Derecho Agrario

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Derecho Agrario.

Participante:

Bracho Ismary.

Pimentel Zorabel.

Valles Yaliannys.

Vegas Génesis.

Leal Gabriel.

Sección T-613/B.

PROF. Yosmira Moreno.

Araure, 2018.
Decisión de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia.
Caracas, 15 de diciembre de 2014

PONENCIA CONJUNTA

204° y 155°

Esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, por


notoriedad judicial, advirtió en su Página Web que la Sala de Casación Social
dictó sentencia N° 1609, el 3 de noviembre de 2014, en la cual declaró:

“PRIMERO: CON LUGAR, el recurso de apelación ejercido por la


representación judicial de la sociedad mercantil AGROPECUARIA EL MAIZAL,
S.A, contra la decisión proferida por el Juzgado Superior Cuarto (sic) Agrario de
la Circunscripción Judicial del estado Lara, en fecha 22 de febrero 2010.
SEGUNDO: REVOCA, la precitada decisión; TERCERO: Nulo el acto
administrativo de fecha 25 de febrero 2009, sesión N° 225-09, punto de cuenta
N° 003, dictado por el Instituto Nacional de Tierras’, ‘que acordó declaratoria de
tierras ociosas e inculta (sic), inicio del procedimiento de rescate,
acuerdo (sic) de medida cautelar de aseguramiento de la tierra e
improcedencia de la solicitud de certificación de finca productiva, sobre un lote
de terreno denominado ‘EL MAIZAL’, ubicado en el sector La Miel, parroquia
Gustavo Vega León, municipio Simón Planas, estado Lara, constante de una
superficie de Dos Mil Doscientos Treinta y Cinco Hectáreas con Ocho Mil
Metros Cuadrados aproximadamente (2.235 has con 8000 m2)”.

Al respecto, observa esta Sala que el contenido y alcance de esa


sentencia no sólo está directamente vinculado a aspectos de orden legal y a
criterios jurisprudenciales de la Sala de Casación Social y de la Sala Político-
Administrativa, que son señalados en la parte motiva de la misma, sino
también, ante todo, a valores, principios, normas, derechos y garantías
constitucionales, tales como, en general, la seguridad y soberanía
agroalimentaria, desarrollo rural integral, rescate de tierras con vocación
agrícola, derecho a la defensa, debido proceso, tutela judicial efectiva,
responsabilidad social, Estado Social de Derecho y de Justicia, prosperidad y
bienestar del Pueblo, sociedad justa y amante de la paz, entre otras reflejadas
en la misma y en el proceso que le dio lugar al fallo sub examine (vid. arts. 1, 2,
3, 26, 49, 257, 305, 306 y 307 del Texto Fundamental), las cuales han sido
objeto de interpretación por parte de la jurisprudencia de esta Sala
Constitucional.

En tal sentido, así como el pronunciamiento jurisdiccional aludido ratifica


un precedente dictado por esa Sala (Sentencia N° 1740 de fecha 12 de
noviembre de 2009, caso: Agropecuaria Venezuela C.A. Agrovenca, contra el
INTI), y un criterio atribuido a la Sala Político Administrativa en sentencia que
identifica el fallo sub examine bajo el “Nº 01257, de fecha 12 de julio de 2007,
expediente Nº 2006-0694 (caso: Sociedad Mercantil Eco Chemical 2000, C.A.
interpone recurso de nulidad contra el Ministerio del Poder Popular para la
Energía y Petróleo)”, también sostiene que, según su criterio, “por cuanto de
las actas que conforman el expediente, se observa que no fueron consignados
los antecedentes administrativos del presente caso, por la parte accionada
forzosamente se debe concluir que se violó el derecho a la defensa y al debido
proceso establecido en los artículos 26 y 49 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, al dictar el acto recurrido, en ausencia total y
absoluta del procedimiento legalmente establecido” (Subrayado añadido).

