Episteme
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ASOMBRO Y CONOCIMIENTO
La Filosofía es una reflexión metódica que expresa la articulación del conocimiento, las
posibilidades y límites de la existencia y modos de ser. El término ‘Filosofía’, no se
aparta del significado de ciencia, doctrina particular, corriente de pensamiento,
conjunto de saberes. También se suele decir que la Filosofía es un sistema particular de
entender la vida y todo lo relacionado con ella.
Desde cierto punto de vista se considera a la filosofía como la ‘Ciencia de las ciencias’,
mientras que desde otro punto de vista aparece como una crítica rigurosa y sistemática
del conocimiento incluida la propia filosofía. La filosofía se mantiene atenta a una
determinada afirmación o comprensión de la verdad, entendida como la cosa en sí, el
sentido del hombre en el mundo. Como dice Ferrater Mora (1912-1991) filósofo,
español, «la unidad de la filosofía (...) se manifiesta a través de su diversidad»
Filosofía procede del griego, y está compuesta de dos palabras (philos, que significa
«amor», y sophia, que significa pensamiento, sabiduría, conocimiento, saber: φιλοσοφία
(amor por la sabiduría). La palabra sophia tiene diferentes significados. El historiador
de la filosofía Jean-Joël Duhot, dijo que: "Los griegos sabían que la palabra sophia
significa habilidad, los conocimientos técnicos, el conocimiento, en sentido amplio, y
que la palabra sophos nos da la idea de una persona hábil, o científico."
Ciencia del ser, por sus últimas causas, a la luz natural de la razón.
Estudio de los más fundamentales conceptos y principios involucrados en el
pensamiento, la acción y la realidad.
Aplicación del análisis de los diferentes pensamientos y teorías (ej. física,
matemática, astrología, psicología, mitología, valores, sociedad, religión, historia)
para encontrar patrones repetidos y coincidencias reales.
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Circunstancias que hicieron posible la aparición de la filosofía en Grecia.
Son varias las condiciones de la antigua Grecia que pueden verse como favorecedoras
del surgimiento de la actitud filosófica:
1ª La condición geográfica. Grecia, empujó a sus pobladores a la navegación en
busca de fortuna, y así se produjo un intercambio cultural que pudo favorecer la
incorporación de diferentes visiones del mundo. Esto hizo de Grecia un escenario
abierto a la incorporación de nuevas ideas.
2ª El contacto con el Oriente Próximo. Los griegos aprovecharon los elementos
culturales, principalmente matemáticos y astronómicos, del Oriente Próximo. Por ello
las primeras expresiones de la filosofía surgen en Asia Menor, la región griega más en
contacto con Fenicia, Egipto y los pueblos mesopotámicos.
3ª La ausencia de textos sagrados en la religión griega. Y también la ausencia de
una casta sacerdotal encargada de velar por el dogma. En Grecia no había autoridad
religiosa, de modo que el pensamiento filosófico no encontró este obstáculo.
4ª La circunstancia política. Con el desarrollo comercial de los siglos VII y VI
AC, Grecia vivió una transformación social. De ser un país primordialmente agrario
paso a ser un país organizado en torno a las polis, donde se desarrollaron formas
políticas flexibles y democráticas que permitieron la libertad de palabra y la iniciativa
del ciudadano.
5ª El genio griego. Todas las circunstancias anteriores habrían sido insuficientes
de no haberse dado entre los griegos una serie de rasgos geniales: el interés por la
verdad, el amor al diálogo y la inteligencia arrolladora.
Karl Jasper (1883 –1969), alemán, dijo: ‘El hombre, desde siempre, ha tratado de
explicar no sólo todo aquello que es inmediato sino la totalidad, para lo que acude a lo
que está más allá’.
La historia de la filosofía como pensar metódico tiene sus comienzos en el siglo V AC,
pero como pensar mítico mucho antes. Comienzo no es lo mismo que origen. El
comienzo es histórico: siglo V antes de Cristo. Origen es, en cambio la fuente de la que
surge el impulso que mueve a filosofar. Únicamente gracias a él resulta esencial la
filosofía. Este origen es múltiple.
EL ASOMBRO: Para Platón el origen del filosofar es el asombro. “Nuestros ojos nos
hacen ser partícipes del espectáculo de las estrellas, del sol y de la bóveda celeste”.
“Este espectáculo nos ha dado el impulso de investigar el universo. De aquí brotó para
nosotros la filosofía, el mayor de los bienes deparados por los dioses a la raza de los
mortales". Para Aristóteles el origen del filosofar es la admiración. “La admiración es
lo que impulsa a los hombres a filosofar: “empezando por admirarse de lo que les
sorprendía por extraño, avanzaron poca a poco y se preguntaron por las vicisitudes de
la luna y del sol, de los astros y por el origen del universo”. En la admiración me doy
cuenta que no se. Busco el saber, pero el saber por el saber mismo, no para satisfacer
ninguna otra necesidad.
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El filosofar es como un despertar. Este despertar tiene lugar mirando
desinteresadamente a las cosas, la naturaleza y el mundo preguntando qué será todo ello
y cuál será su origen, preguntas cuya respuesta no serviría para nada útil, sino que
resulta satisfactoria por sí sola. Una vez que he satisfecho el asombro y la admiración,
se anuncia la duda.
La famosa frase de Descartes "pienso, luego existo" era para él lo único de lo que no
podía dudar, pues nadie puede engañarme de mi existencia mientras pienso. La duda
en Descartes se vuelve duda metódica, es la fuente del examen crítico de todo
conocimiento. De aquí que sin una duda radical, no hay verdadero filosofar. Pero lo
decisivo es cómo se conquista, a través de la duda, la certeza.
“Entregado al conocimiento de los objetos del mundo, practicando la duda como la vía
de la certeza, vivo entre y para las cosas, sin pensar en mí, en mis fines, mi dicha, mí
salvación. Más bien estoy olvidado de mí y satisfecho de alcanzar semejantes
conocimientos”.
Mientras somos felices, estamos jubilosos de nuestra fuerza, tenemos una confianza
irreflexiva, no sabemos de otras cosas que de nuestra inmediata circunstancia. En el
dolor, en la flaqueza, en la impotencia nos desesperamos. Y una vez que hemos salido
del trance y seguimos viviendo, nos dejamos deslizar de nuevo, olvidados de nosotros
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mismos, por la pendiente de la vida feliz. Pero a pesar de ello el hombre su vuelve
prudente con semejantes experiencias.
“Sólo allí donde los Estados se hallaran en situación de que cada ciudadano fuese para
el otro tal como lo requiere la solidaridad absoluta, sólo allí podrían estar seguras en
conjunto la justicia y la libertad”. No hay estado, ni iglesia, ni sociedad que proteja
absolutamente. Semejante protección fue la bella ilusión de tiempos tranquilos en los
que permanecía disimulado el límite.
Nada da un albergue seguro al hombre, en ninguna parte del mundo está Dios. En todo
momento tiene el hombre que descubrir, mirándose a sí mismo o desde su propio
interior, lo que es para él certeza, ser, confianza. Las situaciones límites –la muerte, la
desconfianza que despierta el mundo me enseña lo que es fracasar, pero a la vez me da
el impulso fundamental que mueve a encontrar en el fracaso el camino que lleva al ser.
En las situaciones límites, o bien hace su aparición la nada, o bien se hace sensible lo
que realmente existe: el filosofar se origina con una conmoción total del hombre.
Los estoicos buscaban en medio de los dolores de la existencia la paz del alma.
La filosofía exige compromiso ya que las verdades filosóficas exigen una toma de
posición.
La actitud teorética, por oposición a la actitud mítica..., según afirma Zubiri (1898 -
1983), filósofo español, es el nuevo método humano que surge en Grecia, por primera
vez en la historia, y desde entonces hay algo radicalmente nuevo en el mundo, que hace
posible la Filosofía. Para el hombre mítico, las cosas son poderes buenos o malos, a los
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que utiliza o evita. Esta es la actitud anterior a la Grecia filosófica, y la que sigue se
caracteriza por el genial hallazgo helénico. La conciencia teorética ve cosas en lo que
antes eran poderes. Es el gran y profundo descubrimiento de las cosas.
En una actitud teorética, el hombre, en lugar de estar entre las cosas, está frente a ellas,
y entonces las cosas adquieren por sí solas una significación que antes no tenían. Se
muestran como algo que existen por sí mismas, independiente del hombre: Surgen
entonces las cosas como realidades que son. Y únicamente en este sentido se puede
hablar de verdad o falsedad. El hombre mítico se mueve fuera de éste ámbito. La
forma más antigua de este despertar a las cosas en su verdad es el asombro. Y por
esto es la raíz de la Filosofía.
Cuando el hombre paso del mito al logos surgieron no un solo sistema filosófico sino
varios: todos tiene pretensión de verdad. Dichos sistemas son antagónicos entre ellos;
pero ese antagonismo no quiere decir incompatibilidad total. Ningún sistema puede
pretender una validez absoluta y exclusiva, porque ninguno agota la realidad: en la
medida en que cada uno de ellos se afirma como único, es falso. Cada sistema
filosófico aprehende una porción de la realidad, justamente la que es accesible desde el
punto de vista o perspectiva. La verdad de un sistema no implica la falsedad de los
demás; la contradicción sólo surge cuando el filósofo afirma más de lo que realmente
ve; es decir, las visiones son todas verdaderas –se entiende que parcialmente
verdaderas y en principio no se excluyen.
Además, el punto de vista de cada filósofo está condicionado por su situación histórica,
y por eso cada sistema, si ha de ser fiel a su perspectiva, tiene que incluir todos los
anteriores como ingredientes de su propia situación.
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(Incognoscible)
(Cognoscible)
- Aparente.
- La esencia.
- Cambiante.
- Permanente.
- Múltiple.
- Unidad.
Estas tres características: permanencia, esencia y unidad, son las: coordenadas lógicas,
se obtienen por medio de la razón, despreciando el conocimiento de los sentidos que nos
muestra la realidad como algo: aparente, cambiante y múltiple. Se intenta definir la
naturaleza como algo permanente y único; se busca leyes o principios explicativos de la
realidad. Ese será el gran problema al que se enfrentarán los filósofos griegos, ya que es
preciso explicar una naturaleza dinámica, cambiante, a través de una ley que no
puede estar sometida a dicho cambio, ella ha de ser inmutable, ya que de lo contrario
no la podríamos conocer. Este principio explicativo del universo será el arjé. Cuando se
identifica el arjé con un solo objeto estamos ante una filosofía monista; pero si el arjé
explica todo se denomina panteísta.
Antes del sigo VII AC nos encontramos con el mito como forma de pensamiento en la
antigua Grecia. El mito es el conjunto de leyendas imaginativas y fantásticas que narran
el origen del universo, la situación del hombre y el final de los tiempos en los que
volverá a existir la felicidad perdida al comienzo de éstos; pero también, el mito es una
actitud intelectual en la que se produce una personificación de las fuerzas de la
naturaleza, es decir, se dota personalidad a los elementos naturales. Así por ejemplo, en
la mitología griega hay un Dios del mar, otro del Viento. Hacia el siglo VII AC. Se
produce el nacimiento del pensamiento racional atribuido a la genialidad griega. Para
que se diera este traspaso tuvo lugar una serie de cambios sociales, económicos e
ideológicos que motivaron el nacimiento de intentar explicar la realidad de otra manera.
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La idea de antropomorfismo significa que los dioses están creados a imagen y
semejanza de los griegos nobles y reflejan el modo de vida de estos. La mitología
homérica es principalmente etnogénica (explica el surgimiento de la etnia o pueblo
griego. En la mitología homérica hay dos elementos que allanan el camino a la
especulación filosófica:
1º el poeta no se limita a narrar una serie de hechos, sino que se esfuerza en presentar
su causa -lo que puede verse como una aplicación del principio de razón suficiente.
En cuanto a Hesíodo, en él la cosmogonía tiene más relieve. Lo primero que existía era
el Caos, después vino la Tierra y luego el Amor. (En las primeras cosmologías
filosóficas aparecerán secuencias de este tipo). Los dioses aparecen dentro del mundo y
no son sus creadores; no crean, el mundo ex nihilo. Los mismos dioses están sujetos a
una especie de ley natural.
Pues bien, en Grecia, hacia el siglo VI AC, el pensamiento racional surge como una
nueva manera de representar la realidad dejando de lado los relatos. Las nuevas ideas
serían las siguientes:
1ª Hay un orden necesario, inteligible e impersonal que rige el universo. Surge la idea
de necesidad; la idea de que los hechos suceden como tienen que suceder.
2ª Dicho orden puede ser descubierto por el hombre mediante el uso de la razón. Es
decir, hay una ley (logos) que rige el mundo y el logos como razón-palabra, son un
mismo logos. Esta convicción es fundamental para que llegue a proyectarse el ideal
del saber filosófico.
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Problemas generales de la filosofía griega.
Los problemas filosóficos que más ocuparon a los pensadores griegos son los
siguientes:
Algo más tarde van tomando cuerpo las cuestiones morales y políticas, es decir, las
relativas a la finalidad de la vida del hombre: la felicidad, la virtud, la justicia, el
gobierno del Estado, etc.
- Ontológico. (de ontos, ser). Se llega a teorías generales que abarcan tanto los
problemas antropológicos como los cosmológicos. Comprende a Platón y a Aristóteles,
representan la madurez de la filosofía griega. Siglo IV.
- Ético. Este período se centra en los problemas morales. Surgen los sistemas
éticos los cuales pretenden ser guías espirituales para una época de decadencia. Siglos
III y II.
El concepto de "Physis".
En la mayoría de los griegos la llamada cuestión del ser fue planteada desde un punto
de vista cosmológico. Por eso su filosofía es más que nada una física y a ellos se los
conoce como fisiólogos. La mayoría de sus obras escritas llevaban el título de Pery
Physeos (Sobre la Naturaleza). El término physis significa naturaleza.
Hay dos sentidos que se debe tener en cuenta:
- la totalidad de los entes: UNIVERSO
- el modo de ser de los entes: ESENCIA
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esencia, con su modo de ser natural. Por otro lado en la misma raíz de la palabra -
phýo, que significa brotar, nacer- contiene la idea de actividad, dinamismo. La
naturaleza es dinámica. Este concepto de naturaleza hace de puente entre los pares de
opuestos:
- la naturaleza es la esencia de las cosas, pero en tanto es capaz de dar razón de la
apariencia: Esencia opuesto a apariencia.
- La naturaleza es el ser permanente de las cosas, pero en tanto determina sus diferentes
actividades: Lo uno opuesto a lo múltiple.
- La naturaleza es el principio de unidad capaz de generar la pluralidad: Unidad
opuesta a pluralidad.
La idea de Arjé.
¿A qué se refiere esta ‘injusticia’? Puede tener dos sentidos. Primero, que toda
existencia individual y todo devenir es una especie de usurpación contra el arjé, en
cuanto que nacer, individuarse, es separarse de la unidad primitiva. Y segundo, que los
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seres que se separan del arjé están condenados a oponerse entre sí, a cometer injusticia
unos contr otros. El devenir está animado por la unilateralidad de cada parte, cada parte
se expresa como oposición a otra.
En Anaximandro se encuentra ya una cosmología que describe la formación del cosmos
por un proceso de rotación que separa lo caliente de lo frío. El fuego ocupa la periferia
del mundo y puede contemplarse por esos orificios que llamamos estrellas. La tierra,
fría y húmeda, ocupa el centro. Los primeros animales surgieron del agua o del fango
calentado por el sol; del agua pasaron a la tierra. Los hombres descienden de los peces,
idea que es una anticipación de la teoría moderna de la evolución.
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b) buscar los principios de los números. Los números proceden de dos principios: lo
par y lo impar. A partir de estos dos principios se constituye una tabla de categorías a
base de oposiciones entre dos términos:
IMPAR PAR
LIMITADO ILIMITADO
UNO MÚLTIPLE
DERECHO IZQUIERDO
MASCULINO FEMENINO
REPOSO MOVIMIENTO
RECTO CURVO
LUZ OSCURIDAD
BUENO MALO
CUADRADO OBLONGO
Los pitagóricos dieron importancia al orden, proporción y medida (acentuando un
rasgo característico del pueblo griego: la mesura). Cada ser particular es lo que es no
por sus elementos materiales, que son los mismos en todos, sino por las relaciones
formales internas y externas. Lo preciso para dar razón de una cosa es la razón
matemática de su estructura. En este sentido, las cosas son números.
Heráclito (535 - 465 AC). El arjé es el fuego. En su modelo afirma el devenir de las
cosas. Su filosofía se basa en la tesis del flujo universal de los seres:"Panta rei", todo
fluye. Se le atribuye la frase: "Es imposible bañarse dos veces en el mismo río". Los
dos pilares de la filosofía de Heráclito: el devenir perpetuo y la lucha de opuestos, pues
el fuego sólo se mantiene consumiendo y destruyendo, y constantemente cambia de
materia. El devenir no es irracional, ya que el logos, la razón universal, lo rige: "Todo
surge conforme a medida y conforme a medida se extingue". El hombre puede
descubrir este logos en su propio interior, pues el logos es común e inmanente al
hombre y a las cosas.
De Heráclito es también la doctrina cosmológica del eterno retorno: la transformación
universal tiene dos etapas que se suceden cíclicamente: una descendente por contracción
o condensación, y otra ascendente por dilatación. He aquí algunas frases de Heráclito.
Parménides (510 - 450 AC). El arjé es lo que permanece. Sostiene: El devenir es una
ilusión, un engaño de los sentidos. En Parménides la physis pierde absolutamente su
sentido esencial dinámico y es sustituida por la noción más abstracta de "ser" ("ontos").
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Acerca de lo que la realidad es, hay solo tres posibilidades:
1ª El no-ser es (alude a los pitagóricos, los cuales admitían el vacío para explicar la
formación del cosmos).
2ª El ser es y no es (alude a Heráclito, para Parménides, como vamos a ver, si se diera el
movimiento, el ser existiría y no existiría a la vez).
3ª El ser existe y es imposible que no exista.
Las dos primeras son caminos impracticables para el pensamiento, ya que contienen
contradicciones. Sólo la tercera es viable, encierra toda su doctrina: "El ser existe y el
no-ser no existe. Como se ve, Parménides se aferra a una lógica binaria, para la que no
hay más que estos dos valores de ser y no-ser, sin posible término medio, el vacío es
no-ser y el movimiento sería ese término medio imposible entre ser y no-ser.
Parménides deduce las propiedades del ser: - El ser es único, ya que si hubiera varios
seres, lo que habría entre ellos sería no-ser.
- El ser es inengendrado, ya que si fuera engendrado, lo sería a partir del ser o del no-
ser.
- El ser es inmóvil, dado que el cambio o movimiento es para Parménides, por
definición, empezar a ser o dejar de ser, el paso del no-ser al ser o del ser al no-ser.
En una de sus frases este pensador dice: "lo mismo es el pensar y el ser" (frase que ha
tenido por el lema el idealismo); sólo es real aquello que puede pensarse, y aquello que
resulte impensable (como el movimiento), no es posible que exista. Para Parménides: el
pensamiento tiene un valor superior a la experiencia de los sentidos. El pensamiento
revela ese ser estático, uno y perfecto. La multiplicidad y el dinamismo que nos
muestran los sentidos son engaño e ilusión. El ser es compacto, lleno, esférico.
Zenón de Elea (495 - 430 AC). Seguidor de Parménides. El método que utiliza son las
aporías ("aporía" es un problema sin salida o sin solución) es la reducción al absurdo,
que reside en demostrar una tesis mediante la prueba de que su contradictoria es falsa o
absurda. En este caso, la tesis que se pretende demostrar es la de la imposibilidad del
movimiento.
1ª Aporía, de la dicotomía. Un móvil, para recorrer una distancia, ha de pasar antes por
la mitad de esta distancia, y antes por la mitad de esta mitad, etc., y así infinitos puntos,
lo que sería inacabable.Por lo tanto un número infinito de puntos no puede recorrerse
en un tiempo finito.
2ª Aporía, de Aquiles y la tortuga. Aquiles da una ventaja a la tortuga. En el tiempo que
Aquiles tarda en llegar al punto de partida de la tortuga, ésta se ha movido algo, por
lenta que se mueva. Y nuevamente Aquiles empleará algún tiempo, por rápido que
corra, en llegar al punto que ha alcanzado la tortuga. Y Aquiles no adelanta nunca a la
tortuga (ya que no hay movimiento, este es una ilusión)
3ª Aporía, de la flecha. Si se supone que el tiempo está compuesto de instantes,
entonces en cada uno de ellos la flecha ocupa un espacio determinado, y estará inmóvil
en cada uno de esos espacios. Así que lo que se mueve no se mueve en el lugar en que
está; tampoco, menos aún, donde no está. El movimiento sería una suma de
inmovilidades, lo que es absurdo.
Empédocles (490–430 AC). Los elementos son cuatro: agua, aire, tierra y fuego. La
física de Empédocles trata de compaginar el carácter inmutable del ser de Parménides
con el carácter de la generación de Heráclito. El resultado: es que no existen
generación y corrupción en sentido absoluto, sino sólo mezcla y separación de
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elementos inmutables. A estas sustancias hay que añadir dos fuerzas, encargadas de
realizar la mezcla y la separación: el amor y el odio. El amor une y el odio separa. Al
principio reina en soledad el amor y todo es una esfera: Uno, eterno e inmóvil, en el que
los cuatro elementos están mezclados. Luego sobreviene el odio, y, así, la separación.
El mundo es una sucesión de ciclos unión-separación. El hombre es también un
compuesto de los cuatro elementos. La salud consiste en cierto equilibrio entre ellos.
Afirma: El conocimiento es posible porque lo semejante conoce lo semejante.
Anaxágoras (500 - 428 AC). Señala un doble principio: por un lado, un principio
pasivo, material, plural: las homeomerías; por otro lado, un principio activo e
inteligente: el Nous. Las homeomerías son los elementos materiales de la naturaleza,
que son innumerables. Anaxágoras los denomina "spérmata" ("semillas");
"homeomerías" es el término que acuña Aristóteles, término que significa "lo que
consta de partes iguales", es decir, "homogéneo". En todas las cosas hay semillas de
todas las cosas, de carne, de madera, de agua, etc. "Nous" significa "espíritu" o
"inteligencia". El Nous es el principio activo. En esta tesis del Nous puede verse la
primera aparición del finalismo en la física, o, de la causa final. Se habla de
"finalismo" cuando se supone la intervención de la inteligencia en los fenómenos de la
naturaleza, porque lo propio de la inteligencia es la utilización de medios orientados a
un fin o finalidad. La realidad está formada por unas partículas que denominó
homeomerías, que traducido literalmente significa todo está en todo y participa de
todo. Para explicar el cambio de estas partículas, es decir el movimiento, nos habla de
un nous o entendimiento universal: una realidad espiritual, divina, que imprime el
movimiento a estas partículas provocando su mezcla y la creación de sucesivos y
eternos mundos. Como no se siente satisfecho de su propia explicación, recurre
entonces a una segunda explicación: el éter, homeomerías especiales en eterno
movimiento, que imprime éste movimiento a las restantes.
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¿Existe algún orden, una realidad que le confiera una finalidad al Universo? Según
Demócrito el Universo no tiene finalidad externa ni está sometido a un Dios. Se define
pues totalmente por el mecanicismo: para él los movimientos se producen por azar. El
movimiento no surge en un momento determinado, es eterno.
Platón (428 - 348 AC). La percepción sensible sólo nos ofrece apariencias y las ideas
que de ellas surgen son mera opinión (doxa). La verdad está en el mundo de las ideas,
inmutable y eterna, que sólo se puede alcanzar con el empleo de la Dialéctica, mediante
el verdadero saber (episteme). Las cosas participan de las Ideas y son su copia
imperfecta.
“Para salir de las tinieblas de la caverna e ir a la luz del reino de las Ideas es
necesario estudiar estas ciencias. Primero debe estudiarse la Aritmética para elevarse
por medio de la pura inteligencia a la contemplación de la esencia de los números. En
segundo lugar, la Geometría, a condición de fijarnos en las ideas que representa. En
tercer lugar, una Geometría aún no inventada, decía Platón, la de los cuerpos sólidos
de las tres dimensiones. En cuarto lugar, la Astronomía, estudiada con el mismo
espíritu científico”.
*El alma como principio de vida: todos los seres vivos tienen alma.
*El alma como principio de conocimiento: sería propia del hombre, eterna o inmortal
y unida accidentalmente o de manera antinatural con el cuerpo. (Esta es la opción que
elige Platón).
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Mundo de las ideas ("ontos on"): Lo realmente "real", inmutable, eterno, simple
son las ideas.
El alma pertenece al mundo de las ideas mientras que el cuerpo pertenece el ámbito
físico. Las almas pertenecieron al ámbito de las ideas donde estuvieron en contacto con
las verdades eternas: las almas más virtuosas fueron las que estuvieron en contacto con
las ideas superiores de virtud. En un momento dado estas almas se unen con un cuerpo
para purificarse mediante una forma temporal; a través de la información de los
sentidos, el alma "recuerda" estas ideas: es la anamnesis o teoría del recuerdo.
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lo necesario. Si las premisas (la esencia de las conclusiones) se refieren a lo que ocurre
en la mayoría de los casos, así serán también las conclusiones”.
Física: su objeto de estudio son los seres sometidos a movimiento que tienen
existencia real.
