Derecho de Autor y Los Derechos Conexos

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DERECHO DE AUTOR Y LOS DERECHOS CONEXOS

En el convenio que establece la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual


(1967), consta una lista de objetos que se prestan a la protección por conducto de
los derechos de propiedad intelectual, con relación a los derechos de autor son:

- Las obras literarias artísticas y científicas;


- Las interpretaciones de los artistas intérpretes y las ejecuciones de los
artistas ejecutantes, los fonogramas y las emisiones de radiodifusiones;
- “Todos los demás derechos relativos a la actividad intelectual en los terrenos
industrial, científico, literario y artístico”.

De la importancia que reviste proteger la propiedad intelectual se deja por primera


vez constancia en el Convenio de Paris para la Protección de la Propiedad
Industrial, de 1883, y en el Convenio de Berna para la Protección de las Obras
Literarias y Artísticas, de 1886. De la administración de uno y otro tratado se
encarga la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).

Dos razones fundamentales pueden aducirse en general para explicar la necesidad


de que los países promulguen leyes de protección de la propiedad intelectual. En
primer lugar, a fin de amparar en las leyes los derechos morales y patrimoniales de
los creadores respecto de sus creaciones y los derechos del público para tener
acceso a las mismas. En segundo lugar, con miras a promover la creatividad y a los
fines de la difusión y la aplicación de los resultados de la misma, así como para
fomentar prácticas comerciales leales que contribuyan a su vez al desarrollo
económico y social.

El derecho de autor se aplica a las creaciones artísticas como los libros, las obras
musicales, las pinturas, las esculturas, las películas y las obras realizadas por
medios tecnológicos como los programas informáticos y las bases de datos
electrónicas. En inglés, a diferencia de los demás idiomas europeos, el derecho de
autor se conoce con el nombre de “copyright”. El término copyrigth tiene que ver
con actos fundamentales que, en lo que respecta a creaciones literarias y artísticas,
sólo pueden ser efectuados por el autor o con su autorización.

La expresión derecho de autor nos remite a la persona creadora de la obra artística,


a su autor, subrayando así el hecho que se reconoce en la mayor parte de las leyes,
en el sentido de que el autor goza de derechos específicos en relación con su
creación.

La diferencia esencial que existe entre las invenciones y las obras literarias y
artísticas. Desde un punto de vista no jurídico, cabe definir una invención por toda
nueva solución a un problema técnico. Esas nuevas soluciones son ideas, y como
tales pueden ser objeto de protección; en la protección de las invenciones que se
contempla en la normativa de patentes no se exige que la invención quede
representada de forma física.

A diferencia de la protección de la invención, en la normativa de derecho de autor


se protege exclusivamente la forma de expresión de las ideas, y no las ideas
propiamente dichas. Por creatividad, en el sentido contemplo en la normativa de
derecho de autor, se entiende creatividad en la elección y la disposición de palabras,
notas musicales, colores y formas. Por consiguiente, en la legislación de derecho
de autor se protege al titular de derechos de propiedad contra todo tercero que copie
o se procure y utilice la forma en la que haya sido expresada la obra original. De
esa diferencia básica entre las invenciones y las obras literarias y artísticas deriva
la diferencia que existe en cuanto a su protección legal.

Además, el hecho de que una invención goce de protección debe ser puesto en
conocimiento del público, a saber, se debe proceder a una notificación oficial en el
sentido de que una invención especifica pertenece a un propietario concreto durante
un número dado de años; dicho de otro modo, la invención protegida, descrita con
todo detalle, debe ser objeto de divulgación pública en un Registro oficial.
Dado que, a diferencia de lo que antecede, por protección jurídica de las obras
literarias y artísticas mediante el derecho de autor se entiende exclusivamente la
prohibición de utilizar sin la debida autorización la expresión de las ideas, la duración
de dicha protección puede llegar a ser mucho más larga que en el caso de la
protección de las ideas propiamente dichas, sin que ello vaya en detrimento del
interés público. Por consiguiente, se parte de que toda obra creada goza de
protección en cuanto en cuanto empieza a existir y no se considera necesario
mantener un Registro público de obras protegidas por derecho de autor. Art. 3 Ley
de Derechos de Autor y Derechos Conexos.

