Magallanes La Magia de Sus Mitos y Leyendas

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Magallanes:

La magia de sus mitos y leyendas


PORTADA
Primer Lugar: Javiera Vera Vargas
4º medio, Instituto Sagrada Familia
“La flor de hielo”

Primer Lugar: Monserrat Yakasovic Valdés


8º básico, Liceo María Auxiliadora.
“La ceremonia Hain de las mujeres”

Primer lugar: Vicente Mercegue Cartes


4º básico, Colegio Manuel Bulnes
“El Tesoro de José Cambiaso”.
Fundación Teraike invitó a todos los escolares de la región de
Magallanes y la Antártica chilena a escoger y dibujar una leyenda
o mito de la zona para su Primer Concurso de Ilustración Literaria.
De las obras ganadoras nace este libro, con el fin de compartir
las historias y transmitir la magia que sus jóvenes ilustradores
descubrieron en estos míticos relatos de Magallanes.
Magallanes:
la magia de sus mitos y leyendas

Fundación Teraike
www.fundacionteraike.cl
[email protected]

© Inscripción Nº 284062
ISBN Nº 978-956-09072-0-2

Diseño
Sonia Valenzuela Feldman

Edición
Francisca Vogt Jara

Impresor
La Prensa Austral

Noviembre 2017
Magallanes:
La magia de sus mitos y leyendas
La flor del hielo

En algunas cumbres de la cordillera austral, entre los hielos eternos,


crece una curiosa flor que los ovejeros buscan como trofeo para
demostrar amor a sus mujeres o novias.

Una vez, un joven ovejero pidió matrimonio a una campesina.


Esta le puso como condición para aceptar, que le trajera la flor del
hielo, como muestra de su cariño. El joven inició su dura travesía en
busca de la flor, recorriendo las gélidas montañas. Sin embargo, el
enamorado no regresó, muriendo en el intento. Desde entonces, las
mujeres nunca más pidieron aquella prueba de amor y no permiten
que sus seres queridos vayan en busca de esta flor.

 Fuente: Geografía del Mito y la Leyenda chilena. Oreste Plath.

Javiera Vera Vargas


Catalina Ferreira Reyes
La leyenda del calafate

Calafate era la hija preciada del jefe de una tribu tehuelche. La hermosa joven
poseía llamativos ojos color miel y era muy respetada por todos.

Un día arribó al clan un joven selknam que debía cumplir ahí el ritual de iniciación
impuesto por su tribu. Los tehuelches solían despreciar a los selknam, pero
permitieron a este muchacho de dieciocho años permanecer entre ellos para
superar las pruebas.

En el instante en que Calafate y el joven selknam se vieron, nació entre ellos el


más puro y sincero amor. Mientras él realizaba sus pruebas, aislado en la choza
ceremonial, ella se escapaba de la mirada de los mayores para ir a su encuentro.

Sin embargo, no pasó mucho tiempo hasta que el jefe de los tehuelches descubrió
este amor secreto, prohibiendo a Calafate seguir viendo al joven selknam. Pese a
que siempre había sido obediente a su padre, la joven no tuvo más opción ante un
amor tan fuerte y junto a su enamorado, planearon escaparse juntos.
Constanza Palma Lagos
Así, una noche, ambos dejaron el
asentamiento y huyeron a través
de la estepa patagónica. Cuando el
jefe descubrió que su hija se había
fugado, entró en cólera y recurrió a
la chamán de la tribu.

La sabia anciana le advirtió que no


podía hacer nada para destruir el
amor entre su hija y el extranjero,
pero que existía una forma de
separarlos para siempre.

Es así como la chaman, mediante


su magia, transformó a la joven
Calafate en un arbusto bajo de
filosas espinas. De esa manera su
amado no podría volver a tocarla.

La hechicera permitió que cada


primavera el calafate pudiera
florecer, abriendo sus pequeñas
flores doradas como los ojos de la
joven tehuelche, para que pudiera
contemplar las tierras donde vivió.

