Estándares Historia Completo Ebau
Estándares Historia Completo Ebau
Estándares Historia Completo Ebau
ÍNDICE
ESTÁNDARES
LOMCE
Felipe Juan Fernández
Bloque 1. La Península Ibérica desde los primeros humanos hasta la desaparición de la
monarquía Visigoda (711).
Bloque 2. La Edad Media: Tres culturas y un mapa político en constante cambio (711-1474).
(20 %)
1. Define en qué consistió el “revisionismo político” inicial del reinado de Alfonso XIII, y
las principales medidas adoptadas.
2. Representa una línea del tiempo desde 1902 hasta 1931, situando en ella los
principales acontecimientos históricos.
3. Especifica la evolución de las fuerzas políticas de oposición al sistema: republicanos y
nacionalistas.
4. Explica las repercusiones de la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa en
España.
5. Analiza las causas, principales hechos y consecuencias de la intervención de España en
Marruecos entre 1904 y 1927.
6. Analiza la crisis general de 1917: sus causas, manifestaciones y consecuencias.
7. Describe la evolución de la dictadura de Primo de Rivera, desde el Directorio militar al
Directorio civil y su final.
8. Explica los factores de la evolución demográfica de España en el primer tercio del siglo
XX.
9. Explica las causas que llevaron a la proclamación de la Segunda República y relaciona
sus dificultades con la crisis económica mundial de los años 30.
10. Diferencia las fuerzas de apoyo y oposición a la República en sus comienzos, y describe
sus razones y principales actuaciones.
11. Resume las reformas impulsadas durante el bienio reformista de la República.
12. Especifica las características esenciales de la Constitución de 1931.
13. Describe las causas, desarrollo y consecuencias de la Revolución de Asturias de 1934.
14. Explica las causas de la formación del Frente Popular y las actuaciones tras su triunfo
electoral, hasta el comienzo de la guerra.
15. Representa una línea del tiempo desde 1931 hasta 1939, situando en ella los
principales acontecimientos históricos.
16. Relaciona la Guerra Civil española con el contexto internacional.
17. Compara la evolución política y la situación económica de los dos bandos durante la
guerra.
18. Especifica los costes humanos y las consecuencias económicas y sociales de la guerra.
19. Sintetiza en un esquema las grandes fases de la guerra, desde el punto de vista militar.
1. Elabora un esquema con los grupos ideológicos y los apoyos sociales del franquismo en
su etapa inicial.
2. Diferencia etapas en la evolución de España durante el franquismo, y resume los
rasgos esenciales de cada una de ellas.
3. Explica la organización política del Estado franquista.
4. Especifica las causas de la crisis final del franquismo desde 1973.
5. Relaciona la evolución política del régimen con los cambios que se producen en el
contexto internacional.
6. Explica la política económica del franquismo en sus diferentes etapas y la evolución
económica del país
7. Describe las transformaciones que experimenta la sociedad española durante los años
del franquismo, así como sus causas.
8. Especifica los diferentes grupos de oposición política al régimen franquista y comenta
su evolución en el tiempo.
9. Representa una línea del tiempo desde 1939 hasta 1975, situando en ella los
principales acontecimientos históricos.
10. Explica las alternativas políticas que se proponían tras la muerte de Franco, y quiénes
defendían cada una de ellas.
11. Describe el papel desempeñado por el rey durante la transición.
12. Describe las actuaciones impulsadas por el presidente de Gobierno Adolfo Suárez para
la reforma política del régimen franquista: Ley para la Reforma política de 1976, Ley de
amnistía de 1977, etc.
13. Describe cómo se establecieron las preautonomías de Cataluña y el País Vasco.
14. Explica el proceso de elaboración y aprobación de la Constitución de 1978, y sus
características esenciales.
15. Elabora un esquema con las etapas políticas desde 1979 hasta la actualidad, según el
partido en el poder, y señala los principales acontecimientos de cada una de ellas.
16. Comenta los hechos más relevantes del proceso de integración en Europa y las
consecuencias para España de esta integración.
17. Analiza la evolución económica y social de España desde la segunda crisis del petróleo
en 1979 hasta el comienzo de la crisis financiera mundial de 2008.
18. Analiza el impacto de la amenaza terrorista sobre la normalización democrática de
España, describe la génesis y evolución de las diferentes organizaciones terroristas que
han actuado desde la transición democrática hasta nuestros días (ETA, GRAPO, etc.) y
reflexiona sobre otros temas relacionados: la ciudadanía amenazada, los movimientos
asociativos de víctimas, la mediación en conflictos, etc.
HISTORIA DE ESPAÑA
Felipe de Juan
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1.- Explica las diferencias entre la economía y la organización
social del Paleolítico y el Neolítico, y las causas del cambio.
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7. Identifica las diferencias entre una imagen de pintura cantábrica
y otra de pintura levantina.
Las primeras manifestaciones artísticas aparecieron durante el Paleolítico Superior (40.000-
30.000 a. de C.). Estas muestras de pintura rupestre son obra del Homo sapiens (final del
Paleolítico) y se concentran en el suroeste de Francia y en la región cantábrica. Las cuevas de
Altamira (Cantabria) constituyen uno de sus máximos exponentes. Ciertas zonas de las cuevas
presentan pinturas poco visibles, por lo que podrían ser santuarios. Los motivos predominantes son
animales , entre los que sobresalen los grandes herbívoros, como bisontes, ciervos, etc., figuras
humanas, a menudo con marcados atributos sexuales o con rasgos de animales, y signos abstractos
de difícil interpretación. Las principales características técnicas y formales de estas pinturas son las
siguientes: a) La representación naturalista de los animales, cuya perfección es sorprendente. b) El
empleo abundante del color, con preferencia del rojo y el negro. c) El aprovechamiento de los
entrantes y salientes de la pared para dotar de volumen a las figuras representadas. d) La ausencia
de composición: no se representan escenas, sino figuras aisladas o independientes entre sí, a
menudo superpuestas y siempre desordenadas. El significado de estas obras es controvertido y se
han elaborado diferentes teorías, aunque es muy difícil demostrar la validez de alguna de ellas. La
más clásica y tradicional es la que considera la realización de estas pinturas como parte de un ritual
mágico, cuyo objetivo sería propiciar la fertilidad y la caza de los animales representados.
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3. Define el concepto de romanización y describe los medios
empleados para llevarla a cabo.
Se entiende por romanización el proceso de imposición y/o adaptación de los pueblos
hispanos a las estructuras económicas, sociales, políticas y culturales del Imperio romano (218 A. de
C. -476 d. de C.). El proceso de romanización de Hispania tuvo dos fases: la conquista militar y la
integración de los pueblos hispanos en el Imperio romano. Sin embargo, este fenómeno de
aculturación no fue homogéneo sino que fue un proceso discontinuo con resultados desiguales:
a) En el área ibérica (sur y levante), más urbanizada y con formas de organización no muy
diferentes de las de Roma, no solo fue más fácil la conquista, sino también su inserción en la
civilización romana.
b) En el centro y oeste la romanización fue tanto más difícil cuanto menor era su grado de
urbanización y desarrollo.
c) En el norte, la zona más atrasada y la última en conquistarse, la vida urbana era
inexistente y los romanos no consiguieron desarrollarla ni imponer del todo su modelo de vida.
En cualquier caso, el proceso de romanización se llevó a cabo en todos los rincones del
Imperio a través de los mismos cauces:
a) La extensión de la vida urbana. En el sur y levante aprovecharon la amplia red de ciudades
preexistentes y se limitaron a transformar sus órganos de gobierno autónomos en órganos
dependientes de la administración general romana. En cambio, en el resto de la Península se
crearon nuevas ciudades, según el modelo romano.
b) EI papel del ejército. El ejército fue uno de los más importantes vehículos de difusión de la
civilización romana. Se reclutaron tropas auxiliares entre los pueblos indígenas, lo que facilitaba su
contacto con los romanos, y, además, al término de su servicio militar, podían obtener el privilegio
de la ciudadanía romana y recibir lotes de tierras. Es el caso, por ejemplo, de León, cuyo nombre
deriva de legio, ya que allí estuvo asentada la Legio VII Gemina.
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c) La fundación de colonias. El asentamiento de ciudadanos romanos en colonias de nueva
creación o en tierras confiscadas a los indígenas también extendió el modelo de vida romano. En
general, se trataba de soldados veteranos. Mérida (Emérita Augusta), por ejemplo, fue fundada por
orden del emperador Augusto para asentar a los veteranos de las guerras cántabras.
d) La concesión de la ciudadanía romana a los indígenas. La obtención del título de
ciudadano romano suponía gozar de numerosos derechos y privilegios, por lo que se utilizaba su
concesión como reclamo para imponer la dominación romana. Fue un proceso progresivo que se
inició con la aristocracia indígena, para asegurarse su apoyo y colaboración.
Con esta romanización la población indígena asimiló los modos de vida romanos en diversas
facetas (lengua, religión, obras públicas, derecho, administración, urbanismo…). La romanización
conllevó cambios radicales para la historia peninsular: latinización (expansión del latín y eliminación
de las lenguas ibéricas e indoeuropeas, lo que supuso la unificación lingüística de la Península),
creación de estructuras político-administrativas (provincias, gobernadores, ciudades, municipios),
principios de derecho, red viaria, grandes infraestructuras, toponimia y onomástica nuevas, idea de
ciudadanía, nuevo orden social, cultura romana, nuevos sistemas religiosos (incluido, ya muy
tardíamente, siglo III de nuestra era, el cristianismo).
Las ciudades peninsulares se configuraron según el modelo de la propia Roma e
incorporaron por ello construcciones características de la vida urbana romana: termas y baños,
alcantarillado, teatros (Mérida, Itálica), anfiteatros, templos, basílicas, acueductos (Segovia,
Mérida), foros, arcos de triunfo (Bará, Medinaceli), circos, murallas (Lugo, Coria). La amplia red
viaria de calzadas construida (Vía Augusta, Vía de la Plata...) y las obras de infraestructura
complementarias (puentes, como los de Córdoba y Alcántara, puertos) vertebraron la Península.
Por todo ello, Hispania terminó por ser una de las provincias más romanizadas del imperio.
Así lo muestra la aparición de importantes personalidades romanas originarias de Hispania:
escritores (el filósofo Séneca, el poeta Lucano, etc.), senadores, gobernadores provinciales, altos
funcionarios, tribunos militares, emperadores (Trajano, Adriano, Teodosio). En suma, las elites
hispanas se integraron pronto en el sistema romano. Hispania fue así una parte del universo
romano occidental. Tras el derrumbe del Imperio, el cristianismo (religión permitida con el
emperador Constantino) se convirtió en la principal salvaguarda de las esencias de la cultura latina
y en la fundamental impulsora de la romanización de las tribus bárbaras.
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Intensificación de las tendencias económicas iniciadas en el Bajo Imperio: ruralización,
latifundismo y economía cerrada.
En el plano social, se reforzaron las relaciones de tipo personal. Se originó por tanto, una
situación muy próxima al feudalismo con la aparición de una minoría de nobles
latifundistas.
Por otro lado, la monarquía visigoda era electiva y la designación del rey dependía de los
magnates (Nobleza). Además el poder del rey estaba limitado por esa misma nobleza. Este control
que los poderosos ejercían sobre la realeza se hacía evidente en estas dos instituciones: El Aula
Regia: Asamblea de carácter consultivo, integrada fundamentalmente de la nobleza y el Officium
Palatinum: También formado por la nobleza de mayor confianza del rey.
Asimismo, la medida unificadora más importante fue la unión religiosa llevada a cabo por
Recaredo. En el III Concilio de Toledo (589), Recaredo abandonó el arrianismo con todo su pueblo y
aceptó el catolicismo como religión oficial del reino. Esta medida fue más política que religiosa,
pues de este modo consiguió para la monarquía el apoyo tanto de la aristocracia hispanorromana
como de la cada vez más poderosa Iglesia. Cuando Recaredo reconoció el catolicismo como religión
oficial obtuvo para la monarquía el apoyo fundamental de la Iglesia. Pero ésta, en contrapartida, se
convirtió en el nuevo árbitro de la situación política; en lo sucesivo apoyaría al monarca siempre
que actuara de acuerdo a sus intereses.
Tras la conversión al catolicismo de los visigodos los Concilios de Toledo (hasta entonces
asambleas eclesiásticas) integraron al rey, la nobleza y la Iglesia, y tuvieron carácter de asamblea
legislativa, por lo que se convocaban cada vez que debía tratarse un asunto importante que
afectaba a la monarquía. Los obispos se convierten desde ese momento en verdaderas autoridades
del reino y pasan a desempeñar competencias en asuntos sociales, fiscales y judiciales que
desbordan el mero ámbito de la fe.
También en lo cultural, la nota distintiva fue su estrecha dependencia de la Iglesia. Sin duda
la figura más relevante de todo este periodo fue San Isidoro de Sevilla en su monumental
Etimologías.
En suma, a pesar de la debilidad de los reyes, los visigodos llegaron a construir un Estado
aparentemente unificado que dio lugar a la aparición de un cierto nacionalismo hispano. Es en esta
época visigoda cuando nace también la idea de España. Sus límites geográficos ya habían sido
establecidos en tiempos de Roma, pero es ahora cuando, sobre todo mediante los escritos de san
Isidoro de Sevilla, se empieza a difundir una noción nacional más allá de las fronteras peninsulares.
El goticismo, la tesis del reino “godo” como antecedente de la monarquía astur-leonesa de los
siglos IX a XIII y raíz, por tanto, de la idea de recuperación de la Península tras la invasión
musulmana tuvo vigencia recurrente en visiones sustantivas de la historia de España.
6. Representa una línea del tiempo desde 250 a.C. hasta 711 d.C,
situando en ella los principales acontecimientos históricos.
En la siguiente página tenéis todos los ejes cronológicos de toda la historia de España.
Podéis suprimir algunos acontecimientos y dejar los que están en los apuntes.
https://globalhistoria.wikispaces.com/Ejes+cronol%C3%B3gicos
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218: desembarco romano en Ampurias (IIª guerra púnica). Conquista romana (197-19).
197: división de Hispania en Ulterior y Citerior.
19: fin de las guerras cántabras y de la conquista romana.
15: reorganización de Hispania en Lusitania, Bética y Citerior.
74 d. de C.: Vespasiano concede la “ciudadanía latina” a los hispanos.
98-117: Trajano, emperador de Roma.
117-138: Adriano, emperador de Roma.
212: Caracalla concede la ciudadanía romana a los hispanos.
s. III: cristianización paulatina de Hispania.
379-95: Teodosio I, emperador; el cristianismo religión oficial.
409: penetración de vándalos, alanos y suevos en la Península.
476: desaparición del imperio romano de occidente.
507-711: instalación de los visigodos en Hispania.
568: Toledo, capital del reino visigodo.
574-81: unificación de la Península por Leovigildo.
589: conversión de Recaredo al catolicismo.
710. Batalla de Guadalete. Rodrigo, último rey visigodo
711. Conquista musulmana: Al-Andalus
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Un factor importante de la rápida expansión de los musulmanes fue su tolerancia y su
respeto hacia los cristianos y los judíos, a los que consideraban sus protegidos por ser también
gentes del Libro (los musulmanes también aceptan que Dios reveló su voluntad a través de libros
sagrados, por lo que judíos y cristianos son gentes del Libro, ya que comparten con ellos el hecho
de haber recibido la revelación de Dios y haberla registrado en un libro sagrado).
En cuanto a la ocupación de los territorios conquistados, esta se efectuó mediante dos
sistemas:
a) Rendición incondicional. Los que opusieron resistencia y fueron sometidos por las armas
perdieron sus derechos y sus tierras se repartieron entre los conquistadores.
b) Rendición pactada o capitulación. A los que se sometieron voluntariamente a los
musulmanes se les respetaron sus derechos y sus tierras, a cambio del pago de los tributos
correspondientes. Este fue el procedimiento más habitual.
9. Representa una línea del tiempo desde 711 hasta 1474, situando
en una fila los principales acontecimientos relativos a Al Ándalus y
en otra los relativos a los reinos cristianos.
• 711: penetración musulmana en la Península.
• 722: victoria de Pelayo en Covadonga.
• 756: proclamación del emirato independiente de al-Ándalus.
• ss. VIII-X: surgimiento de los reinos de Asturias y Pamplona y de los condados de Aragón,
Sobrarbe, Ribagorza y Barcelona.
• 910-1230: reino de León.
• 929-1031: califato de Córdoba.
• 950: aparición de Castilla como condado independiente.
• 1031: desaparición del califato de Córdoba: reinos de taifas.
• 1035: Sancho el Mayor (Sancho Garcés III de Pamplona) crea los reinos de Castilla y
Aragón.
• 1085: toma de Toledo por Alfonso VI de León y Castilla.
• 1090-1145: “imperio” almorávide.
• ss. xi-xiii: grandes avances territoriales de los reinos cristianos peninsulares.
• 1118: toma de Zaragoza por Alfonso I de Aragón.
• 1137: unión de Aragón y Cataluña: creación de la corona de Aragón.
• 1139: independencia de Portugal.
• 1147-1212: reunificación de al-Ándalus por los almohades.
• 1162-1512: reino independiente de Navarra.
• 1188: nacimiento de las cortes de Castilla y León.
• 1212: batalla de Las Navas de Tolosa.
• 1229 y 1239: Jaume I conquista Baleares y Valencia.
• 1230: unión definitiva de Castilla y León.
• 1237-1492: reino nazarí de Granada.
• 1240-62: Fernando III toma Murcia, Córdoba, Jaén, Sevilla, Jerez, Cádiz y Niebla.
• 1282: Aragón ocupa Sicilia.
• 1324: ocupación de Cerdeña por Jaume II.
• 1369: Enrique II Trastámara, rey de Castilla.
• 1390: los almogávares entregan a Aragón los ducados de Atenas y Neopatria.
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• 1412: Fernando I (de Antequera) Trastámara, rey de Aragón por el “compromiso de
Caspe”.
• 1443: Alfonso V de Aragón, rey de Nápoles.
• 1450-60: guerra civil navarra.
• 1462-72: guerra civil catalana.
• 1469: matrimonio de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón.
• 1474-79: guerra civil castellana.
• 1479: unión de Castilla y Aragón bajo los Reyes Católicos.
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exclusivamente en el ámbito urbano. La gran mayoría de esta industria tenía como materia prima
los productos obtenidos del campo: así en las almazaras se obtenía el aceite, en los molinos la
harina. Del lino, algodón, etc., se obtenían los hilos que alimentaban una desarrollada industria
textil. También existía otro tipo de industrias como la minera: explotación de mercurio de Almadén,
etc. El comercio se desarrolló en dos ámbitos complementarios: en primer lugar en el ámbito
urbano: todos los productos obtenidos en su área de influencia eran comercializados en los zocos
(plaza o conjunto de calles dedicadas al mercado). En segundo lugar en el ámbito exterior: el
mundo islámico desempeñó el papel de intermediario entre Europa, África negra y Asia Monzónica.
Al-Andalus se encontró en un extremo de este circuito comercial, de ahí la aparición de dos
importantes rutas: ruta del oro de Sudán, y la ruta hacia Europa, de donde se obtenían esclavos,
que después los comerciantes andalusíes exportaban a Oriente. Este complejo desarrollo comercial
exigía una sólida y abundante moneda que lo respaldara. Para ello se centralizó la acuñación de
moneda en Córdoba. Al-Andalus se convirtió en centro distribuidor de oro y plata para toda Europa
occidental, metales que utilizaban los países europeos para sus acuñaciones.
En cuanto a la sociedad andalusí lo más singular fue la variedad de grupos étnico-religiosos
que convivieron en un mismo territorio, a veces con grandes tensiones pero mayoritariamente de
forma pacífica, hasta el punto de que la convivencia multirracial fue una de las principales
características de Al-Andalus. Los principales grupos eran los siguientes:
Una minoría árabe, que ocupaban los puestos más relevantes de la escala social.
Los bereberes, grupo racial norteafricano convertido al islamismo.
Los judíos, que ocupaban profesiones artesanales, comerciales y liberales. Residían
principalmente en las ciudades.
Los eslavos, procedentes del Centro de Europa como esclavos y que acabaron ocupando
importantes cargos en la administración y el ejército.
Los hispanovisigodos, que formaban la mayoría de la población y que tomaron dos
posturas distintas: los que se convirtieron al islamismo, conocidos como muladíes; y los
que permanecieron en territorio musulmán pero conservando su religión cristiana,
conocidos como mozárabes (los musulmanes viviendo en territorio cristiano recibían el
nombre de mudéjares).
En lo que a vida intelectual y cultural se refiere, hablamos de un marco que gozó de
enorme prestigio tanto en el mundo islámico como en la Europa medieval cristiana, tomando como
modelo y lengua de expresión el árabe al tiempo que se dejaban influir por la culturas persa, hindú
y grecorromana. Este progreso cultural y científico se debió, en parte, a la atmósfera de libertad
ideológica que reinó en Al-Andalus durante muchos siglos. En el aspecto lingüístico la imposición
del árabe permitió a Al-Andalus relacionarse intelectualmente con los centros culturales del
Próximo Oriente. La relación con Oriente fue un factor fundamental de intercambio y penetración
de ideas, libros, costumbres, etc.
En cuanto a los estudios filosóficos, aparece, en el siglo XII, la figura de Averroes. También
hay que destacar los estudios científicos y técnicos. Así en medicina destacó el judío Maimónides.
Estos libros divulgaron en España y de aquí a Europa la filosofía de la Antigua Grecia. Por otra parte,
en sus obras arquitectónicas destacan dos obras arquitectónicas: la mezquita de Córdoba y el
Palacio de la Alhambra en Granada.
En definitiva, la mayoría de hispanovisigodos aceptaron la civilización musulmana y
formaron con sus conquistadores un verdadero Estado con personalidad propia que se convirtió en
la vía de transmisión a Occidente de la ciencia griega, de gran parte de la hindú (sistema de
numeración) y de la propia aportación del mundo islámico.
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12. Describe las grandes etapas y las causas generales que
conducen al mapa político de la península Ibérica al final de la Edad
Media.
Desde la batalla de Covadonga (711) aparece un movimiento de oposición a la presencia
islámica y que pretenderá la restauración del reino visigodo de España. A este fenómeno se le
denomina Reconquista; esto es, el proceso de ocupación militar de los territorios musulmanes de la
península ibérica, siendo el causante del mapa político de la P. Ibérica a lo largo de toda la Edad
Media. Las fases de esta reconquista son las siguientes:
1º.- Evolución histórica entre los siglos VIII-X.
Entre 711 y 725 los musulmanes ocupan toda la península salvo pequeños núcleos cristianos
en Asturias y los Pirineos, pero sin que existan fronteras definidas entre ambas religiones ni
tampoco entre los distintos núcleos. Estos núcleos son:
1º.- Núcleo asturiano: Formado por astures y por una minoría de hispanovisigodos que
eligen como rey Pelayo, quien dirigió la lucha contra los musulmanes en el enfrentamiento de
Covadonga. Con Alfonso III se traslada la capital de Oviedo a León, (de ahí el nombre de reino astur-
leonés). Sin embargo Castilla, principal frontera con el mundo musulmán, empezó a adquirir fuerza
debido al fuerte poder que acumularon sus condes. De esta manera, Castilla se convertirá en un
condado independiente.
2º.- Núcleo pamplonés: Durante los siglos VIII y IX, Pamplona se vio ocupada
alternativamente por francos y musulmanes. Expulsados los francos, la familia Arista, expulsará a
los musulmanes, afianzando así la pervivencia del reino navarro.
3º.- Núcleo franco: Los francos, a través de la dinastía carolingia, extienden su influencia por
los valles pirenaicos, con el fin de evitar las razias musulmanas y asegurar el control de su territorio.
Surgen así una serie de condados cuyos condes dependen de la monarquía franca (carolingios):
condado de Aragón, Sobrarbe, etc., además de los condados catalanes (Barcelona, Gerona, etc).
Algunos investigadores denominan a toda esta zona Marca Hispánica. En el siglo IX, la familia
Galindo impuso sus intereses frente a los francos que abandonaron la zona de los condados de
Aragón, Sobrarbe, etc., formándose el núcleo del reino de Aragón. Por otro lado, los condes
catalanes adquieren mayor independencia, si bien, entre todos, comienza a adquirir un
protagonismo mayor el conde de Barcelona.
2º.- Evolución histórica. Siglos XI-XIII.
1º.- Siglos XI-XII.: La desintegración del califato cordobés favorece el renacimiento
económico cristiano. Entre los reinos cristianos, Navarra desempeñó el papel más importante; su
rey Sancho III el Mayor (1000-1035), mediante vasallaje y matrimonios, llegó a controlar Castilla,
León, Navarra, Aragón y el condado barcelonés. Sin embargo, esta unidad se rompió al dividir,
Sancho III, su reino entre sus hijos. Tras esta división el Reino de Pamplona perdió su hegemonía
anterior, ante la expansión de Aragón y de Castilla, que pasaron a ser reinos independientes.
Durante el siglo XII, se afianzaron las distintas nacionalidades peninsulares cristianas.
Veamos ahora la evolución que viven cada uno de los reinos:
a) REINO CASTELLANO LEONES.- Lo más destacable en este reino fue la conquista de Toledo
(1085), por parte de Alfonso VI; y la independencia del condado de Portugal ocurrida en 1143.
b) REINO ARAGONÉS Y CONDADO BARCELONÉS: El matrimonio de la hija del monarca
aragonés y del conde de Barcelona, permitió que el heredero de ambos: Alfonso II, uniese, así,
Aragón y Cataluña con la denominación de Corona de Aragón, si bien cada uno conservó sus
características particulares.
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c) REINO DE NAVARRA: Navarra a pesar de mantener su independencia hasta el siglo XVI,
quedó bloqueado entre Castilla y Aragón, lo que provocó su decadencia política.
2º.- Siglo XIII: Durante el siglo XIII prácticamente se puede considerar terminada la
reconquista. Con la disgregación musulmana (reinos de taifas), se reanuda la reconquista por parte
de los reinos cristianos. Alfonso VIII, rey de Castilla, marcha sobre Despeñaperros donde en 1212 se
produce la victoria cristiana de las Navas de Tolosa, que despejó el camino hacia el Guadalquivir.
Durante el siglo XIII se llevará a cabo la reconquista de Andalucía por parte de Fernando III el
Santo y su hijo, Alfonso X, el Sabio. Al-Andalus queda reducida al reino nazarí de Granada.
La Corona de Aragón inicia también bajo Jaime I el Conquistador (1213-1276) su expansión
por tierras musulmanas. Así incorpora Valencia y Mallorca a la Corona de Aragón. La posesión de
Mallorca facilita la expansión económica catalano-aragonesa por el Mediterráneo, que finalizará
con la incorporación del Sur de Italia, Sicilia y Cerdeña a las posesiones de la Corona de Aragón.
3º- Evolución histórica. Siglo XIV.
La crisis económica, social y política del siglo XIV provoca la desaparición de las dinastías
legítimas y se instauran las procedentes de líneas bastardas. En Castilla se inicia el reinado de la
casa bastarda de los Trastámara. En la Corona de Aragón esta crisis fue más tardía.
En definitiva, durante este proceso reconquistador se produce la estructuración casi
definitiva de las fronteras de cada uno de los reinos cristianos, que adquieren su propia
personalidad y que será el origen de las diversas nacionalidades existentes en el actual Estado
español.
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2ª.-Concejil. Durante el siglo XII se repoblaron muchos núcleos urbanos, denominados
concejos, en toda la península, bien de nueva planta, bien por ocupación a los musulmanes.
(Concejo= ciudad amurallada con una importante extensión de tierras denominados alfoces.
También se denominan Comunidades de Villa y Tierra), durante la segunda mitad del siglo XI y
primera del XII. Surgen los grandes concejos preferentemente entre los ríos Duero y Tajo (concejos
de Salamanca, Ávila, Segovia, Cuellar, etc.), y en el valle del Ebro (concejos de Zaragoza, Daroca,
Alcañiz, etc.). Los monarcas concedieron amplios fueros (conjunto de normas que regulaban todos
los aspectos de la vida municipal) a los repobladores que se concentraron en estos amplios
términos municipales. A estas ciudades acuden hombres libres, nobles (sobre todo caballeros), etc.
A cambio los concejos se comprometen a armar milicias concejiles para el ejército del Rey. Al lado
de la repoblación de las ciudades se produjo una repoblación aldeana, con núcleos compuestos de
unos diez vecinos. A los nuevos pobladores asentados en el alfoz se les concedía un solar y tierras
de cultivo que al cabo de unos años pasaba a ser de su propiedad; asimismo, podían disfrutar de
tierras y bienes comunales. La estructura de la propiedad resultante se caracterizaba por el
predominio de la propiedad mediana libre y la abundancia de tierras comunales. En el ámbito social
aparece una realidad urbana compleja donde la burguesía adquiere una gran relevancia.
3ª.-De las Ordenes Militares (mediados del siglo XII -principios del s. XIII), que actuaron en la
cuenca del Guadiana medio, y en la de los ríos Guadalope (afluente del Ebro) y Guadalaviar o Turia.
Las Ordenes Militares eran una especie de hermandades de caballeros-monjes cuya misión era
combatir a los musulmanes. En este periodo la repoblación de los territorios conquistados es
encomendada a las órdenes militares Las más conocidas fueron la de Calatrava en Castilla, la de
Alcántara y Santiago en León y la de Montesa en la Corona de Aragón. Se formaron grandes
latifundios propiedad de estas Órdenes, donde tuvieron a su cargo numerosos campesinos vasallos.
