Forense 2
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FACULTAD DE DERECHO
Sullana – 2017
LENGUAJE Y ORATORIA
LA ORATORIA Y EL ORADOR
Definición de Oratoria
Convencer es más difícil que persuadir. Los que convencen son los más llamados a la
retórica elocuente; los que persuaden son retóricos con poca prudencia. Si no se logra
probar en lo dicho sobre el llamado conocimiento y la persuasión, este modo de
verdad es precisamente común a la Retórica y a la Hermenéutica. Esta firma de
verdad -creada e inventada de maneta personal- es invalidada por ilustres pensadores
como Descartes. Él, en forma manifiesta excluye a la Retórica, del dominio o del
conocimiento.
CLASES DE ORATORIA
IMPORTANCIA DE LA ORATORIA
Que es la ORATORIA para el maestro Platón? Para este destacado filósofo griego, la
ORATORIA es "el arte de seducir a las almas por la palabra". Con el advenimiento de
conceptos comunicacionales, es necesario y urge hacer un distingo entre
CONVENCER y PERSUADIR. Hay convencimiento cuando el actor lo hace mediante
razones, apelando a la inteligencia de las personas; y se persuade moviendo y
conmoviendo, a la sensibilidad de los actores, porque estos actúan con voluntad y
decisión.
Si se cumple con esa propuesta determinante, no hay ninguna duda, que el ORADOR
logrará penetrar hondamente en el asunto que desarrolla y expone, no solo con
criticidad, sino haciéndolo descollante e interesante.
La valentía para estar frente al público es una actitud noble, siempre que el discurso
este orientado en aras de la verdad y la justicia. Estas, no deben disminuir ni siquiera
en un ápice, de hacerlo, se estaría incurriendo en contra de los intereses de la digna
audiencia, que se presume haya asistido con esperanza de aprehender algo, que otros
les hayan negado o defraudado. La audiencia es la merecedora de la virtud que a
priori posee el orador en condici6n de cualidad.
EL AUDITORIO
El auditorio integrado por un componente social, es inicialmente un ente pasivo,
progresivamente se va estableciendo un nexo espiritual y personal con el orador. Este
individuo, el orador, tiene el deber ético-moral de conocer el desenvolvimiento de cada
uno de los integrantes del auditorio: sus aspiraciones, sus inquietudes, sus actitudes,
los móviles que lo impulsan a actuar de tal o cual manera. El orador debe disponer de
cualidades personales y profesionales, que le posibiliten cubrir las expectativas
académicas e informativas del componente social, instalado en el auditorio. (DE LA
LAMA, 2005).
El orador que únicamente se limita a razonar con lógica y solidez, no debe llamarse
tal, será un filósofo; el que lo deleita con bellas expresiones se convierte de oficio en
un poeta; el que sacude su sistema nervioso con posibles emociones superficiales,
está cerca de ser un prestigiador sin fundamento. Entonces, ¿qué cualidades debe
tener el orador? Es aquel que establece una estrecha relación cordial, amical,
elocuente, parsimoniosa con cada uno de los representantes del aludido auditorio,
pero no es por un solo instante, como bien suelen decir los psicólogos, sino que este
comportamiento, esta forma de actuar del ORADOR tiene que ser constante,
permanente y continua.
Enfrentar a un público, dentro o al interior del auditorio, es para el orador una gran
responsabilidad y, para ello necesita reunir determinados requisitos externos e
internos; siendo obviamente los de mayor importancia, las cualidades internas.
Mirada, es una cualidad manifiesta, que debe estar por todo el auditorio, procurando
conocer los defectos y las virtudes de cada uno de los concurrentes. La mirada fija en
muchas ocasiones es sumamente relevante, el orador está poniendo seguridad en lo
que dice y en lo que hace. La seguridad de sus palabras, tiene relación con la
seguridad de su mirada. El orador bajo en estatura, debe suplir esa cualidad con un
discurso de alto nivel; mientras que el orador alto, debe mantener esa cualidad, en su
discurso oratorial.
La mímica, es la técnica de los gestos y ademanes, que el orador debe procurar
utilizarlos adecuada y debidamente con las palabras que va vertiendo
progresivamente: guardar una relación biunívoca. Algunas veces se movilizara, para
que se diferencie de un robot, otras veces, permanecerá quieto para causar impacto
en la respetable audiencia.