Alena Quezada Moreau


Cuando el joven selknam
notó la ausencia de su amada,
recorrió incansablemente la
estepa patagónica buscándola.
Finalmente, exhausto y sumido en
pena, pidió ayuda a los espíritus,
que conmovidos por su fuerza lo
transformaron en una pequeña ave
para que pudiera continuar con su
búsqueda.

Convertido en pájaro, recorrió


las llanuras hasta que finalmente
un día se posó en un arbusto con
hermosas flores amarillas. Al probar
de sus frutos morados descubrió en
ellos la misma dulzura que surgía
del corazón de su amada, Calafate,
y la reconoció inmediatamente.
Entonces no se separó más de
su lado, hasta que la muerte lo
encontró junto a su amor.

Por esto, quien coma del fruto de


esta planta, está destinado a volver
a estas tierras australes, ya que no
es posible separarse del poder de
amor que hay en el calafate.
Vania Concha Gómez
Elia Gallardo Simeone
Monserrat Yakasovic Valdés
La ceremonia Hain de las mujeres

La figura femenina más extraordinaria de los selknam era Luna, jefa indiscutida de
las mujeres, y por lo tanto de los varones. Su marido, Sol, como todos los hombres,
debía realizar las principales tareas.

Luna decidía cuándo debía celebrarse un Hain para que las jóvenes fueran
introducidas a la vida adulta, y para que los hombres recordaran que los espíritus
eran aliados de las mujeres. Los preparativos de la ceremonia se realizaban en
riguroso secreto.

Al comenzar el Hain, un terrible espíritu-monstruo femenino salía cada tanto de


las entrañas de la tierra en la choza ceremonial y entraba en funciones. Era Xalpen,
a quien los hombres debían llevar carne de guanaco para saciar su gran apetito.

Los hombres rara vez veían a Xalpen, enterándose de su presencia por los gritos
aterrorizadores con los que las mujeres la recibían y que ellos oían desde fuera de
la choza. La aparición de otros espíritus era anunciada por los cantos femeninos
desde el interior del Hain para que los hombres supieran de su presencia.
Un día, Sol, al volver de cacería con un guanaco, llegó muy cerca de
la choza ceremonial. Escuchó las voces de dos mujeres y se aproximó
sigilosamente. Ahí las vio ensayando las escenas que iban a representar
para hacer creer a los hombres que eran espíritus reales. Comprendió
entonces el engaño de las mujeres para mantenerlos sometidos.

Enterado el campamento masculino, se armaron con garrotes e


irrumpieron en la choza Hain. Allí se produjo la matanza de las
mujeres. Luna cayó vencida sobre el fogón y logró escaparse al cielo
transformándose en la luna. Sol se lanzó tras ella convirtiéndose en el
astro solar. Desde entonces la persigue sin alcanzarla jamás. Las marcas
en la luna son las cicatrices de las heridas infligidas en la rebelión.
Isidora Zárate Zárate
Karina Barrientos Mercado
Los hombres se apoderaron del Hain, inaugurando su dominio
sobre las mujeres, y se disfrazaron entonces de los mismos
espíritus que las mujeres habían personificado. Ante ellos los
jóvenes klóketen debieron superar las pruebas que les permitirían
convertirse en hombres.
El Tesoro de Cambiaso

El teniente de artillería Miguel José Cambiaso, se encontraba arrestado en Punta Arenas por
reiterados actos de indisciplina, cuando la noche del 24 de noviembre de 1851 fue liberado por
la guardia. Con el apoyo de toda la guarnición, se apoderó del cuartel y de la plaza de la ciudad,
y el grupo proclamó al general José María de la Cruz como nuevo presidente de la República.

Los rebeldes desconocían la elección de Manuel Montt , el primer civil electo como presidente
de Chile, y formaron parte de la guerra civil que vivió el país llamada “Revolución de 1851”.

Cambiaso fusiló a varios de sus opositores y luego saqueó edificios, incendió la iglesia, el
hospital y la gobernación. Al día siguiente, asaltó la goleta británica Elisa Cornish, que llevaba
un cargamento de barras de oro.