Obras protegidas por derecho de autor.

Se entiende por “obras literarias y artísticas” toda obra original, independientemente


de lo que valga desde el punto de vista literario o artístico. Las ideas plasmadas en
la obra no necesariamente deben ser originales, lo que debe ser creación original
del autor es la forma de expresión de las mismas. En el Artículo 2 del Convenio de
Berna para la Protección de las Obras Literarias y Artísticas se estipula lo siguiente:
“Los términos obras literarias y artísticas comprenden todas las producciones en el
campo literario, científico y artístico, cualquiera que sea el modo o forma de
expresión”. Art. 15 Ley de Derechos de Autor y Derechos Conexos.

Los países miembros de la Unión de Berna, a los que vienen a sumarse un gran
número de otros países estipulan en sus leyes de derecho de autor la protección de
las categorías de obras anteriormente mencionadas. Ahora bien, no se aspira a
abarcar todos los casos en esa lista. En la normativa de derecho de autor se
protegen también otros modos o formas de expresión de obras en los campos
literarios, científicos y artísticos, como los son:

Los programas informáticos, constituyen un buen ejemplo de categoría de obra no


figura en la lista del Convenio de Berna pero que entra sin duda dentro de lo que se
entiende por producción en los campos literario, científico y artístico en el sentido
de lo estipulado en el artículo 2. Cabe señalar que los programas informáticos gozan
de protección con arreglo a la normativa de derecho de autor de varios países así
como en virtud del Tratado de la OMPI sobre derecho de autor (WCT, 1996). Art. 30
Ley de Derechos de Autor y Derechos Conexos.

La producciones multimedios constituyen otro ejemplo de tipos de obras que no


figuran en la lista del Convenio de Berna pero que claramente entran dentro de lo
que se entiende por creaciones en los campos literario, científico y artístico. Aunque
sigue faltando una definición jurídica aceptable a ese respecto, existe consenso en
el sentido de que la combinación de sonido, texto e imágenes en formato digital,
accesible mediante un programa informático, constituye una expresión original cuya
paternidad puede ser atribuida a un autor y que justifica la protección de las
producciones multimedios con arreglo a la normativa de derecho de autor. Art. 26
Ley de Derechos de Autor y Derechos Conexos.

Derechos protegidos.

El titular del derecho de autor de una obra protegida puede utilizar su obra de la
manera en que decida, y puede oponerse a que terceros la utilicen sin su
consentimiento. Por lo general, por derechos concedidos a los titulares de obras
protegidas por derecho de autor en las leyes nacionales se entienden derechos
exclusivos a autorizar que terceros utilicen la obra, con sujeción a los derechos
amparados en la Ley e intereses de los demás.

En el derecho de autor están comprendidos dos tipos de derechos. En primer lugar,


los derecho patrimoniales, que son los que permiten que el titular obtenga
retribución financiera por el uso de su obra por terceros. Y por otro lado, los
derechos morales, que permiten que el autor pueda tomar determinadas medidas
para preservar los vínculos personales que le unen a su obra.

En la mayor parte de las legislaciones de derecho de autor se estipula que el autor


o el titular de los derechos de una obra tiene derecho a autorizar o impedir
determinados actos en relación con su obra. Art. 18, 19 y 21 de Ley de Derechos
de Autor y Derechos Conexos.

Derechos Morales.

