Unidad Didáctica 6 Los Siglos Xix y XX en El Arte
Unidad Didáctica 6 Los Siglos Xix y XX en El Arte
Unidad Didáctica 6 Los Siglos Xix y XX en El Arte
Arquitectura
Almudena Martínez Olmo
Grado en Fundamentos de Arquitectura
Historia del Arte
Tema 6
Los siglos XIX y XX y el arte
contemporáneo
El Impresionismo 4
1. La pintura impresionista 5
1.1. Los grandes pintores impresionistas 5
1.2. Los neoimpresionistas y el Puntillismo 8
2. La escultura de la época del Impresionismo 8
El Modernismo y el Simbolismo 10
1. El Simbolismo francés 10
2. El Simbolismo en Bélgica y Austria. Gustav Klimt 11
El Posimpresionismo 13
1. Vincent Van Gogh (1853-1890) 13
2. Paul Gauguin (26) (1848-1903) 15
3. Paul Cézanne (1839-1906) 16
4. Henri de Toulouse-Lautrec (1864-1901) 17
3. El Dadaísmo 30
4. El Surrealismo 31
4.1. Joan Miró (1893-1983) 31
4.2. Salvador Dalí (1904-1989). 32
4.3. Paul Delvaux (1897-1994) 32
4.4. Magritte (1898-1967) 33
5. El Surrealismo y la escultura 33
Por otra parte, la polarizada situación social, fruto de la industrialización y de la implantación del
liberalismo, hizo que pintores, escultores, diseñadores, etc. comenzasen a interrogarse no sólo sobre
su trabajo, sino también sobre la utilidad social del mismo. El artista, dotado para una especial
percepción de la realidad, debía experimentar en torno a la misma para ofrecer respuestas a los
problemas individuales y colectivos de la época. Este es el espíritu de las vanguardias, una serie de
movimientos artísticos que se sucederán desde ahora con gran rapidez y tratando de realizar
propuestas utópicas sobre el mundo, la vida y el hombre desde distintas perspectivas. Ello,
lógicamente, conllevaba la ruptura total y definitiva con los viejos lenguajes, tradiciones y formas de
expresión, que nunca volverían a ser las mismas.
El Impresionismo
Desde 1860, la pintura venía anunciando una serie de cambios y en 1874, con el Academicismo y el
Realismo en franca decadencia y prácticamente agotados, una serie de pintores parisinos que se
sabían rechazados, que coincidían en la nueva forma de pintar y que sentían las mismas
preocupaciones artísticas organizaron, para dar a conocer sus creaciones, una exposición en el salón
del fotógrafo Nadar. El público no acogió bien la muestra y la crítica fue muy dura con ellos. De forma
despectiva, Louis Leroy, en el periódico Charivari, denominó al grupo “impresionista”, haciendo
alusión a Impresión, sol naciente, de Monet, una de las obras menos comprendidas de la exposición.
Así, de este modo, recibió su nombre el primer movimiento artístico que había venido a romper y a
revolucionar las formas tradicionales del arte, un movimiento que no fue realmente aceptado hasta
veinte años después, pero que finalmente consiguió abrir nuevos caminos para la pintura, facilitando
el surgimiento de los movimientos de vanguardia posteriores.
El Impresionismo sólo puede entenderse si se atiende a dos factores fundamentales: la pasión por la
pintura al aire libre y el desarrollo de la industria y de la técnica, que estaban cambiando el
mundo y que terminaron por cambiar también el arte. El Romanticismo y la Escuela de Barbizon
habían extendido considerablemente el gusto por el paisaje y por la captación de las atmósferas del
mismo. Pero es que la Revolución Industrial había traído consigo el invento del tubo de pintura, por lo
que ahora no era estrictamente necesario permanecer en el taller para trabajar. Los maletines de
pintura permitían salir al campo y a las ciudades para experimentar directamente con ellos. Esto
revolucionó la percepción de la realidad que tenían los artistas, que se dieron cuenta de que era algo
mutable en función de los factores físicos de momentos determinados.
Esto hizo cambiar, al mismo tiempo, los temas de las representaciones; las artificiosas
composiciones académicas ya no tenían valor frente a la inmediatez de lo que veía el pintor
directamente en la calle. De esa forma, los asuntos que antes podían resultar banales para la pintura,
ahora ya no lo serían. Al mismo tiempo, la observación directa y las nuevas investigaciones
permitieron una nueva valoración de la luz y de los colores. Así, los impresionistas nunca
utilizarían el negro –que, según se comprobó, no existía realmente en la naturaleza-, dándole
prioridad a lo que ahora se sabía que eran colores primarios, dotados de mayor luminosidad. Los
distintos efectos de luces y sombras los conseguirían mezclando estos últimos, de un modo similar a
como lo hacía la naturaleza, donde los colores eran fruto de la intensidad de la luz en relación con
la atmósfera. Como fruto de esto, la técnica de la pincelada se transformó definitivamente, pues
se aplicaría de forma suelta y rápida, en trazos vigorosos y rectos. Esto ocurrió por la necesidad
Finalmente, como consecuencia de todo ello, cambió la valoración del espacio en las
representaciones. La construcción de la perspectiva tradicional desapareció en favor de encuadres y
planos mucho más intuitivos y espontáneos, en los que las figuras no tenían por qué ocupar espacios
centrales y privilegiados, quedando a veces cortadas. Esto vino favorecido por la nueva visión que
otorgó la fotografía, tan tremendamente real e inmediata.
