La Inquisición (Estudio Jurídico) .

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CAPÍTULO PRIMERO

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

1. Los ORÍGENES

El precedente del largo proceso que dio lugar a la instauración de un tri-


bunal del Santo Oficio de la Inquisición en México, así como en otros te-
rritorios de las Indias, hay que buscarlo en la época de la regencia del car-
denal Cisneros, cuando el padre Bartolomé de las Casas, en el año 1516,
eleva al "Cardenal de España", a la sazón inquisidor general, el Memorial
de Remedios para las Indias, en el que hace ver la necesidad de enviar a
aquellas tierras la Santa Inquisición. 1 Con base en tal solicitud, el carde-
nal Cisneros2 firmó un decreto en Madrid, el día 2 I de julio de 1517, en

1 " ••• no haya quizas quien siembre alguna pesima cizaña de herejia, pues ya alla
se han hallado y han quemado dos herejes, y por ventura quedan mas de catorce; y
aquellos indios como son gente simple y que luego creen podria ser que alguna ma-
ligna y diabolica persona los trajese a su dañada doctrina y heretica pravedad. Porque
puede ser que muchos herejes se hayan huido de estos reinos y pensando de salvarse,
se hubiesen pasado alla". Bartolomé de las Casas, "Memorial de Remedios para las
Indias" (1516), en J. Pérez de Tudela (ediL), Obras escogidas, v. V, Madrid 1958, p.
15. Fray Bartolomé llegó, con el tiempo, a tomar posesión de una sede episcopal, la
de Ciudad Real de los Llanos de Chiapa, donde llegó a promulgar un edicto de fe, su
"proclama a los feligreses de Chiapa", con el ánimo de iniciar una labor inquisitorial.
2 Hay que tener en cuenta que, a la sazón, el cardenal Cisneros era el Inquisidor
General del Reino de Castilla, ya que la Corona de Aragón tenia el suyo. Esta situa-
ción se prolongó hasta el fallecimiento de Cisneros en que el Inquisidor General de
Aragón, Adriano de Utrech, fue nombrado asimismo Inquisidor General del Reino
de Castilla por el papa León X en 1518. Adriano de Utrech había sucedido en Aragón
a Luis Mercader en 1516. Martinez Diez, G., "Estructura del procedimiento inquisi-
torial I. Naturaleza y fundamentos jurídicos", en J. Pérez Villanueva y B. Escandell
Bonet, Historia de la Inquisición española en España y América, 'l. II, Madrid, 1993,
p. 293. En esta obra figura un documentado estudio de la intervención papal, en rela-
ción con la Inquisición española.

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2 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

virtud del que constituía "Inquisidores Apostólicos" a los obispos de San-


ta Maria del Darién (Panamá), de Santo Domingo y de Concepción de la
Vega (La Española), dándoles facultades para proceder judicialmente
contra los cristianos nuevos, relapsos en las "sectas de Moysen y Maho-
ma",' si bien tal decreto, en el que se instituía una Inquisición de tipo me-
dieval, reforzada con atribuciones del moderno Santo Oficio" no tuvo
efectividad alguna, al no encontrarse en su sede los ordinarios que debían
efectuar su aplicación, por haber sido designados para ocupar otros des-
tinos.
En el mes de enero del año 1519, por las mismas fech9s en que Hernán
Cortés efectuaba su desembarco en el continente americano y llevaba a
cabo la fundación de la Villa Rica de la Vera Cruz, el entonces inquisi-
dor general de España, cardenal Adriano de Utrecht, designaba inquisido-
res generales de las Indias a don Alonso Manso, obispo de San Juan de
Puerto Rico, prelado de criticada actuación,' y a fray Pedro de Córdoba,
viceprovincial de los dominicos 6
La ciudad de México, centro político del imperio azteca, ocupada por Her-
nán Cortés el día 13 de agosto de 1521, pasa a ser, una vez rendido Cuauh-
témoc, la capital administrativa de la Nueva España. Cortés obtuvo, como
premio a sus servicios, el nombramiento de Gobernador y Justicia Mayor
de los territorios conquistados que, de esta manera, se constituyeron en
una circunscripción nueva e independiente de las autoridades de La Espa-
ñola, con las que el césar Carlos equiparó en categoría al conquistador.'

, Archivo General de Indias, Indif. general, lego 419, lib. 7, f. 17v.


4 Así lo entiende Huerga, A., en "La pre-Inquisición Hispano Americana (1515-
1568)", en J. Pérez Villanueva y B. Escandell Bonet (dir.), Historia de la Inquisición
en España y América, Madrid, 1984, V. 1, p. 665.
S Sobre el obispo Manso y su discutida labor ver Huerga, A., en La pre-Inquisi-
ción... , cit., pp. 665-667 Y 669-687; también es muy interesante el estudio realizado
por González de San Segundo, M. A., "Tensiones y conflictos de la Inquisición en
Indias: La pre-Inquisición o Inquisición primitiva (1493-1569)", en 1. A. Escudero
(edi!.), Perfiles jurídicos de la Inquisición española, Madrid, 1989, pp. 607-623.
(j El nombramiento del obispo Manso y de fray Pedro de Córdoba aparece en una

cédula real dada en Barcelona el día 20 de mayo de 1519, y dirigida a las autoridades
del Nuevo Mundo que recoge Medina, J. T., en La primitiva Inquisición americana
(1493-1569), Santiago de Chile, 1914, pp. 24-26.
7 Hemández Sánchez-Barba, M., Historia universal de América, Madrid, 1963, v.
1, p. 386.

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 3

Desde el primer momento, preocupó a Cortés de un modo especial la


evangelización de los aborígenes, ahora sus nuevos gobernados, así como
el mantenimiento de la disciplina de la fe y comportamiento cristiano de
los españoles que le habían acompañado en la conquista, para lo cual, ya
en el año 1520, había promulgado una ordenanza muy severa contra los
blasfemos, en la que se les aplicarían las penas establecidas en las leyes
castellanas, estableciendo, a este tenor, la pecuniaria de quince castella-
nos de oro 8 De manera que, en estos primeros años de la colonización del
continente americano es el poder civil el que se hace cargo del castigo de
las desviaciones que se produjeran en materia de religión. A este propósi-
to García-Gallo aduce:

El fin misional que la colonización indiana tuvo y la plena intervención


que, en consecuencia, ejerció el estado español en matcrias eclesiásticas
dio lugar al desarrollo de una copiosa legislación secular en materia estric-
ta de organización de la Iglesia -o gobernación espiritual, como entonces
se decía-, que redujo en las Indias el ámbito y la vigencia del Derecho ca-
nónico. De esta [onna se inició, con la tolerancia de la propia Iglesia, la
fonnación de una legislación eclesiástica de origen civil que, en no pocos
casos. prevaleció sobre la estrictamente canónica. 9

En estos primeros tiempos de la conquista, cuando aún no existían


obispados constituidos ni, por supuesto, tribunales del Santo Oficio, fun-
cionó una Inquisición monástica ejercida por el clero que acompañó a
Cortés, en su mayoría regular y, casi en exclusiva, perteneciente a la or-
den franciscana a la que, más tarde, se sumó la de Santo Domingo, siendo
la presencia del clero secular muy escasa.
La actuación de tales órdenes, en todas las áreas de la religión, incluida
la inquisitorial, se apoyaba en dos bulas papales, la Alias Felicis, publica-

R Greenleaf, R. E., La inquisición ell Nueva Espaiia. Siglo XVI, México, Fondo de
Cultura Económica, 1981, p. 18. La multa se repartiría, en partes iguales, entre la
Cofradía de Nuestra Señora, el tesoro real y el juez instmctor de procedimiento. Se-
gún el sistema de fuentes establecido por las Leyes de Toro, promulgadas en el año
1505. correspondía aplicar Las Partidas, concretamente, la partida séptima, cuyo tí-
tulo XXVll se dedica a los blasfemos, a los que castiga con penas de carácter econó-
mico, aún en el caso de reincidencia, salvo si son plebeyos, supuesto en el que son
castigados con azotes.
9 García-Gallo. A., Manual de historia de! derecho espu¡¡ol, Madrid, 1967, v. 1,
p.104.

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4 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICiÓN

da el 10 de abril de 1521 por el papa León X, y la Exponi Nobis, de su


sucesor Adriano VI, publicada el 10 de mayo de 1522, conocida, vulgar-
mente, como "La Omnimoda". En la primera de ellas el romano pontífice
accedía a la petición de los franciscanos, que habían solicitado poderes
extraordinarios en orden a la administración de los sacramentos, tal como
los tenía reconocidos el clero regular en las zonas donde no existían sa-
cerdotes ni obispos. El segundo de los documentos papales extendió este
privilegio a las demás órdenes, autorizando a los prelados de estas para
ejercer casi todos los poderes episcopales, excepto el del sacramento del
orden, en las zonas donde no existiera obispo o, caso de haberlo, su sede
se encontrara a más de dos días de camino. 10
Según Greenleaf, II el primer juicio celebrado por la Inquisición en
México se efectuó en el año 1522, y en él aparecía como reo un indio lla-
mado Marcos, natural del pueblo de Acolhuacán, acusado de concubina-
to. De este proceso sólo se tiene la referencia existente en el Catálogo de
la Inquisición del Archivo General de la Nación de México." Se produce,
de esta forma, la paradoja de que, en una jurisdicción de la que luego es-
tarían excluidos los indios, fuera, precisamente, con uno de ellos con el
que la Inquisición iniciara, en aquellas tierras, su andadura de siglos.
En el año 1523 se publican los dos primeros edictos de la Inquisición
en México, el primero de ellos referido a herejes y judíos, y el segundo,
contra toda persona que de obra o palabra hiciere cosas que parezcan pe-

10 La bula Alias felicis recordationis Nicolaus el infra refiere los privilegios que
los papas Nicolás IV, Urbano V, Eugenio IV y otros, concedieron a algunos religio-
sos particulares de la orden de San Francisco (fray Juan Glapión, fray Francisco de
los Ángeles y a otros cuatro religiosos más que se nombrasen), para que fuesen a pre-
dicar a tierra de infieles; la bula Exponi nobis nuper fecisti luam, et infra fue promul-
gada a instancias del emperador Carlos 1, y en ella se autoriza a todos los religiosos,
pertenecientes a las órdenes mendicantes que deseen ir a las Indias, para que puedan
hacerlo libremente. En varias de sus disposiciones aparece la expresión "omnimoda
authoridaá', de ahí el sobrenombre con el que después fue conocida. Tobar, B. de,
Bulario Índico, edición y estudio de Manuel Gutiérrez de Arce, Sevilla, 1954.
11 Greenleaf, R. E., Inquisición y sociedad en el México colonial, Madrid, 1985,
p. 18.
!2 Archivo General de la Nación, México, Índice de Inquisición, t. 1, núm. 1. El
proceso falta del tomo, "con huellas de haber sido cortado", existiendo solamente tal
referencia a él en el Índice de Inquisición.

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 5

cado, edictos de los que sólo se conoce la referencia obrante en el Archi-


vo General de la Nación de México. l ]
En el mes de mayo del año siguiente llega a la ciudad de México el
primer comisario de la Inquisición, el franciscano fray Martín de Valen-
cia, que, en unión de once hermanos de religión (el llamado "grupo de los
doce apóstoles"), había desembarcado en San Juan de Ulúa dos años an-
tes, comenzando inmediatamente su actividad inquisitorial, en cuyo ejer-
cicio llegó a condenar a relajación a varios indígenas por idolatría. 14 Mar-
tín de Valencia fue sustituido, en el año 1526, por el dominico Tomás
Ortiz quien, a finales de ese año, regresó a España dejando como prelado
de su orden y comisario del Santo Oficio a fray Domingo de Betanzos.1 5
Ese mismo año fue en el que, durante la ausencia de Hernán Cortés, ocu-
rrieron en México desórdenes que motivaron una investigación sobre sus
actuaciones, confiada a Alonso de Estrada como juez de residencia, que
actuó, durante la pesquisa, con facultades de gobernador. A la vista del
resultado de las investigaciones llevadas a cabo por Estrada, el emperador
Carlos I resuelve erigir una Audiencia en México en el año 1527; tal or-
ganismo estaría compuesto por un presidente y cuatro oidores, y ejercería
funciones de gobierno (llegando, en varias ocasiones, a asumir las com-
petencias del virrey, al no haberlo), administrativas y judiciales, 16 y en el

13 A.G.N., Índice de Inquisición, t.l, núm. 2 y núm. 3. Ambos edictos faltan en el


tomo "con huellas de haber sido cortados".
14 Greenleaf, R. E., Zumárraga y
la Inquisición me.'Úcanu, 1536-1543, México,
Fondo de Cultura Económica, 19S8, p. 19. El autor hace referencia en esta obra a la
polémica exio;;tente entre varios historiadores mexicanos, sobre si Martín de Valencia
actuaba en virtud de delegación de fray Pedro de Córdoba, o Jo hacía en virtud de los
poderes que "La Omnímoda" le atribuía. Greenleafno entra en la cuestión después de
exponer las diversas posiciones, y dice que: "Cualquiera que haya sido la verdad res-
pecto a la delegación de autoridad en Santo Domingo, es obvio que la bula Omnimo-
da le confería facultades inquisitoriales a Martín de Valencia, ya fuera que él o sus
colegas del Nuevo Mundo estuvieran o no informados de ello".
15 Greenleat: R. E., Zumárraga y la Inquisición ... , cit., p. 20.
16 En relación sobre la creación de la Audiencia de México, ver García-Gallo, A.,
Los orígenes españoles de Las instituciones indianas. Estudios de derecho indiano,
Madrid, 1987, pp. 930-931. La Audiencia de México se hizo cargo de la gobernación
del territorio en el periodo 1564-1566, al fallecer el virrey Luis de Velasco, periodo
en el que se produjo la rebelión de los hijos de Hernán Cortés; también compartió el
gobierno desde 1583 a 1585 con el arzobispo-visitador Pedro Moya de Contreras,
que había sido el instaurador del Santo Oficio unos años antes.

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6 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICiÓN

futuro mantendría frecuentes conflictos de competencias con el tribunal


de la Inquisición. 17
Fray Domingo de Betanzos. en su breve mandato inquisitorial, 1526 a
1528, constituyó una Inquisición de tipo episcopal, con sede en México,
que contaba con fiscal y calificadores, e instruyó algunos procesos, la ma-
yoría de ellos contra españoles por el delito de blasfemia; 18 no obstante,
hay que decir que una gran parte de los reos, por no decir todos, eran par-
tidarios de Hernán Cortés, participando, de esta manera, el fraile inquisi-
dor en las turbulencias políticas que rodearon los comienzos de la presen-
cia española en aquellas tierras.
Las penas impuestas por Betanzos a los blasfemos fueron: penitencias
saludables, tales como peregrinaciones a santuarios cercanos a la ciudad
de México, ayunos, misas en forma de penitente con vela de cera en las
manos, y sanciones de tipo económico (multas o donativos de cera a
las iglesias), es decir, las penas establecidas para los delitos de blasfemia
cuando su autor es persona noble u honrada. 19
En la actuación de Betanzos es de destacar el proceso contra Rodrigo
Rengel, maestre de campo de Hernán Cortés, por blasfemias atroces, que
fue concluido por Toribio de Motolinía, delegado de Betanzos, en virtud
de sentencia dictada el día 3 de septiembre de 1527, en la que se condena-
ba al reo a las penas prevenidas para los blasfemos atroces cuando eran
nobles, si bien se le aplicaron varias circunstancias atenuantes: enferme-
dad, confesión espontánea, noble ascendencia y servicios a la Corona.
Aparecen entre las penas y penitencias impuestas algunas que llaman la
atención, como el que Rengel empleara a sus indígenas para construir una

! 7 Los monarcas españoles desde un principio apoyaron al Santo Oficio de la In-


quisición en sus exclusivas competencias frente a otros órganos, Así, en el momento
de la creación del tribunal en México, Felipe II dictó en El Escorial una cédula orde-
nando a la Audiencia de México que: "no se interponga, ni embarace, ni estorbe las
actuaciones del santo oficio", A.O.N., lndice de Inquisición, 1. 72, núm. 14.
18 A.O.N., Índice de Inquisición, 1. 1 Y 1 "A", De los diversos documentos que in-
tegran estos tomos, 17 son procesos por el delito de blasfemia en los que actuó Be-
tanzos de juez.
19 Entre otros, Carena, c., Tractatus de OJJicio Sanctissimae Inquisitionis el modo
procedendi in causisjidei, Lyon, 1649, p. 2, t. 7, 14, pp. 137-138.

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 7

em'¡ta, o que donara a un convento de la ciudad de México tres docenas


de mesas,20 penas éstas, con un fondo económico penitencial.
El sucesor de Betanzos, al frente del Santo Oficio mexicano, fue fray
Vicente de Santa María, que llegó a celebrar un auto de fe el dia 17 de oc-
tubre de 1528 -en el que condenó a relajación a la justicia brazo seglar a
Hernando de Alonso y a Gonzalo de Morales por judaizantes-," además
de dictar alguna sentencia de reconciliación." De este auto y de los pro-
cesos que dieron lugar a él, no existen más datos que los escasos obteni-
dos por una investigación, ordenada por el tribunal de la Inquisición a
poco de su instauración en México, cuando habia transcurrido casi medio
siglo de la celebración del auto en cuestión. En relación con tal pesquisa,
obra en estos escasos antecedentes un auto del primer inquisidor de Méxi-
co, Pedro Moya de Contreras, y del también inquisidor licenciado Boni-
lla, de fecha 12 de agosto de 1574, por el que se ordena sean renovados,

20 Greenleaf, R. E., La inquisición el/ Nueva ... , cit., pp. 31-38. El autor hace un
amplio estudio de este proceso, si bien, en la fuente a la que hace referencia (A.a.N.,
indice de Inquisición, 1. 1, exp. 10), he encontrado un proceso distinto: el sumario
instruido en el año 1527 a Gil González de Benavides por blasfemo. De juez figura
fray Domingo de Betanzos, y de fiscal, Sebastián de Arriaga.
21 Hemando de Alonso era natural de Niebla, y Gonzalo de Morales, de Sevilla.
Los inquisidores Alonso Hernández de Bonilla y Alonso Granero DábaJos, con moti-
vo de la investigación hecha en orden a la infructuosa búsqueda del proceso y de des-
cendientes de dichos reos, informan a la Suprema, con fecha 20 de octubre de 1574,
que ambos fueron condenados a relajación en persona por fray Vicente de Santa Ma-
ría que " ... entonces tenía para ello auctoridad, no se savc si apostolica / o / ordinaria
I lo mas verosimil es que seria con la omnimoda potestad de Su Santidad conque a
estas partes pasaron los primeros religiosos... ". Archivo Histórico Nacional, Inquisi-
ción, Correspondencia de México, lib. 1050, fr. 219-219v. Esta interpretación sobre
el origen de los poderes de los primeros inquisidores de México concuerda con la
opinión mantenida por Greenleafde la que se ha hecho mención en la nota 14.
22 En el mismo auto de 1528 salió penitenciado su hemlano Diego de Morales
que, extrañamente, superó cuatro procesos que contra él dirigió el Santo Oficio. El
cuarto de los procedimientos, donde se habían reunido antecedentes de los tres ante-
riores, se le instruyó en Guatemala, en el año] 558, "por decir herejías", aunque lo
que se trató, en vano, de probar era su re1apsia en el judaísmo. De juez actuó el obis-
po Francisco Marroquín, auxiliado por fray Tomás de Cárdenas. Consta de 99 folios.
La sentencia, por la que se le consideraba como autor de un delito de blasfemia, le
condenó a las penas de abjuración formal, misa en fomla de penitente con vela de
cera en las manos, multa y las costas del juicio. A.G.N., Índice de Inquisición, t. 31,
núm. 2. El documento es una copia certificada por el notario apostólico Juan Perínez.

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8 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

entre otros, los sambenitos de los relajados antes citados "... de cuyo pro-
ceso aunque no se tiene noticia consta del castigo por las dichas diligen-
cias hechas acerca de ello... ".23
A finales del año 1528 tomó posesión de la sede mexicana su primer
obispo, el franciscano fray Juan de Zumárraga, que, automáticamente,
asumió el cargo de inquisidor en su calidad de juez eclesiástico ordinario.
Condición que ostentó hasta el año 1535, en que, por decreto del entonces
inquisidor general don Alonso Manrique, fue nombrado inquisidor apos-
tólico, puesto en el que, desde su toma de posesión, llevó a cabo una la-
bor prolija que contrasta con su escasa actuación anterior. Inmediatamen-
te después de su nombramiento, organizó un tribunal, que se constituyó
solemnemente el día 6 de junio de 1536, dotado de abundante personal:
fiscal, tres secretarios, tesorero, nuncio, receptor y aguacil, a los que hay
que añadir un comisario, pues como tal actuaba el provisor del obispa-
d0 24 Dicho tribunal conoció en más de 150 procesos, la mayoría de ellos
por blasfemia, y el resto por superstición, bigamia y judaísmo. 25
En la actuación de Zumárraga se produce un aparente contrasentido
pues, si por una parte ha pasado a la historia como modelo de misionero
evangelizador, alcanzando el título oficial de Protector de los Indios, por
otra, fue un inquisidor muy riguroso cuando sus "protegidos" incurrían en
algún delito, llegando a relajar al brazo seglar al cacique de Texcoco, don
Carlos Chichimecatecuhtli, por hereje dogmatizante. 26 Tal severidad mo-
tivó que fuera censurado por el Consejo de la Inquisición; así, en una car-
ta que le fue remitida en el mes de noviembre de 1540 se le decía, entre
otras cosas:

23_A.G.N., Índice de Inquisición, t. 77, núm. 35: "Autos y diligencias hechas por
los sambenitos antiguos y recientes y postura de los que sean de relajados por este
Santo Oficio, 63 hojas", Los nombres de Hemado de Alonso y Gonzalo de Morales
aparecen encabezando las sucesivas relaciones, efectuadas con motivo de diligencias
relacionadas con renovación y nueva colocación de los sambenitos en la Iglesia Ma-
yor de México, en los años 1574 (f. 232v), 1606 (f. 240) Y 1632 (f. 248).
24 Greenleaf, R. E., Zumárraga y la Inquisición ... , cit., pp. 22-23.
25 A.G.N., Índice de Inquisición. Los procesos de Zumárraga se hallan dispersos
entre los primeros 42 tomos.
26 A.G.N., Índice de Inquisición, t. 2, núm. 10, ff. 242-346. Las diligencias se ini-
ciaron el día 22 de junio de 1539 contra don Carlos, indio principal de Texcoco; de
secretario actuaba Miguel López, y de fiscal Cristóbal de Caniego. El delito por el
que se comenzaron a instruir era el de idolatría.

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 9

... y aunque aqui se tiene por cierto que la intencion de vuestra Señoria es
muy buena y esta enderezada al servicio de Nuestro Señor, mas como esa
gente sea nuevamente convertida a nuestra fe catolica, y en tan breve tiem-
po no han podido aprender tan bien las cosas de nuestra religion cristiana
ni ser instruidos en ellas como conviene y atento a que son plantas nuevas
es necesario que sean atraidas mas con amor que con rigor... 27

En relación con esta crítica,lB hay que decir que Zumárraga se había li-
mitado a aplicar, literalmente, la pena ordinaria señalada para tal delito,
pues el hereje dogmatista tenía dificil el ser admitido a reconciliación
porque la gravedad de su delito llevaba, casi siempre, aparejada la relaja-
ción. 29 El primer obispo de México dirigió su actividad inquisitorial, con
especial celo, a reprimir los primeros brotes de luteranismo y calvinismo
en aquellas tierras, imponiendo a los reos de tales delitos penas de destie-
rro, confiscación de bienes, abjuración y sambenito; con respecto a la
pena de prisión, hay que señalar su inaplicación, ya que cuando corres-
pondía imponerla, el obispo se limitaba a remitir al culpable a la metró-
poli, a disposición de la Suprema 30 Es de destacar que Zumárraga conde-

27 A.H.N., inquisición, lib. 574, f. 34.


28 En relación con tal crítica por parte de la Suprema, el tribunal de México, me-
diante carta de 20 de octubre de 1574, informaba lo siguiente: ",. Otro sambenito
parecio aYer estado en la Iglesia mayor de un don Carlos yndio principal de la ciudad
de Tezcuco, a siete leguas de Mexico a quien re laxo al brazo seglar el dciho obpo.
don fray Joan de Zumarraga, con poder de Inquisidor apostolico y se hallo su proceso
en el Secreto y no se renovo este Sambenito por tener noticia que en esta tien'a pare-
cio mucho rigor y asi se munnura oy dia y tienen entendido que lo mismo parecio a
V. a s.a y que esta quitado por su mandato... ". A.H.N., inquisición, lib. 1050, f. 220.
29 Aunque esta cuestión se tratará más en extenso en el capítulo dedicado a la
pena de relajación, es preciso apuntar que la doctrina está de acuerdo en que el hereje
dogmatizante o heresiarca debe ser condenado a muerte sin remisión alguna, si bien,
algún autor estima que por la clemencia, tan consustancial a la Inquisición, no todos
los heresiarcas deben ser arrojados indiscriminadamente al fuego, ya que aquel que se
arrepienta y abjure de sus errores puede librarse de las llamas, aunque no de la pri-
sión perpetua. Entre otros, en este sentido lo estima Peña en sus comentarios a la obra
de Eymerich, N., Directorium inquisitorum, Roma 1587, p. 2, coment. 64 a quaest.
39, p. 329.
30 El arzobispo Zumárraga instruyó, según Greenleaf, alrededor de 152 procedi-
mientos (56 por blasfemia, cinco por herejías luteranas, 19 por judaísmo, 14 por ido-
latría y sacrificios, 23 por supersticiones, 20 por bigamia, 8 por proposiciones heréti-
cas y 5 por incidentes del clero). A estos procesos hay que añadir declaraciones e

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10 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

nó al primer erasmista mexicano, Francisco de Sayavedra, al que se le si-


guió proceso por proposiciones heréticas.'l
Sin embargo, el número más importante de procesos, durante la época
de Zumárraga, correspondió a los instruidos por blasfemia, de los que,
casi un tercio, se iniciaron por autodenuncia. Las penas impuestas fueron
sobre todo de carácter económico y espirituales -abundando entre las
segundas la de misa en forma de penitente-, y en algún caso aislado se
añadía lo que luego constituiría norma general en este tipo de delitos: la
mordaza. En general, fueron benignas si se atiende a las que, con carácter
de penas ordinarias, señalaba el ordenamiento Jurídico.l2
El mismo año de 1535 en que Zumárraga toma posesión del cargo de
inquisidor apostólico se produce un acontecimiento fundamental para el
futuro de la gobernación de la Nueva España y para el resto del Nuevo
Mundo: aparece la figura del virrey, siendo el de México el primer virrei-
nato que se fundó en América. El virrey, en este caso Antonio de Mendo-
za, tenía atribuciones militares, civiles y de supervisión de las judiciales
-que competían a la Audiencia-, en su calidad de representante regio.
Ni qué decir tiene que su llegada supuso el ocaso de Hernán Cortés, al
que sustituyó en sus competencias. Durante el mandato del virrey Mendo-
za, de brillante actuación, se lleva a cabo un intento de recopilación de le-
yes de Indias con las "Ordenanzas y compilación de leyes" de la Audien-
cia de México,33 obra de gran importancia, ya que, según el orden de
prelación de fuentes del derecho de Indias en la Nueva España, debían

infonnaciones y denuncias sueltas. Greenleaf, R. E., Zumárraga y la Inquisición ... ,


cit., p. 24.
3! A.G.N., Índice de Inquisición, t. 2, núm. 8, ff. 232-237)'. Se inició el proceso el
día 4 de marzo de 1539, y concluyó el día 14 del mismo mes y año. Francisco de Sa-
yavedra era natural de Medellín y había mantenido que, más que las ceremonias reli-
giosas, era importante la fe. Se le asignó su casa por cárcel durante la tramitación del
procedimiento. Fue condenado a enviar una arroba de aceite a un monasterio para
que dijeran una misa por él, a rezar varias veces el Santo Rosario y al pago de una
multa de 100 pesos de oro. De secretario actuó Miguel López.
32 A.O.N., Índice de Inquisición, t. 14. Prácticamente los 52 documentos que inte-
gran este tomo son procesos por blasfemia, y de ellos, 48 fueron instruidos por Zu-
márraga.
33 García-Gallo, A., Manual de historia del derecho ... , cit., t. 1, p. 413. Tal em-
presa se llevó a cabo en el año 1548.