Cambiaso escapó, abandonando a sus seguidores en la destruida Punta Arenas, pero fue
aprehendido cuando navegaba rumbo a Chiloé. El tesoro, en cambio, nunca pudo ser encontrado.
Así, se corrió la voz de que este cruel bandido lo había ocultado en alguna parte de la ciudad.

Desde ese tiempo, no ha cesado la búsqueda del botín. Dice la leyenda, que en la noche de San
Juan pueden observarse fuegos que indicarían la presencia del oro, pero aún nadie ha podido
encontrar el tesoro de José Cambiaso.

Fuente: Mitos y Leyendas de Magallanes, Mario Isidro Moreno.

Vicente Mercegue Cartes


Laura Cena GamÍn
La silla del diablo

En la provincia de Última Esperanza había una estancia cuyos propietarios tenían una hija muy bella,
ante cuya figura caían rendidos los jóvenes lugareños. La joven, de apenas diecisiete años, sentía un
gran cariño por sus padres y, además, tenía una especial predilección por su perro regalón Pol, que en
lengua aonikenk significa negro.

Un día, mientras paseaba con su mascota, recogiendo flores silvestres, los ojos del demonio se posaron
en la bella muchacha. Transformado en un atractivo galán, se le acercó y la fue conquistando. Así, el
diablo hizo que la joven se alejara cada vez más de la casa paterna.

En cada oportunidad que los muchachos paseaban juntos, eran acompañados por el fiel Pol, que no los
dejaba a sol ni a sombra, presintiendo los oscuros planes del enamorado. En una oportunidad, este se
las ingenió para extraviar al can, llevándose a la muchacha hasta una gran figura rocosa e invitándola a
que lo acompañara a ingresar por unos intrincados pasadizos que solo él conocía.

Engañada, la niña entró al roquerío y se perdió para siempre. El perro, guiado por su olfato, llegó hasta
el lugar, sin embargo, no logró encontrar la entrada que le hubiera permitido seguir a su ama. Allí se
quedó, esperando hasta que murió de hambre.

Quienes visitan la roca con forma de silla, ubicada camino al Parque Nacional Torres del Paine, pueden
ver que cada cierto tiempo un águila se posa en lo alto. Es el demonio que vigila. Cerca de esta piedra
hay otra gran formación que tiene la figura de un perro recostado en espera de su ama que desapareció
para siempre.

Fuente: Mitos y leyendas de Magallanes. Mario Isidro Moreno


Karro, la primera estrella

Cuenta la leyenda aonikenk que cuando el sol, Xaleshen, se escondía, los malos
espíritus provocaban desórdenes y en la oscuridad, los gigantes prodigaban males
y desgracias. En busca de una solución, Kooch, el creador, iluminó las noches para
que los espíritus malignos se alejaran. Alzó sus manos y en un rincón del horizonte
dibujó a Keengenkon, la luna.

En un principio, la luna aparecía en el horizonte cuando el sol se ocultaba y se iba


al aclarar. Las nubes no tardaron en contarle al sol sobre esta pálida dama nocturna.
Curioso, Xaleshen decidió aparecer un día antes de lo acostumbrado. Los astros se
encontraron y, por un instante, se observaron y se sintieron poderosos. Ambos decían
ser más importantes que el otro, pero la verdad es que Xaleshen y Keengenkon se
sintieron muy atraídos. La luna no pudo resistir el resplandor de aquellos rayos que
iluminaron el cielo, siguiendo al sol hasta perderse en el horizonte. En cada nuevo
amanecer se reencontraron, ocultos tras las montañas, y comprendieron que ambos
eran importantes. Su admiración se transformó en amor y de este sentimiento nació
Karro, la primera estrella, el lucero del amanecer.

Fuente: Mi Calendario ”Cuentos y leyendas del gran tesoro aonikenk,” Mariela Andrade G.
Laura Núñez Maldonado
Josefa Ormeño Vargas
Kamshout y el otoño

Hubo un tiempo en que las hojas del bosque eran siempre verdes. Fue entonces cuando el joven
selknam Kamshout partió en un largo viaje para conocer nuevas tierras.

