Forense 2

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“AÑO DEL BUEN SERVICIO AL CIUDADANO”

FACULTAD DE DERECHO

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

ALUMNO : Anglade Sosa, Alexander Miguel

CURSO : Oratoria Forense

TEMA : Lenguaje y Oratoria

DOCENTE : Jorge Luis Noriega Albán

Sullana – 2017
LENGUAJE Y ORATORIA

LA ORATORIA Y EL ORADOR

Definición de Oratoria

La oratoria es el conjunto de principios y técnicas que permiten expresarnos con


claridad, desenvoltura y sin desconfianzas ante un público, con la propósito de narrar
un determinado mensaje.

Según la Real Academia Española: la oratoria es el Habilidad de hablar con


elocuencia, de deleitar, convencer y conmover por medio de la palabra.

Se llama oratoria al arte de hablar con elocuencia. La oratoria también es un género


literario formado por el discurso, la disertación, el sermón, el panegírico, entre otras
varias.

El salón de clases, para el desarrollo eficaz de las actividades que el orador se


propone, no es tanto el auditorio; es o debe ser el campo (en el ágora), y sólo allí,
porque tiende a convertirse en un aposento de debate alturado, del más alto nivel
académico. Aquí y en cualquier lugar, el orador cumple un rol importante: “Aquel que
ante su auditorio, razona con lógica y solidez será filósofo, pero no orador; el que lo
deleita con bellas expresiones será poeta, pero no orador; el que con olímpica frialdad
arroja sobre el auditorio, ideas y verdades, consejos y exhortaciones, será moralista
pero no orador. Orador es el que establece una estrecha comunicación con su
auditorio y la mantiene para convencerlo y no persuadirlo”.

¿Que requiere el orador?

La aptitud del orador es tener un conocimiento profundo de las almas - o de sus


conductas-comportamientos- a las que él desea persuadir. Un auténtico arte de la
Retórica debe fundamentarse básicamente, en un conocimiento de la receptividad de
la conducta de las personas entusiasmadas y motivadas en los mensajes, es el
conocimiento hermenéutico. La retórica -prosigue Godomer- o el arte retorico es un
modelo de lo que extraña el conocimiento hermenéutico: un modo de verdad no
accesible o menos accesible a las metodologías epistemológicas modernas. La
retórica -desde la tradición- ha sido la única defensora de una pretensión a la verdad
que defiende lo probable, y aquello que es convincente para la razón ordinaria.

Convencer es más difícil que persuadir. Los que convencen son los más llamados a la
retórica elocuente; los que persuaden son retóricos con poca prudencia. Si no se logra
probar en lo dicho sobre el llamado conocimiento y la persuasión, este modo de
verdad es precisamente común a la Retórica y a la Hermenéutica. Esta firma de
verdad -creada e inventada de maneta personal- es invalidada por ilustres pensadores
como Descartes. Él, en forma manifiesta excluye a la Retórica, del dominio o del
conocimiento.

CLASES DE ORATORIA

Según RAMOS (2005), son las siguientes:


 ORATORIA POLÍTICA, Guarda estrecha e íntima relación con la situación
problemática del estado, el gobierno y la sociedad gobernada.

La oratoria política, para comprender mejor la situación en la que va a discurrir el


acto, se divide en varias partes importantes, que entre otros:

- ORATORIA MILITAR, es el hacer es resaltar el animus de los soldados,


personal de tropas, subalternos y oficiales, en las circunstancias más difíciles
que puede atravesar el país, cuando se produzca un conflicto interno o una
guerra con exterior.

- ORATORIA PARLAMENTARIA, es la que se desarrolla en el Congreso de la


República, a través de sus representantes. Este discurso se pronunciará para
accionar ante una serie de adversidades y vicisitudes. También es usual, en la
formación y discusión de leyes; en admitir o denegar las facultades que soliciten
los representantes del Poder Ejecutivo, para legislar en determinadas áreas
básicas que la sociedad reclama; interpelar a los Ministros de Estado, en la
cartera que corresponda.

- ORATORIA POPULAR, requiere de un principal requisito, la honradez,


sensatez, predisposición para enfrentar lo que se dice ante la audiencia,
procurando no ofrecer ni prometer, cuando no está al alcance de poder cumplir.

Si el orador popular miente a su pueblo y, este es consciente de sus actos, está


cavando su propia tumba y para siempre. ¡Escuchad! Politiqueros del mundo.

- ORATORIA PERIODISTICA, está referida, básicamente, al uso correcto del


lenguaje, la comunicación, expresada a través de dos grandes vertientes: la
redactoria y la oratoria forense. Estas vertientes no deben actuar
separadamente, su orientación busca un solo objetivo, persuadir, conmover y
convencer al público, a los tribunales, a la masa, y a todo aquél que necesite
beber de la habilidad y destreza de los escritores y oradores.

 ORATORIA SOCIAL, se relaciona rotundamente con la convivencia sociocultural,


valores e identidad nacional y latinoamericana. Sobre esta última es necesario
recordar la preocupación que tuvo – y es vigente hasta hoy- Simón Bolívar y
Palacio, José Martí y Pérez, Haya de la Torre, y otros grandes oradores político-
sociales que surgieron en cada época.

 ORATORIA DIDACTICA O ACADEMICA, se refiere a la virtud más excelsa que


debe caber en su mente del orador, procurando ser preciso en todo lo que dice y
ante quienes lo hace; su talento no debe ser inferior al 77%, debiendo para ello leer
bastante, siempre. En su bolsillo no debe faltarle un lapicero y un papel, tratando de
escribir en cualquier circunstancia, todo lo necesario y conveniente; este orador
sabe bien, que la mente es frágil a cualquier circunstancia u ocurrencia que pudiera
suscitarse permanentemente.