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 11

aplicarse en primer lugar las disposiciones propias del derecho indiano 34


y, en su defecto, el derecho de Castilla35 siguiendo entonces el orden de
las fuentes fijado por el Ordenamiento de Alcalá y las Leyes de Toro 36
Esta aplicación del derecho castellano no se efectúa como un derecho su-
pletorio, sino de forma plena, como un derecho común del reino vigente
en lo no regulado por leyes especiales 37
Es de reseñar, por lo que al Santo Oficio respecta, que las disposicio-
nes referentes a la constitución, desarrollo y funcionamiento de los tribu-
nales de la Inquisición en las Indias aparece incorporada a la legislación
indiana en la recopilación efectuada en el reinado de Carlos 11."
En el año 1543 se produce el cese del obispo Zumárraga como inquisi-
dor apostólico, motivado por la trascendencia de la sentencia dictada en

34 Recopilación de leyes de los Reynos de las Indias, 2. l. l.


35 Recopilación de leyes de los Reynos de las Indias, 2. 1. 2: "Ordenamos Y man-
damos, que en todos los casos, negocios y pleitos en que no estuviere decidido, ni de-
clarado 10 que se deve proveer por las leyes de esta Recopilacion, ó por Cedulas, Pro-
visiones, Ó Ordenan9as dadas, y no revocadas para las Indias, y las que por nuestra
orden se despacharen, se guarden las leyes de nuestro Reyno de Castilla, confonne á
la de Toro, assi en quanto á la substancia, resolucion y decision de los casos, nego-
cios y pleytos, como á la fanna y orden de sustanciar."
36 Ordenamiento de Alcalá 28, 1: ".. por las quates Leys en este nuestro libro
mandamos que se leibren primeramente todos los pleytos ceviles, é creminales; é los
pleytos, é contiendas que se nom pudieren librar por las Leys deste nuestro libro, e
por los dichos fueros, mandarnos que se libren por las Leys contenidas en los Libros
de las siete Partidas... "; Leyes de Toro, ley primera: "... por las quales leyes de este
nuestro libro mandamos que se libren primeramente todos los pleytos Civiles y Cri-
minales, y los pleytos, y las contiendas que no se pudieren librar por las leyes de este
nuestro libro, y por los dichos fueros -el uso de los fueros, que se entiende son los
municipales, era con limitaciones, esto es, solo se podían utilizar en aquellas cosas en
que se usan, en lo que no es contra Dios, contra la razón o las leyes antes dichas-,
mandamos que se libren por las leyes de las siete partidas que el Rey D. Alfonso
nuestro visabuelo mandó ordenar, como quier que hasta aquí no se halla que fuesen
publicadas por mandado del Rey, ni fueron avidas ni recibidas por leyes... " ( = N. R.
3.2.3.)
37 Garda-Gallo, A., Manual de hi.. .·toria del derecho .. , cit., 1. 1, p. 411.
3K Recopilación de leyes de los Reynos de las Indias, l. 19. El título 19 está com-
puesto por treinta leyes en las que se recogen disposiciones relativas a la constitución
de los tribunales, su ámbito territorial y las sucesivas concordias por las que se reguló
el funcionariado.

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12 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICiÓN

el proceso del cacique de Texcoc0 39 Al año siguiente, el emperador Car-


los, a instancias del Consejo de Indias, acuerda someter al recién fundado
virreinato de Nueva España a una visita, para la que designa a uno de los
miembros de aquel organismo, el licenciado Francisco Tello de Sandoval,
a quien instituye inquisidor apostólico, para aprovechar su experiencia
como inquisidor del tribunal de Toledo. 40 Dicho nombramiento, de fecha
10 de julio de 1543, iba acompañado de unas "Instrucciones", en las que
su actividad como inquisidor se limitaba a la práctica de unas primeras
diligencias que serían remitidas al tribunal de Sevilla, y se le ordenaba, al
propio tiempo, emprender una investigación especial sobre el proceso
al cacique de Texcoc0 41
La actuación de Tello de Sandoval como inquisidor estuvo supeditada
a la visita al virreinato que, al fin y al cabo, era su principal misión, por lo

39 El proceso al cacique de Texcoco y su condena a relajación tuvo tanta trascen-


dencia en el Nuevo Mundo que, pasados ya muchos años, cuando ellO de octubre de
1574 los inquisidores Bonilla y Ábalos escribían a la Suprema, en relación con la re-
posición de sambenitos en la iglesia mayor de México, decían así: "Otro sambenito
parecia ayer estado en la Iglesia mayor de un don Carlos yndio principal de la ciudad
de Tezcuco, a siete leguas de Mexico a quien relaxo al brazo seglar el dicho obpo.
don fray Joan de Zumarraga, con poder de inquisidor apostolico y se hallo su proceso
en el Secreto y no se renovo este Sambenito por tener noticia que en esta tierra pare-
cio mucho rigor y asi se munnura ay dia y tienen entendido que lo mismo parecio a
ya S" y que esta quitado por su mandato... ". A.H.N., inquisición, Correspondencia de
México, lib. 1050, ff. 212-220, duplicado a ff. 244-249.
40 El inquisidor general Juan Tavera decidió dividir los territorios del Nuevo
Mundo, hasta esa fecha descubiertos, en dos zonas inquisitoriales: la de las Antillas
(Cuba, Jamaica, La Española, Puerto Rico, Cubagua y costas de Yenezuela hasta
Santa Marta) y la de Tierra Firme (México). Para los primeros territorios designó a
Alonso López de Cerrato, y para el segundo a Tello de Sandoval. López de Cerrato,
nombrado el 24 de julio de 1543, iba provisto de unas facultades limitadas a examen
de cuentas, revisión de procesos y alguna rehabilitación, sin que haya quedado mucha
muestra de su actividad como inquisidor, dada la cortedad de los poderes otorgados.
Así lo entiende, Huega, A., La pte-lnquisición.,., cit., p. 687.
41 A.H.N., Inquisición, lib. 574, tI 134v-135. A tenor de estas "Instrucciones",
Tello de Sandoval utilizaría los servicios del secretario de la visita, Luis Guerrero,
que actuaria también de secretario del inquisidor. La actuación de Tello de Sandoval
como tal debía limitarse a recoger las testificaciones que hubiese y, sin incoar proce-
so ni secuestrar bienes de los testificados, remitir aquéllas al tribunal de Sevilla, salvo
que de la tardanza en la instrucción pudiera derivarse perjuicio, en cuyo caso debía
proceder a la detención del delincuente, para su traslado a Sevilla junto con las testi-
ficaciones.

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 13

que los procedimientos que instruyó durante los tres años que duró su es-
tancia en la Nueva España apenas superan la docena. Una gran parte de
tales procesos los dirigió contra los indígenas, por los delitos de idolatría
y sacrificios humanos, dándose la circunstancia de que casi todos los
imputados eran "caciques" o "indios principales",42 con lo que vuelve a
producirse la paradoja de que el visitador-inquisidor, que iba a revisar el
proceso contra el cacique don Carlos respecto del que en España se esti-
maba que Zumárraga había actuado con dureza, ahora, por mor de las cir-
cunstancias, se ve también obligado a proceder contra "indios principales".
Es de reseñar, en lo que al aspecto procesal respecta, que en los prime-
ros momentos de la actuación del Santo Oficio en las Indias los procedi-
mientos eran breves ---en ocasiones se recogen en una sola hoja-, si
bien depende de la índole del delito," limitándose las actuaciones a la de-
nuncia o información por los testigos, manifestaciones del acusado y la
sentencia del juez, lo que obedece a varias razones: la ejemplaridad, la in-
mediatez -al haber asumido facultades inquisitoriales el clero regular
que estaba extendido por todos los nuevos territorios-, y, naturalmente,
la ausencia de medios materiales y técnicos que acompañan a un tribunal
organizado.
Tello de Sandoval regresa a España en 1547, momento en que las fa-
cultades inquisitoriales revierten a los ordinarios, allí donde existían obis-
pados constituidos, y a los prelados de las órdenes, en virtud de lo dis-
puesto en la "Omnimoda". No obstante, el visitador Tello, antes de su
partida, recomienda el establecimiento de un tribunal de la Inquisición en
México, al modo de los que existían en la metrópoli'4

42 A.G.N., Índice de Inquisición, t. 37. Entre otros: "Año 1546. Acusación contra
los caciques de Cuxatepec por sacrificios humanos. Juez Inquisidor Ledo. Francisco
Tello de Sandoval. Juez de Información en Oaxaca, Ledo. Alonso de Aldana. Inter-
prete, fray Domingo de Santa María. Fiscal, Cristobal de Lugo. Secretario, Miguel
López. 14 folios. (núm. 11)"; "Año 1546. Proceso del Santo Oficio de la Inquisición
contra don Juan, indio gobernador del pueblo de Tentaleo, por idólatra", El tribunal
lo componían los mismos miembros del anterior procedimiento, a excepción de
Alonso de Aldana, figurando de intérpretes, además de fray Domingo de Santa Ma-
ría, Pedro de Molina y fray Vicente de las Casas. Consta de 13 folios (número 13).
43 A.G.N., Índice de inquisición, t. 1 "A": Entre otros: Proceso contra Vicente
Leal por bígamo (número 9); Proceso contra Juan de Cuevas por blasfemo (número
15); Proceso contra Lucas Gallego por blasfemo (número 17).
44 Greenleat: R. E., Zumárraga y la Inquisición. .. ) cit., p. 25.

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14 RÉGIMEN DE PENAS V PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

En el año 1554, seis años después de la muerte de fray Juan de Zumá-


rraga, es designado para sucederle en la sede mexicana el lojeño Alonso
de Montúfar, perteneciente a la orden de predicadores que, al propio
tiempo, desempeñó el cargo de inquisidor ordinario en su calidad de obis-
pO.45 Es a partir del inicio de sus actividades en defensa de la fe, las cua-
les no le eran desconocidas, puesto que había sido calificador del tribunal
de Granada, cuando puede observarse un aumento del interés hacia los
propagadores o practicantes de las nuevas ideas que habían comenzado a
correr por Europa en materia de religión y recibían el nombre genérico de
luteranismo,46 si bien estimo que, para el común de las gentes de aquellas
tierras, tales doctrinas resultarían difusas. Una gran parte de los reos re-
sultaron ser piratas o corsarios, de nacionalidad inglesa o francesa con la
condición de católicos bautizados que venían a caer en manos de los es-
pañoles con ocasión de sus correrías por las costas de la Nueva España, y
que eran entregados al Santo Oficio cuando de sus manifestaciones se
desprendía que habían incidido en error en matería de fe. 47 Esta circuns-
tancia favoreció, evidentemente, a los judaizantes, pues la atención dedi-
cada por el Santo Oficio al protestantismo, considerado más peligroso por
su novedad, hizo que los observantes de la ley de Moisés no fueran obje-
to, en aquellos momentos, de actuaciones de carácter general contra ellos.
Con independencia de lo anteríor, hay que resaltar que en esta época la
actividad donde fundamentalmente se prodigó el Santo Oficio, como no
podía ser de otra forma, fue en el castigo de las blasfemias.
El tribunal de Montúfar impuso a los luteranos las penas previstas para
los herejes formales, esto es, reconciliación, sambenito, destierro de Nue-
va España e incluso prisión, además de confiscación de bienes, penas és-
tas a las que añadió alguna otra de carácter insólito, aunque de contenido
evidentemente penitencial, como la impuesta, además de otras, al corsario

45 En el año 1572 el arzobispo Alonso de Montúfarnombró al maestro fray Barto-


lomé de Ledesma su representante para que conoclera y votara en los casos de Inqui-
sición que se presentaran en el arzobispado de México, A.G.N., Índice de Inquisi-
ción,1. 86, núm. 2.
46 Greenleaf, R. E., Inquisición y sociedad. .. , cit., p. 28.
47 Sobre el tema de los corsarios y sus actuación en el Nuevo Mundo vid. la inte-
resante obra de Jiménez Rueda, J., Corsarios franceses e ingleses en la Inquisición
de la Nueva España, México, 1945.

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ANTECEDENTES HIST6RICOS 15

francés Nicolás Santour, consistente en llevar colgada del cuello una cruz
de gran tamaño. 48
Es preciso señalar que, paralelamente al tribunal del dominico Montú-
far, funcionaban en la Nueva España otros tribunales, con sede en las ca-
pitales de las diócesis y, en los lugares donde no había obispo, a cargo de
los prelados de las órdenes regulares que hacían, asimismo, uso de facul-
tades inquisitoriales, sobre todo, para reprimir la idolatría de los indíge-
nas, empleándose, en ocasiones, con gran dureza. 49 De esta fanna, ade-
más de los procedimientos instruidos en la ciudad de México aparecen,
en paralelo, los llevados a cabo en Oaxaca, Yucatán, Michoacán, Puebla
y Nueva Galicia 50 Dándose aparte la circunstancia de que, en alguna oca-
sión, fueron las autoridades civiles las que también llegaron a procesar y
condenar por blasfemia,5l aplicando, en tal caso, la pena establecida en
las Partidas 52

48 A.G.N., Índice de Inquisición, t. 3, núm. 1: "Proceso formado por el Arcediano


y Provisor de la Catedral de Valladolid (Honduras), contra Nicolás Santour, natural
del Ducado de Borgoña en Francia, por luterano. 48 folios". El proceso se inició en el
año 1560, es probable que la pena de llevar colgada la cruz tuviera relación con una
de las afirmaciones que habían motivado su procesamiento: el que la cruz no tenía
poder para contrarrestar la presencia del diablo. En virtud del principio de que las
sentencias inquisitoriales no tienen nunca el valor de cosa juzgada -sobre esta pre·
rrogativa de los tribunales inquisitoriales ver Gacto Femández, E., "Aproximación al
derecho penal de la Inquisición", en J. A. Escudero (diL), Perjilesjurídicos de la In·
quisición española, Madrid, 1989- se reunieron nuevas pruebas y Santour fue de
nuevo llevado ante el tribunal que, en el mes de mayo de 1562, le condenó a vergüen-
za pública, azotes, sambenito, abjuración, confiscación de bienes, prisión por un
tiempo y prohibición de usar armas, seda, joyas y plata.
49 Greenleaf, R. E., Zumárraga y la Inquisición ... , cit., p. 28. Cita el caso de un
dominico de la región de Oaxaca llamado Guidielmo que, en el año 1560, torturó a
varios indígenas e incluso llevó a cabo un auto de fe en el pueblo de Teitipac.
50 En los primeros tomos del Índice de Inquisición del Archivo General de la Na-
ción de México obran más de 60 procedimientos instruidos en las regiones citadas, la
mayoría de ellos por blasfemia.
51 A.O.N., Índice de Inquisición, t. 18, núm. 8. Proceso contra Francisco Tejera,
portugués, por blasfemo y escupir a un Cristo. El reo dijo: "Pues Dios no me quiere
ayudar el diablo me ha de llevar", y en el momento de escupir pronunció la frase:
"Pese a quién te pintó".
52 Partidas, 7.18.5. Esta ley 5a a la hora de establecer la pena para el que escupa a
un crucifijo, se remite a la ley 4a , que preveía la de cortar la lengua para el plebeyo
que blasfeme por tercera vez, lo que, efectivamente, se aplicó en el caso de Francisco
Tejera.

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16 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICI6N

n. EL TRIBUNAL
Durante el pontificado de Montúfar se produjo la toma de posesión por
España de las islas Filipinas, territorios que, en el futuro, quedarían ads-
critos al tribunal del Santo Oficio mexicano, dado que en la última década
del siglo XVI fueron puestos bajo la dependencia de los virreyes de la
Nueva España. Pero es a partir de la segunda mitad de dicho siglo cuando
se van produciendo en cadena una serie de circunstancias que van a dar
lugar a la instauración del tribunal en México, unas de tipo religioso y
otras nacidas de las condiciones sociales y de tipo ambiental reinantes en
la Nueva España. Así, Huerga entiende que fue una maniobra política de
Felipe n, orquestada por el entonces inquisidor general Diego de Espino-
sa, a la sazón presidente del Consejo de Estado, para reorganizar la admi-
nistración indiana ante las presiones del papa Pío V -más tarde elevado
a los altares-, que trataba de recortar las excesivas concesiones otorga-
das por sus antecesores en la Silla de Pedro al rey Fernando el Católico,
adoptándose, entre otras decisiones encaminadas a atajar tales pretensio-
nes, la de implantar el tribunal de la Inquisición en los virreinatos de
Nueva España y Perú, a semejanza de los tribunales existentes en Espa-
ña. 53 En este sentido y siguiendo a Tomás y Valiente, se puede decir que
tal implantación es, de nuevo, el resultado de la convergencia de los im-
pulsos, absolutista y teocrático, reinantes en la España de entonces. 54

53 Huerga, A., "La implantación del Santo Oficio en México", en J. Pérez Villa-
nueva y B. Escandell Banet (dir.), Historia de la Inquisición en España y América, v.
1, Madrid, 1984, pp. 724-726. El autor, haciendo un estudio del decreto de erección
del Santo Oficio mexicano, señala unas razones de principio o ideológicas: voluntad
de los Reyes Católicos de dilatar y ensalzar la fe en el mundo, para lo cual, entre
otras cosas, fundaron el Santo Oficio; compromiso de evangelizar el Nuevo Mundo y
vigilar que la fe naciente no se contaminase y responsabilidad sobre este asunto here-
dada por sus sucesores. Por otra parte, extrae de aquél las razones de hecho o históri-
cas: la solicitud de los vasallos de que se implantara el Santo oficio, pues la Inquisi-
ción episcopal no bastaba para frenar la herejía; la existencia del protestantismo y el
hecho de que la implantación evitaría que los cristianos viejos residentes en las Indias
se contaminaran con las nuevas herejías de las que, a su vez, serían preservados los
indios, floreciendo la religión sin mancha en las nuevas tierras.
54 Tomás y Valiente, F., "Relaciones de la Inquisición con el aparato institucional
del Estado", en J. Pérez Villanueva (dir.), La Inquisición española. Nueva visión,
nuevos horizontes, Madrid, 1980, p. 47.

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 17

El decreto de instauración del Santo Oficio en México vio la luz el día


25 de enero de 1569 55 e, inmediatamente, el inquisidor general Diego de
Espinosa procedió a designar a los primeros inquisidores, el doctor Pedro
Moya de Contreras, que por entonces ocupaba igual destino en el tribunal
murciano, y el licenciado Juan de Cervantes, a la sazón miembro del tri-
bunal canario,56 así como un fiscal y un secretario,57 dejando a criterio de
los nuevos inquisidores el nombramiento del resto del personal compo-
nente del tribunal. Como anécdota se podría apuntar que ninguno de los
designados se había prestado voluntariamente a esta misión, y que hicie-
ron lo posible por eludirla, alegando todo tipo de inconvenientes, perso-
nales, familiares, de salud, etcétera, por lo que el inquisidor general hubo
de imponer su autoridad. Al propio tiempo, se remitía la oportuna cédula
al virrey de Nueva España para que todo el aparato administrativo, judi-
cial y eclesiástico de la Colonia se pusiera a disposición del tribunal, a la
vez que se fundamentaba la decisión de tal instauración. 58 La jurisdicción
del tribunal abarcaría la correspondiente al virreinato de Nueva España

55 Recopilación de leyes de los Reynos de las Indias, 1. 19. 1: "Nuestros Glorio-


sos Progenitores, Fieles y Catolicos hijos de la Santa Iglesia Catolica Romana, consi-
derando guanto toca á nuestra Dignidad Real y Catolico zelo procurar por todos los
medios possibles, que nuestra Santa Fé sea dilatada y ensah;:ada por todo el mundo,
fundaron en estos nuestros Reynos el Santo Oficio de la Inqúisicion, para que se con-
serve con la pureza y entereza que conviene. Y haviendo descubierto, é incorporado
en nuestra Real Corona por providencia y gracia de Dios nuestro Señor los Reynos y
Provincias de las Indias Occidentales, Islas y Tierra finne del Mar Occeano, y otras
partes, pusieron su mayor cuidado en dar á conocer á Dios verdadero, y procurar el
aumento de su Santa Ley Evangelica. y que se conserve libre de errores y doctrinas
falsas y sospechosas, ". ordeno y proveyo, que se pusiesse y assentasse en aquellas
Provincias el Santo Oficio de la Inquisicion... "
56 El licenciado Cervantes no llegó a pisar tierra mexicana, ya que falleció en la
accidentada travesía del océano Atlántico -con naufragio inc1uido- que realizó el
tribunal desde las Islas Canarias donde estuvieron algún tiempo detenidos esperando
que zarpara un convoy, Todas estas incidencias las relata el propio Moya de Contre-
ras en su carta, esclita desde la ciudad de Los Ángeles el día de 28 de septiembre del
año 1571, A.H.N., lnquisición, Correspondencia de México, lib. 1047, ff. 60-64.
57 A.H.N., Inquisición, Correspondencia del Consejo, lib. 352, f[ 31 v-32v. Fiscal
fue designado Alonso Femández Bonilla y secretario Pedro de los Ríos.
5S " ... e Nos, por lo que toca al servicio de Dios, nuestro señor, é al augmento de
nuestra santa fe católica, deseando la ampliación y ensalzamiento de la religión cris-
tiana y que las dichas provincias por Dios a Nos encomendadas, mediante el favor di-
vino, sean libres y preservadas de todo error de herejia, y por el mucho amor que te-
nemos á nuestros naturales sus pobladores, considerando cuanto conviene que en

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18 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

con una extensión de dos millones de kilómetros cuadrados --correspon-


dientes a los territorios continentales más los insulares de las Antillas,
que luego serían agregadas al tribunal de Cartagena de Indias, y de las is-
las Filipinas-, circunstancia que condicionaría la actuación del tribunal,
si se tiene en cuenta que para la cuarta parte de terrítorio existían en la
metrópoli dieciséis tribunales. 59 En el aspecto funcional y organizativo de
la Suprema, los asuntos del tribunal mexicano correrían entre los corres-
pondientes a la Secretaría de Aragón.

IlI. LAS INSTRUCCIONES

Una vez adoptada la decisión de crear un tribunal para el virreinato de


Nueva España y elegido el personal a su servicio, el cardenal Espinosa
dictó unas "Instrucciones" para el buen gobierno del nuevo organismo y
para adaptarlo al ámbito de su demarcación, en virtud de las cuales el tri-
bunal tenía la misma composición que los de la península, con algunas
especialidades. Las "Instrucciones" constan de un prólogo y 41 capítulos
o instrucciones propiamente dichas. 6o Dada la trascendencia que tales dis-
posiciones tuvieron para la historia del tribunal por las peculiaridades que
figuran en ellas, se hace preciso un examen de las mismas.
En el prólogo, el inquisidor general fija la demarcación geográfica del
tríbunal mexicano, que comprendería los distritos de las Audiencias de
México, Guatemala y Nueva Galicia que, a su vez coincidían con el arzo-
bispado de México y los obispados de Oaxaca, Nueva Galicia, Michoa-

estos tiempos que se va extendiendo esta contagión se prevenga á tan gran peligro, y
más particularmente en esas dichas provincias que con tanto cuidado se ha procurado
fuesen pobladas de nuestros súbditos y naturales no sospechosos, de lo cual se espera
seguir gran servicio de Dios, nuestro señor, y augmneto de su Santa Universal Iglesia
y acrecentamiento del culto divino y honor y beneficio de los pobladores de las di-
chas provincias ... ". La real cédula de notificación, dada en Madrid con fecha 16 de
agosto de 1570, fue remitida al virrey de Nueva España, Martín Enríquez de Alman-
sa, que a su vez era presidente de la Audiencia de México. Su texto íntegro 10 recoge
Medina, J. T., en su Historia del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición en Méxi-
co, México, 1987, pp. 16-20.
S9 Un estudio detallado sobre el contexto territorial donde iba a realizar sus fun-
ciones el tribunal mexicano 10 ofrece Alberro, S., Inquisición y sociedad en México,
1571-1700, México, 1988, pp. 23-29.
60 El texto íntegro de las "Instrucciones" en García, G., en Documentos inéditos o
muy raros para la historia de México, México, 1982, pp. 103-114.

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 19

cán, Tlaxcala, Yucatán, Guatemala, Chiapas, Verapaz, Honduras, Nicara-


gua y sus cercanías. Asimismo, se les indica a los inquisidores del fla-
mante tribunal que, en el conocimiento de las causas que fueran de la
competencia del Santo Oficio, "... además de lo que está dispuesto y or-
denado por derecho común y los sacros cánones, habéis de guardar y ob-
servar en todo y por todo las instrucciones siguientes"6!
Las "instrucciones" 1 y 2 se refieren a la llegada, asentamiento y sede
oficial del tribunal, con mención de las necesidades mínimas, y remisión
expresa a la cédula remitida al virrey de la que el tribunal llevaba copia,
por la que todas las autoridades del virreinato debían cooperar con la in-
quisición,62 todo ello, sin perjuicio de la orden que se da en la "instruc-
ción" 33, relativa a la buena correspondencia y amistad que el tribunal
debía tener con aquéllas. Obran también detalles sobre el juramento de
las referidas autoridades civiles y eclesiásticas, que habría de realizarse
en la catedral con toda solemnidad. En el mismo acto, se procedería a la
lectura del Edicto General de la Fe, sin que fuera preciso publicar el tiem-
po de gracia. 6J
Desde la "Instrucción" 3 hasta la 20 se señalan, de forma minuciosa,
los libros que habrán de llevarse por las diferentes secciones del tribu-
nal,64 especificando el título, su contenido y, en algún caso, el funcionario
encargado de su teneduría 65

61 Las Instrucciones de México se recogen en el Apéndice I.


62 Recopilación de leyes de los Reynos de las Indias, 1. 19. 1. En esta ley funda-
cional, a la que se ha hecho referencia en la nota 50, se ordenaba a todas las autorida-
des de las Indias prestar colaboración al Santo Oficio.
63 García, G., Documentos inéditos... , cit.. pp.l 03-1 04 Y 111.
64 La obligación de llevar libros de registro venía establecida en las Instrucciones
para los notarios del secreto dictadas por fray Tomás de Torquemada en 1485:
"ITEM, que todos los mandamientos, de qualquier qualidad que sean, que los Inqui-
sidores mandaren dar, así para su Aguacil, como para su Receptor, y para otras cua-
lesquier personas, cerca de los bienes, o prisión de los hereges, los Notarios de la In-
quisición, sean tenudos de los assentar, y assienten en sus registros, y hagan dello
libro a parte, por que si alguna duda se ofreciere se pueda saber la verdad", Argüello,
G. L de, Instruciones del Santo Oficio de la lnquisicion, sumariamente, antiguas, y
nuevas. Madrid, 1630, Instrucción de Sevilla de 1585,2, p. 16.
65 l. Cuaderno de provisiones, donde figurarían los títulos del tribunal y de sus
oficiales.
2. Abecedario de comisarios y familiares, con sus títulos y fecha de designa-
ción; aquí también se asentaría una relación de las localidades que hay en el distrito.

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20 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

Las "Instrucciones" 21 y 22 se refieren a un aspecto procesal de tipo


práctico, remitiéndose a las "Instrucciones", antiguas y modernas, del
Santo Oficio hispano," que se declaran de obligada observancia, prove-
yendo, además, su lectura obligada varias veces al año. Con ello se esta-
blece la uniformidad de actuación con los tribunales de la península, cuyo
orden de proceder, a tenor de la "Instrucción" 22, debía observarse en
México. 67 En este sentido, la "Instrucción" 23 establece, asimismo, la
conveniencia de que los inquisidores y oficiales oigan misa los días de
audiencia 6 ' Por otra parte, se cuida la limpieza de sangre de los colabora-

3.Cuaderno de testificaciones contra los reos, con abecedario incluido.


4.Libro de autos de votos.
5.Libro de votos de prisión, de sentencias de tonnentos y definitivas.
6.Legajo de cartas del Inquisidor General y del Consejo.
7.Libro de correspondencia con el Inquisidor General y el Consejo.
8.Libro de visitas de cárceles, recordando que la visita debe ser quincenal.
9.Libro de libramientos del receptor de gastos ordinarios del Tribunal.
10.Libro de penas y penitencias pecuniarias.
11. Libro de autos de fe con relación de reos, delitos, penas y penitencias; en
cuaderno aparte los penitenciados fuera de auto.
12. Cuaderno de alcaide para asentar datos de los presos ---delito, bienes, fechas
de entrada y salida, pena, etcétera- de la Cárcel Secreta. Los asientos habrán de ser
hechos por el notario.
13. Libro del despensero y proveedor en el que figuran nombre del preso, día de
entrada en la cárcel, dineros que traen para su alimento y ración que se les fija sin son
pobres. Los asientos los realiza el notario.
14. Libro de bienes secuestrados a los reos y dineros y ropa que se dieren para su
alimento. Está a cargo del notario.
15. Libro de gastos causados por los presos pobres, también custodiado por el
notario.
16. Libro de sentencias del juez de bienes confiscados. Tendrá otro el notario.
17. Libro, a cargo del receptor, para asentar lo relativo a los bienes confiscados.
18. Libro abecedario de relajados, reconciliados y penitenciados en listas sepa-
radas.
19. En la Cámara del Secreto debe haber cuatro apartamentos, uno para procesos
pendientes, otro para los suspensos, un tercero para los fenecidos y el cuarto para do-
cumentación de comisarios y familiares, y expedientes a ellos relativos, Garda, G.,
Documentos inéditos... , pp. 104-107.
66 Las primeras fueron dadas en Sevilla, el 29 de octubre de 1484, por fray Tomás
de Torquemada, y en ellas se observa la influencia del Directorium inquisitorum de
N. Eymerich. Argüello, G. 1. de, Instruciones del Santo Oficio... , cit., pp. 2-9.
67 García, G., Documentos inéditos... , cit., p. 108.
68 Idem, p. 108.

