Neurotransmisores y Psicofármacos
Neurotransmisores y Psicofármacos
Neurotransmisores y Psicofármacos
Se han identificado un sin número de moléculas que cumplen la función de mediar la comunicación
entre las neuronas en el sistema nervioso, sin embargo, para ser considerado un neurotransmisor esta
molécula debe cumplir con las siguientes características:
1. Ser sintetizada en las neuronas (Síntesis del neurotransmisor).
2. Ubicarse en la terminal presináptica (Almacenamiento del neurotransmisor) (Recuerden que en
la sinapsis química el flujo de la información tiene un sentido estricto, desde la terminal
presináptica hasta la terminal post sináptica!!).
3. Una vez llegue a la terminal post sináptica (Liberación del neurotransmisor) debe unirse a un
receptor específico (Interacción neurotransmisor – receptor).
4. Debe haber un mecanismo específico para limitar la acción del neurotransmisor en el tiempo,
esto se logra reciclando el neurotransmisor y regresándolo a la terminal presináptica (Reciclaje
del neurotransmisor) ¿de qué otra manera se podría lograr?.
La síntesis del neurotransmisor ocurre en el citoplasma o pericarión de las neuronas, desde donde debe
ser transportado a la terminal axónica (recuerden que esto es transporte anterógrado ¿recuerdan cómo
se llama el transporte en el sentido opuesto?), una vez en la terminal axónica las moléculas de
neurotransmisor son almacenadas -almacenamiento del neurotransmisor- al interior de vesículas (que
se llaman vesículas sinápticas). Una vez el impulso sináptico alcanza la terminal axónica la membrana
presináptica se despolariza, lo que a su vez induce la apertura de canales de calcio [Ca+] dependientes
de voltaje, esta entrada de Ca+ media el anclaje de las vesículas sinápticas a la membrana presináptica,
ambas membranas (la membrana de la vesícula y la membrana presináptica) terminan por fusionarse
para permitir la liberación del neurotransmisor a la hendidura sináptica. Después de liberado, el
neurotransmisor atraviesa la hendidura sináptica para unirse a su receptor (¿Recuerdan la diferencia
entre receptores ionotróficos y metabotróficos?) en la membrana post sináptica -interacción
neurotransmisor – receptor, recuerde que el efecto biológico de la transmisión sináptica no es una
característica intrínseca del neurotransmisor ni del receptor ¡depende exclusivamente de la manera en
que estas dos moléculas interaccionan! Finalmente el efecto del neurotransmisor debe limitarse en el
tiempo -reciclaje del neurotransmisor-, ya mencionamos el reciclaje de la molécula hacia la terminal
presináptica, el cual es mediado por transportadores o por autoreceptores presentes en la membrana
presináptica, además, algunas células gliales (¿Qué tipo de células gliales?) pueden recapturar el
neurotransmisor. Habíamos mencionado un mecanismo adicional para limitar la acción del
neurotransmisor ¿Ya recordaron cuál es?
Los neurotransmisores pueden ser agrupados en dos grandes familias: moléculas pequeñas y
neuropéptidos. Las moléculas pequeñas más prevalentes que cumplen una función neurotransmisora
son: los aminoácidos (glutamato, aspartato, ácido gama-amino butírico [GABA] y glicina), acetilcolina, y
aminas biogénicas (dopamina, adrenalina, noradrenalina, serotonina [5HT], histamina).
Para que el cerebro funcione normalmente debe disponer de todos los mensajeros químicos o
neurotransmisores y en las proporciones adecuadas. El flujo y reflujo de la información neuronal
necesita de los neurotransmisores y cualquier alteración de los niveles normales o cualquier lesión de
las áreas sensibles a ellos tiene efectos sobre la manera en que pensamos, sentimos, actuamos y
reaccionamos. Todos los estados funcionales del cerebro así como nuestros estados emocionales
dependen del equilibrio (cantidad relativa y actividad relativa) de los neurotransmisores presentes en
el sistema nervioso, si este equilibrio se altera por exceso o falta de neurotransmisores, alteraciones en
los receptores o en la interacción neurotransmisor-receptor aparecen enfermedades como la
esquizofrenia, Parkinson, Alzhéimer, trastornos del estado de ánimo como la depresión entre otros.
Cuando se utilizan neurofármacos para tratar enfermedades como las anotadas el propósito final es
tratar de reestablecer el equilibrio neuroquímico en el cerebro.
