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ÍNDICE

Agradecimientos ix
Información sobre los autores xiii
I. Introducción
Omar Masera y Santiago López-Ridaura 1
1. LA NECESIDAD DE EVALUAR LA SUSTENTABILIDAD DE LOS SISTEMAS DE
MANEJO DE RECURSOS NATURALES 1
2. LOS ESTUDIOS DE CASO 6
3. ESTRUCTURA DEL DOCUMENTO 9
4. BIBLIOGRAFIA 10
II. El marco de evaluación MESMIS
Omar Masera, Marta Astier y Santiago López-Ridaura 13
1. INTRODUCCIÓN 13
2. LA SUSTENTABILIDAD DE LOS SISTEMAS DE MANEJO DE RECURSOS
NATURALES 15
3. EL CICLO DE EVALUACIÓN 19
Primer paso: Definición del objeto de la evaluación 23
Segundo paso: Identificación de los puntos críticos del sistema 25
Tercer paso: Selección de los criterios de diagnóstico e indicadores 27
Cuarto paso: Medición y monitoreo de los indicadores 31
Quinto paso: Integración de resultados 32
Sexto paso: Conclusiones y recomendaciones sobre los sistemas de manejo 37
4. CONCLUSIONES 40
5. BIBLIOGRAFÍA 41

iii

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

III. Evaluación de la sustentabilidad del sistema de manejo de


café orgánico en la Unión de Ejidos Majomut, región de los
Altos de Chiapas
Víctor Pérez-Grovas Garza 45
1. ANTECEDENTES 45
1.1. Contexto regional 45
1.2. La Unión Majomut 47
1.3. Sinopsis y objetivos generales del proyecto 48
2. EL MARCO DE LA EVALUACIÓN 49
2.1. Sistemas de manejo evaluados 49
2.2. Procedimiento de evaluación 52
2.3. Métodos de medición y monitoreo de los indicadores 54
3. RESULTADOS DE LA EVALUACIÓN 55
3.1. Productividad 55
3.2. Estabilidad, resiliencia y confiabilidad 60
3.3. Adaptabilidad 68
3.4. Equidad 69
3.5. Autogestión. 71
4. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES 75
4.1. Evaluación global de los sistemas 75
4.2. Conclusiones y recomendaciones sobre los sistemas de manejo 78
4.3. Conclusiones generales 79
5. BIBLIOGRAFÍA 80
IV. Evaluación de la sustentabilidad del sistema de manejo
forestal de la Organización de Ejidos Productores
Forestales de la Zona Maya de Quintana Roo
Patricia Negreros–Castillo, José Carlos González Núñez y Leticia
Merino Pérez 83
1. ANTECEDENTES 83
1.1. Características del medio natural 83
1.2. Características de la Zona Maya de Quintana Roo 85
1.3. El contexto social y político: La Organización de Ejidos Productores
Forestales de la Zona Maya 87
1.4. Técnicas silvícolas aplicadas en la región 90
2. MARCO DE LA EVALUACIÓN 92
2.1. Marco teórico 92
2.2. Definición del sistema a evaluar 92
2.3. Alcance de la evaluación 93
2.4. Descripción de los sistemas de manejo forestal extractivo y comunitario 94

iv

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Í N D IC E

2.5. Puntos críticos y atributos de sustentabilidad 100


2.6. Selección de indicadores estratégicos y métodos de medición 100
3. RESULTADOS POR ATRIBUTO DE SUSTENTABILIDAD 104
3.1 Productividad 104
3.2. Equidad (distribución de beneficios) 110
3.3. Estabilidad 114
3.4. Resiliencia (capacidad de respuesta ante conflictos y siniestros ) 120
3.5. Adaptabilidad 121
3.6. Autogestión 122
4. INTEGRACIÓN DE RESULTADOS Y CONCLUSIONES 124
4.1. Resumen e integración de resultados 124
4.2. Conclusiones y recomendaciones 126
5. BIBLIOGRAFÍA 127
ANEXO 131
V. Evaluación del sistema agro-silvo-pastoril del
Sur de Sinaloa
Martha A. Perales Rivas, Luis E. Fregoso Tirado, César Oscar
Martínez Alvarado, Venancio Cuevas Reyes, Alfredo Loaiza Meza,
Juan Esteban Reyes Jiménez, Tomás Moreno Gallegos, Oscar
Palacios Velarde y José Luis Guzmán Rodríguez(†) 143
1. ANTECEDENTES 143
1.1. Introducción 143
1.2. Contexto socioeconómico y ambiental regional 145
2. MARCO DE LA EVALUACIÓN 150
2.1. Descripción de los sistemas de manejo 150
2.2. Puntos críticos e indicadores de sostenibilidad 161
2.3. Métodos de medición y monitoreo de los indicadores 164
3. DISCUSIÓN DE RESULTADOS 173
3.1. Área técnico–ambiental 173
3.2. Área económica 182
3.3. Área social 190
4. ANÁLISIS INTEGRADO DE INDICADORES 193
4.1. Integración de resultados 193
4.2. Discusión 196
5. PRIORIDADES DE INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO PARA 1997 Y 1998 199
6. BIBLIOGRAFÍA 203

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

VI. La sustentabilidad de sistemas maíz–mucuna en el Sureste de


México (primer ciclo de evaluación)
Francisco Guevara, Tzinnia Carranza, Rubén Puentes y Carlos
González 207
1. ANTECEDENTES Y OBJETIVOS 207
2. LA REGIÓN, LOS SISTEMAS TRADICIONALES Y LAS ALTERNATIVAS
TECNOLÓGICAS 209
2.1. Aspectos biofísicos de la región 209
2.2. Aspectos socioeconómicos de la región 210
2.3. Los sistemas de producción 212
2.4. Las comunidades seleccionadas 217
3. METODOLOGÍA DE LA EVALUACIÓN 219
3.1. El MESMIS como marco de referencia 219
3.2. Evaluación paralela por técnicos y campesinos 220
3.3. Los niveles de la evaluación 222
3.4. Puntos críticos e indicadores estratégicos 222
3.5. Métodos de medición y monitoreo 230
4. RESULTADOS Y DISCUSIÓN 232
4.1. Productividad 232
4.2. Estabilidad, resiliencia y confiabilidad 237
4.3. Adaptabilidad 245
4.4. Adoptabilidad 246
4.5. Autogestión 254
4.6. Equidad 255
5. DISCUSIÓN E INTEGRACIÓN DE RESULTADOS 256
5.1. Elementos de sustentabilidad a varios niveles 256
6. CONCLUSIONES 260
6.1. Conclusiones y recomendaciones sobre la sustentabilidad del sistema
maíz–mucuna 260
6.2. Conclusiones y recomendaciones metodológicas 263
6.3. Recomendaciones para un segundo ciclo de evaluación 265
7. BIBLIOGRAFÍA 266
VII. El diseño de sistemas sustentables de maíz en
la Región Purhépecha
Marta Astier, Esperanza Pérez Agis, Florentino Mota García,
Omar Masera y Claudio Alatorre Frenk 271
1. ANTECEDENTES 271
1.1. La agricultura de año y vez 271
1.2. La cuenca alta del Lago de Zirahuén 272

vi

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Í N D IC E

1.3. El estudio de caso 274


1.4. Metodología 274
2. DESCRIPCIÓN DE LOS SISTEMAS DE MANEJO AGRÍCOLAS A EVALUAR 275
2.1. La unidad de producción tipo del ejido de Casas Blancas 275
2.2. Objeto de estudio 278
2.3. Descripción de los sistemas de manejo agrícola 278
3. PUNTOS CRÍTICOS Y SELECCIÓN DE INDICADORES 285
4. RESULTADOS POR INDICADOR 288
4.1. Atributo productividad 288
4.2 Atributo equidad 294
4.3. Atributo estabilidad 296
4.4. Atributo adaptabilidad 302
4.5. Atributo autogestión 307
5. INTEGRACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS 309
5.1. Integración 309
5.2. Discusión 312
6. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES: HACIA UN SISTEMA DE MANEJO
SUSTENTABLE 315
6.1.Conclusiones 315
6.3. Propuesta de un sistema alternativo 317
7. BIBLIOGRAFÍA 320
VIII. Conclusiones
Santiago López-Ridaura y Omar Masera 325
1. INTRODUCCIÓN 325
2. LA APLICACIÓN DEL MARCO MESMIS: DISCUSIÓN DE LOS PRINCIPALES
ASPECTOS METODOLÓGICOS 327
Recuento general de los distintos estudios de caso 327
Aspectos metodológicos sobresalientes en el conjunto de estudios de caso 330
Consideraciones metodológicas de conjunto 337
3. EL MANEJO DE RECURSOS NATURALES EN MÉXICO: ASPECTOS QUE
DETERMINAN LA SUSTENTABILIDAD DE LOS SISTEMAS CAMPESINOS Y
ACCIONES DIRIGIDAS A SU FORTALECIMIENTO 339
Elementos comunes que debilitan la sustentabilidad del manejo de recursos
naturales en los sistemas de referencia 339
Acciones dirigidas al fortalecimiento de la sustentabilidad 342
4. CONSIDERACIONES FINALES 344
5. BIBLIOGRAFÍA 346

vii

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INTRODUCCIÓN

Omar Masera
Santiago López-Ridaura

1. L A NEC ESIDAD DE EVALU AR LA SUSTENTAB ILIDA D DE LOS


SISTEMAS DE MANEJ O D E RECURSOS NATURALES

La discusión en torno al concepto de sustentabilidad se ha convertido en


un tema de gran interés tanto desde el punto de vista teórico como por sus
implicaciones en el ámbito técnico, socioeconómico y político. Aunque
buena parte de esta discusión se ha manejado con fines puramente retóricos,
existen también esfuerzos serios que han permitido avanzar en la
delimitación del concepto (Hansen, 1996; Conway, 1994; Altieri, 1994).
Específicamente, se reconoce que no se puede circunscribir el concepto de
sustentabilidad a una definición estrecha de carácter universal o basada en
un conjunto de indicadores también universales (Masera et al., 1999; Farrel
y Hart, 1998). Por el contrario, es necesario partir de un conjunto de
principios básicos sobre el comportamiento de los sistemas, incorporando
aspectos ambientales, sociales y económicos; asimismo es imperativo
adoptar una perspectiva interdisciplinaria e impulsar una mayor

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

participación por parte de los diferentes sectores involucrados en el manejo


de los recursos naturales. Es necesario también integrar diferentes
perspectivas utilizando marcos multicriterio y multitemporales de
evaluación que pongan en la balanza las necesidades de corto plazo y los
beneficios y perspectivas de largo alcance. Ahora bien, para que el debate
sobre sustentabilidad aporte elementos sustantivos para avanzar hacia un
verdadero cambio de los modelos de desarrollo existentes, es preciso diseñar
marcos conceptuales y herramientas prácticas que permitan transformar los
lineamientos teóricos generales en acciones concretas.
Dentro del contexto agropecuario y forestal, es especialmente urgente
integrar el concepto de sustentabilidad en el proceso de diseño, adopción y
difusión de los sistemas productivos y en las estrategias de manejo de los
recursos naturales. Un punto nodal para lograr este objetivo es el desarrollo
de metodologías de evaluación que muestren explícitamente las ventajas y
desventajas ambientales, sociales, económicas y culturales de las diferentes
estrategias y sistemas de manejo, integrándolas en un marco de análisis
común. Para ser efectivos, estos marcos de evaluación deben proporcionar
lineamientos claros y coherentes, a fin de hacer más sustentable el manejo
cotidiano de recursos naturales.
Esta tarea es particularmente pertinente para México, país que cuenta
con un enorme potencial natural y económico y con una amplia diversidad
sociocultural, pero en el que, paradójicamente, la adopción de modelos de
desarrollo económico y tecnológico centrados en maximizar la
productividad y la rentabilidad de corto plazo ha conducido a una severa
crisis socio–ambiental, con agotamiento y contaminación de los recursos
naturales a un ritmo acelerado.
Por mencionar sólo algunas cifras ilustrativas, la erosión de suelos afecta
a cerca del 80 por ciento del territorio nacional (aproximadamente 154
millones de hectáreas) y 30 millones de hectáreas están erosionadas en un
grado severo o muy severo (Carabias et al., 1994). Hemos perdido ya la
mayor parte de las selvas y buena proporción de los bosques del país. La
deforestación anual supera las 700,000 hectáreas y existen más de 21
millones de hectáreas de terrenos forestales considerados degradados
(Masera, 1997; SARH, 1994). A pesar de los crecientes esfuerzos de
conservación, se siguen perdiendo anualmente muchas especies animales y
vegetales, mientras que varios cientos más se consideran en riesgo de

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I N T R O D U C C IÓ N

extinción (INE, 1999). En muchas de las zonas agrícolas con cultivos


comerciales intensivos la contaminación por agroquímicos es alarmante.
Varios pesticidas prohibidos en otros países se usan regularmente y sin
ninguna protección en grandes extensiones agrícolas de México (Wright,
1997). En al ámbito socioeconómico, la pobreza rural se mantiene en niveles
alarmantes e incluso ha aumentado en varias de las regiones marginadas del
país. Según estudios realizados por Boltvinik (1995), el 93 por ciento de la
población rural en México es pobre y el 61 por ciento vive en la pobreza
extrema. A esto debe sumarse una extensa expulsión de mano de obra,
principalmente a Estados Unidos, que, a pesar de las cuantiosas remesas que
brinda, deja pueblos, familias y campos desolados. Finalmente, se observa
un deterioro social y organizativo de buena parte de las comunidades
rurales.
Como bastión frente a estos procesos de deterioro, un número
importante de comunidades y organizaciones campesinas ha sido capaz de
resistir y replantear el empellón del proceso modernizador convencional
generando alternativas de manejo de recursos naturales altamente
sustentables (Bray, 1997). Específicamente dentro de las zonas indígenas
existen numerosos sistemas de manejo caracterizados por su alta diversidad,
el uso múltiple de los recursos y el cuidado por aspectos de equidad y
autogestión (Toledo, 2000). Existen también numerosos proyectos que han
desarrollado alternativas organizativas y técnicas innovadoras con un
impacto positivo social y ambiental notable. Por ejemplo, México es uno de
los países líderes a nivel mundial en la certificación de la silvicultura
comunitaria de bosques naturales (Merino, 1997) y en este ámbito
sobresalen las experiencias de Nuevo San Juan Parangaricutiro en
Michoacán, la Unión Zapoteca-Chinanteca (UZACHI) en Oaxaca y el Ejido
Nohbec en Quintana Roo, por citar sólo tres ejemplos. México es también
uno de los países más importantes en el cultivo de café orgánico a pequeña
escala (Pérez–Grovas, 1998; Bray, 1997).
Desafortunadamente, las experiencias campesinas son normalmente
subvaluadas y suelen competir desfavorablemente con los sistemas
convencionales cuando se utilizan exclusivamente criterios monetarios de
corto plazo. Es entonces urgente desarrollar marcos alternativos que
permitan sopesar de manera clara las bondades e impactos de los diferentes
sistemas en aspectos ligados tanto a su productividad y rentabilidad como a

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su confiabilidad, resiliencia, estabilidad, adaptabilidad, equidad y niveles de


autogestión.
Preguntas centrales como: ¿de qué manera pueden integrarse en la
evaluación las preocupaciones de tipo ambiental, social y económico?,
¿cómo incorporar diferentes perspectivas de análisis?, ¿cómo conjuntar
información cualitativa y cuantitativa?, ¿cómo hacer de la evaluación un
instrumento de diseño de sistemas más sustentables? y ¿de qué manera
puede mantenerse simple el análisis y a la vez responder a las diferentes
dimensiones? deben responderse para avanzar hacia nuevas propuestas de
sistemas de manejo.
Hasta el momento, los enfoques y métodos existentes en evaluaciones de
sustentabilidad permiten responder sólo parcialmente las preguntas
anteriores. La mayoría de los esfuerzos por evaluar la sustentabilidad se han
concentrado en la elaboración de listas de indicadores (Hammond, 1996;
Winograd, 1995; Bakkes, 1994; Azar et al., 1996; Shaw, 1996; Syers et al.,
1994), así como en la elaboración de índices (Harrington et al., 1994; Taylor
et al., 1993). También existen marcos metodológicos para la derivación de
criterios o indicadores para la evaluación de sustentabilidad ( IUCN, 1997; de
Camino y Muller, 1993; FAO, 1994; Mitchel, 1995; CIFOR, 1999;
Lewandowski, 1999), pero, en general, no han sido sistemáticamente
aplicados en estudios de caso, contienen algunos huecos metodológicos para
la integración y el análisis de los resultados y están sesgados hacia sistemas
de manejo específicos (forestales o agrícolas).
El proyecto Evaluación de Sustentabilidad, iniciado en 1995 como parte
de la Red de Gestión de Recursos Naturales, un programa financiado por la
Fundación Rockefeller en México, es un esfuerzo dirigido a satisfacer las
necesidades de evaluación descritas anteriormente. Este proyecto es un
esfuerzo interdisciplinario y multi–institucional cuyos objetivos son:
1. El desarrollo del marco metodológico MESMIS (Marco para la Evaluación
de Sistemas de Manejo incorporando Indicadores de Sustentabilidad),
con el fin de evaluar la sustentabilidad de sistemas de manejo de
recursos naturales agrícolas, pecuarios y forestales. (Masera et al.,
1999). El MESMIS se basa en una perspectiva sistémica e
interdisciplinaria del manejo de recursos naturales, presenta una
estructura operativa flexible que impulsa la participación por parte de los
diferentes sectores involucrados en el manejo de recursos y permite

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entender de manera integral las limitantes y posibilidades para la


sustentabilidad de los sistemas de manejo que surgen de la intersección
de los procesos ambientales con el ámbito social y económico (véase el
Capítulo II).
2. La aplicación del marco en una serie de estudios de caso en el sector
rural.
3. La generación y difusión de materiales didácticos y de referencia para
facilitar la aplicación del marco y la discusión sobre sustentabilidad.
4. La capacitación de individuos y organizaciones interesadas en evaluar la
sustentabilidad de los sistemas de manejo de recursos naturales, a través
de cursos, talleres, seminarios y programas de licenciatura o posgrado.1
Parte central del proyecto y un reto pendiente en las evaluaciones de
sustentabilidad es recopilar un acervo adecuado de experiencias concretas
que sean, por un lado, representativas de sistemas de manejo importantes en
el contexto nacional e internacional y, por otro, comparables entre sí. En
efecto, son contadas las aplicaciones de estos marcos de evaluación en
estudios de caso con diferentes características ambientales y socioeconó-
micas, especialmente en el Tercer Mundo, donde se presentan sistemas de
manejo y contextos socioambientales altamente complejos. Es crítico
entonces llevar a cabo estudios de caso y documentarlos con el fin de ilustrar
tanto los problemas metodológicos asociados a la evaluación de
sustentabilidad como los aspectos prácticos que la limitan o la favorecen en
sistemas de manejo de recursos naturales específicos.
Este volumen condensa seis años de trabajo intenso para contar con un
conjunto coherente de experiencias de aplicación de evaluaciones de
sustentabilidad en diferentes sistemas de manejo de recursos naturales. Se
trata de cinco estudios de caso realizados en México y en los que se aplicó el
marco de evaluación de sustentabilidad MESMIS (Masera et al., 1999). Con el
trabajo se persiguen dos objetivos principales: (a) ilustrar la aplicación del
marco MESMIS en una serie de estudios de caso representativos de sistemas
de manejo claves dentro del México rural, y (b) analizar de manera muy

1
Para mayor información acerca del proyecto MESMIS consultar la siguiente página Web:
http://www.oikos.unam.mx/gira/mesmis.htm

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general cuáles son los factores que favorecen o impiden el desarrollo de


sistemas de manejo más sustentables en nuestro país.
Los estudios de caso se tomaron de proyectos pertenecientes a la Red de
Gestión de Recursos Naturales (RED), ya que el marco MESMIS se desarrolló
en el contexto de este programa. Además se escogieron estudios que fueran
representativos de sistemas campesinos tipo, es decir, importantes en el
contexto de México. Finalmente, se trató de probar el MESMIS en proyectos
que presentaran situaciones contrastantes en cuanto a: (a) tipo de sistema de
manejo; (b) grado de acceso a información; (c) capacidades técnicas locales
para la toma de datos directamente en campo; (d) grado de integración de
campesinos locales en el proceso de evaluación, y (e) posibilidad de
convertir el proceso de evaluación en herramienta para el diseño de sistemas
más sustentables.
En cada estudio de caso se organizaron grupos de evaluación que
incluyeron a personal externo e interno a los proyectos. Se utilizó un
procedimiento flexible que brindara un marco común de evaluación —a fin
de asegurar una comparación metodológica aceptable de los estudios— y
que a la vez permitiera adaptar el marco a los diferentes niveles de
información, tiempo y recursos disponibles en los distintos proyectos.

2. L O S ESTUDIOS DE CASO

Los sistemas escogidos fueron: (a) la producción de café orgánico en los


Altos de Chiapas; (b) el manejo forestal comunitario de selvas en Quintana
Roo; (c) la producción vaca–cría mediante un sistema agro–silvo–pastoril en
el Sur de Sinaloa; (d) un conjunto de sistemas agrícolas campesinos en los
que se incorporaron abonos verdes y cultivos de cobertura en diferentes
regiones de Veracruz, Oaxaca, Chiapas y Yucatán, y (e) la producción de
maíz de temporal en la Región Purhépecha del estado de Michoacán (véase
la Ilustración 1.1).
La evaluación de sustentabilidad de la producción orgánica de café en
los Altos de Chiapas fue llevada a cabo por la Unión de Ejidos Majomut. El
análisis compara, a través de dos años de mediciones directas en campo que
incluyen, entre otras cosas, el monitoreo de lotes de escurrimiento
establecidos, encuestas socioeconómicas a productores y promotores y el
análisis de aspectos institucionales de la propia Unión de Ejidos, la

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Ilustración 1.1. Localización de los estudios de caso MESMIS

Abonos verdes y cultivos de cobertura


Sureste de México
(Grupo Pachuca)

Sistema agrosilvopastoril
Sur de Sinaloa
(INIFAP-UACh)

Producción de maíz de temporal


Región Purhépecha, Michoacán
(GIRA, A.C.)
Producción de café orgánico
Altos de Chiapas Manejo forestal tropical
(Unión de Ejidos Majomut) Zona Maya, Quintana Roo
(OEPFZM)

producción orgánica y convencional de café por pequeños productores


indígenas del norte de este estado.
El estudio de caso que evalúa el manejo forestal comunitario fue
realizado por la Organización de Ejidos Productores Forestales de la Zona
Maya. Este es un estudio longitudinal en el cual se compara el sistema de
manejo comunitario de la selva con el sistema extractivo imperante antes de
la creación de la OEPFZM. Ésta última ha establecido desde hace 14 años
estrategias de aprovechamiento forestal basadas en el establecimiento de
áreas forestales permanentes, la rotación de las áreas de corte, la
reglamentación de los volúmenes de extracción y la comercialización de las
diferentes especies. La mayor parte de la evaluación se basa en información

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proveniente de los archivos de la Organización correspondientes al periodo


1986–1996, en el análisis financiero del ciclo de corta correspondiente a
1996 y en encuestas realizadas durante ese mismo año a diferentes
productores de dos ejidos contrastantes dentro de la Unión.
Para el estudio de caso en el Sur de Sinaloa, se conjuntaron los esfuerzos
de dos instituciones: el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales,
Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), a través del Campo Experimental Sur de
Sinaloa (CESSI), y la Universidad Autónoma de Chapingo (UACh). El trabajo
comprende la evaluación comparativa de un sistema tradicional
predominante en la región, que consiste en el manejo extensivo del hato
bovino, el cultivo de maíz o sorgo para grano o forraje y la utilización de
insumos externos para la alimentación del ganado en la época seca del año,
y de un sistema alternativo propuesto por las instituciones y dirigido a
productores campesinos con hatos de hasta 50 cabezas. El sistema
alternativo comprende la incorporación de praderas, de cultivos de doble
propósito y de ensilados, con el objeto de satisfacer las necesidades
forrajeras del sistema y así disminuir el uso de insumos externos, además de
controlar la alta erosión que se presenta en esta región. La evaluación
incluye un análisis completo de las características físicas y biológicas de los
diferentes subsistemas con mediciones directas que incluyen el
establecimiento y monitoreo de lotes de escurrimiento a lo largo de dos
años. Finalmente se realizó un análisis económico del sistema, utilizando
cuestionarios que se aplicaron a una muestra representativa de los
productores, así como información regional.
Los Abonos Verdes y Cultivos de Cobertura (AVCC) son la base para la
evaluación de sistemas de producción en ocho comunidades de los estados
de Veracruz, Oaxaca, Chiapas y Yucatán. El estudio de caso fue llevado a
cabo por un grupo de organizaciones no gubernamentales e instituciones
académicas (aglutinadas en el Grupo Pachuca) que impulsan el empleo de
esta estrategia en su área de influencia. Destaca en este trabajo la aplicación
del marco de evaluación de manera paralela e independiente por un equipo
técnico constituido por el personal de las organizaciones e instituciones
participantes y por un equipo de evaluación campesino formado por
agricultores de las diferentes comunidades. Los dos equipos de evaluación
analizan, a través de observaciones y muestreos en las parcelas de los

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I N T R O D U C C IÓ N

productores, las bondades y limitantes de esta estrategia, así como su


adoptabilidad por parte de los campesinos.
El último estudio de caso, referente a la producción de maíz de temporal,
fue realizado por el grupo de investigadores del Programa de Agroecología
de GIRA A.C. junto con campesinos de la Región Purhépecha. En este caso se
comparan las bondades y carencias de dos sistemas de producción: uno
tradicional, caracterizado por una producción dirigida principalmente al
autoconsumo, con una alta diversidad de especies manejadas y con el
empleo de abonos orgánicos para mantener la fertilidad de los suelos, y un
sistema comercial, que se caracteriza por buscar excedentes de maíz para la
comercialización, por medio de su manejo en monocultivo y de la aplicación
de fertilizantes químicos como la principal fuente de nutrientes. El estudio
se basa en información económica y social recopilada a partir de encuestas,
entrevistas y talleres con los productores, así como en la consulta a
estadísticas municipales y la medición directa de variables de tipo técnico y
ambiental durante un ciclo de cultivo en parcelas de los productores. Este
primer ciclo de evaluación tiene como resultado el diseño de una propuesta
de manejo alternativo, para su subsecuente evaluación.

3. E S T R U C T U R A DEL DOCUMENTO

El libro está organizado en siete capítulos. En el primero se presenta una


síntesis del marco metodológico MESMIS, con el fin de familiarizar al lector
con la metodología de evaluación que se utilizó en los diferentes estudios de
caso.
Los capítulos dos al seis describen los cinco estudios de caso. De
acuerdo con el marco MESMIS, cada uno de ellos describe en detalle los
sistemas de manejo evaluados, su contexto, el proceso de derivación de los
indicadores y las estrategias utilizadas para su medición. Asimismo, cada
capítulo presenta una discusión e integración de los resultados obtenidos,
identificando, por un lado, los aspectos de mayor relevancia para la
sustentabilidad de los sistemas de manejo y, por el otro, las estrategias de
acción para mejorar estos sistemas.
En el último capítulo se presenta un análisis comparativo de las
diferentes experiencias de evaluación de los estudios de caso, en lo que se

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

refiere tanto a las cuestiones metodológicas como a las implicaciones sobre


el manejo sustentable de recursos naturales en México.

4. B I B L I O G R A F Í A
Altieri, M.A. 1994. Bases agroecológicas para una producción agrícola
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12

 
 

II

EL MARCO DE EVALUACI ÓN MESMIS

Omar Masera, Marta Astier y Santiago López-Ridaura

1. I N T R O D U C C I Ó N

Uno de los mayores retos que enfrenta la discusión sobre desarrollo


sustentable y particularmente la que se refiere a la agricultura
sustentable es diseñar marcos operativos que permitan evaluar de manera
tangible la sustentabilidad de diferentes proyectos, tecnologías o
agroecosistemas.
El reto es considerable, pues hacer operativo el concepto de
sustentabilidad implica simultáneamente un serio esfuerzo teórico y cierta
dosis de pragmatismo, así como un cambio en el enfoque de evaluación de
sistemas de manejo. De hecho, para evaluar la sustentabilidad se requiere un
esfuerzo verdaderamente interdisciplinario e integrador, que aborde el
análisis tanto de los procesos ambientales como de los fenómenos
socioeconómicos. Requiere también trabajar con marcos multicriterio
basados en indicadores cualitativos y cuantitativos. Finalmente, hace
necesario integrar perspectivas temporales más amplias que las que
normalmente se consideran en las evaluaciones convencionales.

13

 
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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Más allá de la discusión académica, existe en la práctica una gran


necesidad de evaluar el grado de sustentabilidad de diferentes proyectos
productivos en el sector rural de México y otros países. Los proyectos de
desarrollo que proponen nuevos sistemas de manejo agrícolas, ganaderos y
forestales, entre otros, demandan nuevos esquemas de evaluación que
puedan ayudar a estimar y por lo tanto a reconocer los esfuerzos por avanzar
hacia una mayor sustentabilidad ecológica, social y económica.
La mayoría de los esfuerzos para evaluar la sustentabilidad se han
concentrado en tres tipos de enfoques: (a) aquéllos que se limitan a elaborar
listas de indicadores de carácter ambiental, social o económico, sin un marco
claro que los conjunte o que permita integrar los resultados del análisis
(Bakkes et al., 1994; Sayers et al., 1994; Hammond et al., 1995; Winograd,
1995; Azar et al., 1996; Shaw, 1996); (b) los que proponen índices para
calificar de manera unívoca la sustentabilidad de un sistema dado, a costa
generalmente de la capacidad de entender el detalle de la complejidad de los
sistemas y de identificar los aspectos de mayor importancia (Taylor et al.,
1993; Harrington, 1992; Harrington et al., 1994), y (c) aquéllos que
proponen marcos metodológicos para definir los criterios o indicadores que
serán utilizados en la evaluación (IUCN e IDRC, 1995; UICN, 1997; de Camino
y Muller, 1993; Muller, 1995; FAO, 1994; Mitchell 1995). Algunos de estos
marcos se han desarrollado para sistemas específicos; como es el caso del
marco generado por el CIFOR (1999) para evaluar el manejo forestal o del
desarrollado por Lewandowsky y colaboradores (1999), específico para el
manejo agrícola.
El Marco para la Evaluación de Sistemas de Manejo de Recursos
Naturales incorporando Indicadores de Sustentabilidad ( MESMIS) surge a
partir de estas inquietudes generales y se dirige a proyectos agrícolas,
forestales y pecuarios llevados a cabo colectiva o individualmente y que se
orientan al desarrollo o a la investigación. Se pretende que el marco de
evaluación no sea un instrumento meramente calificador de opciones, sino
que sirva como punto de apoyo para hacer operativo el concepto de
sustentabilidad en la búsqueda de un desarrollo social más equitativo y
ambientalmente sano de las comunidades rurales.
Para lograr esta meta, el MESMIS propone una estructura cíclica y
flexible, adaptada a diferentes niveles de información y capacidades
técnicas. Tiene una orientación práctica y se basa en un enfoque

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 
 

E L M AR C O D E E V A L U A C I Ó N M ES MI S

participativo mediante el cual se promueve la discusión y retroalimentación


entre evaluadores y evaluados. Intenta además brindar una visión
interdisciplinaria que permita entender de manera integral las limitantes y
posibilidades para la sustentabilidad de los sistemas de manejo que surgen
de la intersección de procesos ambientales con el ámbito social y
económico. Finalmente, propone la comparación entre los sistemas de
manejo vigentes y sistemas alternativos, procedimiento que permite:
(a) examinar en qué medida éstos últimos son efectivamente más
sustentables, y (b) identificar los puntos críticos para la sustentabilidad, con
el fin de impulsar cambios.
En este capítulo se presenta una síntesis del marco metodológico. Por
esta razón se incluyen sólo los aspectos esenciales y, especialmente, de
carácter operativo. Para una discusión más detallada sobre las diferentes
metodologías de evaluación de sustentabilidad, sus alcances, limitaciones y
bases teóricas, remitimos al lector a la publicación original del MESMIS
(Masera et al., 1999).

2. L A SUSTENTAB ILIDAD DE LOS SISTEMAS DE MANE JO DE


RECURSOS NATURALES

Para evaluar la sustentabilidad de los sistemas de manejo de recursos


naturales es necesario, en primera instancia, definir los atributos generales
de los sistemas de manejo sustentables. Esto permitirá, por un lado, hacer
operativo el concepto y, por otro, desarrollar un marco de referencia para
derivar indicadores.
La discusión sobre sustentabilidad y desarrollo sustentable es abundante
y compleja, al igual que la discusión sobre el manejo sustentable de los
recursos naturales y sobre la agricultura sustentable. No existe una
definición consensada del término. Altieri (1994) se refiere a la agricultura
sustentable como “un modo de agricultura que intenta proporcionar
rendimientos sostenidos a largo plazo, mediante el uso de tecnologías y
prácticas de manejo que mejoren la eficiencia biológica del sistema”. Por lo
tanto, los esfuerzos se orientan a optimizar el agroecosistema en su conjunto,
en lugar de concentrarse en maximizar los rendimientos de corto plazo.
La agricultura sustentable persigue también una distribución justa y
equitativa de los costos y beneficios asociados con la producción agrícola; se

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

preocupa por el rescate crítico de prácticas de manejo utilizadas por diferen-


tes etnias y culturas y busca reducir las desigualdades actuales en el acceso a
recursos productivos. Intenta asimismo desarrollar tecnologías y sistemas de
manejo adaptados a la diversidad de condiciones ecológicas, sociales y
económicas locales. Finalmente, la agricultura sustentable trata de ser
rentable económicamente, sin dejarse llevar por una lógica de corto plazo.
La mayor parte de los autores enfatizan la necesidad de trabajar con una
perspectiva sistémica y de cubrir una multiplicidad de objetivos. Por
ejemplo, Levins y Vandermeer (1990) mencionan que la producción en
agroecosistemas sustentables está orientada a entender al sistema como un
todo, con énfasis en las metas múltiples de producción, ganancia, reducción
de la incertidumbre y de la vulnerabilidad, equidad, protección de la salud
de los trabajadores agrícolas y de los consumidores, protección del ambiente
y sustentabilidad y flexibilidad de los sistemas en el largo plazo.
Desde el punto de vista ambiental, el grado en que un agroecosistema
aumente su sustentabilidad dependerá básicamente de que su manejo
conlleve la optimización de los siguientes procesos (Altieri, 1987; Reijntjes
et al., 1992):
 Disponibilidad y equilibrio del flujo de nutrientes.
 Protección y conservación de la superficie del suelo.
 Preservación e integración de la biodiversidad.
 Explotación de la adaptabilidad y complementariedad en el uso de
recursos genéticos animales y vegetales.
Desde el punto de vista socioeconómico, existen varios mecanismos básicos
para impulsar una agricultura sustentable, entre los cuales:
 La eficientización de los procesos productivos aprovechando los
sinergismos entre distintas actividades económicas.
 El fortalecimiento de los mecanismos de cooperación y solidaridad
locales, así como la participación efectiva de los involucrados en la
generación, puesta en práctica y evaluación de las diferentes alternativas
de manejo de recursos naturales.
 La potenciación de las capacidades y habilidades locales, favoreciendo
la autogestión mediante procesos de capacitación y educación
participativos.

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 
 

E L M AR C O D E E V A L U A C I Ó N M ES MI S

 El mantenimiento de un respeto por las diferentes tradiciones culturales


y el fomento de la pluralidad cultural y étnica.
Con el fin de integrar los aspectos anteriormente mencionados y de
establecer una definición operativa del concepto de sustentabilidad, se
requiere identificar una serie de propiedades o atributos generales de los
agroecosistemas sustentables. Estos atributos servirán de guía para el
análisis de los aspectos más relevantes en la evaluación de la sustentabilidad
de los sistemas de manejo de recursos naturales.
Existen algunos esfuerzos importantes para identificar el conjunto de
atributos básicos que debe poseer un sistema de manejo para ser considerado
como sustentable (FAO, 1994; GIDSA, 1996; Conway, 1994; Conway y
Barbier, 1990). Para la elaboración del MESMIS se consideró que la
determinación de estos atributos debe partir de las propiedades sistémicas
fundamentales del manejo de recursos naturales. Asimismo, el conjunto de
atributos debe cubrir íntegramente aquellos aspectos que tienen un efecto
sobre el comportamiento de un sistema de manejo.
En el Cuadro 2.1 y en la Ilustración 2.1 se resumen los siete atributos
generales propuestos en el MESMIS para el análisis de la sustentabilidad de
los sistemas de manejo de recursos naturales. Para una más profunda
discusión del concepto de atributo, las diferentes propuestas en la literatura y
su relación con el MESMIS, remitimos al lector a Masera et al. (1999).

Cuadro 2.1. Atributos generales de los agroecosistemas


sustentables
 Productividad. Es la habilidad del agroecosistema para proveer el nivel requerido de bienes y
servicios.
 Equidad. Es la habilidad del sistema para distribuir la productividad (beneficios o costos) de una
manera justa.
 Estabilidad. Con este término nos referimos a la propiedad del sistema de tener un estado de
equilibrio dinámico estable. Es decir, que se mantenga la productividad del sistema en un nivel no
decreciente a lo largo del tiempo bajo condiciones promedio o normales
 Resiliencia. Es la capacidad de retornar al estado de equilibro o mantener el potencial productivo
después de que el sistema haya sufrido perturbaciones graves.
 Confiabilidad. Se refiere a la capacidad del sistema de mantenerse en niveles cercanos al
equilibrio ante perturbaciones normales del ambiente.
 Adaptabilidad (o flexibilidad). Es la capacidad del sistema de encontrar nuevos niveles de
equilibrio ―es decir, de continuar siendo productivo― ante cambios de largo plazo en el ambiente.
 Autodependencia (o autogestión, en términos sociales). Es la capacidad del sistema de regular y
controlar sus interacciones con el exterior.

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Ilustración 2.1. Atributos generales de los agroecosistemas


sustentables
PRODUCTIVIDAD RESILIENCIA
PRODUCTIVIDAD AGRÍCOLA

PRODUCTIVIDAD AGRÍCOLA
MAYOR
ALTA perturbación

MENOR
BAJA
NO RESILIENTE

T* TIEMPO TIEMPO

CONFIABILIDAD EQUIDAD
NÚMERO DE BENEFICIARIOS
PRODUCTIVIDAD AGRÍCOLA

MENOR ALTA
MAYOR

Nivel de tolerancia

BAJA

TIEMPO PRODUCTIVIDAD AGRICOLA


(BENEFICIOS)

ESTABILIDAD ADAPTABILIDAD
PRODUCTIVIDAD AGRÍCOLA

PRODUCTIVIDAD AGRÍCOLA

Cambio de condiciones externas


(p. ej. clima, macroeconomía)
ALTA
ALTA

BAJA
BAJA
TIEMPO TIEMPO

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E L M AR C O D E E V A L U A C I Ó N M ES MI S

Tomando en cuenta los siete atributos básicos para la sustentabilidad, un


sistema de manejo puede ser considerado sustentable cuando permite
simultáneamente:
 Conseguir un nivel alto de productividad mediante el uso eficiente y
sinérgico de los recursos naturales y económicos.
 Proporcionar una producción confiable, estable (no decreciente) y
resiliente a perturbaciones mayores en el transcurso del tiempo,
asegurando el acceso y disponibilidad de los recursos productivos, el uso
renovable, la restauración y la protección de los recursos locales, una
adecuada diversidad temporal y espacial del medio natural y de las
actividades económicas, y mecanismos de distribución del riesgo.
 Brindar flexibilidad (adaptabilidad) para amoldarse a nuevas
condiciones del entorno económico y biofísico, por medio de procesos
de innovación y aprendizaje, así como del uso de opciones múltiples.
 Distribuir equitativamente los costos y beneficios del sistema entre
diferentes grupos afectados o beneficiados, asegurando el acceso
económico y la aceptación cultural de los sistemas propuestos.
 Poseer un nivel aceptable de autodependencia (autogestión), para
poder responder y controlar los cambios inducidos desde el exterior,
manteniendo su identidad y sus valores.

3. E L C IC LO DE EVALUAC IÓN

El objetivo principal del MESMIS es brindar un marco metodológico para


evaluar la sustentabilidad de diferentes sistemas de manejo de recursos
naturales a escala local (comunidad, granja, parcela), partiendo de las
siguientes premisas:
1. El concepto de sustentabilidad se define a partir de siete atributos
generales de los agroecosistemas: (a) productividad; (b) estabilidad;
(c) confiabilidad; (d) resiliencia; (e) adaptabilidad; (f) equidad, y
(g) autodependencia (autogestión).
2. La evaluación de sustentabilidad se lleva a cabo y es válida solamente
para: (a) un sistema de manejo específico en un determinado lugar
geográfico y bajo un determinado contexto social y político; (b) una

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 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

escala espacial (parcela, unidad de producción, comunidad) previamente


determinada, y (c) una escala temporal también previamente
determinada.
3. La evaluación de sustentabilidad es una actividad participativa que
requiere de una perspectiva y un equipo de trabajo interdisciplinarios. El
equipo de evaluación debe incluir tanto a evaluadores externos como a
los involucrados directos (agricultores, técnicos, representantes de la
comunidad y otros actores).
4. La sustentabilidad no puede evaluarse per se sino de manera
comparativa o relativa. Para esto existen dos vías fundamentales:
(a) comparar la evolución de un mismo sistema a través del tiempo
(comparación longitudinal), o (b) comparar simultáneamente uno o más
sistemas de manejo alternativo o innovador con un sistema de referencia
(comparación transversal). Esta naturaleza comparativa de la evaluación
marca una diferencia fundamental con otros marcos como el FESLM
(FAO, 1994).
5. La evaluación de sustentabilidad es un proceso cíclico que tiene como
objetivo central el fortalecimiento tanto de los sistemas de manejo como
de la metodología utilizada.
Operativamente, para dar concreción a los atributos generales, se definen
una serie de puntos críticos para la sustentabilidad del sistema de manejo
que se relacionan con tres áreas de evaluación (ambiental, social y
económica). En cada área de evaluación se definen criterios de diagnóstico e
indicadores. Este mecanismo asegura una relación clara entre los
indicadores y los atributos de sustentabilidad del agroecosistema (véase la
Ilustración 2.2).
La información obtenida mediante los diferentes indicadores se integra
finalmente utilizando técnicas de análisis multicriterio, con el fin de emitir
un juicio de valor sobre los sistemas de manejo y brindar sugerencias para
mejorar su perfil socioambiental.
Para aplicar la metodología, se propone un ciclo de evaluación que
comprende los siguientes elementos o pasos (véase la Ilustración 2.3):

20

 
 

E L M AR C O D E E V A L U A C I Ó N M ES MI S

Ilustración 2.2. Esquema general del MESMIS: Relación entre


atributos e indicadores
ATRIBUTOS DE LOS SISTEMAS DE MANEJO
SUSTENTABLES

Productividad Estabilidad Adaptabilidad Equidad Autodependencia


Resiliencia (autogestión)
Confiabilidad

Sistemas de manejo a
evaluar Unidad de análisis
Escala espacial
DE REFERENCIA Escala temporal
Contexto socioambiental
ALTERNATIVO

PUNTOS CRÍTICOS PARA LA SUSTENTABILIDAD


DEL SISTEMA

Á R E A S D E E V A L U A C I Ó N
AMBIENTAL ECONÓMICA SOCIAL

CRITERIOS DE
DIAGNÓSTICO

I N D I C A D O R E S

1. Determinación del objeto de la evaluación. En este paso se definen los


sistemas de manejo que se han de evaluar, sus características y el
contexto socioambiental de la evaluación.

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Ilustración 2.3. El ciclo de evaluación en el MESMIS

Paso 1
Determinación del
objeto de estudio
tiempo T1

Paso 1
tiempo T2

Paso 6 Paso 2
Conclusiones y Determinación de
recomendaciones los puntos críticos
del sistema

Paso 5 Paso 3
Presentación e Selección de
integración de indicadores
resultados estratégicos

Paso 4
Medición y monitoreo
de indicadores

22

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 

E L M AR C O D E E V A L U A C I Ó N M ES MI S

2. Determinación de los puntos críticos que pueden incidir en la


sustentabilidad de los sistemas de manejo que se van a evaluar.
3. Selección de indicadores. Aquí se determinan los criterios de
diagnóstico y se derivan los indicadores estratégicos para llevar a cabo la
evaluación.
4. Medición y monitoreo de los indicadores. Este paso incluye el diseño
de los instrumentos de análisis y la obtención de la información deseada.
5. Presentación e integración de resultados. Aquí se compara la
sustentabilidad de los sistemas de manejo analizados y se indican los
principales obstáculos para la sustentabilidad, así como los aspectos que
más la favorecen.
6. Conclusiones y recomendaciones. Por último, en este paso se sintetiza
el análisis y se sugieren medidas para fortalecer la sustentabilidad de los
sistemas de manejo, así como para mejorar el proceso mismo de
evaluación.
Al realizar estos seis pasos se habrá avanzado en la conceptualización de los
sistemas y los aspectos que se desea mejorar, para hacerlos más sustentables,
y con esto se da inicio a un nuevo ciclo de evaluación (paso 1 al tiempo T2
en la Ilustración 2.3).
A continuación se describe con mayor detalle cada uno de los seis pasos.
Una explicación aun más detallada se puede encontrar en el MESMIS (Masera
et al.; 1999).

Pri mer p aso: D ef i n i ci ón d el ob jeto d e l a


eval u aci ón
Para llevar a cabo este primer paso del ciclo de evaluación, deben efectuarse
tres tareas concretas: (a) identificar el o los sistemas de manejo que se van a
analizar, incluyendo el contexto socioambiental en donde están inmersos y
las escalas espacial y temporal de la evaluación; (b) caracterizar el sistema
de manejo de referencia (tradicional o convencional) que predomina en la
región, y (c) caracterizar el sistema alternativo. Para los estudios
longitudinales se debe caracterizar al sistema antes y después de las
modificaciones realizadas.

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 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Los sistemas de manejo o agroecosistemas son ecosistemas naturales


artificializados y transformados por el hombre mediante procesos que le
permiten obtener productos animales, agrícolas o forestales. Aunque es
difícil delinear límites exactos, los agroecosistemas se definirán poniendo
barreras abstractas para delimitar el objeto de estudio, sus componentes e
interacciones entre componentes, sus entradas y sus salidas. Hay que tener
presente que los agroecosistemas son sistemas abiertos que reciben insumos
del exterior y brindan productos que entran a otros sistemas externos. Para
una definición a mayor profundidad de los sistemas de manejo y sus
características, se recomienda al lector referirse al MESMIS (Masera et al.,
1999), así como a los trabajos de Hart (1985).
Como se mencionó anteriormente, el MESMIS propone una evaluación de
sustentabilidad comparando uno o más sistemas alternativos con un sistema
de referencia, ya sea de manera transversal o longitudinal. El sistema de
referencia representa el esquema técnico y social más comúnmente
practicado en la región. El sistema de manejo alternativo es aquél en el que
se han incorporado innovaciones tecnológicas o sociales con respecto al
sistema de referencia. Idealmente, estas alternativas deben llevar un cierto
número de años implantadas, suficientes para mostrar efectos evidentes.
El procedimiento indicado en la metodología implica realizar una
evaluación de la sustentabilidad comparativa entre sistemas, es decir con
juicios del tipo “este sistema es más (o menos) sustentable que este otro”. Se
evita con esto llegar a aseveraciones del tipo “el sistema bajo análisis es
sustentable (o no sustentable)”, pues es imposible obtener una medida
absoluta de la sustentabilidad.
En el caso en que se realice una evaluación longitudinal de los sistemas
de manejo, es decir una comparación de la evolución en el tiempo de la
sustentabilidad de un sistema particular, se define como sistema de
referencia al sistema bajo análisis en el año inicial o de referencia de la
evaluación, y como sistema alternativo al mismo sistema en los años
subsiguientes de la evaluación. Este tipo de estudios puede ser retrospectivo
(tomando como referencia al sistema de manejo en algún momento del
pasado y contrastándolo con el mismo sistema en la actualidad) o
prospectivo (comparando información actual con futura). Si se elige la
evaluación longitudinal de un sistema de manejo, debe examinarse con
cuidado cuál es el periodo de tiempo en el que se deben monitorear los

24

 
 

E L M AR C O D E E V A L U A C I Ó N M ES MI S

sistemas para notar cambios significativos en sus características como


consecuencia de la implementación de estrategias alternativas de manejo.
En cualquier circunstancia, es muy importante definir adecuadamente el
objeto de estudio y las escalas de evaluación, ya que, frecuentemente, las
características (técnicas, logísticas, económicas, etc.) del equipo evaluador
condicionan o delimitan el universo de estudio. En muchos casos se puede
comenzar la evaluación restringiéndose a sólo una parte del sistema general
(subsistema), teniendo claras las interacciones con los demás subsistemas.
Con el tiempo se podrá ampliar el análisis o saltar de nivel.
La caracterización de los sistemas de manejo o agroecosistemas deberá
incluir una descripción clara de:
 Los diferentes componentes biofísicos del sistema.
 Los insumos y productos necesarios (entradas y salidas) del sistema. De
preferencia se intentará obtener un diagrama con la descripción
cualitativa de las entradas y salidas del sistema y las relaciones entre sus
diferentes componentes (p. ej. entre los módulos pecuario, forestal y
agrícola).
 Las prácticas agrícolas, pecuarias o forestales que involucra cada
sistema.
 Las principales características socioeconómicas de los productores y los
niveles y tipos de sus organizaciones.
En el Cuadro 2.2 se presentan los elementos genéricos necesarios para
caracterizar un sistema de manejo.

S egu n d o p aso: Id enti f i c aci ón d e l os pun tos


crí ti cos d el si ste ma
Después de haber definido claramente los sistemas de manejo bajo estudio,
es importante hacer un análisis sobre los posibles puntos; es decir, los
aspectos o procesos que limitan o fortalecen la capacidad de los sistemas
para sostenerse en el tiempo.
Para identificar los puntos críticos se pueden hacer preguntas claves
como: ¿Cuáles son los factores o procesos ambientales, técnicos, sociales y
económicos que de forma individual o combinada pueden tener un efecto
crucial en la supervivencia del sistema de manejo? En otras palabras,

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 2.2. Principales determinantes para caracterizar a los


agroecosistemas (sistemas de manejo)
DETERMINANTES DESCRIPCIÓN
Clima
BIOFÍSICAS
Suelo, vegetación original y características fisiográficas
Tipo de especies y principales variedades manejadas: cultivos agrícolas,
manejo forestal y pecuario
Organización cronológica: calendario, frecuencia, sucesión de cultivos y arreglo
espacial (monocultivo, policultivo)
Prácticas de manejo (tipo, calendario)
Tecnología empleada (manual, mecanizada, tracción animal, mixta)
Manejo de suelos: prácticas de preparación (tipo de labranza) y fertilidad
TECNOLÓGICAS Y DE (fertilización química, abonos orgánicos, mixto)
MANEJO Manejo de insectos plaga, arvenses y enfermedades: manejo integral de plagas
(MIP), uso de plaguicidas, control biológico, labores culturales
Subsistema de cultivos: p. ej. cultivo anual en rotación, policultivos, etc.
Subsistema pecuario: ganadería extensiva, intensiva, estabulación, pastoreo
libre, pastoreo mixto
Subsistema forestal: manejo selectivo, cortas de regeneración, manejo de
árboles padre, tipo de regeneración (natural o plantación)
Sistemas agro-silvo-pastoriles (tipo de conexiones entre los subsistemas)
Características de los productores y unidad de producción:
 Nivel económico
 Etnia
 Objetivo de la producción (subsistencia, ingresos, ambos)
SOCIOECONÓMICAS Y  Escala de producción (tamaño de la unidad productiva)
CULTURALES  Tipo de unidad (familiar, empresarial, mixta)
 Número de productores que constituyen la unidad de análisis
Características de la organización para la producción:
 Tipo de organización (comunitaria, ejidal, ONG, unión de crédito, cooperativa,
empresa, etc.)

¿cuáles son los puntos donde el agroecosistema es más vulnerable o presenta


problemas?, y ¿cuáles son los puntos donde es más robusto?
La identificación de los puntos críticos del sistema es una tarea
indispensable para centrar y dar dimensiones manejables al problema bajo
análisis. Son tantos los factores que teóricamente podrían incidir sobre la

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 
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E L M AR C O D E E V A L U A C I Ó N M ES MI S

sustentabilidad de un sistema de manejo que, de no hacerse este esfuerzo de


síntesis, difícilmente se obtendrían resultados verdaderamente útiles de la
evaluación.
Asimismo, la identificación de los puntos críticos para la sustentabilidad
permite fortalecer las propuestas alternativas de las diferentes
organizaciones. En efecto, sólo conociendo e incidiendo sobre los puntos
críticos del sistema de referencia tendrá el sistema alternativo posibilidades
de ser viable en cuanto a sustentabilidad. En este sentido, debe de tenerse en
cuenta que, con frecuencia, se realizan propuestas de manejo alternativas sin
comprender cabalmente los problemas intrínsecos a un sistema de manejo. A
fin de evitar este problema, cuando se evalúa la sustentabilidad del sistema
de manejo alternativo, se debe diferenciar los problemas relacionados con
las innovaciones de las situaciones heredadas del sistema de referencia.
Una vez identificados los puntos críticos del sistema, es importante
relacionarlos con los diferentes atributos de sustentabilidad, con el fin de
estar seguros de que la evaluación cubre todos los atributos. Los puntos
críticos pueden corresponder directamente a un atributo o bien estar
relacionados con varios de ellos. Por ejemplo, un problema grave de varios
sistemas de manejo del México rural es la escasez de mano de obra por
migración, que tiene repercusiones en la productividad, la estabilidad y la
autogestión del sistema.
Al igual que la caracterización de los sistemas de manejo, esta fase exige
una fuerte coordinación del grupo interdisciplinario de evaluación, así como
estrategias participativas eficientes para poder definir prioridades en la
magnitud e importancia de los diferentes puntos críticos. Operativamente, la
forma más conveniente de obtener los puntos críticos es la realización de
discusiones de grupo, que incluyan a los evaluadores y a los productores.
Los diagramas de flujo son herramientas útiles como un marco base para
ubicar los aspectos críticos.

T erce r p aso: S el ecc i ón d e l os cri teri os d e


d i agn ósti co e i n d i cad ores
Una vez determinado el problema bajo estudio, es decir, los sistemas de
manejo de referencia y alternativo con sus objetivos y características, así
como los puntos críticos respectivos, se procede a identificar los diferentes

27

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

criterios de diagnóstico e indicadores, que permitirán evaluar el grado de


sustentabilidad de los sistemas de manejo propuestos.
Los criterios de diagnóstico describen los atributos generales de
sustentabilidad. Representan un nivel de análisis más detallado que éstos,
pero más general que los indicadores. De hecho, constituyen el vínculo
necesario entre atributos, puntos críticos e indicadores, con el fin de que
éstos últimos permitan evaluar de manera efectiva y coherente la
sustentabilidad del sistema. Los criterios son características del sistema que
se pueden medir mediante el uso de indicadores específicos y que muestran
tendencias de cambio en un tiempo relativamente corto.
Los indicadores describen un proceso específico o un proceso de
control. Son, por lo tanto, particulares a los procesos de los que forman
parte. Algunos indicadores apropiados para ciertos sistemas pueden ser
inapropiados para otros. Por esta razón no existe una lista de indicadores
universales (Bakkes et al., 1994). De hecho los indicadores concretos
dependerán de las características del problema específico bajo estudio, de la
escala del proyecto, del tipo de acceso y de la disponibilidad de datos.
El conjunto de indicadores debe ser robusto y no necesariamente
exhaustivo. Robusto, en el sentido de que cumplan con las condiciones
descritas al inicio, que sean sensibles y que tengan una base estadística o de
medición suficiente (de Camino y Muller, 1993). La lista de indicadores
debe incluir solamente aquéllos con una influencia crítica para el problema
bajo estudio.
Asimismo, para que el esquema de evaluación sea realmente operativo,
los indicadores propuestos deben ser integradores, flexibles, fáciles de medir
y entender y adecuados al nivel de agregación del sistema bajo análisis.
Además deben estar basados en información confiable que refleje los
cambios en las características del sistema (de Camino y Muller, 1993;
Bakkes et al., 1994, Dumanski,1995). Cuando sea el caso, la población local
podrá involucrarse en la medición. Para esto, los indicadores deben centrarse
en aspectos prácticos y ser claros.
Finalmente, el conjunto de indicadores deberá cubrir tres dimensiones o
áreas de evaluación: (a) social ―incluyendo aspectos culturales y
políticos―; (b) económica, y (c) ambiental. Algunos ejemplos de
indicadores comúnmente empleados son:

28

 
 

E L M AR C O D E E V A L U A C I Ó N M ES MI S

 Área económica: Relación costo/beneficio; relación costo de


inversión/ingreso medio de productores; evolución de los precios de los
insumos o de los principales productos del sistema.
 Área social: Número y tipo de beneficiarios del sistema; nivel de
participación; nivel de organización; mecanismos de resolución de
conflictos.
 Área ambiental: Rendimientos de cultivos; variabilidad de los
rendimientos; índice de diversidad de especies; erosión de suelos.
En el Cuadro 2.3 se resumen algunos criterios de diagnóstico e indicadores
comúnmente empleados en los análisis de sustentabilidad.

¿Cómo se seleccionan los i ndicadores en el ME S MI S ?

Para derivar los indicadores de sustentabilidad de un sistema de manejo


determinado, es importante tener en cuenta las siguientes cinco fases
metodológicas:
1. Se comienza por los atributos generales de sustentabilidad:
productividad; estabilidad; confiabilidad y resiliencia; adaptabilidad;
equidad, y autodependencia (autogestión).
2. Se definen los puntos críticos de los sistemas de manejo específicos
bajo estudio, asegurándose de que cubran todos los atributos de
sustentabilidad.
3. Se define una serie de criterios de diagnóstico específicos que permitan
evaluar los puntos críticos del sistema. Dada la interrelación entre
aspectos ambientales y socioeconómicos discutida en la sección sobre
agricultura sustentable, el conjunto de los criterios de diagnóstico e
indicadores debe cubrir tres dimensiones o áreas de evaluación:
(a) social ―incluyendo aspectos culturales y políticos―; (b) económica,
y (c) ambiental.1 Al igual que con los puntos críticos, es importante que
los criterios de diagnóstico cubran, lo más completamente posible, los
diferentes atributos de sustentabilidad.

1
En muchos casos estos criterios de diagnóstico pueden aplicarse a más de un área. Por
ejemplo, el criterio eficiencia es importante tanto en el área ambiental (es decir, eficiencia
energética y productiva) como en el área económica (eficiencia económica).

29

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 2.3. Criterios de diagnóstico e indicadores de


sustentabilidad para la evaluación de sistemas de manejo de
recursos naturales
ATRI- CRITERIOS DE Áreas de
INDICADORES
BUTO DIAGNÓSTICO evaluación


Rendimiento; eficiencia energética A
Produc-
tividad

Eficiencia Relación costo/beneficio; inversión (en dinero y en trabajo);


E
productividad del trabajo; ingreso
Especies manejadas y presentes; policultivos; rotaciones A
Estabilidad; resiliencia; confiabilidad

Número de cultivos; grado de integración en la producción y


Diversidad E
comercialización
Número de etnias involucradas en el manejo de recursos S
Calidad de suelo y agua A
Conservación de Relación entre entradas y salidas de nutrientes críticos A
recursos Número de variedades criollas utilizadas A
Capacidad de ahorro E
Incidencia de plagas y enfermedades A
Fragilidad del sistema
Tendencias y variación de rendimientos E
Distribución de riesgos Acceso a créditos, seguros u otros mecanismos E
Calidad de vida Índices de calidad de vida S
Fortalecimiento del pro- Capacitación y formación de los integrantes S
Adapta-
bilidad

ceso de aprendizaje Adaptaciones locales a los sistemas propuestos S


Capacidad de cambio Evolución del número de productores por sistema S
e innovación Generación de conocimientos y prácticas S
Distribución de costos Número de beneficiarios según etnias, género o grupo social S
Equi-
dad

y beneficios
Evolución del empleo Demanda o desplazamiento de trabajo E
Participación Implicación de los beneficiarios en las distintas fases del proyecto S
Grado de dependencia en insumos externos críticos A
Autodependencia

Autosuficiencia
(autogestión)

Nivel de autofinanciamiento E
Reconocimiento de los derechos de propiedad (individuales o colectivos) S
Uso de conocimientos y habilidades locales S
Control
Poder de decisión sobre aspectos críticos del funcionamiento del S
sistema
Organización Tipo, estructura, proceso de toma de decisiones S
Nota: El cuadro presenta un esquema muy general de indicadores con fines ilustrativos. No todos los indicadores son
necesariamente relevantes para cualquier sistema de manejo; asimismo, pueden existir indicadores importantes
para proyectos específicos no incluidos en el cuadro. Como se discute en el texto, existen tres áreas de
evaluación que deben ser exploradas: ambiental (A), económica (E) y social (S).

30

 
 

E L M AR C O D E E V A L U A C I Ó N M ES MI S

4. Una vez que se tengan claros los diferentes criterios de diagnóstico que
se han de utilizar, se deriva una lista de indicadores para cada criterio
seleccionado. Este procedimiento asegura que exista un vínculo entre
indicadores, criterios de diagnóstico, puntos críticos y atributos de
sustentabilidad (véase la Ilustración 2.3, p. 22). Con esto se evitan las
listas interminables de indicadores y los indicadores espurios.
5. Finalmente, teniendo la lista general de posibles indicadores
ambientales, económicos y sociales, es importante hacer una última
selección con el propósito de generar el conjunto de indicadores
estratégicos con los que se va a trabajar. Para esto habrá que
seleccionar, para los distintos criterios de diagnóstico, los indicadores
verdaderamente integradores, fáciles de medir, confiables y que incluyan
las otras propiedades expuestas en el apartado anterior.
Para un análisis a mayor profundidad de la importancia y de los tipos de
indicadores más comúnmente utilizados, el lector puede apoyarse en el
MESMIS (Masera et al., 1999). Asimismo, en los capítulos subsiguientes se
describen ejemplos de indicadores escogidos para cada estudio de caso.

