5
-2,0 -2,0
-2,5 -2,5
-3,0 -3,0
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.133. Valores tipificados para cada grupo de Figura 4.134. Valores tipificados para cada grupo de
-1
estudio, de la carrera de ida y vuelta (nº estadios). estudio, de la carrera de ida y vuelta (mL·kg·min ).
3 3
EQUILIBRIO DEL FLAMENCO (nº intentos) GOLPEO DE PLACAS (s)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.135. Valores tipificados para cada grupo de Figura 4.136. Valores tipificados para cada grupo de
estudio, del equilibrio flamenco (nº intentos). estudio, del golpeo de placas (s).
3 3
FLEXIÓN DE TRONCO ADELANTE (cm) SALTO DE LONGITUD ADELANTE (cm)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.137. Valores tipificados para cada grupo de Figura 4.138. Valores tipificados para cada grupo de
estudio, de la flexión de tronco adelante (cm). estudio, del salto de longitud adelante (cm).
210
3 3
DINAMOMETRÍA MANUAL (kg) ABDOMINALES EN 30 s (nº repeticiones)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.139. Valores tipificados para cada grupo de Figura 4.140. Valores tipificados para cada grupo de
estudio, de la dinamometría manual (kg). estudio, de los abdominales en 30 s (nº repeticiones).
3 3
SUSPENSIÓN CON FLEXIÓN DE BRAZOS (s) CARRERA IDA Y VUELTA 10x5m (s)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.141. Valores tipificados para cada grupo de Figura 4.142. Valores tipificados para cada grupo de
estudio, de la suspensión con flexión de brazos (s). estudio, de la carrera de ida y vuelta de 10x5m (s).
Las diferencias entre los distintos grupos de estudio (ANOVA de un factor) en todas las variables
de condición física general, son significativas, a excepción de la suspensión con flexión de brazos
(Tabla 4.97).
Si los resultados de la carrera de ida y vuelta (course navette) se valoran a partir de los
estadios alcanzados (Figura 4.143), la prestación motriz de los gimnastas en esta prueba aumenta
de forma significativa cada dos grupos o estadios de maduración (G1<G3/4: p<0,001; G2<G5:
p<0,001). Si, en cambio, la unidad de medida es el VO2max estimado (apartado 3.2.2.3.1), tiende
a ocurrir lo contrario (Figura 4.144), de modo que el rendimiento de los gimnastas empeora en
grupos sucesivos, aunque no de forma significativa (p>pajustada).
211
4.145), golpeo de placas (Figura 4.146), flexión de tronco adelante (Figura 4.147), salto de longitud
adelante (Figura 4.148) y dinamometría manual (Figura 4.149). En el lado opuesto, la peor
prestación motriz de las pruebas la registran el grupo G1 y G2, no existiendo diferencias
significativas entre éstos en ninguna de las variables analizadas a excepción del equilibrio del
flamenco (p<0,01). Ambos grupos, sin embargo, registran diferencias significativas en todas las
pruebas en relación al resto de grupos (p<0,01). El número de abdominales en 30 s (Figura 4.150)
aumenta de forma significativa cada dos grupos o estadios de maduración (G1<G3/4: p<0,01;
G2<G5: p<0,001). Los resultados de la carrera de ida y vuelta 10x5 m (Figura 4.152) indican una
mejora significativa del rendimiento entre el grupo G1 y G3/4 (p<0,001), que no se observa en el
resto de grupos (p>pajustada).
2
Variable al F X p 1-β
a
Carrera de ida y vuelta (nº estadios) 3,107 -- 34,349 <0,001 --
-1
Carrera de ida y vuelta (mL·kg·min ) 3,107 4,497 -- <0,01 0,871
a
Equilibrio del flamenco (nº intentos) 3,107 -- 47,377 <0,001 --
a
Comparadas con la prueba de Kruskall-Wallis
64
12 62
11 60
58
10 56
9 54
8 52
50
7 48
6 46
5 44
42
4 40
3 38
2
º 36
34
1 32
0 30
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.143. Comparaciones intergrupo para la carre- Figura 4.144. Comparaciones intergrupo para carrera
-1 -1
ra de ida y vuelta (nº de estadios). ºKruskall-Wallis, de ida y vuelta (mL·kg ·min ). * No se observan dife-
diferencias post-hoc significativas (U de Mann- rencias significativas (ANOVA, pajustada <0,013).
Whytney, pajustada<0,013).
212
40
EQUILIBRIO DEL FLAMENCO 25 GOLPEO DE PLACAS
24
38
36 23
34 22
º
Equilibrio flamenco (nº intentos)
32 21
30 20
28 19 *
º
Figura 4.145. Comparaciones intergrupo para el equilibrio Figura 4.146. Comparaciones intergrupo para el golpeo
del flamenco (nº de intentos). ºKruskall-Wallis, diferencias de placas (s). ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc
post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajusta- significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013).
da<0,013).
44 250
42 240
40 230
38 220
36 210
34 200
32 190
30 180
170
28
160
26 150 º
24 140
22 130
20 * 120 º
18 110
16 100
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.147. Comparaciones intergrupo para la flexión Figura 4.148. Comparaciones intergrupo para el salto de
del tronco adelante (cm). ºKruskall-Wallis, diferencias longitud adelante (cm). ºKruskall-Wallis, diferencias post-
post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajusta- hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013).
da<0,013).
45
42
40
Dinamometría manual (kg)
40
35 38
36
30 34
25 32
30
20 28
26
15
24
10 22
20
5 * 18
* º
0 16
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.149. Comparaciones intergrupo para la dina- Figura 4.150. Comparaciones intergrupo para los abdo-
mometría manual (kg). *ANOVA, diferencias post-hoc minales en 30 s (nº de repeticiones). ºKruskall-Wallis,
significativas (Bonferroni, pajustada <0,013). diferencias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney,
pajustada<0,013).
213
180 SUSPENSIÓN CON FLEXIÓN DE BRAZOS 28 CARRERA IDA Y VUELTA 10x5m
170 27
160
26
150 *
Suspensión con flexión de brazos (s)
Figura 4.151. Comparaciones intergrupo para la sus- Figura 4.152. Comparaciones intergrupo para la carre-
pensión con flexión de brazos (s). No se han hallado ra de ida y vuelta 10x5 m (s). *ANOVA, diferencias
diferencias significativas (ANOVA, pajustada <0,013). post-hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013).
G1 G2 G3/G4 G5
r p r p r p r p
Carrera ida y vuelta (nº estadios) 0,30 ns -0,17 ns 0,17 ns -0,58 0,01
-1
Carrera ida y vuelta (mL·kg·min ) 0,20 ns -0,10 ns 0,32 ns -0,75 0,01
Equilibrio flamenco (nº intentos) -0,45 0,01 0,04 ns -0,20 ns -0,52 0,01
Carrera ida y vuelta 10x5m (s) -0,46 0,01 -0,14 ns -0,06 ns -0,14 ns
214
4.3.5 ANÁLISIS DE REGRESIÓN MÚLTIPLE
Las funciones resultantes del análisis de regresión múltiple para cada uno de los grupos de
estudio de esta valoración (VCFG) se incluyen en la Tabla 4.100.
Ninguna de las variables incluidas en esta valoración (VCFG) son susceptibles de entrar
en el modelo multivariante para el grupo G3/G4 (apartado 3.3.2.10).
Se muestran además los resultados de clasificación para cada una de dichas categorías,
indicando el valor numérico individual (n) y porcentual (%) en que se logra clasificar correctamente
a cada uno de los sujetos que forman parte de la muestra objeto de estudio: G1 (Tabla 4.99);
G3/G4 (Tabla 4.102); G5 (Tabla 4.103).
Elevado 8 0 1 9
n Medio 2 4 3 9
Discreto 1 0 9 10
215
Tabla 4.100. VCFG: análisis de regresión múltiple.
2
r Error de
Grupos Ecuaciones predictivas F gl1 gl2 p
estimación
Exacta Corregida
G1 2,001 + (0,960 · Abd. en 30 s) + (0,680 · Flexión de tronco adelante) - (0,046 · Susp. con flex. brazos) 14,211 3 24 0,001 0,64 0,60 2,99
*
G3/G4 No se cumplen los criterios de inclusión -- -- -- -- -- -- --
-1
G5 55,576 - (0,370 · Carrera ida y vuelta en mL·kg·min ) + (0,285 · Flexión de tronco adelante) 19,177 2 22 0,001 0,64 0,60 2,28
*
Fentrada(p≤0,05); Fsalida(p≥0,10)
216
Grupos Variables seleccionadas Lambda de Wilks () gl1 gl2 gl3 F gl1 gl2 p r1ª función
*
Fentrada(p≤0,05); Fsalida(p≥0,10)
216
Tabla 4.102. VCFG: clasificación discriminante para el grupo G3/G4.
Elevado 9 1 1 11
n Medio 4 1 6 11
Discreto 3 0 8 11
Elevado 7 1 0 8
n Medio 1 5 2 8
Discreto 0 1 8 9
217
4.4.1.1 FLEXIBILIDAD
G1 G2 G3/G4 G5
Elevación hombros anteversión (°) 21,4 21,1 -9,2 55,0 26,4 20,1 3,7 60,6 27,5 9,9 10,1 49,4 32,0 16,0 7,3 60,0
Elevación hombros retroversión (°) 136,3 13,3 110,9 162,5 137,5 10,7 118,3 156,1 126,8 9,6 109,9 144,0 129,7 8,5 117,2 146,7
Giro de hombros anteversión (°) 58,7 29,3 14,0 104,2 55,6 21,5 26,6 96,0 64,8 22,7 30,2 99,2 51,8 18,9 17,8 84,7
Giro de hombros retroversión (°) 65,9 33,6 17,6 116,7 61,2 21,7 31,8 97,8 69,7 21,7 35,4 100,7 51,5 21,4 12,8 86,1
218
Elevación frontal pierna izquierda (°) 93,3 14,1 71,8 122,2 89,6 8,8 70,3 105,3 92,1 11,6 74,1 115,8 107,9 14,1 83,5 129,2
Elevación frontal pierna derecha (°) 90,3 11,9 68,5 113,1 90,6 9,4 70,2 106,0 93,4 11,4 76,7 113,5 104,2 14,4 74,1 130,4
Elevación lateral pierna izquierda (°) 83,6 17,9 50,2 121,7 87,7 10,6 68,7 107,9 81,6 13,4 54,7 105,9 88,8 5,9 75,8 99,8
Elevación lateral pierna derecha (°) 81,4 12,9 54,4 103,8 85,0 9,6 66,3 100,7 81,0 11,9 59,8 104,2 83,6 11,2 59,3 101,8
Espagat lateral (°) 185,6 17,1 155,6 214,3 184,4 14,1 162,0 213,1 174,5 8,5 160,3 194,8 170,9 17,7 138,2 207,6
Espagat frontal pierna izquierda (°) 178,9 20,6 140,3 232,5 170,3 11,1 149,7 189,0 172,6 9,5 156,3 191,2 180,0 16,6 152,6 212,8
Espagat frontal pierna derecha (°) 175,2 13,3 152,9 198,8 170,1 9,1 157,6 186,9 171,7 8,9 159,1 189,4 177,0 7,1 163,0 190,1
Flexión de tronco (°) 26,6 5,4 16,8 38,6 30,4 3,0 24,7 35,8 25,1 3,7 19,4 33,2 24,3 2,4 20,2 28,6
Puente (°) 57,8 7,8 39,2 70,8 55,8 6,5 43,6 70,4 57,4 7,7 43,3 72,4 61,0 7,7 44,7 76,4
218
4.4.1.2 CAPACIDAD DE SALTO
G1 G2 G3/G4 G5
x s min max x s min max x s min max x s min max
"Squat Jump" (cm) 27,3 3,4 22,5 34,9 27,0 3,0 21,9 33,0 32,1 4,8 23,4 41,9 39,3 4,1 30,4 46,0
"Counter Movement Jump" (cm) 28,6 3,5 22,3 36,1 26,9 2,1 23,6 30,2 32,8 4,7 25,2 43,1 41,6 3,2 36,5 47,7
"Reactive Jump 5 s" (coeficiente VC) 3,4 0,6 2,4 4,6 3,3 0,5 2,1 4,3 3,2 0,6 2,1 4,1 3,9 0,5 3,1 4,8
"Drop Jump 60 cm" (coeficiente VC) 2,9 0,8 1,3 4,5 2,8 0,8 1,0 4,2 3,0 0,6 1,8 4,1 3,8 0,7 2,8 4,9
4.4.1.3 VELOCIDAD
G1 G2 G3/G4 G5
219
G1 G2 G3/G4 G5
x s min max x s min max x s min max x s min max
Flexiones en vertical (nº) 7,5 5,1 0,0 19,0 6,6 5,5 0,0 19,0 9,0 6,2 0,0 22,0 18,0 6,1 6,0 27,0
Flexiones en suspensión (nº) 7,7 3,6 0,0 15,0 7,0 4,2 2,0 16,0 11,8 5,3 2,0 21,0 22,4 8,7 5,0 37,0
Flexiones desde el apoyo (nº) 12,7 7,1 0,0 28,0 11,2 8,6 0,0 30,0 19,5 9,4 5,0 43,0 36,0 10,0 18,0 54,0
Elevaciones extremidades inferiores en susp. (nº) 14,7 6,4 4,0 30,0 12,7 7,3 1,0 25,0 16,3 7,0 2,0 28,0 26,0 5,7 16,0 36,0
Olímpicos (nº) 16,6 9,5 2,0 39,0 17,0 5,2 8,0 27,0 19,2 11,2 6,0 37,0 40,9 12,3 16,0 57,0
219
4.4.1.5 FIABILIDAD DE LOS TESTS ESPECÍFICOS
Como se ha señalado en los apartados correspondientes (apartados 3.2.2.4.1; 3.2.2.4.3;
3.2.2.4.4), se procede a determinar la fiabilidad de aquellas pruebas sobre las que no se ha
hallado documentación: a) extensión de hombros con bastón: retroversión (Tabla 4.108); b)
elevación frontal de la extremidad inferior (Tabla 4.109); c) elevación lateral de la extremidad
inferior (Tabla 4.110); d) flexión de tronco (Tabla 4.111); e) carrera de 20 m (Tabla 4.112); f)
elevación de las extremidades inferiores desde la suspensión (Tabla 4.113); y g) olímpicos (Tabla
4.114).
G1 G2 G3/G4 G5
*p≤0,001
G1 G2 G3/G4 G5
*p≤0,001
G1 G2 G3/G4 G5
*p≤0,001
220
Tabla 4.111. Fiabilidad de la flexión de tronco.
G1 G2 G3/G4 G5
*p≤0,001
G1 G2 G3/G4 G5
*p≤0,001
G1 G2 G3/G4 G5
*p≤0,001
Tabla 4.114. Fiabilidad de los olímpicos con pies juntos, separados y desde el suelo.
G1 G2 G3/G4 G5
Olímpicos (pies juntos) 0,95 2,10 0,97 1,85 0,90 3,15 0,98 3,19
Olímpicos (pies separados) 0,83 4,25 0,93 1,22 0,87 3,05 0,97 4,12
Olímpicos (pies separados en suelo) 0,89 3,57 0,92 3,13 0,85 4,11 0,97 3,75
*p≤0,001
221
4.4.2 TIPIFICACIÓN DE LAS VARIABLES (ÍNDICE Z)
Todas las variables son candidatas a ser incluidas en el modelo de análisis (VCFE). Pese a que
alguna de éstas no se distribuye normalmente (Tabla 4.125 – Tabla 4.129), y tal y como se ha
justificado en apartados precedentes (apartados 4.1.3, 4.2.2, 4.3.2), se procede a la tipificación en
todos los casos para facilitar gráficamente el comportamiento de éstas en cada uno de los grupos
de estudio (Figuras 4.153 – 4.175).
3 3
FLEXIÓN HOMBROS –ANTEVERSIÓN– (º) EXTENSIÓN HOMBROS –RETROVERSIÓN– (º)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.153. Valores tipificados para cada grupo de Figura 4.154. Valores tipificados para cada grupo de
estudio, de la flexión de hombros: anteversión (°). estudio, de la extensión de hombros: retroversión (°).
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.155. Valores tipificados para cada grupo de Figura 4.156. Valores tipificados para cada grupo de
estudio, del giro de hombros en anteversión (°). estudio, del giro de hombros en retroversión (°).
222
3 ELEVACIÓN FRONTAL PIERNA IZQUIERDA (º) 3 ELEVACIÓN FRONTAL PIERNA DERECHA (º)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.157. Valores tipificados para cada grupo de Figura 4.158. Valores tipificados para cada grupo de
estudio, de la elevación frontal de la extremidad inferior estudio, de la elevación frontal de la extremidad inferior
izquierda (°). derecha (°).
3 3
ELEVACIÓN LATERAL PIERNA IZQUIERDA (º) ELEVACIÓN LATERAL PIERNA DERECHA (º)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.159. Valores tipificados para cada grupo de estu- Figura 4.160. Valores tipificados para cada grupo de
dio, de la elevación lateral de la extremidad inferior izquier- estudio, de la elevación lateral de la extremidad inferior
da (°). derecha (°).
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.161. Valores tipificados para cada grupo de Figura 4.162. Valores tipificados para cada grupo de
estudio, del espagat lateral (°). estudio, del espagat frontal izquierda (°).
223
3 ESPAGAT FRONTAL DERECHA (º) 3 FLEXIÓN DE TRONCO (º)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.163. Valores tipificados para cada grupo de Figura 4.164. Valores tipificados para cada grupo de
estudio, del espagat frontal derecha (°). estudio, de la flexión de tronco (°).
3 3
PUENTE (º) “SQUAT JUMP” (cm)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.165. Valores tipificados para cada grupo de Figura 4.166. Valores tipificados para cada grupo de
estudio, del puente (°). estudio, del “squat jump” (cm).
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.167. Valores tipificados para cada grupo de Figura 4.168. Valores tipificados para cada grupo de
estudio, del “counter movement jump” (cm). estudio, del “reactive jump 5 s” (coeficiente VC).
224
3 “DROP JUMP 60 cm” (coef. VC) 3 -1
CARRERA 20 m (km·h )
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.169. Valores tipificados para cada grupo de Figura 4.170. Valores tipificados para cada grupo de
-1
estudio, del “drop jump 60 cm” (coeficiente VC). estudio, de la carrera de 20 metros (km·h ).
3 3
FLEXIONES EN VERTICAL (nº) FLEXIONES EN SUSPENSIÓN (nº)
2,5 2,5
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.171. Valores tipificados para cada grupo de Figura 4.172. Valores tipificados para cada grupo de
estudio, de las flexiones en vertical (nº). estudio, de las flexiones en suspensión (nº).
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.173. Valores tipificados para cada grupo de Figura 4.174. Valores tipificados para cada grupo de
estudio, de las flexiones desde el apoyo (nº). estudio, de la elevación de las extremidades inferiores
desde suspensión (nº).
225
3 OLÍMPICOS (nº)
2,5
1,5
0,5
Valor Z
0
-0,5
-1
-1,5
-2
-2,5
-3
G1 G2 G3-G4 G5
FLEXIBILIDAD
No se han observado diferencias significativas entre los grupos analizados en ninguna de las
variables de flexibilidad, a excepción de las mostradas en la Tabla 4.115.
2
Variable gl F X p 1-β
Extensión de hombros: retroversión (°) 3,107 6,658 -- <0,001 0,970
Elevación frontal pierna izquierda (°) 3,107 11,432 -- <0,001 0,999
a
Elevación frontal pierna derecha (°) 3,107 -- 16,609 <0,001 --
a
Espagat lateral (°) 3,107 -- 15,780 <0,001 --
Flexión de Tronco (°) 3,107 12,839 -- <0,001 1
a
Comparadas mediante la prueba Kruskall-Wallis
226
80 FLEXIÓN HOMBROS (ANTEVERSIÓN) 180 EXTENSIÓN HOMBROS (RETROVERSIÓN)
75 175
70 *
170
165
60
55 160
50 155
*
45 150
40 145
35
140
30
25 135
20 130
15 125
10 120
5
115
0
110
-5
-10 105
-15 100
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.176. Comparaciones intergrupo para la Figura 4.177. Comparaciones intergrupo para la exten-
flexión de hombros en anteversión (º). No se obser- sión de hombros en retroversión (º). *ANOVA, diferen-
van diferencias significativas (Kruskall-Wallis, pajusta- cias post-hoc significativas (Bonferroni, pajustada <0,013).
da0,013).
110 110
100 100
90 90
80 80
70 70
60 60
50 50
40 40
30 30
20 20
10 10
0 0
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.178. Comparaciones intergrupo para el giro Figura 4.179. Comparaciones intergrupo para el giro
de hombros en anteversión (º). No se observan de en retroversión (º). No se observan diferencias
diferencias significativas (Kruskall-Wallis, pajusta- significativas (Kruskall-Wallis, pajustada0,013).
da0,013).
160 ELEVACIÓN FRONTAL PIERNA IZQUIERDA 160 ELEVACIÓN FRONTAL PIERNA DERECHA
155 155
150 * 150 º
Elevación frontal de la pierna izquierda (º)
145 145
Elevación frontal de la pierna derecha (º)
140 140
135 135
130 130
125 125
120
* 120
º
115 115
110 110
105 105
100 100
95 95
90 90
85 85
80 80
75 75
70 70
65 65
60 60
55 *** 55 º
50 50
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.180. Comparaciones intergrupo para eleva- Figura 4.181. Comparaciones intergrupo para la
ción frontal de la pierna izquierda. *ANOVA, diferen- elevación frontal de la pierna derecha. ºKruskall-
cias post-hoc significativas (Bonferroni, pajustada Wallis, diferencias post-hoc significativas (U de
<0,013). Mann-Whytney, pajustada<0,013).
227
140 ELEVACIÓN LATERAL PIERNA IZQUIERDA 140 ELEVACIÓN LATERAL PIERNA DERECHA
135 135
130 130
Elevación lateral de la pierna izquierda (º)
Figura 4.182. Comparaciones intergrupo para la Figura 4.183. Comparaciones intergrupo para la
elevación lateral de la pierna izquierda. No se obser- elevación lateral de la pierna derecha. No se obser-
van diferencias significativas (Kruskall-Wallis, pajusta- van diferencias significativas (ANOVA, pajusta-
da0,013). da0,013).
200
195 210
Espagat lateral (º)
190
200
185
180 190
175
170 180
165
170
160
155 160
150
145 150
140
135 140
130 130
125 º
120 120
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.184. Comparaciones intergrupo para el Figura 4.185. Comparaciones intergrupo para el
espagat lateral. No se observan diferencias significa- espagat frontal izquierda. No se observan diferencias
tivas (Kruskall-Wallis, pajustada0,013). significativas (ANOVA, pajustada0,013).
200 40
38
Flexión de tronco (º)
195
36
190
34
185 32
180 30
175 28
26
170
24
165 22
160 20
155 18
16
150
14
145 12
140 10
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.186. Comparaciones intergrupo para el Figura 4.187. Comparaciones intergrupo para la
espagat frontal derecha. No se observan diferencias flexión de tronco. No se observan diferencias signifi-
significativas (Kruskall-Wallis, pajustada0,013). cativas (ANOVA, pajustada0,013).
228
90 PUENTE
85
80
75
70
65
Puente (º)
60
55
50
45
40
35
30
G1 G2 G3-G4 G5
CAPACIDAD DE SALTO
Se han hallado diferencias significativas entre alguno de los grupos analizados en todas las
variables de capacidad de salto (Tabla 4.116).
2
Variable gl F X p 1-β
a
"Reactive Jump 5 s" (ms) 3,107 -- 18,717 <0,001 --
a
Comparadas con la prueba de Kruskall-Wallis
Los resultados del squat jump (Figura 4.189) y el counter movement jump (Figura 4.190)
muestran incrementos significativos entre los grupos G3/G4>G1 (p<0,001) y G3/G4>G2 (p<0,001).
En ambos saltos el grupo G5 registra los valores más elevados, diferenciándose de forma
significativa con el grupo justamente anterior (G3/G4) en el caso del “counter movement jump”
(p<0,001).