Allá. En este caso muy usual en la oratoria forense, una mano, generalmente la
derecha, se tiene que guardar en posición de firmes, bien pegado al muslo; la otra
señala para allá, precisamente con el índice y los otros dedos en posición de puño
bien cerrado; la mano que señala -esta es la acusadora- debe estar perfectamente a la
altura de la sien. No. Cuando está negando la participación de su patrocinado en
alguna contienda. En este caso, la mano que va a realizar la posición de no, debe
necesariamente estar a la altura del pecho, la otra mano debe quedar en posición de
firmes.
Adelante. Se utiliza las dos manos, que se miran en posición de paralelo, las mismas
que se deben de ubicar a la altura de la sien, obviamente, con los brazos bien
extendidos, en señal de recibimiento apoteósico, después que el interno reciba su
libertad y pase al tratamiento post penitenciario.
Unidos. Significa que todos deben estar orientados por la misma causa, para este
efecto, la mano sale y se mantiene a la altura del pecho, y en seguida, con energía, se
extiende los brazos hacia delante, debiendo estar todos los dedos en puño bien
cerrado, unidos por y para siempre.
Pausa. El escenario se convierte en "propiedad" del orador, por tanto requiere que
el orador tenga una breve pausa sin hablar que consiste básicamente, en dar una
breve mirada diagnostical al público asistente, y hacer que este grupo también se
mantenga en suspenso. Sin embargo, a continuación, el discurso inicial debe ser
contundente.
El orador.
El mensaje del orador o discursista.
La audiencia (la respetable).
La ocasión o circunstancia.
La Sala del Tribunal, integrada por magistrados colegiados, sabrá escuchar con
sapiencia, cuando el abogado sabe exponer sus elocuentes conocimientos. A este
último no le basta hablar bien, ni referirse solo a la legislación que bastante conocen
los magistrados. Si pretende ser escuchado, debe de iniciar su exposición con talento
y parsimonia, haciendo alusión a la doctrina extranjera -porque allá nace y su posible
aplicación enraizada a nuestra realidad jurídica. Esa actitud de relevancia que el
abogado plantea en su propuesta discursal lo enaltece arduamente, ganándose la
admiración de los oyentes por su ilustración y estilo presentado oportunamente ante la
respetable audiencia. Mejor aún, cuando el discurso sea coherente, entre la doctrina,
la legislación y la propuesta de los hechos ocurridos.
Las cualidades del orador deben ser ante todo forenses, siempre que su tendencia se
oriente en primer lugar al dialogo, que sustentado en la explosión natural, cargada de
sensibilidad humana y sin parcialidad; al estar obviamente defendiendo una causa que
el cree justa, que la está luchando hasta alcanzarla sin vacilación alguna, solo
apoyándose en la verdad. La segunda orientación es la publicidad, que el orador en
cierto modo la necesita, para la defensa futurista de causas justas de otras
personalidades; considerando, que la palabra del orador se hace extensiva a los
distintos lares.
EI que sabe hablar bien, es el que sabe defender las causas justas, porque sus
palabras tienden a ser explosivas y argumentativas; siendo por esa razón el que
también sabe escuchar, su mente se orienta al dialogo. Quien no dialoga no gana un
proceso judicial, y es capaz de sentirse "superior" frente a los demás. Los ganadores
del proceso, creen menos en la oratoria, se orientan más por la oralidad: eficacia de la
palabra hablada, que es obviamente, fuente viva de conocimientos.
- Disminución del supuesto miedo inicial. Cuando los hechos expuestos por el
orador son reales y objetivos, su conciencia ha de tener tranquilidad, y su
expresividad no dejara de ser elocuente. Siendo así el supuesto miedo que le
hubiera causado al orador en el proceso de su exposición temática, ira
progresivamente tornándose firme, tranquilizando los nervios que pudiera
haber estado alterado, por las constantes vicisitudes que se suscitan en la vida
cotidiana.
El orador antes de iniciarse en esta difícil tarea, tiene como objetivo alcanzar un
progreso y un desarrollo espiritual que lo conmueve desde las más profundas fibras de
su ser. Estando ante el público, el objetivo tiende a variar, básicamente, cuando, el
comportamiento y la conducta del respetable público son precoces. Pero en la
práctica, vale la pena que así sea, para que haya debate y se deslinde posiciones
enfrentadas.
Elocuencia proviene del verbo latino ELOQUI: implica hablar con claridad y distinción.
Según esta etimología, la elocuencia es una manera perfecta de hablar, una forma
acomodada al objeto que se propone de aquel que habla, y una forma interesante de
decir lo que se quiere, buscando dejar en el público, indicios de voluntad a través de la
persuasión.