Cu arto p aso: Med i ci ón y mon i tor eo d e l os


i n d i cad ores
Una vez obtenido el cuadro resumen con la lista final de indicadores
ambientales, económicos y sociales, es necesario discutir con detalle el
procedimiento que se utilizará para su medición y monitoreo.
Existe toda una gama de posibilidades para la medición de indicadores.
Puesto que la sustentabilidad se refiere al comportamiento del sistema de
manejo en el tiempo, se tendrá que hacer énfasis en métodos de toma de
información que incluyan el monitoreo de procesos durante cierto periodo
de tiempo, el análisis de series históricas o el modelaje de ciertas variables.
A nivel general, los diversos métodos accesibles incluyen: (a) la revisión
bibliográfica, incluyendo información que permita establecer tendencias en
el comportamiento de los indicadores; (b) las mediciones directas (por
ejemplo, la determinación de rendimientos en biomasa total y en grano);
(c) el establecimiento de parcelas experimentales o de lotes de escurrimiento
para la medición de erosión; (d) los modelos de simulación (por ejemplo, el
uso del modelo EPIC para determinar la relación erosión-productividad);

31

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

(e) las encuestas (por ejemplo, para determinar el costo oportunidad del
trabajo familiar); (f) las entrevistas formales e informales, y (g) las técnicas
grupales.
El objeto o escala de medición determinará el tipo de indicador más
adecuado para la evaluación. Dentro del MESMIS estas escalas de medición
incluyen generalmente la parcela, la unidad productiva, la comunidad y la
cuenca o región. Para cada escala se pueden identificar indicadores tanto en
el área ambiental, como en la económica y social. Sin embargo, en el caso
de ésta última, los esfuerzos normalmente se concentran en la determinación
de indicadores a nivel de unidad productiva, comunidad o región. En
cualquiera de los casos se debe tratar de lograr una representación estadística
aceptable. El tipo de monitoreo necesario para obtener información válida
por indicador dependerá del sistema de manejo y del problema bajo estudio.
Para ciertos indicadores ambientales, como el comportamiento de la
humedad edáfica, será necesario un monitoreo continuo a lo largo del ciclo
de cultivo. En otros caso, la toma de información una vez al año puede ser
suficiente.
La selección final de la intensidad y del tipo de métodos utilizados para
la medición de indicadores dependerá de los recursos humanos y
económicos disponibles para la evaluación. Sin embargo, deben evitarse
esquemas muy simples basados únicamente en la recopilación de
información indirecta. En este caso, es mejor simplemente posponer la
evaluación.
En los diferentes estudios de caso presentados en este libro se podrán
apreciar algunas de las técnicas utilizadas para la medición de indicadores
particulares. Asimismo, el MESMIS (Masera et al., 1999) presenta algunas de
las técnicas más comúnmente utilizadas.

Q u i n to p aso: In tegraci ón d e resu l tad os


En esta etapa del ciclo de evaluación se deben resumir e integrar los
resultados obtenidos mediante el monitoreo de los indicadores. Es por lo
tanto un momento clave en el ciclo de evaluación, pues se pasa de una fase
de diferenciación, centrada en la recopilación de datos para cada indicador, a
otra de síntesis de la información, que allanará el camino para,
posteriormente, poder emitir un juicio de valor sobre los sistemas de manejo

32

 
 

E L M AR C O D E E V A L U A C I Ó N M ES MI S

analizados, que refleje cómo se comparan entre sí en cuanto a su


sustentabilidad.
Desarrollar procedimientos que permitan integrar los resultados de
manera efectiva no es una tarea sencilla, puesto que, como mencionan
Clayton y Radclife (1996) “las decisiones sobre sustentabilidad muy
comúnmente no involucrarán discernir entre alternativas tajantemente
‘buenas’ o ‘malas’, sino entre alternativas con diferentes tipos de
consecuencias (costos y beneficios en la terminología económica) sobre el
ambiente y la sociedad”. De hecho, puede decirse que la integración de
resultados en el análisis de sustentabilidad es actualmente un área abierta de
investigación, por lo que no existe un consenso o un método claramente
preferido.
Para que la integración de resultados sea verdaderamente útil, cualquiera
que sea el procedimiento elegido, debe hacerse de forma tal que ayude a la
toma de decisiones sobre los cambios requeridos para mejorar los sistemas
de manejo propuestos. Conseguir este objetivo implica buscar un
procedimiento de presentación de resultados transparente, en el cual queden
totalmente explícitas las bondades y problemas de los sistemas de manejo
analizados para cada uno de los indicadores escogidos en la evaluación de
sustentabilidad.
El principal reto metodológico que se enfrenta en este paso es que se
trabaja con una serie de indicadores que condensan información de tipo muy
variado y por lo tanto difícilmente agregable. Dicho en términos más
precisos, la integración de resultados del análisis de sustentabilidad se
enfrenta a seis retos generales: (a) criterios de decisión imprecisos;(b) datos
mixtos; (c) datos no conmensurables; (d) interrelación entre los atributos e
indicadores de sustentabilidad; (e) dificultad para discriminar entre
indicadores cercanos, y (f) dificultad para realizar una jerarquización u
ordenamiento de las diferentes opciones (Dunn et al., 1995). Por estos
motivos es prácticamente indispensable trabajar con métodos multicriterio.
Dentro de los métodos multicriterio existen a su vez varias opciones para
presentar los resultados de la evaluación de sustentabilidad. Por ejemplo, se
puede obtener un índice agregado para cada sistema de manejo analizado.
Alternativamente, se puede ilustrar gráficamente la comparación entre las
diferentes alternativas por lo que se refiere a los indicadores escogidos para
el análisis.

33

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Existen tres tipos de enfoques para la presentación de resultados:


1. Técnicas cuantitativas. Se basan normalmente en los llamados métodos
de análisis estadístico multivariado. Este tipo de análisis puede ser
relativamente simple o basarse en métodos bastante sofisticados. Los
métodos más comúnmente utilizados son los análisis de tipo factorial, de
componentes principales y de cúmulo, así como la función discriminante
(Manly, 1994).
2. Técnicas cualitativas. Las técnicas cualitativas tienen como objetivo
presentar los resultados de la evaluación de una manera sencilla y clara.
En casos como los análisis de sustentabilidad, en los que normalmente
se trabaja con un número considerable de indicadores, las técnicas
cualitativas son especialmente útiles, pues permiten visualizar en
conjunto los resultados de los indicadores seleccionados.
Este tipo de métodos se han utilizado profusamente en los llamados
procesos de evaluación rural participativa (WRI-GEA, 1993). Una de las
formas de presentación más útiles consiste en diagramas que permitan
apreciar gráficamente los valores de los distintos indicadores. Para
lograr este objetivo, se asigna a los indicadores rangos muy laxos
―como alto, medio y bajo― (Altieri y Masera, 1993). Normalmente
estos diagramas se llenan conjuntamente con los campesinos u otros
participantes de la evaluación.
La Ilustración 2.4 presenta un ejemplo de este tipo de diagramas para la
evaluación de tres sistemas de producción de maíz en El Salvador. En el
eje horizontal se ubican los ocho indicadores de sustentabilidad que se
utilizaron en el análisis (rendimientos, conservación de recursos, número
de especies cultivadas, demanda de trabajo, ingresos, costo de inversión,
distribución de beneficios y nivel de organización). El eje vertical
representa los tres diferentes sistemas de manejo analizados (dos tipos
de sistemas de granos básicos y un sistema maíz-frijol), acomodados en
pares con un componente de referencia (en este caso tradicional) y uno
alternativo. Cada indicador se representa por una pequeña caja, llena o
vacía de acuerdo al valor particular del indicador para cada sistema.
Colocando en negro las propiedades deseables y en blanco las no
deseables, se aprecia de inmediato la bondad de cada sistema en los
diferentes aspectos considerados en la evaluación.

34

 
 

E L M AR C O D E E V A L U A C I Ó N M ES MI S

Ilustración 2.4. Diagrama para la presentación e integración


de resultados de la evaluación de sustentabilidad

Diversidad (núm.
Conservación de

Distribución de
Demanda de

organización
de especies)
Rendimiento

los ingresos
Sistema de manejo

inversión
Costo de
recursos

Ingresos

Nivel de
trabajo
Granos básicos

Granos básicos + agroforestería

Maíz y frijol

Maíz y frijol + Canavalia + obras de


conservación de suelos

Granos básicos

Granos básicos + frutales y hortalizas

No hay efecto Valor medio

Valor no deseado (bajo, alto, etc.) Valor deseado (alto, bajo, etc.)

3. Técnicas gráficas o mixtas. Las técnicas mixtas combinan una


presentación gráfica con información numérica para aquellos
indicadores que lo permitan. Entre estas técnicas, un procedimiento que
se ha popularizado últimamente es el llamado método AMIBA (AMOEBA
en inglés) (Brink et al., 1991). En este método se dibuja un diagrama
radial cada uno de cuyos ejes representa un indicador escogido para el
análisis, con sus unidades apropiadas (véase la Ilustración 2.5).
Alternativamente, para hacer más expedita la interpretación del
diagrama, se construyen índices para cada indicador, que representan el
porcentaje de la situación analizada con respecto a un valor óptimo (de
referencia).

35

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Ilustración 2.5. Diagrama tipo AMIBA para la presentación de


resultados

Ingreso
100

Demanda de trabajo 75 Conservación de


suelo

50

25

Costo de 0 Rendimiento
inversión

Equidad Diversidad

Tradicional
Innovador
Autogestión Óptimo

Posteriormente cada sistema de manejo se grafica en el diagrama,


uniendo mediante una línea los puntos correspondientes al valor del
sistema en cada eje, al igual que la meta o situación ideal. De esta forma
se obtiene una figura geométrica específica (o AMIBA, dada su similitud
con este protozoario) para cada sistema. El diagrama muestra de manera
cualitativa qué nivel de cobertura del objetivo deseado se tiene para cada
indicador. Esto permite una comparación sencilla y gráfica de las
bondades y limitaciones de los sistemas de manejo que se están
evaluando.

36

 
 

E L M AR C O D E E V A L U A C I Ó N M ES MI S

Este tipo de diagramas proporcionará un buen punto de partida para


monitorear gráficamente la evolución temporal de los diferentes
indicadores de sustentabilidad para cada sistema de manejo. De esta
forma, la construcción de la AMIBA puede constituir una herramienta útil
para la planeación e incorporación de estrategias que fortalezcan el perfil
social, ambiental y económico de los sistemas bajo análisis.
Cada una de las técnicas tiene ciertas ventajas y desventajas. Las técnicas
cuantitativas o formales requieren normalmente de buenas nociones de
estadística. Las técnicas cualitativas, por su parte, deben diseñarse con
cuidado para brindar algo más que simples gráficas atractivas pero de
dudosa utilidad. Es importante enfatizar que el hecho de pasar de técnicas
numéricas a otras de tipo cualitativo no significa una pérdida de objetividad
del análisis. Cuando están adecuadamente diseñadas, las técnicas
cualitativas pueden, en muchos casos, aportar mejores elementos para
identificar problemas que los análisis numéricos demasiado complicados, en
los que muchas veces no se tiene una idea clara de cómo se obtuvieron los
coeficientes finales.
Como se mencionó anteriormente, la representación e interpretación de
resultados es una etapa fundamental en la evaluación de la sustentabilidad de
los sistemas de manejo de recursos naturales. En los estudios de caso
presentados en este libro se muestra el uso de diversas técnicas, y en los
demás documentos del paquete del MESMIS se discute este tópico de manera
más extensiva.

S exto p aso: Con cl u si on es y reco men d aci on es


sob re l os si ste mas d e man e jo
Con este paso se cierra el primer ciclo de evaluación. Representa el
momento de recapitular los resultados del análisis con el fin de emitir un
juicio de valor para comparar entre sí a los distintos sistemas en cuanto a su
sustentabilidad. Es también el momento de reflexionar sobre el proceso
mismo de evaluación y de plantear estrategias y recomendaciones que
permitirán dar inicio al nuevo ciclo de evaluación de los sistemas de manejo
en un estado cualitativamente diferente (tiempo T2 en la Ilustración 2.3,
p. 22). Para conseguir los objetivos planteados, el equipo evaluador deberá

37

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

hacer uso de técnicas participativas con los productores, técnicos,


investigadores y demás individuos involucrados en la evaluación.
El primer objetivo de este último paso del ciclo de evaluación es
presentar una serie de conclusiones claras sobre los sistemas de manejo
analizados. Para este fin, el equipo evaluador deberá desarrollar:
1. Una valoración de la sustentabilidad del sistema alternativo en
comparación con la del tradicional. La valoración debe ser particular; es
decir, del tipo: “el sistema parece ser más sustentable en ciertos
indicadores y atributos de sustentabilidad pero problemático o menos
sustentable en otros”. Asimismo, puede incluirse un juicio general sobre
la comparación entre los dos sistemas a nivel agregado. La valoración
puede estar basada en un análisis cuantitativo ―por ejemplo, a través
del cálculo de índices―, pero debería incluir un análisis tipo AMIBA para
que los indicadores de sustentabilidad puedan compararse mediante un
procedimiento totalmente transparente.
2. Una discusión de los elementos principales que permiten o impiden al
sistema alternativo mejorar la sustentabilidad con respecto al sistema de
referencia. Dentro de este punto debe incluirse por lo menos una
discusión breve de los límites y oportunidades proporcionados por las
condiciones de frontera políticas, socioeconómicas o ambientales del
sistema.
Asimismo, como parte de las conclusiones, es importante hacer un análisis
del proceso mismo de evaluación con el fin de detectar sus debilidades y
fortalezas en:
1. Aspectos logísticos. Por ejemplo, la creación de un grupo
interdisciplinario o la comunicación con los diferentes actores
involucrados en el sistema de manejo.
2. Aspectos técnicos o metodológicos. Por ejemplo, la confiabilidad de los
indicadores utilizados y de las técnicas de medición o la atención
otorgada a las diferentes áreas de evaluación.
Tomando en cuenta las conclusiones obtenidas, el equipo evaluador deberá
ofrecer recomendaciones para mejorar el perfil socioambiental de los
sistemas de manejo. Para poder realizar esto último, se debe hacer un
esfuerzo por establecer los aspectos de acción prioritarios (ponderación de

38

 
 

E L M AR C O D E E V A L U A C I Ó N M ES MI S

necesidades y alternativas), es decir, llevar a cabo un cuidadoso análisis de


las características de los sistemas que requieren cambios, jerarquizando las
necesidades de acción e investigación para el futuro.
Las conclusiones y recomendaciones obtenidas en este paso de la
evaluación son, como se mencionó antes, el punto de partida para comenzar
un nuevo ciclo de evaluación de sustentabilidad. Llegado este punto, el
trabajo realizado a lo largo del primer ciclo de evaluación, junto con el
proceso de incorporación de las recomendaciones, habrá resultado en una
nueva caracterización de los sistemas de manejo. Por ejemplo, puede
decidirse no continuar con el sistema de referencia y concentrarse en evaluar
el sistema alternativo a lo largo del tiempo. Alternativamente, puede
resolverse cambiar algunos componentes de los sistemas de manejo.
Cualquiera sea la estrategia seguida, la nueva caracterización de los sistemas
implicará redefinir sus puntos críticos, con lo que se dispara naturalmente el
nuevo ciclo de evaluación.

4. C O N C L U S I O N E S
Promover el manejo sustentable de los recursos naturales es una tarea
impostergable que requiere de nuevos enfoques y estrategias. El paradigma
productivista, basado en una concepción reduccionista de la naturaleza y la
sociedad que ha dominado la investigación y el desarrollo de alternativas de
manejo en la agricultura y en el sector forestal, se ha mostrado cada vez más
inapropiado para hacer frente a la compleja problemática actual.
Dejando de lado la discusión puramente retórica, el concepto de
sustentabilidad permite articular una visión alternativa sobre el manejo de
recursos naturales, basada en la premisa de que es necesario actuar de
manera sistémica, interdisciplinaria y participativa. Este concepto nos obliga
también a reflexionar de manera profunda sobre la relación entre medio
ambiente, economía y sociedad. Parafraseando a Rolando García (1992),
“no se trata de aprender más cosas sino de pensar de otra manera”. Sin
embargo, resta mucho trabajo y esfuerzo para que el concepto de
sustentabilidad se integre efectivamente en el proceso de diseño, adopción y
difusión de diferentes sistemas y estrategias de manejo de recursos naturales.
Un punto clave para lograr este objetivo es desarrollar marcos de
evaluación que hagan explícitas las ventajas y desventajas ambientales,

39

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

económicas, sociales y culturales de las diferentes alternativas de manejo de


recursos naturales. Asimismo, se requiere evaluar de forma conjunta de qué
manera las opciones propuestas mejoran no sólo la productividad o la
rentabilidad, sino también la estabilidad, la resiliencia y la confiabilidad del
manejo de recursos, así como su adaptabilidad, su equidad y su autogestión.
Esta tarea reviste particular importancia en el contexto de los sistemas
productivos campesinos que, si bien suelen ser altamente diversos,
resilientes y basados en un uso renovable de los recursos naturales locales,
han sido generalmente subvaluados con base en criterios meramente
productivistas y centrados en los beneficios económicos de corto plazo.
Actualmente existe un reconocimiento amplio sobre la insuficiencia de
los procedimientos de evaluación convencionales, tales como los análisis
costo-beneficio, para determinar la sustentabilidad del manejo de recursos
naturales. Sin embargo, la mayor parte de los esfuerzos siguen concentrados
en lo que podríamos llamar enfoques aditivos. Según esta perspectiva, la
evaluación de sustentabilidad es en última instancia una evaluación
convencional a la que simplemente se han añadido criterios de tipo
ambiental y social, mediante una lista de indicadores de sustentabilidad. El
hecho de que el concepto de sustentabilidad se haya convertido en moda, y
su análisis en un requerimiento para obtener financiamiento, ha favorecido
un tratamiento simplista y muchas veces demagógico del tema.
En nuestra opinión, la evaluación de la sustentabilidad de los sistemas de
manejo de recursos naturales implica mucho más que construir una lista de
indicadores. Es imperativo tratar de desarrollar marcos metodológicos
cualitativamente distintos en los que, ente otras cosas, la integración de las
dimensiones social, económica y ambiental se dé durante el proceso mismo
de evaluación y no en la simple yuxtaposición de resultados obtenidos para
cada indicador o área de evaluación.
Asimismo, debemos ver al uso de conjuntos de indicadores difícilmente
agregables, cuantificables o, más aun, extrapolables, determinados en
muchos casos de manera vaga o imprecisa y en donde confluyen una
multiplicidad de actores y perspectivas, como un reto y no como un
obstáculo del proceso de evaluación. En otras palabras, hay que desarrollar
técnicas apropiadas al problema bajo estudio. Un problema
multidimensional e interdisciplinario requiere asimismo de marcos de

40

 
 

E L M AR C O D E E V A L U A C I Ó N M ES MI S

evaluación que saquen provecho de estas características, en lugar de verlas


como limitantes.
El presente documento ha tenido como principal objetivo avanzar en las
líneas indicadas anteriormente. Para ello, propusimos un marco de
evaluación, el MESMIS, en el que los indicadores de sustentabilidad, lejos de
aparecer como simples listas, constituyen un conjunto coherente que está
íntimamente ligado tanto a los puntos críticos del sistema concreto bajo
análisis como a los atributos generales de sustentabilidad. Se garantiza así
que el conjunto de indicadores responda tanto a los retos del contexto local
específico como a las propiedades sistémicas fundamentales que permiten
hacer operativo el concepto de sustentabilidad.
Una de las premisas básicas de este esfuerzo ha sido instrumentar un
acercamiento diferente, basado en una perspectiva sistémica,
interdisciplinaria y participativa. Consideramos que el concepto de
sustentabilidad no puede definirse de manera universal o en abstracto, sino
en relación a un contexto socioambiental y temporal específico. La
evaluación de sustentabilidad constituye un proceso cíclico, por tanto
continuo e iterativo, y tendrá realmente éxito en cuanto se convierta en un
instrumento para mejorar en la práctica el perfil socioambiental de los
sistemas de manejo.
En otras palabras, la evaluación no tiene como objetivo primordial
simplemente calificar opciones en grados de sustentabilidad, sino buscar su
propia integración a un proceso de identificación de problemas y
formulación de planes de acción que permitan mejorar los sistemas de
manejo de recursos naturales. La evaluación de sustentabilidad debe ser, al
fin de cuentas, un instrumento de planeación y diseño de sistemas de
manejo. Su éxito radicará en última instancia en su posibilidad de
apropiación y aplicación como parte de las actividades cotidianas de
proyectos que buscan mejorar la sustentabilidad de sistemas de manejo de
recursos naturales.

5. B I B L I O G R A F Í A
Altieri, M.A. 1987. Diez tesis sobre el medio ambiente en América Latina.
Ecología 2, núm. 1: 1.

41

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

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44

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III

EVALUACIÓN DE LA SUSTENTABILIDAD
DEL SISTEMA DE MANEJ O DE CAFÉ
ORGÁNICO EN LA UNIÓN DE EJIDOS
MAJOMUT, REGIÓN DE LOS ALTOS DE
CHIAPAS

Víctor Pérez-Grovas Garza

1. A N T E C E D E N T E S

1.1. Con texto r egi on al

La región de Los Altos se encuentra en la porción central del estado de


Chiapas, entre los 16°30’ y los 17°00’ de latitud norte y los 92°00’ y los
93°00’ de longitud oeste (véase la Ilustración 3.1).
Esta región montañosa, con una multitud de fallas y lomeríos, asciende,
en términos generales, desde el noreste hacia el suroeste, oponiendo
resistencia a los vientos alisios dominantes que provienen del Golfo de
México cargados de humedad y que, al ser obligados a elevarse conforme se

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Ilustración 3.1. Localización geográfica del área de influencia


de la Unión Majomut

México
Chiapas

Pantelhó
Chalchihuitán
San
Chenalhó Juan Ocosingo
Cancuc
Mitontic
Chamula Tenejapa Región de
Oxchuc los Altos de
San Huixtán Chiapas
Cristóbal de
las Casas

internan en la región, provocan fuertes precipitaciones, un gran número de


días nublados en el año y una elevada humedad relativa.
En virtud de esta posición, y de acuerdo con la clasificación de Köppen
modificada por García para la República Mexicana, el clima de esta región
varía desde el cálido–húmedo (A(m)), en las partes más bajas y periféricas
de la región, pasando por el semicálido–húmedo ((A)C(m)), en las alturas
medias, hasta llegar al clima templado–subhúmedo (C(w2)) en las partes
más altas del sistema montañoso (García, 1973; Pérez-Grovas, 1988).

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E L S IS T E M A D E M A N E J O D E C A FÉ O R G Á N IC O E N L A U N IÓ N M A J O M U T

En la zona media, que es donde prospera el café, la temperatura media


anual oscila entre 18 y 22°C y la altitud entre 900 y 1800 metros sobre el
nivel del mar. La precipitación pluvial anual en esta zona es del orden de
2000 a 2500 mm, principalmente en verano (aunque más del 5 por ciento se
presenta en invierno).
La fisiografía de la zona se caracteriza por una sucesión de plegamientos
sedimentarios fallados con diferentes grados de erosión, con valles muy
irregulares y cañadas por donde drenan los escurrimientos. La pendiente
media del terreno varía entre 10 y 45 por ciento, y la geología presenta rocas
sedimentarias como lutitas, limonitas, areniscas y conglomerados del
terciario, sobre calizas del cretácico superior (Mera, 1984).
Los tipos originarios de vegetación en la zona son el bosque de pino–
encino, el bosque mesófilo de montaña y las selvas medianas perennifolias,
aunque en la actualidad ya no es posible encontrar grandes áreas cubiertas
con bosques o selvas vírgenes.
La región tiene una superficie de 314,000 ha, de las cuales cerca del 20
por ciento se destina a la agricultura. De la superficie agrícola, el 60 por
ciento se dedica al cultivo de granos básicos, principalmente maíz asociado
con frijol para autoconsumo, sin roturar el suelo, bajo el sistema ancestral de
roza–quema y en condiciones de temporal. Cerca del 39 por ciento de la
superficie agrícola (20,300 hectáreas) se dedica al café, y sólo el 0.6 por
ciento se usa para cultivos intensivos de hortalizas, frutales y flores (Pérez-
Grovas, 1988).

1.2. L a Un i ón Majomu t
La Unión de Ejidos y Comunidades de Cafeticultores Beneficio Majomut1
(o Unión Majomut) agrupa formalmente a los bienes comunales de 2
municipios (Chenalhó y San Juan Cancuc) y a 3 ejidos (Unión Yasgemel,
Miguel Utrilla Los Chorros y Colonia Puebla). En la práctica la Unión está
constituida por 1,053 individuos de 17 parajes o poblados de ambos
municipios, sin importar si trabajan terrenos ejidales o de bienes comunales,
ya que en estas comunidades indígenas la vida comunitaria transcurre de
acuerdo a los patrones tradicionales. La máxima autoridad de la Unión es la
Asamblea General (véase la Ilustración 3.5, p. 71), y todos sus miembros
1
En lengua tzotzil Majomut quiere decir lugar de pájaros.

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

son indígenas tzotziles y tzeltales que cuentan en promedio con 1.5 ha


dedicadas al cultivo de café (para el mercado) y con 2 ha de milpa
(principalmente para autoconsumo).
Como su nombre lo indica, la Unión cuenta con un beneficio de café (y
también con una bodega) en Majomut, un barrio del poblado Polhó, en el
municipio de Chenalhó.

1.3. S i n o p si s y ob jeti vos gen eral es d el


p royecto
La Unión Majomut inició en 1992, con el apoyo de la Fundación
Rockefeller, un proyecto de investigación y divulgación de tecnología
agrícola apropiada para la producción de café, con el objetivo de mejorar la
producción en armonía con el ambiente. Para lograr este objetivo, la Unión
desarrolló un programa de conversión hacia la cafeticultura orgánica,
basándose en estrategias locales de agricultura tradicional. En este programa
se ha venido incorporando un número creciente de productores, que en la
actualidad es superior al 50 por ciento del total.
En un estudio realizado en 1995, se encontraron en 22 estados de la
República 76 puntos de producción orgánica (del sector privado y social)
con certificación internacional, en una superficie en producción de
23,265 ha. Chiapas ocupa en este estudio el primer lugar con el 25 por
ciento de los productores y el 40 por ciento de la superficie, en su mayoría
(95 por ciento) dedicada al cultivo de café. De acuerdo con este estudio, más
de la mitad de los productores orgánicos a nivel nacional había recibido su
primera certificación internacional después de 1990 (Gómez y Gómez,
1996).
En el caso del café, esto se explica en parte por la drástica caída de los
precios que se dio a principios de los noventa y que orilló a muchos
productores a abandonar el paquete tecnológico de alto uso de insumos
externos y a buscar un mercado con mejores precios y mayor estabilidad.
Contra lo que muchos piensan, la producción orgánica ha aumentado
considerablemente en los últimos años hasta llegar a niveles significativos:
En 1992, la exportación de café orgánico por parte de cooperativas
indígenas de Chiapas y Oaxaca alcanzó un monto de más de 7 millones de
dólares, y esta cantidad se mantuvo hasta 1995, a pesar de que la producción
total de café en el país se redujo en ese lapso en más del 20 por ciento (Nigh,

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E L S IS T E M A D E M A N E J O D E C A FÉ O R G Á N IC O E N L A U N IÓ N M A J O M U T

1992; Consejo Mexicano del Café, 1996). Finalmente, se estima que en


1996 cerca de 5,000 productores empezaron su conversión hacia la
producción orgánica (CNOC-Coopcafé, 1996).
Sin embargo, muchas dudas y cuestionamientos se han manifestado
sobre la producción de café orgánico. Hay quien asegura que el sistema es
una moda pasajera que terminará en cuanto los precios internacionales del
café no orgánico o convencional se eleven o tiendan a igualarse con los del
café orgánico. Otros han señalado que las labores culturales adicionales que
involucra el sistema orgánico representan una carga de trabajo tal que anula
su rentabilidad. Finalmente, se ha dicho que la extracción de nutrientes del
suelo que se hace en la cosecha no retorna al ecosistema y que por lo tanto el
sistema orgánico es de hecho menos sustentable que el convencional
(Wehrle, 1995).
Ante estos cuestionamientos resulta fundamental contabilizar
cuidadosamente los costos ambientales de los dos sistemas de manejo
(incluyendo daños al medio ambiente y a la salud humana por el uso de
fertilizantes y plaguicidas de origen industrial), así como su equidad social y
su justicia comercial (Boyce et al., 1994).

2. E L MARCO DE LA EVALUA C IÓN

2.1. S i stemas d e ma n ejo eval u ad os


El sistema de producción campesino (véase la Ilustración 3.2) comprende
tres subsistemas principales, la milpa, el huerto familiar y el cafetal, y dos
secundarios, es decir, la producción forestal y la ganadería de apersogue2
(Pérez-Grovas et al., 1997).
En este trabajo se decidió evaluar únicamente al subsistema café, debido
a que en él se ha establecido un programa sistemático de mejoramiento,
mientras que en los otros subsistemas de la unidad familiar (milpa, huerto
familiar, ganadería de apersogue y forestal) no se han introducido
innovaciones significativas.
2
En la ganadería de pastoreo extensivo de la región, denominada de apersogue, se limita el
movimiento del ganado por medio de una soga o cuerda. Las familias suelen tener uno o dos
novillos que engordan en promedio durante un año con la vegetación herbácea cercana a las
casas, caminos y poblados.

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Ilustración 3.2. Sistema de producción de la unidad


campesina típica en la Unión Majomut
Frutos, plantas medicinales y ornamentales, etc.

Maíz y otros comestibles

Subsistema Leña y madera para construcción


UNIDAD
forestal FAMILIAR
Cenizas
Malezas

Subsistema Café pergamino


café
Subsistema Dinero
milpa Residuos
Estiércol

Reses
Subsistema MERCADO
ganadería
Residuos Becerros

Subsistema
huerto familiar

Los dos sistemas de producción de café que se evaluaron (véase el


Cuadro 3.1) son:
Sistema tradicional. Son cafetales de baja densidad (1,200 plantas por
hectárea en promedio), plantados en terrenos con pendientes altas (entre 35
y 50 por ciento), comúnmente bajo sombra monoespecífica de chalum (Inga
spp). Los árboles de chalum (en promedio 100 por hectárea) se dejan a libre
crecimiento, lo que provoca generalmente un problema de exceso de
sombra. Los cafetos son por lo general viejos, con una edad promedio de 15
años. En el periodo de 1983 a 1989 fueron fertilizados con una dosis de 200
gramos por planta de la mezcla 18-12-06 y a partir de esa fecha se dejaron
de fertilizar. Se realiza una limpia de malezas al año, usando el machete y

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E L S IS T E M A D E M A N E J O D E C A FÉ O R G Á N IC O E N L A U N IÓ N M A J O M U T

Cuadro 3.1. Características de los sistemas de manejo de los


cafetales en la Unión Majomut
DETERMINANTES DEL SISTEMA DE MANEJO DE SISTEMA DE MANEJO
AGROECOSISTEMA REFERENCIA ALTERNATIVO
Clima: (A)C(m) semicálido-húmedo. Altura: 900-1800 msnm. Precip.
BIOFÍSICAS ORIGINALES 2000-2500 mm. Veg. original: Bosque mesófilo de montaña. Pendientes:
10-45%. Suelo: litosoles y luvisoles altamente susceptibles a la erosión.
Tipo de especies y
variedades manejadas Café Café
principales
Café en sombra monoespecífica sin Café en sombra multiespecífica con
Sistema de cultivo podas anuales de formación; podas anuales de formación y
TECNOLÓGICAS Y DE MANEJO

densidad aproximada de 1,200 producción; densidad aproximada


plantas por hectárea de 1,200 plantas por hectárea
Tecnología empleada Manual Manual
Mano de obra Baja (40 jornales/ha/año) Alta (84 jornales/ha/año)
empleada
Composta con base en residuos de
Fertilización No la parcela, desechos domésticos y
Manejo de suelos

estiércol
Prácticas de Terrazas, cultivos de cobertura y
No
conservación barreras vivas
Manejo de plagas y
No Control biológico de la broca
enfermedades
Manejo de Limpias con machete y uso de
Limpias con machete
arvenses acolchados
Características de los Pequeña producción familiar Pequeña producción familiar
SOCIOECONÓMICAS

productores indígena tzotzil y tzeltal indígena tzotzil y tzeltal


Y CULTURALES

Obtener ingresos monetarios.


Objetivo de la Obtener ingresos monetarios
producción Obtener café certificado como
orgánico
Características de la Unión de Ejidos Majomut (centro de Unión de Ejidos Majomut (centro de
organización para la apoyo técnico, acopio, transforma- apoyo técnico, acopio, transforma-
producción ción y comercialización del café) ción y comercialización del café)

ocasionalmente un herbicida de contacto (generalmente un derivado de las


sales de paraquat). No se presenta ninguna práctica de conservación de
suelos, a pesar de que existen pendientes superiores al 35 por ciento.
Sistema orgánico. Son cafetales de densidad similar (alrededor de 1,200
plantas por hectárea), con pendientes similares (entre 35 y 50 por ciento) y
bajo sombra multiespecífica regulada, en donde predominan el chalum y el

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

caspirol (Inga spp), asociados con varias especies de frutales (cítricos,


anonáceas, plátano, aguacate, etc.), que se podan anualmente para evitar
problemas de excesivo sombreado. Los cafetos tienen una edad similar a los
del sistema tradicional (15 años), pero han estado sometidos a un proceso de
podas de rejuvenecimiento durante los últimos dos años. Desde 1994 se han
fertilizado utilizando un abono producido en las mismas parcelas por
composteo de residuos vegetales (pulpa de café, hojarasca, ceniza y residuos
de las limpias) y estiércol de ganado vacuno. Se realiza el control biológico
de la broca del café con aplicaciones del hongo entomopatógeno Beauveria
bassiana al inicio de la maduración del grano. Las prácticas de conservación
de suelos incluyen la construcción de terrazas individuales en la base de los
cafetos, la siembra de barreras vivas y el control de cárcavas. Estos cafetales
se hallan bajo inspección y certificación orgánica.
La evaluación se realizó durante dos ciclos agrícolas consecutivos (1995
y 1996), ya que el café se caracteriza por la alternancia en la producción;
esto es, un año produce más y el siguiente disminuye la producción de
manera natural. Por último, la evaluación se circunscribió a la zona de
influencia directa de la Unión Majomut.3

2.2. Pro ced i mi en to d e eval u aci ón


Para realizar la evaluación de sustentabilidad se conjugó un equipo
multidisciplinario compuesto por evaluadores internos y externos. Por parte
de la Unión Majomut, se partió de la experiencia concreta del equipo técnico
de apoyo de la organización, formado por 3 agrónomos, 1 antropólogo, 3
técnicos bilingües y 2 especialistas en comunicación. Adicionalmente se
contó con la colaboración del equipo de especialistas del proyecto de
evaluación de la sustentabilidad de la oficina de la Fundación Rockefeller en
México, que en un principio estaba constituido por el Dr. Rubén Puentes,
especialista en suelos, el Dr. Omar Masera, especialista en ecología, el Dr.
Armando Tasistro, especialista en conservación de suelos, el M. en C. Juan
W. Estrada, especialista en suelos y el M. en E. José Carlos González,
especialista en economía.

3
Aunque los efectos del sistema innovativo han trascendido hacia otras áreas geográficas, el
proceso de adopción del sistema orgánico está más desarrollado entre los miembros de la
Unión.

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E L S IS T E M A D E M A N E J O D E C A FÉ O R G Á N IC O E N L A U N IÓ N M A J O M U T

Con el equipo interdisciplinario se procedió a realizar un análisis


exhaustivo de los sistemas de manejo para la producción de café que se
practican en la Unión, con la finalidad de poder definirlos y esquematizarlos.
Posteriormente se discutieron los indicadores de sustentabilidad.
Se partió inicialmente de los pilares de sustentabilidad señalados por
Smyth y Dumanski (1993). Sin embargo, éstos pronto demostraron ser
insuficientes para analizar sistemas practicados por un grupo organizado, ya
que carecen de elementos para evaluar la equidad entre el grupo o la relación
con la comunidad local. Se hizo entonces una primera modificación en el
sentido de ampliar los pilares señalados en el citado documento
(productividad, rentabilidad, conservación del ambiente, seguridad contra
riesgos y aceptabilidad), incorporando los criterios de equidad y autogestión
de la organización social.
Finalmente, con la publicación de la primera versión del MESMIS (véase
Masera et al., 1999), se adaptaron los atributos de sustentabilidad a los
propuestos por esta metodología: productividad, estabilidad, resiliencia y
confiabilidad, adaptabilidad, equidad y autogestión.
Posteriormente, se determinaron los posibles puntos críticos de los
sistemas:
En el caso del sistema de manejo tradicional, los puntos críticos son su
baja productividad, su nulo control fitosanitario, la carencia de medidas
de conservación de suelos y la alta e impredecible variación del precio
en el mercado internacional (que se ha mantenido de hecho en niveles
históricamente bajos en los último años).
Por lo que se refiere al sistema orgánico, se encontró que los puntos
críticos para su sustentabilidad eran: el requerimiento de mayor cantidad
de jornales familiares para las labores culturales, la poca reintegración de
nutrientes al suelo y la falta de conocimiento probado acerca de la
productividad del sistema y de su rentabilidad económica.
Se hizo entonces un listado amplio de indicadores relacionados con los
puntos críticos y finalmente se seleccionaron aquellos que más se ajustaran a
la problemática detectada y que fueran más fáciles de evaluar y monitorear
en las condiciones de la Unión Majomut. De este procedimiento surgió una
lista de 22 indicadores estratégicos, que se presentan en el Cuadro 3.2.

53

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 3.2. Indicadores estratégicos para la evaluación de la


sustentabilidad del sistema de producción de café orgánico
en la Unión Majomut
Atributo Criterio de diagnóstico Indicador estratégico
1. Rendimiento
Rendimiento y calidad
2. Calidad del producto
Productividad 3. Relación costo/beneficio marginal
Rentabilidad 4. Relación ingreso neto/ingreso total
5. Demanda de fuerza de trabajo
Diversidad biológica 6. Número de especies manejadas
Diversidad económica 7. Ingreso por otras especies
8. Incidencia de plagas
Estabilidad; Vulnerabilidad biológica 9. Erosión
resiliencia; 10. Balance de nutrientes
confiabilidad 11. Disponibilidad de insumos
Vulnerabilidad económica 12. Estabilidad en los precios del café
13. Diversificación de mercados
Vulnerabilidad social 14. Permanencia de los productores en el sistema
15. Productores por sistema
Adaptabilidad Capacidad de cambio
16. Superficie por sistema
17. Mecanismos de toma de decisiones
Equidad Participación social
18. Distribución de utilidades y beneficios
Participación 19. Participación social
Capacitación 20. Productores capacitados
Autogestión
Autosuficiencia 21. Dependencia de recursos externos
Control 22. Control social del proceso

2.3. Métod os d e me d i ci ón y mon i toreo d e l os


i n d i cad ores
Para cada indicador seleccionado se procedió a determinar el mecanismo de
medición más adecuado. El trabajo incluyó entrevistas abiertas a directivos y
miembros de la organización, revisiones documentales, entrevistas y toda
una serie de mediciones en campo.
Los rendimientos de café se estimaron realizando mediciones sobre una
muestra de 3 plantas en 12 parcelas, más 9 plantas contenidas en 4 lotes de
escurrimiento para medición de erosión (véase la p. 63). Para evaluar la

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E L S IS T E M A D E M A N E J O D E C A FÉ O R G Á N IC O E N L A U N IÓ N M A J O M U T

calidad del café se realizó un muestreo de café tradicional y orgánico en el


beneficio de la Unión. Para los indicadores de rentabilidad se realizó una
encuesta socioeconómica a 10 productores por sistema en 2 comunidades.
La erosión se determinó midiendo sedimentos en 4 lotes de escurrimiento
ubicados en 2 comunidades. El balance de nutrientes se obtuvo comparando
los elementos que ingresan al sistema con los que egresan cada año con la
cosecha del café; para ello, se realizaron análisis químicos de suelos,
compostas, cerezas de café y residuos de hojarasca. Finalmente, los
indicadores relacionados con aspectos de organización y participación se
obtuvieron de entrevistas abiertas y de revisiones de la documentación
interna de la Unión. En la siguiente sección se dan más detalles sobre el
proceso de medición de cada indicador. El lector interesado en estos
aspectos puede remitirse al reporte completo de la evaluación de
sustentabilidad (Pérez-Grovas, 1998).

3. R E S U L T A D O S DE LA EVALUACIÓN

3.1. Prod u cti vi d ad

3.1.1. Rendimiento y calidad

1 Rendimiento

Para evaluar los rendimientos de producción de los diferentes sistemas se


tomaron dos indicadores: el número de granos que produce cada planta y su
peso. Para ello se hizo un muestreo en 12 parcelas por sistema de 3
comunidades en el mes de septiembre de 1996, contándose el total de granos
de 3 plantas tomadas de la parte central de los surcos situados en la parte
media de la parcela. Los resultados del conteo (véase el Cuadro 3.3)
muestran que las plantas en el sistema orgánico producen en promedio 5 por
ciento más cerezas que las de café tradicional (Jarquín et al., 1997).
El peso del producto se midió de dos maneras. Durante el ciclo 1995-96
se pesó la producción obtenida de las plantas presentes en los 4 lotes de
escurrimiento que se establecieron para captar la escorrentía de agua y
evaluar la erosión. Para el ciclo 1996-97 se complementaron los datos con

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 3.3. Rendimiento por sistema de manejo en dos ciclos


1
productivos
Café orgánico Café tradicional
Indicador de rendimiento
95-96 96-97 Promedio 95-96 96-97 Promedio
Número de cerezas por planta2 - 1934 1934 - 1843 1843
Peso de 100 cerezas [g] - 195.18 195.18 - 190.10 190.10
Peso de cereza por planta [kg] 3.92 3.77 3.84 3.83 3.50 3.66
Peso de pergamino por planta [kg] 0.933 0.884 0.908 0.900 0.821 0.860
Peso de café oro por planta [kg] 0.778 0.738 0.758 0.760 0.682 0.721
Rendimiento3 84% 84% 84% 85% 83% 84%
1 Las diferencias entre sistemas no son estadísticamente significativas para p<0.05.
2 La desviación estándar es de 639 para el café orgánico y de 789 para el tradicional.
3 Se refiere al porcentaje que se obtiene de café oro a partir del café pergamino analizado.

los obtenidos por el muestreo realizado por Ramón Jarquín. Posteriormente


se promediaron los resultados de ambos ciclos.
A partir de estos datos, se puede concluir que un productor utilizando el
sistema orgánico obtiene en promedio un 6 por ciento (48 g) más de café
pergamino4 por planta productiva. Si consideramos una densidad de 1,200
plantas de café por hectárea, un productor orgánico puede obtener
aproximadamente 60 kg adicionales (más de un quintal) de café pergamino
por hectárea, en comparación con lo que obtendría en el sistema tradicional.
Sin embargo, en virtud del tamaño de la muestra, las diferencias de
rendimientos entre sistemas no son estadísticamente significativas.

4
Una vez cosechado el café en forma de cereza (fruto completo), se procede a dos procesos
hasta llegar al producto que puede ser exportado: El beneficio húmedo y el beneficio seco. El
beneficio húmedo consiste en quitar a la cereza de café las partes blandas del fruto para dejar
a la semilla envuelta sólo por un tegumento coriáceo. El producto final de éste proceso es el
café pergamino. Las fases del proceso de beneficio húmedo son: (a) el despulpado, que se
realiza con una máquina manual que elimina por fricción las partes blandas del fruto (pulpa);
(b) el fermentado, que se realiza por un periodo de 18 a 36 horas (dependiendo del clima),
para eliminar el mucílago que queda adherido a la semilla, y que se realiza poniendo las
semillas en un cajón de madera; (c) el lavado, que se hace con agua corriente hasta que el
grano queda totalmente limpio, y (d) el secado, que se hace al sol durante 3 o 4 días, hasta
que el grano tiene un porcentaje de humedad de 11 a 14 %. El beneficiado seco del café (que
se realiza en una planta industrial propiedad de la organización) consiste únicamente en la
eliminación de la cubierta coriácea y en la selección de los granos por su forma y tamaño. Al
producto final se le conoce como café oro o café verde y es la forma en que el café se
exporta.

56

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E L S IS T E M A D E M A N E J O D E C A FÉ O R G Á N IC O E N L A U N IÓ N M A J O M U T

2 Calidad del producto


Los parámetros de calidad del café se midieron con muestras
representativas de los sacos almacenados en la bodega del Beneficio
Majomut, tanto del tipo orgánico como del tradicional. Se pesaron los
granos de café pergamino, se eliminó el cascabillo, se volvieron a pesar y se
clasificaron de acuerdo a la norma internacional.
Los resultados (véase el Cuadro 3.4) muestran que el café producido
bajo el sistema orgánico presenta, promediando los dos ciclos analizados,
menos del 50 por ciento de las imperfecciones totales que se observan en el
café tradicional, lo que significa un mayor cuidado en el proceso de
beneficio húmedo. Por otro lado, y reafirmando los datos del primer ciclo de
muestreo, el total de granos caracol, que es mayor en el café tradicional,
puede estar asociado a un problema de fertilidad de los óvulos o en el
proceso de polinización, posiblemente asociado a una deficiencia de los
elementos menores.5

Cuadro 3.4. Determinación de factores de calidad en tipos de


café de la Unión Majomut
Café orgánico Café tradicional Variación
Indicador
95-96 96-97 Promedio 95-96 96-97 Promedio (Org./Trad.)
Peso de 100 granos de
pergamino [g] 22.35 21.03 21.69 22.00 20.57 21.29 101.8%
Peso de café oro [g] 18.65 17.57 18.11 18.60 17.10 17.85 101.4%
Rendimiento [%] 83.45 83.47 83.46 84.54 83.14 83.84 99.5%
Granos manchados 8% 1.3% 4.2% 6% 3.3% 4.2% 100%
Granos fermentados 0 0 0 1% 0 0.5% 0%
Granos agrios 0 0 0 0 0 0 -
Granos añejos 0 0 0 0 0 0 -
Granos quebrados 0 1% 0.5% 0 0.3% 0.1% 500%
Granos caracol 0 1.6% 0.8% 7% 7.6% 7.3% 10.9%
Total de imperfecciones 8% 3.9% 5.9% 14% 11.2% 12.6% 46.8%

5
Para el sistema orgánico se cuenta con el certificado internacional de producto orgánico
otorgado por Naturland/Verband de Alemania durante los ciclos productivos 1995-96 y
1996-97, a partir de la inspección realizada por la empresa suiza Imo-Control, de acuerdo a
las normas reconocidas por la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura
Orgánica (IFOAM) y por la Unión Europea.

57

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

3.1.2. Rentabilidad
Para la evaluación económica se levantaron 24 encuestas en dos
comunidades, Polhó y Takiukum, durante el ciclo 1995-96. La mitad de las
encuestas se hicieron con productores orgánicos y la otra mitad con
productores tradicionales. Se realizó el análisis preliminar de la información
y se decidió continuar con una segunda serie de encuestas con los mismos
productores en el ciclo 1996-97, pero conteniendo únicamente preguntas
sobre la cantidad de mano de obra ocupada y sobre la producción obtenida.

3 Relación costo/beneficio marginal


Los datos contenidos en este apartado se basan en el estudio que realizó J. C.
González (1996), como parte del proyecto de evaluación de la
sustentabilidad de los sistemas de manejo (véase el Cuadro 3.5).

Cuadro 3.5. Flujo de caja por hectárea de ambos sistemas de


producción
Café orgánico Café tradicional
Año
Ingresos Egresos Beneficio Ingresos Egresos Beneficio
1 8550 1627 6923 7500 765 6735
2 6000 1627 4373 5250 765 4485
3 14655 1627 13028 7500 765 6735
4 10260 1627 8633 5250 765 4485
5 14655 1627 13028 7500 765 6735
Promedio anual 10824 1627 9197 6600 765 5835
TOTAL 54120 8135 45985 33000 3825 29175
Valor actual neto 31819 21055
Nota: El trabajo familiar y por reciprocidad se valoró al mismo costo por jornal que el trabajo asalariado.
Fuente: González, 1996.

González evaluó los ingresos y egresos de cada uno de los sistemas en


una proyección de 5 años, así como sus valores actuales netos, suponiendo
una tasa de descuento del 12 por ciento. La ventaja económica del sistema
alternativo en comparación con el tradicional se puede calcular dividiendo la
diferencia entre ambos valores actuales netos entre un factor de 1.2, es decir,
considerando un costo de oportunidad estimado del 20 por ciento, para

58

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E L S IS T E M A D E M A N E J O D E C A FÉ O R G Á N IC O E N L A U N IÓ N M A J O M U T

tomar en consideración la posibilidad de un cambio en las condiciones del


mercado:
VAN2  VAN1 31,819  21,055
Ventaja económica    8,971
1  Costode oportunidad 1  0.2
En conclusión, la ventaja económica del sistema orgánico en relación con el
tradicional es de $8,971 para el periodo de 5 años considerado. Este es el
incentivo que tienen los productores para realizar las labores culturales
adicionales que requiere el sistema de café orgánico.

4 Relación ingreso neto/ingreso total


(beneficio/ingreso)
Esta relación indica, de cada peso que se obtiene por la venta de café, cuál es
el beneficio real, excluyendo los egresos, que en el caso de la producción de
café son fundamentalmente por concepto de mano de obra (es decir, es la
relación entre la columna beneficio y la columna ingresos del Cuadro 3.5).
Tenemos entonces que, en promedio (es decir, usando los datos de la fila
promedio anual del mismo cuadro), esta relación es de 85 por ciento
(9,197/10,824) en el caso del café orgánico, y de 88 por ciento (5,835/6,600)
para el café tradicional.
Esta diferencia se explica por la mayor inversión de mano de obra que
requiere el sistema de producción de café orgánico.

5 Demanda de fuerza de trabajo

Como se ha mencionado antes, el sistema de producción de café orgánico


requiere de una mayor inversión de mano de obra para el manejo de sombra,
para prácticas de conservación de suelo y, sobre todo, para la elaboración y
la aplicación de abono orgánico o composta (véase el Cuadro 3.6).
Esta mano de obra adicional es principalmente de origen familiar. Esto
beneficia la rentabilidad del sistema, puesto que se trata de mano de obra no
pagada (aunque en el cálculo económico se le asignó un costo igual al de la
mano de obra contratada), y reduce la emigración, al ocupar a los miembros
de la familia en actividades productivas.

59

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 3.6. Promedio y rango de jornales invertidos en


ambos sistemas de producción de café
Café orgánico Café tradicional
Indicador
Promedio Rango Promedio Rango
Jornales familiares 59.8 26-142 21.8 2-50
Jornales por reciprocidad 0.4 0-4 0.5 0-3
Jornales asalariados 29.6 0-45 55.5 0-173
Total de jornales 89.8 71-142 77.5 10-203
Superficie del predio [ha] 1.3 0.5-4.2 1.2 0.5-3.5
Jornales por hectárea 79.4 20-284 60.1 16-100

3.2. E stab i l i d ad , resi l i en ci a y con f i ab il i d ad

3.2.1 Diversidad biológica

6 Número de especies manejadas

El indicador que se usó para medir la diversidad biológica es el número de


especies. Para ello, se utilizaron estudios realizados en la Unión Majomut
referentes a les especies útiles, así como otros estudios de diversidad
biológica en general que se han realizado en condiciones similares (véase el
Cuadro 3.7).

Cuadro 3.7. Especies útiles y diversidad biológica en


cafetales bajo diferentes sistemas de producción
Indicador Café orgánico Café tradicional
Especies de sombra1 13 3
Especies útiles
Otras especies presentes en el cafetal2 463 6
Especies de aves4 184 12
Diversidad Especies de arvenses5 7 18
biológica
Especies de hormigas6 23 8
1 Nuñez, s/f. Este estudio se realizó en el área de influencia de la Unión Majomut en 1994.
2 Unión Majomut, 1995.
3 35% en el estrato superior; 22% en el estrato medio, y 43% en el estrato inferior.
4 Moguel y Toledo, 1995. Estos datos corresponden a estudios realizados en parcelas de la región del Soconusco en
Chiapas, donde el sistema tradicional utiliza una gran cantidad de agroquímicos.
5 Jarquín et al., s/f. Estudio realizado en el área de la Unión Majomut.
6 Perfecto y Vandermeer, 1994.

60

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E L S IS T E M A D E M A N E J O D E C A FÉ O R G Á N IC O E N L A U N IÓ N M A J O M U T

Estos resultados demuestran de manera general que la biodiversidad en


los cafetales bajo manejo orgánico es muy superior a la que existe cuando el
manejo es tradicional.

3.2.2. Diversidad económica

7 Ingreso por especies adicionales al café

Se realizó un inventario de las especies presentes en un cafetal orgánico y a


continuación se entrevistó a los promotores comunitarios (véase p. 73) para
establecer las cantidades obtenidas de producto por especie, las cantidades
consumidas, las cantidades vendidas y el precio de venta (véase el
Cuadro 3.8).

Cuadro 3.8. Ingreso extra por hectárea y por año en parcelas


de café orgánico en la Unión Majomut
Rendimiento
[unidades]

[unidades]

[unidades]
Unidad de

[$/unidad]
Consumo
Nombre de la especie1 Usos

Ingreso
medida

Precio
Venta
Anona (kebesh) Alimento (fruto) reja 4 1 3 $35 $105
Aguacate (on) Alimento (fruto) reja 12 2 10 $15 $150
Cacaté (kakaté) Alimento (fruto) cuartilla 4 1 3 $10 $30
Chinino (ib) Alimento (fruto) reja 15 1 14 $60 $840
Durazno Alimento (fruto) cuartilla 4 2 2 $8 $16
Guayaba (potoj) Alimento (fruto) cuartilla 12 4 8 $4 $32
Limón (eromunish) Alimento (fruto) reja 3 1 2 $70 $140
Naranjo (alasha) Alimento (fruto) costal 5 3 2 $20 $40
Níspero Alim., medicina, leña, madera cuartilla 4 1 3 $8 $32
Pera Alimento (fruto) costal 5 1 4 $40 $160
Plátano guineo (lobol) Alimento (fruto) penca 6 2 4 $20 $80
Plátano macho (bashi lobol) Alimento (fruto) penca 4 2 2 $40 $80
Chayote (chumté) Alimento (fruto y guías) reja 10 4 6 $50 $300
Tomate de árbol (caranto chichol) Alimento (fruto) cuartilla 20 12 8 $10 $800
TOTAL $2805
1 El nombre en tzotzil aparece entre paréntesis.
Fuente: Entrevista directa con promotores de la Unión Majomut.

61

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Si consideramos un ingreso promedio de $10,824 (véase el Cuadro 3.5)


por la venta de café y un ingreso por especies adicionales al café de $2,805,
el índice de diversidad del ingreso (ingreso adicional / ingreso total) es de
21 por ciento (2,805/13,629).
Lo anterior no toma en cuenta los ingresos provenientes de la
comercialización de productos de origen animal, debido a que esta no es una
práctica generalizada entre los productores de la Unión Majomut. Por otro
lado, si bien el ingreso diversificado no es económicamente significativo, sí
lo es su impacto en la autosuficiencia alimentaria de las familias campesi-
nas, ya que estos productos representan una fuente alternativa de alimentos.
En el caso de los productores bajo el sistema tradicional, en donde existe
una mínima diversificación, estos productos se tienen que comprar en los
mercados locales y regionales, provocando un impacto negativo en la
economía familiar.

3.2.3. Vulnerabilidad biológica

8 Incidencia de plagas (broca)

Para determinar la incidencia de broca en los sistemas de manejo, Jarquín


et al. (1997) tomaron una muestra de 45 parcelas en 5 comunidades, a la que
dieron seguimiento durante todo el ciclo productivo (véase el Cuadro 3.9).
A pesar de que sólo se encontró significancia estadística entre los
diferentes sistemas para las etapas iniciales del ciclo vegetativo y para las
parcelas de menor la productividad,6 resulta interesante observar que las
Cuadro 3.9. Incidencia de broca en cafetales bajo diferentes
estrategias de manejo en la Unión Majomut
Sistema de manejo Tipo de control % de infestación por broca
Cultural 2.58
Orgánico
Aplicación de B. bassiana 5.46
Tradicional Ninguno 9.16
Fuente: Elaboración propia con base en los datos de Jarquín et al., 1997.

6
Mientras más avanzado se encuentra el ciclo es más factible encontrar mayor presencia de la
broca. Por otro lado, mientras mayor es la productividad de la parcela, los datos tienden a
asemejarse, posiblemente debido a una mayor atención por parte del productor.

62

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E L S IS T E M A D E M A N E J O D E C A FÉ O R G Á N IC O E N L A U N IÓ N M A J O M U T

prácticas de control biológico sobre este insecto (véase la p. 52) disminuyen


efectivamente su población, lo que puede implicar un incremento en la
producción de café de entre 5 y 7 por ciento.

9 Erosión

La precipitación total, el escurrimiento de agua y la pérdida de suelo por


erosión hídrica se midieron en cuatro lotes de captación (véase el
Cuadro 3.10) que se establecieron en las comunidades de Polhó y Takiukum,
de julio a noviembre de 1995, y de marzo a diciembre de 1996. Si
consideramos que la erosión anual permisible en esta región es de 9
toneladas por hectárea,7 vemos que ambos sistemas se encuentran muy por
debajo del límite permisible.
Cuadro 3.10. Erosión hídrica en diferentes sistemas de
manejo de café, medida por medio de lotes de escurrimiento
Periodo de Comunidad Manejo Precipitación Escurrimiento Erosión
observación [mm] [l/ha] [ton/ha]
Orgánico 744 640 0.121
1995 Polhó
Tradicional 744 855 0.206
(9 de julio al
30 de noviembre) Orgánico 1199 2087 0.581
Takiukum
Tradicional 1327 2486 1.062
Orgánico 955 909 0.039
1996 Polhó
Tradicional 955 994 0.695
(1° de marzo al 31
de diciembre) Orgánico 845 818 0.034
Takiukum
Tradicional 845 1212 0.213
Fuente: Estrada, 1996. Los lotes se establecieron pareados.

10 Balance de nutrientes

Para determinar el balance de nutrientes, se hicieron análisis químicos de las


hojas de los cafetos, de las cerezas y los granos, de la hojarasca y de la
composta (véase el Cuadro 3.11), así como los cálculos correspondientes
para los cuatro lotes de escurrimiento antes descritos (Estrada et al., 1996).

7
La erosión permisible equivale al suelo que se forma por intemperismo en el mismo lapso de
tiempo. De acuerdo a los datos del Soil Conservation Service, el límite permisible de erosión
para suelos limitados por roca entre los 50 y 100 cm es de 9 ton/ha/año (Estrada, 1996).

63

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 3.11. Balance de nutrientes en cafetales bajo


diferentes sistemas de manejo en la Unión Majomut

Unida- Nutriente
Sitio
Lote

Concepto
des N P K Ca Mg Fe Zn Mn Cu
Resultados de análisis de laboratorio
Café kg/Q 1.058 0.07 0.92 0.73 0.18 0.01 0.001 0.002 0.0001
Suelo kg/ha 10046 10.75 1018 23379 11185 321 7.74 19.66 7.38
Composta kg/ha/año 9.54 0.07 7.87 3.22 1.96 0.04 0.015 0.030 0.0040
Hojarasca kg/ha/año 29.80 6.40 3.60 8.50 3.80 3.74 0.380 0.030 0.0020
Cálculos
Entradas (C+H) kg/ha/año 39.34 6.47 11.47 11.72 5.76 3.78 0.395 0.060 0.0060
(19.0 Q/ha) (17.17 Q/ha)
Orgánico

Salidas kg/ha/año 18.17 1.20 15.80 12.53 3.09 0.17 0.017 0.034 0.0017
Balance kg/ha/año 21.17 5.27 -4.33 -0.81 2.67 3.61 0.378 0.026 0.0043
Sustentabilidad años   235 28718     
Polhó

Entradas (H) kg/ha/año 29.80 6.40 3.60 8.50 3.80 3.74 0.380 0.030 0.0020
Tradicional

Salidas kg/ha/año 20.10 1.33 17.48 13.87 3.42 0.19 0.019 0.038 0.0019
Balance kg/ha/año 9.70 5.07 -13.88 -5.37 0.38 3.55 0.361 -0.008 0.0001
Sustentabilidad años   73 4354    2457 
Entradas (C+H) kg/ha/año 39.34 6.47 11.47 11.72 5.76 3.78 0.395 0.060 0.0060
(14.3 Q/ha) (16.95 Q/ha)
Orgánico

Salidas kg/ha/año 17.93 1.19 15.59 12.37 3.05 0.17 0.017 0.034 0.0017
Balance kg/ha/año 21.41 5.28 -4.12 -0.65 2.71 3.61 0.378 0.026 0.0043
Takiukum

Sustentabilidad años   247 35775     


Entradas (H) kg/ha/año 29.80 6.40 3.60 8.50 3.80 3.74 0.380 0.030 0.0020
Tradicional

Salidas kg/ha/año 15.13 1.00 13.16 10.44 2.57 0.14 0.014 0.029 0.0014
Balance kg/ha/año 14.67 5.40 -9.56 -1.94 1.23 3.60 0.366 0.001 0.0006
Sustentabilidad años   107 12057     
Notas: Las entradas corresponden a composta más hojarasca, en el caso del sistema orgánico, y solamente hojarasca,
en el caso del sistema tradicional. Las salidas corresponden a la producción de café (de acuerdo con la
producción de cada lote en quintales por hectárea). No se tomaron en cuenta las entradas por formación de
nuevo suelo por intemperización ni las salidas por erosión, porque ambas son relativamente insignificantes. El
balance es igual a las entradas menos las salidas. El suelo se consideró similar para los cuatro lotes. El renglón
de sustentabilidad indica el periodo de tiempo en el que el suelo se quedaría sin el nutriente. Un quintal equivale
aproximadamente a 46 kg.

Los cálculos muestran que es muy importante la contribución de


nutrientes (en particular nitrógeno, fósforo y potasio) de la hojarasca y la
composta. Los nutrientes de la hojarasca son extraídos por los árboles de
sombra (principalmente leguminosas del género Inga) de los estratos

64

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E L S IS T E M A D E M A N E J O D E C A FÉ O R G Á N IC O E N L A U N IÓ N M A J O M U T

inferiores del suelo o fijados de la atmósfera (en el caso del nitrógeno) por
medio de la acción de las bacterias nitrificantes, y luego puestos a
disposición del cafeto gracias al proceso de descomposición.
De acuerdo con esta simulación, que se basa en el rendimiento obtenido
en cada uno de los lotes de escurrimiento y en los datos de los análisis
químicos, los niveles actuales de productividad se conservarían un mínimo
de 235 años para el caso del café orgánico y de 73 años en el caso del café
tradicional. En ambos sistemas el elemento crítico es el potasio.

3.2.4. Vulnerabilidad económica

11 Disponibilidad de insumos (para la composta)


Se realizó una entrevista con los 32 promotores comunitarios que
actualmente se encuentran laborando en la organización, para ver cuántas
personas habían tenido problemas para obtener los insumos requeridos para
la composta. De ahí se vio que para 121 (es decir, el 19 por ciento) de un
total de 650 productores orgánicos ha sido difícil conseguir estiércol, debido
a la escasez de ganado (7 de los 32 promotores informaron haber detectado
algún tipo de dificultad).

12 Estabilidad en el precio del café

Para determinar la vulnerabilidad económica de cada uno de los sistemas de


manejo, se tomó como parámetro la variación en el precio internacional del
café. El precio del café depende desde 1989 de las condiciones de la oferta y
la demanda, y sufre variaciones importantes en función de los niveles de
producción y consumo en los diferentes países. En contraste, el mercado
alternativo o solidario ofrece un precio mínimo de 120 dólares por quintal de
100 libras, más un sobreprecio cuando se trata de producción orgánica con
certificación internacional (véase en la Ilustración 3.3 el comportamiento de
los precios en los últimos 10 años).
Si bien los productores tradicionales pueden colocar una parte de su
producción en el mercado alternativo (no orgánico), los productores
orgánicos gozan de una doble ventaja: el sobreprecio antes mencionado, y la
posibilidad de colocar un mayor volumen en este mercado preferente.

