Pecado
Pecado
Pecado
paraíso, la promesa, lindo y malo ese muñeco, olor a rosas invisibles, pelo de
elefante, El Síriaco, amor sin pies ni cabeza, peccata mundi (2), todas ella
culpa, pero también su gota de alivio. El jardín de las delicias, también es un común
denominador en las historias, este tríptico pintado por el pintor holandés, “El Bosco”,
es un reflejo de los pecados que contiene cada novela. Laura Restrepo indaga en
parecieran historias sin conexión, pero que en realidad están ligadas al tema central
de esa polémica pintura (Duarte, 2016). En el trascurso del libro se van dejando
dilemas moral e interrogantes, los cuales el lector tendrá que responder, Restrepo
anuncia como es el asuntos de los excesos y las faltas de virtudes: “El castigo es la
otra cara del pecado; su reproducción exacta pero invertida. Por otro lado, placer y
La narración inicia con Irina, una joven obsesionada con Felipe Segundo y la obra
Segundo, Irina se compadece de él, sueña que debe llevarlo a algún lugar, no sabe
Segundo, así lo entiende Irina, por eso se obsesiona con la pintura y pasa horas
Con el transcurso de la novela nos damos cuenta que no sólo Irina tiene una fuerte
conexión con el tríptico de Bosco, aunque con las demás historias y personajes no
del tríptico tiene un significado, en el primer panel se encuentra Dios, Adán y Eva,
placeres son cumplidos en este punto. (Duarte, 2016). Finalmente, el panel del
infierno, este último es el que más genera confusión porque al parecer la culpa es
tratado con aquello que la generó: el pecado. De igual manera sucede con las
historias de Restrepo, cada pecador encuentra alivio en su propio pecado, le es
necesario.
deja un sabor al no poderlo juzgar por sus crímenes, sus crímenes son claros, pero
son humanas sus razones. Algo similar pasa con demás narrado, Amor sin pies ni
cabeza, es claro ejemplo de ello, el atroz crimen llevado a cabo por aquella mujer
sueña con la vida que no vivió, pero es probable que este sentimiento también haya
Todo el tiempo la autora pone en entredicho las culpas de los pecadores, sus actos
son horribles, pero los muestra tan humanos, tan cercanos a quien está leyendo,
juicio propio. Siempre se ve en el otro al pecador, nunca en uno mismo, pero Laura
el de sus personajes. Porque quien lee también ha pecado, porque quien lee
es un poco caer en la altivez de su personaje el Siríaco, nos recuerda que todos los
solo ahí, plasmados, sino que están en nuestro entorno, en las noticias, en el vecino,
Irina sigue cargando al pesado fantasma del rey, que poco a poco se va aligerando
entre sus brazos, cree saber por un momento hacia donde llevarlo, pero luego
descubre que estaba equivocada: cuando se cierra el jardín todo es uno al mismo
En el blog, Club de lectura Coruna, escrito por Anabel Cardiel, nos da una opinión
sobre la novela ya nombrada. Para empezar nos da esta cita de Laura Restrepo
sobre su libro. Me pareció que El jardín de las delicias era una guía maravillosa,
(Restrepo, 2016).
Pecado esta edificado por tres partes, una central, formada por siete relatos, y una
un tríptico. Esa forma externa se enriquece además con otra más invisible, pero no
por ello menos eficaz: las voces que utiliza en cada historia de las siete que
ambigua idea de pecado, con cada historia deja pensado al lector, ¿Hasta qué punto
son culpables?, Restrepo deja caer sobre el lector el reto moral de condenarlos, o
Las historias de la novela son relatos basados en hechos reales, Restrepo quería
lograr un nivel de intimidad en ese paso por el mal que exigía haber hablado con
alguien que lo hubiera vivido. Olor a rosas invisibles, una historia de adulterio, se la
se justifica sustancialmente por la forma que urde para narrarnos su historia. Hace
del tríptico se enrique además con otras más invisible, pero no por ellos menos
eficaz: las voces que utiliza en cada historia de las siete que componen la novela.
Voces individuales, voces en conjunto. También tenemos que contar con la voz que
novela.
esa dinámica perversa que genera eso que bien podría etiquetarse como
criminalidad patriarcal. Restrepo hace literatura desde cierta desesperanza. Pero,
aun así, pareciera, a juzgar por el acierto mayúsculo de todas las piezas que
componen Pecado, que la única esperanza que le cabe albergar es la que siempre
nos tiene reservada la mejor ficción para tiempos de penuria moral y física como la
hasta llegar al punto final. Un texto literario debe tener profundidad, pensamiento e
imaginación. La única forma para escribir es la lectura porque como dice Restrepo,
de los seres humanos con el bien y el mal le dan un significado a esos pecados que
no son más que las mismas transgresiones que vivimos y a la que nos enfrentamos
día a día, de las cuales los lectores no pueden abstraerse porque son justamente
2017)
En vínculo entre los textos de Pecado, es la obra de Bosco. La genialidad del tema
entre la fascinación y el horror. Pecado es una obra ambigua, llena de mezclas. Las
historias se cuentan con una sensibilidad y carácter, los cuales son una
por la realidad que en ella refleja, las historias relatadas dejan el lector una mirada
amplia sobre la complejidad del ser humano, sobre el lector cae todo el juicio y el
y una reflexión sobre nosotros mismo. Es interesante como lograr transmitir estas
historias basadas en hechos reales y quizás sea por eso que se perciben la crueldad