Los resultados del reactive jump 5 s (Figura 4.191) y el drop jump 60 cm (Figura 4.192)
entre cada uno de los grupos analizados, son semejantes. El grupo de gimnastas clasificados en
el estadio o grupo G5 muestra valores significativamente más elevados que el resto de grupos
(p<0,001), a excepción del grupo G1 en el test “reactive jump 5 s”, que aunque registra valores
menores, las diferencias no son significativas.
229
54 “SQUAT JUMP” 54 “COUNTER MOVEMENT JUMP”
52 52
50 * 50
48 48 *
46 46
44 44
36 36
34 34
32 32
30 30
28 28
26 26
24 24
22 22
20 20
18 18 *
16 16 *
14
* 14
12 12
10 10
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.189. Comparaciones intergrupo para el SJ. Figura 4.190. Comparaciones intergrupo para el
*ANOVA, diferencias post-hoc significativas (Bonfe- CMJ. *ANOVA, diferencias post-hoc significativas
rroni, pajustada <0,013). (Bonferroni, pajustada <0,013).
4,4
“Drop jump 60 cm (ms)
4,2 4,5 *
4,0
3,8 4,0
3,6
3,4 3,5
3,2 3,0
3,0
2,8 2,5
2,6
2,4 2,0
2,2
2,0 1,5
1,8 1,0
1,6 *
1,4 º 0,5
1,2
1,0 0,0
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.191. Comparaciones intergrupo para el RJ5. Figura 4.192. Comparaciones intergrupo para el DJ
ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc significativas (U 60. *ANOVA, diferencias post-hoc significativas
de Mann-Whytney, pajustada<0,013). (Bonferroni, pajustada <0,013).
VELOCIDAD
Los resultados de la carrera de 20 m muestran diferencias significativas entre alguno de los grupos
analizados (Tabla 4.117).
2
Variable gl F X p 1-β
-1 a
Carrera 20 m (km·h ) 3,107 -- 66,868 <0,001 --
a
Comparada con la prueba de Kruskall-Wallis
230
Cuanto más pequeño es el estadio o grupo de análisis, menor es la velocidad media
alcanzada en la carrera de 20 m (km·h-1). Desde el grupo G1 es necesario llegar hasta el grupo
G3/G4 para hallar diferencias significativas (p<0,001). A partir del grupo G2, los valores serán
significativamente superiores grupo a grupo (G3/G4>G2: p<0,001; G5>G3/G4: p<0,001).
30 CARRERA 20 m
29
28 º
27
26
Carrera de 20 m (km·h-1)
25
24
23
22
21
20
19
18 º
17
º
16
15
G1 G2 G3-G4 G5
Las diferencias entre los distintos grupos de estudio (ANOVA de un factor), son significativas
(p<0,001) en todas las habilidades gimnásticas de condición física (Tabla 4.118).
Tabla 4.118. Resultados significativos y potencia estadística (ANOVA). Habilidades gimnásticas de condición física.
2
Variable gl F X p 1-β
a
Flexiones en vertical (nº) 3,107 -- 34,834 <0,001 --
a
Flexiones en suspensión (nº) 3,107 -- 50,197 <0,001 --
a
Flexiones desde el apoyo (nº) 3,107 -- 52,965 <0,001 --
a
Comparadas con el método Kruskall-Wallis
231
34 FLEXIONES EN VERTICAL 44 FLEXIONES EN SUSPENSIÓN
32 42
30 40
28 38
26 36
22 32
20 30
18 28
26
16
24
14
22
12
20
10
18
8
16
6 14
4 12
2 º 10
0 8
-2 6
-4 4
-6 2
º
-8 º 0
-10 -2
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.194. Comparaciones intergrupo para las Figura 4.195. Comparaciones intergrupo para las
flexiones en vertical. ºKruskall-Wallis, diferencias flexiones en suspensión. ºKruskall-Wallis, diferencias
post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajusta- post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajusta-
da<0,013). da<0,013).
50 35
º *
45
30
40 º
35 25
30 20
25
15
20
15 10
10 5
5
*
0
0
-5 -5
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.196. Comparaciones intergrupo para las Figura 4.197. Comparaciones intergrupo para las
flexiones desde el apoyo. ºKruskall-Wallis, diferen- elevaciones de las piernas desde suspensión.
cias post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, *ANOVA, diferencias post-hoc significativas (Bonfe-
pajustada<0,013). rroni, pajustada <0,013).
80 OLÍMPICOS
75
70
º
65
60
55 º
Olímpicos (nº rep.)
50
45
40
35
30
25
20
15
10
º
5
0
-5
G1 G2 G3-G4 G5
232
4.4.4 CORRELACIÓN BIVARIADA
En la valoración de la condición física específica (VCFE) son candidatas a ser seleccionadas todas
las variables. La correlación se efectúa entre cada una de las variables independientes (VCFE) y
la variable dependiente (ranking). En función del tipo de distribución de cada variable (Tabla 4.125
– Tabla 4.129), se utiliza el índice de correlación de Pearson o bien el índice de correlación de
Spearman (apartado 3.3.2.9). Los resultados se muestran agrupados por bloques: flexibilidad
(Tabla 4.130), capacidad de salto (Tabla 4.131), velocidad (Tabla 4.132) y habilidades gimnásticas
de condición física (Tabla 4.133).
Elevado 9 0 0 9
n Medio 0 7 2 9
Discreto 0 0 10 10
233
Tabla 4.120. VCFE: clasificación discriminante para el grupo G2.
Elevado 8 0 0 8
n Medio 0 8 0 8
Discreto 0 2 7 9
Elevado 11 0 0 11
n Medio 1 9 1 11
Discreto 0 1 10 11
Elevado 8 0 0 8
n Medio 0 8 0 8
Discreto 0 0 9 9
234
Tabla 4.123. VCFE: análisis de regresión múltiple.
2
r Error de
Grupos Ecuaciones predictivas F gl1 gl2 p
Exacta Corregida estimación
G1 55,491 - (0,151 · Giro de hombros en anteversión) 201,919 1 26 0,001 0,89 0,88 1,62
G2 48,541 - (0,132 · Giro de hombros en anteversión) + (0,318 · Olímpicos) 96,064 2 22 0,001 0,90 0,89 1,54
G3/G4 22,955 + (3,002 · R5) + (0,210 · Flexión de hombros: anteversión) + (0,233 · Olímpicos) 34,220 3 29 0,001 0,78 0,76 2,94
G5 24,996 + (0,150 · Olímpicos) + (3,310 · R5) + (0,055 · Elevación lateral de la pierna derecha) 72,031 3 21 0,001 0,91 0,90 1,15
Grupos Variables seleccionadas Lambda de Wilks gl1 gl2 gl3 F gl1 gl2 p r1ª función
G1 0,96
Giro de hombros en anteversión (º) 0,060 2 2 25 37,186 4 48 0,001
235
Tabla 4.125. Normalidad y homoscedasticidad de los ítems de flexibilidad (I).
Flexión de hombros (anteversión) Extensión de hombros (retrov.) Giro de hombros (anteversión) Giro de hombros (retroversión)
G1 G2 G3/G4 G5 G1 G2 G3/G4 G5 G1 G2 G3/G4 G5 G1 G2 G3/G4 G5
Shapiro-
0,01 0,001 0,64 0,12 0,45 0,18 0,29 0,27 0,07 0,20 0,01 0,45 0,02 0,06 0,01 0,32
Wilks
Levene -- 0,11 -- --
Elevación frontal pierna izquierda Elevación frontal pierna derecha. Elevación lateral pierna izquierda Elevación lateral pierna derecha
G1 G2 G3/G4 G5 G1 G2 G3/G4 G5 G1 G2 G3/G4 G5 G1 G2 G3/G4 G5
Shapiro-
0,33 0,83 0,13 0,22 0,27 0,54 0,01 0,72 0,67 0,64 0,40 0,91 0,43 0,60 0,24 0,76
Wilks
Levene 0,04 -- 0,001 0,66
Espagat lateral Espagat frontal izquierda Espagat frontal derecha Flexión de tronco Puente
G1 G2 G3/G4 G5 G1 G2 G3/G4 G5 G1 G2 G3/G4 G5 G1 G2 G3/G4 G5 G1 G2 G3/G4 G5
236
Shapiro-
0,25 0,58 0,01 0,74 0,46 0,43 0,28 0,26 0,26 0,08 0,04 0,39 0,86 0,68 0,39 0,69 0,48 0,96 0,77 0,95
Wilks
Levene -- 0,01 -- 0,01 0,68
"Squat Jump" "Counter Movement. Jump" "Reactive Jump 5 s" "Drop Jump 60 cm" Carrera 20 m
G1 G2 G3/G4 G5 G1 G2 G3/G4 G5 G1 G2 G3/G4 G5 G1 G2 G3/G4 G5 G1 G2 G3/G4 G5
Shapiro-
0,26 0,56 0,79 0,82 0,53 0,13 0,58 0,10 0,08 0,91 0,02 0,23 1,00 0,74 0,22 0,13 0,74 0,59 0,15 0,03
Wilks
Levene 0,09 0,01 -- 0,27 --
Flexiones en vertical Flexiones en suspensión Flexiones desde el apoyo Elevaciones extrem. inferiores Olímpicos
G1 G2 G3/G4 G5 G1 G2 G3/G4 G5 G1 G2 G3/G4 G5 G1 G2 G3/G4 G5 G1 G2 G3/G4 G5
Shapiro-
0,12 0,04 0,001 0,34 0,76 0,01 0,23 0,61 0,91 0,03 0,16 0,25 0,39 0,20 0,38 0,41 0,28 0,56 0,001 0,12
Wilks
Levene -- -- -- 0,37 --
Fentrada(p≤0,05); Fsalida(p≥0,10)
236
Tabla 4.130. Correlación entre el ranking y las pruebas de flexibilidad.
G1 G2 G3/G4 G5
r p r p r p r p
Elevación hombros anteversión (º) 0,93 0,001 0,89 0,001 0,54 0,001 0,52 0,001
Elevación hombros retroversión (º) 0,77 0,001 0,55 0,001 0,27 ns 0,23 ns
Giro de hombros anteversión (º) -0,94 0,001 -0,94 0,001 -0,74 0,001 -0,74 0,001
Giro de hombros retroversión (º) -0,93 0,001 -0,89 0,001 -0,69 0,001 -0,69 0,001
Elevación frontal pierna izquierda (º) 0,52 0,001 -0,09 ns 0,27 ns 0,26 ns
Espagat frontal izquierda (º) 0,19 ns 0,37 ns 0,39 0,05 0,45 0,01
Espagat frontal derecha (º) 0,07 ns 0,05 ns 0,50 0,001 0,50 0,001
AV: anteversión; RV: retroversión; I: izquierda; D: derecha; r = índice de correlación; p = grado de significación; ns = no
significativa (p>0,05).
G1 G2 G3/G4 G5
r p r p r p r p
"Counter Movement Jump" (cm) 0,36 ns 0,63 0,001 0,71 0,001 0,76 0,001
"Reactive Jump 5 s" (ms) 0,71 0,001 0,30 ns 0,85 0,001 0,85 0,001
237
Tabla 4.132. Correlación entre el ranking y la prueba de velocidad.
G1 G2 G3/G4 G5
r p r p r p r p
-1
Carrera 20 m (km·h ) -0,49 0,01 0,07 ns -0,10 ns -0,10 ns
Tabla 4.133. Correlación entre el ranking y las habilidades gimnásticas de condición física.
G1 G2 G3/G4 G5
r p r p r p r p
Elev. extremidades inferiores (nº) 0,32 ns 0,40 0,05 0,36 0,05 0,37 0,05
Olímpicos (nº) 0,84 0,001 0,91 0,001 0,84 0,001 0,84 0,001
238
4.5.1.1 BALANCEOS EN BARRA FIJA
G1 G2 G3/G4 G5
Balanceos en barra fija (puntuación sobre 10) 5,6 2,2 1,4 9,0 5,3 2,1 1,1 9,6 7,4 1,5 4,0 9,8 9,1 0,7 7,5 9,9
G1 G2 G3/G4 G5
239
Balanceos en anillas (puntuación sobre 10) 3,0 1,9 0,3 6,3 4,4 2,3 1,1 8,7 5,9 1,2 3,2 7,5 8,1 0,9 6,1 9,2
G1 G2 G3/G4 G5
Balanceos en paralelas (puntuación sobre 10) 5,1 1,9 1,2 8,2 6,0 1,5 3,2 9,0 6,6 1,3 3,7 8,9 9,2 0,5 8,3 9,9
239
4.5.1.4 MOLINOS EN CABALLO CON ARCOS
G1 G2 G3/G4 G5
Molinos en la "seta” (puntuación sobre 10) 3,8 1,8 0,0 7,3 4,7 1,9 1,7 8,9 6,0 1,8 2,1 9,5 8,0 0,9 6,4 9,3
G1 G2 G3/G4 G5
Test de recepción (puntuación sobre 10) 6,2 3,4 0,0 9,5 7,0 1,8 3,8 9,8 8,7 1,0 6,6 10,0 9,4 0,5 8,2 10,0
240
4.5.2 FIABILIDAD DE LOS INSTRUMENTOS DE VALORACIÓN
Como se ha señalado anteriormente (apartado 3.2.2.5.1 y apartado 3.2.2.5.2), se ha determinado
la fiabilidad de cada una de las plantillas de observación elaboradas para el análisis de la técnica
(balanceos en barra fija, anillas y paralelas, molinos en la “seta” y la prueba de recepción). Se
muestran los datos obtenidos sobre la fiabilidad intraobservador e interobservador, en relación a
cada grupo de estudio (Tabla 4.139).
Tabla 4.139. Fiabilidad de las plantillas de observación utilizadas para la valoración técnica.
G1 G2 G3/G4 G5
Barra fija 0,99 5,31 0,99 4,06 0,99 3,06 0,98 0,84
Intraobservador
Barra fija 0,99 9,82 0,99 6,37 0,99 4,06 0,97 3,32
Interobservador
G1 G2 G3/G4 G5 G1 G2 G3/G4 G5
Levene -- --
241
Tabla 4.141. Normalidad y homoscedasticidad: paralelas y “seta”.
Test de recepción
G1 G2 G3/G4 G5
Shapiro-Wilks 0,001 0,01 0,01 0,02
Levene --
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.199. Valores tipificados para cada grupo de Figura 4.200. Valores tipificados para cada grupo de
estudio, de los balanceos en barra fija (puntuación sobre estudio, de los balanceos en anillas (puntuación sobre
10). 10).
2 2
1,5 1,5
1 1
0,5 0,5
Valor Z
Valor Z
0 0
-0,5 -0,5
-1 -1
-1,5 -1,5
-2 -2
-2,5 -2,5
-3 -3
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.201. Valores tipificados para cada grupo de Figura 4.202. Valores tipificados para cada grupo de
estudio, de los balanceos en paralelas (puntuación sobre estudio, de los molinos en la seta (puntuación sobre 10).
10).
242
3 TEST DE RECEPCIÓN (puntuación)
2,5
1,5
0,5
Valor Z
0
-0,5
-1
-1,5
-2
-2,5
-3
G1 G2 G3-G4 G5
2
Variable gl F X p 1-β
a
Balanceos en barra fija (puntuación sobre 10) 3,107 -- 53,223 <0,001 --
a
Balanceos en anillas (puntuación sobre 10) 3,107 -- 66,273 <0,001 --
a
Balanceos en paralelas (puntuación sobre 10) 3,107 -- 61,650 <0,001 --
a
Comparadas con la prueba de Kruskall-Wallis
243
13 BALANCEOS EN BARRA FIJA 13 BALANCEOS EN ANILLAS
12 12
Balanceos en barra fija (puntuación sobre 10)
Figura 4.204. Comparaciones intergrupo en los balan- Figura 4.205. Comparaciones intergrupo en los
ceos en barra fija. ºKruskall-Wallis, diferencias post-hoc balanceos en anillas. ºKruskall-Wallis, diferencias
significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013). post-hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajusta-
da<0,013).
11 * *
Molinos en la seta. (puntuación sobre 10)
11
º
10 10
9 9
8 8
7 7
6 6
5 5
4 4
3 3
2 2
1 º 1
0 0
-1 -1
G1 G2 G3-G4 G5 G1 G2 G3-G4 G5
Figura 4.206. Comparaciones intergrupo en los balan- Figura 4.207. Comparaciones intergrupo en los
ceos en paralelas. ºKruskall-Wallis, diferencias post- molinos en la seta. *ANOVA, diferencias post-hoc
hoc significativas (U de Mann-Whytney, pajustada<0,013). significativas (Bonferroni, pajustada <0,013).
13 TEST DE RECEPCIÓN
12
º
11
Test de recepción (punutación sobre 10)
10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
-1
G1 G2 G3-G4 G5
244
4.5.5 CORRELACIÓN BIVARIADA
En la valoración de la técnica (VT) son candidatas a ser seleccionadas todas las variables. La
correlación se estudia entre cada una de las variables independientes (VT) y la variable
dependiente (ranking). En función del tipo de distribución de cada variable (Tabla 4.140 - Tabla
4.142), se utiliza el índice de correlación de Pearson o el de Spearman (apartado 3.3.2.9).
Tabla 4.144. Correlación entre el ranking y la puntuación sobre 10 obtenida de los ítems de la VT.
G1 G2 G3/G4 G5
r p r p r p r p
Balanceos en barra fija 0,90 0,01 0,92 0,01 0,77 0,01 0,73 0,01
Balanceos en anillas 0,57 0,01 0,59 0,01 0,85 0,01 0,93 0,01
245
Tabla 4.145. VT: análisis de regresión múltiple.
2
r
Error de
Grupos Ecuaciones predictivas F gl1 gl2 p
estimación
Exacta Corregida
G1 35,845 + (1,925 · Balanceos en barra fija) 106,140 1 26 0,001 0,80 0,79 2,12
G2 36,034 + (1,997 · Balanceos en barra fija) 128,236 1 23 0,001 0,85 0,84 1,84
G3/G4 12,853 + (3,129 · Balanceos en anillas) + (1,561 · Balanceos en barra fija) 70,696 2 30 0,001 0,83 0,81 2,58
Grupos Variables seleccionadas Lambda de Wilks () gl1 gl2 gl3 F gl1 gl2 p r1ª función
246
Tabla 4.147. VT: clasificación discriminante para el grupo G1.
Discreto 0 3 7 10
Elevado 7 1 0 8
n Medio 0 7 1 8
Discreto 0 3 6 9
Elevado 11 0 0 11
n Medio 1 8 2 11
Discreto 0 3 8 11
Elevado 7 1 0 8
n Medio 2 5 1 8
Discreto 0 2 7 9
247
4.6 Valoración multidimensional
La valoración multidimensional es el resultado de la combinación de las anteriores valoraciones
(apartado 3.3.1.6). Se incorporan al modelo multivariante (análisis de regresión múltiple y análisis
discriminante) todas las variables analizadas (VASD, VS, VCFG, VCFE, VT) en relación a cada
uno de los grupos de estudio (G1 a G5). Dicho modelo multivariante, computado mediante una
secuencia de pasos sucesivos (apartados 3.3.2.10 y 3.3.2.11 ), selecciona siempre aquella
variable o conjunto de variables que explican en mayor grado la varianza de la variable
rendimiento (análisis de regresión múltiple), o bien que mejor discriminan al clasificar a cada
individuo en su grupo de nivel de rendimiento (elevado, medio o discreto).
248
Tabla 4.152. VM: análisis de regresión múltiple.
2
r Error de
Grupos Ecuaciones predictivas F gl1 gl2 p
estimación
Exacta Corregida
G1 18,932 - (0,102 · Giro de hombros en anteversión) + (0,516 · Horas/semana entren.) + (0,588 · LRES) 133,257 3 24 0,001 0,94 0,93 1,19
G2 48,541 - (0,132 · Giro de hombros en anteversión) + (0,318 · Olímpicos) 96,064 2 22 0,001 0,90 0,89 1,55
G3/G4 5,911 + (2,499 · Balanceos anillas) + (0,923 · Años entren.) + (3,359 · R5) + (0,702 · Abd. en 30 s) 69,393 4 28 0,001 0,91 0,90 1,93
G5 15,687 + (0,145 · Olímpicos) + (3,005 · R5) + (0,086 · Espagat derecha) 67,875 3 21 0,001 0,91 0,89 1,18
Grupos Variables seleccionadas Lambda de Wilks () gl1 gl2 gl3 F gl1 gl2 p r1ª función
249
Tabla 4.154. VM: clasificación discriminante para el grupo G2.
Elevado 8 0 0 8
n Medio 0 8 0 8
Discreto 0 1 8 9
Elevado 11 0 0 11
n Medio 1 9 1 11
Discreto 0 1 10 11
Elevado 8 0 0 8
n Medio 0 8 0 8
Discreto 0 0 9 9
250
5 DISCUSIÓN
251
5.1 Sobre el diseño del estudio
El rendimiento físico depende de la interacción de factores genéticos, estructurales, fisiológicos,
biomecánicos y psicológicos, que se traducen en habilidades y capacidades técnicas y tácticas
muy sofisticadas y específicas de cada tipo de actividad física o deportiva. Estos factores o
capacidades motrices, que podríamos clasificar en condicionales, coordinativas y cognitivas, son
potenciadas al máximo a través de un fenómeno adaptativo complejo denominado entrenamiento.
El entrenamiento es, en definitiva, un proceso permanente de adaptación a las cargas de trabajo,
con el objetivo final de mejorar las capacidades que determinan el rendimiento (Rodríguez, 1989,
1999). A lo largo de la edad evolutiva, las capacidades motrices están moduladas por el proceso
de crecimiento y maduración del individuo.
El modelo descrito ha sido utilizado con anterioridad en estudios con tenistas (Solanellas,
1995; Solanellas y Rodríguez, 1996), jugadores de balonmano (Fernández, 1999; Fernández
Romero et al., 2001), nadadores jóvenes (Saavedra, 2002; Saavedra et al., 2010) y jugadoras de
balonmano (Vila 2002; Vila Suárez et al., 2002). Dichos estudios han servido de base para
implementar sistemas de detección e identificación de talentos en los respectivos deportes, tanto a
nivel autonómico como estatal.
252
y variables deberían ser incluidos en el diseño del estudio; 2) se han revisado las bases
metrológicas por las cuales una prueba debe ser aplicable, válida, fiable y objetiva; en base a
estos criterios, se han seleccionado, y en algunos casos construido de nuevo, las pruebas
incluidas en el diseño final; en aquellas pruebas en las que no se han hallado estudios sobre su
fiabilidad y validez, se ha procedido estudiar su fiabilidad (apartados 4.1.2, 4.4.1.5 y 4.5.2) y se ha
justificado su validez o pertinencia de constructo como parte del repertorio normal de habilidades
gimnásticas desarrolladas en GAM; 3) se han revisado los criterios que se emplean para valorar el
rendimiento deportivo en GAM (apartado 1.3); 4) se han evaluado el método y los procedimientos
por los que se procedía a distribuir, aplicar y valorar cada una de las pruebas (apartado 3); y 5) en
aquellos casos en que ha sido posible (apartado 3.2.2.1), se han llevado a cabo estudios piloto
para diagnosticar posibles factores de confusión.
Si bien el diseño escogido ha sido aplicado con anterioridad en otros deportes (Solanellas,
1995; Fernández, 1999; Saavedra, 2002; Vila, 2002), el presente estudio constituye una
elaboración ulterior del modelo inicial planteado por Rodríguez (1989), optimizado en base a la
elevada representatividad de la muestra (79% de la población de gimnastas españoles
masculinos), la presencia de un indicador de edad biológica que a su vez es el utilizado como
factor de agrupación (Tanner et al., 1966), el amplio número de variables analizadas (n=136) y la
inclusión de pruebas específicas que se han demostrado válidos y fiables en GAM (apartado
4.4.1.5 y 4.5.2).