65

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 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Ilustración 3.3. Comportamiento del precio internacional del


café en el periodo 1986-1995
200 -

160 -
Mercado orgánico
Dólares por quintal

120 -
Mercado alternativo

80 -

40 - Bolsa de Nueva York

0 -
1986 -

1987 -

1988 -

1989 -

1990 -

1991 -

1992 -

1993 -

1994 -

1995 -
En el ciclo 1995-96 el precio para el café orgánico superó en 7 por
ciento el precio del café tradicional en el mercado alternativo, y éste último
excedió en 12 por ciento el precio base internacional.8

13 Diversificación de mercados
La Unión Majomut ha hecho un esfuerzo por diversificar sus mercados, con
el fin de disminuir los riesgos de la comercialización. Entre 1983 y 1990 la
venta se hacía a través de brokers (importadores) de Estados Unidos, que se
encargaban de colocar el producto ante los diferentes industriales y
tostadores. En aquella época cada lote era comercializado en el momento en
que se recibía la cuota de exportación del Inmecafé, lo que significaba que
era el comprador el que fijaba las condiciones de venta. Además, este
procedimiento implicaba la pérdida del certificado de origen del café.

8
Sin embargo, si consideramos que el precio del café en el mercado internacional se ha
mantenido por arriba del promedio en los últimos ciclos, es de preverse que disminuya en los
próximos años a consecuencia de un incremento en la producción mundial, lo que
conllevaría un incremento en los sobreprecios ofrecidos por el mercado solidario.

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E L S IS T E M A D E M A N E J O D E C A FÉ O R G Á N IC O E N L A U N IÓ N M A J O M U T

En 1990 se inició el proceso de diversificación, utilizando dos vías:


1. La exportación directa hacia Europa, que presenta condiciones de
mercado más favorables en cuanto a precio, aunque una mayor exigencia
en cuanto a calidad, con la gran ventaja de que se da un trato directo
entre la organización y el procesador, manteniendo el nombre de origen
y estableciendo una relación comercial de más largo plazo.
2. La exportación mediante la empresa comercializadora Promotora
Comercial de Cafés Suaves Mexicanos, de la cual la Unión es socio
accionista. Esta empresa aglutina la producción de varias organizaciones
de pequeños productores del país, para tener acceso a mejores mercados
que de manera individual estarían restringidos.
Entre 1990 y 1995 el café se vendió directamente a 2 empresas
estadounidenses (Royal Coffee y Paragon) y a 4 empresas de Holanda,
Alemania e Inglaterra (Van Weely, Douqué, Hambourg Co y Twin Trading).
A partir de 1995-96 se ha exportado además café orgánico certificado a
Estados Unidos (Equal Exchange) y Alemania (Gepa), con lo cual se
asegura una mayor estabilidad y diversidad en la comercialización.

3.2.5. Vulnerabilidad social

14 Permanencia de los productores en el sistema

Este indicador detecta en qué medida los productores que inician el proceso
de adopción de tecnología orgánica lo abandonan después. Al analizar la
composición de los diferentes grupos en el transcurso de tres ciclos se
encontró que esto prácticamente no sucede.
Durante los tres ciclos analizados se presentaron seis casos de salida de
productores, pero cinco de éstos se debieron a fallecimiento, enfermedad o
migración temporal, y sólo se presentó un productor (0.02 por ciento del
total) que consideró que el sistema orgánico no era mejor. Esto muestra una
tendencia clara de que los productores que adoptan el sistema de manejo
orgánico lo hacen de manera permanente.

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

3.3. Ad ap tab i l id ad

3.3.1. Capacidad de cambio

15 Productores por sistema

La tendencia de los productores de la Unión Majomut a adoptar la


tecnología de manejo orgánico ha sido manera bastante acelerada (véase la
Ilustración 3.4). De acuerdo a las estimaciones de la directiva de la
organización, en 3 años la totalidad de socios serán productores orgánicos.

16 Superficie por sistema


El proceso de incorporación de superficie al sistema orgánico ha sido más
lento que el de incorporación de productores, debido a que cada productor
prefiere probar la tecnología primero en una pequeña parte de su superficie,
generalmente en una de sus 3 ó 4 parcelas dedicadas al cultivo de café. Sin

Ilustración 3.4. Tendencias en la adopción del sistema de café


orgánico en la Unión Majomut
100%

75%

50%

Número de productores
25%
Superficie

0%
1992 1993 1994 1995
Año
Nota: El 100 por ciento se refiere, en el caso del número de productores, a 1053, y en el caso de la superficie, a 1200
hectáreas.

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E L S IS T E M A D E M A N E J O D E C A FÉ O R G Á N IC O E N L A U N IÓ N M A J O M U T

embargo, una vez que se verifica la bondad de las nuevas prácticas, este
proceso de cambio tecnológico se da de una manera más rápida y los
productores van incorporando el resto de su superficie al sistema, de acuerdo
a su posibilidad de contar con mano de obra familiar (véase la
Ilustración 3.4).

3.4. E q u id ad

3.4.1. Participación social

17 Mecanismos de toma de decisiones

La Unión conserva mecanismos de toma de decisiones basados en la


tradición de vida comunitaria y al mismo tiempo ha generado mecanismos
ligados a las necesidades de la empresa como entidad comercializadora
(mecanismos gerenciales). Esto se refleja en una definición bastante clara de
los niveles de decisión con los que funciona la organización.
Por un lado se encuentran todas las decisiones que tienen que ver con la
vida misma de la organización (p. ej. el ingreso de nuevas comunidades, el
nombramiento de las autoridades y su fiscalización), que son procesadas por
todas las instancias de discusión y toma de decisiones, es decir, las
asambleas de delegados, las asambleas comunitarias y la asamblea general
de socios de la organización (véase la Ilustración 3.5, p. 71).
Por otro lado se hallan aquellas decisiones que tienen que ver
exclusivamente con la operación de la Unión como una empresa, y que son
tomadas por las instancias respectivas. En este caso se encuentran los
acuerdos sobre la comercialización del café de cada ciclo, que son tomados
por el Consejo de Administración; o bien, lo relativo al calendario de acopio
por comunidad, que es decidido por el Consejo de Vigilancia.
En lo que respecta al proceso de cambio tecnológico, la decisión de
iniciar el proceso de conversión a la agricultura orgánica se basó en un
acuerdo de la Asamblea de Delegados tomado en 1991, en el sentido de que
el Consejo de Administración de la Unión buscara la forma de mejorar los
precios de venta y a la vez disminuir los costos de producción de los socios,
principalmente en lo que se refería al gasto por la adquisición de fertilizante.
Dado que conocían las experiencias de otras organizaciones de productores,

69

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

los directivos propusieron la producción de café orgánico y cada delegado lo


discutió en su propia comunidad, tomándose en 1992 el acuerdo de iniciar
con los socios que así lo quisieran la conversión a este sistema.

18 Distribución de utilidades y beneficios

La distribución de las utilidades provenientes de la venta de café se basa en


las decisiones de las estructuras de la organización: la Asamblea General de
Socios, las asambleas comunitarias y las asambleas de delegados. De esta
manera se garantiza que todos los socios reciban la proporción de utilidades
que les corresponda por su participación en la organización, y, por otro lado,
que ninguna estructura administrativa pueda hacer mal uso de los recursos.
La Unión es una organización no lucrativa, por lo que en cada ejercicio
anual se busca únicamente mejorar las condiciones de vida de los socios. Por
lo tanto, la mayoría de las utilidades del proceso de acopio, beneficiado y
comercialización de café de cada ciclo se reparte entre los socios de manera
proporcional a la cantidad de café entregada a la Unión, y ésta sólo se queda
con una pequeña cantidad para cubrir sus gastos e integrar un fondo de
acopio para iniciar el siguiente ciclo. El reparto del dinero remanente del
proceso de comercialización se acuerda en la Asamblea General de socios, a
propuesta del Consejo de Administración, al presentarse el balance del ciclo
correspondiente (véase en el Cuadro 3.12 los remanentes que se han
entregado durante los dos últimos ciclos).
Existe también toda una serie de beneficios en especie que distribuye la
Unión entre las diferentes comunidades, buscando que todos los socios

Cuadro 3.12. Precios del café pagados por la Unión Majomut y


por los intermediarios regionales.
Precio de la Unión Majomut
Ciclo Precio regional Incremento
Precio base Remanente
1993-1994 2.80-3.50 3.50 0.20 15%
1994-1995 8.00-17.00 5.00 12.50 40% (promedio)
Nota: El remanente es parte de la forma de pago del café a los socios. Consiste en un primer pago conocido como
anticipo que se da al momento de entregar el producto en la bodega o centro de acopio. Al finalizar el ciclo, la
utilidad repartible se divide entre la cantidad de kilogramos de café recibidos y a ese dinero se le conoce como
remanente (es decir, el dinero que el productor recibe por su café al final del ciclo) y corresponde a la utilidad del
ejercicio de cada socio en proporción al café entregado a la organización.
Fuente: Archivos de la Unión Majomut.

70

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resulten beneficiados. Se trata principalmente de varios proyectos de


desarrollo. Algunos de los proyectos que se han impulsado y que están en
proceso de ejecución o gestión son:
 Autoconstrucción y rehabilitación de viviendas.
 Tiendas de abasto comunitario.
 Créditos de apoyo a la producción.
 Construcción de patios de secado.
 Dotación de despulpadoras.
 Crédito para compra de ganado de apersogue.
 Asistencia técnica para la producción.

3.5. Au togesti ón .

3.5.1. Participación

19 Participación social (asistencia a


asambleas y otros eventos)
La participación de los socios en las diferentes fases (planeación, gestión,
ejecución y evaluación) de los proyectos y procesos que se realizan es una
tradición no sólo de la organización económica, sino en general de la vida
comunitaria de la zona.
En cada una de las fases, la organización tiene definido un mecanismo
de participación de los socios en la toma de decisiones que asegura que los
proyectos realizados cuenten con la más amplia aceptación, y que la
participación de agentes externos se limite a proporcionar información y
asesoría.
Los espacios de participación de los socios son las distintas asambleas,
es decir, la general de socios, la comunitaria o la de delegados por
comunidad (véase la Ilustración 3.5).
La asamblea general se reúne por lo menos dos veces por año, al inicio
del ciclo (asamblea de programación) y al final (asamblea de balance), con
una participación promedio de 600 socios (de un total de 1,053).

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Ilustración 3.5. Organigrama operativo de la Unión Majomut

ASAMBLEA GENERAL DE SOCIOS

ASAMBLEAS COMUNITARIAS

ASAMBLEA DE DELEGADOS

CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN CONSEJO DE VIGILANCIA

EQUIPO TECNICO OPERADORES CAJERO INTENDENCIA

En las asambleas comunitarias se discuten todos los problemas de la


comunidad y especialmente los relacionados con la organización económica.
Se reúnen una vez al mes y en ellas participan generalmente el total de
socios de cada comunidad. Aquí se nombra a un delegado que representa a
la comunidad en la asamblea de delegados.
Por último, la asamblea de delegados se reúne una vez al mes (excepto
durante el periodo de acopio, cuando se reúne dos veces al mes) y se encarga
de dar seguimiento de los proyectos que se llevan a cabo. Esta estructura
tiene un amplio poder de representación social, ya que las decisiones que se
toman tienen que estar previamente acordadas por las diferentes asambleas
comunitarias.
La operación de las actividades de la Unión recae en una mesa directiva
que se nombra cada tres años, y que consiste en un Consejo de
Administración y uno de Vigilancia, cada uno compuesto por tres miembros.
Del Consejo de Administración depende el equipo técnico, que es un grupo
de profesionistas de diferentes disciplinas.
Las decisiones de la mesa directiva que tienen que ver con el
funcionamiento mismo de la organización o con el rumbo de los proyectos
que se llevan a cabo tienen que ser aprobadas por la asamblea de delegados,

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y éstos en caso necesario consultan en sus respectivas asambleas


comunitarias. Las decisiones más fundamentales se toman en la Asamblea
General de Socios.

3.5.2. Capacitación

20 Productores capacitados

La capacitación al interior de la Unión Majomut se da fundamentalmente a


través de un grupo de técnicos campesinos, denominados promotores
técnicos comunitarios, lo que constituye una muestra más de la participación
que tienen los socios dentro de la Unión.
Los promotores son nombrados en cada una de las comunidades de
acuerdo con sus aptitudes: Se trata de productores exitosos y con deseos de
aprender nuevas tecnologías y de divulgarlas entre los miembros de su
comunidad. Son apoyados por un grupo de técnicos externos, que facilitan el
proceso de transferencia de tecnología hacia los socios de la Unión.
Los promotores representan el deseo de la organización de ser
autosuficiente aún en los aspectos técnicos, es decir, de contar con
elementos propios, capacitados para continuar con el proceso de producción
orgánica, aún si los técnicos externos salen de la organización por cualquier
motivo.
Hasta el año de 1996 se había capacitado a 32 promotores comunitarios,
que participaron en el proceso de enseñanza-aprendizaje en los aspectos
básicos de la producción orgánica (incluyendo las actividades de
seguimiento, control y evaluación), llevando la transferencia de tecnología
hacia los 650 productores orgánicos de la Unión.9

3.5.3. Autosuficiencia

21 Dependencia de recursos externos


La dependencia de la organización con respecto a recursos externos da
cuenta del grado de autogestión. El indicador en este caso es el porcentaje de

9
La Unión Majomut apoya a los productores tradicionales en otros aspectos.

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

recursos provenientes de fuera con respecto a la cantidad total de recursos


que maneja la Unión en cada ciclo (véase el Cuadro 3.13).

Cuadro 3.13. Recursos financieros manejados por la Unión


Majomut
Ciclo Recursos propios Recursos externos Total de recursos
93-94 $1,604,586 85.5% $274,195 14.5% $1,871,781
94-95 $2,537,000 85.6% $427,000 14.4% $2,964,000
TOTAL $4,141,580 85.6% $701,195 14.4% $4,835,781
Nota: Los recursos están dados en pesos. Los recursos propios corresponden a los que la Unión destina al proceso de
acopio y comercialización de café. Los recursos externos provienen de donativos de la Fundación Rockefeller y
de la Fundación Interamericana para el proceso de asistencia técnica y capacitación.

Estos recursos provenientes de fuentes externas son los que financiaron


toda la etapa inicial del proceso de conversión a la cafeticultura orgánica. En
el ciclo 1996-97 este proceso comenzó a recibir fondos de la propia
organización, pero para llegar a una autonomía total será necesario que la
Unión asigne más recursos propios para capacitación y asistencia técnica.

3.5.4. Control

22 Control social del proceso (mecanismos


de planeación, ejecución y vigilancia)
Todas las actividades que se llevan a cabo dentro de la organización son
determinadas y evaluadas por el conjunto de productores, desde el acopio de
café, su transformación y su comercialización hasta los otros proyectos que
la Unión realiza.
El Consejo de Vigilancia es la estructura encargada de las labores de
contraloría, de acuerdo con los estatutos de la organización, pero en la
práctica es la asamblea de delegados la que continuamente está supervisando
y evaluando el desarrollo de los diferentes proyectos. Además, en cada
asamblea comunitaria se analizan las acciones desarrolladas y se dan
lineamientos a los delegados para que se tomen los acuerdos necesarios para
el buen funcionamiento de la Unión.

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4. D I S C U S I Ó N Y CONCLUSIO NES

4.1. E val u aci ón gl ob al d e l os si stemas


Después de analizar indicador por indicador es importante tener una visión
integral de los sistemas de manejo. Para esto es útil hacer una representación
gráfica que permita observar de un solo golpe de vista las debilidades y
fortalezas de cada sistema, con base en la comparación contra un óptimo.
Inicialmente se pensaba calcular un índice global de sustentabilidad,
pero esta idea se desechó, pues no podríamos inferir nada si sólo pudiéramos
concluir que un sistema es, por ejemplo, 80 por ciento sustentable y el otro
65 por ciento. Por lo anterior decidimos utilizar un diagrama tipo AMIBA
(véase la Ilustración 3.6), en el que se asignó a cada indicador un valor en
una escala del 0 al 100, en donde el 0 corresponde al peor valor y el 100 al
ideal que podría tener el sistema (véase el Cuadro 3.14).

Ilustración 3.6. Diagrama de AMIBA para la comparación de


indicadores de sustentabilidad para dos sistemas de manejo
de cafetales en la Unión Majomut
Rendimiento
Control social del proceso 100 Calidad del producto
Dependencia de recursos externos Relación costo/beneficio
75 Demanda de fuerza de trabajo
Productores capacitados
50 Relación ingreso
Participación social
neto/total
Distribución de utilidades 25
Erosión
y beneficios
0
Mecanismos de toma Balance de nutrientes
de decisiones
Número de especies
Productores por sistema manejadas
Superficie por sistema Ingreso por otras especies
Número de productores Disponibilidad de insumos
Diversificación de mercados Incidencia de plagas
Estabilidad en el precio del café

Sistema Tradicional Sistema Orgánico Óptimo

75

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Cuadro 3.14. Definición de valores óptimos y cálculo de


valores ponderados de los indicadores de sustentabilidad

tradicional (%)
orgánico (%)
Sistema

Sistema
Indicador estratégico Valor óptimo

1. Rendimiento 15 quintales de café pergamino por hectárea1 86 80


2. Calidad del producto 5% de imperfecciones; certificación orgánica2 90 75
3. Relación costo/beneficio marginal Positivo al 20% de costo de oportunidad3 95 100
4. Relación ingreso neto/total 90 por ciento3 99 90
5. Demanda de fuerza de trabajo Sin interferencia con labores tradicionales3 85 100
6. Número de especies manejadas 50 especies 90 50
7. Ingreso por otras especies 30% de ingreso por especies diferentes al café 75 25
8. Incidencia de plagas 2% de incidencia de broca4 95 50
9. Erosión Menos de 9 ton/ha de suelo removido por año5 100 100
10. Balance de nutrientes Balance positivo en todos los elementos 85 60
11. Disponibilidad de insumos 100% de productores sin problemas 81 100
12. Estabilidad en el precio del café Estabilidad en el precio; precio de garantía 100 90
13. Diversificación de mercados Máximo de 30% de ventas a un mismo comprador 100 80
14. Permanencia de los productores 100% de permanencia 95 50
15. Productores por sistema Crecimiento en el número 100 0
16. Superficie por sistema Crecimiento en el área 100 0
Existencia y funcionamiento de estructuras y
17. Mecanismos de toma de decisiones 90 80
mecanismos democráticos6
18. Distribución de utilidades y Participación del 100% de los socios en las
80 75
beneficios estructuras de decisión6
19. Participación social 100% de socios en eventos de organización6 80 75
20. Productores capacitados 100% de productores en el sistema 95 25
0% de dependencia con respecto a recursos
21. Dependencia de recursos externos 85 95
externos
100% de participación en la planeación y
22. Control social del proceso 85 75
ejecución de actividades6
Información utilizada para la definición de los valores óptimos:
1 Producción promedio de café (Typica) en el campo experimental Garnica del Inmecafé.
2 Tabla de calidades del café verde, Organización Internacional del Café.
3 González (1996).
4 Jarquín et al. (1997).
5 Estrada et al. (1996), en base a datos del Soil Conservation Service de Estados Unidos.
6 Reglamento interno de la Unión Majomut.
(Los demás valores óptimos se decidieron en base a criterios personales.)

76

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E L S IS T E M A D E M A N E J O D E C A FÉ O R G Á N IC O E N L A U N IÓ N M A J O M U T

Asimismo, con el fin de convertir a la gráfica tipo AMIBA en un


instrumento de planeación, se decidió adoptar una serie de convenciones: En
primer lugar, se considera que cuando un indicador se halla por debajo del
nivel de 50 por ciento, es necesario tomar alguna medida correctiva
inmediata para asegurar la sustentabilidad del sistema. Si el indicador está
entre 50 y 75 por ciento, esto implica que el sistema podría entrar en una
crisis en el corto plazo, por lo que habrá que tomar medidas preventivas para
evitar su inviabilidad. Finalmente, si está por arriba del nivel de 75 por
ciento, el sistema no presenta problemas con ese indicador, aunque puede
mejorarse con el tiempo hasta llegar al nivel óptimo.
Con base en el diagrama de AMIBA (Ilustración 3.6), podemos identificar
los puntos débiles y las bondades de cada sistema bajo estudio:
Por lo que se refiere a la productividad, los dos sistemas se encuentran
en una situación similar, aunque la calidad del café orgánico es mayor. En
cambio, al observar los indicadores económicos se puede ver que el sistema
orgánico es más rentable, fundamentalmente debido a las ventajas que la
certificación le da en el mercado (véase estabilidad en el precio del café y
diversificación de mercados en la Ilustración 3.6).
La biodiversidad existente en los sistemas de producción orgánica de
café otorga ventajas a este tipo de manejo, que se reflejan en una mayor
diversificación del ingreso familiar y un mejor control de plagas.
En cuanto a las características físicas y químicas del suelo, los dos
sistemas se encuentran en buenas condiciones, existiendo un buen control de
la erosión y una balanceada disponibilidad de nutrientes en el suelo. Sin
embargo, en el contexto particular de esta zona, el sistema orgánico presenta
problemas en la obtención de estiércol para la composta.
Como se puede observar en la gráfica, la producción orgánica de café ha
ganado terreno y una mayor cantidad de productores está optando por este
tipo de manejo. Lo anterior guarda una estrecha relación con las ventajas
económicas y de otro tipo que obtienen los productores con este sistema, así
como con la capacitación que han obtenido. Un aspecto que debe abordarse
en el sistema orgánico es la dependencia de recursos externos para esta
capacitación. Finalmente, la existencia de una organización firme,
participativa y basada en un proceso de toma de decisiones democrático
mantiene en niveles aceptables los indicadores estratégicos para los atributos
de equidad y autogestión.

77

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

4.2. Con cl u si on es y reco men d aci on es sob re


l os si stemas d e ma n ejo
Como se mencionó en la sección anterior, la evaluación permitió detectar los
puntos débiles y las fortalezas de los sistemas analizados. Incluso, en el caso
de la producción de café orgánico, se han iniciado acciones para la
corrección de los problemas.
En general, el sistema de producción de café tradicional tiende a ser
desplazado en el corto plazo por el sistema de producción orgánico, debido a
las ventajas que observa el productor en éste. Asimismo, el sistema de
producción de café orgánico tiende a ser adaptado y reproducido por los
productores en otros componentes de la unidad de producción (milpa y
huerto familiar).
Uno de los aspectos claves para la sustentabilidad de la producción de
café detectados en este estudio es la organización económica ligada al
proceso de organización comunitaria tradicional, que permitió difundir la
producción de café orgánico de manera horizontal y rápida entre un gran
número de productores.
Otro elemento que sobresale en el proceso de evaluación es la diversidad
y la confiabilidad tanto de productos como de mercados para el sistema
orgánico, que lo convierten en un afianzador de la economía familiar de los
productores involucrados en este sistema de manejo.
La evaluación permitió también identificar una serie de acciones
estratégicas que deberán incorporarse en los siguientes ciclos de evaluación:
1. En la medida en que un mayor número de productores se integra al
sistema de producción orgánico se agudiza el problema de la
disponibilidad de insumos, y específicamente de estiércol, lo que ha
llevado a la búsqueda de alternativas tales como el aprovechamiento de
otros residuos y el vermicomposteo. Esto requerirá de un monitoreo del
balance de nutrientes.
2. El estudio del indicador de erosión permitió determinar que, si se cuenta
con una adecuada cobertura vegetal, los trabajos de conservación de
suelos son innecesarios. Esto ha llevado a un ajuste del sistema.
3. La evaluación de los indicadores de diversidad y vulnerabilidad mostró
la necesidad de dar un mayor énfasis a la autosuficiencia alimentaria de

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los productores, ya es muy alta su dependencia de los ingresos


provenientes de la venta del café.
4. Por lo que toca a la autogestión, el proceso de capacitación y asistencia
técnica para la producción orgánica depende a la fecha de recursos
externos a la organización, lo que tiene que corregirse para garantizar
internamente la continuidad del proceso.
5. La dependencia externa se da también en el proceso de inspección y
certificación de los productos. Por esto se está trabajando ya en una
alternativa nacional, con reconocimiento internacional, en la que
interviene la Unión Majomut. De su éxito dependerá el que este proceso
se encuentre también bajo el control de los mismos productores.

4.3. Con cl u si on es gen eral es


Ante el entorno global y las políticas macroeconómicas, que han impuesto
condiciones sumamente desventajosas a la economía campesina, se han
tenido que buscar formas alternativas de producción y comercialización
agrícola que permitan la sostenibilidad de la producción, el mejoramiento de
las condiciones de vida de los campesinos y la conservación de su base de
recursos naturales. Algunas de estas formas alternativas han buscado y
encontrado soluciones a la problemática productiva en las tecnologías
agroecológicas, pero se desconocen con certeza muchos de los impactos que
tienen dentro de los sistemas campesinos.
Los estudios de evaluación de la sustentabilidad de los sistemas de
producción resultan ser una herramienta valiosa para determinar el impacto
de las tecnologías agroecológicas e identificar los puntos débiles de los
sistemas que ponen en riesgo su sostenibilidad a corto, mediano y largo
plazo. Asimismo, permiten un monitoreo rápido y permanente dentro de los
sistemas, lo que facilita su evaluación, su seguimiento y su mejoramiento.
En el caso específico de la Unión Majomut, un aspecto importante que
debe ser retomado en futuros ciclos de evaluación de sustentabilidad es la
interacción de la producción de café con los otros subsistemas productivos.
Este punto es particularmente relevante para los productores orgánicos, en
virtud de las nuevas interacciones que pueden aparecer cuando la totalidad
de la unidad de producción familiar campesina practique un manejo
orgánico.

79

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

5. B I B L I O G R A F Í A
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80

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81

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 

IV

EVALUACIÓN DE LA SUSTENTABILIDAD
DEL SISTEMA DE MANEJ O FORESTAL DE
LA ORGANIZACIÓN DE E JIDOS
PRODUCTORES FORESTALES DE LA
ZONA MAYA DE QUINTANA ROO

Patricia Negreros–Castillo,
José Carlos González Núñez y Leticia Merino Pérez

1. A N T E C E D E N T E S

1.1. Caract erí sti cas d el med i o n atu ral

En la parte Sur de la península de Yucatán, entre los estados de Campeche


y Quintana Roo, se encuentra una de las últimas regiones de México que
cuenta todavía con grandes extensiones de selva (Toledo y Ordóñez, 1993).
En particular, el estado de Quintana Roo (véase la Ilustración 4.1), con una
superficie total de 50,500 km², cuenta con aproximadamente 3,400 km² de
selva. Se trata primordialmente de una selva mediana subperennifolia, en la

83

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Ilustración 4.1. Localización de los ejidos de la OEPFZM (1999)

Quintana Roo México

Nota: Con base en el


mapa proporcionado por
Victoria Santos (OEPFZM)
Zona Maya SOLIDARIDAD y David Bray (Florida
International University).
Se agradece su amable
colaboración.
10

Yucatán

17

Mar Caribe
8 3
JOSÉ 18 12 1. Laguna Kana
11 2. Naranjal Poniente
MARÍA 5 3. X-Maben y anexos
MORELOS 9 7 4. Cafetal-Limones
14 5. Yaxley
6. Chan Santa Cruz
19 F. Carrillo Puerto 7. Tabi
8. Dzoyolá
9. X-Pichil
10. Tulum
21 1 13 11. Tres Reyes
FELIPE
12. Kampocolché
CARRILLO 13. Yoactum
6 PUERTO
2 14. Chunhuas
20 15. Reforma Agraria
16. Cuauhtémoc
15 17. Trapich
22 18. Filomeno Mata
16 19. Betania
20. Santa María Poniente
OTHÓN P. 4 21. Chunhuhub
BLANCO 22. Andrés Quintana Roo

84

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E L S IS T E M A D E M A N E J O F O R E S T A L D E L A OEP F ZM E N Q U IN T A N A R O O

que abundan sobre todo el ramón (Brosimum alicastrum Sw.) y el


chicozapote o zapote (Manilkara zapota (L.) V. Royen), especies que
pueden alcanzar alturas de hasta 35 metros de altura (Pennington y
Sarukhán, 1968).
Es en este tipo de selva donde alcanzan su máximo desarrollo las dos
especies maderables más valiosas de Latinoamérica, es decir, la caoba
(Swietenia macrophylla King.) y el cedro (Cedrela odorata L.) (Lamb,
1966).
El clima predominante es tipo (A) cálido húmedo. La precipitación anual
suele estar entre 1000 y 1200 mm, con una distribución irregular durante el
año, que se caracteriza por un marcado periodo de secas que dura 3 ó 4
meses entre los meses de febrero y mayo. Los suelos que predominan son
tipo Rendoll (taxonomía de suelos de los EUA) o rendzinas (clasificación
antigua de suelos de los EUA) (Brady, 1984).

1.2. Caract erí sti cas d e l a Zon a Maya d e


Q u i n tan a Roo
La Zona Maya de Quintana Roo, es decir, la región ocupada históricamente
por este grupo étnico, abarca el 58 por ciento de la superficie del estado y
corresponde en la actualidad a los municipios de Lázaro Cárdenas, Felipe
Carrillo Puerto, José María Morelos y Cozumel (véase la Ilustración 4.1). La
población de esta región, que corresponde al 29 por ciento del total del
estado, está compuesta en su mayoría por indígenas mayas (excepto en el
municipio de Cozumel). El 82 por ciento de los habitantes mayores de 4
años hablan maya y el 72 por ciento de la población vive en localidades
rurales.
La vida de la gente en la zona Maya de Quintana Roo, en particular, y en
el trópico mexicano, en general, ha estado siempre ligada a la selva. La
milpa, que todavía constituye el eje en torno al cual se organiza el tiempo de
las unidades domésticas, no se concibe sin la selva, pues ambas están ligadas
en un ciclo dinámico en el que la selva se torna milpa y la milpa se torna
selva.
Son varias las especies de la selva que los mayas han usado desde
tiempos inmemoriales para construir sus viviendas, para alimentarse o con
fines rituales. Entre estas especies destacan el ramón (Brosimun alicastrum),

85

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

el zapote (Manilkara zapota), la majagua (Heliocarpus donell) y la ceiba


(Ceiba pentandra).
La extracción de productos (especialmente caoba y palo de tinte,
Hematoxilium campechanum) de las selvas de Quintana Roo tiene una larga
historia. Los datos más antiguos que se tienen datan incluso de los siglos XVI
y XVII (época de los piratas). En algunos escritos se habla de la explotación
de árboles con diámetros mayores de 2 metros, que se transportaban fuera de
la selva a través del río Hondo (Galletti, 1993; Snook, 1993).
A principios del siglo XX se otorgaron las primeras concesiones a
compañías privadas para la extracción del chicle y del palo de tinte.
A mediados de siglo se dio un auge en la explotación de maderas preciosas
(es decir, caoba y cedro), por parte de empresas o individuos que pagaban a
los dueños del recurso un magro derecho de monte. En algunos casos la
explotación se rigió mediante concesiones a compañías madereras
nacionales o internacionales, que tenían el derecho exclusivo de extraer
madera en una región determinada durante un tiempo definido.1 Con o sin
concesiones, los propietarios del recurso ―las comunidades y luego los
ejidos― se convirtieron en meros espectadores de la extracción, sin la más
mínima oportunidad de involucrarse en el manejo del recurso.
En la década de los setenta se crearon en la región un gran número de
ejidos, algunos formados por indígenas mayas y otros por inmigrantes, y a
mediados de la década el FIFONAFE2 empezó a promover en ellos la
explotación de durmientes para ferrocarril. Desde un principio la producción
de durmiente se realizó de manera individual, y su comercialización a través
de uniones de ejidos, cuyas direcciones administrativas negociaban

1
En 1959 se otorgó a Maderas Industrializadas de Quintana Roo una concesión de 25 años
para la explotación de madera en una importante porción del entonces territorio de Quintana
Roo. Sin embargo, en octubre de ese mismo año, el huracán Janette barrió con más de
50,000 hectáreas de selva en donde se ubicaría la concesión, por lo que ésta se tuvo que
mover más hacia el norte. La empresa empezó a operar en 1954. En la década de los setenta,
la empresa concesionaria se convirtió en paraestatal. (La mayoría de los ejidos de la OEPFZM
se encuentran fuera del área de esta concesión).
2
El Fideicomiso del Fondo Nacional de Fomento Ejidal se creó en 1973 para manejar los
fondos de promoción de las actividades productivas en los ejidos. En zonas forestales, el
FIFONAFE promovió la explotación de productos forestales secundarios, con el fin de mitigar
la presión social contra las concesiones madereras. La explotación de durmientes en
Quintana Roo empezó entre 1974 y 1976, y en su comercialización jugó un papel importante
la Central Campesina Independiente.

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E L S IS T E M A D E M A N E J O F O R E S T A L D E L A OEP F ZM E N Q U IN T A N A R O O

directamente con el único comprador, a saber, Ferrocarriles Nacionales de


México.
Como resultado de la explotación incontrolada de las selvas,
principalmente a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, a mediados de
los ochenta la densidad de caoba y de cedro se había reducido
dramáticamente. Es tal la importancia de estas dos especies que el potencial
económico de la selva se define en base a ellas, y, de hecho, cuando su
densidad es baja los productores suelen tumbar la selva e introducir algún
cultivo más rentable (Negreros–Castillo, 1991). La falta de registros nos
impide saber el grado de deterioro de las selvas de la región, pero lo que es
evidente es que en la actualidad localizar árboles con diámetros mayores a
los 70 centímetros resulta prácticamente imposible.

1.3. E l con texto soc i al y p ol í ti co: L a


O rgan i zaci ón d e E ji d os Prod u ctor es
For estal es d e l a Zo n a Maya
La Zona Maya de Quintana Roo, como toda región indígena en México, ha
sido tradicionalmente marginada; en ella la acción del estado se ha
caracterizado a lo largo de este siglo por la imposición de un control
autoritario y por las constantes restricciones a las autoridades tradicionales
mayas. Sin embargo, a diferencia de otras regiones similares, aquí se ha
dado una histórica beligerancia contra el control gubernamental.
Cuando las concesiones terminaron en Quintana Roo, en el año de 1982,
el gobierno del estado promovió un programa de manejo forestal
comunitario. El programa se llamó Plan Piloto Forestal (PPF) y se inició en
colaboración con la agencia de ayuda internacional de Alemania. El
principal objetivo de este programa fue encauzar a los ejidos forestales en el
manejo y usufructo de sus propios recursos forestales. Se inició en la parte
sur del estado y posteriormente se amplió a la Zona Maya. Desde que
finalizó el plan piloto han surgido en el estado cinco organizaciones
forestales ejidales,3 entre las cuales se encuentra la Organización de Ejidos
Productores Forestales de la Zona Maya (OEPFZM). Estas cinco
organizaciones tienen entre sí una relación de colaboración, en particular
para negociar conjuntamente mejores precios para la madera.
3
Santos, 1997, comunicación personal.

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

La OEPFZM está integrada por 21 ejidos,4 de los cuales 3 fueron formados


por inmigrantes del interior del país y 18 por mayas (véase el
Cuadro 4A.1[5]). En su conjunto, los ejidos de la OEPFZM tienen una gran
importancia en la economía del estado de Quintana Roo, pues producen el
15 por ciento de la caoba (el 44% de la Zona Maya), el 87 por ciento de los
durmientes para ferrocarril (46,280 piezas en 1994) y el 90 por ciento del
látex (235 toneladas al año) (Merino, 1997).
La OEPFZM cuenta con una dirección técnica forestal (DTF), formada por
9 profesionales (ingenieros forestales y biólogos) y un equipo de apoyo de 5
personas, así como con una dirección administrativa que consta de un
presidente, un secretario y un tesorero, todos ellos ejidatarios (véase el
Cuadro 4A.8). Las decisiones se toman en la Asamblea General, que está
formada por representantes de los 21 ejidos, por personal de la dirección
técnica y por los integrantes de la dirección administrativa. La Asamblea es
conducida por el presidente de la organización.
La DTF de la OEPFZM se diferencia de los órganos similares de otras
organizaciones forestales porque asesora a los ejidos en actividades que van
mucho más allá del ámbito forestal (véase la Ilustración 4.2, así como los
Cuadros 4A.9, 4A.11, 4A.10 y 4A.13). Debido a la degradación (o descreme)
del recurso forestal de la región, que a su vez se debe a la extracción
selectiva de maderas preciosas realizada en la época de las concesiones, la
DTF se dio cuenta de que era necesario complementar la producción forestal
con otras actividades económicas para poder promover el desarrollo de los
ejidos socios.
Este enfoque permitiría además ―se pensó― despertar el interés de los
ejidatarios en una actividad forestal de largo plazo, es decir, en la
restauración de la riqueza de la selva a través de plantaciones de
enriquecimiento. La DTF concibió así un modelo de manejo forestal
comunitario caracterizado por un manejo integral y diversificado con alta
participación de las comunidades. Este modelo en construcción pretende
encontrar la complementariedad entre las diferentes actividades que realizan

4
Cuando se escribió este capítulo, la OEPFZM tenía 21 ejidos. Entre 1996 y 1999, salió de la
organización Tixcacal–Guardia y entraron Chunhuhub y Andrés Quintana Roo. La
Ilustración 4.1 y el Cuadro 4A.1 muestran la situación en 1999. El Cuadro 4A.2 muestra la
situación en un momento intermedio.
5
Los Cuadros del 4A.1 al 4A.14 aparecen en un Anexo al final de este capítulo.

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Ilustración 4.2. Modelo de manejo integral de la OEPFZM

Aprovechamientos
maderables
Aprovechamientos
Milpa no maderables

Manejo de fauna
Agroforestería
Conservación de los silvestre
recursos forestales
tropicales por sus propios
dueños a través de
actividades productivas
integradas

Artesanías Industria
(madera y bordados) forestal

Investigación Planes de
manejo

los ejidatarios y lograr la participación tanto de mujeres como de hombres


de todas las edades.
Con este modelo la OEPFZM evolucionó en una estructura crítica, un
espacio de organización étnica y autónoma con el que el grupo maya de
Quintana Roo no había contado desde los años cuarenta. La OEPFZM se
convirtió rápidamente en la única instancia efectiva de representación con la
que cuentan estas comunidades para llevar a cabo gestiones relacionadas con
sus numerosas necesidades. Si bien este tipo de actuación ha implicado una
cierta dispersión de los recursos de la organización, le ha valido una
considerable legitimidad entre las comunidades.

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

1.4. T écn i cas si l ví col as ap l i cad as en l a


regi ón
Lo que se extrae del bosque depende de los objetivos del aprovechamiento.
En términos generales, el manejo forestal sustentable busca mantener un
equilibrio entre el volumen que se extrae y el que se repone en el mismo
periodo por crecimiento. Por otro lado, para acelerar este crecimiento, crea
las condiciones ambientales necesarias para que los árboles puedan
reproducirse y desarrollarse adecuadamente. Finalmente, busca que en el
bosque existan siempre individuos de todos los tamaños y edades, de tal
manera que cada año se puedan cortar los que ya están suficientemente
grandes. Este concepto de sustentabilidad se aplica de manera similar a los
recursos forestales no maderables y, en general, a los recursos naturales
renovables.
A diferencia de los bosques templados, en los bosques tropicales de la
región no se han desarrollado técnicas ni reglamentos forestales basados en
información ecológica y que permitan acelerar el crecimiento de la masa
forestal y asegurar su regeneración. Esto constituye una importante limitante
para el manejo sustentable del recurso.
La silvicultura tropical actual se basa entonces en tres suposiciones: La
primera es que la manera óptima de explotar la selva consiste en dividirla en
secciones o áreas de corta anual que se aprovechan sucesivamente a un
ritmo de una sección por año, cortando los árboles que han alcanzado un
diámetro mínimo establecido por la ley o por el mercado (el tiempo que
tarda uno en recorrer todas las secciones hasta regresar a la primera se
denomina ciclo). La segunda es que, por diversas razones de índole
económica, principalmente, para una explotación óptima el tiempo de
maduración de los árboles (o turno) debe ser igual a 3 ciclos. La última
suposición es que el árbol de caoba tarda 75 años en alcanzar un tamaño
comercial. A partir de estas tres suposiciones, la práctica silvícola que se
aplica en los bosques tropicales de la región consiste en dividir el área
forestal permanente de cada ejido en 25 secciones.6

6
El diámetro mínimo autorizado para cortar un árbol de caoba es actualmente de 55 cm (era
de 2 m en los años cuarenta). Investigaciones recientes muestran que la caoba en estado
natural requiere más de 75 años para llegar a un diámetro de 55 cm. Por ejemplo, Snook
(1993) calculó que se necesitan 120 años para llegar a esta dimensión (y 82 años para

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Este manejo forestal se complementa con inventarios forestales que se


realizan periódicamente y en el que se indica el número de árboles que
existe para cada especie y tamaño. Los inventarios permiten planear la
explotación y obtener los permisos forestales.
Varias investigaciones en el ámbito de la ecología forestal realizadas
recientemente en los ejidos de la OEPFZM (Negreros–Castillo y Hall, 1994 y
1996; Negreros–Castillo y Mize, 1993 y 1996; Snook y Negreros–Castillo,
1996) indican que la explotación forestal debería probablemente seguir
técnicas distintas. En particular se ha visto que la caoba, el cedro y las
especies asociadas (Dendropanax arboreus, Lysiloma bahamensis,
Metopium brownei, etc.) encuentran en las áreas abiertas (creadas por
incendios, huracanes o por la acción del hombre) las mejores condiciones
para su regeneración, pues las aberturas amplias en el dosel permiten una
alta iluminación y bajos niveles de competencia7. Para lograr esto sería
necesario dar a la selva un tratamiento que simule el incendio o el huracán,
es decir, hacer pequeños desmontes (quizás tipo milpa) y aplicar una quema
controlada.
Todavía se necesita hacer mucho trabajo de investigación para obtener
resultados definitivos y para encontrar técnicas silvícolas que tomen en
cuenta estos resultados y cuya ejecución sea a la vez factible desde el punto
de vista económico.8 Asimismo, será necesario promover los cambios

alcanzar un diámetro de 40 cm). Negreros-Castillo y Mize (1997), por su lado, encontraron


índices de crecimiento para la mayoría de las especies de 0.3 mm por año. Esto quiere decir
que el turno dura entre 4 y 5 ciclos. Si se quisiera explotar la selva siguiendo el precepto de
los 3 ciclos por turno, habría que dividir el área forestal en 40 secciones, pero la
concomitante reducción en la producción en el corto plazo sería inaceptable tanto para los
ejidatarios (que ya de por sí están haciendo una costosa inversión a muy largo plazo) como
para la industria en general.
7
De acuerdo con Negreros–Castillo y Mize (1993), cuando los árboles alcanzan una edad de
10 años, su ritmo de crecimiento prácticamente no depende de la densidad.
8
Existen algunos estudios ecológicos realizados en Quintana Roo que permiten dar unos
pasos iniciales en la elaboración de planes de manejo. La mayoría de estos estudios se han
enfocado en la caoba como especie guía, por su alto valor comercial. Dentro de la
información más relevante está que la caoba es una especie que se regenera muy
satisfactoriamente después de huracanes e incendios, ambos fenómenos típicos de la región
(Snook, 1993). Por eso en los lugares en los que se encuentra la caoba, ésta presenta una
distribución en grupos. Se pueden recorrer kilómetros en una selva sin encontrar caoba y de
pronto se encuentran áreas en las que son sumamente abundantes. Esto indica que el sitio es
un área en la que ocurrió algún tipo de fenómeno que favoreció la regeneración de la caoba.

91

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

legales correspondientes, pues la Ley Forestal, en su afán, muy loable, de


proteger los bosques tropicales, prohibe cualquier tipo de desmonte.

2. M A R C O DE LA EVALUAC IÓ N

2.1. Marco t eóri co


En la última década ha surgido una extensa literatura dentro del área de la
ecología aplicada sobre la sustentabilidad. A pesar de que existe un
entendimiento general de este término, los estudiosos del medio ambiente y
los encargados del manejo de recursos suelen tener diferentes concepciones,
en particular cuando se considera que la sustentabilidad también persigue
una distribución justa tanto de los costos como de los beneficios asociados
con el manejo de recursos (Masera et al., 1999). En suma, en virtud de los
muchos factores tanto ecológicos como sociopolíticos involucrados, la
definición de la sustentabilidad y su evaluación no son un problema sencillo
(Allen et al., 1991).
Masera et al. (1999) desarrollaron una metodología para enfrentar este
problema: el Marco para la Evaluación de Sistemas de Manejo de Recursos
Naturales incorporando Indicadores de Sustentabilidad (MESMIS). El MESMIS
integra recomendaciones y experiencias de diferentes instituciones que han
estado trabajando en el desarrollo de metodologías para evaluar la
sustentabilidad de sistemas de manejo de recursos naturales. Intenta ser una
herramienta útil no sólo para evaluar la sustentabilidad sino también para
identificar los puntos críticos, es decir, los parámetros que fortalecen o
debilitan la sustentabilidad del sistema sujeto a evaluación.

2.2. Def i n i ci ón d el si ste ma a eval u ar


El sistema de producción predominante entre los ejidatarios de la OEPFZM
comprende los siguientes subsistemas (Murphy, 1990): (a) la milpa (siembra
de maíz en combinación con varias variedades de frijol, calabaza y otras
plantas), que es la actividad básica e insustituible; (b) el huerto familiar o

En muchos casos las milpas abandonadas que están cerca de árboles semilleros de caoba o
cedro presentan una alta abundancia de estas especies (Negreros–Castillo, 1991; Negreros–
Castillo y Hall, 1994).

92

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traspatio; (c) la hortaliza; (d) la parcela frutícola; (e) el apiario; (f) la parcela
agroforestal; (g) la elaboración de artesanías de madera, bordados y bejucos,
y (h) la selva. Desde luego no todas las familias de los ejidos atienden o
tienen todos los subsistemas, y las formas de organización para llevar a cabo
las actividades en cada subsistema son variables.
De todos estos subsistemas de producción, el que más asesoría ha
recibido por parte de la DTF ha sido la selva. El manejo de este subsistema es
sumamente complejo, debido a su intrincada ecología ―poco conocida por
la ciencia―, a los beneficios económicos y ambientales que las selvas
proporcionan a los ejidatarios, a los beneficios ambientales que las selvas
representan para la humanidad y al no menos complejo contexto
sociopolítico y cultural de la región.
En la presente evaluación9 se intentó aplicar la metodología del MESMIS
para evaluar la sustentabilidad del sistema de manejo forestal comunitario
de la OEPFZM en Quintana Roo, que incluye un amplio rango de productos y
servicios de la selva, es decir, los que brindan beneficios monetarios
(madera, chicle, guano, palizada, etc., véase el Cuadro 4A.14), beneficios no
monetarios (leña, materiales para construcción, medicinas, frutos, forrajes,
fauna, guano, etc.) y beneficios ambientales (la retención de dióxido de
carbono, que contribuye a evitar el cambio climático global).

2. 3. Al can ce d e l a e val u aci ón


Debido a limitaciones de orden práctico, resultaba imposible realizar una
evaluación en los 21 ejidos pertenecientes a la organización, por lo que se
decidió escoger un ejido con alta riqueza forestal y otro con baja, de manera
que la muestra fuera representativa de la amplia variedad de ejidos, en lo
que se refiere a las condiciones de la selva.10
Los ejidos seleccionados fueron Naranjal Poniente (alta riqueza forestal)
y X-Pichil (baja riqueza forestal):

9
Esta evaluación fue realizada con el apoyo financiero de la Fundación Rockefeller en
México y con la colaboración de la OEPFZM.
10
La riqueza forestal se entiende aquí como la abundancia de caoba y cedro, indicador
tradicional en las selvas latinoamericanas de este tipo. Se considera que es alta la riqueza
forestal de una selva si ésta cuenta con por lo menos un metro cúbico de caoba por hectárea.

93

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

El ejido Naranjal Poniente, formado por 160 ejidatarios, está ubicado


en el municipio de Felipe Carrillo Puerto y cuenta con una superficie total de
12,620 hectáreas, de las cuales 8,750 ha corresponden al área forestal,
1935 ha al área ganadera y 1935 ha al área agrícola. El ejido se caracteriza
por su relativa abundancia de madera preciosa.
Por su parte, el ejido X-Pichil, ubicado en el mismo municipio que el
anterior, tiene 550 ejidatarios y una superficie total de 27,300 ha, de las
cuales se asignaron 17,500 ha para área forestal permanente, 2,000 ha para
área ganadera, 3,700 ha para área agrícola, 100 ha para área urbana, 2,000 ha
para huamil perturbado (vegetación secundaria) y 2,000 ha son de selva
baja. En el área forestal del ejido abundan las maderas tropicales comunes
(véase el Cuadro 4A.14) y escasean las preciosas, a causa de la
sobreexplotación antes descrita.

2.4. Descri p ci ón d e l os si stemas d e ma n ejo


f orestal extra cti vo y co mu n i tari o
De acuerdo con el MESMIS, la sustentabilidad de un sistema de manejo de
recursos naturales se puede evaluar sólo de manera comparativa, es decir,
comparándolo con otro sistema. En este caso se decidió hacer una
comparación de tipo longitudinal entre el sistema de manejo forestal
comunitario vigente en 1996 (diez años después de la creación de la
OEPFZM) y el sistema extractivo que prevalecía en la época de las
concesiones, hasta 1982. Sin embargo, por falta de datos históricos, la
comparación se hará de manera meramente cualitativa.
A continuación se describen las características generales de ambos
sistemas de manejo forestal (véase también el Cuadro 4.1).

2.4.1. El manejo forestal extractivo


Denominamos sistema de manejo forestal extractivo al que prevalecía antes
del proyecto. Este sistema consistía en realidad en un conjunto de
subsistemas para cada uno de los productos que se extraían de la selva, tal
como se describe a continuación:

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E L S IS T E M A D E M A N E J O F O R E S T A L D E L A OEP F ZM E N Q U IN T A N A R O O

Cuadro 4.1. Resumen de los sistemas de manejo comparados


Sistema extractivo Sistema comunitario
Determinantes del sistema
(Prevaleciente hasta 1982) (A partir de 1986)
Clima: (A) cálido húmedo. Altura: 0-300 msnm. Precipitación: 1000-
BIOFÍSICAS ORIGINALES 1200 mm, época de secas en enero–mayo. Vegetación: selva
mediana subperennifolia. Suelos: rendoles o rendzinas
Selva mediana subperenni-
Características del Selva mediana subperennifolia,
folia relativamente rica en
(para productos madera-
TECNOLÓGICAS Y DE

recurso empobrecida por sobreextracción


bles y no maderables)

maderas con valor comercial


Caoba, cedro, otras 20 especies
Productos extraídos Caoba y cedro
MANEJO

maderables y chicle
Tecnología empleada Manual y mecánica Manual y mecánica
Empleos generados Mínimos Por lo menos 20% de los
ejidatarios
Prácticas de Ninguna Siembras de enriquecimiento con
conservación especies de alto valor comercial
Extraer lo más que se pueda, Extraer de la selva lo que la selva
Objetivo de la retribuyendo lo menos posible crece cada año, para no reducir su
SOCIOECONÓMICAS Y

producción a los dueños, sin preocuparse riqueza


por la selva
CULTURALES

Los ejidatarios han sido capacita-


Características de la El comprador de madera tiene
organización para la su propio personal para dos para hacerse responsables de
producción extraer madera casi todos los aspectos de la
extracción y la comercialización
Los compradores de madera
Beneficiarios y, en forma mínima, los Todos los ejidatarios y sus familias
ejidatarios

Madera en rollo
La madera en rollo (es decir, los troncos) de caoba y cedro se vendían a las
compañías madereras, sin que los ejidatarios, dueños de la selva, tuvieran
ninguna participación en el proceso. Los concesionarios se hacían cargo de
todo. El volumen a extraer era autorizado por las autoridades forestales
federales, sin mediar estudio dasonómico alguno. Los ejidos recibían como
compensación por la extracción de madera el derecho de monte, una cuota
muy baja que se acordaba con el gobierno y que se depositaba en una cuenta
a la que los ejidatarios tenían acceso solamente después de presentar un
proyecto para su uso. El comprador no estaba comprometido a reemplazar la

95

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

madera extraída ni a realizar ninguna obra de mantenimiento de caminos o


de mejoramiento del bosque.

Durmientes
La producción de durmiente ha sido por tradición una actividad muy
importante en la Zona Maya, porque genera ingresos directos a cada
individuo (véase la p. 86). Antes de que se crearan las organizaciones
ejidales, los durmientes se vendían a través de uniones de ejidos, en las
cuales reinaba la corrupción y que carecían de reglas para la extracción, por
lo que se aprovechaba cualquier parte de la selva y se utilizaban especies
inadecuadas (con un valor mucho mayor en otros usos). Esta extracción
desordenada contribuyó a mermar la existencia de árboles de calidad en la
selva, tal como se vio más tarde al hacer los inventarios forestales.

Chicle
El chicle se extrae del árbol de chicozapote (Manilkara zapota). Para la
producción de esta resina, cada ejido recibía por parte de las autoridades
gubernamentales correspondientes un permiso en el que se indicaba el
volumen autorizado. Dentro del ejido, este volumen se dividía entre el
número de ejidatarios que deseaban participar. Luego cada uno en forma
individual seleccionaba los árboles y los picaba para extraer el chicle, pero
sin ningún tipo de recomendación técnica, por lo que a veces se picaban
árboles muy pequeños, provocándoles daños permanentes (Barrera, 1993).
La comercialización se realizaba a través de las cooperativas chicleras que
adolecían de los mismos problemas que la unión durmientera, por lo que el
ejidatario extractor no recibía un beneficio justo.

Guano, postería y palizada


Guano es el nombre general que se le da a todas las palmas de la región
cuyas hojas se utilizan para construir los techos de las casas; postería es la
madera que se saca de la selva con un diámetro de entre 10 y 20 centímetros
y que se utiliza para construir la estructura de las casas, y palizada es la
madera con un diámetro entre 5 y 8 centímetros para diversos fines. La
extracción de estos productos se realizaba y se sigue realizando a
conveniencia del productor, y su volumen depende de la demanda de la

96

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E L S IS T E M A D E M A N E J O F O R E S T A L D E L A OEP F ZM E N Q U IN T A N A R O O

población, aunque en algunas ocasiones se venden al exterior. Hasta la fecha


no se ha realizado ningún estudio para cuantificarlos.

2.4.2. El manejo forestal comunitario


El sistema de manejo forestal comunitario establecido por la OEPFZM tiene
como objetivo principal la promoción del desarrollo de los ejidos socios a
través del manejo sustentable e integrado de sus recursos naturales, con
énfasis en el aspecto forestal. Su descripción se hará, como en el caso
anterior, por producto extraído de la selva, para facilitar la comparación.
Dentro de la descripción se indicarán los aspectos en los que se ha cambiado
el sistema y que básicamente son cinco: organización, capacitación,
comercialización, dasonomía e investigación.

Madera en rollo
Organización. En sus inicios este aspecto consumió una gran parte del
tiempo de los miembros de la DTF. Los ejidatarios no estaban acostumbrados
a tomar decisiones acerca de la madera que podían vender de su bosque y
desconocían la información básica necesaria. La existencia de las asambleas
ejidales se aprovechó para iniciar pláticas con los ejidatarios con el fin de
explicar las enormes ventajas de trabajar unidos en el aprovechamiento de
sus recursos forestales. Se formaron comités forestales y de comercializa-
ción, que desde entonces trabajan en coordinación con la DTF. Los comités
se encargan de organizar las actividades de campo y de administrar el valor
de la producción. Además cada ejido decide el salario que se debe percibir
por las diferentes actividades de extracción. Al final de la temporada,
después de vender la madera y de descontar los gastos de extracción y de
reforestación, el resto se divide entre todos los ejidatarios,
independientemente de que hayan participado o no en la extracción.
Capacitación. Se organizaron cursos de administración (manejo de trámites
para obtener permisos de aprovechamiento forestal), de contabilidad y de
medición de madera (cubicación), que fueron recibidos con mucho interés
por los ejidatarios.
Comercialización. Este aspecto fue muy importante al inicio de la
organización. El mercado existía, pero estaba en manos de los compradores,

97

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

que tenían amplios márgenes de ganancia. Para revertir esta situación fue
necesario lograr un consenso entre todos los ejidos de la organización, e
incluso con otras organizaciones forestales, para exigir precios más altos en
todo el estado.
Dasonomía. El logro más sobresaliente en ésta área fue convencer a los
ejidos de que establecieran un área exclusiva para manejo forestal,
denominada área forestal permanente. Cada ejido decidió entonces la
superficie y la localización de esta área y se comprometió a impedir en ella
cualquier actividad agrícola, pecuaria o urbana. Cada área forestal
permanente se dividió en 25 secciones o áreas de corta, para organizar la
extracción: Cada año se extrae madera de un área de corta diferente hasta
completar un ciclo de 25 años, y luego este ciclo se repite 3 veces dando un
turno de 75 años. En la primera corta se crea un área de regeneración, de
manera que a los 75 años haya madera de tamaño comercial en esa área. De
esta manera se ha enfrentado el reto de regenerar la selva, es decir, de
reemplazar los árboles extraídos, enriqueciendo las áreas empobrecidas (que
constituyen de hecho la mayoría de la selva). Este programa incluye la
realización de inventarios forestales y de los estudios dasonómicos
correspondientes, que se entregan a las autoridades forestales para que
autoricen los volúmenes de extracción. Los ejidatarios han estado
directamente involucrados en este proceso y han recibido la capacitación
requerida.
Investigación. La OEPFZM realiza investigación tanto por cuenta propia
como en colaboración con otras instituciones,11 siguiendo dos líneas
principales: agroforestería y silvicultura (véase el Cuadro 4A.12).

Durmientes
Organización. Se formaron comités de administración y comercialización
en cada uno de los ejidos socios.
Capacitación. Los ejidatarios reciben capacitación anualmente, porque cada
año se cambia a los responsables de llevar a cabo las actividades

11
Se trata, entre otras, del Instituto Tecnológico Agropecuario núm. 16, de Iowa State
University, de Duke University, y del International Center for Research in Agroforestry
(ICRAF).

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E L S IS T E M A D E M A N E J O F O R E S T A L D E L A OEP F ZM E N Q U IN T A N A R O O

administrativas de la producción de durmiente. Las áreas principales de


capacitación son contabilidad de gastos y recepción de durmiente.
Comercialización. El cambio más sobresaliente ha sido la venta directa a la
compañía ferroviaria. Esto ha permitido también una mayor posibilidad de
negociación de precios.
Dasonomía. No se ha avanzado mucho en cuanto a la determinación de
ciclos de corta o de métodos de regeneración de las especies que se usan en
la producción de durmientes, principalmente por falta de información
científica sobre ellas. Sin embargo, se ha logrado establecer un diámetro
mínimo y excluir especies de alto valor comercial. Además se está
planeando crear áreas de corta de durmiente que coincidan con las áreas de
corta para madera en rollo.
Investigación. Como se mencionó antes, existe un programa de
investigación en manejo silvícola, que abarca los principales productos que
se obtienen de la selva.

Chicle
Organización. El control de las cooperativas chicleras (véase la p. 96)
terminó en 1995. Al año siguiente, por iniciativa del gobierno y como
respuesta a los continuos conflictos con las cooperativas, se creó un plan
piloto chiclero y una empresa comercializadora, que tiene los derechos
exclusivos para la exportación de la resina. Dado que todo el chicle que se
produce en Quintana Roo se exporta, el plan chiclero no ha implicado para
los ejidatarios más que el paso de un tipo de control a otro. Si bien el precio
que recibe el productor ha aumentado ligeramente, sigue siendo mucho
menor (5 dólares por kilogramo) que el de exportación (9 dólares).
Silvicultura. En este campo, la OEPFZM está apenas iniciando acciones: Se
trata del establecimiento de un diámetro mínimo para poder picar un árbol y
de un periodo de descanso mínimo de 5 años entre picas.

Guano, postería y palizada


Las actividades de extracción de estos productos siguen siendo similares a
las que existían antes del manejo forestal comunitario. Hace falta mucha

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

información científica para saber en qué medida se regeneran las especies


que se usan para obtener estos productos.

2.5. Pu n tos crí ti cos y atri b u tos d e


su sten tab i l i d ad
De acuerdo con el MESMIS, una vez identificados los sistemas de manejo que
se van a comparar, hay que identificar los puntos críticos de cada uno de
estos sistemas, para 7 atributos generales de la sustentabilidad, a saber,
productividad, equidad, estabilidad, resiliencia, confiabilidad,
adaptabilidad y autogestión, y elaborar una lista de indicadores. Cada
indicador puede corresponder a una o más áreas de evaluación (social,
económica y técnico–ambiental).
Los puntos críticos de un sistema de manejo de recursos naturales se
pueden definir como aquellos aspectos que tienen una influencia importante
sobre la sustentabilidad del sistema. En el caso de sistemas de manejo tan
complejos como estos, son muchos los aspectos involucrados, por lo que
resulta necesario hacer una cuidadosa selección.
En el caso del manejo forestal extractivo, los principales puntos críticos
están relacionados con la explotación excesiva de maderas preciosas y con la
desigual distribución de beneficios.
Por su lado, el manejo forestal comunitario, a pesar de que resuelve
varios de los problemas del sistema extractivo, tiene también puntos críticos.
En particular, las bajas existencias (atribuibles al sistema de extracción
anterior) de maderas de alto valor comercial afectan su sustentabilidad. Otro
punto crítico es el alto costo de los inventarios forestales y de los planes de
manejo requeridos por el manejo comunitario. Finalmente, este sistema
necesita mantener un alto nivel de organización de los ejidos y una constante
asesoría para ser exitoso.

2.6. S el ecci ón d e i n d i cad ores estrat égi cos y


métod os d e med i ci ó n
En esta sección se presentan los indicadores estratégicos seleccionados para
la evaluación y se describe brevemente la metodología utilizada para su
medición y monitoreo (véase también el Cuadro 4.2).

100

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E L S IS T E M A D E M A N E J O F O R E S T A L D E L A OEP F ZM E N Q U IN T A N A R O O

Cuadro 4.2. Indicadores críticos, áreas de evaluación, y


métodos de medición para evaluar la sustentabilidad del
manejo forestal comunitario de la OEPFZM
Atri- Indicadores críticos Métodos de medición Áreas de


buto evaluación
Rendi- Crecimiento anual de la selva* Parcelas de investigación forestal e inventarios
TA
miento Area forestal*
Productividad

Datos de la DTF de la OEPFZM


Productos extraídos*
Renta- Gastos de operación* Método de análisis económico para determinar el E
bilidad Mercado para especies poco valor económico total de los bosques tropicales
conocidas
Distribución de los beneficios* Entrevista directa para obtener información sobre:
 Equidad económica  distribución de los ingresos económicos,
Equidad

 Equidad no económica  porcentaje aproximado de ejidatarios que S


 Beneficios que reciben las familias participan en actividades forestales,
 La inversión social y productiva  inversión en obras sociales

Productividad del suelo para milpa y Entrevistas (muestra de 12% de los hombres y 4
por ciento de las mujeres) y consulta del XI S
crecimiento de la población*
Censo de Población y Vivienda
(vulnerabilidad)

TA
Estabilidad

Riqueza de la selva y biodiversidad* Inventarios antes y después de la OEPFZM


Revisión del plan de manejo; revisión de TA
Silvicultura de las selvas* investigaciones
Reglamentos internos de uso de los S
recursos forestales* Encuestas y consulta con la DTF de la OEPFZM
Política regional Análisis de la historia de la región SP
Respuesta a conflictos políticos*
Análisis de la historia de la organización SP
liencia
Resi-

Análisis de la historia ecológica de las selvas de TA


Respuesta a catástrofes naturales* Quintana Roo
Adapta- Formación de recursos humanos en áreas  Frecuencia y tipo de capacitación S/
bilidad técnico–prácticas*  Número de personas por área TA
Formas de organización* Análisis de los niveles de organización existentes
Autogestión

Participación en asambleas* Frecuencia de reuniones


S
Cuotas para servicios técnicos* Asuntos que se abordan, nivel de participación
Participación en el comité directivo* Porcentaje de ejidatarios que participan
Notas: El asterisco (*) muestra los indicadores críticos seleccionados para la evaluación.
Las áreas de evaluación son social (S), económica (E), técnico–ambiental (TA) y sociopolítica (SP).