 ORATORIA FORENSE, es la que tiene por objeto, que el abogado defensor y el de


la parte civil – cada uno dentro de lo que le corresponde- ilustran a los Vocales,
sobre la situación jurídico-social de sus patrocinados. “En el día y hora señalados,
presentes el Fiscal, el 21 acusado, en los casos en que se obligatoria su
concurrencia, y defensor, El Presidente de la Sala” declarará abierta la audiencia,
en la que continuará durante las sesiones consecutivas que sean necesarias, hasta
su conclusión”. Art. 234 del C. de PP

IMPORTANCIA DE LA ORATORIA

Que es la ORATORIA para el maestro Platón? Para este destacado filósofo griego, la
ORATORIA es "el arte de seducir a las almas por la palabra". Con el advenimiento de
conceptos comunicacionales, es necesario y urge hacer un distingo entre
CONVENCER y PERSUADIR. Hay convencimiento cuando el actor lo hace mediante
razones, apelando a la inteligencia de las personas; y se persuade moviendo y
conmoviendo, a la sensibilidad de los actores, porque estos actúan con voluntad y
decisión.

No es humano y poco sensible PERSUADIR, sin haber CONVENCIDO, esto tiende a


la inmoralidad que por infortunio cometen los demagogos, y en muchos casos los
llamados politiqueros. En tal efecto, es recomendable que el orador inicie el
procedimiento partiendo del convencimiento en el público o auditorio, utilizando la
razón y el pensamiento criticista.

El ORADOR como autor y ejecutor de la ORATORIA, debe poseer las máximas


cualidades innatas o adquirirlas en el proceso del discurso ético; tendiente y
susceptible de poder perfeccionarse mediante el estudio del ejercicio. En esa acción,
el orador nace -como dicen los idealistas- y se hace, según los materialistas.

La importancia de la oratoria radica, en que el mensaje está dirigido al público -y no a


las masas-, y jamás dejara de tener plena vigencia. Necesita un requisito: echarle a
andar, por el abogado orador. Las palabras del operador del Derecho, es la resultante
de un cortísimo proceso: lucidez en el pensamiento, responsabilidad en la objetividad
del mensaje; decoro en el trato a las personas ¡Esperamos que así sea!.

El ORADOR,* como sostenían los clásicos, su arte no es pues enteramente liberal lo


que se presume si era antes, es hoy una mezcla entre lo útil y lo dulce. Esto es, lo real
y lo ideal. Es sugerente, que el ORADOR debiera disponer de una voz agradable,
haciendo uso de una mínima adecuación; ayuda a la expresividad y sugestión del
discurso que en todos las circunstancias hace mucha falta.

Si se cumple con esa propuesta determinante, no hay ninguna duda, que el ORADOR
logrará penetrar hondamente en el asunto que desarrolla y expone, no solo con
criticidad, sino haciéndolo descollante e interesante.

La regulación de todas esas cualidades está orientada por la inteligencia. Si el orador


carece de conocimientos, se convierte en una persona no apta para la oratoria. Algo
similar sucedería cuando no tiene dominio de las ideas que las decodificará
progresivamente ante el respetable público. Este se convierte en necesario e
imprescindible, porque en él se concentra precisamente el discurso, que debe llegar
con seguridad y elocuencia.

La valentía para estar frente al público es una actitud noble, siempre que el discurso
este orientado en aras de la verdad y la justicia. Estas, no deben disminuir ni siquiera
en un ápice, de hacerlo, se estaría incurriendo en contra de los intereses de la digna
audiencia, que se presume haya asistido con esperanza de aprehender algo, que otros
les hayan negado o defraudado. La audiencia es la merecedora de la virtud que a
priori posee el orador en condici6n de cualidad.

EL AUDITORIO
El auditorio integrado por un componente social, es inicialmente un ente pasivo,
progresivamente se va estableciendo un nexo espiritual y personal con el orador. Este
individuo, el orador, tiene el deber ético-moral de conocer el desenvolvimiento de cada
uno de los integrantes del auditorio: sus aspiraciones, sus inquietudes, sus actitudes,
los móviles que lo impulsan a actuar de tal o cual manera. El orador debe disponer de
cualidades personales y profesionales, que le posibiliten cubrir las expectativas
académicas e informativas del componente social, instalado en el auditorio. (DE LA
LAMA, 2005).

El orador que únicamente se limita a razonar con lógica y solidez, no debe llamarse
tal, será un filósofo; el que lo deleita con bellas expresiones se convierte de oficio en
un poeta; el que sacude su sistema nervioso con posibles emociones superficiales,
está cerca de ser un prestigiador sin fundamento. Entonces, ¿qué cualidades debe
tener el orador? Es aquel que establece una estrecha relación cordial, amical,
elocuente, parsimoniosa con cada uno de los representantes del aludido auditorio,
pero no es por un solo instante, como bien suelen decir los psicólogos, sino que este
comportamiento, esta forma de actuar del ORADOR tiene que ser constante,
permanente y continua.

CUALIDADES ENDÓGENAS Y EXÓGENAS DEL ORADOR

Enfrentar a un público, dentro o al interior del auditorio, es para el orador una gran
responsabilidad y, para ello necesita reunir determinados requisitos externos e
internos; siendo obviamente los de mayor importancia, las cualidades internas.

CUALIDADES EXTERNAS. Entre otras cualidades físicas tenemos las siguientes:


vestimenta adecuada, acorde y en relación con la condición sociocultural y
socioeconómica de los asistentes al auditorio. Es necesario y recomendable, estar en
similar condiciones de aquellas personas que asisten físicamente a escuchar el
discurso oratorial. La vestimenta tiene estrecha e íntima relación con un peinado
adecuado, el mismo que debe ser corto, aseado, natural, porque en todo instante es
observado por el público.

Voz real y objetiva, quiere decir, haber realizado previamente un diagnostico


situacional respecto al tamaño en calidad y cantidad del público. Es necesario, que el
orador en su trabajo discursal llegue a todos y a cada uno de los presentes; para ello
su voz debe ser parsimoniosa, pausada, calmada, clara, precisa.