El carácter transversal del diseño del estudio supone una de sus principales limitaciones,
ya que, si bien permite establecer qué variables condicionan el rendimiento en cada uno de los
diferentes grupos de edad, no posibilita el análisis longitudinal prospectivo del rendimiento, desde
las etapas inciales hasta la edad adulta. En todo caso, el diseño transversal del estudio ha
permitido aportar conocimiento sobre la especialidad deportiva y ha evolucionado en el tiempo
más allá de la presente investigación, como demuestran las recientes publicaciones de diseño
mixto-longitudinal (Irurtia et al., 2007; 2008; 2009a; 2009b) y longitudinal (Irurtia et al., 2010). Otra
de las limitaciones, no aplicables tanto al diseño del estudio como al sistema de puntuación en
253
GAM, es el establecimiento de la variable dependiente, en este caso, el ranking deportivo de los
gimnastas. Tanto el CP-FIG como el CP-RFEG son sistemas de puntuación elaborados bajo
criterios estandarizados pero aplicados por diferentes jueces, por lo tanto, sujetos a componentes
subjetivos inherentes a todas las modalidades artísticas. De su criterio dependerá el rendimiento
final de los gimnastas, por ejemplo, a la hora de establecer si éstos acceden o no a los primeros
puestos. Al establecer el ranking en base a todas las competiciones de la temporada (nacionales o
internacionales), se han considerado minimizados los posibles desequilibrios derivados del error
de un juez o conjunto de jueces, en una determinada competición. Finalmente, dada la elevada y
compleja magnitud de la gestión de todas las variables analizadas, en el presente estudio se ha
desestimado la elaboración de un ranking para cada uno de los seis aparatos que conforman la
competición gimnástica. Así, todos los resultados y consecuentes interpretaciones deberán
realizarse con la perspectiva de estar refiriéndonos a un modelo de gimnasta “10”, es decir,
completo en los seis aparatos. Será labor de próximas líneas de investigación, valorar hasta que
punto unas u otras variables explican en mayor o menor porcentaje el rendimiento deportivo de los
gimnastas especialistas en uno o dos aparatos. Tendencia que, por cierto, se hace cada vez más
presente en la gimnasia contemporánea.
254
conjunto de gimnastas que conforman cada grupo de estudio. Teniendo en cuenta ambas
variables, se observa como los grupos G1 y G2 son los más cercanos entre sí, preponderando
gimnastas benjamines y alevines con una diferencia de un año edad, aproximadamente. Los
gimnastas del grupo G3/4 son de promedio más de tres años mayores que los del grupo G2 y
preponderan las categorías infantil y juvenil mostrándose presente también la categoría alevín.
Finalmente, el grupo G5 se aleja en más de cinco años del grupo G3/4, siendo conformado en su
mayoría por gimnastas sénior, teniendo una presencia menor las categorías júnior y juvenil.
255
diferenciar entre los diversos niveles competenciales y es capaz de hacerlo ajustándose según las
diferentes edades evolutivas de los gimnastas.
256
Kinanthropometry” (ISAK) y por el Grupo Español de Cineantropometría (GREC). Conviene
señalar que todas ellas fueron valoradas por el autor del estudio, antropometrista con acreditación
de nivel 2 de la ISAK.
En la selección de cada una de las pruebas incluidas en esta valoración, conviene señalar
una serie de aspectos relevantes que justifican la elección de determinados criterios, certificando a
la vez su idoneidad. El primero reside en la elección de las diferentes fórmulas para determinar la
composición corporal de los gimnastas objeto de estudio, tanto en lo que respecta a la estimación
de la masa grasa (Slaughter et al., 1988) y masa muscular (Poortmans et al., 2005), como en lo
concerniente al cálculo de las áreas grasas y musculares de brazos y muslos (Rolland-Cachera et
al., 1997). La principal limitación de cualquier fórmula estimativa para valorar la composición
corporal a partir del método antropométrico, es que será tan válida como capacidad posea para
ajustarse a un determinado perfil poblacional. El presente estudio, al abarcar una considerable
franja de edad, imposibilita la validez total de cualquier fórmula. A partir de dicho contexto, y en el
caso de la masa grasa, se optó por seguir las recomendaciones de Claessens et al. (2001) y
aplicar en gimnasia artística la fórmula de Slaughter et al. (1988). Además, se ha descrito y
valorado el sumatorio de 6 pliegues cutáneos, permitiendo obtener información sobre la cantidad y
distribución del tejido adiposo de los gimnastas sin necesidad de estimarla de forma doblemente
indirecta mediante ecuaciones. Bajo los mismos criterios se seleccionó el resto de fórmulas
utilizadas, destacando el hecho de que la propuesta de Poortmans (Poortmans et al., 2005) haya
sido recientemente reconocida en consenso por la Federación Española de Medicina del Deporte,
como la más válida para el cálculo indirecto de la masa muscular durante la infancia y la
adolescencia (Alvero et al., 2009). El segundo aspecto relevante de esta valoración somática
responde a la novedad de haber validado un índice antropométrico de proporcionalidad corporal
en GAM: el índice perimetral de extremidades. Tal y como se argumentará en posteriores
apartados sobre la discusión de sus resultados (apartado 4.2.4 y 4.2.5), baste por ahora señalar la
elevada relación entre el rendimiento deportivo de los gimnastas adultos y este nuevo índice,
configurándose así como una de las grandes aportaciones de la presente investigación. El tercer
aspecto relevante corresponde a la inclusión de datos parentales que aportan y complementan
información respecto a anteriores estudios que investigaron posibles relaciones entre las
dimensiones corporales de padres y madres respecto a sus hijos gimnatas varones (Baxter-Jones
et al., 1995, 1996; Damsgaard et al., 2000, 2001). Todo con el objetivo de intentar hallar
parámetros morfológicos de utilidad para la identificación temprana de individuos con las aptitudes
necesarias para alcanzar el éxito deportivo en gimnasia artística. El cuarto y último aspecto
257
relevante de esta valoración corresponde al esfuerzo, finalmente convertido en logro, de registrar
un indicador de edad biológica para toda la muestra objeto de estudio, en este caso a través de la
valoración de los caracteres sexuales secundarios de cada gimnasta (Tanner, 1962). Gracias a
ello se pudo agrupar a los gimnastas según dichos parámetros, conformando finalmente los cuatro
grupos de estudio analizados.
258
5.2.3.4 VALORACIÓN DE LA CONDICIÓN FÍSICA ESPECÍFICA
Con el fin de complementar la aportación de las variables incluidas en la valoración de la condición
física general, se decidió incluir una serie de variables relacionadas específicamente con la
prestación deportiva en GAM. Así, se valoró la flexibilidad de los gimnastas (13), su capacidad de
salto (4), su velocidad (1), y una serie de habilidades gimnásticas de condición física (5). La
utilización y aportaciones realizadas por anteriores estudios en relación a cada una de las
variables seleccionadas, así como la justificación y pertinencia en su elección, han sido detalladas
a lo largo del bloque introductorio sobre las características físicas de los gimnastas (apartado
1.2.2) y específicamente para cada una de las pruebas durante su explicación metodológica
(apartado 3.2.2.4), respectivamente. Conviene así, señalar una serie de aspectos relevantes que
caracterizan a esta valoración. El primero, la cuantificación en grados y no en centímetros, de la
flexibilidad (apartado 3.2.2.4.1). Éste es el primer estudio nacional que así lo hace y, en el ámbito
internacional, el primero que lo hace de forma exhaustiva. Un ejemplo de todo ello es la inclusión
de pruebas como la extensión de hombros con bastón en retroversión, la elevación frontal y
elevación lateral de la pierna desde la posición de erguido, y la flexión de tronco, que pese a no
haberse hallado estudios sobre su validez y fiabilidad, se los incluye al ser considerados
habilidades técnicas específicas, implícitamente manifiestas en el proceso de entrenamiento
gimnástico, y se efectúa el consecuente análisis sobre su fiabilidad en gimnastas (Tabla 3.8). El
segundo, no siendo novedad, sí que representa la continuación de una línea de investigación
centrada en la valoración y entrenamiento de la capacidad de salto en gimnasia artística (Marina,
2003). Constatando la fiabilidad de cada una de las pruebas realizadas tanto en población adulta
(Bosco et al., 1983; Hatze, 1998) como en población infantil (Viitasalo, 1988; Martín Acero et al.,
2001; Marina, 2003), se siguieron las recomendaciones efectuadas específicamente en GAM para
la elección y sistema de valoración de cada una de las pruebas de salto incluidas en esta
valoración (apartado 3.2.2.4.2). El tercer aspecto relevante es la inclusión de una prueba de
velocidad (apartado 3.2.2.4.3), concretamente la carrera de 20 metros, que pese a considerar que
en dicha distancia la capacidad determinante no es tanto la velocidad media alcanzada sino la
capacidad de aceleración de los gimnastas, se decidió seguir los protocolos y sistemas de
valoración realizados por anteriores estudios con el fin de poder establecer las posteriores
comparaciones (Bajin, 1976; Ukran, 1978; Shlemin, 1979; Gajdos, 1983; Sands, 1994; Sands &
McNeal, 1995; Colombo, 1996; Martín Acero, 1999). El cuarto y último aspecto que cabe destacar
es quizás el más novedoso de esta valoración: la inclusión de una serie de habilidades
gimnásticas de condición física (apartado 3.2.2.4.4). La adopción de esta terminología se ajusta a
aquel tipo de pruebas de valoración motriz cuya validez únicamente pude ser justificada en base a
su pertinencia, es decir, en base a la relación directa entre éstas y la propia especialidad
deportiva. Son habilidades porque su ejecución requiere de cierto aprendizaje técnico (Riera,
2005). Además, tal y como es característico en gimnasia artística, dicha ejecución técnica conlleva
el desarrollo de unos niveles de condición física cuanto menos, relevantes. De nuevo, en aquellos
casos en los que no se hallaron estudios sobre la fiabilidad de algunas de estas habilidades
gimnásticas de condición física, se procedió a su consecuente análisis. Éste fue el caso de la
259
elevación de las extremidades inferiores desde la suspensión (Tabla 4.113), y el de los olímpicos
(Tabla 4.114).
En anteriores apartados se han señalado las limitaciones de los estudios publicados hasta
ahora sobre la valoración multidimensional del rendimiento en GAM (apartado 1.3). Asimismo, se
ha justificado cómo, en base a la propuesta de Rodríguez (1989) y gracias al estudio de una
muestra representativa de la población de gimnastas masculinos españoles, han podido superarse
gran parte de éstas (apartado 2.1 y 5.1). La pertinencia de la valoración multidimensional queda
constatada al observar sus anteriores aportaciones, aplicadas tanto a deportes colectivos
260
(Fernández, 1999; Vila, 2002; Vila et al., 2007), como individuales (Saavedra, 2002; Saavedra et
al., 2010) o de adversario (Solanellas, 1995).
261
Finalmente, el presente estudio debe considerarser un estudio de campo, con las limitaciones
propias de los mismos (apartado 3.3.1).
262
competiciones: entrenamiento de carrera fuera del gimnasio (r=0,45) y conocimiento de objetivos
de la temporada (r=0,38). En relación al historial lesional, se descartó el índice de gravedad
(r=0,67) y el estado en el momento de realizar el estudio (r=0,59).
Tal y como señalan García Ferrando et al. (2002), la familia es el agente socializador más
importante para la adquisición de hábitos deportivos saludables. En el proceso mediante el cual la
cultura deportiva es adquirida por la sociedad, el papel de las madres y de los padres es
fundamental. El 55% de los varones españoles no practica deporte en España. Este porcentaje se
amplía al 70% en el caso de las mujeres. Si atendemos exclusivamente al deporte en su vertiente
competitiva reglada, sólo el 14% de la población española lo practica: 11,2% son varones y 2,8%
son mujeres (García Ferrando, 2006). En el presente estudio, sólo un 36,9% de los padres y
madres de los gimnastas nunca han practicado deporte competitivo. De los que sí lo han hecho
(63,1%), un 41,4% son varones y un 21,7% son mujeres. Si se comparan los datos de ambos
estudios, se observa una diferencia porcentual del 49,1% a favor de la práctica competitiva en el
grupo de madres y padres del presente estudio, lo que sugiere cierta relación entre la práctica de
éstos y aquéllos. Por otra parte, la diferencia en cuanto al porcentaje de práctica deportiva entre
hombres y mujeres parece favorable a los primeros, en ambos casos. Dicho diferencial podría ser
debido al retraso histórico con el que la población femenina se incorporó a la práctica deportiva en
España (García Ferrando et al., 2002). Hay que destacar que el deporte competitivo más
practicado por las madres es la gimnasia artística femenina (9,9%), seguido de la natación (4,5%).
En el caso de los padres, el primer deporte practicado de forma federada es el fútbol (16,2%)
seguido por la gimnasia artística masculina (8,1%). Estos datos parecen confirmar lo observado en
otros deportes individuales como el atletismo, en el que la práctica especializada parece no
apoyarse en una tradición familiar previa (Campos, 1995). Otro factor a tener en cuenta y que
influye en el citado proceso de adquisición de hábitos deportivos saludables, es la ocupación
laboral de la família. En el caso de las madres de los gimnastas, los porcentajes más elevados los
registran las amas de casa (27,9%). En el caso de los padres, los porcentajes más elevados lo
ocupan los empresarios (14,4%). No obstante, cabe tener en cuenta que la pregunta no recoge la
elevada variedad y tipología de ocupaciones laborales existentes, tal y como se desprende de los
porcentajes otorgados a la respuesta “otro trabajo”, tanto en ellas (39,6%) como en ellos (58,6%).
Finalmente, la mayoría de gimnastas poseen un único hermano o hermana (54,1%), datos que
coinciden con los obtenidos por Saavedra (2002) en nadadores. El 36,9% de los hermanos/as no
practica gimnasia artística, mientras que el 29,7% sí lo hace. Destaca el elevado porcentaje de
hermanos/as que practican aeróbic de competición (31,5%). El resto de hermanos/as se reparte
entre la práctica de trampolín (0,9%) y gimnasia rítmica (0,9%). Dichos resultados sugieren que la
práctica de los hermanos y hermanas también se relaciona con la práctica deportiva de los sujetos
del estudio, puesto que la gran mayoría de los mismos también practica alguna especialidad
263
gimnástica de carácter federado. Estos datos coinciden, de nuevo, con los publicados en jóvenes
nadadores (Saavedra, 2002).
El 48,0% de los gimnastas del grupo G2 realizan seis sesiones a la semana, mientras que
un elevado porcentaje realiza cinco sesiones (44,0%). En cada sesión se entrenan
mayoritariamente dos o tres aparatos (52,0%) y en menor proporción (24,0%) se entrenan
únicamente uno o dos. Un 20,0% de los gimnastas de este grupo G2 entrenan tres o cuatro
264
aparatos por sesión. El promedio de horas semanales de entrenamiento de este grupo se sitúa en
las 16,6±2,8 horas/semana.
La mayoría de gimnastas del grupo G3/4 realizan seis sesiones a la semana (48,5%). Un
18,2% del mismo grupo realiza una menos y, con idéntico porcentaje, un 18,2% realiza más de
siete sesiones de entrenamiento a la semana. En cada sesión se entrenan mayoritariamente dos o
tres aparatos (42,4%) y, en menor proporción, se entrenan tres o cuatro (30,3%). El resto de
respuestas se reparte en este grupo G3/4 oscilan entre los cinco o seis aparatos por sesión (9,1%)
hasta la realización única de uno o dos aparatos (9,1%). El promedio de horas semanales de
entrenamiento de este grupo se sitúa en las 20,2±5,0 horas/semana. Se observa una elevada
desviación estándar que advierte sobre la heterogeneidad del grupo G3/4 y que, tal y como se
argumentará a lo largo de toda la discusión y de forma especial en el apartado referido a la
valoración somática (apartado 5.3.2), será característica de este grupo en la mayoría de
valoraciones efectuadas.
El 80,0% de gimnastas del grupo G5 entrena más de siete sesiones a la semana. En cada
sesión se entrenan mayoritariamente seis aparatos (48,0%) y, en menor proporción (20,0%) se
entrenan cinco o seis. Un 16,0% de los gimnastas de este grupo G5 entrenan cuatro o cinco
aparatos por sesión. El promedio de horas semanales de entrenamiento de este grupo se sitúa en
las 27,5±3,5 horas/semana.
265
preparación invertido (Jemni et al., 1998a). En este sentido, únicamente el 23,4% de los gimnastas
utilizan normalmente las pesas como medio complementario para mejorar la fuerza muscular,
porcentaje que aumenta considerablemente si exclusivamente nos referimos al grupo G5 (64,0%).
Esta relación parece indicar un creciente interés por parte de los entrenadores hacia el uso de
pesos libres como medio complementario para optimizar la fuerza muscular exclusivamente en
gimnastas adultos (Plotkin et al., 1983, 1989) . Conviene advertir sin embargo que el trabajo con
autocargas, es decir, con el propio peso corporal, puede generar situaciones de más elevada
carga y potencial peligrosidad que el propio trabajo, bien desarrollado, realizado mediante pesos
libres (González-Badillo, 2000). Por lo tanto, la limitación no se situaría tanto en qué medio utilizar
(sobrecargas mediante la implementación de pesos libres o bien autocargas con el propio peso
corporal), sino en la gestión del método utilizado (Chu, 1994; Major, 1996).
La mayoría de gimnastas del grupo G1 compiten entre cinco y seis veces al año (53,6%),
los del grupo G2 entre tres y cuatro (40%) o entre una y dos (36%), los del grupo G3/4 entre tres y
cuatro (69,7%), y los gimnastas del grupo G5 realizan más de seis competiciones al año (36%), o
bien entre cinco y seis (32%), o bien entre tres y cuatro (32%). La elevada variabilidad porcentual
en cada uno de los grupos se debe a la heterogeneidad del sistema competitivo entre las
diferentes CC.AA., hecho que repercute de forma especial en las categorías RFEG (benjamín,
alevín, infantil, juvenil). Así, mientras en Cataluña un joven gimnasta puede llegar a competir
normalmente cinco o seis veces al año, en otras CC.AA. éste número se reduce a una o dos
competiciones anuales. Por otra parte, y esta vez en relación a las categorías FIG (júnior y sénior),
el nivel que cada gimnasta posea le permitirá acceder o no a un mayor o menor número de
competiciones internacionales. En este sentido, cada vez hay mayor número de competiciones
internacionales para especialistas en alguno de los seis aparatos (apartado 1.1), hecho que
favorece la manifestación, y por lo tanto el desarrollo, de las mejores cualidades individuales de
cada gimnasta. Si bien uno de los principales objetivos a lo largo de toda la competición, y si se
266
quiere aspirar una buena clasificación, recae en el hecho de no fallar, el buen inicio de ésta hace
necesario afrontar el primer aparato con las máximas garantías de éxito. En la presente muestra
de gimnastas españoles, la barra fija es el aparato en el que mayor número de gimnastas prefiere
iniciar la competición (20,7%), seguido por el suelo (19,8%), erl caballo con arcos (16,2%), las
anillas (14,4%), las paralelas (11,7%) y la plataforma de saltos (7,2%). A un 9,9% de los
gimnastas les resulta indiferente el hecho de iniciar la competición en uno u otro aparato.
La gran mayoría de los gimnastas compiten con el único objetivo de hacerlo bien (77,5%),
lo cual parece indicar una predisposición por parte de éstos a compararse consigo mismo y no con
el resto de los participantes. Pese a ello, una proporción relevante compite con la finalidad de
ganar (18,9%). De forma relacionada, la meta final deseada es ser campeón olímpico (47,7%),
asistir a un campeonato del mundo (27,9%) y, en menor proporción (12,6%), ganarlo. El reducido
número de gimnastas que se refirieron a su deseo de participar en unos Juegos Olímpicos (2,7%)
hace presuponer dos estrategias de respuesta diferenciadas: por una parte aquellos gimnastas
que contestaron en función de su máximo ideal (ser campeón olímpico), y por otra parte aquellos
que contestaron ajustándose a sus realidades (asistir a un campeonato del mundo y, si fuera
posible, ganar en algún aparato). Los resultados de la encuesta no deben interpretarse en el
sentido de una posible involución de las expectativas de triunfo a medida que aumenta la edad de
los gimnastas (Tabla 4.26), sino por el contrario hacia la estabilidad de éstas a lo largo de su
carrera.
Con la edad aumenta el porcentaje de gimnastas que alguna vez se han lesionado: G1, 28,6%;
G2, 32,0%; G3/4, 78,8%; G5, 100%. Cabe destacar el grupo G3/4 como punto de inflexión en
cuanto al elevado número de casos, seguramente porque a estas edades (13,8±1,4 años) una
gran parte de gimnastas pasan a entrenar seis (48,5%) o incluso más de siete sesiones
semanales. Del registro de las lesiones que han necesitado intervención quirúrgica, también se
observa una relación lineal ascendente entre los grupos y el número de casos: G1, 0%; G2, 4,0%;
G3/4, 9,1%; G5, 84,0%. De forma relacionada, el promedio de semanas acumuladas de lesión, a
lo largo de toda la carrera deportiva de los gimnastas y sin la posibilidad de entrenar normalmente
(periodo de convalecencia), se incrementa a medida que los gimnastas se hacen mayores: G1,
2,9±1,6 semanas; G2, 5,0±3,1 semanas; G3/4, 6,7±3,0 semanas; G5, 30,6±13,1 semanas. Esta
vez, el punto de inflexión se sitúa en el grupo G5, lo que entra dentro de la lógica de una
especialidad deportiva que, especialmente en las categorías más elevadas, implica situaciones
potencialmente graves de lesión, ya sea por el propio riesgo que implica la ejecución técnica y/o
acrobática (lesiones accidentales), o bien por las propias cargas del proceso de entrenamiento
(lesiones por sobrecarga). En este sentido, la mayoría de lesiones son esguinces (29,1%),
fracturas óseas (22,6%) y tendinitis (12,1%). El registro sobre las principales causas de lesión
indica que son las lesiones por sobrecarga, y de forma especialmente importante en los grupos de
mayor edad, las más frecuentes (G3/4, 36,4%; G5, 29,9%). En segundo término, las lesiones
accidentales, debidas a algún tipo de incidente en el aparato del suelo (17,1%) o bien fuera del
267
propio gimnasio (17,1%), serían las principales causas de lesión en los gimnastas estudiados.
Respecto a las lesiones producidas fuera de la sala de entrenamiento, conviene señalar su
frecuencia en los gimnastas de menor edad (G1, 43,8%), hecho que podría considerarse normal
atendiendo al elevado nivel de práctica lúdica, tanto en el entorno escolar como familiar a estas
edades (9,5±1,3 años). Finalmente, las zonas corporales donde mayormente se localizan estas
lesiones son los tobillos (27,6%), hombros (12,1%), dedos (11,1%), rodillas (10,6%) y muñecas
(10,1%).
268
(2,9±1,6 semanas); b) por otra, la propia heterogeneidad del grupo G2 en esta variable, como
demuestra su elevada desviación estándar, así como al hecho de no responder a una distribución
normal (Tabla 4.39).
269
variables relacionadas con el volumen de entrenamiento acumulado, o bien no fueron
seleccionadas en el modelo (Solanellas, 1995; Fernández, 2000), o bien su potencia predictiva
resultó escasa: 22,1% en la variable “metros de nado por sesión” (Saavedra, 2002). En todo caso,
los resultados obtenidos en el análisis de regresión múltiple realizado en GAM, señalan que el
volumen de entrenamiento acumulado es una variable de gran relevancia a la hora de explicar el
rendimiento de los gimnastas. A menor edad, la variable que mejor explica este volumen
acumulado no son tanto los años de entrenamiento como sí la conjunción de éstos con las horas
de entrenamiento semanales. Para valorar correctamente dicho volumen acumulado de
entrenamiento también se deberá tener en cuenta la incidencia de las lesiones a lo largo del
mismo, tal y como se observa en el grupo G2. A medida que los gimnastas alcancen su madurez
biológica, la sentencia que muchos entrenadores hacen suya a la hora de afirmar “quien más
entrena, más rinde”, siendo cierta, debería ser matizada por la expresión “quien más tiempo logra
mantenerse entrenando al máximo nivel, más rinde”, con las connotaciones favorables que de ésta
se desprenden a la hora de establecer adecuadamente las diferentes estrategias metodológicas
del proceso de entrenamiento y minimizando así la incidencia lesional.