101

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Productividad. Dado que el manejo de cualquier recurso natural debe tener


como base un adecuado nivel de rendimientos biológicos y económicos,
para el atributo de productividad se seleccionaron como indicadores el
rendimiento de maderas preciosas y la rentabilidad. El rendimiento, es decir,
el ritmo de crecimiento de la selva, es difícil de medir, pero se hace una
estimación de él cuando se solicita la autorización de las autoridades
forestales para la extracción de madera. Estos volúmenes autorizados se
utilizaron por lo tanto como indicador, y esta información se complementó
con los volúmenes realmente aprovechados (Carreón et al., 1988; DGINF,
1969).
La rentabilidad, por su lado, se calculó por medio de un análisis
beneficio–costo que fue más allá de los análisis tradicionales, puesto que
consideró el valor económico total de la selva, es decir, tomando en cuenta
tanto lo que se extrae de la selva y se comercializa como los beneficios no
monetarios o ambientales que son resultado de la existencia misma de la
selva.
Equidad. Desde el punto de vista social, es muy importante determinar
quiénes se benefician ―y en qué medida― con los productos monetarios y
no monetarios que se obtienen de las selvas. El criterio de diagnóstico que se
seleccionó fue la distribución de los beneficios, y los indicadores fueron: la
equidad económica, la equidad no económica, los beneficios que reciben las
familias de ejidatarios y la inversión social y productiva. Estos cuatro
indicadores se evaluaron por medio de entrevistas directas.
Estabilidad. La estabilidad del manejo forestal en la OEPFZM depende por
un lado del recurso y, por otro, del contexto socio–político (de hecho, al
interior de la organización, la estabilidad social y política tiene una
relevancia tal que la estabilidad del recurso queda relegada a un segundo
plano). Los criterios de diagnóstico utilizados fueron:
 La presión de la agricultura sobre los terrenos forestales, utilizando
como indicadores la evolución de rendimientos en maíz, el
establecimiento de Áreas Forestales Permanentes y la disponibilidad de
tierras de uso agrícola.
 La riqueza de la selva y la biodiversidad. En este caso los indicadores
son la evolución de las existencias de maderas preciosas con alto valor
comercial y el número de especies aprovechadas.

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E L S IS T E M A D E M A N E J O F O R E S T A L D E L A OEP F ZM E N Q U IN T A N A R O O

 El control sobre la explotación de la selva por parte de los ejidatarios.


El indicador aquí es la existencia y complejidad de los reglamentos
internos para el aprovechamiento del recurso.
Aunque la estabilidad o equilibrio del sistema es un atributo que se mide en
las tres áreas de evaluación, porque depende precisamente de la armonía
entre ellas, en este caso no se incluyeron aspectos económicos, ya que la
información respectiva está incluida en el atributo de productividad.
Resiliencia. En el caso de la resiliencia resulta particularmente difícil la
identificación de indicadores pertinentes. La OEPFZM ha estado
constantemente sujeta a conflictos políticos, y la región en su conjunto se
halla a merced de fuertes huracanes. Como criterio de diagnóstico para este
atributo se seleccionó la capacidad de respuesta a conflictos socio-
económicos y siniestros naturales y como indicadores la capacidad de
respuesta a conflictos políticos (en el área político–social) y la capacidad de
recuperación a catástrofes naturales (en el área técnico–ambiental). Para
ambos indicadores la metodología empleada fue el análisis histórico de la
intensidad y frecuencia de las perturbaciones políticas y naturales.
Adaptabilidad. En la actualidad las condiciones de la selva y el contexto
político del estado de Quintana Roo son muy diferentes a las que existían en
1986 cuando surgió la OEPFZM. Año con año la organización ha tenido que
adaptarse a los cambios en su entorno y mantener una interacción continua
con los ejidatarios para orientarlos y capacitarlos, en la medida de lo posible,
ante estos cambios. Para examinar la adaptabilidad del sistema de manejo
forestal de la OEPFZM se tomó como criterio de diagnóstico la capacitación y
orientación recibida por los ejidatarios involucrados en el manejo de la
selva. Un indicador que refleja este atributo en el área social y técnico–
ambiental es la formación de recursos humanos dentro de la OEPFZM, para lo
cual se revisaron los cursos impartidos y las listas de asistencia en los
archivos de la organización.
Autogestión. Dado que este atributo está relacionado con la capacidad de
los ejidatarios para tomar decisiones en torno al manejo del recurso forestal,
el criterio de diagnóstico seleccionado fue el nivel de organización de los
ejidatarios. Los indicadores elegidos para representar este atributo fueron
las formas de organización, la participación de los ejidatarios en asambleas y
el monto y evolución de las cuotas para servicios técnicos. Para medir estos

103

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

indicadores se realizaron entrevistas formales e informales y se revisaron


fuentes bibliográficas y archivos.
Esta serie de indicadores (véase el Cuadro 4.2) no incluye varios aspectos
que, a pesar de estar relacionados con la sustentabilidad, tuvieron que
dejarse de lado en virtud de la complejidad del sistema. Entre estos aspectos
no considerados destaca el apoyo que brindan varias instituciones y
organizaciones al programa de trabajo (social, técnico y científico) de la
OEPFZM, así como la asesoría que la DTF proporciona a sus miembros en
áreas cuya relación con la explotación forestal es indirecta.

3. R E S U L T A D O S POR ATR IBU TO DE SUSTENTAB ILIDA D

3.1 Prod u cti vi d ad

3.1.1. Rendimiento
Para estimar los rendimientos de la selva en los dos ejidos estudiados, se
tomó como base los volúmenes autorizados y extraídos de madera (véase el
Cuadro 4.3): El ejido Naranjal Poniente ha extraído, en los últimos tres años,
la totalidad del volumen autorizado de maderas preciosas, ya que éstas
constituyen el mayor ingreso monetario de los ejidatarios. En cambio, la
extracción de maderas de menor valor comercial (tanto duras como blandas)
ha pasado a un nivel secundario en la economía de este ejido.12 Por su lado,
el ejido X-Pichil, debido a su baja población de maderas preciosas, ha tenido
que enfocar su manejo hacia otras maderas de menor valor comercial.
Los rendimientos por hectárea en ambos ejidos son relativamente bajos
comparados con otras explotaciones forestales (Carreón et al., 1997). Esto
no se debe a una subutilización del recurso sino a la excesiva e incontrolada
explotación de la selva en el pasado.

12
De hecho, a menudo sucede que el costo de extracción de estas maderas no preciosas es
mayor que su precio de venta, lo que significa que en la práctica su extracción es subsidiada
por los beneficios obtenidos de las maderas preciosas.

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E L S IS T E M A D E M A N E J O F O R E S T A L D E L A OEP F ZM E N Q U IN T A N A R O O

Cuadro 4.3. Aprovechamiento de madera en los ejidos de


Naranjal Poniente y X-Pichil (1994-1996)
Naranjal Poniente X-Pichil
Preciosas Blandas Duras Total Blandas Duras Total
Autorizado [m³] 500 300 2700 3500 200 1600 1800
500 300 528 1328 200 1508 1708
1994

Aprovechado [m³]
(100%) (100%) (20%) (38%) (100%) (94%) (95%)
Rendimiento [m³/ha] 1.43 0.86 1.51 3.80 0.28 2.15 2.43
Autorizado [m³] 500 500 3500 4500 400 2500 2900
500 500 702 1702 400 1356 1756
1995

Aprovechado [m³]
(100%) (100%) (20%) (38%) (100%) (54%) (61%)
Rendimiento [m³/ha] 1.43 1.43 2.01 4.87 0.57 1.94 2.51
Autorizado [m³] 500 300 3200 4000 400 2500 2900
500 113 25 638 400 564 964
1996

Aprovechado [m³]
(100%) (38%) (1%) (16%) (100%) (23%) (33%)
Rendimiento [m³/ha] 1.43 0.32 0.07 1.82 0.57 0.81 1.38
Nota: El rendimiento es el volumen extraído dividido entre el 4 por ciento (1/25) del área forestal total del ejido (esta
superficie corresponde al área de corta anual).
Fuente: Informe de Aprovechamiento de la OEPFZM.

3.1.2. Rentabilidad

Rentabilidad del sistema forestal


comunitario
Para evaluar la rentabilidad se consideró el valor económico total, que
incluye tanto los beneficios materiales como los ambientales:13
 Los beneficios materiales se dividen en monetarios (venta de madera
en rollo o aserrada, de chicle y de durmientes, tanto a nivel individual
como comunal) y no monetarios (obtención de productos para consumo
familiar, es decir, leña, materiales para construcción, frutas, caza, miel,
medicinas y forraje, principalmente).

13
Véase Ray, 1984; Lutz et al., 1994; Johansson, 1993; Pearce y Tunner, 1990; Ruitenbeek,
1992. El valor de la selva también se puede clasificar como valor de uso (los beneficios
materiales que obtienen las familias), valor de opción (el ingreso futuro que se puede obtener
como resultado de la explotación de algún recurso no conocido) y valor de la existencia en sí
del recurso, ligada principalmente a aspectos ambientales.

105

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

 Los beneficios ambientales se pueden dividir en tres funciones: (a) la


función reguladora (regulación del clima, captación de agua, prevención
de la erosión, mantenimiento de la biodiversidad y fijación del carbón,
entre otros); (b) la función de sustento y recreo (hábitat para la fauna y
sitio de recreo), y (c) la función social y espiritual (fuente potencial de
nuevos recursos, uso ritual y mantenimiento de la biodiversidad).14
Beneficios monetarios. La madera es la principal fuente de ingresos de los
ejidos y a su explotación se dirige una gran parte de la atención de la
OEPFZM, sin descuidar el interés por desarrollar otras alternativas. En el ejido
Naranjal Poniente (véase el Cuadro 4.4), los principales ingresos monetarios
corresponden a la venta de madera preciosa (67 por ciento), el 8 por ciento a
las maderas no preciosas y el 13 por ciento a los durmientes, lo que suma 88
por ciento de ingresos por madera. El 12 por ciento restante corresponde a la
venta de chicle. En el caso de X-Pichil, cuyos bosques carecen de maderas
preciosas, el 52 por ciento de los ingresos provienen de la venta de
durmientes y el 41 por ciento de maderas no preciosas. El chicle ocupa en
este caso una proporción menor (7 por ciento).
Beneficios no monetarios: Leña. La extracción de leña de la selva implica
para las familias un ahorro considerable. En una encuesta realizada por
personal técnico de la OEPFZM (1997) se vio que cada familia consume
semanalmente un promedio de cuatro tercias,15 lo que significa un beneficio
económico de 624 pesos por año y por familia. Esto significa para el
conjunto de las 710 familias de ambos ejidos un beneficio de 443,000 pesos
al año (véase el Cuadro 4.4).
Beneficios no monetarios: Caza. Para la estimación de los ingresos en este
rubro nos basamos en la investigación realizada por Jorgenson (1992) en el
Ejido X–Hazil.16 (Convendría realizar estudios similares en Naranjal

14
Para el caso de esta evaluación se consideró únicamente a la leña y a la caza en los
beneficios materiales no monetarios, y a la fijación de carbono en los beneficios ambientales.
15
La unidad de medida de la leña en la región es la tercia, equivalente aproximadamente a
25 kg, y que tiene en el mercado local un precio de tres pesos.
16
En el ejido X-Hazil, con una superficie forestal de 25,000 ha, Jeffrey Jorgenson observó que
se cazaron 579 animales en un periodo de 17 meses. Como no era factible en las condiciones
de ese estudio detectar el 100 por ciento de los animales cazados, es de suponerse que en

106

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E L S IS T E M A D E M A N E J O F O R E S T A L D E L A OEP F ZM E N Q U IN T A N A R O O

Poniente y X-Pichil). A partir de sus resultados, estimamos que en ambos


ejidos se cazan cada año 318 mamíferos (con un peso de 2,120 kg a un costo
de oportunidad de 18 pesos por kg que se paga en la zona, es decir, 38,160
pesos) y 164 aves (107 kg, a 10 pesos por kilogramo, igual a 1,070 pesos)
(véase el Cuadro 4.4).
Beneficios ambientales. El fenómeno conocido como cambio climático se
atribuye al incremento en la atmósfera de ciertos gases como el dióxido de
carbono, el metano y el óxido de nitrógeno. De estos gases, el dióxido de
carbono (CO2) representa el 65% del impacto total y, de acuerdo con datos
de la FAO (1997), alrededor del 76 por ciento del CO2 proviene de la
combustión de combustibles fósiles, el 23 por ciento de la deforestación
tropical y de otros tipos de degradación ambiental, y el 1 por ciento restante
de la industria del cemento.
Uno de los mecanismos que se están estudiando a nivel internacional
para mitigar el cambio climático global es el mercado de bonos de carbono,
por medio del cual, por citar un ejemplo, una industria contaminante puede
financiar la conservación de una determinada superficie forestal o la
creación de una plantación forestal que compense el CO2 emitido. Para
avanzar en esta dirección se han realizado diversos esfuerzos por evaluar
cuánto vale el hecho de no emitir el CO2 a la atmósfera, y actualmente se
estima que este precio sombra es de 10 dólares por tonelada de carbono para
el caso de proyectos forestales. Por otro lado, se ha calculado que cuando
una hectárea de selva se deforesta para cambiar el uso del suelo, se liberan a
la atmósfera 100 toneladas de carbono (Masera et al., 1995), con un precio
sombra de 1,000 dólares. Si consideramos que el área forestal permanente
total de la OEPFZM es de 204,750 ha, podemos inferir que estos bosques

realidad se cazaron 50 por ciento más animales, es decir 868 individuos (613 por año).
Suponiendo que el volumen de caza es proporcional al área de selva, podemos suponer que
en X-Pichil (con 17,500 ha) se cazaron 429 animales y 214 en Naranjal Poniente (8,750 ha).
Ahora bien, adoptando una postura conservadora, decidimos considerar sólo el 75 por ciento
de estas cantidades (322 y 160, respectivamente). De los animales cazados se considera que
el 66 por ciento (con 95 por ciento del peso) son mamíferos y el 34 por ciento (con 5 por
ciento del peso) son aves. De acuerdo con el estudio, tres especies proporcionan el 68 por
ciento del peso total: el venado de cola blanca, el jabalí de collar y el tejón. En las aves, la
especie predominante es la chachalaca.

107

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 4.4. Beneficios, tangibles e intangibles, obtenidos de


los bosques de los ejidos Naranjal Poniente y X-Pichil en 1996
Naranjal Poniente X-Pichil TOTAL de
Producto Unidad $ por
unidad Unidades Ingresos o Unidades Ingresos o ingresos o
producidas beneficios producidas beneficios beneficios
Ingresos monetarios
Madera preciosa1 m³ 1217 500 608,500 0 0 608,500
Madera blanda1 m³ 552 113 62,376 400 220,800 283,176
Madera dura1 m³ 526 25 13,150 564 296,664 309,814
Durmientes2 pieza 60 2000 120,000 11000 660,000 780,000
Subtotal madera 804,026 1,177,464 1,981,490
Chicle3 kg húmedo 34.45 3010 103,695 2600 89,570 193,265
TOTAL DE INGRESOS MONETARIOS 907,721 1,267,034 2,174,755
Beneficios no monetarios (estimación)
Mamíferos4 individuo 120 106 12,720 212 25,440 38,160
Aves4 individuo 6.50 54 351 110 715 1,066
Subtotal fauna 13,071 26,155 39,226
Leña tercia 3 33,280 99,840 114,400 343,200 443,040
TOTAL DE BENEFICIOS NO MONETARIOS 112,911 369,355 482,266
Beneficios ambientales (estimación)
CO2 evitado5 tonelada 80 14,875 1,190,000 29,750 2,380,000 3,570,000
TOTAL DE BENEFICIOS AMBIENTALES 1,190,000 2,380,000 3,570,000
TOTAL DE BENEFICIOS TANGIBLES E
2,210,632 4,016,389 6,227,021
INTANGIBLES
1 Datos obtenidos de los informes de aprovechamiento anual de la organización y del tabulador de precios
proporcionado por la DTF de la OEPFZM.
2 Los durmientes se vendieron a Ferrocarriles Nacionales de México.
3 El precio del chicle base húmeda es de 4.70 dólares (véase el Cuadro 4A.4). Se consideró aquí un tipo de cambio de
7.33 pesos por dólar.
4 Los ingresos por fauna silvestre se estimaron por medio de un cálculo por extrapolación de beneficios.
5 Emisiones evitadas anualmente por no haber deforestación. Para este cálculo se supuso un tipo de cambio de 8
pesos por dólar.

constituyen un activo ambiental que se puede valuar en casi 205 millones de


dólares.
Ahora bien, si tomamos en cuenta que la deforestación anual de las
selvas del estado de Quintana Roo se ha estimado en 1.7 por ciento ( SARH,
1991, citado en Masera, 1996), se puede suponer que la existencia del
sistema de manejo forestal comunitario contribuye a evitar la pérdida de
3,480 ha de selva al año para toda la OEPFZM, y de 446 ha para los ejidos

108

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E L S IS T E M A D E M A N E J O F O R E S T A L D E L A OEP F ZM E N Q U IN T A N A R O O

Naranjal Poniente y X-Pichil. Esto significa que el beneficio ambiental del


manejo forestal comunitario en los dos ejidos se puede evaluar en 446,000
dólares al año (véase el Cuadro 4.4).
Conclusión. Como se ha dicho antes, la existencia del bosque genera
beneficios materiales (monetarios y no monetarios) para las personas que lo
manejan directamente, y ambientales para la sociedad entera. Por lo que se
refiere a los beneficios materiales, éstos se quedan prácticamente en su
totalidad en los ejidos, puesto que los costos que se pagan al exterior
(honorarios, fletes, maquinaria, etc.) son mínimos (véanse los Cuadros 4A.3,
4A.4 y 4A.5). De igual modo, los costos de reforestación17 se quedan dentro
de la comunidad.
Una parte de estos beneficios llega a la OEPFZM en forma de cuotas, pero
estas cuotas regresan a los ejidos en forma de servicios. De hecho, el valor
de estos servicios es mucho mayor que el de las cuotas (ver más adelante),
por lo que se da aquí un subsidio del exterior.
Podemos por lo tanto suponer que la suma de los beneficios de la selva
para ambos ejidos es entonces de 2.6 millones de pesos al año. Si asumimos
además que esta cantidad se distribuye equitativamente entre los ejidatarios
(cosa que está cercana a la realidad, como se verá más adelante), vemos que
el beneficio per cápita por mes es de apenas 312 pesos, cantidad muy
inferior al salario mínimo en la región,18 y seguramente inferior a lo que
obtendrían los ejidatarios si dedicaran esa superficie a otro uso.
En conclusión, el sistema forestal comunitario sobrevive gracias a los
siguientes factores:
 La selva no representa el único sustento de los ejidatarios. Éstos cuentan
además con la milpa, el huerto familiar, la elaboración de artesanías, etc.
 La organización de ejidos cuenta con subsidios externos.
 Los ejidatarios consideran que sus ingresos aumentarán en el futuro: en
el corto plazo gracias a la industrialización de la madera (mayor valor
agregado) y al aprovechamiento de otras especies, y en el largo plazo

17
En 1996 se plantaron en Naranjal Poniente 7,000 plántulas (en una superficie de 300
hectáreas) y en X-Pichil 25,000 (en 400 hectáreas). Las plántulas provienen de un vivero que
tiene la OEPFZM en una superficie de una hectárea. El costo de reforestación por plántula es
de aproximadamente 2.50 pesos (véase el Cuadro 4A.6).
18
El salario mínimo en la región era de $22.50 al día en 1997.

109

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

gracias al aumento en la producción de maderas preciosas (una vez que


se recupere la riqueza forestal perdida).
A pesar de estos factores, la sistema forestal es frágil, y para su permanencia
sería deseable que se valorizara su servicio ambiental, cuyo valor, como se
vio antes, es mucho mayor que el de los beneficios materiales.

Rentabilidad del sistema forestal


extractivo
La situación del sistema de manejo forestal extractivo vigente hasta 1982 se
describió en la sección 2.4.1. (p. 94). Este sistema básicamente consistía en
la extracción de los mejores árboles, sin aplicar ninguna medida para
mejorar el bosque a futuro. Es posible proyectar que, de haber continuado
este sistema, la riqueza de la selva ya casi habría desaparecido, lo que habría
provocado la deforestación y el gradual establecimiento de otro sistema de
uso del suelo más rentable. Con esto se hubieran perdido todos los
beneficios monetarios, no monetarios y ambientales de la selva.
Por otro lado, los beneficios económicos que percibían los ejidatarios
eran mínimos. De la información con que se cuenta, se sabe que el derecho
de monte correspondía a un equivalente de 20 dólares por metro cúbico. En
los últimos años de las concesiones, la extracción anual autorizada para
ambos ejidos fue de 200 metros cúbicos (aunque el volumen que se extraía
en realidad era mayor), lo que corresponde a un ingreso de apenas 4,000
dólares.

3.2. E q u id ad (d i stri b u ci ón d e b en ef i cios)


La equidad es un factor crítico de la sustentabilidad de los sistemas de
manejo y especialmente de los que involucran a un gran número de
personas, instituciones y empresas que reciben beneficios y que ejercen
presión sobre el mismo recurso, como es el caso del sistema que nos ocupa.
Por otro lado, como la explotación forestal produce beneficios de diferente
naturaleza (monetarios, no monetarios y ambientales), la evaluación de su
distribución resulta muy compleja.
Para abordar la evaluación de la equidad, se identificaron cuatro
indicadores, todos dentro del área social, a saber (a) el porcentaje de
ejidatarios que participan en las actividades forestales (equidad económica);

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E L S IS T E M A D E M A N E J O F O R E S T A L D E L A OEP F ZM E N Q U IN T A N A R O O

(b) la distribución de beneficios y oportunidades (equidad no económica );


(c) los beneficios que reciben las familias, y (d) la inversión social y
productiva.

3.2.1. Equidad económica


La distribución de los beneficios económicos tiene características peculiares
en la producción de los tres principales productos forestales: la madera en
rollo o tabla, los durmientes y el chicle.19 Para evaluarla se realizó una
encuesta con ejidatarios de ambos ejidos bajo estudio. Así se vio que en el
ejido Naranjal Poniente (el único ejido socio de la OEPFZM con bosques
relativamente ricos), la actividad forestal ocupa al 90 por ciento de los
ejidatarios. Aunque la producción de durmientes tiene una menor
importancia relativa, el 70 por ciento de los ejidatarios se dedicaron a ella en
1996. Finalmente, un porcentaje similar de ejidatarios se dedicó a la
producción de chicle (actividad un poco más relevante que el labrado de
durmiente), ocupándose en ella durante dos meses.
En el ejido de X-Pichil, el labrado de durmiente es la actividad forestal
más importante. De hecho, de acuerdo a la encuesta que se realizó, todos los
ejidatarios se dedican a ella durante más o menos un mes al año. La segunda
actividad forestal de importancia en X-Pichil es la extracción de chicle, a la
que se dedican sólo el 27 por ciento de los ejidatarios. En este caso, la
productividad y las ganancias varían mucho entre los distintos trabajadores,
ya que dependen de su habilidad y persistencia.
La participación relativamente alta de los ejidatarios en todas las
actividades forestales (es decir, el bajo nivel de especialización) evita la
monopolización de recursos e ingresos y representa por lo tanto un indicador

19
Como se explicó antes, la producción de madera beneficia a los ejidatarios de dos formas:
como trabajadores de la empresa forestal ejidal reciben un salario, y como socios de esta
empresa reciben reparto de utilidades. Los durmientes, por su lado, son producidos por cada
ejidatario de manera individual; el papel de la organización se limita en este caso a la
asignación de cuotas individuales de producción y a la comercialización (lo que permite
negociar mejores precios). Finalmente, a la extracción de chicle tienen acceso todos los
miembros varones del ejido (sin cuotas de producción); como en el caso del durmiente, cada
ejidatario lleva a cabo la actividad en forma independiente y la comercialización se realiza a
través del ejido (cooperativas ejidales).

111

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

favorable en lo que se refiere a la equidad del sistema de manejo forestal


comunitario.
El intermediarismo, en cambio, es uno de los principales factores que
afectan de manera negativa la equidad. A pesar de que las acciones y apoyos
de las empresas ejidales y de la OEPFZM han reducido este problema, sigue
presentándose en los ejidos más pobres (que carecen de ingresos
permanentes) como X-Pichil, sobre todo en la comercialización del
durmiente, pues los intermediarios, generalmente comerciantes y
prestamistas locales, pagan las piezas entre 15 y 20 por ciento por debajo del
precio oficial.

3.2.2. Equidad no económica g enerada por las


actividades forestales dentro del manejo
forestal comunitario de la O EP FZ M
El manejo forestal comunitario trae consigo varios beneficios no monetarios
que se distribuyen de manera equitativa. Por ejemplo, en el proceso de
extracción existe rotación constante de trabajadores. Con ello se busca que
todos los ejidatarios interesados en participar en las actividades forestales (e
incluso los jóvenes sin derechos agrarios) tengan la oportunidad de hacerlo.
Los únicos puestos permanentes son los de cubicador y encargado de
aserradero, que requieren una mayor responsabilidad y capacidad técnica, y
que, por lo tanto, ameritan un pago más alto. Los ejidatarios por lo general
consideran esto justo.

3.2.3. Los beneficios que reciben las familias de


los ejidatarios
Tanto en Naranjal como en X-Pichil, la totalidad de ejidatarios encuestados
declararon que todos los ingresos que recibían por su participación en las
distintas actividades forestales se destinaban a la adquisición de bienes para
sus familias (principalmente alimentos). Sin embargo, una encuesta aplicada
a las mujeres de ambos ejidos mostró resultados diferentes: En Naranjal
Poniente, las mujeres declararon que recibían de sus maridos una cantidad
igual al 64 por ciento de los ingresos que los hombres dijeron recibir, y
además la mayoría de ellas dijeron desconocer el ingreso de ellos. Por su

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E L S IS T E M A D E M A N E J O F O R E S T A L D E L A OEP F ZM E N Q U IN T A N A R O O

lado, las mujeres de X-Pichil reciben, de acuerdo con esta encuesta, el 81


por ciento del ingreso masculino y sí conocen el ingreso de sus esposos. 20
No es posible determinar el efecto de la existencia de la OEPFZM en este
indicador, por la falta de estudios anteriores. Sin embargo estos datos
pueden ser la base para futuros estudios que permitan ver la tendencia de
estos parámetros dentro del manejo forestal comunitario.

3.2.4. La inversión social y productiva de los


aprovechamientos del bosque
A pesar de que las ganancias de los ejidos de la OEPFZM son pequeñas, su
reparto entre los ejidatarios representa una costumbre muy arraigada, no sólo
entre los socios de esta organización, sino en general entre todos los ejidos
de Quintana Roo, tanto los mayas como los no indígenas. En los años
setenta y en la primera mitad de los ochenta existía, para los ejidos
forestales, la obligación legal de destinar el derecho de monte o los recursos
generados por los aprovechamientos forestales a proyectos de inversión. Es
decir, el dinero no se les pagaba directamente, sino que era depositado en un
fondo especial del FIFONAFE.21 Los ejidos sólo podían tener acceso a ese
fondo si presentaban ante la Secretaría de la Reforma Agraria un proyecto
de inversión y lograban su aprobación. Muchos de estos recursos nunca
llegaron a las comunidades a quienes estaban destinados. Los ejidos de la
Zona Maya (que posteriormente integrarían la OEPFZM) pudieron usar estos
fondos con el apoyo de la DTF del entonces Plan Piloto Forestal de la Zona
Maya y los utilizaron para apoyar la realización de los inventarios forestales.
Aunque este esquema de la reserva del derecho de monte para
inversiones sociales o productivas desapareció con los cambios a la
legislación forestal de 1986, la DTF de la OEPFZM buscó mantener esta
práctica destinando parte de las ganancias forestales a inversiones. Los
ejidos han aceptado este manejo e incluyen los porcentajes de inversión en
los tabuladores de costos de producción bajo el rubro de fondo común y
obras productivas. Sin embargo, para los ejidatarios ha sido difícil

20
El fuerte nivel de consumo de alcohol en estas comunidades nos da una idea de a qué se
dedica una parte del ingreso que no llega a las mujeres.
21
Véase la nota 2, p. 4.

113

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

apropiarse realmente de estos recursos: los suelen considerar como


impuestos y los conservan por varios años, sin decidirse a invertirlos.
El monto que se reserva para el rubro de fondo común y obras
productivas en la extracción de maderas preciosas equivale al 25 por ciento
de los costos de producción y al 10 por ciento en el caso de las maderas
blandas y duras (véase el Cuadro 4A.3).
La capacidad de inversión productiva depende por supuesto de los
volúmenes de maderas comerciales de que disponen los ejidos: En Naranjal
Poniente, la empresa forestal ha logrado una capitalización significativa, que
le ha permitido pagar los gastos de gestión de las autoridades ejidales, así
como diversos servicios públicos como el trazo de calles y la instalación y
operación del alumbrado público.
En cambio, en X-Pichil, como en la mayoría de los ejidos afiliados a la
OEPFZM, no hay cosechas forestales suficientes como para generar recursos
para inversiones colectivas, por lo que solamente se mantiene un pequeño
fondo de previsión social creado con el 4 por ciento de los ingresos de la
producción de durmientes, que retienen las autoridades ejidales y que se
utiliza para enfrentar los accidentes que ocurren en esta actividad.

3.3. E stab i l i d ad
La estabilidad del manejo forestal comunitario de la OEPFZM depende de
factores políticos, económicos y sociales, así como de las condiciones de los
recursos naturales. La situación política y social de la organización se
describió anteriormente y fue difícil identificar indicadores estratégicos que
la reflejaran. Por lo tanto, en este caso se decidió orientar la estabilidad hacia
los recursos naturales y hacia las acciones que cada ejido toma para su
aprovechamiento. Los indicadores estratégicos seleccionados fueron
entonces:
1. La presión de la agricultura sobre los terrenos forestales.
2. La biodiversidad y la evolución de la riqueza de la selva.
3. Las técnicas silvícolas.
4. Los reglamentos internos sobre el uso de los recursos forestales.

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E L S IS T E M A D E M A N E J O F O R E S T A L D E L A OEP F ZM E N Q U IN T A N A R O O

3.3.1. Presión de la agricultura sobre los


terrenos forestales
Los rendimientos de la agricultura tradicional son muy bajos. En 1996
fueron de 298 kilogramos de maíz por hectárea en Naranjal Poniente y de
330 en X-Pichil. Además, la variabilidad, debida al clima, es enorme (en
1995 el rendimiento por hectárea fue de sólo 170 kilogramos en Naranjal
Poniente), lo que muestra la incertidumbre de esta producción.
Por otro lado, de acuerdo con las entrevistas realizadas, la producción se
ha reducido en los últimos años, lo que se debe probablemente a que se ha
reducido tanto el tiempo de trabajo que los campesinos dedican a la milpa
como el periodo de descanso de la tierra.22 Sin embargo, la razón esgrimida
con más frecuencia por los campesinos es la disminución en la precipitación.
Esta producción alcanza apenas para cubrir la mitad del requerimiento
anual familiar de 1.5 toneladas de maíz23 en los años en que no ocurren
siniestros. Sin embargo en los años con siniestros (que no son raros), las
pérdidas agrícolas pueden llegar a ser totales.
En este contexto hay que tomar en cuenta dos características de las
comunidades mayas de la región que son fundamentales para asegurar la
estabilidad y para mitigar la pobreza y la desnutrición:
 El acceso a la tierra se mantiene abierto prácticamente para todas las
familias.
 El acceso a los bienes forestales no comerciales (leña, carne de la fauna
silvestre, hierbas y frutos) está también abierto al conjunto de las
familias.
Esta relación tradicional entre la milpa y el monte ha venido
transformándose en los últimos años, con el establecimiento de las áreas
forestales permanentes (AFP) en los ejidos de la OEPFZM, bajo el liderazgo de
la DTF. Muchos de los montes altos, que solían ser los preferidos por los
campesinos, se encuentran ahora dentro de estas áreas (tanto en Naranjal

22
Los periodos de descanso (un promedio de 5.2 años en Naranjal Poniente y de 3 años en
X-Pichil) son insuficientes en esta región que se caracteriza por una lenta recuperación de
nutrientes.
23
Datos de Alatorre y Aguilar (1988) para una familia campesina de 6 miembros en una
comunidad zapoteca de la Sierra Norte de Oaxaca, región que tiene patrones alimenticios
similares a los que existen en la zona maya de Quintana Roo.

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Poniente como en X-Pichil se prohibe desde hace más de 10 años desmontar


montes altos y las milpas se establecen solamente en huamiles). Esto,
aunado al crecimiento de la población, ha incrementado la presión sobre los
montes bajos.
El acceso a la tierra fértil (que varía de un ejido a otro, como se puede
apreciar en el Cuadro 4.5) y a los recursos forestales son factores que
determinan en buena medida la viabilidad de los programas de conservación
y manejo forestal, pues cuanto menor es el acceso a tierra fértil, menor es
también la viabilidad y la estabilidad del sistema.
A pesar de ello, encontramos que tanto los hombres como las mujeres de
las comunidades consideran que es importante mantener las AFP, lo que
muestra la importancia que le dan a la planeación a largo plazo, así como el
papel clave que desempeña la OEPFZM.

Cuadro 4.5. Presión sobre las tierras fértiles en los ejidos


de la OEPFZM
Presión Descripción Ejidos
Los ejidatarios tienen acceso a menos de 20 X-Pichil, Kampocolché, Filomeno Mata,
Alta hectáreas por familia, superficie insuficiente para Yaxley, Yoactum, Trapich, Dzoyolá,
satisfacer sus necesidades Tixcacal Guardia y Chan Santa Cruz
Los ejidatarios tienen acceso a entre 20 y 40 Naranjal Poniente, X-Maben, y
Mediana hectáreas por familia. Es suficiente para la pobla- Chunhuas
ción actual, pero no para el crecimiento futuro
Cada ejidatario tiene acceso a por lo menos 40 Chiquilá, Laguna Kan, Tres Reyes, y
Baja
ha, y no se esperan problemas a mediano plazo Tabi.

3.3.2. Biodiversidad y evolución de la riqueza


de la selva
La permanencia de la riqueza y de la biodiversidad de las selvas representa
un punto crítico importante para la sustentabilidad del manejo del recurso
forestal. Dos áreas de selva pueden tener la misma superficie y el mismo
volumen de madera, pero su potencial para el manejo sostenible puede
variar considerablemente. Cuando existe una alta diversidad de especies y,
en particular, una adecuada densidad de árboles de especies comerciales (de
buena forma y salud), se puede planear el presente y el futuro manejo del
recurso sin mayor problema. En caso contrario existen dos opciones: La

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deforestación con cambio de uso del suelo (que permite obtener beneficios
de corto plazo pero que es poco sustentable a largo plazo) o la conservación
del recurso forestal (que implica un limitado beneficio monetario de corto
plazo pero una mayor sustentabilidad en el largo plazo).
Con el apoyo de diversas investigaciones tanto propias como ajenas
(véase el Cuadro 4A.12), la OEPFZM está siguiendo tres caminos para avanzar
hacia la producción forestal sustentable:
1. Enriquecer el recurso por medio del manejo científico de la selva. Este
es un proceso muy lento que va creando los espacios necesarios para que
las especies se regeneren y la masa forestal recupere su vigor y salud.
2. Aprovechar la alta biodiversidad de los bosques de Quintana Roo (más
de 100 especies arbóreas por hectárea, de acuerdo con Pennington y
Sarukhan, 1968; Miranda, 1978), más allá de las dos especies
comerciales tradicionales. En este sentido, la OEPFZM está haciendo un
esfuerzo por incrementar el número de especies aprovechadas, tanto
maderables como no maderables. Esto permite no solamente aumentar el
beneficio económico, sino también desarrollar al máximo el potencial de
regeneración y crecimiento de la masa forestal.
3. Valorizar los servicios ambientales que proporciona el bosque y en
particular la captura de carbono. En este sentido, hay que mencionar que
una masa forestal en crecimiento tiene también una alta capacidad para
capturar carbono, comparada con una masa madura con muy poco
crecimiento.
De acuerdo con los datos de la Dirección General del Inventario Forestal
Nacional, las existencias de maderas preciosas (cedro y caoba) en la región
eran en promedio de 4.1 metros cúbicos por hectárea en 1969 ( DGINF, 1969),
y de sólo 0.22 m³/ha en 1978 (no existe información específica a escala
ejidal anterior a 1986). En 1986 la OEPFZM realizó inventarios forestales en
los distintos ejidos y encontró 3.3 m³/ha en Naranjal Poniente, 0.02 m³/ha en
X-Pichil y existencias similares a ésta última en los demás ejidos de la
organización.

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

3.3.3. Reglamentos internos de uso de los


recursos forestales
Las regulaciones del acceso a los recursos son otro indicador relacionado
con la estabilidad del sistema, puesto que son aceptadas, al igual que todos
los acuerdos sobre obligaciones y derechos, por los ejidatarios en sus
asambleas.
Algunos de los mecanismos de control del uso de los recursos son
antiguos y se basan en el patrón maya tradicional de manejo del territorio.
En otros casos han sido diseñados con la asesoría de la DTF. En todos los
casos, la DTF está pugnando para que en la medida de lo posible estén
sustentadas en estudios científicos.
Las regulaciones más importantes desde el punto de vista de la
sustentabilidad del manejo forestal son las que se refieren a la
sustractabilidad (reglas para determinar el acceso a los recursos). Estos
mecanismos de control, que se han desarrollado en el transcurso de la última
década en el seno de la OEPFZM, se refieren principalmente a los recursos
maderables, y todavía hace falta diseñar nuevos controles que permitan
favorecer la sustentabilidad de todos los productos que se obtienen de las
selvas.
Un primer mecanismo de control de los usos del territorio que busca
favorecer la permanencia del bosque es el establecimiento mismo de las
áreas forestales permanentes. Desde su definición en la Zona Maya, las
áreas forestales permanentes han sido considerablemente estables. De hecho,
su permanencia, basada en el acuerdo comunal, ha resultado superior a la de
las áreas de conservación oficialmente establecidas que existen en la región,
principalmente la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an. Las áreas forestales
permanentes de los ejidos de la OEPFZM ocupan superficies considerables
(véase el Cuadro 4A.1): En todos los ejidos (con excepción de uno)
representan más de la mitad de las superficie total del ejido, y en nueve de
ellos más del 70 por ciento.
De todas las actividades que en conjunto desempeñan los ejidos que
pertenecen a la OEPFZM, la producción de madera en rollo es la que se
encuentra más regulada, tanto interna como externamente. Externamente
existe una compleja legislación (véase el Cuadro 4A.2) enfocada hacia el
aprovechamiento de los recursos forestales, que contrasta con la ausencia de

118

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E L S IS T E M A D E M A N E J O F O R E S T A L D E L A OEP F ZM E N Q U IN T A N A R O O

regulaciones para la agricultura y la ganadería. Para poder aprovechar sus


recursos forestales, los ejidos tienen que realizar un inventario, un estudio
dasonómico y un plan de manejo (que debe ser sancionado por la
SEMARNAP), entre otras cosas. Por otro lado, los planes de manejo forestal
establecen una serie de controles que norman el aprovechamiento
internamente, como son el establecimiento de áreas de corta, la definición de
diámetros mínimos y el requerimiento de la supervisión y aprobación de la
dirección técnica (sancionado mediante el marcaje) de los derribos.
Otra medida de regulación interna es el establecimiento del volumen de
chicle que se puede extraer. Desde 1991, los volúmenes se basan en la
evaluación realizada por la DTF a partir de los inventarios forestales de los
bosques ejidales. La costumbre establece que los árboles de chicozapote
deben dejarse descansar por ocho años para poder volver a ser resinados,
pero estudios recientes muestran que son muchos los casos de chicleros que
no respetan este criterio (Barrera, 1993).
Posiblemente la cacería es la actividad que tiene menos restricciones
internas. Sin embargo, como existe evidencia de que algunas especies están
siendo sobrexplotadas (Jorgenson, 1992), recientemente se han establecido
en algunos ejidos programas de crianza y manejo de fauna, que incluyen la
difusión de información sobre la importancia de manejar este recurso en
forma sustentable, y que pueden derivar más adelante en regulaciones
específicas.
Además de las regulaciones que ha establecido la OEPFZM, algunos
ejidos han desarrollado mecanismos de control específicos más avanzados.
Se trata principalmente de los ejidos que cuentan con recursos con un mayor
valor comercial. En particular, Naranjal Poniente es el único ejido que
cuenta con un reglamento escrito, que entre otras cosas prohibe el derribo de
los montes altos (selvas maduras o antiguas), establece que las parcelas en
las que se encuentren diez o más arbolitos de caoba o cedro se deben
incorporar al AFP, e indica sanciones específicas para quienes infrinjan
alguna de las normas acordadas. Finalmente, este ejido decidió en 1991
ampliar su AFP con 2,000 hectáreas, con lo que ésta abarca ahora el 75 por
ciento del territorio del ejido (de hecho en estas 2,000 hectáreas no se
realizan todavía trabajos de extracción).
En una encuesta se preguntó a los ejidatarios cuáles eran las principales
medidas de conservación de la selva. Mientras que los de Naranjal Poniente

119

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

mencionaron el cuidado de las guardarrayas durante las quemas agrícolas y


la observancia del Plan Forestal de Manejo, los de X-Pichil resaltaron
además de estas dos el cuidado de los árboles semilleros. En efecto, en el
contexto de X-Pichil ―un ejido con menor riqueza forestal y mayor
población― la gente se da cuenta de que la regeneración del cedro y la
caoba depende de los árboles semilleros. Los ejidatarios de X-Pichil
mencionaron también la importancia de las investigaciones forestales, de las
reforestaciones y del nuevo programa de protección de fauna silvestre. De
hecho, el proyecto de manejo de fauna ha logrado, en poco tiempo, el apoyo
de muchos de los miembros de esa comunidad. Aunque, por su contexto
específico, X-Pichil ha sido menos rápido en los avances para regular el uso
de los recursos, sus habitantes tienen una visión más diversificada de la
promoción de la conservación, que se refleja en sus respuestas. En este ejido
se está generando un proceso de concientización que es posible que se
refleje en el mediano plazo en regulaciones específicas sobre el acceso y el
uso de los recursos forestales.

3.4. Resi l i en ci a (ca p aci d ad d e resp u est a an te


con f l i ctos y si n i estros )

3.4.1. Respuesta de la O E PF Z M ante conflictos


políticos
El factor externo que más impacto tiene en el manejo forestal comunitario
de la OEPFZM es posiblemente el ambiente político, que se describió en la
p. 87. No es posible medir directamente la capacidad de resiliencia que la
OEPFZM ha mostrado en este ámbito, pero el hecho de haber superado por lo
menos 10 conflictos políticos de gran magnitud en sus 11 años de existencia
da cuenta de su fortaleza. Es preocupante, sin embargo, que el ambiente
político sea tan hostil, ya que merma las reservas de la organización y le
impide avanzar en sus programas tal como sería necesario.

3.4.2. Capacidad de recuperación ante


catástrofes naturales
El estado de Quintana Roo se caracteriza por la ocurrencia de huracanes e
incendios. Los huracanes se presentan año con año, pero algunos de ellos, ya

120

 
 

E L S IS T E M A D E M A N E J O F O R E S T A L D E L A OEP F ZM E N Q U IN T A N A R O O

sea por su intensidad o por el área afectada, resultan catastróficos, como es


el caso del Gilberto de 1988 (considerado como el más intenso del siglo), el
Carment de 1974 y el Janet de 1955 (Rodríguez et al., 1989).
Se ha visto que la recuperación de la vegetación después de un huracán
depende tanto de su intensidad como de que venga o no seguido de fuego
(García Cuevas et al., 1996). Cuando no se presentan incendios después del
huracán, la recuperación es más rápida, ya que un gran número de especies
arbóreas tienen la capacidad de rebrotar. En caso de incendio la recuperación
es más lenta y la composición varía (en un principio el número de especies
es menor), lo que muestra que el fuego, común en la región, ha sido un
factor de evolución.
El tipo de manejo aplicado por la OEPFZM no afecta la respuesta natural
de la selva ante fenómenos naturales, pero sí aumenta la capacidad de los
ejidos para enfrentarlos con medidas de control de incendios, reconstrucción
de caminos y salvamento de madera, entre otras.

3.5. Ad ap tab i l id ad

3.5.1. Capacitación y orientación recibida por


los ejidatarios
Con el fin de poder adaptarse a los cambios de la sociedad y de aprovechar
las nuevas oportunidades de desarrollo, la OEPFZM tiene un programa
permanente de capacitación que busca llegar al mayor número posible de
hombres y mujeres de los ejidos (véase el Cuadro 4A.11). El programa
incluye siete cursos de capacitación en los diferentes aspectos de la actividad
forestal que se ofrecen anualmente a una o dos personas por cada ejido,
además de algunos cursos para mujeres sobre otros temas. Se calcula que
entre 1986 y 1996 alrededor de 1,200 personas participaron en estos cursos.
Dado que varios aspectos de la actividad forestal requieren de la
participación de profesionales, se plantea en el futuro buscar becas para que
los jóvenes de los ejidos puedan formarse en universidades y así adquirir un
control más completo sobre el manejo sustentable de sus propios recursos.

121

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

3.6. Au togesti ón

3.6.1. Formas de organización


En todas las comunidades de la región, y en particular en la OEPFZM, la
organización para la actividad forestal se ha basado en los ejidos,
promovidos desde hace décadas por la Reforma Agraria. Tanto en Naranjal
Poniente como en X-Pichil las autoridades ejidales tienen una fuerte
capacidad de decisión sobre la actividad forestal. 24 Son ellos en efecto
quienes deciden a quiénes se vende la madera del ejido y en qué momento.
Las autoridades ejidales tienen la representación de los ejidos ante la
OEPFZM y frente a las distintas instituciones.
Además de la organización ejidal tradicional, la OEPFZM ha buscado
crear contrapesos a la autoridad de los comisariados ejidales y constituir
instancias más especializadas en la organización de los trabajos forestales.
La OEPFZM ha promovido desde hace años la constitución de comités
forestales, que, según el grado de exigencia y responsabilidad, están
constituidos por una o más personas. Existen así comités encargados de la
extracción de maderas preciosas, de la administración de la producción de
durmientes, del manejo de maquinaria, de los aserraderos (en los ejidos que
disponen de ellos), etc. Los integrantes de los comités de producción forestal
son electos en asamblea ejidal y su trabajo es retribuido en función de los
días que se ocupen en el desempeño de sus tareas.
Generalmente los responsables de los comités son sustituidos
anualmente. Con ello se busca democratizar la gestión de la administración
forestal de los ejidos, favoreciendo al mismo tiempo que un número amplio
de ejidatarios pueda beneficiarse al desempeñar estos cargos. Esta intención
resulta contradictoria con la necesidad de lograr cierta profesionalización en
el desempeño de la gestión forestal. La capacitación permanente de estos
cuadros está a cargo de la DTF de la OEPFZM.
Finalmente, la propia OEPFZM proporciona a los ejidos, sobre todo a
través de la DTF, una serie de servicios que ya se han descrito (véanse la
introducción, la sección sobre adaptabilidad y los Cuadros 4A.9, 4A.11,

24
La Reforma Agraria establece la existencia de los puestos de comisariado ejidal, tesorero y
secretario, así como sus respectivos suplentes y tres miembros del comité ejidal de
vigilancia. Los ocupantes de los cargos cambian cada tres años.

122

 
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E L S IS T E M A D E M A N E J O F O R E S T A L D E L A OEP F ZM E N Q U IN T A N A R O O

4A.10 y 4A.12) y que se extienden fuera del ámbito de lo que


tradicionalmente se considera forestal.

3.6.2. Participación en asambleas


En las asambleas generales mensuales de cada uno de los ejidos se abordan
asuntos de todo tipo de importancia para el ejido, incluyendo los
relacionados con la actividad forestal, y se comunica a los ejidatarios lo que
se ha discutido en la asamblea de la OEPFZM. La asistencia a las asambleas
ejidales es muy alta y es ahí en donde los ejidatarios tienen más
participación.
El reglamento de la organización establece que la máxima autoridad está
en manos de la asamblea de socios (asamblea de delegados), que se reúne
también mensualmente y que está constituida por los delegados de los
ejidos, rotando el lugar de reunión entre los socios. La organización también
cuenta con un comité directivo (véase el Cuadro 4A.8), electo por la
asamblea de socios y que se renueva cada tres años. El comité está integrado
por un presidente, un secretario y un tesorero. Este comité se encarga de las
actividades de gestión y representación de la organización ante las distintas
instituciones con que ésta se relaciona, y sus miembros reciben honorarios
por sus servicios a la organización.
La asistencia a las asambleas de delegados es alta y generalmente se
cuenta con más del 60 por ciento de los miembros. La asamblea discute y
decide sobre los asuntos relacionados con los recursos de la organización,
buscando casi siempre tomar decisiones por consenso. Las asambleas son un
foro muy importante para promover la conciencia forestal y lograr una
mayor aceptación a las regulaciones del manejo forestal.

3.6.3. Autosuficiencia financiera


Idealmente la cuota que pagan los ejidos por servicios técnicos a la OEPFZM
debería cubrir todos los costos de estos servicios, pero esto no es así: En
1996 los ingresos de la organización por concepto de cuotas fueron de
496,024 pesos (véase el Cuadro 4A.2), y sus gastos fueron de 1,076,412
(véase el Cuadro 4A.7). Este déficit se cubre gracias a las aportaciones de
organismos nacionales e internacionales comprometidos con la conservación
de los recursos naturales tropicales y el medio ambiente.

123

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Las cantidades anteriores no incluyen el costo de las investigaciones que


se realizan en la región. Estas actividades son sumamente importantes
porque buscan obtener información confiable necesaria para lograr un
manejo sustentable de sus recursos. En 1996 la investigación interna (fondos
administrados por la OEPFZM) ascendió a 629,402 pesos, en tanto que la
externa (realizada por ISU, ICRAF, DU, ECOSUR, ITA16, etc.) ascendió a casi
300,000 pesos. En virtud de las incógnitas sobre la ecología forestal de la
región, la inversión en este rubro necesita ampliarse para realmente
garantizar un manejo forestal sustentable.
A la organización le resultaría muy difícil pedir a los ejidos cuotas
mayores para así reducir el déficit, porque la explotación de los recursos de
la selva se encuentra ya en el límite de lo rentable (véase la p. 109). Además,
las instituciones gubernamentales que ofrecen (sin cumplirlo) servicios
técnicos gratuitos provocan desorientación entre los ejidatarios.
Muy probablemente habría que esperar un siglo, una vez que la selva se
haya regenerado, para que la organización pudiera volverse completamente
autosuficiente con los ingresos derivados de la explotación de maderas
preciosas.
Si bien se podría calificar de manera negativa esta dependencia
financiera de la OEPFZM, tanto en cuestiones operativas como en lo que toca
a la investigación, también se le puede ver como una manera de compensar
parcialmente los servicios ambientales que prestan las áreas forestales
permanentes al exterior.

4. I N T E G R A C I Ó N DE RESULTADOS Y CO NCLUSIONES

4.1. Resu men e i n te graci ón d e resu l tad os


Debido a la complejidad del sistema y a la falta de datos históricos, no es
viable hacer una comparación cuantitativa de los sistemas estudiados. Sin
embargo, los resultados obtenidos en la evaluación se pueden resumir e
integrar en una tabla por atributo de sustentabilidad (véase el Cuadro 4.6).

124

 
 

E L S IS T E M A D E M A N E J O F O R E S T A L D E L A OEP F ZM E N Q U IN T A N A R O O

Cuadro 4.6. Resumen de resultados por atributo de


sustentabilidad del manejo forestal comunitario de la OEPFZM,
contrastando con el sistema extractivo anterior
Atributo Manejo extractivo anterior a 1982 Manejo forestal comunitario de la OEPFZM
 La productividad de la selva tiene el potencial
 Las selvas se depauperaron y su de mejorarse porque se están realizando
potencial productivo de valor esfuerzos para lograr esta meta. Se está
económico se redujo sustancialmente aprovechando la biodiversidad
Produc-  La rentabilidad fue excelente, pero no
 El manejo es rentable cuando se consideran
tividad por el tipo de manejo utilizado, sino todos los beneficios (monetarios, no monetarios
porque la selva tenía mucha riqueza y y ambientales)
ésta se aprovechó sin medida y a corto
plazo  Se está planeando la explotación forestal para
que exista un beneficio integrado y a largo plazo
 Los ejidatarios ganaban lo mínimo  Todas las familias se están beneficiando (con
 Las familias se beneficiaban muy poco trabajo y utilidades)
Equidad
 Los compradores de madera eran  Parte de las ganancias se invierte en la propia
prácticamente los únicos beneficiados comunidad o en industrias ejidales
 Se está buscando una forma de aprovechar los
recursos en una forma más integrada
 Presión en la tierra  Existen medidas internas para regular el uso de
los recursos y promover la conservación
Estabi-  Sólo dos especies se extraían
lidad  Se fomenta la investigación para mejorar el
 Inexistencia de programas para manejo, en colaboración con otras instituciones
proteger los recursos
 Se está tratando de aprovechar más especies
para incrementar el ingreso y mantener una
selva más dinámica y eficiente
 Existía organización interna en los
Resilien-  Una organización muy fuerte que ha resistido
cia ejidos, pero no había unión o muchos conflictos políticos
solidaridad entre ellos
 Ningún interés en promover ninguna
forma de conciencia forestal entre la
Adaptabi- gente  Existen algunos programas de capacitación y
lidad entrenamiento
 No existía capacitación para los
ejidatarios
 La organización es muy fuerte y se ha mejorado
 Los ejidos tenían muy poco el entendimiento sobre los aspectos legales, ad-
Autoges- entendimiento sobre los aspectos ministrativos y de campo de la actividad forestal
tión legales, administrativos y de campo de
la actividad forestal  Los ejidos tienen una mayor influencia o control
en su propio desarrollo

125

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

4.2. Con cl u si on es y reco men d aci on es


La evaluación revela claramente las mejoras logradas con el manejo forestal
comunitario de la OEPFZM. Teóricamente la sustentabilidad se logra cuando
los indicadores alcanzan el cien por ciento, pero esto sólo puede darse bajo
condiciones ideales.
La utilidad de la evaluación radica en que permite identificar los
indicadores que requieren de inmediata atención (véase la Ilustración 4.3).
Uno de ellos es la productividad de los recursos de la selva, que debe ser
aumentada, incrementando la presencia de madera valiosa en la selva,
dándole un valor agregado (transformando la materia prima en producto
terminado) y valorizando el servicio ambiental que estas selvas prestan al
mundo.
Otro aspecto importante es la resiliencia: Hasta el momento la OEPFZM
ha sobrevivido a los fuertes conflictos políticos que han atentado contra su
existencia, pero esto se ha dado a costa de recursos (económicos y humanos)
que son indispensables para llevar a cabo los proyectos de la organización.
Esto nos muestra la necesidad de desarrollar mecanismos para establecer
una interacción de colaboración con el gobierno y con otras instituciones.
Ilustración 4.3. Representación gráfica de la evaluación del
manejo forestal comunitario de la OEPFZM

100%
Nivel de logro del indicador

0%
Resiliencia
Productividad

Adaptabilidad

Autogestión
Estabilidad
Equidad

126

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E L S IS T E M A D E M A N E J O F O R E S T A L D E L A OEP F ZM E N Q U IN T A N A R O O

Otro indicador que necesita atención es la adaptabilidad. Aquí resulta


esencial promover la educación y la concientización socio–ambiental de los
jóvenes, con el fin de demostrarles el enorme potencial que existe para su
futuro desarrollo en sus propios recursos, siempre y cuando protejan la
tierra, no la vendan y mantengan la producción forestal. Hay que hacerles
ver que la propiedad de la tierra es un privilegio del que carece la mayoría
de la gente pobre en el mundo, y que, a pesar de la escasez de madera
valiosa en la selva, el potencial existe para que la riqueza se recupere. De
otro modo se corre el riesgo de que los jóvenes se vean atraídos por la
emigración (en particular a Cancún) y de que vendan sus parcelas, lo que los
dejaría realmente desposeídos y pondría en peligro el futuro de las selvas.
Finalmente resulta evidente que el papel que juega la Dirección Técnica
Forestal es, por el momento, clave para el éxito del programa. Siempre será
necesario contar con la asesoría de profesionales, y en este sentido es
importante que los propios ejidatarios obtengan el tipo de educación formal
que se necesita para cumplir con el trabajo especializado. Sin embargo,
resulta aun más importante que exista un alto nivel de compromiso entre los
miembros de las comunidades y sus asesores.

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 

E L S IS T E M A D E M A N E J O F O R E S T A L D E L A OEP F ZM E N Q U IN T A N A R O O

ANEXO

Cuadro 4A.1. Relación de ejidos socios de la Organización de


Ejidos Productores Forestales de la Zona Maya (1999)
Area total Número de
Nombre del ejido Área forestal
En el mapa1 Datos de OEPFZM ejidatarios
1. Laguna Kana 20,600 32,180 20,000 (62%) 240
2. Naranjal Poniente2 17,400 12,620 8,750 (69%) 160
3. X-Maben y anexos 74,100 73,400 40,000 (54%) 870
4. Cafetal-Limones 19,300 20,681 12,500 (61%) 430
5. Yaxley 7,900 10,340 7,500 (73%) 180
6. Chan Santa Cruz 7,100 6,540 5,000 (76%) 180
7. Tabi 6,300 5,400 3,500 (65%) 95
8. Dzoyolá 2,900 6,450 5,000 (78%) 144
9. X-Pichil2 28,200 27,300 17,500 (64%) 550
10. Tulum 16,400 22,800 20,000 (89%) 304
11. Tres Reyes 9,400 10,500 7,500 (71%) 30
12. Kampocolché 6,900 5,750 4,000 (70%) 110
13. Yoactum 14,000 16,800 12,500 (74%) 220
14. Chunhuas 15,100 14,420 10,000 (69%) 145
15. Reforma Agraria 5,400 2,800 2,000 (80%) 90
16. Cuauhtémoc 4,100 2,800 2,000 (71%) 130
17. Trapich 1,800 2,550 2,000 (78%) 240
18. Filomeno Mata 10,600 8,820 5,000 (57%) 260
19. Betania 5,900 11,036 5,000 (45%) 182
20. Santa María Poniente 8,200 8,330 5,000 (60%) 165
21. Chunhuhub 12,200 14,330 10,500 (73%) 330
22. Andrés Quintana Roo 7,500 6,450 5,000 (78%) 63
TOTAL 301,300 305,421 197,700 (65%) 4613
1 En esta columna se muestran las áreas aproximadas de los ejidos de acuerdo con el mapa proporcionado por la
OEPFZM (véase la Ilustración 4.1), que en muchos casos difieren bastante de las áreas de acuerdo con la propia
organización.
2 Ejidos seleccionados para la evaluación.

131

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 4A.2. Ingresos por servicios técnicos de la OEPFZM en


1996
Volúmenes Ingresos

Durmientes

Durmientes
preciosas

preciosas
Maderas

Maderas

Maderas

Maderas

Maderas

Maderas
Ejido

Palizada

Palizada
blandas

blandas

TOTAL
duras

duras
m³ m³ m³ Pza. m³ $ $ $ $ $ $
Precio unitario 114 25.84 25 3 30
1. Laguna Kana 250 500 0 3000 0 28500 12920 0 9000 0 50420
2. Naranjal Pte2 500 113 25 2000 0 57000 2920 625 6000 0 66545
3. X-Maben y anexos 300 600 0 10000 0 34200 15504 0 30000 0 79704
4. Cafetal-Limones 150 40 0 4426 0 17100 1034 0 13278 0 31412
5. Yaxley 55 93 0 6080 0 6270 2403 0 18240 0 26913
6. Chan Santa Cruz 100 200 86 4000 0 11400 5168 2150 12000 0 30718
7. Tabi 0 56 4 4000 75 0 1447 100 12000 2235 15782
8. Dzoyolá 0 0 0 2630 0 0 0 0 7890 0 7890
9. X-Pichil2 0 400 564 11000 150 0 10336 14100 33000 4500 61936
10. Tulum 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
11. Tres Reyes 0 0 37 2188 0 0 0 915 6564 0 7479
12. Kampocolché 0 0 0 740 50 0 0 0 2220 1500 3720
13. Yoactum 100 300 257 3428 0 11400 7752 6425 10284 0 35861
14. Chunhuas 0 200 948 4000 38 0 5168 23700 12000 1140 42008
15. Reforma Agraria 0 94 87 100 0 0 2429 2168 300 0 4896
16. Cuauhtémoc 0 100 106 500 50 0 2584 2650 1500 1500 8234
17. Trapich 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
18. Filomeno Mata 0 0 15 0 0 0 0 375 0 0 375
19. Betania 180 42 23 0 0 20482 1085 564 0 0 22132
20. Santa María Pte. 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
21. Chunhuhub 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Total 1635 2738 2151 58092 363 186352 70750 53771 174276 10875 496025
Nota: Los ingresos por servicios técnicos fueron elaborados en forma conjunta con el personal técnico de la
organización (Ing. Rosa Ledesma Santos), en base al volumen de madera aprovechada y la cuota de servicio
técnico.

