7 Ensayos de Mariategui
7 Ensayos de Mariategui
7 Ensayos de Mariategui
3) El problema de la tierra
5) El factor religioso
6) Regionalismo y centralismo
7) El proceso de la literatura
I
II
EL PROBLEMA DEL INDIO
«Todas las tesis sobre el problema indígena, que ignoran o eluden a éste
como problema económico-social, son otros tantos estériles ejercicios
teóricos, —y a veces sólo verbales—, condenados a un absoluto
descrédito. No las salva a algunas su buena fe. Prácticamente, todas nos
han servido sino para todas para ocultar o desfigurar la realidad del
problema». Mariátegui concibe el problema del indio no como un asunto
racial ,administrativo ,jurídico ,educativo o eclesiástico , sino como un
problema sustancialmente económico cuyo origen está en el injusto
régimen de propiedad de la tierra denominado gamonalismo.
Se conoce como gamonalismo a un sistema de explotación de los campesinos
indígenas en las haciendas de la sierra del Perú.
Los gamonaleso terratenientes acaparaban inmensos latifundios donde
hacían trabajar a los
indios como siervos, manteniéndoles en la más paupérrima pobreza y
cometiendo sobre ellos los más nefandos abusos; asimismo, estos
gamonales detentaban un considerable poder local (muchos llegaban a
ser senadores, diputados, alcaldes y prefectos) y contaban con pequeños
contingentes armados.
Era pues, una auténtica feudalidad o semifeudalidad enquistada en el
Perú, como rezago del colonialismo españoles. Mientras subsista esta
forma de propiedad todo intento por solucionar el problema del indio
quedará disuelto en la estéril denuncia lírica o en
la prédica oportunista e inconsciente.
Terminar con el gamonalismo, con la feudalidad, significa devolver más
que tierras; significará para la raza desposeída su rendición histórica, la
recuperación de su esencialidad moral y su auténtica integración a la vida
nacional. «La solución del problema del indio tiene que ser una solución
social. Sus realizadores deben ser los propios indios.
Este concepto conduce a ver en la reunión de los congresos indígenas un
hecho histórico. Los congresos indígenas, desvirtuados en los últimos
años por el burocratismo, no representaban todavía un programa; pero sus
reuniones señalaron una ruta comunicando a los indios.
III
EL PROBLEMA DE LA TIERRA:
IV
EL PROCESO DE LA INSTRUCCIÓN PÚBLICA
Mariátegui analiza este proceso estrechamente ligado al económico-
social, como no podía ser de otro modo. Reconoce y analiza las tres
influencias en la educación peruana: la española, la francesa y la
norteamericana, estas dos últimas injertadas en la primera.
La educación en la colonia tuvo «un sentido aristocrático y un concepto
eclesiástico y literario de la enseñanza», en otras palabras, una educación
elitista y escolástica. El desprecio por el trabajo, por las actividades
productivas fue alentado por los claustros universitarios
inclusoluego de producida la independencia. La República, que heredó la
s estructuras coloniales, buscó luego el modelo de la reforma francesa, ya
enlas postrimerías del siglo XIX.
Hasta que la reforma de la segunda enseñanza de 1902, empezó a
reflejar la influencia creciente del modelo anglosajón: sería el primer paso
para adoptar el sistema norteamericano, coherente con el embrionario
desarrollo capitalista del país.
Preconizador del modelo yanqui fue el Dr. Manuel Vicente Villarán, cuyas
prédicas triunfaron con la reforma educativa de 1920, por ley orgánica de
enseñanza dada ese año, pero como no era posible, según Mariátegui
«democratizar la enseñanza de un país, sin democratizar su economía, y
sin democratizar, por ende, su superestructura política» la reforma del 20
devino en fracaso .
V
EL FACTOR RELIGIOSO
La religión incaica fue un código moral antes que un conjunto de
abstracciones metafísicas. Su iglesia (por llamarla de algún modo) fue una
institución social y política, cuyo culto estaba subordinado a los intereses
sociales y políticos del imperio; la iglesia era el estado mismo.