Ahora bien, esta Sala ha sostenido que la notoriedad judicial se funda en


el conocimiento que tiene el Juzgador por el mismo ejercicio de sus funciones,
el cual no forma parte de su conocimiento privado, sino que puede ser
incorporado al proceso por formar parte del ejercicio del núcleo de sus
funciones, lo cual permite a esta Sala el ejercicio de sus facultades oficiosas
por haber sido dictada la referida sentencia en el seno del Tribunal Supremo de
Justicia.

En este mismo sentido, resulta relevante destacar lo dispuesto por esta


Sala, respecto de la notoriedad judicial, en decisión N° 150 del 24 de marzo de
2000, caso: “José Gustavo Di Mase", en la cual se dispuso:

“Las normas citadas demuestran que en Venezuela funciona la


notoriedad judicial, y ella –que atiende a una realidad- no puede quedar
circunscrita a los casos expresamente contemplados en la ley, ya que atiende a
una situación más general, cual es que el juez, por su cargo, conoce de una
serie de hechos que tienen lugar en el tribunal donde presta su magisterio, y
que le permiten conocer qué juicios cursan en su tribunal, cuáles sentencias se
han dictado, y cuál es su contenido; identificar a los abogados que representan
a las partes y otros hechos semejantes. La situación es aún más clara cuando
los fallos tienen efecto erga omnes, y el juez debido a esos efectos, sí conoce
la decisión, se ve en lo personal atado al contenido de la determinación
judicial...”.

En consecuencia, del fallo precitado se observa que la notoriedad


judicial no es un precedente aislado o una norma excepcional que permite su
aplicación, sino que, por el contrario, se transmuta en un deber del Juez de
atender a los fallos judiciales emitidos en su Tribunal para así evitar posibles
contradicciones en las decisiones de casos similares o para corregir los
posibles errores judiciales que adolezcan que puedan alterar el normal
desenvolvimiento del sistema de justicia (sobre lo antes expuesto, ver, entre
otras, sentencias de esta Sala Nros. 1836/2007 y 1569/2011 y 647/2012).

Por otra parte, el artículo 335 de la Constitución de la República


Bolivariana de Venezuela, dispone lo siguiente:

“El Tribunal Supremo de Justicia garantizará la supremacía y efectividad


de las normas y principios constitucionales; será el máximo y último intérprete
de la Constitución y velará por su uniforme interpretación y aplicación. Las
interpretaciones que establezca la Sala Constitucional sobre el contenido o
alcance de las normas y principios constitucionales son vinculantes para las
otras Salas del Tribunal Supremo de Justicia y demás tribunales de la
República”.

Seguidamente, el artículo 336, numeral 10, eiusdem, señala que la Sala


Constitucional tiene atribuida la potestad de “…revisar las sentencias
definitivamente firmes de amparo constitucional y de control de
constitucionalidad de leyes o normas jurídicas dictadas por los tribunales de la
República, en los términos establecidos por la ley orgánica respectiva…”.

Al respecto, en el fallo Nº 93/2001 (caso: “Corpoturismo”) esta Sala


determinó la potestad extraordinaria, excepcional, restringida y discrecional de
revisar las siguientes decisiones judiciales las sentencias dictadas por las
demás Salas del Tribunal Supremo de Justicia y por cualquier juzgado o
tribunal del país, apartándose u obviando expresa o tácitamente alguna
interpretación de la Constitución contenida en alguna sentencia dictada por
esta Sala con anterioridad al fallo impugnado, realizando un errado control de
constitucionalidad y estableció que la Sala posee la potestad de revisar, en
forma extraordinaria y excepcional “…de oficio las sentencias definitivamente
firmes en los mismos términos expuestos en la presente decisión, esta Sala
posee la potestad discrecional de hacerlo siempre y cuando lo considere
conveniente para el mantenimiento de una coherencia en la interpretación de la
Constitución en todas las decisiones judiciales emanadas por los órganos de
administración de justicia…”.

Por su parte, el artículo 25, numerales 10 y 11, de la Ley Orgánica del


Tribunal Supremo de Justicia, dispone lo siguiente:

“Es de la competencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de


Justicia:

10. Revisar las sentencias definitivamente firmes que sean dictadas por los
Tribunales de la República, cuando hayan desconocido algún precedente
dictado por la Sala Constitucional; efectuado una indebida aplicación de una
norma o principio constitucional; o producido un error grave en su
interpretación; o por falta de aplicación de algún principio o normas
constitucionales.