132

 
 

E L S IS T E M A D E M A N E J O F O R E S T A L D E L A OEP F ZM E N Q U IN T A N A R O O

Cuadro 4A.3. Gastos de cosecha en la OEPFZM entre 1994 y


1996 [pesos por m³]
Maderas preciosas Maderas blandas Maderas duras
Concepto
1994 1995 1996 1994 1995 1996 1994 1995 1996
Administración 35 23 30 19 19 24 16 13.2 23
(8%) (5%) (5%) (5%) (6%) (6%) (7%) (5%) (6%)
Estudio 5.5 3 5 2 3 5 2 2.8 5
dasonómico (1%) (1%) (1%) (1%) (1%) (1%) (1%) (1%) (1%)
6.5 2 3 2 2 3 2 1.7 3
Cuadrículas
(1%) (0.49%) (1%) (1%) (1%) (1%) (1%) (1%) (1%)
Trabajos de campo

8.5 5 8 4 5 7 4 3.9 6
Monteo
(2%) (1%) (1%) (1%) (2%) (2%) (2%) (1%) (2%)
0.5 1 2 0.45 1 1 0.40 0.6 1
Marqueo (0.11%) (0.25%) (0.27%) (0.13%) (0.20%) (0.26%) (0.17%) (0.21%) (0.26%)
Tumba 28 12 18 10 11 17 10 11.1 15
y despunte (6%) (3%) (3%) (3%) (4%) (4%) (4%) (4%) (4%)
Cubicación 9.5 6 8 5 4 6 4 3.3 5
y saneo (2%) (1%) (1%) (1%) (1%) (2%) (2%) (1%) (1%)
Enriquecimiento 15.5 7 11 6 7 8 6 6.6 7
del área (3%) (2%) (2%) (2%) (2%) (2%) (2%) (2%) (2%)
109 60 85 49 52 71 44 43.2 64
Subtotal
(24%) (13%) (14%) (14%) (17%) (18%) (19%) (15%) (17%)
77 97 116 76 97 116 76 97.4 116
Arrastre
(17%) (22%) (19%) (21%) (33%) (30%) (32%) (34%) (31%)
Extracción

25 30 36 24 30 36 24 30.4 36
Carga
(5%) (7%) (6%) (7%) (10%) (9%) (10%) (11%) (10%)
68 84 100 67 84 100 67 83.6 100
Transporte (15%) (19%) (17%) (19%) (28%) (26%) (29%) (29%) (26%)
Subtotal 170 211 253 168 211 253 168 211.4 253
(37%) (47%) (42%) (47%) (71%) (65%) (71%) (74%) (67%)
Servicios técnicos 70 77 114 61 20 26 12 19.7 25
(15%) (17%) (19%) (17%) (7%) (7%) (5%) (7%) (7%)
Cuotas

Fondo común y 111 101 150 82 16 38 12 12.3 38


obras productivas (24%) (23%) (25%) (23%) (5%) (10%) (5%) (4%) (10%)
Subtotal 181 178 264 143 36 64 24 32 63
(39%) (40%) (44%) (40%) (12%) (16%) (10%) (11%) (17%)
COSTO TOTAL 460 449 601 360 299 387 236 286.6 379
(100%) (100%) (100%) (100%) (100%) (100%) (100%) (100%) (100%)

133

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 4A.4. Tabulador promedio para la producción de


chicle base húmeda, temporada 1995/96 (Federación de
Cooperativas Chicleras de Quintana Roo; Plan Piloto
Chiclero)
Concepto Observaciones $ por kg
Anticipo al productor La Federación de Cooperativas Chicleras acostumbraba dar 15.00
anticipos a los chicleros, aunque cuando lo hacía les
castigaba con un peso por cada kilo de chicle que le
entregaban
Remanente mínimo 5.60
Total de pago al productor 20.60
Fondo de retiro del productor 2.00
Cuota para la Federación Concepto para administración de la federación 1.00
Previsión social Para cuando se enfermen los chicleros o tengan accidentes 1.13
Fondo de reserva Capitalización de la cooperativa 0.27
Fondo de capacitación Para pago de cursos, servicios técnicos a las sociedades 0.85
civiles y pago de asesoría técnica
Gastos de administración Para los movimientos del comité de la cooperativa y el 1.10
administrador (a quien antes se llamaba picnorador)
Derecho de monte Pago que se hace al ejido por derecho de explotación del 0.33
chicle
Deducción por mermas Gastos por pérdidas del manejo del chicle 0.24
Imprevistos Pago de mandato bancario, intereses u otros gastos 0.28
Fletes Para pago de transporte de las cooperativas a la bodega 0.40
Precio total base húmeda 28.20
Notas: Equivalente base seca = 36.66. Los valores de esta tabla corresponden a un tipo de cambio de 6.00 pesos por
dólar (US$4.70 por kg base húmeda).
Los chicleros necesitan contar con un machete, soga, bolsas de lona para recoger la goma, espolones, botas de
plástico, un cazo para cocer el chicle y comida para la temporada.

134

 
 

E L S IS T E M A D E M A N E J O F O R E S T A L D E L A OEP F ZM E N Q U IN T A N A R O O

Cuadro 4A.5. Tabulador promedio para la producción de


durmientes
Concepto Pago por pieza
Flete 6.80
Carga 1.00
Descarga 2.50
Recepción y pintura 0.50
Obras productivas y fondo común 1.10
Capitalización 1.40
Aportación al fondo revolvente 2.00
Servicios técnicos forestales 3.80
Gastos de administración 1.80
Administración ejidal 1.00
Imprevistos 0.80
Previsión social 1.20
Subtotal 24.75
Pago al labrador 35.00
Precio del durmiente 60.35
Notas: El precio no incluye IVA. El IVA se tiene que declarar ante Hacienda o justificarlo y cada comisariado o
administrador tiene la obligación de informarlo oportunamente a su asamblea general. Es obligatorio depositar a
la cuenta del fondo revolvente de durmiente en BANRURAL dos pesos por pieza para cumplir con el compromiso
de empresas de solidaridad y con el programa de reforestación del ejido.
Puesto que gran parte del trabajo se realiza sin recurrir a maquinaria, los productores pueden retener como
ganancia hasta el 60 por ciento del precio de producción. Dependiendo de su destreza, un ejidatario puede
labrar diariamente entre 3 y 4 piezas, o incluso más.
Una pieza de durmiente contiene 37.33 pies–tabla, y un pie–tabla de madera dura vale actualmente en el
mercado $26.80. Esto quiere decir que si un durmiente se aserrara y se convirtiera en tablas, éstas se podrían
vender en 1,000 pesos. Sin embargo, en este caso los costos de producción serían mayores y una menor parte
del trabajo sería realizado por los trabajadores, de modo que las ganancias de los productores resultarían
menores que las que actualmente obtienen fabricando durmientes.

135

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 4A.6. Resumen de los costos de reforestación por


plántula para ambos ejidos

Concepto Naranjal X-Pichil


Poniente
Costo de producción 1.50 1.50
Costo de transporte por plántula 0.25 0.18
Costo de mano de obra 0.70 0.70
Costo de transporte de personal 0.06 0.06
Costo de mantenimiento de plántulas sembradas 0.70 5.18
TOTAL 3.21 2.44
Nota: Para fines prácticos de estimación se supone un costo uniforme de reforestación de 2.50
pesos por plántula.

Cuadro 4A.7. Gastos de administración de la OEPFZM para el


ciclo 1996
Concepto Monto [$]
Sueldos y salarios, compensaciones y viáticos
470,636
(14 técnicos y personal administrativo)
Combustibles y reparaciones 240,491
Alimentación 62,813
Hospedaje 10,622
Pasajes 76,538
Teléfono 36,773
Material de oficina 30,927
Material fotográfico 8,070
Equipo de oficina 14,750
Energía eléctrica 2,910
Servicios médicos 17,488
Otros gastos varios 105,024
TOTAL 1,076,412

136

 
 

E L S IS T E M A D E M A N E J O F O R E S T A L D E L A OEP F ZM E N Q U IN T A N A R O O

Cuadro 4A.8. Organigrama de la OEPFZM (1999)

Ejidos miembros de la OEPFZM

Asamblea general de delegados

Comité administrativo Consejo consultivo

SEMARMAP
Dirección técnica forestal

Apoyo y asesoría

Subdirección operativa

Departamento administrativo

Departamentos

Nota: Los departamentos son 12: Abastecimiento; estudios y proyectos; fauna silvestre;
fomento y protección forestal; asesoría y legislación de derechos humanos; agroforestería;
industria y maquinaria; organización, capacitación y administración ejidal; manejo forestal;
comercialización; comunicación; y mujeres indígenas.

137

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 4A.9. Relación de proyectos asesorados por la DTF de


la OEPFZM

Área Nombre del proyecto Pago de servi-


cios técnicos
1. Bordados ecológicos no
2. Hurdidos de Hamacas no
Artesanías
3. Tallados en madera no
4. Producción de fruta cristalizada (especialmente de frutos silvestres) no
5. Plantas medicinales no
Productos no 6. Cultivo de bejucos para cestos no
maderables
7. Cultivo de plantas ornamentales silvestres no
8. Cultivo de Picante no
Agricultura y 9. Cultivo de sábila no
agroforestería 10. Producción de hortalizas no
11. Sistemas multiestrato no
Ganadería y 12. Establecimiento de criaderos de fauna silvestre no
fauna silvestre 13. Pie de cría de ganado no
Forestal 14. Vivero de producción de plantas forestales para la reforestación. no
Cuadro 4A.10. Relación de actividades críticas de la OEPFZM y
proyectos en marcha
Nombre de la actividad o proyecto Ejidos Promotor
1. Creación del frente de comercialización de madera
en rollo en el estado Todos los ejidos DTF

2. Creación de la comisión consultiva para el abasto de


durmientes. Ciudad de México Todos los ejidos DTF

3. Foros de consulta sobre los derechos y obligaciones


de los órganos de representación ejidal Todos los ejidos DTF

4. Foros de consulta sobre fondo revolvente para chicle Todos los ejidos DTF

X-Pichil (25 grupos)


5. Actividades de mujeres Naranjal Pte. (1 grupo) DTF

6. Criaderos de fauna silvestre X-Pichil (3 grupos) DTF

X-Pichil (5 grupos)
7. Parcelas Agroforestales Naranjal Poniente (2 grupos) DTF

8. Apoyo en trámites para PROCAMPO, PRONASOL y Varía según quién necesite el


DTF
Alianza para el campo apoyo
9. Elaboración y gestión de pequeños proyectos Varía según quién lo solicite, o
DTF
productivos quién lo promueva
DTF = Dirección Técnica Forestal.

138

 
 

E L S IS T E M A D E M A N E J O F O R E S T A L D E L A OEP F ZM E N Q U IN T A N A R O O

Cuadro 4A.11. Relación de actividades de capacitación de la


OEPFZM y su periodicidad

Nombre del curso Perio- Responsable Participantes


dicidad de impartir la
capacitación
1. Cubicación (medición del volumen de las Anual DTF 2 personas por cada ejido
trozas de madera.)
2. Documentación (manejo de documentos Anual DTF 2 personas por cada ejido
oficiales para la comercialización de madera).
3. Administración (de la actividad forestal Anual DTF 2 personas por cada ejido
durante la época de cosecha).
4. Producción y comercialización de durmiente. Anual DTF 1 persona por cada ejido
5. Producción y comercialización de la madera Anual DTF 1 persona por cada ejido
en rollo.
6. Promotores campesinos. Variable DTF
Ejidatarios interesados de
todos los ejidos.
7. Servicios técnicos y manejo forestal Anual DTF
Delegados forestales de
sustentable. cada ejido e interesados
8. Tramitación de fondo revolvente para chicle y Anual DTF
Delegados forestales de
durmientes. cada ejido e interesados
9. Derechos indígenas. Variable INI/DTF Interesados

10. Agricultura orgánica e intensiva. Variable DTF Interesados


DTF = Dirección Técnica Forestal, INI = Instituto Nacional Indigenista

139

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 4A.12. Relación de investigaciones realizadas en los


ejidos de la OEPFZM

Nombre de la investigación Fecha de Responsables


realización
Aprovechamiento forestal y la agricultura de milpa en el ejido Universidad de York,
1989
X-Maben. Canadá
La cacería de subsistencia practicada por la gente Maya de
1989-1990 Universidad de Florida, EUA
Quintana Roo.
La extracción de Chicle y la conservación del Chicozapote en
1989-1990 Universidad de Florida, EUA
las selvas de Quintana Roo.
Regeneración y crecimiento de la caoba en las selvas
1989-1991 Universidad de Yale, EUA
naturales de Quintana Roo.
Efecto de diferentes grados de abertura de dosel en la
1986-1989 INIFAP
regeneración natural de las selvas de Quintana Roo
Tratamientos silvícolas para favorecer la regeneración de la Universidad de Duke, EUA;
1996-…
caoba. Universidad E de Iowa, EUA
Aprovechamiento de los huecos de durmiente para regenerar Universidad E. de Iowa, EUA;
1996-…
cedro y caoba. ITA
Universidad Estatal de Iowa,
Crecimiento de 30 especies en rodales naturales 1986-…
EUA
Las perspectivas de sustentabilidad de los aprovechamientos
1995-1996 UNAM
forestales comunitarios en la Zona Maya de Quintana Roo
Crecimiento y regeneración, parcelas permanentes 1995-… OEPFZM

Universidad Estatal de Iowa,


Sistemas multiestrato en vegetación secundaria. 1997-…
EUA; ITA

Cuadro 4A.13. Requisitos legales para poder realizar


aprovechamientos forestales

Trámite Institución Elaborado


que lo solicita por
Solicitud (o renovación) de permiso de aprovechamiento SEMARNAP DTF
La solicitud de permiso debe estar acompañada del titulo de propiedad, de
un plan de manejo, un estudio de impacto ambiental, y propuesta de SEMARNAP DTF
volumen a aprovecharse
Informe bimestral SEMARNAP DTF
Reporte sobre el cumplimiento de las especificaciones de los permisos SEMARNAP DTF
Informes de paso de año SEMARNAP DTF
Nota: Los requisitos legales son necesarios para cualquier tipo de aprovechamiento forestal con fines comerciales.
Todo propietario (particular o ejidal) tiene que cumplir con la ley forestal. Los estudios deben ser realizados por
un profesional certificado por el gobierno. En el caso de la OEPFZM el profesional acreditado es el Ing. Marcelo
Carreón Mundo, y la dirección técnica Forestal de la OEPFZM apoya en la elaboración de los inventarios y planes
de manejo, estudios de impacto ambiental e informes.

140

 
 

E L S IS T E M A D E M A N E J O F O R E S T A L D E L A OEP F ZM E N Q U IN T A N A R O O

Cuadro 4A.14. Relación de especies cosechadas de las selvas


de la OEPFZM
Kaniste Nance
Grupo 1. Preciosas Grupo 5. Zapote
Kaskat Palo de sol
Cedro Bobchiche Zapote Palo de tinte
Caoba Mora Perescutz
Grupo 6. Ramón
Grupo 2. Duras Roble Ramón Pimienta
decorativas Boob Ruda
Pich Tastab Grupo 7. Otras Taa’dzi
Yaxnic especies Yaiti
Tamay
Chacte-cooc Zapotillo Copal Huano
Chacte-viga Sac-ya Higo Subin’duul
Chechem Dzudzuc Hule Xu’ul
Bary Cibul Jobillo Jokab
Granadillo Yax-xul Maculis Canela de cuyo
Huaya-can Tzimin-che Pata de vaca Yuuy
Katalox Dzidzilyz Peelmax Napche
Bojon Kulinsis Pixoy Amche
Pucte Yax-ek Subin To’yub
Siricote Chi-que Caracolillo
Grupo 4. Blandas Cillion
Tzalam Chac-niche
Amapola Elemuy Sabac-che
Grupo 3. Duras Ceiba Huaya Tusik-che
potenciales Chaca-rojo Bayo Keken-che
Tabaquillo Jobo Kitanche Chi’it
Chintoc Paasak Laurel Ik-che
Guayabillo Pochote Limonaria Chac-kax
Huayun’oox Sac-chaca Machiche Sac-usicne
Jabin Uchu-che Majahua Tahj-che-yuc
Kanasin Mamba Takinche

141

 
 

EVALUACIÓN DEL SISTEMA


AGRO-SILVO-PASTORIL DEL SUR DE
SINALOA

Martha A. Perales Rivas, Luis E. Fregoso Tirado,


César Oscar Martínez Alvarado, Venancio Cuevas Reyes,
Alfredo Loaiza Meza, Juan Esteban Reyes Jiménez,
Tomás Moreno Gallegos, Oscar Palacios Velarde
y José Luis Guzmán Rodríguez(†)

1. A N T E C E D E N T E S

1.1. In trod u cci ón

El Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias


(INIFAP), a través del Campo Experimental Sur de Sinaloa ( CESSI), en
coordinación con un grupo de profesores–investigadores de la Universidad
Autónoma Chapingo (UACh), iniciaron en 1993 el proyecto Desarrollo
Sostenible de los Agroecosistemas en el Sur de Sinaloa.

143

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

El objetivo general del proyecto ha sido mejorar el manejo de los


recursos suelo y vegetación de la región a través de la generación,
validación, transferencia y adopción de tecnologías agropecuarias y
forestales con factibilidad económica, que integren principios ecológicos y
sociales. Mediante este proyecto se pretende aportar alternativas productivas
sostenibles para la problemática inherente al sistema de producción agro–
silvo–pastoril tradicional que manejan la mayoría de los productores de
temporal de la región y del estado.
Los trabajos desarrollados conjuntamente por ambas instituciones en la
región han recibido ―además de recursos de las propias instituciones―
apoyo financiero de la Fundación Rockefeller, de la Fundación Tecnológica
Sinaloa A.C., y de la Fundación Produce Sinaloa A.C.
El presente trabajo consigna los resultados de la evaluación de la
sostenibilidad del sistema agro–silvo–pastoril del Sur de Sinaloa y las
alternativas tecnológicas implementadas durante el periodo de 1993 a 1996.
La evaluación se realizó aplicando el Marco para la Evaluación de Sistemas
de Manejo de Recursos Naturales incorporando Indicadores de
Sustentabilidad (MESMIS) (Masera et al., 1999). Esta metodología tiene
como antecedente el Marco para la Evaluación del Manejo Sostenible de la
Tierra (FESLM, por sus siglas en inglés) generado por Smyth y Dumanski
(1993).
Los objetivos de la presente evaluación son:
1. Identificar y evaluar los puntos críticos para alcanzar la sostenibilidad
del sistema agro–silvo–pastoril del Sur de Sinaloa.
2. Restablecer prioridades de investigación y desarrollo.
3. Retroalimentar la metodología utilizada con los resultados y las
experiencias obtenidos.
La estructura del escrito se presenta en el mismo orden que propone el
MESMIS: En la primera parte se describen las características físico–bióticas y
de población de la región de estudio. En el siguiente apartado se describen
los sistemas agro–silvo–pastoriles (SASP) tradicional e innovador, así como
los puntos críticos del SASP tradicional y los indicadores y metodologías
seleccionados para su medición y monitoreo.
En los subcapítulos tres y cuatro se discuten e integran los resultados
para las áreas técnico–ambiental, económica y social. Como resultado de

144

 
 

E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

esta discusión, en el último apartado se presentan los nuevos puntos críticos


identificados, que se deberán atender en las siguientes etapas del proyecto.
Al término de la evaluación se concluyó que el sistema tradicional es
menos sostenible que el innovador, aunque en este último se deben resolver
ciertos aspectos de organización de productores, de comercialización y de
desarrollo de tecnologías, con el fin de reducir la inversión inicial y de
permitir que los productores retengan una mayor proporción del beneficio
obtenido, con lo que aumentaría la adoptabilidad, la equidad y la
sostenibilidad hasta ahora alcanzadas.

1.2. Con texto soci o econ ó mi co y a mb i e n tal


regi on al

1.2.1. Ubicación de la zona de estudio


El estado de Sinaloa está localizado en el noroeste de la República
Mexicana. Ocupa 58,093 kilómetros cuadrados de superficie continental,
608 km² de superficie insular y 17,751 km² de plataforma continental. Su
litoral mide 656 km (Gobierno del Estado de Sinaloa, 1990).
La región Sur de Sinaloa se ubica entre los meridianos 105°11’16” y
107°02’10” Oeste, y entre los paralelos 22°29’18” y 24°52’52” Norte.
Comprende siete municipios: Cosalá, Elota, San Ignacio, Mazatlán,
Concordia, Rosario y Escuinapa (véase la Ilustración 5.1), que abarcan
17,784 km² del territorio estatal. Por su fisiografía de lomeríos y montañas y
su escaso desarrollo socioeconómico, existen marcadas diferencias entre esta
región y las zonas Centro y Norte de la entidad.

1.2.2. Suelos y fisiografía


En la región predominan las rocas ígneas extrusivas, aunque hacia el sur y
alrededor de las lagunas costeras se encuentran detritos sedimentarios,
mientras que hacia el noroeste se presentan rocas ígneas intrusivas ácidas.
Los suelos derivados de estas rocas son predominantemente regosoles
éutricos, luvisoles vérticos y cambisoles. La mayoría de estos suelos son de
textura franco–arenosa y areno–arcillosa, con serias deficiencias de
fertilidad, y principalmente de materia orgánica, nitrógeno y fósforo (ídem).

145

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Ilustración 5.1. Municipios del Sur de Sinaloa

México

CENTRO DE
SINALOA
Cosalá

Elota
San Ignacio
Sur de
Sinaloa
Concordia
Mazatlán DURANGO
Océano Rosario
Pacífico
Escuinapa

NAYARIT

La región se encuentra orográficamente determinada por las


ramificaciones de la Sierra Madre Occidental. Con base en su elevación y
topografía es posible distinguir tres subregiones claramente diferenciadas:
(a) la planicie costera, (b) los lomeríos transicionales y (c) la sierra, que
alcanza altitudes de hasta 2400 metros sobre el nivel del mar (véase la
Ilustración 5.2). La mayor parte de la actividad agropecuaria se realiza en la
subregión de lomeríos, en terrenos con pendientes frecuentemente mayores
al 4 por ciento, por lo que se consideran poco aptos para la producción de
cultivos anuales (véase la Ilustración 5.3).

146

 
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E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

Ilustración 5.2. Elevaciones (m.s.n.m.) en el Sur de Sinaloa

2400
1000
400
200
100
0

Ilustración 5.3. Pendientes (%) en el Sur de Sinaloa

8%
4%
2%
0%

1.2.3. Clima y vegetación


El clima predominante en la planicie costera y en los lomeríos transcionales
es cálido subhúmedo (Awo(h)w, el más seco de los subhúmedos), con una
precipitación media anual de 600 a 900 mm y una temperatura media de
24.8°C (García, 1973). La lluvia tiene una gran variabilidad inter e intra–
anual y una fuerte concentración en verano (normalmente el 80 por ciento se
presenta entre julio y septiembre, pero este porcentaje puede llegar a ser
mayor1).
La vegetación predominante tanto en la llanura costera como en los
lomeríos transicionales es el bosque tropical caducifolio o selva baja

1
Por ejemplo, en la comunidad de El Huajote (una de las dos comunidades donde el proyecto
ha concentrado sus esfuerzos), la lluvia entre octubre de 1995 y junio de 1996 fue cero.

147

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

caducifolia, mientras que en las partes elevadas de la sierra hay bosque de


encino y bosque de pino–encino (Gobierno del Estado de Sinaloa, 1990).

1.2.4. Uso del suelo


Debido a las condiciones topográficas, así como a la escasez y a la irregular
distribución de las lluvias, entre otros factores, el potencial de la región Sur
de Sinaloa es esencialmente agropecuario. En 1994 el 13 por ciento de su
superficie estaba destinada al uso agrícola, mientras que para uso pecuario y
forestal se dedicaba el 57 y el 27 por ciento, respectivamente (véase el
Cuadro 5.1).

Cuadro 5.1. Uso del suelo en Sinaloa y en el Sur de Sinaloa


Sinaloa Sur de Sinaloa
Uso del suelo
[km²] (%) [km²] (%)
Riego 7,495 (13%) 286 (2%)
Uso agrícola Temporal 5,486 (9%) 2,083 (12%)
Total 13,342 (23%) 2,369 (13%)
Uso pecuario 25,976 (45%) 10,155 (57%)
Uso forestal 9,364 (16%) 4,814 (27%)
Otros usos 9,410 (16%) 446 (3%)
Superficie total 58,092 17,784
Fuente: Anuario Estadístico del Estado de Sinaloa, 1994.

Los principales sistemas de producción agrícola, pecuaria y forestal en la


región son los sistemas agropecuarios becerro–leche, los sistemas palma de
coco–ganado; los sistemas hortalizas y frutales tropicales–ganado y los
sistemas agro–silvo–pastoriles (SASP). Éstos últimos son los más importantes
en cuanto al uso del suelo, a la utilización de mano de obra familiar y al
ingreso económico, y cubren 2,210 kilómetros cuadrados de superficie
agrícola de temporal y 8,660 km² de agostadero para uso pecuario y forestal,
es decir, el 63 por ciento de la superficie total agrícola, pecuaria y forestal de
la región (Perales y Fregoso, 1994).
A pesar de que en la región existen siete ríos importantes, sólo el 12 por
ciento de la superficie agrícola de la región cuenta con riego (véase el
Cuadro 5.1), lo que hace a la actividad agropecuaria muy dependiente de las
variaciones climáticas, y en especial de las lluvias de verano.

148

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E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

1.2.5. Población
La densidad de población en la región es baja, con excepción del municipio
de Mazatlán, donde se encuentra la segunda ciudad más poblada del estado
(véase el Cuadro 5.2).
A pesar de esta baja densidad de población, la presión sobre la tierra y
los riesgos de degradación de suelo y vegetación son muy altos, debido al
alto número de cabezas de ganado bovino (aproximadamente 600,000), así
como al bajo potencial productivo del ecosistema y a su fragilidad. Por otro
lado, la baja densidad de población impone un límite al grado de
intensificación del SASP, debido a la escasez de fuerza de trabajo disponible
(véase el Cuadro 5.2).
La mitad de la población económicamente activa (PEA) de la región
(excluyendo al municipio de Mazatlán) se dedica a las actividades
agropecuarias, lo que muestra la importancia económica y social de
encontrar alternativas en este sector.

Cuadro 5.2. Densidad de población y población


económicamente activa (PEA) en el sector primario del
Sur de Sinaloa
Densidad de Porcentaje de PEA en el sector
Municipio Población total población primario con respecto a…
[habitantes/km²] …la población total …la PEA total
Concordia 26,314 17.3 11.5 40.6
Cosalá 16,975 6.4 11.7 53.4
Elota 30,319 20.1 14.0 54.0
Escuinapa 45,928 28.2 14.0 48.6
Mazatlán 314,345 102.4 4.0 12.0
El Rosario 47,416 17.4 15.0 54.6
San Ignacio 24,085 5.2 17.4 65.2
Sur de Sinaloa 505,382 28.4 8.0 24.5
Sinaloa 2,204,054 38.0 10.2 36.0
Fuente: INEGI, 1990 (Censo de Población y Vivienda).

149

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

2. M A R C O DE LA EVALUAC IÓ N

2.1. Descri p ci ón d e l os si stemas d e ma n ejo


Tal como lo sugiere la metodología del MESMIS, la evaluación de la
sostenibilidad del sistema agro–silvo–pastoril del Sur de Sinaloa se realizó
mediante la comparación del sistema tradicional con un sistema innovador,
cuyas tecnologías buscan principalmente conservar los recursos suelo y
vegetación y mejorar su uso. A continuación se presenta la descripción de
ambos sistemas. (Véase en el Cuadro 5.4, p. 160, un resumen de sus
características).

2.1.1. El sistema de producción agro –silvo–pastoril


tradicional
El sistema de producción agro–silvo–pastoril (SASP) del Sur de Sinaloa se
basa en la utilización extensiva de los recursos naturales disponibles (suelo,
agua y vegetación) y está integrado por tres subsistemas productivos: (a) el
subsistema agrícola, que produce maíz o sorgo para forraje y grano; (b) el
subsistema pecuario, que se centra en el ganado vacuno, y (c) el subsistema
forestal, que produce madera, leña y forraje (en la época húmeda), en áreas
de vegetación nativa o agostadero (véase la Ilustración 5.4).
Los principales problemas que enfrentan los productores son la falta de
forraje durante la época seca del año, la desnutrición del ganado bovino, la
degradación (erosión y compactación) de las tierras de uso agrícola y de
agostadero, y la baja eficiencia en el uso del agua de lluvia.
El SASP, como se dijo antes, es el sistema productivo más importante en
la región. Por ejemplo, es para el 73 por ciento de los productores
agropecuarios de las comunidades de Malpica y El Huajote, en el municipio
de Concordia, la principal opción productiva, debido a que los cultivos
anuales más rentables requieren una mayor inversión y otro tipo de tierra
(Ramírez y Sosa, 1994). El tamaño de la unidad productiva típica en la
región es de 20 hectáreas y el 80 por ciento de los productores cuentan con
un hato de bovinos de entre 21 y 42 cabezas. La mayoría de los productores
se clasifican como campesinos excedentarios (véase el Cuadro 5.3), de
acuerdo con Perales (1994).

150

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E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

Ilustración 5.4. Esquema del sistema agro–silvo–pastoril


tradicional en el Sur de Sinaloa
Ingresos
Lluvia externos Migración

Grano FAMILIA Madera y leña

Subsistema forestal
Subsistema agrícola Leche (agostadero)
(maíz y sorgo)

Forraje en época seca Forraje en época húmeda


Subsistema
pecuario

Leche y queso Animales


Madera y leña

Mano Alimentación MERCADO


de obra suplementaria
(época seca)
Políticas agrícolas

El SASP tradicional tiene como salidas principales el ganado en pie


(becerros de 150 kilogramos), vacas de desecho y leche (fresca y procesada
como queso), con las que el productor obtiene ingresos en efectivo. El
manejo del sistema productivo se divide en dos etapas diferenciadas a lo
largo del año: la época húmeda, que va de julio a diciembre, y la época seca,
que comprende los meses de enero a junio.
En la época seca, el ganado consume mediante pastoreo directo el
forraje y los esquilmos que se produjeron en la época húmeda, pero la mitad
del forraje disponible no se aprovecha, ya sea por su mala calidad o por el

151

 
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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 5.3. Tipología de productores de las unidades


productivas de Malpica y El Huajote, Concordia, Sinaloa

Estrato Tipo de productores Cabezas de Superficie Porcentaje de


ganado agrícola [ha] productores
I Campesinos de infrasubsistencia - 13 7.5
II Campesinos de subsistencia 21 18 7.5
III y IV Campesinos excedentarios 23 22 52.5
V y VI Agricultores transicionales 42 24 20.0
VII Pequeños empresarios agrícolas 52 40 12.5
Nota: La tecnología propuesta por el CESSI está dirigida al 80 por ciento de los productores existentes en la región,
correspondientes a todos los estratos económicos medios (los estratos II al VI), que cultivan sorgo o maíz y que
cuentan con ganado bovino.
Fuente: Adaptado de Perales, 1994.

pisoteo de los animales. En esta época es muy común que la escasez de


forraje obligue a los productores a adquirir diversos suplementos o mezclas
de productos o a rentar potreros (parcelas con esquilmos agrícolas) a
productores con superávit de forraje. Para ello el productor se ve obligado a
vender ganado (con frecuencia el mejor), justamente en la época en la que
los precios son más bajos (debido a la alta oferta). Esta descapitalización le
impide controlar el proceso productivo y de comercialización para aumentar
sus ingresos.
En la época húmeda, los productores suelen alimentar su ganado con la
vegetación nativa que crece en los agostaderos de uso comunal o con la
vegetación herbácea que crece en los terrenos en descanso (llamados
localmente sabanas).
Dentro del subsistema agrícola, la preparación del terreno se realiza
mediante dos pasos de rastra de discos en suelo húmedo para sembrar sorgo
en hileras separadas a 60 centímetros, o maíz en hileras a 80 centímetros.
Para el sorgo forrajero se ha generalizado la siembra al voleo, que se hace de
manera simultánea con el primer o segundo rastreo. Este uso de la rastra,
según parece, es excesivo, pues ha provocado compactación del suelo. La
siembra se realiza principalmente en julio y agosto, pero a veces también a
principios de septiembre (con el fin de tener forraje disponible durante un
periodo de tiempo más largo). Se usa entre 15 y 20 kilogramos de semilla de
sorgo por hectárea en surcos, y entre 30 y 50 al voleo.

152

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 

E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

Las malezas no se controlan en el cultivo del sorgo forrajero, ya que en


su mayoría se consideran como un recurso forrajero adicional. Asimismo,
los fertilizantes prácticamente no se usan en la mayoría de las explotaciones
agropecuarias, debido a la falta de recursos económicos de los productores.
Como el ganado consume la totalidad de los esquilmos durante la época
seca, a la llegada de las lluvias los terrenos agrícolas están desprovistos de
residuos, lo que favorece la erosión del suelo.
La ganadería está constituida en un 96 por ciento por animales criollos
encastados con cebú y en menor escala con cruzamiento de suizo y Holstein.
La escasez recurrente de forraje en la época seca provoca una deficiente
nutrición del ganado, lo que a su vez se manifiesta en la edad relativamente
avanzada de las vacas en su primer parto (cuatro años), en los pesos bajos
que alcanzan los becerros al nacer y al destete, y en los índices bajos de
fertilidad que se registran (50 por ciento anual, es decir que las vacas paren
una vez cada dos años).2 Por otro lado, el 89 por ciento de los ganaderos no
controla el empadre y no existe una época de monta específica, lo que
dificulta el mejoramiento genético.
Las bajas tasas de productividad, aunadas a una estacionalidad alta en la
producción y venta de ganado y leche y al alto intermediarismo,3 resultan en
la obtención de ingresos igualmente bajos y concentrados en dos épocas del
año.
En este contexto, el principal objetivo de los productores es la
permanencia, es decir, lograr la reposición del hato y mantener el mismo
número de cabezas año tras año.
Para los productores que tienen menos de 40 cabezas de ganado, la
producción de leche permite obtener ingresos diarios para el consumo
básico, pero no suficientes para reinvertir en el proceso productivo. Por otro
lado, como este ingreso es estacionario (el ganado sólo tiene la alimentación
necesaria para producir leche durante los meses de julio a marzo), el
productor o sus hijos se ven obligados a trabajar fuera de la unidad familiar

2
Las vacas se desechan a los 10 años de edad, después de haber producido de 4 a 5 crías, cifra
bastante baja si se considera que, reduciendo la edad del primer parto a 28 meses y el
intervalo entre partos a un año, se producirían 8 crías por vaca en ese periodo.
3
Los intermediarios se apropian del 77% del precio final del becerro, 50% del de las vacas
(Perales, 1994) y 60% del precio final del litro de leche (Cuevas, 1997).

153

 
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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

en la época seca para obtener los ingresos complementarios necesarios para


subsistir.
La emigración se dirige principalmente a Mazatlán y a los Estados
Unidos y puede ser permanente o estacional, dependiendo de las necesidades
de la propia familia y de las posibilidades de empleo. A diferencia de otras
regiones de alta emigración, en las unidades de producción de estas
comunidades siempre está presente el jefe (algún hombre de la familia), que
se encarga de manejar el SASP. La mayoría de las unidades productivas
contratan jornaleros en las épocas pico de la producción agrícola (la cantidad
de jornales contratados depende de la superficie agrícola, del número de
cabezas de ganado y de la disponibilidad de fuerza de trabajo familiar).
Los hombres son los responsables del manejo y de la venta del ganado
bovino, así como del cultivo de las parcelas. Las mujeres son responsables
de la crianza de ganado menor (puercos, gallinas, etc.) y de la producción y
venta de quesos y leche. Los ingresos provenientes del trabajo externo y de
la venta de productos son utilizados, en orden de prioridad, para: (a) la
educación de los hijos, (b) mejoras de la casa y (c) insumos o medios de
trabajo. Como el dinero disponible varía año tras año, no siempre se
alcanzan todos los objetivos.
El ingreso familiar varía fuertemente entre la época seca y la de lluvias,
debido a las variaciones en la producción, a las relaciones de mercado y, en
general, al contexto socioeconómico (decisiones de política económica y
culturales), tal como se explica más adelante (véase la discusión sobre los
puntos críticos del SASP en la p. 161).
Aun cuando la mayoría de los productores del Sur de Sinaloa producen
pocos excedentes, todos están inmersos en relaciones de mercado debido a
las características de los productos obtenidos en el SASP y a su poca
diversidad. El ingreso que pueden obtener trabajando tanto al interior de la
unidad familiar como afuera de ella es vital para su subsistencia y
reproducción.

2.1.2. El sistema de producción ag ro–silvo–pastoril


innovador
La investigación agrícola en el Sur de Sinaloa se inició con la creación en
1975 del Campo Experimental Sur de Sinaloa (CESSI). Desde su origen todos

154

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E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

los trabajos de investigación se han realizado en terrenos de agricultores


cooperantes, debido a que el CESSI carece de terrenos propios. A pesar de
que esto ha provocado que en ocasiones se tenga un control limitado sobre
las actividades experimentales, también ha creado las condiciones propicias
para una mayor interacción entre los investigadores y los productores.
Las investigaciones realizadas durante los primeros años del CESSI
aportaron alternativas a problemas productivos de la región, pero tuvieron
una baja adopción, ya que no contemplaban la dinámica histórica,
económica y social de las comunidades ni los aspectos relacionados con la
conservación de recursos. Este enfoque unidisciplinario impidió la
integración de todos los elementos necesarios para generar alternativas
viables al sistema agro–silvo–pastoril en su conjunto.
Ante este panorama, un grupo de investigadores del CESSI y de la
Universidad Autónoma Chapingo iniciaron en 1992 el proyecto de
investigación denominado Desarrollo Sostenible de los Agroecosistemas en
el Sur de Sinaloa. Dada la complejidad de la problemática, se consideró
necesario establecer un programa de investigación a mediano y a largo
plazos, ya que la generación y adopción de tecnologías sostenibles requieren
tiempos prolongados. Mediante dicho proyecto se pretende aportar
alternativas productivas sostenibles a la problemática inherente al sistema de
producción agro–silvo–pastoril tradicional que manejan la mayoría de los
productores de temporal de la región (Perales y Fregoso, 1994).
Partiendo del principio de que el SASP es el más apto para las
condiciones físico–bióticas y socioeconómicas restrictivas descritas
anteriormente, la estrategia del proyecto ha sido mejorar el sistema
productivo existente y no sustituirlo por uno nuevo. Con este enfoque
adaptativo se pretende tener un mayor impacto en los componentes críticos
del sistema tradicional en su conjunto.
Con la finalidad de mejorar tanto las condiciones de vida de los
productores agropecuarios como el uso de los recursos naturales en el Sur de
Sinaloa, los investigadores participantes propusieron la integración de los
avances de investigación a nivel sistema y unidad productiva, tomando
como eje central el reordenamiento del uso actual del suelo en la región.
Este ordenamiento del uso del suelo propone que en áreas con aptitud
agrícola (con pendientes menores de 7 por ciento) se siembre sorgo de doble
propósito, y que en las áreas con aptitud pecuaria (con pendientes mayores

155

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 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

al 7 por ciento), se establezcan praderas. Los principales componentes


incluidos en el sistema de producción innovador son: (a) la siembra con
labranza de conservación; (b) la fertilización nitrofosfórica; (c) el uso de
semilla de sorgo variedad Costeño 201; (d) el ensilaje de forraje de sorgo, y
(e) el uso de pastos Llanero (Andropogon gayanus) y Callie (Cynodon
dactylon) (véase la Ilustración 5.5).

Ilustración 5.5. Esquema del sistema agro–silvo–pastoril


innovador en el Sur de Sinaloa
Ingresos
Lluvia externos Migración

Grano
FAMILIA Madera y leña
Subsistema agrícola
 Labranza de conservación
Pradera Subsistema forestal
 Sorgo costeño 201 Leche (agostadero)
 Fertilización con NP

Silo
Forraje en época seca Forraje en época húmeda
Subsistema
pecuario

Leche y queso Animales


Madera y leña

Mano MERCADO
de obra

Políticas agrícolas

Para demostrar la viabilidad técnico–económica del sistema innovador a


escala comercial, se inició en 1993 la implementación de módulos de
validación y transferencia de tecnología (MVTT). En estos módulos los

156

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E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

productores aplican, en forma integral y en toda su unidad productiva, los


avances de investigación agropecuaria disponibles para aumentar la
productividad y para aprovechar de manera más sostenible los recursos
suelo, vegetación y agua.
Para el establecimiento de los MVTT se seleccionó a las comunidades de
Malpica y El Huajote, en el municipio de Concordia, por ser representativas
de las características socioeconómicas y físico–bióticas de la región, así
como por su cercanía a las instalaciones del CESSI.

Siembra de sorgo con labranza de


conservación
A través de la labranza de conservación se busca aumentar la cobertura del
suelo y con ello reducir la erosión hídrica que se presenta en la región. Sin
embargo, como se trata de un proceso de largo plazo, se requiere (de
acuerdo con los antecedentes de investigación) de un mínimo de tres años
para empezar a observar los cambios positivos en las propiedades físicas,
químicas y biológicas del suelo.
En la labranza de conservación, el sorgo se siembra en suelos sin
preparación alguna, o con una labranza mínima (rastreo o cinceleo) en el
caso de suelos fuertemente compactados. Para la labranza de conservación
se recomienda el uso de una sembradora–fertilizadora especial, cuyo
elemento principal es una cuchilla circular de borde ondulado, que abre
solamente una ranura estrecha del ancho y profundidad suficientes para
obtener una cobertura adecuada de la semilla.
La distancia entre hileras es de entre 65 y 80 centímetros y la densidad
de población es de alrededor de 180,000 plantas por hectárea, que se obtiene
con aproximadamente 20 kilogramos de semilla por hectárea. Otro disco,
paralelo al que abre la ranura para la semilla, abre una franja angosta para
colocar el fertilizante en banda, que queda también incorporado al suelo.
No se realizan labores mecánicas para el control de malezas, pero sí se
aplican herbicidas al momento de la siembra con una aspersora adaptada a la
sembradora–fertilizadora.4

4
Los herbicidas recomendados son Glifosato y Atrazina (con 0.96 y 1.0 kilogramos de
ingrediente activo por hectárea respectivamente), disueltos en 100 a 150 litros de agua por
hectárea.

157

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 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Fertilización nitrofosfórica
Los resultados de investigación han demostrado que los suelos de la región
son altamente deficientes en nitrógeno y fósforo y que es por lo tanto
necesario reponer estos nutrientes consumidos por el SASP (Guzmán y
Fregoso, 1994; Martínez y Guzmán, 1999). Las dosis exactas, así como el
momento y método de aplicación, se detallan adelante.

Variedad de sorgo Costeño 201


Con la utilización de la variedad Costeño 201 se busca aumentar el
rendimiento y reducir el costo de las semillas, ya que, por tratarse de una
variedad de polinización libre, el productor no depende del mercado de
semillas. Esta variedad, introducida por el INIFAP en el Sur de Sinaloa en
1984, alcanza una altura de planta de entre 1.70 y 2.10 metros. Su panoja es
semicompacta y el grano es de color crema, apto para consumo humano.
Esta variedad es de doble propósito (forraje y grano); de ciclo tardío;
tolerante a enfermedades foliares y a cierto grado de sequía, y es poco
susceptible al acame.5 Presenta la característica de que el forraje permanece
verde cuando el grano se encuentra en la etapa de madurez fisiológica. Su
potencial de producción es de entre 2 y 2.9 toneladas de grano y de 20
toneladas de forraje verde (equivalentes a entre 6 y 7 toneladas de materia
seca) por hectárea, con lo que iguala o supera a los híbridos comerciales
disponibles en la región. La digestibilidad de su forraje es de 67 por ciento
en la etapa de grano lechoso–masoso, superior en cuando menos ocho
puntos porcentuales a la de otros sorgos forrajeros, mientras que su
contenido de proteína cruda es de 7.5 por ciento, similar al valor reportado
para sorgos tipo Sudán. Finalmente, el alto contenido de azúcares en su tallo
facilita el ensilaje.

Ensilaje y utilización del forraje


Por otro lado, puesto que el problema principal del SASP es la falta de forraje
durante la época seca, fue necesario buscar alternativas de conservación y
utilización de pasturas y forrajes. Los estudios realizados al respecto

5
El acame es la pérdida del porte vertical de las plantas provocada por vientos fuertes, plagas
o enfermedades.

158

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E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

mostraron que la mejor opción para resolver este problema es la


conservación en silos (Loaiza, 1991).
El corte del sorgo para el ensilaje se efectúa aproximadamente a los 90
días después de la siembra, cuando la planta se encuentra en la etapa de
grano lechoso–masoso y cuando la biomasa tiene un contenido de 30 a 35
por ciento de materia seca. El corte se realiza con una picadora de forraje a
una altura de 15 a 20 centímetros sobre la superficie del suelo y en trozos de
2 a 5 centímetros de longitud. El forraje picado se deposita en silos tipo
trinchera o aéreos tipo torta, procurando dispersarlo en capas no mayores de
30 centímetros antes de apisonarlo con tractor, ya que así se facilita su
compactación y se asegura una mejor calidad del ensilado. Al terminar de
compactar todo el forraje, el silo se cubre con plástico y luego con una capa
de tierra o arena de 5 centímetros de espesor.
El inicio del uso del forraje ensilado depende de la disponibilidad de
forraje en la pradera o en los potreros, pero de manera general ocurre en
enero. El forraje ensilado se utiliza principalmente para alimentar a las vacas
productivas durante el periodo seco del año (de enero a junio). Se estima un
consumo diario de 25 a 30 kilogramos de ensilado por unidad animal,6
equivalente a 9 o 10 kilogramos de materia seca. Dado que un animal adulto
necesita 900 kilogramos de ensilado por mes, una superficie de ocho
hectáreas destinada a la producción de sorgo es suficiente para alimentar 32
unidades animales durante los seis meses de secas.

Establecimiento de praderas
Los estudios de introducción y evaluación de especies gramíneas forrajeras
efectuados de 1986 a 1989 bajo condiciones de temporal mostraron que los
más sobresalientes fueron el pasto Callie y el Llanero (Reyes, 1994).
El establecimiento de praderas constituye un esfuerzo por utilizar de
manera sostenible las superficies de fuertes pendientes y cuyo potencial
productivo para la siembra de cultivos anuales se ha deteriorado por la
erosión hídrica. Una vez establecidas las praderas, es posible disponer en la

6
La unidad animal (UA) se define como el promedio anual de los requerimientos alimenticios
de una vaca de 400 kilogramos de peso vivo, que gesta, cría y desteta un ternero de 160
kilogramos de peso vivo a los seis meses de edad, incluido el forraje consumido por éste
último (es decir, en promedio, un becerro de 50 kg) (SEP-DEGETA-FAO, 1977).

159

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 5.4. Características de manejo de los sistemas agro–


silvo–pastoriles (SASP) tradicional e innovador del Sur de
Sinaloa
Caracte- SASP tradicional SASP innovador
rísticas
Clima: Awo(h)w cálido subhúmedo. Fisiografía: planicie costera y lomeríos transicionales.
Bio–físicas Precipitación pluvial anual 500-900 mm. Vegetación: bosque tropical caducifolio.
Pendientes: 0-45%. Suelo: regosoles eútricos, luvisoles vérticos y cambisoles
Sistema de 1 a 3 pasos de rastra; siembra tanto en hile-
Labranza cero; siembra en hileras
labranza ras como al voleo al realizar el último rastreo
Técnicas de Hileras al contorno; el ganado no pastorea
conservación Ninguna los residuos agrícolas, para reducir la
de suelo y agua compactación y erosión del suelo
Generaciones Fn1 de híbridos especializa-
dos para la producción de forraje; fenotipos Variedad mejorada de polinización libre de
Germoplasma de porte alto (de más de 2.5 m de altura) doble propósito (grano y forraje) Costeño
de sorgo susceptibles a enfermedades foliares y al 201; buena calidad para el ensilaje; resis-
acame2 tente a enfermedades foliares y al acame
Prácticamente nula y cuando se realiza es Se recomienda la dosis 64-46-0, aunque los
Fertilización con dosis muy bajas y desequilibradas (sólo
N); el número de productores que aplican productores sólo aplican dosis que varían de
abonos orgánicos (estiércoles) es mínimo 48-26-0 a 55-23-0
Control de No se realiza, ya que los productores
buscan aprovechar toda la producción de Aspersiones de atrazina y glifosato
malezas biomasa como alimento para el ganado
Pastoreo directo; sólo un 40% del forraje
Método de producido se aprovecha en verde; posterior- Con picadora mecánica cuando la planta
cosecha mente el ganado pastorea los residuos ya alcanza la etapa de grano lechoso
secos y con menor valor nutritivo
Método de
conservación Almacenamiento de forraje seco (tazolera) Silos rústicos de trinchera y aéreos
de forraje
Rendimiento 2-5 ton/ha de materia seca 5-7 ton/ha de materia seca
Comercializa-
ción de leche Venta de leche y queso en la época húmeda Venta de leche y queso durante todo el año
Comercializa- Venta forzada de animales en pie por Al disponer de suficiente forraje en la época
escasez de forraje en la época seca, a seca, el productor decide cuándo salir al
ción de ganado precios desventajosos mercado
1 Las generaciones Fn son poblaciones de plantas provenientes de híbridos y que presentan problemas de
segregación (población muy hetérogenea, en cuanto a floración y tamaño principalmente) cuando no se
renuevan las semillas.
2 Véase la nota 5, p. 158.

160

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 

E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

época de lluvias de fuentes de alimentación con buen nivel nutritivo para el


ganado productivo y así favorecer una descarga de las áreas de agostadero
en esta época.

Manejo y utilización de las praderas


Durante el primer año de establecida la pradera se realiza un pastoreo ligero
de 30 días en el mes de enero (4 o 5 meses después de la siembra). El
pastoreo intensivo con las vacas productivas comienza un año después de la
siembra, manejando una carga animal de 2 a 3 vacas por hectárea durante el
periodo de julio a diciembre, siguiendo un sistema de pastoreo rotativo de
dos potreros con un descanso de 28 días. Con la finalidad de optimizar la
cantidad y calidad de la biomasa disponible, el primer pastoreo deberá de
realizarse a los 14 días después de la primera lluvia.
Las prácticas de mantenimiento de la pradera son: (a) un desvare o
chapeo en el mes de junio; (b) fertilización al voleo con una dosis de 100
kilogramos por hectárea de urea cuando el suelo esté húmedo
(aproximadamente 14 días después de la primera lluvia significativa),
repitiéndose la misma dosis de fertilizante en septiembre (siempre y cuando
el suelo esté húmedo), antes del retiro del temporal.

2.2. Pu n tos crí ti cos e i n d i cad ores d e


sosten i b i l i d ad
La evaluación de la sostenibilidad de sistemas de producción es una tarea
compleja ya que es necesario integrar diversos criterios y disciplinas. La
sostenibilidad de un sistema no sólo se mide en términos productivos sino
además en su capacidad tanto para conservar la base de los recursos
naturales que utiliza como para satisfacer las necesidades (culturales,
económicas, sociales y de reproducción) de los productores que lo practican,
sin que esto sea a expensas de las generaciones futuras.
Para valorar el grado de sostenibilidad tanto del sistema tradicional
como del innovador se identificaron sus puntos críticos y se obtuvieron los
indicadores correspondientes. Posteriormente se midió en ambos sistemas el
comportamiento de estos indicadores durante el periodo de evaluación, así
como sus tendencias.

161

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Puntos críticos para la sostenibilidad


Son complejas las causas que explican el carácter extensivo del SASP
tradicional, pues involucran factores tanto ambientales como
socioeconómicos y culturales. Entre estas causas podemos mencionar: (a) la
escasez de capital aunada al bajo potencial de las tierras disponibles; (b) la
relación negativa precio–subsidio;7 (c) el desconocimiento de tecnologías
alternativas que reduzcan la degradación ambiental y que sean
económicamente viables; (d) la ausencia de políticas económicas y sociales
que estimulen la conservación de los recursos naturales, y (e) las
oportunidades económicas que existen para algunos miembros de la unidad
productiva fuera del sistema y que han disminuido la necesidad de
incrementar la productividad.
A estos factores hay que añadir la sobreexplotación del bosque tropical
caducifolio para extraer forraje, madera y leña 8 y la concomitante
disminución en la capacidad de captación y conservación de la escasa agua
de lluvia. La interacción de todos estos factores ocasiona que el SASP
tradicional esté provocando sobrepastoreo, agotamiento de los terrenos
agrícolas, degradación (erosión y compactación) y, por lo tanto, bajos
niveles de rendimientos agrícolas.
La conjugación de la baja productividad agrícola y el escaso nivel de
manejo de ganado bovino provoca que las salidas del SASP tradicional (leche
y carne) sean bajas en general y altamente dependientes de la cantidad de
lluvia que se presenta durante el año: Cuando el temporal es bueno (en
volumen y distribución), la producción de leche aumenta y la venta de
animales en pie disminuye, y lo contrario ocurre en los años secos. Esto hace
que el SASP tradicional sea estable en lo agrícola (con un bajo nivel de
riesgo) e inestable en lo pecuario.

7
Durante los últimos años los costos de producción se han incrementado en una proporción
mucho mayor a la de los precios de los productos de este sistema. Esta brecha entre costos y
precios se ha hecho mas profunda en la medida en que los subsidios estatales a los insumos y
productos han ido desapareciendo. De esta manera encontramos una relación negativa entre
precio–subsidio y sostenibilidad, ya que el productor, al irse descapitalizando, hace un uso
mas extensivo del suelo y bosque, lo que incide en su mayor degradación.
8
La madera del agostadero se utiliza principalmente para postes y para tutores de hortalizas,
aunque especies como Amapa, Palo Amargo y Huanacaxtle se venden a aserraderos en una
menor proporción. La leña se usa sobre todo en ladrilleras y otras pequeñas industrias.

162

 
 

E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

Además, la estacionalidad de la producción de forraje obliga al


productor a comprar una alta proporción del alimento del ganado durante la
época seca del año, lo que hace al SASP tradicional altamente dependiente de
insumos externos.
Desde el punto de vista económico, la inestabilidad y la baja eficiencia
de los factores productivos (tierra, trabajo y capital) del SASP tradicional
provocan un proceso de descapitalización del productor. El SASP tradicional
es igualmente ineficiente en términos de rentabilidad, debido a la baja
productividad y a la estacionalidad de la venta de los productos del sistema
(que coincide con las épocas de menores precios).
Cuando el productor no estaba inserto en la lógica del mercado, sino
sólo en la producción de subsistencia, el nivel de conocimientos sobre sus
recursos y sobre su manejo era el adecuado para la obtención de los
satisfactores familiares y para la conservación de los recursos. En la medida
en que sus necesidades familiares aumentaron, el productor se vio en la
necesidad de aumentar su producción y de vender parte de ésta, pero sin que
se diera un cambio tecnológico que le permitiera aumentar la producción sin
degradar los recursos. En suma, la adopción de nuevas tecnologías por el
productor está limitada por la mayor inversión inicial requerida, por la falta
de conocimientos y por el riesgo que implica cualquier cambio tecnológico
en la agricultura.
El aumento en el número de miembros de la familia (cuando los hijos
mayores se casan y forman sus propias familia, pero siguen viviendo en casa
de sus padres) se refleja ciertamente en un aumento en la disponibilidad de
fuerza de trabajo por unidad de producción, pero ésta no puede ser empleada
en su totalidad dentro de la misma unidad debido a la escasez de recursos
productivos, lo que provoca emigración y pérdida de conocimientos
tradicionales.
Históricamente, las formas organizativas en las comunidades rurales del
Sur de Sinaloa han sido muy limitadas y se han generado fundamentalmente
alrededor de aspectos religiosos, culturales y políticos. Por otro lado, el poco
éxito que han tenido las organizaciones de producción promovidas por el
propio Estado ha provocado que los productores estén renuentes a
organizarse con fines productivos, para la obtención de créditos y para la
comercialización de sus productos.

163

 
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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Es así que el productor se enfrenta de manera individual y desventajosa


a las fuerzas del mercado y a la obtención de recursos productivos, lo que
además dificulta la transmisión de conocimientos para el mejoramiento
tecnológico.
Su desorganización, aunada a la estacionalidad de su producción y a lo
perecedero de sus productos, impide que los productores controlen la
totalidad del proceso productivo y en particular la cantidad y la oportunidad
de la venta de sus productos, así como los canales de comercialización.
Con base en las anteriores consideraciones, se identificó una serie de
puntos críticos y sus correspondientes indicadores y formas de medición o
estimación para las áreas técnico–ambiental, económica y social (véase el
Cuadro 5.5).

2.3. Métod os d e me d i ci ón y mon i toreo d e l os


i n d i cad ores

2.3.1. Área técnico ambiental


Las mediciones de los indicadores se realizaron tanto en los módulos de
validación y transferencia de tecnología (MVTT) como en lotes de
productores y estuvieron a cargo de los investigadores, con el apoyo de los
productores.

Rendimiento de sorgo
La estimación del rendimiento de materia seca de sorgo por hectárea se hizo
en lotes comerciales con ambos sistemas. Se usó muestreo aleatorio o
estratificado, dependiendo de la homogeneidad de cada lote, con una
densidad de 10 muestras por hectárea. Para el sorgo sembrado en hileras, el
tamaño de la muestra fue de una hilera de 6 metros de longitud, mientras que
para el sorgo sembrado al voleo fue de 0.25 metros cuadrados. Se evaluó la
altura de planta, el peso de forraje verde y el número de plantas por hectárea.
De la muestra total se tomó al azar una submuestra (una planta) para
determinar el porcentaje de materia seca, para lo cual ésta se secó a una
temperatura de 105°C durante 24 horas. Con esta información se determinó
el rendimiento de forraje verde y seco.

164

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E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

Cuadro 5.5. Indicadores técnico–ambientales y


socioeconómicos evaluados entre 1993 y 1996

Atributo Puntos Indicadores Forma de medición o


críticos estimación
Productividad Muestreo de materia seca de sorgo y
Rendimiento de sorgo y pradera
Produc- agrícola pradera
tividad Productividad Producción y estacionalidad de Registro de producción de leche y
pecuaria leche y carne carne promedio por vaca y por época
Contenido de materia orgánica Análisis de suelos
Área técnico–ambiental

Compactación Penetrómetro estático


Degradación de
suelos Condiciones de fertilidad del suelo Análisis de suelos
Lotes de escurrimiento y predicciones
Pérdida de suelo
Estabilidad; a largo plazo (EPIC)
confia- Captación y Escurrimiento superficial Lotes de escurrimiento
bilidad y conservación Contenido de humedad en el
resiliencia de humedad suelo Medición de humedad volumétrica
Diversidad de Número de especies Conteo de especies
especies
Riesgo Variabilidad de la productividad Coeficiente de variabilidad del
de sorgo rendimiento de sorgo
Producti- Rentabilidad y Indice de rentabilidad y eficiencia Cálculo de B/C, RMO, RT, RNCI, VAN y TIR
vidad eficiencia económica
Proporción de ingresos del exte- Origen y monto de ingresos; precios
Distribución de rior del sistema y por producto de productos
Estabilidad; ingresos y
egresos Cambio en los precios de
confia- Análisis de series anuales de precios
bilidad y insumos y productos
Área económica

resiliencia Estacionalidad
Distribución anual de ingresos por Ingresos mensuales por venta de
de producción venta de leche leche
de leche
Adoptabilidad Número de becerros necesarios para
de tecnologías Costo de inversión inicial costear las innovaciones
Equidad
Generación de Demanda de fuerza de trabajo Número de jornales familiares y
empleo asalariados
Autosuficiencia Índice de dependencia de Proporción de los costos de insumos
Autode- insumos externos externos respecto a la inversión total
pendencia Intermedia- Proporción de ganancias Relación entre precio pagado al
rismo apropiadas por el intermediario productor y precio en el mercado
Adaptabi- Capacidad de Proporción de superficie con
Área social

lidad cambio e adopción de tecnología completa Superficie dedicada a innovaciones


innovaciones y parcial
Autode- Participación de productores en Número de productores participantes
Organización
pendencia aspectos organizativos en grupos ganaderos

165

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Variabilidad de la productividad de sorgo


La información sobre los rendimientos de sorgo forrajero obtenidos con
ambos sistemas se comparó estadísticamente para una serie de tiempo de 4
años. Adicionalmente, se estimó su variabilidad calculando el coeficiente de
variación para cada sistema.

Rendimiento de pastos
Para estimar el rendimiento en pastos, se tomaron de 15 a 20 muestras al
azar por hectárea. Para el caso de siembras en surcos, la muestra fue una
hilera de 2.0 metros y, para siembra al voleo, un área de 0.25 metros
cuadrados. Para determinar el porcentaje de materia seca se tomó una
submuestra al azar de 200 gramos, que se sometió por 24 horas a una
temperatura de 105°C. Con esta información se determinó el rendimiento de
forraje (verde y como materia seca) por hectárea.

Producción y estacionalidad de leche y


carne
Estos datos se obtuvieron de los registros diarios de producción de leche que
se manejan en los MVTT y en las unidades de producción tradicionales.
El promedio de peso vivo de becerros al destete (carne en pie) se obtuvo
a los 11 meses de edad para los sistemas tradicional e innovador (MVTT).

Contenido de materia orgánica y


condiciones de fertilidad del suelo
Para estimar el nivel de materia orgánica y las condiciones de fertilidad del
suelo se tomaron 8 submuestras completamente al azar en las profundidades
de 0 a 15 y de 15 a 30 centímetros, en superficies de entre 2.5 y 3 hectáreas.
El muestreo se realizó en tres tipos de manejo del suelo, a saber, labranza
cero con sorgo en surcos, labranza tradicional con sorgo al voleo y pasto
Llanero. Las muestras se mezclaron y homogeneizaron formando una
muestra compuesta. El muestreo se realizó entre los 0 y los 30 días después
de la fecha de siembra del sorgo.
Se usaron los siguientes métodos de análisis químico: (a) la materia
orgánica se determinó por el método de Walkley y Black (1934); (b) el

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E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

fósforo aprovechable se cuantificó con el método Bray P-1 (Olsen y


Sommers, 1982).

Pérdida de suelo
Se utilizaron lotes de escurrimiento con las dimensiones estándar (20 metros
de largo y 2 metros de ancho y una pendiente uniforme para cada
tratamiento del 3 por ciento). En ellos se recabó: (a) datos de pérdida de
suelo y escurrimiento superficial por efecto de la lluvia; (b) grado de
cobertura vegetal; (c) cantidad e intensidad de precipitación por evento de
lluvia, y (d) producción de materia seca por hectárea del cultivo agrícola y
de pradera. Los tratamientos evaluados fueron labranza tradicional de sorgo
sembrado en surcos (LTSS); labranza tradicional de sorgo sembrado al voleo
(LTSV); labranza cero de sorgo sembrado en surcos (LCSS); pradera de
Llanero (PLL) y pradera de Callie (PC). Para cada tratamiento se tuvieron dos
repeticiones.
Los lotes se colocaron en el sentido de la pendiente principal del terreno
y se aislaron con lámina galvanizada lisa. En la parte baja se colocaron dos
tinacos en serie con una capacidad de 450 litros cada uno para captar los
escurrimientos y sedimentos. Después de cada evento de lluvia se midió el
volumen captado y se tomó una muestra de un litro del volumen escurrido
(después de agitarlo para homogeneizar los sedimentos) para medir la
cantidad de sedimento en peso seco. De este modo se determinó la pérdida
de suelo y el escurrimiento superficial.
La intensidad de la lluvia se midió con un pluviógrafo de tipo
registrador de eventos de largo plazo. La erosividad de la lluvia se estimó
calculando su índice de erosividad EI(30), para lo cual se usó el método
propuesto por Wischmeier y Smith (1978).
El factor C de coberturta y manejo se determinó para cada uno de los
sistemas estudiados mediante el procedimiento descrito por los mismos
autores. Este factor adimensional incluye el efecto combinado de las
variables de manejo y cobertura y depende de la combinación entre
cobertura, secuencia de cultivos y prácticas de manejo de un suelo en
particular. Se calcula comparando las pérdidas de suelo en un terreno con
cierto tipo de manejo con las que se presentan en el mismo terreno manejado
de manera tradicional.