Matemáticas: su objeto de estudio son los seres no sometidos a movimiento y
que no tienen existencia real.
Filosofía primera: su objeto de estudio son los seres no sometidos a
movimiento y que tienen existencia real.
Distinguió 2 categorías:
Sustancia: aquello que existe por sí mismo. Ej.: Cuando decimos "Ese árbol
es", le estamos atribuyendo una esencia o ser.
Accidentes: aquello que no existe por sí mismo sino que se manifiesta en una
sustancia. Estos accidentes son: cualidad, cantidad, acción, pasión, hábito,
situación, relación, lugar, modalidad. Ej.: "Ese árbol es viejo", a la esencia o ser
del árbol le estamos atribuyendo un accidente.
Los cuerpos están constituidos por la asociación íntima de materia y forma: lo que
constituye la llamada teoría hilemórfica de la materia. Aristóteles define la forma y la
materia como causas intrínsecas: entendiendo por causa cualquier elemento que sirve
para explicar un proceso. Sin embargo, con estas causas intrínsecas no podemos
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explicar todos los procesos, y añade unas causas extrínsecas: causa agente o eficiente
(aquello que produce el cambio o movimiento) y causa final (finalidad del proceso).
A pesar de las órdenes del cónsul romano de respetar la vida del sabio, durante el asalto,
un soldado que lo encontró abstraído en la resolución de un problema, irritado porque
no obedecía sus órdenes, le causó la muerte con su espada. Se dice que sus últimas
palabras fueron "no molestes a mis círculos". La obra Sobre la esfera y el cilindro fue su
teorema favorito, que por expreso deseo suyo se grabó sobre su tumba.
Con los rudimentarios medios de los que disponía, el error absoluto que cometió en el
cálculo de π resultó ser inferior a una milésima. Pero Arquímedes es más conocido por
enunciar el principio que lleva su nombre:
Un día al sumergirse en el baño advirtió, como tantas veces con anterioridad, que a
causa de la resistencia que el agua opone, el cuerpo parece pesar menos, hasta el punto
que en alguna ocasión incluso es sostenido a flote sin sumergirse. Pensando en ello
llegó a la conclusión que al entrar su cuerpo en la bañera, ocupaba un lugar que
forzosamente dejaba de ser ocupado por el agua, y advirtió que lo que él pesaba de
menos era precisamente lo que pesaba el agua que había desalojado.
Inventó una máquina para la elevación de agua y enunció la ley de la palanca lo que le
llevó a expresar la célebre frase Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo; inventó
la polea compuesta, basada en el principio de la palanca, empleándola para mover
grandes barcos.
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Su obra Los elementos, es una de las obras científicas más conocidas del mundo, en ella
se presenta de manera formal, partiendo únicamente de cinco postulados, el estudio de
las propiedades de líneas y planos, círculos y esferas, triángulos y conos; es decir, de las
formas regulares. Algunos de los teoremas de Euclides afirman:
Ejemplos: Porqué el sol parece girar alrededor de nuestro planeta, y sabemos que eso no
es cierto; la materia presenta un exterior inerte, y sin embargo está cargada de energía.
En este punto percibimos que existe un problema alrededor de lo que es el conocer. El
problema radica en dos puntos: *los seres humanos utilizamos en nuestra vida un
conjunto de conocimientos; *la verdad no se muestra directa a nuestra percepción, ella
debe ser buscada por medio de un trabajo indagatorio sobre los mismos objetos que se
quiere conocer. Surge entonces la siguiente distinción: *la afirmación respecto a un
fenómeno, *proceso mediante el cual se ha obtenido el conocimiento cuyo resultado es
dicha afirmación: lo que dice un libro es una afirmación que podemos recordar y
utilizar, este es un conocimiento que recibimos de modo pasivo que incorporamos y lo
relacionamos con otros conocimientos que ya poseemos. Pero resulta que alguien es el
responsable de esa afirmación, alguien ha estudiado lo que nos está comunicando:
¿cómo lo ha hecho?, ¿de qué recursos se ha valido? Cuando nos preocuparnos acerca
del modo en que se ha adquirido un conocimiento, o cuando intentamos encontrar un
conocimiento nuevo, se nos presentan cuestiones que integran el campo de estudio de la
metodología: nos conduce por medio de un trabajo indagatorio al conocimiento de los
fenómenos.
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El conocimiento como proceso.
Desde que el hombre comenzó a crear cultura, es decir a modificar el ambiente, fue
necesaria la comprensión de la naturaleza y las transformaciones de los fenómenos que
formaban su entorno. Lo que nos resulta sencillo, como edificar una vivienda,
domesticar animales o trabajar la tierra, fue un largo proceso de cuidadosas
observaciones de todo tipo: el ciclo de los días y las noches, el de las estaciones del año,
la reproducción de los animales y vegetales, el estudio del clima y de las tierras, el
conocimiento de la geografía del lugar, etc. Con la necesidad del conocimiento
instrumental aparece simultáneamente la inquietud por conocer el sentido general del
cosmos y de la vida, la toma de conciencia del hombre de su propia finitud originaron
los primeros intentos de construir explicaciones integrales de la naturaleza. Así
primero aparece la magia, posteriormente las explicaciones religiosas y más tarde los
sistemas filosóficos-racionales. Estas construcciones de la razón son parte de un extenso
proceso de adquisición de conocimientos que evidencia lo dificultoso que resulta la
aproximación a la verdad; para alcanzar la verdad primero se pasa por el error. Esto
significa que el conocimiento es un proceso, no un acto único donde se pasa de una vez
de la ignorancia a la verdad.
Galileo reconstruye una antigua creencia de los pitagóricos, quienes pensaban que la
organización de la realidad era matemática. También para Galileo el lenguaje de la
naturaleza está escrito en caracteres matemáticos: es este el origen de la rigidez e
idealidad de las leyes naturales modernas. Una red estructural subyacente sostiene una
realidad fenoménica que puede ser ilusoria. Las leyes, (relaciones invariables entre
fenómenos), son más fiables que los fenómenos que ellas relacionan. Einstein dirá que
la percepción cotidiana de la irreversibilidad del tiempo es sólo una ilusión, por que si la
ciencia formaliza el transcurrir del tiempo de manera reversible, el tiempo ‘tiene que
ser’ reversible. Esta concepción había formado parte del principio generador de la física
matemática newtoniana, persistió en la teoría de la relatividad y pretenderá defenderse
aún en los primeros tiempos de la física cuántica. Algunos científicos todavía se pliegan
a la concepción de que el tiempo es reversible.
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La mecánica de las trayectorias concebía fenómenos ideales: planos inclinados infinitos,
movimiento perenne, reversibilidad temporal, cuerpos cayendo en el vacío: ninguno de
estos hechos existe en la naturaleza, se trata de construcciones mentales. La ciencia
moderna se originó a espaldas de los hechos: primero la ley, luego el experimento.
Gracias a la legalidad, los hechos adquieren claridad. Las leyes se han elaborado a partir
de la naturaleza. Pero al haberles dado la exactitud del cálculo se construye una
representación anticipadora que ha de ser ‘llenada’ con la confrontación empírica. He
aquí el experimento, que comienza poniendo una ley por fundamento del conocimiento.
Laplace imagina un genio que conociendo la posición y momento de cada uno de los
puntos del universo en un instante determinado, podría retrodecir todo el pasado y
predecir el futuro. El edificio científico de la modernidad se construye sobre leyes
conservativas, reversibles y deterministas. Desde la Filosofía, Kant le otorga el máximo
status a esta concepción e intenta apuntalarla con el rigor de su pensamiento. Por un
lado, marca la necesidad y la universalidad de las leyes naturales y contingentes. Y por
otro, estipula que el tiempo no es una cosa en sí sino una forma pura de la sensibilidad.
En este punto Kant sostiene una postura aparentemente contraria a la de Newton. En la
concepción newtoniana, tiempo y espacio componen una especie de continente en el
que acaecen los fenómenos. Sin embargo, Kant contradice una teorización más bien
simple del tiempo (como la de Newton) para fundamentar mejor la estructura profunda
de todo el pensamiento científico moderno. Resulta mucho más coherente, entonces,
que el tiempo no sea algo en sí mismo sino una forma pura del entendimiento. Se podría
decir que Kant mejora la hipótesis newtoniana acerca de la naturaleza del tiempo. A la
visión moderna científico-filosófica de la naturaleza le corresponde una concepción
análoga en el terreno ético. Así como la filosofía moderna trató de fundamentar
racionalmente el conocimiento científico, trató también de fundamentar racionalmente
la moral. En la Crítica de la razón pura, Kant establece que el sujeto es una constitución
apriorística (sujeto trascendental) en el que se dan las condiciones de posibilidad del
conocimiento. De manera similar, en la reflexión moral estipula que si los principios
éticos aspiran a tener necesidad y validez han de ser independientes de la experiencia, es
decir, a priori. Tales principios deben ser racionales, puesto que su cumplimiento
depende de la voluntad y ésta es una facultad de la razón. La determinación de la
voluntad no se hace según la materia sino según la forma (el deber), así como la
determinación científica del mundo no se produce a partir de los fenómenos sino según
las relaciones invariantes entre ellos (las leyes). En ambos casos la consistencia se logra
a partir de la posibilidad de formalizar universalmente. Fórmulas matemáticas para la
naturaleza y formas pura para el deber.
20
Diferencia entre conocimiento científico y no científico. ‘La investigación científica
Mario Bunge’.
Las opiniones científicas son racionales y objetivas como la del conocimiento ordinario,
pero mucho más que ellas. La peculiaridad de la ciencia tiene que consistir en el modo
de como se opera para alcanzar algún objetivo determinado, o sea, en el método
científico y en la finalidad para la cual se aplica dicho método. El enfoque científico
está constituido por el método científico.
21
Las tácticas de investigación son lo que se denomina en la mayoría de los textos
"métodos de investigación", de manera más restringida significa: camino a seguir para
salvar los obstáculos que nos conduzcan aun fin determinado; en este caso, el fin no
es otro que contrastar empíricamente las hipótesis. El "método": es el conjunto de
operaciones teóricas, lógico - epistemológicas y procedimentales que permiten validar o
justificar las teorías científicas, que establece una serie de momentos y reglas que deben
seguirse en cada caso. Es necesario distinguir por un lado método general: sirve de guía
a todas aquellas disciplinas que aspiren a la categoría de científicas; por otro, los
métodos particulares: modos diferenciados en función del objeto y complejidad de
estudio. La esencia del método general (hipotético deductivo) reside en la posibilidad
de anticipar los conocimientos, aún aquellos más ocultos a la experiencia directa: es la
función de las hipótesis formalmente deducidas de un cuerpo teórico, que tratarán de
confirmar o refutar los datos de la realidad. Los conocimientos así adquiridos que son
los científicos se distinguen porque se manifiestan en dos niveles relacionados: *un
conjunto de conocimientos presentados mediante conceptos (elementos de las leyes);
*una integración lógica de éstos conceptos (teorías) que nos conducen a conocimientos
nuevos. La integración lógica aplicada a la totalidad de los conocimientos produce un
sistema teórico que supera a la suma de los conocimientos aislados. Este nuevo sistema,
a su vez, permite sacar nuevas conclusiones sobre la realidad: éste sería el proceso y el
producto del método científico. Es por todo ello que el método hipotético - deductivo
facilita el ordenamiento coherente de conocimientos al aplicar la racionalidad a los
pasos lógicos que llevan a este objetivo.
En cuanto a los métodos particulares, son herramientas que el investigador utiliza para
comprobar hipótesis, deducidas desde el esquema del método general. En este sentido,
tanto la táctica experimental como la selectiva, las distintas técnicas de recogida de
información, al ser éstas métodos y técnicas de investigación de la metodología, su
validez viene determinada en función del grado de adecuación de éstas con la
formulación de las hipótesis que se someten a prueba. Una investigación se considera
científica cuando sigue las reglas del método: presentar los hechos en forma de
enunciados, conceptos, teorías explicativas y, a partir de las reglas, poder deducir
consecuencias cuyo grado de comprobación lógica o empírica nos permiten consolidar o
reformular las teorías de las que se parte. Para la comprobación empírica hay que poner
en marcha una serie de métodos particulares que nos conducen a procedimientos de
observación (tácticas de investigación) que hagan posible una correcta recopilación de
datos y luego de la clasificación de los mismos - mediante análisis adecuados,
estadísticos o no - nos lleven a conclusiones. Éstas posibilitarán la verificación de los
enunciados, de tal manera que cuando son verificadas las hipótesis pasan a ser
consideradas como leyes y se introducen en el sistema como: teoría. Este es el
mecanismo por el cual los conocimientos así adquiridos (conocimientos científicos)
trascienden al sujeto cognoscente: son aceptados por todos, independientemente de los
gustos, valores, ideología; pueden ser reproducidos por cualquier persona y ser
sometidos al examen público. Estos conocimientos son una representación de los
fenómenos de la realidad y adquieren el estado de "verdaderos", aunque no son
infalibles, permanentes ni autosuficientes. La fase de comprobación empírica de las
hipótesis requiere un ajuste de los procedimientos a seguir con los enunciados a
verificar.
22
hipótesis: no es el tipo de táctica de investigación la que determine el tipo de
conocimiento obtenido (científico, no científico), este estado viene establecido por el
planteamiento general del método científico, que deberá cumplir las siguientes fases:
8. Determinar los dominios en los que valen las conjeturas y las técnicas y
formular los nuevos problemas originados por la investigación.
23
Generalidad: la preocupación científica no es profundizar y perfeccionar el
conocimiento de un solo objeto individual, sino: lograr que cada conocimiento
parcial sirva como puente para alcanzar una comprensión de mayor alcance.
24
Esquema de clasificación planteado por el epistemólogo alemán Rudolf Carnap quien fue
el primero en dividir a la ciencia en:
En ellas se encuadran las ciencias naturales que tienen por objeto el estudio
Ciencias
de la naturaleza. Siguen el método científico: Astronomía - Biología - Física
naturales
- Química - Geología - Geografía física
Son todas las disciplinas que se ocupan de los aspectos del ser humano -
Ciencias cultura y sociedad- El método depende de cada disciplina particular:
sociales Antropología - Ciencia política - Demografía- Economía - Historia -
Psicología - Sociología - Geografía humana
25
científicas. Pero dar a luz no es criar. Hay que cubrir un ciclo entero antes de que
salga algo científico de la práctica:
Práctica----problema científico----investigación científica-----acción racional.
Este fue el esquema hasta el siglo XIX, cuando la física dio nacimiento a la
ingeniería eléctrica: a partir de entonces la tecnología propiamente dicha quedo
firmemente establecida. Y a partir de allí la curiosidad intelectual ha sido la fuente
de la mayoría de los problemas científicos, la tecnología ha seguido la estela de la
investigación pura, disminuyendo constantemente la diferencia entre las dos. Si se
exageran los objetivos externos de la ciencia, se debilitan la curiosidad y la libertad
de la investigación, esto es la libertad de dudar de las ideas recibidas y la libertad
de intentar establecer otras nuevas. El resultado inmediato es el debilitamiento de
la ciencia pura, lo que lleva al estancamiento tecnológico: la política más práctica
consiste en no poner fines prácticos a la ciencia. El blanco primario de la
investigación científica es pues el progreso del conocimiento. El conocimiento es
siempre conocimiento de algo: el objetivo central de investigación en ciencia
factual pura es mejorar nuestro conocimiento del mundo de los hechos y el de la
investigación científica aplicada es mejorar el control del hombre sobre los
hechos. Ninguna descripción de un sistema real puede ser completa mientras no
utilice las leyes de ese sistema, puesto que las leyes constituyen la esencia de todo lo
que existe: una mera descripción de apariencias deja de lado los rasgos esenciales
del sistema. Al hombre no solo le interesa los existentes actuales sino también los
posibles y solo las leyes pueden darnos un conocimiento de posibilidades. Ninguna
descripción puede servirnos ni para explicar lo que ocurre ni para predecir lo que
puede ocurrir: la explicación y la predicción científicas se basan en leyes que a su
vez entrelazan teorías: la comprensión del mundo se consigue con la ayuda de
teorías. Lo que busca la ciencia fáctica es establecer mapas de las estructuras (leyes)
de los dominios fácticos. La reconstrucción conceptual de una estructura objetiva es
una ley científica (ley de inercia), un sistema de tales enunciados es una teoría
científica (como la teoría newtoniana del movimiento). Cuando las técnicas
científicas se aplican a la adquisición de datos sin hallar estructuras generales se
consigue ciencia embrionaria: protociencia; y cuando el objetivo perseguido es el
de la ciencia madura, pero en cambio no se utilizan su método ni sus técnicas, se
trata de especulación acientífica. No existe ciencia propiamente dicha a menos que
el método científico se utilice para alcanzar el objetivo de la ciencia, la construcción
de imágenes teoréticas de la realidad y esencialmente de su tejido de leyes: la
investigación científica es la búsqueda de estructuras. La experiencia es un medio
de contrastación imprescindible de las teorías pero no suministra todo el contenido o
significación de todas ellas. El objetivo de la ciencia es el perfeccionamiento
continuo de sus principales productos: las teorías, y medios: las técnicas.
¿Tiene límites esta expansión del objeto de la ciencia? ¿Hay problemas de
conocimientos que no puedan ser tratados con el método y según el objetivo de la
ciencia?
*Podemos esperar que todo problema cognoscitivo resultará ser parcialmente
resoluble.
*No se ha hallado un método más poderoso que el de la ciencia.
*El método científico y sus técnicas no son conclusos: han ido evolucionando.
*Cualquier tema o cosa puede convertirse en objeto de investigación científica.
26
El enfoque científico resulta ser el mejor de que disponemos, por limitado que sea el
resultado del enfoque científico, no conocemos que tenga limitaciones intrínsecas.
El término tiene connotaciones negativas, porque se usa para indicar que las materias así
etiquetadas son errónea o engañosamente presentadas como científicas. Por este motivo,
aquellos que adoptan por determinada "pseudociencia" normalmente rechazan esta
clasificación. Filósofos de la ciencia que se han ocupado extensamente de esta cuestión,
como Karl Popper (1902 -1994) filósofo, sociólogo y teórico de la ciencia Austriaco,
consideran que el carácter de pseudociencia depende menos del ámbito u objeto de
estudio que de la actitud de sus seguidores hacia la crítica y, en general, hacia al
método científico. Así, un físico o un biólogo podrían comportarse de un modo
dogmático, mientras que un historiador o un sociólogo pueden presentar sus tesis de una
manera que inviten a la refutación (o «falsación», en lenguaje popperiano). En general,
la metodología científica exige que las teorías puedan someterse a pruebas empíricas
rigurosas, mientras que las pseudociencias, o bien no será posible aplicarles sistemas de
refutación (por tratarse de formulaciones ambiguas) o bien protegerán su teoría (por
27
ejemplo, con hipótesis auxiliares o ad hoc, formuladas a posteriori), en lugar de
someterla a ensayos que puedan refutarla.
28
como pseudociencia ya que no trata de indagar en el conocimiento sino que cree en
unos determinados elementos, el hecho de que una creencia pase a ser una
pseudociencia es cuando intenta darle carácter científico para apoyar su propia creencia
subjetiva utilizando para ello todos los elementos nombrados anteriormente. Se han
hecho varios intentos para aplicar rigor filosófico a la demarcación de la ciencia con
resultados diversos. Estos incluyen el criterio de falsabilidad de Karl Popper y la
aproximación histórica de Imre Lakatos (1922 - 1974) matemático y filósofo de la
ciencia nacido en Hungría, que lo menciona en su ‘Methodology of scientific research
programmes’ (Metodología de los programas de investigación científica). Historiadores
y filósofos de la ciencia, principalmente Thomas Kuhn y Paul Feyerabend, sostienen
desde otras perspectivas epistemológicas del conocimiento, que incluye la dimensión
social, que no siempre es posible una distinción nítida y objetiva entre ciencia y
pseudociencia.
29
También llamados pictogramas o crop circles (en inglés), son
Cerealogía dibujos que aparecen en campos de cultivo (trigo, maíz, etc),
supuestamente creados por extraterrestres, aunque sin evidencias
empíricas.
30
Los ensayos no demuestran ningún valor terapéutico más allá del
efecto placebo. La preparación de los remedios, dejando algunas
Flores de Bach flores en agua al sol y diluyendo el filtrado después, no es
(terapias florales) compatible con ningún mecanismo físico-químico específico. Se
basa en «vibraciones», sin que se justifique que son o como se
pueden observar. La selección de los remedios se basa en criterios
ajenos a la experiencia.
Era una teoría que afirmaba ser capaz de determinar el carácter y los
rasgos de personalidad basándose en la forma del cráneo. Se basaba
en la creencia de que diversos comportamientos están controlados
Frenología por sitios distintos del cerebro, y que el mayor desarrollo de esas
secciones supone un mayor tamaño, que se ve reflejado en la forma
del cráneo. No se debe confundir con la craniometría o la fisonomía,
que estudian los huesos del cráneo o los rasgos faciales sin intentar
extraer información sobre la personalidad.
31
La parapsicología es el nombre moderno que recibe el espiritismo.
Esta doctrina sostiene la existencia de fenómenos como la telepatía,
la videncia a distancia y del futuro, y la telequinesis, entre otros. La
parapsicología atribuye esos supuestos hechos a la percepción
Parapsicología
extrasensorial y a otras capacidades supra-normales que no pretende
explicar. Es bastante ambigua no sólo porque trata de entidades no
físicas como los fantasmas y acontecimientos no físicos como la
telepatía, sino también porque no ofrece afirmaciones detalladas
acerca de sus mecanismos de acción o regularidades.
32
La teoría sinergética fue establecida por el matemático y físico
Sinergética Hermann Haken. La teoría sinergética, según sus representantes, es
una curación biónica y no un tratamiento médico. Así evitan
disputas con la medicina occidental.
La Posciencia.
¿En tal caso existe aún la ciencia, en el sentido moderno, o entramos en la era de la
posciencia, en sentido posmoderno?
En el siglo XVI, los primeros estudiosos que se atrevieron a desafiar los dogmas
establecidos fueron revolucionarios. Lo hicieron desde prácticas y discursos marginales
respecto de las verdades oficiales. Lograron así un nuevo dominio de saber: el físico-
matemático. Las leyes científicas inmutables y universales pretendían encerrar lo
caótico dentro de los límites de una objetividad; sin embargo en el siglo XX, la ciencia
ha debido aceptar la inestabilidad, el azar, la indeterminación, los procesos irreversibles,
la expansión del universo, la discontinuidad, la evolución de las especies, el caos. La
conmoción venía con Jean-Joseph Fourier (1768-1830), matemático y físico francés:
cuando enunció la ley de la conservación del calor: (1er. Principio de la termodinámica):
un proceso irreversible había logrado su formulación matemática. El edificio científico
de la modernidad se había construido sobre leyes conservatistas, reversibles y
deterministas.
Ilia Prigogine (1917 -2003) físico, químico, de origen soviético, galardonado con el
Premio Nobel de Química del año 1977. Destaca la artificialidad de los procesos
pretendidos reversibles, pues en los acontecimientos naturales el tiempo corre en una
sola dirección. Podemos recordar el pasado pero no podemos recordar el fututo.
Estamos en el tiempo, estamos por lo tanto en los mismos procesos que estudiamos,
Se diluye la imagen de un investigador no comprometido con el mundo que estudia.
El científico, a partir de esta nueva ubicación en el cosmos, deberá declinar el moderno
dominio de la naturaleza e intentar dialogar con ella.
La mecánica cuántica, sin embargo no solo dejará de lado esa pretensión, sino que
alterará aún más la idea de determinación y de objetividad atemporales.
33
La biología evolucionista con la idea de que las especies no obedecen a leyes
inmutables sino que interactúan con el medio y en función de ello instauran sus
regularidades. Los movimientos y cambios alcanzaron a las ciencias formales: la lógica
bivalente (verdadero-falso) que desde Aristóteles pretendía ser única, estallo en una
pluralidad de lógicas divergentes. Kart Godel (1906-1978) en 1931 mostró que todo
sistema logístico contiene por lo menos un enunciado o teorema que no es decidible en
el sistema mismo.
De todos los trabajos sobre la evolución biológica en las últimas décadas, la idea de que
todas las posiciones siguen subsumidas bajo el estandarte de la teoría sintética moderna
resulta al menos excesiva. En estudios recientes la teoría sintética ha sido criticada por
ser fuertemente reduccionista, en parte como reacción al intento de reducir toda la
complejidad de la historia de la vida a la organización que muestran algunas
poblaciones de ratas y moscas. Cuando se proponen acercamientos a la complejidad a
partir del estudio de jerarquías interactuando en sistemas abiertos, se está bastante lejos
de caracterizar un sistema en términos simples tal como ocurre en las últimas versiones
de la teoría sintética. Algunos biólogos como Niles Eldredge (1943- ) paleontólogo
estadounidense. Autor de la teoría del equilibrio puntuado (1972); proponen teorías
más complejas que vinculen categorías genealógicas y ecológicas. Lo específico de la
teoría del equilibrio puntuado tiene que ver con el tiempo con el que las especies
evolucionan. Según Eldredge durante la mayor parte del tiempo de existencia de una
especie ésta permanecería estable o con cambios menores, acumulándose cambio
evolutivo durante el proceso de especiación (formación de una especie nueva), que sería
una especie de revolución genética breve en términos geológicos. No se discute el
carácter gradual del cambio evolutivo, sino que se niega la uniformidad de su ritmo.