Las drogas que crean un estado de dependencia y provocan adicción incrementan de un modo u otro la
actividad dopaminérgica en esta vía del refuerzo.El consumo inicial de una droga adictiva, como la
cocaína, la anfetamina, la heroína, el alcohol o el tabaco, refuerza la conducta de consumo y hace
probable que el sujeto vuelva a consumir esa sustancia, puesto que activa la vía dopaminérgica del
placer (Diana, 2011;Leshner & Koob, 1999). Al igual que cualquier otra conducta placentera, por
ejemplo la actividad sexual, el consumo de estas sustancias también nos produce una reacción hedónica
mediada por la liberación de dopamina en el núcleo accumbens. Pero, a diferencia de las conductas
placenteras habituales, parece que las drogas adictivas inducen una ingente liberación de este
neurotransmisor en el núcleo accumbens, de modo que vuelven hiperactiva esta vía del placer. La
consecuencia de esta hiperactividad dopaminérgica inducida farmacológicamente por una droga
adictiva es una sensación placentera extrema, posiblemente nunca experimentada con anterioridad. Es
muy probable, entonces, que el sujeto busque de nuevo la sustancia que le ha producido esa sensación,
o lo que es lo mismo, que le ha vuelto hiperactiva la vía mesolímbica, para experimentar de nuevo un
estado máximo de placer. Lamentablemente, el consumo continuado de estas sustancias cambia la
sensibilidad de las neuronas donde actúan. El cambio consiste habitualmente en una disminución de la
sensibilidad de los receptores a la dopamina, de modo que el sujeto, con el tiempo, tenderá a necesitar
dosis mayores de la droga para
obtener el mismo efecto. Esta reducción de la sensibilidad a una droga adictiva se denomina tolerancia
farmacodinámica (Goforth, Murtaugh & Fernandez, 2010). Los cambios en el sistema nervioso que
induce el consumo continuado de una droga adictiva se traducen en numerosos síntomas nerviosos
aversivos, y a veces dolorosos, cuando el sujeto deja de consumir la sustancia. Estos síntomas, que
suelen ser específicos en la retirada de cada droga, conforman un síndrome clínico que se denomina
síndrome de abstinencia. Este síndrome hace que el sujeto sea dependiente de la sustancia adictiva, y
no podrá dejar de consumirla si no es soportando los síntomas de la abstinencia. Por lo tanto, el sujeto
inicialmente consume una droga adictiva por sus efectos reforzantes sobre la vía mesolímbica. Sin
embargo, con el tiempo, el consumo crónico impele al sujeto a una búsqueda compulsiva, a un deseo
extremo (lo que se suele denominar “craving”, del verbo inglés “to crave”, que significa ansiar) por
consumir la sustancia, no tanto por los efectos placenteros, sino más bien por evitar los síntomas
aversivos de su retirada. Este refuerzo de la conducta se denomina refuerzo negativo, dado que consiste
en un incremento de la frecuencia o la probabilidad de una conducta, pero que, a diferencia del refuerzo
positivo, en este caso tiene lugar al retirar un estímulo aversivo (los síntomas de la abstinencia). Esta
misma vía mesolímbica, o vía del refuerzo, también parece estar relacionada con los síntomas psicóticos
positivos, fundamentalmente con los delirios y las alucinaciones. Los datos actuales sugieren que una
alteración en la actividad dopaminérgica de esta vía puede inducir directamente estos síntomas
positivos de los estados psicóticos. En cambio, los síntomas psicóticos negativos, tales como el
retraimiento, el aislamiento, la desorganización, etc., parecen estar más relacionados con la vía
mesocortical anteriormente descrita. Los efectos “antidelirios” y “antialucinaciones” de los
antipsicóticos típicos (o neurolépticos) derivan fundamentalmente del bloqueo farmacológico de los
receptores para la dopamina D2 en la vía mesolímbica.
Glutamato: El glutamato es el neurotransmisor excitatorio más importante del sistema nervioso central,
localizado en la gran mayoría de proyecciones nerviosas excitatorias del sistema nervioso en la corteza
cerebral. Las conexiones intrínsecas (células granulares/fibras paralelas) y excitatorias del cerebelo, y la
sinapsis del sistema visual, todas usan glutamato como neurotransmisor que media procesos de
excitación neural rápida.
L-DOPA/Carbidopa
Inhibidores de la Monoaminooxidasa
Medicamentos usados para tratar la en-
fermedad de Parkinson y la enfermedad Inhibidores de la Catecol O-metil Transferasa
de Huntington
Agonistas del Receptor de Dopamina
Antipsicóticos Típicos
Medicamentos usados para tratar la psi-
Antipsicóticos Atípicos
cosis y el trastorno afectivo bipolar
Carbonato de Litio
Antidepresivos Tricíclicos
Inhibidores Selectivos de la Recaptura de Se-
rotonina
Inhibidores Selectivos de la Recaptura de
Medicamentos usados para tratar los Norepinefrina
trastornos del estado de ánimo (Depre-
sión y Ansiedad) Inhibidores Duales (Serotonina/Norepine-
frina)
Inhibidores de la Monoaminooxidasa.
Benzodiacepinas
Ansiolíticos no Benzodiacepínicos
Anfetaminas (Estimulantes)
No Anfetaminas (Estimulantes)
Medicamentos usados para tratar el
trastorno por déficit de atención e hiper- Inhibidores de la Recaptura de Norepinefrina
actividad
Agonistas del Receptor Alfa 2 Adrenérgicos