Reología Litosférica
Reología Litosférica
Reología Litosférica
Durante el proceso de comprender el funcionamiento y estructura de nuestro planeta, los científicos se han encontrado
con varias teorías que, al tener distintas interpretaciones, han causado discusiones acerca de qué modelo es el correcto
para entender la composición y dinámica de la Tierra. El artículo “Reología de la Litósfera “, escrito por Silvia Martín y
Gerardo de Vicente, se describen las propiedades físicas de la litósfera continental y su comportamiento durante sus
procesos de deformación, relacionados con la génesis, transporte de calor y comportamiento mecánico; haciendo énfasis
en la controversia de los perfiles de resistencia de la litósfera continental.
Las rocas pueden comportarse rígidamente o pueden ser dúctiles y fluir, dando pauta a la teoría de la tectónica de placas
y la deriva continental; y, por otro lado, la evidencia sísmica muestra que la corteza y el manto tienen un comportamiento
elástico, lo cual contradice su capacidad de fluir, por lo que anula la teoría de la deriva continental. ¿cómo se da esta
contradicción o cómo podemos responder al correcto movimiento de la litósfera? En el presente ensayo veremos una
posible explicación a esta pregunta, bajo conceptos como litósfera elástica, mecánica, térmica, geoquímica y sismológica.
Hace tiempo se descubrió que la capa superficial que se mueve por la tectónica de placas (la litosfera) no es solo la corteza;
una capa de material del manto (manto litosférico) se encuentra pegado al fondo de la corteza, lo que significa que dentro
de la litosfera hay un cambio dramático de composición. En palabras de los autores, “la litosfera se sitúa sobre el manto
más débil de la astenosfera. Este límite reológico está representado por una isoterma característica (1.100-1.330 °C) en la
que las rocas del manto se aproximan a su temperatura solidus”. Denominan a esta corteza inferior como discontinuidad
de Moho, representando el límite composicional entre corteza y manto, constituido por rocas ultra máficas y alcanzando
una profundidad de 100- 250 km. Sin embargo, Martín y de Vicente manejan a la litosfera mecánicamente como capa
externa que puede transmitir esfuerzos a escala temporal geológica, y en contraparte, usando la definición de Cochran, la
describen como el espesor que está en equilibrio isostático con las dorsales medio- oceánicas. En términos de una litósfera
térmica se trata de la parte de la Tierra en que la energía calorífica se transfiere mayormente por conducción, al mismo
tiempo “englobaría la mecánica, ya que muchas de sus propiedades dependen de la relación entre su temperatura”.
La tierra es caliente en su profundidad, por lo que es más probable que las rocas sean más débiles conforme se baje al
centro del planeta, pero sabemos que la composición de la tierra no es constante. Como se expresó anteriormente, las
rocas que están encima de la isoterma característica están con una temperatura menor, suficiente como para comportarse
de manera rígida, causando los mecanismos motrices de las placas tectónicas, a su vez, esto permite explicar la curvatura
elástica de la litosfera al someterse a cargas verticales, haciendo que los esfuerzos elásticos se transmitan desde los bordes
de las placas hacia su interior. “Las deformaciones que se producen en el límite litosfera-astenosfera influyen en los
procesos de subsidencia y levantamiento de la zona reológica más superficial”, justifican los investigadores.
Los procesos de creep relajan los esfuerzos en zonas débiles, manteniendo la coherencia de la litosfera, dando como
resultado negativo transmitir esfuerzos elásticos, “solo los sectores suficientemente rígidos, englobados bajo el concepto
de litosfera elástica, almacenan los esfuerzos elásticos.” Por lo tanto, la mayor parte de la litosfera es asísmica. “Hay una
segunda capa más profunda y resistente en la parte mantélica de la litosfera continental donde ocasionalmente se
producen terremotos”. Ambas capas constituyen la litosfera sismogenética.
Martín y de Vicente escriben que “las diferencias en la intensidad de la deformación de la litosfera continental entre las
provincias tectónicas antiguas y jóvenes se han relacionado precisamente con variaciones en la resistencia litosférica.”
Los principales controles sobre la reología de las rocas son la composición, la estructura, la temperatura, la presión, la
presencia de líquido y la presencia de masa fundida. La composición es bastante difícil de cambiar, pero si aumenta
cualquiera de las otras cosas, es más probable que la roca se comporte de manera dúctil. “Los perfiles de resistencia se
fundamentan en las leyes empíricas del comportamiento frágil y viscoso de las rocas y minerales característicos de la
corteza y el manto […]Tanto el modelo de resistencia que se supone debe tener la litosfera, como a la estimación y el
significado concreto de los conceptos de espesor elástico efectivo y de espesor sismogenético”. Debido a lo anterior,
además de observaciones geológico-geofísicas, se han propuesto dos modelos diferentes para explicar la resistencia de la
litosfera continental:
“Los perfiles de resistencia de la litosfera continental con la profundidad indican que puede existir una zona débil en la
corteza inferior que separe la corteza superior y el manto superior frágiles, creando una estructura tipo jelly sándwich”,
explican Martín y de Vicente. Un sándwich de gelatina (mermelada) tiene una capa suave entre dos capas más fuertes. El
modelo sándwich supone una corteza superior rígida fuerte, una corteza inferior caliente y débil y luego una capa fuerte
de manto litosférico.
Por otro lado, está el modelo crème brûlée: una cuchara gigante que cava en la tierra se rompería a través de una capa
superior (como la azúcar quemada en una crème brûlée) y luego se deslizaría suavemente a través del manto suave debajo
(crema cremosa).
Ambos modelos tienen distintas implicaciones geodinámicas, pero su diferencia principal está en el tipo de manto
litosférico, de tal manera que este es muy resistente en el primero, mientras que en el segundo apenas contribuye a la
resistencia litosférica. “Dentro de este contexto, es inevitable que la construcción de las curvas de resistencia se vea
afectada por las incertidumbres en la determinación de los parámetros reológicos y por la caracterización de la estructura
litosférica.”, escriben los autores.
Investigadores han indicado que ambos modelos son representativos a la resistencia de la litósfera continental, mientras
que otros lo contradicen y piensan que aportan aspectos diferentes del comportamiento de la litosfera en la que respecta
a las deformaciones. “El espesor elástico efectivo refleja la resistencia integrada de la litosfera frente a cargas de larga
duración que producen su flexión, mientras que el espesor sismogenético muestra la resistencia de la corteza superior
que responde mediante fracturación y sismicidad a cargas históricas.” Es así como finalmente no se ha llegado a una
conclusión totalmente aceptada por toda la comunidad científica.
Referencias Bibliográficas
Martín, S., & De Vicente, G. (2011). Reología de la litosfera (continental). Reduca (Geología). Serie Tectónica., 3(1).
Burov, E. B. (2006). The long-term strength of continental lithosphere: “jelly sandwich” or “crème brûlée”? GSA TODAY,
16(1). https://doi.org/10.1130/1052-5173(2006)016