La propiedad, por tanto, fue a parar a manos de la alta nobleza, desapareciendo los campesinos
libres. Las estructuras de la propiedad fueron, entonces, los latifundios, dedicados a la explotación
ganadera, solución más idónea para una zona rica en espacio y, a la vez, escasa en mano de obra
4ª.-Nobilaria (s. XIII). Se repuebla Andalucía, Extremadura, Murcia y una parte de Valencia.
La repoblación continúa el sistema de los grandes latifundios, surgiendo las grandes posesiones
nobiliarias tanto laicas como eclesiásticas. Las nuevas tierras conquistadas se dividían mediante el
sistema de repartimientos, lo que significa que las tierras e inmuebles arrebatados a los
musulmanes fueron entregados por los reyes a quienes participaron en la conquista. Se configuró
así un tipo de propiedad de grandes terratenientes y medianos propietarios de tierra cuyo tamaño
y valor estaban en función del rango social de quien los recibía. La estructura de la propiedad fue
similar a la fase anterior. En la tercera y cuarta fase aparecen las relaciones de dependencia
personal (vasallaje) típicas del modelo social feudal.
En definitiva, con la repoblación se establecen las bases de la estructura de la propiedad de
la tierra que ha predominado en España hasta nuestros días. Asimismo, desde el punto de vista
socioeconómico resulta fundamental el triunfo del sistema feudal como modo de producción y
como modelo de estructuras jurídico-políticas (vasallaje) y la reaparición de la ciudad como centro
industrial-comercial.
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fueron organizando paulatinamente bajo la estructura feudal, a partir del momento en que la
nobleza y el clero acapararon, en sus señoríos, una importante parte del poder político que
correspondía a los monarcas (administración, justicia, etc.). Las relaciones políticas van a
convertirse ahora en vínculos personales; dentro de una pirámide feudal de poder. Desde la base
(siervos) hasta la cumbre (Rey), el poder asciende o desciende a través de una relación personal
que se llama vasallaje.
Toda esta estructura, que dejaba pocos poderes al monarca, presuponía que cada reino
quedaba convertido en un mosaico de jurisdicciones y distintas justicias. El rey sólo conservó la
capacidad de administrar justicia entre los nobles y ciertos derechos exclusivos como la acuñación
de moneda y otros. Las distintas jurisdicciones que podían aparecer en un reino son las siguientes:
tierras de realengo, tierras de propiedad eclesiástica, tierras de solariego y municipios que podían
obtener fueros, es decir, el privilegio de autogobernarse. Casi todos los cargos del gobierno
municipal acabaron en manos de la alta burguesía.
A nivel de la administración real el organismo más importante era la Curia Real, consejo
integrado por magnates del clero y la nobleza cuyo cometido era asesorar al rey. Desde 1188 en
León y durante el siglo XIII en el resto de los reinos, los monarcas convocaron también a los
burgueses a la Curia, en representación de las ciudades: así nacieron las Cortes. Convirtiéndose,
consecuentemente, en la única institución con carácter nacional. Existían Cortes en Castilla y en
Aragón. Aquí existía una por cada nación, ya que la monarquía aragonesa era pactista (pacto entre
las diversas nacionalidades). Así frente a la monarquía castellana que aparece como unitaria, la
Corona de Aragón aparece como una "federación" de varios Estados: Cataluña-Mallorca, Aragón y
Valencia, con un mismo monarca pero conservando su personalidad.
Las Cortes medievales eran convocadas por el rey y reproducían la estructura estamental de
la sociedad, ya que estaban compuestas de tres brazos -en representación de la nobleza, el clero y
las ciudades- que deliberaban por separado. Aunque existían diferencias entre unos reinos y otros,
las funciones de las Cortes eran esencialmente dos:
a) Atender las consultas del rey en asuntos de especial importancia.
b) Sobre todo, votar impuestos de carácter extraordinario, lo que era frecuente debido a la
insuficiencia de los ingresos fiscales ordinarios para atender los gastos crecientes de la monarquía.
El valor de las Cortes fue desigual según los distintos reinos ibéricos:
En Castilla no tenían poder legislativo vinculante.
En la Corona de Aragón, las Cortes tuvieron un verdadero poder legislativo. Cada reino de la
Corona de Aragón (Aragón, Valencia y Cataluña) tenía sus propias Cortes. Para vigilar el
cumplimiento de lo aprobado en las Cortes, se creó una Diputación del General (Generalitat
en Cataluña).
En Navarra las Cortes nacieron tardíamente pero tuvieron gran vitalidad en los siglos XIV y
XV. Como la Corona de Aragón las Cortes navarras tenían poder vinculante.
Por consiguiente, ni la composición ni las funciones de estas Cortes primitivas son
equiparables con las de las Cortes o Parlamentos actuales: ni eran representativas de la voluntad
general del reino, ni tenían poder legislativo, ni disponían de instrumentos legales para controlar el
poder del monarca.
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14. Compara la organización política de la Corona de Castilla, la
Corona de Aragón y el Reino de Navarra al final de la Edad Media.
La organización política a fines de la Edad Media se caracterizó por una enorme
fragmentación del poder político y la desaparición de los poderes públicos (justicia, fiscalidad, etc.)
que quedan en manos de los señores feudales (señoríos jurisdiccionales). Cada reino cristiano es un
mosaico de múltiples células políticas prácticamente independientes. El único lazo que relaciona al
monarca con sus nobles es el juramento de vasallaje.
Sin embargo, a lo largo de la Edad Media los monarcas intentaron recuperar su autoridad
apoyándose a veces en la propia nobleza otras en el tercer estado. Por otro lado, la crisis del siglo
XIV originó el intento de los monarcas de imponer una política centralizadora y autoritaria sobre la
nobleza. Sin embargo, este intentó generó diferencias institucionales entre Castilla y Aragón que
consolidan su organización política propia a través de una serie de instituciones que marcarán la
historia de los siglos siguientes.
En Castilla, el rey detentaba un poder mayor que en Aragón. El rey vio fortalecida su autoridad
en el texto de las Partidas que fue elaborado durante el reinado de Alfonso X. Esta personalidad de
monarca absoluto fue aumentada en el Ordenamiento de Alcalá (1348) y, después en la Cortes del
Real de Olmedo (1445). A través de estos cauces la monarquía logró:
• Sobre la multitud de derechos consuetudinarios, el Ordenamiento intentó establecer un
código de leyes único.
• Una compleja centralización administrativa, perfeccionándose la hacienda mediante la
creación de nuevos impuestos (Alcabala).
• Los inicios de un cuerpo armado de carácter permanente, de esta manera el monarca
rompe su dependencia militar con la clase nobiliaria.
Así, Castilla a lo largo de la Baja Edad Media se configuró como un reino unitario y centralizado y
donde la autoridad real se fue fortaleciendo paulatinamente, ya que los monarcas castellano-
leoneses estuvieron menos dispuestos a conceder señoríos a la nobleza.
En el ámbito estatal castellano destacan las Cortes cuyas decisiones no tenían poder
legislativo vinculante. En el ámbito local el principal instrumento de control de la monarquía sobre
los municipios lo representó la figura del corregidor, que se convirtieron en representantes
permanentes de la Corona en los principales municipios.
En la Corona de Aragón su estructura política difería de la castellana en dos aspectos:
1. La Corona de Aragón no era una monarquía absoluta sino pactista. El poder del rey estaba
limitado por el derecho y costumbres del país, que el monarca se comprometía a mantener
en un pacto con sus vasallos (alta nobleza, clero y patriciado urbano), que se realizaba a
través de las Cortes. De este modo, las Cortes de los diferentes reinos ejercieron un fuerte
control sobre la monarquía, limitaron su poder y frustraron cualquier pretensión absolutista.
2. La Corona de Aragón estaba constituida como una confederación de tres Estados: Cataluña-
Mallorca, Aragón y Valencia, cada uno de ellos con leyes, Cortes e instituciones propias y
notables diferencias entre sí, que el monarca debía jurar en el momento de ocupar el trono.
En cuanto a las instituciones, reflejan las peculiaridades tanto de la Confederación en su
conjunto como de cada uno de los territorios. Las más importantes eran: los virreyes que
representaban al rey y actuaban en su nombre en aquellos territorios en los que no residía el
monarca. Existían Cortes independientes en Aragón, Cataluña y Valencia y nunca llegaron a unirse.
Las Diputaciones, surgidas de las comisiones temporales de las Cortes y finalmente transformadas
en permanentes (destacando la Diputación del General de Cataluña o Generalitat). En Aragón,
además, existía la figura del Justicia de Aragón cuya misión era la defensa de los fueros propios de
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Aragón frente a las posibles pretensiones autoritarias de la monarquía. En Navarra, al igual que en
Aragón, las Cortes tuvieron un verdadero poder legislativo.
En cuanto a Navarra, ésta gozaba de un importante Fuero General, que fue mejorado por
sucesivos monarcas. Las Cortes, nacidas tardíamente, tuvieron gran vitalidad en los siglos XIV y XV.
En definitiva, mientras en Castilla se constituyó una monarquía centralizada que fue el
germen de la aparición de la monarquía autoritaria con los Reyes Católicos; en Aragón la estructura
política feudal se basó en el pactismo y en la confederación de reinos que mantuvo su vigencia
hasta el siglo XVIII, lo que impidió la aparición de una monarquía unitaria.
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1º.- LA NOBLEZA: Disfrutó de un mismo estatuto legal privilegiado que la eximía de pagar
impuestos y gozaba de privilegios jurídicos, como disponer de tribunales. Por su distinta riqueza se
distinguían una alta nobleza o ricos-hombres, en Castilla, y, barones en la Corona de Aragón y
Navarra. La baja nobleza estaba formada por caballeros o infanzones (hidalgos). La alta nobleza
terminó por controlar amplios dominios territoriales, en los que, además de las rentas que
percibían, gozaban de poder jurisdiccional. Dichos señoríos pervivieron hasta el siglo XIX, en que
fueron suprimidos.
2º.- EL CLERO: Acaparaba una gran parte de la riqueza territorial, del fisco (a través del
diezmo) y de los señoríos jurisdiccionales. Además tenía los mismos privilegios que la nobleza.
Había un clero secular (obispos, sacerdotes, arzobispos, etc.) y clero regular (monjes), que era el
que vivía sometido a una regla monástica. Socialmente se distinguía el alto clero, generalmente
reclutado en las filas de la nobleza, y el bajo clero, más próximo al pueblo.
3º.- LOS CAMPESINOS: Representaban entre el 80 y el 90 % de la población de los reinos
cristianos. En principio se diferenciaban por su distinta relación con la tierra en: pequeños
propietarios libres, colonos y siervos, pero a medida que se impusieron los señoríos jurisdiccionales
terminaban todos adscritos a la gleba. En diversas ocasiones hubo revueltas campesinas. Las más
importantes fueron las de los “payeses de remensa”, que afectó a las tierras de Cataluña; y las
revueltas irmandiñas, en Galicia.
4º.- LA BURGUESÍA: Es el nombre genérico con que se conoce a la clase social que apareció
en las ciudades y cuya característica fundamental era su libertad frente a la jurisdicción señorial. En
Castilla tuvo poca importancia porque las ciudades, en su mayoría, eran agrícolas-ganaderas. En
Cataluña, por el contrario, apareció una numerosa burguesía formada por comerciantes y
artesanos. También en este grupo se distinguieron dos grupos claramente diferenciados: el
patriciado, grupo dirigente; y los modestos artesanos y pequeños mercaderes, es decir, el “común”.
5º.- MINORÍAS MARGINADAS: En los núcleos políticos de la España medieval vivían también
otros grupos de población: los judíos y los mudéjares, a los que hay que sumar los conversos de
origen musulmán (moriscos) y sobre todo judío (judioconversos).
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HISTORIA DE ESPAÑA
Bloque 3. La formación de
la Monarquía Hispánica y su
expansión mundial (1474-
1700).
Bloque 4. España en la
órbita francesa: el
reformismo de los primeros
Borbones (1700-1788).
Estándares de aprendizaje
Felipe de Juan
1
1. Define el concepto de “unión dinástica” aplicado a Castilla y
Aragón en tiempos de los Reyes Católicos y describe las
características del nuevo Estado.
El reinado de los Reyes Católicos ha sido considerado como el punto de partida de la Edad
Moderna en España. Sin embargo, la unión (1469) entre Isabel de Castilla y Fernando de Aragón fue
de tipo matrimonial; esto es, era una unión dinástica, por cuanto ambos reinos van a tener desde
ahora los mismos monarcas, pero conservando su peculiaridades medievales. En 1475 se produce la
unión dinástica de las Coronas de Castilla y Aragón mediante la Concordia de Segovia, acuerdo por
el que cada reino mantenía sus leyes, instituciones y fronteras. No es, pues, una unidad
institucional de los dos reinos, es solo una unión personal, y no un estado centralista y unificado.
Todos los reinos tendrán idénticos soberanos, pero los distintos reinos no formarán un solo Estado.
Sin embargo, esta unión contribuyó a la creación de la denominada Monarquía Hispánica. Castilla,
por su mayor tamaño, población y poder económico, era hegemónica dentro de la Monarquía
hispánica.
Se limitó el poder de la nobleza. la nobleza que apoyó a Juana “la Beltraneja” vio confiscada
sus señoríos que fueron dados como señoríos territoriales (no jurisdiccionales) a la nobleza
afín. Por lo que se refiere a la Iglesia, los reyes lograron del Papa Sixto IV la ampliación del
Patronato real en la provisión de cargos, esto es, las personas propuestas por los reyes para
ocupar los altos cargos serían, de hecho, nombrados por Roma. Esto permitió a los reyes
controlar indirectamente todos los señoríos eclesiásticos al colocar personas leales a los
monarcas.
Se controló a las Órdenes Militares. Se presionó a las Órdenes Militares para que nombrasen
al rey como su gran maestre cuando el cargo quedase vacante.
Se creó un ejército permanente. Así se crearon tropas a sueldo lo que permitió eliminar la
dependencia que los monarcas tenían de las tropas de la nobleza. También se creó una
diplomacia igualmente permanente.
Por último, se empleo la religión como nexo de la unidad territorial. La religión contribuyó a
hacer de la fe cristiana el elemento común y definidor de la “esencia” última de la Península
(con exclusión, por ello, de judíos y musulmanes). Comenzó, así una dura política contra las
dos minorías religiosas: judíos y musulmanes. Se decreta así la expulsión (1492 expulsión de
los judíos) o conversión forzosa. Para vigilar a los supuestos falsos conversos establecen la
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Inquisición o Tribunal del Santo Oficio en 1478. El Tribunal del Santo Oficio estaba bajo la
autoridad directa de los reyes, que lo utilizaron como instrumento de su política autoritaria.
En suma, el reinado de los RRCC, desde un punto de vista político, representa un estadio de
monarquía autoritaria, como etapa de transición a la monarquía absoluta característica de la Edad
Moderna, puesto que establecieron las primeras bases de un Estado moderno que desarrollaron
después sus sucesores.
2º.- La expulsión de los judíos. En la sociedad española de fines del siglo XV existían grupos
marginados: judíos y musulmanes. Estos grupos planteaban al nuevo Estado un problema pues la
convivencia de tres religiones, unido a la existencia de lenguas, tradiciones, legislación diferentes
hacían difícil la convivencia en un nuevo Estado que necesitaba nexos de unión. Ambos monarcas
decidieron que la unidad religiosa era necesaria y actuaron duramente contra las dos minorías
religiosas. La religión contribuyó a hacer de la fe cristiana el elemento común y definidor de la
“esencia” última de la Península (con exclusión, por ello, de judíos y musulmanes). Así, en 1478,
obtuvieron del Papado el permiso para el establecimiento de la Inquisición con el fin de perseguir a
los supuestos "falsos conversos" y, a finales de abril de 1492, los Reyes Católicos decretaron la
expulsión de sus reinos de todos aquellos judíos que no se bautizaran. La Inquisición sería un
instrumento de control político de la monarquía, con jurisdicción, además, sobre ambas coronas,
por encima de los distintos ordenamientos de estas. La Inquisición o Tribunal del Santo Oficio se
convirtió, entonces, en un sistema de información y represión que permitió silenciar las voces
contrarias a los intereses de la monarquía. La intolerancia se abatió pronto sobre España y acabó
definitivamente con el mestizaje surgido en los siete siglos de vida en común. La expulsión de los
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judíos supuso una gran pérdida, además de cuantitativa, cualitativa, pues se trataba de un grupo
laborioso que desempeñaba actividades económicas de gran utilidad (comerciantes, prestamistas,
etc.). Además se generó entre la población una actitud de rechazo hacia las actividades comerciales
(mentalidad antiburguesa).
3º.- El descubrimiento de América.- Por último el gran acontecimiento de 1492 fue, sin duda, el
descubrimiento de América. Con la desaparición del Imperio Bizantino, al ser conquistada
Constantinopla por los turcos en 1453, y la aparición del imperio Otomano se incrementan las
dificultades para llegar a Asia por el Mediterráneo, lo que obliga a los europeos a buscar rutas
alternativas para conseguir los productos de las Indias: especias y metales preciosos. En este
contexto, las rutas atlánticas exploradas por castellanos y portugueses adquieren una nueva
dimensión. El objetivo de portugueses y castellanos era encontrar nuevas rutas para acceder a los
centros de producción orientales de forma directa, eludiendo al amenazante Imperio Otomano. De
esta manera la expansión española por el Atlántico se convierte en eje fundamental de la política
exterior de los RRCC.
Para acabar con la rivalidad entre Castilla y Portugal por el control del Atlántico se
establecieron varios tratados entre ambas monarquías que consiguieron resolver los conflictos
relativos a los límites de su expansión. El más importante fue el Tratado de Tordesillas que
establecía una línea de separación entre las dos grandes potencias y que reservaba para Portugal la
ruta que bordea África y una pequeña área en América que se convertiría en el futuro Brasil, para
Castilla quedaba el resto de América.
4
protestantismo que proporcionará la base ideológica para el enfrentamiento entre Carlos I y los
príncipes alemanes. Esta compleja trama se desarrolla en tres etapas:
1ª.- Carlos I obtuvo grandes victorias en Italia frente a Francia y al Papado (Pavía 1525) que
le permitieron ocupar el Milanesado.
2ª.- Tuvo que enfrentarse contra la alianza formada por Francia y los príncipes alemanes
luteranos (asociados en la Liga de Smalkalda)
3ª.- Intenta solucionar el problema alemán en sus dos aspectos: militar y religioso. En el
primero logrando la derrota de la Liga de Smalkalda en la batalla de Mülhberg (1547). El segundo,
logrando convocar el Concilio de Trento en un claro intento de reconciliar a la Iglesia católica con
los reformados. Pero no fueron soluciones definitivas en ninguno de los dos campos. En el religioso,
porque ambas posturas se radicalizaron. En el militar, porque Francia acudió en auxilio de los
príncipes luteranos. Al final de su reinado, Carlos I tuvo que reconocer el fracaso de su idea
imperial firmando el Acuerdo de Augsburgo (1555) donde se reconocía la potestad de cada príncipe
para elegir su propia religión. Supone, por tanto, la consagración jurídica de la escisión religiosa.
Carlos I finalmente abdicó en su hijo, Felipe II.
Felipe II: El Imperio hispano. Frente a la idea del Imperio Universal de Carlos I, la época de
Felipe II será la del período de hegemonía española (el Imperio hispano). Felipe II aspira a entregar a
España el dominio sobre Europa. Sin embargo, todos los países de Europa lucharán para impedir el
dominio español. La política exterior de Felipe II se desarrolla en las siguientes etapas:
1ª.- Control de Francia, al obtener los ejércitos españoles la victoria de San Quintín (1557).
Esta victoria convierte a Felipe II en el árbitro de la política francesa hasta finales de siglo.
3ª.- La cuestión de los Países Bajos: Heredados de la casa de Borgoña, los Países Bajos no
aceptaban el dominio de un rey extranjero, que se muestra ferviente católico en unos territorios
cuya parte norte (Holanda) ha aceptado unánimemente el calvinismo. Además en esta zona se
produce el enfrentamiento entre una mentalidad centralista-absolutista, representada por Felipe II,
y otra parlamentaria, defendida por Holanda. La sublevación comienza en 1566, y aunque los
tercios españoles obtuvieron éxitos militares importantes, no lograron dominar la resistencia
holandesa que contó con el apoyo británico y de los reformados alemanes.
4ª.- Incorporación de Portugal (1580): Felipe II hereda el reino de Portugal a la muerte del
rey portugués enarbolando sus derechos dinásticos (su madre pertenecía a la familia real
portuguesa). En 1581 las Cortes de Tomar reconocen soberano a Felipe II, que jura respetar todas
las libertades portuguesas. Con esta incorporación une, también, a su corona todo el imperio
colonial portugués con sus bases en América (Brasil), África y Asia.
Durante los últimos años del reinado de Felipe II la guerra se generalizó y el rey se vio
envuelto en un triple enfrentamiento: en Francia que reinicia su política tradicional antiespañola;
con los Países Bajos y contra Inglaterra. Estos tres países firmaron el Tratado de Greenwich. Felipe II
mantuvo, con grandes dificultades, la supremacía de España, pero ahora el imperio pasaba a la
defensiva.
el fuerte descenso demográfico fruto tanto de las enfermedades de origen europeo como de la
dureza del trabajo al que fueron sometidos; para compensar la pérdida de mano de obra se
importaron esclavos negros procedentes del continente americano
la aculturación impuesta sobre todo a través de un severo proceso evangelizador que acabó con
las formas de vida y creencias tradicionales de los indígenas.
Tanto es así que desde bien pronto voces críticas con los métodos empleados, en especial
desde órdenes como la de los dominicos, que denunciaban prácticas como el requerimiento
(invitación forzosa a aceptar la soberanía del conquistador bajo amenaza de sometimiento por las
armas); y la encomienda: a un encomendero colonizador se le asignaba una partida de
encomendados indios que trabajaban la tierra y pagaban tributos a cambio de protección y
evangelización. Se trataba de una forma encubierta de explotación del indio en condiciones
similares a la esclavitud. Bartolomé de las Casas y otros protagonizaron en la primera mitad del
siglo XVI un debate en torno a la legitimidad de la conquista que tuvo como resultado la
promulgación de unas Leyes Nuevas para América (1542-43), las cuales, pese a su relativo
cumplimiento, se concibieron con la intención de evitar prácticas abusivas. Esta situación fue la que
dio origen a la “leyenda negra”.
Por otra parte, a lo largo de los siglos siguientes se establecieron intensas relaciones
comerciales entre España y los colonos instalados en América. España enviaba a América toda clase
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de productos (alimentos, vestidos, etc.) y América enviaba a España oro y plata. Estos metales
aumentaron de forma inmediata la circulación monetaria que se tradujo en un aumento de la
demanda de bienes. Esta demanda desembocó en un fuerte aumento del precio de los productos
(inflación). Se desencadenó, así en España y en toda Europa, la revolución de los precios.
Los gastos de las guerras de Carlos I y Felipe II acabaron provocando la ruina de la Hacienda
Real, el endeudamiento de la Corona con la banca extranjera y el aumento de la presión fiscal,
que arruinó a los sectores productivos españoles, dado que los impuestos no estimulan la
inversión.
El carácter arcaico de los gremios que no supieron evolucionar adaptándose a la competencia.
La mentalidad antiburguesa de la mayor parte de la población española que rechazaba el
comercio y los negocios por considerarlos propios de judíos.
La superioridad industrial de los Países Bajos, Inglaterra y Francia les permitió producir más y a
menor precio y así competir sin dificultad con la escasa producción española
En suma, el hecho colonial español fue agente decisivo en la transformación económica de
donde nace el mundo moderno. Este hecho creó el primer “mercado mundial” y ofreció al
desarrollo de la producción europea una cobertura monetaria cada vez más abundante y barata. A
partir de entonces y progresivamente el eje económico mundial pasó del Mediterráneo al Atlántico.
Sin embargo, este mismo mecanismo concluyó excluyendo a España de este desarrollo del
capitalismo.
El Conde-Duque de Olivares puso a prueba su nueva política en la guerra de los Treinta Años
(1618-1648), el gran conflicto que, iniciado como un conflicto exclusivamente alemán, entre
protestantes y católicos liderados por el emperador Fernando II, católico intransigente de la
dinastía de los Habsburgo en Austria, derivó en una guerra religión entre católicos (agrupados en la
Liga Católica) y protestantes (agrupados en la Unión Evangélica) y acabó convirtiéndose en una
guerra general cuando intervienen España, los Países Bajos, Dinamarca, Suecia y Francia, que a
pesar de ser una monarquía católica no tuvo escrúpulos en aliarse con los protestantes alemanes y
holandeses. La Guerra de los Treinta Años que empezó siendo un conflicto religioso, termina siendo
una lucha por la hegemonía europea, que hasta ahora habían ostentando los Habsburgo. Confluyen
en ella las tensiones existentes entre las naciones católicas y las reformadas, entre los príncipes
alemanes y el emperador (recuérdese que era un Habsburgo y, por tanto, católico), entre los
Habsburgo y la dinastía francesa regida por los Borbones.
Los inicios de la guerra fueron favorables a las tropas católicas hispano-austriacas (Breda).
Pero pronto la situación interna de la monarquía española se agravó, no ya sólo en lo demográfico y
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económico, sino también en lo político con una serie de revueltas internas ocasionadas por el
Decreto de Unión de Armas (Cataluña, Portugal, etc.). Así, en poco tiempo las tropas protestantes
pasaron a la ofensiva. Además la Francia del cardenal Richelieu se alió con los protestantes y
terminó derrotando a las tropas españolas en la batalla de las Dunas y en Rocroi.
La guerra de los Treinta Años acabó finalmente con la Paz de Westfalia (1648), que tuvo
para España dos consecuencias importantes:
• Descenso demográfico, por el que España acabó el siglo XVII con menos población
que en el siglo anterior.
• El agotamiento económico que afectó a todos los sectores económicos.
Desde el punto de vista demográfico la población española pasó de 8 millones en 1600 a 7
millones en 1700. Este descenso afectó especialmente a Castilla, reino que más población perdió.
Entre las causas de la crisis demográfica destacan las siguientes:
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Las grandes epidemias de peste cuya intensidad recordó a la peste de 1348. Podemos
distinguir tres grandes oleadas (a principios, a mediados y a finales de siglo). Las malas
cosechas, la desnutrición y las malas condiciones higiénicas contribuyeron a que la
mortandad de las epidemias fuera aún mayor.
Descenso en las tasas de natalidad: las guerras ocasionaron la muerte de muchos varones
jóvenes en edad de procrear, que provoca, de manera inmediata un aumento de la
mortandad, y provocan, a la larga, una disminución de la natalidad. Además, la crisis
económica retrasaba la edad de los matrimonios. Esto unido al aumento del número de
eclesiásticos no favoreció el aumento de la población.
La expulsión de los moriscos (unos 300.000 entre 1609-14), que perjudicó sobre todo a
Aragón y Valencia. A esta salida se une el incremento de la emigración.
Desde principios del siglo XVII la economía en España, en especial en la Corona de Castilla,
se hundió en una profunda decadencia:
1. Problemas agrarios: La actividad agraria quedó muy afectada por el descenso de población
(sobre todo la expulsión de los moriscos), que provocó despoblamientos y abandonos de tierras
cultivadas. Los nobles vieron disminuir sus rentas debido al descenso de la producción y el
aumento de los salarios ante el descenso demográfico.
2. Actividad artesanal y comercial: La actividad artesanal quedó paralizada debido a los efectos de
la revolución de los precios y al descenso demográfico. La competencia de los productos
extranjeros, más baratos que los productos nacionales, afectó a la rentabilidad de estos
sectores. Estos extranjeros actuaban a través de agentes españoles para burlar el impedimento
legal que el monopolio castellano imponía en América. De esta manera, se produce el
acaparamiento del comercio con América por extranjeros. En estas condiciones la actividad
mercantil disminuyó tras el descenso demográfico. Además, el mercado interior seguía siendo
pequeño y difícil. Las aduanas interiores y el aumento de los impuestos sobre las mercancías no
incitaban a la inversión. El capital buscaba inversiones más seguras como la deuda del Estado.
Por otro lado, la decadencia de la minería americana provocó un notable descenso de estos
minerales; y, además, siguieron utilizándose para compensar el déficit comercial y para financiar
las continuas guerras de la Monarquía.
3. La Hacienda pública: El esfuerzo bélico realizado durante los siglos XVI y XVII para el
mantenimiento del Imperio provocó en la Hacienda Real un fuerte endeudamiento, que se
financió con el oro y plata americano. La disminución en el volumen de metales preciosos al
inicio del s. XVII empeoró aún más la situación. Ello originó hasta seis suspensiones de pagos de
la Corona a sus acreedores por falta de medios. A ellas seguía siempre una negociación con los
banqueros afectados, que solía consistir en sumar a la deuda principal los intereses no pagados,
con lo que el endeudamiento de la monarquía era cada vez mayor. Para resolver esta situación
se recurrió a la búsqueda de nuevas fuentes de ingresos que afectaron sobre todo a Castilla:
a. Las alteraciones monetarias como la acuñación de las monedas de vellón de cobre puro
(sin contenido en plata). Así se reducía su contenido metálico pero se aumentaba su
valor legal. La Hacienda se beneficiaba de la diferencia entre el valor legal de la moneda
y el valor (muy inferior) de su contenido metálico. Esto produjo una inflación galopante
que desorganizó toda la economía del país.
b. El aumento de impuestos tradicionales y la creación de nuevos impuestos, lo que
desincentivaba la inversión en sectores productivos.