11. Revisar las sentencias dictadas por las otras Salas que se subsuman en los
supuestos que señala el numeral anterior, así como la violación de principios
jurídicos fundamentales que estén contenidos en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, tratados, pactos o convenios
internacionales suscritos y ratificados válidamente por la República o cuando
incurran en violaciones de derechos constitucionales”.

A su vez, el artículo 130 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de


Justicia establece que:

“En cualquier estado y grado del proceso las partes podrán solicitar, y la
Sala Constitucional, podrá acordar, aun de oficio, las medidas cautelares que
estime pertinentes. La Sala Constitucional contará con los más amplios
poderes cautelares como garantía de la tutela judicial efectiva, para cuyo
ejercicio tendrá en cuenta las circunstancias del caso y los intereses públicos
en conflicto”.

Ahora bien, esta Sala, con el objeto de cumplir con las referidas
competencias, atribuciones, potestades y deberes constitucionales y jurídicos
en general, respectivamente, sustentada en lo antes expuesto y en varios de
sus precedentes jurisprudenciales (ver sentencias Nros. 1836 del 15 de octubre
de 2007, 1115 del 7.8.09, 5 del 26.2.10, 1569 del 20.10.11 y 796 del 20.6.13,
entre otras), resuelve:

PRIMERO: ORDENA a la Secretaría abrir el correspondiente expediente


a los fines de que ejerza, de oficio, la revisión de la sentencia N° 1609, del 3 de
noviembre de 2014, dictada por la Sala de Casación Social.

SEGUNDO: ORDENA a la Secretaría de esta Sala que oficie a la Sala


de Casación Social para que remita, inmediatamente, el expediente signado
con el alfanumérico A.A. N° AA60-S-2010-000345, cursante en esa Sala,
contentivo del recurso contencioso administrativo de nulidad ejercido por la
sociedad mercantil AGROPECUARIA EL MAIZAL, S.A, representada por los
abogados Manuel David Alvarado y Napoleón Ramos Lau, contra el acto
administrativo de fecha 25 de febrero 2009, sesión N° 225-09, punto de cuenta
N° 003, dictado por el INSTITUTO NACIONAL DE TIERRAS, representado por
los abogados Amilcar Gómez Hernández, Gerson Rivas Rivero, Robert Orozco
Vargas, Mauricio Rodríguez, Kennelma Caraballo Marcado, Iveth González,
Golfredo Contreras, Freddy Useche, José Del Carmen Rodríguez, Elizabeth
Chávez Salvatierra, Francesco Zordan Zordan, Elda Tolisano, Carlos Andrés
Farías, Jorge Huerta Polidor, José Gregorio Rodríguez, Miguel Ángel
Monsalve, Alvaro Jiménez, Jarvis Méndez, Daniel Guillen, Yolimar Hernández,
Eloym Gil, Kary Daniela Zerpa, Bella Desiree Freites Cardozo, José Agustín
Ramírez, Ramón Gregorio Carrero Peña, Grisel Coraspe Gómez, Yauri Mariely
Márquez García, Jorge José Narváez Maneiro, Alfredo Luis Guevara Cardozo y
Jerson Octavio Dávila Araque, Liyuny Sosa, Eloym Gil, Kary Daniel Zerpa,
Viggy Inelly Moreno Ortega, Sugeidi Coello Verde, Eugenio Laínez Soto, Lila
Del Valle Ruiz Fuentes, Vicmary Cardozo Casadiego, Andreina Rodríguez
Reynoso, Rocio Ythamar Camacho Colmenares, Karina Beatriz Sánchez Lobo,
Ricardo Alberto Cestari Ewing, Francys Andrade, Ivanora Zavala, José
Gregorio Garay Chacón, José Del Carmen Rodríguez, Domingo Marzoa, Anna
María Veltri Moyano, Rita Cabaña, Carmen Julia Fermín Contreras, Ysabel
Estrella Masabe, José Ruiz, Miguel Henríquez Valera y Ricardo Laurens, “que
acordó declaratoria de tierras ociosas e inculta (sic), inicio del procedimiento de
rescate, acuerdo (sic) de medida cautelar de aseguramiento de la tierra e
improcedencia de la solicitud de certificación de finca productiva, sobre un lote
de terreno denominado ‘EL MAIZAL’, ubicado en el sector La Miel, parroquia
Gustavo Vega León, municipio Simón Planas, estado Lara, constante de una
superficie de Dos Mil Doscientos Treinta y Cinco Hectáreas con Ocho Mil
Metros Cuadrados aproximadamente (2.235 has con 8000 m2)”.