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 21

dores del tribunal -representante del ordinario y consultores-. 69 Esta


advertencia sobre cualidad tan importante para el Santo Oficio vuelve a
repetirse en la "Instrucción" 34.
Es en la "Instrucción" 25 donde aparece una de las peculiaridades del
nuevo tribunal, la referida a los procesos en "discordia" que, a tenor de
las "Instrucciones" antiguas y modernas,70 debían elevarse a la Supre-
ma 7l En las "Instrucciones" mexicanas se dispone que, para evitar daños
a los presos por la dilación que supondría la remisión de los procedimien-
tos a la península,72 basta que haya mayoría entre los miembros del tribu-

69 Idem, p. 10X. Instrucción 24. En ella se dispone que los consultores serán jue~
ces de la Audiencia Real. En tal sentido, una disposición de Felipe IIl, de 16 de agos-
to de 1607, establece que los ministros de las Audiencias de Lima y México puedan
ser consultores del Santo Oficio, con un límite de tres por cada una, Recopilación de
leyes de los Reynos de las Indias, 1. 19.21. Más tarde, se permite que los fiscales
de las audiencias puedan ser, asimismo, consultores, Recopilación de leyes de lvs
Reynos de las Indias. l. 19.22.
7() Para un examen detenido de las Instrucciones Generales, antiguas y modernas

del Santo Oficio, vid. Jiménez Monteserín, M., Introducción a la Inquisición españo-
la, Madrid, 19X 1; Meseguer Femández, J., "El periodo fundacional (1478-1517). Los
hechos.", en J. Pérez Villanucva y B. Escandell Bonet (dir.), Historia de la Inquisi-
ción en E.\jwiía y América, v. 1, Madrid, 1984, pp. 312-322; González Novalín, J. L.,
"Reorganización valdesiana de la Inquisición", en J. Pérez Villanueva y B. Escandell
Bonel (dil'.), Historia de La Illquisición en Espalia J' América, v. 1, Madrid, 1984, pp.
633-644; González NovaJín, J. L., "Reforma de las leyes, competencia y actividades
del Santo Oficio durante la presidencia de! Inquisidor General Don Fernando de Val-
dés (1547-1566)", en J. Pérez V il!anueva (dir.), La Inquisición e . . pai'iola. Nueva vi-
sión, nuevos horizontes, Madrid. 19XO, pp. 193-217.
71 La "Instrucción" 66 de la compilación realizada por el inquisidor general Fer-
nando de Valdés en Toledo, en el año 1561, dispone en su inciso primero: "En todos
los casos que huviere discrepancia de votos entre los Inquisidores. y Ordinario, o al-
guno de](os en la difínición de la causa, o en qualquíer otro auto, o sentencia interlo-
cutoria, se deve remitir la causa al Consejo", Argüello, G. l. de, Instruciones del San-
to O/icio... , cit., Instrucciones de Toledo de 1561,66, p. 36.
72 Para la remisión de los procedimientos a la península y a efectos de que llega-
ran en buen estado, la Suprema, por carta de 27 de junio de 1659, ordenó al juez de
bienes lo siguiente: '"... estareis advertido, que los negocios o pleitos que remitiereis
como Juez de Bienes, los aveis de embiar con los de ese Tribunal, y que el cajon que
se hiciere para este efecto a de ser de madera fuerte de la de esas provincias, no de
pino, y que estando clavado le haveis de hazer brear por todas las esquinas y pegadu-
ras de las tablas y estando en esta fonl1a se le ha de hacer otra caja de madera que le
sirva de resguardo y a esta misma caja se le pondra el mismo beneficio de brea y lue-
go se recubrira con enyesado con que se asegurara el riesgo de mojarse... ". Tal prác-

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22 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

nal para que se ejecute el acuerdo, quedando la elevación a la Suprema,


solamente, cuando hay "discordia" sobre si el reo ha de ser relajado o
n0 73 Hay que señalar que esta prerrogativa, en lo que a la relajación se
refiere, le fue retirada al tribunal mexicano a raíz de la celebración del
auto de fe de 1659. 74
Por los mismos motivos que en el caso anterior, yuelye a darse otra ex-
cepción procesal, en la apelación de pena extraordinaria y de sentencia de
-tormento que ha de ser interpuesta ante la Suprema-75 pues, dado que

tica era empleada por el tribunal de Lima y, al parecer, daba buen resultado, según
manifiesta el Consejo de la Suprema, A.H.N., Inquisición, Correspondencia del Con-
sejo, lib. 355, tI 17Iv-l72.
73 "En las dichas instrucciones antiguas y modernas está ordenado que cada y
cuando que en la determinación de las causas, vos(otros), los dichos inquisidores y el
ordinario no fueren conformes con los procesos en que hubiere discordia, los enviéis
al Consejo de la General Inquisición, para que allí se determinen; y porque si esta se
hubiere de guardar en la dicha provincia de la Nueva España se seguiría mucho daño
a los presos por la dilación que había en la detenninación de las causas, ordenamos
que los negocios en que pareciere que debe haber cuestión de tonnento o pena arbi-
traria o de reconciliación y en todos los demás casos donde debiere de haber relaja-
ción a la justicia y brazo seglar, siendo vos(otros), los dichos Inquisidores, y el ordi-
nario presentes, la consulta de los dichos negocios, los dos de vosotros conformes
con el ordinario y uno de vos(otros) los inquisidores, se ejecutará el voto de aquellos
sin que haya necesidad de enviarlo al Consejo y siendo de votos singulares, aquel
parecer que más votos tuviere de consultores, con el voto de los Jueces se ejecutará
sin hacer remisión de la causa al Consejo; pero si la discordia fuere sobre si el reo ha
de ser relajado o no, en tal caso, sobreseyendo la dicha causa, enviaréis el proceso al
Consejo de la General Inquisición", en García, G., Documentos inéditos... , cit.,
p.109.
74 En la relación de los defectos que se encontraron en el auto de fe celebrado por
el tribunal mexicano el 19 de noviembre de 1659, en el que hubo seis relajados en
persona y uno en estatua, la Suprema acordó: "32- Y por ahora no relajaran a nadie
en persona, hasta sea enviado copia del proceso al Consejo, y red viendo la saludan
que aca se tomare; porque así conviene, y con ningun pretexto, motivo, ni ocasion
haran lo contrario... ", A.H.N., Inquisición, lib. 1066, f. 523v. Tal disposición fue
motivada por haber relajado en persona en dicho auto a Guillén Lombardo a pesar del
parecer de la Suprema, que había ordenado que le fueran elevadas las actuaciones sin
que el tribunal adoptara resolución alguna. Todo ello, debido a las implicaciones po-
líticas que tenía el proceso por la calidad del personaje
75 En relación con la apelación a la Suprema vid. Alonso, M. L., "Notas sobre la
apelación en la Inquisición española", en Homenaje al profesor Alfonso Garcia-Ga-
l/o, Madrid, 1996, t.1I, v. 2', pp. 189-210.

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ANTECEDENTES H1STÓR1COS 23

tal recurso suspende la ejecución de la pena, se dispone en la "Instnlc-


ción" 26, que el reo recurra ante los inquisidores los cuales, dando trasla-
do al fiscal, verán el asunto en revista con ordinario y consultores y 10
que acuerden se ejecutará, sin perjuicio de que, ejecutada la sentencia, la
parte pueda acudir al Consejo.'"
Las "Instrucciones" 27 y 28 disponen sobre las relaciones entre el tri-
bunal y el Consejo de la Suprema, en cuanto a infonnación y consultas se
refiere. En la primera de ellas se ordena dar cuenta acerca del estado de
las causas; esta documentación, originada en cumplimiento de esta orden,
es la que da lugar a las llamadas "Relaciones de causas de Fe"77 En la se-
gunda, se insta la conveniencia de efectuar consultas a la Suprema en los
casos dudosos,7s confonne se tiene establecido en las Instrucciones Gene-
rales. 79
Otro apartado importante es el dedicado al mantenimiento de la com-
petencia frente a las jurisdicciones civil y eclesiástica, prohibiendo las in-
hibiciones en aquellos asuntos cuyo conocimiento está atribuido al Santo
Oficio y, concretamente, en delitos como la blasfemia, la bigamia y otros
de foro mixto'"o Dicha "Instrucción", que figura con el número 29, se
complementa con la 32, que dispone no proceder en las cuestiones no
atribuidas al Santo Oficio.'1

76 García, G., Documentos inéditos ... , cit., Instrucción 26, p. 109.


77 Relaciones de causas de fe del tribunal mexicano, remitidas por los inquisido-
res al Consejo de la Suprema, en donde figuran el nombre de los reos, sus delitos, es-
tado de la causa -pendiente o despachada-, pena recaída, en su caso, y otros datos
considerados de interés sobre el asunto, en A.H.N., Inquisición, lib. 1064 (años 1572-
1614), lib. 1065 (años 1615-1669), lib. 1066 (años 1670-1697) y lib. 1067 (años
1698-1702).
7S García, G., Documentos inéditos... , cit., p. 110.
79 Tal consulta se recomienda en la instrucción del prior de Santa Cruz en Sevilla
de! año 1485, al disponer que: "... y en las cosas graves escrivan luego con diligencia
a sus Altezas", y en el capítulo XIII de las Instrucciones de Ávila, realizadas también
por el prior de Santa Cruz en el año 1498: "ITEN, que quando ocurrieren negocios
arduos, y dudoso en las Inquisiciones consulten sobre ello con los del Consejo, y tra-
yan, o embien los processos que hizieren quando les fuere mandado", Arguello, G. 1.
de, Instruciones del Santo Ojicio.... cit., pp. 12 Y 13, respectivamente.
so García, G., Documentos inéditos ... , cit., p. 110.
" ldem, p. 111.

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24 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

Las "Instrucciones" 30 y 3 I tratan sobre la visita de distrito. Por ser


éste de tan gran extensión, se autoriza a los comisarios a hacer las veces
de los inquisidores en determinadas diligencias, si bien las cuestiones
graves habrán de ser resueltas siempre por el tribunal, incluso cuando la
visita sea efectuada por un inquisidor." Por otra parte, los comisarios se
limitarán a publicar edictos en las iglesias del partido de su cargo y a reci-
bir testificaciones, sin adoptar resolución alguna que afecte a la situación
de las personas. 83
La Hacienda inquisitorial está regulada, brevemente, en la Instrucción
33, que trata de que los inquisidores extremen el celo a la hora de los li-
bramientos, que por su orden, hará el receptor, disponiendo la oportuna
consulta a la Suprema en caso de gastos extraordinarios. 84
Una de la "Instrucciones" más peculiares, en cuanto supone una exclu-
sión del fuero inquisitorial, es la 35, en la que se dispone que el Santo
Oficio no proceda contra los indios,85 medida esta de tipo político-religio-

82 Las instrucciones de Diego de Deza, hechas en Sevilla el 17 de junio del año


1500, insisten en el primero de sus capítulos, en que la actuación de los inquisidores
debe ser conjunta, y aunque la pesquisa sea hecha individualmente por un inquisidor,
luego deben reunirse ambos en su sede para que "... alli vista por ambos la testifica-
cian que cada uno ha tomado, puedan mandar prender a los que se hallaren culpa-
dos", Argüello, G. 1. de, Instrnciones del Santo Oficio... , cit., Instmcciones de Sevi-
lla de 1500, p. 13v.
83 García, G., Documentos inéditos... , cit., p. 110.
84 ldem, p. 111. Esta "Instrucción" 33 se remite, a su vez, al capítulo X de las del
obispo de Palencia. Argüello, G. 1. de, lnstruciones del Santo Oficio.,., cit., Instruc-
ciones de Medina del Campo de 1504, 10, p. 18v.
85 El que no pudiera el tribunal de México proceder contra los indígenas en mate-
ria de fe, no implica que no lo hiciera en materia penal cuando por razón del lugar te-
nía competencia para ello, Así, el día 27 de agosto de 1594, el Santo Oficio condenó
a los indios Gaspar Pedro, de oficio hilador de seda, Toribio Lucas, zapatero, Juan
Damián y Bernabé Gaspar, cordoneros, A los dos primeros como autores de un delito
de robo, porque después de escalar los corrales del Santo Oficio, abrieron las caballe-
rizas y forzaron una estancia de donde sustrajeron las sillas y gualdrapas de las mulas
del inquisidor Lobo Guerrero y las espadas de sus esclavos, y a los dos segundos en
calidad de receptadores, ya que se encargaron de la posterior venta de lo robado. La
pena consistió en doscientos azotes, en fonna de justicia, y multa de cincuenta pesos
para reparar las paredes, a los autores del robo, y cien azotes, en fonna de justicia, a
los receptadores. El tribunal, en relación con estos hechos comentó que: "... este cas-
tigo parecio bien en la Ciudad aunque en indios por el gran atrevimiento que tuvie-
ron, y si no se castigaran, otra vez ellos o otros hicieran lo mesmo y escalaran las pa-

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 25
so en consonancia con el resto de la legislación indiana."' A este tenor,
Huerga estima que "tal medida no desentona de la prudente actitud de la
Inquisición, que no carga nunca la mano si la coyuntura no lo aconseja".87
Esta "Instnlcción" 35, cuyo último inciso refleja el espíritu de la Inquisi-
ción española," fue respetada por el tribunal mexicano que apreció siem-
pre tal circunstancia personal que limitaba el ámbito de su actuación por
razón del sujeto," sin perjuicio de que, en diversas ocasiones, se instara

rede~ de la lnquisicion", A.H.N., Inquisición, lib. 1064, f. 213. Sin embargo, tal pro-
ceder no sentó bien a las Autoridades civiles ni al propio inquisidor general, toda vez
que, años más tarde, con motivo de un nuevo escándalo, cometido por tres individuos
en 1610, el tribunal los castigó moderadamente " ... a causa de la quexa que en el año
de noventa y quatro dio el Virrey, porque los Inquisidores, que a la sazen eran azota-
ron por las calles unos indios por otro semejante delicto, del que V. S. tubo entonces
noticia, y assi en este caso no se hizo ruido ninguno, ni aun creemos que advirtieron
en ello de la real Audiencia .. ". Cnrta de los inquisidores mexicanos Gutierre Bernar-
do de Quirós y Martas de Boorques a la Suprema, de fecha 7 de marzo de 1610,
A.H.N., Inquisición, lib. 1051, ff. 37-37v. Otro proceso célebre instruido en materia
penal no concerniente a la te, pero en virtud de la competencia que el tribunal tenía
por razón del lugar, fue el seguido contra Antón y Francisco, dos negros que se apro-
piaron de ISO gallinas de los corrales del Santo Oficio en el año 1576, A.G.N., Índice
de Inquisición, t. 81, núm. 14.
Hó Recopilación de leyes de los Reynos de las Indias, 1. 19. 17: "Ordenamos, que
sobre conocer y proceder los Inquisidores contra Indios en las causas que tocan al
Santo Oficio, guarden sus instrucciones, y la ley 35, titul. l. lib. 6". Esta última ley a
la que se hace referencia es la que confería a los ordinarios competencia para conOCer
en las causas de te contra los indios y a la justicia ordinaria en los procesos por hechi-
zos y maleficios cometidos por aquéllos. "Por estar prohibido á los Inquisidores
Apostolicos el proceder contra Indios, compete su castigo á los Ordinarios Ec1esiasti-
ca s, y deven ser obedecidos, y cumplidos sus mandamientos: y contra los hechiceros,
que matan con hechizos, y usan de otros maleficios, procederán nuestras Iusticias
Reales", Recopilación de leyes de los Reynos de las Indias, 6. 1.35.
87 Huerga, A., Implantación del Santo qficio... , cit., p. 727.
gg "ltem, se os advierte que por virtud de nuestros poderes no habéis de proceder
contra los indios del dicho vuestro distrito, porque por ahora, hasta que otra cosa se
os ordene, es nuestra voluntad que solo uséis de ellos contra los cristianos viejos y
sus descendientes y las otras personas contra quien en estos reinos de España se suele
proceder; y en los casos que conociereis iréis con toda templanza y suavidad y con
mucha consideración, porque así conviene que se haga, de manera que la Inquisición
sea muy temida y respetada y no se dé ocasión para que con razón se le pueda tener
odio", en Garda, G., Documelllos inéditos... , cit., p. 111.
~() Entre otras, causa contra Mateo de la Cruz, mulato lobo, natural de Salmo lon-
ga, de 19 años de edad, por el delito de bigamia. El reo había contraído matrimonio

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26 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

de la Suprema la derogación total o parcial de tal medida, manteniendo


conflictos con la jurisdicción eclesiástica, sobre todo en los casos de ido-
latría recurrente y en los delitos de bigamia cometidos por los indígenas?O
Toda esta política de benignidad9J hacia los indios no impide que se utili-
zaran sus servicios, al igual que en otros organismos oficiales, para la
atención del tribunal. 92

en Malinatepec con María, india, y más tarde, en vida de la primera mujer, con Ange-
lina, también india, en la localidad de Sunpango. Ingresó en las cárceles secretas el
día 25 de febrero de 1667. Demostró por testigos y documentalmente, mediante la
partida de bautismo (en la parroquia donde fue bautizado existía un libro de bautis-
mos de indios y negros), que era indio, por lo que se suspende su causa y es puesto en
libertad el día 25 de febrero de 1667, dándole orden de presentarse ante el provisor de
los indios del Arzobispado. Previamente a su puesta en libertad ha de abonar los ali-
mentos de su periodo de prisión, A.H.N., Inquisición, lib. 1066, ff. 316-318; asimis-
mo, fue procesado por bigamia Francisco Hemández, mestizo, natural de Tecanma-
chaleo, siendo su proceso suspendido al demostrar que era indio, A.O.N., Índice de
Inquisición, t. 287, núm. 7; también, en 1727, el inquisidor fiscal procedió contra
Juan José Prieto, lobo, por el delito de bigamia. No obstante "se alzó la mano por pa-
recer indio o tenido como tal", A.O.N., Índice de Inquisición, t. 817, núm. 18.
90 A.H.N., Inquisición, lib. 1064, ff. 162v-165; tambíen el inquisidor visitador
Medina Rico escribió a la Suprema pidiendo que los indios fueran sometidos al Santo
Oficio, toda vez que estimaba que su fonnación religiosa estaba muy adelantada y
que, por otra parte, eran autores de muchos delitos de idolatría, supersticiones y pac-
tos con el demonio cometidos maliciosamente. El inquisidor general, por carta de 14
de noviembre de 1656, le contesta que se consulten al Consejo de la Suprema, indivi-
dualmente, los casos que se ofrecieren de aquella calidad, así corno que se indiquen
los medios para remediarlos y que el consejo resolverá lo conveniente, A.H.N., Inqui-
sición, Correspondencia del Consejo, lib. 355, f. 131.
9J A pesar de ello, por carta de fecha 25 de febrero de 1622, que respondía a una
consulta realizada por el tribunal mexicano el 18 de mayo de 1623, la Suprema orde-
na que, en los procedimientos por solicitación instruidos por denuncias o testificacio-
nes falsas de las que sean autores indios, quede a la prudencia del tribunal para que,
confonne al talento de cada uno, se proceda al castigo de los autores de la falsedad o
de los inductores, A.H.N., Inquisición, Cartas del Consejo, lib. 353, f. 162v.
92 A.H.N., Inquisición, Correspondencia de México, 1. 1047, ff. 147-147v. Obra la
relación de indios asignados al servicio del ayuntamiento, autoridades y obras públi-
cas. En relación con esto, el tribunal mexicano llegó a procesar a un tal De Molina,
repartidor de los indios de San Juan, por no querer asignar indios para que trabajaran
para el Santo Oficio. En dicho proceso obra una lista del repartimiento de los indios
de México, A.O.N., Índice de Inquisición, 1. 75, núm. 12, también t. 74, núm. 36.

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 27

La "Instrucción" 36 está dedicada al control de libros importados, tarea


que se encarga a los comisarios del Santo Oficio residentes en los puertos
de mar, únicos lugares por donde se accedía al Nuevo Mundo 93 y, por tan-
to, por donde podía entrar "la mala doctrina en esos reinos". 94
Como es lógico, se dedica uno de los capítulos a los familiares de la In-
quisición, limitando su número y fijando las condiciones que debían reu-
nir para ser designados, las obligaciones -tales como la de residencia-,
el procedimiento para su nombramiento y los privilegios propios del fue-
ro a que estaba acogido el personal miembro de la Inquisición." En el
cuerpo de esta "Instrucción" hay una expresa referencia a la concordia dada
por el rey Felipe n, de la que toma, textualmente, algunos términos. 96
La figura del comisario del tribunal en las ciudades capitales de obis-
pados 97 y en los puertos de mar, a semejanza de los de la metrópoli, viene

93 Recopilación de leyes de los Reynos de las Indias, 1. 24. 7. En el reconocimen-


to y recogida de libros prohibidos por la autoridad civil se debía actuar de acuerdo
con los "'Expurgatorios" y demás disposiciones del Santo Oficio sobre el particular.
94 García, G., Documentos inéditos... , cit., pp. 111-112.
95 La "Instrucción" 37 dispone que habrá doce familiares en México, cuatro en
cada de las sedes de los obispados y uno en cada lugar de españoles; los familiares y
sus esposas han de ser "cristianos viejos, limpios de toda raza de cristianos nuevos,
y que no hayan sido penitenciados por el Santo Oficio de la Inquisición, quietos, pa-
cíficos y de buenas costumbres, casados y que no hayan resumido corona, y que sean
vecinos y moradores, y que tengan su continua habitación en los lugares donde fue-
ren nombrados por familíares", Garda, G., Documentos inéditos... , cit., p. 112. La
relación de los doce familiares nombrados por el inquisidor Moya de Contreras para
asistir al Santo Oficio en la ciudad de México, así corno la notificación por el notario
de tales nombramientos al Consejo de la ciudad, aparece en A.H.N., Inquisición. Co-
rrespondencia de México, lib. 1047, f. 13 7.
96 Se trata de la cédula real, dada en la ciudad de Madrid el día 20 de marzo de
1553 -llamada también Concordia de Castilla-, que reguló el número y jurisdic-
ción de los familiares de la Inquisición -en aquellos territorios que no tenían fue-
ro~, estableciendo la "'plantilla" de tales funcionarios que podía tener a su selV'icio
cada tribunal en la ciudad donde tuviera la sede y en otras de su distrito. Por otra par-
te, disponía que, en los procedimientos penales, los familiares quedaban aforados a la
jurisdicción especial del Santo Oficio, circunstancia ésta que fue el origen de muchos
conflictos de jurisdicción, A.H.N., Inquisición, lib. 254, f. 20v. Con posterioridad, en
los años 1601, aunque despachada en 1610 y 1633, se dictan dos concordias especifi-
cas para los tribunales de las Indias, Recopilación de leyes de los Reynos de las In-
dias, 1. 19.29. Y 1. 19.30.
97 Las sedes de los obíspados de Nueva España se hallaban en México, Tlaxcala,
Guadalajara, Guatemala, Nicaragua, Antequera, Michoacán, Chiapas, Yucatán y Ma-

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28 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICI6N

regulada en la "Instrucción" 38. En el distrito mexicano este funcionario


eclesiástico del Santo Oficio tenía, evidentemente, una gran importancia
por lo dilatado del distrito, a pesar de lo cual sus facultades se vieron li-
mitadas a la práctica de informaciones y ejecución de mandamientos y
comisiones, sin que respecto de las personas pudieran tomar medidas
que no les hubieran sido ordenadas expresamente por el tribunal. A los
co.nisarios, cuyo número aumentó al mismo ritmo que crecía la Colo-
nia,9' se les asigna un familiar de los residentes en la localidad en calidad
de notario. 99
La "Instrucción" 39 fija la plantilla de oficiales de la Inquisición, cuya
elección deja a criterio del inquisidor Moya de Contreras, si bien la rela-
ción de los designados junto con sus respectivos informes de limpieza de-
bía ser remitida a la Suprema para la sanción y expedición de los nombra-
mientos. La dotación del personal del tribunal queda fijada en trece
personas, 100 además de los oficios principales de inquisidores, fiscal y no-
tario del secreto. IOI Respecto de los salarios, se dispone que habrían de

nila en la islas Filipinas. A estos habría que añadir que, hasta el año 1610 en que se
crea el tribunal del Santo Oficio en Cartagena de Indias, en el distrito del tribunal me-
xicano se comprendían también los obispados de las Antillas (arzobispado de Santo
Domingo y obispados de Santiago de Cuba, Puerto Rico, Jamaica, etcétera).
98 El Consejo de la Suprema ordenó que se pusieran comisarios en todos los pue-
blos donde hubiera monasterio ----{;ualquiera que fuera la orden- y se designaran sa-
cerdotes con tal carácter en los demás lugares de mucha población. En el primer caso
la designación recaía, normalmente, en el guardián del convento, A.H.N., Inquisi-
ción, Correspondencia del Consejo, lib. 352, ff. 132-132v.
99 García, G., Documentos inéditos... , cit., pp, 112-113.
lOO Los oficiales de la Inquisición que fijaba la "Instrucción" 39 eran: alguacil,
contador, receptor, notario de secuestros y del juzgado de bienes confiscados, aboga-
do del fisco, abogado de los presos, alcaide de las cárceles secretas, despensero de los
presos, nuncio, portero, médico, cirujano y barbero. García, G., Documentos inédi-
tos ... , cit., p. 113. Una carta del inquisidor Moya de Contreras a la Suprema del año
1572 ofrece la siguiente relación de funcionarios, con indicación de sus salarios y an-
tigüedad en el empleo: alguacil, receptor, alcaide de las cárceles secretas, nuncio,
portero, notario de secuestros, notario del juzgado, contador, procurador del fisco,
barbero cirujano y despensero de los presos, A.H.N., Inquisición, Correspondencia de
México, lib. 1047, ff. 120-121.
!O! El número, composición y derecho al salario de los oficiales del Santo Oficio
venía establecido en las Instrucciones de 1498 dadas por Torquemada en Ávila. En
este mismo capítulo es donde se establece para los tribunales la llamada "ayuda de
costa", de la que luego harían tanto uso los inquisidores para tratar de restaurar las

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 29
ser satisfechos por el virrey. 102 Lo que enlaza con la "Instrucción" 40, que
se dedica, por entero, a la economía del tribunal tratando de asentar las
bases para su desenvolvimiento futuro, en el que cuenta con las confisca-
ciones que se habrán de realizar lOJ repartimientos y diezmos. 104
Las "Instrucciones" mexicanas concluyen Con una exhortación al ge-
neral cumplimiento de lo establecido en sus diferentes capítulos, librán-
dose por el tribunal los oportunos testimonios de las mismas que fueron
entregados a todos los organismos, de la administración civil y eclesiásti-
ca del virreinato, para que tuvieran el oportuno conocimiento. lOS

IV. INSTAURACIÓN DEL TRIBUNAL

La constitución solemne del Santo Oficio en la ciudad de México se


celebró el domingo día 4 de noviembre de 1571, en la Iglesia Mayor, ce-
remonia a la que había sido convocado todo el pueblo por un pregón rea-
lizado dos días antes,I06 siguiendo en todo momento y por lo que al proto-

maltrechas economías, Argüello, G. L de, Instruciones del Santo Oficio... , cit., Ins-
trucciones de Ávila de 1498, 15, pp. 22-22v.
102 Es interesante la carta de Moya de Contferas a la Suprema, de fecha 8 de fe-
brero de 1572, relativa a personal, salarios y gastos del flamante tribunal, en la que
infanna haber seguido en todo momento las "Intrucciones" del Consejo, A.H.N., In-
quisición, Correspondencia de México, lib. 1047, f. 214.
103 A pesar de la obligación del fisco regio de pagar los salarios de los inquisido-
res, por Felipe IV se dispone en 1621 que a "los Inquisidores y Ministros del Santo
Oficio no se paguen los salanos sin testimonio de que no ay bienes confiscados para
cobrar de ellos", Recopilación de leyes de los Reynos de las Indias, l. 19. 11.
104 García, G., Documentos inéditos... , cit., p. 113.
105 "Y porque para que la buena administración de la justicia y recto ejercicio del
Santo oficio, conviene que lo contenido en la dicha instrucción se guarde y cumpla,
os mandamos que veáis los dichos capítulos y guardéis, cumpláis y ejecutéis todo
lo en ello juzgado". Finnan y rubrican D. Carlos de Sigüenza, inquisidor general y
Mateo Vázquez, secretario de la Suprema. Las "Instrucciones" fueron aprobadas
en Madrid, el dia 18 de agosto del año 1570, Garcia, G., Documentos inéditos.... cit.,
p.114.
106 Sobre los actos de instauración del tribunal del Santo Oficio en la ciudad de
México ver: A.H.N., Inquisición, Correspondencia de México, 1. 1047, ff. 82-110;
Medina,1. T., Historia del Tribunal... , cit. pp. 15-28; García, G., Documentos inédi-
tos... , cit., pp. 114-129.