En el artículo 6 bis del Convenio de Berna se estipula la obligación que tienen los
Estados contratantes de conceder a los autores:

- El derecho a reivindicar la paternidad de la obra (derecho de paternidad); y


- El derecho a oponerse a cualquier deformación u otra modificación de la obra o
cualquier atentado a la misma que causa perjuicio a su honor o a su reputación
(derecho de integridad).

Por lo general, esos derechos se conocen con el nombre de derechos morales de


los autores. En el Convenio se estipula que dichos derechos son independientes de
los derechos patrimoniales de que goce el autor y que serán conservados por el
autor incluso en los casos en los que haya cedido sus derechos patrimoniales.
Conviene subrayar que los derechos morales se conceden exclusivamente a
autores individuales. Art. 19 Ley de Derecho de Autor y Derechos Conexos.

Limitaciones sobre los derechos.

La primera limitación es la exclusión de determinadas categorías de obras


susceptibles de protección por derecho de autor. En algunos países, las obras no
gozan de protección si no están fijadas en un formato tangible.

El segundo tipo de limitaciones tiene que ver con ciertos actos de explotación que
por lo general exigen la autorización de los derechos y que, en las circunstancias
que se contemplen en la Ley, pueden realizarse sin dicha autorización. Existen dos
tipos básicos dentro de esa categoría: a) La libre utilización, es decir, la no
obligación de compensar al titular de los derechos por la utilización de su obra sin
haber pedido autorización; y b) Las licencias no voluntarias, que si exigen
compensación al titular de los derechos por la explotación no autorizada.

Entre los ejemplos de libre utilización, cabe destacar:

- La citas extraídas de obras protegidas, a condición de que la fuente de la cita y


el nombre del autor sean mencionadas y que esa utilización se ajuste a las
practicas honestas;
- La utilización de obras con fines docentes, y
- La utilización de obra a los fines de la información periodísticas.

En lo que respecta a la libre utilización con fines de reproducción, en el Convenio


de Berna se estipula una norma general y no una limitación explicita. En el artículo
9.2 se estipula la facultad de que gozan los Estados miembros de permitir la
reproducción en determinados casos especiales, y en la medida en que esa
reproducción no vaya en determinados casos especiales, y en la medida en que esa
reproducción no vaya en detrimento de la explotación normal de la obra ni cause n
perjuicio injustificado a los intereses legítimos del autor. Como ya se ha
mencionado, en un gran número de leyes se estipula la facultad de que gozan las
personas a título particular para reproducir una obra exclusivamente para su
utilización personal, privada y no comercial. Art. 63, 64 Y 65 Ley de Derecho de
Autor y Derechos Conexos.

Con las llamadas licencias no voluntarias, las obras pueden ser utilizadas en
determinadas circunstancias sin precisarse autorización del titular de los derechos
aunque se debe proceder a la compensación respecto de dicha utilización. Esas
licencias se llaman “no voluntarias” en la medida en que están contempladas en la
Ley y o derivan del ejercicio de la prerrogativa exclusiva de que goza el titular del
derecho de autor para autorizar determinados actos. Las licencias no voluntarias
suelen aplicarse en los casos en los que surgen nuevas tecnologías para la difusión
de obras al público por lo que los legisladores nacionales temen que los titulares de
derechos podrían impedir el desarrollo de esa nueva tecnología al denegar la
autorización para la utilización de las obras. Ese fue el caso en lo que respecta a
dos licencias no voluntarias que se contemplan en el Convenio de Berna, y que
permiten la reproducción mecánica de obras musicales y la radiodifusión. Art. 81
Ley de Derechos de Autor y Derechos Conexos.

Vigencia del derecho de autor.

El derecho de autor no tiene una vigencia indefinida. En la Ley se estipula un plazo


de vigencia de los derechos del titular, plazo que se inicia con la creación de la obra
o, como se contempla en algunas leyes nacionales, en cuanto quede plasmada en
formato tangible. Por lo general, el derecho de autor sigue surtiendo efecto durante
cierto tiempo una vez fallecido el autor. La finalidad de esa disposición es velar por
que los herederos del autor puedan beneficiarse económicamente de la explotación
dela obra incluso después de la muerte de este último.