(Natura non facit saltum).
Una consecuencia directa de adoptar una visión compleja consiste en que un conjunto
más amplio de fenómenos puede ser reconocido como directamente relevante para la
biología evolutiva de lo que ha sido tradicionalmente. Este enfoque jerárquico permite
reconocer que tanto las entidades ecológicas y genealógicas como los eventos y
procesos están implicados en el ‘proceso de la evolución’. Por otro lado la noción de
progreso en el proceso evolutivo también está seriamente cuestionada. Esta concepción
reposa sobre el argumento de que la evolución incorpora una tendencia o impulso
fundamental hacia un resultado. El progreso de la historia de la vida ha sido concebido
34
de muchas maneras, como tendencia de la vida a una creciente complejidad anatómica,
a una mayor complejidad neuronal, hacia comportamientos más amplios. Todas estas
cuestiones permitirían situar al Homo sapiens en la cima de la evolución. Si bien tantas
certezas se están esfumando, la noción de progreso aún persiste. Por ello se considera
que nos encontramos cerca de una revolución científica en biología. El problema que
genera el concepto de progreso está en el núcleo de la tradición darvinista. La teoría
básica (selección natural) no contiene proposición alguna sobre el progreso general y no
ofrece tampoco ningún mecanismo que permita predecir la existencia de semejante
progreso. Sin embargo, tanto en la cultura occidental como en el registro fósil que se
inicia con las bacterias como únicos habitantes, parece indudable la necesidad de un
discurso que introduzca la idea de progreso como eje central de la teoría evolucionista.
Ninguna de las ideas de Darwin podía resultar más herética en su época que el rechazo
del progreso como fruto previsible de los mecanismos de cambio evolutivo. Buena parte
de los evolucionistas del siglo XIX como Jean Lamarck (1744–1829) naturalista,
botánico, zoólogo francés, forjaron teorías mucho más conciliadoras, en las que el
progreso predecible figuraba como ingrediente fundamental. De hecho, evolución se
impone en nuestro lenguaje para designar lo que Darwin había llamado ‘herencia con
modificación’. Darwin se opuso a ese término porque su teoría no implicaba noción
alguna de progreso general en tanto que efecto previsible de cualquier mecanismo de
cambio. La selección natural constituye una noción bastante simple como mecanismo de
cambio: consiste básicamente en procesos seguidos de una conclusión. Hay que aclarar
que el funcionamiento de la selección natural en ambientes naturales puede adoptar
formas sutiles y muy complejas. Dado que la herencia existe, la progenie de los
supervivientes tenderá a asemejarse a sus progenitores agraciados con el éxito. Y la
acumulación de estas variantes favorables se va a traducir, con el paso del tiempo en
cambio evolutivo. Si bien la selección natural habla de adaptación a ambientes locales
variables, la noción de progreso no fue incluida como tendencia general del proceso. La
secuencia de ambientes locales presentes en cualquier lugar es considerada aleatoria a
través del tiempo. Si los organismos siguen y se ajustan a los cambios ambientales por
medio de la selección natural, su historia evolutiva debe ser también entendida de un
modo aleatorio. Los ambientes no cambian en una dirección sostenida a través del
tiempo.
Las formas simples de vida siempre han predominado en el planeta y lo siguen haciendo
en la mayoría de los sistemas naturales, las tendencias deben ser entendidas no como
cosas que se desplazan hacia algún sitio sino como cambios en la variación. Para
Stephen Gould (1941- 2002) paleontólogo y biólogo norteamericano, existe un mínimo
de organización en los sistemas vivos y la vida se originó con el desarrollo de este tipo
de estructuras mínimas, las formas más simples presentes en el registro fósil son en su
totalidad bacterias: de hecho más de la mitad de la historia de la vida consiste
únicamente en un relato bacteriano. La diversidad de la vida no pudo desarrollarse
más que en un sentido dado que no habría posibilidades para el desarrollo de estructuras
vivas más simples que las bacterias. Estos son algunos de los argumentos de Gould en
contra de la idea del progreso en la historia de la vida: si se tiene en cuenta la totalidad
de seres vivos, es muy reducida la cantidad que sufrieron procesos que complejizaron
sus estructuras, asimismo la secuencia temporal de los organismos más complejos no
constituye una secuencia evolutiva sino un conjunto azaroso que originó tal escenario.
Más aún, sostiene Gould, si existe alguna inclinación es hacia la simplificación, si se
tiene en cuenta que el parasitismo constituye una estrategia evolutiva muy común y que
35
los parásitos tienden a ser anatómicamente más simples que sus antepasados de la vida
libre, la tendencia sería hacia una complejidad menor.
“En un apartado rincón del universo, donde titilan innumerables sistemas solares,
hubo una vez una estrella en la que inteligentes animales inventaron el conocimiento.
Fue ése el más orgulloso y mentiroso minuto de la ‘historia universal’, pero sólo un
minuto. Tras pocos resuellos de la naturaleza, la estrella se congeló, y los inteligentes
animales hubieron de morir. Alguien pudo inventar una fábula así, y sin embargo no
habría ilustrado de modo suficiente la situación tan lamentable, tan sombría y fugaz,
sin fines y contingente que presenta el intelecto humano dentro de la naturaleza; hubo
eternidades en las que no existió; si desaparece, nada pasará. Pues no hay para ese
intelecto otra misión fuera de la vida humana. Es sólo humano y sólo su dueño y
productor lo toma de modo tan patético como si los goznes del mundo giraran sobre él.
Pero si pudiéramos entendernos con el mosquito advertiríamos que también él flota por
el aire poseído por ese pathos y que se siente en él el centro alado de este mundo”.
¿Se requiere una especie de tribunal trascendente a la actividad científica misma que
pretenda fijarle criterios?
36
fijarles exteriormente parámetros de aceptabilidad. Resulta menos obvio que esta
versión más benigna también deba suspenderse, pero tampoco resulta evidente que
pueda sostenerse sin tensiones. La división práctica entre actores directos de la
investigación sustantiva, y pensadores acerca de ésta desde la exterioridad filosófica, no
se superará mientras exista un área temática especializada denominada epistemología o
filosofía de la ciencia. Y tampoco se supera del todo el efecto de sentido según el cual
aquellos que hablan desde lo general estarían por encima de quienes lo hacen desde las
prácticas científicas particulares: la epistemología aparece como un espacio de palabra
privilegiada, en colisión con tiempos en que tiende a abolirse la idea de que existan
discursos que no sean tributarios de una legitimación social última que depende del
sistema cultural en su conjunto. Se cree que no está resuelto este problema, sino que se
encuentra en el derrotero de su despliegue práctico. Asistimos a una lenta
metamorfosis de las modalidades de lo epistemológico, a través de las cuales puede
llegar a relegitimarse desde una posición diferente. El discurso epistemológico tiene hoy
su propio estatuto epistemológico sin duda digno de atención: ya no se plantea como
exclusivamente filosófico, sino que requiere lo científico como elemento constituyente
de sí. Tanto en lo que hace al conocimiento sobre la investigación científica misma,
como en lo que hace, por ejemplo a los determinantes sociales de la cognición, y a la
relación entre tomas de posición en el debate científico y lugares de adscripción dentro
de la comunidad científica, todo lo cual requiere de instrumentos sociológicos y
psicológicos específicos.
La Filosofía y la Ciencia.
37
es mucho más estrecha de lo que se cree y en ocasiones, complementaria. Las ciencias
han tenido su origen en la filosofía. Algunos científicos han sido igualmente filósofos.
El propio planteamiento de las ciencias como disciplinas académicas proviene de las
funciones desarrolladas por la academia de Platón para la investigación y la educación.
La filosofía es un saber que estudia la totalidad de las cosas por sus causas últimas o
primeras: el ser, con la sola luz natural de la razón: ciencia deductiva, sus
razonamientos parten de la intuición eidética. La filosofía es un ejercicio especulativo
que busca dar respuestas a las cuestiones en un plano abstracto. En cada una de las
ciencias existe implícitamente una posición filosófica que da por sentado esquemas
intuitivos (axiomas). La filosofía se estructura como doctrina, cuando funda en su
estructura principios sistemáticos. La filosofía es la madre de las ciencias, la ciencia
actualmente, está asociada con la tecnología lo que ha traído enormes progresos para la
humanidad, pero la madre que hace dos mil años se preguntaba ¿De dónde venimos?
¿Para qué existimos?, hoy la humanidad se sigue preguntándose lo mismo: Para el
músico, no todo en la vida es música, para el matemático, no todo en la vida son las
matemáticas, para el soldado, no todo en la vida es guerra, mas para el filósofo, todo
en la vida es la filosofía.
La diferencia entre pensar calculador y un pensar meditativo expresa una oposición, que
acompaña a la época de la técnica. El pensar calculador se erige a partir del dominio
ejercido por la razón instrumental. Precisamente, una de las consecuencias de la
imposición de esta forma de razón reside en el creciente predominio de un pensar
calculador que, aun cuando no opere con números ni con calculadoras electrónicas,
sigue siendo cálculo (planificación, investigación, organización) y extiende cada vez
más sus exigencias haciendo peligrar así toda dimensión de la existencia humana que
pretenda resistirse al ordenamiento científico. La voluntad de poder que opera en las
ciencias señala un aumento de la voluntad de poder aunque de una clase diferente de
38
aquella que Nietzsche caracterizó como nihilismo activo. La conquista técnica de todos
los ámbitos dificulta otras experiencias dadoras de verdad, como la que se da en la
palabra poética por ejemplo. El pensar calculador necesita de la renovación incesante
de la información; por ello la imposición de la técnica se realiza en las sociedades
actuales a través de la globalización de la información. Gracias a la técnica hoy es
posible tener acceso a toda la información que se desee pero no pertenece a la técnica
misma el posibilitar el acceso a los criterios seleccionadores que impidan sucumbir al
caos de datos infinitos. El hombre quedaría indefenso y librado a la prepotencia de la
técnica si se negara a poner en juego su capacidad de pensar fuera de los carriles del
cálculo.
El pensamiento meditativo está separado del saber científico o pensar calculador por
un ‘abismo sobre el que no se puede tender ningún puente, afirmaba Heidegger en su
obra Serenidad pág. 117:
“Desde las ciencias al pensar no hay puente alguno sino sólo un salto, El lugar al que
éste nos lleva no es sólo el otro lado sino una localidad completamente distinta. Lo que
se abre con ella no se deja nunca demostrar, si demostrar significa esto: deducir
proposiciones sobre un estado de cosas desde presupuestos adecuados por medio de
una cadena de conclusiones”.
De esto no se deriva que haya que arremeter contra la mentalidad científica, los
filósofos no se erigen como enemigos de la ciencia ni de la técnica. Ya que todo nuestro
mundo circundante está técnicamente construido: el retorno a un mundo sin técnica y
sin ciencia sería imposible e innecesario. Lo que merece ser estimado tiene que ver con
el riesgo de que ‘el pensar calculador pudiera llegar a ser el único válido y practicado’.
Este riesgo ya lo expresaba Nietzsche cuando, temiendo la expansión del nihilismo
negativo, anunciaba ‘el desierto está creciendo, desventurado aquel que albergue
desiertos’. La ambigüedad de la ciencia y la técnica sigue abierta y en conflicto, esto
exige ser pensado más allá del querer asegurar una respuesta clara y distinta.
39
La abundante riqueza de la sociedad Griega, fomento el cultivo en las personas que, con
todas las necesidades básicas afectivas y sociales cubiertas; buscaron su autorrealización
como complemento a su felicidad. Es por ello que la filosofía, o el filosofar, son
intrínsecos al hombre. O bien puede decirse, que la filosofía como actitud, es
ineludible. No es un saber más, es la actitud natural del hombre, es la respuesta natural
de su existencia ante la maravilla del universo y del ser. No hay manera de no filosofar,
y aun negando la filosofía, se lo hace con argumentaciones filosóficas. Señala Kart
Jaspers (1883-1969), en el libro Introducción a la Filosofía, que ya en los niños está
plenamente despierta la curiosidad y la indagación filosófica. Pareciera ser que con el
tiempo, la tendencia ingenua por la interrogación, se pierde. En palabras de Martín
Heidegger (1889- 1976) alemán, tal vez por las capas superpuestas de la vida banal e
inauténtica que a todos nos toma y nos aplasta..."Por el sencillo hecho de existir el
hombre, acontece el filosofar".
La filosofía tiene en común con la religión el hecho de que se plantea las cuestiones
últimas de la existencia humana, pero a diferencia de ella no se basa en la fe o la
revelación sino en la razón. La filosofía tiene en común con la ciencia la racionalidad,
pero se diferencia de ella que ésta estudia regiones determinadas del ser, la filosofía se
interesa por el significado del todo. Por lo que podemos definir la filosofía como el
análisis racional del sentido de la existencia humana, individual y colectiva, fundado
en la comprensión del ser. La filosofía aparece históricamente cuando entran en crisis
los discursos míticos y religiosos, planteándose las cuestiones: ¿qué hacer?, ¿qué
puedo conocer?, ¿qué es el mundo?, ¿qué puedo esperar?, ¿qué es el hombre? Kant,
en su Lógica, sintetiza la indagación filosófica, en estos cuestionamientos. Y agrega,
que todas las preguntas convergen en la última. Algunos filósofos han tenido
pensamientos diversos acerca de cuál es el objeto de la filosofía, piensan que la
filosofía examina el proceso de investigación de sí mismo. Se pueden también ver en
filosofía una creación, análisis o meditación sobre conceptos. La filosofía se diversifica
en distintas ramas:
Metafísica.
Ontología.
Filosofía de las ciencias.
Filosofía del espíritu.
Antropología filosófica.
Estética.
Filosofía del derecho.
Filosofía de la física.
Filosofía de la matemática.
Filosofía de la medicina.
Ética Aplicada.
Filosofía del lenguaje.
40
por medio de los sentidos, la búsqueda para satisfacer las necesidades, el instinto de
supervivencia, la curiosidad, la búsqueda de sí mismo, fueron los factores que
encauzaron al hombre hacia la ciencia.
El proceso de salida de este primer estado del pensamiento será lento. En dicho proceso
se adecuarán los métodos a sus objetos de investigación. Este desarrollo se efectuará
dentro de la cultura griega, se irá distinguiendo el pensamiento científico de las otras
formas sobrenaturales y míticas, se intentará explicar la naturaleza por sí misma. En tal
proceso, el lenguaje jugará un papel fundamental (capacidad de sustantivación, de
verbos como de adjetivos, por medio del uso del artículo). Este perfeccionamiento del
lenguaje hará posible el desarrollo de la lógica.
41
razón para explicarla, la búsqueda de una sustancia universal o primera, de la cual están
compuestos todos los cuerpos del universo. La idea que a todo fenómeno sucede uno
que le es contrario cualitativamente, da el sentido de simétrica de la naturaleza.
Dicho concepto surge también en Grecia, por las diferentes corrientes de pensamiento y
el pensar libremente, aparece la clase de hombre denominada "filósofo"-individuo
arrebatado por el amor al conocimiento o sabiduría- Los distintos enfoques del libre
pensar se le asigna el concepto Paradigma. Cada paradigma se basa en un enfoque
unitario, sustentado por la necesidad de buscar el saber por el saber mismo, no movido
por actitudes pragmáticas. No se habla de una sabiduría atada a lo concreto. En lo
esencial, independientemente del paradigma, el filósofo es un personaje muy especial:
su saber es un saber curioso, interrogante e insaciable, siempre palpitante por el
deseo de no retroceder en la persecución indagatoria de los últimos fundamentos de
la realidad. Su preguntar es ilimitado facilitando la aparición de novedosas
indagaciones. En el filósofo siempre se ha de hallar una actitud crítica y de duda, ya sea
para el propio pensar, o por el ajeno, del tiempo presente o pasado.
En consecuencia en el ámbito del logos los griegos distinguían entre el saber cotidiano y
vulgar y el saber de la ciencia. El término episteme refiere a la pura racionalidad y es
por eso que también se incluye la filosofía.
42
*Geocentrismo. *El universo tiene un orden jerárquico: los elementos van de lo más
perfecto a lo más imperfecto: tierra, agua, aire y fuego. *Orden teológico: todo el
universo tiende aun fin (télos): Dios (religión), idea de bien (Platón), o primer motor
(Aristóteles). *Finitud del espacio: se cree en un espacio cerrado y finito.
b) El conocimiento científico:
*La ciencia como un saber referido y fundado en la experiencia. *El saber empírico se
tenía por conocimiento estricto pero no supremo: si bien este tipo de conocimiento era
considerado episteme, no representaba el conocimiento superior, puesto que por su
carácter empírico, siempre se lo consideró inferior respecto de otros saberes. Para los
griegos la filosofía primera o metafísica y la sabiduría estaban por encima del
conocimiento sensible o empírico.
43
sociedad, dando lugar un orden social mejor y más justo. Además conlleva el supuesto
de que todo proceso de innovación en ciencia, es en sí mismo, bueno.
Es así como, desde la modernidad: razón y verdad, son pensados casi como sinónimos
de razón científica y de verdad científica. Y es así que la racionalidad es pensada como
la racionalidad propia de la ciencia. Y solo preguntar por la corrección de tales
definiciones nos instala sin más en la crisis del paradigma moderno, crisis que da lugar a
un nuevo paradigma.
Varios de los cimientos del paradigma moderno han perdido ya su poder normativo, han
caído en desuso porque no creemos más en ellos, pero ¿estamos viviendo realmente una
era que se ubica más allá de la modernidad?, ¿ésta puede considerarse como una etapa
cerrada, consumada?, ¿o estamos transitando no por un nuevo paradigma sino mas bien
por un pliegue de la modernidad misma? No hay que interpretar el ‘pos’ del concepto
posmodernidad como el señalamiento de un tiempo superador de lo moderno sino como
la indicación de una crisis y la apertura de un tiempo que mantiene una estrecha relación
con ella. Tal vez por ello sea más apropiada la utilización de la expresión ‘modernidad
tardía’, dado que en ella queda explícita la relación de co-pertenencia entre una y otra.
Pero ¿qué se quiere decir cuando se habla de posmodernidad o modernidad tardía? Cabe
señalar que si vimos a la modernidad como un proceso de desacralización, ahora
debemos ver un proceso de fragmentación del sentido en los siguientes puntos:
44
conocimiento científico. Los más realistas exigen que se tenga en cuenta que el
desarrollo de la investigación científica no debería ser considerado un fin en sí mismo
sino un bien cuyo valor principal ha de ser medido sobre la base de criterios de impacto
social. Respecto de la crítica a la desmesura cientificista, la cultura posmoderna esgrime
la necesidad de ampliar la idea de razón y verdad. Esto significa que hay que afirmar
que hay otras formas de racionalidad además de la científica y señalan la presencia de
cierto tipo de verdad en discursos y expresiones extracientíficas.
Esta época actual presenta una fragmentación, caída y desencanto. Se podría decir que
la ciencia actual es tecnología.
Ciencia de la ciencia:
a) externa: Psicología de la ciencia, Sociología y antropología de la ciencia, Historia de
la ciencia.
b) Interna: Lógica de la ciencia, Metodología de la ciencia, Filosofía de la ciencia.
Aproximaciones al Conocimiento.
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Es evidente que debemos reconocer, ante todo, la prioridad de la experiencia
inmediata. Esta experiencia tiene prioridad por su original inmediatez, porque la vi-
vimos y experimentamos antes de cualquier conceptualización y aparición de
significados, porque es el modo fundamental en que se nos ofrece el mundo y porque es
el elemento básico para toda clase de actividades, incluyendo la misma ciencia. Pero
esta primera experiencia, antes de ser ubicada en un contexto personal, cultural y social
que le asigne significados, es simplemente amorfa y sin sentido alguno. Contrariamente
la ciencia es conocimiento y suele ser considerada como conocimiento de un género
determinado, conocimiento de leyes generales observadas en casos particulares: este
rasgo diferenciaría el conocimiento científico del conocimiento local y ordinario
referido a un caso, entidad, hecho o individuo particular. Ya los filósofos escolásticos
(la escolástica fue la corriente teológico-filosófica dominante del pensamiento medieval
y se basó en la coordinación de fe y razón, que en todos los casos siempre suponía la
clara sumisión de la razón a la fe, Philosophia ancilla theologiae -la filosofía es esclava
de la teología-, pero también es un método de trabajo intelectual: todo pensamiento
debía someterse al principio de autoridad: Magister dixit -lo dijo el Maestro-, y la
enseñanza se podía limitar en principio a la repetición de los textos antiguos, y sobre
todo de la Biblia, la principal fuente de conocimiento, pues representa la Revelación
divina; a pesar de todo ello, la escolástica incentivó la especulación y el razonamiento,
pues suponía someterse a un rígido armazón lógico y una estructura esquemática del
discurso que debía exponerse a refutaciones y preparar defensas) solían repetir que
scientia non est individuorum (la ciencia no trata de individuos o casos particulares).
Según esta orientación, las ciencias serían –utilizando la termino logía de Wilhelm
Windelband (1848-1915), filósofo alemán, disciplinas nomotéticas, es decir, que
estudiarían solamente leyes de amplia aplicación universal, y la individualidad sería
estudiada solamente por la historia, el arte o la biografía, cuyos métodos son
idiográficos.
46
En cuanto al hecho de que se dé cierta intersubjetividad o consenso –otro criterio de
la “cientificidad”– recordemos que Galileo estaba solo con sus teorías y que los
"sabios" del tiempo calificaron sus teorías como "absurdas y filosóficamente falsas".
Así como el que canta extra corum, por muy bien que lo haga y sea el único que está
en lo cierto: siempre da la impresión de estar desentonado, así las comunidades
científicas censuran duramente al que rompe la armonía del paradigma aceptado y
compartido, aun cuando ello sea para corregir falacias antiguas.
En general, la gran mayoría de los hombres destacados y, sobre todo, los que han
dado origen a las revoluciones científicas (Copérnico, Galileo, Newton, Darwin,
Planck entre otros), se han quedado solos durante mucho tiempo y se los consideró
como faltos de sentido común (y con razón, pues ese sentido común estaba errado) y
alienados (separados del común pensar y obrar). Por esto, Max Planck ( 1858-1947),
físico alemán escribió con tristeza en su Autobiografía que: "una nueva verdad
científica no triunfa por medio del convencimiento de sus oponentes, haciéndoles
ver la luz, sino, más bien, porque dichos oponentes llegan a morir y crece una nueva
generación que se familiariza con ella".
Quizá, ningún sabio de la antigüedad señaló y estableció mejor la importancia de
unir el método racional con el empírico, de como lo hizo el griego Hipócrates
(460–377 AC), "padre de la medicina", que codificó gran parte de las setenta obras
que componen el "corpus hipocrático" y que se ocupan de la práctica médica,
escribió en sus Preceptos:
“Debe atenderse, en la práctica médica, no fundamentalmente a las teorías
plausibles, sino a la experiencia combinada con la razón... Apruebo la teoría si
sienta sus bases en los acontecimientos y deduce sus conclusiones de acuerdo
con los fenómenos. Porque si la teoría sienta sus bases en hechos claros, se ve
que reside en el dominio del intelecto, que, a su vez, recibe sus impre siones de
otras fuentes. Pero si no comienza a partir de una impresión clara, sino de una
ficción plausible, induce a menudo a situaciones dolorosas y molestas. Todos los
que así actúan se pierden en un callejón sin salida”.
Este enfoque es compartido por muchos científicos, especialmente los que trabajan
en el área de las ciencias humanas. Por ejemplo, se ha aclarado con precisa
indagación experimental que los resultados descubiertos en una situación A no
pueden ser declarados válidos para una situación B, en tanto no se haya probado me -
diante el análisis fenomenológico la identidad estructural de las situaciones A y B.
Aunque parezca extraño, el mismo Hume (1711-1776), filósofo y economista escocés,
justificaba la inducción en función de la costumbre y el hábito, pero pensaba que no
había ningún argumento lógico válido que nos permitiera establecer "que los casos
de los cuales no hemos tenido ninguna experiencia se asemejan a aquellos de los
que hemos tenido experiencia". Por consiguiente, "aun después de observar la
conjunción frecuente o constante de objetos, no tenemos ninguna razón para extraer
una inferencia concerniente a algún objeto, aparte de aquellos de los que hemos
tenido experiencia...". En otras palabras, el intento de justificar la práctica de la
inducción invocando a la experiencia, conduce a un regreso in infinitum. Como
resultado de esto, Popper (1902-1994) filósofo y sociólogo austriaco afirma: “las
teorías nunca pueden ser inferidas de enunciados observacionales, ni pueden ser
justificadas racionalmente por éstos”.
Con relación a esto Kant (1724-1804), filósofo alemán afirma, en su ‘Crítica de la
razón pura’, que la universalidad empírica no es más que una extensión arbitraria
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del valor, pues se pasa de un valor que corresponde a la mayor parte de los casos, al
que corresponde a todos ellos. De esta manera, será la agudeza intelectual del
científico la que exigirá la observación intelectual de muchos casos para intuir la
esencia. Franz Brentano (1838-1917), Filósofo, psicólogo y sacerdote católico alemán
considera que la buena descripción de un ejemplo individual puede hacer evidente la
esencia sin que haya necesidad de acumular más casos particulares, igual que en las
ciencias naturales: con un solo experimento bien realizado, se puede deducir o
comprobar una ley. El método de Jean Piaget (1896- 1980), psicólogo, filósofo y
sociólogo suizo, apoyado básicamente en esta lógica fue considerado durante mucho
tiempo por numerosos investigadores positivistas como no-científico, debido a que
no seguía ciertos cánones clásicos sobre el tamaño de la muestra. Sin embargo, en
1956, el famoso científico atómico Robert Oppenheimer (1904-1967), físico
estadounidense y el director científico del proyecto Manhattan, lo propone como un
modelo para iniciar la investigación en algunas áreas de las ciencias humanas.