167

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Con el objeto de estimar el impacto a largo plazo de los diferentes


sistemas de manejo del suelo sobre este recurso, se utilizó la versión 5125
del modelo de predicción EPIC (Erosion–Productivity Impact Calculator,
propuesto por Perrins et al., 1985, citados a su vez por Williams et al.,
1990). Las predicciones se hicieron para los sistemas de manejo de la tierra
descritos arriba (Tasistro, 1996). Para su validación se instalaron sendos
lotes de escurrimiento en 5 sitios en los que se pusieron en práctica los
distintos sistemas de manejo de la tierra.
Se simuló el efecto de los cinco sistemas de manejo señalados en dos
suelos con características físico–químicas contrastantes (los suelos
correspondientes a los sitios 1 y 5, con LCSS y LTSV respectivamente). Para
cada sistema se simularon 600 años con y sin erosión. Con los valores de
rendimiento de los cultivos con y sin erosión se calculó el índice erosión–
productividad (Tasistro, 1996). Este índice es el cociente entre el
rendimiento anual promedio del cultivo en una parcela erosionada y el
rendimiento en la misma parcela sin erosión, por lo que es un buen indicador
del efecto de la erosión sobre la productividad (Perrins et al., 1985, citados
por Williams et al., 1990).

Escurrimiento superficial
Esta información se obtuvo de los lotes de escurrimiento utilizados para
estimar la pérdida de suelo, y de ella se infirió la eficiencia de captación y
conservación del agua de lluvia en cada sistema.

Número de especies
A partir del número de especies vegetales cultivadas se asignó un valor
(porcentaje) a cada sistema.

2.3.2. Área económica


Para la cuantificación y el análisis de los indicadores económicos y sociales
se utilizaron, entre otras, las metodologías de análisis microeconómico y de
estudios de caso.
Los estudios de caso se realizaron para entender con mayor profundidad
el comportamiento de los factores productivos y las decisiones que toma el
productor con respecto a su asignación (Ragin y Becker, 1995), sin

168

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E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

pretender extrapolar los resultados a todos los productores de la región, sino


sólo a aquellos que presentan las mismas características genéricas (estratos
del II al VI, véase el Cuadro 5.3, p. 152).
En los estudios de caso se realizó un análisis comparativo en el caso de
las unidades de producción con SASP tradicional: se compararon estas
unidades con las que han adoptado la tecnología con todos sus componentes
(MVTT) y con aquéllas que han adoptado al menos uno de los componentes
tecnológicos (productores en transición).
Los estudios de caso se seleccionaron con base en una clasificación
previa de las unidades de producción de la región ( CESSI-UACh, 1994;
Perales, 1994) y mediante muestreo simple aleatorio (véase p. 152). Se
seleccionaron como unidades de trabajo a productores representativos de los
estratos II al VI de la tipología de productores (véase el Cuadro 5.3, p. 152),
en los que se ubican el 80 por ciento de los productores de la región.
La información reportada en esta evaluación se obtuvo entre febrero y
mayo de 1995 mediante tres procedimientos: (a) aplicación de cuestionarios,
tanto semiabiertos como abiertos, y seguimiento a través del tiempo (a lo
largo de los ciclos productivos), incluyendo aspectos cualitativos y
cuantitativos; (b) registro de la variación en los costos de insumos y
productos a lo largo de 10 años (información obtenida de instituciones del
sector agropecuario), y (c) registro de productores de las comunidades que
han obtenido créditos.

Unidades de estudio
Aunque esta evaluación se concentra en el sistema productivo agro–silvo–
pastoril (SASP), en muchos casos la unidad de análisis es la unidad
productiva, que abarca tanto al SASP como a otros recursos y sistemas
agrícolas. En las comunidades de Malpica y El Huajote las unidades
productivas son unidades familiares, tanto nucleares como ampliadas o
extensas. Por ejemplo, algunos datos, tales como el empleo de la fuerza de
trabajo, la distribución del ingreso–egreso, la venta de ganado, etc., se
obtuvieron para el conjunto de la unidad productiva y no sólo para el SASP.
Asimismo, la comunidad y la región son en algunos casos unidades de
referencia, ya que existen recursos productivos colectivos comunales, tales
como el agostadero, que forman parte del SASP y, por otro lado, existen

169

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

decisiones a nivel comunal y regional que pueden afectar positiva o


negativamente la sostenibilidad del sistema agropecuario bajo evaluación.

Indicadores financieros y económicos


La evaluación en el área económica se hizo mediante la cuantificación de
factores financieros y económicos. Para los primeros la unidad de estudio
fue el SASP y para los segundos tanto el SASP como la unidad productiva.
Con el fin de encontrar la factibilidad de la inversión de capital en los
SASP (innovador y tradicional), se utilizaron indicadores financieros
tradicionales tales como beneficio–costo (B/C), valor actual neto (VAN) y tasa
interna de retorno (TIR) (para mayores detalles, véase Muñante, 1992).
Dentro de los cálculos financieros y económicos se consideran los
productos finales del sistema (leche y carne) y no los productos agrícolas
intermedios (sorgo y pastos) que se utilizan como insumos para la
producción pecuaria.
Para eliminar el sesgo de las diferencias en alimentación de los
diferentes hatos y homogeneizar los cálculos económicos, se utilizó como
base de comparación el concepto de unidad animal (o UA, véase la nota 6,
p. 159).

Índices de rentabilidad
La evaluación financiera de los sistemas consiste en un análisis
microeconómico que toma en cuenta los recursos que las diferentes unidades
productivas destinan a las actividades agropecuarias. Los cálculos se
realizaron para tres niveles diferentes de recursos: (a) 20 hectáreas de uso
agropecuario y 50 UA; (b) 20 hectáreas y 25 UA; y (c) 12 hectáreas y 11 UA.
De este modo se evaluó tanto el B/C marginal como el valor presente
neto (VPN), aplicando una tasa de descuento, para comparar las prácticas
tradicionales con las innovadoras.
En los cálculos se considera el flujo de caja, incluyendo los pagos de
intereses al capital (suponiendo 7 años y una tasa del 12 por ciento anual),
para conocer la viabilidad financiera en caso de recurrir a préstamos
bancarios.

170

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E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

Índices de eficiencia económica


Para la caracterización de la factibilidad económica de los dos sistemas
productivos, se utilizaron los índices de eficiencia económica propuestos por
Herrera et al. (1994), es decir, la retribución neta al capital en insumos
(RNCI), el retorno a la mano de obra (RMO) y el retorno a la tierra (RT). Estos
índices se obtienen del análisis individual de los ingresos brutos con relación
al tipo de costos en que se incurre por tecnología utilizada. Se trata de un
análisis puntual en el tiempo.
En el cálculo del costo agropecuario se incluyeron los insumos, los
servicios, el establecimiento de cultivos agrícolas, los productos y servicios
de sanidad, los suplementos para el ganado, etc.

Ingresos y egresos
La información sobre las principales fuentes de ingresos y egresos se obtuvo
mediante 17 entrevistas a productores agropecuarios de las dos comunidades
de estudio. Los ingresos provienen de la venta de leche, queso y carne, y los
egresos se destinan a gastos familiares (alimentación, vestido, vivienda,
servicios domésticos), gastos sociales (fiestas, cooperaciones comunitarias y
transporte), gastos agrícolas (inversión en cultivos anuales y renta de
potreros) y gastos pecuarios (mantenimiento de praderas, suplementos
alimenticios, esquilmos de hoja molida y pollinaza, permisos para la venta
de ganado, sanidad, etc.).

Inversión inicial
Se calculó para ambos sistemas el costo de producción por hectárea del
sorgo Costeño 201 desde la siembra hasta la cosecha (incluyendo el corte
para ensilaje, en el caso del sistema innovador). Además, para el caso del
sistema innovador, se consideró la inversión que se requiere durante el
primer año para el establecimiento de una hectárea de pradera perenne. Con
fines ilustrativos se calculó el equivalente en becerros de la inversión que
requiere el productor para mejorar su sistema.

171

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Demanda de fuerza de trabajo


Para detectar el cambio en la demanda de mano de obra entre el sistema
tradicional y el innovador, se realizó un análisis comparativo de 10 unidades
de producción, considerando la utilización de mano de obra asalariada y
familiar durante 1995 y 1996.

Índice de dependencia de insumos externos


El índice de dependencia de insumos externos (IDIE) muestra la proporción
de la inversión total que tiene que dedicarse a la compra de insumos
externos, para evaluar el grado de dependencia de los sistemas con respecto
al exterior (estos datos se obtuvieron por UA).

2.3.3. Área social

Participación de productores en aspectos


organizativos
En 1992 se hizo un diagnóstico regional que abordó, entre otros aspectos,
los tipos de organización que existían en las comunidades de la región
(CESSI-UACh, 1993). En 1993 este estudio se profundizó en las comunidades
de Malpica y El Huajote (Cuevas, 1994; Ramírez y Sosa, 1994; Moreno,
1994). Los resultados obtenidos fueron utilizados para el diseño e
implementación de la estrategia de validación y transferencia de tecnología
del proyecto en general y de los MVTT en particular.

Proporción de superficie con adopción de


tecnología completa y parcial
Por medio del monitoreo de productores que practican el sistema innovador
y de entrevistas directas a las autoridades de las dos comunidades
mencionadas, se obtuvo, desde 1993, información referente a la superficie
destinada a las innovaciones de tecnología completa, al establecimiento de
sorgo Costeño 201, con y sin labranza de conservación, al establecimiento
de praderas y al ensilaje. Se obtuvo también información a escala regional
sobre la superficie en que se adoptó al menos uno de los componentes antes
mencionados. En este caso la fuente de información fue la Secretaría de

172

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E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, así como las asociaciones


ganaderas locales.

3. D I S C U S I Ó N DE RESULTAD OS

Los resultados que a continuación se presentan corresponden a los


indicadores de los puntos críticos antes descritos. Aunque la mayoría de las
mediciones se hicieron en 1995 y 1996, es importante tomar en cuenta que
las innovaciones se iniciaron en 1993.

3.1. Área t écn i co – a mb i en tal

3.1.1. Productividad de sorgo y pradera


Como resultado de los cambios introducidos en el sistema innovador, se
logró incrementar la productividad del sorgo en un 72 por ciento, pasando el
rendimiento medio de 3.9 a 6.7 toneladas de materia seca por hectárea
(1993–1996; véase la Ilustración 5.6). Otra diferencia entre ambos sistemas
es que en el innovador la totalidad de la biomasa producida es aprovechada
para la alimentación del ganado durante el periodo seco, mientras que en el
tradicional una parte significativa del forraje (aproximadamente la mitad) no
es consumida por efecto del pisoteo y de su baja calidad. Finalmente, en el

Ilustración 5.6. Rendimiento de sorgo en


Malpica y El Huajote, Sinaloa, 1993-1996

8 Rendimiento del sistema innovador


[toneladas de M.S. por hectárea]

700
[milímetros por año]

7
Rendimientos

Precipitación

6
Precipitación 600
5

4 500
Rendimiento del sistema tradicional
3
1993 1994 1995 1996
Año

173

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 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

sistema innovador se producen 10 toneladas de forraje (materia seca) por


hectárea en las praderas de Llanero y Callie, lo que permite obtener una
alimentación de buena calidad durante todo el año y reducir el uso del
agostadero y su consecuente perturbación ambiental.

3.1.2. Variabilidad de la productividad de sorgo


La integración de las innovaciones tecnológicas ha logrado incrementar
consistentemente el rendimiento de sorgo desde 1993, cuando se puso en
marcha el proyecto, hasta 1996 (véase la Ilustración 5.6). La experiencia
acumulada durante este tiempo muestra también que la productividad del
subsistema agrícola tradicional es más estable (con un coeficiente de
variación de 4 por ciento) que la del innovador (cv=15%). En ambos casos,
esta variación se debe a las diferencias en la cantidad y distribución de las
lluvias que se dan entre un año y otro durante la estación de crecimiento,
pero, aun en el año más seco (1994), la producción del sistema innovador
fue significativamente mayor que la del tradicional (lo que se demuestra
estadísticamente con p=0.0057).

3.1.3. Estacionalidad de la producción de leche


La experiencia obtenida después de cuatro años de establecidos los MVTT
demuestra que con el sistema innovador es posible lograr una producción
mensual de leche de 135 litros por vaca, mientras que con el sistema
tradicional se llega a un máximo de 120 litros. Sin embargo, la diferencia
principal radica en el hecho de que en el sistema innovador la ordeña se
realiza durante todo el año, alcanzando una producción anual de leche por
vaca de 1400 litros en promedio, en comparación con los 790 litros que se
obtienen (durante cuando mucho 9 meses) en el sistema tradicional (véase la
Ilustración 5.7).
Esta diferencia entre ambos sistemas resulta aun más notoria si se evalúa
en términos monetarios, pues el precio de la leche es un 25 por ciento más
alto en la época seca. En el sistema tradicional la producción de leche en la
época seca alcanza sólo para el autoconsumo y los excedentes sólo se
producen en la época húmeda, cuando la sobreoferta hace que el precio baje.

174

 
 

E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

Ilustración 5.7. Variación mensual de los excedentes para


venta de leche en Malpica y El Huajote, Sinaloa, 1995-1996

140 Sistema innovador


120
Producción de leche
[litros por vaca por mes]

100
80
Sistema tradicional
60
40
20
0
E F M A M J J A S O N D
Mes

3.1.4. Producción de carne


La información obtenida en los MVTT muestra que los becerros destetados
(de 11 meses de edad) alcanzan un peso promedio de 125 kilogramos en el
sistema tradicional y de 150 kilogramos en el innovador. Esta diferencia se
explica por el ensilaje que se practica en el sistema innovador durante la
época seca y que permite preengordar ligeramente a los becerros. Por otro
lado, la disponibilidad de forraje durante todo el año permite a los
productores innovadores vender su ganado en épocas de mejores precios.

3.1.5. Materia orgánica


Los análisis de suelos muestran que el contenido de materia orgánica es
mayor en el suelo manejado con labranza cero con sorgo en surcos ( LCSS)
que en el sistema de labranza tradicional con sorgo al voleo ( LTSV) o en el
suelo con pasto Llanero (PLL) (véase la Ilustración 5.8). Sin embargo esta
información no es concluyente sobre la dinámica de la variable, ya que no se
cuenta con datos sobre la situación imperante antes de la introducción de
estas prácticas. De cualquier modo, es notable que en todos los sistemas
evaluados el nivel de materia orgánica es entre bajo y muy bajo, lo que
reafirma la necesidad de ejecutar prácticas que aumenten su contenido.

175

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Ilustración 5.8. Contenido de materia orgánica y de fósforo en


tres sistemas de manejo del suelo. El Huajote, Sinaloa, 1996

1.2
Materia Orgánica

0.8 LTSV
[%]

15 - 30 cm
0 - 15 cm
0.4

15 - 30 cm
0 - 15 cm
0

15 - 30 cm
1 0 - 15 cm
Contenido de P
[ppm]

3
LCSS PLL
4

3.1.6. Condiciones de fertilidad del suelo


Con la información disponible es difícil extraer conclusiones, ya que faltan
datos que muestren los cambios ocurridos a través del tiempo para cada
sistema. No es posible hacer comparaciones entre sistemas, ya que no
conocemos su fertilidad original. Por ejemplo (véase la Ilustración 5.8), el
suelo del sistema LTSV tiene más fósforo que el de LCSS, a pesar de que éste
último ha recibido fertilización fosfórica cada año durante los últimos cuatro
años, mientras que en el LTSV este insumo ha estado ausente durante mucho
tiempo. Algo similar podría decirse para PLL. Por otra parte, a pesar de estas
aparentes diferencias entre sistemas, la realidad es que los tres suelos
muestreados son extremadamente pobres en fósforo, lo cual resalta la
importancia de la fertilización fosfórica para mantener la sostenibilidad en el
manejo de la tierra en la región.
Una alternativa válida para abordar el análisis del efecto de los sistemas
analizados sobre las condiciones de fertilidad del suelo es el enfoque de

176

 
 

E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

balance nutrimental (Frissel, 1978). Su desventaja es que requiere una


considerable infraestructura de laboratorio y un mayor presupuesto.

3.1.7. Relación int ensidad de lluvia–pérdida de


suelo
La información obtenida en los lotes de escurrimiento durante 1995 y 1996
indica que los eventos de lluvia con más de 40 mm generaron entre el 51 y
el 73 por ciento de la pérdida total de suelo en el sistema de labranza
tradicional con sorgo al voleo. Los resultados anteriores confirman que el
proceso de erosión hídrica en el Sur de Sinaloa sigue el patrón típico de las
regiones tropicales.

Cobertura y manejo
Los sistemas de manejo más eficientes para reducir el factor adimensional C
(véase la p. 167) fueron las praderas (PLL y PC), debido a que su cobertura
amortigua el impacto y disminuye la velocidad de las gotas de lluvia. Por
otra parte, LCSS fue más eficiente que LTSS y LTSV debido a que su
porcentaje de cobertura del suelo es mayor que en los sistemas tradicionales
(véase el Cuadro 5.6).

Cuadro 5.6. Valores para el factor C anual por sistema de


manejo en el Sur de Sinaloa durante 1995 y 1996
Tipo de Manejo del Factor C Eficiencia*
Sistema suelo [%]
PLL 0.009 99
Innovador PC 0.03 97
LCSS 0.12 88
LTSS 0.25 75
Tradicional
LTSV 1.0 0
* Porcentaje de eficiencia con respecto al sistema de LTSV.
Fuente: Martínez y Guzmán, 1996.

Pérdida de suelo
Los resultados obtenidos durante 1995 y 1996 muestran que el
comportamiento de esta variable fue consistente entre años y tratamientos

177

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

(véase el Cuadro 5.7). El sistema que produjo la mayor pérdida de suelo fue
LTSV, mientras que en LCSS la tasa de erosión alcanzó sólo la mitad que en
LTSS. Los sistemas que involucraron praderas (PLL y PC) tuvieron las
menores pérdidas de suelo y fueron, junto con LCSS, los únicos cuyas tasas
de erosión son inferiores a la tasa de formación natural del suelo (valor T) y
que, por lo tanto, pueden considerarse sostenibles (Lal, 1994).

Cuadro 5.7. Pérdida de suelo y eficiencia en los sistemas de


manejo evaluados en el Sur de Sinaloa, durante 1995 y 1996
Pérdida de suelo Eficiencia*
Tipo de sistema Manejo del [ton/ha] [%]
suelo
1995 1996 1995 1996
PLL 0.38 0.35 99.1 99.1
Innovador PC 0.97 1.69 97.6 95.6
LCSS 5.09 4.39 87.6 88.5
LTSS 9.92 10.05 75.8 73.6
Tradicional
LTSV 41.06 38.05 0.0 0.0
* Porcentaje de eficiencia (en cuanto a suelo conservado) con respecto al sistema LTSV.
Fuente: Martínez y Guzmán, 1996.

Es importante mencionar que los resultados presentados en el cuadro


anterior se obtuvieron en lotes de escurrimiento con 3 por ciento de
pendiente. La erosión es probablemente mayor en terrenos más inclinados,
especialmente en sistemas con cultivo anual.

Predicciones a largo plazo


Las simulaciones con el modelo EPIC se hicieron para dos tipos de suelos: el
del sitio 1 (con fertilidad más alta) y el del sitio 5 (con fertilidad más pobre),
tomando en cuenta la pérdida de suelo tanto por erosión como por
escorrentía. Los resultados muestran que en el largo plazo (a partir de los
cien años) los dos sistemas tradicionales tienen siempre las mayores
pérdidas de suelo: El peor en este sentido es LTSV (aproximadamente el
doble que LCSS en el sitio 1 y el triple en el sitio 5, a los 100 años), seguido
por LTSS (véase la Ilustración 5.9). Por lo que se refiere a los sistemas
innovadores, los resultados no son consistentes, puesto que en el sitio 1 las
praderas muestran un mejor desempeño (PC<PLL<LCSS<LTSS<LTSV),
mientras que en el 5 es LCSS el mejor sistema (LCSS<PC<PLL<LTSS<LTSV).

178

 
 

E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

De cualquier modo, es claro que estos sistemas, con un movimiento de suelo


menos intenso, tendrían los valores menores de pérdida de suelos (Tasistro,
1996).
En ambos sitios el rendimiento de forraje descendería más abruptamente
en los sistemas LTSS y LTSV que en los demás (véase la Ilustración 5.10). En
los sistemas de praderas y en LCSS con aportes de N y P, el factor de estrés
principal sería la disponibilidad de agua en el suelo. La ausencia de
fertilización nitrogenada y fosforada en los sistemas con sorgo bajo labranza
tradicional hace que estos nutrientes sobrepasen en importancia al agua
como factor restrictivo.
En ambos sitios se predicen descensos en los rendimientos de forraje
bajo todos los sistemas, aunque la tasa de descenso proyectada es menor
para el sistema LCSS, por lo menos en los primeros 400 años. Este último
sistema y los de praderas son los que muestran Índices Erosión–
Productividad (IEP) más altos, o sea, menores diferencias en los
rendimientos con y sin erosión.
Cuando se considera la erosión, las pérdidas de materia orgánica
proyectadas por EPIC aumentan en todos los sistemas. En el suelo del sitio 1
el aporte de N y P retrasaría el momento en que estos nutrientes se convierten
en factores importantes de estrés, y lo mismo sucede cuando no se considera
la erosión en la simulación. Para este sitio el agua sería el factor crítico. La
respuesta sería bastante similar en el sitio 5. En los sistemas con sorgo con
labranza tradicional, que tienen mayor erosión y carecen de fertilización, los
rendimientos en el sitio 1 estarían limitados principalmente por N y P,
mientras que en el sitio 5, donde la erosión ocurriría muy aceleradamente,
no habría oportunidad de que se desarrolle el P como factor restrictivo. En el
sitio 1, la compactación del suelo sería, según EPIC, un factor de estrés muy
importante para cualquier sistema de manejo, independientemente de los
niveles de erosión (Tasistro, 1996).

3.1.8. Escurrimiento superficial


Si se analiza el coeficiente de escurrimiento superficial (definido como el
cociente entre el volumen de agua escurrido y el volumen de precipitación
pluvial) para los cinco sistemas de manejo evaluados, se puede observar que
el sistema más eficiente para reducir el escurrimiento superficial es PLL,

179

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Ilustración 5.9. Pérdidas de suelo simuladas por EPIC en dos


sitios y bajo cinco sistemas de manejo

800

700
Pérdida de suelo [mm]

600

500
Sitio 1 Sitio 5
400
LCSS
300 PLL
PC
200 LTSS
LTSV
100

0 Años
100 200 300 400 500 600

Ilustración 5.10. Rendimientos de forraje simulados por EPIC


para cinco sistemas de manejo y dos sitios, con erosión
10
9
8 Sitio 1 Sitio 5
Rendimiento [ton/ha]

7 LCSS
PLL
6 PC
5 LTSS
LTSV
4
3
2
1
0 Años
1 100 200 300 400 500 600

180

 
 

E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

seguido por PC, LCSS y LTSS (que tienen pequeñas diferencias entre sí). El
sistema más ineficiente en captar agua de lluvia es LTSV, que pierde por
escurrimiento el 42 por ciento del agua de lluvia que recibe (véase el
Cuadro 5.8).

Cuadro 5.8. Pérdida de agua y coeficiente de escurrimiento en


cinco sistemas de manejo evaluados en el Sur de Sinaloa,
durante 1995 y 1996
Precipitación Escurrimiento Coeficiente de
Tipo de Manejo [mm/año] superficial [mm/año] escurrimiento
sistema del suelo
1995 1996 1995 1996 1995 1996
PLL 524.9 615.6 12.5 19.4 0.024 0.032
Innovador PC 522.5 595.7 135.0 131.2 0.258 0.220
LCSS 520.7 603.2 132.5 152.0 0.254 0.252
LTSS 524.9 615.6 122.5 190.6 0.233 0.310
Tradicional
LTSV 524.7 592.3 267.5 247.4 0.510 0.418
Fuente: Martínez y Guzmán,1996.

Los sistemas más efectivos en cuanto a captación de agua son los que se
proponen como componentes del sistema innovador, lo cual asegura un
manejo más sostenible.

3.1.9. Número de especies


El sistema agro–silvo–pastoril tradicional depende sólo de una especie
vegetal, lo que lo hace muy susceptible a cambios ambientales adversos. El
germoplasma usado en este sistema tampoco satisface los criterios de doble
propósito (producción de grano y forraje), ni los de productividad y
adaptabilidad. En cambio, el sistema agro–silvo–pastoril innovador tiene
una mayor diversidad de germoplasma, ya que maneja tres especies
vegetales (una de sorgo y dos de pastos). Además, los pastos Llanero y
Bermuda Callie se adaptan fácilmente a las condiciones de trópico seco,
requieren poco N y P, resisten tanto plagas y enfermedades como la sequía y
son muy productivos. Todo esto contribuye a hacer más sostenible al
sistema innovador que al tradicional.

181

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

3.2. Área e con ó mi c a

3.2.1. Indices de rentabilidad ( B / C , V AN , T I R )

El análisis financiero del sistema innovador versus el tradicional generó


indicadores financieros (B/C, VPN y TIR) positivos para los tres tamaños de
unidades productivas analizadas en el sistema innovador y negativos para
los mismos tres tamaños en el sistema tradicional, lo que implica una mayor
viabilidad del sistema innovador desde el punto de vista financiero a precios
de mercado (véase el Cuadro 5.9).

Cuadro 5.9. Indicadores financieros para los sistemas


innovador y tradicional. Sur de Sinaloa, 1995
Sistema innovador Sistema tradicional
Unidad productiva
B/C VPN [$]1 TIR [%] B/C VPN [$] TIR [%]
A (20 ha y 50 UA)2 1.50 79,416 112 0.96 -7,336 n/f3
B (20 ha y 25 UA) 1.36 28,958 66 0.98 -1,189 n/f
C (12 ha y 11 UA) 1.13 5,441 34 0.81 -7,556 n/f
1 Valor por unidad productiva.
2 UA = unidad animal = 1 vaca de 400 kg que gesta, cría y desteta un ternero de 160 kg a los 6 meses (peso vivo).
3 n/f = no factible (no se puede calcular la TIR cuando el VPN es negativo).
Fuente: Cuevas, 1996.

A continuación se presenta la interpretación de los indicadores


financieros:
Relación beneficio/costo (B/C): Durante el horizonte de planeación de siete
años del proyecto, a una tasa de actualización del 12 por ciento, descontando
inflación, por cada peso invertido el sistema innovador tendría 50, 36 y 13
centavos de beneficios para las unidades productivas A, B y C,
respectivamente. En cambio el sistema tradicional tendría 4, 2 y 19 centavos
de pérdidas para las mismas unidades productivas durante el periodo
considerado.
Valor Presente Neto (VPN): Los productores del sistema innovador tendrían
una utilidad neta de $79,416, $28,958 y $5,441 pesos, mientras que los del
sistema tradicional tendrían pérdidas por $7,336, $1,189 y $7,556 pesos para
cada tamaño de unidad productiva analizado.

182

 
 

E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

Tasa Interna de Retorno (TIR): En el periodo de implementación del


proyecto se recupera la inversión y se obtiene una rentabilidad en promedio
de 112 por ciento para la unidad productiva A (50 UA y 20 ha), de 66 por
ciento para la B (25 UA y 20 ha) y de 34 por ciento para la unidad C (11 UA y
12 ha) en el sistema innovador. En cambio, en el sistema tradicional estas
tasas resultan negativas, por lo que este indicador carece aquí de sentido.

3.2.2. Indices de eficiencia económica ( R N C I ,


RM O , RT )

La eficiencia económica de ambos sistemas se calculó a partir de datos


obtenidos en siete MVTT y seis unidades de producción tradicionales de las
comunidades de Malpica y El Huajote (véase el Cuadro 5.10). Los
resultados se interpretan a continuación:

Cuadro 5.10. Indices de eficiencia económica obtenidos en


los sistemas innovador y tradicional. Sur de Sinaloa, 1996
RMO RT
Sistema productivo RNCI
[$/día] [$/ha/año]
Sistema innovador (promedio de siete MVTT) 0.44 41 964
Sistema tradicional (promedio de seis UP) 0.13 11 410
Costo de oportunidad - 35 646
Fuente: Cuevas, 1996.

Retribución neta al capital en insumos (RNCI): El cálculo indica que por


cada peso gastado en insumos y pago de servicios, el sistema innovador
tiene una retribución de 44 centavos, mientras que el tradicional sólo de ¢13.
Retribución a la mano de obra (RMO): Al analizar el número de jornales
totales utilizados por unidad animal al año en ambos sistemas, se ve que la
fuerza de trabajo es más eficiente dentro del sistema innovador, puesto que
en éste la retribución por jornal es de $41, a diferencia de los $11 que se
obtienen en el sistema tradicional. Este resultado indica que la inversión
utilizada en fuerza de trabajo en el sistema innovador es más eficiente que
en el tradicional, y también que al productor innovador y a su familia les
reditúa más autoemplearse que trabajar en otras actividades asalariadas
rurales, en donde pueden obtener 35 pesos diarios.

183

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Retorno a la tierra (RT): En 1996, en las comunidades de estudio se rentaba


en promedio en $646 al año una hectárea de tierra para cultivo, por lo que al
comparar este monto con el obtenido por cada uno de los sistemas
analizados se puede observar que el innovador tiene un retorno a la tierra
(RT) superior, mientras que en el tradicional este valor es inferior al costo de
oportunidad.

3.2.3. Composición de ingresos y egresos


La composición del ingreso de los productores innovadores ha cambiado
significativamente como resultado de la adopción de nuevas tecnologías, ya
que al contar el ganado con alimentación suficiente, la producción de leche
aumenta (véase la Ilustración 5.7). Los resultados muestran que el ingreso de
los productores tradicionales depende principalmente de la venta de
animales (58 por ciento), mientras que la principal entrada de los
innovadores es la leche (49 por ciento) (véase la Ilustración 5.11). Por otro
lado, el ingreso del productor innovador se ha vuelto más constante a través
del tiempo, lo que le permite tener además un mayor control sobre la
oportunidad de venta de su ganado. No así para el caso de los productores
tradicionales, que tienen que recurrir a la venta de animales para solventar
sus gastos familiares y productivos en la época de secas.

Ilustración 5.11. Estructura de ingresos en dos sistemas


productivos en Malpica y El Huajote, Sinaloa, 1995

Sistema innovador Sistema tradicional


Ingresos externos Ingresos externos
Carne

Carne
Leche

Leche

Fuente: Cuevas, 1996.

184

 
 

E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

El mayor egreso (46 por ciento) en que incurre el productor que depende
del SASP tradicional corresponde al gasto familiar (alimentación, vestido,
salud y servicios domésticos), seguido por el rubro pecuario (45 por ciento),
que incluye la compra de suplementos alimenticios (concentrados,
vitaminas, etc.) y de esquilmos agrícolas, así como los pagos de sanidad
animal. Los productores innovadores destinan 41 por ciento de sus ingresos
al consumo familiar, 21 por ciento al pago de jornales contratados como
resultado del cambio de intensidad de manejo (de extensivo a semi-
intensivo), sólo 20 por ciento a gastos pecuarios y 18 por ciento al rubro
agrícola (para solventar la siembra con labranza de conservación y el
ensilaje). Vemos entonces que en ambos sistemas el gasto familiar es el más
importante, aunque el sistema innovador permite una mayor inversión de
insumos, que se traducen en un aumento de la productividad agropecuaria y
en la posibilidad de retención de mano de obra en las comunidades.

3.2.4. Evolución de precios de insumos y


productos
La agricultura del Sur de Sinaloa no ha estado exenta de los efectos del
modelo económico neoliberal impuesto en México desde finales de la
década de los ochenta. Este modelo postula que las ventajas comparativas
hacen innecesarias las políticas estatales de promoción de la autosuficiencia
alimentaria y el consecuente apoyo al sector agropecuario. Los efectos de
este modelo se han reflejado en una disminución o estancamiento del precio
de los principales productos del SASP y en el significativo aumento de
algunos insumos importantes, como la urea (véase la Ilustración 5.12). Esta
conjugación de factores ha repercutido negativamente en la rentabilidad del
SASP, dificultando la adopción de tecnologías que impliquen mayor
inversión y mayor riesgo por variación de precios de insumos y productos.

3.2.5. Inversión inicial


Los cálculos de los costos necesarios para establecer el SASP innovador
muestran lo siguiente: La siembra de una hectárea de sorgo Costeño 201
bajo labranza de conservación destinada al ensilaje cuesta $1,000, y el
ensilaje en sí $800, es decir, un total de $1,800, lo que equivale a la venta de
1 becerro (un becerro de 180 kilogramos, a $10 por kg). El establecimiento

185

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Ilustración 5.12. Evolución relativa de los precios reales de


leche, carne y urea en el Sur de Sinaloa, 1988-1995

200%
Urea

150%

100% Carne

50% Leche

0%
1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995
Años

de una hectárea de pradera cuesta por su parte $1360, lo que representa las
tres cuartas partes de un becerro.
Para el cálculo de la inversión inicial se utilizó como dato la superficie
que han dedicado al sistema innovador los productores que han adoptado
hasta ahora todos los componentes de este sistema (normalmente alrededor
del 60 por ciento de la superficie total disponible por unidad productiva). De
esta superficie, aproximadamente la mitad se dedica al sorgo y la mitad a la
pradera, de acuerdo con las recomendaciones de estudios técnicos (Loaiza,
1994).
Esto quiere decir que, en el caso de los estratos de productores que se
busca impactar, es decir los estratos II al VI (véase el Cuadro 5.3, p. 152), el
monto total de la inversión requerida para la siembra y ensilaje de sorgo
Costeño 201 bajo labranza de conservación, así como para el
establecimiento de praderas perennes, va desde $17,160 (estrato II) hasta
$28,000 por unidad de producción (estratos V y VI). Estos montos

186

 
 

E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

representan respectivamente 9.5 y 15.5 becerros (véase el Cuadro 5.11).


Estas cifras muestran que es muy difícil para un productor tradicional
adoptar la propuesta tecnológica de manera completa en el primer año.

Cuadro 5.11. Requerimientos productivos y económicos para


la implementación del sistema innovador por estrato de
productores. Sur de Sinaloa, 1996
Superficie [ha] Inversión necesaria [$] Inversión
Estrato Cabezas equivalente
de ganado Sorgo1 Pradera Sorgo y Pradera Total
ensilaje en becerros2
II 21 5 6 9,000 8,160 17,160 9.5
III y IV 23 6 6 10,800 8,160 18,960 10.5
V y VI 42 8 8 14,400 13,600 28,000 15.5
1 Siembra de sorgo Costeño 201 con labranza cero y fertilización nitrofosfórica para ensilaje.
2 Becerro de 180 kilogramos a $10 por kg.
Fuente: Cuevas, 1996.

Por lo que se refiere al SASP tradicional, el costo de inversión requerido


para la siembra de sorgo forrajero es de $450 por hectárea (sin incluir gastos
adicionales como suplementos alimenticios del ganado y compra de
potreros). En este sistema cada unidad productiva requiere entre 18 y 24
hectáreas de sorgo para pastoreo directo (en el sistema innovador se
necesitan sólo de 5 a 8 ha de sorgo para ensilaje y de 6 a 8 ha de praderas
perennes; véase el Cuadro 5.11). A pesar de que la superficie requerida por
el sistema tradicional es mayor, el monto de la inversión es mucho menor, a
saber, entre $8100 y $11250 según el tipo de unidad de producción, lo que
equivale a entre 4.5 y 6.2 becerros (véase el Cuadro 5.12).
La diferencia entre las superficies necesarias para mantener un mismo
número de animales en un sistema y en otro (véanse los Cuadros 5.11 y
5.12) resalta la magnitud del carácter extensivo del SASP tradicional y la
consecuente necesidad que el productor tradicional tiene de utilizar tierras
marginales para cultivos anuales.
En el sistema innovador, a diferencia del tradicional, el momento más
crítico es el primer año, en el que se requiere mayor disponibilidad de
capital para la inversión inicial (establecimiento de praderas y del silo). La
inversión en los siguientes años es menor: Para la siembra de sorgo y el
ensilado se requieren de nuevo $1,800 por hectárea, pero cada hectárea de

187

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 5.12. Requerimientos productivos y económicos para


la implementación del sistema tradicional por estrato de
productores. Sur de Sinaloa, 1996
Superficie Inversión Inversión
Estrato Cabezas de de sorgo1 necesaria equivalente
ganado
[ha] [$] en becerros2
II 21 18 8,100 4.5
III y IV 23 22 9,900 5.5
V y VI 42 24 11,250 6.2
1 Sorgo bajo labranza tradicional sin fertilización, con dos rastreos, para pastoreo
directo por el ganado.
2 Becerro de 180 kilogramos a $10 por kg.
Fuente: Cuevas, 1996.

pradera requiere sólo gastos de mantenimiento de $360. Este gasto anual


necesario a partir del segundo año puede ser fácilmente absorbido por la
unidad de producción en virtud del aumento de la productividad tanto del
capital como de la fuerza de trabajo y de la tierra, como se mostró en los
índices de eficiencia económica (véase el Cuadro 5.10).
Como se ha dicho antes, el sistema tradicional requiere una baja
inversión, pero es también muy baja la productividad que se obtiene en los
componentes principales del proceso productivo (tierra, trabajo y capital). El
sistema innovador, en cambio, requiere una inversión considerablemente
mayor, pero permite obtener ganancias (véase el indicador B/C en el
Cuadro 5.9, ) en un grado que depende del número de cabezas de ganado
que tiene la unidad de producción.
En términos estrictamente financieros, tradicionalmente se ha
considerado que el riesgo de pérdida de inversión de capital por
fluctuaciones en los precios de insumos o productos (o por cambios
climáticos) es mayor para quienes invierten más y menor para los
productores tradicionales que hacen una mínima inversión. Sin embargo, es
necesario tomar en cuenta que en el sistema innovador la conservación y el
mejoramiento del recurso suelo, así como el uso más eficiente de la escasa
lluvia, permiten disminuir con el tiempo el riesgo de pérdidas ante efectos
adversos (naturales o de mercado), gracias al aumento de la resiliencia y la
estabilidad.

188

 
 

E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

3.2.6. Demanda de fuerza de trabajo


Los productores del sistema innovador requieren un promedio de 1.7
jornales por día en el transcurso del año, mientras que los tradicionales sólo
requieren de 1.1 jornales por día. Esto corrobora el carácter semi–intensivo
del sistema innovador. Por otro lado, la fuerza de trabajo es en el sistema
tradicional casi únicamente familiar, mientras que en el asalariado el 40 por
ciento de los jornales son asalariados (véase el Cuadro 5.13).
Cuadro 5.13. Demanda de fuerza de trabajo asalariada y
familiar por sistema productivo. Malpica y El Huajote,
Sinaloa, 1995 y 1996
Sistema innovador1 Sistema tradicional2
Tipo de fuerza [jornales/año/unidad productiva] [jornales/año/unidad productiva]
de trabajo
1995 1996 Promedio 1995 1996 Promedio
Asalariada 264 264 264 1 3 2
Familiar 369 425 397 407 407 407
Total 633 689 661 408 410 409
1 Promedio de tres módulos de validación.
2 Promedio de siete unidades productivas.
Fuente: Cuevas, 1996.

3.2.7. Indice de dependencia de insumos


externos ( I D I E )
Al calcular la proporción de insumos respecto a la inversión total anual
(IDIE) por unidad animal se obtiene que el productor del sistema tradicional
tiene una dependencia de insumos externos del orden de 75%, mientras que
el innovador invierte un 52% del gasto total en la compra de insumos
provenientes de fuera de la unidad de producción. En aquél los principales
insumos son alimentos concentrados y esquilmos agrícolas durante el
periodo de estiaje, mientras que en éste los insumos externos son
fertilizantes y herbicidas utilizados en la siembra (véase el Cuadro 5.14).

3.2.8. Comercialización de productos


agropecuarios
A partir de un monitoreo realizado en ambas comunidades se encontró que
durante 1995 y 1996 tanto los productores innovadores como los

189

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 5.14. Niveles de inversión en insumos externos por


sistema productivo. Sur de Sinaloa, 1996

Indicador Sistema Sistema


innovador tradicional
Costo de insumos externos [$/UA/año] 386 440
Inversión total [$/UA/año] 743 589
IDIE 52% 75%
Fuente: Cuevas, 1996.

tradicionales continuaron utilizando los mismos canales de comercialización


que se detectaron al inicio del proyecto. En general, el productor de la región
obtiene porcentajes muy bajos del precio del producto final: Para el caso de
los becerros el 23 por ciento y para las vacas la mitad (Moreno, 1994). En el
caso de la leche y queso, el productor obtiene apenas un 40 por ciento del
precio final del producto (Cuevas, 1996). Esto significa que de hecho son los
intermediarios y acaparadores locales y regionales quienes se quedan con el
mayor beneficio cuando los productores pasan del SASP tradicional al
innovador.
La principal ventaja que han obtenido hasta ahora los productores
innovadores en el mercado ha sido un mayor control sobre la oportunidad de
venta de ganado y leche, puesto que están en capacidad de escoger épocas
de mejor precio.

3.3. Área soci al

3.3.1. Proporción de superficie con adopción de


tecnología completa o parcial
Al inicio del proyecto (1993) se establecieron 4 módulos, dos en cada
comunidad de estudio, y en 1996 su número aumentó a 7; la superficie
utilizada en los módulos (sistema innovador completo) se incrementó así de
60 a 84 hectáreas. Por otro lado, la superficie de las parcelas de productores
en las comunidades de Malpica y El Huajote en las que se adoptó al menos
un componente tecnológico pasó de 15 a 200 hectáreas en el mismo periodo
(véase la parte superior del Cuadro 5.15). Esto representa aproximadamente
el 4 por ciento de la superficie total de las comunidades.

190

 
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E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

Por otra parte, a nivel regional el proyecto ha logrado incrementar la


superficie manejada con al menos un componente tecnológico propuesto por
el sistema innovador (véase la parte inferior del Cuadro 5.15).

Cuadro 5.15. Grado de adopción de las innovaciones


tecnológicas a nivel local (comunidades de Malpica y El
Huajote) y regional (Sur de Sinaloa)
Grado de adopción del sistema innovador 1993 1994 1995 1996
A nivel Superficie con al menos un componente [ha] 15 (0.3%) 80 (1.7%) 121 (2.5%) 200 (4.2%)
local1 Superficie con todos los componentes [ha] 60 (1.3%) 52 (1.1%) 74 (1.6%) 86 (1.8%)
Superficie con sorgo Costeño 201 [ha] 3000 (n/d) 15000
A nivel
regional Superficie con praderas [ha] 16400 (n/d) 24300
Número de silos 15 (n/d) 65
1 La superficie total de las 2 comunidades es de 4,762 hectáreas (pero hay que tomar en cuenta que no toda es
cultivable, y que una parte de la superficie abierta al cultivo se destina al descanso). Los porcentajes expresan la
proporción con respecto a esta superficie.
Fuentes: Cuevas, 1996 (para los datos a nivel local) y CESSI, 1996 (para los datos a nivel regional).

Los avances en la adopción de las innovaciones propuestas refleja la


disponibilidad de recursos y conocimientos de los productores de la región.
En efecto, el componente tecnológico que ha sido más adoptado ―la
siembra de sorgo Costeño 201― es el que requiere menor inversión y el que
modifica en menor grado el SASP tradicional. En cambio, el establecimiento
de praderas y silos ha tenido una menor respuesta (véase el Cuadro 5.15).
Los beneficios obtenidos de la adopción parcial permiten mejorar la
productividad del SASP y la conservación de los recursos suelo y vegetación,
pero sin duda serían mayores si la adopción fuera completa.

3.3.2. Organización

Participación de productores en aspectos


organizativos
A pesar de que los objetivos fundamentales de las instituciones participantes
del proyecto Desarrollo Sostenible de los Agroecosistemas en el Sur de
Sinaloa son la enseñanza y la investigación, y de que dentro de los objetivos
iniciales del proyecto no se consideró organizar a los productores para la
transferencia masiva de tecnología ni para la compra y venta de insumos y

191

 
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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

productos, el equipo interinstitucional de investigadores ha participado en la


gestión de recursos para los productores (subsidios para semillas de pastos,
para cercas y para maquinaria para la construcción de silos, etc.).
Por otro lado, la información técnica y económica generada por el
proyecto ha influido en la definición de políticas agrícolas para el Sur de
Sinaloa y, en general, para el área de temporal del estado. Es así como el
gobierno del estado creó en 1994 el Programa de Reconversión del Uso del
Suelo, para el establecimiento de praderas en áreas no aptas para la
agricultura. Por otro lado, a partir de 1996 el subsidio de Procampo, que
antes sólo se otorgaba a productores con cultivos anuales, se hizo extensivo
a los productores que optaran por el establecimiento de praderas.
Como se dijo antes, el efecto de las acciones de promoción del proyecto
se ha manifestado solamente en el aumento de la productividad
agropecuaria, ya que en los aspectos organizativos no ha habido ningún
impacto diferencial entre los productores tradicionales y los innovadores:
ambos siguen actuando de manera individual, y los intermediarios han sido
hasta ahora los principales beneficiarios de los aumentos en la producción de
leche y carne.
Ante este panorama, el grupo de investigadores ha buscado alternativas
organizativas que sean factibles en la región y que permitan a los
productores recibir los beneficios de las mejoras generadas con el SASP
innovador.
Es así como a partir de 1996 los investigadores del proyecto retomaron
el modelo de los Grupos de Ganaderos para Validación y Transferencia de
Tecnología (GGAVATT) desarrollado por el INIFAP en el estado de Veracruz,
para adecuarlo e implementarlo con productores agropecuarios de temporal
del Sur de Sinaloa.
El GGAVATT es un grupo organizado para la producción en donde pueden
participar todos aquellos productores interesados en los cambios
tecnológicos propuestos por el proyecto. Cada GGAVATT consta de 10 a 15
miembros cuyas unidades productivas tienen características y propósitos de
producción similares, es decir, combinan actividades agrícolas y pecuarias
dentro de la misma unidad productiva.
El modelo GGAVATT está integrado por tres componentes: (a) el más
importante, los productores miembros del grupo organizado; (b) un asesor
técnico que da seguimiento y asesoría a los miembros del grupo, y (c) el

192

 
 

E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

grupo de investigadores que participan en el proyecto. Son los miembros de


los GGAVATT los que deciden en qué aspecto del proceso productivo de los
que promueve el proyecto desean que se les asesore y apoye, así como la
secuencia de acciones a desarrollar.
La aplicación de esta estrategia de adopción de tecnología ha permitido
crear seis grupos organizados con 70 productores participantes en cinco
comunidades del municipio de Concordia.

4. A N Á L I S I S INTEGR ADO DE INDICADORES

4.1 . In tegraci ón d e resu l tad os


Para construir una representación gráfica de los resultados de la evaluación,
se seleccionaron, entre los indicadores antes enumerados, aquéllos para los
cuales se tenía mejor calidad de información o que eran de mayor
importancia para la sostenibilidad del sistema (véase el Cuadro 5.16).
Cuadro 5.16. Valores obtenidos y óptimos para los
indicadores evaluados. 1993-1996

Indicador Sistema Sistema Óptimo


innovador tradicional (100%)
Rendimiento de sorgo [ton de materia seca/ha] 6.7 (67%) 3.9 (39%) 10
Producción de leche [litros/vaca/año] 1400 (93%) 790 (53%) 1500
Producción de carne [kg/becerro destetado] 150 (75%) 125 (63%) 200
Materia orgánica [%] 1.25 (63%) 0.39 (20%) 2.00
Pérdida de suelo [ton/ha/año] 4.74 (95%) 39.55 (0%) 3.0
Coeficiente de escurrimiento 0.253 (45%) 0.464 (0%) 0
Estabilidad de producción de leche Alta (100%) Media (50%) Alta
Relación beneficio–costo (B/C) 1.5 (100%) 0.96 (64%) 1.5
Retorno a la mano de obra (RMO) [$/día] 41 (41%) 11 (11%) 100
Tiempo de producción de leche [meses/año] 12 (100%) 9 (75%) 12
Costo de inversión inicial [becerros] 10.5 (60%) 5.5 (73%) 7.5
Demanda de fuerza de trabajo [jornales/día] 1.7 (100%) 1.1 (65%) 1.7
Índice de dependencia de insumos ext. (IDIE) [%] 52 (48%) 75 (25%) 0
Organización para la producción Baja (0%) Baja (0%) Alta

Posteriormente, se definieron los valores considerados como ideales u


óptimos. En varios casos (rendimiento de sorgo, producción de leche y

193

 
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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

carne, contenido de materia orgánica, erosión, escurrimiento superficial,


estacionalidad de producción de leche y organización), estos valores
óptimos se seleccionaron a partir de los resultados de investigaciones
realizadas en la región o de los conocimientos de los autores.
Finalmente, los valores numéricos de los indicadores se transformaron a
porcentajes para hacerlos comparables entre sí, definiendo al 100 por ciento
como el valor óptimo y al 0% como el menos deseable. En la mayoría de los
casos, los indicadores tienen un comportamiento positivo, lo que quiere
decir que cuanto mayor sea su valor, más adecuado es. En estos casos se
aplicó una simple relación lineal, tomando al valor óptimo como
denominador para el cálculo de los porcentajes correspondientes a los
sistemas tradicional e innovador.
A continuación se describe para ciertos indicadores el procedimiento
para el establecimiento del valor óptimo y, en su caso, para el cálculo de los
porcentajes:
Retorno a la mano de obra. El valor óptimo del retorno a la mano de obra
se estableció en 100 pesos al día, considerando que este valor era el mínimo
necesario para cubrir las necesidades básicas familiares del productor.
Nótese que este valor era mucho mayor que el salario mínimo rural de la
región (35 pesos al día en la época en la que se realizó el estudio).
Relación beneficio–costo y demanda de fuerza de trabajo. En el caso de
estos dos indicadores, a falta de estudios más detallados, se consideró como
valor óptimo el correspondiente al SASP innovador.
Estabilidad de producción de leche y organización de productores. Estos
indicadores se miden por medio de valores cualitativos (bajo, medio y alto),
a los que corresponden valores porcentuales de 0, 50 y 100 por ciento,
respectivamente.
Erosión. Para este indicador se tomaron para los sistemas innovador y
tradicional los valores de pérdida de suelos obtenidos en los sistemas LCSS
(4.74 toneladas por hectárea y por año) y LTSV (39.55 ton/ha/año),
respectivamente (promediando en ambos casos los valores obtenidos en
1995 y en 1996; véase el Cuadro 5.7, p. 178). Como valor óptimo (100 por
ciento) se consideró una pérdida anual de suelo de 3 toneladas por hectárea
(con base en la experiencia regional), y como valor peor (0%) la pérdida de
suelo del sistema tradicional. Finalmente, el porcentaje para el sistema

194

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 

E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

innovador se calculó por medio de interpolación linear (es decir,


[39.554.74] / [39.553.0] = 95.2%). Nótese que se trata de un indicador
con un comportamiento negativo (en el sentido de que un valor alto de
erosión es peor que un valor bajo), por lo que el porcentaje mide de hecho el
grado de eficiencia o avance logrado.
Coeficiente de escurrimiento. Para este indicador, similar al anterior, se
tomó como punto óptimo (100 por ciento) un coeficiente de cero, se supuso
que el coeficiente de escurrimiento del sistema tradicional corresponde a 0%
(valor peor) y se calculó el porcentaje para el sistema innovador por medio
de interpolación lineal (10.253/0.464 = 45%).
Inversión inicial. Tal como se vio en el texto, en el caso de los productores
intermedios de los estratos III y IV, el sistema tradicional requiere de una
inversión inicial de $9,900 (equivalentes a 5.5 becerros; véase el
Cuadro 5.12, p. 188), mientras que para implementar el sistema innovador se
necesitan $18,960 (ó 10.5 becerros, véase el Cuadro 5.11, p. 187). El valor
óptimo, o 100%, se definió como aquél que los productores intermedios
tradicionales estarían dispuestos a invertir por arriba del costo de inversión
tradicional si se les asegurara que su hato al menos no se reduciría, es decir,
el costo de inversión tradicional ($9900 por unidad productiva en los
estratos en cuestión; véase el Cuadro 5.12) multiplicado por la tasa de
beneficio económico que se puede alcanzar al adoptar la tecnología
innovadora completa (36 por ciento en el caso de unidades productivas
similares; véase el Cuadro 5.9, p. 182), más el costo de inversión tradicional
($9900). El resultado ($13464) es prácticamente equivalente al costo de 7.5
becerros de 180 kilogramos de peso ($1800 cada uno). Para el cálculo de los
porcentajes correspondientes a los sistemas innovador y tradicional, se
supuso que éstos decrecen en la medida en que la inversión se aleja del valor
óptimo9, es decir:

9
Nota de los editores: Los autores han definido el porcentaje correspondiente al indicador de
inversión inicial por medio de una función primero creciente y luego decreciente, con un
óptimo en 7.5 becerros, porque las funciones de producción biológicas (agronómico–
productivas) son en su mayoría de este tipo, con un valor óptimo central. La función
utilizada para ponderar los valores del indicador de inversión inicial es válida sólo cuando la
diferencia entre el valor real y el óptimo no supera a éste último, es decir, cuando el valor
real es menor del doble del óptimo (de otro modo se obtendría un porcentaje negativo que
carecería de sentido).

195

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

 10.5  7.5 
Sistema innovador :  1    100  60.0 %
 7.5 
 
 5.5  7.5 
Sistema tradicional : 1   100  73.3 %

 7.5 
Índice de dependencia de insumos externos. Finalmente, en el caso de este
indicador, que también tiene un comportamiento negativo, los porcentajes se
obtuvieron calculando lo que podría denominarse un índice de
independencia de recursos externos, es decir, la unidad (100 por ciento)
menos el IDIE. En este caso lo óptimo es un IDIE de 0 por ciento y lo peor es
un IDIE de 100 por ciento.
Los valores porcentuales de ambos sistemas productivos para cada indicador
se presentan usando la técnica mixta de la amiba (Brink et al., 1991) (véase
la Ilustración 5.13).

4.2. Di scu si ón
Al observar la representación gráfica de la amiba (véase la Ilustración 5.13),
se puede apreciar que, en general, el sistema innovador presenta un mejor
perfil que el tradicional en la mayoría de los indicadores ambientales y
económicos.
En lo que se refiere a la sostenibilidad social, es conveniente hacer
algunas consideraciones. Si bien es cierto que el concepto de sostenibilidad
agrícola lleva implícito el logro de una mejoría equilibrada en las tres áreas
involucradas (técnica–ambiental, económica y social), consideramos que
cada proyecto puede dar prioridad al área o áreas que deben recibir mayor
atención en cada una de sus etapas. En el caso del proyecto Desarrollo
Sostenible de los Agroecosistemas en el Sur de Sinaloa, estas prioridades se
establecieron básicamente de acuerdo con las demandas que plantearon los
propios productores antes del inicio del proyecto (CESSI-UACh, 1994) y de
acuerdo con las disciplinas y conocimientos del grupo de investigadores
participantes.
Por esto se consideró conveniente atender primero las demandas de
información tecnológica que presentaron en un inicio los productores y que
reflejaban la importancia que tiene para ellos el SASP, tanto por los ingresos

196

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E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

Ilustración 5.13. Resultados de la evaluación de la


sostenibilidad del sistema agro–silvo–pastoril del Sur de
Sinaloa (1993-1996)
Rendimiento de sorgo
Organización para la producción 100 Producción de leche

Dependencia de 75
Producción de
insumos ext. (IDIE) carne
50

Demanda de Materia orgánica


fuerza de trabajo 25

Costo de Pérdida de suelo


inversión inicial

Meses de producción Coeficiente de


de leche escurrimiento

Retorno a la mano de obra (RMO) Estabilidad de producción de leche


Relación beneficio–costo

Sistema tradicional Sistema innovador Óptimo

que les representa como por el hecho de que este sistema es el más apto para
las condiciones restrictivas del medio físico–biótico (clima y suelo).
Ante estas demandas se decidió que el reto prioritario era implementar
con los propios productores una tecnología que permitiera de manera
simultánea conservar los recursos y aumentar la producción, y que fuera
además económica y socialmente viable en las condiciones macrosociales y
macroeconómicas adversas de los productores.

197

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Esta priorización del proyecto se ve reflejada en la amiba (Ilustración


5.13), en donde en efecto los indicadores técnico–ambientales y económicos
tienen un mayor avance que los relacionados con aspectos organizativos.
La misma figura muestra también que algunos indicadores del sistema
tradicional, tales como pérdida de suelo, escurrimiento superficial y
estacionalidad de la producción de leche, se encuentran en un nivel
realmente crítico. Es cierto que otros indicadores son ventajosos, en
particular el requerimiento de una menor inversión inicial de capital, y por lo
tanto un menor riesgo económico, pero el problema es que estas ventajas se
consiguen justamente a costa de sacrificar otros atributos importantes de la
sostenibilidad, tales como la estabilidad, la resiliencia y la autosuficiencia
(hay una mayor dependencia de insumos externos).
Si el productor no revierte estos problemas del sistema tradicional, se
encaminará hacia la degradación de sus recursos (tierra y vegetación) y, por
lo tanto, hacia requerimientos cada vez mayores de tierra e insumos externos
(fertilizantes y alimentos para el ganado), para poder continuar obteniendo
los niveles mínimos de beneficios que consigue en el presente.
Este círculo vicioso de degradación de los recursos naturales y de
descapitalización del productor puede llegar incluso al colapso del sistema y
a una situación de degradación irreversible.
Por otro lado, si bien el agricultor depende en gran medida de lo
obtenido en el SASP para su subsistencia, obtiene además recursos de otros
sistemas. Por lo tanto, tanto las alternativas que tiene para el sostenimiento
de su familia como las decisiones que toma para la asignación de sus
recursos salen fuera de los límites del sistema, por lo que es difícil analizar,
sólo a través de éste, la capacidad que tiene de asignar mayores recursos
económicos para detener y revertir su degradación y su insostenibilidad.
Los cambios que se han introducido se manifiestan fundamentalmente
en una mayor estabilidad, confiabilidad y resiliencia ambiental, expresadas
como menor pérdida de suelo, menor escurrimiento superficial y mayores
niveles de productividad física y económica (véase la Ilustración 5.13). Esto
a su vez se deberá manifestar en una mayor equidad a través de más
empleos, mejores y más estables niveles de ingreso, y finalmente una mayor
autosuficiencia (menor dependencia de insumos externos).
Las ventajas señaladas se han logrado como resultado de dos factores
principales: las innovaciones tecnológicas y una mayor inversión de capital.

198

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E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

Los cambios tecnológicos han permitido reducir la degradación de los


recursos suelo y vegetación, así como conservar y mejorar el conocimiento
tradicional (por tratarse de una tecnología adaptativa y no substitutiva),
disminuir la emigración al semi–intensificar el sistema, y elevar el nivel de
ingreso del productor por un aumento en la productividad.
La mayor inversión de capital en la implementación de este tipo de
innovaciones tecnológicas ha permitido una mayor ganancia, pero sobre
todo, medido en términos de sostenibilidad, un aumento en el capital natural
(mejoramiento de la tierra y de la vegetación) y en el capital cultural
(aumento de conocimientos). Estos activos, aunque difícilmente
cuantificables, se deben considerar al momento de comparar los diferentes
niveles de inversión que se requieren para modificar el sistema tradicional.
A nivel de política agrícola se ha tenido un impacto favorable en las
instituciones del sector agropecuario y en la elaboración de políticas
regionales, al mostrar la viabilidad técnico–financiera de las innovaciones
tecnológicas, es decir al abordar los aspectos de mayor interés para estas
instituciones. Esto también se ha logrado como resultado del trabajo en un
marco permanente de consulta–participación entre productores,
investigadores e instituciones.
Finalmente, como se señaló antes, en la primera etapa del proyecto se
dejó en un segundo plano los aspectos de organización y comercialización,
cosa que se refleja en el diagrama de amiba (véase la Ilustración 5.13). Con
el fin de avanzar hacia el logro de un mayor equilibrio entre los atributos de
la sostenibilidad del sistema, en la siguiente sección se señalan algunos
factores que será necesario atender con mayor énfasis en la siguiente etapa
del proyecto.

5. P R I O R I D A D E S DE INVESTIGAC IÓN Y D ESARROLLO PARA


1997 Y 1998
Como resultado de la evaluación de la sostenibilidad del sistema agro–silvo–
pastoril realizada durante 1995 y 1996, se identificaron nuevos puntos
críticos que se plantea atender durante el periodo de 1997 y 1998. Estos son
los siguientes:
 Los altos costos de las innovaciones propuestas muestran la necesidad
de generar tecnologías alternativas que disminuyan los costos de

199

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

producción. Por otro lado, el uso de herbicidas (especialmente la


atrazina) en el sistema innovador (labranza de conservación) conlleva
riesgos ambientales (contaminación de acuíferos) y sanitarios. Por
ambas razones, el proyecto está trabajando para incorporar leguminosas
al sistema innovador. Los resultados generados a la fecha indican que
mediante su adopción es factible disminuir el uso no sólo de herbicidas,
sino también de fertilizantes y de concentrados proteicos. A raíz de esta
misma demanda se busca identificar, probar y adquirir maquinaria de
menor costo (de compra y de operación), tanto para la siembra con
labranza de conservación como para el ensilaje.
 La poca o nula disponibilidad de semillas de leguminosas limita su
adopción por los productores en el corto plazo. Para resolver esta
restricción, el proyecto deberá iniciar actividades de multiplicación de
semilla. Para esto los GGAVATT podrían desempeñar un papel muy
eficiente procurando mantener una diversidad de leguminosas con el fin
de que sea el productor quien elija las que satisfagan sus necesidades y
se adapten a sus condiciones.
 En el aspecto de labranza de conservación, se ha visto que la falta de
residuos de cosecha y la infestación de termitas (Heterotermis sp)
limitan la eficiencia de conservación de suelo y agua. Deberán
emprenderse estudios para entender el papel de las termitas en el
agroecosistema como un todo y así identificar formas de convivir con
ellas en vez de buscar eliminarlas. Los resultados de investigación
disponibles a la fecha señalan que los residuos de la leguminosa frijol
terciopelo (Mucuna pruriens, variedad utilis) no son consumidos por las
termitas, lo que representa una ventaja adicional.
 Las predicciones hechas por el modelo EPIC sugieren la necesidad de
emprender estudios más detallados de flujo de nutrientes, así como de
dinámica de materia orgánica.
 Para resolver el problema de la compactación del suelo, el proyecto
necesita promover la adopción de la técnica del subsoleo10, tanto en el
sistema de labranza cero como en las praderas, y en particular un

10
El subsoleo es una técnica de labranza para aflojar el subsuelo con un mínimo de mezclado
vertical de los horizontes del suelo, es decir, cualquier tratamiento que fractura o rompe el
suelo con implementos como cuchillas a profundidades mayores que la labranza normal.