Es lo que se llama Teocracia. Producida la conquista, se impuso el culto
católico más que la prédica del evangelio, de modo que el culto pagano
dela religión incaica subsistió bajo el culto católico, fenómeno al que se
conoce como sincretismo religioso.
El rol de la iglesia católica durante el virreinato fue de aval del estado
feudal y semifeudal instituido. Si bien es cierto que hubo choques entre el
poder civil y el eclesiástico, éstos no
tuvieron ningún fondo doctrinal, sino que fueron meras querellas
domésticas.
Con el advenimiento de la República no hubo cambio en tal sentido. La
revolución de la Independencia, del mismo modo que no
tocólos privilegios feudales, tampoco lo hizo con los eclesiásticos.
El radicalismo gonzalez-pradista surgido a fines del siglo XIX constituyó
la primera agitación anticlerical surgida en el Perú, pero careció de eficaci
a por no haber aportado un programa económico-social.
De acuerdo a la tesis socialista, las formas eclesiásticas y doctrinas
religiosas son peculiares e inherentes al régimen económico-social que las
sostiene y produce, y por tanto, su preocupación es cambiar ésta y no
aquellas.
VI
REGIONALISMO Y CENTRALISMO
Cuando el Perú nació a la vida independiente, eligió como sistema político
administrativo el Centralismo, rechazando el Federalismo. Sin embargo,
muchas ciudades del Perú han venido
desde entonces reclamando la atenuación del excesivo centralismo
proveniente de la capital, Lima.
Para Mariátegui, este problema, en cierto modo, viene vertebrando todos
los demás. Aunque reconoce que existe,
sobre todo en el sur peruano, un sentimiento regionalista, dicho
regionalismo no parece ser más que «una expresión vaga de un malestar
y un descontento».
El problema planteado entre Centralismo y Federalismo es de larga data.
El Centralismo se apoya en el caciquismo y gamonalismo regionales
(dispuestos, no obstante, a reclamarse federalistas de acuerdo a las
circunstancias), mientras que el Federalismo recluta sus adeptos entre los
caciques y gamonales en desgracia ante el poder central.
Ciertamente, uno de los vicios de la organización política del Perú es y
sigue siendo su centralismo. Pero entiende Mariátegui que toda
descentralización que no se dirija a solucionar el problema agrario y la
cuestión indígena, «no merece
ya ni siquiera ser discutida», porque, advierte, no es este problema
meramente político, ni desde este solo punto de vista ella alcanzaría para
solucionar los problemas esenciales.
Por otra parte, es difícil definir y de marcar en el Perú regiones
existentes históricamente como tales. No obstante Mariátegui estudia las
tres regiones físicas: la Costa, la Sierra y la
Montaña (que no significan regiones en cuanto a la realidad económica y
social ), afirmándonos que la Montaña carece aún de significación socio-
económica; en cambio, «la actual peruanidad se ha sedimentado en tierra
baja» o Costa, y la Sierra es el refugio del indigenismo.
«Las formas de descentralización ensayadas en la historia de la
República, han adolecido del vicio original de representar una concepción
y un diseño absolutamente centralistas», dice Mariátegui.
Formula enseguida sus puntos de vista sobre cómo debe enfocarse la
nueva descentralización en el Perú.
Primero, debía quedar esclarecida la solidaridad del gamonalismo
regional con el régimen centralista, a fin de evitar confusiones. Luego
debía escogerse entre el gamonal o el indio: «no existe un tercer camino».
Mariátegui, naturalmente, opta por el indio.
Porque, lo más cierto es que «ninguna reforma que robustezca al gamonal
contra el
indio, por mucho que aparezca como una satisfacción del sentimiento
regionalista, puede ser estimada como una reforma buena y justa».