Para llegar a la identificación de una estructura humana (psíquica o social) más o
menos generalizable, deberíamos localizar primero esa estructura en individuos o
situaciones particulares mediante el estudio y la captación de lo que es esencial o
universal, lo cual es símbolo de lo necesario: lo universal no es aquello que se
repite numerosas veces. La captación de esa esencia depende más de la agudeza
intelectual que del uso de técnicas.
Tanto Aristóteles como el mismo Francis Bacon (1561-1626), inglés. Entendían
por inducción, no tanto la inferencia de leyes universales a partir de la observación
de muchos casos particulares, sino un método mediante el cual llegamos a poder
intuir o percibir la esencia, la forma, o la verdadera naturaleza de las cosas, que
encierra lo universal. Galileo pensaba que las leyes de la naturaleza, que son
regulares y que tratamos de descubrir, pueden ser captadas sin necesidad de
multiplicar las observaciones, sino que con una buena observación realizada
intensivamente para aprehenderlas.
¿Cómo se puede generalizar partiendo del estudio de un solo caso o situa ción?
La generalización es posible porque lo general sólo se da en lo particular. No se
trata de estudios de casos, sino de estudios en casos o situaciones. Por ejemplo Pia-
get, estudiando a sus propias hijas, estructuró leyes de validez universal que han sido
consideradas entre los aportes más significativos de la psicología del siglo XX. Es
necesario tener muy en cuenta que una estructura individual o universal nunca podrá
ser inducida del estudio de elementos aislados en muchas personas, sin ver la red de
relaciones en conjunto. Es precisamente esa “red de relaciones” la que hace que un
rostro o una persona sean diferentes de los demás. Sería algo similar a lo que sucede
con nuestra propia firma, donde los trazos cambian siempre, pero la estructura,
forma permanece la misma y, por eso, nos identifica. Es lógico pensar que el grado
de transferibilidad de una situación a otra es una función directa de la similitud
que hay entre ambos contextos. El esfuerzo mayor del investigador debería dirigirse
hacia la identificación del patrón estructural que caracteriza a su objeto de estudio.
Pero no es él quien debe estudiar el grado de similitud de su contexto con otros
contextos o situaciones a los cuales puedan transferirse o aplicarse los resultados de
su investigación. Ésa es tarea de quien vaya a hacer la transferencia o aplicación.
Todo esto deberá tenerse en cuenta a la hora de construir los objeti vos y al elegir las
estrategias metodológicas para alcanzarlos.
48
Nuevas sensibilidades.
Al Papa Juan XXIII le gustaba mucho hablar de “los signos de los tiempos”, como
conjunto interactuante de elementos y variables humanas que crean una nueva
realidad, exigen nuevos enfoques, demandan nuevos conceptos y, por consiguiente,
también requieren nuevas soluciones. En definitiva de lo que se habla es de un cambio
de paradigma.
El espíritu de nuestro tiempo ha ido formando una nueva sensibilidad y
universalidad del discurso, una nueva racionalidad, que está surgiendo y tiende a
integrar dialécticamente las racionalidades parciales: integrar el pensamiento
calculante con el pensamiento reflexivo, de lo cual ya hablaba Heidegger, un
proceso dialógico en el sentido de que sería el fruto de la simbiosis de dos lógicas,
una “digital”, propia de nuestro hemisferio cerebral izquierdo, y la otra “analógica”,
propia del derecho. Esto sería como la tercera dimensión, el proceso estereognósico,
que no nos da cada ojo por separado ni la suma de ambos, sino la simultaneidad de
los dos.
Son movimientos que vendrían a significar el estado de la cultura después de las
transformaciones que han afectado a las reglas del juego de la ciencia, de la
literatura y de las artes que han dominado durante la llamada “modernidad”, es decir,
durante los tres últimos siglos.
Los autores de estos movimientos difieren en muchos aspectos, pero tienen también
muchas cosas en común: *ruptura con la jerarquía de los conocimientos y de los valores
tradicionales, *bajo aprecio por lo que contribuye a la formación de un sentido
universal, *desvalorización de lo que constituye un modelo, *valoración de la “verdad
local”, *énfasis en la subjetividad y en la experiencia estética.
Jean-François Lyotard (1924 -1998) Filósofo francés por ejemplo, puntualiza:
“He luchado, por distintas vías, contra la pseudo-racionalidad (...) Aquellos
que invocan “la Razón” alientan la confusión. Hay que disociar cuidadosamente
la razón de los fenómenos, la que puede legitimar un régimen político, la razón
que permite a cada uno soportar su propia singularidad, la que hace que cada
obra sea admirable, y también la razón por la cual hay un deber, o una deuda.
Estas disociaciones son obra del racionalismo crítico”.
Esto implica un planteamiento radical y una relativización de la cultura occidental
moderna. Quizás, lo más valioso que están aportado estos movimientos se pueda
resumir en dos puntos: por un lado, su ‘sensibilidad cuestionadora y crítica’ ante las
más significativas propuestas no realizadas de la modernidad, propuestas que han
generado el deseo de ir más allá de la situación actual; y, por el otro, el concepto de
‘verdad pluralista’, en el sentido de que la realidad es inconmensurable e
inagotablemente rica y su ser último excede al pensamiento humano. Es decir que
no habría teoría o explicación que agotara la realidad.
El conocimiento local.
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que no es abstracto, teórico, racional. Un lazo que no está constituido a partir de un
ideal lejano, sino, más bien, lo contrario, se apoya, orgánicamente, sobre la posesión
común de valores enraizados: lengua, costumbres, cocina, posturas corporales;
cosas todas cotidianas, concretas: todo ello constituye lo material y lo espiritual de
un pueblo. Tal ‘materialismo espiritual’ vivido localmente, es el que va a tomar,
cada vez más, el lugar de la política en sus diferentes modulaciones. Estamos,
entonces, ante “el fin de las ideologías”, de los “grandes relatos de salvación al
estilo de una metafísica o ideología”; “hay un primado de la singularidad de las
formas antes que de la universalidad de los valores, de la inteligencia de las
situaciones antes que de la presunción de las generalizaciones” Este autor habla de
la transfiguración en los “pequeños relatos”, específicos, propios de la “tribu” que
los detenta, ligados a un territorio dado, a los lenguajes juveniles, a los dialectos
locales, a los sincretismos filosóficos o religiosos; son nuevas formas de sociabilidad
unidas en un compartir de emociones, en las cuales lo no-lógico, la pasión y lo
imaginario juegan un papel importante.
En su obra ‘Elogio de la razón sensible’ (1996), destaca las intuiciones y destellos
de esta “razón sensible”: una manera de aproximarse a lo real en su más fluida
complejidad; una conjunción de lo material y de lo espiritual y no una oposición .
La razón sensible destaca el papel de lo afectivo, de las interacciones y de lo
subjetivo. Es una razón abierta hacia lo imaginario, lo lúdico, lo onírico social y es
aún más rica que la razón pura porque sabe integrar. La verdad absoluta se
fragmenta en verdades parciales que conviven.
Serge Moscovici (1925 - ) psicólogo social francés, por su parte acentúa la postura
fenomenológica, dándole el rango epistemológico de ciencia a las “representaciones
sociales” como una forma de conocimiento social específico, natural, de sentido
común y práctico, que se constituye a partir de nuestras experiencias, saberes,
modelos de pensamiento e información, que recibimos y transmitimos por la
tradición, la educación y la comunicación social. Las “representaciones sociales” son
modalidades de pensamiento práctico orientadas hacia la comunicación, la
comprensión y el dominio del ambiente social, material e ideal, por lo que habrá que
referirlas a los contextos en que emergen, a las comunicaciones por las cuales
circulan y a las funciones que desempeñan en la interacción con el mundo y con los
otros. Afirma: “La ciencia estuvo, en otro tiempo, basada en el sentido común e
hizo que el sentido común fuera menos común; pero, ahora, el sentido común es la
ciencia hecha común”.
Piaget define el “pensamiento sociocéntrico”, por oposición al pensamiento técnico
y científico como: “un saber elaborado para servir a las necesidades, los valores y
los intereses del grupo”. En este sentido, coincide con el “conocimiento
emancipatorio” de Jürgen Habermas (1929 - ), sociólogo y filósofo alemán, objeto
de la “investigación-acción”, y que se opone al “conocimiento instrumental”, que es
básicamente controlador y explotador.
El espíritu de toda esta orientación epistemológica no es nuevo, pues nos viene
desde finales del siglo XIX, cuando Wilhelm Dilthey (1883–1911) filósofo,
sociólogo e historiador; Eduard Spranger (1882-1963) filósofo y psicólogo; Marx
Weber (1864 -1920) economista, historiador, filósofo; Karl Jaspers (1883-1969)
psiquiatra y filósofo, entre otros teóricos germánicos distinguieron claramente entre
explicar (erklären) y comprender (verstehen).
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La explicación: se centra en el análisis y la división para buscar las causas de los
fenómenos y su relación y semejanza con otras realidades, con las cuales es
comparada, referida y relacionada, es decir, “insertada en leyes más amplias y
universales”, y tiene más aplicación en las ciencias de la naturaleza. Las relaciones
que establece pueden permanecer, sin embargo, exteriores a los objetos
analizados; no conducen a su naturaleza.
La comprensión: es la captación de las relaciones internas y profundas mediante la
penetración en su intimidad, para ser entendida desde adentro, en su novedad,
respetando la originalidad y la indivisibilidad de los fenómenos, y tratando de
entender, a través de la interpretación de su lengua y gestos, el sentido que las
personas dan a sus propias situaciones. En lugar de parcelar lo real, como hace la
explicación, la comprensión respeta su totalidad vivida; así, el acto de
comprensión reúne las diferentes partes en un todo comprensivo y se nos impone
con mayor y más clara evidencia.
Michel Maffesoli señala que conviene romper con un positivismo dominante y
totalitario, producto de un pensamiento conceptual rígido, hay que hacer surgir un
pensamiento que acepte el ambiente politeísta y la pluridimensionalidad de la
existencia. Promueve una sociología comprensiva de la vida cotidiana, fundada en
la sabiduría popular, en el conocimiento ordinario, en ese hablar que parece no decir
nada, pero que genera una ayuda especial para hacerle frente al destino, al tiempo
que pasa, a los sinsabores de la vida y a la misma muerte, y crea relaciones afectivas
profundas y cargadas de valor: todo esto nos obliga a hacer investigaciones
distintas o complementarias.
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conocimiento científico. Este tipo de conocimiento es el que da razones, es decir,
explica los porqués de las cosas. Se lo puede llamar 'conocimiento objetivo', ya que
sobrepasa la mera opinión individual subjetiva y se sitúa como 'posible de ser
comprobado'. El conocimiento científico es superior al vulgar, pero no es posible
suponerlo sin éste: de los errores del conocimiento vulgar surge la necesidad del
conocimiento científico. Es por ello que se afirma que la ciencia crece a partir del
conocimiento común y lo supera. La investigación científica empieza en el lugar
mismo en que la experiencia y el conocimiento ordinario dejan de resolver o plantear
problemas. Sin embargo, la ciencia no es una mera prolongación del conocimiento
ordinario. La ciencia es un conocimiento de naturaleza especial: aventura e inventa
conjeturas que van más allá del conocimiento común, y somete estos supuestos a
contrastación en la experiencia. Por lo tanto, el conocimiento ordinario o vulgar no
puede ser juez de la ciencia. La ciencia elabora sus propios cánones de validez, por
ello se halla alejada en sus perspectivas respecto de lo que comúnmente aceptamos o
suponemos como correcto o evidente. Para este tipo de conocimiento, la opinión
común o tradicional no se utiliza.
La Matriz Epistémica.
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un espíritu del tiempo, a un paradigma científico, a cierto grupo de teorías y, en
último término, también a un método y a técnicas o estrategias adecuadas para
investigar la naturaleza. Es decir que la verdad del discurso no está en el método
sino en la episteme que lo define. El estilo de abordaje de esta tarea implica algo
más que una interdisciplinariedad y podría llamarse transdisciplinariedad o
metadisciplinariedad, donde las distintas disciplinas están gestálticamente (gestald:
forma, figura, el todo es más que la suma de las partes) relacionadas unas con otras y
son transcendidas, y la disciplina resultante tiene carácter superior a la suma de sus
partes. Si el conocimiento se entiende como articulación de toda una estructura
epistémica, nadie ni nada estará absuelto –llámese alumno, profesor, programa o
investigación – de afrontar los espinosos problemas que presenta la epistemología
crítica. Lo contrario sería convertir a nuestros alumnos en simples autómatas que
hablan de memoria y repiten ideas y teorías o aplican métodos y téc nicas sin
atreverse a crear. Ese es el destino de todo lo que se impone como dogma, aun
cuando se vista bajo la estructura de la ciencia.
53
Quizá, la mejor ilustración para una conciliación sobre el conocimiento general y el
particular ordinario, nos la ofrece Bertrand Russell cuando afirma que:
“Hallaremos oportuno hablar sólo de cosas existentes cuando están en el
tiempo, es decir, cuando podemos indicar algún tiempo en el cual existen (sin
excluir la posibilidad de que existan en todo tiempo). Así, existen pensamientos
y sentimientos, objetos espirituales y físicos. Pero los universales no existen en
este sentido; diremos que subsisten o que tienen una esencia, donde "esencia" se
opone a "existencia" como algo intemporal. Por consiguiente, el mundo de los
universales puede ser definido como el mundo de la esencia. El mundo de la
esencia es inalterable, rígido, exacto, delicioso para el matemático, el lógico, el
constructor de sistemas metafísicos y todos los que aman la perfección más que
la vida. El mundo de la existencia es fugaz, vago, sin límites precisos, sin un
plan o una ordenación clara, pero contiene todos los pensamientos y los
sentimientos, todos los datos de los sentidos y todos los objetos físicos, todo lo
que puede hacer un bien o un mal, todo lo que representa una diferencia para el
valor de la vida y del mundo. Según nuestros temperamentos, preferimos la
contemplación del uno o del otro. El que no prefiramos nos parecerá
probablemente una pálida sombra del que preferimos, apenas digno de ser
considerado, en algún aspecto, como real. Pero la verdad es que ambos tienen
el mismo derecho a nuestra imparcial atención, ambos son reales”.
En esta línea de reflexión diremos que un trabajo de investigación es absolutamente
respetable ante una comunidad científica cuando se desarrolla en forma rigurosa,
sistemática y crítica, es decir, poniendo atención a los detalles, siguiendo un orden
lógico y previniendo y adelantándose a las posibles objeciones (autocrítica). La
investigación podrá tener como objeto tanto el análisis y descripción de una realidad
particular concreta (conocimiento local ordinario) como la identificación de lo
general, universal o esencial en realidades similares.
2. QUE ES LA EPISTEMOLOGÍA
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lingüística, un modo de generalizar enunciados sobre constataciones empíricas que no
por numerosas dejan de ser singulares, así como los enunciados que no por ser claros
dejan de ser metáforas del mundo. Pero hay algo que parece irrefutable: las
comunidades científicas proponen e imponen experimentos de valor universal expuesto
al riesgo de que se demuestre lo contrario o que sea sustituida por otra. En la
construcción del conocimiento incide la integridad de la máquina social. Esto vale tanto
para quienes ‘cortan’ hacia el interior de la ciencia como para quienes ‘cortan’ hacia el
entorno. Se trata de saltar ese muro teórico y sumergirse en los procesos cognoscitivos,
en las afecciones humanas y en la incidencia de los elementos no humanos que forman
parte de esta complejidad. Los conceptos y los objetos científicos interactúan con
sujetos epocales, no con un sujeto ahistórico. Forman parte del devenir, pueden
variar en cualquier momento, esas variaciones son las que permiten que los
conceptos, los objetos y los sujetos mismos puedan desaparecer. Está demostrado que
la ciencia no es independiente del resto de la cultura.
Los discursos filosóficos griegos jugaban con la oposición entre doxa y episteme; la
primera se refiere a la mera opinión y la segunda al conocimiento verdadero. La opinión
no ha sido considerada digna de elaboraciones filosóficas, a no ser para descalificarla,
en cambio el conocimiento ha recibido los más tiernos mimos de los filósofos, a
condición de que sea verdadero. Aunque enunciar ‘conocimiento verdadero’ es casi una
redundancia, puesto que una interpretación de la realidad alcanza el status de
conocimiento únicamente si logra dar cuenta de la verdad de sus enunciados.
55
La versión oficial de que el discurso filosófico conduce a la verdad se mantuvo con
altibajos durante el Medioevo. No obstante, con la acumulación del poder cristiano, la
filosofía perdió gran parte de su noble linaje convirtiéndose en sierva de la fe. Aunque
en los comienzos de la modernidad volvió a conocer una primavera de poder motivada
por el debilitamiento del dominio cristiano. La desacralización del mundo había
comenzado entre los griegos antiguos y alcanzó su máximo nivel entre los filósofos
modernos. Se desacraliza cuando una razón austera puede explicarlo todo, cuando no
hay lugar para el deseo. El desencanto surgió ante la caída de lo sacramental misterioso
y el advenimiento de lo científico verdadero. Los enunciados racionales exigen
coherencia y consistencia, correspondencia con los principios lógicos y corroboración
por la experiencia. No hay lugar para el devenir. En las postrimerías decimonónicas se
comenzaron a buscar los fundamentos y el ser de los discursos, incrementando la
antigua alianza entre razón y lenguaje. En los albores del siglo XX se desarrolló un
movimiento teórico que borró gran parte de las estrellas del firmamento filosófico. La
metafísica, la ontología, la ética, la estética, la filosofía de las religiones, de la historia,
de la cultura y de la vida fueron sacrificadas en un auto de fe positivista. En 1929 un
importante grupo de filósofos y científicos, denominados ‘empiristas o positivistas
lógicos’, fundaron el Círculo de Viena. Establecieron que toda la filosofía precedente
era una especie de fábula de la que había que desembarazarse. La filosofía debía
cambiar su rumbo y dedicarse a aplicar las técnicas de la reciente lógica matemática
para analizar los principios del conocimiento científico. Este es le momento en el que
debe someterse al yugo de la ciencia. Nuevamente la historia mostró su temple binario:
la lucha por los primeros filósofos contra los sofistas tiene la intensidad de la tragedia,
la de los positivistas lógicos contra el resto de la filosofía suena a comedia.
Los miembros del Círculo funcionaron como un tapón que operó históricamente para
preservar los principios rectores del proyecto moderno. Aunque los defensores de las
positividades adherían a creencias: proclamaban una fe ciega en el conocimiento
empírico legitimado por estructuras formales. Los primeros epistemólogos reconocidos
socialmente como tales se preocuparon por la validación lingüístico-formal de las
teorías científicas, por la legitimidad del método y por la puesta a prueba empírica de las
hipótesis. La epistemología pasó de ser un concepto filosófico entre otros a ser una
rama de la filosofía con perfil propio. Y se convirtió en los comienzos del siglo XX en
filosofía de la ciencia. La epistemología neopositivista se aboca al análisis de la historia
interna de la ciencia. Atiende al lenguaje y al método, pero desestima el estudio de las
relaciones entre la ciencia y el resto de la cultura.
Si bien los positivistas del Círculo de Viena se identificaban con Wittgenstein, éste no se
reconocía en tal identificación. Los promotores del positivismo lógico se fascinaron con
Wittgenstein, y con su Tractatus lógico-philophicus (1922). Se trataba de un grupo de
científicos y filósofos que se reunían a leer ese libro y constituyeron el embrión del
Círculo de Viena. Emitieron un manifiesto en el que proclamaban ‘la concepción
científica del mundo’ como emblema de esa institución. El nombre de Ludwing
Wittgenstein figura junto a los de Einstein y Bertrand Russell entre los representantes
principales de la concepción científica del mundo, a pesar de que ninguno de los tres
perteneció al Círculo. El Tractatus está citado en el cuerpo del Manifiesto de 1929 como
una de las piedras angulares del moderno movimiento. Pero Wittgenstein no se reconoce
56
en la imagen que le devuelven los miembros del Círculo, quienes no captaron las
sutilezas de un pensamiento que apunta más allá de los ejercicios lingüísticos.
El reduccionismo simbólico.
El círculo de Viena acuñó una reflexión constreñida sobre la ciencia, sobre el lenguaje
científico y la validación del conocimiento. Pretendieron desalojar de la filosofía
cualquier consideración sobre aspectos de la realidad que no fueran estrictamente
procedimentales o formales. Esa era la manera correcta de hacer epistemología.
Wittgenstein, por su parte niega que su filosofía sea epistemología porque reniega de
toda teoría. Aspira a que la filosofía indique horizontes, señale límites, marque
fronteras. Se aferra a su frase ‘sobre lo que no se puede hablar, hay que callar’.
Entonces ¿Qué se puede decir sobre la ciencia? ¿Cómo expresar la complejidad de los
acontecimientos? ¿De qué manera se piensa lo impensado? El discurso filosófico
debería mostrar el sentido de la vida, lo oculto; como lo hace el arte, sin racionalizar
las cuestiones vitales. Esta postura mística acerca de lo real no fue advertida por
quienes sólo concebían al mundo desde una militancia científico-formalista.
Los miembros del Círculo de Viena realizaron un virulento ataque contra la metafísica
proponiendo una manera de pensar hostil a la especulación. A la ‘visión del mundo
romántica’ ellos oponen una ‘concepción del mundo científica’, con la que esperan
transformar racionalmente el orden social y económico. Wittgenstein incluye entre lo
que no se puede decir a la ética, la estética y el sentido de la vida. Pero también entre la
lógica y el mundo. Esta relación ‘se muestra’ no hay nada para decir sobre ella. La
representación aspira a ser un espejo del mundo, las proposiciones no reflejan la
realidad simplemente la aluden. Se cree conocer algo porque puede ‘representárselo’.
Pero la representación no es la realidad. En cambio el ‘mostrar’ que propone
Wittgenstein posibilita captar sentido sin mediación argumental sin pretensión de
verdad.
57
*mientras la doxa tiende a manejarse con objetos designados.
*el conocimiento requiere zafar del mecanismo cotidiano de reconocer ese algo que
tengo enfrente a partir del prejuicio.
Ejemplo: los alquimistas creían que la materia que entra en combustión desprende de sí
un elemento ígneo llamado ‘flogisto’. Los primeros químicos demostraron que cuando
se calienta un trozo de hierro es más pesado que cuando está frío. No obstante, los
alquimistas siguieron viendo el objeto designado. Siguieron sosteniendo que ese
elemento extraño abandona el cuerpo y para salvar lo obvio aseguraron que el flogisto
tenía peso negativo. Los primeros químicos resistieron el prejuicio y pudieron superar
así el obstáculo epistemológico determinando que el cuerpo calentado incorpora
oxígeno, siendo ése el motivo del aumento de peso. Entre el concepto de flogisto y el de
oxígeno se ha producido una ruptura epistemológica que colaboró a la consolidación de
la química como ciencia.
Tanto los filósofos como los científicos se han preocupado por conocer la estructura
del conocimiento producido y por apreciar su alcance. Es así que ha surgido una
disciplina denominada epistemología, cuyo fin consiste en caracterizar la actividad
científica y establecer cómo se la desarrolla correctamente. La epistemología en tanto
58
disciplina sistemática se integró al campo de la cultura hace unos 50 años, aun cuando
filósofos como Aristóteles, en el siglo IV AC, o como Kant, en el siglo XVIII de nuestra
era, se ocuparon de la producción científica como modo especial de conocimiento y
reflexionaron sobre ella desde el punto de vista lógico, filosófico y social. Hoy
epistemología es un nombre técnico que se emplea de maneras diversas en diferentes
ámbitos. De acuerdo con un primer sentido, epistemología remite a lo que en filosofía
se denomina ‘teoría del conocimiento’, es decir a una disciplina que se ocupa de
aclarar qué es y cómo podemos fundamentar lo que llamamos conocimiento, ya sea
científico u ordinario. En la vida cotidiana creemos gran cantidad de cosas y nos
parecen obvios muchos hechos, a pesar de lo difícil que sería probar que lo hacemos.