200

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E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

subsoleo profundo cuando se hace la transición de la labranza


convencional hacia la labranza cero o las praderas.
 Con el objeto de aumentar la adopción de los componentes tecnológicos
propuestos, se debe reforzar la estrategia seguida en la práctica por los
productores transicionales, es decir, promover la adopción de
componentes individuales para posteriormente integrar la tecnología
completa.
 Aunque la semi–intensificación del sistema innovador requiere de una
mayor cantidad de mano de obra, hasta ahora no se ha diagnosticado su
disponibilidad temporal y espacial a nivel comunidad, ni la competencia
que pudiera tener el sistema agro–silvo–pastoril con otros sistemas
productivos altamente demandantes de mano de obra, como el cultivo de
hortalizas (chile y jitomate), la cosecha de frutales (mango y ciruela) y la
captura de camarón en épocas específicas del año. Por lo tanto, es
necesario conocer los flujos de mano de obra y su disponibilidad en las
distintas épocas del año.
 No se conoce la lógica que sigue el productor al tomar decisiones sobre
la adopción de innovaciones tecnológicas y sobre el uso de todos sus
recursos productivos, incluyendo los comunales (agostadero). Por lo
tanto, deberán emprenderse estudios que generen información al
respecto. Esto permitiría analizar la importancia de la percepción del
riesgo como factor determinante del manejo del sistema agro–silvo–
pastoril, así como su interacción con otros sistemas productivos que
atiende la unidad familiar o productiva. Un objetivo relevante de estos
estudios es predecir el tipo de manejo del agostadero que ocurriría al
incrementarse la adopción del sistema innovador.
 La evaluación de las actividades de capacitación para productores
agropecuarios deberá realizarse bajo la perspectiva de impulsar un
proceso sostenible en el que los productores reconozcan el problema
ambiental causado por la implementación de prácticas inadecuadas
dentro de la forma tradicional de producción. Debe considerarse que
bajo esta perspectiva existen dos vertientes a enfrentar: la parte técnica
mostrada en los módulos de validación (siembra con labranza de
conservación, ensilaje, utilización de leguminosas, etc.) y el aspecto del
impacto ambiental, en el que deben incluirse estrategias de

201

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

concientización sobre el daño que se produce a los recursos naturales


con el sistema tradicional. En este sentido, deberán implementarse
técnicas de monitoreo para evaluar el cambio logrado en ambas
vertientes.
 El proyecto deberá insistir en la necesidad de que los subsidios que se
reciben a través de Procampo y Alianza para el Campo promuevan la
productividad, premien la adopción de tecnologías conservadoras de
recursos, y desalienten prácticas extensivas de producción. Por ejemplo,
deberá proponerse que la realización de las prácticas de mantenimiento
de praderas constituyan un requisito para seguir recibiendo el subsidio
de Procampo.
La evidencia mundial muestra que los proyectos que buscan alcanzar la
sostenibilidad agrícola han tenido éxito sólo cuando existe la presencia
simultánea de los siguientes cuatro elementos (Pretty, 1995): (a) el
desarrollo de tecnologías conservadoras de recursos; (b) un marco que
propicie la participación de instituciones externas; (c) la participación total
de instituciones y grupos locales; y (d) un ambiente favorable de políticas
ambientales.
En relación con lo anterior, el proyecto Desarrollo Sostenible de los
Agroecosistemas en el Sur de Sinaloa está proporcionando a los productores
los conocimientos técnicos para mejorar el uso de sus recursos. De igual
manera, el proyecto ha logrado influir en la definición de políticas
gubernamentales que pueden mejorar la conservación de recursos, como lo
es el Programa Estatal de Reconversión de Uso del Suelo, que promueve
mediante subsidios el establecimiento de praderas en terrenos con escasa
aptitud agrícola. El proyecto también ha tenido éxito en lograr que los
subsidios de Procampo se otorguen a los productores que usan labranza de
conservación y que establecen praderas. Sin embargo, se reconoce que el
proyecto difícilmente podría influir para lograr cambios en las políticas a
escala nacional y en particular en el modelo neoliberal y en la nula
disposición de la banca estatal y privada para otorgar créditos a los pequeños
productores agropecuarios, tales como los del Sur de Sinaloa.
A pesar de que la organización de productores va más allá de las
actividades encomendadas al INIFAP y a la UACh, se deberá reforzar la
estrategia de los GGAVATTs para aumentar el nivel de organización de los

202

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E V A L U A C IÓ N D E L S IS T E M A A G R O - S I L V O - P A S T O R I L D E L S U R D E S IN A L O A

productores de la región. Para lograr esto, las instituciones participantes, así


como otras en el ámbito del desarrollo rural sostenible, deben dar un amplio
apoyo al proyecto.11

6. B I B L I O G R A F Í A
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Mexicana). México, DF: Instituto de Geografía, UNAM.

11
Los autores agradecen los comentarios críticos, las observaciones y las sugerencias aportados
a este trabajo por el Dr. Rubén Puentes, Dr. Omar Masera, Dra. Gabriela Kraemer, Lic.
Dolores Lozano, Dr. Agustín López, M.C. Antonia González, Dr. Quito López y M.C.
Enrique Guízar.

203

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

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205

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

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206

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VI

LA SUSTENTABILIDAD DE SISTEMAS
MAÍZ–MUCUNA EN EL SURESTE DE
MÉXICO
Primer ciclo de evaluación

Francisco Guevara, Tzinnia Carranza,


Rubén Puentes y Carlos González

1. A N T E C E D E N T E S Y OBJETIVOS

Existe una fuerte tradición en México de asociar el maíz, grano básico de


la dieta, con leguminosas comestibles, fundamentalmente varias especies de
frijol (Phaseolus spp. y Vigna spp.). A partir de los años sesenta, cambios
importantes en las condiciones socioeconómicas de la agricultura y el acceso
a nuevas tecnologías (maquinaria agrícola y agroquímicos, principalmente
herbicidas) han propiciado el abandono gradual de estas asociaciones y la
consolidación del monocultivo. Al mismo tiempo, se agudiza la crisis de los
sistemas tradicionales de roza–tumba–quema (RTQ), al disminuir la
frecuencia y duración de los periodos de descanso de las tierras de cultivo.

207

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Frente a esta situación, un número cada vez mayor de organizaciones no


gubernamentales (ONGs), centros de investigación e instituciones
gubernamentales han empezado a estudiar y promover el uso de sistemas de
abonos verdes y cultivos de cobertura (AVCC) entre campesinos en el Sureste
de México. Mucuna (Mucuna Deeringiana) y canavalia (Canavalia
ensiformis) son las dos leguminosas más frecuentemente recomendadas para
los asocios con maíz. Estos sistemas se presentan como una alternativa a las
limitantes agronómicas, ambientales y socioeconómicas del RTQ, y se
pretende que influyan favorablemente en problemas tan diversos como los
bajos rendimientos de maíz, la erosión del suelo, la restauración de la
fertilidad, el control de arvenses, el uso excesivo de insumos externos y
hasta la disminución de incendios forestales.
Este capítulo describe una evaluación de la sustentabilidad de la
producción de maíz asociado con mucuna en el Sureste de México. El
estudio compara diversas modalidades de asocios maíz–mucuna contra los
sistemas tradicionales de RTQ, intentando incorporar criterios de
sustentabilidad. La necesidad de esta evaluación surge de las interrogantes
que se generan ante la creciente promoción de los AVCC en la región. Esta
promoción se fundamenta en una serie de ventajas atribuidas a esos sistemas
tanto en productividad como en sustentabilidad a largo plazo. Sin embargo,
ha sido a veces indiscriminada e incluye sólo unas pocas variantes y
prácticamente una sola especie de leguminosa (mucuna), a pesar de que el
contexto agroecológico y socioeconómico de la región es sumamente
diverso. En consecuencia, han ocurrido fracasos técnicos al promoverse la
mucuna en ambientes agroecológicos que no son los más propicios para su
desarrollo, o al distribuirse semillas de la leguminosa sin respaldo técnico.
El objetivo principal de este trabajo es la comparación del sistema maíz–
mucuna contra el RTQ tradicional incorporando indicadores de
sustentabilidad. Como objetivo secundario se analiza el potencial del Marco
para la Evaluación de Sistemas de Manejo de Recursos Naturales
incorporando Indicadores de Sustentabilidad, MESMIS (Masera et al., 1999)
como metodología para la evaluación de sustentabilidad. La información
que se presenta en este capítulo se basa fundamentalmente en los productos
preliminares de un proyecto interinstitucional (el Proyecto Pachuca),

208

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L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

complementados con resultados de otras investigaciones más puntuales


realizadas por varios grupos en la región de estudio.1

2. L A REGIÓN, LOS SISTEMAS TR ADIC IONALES Y LAS


ALTERNATIVAS TECNOLÓGICAS

2.1. Asp ectos b i of í si cos d e l a regi ón


El Sureste de México comprende los estados de Oaxaca, Veracruz, Chiapas,
Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán. Esta es una región de
marcada diversidad ambiental, y aunque el presente estudio se restringe a las
tierras bajas tropicales (ubicadas a menos de 600 metros de altitud), incluso
dentro de ellas existe una amplia diversidad climática, topográfica, biótica y
edáfica.
La región es atravesada por ríos caudalosos con vegas y planicies
aluviales que, a pesar de su reducida extensión, son de gran importancia
agrícola, pues sus suelos son fértiles y conservan humedad residual. Pero la
mayor parte de la agricultura de la región (con la excepción de la península
de Yucatán) se da en laderas, a veces con fuertes pendientes.
La precipitación pluvial va de 1000 a 4000 milímetros por año y se
presenta en su mayor parte en verano. Las temperaturas medias oscilan entre
22 y 28ºC y el riesgo de heladas es nulo. Sin embargo, existen variaciones
microclimáticas locales importantes y, en general, las irregularidades en el
régimen pluvial se han ido agudizando en las últimas décadas.
La vegetación natural, que incluye desde selvas perennifolias en las
regiones más lluviosas hasta selvas bajas caducifolias en las áreas más secas

1
Los resultados que aquí se presentan se basan en buena parte en el informe que se presentó
en el Taller Internacional sobre Abonos Verdes y Cultivos de Cobertura para Pequeños
Campesinos en Zonas Tropicales y Subtropicales realizado en abril de 1997 en Chapecó,
Brasil (Arteaga et al., 1997). El Proyecto Pachuca surge en 1996 del interés de cuatro ONGs
(Proyecto Sierra de Santa Marta, Desarrollo Comunitario de los Tuxtlas ( DECOTUX), Línea
Biósfera y Maderas del Pueblo del Sureste) y de investigadores de dos institutos (Grupo
Agroecología de la Universidad Autónoma de Chapingo y Grupo Protrópico de la Universi-
dad Autónoma de Yucatán) en evaluar los AVCC como una estrategia para el mejoramiento
de los sistemas campesinos del Sureste de México. Todos estos grupos están trabajando
activamente con AVCC y pertenecen a la Red Gestión de Recursos Naturales apoyada por la
Fundación Rockefeller en México (Guevara, 1996). El nombre del proyecto se debe a que
fue en la ciudad de Pachuca donde se llevó a cabo el primer taller para su concepción.

209

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

de las planicies de la costa del Golfo, ha sido fuertemente afectadas por


actividades humanas, como la agricultura, la ganadería y la tala. La tasa de
deforestación es alta y son escasas las áreas que no han sido perturbadas.
Los suelos son también variados, existiendo laderas con Luvisoles,
Acrisoles, Faeozems, Cambisoles, Litosoles y Rendzinas. En las planicies
aluviales predominan Fluvisoles y Gleysoles. En la zona de estudio de
Chiapas y Oaxaca los suelos de ladera presentan un horizonte superficial
delgado y rico en materia orgánica, cuando no están muy erosionados. Los
subsuelos son ácidos y pobres en nutrientes. La capacidad de retención de
humedad residual durante el invierno es variable. En general, existe un alto
grado de erosión al eliminarse la vegetación de selva. En zonas de Veracruz
los suelos tienen buena humedad en el verano (buen temporal), mientras que
en el invierno la humedad residual es variable. En general los suelos de
Veracruz están más empobrecidos por un uso agrícola más prolongado. El
ambiente de Yucatán es muy particular: seco, con topografía plana, suelos
muy delgados (Rendzinas) de alta pedregosidad y vegetación natural menos
exuberante.

2.2. Asp ectos soci o econ ó mi cos d e l a re gi ón


Un rasgo común del campesinado en el Sureste del país es el alto nivel de
pobreza y marginación, así como las desigualdades en el acceso y control de
los recursos productivos. La riqueza en recursos naturales (esta región es la
principal fuente de electricidad y petróleo para el país, y la región es rica en
biodiversidad) contrasta con la pobreza generalizada de su población,
particularmente la indígena. Esto incide en los altos niveles de emigración.
Al mismo tiempo, inversionistas acaparadores se han beneficiado de la
situación crítica del campesino y han acelerado el proceso de ganaderización
de tierras agrícolas y forestales.
La población es también diversa en cuanto a su origen étnico, acceso a la
tierra y disponibilidad de recursos económicos. Los grupos mayas de
Yucatán conocen muy bien su agricultura tradicional, pero en la actualidad
la presión sobre la tierra en sus comunidades es alta y por lo general
disponen sólo de entre 2 y 5 hectáreas por familia. La tenencia de la tierra es
comunal o ejidal y las familias poseen muy escasos recursos económicos. En
Veracruz, mestizos de descendencia náhuatl o popoluca llegan a tener hasta

210

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20 hectáreas. Al tradicional cultivo de maíz agregan potreros para ganado


bovino y, en ciertos casos, frutales. En regiones de Veracruz, Oaxaca y
Chiapas existen inmigrantes mestizos e indígenas (mixtecos, zapotecos,
chinantecos y tzotziles) en ejidos cercanos a zonas selváticas húmedas, que
llegan a tener hasta 50 hectáreas por familia. En cuanto a la infraestructura,
pocos son los que cuentan con servicios tales como caminos, luz, salud y
agua potable.
Las políticas agrícolas gubernamentales no han contribuido a un
desarrollo sustentable de la agricultura en la región. Con respecto a la
agricultura campesina, estas políticas se han caracterizado tanto por la
escasa o nula asistencia técnica como por un mínimo acceso a créditos y por
los programas paternalistas. Las instituciones de investigación tampoco han
atendido en forma adecuada este sector. Este marco poco favorable ha
persistido por décadas y se ha agudizado en los últimos años, en parte como
consecuencia de cambios drásticos en las políticas, tales como las recientes
reformas a la legislación agraria, que permiten la venta de tierras ejidales.
Con la inserción de México en el Tratado de Libre Comercio de América del
Norte (TLC o NAFTA por sus siglas en inglés) desapareció el organismo
regulador de los precios de garantía para los granos básicos, abriéndose en
forma gradual el mercado de estos productos a los Estados Unidos y Canadá.
Paralelamente, el gobierno federal puso en marcha un programa
asistencialista (PROCAMPO) con apoyos económicos directos a los
campesinos, en función del número de hectáreas sembradas de maíz, lo que
ha contribuido a aumentar la presión sobre las selvas por deforestación.
Estos apoyos, sin embargo, no promueven la capitalización de la empresa
familiar, ya que los campesinos los utilizan, en su mayor parte, para cubrir
necesidades urgentes.
Recientemente han aparecido en el Sureste de México numerosas ONGs
que trabajan con las comunidades. Estas organizaciones, muchas de corte
ambientalista, promueven las estrategias y prácticas de manejo de los
recursos que ellas consideran más apropiadas. Algunas de ellas trascienden
en sus acciones el ámbito agrícola e incursionan en la organización
campesina, en la salud y en la solución de problemas agrarios. Sin embargo,
sus intentos de coordinación con instituciones gubernamentales y de
investigación no se han traducido en resultados positivos claros (y en ciertos
casos se han caracterizado por relaciones conflictivas).

211

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Los programas de los gobiernos estatales y federal en la región siguen


impulsando modelos productivos de altos insumos, tipo revolución verde,
incluso en condiciones agroecológicas y socioeconómicas en las cuales ese
modelo tecnológico ya ha fracasado en el pasado. Existen algunos institutos
de investigación agrícola con programas de agricultura campesina, pero son
pocos los investigadores que trabajan a nivel de las comunidades. Hay
además un interés cada vez mayor en la investigación sobre sistemas
innovadores (en aspectos tanto tecnológicos como socioeconómicos) y el
creciente interés en el uso de AVCC así lo atestigua, pero la falta de vínculos
entre estas instituciones y las ONGs sigue siendo un escollo.2

2.3. L os si stemas d e p rod u cci ón

El sistema RTQ tradicional


La agricultura campesina regional se caracteriza por el cultivo de maíz como
básico, asociado frecuentemente con frijol, calabaza y chile en las
tradicionales milpas. Como por lo general el trabajo es manual, muy pocas
familias pueden atender más de 2 ó 3 hectáreas de agricultura, manejando
además otras tierras, si están disponibles, ya sea en descanso o bajo otros
usos como la ganadería. El sistema tradicional de RTQ, característico del
Sureste (o de RQ en las áreas más deforestadas), se combina con ganadería
extensiva de bovinos y plantaciones de frutales tropicales. Cuando la presión
sobre la tierra no es intensa, el sistema RTQ permite la regeneración de
vegetación secundaria durante los periodos de descanso y una cierta
recuperación de los nutrientes del sistema. Sin embargo, en ciertas regiones
estos descansos son cortos o inexistentes, dando lugar a una agricultura
intensiva y degradante.
Durante las últimas décadas los rendimientos de maíz han disminuido
notoriamente y el sistema RTQ tradicional se ha vuelto inestable, debido a la
disminución en la frecuencia de los descansos, al agotamiento de la
fertilidad del suelo y a problemas de plagas y arvenses. En consecuencia, en
la actualidad son pocas las familias autosuficientes en maíz. La tendencia a

2
La Fundación Rockefeller, por medio de su programa Gestión de Recursos Naturales, ha
venido apoyando a varios de estos grupos de ONGs e investigadores, promoviendo el estable-
cimiento de vínculos entre ellos. El Proyecto Pachuca constituye uno de estos esfuerzos.

212

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L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

la ganaderización es generalizada entre campesinos que han logrado


recursos para adquirir animales, pero siguen cultivando maíz para consumo
familiar. En áreas donde predomina la ganadería extensiva se ha eliminado
totalmente la vegetación natural y continúa la presión sobre áreas arboladas
adyacentes, mientras que en los sitios en donde hay árboles de especies
maderables, la tala clandestina los ha mermado. Durante las últimas cuatro
décadas, los recursos naturales se han visto degradados de manera acelerada
y en particular en los últimos años los incendios forestales han adquirido
dimensiones catastróficas.

Los sistemas alternativos de asocio con mucuna


( A VC C )
Para comprender mejor los procesos de adopción y adaptación de los
sistemas AVCC, es necesario analizar cómo llegan y cómo evolucionan en la
región. Estos procesos son muy dinámicos y son numerosos los factores que
determinan los cambios e innovaciones.
En el caso de la región del Istmo de Tehuantepec, por ejemplo, los dos
sistemas agrícolas tradicionales predominantes, el RTQ de primavera–verano
(generalmente en laderas) y el de siembra en humedad residual en otoño–
invierno (chahuiteras), mantuvieron por generaciones un nivel de
producción de maíz, frijol y chile estable y suficiente para el consumo
familiar. Estos sistemas, cuyo origen se remonta a la época prehispánica, se
encontraban en equilibrio y su sustentabilidad se fundamentaba en el
proceso natural de regeneración de la fertilidad del suelo y de regulación de
plagas, enfermedades y malezas, que ocurría cíclicamente gracias a periodos
de descanso adecuados de las áreas de cultivo. Una presión poblacional baja
permitía la rotación larga e incluso la conservación de áreas selváticas
adyacentes.
El aumento de la densidad poblacional es un factor que influye de
manera determinante en la gradual degradación de estos sistemas. Al
incrementarse la presión sobre la tierra los periodos de descanso se
acortaron, comenzaron a multiplicarse los problemas de plagas,
enfermedades y malezas y disminuyó la fertilidad del suelo. Aparecieron
entonces problemas de baja productividad, estabilidad y confiabilidad y
surgió la necesidad de buscar alternativas.

213

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

En forma esquemática se manejan dos propuestas contrapuestas como


salidas a la crisis de los sistemas tradicionales (con algunos esquemas
intermedios). Por un lado está la alternativa de una agricultura moderna, de
insumos externos relativamente altos y con énfasis en un impacto en la
productividad. Por otro lado, está la alternativa agroecológica, de bajos
insumos externos y que contempla explícitamente aspectos de estabilidad y
resiliencia. Los sistemas AVCC se incluyen dentro de esta última corriente.
Las asociaciones de maíz–mucuna llegaron a la región por distintas vías.
Por un lado, fueron introducidas hace décadas por campesinos inmigrantes,
quizás de áreas fronterizas (ya que estos sistemas se practicaban en América
Central). Por otro lado, algunas ONGs los comenzaron a difundir
activamente, luego de conocer su utilización en agricultura de ladera en
Honduras, Guatemala y Nicaragua.
La respuesta de los campesinos a la promoción ha sido variada. En
algunos casos, como se mencionaba, fueron ellos mismos los introductores e
innovadores, con escasa o nula promoción externa: trajeron la semilla y el
conocimiento de otras regiones y fueron adaptando el sistema a las
condiciones locales. También ha habido una respuesta positiva a algunas
promociones externas, principalmente de ONGs. En algunos casos esta
respuesta ha sido individual, por campesinos experimentadores que tuvieron
contactos con los promotores de las ONGs. Existen también ejemplos de
respuestas colectivas interesantes, en comunidades como Las Flores en
Chiapas y Nuevo Paraíso en Oaxaca. Sin embargo, el proceso de difusión ha
sido lento e irregular y se ha caracterizado por una adopción significativa
pero localizada. Los factores que inciden en estos procesos aún no han sido
estudiados en detalle.
La iniciativa y la capacidad de observación y experimentación de los
campesinos de la región han influido en los procesos de adopción y
adaptación. De manera general, se pueden identificar sistemas en diferentes
etapas: algunos en procesos de prueba y experimentación, otros en vías de
consolidarse (con variaciones en función de la diversidad agroecológica) y,
finalmente, algunos sistemas bien establecidos. Los cambios son dinámicos,
con procesos simultáneos de adopción y abandono. Los factores de cambio
incluyen el acceso diferencial a los recursos (conocimiento, tierra, semillas,
insumos externos, maquinaria, etc.) y las políticas y programas del gobierno.

214

 
 

L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

Actualmente, conviven en la región sistemas tradicionales RTQ y RQ,


sistemas híbridos RTQ/RQ con utilización de agroquímicos, algunos sistemas
de monocultivo continuo y mecanizado y sistemas maíz–mucuna (que en
algunos casos también incluyen agroquímicos). Se ha afirmado que el
número de campesinos que experimentan con AVCC está aumentando, pero
existen pocas estadísticas para confirmarlo y es prematuro emitir juicios
sobre la posible consolidación de estos sistemas.
Los sistemas maíz–mucuna en la región se pueden clasificar de acuerdo
con: (a) la intensidad temporal de uso del suelo (representada por el número
de ciclos de cultivo al año); (b) la forma en que se asocian las especies, y
(c) la presencia o ausencia de un periodo de descanso en la rotación. A partir
de estos criterios se diferencian básicamente tres sistemas principales y
varias modalidades dentro de ellos: Maíz de invierno con mucuna en
intercalado tardío (M(i)/m); maíz de verano con mucuna en intercalado
tardío (M(v)/m), y cultivos en invierno y verano con mucuna intercalada
(C(i-v)/m). (Véase el Cuadro 6.1, que incluye los calendarios específicos

Cuadro 6.1. Distintos sistemas y variaciones AVCC más


comunes que coexisten en la zona de estudio
Sistema Calendario Periodicidad Estado actual
principal N D E F M A M J J A S O
Con descanso Establecido
M(i)/m Cada año Establecido
Cada año Prueba y establecido
M(i)/m Cada año Prueba y establecido

↕ Rotación Prueba
C(i-v)/m
Cada año Prueba

Maíz
M(i)/m: Maíz de invierno con mucuna en intercalado tardío
Mucuna JJASO: Lluvias mayores
M(v)/m: Maíz de verano con mucuna en intercalado tardío
Chile NDEF: Lluvias menores
C(i-v)/m: Cultivos en invierno y verano con mucuna intercalada
Hierbas
Fuente: Arteaga et al., 1997.

215

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

para las modalidades más comunes y el estado actual de difusión de los


sistemas en la región.).
Al analizar la relación entre los procesos de difusión de los sistemas
principales y la precipitación anual (en un gradiente de entre 1000 y 4000
milímetros), se observa que la milpa de verano con maíz y mucuna en
intercalado tardío (M(v)/m) se presenta en todo el gradiente de humedad,
mientras que las modalidades con dos ciclos al año de maíz y el sistema de
rotación maíz–mucuna (M(i)/m) sólo se presentan en los ambientes más
húmedos, que no tienen limitantes en los periodos de crecimiento de ambas
especies, lo que muestra que en los climas más húmedos los campesinos
tienen más opciones. Cabe aclarar que la presencia de algunas modalidades
en un ambiente determinado también se puede explicar por el hecho de que
han sido promovidas en forma activa, lo que no necesariamente implica que
el sistema esté adaptado a las condiciones agroecológicas (véase el
Cuadro 6.2).

Cuadro 6.2. Clasificación simplificada, distribución y origen


de sistemas AVCC en el Sureste de México a lo largo de un
gradiente de precipitación anual
Sistema Distribución y origen
principal
M(i)/m 
M(v)/m    
C(i-v)/m   
1000 1200 1800 2000 2500 3200 4000
Precipitación [mm/año]

Campesino a campesino  Experimentación  Promoción por ONGs y otros


Fuente: Arteaga et al., 1997.

Es importante aclarar que los sistemas maíz–mucuna evaluados en este


capítulo representan un subconjunto muy reducido de los sistemas maíz–
AVCC en la región. Existe una gran diversidad de sistemas que incluyen otras
leguminosas y otros cultivos principales además del maíz, tanto
tradicionales como recientes, como las asociaciones mucuna–chile.

216

 
 

L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

Cuando se mencionan los sistemas maíz–mucuna como sistemas


principales, algunos diferenciados en modalidades (por la estación del año
en que se establece el ciclo del maíz), no hay que perder de vista que existen
también muchas variaciones locales. También difieren las prácticas
específicas de manejo usadas por los agricultores. Esta diversidad ilustra la
flexibilidad de los sistemas maíz–AVCC y su capacidad para adaptarse a
numerosos nichos agroecológicos.

2.4. L as comu n i d ad es sel ec ci on ad as


Durante el primer ciclo de evaluación del Proyecto Pachuca (que se inició en
1996), las instituciones participantes seleccionaron un conjunto de
comunidades localizadas en la región (específicamente dentro de sus áreas
de influencia), con el fin de evaluar el sistema RTQ tradicional y de
compararlo con los sistemas AVCC descritos anteriormente. Ocho
comunidades fueron seleccionadas, una en Chiapas, tres en Oaxaca, dos en
Veracruz y dos en Yucatán (véase la Ilustración 6.1, así como el Cuadro 6.3,
que resume las características biofísicas y socioeconómicas de las
comunidades).

Ilustración 6.1. Ubicación de las comunidades seleccionadas


para el estudio

Yucatán

8
Veracruz 7

México
6
5
2 3 1
4
Nota: Los números corresponden
al orden en que aparecen las Chiapas
comunidades en el Cuadro 6.3. Oaxaca

217

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 6.3. Principales características de las ocho


comunidades estudiadas
Comunidad

Tenencia de la Grupos
Precipit.

Relieve Suelos Uso de la tierra


Poblac.
Estado

Altitud

tierra étnicos
Temp.

Luvisoles
Laderas
2000-2500 mm

160 habitantes

férricos, Milpa tradicional,


fuertes, Tenencia ejidal
Chiapas

Acrisoles ganadería,
Las Flores
600 msnm

lomeríos y (15 hectáreas por Tzotzil


22-26°C

planicies de órticos y aprovechamiento familia)


inundación Luvisoles forestal
órticos
Tenencia ejidal; Zapotecos,
Llanuras Ganadería bovina en
distribución desi- pocos
La Esmeralda

onduladas y Acrisoles potreros, áreas de


lomeríos, acahuales y pequeñas gual: desde 15-20 mixes,
pequeñas férricos áreas de selva; siem- hectáreas por mestizos
70-130

familia (la mayoría) de


22°C
3100

hondonadas bra de maíz en RTQ


400

hasta 40-50 ha Veracruz


Laderas Maíz, frijol, arroz,
Oaxaca

3000-4000

fuertes y Acrisoles y chile, mucuna, pláta-


22-26ºC
Paraíso

Rendzinas no, cítricos, piña, caña Tenencia comunal Mixtecos


Nuevo

planicies de
240

130

vegas de río de azúcar y jícama


Laderas
San Francis-

fuertes, Rendzinas, Maíz, frijol, yuca y Tenencia comunal Chinan-


co La Paz

lomeríos y Acrisoles, (50 hectáreas por tecos y


22-24°C

planicies de Fluvisoles chile familia) mestizos


4500
150

350

inundación
Faeozems Maíz como principal Tenencia ejidal Mestizos
(hasta 5.5 hectáre- (descen-
Chuniapan

Lomeríos y lúvicos y cultivo; se cultivaba el


de Arriba

as por familia). Los dientes de


160-460

planicies Vertisoles frijol antes del ataque avecindados tienen la cultura


1600

1500
28ºC

crómicos de plagas de 0.5 a 1 ha náhuatl)


Veracruz

Luvisoles Ejidatarios origina- Mestizos


férricos, Maíz y frijol; además, les (26 hectáreas
(descendi
Santa Rosa

Lomeríos Acrisoles café, cacahuete y cada uno) y sus


entes de
Cintepec

órticos, ninfa; poca cría de hijos (en la amplia-


Luvisoles animales ción, con 7 hectá- la cultura
28°C
1900

popoluca)
500

500

órticos reas cada uno)


40% con henequén; Tenencia ejidal
Lomas y Litosoles y 37% con vegetación Origen
secundaria; 22% con (159 ejidatarios);
900-1100
Xohuayán Sahcabá

planicies
extensas Rendzinas milpas (situación muy algunas propie- maya
1,440
27°C
Yucatán

5-10

dinámica) dades privadas

Lomas y Litosoles, Agricultura de milpa Origen


planicies Rendzinas, (mayoría); fruticultura, Tenencia ejidal y maya
Luvisoles y horticultura y comunal
1,260
25°C
<100
1200

extensas peninsular
Cambisoles ganadería extensiva

218

 
 

L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

3. M E T O D O L O G Í A DE LA EVA LUAC IÓN

3.1. E l MESMIS como ma rco d e ref eren ci a


La metodología para la evaluación de los sistemas maíz–mucuna se basó en
el MESMIS (Masera et al., 1999). Cuando se comenzó a discutir el diseño del
Proyecto Pachuca, el MESMIS todavía estaba en sus etapas iniciales de
desarrollo.3 Si bien los elementos esenciales del planteamiento del MESMIS
(atributos de la sustentabilidad, puntos críticos, criterios de diagnóstico e
indicadores estratégicos) parecían coincidir con las necesidades del
proyecto, existieron algunas complicaciones metodológicas.
En primer lugar, el MESMIS propone la evaluación con base en
comparaciones de sistemas específicos contrastantes (por lo general un
sistema tradicional y uno o más alternativos), que deben ser definidos con
mucho detalle. El proyecto, en cambio, tenía como objetivo la evaluación de
una estrategia productiva incluida en una serie de sistemas (diversas
modalidades de asociaciones en tiempo y espacio de maíz–mucuna, desde
rotaciones hasta cultivos intercalados).
En segundo lugar, a los integrantes del Grupo Pachuca (muchos de los
cuales trabajan promoviendo el uso de los AVCC) les interesaba el proceso de
adopción. Aunque reconocían que los atributos del MESMIS tales como
productividad y adaptabilidad están íntimamente ligados a las decisiones de
adoptar o no, la adoptabilidad en sí no estaba incluida explícitamente en el
marco metodológico propuesto, por lo que se decidió incluirlo en el análisis
como un atributo adicional.
Por otra parte, desde un inicio se vio que sería difícil evaluar los
atributos de equidad y autogestión, debido a las restricciones en recursos y
tiempo para realizar la evaluación.
Finalmente, el proyecto consideró fundamental incluir un enfoque
participativo para valorar los criterios y puntos de vista campesinos. Los
documentos iniciales sobre el MESMIS ya mencionaban la importancia de la
participación de los usuarios de los sistemas, pero no proponían modalidades
específicas para esa participación. En el Proyecto Pachuca se decidió seguir

3
Se utilizó como referencia la información preliminar incluida en el documento de trabajo de
GIRA (Astier y Masera, 1997). La versión definitiva del marco MESMIS se publicó en forma de
libro en 1999.

219

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

procesos paralelos de evaluación técnica y campesina, lo que se convirtió en


un aspecto fundamental y original de la evaluación —aunque la evaluación
por los campesinos planteó retos difíciles de resolver en cuanto a la
definición de criterios e indicadores de sustentabilidad, pues la literatura
disponible en el tema era sumamente técnica.

3.2. E val u aci ón p aral el a p or técn i cos y


ca mp esi n os
Para llevar a cabo la evaluación desde las dos perspectivas distintas pero
complementarias de los técnicos y de los campesinos, se constituyeron dos
grupos, el Consejo Consultivo Campesino (CCC) y el Equipo Técnico (ET),
que trabajarían en forma paralela e independiente, para culminar el proceso
integrando sus conclusiones.
En el CCC participaron 16 campesinos (dos de cada una de las ocho
comunidades, elegidos por los técnicos), de los cuales 13 siguieron
prácticamente todo el proceso. De estos 13 miembros permanentes, 7 eran
promotores campesinos con contactos previos con técnicos y
responsabilidad directa en la promoción de sistemas AVCC en sus
comunidades, mientras que los 6 restantes tenían mucho menor contacto
previo con técnicos. En el ET participaron agrónomos, economistas,
sociólogos, expertos en suelos, expertos en desarrollo rural y promotores de
los diversos grupos articulados en el proyecto.
Originalmente se pretendió que ambos equipos trabajaran en forma
independiente, con criterios, indicadores y métodos de medición y
evaluación propios. Al CCC se le explicaría el objetivo del trabajo y sus
integrantes diseñarían su propia estrategia de evaluación y visitarían las
diferentes comunidades, como grupo, para observar, comparar y analizar las
ventajas y desventajas de los distintos sistemas de producción de maíz (los
tradicionales y con AVCC). De este trabajo emergería el punto de vista
campesino. Dos integrantes del ET fungieron como facilitadores y relatores
del CCC con el fin de sistematizar los avances que se iban logrando en cada
una de las visitas. Ambos técnicos fueron especialmente instruidos para que
no influenciaran las opiniones y el trabajo del equipo campesino.
La mecánica planeada se enfrentó con problemas al inicio del proceso
debido a la naturaleza del equipo campesino, con individuos pertenecientes a

220

 
 

L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

diversas etnias, con distintas religiones y poco acostumbrados a este tipo de


actividades. Sin embargo, las diferencias iniciales se fueron superando y
pronto se logró establecer en el proceso un excelente espíritu de equipo.
También se presentaron dificultades en el funcionamiento del ET.
Resultó evidente desde un principio que la perspectiva de los miembros de
las ONGs difería bastante de la de los investigadores de las instituciones
académicas, lo que dificultó el trabajo intersectorial. Tampoco fue fácil,
sobre todo al inicio, el diálogo interdisciplinario. Para llegar a consensos en
la definición de las metodologías y en la selección de puntos críticos y
criterios de diagnóstico fueron necesarias intensas discusiones en una serie
de talleres de trabajo, a lo largo de varios meses. Algunas diferencias
volvieron a surgir al final del proceso, cuando se trabajó en la integración de
los resultados.
Siguiendo los lineamientos del MESMIS, el ET realizó una serie de talleres
en donde se analizaron los atributos de la sustentabilidad. De ese análisis
surgieron los puntos críticos para la sustentabilidad en los sistemas
comparados, tanto en términos biofísicos como socioeconómicos y
ambientales. (El trabajo del ET, sin embargo, no fue todo lo sistemático que
se proponía y así lo reconoció el grupo en su autoevaluación).
Con el tiempo, el ET tomo decisiones sobre los métodos y herramientas
específicas de medición que utilizaría. Al final del proceso de evaluación,
que se prolongó durante toda la estación de crecimiento, tanto el CCC como
el ET se reunieron para resumir sus conclusiones. Finalmente, el ET analizó
tanto las conclusiones propias como las de los campesinos e integró un
informe final. Siguiendo al MESMIS, se pretendió que este ejercicio se
transformara en un proceso cíclico de análisis y aprendizaje para los grupos
involucrados.
En este capítulo se resumen los resultados del Proyecto Pachuca (ET y
CCC). Además, como algunas conclusiones del proyecto no fueron
definitivas, los autores recopilaron y analizaron información bibliográfica
adicional referente a los sistemas AVCC en la región de estudio.4

4
En parte, esta información es el resultado de investigaciones conducidas en el marco del
Programa Gestión de Recursos Naturales patrocinado por la Fundación Rockefeller en
México.

221

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

3.3. L os n i vel es d e l a e val u aci ón


Para la evaluación de los sistemas maíz–mucuna, el ET decidió trabajar a
varios niveles, identificando indicadores para: (a) la parcela, en los aspectos
agronómicos; (b) la unidad familiar, con la finca como elemento central, en
el análisis económico; (c) la comunidad, en los aspectos socioeconómicos y
de análisis de adopción; y, a un nivel más general, (d) el paisaje, cuenca o
región, en los aspectos de impacto ambiental. En este sentido, el ET siguió
los lineamientos del MESMIS. Con la integración de estos niveles de análisis
se pretendió explicar: (a) la sustentabilidad de la tecnología en sus aspectos
biofísicos (a nivel de la parcela); (b) la contribución de esta tecnología a la
sustentabilidad de la unidad familiar (aspectos socioeconómicos); (c) la
factibilidad de adopción y permanencia con base en decisiones individuales
o comunitarias, y (d) los impactos (positivos y negativos) en la base de
recursos naturales y el ambiente. El enfoque fue muy ambicioso pero, por
falta de recursos económicos y humanos (especialistas en algunos tópicos),
así como de tiempo y de metodologías adecuadas, el proyecto no pudo
avanzar a la misma profundidad en todos los niveles.

3.4. Pu n tos crí ti cos e i n d i cad ores


estrat égi cos
A continuación se resumen las hipótesis de trabajo para la identificación de
puntos críticos e indicadores por atributo de sustentabilidad. (Véase en la
Ilustración 6.2 un diagrama de esqueleto de pescado que integra los puntos
críticos a los que llegaron tanto el ET como los campesinos, así como
algunos que se identificaron durante la preparación de este capítulo. Por otro
lado, el Cuadro 6.4, p. 231, resume los puntos críticos, los criterios de
diagnóstico y los indicadores para cada uno de los atributos de la
sustentabilidad de los sistemas en estudio).

Productividad
La productividad es un atributo fundamental en la sustentabilidad y se
refiere a la capacidad del sistema para brindar un cierto nivel de bienes y
servicios. Los bajos rendimientos de maíz y su baja rentabilidad son los
puntos críticos a la productividad. Los participantes del ET y CCC llegaron a
esta conclusión sin mayores discrepancias.

222

 
 

L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

Ilustración 6.2. Atributos de la sustentabilidad según el MESMIS


(incluyendo adoptabilidad) y puntos críticos

ADOPTABILIDAD

AUTOGESTIÓN Problemas PRODUCTIVIDAD


de adopción
Semillas de AVCC Bajos
Dependencia rendimientos

SUSTENTABILIDAD
del exterior Problemas
Baja

EN SISTEMAS
CAMPESINOS
de abandono
Conocimiento de AVCC rentabilidad

DE MAÍZ
Mala distribución Degradación
Limitaciones de
de costos y bene- los AVCC en nichos del suelo
ficios ambientales específicos Comportamiento
Bajo nivel de irregular de AVCC
acceso Agroecológicos Alto uso de
diferenciado Socioeconómicos insumos externos
Presión sobre
el entorno
EQUIDAD ADAPTABILIDAD
ESTABILIDAD/
CONFIABILIDAD/
RESILIENCIA

Rendimientos de maíz
Técnicos y campesinos coincidieron en que la productividad del maíz es
un factor fundamental a evaluar. La hipótesis de los técnicos es que los bajos
rendimientos en los sistemas tradicionales (sin fertilización química) están
determinados por el agotamiento de los nutrientes del suelo, la incidencia de
plagas y la competencia con malezas. Asimismo, se piensa que la inclusión
de leguminosas en el sistema permitiría aumentar los rendimientos del maíz,
debido a una mejora en la fertilidad del suelo gracias a la fijación simbiótica
de nitrógeno atmosférico. Las leguminosas también podrían influir
positivamente en el ciclo del fósforo, al aumentar su disponibilidad por el
efecto de micorrizas. Las propiedades físicas del suelo, por su lado,
mejorarían por el aporte de materia orgánica, lo que repercutiría en una
mayor retención y disponibilidad de humedad. Además, disminuiría la

223

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

competencia por luz, agua y nutrientes por las malezas, aunque podría surgir
competencia por esos mismos factores por parte de la leguminosa asociada.
Finalmente, los asocios podrían tener algún efecto en la incidencia de plagas
y enfermedades del maíz.
El ET decidió medir los rendimientos de maíz directamente en las
parcelas de los campesinos. También decidió analizar ciertas determinantes
de esos rendimientos, para lo cual se observarían factores tales como la
fertilidad de suelos y la incidencia de malezas, plagas y enfermedades.
Por su parte, el CCC consideró, además de estos indicadores directos, la
apariencia del maíz en la parcela, en función del color de la planta y el
tamaño y número de mazorcas.

Rentabilidad
En el aspecto económico, las ventajas del sistema maíz–mucuna podrían ser
el resultado de un aumento en los rendimientos de maíz y de una reducción
en los costos de producción, por ahorros en insumos externos o de mano de
obra. Sin embargo, el efecto en las labores podría generar hipótesis
contradictorias. Esto sucede en particular en el caso de la demanda de obra,
que puede disminuir como consecuencia de una menor incidencia de
malezas, o aumentar como resultado de las necesidades de siembra y manejo
de una especie adicional.
El ET decidió realizar un análisis simple de la rentabilidad, con
presupuestos parciales, calculando ingresos netos, relaciones beneficio/
costo y retorno a la mano de obra. Por su parte, el CCC consideró que un
elemento fundamental en la baja rentabilidad es el relacionado con el costo
de los insumos externos. En este caso, los campesinos tomaron como
referencia sistemas con cierto grado de utilización de agroquímicos, sobre
todo herbicidas, y consideraron en consecuencia el número de limpias
como el indicador más adecuado según su criterio.

Estabilidad, resiliencia y confiabilidad


Estabilidad es la propiedad del sistema de mantener esos beneficios (en
bienes y servicios, incluyendo los servicios ambientales) a lo largo del
tiempo. La resiliencia es su capacidad de recuperarse y llegar a un nuevo
estado de equilibrio luego de sufrir perturbaciones graves. Finalmente, el

224

 
 

L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

MESMIS define a la confiabilidad como la capacidad de mantener el nivel de


beneficios sin grandes fluctuaciones, a niveles cercanos al equilibrio, ante
perturbaciones periódicas normales. Como lo sugiere el MESMIS (Masera
et al. 1999), en el análisis se agruparon estos tres atributos para la
identificación de puntos críticos (a saber, evolución de la calidad de los
suelos, nivel de insumos externos, comportamiento de la mucuna en los
asocios en diversos ambientes, y presión sobre los recursos forestales y
sobre la biodiversidad en la región).

Evolución de la calidad de los suelos


Existe abundante evidencia que apoya la hipótesis de que los sistemas
tradicionales de RTQ están afectando algunos atributos básicos del suelo,
desencadenando procesos de degradación química, física y biológica, con
impactos múltiples en la estabilidad, la resiliencia, la confiabilidad y la
productividad.5 El uso de AVCC podría generar ventajas, manteniendo (o
mejorando) la fertilidad y disminuyendo los problemas de erosión y
degradación de las propiedades físicas y biológicas del suelo.
Por lo que se refiere al criterio de calidad del suelo, el ET seleccionó una
serie de indicadores vinculados con sus características físico–químicas,6
así como ciertas estimaciones de los niveles de fijación simbiótica de
nitrógeno. El CCC también decidió observar el efecto de la mucuna en
algunas propiedades del suelo, tales como el color, la estructura y la
humedad.

Comportamiento irregular de la mucuna en


asociación
Un elemento clave para la eficiencia del sistema maíz–mucuna es la
producción de biomasa (en ella radica el efecto cobertura, el reciclaje de
nutrientes, etc.). Si no produce abundante biomasa y si ésta no se maneja
adecuadamente, la mucuna funcionaría como una maleza más en el sistema.
El ET evaluó la biomasa de la mucuna en términos de peso de materia verde
5
En este caso, como en muchos otros, los puntos críticos afectan simultáneamente a varios
atributos de la sustentabilidad.
6
Es decir, pH, materia orgánica, fósforo, potasio, calcio, magnesio, capacidad de intercambio
catiónico (CIC) y porcentaje de saturación en bases.

225

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

producida por hectárea, mientras que el CCC lo hizo de manera cualitativa.


También se observó en qué medida la producción de biomasa se ve afectada
por plagas y enfermedades.
La mucuna es una especie que se comporta bien en asocios, aunque es
necesario controlar su agresividad. Su crecimiento agresivo y las sustancias
tóxicas en su follaje la hacen muy resiliente y resistente a plagas y
enfermedades, pero se han reportado ataques que han incidido seriamente en
su desarrollo. En consecuencia, si la promoción de sistemas AVCC se basa
exclusivamente en una sola especie, como la mucuna, existe el riesgo de que
el sistema colapse (que pierda su resiliencia) ante un brote grave de una
plaga.7 Los miembros del ET concluyeron que la incidencia de plagas y
enfermedades en la mucuna sería un buen indicador para este punto
crítico, aunque no es posible evaluarlo directamente en un solo año de
observaciones, aun trabajando en múltiples comunidades.

Alto uso de insumos externos


En general, el sistema RTQ tradicional es de muy bajos insumos externos
pero poco productivo. Una intensificación del cultivo de maíz con base en
mayores insumos externos, particularmente agroquímicos (tal como está
sucediendo de manera acelerada en algunas regiones), puede aumentar la
productividad pero representa un riesgo para la estabilidad de los sistemas,
debido a sus altos costos y a sus efectos negativos sobre el medio ambiente y
sobre la salud.8 La hipótesis es que los AVCC ofrecerían una alternativa para
aumentar los rendimientos manteniendo un nivel relativamente bajo de
insumos externos (accesible para campesinos de pocos recursos). Sin
embargo, para que el sistema genere estos beneficios, la mucuna tiene que
funcionar en forma eficiente, fijando N atmosférico, mejorando el ciclo de P
y compitiendo con las arvenses.
7
Este es el riesgo típico de los monocultivos.
8
Los efectos sobre el ambiente y sobre la salud dependen del tipo de agroquímico (ya sea
herbicida, plaguicida o fertilizante). Los mayores riesgos son causados por los insecticidas y
otros plaguicidas, mientras que los fertilizantes, necesarios para acelerar procesos de
recuperación de suelos degradados y para mantener ciertos niveles de productividad, son los
que acarrean menores riesgos. Como la adopción de herbicidas tiene un efecto notable en
ahorro de mano de obra, y como el volumen requerido por hectárea es muy pequeño (mucho
menor que en el caso de los fertilizantes, cuyo transporte es un problema), son ampliamente
utilizados en la región.

226

 
 

L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

Presión sobre el entorno (recursos


forestales y biodiversidad)
La hipótesis de que al aumentar la presión sobre la tierra el sistema RTQ se
expande hacia áreas antes no cultivadas parece bien fundamentada.9 El
razonamiento se podría extender para afirmar que, con el uso de los AVCC, al
mejorar la fertilidad de los suelos, se reduciría la necesidad de rotar terrenos
(sedentarizando la milpa) y, en consecuencia, disminuiría la presión sobre
las tierras no cultivadas. Esta hipótesis fue planteada inicialmente por el ET
para analizar los posibles efectos de los AVCC en el avance de la frontera
agrícola sobre zonas de recursos forestales de alta biodiversidad. Sin
embargo, desde un inicio se vieron dificultades para la selección de
indicadores. Se decidió trabajar con los campesinos en sus comunidades y
conocer la historia de estos procesos (años de introducción de los AVCC y
años continuos de cultivo), así como su opinión al respecto.

Adaptabilidad
La adaptabilidad se refiere a la flexibilidad del sistema para encontrar
nuevos niveles de equilibrio ante cambios importantes en el entorno
económico o en las condiciones ambientales. También podría entenderse
como su capacidad de adaptarse a los diferentes nichos que caracterizan la
agricultura del trópico. Asimismo, incluye la posibilidad de nuevas
estrategias de producción y se relaciona, por ejemplo, con la diversificación
tecnológica.
El concepto de adaptabilidad de los agroecosistemas a diversos
nichos, tanto agroecológicos como socioeconómicos, adquiere capital
importancia ante la diversidad de ambientes y situaciones que caracterizan a
la agricultura campesina en el trópico. Los proponentes de los AVCC afirman
que estos sistemas son flexibles (diversas leguminosas para los asocios,
diversos arreglos en tiempo y espacio, posibilidad de múltiples variantes de
manejo, etc.). Sin embargo, los sistemas maíz–mucuna presentarían ciertas
limitaciones, por los requerimientos específicos de la leguminosa en cuanto
a clima (temperatura y humedad) y suelo, que limitan su crecimiento en
algunos ambientes. Ambos grupos, el ET y el CCC, decidieron observar con

9
En esto también estaría influyendo el PROCAMPO.

227

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

detenimiento el desarrollo de la leguminosa (y por lo tanto el


comportamiento del sistema) en diferentes nichos. La variabilidad entre los
sitios y entre las condiciones de los campesinos ofreció una muestra amplia
para esta evaluación.

Adoptabilidad
No se podría hablar de un sistema sustentable si existen trabas para su
adopción y esto es importante para los que trabajan en promoción. Ambos
grupos, ET y CCC, intentaron identificar de manera general las ventajas y
desventajas de los asocios y los factores que determinan su adopción o
abandono.
La adopción de nuevos sistemas de producción tiene un costo. La
hipótesis para los AVCC es que ese costo puede ser alto y, por lo tanto, difícil
de afrontar por campesinos pobres, si se considera que los beneficios del
sistema innovador, y sobre todo sus efectos en la productividad, son gradua-
les. Existe de hecho un periodo de transición en el cual la productividad no
sólo no se incrementa sino que hasta puede disminuir. Es importante por lo
tanto conocer más sobre la transición de la RTQ tradicional al sistema maíz–
mucuna. También es importante ver esa transición en el marco de otras
posibles opciones (aunque esto quedó fuera del alcance del trabajo).
El acceso a los recursos requeridos por el nuevo sistema es clave para la
adopción. Un factor importante es la disponibilidad de semilla: si la planta
no produce semilla o si ésta se pudre, será necesario comprarla para el
próximo ciclo, lo cual es difícil dadas las condiciones de pobreza
prevalecientes. Otro recurso clave es la mano de obra: importa evaluar el
impacto de los asocios en los requerimientos de mano de obra y los posibles
conflictos en determinados periodos del año entre el sistema innovador y
otras actividades del campesino. Esto lo discutió el CCC y surgieron hipótesis
contradictorias, tal como se mencionó antes: por un lado, que los AVCC
representan un ahorro de mano de obra (menos limpias, por ejemplo) y, por
otro, que aumentan los requerimientos (puesto que hay que plantar y
manejar un cultivo más en el sistema). Finalmente, el acceso al recurso tierra
y la seguridad en su tenencia son también importantes: la hipótesis es que si
la parcela no es propia, difícilmente se le va a invertir recursos para mejorar
su fertilidad (véase la p. 246).

228

 
 

L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

El CCC incluyó un elemento adicional en el análisis de adopción: el


desplazamiento de otros cultivos en la milpa tradicional. Si la mucuna
compite agresivamente con plantas comestibles de la milpa, impidiendo su
cultivo, muchos podrían rechazarla. Si bien en la milpa tradicional hay uno o
dos cultivos principales, en la mayoría de los casos existen otras plantas
útiles. Este criterio no estuvo presente en el listado original del ET.
Los sistemas AVCC cumplen simultáneamente funciones ecológicas y
productivas. Para el ET, las funciones ecológicas son fundamentales para la
sustentabilidad, pero es la percepción de las funciones productivas la que
tiene un mayor efecto en las decisiones de los campesinos. Cuando las
leguminosas asociadas no producen algo que se pueda consumir, utilizar o
vender, su inclusión en las milpas no resulta una alternativa atractiva. En
este sentido, es posible que el follaje y las semillas de la leguminosa tengan
un valor de uso como forraje y para consumo humano. La hipótesis del ET es
que los nuevos usos y mercados para los productos de los sistemas AVCC son
factores determinantes para la adoptabilidad.

Autogestión
La autogestión se refiere a la capacidad del sistema de controlar sus
interacciones con el exterior, o sea, su grado de dependencia. El ET encontró
dificultades para trabajar con este atributo (aunque sí lo consideró
importante). La hipótesis es que el sistema maíz–mucuna depende de
insumos disponibles localmente y que, en ese sentido, no es más
dependiente que el sistema RTQ tradicional. Quizás los principales factores
de dependencia serían la semilla y el conocimiento para manejarla, pero
el campesino podría transformarlos en recursos endógenos, produciendo su
propia semilla e incrementando su conocimiento con la práctica.

Equidad
La equidad fue otro atributo que trajo problemas para el ET. Se refiere a
la capacidad del sistema para distribuir de manera justa los beneficios y los
costos, tanto productivos como ambientales.
En cuanto a los beneficios y costos productivos, el análisis tendría que
concentrarse en la igualdad o diferenciación en el acceso a los recursos
necesarios para adoptar el sistema innovador (ya discutidos en adopción).

229

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Otro elemento importante (también discutido en adopción y autogestión) es


el acceso al conocimiento. Una hipótesis interesante es que, en contraste
con los paquetes tecnológicos de altos insumos externos, que no son tan
dependientes del manejo, los sistemas AVCC requerirían menos insumos
externos (lo que representa un punto crítico positivo) pero mayor
conocimiento sobre los principios agroecológicos de manejo de los recursos
internos disponibles.
Finalmente, con respecto a los beneficios y costos ambientales, la
hipótesis es que la expansión del sistema AVCC tendría un impacto ambiental
positivo con respecto a la RTQ tradicional (así como con respecto a los
sistemas de alto uso de insumos químicos) que beneficiaría a la sociedad en
su conjunto, pero los costos correspondientes sólo serían asumidos por los
productores, lo que conllevaría una falta de equidad.

3.5. Métod os d e me d i ci ón y mon i toreo


En el Proyecto Pachuca el ET trabajó con base en un muestreo de
productores y parcelas en las 8 comunidades seleccionadas.10 En cada
comunidad se seleccionaron diez productores, en cuyas parcelas coexisten el
manejo de la milpa tradicional con una milpa mejorada con mucuna. El
análisis comparativo se llevó a cabo durante el ciclo primavera–verano de
1996 y consistió en un seguimiento agronómico (aspectos biofísicos y
productivos a nivel de parcela) y un análisis de rentabilidad a nivel familiar
con base en encuestas y estudios de adaptación y adopción de la estrategia
AVCC a nivel de las comunidades. Estos estudios socioeconómicos
incluyeron talleres comunitarios y encuestas a informantes clave.
Por su parte, el CCC definió su plan de trabajo en un par de talleres
(facilitados por un miembro del ET). Para implementarlo, el consejo visitó,

10
El trabajo del equipo técnico se vio dificultado por una serie de factores que surgieron como
consecuencia de la complejidad del esquema de evaluación adoptado y por complicaciones
en la logística. Entre los principales obstáculos resaltan la cosecha por los agricultores antes
de la llegada de los técnicos para las mediciones y la cosecha en elote. Asimismo, fue
imposible establecer comparaciones legítimas entre parcelas con y sin mucuna en 3 de las 8
comunidades de estudio. Finalmente, en Sahcabá y Xohuayán, las parcelas con mucuna
fueron manejadas bajo un paquete tecnológico que incluyó, además de la mucuna, la
aplicación de estiércol, una variedad mejorada de maíz, cambios en la densidad de siembra y
labranza en surcos, lo que impidió aislar el efecto de la leguminosa.

230

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L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

Cuadro 6.4. Puntos críticos, criterios de diagnóstico e


indicadores de sustentabilidad para el uso de AVCC en los
sistemas campesinos del Sureste de México
Nivel Grupo
Atri- Punto Criterios de Indicador de evalua-
buto crítico diagnóstico análisis dor1
Rendimiento de maíz CCC/ET/RI
Bajos Efectos del asocio Apariencia del maíz CCC
rendimientos en los rendimientos Parcela
Productividad

de maíz de maíz Incidencia de arvenses, plagas y CCC/ET/RI


enfermedades en maíz2
Ingreso neto de campo
Baja Cambios en la Relación beneficio–costo Familia ET
rentabilidad rentabilidad Retorno a la mano de obra
económica
Número de limpias Parcela CCC
Efecto de la mucuna en las propiedades
fisicoquímicas del suelo (pH, MOS, P, K,
Ca, Mg, CIC, % de saturación en bases) ET/RI
Estabilidad; resiliencia; confiabilidad

Degradación Evolución en la
de suelos calidad de suelos Fijación simbiótica de nitrógeno
Efecto de la mucuna en las propiedades CCC
de los suelos
Comporta- Comportamiento de Rendimiento de la mucuna3 ET
miento Parcela
irregular de la la mucuna y factores Incidencia de plagas o enfermedades en
mucuna en que limitan su la mucuna
asociación crecimiento CCC/ET/RI
Alto uso de Dependencia de
insumos insumos externos Uso de insumos químicos externos
externos
Presión sobre Sedentarización de
Número de años de cultivo continuo ET
el entorno la agricultura
Limitaciones Adaptabilidad a nichos agroecológicos CCC/ET
Restricciones
Adapta-
bilidad

de los AVCC Adaptabilidad a nichos socioeconómicos Parcela /


en nichos agroecológicas y región
socioeconómicas (presión sobre la tierra y formas de ET
específicos tenencia)
Ventajas y desventajas percibidas del
asocio maíz–mucuna y del periodo de
Problemas en transición
Adoptabilidad4

Determinantes para Parcela /


la adopción y Otros factores relevantes en la adopción/ comu-
problemas de la adopción / ET/CCC/RI
abandono de los abandono (producción de grano de nidad /
abandono de mucuna y acceso a semilla; usos del
los AVCC AVCC región
grano y otros productos del sistema;
percepción de problemas de plagas en el
maíz; estrategias de promoción)
Continúa en la siguiente página…

231

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 6.4. (continuación)

Auto- Dependencia Grado de acceso a Acceso al conocimiento de la tecnología Comu-


gestión del exterior insumos (semilla) y Acceso a insumos nidad ET/CCC
conocimiento
Mala Parcela/
distribución Distribución de Costos y beneficios ambientales de los comu-
de costos y costos y beneficios AVCC nidad/ ET
Equidad

beneficios ambientales región


ambientales
Bajo nivel de Equidad en el Parcela/
Diferenciación en el acceso a insumos y
acceso acceso a sistemas conocimiento para los sistemas AVCC comu- ET
diferenciado AVCC nidad
1 CCC = consejo consultivo campesino; ET = equipo técnico; RI = revisión de investigaciones previas.
2 Nota de los editores: A pesar de ser un factor importante para la productividad del maíz, en la mayoría de los
estudios de caso este indicador se incluye dentro de los atributos de estabilidad, resiliencia y confiabilidad de los
sistemas de manejo.
3 Nota de los editores: Este indicador está comúnmente asociado a la productividad, pero en este caso, por los
efectos del asocio en el suelo, se relacionó con la estabilidad, la resiliencia y la confiabilidad.
4 Nota de los editores: Estrictamente, la adopción no se considera un atributo de sustentabilidad en el marco MESMIS;
sin embargo, como se explica en el texto, por ser el proceso de adopción de tecnología un aspecto central de la
evaluación en este estudio de caso, los autores decidieron incorporarlo explícitamente a nivel de atributo.

como grupo, las 8 comunidades y sus miembros fueron recibidos en ellas


por grupos campesinos que incluían a adoptantes y a no–adoptantes. Un
relator, miembro del ET, acompañó a los campesinos en sus giras y fue
registrando las discusiones y sus conclusiones. Finalmente, el CCC celebró
una reunión para resumir sus conclusiones generales sobre todo el proceso.

4. R E S U L T A D O S Y DISCUSIÓN

Esta sección integra y discute los resultados para cada uno de los atributos
de la sustentabilidad de acuerdo con el MESMIS. Como se adelantó al inicio
del capítulo, este es un primer avance en un proyecto más general de análisis
y evaluación de la sustentabilidad del sistema maíz–mucuna en el Sureste de
México.

4.1. Prod u cti vi d ad


La productividad del sistema es un atributo clave: estos asocios maíz–
mucuna no pueden considerarse sostenibles si no aseguran una producción o
ingresos suficientes para una mejora sustancial de las condiciones de vida de
la familia campesina. Por lo que se refiere al principal indicador —el

232

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L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

impacto en la producción de maíz—, los efectos observados fueron


variables, dependiendo de las características específicas de los sistemas
utilizados, de las condiciones agroecológicas de los sitios de evaluación, de
los años que tenía el sistema AVCC de haberse establecido y del manejo
utilizado por los campesinos.11

Rendimientos del maíz


Los aumentos en los rendimientos del maíz fueron variados: muy pequeños
en algunos casos y negativos en otros (véase la Ilustración 6.3). Los
rendimientos de maíz con mucuna fueron superiores únicamente en dos
comunidades (La Esmeralda y Sahcabá). En el caso de Sahcabá, el
significativo aumento en el rendimiento (de 400 por ciento) se explica por el
efecto combinado de la mucuna, las técnicas de labranza y la incorporación

Ilustración 6.3. Rendimientos de maíz con y sin mucuna


(ciclo de temporal, 1996)
3000

2500
Rendimiento de maíz

2000
kg/ha

1500

1000

500

0
Veracruz

Sahcabá,
Chiapas1

La Esmeralda,
Oaxaca1

Nuevo Paraíso,
Oaxaca2

Oaxaca

Xohuayán,
San Francisco La Paz,

Chuniapan de Arriba,

Veracruz
Las Flores,

Santa Rosa Cintepec,

Yucatán3

Yucatán3

1 Datos declarados. Sin mucuna


2 No hay datos con mucuna.
3 Efecto compuesto. Con mucuna

11
Es importante destacar que las conclusiones están basadas únicamente en los resultados de
un ciclo de cultivo (en un año cuyas condiciones meteorológicas no se desviaron
significativamente del promedio para las diferentes regiones).