Mirada, es una cualidad manifiesta, que debe estar por todo el auditorio, procurando
conocer los defectos y las virtudes de cada uno de los concurrentes. La mirada fija en
muchas ocasiones es sumamente relevante, el orador está poniendo seguridad en lo
que dice y en lo que hace. La seguridad de sus palabras, tiene relación con la
seguridad de su mirada. El orador bajo en estatura, debe suplir esa cualidad con un
discurso de alto nivel; mientras que el orador alto, debe mantener esa cualidad, en su
discurso oratorial.
La mímica, es la técnica de los gestos y ademanes, que el orador debe procurar
utilizarlos adecuada y debidamente con las palabras que va vertiendo
progresivamente: guardar una relación biunívoca. Algunas veces se movilizara, para
que se diferencie de un robot, otras veces, permanecerá quieto para causar impacto
en la respetable audiencia.

Nosotros. Se refiere básicamente al abogado defensor y su patrocinado o el primero


con los litigantes de la Sala colegiada. En este caso, muy común, los brazos del orador
(a la altura de los hombros), deben extenderse hacia delante, las palmas deben
mirarse entre ellas, los dedos doblados ligeramente a excepción del dedo pulgar que
debe estar dirigido hacia arriba. Aquí. Es una situación difícil que pasa algunas veces
el orador, debiendo en este caso, poner las manos en posición de puño a la altura de
la cintura; los índices de las manos deben quedar libres, pero son los encargados de
señalar, a manera de indicación, de que allí sucedió el hecho.

Allá. En este caso muy usual en la oratoria forense, una mano, generalmente la
derecha, se tiene que guardar en posición de firmes, bien pegado al muslo; la otra
señala para allá, precisamente con el índice y los otros dedos en posición de puño
bien cerrado; la mano que señala -esta es la acusadora- debe estar perfectamente a la
altura de la sien. No. Cuando está negando la participación de su patrocinado en
alguna contienda. En este caso, la mano que va a realizar la posición de no, debe
necesariamente estar a la altura del pecho, la otra mano debe quedar en posición de
firmes.

Adelante. Se utiliza las dos manos, que se miran en posición de paralelo, las mismas
que se deben de ubicar a la altura de la sien, obviamente, con los brazos bien
extendidos, en señal de recibimiento apoteósico, después que el interno reciba su
libertad y pase al tratamiento post penitenciario.

Unidos. Significa que todos deben estar orientados por la misma causa, para este
efecto, la mano sale y se mantiene a la altura del pecho, y en seguida, con energía, se
extiende los brazos hacia delante, debiendo estar todos los dedos en puño bien
cerrado, unidos por y para siempre.

Lucharemos, es la expresión de confianza, cuando el abogado está seguro que su


patrocinado obtendrá su libertad; en este caso el letrado agita el puno a la altura de la
sien y la otra -preferentemente la derecha- queda adjunta a los miembros inferiores, en
posición de firmes, a la altura de la cintura. Venceremos. Se usa cuando se está
segura de un triunfo, debiendo en este caso, extender uno de los brazos hacia delante,
obviamente, con la palma de la mano abierta, quedando a la altura del pecho, con
puno bien cerrado dirigido hacia arriba en señal de regocijo anticipado: libertad
incondicional y absolución de los patrocinados.

CUALIDADES INTERNAS. Tenemos varias, pero las más Importantes son:

 Modestia, una cualidad indispensable en el orador, se refiere a la humildad real, no


fingida que precisamente lo engrandece cada vez más, por el talentoso desempeño
de sus funciones y acciones en el Tribunal y en cualquier otro lugar.

 Honradez, equivale a virtud, cualidad que no debe faltar en la mente y en la acción


del orador, que obviamente está referido al conocimiento real del tema que está
abordando. La honradez no la conduce a la improvisación ni a la persuasión, se
orienta básicamente a la verdad y al convencimiento del objeto de estudio
abordado.
 Serenidad, significa, que al abordar un tema lo hará con brillantez, habilidad y
lucidez, para ello requiere conocerlo bien; procurando decir bien el discurso,
descargado de toda fogosidad y apresuramiento, que realmente a nada conduce.

 Conocimiento, es sinónimo de poseer cultura general, siempre que el orador


desde temprana edad se convierta en un asiduo estudioso de varias
especialidades. A él, le sobraran palabras en las distintas aéreas del conocimiento,
y se sentirá entusiasmado que el público lo escuche y lo alabe merecidamente.

 Imaginación, está orientado a la función del pensante, el cómo salir de un caso,


una discusión, un problema; sin afectar susceptibilidades. Está relacionado con la
memoria, que también es necesaria para recordar fechas apoteósicas, hechos
importantes, rostros de testigos; número de serie de vehículos, placas policiales,
pseudónimos, etc. Iniciativa, es de importancia y trascendencia en todo orden de
cosas, preferentemente en el orador, porque le permite salir del "atolladero" en el
que se encuentra en esas circunstancias.

 Cauteloso, en el decir y hacer situaciones oratoriales, esto es entendimiento en las


expresiones, y ser muy cauto con el vocabulario, considerando, que el tecnicismo lo
convierte precisamente al orador en un elegante sofista.

EI ORADOR ANTE LA RESPETABLE AUDIENCIA

Postura adecuada. Esta consiste en que el orador, desde su aparición en público, su


cuerpo debe estar en posición de recto y erguido, sacando ligeramente el pecho,
manteniéndose en ese estado durante el tiempo que dure el evento.

 Sonrisa y seriedad. La sonrisa impacta rápidamente en el público, señalando este,


la plena confianza del orador, capaz de resolver cualquier vicisitud.

 Presentación impecable. El aseo de todo el cuerpo es importante, sobre todo en


la parte del cuerpo que se exhibe al público. Incluye obviamente el traje que usa el
orador en el evento académico programado.

 Pausa. El escenario se convierte en "propiedad" del orador, por tanto requiere que
el orador tenga una breve pausa sin hablar que consiste básicamente, en dar una
breve mirada diagnostical al público asistente, y hacer que este grupo también se
mantenga en suspenso. Sin embargo, a continuación, el discurso inicial debe ser
contundente.