1. La pintura impresionista
4 5
Auguste Renoir (1841-1919) se caracterizó por mostrar en sus cuadros una visión optimista
de la existencia, otorgándole un gran protagonismo a la juventud femenina. Sus primeras
tendencias realistas desaparecieron cuando entabló amistad con Monet, participando en la
exposición de 1874 con El palco, que ya muestra su adscripción a las nuevas formas. En
1876 realizó la que quizás sea su mejor obra Baile en Le Moulin de la Gallete (6), un café en
pleno barrio de Montmartre donde se reunía la juventud de la época para bailar y divertirse,
retratada de forma vitalista. Lo más interesante es el estudio que hace de la luz filtrándose a
través de los árboles y posándose de forma vibrante sobre la masa humana. Otras obras de
la misma época y que muestran esa misma preocupación son El columpio o Torso al sol, que
estudia de forma magistral la incidencia de los reflejos de luz sobre el desnudo femenino.
Otra de sus grandes obras es La merienda de los remeros. Al final de su vida conoció el éxito
y, debido a una artrosis en sus manos, fue avanzando hacia una pintura cada vez más
esquemática y simple.
Edgar Degas (1834-1917), por su parte, quizás fuera el más particular de los impresionistas,
a pesar de mostrar una vinculación general con el movimiento. Fue discípulo de Ingres, por lo
que, al contrario que el resto, siempre mostró un gran respeto por el dibujo. Por otra parte,
sus escenas son prácticamente de interior y reflejan el mundo urbano, preocupándose al
mismo tiempo por la luz artificial o la que se filtra desde la calle en las habitaciones
domésticas. Otro de sus rasgos distintivos fue la experimentación en torno al movimiento del
cuerpo humano. Todo esto confluye en sus escenas relacionadas con el teatro y el ballet, en
las que sus bailarinas (7) se muestran gráciles y en distintas actitudes. Sus escenas de
toilette nos enseñan a mujeres en difíciles equilibrios y escorzos, captadas desde ángulos
forzados que acentúan la contorsión y el movimiento del cuerpo. La absenta (8) es una obra
que muestra su visión del mundo bohemio parisino y la frescura e inmediatez de sus
encuadres.
8 7
El precursor del Puntillismo fue George Seurat (1859-1891), un estudioso e investigador que
aplicó de forma exhaustiva la teoría expuesta, lo que le granjeó un continuo rechazo. Siempre
optó por el gran formato, para lograr el tamaño natural de sus personajes. Además, teorizó
sobre el hecho de
que la composición
no tenía que ser
arbitraria, debiendo
estar regida por un
orden exacto en el
que primasen las
líneas verticales,
contrarrestadas por
las horizontales y, en
menor medida, por
las diagonales. Su
corta vida hizo que
pintase poco; siendo
Un domingo en la
Grande Jatte (9) la
9 obra que mejor
sintetiza su estilo.
Refleja el ambiente de la isla del Sena a la que acudían los parisinos para pasear, que había
sido estudiado minuciosa y cuidadosamente antes de plasmarlo. Las líneas básicas se
ajustan rigurosamente a su forma de entender los encuadres, gracias a la postura rígida de
los personajes y los árboles y la línea fugada del río. Este esquematismo se extiende a la
pincelada, aplicada puntillistamente.
Paul Signac (1863-1935) fue discípulo suyo y predicó sus teorías, si bien al final de su vida
abandonó la fidelidad del método. Su mejor obra es El puerto de Marsella.
Aunque no puede hablarse de una escultura impresionista, en paralelo con el movimiento pictórico se
desarrolló la obra de Auguste Rodin (1840-1917), el más grande de los escultores del siglo XIX y
uno de los más importantes de toda la Historia del Arte. Llevó a cabo una profunda renovación de su
disciplina, lo mismo que había hecho Manet, y su trabajo compartía algunas características con el
movimiento pictórico que había iniciado este.
La muerte de su hermana en 1862 provocó en él una profunda crisis espiritual que desembocó en
su ingreso en una orden religiosa, si bien a los dos años tuvo que abandonarla para dedicarse a su
verdadera pasión, la escultura. La falta de éxito le hizo salir a Bélgica a trabajar en las numerosas
obras modernitas que se estaban ejecutando en aquel país, pero un viaje a Italia le permitió descubrir
la potencia y la energía vibrante de la obra de Miguel Ángel, liberándose de sus ataduras
académicas. Como fruto de todo ello, Rodin se preocuparía por mostrar la verdad de la realidad y
todos los valores del ser humano, desde la belleza, la pasión, el entusiasmo y la alegría, hasta la
fealdad y la tristeza. Para ello utilizaría formas directas y no idealizadas. Para ello empleaba un
11
En el campo de la pintura, el camino lo había abierto unas décadas antes el Prerrafaelismo inglés. Al
igual que en dicho caso, el desacuerdo con el progreso material, que diluía las facetas más
espirituales del ser humano, llevó a un grupo de artistas franceses, hacia 1880, en pleno auge del
Impresionismo, a crear el Simbolismo. Se trataba de un movimiento de cuño idealista y que
propugnaba una huida de la realidad para dirigir el alma hacia la fantasía. Para ello, recurrirían a la
historia, a la mitología o a la literatura, siendo los asuntos religiosos los más sublimes recursos
disponibles. También recurren con frecuencia al amor, el más bello sentimiento del hombre. Puesto
que se trataba de un arte ensoñador y subjetivo, el dibujo perdía importancia, en favor de unas
formas desmaterializadas, suaves, melancólicas y desvanecidas, lo mismo que los colores, las
luces y las sombras.