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c. La venta de cargos públicos, en especial los municipales; o la venta de títulos nobiliarios
(que eran adquiridos por burgueses que, en el momento de convertirse en nobles,
dejaban de pagar impuestos.
Todos estos recursos solo sirvieron para poder afrontar las necesidades inmediatas de la
Corona, sobre todo los gastos militares y el pago de los crecientes intereses a sus acreedores, pero
no fueron suficientes para atajar el progresivo endeudamiento de la Hacienda Real
En suma, la crisis económica que se produjo en el s. XVII supone el traslado del centro de
gravedad económica desde el centro (Castilla) a la periferia. Castilla quedó agotada en su
mantenimiento del Imperio.
2. Felipe de Anjou, de la Casa de Borbón y nieto del rey francés Luis XIV.
2. Como guerra civil española, se puede afirmar que la Corona de Aragón (Aragón, Cataluña y
Valencia) fue mayoritariamente partidaria del candidato austriaco, mientras que la Corona
de Castilla apoyó a Felipe V.
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Francia: Las aspiraciones de Francia, bajo el reinado de Luis XIV (el “Rey Sol”) eran seguir
arrebatando territorios europeos a España y la eliminación de toda posibilidad de cercamiento
por unas u otras potencias (lo que le oponía a la dinastía Habsburgo, presente en Viena y
Madrid). Además con la candidatura al trono español Luis XIV obró como si fuera el rey efectivo
de España. Esto podría conducir en un futuro a la unión en una misma Corona de dos grandes
potencias, Francia y España, cuya hegemonía sería indiscutible.
España: El interés de Carlos II fue mantener la integridad del imperio o al menos salvar la mayor
parte de lo que quedaba del mismo (en algunos casos las potencias europeas llegaron incluso a
plantear el reparto de los reinos españoles).
Aragón: Tras la crisis de la Unión de Armas, los Habsburgo habían vuelto a la estructura foral
que mantenía intactas las estructuras administrativas de los reinos periféricos (incluidas sus
Cortes). El temor a que el candidato francés impusiera en España la política centralista y unitaria
que se practicaba en Francia hizo que los países de la Corona de Aragón se inclinaran por el
candidato austriaca por cuanto se creía que otro Habsburgo en el trono español sería
respetuoso con los fueros.
Castilla: El argumento esgrimido por los castellanos para apoyar al candidato francés era justo
el contrario que el de Aragón. Castilla esperaba que el nuevo candidato impusiera una
estructura centralista que obligara a los reinos periféricos a contribuir a la Hacienda Real de la
misma manera en que hasta ahora lo había hecho Castilla.
La guerra de Sucesión española (1702-1714) que estalló como consecuencia, fue una guerra
europea, larga, extenuante. En Europa, las grandes victorias inglesas obligaron a Francia a buscar
una salida negociada. En España, la guerra estuvo indecisa durante algunos años aunque finalmente
se inclinó el bando franco-español. La Guerra de Sucesión española finalizó con la firma de la Paz
de Utrecht (1713).
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de Carlos II, quien dejó como heredero al candidato francés Felipe de Anjou frente al candidato
austriaco el archiduque Carlos, rompe los pactos previos con las anteriores potencias (repartirse el
Imperio español) e inicia una serie de gestos agresivos (pretende utilizar los territorios españoles
para su propio beneficio). Las potencias europeas entonces se unen a Austria en la Gran Alianza, en
abierta oposición al candidato francés, Felipe de Anjou. Esto supone el inicio de la guerra de
Sucesión española.
• La abolición de los fueros y las Cortes de cada reino. En lo sucesivo sería Cortes únicas para
toda la monarquía y además sin poder vinculante.
• La sustitución del virrey de los Habsburgo por un Capitán General, al frente de una
Audiencia
• La imposición del castellano como lengua de la administración de justicia en Cataluña.
Con esta unificación se intenta la regeneración del país a base de una administración
racional, eficaz, un control de los recursos hacendísticos y la eliminación de la diversidad jurídica y
jurisdiccional. Si la Corona de Aragón pierde su autonomía política, Castilla pierde el monopolio
económico ejercido sobre América. Así se suprimen aduanas interiores, lo que fomenta el comercio
y desarrolla la economía, se establece la libertad comercial con las colonias y se unifican muchos
aspectos legislativos.
La creación de un modelo único de administración territorial para todos los reinos de España
(excepto Navarra y provincias vascas, que se mantuvieron fieles al candidato francés en la guerra de
Sucesión), consistió en la imposición dentro de todo el territorio peninsular del modelo jurídico e
institucional de Castilla. Cada reino, a partir de ahora, será gobernado por un Capitán General con
funciones militares, políticas y administrativas, y las Audiencias, máximos órganos jurídicos
sometidas al control del Capitán General. Por lo que respecta al régimen contributivo y fiscal, todo
el país quedó unificado también según el modelo castellano.
En suma, con los decretos de Nueva Planta España pasa a ser un Estado unitario, centralista
y absolutista, dejando atrás la concepción pactista-federal de los siglos anteriores.
El campo español continuaba con los problemas heredados del sistema señorial medieval.
Estos problemas agrarios fueron recogidos en informes que conjuntamente formaron un
Expediente General. A partir de este expediente se apuntan diversas soluciones a los problemas del
campo. Entre ellos destaca el Informe de la Ley Agraria de Jovellanos. Además se adoptaron algunas
medidas reformistas. Así, se intentan repoblar regiones despobladas como la zona de Sierra
Morena mediante colonos alemanes (La Carolina). Surgen canales de riego (Canal de Castilla).
Por otro lado, los Borbones crearon multitud de fábricas (“Reales Fábricas” de seda, de
tapices, cristalería, etc.), con el fin de que sirvieran como escuela de obreros técnicos, para lo que
se trajeron técnicos de toda Europa; al tiempo que aplicaron innovaciones técnicas de todo tipo,
traídas particularmente de Inglaterra. Su control corría a cargo de representantes del Estado y el
objetivo era satisfacer con productos del país la demanda de artículos de lujo (tapices, cristal, etc.)
de los estamentos privilegiados e, incluso, exportarlo. De esta manera se dejarían de importar del
extranjero y el dinero no saldría de España. Sin embargo, acabaron fracasando por el excesivo
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control burocrático y por no aplicar técnicas de producción avanzadas, por lo que sus productos
resultaban excesivamente caros. No obstante, se trató de una auténtica revolución industrial
incipiente que se extiende sobre todo por la periferia: Valencia, Málaga, Cádiz, Barcelona,
Santander, Bilbao, etc. Paralelamente, se desarrolló el fomento de la construcción naval en
astilleros reales, para facilitar el comercio por mar y la flota de guerra.
Hacia 1760, por primera vez en la historia, y en un proceso imparable hasta nuestros días,
las regiones del litoral superan a las del interior en población, recursos y nivel de vida. Es un fuerte
cambio de gravedad económica del centro a la periferia.
Por lo que respecta a América, en el siglo XVIII con la nueva dinastía, se instauró una
explotación económica de tipo colonial; esto es, América se convierte en exportadora de materias
primas (y no sólo metales preciosos) como tabaco, cacao, azúcar, etc., e importadora de productos
manufacturados peninsulares. Para ello se adoptaron diferentes medidas:
Más adelante, se adoptaron medidas liberalizadoras del comercio con América que permitieron
aumentar los intercambios. Así varios decretos autorizaron el libre comercio directo de los
puertos peninsulares con los americanos y suprimieron definitivamente el monopolio del
puerto de Cádiz. Esto fue un gran estímulo, especialmente para Cataluña.
En conclusión, el comercio con América aumentó notablemente a lo largo del siglo, pero
América era un mercado excesivo para la escasa capacidad productiva de la industria peninsular.
En consecuencia, la mayoría de las manifacturas enviadas a América eran extranjeras, y en la
exportación propiamente española predominaban los productos agrícolas. Por otra parte, se calcula
que el volumen de contrabando o mercado negro era superior al del comercio legal.
La población española inicia en el siglo XVIII una fase de crecimiento que se advierte
principalmente en las regiones periféricas donde se produce un aumento superior al promedio
nacional (incluso superior al 100 %). Este crecimiento se convierte en parte en crecimiento de las
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ciudades costeras (principalmente Barcelona) que experimenta un importante aumento de la
población.
Por otro lado España presenta una estructura agraria que encaja dentro del modelo feudal
propio de la Europa Occidental. Sin embargo, el campesino catalán suele disfrutar de una situación
favorable debido a que:
Disponía de una extensión de tierra suficiente porque las tierras del patrimonio familiar
no se dividían entre los hijos sino que pasaban íntegras al hijo mayor.
Su derecho sobre la tierra era muy amplio: podía comprarla, venderla, heredarla,
cultivarla o dejar de hacerlo sin permiso del señor; éste, por otra parte, no puede
arrebatarla al campesino ni aun en el caso de que fuera arrendatario.
Una vez descontado de la cosecha lo que tenía que pagar al Estado, debía entregar al
señor una cantidad fija (como derecho señorial o como arrendamiento) que el señor no
podía ni modificar ni aumentar caprichosamente.
Asimismo, en el ámbito industrial junto a las “manufacturas reales”, se organizan las fábricas
de estampados de algodón (“indianas”) creadas a mediados del siglo XVIII en Cataluña.
Especialmente importante es su crecimiento en Barcelona.
En cuanto al comercio, sus progresos son muy sólidos en gran parte por la extinción de las
aduanas interiores y la abolición del monopolio de la Casa de Contratación en el comercio indiano.
Así, a lo largo del siglo XVIII se inicia un proceso de integración de las distintas tierras de España en
un único mercado. No obstante, esta integración es lenta e incompleta en el interior y más extensa
en zonas costeras. Así, en la segunda mitad del siglo XVIII Cataluña ha constituido un mercado
regional integrado y en comunicación marítima intensa con los mercados europeos y americanos.
El comerciante de Barcelona representa un nuevo tipo distinto al resto de la península. Por una
parte fueron los que estimularon el movimiento comercial en Cataluña ayudando a la integración
de su mercado regional, además practicaron el comercio de importación – exportación con Europa,
lentamente fueron penetrando en el americano e incluso lograron abrirse camino en el comercio
del interior de la Península, especialmente en la zona de Madrid.
Con la implantación del comercio libre de España con América, el tráfico experimentó un
auge muy fuerte. Se comienzan a aplicar las ideas de los economistas mercantilistas con la
organización de Compañías Privilegiadas a las que se cedía, a cambio de pagar una cantidad al
Estado, el monopolio sobre ciertas rutas o ciertos productos. Así, en 1755 se creó la Real Compañía
de Barcelona, para el comercio en las Antillas: Puerto Rico, Santo Domingo, Margarita.
De esta manera la apertura del mercado americano estimuló la industria en las regiones de
la periferia peninsular. La burguesía española se fortalecía así a la sombra de la Corona. Y la más
beneficiada fue Cataluña. Sus productores agrícolas y textiles conquistaron el amplio mercado
interior de Castilla y los puertos americanos, hasta los que navegaban barcos catalanes cargados de
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manufacturas o aguardiente. Fue así como la burguesía de la región consiguió acumular los
capitales necesarios para abordar con éxito la revolución industrial de la centuria siguiente.
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El despotismo ilustrado fue la teoría política dominante en Europa durante el siglo XVIII y se
basaba en dos principios fundamentales: el poder absoluto de la monarquía y el ideal del rey
filósofo, quien asistido por las minorías ilustradas, sabía lo que convenía a sus súbditos y estaba en
condiciones de impulsar la reforma necesaria para lograr la felicidad de su pueblo.
En España, junto a una minoría ilustrada aparece un nuevo monarca: Carlos III (1759-1788),
cuyo absolutismo había adoptado una nueva forma de expresión: el "Despotismo Ilustrado". Ahora
el Estado se va a concebir como el encauzador del progreso humano. La función del monarca, que
detenta todo el poder, es proporcionar la felicidad a los súbditos, aunque sin su participación
("Todo para el pueblo, pero sin el pueblo"). Carlos III se rodeó de ministros y consejeros reformistas
como el conde de Aranda, del conde de Floridablanca y sobre todo Campomanes
16. Representa una línea del tiempo desde 1700 hasta 1788,
situando en ella los principales acontecimientos históricos.
1700-46: reinado de Felipe V (dinastía Borbón).
1702-14: guerra de Sucesión española.
1707-16: centralización y reforma de la administración territorial española.
Creación de las secretarias de estado.
1714: fin de la guerra de Sucesión. España cede los Países Bajos y sus territorios en
Italia a Austria, Sicilia a Saboya, y Gibraltar y Menorca a Gran Bretaña.
1733-61: pactos de familia con Francia.
1733-38: guerra de Sucesión polaca. España recupera militarmente Nápoles y
Sicilia.
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1738-54: etapa de gobierno reformista de José del Campillo y del marqués de la
Ensenada.
1746-59: reinado de Fernando VI.
1749 y ss.: construcción de una red vial de carreteras y de canales navegables.
1756-63: guerra de los Siete Años. España obtiene Luisiana.
1759-88: reinado de Carlos III. Plena Ilustración española.
1765-86: creación de sociedades económicas de amigos del país.
1766: motín de Esquilache. Expulsión de los jesuitas.
1769-75: colonización de Sierra Morena.
1776-83: guerra de Independencia estadounidense. España recupera Menorca y
Florida.
1777-92: gobierno de Floridablanca.
1777-89: expediciones científicas a Chile, Perú, Nueva Granada y Nueva España.
1778: decreto de libre comercio para América.
1788-1808: reinado de Carlos IV; Godoy, jefe del gobierno, 1792-1808.
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HISTORIA DE ESPAÑA
Felipe de Juan
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1.- Describe la Guerra de la Independencia: sus causas, la
composición de los bandos en conflicto y el desarrollo de los
acontecimientos.
La guerra de la Independencia (1808-1814) es el nombre con el que se designa la resistencia
armada llevada a cabo por el pueblo español ante la ocupación de España por Napoleón. Significa el
principio del fin del Antiguo Régimen y el inicio de un proceso que culminará, veinte años más
tarde, con la revolución liberal.
Los antecedentes más inmediatos al conflicto se encuentran en 1807 con la firma entre
España y Francia del Tratado de Fontainebleau, en virtud del cual se permitía a las tropas francesas
su paso por España para conquistar Portugal, país aliado de Inglaterra, para obligar a que cumpla el
Bloqueo Continental que Napoleón había impuesto a Inglaterra. Con este pretexto Napoleón
dispuso sus tropas en distintas partes de España, lo que levantó serias sospechas sobre su intención
de ocupar la Península. Godoy, valido de Carlos IV, ante esta situación pretendió trasladar a la
familia real a Andalucía; sin embargo, el Motín de Aranjuez (marzo de 1808) frustra estos planes. El
pueblo saquea la residencia de Godoy, exigiendo su destitución, que tiene lugar de inmediato.
Carlos IV, ante la presión popular abdica en su hijo Fernando VII.
Mientras, las tropas francesas han entrado en Madrid y Napoleón es el árbitro de la
situación española. Carlos IV y Fernando VII acuden a Bayona a entrevistarse con el emperador. Allí
abdican ambos, cediéndole sus derechos al trono. Napoleón nombra a su hermano José rey de
España. Esta fórmula de traspaso de poderes mantenía la apariencia de legalidad. Estas
abdicaciones provocan la reacción popular y el 2 de Mayo estalla el conflicto en Madrid.
Cuando surge la guerra de la Independencia las diferentes posturas se van a polarizar en
torno a dos actitudes políticas:
1. La España de José I Bonaparte, era la parte del territorio español ocupada por el ejército
francés. Contaba con el apoyo de los afrancesados, que defendían una modernización pacífica y
gradual de España, que José I parecía garantizar. En esta opción se encontraban muchos viejos
reformistas e ilustrados.
2. La España de la insurrección popular y la resistencia. Integrada por los territorios no
dominados por el ejército francés. Afirmaban luchar en nombre del legítimo rey de España,
Fernando VII. Este grupo se dividía a su vez en dos grupos ideológicos muy dispares:
2.1. Los liberales, que compartían el ideario revolucionario francés: libertad, igualdad,
soberanía nacional, división de poderes, monarquía parlamentaria, constitucionalismo, etc.
2.2. Los absolutistas, que defendían la tradición del Antiguo Régimen: poder absoluto, sociedad
estamental, economía señorial, predominancia ideológica de la Iglesia, etc.
En cuanto al desarrollo de la guerra esta se puede resumir en las siguientes etapas:
1.- Ocupación y levantamiento. Se obliga a Francia a desistir de una rápida conquista por la
reacción popular y resistencia urbana (sitios de Zaragoza y Gerona) y por la derrota francesa en la
batalla de Bailén bajo el mando del general Castaños. Los franceses abandonan Madrid y el propio
emperador acude a España.
2.- Predominio Francés. Durante 1809 se produce una ofensiva francesa y capitulan
Zaragoza y Madrid junto a la derrota en Ocaña. A comienzos de 1810, el territorio peninsular está
prácticamente ocupado (en ciudades, no en zonas rurales), salvo Cádiz. Las guerrillas adquieren
importancia, destacando Francisco Espoz y Mina, el Empecinado y el cura Merino.
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3.- Ofensiva hispano – inglesa desde Portugal coincidiendo con la campaña de Napoleón en
Rusia y la retirada de efectivos militares. Las tropas aliadas empujan a los franceses en su huida.
Tras los éxitos de Arapiles, Vitoria y San Marcial, en 1813, entran, incluso, en territorio francés,
hasta la capitulación de abril de 1814. El Tratado de Valençay pone fin a la guerra. Napoleón
reconocía a Fernando VII como rey de España.
En cuanto a las consecuencias de la guerra se ha hablado de "gran catástrofe
nacional", puesto que el desmantelamiento económico del país fue pavoroso. Además parece
demostrado que ingleses y franceses aprovecharon su intervención en la guerra para destruir los
prometedores comienzos de una industria textil que bastaban para alinear a España junto a los
pioneros de la naciente revolución industrial.
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Se requería la abolición de los privilegios feudales que tenían la nobleza y el clero y la
consideración de toda la población como ciudadanos iguales ante la ley.
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y el del general Lacy en Cataluña (1817) y uno triunfante a cargo del oficial Rafael del Riego en
Sevilla (1820). El protagonismo de los militares como árbitros de la vida política compensaba el
escaso desarrollo y la debilidad de la burguesía en España, que por sí sola carecía de fuerza para
defender sus pretensiones políticas y económicas por vías legales. El pronunciamiento de Riego del
1 enero de 1820 triunfó. Ante esta situación, Fernando VII se ve obligado a aceptar la Constitución.
2º.- Trienio constitucional (1820-1823).- Volvieron los exiliados y aparecieron las
denominadas "Sociedades Patrióticas". También salieron a la calle multitud de periódicos, sobre
todo los de tendencia liberal. Las nuevas Cortes liberales se esforzarán por desmantelar el Antiguo
Régimen acometiendo toda una serie de medidas entre las que cabe mencionar: La definitiva
supresión de la Inquisición, se vuelve a abolir el régimen señorial, se retoma la desamortización,
esta vez dirigida a los mayorazgos, se acometen reformas eclesiásticas (reducir el clero regular), se
confecciona el primer Código Penal, se crea una Milicia Nacional formada por ciudadanos armados
dispuestos a defender la Constitución, etc.
Sin embargo, este periodo también se caracterizó por su continua inestabilidad debido a dos
fenómenos:
• se produce la división de los liberales en: moderados o doceañistas que creían
imprescindible la colaboración de la monarquía en el proceso reformista; y los exaltados o
veinteañistas, más jóvenes que los primeros y protagonistas del triunfo de la Revolución de 1820,
quienes opinaban que el monarca sólo debía realizar funciones ejecutivas, y que la revolución debía
seguir avanzando hasta aplicar en su totalidad la Constitución.
• Las constantes intrigas del Rey, intentando apoyarse en cortes extranjeras para
implantar de nuevo el absolutismo. Los absolutistas reclaman la ayuda de la Santa Alianza. Al final,
el Congreso de Verona decide la intervención en España y las potencias de la Santa Alianza
(organización de todas las monarquías absolutas) encargaron al rey Francés el restablecimiento del
Antiguo Régimen en España. En abril de 1823 Francia envió un ejército denominado "Los Cien Mil
Hijos de San Luis". El 1 de octubre de 1823 Fernando VII implanta de nuevo el absolutismo,
iniciando su 3ª y última etapa, con el nombre de "Década Ominosa".
3º.- Segundo período absolutista o “década ominosa” (1823-1833).- Fernando VII declaró
nulos todos los actos del Gobierno durante el Trienio Liberal. El retorno al absolutismo da lugar a
una durísima represión contra los liberales y a una oleada de emigración de éstos hacia Francia e
Inglaterra, donde los exiliados conspiran y mantienen contactos con el liberalismo europeo. Ahora
bien, desde 1826 se advierte en la actitud del rey una cierta suavización respecto a los liberales más
moderados debido a la necesidad de buscar apoyos en el problema de la sucesión al trono. Ello
produce una reacción entre los absolutistas que da lugar a la formación de los "apostólicos" o
"realistas puros", facción ultraabsolutista que aglutina sus fuerzas en torno al infante don Carlos
hermano de Fernando VII, de ahí que se les conozca también con el nombre de carlistas.
En definitiva, el reinado de Fernando VII supone, dentro de la historia de España, la
transición entre el Antiguo Régimen y el Liberalismo.
4.- Representa una línea del tiempo desde 1788 hasta 1833,
situando en ella los principales acontecimientos históricos.
1793-95: guerra contra la Francia revolucionaria. Paz de Basilea (1795).
1795-1808: política exterior de alianza con Francia; guerra permanente con Gran Bretaña.
1805: batalla de Trafalgar, destrucción de la armada española.
1807: España autoriza la entrada de tropas francesas en su territorio.
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1808: motín de Aranjuez contra Godoy. Fernando VII, rey de España. Levantamiento contra
las tropas francesas en España.
1808-13: guerra de Independencia. Napoleón en España. Reinado de José Bonaparte.
1812: aprobación de la Constitución de Cádiz..
1814: regreso de Fernando VII. Restauración del absolutismo (1814-20).
1816-24: segunda fase en la independencia americana.
1817-18: San Martín logra la independencia de Chile.
1819: proclamación de la república de Colombia.
1820-23: trienio constitucional en España.
1821: independencia de México y de Perú.
1822: Sucre libera Ecuador.
1823-33: nueva restauración del absolutismo por Fernando VII: la década ominosa.
1824: Bolívar y Sucre liberan los territorios del Alto Perú.
1830: nacimiento de la infanta Isabel.
1833: muerte de Fernando VII.
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8.- Representa una línea del tiempo desde 1833 hasta 1874,
situando en ella los principales acontecimientos históricos.
1833-40: regencia de María Cristina de Parma. Primera guerra carlista.
1834: estatuto real.
1835: primer sitio de Bilbao y muerte del general carlista Zumalacárregui.
1835 (sept.): gobierno Mendizábal. Desamortización eclesiástica.
1836 (ag.): motín de los sargentos de La Granja.
1837: promulgación de la constitución progresista de 1837.
1839: tratado de Bergara: fin de la guerra carlista en el norte.
1840: victoria de Espartero sobre Cabrera, fin de la guerra carlista en Levante.
1840-43: regencia del general Espartero.
1843-54: pronunciamiento del general Narváez. Mayoría de edad de Isabel II. Régimen de
los moderados.
1845: constitución moderada.
1848: primer ferrocarril.
1851: concordato con la Santa Sede.
1854-56: pronunciamiento de Espartero y O’Donnell, “bienio progresista”. Leyes de
Ferrocarriles y Minas. Desamortización civil.
1857: ley Moyano, de Educación Pública.
1858-63: gobierno de O’Donnell y de la Unión Liberal.
1862-68: crisis de la monarquía isabelina.
1868 (sept.): revolución democrática encabezada por el general Prim. Insurrección
antiespañola en Cuba.
1869: nueva constitución: monarquía constitucional, sufragio universal masculino.
1870: asesinato de Prim.
1871-73: Amadeo de Saboya, rey de España.
1873: abdicación de Amadeo I. Proclamación de la Primera República. Nueva guerra
carlista. Insurrección “cantonal”.
1874: pronunciamiento militar de Martínez Campos: restauración de la monarquía en
Alfonso XII.
Partido Moderado.- cuyo “espadón” (líder militar) era el general Narváez. Se apoyaba en los
grandes terratenientes, la alta burguesía y la clase media alta. Defendía las concepciones del
liberalismo doctrinario, esto es, partidarios de la soberanía compartida entre el rey y las Cortes, así
como de dotar al monarca de amplios poderes y de limitar los derechos individuales de los
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ciudadanos. Eran partidarios, asimismo, de un sufragio censitario muy restrictivo. Eran partidarios
de la defensa del orden entendido como absoluta prohibición de cualquier acción u opinión que
atentara contra las bases del régimen. Su ideario queda recogido primero en el Estatuto Real de
1834 y, sobre todo, en la Constitución de 1845.
Partido Progresista.- cuyo espadón era el general Espartero. Tenía su base social en la
pequeña y mediana burguesía y, en general, en las clases medias, empleados y artesanos, que
aspiraban a llevar las reformas lo más lejos posible. Siguiendo la tradición de los exaltados del
Trienio Liberal, los progresistas propugnaban la soberanía nacional, representada en las Cortes,
cuyo protagonismo político debía limitar el poder del Rey. Estos sectores se consideraban “gente de
orden”, rechazaban los cambios revolucionarios y querían evitar verse mezclados con los
trabajadores manuales y los campesinos. Inicialmente, partidarios del sufragio censitario pero de
base más amplia que los moderados, la mayoría acabaron defendiendo, finalmente, el sufragio
universal lo que provocó la aparición del Partido Demócrata. Su ideario queda recogido en gran
medida en la Constitución de 1837 y en la “non nata” de 1856.
Partido Demócrata.- Surgió de una escisión del Partido Progresista a mediados del siglo XIX.
Integraba a progresistas radicales, republicanos e, incluso, simpatizantes del incipiente socialismo y
aspiraba a tener su base social en las clases populares, aunque sin desdeñar a destacados
intelectuales. Publicó su programa en un Manifiesto en 1849, con los siguientes principios: defensa
de la soberanía nacional y sufragio universal, libertad de conciencia, derecho de reunión y
asociación, instrucción primaria universal y gratuita, e intervención del Estado en otros ámbitos de
la asistencia social. Por su oposición a la monarquía de Isabel II no participó nunca en su sistema
político. Su ideario quedará recogido principalmente en la Constitución de 1869.
La Unión Liberal, encabezada por el general O’Donnell, se constituyó en los años cincuenta
como partido de centro. Se nutría principalmente del ala derecha del Partido Progresista y, sobre
todo, del ala izquierda del Partido Moderado. Como todo partido con vocación centrista, aspiraba a
convertirse en una alternativa política tan distante del progresismo radical como del moderantismo
reaccionario. Se trataba, pues, de una posición política ecléctica y pragmática.
Al margen de la corriente ideológica del liberalismo y del sistema político de Isabel II pervivía
aún el carlismo, aunque nunca aparecen configurados como un partido hay que decir de ellos que
su ideología es absolutista. Su masa social es la alta nobleza partidaria del Antiguo Régimen, el alto
clero y una gran masa de campesinos del norte de España que quieren defender sus derechos al
creer que están amenazados por el estado liberal. En el otro extremo estaban los republicanos: con
un ideario muy parecido al demócrata. Eran una izquierda moderada apoyada por la pequeña
burguesía. Eran antimonárquicos. Había dos tendencias principales: Centralistas y Federalistas.
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1º.- Las regencias de María Cristina y Espartero (1833-1843).-. Es etapa coincide con la
minoría de edad de la reina por lo que actuaron como regentes en primer lugar su madre María
Cristina (1833-1840), y el general Espartero. Durante el periodo de las regencias se alternaron en el
poder moderados y progresistas. En conjunto, fue una etapa fundamental en la implantación del
liberalismo en España, no sólo en el ámbito político (triunfo sobre los carlistas, promulgación de la
Constitución de 1837, etc.), sino también en el económico (abolición del régimen señorial,
desamortización eclesiástica, etc.).
2º.- El reinado personal de Isabel II (1843-1868).- Se divide a su vez en las siguientes fases:
2.1.- La década moderada (1844-1854).- Fue una época de predominio absoluto de los
moderados al frente de Narváez. En este periodo el régimen dio un giro notable hacia posiciones
conservadoras, que quedaron fijadas en la Constitución de 1845. Para la Constitución de 1845 la
base del Estado son la monarquía y las Cortes (soberanía conjunta o compartida). Por otro lado la
base electoral fue muy restringida, a causa del carácter censitario del sufragio, calculándose en un 1
% las personas que podían ejercer el voto. Al hacerse con el poder los moderados van a partir de un
objetivo fundamental: acabar con la inestabilidad política ejerciendo para ello un férreo control que
garantizase el orden (aparición de la censura en la prensa, creación de la Guardia Civil, se trata de
cuerpo militar con funciones civiles que garantice el orden público; política centralizadora, así
aparecen: la Ley de Enjuiciamiento Civil, un nuevo Código Penal, etc.); asimismo se crea el Banco de
España que centraliza las finanzas españolas. Asimismo el régimen moderado llevó a cabo una
política de acercamiento a la Iglesia (cuyas relaciones estaban muy deterioradas tras la
desamortización de Mendizábal), firmándose el Concordato de 1851.