 Proceso de desplazamiento. El orador puede transitar pausadamente de un lugar


a otro, evitando en todo instante bajar la mirada hacia el público. Cuando el
abogado está disertando su alegato evitara el desplazamiento, no solo porque no
hay espacio físico, sino que tendería a equivocarse.

 Respetabilidad. El orador debe saludar a todos y a cada una de las personas, en


la mayoría de los casos se hace en forma descendente, 30 siempre mirándole en la
cara, con el respeto que cada uno de ellos se merece.
 Entonación. La voz debe ser impactante, precisa y clara, sin interesar que el
discurso sea dirigido a profesionales y técnicos; esto con la condición de crear
confianza y seguridad a los asistentes, procurando a lo sumo la más expresiva
valorización

LA TÉCNICA DEL DISCURSO

Elaborar un discurso es una técnica y un arte intencional, similar a la puesta en


práctica de cualquier deporte. Siendo así, Aguirre (1992) afirma:

No es tan deseable alcanzar en un primer momento el llamado buen discurso, debido


a que este requiere de un proceso significativo, que lo ha de conducir a la excelencia
del mismo. EI discurso para que llegue a ser efectivo y excelente, depende de la
técnica discursal que lo impulse al logro del objetivo deseado. (p.88)

El empeño se explica en la voluntad de querer avanzar en el camino discursal, aunque


el técnico encuentre dificultades de variadísimas jerarquías, pero debe saber actuar
con sapiencia y elocuencia. Estas se logran, a través de pausadas perseverancias,
que tienen como objetivo el aprendizaje vía el mensaje y la información emitida.

Aprender a ser un buen o excelente orador no requiere de mucho esfuerzo, le basta al


técnico, desarrollar los dos aspectos relevantes: la teoría y la praxis. Eso implica que
la práctica desarrollada a corto, mediano y largo plazo no necesariamente conduce a
la perfección. El llamado perfeccionista estaría al margen de la realidad, si es que
pretende ser tal. Contrario sensu, si abraza la realidad, estará. en la cima del progreso,
que se origina del conocimiento, de lo que realmente debe hacerse; comparando entre
lo que recibe y de lo que debería recibir.

La técnica del discurso es relevante e importante, en la medida que se va


robusteciendo en la transmisión de los conocimientos. En esa línea de acción
discursal, es necesario conducirse con las siguientes etapas o pasos, sin pretender
tenerlos como rígidos:

- Identificar los fundamentos del discurso. El arte de la oratoria tiene su basamento


en los siguientes elementos imprescindibles.

 El orador.
 El mensaje del orador o discursista.
 La audiencia (la respetable).
 La ocasión o circunstancia.

- Persuadir a aquellas personas que están recibiendo el mensaje informativo del


orador, posibilitando que se convierta en conocimientos adquiridos, a partir de la
aprehensión, asimilación y retención.

EL ORADOR FORENSE, CUALIDADES PERSONALES

La cualidad es sinónimo de calidad que enaltece arduamente a quien la práctica y la


ejecuta. Hoy, las personas en su desenvolvimiento cotidiano, actúan en la mayoría de
los casas contraviniendo la cualidad, corriéndose el riesgo de caer en la
superficialidad.
En esa línea de acción, la generalidad, la superficialidad y la cuantitativa, se
contradicen a la cualidad. Esta es una expresión que denota raciocinio lógico en su
práctica social. El orador elocuente sabe bien, que hablar en público por alusión
personal no implica ningún éxito, es solo para lucirse ante el respetable: es el caso de
los politiqueros y los demagogos, incluso este juego recae en algunos políticos sin
madurez en su personalidad. El orador que se ha convertido en un maestro, es aquel
que enseña, utilizando la idea sistematizada en conocimientos. Quien se aparta de
este principio está lejos, e imposibilitado de poder conmover la conciencia del público.
Si la oratoria es sinónimo de hablar bien, el abogado que tiene este privilegio, no debe
limitarse ni condicionarse a tal fin; su preocupación debe ser mayor, ganar los casos
litigiosos amparados en la legitimidad conjugada con la legalidad del justiciable.

La Sala del Tribunal, integrada por magistrados colegiados, sabrá escuchar con
sapiencia, cuando el abogado sabe exponer sus elocuentes conocimientos. A este
último no le basta hablar bien, ni referirse solo a la legislación que bastante conocen
los magistrados. Si pretende ser escuchado, debe de iniciar su exposición con talento
y parsimonia, haciendo alusión a la doctrina extranjera -porque allá nace y su posible
aplicación enraizada a nuestra realidad jurídica. Esa actitud de relevancia que el
abogado plantea en su propuesta discursal lo enaltece arduamente, ganándose la
admiración de los oyentes por su ilustración y estilo presentado oportunamente ante la
respetable audiencia. Mejor aún, cuando el discurso sea coherente, entre la doctrina,
la legislación y la propuesta de los hechos ocurridos.

La oratoria como una cualidad del expositor, no se inicia precisamente en el Derecho.


El adiestramiento como un valor espiritual para hablar en público se ha establecido
con bastante rigor en la política y los negocios. Ambos, por la naturaleza misma, están
interrelacionadas: la primera es para lograr mayor adherencia del público, llegado el
momento de la votación en las urnas. El segundo, se refiere a la cualidad de poder
vender más, copando -si el caso requiere- el mercado y persuadiendo a cada uno de
los consumidores.

Es posible, que de la política y el negocio, la oratoria como el discurso se transfieran al


Derecho, y a otras disciplinas. El logro integral en la vida de una persona en la que se
hace estimar y reconocer su hazaña con prontitud es precisamente a través del
discurso. Sin embargo, no es lo mismo vender una mercancía, que vender la imagen
de una persona cuando está en el escenario. Estando el abogado en el escenario, su
cualidad de orador la puede perder con facilidad, si es que no sabe controlarse
psicológicamente ante el público. Sus emociones tiene que dejarlas en cualquier otro
lugar, menos en el escenario. Si no hay ese control, el orador será asaltado por sí
mismo. Su incumplimiento preocuparía hondamente a propios y extraños, debido a la
falta de experiencia, pero en la mayoría de veces, se da por desconocimiento del
objeto de estudio.