En los Estados parte en el Convenio de Berna y en muchos otros países, el plazo


de protección se extiende, por lo general, durante la vida del autor y durante un
mínimo de 50 años contados a partir de su muerte. En el Convenio de Berna se
estipulan también plazos de protección en lo que respecta a obras como las obras
anónimas, póstumas y cinematográficas, respecto de los cuales no es posible fijar
la vigencia en función de la vida de un autor individual.

En nuestro ordenamiento jurídico se brinda una protección durante la toda la vida


del autor y setenta y cinco años después de su muerte. Art. 43 Ley de Derechos de
Autor y Derechos Conexos, Además en casos especiales estipula el mismo plazo
pero por circunstancias de la naturaleza de la obra, estos se computan a partir de
diferentes circunstancias. Art. 44, 47, Ley de Derechos de Autor y Derechos
Conexos.

Propiedad, ejercicio y cesión del derecho de autor.


Por lo general se entiende que el titular del derecho de autor sobre una obra es, por
lo menos en los primeros tiempos, la persona creadora de la obra, es decir, el autor
de la obra. Pero ese no es siempre el caso. En el artículo 14 bis del Convenio de
Berna se estipulan normas para la determinación de la propiedad inicial de los
derechos sobre las obras cinematográficas. En las leyes de ciertos países se
estipula también que su una obra ha sido creadora por un autor empleado a los fines
de crear dicha obra, será el empleador, y no el autor, el titular del derecho sobre la
misma. No obstante, como ya se ha observado, los derechos morales siempre se
atribuyen al autor individual de la obra, sea quien sea el titular de los derechos
patrimoniales sobre la misma.

En la ley de un gran número de países se estipula también que el titular inicial de


los derechos sobre una obra puede ceder todo los derechos patrimoniales de la
mismas a terceros. (Ahora bien, cabe reiterar que los derechos morales son una
prerrogativa personal del autor y no pueden ser objeto de cesión alguna).

En virtud de una cesión, el titular de los derechos cede el derecho a autorizar o


prohibir determinados actos contemplados por uno, varios o todos los derechos que
le hayan sido atribuidos en virtud de su titularidad del derecho de autor. Viene a ser
una cesión de un derecho de propiedad. Art. 5, 6, 7, 9 y 10 Ley de Derechos de
Autor y Derechos Conexos.

Por concesión de licencias se entiende que el titular del derecho de autor conserva
la propiedad pero autoriza a un tercero a realizar determinados actos protegidos en
virtud de sus derechos patrimoniales, por lo general, durante un plazo específico y
con una finalidad concreta. Las licencias pueden ser exclusivas, en el sentido de
que el titular del derecho de autor conviene en que no otorgara autorización a
tercero alguno para realizar los actos objeto de licencia; o no exclusivas, lo que
significa que el titular del derecho de autor puede autorizar a otros a realizar los
mismos actos. A diferencia de la cesión, la licencia no atribuye por lo general el
derecho a autorizar a terceros a realizar actos amparados mediante derechos
patrimoniales. Art.81 Ley de Derechos de Autor y Derechos Conexos.

La concesión de licencias también puede adoptar la forma de gestión colectiva de


los derechos. Con arreglo a dicha gestión, los autores y otros titulares de derechos
conceden licencias exclusivas a una entidad única, que actúa en su nombre, para
conceder autorizaciones, recaudar y distribuir la debida remuneración, impedir y
detectar infracciones de derechos y solicitar medidas de compensación en los casos
de infracción. Art. 113 Ley de Derechos de Autor y Derechos Conexos.

Observancia de los derechos.