2.2.- La revolución de 1854 y el bienio progresista.- Se trató de un pronunciamiento iniciado
por el general O´Donnell en Vicálvaro (Vicalvarada). La Corte entrega el poder a Espartero que lo
compartirá con el general O´Donnell. Al lado de Espartero se colocan los "progresistas puros", que
rechazan toda alianza con los moderados; junto a O´Donnell se sitúa la "Unión Liberal" (partido de
ideología ecléctica. Los progresistas iniciaron la tarea de afianzar el liberalismo y ampliar las
libertades fundamentales. El bienio supuso un nuevo impulso para las transformaciones
económicas de signo liberal (segunda fase desamortizadora, ley de ferrocarriles, etc.)
2.3.- La era O´Donnell y la crisis del régimen. (1856-1868).- Tras una serie de conflictos
populares, el general Espartero fue sustituido por O’Donnell en el gobierno. Los rasgos más
esenciales de la era O´Donnell son referibles al eclecticismo que preside la dirección política del país
(Unión Liberal). Así se restaura la Constitución de 1845 y, a la vez se mantienen algunas reformas. El
sistema parlamentario aparece esencialmente viciado, ya que no son los votantes los que deciden
los cambios políticos, sino grupos y camarillas políticas que actúan sobre la Corona y que lograban
encargos de formar nuevo gobierno o decretos de disolución (manipulación de las elecciones), que
comportaban mayorías sumisas. Así pues, los moderados volvieron a ocuparse del gobierno,
presentándose en estos momentos como un régimen muy cercano a la dictadura. El rasgo más
sobresaliente de este periodo fue la activa política exterior con que O’Donnell pretendió devolver a
España el prestigio internacional que había perdido. Sin embargo estas misiones obtuvieron pobres
resultados y cuantiosas pérdidas económicas y humanas.
La crisis política provocará la alianza entre progresistas (Espartero había sido sustituido de la
jefatura por otro general Prim) y demócratas que establecerán, en una reunión celebrada en
Ostende (Pacto de Ostende), las bases de un programa común que preveía el destronamiento
eventual de Isabel. A este pacto se unen los unionistas, puesto que al morir O´Donnell ocupa el
caudillaje de la Unión Liberal el general Serrano menos dispuesto a mantener el trono de Isabel II.
Sobre estas bases, sobreviene la Revolución de Septiembre de 1868, que derrocará a Isabel II.
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11.- Compara las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz, y
especifica los objetivos de una y otra.
A lo largo del reinado de Isabel II se produce la sustitución de la economía feudal, propia del
Antiguo Régimen, por un sistema económico capitalista basado en la propiedad privada. Esto
también afectará al ámbito agrario. En el Antiguo Régimen gran parte de las tierras eran
inalienables, debido sobre todo a dos circunstancias: las propiedades de la Iglesia y las de los
municipios estaban en “manos muertas”1, ya que los clérigos o los regidores municipales no tenían
capacidad legal para venderlas; y lo mismo ocurría con las vinculadas a mayorazgos, pues estos
pertenecían al linaje familiar y debían transmitirse íntegros de un titular a otro.
La eliminación de las trabas legales heredadas del Antiguo Régimen era una condición
necesaria para liberalizar el mercado de la tierra. En consecuencia, a partir de 1836 se adoptaron
tres medidas fundamentales:
a) La supresión de los mayorazgos (1836), que transformó los bienes vinculados a ellos en
propiedades plenas y libres en poder del titular de la familia correspondiente.
b) La abolición del régimen señorial (1837), que transformó las tierras de los señoríos en
propiedades plenas y libres de sus legítimos dueños.
c) Las desamortizaciones. Consistió en poner en el mercado, previa expropiación forzosa y
mediante una subasta pública, las tierras y bienes que hasta entonces no se podían enajenar
(vender, hipotecar o ceder) y que se encontraban en poder de las llamadas «manos muertas», es
decir, la Iglesia católica y las órdenes religiosas y los llamados baldíos y las tierras comunales de los
municipios. Aunque se dieron algunos precedentes a finales del siglo XVIII, el verdadero proceso de
desamortización se desarrolló a partir de 1837 en dos fases, a cada una de las cuales se la conoce
por el nombre del ministro que la decretó: la desamortización de Mendizábal y la de Madoz.
1ª.- La desamortización eclesiástica de Mendizábal (1837-1849): Como medida previa, en 1835 se
disolvieron las órdenes religiosas y sus fincas se declararon bienes nacionales, es decir, propiedad
del Estado. La desamortización de Mendizábal (1837) se inició en una etapa de gobierno
progresista. Consistió fundamentalmente en la venta por subasta de las tierras expropiadas a la
Iglesia, por lo que se la conoce también como desamortización eclesiástica. Sus objetivos,
determinados por la crítica situación que atravesaba el país (primera guerra carlista y estado
ruinoso de la Hacienda), fueron esencialmente tres:
a) Sanear la hacienda mediante la amortización parcial de la deuda pública
b) Financiar la guerra civil contra los carlistas.
c) Convertir a los nuevos propietarios en adeptos para la causa liberal, que necesitaba apoyo
social frente a la amenaza carlista.
2ª.- La desamortización general de Madoz (1855-1867)
La segunda fase o desamortización general de Madoz, se inició durante el bienio progresista
e incluía todo tipo de tierras amortizadas:
a) Las de la Iglesia aún no vendidas
b) Las de propiedad municipal, principalmente
La situación política y fiscal no era tan grave como en la etapa de la desamortización
anterior, ya que la segunda guerra carlista no supuso tanto gasto como la primera y el régimen
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Las «manos muertas» eran, según los religiosos, los bienes y las tierras pertenecientes a Dios. Que no se
podían arreglar por tener un destino específico que era al cielo. En su origen se refería tanto a bienes civiles como
eclesiásticos, aunque se utilizó principalmente para significar la propiedad eclesiástica.
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liberal estaba más consolidado. Por consiguiente, además de reducir la deuda pública, se pretendía
destinar parte de los ingresos obtenidos a financiar la construcción de las infraestructuras
necesarias para modernizar la economía, en especial la red de ferrocarriles
Para valorar el alcance real de las desamortizaciones basta con tener en cuenta que la
extensión total de las tierras vendidas equivaldría a una quinta parte de todo el territorio nacional
o, lo que es más importante, a la mitad de la tierra cultivable. Sin embargo, las desamortizaciones
no fueron concebidas como una reforma agraria de carácter social, sino como una medida
económica de carácter esencialmente fiscal (disminuir la deuda pública para sanear la Hacienda).
De esta manera, las desamortizaciones no modificaron sustancialmente la estructura de la
propiedad. Lo único que produjo fue un cambio de propietarios. Por tanto, se mantuvo en gran
medida la estructura surgida con las repoblaciones y los procesos de señorialización medievales.
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1ª.- Gobierno provisional (1869-1870): Durante esta primera fase, el poder político es
ejercido principalmente por la Junta Revolucionaria de Madrid, y ella será la que confiera al general
Serrano (jefe de la Unión Liberal) el encargo de constituir un Gobierno provisional. El Gobierno de
Serrano convoca, a través del sufragio universal, elecciones para formar las Cortes Constituyentes
que deben redactar una nueva Constitución. Aprobada esta Serrano se convierte en Regente.
2ª.- Monarquía Constitucional (1870-1873): En los debates constitucionales surgen dos
tendencias: la monárquica apoyada por el gobierno (progresistas, unionistas y el sector más
moderado de los demócratas), y la republicana defendida por las Juntas y los republicanos
escindidos del Partido Demócrata. De las dos tendencias anteriores triunfa la monárquica. La
Constitución de 1869 establece la monarquía democrática como forma de Estado. Estas cortes
redactarán la Constitución de 1869, en la que se proclama solemnemente la soberanía nacional.
El nuevo trono recae en Amadeo I de Saboya, hijo de Víctor Manuel, rey de Italia. El rasgo
más característico del breve reinado de Amadeo de Saboya fue la permanente inestabilidad social y
política dados los graves problemas que surgieron desde su comienzo:
El asesinato del general Prim, principal valedor del Rey y su más firma apoyo.
El escaso apoyo de los partidos políticos donde además de la oposición natural
(carlistas, republicanos) existía una fuerte división interna en la coalición
monárquico-democrática (Unión Liberal, progresistas y demócratas), que se dividió
en varios grupúsculos.
La agitación social estrechamente ligada al desarrollo del movimiento obrero.
Por todos estos motivos Amadeo abdicó de la Corona y abandonó España. El Congreso y el
Senado, reunidos en Asamblea Nacional, proclamarán la república como forma de gobierno.
3ª.- La Primera República española (1873-1874).- La República tampoco consiguió
estabilizar el sistema, ya que a los problemas heredados se añadió el conflicto dentro de las filas
republicanas entre unitarios (centralistas) y federalistas. Así en menos de un año se sucedieron
cuatro presidentes. Al poco tiempo de ocupar la presidencia de la República Figueras fue sustituido
por Pi y Margall proclamándose la República Federal. Las Cortes elaboraron una nueva
Constitución. Sin embargo, esta no llegó a aprobarse, porque en julio de 1873 estalló una violenta
insurrección. En pocos días numerosas poblaciones se constituyeron en república o cantón
(movimiento cantonalista). Debido a la violencia de la insurrección Pi y Margall fue sustituido por
Nicolás Salmerón (unitario y centralista). Salmerón envió al ejército para sofocar el movimiento
cantonalista, de esta forma la República inicia un viraje hacia posiciones más conservadoras.
Salmerón fue sustituido por otro unitario, Castelar. Este representaba el triunfo de la República
conservadora. Poco después se produce el golpe de Estado de Pavía. Castelar se negó a mantenerse
en el poder respaldado por un pronunciamiento y dimitió: la República había muerto.
4º.- Dictadura del General Serrano (1874). La denominación de República se mantuvo aun
durante todo el año 1874 presidido por el general Serrano. Fue una etapa de transición que
sancionaba el fracaso del proyecto democrático de la República.
El sexenio democrático, entre 1868 y 1874, supuso, por su parte, el intento de los sectores
más progresistas de la burguesía por avanzar hacia un régimen parlamentario democrático
moderno. Desde un ángulo histórico, hay que valorar sus anticipos: creencia en la igualdad de todos
los hombres y en el valor de cada vida humana, pacifismo, etc. En resumen podemos concluir, el
sexenio no acertó a edificar un Estado, porque las estructuras socioeconómicas del país no
consentían a la larga otra forma de Estado que el moderado; este desfase entre utopía política y
realidad socioeconómica establecida basta a explicar la extrema inestabilidad política del Sexenio.
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16.- Explica los elementos fundamentales del sistema político ideado
por Cánovas.
Antonio Cánovas del Castillo fue el artífice de la Restauración borbónica y el ideólogo del
sistema político de la Monarquía parlamentaria. Para ello Cánovas lo primero que hizo fue preparar
el retorno a España y al trono de Alfonso XII (Borbón, hijo de Isabel II). Para ello había redactado y
hecho firmar al príncipe Alfonso el Manifiesto de Sandhurst, en el que exponía al pueblo español
sus ideales religiosos y sus propósitos conciliadores. Pero los militares se adelantaron y se
pronunciaron en Sagunto donde el general Martínez Campos, proclamó rey de España a Alfonso XII.
El nuevo sistema político ideado por Cánovas tenía por objetivo construir un sistema político
estable y sólido que permitiera superar definitivamente el desorden y la inestabilidad que habían
definido la política española en el XIX.
El modelo ideal de parlamentarismo era, para Cánovas, el británico. Se basaba en la
existencia de dos grandes partidos que aceptaran turnarse en el poder, con el fin de evitar la
atomización parlamentaria y garantizar las mayorías. Ambos debían aceptar pasar a la oposición si
perdían la confianza regia y parlamentaria, y respetar la obra legislativa de sus antecesores. Se
trataba, en definitiva, de aplicar la doctrina inglesa de la balanza de poderes, según la cual la
estabilidad se basaba en el equilibrio de fuerzas opuestas de igual poder: Corona y Parlamento;
partido gobernante y partido en la oposición. De este modo, el proyecto político de Cánovas tenía
tres vértices: el Rey y las Cortes, como instituciones fundamentales legitimadas por la historia; el
bipartidismo, como sistema idóneo de alternancia en el poder, y una Constitución moderada, como
marco jurídico del sistema.
Para Cánovas, la historia había convertido al rey y a las Cortes en las dos instituciones
fundamentales de España. Se retorna a los planteamientos del liberalismo doctrinario y su defensa
de la soberanía compartida entre el rey y las Cortes, que constituían la base ideológica del antiguo
Partido Moderado.
La plasmación jurídica del régimen de Cánovas se observa en la nueva Constitución de 1876.
Se trata de una Constitución de carácter moderado y basada en lo esencial en la de 1845. Sin
embargo, era una constitución elástica con un articulado poco preciso. Así podrían variar las leyes
ordinarias sin tener que cambiar la Constitución, lo que ofrecía estabilidad al sistema político.
Cánovas una vez redactada la Constitución diseño, siguiendo el modelo inglés, un sistema
bipartidista: su partido será el conservador y recoge la herencia de moderados y unionistas,
apoyándose en las clases altas; y la herencia de los progresistas lo recogerá el partido liberal
liderado por Práxedes Mateo Sagasta que será apoyado por la burguesía industrial y gran parte de
la población urbana. Ambos líderes y ambos partidos son representantes de un eclecticismo político
que permitirá establecer un turno pacífico. El resto de los partidos (carlistas, republicanos, etc.)
pasan a formar la oposición del sistema de la Restauración. Cánovas además establece el "turno a la
inglesa", por el que conservadores y liberales se turnan pacíficamente en el poder, con la finalidad
de mantener una estabilidad política.
Sin embargo, todo el engranaje político ideado por Cánovas en realidad era una auténtica
farsa. Las elecciones no funcionaban libremente, sino que eran siempre manejadas desde el poder
y, en definitiva, el turno de partidos en el gobierno era pactado de antemano. Así, una vez acordado
el cambio de gobierno se convocaban elecciones y se amañaban para que arrojaran resultados
favorables al nuevo partido que iba a gobernar.
Para asegurarse los resultados electorales los dos partidos aceptaban el juego trucado de las
elecciones. No obstante, aunque la opinión de los votantes no importaba la farsa debía venir
legitimada a través del sufragio. Aquí intervenía un nuevo entramado de corrupción que tenía su
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protagonista en la figura del cacique. Los dos partidos tenían su propia red organizada para
asegurarse los resultados electorales. Se trataba de una red piramidal: Oligarquía madrileña (altos
cargos políticos), el gobernador civil en las capitales de provincia y, por último, los caciques locales
en las comarcas, pueblos y aldeas. Dado el analfabetismo generalizado y el férreo control que los
«caciques» y «notables» ejercían sobre los pueblos, conseguir el resultado pactado era bien
sencillo, y de esta forma se obtenía, invariablemente, una holgada mayoría para el partido
gobernante, que podía actuar así sin dificultad. El cacique era un personaje destacado en el pueblo
o comarca rural que regula el movimiento político en su ámbito y controla los votos, a veces por
métodos tan deshonestos como el “pucherazo”, definido por la Academia de la Lengua como
“fraude electoral que consiste en computar votos no emitidos en la elección”.
En conclusión, el sistema político implantado por la Restauración era una fachada
institucional para ocultar el verdadero control del poder por parte de una reducida oligarquía.
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mayor parte, tendieron a restringirlos, especialmente los derechos de imprenta,
expresión, asociación y reunión.
Respecto a los poderes del Estado, la Constitución vuelve al principio de soberanía
compartida, al establecer que la potestad de hacer las leyes reside en «las Cortes con el
Rey». La Corona puede vetar una ley por una legislatura.
Las Cortes son bicamerales, con una Cámara Alta (Senado), con un carácter elitista y
conservador, y el Congreso de los Diputados elegidos por sufragio directo, aunque la
Constitución no fija el sistema de votación, por lo que será el partido gobernante el que
decida, a través de la ley electoral, si el sufragio debe ser censitario o universal.
El poder ejecutivo lo ejerce la Corona. El rey elige libremente al jefe de Gobierno,
sancionaba y promulgaba las leyes, convocaba, disolvía y suspendía las Cortes. El
centralismo se acentúa también al quedar bajo control del Gobierno ayuntamientos y
diputaciones y ser suprimidos los fueros vascos.
La cuestión religiosa se resuelve mediante el reconocimiento de la confesionalidad
católica del país y la garantía del sostenimiento del culto y del clero, pero se reconoce la
libertad individual de culto.
En suma, el régimen institucional creado por esta Constitución era prácticamente igual que
el del reinado de Isabel II. Sin embargo, esta Constitución por su flexibilidad se mantuvo vigente
durante 45 años, lo que garantizó una cierta estabilidad gubernamental no exenta de conflictos.
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política de Cataluña dentro del Estado español. Sin embargo, los propósitos de la Lliga
colisionaron con el cerrado centralismo de los gobiernos de la Restauración.
EL NACIONALISMO VASCO.- Los signos diferenciales que identifican, en términos objetivos,
a la nación vasca son el idioma euskera (aunque estaba limitado al ámbito rural y, por tanto, con
escasa difusión entre la burguesía), los fueros históricos perdidos en 1876 y la rápida
industrialización de Vizcaya, que estaba cambiando la economía y la cultura tradicionales.
El Partido Nacionalista Vasco (PNV) fue creado en 1895 por Sabino Arana Goiri, quien
formuló los fundamentos teórico-ideológicos del PNV, con fuertes raíces carlistas y claramente
conservador. Su lema era “Dios y ley vieja”. Sus principios ideológicos son:
Separación de España y creación de un País Vasco con gobierno.
Exaltación de la etnia vasca, así como rechazo de los inmigrantes, en su mayoría obreros
industriales procedentes de fuera de las provincias vascas. Se rechazaba la
“españolización”. Al principio fuerte radicalismo antiespañol.
Integrismo religioso católico y absoluta negación de cualquier otra religión no católica.
Aquí se observa de qué forma el carlismo se encuentra en la raíz del nacionalismo vasco.
Apología del mundo rural vasco, en trance de desaparición, como modelo cultural
mítico, idealizado, sin castellanizar y sin "contaminar" por ideas modernas como el
liberalismo, el socialismo o el librepensamiento.
Desde el punto de vista social, durante los primeros años el PNV la gran burguesía industrial,
financiera y comercial vasca se distanció del nacionalismo, debido a su radicalismo. Por ello, desde
comienzos del siglo XX evolucionó hacia posiciones más moderadas.
NACIONALISMO GALLEGO.- El nacionalismo gallego se desarrolló de forma mucho más lenta
y con menor arraigo social, debido al atraso económico de la región y a una burguesía reducida.
Una generación de intelectuales, eruditos y poetas, entre los que se encontraban Rosalía de Castro,
rescataron y difundieron la lengua gallega como lengua literaria, impulsando así el resurgimiento
("O rexurdimiento") cultural de la región durante el último cuarto del siglo XIX. El galleguismo
político tuvo un desarrollo más lento. En 1889 Murguía, esposo de Rosalía de Castro, fundó la
Asociación Regionalista Galega, de tendencia tradicional.
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ámbitos laborales fue el sindicato con mayor número de afiliados. Los principales rasgos ideológicos
que definían a los anarquistas eran:
defensa de la revolución violenta y del recurso a huelgas generales, insurrecciones,
sabotajes y actos terroristas como medios para destruir el Estado burgués capitalista
opresor y liberar a la humanidad de la explotación (asesinato de Cánovas del Castillo).
apoliticismo, rechazo del juego político y de la participación en elecciones, consideradas
un engaño. Además, dentro de sus filas, empezó a ganar adeptos, tanto entre los
campesinos como entre los obreros, la táctica propuesta por Kropotkin, partidario de la
violencia terrorista o de la «propaganda por el hecho». Los años noventa fueron ricos en
esta práctica, dentro de un círculo vicioso: atentado, represión con fusilamientos, nuevo
atentado como represalia anarquista y nueva represión.
Rechazo de cualquier autoridad impuesta, defensa utópica de la autonomía individual
total y abolición del Estado con todas sus instituciones (gobierno, ejército, policía, etc.)
Supresión de la propiedad privada y defensa del colectivismo, entendido como
articulación armónica de pequeñas unidades económicamente autosuficientes donde la
propiedad de los factores y medios de producción (tierra, máquinas, capital) sería
colectiva.
anticlericalismo, negación de la religión y de la Iglesia.
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20.- Describe el origen, desarrollo y repercusiones de la tercera
guerra carlista.
La tercera guerra carlista tuvo lugar entre los años 1872 y 1876. Se inició con el
levantamiento en armas de los partidarios de Carlos VII contra la monarquía constitucional de
Amadeo I. No obstante la guerra se prolongó durante la Iª República y el reinado de Alfonso XII.
Esta guerra civil se desarrolló sobre todo en las Provincias Vascongadas, Navarra y Cataluña.
Además de la defensa del orden y el catolicismo, la restauración por parte del pretendiente en de
los fueros abolidos por los decretos de Nueva Planta por Felipe V, influyó en la fuerza del
levantamiento en Cataluña y en menor medida en Valencia y Aragón. También se alzaron algunas
partidas poco activas por Andalucía, así como el resto del territorio peninsular, especialmente en
áreas montañosas.
Esta nueva guerra fue un importante factor de desestabilización de la monarquía
democrática de Amadeo y de la Primera República. Finalmente, este conflicto entró en su última
fase por diversos motivos:
El propio desgaste militar de las tropas carlistas.
El desarrollo de una mayor capacidad militar y ofensiva por parte del nuevo régimen,
con campañas decisivas como la de la comarca de El Maestrazgo, que culminaba con la
toma de Cantavieja; la dominación de Cataluña, con la ocupación de La Seo de Urgel; y la
culminación de la guerra en el norte, con la ocupación de Montejurra y la entrada en
Estella (febrero de 1876).
A finales del mes de febrero de 1876, el pretendiente al trono Carlos VII cruzó la frontera de
Francia y finalizó la última guerra carlista. Para las provincias vascongadas y Navarra, el final de esta
guerra supuso la definitiva desaparición de parte de los fueros, con la ley abolitaria del 21 de julio
de 1876. El fin del gobierno foral en el País Vasco hizo que el gobierno de Antonio Cánovas pactase
el llamado Primer acuerdo económico vasco, en el que se seguía dando cierta libertad económica a
esta región, permitiendo a las autoridades locales recaudar ellos mismos los impuestos. Estos
cambios políticos dieron lugar a un gran crecimiento económico e industrial del País Vasco, que se
convirtió en una de las regiones más avanzadas e industrializadas del país. Por otra parte, la derrota
y posterior supresión de los fueros aumentó el sentimiento foralista vasco, dando lugar años
después a la creación del Partido Nacionalista Vasco en 1895 por Sabino Arana, que defendería las
ideas católicas del carlismo y, de manera independiente de este movimiento, que propugnaba el
regionalismo, pasaría a defender el nacionalismo.
Desde la óptica Alfonsina, la victoria legitimó aún más el gobierno de la Restauración, que se
vio reforzado con la promulgación de la Constitución de 1876. La tercera guerra civil del siglo XIX
acabó con un asimilamiento del bando perdedor sin hacer agravios al vencido. El carlismo como
amenaza militar desapareció definitivamente después de casi medio siglo de luchas intermitentes.
Con este nuevo logro se consolidó aún más el sistema canovista.
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En 1868 se inició en Cuba la guerra de los Diez Años (con el “grito de Yara”). El gobierno
intentó abolir la esclavitud y conceder reformas políticas pero los sectores económicos españoles
con intereses en Cuba se negaron. Esta guerra acabó con la Paz de Zanjón ya en el periodo de la
Restauración. En ella el gobierno español ofreció algunas concesiones a los rebeldes cubanos.
Sin embargo, la mayoría de los políticos españoles eran contrarios a conceder ningún tipo de
autonomía a Cuba, ya que para ellos autonomía e independencia eran equivalentes. Tan tajante
actitud provocó que disminuyeran cada vez más las filas de los partidarios cubanos de la autonomía
y aumentaran las de los independentistas. Las tensiones aumentaron al hacerse patente la
oposición cubana a los fuertes aranceles proteccionistas que España imponía para obstaculizar el
comercio con Estados Unidos (principal comprador de productos cubanos).
Así, en 1895 estalló la revuelta bajo la dirección de José Martí, quien fundó el Partido
Revolucionario cubano. La insurrección comenzó en la parte oriental de la isla y entre sus dirigentes
contó con Antonio Maceo y Máximo Gómez, que consiguieron extender el conflicto a la parte
oriental. El gobierno (presido por Cánovas) respondió enviando el ejército bajo el mando de
Martínez Campos. La falta de éxitos decidió el relevo de Martínez Campos por Valeriano Weyler,
representante de la línea dura, cuyo objetivo era la victoria militar sin negociaciones. La dificultad
de proveer de alimentos y asistencia médica produjo una elevada mortalidad civil y militar.
El nuevo gobierno liberal decidió probar una estrategia de conciliación y negociación,
concediendo a Cuba la autonomía, el sufragio universal, la igualdad de derechos y la autonomía
arancelaria. Pero las reformas eran tardías y los independentistas (apoyados por EE UU) se negaron
a aceptar el fin de las hostilidades. La clave del conflicto fue la intervención de Estados Unidos,
cuyos intereses económicos en la isla desempeñaron un papel de primer orden. Finalmente, tuvo
lugar la voladura del acorazado Maine en 1898. Enviado a la bahía de la Habana con el fin de
proteger a los residentes estadounidenses en Cuba, explotó en extrañas circunstancias; con este
pretexto, Estados Unidos declaró la guerra a España (a la que responsabilizaba del suceso). Los
motivos que explican este proyecto expansionista estadounidense son:
El interés económico en las minas y en las plantaciones de azúcar cubanas.
El interés geoestratégico en afianzar el control militar sobre el mar Caribe.
La flota española fue aniquilada en Santiago de Cuba, mientras tropas estadounidenses
invadían Cuba y Puerto Rico. La guerra fue un paseo militar para EEUU y la armada española quedó
destruida. Durante el conflicto bélico EEUU conquistó las colonias españolas de Puerto Rico, que
sirvió de excelente base militar y Filipinas donde encontraron un centro de operaciones para
penetrar en los nuevos mercados de Asia.
En diciembre de 1898 se firma el Acuerdo de Paz de París entre España y EEUU. Según el
contenido de este tratado, España cedió a EEUU la isla de Puerto Rico (actualmente "estado
asociado" de EEUU) y Filipinas. Por otra parte, Cuba alcanzó la independencia, aunque de hecho
quedó bajo "protección" estadounidense hasta mediados del siglo XX.
El Tratado de París representó, al mismo tiempo, el primer capítulo del colonialismo
estadounidense y el último del colonialismo español en América y el Pacífico. Además las pérdidas
humanas para España se elevaron a 230.000 soldados, todos ellos reclutados entre las clases
trabajadoras por el sistema de cuota: los jóvenes llamados a quintas podían librarse del servicio
militar si pagaban una elevada cantidad de dinero o cuota en concepto de redención o si retribuían
a un sustituto. De aquí la enorme trascendencia emocional que tuvo la crisis de 1898.
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23.- Identifica los factores del lento crecimiento demográfico
español en el siglo XIX.
Si se compara la evolución de la población española a lo largo del siglo XIX con la de otros
países europeos, se aprecia en España un ritmo lento de crecimiento, pues pasó de 10,5 millones de
habitantes en el año 1797, a 18,6 millones en 1900. Esto representa un aumento del 77 %, mientras
que los países de mayor crecimiento económico asistieron a un fuerte crecimiento económico
(Gran Bretaña creció en casi un 240 %). Es evidente, por tanto, la relación que existe entre
crecimiento demográfico y modernización económica.
La tasa de natalidad española era, al finalizar el siglo, de las más altas de Europa. Sin
embargo, si la relacionamos con las altas tasas de mortalidad, se deduce que el crecimiento natural
fue moderado. Aunque la mortalidad descendió a lo largo del siglo, al finalizar el mismo era la
segunda más alta de Europa, después de Rusia (país sumido en un atraso económico mayor que el
de España), mientras que la esperanza media de vida no llegaba a los 35 años. Esto se debía a:
Permanentes crisis de subsistencias a lo largo del siglo XIX, al menos doce, por escasez de
trigo. Las malas condiciones climáticas, unidas a una agricultura atrasada con bajos
rendimientos y a un deficiente sistema de transportes no permitían que la alimentación
básica llegara a todas las poblaciones.
La segunda causa de mortalidad fueron las epidemias (enfermedades contagiosas), pese a
que la peste bubónica había desaparecido prácticamente en el siglo XVIII, eran frecuentes el
cólera, tifus o la fiebre amarilla.
También enfermedades endémicas como la tuberculosis, la viruela, el sarampión, la
escarlatina o la difteria, hicieron estragos entre una población debilitada por la escasa
alimentación y afectadas por condiciones de vida propias del subdesarrollo (falta de higiene,
malas viviendas, mínima o nula atención sanitaria, etc.)
Las escasas oportunidades de trabajo, provocaron una fuerte emigración a América Latina.
El minifundismo forzó a emigrar a parte de la población en Galicia, cornisa cantábrica y
Canarias (Andalucía y Extremadura, a pesar de las deplorables condiciones de vida,
muestran un tasa de emigración baja). Los principales países receptores fueron Argentina,
México, Brasil y Cuba. Es la emigración a países nuevos, en los que todo está por hacer y las
oportunidades para hacer negocios es muy grande.