El público se va convirtiendo progresivamente en jurado del orador. Es el examinador,


bastante más difícil que un Jurado que dilucide sobre la exposición de una tesis
universitaria. El público examinador es exigente, desea escuchar el mensaje, pero no
siempre para aplaudir; mayormente con la intención de conmover al orador. Si este no
se controla psicológicamente, se dejara conducir fácilmente por la multitud. Los
examinadores, no solo desean -en última instancia- respuestas verdaderas, desde un
primer instante se convierte en pasivo, al ser observado íntegramente. Esa
interrelación del público con el orador, hace que este sea, y lo que aspira a ser. De no
tener cualidad en la oratoria que promueve, no llegara a lo que aspira a ser.

Las cualidades del orador deben ser ante todo forenses, siempre que su tendencia se
oriente en primer lugar al dialogo, que sustentado en la explosión natural, cargada de
sensibilidad humana y sin parcialidad; al estar obviamente defendiendo una causa que
el cree justa, que la está luchando hasta alcanzarla sin vacilación alguna, solo
apoyándose en la verdad. La segunda orientación es la publicidad, que el orador en
cierto modo la necesita, para la defensa futurista de causas justas de otras
personalidades; considerando, que la palabra del orador se hace extensiva a los
distintos lares.

EI que sabe hablar bien, es el que sabe defender las causas justas, porque sus
palabras tienden a ser explosivas y argumentativas; siendo por esa razón el que
también sabe escuchar, su mente se orienta al dialogo. Quien no dialoga no gana un
proceso judicial, y es capaz de sentirse "superior" frente a los demás. Los ganadores
del proceso, creen menos en la oratoria, se orientan más por la oralidad: eficacia de la
palabra hablada, que es obviamente, fuente viva de conocimientos.

Acaso no suele suceder con singular frecuencia, que el uso de la oralidad


argumentativa, cargada de doctrina, jurisprudencia y legislación, tiende -en muchos
casos- a revocar una sentencia. En suma, cuando el colegiado, está a punto de
sentenciar, porque hasta ese momento, poco o nada se hizo de la oralidad
argumentativa; el orador forense apuesta a triunfar, puede hacer su aparición en el
escenario del Tribunal e iniciar la ardua tarea que le corresponde: la defensa
argumentativa de su patrocinado. El abogado defensor no debe pretender en los
Tribunales, ser más apto que los magistrados integrantes de la Sala, menos debe
permitir ser menos, debe destacarse básicamente por ser diferente.
En la oratoria, como en muchos aspectos más que en la vida se nos presentan, el
éxito se logra con sapiencia, enfrentando con valentía, coraje y decisión. EI miedo
puede más en algunos casos, y ello se torna peligroso cuando el orador estando en el
terreno escénico se deja sorprender por algunas preguntas formuladas o por los
gestos del público. Esa inseguridad adherida al miedo, el orador la debe desterrar,
antes que igualmente intente hacer con él.
En esa línea de acción, estamos ante una guerra de posiciones. EI orador debe
conducir la batuta y el público hacer el seguimiento, manteniendo si es necesario,
puntos de vista controvertidos, que en nada perjudicaran las interrelaciones. Lo que sí
es necesario y recomendable para paliar el problema es el estudio de la siguiente
terapia que ha de contrarrestar el supuesto temor existente:

- Realista y verosímil. Es recomendable preparar con sumo cuidado lo que ha de


exponer el orador, procurando que los hechos guarden o estén en relación con
la realidad. La supuesta invención que el pretende informar lo degradaría tan
pronto no se llegue a confirmar. Aquí no hay espacio para el estereotipo. El
orador sabe bien, que el mensaje debe tener un contenido sincero, debiendo
dejar lado la arrogancia y la petulancia.

- Presentación de hechos contundentes. El orador de prestigio o que pretende


llegar a ese nivel, no debe compararse con un ingenioso, un artista plástico ni
un elocuente. El objetivo es presentar hechos contundentes sobre una
importante materia jurídica, política, etc., que alcanza a ser concluida por los
propios oyentes, sin ayuda de un tercero. Si el orador, considerado como un
cuajado técnico, pretende que su mensaje sea escuchado en forma explícita e
implícita, le quepa solo una orden, hacer bien el uso de la didáctica.

- Disminución del supuesto miedo inicial. Cuando los hechos expuestos por el
orador son reales y objetivos, su conciencia ha de tener tranquilidad, y su
expresividad no dejara de ser elocuente. Siendo así el supuesto miedo que le
hubiera causado al orador en el proceso de su exposición temática, ira
progresivamente tornándose firme, tranquilizando los nervios que pudiera
haber estado alterado, por las constantes vicisitudes que se suscitan en la vida
cotidiana.

¿Cómo progresa el orador?

El orador antes de iniciarse en esta difícil tarea, tiene como objetivo alcanzar un
progreso y un desarrollo espiritual que lo conmueve desde las más profundas fibras de
su ser. Estando ante el público, el objetivo tiende a variar, básicamente, cuando, el
comportamiento y la conducta del respetable público son precoces. Pero en la
práctica, vale la pena que así sea, para que haya debate y se deslinde posiciones
enfrentadas.

Cuando el respetable público se está proveyendo de conocimientos impartidos por el


orador, le será fácil hacer la crítica al contenido del objeto de estudio, a los gestos que
el utiliza. Pero no llegara a advertir, que la condición del orador es mayor que del
público. No es lo mismo preguntar, después de haber tornado apuntes, que exponer,
después de haber investigado e indagado con relativa regularidad.

No hay dudas que el principiante, como el experto en oratoria, en menor o mayor


grado, respectivamente, tienen la tendencia de estar rodeado en el contorno y entorno,
por relativos prejuicios e ideas falsas preconcebidas, que se pudieran tejer en el
proceso de la exposición, y quizá en la acumulación de los materiales de investigación.
Si el orador en el proceso de la exposición se olvida de algo, tiene la posibilidad de
suplir con otro concepto o categoría adicional, que siempre no le ha de faltar. Si así
sucede, la efectividad se convierte en una realidad sin límites.