270
5.3.2.1 ESTADÍSTICOS DESCRIPTIVOS
Las totalidad de variables incluidas en la valoración somática (65) son cuantitativas continuas. A
continuación se discuten los resultados de sus estadísticos descriptivos en función de cada grupo
de estudio (Tabla 4.48 hasta Tabla 4.58) y en relación a la bibliografia consultada con anterioridad
(apartado 1.2.1).
Tabla 5.1. Estudios que documentan talla y peso en GAM en las últimas ocho décadas.
Más escasos son los estudios transversales que han documentado la talla y el peso en jóvenes
gimnastas de competición (Tabla 5.2) y, aún más, aquellos que, con un diseño longitudinal o
mixto-longitudinal, lo han hecho a lo largo de la edad (Jancarik & Salmela, 1987; Maffulli et al.,
1994; Baxter-Jones et al., 1995; Baxter-Jones & Helms, 1996; Irurtia et al., 2009a). Otros autores
(Liassatovich, 1975; Rozin, 1979; Ariza, 1987), en base a la experiencia formativa de la escuela
soviética de los años comprendidos entre 1970 y 1990, proponen unos valores ideales de talla y
271
peso para la correcta identificación de aquellos gimnastas con potencial para rendir
deportivamente en GAM (Tabla 5.3).
Tabla 5.2. Estudios que documentan la talla y el peso de jóvenes gimnastas masculinos.
Tabla 5.3. Valores ideales de talla y peso de jóvenes gimnastas soviéticos masculinos.
6 112,0±3,5 19,5±2,1
7 120,5±4,2 22,5±2,1 Ariza, 1987.
8 123,8±3,9 24,0±2,1
7 121,0±2,8 21,5±2,1
8 123,0±2,8 22,8±1,8 Rozin, 1979.
9 126,5±3,5 24,8±2,5
12 140,8±5,0 33,5±3,9
13 146,5±5,6 37,6±4,2
14 150,7±8,8 41,8±8,2 Liassatovich, 1975
15 156,0±7,6 48,5±8,1 (en Gajdos, 1983).
16 163,6±8,4 55,3±8,5
17-18 164,5±6,3 55,6±7,5
Los resultados de las dimensiones corporales, en lo que respecta a la talla y el peso de los
gimnastas objeto de estudio (Tabla 4.48) están en consonancia con las aportaciones realizadas
por el estudio de diseño mixto-longitudinal publicado recientemente en base a una muestra
representativa de la población gimnástica masculina nacional (Irurtia et al., 2009a) y cuyas
aportaciones se detallan en el correspondiente apartado introductorio (apartado 1.2.1.1). Los
gimnastas objeto de estudio son siempre más bajos y ligeros (p≤0,05) que la población española
de referencia (Sobradillo et al., 2004). Además, si nos circunscribimos a la edad cronológica de
cada uno de los grupos de estudio (G1: 9,5±1,3 años; G2: 10,5±1,3 años; G3/4: 13,8±1,4 años;
G5: 19,1±2,7 años) podemos observar que también son más bajos y ligeros que la mayoría de
estudios publicados con anterioridad (Tabla 1.4, Tabla 1.8, Tabla 1.6, Tabla 1.16, Tabla 5.1, Tabla
5.2), aunque no lo son respecto a los valores de selección utilizados en la antigua Unión Soviética
(Tabla 5.3). Estos resultados ratifican las observaciones realizadas por Jemni y colaboradores
(2001) al señalar que los gimnastas, a lo largo de las últimas décadas, son cada vez más bajos y
272
ligeros, aunque no siempre de forma significativa (Cuk et al., 2007). Además, deberán tenerse en
cuenta ciertas excepciones, como los especialistas de suelo y plataforma de saltos que, siendo
más pesados que el resto, recuerdan que en GAM se compite en seis aparatos de muy diferentes
características (Irurtia et al., 2009a).
Los resultados obtenidos sobre la talla sentado de los gimnastas objeto de estudio ratifican
las consideraciones efectuadas hasta ahora, registrando el grupo de más edad (G5: 87,8±2,3 cm)
valores situados entre los percentiles 25 y 50 descritos por Claessens y colaboradores (1991) en
gimnastas adultos de élite (Tabla 1.3). Estos valores son acordes con los registrados en 1974
(Leveau et al., 1974) en gimnastas japoneses (87,7±3,6 cm) y se sitúan por debajo de los
documentados en gimnastas adultos estadounidenses (89,9±2,5 cm; Leveau et al., 1974),
húngaros (92,7 cm; Nelson, 1974), participantes en los JJ.OO. de Montreal 1976 (90,5±3,4 cm;
Carter, 1982) y participantes en el Cto. del Mundo de Rotterdam 1987 (88,8 ±3,0 cm; Claessens et
al., 1991). Los únicos datos hallados sobre la envergadura de los gimnastas los aportan: a) el
estudio realizado con 25 gimnastas adultos del equipo nacional argentino (Rodríguez & Berral,
2006), registrando una envergadura de 175,2±5,4 cm; b) el estudio transversal realizado por
Caldarone y colaboradores (Caldarone et al., 1986) con gimnastas de 15 años (n=7; 163,3±5,8
cm), de 16 años (n=12; 170,4±5,5 cm), de 17 años (n=18; 174,9±5,7 cm), y de 18 años (n=10;
174,2±4,8 cm). En todos los casos la comparación con los resultados del presente estudio resulta
difícil, principalmente por haber considerado como factor de agrupación un indicador de edad
cronológica (años) y no biológica (estadios de Tanner) como es nuestro caso. Pese a las
limitaciones propias de todo diseño transversal, el presente estudio aporta por primera vez datos
referenciales sobre la talla sentado, la envergadura y el alcance de una muestra representativa de
gimnastas de diferentes grupos de edad (Tabla 4.48), hecho que sin duda contribuirá a mejorar el
conocimiento sobre la estructura somática de esta especialidad deportiva.
273
Tabla 5.4. Longitudes, diámetros y perímetros de gimnastas adultos (GAM).
De Garay et Leveau et al., Nelson, Zaharieva et Carter, Claessens et Cuk & Karac- Rodríguez & Presente
al., 1974. 1974. 1974. al., 1979. 1982. al., 1991. sony, 2002. Berral., 2006. estudio, 2010
JJ.OO. Gimnastas Gimnastas Gimnastas Cto. Mundo JJ.OO. C.Mundo Copa Mundo Gimnastas Gimnastas
Mexico, EEUU japoneses húngaros Varna, 1974 Montreal, Rotterdam, Ljubljana, argentinos españoles
1968 (n=28) (n=7) (n=6) (n=7) (n=126) 1976 (n=11) 1987 (n=165) 2000 (n=40) (n=25) (n=25)
LONGITUDES (cm)
Extremidad superior -- 75,6±2,7 72,5±2,1 76,7 -- 76,0±3,0 -- -- -- 74,1±4,3
Mano -- 17,5±1,4 16,0±1,3 -- -- 18,6±2,9 -- -- -- 18,4±1,3
Extremidad inferior -- 88,6±4,0 84,2±5,0 87,6 -- 78,9±3,4 78,1±4,2 -- -- 87,6±4,8
Pie -- 25,9±0,7 24,1±1,0 25,4 -- 25,2±1,1 -- -- -- 25,1±0,7
DIÁMETROS (cm)
Biacromial 40,0 39,4±1,9 40,6±0,9 38,4 39,6 39,0±0,9 38,5±1,6 40,1±2,0 40,0±1,6 39,2±1,2
Intercrestal 26,7 26,2±1,6 26,6±1,0 26,7 27,1 25,8±2,3 26,3±1,4 25,5±1,5 26,3±1,2 25,7±1,1
Bitrocantéreo -- -- -- -- -- -- -- -- -- 29,3±1,1
Transverso tórax -- 31,4±1,2 32,7±1,7 31,5 -- 27,7±1,6 -- -- 29,2±1,2 27,4±1,5
Anteropost. tórax -- 21,7±1,2 21,2±1,0 22,4 -- 19,1±1,0 -- -- 18,5±1,1 19,5±0,9
274
Biepicond. húmero -- 6,8±0,3 6,4±0,2 6,9 -- 7,1±0,3 7,0±0,3 6,8±0,4 7,1±0,3 6,8±0,3
Biestiloid. muñeca -- -- -- -- -- -- -- 6,0±0,4 6,1±0,3 5,9±0,3
Bicondíleo fémur -- 9,2±0,3 9,3±0,3 9,1 -- 9,3±0,4 9,2±0,4 8,8±0,5 9,5±0,4 9,2±0,4
Bimaleolar -- -- -- -- -- -- -- -- -- 7,0±0,3
PERÍMETROS (cm)
Brazo relajado -- 28,8±0,8 29,0±0,6 28,7 34,7 30,7±1,6 31,2±1,7 33,2±2,1 32,2±1,6 31,1±2,0
Brazo en tensión -- -- -- -- 31,6 33,9±1,7 34,6±1,7 35,8±2,6 35,0±1,6 34,7±2,1
Antebrazo -- 24,8±0,8 23,9±0,8 23,4 -- 27,5±1,2 27,5±1,2 27,8±1,5 28,0±1,1 27,5±0,9
Muñeca -- 16,5±0,6 17,2±0,6 16,8 -- 17,2±0,6 -- -- 17,9±0,8 17,4±0,7
Mesoesternal -- 89,9±2,5 93,1±2,3 92,7 -- 95,1±2,6 -- 96,4±4,7 100±3,5 94,5±3,0
Cintura -- 68,9±2,3 69,4±2,8 70,6 -- 72,8±4,3 -- -- 76,7±3,5 74,5±3,2
Glúteo -- -- -- -- -- -- -- -- 89,6±3,5 87,2±2,3
Muslo -- 48,3±0,7 49,0±1,4 49,0 51,1 51,0±2,3 51,0±2,7 54,1±2,8 50,6±2,2 51,6±1,9
Pierna -- 34,0±0,6 34,8±0,8 33,8 35,0 34,7±2,0 34,7±1,7 35,5±1,9 36,1±1,6 35,3±1,3
Tobillo -- 21,0±0,8 20,5±0,6 20,6 -- -- -- -- -- 21,8±1,5
Cefálico -- 55,2±1,0 55,0±1,0 55,1 -- -- -- -- -- 55,7±1,5
Cuello -- -- -- -- -- -- -- -- 37,3±1,2 36,3±1,5
274
Los valores de referencia sobre determinadas longitudes, diámetros y/o perímetros en
gimnastas masculinos de élite es relativamente abundante (Tabla 5.4). Si comparamos dichos
valores con los que caracterizan al grupo G5 del presente estudio (19,1±2,7 años), únicamente se
observan diferencias significativas en las reducidas longitudes de manos (p=0,001) y pies
(p=0,02) de los gimnastas japoneses (Leveau et al., 1974), y en las extremidades inferiores
(p=0,001) de los gimnastas participantes en los JJ.OO. de Montreal ‘76 (Carter, 1982) y en el Cto.
del Mundo de Rotterdam ’87 (Claessens et al., 1991). Las diferencias entre los diámetros
corporales, en cambio, son abundantes además de variadas: el grupo G5 posee un diámetro
biacromial menor (p=0,01) que los gimnastas japoneses (Leveau et al., 1974) y que el grupo de
competidores en la Copa del Mundo de Ljubljana 2000 (p=0,05) valorados por Cuk & Karacsony
(2002). Este diámetro biacromial es mayor (p=0,02), sin embargo, que el registrado por Claessens
y colaboradores (1991). Los gimnastas de este mismo estudio son los únicos que registran un
diámetro intercrestal significativamente superior al grupo G5 (p=0,02); un grupo G5 que
precisamente registra unos valores significativamente inferiores (p=0,001) en los diámetros que
involucran al tórax (transverso y anteroposterior) en relación a los gimnastas estadounidenses y
japoneses valorados en el año 1974 (Leveau et al., 1974). Estas diferencias se mantienen
(p=0,001) en el diámetro transverso del tórax del grupo de gimnastas argentino valorado en el año
2006 (Rodríguez & Berral, 2006), pero no en el diámetro anteroposterior, donde ocurre justo lo
contrario, registrando los gimnastas del grupo G5 valores significativamente superiores (p=0,001).
Por otra parte, a excepción del menor diámetro biepicondíleo del húmero (p=0,001) de los
gimnastas japoneses (Leveau et al., 1974), los gimnastas del grupo G5 registran valores inferiores
(p≤0,01) en comparación con otros grupos analizados (Carter, 1982; Claessens et al., 1991;
Rodríguez & Berral, 2006). El último diámetro corporal donde se advierten diferencias significativas
es el diámetro bicondíleo del fémur, registrando únicamente los gimnastas del grupo G5 valores
mayores (p=0,001) que los descritos en uno de los estudios previos relacionados (Cuk &
Karacsony, 2002). En relación a los perímetros corporales, se advierte que, en comparación con
los primeros estudios referenciados (Leveau et al., 1974), los gimnastas del grupo G5 poseen
prácticamente siempre mayores perímetros (Tabla 5.4): perímetro de brazo relajado (p=0,001), de
muñeca (p=0,01), de cintura (p=0,001), de muslo (p=0,001), de pierna (p=0,001), y de tobillo
(p=0,01). En cambio, en relación a las aportaciones de estudios más recientes (Cuk & Karacsony,
2002; Rodríguez & Berral, 2006), esta relación se produce justo a la inversa (Tabla 5.4): perímetro
del brazo relajado (p≤0,05), de la muñeca (p=0,05), mesoesternal (p≤0,05), de la cintura (p=0,05);
del glúteo (p=0,01), y del cuello (p=0,02). La comparación entre las longitudes, diámetros y
perímetros del grupo G5 y el resto de estudios publicados con gimnastas adultos, únicamente
permite contextualizar las características de dichas variables en el grupo de mayor edad
cronologica. El abundante número y tipología de diferencias antropométricas entre gimnastas de
élite permite sugerir que estas variables, por sí solas, no determinan el rendimiento gimnástico
(Dotan et al., 1980). No obstante, será en posteriores apartados cuando, esta vez sí de forma
275
específica en función de diferentes grupos de edad, se constatará la mayor o menor fuerza de
dicha relación (apartado 5.3.2.4).
Así como la información en gimnastas adultos es abundante (Tabla 5.4), la relativa a las
longitudes, diámetros y perímetros de gimnastas en sus etapas previas de preparación hacia la
élite deportiva es escasa (Liassatovich, 1975; Rozin, 1979; Caldarone et al., 1986; Ariza, 1987;
Damsgaard et al., 2001). Además, la mayoría de las veces dicha información no surge de la
elaboración de estudios científicos, sino de la aportación empírica de la escuela soviética,
documentada por diversos autores (Liassatovich, 1975; Rozin, 1979; Ariza, 1987), donde se
registran, por ejemplo, los valores ideales del perímetro torácico según determinados grupos de
edad (Tabla 5.5). En aquellos grupos de edad susceptibles de ser comparados (G1: 9,5±1,3 años,
y G3: 13,8±1,4 años), se observa como el perímetro torácico de los gimnastas españoles es
superior al estándar soviético de la época (Liassatovich, 1975; Rozin, 1979). Pese a todo,
conviene ser cauto por la dificultad de comparar grupos formados por diferentes criterios de edad
(edad biológica vs. edad cronológica).
Tabla 5.5. Valores ideales del perímetro torácico de jóvenes gimnastas soviéticos masculinos.
6 57,0±2,1
8 61,0±2,1
7 56,8±2,5
9 61,0±2,1
12 68,2±3,9
13 71,8±3,0
14 75,3±4,7
Liassatovich, 1975
(en Gajdos, 1983).
15 80,4±6,3
16 84,7±6,2
17-18 86,1±4,2
El resto de estudios hallados ofrecen únicamente información sobre el perímetro del brazo
relajado, siempre como paso previo al cálculo del área muscular del brazo de los jóvenes
gimnastas (Tabla 5.6). De éstos, únicamente son comparables por ser de semejante edad
cronológica, los datos obtenidos por Damsgaard y colaboradores (2001) y los del grupo G2 del
presente estudio (10,5±1,3 años), no registrándose diferencias significativas entre ambos (p>0,05).
276
Tabla 5.6. Estudios que documentan el perímetro del brazo de jóvenes gimnastas masculinos.
15 24,4±1,8
16 27,9±2,4
Caldarone et al., 1986.
17 29,9±1,8
18 29,5±1,6
No se han hallado estudios que describan la cantidad de tejido adiposo subcutáneo de jóvenes
gimnastas masculinos de competición a partir de la medición de pliegues cutáneos,. Si
comparamos los valores del grupo G5 (19,1±2,7 años), con estudios anteriores con gimnastas
adultos (Tabla 5.7), se observa como, a excepción del pliegue subescapular, que es superior
(p=0,01) en los gimnastas italianos analizados por Gualdi-Russo et al. (1992), en el resto de
estudios comparables (Claessens et al., 1991; Gualdi-Russo et al., 1992; Cuk & Karacsony, 2002),
o bien no se observan diferencias significativas (pliegues axilar medio, ileocrestal, abdominal, y
muslo anterior), o bien los valores del grupo G5 son siempre significativamente superiores
(pliegues tricipital, bicipital, supraespinal, y pierna medial) (p≤0,01). Según los percentiles descritos
por Claessens y colaboradores (1991) para gimnastas adultos, el pliegue subescapular se sitúa
entre los percentiles 50 y 75, los pliegues tricipital, bicipital y supraespinal del grupo G5 entre los
percentiles 75 y 90, y el pliegue medial de la pierna más allá del percentil 95. Pese a todo,
conviene ser cautos a la hora de establecer comparaciones, ya que la técnica antropométrica
requiere la aplicación de unos estándares internacionales promulgados por la ISAK, que no
siempre se han seguido en estudios previos (Tabla 5.7).
277
5.3.2.1.4 COMPOSICIÓN CORPORAL
Si se comparan los resultados obtenidos (Tabla 4.53) con la literatura nacional (Tabla 1.6) se
observan, previamente a cualquier valoración, dos hechos remarcables. El primero, que
únicamente son comparables los resultados obtenidos en los grupos G5 (19,1±2,7 años) y G3/4
(13,8±1,4 años), por representar ambos los grupos de edad cronológica más afines a los de
anteriores estudios en gimnastas adultos (Parizkova, 1977; Thorland et al., 1981; Carter, 1982;
Caldarone et al., 1986; Faria & Faria, 1989; Gualdi-Russo et al., 1992; Jemni et al., 2000;
Georgopoulos et al., 2004; Rodríguez & Berral, 2006; Irurtia et al., 2009a) y en jóvenes gimnastas
(Muñoz et al., 1986; Baxter-Jones et al., 1995; Weimann et al., 2000, 2002; Gurd & Klentrou, 2003;
Irurtia et al., 2009a). El segundo, que de todas las variables de composición corporal analizadas
en el presente estudio, únicamente el porcentaje de masa grasa y masa libre de grasa de los
gimnastas pueden ser comparadas con estudios anteriores, relegando al resto de variables a un
segundo plano: sumatorio de 6 pliegues, % de masa muscular, % de masa ósea, % de
componente residual, áreas grasas y musculares de brazo y muslo. Finalmente, como se ha
argumentado en el apartado 1.2.1.2, a esta limitación se añade la ya de por sí difícil comparación
de resultados de composición corporal que varían notablemente en función de la ecuación
predictiva utilizada (Claessens et al., 2001; Rolland-Cachera et al., 1997).
En este contexto, se observa que los gimnastas del grupo G5 poseen un porcentaje de
masa grasa superior (p≤0,05) a la mayoría de gimnastas adultos analizados con anterioridad
(Parizkova, 1977; Thorland et al., 1981; Caldarone et al., 1986; Faria & Faria, 1989; Jemni et al.,
2000; Irurtia et al., 2009a). No obstante, en algunos casos (Baxter-Jones et al., 1995; Rodríguez &
Berral, 2006), el grupo G5 registra valores de masa grasa inferiores (p≤0,05) o similares (Gualdi-
Russo et al., 1992; Georgopoulos et al., 2004) en relación al resto de estudios. Únicamente se han
hallado seis estudios que registren la masa libre de grasa de gimnastas de élite masculinos
(Parizkova, 1977; Thorland et al., 1981; Caldarone et al., 1986; Faria & Faria, 1989; Gualdi-Russo
et al., 1992; Irurtia et al., 2009a). De éstos, en tres estudios no se observan diferencias
significativas con el grupo G5 (Caldarone et al., 1986; Faria & Faria, 1989; Irurtia et al., 2009a), en
dos, los valores del grupo G5 son significativamente inferiores (Parizkova, 1977; Gualdi-Russo et
al., 1992) y, finalmente, en un estudio, los valores del grupo G5 son superiores (Thorland et al.,
1981). El sumatorio de 6 pliegues registrado por los gimnastas del grupo G5 (44,2±8,5 mm) es
significativamente superior al obtenido por Carter (1982) (32,9±9,9 mm, p=0,001), por Rodríguez y
Berral (2006) (40,5±1,2 mm) y por Irurtia et al. (2009a) (33,2±2,1 mm), aunque únicamente los dos
últimos estudios permite asegurar una técnica de medida idéntica. En referencia a la masa
muscular, únicamente se han hallado dos estudios que la describan en gimnastas adultos,
registrando unos valores porcentuales de 53,8% (Rodríguez & Berral, 2006) y 49,5±1,1% (Irurtia et
al., 2009a), respectivamente, ambos significativamente superiores a los del grupo G5 (45,9±3,0%,
p=0,001). Pese a todo, cabe ser cautelosis al establecer comparaciones con el estudio de
Rodríguez y Berral (2006), ya que el método pentacompartimental utilizado para la determinación
de la composición corporal (Kerr, 1998) se aleja notablemente de la propuesta metodológica del
278
presente estudio. En este sentido, el único estudio que describe el área muscular del brazo de
gimnastas masculinos de élite (Caldarone et al., 1986) registra unos valores (70,9±7,6 cm2) que no
difieren significativamente de los del grupo G5 (67,5±10,6 cm2). Sí en cambio, se producen
diferencias significativas (p=0,001) entre el área grasa de brazos (9,4±2,1 cm2) y muslos (19,6±6,2
cm2) del grupo G5 y los dos únicos estudios que se han hallado al respecto (Carter, 1982;
Rodríguez & Berral, 2006). Los gimnastas participantes en los JJ.OO. de Montreal 1976 (Carter,
1982) registran un área grasa del brazo de 15,5 cm2 y del muslo de 37,1 cm2. Los gimnastas
argentinos del equipo nacional (Rodríguez & Berral, 2006) registran 17,9 cm2 y 45,0 cm2,
respectivamente. Pese a que la diferente fórmula aplicada en ambos estudios para la estimación
de las áreas corporales (Gurney & Jelliffe, 1973) limita cualquier tipo de valoración, diferencias tan
elevadas sugieren que los gimnastas del grupo G5 registran unos valores de masa grasa muy
reducidos, tanto en extremidades superiores (pliegue tricipital) como inferiores (pliegue del muslo
anterior). Sin embargo, dado el superior sumatorio de 6 pliegues (p=0,001) del grupo G5 en
relación al único estudio que los registra de igual forma (Rodríguez & Berral, 2006), todo sugiere
que sería en el resto de pliegues cutáneos (subescapular, supraespinal, abdominal, pierna medial)
donde se generarían dichas diferencias.
Cuando la comparación se establece entre el grupo G3/4 (13,8±1,4 años) y los estudios en
jóvenes gimnastas masculinos (Muñoz et al., 1986; Baxter-Jones et al., 1995; Weimann et al.,
2000, 2002; Gurd & Klentrou, 2003; Irurtia et al., 2009a), se observa que la masa grasa de los
primeros es siempre superior a la de los segundos (p≤0,01), lo mismo que sucede con el
sumatorio de 6 pliegues en relación al único estudio que lo describe en un grupo de 9 gimnastas
españoles de 13,2±0,4 años (Irurtia et al., 2009a): 36,1±2,2 mm; p=0,001. La masa libre de grasa
de los gimnastas del grupo G3/4, o bien no difiere de los valores registrados en este mismo
estudio (36,8±4,6 kg; p>0,05) o bien es inferior a los obtenidos por Gurd y Klentrou (2003):
44,0±1,5 kg; p=0,01. La masa muscular de los gimnastas del grupo G3/4 (42,7±2,0%) es inferior
(p=0,001) a la registrada por los dos únicos estudios que la documentan: 46,3±1,3% (Muñoz et al.,
1986); 46,8±3,9% (Irurtia et al., 2009a). En el primero de ellos, además, se registra un 19,8±1,5%
de masa ósea, valores que no difieren significativamente de los obtenidos en el grupo G3/4
(20,0±1,8%). No se ha hallado ninguna referencia que aporte información sobre las diferentes
áreas corporales en jóvenes gimnastas, analizadas en el presente estudio.