Pero para los filósofos, justificar algo tan sencillo como porqué en un momento dado
alguien cree estar delante de una, implica ya una serie de complicaciones que nos
obligarían, por ejemplo, a indicar cómo a partir de los datos sensoriales puede
asegurarse la existencia de un determinado objeto perteneciente al mundo físico. Entre
los autores anglosajones es costumbre denominar ‘epistemología’ a la teoría del
conocimiento en general, criterio, es decir el problema de la fundamentación de todo
el conocimiento humano. De acuerdo con este segundo sentido, en la actualidad se
piensa a la epistemología como el estudio de las condiciones de producción y de
validación del conocimiento científico y en especial de las teorías científicas. Sin
embargo, debemos distinguir claramente a la epistemología de la metodología de la
investigación científica, disciplina en la que se intentan desarrollar estrategias y
tácticas para hacer progresar la producción de conocimiento científico, pero sin
plantear de manera esencial la cuestión de su legitimidad. Podemos afirmar de
acuerdo con Ernest Ángel (1901-1985) epistemólogo norteamericano, que la ciencia es
conocimiento sistemático y controlado. Aun reconociendo que no toda investigación o
actividad científica desemboca en la producción de teorías, circunscribiremos nuestra
exposición al examen de las particularidades de tal producción de teorías científicas,
pues ello bastará para captar el sentido de las controversias más características de la
epistemología contemporánea. La estructura de las teorías, que es de carácter lógico y
lingüístico, no siempre refleja los procesos y conflictos inherentes a la actividad
científica. Más, si las acciones desarrolladas por los científicos conducen a resultados de
importancia la necesidad de comunicarlos a la comunidad científica y humanidad toda
lleva a ‘cristalizarlos’ en textos, memorias e informes. La posibilidad de desarrollar una
labor crítica unida a tal necesidad de difundir y comunicar los conocimientos hace
indispensable que las regularidades que descubren los hombres de ciencia se condensen
en afirmaciones, enunciados e hipótesis, todos los cuales constituyen sistemas y teorías.
Metodología de la Investigación.
Por ejemplo: se observa cómo la gente aprende aritmética: como trabaja el cerebro y
luego se intenta imaginar y construir una teoría verificable. Otros trabajos son como la
ingeniería: se trata de hacer un mejor algoritmo para resolver problemas. Otros son
59
como las matemáticas: se juega con formalismos, intentando entender sus propiedades
y probar cosas acerca de ellos. Otros trabajos son orientados a ejemplos, intentando
explicar fenómenos específicos; pero los mejores trabajos combinan todas estas
formas de trabajar, y más.
Las metodologías no solo se refieren a los métodos de investigación utilizados por una
ciencia, también muestra la forma en la que otras personas abordaron problemas
similares y como procedieron en casos específicos. La metodología se entenderá aquí
como la parte del proceso de investigación que sigue a la propedéutica (a la iniciación)
y permite sistematizar los métodos y las técnicas necesarios para llevarla a cabo.
Como dice Miguel Martínez Mígueles español, venezolano afirma, “Los métodos son
vías que facilitan el descubrimiento de conocimientos seguros y confiables para
solucionar los problemas que la vida nos plantea”.
¿Cómo es posible ser riguroso en las disciplinas científicas y a la vez abrir nuevos
territorios de estudio sin correr el riesgo de ser expulsado de la comunidad científica?
No hay recetas únicas pero sí recetarios posibles. Existe una batería metodológica que
puede servir de rampa de lanzamiento para investigaciones futuras que no
necesariamente deben atenerse a rígidos sistemas preconcebidos. Estos recetarios se nos
ofrecen como una caja de herramientas de la que podremos extraer aquellas que mejor
se adecuen a nuestra búsqueda, o modificarlas, o crear otras. Ese arsenal metodológico
puede ser aceptado o criticado, pero no negado, fundamentalmente en la iniciación
profesional. Por otra parte sería necio negar la experiencia acumuladora acerca de estos
temas, así como sería paralizante atenerse a crítica y únicamente a los métodos vigentes.
En principio hay que manejarlos y modificarlos, adecuarlos o crear nuevos. Sin
descartar la posibilidad de utilizarlos tal como los hemos heredados, en tanto posibiliten
el encuentro con lo buscado. En definitiva, este es el espíritu que alentaba a Descartes
cuando escribió su Discurso del método en los inicios de la modernidad.
60
El origen de los métodos se abisma en los arcanos de la civilización. Pero el método
asociado indisolublemente con la verdad y regulador de la práctica científica es un
invento moderno. La voluntad de saber que se despliega a partir del Renacimiento hasta
nuestro tiempo es manifiestamente metodológica. Sin embargo en el siglo de oro griego,
Sócrates se refería a su propio método, la mayéutica. Durante el resto de la Antigüedad
y el Medioevo también se utilizaron métodos, que no siempre trataban acerca de
estériles disquisiciones lógicas. Incluso los primeros modernos se refirieron al método
como indispensable para el hallazgo de nuevos conocimientos. No obstante el Discurso
del Método es paradigmático porque establece la hegemonía del método científico como
medio privilegiado para acceder a la verdad desde un sujeto (en realidad desde un yo).
Ahí Descartes confiesa con cierta humildad que su método no es el único, ni el
verdadero, ni el mejor, simplemente es el que encontró y le resultó útil. Por ello lo pone
a disposición del público, para el posible seguimiento de sus reglas.
61
influyentes en la reflexión epistemológica sobre las ciencias naturales, y como se ve se
trata de tres métodos distintos, pero un solo método verdadero.
Aportes a la Metodología.
René Descartes (1596 - 1650) filósofo, matemático y científico francés, su método está
expuesto en su obra "Discurso del método". Descartes explica ante todo qué lo ha
llevado a desarrollar una investigación independiente. Es que aunque él atribuye al
conocimiento un enorme valor práctico (lo cree indispensable para conducirse en la
vida, pues «basta pensar bien para actuar bien»). Por ejemplo, afirma que la lectura de
los buenos textos antiguos ayuda a formar el espíritu, aunque sólo a condición de leerse
con prudencia (característica de un espíritu ya bien formado); reconoce el papel de las
matemáticas, a través de sus aplicaciones mecánicas, para disminuir el trabajo de los
hombres, y declara su admiración por su exactitud. Afirma «que la filosofía da medios
para hablar con verosimilitud de todas las cosas y hacerse admirar de los menos
sabios». Su paso por la escuela, pues, ha servido para descubrirle su profunda
ignorancia, y de ahí que sea indispensable la investigación.
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prioridad que concede a los problemas epistemológicos, lo seguirán todos sus
principales sucesores. Por otro lado, los principales filósofos que lo sucedieron
estudiaron con profundo interés sus teorías, sea para desarrollar sus resultados o para
objetarlo. Entre los que se encuentran: Spinoza, Leibniz, Nicolas Malebranche (1638 –
1715) filósofo francés, Locke, Hume y Kant. Sin embargo, continúa manteniendo
estrechos vínculos con los filósofos clásicos, principalmente con Platón y Aristóteles.
Descartes aspira a «establecer algo firme y durable en las ciencias». Considera que en
general conviene proponerse metas realistas y actuar resueltamente, pero prevé que en
lo cotidiano, así sea provisionalmente, tendrá que adaptarse a su entorno, sin lo cual su
vida se llenará de conflictos que lo privarán de las condiciones mínimas para investigar.
Por otra parte, compara su situación a la de un caminante extraviado, y así concluye que
en la investigación, libremente elegida, conviene seguir un rumbo determinado. Esto
implica atenerse a una regla relativamente fija (un método), sin abandonarla «por
razones débiles».
Descartes considera que aunque la lógica tenía muchas reglas válidas, en general éstas
son inútiles, puesto que, como afirma en las Reglas para la dirección del espíritu, la
capacidad de razonar es básica y primitiva, y nadie puede enseñárnosla. Son las reglas
del método:
2. El precepto del análisis: Dividir las dificultades que tengamos en tantas partes como
sea preciso, para solucionarlas mejor.
Descartes anuncia que empleará su método para probar la existencia de Dios y del alma,
aunque es preciso preguntar cómo cerciorarse de que los razonamientos que ofrece con
este objeto tienen genuino valor probatorio. Desarrollar una prueba genuina es algo muy
problemático, especialmente en lo tocante a cuestiones fundamentales, según habían
señalado ya autores como Aristóteles. Veremos que en este punto, las teorías cartesianas
pueden considerarse como un desarrollo de la filosofía griega.
63
se plantea una duda general sobre las percepciones empíricas, y con igual derecho
podrían atribuirse al sueño. En el tercero, Descartes concibe que podría haber un ser
superior, específicamente un genio maligno extremadamente poderoso y capaz de
manipular nuestras creencias. Descartes considera también la hipótesis de un azar
desfavorable o la de un orden causal adverso (el orden de las cosas), capaz de
inducirnos a un error masivo que afectara también a ideas no tomadas de los sentidos o
la imaginación (ideas racionales). El propósito de estos argumentos escépticos es
servir a la investigación en forma semejante a un microscopio en el laboratorio.
Descartes piensa que la dialéctica o controversia, donde cada uno de los participantes
procura convencer o refutar a su antagonista, es el único tipo de argumentación
capaz de alcanzar una prueba de los «principios». Ve una buena razón para
elegir la dialéctica como procedimiento para indagar la validez de los
fundamentos. En su primera regla metódica afirma que si en lugar de atribuir el
papel principal a la noción general de evidencia, se concede a la noción de
indubitabilidad racional: las ideas tendrán la clase relevante de evidencia sólo
en la medida en que sean apropiadamente indudables, pero es obvio que no
serán indudables mientras haya «ocasión» de ponerlas en duda, y habrá
ocasión de dudar siempre que haya argumentos escépticos vigentes. Ahora
bien, bajo un argumento del genio maligno, siempre puede plantearse una duda
que afecte, en términos generales, incluso a las ideas más evidentes:
perfectamente puede pensarse que acaso las ideas evidentes son falsas. Por
otro lado, vimos que Descartes acepta tres razones para plantear la duda más
extrema: son las hipótesis del genio maligno, la de un azar desafortunado y la
de una causalidad natural adversa. Así Descartes argumenta para enfrentar al
crítico radical (el escéptico), el desarrollo de tres pruebas, que sólo
aparentemente se encaminan a establecer la existencia divina. Así, a cada una
de estas pruebas en realidad puede asignársele el propósito de refutar una de
las hipótesis escépticas. De este modo, Descartes no habría buscado
«demostrar», en primer término, la existencia de Dios: en cambio habría
intentado vencer dialécticamente a su antagonista en la controversia,
rechazando una razón específica entre las admitidas para plantear la duda
más extrema. Para lograrlo, le habría bastado mostrar que las razones para
aceptar la existencia divina son, en todo caso, más sólidas que las que pueden
darse para implantar las dudas radicales. Si Descartes alcanza este objetivo, las
dudas más extremas quedarían sin fundamento. Esto, a su vez, autorizaría al
investigador a aceptar ciertas proposiciones como válidas, por ser
racionalmente indudables. Pero Descartes habría ocultado este aspecto
negativo de su procedimiento.
La sustancia es aquello que existe por sí mismo sin necesidad de otra cosa, es decir, es
aquello autosubsistente. Partiendo del cogito (pensamiento) Descartes sostiene que él
mismo es sólo una sustancia pensante, dado que ni siquiera el escéptico radical puede
negar la existencia del pensamiento (su negación sería un pensamiento más), mientras sí
puede mantenerse una duda sobre el cuerpo. Este razonamiento es sospechoso, dado que
una idea tan evidente como el propio cogito puede ponerse en duda en términos
generales y esta clase de duda sólo queda claramente superada cuando se refutan las
razones para dudar más radicales que ha admitido la investigación. En cualquier caso,
la teoría de las dos sustancias nos invita a un mundo dualista. Para llegar de una
realidad a otra, del cuerpo al alma, Descartes menciona que hay una glándula en el
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cerebro humano (la pineal), donde se encuentra el punto de contacto entre ambas
sustancias. Por supuesto, Descartes nunca pudo verificar esta afirmación. Por otro lado
Descartes afirma que hay dos tipos de sustancia, la infinita y la finita. La sustancia
infinita es Dios, que es un ser perfecto o infinito. Tradicionalmente, se considera que
Descartes introduce a Dios en su metafísica como garantía de la verdad, pero esto da
lugar al profundo problema de la circularidad, que Descartes mismo señala: este
problema consiste en cómo saber que existe Dios, si frente a los ateos no basta invocar
un texto sagrado y frente al escéptico que pone en duda la evidencia, no bastaría
siquiera dar un alegato evidente. Este es un tema discutido entre los comentaristas, pero
hay dos respuestas básicas: o no lo sabemos en absoluto; o bien se trata de una prueba
dialéctica.
La primera regla: es una forma original del principio de simplicidad: no hay que
recurrir a otras causas de los fenómenos más que a las que sean suficientes para su
explicación. Es consecuencia de esta regla el principio de la uniformidad de la
naturaleza: en la medida de lo posible hay que atribuir las mismas causas a
manifestaciones análogas de la naturaleza. El principio de la uniformidad de la
naturaleza es la base para el uso del método de la inducción, ya que la conclusión de lo
particular a lo general presupone el examen de los casos particulares como
manifestaciones de las leyes comunes. En esto se basa, propiamente, la idea del enfoque
experimental, cuya tarea consiste en el descubrimiento de aspectos importantes del
fenómeno investigado (ley).
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La segunda regla: de la deducción dice que las propiedades comunes de los cuerpos son
tales que, aunque inherentes a todos los cuerpos que sometemos a experimento, no
pueden ser aumentadas o reducidas.
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Francis Bacon (1561 - 1626) filósofo inglés, considera que el verdadero método del
conocimiento científico es un método que se apoya en el experimento y la observación.
La ascensión, a partir de los hechos sensibles hasta llegar a los conceptos, era para él la
senda de la genuina ciencia. La verdadera inducción es aquella con la cual se pueden
buscar las formas. La forma es algo estable en los fenómenos, una cierta determinación
interna, la que condiciona la distinta "naturaleza" de las cosas. La investigación de las
formas es, de este modo, la investigación de los vínculos esenciales y lógicos de la
realidad.
J.F.G. Herschell (1792 - 1871) matemático y astrónomo inglés, entiende por inducción
el proceso de clasificación consecutiva de los objetos individuales o hechos, bajo una
rúbrica común, cuyos resultados a su vez se convierten en material para una
clasificación ulterior. La metodología inductiva del conocimiento de las leyes de la
naturaleza comprende una serie de reglas basadas en determinadas correlaciones entre
la causa y la acción. En el siglo XVIII surgen enormes fábricas y de la forma de
producción devienen dos clases sociales antagonistas: la burguesía y el proletariado.
Ambas en conflicto constante por tener una, el carácter de explotadora, y la otra, por ser
explotada. Esta condición repercute en la ciencia y culmina en una nueva concepción
metodológica.
William Whewell (1794 - 1866) filósofo y científico británico, considera que su lógica
inductiva es la lógica del descubrimiento y estima que su trabajo es la continuación
directa de la obra de Bacon. El proceso de inducción es equiparado al proceso de
movimiento del pensamiento que va del hecho a la ley, de lo empírico a la teoría
general. Para Whewell, toda la ciencia experimental es inductiva, quien sostiene que la
doctrina de la hipótesis del razonamiento deductivo se manifiesta como una conclusión
del proceso inductivo. Los hechos especiales que son la base de la conclusión inductiva
resultan ser la consecuencia en la cadena de deducciones. Y de este modo, la deducción
establece la inducción. El principio que obtenemos de los hechos es verdadero, porque
los hechos pueden ser obtenidos de él mediante una rigurosa demostración.
Según I. Kant (1770 - 1831), filósofo alemán, a priori sólo tenemos la forma, el
procedimiento de organización del conocimiento, de su estructura. La formación del
conocimiento presupone la unidad de forma y el contenido en sentido propio, esto es,
únicamente posible a consecuencia de la aplicación de las formas apriorísticas del
contenido del conocimiento, cuya obtención, en definitiva, presupone la experiencia
directa, la interacción de sujeto y objeto. El conocimiento constituye la unidad orgánica
de lo apriorístico y lo aposteriórico, la forma y el contenido.
67
George W. Hegel (1770-1831). Filósofo alemán, trató de presentar el desarrollo del
sistema de las categorías de la ciencia como un proceso natural de desarrollo, que se
desenvuelve de acuerdo con sus propias leyes internas. El estímulo, el "resorte" y el
motor de este desarrollo son las contradicciones internas del concepto; y su superación
lograda a un nivel más elevado y profundo de penetración en el contenido fue
presentada por él como el desarrollo, el enriquecimiento y la concreción del régimen de
categorías, ascendente desde las categorías abstractas, de menor contenido, a categorías
de un contenido cada vez mayor. La dialéctica del conocimiento, consistente en la
revelación de las contradicciones del concepto, el descubrimiento de lo contradictorio
contenido en ellas, y la superación de las contradicciones fue fundamentada y
desarrollada por Hegel como la lógica interna del desarrollo del conocimiento.
John Stuart Mill (1806 - 1873) filósofo y político inglés, sostiene que la inducción es un
proceso mental con la ayuda de la cual deducimos algo que nos es conocido como
verídico en un caso particular o en unos cuantos casos y que será verídico en todos los
casos semejantes al primero en ciertas determinadas relaciones de la clase. A Mill
pertenece la descripción clásica de los métodos de la inducción científica, elaborada de
acuerdo con la tradición de Bacon: el método de semejanza o concordancia, el método
de diferencia, el método combinado de semejanza y diferencia y el método de
residuos.
La línea del inductivismo clásico de Bacon - Mill fue la predominante en la lógica del
siglo XIX. Pero en la historia de la lógica hubo otro enfoque del problema de la
investigación lógica de las relaciones entre los conocimientos empíricos individuales y
las leyes de la ciencia. Este enfoque coloca en primer plano la investigación
metodológica del análisis del proceso de comprobación y fundamentación de la tesis
general en su calidad de hipótesis. Consiste en su confrontación tanto con los hechos
empíricos, ya conocidos, como con aquellos hechos que han de ser establecidos
posteriormente, es decir, presupone la evaluación de la hipótesis desde el punto de
vista de las posibilidades de lograr la explicación de los hechos existentes y la
previsión de otros nuevos. El método de la fundamentación de las generalizaciones
teóricas, adoptadas como hipótesis, con ayuda de la deducción de consecuencias
empíricas comprobadas, recibe la denominación de método hipotético - deductivo.
Karl Marx (1818 - 1883) filósofo, sociólogo y economista alemán; Friedrich Engels
(1820 - 1895) filósofo alemán; Vladimir Lenin (1870 - 1924) político ruso; la filosofía
marxista - leninista salda la oposición de principio de: la gnoseología a la ontología, y
de la doctrina del conocimiento a la doctrina de la existencia, característica de la
filosofía pre-marxista, y considera la actividad práctica y transformadora del hombre
como base del conocimiento y criterio de su verdad. La filosofía marxista - leninista
considera el método desde las posiciones de la teoría del reflejo, teniendo en cuenta que
la dialéctica materialista puede actuar como método universal del conocimiento
porque es el reflejo en el razonamiento teórico de las leyes más generales del
desarrollo del mundo material.
Epistemólogos.
Thomas Hobbes (1588 -1679), inglés. La sociedad comenzó a ser observada con criterio
científico a partir de Hobbes. Su pensamiento es considerado fundamental en la
constitución de la teoría económica y política del liberalismo clásico. Este autor
68
sostenía que del mismo modo como se habían desarrollado exitosamente las ciencias
exactas también podían desarrollarse las ideas morales, ya que eran una creación nuestra
así como lo son las figuras geométricas, coincidía con ideas de Aristóteles quien
sostenía que las cuestiones humanas podían alcanzar un conocimiento probable.
Hobbes propuso el método racional para estudiar los problemas del orden social, es
decir, que las sociedades podían regirse por legislaciones universales y no
particulares y ésas legislaciones permitirían organizar la vida en sociedad de acuerdo
con las leyes naturales propias del individuo social. Determinó las notas esenciales del
individuo social, es decir, los apetitos naturales que son los que impulsan a los hombres
a querer utilizar cosas comunes al grupo para sí solo, y el otro es la razón natural, es
decir, una organización racional que debe regular los apetitos naturales del individuo
para permitir la vida en sociedad, esta regulación se denomina contrato social que
constituye el fundamento de la racionalidad y permite la vida en sociedad y lo que hace
que ésta regulación se cumpla es el Estado.
Hobbes creyó que el método era garantía de conocimiento objetivo y de universalidad
mas allá de cual fuera el objeto de estudio, los fenómenos morales podían ser tratados
de la misma manera que los naturales.
Auguste Comte (1798-1857) francés. Éste autor también fue influenciado por la
filosofía naturalista y el orden social racionalizador y universal. Es el fundador de la
sociología empírica y del método positivista. Desde su postura teórica todo enunciado
científico debe ser observable y medible, los fenómenos eran considerados como los
mas complejos, considera a la sociología como una física social, pero además de las
interpretaciones mecanicistas que predominaban en el estudio de la sociedad fueron los
modelos orgánicos y funcionales, ya que durante el siglo XIX la biología se desarrolló
obteniendo importantes repercusiones sobre las ciencias sociales. Se consideraba
entonces que la sociedad podía ser estudiada como un organismo vivo y que cada una
de sus partes cumplía una función en el conjunto de un organismo social.
69
Friedrich Nietzsche (1844 –1900), alemán. En este siglo hacía furor el positivismo y
tenía como modelo de conocimiento de lo que es el saber a las ciencias naturales, la
física y la teología. En la época positivista había un único método denominado monismo
metodológico, que servia para entender tanto a las ciencias sociales como las ciencias
naturales. Nietzsche era considerado un loco, porque se autodenominaba antipositivista
ya que criticaba y estaba al margen de la moda metodológica que era en ese momento el
positivismo.
70
momento se puedan plantear ensayos o pruebas para refutarla independientemente de
que salgan airosas o no de dichos ensayos. En este punto Popper discrepa
intencionadamente del programa positivista, que establecía una distinción entre
proposiciones contrastables (positivas), tales como Hoy llueve y aquellas que no son
más que abusos del lenguaje y carecen de sentido, por ejemplo Dios existe. Para Popper,
este último tipo de proposiciones sí tiene sentido y resulta legítimo discutir sobre ellas,
pero han de ser distinguidas y separadas de la ciencia. Su criterio de demarcación le
trajo sin querer un conflicto con Ludwig Wittgenstein, el cual también sostenía que era
preciso distinguir entre proposiciones con sentido y las que no lo tienen. El criterio de
distinción, para Wittgenstein, era el del "significado": solamente las proposiciones
científicas tenían significado, mientras que las que no lo tenían eran metafísica. Era
tarea de la filosofía desenmascarar los sinsentidos de muchas proposiciones
autodenominadas científicas a través de la aclaración del significado de las
proposiciones. A Popper se le encuadró en dicha escuela cuando formuló su idea de la
demarcación, pero él mismo se encargó de aclarar que no estaba de acuerdo con dicho
planteamiento, y que su tesis no era ningún criterio de significación (Popper siempre
huyó de cualquier intento por aclarar significados antes de plantear teorías). Es más,
Popper planteó que muchas proposiciones que para Wittgenstein tenían significado no
podían calificarse como ciencia como, por ejemplo, el psicoanálisis o el marxismo, ya
que ante cualquier crítica se defendían con hipótesis ad hoc que impedían cualquier
refutación. Lo cierto es que Popper era consciente del enorme progreso en el
conocimiento científico que se experimentó en los siglos que le precedieron, en tanto
que problemas como la existencia de Dios o el origen de la ley moral parecían resistirse
sin remedio, puesto que no mostraban grandes avances desde la Grecia clásica. Por ello,
la búsqueda de un criterio de demarcación aparece ligada a la pregunta de ¿qué
propiedad distintiva del conocimiento científico ha hecho posible el avance en
nuestro entendimiento de la naturaleza? Algunos filósofos habían buscado respuesta
en el inductivismo, según el cual cuando una ley física resulta repetidamente
confirmada por nuestra experiencia podemos darla por cierta o, al menos, asignarle una
gran probabilidad. Pero tal razonamiento, como ya lo dijo David Hume, no puede
sostenerse en criterios estrictamente lógicos, puesto que éstos no permiten extraer
(inducir) una ley general (universal) a partir de un conjunto finito de observaciones
particulares. Popper supera la crítica de Hume abandonando por completo el
inductivismo y sosteniendo que lo primero son las teorías, y que sólo a la luz de ellas
nos fijamos en los hechos. Nunca las experiencias sensibles anteceden a las teorías, por
lo que no hay necesidad de responder cómo de las experiencias particulares pasamos a
las teorías. Con ello, Popper supera la polémica entre empirismo y racionalismo,
sosteniendo que las teorías anteceden a los hechos, pero que las teorías necesitan de
la experiencia (en su caso, de las refutaciones) para distinguir qué teorías son aptas de
las que no.
71
cuando se la confronta con la experiencia y como no hay ninguna teoría perfecta,
entonces se produce una crisis en la ciencia y choques entre teorías rivales, esto es lo
que Kuhn denomina REVOLUCION CIENTÍFICA, y cuando una de las teorías se impone
sobre las demás se dice que se establece un nuevo orden, cada paradigma es una visión
distinta del mundo. Para Kuhn: El progreso se da dentro de los límites de un mismo
paradigma. No cree que haya teorías mejores o peores, sino que, la teoría que prevalece
es la que tiene más fuerza, es decir, la que tiene mayor poder de convicción.
La teoría que tiene garantizado el éxito es aquella que goza de mayor prestigio, es
decir, de mayor poder. Para Kuhn los paradigmas se constituyen en el ámbito de las
comunidades científicas, a Kuhn le interesa principalmente la historia interna de la
ciencia relacionándola con la historia externa.
Este autor solo piensa a las revoluciones solo en el ámbito del saber científico,
considera también que existe la posibilidad de entender o traducir los términos de un
paradigma a otro. También rechaza la idea de progreso lineal y acepta que hay progreso
dentro de cada paradigma. Kuhn pone especial atención a la ciencia, en especial las
naturales.