En una exposición, no es necesario desarrollar todo el contenido preparado, este tiene


la tendencia de sufrir una variación relativa, cambiando el término de acuerdo al
interés del público. El experto no puede perder la oportunidad de conocer cada vez
mejor al público, es por ello que varía el contenido de su mensaje, porque pretende
satisfacerlo a plenitud.
La actitud y el miedo de actuar en la tribuna, es trascendente e importante en el
orador. La voz, el ritmo, así como los gestos también son las técnicas auxiliares. Si el
orador está preparado académicamente, y también lo está psicológicamente, estamos
seguros que se desempeñará bien, haciendo relucir una actitud sobresaliente en el
público.

EI que se siente preparado académicamente, tiene confianza en sí mismo, así como


una actitud desenvuelta; todo el trabajo del orador está resuelto. A partir de aquí, sus
ideas serán claras, precisas, aptas para la persuasión y convencimiento. El progreso
del orador, después de varias andanzas se estaría desarrollando en forma exitosa.

Cuando un jurista es invitado a exponer un objeto de estudio (tema), es precisamente


por la confianza depositada en él.
La elocuencia del abogado Forense

(Del latín eloquentia) Éloquence, Rednergabe. Facultad de hablar o escribir de modo


eficaz para deleitar y persuadir (facundia oratoria). Eficacia para persuadir y conmover
que tienen las palabras o ademanes y cualquier otra cosa capaz de dar a entender
algo.

Elocuencia proviene del verbo latino ELOQUI: implica hablar con claridad y distinción.
Según esta etimología, la elocuencia es una manera perfecta de hablar, una forma
acomodada al objeto que se propone de aquel que habla, y una forma interesante de
decir lo que se quiere, buscando dejar en el público, indicios de voluntad a través de la
persuasión.

AI insigne orador italiano CICERON, a quien, renombrados juristas lo han llamado el


padre de la Oratoria y del Derecho Penal en Italia. Para él, la elocuencia, en el sentido
riguroso de la palabra, es el talento o la facultad de hablar bien; y más notorio aun
cuando lo hace en público. Sus integrantes son en la praxis, los jueces, porque saben
evaluar las inquietudes del orador. Y todo ello ha sucedido desde la antigüedad,
dejando sendas huellas de la oratoria en el espacio tiempo, que hoy en día hace
historia. Así se inició la oratoria desde la antigüedad, continuando su evolución en
todas las épocas y posibilitando esta acción a lo que hoy conocemos, como el talento
de poder persuadir.

En la apariencia, la persuasión tiende a confundirse con el convencimiento. Esa


confusión aparente a verdadera es sumamente delicada, sino se investiga y si se limita
a aceptarla. El convencer está ligado a la persuasión; esa ligazón no necesariamente
implica que haya sinonimia, menos pueden contribuir a los mismos fines que el orador
propone.

EI convencimiento determina el juicio y la razón: valores que siempre se mantienen en


la cotidiana actuación de las personas. Por ello Ramos (2005) afirma:

La persuasión es la que determina la voluntad, es el acto de obrar por el


impulso, que el orador se propone como un principio, aniquilando, en mayor a
menor grado la conciencia del persuadido. La elocuencia, es la disposición que
tiene aquel que persuade, porque no actúa con naturalidad, sino con ventaja
elocutiva. ¿Qué comprende la voz elocuencia? Comprende, el 40 ejercicio de la
facultad de hablar bien, preferentemente en público, con sapiencia e
inteligencia. (p.79)

En efecto, la inteligencia tiene la peculiar virtud de orientar bien a toda persona que se
involucre en la elocuencia, mejor aun cuando se desarrolle ante un grupo seleccionado
o especializado: técnicos y profesionales de las distintas disciplinas. La actividad
elocuencial la pueden llevar a la práctica cuantiosas personas; en la realidad, pocas
serán las que realmente logren triunfar y estos son los inspirados que pretenden y
hacen bien las cosas ante el público.
EI público al ser abordado por una extraordinaria sapiencia utilizada por el elocuente,
en la mayoría de veces tiende a confundir, a la elocuencia, la poesía y la didáctica. Las
personas han quedado conmovidas y convencidas con un gran poema latino.

CUADRO COMPARATIVO DE CONDUCTA

CONDUCTAS EQUIVOCADAS CAMBIOS DE CONDUCTA


 Bostezar para relajar la garganta
Evitar carraspear y toser con
 Hidratar, beber agua a menudo y tragar
frecuencia.
lentamente.
 Encontrar formas no vocales de mantener la
atención de los alumnos; palmas, silbidos, llamar
con un instrumento, gestos, cambios de
entonación, etc.
Evitar gritar, chillar o tratar de  Reducir el ruido de fondo existente en el entorno
hablar por encima del ruido de clase.
ambiental.  Evitar hablar de manera prolongada a larga
distancia y en el exterior.
 Aprender técnicas de proyección vocal adecuadas
 Esperar a que los alumnos estén en silencio para
comenzar a hablar.
 Utilizar un micrófono para hablar en publico.
No dirigirse a audiencia amplias
 Proyectar la voz cuando un soporte muscular
sin una amplificación adecuada y
adecuado independiente de la garganta.
con una intensidad cómoda para
ser oído en cualquier situación.  Conozca sus límites físicos en cuanto a tono e
intensidad.
Evitar el estrés, fatiga y tensiones  Aprender estrategias para hablar en publico de
emocionales que puedan afectar a manera eficaz.
la voz.  Evitar los esfuerzos vocales intensos y agresivos.
 Mantener la garganta relajada cuando empiece a
hablar.
 Evitar tensar o apretar los dientes, la mandíbula o
Evitar los músculos de la cara, el la lengua durante la fonación.
cuello, hombros y garganta.  Aprender ejercicios de relajación específicos.
 Usar técnicas que reduzcan al máximo la tensión
muscular.