5.3.2.1.5 SOMATOTIPO
En el apartado 1.2.1.3 se recogen los resultados del análisis del somatotipo de los principales
estudios publicados con gimnastas masculinos en los últimos sesenta años (Tabla 1.8). En base a
éstos, se observa que el perfil somatotípico de los gimnastas adultos de élite está bien
caracterizado (Cureton, 1951; Bosco, 1962; Carter et al., 1971; Clarys & Borms, 1971; De Garay et
al., 1974; Stepnicka, 1974; López et al., 1979; Pérez, 1981; Thorland et al., 1981; Carter, 1982;
Meszaros & Mohacsi, 1982a, 1982b; Zeng, 1985; Rodríguez et al., 1986; Withers et al., 1986;
Claessens et al., 1991; Gualdi-Russo & Graziani, 1993; Cuk & Karacsony, 2002; Lentini et al.,
279
2004; Rodríguez & Berral, 2006; Irurtia et al., 2009a), mientras que el somatotipo del joven
gimnasta masculino en su proceso de formación hacia el alto rendimiento deportivo no está tan
documentado (Stepnicka, 1977; Araujo & Moutinho, 1978; Broekhoff et al., 1986; Muñoz et al.,
1986; Irurtia et al., 2009a). Además, de estos últimos estudios únicamente uno describe, con un
diseño mixto-longitudinal, la evolución de los tres componentes del somatotipo a lo largo de la
edad en jóvenes gimnastas seleccionados (Irurtia et al., 2009a).
En relación a los tres componentes del somatotipo (endo, meso y ectomorfismo) y en base
a los escasos estudios publicados hasta ahora con jóvenes gimnastas masculinos de competición
(Tabla 5.8), se establece un perfil somatotípico según los siguientes valores: 1,6±0,4 – 4,8±0,5 –
3,6±0,5. Si se comparan estos resultados con los del único grupo de estudio comparable en edad
cronológica (G3/4: 13,8±1,4 años), se deducen consideraciones semejantes a las establecidas con
los gimnastas adultos: el componente endomórfico del grupo G3/4, o bien no registra diferencias
respecto a alguno de los estudios analizados (Araujo & Moutinho, 1978; Muñoz et al., 1986), o
bien significativamente superior (Stepnicka, 1977; Broekhoff et al., 1986; Irurtia et al., 2009). Por
otra parte, el componente mesomórfico del grupo G3/4, tampoco revela diferencias respecto
280
alguno de los estudios analizados (Stepnicka, 1977; Araujo & Moutinho, 1978; Broekhoff et al.,
1986), o bien es significativamente (p≤0,01) inferior (Muñoz et al., 1986; Irurtia et al., 2009). Por
último, el componente ectomórfico, o no revela diferencias en comparación con estudios anteriores
(Broekhoff et al., 1986; Muñoz et al., 1986; Irurtia et al., 2009), o bien es significativamente inferior
(Stepnicka, 1977; Araujo & Moutinho, 1978). Globalmente, los resultados sugieren que el grupo
G3/4, pese a clasificarse bajo un perfil ecto-mesomórfico, posee las mismas características
somatotípicas que el grupo G5 cuando es comparado con los estudios publicados con anterioridad
(Tabla 1.8). Es decir, salvo alguna excepción, generalmente se observa un componente
endomórfico mayor y unos componentes mesomórfico y ectomórfico menores.
Número Edad
Endomorfismo Mesomorfismo Ectomorfismo
(n) (años)
Finalmente, la comparación del resto de grupos analizados (G1: 9,5±1,3 años / G2: 10,5±1,3 años)
no es posible a falta de estudios con gimnastas de edad tan temprana. No obstante, cabe señalar
que ambos grupos también se clasifican dentro del perfil ecto-mesomórfico (Tabla 4.54).
5.3.2.1.6 PROPORCIONALIDAD
Los estudios que analizan las proporciones corporales en GAM, tanto en gimnastas de élite
(Leveau et al., 1974; Nelson, 1974; Caldarone et al., 1986) como en jóvenes gimnastas (Caldarone
et al., 1986; Damsgaard et al., 2001) son escasos y sus principales resultados (Tabla 1.9 y Tabla
1.10) así como las aportaciones más destacadas han sido desarrolladas en el correspondiente
apartado introductorio (apartado 1.2.1.4). Únicamente se han hallado tres estudios que, a modo de
contextualización de la muestra y sin ser su objeto de estudio, aportan datos sobre el índice de
masa corporal de gimnastas masculinos. Dos estudios se realizaron con gimnastas adultos y
obtienen valores de 23,9±2,9 kg·m-2 (Grassi et al., 2009) y 21,5±1,7 kg·m-2 (Georgopoulos et al.,
2004), respectivamente, y un tercero estudió dos grupos de jóvenes gimnastas (Baudry et al.,
2008), uno de expertos (n=6; 13,5±0,5 años; 17,9±1,7 kg·m-2) y otro de no expertos (n=6; 12,0±1,1
años; 18,4±1,7 kg·m-2). Finalmente, el único estudio transversal de las proporciones corporales
(índice de masa corporal e índice córmico) de gimnastas masculinos de diferentes grupos de edad
(15 a 18 años), es el realizado de Caldarone et al, (1986). Como se puede ver en la Tabla 1.10,
sus resultados únicamente son comparables con los gimnastas mayores del presente estudio
(grupo G5), ya que el resto (G1, G2, G3/4) son de edades cronológicas inferiores (Tabla 3.3).
281
En base a los resultados del presente estudio (Tabla 4.57), el índice de masa corporal del
grupo G5 (23,1±1,2 kg·m-2) es similar al de la mayor parte de estudios en gimnastas adultos
(Leveau et al., 1974; Nelson, 1974; Caldarone et al., 1986; Grassi et al., 2009). Este hecho se
repite en gimnastas en edad evolutiva, tanto en el grupo de expertos como en el de no expertos
(Baudry et al., 2008). Por otra parte, y esta vez en relación a la población española no deportista
(Carrascosa et al., 2008), el índice de masa corporal de los gimnastas objeto de estudio se sitúa
entre los percentiles 25 y 50 en los grupos G1, G2 y G3/4, y entre los percentiles 50 y 75 en el
grupo G5. En relación al índice de la longitud relativa de la extremidad superior, los valores medios
de todos los grupos corresponden a un perfil braquibraquial (valores ≤ 44,9), es decir, que los
gimnastas poseen unas extremidades superiores cortas en relación a su talla. Estos datos
coinciden con los resultados de los gimnastas estadounidenses y japoneses (Leveau et al., 1974)
pero no de los húngaros (Nelson, 1974) que son mesobraquiales (proporciones equilibradas). En
todo caso, el perfil braquibraquial de los gimnastas objeto de estudio no coincide con las
consideraciones de otros autores cuando señalan que los gimnastas se caracterizan por poseer
unas extremidades superiores relativamente largas en relación a su cuerpo (Petiot, 1987).
Respecto al índice córmico, es decir, la relación entre la talla sentado y la talla, los valores medios
de los grupos G1, G2 y G5 corresponden a un perfil metricórmico o de equilibrio entre ambas
longitudes antropométricas (valores entre 51,1 y 53,0). El grupo G3/4, en cambio, registra un perfil
braquicórmico de tronco relativamente corto y extremidades largas (valores ≤ 51,0), hecho que no
coincide con algunos estudios (Leveau et al., 1974; Nelson, 1974), que determinan que las
extremidades inferiores de los gimnastas, o bien guardan una relación de equilibrio proporcional
entre éstas y el tronco (perfil metricórmico), o son proporcionalmente más cortas (perfil
macrocórmico). Otros, en cambio, sí han registrado un perfil biotipológico caracterizado por unas
extremidades inferiores relativamente largas en relación al tronco en gimnastas, tanto en
comparación con otros deportistas como con no deportistas (Damsgaard et al., 2001;
Georgopoulos et al., 2004). Al no disponer de datos de edad biológica, no es posible establecer
comparaciones. En todo caso, el hecho de poseer unas extremidades relativamente cortas sí
parece favorecer biomecánicamente la prestación deportiva de los gimnastas en la mayoría de
aparatos competitivos (Caldarone et al., 1986; Claessens et al., 1991). Por otra parte, el índice
braquial, que indica la relación proporcional entre las longitudes de brazo y antebrazo, muestra
que los gimnastas de los grupos G1, G3/4 y G5 son braquípicos, es decir, de antebrazos
relativamente cortos (valores ≤ 77,9). Los integrantes del grupo G2, en cambio, registran unos
valores medios superiores (78,7±7,1), clasificándose como metrópicos (equilibrio de proporciones
entre brazo y antebrazo). Los valores de este grupo G2 coinciden con los hallados en la literatura
respecto a gimnastas estadounidenses y japoneses (Leveau et al., 1974), pero no respecto a
gimnastas húngaros (Nelson, 1974) que registran valores superiores (Tabla 1.9). La novedad de la
propuesta en relación al índice perimetral de extremidades, que relaciona el perímetro del muslo
medial con el perímetro del brazo contraído impide la comparación con estudios anteriores. El
grado de pertinencia de este índice en relación con el rendimiento en GAM deberá valorarse en
próximos apartados (apartado 5.3.2.4). Finalmente, de la revisión realizada en este apartado se
282
constata la escasez y falta de actualización informativa respecto al rol que juegan las proporciones
corporales en el rendimiento de la competición gimnástica actual.
Los datos biométricos parentales han sido introducidos en el presente estudio con el único fin de
analizar una posible asociación entre las dimensiones corporales de madres y padres y el
posterior rendimiento deportivo de sus hijos (apartado 5.3.2.4). Si bien no se han hallado estudios
comparables, conviene señalar ciertos aspectos que se relacionan. Así, hoy en día se acepta que
el proceso de crecimiento responde a la interacción, continua y compleja, de una serie de factores
de origen genético y de entorno que, más allá de haber quedado establecidas y limitadas sus
aportaciones a la variabilidad de dicho proceso, forman parte del debate científico más actual
(Baxter-Jones et al., 2003). Con todo, los estudios que han investigado sobre el grado de
heredabilidad de ciertas variables biológicas en el ser humano constatan una fuerte relación, tanto
en el momento (“timing”) y la forma (“tempo”) del brote de crecimiento, como en los valores finales
alcanzados por la talla entre los hijos y sus progenitores (Baxter-Jones et al., 2003). En GAM,
pese a que dicha relación ha sido poco estudiada (Baxter-Jones et al., 1995; Baxter-Jones &
Helms 1996; Damsgaard et al., 2000, 2001), parece observarse que la reducida talla de los
gimnastas de élite ya se manifiesta en sus primeras etapas de formación, es decir, de forma previa
a cualquier proceso de entrenamiento de cargas elevadas (Baxter-Jones et al., 1995; Baxter-Jones
& Helms, 1996). Estos datos coinciden con los observados por un estudio mixto-longitudinal
realizado con una muestra representativa de gimnastas españoles (Irurtia et al., 2009a), en que se
observó que, ya desde las primeras edades (7 años), éstos registraban valores talla y peso
inferiores a los de la población española (Sobradillo et al., 2004). Otros estudios también coinciden
en el hecho de considerar la importancia que en GAM se le dan a los factores constitucionales
biotipológicos como criterio de selección inicial por parte de muchos entrenadores (Damsgaard et
al., 2000, 2001). Finalmente, se observa que los valores globales de talla y peso de todas las
madres (n=111; 161,6±5,7 cm; 63,7±11,5 kg) y padres (n=111; 171,9±6,0 cm; 78,0±10,4 kg) de los
gimnastas (Tabla 4.58), son inferiores en el caso de la talla (p<0,001), y superiores en el caso del
peso (p<0,001), a los de la población adulta española (Carrascosa et al., 2008), tanto en mujeres
(n=1292; 164,0±6,0 cm; 57,6±8,5 kg) como en hombres (n=1275; 177,3±6,4 cm; 74,3±11,2 kg).
Estos resultados están en línea con estudios anteriores (Baxter-Jones et al., 1995; Baxter-Jones &
Helms 1996).
283
superan el promedio de la totalidad de la muestra únicamente con valores situados entre 0,1 y 0,2
desviaciones estándar. En contrapartida, son también los perímetros corporales las variables que
más se alejan del promedio tipificado en el grupo G5, con valores situados entre 1,0 y 1,5
desviaciones estándar. Todo ello sugiere una relevancia de los perímetros corporales en el grupo
G5, hecho que se interpreta como normal, asumiendo que, además de ser el único grupo formado
por sujetos de edad adulta (G5: 19,1±2,7 años), la práctica mayoría de sus integrantes entrena
dos veces al día, con las consecuentes adaptaciones musculares, y por tanto perimetrales, que
ello conlleva. La tipificación de los valores correspondientes a los pliegues cutáneos (n=10)
permite observar una distinta distribución y posición de cada grupo respecto a la totalidad de la
muestra. Mientras que en la mayoría de pliegues (tricipital, bicipital, pectoral, ileocrestal,
supraespinal, abdominal, muslo anterior, pierna medial) los valores de todos los grupos se sitúan
entre la franja de 0,7 y -0,7 desviaciones estándar, únicamente el pliegue subescapular (1,1
desviaciones estándar) y el pliegue axilar medio (1,0 desviaciones estándar) registran en el grupo
G5 valores superiores, mientras que en el resto (G1, G2 y G3/4) lo hacen por debajo o bien
ajustándose a dicho promedio. Todo ello indica que, en lo que respecta a la mayoría de los
pliegues cutáneos, parece observarse cierta homogeneidad en cuanto a que los valores de todos
los grupos de edad se ajustan al promedio de la muestra, con un rango de dispersión reducido. De
forma relacionada, el análisis de las variables de composición corporal permite observar
semejante estabilidad de distribución entre sumatorio de 6 pliegues, porcentaje de masa grasa,
componente residual y áreas grasas de brazos y muslos de todos los gimnastas objeto de estudio
(0,5 y -0,5 desviaciones estándar). Dicha distribución cambia totalmente cuando las variables a
analizar se relacionan con la masa muscular (masa libre de grasa, porcentaje de masa muscular,
áreas musculares de brazos y muslos), distanciándose el grupo G5 de los valores medios de la
muestra, en más de una desviación estándar. Estos resultados ratifican lo argumentado en
relación a la relevancia de los perímetros corporales en los gimnastas más desarrollados. La
distribución de los valores tipificados de masa ósea en todos los grupos de estudio responde de
manera inversamente proporcional al comportamiento de la masa muscular. Asumiendo que la
suma de los cuatros componentes (% masa grasa, % masa muscular, % masa ósea, %
componente residual) corresponde al 100% de la masa corporal de los gimnastas, se entiende
como lógico que si la masa grasa y el componente residual se distribuyen de manera homogénea
entre todos los grupos, siendo la masa muscular la que se distancie por arriba en el caso del grupo
G5, la masa ósea haga lo propio por debajo (-1,2 desviaciones estándar). El mismo razonamiento,
de nuevo, queda expresado en cómo se distribuyen los tres componentes del somatotipo en
relación a cada uno de los grupos de estudio: a) endomorfismo homogéneo entre grupos (0,3 y -
0,4 desviaciones estándar); b) mesomorfismo superior a la media únicamente en el grupo G5 (0,8
desviaciones estándar); c) ectomorfismo inferior a la media en el grupo G5 (-0,8 desviaciones
estándar). Respecto a este último componente ectomórfico, caben destacar los valores del grupo
G3/4 (0,5 desviaciones estándar), siendo el grupo que más se aleja del promedio global de la
muestra, hecho considerado normal debido a las características del periodo evolutivo y de rápido
crecimiento biológico en el que sus integrantes se encuentran (Malina et al., 2004a). Otro conjunto
284
de variables incluidas en esta valoración somática son los índices de proporcionalidad corporal
(n=5). Tanto los valores tipificados del índice de longitud relativa de la extremidad superior
(relación entre la longitud de la extremidad superior y la talla), como los valores del índice braquial
(relación entre la talla sentado y la talla), se distribuyen para cada grupo de forma semejante,
ajustándose a los valores promedio de la totalidad de la muestra con un escaso margen de
dispersión (0,4 y -0,3 desviaciones estándar). En cambio, en la distribución del índice de masa
corporal, el índice córmico y el índice perimetral de extremidades, se observa como los grupos de
menor edad (G1 y G2) siempre se sitúan por debajo de los valores medios de la muestra, en este
caso entre -0,6 y -1,0 desviaciones estándar, mientras que el grupo G3/4 o bien se ajusta (índice
de masa corporal e índice perimetral de extremidades) o bien supera ligeramente a los valores
medios (índice córmico) y, finalmente, el grupo G5 siempre se distancia en estos tres índices con
valores comprendidos entre 1,2 y 1,4 desviaciones estándar. Debido a las circunstancias
descritas, se entienden como normales dichas distribuciones: a) en el caso del índice de masa
corporal, porque a medida de que el peso aumenta (numerador) y la talla se estabiliza
(denominador), los valores de dicho índice aumentan (Malina et al., 2004a); b) en el caso del
índice córmico, porque el incremento de la talla se produce en primera instancia en base al
crecimiento de las extremidades inferiores (el tronco se acorta proporcionalmente) y
posteriormente por el crecimiento del tronco (el tronco se alarga proporcionalmente), todo teniendo
en cuenta que estamos hablando de valores tipificados ajustados al promedio de la propia muestra
(Mirwald et al., 2002); c) en el caso del índice perimetral de las extremidades, porque la mayor
predominancia proporcional del perímetro del brazo contraído en relación al perímetro del muslo
queda manifiesta de forma especial en el grupo G5, con lo que el paulatino incremento de la carga
de entrenamiento en GAM podría suponer una mayor afectación hipertrófica del área de la sección
transversal del brazo en relación a la del muslo, aunque al no ser éste un estudio de diseño
longitudinal, esta afirmación no se puede constatar. Otro grupo de variables incluidas en esta
valoración son los datos parentales (n=4). En todos los grupos, tanto la talla como el peso de las
madres y padres de los gimnastas se ajustan al promedio de la totalidad de la muestra,
registrando unos valores comprendidos entre 0,3 y -0,2 desviaciones estándar). Finalmente, los
valores tipificados de la edad cronológica de los gimnastas muestran como los grupos G1 (-0,9
desviaciones estándar) y G2 (-0,7 desviaciones estándar) se sitúan por debajo de los valores
medios de la muestra, el grupo G3/4 se ajusta al promedio (0,2 desviaciones estándar), y el grupo
G5 hace lo propio claramente por encima (1,5 desviaciones estándar).
285
resultados del ANOVA son sensibles a dicha circunstancia, conformando así este grupo G3/4 el
eje vertebrador de la aparición y explicación de las múltiples diferencias significativas que se dan
en todas y cada una de estas variables (Tabla 4.73 a Tabla 4.76). Se observa un único patrón: a)
no existen diferencias significativas entre las dimensiones, longitudes, diámetros o perímetros
corporales de los grupos G1 y G2; b) es necesario comparar cada uno de estos dos grupos con el
grupo G3/4, para registrar diferencias significativas a favor de este último (p≤0,013); c) a
excepción de dos longitudes (extremidad superior y pie) y dos diámetros (bicondíleo del fémur y
bimaleloar), los valores del grupo G5 son siempre superiores a los del grupo G3/4 (p≤0,013). Ya
sea por la edad cronológica del grupo (G5: 19±2,7 años), por el elevado volumen de
entrenamiento (G5: 27,5±3,5 horas semanales), o por la cantidad de años entrenando (G5:
13,1±2,6 años), las diferencias entre el grupo G3/4 y el grupo G5 parecen estar justificadas. Por
otra parte, el comportamiento en general de la cantidad de tejido graso subcutáneo medido a
través de los pliegues cutáneos, en relación a cada uno de los grupos de estudio, es múltiple y
variado. Destaca el hecho de que no se observan diferencias significativas entre grupos en
ninguno de los dos pliegues de las extremidades inferiores (muslo anterior y pierna medial) ni en el
pliegue bicipital. Además, el grupo G5 es el que mayores diferencias registra (p<0,013), ya sea por
poseer la mayor cantidad de tejido graso subcutáneo (pliegue subescapular, pectoral, axilar medio,
ileocrestal, supraespinal, abdominal) o por la menor cantidad (tricipital). En todo caso, se observa
como los gimnastas del grupo G5 son los que mayores valores registran en el tronco (p<0,013),
mientras que los gimnastas del grupo G2 hacen lo propio en ambas extremidades (p<0,013). Este
hecho se interpreta como normal teniendo en cuenta el patrón de crecimiento de la distribución de
masa grasa en población general (Malina, 1989), aunque siempre teniendo en cuenta las
limitaciones derivadas de un estudio transversal. La elevada variabilidad de las diferencias
también queda evidenciada en las variables que se relacionan con la composición corporal. Ni en
el sumatorio de 6 pliegues, ni en el porcentaje de masa grasa, ni en el componente residual, ni en
el área grasa del muslo, se producen diferencias significativas entre los grupos de estudio. El área
grasa del brazo es la única variable relacionada con la cantidad de tejido graso subcutáneo en la
que se registran diferencias significativas (p<0,013), en este caso entre los grupos G1 y G5 (Figura
4.116). La estabilidad del sumatorio de 6 pliegues en gimnastas masculinos de diferentes grupos
de edad coincide con los resultados obtenidos en una muestra representativa de gimnastas
españoles de entre 12,1±0,4 y 18,1±0,4 años (Irurtia et al., 2009a). Este patrón de crecimiento
difiere en cambio del de la población no deportista, el cual tiende a aumentar una vez transcurrida
la adolescencia hasta llegar a sus valores máximos en la edad adulta (Malina, 1989). En cuanto a
aquellas variables que se relacionan con la masa muscular (masa libre de grasa, porcentaje de
masa muscular, área muscular de brazos y muslos), las grandes diferencias entre el grupo G5 y el
resto de grupos han sido ya justificadas (mayor edad cronológica del grupo, mayor volumen de
entrenamiento, mayor cantidad de años entrenando…). Conviene señalar, sin embargo, que el
comportamiento del porcentaje de masa muscular difiere del obtenido por Irurtia y colaboradores
(2009a), que no registraron incrementos significativos de ésta lo largo de la edad. Los diferentes
diseños de estudio (transversal vs mixto-longitudinal) podrían ser la causa de dichas divergencias
286
y limitan cualquier posible valoración. El porcentaje de masa ósea del grupo G5 es
significativamente menor al del resto de grupos (p<0,013), circunstancia lógica al observar que en
el porcentaje de masa muscular ocurre justo lo contario (apartado 5.3.2.2). El componente
endomórfico del somatotipo, de la misma forma que sucede en la mayoría de variables que han
sido estimadas a partir la masa grasa subcutánea de los gimnastas, no presenta diferencias
significativas entre grupos. Estos resultados están en línea con los presentados por Irurtia y
colaboradores (2009a). El componente mesomórfico se comporta consecuentemente de la misma
forma que sucede en la mayoría de variables que han sido estimadas a partir la masa muscular de
los gimnastas, presentando el grupo G5 diferencias significativas en relación al resto de grupos
(p<0,013). Los integrantes del grupo G3/4 conforman el grupo más ectomórfico, estableciéndose
diferencias significativas con el grupo G5 (p<0,013), que es el menos ectomórfico. Los resultados
obtenidos en los componentes mesomórfico y ectomórfico no están en línea con los presentados
por Irurtia y colaboradores (2009a) que, bajo un diseño mixto-longitudinal, no registraron
diferencias significativas a lo largo de la edad, estableciendo no obstante que la evolución
somatotipológica de los gimnastas se ajustaba al patrón normal de desarrollo de la población no
deportista (Malina et al., 2004c). De nuevo, las limitaciones propias en el diseño transversal del
presente estudio impiden valorar fehacientemente la evolución biológica de cualquiera de las
variables incluidas en éste, debiendo considerar como válidos únicamente aquellos estudios de
corte longitudinal o en su defecto, mixto-longitudinal (Baxter-Jones et al., 2003; Malina et al.,
2004a). Por otra parte, no se ha hallado ningún estudio que bajo estos diseños describa la
evolución de las proporciones corporales de los gimnastas. Así, en base a los presentes
resultados se observa la falta de diferencias significativas ente grupos tanto en el índice de
longitud relativa de la extremidad superior (relación entre la longitud de la extremidad superior y la
talla), como en el índice braquial (relación entre la talla sentado y la talla). En cambio, en el resto
de índices analizados (índice de masa corporal, índice córmico e índice perimetral de
extremidades) esta circunstancia de no diferencias únicamente se produce entre los integrantes de
los grupos G1 y G2. El grupo G3/4, que ya se ha descrito anteriormente como el más ectomórfico
debido a conformar el grupo de mayor complejidad biológica (Tanner, 1962; Tanner et al., 1966;
Malina et al., 2004c), genera la mayor variabilidad en las diferencias, registrándose éstas entre los
grupos G1 y G3/4 (p<0,013), y entre los grupos G3/4 y G5 (p<0,013) en el índice de masa corporal
y en el índice córmico (relación entre la talla sentado y la talla). Los resultados del índice de masa
corporal (Figura 4.123) muestran cómo sus valores se incrementan a medida que la edad de los
grupos hace lo propio, hecho que se ajusta a la normal evolución de éste índice (Malina et al.,
2004a). Los resultados del índice córmico (Figura 4.125) muestran cómo sus valores disminuyen
(paulatina preponderancia de la longitud de las extremidades inferiores sobre el tronco) desde el
grupo G1 hasta el grupo G3/4 (p<0,013), que es el más braquicórmico (apartado 5.3.2.1.6). Los
valores del grupo G5, que por el contrario es el más macrocórmico (preponderancia del tronco
sobre la longitud de las extremidades inferiores) son superiores a las del grupo G3/4 (p<0,013).