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30 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

colo del acto respeta, lo dispuesto por las Instrucciones antiguas. 107 Inme-
diatamente, se publicó un edicto en el que se redujo el plazo habitual del
tiempo de gracia de treinta días a sólo seis. 10' A partir de entonces, los
obispos, que ostentaban la condición de jueces eclesiásticos ordinarios,
procedieron a remitir desde sus sedes las causas que se hallaban instru-
yendo en materia de fe y que estimaron competencia del tribunal. 109 No
obstante ello, hay que decir que el Santo Oficio expurgó las actuaciones
inhibidas en su favor, no aceptando aquellas cuyo conocimiento no le
pertenecía 110

\07 El capítulo 1 de las Instrucciones del Prior de Santa Cruz en Sevilla, dadas en
el año 1484, establece: ..... que cada y quando fuere puestos Inquisidores de nuevo
en alguna diocesis, ciudad o villa, o qualquier otro partido donde hasta aqui no es he-
cha Inquisicio sobre el dicho delito de la heretica pravedad, y apostasia: deve los di·
chos Inquisidores, despues que en el dicho su partido ovieren presentado la facultad,
y poder que lleva para hazer la dicha Inquisicion, al Prelado, y Cabildo de la Iglesia
principal, oa y y
su juez, assimismo al Corregidor, Regidores de la tal ciudad, ó villa,
y al señor de la tierra, si el lugar no fuere de Realengo, hazer llamar por pregon todo
el pueblo, y assimesmo convocar el Clero para un día de Fiesta, y mandar, que se jun-
te en la Iglesia Catedral, () en la más principal que en el lugar oviere, a oir el Sennón
de la Fe, el qual tenga manera que le haga por algun buen Predicador, o lo haga qual·
quier de los dichos Inquisidores, como mejor vieren, explicando su facultad, y poder,
y la intencion con que van; en tal manera que en el pueblo se de sossiego, y buena
edificación: y en fin del Sennon deve mandar que todos los fieles Christianos alcen
las manos, poniendoles delante una Cruz, y los Evangelios, para que juren de favo-
recer la santa Inquisicion, y a los Ministros della, y de no les dar, ni procurar impe-
dimento alguno directe, ni indirecte, ni por qualquier exquisito color; y el dicho jura-
mento deve demandar recebir especialmente de los Corregidores, y otras justicias de
la tal ciudad, o villa, o lugar, y deven tomar testimonio del dicho juramento ante sus
Notarios", Argüello, G. 1. de, Instruciones del Santo oficio... , cit., Instrucciones de
Sevilla de 1484, 1, p. 3.
García, G., Documentos inéditos... , cit., pp. 127-129.
108
En las primeras relaciones de causas de fe, remitidas en el año 1572 por el in-
109
quisidor Moya de Contreras a la Suprema, aparecen de forma sucinta los hechos que
motivaron la instrucción del procedimiento, el nombre del reo, sus circunstancias
personales, el obispado remitente del proceso y si había sido ya penitenciado,
A.H.N., Inquisición. lib. 1064, ff. 1-14.
110 A.H.N., Inquisición. lib. 1064, f. 15. Moya de Contreras en una relación de
presos y estado de sus causas que remite a la Suprema en 1572 dice: ", .. se ha tenido
y tendra siempre gran cuenta de cumplir con la lnstruccion de va. sao de no conocer
de cosa cuyo conocimiento derechamente no pertenezca al Santo Oficio y asi muchas
causas que los Hordinarios embian habiendo los casos de Inquisicion que por la cali-

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 31

El tribunal mexicano presenta unas características comunes con los


otros dos erigidos en el continente americano, el de Lima y el instaurado
a principios del siglo XVII en Cartagena de Indias, 111 características que
van a condicionar su actuación y que nacen, fundamentalmente, de la
gran extensión de sus distritos -sobre todo si se la compara con la de los
tribunales de la península- y la distancia a que estaban de la metrópoli
y, por tanto, del control del Consejo de la Inquisición. Al señalar estas
circunstancias Escandell Bonet resalta los siguientes rasgos estructurales
de funcionamiento de los tribunales de la Inquisición indiana: 112
a) La tendencia a un grado mayor de faIta de control de las funciones,
esto es, los inquisidores por virtud de la lejanía fueron asumiendo mayo-
res facultades discrecionales, que en ocasiones dieron lugar a algunos
abusos.ll 3
b) Menor presión inquisitorial, fruto de las enormes distancias que
alargaban de fonna desesperante cualquier trámite procesal. A esto tengo
que añadir, por lo que a México respecta, que las islas Filipinas suponen
la confirmación de esta característica, ya que no es muy grande el número
de procesos que se vieron en tribunal procedentes de aquellas islas, en las
que los negocios del Santo Oficio estuvieron siempre al cuidado de los
comisarios. 114

ficacion de teologos no lo son se les vuelven a remitir para que como jueces ordina-
rios hagan en ellos justicia".
111 En un primer momento los tribunales de México y de Lima, que habían sido
creados al mismo tiempo, se repartieron los territorios americanos entre ambos, pero
con la creación en 1610 del tribunal de Cartagena de Jndias, se tes sustrae a aquéllos
una parte de sus territorios que, por lo que a México respecta, fueron las Antillas en
su totalidad y una parte de la actual Nicaragua, A.H.N., Inquisición, Correspondencia
del Consejo, lib. 353, ff. 32-33.
1\2 Escandell Bonet, B., "Las adecuaciones estructurales: establecimiento de la
Inquisición en Indias", en 1. Pérez Villanueva y B. Escandell Bonet (dir.), Historia de
la Inquisición en España y América, v. 1, Madrid, 1984, pp. 713-723.
1 \3 Respecto a ello cabe citar la visita que "sufrió" el tribunal de México, a me-
diados del siglo XVII, por el inquisidor-visitador Medina Rico, que tuvo graves con-
secuencias para varios de sus componentes, contra los que se fonnularon un total de
ciento setenta y cinco cargos generales, que abarcaban todas las áreas de su actuación
y de los que se probaron una gran parte. A resultas de ello fueron sancionados varios
de los componentes de la Inquisición mexicana. Medina, 1. T., Historia del Tribu-
nai..., cit., pp. 215-266.
114 Sirva de ejemplo la instrucción que, por carta de 28 de noviembre de 1611, da
la Suprema al tribunal mexicano acerca de la tramitación de las causas de solicitantes

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32 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

c) El carácter urbano del dispositivo inquisitorial en las Indias, ya que


la población europea tendía a agruparse en núcleos de población.
d) Peculiaridad de los contenidos procesales que estaban condiciona-
dos por las características del Nuevo Mundo (los conquistadores se esti-
man de una raza superior a la de los aborígenes, ilusiones de honra, rique-
za y poder que se pueden ver cumplidas en aquellas tierras, etcétera).

V. LA ACTIVIDAD DEL TRIBUNAL

El Santo Oficio mexicano desplegó su actuación en todos los ámbitos


de su competencia, a semejanza de los tribunales de España, sin que en el
aspecto procedimental haya que destacar peculiaridad alguna, instruyen-
do procedimientos por los delitos de:

l. Herejías protestantes

Al principio de su constitución el tribunal mexicano fijó sus miras en


los delitos de calvinismo y luteranismo, liS la mayor parte de ellos cometi-
dos por corsarios franceses e ingleses I l. apresados en combates o que va-

en las islas Filipinas. En ella se ordena a los comisarios que pongan en libertad a los
reos, una vez tenninada la instrucción del proceso, con "caución juramentada" de que
volverán a oír su sentencia, pennaneciendo en las islas mientras que las actuaciones
efectuaban el viaje de ida y vuelta a México, donde sólo los "más culpados" deberían
comparecer en persona. La instrucción fue motivada por una consulta del inquisidor
Gutierre Bernardo de Quir6s, que exponía los problemas causados por la lejanía de
las Filipinas de la sede del tribunal. A.H.N., Inquisición, Correspondencia del Conse-
jo, lib. 353, ff. 43v-44.
115 No hay que olvidar que aún se está en la época de la contrarrefonna y que es-
taban re,cientes los célebres Autos de Fe de Valladolid---donde fue relajado en perso-
na, junto con otros acusados, el doctor Agustín de Cazalla por hereje luterano- y Se-
villa, celebrados ambos en 1559, que sumados a los efectuados en otras ciudades
españolas supusieron, a decir de Kamen, el fin del protestantismo en España, pues
evitaron que se convirtiera en una amenaza real, e incluso tuvieron algunas repercu-
siones que afectaron a personajes relevantes de la Iglesia española ya que, además de
por otras causas, en el procesamiento del arzobispo Carranza influyeron unas declara-
ciones efectuadas por el doctor Cazalla. Kamen, H., La Inquisición española, Barce-
lona 1988, pp. 107-110.
116 El Consejo de la Suprema remitió al tribunal mexicano instrucciones sobre el
modo de proceder contra ingleses y otros reos procedentes de partes sospechosas que

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 33

gaban por aquellos parajes después de haber perdido su buque. ll7 En esta
actuación no deja de observarse un indudable trasfondo político, pues no
hay que olvidar que los países de los que los reos eran naturales se halla-
ban en guerra con España, y la Inquisición apoyaba el poder real que, a su
vez, era su sostén y valedor. llR La actividad del Santo Oficio en este cam-
po, empleándose a fondo en el primer momento, dio lugar a que, a partir
del inicio del siglo XVII, fueran muy escasos los procedimientos por tales
delitos, y sólo a mediados del siglo XVllI volvieran a tener algún prota-
gonismo por causa, sobre todo, de los soldados extranjeros alistados en
regimientos españoles de guarnición en México. ll9
Las penas impuestas a los calvinistas y luteranos reconciliados y peni-
tenciados fueron las de prisión, hábito, abjuración de vehementi, galeras,
destierro y, por supuesto, confiscación de bienes, ademas de azotes en al-
gún caso. Junto con tales sanciones se observa una actuación paralela,
consistente en la reeducación en la fe católica, al mismo tiempo que se
cumplen las penas de reclusión impuestas, para lo cual los reos son inter-

atemperaron su actuación, toda vez que el Inquisidor General establecía que, cuando
arribasen a aquellos puertos navíos de ingleses o de otras naciones sospechosas en
materia de religión, ".. no examineis ni prendais ni procedais contra las personas
que en ellos vinieren sin tener infannación de haber delinquido contra la fe y religión
Católica en estos reinos de España, o en islas adyacentes, o en las Indias, o en sus
puertos playas o bahías estando en ellas surtos sus navíos... ", A.H.N., Inquisición,
Correspondencia del Consejo, lib. 353, ir. 262.
117 En los primeros autos de fe, celebrados en los mlOS 1574, 1575 Y 1576, la ac-
tuación inquisitorial va dirigida, aparte de a algunos delitos menores, al luteranismo y
calvinismo, sectas a las que pertenecían los corsarios; así, en el primer auto de fe ce-
lebrado por el inquisidor Moya de Contreras en México aparecen nueve peniten-
ciados con abjuración de vehementi, ventiún reconciliados y dos relajados en persona
-el inglés Jorge Ribli y el francés Marin Cornu- por practicar el luteranismo; en el
segundo auto de fe, celebrado el día 6 de marzo de 1575, aparece un relajado en per-
sona -el irlandés Guillernlo Corniels y por otro nombre Joan Min-, también por
hereje luterano, ficto y simulado confitente. Todo ello aparte de los procedimientos,
despachados fuera de auto en los que fueron condenados algunos corsarios más,
A.H.N., Inquisición, lib. 1064, fr. 48-62v y 64-70.
lIS Sobre la actividad inquisitorial y lo político en el ámbito mexicano, Alberro,
S., Inquisición y sociedad. .. , cit., pp. 152 Y ss.
119 Entre otros Cornelio Imberger y Eduardo Telly, soldados del regimiento Ulto-
nia, Andrés Gennani, húngaro, perteneciente al regimiento de Flandes, y Juan Jaime
Moret del regimiento de América. Contra ellos se siguieron actuaciones a partir de
1760. A.H.N., Inquisición. leg. 1730, doc. 26.

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34 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA rNQUISICI6N

nadas en monasterios al cuidado de monjes doctoS.1 20 Por otra parte, esta-


ba la benignidad con que el tribunal actuaba, tanto en este delito como en
cualquier otro, en los procedimientos instruidos contra reos menores de
25 años, en los que apreciaba la edad l21 del reo como circunstancia ate-
nuante, conforme a la doctrina tradicional. 122 Hay que decir que esta acti-
tud fue propia de los primeros tiempos de la Reforma que, al extenderse
por Inglaterra, Alemania y los Países Bajos, se nutría de católicos bauti-
zados convertidos a la nueva creencia y a los que había empeño de devol-
ver al seno de la Iglesia católica.

120 Así, los corsarios ingleses Ricart GuillemlO, Joan Cuens, Mayls Felipe, Tho-
mas Elen, David Alexandro y Guillenno Lo y el holandés Joan Perin, que fueron re-
conciliados con confiscación de bienes en el auto de fe de 28 de febrero de 1574, fue-
ron condenados a sendas penas de hábito y cárcel. La duración de la pena osciló entre
los cinco años impuestos a Joan Perin y un año a Guillermo Lo a cumplir en el mo-
nasterio o lugar que fuere señalado para ser instruidos en "las cosas de nuestra Sancta
fe", A.H.N., Inquisición, lib. 1064, ff. 58-58v. Asimismo, los también ingleses Pablo
Haquines, Joan Stone y Roberto Cue, reconciliados por la guarda y observancia de la
secta de Lutero con confiscación de bienes en el auto de fe de 15 de diciembre de
1577, fueron condenados a hábito y cárcel, los dos primeros por un año y el tercero
por seis meses, para instrucción en las cosas de la fe durante el tiempo de su reclu-
sión. A.H.N., Inquisición, lib. 1064, f. 79. Al alemán Miguel Redelic, residente en las
minas de San Andrés, en sentencia pronunciada en la sala de audiencia el 27 de fe-
brero de 1594, fue admitido a reconciliación, tras haber confesado en el tormento la
observancia de la secta luterana, y condenado a hábito y cárcel por seis años a cum-
plir en un convento, donde fuese instruido en la religión católica. A.H.N., Inquisi-
ción. lib. 1064. ff. 173v-174.
121 La circunstancia de la edad como atenuante fue apreciada asimismo a los an-
cianos, como en el caso de Gaspar Pereira, calcetero nacido en Oporto y avecindado
en Antequera (Guaxaca), reconciliado con confiscación de bienes, por practicante de
la secta de Lutero, en el auto de fe de 28 de enero de 1574, y condenado a cárcel per-
petua e irremisible y "... no se le dio mas pena atento su mucha edad y haber sido
buen confitente, aunque su causa fue muy escandalosa", por sus muchos errores así
como su pertinacia en defenderlos. Estas últimas circunstancias motivaron una obser-
vación marginal de la Suprema en la causa de fe de dicho reo en la que se estimaba
que debía haber sido relajado. A.H.N .. inquisición. lib. 1064, ff. 58v-59.
122 Sobre la circunstancia subjetiva de menor edad y Jos criterios doctrinales en
orden a su apreciación por los tribunales del Santo Oficio y su reflejo en las "Instruc-
ciones" de los Inquisidores Generales, ver Gacto, E., Las circunstancias atenuantes
de la responsabilidad criminal en la doctrina jurídica de la Inquisición, separata de
Estudios Penales y Criminológicos XV, Universidad de Santiago de Compostela,
1991.

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 35

2. Judaísmo

Los primeros tiempos del tribunal estuvieron dirigidos a solucionar el


problema protestante, por lo que una vez resuelto casi de forma definiti-
va, dirigió su actuación hacia los judaizantes y comenzó a interesarse, de
manera primordial. por los judíos que, en gran número, habían pasado a
aquellas tierras'" con la esperanza de que el menor control y la mayor
permisividad de la Colonia les permitiera practicar su religión, además de
llevar a cabo sus negocios."4 La actuación contra el judaísmo comienza a
finales del siglo XVI y continúa a principios del XVII,'25 en que hay un
paréntesis, merced al perdón real otorgado por Felipe II/ a los judíos por-
tugueses, con la aprobación del papa Clemente VlII, "6 que llegaría casi
hasta mediados de dicho siglo en que toma un nuevo auge,127 cristalizado

!D Sobre judaizantes en el Nuevo Mundo ver Castañeda Delgado, P., y Hernán-


dez Aparicio, P .. La Inquisición de Lima, Tomo j (1570-1635), Madrid, 1989, v. 1,
pp. 417A23; Birckel, M .. '"La Inquisición en América", en Historia 16, Madrid, extra
1 (1976), pp. 150-153; Liebman, Seymur B., Réquiem por los olvidados: /osjudíos
españoles en América, 1493-1825, Madrid. 1984; también la tendenciosa obra de Le-
win, B. La Inquisición en Hijpanoamérica (judios, protestantes y patriota.}), Buenos
Aires. 1967.
124 Una mayoría de los emigrantes judíos al Nuevo Mundo, y concretamente a
Nueva España, procedía de Portugal, de donde habían salido cuando el rey Felipe 11
anexionó aquel reino al de España. Sobre judaizantes portugueses, Caro Baroja, l,
Losjudios en la España moderna y contemporánea, Madrid, 1986, pp. 474-480.
125 La culminación en el siglo XVI de la actuación del Santo Oficio mexicano la
marca el auto de fe del día 8 de diciembre de 1596, en el que salieron un total de 44
judaizantes de los que nueve fueron relajados en persona (varios de ellos pertenecien-
tes a la familia Carvajal); dos difuntos relajados en estatua y condenada su memoria
y fama; ocho relajados en estatua por ausentes fugitivos; venticinco reconciliados, y
dos encubridores de herejes condenados por el delito de fautoda. A.H.N., Inquisi-
ción, lib. 1064, tI 184-209v. En dichos folios obra la "Relacion del auto publico de
la fe que se celebró en México, segundo Domingo de adviento del año de mil y qui-
nientos y noventa y seis en la plaza mayor y casas del ayuntamiento".
126 No obstante ello, la Suprema, por carta de 29 de octubre de 1621, ordena que,
a la vista de los muchos portugueses, judaizantes que pasan al Nuevo Mundo, se dé
noticia a la Inquisición de Lisboa para que por ésta se envíe memoria de de personas
fugitivas, con señas y testificaciones que hubieren contra ellas. A.H.N., Inquisición,
Correspondencia del Consejo, lib. 353, f. 148.
127 Muestra de ello es la publicación siguiente fechada en el año 1650: "Tratado
del mas verdadero cosyimiento, y modo de yircunsyion o retajacion y diferencias de
Ritos y seremonias que en esto tienen los judios, puesto en theorica y practica de yi~

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36 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

en la represión de la llamada "gran complicidad".I28 Más tarde, debido


fundamentalmente a que ya no existían apenas practicantes de la religión
de Moisés, son raros los procedimientos seguidos contra judaizantes. '29 Si
embargo, es de resaltar que la gran mayoría de los herejes condenados a
la hoguera, en persona o en estatua, por el tribunal mexicano a lo largo de
su existencia, eran judaizantes, condición que también ostentaba el último
de los condenados a dicha pena, ya hacia finales del siglo XVIL 130

3. Mahometismo

La religión de Mahoma que tanta importancia tuvo y a tan elevado nú-


mero de procedimientos dio lugar en la Inquisición peninsular, apenas
tuvo incidencia en la estadística del tribunal de México, siendo, por ello,
escasos los proceso instruidos por tal delito, del que aparecen como auto-

rujia para que los ¡;irujanos del Santo Offício puedan declarar con verdad ante los se-
ñores Inquisidores y Tribunal Santo de la lnquisicion. Dirigido al Ilmo. y Rmo. Sr.
Don Diego de Arze y Reinoso, Obispo de Plazencia, Inquisidor General de España y
señores del consejo de su Mag.a de la Sta. Gral. Inquisicion. Compuesto por el maes-
tro Juan de Correa cirujano de las carceles secretas del Sto Offo. de la Inquisicion de
la muy noble y muy leal ciudad de Mexico. Ministro de la cathedra de anothomia.
Vezino y natural de diccha ciudad. Año de 1650." La obra consta de una introduc-
ción y dos capítulos. A.H.N., Inquisición, Correspondencia de México, lib. 1055, ff.
331-360v.
128 A partir del año 1646 hubo en México tres autos de fe particulares y uno gene-
ral, celebrado el día 11 de abril de 1649, y en ellos la mayor parte de los reos eranju-
daizantes, de los que fueron relajados en persona un total de doce. Más tarde, en el
auto de 1659, fueron relajados en persona otros dos.
129 De los treinta y nueve reos que he encontrado que relajados en persona a lo
largo de la existencia del tribunal mexicano, veintinueve de ellos eran judaizantes.
lo que supone las tres cuartas partes de los condenados a la última pena. Con los con-
denados a relajación en estatua, sean ausentes fugitivos o fullecidos, el porcentaje es
mucho mayor, pues casi el cien por cien de las estatuas sacadas a quemar en los autos
de fe cOlTespondían a judaizantes. El número de relajaciones ha sido extraído de las
relaciones de causas de fe, procesos de fe y correspondencia existentes en el Archivo
Histórico Nacional, así como documentacion del Archivo General de la Nación de
México y la obra de Toribio Medina sobre el tribunal mexicano.
130 Se trataba del francés Fernando de Medina, alias Alberto Moisen Gómez, con-
denado a relajación en persona por hereje judaizante protervo, que compareció en el
auto de fe celebrado el 14 de junio de 1699. Carta del inquisidor Deza y Vilo. de 8
de marzo de 1700. A.H.N., Inquisición, leg. 1733, doc. núm. 16.

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 37

res moriscos venidos de España, lJl algunos de ellos en calidad de sirvien-


tes" 2 o, más excepcionalmente, personal residente en las Filipinas hasta
donde, a través de Asia, había llegado ellslam,m
Las penas impuestas a los practicantes de la religión de Mahoma nunca
llegaron a alcanzar la severidad de las impuestas a los judíos, siguiendo
con ello la tónica habitual de los tribunales españoles; lJ4 aparece siempre
en estos procesos una cierta esperanza en la auténtica conversión de los

131 Así, María Ruiz, morisca, nacida en Albalot, pueblo de la Alpujarra granadi-
na, vecina de México y casada con Rodrigo Deza. Esta mujer se presentó, espontá-
neamente, ante el tribunal manifestando haber observado en España la ley de Maho-
ma desde que tuvo uso de razón hasta los ven ti ocho años. Por sentencia, pronunciada
el 4 de abril de 1596, fue admitida a reconciliación secreta y condenada a confisca-
ción de bienes, que se redujo a 200 pesos de oro común, y a que las tres Pascuas del
año confesase y comulgase todos los días de su vida, y fuese los domingos y días de
fiesta a oír misa a la iglesia que tuviese más cerca de su casa y que~ por un año, todas
las semanas acudiese a una persona religiosa que se le señaló para que la enterase y
confirmase en las cosas de la fe católica. No se procedió al secuestro de bienes ni a
ordenar prisión para evitar que el marido, hombre noble y bien nacido, tuviera noticia
del asunto, por lo que se le impusieron los 200 pesos como pena pecuniaria, que era,
al parecer, todo el caudal que poseía María Ruiz. A.H.N., Inquisición, lib. 1064, ff.
213v-214.
1]2 Causa contra Cristóbal de la Cruz, natural de Argel, esclavo de Pantaleón Fer-
nández con residencia en Veracruz, de oficios pastelero y cocinero, de 51 o 52 años
de edad. Se denunció espontáneamente ante el Santo Oficio sobre dudas en la fe, re-
lacionadas con el mahometismo y de haber apostatado. Ya había sido penitenciado
por los tribunales de Barcelona y Sevilla. Los inquisidores mexicanos lo sentenciaron
a relajación en auto público. No obstante por intervención de la Suprema fue reconci-
liado y enviado a un monasterio en 1663. El proceso obra en A.H.N., Inquisición,
leg. 1729, doc. núm. 10; también hay datos sobre dicho proceso en la relación de
Causas de Fe. A.H.N., Inquisición, lib. 1067, f. 307. Sobre este proceso se tratará en
el apartado sobre la suspensión o conmutación del capítulo de la pena de relajación.
1]] Por ejemplo, Alejo de Castro, mestizo, nacido en Tidol, en el Maluco (isla de

Terrenate), vecino de Manila, de ochenta años de edad, de oficio soldado, casado con
Inés de Lima -india Bengala-. El padre de Alejo de Castro era gallego y su "madre
mora de nación, aunque cristiana". El reo, además de ser tenido por moro, se dedica-
ba a prácticas supersticiosas. Fue condenado a comparecer en auto en forma de peni-
tente con vela verde en las manos, a abjurar de /evi, destierro perpetuo, preciso, de to-
das las islas Filipinas, y en que sirviese en un convento de religiosos de la ciudad de
México, mientras viviere, dada su mucha edad. para ser enseñado en las cosas de la
fe católica. Garda, G., Documentos inéditos... , cit., pp. 215-216.
134 Sobre el tratamiento benigno a los moriscos: Lea, H. c., Historia de la inqui-
sición española, v. 11, Madrid 1983, pp. 722-723; Martínez Millán, J., "Las fuentes

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38 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

reos, por lo que a menudo en la sentencia se solía incluir la estancia tem-


poral en un monasterio, o la entrega del reo al cuidado de un religioso
para su instrucción en la religión católica, aunque no por ello se dejara
de aplicar "el peso de la Ley" a los reincidentes. l35 Con independencia de
ello, las Leyes de Indias disponían, expresamente, que los moriscos y ber-
beriscos fueran expulsados del Nuevo Mundo. 136

4. Sectas místicas

Los alumbrados o dejados 137 también fueron objeto del celo de los in-
quisidores mexicanos a lo largo de su historia, si bien su número no es
abundante,138 y en muchas ocasiones las supuestas revelaciones o arreba-

impresas", en 1. Pérez Villanueva y B. Escandell Bonet (diT.), Historia de la Inquisi-


ción en España y América, v. 1, Madrid, 1984, p. 163; Vilar, Juan B., Los moriscos
del reino de Murcia y Obispado de Orihuela, Murcia, 1992, p. 61; Benítez Sánchez-
Blanco, R., "Carlos V y los moriscos granadinos", en J. Pérez Villanueva y B. Escan-
den Bonet (diT.), Historia de la Inquisición en España y América, v. 1, Madrid, 1984,
p.477.
135 Así, María Magdalena, berberisca, fue condenada a ser relajada en estatua por
relapsa en el mahometismo, toda vez que con anterioridad había sido reconciliada
por la Inquisición de Córdoba por dicho delito. Su efigie, pues había fallecido en las
cárceles secretas, compareció en el auto de fe de 29 de marzo de 1648. Sus huesos
que, a tal efecto se desenterraron, fueron quemados. Medina, J. T., Historia del Tri-
bunal..., cit.• p. 183.
136 Recopilación de leyes de los Reynos de las Indias, 7. 5. 29: "Con grande dili-
gencia inquieran, y procuren saber los Virreyes, Audiencias, Govemadores, y [usti-
cias, qué esclavos, ó esclavas Berberiscos, ó libres, nuevamente convertidos de Mo-
ros, é hijos de ludios, residen en las Indias, y en qualquier parte, y echen de ellas á
los que hallaren, enviandolos á estos Reynos en los primeros Navios, que vengan, y
en ningun caso queden en aquellas Provincias,"
137 La esencia de estas doctrinas fue, certeramente, defmida por Menéndez y Pe-
layo: "Bastoles a los alumbrados y quietistas la idea de la contemplación pura, en
que, perdiendo el alma su individualidad, abismándose en la infinita esencia, aniqui-
lándose, por decirlo así, llega a tal estado de perfección e irresponsabilidad, que el
pecado cometido entonces no es pecado.", Menéndez y Pelayo, M., Historia de los
heterodoxos españoles, Madrid, 1987, lib. 5, c. 1, t. n, p. 143.
138 En relación con los alumbrados y la Inquisición mexicana ver Huerga, A.,
"Procesos contra alumbrados en el Archivo general de la Nación (México)", en J. Pé-
rez Villanueva (dir.), La Inquisición española, nueva visión, nuevos horizontes, Ma-
drid, 1980, pp. 503-509.

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 39

tos místicos no eran otra cosa que encubrimientos de supercherías o de


debilidades humanas que nada tenían que ver con esta secta,IJ9 tan ligada
a la ciudad de Llerena,'40 ni mucho menos con la religión. Por lo cual el
tribunal mexicano incluyó a todos los pertenecientes a ellas bajo el nom-
bre primero por el que fueron conocidas, el de "alumbrados",'41 sin hacer
demasiados distingos sobre si la doctrina tenía como fuente al quietista
Molinos' 42 o a otro. Casi siempre, se trataba de una o varias personas que
eran objeto de tales raptos y que estaban apoyadas por algún religioso, en
raras ocasiones de buena fe, en calidad de patrocinador y propagador. 143

139 "Avra cinco años que en este Sancto Oflicio se dio noticia de que en la Ciu-
dad de la Puebla de los Angeles se usava un lenguaje que parescia de alumbrados en-
tre ciertas personas religiosas, ecclesiasticas y seculares por decirse entre ellas, al tra-
to de fulano o fulana es solo exterior y el otro es interior, fulano, o fulana esta en
mantillas o en pañales o dentro o fuera o esta entro los Seraphines, y otras cosas se-
mejantes, del origen dellas nacio de Juan Plata c\erigo natural de la villa de Yebenes
junto a la ciudad de Toledo, capellan y confesor de las monjas de sancta Catalina de
Sena de la dicha Ciudad de la Puebla, y de Agustina de Sancta Clara religiosa en el,
los quales tienen opinion de sanctos, y de la dicha Agustina de sancta Clara se decia
había visto la esencia divina y que tenia revelaciones, y as si yban a saber della cosas
por venir y decia que las sabia por reveIacion.. (Y una vez comenzados los procedi-
mientos el Tribunal seguía informando).. por las confessiones de ambos consta ser
todo carnalidad y embustes de la Agustina de sancta Clara con que hizo que el dicho
Juan Plata creyese que era sancta dandoJe a entender que Dios le habia dado la inteli-
gencia de todas las sciencias y que savia las cosas por venir, con lo qual con ser hom-
bre que ha estudiado le hizo caer en muchos y graves delictos de seys años a esta par-
te pues no tenia por pecado el tener con ella osculos, tactos deshonestos y poluciones
en el locutorio, reja de la Iglesia, confesonario, celebrando cada dia sin confesarse
dellos, diciendole la dicha Agustina de sancta Clara que aunque se daban el cuerpo
savia por rebelacion de Dios que tenian tanta fortaleza entrambos que... ", A.H.N.,
Inquisición, lib. 1049. tI 286-286v y 291. Carta a la Suprema de noviembre de 1598
firmada por el inquisidor Alonso de Peralta.
140 Sobre la doctrina de los alumbrados en general, y los alumbrados de Llerena
en particular, Menéndez Pelayo, M., Historia de los heterodoxos... , cit., lib. 5, c. 1,
pp. 143-177.
141 Sobre el origen de la palabra "alumbrados" ver Menéndez Pelayo, M., Histo-
ria de los heterodoxos... , cit., lib. 5, c. 1,1. 2, p. 149.
142 Desde el útirno cuarto del siglo XVII en adelante no he encontrado nigún procedi-
miento que haga referencia concreta a las doctrinas del autor de la "Guía Espiritual".
143 En el año 1601 se condenó al clérigo Juan Plata, capellán del convento de
Santa Catalina de Sena de la ciudad de Puebla de los Ángeles, a Agustina de Santa

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40 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

La penas impuestas, además de la concurrencia, siempre, al auto de fe


por la ejemplaridad que se le quería dar al castigo, como contrapartida a
la gran trascendencia social que siempre tuvieron las actuaciones de éstos
a los que el tribunal consideraba seudomísticos, dependían, al igual que
en resto de los delitos, de la condición del reo, según tuviera o no estado
religioso, así como del sexo, edad, etcétera, aunque tenían un denomina-
dor común: el destierro del lugar de comisión del delito y la prohibición
de volver a hablar de los supuestos prodigios y revelaciones.'44

Clara, monja de dicho convento y a la beata Mariana de San Miguel. En los tres casos
se habían usado de engaños y fingido revelaciones por parte de los reos. Juan Plata
escapó de las galeras por flaqueza y enfennedad. pero no de la reclusión perpetua.
A.H.N., Inquisición, lib. 1064, ff. 232-240, el proceso, con 391 folios, en A.G.N., Ín-
dice de Inquisición, t. 180, núm. l. Posterionnente, en el año 1649, ingresaron en las
cárceles secretas otro grupo de alumbrados compuesto por las hermanas Josefa, Tere-
sa de Jesús, Nicolasa y María de la Encamación Romero, el esposo de esta última
Diego Pinto Bravo, y el "director espiritual" de todos ellos, el clérigo José Bruñón de
Vertiz, relajado en estatua en el auto de fe de 19 de noviembre de 1659, pues había
muerto en la cárcel después de una larga prisión. A.H.N., Inquisición, lib. 1065, ff.
400v-419v.
A finales de! siglo XVIII el tribunal de México instruyó una causa contra sor
María Micaela de San José, religiosa del convento de la Santísima Trinidad de Pue-
bla por ilusa, afectadora de santidad, sospechosa vehemente en la fe y alumbrada.
Fue denunciada junto con su director espiritual, e! clérigo José María Estevez, que
actuaba de propagador.
144 Así, al clérigo Juan Plata, que compareció en el auto de fe de 25 de marzo de
1601, además de otras penas que le fueron impuestas, aparecen el destierro de Méxi-
co y de Puebla, lugar dode cometió el delito, y la prohibición de que "trate de revela-
ciones, ni de las demás cosas que ha sido testificado". AHN, Inquisición, lib. 1064, f
239v; del mismo modo, a Agustina de Santa Clara, monja profesa de Convento de
Santa Catalina de Sena relacionada con el clérigo Juan Plata al punto que incluso
compareció en el mismo auto de fe de 1601, se le imponen, junto con otras penas
bastante rigurosas, la prohibición de volver a residir en el convento de Santa Catalina
y la de que "no trate ni por escrito ni de palabra de revelaciones, ni de las demás co-
sas de que ha sido testificada y acusada", A.H.N. Inquisición. lib. 1064, ff. 242-242v,
su proceso, que abarca 229 folios, en A.O.N., Índice de Inquisición, t. 180, núm. 2;
del mismo modo, medio siglo más tarde, en el auto de fe de 26 de octubre de 1656
fue sacada Teresa de Jesús Romero -miembro de grupo de Bruñón de Vertiz a que
en la nota anterior se ha hecho referencia- a la que, además de otras penas, le fueron
impuestas la de destierro, la prohibición de comunicarse con personas que antes se
había comunicado en cuanto sus revelaciones y raptos y la prohibición de uso del
nombre de Teresa de Jesús. A.H.N., Inquisición, lib. 1065, f. 446.