 Mantener el cuerpo relajado y que la respiración


sea natural.
Respirar adecuadamente
 Permitir que el abdomen y la zona intercostal se
muevan libremente.
 Mantener una posición para hablar confortable,
Utilizar posturas adecuadas
erguida y simétrica.
Utilizar el tono optimo, ni muy  Mantener una voz alimentada por el flujo
agudo ni muy grave, para no dañar respiratorio, de manera que el tono se mantenga,
el mecanismo vocal varíe y suene bien.
Mantener un estilo de vida  Mantener una posición para hablar confortable,
saludable erguida y simétrica.

ACTITUD COMUNICANTE DEL ORADOR

FILOSOFÍA DEL ORADOR

En Atenas la abeja era el símbolo de la elocuencia y el dragón en China de la


sabiduría. Ambos son laboriosos. La abeja liba y elabora el néctar de las flores en un
medio de colores y sonidos, produciendo la miel dulcísima que nutre al hombre y sirve
de cultura. Por tu parte, el dragón inspira a los chinos un símbolo de poder en el
conocimiento, pues gracias a su apariencia implacable y una elegancia que lo
caracteriza, representa la fortaleza y el conocimiento en el hombre.

El orador, por su parte, pasa a ser aquel que liba en le cultura, estudia y selecciona,
asimila los materiales para su obra, producto de oratorias y capacidad de trabajo.

“Nuestros conocimientos son los gérmenes de nuestras creaciones”, dijo BUFFON en


su obra Discurso sobre el estilo. Y de acuerdo con esto, quien cultiva la palabra debe
acrecentar su saber, que disminuye por la falta de lectura, consulta y meditación.

Si es imposible conocerlo todo y un afán desmedido de conocer daña tanto como la


ignorancia, los estudios del orador, lejos de perjudicar sus cualidades, han de
vigorizarlas. Más que lecturas superficiales y erudición queremos conocimientos
fundamentales, vitalizados por la experiencia personal, queremos un fondo esencial
permanente, una filosofía o nociones básicas de hombre, vida y universo, sobre los
cuales investiga el orador, quien no está obligado a conocer toda la historia de la
filosofía y sus problemas, pero si a saber usar oratoriamente los temas filosóficos que
conoce.

El orador no es un especialista que lleva a la tribuna un lenguaje técnico; posee el


talento generalizador que consiste en transmitir conocimientos en una visión
unificadora y estética, dejando a los oyentes la impresión de que las ideas más
profundas y verdaderas son patrimonio de todos, y que lo humano prevalece en el
discurso.

Así como la filosofía penetra en la realidad total y procura aprehender lo permanente o


esencial de las cosas, su estudio de esa visión amplia y profunda de las cosas,
descubre su interdependencia evitando que los discursos cansen por el cúmulo de
detalles y consideraciones sobre una parcela de la realidad, propios de la ciencia.
Álvarez (2007) afirma:

El espíritu filosófico se halla ligado a la necesidad de comunicación, pues no


creyéndose único poseedor de la verdad busca sin descanso, pregunta,
responde, dialoga, promueve la discusión. Como los temas filosóficos se
refieren al hombre, a su origen, a su existencia, a su conducta y a su
DESTINO, también son temas oratorios por excelencia. (p.)

CICERON dijo: “El orador necesita de la filosofía, como si dijéramos de un


conocimiento del hombre, que no existe sin un conocimiento del mundo en el cual se
halla inserto”. Por esa razón la filosofía fue para el orador romano una fuente de su
saber inmenso, de sus libros y de su elocuencia.

LENGUAJE ORATORIAL

Los abogados no debemos perder la hilación con el lenguaje de litigante, magistrado,


funcionario, docente universitario. Siempre la mente está orientada al lenguaje oral y
corporal, que es el media de comunicación e información par antonomasia, debiendo
utilizarlo permanentemente para conversar, disertar, enseñar, exponer ante la
respetable audiencia, obviamente en juicios orales, en discursos diversos: políticos y
académicos, básicamente los últimos. Obviamente, lo principal es saber el contenido
estructural, pero allí no queda el asunto, viene a continuación lo principal, saber
expresar, precisamente en forma oral. Solo así, el mensaje será completo.

Hablar bien, sin palabras, corresponde a pocos, que se convierte automáticamente en


un discurso creíble de relevancia y prestancia, otorgándole al titular suma seguridad,
altura, valor y responsabilidad con lo que dice. Si usted colega abogado, periodista,
sociólogo, educador, administrador e historiador, no está en ese nivel, hágalo,
prepárese para el futuro, allí te espera: estatus sociocultural. En Roma, el arte de
utilizar la palabra en público con belleza y corrección favorecía ampliamente al
sistema, se hace extensivo en nuestros días, no solo para favorecer al sistema
político, como lo fue ayer, sino para desempeñarse bien ante los tribunales de justicia.

Se estima, que la oratoria comienza en la práctica, en una época trascendental, en el


312 a.n.e., discurso pronunciado por Apio Claudio el Ciego, precisamente con un gran
motivo, que la historia recoge: guerra contra Pirro. Sin embargo, inmediatamente no se
produjo la praxis; se empezó a cultivar como un arte, en los años mas difíciles de las
guerras púnicas. La oratoria o el arte del bien hablar, pronto se va convirtiendo en un
instrumento educativo en la prosa latina. Con las peculiaridades características -en el
siglo V a.n.e., obviamente, como una sistematización de procedimientos expositivos
para el orador forense y político.

Las escuelas de la retórica iniciadas en la Grecia científica -único país de la época que
llego a la civilización- pudieron encontrar en Roma un lugar fértil para la exposición y la
enseñanza en el público y la masa, así como en el Foro y el Senado. Los estudios de
retórica se imponen progresivamente, y constituyen junto con la Gramática -como es
de verse la base elemental de la educación de los jóvenes que luchan por aprender
nuevas síntomas en su orientación a la política, la abogacía, que perdura hasta hay. El
discurso tiene una finalidad y un principio, se encuentra en el, tres géneros de
elocuencia: 1) elgenus landativum, que obviamente era utilizado en los eventos
religiosos y fúnebres; 2) genus deliberativum, que es el realce de la oratoria política;
3) genus indiciale, característica peculiar de la defensa y acusación, que nosotros los
abogados practicamos cotidianamente en los tribunales de justicia.