Imre Lákatos (1922 -1974) matemático y filósofo de las ciencias nacido en Hungría. En
sus comienzos se adscribió a la escuela de Karl Popper, Lakatos, en lo que él denomina
el falsacionismo sofisticado reformula el falsacionismo para poder resolver el problema
de la base empírica y el de escape a la falsación que no resolvían las dos clases
anteriores de falsacionismo que él llama falsacionismo dogmático y falsacionismo
ingenuo. Lakatos recoge ciertos aspectos de la teoría de Thomas Kuhn, entre esos la
importancia de la historia de la ciencia. Lakatos cuestiona a Popper, pues la historia de
la ciencia muestra que la falsación no es una acción cotidiana de los científicos como
este último defendía. La confirmación de los supuestos científicos también son
necesarios pues nos permite tenerlos vigentes. Para Lakatos la falsación consiste en un
triple enfrentamiento entre dos teorías rivales y la experiencia. Las teorías rivales se
confrontan con la experiencia; una es aceptada y la otra es refutada. La refutación de
una teoría depende del éxito total de la teoría rival. Lakatos plantea una nueva unidad
de análisis: el programa de investigación científica (PIC): Consiste en una sucesión de
teorías relacionadas entre sí, de manera que unas se generan partiendo de las anteriores.
Estas teorías que están dentro de un PIC comparten un núcleo firme o duro (NF). El
núcleo firme está protegido por un Cinturón protector (CP): consiste en un conjunto de
hipótesis auxiliares que pueden ser modificadas, eliminadas o reemplazadas por otras
nuevas con el objetivo de impedir que se pueda falsar el núcleo firme. Dentro de un PIC
hay una heurística negativa y una heurística positiva. La positiva sirve de guía e indica
como continuar el programa, mientras que la negativa prohíbe la refutación del núcleo
firme. Cuando un PIC se enfrenta a anomalías empíricas que teóricamente no ha podido
predecir se reemplaza por un PIC rival. En el caso de que no haya un PIC rival que
conserve los elementos no refutados del PIC anterior, y a la vez tenga soluciones para
las nuevas anomalías, el PIC se queda en etapa regresiva hasta que se recupera. Los PIC
pueden ser degenerativo, cuando el programa no predice fenómenos nuevos por mucho
tiempo; o progresivo, cuando el programa tiene éxito.
72
con los cambios de los dispositivos de poder, es decir, saber y poder no es lo mismo
pero se implican mutuamente.
La postura de Foucault señala que la razón y la verdad no son sustancias eternas y
trascendentes, sino que son construcciones históricas e inseparables a su esencia, y
que su discurso es racional pero no elimina su sentido místico.
Para Foucault la racionalidad se extiende a lo político - social, considera también que en
el desarrollo de la historia existieron diferentes epistemes, pues lo que es sólido para
una época puede no serlo para otra. Pero fundamentalmente cree que a pesar de las
rupturas epistémicas que separan a las diferentes épocas, existen también
discontinuidades que permanecen en la historia, como ser: manifestaciones naturales y
culturales que soportan el paso del tiempo, mientras que otras desaparecen para siempre.
Foucault cree que para que ciertos discursos accedan al status de verdaderos, se debe
a factores de poder de cualquier tipo que inciden en la comunidad científica.
Foucault concibe las rupturas epistémicas como el pasaje de una época histórica a otra,
cree también en la existencia de las continuidades, rechaza la idea de progreso como
una necesidad histórica de alcanzar una meta superior o mejor.
Foucault se avoca al estudio de las ciencias sociales, en especial a sus discursos y a sus
prácticas, en los que la ciencia juega el rol de rectora de la verdad.
Para los dos autores no hay mayor racionalidad en una teoría que vence a otra.
Pierre Bourdieu (1930 - 2002) francés. Este autor desarrolla sus ideas fundamentales en
dos temáticas, por un lado su teoría social y por otro lado su postura epistemológica o
metateoría.
Para la construcción de su teoría social, parte de la idea de que lo social tiene una doble
existencia, es decir, que consta de estructuras objetivas, estas estructuras se definen a
partir del conjunto de relaciones que existen entre las posiciones que ocupan los
distintos actores sociales. Por otro lado sostiene que lo social también se manifiesta en
la subjetividad humana constituida por esquemas de apreciación y categorización de la
realidad que tienen los sujetos, en estas categorizaciones intervienen estructuras
objetivas que son las responsables de modelar las subjetividades y con ello ejercer
fuerza sobre las prácticas sociales de los sujetos. Bourdieu sostiene que lo social no
puede ser explicado solo a partir de un análisis que vincule solo lo económico y lo
cultural, sino que se debe focalizar en las cuestiones culturales y simbólicas, para
comprender éstas cuestiones, Bourdieu construye dos conceptos centrales: el campo y
el habitus.
Campo: Bourdieu entiende el campo como un espacio de lucha, en donde éstos campos
son ocupados por distintos agentes sociales, y en donde éstos agentes sociales luchan
por la distribución inequitativa del capital que le otorga poder al que lo posee. Cada
campo se define a partir de un interés específico y un capital especifico, los agentes
desarrollan estrategias para intentar permanecer en el campo o modificarlos si son
dominados y cada campo tiene leyes invariables que regula el funcionamiento de cada
uno de ellos.
Habitus: Conjunto de disposiciones duraderas a actuar, sentir o pensar, modelado por
estructuras objetivas que son internalizadas por los sujetos.
La clave para la comprensión de la dinámica y la dominación social se encuentra, en la
relación particular que existe entre el campo y el habitus. Según Bourdieu, la
dominación de una clase social sobre otra se da por el ejercicio del poder simbólico, y el
ejercicio de éste poder es el que permite legitimizar y obtener consenso sobre un orden
social inequitativo, a esto Bourdieu lo denominó complicidad ontológica de campo y el
73
habitus.
El discurso metateorico o epistemológico de Bourdieu consiste en construir sociología
científica y resalta que la tarea principal del investigador es eliminar sus prenociones y
prejuicios y construir el objeto de estudio contra el sentido común, y hace una
separación entre el objeto real y objeto científico, ya que para él la ciencia no trabaja
con objetos reales sino con construcciones teóricas que son producto del pensamiento
del investigador. La sociología científica goza, para él, de un carácter emancipador, ya
que es la encargada de revelar los mecanismos en los que se asienta la dominación
estable de una clase sobre otra.
74
científica como sinónimo de razón universal. La racionalidad, en Foucault, se extiende a
lo político-social. Cumple con las leyes requeridas para que un discurso produzca
efectos de verdad, pero sabiendo que ésta depende de consensos humanos y de
estrategias de poder. No se trata entonces de defender la irracionalidad, pues sin
parámetros racionales ni siquiera podríamos comprendernos. Sin algunos acuerdos
básicos, las sociedades no serían posibles. Pero no se debe olvidar que existieron
sociedades cuyo principio de orden no fue la razón sino, por ejemplo, lo mítico-
religioso o los valores estéticos. En la modernidad, en cambio, se impuso una
racionalidad a imagen y semejanza de la razón científica moderna, en la que no existía
lugar para el azar, el caos, la indeterminación, la capacidad humana de elegir ni el
inconsciente como objetos de estudio científico. Esa racionalidad estableció un territorio
teórico que Foucault denomina ‘episteme moderna’. Foucault utiliza este término como
un tecnicismo propio de este autor y de la filosofía francesa en general. Episteme en
este caso hace referencia a las condiciones de posibilidad de los saberes sólidos
contenidos en una época histórica determinada. En el desarrollo de la historia han
existido diferentes epistemes, pues lo que es ‘saber sólido’ para una época puede no
serlo para otra. Por ejemplo en el medioevo tardío, la magia formaba parte de la
episteme pedagógica de los príncipes. Pero entre esa episteme y la moderna se produjo
una fractura, una ruptura epistémica. Las epistemes son inconmensurables entre sí. No
existen parámetros objetivos para determinar que la episteme antigua es mejor o peor
que la medieval o la moderna. Consideremos otro ejemplo: el agua para nosotros, es un
cuerpo formado por la combinación de un volumen de oxígeno y dos de hidrógeno. Pero
para algunos pueblos arcaicos el agua era una divinidad. Es evidente que el agua no
cambió en su manera de estar presente en la naturaleza, cambio la comprensión que
tenemos de ella. En una episteme científica, el agua se formaliza como H 2O, en otra
episteme mágico religiosa, es objeto de culto. Foucault dirá que nada nos permite
afirmar que nuestra manera de considerar al agua representa un progreso respecto de la
manera en que se la consideró en otros tiempos. Se trata de un cambio de perspectiva en
la manera de verla y de enunciarla. Ese cambio obedece, entre otras cosas, a que se está
comprendiendo algo desde dos epistemes distintas. Dicho de otra manera, desde dos
imaginarios sociales diferentes. Para Foucault la episteme moderna se caracteriza por
considerar que la representación es el modo privilegiado de acceder a cualquier tipo de
conocimiento sólido. Mejor dicho, el conocimiento moderno cree que la realidad es tal
como se la representa, como la refleja el conocimiento científico. El modelo físico-
matemático newtoniano construyó la representación de las trayectorias de los astros. Las
constrastaciones empíricas daban cuenta de lo acertado de esas representaciones. En el
caso de los descubrimientos de los planetas Neptuno y Plutón, la idea de representación
llega a uno de sus máximos logros. La observación confirmó la anticipada
representación teórico-matemática de lo que debería estar pasando más allá de Urano.
Aunque paradójicamente con este éxito innegable de la episteme representativa estaba
llegando también su declinación. Porque Foucault cree que en el siglo XIX se fue
produciendo una fractura epistémica: la representación le estaba dejando su lugar a la
historicidad. La incidencia de la historia comenzó a considerarse en los procesos
estudiados por la ciencia. Esto puede verse claramente en el estudio de la evolución
biológica desarrollado por Darwin, en la influencia de lo histórico en la economía, tal
como la estudia Marx, en la irreversibilidad temporal descubierta por la termodinámica.
De modo tal que si bien la representación fue eficaz y lo sigue siendo para estudiar
varios aspectos de la realidad, dejó de ser hegemónica. Los astrónomos posteriores a los
del relato del descubrimiento de nuevos planetas comenzaron también a pensar en clave
de historia, tales como la muerte de las estrellas o la expansión del universo.
75
Actualmente hasta el tiempo tiene historia. Si bien Foucault considera que existen
rupturas epistémicas que separan las diferentes épocas, considera asimismo que existen
continuidades, es decir, permanencias históricas. Se trata de verdades, teorías, discursos,
ritos o creencias. Existen manifestaciones naturales culturales que soportan el paso del
tiempo: especies vegetales y animales, edificios, obras de arte y diversas concepciones
de la realidad, mientras que otras desaparecen para siempre. No tenemos parámetros
indiscutibles y unívocos para dirimir si el mundo es mejor con una u otra episteme.
Kunh y los paradigmas, Foucault y las epistemes. ‘La Posciencia’ Esther Díaz.
Kuhn señala que las ciencias progresan cíclicamente comenzando por un paradigma
aceptado por la comunidad científica durante un período de ciencia normal. La ciencia
normal intenta adecuar la teoría a la práctica, pero pueden existir ciertas discrepancias.
Estas discrepancias si no son resueltas se convierten en anomalías, y si éstas se
acumulan se produce una crisis que conlleva la caída del antiguo paradigma, y el
surgimiento de una revolución científica en la que el antiguo paradigma es reemplazado
por uno nuevo incompatible con el anterior. Por tanto, para este autor, la ciencia no se
desarrolla por medio de la acumulación de descubrimientos o inventos individuales,
sino que se forma como proceso de ruptura con lo anterior. En el proceso de traslación
del viejo conjunto de ideas al nuevo, la comunidad de científicos sigue un número de
pasos determinados:
2. Período de inseguridad.
El aporte de Kuhn gira en torno a los siguientes conceptos: Paradigma, Ciencia Normal
y revoluciones científicas. Kuhn entiende el concepto de paradigma en dos sentidos:
*primero significaría un éxito que se considera tan importante que es capaz de atraer a
un grupo de científicos que ejercen una actividad en competencia y: *segundo: se
entiende como un paso en el desarrollo científico que es capaz de dar solución a
problemas no resueltos. Si atendemos a su definición literal, los paradigmas son:
76
“Realizaciones científicas universalmente reconocidas que, durante cierto tiempo,
proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica”
• Periodo de confusión
• Nuevamente ciencia normal, integrada por los nuevos paradigmas aceptados, con lo
que el proceso dialéctico inicia un nuevo ciclo.
Cuando se produce la sustitución de un paradigma por otro nos encontramos ante lo que
Kuhn denomina “revolución científica”: “la transición de un paradigma en crisis a otro
nuevo del que pueda surgir una nueva tradición de ciencia normal”. El camino abierto
por Kuhn apunta, pues, no sólo a una concepción diferente a la popperiana de progreso
científico y de racionalidad científica, sino que también propicia cierta reflexión sobre
la finalidad de las ciencias, las responsabilidades de la praxis científica y, encontrando
una perspectiva hacia la epistemología social de la ciencia. Kuhn ofrece una teoría del
progreso científico en la que la ciencia normal es lo habitual y la revolución lo
excepcional, realizándose la aceptación de la falsación por parte de la comunidad
científica con carácter extraordinario. No obstante, aunque el período de ciencia normal
parece que no queda caracterizado por aportaciones creativas de cierta importancia,
tiene un gran interés en la evolución científica por cuanto en él producen precisiones en
torno al paradigma vigente, lo que constituye, en gran parte, el principal quehacer de
numerosos científicos. La acumulación de anomalías crea un ambiente de crisis en la
77
comunidad científica; cuanto más se prolongue la crisis, más probable es la aparición de
un nuevo paradigma, que resultará en otra época de ciencia normal. Lejos de abandonar,
pues, sus teorías a la primera señal de refutación, los científicos tienden a mantenerlas
contra las anomalías hasta tanto no tienen otro paradigma más satisfactorio al que
acogerse: “el descubrimiento comienza con la percepción de la anomalía, o sea, con el
reconocimiento de que en cierto modo la naturaleza ha violado las expectativas
inducidas por el paradigma, que rige a la ciencia normal”. Esta sustitución de
paradigmas tiene lugar cuando la energía de una crisis y un paradigma alternativo se
satisfacen. Ese es el punto donde la resistencia al cambio se debilita y acaba por
derrumbarse.
De esta forma, con el establecimiento del nuevo paradigma se consigue cumplir tres
importantes exigencias: “ofrece una solución a la crisis científica; proporciona una
nueva visión del mundo; y finalmente ofrece una agenda de investigación alternativa
sobre la que los científicos trabajen”.
En principio parecería que los paradigmas, en Kuhn, serían lo mismo que las epistemes
en Foucault. Si bien hay similitudes, también hay diferencias. En primer lugar, hay que
tener en cuenta que para Kuhn los paradigmas se constituyen en el ámbito de las
comunidades científicas. Ellas son las que obligan a la naturaleza a entrar en los cuadros
proporcionados por la educación profesional. La investigación no se puede llevar a cabo
sin esos marcos referenciales propios de cada época científico-histórica. A Kuhn no le
interesa ‘el elemento de arbitrariedad que forma parte de los orígenes históricos y a
veces, de su desarrollo subsiguiente’. Le importa principalmente la historia interna de
la ciencia, pero abarca en ella a la comunidad científica y relaciona la historia
interna con la externa, aunque no profundiza en esta última. Foucault, en cambio, no
privilegia el estudio de la decisión de los científicos para sus análisis. A partir de su
postura, las luchas por el poder en la comunidad científica son similares a cualquier otra
estrategia en la que interactúan sujetos. Este filósofo se pregunta sobre todo cuáles son
las condiciones de posibilidad para que unos discursos accedan al status de
verdaderos, en detrimento de otros que se transforman o se olvidan para siempre. En
la medida en que Foucault considera los factores de poder de cualquier cuño, su visión
se aparta sensiblemente de la de Kuhn que no desdeña los factores de poder que inciden
en la comunidad científica, tales como el prestigio, las publicaciones, el reconocimiento
o los premios a la producción científica, pero los relega más allá de los límites de su
análisis.
A grandes rasgos, se podría decir que las epistemes de Foucault corresponderían a los
paradigmas de Kuhn. Ambos son epocales, si bien las primeras son más abarcativas que
los segundos, porque la episteme es científico-social, en cambio el paradigma es sólo
científico. No obstante tanto episteme como paradigmas conforman una especie de
marco teórico o imaginario social para la producción de discursos considerados
verdaderos en determinados momentos históricos. Existe cierta coincidencia también
entre la noción de revoluciones científica, en Kuhn y de ruptura epistémico, en
Foucault. Siempre teniendo en cuenta la salvedad de que Kuhn piensa las revoluciones
sólo en el ámbito del saber científico, mientras Foucault concibe las rupturas
epistémicas como el pasaje de una época histórica a otra. Esas rupturas no son
absolutas. Foucault considera que también existen continuidades (verdades u otras
construcciones que se mantienen a través del tiempo). De manera levemente similar,
Kuhn considera que si bien los paradigmas son inconmensurables entre si, existe la
78
posibilidad de interpretar o traducir los términos de un paradigma a otro. Esto también
sería una especie de continuidad.
La idea de progreso ofrece asimismo matices diferentes entre estos autores. Foucault
rechaza la idea de progreso como una necesidad histórica de alcanzar una meta
‘superior’ o ‘mejor’. Kuhn, aunque también rechaza esa idea de progreso lineal y
general, acepta no obstante que existe progreso dentro de los límites de cada
paradigma. La coincidencia más estrecha entre las dos posturas aquí analizadas es,
posiblemente, el rechazo a leer la historia de la ciencia como la historia del progreso de
la racionalidad. Tanto para Kuhn como para Foucault no hay mayor racionalidad en una
teoría que vence a otra. El éxito se produce dentro de una reestructuración que no
obedece a un acercamiento a una verdad intemporal sino a un cambio de paradigma, en
Kuhn, y a una nueva episteme en Foucault. Mientras Kuhn pone el acento en la ciencia,
Foucault apunta a la sociedad, a los discursos y las prácticas, en los que la ciencia juega
el rol de rectora de la verdad. Estos pensadores se diferencian también por el tipo de
ciencias sobre las que reflexionan. Kuhn se refiere específicamente a las naturales;
declara que no incluye las ciencias sociales en sus argumentos, porque nunca gozaron
de un paradigma universalmente aceptado por la comunidad científica. En cambio
Foucault se dedica de manera especial a las ciencias sociales y da razones para ello.
Como estas disciplinas tienen un perfil epistemológico más débil que las naturales, es
más fácil descubrir las relaciones de poder que subyacen en la conformación de los
conceptos y de la práctica científica. De esta manera ambos autores, a pesar de ser
contemporáneos, hacen como si se ignoraran mutuamente. Pero al considerarlos, hoy,
desde la perspectiva que ofrece el paso del tiempo, no se los puede dejar de relacionar.
Pertenecen a la misma episteme, ambos trascendieron como pensadores en la década de
1960. Kuhn se atrevió a desplazar la reflexión sobre la ciencia más allá de su mera
historia interna. Logró superar el simple análisis linguístico-formal de las teorías y
les inyectó historia. Por su parte, Foucault trató de encontrar en la historia de las
ciencias algo así como su inconsciente.
79
¿Por qué debe llamarse revolución a un cambio de paradigma?
¿Hay razones intrínsecas por las cuales la asimilación de un nuevo tipo de fenómeno o
de una nueva teoría científica deba exigir el rechazo de un paradigma más antiguo?
80
predecesoras. Puede tratar de fenómenos no conocidos previamente, como es el caso de
la teoría cuántica que trata de fenómenos subatómicos desconocidos antes del siglo XX.
Pueden concebirse relaciones compatibles entre las teorías antiguas y las nuevas, todas
y cada una de ellas podría ilustrarse por medio del proceso histórico a través del que se
ha desarrollado la ciencia. Si lo fueran el desarrollo científico sería genuinamente
acumulativo. Los nuevos tipos de fenómenos mostrarían sólo el orden en un aspecto de
la naturaleza en donde no se hubiera observado antes. En la evolución de la ciencia, los
conocimientos nuevos reemplazarían a la ignorancia, en lugar de reemplazar a otros
conocimientos de tipo distinto o incompatible. Mucha gente ha creído que eso es lo que
ha sucedido y muchos suponen que la acumulación es el ideal que mostraría el
desarrollo histórico si no hubiera sido distorsionado por la idiosincrasia humana. Sin
embargo a pesar de la enorme plausibilidad de esta imagen ideal, hay cada vez más
razones para preguntarse si es posible que sea una imagen de la ciencia. Después del
período anterior al paradigma, la asimilación de todas las nuevas teorías y de casi todos
los tipos nuevos de fenómenos ha exigido, la destrucción de un paradigma anterior y un
conflicto consiguiente entre escuelas competitivas de pensamiento científico. La
adquisición acumulativa de novedades no previstas resulta una excepción casi
inexistente a la regla del desarrollo científico.
Los paradigmas proporcionan a todos los fenómenos, excepto las anomalías. Pero si se
adelantan nuevas teorías para resolver anomalías en la relación entre una teoría existente
y la naturaleza, la nueva teoría que tenga éxito deberá permitir ciertas predicciones que
sean diferentes de las derivadas de su predecesora. Esta diferencia podría no presentarse
si las dos teorías fueran lógicamente compatibles. En el proceso de su asimilación, la
segunda deberá desplazar a la primera. Sólo después de ser parte de la ciencia durante
cierto tiempo, podía llegar o parecer una teoría de un tipo lógicamente más elevado, que
no estuviera en conflicto con sus predecesoras. Es difícil ver cómo pueden surgir nuevas
teorías sin esos cambios destructores en las creencias sobre la naturaleza. Las
diferencias entre paradigmas sucesivos son necesarias e irreconciliables: ¿Cuáles son
esas diferencias? Los paradigmas sucesivos nos indican diferentes cosas sobre la
81
población del universo y sobre el comportamiento de esa población. Pero los
paradigmas se diferencian en algo más que la sustancia, ya que están dirigidos no
sólo hacia la naturaleza, sino también hacia la ciencia que los produjo. Son la fuente
de los métodos, problemas y normas de resolución aceptados por cualquier comunidad
científica madura en cualquier momento dado. Como resultado de ello, la recepción de
un nuevo paradigma frecuentemente hace necesaria una redefinición de la ciencia
correspondiente. Algunos problemas antiguos pueden relegarse a otras ciencias o ser
declarados absolutamente ‘no científicos’. Otros que anteriormente eran triviales o no
existían siquiera, pueden convertirse, con un nuevo paradigma en los arquetipos mismos
de la realización científica de importancia. La tradición científica es incompatible con la
que existía con anterioridad. Los cambios en las normas que rigen los problemas,
conceptos y explicaciones admisibles pueden transformar una ciencia. Algunos
historiadores argumentan que la historia de la ciencia registra un aumento continuo de la
madurez y el refinamiento de la concepción del hombre sobre la naturaleza de la
ciencia. El papel del paradigma es el de un vehículo para la teoría científica, en este
papel, su función es la de decir a los científicos qué entidades contiene y no contiene la
naturaleza y cómo se comportan esas entidades. Y puesto que la naturaleza es
demasiado compleja y variada como para poder estudiarla al azar, el mapa que ofrece la
información es tan esencial como la observación y la experimentación para el desarrollo
continuo de la ciencia. Los paradigmas resultan esenciales para las actividades de
investigación. Al aprender un paradigma, el científico adquiere al mismo tiempo teoría,
método y normas, por consiguiente cuando cambian los paradigmas, hay normalmente
transformaciones importantes de los criterios que determinan la legitimidad tanto de los
problemas como de las soluciones propuestas. Puesto que ningún paradigma resuelve
todos los problemas que define y puesto que no hay dos paradigmas que dejen sin
resolver los mismos problemas, los debates paradigmáticos involucran siempre la
pregunta: ¿Qué problema es más significativo resolver? La cuestión de la competencia
de normas, la cuestión de valores, pero es el recurso a criterios externos lo que de
manera más obvia hace revolucionarios los debates paradigmáticos.
Las revoluciones como cambio del concepto de mundo. ‘La Estructura de las
Revoluciones Científicas’ Kuhn.
Los cambios de paradigma hacen que los científicos vean el mundo de investigación de
manera diferente, después de una revolución los científicos responden a un mundo
diferente. En tiempos de revolución, cuando la tradición científica normal cambia, la
percepción que el científico tiene de su medio ambiente debe ser reeducada, debe
aprender a ver una forma nueva. Después de que lo haga, el mundo de sus
investigaciones parecerá incomparable con el que habitaba antes. Todo su campo visual
se transforma, lo que ve un hombre depende tanto de lo que mira como de lo que su
experiencia visual y conceptual previa lo ha preparado a ver. El científico que acepta un
nuevo paradigma es como el hombre que lleva lentes inversores, frente a la misma
constelación de objetos que antes, y sabiendo que se encuentra ante ellos, los encuentra,
totalmente transformados en muchos de sus detalles. La interpretación de datos, solo
puede articular un paradigma, no corregirlo. Los paradigmas no pueden ser
corregidos por la ciencia normal. En cambio, la ciencia normal conduce sólo al
reconocimiento de anomalías y a crisis. Y éstas se terminan mediante un suceso
relativamente repentino y no estructurado, como el cambio de forma. Entonces los
científicos hablan con frecuencia de las ‘vendas que se les caen de los ojos’ o de la
‘iluminación repentina’, que inunda un enigma previamente oscuro, permitiendo que sus
82
componentes se vean de una manera nueva que permite por primera vez su resolución.