En conclusión, para los nuevos regionalistas, la regionalización debe
contemplar simultáneamente el problema del indio y de la tierra. También
estudia el problema de la capital, concerniente a todas las capitales de
América, y sostiene que la suerte de Lima está subordinada a los grandes
cambios políticos, tal como lo enseña la historia.
VII
EL PROCESO DE LA LITERATURA
En éste su último ensayo, Mariátegui renuncia a ser un crítico imparcial:
«Declaro sin escrúpulo, que traigo a la exégesis literaria todas mis
pasiones e ideas políticas...»
.Uno de los aportes más interesantes de Mariátegui al juzgar el proceso
de la literatura peruana fue su propuesta de periodización, que comprendía
tres: Literatura colonial, Literatura cosmopolita, Literatura nacional
Pero no se trataban de etapas que se cancelaran por sucesión automática
o continua, pues las imaginaba más bien como ideas que, en diversos
momentos de la historia, podían aparecer como una tendencia dominante,
emergente o residual.
Desde su punto de vista analiza la literatura de la Colonia, “de
irrenunciable filiación española» , en espíritu y este colonialismo mental
supervive al Virreinato, dando como resultado una literatura mediocre por
falta de raíces propias, no habiendo podido «eludir la suerte que
le imponía su origen».
Explica las razones socio-económicas por qué ha subsistido ese
colonialismo literario, y agrega: «el literato peruano no ha subido casi
nunca sentirse vinculado al Pueblo».
Aunque destaca en Garcilaso, más Inca que conquistador, el primer
destello de “peruanidad", y defiende a Ricardo Palma y a sus Tradiciones
Peruanas de la acusación de colonialismo, pues esas Tradiciones tienen,
según su percepción, «política y socialmente una filiación democrática»
Hay que esperar hasta la llegada de Manuel González Prada para
ver anunciada la posibilidad de una auténtica literatura peruana.
González Prada significa la transición del período colonial al período
cosmopolita.
Más atrás en el tiempo, el poeta de los yaravíes, Mariano Melgar, ubicado
cronológicamente en el final de la colonia, sería el primer momento perua
no de nuestra literatura. Otro escritor del siglo XIX, Abelardo Gamarra el
Tunante, tiene también un acento marcadamente peruano, criollo y
popular.
En cambio, el poeta José Santos Chocano, de fines del siglo XIX
y principios del XX, con su poesía grandilocuente y exuberante,
pertenece al período colonial. Aunque se reclame el «cantor de América,
autóctono y salvaje», Mariátegui no le reconoce tales cualidades, pues
considera que lo indígena no tiene nada de exuberante o tropical.
Uno de los últimos reductos del colonialismo intelectual es la universidad,
de donde emerge la «generación futurista» liderada por José de la Riva
Agüero y Osma, a quien acusa de ser representante nato de la «casta
feudal» y de mantener la tradición colonial
En tales circunstancias el Movimiento Colonida ,
encabezado por Abraham Valdelomar, surge como una insurrección,
como una actitud anti académica reclamando sinceridad y naturalismo,
esa sinceridad que no se encuentra en los versos ególatras de José
Santos Chocano pero que si aparece en la poesía pura de José María
Eguren.
Son también analizados por Mariátegui:
Alberto Hidalgo, poeta arequipeño con emoción revolucionaria y que se
orientaba al vanguardismo, movimiento que Mariátegui supo valorar.
Magda Portal, a quien llamó la primera poetisa del Perú.
Alberto Guillén, poeta arequipeño a quien atribuye un espíritu
iconoclasta y ególatra.
César Vallejo, de quien dice que es el poeta de una estirpe, de una raza,
creador absoluto, nostálgico pero no retrospectivo. «No añora
el imperio(inca) como el pasadismo perricholesco añora el virreinato. Su
nostalgia es una propuesta sentimental o una protesta metafísica.
Nostalgia de exilio nostalgia de ausencia». Coincide con Antenor Orrego
que su poemario: Los heraldos negros marca el inicio de una nueva época
en la poesía peruana, peruana en el sentido de indígena.