EI abogado, en uno u otro caso, siempre está tentado por llegar a ser, obviamente, un
orador carismático -quizá un líder con esas características-. Proviene del vocablo
griego Carihs, significa, el poder del orador con el público; refiriéndose concretamente
a lo que ayer era el líder, que por sus dones se convertía en un elocuente profeta,
quien, investido de cualidades especiales se adelantaba a los hechos. Sabia -a ciencia
cierta la intención de la audiencia y de cada uno de los integrantes que allí se reunían.
El carismático, tiene una personalidad diferente, posiblemente más evolucionada de
aquellos otros. Los científicos sociales y otros especialistas de las ciencias sociales y
humanas, señalan con énfasis, que la mayoría de los carismáticos llegan a ser líderes,
caudillos, conductores de una forma de persuadir y convencer a la masa. En el mundo,
estos caudillos pueden ser: Omar Kadaffi, Osama Bin Laden, Fidel Castro Ruz, García
Pérez, Velasco Alvarado, Vicente Fox, Inacio Lula Da Silva, entre otros.

La oratoria es considerada hoy en día, una disciplina humanística, y a su vez, una


ciencia y un arte. Pues, justificadamente se la tiene en cuenta, heredera de la retórica,
iniciada en la milenaria Grecia, que por fortuna tiene grandes adherentes en todos los
continentes. En el Perú, tiene rigurosa importancia. Si el abogado sabe para qué habla
y como lo hace ante los tribunales, esta interrelacionando sus conocimientos, que son
dignos de convertirse en ciencia. La oratoria, brinda a la sociedad, habilidad,
capacidad, técnica, estrategia, en el raciocinio; esto es el pensar y el decir, ante la
respetable audiencia.

El orador tiene o debe tener, un arduo despliegue emotivo, debido al diagnóstico


situacional realizado previamente.

El orador forense en el escenario del tribunal, tiene la posibilidad de apelar a la


inteligencia, y persuadir apelando a los sentimientos. Si usted se considera hábil e
inteligente, no persuada ni se aproveche de la calidad humana; siempre y en cada
caso procure quedar bien, como buen abogado, convenciendo.

EI orador, cuanto más experimentado es, cultiva en su haber, un estilo peculiar de


cómo decir el discurso; esto es, el que lo adecua a los disimiles géneros de
elocuencia, que pueden ser: alto, medio y elegante. Nos quedamos con este último,
que consiste, en la mejor forma de expresar el discurso, orientado precisamente al
convencimiento, la persuasión corresponde a un anti género, o en el mejor de los
casos, al género corriente.

En el ámbito de la retórica, también es necesario recordar, que esta destaca -desde la


Grecia pomposa- escuelas que sí proponen modelos de elocuencia, que en la
evolución oratorial-histórica posiblemente se va modificando vertiginosamente.

- Escuela neoatica, tenía el estilo de los escritores clásicos de la gloriosa Atenas,


consistía en una oratoria espontánea, sin artificio ni adorno, teniendo como objetivo
lograr una elocuencia expositiva a través de los hechos. Representantes: Licinio
Calvo y Junio Bruto.

- Escuela asiática, continúa con el estilo griego, evento que se desarrollaba en las
ciudades de Asia. Su tonó es exuberante, florido y brillante. Representante:
Hortensio.

- Escuela rodia, que tiene como escenario la famosa Isla de Rodas, convirtiéndose
en aquella memorable época en el centro cultural del : Mediterráneo Oriental,
enseñaban básicamente, la retórica.

La evolución de la retórica desde la antigüedad hasta hoy, obviamente sufrió cambios


vertiginosos. En los siglos XVII y XIX, esta disciplina perdió su originaria dimensión e
importancia filosófica, técnica y científica. De este lamentable hecho u ocurrencia, se
llega a recuperar parcialmente su importancia, a partir de los años 50 del siglo XX. Se
la conecta con la ética -cuya propuesta es platoniana- que en la práctica le da un
sentido ético y humanista. Pero hay aún más, la distinción entre la lógica, como ciencia
de la demostraci6n y, asimismo la dialéctica y la retórica fueron consideradas como las
ciencias de lo probable y posible.

En cualquier caso, en la mente del orador forense se inicia el discurso retórico, y se


extiende progresivamente hasta llegar a la comprensión de los consumidores o
receptores masivos. El abogado debe saber, que la persuasión es propia del discurso
retórico; en cambio, el convencimiento esta obviamente asociado al discurso filosófico.
Esto es: convencer con la razón. A pesar de ciertas diferencias, ambas están
íntimamente relacionadas. ¡Optemos por el conocimiento!

EL ABC DE CONSEJOS

a) Resumir los puntos tratados para que el auditorio los pueda recordar después
mejor.
b) Presentémonos adecuadamente y demostremos capacidad y experiencia para
tratar el tema.
c) Podemos hacer una galantería sobria y sincera, pues nadie acepta lo falso o
desagradable.
d) Comenzar un discurso con deseo optimista y con gran empeño.
e) Se debe luchar por tener desde el primer momento un gran afecto por el auditorio.
f) Los puntos por tratar deben ser dichos con tal decisión que en muchos casos
parezca órdenes.
g) Hagamos discursos con frases que creen imágenes, refranes ya que todos son
visuales, donde el interés es contagioso.
h) Nunca sermonear al auditorio.
i) Aplicar los pensamientos filosóficos en los discursos de tal manera que
inundemos emoción en los presentes.
j) El discurso es expresado por un humano y por tanto sus palabras deben cobrar
vida.
k) Articular en su discurso, claramente, las silabas y las palabras.
l) Jamás terminemos nuestro discurso con “BUEN, esto es todo cuanto tenía que
decir, “MUCHAS gracias por haberme escuchado”, etc.

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