1. El Simbolismo francés
El otro gran simbolista fue Odilon Redon (1840-1916), una persona igualmente singular que había
padecido una juventud enfermiza. A pesar de todo, gozó de una formación humanística muy amplia,
siendo un gran melómano, un amante de la literatura y el pensamiento de su época y un
apasionado de la botánica, algo que influiría, concretamente, en el carácter decorativo y exótico de
su obra. Su carácter, sin embargo, le hizo ser un desconocido en el mundo del arte, excepto para los
“malditos”, la minoría rechazada, lo que le llevó a tratar abundantemente el tema del poeta y del
artista olvidado, solitario y melancólico. Desarrolló, en definitiva, un arte visionario, de lo
inconsciente, de lo ilógico y de aquello que sólo se conoce a través de los sueños. Su pintura
luminosa convertía lo abstracto en concreto. Muy paradigmática de su producción es Orfeo muerto,
donde aparece su cabeza sobre la lira, en un ambiente de luces extrañas. En El silencio, una figura
femenina asoma la cabeza llevándose los dedos a la boca, como pidiendo silencio al mundo real que
hay al otro lado del lienzo, un tema similar al de Ojos cerrados, donde la mujer se niega a mirar la
realidad. En El cíclope (13), que acecha a una ninfa que duerme entre las flores, desata la fantasía
más inquietante, mientras que en El ojo es como un globo fantástico que se dirige al infinito parece
anticiparse al Surrealismo. Después de su etapa
simbolista se dedicó a pintar bodegones cuajados de
flores.
13 14
En Bélgica, el Modernismo tuvo un gran desarrollo, destacando como pintor simbolista Fernand
Khnopff (1858-1921). Aunque estudió en Bruselas, pasó por París y fue un gran conocedor del
Prerrafaelismo y del Simbolismo francés. Admiraba, en concreto, a Rossetti y a Moreau y fue un
auténtico misógino y un misántropo que vivió encerrado en sí mismo y sin apenas contactos con
otros seres humanos. Por eso, en su obra, rinde culto a la soledad y a la belleza espiritual. Para ello
recurre a un ideal femenino muy particular, distante, ambiguo e impenetrable. Su pintura destacará
por ser exquisita, refinada y sublime, que parte de la de Rosseti, aunque más nebulosa y diluida y
dotada de una atmósfera ausente. Entre sus obras destacan La esfinge (15) o Cierro la puerta
15
17 18
El Posimpresionismo
Hubo una serie de pintores que estuvieron vinculados con el Impresionismo en ciertos momentos de
su vida. Sin embargo, la extraordinaria personalidad de cada uno de ellos les hizo abrir caminos
particulares y propios que condujeron, una generación después, a resultados novedosos. Se trata de
los posimpresionistas, un grupo heterogéneo y disperso que hizo evolucionar la pintura para iniciar
las nuevas corrientes del siglo XX.
Convencido de su evolución, mandaba algunas de estas obras a París, para que su hermano Theo
tratase de venderlas. El nulo éxito conseguido agravó su situación mental, incurriendo en serias crisis
de ansiedad y en fuertes depresiones. Al mismo tiempo, en octubre de 1888, Paul Gaugin se
trasladaba hasta Arlés con intención de
instalarse junto a él y crear un taller de artistas
en la ciudad. Durante algún tiempo, la actividad
pictórica de ambos fue febril y fructífera, siendo
fruto de la misma La silla de Van Gogh y La silla
de Gaugin, por ejemplo. El desequilibrio mutuo,
sin embargo, provoca una fuerte crisis entre
ambos a finales del mismo año que desemboca
en el conocido incidente del corte de la oreja.
22
En 1883, después de una vida laboral y familiar exitosa –había sido un reconocido agente de bolsa y
tenido cinco hijos de su matrimonio-, decidió dedicarse a la pintura abandonándolo todo y
desarrollando, desde entonces, una existencia difícil. Tras su primer periodo impresionista salió de
París para recorrer la Bretaña, donde descubrió sorprendido una Francia donde pervivía cierto
atraso y primitivismo. Aquí, a
partir de esta experiencia, fue
configurando un estilo de cuño
propio, basado en grandes
manchas de colores brillantes.
Instalado en Pont-Aven,
realizaría obras que reflejaban los
paisajes, las costumbres y los
tipos humanos del lugar.
Destacan de entonces Bañistas
en Bretaña, Cuatro Bretonas o La
pastora bretona.
Su adinerada familia le procuró una educación esmerada, manteniendo, de hecho, una buena
amistad con Emile Zola. Sin embargo,
abandonó el camino que le habían trazado
para dedicarse a la pintura, aunque su
carácter agrio y sus escasas dotes del
comienzo –figuras torpes, mal dibujo, colores
oscuros...- le llevaron a ser un rechazado
incluso entre los “malditos”. Esto y la
incomprensión familiar le llevaron a desarrollar
un considerable mal humor, lo que desembocó
en una vida solitaria y apartada de la realidad,
lo que a la larga favoreció el desarrollo de una
pintura cada vez más contundente y seca.
Fue pintor, sobre todo, de paisajes y bodegones, géneros que le permitían experimentar alrededor de
sus preocupaciones pictóricas. De su época impresionista destacan, sobre todo, las vistas de Auvers,
que a pesar de todo ya apuntan hacia el que sería su posterior camino. El puente de Maincy ya
muestra a las claras la esencia de su auténtico estilo, que alcanzará el culmen con Las grandes
bañistas, donde tanto el paisaje como los cuerpos desnudos se someten a la pureza de la geometría.
También son reseñables Bodegón con cebollas o Bodegón con manzanas y naranjas. (25) Fuera de
estas temáticas son realmente destacables Los jugadores de naipes (26) o Mujer con cafetera.
También desarrolló una importante labor como cartelista, modernizando el género y llevándolo a
cotas importantísimas. En ellos se anunciaban las grandes actuaciones de los mismos personajes
citados, con colores planos e intensos y en los que la línea nerviosa y movida transmitía la
sensación de frenesí de la danza y la música. Baste citar los del Moulin Rouge, Aristide Brauant o
Jane Avril.