Por otra parte, el éxodo rural (movimiento asociado a la revolución agrícola e industrial) fue
menor que en el resto de Europa pues España apenas modernizó su agricultura e inició un
industrialización lenta, escasa y tardía por lo este movimiento se retrasó hasta la centuria siguiente.
En 1900 la gran mayoría de la población española era todavía rural. De hecho, a finales de siglo XIX
solo Madrid y Barcelona estaban en torno al medio millón de habitantes.
Todo ello definía, para España, un modelo demográfico típico del Antiguo Régimen. Según el
modelo europeo de transición demográfica, el paso de un régimen demográfico antiguo a otro
moderno se produjo en casi toda Europa durante el siglo XIX, en correspondencia con la revolución
industrial. Al contrario que en el continente, en España perviven los rasgos caracterísiticos del
régimen antiguo: altas tasas de natalidad y mortalidad, con crecimientos vegetativos lentos. Así, la
transición al régimen demográfico moderno no se produjo hasta el siglo XX, en paralelo al
desarrollo económico.
Cataluña fue una excepción porque industrialmente estaba a la cabeza de España y, así, va a
iniciar su transición al régimen demográfico moderno como en el resto de Europa. De 1787 a 1900
la población aumentó un 145%, sólo por debajo de Gran Bretaña. La fuerte industrialización de
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Cataluña produjo la llegada de inmigrantes, tanto regionales como del resto peninsular de forma
constante. Desde mediados del siglo XIX el área de Barcelona recibió inmigrantes de las zonas
agrarias, que elevaron sus tasas demográficas, pero la situación de exceso de mano de obra, que
generaba pobreza, hizo retrasar el descenso de las tasas de mortalidad frente a otras zonas
industriales.
Industria textil catalana: Antes de 1830 el único sector que puede considerarse algo
industrializado es el textil centrado en Cataluña, de larga tradición en el tratado de la lana e
implicado con el algodón desde el último tercio del XVIII. Las empresas se constituían con capital
autóctono y eran de tamaño mediano. Es en Cataluña donde la iniciativa empresarial de la
burguesía hará llegar las primeras máquinas de hilado inglesas y donde por vez primera se instalan
motores de vapor. De 1830 a 1850 experimentará una gran modernización técnica, un ejemplo será
la fábrica Bonaplata en Barcelona, aunque también serán centros importantes Sabadell y Tarrasa. A
mitad de siglo representaba el 60% del sector industrial.
El área catalana recibió apoyo constante del Estado mediante leyes arancelarias que
impidieran la entrada de algodones ingleses y franceses y estableciendo el monopolio de venta de
algodón catalán no sólo en el resto del país sino en las Antillas españolas. De ahí que la pérdida de
Cuba provocara una movilización seria de la burguesía catalana contra el gobierno central. A esa
industria textil catalana se asocia otra de carácter químico para los tintes que evoluciona hacia la
producción de cementos. Asociada a la textil nace también la industria papelera catalana.
Industria siderúrgica: se estableció cerca de las zonas mineras, razón por la cual se localizó
principalmente en el norte de España. Hubo algunas plantas en:
Málaga (1830-60) pero como no había carbón mineral, recurrían al vegetal mucho más
caro. Vivió su apogeo durante las Guerras Carlistas en el Norte.
En Asturias (1850-70) las cuencas de Mieres o Langreo no progresaron por carbón de
baja calidad.
Y, por último, en Vizcaya, donde la familia Ybarra fundó la empresa de Altos Hornos de
Vizcaya en 1882. La introducción del convertidor Bessemer que transformaba el hierro
en acero, estimuló la demanda de hierro vasco y, además, contaba con la ventaja de la
proximidad a la costa. Durante la segunda mitad del siglo XIX se crearon en tierras vascas
un gran número de sociedades mineras de capital extranjero y, en ocasiones, nacional
cuya producción se destinó principalmente a la exportación (en especial, a Inglaterra)
por la escasa demanda interior. Los beneficios de la industrialización vasca permitieron
la aparición de una importante industria de bienes de equipo que se diversificó en
construcciones mecánicas, navales y metalúrgicas, fomentando a su vez compañías
eléctricas, químicas y de seguros, y reclamando grandes aportaciones de capital
representadas por los Bancos Bilbao y Vizcaya.
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La minería: España era rica en reservas de hierro, plomo, cobre, mercurio y cinc; y además
gozaba de otra ventaja: la proximidad de los yacimientos a zonas portuarias, lo que facilitaba el
transporte. Con la llegada de la revolución industrial tales recursos eran una riqueza potencial que
no se utilizaban por la escasez de iniciativas empresariales, de conocimientos técnicos suficientes y
de capitales españoles. Finalmente, la Ley de Minas de 1868 facilitó la llegada de capitales
extranjeros que se hicieron pronto con el control de la mayoría de las explotaciones importantes
(Río Tinto Gulf Company, Franco-Belge des Mines de Somorrostro, etc.). España, por tanto, se
convirtió en exportadora de materias primas, que a finales de siglo representaban uno de los
capítulos más importantes de la balanza comercial.
El resultado de todo ello fue un desarrollo industrial limitado y con graves deficiencias
debido a:
La escasez de capitales nacionales que fue la causa de que la industria española se
originara con predominio de capital extranjero.
La industria se limitó a dos focos periféricos: la industria textil catalana y, desde finales
de siglo, la industria siderúrgica vasca. Pero ambas eran poco competitivas en el exterior,
lo que obligaba a seguir una política proteccionista para que pudieran abastecer al
menos al mercado nacional.
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Un obstáculo fundamental, derivado indirectamente del escaso desarrollo agrario, fue el
escaso poder adquisitivo de la población, que se tradujo en una débil demanda la cual
elevó los costes y no estimuló la competitividad.
Escasez de fuentes de energía provocada por la falta de cursos de agua aptos para la
energía hidráulica y por la mala calidad del carbón.
Otro obstáculo lo constituyó la distancia al núcleo central de la industrialización debido a
la posición excéntrica de España y que supuso una desventaja manifestada en la
dificultad para comerciar, por los elevados costes del transporte en aquella época.
También destaca el hecho de que el Estado absorbiese gran cantidad de recursos para
hacer frente al déficit público (ya que los impuestos eran insuficientes), elevando de ese
modo los tipos de interés, que desincentivaron las iniciativas empresariales al encarecer
su financiamiento.
Sin embargo, el caso español no fue aislado, pues los países de la cuenca mediterránea
presentan una evolución similar o inferior.
33
HISTORIA DE ESPAÑA
Felipe de Juan
1
1. Define en qué consistió el “revisionismo político” inicial del
reinado de Alfonso XIII, y las principales medidas adoptadas.
Alfonso XIII (1902-1931), sucedió en el trono a su madre la regente Mª Cristina (1885-1902).
Durante su reinado el sistema político de Cánovas siguió vigente y se sustentaba en una monarquía
liberal, aunque no democrática. El rey se encontró con muchos problemas heredados y otros
nuevos que afloraron: corrupción política, auge del movimiento obrero, del terrorismo,
radicalización de los nacionalismos, renacimiento del republicanismo, crisis de 1898, ansias de
reformas, etc. Cargado de buena intención y pese al papel relevante que le otorgaba la Constitución
de 1876 Alfonso XIII no fue capaz de realizar las reformas necesarias para salvar el abismo que
separaba a la España oficial, oligárquica y caciquil, de la España real, de mayoría campesina. Su
reinado significó la crisis del sistema de la Restauración canovista (1874-1923).
Tras el desastre del 1898 y la liquidación del imperio colonial español surgió en la sociedad
española el Regeneracionismo, una corriente política y cultural de crítica al sistema de la
Restauración. Joaquín Costa, líder del Regeneracionismo, proponía modernizar al país con reformas
educativas, económicas y culturales como remedio a sus males. Los políticos conservadores y
liberales del turno de partidos se apuntaron al regeneracionismo para modernizar España desde
arriba sin alterar las bases fundamentales del sistema de la Restauración. A esta actuación se la
denominó Revisionismo.
El siglo XX se inició por tanto con los intentos de reforma del sistema político de la
Restauración, que se hallaba cada vez más desligado de la realidad social española. La etapa del
revisionismo político estuvo protagonizada por Maura desde el Partido Conservador y Canalejas
desde el Partido Liberal. Ambos intentaron la “revolución desde arriba” para evitar la “revolución
desde abajo”. Esta revolución desde arriba aspiraba a sanear la vida política pero sin alterar las
bases del funcionamiento del sistema.
Cuando Alfonso XIII accedió al trono en 1902, los partidos dinásticos optaron por dos líderes
regeneracionistas: Antonio Maura (Partido Conservador) y José Canalejas (Partido Liberal).
En el llamado gobierno largo del conservador Antonio Maura (1907–1909), este puso en
marcha su “revolución desde arriba” impulsando reformas del sistema liberal-parlamentario, pero
sin alterar las bases del régimen. Su iniciativa más importante fue la creación del Instituto Nacional
de Previsión, embrión de un futuro sistema de Seguridad Social. También se llevó a cabo una Ley de
Reforma Electoral en 1907, cuya intención era eliminar el fraude y garantizar la limpieza de las
elecciones, aunque no logró su objetivo. Su programa incluyó otras disposiciones, como una política
de intervención estatal y de protección y fomento de la industria nacional; y medidas sociales,
como la Ley de Descanso Dominical y la legalización del derecho a huelga, Ley sobre Condiciones de
Trabajo de Mujeres y Niños.
Por su parte, el liberal José Canalejas, emprendió el intento más importante de regeneración
del sistema para lograr su progresiva democratización y ampliar sus bases sociales. Intentó la
secularización del Estado y una amplia intervención en materia social: reducción de la jornada
laboral, ley de accidentes de trabajo, prohibición del trabajo femenino nocturno, supresión del
impuesto de consumos por otro progresivo de las rentas urbanas, desaparición de la redención en
metálico del reclutamiento, etc. Sin embargo, la labor más importante fue la Ley de Reclutamiento,
que establecía el servicio militar obligatorio y acababa parcialmente con la práctica del sistema de
cuotas o el de la sustitución.
No obstante, a pesar de las reformas del revisionismo el sistema canovista contará con la
oposición, cada vez más fuerte, de los partidos y asociaciones obreras, de los nacionalistas y del
cada vez más poderoso movimiento republicano. El asesinato de Canalejas a manos de un
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anarquista, marcó el final de esta inicial etapa de reformas.
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4. Explica las repercusiones de la Primera Guerra Mundial y la
Revolución Rusa en España.
En 1914 se inicia la segunda fase del reinado de Alfonso XIII. Este periodo coincide con el
estallido de la Primera Guerra Mundial y alcanzó su punto más crítico con la crisis de 1917, para
entrar en un declive progresivo del sistema que finalizó con la implantación autoritaria de la
dictadura (1923).
Ante la Primera Guerra Mundial la postura oficial de España fue la neutralidad. Sin
embargo, la sociedad se dividió entre germanófilos (partidarios de los imperios centrales)
integrados por ejército y clases altas y, en general, los representantes de valores como el orden y la
autoridad y los aliadófilos (partidarios de Francia e Inglaterra) integrados por las clases medias,
grupos republicanos y obreros, ya que para ellos estos países representaban los ideales de la
democracia.
La guerra convirtió a los países contendientes en importadores ante la reconversión militar
de sus industrias. España, gracias a su neutralidad se convirtió en suministradora de productos.
Esto genero un aumento de las exportaciones españolas lo que provocó inflación e incluso escasez
de algunos productos de primera necesidad. Por otra parte, este crecimiento generó grandes
beneficios empresariales que no repercutieron en aumentos salariales equivalentes, lo que provocó
un empobrecimiento de las clases trabajadores, que aumentaron su oposición al sistema.
Sin embargo, la necesidad de mantener la producción, para satisfacer la demanda exterior,
explica que los patronos fueran paulatinamente haciéndose más propensos a la negociación que al
enfrentamiento con los obreros. Esto, a su vez, se tradujo en un crecimiento espectacular de la
afiliación obrera a los sindicatos. Asimismo, el triunfo de la revolución bolchevique de 1917 insufló
un notable entusiasmo en las organizaciones obreras, para las que Rusia se convirtió en un mito. La
presión del movimiento obrero, cada vez más fuerte, desembocaron en la adopción de algunas
medidas de carácter social por parte del gobierno, como la jornada de ocho horas.
No obstante, la influencia de la Revolución Rusa se hizo notar en tres acontecimientos:
El “trienio bolchevique” en Andalucía: Estalla en 1918 bajo la dirección de la Unión General
de Trabajadores (UGT) y la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), ante la situación de
miseria de los jornaleros y la carestía de la vida. Se ocuparon campos, se procedió al reparto
de tierras, la toma de ayuntamientos, etc. Finalmente, la revolución social acabó en 1920
con la declaración del estado de guerra y una fuerte represión posterior.
Violencia en Cataluña: En Cataluña predominaba la corriente anarcosindicalista de la CNT
más violenta y partidaria de la acción directa. Así huelgas, sabotajes y atentados se
sucedieron continuamente. La respuesta de la patronal fue igualmente dura. Así frente al
“terrorismo rojo” se contestó con el “terrorismo blanco” o contratación de pistoleros y
bandas armadas para asesinar a dirigentes obreros y sindicales. En este contexto se aplicó la
“ley de fugas” (licencia para disparar al detenido que intentara fugarse), por parte de las
autoridades civiles y militares de Barcelona.
La Internacional Comunista y la división del socialismo: En 1919 se fundó en Moscú la
Tercera Internacional o Internacional Comunista que pretendía agrupar a todas las
organizaciones obreras para extender la experiencia revolucionaria rusa a todo el mundo.
Así en 1920 se funda el Partido Comunista de España (PCE) que rechazaba el socialismo
reformista y parlamentario. No obstante, en sus inicios se trató de una formación política
irrelevante.
En suma, tanto los acontecimientos derivados de la Primera Guerra Mundial como los de la
Revolución rusa polarizaron aún más las posiciones políticas y sociales en España. Mientras, el
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sistema político de la Restauración era incapaz de resolver estos problemas. Únicamente con la
violencia y la represión logró imponerse en todos los casos.
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Hasta el establecimiento del servicio militar obligatorio en 1912, aquellos individuos que tenían dinero se
podían librar de la incorporación a filas, mediante el pago de una cuota. Por tanto, eran las clases bajas las que sufrían,
en realidad, los estragos de la guerra. Esto explica el antimilitarismo popular.
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del general Primo de Rivera en 1923. Será este general el que tras el desembarco de Alhucemas
(1925), en una contundente actuación militar conjunta hispano-francesa, derrotó a Abd el Krim. La
consecuencia inmediata fue la rendición del líder rifeño que despejó el camino para la finalización
de la guerra dos años después (1927). Este fue, sin duda, el mayor éxito que se apuntó el dictador,
ya que satisfizo la demanda generalizada de acabar con la guerra y elevó al mismo tiempo el
prestigio de los militares africanistas.
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Finalmente el movimiento se desarticuló por las divergencias y desconfianzas entre los propios
asambleístas.
c) El problema obrero: La Huelga General de 1917. El desarrollo económico derivado de la
neutralidad española durante la Iª Guerra Mundial atrajo hacia las ciudades a una gran masa de
campesinos que, ante las pésimas condiciones laborales, rápidamente se proletarizó. El
descontento fue canalizado por la Confederación Nacional del Trabajo y la Unión General de
Trabajadores. Ambas centrales sindicales firmaron una alianza, uno de cuyos resultados fue la
convocatoria de una huelga general revolucionaria contra el régimen político y contra el deterioro
del nivel de vida de los trabajadores.
Durante los días posteriores a la convocatoria de huelga se produjeron graves incidentes en
Barcelona, Madrid, Zaragoza, Asturias y Vizcaya, siempre en los grandes centros urbanos e
industriales. Finalmente esta protesta obrera fracasó, pues no se logró movilizar a los trabajadores
del campo. El resultado fallido de esta huelga de 1917 contribuyó a dividir al movimiento obrero
español, separando más aún a socialistas y anarcosindicalistas, que no volverán a colaborar juntos,
profundizándose sus rivalidades y diferencias ideológicas. Por otro lado, la respuesta del Gobierno
fue muy enérgica: detuvo al comité de huelga y sacó las tropas a la calle. A finales de agosto la
huelga estaba acabada, con un saldo de más de setenta muertos y en torno a dos mil detenidos.
Tras las crisis de 1917 el régimen canovista seguía vivo, pero no había salido ileso. El sistema
político se encontraba en pleno proceso de descomposición interna debido a la división existente
entre los viejos partidos, a la reacción del rey inclinado a apoyar a los militares frente al poder civil
por miedo a una radicalización social y, por último, porque el sistema era incapaz de renovarse y de
integrar a las nuevas fuerzas sociales y políticas.
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Senado y se prohibió a los partidos políticos y sindicatos.
Militarización del orden público: Se implantó el estado de guerra durante dos años. El
orden público fue otra de las obsesiones de Primo de Rivera, para quien el movimiento
obrero, las acciones anarquistas y la delincuencia eran una misma cosa. Se dictaron
instrucciones terminantes a los gobiernos civiles para reprimir cualquier tipo de
manifestación o protesta, al tiempo que se establecía una rígida censura de prensa. De
esta manera la organización anarquista quedó desarticulada.
Sin duda, el gran éxito del Directorio militar fue terminar con la guerra de Marruecos.
Solventó el conflicto de Marruecos mediante el desembarco de Alhucemas en 1925. En
1927 España había ocupado totalmente su zona de protectorado. La victoria en
Marruecos colocó a Primo de Rivera en la cumbre de su prestigio.
2.- Directorio Civil (1925-1930): En diciembre de 1925, cuando ya eran claros los resultados
positivos del desembarco de Alhucemas, Primo de Rivera propuso al Rey la sustitución del
Directorio Militar por un Gobierno civil. Este cambio demostraba la intención del dictador de
perpetuarse en el poder. Para ello necesitaba transformar la dictadura en un nuevo régimen a su
medida. El proceso de institucionalización de la Dictadura se realizó mediante la formación de una
Asamblea Nacional Consultiva, convocada en 1927. Creó un partido político sin ideología llamado
Unión Patriótica que perseguía dar apoyo social a la dictadura (se afiliaron sólo sus partidarios).
Además inició un proyecto de nueva Constitución presentado en 1929. Al final, tanto la Asamblea
Nacional como la Unión Patriótica demostraron ser un fracaso: ni obtuvieron respaldo popular ni
eran una alternativa viable a la Dictadura.
No obstante, si la dictadura se mantuvo hasta 1930, las causas hay que buscarlas en la
prosperidad de la segunda mitad de la década, un periodo de especial bonanza en la economía
mundial, que permitió en España un crecimiento importante. El Gobierno aprovechó ese clima para
realizar una política de intervencionismo económico mediante el fomento de las obras públicas
(ferrocarriles, carreteras, energía hidroeléctrica, pantanos), creación de monopolios estatales
(Telefónica, CAMPSA, Tabacalera), etc., pero sin proponerse en ningún momento cambios de fondo
en la estructura de la propiedad ni en la situación social de la producción. Al final de la década la
mala coyuntura económica de 1929 (el famoso Crack de la bolsa de Nueva York) impide la
continuación de las obras públicas. El régimen entra en crisis. Alfonso XIII retira su apoyo a Primo de
Rivera que dimite en enero de 1930. Alfonso XIII decidió restablecer el viejo sistema parlamentario,
pero los dos Gobiernos que se sucedieron fueron incapaces ya de resucitar lo que podía
considerarse un cadáver político.
Al margen del sistema, los partidos de la oposición establecieron el Pacto de San Sebastián
(1930), integrado por republicanos y autonomistas catalanes, a los que se incorporaron después
socialistas y anarquistas. Finalmente la caída de la monarquía se produjo por los resultados de las
elecciones municipales que tuvieron lugar el día 12 de abril de 1931, donde los partidos
monárquicos fueron derrotados. Ante la victoria de los partidarios de la República el rey decidió
abandonar España. El día 14 de Abril se proclamaba la Segunda República y se formaba un Gobierno
provisional.
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Como el descenso de la mortalidad fue más rápido que el de la natalidad, también asistimos a un
aumento importante de la población (siete millones de personas entre 1900 y 1940). Las mejoras
en alimentación y vivienda, así como las actuaciones sanitarias, explican la disminución de la
mortalidad cuyas causas tradicionales (crisis de subsistencia o epidemias) desaparecieron o
disminuyeron de forma considerable. La única epidemia de importancia registrada en este periodo
fue conocida como “gripe española” de 1918. En cambio, la viruela, tan letal en el siglo anterior fue
erradicada. Por tanto, la esperanza de vida pasó de 35 a 50 años en el primer tercio de siglo.
En datos vemos como la tasa de mortalidad descendió del 29 por mil en 1900 al 16 por mil
en 1936. Lo mismo sucede con la mortalidad infantil que pasa del 17,2 por mil al 11 por mil. La tasa
de natalidad, también descendió situándose en 1936 en torno al 25 por mil. Por tanto, uno de los
primeros síntomas de modernización es el crecimiento sostenido de la población, pasa de 16,6
millones en 1877 a 23,5 en 1930.
La distribución espacial de esta población continuó el modelo del siglo XVIII y XIX: descenso
del interior (salvo Madrid) y Oeste; aumento del Norte y Este. Asimismo, en la segunda década del
siglo predominaron los movimientos internos del campo a la ciudad (éxodo rural), que estaban en
plena euforia productiva por los efectos de la Primera Guerra Mundial. De esta manera, en 1930
más de la mitad de la población de Barcelona o Madrid era inmigrante.
También hubo importantes movimientos migratorios. La emigración exterior se dirigió a
Argelia, pero sobre todo, a Latinoamérica (Argentina, Cuba, Brasil) y fue muy fuerte entre 1905 y
1914. El perfil del emigrante era varón, joven, campesino y alfabetizado. La emigración externa
española fue:
- Más tardía que la europea.
- Más plural en los destinos.
- Más concentrada regionalmente (Galicia, Asturias y Canarias).
Las causas eran: los bajos salarios, malas condiciones de vida y la escasez de tierra para cultivar
(Andalucía y Extremadura disponen de más tierra y por lo tanto menos emigración). La emigración
proporcionó: el envío de dinero para España que contribuyó a equilibrar la Balanza de Pagos.
En cuanto a la distribución de la población por sectores económicos, la creciente demanda
de mano de obra industrial provocó un aumento de la población ocupada en el sector secundario
que pasó de 14 % en 1900 al 26 % en 1930, con el consiguiente descenso del sector primario, que
pasó del 70 % al 47 %.
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a) Fuerzas políticas de Centro.
i) PARTIDO REPUBLICANO RADICAL.- La defensa del orden, el temor al movimiento obrero
revolucionario eran sus señas ideológicas principales. Sus apoyos sociales se
encontraban entre la media y pequeña burguesía. El viejo Alejando Lerroux, que ya
había abandonado el anticlericalismo furibundo, continuaba siendo su líder.
b) Grupos de izquierda moderada
i) ACCIÓN REPUBLICANA.- Partido progresista y pacifista, gobernó con el PSOE durante el
bienio reformista. Su principal dirigente era Manuel Azaña, gran intelectual y
extraordinario orador. Fue jefe de Gobierno entre 1931-33 y, posteriormente,
presidente de la República desde 1936. Acción Republicana recibía el apoyo de las clases
medias de las grandes ciudades. En 1934 este partido político y el Partido Radical-
Socialista se fusionaron formando IZQUIERDA REPUBLICANA.
c) Partidos proletarios.
i) PARTIDO SOCIALISTA OBRERO ESPAÑOL (PSOE).- Muy poderoso en estos años, obtuvo
116 diputados en las elecciones de 1931, 58 en 1933 y 99 diputados en 1936. Largo
Caballero, Prieto y Besteiro eran sus máximos dirigentes. Se debatían entre la defensa
de la revolución social y el reformismo parlamentario.
d) Partidos Nacionalistas y regionalistas.
i) PARTIDO NACIONALISTA VASCO.- Conservador y católico, al igual que la LLIGA
CATALANA.- Partidos conservadores
ii) ESQUERRA REPUBLICANA DE CATALUÑA.- Partido izquierdista y nacionalista. Liderado
por Maciá y Companys, ambos fueron presidentes de la Generalitat.
2) PARTIDOS CONTRARIOS A LA REPÚBLICA. Una de las claves para poder entender las
dificultades con las que tuvo que enfrentarse la coalición republicano-socialista, en sus intentos
reformadores, fue la oposición conservadora (la derecha, la Iglesia y un sector del ejército) así
como la radicalización popular (anarquistas y comunistas), que contribuyeron a obstaculizar de
manera sistemática la labor del gobierno.
a) Grupos fascistas.
i) FALANGE. Fundada en 1933 por José Antonio Primo de Rivera, hijo del dictador, que
logró ser elegido diputado. En 1934, Falange se unió a las Juntas de Ofensiva Nacional-
Sindicalista (JONS) de Onésimo Redondo. Fue un partido totalitario. Utilizó el terrorismo
contra miembros de sindicatos y partidos de izquierda.
b) Fuerzas políticas de derecha.
i) CARLISTAS. Monárquicos tradicionalistas, se negaban a aceptar el régimen republicano
que organizaron grupos de choque paramilitares formados por cientos de hombres
armados y entrenados (requetés).
ii) RENOVACIÓN ESPAÑOLA.- Grupo creado en 1933 que reunía a los monárquicos
alfonsinos. Algunas de sus características ideológicas posteriormente inspiraron al
Estado franquista: voluntad de acabar con la República recurriendo a un golpe de fuerza;
rechazo de la democracia; defensa del autoritarismo cuasi fascista; exaltación de la
grandeza de España "como brazo de Dios" y tradicionalismo católico (se manifestaban
con orgullo en favor de la Inquisición y de la expulsión de los judíos realizada por los
Reyes Católicos). Los dirigentes de RE pertenecían a la aristocracia y a medios
financieros, bancarios, industriales y latifundistas. Entre sus simpatizantes se
encontraban José Calvo Sotelo y el intelectual Ramiro de Maeztu.
iii) CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas).- Se trataba de un partido
posibilista cuya estrategia era conquistar el poder para convertir la República de
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izquierdas en una República conservadora. Por tanto, participó del juego político
ganando las elecciones en 1933. Encontramos tres puntos básicos en su programa
político. Primero, el conservadurismo y la defensa de la iglesia católica, le educación
religiosa, el Ejército y la familia (se oponían al divorcio y consideraban que el lugar
natural de la mujer era el hogar); en segundo lugar, la oposición a la reforma agraria y a
los avances del socialismo que amenazaba el sistema capitalista y la propiedad privada;
por último, rechazaban completamente las reivindicaciones de los nacionalistas
catalanes y vascos. Estaba liderado por José María Gil Robles.
c) Extrema izquierda
i) PARTIDO COMUNISTA ESPAÑOL (PCE).- Revolucionario, pro-soviético e insignificante
numéricamente, ya que sólo consiguió 400.000 votos en las elecciones de 1933. Muy
activo en los gobiernos republicanos durante la guerra civil.
ii) ANARQUISTAS.- Indiferentes a la legalidad democrática republicana y dispuestos
siempre a la insurrección revolucionaria y al enfrentamiento contra derechistas y fuerzas
del orden público. En 1927 se había creado la Federación Anarquista Ibérica (FAI), como
sociedad secreta que reclutó a sus afiliados entre los cuadros más duros de la CNT. Estos
grupos impulsaron la iniciativa obrera y campesina al margen del poder, ante lo que
consideraban lentitud en las reformas republicanas. Así se sucedieron agitaciones
anarquistas desde el comienzo de la República.
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quisieran prestar juramento de fidelidad a la República. Además, se colocó al frente de las
principales capitanías generales a militares de confianza. Con ello se aseguró, teóricamente, la
lealtad del ejército. Paralelamente, se creó la Guardia de Asalto, como cuerpo afín a la República y
encargado del orden público, con el fin de sustituir al ejército en esta función.
- La política autonómica: La Constitución mencionaba la posibilidad de conceder la
autonomía a las regiones que lo solicitasen. De esta manera Cataluña conseguía su Estatuto en
septiembre de 1932, a través del cual se convertía en región autónoma, que sería regida por un
gobierno propio, la Generalitat, formada por un presidente, un parlamento y un consejo ejecutivo.
El País Vasco, a pesar de la fuerza del movimiento autonomista, no tuvo su estatuto hasta 1936. No
obstante, la política autonómica levantó el recelo de un sector del ejército y de los sectores sociales
más conservadores temerosos de la posible división de España.
- El problema social: A causa de la crisis económica mundial de 1929, el paro obrero en
España constituye uno de los elementos dominantes del panorama social entre 1931 y 1936. La
legislación laboral alcanzó gran amplitud durante los dos primeros años de gobierno de la
República: leyes de jornada máxima, de regulación del derecho a la huelga, etc. La actitud de los
grandes sindicatos frente a la cuestión social no seguía una línea única, aunque, en general, destacó
la oposición violenta de los anarquistas hacia la República.