En el Convenio de Berna constan muy pocas disposiciones en relación con la


observancia de los derechos y sin embargo, en los últimos años ha sido
extraordinaria la proliferación de normas nacionales e internacionales en esa esfera,
debido principalmente a dos factores. En primer lugar, los progresos tecnológicos
para la elaboración y utilización de material protegido.

En segundo lugar, la creciente importancia económica que ha adquirido en el


comercio internacional la circulación de productos y servicios protegidos por
derechos de propiedad intelectual. Se justifica así la adopción del tratado de la OMPI
sobre Derecho de Autor (WCT), en el que se estipula la obligación de las partes
contratantes de velar por que en las respectivas leyes se contemplen
procedimientos de observancia de modo que puedan tomarse medidas reales
contra toda infracción de los derechos que se contemplen en el tratado, incluidas
medidas de subsanación para impedir o disuadir nuevas infracciones.

El Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de la Propiedad Intelectual


relacionados con el Comercio (Acuerdo sobre los ADPIC), en el que figuran
disposiciones más detalladas sobre la observancia de los derechos, es una prueba
concreta de ese nuevo vinculo que se ha establecido entre la propiedad intelectual
y el comercio. Cabe dividir en las siguientes categorías medidas conservativas o
provisionales, medidas civiles de subsanación y sanciones contra los abusos
respecto de dispositivos técnicos. En el ordenamiento jurídico de Guatemala, se
regulan acciones penales, acciones civiles, dentro de las mismas se regulas
medidas cautelares, Art. 127, 133 Ley de Derechos de Autor y Derechos Conexos.

Derechos Conexos

La finalidad de los derechos conexos es proteger los intereses de determinadas


personas y entidades jurídicas que contribuyen a la puesta a disposición del público
de obras o que hayan producido objetos que, aunque no se consideren obras en
virtud de los sistemas de derecho de autor de todos los países, contengan suficiente
creatividad y dimensión técnica y de disposición para merecer la concesión de un
derecho de propiedad que se asimile al derecho de autor. En la normativa de
derechos conexos se parte de que las obras resultantes de las actividades de esas
personas y entidades merecen ser objeto de protección por si mismas por cuanto
guardan relación con la protección de obras protegidas por derecho de autor.

Hasta la fecha se han venido otorgando derechos conexos a tres categorías de


beneficiarios:

- Artistas intérpretes y ejecutantes


- Productores de fonogramas; y
- Organismos de radiodifusión.

En Guatemala se protegen las tres categorías mencionadas anteriormente, según


el artículo 50 Ley de Derechos de Autor y Derechos Conexos.

El reconocimiento de los derechos de los artistas intérpretes y ejecutantes se


justifica en la medida en que se considera necesaria su intervención creativa.
También son justificables los intereses que tienen en la protección legal de sus
interpretaciones individuales. El reconocimiento de los derechos de productores de
fonogramas se justifica en la medida en que sus recursos creativos, financieros y
de organización son necesarios a los fines de poner a disposición del público
grabaciones sonoras en forma de fonogramas comerciales y por cuanto tienen
intereses legítimos en contar con los recursos jurídicos necesarios para tomar
medidas contra toda la utilización no autorizada, ya sea la elaboración y distribución
no autorizadas de ejemplares o la radiodifusión y comunicación no autorizadas al
público de sus fonogramas. Análogamente, los derechos de los organismos de
radiodifusión se justifican habida cuenta de la función que desempeña en la puesta
a disposición del público de las obras y de sus intereses legítimos en control de la
transmisión y retransmisión de sus emisiones.

Tratados.

La primera respuesta internacional organizada frente a la necesidad de protección


jurídica de las tres categorías de beneficiarios de derechos conexos fue la adopción,
en 1961, de la Convención Internacional sobre la Protección de los Artistas
Intérpretes o Ejecutantes, los Productores de Fonogramas y los organismos de
radiodifusión (Convención de Roma). A diferencia de la mayoría de los convenios
internacionales, que reflejan la legislación de unos y otros países y tienen por
finalidad sintetizar la normativa existente en ese campo, la Convención de Roma
fue una iniciativa encaminada a establecer normas internacionales en un ámbito en
el que existían pocas leyes nacionales en esa fecha. En aquel momento, eso supuso
que la mayor parte de los Estados tuvieran que elaborar y promulgar leyes antes de
adherirse a la Convención.