Las vanguardias tienen lugar en una época convulsa, marcada por los conflictos bélicos, -las dos
guerras mundiales- y por el desarrollo generado por la Revolución Industrial. Estos hechos van a
marcar y cambiar profundamente a la sociedad. Como toda época de crisis y cambio, es un momento
de gran productividad intelectual, lo que tendrá su reflejo en el arte. En este momento, además,
ocurre un hecho fundamental a nivel artístico: en el cambio de siglo Europa era la generadora de las
corrientes artísticas desde París; sin embargo, cuando la Europa destruida por las guerras pierde su
hegemonía mundial en favor de EE.UU, Nueva York toma el relevo de la capital francesa. A partir de
entonces los movimientos artísticos se producen con más rapidez, son más diversos y fugaces.
Conviven dos tendencias en el arte, por un lado aquellas que continúan con el compromiso social y
humano, y por el otro, las que apuestan por el desarrollo, el avance, el arte por el arte, la
experimentación, etc. Progresivamente se va produciendo un alejamiento de la realidad hasta que en
los años 60 se llega a la pura abstracción. En torno a los años 70 vuelve la figuración, con el Pop Art
y, después, con el Hiperrealismo; posteriormente aparecerá el Arte Conceptual y el Minimal Art.
En algunos casos incluso se sustituye la mano del artista por la máquina, por ordenadores capaces
de generar figuras, que reemplazan a la actuación personal del artista.
Es uno de los primeros movimientos del siglo XX. Se desarrolló entre 1905 y la I Guerra Mundial y
supuso una de las grandes revoluciones de la pintura del siglo pasado. Expusieron por primera vez
en París, en otoño de 1905, y tras la crítica de Vauxcelles, Donatello entre las fieras, se les empezó a
conocer como “les fauves” (las fieras).
La obra de estos artista, que tienen su origen en el postimpresionismo y admiraban a Van Gogh, se
caracteriza por en la potencia y exaltación del color, fuerte, intenso y violento. No les interesa el
dibujo, el modelado, la luz, ni los matices, sin embargo el color cobra un protagonismo absoluto
Dibujan directamente con el pincel, con una línea negra y gruesa. Se construye el espacio con el
color. Ya no hay perspectiva ni dibujo, y desaparecen los elementos academicistas. En definitiva,
buscan impresionar al espectador por la explosión de color.
Comenzó trabajando en un bufete de abogados, sin embargo, en 1890 cayó enfermo y tuvo
que guardar reposo durante varios años, los que aprovechó para interesarse por el mundo
artístico. De esta forma, en
cuanto pudo levantarse de
la cama, hacia 1894,
marchó a estudiar Bellas
Artes.
Después de la I Guerra Mundial se separa de los fauves y pinta con formas claras, planas,
simplificadas y onduladas: los arabescos. La modernidad viene de la mano de la
simplificación de las formas y el color y del movimiento creado por la intensa decoración a
base de ondulaciones.. Se muestra como un artista de fuerte personalidad, como vemos en
toda su producción, destacando obras como La Danza (29) o La Raya Verde. Huye del
Cubismo, adquiriendo un estilo propio.
A partir de los años 20, gozó de gran popularidad. Busca que los ojos del espectador
disfruten contemplando sus pinturas, que se llenan de ornamentación y detalles. Practica la
pintura pura, sin complejidad temática, tan solo la vida cotidiana, buscando lo bello y lo
placentero. Esto le lleva a retratar interiores, que son una invitación a ver y gozar. Incluye
cuerpos en reposo cuyas curcas siguen el ritmo decorativo. Destacan obras como Mantel
rojo, Matisse pintando desnudo o Mujer con blusa rumana.
En los últimos años de su vida, las esencias de los productos pictóricos le ocasionan pérdida
de visión, de modo que dejará de pintar con pinceles pasando a realizar cuadros mediante la
técnica del collage, consistente en ir pegando trozos de papel, de colores puros, que
1.2. Otros.
Vlaminck (1876-1958) utiliza colores arrebatados y furiosos en su obra, formas sin dibujar,
perfilándolas con el tubo negro de forma dura, con agresividad visual. Este estilo, es reflejo de
su propia personalidad, pues podría definirse como alguien popular, rebelde y tosco. Algunas
de sus frases preferidas eran “yo no he ido nunca, ni iré al museo del Louvre” o “yo amo a
Van Gogh más que a mi padre”. Esta última evidencia la gran influencia que ejerce este pintor
en el Fauvismo, aunque los fauves no construyen razonadamente sus pinturas. En los años
finales de su vida adoptó un estilo más amble, con tonos azules y grises más tranquilos y
reposados. Entre sus obras destaca el retrato de Derain.
Derain (1880-1954) era amigo del anterior y estuvo muy vinculado a él en sus orígenes por
lo que hay años en que sus pinturas son difíciles de distinguir, aunque Derain es más
armonioso y menos fiero. Su obra es más cuidada y conceptual, aunque menos espontánea.
De hecho, estudia las composiciones y
los colores para que no sean
estridentes, como en su retrato de
Matisse.
2. El Cubismo
Se considera que el cubismo es un movimiento artístico creado por Picasso en 1907, con su obra Las
Señoritas de Avignon (31), aunque ya antes había pintado el Retrato de Gertrude Stein, que puede
considerarse un precedente.
Además, este movimiento bebe en gran medida de la obra de Cezanne en lo que se refiere a la
geometrización de las formas y la representación de planos (perspectiva dual). También lo hace del
arte africano, que se hace popular en Europa a comienzos del siglo XX con el imperialismo. Estas
obras influyen significativamente en Picasso, al igual que el arte ibérico.