- La reforma agraria: La reforma agraria fue, sin duda, el proyecto económico y social de
mayor magnitud que debía acometer la República, pues España seguía siendo un país
eminentemente agrario; los campesinos eran casi el 50 % de la población activa y de ellos la
mayoría eran jornaleros, es decir, campesinos sin tierra. Sin embargo, el principal problema del
campo afectaba a la estructura de la propiedad con amplios latifundios al sur del Tajo, que colocaba
a amplios sectores sociales en una situación de miseria y paro. Por ello, periódicamente se
producían ocupaciones ilegales y estallidos de violencia social. La Ley de Reforma Agraria establecía
la expropiación con indemnización de las grandes fincas que no fuesen cultivadas según las
costumbres de la zona, para ser repartidas entre las familias de campesinos o entre colectividades
de agricultores. Para llevar a cabo la redistribución de las tierras se creó el Instituto de Reforma
Agraria. Sin embargo el sistema de redistribución presentó muchos problemas, a los que hay que
unir la oposición de los terratenientes expropiados, el carácter excesivamente burocrático del
Instituto, la falta de estudios previos sobre calidad y rendimientos de la tierra, etc. La tan anhelada
reforma agraria supuso una considerable frustración para los campesinos que habían depositado la
esperanza de un futuro mejor.
A mediados de 1933, la oposición de los partidos de derechas y la postura violenta de los
anarquistas en la cuestión agraria, hicieron aparecen síntomas de inestabilidad. En 1933, Azaña
dimitió como jefe del gobierno y Alcalá-Zamora decidió convocar nuevas elecciones, que
desembocará en el bienio radical-cedista.
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Constitución, cuyos principales contenidos eran los siguientes:
a) El tema autonómico. La Constitución incluía una fórmula para posibilitar las autonomías
regionales con carácter peculiar y no general. A pesar de la oposición de los partidos de
derecha, Cataluña consiguió en 1932 su Estatuto de autonomía, y durante la Guerra Civil se
aprobaron los Estatutos del País Vasco (1936) y Galicia (1938).
b) El tema religioso. El Estado republicano se declaró laico, suprimió toda ayuda económica a
la Iglesia católica y prohibió a las órdenes religiosas ejercer la enseñanza. Por último, en el
texto constitucional quedó sólo autorizado el culto privado; por tanto, para celebrar
cualquier otra ceremonia religiosa pública (como las procesiones) se exigía la autorización
gubernamental.
c) Los derechos del ciudadano. El reconocimiento sin limitaciones de los derechos individuales
era amplísimo y superaba con mucho a las Constituciones más progresistas del s. XIX.
d) La propiedad privada de los medios de producción quedaba subordinada a los intereses de
la economía nacional. Se recogía, entonces, la posibilidad de realizar expropiaciones para
nacionalizar y socializar las propiedades por motivos de interés general.
e) La nueva organización de poderes. El poder legislativo quedó depositado en un Parlamento
unicameral. El Presidente de la República, elegido por los diputados y no directamente por
los electores, y ocupaba la jefatura del Estado. Su mandato, sin posibilidad de reelección,
duraba seis años y sus atribuciones eran reducidas.
f) Soberanía popular. Se declaraba al nuevo estado español como una "República democrática
de trabajadores de todas clases".
g) Sufragio universal masculino y femenino. Tras un largo y complejo debate en las Cortes, las
mujeres españolas obtuvieron el derecho de voto.
h) En relación con la enseñanza, la cultura aparecía como una función primordial del Estado,
cuya obligación era extenderla a toda la población, sin discriminaciones de tipo económico.
Resulta evidente la influencia que tuvieron los socialistas en la orientación dada a la
Constitución. Los asuntos más polémicos fueron los relativos a la Iglesia y a las autonomías,
debido a la actitud beligerante de la derecha en esas cuestiones. Finalmente, la Constitución fue
aprobada en Cortes el día 9 de Diciembre de 1931.
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Durante el mes de octubre de 1934 se produjo un intento de conquista del poder, por parte
de la izquierda, por medio de una insurrección armada. El detonante de la revolución fue la
formación de un nuevo gobierno donde se incorporaron por primera vez tres ministros de la CEDA
lo que se interpretó como un intento de formar un gobierno más reaccionario. Además en el
contexto internacional se había producido la subida al poder de Hitler en Alemania lo que provocó,
en la izquierda, el temor a que España pudiera virar hacia un régimen fascista. En su preparación y
realización intervinieron coaligados comunistas, anarquistas y socialistas, aunque fueron estos
últimos los verdaderos protagonistas y promotores de la acción revolucionaria.
Desarrollo: La UGT convocó la huelga general nacional para el día 5 de octubre. Sin
embargo, la sublevación fue un fracaso en la mayor parte del país, porque el ejército sofocó con
facilidad los focos huelguistas. Solo adquirió importancia en Madrid, Vizcaya, Barcelona y Asturias,
pero en las tres primeras tuvo corta duración. El único lugar en que triunfó la insurrección fue
Asturias.
En Asturias los mineros (dirigidos por anarquistas, socialistas y republicanos, y organizados
en columnas armadas) tomaron pueblos y cuarteles de la Guardia Civil, sustituyendo
Ayuntamientos por comités revolucionarios, y sitiaron Oviedo. Los obreros consiguieron ocupar por
las armas toda Asturias y proclamaron la Revolución Socialista de los Consejos Obreros. El gobierno
envió al ejército africano, al mando del general Franco, para reprimir el levantamiento y, aunque la
resistencia asturiana se prolongó durante varios días, los insurrectos fueron derrotados con una
durísima represión (el balance de casi 1500 muertos y 5000 detenidos demuestra la radicalización
del conflicto, que fue un preludio de la violencia de la Guerra Civil).
En Cataluña, ante el temor de la formación de un gobierno de derechas por la pérdida
autonomía y de competencias, Lluís Companys (presidente de la Generalitat) proclamó la República
Catalana. La rebelión fue rápidamente reprimida mediante la declaración del estado de guerra y la
encarcelación del gobierno autonómico y de líderes de la revolución (Azaña, Largo Caballero). La
autonomía de Cataluña quedó suspendida temporalmente.
Consecuencias: La revolución de octubre provocó una fuerte polarización política y una
radicalización de posiciones, tanto de izquierda como de la derecha. Por parte de la derecha, Calvo
Sotelo fundó el Bloque Nacional, con el que pretendía ofrecer una alternativa a la República, que
consistía en una monarquía tradicional basada en una autoridad fuerte. Por parte de la izquierda, la
dura represión impulsó una concentración de fuerzas, que desembocó en la creación del Frente
Popular.
Tras la revolución de octubre la CEDA aumentó su influencia en el gobierno presentando un
proyecto de modificar la Constitución (restringir las autonomías, abolir el divorcio y negar la
socialización de la propiedad). El proyecto no llegó a aprobarse por la crisis interna del gobierno,
provocada por la falta de entendimiento entre Lerroux y Alcalá Zamora (presidente de la República)
y una serie de escándalos de corrupción dentro del Partido Radica (escándalo del estraperlo). La
situación se enrareció y el gobierno perdió la mayoría parlamentaria, ante lo cual Alcalá Zamora
convocó elecciones para 1936.
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izquierdas (republicanos, socialistas y comunistas) se agruparon en el Frente Popular, cuyo
programa exigía la amnistía para los encarcelados políticos y el restablecimiento de la Constitución.
En un ambiente de creciente radicalización, se presentaron las siguientes candidaturas a las
elecciones de febrero de 1936:
1) Frente Popular: pacto electoral firmado en enero de 1936 por Izquierda Republicana,
PSOE, PCE, POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) y Esquerra Republicana de Catalunya.
Este pacto agrupaba a todas las izquierdas. La CNT, con muchos presos en la cárcel, no pidió la
abstención y apoyó de forma tácita a la coalición de izquierdas.
2) Coalición de la CEDA y Renovación Española, acudió con un programa muy moderado
basado en el miedo a la revolución social.
3) La Falange y el PNV se presentaron por su cuenta.
La victoria fue para el Frente Popular, que basó su triunfo en las ciudades y las provincias del
sur y la periferia. La derecha triunfó en el norte y el interior del país. Tras las elecciones, Manuel
Azaña fue nombrado Presidente de la República. El presidente del gobierno fue Casares Quiroga y
estaba formado exclusivamente por republicanos de izquierda (sin socialistas, dominado por su
sector más radical, ni comunistas). El nuevo gabinete tomó las siguientes medidas:
a) Amnistía para todos los condenados por la Revolución de Octubre de 1934. También se
decretó el reingreso a sus puestos de trabajo.
b) Restablecimiento del Estatuto catalán., suspendido tras la revolución de octubre.
Companys volvió a ocupar la presidencia de la Generalitat.
c) Alejamiento de Madrid de los generales enemigos de la República. Franco (a Canarias),
Mola (a Navarra) y Goded (a Baleares).
d) Reanudación de la reforma agraria. Se retornó también a la expropiación y adjudicación
de tierras a los campesinos, al amparo de la reforma agraria de 1932. Entre marzo y julio se
expropió y repartió más de medio millón de hectáreas. Sin embargo, esta medida fue rápidamente
desbordada por la acción de los jornaleros que se lanzaron a la ocupación de fincas.
e) Tramitación de nuevos estatutos de autonomía. El Estatuto de Galicia, fue aprobado en
plebiscito en junio de 1936, y el del País Vasco estaba prácticamente terminado enjulio de 1936.
Sin embargo, el ambiente social era cada vez más tenso. La izquierda obrera había optado
por una postura claramente revolucionaria y la derecha buscaba de forma evidente detener esta
revolución. Desde el mes de abril se sucedieron los enfrentamientos violentos en las calles entre
grupos falangistas y milicias socialistas, comunistas y anarquistas. Unos y otros parecían prepararse
para el enfrentamiento inminente.
La conspiración militar contra el gobierno del Frente Popular avanzaba. Por un lado, había
una trama política conformada por los principales líderes de los partidos: Gil Robles, Calvo Sotelo,
José Antonio Primo de Rivera. Por otro lado, crecía el número de generales implicados (Franco,
Goded, Fanjul, Varela) y Mola, destinado en Pamplona, se convirtió en el jefe de la conspiración, el
"director" del golpe. Iniciaron contactos con Mussolini y Hitler. La madrugada del 13 de julio era
asesinado José Calvo Sotelo, jefe de la oposición monárquica. El enfrentamiento era inevitable.
En suma, la República fue recibida con entusiasmo popular ante el ambicioso programa de
reformas que abordó y que eran necesarias para modernizar el Estado, la economía y la sociedad.
Sin embargo, la República encontró grandes obstáculos en el contexto internacional (crisis
económica a nivel mundial tras la caída de la Bolsa de Nueva York y enfrentamiento entre el
fascismo y la democracia en Europa) y en el interior (consenso débil, fuerte y heterogénea
oposición desde derecha e izquierda, inestabilidad política, conflictividad social, falta de cultura
democrática,...).
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15. Representa una línea del tiempo desde 1931 hasta 1939,
situando en ella los principales acontecimientos históricos.
1931: elecciones constituyentes (junio). constitución republicana (9 dic.).
1931-33: bienio social-azañista. Reformas militar, agraria, territorial y religiosa.
1932: Intento de golpe del general Sanjurjo (agosto). Aprobación de la autonomía de
Cataluña y de la reforma agraria.
1933: insurrección anarquista: sucesos de Casas Viejas (enero). Ley de Congregaciones
Religiosas. Caída de Azaña (sept.). Victoria del centro y la derecha católica (CEDA) en
elecciones generales (nov.). Creación de Falange Española.
1933-35: bienio radical-cedista.
1934: ley de Contratos de Cultivo de Cataluña. Huelgas campesinas. Conflicto de los
ayuntamientos vascos. Revolución socialista de Octubre. Suspensión de la autonomía
catalana.
1935: rectificación de la reforma agraria. Gil Robles, ministro de Defensa. Escándalos de
corrupción del Partido Radical. Gobiernos Chapaprieta y Portela Valladares.
1936: victoria del Frente Popular en las elecciones generales (febrero). Destitución de
Alcalá-Zamora. Azaña, presidente de la República. Graves alteraciones del orden público.
Asesinato de Calvo Sotelo. Levantamiento militar (Franco, Mola) contra la República (18 de
julio).
1936-39: Guerra Civil.
1936: avance de los “nacionales” sobre Madrid. Caídas de Badajoz, Toledo y San Sebastián.
Gobierno Largo Caballero (sept.). Franco, jefe del gobierno y del estado nacionales (1 oct.).
1937: batallas del Jarama y Guadalajara. Ofensiva de Franco en el norte: toma de Vizcaya,
Santander y Asturias. Contraofensivas republicanas en Brunete y Belchite. Decreto de
unificación del movimiento nacional (abril). Gobierno Negrín (mayo).
1938: toma de Teruel y avance de los nacionales al Mediterráneo. Primer gobierno de
Franco. Batalla del Ebro (julio). Ofensiva sobre Cataluña (dic.)
1939: caída de Barcelona (enero). Rebelión del ejército del centro (Casado) contra el
gobierno Negrín (marzo). Victoria de Franco en la guerra (1 de abril).
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sublevados era heterogénea: militares, monárquicos, grandes propietarios agrarios, Iglesia,
tradicionalistas y; en general, conservadores de inclinación fascista. La composición de los
republicanos era más homogénea: obreros, pequeña burguesía, campesinos sin tierra, con
orientación anarcosindicalista, socialista o comunista.
LA ZONA REPUBLICANA.
La revolución social.- El desorden, desde el principio de la guerra, fue notable.
Inmediatamente hubo levantamientos de carácter colectivista protagonizados por CNT/FAI y UGT.
La industria se colectivizó en Cataluña y muchas explotaciones agrarias (Aragón, Andalucía...). Se
constituyeron Juntas, Consejos y Comités que desencadenaron una represión contra los sublevados
(Iglesia, clases acomodadas, burguesía, católicos) cuyos bienes fueron requisados. Se volvió a la
quema de iglesias y conventos y a los fusilamientos.
El derrumbe del Estado.- Al iniciarse el golpe Casares Quiroga dimitió; Martínez Barrio, su
sucesor, también dimitió al no poder solucionar negociadamente el golpe. José Giral fue el primero
que tomó medidas y entregó el poder a las milicias (Ley de Milicia Voluntaria) porque gran número
de oficiales se pasaron a los sublevados. El poder central se derrumbó y las Juntas y Comités Locales
actuaban de manera casi autónoma ante el avance rápido de los rebeldes.
El gobierno de Largo Caballero.- En septiembre de 1936 se constituyó un gobierno conjunto
de republicanos, socialistas y comunistas. Posteriormente dio entrada a los anarcosindicalistas.
Eliminó el poder de las Juntas y Comités Locales y creó el Ejército Popular pero tuvo serios
problemas con comunistas y anarquistas porque estos grupos no renunciaban a imponer sus
propias ideas. El objetivo de Largo Caballero fue crear un verdadero ejército con mando unificado y
restablecer el poder del Estado frente a los Comités revolucionarios. Sin embargo, fracasó y Largo
Caballero dimitió. Indalecio Prieto (PSOE) prefirió pactar con los comunistas para formar gobierno.
El gobierno de Negrín.- La influencia de los comunistas se basaba en la ayuda militar de los
soviéticos. Juan Negrín fue nombrado presidente del Gobierno y Prieto lo fue del Ministerio de la
Guerra. Los sindicatos fueron alejados del gobierno y los comunistas tuvieron una excesiva
preponderancia no acorde con su poderío parlamentario. Negrín quería que la República resistiese
a ultranza y que la salida de la guerra fuera negociada. Franco no aceptó. Negrín confiaba en que
estallase el conflicto en Europa para poder salvar a la República. Pero esto no ocurrió.
Economía en la zona republicana: Al iniciarse la guerra el gobierno republicano controlaba
todas las zonas industriales frente a la España sublevada que controlaba las zonas agrícolas. Lo más
destacable en la zona republicana fue las colectivizaciones de empresas privadas, sobre todo en el
ámbito agrario. Sin embargo, la desastrosa organización provocó graves problemas en el
abastecimiento de alimentos a las ciudades.
LA ZONA SUBLEVADA.
Francisco Franco, Generalísimo.-Todos los grupos políticos y sociales que apoyaron el golpe
aceptaron la supremacía del ejército. Los militares crearon en Burgos la Junta de Defensa Nacional,
sin funciones militares, presidida por el general Cabanellas. Suprimieron la actividad de los partidos
políticos, suspendieron la Constitución, los estatutos de autonomía y todas las reformas que había
emprendido la República. La elección de jefe supremo del ejército recayó en Franco. Sustituyó la
Junta de Defensa Nacional por la Junta Técnica del Estado con sedes en Valladolid y Burgos. El
Cuartel General del Generalísimo estuvo en Salamanca.
Creación del partido único.- Las fuerzas sublevadas se concentraron en la represión de todos
los leales a la República (partidos y organizaciones obreras) reproduciendo el comportamiento de la
zona republicana. Por otro lado, en abril de 1937 Franco publicó el famoso Decreto de Unificación
por el que se fundó FET de las JONS (Falange Española Tradionalista y de las Juntas de Ofensiva
Nacional Sindicalista). En este partido único Falange tenía un papel preponderante y Franco se
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convirtió en Jefe del Partido y Jefe del Estado, cargos que no abandonó hasta su muerte. La Iglesia
católica apoyó incondicionalmente al nuevo partido y los disidentes fueron desterrados o
encarcelados.
El primer gobierno de Burgos.- Se formó en enero de 1938. Franco era llamado comúnmente
"Caudillo". Tres meses después promulgó la primera ley fundamental, el Fuero del Trabajo (mezcla
de ideas fascistas italianas, falangistas y de la doctrina social de la Iglesia). El Estado se organizó de
forma corporativa y se creó el Sindicato vertical (empresarios y obreros estaban en la misma
organización porque las huelgas eran ilegales). Se implantó la censura para controlar
ideológicamente a la sociedad, se restablecieron todas las leyes favorables a la Iglesia.
Economía en la zona republicana: El control de las zonas agrarias les permitió no tener
problemas de abastecimiento. En contraste con lo que ocurría en la zona republicana, el control de
la producción fue muy estricto. Se anularon las expropiaciones y se devolvieron a sus propietarios.
Respecto a la financiación recibieron la ayuda de los regímenes fascistas de Italia y Alemania.
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19. Sintetiza en un esquema las grandes fases de la guerra, desde
el punto de vista militar.
La Guerra Civil (1936-39), probablemente sea el acontecimiento de nuestra historia que más
interés ha suscitado tanto nacional como internacionalmente. A nivel interno supone el final de la
experiencia democrática de la II República y el desenlace del enfrentamiento de “dos Españas” que
mantenían importantes diferencias desde tiempo atrás.
El pronunciamiento militar se produjo el 18 de julio de 1936. La conspiración estaba
formada básicamente por militares descontentos con el Régimen establecido. El alzamiento triunfó
en las zonas agrarias más retrasada y conservadoras (España interior, Galicia y Andalucía
occidental), y en algunas capitales del interior (Sevilla, Zaragoza). Fracasó en la España más
desarrollada e industrializada del este y el norte, y en las grandes ciudades (Madrid, Barcelona,
Valencia). Las fases de la guerra son:
1. Avance hacia Madrid Julio 1936-Noviembre 1936). Unificación de la zona sublevada del
Norte con la del Sur por parte del ejército africano dirigido por Yagüe. Franco libera el Alcázar de
Toledo (donde residían sublevados). Ante el inminente ataque a Madrid, el gobierno de la
República se trasladó a Valencia e hizo un llamamiento a la resistencia de la capital. Madrid resistió
con un ejército formado en gran parte por milicias voluntaria, las Brigadas Internacionales y la
Columna Libertad (anarcosindicalista).
2. Batallas entorno a Madrid (Diciembre 1936-Marzo 1937). Regularización de ambos
ejércitos (formación del Ejército Popular de la República). Los sublevados intentaron cercar la
capital, dando lugar a la batalla del Jarama (1937, que produjo desgaste en ambos bandos) y a la de
Guadalajara (1937, primera victoria republicana importante).
3. Ocupación del norte (Abril 1937-Octubre 1937). Combates en la franja cantábrica
(bombardeo de Guernica por parte de la Legión Cóndor, 1937). Para forzar a desviar tropas
nacionales, los republicanos realizaron una ofensiva en Brunete y Belchite, pero no evitaron que los
nacionales tomaran la franja norte (una importante región industrial).
4. Avance hacia el Mediterráneo (Diciembre 1937-Abril 1938). Los republicanos lanzaron
una ofensiva sobre Teruel (tomando la ciudad) y que fue contestada por los nacionales con la
campaña de Aragón (mediante la cual dividieron en dos zonas a la República, cruzando el
Maestrazgo y llegando al Mediterráneo en Vinaroz). Una de las zonas divididas era Cataluña. Franco
decidió no atacarla por temor a acercarse a la frontera francesa en un momento de gran tensión
internacional y decidió atacar hacia Valencia.
5. Batalla del Ebro (batalla más importante, Julio 1938-Noviembre 1938). Una vez reforzado
el ejército republicano, éste lanzó una fuerte ofensiva sobre el río Ebro a su paso por la provincia de
Tarragona. La contraofensiva nacional frenó el ataque y dejó mermado el bando republicano,
iniciándose la ofensiva sobre Cataluña. Franco entró en Barcelona sin lucha y la toma de Gerona
supuso el exilio a Francia de miles de refugiados y del gobierno republicano.
6. Final de la guerra (1 de abril de 1939). A principios de 1939 la República se reducía a la
Zona Centro (desde Madrid hasta la región mediterránea desde Valencia hasta Almería). Negrín
(jefe del gobierno de la República) volvió del exilio para continuar la resistencia con el apoyo de los
comunistas, mientras que Azaña (presidente de la República) dimitió desde París. En Madrid se
sublevó el coronel republicano Casado por la creciente influencia de los comunistas dentro de la
República. Besteiro y otros socialistas crearon la Junta de Defensa para negociar una “paz honrosa”
para evitar prolongar la guerra inútilmente, pero Franco no aceptó ninguna condición y obligó a
entregar las armas. Poco después entró sin resistencia en Madrid y, a continuación, ocupó Albacete,
alicante y Valencia, dando la guerra por finalizada.
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HISTORIA DE ESPAÑA
Felipe de Juan
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1. Elabora un esquema con los grupos ideológicos y los
apoyos sociales del franquismo en su etapa inicial.
El régimen de Franco supuso una adaptación del fascismo a las condiciones especiales de
España. Se legitimó tras ganar la guerra y fue muy autoritario. El Estado que surgió entonces fue
una mezcla de dictadura militar y un estado fascista. Este régimen perduró durante casi cuatro
décadas. Esto significó que tanto las “familias” ideológicas del régimen como las bases sociales
sobre las que se apoyaba variaron con los años para adaptarse a las circunstancias cambiantes. Por
otra parte, Franco nunca tuvo un proyecto político sobre la organización del nuevo Estado, sin
embargo, su visión tradicionalista le hacía rechazar cualquier forma política derivada del
pensamiento liberal o democrático. Su único objetivo fue mantenerse en el poder y ejercerlo sin
limitaciones.
Los grupos políticos o ideológicos que apoyaron la sublevación militar coincidían en una
serie de puntos esenciales de marcado carácter conservador:
a) La confesionalidad católica del Estado: La Iglesia Católica legitimó al estado franquista e inculco
los valores morales católicos en el resto del sistema. La Iglesia mostró su apoyo mediante una
permanente propaganda a favor del régimen. Los católicos estaban adscritos a dos
organizaciones: la Asociación Católica Nacional de Propagandistas y el Opus Dei. En el caso de
la primera su principal frente de actuación era la defensa de la enseñanza católico.. En cuanto al
Opus Dei proporcionó al régimen importantes figuras de alta cualificación profesional sobre
todo ministerios, fueron los denominados tecnócratas. Por toda esta ideología se ha
denominado al régimen como nacionalcatolicismo.
b) Implantación de un poder nacionalista (nacionalcatolicismo), fuerte y centralizado, sustentado
en los principios de unidad de España, autoridad y jerarquía (apoyo del ejército). Los militares,
además de asegurar por la fuerza la supervivencia del régimen, desempeñaron importantes
cargos políticos.
c) Imposición de un orden social rígido, basado en la defensa de la familia y la propiedad privada.
Franco, para esto, se apoyó en el partido único (FET de las JONS -Falange Española
Tradicionalista de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista) que se encargó del control de los
medios. Creó también cuatro organizaciones de masas, entre las que destacan: Frente de
Juventudes para la formación y adoctrinamiento de la juventud. La Sección Femenina encargada
de formar a la mujer en los valores cristianos y del partido. Estaba dirigida por Pilar Primo de
Rivera. El Sindicato Español Universitario (SEU) que controlaba políticamente a los estudiantes y
la Central Nacional Sindicalista (CNS) que integraba a empresarios y obreros en la misma
organización (sindicato vertical).
Los apoyos sociales del franquismo se identifican con el nuevo régimen por su defensa de
los valores tradicionales, su autoridad y el restablecimiento del orden público:
a) Las élites económicas: oligarquía terrateniente, empresarios, financieros y comerciantes.
Recuperaron sus negocios y propiedades y su dominio sobre la vida social con nuevos elementos
procedentes del ejército y de Falange.
b) Propietarios agrícolas del Norte de España que apoyaron el alzamiento por su mentalidad
tradicional, defensora de la familia, la propiedad privada y la religión.
c) Clases medias urbanas beneficiadas por las depuraciones masivas de funcionarios:
maestros, profesores de Universidad e Instituto, militares republicanos, etc. El resto de clases
medias eran pasivas y apolíticas.
d) Los sectores populares protagonizaron la primera oposición al franquismo pero la
represión, la miseria y el afán de supervivencia hacen que obreros y campesinos adopten una
2
actitud de acomodamiento, de aceptación del régimen y de apoliticismo cuando no de respaldo
directo a la dictadura.
La ideología del régimen se apoyaba en diversos grupos que conformaron el estado
franquista demostrando su adhesión al Caudillo. Todos se integraron en el llamado Movimiento
Nacional, una nueva forma de llamar al partido único más acorde a los tiempos.
4
naturales de la sociedad y no de los partidos políticos. Se trataba de presentar al exterior una
organización política con la apariencia de un Estado de derecho. Para ello se elaboró un conjunto de
Leyes Fundamentales (equivalentes a una Constitución), que pretendían proporcionar al
franquismo una imagen de Estado democrático a su manera. Estas Leyes Fundamentales eran
solamente una fachada jurídica para ocultar la férrea dictadura militar de Franco. En conjunto
quieren parecer una Constitución pero no lo son. Destacan:
1) Ley Constitutiva de Cortes (1942): Las define como el órgano de participación del pueblo
español en las tareas del Estado. Sus representantes se llaman procuradores y son designados por
el poder (ministros, Consejo Nacional del Movimiento y Organización Sindical, alcaldes, rectores de
Universidad y altas jerarquías eclesiásticas).
2) Fuero de los Españoles (1945): Pretende aparentar que en la España franquista hay
libertades.
3) Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958): Se reafirma en el partido único, que
cambia de nombre, y dice que todos los altos cargos civiles y militares sean considerados miembros
natos del Movimiento.
4) Ley Orgánica del Estado (1966): Separa los cargos de Jefe del Estado y Presidente del
Gobierno, se aumenta el número de procuradores a Cortes, se afianza la institución monárquica y
se pueden crear asociaciones con fines pacíficos.
Para controlar el aparato productivo del país, se estableció una organización sindical en la
que se encuadró de forma obligatoria a empresarios, técnicos y obreros, agrupados por ramas o
sectores de producción. El nombre de sindicatos verticales, deriva de este criterio de agrupación
por ramas. Su fundamento ideológico era el principio fascista de que no existían conflictos entre
trabajadores y patronos, sino armonía social e intereses comunes entre todos los españoles.
5
apoyo de EE UU) organizó la Marcha Verde, ante la cual España entregó al Sahara a Marruecos y
Mauritania, mediante el Acuerdo de Madrid, olvidando el compromiso de referéndum. Por otra
parte, en 1974 cayeron la dictadura de Portugal y de Grecia quedando España como la última
dictadura que pervivía en Europa occidental.
Crisis económica: La subida de precios del petróleo en 1973 marcó el final de la etapa de
expansión económica que disfrutaba Europa desde los años cincuenta. La economía española se vio
afectada por su fuerte dependencia energética del exterior y de las exportaciones, que
disminuyeron y el turismo. Por consiguiente, con la crisis internacional la economía española entro
en una aguda fase de depresión cuyo signos más evidentes eran el retorno de emigrantes y el
notable aumento del paro y la inflación.
En 1975 Franco falleció, dejando al régimen en una profunda crisis y creyendo que dejaba
todo “atado y bien atado”. Con su muerte se abrió la transición democrática que supuso el
desmantelamiento de la Dictadura y la implantación de un régimen constitucional.
Conclusión. El extraordinario crecimiento económico de este período (1959-1975),
determinó un profundo cambio social que trajo consigo la difusión de nuevas actitudes y pautas
que demandaban mayor libertad y democracia. Por contra, el franquismo se mantuvo como una
dictadura basada en el inmovilismo político y fue su incapacidad para reformarse ante las nuevas
demandas sociales y los intereses de modernización lo que precipitó la crisis del régimen, cuya
única respuesta a la oposición política fue la represión. Con la muerte de Franco (1975) fue
imposible la continuidad de la Dictadura, la cual dio paso a la transición democrática.
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8. Especifica los diferentes grupos de oposición política al régimen
franquista y comenta su evolución en el tiempo.
Durante el primer Franquismo la oposición al régimen fue bastante escasa debido al
poderoso aparato represivo del franquismo, que recurrió a juicios, encarcelamientos y ejecuciones
respaldados por todo un aparado legal: Ley de Responsabilidades Políticas (1939), que afectaba a
todos los que hubiesen desempeñado algún cargo en la II República, la Ley para la Supresión de la
Masonería y el Comunismo (1940), La Ley para la Seguridad del Estado (1941), etc. A pesar de todo,
podemos hablar de una resistencia al nuevo régimen que se concretó en:
Creación de la Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas (1944), que aglutinó a fuerzas
republicanas pero que no admitió a comunistas y anarquistas.