El tratado de la OMPI sobre Interpretación o Ejecución y Fonogramas (WPPT),


adoptado en 1996 junto con el WCT. En la OMPI está hoy, además, sobre el tapete,
la adopción de un nuevo tratado sobre los derechos de los organismos de
radiodifusión.

Como en el caso del derecho de autor, en la Convención de Roma y en las leyes de


unos y otros países se contemplan limitaciones sobre los derechos. Esas
limitaciones permiten la utilización de interpretaciones y ejecuciones, fonogramas y
emisiones protegidos, por ejemplo con fines de enseñanza, investigación científica
y utilización privada y la utilización de pequeños extractos a los finales de informar
sobre temas de actualidad. En algunos países se contempla las mismas limitaciones
respecto de los derechos conexos que las que se contemplan las mismas
limitaciones respecto de los derechos conexos que las que se contemplan en
relación con el derecho de autor, incluida la posibilidad de conceder licencias no
voluntarias. No obstante en el WPPT se estipula que esas limitaciones y
excepciones deben limitarse a determinados casos especiales que no sean
incompatibles con la utilización normal de las interpretaciones y ejecuciones de
fonogramas y que no causen un perjuicio injustificado a los intereses legítimos de
los artistas intérpretes y ejecutantes ni a los de los productores de fonogramas.

En la Convención de Roma se contempla un plazo de protección de los derechos


conexos de 20 años. Ahora bien, en el Acuerdo sobre los ADPIC y en el WPPT se
estipula que los derechos de los artistas intérpretes y ejecutantes los productores
de fonogramas gozaran de un plazo de protección de 50 años contados a partir de
la fecha de fijación de la interpretación o ejecución. En Guatemala el plazo de
protección es de 75 años, según el artículo 50 de la Ley de Derechos de Autor y
Derechos Conexos.

Acuerdo sobre ADPIC se estipula que los derechos de los organismos de


radiodifusión quedaran protegidos durante 20 años contados a partir de la fecha en
que se haya realizado la emisión. Por consiguiente, en un gran número de leyes
nacionales de protección de los derechos conexos se otorga un plazo más largo de
protección de los derechos conexos que el plazo mínimo regulado en la convención
de roma. En Guatemala el plazo de protección es de 50 años, según el artículo 50
de la Ley de Derechos de Autor y Derechos Conexos.

En lo que respecta a la observancia, por lo general, las medidas de subsanación en


caso de infracción o violación de los derechos conexos se asemejan a aquellas a
las que pueden acogerse los titulares del derecho de autor a saber, medidas
conservatorias o provisionales; medidas civiles de subsanación; sanciones penales;
medidas en frontera; y medidas y sanciones contra el abuso respecto de dispositivos
técnicos e información en materia de gestión de derechos.

Por último, cabe hablar de la relación que existe entre la protección de los derechos
conexos y los intereses de los países en desarrollo. Las expresiones culturales de
un gran número de esos países, por lo general conocidas como expresiones del
folclore o expresiones culturales tradicionales, de las que en la mayor parte de los
casos no hay constancia por escrito o no están catalogadas, pueden ser objeto de
protección y de derecho conexos en tanto que interpretaciones o ejecuciones,
habida cuenta de que, por lo general, llegan al público por conducto de artistas
intérpretes o ejecutantes. Respecto a este puesto en Guatemala dichas expresiones
no se protegen vía derechos de autor, ya que estas expresiones son objeto de una
legislación específica. Art. 14 Ley de Derechos de Autor y Derechos Conexos.

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