Fruto de todo ello, se genera un movimiento artístico, que en principio fue recibido con desconcierto,
hostilidad y burla por la crítica. Se trata de un nuevo lenguaje que rompe con la tradición pictórica
realista. Defienden una visión geométrica de la naturaleza. Pintaban retratos y bodegones, entre otras
cosas, con un punto de vista geométrico, en el que se funden planos de diferentes perspectivas.
2.1. Picasso
Pablo Ruiz Picasso (1881-1973), nace en Málaga en el seno de una familia cuyo cabeza de
familia era profesor de dibujo, aunque después se desplazan a La Coruña y a Barcelona,
donde decide ser pintor. Se forma en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de
Madrid y viaja a París. En 1906 inventa el Cubismo, con el que revoluciona la capital
francesa. Desde entonces se convierte en la punta de lanza de todo proceso de creación
artística en París. Siempre en plena evolución, sintetiza
todo lo que ocurre en el arte durante el siglo XX.
Etapa cubista. A partir de 1906 comienza a geometrizar las formas y realiza el retrato de
Gertrud Stein. En 1907, Las señoritas de Avignon marcan el nacimiento de esta nueva
vanguardia. En un principio, crea el llamado cubismo analítico, que se caracteriza por una
visión geometrizada de la realidad, reduciendo la paleta cromática a colores esenciales y
uniformes, intentando captar al mismo tiempo las tres dimensiones. Además de Las Señoritas
de Avignon, destacan obras como Mujer con guitarra.
33
Periodo clásico. Hacia 1920 comienza a cansarse del cubismo y empieza a pintar con
claridad, suavidad y sentimiento. Durante este periodo se casa por segunda vez y forma una
familia, que comienza a cobrar protagonismo en su obra. Las pinturas de este periodo se
caracterizan por el dibujo duro y marcado, la seriedad, el equilibrio y la tranquilidad, como
puede apreciarse en Maternidad o Los amantes.
Estilo de madurez y plenitud. La guerra civil española le marca con un profundo dolor y su
pintura se tiñe de expresionismo. Pinta el dolor y el sufrimiento, como se ve en El Guernika
(33), que realiza para el pabellón español de la Exposición Universal de 1937. En esta obra,
donde el color se reduce a blancos y negros, muestra la destrucción y la muerte generadas
por el conflicto a través de seres descompuestos. Tras la II Guerra Mundial, abandona el
expresionismo y, hasta el final de su vida continúa con el estilo que había sido interrumpido
por los conflictos bélicos. Abandona París y se traslada al sur de Francia, donde vive retirado
apaciblemente y trabaja libremente, realizando pinturas, esculturas, grabados y cerámicas.
George Braque (1882-1963) parte del cubismo analítico pero intensifica la descomposición
geométrica de tal manera que su obra es más conceptual que la de Picasso. En 1914 en sus
pinturas ya no se aprecia esa realidad de la que deriva la figura, hasta tal punto que la crítica
calificó sus obras como herméticas. Un claro ejemplo de momento son obras como El violín y
la jaula o El Portugués. Tras este periodo hermético, en su madurez, sus pinturas se vuelven
Comienza trabajando con planchas de hierro muy finas que corta con tijeras y une con
soldadura autógena formando las denominadas “máscaras” muy sintéticas y expresivas. Esta
técnica le permite crear un lenguaje de un vanguardismo admirable repleto de fantasía.
Destacan las máscaras dedicadas a su hermano Joan, fallecido. Su obra evoluciona hacia
una fase lineal en la que recurre a barras de hierro que combina con planchas para formar las
figuras unidas con soldadura autógena, como por ejemplo la Mujer peinándose. Otra de sus
obras más conocidas es Hombre cactus (36)
3. El Futurismo
En 1910 se crea un movimiento artístico en Italia con la intención de sobrepasar al cubismo que
algunos artistas ya encontraban estancado y sin alma. Boccioni es el ideólogo, junto con Marinetti,
que redacta el Manifiesto futurista donde se recoge que el arte debe mostrar los avances industriales
y la velocidad que caracterizan ese tiempo. El arte debe liberarse de la tradición clásica que siempre
había estado presente en este país,
llegando a afirmar que “un coche de
carreras es más bello de la Victoria de
Samotracia”. En definitiva, se trata de
un movimiento cuyos miembros
pretendían ser los artistas del futuro.
Querían conferir al arte vida y
movimiento en su desarrollo, que fuese
dinámico y vital, siempre subyugado por
el mundo de la máquina y el automóvil.
Este movimiento se prolonga hasta
1916, con la muerte de Boccioni.
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Boccioni (1882-1916), es el artista más
sobresaliente del Futurismo, intenta dar a sus obras movimiento, energía, tensión y plasmar el
movimiento en su desarrollo. A través de la fuerza las cosas cambian de sitio y atraviesan el espacio
en ese tránsito, momento que intenta captar este artista. Esta preocupación por plasmar el impulso y
la dinámica, le lleva a crear la escultura Formas Únicas de Continuidad en el Espacio, en la que la
parte delantera de la misma avanza y la trasera deja la estela de su paso. Su obra pictórica se rige
por las mismas características, como vemos en la Carga de la caballería o en La ciudad se levanta.
(37)
Giacomo Balla (1871-1958) se encuadró dentro del estilo futurista al firmar el Manifiesto técnico de
los pintores futuristas en 1910. Balla intenta representar a un tiempo el movimiento y la velocidad,
algo que los futuristas consideraban como la esencia de la civilización moderna. En la década de
1930 retornó a la pintura figurativa. Sobresale la obra Luces y velocidad.