En efecto, la inteligencia tiene la peculiar virtud de orientar bien a toda persona que se
involucre en la elocuencia, mejor aun cuando se desarrolle ante un grupo seleccionado
o especializado: técnicos y profesionales de las distintas disciplinas. La actividad
elocuencial la pueden llevar a la práctica cuantiosas personas; en la realidad, pocas
serán las que realmente logren triunfar y estos son los inspirados que pretenden y
hacen bien las cosas ante el público.
EI público al ser abordado por una extraordinaria sapiencia utilizada por el elocuente,
en la mayoría de veces tiende a confundir, a la elocuencia, la poesía y la didáctica. Las
personas han quedado conmovidas y convencidas con un gran poema latino.
El orador, por su parte, pasa a ser aquel que liba en le cultura, estudia y selecciona,
asimila los materiales para su obra, producto de oratorias y capacidad de trabajo.
LENGUAJE ORATORIAL
Las escuelas de la retórica iniciadas en la Grecia científica -único país de la época que
llego a la civilización- pudieron encontrar en Roma un lugar fértil para la exposición y la
enseñanza en el público y la masa, así como en el Foro y el Senado. Los estudios de
retórica se imponen progresivamente, y constituyen junto con la Gramática -como es
de verse la base elemental de la educación de los jóvenes que luchan por aprender
nuevas síntomas en su orientación a la política, la abogacía, que perdura hasta hay. El
discurso tiene una finalidad y un principio, se encuentra en el, tres géneros de
elocuencia: 1) elgenus landativum, que obviamente era utilizado en los eventos
religiosos y fúnebres; 2) genus deliberativum, que es el realce de la oratoria política;
3) genus indiciale, característica peculiar de la defensa y acusación, que nosotros los
abogados practicamos cotidianamente en los tribunales de justicia.
EI abogado, en uno u otro caso, siempre está tentado por llegar a ser, obviamente, un
orador carismático -quizá un líder con esas características-. Proviene del vocablo
griego Carihs, significa, el poder del orador con el público; refiriéndose concretamente
a lo que ayer era el líder, que por sus dones se convertía en un elocuente profeta,
quien, investido de cualidades especiales se adelantaba a los hechos. Sabia -a ciencia
cierta la intención de la audiencia y de cada uno de los integrantes que allí se reunían.
El carismático, tiene una personalidad diferente, posiblemente más evolucionada de
aquellos otros. Los científicos sociales y otros especialistas de las ciencias sociales y
humanas, señalan con énfasis, que la mayoría de los carismáticos llegan a ser líderes,
caudillos, conductores de una forma de persuadir y convencer a la masa. En el mundo,
estos caudillos pueden ser: Omar Kadaffi, Osama Bin Laden, Fidel Castro Ruz, García
Pérez, Velasco Alvarado, Vicente Fox, Inacio Lula Da Silva, entre otros.
- Escuela asiática, continúa con el estilo griego, evento que se desarrollaba en las
ciudades de Asia. Su tonó es exuberante, florido y brillante. Representante:
Hortensio.
- Escuela rodia, que tiene como escenario la famosa Isla de Rodas, convirtiéndose
en aquella memorable época en el centro cultural del : Mediterráneo Oriental,
enseñaban básicamente, la retórica.
EL ABC DE CONSEJOS
a) Resumir los puntos tratados para que el auditorio los pueda recordar después
mejor.
b) Presentémonos adecuadamente y demostremos capacidad y experiencia para
tratar el tema.
c) Podemos hacer una galantería sobria y sincera, pues nadie acepta lo falso o
desagradable.
d) Comenzar un discurso con deseo optimista y con gran empeño.
e) Se debe luchar por tener desde el primer momento un gran afecto por el auditorio.
f) Los puntos por tratar deben ser dichos con tal decisión que en muchos casos
parezca órdenes.
g) Hagamos discursos con frases que creen imágenes, refranes ya que todos son
visuales, donde el interés es contagioso.
h) Nunca sermonear al auditorio.
i) Aplicar los pensamientos filosóficos en los discursos de tal manera que
inundemos emoción en los presentes.
j) El discurso es expresado por un humano y por tanto sus palabras deben cobrar
vida.
k) Articular en su discurso, claramente, las silabas y las palabras.
l) Jamás terminemos nuestro discurso con “BUEN, esto es todo cuanto tenía que
decir, “MUCHAS gracias por haberme escuchado”, etc.