Estos resultados también son coherentes con el perfil de desarrollo normal de este índice, ya que
el incremento de la talla se produce en primera instancia en base al crecimiento de las
287
extremidades inferiores y posteriormente por el crecimiento del tronco (Mirwald et al., 2002). A
partir del grupo G2, las diferencias en los valores del índice perimetral de extremidades se
producen grupo a a grupo (p<0,013), es decir, que a excepción de los gimnastas de menor edad
(grupo G1), la relación proporcional entre el perímetro del brazo en tensión y el perímetro del
muslo es cada vez mayor a favor del primero a medida que la edad de los gimnastas aumenta.
Edad que, al ser valorada cronológicamante para cada grupo (Figura 4.132), se comporta bajo los
mismos criterios que el índice perimetral de extremidades. Lo comentado con anterioridad resalta
las adaptaciones que tanto en el tren inferior como en el tren superior produce el entrenamiento
gimnástico del más alto nivel (Russell, 1987; Mitchell, 1988; Malina, 1989; Petit, 1996). Finalmente,
y esta vez en referencia a los datos parentales, no se han hallado diferencias significativas ni en la
talla ni en el peso de las madres y padres de los gimnastas objeto de estudio, circunstancia que se
entiende como normal debido a que las variaciones biológicas seculares requieren de más
generaciones que las analizadas entre las madres y padres de los gimnastas de menor y mayor
edad (Healy, 1986).
288
Salmela, 1987). Además, como se ha argumentado en el apartado 1.3, uno de los principales
problemas al establecer la comparación con anteriores estudios es el propio nivel deportivo de la
muestra y cómo se configura la variable rendimiento. En nuestro caso, ambos responden tanto al
ranking competitivo establecido y estandarizado nacional (CP-FIG) e internacionalmente (CP-FIG)
por sendas federaciones deportivas (RFEG y FIG), como a una muestra representativa de la
población gimnasta nacional española. En el resto de estudios, o bien el rendimiento los
establecen de manera subjetiva los propios entrenadores (Dotan et al., 1980), o bien queda
definido por el propio nivel de prestación en las pruebas de valoración analizadas (Grabiner &
McKelvain, 1987; Singh et al., 1987; Delas et al., 2008), o se establece un ranking competitivo de
nivel provincial (Jancarik & Salmela, 1987; Régnier & Salmela, 1987). Finalmente, cuando la
comparación se establece con anteriores estudios con diseño similar en otros deportes
individuales como la natación (Saavedra, 2002; Saavedra et al., 2010) o el tenis (Solanellas,
1995), la elevada relación entre las dimensiones corporales y el rendimiento deportivo subraya la
conveniencia de caracterizar las diferencias que se establecen entre las distintas especialidades
deportivas (Rodríguez, 1989). Así, mientras que los nadadores y los tenistas, cuanto más altos y
pesados son, más rendimiento obtienen, en GAM ni el peso ni la talla son relevantes, y sí ciertas
proporciones corporales unidas a valores de masa muscular elevados.
289
notablemente cuando nos referimos al grupo de gimnastas adultos (G5: 19,1±2,7 años). En éste,
el 58% del rendimiento viene explicado por la edad cronológica y el índice perimetral de
extremidades (F2,22=17,83; p=0,001). Estos resultados, que se corresponden con los obtenidos en
la correlación bivariada (apartado 5.3.2.4), están en consonancia con estudios que señalan la
importancia de ciertas variables antropométricas en relación con el rendimiento en GAM (Leveau
et al., 1974; Nelson, 1974; Caldarone et al., 1986; Faria & Faria, 1989; Claessens et al., 1991). La
novedad de los resultados obtenidos radica en que por primera vez se establece una nueva
proporción corporal, el índice perimetral de extremidades, que, conjuntamente con la edad
cronológica, llegan a explicar por sí solas el 58% de la varianza del rendimiento en GAM.
290
representativas de la población infantil española, se procederá a utilizar los resultados obtenidos
por Cuadrado et al, (2005) en una muestra representativa de la población escolar de Castilla y
León. Finalmente, se procederá a comparar cuando sea posible, los resultados del presente
estudio con otros realizados con gimnastas nacionales (Mateo, 1990; López-Bedoya & Vernetta,
1997; Irurtia et al., 2007) o, en su defecto, internacionales (Gajdos, 1983; Ariza, 1987; Faria &
Faria, 1989).
291
resultados obtenidos por el grupo G5 (19,1±2,7 años). No obstante, los 3,9±2,3 intentos para
cubrir el minuto que exige la prueba del equilibro del flamenco (Council of Europe, 1988), sitúa a
este grupo en un óptimo nivel prestacional (Tomkinson et al., 2007). Los resultados obtenidos por
López-Bedoya & Vernetta (1997) en un grupo de jóvenes escolares que practicaban gimnasia
artística a nivel extraescolar (n=15; 9 años) fueron de 13,9±6,9 intentos, resultados semejantes a
los del grupo G1 (14,1±6,0 intentos). Esta relación no se mantiene (p<0,001) cuando se comparan
los 10,0±4,3 intentos del grupo G2 con los 14,7±9,8 intentos registrados por el mismo estudio en
19 escolares de 10 años (López-Bedoya & Vernetta, 1997).
Los resultados en la prueba de flexión de tronco adelante (sit & reach) reflejan un nivel de
rendimiento excepcional por parte de los gimnastas de todos los grupos, situándose por encima
del percentil 100 en relación a la población autonómica y nacional de referencia (Cuadrado et al.,
2005; Ortega et al., 2005). Sus óptimos niveles se constatan en los elevados valores (p<0,001) de
los grupos de menor edad, G1 (29,4±3,5 cm) y G2 (29,0±3,9 cm), cuando son comparados con los
del único estudio nacional en gimnastas disponible (López-Bedoya & Vernetta, 1997). Los
resultados de los grupos de mayor edad (G3/4: 32,1±3,5 cm; G5: 38,6±4,2 cm) son, sin embargo,
de menor nivel prestacional que los obtenidos en gimnastas nacionales de 15 a 18 años (48,4±4,1
cm) (Mateo, 1990), como en gimnastas internacionales de élite (61,2±19,4 cm) (Faria & Faria,
1989). Las comparaciones anteriores deben interpretarse con cautela, ya que cuando se
comparan resultados de la flexión del tronco en diferentes estudios, el resultado obtenido viene
influenciado por las proporciones corporales entre la longitud de las extremidades y el tronco
(Moras, 2002).
292
poseen un nivel condicional de las extremidades inferiores (sinergia entre potencia y flexibilidad),
claramente superior al de la población española de referencia (Cuadrado et al., 2005; Ortega et al.,
2005). Por otra parte, el resultado registrado por López-Bedoya & Vernetta (1997) en gimnastas
masculinos de 9 y 10 años de nivel extraescolar fue de 132,8±20,8 y 139,0±20,6 cm,
respectivamente, significativamente menores (p<0,001) a los obtenidas por los gimnastas de los
grupos G1 (179,9±17,0 cm) y G2 (184,4±18,9 cm). En gimnastas juveniles de élite (15 a 18 años),
se registraron 245,0±23,2 cm, valores significativamente superiores (p<0,001) a los del grupo G3/4
(215,1±24,7 cm) e inferiores (p<0,001) a los del grupo G5 (260,6±14,0 cm). Si contextualizamos el
nivel prestacional de los gimnastas del grupo G1 y G2 en esta prueba de salto horizontal según las
tablas de valoración de la aptitud física realizada para gimnastas soviéticos de 6 a 10 años de
edad (Tabla 1.14), constatamos una nota para ambos grupos de 10 puntos sobre 10. Cuando se
realiza idéntico procedimiento con los grupos G3/4 y G5, esta vez en relación a las tablas de
valoración de la aptitud física propuestas por Gajdos en el año 1983 (Tabla 1.15), la nota del grupo
G3/4 corresponde a 5 puntos y la del grupo G5 a 10 puntos sobre diez. No obstante, conviene ser
cautos al valorar la discreta nota del grupo G3/4, ya que Gajdos (1983) únicamente señala que los
valores corresponden a jóvenes gimnastas masculinos de elevado nivel deportivo, no
especificando en ningún caso indicador alguno de edad cronológica o biológica.
293
elevado nivel prestacional (Tomkinson et al., 2007). Los óptimos niveles registrados se confirman
a través de los elevados valores (p<0,001) de los grupos de menor edad, G1 (29,5±4,1
abdominales) y G2 (31,3±4,5 abdominales), y cuando son comparados con el único estudio
nacional en GAM susceptible de poder hacerlo (López-Bedoya & Vernetta, 1997). Los resultados
de los grupos de mayor edad (G3/4: 33,1±4,1 abdominales; G5: 36,2±2,7 abdominales) son de
nivel semejante a los mostrados en gimnastas masculinos de élite de edades comprendidas entre
los 15 y 18 años (Mateo, 1990): 34,6±2,7 abdominales, p>0,05.
294
capacidad aeróbica de los gimnastas (Van Mechlen et al., 1986; Leger et al., 1988), el resultado es
discreto.
295
abdominales en 30 segundos y la carrera de ida y vuelta de 10x5 metros, la prestación motriz del
grupo G5 es significativamente mayor a la del resto de grupos, hecho que se considera normal
atendiendo a los estudios anteriormente referenciados (Ortega et al., 2005; Cuadrado et al., 2005).
A excepción del equilibrio del flamenco, la ausencia de diferencias significativas entre los grupos
G1 y G2 en el resto de pruebas denotan que, al menos en lo que se refiere a las variables
incluidas en esta valoración, la diferenciación entre los estadios I y II de Tanner no quedan
justificadas. Diferencias que por otro lado sí quedan claramente delimitadas entre gimnastas, en
este caso femeninas, cuando es la densidad mineral ósea la variable analizada (Dowthwaite et al.,
2006). En todo caso, el nivel de prestación de los grupos G1 y G2 en la mayoría de las pruebas de
la Batería Eurofit es significativamente menor que el de los grupos G3/4 y G5. Finalmente, tanto en
la prueba de los abdominales en 30 segundos, como en la carrera de ida y vuelta de 10x5 metros,
las diferencias de rendimiento entre grupos se establecen desde las edades más tempranas, pero
son necesarios dos grupos o estadios de maduración para que éstas sean estadísticamente
significativas. En los abdominales en 30 segundos esta temporalidad se mantiene entre los grupos
G3/4 y G5 (Figura 4.150), a diferencia de lo que sucede en la prueba de carrera de ida y vuelta de
10x5 metros (Figura 4.152).
296
edad (G1), la variable que registra una mayor correlación es el número de abdominales realizados
en 30 segundos (r=0,64; p=0,01). Siendo ésta moderada, el resto de correlaciones significativas
(p<0,01) se antojan discretas: golpeo de placas (r=-0,50), carrera de ida y vuelta 10x5 (r=-0,46) y
equilibrio del flamenco (r=-0,45). El escaso nivel deportivo de los gimnastas participantes en el
estudio realizado por López-Bedoya & Vernetta (1997) limitan la posibilidad de valorar si las
correlaciones registradas por los autores entre el rendimiento en las pruebas de la Batería Eurofit y
una prueba de habilidad gimnástica básica configurada por un experto, poseen alguna relación
con los resultados obtenidos en este estudio. A nivel internacional, no se ha hallado ningún estudio
en GAM que correlacione alguna de las variables de la Batería Eurofit con el rendimiento
gimnástico. Pese a ello, sí resulta interesante destacar la aportación de una prueba de equilibrio,
semejante al equilibrio del flamenco pero con el apoyo de ambos pies, a la explicación del
rendimiento en diferentes grupos de edad cronológica (10-11 años; 14 años; 17-19 años) en
gimnastas canadienses (Régnier & Salmela, 1987). En el presente estudio, si bien el grado de
correlación es discreto o moderado, el equilibrio del flamenco es la única variable que correlaciona
de forma significativa en dos grupos de edad diferentes (G1 y G5). Finalmente, cuando la
comparación se establece con anteriores estudios publicados bajo el mismo diseño en otros
deportes individuales como la natación (Saavedra, 2002; Saavedra et al., 2010) o el tenis
(Solanellas, 1995), la relación de diferentes pruebas de carácter general incluidas en la Batería
Eurofit y el rendimiento deportivo, indican nuevamente la conveniencia de vanzar en la
caracterización de las diferencias que se establecen entre las múltiples y variadas especialidades
deportivas existentes (Rodríguez, 1989).
297
cuatro variables, dos de la Batería Eurofit: dinamometría manual, atención reducida (variable
psicológica), peso y salto de longitud adelante. Por otra parte, el 60% de la varianza del
rendimiento gimnástico del grupo G1 (F1,23=14,21; p=0,001) y G5 (F1,23=19,18; p=0,001) se explica
gracias a tres variables en el caso del primero (abdominales en 30 segundos, flexión de tronco
adelante, suspensión con flexión de brazos) y a dos variables en el caso del segundo (VO2max
estimado en la course navette y flexión de tronco adelante). Estos valores reflejan asimismo una
escasa capacidad predictiva. Bajo esta perspectiva, la potencia abdominal, la flexibilidad
multiarticular del tronco y la capacidad de mantener elevados valores de fuerza máxima relativa,
parecen ser las características que definen a los mejores gimnastas del grupo de menor edad. Los
gimnastas adultos mejor clasificados también poseen mejor flexibilidad multiarticular de tronco,
pero la característica que más ampliamente los define es su baja capacidad aeróbica. Tal y como
se ha argumentado en apartados anteriores (apartado 5.3.3.4), estos resultados no coinciden, ni
con los resultados obtenidos en otros deportes individuales (Solanellas, 1995), ni con las
observaciones realizadas por diversos autores que han analizado las demandas aeróbicas en
GAM (Marina, 1990; Goswani & Gupta, 1998) y sugieren que, a mayor rendimiento gimnástico,
mayor posibilidad de generar elevados valores de potencia anaeróbica máxima, comprometiendo
consecuentemente las aptitudes aeróbicas (Jemni et al., 2002).
298
5.3.4 VALORACIÓN DE LA CONDICIÓN FÍSICA ESPECÍFICA
5.3.4.1.1 FLEXIBILIDAD
299
articulación coxofemoral en el plano anteroposterior (elevación frontal de la pierna), no muestra
diferencias significativas, ni con gimnastas adultos canadienses de nivel nacional o internacional
(Jancarik & Salmela, 1987; Régnier & Salmela, 1987), ni con los gimnastas analizados por Gannon
& Bird (1999). El único estudio que expone los grados alcanzados en la elevación lateral de la
pierna en gimnastas adultos es el publicado por Gannon & Bird (1999), registrando valores
(99,2±15,6º) significativamente superiores (p<0,01) a los del grupo G5 (88,8±5,9º) cuando es la
pierna izquierda la evaluada. En la pierna derecha, en cambio, no se producen diferencias
significativas entre ambos grupos (p>0,05). Cuando se comparan los gimnastas de menor edad no
se observan diferencias significativas en la prueba de elevación frontal entre el grupo G2
(90,6±9,4º) y los gimnastas canadienses de menos de 12 años: 94,3±13,1º (Jancarik & Salmela,
1987; Régnier & Salmela, 1987). Tampoco se observan diferencias significativas entre el grupo G2
y los gimnastas españoles analizados por Irurtia et al, (2010) en su mejor registro durante la
temporada, ni en la elevación frontal de la pierna (86,8±7,9º), ni en la elevación lateral (82,8±7,2º).
Sí se observan diferencias, en cambio, en comparación con gimnastas canadienses entre 12 y 14
años, quienes alcanzan valores superiores (98,9±12,1º; p<0,05) a los del grupo G3/4 (90,6±9,4º)
en la prueba de elevación frontal de la pierna. La comparación entre los resultados del presente
estudio y los de Irurtia et al, (2010), deberán ser valoradas con cautela por la no concordancia
exacta entre la edad cronológica de su muestra (11,4±1,1 años) y la del grupo de estudio que más
se le asemeja (G2: 10,5±1,3 años). La comparación con el grupo G1 (93,3±14,1º) no es posible
debido a la falta de estudios con gimnastas de edad semejante.
Aparte del estudio realizado por Irurtia y colaboradores (2010), que valora en grados los
espagats de los gimnastas, se han hallado dos estudios que hacen lo propio en centímetros (Faria
& Faria, 1989; Colombo, 1996). Tanto la edad cronológica de los gimnastas (Irurtia et al., 2010),
como las unidades de medida utilizadas (Faria & Faria, 1989; Colombo, 1996), limitan la
comparación con los grupos del presente estudio. No obstante, entendiendo que los valores
negativos expresados en centímetros implican haber superado los 180º (independientemente de la
longitud de las extremidades inferiores, cuando la distancia entre la sínfisis del pubis y el suelo es
de 0 cm, el resultado de la prueba es 180º), los resultados obtenidos en el espagat lateral por
estos dos últimos estudios son semejantes a los de los grupos que, por edad cronológica, pueden
ser comparados (G1, G2, G3/4). De la misma forma, no se registran diferencias significativas entre
el mejor rendimiento conseguido durante la temporada por el grupo seleccionado de la RFEG
(Irurtia et al., 2010), ni en el espagat lateral (179,0±7,0º) ni en el espagat frontal (173,3±6,9º),
siempre en relación a los 184,4±14,1º registrados en el grupo G2.
Los resultados del único estudio que ha utilizado las pruebas de giro de hombros con
bastón en anteversión o retroversión en GAM, constatan un rendimiento semejante al del grupo
G2 (anteversión: 55,6±21,5º; retroversión: 61,2±21,7º) cuando se comparan los valores del
principio de la temporada (Irurtia et al., 2010): anteversión: 49,3±20,4º; retroversión: 58,8±20,4º. La
mejora del rango articular del hombro a lo largo de la temporada en el grupo de gimnastas
300
analizados por Irurtia et al, (2010), hace que al final de ésta las diferencias sí resulten significativas
(p<0,001): anteversión: 26,4±10,6º; retroversión: 45,0±11,6º.
301
neuromuscular, la mejor resolución en el aprovechamiento del componente elástico por parte de
los gimnastas analizados por Marina (2003), hace suponer una mejor coordinación motora en el
salto de flexoextensión en comparación con los gimnastas del presente estudio.
302
5.3.4.1.3 VELOCIDAD
La velocidad alcanzada por los gimnastas, en la carrera previa a la ejecución de un salto, ha sido
ampliamente analizada en GAM (Tichonov, 1978; Rozin, 1979; Gajdos, 1983; Takei, 1988, 1989;
Arnold, 1993; Dillman et al., 1994; Sands & McNeal, 1995). Los valores de velocidad media que
reporta la literatura en relación a la ejecución de saltos libres oscilan entre los 25,9 km/h en un
grupo de gimnastas japoneses de nivel nacional (Takei, 1988), hasta los 28,8 km/h alcanzados en
la ejecución de saltos tsukaharas (Tichonov, 1978). Todos los valores consultados en la
bibliografía sobre la de velocidad media alcanzada por gimnastas adultos durante la ejecución de
saltos libres (Tichonov, 1978; Takei, 1988, 1989; Arnold, 1993; Dillman et al., 1994; Sands &
McNeal, 1995), son significativamente superiores (p<0,001) a los registrados por el grupo G5
(24,8±1,2 km/h), que alcanza dicha marca en base a una distancia de 20 metros sin ningún tipo de
obstáculo ni salto a realizar. Estos datos sugieren un nivel prestacional discreto por parte del grupo
de gimnastas adultos del presente estudio. En relación a aquellos gimnastas de menor edad,
debido a la escasez de bibliografía al respecto, únicamente se han podido comparar sus
resultados con las aportaciones de origen soviético que establecen una escala de 0 a 10 puntos,
según el tiempo necesitado para cubrir una distancia de 20 metros (Gajdos, 1983; Ariza, 1987).
Atendiendo a dicha escala, tanto los gimnastas del grupo G1 (3,6±0,3 s) como los del grupo G2
(3,5±0,3 s) obtienen entre 9,5 y 10 puntos respectivamente (Tabla 1.14). Máximas puntuaciones
igualmente conseguidas por el grupo G3/4 (3,3±0,4 s) al compararlas con las de Gajdos (1983) en
jóvenes gimnastas adolescentes (Tabla 1.15).
303
alcanzadas por 55 gimnastas franceses seleccionados de entre 8 y 10 años de edad (Colombo,
1996), son valores en los cuales no se registran diferencias significativas en relación al grupo G1
(9,5±1,3 años). El rendimiento del grupo G2 (10,5±1,3 años) en esta misma prueba de flexiones en
suspensión, pese a no poder contextualizarse con otros estudios o aportaciones empíricas, se
intuye discreto debido al escaso número de flexiones realizadas (7,0±42 repeticiones). Las
12,7±7,1 flexiones en apoyo del grupo G1, y las 11,2±8,6 flexiones realizadas en la misma prueba
por el grupo G2, los coloca en un nivel notable de rendimiento que, teniendo en cuenta la
implementación del 10% de sobrecarga, podría considerarse incluso elevado. No se han hallado
datos referenciales que permitan la contextualización de los resultados de esta prueba en los
grupos G3/4 (19,5±9,4 repeticiones) y G5 (36,0±10,0 repeticiones). Los gimnastas de los grupos
G1 y G2 realizan 14,7±6,4 y 12,7±7,3 elevaciones de piernas en las espalderas, respectivamente.
El número de repeticiones alcanzadas los sitúa en un nivel de rendimiento notable (Tabla 1.14),
superando significativamente las 7,1±6,1 elevaciones registradas por Colombo (1996). Este
rendimiento notable también se produce cuando se analizan las 16,3±7,0 elevaciones de piernas
que realiza el grupo G3/4 (Tabla 1.15). De nuevo, no se han hallado datos referenciales que
permitan contextualizar los resultados del grupo G5 (26,0±5,7 elevaciones de piernas).