Pasaron los meses, muchos más de lo esperado, y el joven no regresaba. Todos extrañaban al muchacho
y lo esperaban con ansias, pero después de un tiempo lo dieron por muerto. La aldea estuvo muy triste
y cuando ya nadie creía en su regreso, apareció Kamshout. Volvió muy alterado y empezó a relatar su
sorprendente incursión en un lugar mágico en el lejano norte.

En ese país, los bosques eran interminables y los árboles perdían sus hojas en otoño hasta parecer
completamente muertos. Sin embargo, con los primeros calores de la primavera, pequeños brotes
parecían renacer y las hojas verdes volvían a salir. Nadie creyó la historia y la gente se rió de Kamshout.
Triste y muy enojado, el viajero decidió irse para siempre.

Cuando llegó el otoño, un gran loro comenzó a revolotear de árbol en árbol, y al rozarlos con las
plumas rojas de su pecho, fue tiñendo todas las hojas. Era Kamshout que reaparecía.

Así coloreadas, las hojas empezaron a caer y todo el mundo temió la muerte de los árboles. Esta vez fue
Kamshout quien disfrutó riéndose de los hombres.

En la primavera, las hojas volvieron a lucir su verdor, demostrando la veracidad de la aventura vivida
por Kamshout. Desde entonces, los loros se reúnen en las ramas de los árboles para reírse de los
incrédulos y así vengar al mítico viajero.
La creación del arcoíris

Hace muchos años, entre los canales australes, vivía una hermosa joven kawéskar.
Era alegre y traviesa y le gustaba jugar con los niños y ayudar a los mayores,
entregando felicidad a quienes la rodeaban.

Cierto día, mientras paseaba sobre un roquerío, resbaló y cayó, muriendo de


inmediato.

El dios que estaba en lo alto, sintió pena por ella y decidió transformarla en algo
bello. Cuentan los antiguos habitantes de esas tierras que su cuerpo comenzó
a evaporarse en el aire. De cada gota que emanaba de él salían colores que
alegraban la tarde.

Dicen que así se formó el arcoíris y que ahora, cada vez que termina la lluvia gris,
sale a colorear el paisaje. Todas las personas tratan de atrapar un trocito, pero
ninguna lo ha logrado. Si esto ocurriera, el afortunado sería feliz para siempre.

Fuente: Aprendiendo de nuestro pasado indígena: la etnia Kawéskar. María Angélica Andrade.
Karla Cárdenas Díaz
Ian Altamirano Aguilar
Choiols, la leyenda de la Cruz del Sur

Un grupo de cazadores aonikenk salió un día a la pampa a cazar ñandúes. Provistos de sus boleadoras,
se acercaron sigilosamente hacia una parvada de aves, eligiendo atrapar a la más grande y hermosa,
para aprovechar su carne y sus plumas. Esa tarde acababa de llover y entre las nubes había salido el sol,
que se iba poniendo lentamente.

Cuando se disponían a bolearlo, el ñandú escapó, huyendo velozmente hacia el sur. Los cazadores
corrieron tras él, arrojándole flechas y boleadoras, pero ninguna pudo alcanzarlo. Korkoronke, el más
ligero y resistente de los hombres, estaba a punto de darle alcance, cuando el ñandú divisó una escalera
de hermosos colores. Era un arcoíris por el cual subió al cielo, dejando sus huellas marcadas. El hombre
le lanzó su boleadora, en un último intento por atraparlo, pero esta pasó a su lado y el ave escapó para
siempre de sus cazadores.

Al regresar, los hombres debieron soportar las burlas de todo el campamento, que no creyó la historia
del arcoíris.

Cuando cayó la noche, el cielo les dio la razón, porque vieron brillar nuevas estrellas. Una de
las huellas que el ñandú dejó en su carrera quedó para siempre grabada en el cielo, dibujada
con cuatro estrellas. La llamaron Choiols, que significa “huella de ñandú en el cielo”. Esta
constelación es hoy nombrada Cruz del Sur, y es el punto de referencia del hemisferio austral.