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 41

5. Celebración de sacramentos por no ordenados

En este tipo de delito incluyo, siguiendo a la doctrina de la época, tanto


a los que celebraban misas como a los que administraban sacramentos,
sin tener las órdenes o facultades requeridas para ello. Estas conductas
fueron bastante corrientes en el distrito mexicano, y estuvieron propicia-
das por la lejanía y el aislamiento de la Colonia, la falta de clérigos, asi
como el temor reverencial del que siempre han estado rodeados éstos a
los ojos del pueblo, lo que hacía que cualquier desaprensivo con unas li-
geras nociones de latín y algún conocimiento de la liturgia fuera bien aco-
gido y respetado por las comunidades de españoles e indios. Por otro
lado, hay que decir en relación con los motivos alegados por los reos,
que casi siempre fueron económicos, de prestigio social, vergüenza, et-
cétera, 145
Respecto de la pena impuesta por estos delitos, es preciso señalar que
solamente en una ocasión se aplicó la pena de relajación a la justicia bra-
zo seglar, prevista en la Constitución de Clemente VIII. l46 En los demás
casos, cuando se probaba mal sentimiento hacia los sacramentos o a la santa
misa, la pena era arbitraria y consistía en galeras -de las que no se libra-
ban los clérigos de grados menores- además de azotes, o, en su caso,
destierro -si era persona honesta-, y otras penitencias espirituales. 147

145 Así, cuando el fraile agustino Juan Cabello fue examinado acerca de la inten-
ción, alegó haber dicho misa "por ceguera de vanidad" y por no querer ser cogido en
una mentira, ya que había manifestado ser sacerdote. A.H.N., Inquisición, lib. 1066,
f. 89v; fray Pedro Muñoz, procesado en 1584, manifestó que había dicho misa con el
fin de "valerse de algun dinero y comida", Este religioso fue de nuevo procesado por
el mismo delito y no se le aplicó la Constitución de Clemente Vl1l sobre los cele-
brantes sin órdenes, por haber cometido los delitos con anterioridad a su publicación.
No obstante fue condenado a diez años de galeras en el año 1606. A.H.N., Inquisi-
ción, lib. 1064, f. 418v; fray Ginés de Ludena, agustino profeso, ordenado de subdiá-
cono, alegó "liviandad y presuncion de que le tuvieran como sacerdote", A.H.N., In-
quisición, lib, 1066, f. 499.
146 Fue en el proceso instruido contra el mulato Fernando Rodríguez de Castro,
relajado en persona, en el auto de fe de 26 de febrero de 1606, por aplicación de la
Constitución de Clemente VIII, de la que se tratará en la parte dedicada a la pena de
relajación. A.H.N., Inquisición. lib. 1064, f. 416.
147 En algún caso, como en el de fray Alonso Sote lo. religioso franciscano, el reo
escapó de la relajación en persona porque el tribunal apreció las circunstancias ate-

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42 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

Es de resaltar que estas penas eran las mismas que se aplicaban con ante-
rioridad a la aplicación del breve de Clemente VIII.

6. Solicitación 148

La masiva afluencia de religiosos al Nuevo Mundo, las condiciones es-


peciales de vida, la pennisividad de los indígenas en materia sexual y el
ascendiente que sobre la población tenían los clérigos, unido todo ello a
las "oportunidades" de aislamiento y secreto de que está rodeado el sacra-
mento de la penitencia, dieron lugar a que desde un primer momento el
tribunal mexicano se viera obligado a proceder contra aquellos que lo uti-
lizaban para requerir a sus hijas o hijos de confesión a actos torpes,l49 con

nuantes de ser menor de edad -tenía 22 años-, y que tenía poca capacidad y enten-
dimiento y así era tenido en su orden, por lo que no se le aplicó la constitución sobre
celebrantes sin órdenes. Oyó su sentencia con méritos en el auto de fe de 18 de marzo
de 1607, donde compareció en forma de penitente con vela y soga, abjuró de vehe-
menti, fue desterrado a perpetuidad de las Indias, suspendido de sus órdenes, diez
años de galeras al remo y sin sueldo y doscientos azotes. A.H.N., Inquisición, lib.
1064, f. 425.
148 Sobre este delito ver el riguroso y documentado trabajo del profesor Alejandre
García, J. A., El veneno de Dios. La Inquisición de Sevilla ante el delito de solicita-
ción en la confesión, Madrid, 1994; también Sarrión Mora, A., Sexualidad y co,,:fe-
sión. La solictación ante el Tribunal del Santo Oficio (siglos XVI-XX), Madrid,
1994.
149 Cuando el sujeto pasivo del delito de solicitación era un hombre se actuaba
contra él mediante el mismo procedimiento, a tenor de lo ordenado en una instruc-
ción de la Suprema, dada en Valladolid y remitida al tribunal de México por carta de
29 de mayo de 1604, "... Ase visto lo que decis que diversas veces an venido a ese
Santo Oficio algunos a testiticar contra religiosos que en el acto de la confesion
los an solicitado con osculos i tocamientos para cometer el pecado nefando y que los
aveys despedido sin dalles a entender no os toca el cognocimiento desto y pedis se os
ordene lo que debais hacer, y consultado con el señor Inquisidor General a parecido
procedais en este delito como y en la forma que cognosceis de los que solicitan a sus
hijas de penitencia en el acto de la confesion... ", A.H.N., Inquisición. Corresponden-
cia del Consejo, lib. 352, tI. 297v-298. Esta Instrucción respondía a una carta de los
inquisidores Alonso de Peralta y Gutierre Bernardo de Quirós, remitida en agosto de
1603, en la que exponían: "Algunas veces se han venido personas en diferentes tiem-
pos a dar noticia a este santo atTo. en orden de testificación de algunos religiosos que
confesandose con ellos los han solicitado en el acto de la confesion con tocamientos
deshonestos y osculos y los han llevado a sus celdas para cometer el pecado nefando
(a lo que presumieron). Emos los despedido por el mejor orden que se ha podido sin

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 43

evidente desprecio del sacramento,'SO circunstancia esta que era la que


hacía que los hechos tuvieran ese "sabor a herejía" que legitimaba la ac-
tuación del Santo Oficio.'SI Si bien hay que entender que en la mayoría
de las ocasiones lo que efectivamente se castigaba era la flaqueza de la
carne, pues se entendía que era la concupiscencia y no el mal sentimiento
hacia el sacramento lo que daba lugar a estos delitos, lo que hacía que se
considerara como una atenuante.

darles a entender que no sea de aea el cO'1ocimiento de este delito, mandando les que
no buelban a confesarse con ellos. Suplicamos a v. a S.'l se sirva considerar la grave-
dad de esta causa y proveer a ella lo que mas convenga". A.H.N., Inquisición, Co-
rrespondencia de México, lib. 1049, f. 571. Es de reseñar que el tribunal de México,
en algún caso, ya había seguido procedimiento por delito de solicitación, al que lo
hacía con sus hijos de confesión. Así, fray Camelia de Bie, agustino natural de La
Haya, prior de un pueblo de indios del Arzobispado de México, fue condenado por
mantener relaciones con sus hijas espirituales a las que solicitaba durante la adminis-
tración del sacramento de la penitencia --aunque la prueba era muy débil~, así
como, según su propia confesión en el proceso, porque "Algunas veces confesando
muchachos indios en diversos actos y pueblos toco sus verguenzas con yntento de al-
guna sensualidad y deleyte... ". Fue condenado a abjurar de levi, privación perpetua
de la administración del sacramento de la penitencia y a que, los viernes del primer
año, ayunara a pan yagua y se le diera una disciplina. A.H.N., Inquisición, lib. 1066,
tI417v-418.
150 El inquisidor general, por carta de 12 de marzo de 1621 yen respuesta a una
consulta efectuada por el tribunal mexicano en carta de 29 de septiembre de 1620,
dispone que se ha de proceder contra solicitantes: 1°. Cuando los confesores soliciten
a sus hijas de confesión después de haberla comenzado y antes de acabarla, sin dejar-
las pasar adelante ni absolverlas; 2°. Contra los delitos próximamente cometidos al
acto de la confesión, antes de comenzarla o después de acabarla, en este último caso
cuando las solicitan para que sean alcahuetas o terceras de otras; 3°. Cuando hincadas
de rodillas las penitentes para confesar las solicitan antes de persignarse, sin dejarlas
confesar seguidamente. Se recomienda, en todos los casos, rapidez a la hora' de reci-
bir las testificaciones. Asimismo, en los casos en que los confesores tengan continuo
trato carnal con sus hijas de confesión, se ponga a estas en custodia por un tiempo.
A.H.N., Inquisición, lib. 353. f. 143v.
151 La competencia de la Inquisición para conocer de este delito se fundamenta en
el breve del papa Pío IV Cum sicut nuper, de fecha 16 de abril de 1561, dictado por
la Santa Sede a instancias del inquisidor general Valdés. En un principio. se excluían
de la jurisdicción inquisitorial a los miembros del clero regular, cuando el superior
hubiera iniciado actuaciones judiciales respecto el religioso solicitante. Sin embargo,
en virtud de un decreto de Clemente VIII de 1592, se atribuyó a la Inquisición la
competencia, exclusiva y excluy~nte, para la condena de este delito, con inde-
pendencia de que su autor perteneciera al clero secular o regular.

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44 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICiÓN

El número de procesos por solicitación es bastante alto, si se considera


el promedio de los tribunales de la metrópoli,1 52 si bien, por cuestiones de
política eclesiástica, para evitar los perjuicios que estos delitos acarrea-
rían a la Iglesia,l53 la publicidad de los procedimientos, así como de las
sentencias, estaban muy limitadas,l54 práctica ésta común al resto de los
tribunales españoles avalada por la doctrina,lS5 por lo que el enjuicia-
miento y castigo de estos delitos eludía el principio quia in Deum oppro-
bia dissimulare nOI1 debemus. 156 De esta manera, el Consejo de la Supre-
ma ordena al recién constituido tribunal de México, "disimular" estos
delitos cuando se hubieran cometido con anterioridad a la publicación del
edicto de fe que a ellos hacía referencia. l57 El fundamento de tal oculta-

152 En un estudio comparativo realizado por Solange Alberro en el periodo 1571-


1700, sobre la distribución de los procesos según los delitos en España y Nueva Es-
paña, aparece siempre un porcentaje muy superior de delitos de solicitación despa-
chados por el tribunal mexicano a los instruidos por lo mismo en España. Por lo que
a México se refiere, utiliza tres fuentes distintas (el Índice de Inquisición del Archivo
General de la Nación, el fondo Riva Palacio y el Abecedario de Relaxados, Reconci-
liados y Penitenciados de Henry H. Lea), para España se vale de la obra de Gustav
Henningsen, El banco de datos del Santo Oficio, publicada en el Boletín de la Real
Academia de la Historia, Madrid, 1977. Alberro, S., Inquisición y sociedad... , cit.,
p.207.
153 Lo que se trataba de prevenir era que este delito fuera utilizado como argu-
mento en contra, por los herejes opuestos a la confesión auricular. Gacto Fernández,
E., Aproximación al derecho penal. .. . cit., P 191.
154 En relación con el pricipio de publicidad mínima que imperaba en la tramita-
ción de procedimientos por este delito, es indicativa la instrucción que, por carta de
fecha 30 de octubre de 1621, da la Suprema al tribunal de México para cuando no
haya consultores eclesiásticos en las causas de solicitantes, ordenando que no se re-
quiera el parecer de consultores seglares, sino que las despachen solos los inquisido-
res. A.H.N., Inquisición. lib. 353, f. 148.
155 En este sentido. con un resumen de la doctrina sobre la materia y autores, ver
Alberguini, l, Manuale Qua/tlicatorum Sanctae Inquisitianis in quo omina quae ad
i/lud Tribunal ac Haeresum censuram pertinet, brevi modo adducuntur, Colonia,
1740.c.31,2,pp.181-186.
156 Rojas, J., Singularia iuris in favarem jidei, haeresisque detestationem. tracta-
tus de haereticis, cum quinquaginta Analyticis assertianibus. El privilegiis lnquisito-
rum, Venecia 1583, sing. 51, núm. 3, p. 51.
157 La Suprema, por carta de 4 de julio de 1580, ordena a los inquisidores mexica-
nos que "si hubiere testificacion contra algun confesor o confesores de ayer solicitado
a actos torpes sus hijas de penitencia en el acto de la confesion o proximamente a el
antes de la publicacion del Edicto disimulen con ellos, .. ", La carta es la respuesta a

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 45

ción de las debilidades de los clérigos era, principalmente, el evitar es-


pantar a los fieles del sacramento de la confesión.
Las penas para los clérigos solicitantes ad turpia, regulares en su gran
mayoría, fueron aplicadas conforme al estilo del Santo Oficio que hizo
suyas las previstas en el breve del papa Clemente VIII,'58 a saber: reclu-

la consulta efectuada por el inquisidor Bonilla, relativa a las instrucciones sobre disi-
mular la solicitación, salvo caso de que fuera el autor de los hechos el que confesara
y aún así había que examinarlo sobre la intención. A.H.N., Inquisición, Correspon-
dencia del Consejo, lib. 352. ff. 132-132v.
15K Sobre las penas impuestas por este delito vid. Alejandre, 1. A., El veneno de
Dios. cil .. pp. 2(JO-2IO.
Es muy interesante la "Instrucción" para causas de solicitación remitida por la
Suprema a la Inquisición de México, de fecha 19 de abril de 1577. Se titula "Instruc-
ción del orden que han de lener los Inquisidores de México en los negocios que se
ofrecieren tocantes a los cOI?!e.'Wres que en el acto de la confesión solicitan a sus hi-
jas de penitencia para actos IUfpes". Consta de siete capítulos en los que de una tor-
ma extractada se contemplan todos los aspectos del proceso: l." Información previa;
2.° Calidad de los testigos; 3." Prisión y declaraciones del reo en las que habrá de ser
examinado acerca de la intención. 4. FOlmalidades para dictar y notificar la senten-
U

cia; 5." Penas a imponer: "Las penas que a los tales delinquentes se acostumbran a
imponer suelen ser arbitrarias conforme a la calidad de los delitos gravedad o fre-
cuencia dellos el otras circunstancias que pueden mover a usar de rigor! o misericor-
dia advertiendo que en qualquier evento los tales reos an de abjurar levi y ser
privados perpetuamente de la administracion del sacramento de la penitencia. Y
quanto a los demas sacramentos y predicar sera arbitrario y tambíen el destierro o re-
c1usion que se les deviere ymponer de los lugares donde cometieron los delitos con
algunas leguas alderredor."; 6.° Especialidades en las penas para los religiosos: "A
los religiosos se les podran dar disciplinas los capitulo s de sus monasterios tornando-
les a leer sus sentencias por un Notario del secreto en presencia del convento y tan
grave podria ser la culpa que se les diere tambien disciplina en la sala quando en ella
se pronuncia su sentencia en presencia de los religiosos y cJerigos que alli asistieren
condenandolos en otras penitencias como son reclusion fuera de donde delinquieron
y suspension I o privacion de sus ordenes y de boz activa y pasiva I y que sean ulti-
mos en el coro y refitorio y hagan penitencia de culpa grave disciplinas y oraciones
arbitrando todo para imponer mas I o menos penitencias teniendo consideracion con
la calidad y gravedad de sus delitos y dernas circunstancias referidas en el capitulo
anterior."; 7.u Especialidades en las penas si se trata de clérigos: "A los c1erigos se
podran poner dernas de las penas generales arriba dichas de privacion y destierrol
otras de reclusion I o privacion I o suspension de oficios y beneficios I o penas pecu-
niarias disciplinas secretas ayunos y oraciones con las advertencias y consideraciones
referidas... ,". Concluye la "Instrucción" con una exhortación muy apropiada al cui-
dado que se tenín con este tipo de delitos: " ... y sobre todo se encarga las conciencias

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46 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICiÓN

sión, destierro del lugar de la comisión del delito, abjuración de levi, lec-
tura de sentencia con méritos, suspensión de todas las órdenes, privación,
administración del sacramento de la penitencia a hombres y mujeres, pri-
vación de voz activa y pasiva, ser el último en el coro y en el refectorio
--estas dos últimas para clérigos regulares-, y otras más de tipo espiri-
tuaL Además a los clérigos seculares, si era posible porque tenían bienes,
se les imponían penitencias de tipo pecuniario, cuyo importe se dedicaba,
a tenor de lo expresado en la sentencia, para gastos del Santo Oficio,
En lo que al cumplimiento de las penas respecta, hay que resaltar que
en muchas ocasiones los conocimientos que los clérigos tenían de los
idiomas nativos -los llamados "Ienguas"- daban lugar a que no resul-
taran aquéllas ejecutad,as en su totalidad, y que fueran sus mismos su-
periores los que, por razones de política evangelizadora, solicitaran del
Santo Oficio la extinción de la responsabilidad penal y posterior rehabili-
tación del reo, a fin de que pudiera colaborar en la tarea de predicar el
Evangelio,'59 si bien, antes de iniciar Jos trámites para elJo se aseguraban
de su arrepentimiento, Esta especie de indulto era concedida por la Supre-
ma con algunas condiciones y, siempre, con el previo informe favorable
del tribunal de México,l6O

a los dichos Inquisidores para que con mucho tiento y consideración procedan y arbi-
tren estas causas ... ". A.H.N., lnquisic¡pn, Correspondencia del Consejo, lib. 352, ff.
109-110. La referida Instrucción obra en el Apéndice 11.
¡59 A este tenor hay una consulta, muy interesante, del tribunal de México a la
Suprema, realizada por carta de 4 de noviembre de 1581, en la que el inquisidor, li-
cenciado Bonilla, expone la posibilidad de que la pena de privación perpetua de ad-
ministración del Sacramento de la penitencia a los reos condenados por solicitación,
que tenía carácter ordinario, a tenor de la Instrucción sobre solicitantes, pase a ser
arbitraria en las Indias, quedando ajuicio del tribunal su aplicación. Todo ello a efec-
tos de no perjudicar la labor de evangelización al condenar a "ministros buenas len-
guas de los indios". Al propio tiempo pide que se aplique tal beneficio a Francisco de
León Carvajal. A.H.N., Inquisición, Correspondencia de México, lib. 1048, f. 92v.
160 Así, el Santo Oficio mexicano remite a la Suprema carta del provincial fran-
ciscano fray Gerónimo de Guzmán, de fecha 6 de noviembre de 1585, en la que soli-
cita les sean conmutadas las penas de privación de celebración de la misa a los frailes
de su orden, Juan de Sal daña y Francisco de Villalba, que habían sido condenados
como autores de un delito de solicitación, en 1585 y 1582, respectivamente, con base
en la falta de misioneros y a su arrepentimiento. Le fue concedida al segundo de
ellos. A.H.N., Inquisición, Correspondencia de México, lib. 1048, f. 188. En el año
1590 se eleva a la Suprema similar petición, avalada incluso por carta del obispo de

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 47
Es preciso señalar que el rigor de las sanciones, no excesivo en ningún
caso, sobre todo si se compara con las impuestas a los 'autores de otros
delitos de similar gravedad, era superior cuando el reo pertenecía al clero
regular que al secular, ya que, en el primer caso, cierto tipo de penas, así
como su ejecución (disciplina circular, privación voto activo y pasivo, ser
el último en el coro y en el refectorio, etcétera), sólo podían tener efecto
entre los regulares por vivir en conventos, y su ejecución quedaba al cui-
dado de la orden a la que pertenecía el reo, por la que se ponía especial
interés en que se cumplieran. 16'

7. Delitos relacionados con el sacramento del matrimonio

A. Bigamia

Este delito'62 constituyó siempre una constante en el tribunal mexica-


no, por el elevado número de procedimientos a que dio lugar,163 y por tra-

Yucatán, en relación con el presbítero Andrés Mexia, que había sido condenado ese
mismo año. El prelado se basa en que el beneficiado MexÍa es una de las mejores
"lenguas" del obispado, es viejo, pues tiene más de 50 años, está pobre y necesitado,
pues su casa se halla a trecientas leguas. Se acompañan abonos de otros clérigos. La
dispensa no le fue concedida. A.H.N" Inquisición, Correspondencia de México, lib.
1048, ff. 311-313. E1.26 de noviembre de 1592, el procurador general de los domini-
cos, a través del tribunal mexicano, solicita el perdón para fray Pedro de Cuéllar,
condenado por solicitante en 1577, pidiendo se le autorice confesar hombres y admi-
nistrar sacramentos. Acompaña a su petición informes de otros clérigos en abono de
Cuéllar.-Por la Suprema se le autorizó a confesar hombres. A.H.N., Inquisición, Co-
rrespondencia de México, lib. 1048, ff. 298-299. Mediante carta de 28 de marzo de
1594, se eleva petición relativa al p'resbítero Juan Femádez Guerrero, alegando que
tíene más de 70 años, es pobre y "lengua" de los indios de su beneficiado. Se alega,
además, que ha cumplido la pena, impuesta en 1585, con humildad y obediencia.
A.H,N., Inquisición, Correspondencia de México, lib. 1048, f 362.
161 A tenor del capítulo 6 de la Instrucción dada para el tribunal mexicano por la
Suprema para la tramitación de los delitos de solicitación, a los religiosos se les po-
drían dar disciplinas por el capítulo de su monasterio, donde se le volvería a leer la
sentencia por un notario del secreto. A.H.N., Inquisición, Correspondencia del Con-
sejo, lib. 352, f. 109v.
162 Sobre el tratamiento jurídico penal de este delito ver Gacto Fernández, E., "El
delito de bigamia y la Inquisición española", en F. Tomás y Valiente y otros, Sexo
barroco y otras transgresiones premodernas, Madrid, 1990, pp. 127-152.
163 De la abundancia de este tipo delictivo en la Nueva España ya da cuenta el in-
quisidor Moya de Contreras a poco de la instauración del Santo Oficio. Así, en una

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48 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

tarse de un tipo lO4 cuya comisión se registra desde el inicio hasta la extin-
ción del tribunal'65 debido, sobre todo, a las especiales condiciones de la
vida en la Nueva España derivadas de una inmigración ininterrumpida
de hombres, libertad de costumbres y la siempre presente circunstancia de
alejamiento de la metrópoli.106
En lo que a la justificación de la represión de este delito se refiere, hay
que añadir que, para la doctrina, además del mal sentimiento y desprecio
hacia los principios de monogamia e indisolubilidad del Sacramento, en

relación de causas de fe que remite a la Suprema, informa: "El delicta de casados dos
veces ha sido bien frequentado en esta tierra y assi se pudiera tambien embiar rela-
cion de veinte y quatro causas... ", A.H.N., Inquisición, lib. 1064, f. 17. Con la re-
lación de causas de fe del año 1676 los inquisidores Bonilla y Abalas, entre otras
cuestiones, informan a la Suprema que el delito que más se comete es el de bigamia,
culpando de ello a los ordinarios por rapidez y descuido en conceder las licencias de
matrimonio. A.H.N., Inquisición, lib. 1066. ff. 297-300v.
164 A efectos de evitar la tramitación de procedimientos de dificil prueba es inte-
resante la instrucción dictada por la Suprema por carta de 18 de mayo de 1623, en
respuesta a una consulta formulada por el tribunal mexicano en fecha 24 de mayo de
1619, por la que se ordena respecto de los bígamos que van a denunciarse voluntaria-
mente -sin que haya otra noticia o información- que se les mande apartarse de la
segunda mujer después de recibirles declaración. Luego, conforme a las señas que
diere, se harán diligencias con "todo recato y secreto" para verificar los dos matrimo-
nios, y acabadas, si se ve que el espontáneo continúa haciendo vida mari dable con la
segunda, se proceda y se castigue. A.H.N., Inquisición, Correspondencia del Consejo,
lib. 353, f. 163.
165 Una muestra de ello y de que era considerado por el tribunal mexicano como
de frecuente incidencia, es la solicitud que, en fecha 24 de diciembre de 1768, se ele-
va al Consejo de la Suprema para que dé el visto bueno a un formulario para instruc-
ción de procedimientos de bigamia por los comisarios y, al propio tiempo, ordene la
impresión de cien ejemplares de aquél "para evitar el mucho tiempo que se pierde en
sacar copias, no haviendolo ni aun para lo preciso por lo mucho que cada dia ocurre,
y pocos operarios que despachen... ", A.H.N., Inquisición, lego 1732, doc. 37. Se trata
de un fonnulario mediante el cual los comisarios podían, de una forma uniforme en
toda la demarcación mexicana, llevar a cabo la instrucción de un procedimiento por
bigamia hasta dejarlo prácticamente integrado. Comienza dando supuesto el manda-
miento de prisión del reo, con la entrega de éste al alcaide, y pasa por las sucesivas
diligencias -incluso nombramiento de curador- hasta la terminación de la fase pro-
batoda. Se encuentra informado marginalmente por el fiscal de la Suprema.
166 Alberro, S., Inquisición y sociedad... , cit., p. 181. La autora considera la biga-
mia como una circunstancia inseparable del proceso colonial.

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 49

línea con las corrientes luterana y calvinista,'67 suponía el que sus autores
aceptaban uno de los principios de la religión del islam.'os Por lo que, en
el caso de que el reo tuviera ascendencia mahometana, habría que presu-
mir la existencia de error en la creencia.
Las penas impuestas a los bígamos son: comparecencia en auto de fe,
con vela, soga, coroza, abjuración de levi, azotes, destierro, galeras al
remo y sin sueldo y confiscación de la mitad de los bienes, a las que, a lo
largo del siglo XVlII, se les irán añadiendo algunas penitencias de tipo
espiritual, como confesión general (de la que el confesor debía expedir el
oportuno certificado), confesión y comunión en las Pascuas del primer
año de la condena, rezo de una parte del Santo Rosario todos los sábados
del primer año, ,69 a la vez que la pena de galeras se sustituye por presidio.
Hay que entender que la doctrina, a la hora de la concreción de la pena,
admite una serie de presunciones tales como el error en el intelecto o la
fragilidad de la carne, que hacen variar la extensión de las penas. Respec-
to del vínculo, esto es, lo relativo a la validez o nulidad del matrimonio,
siempre se tiene especial cuidado de dar conocimiento aljuez eclesiástico
competente, mediante la remisión del oportuno testimonio de las actua-
CIOnes.