Finalmente, la comparación del nivel de prestación de los gimnastas en la prueba de olímpicos
resulta compleja, principalmente por el protocolo realizado (apartado 3.2.2.4.4), que en el presente
estudio contempla el sumatorio de tres tipos de olímpicos diferentes, mientras que en la literatura,
o se evalúan dos de forma diferenciada (Colombo, 1996): olímpicos con las piernas abiertas desde
la posición de escuadra o bien desde escuadra con piernas abiertas, o se hace referencia a
únicamente un tipo que, por otra parte, no se determina (Gajdos, 1983; Ariza, 1987).
En los saltos en los que predomina el componente contráctil (SJ) o elástico (CMJ), el
rendimiento de los grupos G1 y G2 está por debajo del nivel medio de todos los gimnastas
(n=111), justo lo contrario que lo sucedido en los grupos G3/4 y G5 en que se sitúa por encima
(Figuras 4.166 y 4.167). Tanto en el DJ60 como en la prueba de reactividad de 5 segundos (R5),
el grupo G5 es el único de los grupos cuyo rendimiento se dispone claramente por encima de la
media, concretamente en 0,8 desviaciones estándar. El resto, o bien se sitúan en el promedio o
ligeramente por debajo (Figuras 4.168 y 4.169).
304
En la carrera de velocidad de 20 metros, la marca de los grupos G1 y G2 se sitúa por
debajo del promedio del resto de grupos. El grupo G3/4 justo por encima (0,2 desviaciones
estándar), y el grupo G5 registra claramente la mayor separación (1,3 desviaciones estándar) en
relación al resto de gimnastas (Figura 4.170).
305
(p>0,05). Los autores concluyen que, debido a que el mantenimiento de la elevación de la pierna
alrededor de los 90º implica biomecánicamente el punto de mayor momento de fuerza, es decir,
aquella posición en que la longitud del brazo de resistencia es la más elevada en comparación con
la del brazo de potencia, la mejora en la flexibilidad activa de las extremidades inferiores en GAM
quedaría condicionada, más por el incremento previo de la fuerza de los músculos elevadores que
por la falta de extensibilidad de los posteriores.
306
hombro a medida que la edad y el nivel de los gimnastas aumenta (Jancarik & Salmela, 1987;
Gannon & Bird, 1999), serían concordantes con los resultados aquí obtenidos. No obstante, dicha
involución quedaría en entredicho al observar que, en el resto de pruebas que implican a la
articulación del hombro (giro de hombros en anteversión y retroversión, y flexión del hombro), no
se han registrado diferencias significativas entre ninguno de los grupos de edad analizados. En
este sentido, se haría necesario la realización de estudios longitudinales plurianuales que,
controlando la carga de entrenamiento, ayudara a esclarecer el ritmo de adaptación de la
movilidad del hombro en GAM.
Respecto a las pruebas de salto, únicamente nos consta un estudio que haya analizado su
evolución a lo largo de la edad en GAM (Marina, 2003). En este estudio transversal y mixto-
longitudinal, se analizan los incrementos anuales de una serie de saltos entre los que se incluyen
los aquí presentados (SJ, CMJ, R5, DJ60). El autor destaca de forma general el elevado
rendimiento en todos los saltos analizados de los gimnastas con edades entre 15 y 17 años, en
relación al resto de grupos de edades inferiores. Igualmente destaca que es a partir de estas
edades (15 – 17 años), cuando la prestación de los saltos, pese a continuar mejorando, lo hará sin
que se produzcan incrementos significativos (p>0,05). El autor establece estas conclusiones
generales a partir del análisis de las siguientes variables: tiempo de vuelo (SJ, CMJ, R5, DJ60),
potencia (R5, DJ60) y coeficiente VC (R5, DJ60). En este sentido, además de las mayores
diferencias de rendimiento situadas entre los 15 y 17 años, el autor registra incrementos
significativos ya desde los 13 y 14 años en las pruebas de SJ, CMJ. Por el contrario, las pruebas
de salto donde intervienen los componentes elástico y reactivo (R5 y DJ60), necesitan periodos
superiores a dos o tres años para incrementar su rendimiento de forma significativa (p<0,05). El
autor señala la posibilidad que la práctica gimnástica intensa a edades tempranas sea la
responsable de que el individuo alcance tras dicho periodo de tiempo el máximo potencial elástico
y reactivo del que es capaz. Es por ello que, debido a la relevancia de dichos componentes en el
rendimiento de los gimnastas de competición, y la dificultad de su mejora durante la carrera
deportiva, invita a pensar que podrían ser indicadores útiles a la hora de predecir el rendimiento en
gimnasia artística (Marina, 2003). Los resultados del presente estudio ratifican las conclusiones
generales realizadas por Marina (2003), aunque con ciertas excepciones que cabe argumentar.
Además de la transversalidad de su diseño, al ser éste un estudio cuya configuración de grupos
queda establecida biológicamente, la franja de edades cronológicas que los conforman es mucho
más amplia, tal y como se destaca en el grupo G5 (19,1±2,7 años). Ambas circunstancias, vuelven
a comprometer la posibilidad de ajustar las valoraciones realizadas entre los dos estudios. Una
vez advertidos sobre estos aspectos, sí parece que los gimnastas del grupo G3/4 (13,8±1,4 años)
representan el punto de inflexión donde el rendimiento de los saltos SJ y CMJ logra sus mayores
incrementos (Figuras 4.189 y 4.190). Protagonismo cedido al grupo G5, que es en los saltos R5 y
DJ60, donde demuestra el mayor rendimiento en relación a prácticamente todos los grupos
(Figuras 4.191 y 4.192).
307
En la carrera de velocidad de 20 metros (Figura 4.193), como ocurre en todas las pruebas
de salto analizadas, no se registran diferencias significativas entre los grupos G1 y G2 (apartado
4.4.3). A partir del grupo G2, la mejora de esta prueba se produce grupo a grupo, registrando el
grupo G5 la mayor velocidad media (24,8±1,2 km/h). No se han hallado estudios que analicen la
evolución del rendimiento en esta prueba a lo largo de la edad. En todo caso, se deberá acudir al
posterior apartado de correlación bivariada para analizar y comparar la relación existente entre el
nivel de prestación y el rendimiento competitivo de los gimnastas en función de las diferentes
edades.
308
rendimiento competitivo y amplitud articular del hombro, se invierte. De nuevo, y tal y como se ha
advertido en apartados anteriores (apartado 5.3.4.3), podrían ser las diferencias entre los diversos
y múltiples sistemas de entrenamiento las que generarían, en este caso, la disparidad parcial de
los resultados. En lo que respecta a la flexibilidad activa de la articulación coxofemoral, ninguna de
las pruebas realizadas, a excepción de la elevación frontal de la pierna izquierda en el grupo G1,
correlaciona de forma significativa con el rendimiento de los gimnastas (r=0,52; p≤0,001). Estos
resultados no son acordes con los obtenidos por los gimnastas canadienses de nivel nacional o
internacional (Jancarik & Salmela, 1987), que pese a registrar en la prueba de elevación frontal de
la pierna correlaciones igualmente discretas con el rendimiento competitivo, sí que eran
significativas (r=0,20 a 0,43; p<0,05). En su manifestación pasiva, los espagats frontales son las
únicas pruebas que correlacionan de forma muy discreta con el rendimiento (p≤0,05), y además
únicamente lo hacen en los grupos de mayor edad (G3/4 y G5), oscilando entre r=0,39 (espagat
frontal con la pierna izquierda) y r=0,50 (espagat frontal con la pierna izquierda). Respecto a las
pruebas multiarticulares, de nuevo las únicas correlaciones significativas observadas se producen
únicamente en los grupos G3/4 (r=0,38;p≤0,05) y G5 (r=0,44;p≤0,01), en la prueba de flexión de
tronco. El nivel de prestación en la prueba del puente no correlaciona significativamente con el
rendimiento competitivo de ninguno de los grupos de edad analizados (p>0,05). Cabe advertir al
respecto que, pese a que en la ejecución del puente la articulación del hombro juega un papel
importante (Moras, 2002; Irurtia et al., 2010), la elevada correlación de dicha articulación en contra
de la no correlación del puente en ninguna de las edades analizadas, sugiere que los gimnastas
no son capaces de implicar lo suficiente a esta articulación en el resultado final de la prueba.
Siendo el puente una de las habilidades más utilizadas por los entrenadores para valorar el nivel
de flexibilidad de los hombros en GAM (Irurtia et al., 2010), y dados los resultados aquí
registrados, puede que la implicación de dicha articulación en su nivel de prestación esté
sobreestimada.
Todas las pruebas de salto realizadas, a excepción del SJ, correlacionan de forma
significativa con el rendimiento competitivo del grupo G5 (Tabla 4.131). En el grupo G3/4, las
elevadas correlaciones obtenidas por el grupo G5 se mantienen en el CMJ (r=0,71; p≤0,001) y en
el R5 (r=0,85; p≤0,001). El rendimiento gimnástico del grupo G2 únicamente correlaciona con las
pruebas del SJ (r=0,78; p≤0,001) y CMJ (r=0,63; p≤0,001), mientras que en el grupo G1
únicamente sucede lo propio en el R5 (r=0,71; p≤0,001). Pese a que la transversalidad de los
grupos limita cualquier consideración al respecto sobre cómo evoluciona la relación entre el
rendimiento competitivo y el nivel prestacional en los saltos, se observa la escasa o nula relación
del DJ60, que únicamente correlaciona, y de forma muy discreta, con el grupo G5 (r=0,38;
p=0,05). La prueba del SJ sería la siguiente de menor importancia en cuanto a la relación con el
rendimiento gimnástico se refiere, únicamente haciéndolo en el caso del grupo G2 (r=0,78;
p≤0,001). Por el contrario, la prueba de reactividad durante cinco segundos (R5) correspondería a
la que registra las correlaciones más elevadas, en todos los grupos a excepción del grupo G2 con
la que no correlacionaría (Tabla 4.131). Finalmente, el CMJ también registra correlaciones
309
moderadas o elevadas en todos los grupos a excepción del grupo G1 (p>0,05). No se han hallado
estudios que relacionen de forma aislada la relación entre la capacidad de salto de los gimnastas y
su nivel de prestación deportiva. En base a los resultados obtenidos en el presente estudio, parece
existir una elevada relación entre los componentes elástico y reactivo, manifestados a través de
los saltos CMJ y R5 respectivamente, y el rendimiento competitivo de los gimnastas, de forma
especial a partir de la adolescencia hasta la edad adulta (grupos G3/4 y G5). Atendiendo a las
consideraciones efectuadas por Marina (2003) sobre la dificultad de mejorar dichos componentes
del salto a través del entrenamiento gimnástico, estos resultados ratifican el hecho de contemplar
los componentes elástico y reactivo de los saltos, como factores determinantes a la hora de
detectar gimnastas con especiales aptitudes para rendir deportivamente en GAM.
310
ya que son las únicas habilidades que únicamente pueden ejecutar los gimnastas. Así, la sinergia
de los diferentes factores que intervienen para su realización, tales como la fuerza máxima relativa
aplicada, la amplitud de movimiento de cadera y hombros, y la correcta ejecución técnica de la
habilidad en sí, parecen tener relación con el rendimiento gimnástico (Prassas et al., 1986;
Prassas, 1988). No obstante, cabe advertir que en el presente estudio únicamente se ha analizado
la capacidad de los gimnastas para realizar el máximo número de éstos, relegando para futuras
líneas de investigación su posible relación con otros aspectos de origen cualitativo. La importancia
entre el rendimiento competitivo de los gimnastas y su capacidad para efectuar el máximo número
de olímpicos también ha sido constatada por otros autores (Grabiner & McKelvain, 1987). Las
pruebas de flexiones en vertical (r=0,45; p=0,05) y flexiones en suspensión (r=0,40; p=0,05),
únicamente correlacionan con el rendimiento del grupo G1, y de forma discreta. Ambas pruebas,
junto a las flexiones desde el apoyo, no registran ninguna correlación significativa más (Tabla
4.133). Las elevaciones de las extremidades inferiores desde la suspensión en espalderas
correlacionan con el rendimiento competitivo de los gimnastas de forma discreta en todos los
grupos de estudio a partir del G2, oscilando entre r=0,36 y r=0,40 (p=0,05). De los resultados
obtenidos en las habilidades gimnásticas de condición física se deduce que, cuanto más
específica es la habilidad, más correlaciona con el rendimiento independientemente del grupo de
edad analizado. Siendo la habilidad técnica, y no tanto la condición física específica, la que
determina el grado de especificidad de las habilidades gimnásticas aquí analizadas, convendrá
prestar especial atención al rol juegan las variables incluidas en la valoración técnica del presente
estudio para relacionar y explicar el rendimiento competitivo de los gimnastas.
311
mientras que en el grupo G2 ya aparecen los olímpicos, en el grupo G3/4 la primera variable
seleccionada por la ecuación predictiva es el R5, seguida por la elevación de hombros en
anteversión y, nuevamente, los olímpicos (F3,29=34,22; p=0,001), explicando en su conjunto el 76%
de la varianza del rendimiento. Finalmente, en el grupo de edad adulta (G5), son los olímpicos la
primera variable seleccionada, el R5 la segunda, y la elevación lateral de la pierna derecha la
tercera, explicando el 90% del rendimiento competitivo de los gimnastas (F3,21=72,03; p=0,001).
Anteriores estudios corroboran la importancia de ciertas variables de condición específica a la hora
de explicar el rendimiento competitivo en GAM (apartado 1.3). Mientras algunos autores registran
una explicación del 44% de la varianza del rendimiento competitivo en jóvenes gimnastas
únicamente mediante estas variables (Grabiner & McKelvain, 1987), otros llegan al 73% en
gimnastas adultos de nivel nacional (Singh et al., 1987). A pesar de todo, parece claro que la
valoración de la condición física específica a la hora de intentar establecer modelos predictivos del
rendimiento en GAM prepondera sobre aquellas variables de condición física general (Tabla
4.100). Esta circunstancia no se da de manera tan notable en otros deportes como el tenis
(Solanellas, 1995), la natación (Saavedra, 2002) o el balonmano (Fernández, 1999; Vila, 2002).
312
5.3.5 VALORACIÓN DE LA TÉCNICA
313
(6,2±3,4 puntos) y G2 (7,0±1,8 puntos). Cabe advertir, no obstante, la mayor desviación estándar,
y por lo tanto la mayor heterogeneidad de los grupos de menor edad en relación a los de mayor
edad (Tabla 4.138).
314
5.3.5.4 CORRELACIÓN BIVARIADA
La máxima puntuación obtenida en los balanceos en barra fija correlaciona de forma significativa
con el rendimiento competitivo de todos los grupos de edad analizados (p<0,01). Se observa
como, a medida que la edad de los grupos aumenta, la correlación disminuye, aunque siempre
manteniéndose en valores ciertamente elevados (G1: r=0,90; G2: r=0,92; G3/G4: r=0,77; G5:
r=0,73). La máxima puntuación obtenida en los balanceos en anillas también correlaciona de
forma significativa con el rendimiento competitivo de todos los grupos de edad analizados
(p<0,01). Esta vez, en cambio, sucede lo contrario: a medida que la edad de los grupos aumenta,
la correlación hace lo propio (G1: r=0,57; G2: r=0,59; G3/G4: r=0,85; G5: r=0,93). Las diferencias
de la relación con el rendimiento competitivo entre ambos vuelos pendulares, podrían ser debidas
a las diferentes demandas que éstos exigen (apartado 1.2.3). Mientras que en las primeras
edades (G1 y G2) la correcta ejecución de los balanceos en anillas queda muy limitada a todos los
gimnastas por igual (falta de fuerza para balancearse con amplitud), los balanceos en barra fija sí
que discriminan entre los más y menos habilidosos (Tabla 4.144). Por el contrario, cuando todos
los gimnastas, siendo adultos, poseen la fuerza necesaria para balancearse con máxima amplitud
en las anillas, únicamente no lo consiguen aquellos menos habilidosos, diferenciándose así de los
gimnastas más competentes. La máxima puntuación obtenida en los balanceos de paralelas
correlaciona de forma significativa (p<0,01) con el rendimiento competitivo de los grupos G1
(r=0,79), G2 (r=0,80), y G3/G4 (r=0,70). No lo hace, sin embargo, con el grupo G5 (p>0,05). De
nuevo, parece existir cierta relación, de forma especial en edades prepuberales (G1 y G2), y
peripuberales (G3/G4), entre el rendimiento competitivo de los gimnastas y su capacidad para
balancearse correctamente en aparatos que, pese a exigir ciertos compromisos de condición
física, aquellos gimnastas que logran salvarlos son los que posteriormente mejores resultados
obtienen en la competición (Tabla 4.144). La máxima puntuación obtenida en los balanceos
circulares en la seta correlaciona de forma significativa (p<0,01) con el rendimiento competitivo de
los grupos G2 (r=0,50), G3/G4 (r=0,71), G5 (r=0,82). No lo hace, sin embargo, con el grupo G1
(p>0,05). El comportamiento de la relación entre rendimiento competitivo y prestación técnica de
los molinos en la seta es semejante al de los balanceos en anillas. Sin embargo, esta vez las
limitaciones sucedidas en las primeras edades no deberían vincularse a determinados aspectos de
condición física y sí a la enorme complejidad técnica de los molinos en sus primeras etapas de
aprendizaje (Grassi et al., 2005b). La elevada correlación entre los molinos y el rendimiento
competitivo de los gimnastas adolescentes (G3/G4) y adultos (G5), invita a pensar que únicamente
aquellos que hayan logrado asimilar correctamente el aprendizaje de la técnica de molino en
caballo con arcos, se verán beneficiados a la hora de obtener elevadas puntuaciones en la
competición general. Finalmente, la prueba de recepción indica una elevada relación entre dicha
habilidad y el rendimiento gimnástico (p<0,01), en todos los grupos (G1: r=0,85; G2: r=0,73;
G3/G4: r=0,70), a excepción del grupo G5 (p>0,05). La elevada puntuación y homogeneidad de
este grupo (9,4±0,5 puntos) indica la escasa capacidad discriminativa del test a la hora de
315
diferenciar entre el nivel de unos u otros gimnastas, e invita a perfeccionarlo en su aplicación a
gimnastas adultos.
316
En el grupo G3/4, tal y como ha sucedido en el análisis de regresión múltiple, vuelve a aparecer la
puntuación obtenida en los balanceos de anillas como la primera variable seleccionada y los ba-
lanceos en barra fija como la última, aunque esta vez se les añade la máxima puntuación obtenida
en los molinos de la “seta”, como segunda variable seleccionada por la función discriminante
(r=84; p<0,001). La misma capacidad discriminativa la registra la ecuación del grupo G5 única-
mente seleccionando la máxima puntuación obtenida en los balanceos de anillas (r=0,84;
p<0,001). Estos resultados ratifican las consideraciones efectuadas en anteriores apartados (apar-
tado 5.3.5.5). En todos los casos, y de forma independientemente al estadio de maduración en
que se encuentren, las ecuaciones resultantes clasifican correctamente entre un 76,0% y un
85,7% de los 111 gimnastas que conforman la muestra objeto de estudio (Tabla 4.147 a Tabla
4.150). De todas las valoraciones efectuadas hasta ahora, este nivel de sensibilidad únicamente lo
superan las ecuaciones discriminantes formadas por aquellas variables vinculadas a la condición
física específica de los gimnastas (apartado 4.4.6).
317
crecimiento y maduración que caracteriza a los gimnastas del grupo G3/4 (13,8±1,4 años), parece
manifestarse en la igualmente compleja ecuación de regresión resultante, la única que necesita de
cuatro variables, cada una de una valoración distinta, para explicar en un elevado porcentaje
(90%) la varianza del rendimiento en este grupo (F4,28=69,40; p=0,001). Así, en primer lugar, será
importante la capacidad para balancearse con la máxima amplitud en las anillas, en segundo lugar
será importante el volumen de años entrenamiento acumulados, y en tercer y cuarto lugar
respectivamente, que desarrollen elevados niveles de prestación tanto en los saltos reactivos (R5)
como en la capacidad de repetir el máximo número de abdominales en 30 segundos. Las
limitaciones anteriormente señaladas sobre los estudios que han contemplado el análisis del
rendimiento gimnástico desde una perspectiva multidimensional (apartado 1.3) impiden llevar a
cabo cualquier análisis comparativo suficientemente válido. No obstante, parece confirmarse que
los modelos explicativos de dicho rendimiento basados en el análisis de regresión múltiple varían a
lo largo de la edad (Jancarik & Salmela, 1987; Régnier & Salmela, 1987; Salmela et al., 1987). Del
mismo modo, parece confirmarse que los modelos predictivos basados en el análisis
unidimensional de un conjunto de variables no contemplan el amplio espectro de factores que
condicionan el rendimiento en este deporte (Dotan et al., 1980; Grabiner & McKelvain, 1987; Singh
et al., 1987). De las 9 variables seleccionadas por los diferentes modelos de regresión del
presente estudio, alguna ya ha sido previamente seleccionada en anteriores estudios. Tal es el
caso del índice de longitud relativa de las extremidades superiores (Dotan et al., 1980), los
olímpicos y los abdominales (Grabiner & McKelvain, 1987), así como la prueba de saltos reactivos
durante cinco segundos o R5 (Régnier & Salmela, 1987). Esta circunstancia, independientemente
de posibles variaciones en la forma de proceder y distribuir estas pruebas entre unos y otros
estudios, constatan de alguna manera su importancia en la explicación del rendimiento en GAM.
318
adultos, cabe señalarlo como una circunstancia comprensible, ya que es el grupo G5 el que posee
un mayor espectro de edades cronológicas, lo que daría ventaja a aquellos gimnastas veteranos
que, con toda lógica, hace más años que se mantienen entre los mejores de su categoría entre
otras razones porque los más jóvenes todavía no han logrado desbancarlos. Esta circunstancia no
se da en los grupos de gimnastas en edad evolutiva. Al incluir como factor de agrupación un crite-
rio de edad biológica, la afectación de la edad cronológica en la explicación del rendimiento depor-
tivo, si no eliminada, sí parece quedar controlada (Beunen, 1981; Baxter-Jones et al., 1995). La no
aparición de la edad cronológica como variable protagonista en la explicación del rendimiento de
los grupos G1, G2, G3/4, ratifica la idoneidad del criterio metodológico utilizado. Exceptuando la
afectación de dicha variable en el grupo G5, se resume que la totalidad de variables seleccionadas
por las funciones discriminantes de los grupos G1, G3/4 y G5 pertenecen a la valoración de la
condición física específica. Dentro de ésta, se observa un mayor protagonismo de la flexibilidad en
las primeras edades que se revierte en los grupos más adultos a favor de variables vinculadas a la
fuerza y sus distintas manifestaciones. Así, sorprende que la elevada capacidad discriminante
obtenida por la ecuación resultante en el grupo G2 se logre únicamente a través de tres variables,
todas ellas incluidas en la valoración de la técnica (r=0,92; p<0,001): máxima puntuación obtenida
en los balanceos de barra fija, anillas y prueba de recepción. Esta circunstancia obliga nuevamen-
te a contemplar el nivel de ejecución técnica de los elementos básicos fundamentales en GAM
(capacidad de balancearse y recepcionar en equilibrio), como variables de importancia significativa
en su relación con el rendimiento deportivo en esta modalidad, de forma especial en edades pre-
puberales (balanceos en barra fija, anillas y test de recepción) y peripuberales (balanceos en ani-
llas). Las ecuaciones discriminantes del modelo de análisis multidimensional logran porcentajes de
clasificación intragrupos muy elevados (nivel elevado, medio, discreto), certificando así la eficacia
de su planteamiento (G1: 92,9%; G2: 96,0%; G3/4: 90,9%; G5:100%).