Los maquis, una guerrilla refugiada en los montes con ideología eminentemente comunista y en
menor medida anarquista, capaz de movilizar hasta 4000 hombre armados en el Valle de Arán,
y que empezará a decaer a partir de 1952.
Ya a partir de los ´50 percibimos algunos síntomas de reconstrucción de una auténtica
oposición en el seno de España. Sin embargo, fueron las transformaciones de los años sesenta y la
dura represión las que permitieron a la oposición antifranquista vertebrarse y erosionar a la
Dictadura. Esta oposición se manifestará a través de:
Las protestas obreras, que comenzaron a canalizarse a través de sindicatos no reconocidos
por el Régimen. Destaca especialmente Comisiones Obreras. A las reivindicaciones de
carácter estrictamente profesional (subidas salariales) incorporaron otras de tipo político
como el derecho de huelga o manifestación.
La agitación universitaria. La reivindicación explícita de las libertades democráticas fue
constante. Las protestas fueron generalizadas entre 1965-69 y llevaron al Gobierno a
declarar el Estado de excepción. Además, los estudiantes empezaron a contar con el apoyo
de algunos profesores de renombre como Tierno Galván, López Aranguren y García Calvo,
expulsados de sus cátedras por oponerse el Régimen.
La oposición de un sector de la Iglesia. El tradicional respaldo de la Iglesia Católica al
Régimen comenzó a verse amenazado a partir del espíritu modernizador del Concilio
Vaticano II. Una parte de la jerarquía eclesiástica española se fue distanciando del régimen,
destacando el arzobispo de Madrid, el cardenal Vicente Enrique y Tarancón. Además
algunos sacerdotes colaboraron o militaron en los clandestinos partidos y sindicatos como el
Partido Comunista y Comisiones Obreras.
La oposición política estaba fundamentalmente liderada por el PCE, dirigido por Santiago
Carrillo. Durante estas fechas la estrategia del PCE era favorecer el “eurocomunismo”,
movimiento revisionista del comunismo occidental que se oponía a las directrices soviéticas.
Mientras el papel del PSOE fue mucho más determinante en la transición que en la
oposición al Franquismo. Sí podemos destacar su renovación a partir del Congreso de
Suresnes (1974), que llevó a Felipe González a la dirección del mismo. Por último cabría
mencionar la reivindicación de la democracia realizada en Munich por diversos miembros de
la oposición al hilo de la solicitud de ingreso de España en la CEE. La prensa franquista
calificó el encuentro de dichos opositores como “contubernio o conspiración de Munich”.
Asistiremos además a la progresiva revitalización de los partidos nacionalistas históricos,
como el PNV y ERC, el surgimiento de nuevos partidos de extrema izquierda que canalizaron
el descontento de la juventud más radical como el Frente Revolucionario Antifascista y
Patriota (FRAP) y una amalgama de formaciones minoritarias de signo moderado entre las
que destacarán los democristianos de la Izquierda Democrática liderada por Ruiz Giménez.
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El terrorismo político, fundamentalmente de ETA, movimiento revolucionario nacido en
1959 por jóvenes nacionalistas vascos descontentos con la pasividad del PNV. Cometió su
primer atentado en 1968 y su carácter revolucionario perdió este rasgo cuando sus
matanzas siguen golpeando España también en Democracia. Ya en 1975 surgirán otras
organizaciones terroristas de extrema izquierda como el FRAP y los GRAPO.
Por su parte el Régimen no permanecerá impasible a dichos movimientos opositores y
prueba de ello fueron la multitud de sentencias represivas decretadas por el Tribunal de Orden
Público creado en 1963. Entre las más llamativas destacaron el proceso de Burgos instruido contra
ETA (1970), la ejecución del anarquista Salvador Puig Antich (1974) y las cinco ejecuciones de
acusados de terrorismo en septiembre de 1975. A pesar de esta represión la oposición al
franquismo siguió creciendo progresivamente.
9. Representa una línea del tiempo desde 1939 hasta 1975, situando
en ella los principales acontecimientos históricos.
1939: Fin de la guerra. Franco, Generalísimo de España. Gobernante único
1940: España, no beligerante en la Segunda Guerra Mundial. Entrevista Franco— Hitler en
Hendaya.
1941: Envío de la División Azul a Rusia. Creación del INI (sept.).
1943: España, neutral en la Segunda Guerra Mundial.
1945: condena internacional de España. Fuero de los españoles. Ley de Referéndum Nacional.
1951: tímida liberalización de la economía.
1953: concordato con la Santa Sede. Acuerdos con Estados Unidos: bases militares
estadounidenses.
1955: admisión de España en la ONU.
1956: incidentes universitarios. Independencia de Marruecos.
1958: ley de Principios del Movimiento. Ley de Convenios Colectivos.
1959: plan de estabilización. Creación de ETA.
1960-70: la década del desarrollo. Importante número de ministros tecnócratas del Opus Dei
en los gobiernos.
1962: aparición de Comisiones Obreras. Huelga minera en Asturias.
1963: primer plan de desarrollo. Ejecución de Julián Grimau.
1964: creación de la Seguridad Social. XXV Años de Paz. Crecientes disturbios estudiantiles y
laborales.
1968: primer atentado mortal de ETA.
1969: el príncipe Juan Carlos, designado sucesor de Franco. Monseñor Tarancón, arzobispo de
Madrid y presidente de la Asamblea Episcopal. Escándalo “Matesa”.
1969-73: Carrero Blanco, número dos del régimen y hombre fuerte del gobierno.
1970: juicio en Burgos contra miembros de ETA. Acuerdo preferencial con la Comunidad
Europea. Ley General de Educación.
1973: juicio contra Comisiones Obreras. Asesinato de Carrero Blanco por ETA (dic.).
1974-75: gobierno Arias Navarro.
1974: Enfermedad de Franco.
1975: fracaso del “asociacionismo” del régimen. Malestar laboral y universitario. Ejecuciones de
miembros de ETA y del frap (sept.). Protestas internacionales contra el régimen español. Larga
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agonía de Franco. “Marcha verde” marroquí sobre el Sáhara. Muerte de Franco (20 nov.).
Proclamación de la monarquía de Juan Carlos I.
15. Elabora un esquema con las etapas políticas desde 1979 hasta
la actualidad, según el partido en el poder, y señala los principales
acontecimientos de cada una de ellas.
Tras la aprobación de la Constitución el Gobierno optó por disolver las Cortes y convocar
elecciones generales para el 1 de marzo de 1979. De este modo se iniciaba una nueva etapa en la
democracia española, dentro de un marco constitucional.
1º.- Gobiernos de la UCD (Adolfo Suárez).
En las elecciones de marzo de 1979 ganó UCD. Sin embargo, en las elecciones municipales
de abril de 1979 se constituyen ayuntamientos de izquierdas en las grandes ciudades y esto es
anuncio de dificultades para UCD.
Este último gobierno de Suárez se caracterizó por una profunda inestabilidad política
y por una crítica permanente a su gestión, tanto desde dentro como desde fuera de UCD. Entre los
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muchos problemas que dificultaron la labor del Gobierno y a los que tuvo que enfrentarse Suárez,
se podrían destacar los siguientes: las propias divergencias internas en el seno de UCD, el problema
de las autonomías, dada la imprecisión de la Constitución en cuanto a sus competencias, la crisis
económica, con el paro y la inflación como principales problemas, el azote del terrorismo de ETA y
el GRAPO y el acoso del PSOE.
Abrumado por todas estas circunstancias, en enero de 1981, Adolfo Suárez presentó su
dimensión como presidente del Gobierno. Como sucesor suyo se impuso a Leopoldo Calvo Sotelo,
quien debía ser previamente investido por el Congreso. La votación se fijó para el día 23 de Febrero.
Fue el momento elegido por un sector del ejército para realizar un golpe de Estado. Sin embargo, el
Rey compareció por televisión de madrugada y descalificó a los sublevados. El golpe había
fracasado.
No obstante, la descomposición interna de UCD se acentúo con el paso del tiempo. Ante una
situación tan crítica, el presidente del gobierno Calvo Sotelo, decidió disolver anticipadamente las
Cortes y convocar nuevas elecciones para octubre de 1982.
2º.- Gobiernos del PSOE (Felipe González).
Las elecciones de octubre de 1982 dieron la mayoría absoluta en el Parlamento al PSOE. Su
líder, Felipe González, se convierte en el nuevo Presidente de Gobierno. El programa de reformas
del PSOE tenía como prioridad la lucha contra la crisis económica, la reconversión industrial, la
racionalización de las administraciones públicas y el avance hacia el Estado de bienestar (pensiones,
Seguridad Social, sanidad pública). Se modernizó el sistema fiscal para soportar el aumento del
gasto público. También se reformó el ejército, los cuerpos de seguridad pública, la justicia, la
administración central y la autonómica. Se pretendía la integración en la Comunidad Económica
Europea y la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte).
Desde la creación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (O.T.A.N.), en 1949,
España intentó entrar, pero ello fue impedido por la negativa de sus componentes mientras no
cambiara el sistema de gobierno español y llegara un sistema democrático. Por fin en 1982 y bajo
el gobierno de Calvo Sotelo, España ingresó en la OTAN, pero sin pronunciarse por la integración
militar. Un referéndum en estos términos refrendó esta idea (marzo 1986).
La entrada de España en la Comunidad Económica Europea, se realizó el 1 de enero de 1986,
como Estado miembro de pleno derecho. Se establece un proceso de adaptación progresivo de
España, desde 1986 a 1992, hasta llegar a la plena integración.
El PSOE volvió a ganar las elecciones generales de 1989, aunque con una sensible pérdida de
votos y un aumento de la abstención. Alianza Popular se transformó en el Partido Popular y eligió
un nuevo líder, José María Aznar, que quiso redefinir la política centrista del partido.
En las elecciones de 1993 el PSOE perdió la mayoría absoluta y tuvo que pactar con
Convergéncia i Unió (CiU) y el Partido Nacionalista Vasco (PNV). Esto supuso un giro hacia la
derecha en su política social y económica, cediendo además ante las demandas de los nacionalistas.
3º.- Gobiernos del PP (Aznar).
En las elecciones generales del 3 de marzo de 1996 el PP consiguió la victoria, pero con una
ventaja sobre el PSOE muy reducida. Al igual que había ocurrido con el PSOE en la anterior
legislatura, el PP precisaba para gobernar del apoyo de algún otro partido. CiU (Convergencia i
Unió) volvió a cumplir con ese cometido, tras acordar la cesión del 30 % del IRPF a las Comunidades
Autónomas. Es decir, José María Aznar no consiguió la mayoría absoluta y se vio obligado a pactar
con las minorías nacionalistas para acceder a la presidencia del gobierno. El giro hacia la derecha se
vio corroborado con las victorias del PP en las elecciones autonómicas y municipales. El ciclo
socialista bajo el liderazgo de Felipe González había tocado su fin.
Aznar centró sus esfuerzos en implementar una política económica liberal ortodoxa que
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redujera el déficit público y reactivara la actividad económica privada. La recuperación económica
iniciada en 1995 se consolidó en los años de mandato de los populares. Una política
antiinflacionista y de rigor presupuestario y la buena coyuntura económica internacional dieron
como resultado un crecimiento medio por encima del 3 %, y permitieron cumplir con los requisitos
de convergencia. Así el 1 de enero de 1999, España pudo incorporarse al grupo de países
fundadores del euro. El gobierno del PP aceleró considerablemente el proceso de privatización de
empresas públicas (Repsol, Endesa, Telefónica, etc.). Las elecciones convocadas en el año 2000
marcaron el momento de apogeo del PP y Aznar, con una mayoría absoluta del PP en las Cortes.
En política exterior el presidente Aznar opta por una alianza sin reservas con EEUU, lo que le
lleva a participar en la invasión de Iraq. Un año después de la invasión el 11 de marzo de 2004, tres
días antes de las elecciones Generales un grupo de islamistas radicales perpetró en Madrid un
terrible atentado. La opinión pública española se vio enormemente afectada por estos hechos
produciéndose manifestaciones de rechazo por todo el país. El día de las elecciones el PSOE obtuvo
una mayoría relativa.
4º.- Gobiernos PSOE (Zapatero).
Se inicia, entonces, una nueva etapa de Gobierno Socialista, bajo la presidencia de José Luis
Rodríguez Zapatero, que renovó su mandato tras la nueva victoria en las elecciones de marzo de
2008. Entre los aspectos más destacados del nuevo gobierno se podrían señalar los siguientes:
retorno de las tropas españolas destinadas en Iraq, promulgación de algunas leyes de carácter
social como la de los matrimonios homosexuales, la revisión de algunos estatutos de autonomía,
nuevos contactos con la banda terrorista ETA que no obtuvieron el resultado esperado, etc. Sin
embargo, el aspecto más considerable es la grave crisis financiera que se inicia en 2007 y que en
España tiene como aspecto más destacable el boom inmobiliario.
6º.- Gobierno del PP (Rajoy).
En las elecciones de 2011, ante la ineficacia del gobierno socialista para poder hacer frente a
la crisis, se produce la victoria del Partido Popular en las elecciones de Noviembre. Mariano Rajoy,
nuevo presidente de gobierno, tiene que hacer frente a la grave crisis económica que pronto se
traducirá en crisis social (movimiento 15M) y al reto independentista que desde distintos partidos
catalanistas se ha lanzado contra el gobierno.
19
17. Analiza la evolución económica y social de España desde la
segunda crisis del petróleo en 1979 hasta el comienzo de la crisis
financiera mundial de 2008.
La transición política coincidió con una crisis económica producida por la subida de los
precios del crudo (1973), con los siguientes efectos:
-Alza de los precios y pérdida de competitividad.
-La crisis fue muy dura en el sector industrial, donde el gran consumo energético
elevó los costes de producción y los precios de venta (los sectores siderúrgico, naval y de
transportes, fueron los más afectados).
-Elevado aumento del paro.
El déficit comercial fue paliado con la depreciación de la peseta (que favoreció el
mantenimiento de las exportaciones) y el turismo. Los Pactos de la Moncloa (1977, firmados por
partidos y sindicatos, y ratificado en el Congreso): supusieron el primer gran conjunto de medidas
destinado afrontar la crisis en España. Sus objetivos eran reducir la inflación (mediante el control
del gasto público, la racionalización del consumo energético y la devaluación estratégica de la
peseta) y una reforma tributaria y de la Seguridad social, para modernizar el sistema tributario y
repartir los costes de la crisis.
Un efecto de la crisis fue la necesidad de modernizar todo el sector industrial. En el caso de
España el proceso de reconversión industrial significaría el desmantelamiento de la gran parte de la
industria pesada que se había ido construyendo desde la autarquía de los primeros años del
franquismo en torno al INI, concentrada en determinadas zonas con un tejido industrial más
sensible y menos diversificado, como por ejemplo Asturias, que se ha calificado de monocultivo
industrial (HUNOSA, ENSIDESA), la ría de Bilbao (Altos Hornos de Vizcaya, AHV), Sagunto (Altos
Hornos del Mediterráneo, AHM), Ferrol (astilleros públicos tanto militares como civiles) Cartagena
(astilleros e industria química) o la bahía de Cádiz (astilleros). La coincidencia en el tiempo con la
muerte de Franco y el inicio de la Transición Española hizo que se aplazaran políticas impopulares
por el temor a la conflictividad social correspondiente.
Las políticas de reconversión, por tanto, se tomaron a partir de los años 1980 y supusieron
recortes importantes en la capacidad productiva de las empresas de diversos sectores (naval,
siderurgia, etc.), para lo que se intentó canalizar la producción hacia otras nuevas ramas
industriales con mejores expectativas.
La incorporación a la Comunidad Económica Europea (1986) obligó a continuar con la
política de reconversión industrial durante el mandato de Felipe González a partir de 1986. La
entrada requirió que el país abriera su economía, con un fuerte incremento de la inversión
extranjera y un impulso modernizador de la empresa española ante la competencia exterior.
También se produjo un incremento de las inversiones públicas en infraestructuras entre las que se
encontraban las relativas a los fastos del 92, Olimpiadas de Barcelona y Exposición Universal de
Sevilla. Se produjo un tirón del consumo motivado también por un efecto enriquecimiento
provocado por la subida de la Bolsa y del valor de los inmuebles. Con esto, España aceleró el
crecimiento de su PIB, redujo la deuda pública, redujo la tasa de desempleo del 24,4 % al 15 % en 3
años y redujo la inflación por debajo del 3 %.
Después del gran crecimiento experimentado a finales de los años 1980, la economía
española entró en recesión a mediados de 1992. Durante varios años el desempleo estuvo por
encima del 20 %, alcanzando su máximo en 1994. Desde 1992 la política económica estuvo marcada
por el Tratado de la Unión Europea (TUE), dirigido a la instauración del euro como moneda común
20
de la Unión Europea.
Los índices económicos comenzaron a subir a partir de 1995, trayendo una fase expansiva
que duró hasta principios de 2008, con un incremento medio anual del PIB del 3,5 %, lo que ha
constituido el periodo de crecimiento más alto desde 1975. Las razones que se han enunciado
mayoritariamente como impulsoras de este prolongado periodo de auge económico fueron
básicamente dos:
• En primer lugar, la incorporación de España a la Unión Monetaria.
• La segunda causa de la expansión vivida por España fue una llegada masiva de
inmigrantes.
A partir del año 2008 al igual que la zona Euro, la economía española ha sufrido una caída de
sus índices macroeconómicos, dando paso a un período de recesión y crisis. El origen de esta caída
es una combinación de problemas estructurales propios de la economía española y la fuerte
influencia externa de la crisis financiera mundial.
21
Examen EBAU
LISTADO DE
TÉRMINOS
HISTÓRICOS
(CONCEPTOS,
HECHOS,
PERSONAJES)
Historia de España
1
BLOQUE 1. LA PENÍNSULA IBÉRICA DESDE LOS PRIMEROS HUMANOS HASTA
LA DESAPARICIÓN DE LA MONARQUÍA VISIGODA (711).
20. Tratado de Alcágovas, (1479). Tratado de paz entre Portugal y Castilla por el que
el rey Alfonso V evacuó los territorios ocupados y se volvió a las fronteras anteriores
entre ambos reinos; reconociendo a Isabel como reina de Castilla frente a su
sobrina Juana “la Beltraneja”. En contrapartida, Castilla se comprometió a no
interferir en la expansión portuguesa en la costa africana.
21. Inquisición, tribunal eclesiástico encargado de perseguir y castigar a los herejes y
otros delitos como la brujería, la blasfemia o la bigamia. Institución que existía
desde el siglo XIII en diversos países pero dependía de los obispos y en última
instancia del Papa. Los Reyes Católicos en 1478 establecieron la Inquisición en
Castilla, dependía exclusivamente de la monarquía, al obtener del Papa Sixto IV la
facultad de nombrar inquisidores. Su esfera de acción se extendió además de las
herejías judaizantes, a moriscos y protestantes. Se convirtió en una de las
principales y más temidas instituciones de la Edad Moderna y en un doble
instrumento político y religioso al servicio de la monarquía absoluta. Fue
definitivamente suprimida en 1834.
22. Expulsión de los judíos, La expulsión de los judíos de España fue ordenada en
1492 por los Reyes Católicos mediante el Edicto de Granada con la finalidad, según
el decreto, de impedir que siguieran influyendo en los cristianos nuevos para que
éstos judaizaran. La decisión de expulsar a los judíos está relacionada con la
instauración de la Inquisición dado que fue creada para perseguir a los
judeoconversos que seguían practicando su antigua fe.
23. Colón, (1451-1506) Famoso navegante, descubridor de América. Intentó hallar el
camino de las Indias navegando hacia el oeste por el Atlántico, y para ello buscó un
apoyo real, que encontró en los Reyes Católicos (capitulaciones de Santa Fe). Salió
del puerto de Palos (3 de agosto de 1492) al mando de las carabelas Santa María,
Niña y Pinta, y después de larga navegación llegó a la isla de Guanahaní
(Bahamas), el 12 de octubre de 1492. Fue el iniciador de la historiografía de Indias
gracias a sus Cartas y al Diario de sus viajes al Nuevo Mundo.
24. Capitulaciones de Santa Fe, Acuerdo firmado por los Reyes Católicos y Cristóbal
Colón en 1492. En ellas se otorgaba a Colón los cargos y títulos de almirante, virrey
y gobernador de las tierras descubiertas; además se le concedía una quinta parte
de las ganancias.
25. Tratado de Tordesillas, 1494: Acuerdo firmado entre Portugal y Castilla un año
después de la mediación del papa Alejandro VI (Bula Inter Caetera). Las reticencias
de Portugal a aceptar la delimitación establecida en esa Bula, llevan a ambos reinos
a establecer en el tratado de Tordesillas una distancia de 370 leguas al Oeste de
Cabo Verde. Esta delimitación posibilitaría los derechos portugueses sobre Brasil.
26. Casa de Contratación, Institución económico-administrativa creada por los Reyes
Católicos en 1503 que trataba de controlar y monopolizar todo el comercio y la
administración de las colonias americanas. A partir de 1719 se traslada a Cádiz y
será extinguida en 1790.
27. Leyes de Burgos, Se denomina Leyes de Indias a toda la legislación que tenía
como objeto el gobierno de América. Las Leyes de Indias se inician con la Leyes de
Burgos de 1512 donde se reconocía la libertad e igualdad de los indios a la vez que
se reglamentaba la encomienda. Fueron posteriormente modificadas por las Nueva
Leyes de Indias de 1542.
28. Comunidades de Castilla, Movimiento político y posterior levantamiento armado
(1520-1521) de las comunidades castellanas contra Carlos I en defensa de los
privilegios comunes, contra las nuevas cargas fiscales, y como protesta por la
intervención de extranjeros en el gobierno de Castilla. Fue dirigido por Juan de
Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado.
29. Carlos I, Carlos I de España y V de Alemania; 1500 – 1558, Rey de España y
emperador de Alemania; con él quedaría implantada en España la Casa de
Habsburgo. Durante su reinado se produce la revuelta de las comunidades en
Castilla. A nivel exterior se enfrentó contra los protestantes alemanes en su intento
de restaurar el Sacro Imperio romano-germánico.
30. Hernán Cortés, (1485-1547) Conquistador español. En 1519 emprendió la
conquista de México. Fundó Veracruz y se internó en el país. Hizo prisionero a
Moctezuma, y conquistó la ciudad de México (Tenochtitlán). Recibió el título de
marqués del valle de Oaxaca.
31. Francisco Pizarro, (1478-1541) Conquistador español. En 1504 pasó a las Indias y
estuvo al servicio de Balboa y de Pedrarias Dávila. Pizarro obtuvo de Carlos I la
autorización para conquistar y poblar el Perú (1529). En 1531, al frente de 180
hombres, desembarcó en San Mateo. Pizarro entró en Cuzco (1533) y reconoció
como inca a Manco Cápac II. Recibió el título de marqués de Atavillos y fundó Lima
(1535).
32. Bartolomé de las Casas, (1474-1566) Misionero dominico español. Marchó a
América y se estableció en Santo Domingo, donde se ordenó sacerdote. Viendo allí
la forma injusta en que eran tratados los indios, emprendió la lucha por la defensa
de estos, convencido de que la única solución era la reforma de las vigentes Leyes
de Indias. Evangelizó pacíficamente una parte de la costa de la Tierra Firme para
poner de manifiesto sus teorías. Autor de Brevísima relación de la destrucción de
las Indias (1552) e Historia General de las Indias (1552-61).
33. Paz de Augsburgo, Paz religiosa firmada por el emperador Carlos V y los príncipes
protestantes alemanes en 1555. Se concedió a los príncipes el derecho de seguir la
confesión religiosa que quisieran y se reconocieron sus derechos sobre las
incautaciones a la Iglesia.
34. Felipe II, Rey de España (1556-1598). El emperador Carlos V legó todas las
posesiones europeas y americanas que constituían el Imperio español a su hijo
Felipe II, que pasó a ser entonces el monarca más poderoso de la época (imperio
hispánico). Durante su reinado se produjo la victoria de San Quintín frente a
Francia, la de Lepanto frente a los turcos y el fracaso de la Armada Invencible frente
a Inglaterra.
35. Concilio de Trento, Concilio convocado para resolver los problemas sobre la fe
suscitados por Lutero y otros reformadores, y para la prevención y extirpación de
abusos en la Iglesia. El papa Paulo III lo convocó en 1545. Fue clausurado en 1563.
Con él se inicia la Contrarreforma católica frente a la Europa reformada protestante.
36. Batalla de Lepanto, Batalla naval (1571), entre la flota otomana, y la Liga cristiana
encabezada por España, que resultó vencedora. Con esta victoria Felipe II alejó de
forma definitiva la amenaza musulmana sobre la península.
37. Validos, Favoritos de los reyes en la Europa del siglo XVII, que poseen dos
cualidades básicas: ser personas próximas al rey, de total confianza, y convertirse
en árbitros de la política y jefes de gobierno, fueron miembros de la nobleza que
consolidaron la idea de una monarquía aristocrática. Destacan el duque de Lerma
con Felipe III y el conde-duque Olivares con Felipe IV
38. Expulsión de los moriscos, La expulsión de los moriscos (musulmanes
convertidos forzosamente al catolicismo) de la Monarquía Hispánica fue ordenada
por el rey Felipe III y llevada a cabo de forma escalonada entre 1609 y 1613. En
total fueron expulsadas unas 300 000 personas, la mayoría de ellas de los reinos de
Valencia y de Aragón. La población morisca era una parte importante de la masa
trabajadora, pues no constituían nobles, hidalgos, ni soldados. Por tanto, esto
supuso una merma en la recaudación de impuestos, y para las zonas más
afectadas (Valencia y Aragón) tuvo unos efectos despobladores que duraron
décadas y causaron un vacío importante en el artesanado, producción de telas,
comercio y trabajadores del campo.
39. Unión de Armas, Sistema de contribución que diseñó el Conde-Duque de Olivares
(1640), que pretendía que todos los reinos de la Monarquía española (Aragón,
Portugal), contribuyesen a las cargas financieras y de hombres que soportaba el
Reino de Castilla. Originará las sublevaciones de Portugal, Cataluña, Aragón,
Andalucía.
40. Paz de Westfalia, Firmada en 1648 supuso la creación de una nueva Europa con
dos nuevos estados independientes (las repúblicas de Holanda y Suiza), una nueva
potencia política (Francia) y los dos imperios de los Habsburgo en franca
decadencia. Significó el triunfo de la concepción horizontal del poder, que consistía
en que el emperador alemán y el papa no tendrían mayor preeminencia que el resto
de los países fueran católicos o protestantes.
41. Tratado de los Pirineos. Tratado firmado en 1659 entre Francia y España, países
que siguieron enfrentados tras la Paz de Westfalia (guerra de los Treinta Años).
Supuso la obtención, por parte de Francia, del Rosellón y parte de Cerdaña, así
como el Artois y numerosas plazas fuertes de Flandes, Luxemburgo. España perdió
su hegemonía en Europa cediéndola a Francia.
BLOQUE 4. ESPAÑA EN LA ÓRBITA FRANCESA: EL REFORMISMO DE LOS
PRIMEROS BORBONES (1700-1788).
42. Felipe V, rey de España desde 1700 hasta su muerte en 1746. Se convirtió en el
primer rey de la Casa de Borbón en España, tras la guerra de sucesión que finalizó
con la Paz de Utrecht. Su reinado se caracterizó por el inicio de los Pactos de
Familia con Francia y la implantación de los Decretos de Nueva Planta.
43. Tratado de Utrecht, El Tratado de Utrecht, es, en realidad, un conjunto de tratados
firmados por los estados antagonistas en la Guerra de Sucesión Española entre los
años 1713 y 1715. Estos tratados finalizaron con la aceptación de Felipe V en el
trono español y la creación de un nuevo orden europeo inspirado por Inglaterra
(“balance of power”). Para España supuso la pérdida de Menorca y Gibraltar.
44. Decretos de Nueva Planta, Leyes orgánicas dadas por Felipe V tras la Guerra de
Sucesión (1700-1714) por las que se abolen los derechos políticos (fueros) de los
países de la antigua Corona de Aragón. Asimismo se crea un sistema político-
administrativo centralista que suprime el sistema federalista de los Austrias.
45. Carlos III, Rey de España desde 1759 hasta su muerte en 1788. Principal
representante del despotismo ilustrado en España. Su reinado se caracterizó por la
política reformista que llevó a cabo (repoblación de Sierra Morena, potenciación de
la ciencia en la educación, etc.). También decretó la expulsión de los jesuitas de
España.
46. Jovellanos, Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811) fue un escritor, jurista y
político ilustrado español. Destaca por la redacción del Informe sobre la ley agraria.
En ella Jovellanos se muestra partidario de eliminar los obstáculos a la libre
iniciativa, que dividía en tres clases: políticos, morales y físicos. Entre ellos estaban
los baldíos, la Mesta, la fiscalidad, la falta de conocimientos útiles de los
propietarios y labradores, las malas comunicaciones y la falta de regadíos, canales
y puertos.
47. Pactos de Familia, Tratados entre los monarcas Borbones de Francia, de España y
de Nápoles firmados en 1.733, 1.743 y 1.762 con el propósito principal de frenar la
expansión militar británica y combatir su hegemonía marítima.