B. El matrimonio de religiosos

El matrimonio de religiosos puede considerarse una variante de la bi-


gamia, y con este delito lo ha relacionado siempre la doctrina,'7l) y la le-

167 Alberghini, J., Manuale quaIUicatorum .... núm. 12, p. 156.


168 Carena, c., Trae/atus de Qlficio Sanctissünae Inquisitionis, cit., p. 2, t. 5, 2,
núm. J 3, p. 95.
169 Entre otros, causas contra Sebastían Calderón, mulato, condenado por senten-
cia de 20 de enero de 1752. A.H.N., Inquisición, lego 1731, doc. 3; Francisco Ignacio
Con'al, español, sentencia de 16 de agosto de 1763, A.H.N., Inquisición, leg. 1730,
doc. 3; José Joaquín de Guevara, español, tejedor de angosto, por sentencia de 29 de
enero de 1771, A.H.N., Inquisición, leg. 1730, doc. 5. En todas las sentencias figura,
expresamente, la exigencia del certificado de la confesión general, expedido por el
sacerdote que la hubiere administrado.
170 " ... cum quo tamen non assentior in qualitate abiurationis, quia ipse loquitur
secundum consuetudinem S. Officii Hispaniae, secundum quarn contrahentes binas
nuptias abiurant tantumrnodo de levi, unde non mirum ibi, si isti monachi contrahen-
tes matrimoniulTI abiurant tantuITI de levi, curn puniantur poenis contrahentium binas

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50 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

gislación,l71 si bien los procesos de este tipo no abundan en la Inquisición


mexicana que nunca los "disimuló", como hemos dicho que hacía con la
solicitación que iba en descrédito del sacramento de la penitencia. En re-
lación con este tipo delictivo, un sector de la doctrina distinguía entre ma-
trimonio público y oculto. m Las penas a imponer consistían en suspen-
sión de las órdenes o privación de los beneficios que ostentara el reo,
según perteneciera al clero regular o secular, y reclusión en un monaste-
rio, atendiendo, como siempre, a la persona y calidad del delito. 173

nuptias... ", Carena, c., Tractatus de Officio Sanctissimae Inqujsitionis ... , cit., p. 2, t.
17, 3, núm. 10, p. 234.
171 García de Trasmiera, D., De polygamia el polyviria /ibri tres, Panhonni, 1638,
1. 3, quaest. 12, núm. 1-30, pp. 287-292. Entre otras cosas el autor considera que el
matrimonio de religiosos puede ser signo de luteranismo, pues expone que es una de
las enseñanzas de Lutero.
172 Simancas, 1., Theorice el praxis haereseos sive enchiridion iudicum violatae
religionis, Venecia, 1573, t. 12, núm. 1, p. 16.
173 Entre otros: Martín Ochaa de Salvatierra, profeso agustino, aunque expulsado
de dicha orden, natural de Salvatierra (Álava), que contrajo matrimonio en Atrisco
llevando infonnación falsa de soltería. Fue condenado a auto, vela, soga, abjuración
de /evi, y vuelto a entregar al prelado de la Orden de San Agustín para que en el con-
vento de México estuviera recluso tres años -el medio primero en la cárcel del mo-
nasterio y los viernes de él ayunara a pan y agua- y le dieran dos disciplinas en pú-
blico por todos los frailes, A.H.N., Inquisición, lib. 1064, f. 82v; fray Francisco de
Orozco, sacerdote religioso agustino, natural de Uclés (Cuenca). Con el nuevo nom-
bre de Gerónimo de Torres, se casó e hizo vida marital con doña Isabel de Valderra-
ma, en la provincia de Michoacán. Compareció en el auto de fe de 27 de febrero de
1606, pues había sido condenado a auto en forma de penitente con vela y coroza
blanca, a abjurar de vehementi, a reclusión perpetua en el convento donde tomó el há-
bito, donde sería el último en el coro, en el refectorio y en los demás actos de la co-
munidad, a privación de voz activa y pasiva, suspensión de todas sus órdenes y a
ayunar los viernes. A.H.N., Inquisición, lib. 1064, ff. 415-416; Francisco Enriquez de
Ribera, natural de Baza (Granada) que se había tomado el hábito de la orden premos-
tratense para escapar a la pena de muerte en rebeldía, que le había sido impuesta por
sacar a una monja de un convento de Granada. Pasó a Nueva España donde se casó
con una hija de un abogado de presos del Santo Oficio mexicano. Descubierto, se
presentó en el tribunal antes del comienzo de las actuaciones. Fue condenado a oír
misa en la capilla del Santo Oficio, en cuerpo sin cinto ni bonete, con vela de cera en
las manos, a abjurar de levi y destierro perpetuo de México diez leguas a la redonda,
y diez años precisos de la Nueva España, y que en ellos no pueda obtener dignidad ni
beneficio eclesiástico, ni celebrar sin dispensa del papa, y ayune los viernes del pri-
mer año. El tribunal dispuso que el reo fuera enviado urgentemente a España. No se

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 51

8. Blasfemia

A. Blasfemia propiamente dicha

Este es un tipo delictivo que, al igual que la bigamia, sirvió para nutrir
la estadística y justificar la existencia del tribunal mexicano en etapas en
las que apenas había procesos por delitos de herejía, o los llamados co-
múnmente "delitos religiosos mayores", pues en la práctica se mantiene
con la misma regularidad desde su institución hasta la extinción. Lo que
puede observarse es una variación en los sujetos activos del delito, según
el criterio mantenido en un detenminado momento por el tribunal, en rela-
ción con la realidad social o con las conveniencias político-religiosas. En
efecto, en un principio fueron sujetos activos de este delito los conquista-
dores españoles, siempre en mayor número hombres que mujeres; luego,
a principios del siglo XVII, hay una importante actuación en relación con
los esclavos, que por entonces comenzaban a ser llevados a la Colonia
procedentes de África en gran número; más tarde, a mediados del siglo
XVIII, los procedimientos por blasfemias se dirigen a menudo contra
miembros de los ejércitos, en su mayor parte constituidos por extranjeros,
siendo de destacar que, en tales causas, ya se deslizaban algunas de las
ideas que dieron lugar a la Revolución francesa.1?4
Para que los inquisidores iniciaran un procedimiento por blasfemia, era
fundamental que las expresiones proferidas tuviesen sabor a herejía y, en
tal sentido, estaba previsto por las Instrucciones,175 a tenor de la orienta-
ción de la doctrina. m.

le dio más pena en atención a su larga prisión, su confesión y a la honra de su suegro.


A.H.N., Inquisición, lib. 1064. tI. 466v-46X.
174 Toribio Medina dedica el capítulo XIX, titulado "Los militares y la Inquisi-
ción", a la actuación del Santo Oficio respecto de este colectivo. Medina, J. T., Histo-
ria del Tribunal.... cit., pp. 353-368.
175 Así, en la instrucción XI del inquisidor general de Aragón, don Luis Merca-
der, de las dictadas en 1514, se dispone: "!tem, ordenamos que los Inquisidores no
conozcan de blasfemia, sino en caso que sepa herejía", Jiménez Monteserín, M., In-
troducción a la Inquisición ... , cit., p. 187.
176 La blasfemia es herética cuando ataca, directamente, un artículo de fe. Por
ejemplo, el negar la omnipotencia divina, negar la virginidad de la Madre de Dios.
Eymerich, N., Directorium... , cit., p. 2, quaest. 41, núm. 2 y 3, p. 333; también Sou-
sa, A., Aphorismi inquisitorum in quator fibros distributi. Cum vera historia de origi-

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52 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

Merecen una especial consideración los esclavos, en cuanto autores de


este delito, pues casi siempre eran sus amos los que acudían al Santo Ofi-
cio a denunciarlos por haber prorrumpido en blasfemias o reniegos, gene-
ralmente, cuando estaban siendo objeto de algún castigo doméstico. m El
tribunal de México, con su actuación trataba, al propio tiempo que de
mantener la ortodoxia católica, de conservar y respaldar también el prin-
cipio de autoridad de los amos y, por ello, el Santo Oficio procuró causar
a éstos el menor perjuicio posible con la tramitación de los procedimien-
tos. Por ser la servidumbre lino de los principales motores de la economía
colonial, con el tiempo para evitar quebrantos económicos llegaría a ex-
cluirse la comparecencia de esclavos en los autos de fe. 178 No obstante, la
actuación de los inquisidores fue, en ocasiones, considerada demasiado
rigurosa por el Consejo de la Suprema, que hizo patentes sus críticas. 17'

ne S. lnquisitiollis Lusitanae el quaestione de testibus singularibus in causis Fidei,


Lisboa, 1630, 1. 1, c. 19, núm. 14, p. 53.
177 Así, en el auto de fe de 25 de marzo de 1601, celebrado en la plaza mayor de
México, puesto que hubo tres relajados en persona y varios en estatua, fueron peni-
tenciados por blasfemos con abjuración de levi, además de otras penas, 18 hombres y
4 mujeres, todos ellos con la condición de esclavos de raza negra o mulatos. A.H.N.,
Inquisición, lib. 1064, ff. 225v-229v; en el auto de fe de 25 de marzo de 1605, cele-
brado en el convento de Santo Domingo de México. comparecieron 13 hombres y 5
mujeres, esclavos negros o mulatos que fueron penitenciados por blasfemos. A.H.N.,
Inquisición. lib. 1064, ff. 381-387. Ambos grupos de penitenciados tienen una carac-
terística común, que casi todos los reos habían cometido el delito cuando eran azota-
dos por sus amos.
17R Así, en fecha 20 de mayo de 1610 los inquisidores, licenciado Gutierre Ber-
nardo de Quirós y el doctor Martas de Boorquez, escriben a la Suprema: "Todos es-
tos negros dizen en sus confessiones que renegaron con la afliyion y dolor de los ayo-
tes pensando, que con aquello les dexarian de castigar y no por mal sentimiento que
tuviessen de las cosas de nuestra sancta fee catholica, y castiganse fuera de auto por
no aguardar a la quaresllla para sacarlos con los demas porque seria quitar el servicio
a sus amos mucho tiempo, y que ellos consiguiessen lo que pretenden, que es no tra-
vajar ni servirles con que continuarian mas este delicto que no es poco frecuentado
como v. sao avra hechado de ver de los años pasados... ", A.H.N., Inquisición, lib.
1064. f. 459v.
179 Por ejemplo, en el año 1610 en la relación de causas de fe despachadas fuera
de auto por el tribunal mexicano, aparecen las de seis esclavos, todos ellos condena-
dos a misa en la capilla en fonna de penitente, con vela, soga y mordaza, abjuración
de levi y azotes. Destacan las anotaciones marginales realizadas por uno de los com-
ponentes de la Suprema que en todos los casos considera que bastaba la reprensión,
estimando las sentencias rigurosas, así como el trato de los amos a los esclavos, de-

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 53

En cuanto a la penalidad, al autor de un delito de blasfemia se le im-


ponen penas similares a las que hemos visto para la bigamia, esto es, lec-
tura de sentencia con méritos, comparecencia en auto con insignias, ab-
juración de levi, vergüenza públíca, galeras o reclusión y destierro, y se
\es van añadiendo otras de tipo espiritual, tales como confesión general
--con certificado del confesor-, confesión y comunión sacramental en
las Pascuas del primer año, rezo de una parte del Rosario los sábados y
los viernes un Credo a la Santísima Trinidad. lso

B. Conculcación de imágenes

Asimilado con el tipo anterior se encuentra este delito, pues, así co-
mo la blasfemia es la ofensa, realizada de palabra o por escrito, contra
Dios, la Virgen Maria o los santos, en este tipo de la conculcación de
imágenes se incluyen todos los atentados de obra contra imágenes, pintu-
ras, cruces, etcétera, castigándose, no sólo la percusión violenta o fractura
de tales objetos, sino también todas aquellas conductas que supongan un
menoscabos hacia ellos y, por tanto, a lo que representan. l " Este criterio
de asimilación a la blasfemia era mantenido por las Partidas, que incluyen
a los conculcadores de imágenes dentro del título dedicado a los "que de-
nuestan a Dios, e a santa Maria e a los otros santos",I82 manteniendo la

biendo advertise a aquellos que los traten bien. A.H.N., Inquisición, lib. 1064, ff.
457v-459.
IRO Entre otras, sentencia dictada el 27 de agosto de 1777 en la causa contra José
de Silva, español, viudo, condenándolo como autor de un delito de blasfemias hereti-
cales. A.H.N., Inquisición, leg. 1730, doc. núm. 18.
¡81 En estos tipos de delito aparecen algunos procedimientos curiosos, entre otros,
el que se inició contra el zapatero del regimiento de América en el mes de julio de
1766, proceso que fue suspendido al no poder averiguar el capellán de dicha unidad
quién había grabado cruces en las suelas de los zapatos. A.H.N., Inquisición. lego
1730, doc. 26.
182 Partidas. 7. 28. 5. "'De fecho obrando algund ame en manera de denuesto al-
guna cosa, como contra Dios, o contra santa María, escupiendo en la imagen, o en
la cruz, o firiendo en ella con piedra, o con cuchillo, o con otra cosa qualquicr, por la
primera vegada aya toda la pena el que lo fiziere, que diximos en las leyes ante des-
taque deve ayer por la tercera vegada, el que denuesta a Dios, o a santa María. E si el
que lo fiziere fuere de los menores que no ayan nada, mandamos que le corten la
mano por ende. Otrosi dczimos, que si alguno con saña escupiese contra el cielo, o fi-
riese en las puertas, o en las paredes de la yglesia, aya la pena sobredicha que deve
ayer el que denostare a Dios, o a santa María dos veces."

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54 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

doctrina igual criterio. l83 Contra los autores de este delito se procedía
como contra los vehementemente sospechosos de herejía, y se les impo-
nían penas arbitrarias,184 iguales a las aplicables al delito de blasfemia,
pues es una variante suya.

9. Proposiciones

A. Proposiciones en general

Este delito que, en principio, tiene un concepto sencillo, pues siguien-


do la doctrina más común, proposición herética es aquella "quae aperte
alicui Catholicae veritati, de jide dejinitae contraria est",I85 o, como sin-
tetiza Simancas, aquella que sapit haeresim; 186 pero viene a complicarse
en el momento en que intentamos distinguir sus sucesivos grados o espe-
cies l87 que, en definitiva, acaban por constituir un cajón de sastre que per-
mitía a los inquisidores sancionar prácticamente cualquier comentario
O expresión. Ello hace que este sea un tipo de delito castigado a lo largo
de toda la existencia del tribunal, y en el que, en un principio, se incluían
toda clase de expresiones o dichos que podían ser calificados de muy di-
versas formas, pues mientras unas veces tenían un regusto a luteranismo
o calvinismo, otras, evidenciaban unos conocimientos muy rudimentarios
acerca de la religión. l88

183 Deturpatio, conculcatio, aut vulnerafio imaginum, quam multi b/asphemiam


facti vacan!, ad blasfemiam reduci potes!, Sousa, A., Aphorismi inquisitorum ... , cit.,
1. 1, c. 19, núm. 5, p. 52.
184 Simancas, J., Theorice el praxis haereseos .... cit., 1. 10. núm. 2, p. 14v.
185 Carena, e., Tractatus de Officio Santissimae lnquisitionis ... , cit., p. 2, 1. 16,
§ 1, núm. 2, p. 228.
186 Simancas, l, De Catholicis lnstitutionibus Liber, ad praecavendas et extir-
pandas haereses admodum necessarius, tertio nunc editus, Roma, 1573. t. 54, núm.
6,p.424.
187 Las proposiciones, a tenor de la clasificación realizada por Símancas, podían
ser erróneas, malsonantes, temerarias, escandalosas, cismáticas, sediciosas, blasfe-
mas, favorables a los herejes e injuriosas. No obstante, dicho autor establece unas re-
glas de interpretación para el juzgador, atendiendo al propio contexto de las palabras,
antecedentes y circunstancias objetivas y subjetivas. Simancas, 1., De Catholicis lns-
titutionibus... , t. 54, pp. 423-427.
188 En este sentido, en la relación de causas de fe remitida en el año 1571 por el
inquisidor Moya de Contreras a la Suprema, aparecen, entre otras, las atribuidas a

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ANTECEDENTES HIST6RICOS 55

B. La simple fornicación

Dentro de las proposiciones en general puede incluirse como un tipo


autónomo el delito llamado de la "simple fornicación", 189 que se da, sobre
todo, en la etapa inmediatamente posterior a la instauración del Santo
Oficio en México!90 para luego ir desapareciendo progresivamente; con-
siste en considerar que la relación sexual voluntaria entre varón y mujer y
solteros que pudieran contraer matrimonio entre sí, no es pecado.!9! Este
delito pone de manifiesto, por parte de quienes incurren en él, bastante in-
cultura religiosa y, en general, una gran ignorancia,!92 siendo más fre-

Antonia Ponce, superiora del convento de las Doncellas de México, que mandó a las
monjas que dejasen de adorar y cantar himnos a una imagen de la virgen que había
en dicho lugar, diciendo que era un palo vestido e, intenumpiendo los rezos, dijo:
"La del cielo", A.H.N., Inquisición, lib. 1064, f. 1.; la de Francisco Gómez de Trigui-
llos, que manifestó que el hombre pobre, en estado de pobreza, no se podía salvar,
A.H.N., Inquisición, lib. 1064, f. 4; la de Hemando de Zubielas, francés, por decir
que si veía arder la Iglesia donde estaba el Santísimo Sacramento y su casa, antes
acudiría a ésta que a aquélla, A.H.N., Inquisición, lib. 1064, f. 5v; la de Juan de Var-
gas, mercader, vecino de las minas de Macapilco, por decir que, en cuanto hombres,
ni los apóstoles ni los demás santos temieron a la muerte, A.H.N., Inquisición, lib.
1064, f. 6v.
189 Sobre este delito, las relaciones hombre-mujer y las actitudes amorosas en
la España de los siglos XVI y XVII, vid. Sánchez Ortega. M' Helena, La mujer y la
sexualidad en el Antiguo Régimen. La perspectiva inquisitorial, Madrid, 1992, pp.
23-28.
190 En la relación del inquisidor Moya de Contreras, a que se ha hecho referencia
en la nota 188, aparecen seis procedimientos instruidos por tal delito, A.H.N., Inqui-
sición. lib. 1064, ff. 1-7v.
191 La misma doctrina de la Iglesia consideraba la simple fornicación como el pe-
cado menos grave dentro de los relacionados con la sexualidad. Tomás y Valiente, F.,
"El crimen y pecado contra natura", en F. Tomás y Valiente y otros, Sexo barroco y
otras transgresiones premodernas, Madrid, 1990, pp. 36-37.
192 Esta incultura religiosa a veces no era exclusiva de los laicos, pues en el año
1609 aparece en el tribunal mexicano una denuncia contra el clérigo Juan Marcos,
beneficiado del pueblo de Xalapa, porque tratando de ciertos capitulas había dicho
que el tener acceso camal con una comadre no era pecado, A.a.N., Índice de Inquisi-
ción, t. 285, núm. 12. Hombres incultos eran los reos Juan Poblete y Andrés Gurraz,
que son descritos por el tribunal como "hombre viejo de 60 años, simple llano y de
quién presumiamos poca malicia" el primero, y como "viejo de 50 años, simple e ig-
norante" el segundo, circunstancias que fueron tomadas en cuenta a la hora de impo-
nerles la pena en sentencia dictada fuera de auto en el año 1575, que quedó reducida

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56 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

cuente su comisión entre personas procedentes de ambientes rurales, por


lo que en su persecución, a decir de Kamen, pudiera apreciarse una impo-
sición del rigor urbano sobre la laxitud rural.!93
Relacionada con esta proposición figura la que consideraba el amance-
bamiento como un estado mejor que el del matrimonio,194 si bien era con-
siderada de menor gravedad y, por tanto, castigada más levemente.!95

a una misa en forma de penitentes y una multa, A.H.N., Inquisición, lib. 1064, f. 13;
también a Sebastián Baracho, mozo soltero, aprendiz de tejedor de tafetanes, le apre-
ció el tribunal "su poca edad y capacidad", condenándole a comparecer en auto con
vela y abjurar de levi, ordenando fuese "instruido en la doctrina cristiana por no sa-
berla bien". Del mismo modo al maestre Domingo Nicolao, caballero del Hábito de
Santiago de Media Cruz, originario de Macedonia, fue condenado a comparecer en
auto con vela, abjurar de levi y a diez años de destierro de las Indias y "'no se le dió
más pena, ni con el se hizo diligencia alguna por ser hombre muy ignorante y de
poco entendimiento como constó por el discurso de sus confesiones y modo de pro-
ceder, criado toda su vida en la mar que aún leer no sabía". Ambos comparecieron en
el Auto General de Fe celebrado el día 8 de diciembre de 1596, A.H.N., Inquisición,
lib. 1064, ff. 186v-187. Sobre la ignorancia como circunstancia atenuante de la res-
ponsabilidad criminal, Gacto Femández, E., Las circuJ1stancias atenuantes de la res-
ponsabilidad... , cit., pp. 15-24.
193 Kamen, H., La Inquisición ... , cit.. p. 269.
194 Cervantes que, como hombre culto de su tiempo, conocía los diversos tipos de
proposiciones que podían dar lugar a tener un encuentro con el tribunal del Santo
Oficio, pone, en boca de Teresa Panza, lo que se consideraba la doctrina ortodoxa, en
el curso de un diálogo con Sancho. "Mirad también que Marisancha, vuestra hija, no
se morirá si la casamos, que me van dando barruntos que desea tanto tener marido
como vos deseáis veros con gobierno; y, en fin, en fin, mejor parece la hija mal casa-
da que bien abarraganada", Cervantes, M. de, El Ingenioso /¡idalgo don Quijote de la
Mancha, Madrid, 1967, p. 2, c. 5, p. 509.
19S Esta proposición consistía, siempre, en una alabanza del amancebamiento en
desdoro de la institución matrimonial. Así, Diego de Sosa, mozo soltero vecino de las
minas de Guanajuato, dijo: "que quería estar mas bien amancebado que no malamen-
te casado", A.H.N., Inquisición, lib. 1064, f. 16; Ana Caballero, mulata vecina de
México, había dicho que valía más estar una mujer bien amancebada que mal casada.
Por ello, fue condenada, fuera de auto, a oír una misa en fonna de penitente con vela,
a abjurar de [evi y a 50 pesos de multa, A.H.N" Inquisición, lib. 1064, f. 70; Bartolo-
mé López, sombrerero, natural de Puebla de los Ángeles, de diecinueve años de edad,
al ser preguntado sobre si era casado, dijo: "que no, que era carga pesada el casarse, y
que assi era mejor estar amancebado que no cassado". Este reo fue condenado a com~
parecer en auto de fe en fonna de penitente -lo que llevó a cabo en el celebrado el
18 de marzo de 1607-, a abjurar de levi, y a ser desterrado de México y de su pue~
blo natal por seis años, de los que, los tres primeros, debía estar recluido en un mo~
nasterio para su instrucción en la doctrina cristiana. No se le dio más pena por ser

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 57

También existe algún caso en que se prefiere el amancebamiento al esta-


do religioso.'Oó

C. Superioridad del estado matrimonial sobre el religioso

Una proposición que, por su carácter y origen claramente luteranos,


adquirió una cierla autonomía, era la relativa a la comparación entre el es-
tado religioso y el matrimonial, considerando mejor al segundo que al
primero. Esta opinión podía tener una cierta lógica en una sociedad de co-
lonizadores, como la mexicana de la época, donde resultaba evidente la
utilidad pública que implicaba el aumento de la población; pero ni siquie-
ra estas razones bastaron para disipar el sabor herético de tales expre-
siones. 197
El delito de proposiciones era sancionado, según la calidad de la mis-
ma, con toda la gama de las penas impuestas por el Santo Oficio, desde la
ordinaria de relajación '" a cualquiera de las extraordinarias. 199

hombre rústico de muy poco entendimiento. A.H.N., Inquisición, lib. 1064, ff. 428-
428v.
196 Gregorio Tenorio, genovés, soltero, porque tratando en su presencia vari<ls
mujeres de que una de ellas se iba a marchar a un convento dijo que sena mejor que
se amancebase. Tuvo la ciudad por cárcel. Se excusó alegando "cosa dicha ante mu-
jeres, a fin de amores y requiebros". En sentencia de 6 de febrero de 1586, se le con-
denó a reprensión, advertencia y 50 ducados de Castilla. A.H.N., Inquisición, lib.
1064, f. 100.
197 Entre otros, Martín Baptista, de oficio jubetero, natural de Sevilla, dijo que
más se servía a Dios con el estado de casado que con el de fraile, dando por razón
que primero había ordenado el sacramento del matrimonio que el del orden, y que
más trabajos pasan los casados que los frailes, A.H.N., Inquisición. lib. 1064, f. 161v;
Juan de la Vera, castellano, vecino de México, dijo que los casados tenían más traba-
jos que los religiosos y frailes. Este reo fue penietnciado en el auto de fe de 20 de
abril de 1603, A,H,N" Inquisición, lib, 1064, f, 319; Gonzalo Aragonés, de oficio
sastre, natural de Sevilla, compareció y fue penitenciado en el auto de fe de 25 de
marzo de 1605 por haber dicho que era mejor el estado del buen casado que el del re-
ligioso, A.H.N., Inquisición, lib. 1064, f. 388; Andrés Tenorio, natural de Villajimena
(Cádiz), dijo y porfió que mejor estado es el del casado haciendo lo que Dios manda
que no el del religioso. Su causa fue despachada fuera de auto en el año 1611. con
una sentencia exagerada, a juicio de la Suprema, que ordenó se le alzara el destierro
que se le había impuesto, A.H.N., Inquisición. lib. 1064, ff. 461-462.
198 Causa contra Francisco López de Aponte. relajado en persona en el auto de fe
de 19 de noviembre de 1659, A.H.N .. inquisición, leg. 1733. doc. núm. 11.

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58 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

10. Supersticiones

A. Sortilegios y adivinaciones con fines amatorios, de mejora


de fortuna, de búsqueda de la salud o de objetos, etcétera

En ellos se mezclan prácticas heréticas, consistentes unas veces en in-


vocaciones a la Divinidad, a un sant0200 o la utilización, para tales fines,
de objetos litúrgicos o de sacramentales agua bendita, santos óleos, etcé-
tera, y otras en echar suertes con habas, maíz, cedazos o algún otro instru-
mento, a través del cual el adivino intenta averiguar aquello que se le ha
consultado. En este tipo de delito la mayor parte de los condenados por el
tribunal son mujeres, por lo general de origen humilde, que utilizan esos
artificios con el fin de obtener alguna ganancia,201 tratando de lograr, para
sí o para terceras, el cariño de la persona amada, o de tener éxito en las

199 Así, el mestizo Juan Antonio Doria, natural de México, de oficio acuñador de
la Casa de la Moneda, por haber dicho y porfiado que O<los cuerpos no habían de resu-
citar el día del Juicio", fue admitido a reconciliación y condenado a comparecer en
auto -lo que se llevó a cabo en el auto de fe de 25 de mano de 1601-, vela, hábito,
cárcel por cuatro años y confiscación de bienes, A.H.N., Inquisición, lib. 1064, ff.
261 v-262; Pedro de Garagana, natural de Chiapas, de 28 años de edad, por decir que
"por hurtar y fornicar no se iba al infierno y que ningún hombre bautizado se podía
condenar", fue reconciliado y condenado a auto --compareció también en el citado
de 25 de marzo------, vela, soga, hábito que se le debía quitar a la vuelta del cadalso,
confiscación de bienes, cien azotes, y destierro de México y Chiapas por un año. En
este caso hay que hacer notar que la confesión del reo se obtuvo en el tormento, ya
que al inicio del procedimiento confesó y, posteriormente, revocó, por lo que se dictó
sentencia de tormento en el que confesó. Ello le valió la pena de azotes, A.H.N., In-
quisición, lib. 1064, f. 262.
200 Entre las oraciones más repetidas destacan la de Santa Marta.
201 Sirva de ejemplo el comentario que hace el inquisidor Lobo Guerrero sobre
las siete hechiceras que comparecieron en el auto de fe celebrado el día 8 de diciem-
bre de 1596, en el que manifiesta la opinión que le merecían, además de las circuns-
tancias modificativas de la responsabilidad que apreció en sus causas: "Todas estas
mujeres eran gente ignorante y de poco entendimiento y mostraron con lagrimas mu-
cho dolor y arrepentimiento de lo que avian hecho, que movio a no hacer con ellas
diligencias de tormento acerca de la intencion y examinadas sin el parescio no tener
mal sentimiento de la fee, y por la pobreza de la inquisicion, se quitaron los azotes a
las que dellas fueron condemnadas en dineros", A.H.N., Inquisición, lib. 1064, ff.
189v-190.

