Lautaro
Lautaro
Lautaro
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Para otros usos de este término, véase Lautaro (desambiguación).
Lautaro
Lautaro (de Pedro Subercaseaux).jpg
Retrato idealizado por el pintor Pedro Subercaseaux a principios del siglo XX.
Toqui
Años de servicio 1552-1557
Lealtad Bandera de Pueblo Mapuche Wallmapu
Conflictos
Guerra de Arauco:
Batalla de Andalién
Batalla de Penco
Catorce de la fama
Batalla de Tucapel
Batalla de Marihueñu
Primera destrucción de Concepción
Segunda destrucción de Concepción
Batalla de Peteroa
Batalla de Mataquito
Información
Nacimiento circa 1534
Desconocido
Fallecimiento 30 de abril de 1557 (22-23 años)
Río Mataquito (actual Sagrada Familia), Capitanía General de Chile, Bandera del
Imperio español Imperio español
[editar datos en Wikidata]
Lautaro (Leftraru) (del mapudungun: lef, 'veloz',[cita requerida] y traru, 'traro'
o 'traro calvo', de lau, 'calvo, pelado, y traru, 'traro';1 circa 1534-Peteroa,
actual Sagrada Familia; 30 de abril de 1557) fue un destacado líder militar Mapuche
en la Guerra de Arauco durante la primera fase de la conquista española del
territorio que llegaría a ser Chile.
Índice
1 Biografía
1.1 Primeros años
1.2 Fuga del campamento español
2 El liderazgo de Lautaro
3 Emboscada y muerte del Gobernador Pedro de Valdivia
3.1 El despueble de Concepción en 1554
3.2 Ataque a los Confines de Angol e intento de reconstruir Concepción
3.3 El periodo de 1554-1556
4 Campañas
4.1 La campaña de fines de 1556
4.2 La campaña en 1557
4.3 Muerte de Lautaro por los españoles vengando a Pedro de Valdivia
5 Otros líderes de la Guerra de Arauco
6 Legado ideológico y estratégico
7 Batallas de Lautaro
8 Véase también
9 Referencias
10 Enlaces externos
Biografía
Primeros años
No existe certeza del lugar de nacimiento de Lautaro. Algunas versiones históricas
sitúan su nacimiento en el año 1534 en la zona de Trehuaco (cercana a Provincia de
Concepción), ya que en ese lugar acampó la expedición de Pedro de Valdivia que lo
capturó y además era la zona ocupada por el lonco Curiñancu, padre de Lautaro.
Otras versiones lo sitúan en las cercanías de río Andalién en Concepción o en
Tirúa, en las cercanías de la cordillera de Nahuelbuta.
Lautaro era hijo del lonco llamado Curiñancu (mapudungun Kurüñamku, 'aguilucho
negro') y vivió una vida normal hasta que, teniendo alrededor de 11 años de edad,
es capturado por los españoles y convertido en servidumbre.
Convocó reuniones en campo abierto y les enseñó a los mapuches las artes militares
y el uso de armas nuevas. También diseñó una serie de tácticas militares: el uso de
escuadrones. Propuso dejar el ataque masivo y enfrentarlos directamente en bloques
o grupos sucesivos, eligiendo de esta manera el terreno, las tácticas de emboscada
y de guerrillas como método de combate. Gracias a sus victorias, y teniendo la
autoridad de los loncos, fue elegido toqui, jefe máximo en estado de guerra y
dirigió una gran sublevación militar contra los españoles, quienes, hasta ese
momento, se paseaban victoriosos en todo el ámbito entre el río Valdivia y el
Biobío.
El liderazgo de Lautaro
Físicamente, Lautaro era un joven no muy alto, más bien grueso, de unos ojos negros
penetrantes, cuerpo robusto y rostro lleno. Espaldas anchas y torso levantado, de
agradable apariencia.
Vestía una camiseta colorada española, un bonete de cuero grana. La cabeza rapada
era coronada con un copete que se dejaba como insignia de generalato; además
portaba la simbólica Toki Kura, emblema de piedra que cuelga del cuello, además de
la Clava que portaba en su mano, símbolos del jefe de guerra o Toki.