319
6 CONCLUSIONES
320
La presente investigación aporta información relevante sobre la estructura sociodeportiva,
somática, condicional, técnica y multidimensional de una muestra representativa de gimnastas
masculinos españoles. Los modelos de análisis multivariante utilizados han permitido identificar
diversos tipos de variables predictoras del rendimiento en gimnasia artística masculina,
constatando así su carácter complejo. Esta complejidad multifactorial es además dinámica,
variando en función de la edad de los gimnastas. Se aportan, por primera vez en el ámbito
nacional, valores normativos de referencia que deberían ayudar a los entrenadores en los
procesos transversales y longitudinales de detección, captación, selección y promoción de
aquellos sujetos con especiales aptitudes, habilidades y/o capacidades para ser competitivos en
esta especialidad deportiva.
2. Las variables relacionadas con la condición física específica son las que presentan mayor
relevancia en las distintas edades. La flexibilidad, especialmente la que implica el recorrido
articular activo en flexión del hombro, es la variable condicional que mayor información aporta
sobre el nivel de rendimiento en edades prepuberales. La fuerza, especialmente la que implica
el desarrollo de elevados valores de potencia abdominal (abdominales en 30 segundos) y de
las extremidades inferiores (saltos reactivos durante 5 segundos), es la capacidad más
relevante desde las edades peripuberales hasta la edad adulta.
3. La valoración técnica aparece como el segundo tipo de valoración con mayor capacidad
predictiva del rendimiento. La capacidad de realizar el máximo número de olímpicos ha sido
identificada como una de las más predictivas. El olímpico, pese haber sido incluido en la
presente investigación como una habilidad gimnástica de condición física, es un elemento
técnico que aúna todo lo que se solicita a un buen gimnasta: la sinergia entre flexibilidad y
fuerza en múltiples regiones articulares, siempre manifestada ésta en base a cánones de
calidad técnica, justificados tanto por criterios artísticos como por aquellos de eficiencia y
eficacia energética.
321
casos parece relevante el hecho de haberlo acumulado con la providencia de haber
minimizado el tiempo de convalecencia por lesiones.
6. Tanto los aspectos somáticos como el nivel de condición física general de los gimnastas,
independientemente del grupo de edad al que pertenezcan, parecen tener muy poca influencia
en la explicación del rendimiento. Si bien es cierto que algunos aspectos, como el hecho de
poseer un elevado índice perimetral de extremidades o una baja capacidad aeróbica, parecen
caracterizar el perfil de los campeones en la élite gimnástica nacional, ni por el número, ni por
la fuerza de asociación del resto de variables, podemos considerar ambas valoraciones como
relevantes.
8. De las 25 variables citadas, los modelos de análisis multidimensional incluyen finalmente las 13
variables de mayor relevancia por su relación con el rendimiento: a) dos variables de valoración
de antecedentes sociales y deportivos (años de entrenamiento y horas semanales de
entrenamiento); b) dos variables de valoración somática (índice de longitud relativa de las
extremidades superiores y edad cronológica); c) una variable de condición física general
(abdominales en 30 segundos); d) cinco variables de condición física específica (elevación de
hombros en anteversión, giro de hombros en anteversión, espagat frontal, test de saltos
reactivos durante 5 segundos y olímpicos); y e) tres variables de valoración técnica (balanceos
en barra fija, anillas y test de recepción en equilibrio).
9. Considerando que las variables seleccionadas por el modelo multidimensional para cada grupo
de edad son las que presentan mayor capacidad predictiva y discriminante, se propone un
conjunto de ítems y pruebas de valoración que, de forma genérica, permitirán llevar a cabo la
valoración condicional para el rendimiento en gimnastas de distintas categorías de edad, con
sus respectivos baremos de aplicación (Anexo 9.6).
322
7 LIMITACIONES Y PROSPECTIVA DE
INVESTIGACIÓN
323
La presente investigación representa la aproximación más ambiciosa de cuantas se han
encontrado en la literatura nacional o internacional sobre el establecimiento de un modelo de
análisis multidimensional que intente, no sólo caracterizar, sino además predecir y discriminar el
rendimiento deportivo en GAM. Se han analizado 136 variables en diferentes ámbitos funcionales
de cada uno de los 111 gimnastas que han conformado la muestra de estudio. En el tránsito de los
siete años que ha durado la investigación, muchas han sido las barreras superadas, pero todavía
más aquellas que no lo han sido, apareciendo más en el camino a medida que la inconsciencia del
presente investigador creía llegar ya a meta. Tal es el caso del ya caducado concepto de
rendimiento gimnástico utilizado en la presente investigación. No tanto por el abandonado sistema
de puntuación basado en la nota de 10 puntos, sino porque muchos de los criterios técnicos
instaurados anteriormente han evolucionado. Valga un ejemplo para entender mejor el significado
de estas palabras: en el año 2005, fecha en la que se realizó la recogida de datos de la presente
investigación, los gimnastas de edades más tempranas no necesitaban ejecutar correctamente los
molinos en la seta para mejorar su clasificación general, ya que la normativa de la RFEG (CP-
RFEG) no contemplaba los molinos como exigencia técnica. Actualmente ya no es así, con lo que
con toda probabilidad, la importancia de este elemento técnico en la explicación del rendimiento
deportivo en GAM, sea mayor que la que aquí se sugiere. Queda así por delante, una vez fijadas
las variables menos volubles al paso del tiempo, incluir aquellas que vayan surgiendo fruto de la
continua actualización de esta especialidad deportiva. La continua comunicación entre gimnastas,
entrenadores e investigadores será clave para detectar con la mayor anticipación posible la normal
variabilidad que todo proceso evolutivo supone. Por otra parte, el rendimiento gimnástico ha sido
abordado en la presente investigación a partir de un modelo de gimnasta excelente en el conjunto
de los 6 aparatos, es decir, un gimnasta de los que actualmente es difícil poder ver. La cada vez
mayor aparición de especialistas por aparatos invita así a analizar la relación entre determinadas
variables y el rendimiento específico en cada aparato. Relación que, en todo caso, debería
abordarse bajo un diseño longitudinal que permitiese, esta vez sí, caracterizar la evolución de
todas las variables susceptibles de ser analizadas.
A lo largo del texto han quedado planteadas nuevas preguntas cuya resolución debieran
generar nuevas investigaciones. Por ejemplo, debería analizarse el grado de influencia entre la
velocidad media alcanzada en la carrera, y el rendimiento específico en el aparato de salto a lo
largo de la edad. La relación entre la máxima velocidad alcanzada sin obstáculo, y la máxima
velocidad controlada previa a la ejecución de un salto, tampoco ha sido analizada. Se desconoce
si pudieran ser los aspectos cualitativos vinculados a la carrera del salto, como por ejemplo la
óptima aceleración previa a la ejecución del antesalto, los que mayor información pudieran aportar
al rendimiento en este aparato. De otras fases como como la batida o la impulsión de brazos,
actualmente se desconoce su nivel de aportación. Otra prueba utilizada en esta investigación y
que debería ser motivo de un análisis más profundo, correspondería a los olímpicos. En el
presente estudio únicamente se ha analizado la capacidad de los gimnastas para realizar el
máximo número de éstos, no se ha cuestionado el porqué, unos u otros, acaban ejecutando un
324
mayor o menor número de éstos. Se hace necesaria así una aproximación biomecánica que
permita valorar, entre otros aspectos, qué variables favorecen su ejecución a lo largo de la edad.
Finalmente, cabe no obviar otros factores que condicionan el rendimiento como por
ejemplo los aspectos psicológicos, que debido a su elevado condicionamiento, deberán ser
analizados longitudinalmente y bajo una perspectiva, de nuevo, multivariante. Se abre también la
puerta a explorar otras modalidades gimnásticas competitivas como la gimnasia artística femenina,
la gimnasia rítmica, el trampolín, la gimnasia acrobática, o la gimnasia aeróbica.
325
8 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Press.
357
9 ANEXOS
358
9.1 ANEXO: CUESTIONARIO VASD
NORMAS PARA CUBRIR EL CUESTIONARIO
A continuación se presentan una serie de cuestiones que valoran aspectos sociales relacionados
con la práctica deportiva, el entrenamiento y las competiciones. No existen respuestas verdaderas
o falsas, ni están formuladas para ser posteriormente evaluadas mediante una nota. Únicamente
se pretende conocer la opinión del gimnasta. A continuación se plantean una serie de
recomendaciones:
DATOS GENERALES
Dirección: _______________________________________________________________
Localidad: _______________________________________________________________
Provincia: _______________________________________________________________
Club: ___________________________________________________________________
Categoría: _______________________________________________________________
359
ANTECEDENTES SOCIALES
4.- Tu padre tiene como profesión... 5.- Y tu madre tiene como profesión...
Funcionario .......................... 1 Funcionaria ................................................ 1
Profesional ................................................. 2
Profesional ........................... 2
Comercial .................................................. 3
Comercial ............................. 3
Empresaria ................................................ 4
Empresario ........................... 4 Ama de casa ............................................. 5
Amo de casa ....................... 5 Jubilada ..................................................... 6
Desempleada ............................................ 7
Jubilado ................................ 6
Otro ............................................................ 8
Desempleado ....................... 7
Otro ...................................... 8
360
PRÁCTICA DEPORTIVA
8.- Indica cual fue el primer deporte que practicaste de forma federada:
Gimnasia Artística ................................................................................................... 1
Deportes individuales (atletismo, tenis, etc.) .......................................................... 2
Deportes colectivos (fútbol, baloncesto, etc.).......................................................... 3
9.- ¿Combinas la práctica federada de la gimnasia artística con otro deporte federado?
No ............................................................................................................................ 1
Sí ............................................................................................................................. 2
361
ENTRENAMIENTO Y COMPETICIONES
17.- A la hora de iniciar una competición, ¿En que aparato prefieres empezar?
Suelo ........................................................................................................................ 1
Potro con arcos ....................................................................................................... 2
Anillas....................................................................................................................... 3
Salto ......................................................................................................................... 4
Paralelas ................................................................................................................ 5
Barra Fija.................................................................................................................. 6
Indiferente ................................................................................................................7
362
19.- ¿Has realizado alguna vez un entrenamiento de carrera fuera del gimnasio?
No ............................................................................................................................ 1
Sí, normalmente ..................................................................................................... 2
Sí, alguna vez .......................................................................................................... 3
20.- ¿Cuántas competiciones realizas al año normalmente?
Entre una y dos ....................................................................................................... 1
Entre tres y cuatro .................................................................................................. 2
Entre cinco y seis .................................................................................................... 3
Más de seis ............................................................................................................. 4
21- Justo antes de competir; ¿piensas en ganar o en realizar una buena competición?
Ganar ...................................................................................................................... 1
Hacer una buena competición ................................................................................ 2
Indiferente ................................................................................................................ 3
22.- Al inicio de la temporada; ¿hablas de los objetivos a conseguir con tu entrenador?
Sí ............................................................................................................................. 1
No ........................................................................................................................... 2
23.- De los siguientes términos, relaciona con flechas aquellos que te sean conocidos:
Fuerza Máxima Espagat
Fuerza Resistencia Ejercicio en caballo con arcos
Fuerza Explosiva Un salto carpa en suelo desde parado
Flexibilidad Activa Un cristo en anillas (2 segundos)
Flexibilidad Pasiva Tres rápidos lanzamientos frontales de una pierna
Elasticidad Tijera en caballo con arcos
24.- ¿Conoces las exigencias especiales del Código (FIG – RFEG) en tu categoría?:
Sí ..................................................................................................................... 1
No ................................................................................................................... 2
25.- ¿A donde querrías llegar como gimnasta?
Campeón Olímpico .......................................................................................... 1
Ir a unos Juegos Olímpicos ............................................................................ 2
Campeón del Mundo ....................................................................................... 3
Ir a unos Campeonatos del Mundo ................................................................. 4
Campeón de Europa ...................................................................................... 5
Ir a unos Campeonatos de Europa.................................................................. 6
Campeón de España ....................................................................................... 7
Ir a unos Campeonatos de España ................................................................ 8
Campeón de mi Comunidad ........................................................................... 9
Ir a unos Campeonatos Autonómicos .......................................................... 10
Otros ............................................................................................................. 11
363
HISTORIAL DE LESIONES
Mes/Año
Tipo de lesión Causas Localización Operación Actualmente
(producida)
Índice de Gravedad
0 Externas al Entrenamiento 0 Cabeza
0 No
1 Durante la Preparación Física 1 Cuello
1 OK
2 Durante el Calentamiento 2 Hombro 1 Insignificante
Sí
3 Indefinida (Sobrecarga, etc.) 3 Codo 2 Molestia muy esporádica
Debido a un incidente en: 4 Muñeca 3 Molestia esporádica
Duración sin 1 1
4 Suelo 5 Mano 4 Molestia sistemática
entrenar 2 SIENTO MOLESTIAS
5 Arcos 6 Dedo 5 Entreno con dolor
normalmente 2 2
6 Anillas 7 Cadera 6 El dolor impide entrenar
7 Salto 8 Zona Lumbar 7 Algo grave
3 3
8 Paralelas 9 Rodilla 8 Grave
3 NO ME HE RECUPERADO
9 Barra Fija 10 Tobillo 9 Muy grave
4 4 o más...
10 Otras 11 Otras 10 Muy muy grave
Observaciones:
Mes/Año
Tipo de lesión Causas Localización Operación Actualmente
(producida)
Índice de Gravedad
0 Externas al Entrenamiento 0 Cabeza
0 No
1 Durante la Preparación Física 1 Cuello
1 OK
2 Durante el Calentamiento 2 Hombro 1 Insignificante
Sí
3 Indefinida (Sobrecarga, etc.) 3 Codo 2 Molestia muy esporádica
Debido a un incidente en: 4 Muñeca 3 Molestia esporádica
Duración sin 1 1
4 Suelo 5 Mano 4 Molestia sistemática
entrenar 2 SIENTO MOLESTIAS
5 Arcos 6 Dedo 5 Entreno con dolor
normalmente 2 2
6 Anillas 7 Cadera 6 El dolor impide entrenar
7 Salto 8 Zona Lumbar 7 Algo grave
3 3
8 Paralelas 9 Rodilla 8 Grave
3 NO ME HE RECUPERADO
9 Barra Fija 10 Tobillo 9 Muy grave
4 4 o más...
10 Otras 11 Otras 10 Muy muy grave
Observaciones:
Mes/Año
Tipo de lesión Causas Localización Operación Actualmente
(producida)
Índice de Gravedad
0 Externas al Entrenamiento 0 Cabeza
0 No
1 Durante la Preparación Física 1 Cuello
1 OK
2 Durante el Calentamiento 2 Hombro 1 Insignificante
Sí
3 Indefinida (Sobrecarga, etc.) 3 Codo 2 Molestia muy esporádica
Debido a un incidente en: 4 Muñeca 3 Molestia esporádica
Duración sin 1 1
4 Suelo 5 Mano 4 Molestia sistemática
entrenar 2 SIENTO MOLESTIAS
5 Arcos 6 Dedo 5 Entreno con dolor
normalmente 2 2
6 Anillas 7 Cadera 6 El dolor impide entrenar
7 Salto 8 Zona Lumbar 7 Algo grave
3 3
8 Paralelas 9 Rodilla 8 Grave
3 NO ME HE RECUPERADO
9 Barra Fija 10 Tobillo 9 Muy grave
4 4 o más...
10 Otras 11 Otras 10 Muy muy grave
Observaciones:
Mes/Año
Tipo de lesión Causas Localización Operación Actualmente
(producida)
Índice de Gravedad
0 Externas al Entrenamiento 0 Cabeza
0 No
1 Durante la Preparación Física 1 Cuello
1 OK
2 Durante el Calentamiento 2 Hombro 1 Insignificante
Sí
3 Indefinida (Sobrecarga, etc.) 3 Codo 2 Molestia muy esporádica
Debido a un incidente en: 4 Muñeca 3 Molestia esporádica
Duración sin 1 1
4 Suelo 5 Mano 4 Molestia sistemática
entrenar 2 SIENTO MOLESTIAS
5 Arcos 6 Dedo 5 Entreno con dolor
normalmente 2 2
6 Anillas 7 Cadera 6 El dolor impide entrenar
7 Salto 8 Zona Lumbar 7 Algo grave
3 3
8 Paralelas 9 Rodilla 8 Grave
3 NO ME HE RECUPERADO
9 Barra Fija 10 Tobillo 9 Muy grave
4 4 o más...
10 Otras 11 Otras 10 Muy muy grave
Observaciones:
364
9.2 ANEXO: PLANTILLAS DE OBSERVACIÓN DE LOS BALANCEOS
Toma de Balanceo 1 Balanceo 2 Balanceo 3 Balanceo 4 Balanceo 5 Balanceo 6 Balanceo 7 Balanceo 8 Balanceo 9 Balanceo 10 Nota
Penalización
- 0,1 - 0,3 - 0,5 Vuelo Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Fragmentada
Deducciones por falta de estética y ejecución
Brazos doblados,
piernas dobladas y/o
abiertas
+ + +
Mala postura o
posición del cuerpo o
correcciones
posturales en el final
+ + + 0,0 10,0
de las posiciones
Otros errores
estéticos + + +
Desviaciones en
vuelos por o a través
Deducciones por faltas técnicas
Falta de impulso o
pausa en apoyo
Deducciones específicas en barra fija
invertido o en otro + +
elemento
Desviación en el
plano de movimiento ≤ 15º > 15º 0,0 10,0
DEDUCCIONES 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
BARRA FIJA
Nombre del gimnasta Deducción total aplicada 0,00 Nota final (sobre 10 puntos) 10,00
365
Balanceo 1 Balanceo 2 Balanceo 3 Balanceo 4 Balanceo 5 Nota
Toma de Vuelo Penalización
- 0,1 - 0,3 - 0,5 Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Fragmentada
D e d u c c io n e s p o r fa lta d e e s té tic a y e je c u c ió n
Brazos doblados,
piernas dobladas
y/o abiertas
+ + +
Mala postura o
posición del
cuerpo o
correcciones
posturales en el
+ + + 0,0 10,0
final de las
posiciones
Otros errores
estéticos + + +
Desviaciones en
vuelos por o a
través del apoyo 15º - 30º 31º - 45º > 45º
invertido o
D e d u c c io n e s p o r fa lta s té c n ic a s
molinos
Caída desde o
sobre el aparato - 0,8 0,0 10,0
369
Otras faltas
técnicas + + +
Corte de vuelo +
D e d u c c io n e s e s p e c ífic a s e n a n illa s
Balanceo excesivo
de cables + + +
DEDUCCIONES 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
ANILLAS
Nombre del gimnasta Deducción total aplicada 0,00 Nota final (sobre 10 puntos) 10,00
366
Toma de Balanceo 1 Balanceo 2 Balanceo 3 Balanceo 4 Balanceo 5 Balanceo 6 Balanceo 7 Balanceo 8 Balanceo 9 Balanceo 10 Nota
Vuelo
Penalización
- 0,1 - 0,3 - 0,5 Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Fragmentada
D educciones por falta de estética y ejecución
Brazos doblados,
piernas dobladas y/o
abiertas
+ + +
Mala postura o
posición del cuerpo o
correcciones
posturales en el final
+ + + 0,0 10,0
de las posiciones
Otros errores
estéticos + + +
Desviaciones en
vuelos por o a través
D educciones por faltas técnicas
Falta de control
Deducciones específicas en paralelas
momentáneo en los
apoyos invertidos +
pasajeros
Paso o ajuste de
manos en el apoyo
invertido
+ 0,0 10,0
DEDUCCIONES 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
PARALELAS
Nombre del gimnasta Deducción total aplicada 0,00 Nota final (sobre 10 puntos) 10,00
367
Toma de Balanceo 1 Balanceo 2 Balanceo 3 Balanceo 4 Balanceo 5 Balanceo 6 Balanceo 7 Balanceo 8 Balanceo 9 Balanceo 10 Nota
Vuelo
Penalización
D educciones por falta de estética y ejecución - 0,1 - 0,3 - 0,5 Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Adelante Atrás Fragmentada
Brazos doblados,
piernas dobladas
y/o abiertas
+ + +
Mala postura o
posición del cuerpo
o correcciones
posturales en el + + + 0,0 10,0
final de las
posiciones
Otros errores
estéticos + + +
Desviaciones en
vuelos por o a
D educciones por faltas técnicas
Caída desde o
sobre el aparato - 0,8 0,0 10,0
371
Otras faltas
técnicas + + +
D educciones específicas en arcos
Falta de extensión
del cuerpo en los
molinos
+ +
0,0 10,0
Desviación angular >45
en los molinos
>15-30º >30-45º
(sin recon.)
DEDUCCIONES 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0 0,0
ARCOS
Nombre del gimnasta Deducción total aplicada 0,00 Nota final (sobre 10 puntos) 10,00
368
9.3 ANEXO: REGISTRO DE DATOS ANTROPOMÉTRICOS
Gimnasta: Fecha:
DATOS GENERALES
Toma 1 Toma 2 Toma 3 Media
Peso (kg)
Talla (cm)
Talla sentado (cm)
Abaste (cm)
Envergadura (cm)
PLIEGUES (mm)
Toma 1 Toma 2 Toma 3 Mediana
Tríceps
Subescapular
Bíceps
Pectoral
Axilar medio
Ileocrestal
Supraespinal
Abdominal
Muslo anterior
Pierna Medial (gemelos)
ALTURAS (cm)
Toma 1 Toma 2 Toma 3 Media
Acromial
Radial
Estiloides
Dactilion
Espina Ilíaca
Trocanter
Tibial
PERÍMETROS (cm)
Toma 1 Toma 2 Toma 3 Media
Brazo Relajado
Brazo Contraído
Antebrazo
Muñeca
Mesoesternal
Cintura
Glúteo
Muslo
Pierna
Tobillo
Cefálico
Cuello
DIÁMETROS (cm)
Toma 1 Toma 2 Toma 3 Media
Biacromial
Biilíaco
Bitrocantéreo
Transverso del Tórax
Antero-Post. del Tórax
Biepicondíleo del húmero
Biestiloideo de la muñeca
Bicondílio del Fémur
Bimaleolar
Longitud Pie
369
9.4 ANEXO: PERMISO DE CONSENTIMIENTO INFORMADO
Apreciadas/os madres y padres,
El objetivo general de la presente investigación es determinar qué aspectos son los más
característicos de los mejores gimnastas. Para ello se está cubriendo toda España, intentando analizar
las características de todos los gimnastas que hayan competido nacional o internacionalmente durante
el año 2005. Las valoraciones a realizar se circunscriben dentro de lo que supone la normalidad del
proceso de entrenamiento gimnástico. Éstas se estructuran en: a) pruebas de preparación física
(fuerza, flexibilidad, velocidad, resistencia); b) pruebas de preparación técnica (elementos técnicos de
base sencillos); c) mediciones antropométricas (talla, peso, alturas, perímetros, diámetros, etc.); d)
cuestionario de antecedentes sociales y deportivos.
370
9.5 ANEXO: APROBACIÓN DEL COMITÉ DE ÉTICA
371
9.6 ANEXO: BATERÍAS DE PRUEBAS GAM
De los resultados obtenidos mediante los análisis de correlación bivariada y multivariada (regresión
múltiple y análisis discriminante), se resumen esquemáticamente las variables significativas para cada
grupo de edad, aportando los valores de prestación correspondientes a los percentiles 0, 25, 50, 75 y
100 para cada variable y para cada grupo de edad, según se proceda a aplicar cada batería de
pruebas a gimnastas prepuberales (G1 y G2: Tabla 9.1), peripuberales (G3/4: Tabla 9.2) o adultos
(G5: Tabla 9.3). Vienen indicados los años (edad cronológica) y las categorías RFEG y FIG en las que
los gimnastas deberían ser clasificados para una mejor aproximación.
Tanner I (r=0,93): 18,932 – (0,102 • Giro de hombros antev.) + (0,516 • Horas/semana entren.) + (0,588 • LRES)
PERCENTILES
ÍTEMS RELACIONADOS CON EL RENDIMIENTO
0 25 50 75 100
Años de entrenamiento (n) 2 3 4 5 8
372
Tabla 9.2. Batería de pruebas para su distribución en gimnastas masculinos peripúberes.
Tanner III-IV (r=0,90): 5,911 + (2,499 • Bal. anillas) + (0,923 • Años entren.) + (3,359 • R5) + (0,702 • Abdominales en 30 s)
373
374
Alfredo Irurtia Amigó
INEFC Barcelona
375