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 59
empresas amorosas, caso, este último, del que con frecuencia el autor del
delito resulta ser un hombre.'o2

B. Pactos con el demonio

Los sortilegios se convierten, automáticamente, en heréticos cuando


comportan invocaciones diabólicas, circunstancia que implica, siempre,
mayor malicia y gravedad, siendo su tipo más grave el de los pactos con
el demonio,")] ya sean expresos o tácitos.'o4 Mediante pactos, los reos

202 Del uso de estas prácticas dan muestra múltiples testificaciones, así: testifica-
ción contra Juan de Espinosa porque, para tener acceso con una mujer y no lo sintie-
ran, se hizo llevar tierra de una Iglesia, A.G.N., Índice de Inquisición, 1. 293, núm.
71; testificación contra Elvira Luca 110 porque ponía debajo de la almohada de su ma-
rido una hierba lIamadajalampona para que no sintiera en la noche cuando llegaba su
galán, A.G.N., Índice de Inquisición, t. 293, núm. 74; testificación contra Pedro Sán-
chez y Andrés Machuca por escribir con sangre de cresta de gallo y usar de otras bru-
jerías para hacerse amar'de las mujeres, A.a.N., Índice de Inquisición, t. 301, núm. 22.
203 De este tipo delictivo son también escasos los procedimientos. Entre ellos se
pueden destacar el seguido contra el mestizo Juan Luis, de oficios vaquero y zapate-
ro, de 20 ail0s de edad, que compareció en el auto de fe de 25 de marzo de 1601 Y fue
condenado a reconciliación, hábito, cinco años de cárcel a cumplir en las galeras de
España, doscientos azotes y penitencias espirituales que le serían impuestas en la In-
quisición de Sevilla, una vez cumplida la pena de galeras, A.H.N., Inquisición, lib.
1064, f 263; proceso contra Nicolás de Asté por adivino. astrólogo, quiromántico, y
por haber manadado hacer unas medallas con la imagen del diablo y otras figuras,
A.G.N., Índice de Inquisición, t. 314, núm. 7; causa contra Juan Andrés, mulato libre
de 52 años de edad, de oficio cardador de lana, al que un indio había tatuado una fi-
gura de demonio en el brazo y en un muslo para que lo sacase de la prisión; el tribu-
nal resolvió que fuera sometido a cuestión de tormento donde solamente se ratificó
en su declaración. Fue condenado a comparecer en auto de fe, a abjurar de levi, dos-
cientos azotes, apercibimiento de que se abstuviese de semejantes delitos y lo que
más llama la atención: que le fueran borradas de su cuerpo dichas señales y figuras,
A.H.N., InqUisición. lib. 1065. ff. 315-317v y 386. Ya mediando el siglo XVl11 apa-
rece imputado en un procedimiento, instruido por un delito de pacto con el demonio,
el soldado Juan de Maitre del regimiento de Victoria de guarnición en México,
A.H.N., Inquisición, leg. 1730, doc. 26.
204 En el pacto expreso se solicita, directamente, el auxilio del demonio "quando
daemon expresis verbis invocatur", en el tácito supone el uso de medios indebidos
para alcanzar aquellas cosas cuya concesión sólo está reservada a Dios y que el de-
monio permitiría de buena gana. Sousa, A., Ap/wrismi inquisitorufIl ... , cit., 1. 1, c.
3~, números 8 y 9, p. 102v.

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60 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

procesados habían tratado de obtener beneficios de esa supuesta relación,


aferrándose a ella como a la última esperanza de los desesperados.,o5 El
tribunal de México, aceptando las ideas corrientes en la época sobre pac-
tos y posesiones diabólicas, llegó en ocasiones a ordenar el registro minu-
cioso, con depilación incluida, del cuerpo de algún preso por haber ofre-
cido una sorprendente resistencia al tormento, ante la que, en opinión de
los inquisidores, no cabía otra explicación, una vez desechada la ingesta
de alguna droga, que la del pacto con el demonio, del que entendían debía
haber algún signo en el cuerpo del re0 206

C. Rebautizantes

una variante de los sortilegios hereticales se considera el rebautizar a


los niños, aunque a veces los reos cometían este delito para remediarse en
la necesidad y obtener ayuda económica del padrino de la criatura,,07 que
era a quien correspondía el sufragar la celebración del bautismo, y que, al
entablar tal parentesco espiritual, adquiría una obligación moral respecto
de la criatura y sus padres. La doctrina siempre consideró estas actuacio-
nes como práctica herética que trataba, al propio tiempo, sobre los viden-
tes, adivinos y sortílegos 20 '

205La expresión es de Alberro, S., Inquisición y sociedad... . cit., p. 184.


206Proceso contra Francisco López de Aponte, A.H.N., Inquisición, lego 1733,
doc. núm. 11, ff. 60-61v. La inspección fue realizada por cirujanos a servicio del tri-
bunal.
207 Causa contra Agustín Delgado, mulato, de oficio sastre, casado, natural de
México, por rebautizante de un hijo suyo. El reo fue condenado, el día 16 de julio
de 1753, a lectura, sentencia con méritos en auto público con insignias de rebauti-
zante, abjuración de /evi y destierro por dos años de Madrid, de la ciudad de México
y del pueblo donde cometió el delito, seis leguas en contorno. El tribunal apreció la
circunstancia atenuante de extrema necesidad. A.H.N., Inquisición, lego 1731, doc.
núm. l.
20!l Eymerich, N., Directorium ... , cit., p. 2, quaest. 42, núm. 5, p. 336; Peña, F.,
en Directorium ... , cit., p. 2, como 67 a quaest. 42, pp. 336-337, considera que son he-
réticas las conductas que comporten el empleo indebido de los sacramentos o sacra-
mentales -agua bendita- de la Iglesia; Carena, e., Tracttatus de Officio Sanctissi-
mae Inquisitionis ... , cit., p. 2, t. 12, § 4, p. 173.

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 61

D. Astrologíajudiciaria

Es una conducta consistente en realizar prácticas adivinatorias que se


consideraban constitutivas de delito'O' del que he encontrado escasos pro-
cesos, y en todos ellos los acusados han sido personas instruidas o de una
cierta relevancia social,21O apareciendo este delito, en algunas ocasiones,
junto can el de proposiciones. 2lI

E. Extracción y abuso de sagradas formas

Este tipo delictivo guarda relación con los sortilegios, pues de siempre
la doctrina ha considerado heréticas todas las acciones que comportan

209 Sousa, A., Aphorismi inquisitorum ... , cit., L 1, c. 48, núm. 3: "Astrologia iudi-
ciaria ex praedictis positionihus et motibus coniectat eventus contingenres, fortuitos
et liberos: praeterita etiam ac praesentia oceulta"; Jirnénez Monteserín, M., "Léxico
inquisitorial", en 1. Pérez Villanueva y B. Escandell Bonet (diT.), Historia de la In-
quisición en España y América, v. 1, Madrid 1984, p. 184, siguiendo a Francisco
Peña, la define como: -"La parte de la astrología judiciaria que la vanidad de los astró-
logos llama interrogatoria, puesto que no se apoya en la razón natural, es completa-
mente supersticiosa e ilícita y sabe también a herejía cuando se atreve a anunciar con
certeza algo que no puede conocerse naturalmente"; sobre esta materia también, Me-
néndez y Pelayo, M., Historia de los heterodoxos... , cit., l. 3, c. 7, pp. 588-601.
210 Es de destacar que por este delito fue procesado Me1chor Pérez de Soto, arqui-
tecto y maestro mayor de la obra de la iglesia catedral y de la obras reales de México.
Los calificadores, además de poner censuras por tal delito, estimaron que había incu-
rrido en el de tenencia y lectura de libros de herejes. Pérez de Soto ingresó en la cár-
cel secreta el día 13 de enero de 1655. Allí, al encontrarse "demasiadamente melan-
cólico" el tribunal le asignó un compañero, Diego Cedillo, con el que sostuvo una
discusión, a causa de la cual el arquitecto resultó muerto por Cedillo, que posterior-
mente se ahorcó en la celda. Por todo ello, la causa fue suspendida, librándose el
oportuno testimonio para su viuda, Leonor de Montoya, que solicitó el cadáver de su
esposo, que había sido enterrado secretamente en el convento de Santo Domingo,
para inhumarlo y trasladarlo a la iglesia de San Francisco. Sin embargo, el Santo Ofi-
cio, en vez de resolver tal pretensión, la remitió al ordinario y a la comunidad domi-
nica para que hicieran lo que estimaran oportuno, A.H.N., Inquisición, lib. 1065, ff.
365-367. El inventario de los libros que poseía Pérez de Soto obra en 108 folios. Fue-
ron depositados en la Cámara del Secreto, A.G.N., Índice de Inquisición, t. 440, núm. 1.
2! 1 Así, en el procedimiento seguido por proposiciones contra Gregorio Calderón,
clérigo presbítero, conocido también como fray Gregorio Chamizo, que había sido
expulsado de la Orden de Santo Domingo por palabras escandalosas y temerarias en
favor de los luteranos y contra el papa y las indulgencias, se le condena, asimismo,
por haber "usado de la astrología judiciaria levantando figuras en materias prohibidas
en perjuicio y daño de honra de terceros". Fue penitenciado en el auto de fe de 24 de

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62 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

una utilización indebida de los Sacramentos,2!2 en este caso el de la Euca-


ristía, toda vez que se trata del uso de la Forma Consagrada, que ha sido
sustraída por cualquier medio del Sagrario, como un amuleto o talismán
por parte del reo para, de esta forma, tener suerte en el juego, defenderse
de sus enemigos, o cualquier otra finalidad de este tipo.
Las penas a imponer por estos delitos eran las de lectura de sentencia
con méritos, abjuración de levi, destierro, servicio en un castillo o fortale-
za (galeras), azotes si el reo no era noble, y penitencias espirituales (con-
fesión general, rezo del Santo Rosario, etcétera).2lJ
El número de procedimientos instruidos por las materias citadas en los
cuatro apartados anteriores no fue muy numeroso y, en general, se puede
decir con Solange Alberro que en este tipo de delitos las actuaciones del
Santo Oficio parecen buscar más la edificación mediante el ejemplo de
las penas y la proclamación renovada por semejantes medios de las nor-
mas ortodoxas, que la simple represión. 214 Como sabemos, tales fines
ejemplarizantes, juntamente con otros, nunca fueron perdidos de vista por
los tribunales de la Inquisición. 21S

febrero de 1590, toda vez que habia sido sentenciado a comparecer en él con vela, a
abjurar de levi, a suspensión de sus órdenes por dos años precisos y destierro perpe-
tuo de las Indias, con la pena subsidiaria de galeras para caso de incumplimiento.
"No se le dio mas pena ni fue tenido por mas sospechoso por parecer un hombre ha-
blador embaydor y desalmado, y que con la afliction de verse perseguido de los frai-
les dominicos de Guathemala a cuyo pedimiento la Audiencia Real de alli 10 queria
echar de aquella provincia dixo las dichas palabras." ", A.H.N., Inquisición, lib.
1064, f. 109.
2!2 Peña, F., en Directorium... , cit., p. 2, como 67 a quaest. 42, pp. 336-337.
213 Así, José Zubiarte, español de origen vizcaíno, natural y vecino de Chihuahua,
de oficio cigarrero, emparentado con familias distinguidas de México, que junto con
Ignacio Solís, español, de oficio viajero. vecino de las minas de Sombrerete, habían
extraído de un sagrario dos formas consagradas que se introdujeron en una herida que
a tal propósito se habían hecho en el brazo, con el fin de tener suerte en el juego de
los albures, poder andar entre indios y bárbaros sin que nadie le dañara y que nadie
les ofendiera. A Zubiarte su calidad le salvó de los azotes de los que no escapó Solís.
Ambos fueron desterrados por diez años, de los que los cuatro primeros hubieron de
estar en el Morro de la Habana y en San Juan de Ulúa, respectivamente. a ración y
sin sueldo, A.H.N., Inquisición, lego 1732, doc. núm. 69 y 70.
214 Alberro, S., Inquisición y sociedad.. " cit., p. 184.
215 Sobre las características de las penas inquisitoriales ver Gacto Femández, E.,
Aproximación al derecho pena!..., cit., pp. 185-193. Tales características son: ejem-
plaridad, utilitarismo, oportunismo y arbitrariedad.

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ANTECEDENTES fIISTÓRICOS 63

Las sanciones de estos tipos de delitos abarcan, como se ha comproba-


do, toda la gama de las penas extraordinarias, incluyendo desde la compa-
recencia al auto de fe con vela, coroza blanca y abjuración de levi, hasta
la vergüenza pública, los azotes, o el destierro de la ciudad de México y
del lugar donde se cometió el delito, multas y penitencias espirituales.

11. Delitos contra el Santo Oficio

A. fmpediencia al Santo Oficio

En ellos se sancionaba, casi siempre con dureza, pues se llegaba a im-


poner en ocasiones la pena de galeras; todas aquellas conductas que aten-
taban contra el libre y recto ejercicio de la jurisdicción del tribunal, las
que afectaban a su funcionamiento, impidiéndolo o turbándolo de la ma-
nera que fuese, por lo que en esta materia se comprende todo lo relativo a
comunicaciones de presos, atentados a componentes del tribunal, etcéte-
ra; los relativos a la suplantación de sus funcionarios la doctrina recoge la
circunstancia de la comisión de este delito por mera jactancia,2](' por el
prestigio social que suponía el ser considerado ministro del Santo Oficio,
o de las funciones a ellos encomendadas. 2IJ

216 Carena, e, Tracfatus de Officio Sanctisimae lnquisitionis ... , cit., p. 2, t. 17,


§ 13, núm. 53, p. 240.
217 Entre otras: causas contra Pedro Hemández, mestizo, y Juan Maldonado, am-
bos soldados, condenados en 1577 por herir en la cabeza a Pedro de Fonseca, portero
del Santo Oficio, que había mediado en el curso de una reyerta en la que aquéllos in-
tervenían, A.H.N., Inquisición. lib. 1064, L 74v. También en A.O.N., Índice de Inqui-
sición, t. 81, núm. 32; contra FranCISco de Peralta, mozo soltero, natural de Menchoa-
can que fingió ser ministro del Santo Oficio y como tal llevó "vara alta", para pasar
seguro por algunos pueblos donde tenía enemigos, sentenciado, asimismo, en 1577,
A.H.N., Inquisición, lib. 1064, f. 74v; en el año 1594 fue condenado Juan de Vargas,
mozo soltero natural de las minas de Guanajuato, por haber puesto un sambenito en
el patio de la iglesia de dicha localidad, para afrentar a un tal Diego de Burgos. Por
estos hechos llegó a sufrir tonnento que venció, siendo condenado a auto, vela, des-
tierro por cuatro años de los cuales dos debía servir en Filipinas como soldado con
sueldo, A.H.N., Inquisición, lib. 1064, f. 173-173v; en el auto de fe de 8 de diciembre
de 1596 comparecieron Gonzalo de Salazar, mestizo, por quitar edictos de procedi-
mientos contra judaizantes ausentes de la puerta de una iglesia, Domingo, negro crio-
llo, esclavo del alcaide de las cárceles secretas, por efectuar comunicaciones de pre-
sos y facilitarles recado de escribir, y Diego de Heredia, mestizo, por querer liberar a

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64 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

B. Quebrantamiento de las prohibiciones impuestas


a descendientes de relajados

El castigo de este delito estaba basado en las Instrucciones del San-


to Oficio'l8 que, a su vez, se fundamentaban en la legislación ordina-

una mujer que llevaba presa un familiar del Santo Oficio y por efectuar comunicacio-
nes, A.H.N., Inquisición, lib. 1064, ff.l 84-184v; causa contra Diego de Porras Ville-
rias, estudiante de leyes, natural de México, que se negó a enviar tres carretas de cal
para unas reparaciones de las cárceles secretas e hizo burla del alcaide que le ofreCÍa
su justo valor y, a pesar de ello, las envió a vender a la plaza. Su causa se despachó
en el año 1601 fuera de auto, A.H.N., Inquisición, lib. 1064, fr. 296-296v, su proceso,
que consta de 20 folios, en A.a.N., Índice de Inquisición, t. 183, núm. 1; contra Die-
go López, reconciliado por judaizante en el auto de fe de 1596, que se hallaba reclui-
do en el monasterio de San Francisco, por entrar en las casas del Santo Oficio es-
tando prohibido. Fue condenado a cien azotes, a pesar de que alegó haber entrado por
"haberle forzado cierta necesidad natura!", A.H.N., Inquisición, lib. 1064, f. 297;
contra Nicolás Alemán, hombre rico natural de México hijo de una morisca herrada,
por negarse a ser depositario de bienes secuestrados a un compadre suyo por el Santo
Oficio, A.H.N., Inquisición, lib. 1064, f. 298; contra fray Jusephe Pérez de Huarte,
sacerdote religioso mercedario del convento de su orden en México. Por fingir ser
ministro del Santo Oficio, el reo, que compareció en el auto de fe celebrado el día 25
de marzo de 1605, alegó que "no lo había hecho para ningún fin malo, sino porque le
estimaran y tuviesen por ministro del Santo Oficio", A.H.N., Inquisición, lib. 1064,
ff. 390-392.
218 "ITEN, que los Derechos ponen muchas, graves, y diversas penas alos hijos y
nietos de los hereges y apostatas, que por razón del dicho delito son por tales conde-
nados por los Inquisidores, y avida infonnacion, se hallo, que en muchas partes don-
de se haze inquisicion, no se executan, ni guardan las dichas penas, y sobre ello fue
luenga altercacion entre los dichos señores; y finalmente fue acordado, que los dichos
Inquisidores en sus partidos y lugares, y jurisdicciones, tengan mucha diligencia so-
bre ello, y manden, y pongan grandes penas y censuras de aquí adelante, que los hi-
jos, y nietos de los tales condenados no tengan, ni usen oficios publicas, ni oficios, ni
honras, ni sean promovidos a sacros ordenes, ni sean Jueces, Alcaldes, Alcaides,
Aguaziles, Regidores, Jurados, Mayordomos, Maestresalas, Pesadores, publicas Mer-
cadares, ni Notarios, Escrivanos públicos, ni Abogados, Procuradores, Secretarios,
Contadores, Chancilleres, Tesoreros, Médicos, Cirujanos, Sangradores, Boticarios,
ni Corredores; Cambiadores, Fieles, Cogedores, ni Arrendadores de rentas algunas, ni
otros semejantes oficios que publicas sean, o dezir se puedan; ni usen de los dichos
oficios, ni de alguno dellos por si, ni por otra persona alguna, ni so otro color alguno,
ni trayan sobre si, ni en sus atavios vestiduras, y cosas, que son insignias de alguna
Dignidad, o Milicia Eclesiastica, o seglar", Argüello, G. 1. de, Instruciones del Santo
Oficio... , cit., Instrucciones de Valladolid de 1488, 11, pp. 10v-lI.

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ANTECEDENTES HrSTÓRlCOS 65

ria,219 y su comisión suponía la conculcación de las prohibiciones im-


puestas a los descendientes de un hereje condenado a relajación.'20 El
número de procedimientos fue relativamente escaso, pues tanto el asun-
to como la distancia se prestaban a las supercherías y falsificaciones
de informaciones contra las que prevenía el Consejo de la Suprema,m
y las penas impuestas eran arbitrarias, aunque no de excesiva dureza,
pues casi siempre se reprendía y advertía al reo sobre las prohibiciones
en que estaba incurso por ser inhábil,222 salvo que junto a este delito hu-

219 Nueva Recopilación. 8. 3. 3 (= Nov. R. 12.3.3.)


220 .'... y declaramos los hijos y hijas del dicho fulano, y sus nietos por linea
masculina ser ¡nhabiles e incapaces, y los inhabilitamos, para q no puedan tener, ni
obtener dignidades, beneficios, ni oficios. asi Ec1esiasticos como seglares, ni otros
oficios publicas, o de honra; ni poder traer sobre si, sus personas oro, plata, perlas,
piedras preciosas, ni corales, seda, chamelote, ni paño fino, ni andar a cavallo, ni
traer annas, ni exercer, ni usar de las otras cosas que por derecho comun, leyes, pre-
maticas destos Reynos, i instruciones y estilo del santo Oficio a los semejantes inha-
biles son prohibidas... ", Garda, P., Orden que comunmente se guarda en el Santo
Oficio de la Inquisician acerca del processar en las causa que en el se tratan, con-
forme a lo que esta proveydo por las instruciones antiguas y nuevas, Madrid, 1622,
p.32.
221 El Consejo de la Suprema, por carta de 10 de marzo de 1576, ordena que se
incluyan en el edicto de la fe las infoD11Jciones falsas, y en este sentido dispone:
que quien supiere de algunos que siendo descendientes de relaxados o reconcilia-
dos hacen ynformacion de christian os viejos para pasar a Indias o para otros efectos
comamfiesten en el Santo Oficio a parecido pongais en el Edicto de la Fe que publi-
caredes los que sepan o si saben o ayer oydo decir que alguna! o algunas personas
siendo descendientes de relaxados condenados o reconciliados por el Santo Oficio de
la Inquisicion ayan hecho ynfonnaciones de que son christianos viejos y que los di-
chos sus antepasados no alguno dellos an sido presos ni penitenciados por el Sto. Off
o que algunas personas lo ayan asi jurado o testificado sabiendo y entendiendo jurar
en falso/ y en estos casos podreis proceder de Santo Oficio contra los que fueren cul-
pados y contra los que hacen las infoD11aciones falsas ... ", A.H.N., Inquisición, Co-
rrespondencia del Consejo, lib. 352, f. 102.
222 Así, Pedro Núñez de Montalbán, natural de Gibraleón y vecino de Vcracruz,
que era hijo del doctor en medicina Núñez y de Leonor Gómez, relajada por el Santo
Oficio sevillano por judaizante, fue procesado por haber usado oro, seda, annas y
montar a caballo. La sentencia impuesta por tal delito consistió en amonestación
y advertencia, si bien el tribunal apreció la ignorancia alegada por el autor sobre tal
prohibición, y la circunstancia de que el reo había nacido muchos años antes de la re-
lajación de su madre. El proceso fue despachado por el tribunal "fuera de Auto" en el
año 1577. A.H.N., Inquisición, lib. 1064, tI. 74v-75. Sobre la ignorancia como cir-
cunstancia subjetiva de atenuación de la responsabilidad criminal vid. nota 192.

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66 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

biera cometido otros, lo que lo convertía en una circunstancia agra-


vante. 223

C. Testimonio falso

En el procedimiento inquisitorial, al igual que en el de cualquier otra


jurisdicción, resultó siempre problemática la figura del testigo falso, so-
bre el que entiende la doctrina que el Santo Oficio tiene competencia para
castigarle224 aunque su conducta no sea constitutiva de herejía. Se consi-
dera como a tal, no sólo al que miente en su declaración, sino también al
que calla en lo que sabe en el curso de su declaración, siendo, por ello, el
falso testimonio un delito de comisión puramente procesal, aunque por
sus consecuencias sobre un posible inocente falsamente imputado ppdía
cobrar una enorme gravedad sustantiva. En cuanto a la pena, la doctri-
na225 estimó siempre que debía aplicarse la ley del Talión226 u otras penas
extraordinarias, como galeras, azotes, destierro, cárcel perpetua, coroza,
etcétera. 227 A este tipo delictivo hacen expresa referencia las lnstruccio-

223 Gaspar de los Reyes, boticario nacido en Sevilla y avecindado en México, fue
penitenciado en el auto de fe de 28 de febrero de 1574, porque siendo inhábil como
nieto de relajado, había utilizado las cosas prohibidas, además de haber efectuado dos
proposiciones: una sobre que era mejor estar amancebado que casado, y la segunda
acerca de que a los hombres, pobres y afligidos, les era lícito hurtar y petjurar por
cincuenta pesos. Al reo se le impuso el comparecer en el citado auto de fe con vela,
soga, mordaza. abjuración de levi, doscientos azotes y destierro perpetuo de las In-
dias. Es evidente que la condena impuesta fue motivada por las proposiciones reali-
zadas, contribuyendo el uso de cosas pertenecientes a relajados a agravar la pena,
A.H.N., Inquisición, lib. 1064, f. 49.
224 "'Et ratio hiusce rei est, quia lieet testis deposuent eoram Episeopo, attamen
eum in eausis haeresis Episcopus tit iudex, sed símu! cum lnquisitore, maiestas
utnusque ludieis dieitur laesa", Carena, C., Tractatus de Officio Sanctisimae Inqllisi-
tionis .... cit., p. 2, t. 17, § 15, núm. 55, p. 241.
225 Simaneas, J., De Catholid~ institutionibus ... , cit., 1. 64, núm. 86 y 90, pp. 488
Y 489.
226 "Cumque diligentissime perscrutantes, invenerint falsum testem dixisse contra
fratrem suum mendaeium: reddent ei sicut fratri suo facere cogítavit, et auferes ma-
lum de medio tui: ut audientes ceten timorem habeant, et nequaquam talia audeant
facere. Non misereberis eius. sed animam pro anima, oeulum pro oculo, dentem pro
dente, manum pro manu, pedem pro pede exiges.", Deuteronomio, 19: 18-21. Tam-
bién en Éxodo 21: 23-25, y Levitieo 24: 19-20.
227 Simancas, J., De Catholieis institutionibus... , cit., 1. 64, núm. 91, pp. 489-490;
Sousa, A., Aphorismi inquisitontm ... , cit., l. 2, c. 8. núm. 27, p. 155; Gaeto Femán-

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 67

nes estableciendo su castigo "conforme a derecho".'" Relacionado can el


tipo de que se trata, pues afectaba asimismo a la administración de jus-
ticia inquisitorial aunque no por ello afectara menos al honor, a la inte-
gridad fisica y al patrimonio del falsamente denunciado, factor importan-
tisimo teniendo en cuenta la época que se trata, se encuentra la denuncia
falsa ante el tribunal de hechos que, de ser ciertos, serían de su compe-
tencia.
Este tipo delictivo debió ser muy corriente en las Indias, tanto, que
desde la metrópoli hubieron de adoptarse medidas para paliar tal práctica,
al parecer, bastante habitual en todos los tribunales.'"
En el tribunal mexicano los procedimientos por testificaciones falsas
que más abundan son los relacionados con los delitos de bigamia, esto es,
aquellos instruidos contra personas que habían declarado que uno de los
futuros contrayentes era soltero o viudo en el momento de contraer nue-
vas nupcias. Estos procesos solían incoarse a consecuencia del descubri-
miento de un delito de bigamia, en el curso de cuya investigación se ana-

dez, E., "La costumbre en derecho de la Inquisición", en A. Iglesia Ferreiros (edit.),


"El Dret comú i Catalunya", Acles del IV Simposi Internacional Homenatge al pr{)~
¡e."or Josep M. Gay Escoda, Barcelona. 1995. pp. 245-249. El autor alude a que el
derecho legal, que era aplicar la ley del Talión, no se cumplió, y prevaleció la cos-
tumbre de aplicar penas extraordinarias.
228 "ITEN, que los Inquisidores castiguen, y den pena publica confonne a den>
cho, a los testigos que hallaren falsos", Argüello, G. 1. de, Instruciones del Santo Oji-
cia... , cit., Instrucciones de Ávila de 149~, H, p. 13; también en las Instrucciones del
inquisidor general de Aragón se dispone en la número 22: "Item, si algunos testigos
se hallaren falsos en las causas criminales de la inquisición, porque sean debidamente
punidos, y porque de otra manera, por la facilidad de la pena no se mueva alguno a
deponer falso, mandamos que los tales testigos no sean juzgados ni punidos sin nues-
tra consulta, y que, en tanto, estén presos y a buen recaudo en la cárcel de la Inquisi-
ción", .Iiménez Monteserin. M., Introducción a la Inquisición. .. , cit., p. 190.
229 Recopilación de leyes de los ReYllos de las Illdias, 7. 8. 3: "Somos infonuado,
que en las Indias hay muchos testigos falsos, que por muy poco interés se perjuran en
los pleytos, y negocios. que se ofrecen, y con facilidad los hallan quantos se quieren
aprovechar de sus deposiciones. Y porque es1e delito es en grave ofensa de Dios N.
Señor, y nuestra, y perjuizio de las partes. Mandamos á las Audiencias, y Iusticias,
que con muy particular atencion procuren averiguar los que comenten este delito,
castigando con todo rigor á los los delinquentes, conforme á las leyes de nuestros
Reynos de Castilla, pues tanto importa al servicio de Dios, y execucion de la justi-
cia." Se trata de una ley dictada por Carlos I en 1529.

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68 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

lizaban las testificaciones de quienes, en el expediente matrimonial, de-


pusieron sobre la libertad de los contrayentes. 230 Es de resaltar el hecho
de que muchas veces estos falsos testimonios quedaban impunes, por li-
mitarse los inquisidores a la instrucción del proceso principal 23 1

230 Así, entre otros, en el auto de fe celebrado en México el 6 de febrero de 1575


fueron penitenciados: Bartolomé Sánchez, nacido en el Puerto de Santa María, de
oficio herrero, mozo pobre de 20 años de edad, por haber declarado que el bígamo
Domingo Pérez era soltero. Fue condenado a comparecer en auto con vela, soga, co-
roza con rótulo de testigo falso, 200 azotes y destierro de las Indias. Por su edad no
se le impusieron galeras, A.H.N., Inquisición, lib. 1064, f. 66; Jusepe Hernández,
portugués, hombre pobre que, igualmente había testificado en falso a favor de la sol-
tería del citado Domingo Pérez. Fue condenado a las mismas penas que Bartolomé
Sánchez, salvo la de destierro, que fue por cinco años. A.H.N., Inquisición, lib. 1064,
f. 66; Pedro de la Bandera, natural de Cangas de Tineo, por haber jurado en la infor-
mación del zapatero Pedro Rodríguez que era libre, constándole su anterior matrimo-
nio. Fue penitenciado con comparecencia en auto, con vela, soga, coroza de testigo
falso, 200 azotes, 100 pesos, destierro del arzobispado de México y Tlaxcala por cua-
tro años precisos, no siendo desterrado a España por ser casado. A.H.N., Inquisición,
lib. 1064, f. 66v; Pedro Rodríguez, natural de Ribadesella, de oticio almotacén, por
haber jurado falsamente que vio morir y ayudó a enterrar a la primera mujer de Juan
de Sardalla, procesado y penitenciado en el mismo auto por bigamia. Rodríguez fue
condenado a comparecer en auto con vela, soga, coroza de testigo falso, 200 azotes y
cinco años de galeras. A.H.N., Inquisición, lib. 1064, f. 67; Juan Ojero, natural de
Medina Sidonia, de 24 años de edad y de oficio aserrador de tablas, fue condenado,
en sentencia dictada el 6 de octubre de 1632, a comparecer en auto de fe o, en su de-
fecto, a oír misa mayor en forma de penitente donde se lea su sentencia sin méritos, a
abjuración de /evi a vergüenza pública con coroza blanca con rótulo de testigo falso,
100 azotes y cuatro años de galeras al remo sin sueldo, por haber jurado en falso en la
infonnación de libertad de Luis Lozano. A.H.N .• Inquisición, lib. 1065, ff. 193-196;
Bartolomé de la Concepción, nacido en Querétaro, de oficio pastor, de 25 años de
edad, fue sentenciado, en la misma fecha que Juan Ojero y por haber testificado
igualmente a favor del tal Lozano, a comparecer en auto o a oír misa en fonna de pe-
nitente, con lectura de sentencia sin méritos, abjuración de levi, vergüenza pública
por las calles acostumbradas con rótulo de testigo falso y destierro del arzobispado de
México por un año. Se le atenuó la pena por su inacapacidad, ignorancia y el haber
sido buen confitente. A.H.N., Inquisición, lib. 1065, ff. 198-200v. También, en el año
1656, fueron condenados a semejantes penas por el mismo delito Julián Serrano y
Cristóbal de Vitoria Medinilla por haber dado infom13ción falsa de solteria de Alon-
so de Espinosa, A.H.N., Inquisición, lib. 1065, ff. 325-326v, 337,338 y 386v.
231 Gacto Femández, E., El delito de bigamia... , cit., p. 152.