TERCERO: SUSPENDE cautelarmente y hasta tanto se resuelva el


mérito de la presente revisión constitucional, los efectos de la referida
sentencia N° 1609, del 3 de noviembre de 2014, dictada por la Sala de
Casación Social.

CUARTO: Se MANTIENEN, en consecuencia, los efectos de la


sentencia signada con el alfanumérico PJ0422010000021, dictada el 22 de
febrero 2010, por el Juzgado Superior Tercero Agrario de la Circunscripción
Judicial del estado Lara, mediante declara “PRIMERO: SIN LUGAR el Recurso
Contencioso Administrativo Agrario de Nulidad con solicitud de Medida
Cautelar Innominada, incoado por la empresa mercantil Agropecuaria El Maizal
C.A., en contra del Instituto Nacional de Tierras. SEGUNDO: En consecuencia,
se declaran válidos y con todos sus efectos jurídicos, el acto administrativo
dictado por el Directorio del Instituto Nacional de Tierras sobre la Declaratoria
de Tierras Ociosas o Incultas e Inicio del Procedimiento de rescate y Acuerdo
de la Medida Cautelar de Aseguramiento de la Hacienda El Maizal, acodada en
Sesión Nº 225-09, de fecha 25/02/2009, Punto de Cuenta Nº 003”.

QUINTO: Se ORDENA a la Secretaría que notifique la presente decisión


al Juzgado Superior Tercero Agrario de la Circunscripción Judicial del estado
Lara. Para el cumplimiento más expedito de lo dispuesto en esta decisión, las
notificaciones se efectuarán vía telefónica, conforme con lo señalado en el
artículo 91.3 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, sin
menoscabo de que se le remita el oficio correspondiente.

Publíquese, regístrese y notifíquese. Ofíciese lo conducente. Cúmplase lo


ordenado.
“La mencionada Sala verificó que el Juzgado Superior Tercero
Agrario concluyó, del informe técnico del recurrido acto del INTI, que la
Hacienda El Maizal presentaba un rendimiento muy por debajo del
requerido por la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, y le otorgó pleno
valor probatorio al Expediente Administrativo n.º 05-13-0703-0269-DTO.,
consignado junto al escrito libelar. Así mismo, se demostró en autos que
el INTI, a través de la Oficina Regional de Tierras del Edo. Lara, realizó el
procedimiento administrativo apegado a la Ley, razón que sustentó la
declaratoria sin lugar del recurso contencioso administrativo de nulidad
con solicitud de medida cautelar innominada, ejercida por la sociedad
mercantil Agropecuaria El Maizal, S.A., contra el aludido acto
administrativo emanado del INTI.

Esta decisión de la máxima intérprete de la Constitución, tuvo lugar


con ocasión a la revisión oficiosa y anulación de un fallo que, a su vez,
había revocado el mencionado fallo del Juzgado Superior Tercero Agrario
y nulo el acto administrativo dictado por el INTI, directamente vinculado a
valores, principios, normas, derechos y garantías constitucionales, tales
como la seguridad y soberanía agroalimentaria, el desarrollo rural
integral, el rescate de tierras con vocación agrícola, los derechos a la
defensa, al debido proceso y a la tutela judicial efectiva, la
responsabilidad social, el Estado Social de Derecho y de Justicia, la
prosperidad y bienestar del pueblo, la construcción de una sociedad justa
y amante de la paz, entre otras, reflejadas en aquélla y en el proceso que
le dio lugar”.

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