1. El Expresionismo
Surge a comienzo del siglo XX como respuesta al periodo de crisis generado por el dolor derivado de
la I Guerra Mundial y por el malestar de la sociedad alemana industrializada en poder de unos pocos
privilegiados sin valores ni moral. Todo ello provoca un sentimiento de desarraigo moral y de soledad,
en el que se percibe que el espíritu y los valores colectivos no valen nada frente al materialismo.
Los jóvenes intelectuales alemanes de los años veinte tienen la percepción de que el conflicto bélico
mundial no ha servido para nada, por ello siguen pidiendo una revolución, critican la socialdemocracia
donde, a pesar de haber derrocado a la monarquía, la opresión continúa y gran parte de la población
vive maltratada, por lo que entre los intelectuales se va gestando un sentimiento de indignación frente
a esta situación. Sin embargo, el fenómeno no es solo colectivo, sino que finalmente llega a lo
individual, a los sentimientos de angustia y desequilibrio provocados por la soledad, el desengaño o la
imposibilidad de solucionar los problemas.
Todo ello deriva en una manera de expresión plástica caracterizada por figuras agresivas y
deformadas, de color violento y remarcadas por un trazo grueso que, al igual que el cromatismo,
toman de los fauvistas.
En el año 1933 Hitler llega al poder y pretende utilizar el arte como propaganda de sus ideas. Como
consecuencia, los artistas jóvenes, que sin embargo lo concebían como algo puro, sin contaminar,
independiente del poder y al servicio de los oprimidos, fueron perseguidos por negarse a exaltar los
valores nacionales y la raza aria. La Gestapo los somete a un estricto control y muchas obras
artísticas y literarias son destruidas en
grandes piras de fuego. En 1939, al estallar la
la II Guerra Mundial, todos los artistas
“degenearados” son identificados, muchos
son enviados a primera de línea de fuego en
el frente ruso o a campos de concentración.
Los que escapan, vuelven a la Alemania
democrática con el fin de la guerra.
James Ensor (1860-1949) nació en Bélgica, país del que nunca se movió. Se trata de un
personaje curioso que pintó por su cuenta, aquello que sentía, veía y pensaba. Se mantiene
al margen de los movimientos y tendencias artísticas del momento, aunque su obra encaja
dentro del Expresionismo. Hombre fantasioso, con profundos arrebatos líricos, se ríe de todo,
y recurre a colores estridentes y luminosos, para crear un estilo potente y decidido.
Representa a una humanidad intensa que es falsa y superficial, con sonrisas que más bien
son una mueca tosca, símbolo de un disfrute desenfrenado pero intrascendente. En esta
especie de carnaval, se aprecia un aire caricaturesco que refleja su percepción de la vida
como una farsa vulgar, donde la muerte acecha como una máscara más. En su obra se
aprecia la influencia de pintores belgas como el Bosco o Brueghel. Sobresale su obra La
Entrada de Cristo en Bruselas.
Emil Nolde (1867-1956), perseguido por los nazis, fue amenazado por la Gestapo y tuvo que
huir de Alemania tras la llegada de una orden de militarización, aunque regresa una vez
acabada la guerra Se formó en el Impresionismo, que llegó hasta Alemania, y después
conoce el Simbolismo. Practica la violencia propia del color expresionista, lo que refuerza con
rostros deformados y caricaturizados y con las manos. Mostró un notorio interés por la pintura
religiosa. A pesar de no ser excesivamente piadoso, le atraía la figura de Cristo, de ahí que
pinte episodios de su vida, como su Sagrada Cena, en la que usa colores fuertes, espesos y
compactos. Destacan las expresiones de manos y caras desencajadas.
Surge en Dresde, donde un joven grupo de artistas que están en contra del academicismo
oficial crean una vanguardia independiente, en la que muestran su visión individual y personal
de la realidad.
Son otro grupo de intelectuales vinculados con un ideario artístico común y vienen a trabajar
Vasily Kandinsky es uno de los muchos rusos que trabajan en Europa, pues en la Rusia de
los zares el arte estaba muy limitado, pasa de Rusia a Alemania y de allí a Paris. Vive hasta
1944 y muere en París.
Estudia en Munich donde encuentra el camino del nuevo arte en el impresionismo. Poco a
poco pasa al simbolismo y a partir de 1900 al expresionismo. También conoce el desarrollo
de fauvismo, del que tomará la fuerza del color. Alterna estancias en París y Munich donde
crea su movimiento El jinete azul. Desde principios del XX comienza a pintar paisajes de
pueblos, sobre todo de Mournau, imaginativos, con
luces y colores, en los que se percibe un germen de
expresión de ensoñación interior. Sus obras se van
sintetizando, realizando composiciones con pequeñas
figuras y comienza a experimentar con texturas
añadiendo arena a la pintura. Hacia 1910 está en
Munich donde, fruto de sus pensamientos y
meditaciones sobre el arte, abandona el
expresionismo para orientarse hacia la abstracción,
fiel a los principios que promulga en De lo espiritual
en el arte.
Oskar Kokoschka (1886-1980), fue admirador de Klimt y de ese mundo refinado y culto, de
arquitectos, pintores y poetas que se forman en torno a la Secesión de Viena, donde estudia
arte.
43
Mondrian (1872-1944) pasó por el naturalismo y el
simbolismo hasta llegar a la abstracción. Su pintura
siempre estuvo relacionada con sus inquietudes filosóficas. Influenciado por el movimiento teosófico,
que defendía que se podía llegar a un conocimiento profundo de la naturaleza a través de medios no
empíricos, su trabajo se centra en esa búsqueda. En sus obras, genera una retícula, que él mismo
llamó “retícula cósmica” que rellena con los no-colores blanco y negro, y los colores primarios, que
consideraba la esencia del universo, como por ejemplo en su famosa Composición A (43). En
definitiva, recurre a formas y colores puros que buscan el equilibrio y la armonía, organizando
sistemáticamente el conjunto. Su aparente simplicidad esconde una gran profundidad intelectual.