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 69

También son significativos los instruidos por acusaciones falsas de so-


licitación contra clérigos, y los relativos a prácticas adivinatorias y hechi-
cería de los que, casi siempre, resultaban ser mujeres los autores. 232
Dentro de este apartado de delitos en los que el sujeto pasivo era la
justicia inquisitorial, aparece, aunque a primera vista parezca paradójico,
la autoacusación falsa para someterse así a la competencia del tribunal
que, por ser excluyente, atraía hacia sí a cualquier persona, aunque ya es-
tuviera sometida a otra jurisdicción; las circunstancias que motivaban tal
autoinculpación eran el deseo de escapar de los malos tratos, por parte de
los esclavos,m o el temor al cumplimiento inminente de penas graves en
la jurisdicción ordinaria o castrense.')4

232 Entre otras: Catalina de Vidaurre, esclava mulata de Luisa de Saavedra, natu-
ral de Villa de los Lagos, de 37 años de edad, había denunciado falsamente de prácti-
cas supersticiosas a María Alonso y a Beatriz de Padilla. Confesó su delito en el tor-
mento, ratificándose a las 24 horas. Fue condenada a 200 azotes por sentencia de 19
de febrero de 1653, A.H.N., InquisÍción, lib. 1065, tT. 347v y 386v; Ana María Váz-
quez, negra criolla, libre, que testilicó sobre prácticas supersticiosas por parte de
Adríana Ruiz, Ángela María, Agustina de Ceballos y Juana Gutíerrez, fue condenada,
el 30 de mayo de 1656, a comparecer en auto público, lectura de su sentencia con
méritos y expresión de las personas a quienes levantó falso testimonio, doscientos
azotes por las calles públicas con insignias de testigo falso con las que habría de salir
en el auto, y a ser vendida a un obraje por diez años y su precio se aplique para sufra-
gar los gastos habidos por ella y aquellas a las que acusó, después de ese tiempo des-
tierro de las ciudades de México y Veracruz veinte leguas en contorno. A.H.N., In-
quisición, lib. 1065, ff. 319-320.
233 Así, Francisco Rodríguez, mulato zambo (hijo de negro e india, o al contra-
rio), natural de Antequera (Oaxaca) o de México, sobre lo que no había certeza, de
oficios cochero y vaquero, que estaba vendido por ocho años a un obraje por lajusti-
cia secular debido a sus delitos, se denunció ante el Santo Oficio de pacto con el de-
monio con escritura de su alma, a cambio de diversos poderes. Todo ello lo realizó
para escapar del obraje donde era maltratado. El tribunal 10 condenó a salir en auto en
fonna de penitente -lo que se llevó a efecto en el celebrado el día 16 de abril de
1646~, con vela, soga, coroza blanca, a abjurar de levi, y por el delito cometido y las
comunicaciones de enrccles que sostuvo, 200 azotes y cuatro años precisos en las ga-
leras de Terrenate, al remo y sin sueldo, García, G., Documentos inéditos .. , cit. pp.
150-151.
234 El soldado de Dragones, José Francisco Dueñas, que estaba sometido a la ju-
risdicción militar en un procedimiento por deserción, se autodenunció en el año 1767
al Santo Oficio de haber celebrado misas sin estar ordenado, para escapar al castigo
de su delito. La Inquisición inició una causa y pasó nota al virrey para indicarle que
el soldado Dueñas quedaba preso en su regimiento a disposición del Santo Oficio.

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70 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

D. Quebrantamiento de condena y evasión de presos


El cumplimiento de la pena impuesta fue siempre una preocupación de
los tribunales del Santo Oficio, que celaban el que sus sentencias fueran
cumplidas, sobre todo, por razones de prestigio. En la Nuev!, España, por
la inmensidad del territorio que hacía tan complicado su control, era muy
fácil, sobre todo para los condenados a la pena de destierro de las Indias,
el evitar embarcarse a la península, buscando refugio en las regiones me-
nos pobladas. Este quebrantamiento de la pena era considerado por el tri-
bunal, en ocasiones un delito autónomo'35 y, en otras, una circunstancia
agravante, en el caso de que se reincidiera en el delito que motivó el des-
tierro 236 La pena, en el primer caso, consistía en la de azotes y, en el se-
gundo, en una agravación de las penas a imponer por el segundo delito.
La evasión de presos de la cárcel secreta, durante la instrucción de la
causa, fue también un problema con el que se encontró en tribunal mexi-
cano desde su instauración. 237 Todas estas fugas tenían su razón, aparte de

Comprobada por el tribunal mexicano la falsedad, fue devuelto a la autoridad militar,


sin que se le siguiera proceso por "importunar", archivándose las actuaciones en
atención a las circunstancias del tribunal y la tropa, A.H.N., Inquisición, lego 1730,
doc. núm. 26, ff. 6v-7 (mi numeración).
235 Entre otros, Manuel Gil de la Guardia, natural de La Guardia (Portugal), veci-
no de Manila (Filipinas), de 39 años de edad, de profesión procurador de causas en la
audiencia de Manila, que había sido reconciliado en el auto de fe de 25 de marzO de
1601, como autor de un delito de judaísmo, por el que fue condenado a comparecer
en dicho auto con vela, a hábito y cárcel perpetuos y a confiscación de bienes,
A.H.N., lnquísícián. lib. 1064, ff. 274v-275. Dicho Gil de la Guardia abandonaba
por la noche la cárcel de penitencia sin llevar el hábito y portando annas y vestidos
prohibidos, además causaba alborotos con los demás internos en dicha cárceL Fue
condenado a cien azotes y a destierro perpetuo a las Filipinas como manera de reme-
diar los alborotos, donde cumpliría su cárcel en un hospital en el que estaría recluso
dos años. Los datos aportados en la relación de causas de fe, sobre el proceso de Gil
de la Guardia, son muy interesantes, ya que de su lectura se pueden extraer muchas
noticias sobre el régimen interior de las cárceles de penitencia, A.H.N., Inquisición,
lib. 1064, ff. 420v-422v.
236 Así, en la segunda causa seguida a Francisco Botella por el delito de judaísmo
que tenninó con su relajación en persona en el auto general de 1659, el tribunal hace
constar, expresamente, que "parte de lo agravante contra el reo, era no aver cumplido
la penitencia de destierro de los Reynos de Indias que en la sentencia de la primera
causa se le impuso... ", A.H.N., inquisición, lib. 1065, f. 426.
237 Efectivamente, el día 10 de enero de 1573, el inglés Joan Gre rompió los ba-
rrotes de una ventana de la cárcel secreta que daba al patio de las casas del Santo Oti-

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 71

la mala calidad de los materiales empleados en la obra de la cárcel, en la


larga duración de la tramitación de los procesos, que daba lugar a que los
presos tuvieran tiempo para planear y llevar a cabo los proyectos de hui-
da. La evasión era, invariablemente, castigada con azotes y un reforza-
miento de la rigurosidad de la prisión. m
En relación con las prisiones inquisitoriales mexicanas, secretas o de
penitencia, es preciso apuntar que la vigilancia en ellas nunca fue muy ri-
gurosa, 10 que facilitaba a los reos la comunicación entre ellos y con el
exterior permitiendo la entrada de noticias, alimentos, etcétera 239 sobre
todo si se las compara con las de la jurisdicciones ordinaria o eclesiástica
de aquel tiempo. Esta circunstancia fue, al parecer, común al resto de los
tribunales españoles 2 4<)

CiD Y salió por ella, pero fue detenido allí mismo, A.H.N., Inquisición, lib. 1064, f.
29v; asimismo, el día 8 de marzo de 1573, cuando el tribunal de México aún no cum-
plía dos años de existencia, seis presos se huyeron de la cárcel secreta precticando
"una mina y salvado los cimientos que en esta tierra son bajos corno todo se funda
sobre agua .. ", Los fugados, que eran Gómez de León, Francisco Gónzalez, Guiller-
mo de Siles, Pablo de la Cruz, Andrés Martín y un muchacho llamado Guillenno, ha-
bían aprovechado los conocimientos y el plan trazado por un obrero, llamado Miguel
Martínez, que había estado preso en aquella celda. Todos fueron presos y castigados
con azotes, incluidos el proyectista de la obra y el cómplice que los escondió en su
casa. Con más detalles se expondrá este caso en el capítulo dedicado a la pena de
azotes, A.H.N., Inquisición, lib. 1064, ff 28v-29.
238 Fuga famosa de la cárcel secreta fue la de Guillén Lombardo de Guzmán, alias
Guillermo de Lampart, individuo que pretendió segregar la Nueva España del impe-
rio español, y que hallándose procesado por sospechoso de pacto, por lo que iba a ser
condenado no muy severamente, se escapó de la cárcel el día de Navidad de 1650 y
aprovechó la fuga para poner libelos contra el virrey, arzobispo e inquisidores, en las
puertas de las iglesias. Más tarde fue capturado y puesto en un cepo. Sin embargo, no
se le administraron los azotes, lo que llama la atención del inquisidor de la Suprema,
que lo señala en nota marginal (lib. 1065, f 382). Acabó relajado en persona en el
auto de 1659. A.H.N .. Inquisición. lib. 1065. ff. 374-348 Y 390-400. su proceso en
leg. 1729, núm. 5 y lego 1731, núm. 58. Sobre estos procesos se tratará más amplia-
mente en el capítulo dedicado a la relajación.
239 Sobre la vida en las cárceles de la Inquisición mexicana, en el periodo que
abarca el segundo tercio del siglo XVII, ver Alberro, S., Inquisición y sociedad... ,
cit., pp. 223-279.
240 Kamen, l-l., La Inquisición. .. , cit., p. 227. En lo que al tribunal mexicano res-
pecta, y concretándose al segundo tercio del siglo XVII, ver AlberTO, S., Inquisición y
sociedad. .. , cit. pp. 221-276; Reguera, 1., "Las cárceles de la Inquisición de Logroño
(o las amargas desventuras de un desdichado asentamiento)", en J. A. Escudero
(ediL), Pedilesjurídícos de la lnquísición e.\pm/o¡a, Madrid, 1989, pp. 433-438.

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72 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

E. Revelación de las declaraciones efectuadas


ante el tribunal del Santo Oficio

Este es un tipo delictivo que surge por incumplimiento de la obligación


de guardar secreto sobre cualquier extremo del que se hubiera tenido co-
nocimiento en el curso del proceso, obligación que, a tenor de lo dispues-
to en las Instrucciones de don Fernando de Valdés,241 se imponía a toda
persona que hubiera intervenido en la causa en calidad de procesado, tes-
tigo, perito, etcétera, pues como es sabido, los condenados, una vez extin-
guida la pena y antes de ser puestos en libertad, debían contraer ese com-
promiso siendo, a tal efecto, advertidos de las consecuencias de su
contravención en el denominado "Aviso de cárceles".242 Esta obligación
ha debido contribuir, sin duda, en buena medida, a crear ese misterio que
tradicionalmente ha rodeado de fantasía todo lo relacionado con las ac-
tuaciones inquisitoriales. 243

241 "Siempre que los Inquisidores sacasen de la cárcel algún preso para enviarle
fuera, en cualquier manera que vayan, si no fuere relajado, mediante juramento le
preguntarán por las cosas de la cárcel, si ha visto o entendido, estando en ella, algu-
nas comunicaciones entre los presos u otras personas fuera de la cárcel, y como ha
usado Su oficio el Alcaide y si lleva algún aviso de algún preso. Y si fuere cosa de
importancia, lo proveerán y mandarán, so graves penas, que tenga secreto, que no di-
gan cosa de las que han visto pasar en la cárcel. Y esta diligencia se pondrá por escri-
to en su proceso, y se asentará como el preso lo consiente, y si supiere finnar lo finne
porque tema qrebantarlo", Argüello, G. 1. de, Instruciones del Santo Oficio ... , cit.,
Instrucciones de Toledo de 1561,58, f. 35.
242 A los que salían de las cárceles, salvo los condenados a relajación, se les hacía
finnar el siguiente documento: "Fuele mandado debaxo del juramento que tiene fe-
cho, y sopena de excomunion mayor latae sententiae, y otras penas (si las quisieren
poner) que tenga y guarde secreto de todo lo que con el ha passado sobre su negocio,
y de lo que ha visto, sabido, oydo, y entendido en qualquier manera, despues que esta
en estas carceles, y no lo diga ni revele a persona alguna, ni debaxo de ningun color.
Prometio de lo cumplir. Y finnolo de su nombre (si supiere.) Passo ante mi fulano
Notario", García, P., Orden que comunmente se guarda... , cit., p. 37.
243 Pérez Martín, A., "La doctrina jurídica y el proceso inquisitorial", en J. A. Es-
cudero (edit.), Perfilesjuridicos de la Inquisición española, Madrid, 1989, pp. 289-
290; Kamen, H., La Inquisición. .. , cit., p. 229,

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 73
12. Masonería

Este tipo delictivo tuvo relativa importancia en el tribunal mexicano ya


bien entrado el siglo XVIII, pues la pertenencia a una logia bastaba para
inducir sospecha de herejia, lo que daba lugar a la actuación del Santo
Oficio.
Por otra parte, en este delito no puede dejarse de lado un factor de tipo
politico, tocante a la seguridad del Estado, en la que, desde siempre, in-
tervenía la Inquisición 244 Las penas consistían en la comparecencia en
auto de fe en forma de penitente, en ocasiones con mordaza, abjuración
de vehementi, destierro y algunas penitencias espirituales.

13. Otras áreas de actuación del tribunal

El tribunal de México intervino en muchas otras cuestiones sobre las


que la Inquisición a lo largo de su existencia había ido adquiriendo com-
petencia. Es de destacar, en especial, el control de libros, sobre todo en la
primera época cuando apenas existían imprentas en el Nuevo Mundo, y
también en la última fase de existencia del tribunal en que, con especial
celo, vigilaba las publicaciones que tenían relación con las ideas difundi-
das por la Revolución trancesa 245

VI. Los AUTOS DE FE

El auto de fe constituye, sin duda, el "elemento más definidor de la In-


quisición, lo que realmente hace del Santo Oficio algo especial y lo que le
da uno de sus resortes más eficaces de int1uencia en la sociedad";246 para

244 Ver Ferrer Benimeli, J. A., "Inquisición y masonería: un problema político~


eclesial", en J. Pérez Villanueva (dir.), La inquisición e.\pañola. Nueva visión, nuevos
horizontes, Madrid, 1980, pp. 737-781. con referencia expresa a varios procesos de la
Inquisición mexicana.
245 En lo que al control de publicaciones se refiere, es de reseñar que el Santo
Oficio revisaba las publicaciones relativas a los pronósticos de temporales, tan fre-
cuentes en aquella zona y que, al parecer, eran de gran utilidad para los navegantes
por las sucesivas ediciones que para cada temporada se sometían al tribunal. Vid.
A.G.N., Índice de Inquisición. t. 670 Y 759.
246 Maqueda Abreu, e., El auto deje, Madrid. 1992, p. 10.

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74 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

la ciudad de México donde se celebraban, así como para el resto del vi-
rreinato de la Nueva España, los autos de fe significaron unos hitos que
eran recordados durante largo tiempo, si bien hay que precisar que ni el
número de estas ceremonias fue excesivamente elevado ni su composi-
ción multitudinaria, como en los celebrados por los tribunales de la me-
trópoli en los primeros tiempos del Santo Oficio. Con todo, dado que en
esta ceremonia es donde se haCÍan públicas las penas impuestas por la In-
quisición, nos ha parecido oportuno hacer una breve referencia a los cele-
brados en la capital de la Nueva España.
El primer auto de fe posterior a la instauración del tribunal tuvo lugar
en la ciudad de México el día 28 de febrero de 1574, primer domingo de
Cuaresma, y en él comparecieron 71 reos 24? A partir de esa fecha se fue-
ron sucediendo otros con regularidad 24 " hasta llegar al llamado Auto Ge-
neral, célebre por el número de concurrentes y las penas de relajación en
persona que se impusieron, que se llevó a cabo el día 8 de diciembre de
1596, yen el que quedó extinguida la familia Carvajal al ser condenados
a relajación en persona gran parte de sus miembros 24 '
Otro auto importante fue el celebrado el tercer domingo de Cuaresma
del año 1601, el día 25 de marzo, en el cual comparecieron 123 reos, en-
tre los que figuraban un elevado número de condenados en estatua, difun-
tos y ausentes fugitivos. 25o
En la mitad del siglo XVII, entre los años 1646 y 1649, se celebraron
otros autos de fe, particulares, y uno general, el conocido como Auto
Grande, que supusieron el final de la llamada "gran complicidad", dado
que la mayor parte de los reos que comparecieron en los mismos eran
condenados por el delito de judaísmo. 25 ]

247 A.H.N., Inquisióón, lib. 1064, ff. 48-60v. En estos folios obra la "Relu¡yion de
las causas que se determinaron en el aueta publico de la fee que se 'Yelebro en la In-
quish;ion de la c;iudad de rnexico de las Provincias de la nueva spaña Indias del mar
Oc;eano el primero domingo de quaresma que se contaron veinte y ocho dias del mes
de febrero de 1574 años."
24' Destacan los celebrados el6 de marzo de 1575, el 19 de febrero de 1576, el 15
de diciembre de 1577, el II de octubre de 1579 y el24 de febrero de 1590.
249 A.H.N .,Inquisición, lib. 1064, ff. 184-209.
250 A.H.N., Inquisición, lib. 1064, tT. 222-295.
251 Medina, J. T., Historia del Tribuna!. .. , cit., pp. 173-206. Los autos se celebra-
ron el día 16 de abril de 1646, el 23 de enero de 1647, el 29 y 30 de marzo de 1648 Y
el11 de abril de 1649 en que se celebró el llamado Auto Grande.

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 75

En el año 1659 se celebró el último de los grandes autos de fe de Mé-


xico; en él hubo seis relajados en persona y uno en estatua, debiendo ad-
vertirse que aunque salieron algunos judaizantes, éstos ya no eran mayo-
ría ni los más señalados de entre los condenados. A partir de esa fecha,
los autos de fe mexicanos comienzan su declive, celebrándose cada vez
con menos boato a pesar de que el Santo Oficio condenó a varios reos a la
última pena. A lo largo del siglo XVIII se suceden una serie de autillos
que cada vez tienen menor número de reos, variando poco los delitos por
los que eran condenados, casi siempre los mismos: bigamia o blasfemia.
El tribunal mexicano, conforme a la tradición española y estilo del
Santo Oficio, escogió casi siempre días feriados para la celebración de los
autos,252 y así abundan los celebrados en domingos de Cuaresma,25J de
Adviento,254 fiesta de la Encarnación,'55 etcétera.
En lo que al lugar de celebración se refiere, también, conforme a la
práctica del Santo Oficio, los autos de fe se solían convocar al aire libre,
en la plaza mayor" u otra con capacidad suficiente buscando siempre la
ejemplaridad de las penas y el consiguiente efecto intimidatorio, y con
gran boato que se reflejaba no sólo en la cantidad y calidad de invitados
al acto, sino en la construcción del tablado que se preparaba a este efecto
y que en el siglo XVII por influencia del barroco llegó a hacerse compleja

252 Sobre la celebración de los autos de fe en día de tiesta vid. Gaeto Femández,
E., La costumhre... , cit., pp. 226-228.
253 Entre otros: el celebrado el día 28 de febrero de 1574, primer domingo de
Cuaresma, A.H.N., lnqui.s'ición, lib. 1064, f. 48; el de 6 de marzo de 1575, tercer do-
mingo de Cuaresma, A.H.N., Inquisición, lib. 1064, f. 64; el de 22 de marzo de 1609,
tercer domingo de Cuaresma, A.H.N., inquisición, lib. 1064, f. 441; el celebrado el
segundo domingo de Cuaresma de 1615, A.H.N., Inquisición, lib. 1065, f. 4.
254 El celebrado el día 8 de diciembre de 1596, segundo domingo de Adviento,
A.H.N., Inquisición, lib. 1064, f. 184.
255 El auto celebrado el día 25 de marzo de 1601, esta fecha coincidía con el ter-
cer domigo de Cuaresma. A.H.N., Inquisición, lib. lO64, f 22; en la misma festividad
de la Virgen y el mismo día 25 de marzo se celebró otro auto en el año 1605, A.H.N.,
Inquisición, lib. 1064, f. 379.
256 En dicha plaza se celebraron, entre otros: el de 8 de diciembre de 1596, en el
que fueron relajados nueve reos en persona y dos en estatua, A.H.N., Inquisición, lib.
lO64, ff 184-209v; el del día 25 de marzo de 1601. En este auto hubo tres relajados
en persona y dieciséis relajados en estatua, A.H.N., Inquisición, lib. lO64, ff 222-
305v.

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76 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

y costosa251 que se preparaba al efecto.''' Esta solemnidad de que se ro-


deaba al auto era extensiva a los actos que le precedían como el pregón259
o la procesión de la Cruz Verde."o Cuando los autos tenían menos impor-
tancia o las finanzas del tribunal no se hallaban en su mejor momento, se
celebraban en el convento de Santo Domingo, en el de San Francisco y,
en alguna ocasión, en la de catedral de México. 261

257 Sobre los autos de fe en la época barroca vid. Jiménez Mantesenn, M., "Mo-
dalidades y sentido histórico del auto de fe", en J. Pérez Villanueva y B. Escandell
Bonet (dir.), Historia de la Inquisición en Espmia y América, Madrid, 1993, t. 11, pp.
559-587.
258 Así, el Auto Grande de 1649 se llevó a cabo en la llamada plaza del Volador.
El lugar se preparó para que pudiesen asistir unos 16,000 espectadores. Sobre el ta-
blado en cuestión por el historiador del auto se informa: " ... se levantó el edificio de
la mtJia naranja para los reos, sobre diez gradas de a media vara de alto y dos tercias
de ancho, fabricadas en ochavo, teniendo la primera grada catorce varas de ámbito, y
al respecto subían las demás en disminución, hasta la superior, que remataba en nue-
ve varas de longitud; y sobre el macizo de este cuerpo se volaron cuatro arcos en
cuadro, sobre pedestales, columnas, arqultabre, friso y comisa de orden dórica, con
cuatro escudos con las armas del Santo Oticio, de Santo Domingo y de San Pedro
Máltir, en las cuatro claves de los arcos, sobre los cuales se levantó la media naranja
de henTIosa arquitectura y labor. Estaba adornado todo este cuerpo desde la primera
grada, de pedestales, barandillas y remates que le hacían vistoso en la guarnición so-
bre descollado en el edificio: y dentro el hueco de los cuatro arcos, que era de cuatro
varas y tercia por ángulo, se colocó una hermosísima cruz de verde y oro, dándose le
con razón el más alto y suntuoSO lugar en todo el teatro... ", Medina, J. T., Historia
del Tribunal... , cit., pp. 186-187.
259 Medina nos da noticia del pregón previo al auto de 11 de abril de 1649: "Dos
meses después de haber dado el anuncio a las autoridades, el 11 de marzo se hizo la
publicación solemne de la fiesta, para la cual se invitó a los caballeros y a lo más dis-
tinguido de la ciudad, que se presentaron en las casas del Santo Oticio adornados de
sus mejores galas y preseas, y una vez reunido el acompañamiento, que iba precedido
de las trompetas y ministriles vestidos con Ibreas de diferentes colores en caballos
encubertados, seguidos de los ministros de vara del tribunal y de los caballeros, que
iban precediendo al alguacil mayor ya nombrado, montado en un heml0so caballo,
costosamente enjaezado, en medio del secretario y del receptor general. Diose el pri-
mer pregón a las puertas de las casas del mismo Santo oficio... ", Medina, J. T., His-
toria del Tribunal... , cit., p. 186.
260 Así, en la procesión de la Cruz Verde que precedió al auto celebrado el día 25
de marzo de 1601 participaron más de 700 clérigos y frailes que, provistos de sendas
velas de cera, acompañaron la cruz verde desde la iglesia de Santo Domingo al tabla-
do, Medina, J. T., Historia del Tribunal... . cit., p. 123.
261 El del día 20 de abril de 1603. El auto se celebró en la capilla de San José,
A.H.N., Inquisición, lib. 1064, f. 309.

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ANTECEDENTES HISTÓRICOS 77

VI!. LA SUPRESIÓN DEL TRIBUNAL

El primer intento de supresión del tribunal se produjo en virtud del De-


creto de las Cortes de Cádiz, de 22 de febrero de 1813, que declaraba
abolidos los tribunales del Santo Oficio, publicado en México el 8 de ju-
nio del mismo año. En dicha disposición se acordaba que los bienes y
rentas de la Inquisición pasaran al tesoro nacional y que fueran suprimi-
das de las iglesias las tablillas y sambenitos de los penitenciados. 26' Sin
embargo, apenas dos años más tarde, Fernando VlI volvió a restablecer la
Inquisición. 263
La extinción definitiva del Santo Oficio en España y, por tanto, en Mé-
xico,264 fue consecuencia del levantamiento de Riego en el año 1820; en
efecto, una disposición de fecha 7 de marzo de 1820 ordenaba la puesta
en libertad de todos los presos y detenidos por razones políticas, entre los
que se incluía a los presos por el Santo Oficio,"" institución que fue su-
primida por decreto de 9 de marzo de 1820 266 Dicho decreto se extin-

262Medina, 1. T., Historia del Tribunal...• cit., p. 455.


263La restauración se produjo por un decreto dictado en Valencia el día 4 de
mayo de 1814, García-Gallo, A., Manual de historia del derecho ... , cit., t. 1I, doc.
1218,pp.1091-1095.
264 Sobre la supresión del Santo Oficio ver Jiménez Monteserín, M., "La aboli-
ción del Tribunal (1808-1834)", en J. Pérez Villanueva y B. Eseandell Bonet (dir.),
Historia de la Inquisición en E.\pa¡ia y América, v. 1, Madrid J 984, pp. 1424-1486.
En este trabajo el autor dedica un apartado a la Inquisicióo y la independencia de
América; Escudero, J. A., La abolición de la Inquisición c!Jpañola, "Discurso leído el
día 2 de diciembre de 1991, en su recepción pública en la Real Academia de Juris-
prudencia y Legislación", Madrid 1991; Medina, J. T., Historia del Tribunal .. , cit.,
pp. 501-510.
265 Escudero, J. A., La abolición de la Inquisición. .. , cit., p. 85.
266 "Considerando que es incompatible la existencia del Tribunal de la Inquisi-
ción con la Constitución de la Monarquía española, promulgada en Cadiz en 1812, y
que por esta razón la suprimieron las Cortes generales y extraordinarias, por Decreto
de 22 de febrero de 1813, previa una madura y larga discusión; oída la opinión de la
Junta formada por decreto de este día, y conformándome con su parecer, he venido
en mandar que desde hoy quede suprimido el referido tribunal en toda la Monarquía,
y por consecuencia, el Consejo de la suprema Inquisición, poniéndose inmediatamen-
te en libertad a todos los presos que estén en sus cárceles por opiniones políticas o re-
ligiosas, y pasándose a los reverendos obispos las causas de estos últimos en sus res-
pectivas diócesis, para que las sustancien y detenninen con arreglo en todo al
expresado Decreto de las Cortes extraordinarias. Tendreislo entendido y dispondréis

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78 RÉGIMEN DE PENAS Y PENITENCIAS EN LA INQUISICIÓN

guían unos tribunales que llevaban una existencia lánguida pues, de he-
cho, apenas instruían ya procedimientos, y éstos estaban dirigidos sobre
todo a perseguir la subversión contra el orden vigente, en el caso de Mé-
xico a los independentistas encabezados, frecuentemente, por clérigos 267
En cumplimiento del citado decreto de 9 de marzo, el día 14 de junio
siguiente, el virrey conde de Venadito ordenó al tribunal que cesase en
sus funciones y cumplimentase lo dispuesto en el decreto, poniendo en li-
bertad a los presos y remitiendo las causas a los obispos. Dos días más
tarde el inquisidor Antonio de Pereda informa que "el Tribunal ha cesado
inmediatamente en todas sus funciones y queda en el concepto de absolu-
ta extinción". 26R

lo conveniente a su cumplimiento. Palacio, 9 de marzo de 1820", Gaceta Extraordi-


naria de Madrid, de 10 de marzo de 1820.
267 Entre otras, causas contra los sacerdotes José María Hidalgo, José María Mo-
relos y el dominico Servando Teresa de Mier, Medina, 1. T., Historia del Tribunal... ,
cit., pp. 471-504. El autor dedica un capítulo de la obra al Santo Oficio y la Revolu-
ción de la Independencia.
268 Medina, J. T.. Historia del Tribllna/.... cit., p. 505.

DR © 1999, Universidad Nacional Autónoma de México

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