Korkoronke no pudo hallar sus boleadoras en el suelo. Estaban en el cielo, convertidas en una nueva
constelación que recibió el nombre de Cheljelén, la que conocemos como las Tres Marías.

Fuente: Mitos y Leyendas de Última Esperanza, Mario Isidro Moreno.


Ganadores “1er Concurso de Ilustración Literaria Fundación Teraike”

CATEGORÍA 1º a 4º BÁSICO CATEGORÍA 5º a 8º BÁSICO

Vicente Alexis Mercegue Cartes Monserrat Yakasovic Valdés


4º básico 8º básico
Colegio Manuel Bulnes Liceo María Auxiliadora
“El Tesoro de José Cambiaso” “La ceremonia Hain de las mujeres”

Alena Quezada Moreau Constanza Ayline Palma Lagos


3º básico 7º básico
Escuela Hernando de Magallanes Liceo María Auxiliadora
“La leyenda del Calafate” “La leyenda del Calafate”

Laura Núñez Maldonado Laura Andrea Cena Gamín


1º básico 5º básico
Liceo Juan Bautista Contardi Liceo Juan Bautista Contardi
“Karro, la primera estrella” “La silla del diablo”
CATEGORÍA EDUCACIÓN MEDIA

Javiera Vera Vargas


4º medio
Instituto Sagrada Familia
“La flor de hielo”

Catalina Ferreira Reyes


3º medio
Liceo Adventista
“La leyenda del Calafate”

Vania Concha Gómez


3º medio
Colegio María Auxiliadora
“La leyenda del Calafate”
Menciones Honrosas “1er Concurso de Ilustración Literaria Fundación Teraike”

CATEGORÍA
1º a 4º BÁSICO

Isidora Almendra Zárate Zárate Ian Altamirano Aguilar


2º básico, Liceo María Auxiliadora 3º básico, Escuela Hernando de Magallanes
“La ceremonia Hain de las mujeres” “Choiols, la Cruz del Sur”

CATEGORÍA
5º a 8º BÁSICO

Karina Barrientos Mercado Karla Antonia Cárdenas Díaz


7º básico, Escuela Hernando de Magallanes 7º básico, Colegio La Milagrosa
“La ceremonia Hain de las mujeres” “La creación del arcoíris”

CATEGORÍA
EDUCACIÓN MEDIA

Josefa Ormeño Vargas Elia Alondra Gallardo Simeone


3º medio, Liceo María Auxiliadora 1º medio, Colegio Miguel de Cervantes
“Kamshout y el otoño” “La leyenda del Calafate”
Agradecemos la labor del jurado que seleccionó las obras ganadoras,
el que estuvo compuesto por el escritor Mario Moreno, el pintor Pablo
Quercia y el capitán de fragata de la Armada de Chile, Carlos Palacios.
Fundación Teraike es una institución sin fines
de lucro que tiene como objetivo aportar al
desarrollo de la región de Magallanes y la
Antártica chilena.

A través de la educación, el arte y la cultura,


pretende producir y facilitar cambios
reales y eficaces. Contribuyendo a generar
las condiciones necesarias para que los
estudiantes puedan desarrollar al máximo
sus potencialidades, busca influir de forma
duradera y trascendente en el futuro de los
habitantes de la región.

Entre 2012 y 2016, la Fundación realizó


cinco concursos de pintura en los que más
de mil niños dieron vida a los personajes
que han sido relevantes en el crecimiento y
desarrollo de la historia de la región. En 2017,
el concurso se propuso además fomentar la
lectura, por lo que se enfocó en la Ilustración
literaria.

www.fundacionteraike.cl
Magallanes es una región fértil en mitos y leyendas. Los primeros surgen de sus
pueblos originarios, luego son los conquistadores y colonos que siguen nutriendo
de historias esta zona, a las que se suman las leyendas urbanas. Diversos relatos que
han sido transmitidos de generación en generación y crecen junto con el misterio
que rodea a esta tierra austral.

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