En ocasiones, la iluminación pertinente se presenta durante el sueño. El sentido del
término interpretación se ajusta a esos chispazos de la intuición por medio de los que
nace un nuevo paradigma.
Las operaciones y mediciones que realiza un científico en el laboratorio no son ‘lo dado’
por la experiencia, sino más bien ‘lo reunido con dificultad’. No son lo que ve el
científico, al menos no antes de que su investigación se encuentre muy avanzada y su
atención enfocada. Es difícil hacer que la naturaleza se ajuste a un paradigma, de ahí
que los enigmas de la ciencia normales sean tan difíciles, y he aquí la razón por la cual
las mediciones tomadas sin un paradigma conducen tan raramente a alguna conclusión
definida.
¿Por qué es el progreso una condición reservada casi exclusivamente a las actividades
que llamamos ciencia? El término ciencia está reservado a campos que progresan de
manera evidente. ¿Hay mucho que pueda depender de una definición de ciencia?
¿Puede una definición indicarle a un hombre si es o no un científico? ¿Por qué un
campo no progresa de la misma manera que otro? ¿Qué cambios de técnicas, de
métodos o de ideologías lo harían capaz de progresar en esa forma? Tenemos tendencia
a ver como ciencia a cualquier campo en donde el progreso sea notable.
¿Progresa un campo debido a que es una ciencia, o es una ciencia debido a que
progresa?
83
soluciones deberán ser aceptadas por muchos como soluciones. Los miembros de un
grupo, como individuos y en virtud de su preparación y la experiencia que comparten,
deberán ser considerados como los únicos poseedores de las reglas del juego o de
alguna base equivalente para emitir juicios inequívocos. El poner en duda esa base sería
tanto como admitir la existencia de normas para la investigación científica,
incompatibles. Esta admisión inevitablemente plantearía la pregunta de si la verdad en
las ciencias puede ser una. ¿Es preciso que exista esa meta? ¿No podemos explicar
tanto la existencia de la ciencia como su éxito en términos de evolución a partir del
estado de conocimientos de una comunidad en un momento dado? Ayuda realmente el
imaginar que existe alguna explicación plena, objetiva y verdadera de la naturaleza y
que la medida apropiada de la investigación científica es la elongación con que nos
acerca cada vez más a esa meta final?
84
soluciones sin más objetivo que la consecución de la verdad. La investigación no es
libre cuando carece de plan, sino cuando son los mismos investigadores los que
programan su trabajo y cambian el programa en respuesta a necesidades internas.
¿Se puede hablar de mentira si se niega la verdad? ¿Cuándo se anuncia algo falso
diciendo que es verdad, se miente?
Nietzsche, refiriéndose al hipotético momento en el que los hombres habrían
inventado el conocimiento, dice que ése fue el momento más mentiroso de la
historia. El filósofo está cuestionando el concepto de ‘verdad’. Si para Nietzsche el
conocimiento es un invento mentiroso, ¿él acepta o no que existen verdades?
Se considera que la verdad es una relación entre las palabras y las cosas. Si entre
una proposición y el estado de cosas a las que refiere hay correspondencia, se
85
afirma que hay verdad. La noción de verdad como correspondencia vale tanto para
el conocimiento cotidiano como para el científico. Pero puede objetarse ¿qué
entendemos por correspondencia?, ¿realmente las emisiones verbales o escritas
conciernen a los entes?, ¿de qué orden son las palabras que pueden llegar a coincidir
con lo real?, ¿pueden coincidir?
En la Grecia arcaica imperaba el sentido de aletheia, palabra que designa una
especie de cascada de velos deslizándose o esfumándose para que las cosas se
manifiesten, se hagan patentes, se revelen. Aproximadamente cinco siglos antes de
Cristo, cuando los griegos hicieron su pasaje del mito al logo, conservaron la palabra
aletheia pero su sentido fue variando y acercándose a lo que actualmente se entiende
por verdad. Lo interesante del concepto original de aletheia es que al indicar
‘revelación’, su contrario no es ‘falso’ sino ‘oculto’. Actualmente la noción de
aletheia es rescatada por la hermenéutica. Cicerón fue el primero en traducir al latín
conceptos filosóficos griegos, y al no encontrar en su propia lengua un equivalente
exacto de aletheia, acudió a veritas, la palabra latina de la que deriva nuestra actual
‘verdad’. Para los romanos revestía el mismo significado de correspondencia que
entre nosotros, pero si bien en la modernidad científica este sentido se ha
reafirmado, no siempre ni en todas partes la verdad es entendida como
coincidencia entre las palabras y las cosas.
Ahora bien: ¿de donde surge la evidencia de que existe correspondencia entre las
palabras y las cosas?, ¿no hay acaso una cantidad de supuestos cuando aseguramos
que expresiones como ‘hoja de papel’ o ‘palabras impresas’ corresponden realmente
a determinados estímulos, captados con nuestros sentidos y traducidos a palabras?
La verdad es un invento muy conveniente para poder vivir en sociedad . Fija
procedimientos para la socialización, es eficaz para la interacción, es manejada y
supervisada por los diversos aparatos de poder que conforman la sociedad. El
escrito de Nietzsche (1987) aquí analizado, se acusa al nacimiento del conocimiento
de ‘momento mentiroso’. Cuando el filósofo lo enuncia, parece hacerlo según la
concepción vigente de ‘verdad’, ya que dice ‘mentira’ para referirse a algo que no
acuerda con lo que ocurre, es decir, algo falso. Por consiguiente, estaría utilizando
para criticar los mismos medios que critica. Es un procedimiento legítimo. De
manera similar, se puede ‘criticar’ un idioma hablando ese mismo idioma. Se puede
decir, pongamos por caso, que el sistema de conjugación verbal español es
demasiado complejo y ello lo torna dificultoso y nada impide decirlo en español.
Los primeros sujetos que instituyeron el conocimiento lo hicieron bajo la consigna
de que se rigiera por la verdad y establecieron que ésta es una relación de
correspondencia entre las palabras y las cosas, Sin embargo, según Nietzsche, no se
dice la verdad cuando se afirma que las palabras se corresponden con las cosas, pues
unas y otras pertenecen a distintos registros. A las cosas las captamos mediante
estímulos nerviosos. Por el contrario, las palabras son convenciones sociales para
nombrar al mundo y para comunicarnos. Las cosas son entidades, las palabras son
símbolos, pero la realidad entraña multiplicidades más complejas que una relación
unívoca entre entidades y símbolos. Los términos que establecemos para denominar
lo que nos produce estímulos no se corresponden per se con ellos. La denominación
‘amapola’ que utilizamos para designar una flor determinada ¿tiene algo sustancial
que la relaciona con esa flor? El solo hecho de que un término se utilice para otras
designaciones, por ejemplo, el nombre propio Amapola, o de que se utilicen
diferentes palabras para denotar un mismo ente, da cuenta de la arbitrariedad de los
nombres. Simplemente se han logrado acuerdos para nombrar las cosas que
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percibimos o imaginamos. Luego, obviando que fue un acuerdo, se pretende que
realmente acuerden. El convenio lingüístico no se consigue por consenso
igualitario o por ‘amor a la verdad por la verdad misma’. Se instaura desde
dispositivos de poder.
Pensemos en el significado de la palabra ‘noble’ ubicándonos en la época en la que
se estableció el término, Además de aludir a alguien de ‘sangre azul’, significa
generoso, leal , magnánimo. Lo contrario de noble es ‘plebeyo’ que designa
descastado, miserable, mal nacido, mezquino. La palabra noble otorga poder
simbólico, por el contrario plebeyo relega a una situación humillante. No es
necesario recordar que los nobles, detentando el poder, establecieron que ellos eran
magníficos mientras sus sometidos resultaban despreciables. Una rotunda
reafirmación lingüística, es decir simbólica de dominio real y concreto. Resulta
obvio que nos comunicamos simbólicamente y que necesitamos acuerdos al
respecto. Lo discutible es el encierro del sentido en formas proposicionales (la
verdad como proposición) y el ocultamiento del poder que generan esas formas.
Ese discurso que construimos a partir del estado de las cosas, pero que no
encuentran manera de corresponderse con ellas de modo ecuánime. De cada relato
fluye un sentido diferente: se alternan diversas perspectivas. La ilusión de verdad
absoluta se pulveriza.
La noción de verdad que alumbró la mente de Kart Jaspers no puede determinarse con
facilidad debido a la amplitud que abarca y al ambiguo contenido que la sustenta. Sin
embargo, existen algunas notas características que permiten aclarar el camino por el
que, como a Jaspers le gustaba decir, "el ser-verdadero" ha de ser indagado. En primer
lugar podría hablarse de un cierto desengaño con respecto a la versión de verdad
asumida por parte de las ciencias naturales. Certeza, evidencia y exactitud son los
ideales de la verdad objetiva perseguida por toda investigación científica, que no
obstante no es capaz, desde sus propios parámetros, de abundar en aquello que permite
llamar a la verdad con dichos nombres; es decir, en el marco de la ciencia no hay sitio
para hallar las condiciones de posibilidad de su propio estatuto epistemológico. Pues
únicamente la filosofía está en condiciones de moverse en las aguas de una disciplina
metacientífica, por no ser ninguna forma determinada de disciplina. Y es que la
filosofía, según Jaspers, no es más que el esclarecimiento de la existencia, del modo de
ser de los hombres en el tiempo. La verdad habrá de ser como el existir mismo, en el
tiempo y, so pena de no poder dar cuenta de su propia posición, jamás podrá
encontrarse encerrada en los límites de una teoría científica respondiendo a un interés
determinado, el del científico. Lo que a Jaspers le preocupa no es alcanzar una
definición de la verdad satisfactoria, sino desdecir todas las pretensiones de atrapar lo
verdadero en el estrecho campo de las definiciones. Por eso la verdad es más una idea
que un concepto, un ideal orientativo al que tendemos y que la filosofía busca sin
descanso. Para Jaspers este acontecimiento reviste toda teoría del conocimiento y toda
forma de antropología filosófica de un denominador clave: el fracaso. Una verdad
poseída no sería para el filósofo un tesoro, sino una doctrina, que rebasaría la
temporalidad. Y, la verdad, no puede adoptar más que una forma histórica. El
conocimiento que pretendemos eterno, uno, imperecedero, no se manifiesta sino en
87
formas temporales y por tanto cambiantes, relativas. El brillo de la verdad del que se
hace eco el filósofo, en primer lugar, es su indefinición.
"El hombre sólo llega a su propio ser por conducto del 'otro', jamás por el solo saber.
Llegamos a ser nosotros mismos sólo en la medida en que 'el otro' llega a ser él mismo,
a ser libres sólo en la medida en que 'el otro' llega a serlo. De ahí que desde mis años
de colegial la cuestión de la intercomunicación humana fuera para mí el problema
central, por lo pronto práctico, luego filosófico, de nuestra vida. Todos los
pensamientos podían, en definitiva, juzgarse según el supremo criterio de si promovían
o trababan la intercomunicación humana y la verdad misma podía ser apreciada en
función de lo que unía a los hombres y del grado en que ella posibilitaba
auténticamente esta unión".
A los ojos de Jaspers la verdad y la comunicación son términos convertibles entre sí; no
hay verdadera comunicación donde no se da verdad, ni existe ésta si no es en
comunicación. En efecto, la falsedad es condición para la verdad tan sólo como
excepción. Lo falso es la negación de lo verdadero si lo que habitualmente se comunica
responde a la verdad; es impensable una comunicación en la que los contenidos sean
falsos. Y por otra parte la verdad no puede aparecerse en la privacidad del solitario, del
que a solas con su pensamiento construye la verdad. De entrada, no cabe para un
pensamiento incomunicable un concepto reconocible de "verdad"; la comunicación es
un requisito irrenunciable para todo conocimiento. Lo que incansablemente busca la
filosofía de Jaspers es la unidad de razón y existencia. La verdad racionalmente
obtenida debe regirse por los criterios de la existencia misma, de aquello que somos
como libertad, abiertos a la posibilidad de lo que llegaremos a ser. El filosofar mismo
que una y otra vez revisa la verdad obtenida. La razón a la que se refiere Jaspers es una
razón crítica que rastrea la verdad consciente de que ésta es falible, histórica y
comunicativa.
El sentido múltiple de la verdad viene definido por las diversas formas del despliegue
del ser (lo Abarcador). Todas ellas se sostienen, no obstante, sobre la base de un mismo
concepto que, sin ser unívoco, es comunicable. Por eso puede hablarse de verdad y
entender y a la vez ésta de forma diversa, pues como se ha señalado "cada manera de la
única verdad como absoluta no puede ser sino histórica, de hecho, en el mundo".
88
‘esencia’ compartida entre lo que nos afecta y los nombres que le asignamos. Si el
lenguaje designara realmente a las cosas, habría un lenguaje único, no habría
idiomas. Cuando se crean las palabras, se instauran relaciones entre los estados de
cosas y los hablantes. Se generan metáforas, a partir de un ejemplo cualquiera: un
gato que roza mi piel mientras escribo y esquematizando el desarrollo nietzscheano,
hago una breve desconstrucción de la verdad.
*Primera metáfora: transformar una excitación nerviosa en imagen (representación
mental de algo que, siendo exterior a mí, me afectó, en este caso, el pelaje de un
gato rozando mi piel).
*Segunda metáfora: transformar esa imagen en un sonido (enuncio ‘el gato rozó mi
pierna’)
*Tercera metáfora: transformar el sonido en concepto, que surge de afirmar como
igual no igual (a este gato individual le hago compartir filiación conceptual con
todos los seres a los que llamamos gato).
*Cuarta metáfora: individualizar el concepto (a este gato determinado, que es algo
singular, le atribuyo el mismo nombre que al concepto universal gato).
*Quinta metáfora: otorgar rango científico a ciertas proposiciones consumando el
asesinato de la intuición (la ciencia define la enunciación del estímulo y le otorga
validez cognoscitiva).
Después de todas estas metáforas: ¿dónde quedó la excitación nerviosa? Se ha
pulverizado deviniendo imagen, palabra, concepto universal, concepto individual y
eventualmente proposición científica. El humano se diferencia de otros seres vivos
porque puede convertir una imagen en concepto, construye metáforas: La verdad,
para Nietzsche, es un ejército de metáforas. No nos damos cuenta de que el
conocimiento es un conjunto de metáforas consensuadas porque la repetición
desgasta el impacto inicial (el de la excitación nerviosa). El signo se fortalece al
debilitarse el impulso vital. Las metáforas se van convirtiendo en moneda con la
efigie borrada, ese es el momento en el que la metáfora deviene conocimiento. Es
extraño el sentido moral que acompaña al conocimiento, y por lo tanto a la verdad
que es su atributo. Porque la verdad, lejos de bifurcarse en conocimiento y moral,
conforma una argamasa indescifrable entre ellos. Hasta la ciencia, que se pretende
exenta de responsabilidad ética, predica la obligación de veracidad, imponiéndola
como norma axiológica.
La verdad es útil. Estar socializado es adherir al sistema de verdades vigentes,
nuestra capacidad de volatilizar las imágenes intuitivas las convierte en conceptos.
Con ellos se construye un orden piramidal en el que se distribuyen garantías, leyes y
privilegios. En un nivel más alto de abstracción se habla de la regularidad de la
verdad, del imperativo que nos incita a decirla, de la firmeza que demuestra respecto
de la mentira y de su carácter universal. Esta es otra manera de expresar la quinta
metáfora, la metáfora convertida en conocimiento científico. El conocimiento, dice
Nietzsche, es un columbario romano. Columba en latín significa ‘paloma’.
Columbario es el lugar construido para que habiten estas aves. Los romanos
cremaban a sus muertos y guardaban sus cenizas en pequeños nichos arqueados, que
horadaban en los muros de un edificio de forma cilíndrica. Los cementerios romanos
se llamaban columbarios por su semejanza con los palomares, esto explica la
afirmación de que el conocimiento es un columbario romano. Aloja los restos de la
intuición, pensemos en los movimientos, las fuerzas, las acciones, el vigor que
89
despliega un ser vivo. Imaginemos que cuando muere, lo creman ¿qué tiene que ver
el magro cúmulo de cenizas en el que se convierte con el bullicio de su perdida
vida? ¿Qué queda de la sensación de contemplar animales salvajes, moviéndose en
su ambiente, cuando se los describe científicamente en la asepsia de un laboratorio o
en la impersonalidad de un aula? Y si los enunciados que se emiten sobre esos seres
vivos son traducidos a lenguajes formales ¿su estricta frialdad existencia y su
vaciamiento de contenido empírico no son similares a la estructura del cementerio,
donde sólo hay pálidos restos de lo vital?
“Gris es toda teoría, verde el áureo árbol de la vida” Palabras de Goethe sobre la
distancia que media entre la luminosidad de lo viviente y la penumbra de su
reconstrucción mental.
“Cuando la filosofía pinta con sus tonos grises una figura de la vida, ésta ya ha
envejecido, y con sus grises no la puede rejuvenecer” Hegel.
90
Ej: la teoría relativista de la gravitación puede aplicarse al trazado de generadores de
campos antigravitatorios (campos que contrarrestan el campo gravitatorio terrestre),
y esos campos pueden utilizarse a su vez para facilitar el lanzamiento de naves
espaciales. Pero como es natural, la teoría de la relatividad no se refiere
particularmente ni a los generadores de campos ni a la astronáutica: se limita a
suministrarse parte del conocimiento relevante para planear y manufacturar
generadores antigravitatorios. El psicólogo industrial puede utilizar la psicología en
interés de la producción; pero la psicología no se ocupa directamente de la
producción: estos son ejemplos son de aplicación de teorías científicas a problemas
que surgen en la acción.
Por otro lado, las teorías del valor, de la decisión, la teoría de los juegos y la
investigación operacional tratan directamente la estimación, la elaboración de
decisiones, la planificación y la acción; pueden incluso aplicarse a la investigación
científica considerada como una clase de acción, con la esperanza de optimizar el
producto. En el dominio de la acción, las teorías profundas o complicadas son
ineficaces porque requieren demasiado trabajo para conseguir resultados que igual
pueden obtenerse con medios más pobres, esto es, con las teorías menos verdaderas,
pero más simples. La verdad profunda y precisa, que es un desideratum de la
investigación científica pura, no es económica. Lo que se supone que el científico
aplicado maneja son teorías de gran eficiencia, o sea, con una razón input/output
elevada: se trata de teorías que dan mucho con poco. En realidad una teoría puede
tener éxito y ser falsa, y a la inversa, puede ser un fracaso práctico y ser
aproximadamente verdadera. La identificación del conocimiento con la práctica no
se debe sólo a un fallo en el análisis de ambos, sino también al legítimo deseo de
evitar los dos extremos constituidos por la teoría especulativa y la acción ciega. Pero
la contrastabilidad de las teorías y la posibilidad de mejorar la racionalidad de la
acción no se defienden del mejor modo ignorando las diferencias entre el teorizar y
el hacer, o afirmando que la acción es la constrastación de la teoría, porque esa tesis
son falsas, y ningún programa defendible puede basarse en la falsedad. La
interacción entre la teoría y la práctica y la integración de las artes y oficios con la
tecnología y la ciencia no se consiguen proclamando simplemente su unidad, sino
multiplicando sus contactos e impulsando el proceso por el cual los oficios reciben
una base tecnológica, la tecnología se convierte totalmente en ciencia aplicada. Esto
supone la conversión de las recetas prácticas peculiares a los oficios en reglas
fundadas, esto es, en reglas basadas en leyes.
Qué es lo real?
Realidad independiente, alias ‘lo real’. Esa ‘alguna cosa’ que habla el realismo
abierto, la denominaremos ‘lo real’ o ‘la realidad independiente’. Entendiendo que
son términos de designación y no implican atribución de ningún carácter particular.
A fin de evitar ambigüedades provenientes de otras acepciones de la palabra real
(esta en particular se encuentra en Kant y el neo-kantismo) pondremos entre
comillas cuando se tome en el sentido aquí precisado.
El adjetivo ‘real’ tiene dos sentidos correspondientes a dos conceptos de realidad
independiente y de realidad empírica. Pero como el pensamiento corriente identifica
implícitamente esos dos conceptos, el lenguaje ordinario cuando emplea el
calificativo de real, no hace la distinción. Deja entender como real todo objeto sobre
el cual podemos actuar, y erige instintivamente esta cualidad en datos intrínsecos
91
plenamente independiente de nosotros. Como se encuentra, en los análisis relativos a
los fundamentos conceptuales de la mecánica cuántica, esta confusión tiende a
cimentar errores.
El poder de lo real.
Zubiri, afirma: el hombre debe hoy más que nunca atender a ella. La voluntad de verdad
real se plasma en búsqueda. Búsqueda de la manera como las cosas reales se articulan
en la realidad para poder adoptar una forma de realidad. El hombre, empero, quiere con
frecuencia desatender a la realidad, cosa que, por imposible, no es más que un desajuste,
una infracción y una impiedad.
92
1. QUE ES INVESTIGAR
Investigación Científica.
“La investigación puede ser definida como una serie de métodos para resolver
problemas cuyas soluciones necesitan ser obtenidas a través de una serie de operaciones
lógicas, tomando como punto de partida datos objetivos.” (Arias G.).
93
corregido a la luz de la correcta interpretación de información relevante, con el fin de
contribuir al progreso y bienestar de la humanidad. En otro orden de ideas, tenemos que
el proceso de investigación científica es aquel que de modo consciente, se desarrolla a
través de las relaciones que se establecen entre el investigador y el objeto de la realidad
objetiva que se investiga, con el propósito de superar la situación presente en el mismo,
dando respuesta de esta forma a las necesidades de la sociedad, para lo cual se tiene en
cuenta la cultura acumulada por la humanidad y los métodos y técnicas propias de la
investigación científica de forma planificada y organizada. La característica del proceso
de investigación se hace a partir de una posición que asume en un plano general la
concepción materialista dialéctica, así como, la concepción de los procesos conscientes.
Posibilitada caracterizar el proceso desde una base gnoseológica en la cual se considera
que:
La investigación científica significa también una abstracción; por cuanto esta actividad
humana es siempre el proceso que utiliza el hombre para llegar al conocimiento de la
verdad, y cada investigación se desarrolla en forma específica y propia, adaptándose a
los objetos en estudio, a sus características y problemas. En cambio, la Investigación no
Científica viene dada por creencias establecidas, sin constatación de éstas con las
fuentes originales; tal es el caso de la creencias religiosas que se aceptan como verdades
indiscutibles y la opinión de expertos en determinadas áreas del conocimiento a las que
recurrimos, cuando no disponemos de otra forma de obtener una respuesta a cierta
interrogantes.
94
Es importante señalar, que en la práctica, la investigación científica parte de la
percepción de que el acervo de conocimientos disponibles es insuficiente para explicar
ciertos problemas. Esta actividad no arranca en cero, porque la investigación se ocupa
de problemas que no son posibles formular fuera de algún cuerpo previo de
conocimientos.
Es necesario para una nación, establecer relaciones de intercambio, debe entenderse por
un flujo en ambas direcciones: dar y recibir. La investigación es fuente de la verdad en
todas las disciplinas del saber. Esto permite la búsqueda de nuevos conocimientos que
nos sirven como base para tomar acciones con base científica. Los países desarrollados
y las instituciones de primer nivel han sincerado la visión de la investigación, la ciencia
y la tecnología como instrumentos necesarios para el desarrollo. Estos países e
instituciones cuentan con recursos humanos especializados y motivados en la
investigación. Esto permite una fuerte tendencia al trabajo competitivo y a la formación
de equipos de investigación, lo cual logra de esta disciplina, el alcance, la calidad y la
relevancia que merece.
Para que un país logre desarrollarse, debe tener cierta independencia en el ámbito del
conocimiento. Por otra parte, los cambio que vivimos a nivel mundial, identificados con
términos como globalización y postmodernismo, implican tal complejidad en las
relaciones sociales y en las estructuras socio-culturales, que nos instan a poder asumirlo
individual y colectivamente, de manera madura, fruto de ese conocimiento, de ese auto-
reconocimiento indispensable como elemento que posibilite la toma de conciencia de
quienes somos, dónde estamos y hacia dónde vamos. Uno de los principales problemas
que en la actualidad obstaculiza el avance en materia de investigación, es el pensar que
95
las materias primas, los recursos naturales, siguen siendo la fuente de riqueza, como lo
fuera también el atractivo de tener mano de obra barata.
Pero la realidad nos muestra que esas ya no son fortalezas comparativas; ya no son los
recursos materiales, sino los recursos humanos, es decir, la mano de obra calificada lo
que permite a un país, y con mayor razón en el caso de los países en desarrollo, estar en
condiciones de competir, siendo además destino atractivo del flujo de inversiones
internacionales, hoy tan importante. Ello, está a su vez vinculado con la posibilidad de
exportar productos con valor agregado. Es definitiva, los países en desarrollo se ven
frente a la imperiosa necesidad de crear condiciones internas que le permitan insertarse
en la economía internacional de manera mucho más activa, generándose así un mayor
crecimiento con un mejor grado de equipo social.