Se desarrolla a partir de la revolución de 1917 y la llegada al poder del comunismo. En este momento
se generan nuevos problemas culturales y sociales: desaparecen la propiedad privada y la religión, y
se ensalza el valor del trabajo colectivo para el estado y de la máquina. Se impone un estado donde
lo técnico, práctico y útil es lo valorable y un enfoque positivista a la hora de interpretar las formas.
Anton Peusner(1886-1962). Llega en 1911 a París y se empapa de cubismo pero pronto los
métodos le parecen rígidos y pragmáticos y se escapa de este lenguaje. Construye planchas de
plástico translúcido con las que hace obras que llama cabezas y fuentes. Posteriormente hace con su
hermano (Gabo) Construcciones lineales en el espacio
Naum Gabo (1890-1977), llega en 1915 en París. Se acerca al cubismo en primer lugar como un
artista moderno y trabajaba de manera ingeniosa con un elemento inédito en el mundo del consumo:
el plástico. Construye formas translúcidas usando láminas de este material, es la primera vez que
aparecen formas en el arte por las que pasa la luz. También recurre al cristal, como en sus fuentes.
Después pasa a definir su estilo más famoso: Construcciones lineales en el espacio. Se trata de hilos
de nylon entrecruzados en una estructura de bronce que generan ondulaciones de la luz (moiré).
En sus pinturas siempre hay una especie de emoción que recuerda cosas bellas que ha vivido, donde
nunca señala la noción del tiempo, ya que no sabemos si han pasado, si están pasando o si pasarán.
Por otra parte la lógica no existe para él ni tampoco la ley de la gravedad, porque los elementos
vuelan por el espacio. Cuando llega 1925 los surrealistas le miran con simpatía porque es un hombre
que ha roto con las leyes de la lógica. Cuando vuelve de América le hacen un encargo que cumple
muy orgulloso, cubrir las pinturas de la Ópera de París manteniendo las antigua.
La pintura metafísica es un movimiento artístico italiano que empieza poco antes de 1910 y la guerra
se encarga de eliminar. Su creador es Giorgio de Chirico, que estando en Ferrara en torno a 1909
comienza a pintar. Condicionado por las teorías froidianas y los estudios del subconsciente, empieza
a crear escenas que salen del mundo inconcreto del sueño de la noche.
Giorgio de Chirico (1888-1978), se caracteriza por llevar a cabo representaciones de las calles,
plazas y pórticos de Ferrara por la noche, en escenas desiertas donde, como mucho, aparecen
sombras. El aspecto nocturno se acentúa con líneas que se estrechan y profundas perspectivas hacia
el infinito, creando la sensación de que la noche es misteriosa y que puede ocurrir cualquier cosa
buena o mala. Pinta como fondo las tapias del ferrocarril y detrás el humo de las locomotoras que se
acercan a la estación.
También pinta
extraños objetos, que
coloca y asocia de
manera que no se
puede establecer
relación, por lo que
siembra el
desconcierto, la
inquietud, la sorpresa
y admiración. El
espectador se siente
atraído hacia esas
imágenes
indescifrables del
mundo de la noche,
quieto, silencioso,
inmóvil, tal como
observamos en su
obra El enigma de la
46
hora (46).
3. El Dadaísmo
Este movimiento se engendra en Suiza, país neutral en la II Guerra Mundial, en 1915, a donde
acuden jóvenes de europeos que no quieren ir al frente a morir. Se reúnen en Zurich, donde se
agrupan por ideologías y por el ejercicio de sus vocaciones artísticas. El nexo de unión es el poeta
rumano Tristan Tzara, quien propone crear un movimiento artístico para el que decidieron un nombre
al azar: dada (fiesta del día del padre). Este movimiento destruye y niega el valor del arte, pues los
4. El Surrealismo
Tanto la Metafísica de Chirico como el Dada abonan el terreno para que aparezca el Surrealismo. El
Dada negaba el valor del arte, las creaciones de los artistas, mientras que el Surrealismo pretende
mostrar que los valores de nuestra sociedad no sirven de nada, pretendiendo desmantelar la moral, la
justicia y la educación.
Influidos por los escritos del psicoanalista Freud, consideran necesario abrir para el arte los oscuros
impulsos del subconsciente, esas obsesiones que están dentro, relacionadas con aspectos como la
muerte y el sexo.
Será André Bretón el que en 1924 realice el manifiesto surrealista, donde establece los principios de
este movimiento y normas para romper con lo convencional, las buenas costumbres y la educación, y
cambiar esto por una actitud irracional y aguerrida contra las normas de la sociedad. El surrealista
dice que nada es como es y como parece, por lo que lo el surrealista proponen lo contrario de lo que
se ve.
Nació en Figueres en 1904. Su padre gozó de una buena posición social, por lo que pudo
ofrecerle una buena educación. Estudio en Madrid, en la Academia de Bellas Artes de San
Fernando, chocando frontalmente con aquel mundo anquilosado, pues era un personajes
excéntrico, provocador y desafiante. Mientras tanto, frecuentó la Residencia de Estudiantes,
estableciendo grandes lazos personales e intelectuales con personajes como García Lorca o
Buñuel. Al mismo tiempo comenzó a conocer las teorías de Freud y del subconsciente.
Finalmente se trasladó a París en 1927; conoció el Cubismo, pero cuanto Bretón proclama el
movimiento surrealista quedará completamente ligado al mismo. Dado que era un gran
dibujante, comenzó a pintar de forma realista, con gran exactitud y precisión, pero plasmando
temas de un modo totalmente subconsciente, relacionados con la noche, el sueño y lo
onírico. Sus escenas casi siempre se desarrollan entre paisajes de llanuras y pequeñas
montañas, con el mar de la Costa Brava de fondo, su lugar de nacimiento.