48. Canal de Castilla. El canal de Castilla es una de las obras de ingeniería hidráulica
más importantes de las realizadas entre mediados del siglo XVIII y el primer tercio
del XIX en España. Recorre parte de Castilla y León (España) y fue construido para
facilitar el transporte del trigo de Castilla hacia los puertos del norte y de allí a otros
mercados. La idea ilustrada de la mejora de las comunicaciones interiores como
fomento de la actividad económica tomará cuerpo con dos realizaciones
fundamentales: el Canal Imperial de Aragón y el Canal de Castilla.
BLOQUE 5. LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN (1788-1833): LIBERALISMO
FRENTE A ABSOLUTISMO.
49. Motín de Aranjuez, (1808): Asalto del palacio de Manuel Godoy instigado por el
príncipe de Asturias, Fernando. La consecuencia del motín fue la renuncia de
Carlos IV a la corona a favor de su hijo Fernando y fin del favorito Godoy.
50. Tratado de Fontainebleau, Pacto entre Napoleón y Carlos IV de España (1807)
firmado en Fontainebleau (Francia), para repartirse Portugal entre los dos países.
Este tratado autorizó la entrada de tropas francesas hacia Portugal (Napoleón
quería obligar a Portugal a cumplir el Bloqueo continental impuesto a Inglaterra). Al
observar los españoles que los franceses ocupaban plazas estratégicas en España
se alzaron sobre ellos provocando la Guerra de la Independencia.
51. Abdicaciones de Bayona, Renuncia al trono de España de Fernando VII y de
Carlos' IV a favor de Napoleón en la ciudad de Bayona el 30 de abril de 1808. Este
último a su vez proclama rey de España a su hermano José, que reúne a algunos
españoles en unas "Cortes" que votarán al nuevo monarca y luego se redactará la
constitución de Bayona.
52. Junta Suprema Central, Organización político-administrativa creada en 1808 tras
la abdicación de Bayona. Estará integrada por patriotas y gobernará en las zonas
libres de la dominación francesa y no admitirá la autoridad de José I. Tiene la
autoridad suprema frente a las Juntas locales o provinciales. Es la depositaria de la
soberanía nacional.
53. Cortes de Cádiz, (1810-1814): Asamblea política que se reunió en Cádiz durante la
Guerra de Independencia española. Fue convocada por el Consejo de Regencia sin
tener en cuenta los estamentos. Se reunieron en una cámara única para restablecer
la constitución de la monarquía, jurando la soberanía nacional y declarando la
abolición de la monarquía absolutista.
54. Pronunciamiento de Riego, Pronunciamiento de Riego (1820). Golpe militar
realizado por el comandante Riego el 1 de enero de 1820. En Cabezas de San Juan
proclama la Constitución de 1812. Con él termina el gobierno absolutista
desarrollado por Fernando VII durante la primera etapa de su reinado, y se
establece un gobierno liberal (Trienio Liberal).
55. Simón Bolívar. (1783-1830) Caudillo americano llamado el Libertador. Libertador
de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Panamá. Fue un militar y político
venezolano, fundador de las repúblicas de la Gran Colombia y Bolivia. Fue una de
las figuras más destacadas de la emancipación hispanoamericana frente al Imperio
español.
BLOQUE 6. LA CONFLICTIVA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL (1833-
1874).
65. Alfonso XII, (1857-1885). Rey de España (1875-1885). Hijo de Isabel II, con él se
inicia la Restauración y, por tanto, se pone en marcha el sistema canovista. Se
convirtió en Rey tras el pronunciamiento del general Martínez Campos. Durante su
reinado se inicia la elaboración de la Constitución de 1876.
66. Cánovas del Castillo, (1828-1897). Político e historiador español. Tras el golpe
militar de Martínez Campos (1874) y la proclamación de Alfonso XII como rey, fue
nombrado primer ministro. El modelo canovista, propio de la Restauración estuvo
caracterizado por la alternancia en el poder de los conservadores -liderados por él
mismo- y los liberales de Sagasta, aseguró la estabilidad política del país, pero dejó
sin resolver numerosos problemas sociales y la cuestión colonial. Murió asesinado
por un anarquista.
67. Sagasta, (1825-1903). Político español. Afiliado al Partido Progresista, participó en
la revolución de 1868 y presidió su primer gobierno bajo Amadeo I. Jefe del Partido
Liberal por él fundado, se convirtió en el gran opositor de Cánovas, con quien se
turnó en el poder durante la regencia de María Cristina. En 1897, el asesinato de
Cánovas le llevó a la presidencia del gobierno y, pese a conceder la autonomía a
Cuba y Puerto Rico, no pudo evitar la guerra de 1898 con EE.UU., que arruinó su
carrera política.
68. Caciquismo, Práctica electoral “viciada” creada durante la Restauración Borbónica
(1.875-1.923). Se basaba en la existencia de personalidades (Caciques) que
controlaban los votos de una circunscripción electoral mediante la utilización de la
fuerza, las amenazas, la corrupción y los favores administrativos. Llegaron a
controlar la vida política local y provincial.
69. Anarquismo, Movimiento filosófico político que se origina en el siglo XIX por las
teorías y pensamiento, fundamentalmente, de Bakunin y Phoudon. Ligado al
movimiento obrero, se identifica con la idea de absoluta libertad y contrario a todo
principio de autoridad, colectivo e individual. Propugna la organización libre en
comunas de pequeño tamaño que se pueden asociar libremente formando
federaciones de mayor tamaño. En España fue extendido en la década de 1860 por
Giuseppe Fanelli y muy pronto se fundó la FTRE (Federación Española de
Trabajadores de la Tierra, 1881) tras las discusiones entre Marxistas y Anarquistas
en la Primera Internacional (A.I.T.). En 1907 surge Solidaridad Obrera que será el
germen del gran sindicato anarquista, la CNT (Confederación Nacional de
Trabajadores, 1910) con cientos de miles de afiliados durante la segunda república
y la guerra civil.
70. PSOE, (Partido Socialista Obrero Español): Partido político fundado en Madrid en
1879 por Pablo Iglesias, con un estatuto y un programa basados en la doctrina
marxista vinculado a la I Internacional. En 1888 se constituyó el sindicato UGT Las
Juventudes Socialistas, creadas en 1906, se desligaron de la disciplina del partido y
fundaron el PCE en 1921. Durante la Dictadura de Primo de Rivera mantuvo una
actitud conciliadora. Su acceso al poder se produjo durante la II República. Fue
prohibido en la dictadura franquista. Después de la muerte de Franco, colaboró en
la fase de transición democrática con otras fuerzas políticas (política del consenso)
71. Nacionalismo, En España, movimiento político periférico que, a partir del último
tercio del siglo XIX, propugna cierto grado de independencia política (desde la
autonomía a la plena independencia) de las llamadas nacionalidades históricas
(Cataluña, País Vasco, Galicia..) en base a sus diferencias identitarias (lengua,
tradición, historia, etc..). El nacionalismo fue así fuerza opositora al sistema de la
Restauración y se ha mantenido hasta nuestros días. Muchos pensadores
consideran que frente a este nacionalismo periférico se opone un nacionalismo
centralista “español” que niega sus derechos al anterior.
72. "Desastre del 98", La guerra hispano-estadounidense, denominada comúnmente
en España como guerra de Cuba o Desastre del 98, fue un conflicto bélico que
enfrentó a España y a los Estados Unidos en 1898, resultado de la intervención
estadounidense en la guerra de Independencia cubana. Al final del conflicto España
fue derrotada y sus principales resultados fueron la pérdida por parte de esta de la
isla de Cuba (que se proclamó república independiente, pero quedó bajo tutela de
Estados Unidos), así como de Puerto Rico, Filipinas y Guam, que pasaron a ser
dependencias coloniales de Estados Unidos.
73. Quintas. Se conoce como sistema de quintas al procedimiento de reclutamiento
para el servicio militar de 1/5 de una generación o reemplazo de hombres. Este
procedimiento se inició en España en el siglo XVIII (por la Guerra de Secesión) y se
generalizó en el siglo XIX. Cuando hizo falta se reclutaba a más de 1/5 de la
población masculina. La perversión del sistema estuvo en que los seleccionados
podían eludir el servició si pagaban cierta cantidad por lo que siempre fueron las
clases humildes las que nutrieron obligatoriamente el ejército. No fue hasta finales
de siglo en Europa occidental y hasta bien iniciado el siglo XX en España cuando se
suprimió esta “venta” del servicio y éste se hizo obligatorio.
BLOQUE 8. PERVIVENCIAS Y TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS EN EL
SIGLO XIX: UN DESARROLLO INSUFICIENTE.
79. Alfonso XIII, (1886-1941). Rey de España (1886-1931). Hijo póstumo de Alfonso
XII, fue proclamado rey al nacer, haciéndose cargo del gobierno su madre María
Cristina de Habsburgo-Lorena. El 17 de mayo de 1902, a los dieciséis años, juró la
Constitución de 1876 y presidió su primer Consejo de Ministros. Dio el visto bueno a
la dictadura de Primo de Rivera. Durante su reinado se produjo la Semana Trágica
de Barcelona de 1909 y tuvieron lugar los acontecimientos que conformaron la crisis
de 1917. Asimismo, asistimos a la guerra del Rif en Marruecos.
80. Regeneracionismo, Corriente de pensamiento que arraigó en España tras el
“desastre” del 98. Su objetivo era la regeneración del País desde todos los puntos
de vista, cultural, económico, político, militar, etc. Su gran valedor fue Joaquín Costa
que resumió su pensamiento en su receta para España: “Escuela y despensa”, es
decir una buena hacienda y administración que nos sacara de la pobreza y un buen
sistema educativo que acabara con la ignorancia colectiva. Su vertiente cultural
produjo la consolidación de la “generación del 98” y su vertiente política produciría
la llamada “Revolución desde arriba” del conservador Antonio Maura. Este
regeneracionismo fue invocado por Miguel Primo de Rivera para dar su golpe de
estado en 1923 y también fue apadrinado por todo el movimiento republicano que
buscaba la implantación de la República como único modo de “regenerar” la patria.
81. Semana Trágica de Barcelona, Huelga general convocada en Barcelona por
anarquistas y socialistas, en 1909, que se oponían al envío de reservistas a la
guerra con Marruecos. Se saldó con una dura represión, con el fusilamiento de
cinco de sus líderes, entre ellos a Ferrer Guardia. El Presidente del Gobierno,
Antonio Maura, tuvo que dimitir.
82. CNT, (Confederación Nacional del Trabajo). Organización sindical española de
tendencia anarcosindicalista, fundada en Cataluña en 1910 y que adoptó su nombre
actual en 1911.
83. Desastre de Annual, (1921): Derrota que sufrieron los españoles en la campaña de
ocupación en torno a Melilla, durante la Guerra de Marruecos. El general Silvestre
había ocupado posiciones en tomo a Melilla, pero los ataques continuados de las
fuerzas del jefe rifeño Abd-el-Krim ocasionaron un desastre sin precedentes en el
ejército español que ocupaba Marruecos. El mismo general y varios oficiales
perecen en el barranco que separa Annual de Iqueriben y se pierden plazas
estratégicas que se tardaron bastante en recuperar. La prensa y el pueblo español
pidieron que se exigieran responsabilidades y en el gobierno se produjo una crisis
84. Desembarco de Alhucemas, El 8 de septiembre de 1925 tropas conjuntas
hispano-francesas al mando del general Miguel Primo de Rivera (Jefe del Directorio
Militar que gobernaba en España), desembarcaron en la bahía de Alhucemas en el
contexto de las operaciones militares llevadas a cabo para derrotar al caudillo
independentista marroquí, Abd-el-Krim, el cual había atacado recientemente al
protectorado francés y había proclamado la Republica independiente del RIF. El
desembarco fue un éxito que dividió el RIF en dos y propició la rápida derrota de
Abd-el-Krim que acabó sus días apresado por Francia. Este episodio supuso el
máximo prestigio militar y político de Primo de Rivera e incidió en su decisión de
perpetuarse en el poder mediante la transformación de su régimen militar en un
régimen político de inspiración fascista al estilo italiano.
85. Pacto de San Sebastián. Acuerdos firmados en agosto de 1930 en esta ciudad por
representantes de los partidos republicanos y nacionalistas para promover el
tránsito de la Monarquía de Alfonso XIII a la República. En el mes de octubre se
sumaron PSOE y UGT.
BLOQUE 10. LA SEGUNDA REPÚBLICA. LA GUERRA CIVIL EN UN CONTEXTO
DE CRISIS INTERNACIONAL (1931-1939).
86. Manuel Azaña, (1880-1940). Político y escritor español. Fundó el partido Acción
Republicana, convertido más tarde en Izquierda Republicana. Formó parte del
gobierno provisional tras la caída de la Monarquía en 1931 y presidió el gobierno de
la Segunda República hasta 1933. En mayo de 1936 fue elegido presidente de la
República, cargo que conservó hasta que, terminada la guerra civil, se refugió en
Francia y dimitió.
87. Sanjurjada, Golpe de Estado contra la 2ª República dirigido por José Sanjurjo
desde Sevilla el 10 de Agosto de 1932. El golpe fracasó. Encarcelado Sanjurjo, fue
condenado a pena de muerte, pero le fue conmutada la pena por prisión perpetua
(el gobierno de la República quiso alejarse del comportamiento del anterior gobierno
con los sublevados de Jaca en diciembre de 1930). Es amnistiado por el gobierno
de Lerroux surgido de las elecciones de noviembre de 1933, a cambio de su no
vuelta al ejército. Tras esto, se traslada a Lisboa desde donde conspirará contra la
2ª República. Muere el 20 de julio de 1936 en accidente de aviación cuando se
dirigía desde Lisboa a Burgos para encabezar las tropas del golpe militar del 17/18
de julio.
88. Lerroux, (1864-1949). Político español. Inició su carrera en el periodismo,
distinguiéndose por su demagogia republicana. En 1908 fundó el Partido
Republicano Radical. Al ser proclamada la República fue llamado al gobierno y
entre 1933 y 1935 presidió seis gobiernos distintos, de tendencia cada vez más
derechista, el último de ellos en coalición con la CEDA. Desprestigiado por el
escándalo del estraperlo, su partido fue derrotado en las elecciones de 1936.
89. CEDA, (Confederación Española de Derechas Autónomas). Organización política
española creada en 1933 por José María Gil Robles mediante la fusión de su
partido Acción Popular y la Derecha Regional valenciana. Apoyó a Lerroux como
presidente del gobierno de la IIª República.
90. José Antonio Primo de Rivera, (1903-1936). Político español. Hijo del general
Miguel Primo de Rivera. Derrotado en 1931 como candidato de la Unión Monárquica
Nacional, evolucionó ideológicamente hasta formular la doctrina política fascista. En
1933 fundó el partido Falange Española. Derrotado en las elecciones de 1936, fue
encarcelado el 15 de marzo y trasladado a la prisión de Alicante. Desde allí ordenó
a los falangistas que apoyaran el alzamiento del 18 de julio. Juzgado y condenado a
muerte, fue ejecutado.
91. Ley de Reforma Agraria, Marco jurídico con el que se intentó desarrollar la reforma
agraria durante la IIª República (1931-1933). Su objetivo era modernizar la
producción agraria y realizar un reparto más equitativo de la propiedad de la tierra.
Se expropiaban latifundios manifiestamente mal trabajados, permanentemente
arrendados, o de extensión superior al 20% de la tierras de un municipio y se
asentaban campesinos sin tierra para que los trabajan. No se indemnizaba a los
propietarios que fueran Grandes de España. Los resultados fueron muy modestos
ante la complejidad de la ley, la oposición de los propietarios, el reducido
presupuesto para cubrir las indemnizaciones y el reducido tiempo que se mantuvo
el gobierno reformador. La Ley de la Reforma Agraria se aprobó en 1932.
92. Frente Popular, El Frente Popular fue una coalición política que aglutinaba a fuerza
de centro, izquierda y nacionalistas que se formó en España, y en otras partes de
Europa, como un instrumento para detener el avance político del fascismo en toda
Europa. En España se formó a finales de 1935 y contó con el apoyo externo del
anarquismo. Triunfó en las elecciones de Febrero de 1936 y formó gobierno hasta el
final de guerra civil. La derecha le acusaba de ser un instrumento del Komitern para
extender el comunismo y el modelo estatal soviético.
93. Misiones Pedagógicas, Las Misiones Pedagógicas fueron un proyecto de
solidaridad cultural patrocinado por el Gobierno de la Segunda República Española.
Los objetivos eran: Fomentar la cultura general mediante bibliotecas populares,
organización de lecturas, sesiones cinematográficas para conocer otros pueblos,
sesiones musicales de coros y orquestas, audiciones por radio, exposiciones de
arte con museos itinerantes.
94. Bombardeo de Guernica, El bombardeo de Guernica fue un ataque aéreo
realizado sobre esta población española el 26 de abril de 1937, en el transcurso de
la Guerra Civil Española, por parte de la Legión Cóndor alemana y la Aviación
Legionaria italiana, que combatían en favor del bando sublevado contra el gobierno
de la Segunda República Española. Las estimaciones actuales de víctimas cifran
los fallecidos en un rango que abarca de los 120 a los 300 muertos, 126 según el
estudio más reciente y exhaustivo.
95. Batalla del Ebro, Es la batalla más sangrienta e importante de la Guerra Civil
Española de 1.936-1.939. En abril de 1.938 las tropas franquistas llegan al
Mediterráneo y dividen la zona republicana en dos. En julio el ejército de Cataluña
cruza el Ebro y se inicia una batalla de desgaste hasta noviembre. Las tropas
republicanas son destruidas y su derrota origina la caída de Cataluña.
96. Decreto de Unificación, El Decreto de Unificación fue una norma jurídica
promulgada durante la guerra civil española, el 19 de abril de 1937, por el general
Francisco Franco en Salamanca y mediante el cual se fusionaban bajo su mando
los partidos políticos Falange Española de las Juntas de Ofensiva Nacional
Sindicalista (FE de las JONS) y la Comunión Tradicionalista, creándose un nuevo
partido único con el nombre de Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de
Ofensiva Nacional Sindicalista (FET y de las JONS). Los restantes partidos políticos
existentes en la zona sublevada fueron suprimidos.
97. Comité de No Intervención, Organismo creado en septiembre de 1936 por las
principales potencias europeas que adquieren el compromiso de no intervenir en el
“conflicto español”. En realidad fue una farsa continua, puesto que tanto Alemania
como Italia ayudaron desde un primer momento a Franco, mientras que la URSS
(Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) lo hizo a favor de la República. Otros
países también ayudaron a ambos bandos. El Comité fue “hábilmente” manejado
por Inglaterra que nunca vio con buenos ojos la ascendencia que a su parecer tenía
el comunismo sobre la República.
98. Brigadas Internacionales. Batallones de voluntarios internacionales que
intervinieron en España a favor de la República. La mayoría provenían del
marxismo de los distintos países, pero también había idealistas antifascistas de toda
ideología. De más de 40 países de origen fueron muy conocidos el Batallón Lincoln
(norteamericano), Garibaldi (italiano), Thälmann (alemán). Intervino por primera vez
en la defensa de Madrid (noviembre de 1936) y abandonaron el país tras la derrota
de la Batalla del Ebro, ya en Octubre de 1938 en el contexto de las presiones del
Comité de No Intervención y después del Pacto de Munich (septiembre de 1938)
entre Hitler y Francia/Inglaterra. La acción de los brigadistas internacionales fue
divulgada por escritores como E. Hemingway en obras como “Por quién doblan las
campanas”. Su contribución bélica no fue tan determinante como lo fue la ayuda
alemana e italiana al bando nacional.
BLOQUE 11. LA DICTADURA FRANQUISTA (1939-1975).
99. Entrevista de Hendaya, Entrevista entre Franco y Hitler que tuvo lugar a finales de
Octubre de 1940 en la estación francesa de Hendaya acompañados de sus
ministros de Asuntos Exteriores. Los hagiógrafos de Franco la describieron como un
acierto de Franco que se negaría a entrar en la 2ª GM a pesar de la insistente
presión de Hitler. Parece más acertado asegurar que Hitler no estuvo muy
interesado en este hecho por varias causas. Entre ellas la debilidad del ejército
español y de España que acababa de salir de una guerra, la ampliación del frente y
las “exageradas” peticiones de España en África que podían desbaratar los
acuerdos de Hitler y el gobierno de Vichy.
100. Nacionalcatolicismo, El nacionalcatolicismo es la denominación con la que se
conoce una de las señas de identidad ideológica del franquismo, el régimen
dictatorial con el que Francisco Franco gobernó España entre 1939 y 1975. Su
manifestación más visible fue la hegemonía que tenía la Iglesia católica en todos los
aspectos de la vida pública e incluso privada.
101. Movimiento Nacional, Nombre que se dio a sí mismo el régimen franquista tras
el decreto de unificación de 17 de abril de 1937 que unificó en una sola
organización a las heterogéneas fuerzas que apoyaron el golpe. Falangistas (FE),
Grupúsculos fascistas (JONS), Tradicionalistas (antiguos Carlistas), Otras fuerzas
de derecha (Agrarios, CEDA, Renovación Española, etc…). El nombre evoca una
fuerza nacional (es decir, no regional y sí unitaria, de toda la nación), en continua
evolución (movimiento). Con el tiempo se promulgarían las LEYES
FUNDAMENTALES DEL MOVIMIENTO, las cuales responderán a los principios
organizativos del franquismo.
102. Leyes Fundamentales del Régimen, Son un total de 7 leyes que son
consideradas el cuerpo legislativo del Régimen franquista. Muy heterogéneas,
pretendieron ser una especie de simulación democrática. Sin embargo, ninguna de
ellas es democrática, puesto que todas emanaban de la voluntad del dictador. Son
El fuero del Trabajo (1938), La Ley constitutiva de Cortes (1942), El fuero de los
españoles (1945), La Ley de Referéndum (1945), Ley de Sucesión (1947), Ley de
Principios del Movimiento Nacional (1957), Ley Orgánica del Estado (1966).
103. Autarquía, Política económica marcada por el intento de una autosuficiencia
económica estatal y evitar la dependencia de las importaciones. El general
Francisco Franco intentó crear un sistema autárquico en la primera fase de su
dictadura (1939 - 1950).
104. Maquis, Conjunto de “guerrilleros” antifranquistas y republicanos que siguieron
luchando en la clandestinidad, primero en las zonas ya tomadas por Franco durante
la guerra civil y a partir del 1 de abril de 1939 en toda España. Sus lugares de
operación estaban limitados a las montañas y zonas boscosas. Eran
mayoritariamente de ideología comunista. Su auge se dio entre los años 1944 y
1948. A partir de los años 50 y como consecuencia del cambio de estrategia de
Stalin, que deja de apoyar a los guerrilleros para favorecer la “penetración” en los
sindicatos franquistas, decaen hasta su completa desaparición a principios de los
años 60.
105. Plan de Estabilización, De 1959 e ideado por los economistas “tecnócratas”
supone el fin del “autarquismo” económico franquista de sus primeros años. En
síntesis, supuso una fuerte devaluación de la peseta (el cambio del dólar fue fijado
en 60 pesetas desde las 42 anteriores), un aumento de impuestos y descenso real
de salarios, la libertad de emigración (que se generalizó en los años 60) y la
facilidad de inversiones extranjeras. Este plan contribuyó al llamado “desarrollismo”
español.
106. Desarrollismo, Etapa económica de la dictadura del General Franco
caracterizada por un crecimiento económico rapidísimo. Se inicia en 1.959 con el
Plan de Estabilización y dura hasta 1.973. Este crecimiento está basado en la
inversión extranjera, en el turismo y en los aportes económicos de los emigrantes
españoles en Europa. Para intentar controlar y dirigir el crecimiento se elaboraron
los famosos Planes de Desarrollo. El ministro más importante fue López Rodó.
107. Carrero Blanco. (1903-1973). Marino y político español. íntimo colaborador de
Franco, ocupó distintos cargos políticos. En 1973 fue elegido presidente del
gobierno. Fue asesinado por ETA.
BLOQUE 12. NORMALIZACIÓN DEMOCRÁTICA DE ESPAÑA E INTEGRACIÓN EN
EUROPA (DESDE 1975).
108. Juan Carlos I, (1938). Rey de España desde 1975 hasta 2014. Hijo de don Juan
de Borbón y nieto de Alfonso XIII, fue educado en España por acuerdo de su padre
y del general Franco, quien le nombró su sucesor en 1969. Fue proclamado rey a la
muerte de Franco y ha contribuido de forma decisiva a la transformación de España
en un país democrático. Principal protagonista de la transición española hacia la
democracia.
109. Adolfo Suárez, Político español nacido en 1932 y fallecido en 2014. Fue
Secretario General del Movimiento (1975). El rey Juan Carlos I le llamó para presidir
el segundo gobierno de la Monarquía (1976), y se convirtió en el principal
protagonista de la transición. Fundó el partido Unión de Centro Democrático (UCD),
que ganó las elecciones generales de 1977 y 1979. En 1981 dimitió y fue sustituido
al frente del gobierno por Leopoldo Calvo Sotelo. En 1982 abandonó UCD y creó el
partido Centro Democrático y Social (CDS), que abandonó en 1991.
110. Felipe González, Político español nacido en 1942. Secretario general del PSOE
desde 1974. Líder de la oposición durante los primeros gobiernos de la monarquía,
fue elegido presidente del gobierno en 1982 y reelegido en 1986, 1989 Y 1993.
Durante su mandato España se integró en la Comunidad Económica Europea. En
1994 y 1995 estallaron numerosos escándalos de corrupción que llevaron a la
oposición a pedir la convocatoria de elecciones generales anticipadas, que se
celebraron en marzo de 1996 y en las que fue derrotado por un estrecho margen.
111. Ley para la Reforma Política, Aprobada en 1976 por Referéndum y
previamente por las Cortes franquistas. Fue el inicio del proceso de cambio
legislativo hacia el sistema democrático actual. Se reconocía la soberanía nacional
y se otorgaba a las Cortes la facultad de elaborar junto con el gobierno y el rey las
leyes. Estas nuevas Cortes convocaran las Cortes constituyentes, que elaboraran la
Constitución de 1978. Las Cortes franquistas aceptaron este cambio gracias a la
política y a la convicción del sector aperturista liderado por Adolfo Suárez y
Torcuato Fernández Miranda. Al sector inmovilista hubo que asegurarle su futuro y
una España sin represalias y sin la izquierda.
112. Pactos de la Moncloa, En 1977, una vez aprobada la reforma política, el
gobierno de UCD, la oposición, y el mundo empresarial y sindical pudieron dedicarle
tiempo a la crisis económica que desde 1973 golpeaba Europa y España. Aquí
aumentaba el paro, la inflación y la destrucción de tejido económico. En este
contexto, todas las fuerzas políticas y sociales firmaron el 27 de Octubre de 1977 el
llamado Pacto de la Moncloa (por el lugar en el que se firmaron), el cual se marcó
como objetivos reducir la inflación al 14% anual en 3 años, reducir el paro, ordenar
los convenios colectivos y contribuir a la estabilidad política. Estos Pactos han
quedado como ejemplo de responsabilidad y colaboración de todas las fuerzas
políticas en momentos de crisis y son invocados en la actualidad como ejemplo
contrario a lo que ahora ocurre.
113. Estado de las autonomías, se trata del tipo de organización territorial que se
conformó en España tras el desarrollo de la Ley de Autonomías. De esta manera se
establece para un territorio una condición jurídica y política de cierta independencia
dentro de la estructura del Estado, y siempre sujeta a la Constitución. Durante la
Segunda República española se reconoció la posibilidad de que las regiones con
características históricas, culturales y económicas comunes pudieran organizarse
de forma autónoma. Siguiendo estos criterios se aprobaron los Estatutos de
Cataluña, Galicia y País Vasco. La Constitución de 1978 estableció la posibilidad de
que las nacionalidades y regiones de que se compone el Estado español pudieran
regirse por sus propios Estatutos de autonomía. Consecuencia de ello es la actual
articulación del Estado en diecisiete Comunidades Autónomas.
114. 23-F, (Golpe de Estado) Intentona involucionista ocurrida el 23 de febrero de
1981. Un grupo de 400 guardias civiles al mando del teniente coronel Antonio
Tejero tomó el Congreso. El golpe fracasó por la falta de apoyo de las altas cúpulas
del ejército, la mala organización y la intervención del rey en favor de la Constitución
y de la legalidad vigente.
115. ETA. (Euzkadi Ta Askatuta, Euzkadi, Tierra y Libertad). Es una organización
terrorista autodeclarada independentista, nacionalista vasca y marxista-leninista,
que invoca la lucha armada como método para obtener sus objetivos
fundamentales, prioritariamente la independencia de lo que el nacionalismo vasco
abertzale denomina Euskal Herria (7 territorios) repartido a ambos lados de la
frontera de España y Francia. Fundada en 1958 durante la dictadura franquista tras
la expulsión de miembros de las juventudes del Partido Nacionalista Vasco, cometió
su primera acción violenta el 27 de julio de 1960, e, inicialmente, contó con el apoyo
de una parte significativa de la población vasca y española al ser considerada una
más de las organizaciones opuestas al régimen, si bien tras el proceso
democratizador iniciado en 1977, al cual no se incorporó, fue perdiendo apoyos
públicos, siendo condenados sus actos y calificados de terroristas por la inmensa
mayoría de las fuerzas políticas y sociales desde la aprobación del Estatuto de
Gernika en 1979 hasta la actualidad en la que su condición terrorista es plenamente
admitida por la inmensa mayoría de los estados