Alcides Spelucín, poeta que con su
poemario, El Libro de la Nave Dorada, representa un modernismo tardío.
Y, finalmente, analiza las corrientes de su actualidad, en especial la
indigenista, que llena una función histórica en la sociología peruana en
evolución y cuyo más amplio sentido lo lleva a consubstanciarse con «la
reivindicación de lo autóctono», que, no obstante, no paraliza los otros
elementos vitales de la literatura peruana.
Y es literatura "indigenista" y no"indígena" —aclara Mariátegui— porque
aún no puede dar una versión verista del indio, sino que tiene «que
idealizarlo y estilizarlo.
Tampoco puede darnos su propia ánima. Es todavía una literatura de me
stizos ...»Mariátegui confía en la suerte del mestizaje, el que debe ser
analizado como cuestión sociológica, no étnica.
BIOGRAFIA
José Carlos Mariátegui nació el 14 de junio de 1894, en Moquegua (Perú).
Sus padres fueron Francisco Javier Mariátegui Requejo y María Amalia La
Chira Ballejos. Desde 1899 vivió y estudió en Huacho, pero un accidente
en 1902 hizo que lo internaran en un hospital de Lima. Desde entonces
sufrió cojera en su pierna izquierda. El no poder correr y jugar como otros
niños, le hizo amar la lectura y le permitió cultivarse de forma autodidacta.
En 1909, ingresó como ayudante de linotipista y en 1914 como articulista
del diario La Prensa. De 1916 a 1919 fue redactor del diario El Tiempo.
Paralelamente, escribió para las revistas Mundo Limeño, Lulú, El
Turf y Colónida. En estos años juveniles hizo amistad con importantes
intelectuales y escritores como Abraham Valdelomar. Junto a César
Falcón editó Nuestra Época (1918) y La Razón (1919), donde criticó a la
oligarquía, apoyó las movilizaciones obreras y defendió la Reforma
Universitaria. En 1919, ganó una beca y estuvo cuatro años en Europa. En
Italia se casó con Anna Chiappe y abrazó la ideología marxista.
Al regresar al Perú dictó conferencias en la Universidad Popular González
Prada y asumió la dirección de la revista Claridad. En 1924, sufrió la
amputación de su pierna izquierda, pero continuó trabajando por sembrar
la doctrina socialista en obreros y estudiantes. En 1925, fundó la
editorial Minerva y en 1926 la revistaAmauta. También escribió para las
revistas Variedades y Mundial. En 1928, fundó el Partido Socialista
Peruano y publicó su célebre Siete Ensayos de Interpretación de la
Realidad Peruana. En 1929, fundó la Confederación General de
Trabajadores del Perú.
CONCLUSIONES
La obra de los Siete ensayos, José Carlos Mariátegui contribuyó a
publicar en el Perú en sentido serio y metódico de los asuntos
Nacionales por encima de Amplio conocimiento del tema, con las
cualidades del detalle y del arte de dar al lenguaje escrito o hablado
eficacia bastante para deleitar.
En efecto hacia 1868-1869 la deuda externa acumulada era
alrededor de 8 millones de libras esterlinas, siendo el promedio de
las exportaciones de guano 1846-1868 de 1.6 millones anuales y el
servicio estimado de la deuda externa aproximadamente 800,000
libras esterlinas anuales.
Se dio origen a la Guerra del Pacifico, la explotación del salitre,
principalmente en Atacama, territorio boliviano, tentaba a los
capitales chilenos.
A raíz de todo esto, por una mala administración pasamos a
depender del capital británico a consecuencia de las deudas
contraídas.
Se dio origen a una nueva clase llamada capitalista o la burguesía .
Esa expansión del gasto público, apoyada en los recursos
patrimoniales del estado , conllevo a un endeudamiento cuya
justificación era la construcción de una red ferroviaria para impulsar
al desarrollo del país .