En 1938 se trasladó a Nueva York, haciendo gran fama y fortuna y llegando a trabajar en
grandes proyectos cinematográficos. De esa forma, a partir de 1940 comenzó a ser
duramente criticado por haberse convertido en un personaje comercial, pero su mayor
provocación fue volver a España en 1944, en plena Autarquía y ante el asombro de la
comunidad internacional, que no entendía que congraciase con el régimen franquista. Se
convirtió en una auténtica estrella y en un emblema de la España de la época. Durante la
Transición, para seguir alimentando su fama y generando la polémica que le había dado de
comer, se proclamó profundamente monárquico.
Entre sus obra podemos citar Gala de espaldas, que demuestra que fue uno de los mejores
dibujantes de toda la Historia del Arte, o sus obras surrealistas más puras: El gran
masturbador (49) y Persistencia del tiempo en la memoria.
5. El Surrealismo y la escultura
Es un movimiento artístico que surge a partir del pensamiento de Kandinsky y que no muestra
ninguna relación con la realidad figurativa; las formas reales y tradicionales desaparecen. Propugna,
por tanto, la libre creación, sin someterse a filosofía o pensamiento alguno. Las formas y colores se
mezclan sin ninguna pretensión de parecerse a la naturaleza. Únicamente puede decirse que, dentro
de la abstracción hay dos tendencias: la gestual y la geométrica.
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2. El Pop Art
Una vez superada la posguerra, años dominados por el arte abstracto, volvió a aparecer un arte
realista, figurativo, fruto de las nuevas formas de vida de la sociedad de consumo. Es el Pop art, cuyo
nombre no es más que una abreviatura de popular. Esta corriente artística nació en Inglaterra en
torno a los años sesenta del siglo XX, pero terminó pasando a Estados Unidos, donde creció
intensamente y se desarrolló definitivamente.
El Pop refleja aspectos de la vida cotidiana del momento, porque está dirigido a las clases medias de
la sociedad. En sus composiciones aparecen elementos domésticos y de consumo fácilmente
reconocibles, así como iconos de la televisión y del cine, utilizando recursos como el collage o
relacionados con el marketing, la publicidad o el comic, lenguajes, en definitiva, fácilmente digeribles
por las masas. Las obras resultan, de ese modo, realmente llamativas, con múltiples y repetitivos
objetos, colores intensos, planos y brillantes o grandes rótulos y eslóganes. Detrás de aquello, no
obstante, se esconde una ácida crítica, no a la sociedad de consumo en sí, sino a los niveles de
pensamiento y vulgarización de las personas.
La personalidad más genial del Pop Art, sin embargo, es la de Andy Warhol (1927-1987). Creador
global, cineasta, escritor y fotógrafo,
defendía que el arte tenía que
reflejar imágenes del mundo
cotidiano. Él las tomaba de revistas,
libros y fotografías que después
litografiaba e imprimía en negativo o
con colores arbitrarios, fuertes,
intensos y que no correspondían con
la realidad. De estas composiciones
sacaba cientos de copias que
firmaba y vendía fácilmente. Era una
metáfora del producir, consumir, tirar
y volver a producir, base de la
sociedad de consumo. Consciente
56 de que, en dicho contexto sólo
primaba la mala calidad, arrugaba y
3. El Hiperrealismo
En torno a 1970 surgió el Hiperrealismo, cuyos principios son volver a la realidad y mostrarla fiel,
intensa y definidamente, pero no para ponerla al servicio de la religión o el poder, sino de la vida
sencilla, cotidiana, trivial e intrascendente. Entre los artistas más importantes destaca Claudio Bravo
(1936-2011), que pinta con una técnica perfecta, exacta y brillante tanto la figura humana como los
objetos de bodegones que recuerdan a los del barroco, aunque en realidad pertenecen al mundo
actual. Destacan sus obras Venus y Homenaje a Santa Teresa. El español Antonio López (1936) es
otro de los grandes exponentes de dicha corriente, destacando sus vistas aéreas de Madrid, su Árbol
de membrillo o el recientemente finalizado Retrato de la Familia Real de Juan Carlos I.
El arte del siglo XXI continúa la senda abierta por el de las últimas décadas del siglo XX, con la
convivencia y sucesión de multitud de movimientos. Aún siguen vigentes distintas corrientes
abstractas y del Pop Art. También el Arte Cinético, aquel que crea obras móviles como las de
Calder. El Arte Povera realiza composiciones con materiales pobres y de deshecho y cuenta con
mediáticos exponentes, tales como Richard Serra. El Land Art, por su parte, trata de vincular arte y
paisaje, como hacen la pareja Christo y Jean-Claude al envolverlo con descomunales lienzos de tela
(57). El Body Art toma el cuerpo humano como soporte fundamental que se decora mediante
tatuajes, piercings, etc. También, como es lógico, se siguen abriendo nuevos campos de
experimentación, tales como el de la performance o el happening, que no son obras que quedan
plasmadas sobre los soportes tradicionales, si no acciones escénicas que buscan, con un gran
sentido de la estética, llamar la atención mediante la provocación o el asombro. Por supuesto, hoy
tiene una enorme importancia la creación mediante el empleo de las nuevas tecnologías, cada vez
más determinantes y que hacen que en el mundo del arte confluyan ya, irremediablemente, la ciencia,
la electrónica y la mecánica. A pesar de todo, también hay quien vuelve a la figuración más
tradicional, siguiendo la senda abierta por el norteamericano Edward Hopper.
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