Lautaro capturó un emisario, del que se enteró que Valdivia marchaba hacia el sur y
necesariamente tienía que pasar por Tucapel. En efecto, Valdivia a mediados de
diciembre de 1553 sale de Concepción y se dirije a Quilacoya, donde tomó algunos
soldados en su marcha a Arauco. Los espías mapuches siguieron la columna desde las
alturas de los cerros y no presentaban batalla, dejándole hacer su camino. Valdivia
mostró extrañeza debido a que no recibía noticia alguna del fuerte de Tucapel,
además de que no era hostigado en el camino.
Valdivia, experto militar, apenas pudo armar sus líneas defensivas y aguantar el
primer choque, mientras la caballería cargaba sobre la retaguardia mapuche. Los
mapuches, previendo esta maniobra, habían dispuesto lanceros y contuvieron la
carga. Los españoles lograron descomponer la carga mapuche, que, volviéndose a los
bosques, se retiraron de la loma. Los españoles celebraron la victoria. Pero un
nuevo escuadrón indígena se presentó al combate y de nuevo hubo que armar líneas y
nuevamente dar carga con la caballería.
Los mapuches, además de los lanceros, llevaban hombres cargando mazas, boleadoras y
lazos con los que lograban desmontar al jinete y asestarle un definitivo mazazo en
la cabeza una vez en el suelo. Se repitió la misma escena, y al toque de un lejano
cuerno, el escuadrón se retiró, no sin dejar algunas bajas. Un tercer escuadrón se
presentó a la batalla, esta vez liderado por Lautaro. Valdivia, viendo desesperada
la situación, dado el cansancio y las bajas, reunió a los hombres disponibles y se
discutió si seguir o no con la lucha, que ya adquiría ribetes muy encarnizados: la
mitad de los españoles yacían en el campo y las tropas auxiliares del Imperio
mermaban.
El vencedor mapuche arrasó luego sistemáticamente las ciudades españolas. Por dos
veces saqueó e incendió Concepción, centro neurálgico de los asentamientos
españoles en el sur de Chile.
En diciembre de ese año, una avanzada española, viniendo por tierra y mar empezó a
reconstruir Concepción. Lautaro reunió a su gente, formando un ejército de 4.000
guerreros (sumando rumores, la suma ascendería 50.000 o incluso 100.000 hombres)3y
se dirigió primero a Angol, que fue abandonada por sus habitantes para ir a
refugiarse a La Imperial. Los mapuches destruyeron Angol y esto envalentonó a las
huestes de Lautaro, que se volvieron hacia Concepción, donde vencieron nuevamente a
los españoles iniciándose el segundo despueble.
El periodo de 1554-1556
Durante dos años no se volvió a saber de españoles en la región. Mientras tanto, la
situación del pueblo mapuche, que debido a la guerra y la sequía había sufrido una
gran hambruna, hacía estragos entre sus miembros. Las cosechas se habían malogrado
debido a una estación de fuerte sequía y aparecieron actos de canibalismo; primero
devoraron a sus prisioneros españoles y luego se canibalizaron entre ellos mismos,
dándose incluso actos de autolaceración. Además el chavalongo, (probablemente
tifus, una enfermedad traída por los españoles y desconocida en América), se asentó
entre ellos haciendo disminuir la fuerza guerrera de Lautaro.
Campañas
La campaña de fines de 1556
Lautaro, a pesar de la hambruna y el tifus, logró acaudillar a más de 2 mil
guerreros, y con éstos cruzó por primera vez el gran río Biobío, siguió hacia el
norte y empezó a reclutar gente entre los picunches, mucho más pacíficos que los
mapuches. Lautaro mantenía una rígida disciplina entre sus hombres pero dejaba que
cometieran toda clase de tropelías contra aquellas comunidades indígenas que no se
plegasen a su causa, llegando a quemar vivos a algunos naturales.
En Santiago se despachó con urgencia a Diego Cano, más 14 hombres, para averiguar
la real situación del Maule. Al acercarse al campamento de Lautaro, éste, ya a
sabiendas por sus espías, los dejó acercarse para luego caer sobre ellos en el
cruce de un río. Aquí resultó muerto un español y los demás lograron huir. Lautaro
hizo despellejar el cadáver del español y mandó colocarlo en lo alto de un roble.
En Santiago cundió el pánico y se empezaron a construir defensas en la ciudad,
mientras aún se mantenía un litigio por la sucesión real de Valdivia.
La campaña en 1557
Retrato de Lautaro en el libro Relación del viaje de Fray Diego de Ocaña por el
Nuevo Mundo (1599-1605).