Se entiende por Sujeto el que desarrolla la actividad, el investigador; por Objeto, lo que
se indaga, esto es, la materia o el tema; por Medio, lo que se requiere para llevar a cabo
la actividad, es decir, el conjunto de métodos y técnicas adecuados, y por fin, lo que se
persigue, los propósitos de la actividad de búsqueda que radica en la solución de una
problemática detectada. Finalmente la Investigación debe entenderse como el proceso
dedicado a responder a una pregunta. Dicha respuesta lo que pretende es aclarar la
incertidumbre de nuestros conocimientos. Se define como un proceso sistemático,
organizado y objetivo destinado a responder a una pregunta, la palabra “sistemático”
significa que a partir de la formulación de una hipótesis u objetivo de trabajo se recogen
unos datos según un plan preestablecido que, una vez analizados e interpretados,
modificaran o añadirán nuevos conocimientos a los ya existentes.
96
Hacer ciencia para el beneficio de todos.
Características.
En la investigación deben darse una serie de características para que sea en realidad
científica:
b) contar con los instrumentos de recolección de datos que respondan a los criterios de
validez, confiabilidad y discriminación, como mínimos requisitos para lograr un
informe científicamente valido.
c) original, esto es, apuntar a un conocimiento que no se posee o que este en duda y
sea necesario verificar y no a una repetición reorganización de conocimientos que ya
posean.
d) objetiva, vale decir que el investigador debe tratar de eliminar las preferencias
personales y los sentimientos que podrían desempeñar o enmascarar el resultado del
trabajo de investigación.
97
científico, tanto en el método de selección como en la cantidad de la muestra, en
relación con la población de que se trate.
Investigar viene del latín investigare, la cual deriva de vestigium que significa “en pos
de la huella de”, es decir “ir en busca de una pista”.
Vestigium se refería a la planta o suela del pie, a la marca que dejaba el pie en la tierra,
huella, hace referencia a que alguien había caminado por allí. Es indicio de una pista.
Aparte de significar huellas, puede significar “ruinas”, como en la frase “los vestigios
de Babilonia”, y de ahí que también puede significar el “principio de la verdad”.
Cuando se está investigando, se está “revisando huellas para encontrar la verdad”.
Esta profesión es algo peculiar. El que no hace sino ocuparse de estas realidades, no
investiga: posee la realidad verdadera o trozos diversos de ella. Pero el que se dedica a
la realidad verdadera tiene una cualidad en cierto modo opuesta: no posee verdades,
sino que, por el contrario, está poseído por ellas. Ante todo, todo lo real es lo que es
sólo respectivamente a otras realidades. Nada es real si no es respecto a otras realidades.
Lo cual significa que toda cosa real es desde sí misma constitutivamente abierta. El
arrastre con que nos arrastra la realidad hace, pues, de su intelección un movimiento de
búsqueda, resulta que al estar arrastrados por la realidad nos encontramos envueltos en
un movimiento inacabable no sólo porque el hombre no puede agotar la riqueza de la
realidad, sino que es inacabable radicalmente, porque la realidad en cuanto tal es desde
sí misma constitutivamente abierta. Es el fundamento de la célebre frase de San
Agustín: "Busquemos como buscan los que aún no han encontrado, y encontremos
como encuentran los que aún han de buscar". Investigar lo que algo es en la realidad es
faena inacabable, porque lo real mismo nunca está acabado. La realidad es abierta y
múltiple.
98
Investigar las notas o caracteres propios de cada orden de cosas reales es lo que
constituye la investigación científica, lo que constituye las distintas ciencias. Ciencia es
investigación de lo que las cosas son en la realidad. Pero lo real es múltiple, no sólo
porque las cosas tienen muchas propiedades distintas, sino también porque lo que es
abierto es su propio carácter de realidad. Y esto arrastra a la investigación no de las
propiedades de lo real, sino a la investigación del carácter mismo de la realidad. Esta
investigación es un saber filosófico: es la investigación de en qué consiste ser real.
Mientras las ciencias investigan cómo son y cómo acontecen las cosas reales, la
filosofía investiga qué es ser real. Ciencia y filosofía, aunque distintas, no son
independientes. Es menester no olvidarlo. Toda filosofía necesita de las ciencias; toda
ciencia necesita la filosofía. Son dos momentos unitarios de la investigación. Pero como
momentos no son idénticos. Del concepto que tengamos de lo que es realidad y de sus
modos, pende nuestra manera de ser persona, nuestra manera de estar entre las cosas y
entre las demás personas, pende nuestra organización social y nuestra historia. De ahí la
importancia de la investigación de lo que es ser real. Es una investigación impuesta por
las cosas mismas. Lo que en las cosas reales se nos impone así, es justo su realidad. Esta
fuerza de imposición es el poder de lo real: es la realidad misma como tal, y no sólo sus
propiedades, lo que nos arrastra y domina. Por esto, el poder de lo real constituye la
unidad intrínseca de la realidad y de la inteligencia: es justo la marcha misma de la
filosofía. Finalmente, investigar qué es ser real, es una tarea muy difícil.
99
por su propósito de realizar una nueva elaboración teórica en función de los datos
adquiridos. Se vuelve así de los hechos a la teoría, del objeto al sujeto, cerrando el ciclo
del conocimiento, aunque no definitivamente, pues la nueva teoría alcanzada sólo podrá
concebirse como un superior punto de arranque para el desenvolvimiento de nuevas
investigaciones. No suele darse un nombre específico a esta última fase de la
investigación, aunque la denominación de momento teórico o síntesis parecería el más
adecuado.
Estos cortes efectuados en la continuidad del proceso que analizamos son útiles para ver
cómo los problemas epistemológicos generales reaparecen en la práctica concreta de la
actividad científica.
Las aptitudes que hacen posibles las actitudes y prácticas de investigación no son
naturales, sino que son aprendidas e incorporadas a lo largo del proceso de enseñanza y
aprendizaje. Desde el ámbito académico es necesario tener muy presentes las
condiciones que posibilitan la práctica investigativa. Antes de ello, sin embargo, es
importante aclarar las distinciones entre investigar y enseñar a investigar. Una cosa son
las disposiciones, competencias y modos de pensamiento y acción que implica la
práctica de la investigación. Y otra cosa es la forma como facilitamos estas habilidades
en el momento de la experiencia. Como docentes, estamos enseñando a investigar, no se
trata de pensar la investigación desde la investigación, sino de pensarla desde nuestra
labor pedagógica. Pensar la investigación supone una aproximación a conceptos tales
como conocimiento, teoría, habilidades, actitudes, prácticas de campo, análisis, espacio
conceptual. Si bien los conocimientos teóricos son fundamentales para la praxis
investigativa, no debemos considerarlos suficientes por sí mismos. Y esto porque
investigar es una práctica que retorna sobre sí misma, que se apropia de las
operaciones, acciones y caminos recorridos, y utiliza sus errores para reformularse. En
100
este sentido, la investigación es reflexiva, es un proceso en continua construcción y
reconstrucción, y en ningún caso es algo estático.
Así pues, la pregunta central no debe ser qué conocemos, sino más bien cómo
conocemos lo que conocemos. De ahí que se considere algo central de la enseñanza de
la investigación el asumir que todo trabajo de investigación parte de preguntas y
problemas, los mismos que posteriormente deben dar lugar a un problema de
conocimiento.
Hay que dejar claro que la teoría es imprescindible para el desarrollo de una
investigación consistente. Pese a que se enseñe a investigar investigando, debemos ser
conscientes, en todo momento, que la inmersión que hagan en su objeto de estudio será
más rica y compleja si se acercan a él con un marco teórico y conceptual completo.
Será este espacio conceptual el que les permitirá ampliar su búsqueda, es decir, ver más
allá de lo que se puede observar a primera vista:
*fomentar la “capacidad de plantear problemas originales a partir de reconstruir las
diversas aproximaciones a un objeto de estudio”.
*ejercitar la curiosidad.
*impulsar la habilidad y capacidad de convertir estas cuestiones en problemas de
conocimiento, a partir de la lectura teórica y crítica de lo que se ha dicho acerca de
ellos.
*impulsar la interdisciplinariedad.
El conocimiento no lo construyen individuos solos, sino que más bien se trata de una
construcción colectiva, interactiva, dialógica y participativa.
101
*invitación a la reflexión, a cuestionar todo y dudar de todo.
*fomentar esa mirada “buscadora”, “indagadora”, para dejar de ver al mundo como un
conjunto de hechos dados y se lo comience a ver como un conjunto de relaciones entre
hechos que pueden explicarse y que pueden ayudar a comprender otros hechos.
*comprender que investigar es una formación para la vida.
El ser humano ha sido definido como “simio desnudo”, como “animal racional”, como
“animal que fabrica instrumentos”, como “ser dotado de conciencia”... Pero, con toda
justicia, puede definírselo también como “animal que hace preguntas”. En un sentido
muy profundo, la capacidad de hacer preguntas se encuentra en la base de la condición
humana. Los seres humanos no hacemos preguntas por capricho: las hacemos porque la
realidad nos produce asombro, porque la existencia no nos deja indiferentes. “La
filosofía nace del asombro”; con ello se quería decir que todo el conocimiento de que es
capaz el ser humano sólo puede desarrollarse porque la realidad, al suscitar nuestra
admiración, al despertar nuestra curiosidad, nos genera inquietudes y preguntas.
¿Por qué las manzanas no caen para arriba? ¿Cómo se vería el universo si viajáramos en
un rayo de luz? ¿Por qué sólo existen dos sexos y no cinco? ¿Por qué cuatro
dimensiones? Preguntas como éstas revelan que la realidad no está simplemente dada:
está llena de problemas fascinantes, de rompecabezas que desafían el intelecto. Por eso
el primer paso en el planteamiento de preguntas consiste en abrir los ojos ante el
carácter esencialmente problemático de la realidad. Abrir los ojos a la realidad no es
sencillo. El asombro es una flor que se marchita con facilidad. Y se marchita porque, a
fuerza de costumbre, la realidad se vuelve aburrida, o porque se piensa que sólo lo
sobrenatural es motivo de admiración. Pero el asombro genuino nace de captar la
realidad tal como es, plena de riqueza y variedad, y al mismo tiempo descubrir que las
cosas no son sólo lo que aparentan ser.
Como decía Gilbert Chesterton (1874-1936), escritor británico: “lo admirable no es
que el sol no salga un día, sino que salga todos los días”.
El asombro nos acecha en todas partes; no hay esquina de la realidad, por humilde que
sea, que no pueda suscitarlo. El asombro por sí solo no basta: hay que precisar los
problemas y formular preguntas.
Sólo mediante la búsqueda de solución a los problemas el asombro se transforma en
conocimiento y así como sentir asombro no es cosa de magia, plantear pregunta
tampoco lo es; en todas las áreas del saber hay temas interesantes de investigación.
La etimología indica que “investigar” es “seguir las huellas” de un problema. No existe
una diferencia esencial entre los problemas de la vida diaria y los de la investigación
científica.
Einstein decía: “hacer nuevas preguntas o considerar anteriores desde otro punto de
vista requiere creatividad”.
La creatividad no es sólo un don natural: es el fruto del trabajo y la disciplina: el hábito
del por qué. Un día sin porqués es un día perdido; una asignatura sin porqués es una
asignatura perdida. Buscar vacíos, las explicaciones contenidas en los textos,
102
argumentos no convincentes. Qué aspecto de algún tema no es profundizado en ningún
texto. Qué planteamientos importantes no han sido desarrollados por los autores. Hay
que tomarse el tiempo necesario, reflexionar, examinar el asunto desde distintos
ángulos, tomar apuntes y dejar que las ideas vayan madurando.
Clases de Investigación.
103
Por el nivel de conocimientos que se adquieren: exploratoria, descriptiva o
explicativa.
Tipos
De acuerdo al tipo de investigación que se plantee, las teorías van a tener una función
diferente. Puede decirse que las teorías constituyen puntos de partida (teorías de
entrada) para el caso de las investigaciones descriptivas y aplicativas, que constituyen
tanto puntos de partida como producto terminal (teorías de salida) para las
investigaciones explicativas (aquéllas orientadas a producir teorías) y que funcionan
como objeto de estudio para el caso de las investigaciones contrastivas (evaluativas).
La tarea del investigador en este tipo de investigación tiene las siguientes etapas:
2. Recolección de información
104
3. Crítica de Datos y Fuentes
4. Formulación de Hipótesis
5. Interpretación e Informe.
4. Marco Teórico
La tarea del investigador en este tipo de investigación presenta las siguientes etapas:
105
6. Realización de experimento
7. Tratamiento de datos. Aquí, en este punto, hay que tener en cuenta que una cosa es el
dato bruto, otro el dato procesado y otro el dato que hay que dar como definitivo.
La historia del pensamiento científico indica que los buenos resultados en investigación
no se improvisan. La ciencia y la tecnología requieren para su desarrollo de un poderoso
caudal de creatividad. Pero la creatividad no resulta fructífera si no puede insertarse en
una tradición vigorosa capaz de ir acotando y definiendo problemas, revisando
experiencias pasadas, proponiendo nuevos derroteros para una labor que nunca se
comprende ab initio, desechando todo lo anterior. De todas las manifestaciones de la
inteligencia, la creatividad es la que se encuentra mayormente ligada con la capacidad
intelectual del ser humano, puesto que no podemos considerar que un individuo sea
auténticamente inteligente si no es creativo. Se ha definido a la creatividad como la
habilidad individual para encontrar nuevas combinaciones donde nadie antes las había
detectado. “La creatividad podría consistir en armonizar concurrencias de células en
forma efectivamente singulares”. Por tanto todo ser humano puede y debe ser creativo.
Se afirma que el cerebro humano es capaz de crear cien o más ideas creativas e
innovadoras al día. La base de la creatividad radica en cuestionar todo, se debe
cuestionar el porqué de las cosas, ofrecer una explicación que deberá ser contestada con
otra pregunta del ¿porqué? Y así sucesivamente. La idea de cuestionar todo es
demostrar que ninguna situación, principio, creencia, ideología o ley es tan infalible que
no pueda ser retada o cuestionada. En conclusión, debe siempre preguntarse ¿porqué las
cosas son como son y no pueden ser de otra manera? ¿Qué pasaría si…? ¿Y porqué
no…? Seis son las operaciones que pueden ayudar a desarrollar la creatividad:
3. imaginar y asociar dos o más experiencias o recuerdos con el fin de producir ideas
creativas.
5. transformarlo.
6. bosquejar.
106
A este objeto, idea o concepto: qué otros usos se le pueden dar?, A qué otra cosa se le
parece?, Qué se le podría modificar?, Se puede cambiar su significado o forma?, Qué se
puede adicionar?, Cómo se puede combinar?, Se puede cambiar?, Se puede invertir?.
Porqué no buscar en otra parte?, Dónde puedo hallar más información?, Debo preguntar
de nuevo?, Dónde daría más resultado esto?, Que pasaría si.? La técnica de hacerse
preguntas resulta muy útil como uno de los métodos de trabajo intelectual.
Las descripciones del estado del arte en la producción y gestión del conocimiento
revelan que están surgiendo cambios que han alterado su propia naturaleza. Para
describir estos cambios Gibbons presenta un criterio de demarcación, en el cual
distingue el modo 1 o clásico; y el modo 2 o alternativo. Este criterio se funda en el
análisis de distintas variables, tales como el contexto, las organizaciones, la producción
del conocimiento y el control de la calidad de la evaluación. El criterio establecido por
Gibbons respecto de la cuestión de los contextos responde a la distinción que
generalmente se hace entre el modelo clásico y los nuevos modelos alternativos que
implican, o bien continuidad o bien rupturas, o bien recuperación de algunos de los
elementos del modelo clásico, pero repensados y recuperados desde otra óptica.
Según los defensores del modelo, este modelo disciplinar posee sólidas ventajas, Por un
lado, permite delimitar un campo de competencia al eliminar la vaguedad y por otro
construir sus propios objetos. Sin embargo, estas mismas ventajas, llevadas al extremo,
muestran sus debilidades, El estudio de la historia de las disciplinas muestra cómo su
institucionalización ha llevado al riesgo de la hiperespecialización, a la formación de
especialidades, que sólo ven cómo se les ofrece la posesión exclusiva de un fragmento
del mundo, cuya visión global escapa a todos y a cada uno. Esta actitud disciplinar
exclusiva deriva en una imagen de la realidad pobre y fragmentada. Los conocimientos
se encuentran encerrados en una organización enciclopédica de carácter acumulativo,
con lo cual el enciclopedismo pierde su carácter originario. La institución científica
107
dentro del contexto disciplinar, inhibe cualquier idea nueva que este en desacuerdo con
sus normas de lo creíble y lo pensable. Cada disciplina tiene su objeto, que no es
revelado sino construido a partir del recorte de la realidad, Son objetos artificiales
considerados simples, son vistos a través de la grilla de las teorías científicas y de sus
exposiciones analíticas. Pero los objetos simples no existen en la naturaleza, sino que
son el resultado de nuestra actividad de desglose de los fenómenos observados. La
simplicidad no es una propiedad intrínseca de las cosas, sino que depende de la
actividad crítica, de las condiciones lógicas y empíricas bajo las cuales nombramos y
conocemos las cosas, el contexto disciplinar afecta a la producción de conocimiento en
tanto:
108
Ciertas concepciones científicas mantienen su vitalidad porque rechazan su encierro
disciplinario y se esfuerzan por la constitución de un objeto a la vez interdisciplinario,
polidisciplinario y transdisciplinario, lo que permite crear el intercambio, la cooperación
y la policompetencia. A su vez, las rupturas de cercos disciplinarios, de avances o de
transformaciones de las disciplinas, se producen por la constitución de nuevos esquemas
cognitivos. Esto es posible si hay de antemano un reconocimiento de la ciencia como
praxis social. Es decir una de las condiciones de posibilidad de producir conocimiento
dentro de un contexto transdisciplinar es reconocer las condiciones culturales y sociales
bajo las cuales se plantean y resuelven los problemas. Las nuevas estructuras se generan
en el contexto de aplicación y evolucionan de manera constante. En estas estructuras no
son importantes las fronteras disciplinarias, ni la distinción entre ciencia básica y
aplicada: la búsqueda de soluciones debe ser guiada por modelos acordados y
organizados, y los métodos de trabajo deben ser transparentes y comunicables a una
comunidad más amplia.
Jean Lévy – Leblond. Físico teórico francés: “La ciencia es, a la vez, demasiado seria
y demasiado placentera como para ser dejada solamente en manos de los científicos”.
“La ciencia debe servir para inquietarnos sobre la dificultad de pensar”.
La investigación tiene un proceso muy riguroso, este e proceso contiene los siguientes
pasos:
109
problemas semejantes en el futuro. Los métodos que se elijan deben ser los más
apropiados para el logro de los objetivos. Todo trabajo de investigación es evaluado por
el logro de los objetivos mediante un proceso sistemático, los cuales deben haber sido
previamente señalados y seleccionados al comienzo de la investigación. La
sistematización hace posible el planeamiento de estrategias válidas para el logro de
objetivos. Por esta razón los objetivos tienen que ser revisados en cada una de las etapas
del proceso; el no hacerlo puede ocasionar fallas en la investigación con la misma
intensidad en que se presentan fallas en los objetivos. La evaluación de la investigación
se realiza en base a los objetivos propuestos y pueden ser progresivas, esto lleva a
clasificar los distintos niveles de resultados que se quieren lograr en la investigación. Si
la investigación es planeada científicamente, debe tener validez en cada una de sus
etapas en razón de objetivos y el logro de este en cada etapa es lo que permite pasar a la
siguiente. Al finalizar la investigación, los objetivos han de ser identificables con los
resultados; es decir, toda la investigación deberá estar respondiendo a los objetivos
propuestos. Los objetivos generales dan origen a objetivos específicos que indica lo que
se pretende realizar en cada una de las etapas de la investigación. Estos objetivos deben
ser evaluados en cada paso para conocer los distintos niveles de resultados. La suma de
los objetivos específicos es igual al objetivo general y por tanto a los resultados
esperados de la investigación. Conviene anotar que son los objetivos específicos los que
se investigan y no el objetivo general, ya que este se logra de los resultados.
Delimitación del tema: "delimitar el tema es ver la viabilidad para su desarrollo". Unida
a esta delimitación es necesaria la justificación del mismo; es decir, indicar las
características que llevan al investigador a escoger el tema para desarrollarlo, las cuales
deben ser de orden externo u objetivo, y de orden interno o subjetivo. Una de las fallas
más comunes en la investigación consiste en la ausencia de delimitación del tema; el
80% de las investigaciones fracasan por carecer de delimitación del tema, es decir, por
ambición del tema. Delimitar el tema quiere decir poner límite a la investigación y
especificar el alcance de esos límites. En la delimitación del tema no basta con
identificar una rama de la ciencia, pues tales ramas cubren variada gama de problemas.
Es preferible señalar, de acuerdo a las propias inclinaciones y preferencias, un tema
reducido en extensión. No importa que el tema constituya un grano de arena dentro de la
ciencia. Además, por reducido y limitado que puede parecer un tema, si se explora
convenientemente pronto surge toda una serie de ramificaciones que le dan importancia
y valor. Al delimitar, se aclara si el tema de investigación será de tipo exploratoria,
descriptivo o experimental. La aclaración sobre el tipo de estudio permite tener una
visión general sobre la validez y el grado de confianza que puede tener como resultado.
Esto supone determinar el alcance y los límites del tema.
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viceversa". Por tal razón, si el título es muy largo conviene reducirlo a pocas palabras y
clarificarlo con un subtítulo. Decíamos que todo problema aparece a raíz de una
dificultad; ésta se origina a partir de una necesidad en la cual aparecen dificultades sin
resolver. De ahí, la necesidad de hacer un planteamiento adecuado del problema a fin de
no confundir efectos secundarios del problema a investigar con la realidad del problema
que se investiga.
Marco Teórico: el marco teórico nos amplia la descripción del problema. Integra la
teoría con la investigación y sus relaciones mutuas. Es la teoría del problema, por lo
tanto, conviene relacionar el marco teórico con el problema y no con la problemática de
donde éste surge. No puede haber un marco teórico que no tenga relación con el
problema. Toda ciencia está estipulada por dos elementos básicos: la teoría y el método
del trabajo. Toda investigación requiere un conocimiento presente de la teoría que
explica el área de fenómenos de estudio.
Todo hecho anterior a la formulación del problema que sirve para aclarar, juzgar e
interpretar el problema planteado, constituye los antecedentes del problema. Establecer
los antecedentes del problema, de ninguna manera es hacer un recuento histórico del
problema, o presentar fuentes bibliográficas que se va a utilizar, o los datos recolectados
los cuales no sabemos en donde ubicar, o la descripción de las causas del problema. En
los antecedentes se trata de hacer una síntesis conceptual de las investigaciones o
trabajos realizados sobre el problema formulado con el fin de determinar el enfoque
metodológico de la misma investigación. El antecedente puede indicar conclusiones
existentes en torno al problema planteado. La hipótesis es el eslabón necesario entre la
teoría y la investigación que nos lleva al descubrimiento de nuevos hechos. Por tal,
sugiere explicación a ciertos hechos y orienta la investigación a otros. La hipótesis
puede ser desarrollada desde distinto puntos de vista, puede estar basada en una
conjetura, en el resultado de otros estudios, en la posibilidad de una relación semejante
entre dos o más variables representadas en un estudio, o puede estar basada en una
teoría mediante la cual una suposición de proceso deductivo nos lleva a la pretensión de
que si se dan ciertas condiciones se pueden obtener ciertos resultados, es decir, la
relación causa - efecto. Una hipótesis sirve de guía para la obtención de datos en
función del interrogante presentado en el problema, o también para indicar la forma
como debe ser organizado según el tipo de estudio. Todo investigador debe hacer uso de
conceptos para poder organizar sus datos y percibir las relaciones que hay entre ellos.
Un concepto es una abstracción obtenida de la realidad y, por tanto, su finalidad es
simplificar resumiendo una serie de observaciones que se pueden clasificar bajo un
mismo nombre. Algunos conceptos están estrechamente ligados a objetos de lo que
representan., por eso cuando se define se busca asegurar que las personas que lleguen a
una investigación determinada conozcan perfectamente el significado con el cual se va a
utilizar el término o concepto a través de toda la investigación.
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el tipo de investigación o de estudio que se va a realizar, ya que cada uno de estos tiene
una estrategia diferente para su tratamiento metodológico. Por ello, se debe indicar el
tipo de investigación, si es una investigación, histórica, descriptivas o experimental. Si
es un estudio causal, exploratorio o productivo. Una población está determinada por sus
características definitorias, por tanto, el conjunto de elementos que posea ésta
característica se denomina población o universo. Población es la totalidad del fenómeno
a estudiar en donde las unidades de población poseen una característica común, la cual
se estudia y da origen a los datos de la investigación. Una vez recopilado los datos por
los instrumentos diseñados para este fin es necesario procesarlos, es decir, elaborarlos
matemáticamente, ya que la cuantificación y su tratamiento estadístico nos permitirán
llegar a construcciones en relación con la hipótesis planteada. El procesamiento de
datos, antes dispendioso mediante métodos manuales, es hoy realizado por
computadoras electrónicas las cuales han eliminado, por así decirlo, gran parte del
trabajo matemático y estadístico que antes se realizaba.
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