Pedro de Villagra, primo, como Juan de Villagra, de don Francisco de Villagra,
inició una campaña reuniendo 50 jinetes, doce arcabuceros y 300 yanaconas. Supo que
Lautaro tenía cuartel en un pucará situado en Peteroa y pronto estuvo en las
inmediaciones del fortín mapuche. Lautaro lo atacó por la retaguardia, haciendo uso
por primera vez de caballería mapuche armada como lanceros e hizo replegarse a
Pedro de Villagra hacia un valle encajonado, quien envió emisarios hacia Santiago
para pedir refuerzos.
En el camino se encontraron con Diego Godínez que traía 30 jinetes los cuales, por
casualidad, se toparon con 180 mapuches que iban camino a reunirse con su caudillo.
Se trabó una furiosa batalla donde Godínez quedó tan mal herido que tuvo que
retirarse. Mientras tanto Lautaro cruzó el río Itata y reagrupó sus fuerzas en la
orilla norte del río.
Hay un episodio dentro de esta época que narra una entrevista concertada a
distancia, entre dos cerros, que ocurrió entre Lautaro y uno de los capitanes de
Villagra, Marcos Veas, antiguo amigo de Lautaro en tiempos de Valdivia, en que este
soldado español insta a Lautaro a deponer las armas ya que no se podría oponer por
siempre al poderío español. Lautaro respondió rudamente a Veas fijando al Maule
como frontera para los españoles y además pidiéndoles un tributo en caballos,
mujeres y armas a cambio de no ser atacada la colonia. La oferta de Lautaro fue
rechazada ipso facto por Veas y terminó la entrevista y la amistad.
Lautaro avanzó hacía el río Maule y una vez cruzado se enteró que Francisco de
Villagra había salido de Santiago con un batallón punitario de 50 jinetes y 30
arcabuceros más un millar de yanaconas. Bien juzgando Lautaro que la capital
quedaba desguarnecida avanzó hacia el norte, dejando pasar a Francisco de Villagra
hacia el sur.
Esta importante baja en sus fuerzas fue un duro golpe al orgullo de Lautaro y lo
hizo desistir de avanzar hacia el norte en pos de Santiago, agravado por el hecho
de marchar avanzado el otoño y sin alimentos, por lo que prefirió retornar a
regañadientes hacia Mataquito y reagruparse en Peteroa.
Reunidas las fuerzas, Villagra avanzó oculto en la noche por la orilla del río
Mataquito, hasta las inmediaciones del pueblo. Las informaciones obtenidas por
Lautaro le hacían suponer lejos al enemigo que había dejado al sur y por tanto
descuidó la vigilancia del emplazamiento y no supo del acercamiento de Villagra y
Godínez, ya sea porque los naturales de la zona no dieron la alarma o bien le
ocultaron la información. A los españoles les fue informado además que, la noche
anterior, las huestes de Lautaro habían estado embriagándose en una celebración. Si
la maniobra salía bien, la sorpresa iba a ser total.
Villagra, con mucha cautela, hizo avanzar a algunos yanaconas exploradores y éstos
volvieron diciendo que no había centinelas, lo que le hizo predecir a Villagra que
el campamento estaba en el más absoluto reposo. Las huestes españolas se acercaron
al amanecer al fortín, subiendo por una serranía empinada y tendieron su línea de
ataque. Villagra en voz baja dirigió unas palabras a sus acompañantes
representándoles la responsabilidad del éxito y que la suerte de la colonia
dependía de esta acción.
Villagra ya había organizado la forma de ataque cuando una trompeta impaciente tocó
la señal antes de tiempo. De inmediato, los mapuches salieron a empuñar sus armas y
Villagra gritaba -¡Santiago y cierra España, adelante!- éstos sorprendieron a las
huestes lautarinas totalmente, creándose el desconcierto y la huida. El lugar donde
estaba Lautaro era conocido por los espías indígenas de Villagra, por lo que se
dirigieron resueltamente a la ruca que albergaba a Lautaro quien estaba en compañía
de su mujer Guacolda.
Con el fin de Lautaro, desaparece una figura notable de la guerra de Arauco. Nadie
más llegó a igualar sus condiciones de líder ni su genio militar, que estuvo a la
altura de los grandes estrategas de su época.