233

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

de estiércol. Este efecto compuesto no tuvo, sin embargo, los mismos


resultados en Xohuayán. En La Esmeralda el aumento en los rendimientos
también fue significativo, pero la muestra de parcelas fue reducida. En tres
comunidades los rendimientos fueron similares con y sin mucuna.
Finalmente, en San Francisco y Santa Rosa la inclusión de la leguminosa
resultó en una disminución en el rendimiento de maíz. Resulta llamativo el
caso de Santa Rosa, donde el rendimiento del maíz con mucuna todavía no
puede superar al sistema tradicional luego de cuatro años de establecida la
asociación. En contraste, se observó un efecto positivo muy llamativo en La
Esmeralda (de cerca del 100 por ciento), con sólo dos años de cultivo
asociado.
Los resultados de otros estudios realizados en el Sureste de México
indican que, en la mayoría de los casos, los rendimientos de maíz asociado a
mucuna aumentaron (desde un 5 hasta un 113 por ciento, de acuerdo con
López, 1993; Aguirre, 1995; Aguilar, 1996; Serrano, 1996; Martínez y
Morales, 1997; Mendoza, 1997). La literatura también reporta casos donde
los rendimientos de maíz fueron similares (Vázquez, 1995) o incluso
menores bajo el sistema de AVCC (Velázquez et al., 1996).

Apariencia del maíz


El CCC, por su parte, concluyó que en tres comunidades (Las Flores, La
Esmeralda y Chuniapan) la mucuna fue importante para mejorar la milpa.
En otras tres (Nuevo Paraíso, Sahcabá y Xohuayán) el efecto no es claro o se
confunde con otros factores (uso de estiércol y técnicas de labranza en el
caso de Yucatán). Los miembros del CCC pusieron énfasis especial en
describir la apariencia del maíz en la milpa. Según los campesinos, el uso de
mucuna asociada mejoró la apariencia del maíz en La Esmeralda y San
Francisco, mientras que en Las Flores y Nuevo Paraíso el efecto no fue
evidente.

Incidencia de plagas y enfermedades en maíz


Entre los factores que están incidiendo en el funcionamiento del sistema, es
importante entender la evolución de la fertilidad del suelo y sus efectos en la
dinámica de las arvenses (que se discutirán más adelante). Otro factor
importante que influye en los rendimientos es el impacto del asocio en la
incidencia de plagas y enfermedades del maíz, que se analiza a continuación.

234

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 

L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

Las observaciones del ET sobre pestes o enfermedades en el maíz no


fueron sistemáticas. Sin embargo, investigaciones realizadas en Chiapas y
Tabasco por diversos autores muestran que, en la mayoría de los casos y de
manera consistente, el asocio con leguminosas disminuye la presencia de
plagas y enfermedades en el maíz (véase el Cuadro 6.5).

Cuadro 6.5. Efecto del asocio de las leguminosas con el


cultivo del maíz sobre la presencia de plagas y enfermedades,
según varios autores
Lugar Cultivo Plaga o enfermedad Presencia Fuente
Villaflores, Chiapas Maíz–mucuna Spodoptera Menor Alvarado, 1994
Maíz monocultivo Mayor
Villaflores, Chiapas Maíz–canavalia Insectos varios del suelo y Menor Vázquez, 1995
Spodoptera spp.
Maíz–mucuna Menor
Maíz monocultivo Spodoptera spp. y Mayor
Villaflores, Chiapas Jiménez, 1996
Maíz–leguminosas Euetheola humilis (suelo) Menor
Maíz monocultivo Mayor
Cárdenas, Tabasco Pythium spp. (suelo) García et al., 1994
Maíz–mucuna Menor

En definitiva, los resultados de rendimientos de maíz no son consistentes


y en algunos casos son difíciles de explicar. Los efectos positivos reflejarían
un buen funcionamiento del sistema, fundamentalmente debido a efectos en
el suelo y al efecto herbicida. Los impactos negativos, por su parte, podrían
explicarse por los siguientes factores: (a) los beneficios de la mucuna no
fueron suficientes para superar las consecuencias de la competencia
interespecífica (por luz, agua y nutrientes) e incrementar significativamente
el rendimiento del maíz; (b) el sistema AVCC todavía no ha tenido tiempo de
consolidarse y expresar sus beneficios; (c) existen otras limitantes al
rendimiento del maíz sobre las cuales el sistema alternativo no tiene mayor
efecto; o (d) una combinación de estos.

Cambios en rentabilidad económica (ingresos


netos, relación B / C , retorno a la mano de obra,
número de limpias)
Los impactos del asocio maíz–mucuna en la rentabilidad siguen en general
las tendencias de los rendimientos físicos, pero las ventajas comparativas de

235

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

los asocios se ven aquí más atenuadas aun. Los resultados de los
presupuestos parciales del Proyecto Pachuca, aunque se basan en encuestas
y por lo tanto deben interpretarse con precaución, muestran que, en la mayor
parte de los casos, no hubo efectos positivos en la rentabilidad en los
sistemas con mucuna (véase el Cuadro 6.6). Las relaciones B/C son muy
variables y en general bajas (mayores que la unidad sólo en tres
comunidades para el sistema maíz–mucuna). La alta relación beneficio–
costo en Xohuayán refleja los efectos combinados de la mucuna, el estiércol
y el laboreo (aunque éstos no repercuten de igual manera en Sahcabá). En
varias localidades la relación es desfavorable para el sistema AVCC (San
Francisco, Chuniapan y Santa Rosa).
Como se está comparando una asociación maíz–mucuna con un sistema
tradicional de muy bajos insumos, los posibles ahorros en términos
económicos son muy limitados. Los factores que inciden en forma

Cuadro 6.6. Comparación de presupuestos parciales entre


sistemas con y sin mucuna para ocho comunidades del
Sureste de México durante 1996

Beneficio Costos Ingresos


Mucuna

Comuni- bruto netos B /C


dad M. de obra Insumos Servicios Total
[$/ha]
Sin 965 659 109 566 1334 -369 0.72
Las Flores
Con 1000 675 59 92 826 174 1.21
La Sin 1000 2250 40 200 2490 -1490 0.40
Esmeralda Con 847 1320 37 170 1527 -680 0.55
San Sin 2027 787 24 103 914 1113 2.22
Francisco Con 1163 1316 54 464 1834 -671 0.63
Sin 1624 996 418 306 1720 -96 0.94
Chuniapan
Con 1069 783 502 165 1450 -381 0.74
Sin 1271 607 180 173 960 311 1.32
Santa Rosa
Con 1110 660 315 50 1025 85 1.08
Sin 288 884 118 33 1035 -747 0.28
Sahcabá
Con 1316 1556 741 0 2297 -981 0.57
Sin 812 558 190 37 785 27 1.03
Xohuayán
Con 2144 923 381 13 1317 827 1.63
Nota: Para el cómputo de estos presupuestos se usaron los rendimientos de maíz declarados por los agricultores y no
los datos obtenidos mediante el muestreo de campo (en algunos casos existían diferencias marcadas entre las
mediciones del monitoreo agronómico y las declaraciones de los campesinos, como en San Francisco).

236

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 

L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

determinante son: (a) los bajos rendimientos generales del maíz, y (b) los
muy bajos precios del grano. Como lo muestran otros trabajos, la producción
campesina de maíz resulta poco atractiva desde una perspectiva de
beneficio–costo y los posibles efectos positivos del sistema AVCC alternativo
no logran modificar esta ecuación. Sin embargo, de acuerdo a las
discusiones del CCC, los campesinos parecen valorar otros beneficios además
de los económicos. Para la mayoría, el maíz se destina al consumo familiar
y, por lo tanto, el criterio B/C tiene que relativizarse dentro de una
perspectiva de autoconsumo. A los campesinos les interesa también el efecto
de la mucuna en la dinámica de las arvenses, ya que las limpias constituyen
una de las actividades más exigentes en cuanto a mano de obra. Este efecto
herbicida se discutirá más adelante.

4.2. E stab i l i d ad , resi l i en ci a y con f i ab il i d ad


Los indicadores para estos atributos se relacionan con los efectos en la
evolución de la calidad y propiedades del suelo, la fijación biológica de
nitrógeno, la producción de biomasa, la incidencia de plagas y enfermedades
en la mucuna y el nivel de insumos externos (véase el Cuadro 6.4, p. 231). A
otro nivel, hay que considerar la posible disminución de la presión sobre el
entorno (bosques y biodiversidad) como consecuencia de una
sedentarización de la milpa.

Efectos de la mucuna en las propiedades


fisicoquímicas del suelo
Los efectos de la cobertura o cobertera en las propiedades del suelo
dependen de cómo esté funcionando la leguminosa en el sistema (fijación
simbiótica de nitrógeno y producción de biomasa), así como del número de
años de establecidas, pues los efectos en general son graduales. En este
trabajo se comparan parcelas con dos (La Esmeralda), tres (San Francisco) y
cuatro años (Santa Rosa) de cobertura.
Los resultados de los análisis de suelos realizados por el ET en tres
comunidades muestran un aumento en la materia orgánica del suelo (MOS)
únicamente para el caso de Santa Rosa (con cuatro años de maíz–mucuna),
mientras que en las otras dos comunidades, con dos y tres años de asocio, las
diferencias no son significativas (véase el Cuadro 6.7). Esta información

237

 
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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 6.7. Propiedades y características de suelo de


parcelas con y sin utilización de mucuna.

Trata- Propiedades
Tipo miento Profun-
Comu- de didad N- Sat.
nidad MOS P K Ca Mg CIC
suelo (con/sin pH inorg. Bases
mucuna) [cm] [%] [ppm] [meq/100g] [%]
con 0-10 5.2 6.1 6 6 0.4 4.1 2.1 28.0 23
La
Acrisol (2° año) 10-20 5.3 3.5 6 3 0.3 3.5 2.2 25.2 23
Esmeralda, férrico
Oaxaca 0-10 5.5 6.4 6 6 0.5 2.8 1.0 19.5 21
sin
10-20 5.3 4.1 6 6 0.3 1.1 0.4 18.2 10
San con 0-10 6.2 2.9 8 16 1.0 11.4 1.2 31.5 43
Francisco Fluvisol (3° año) 10-20 7.0 2.6 8 8 1.0 14.1 1.4 33.8 49
La Paz, dystrico 0-10 5.0 3.0 6 63 0.8 8.1 1.7 27.0 39
Oaxaca sin
10-20 5.9 3.1 6 47 0.5 6.6 1.2 22.3 37
Santa con 0-10 5.8 7.1 6 2 0.3 7.8 3.8 34.3 35
Rosa Acrisol (4° año) 10-20 6.0 6.1 7 1 0.3 8.4 3.6 38.4 32
Cintepec, háplico 0-10 6.0 >3.4 7 0 0.3 7.0 3.9 31.0 36
Veracruz sin
10-20 6.0 5.0 8 0 0.2 6.0 3.4 33.0 29

coincide con las investigaciones que reportan que el aumento en el


contenido de materia orgánica en el suelo por efecto de leguminosas
asociadas es tan lento que sólo es evidente después de tres o cuatro años de
establecido el sistema.
Por otro lado, se observa un aumento en la capacidad de intercambio
catiónico (CIC) en las parcelas con mucuna, aunque aquí hay una aparente
incongruencia, pues este aumento no se correlaciona con las mediciones de
12
MOS.
En cuanto a pH, el único cambio digno de resaltar es el que se da en San
Francisco, cuyo suelo (Fluvisol) es menos ácido (por alrededor de una
unidad de pH) en las parcelas que han tenido mucuna asociada por tres años.
En los otros dos casos las diferencias son mínimas. En este mismo sitio
resulta difícil de interpretar el altísimo contenido de P en las parcelas sin
mucuna (63 partes por millón en los primeros 10 centímetros), así como el

12
El CIC depende fundamentalmente de la MOS y del contenido de arcilla en el suelo. Como
éste no varía significativamente en tan poco tiempo, normalmente debe existir una buena
correlación entre los cambios en la CIC y los de MOS.

238

 
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L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

hecho de que el contenido de este nutriente en las parcelas con mucuna sea
significativamente mucho más bajo.
De manera general se podría concluir que resulta arriesgado atribuir los
cambios medidos en estos atributos del suelo al cambio de sistema. La
evolución de estas propiedades químicas es en general relativamente lenta,
por lo que los efectos de los AVCC serían mínimos en los primeros dos o tres
años de establecimiento. Los residuos de las leguminosas podrían estar
aportando un nivel bajo pero constante de nutrientes, que no se vería
reflejado en estos análisis de fertilidad convencionales, pero que podría tener
un efecto significativo para el crecimiento de los cultivos asociados en estos
suelos tropicales.

Fijación simbiótica de nitrógeno


Un factor fundamental en la hipótesis de las leguminosas como
contribuyentes a la sustentabilidad de los sistemas AVCC es la fijación
biológica de N atmosférico.
El ET no realizó estudios de fijación biológica de nitrógeno y las
observaciones sobre nodulación de las raíces revelaron que existe mucha
variabilidad. De igual modo, en una serie de evaluaciones realizadas
recientemente bajo condiciones similares a las de este estudio (véase el
Cuadro 6.8), se observan variaciones bastante marcadas entre autores. Para
mucuna en rotación, por ejemplo, se reportan valores desde 1.1 micromoles
de etileno por planta por hora en Veracruz hasta 17.04 en Morelos, y desde
0.8 hasta 20.2 μmolC2H4 planta-1h-1 en Oaxaca. En general predominan los
valores bajos y a veces muy bajos, sobre todo si los comparamos con los
estudios de Da Silva (1991), que reportan valores de fijación para la mucuna
de 35.8 en las mismas unidades.
Estos resultados plantean dudas sobre el funcionamiento del sistema
simbiótico en ciertos suelos y condiciones agroclimáticas. Es claro que este
proceso se ve afectado por múltiples factores agroecológicos:
principalmente por el estado de la población de Rhizobium en el suelo y por
ciertas propiedades edáficas como el pH y el contenido de P y de algunos
microelementos. En efecto, algunos de estos sistemas no son fertilizados con
fósforo, y el bajo nivel de P disponible en algunos suelos puede estar
limitando el proceso de fijación. Sin embargo, aun con valores de fijación
bajos se ha observado un crecimiento aceptable y en ocasiones exuberante

239

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 6.8. Fijación biológica de nitrógeno por leguminosas


asociadas al cultivo del maíz, según varios autores
(resultados de pruebas de reducción de acetileno)
Fijación biológica de
nitrógeno Ciclo de
Comunidad Especie Fuente
[µmolC2H4 Planta-1h-1] cultivo
En rotación Asociadas
Mucuna deeringianum 17.04 ― P–V
Zacatepec, Sesbania emerus 36.35 ― P–V Ortiz, 1995a
Morelos
Aeschynomene americana 30.05 ― P–V
La Esmeralda, Mucuna spp. 2.60 0.80 P–V
Mora, 1998
Oaxaca Canavalia ― 0.90 P–V
Mucuna spp. 5.20 20.18 P–V
Pueraria phaseoloides 6.92 6.49 P–V
La Esmeralda, Vigna umbellata 6.02 13.84 P–V Guevara,
Oaxaca Phaseolus lunatus 0.11 0.97 P–V 2000
Phaseolus vulgaris 0.98 0.04 P–V
Dolichos lablab 0.53 7.13 P–V
San Francisco La Mucuna spp. 1.23 1.03 O–I
Mora, 1998
Paz, Oaxaca Canavalia 1.68 1.35 O–I
Tamulté de las Mucuna deeringianum ― 15.80 O–I Gonzales
Sabanas, Tab. et. al., 1990
Mucuna spp. 1.08 5.21 P–V
Vigna umbellata 2.58 1.11 P–V
Santa Rosa Pueraria phaseoloides 2.30 0.71 P–V Guevara,
Cintepec, 2000
Veracruz Phaseolus lunatus 1.08 0.44 P–V
Phaseolus vulgaris 0.04 0.35 P–V
Dolichos lablab 1.28 1.40 P–V
Nota: P-V es primavera–verano y O-I es otoño–invierno.

de la mucuna, lo que sugiere la necesidad de reexaminar la prueba de


reducción de acetileno utilizada en la mayoría de estos estudios.

Efecto de la mucuna en las propiedades del


suelo (visión del C C C )
De acuerdo a los miembros del CCC, la mucuna mejoró la porosidad y la
fertilidad del suelo. El principal comentario del grupo, basado en
observaciones de muchas milpas con y sin mucuna, fue que la cobertura

240

 
 

L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

favorece la conservación de la humedad. Los suelos con mucuna están más


húmedos, lo que ayuda al maíz a sobrellevar periodos de sequía durante la
estación de crecimiento (aumentando la confiabilidad). Según los
campesinos, esta mayor humedad permite que el maíz desarrolle una raíz
más extendida.13
En tierras recién abiertas al cultivo, los campesinos no detectan un
efecto de la mucuna sobre el suelo o sobre el rendimiento del maíz en el
corto plazo, lo que se explica porque el barbecho restituye las propiedades
fisicoquímicas del terreno. En cambio, en suelos cansados la influencia a
corto plazo es variable: Aparentemente, en algunos suelos muy degradados
que han perdido su resiliencia, los efectos positivos tardan en producirse y se
requieren varios años de cobertera para la recuperación de la capacidad
productiva.

Rendimiento de biomasa de la mucuna


Una buena producción de biomasa es fundamental para el adecuado
funcionamiento del sistema (para su estabilidad, resiliencia y confiabilidad).
Investigaciones recientes en la región muestran que los rendimientos de
biomasa de las leguminosas son variables (véase el Cuadro 6.9). Para el caso
de la mucuna se reportan rendimientos que oscilan entre 1,480 y 3,029
kilogramos de materia seca por hectárea, mientras que para la canavalia los
rendimientos oscilan entre 2,340 y 7,040 kgMS/ha.
Fueron pocas las mediciones de biomasa que el ET logró realizar en
campo durante el ciclo 1996 porque muchos productores eliminaron la
mucuna temprano, al observar que el tiempo para establecer el tapachol

13
Parecería paradójico que, al agregar una nueva especie a la milpa (la mucuna) con un
desarrollo radicular agresivo y que produce abundante biomasa, se mejore la disponibilidad
de humedad para el cultivo asociado. Sería más lógico, en efecto, que se expresaran los
efectos negativos del aumento de la competencia interespecífica. Sin embargo, el efecto
cobertura (protección contra el golpeteo de la gota de lluvia, evitando encostramiento y
efectos en la evapotranspiración) y la mejora de las propiedades físicas del horizonte superfi-
cial (mayor porosidad) aumentan la infiltración. Por otra parte, la evolución favorable de la
estructura del suelo (por las raíces, la fauna y el aumento en el contenido de materia orgáni-
ca) mejora la capacidad de retención de humedad. Como resultado, el comportamiento hídri-
co de todo el sistema mejora, aumentando su productividad pero, sobre todo, haciéndolo más
confiable. A pesar de que estas propiedades no fueron medidas experimentalmente (el ET no
las identificó al inicio como un punto crítico), su relevancia salió a la luz durante el estudio.

241

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 6.9. Producción de biomasa de mucuna y canavalia


según varios autores

Comunidad Materia seca Especie Fuente


[kgMS/ha]
2,471 Mucuna Aguilar, 1996
Tulijá, Chiapas 1,480 - 2,220 Mucuna
Caamal, 1995
2,340 - 7,040 Canavalia
3,029 Mucuna
La Esmeralda, Oaxaca Guevara y Herrera, 1995
2,156 Canavalia
2,275 Mucuna
La Gringa, Oaxaca Martínez y Morales, 1997
3,410 Canavalia

(cultivo de invierno) se aproximaba. Hubo además problemas de logística


que no se pudieron solucionar. Sin embargo, se realizaron algunas
mediciones que resultaron en rendimientos similares a los reportados por
otros autores, en el rango de 2,000 a 4,700 kilogramos de materia seca por
hectárea (véase la Ilustración 6.4). La producción de biomasa fue mayor en
las comunidades de Yucatán, pero allí —como ya se ha dicho— los
campesinos aplicaron estiércol en sus milpas. Estos rendimientos de
biomasa se encuentran en el umbral de los mínimos necesarios para que una
cobertera tenga sus efectos benéficos en la productividad, la estabilidad y la
confiabilidad del sistema.
Los campesinos del CCC comentaron que el desarrollo y el rendimiento
de mucuna fue bueno en lugares con precipitación intermedia (de alrededor
de 2000 milímetros al año). En las comunidades con lluvias más escasas
(caso de Yucatán, con 1200 mm) suelen ocurrir problemas en el crecimiento
de las plantas,14 y en comunidades con mucha humedad (de 3000 a
4000 mm) se produce buena biomasa pero se pudre la semilla (como ocurre
en San Francisco y en La Esmeralda).

Uso de insumos químicos externos


Ya se mencionó que el uso de insumos químicos externos es limitado en la
mayor parte de las comunidades estudiadas. El CCC concluyó que la

14
En el caso de Yucatán se añade el problema de que sus suelos son muy someros, con escaso
volumen para la retención de humedad.

242

 
 

L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

Ilustración 6.4. Rendimiento de biomasa en la mucuna


(kilogramos de materia seca por hectárea)
5,000
Rendimiento de biomasa

4,000
en la mucuna

3,000
[kgMS/ha]

2,000

1,000

0
Las Flores Chuniapan Sahcabá Xohuayán

adopción de mucuna disminuye la cantidad de fertilizante utilizado por los


campesinos en Chuniapan y Santa Rosa. En Sahcabá y Xohuayán, el
fertilizante orgánico (gallinaza) forma parte del sistema, y en el resto de las
comunidades no se utilizan fertilizantes químicos.
Los campesinos del CCC también observaron que en Las Flores, una
comunidad con parcelas pequeñas (de menos de una hectárea), el uso de
mucuna permitió eliminar totalmente el uso de herbicidas. Sin embargo, en
comunidades con parcelas más grandes (Chuniapan y Santa Rosa), la
mucuna sólo redujo el uso de este insumo, ya que su efecto es limitado y se
hubiese requerido más mano de obra de la disponible para realizar un
control manual en ese tamaño de parcelas. En La Esmeralda, Nuevo Paraíso
y Sahcabá no se utiliza herbicida.

Incidencia de plagas o enfermedades en la


mucuna
El ET no abordó el tema pero varios investigadores han estudiado los
problemas de plagas y enfermedades en las leguminosas asociadas al maíz
en sistemas de cobertura en la región (véase el Cuadro 6.10). Según estos
trabajos las plagas y enfermedades son variadas y su incidencia depende de
la región y de las condiciones de lluvia y temperatura durante la estación de
crecimiento.

243

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 6.10. Algunas plagas y enfermedades que pueden


afectar a las leguminosas cuando se asocian a otras
especies, según varios autores
Lugar Especie Plaga o enfermedad Fuente
Babosa (Sarasinula plebeia),
La Fraylesca, Chiapas Mucuna hormiga arriera (Atta spp.), Serrano, 1996
diabrótica (Diabrótica spp.) y
chicharritas (Fam. Cicadellidae)
Phaseolus spp. Diabróticas
Villaflores, Chiapas Hormiga arriera (Atta spp.), Velásquez et al., 1996
Mucuna chapulines (Schistocerca spp.)
Pythium spp., Helicotylechus spp.,
Mucuna Pratylenchus spp., Rotylenchus spp.,
Cárdenas, Tabasco Tvlenchorrynchus spp. García et al., 1994
Pueraria Pythium spp.
Istmo de Tehuantepec, Siete cueros (Sarasinula plebeia), Narváez y Paredes,
Mucuna grillos (Orthoptera),
Oaxaca tuzas (Orthogeomys spp.) 1994
Istmo de Tehuantepec, Mucuna Conejo (Sylvilagus brasiliensis), Guerrero, 1995
Oaxaca chapulines (Fam. Acrididae)

Sedentarización de la milpa (número de años de


cultivo continuo)
La promoción activa de los AVCC en México es reciente (básicamente se ha
dado en los últimos 10 años). Sin embargo, en algunos lugares los
campesinos los han usado de manera tradicional por décadas. En la
Esmeralda, por ejemplo, la mucuna ha sido usada desde hace más de 30 años
en las vegas de ríos (en tierras de chahuitera), aunque los técnicos la
introdujeron en terrenos de ladera hace sólo 5 años. En Santa Rosa los
técnicos tienen 7 años promoviendo AVCC y allí se encuentran algunas
parcelas con 5 años consecutivos de uso. En el resto de las comunidades su
uso es muy reciente, lo que dificulta evaluar el posible efecto en la
sedentarización de la milpa.
Las tierras de vega de río (chahuiteras) son naturalmente más fértiles, ya
que sus suelos son profundos y reciben aportes periódicos de sedimentos (y
por lo tanto de nutrientes) por las inundaciones. En esta situación se
observan campesinos que han logrado estabilizar un cultivo continuo de

244

 
 

L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

maíz–mucuna por décadas. Sin embargo, algunos campesinos comentaron


que en algunos años queman los residuos, lo que podría explicarse más por
el aumento en la incidencia de algunas plagas que por problemas de exceso
de malezas, pues éstas están prácticamente ausentes en estos terrenos
cubiertos por una espesa cobertura muerta.
Si bien la decisión de abrir nuevas tierras depende de factores diversos
tales como la disminución de la fertilidad del suelo o una invasión seria de
malezas, un factor primordial para que exista un uso permanente de la
misma parcela es la disponibilidad de tierra (esto se discute en la siguiente
sección).

4.3. Ad ap tab i l id ad
Resultó evidente tanto para el ET como para el CCC que los sistemas maíz–
mucuna tienen determinados nichos en donde se pueden desarrollar y
difundir. El concepto de nicho incluye aspectos agroecológicos, así como
elementos del contexto socioeconómico, y es fundamental para entender la
adaptabilidad del sistema alternativo.

Adaptabilidad a los nichos agroecológicos


Los factores determinantes del nicho agroecológico son los suelos, la
temperatura y el régimen de lluvias. Los suelos trabajados en el proyecto
fueron variados, desde Rendzinas y Litosoles bastante superficiales hasta
Luvisoles y Acrisoles ácidos. Si bien la fertilidad natural puede haber
influido, y restringido en algunos casos, el desarrollo de la mucuna, no se
detectaron limitaciones edáficas significativas. Por su lado, la temperatura,
que depende fundamentalmente de la altitud, tampoco fue un inconveniente
importante para la mucuna (las mayores altitudes fueron de 600 metros, pero
se reporta que esta leguminosa se desarrolla bien a elevaciones superiores).
Quizás el factor determinante de nicho sea la precipitación (véase la p. 242),
ya que las localidades presentan diferencias grandes, desde 900 hasta 4,500
milímetros de promedio anual. La producción de semilla de la mucuna se ve
afectada en los sitios con alta precipitación (por el problema de pudrición de
las vainas), mientras que su producción de forraje disminuye en las
localidades con lluvias más escasas.

245

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Adaptabilidad a nichos socioeconómicos


(presión sobre la tierra y forma de tene ncia)
Un factor identificado tanto por técnicos como por campesinos es la presión
sobre la tierra y al respecto surgieron tendencias claras en este estudio que
confirman hipótesis ya planteadas por otros investigadores. En las
comunidades donde las dotaciones de tierra por familia son pequeñas (por
ejemplo, de menos de una hectárea para algunos campesinos en Las Flores,
Chuniapan y Santa Rosa), la presión sobre la tierra es una limitante seria
para que los campesinos incluyan una leguminosa en su sistema tradicional.
En efecto, como no tienen acahuales en descanso, las rotaciones son
prácticamente imposibles (con tan poca tierra los campesinos no pueden
perder una cosecha de maíz) y los asocios pueden afectar los rendimientos
por competencia. Este es entonces un nicho difícil para el sistema. En el otro
extremo, donde la presión sobre la tierra es todavía baja (por ejemplo, en
San Francisco, con predios de hasta 50 hectáreas por familia ), no hay
mayores inconvenientes para que los campesinos sigan practicando su
sistema tradicional de RTQ con descansos periódicos. En este caso lo que
faltan son los incentivos para el cambio tecnológico.
En consecuencia, los sistemas maíz–mucuna se adaptarían bien a
condiciones de presión intermedia sobre la tierra, donde los campesinos ya
no tienen suficiente terreno para los descansos largos, pero donde todavía
tienen suficiente tierra como para aceptar alguna disminución de la
producción por unidad de superficie en el año, sobre todo cuando el sistema
todavía no está consolidado.
Otro factor que determina nichos poco favorables a los asocios se
relaciona con la tenencia de la tierra. Cuando los campesinos no son
propietarios de sus parcelas, la inversión en tiempo y mano de obra para el
mejoramiento de los suelos, con un sistema AVCC por ejemplo, no se
justifica. El consenso a este respecto entre los miembros del CCC fue
bastante claro.

4.4. Ad op tab i l id ad
Los procesos de experimentación, adopción, adaptación y abandono de
tecnologías agrícolas por campesinos de recursos limitados son complicados
y requieren estudios especializados. En México estas investigaciones son

246

 
 

L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

escasas para sistemas AVCC y no van más allá de observaciones puntuales en


ciertas comunidades. De igual modo, el diseño del Proyecto Pachuca y la
información obtenida para este informe no son suficientes para un análisis
exhaustivo. Se pudo registrar, por ejemplo, una adopción importante y
relativamente rápida, con pocos años de promoción, en comunidades como
Las Flores (con casi el 100 por ciento de adopción en 5 años) o Chuniapan
(con más del 33 por ciento en dos años). En otras comunidades, sin
embargo, el proceso es mucho más lento. Una serie de entrevistas y talleres
comunitarios sirvieron para identificar algunos de los elementos clave que
podrían estar afectando los procesos de adopción.

La percepción de los campesinos: (ventaj as y


desventajas)
El ET realizó dos talleres comunitarios en Veracruz, con adoptantes y no
adoptantes, donde se enumeraron una serie de ventajas y desventajas del uso
de la mucuna (véase el Cuadro 6.11, así como el Cuadro 6.13, más
adelante).

Cuadro 6.11. Ventajas asociadas al uso de mucuna señaladas


por grupos de adoptantes y de no–adoptantes en dos
comunidades de Veracruz
Santa Rosa Chuniapan
Ventajas
Adoptantes No–adoptantes Adoptantes No–adoptantes
Fertiliza la tierra    
Controla malezas   
Guarda humedad  
Reduce erosión  
Reduce gastos de insumos   
Controla plagas  
Ablanda tierra dura 
Facilita el chapeo 
Ayuda al desarrollo del tapachol 
Puede producir más cosecha 
Nota: En Santa Rosa es evidente una fuerte influencia del Proyecto Sierra de Santa Marta, la ONG que ha estado
presente en esa comunidad desde hace siete años promoviendo los sistemas AVCC. Es difícil determinar si la
percepción recabada de los agricultores surge de sus propias observaciones en la práctica o si refleja el
mensaje transmitido por los promotores del proyecto. En cambio, en Chuniapan todavía hay poca experiencia
con la mucuna, ya que DECOTUX, la ONG que trabaja con esa comunidad, empezó sus acciones apenas en 1995.

247

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Las ventajas percibidas del asocio maíz –mucuna

El efecto abono
Entre las ventajas de la mucuna, su efecto como abono (antes discutido) es
el más reconocido. Todos los campesinos, ya sea adoptantes o no, lo
mencionaron, pero muchos de ellos reconocen que ese efecto no es
inmediato.

El efecto herbicida
En los talleres, tres de los cuatro grupos apuntaron también el impacto de la
mucuna sobre las malezas y la posibilidad de reducir costos de insumos. Un
buen funcionamiento de la mucuna como herbicida localmente disponible y
barato es un factor que incide en la decisión de adoptar. Esto es importante
entre los campesinos que todavía no usan herbicidas químicos. Muchos
campesinos en los talleres reconocieron un beneficio inmediato (aunque la
reducción del banco de semillas de malezas en el terreno sea gradual).
Los campesinos del CCC coincidieron en que el control de malezas es la
actividad más consumidora de mano de obra y discutieron este punto en
extenso. Su conclusión fue que el número de limpias no varía en forma
importante con el uso de mucuna: solamente observaron una disminución de
las limpias en Nuevo Paraíso. Es de destacar que estas son tierras de reciente
incorporación a la agricultura, en las que, por lo general, los problemas de
malezas son menos acentuados. Por otro lado, en zonas más secas, como en
Xohuayán, la baja precipitación limita en forma natural el crecimiento de
arvenses, por lo que la introducción de mucuna no ofrece una ventaja
comparativa en este sentido (y hasta puede aumentar los requerimientos de
mano de obra por limpias para controlar su propio crecimiento; véase más
adelante).
Los campesinos del CCC opinaron que el uso de mucuna afloja la raíz de
las malezas, hace más delgado el tallo y retrasa su crecimiento, facilitando el
trabajo de las limpias. Este efecto fue observado de manera clara en
Chuniapan, Las Flores, La Esmeralda, San Francisco y Nuevo Paraíso. Una
observación interesante en Xohuayán fue que con la mucuna aumentó el
trabajo de deshierbe, fundamentalmente al tener que controlar su desarrollo
agresivo. La observación de raíces más flojas y tallos más delgados podría

248

 
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L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

interpretarse como plantas más débiles debido a la competencia de las


leguminosas asociadas.
Las dificultades logísticas impidieron al ET dar seguimiento a las
arvenses en las milpas. Sin embargo, diversos investigadores han obtenido
en la región resultados consistentes al respecto (véase el Cuadro 6.12):
Observan en general que el uso de coberturas vivas disminuye la presencia
de arvenses y que la mucuna tiene mayor efecto que la canavalia. En cuanto
a las coberturas muertas, los resultados son contrastantes: Caamal (1995)
reporta un incremento y Guerrero (1995) una disminución de arvenses con la
cobertura.

Cuadro 6.12. Efecto de leguminosas (mucuna y canavalia)


sobre la presencia de arvenses, según varios autores
Presencia de arvenses
Lugar Fuente
Cobertura viva Cobertura muerta
Tulija, Chiapas Disminuyó Aguilar, 1996
Villaflores, Chiapas Disminuyó Aguirre, 1995
Zacatepec, Morelos Disminuyó Ortiz, 1995a
Istmo de Tehuantepec, Oaxaca Disminuyó Disminuyó Guerrero, 1995
La Esmeralda, Oaxaca Disminuyó * Guevara y Herrera, 1995
La Gringa, Oaxaca Disminuyó * Martínez y Morales, 1997
Cárdenas, Tabasco Disminuyó Ortiz, 1995b
Mérida, Yucatán Disminuyó * Aumentó Caamal, 1995
* La mucuna tiene un efecto mayor que la canavalia

Las desventajas percibidas del asocio y del


periodo de transición
Las observaciones sobre las desventajas de la mucuna fueron menos
consistentes (véase el Cuadro 6.13). Sin embargo, los campesinos, sobre
todo los no-adoptantes, mencionaron múltiples efectos que estarían
incidiendo en su rechazo al nuevo sistema. Tres de los cuatro grupos
mencionaron que al usar la cobertura aumentan los problemas con ratas.
Asimismo, los dos grupos de no-adoptantes mencionaron que no se puede
sembrar frijol en parcelas donde está sembrada la mucuna, ya que el
desarrollo exuberante de ésta no permite el cultivo de muchas otras plantas

249

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 6.13. Desventajas asociadas al uso de mucuna


señaladas por grupos de adoptantes y de no–adoptantes en
dos comunidades de Veracruz
Santa Rosa Chuniapan
Desventajas No– No–
Adoptantes Adoptantes
adoptantes adoptantes
Más ratas   
Si no se controla la mucuna, tira el maíz  
Se pudre el maíz 
El uso de herbicidas quema la mucuna 
No hay semilla cuando la necesitamos 
No se puede sembrar frijoles  
La siembra del maíz es mas difícil con basura 
No se puede vender la semilla 
Se ensemilla el terreno de mucuna 
Desconocemos el efecto de la basura sobre los bichos 
Muy poca adopción para fijarse bien 

útiles.15 Los adoptantes por su parte señalaron que, si no se controla la


mucuna, ésta puede tumbar hasta el maíz.
La adopción tiene un costo para el campesino. Ya se mencionó en
particular que en el periodo de transición desde el inicio de la adopción del
sistema maíz–mucuna hasta que las ventajas del mismo comienzan a
manifestarse (periodo que puede durar varios años), la productividad puede
disminuir. Esto es percibido por el campesino en forma inmediata y
sopesado con las posibles ventajas futuras. Del balance, que por lo general
se realiza observando las parcelas de vecinos o experimentando a pequeña
escala, puede surgir la decisión de adoptar o de no adoptar. En muchos casos
los campesinos pobres no pueden asumir los costos de la adopción.

Otros factores relevantes para la adopción o el


abandono de los sistemas A VC C
Los nichos favorables y el acceso a determinados recursos son factores clave
de adopción. Dentro de esos recursos estratégicos está la semilla de mucuna,

15
Algunos campesinos, sin embargo, han experimentado y logrado mantener otras especies en
la milpa (como calabazas), aun en sistemas con mucuna.

250

 
 

L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

sus mercados o usos, la mano de obra disponible y el conocimiento sobre el


manejo adecuado del sistema.

Producción de grano y acceso a semilla


El factor semilla parece trivial pero resulta determinante cuando los
campesinos carecen de dinero para la compra de insumos mínimos. La
disponibilidad de semilla puede llegar a ser una limitante importante en las
regiones más húmedas, como San Francisco, ya que las probabilidades de
pudrición son mayores. La mucuna tiene un potencial de rendimiento de
grano alto (en condiciones ideales), pero éste difícilmente se alcanza.
Estudios recientes de rendimiento de grano en Chiapas y Oaxaca para
mucuna van desde 800 hasta 6,000 kilogramos por hectárea de semilla; para
canavalia desde 300 hasta 3,500 kg; para Phaseolus spp. desde 110 hasta
1,000 kg y para Vigna spp. de alrededor de una tonelada por hectárea (véase
el Cuadro 6.14). La variación en la producción de semilla en las distintas
especies puede ser atribuida a factores agroclimáticos y fundamentalmente a
la precipitación, que favorece la presencia de plagas y enfermedades en las
semillas. También influirían aspectos agronómicos como el manejo que se
da al cultivo (utilización de espalderas, tapancos, troncos o cercos para que
la mucuna trepe, evitando el contacto con el suelo), así como aspectos
sanitarios relacionados con el origen de la semilla utilizada.

Cuadro 6.14. Producción de semilla de algunas leguminosas


según varios autores

Lugar Género Semilla Fuente


[kg/ha]
Mucuna 2,000
La Fraylesca, Chiapas López, 1993
Phaseolus 1,000
Tulijá, Chiapas Mucuna 2,000 Aguilar, 1996
Mucuna 4,432 - 6,116
Canavalia 3,561
Quiroga, 1994.
Vigna 1,042
Villaflores, Chiapas
Crotalaria 6,675
Canavalia 300 Vázquez, 1995
Phaseolus 112 Velásquez et al., 1996
La Esmeralda, Oaxaca Mucuna 833 Reyes y Sánchez, 1997

251

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

El ET no cuantificó la producción de semilla de mucuna en las


comunidades estudiadas en 1996, pero un análisis preliminar de los
rendimientos en el programa de producción de semillas para SEMARNAP16
(con una muestra muy grande de productores) indica un rango entre 400 y
2,000 kilogramos por hectárea.17

Usos del grano y de otros productos del


sistema
De acuerdo con los campesinos, no sólo la disponibilidad de semilla sino
también la posibilidad de darle algún uso o de encontrarle un mercado son
factores importantes de adopción. Aun en condiciones poco propicias desde
el punto de vista climático (como las áreas de alta pluviosidad), los
campesinos están dispuestos a adoptar el sistema alternativo y a
experimentar con prácticas mejoradas de producción de semillas si existen
perspectivas de venta o de utilización directa del producto.18 Si bien en las
comunidades estudiadas existen pocos usos para la semilla, en otras
localidades de la región, como Calakmul, en el estado de Campeche, la
semilla se ha utilizado con bastante éxito para la alimentación de cerdos, y
en Veracruz empieza a difundirse el uso de la planta para la alimentación de
borregos. La utilización de canavalia en la alimentación de bovinos es bien
conocida en Chiapas.19

16
Este programa de la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca garantiza a
los campesinos la compra de semilla, con el fin de fomentar los proyectos de reconversión de
la milpa tradicional.
17
Gabriel Narváez, comunicación personal.
18
El entusiasmo despertado entre los productores por el programa de producción de semillas de
la SEMARNAP (véase la nota 16) refleja el enorme efecto del mercado en la adopción. Otros
estudios de mercado promovidos por la Red de Gestión de Recursos Naturales indican que
existirían otras posibilidades de comercialización (García y Sosa, 2000).
19
Se sabe que la mucuna puede utilizarse para elaborar tortillas, tamales y atoles. Sin embargo,
su consumo conlleva riesgos, pues la semilla contiene sustancias tóxicas como la L-dopa y
algunos otros elementos antinutricionales para el ser humano y los animales (saponinas,
alcaloides y taninos). Estos riesgos se disminuyen si se somete la semilla a cocción por
varias horas, pero esto implica por un lado un alto consumo de leña (con sus consecuencias
en mano de obra y deforestación) y por otro lado confusión entre los usuarios en cuanto al
manejo apropiado de la semilla para consumo humano. Estos problemas deben tomarse en
cuenta en los programas de promoción.

252

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 

L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

Los campesinos del CCC plantearon como otra limitante importante para
la adopción la poca diversificación de los sistemas AVCC, tanto en lo relativo
a las especies de leguminosas que se utilizan para los asocios como en los
cultivos principales. Es evidente que la mucuna es la leguminosa más
promovida, a pesar de que existen otras especies (canavalia, Cajanus cajans,
frijol arroz, etc.) que también tienen potencial como coberteras. En cuanto a
otros cultivos principales, en México existen algunas experiencias de
mucuna asociada con chile y con frutales (particularmente cítricos), pero
estas tecnologías no están aún muy difundidas.
La necesidad de diversificar los usos de la leguminosa fue un tema
recurrente entre los campesinos, ya que el solo efecto abono a veces no es
suficientemente atractivo para la adopción. Existe un potencial en usos
diversificados tanto para el follaje (sobre todo como forraje para distintos
animales) como para la semilla que quizás no haya sido totalmente
explotado.
Un último aspecto que tiene que ver con la poca diversidad de productos
aprovechables es el hecho de que la asociación maíz–mucuna impide la
siembra de otros cultivos en la milpa además del maíz, por su crecimiento
agresivo, e inhibe el crecimiento de arvenses útiles para el consumo de la
familia. Estas observaciones se recabaron en los talleres, y los campesinos
del CCC coincidieron con ellas.

Percepción de problemas de plagas en el


maíz
La posible incidencia de plagas también resulta ser un factor determinante
de la adopción. Si bien muchos campesinos en los talleres opinaron que el
asocio tiene consecuencias positivas, la incidencia de algunas plagas
específicas, como el siete-cueros o babosa, es un factor restrictivo
importante en ciertas comunidades, sobre todo por que, de acuerdo con los
campesinos, su presencia, favorecida por el asocio, puede afectar incluso a
otros cultivos con mucho valor como el chile. Los campesinos del CCC
también concluyeron que el cultivo de mucuna genera un ambiente
favorable para poblaciones de roedores, que también pueden causar daños al
maíz.

253

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Las estrategias de promoción


Finalmente, el ET identificó un factor adicional no previsto inicialmente: las
estrategias de promoción utilizadas y la propia organización de las
comunidades. Se observó que en algunas comunidades, como en Las Flores,
los porcentajes de adopción son sumamente altos, debido a decisiones que se
adoptan aparentemente de manera colectiva, como respuesta a una
promoción bien diseñada por el organismo técnico (una ONG en este caso).

4.5. Au togesti ón
El Proyecto Pachuca encontró dificultades para analizar este atributo. Al
considerar el grado de dependencia a insumos externos como punto crítico,
existiría evidencia para afirmar que, a pesar de que la dependencia es baja en
el sistema innovador, el asocio maíz–mucuna no ofrece ventajas sobre el
sistema tradicional. Eso se debe a que la RTQ es prácticamente independiente
de insumos externos. En cambio, la adopción del sistema maíz–mucuna
introduce ciertos factores de dependencia, particularmente con respecto al
conocimiento de la tecnología y a la semilla.

El conocimiento de la tecnologí a
El Proyecto Pachuca y otros informes confirman la hipótesis de la
importancia del conocimiento de la nueva tecnología. La eficiencia del
sistema, en efecto, depende de un manejo adecuado sobre el cual influyen
múltiples variables: las fechas y las densidades de siembra para el maíz y la
mucuna, los arreglos topológicos de los asocios y el control del desarrollo
vegetativo de la mucuna para evitar la competencia intraespecífica. El
sistema es intensivo en cuanto a conocimientos, y los principios de manejo
no son del dominio de la mayoría de los campesinos. Esto lo pone en
desventaja con respecto al sistema RTQ, cuyos principios son bien conocidos.
Estos requerimientos de conocimiento también colocan al sistema maíz–
mucuna en desventaja con respecto a otras alternativas, como los sistemas
basados en insumos externos (en particular el monocultivo de maíz con
tecnología moderna basada en fertilizantes y herbicidas), que son menos
dependientes de un manejo sofisticado.

254

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L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

Acceso a otros insumos


El bajo nivel de insumos externos hace al sistema maíz–mucuna
especialmente accesible para campesinos pobres, pues los recursos para
experimentar y adoptarlo no son prohibitivos. Como ya se mencionó, la
semilla es un problema, sobre todo para la primera vez. En algunas partes de
Oaxaca la mucuna crece en forma silvestre y es posible recolectar semilla.
Existen además muchos proyectos de ONGs que están distribuyendo semillas
de mucuna, así como el programa de reconversión de la milpa tradicional de
SEMARNAP. Pero la evidencia indica que la semilla sigue siendo una
limitante hasta que el campesino obtiene el material inicial y logra dominar
la tecnología para asegurar cierta cosecha para la reproducción del sistema.

4.6. E q u id ad

Costos y beneficios ambientales


A pesar de que el Proyecto Pachuca tampoco estudió este factor en forma
específica, se ha visto que los adoptantes individuales aislados tienen un
impacto ambiental mínimo. Sólo en el caso de una adopción generalizada, a
nivel regional por ejemplo, se daría una serie de beneficios ambientales
considerables (como la protección del suelo contra la erosión y la
disminución del riesgo de incendios de bosques). Surgiría entonces un
problema de falta de equidad, pues la sociedad en su conjunto se
beneficiaría, pero el costo recaería en los campesinos adoptantes, que
podrían ver reducidos sus beneficios económicos en el corto plazo (durante
el periodo de transición). Una manera de recompensar esas aportaciones
sería dar apoyos directos por medio de un PROCAMPO ecológico, cuya
factibilidad está siendo evaluada en México.

Diferenciación en el acceso a insumos y


conocimiento para los A VC C
Como se ha mostrado a través de los indicadores relacionados con el uso de
insumos externos, los sistemas AVCC han contribuido a la reducción en el
uso de fertilizantes y herbicidas en algunas comunidades. También se ha
señalado que, para poder desarrollar de manera autogestiva los sistemas de

255

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

AVCC, los campesinos necesitan tener acceso a semilla y conocimiento para


su establecimiento, manejo y reproducción.
En términos de equidad, fue importante analizar si existe algún tipo de
acceso diferenciado a los insumos necesarios; en otras palabras, si algunos
sectores de la población tienen mayor capacidad de acceso a los insumos
que otros.
En los sistemas RTQ donde se usan fertilizantes químicos y herbicidas, es
indudable que los campesinos con mayores recursos económicos tienen
mayor acceso a estos insumos. En cambio, en el caso de los sistemas AVCC,
la semilla y el conocimiento necesarios para su manejo son insumos que se
pueden obtener localmente y a través de la experimentación sin ningún
requisito económico. Con esto, se puede decir que los sistemas AVCC son
más equitativos en términos productivos, ya que son más accesibles para
todos los sectores, inclusive los campesinos en mayor pobreza.

5. D I S C U S I Ó N E INTEGRACI ÓN DE RESULTADOS

5.1. E l emen tos d e su sten tab i l i d ad a vari os


n i vel es
Un resultado interesante de este estudio es la apreciación de diferentes
grados (y condiciones) de sustentabilidad de los sistemas de manejo a
diferentes escalas del análisis: parcela, unidad familiar y paisaje o cuenca.

A escala de la parcela
Pueden darse cambios importantes en la productividad física de la parcela en
el corto y largo plazos. En el corto plazo, la evidencia indica que la inclusión
de mucuna en el sistema tradicional, sin otros cambios complementarios
(como fertilización química), podría tener como efecto inmediato una
disminución en el rendimiento del maíz, sobre todo en el primer año, por
efectos de competencia interespecífica. Los cambios en el suelo no son
inmediatos y es arriesgado especular sobre los años que necesitaría el
sistema AVCC para consolidarse. De cualquier modo, el proceso se puede
acelerar con insumos externos.

256

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L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

A largo plazo los efectos del sistema AVCC son también difíciles de
pronosticar con la información disponible. Algunos autores han reportado
que la inclusión de la mucuna podría generar un sistema más estable y
confiable desde el punto de vista biológico en el largo plazo, sobre todo en
aquellos ambientes en que produce abundante biomasa.20 De acuerdo con las
observaciones del ET, los rendimientos del maíz no se pueden incrementar
en forma extraordinaria si no se modifican otros factores del sistema, sobre
todo en suelos ácidos o pobres en nutrientes. Es posible de hecho que en
algunos casos la leguminosa asociada resulte incapaz de eliminar la
“necesidad de dejar descansar la tierra” que mencionan los campesinos.
Quizás el efecto en la confiabilidad a escala de parcela sea más
consistente. Los campesinos coinciden en cuanto al impacto en las
propiedades físicas y el contenido de humedad de los suelos. Este último
factor puede ser importante, no tanto para elevar los rendimientos del maíz
(productividad), sino para superar periodos de déficit de humedad durante la
estación de crecimiento, que muchas veces afectan de manera negativa al
desarrollo del cereal. Esto eleva la confiabilidad del sistema (y es un atributo
muy apreciado por los campesinos).
Sin embargo, la confiabilidad del sistema (y su valor desde un punto de
vista campesino) podría disminuir si se reduce el número de productos. Este
efecto de la pérdida de diversidad fue ignorado inicialmente por el ET pero
surgió de los comentarios de los campesinos, preocupados por la agresividad
de la mucuna, que hacía difícil aprovechar otras plantas que son comunes en
la milpa tradicional.
Finalmente, la resiliencia del sistema, a nivel de la parcela, podría verse
amenazada por brotes de plagas o enfermedades en la mucuna. Este es un
gran riesgo cuando la promoción de los sistemas AVCC se realiza sobre la
base de una sola especie (y quizás con una base genética no muy amplia). La
información recopilada indica no sólo que la mucuna tiene enemigos
naturales sino que éstos, en determinadas condiciones, pueden causar daños
significativos. Esto es un llamado de atención para promover la
diversificación incorporando otras leguminosas al menú de opciones.

20
El caso de la costa atlántica de Honduras, con condiciones agroclimáticas no muy diferentes
a las predominantes en algunas regiones del Sureste de México, sería un ejemplo (Buckles
et al., 1998; Triomphe, 1996).

257

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

A escala de la unidad familiar


El sistema maíz–mucuna, aunque más estable, confiable y frecuentemente
más productivo que el de RTQ tradicional, no generará necesariamente un
impacto en la productividad suficiente como para sacar al campesino de su
nivel de pobreza extrema. En consecuencia, a largo plazo, aun con sus
ventajas podría estar condenado a desaparecer. Esta evolución hacia otros
sistemas no es, sin embargo, necesariamente negativa. La experimentación
por parte de los campesinos con la mucuna asociada al maíz podría tener
como consecuencia una motivación para seguir experimentando y buscando
soluciones a los problemas sin depender de agentes externos.
Este proceso, que ha sido reportado en otras experiencias (Bunch, 1995),
podría estar sucediendo en México. Efectivamente, los técnicos del Proyecto
Pachuca observaron casos en los que los campesinos, una vez que
entendieron el sistema y apreciaron sus ventajas, comenzaron a
experimentar asociando mucuna con otros cultivos de mayor valor comercial
como el chile.21 Aunque se abandone el sistema maíz–mucuna por poco
productivo, el proceso de aprendizaje conduciría a los campesinos a seguir
experimentando e innovando.

A escala de paisaje / cuenca


El ET trabajó poco a esta escala, aunque se intentó evaluar el efecto de la
adopción de estrategias AVCC en el uso y conservación de los recursos
naturales, principalmente cuencas y selvas (una tarea que no resulta fácil).
Los impactos de los sistemas productivos en la erosión y los
escurrimientos son importantes en la dinámica hidrológica de las cuencas
(con posibles efectos en la estabilidad, la resiliencia y la productividad), y
los efectos de los cultivos de cobertura en el control de la erosión (que
dependen del porcentaje de terreno cubierto y del tiempo en que permanece
así) están ampliamente documentados. Para que estos efectos sean
significativos la adopción tendría que ser generalizada y concentrada, lo que
ocurre en pocas localidades en el área de estudio.

21
Esto de observó en el proyecto de DECOTUX en Veracruz, cuando los campesinos de estas
comunidades visitaron comunidades de Chiapas del proyecto de Línea Biósfera y observaron
allí la tecnología.

258

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L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

Evaluar el impacto del sistema maíz–mucuna en la conservación de


recursos forestales a nivel de cuenca o paisaje es más complicado aun y su
efecto en la sedentarización de la milpa sigue abierto a la discusión. De
acuerdo a los comentarios de algunos campesinos, con excepciones como el
cultivo de chahuiteras, el sistema AVCC sin fertilizantes no elimina la
necesidad de dejar descansar la tierra por algunos periodos (y no existe
todavía evidencia científica en esta región que permita desautorizar esta
opinión de los campesinos).22 Si el problema fuera únicamente el
agotamiento de nutrientes, quizás un sistema AVCC que fije N en forma
efectiva y que reciba aportes modestos de fertilizantes inorgánicos
(fundamentalmente P) podría lograr el propósito de la sedentarización.
Los efectos sobre las quemas también son materia de discusión y resulta
difícil hacer generalizaciones al respecto. La decisión del campesino de
quemar se relaciona con la incidencia de malezas, la disponibilidad de
herbicidas o de mano de obra para limpias y la fertilidad del suelo entre
otros factores. La evidencia disponible indica que la simple introducción de
la mucuna no es garantía para evitar la quema (“la mucuna arde muy bien”,
opinó un campesino). Si la leguminosa tiene el único propósito de cubrir el
suelo y de capturar o liberar nutrientes, su quema en determinadas
circunstancias puede entrar en el menú de alternativas de manejo del
campesino (se trata de un proceso de mineralización de nutrientes
ineficiente, pero acelerado). Sin embargo, si la mucuna está generando un
producto adicional en el sistema, como semilla o forraje, entonces las
posibilidades de quema disminuyen significativamente (porque la quema
interferiría con el aprovechamiento del producto). La protección contra
incendios podría surgir, sin embargo, de mecanismos comunitarios
asociados a una adopción generalizada del nuevo sistema. En efecto, se ha
observado en algunas comunidades donde se ha plantado mucuna para
comercializar la semilla que los campesinos están mucho más conscientes
sobre los riesgos de las quemas sin control, y en algunos casos existen
mecanismos comunitarios incipientes para disminuirlos.

22
De hecho, la disminución de los rendimientos de maíz en algunos sistemas experimentales
intensivos de doble cultivo en La Esmeralda estaría ratificando la opinión campesina.

259

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

6. C O N C L U S I O N E S
Las conclusiones de este trabajo relativas a la sustentabilidad de los asocios
maíz–mucuna no son definitivas, por una serie de razones: la muestra es
limitada, algunas metodologías de evaluación aún se están ajustando, la
recolección de la información en parcelas de productores no fue fácil y,
fundamentalmente, éste es un primer ciclo de la evaluación. Por otra parte,
se comparan únicamente dos sistemas, ignorando otras alternativas. Pero a
pesar de estas restricciones y del carácter preliminar de las conclusiones,
éstas son un paso significativo hacia el entendimiento del potencial y de las
limitaciones de los sistemas maíz–mucuna. El estudio también resultó útil
para evaluar el potencial del MESMIS como marco metodológico de
referencia.

6.1. Con cl u si on es y reco men d aci on es sob re


l a su sten tab i l id ad d el si stema maí z – mu cu n a
A nivel de la parcela, los aumentos en la productividad del sistema están
determinados por las variaciones en los rendimientos del maíz, que fueron
desde positivas y significativas hasta negativas. Considerando los resultados
del Proyecto Pachuca, así como otros derivados de informes de
investigación en la región, se puede concluir que los efectos de la
introducción de la mucuna demoran en manifestarse y raramente van a ser
espectaculares (a no ser que se incluyan otros insumos en el nuevo sistema).
A nivel de la economía familiar, cuando se calcula la rentabilidad del
sistema alternativo, las tendencias positivas son aun menos evidentes, ya que
el sistema de referencia (RTQ tradicional) es de muy bajos insumos externos
y los incrementos en la producción de maíz no son, por lo general,
significativos en los primeros años. Las relaciones B/C son muy variables y
en general bajas, determinadas por los bajos rendimientos del maíz y los
muy bajos precios del grano. Como lo muestran otros trabajos, la producción
campesina de maíz resulta poco atractiva desde una perspectiva puramente
económica y el sistema AVCC alternativo no logra modificar esta ecuación.
La sustentabilidad del sistema está también determinada por su
estabilidad, confiabilidad y resiliencia. Estos atributos parecen fortalecerse
en el sistema AVCC, sobre todo cuando éste funciona adecuadamente desde
el punto de vista biológico (en este sentido, influye un adecuado

260

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L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

funcionamiento del proceso de fijación simbiótica de N, que no siempre


ocurre en estos suelos ácidos del trópico). Sin embargo, los sistemas AVCC
que sólo incluyen una especie leguminosa —la mucuna— corren un riesgo
alto de perder estabilidad, confiabilidad y resiliencia, al estar sujetos a estrés
y perturbaciones desde el punto de vista biológico. En particular, el riesgo
de plagas o enfermedades que ataquen a la mucuna está latente.
La diversificación del sistema, ya sea del cultivo principal o del
asociado, aprovechando las ventajas del policultivo, parece ser una
estrategia adecuada para fortalecer los varios atributos de la sustentabilidad.
A nivel de la parcela, una diversificación de las leguminosas asociadas
reduciría el riesgo de plagas o enfermedades. A nivel de la empresa familiar,
otras leguminosas podrían aportar productos útiles adicionales, para el
autoconsumo o el mercado, que la mucuna no provee (factores
antinutricionales restringen su utilización); además, un cambio en el cultivo
principal de maíz a otro cultivo más rentable podría asegurar beneficios
significativos para la economía familiar. Desde luego, la diversificación se
vería favorecida por el fortalecimiento de los mercados para los nuevos
productos del sistema. Nótese que esta no es una propuesta externa de los
técnicos, sino que surge de los mismos campesinos.
La evaluación demuestra que los campesinos valoran otros beneficios
además de los económicos. Para la mayoría, el maíz se destina al consumo
familiar, por lo que el criterio B/C tiene que relativizarse. Los efectos abono
y herbicida, así como los impactos positivos en la economía hídrica de los
suelos (cuando el sistema biológico funciona adecuadamente) son factores
que fortalecen fundamentalmente la confiabilidad, la estabilidad, la
resiliencia y, quizás en menor grado, la productividad.
Por lo que se refiere a los campesinos de muy bajos recursos que son el
sujeto de este trabajo, es difícil mejorar los atributos de equidad y
autogestión del sistema tradicional, ya que éste se ha desarrollado a lo largo
del tiempo adaptándose a los recursos locales disponibles (aunque conlleva
una distribución de beneficios y costos a un nivel muy bajo, que no saca al
campesino de sus niveles de pobreza muchas veces extrema). Si bien el
sistema innovador no requiere mayores recursos externos, los simples
requerimientos de semilla y de conocimiento para manejarlo implican
restricciones iniciales que deben ser subsanados con procesos de
capacitación y fortalecimiento de los procesos de aprendizaje.

261

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

En cuanto a la adaptabilidad, y a escala de parcela, el sistema innovador


es bastante flexible, sobre todo si incluye alternativas de diversificación de
especies (en virtud de que la mucuna tiene algunas limitantes en cuanto a
nichos agroecológicos). A nivel de la unidad familiar, surgen algunas
limitaciones a la adaptabilidad debido a las restricciones de los nichos
socioeconómicos relacionados con la disponibilidad de tierras y con los
regímenes de tenencia que afectan la toma de decisiones.
Este trabajo no permite emitir conclusiones definitivas sobre la
adoptabilidad del sistema innovador. Se puede ver que el acceso a la semilla
y al conocimiento necesario para manejar el nuevo sistema son elementos
críticos, pero se observan diferencias muy claras en porcentajes de adopción
entre comunidades que poseen recursos similares, diferencias que parecerían
explicarse con base en las estrategias de promoción utilizadas. Por otra
parte, el sistema AVCC tiene que competir no sólo con la RTQ tradicional sino
con otros sistemas alternativos que parecen ser más productivos en el corto
plazo, aunque hay cuestionamientos respecto a su estabilidad y resiliencia a
largo plazo, además de que tienen mayores problemas de autogestión y
equidad, debido a su mayor dependencia de insumos externos.
Este trabajo tampoco permite derivar conclusiones sólidas sobre los
efectos positivos a nivel de paisaje o cuenca. El posible impacto en cuanto a
la conservación de los recursos naturales (bosques sobre todo) y de la
biodiversidad sigue en discusión, por los mismos factores que limitan la
sustentabilidad del sistema a escala de la parcela y de la unidad familiar, así
como por los resultados variables de la adopción. Estos efectos a escala de
paisaje sólo serían significativos como resultado de una adopción
generalizada del nuevo sistema en zonas estratégicas. Los programas
oficiales que están surgiendo en la región y que se basan casi en forma
exclusiva en los sistemas maíz–mucuna constituyen un paso en esta
dirección, sobre todo porque podrían generar algunos cambios de políticas
que eventualmente ampliarían los nichos socioeconómicos.
Tomando en cuenta la diversidad observada en los agroecosistemas y en
las condiciones socioeconómicas de los campesinos, los sistemas maíz–
mucuna y, en general, los sistemas AVCC deberían considerarse como una
opción más dentro de un menú diverso de alternativas. Su adopción y
adaptación debería tomar en cuenta las características de los varios nichos y

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L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

su evolución hacia otros sistemas no debería considerarse necesariamente


como un retroceso.

6.2. Con cl u si on es y reco men d aci on es


metod ol ógi cas

El M ES M IS como marco conceptual para la


evaluación
El MESMIS resultó un marco general que ayudó al ET (y a los autores de este
documento) a abordar la evaluación de manera sistémica. El considerar unos
atributos básicos para la sustentabilidad e ir luego a la discusión sobre
puntos críticos e indicadores estratégicos sirvió para iniciar la integración
del equipo multidisciplinario y para plantear una discusión amplia sobre los
varios aspectos que influyen en la sustentabilidad de los sistemas
comparados. Dado que la metodología promueve un enfoque integral, hay
que tomar en cuenta que una composición inadecuada del equipo de
evaluación puede llevar a que algunos aspectos fundamentales sean omitidos
del análisis o dar a que la evaluación esté sesgada hacia algunos aspectos
específicos (ya sea biológicos o económicos).
Entre los aspectos particularmente positivos de la utilización del MESMIS
destaca la posibilidad de evaluar, de manera sistemática, las relaciones entre
los diferentes atributos, en particular cuando es necesario sacrificar uno de
ellos por el bien de otro (o trade-off, tal como ocurre, por ejemplo, entre
productividad y confiabilidad). La discusión sobre adaptabilidad permitió
que surgiera el concepto de nichos para los sistemas, que seguramente
ayudará a los grupos que están activos en la promoción. La discusión de
algunos indicadores específicos llevó al grupo a considerar el concepto de
umbrales, como es el caso de un volumen mínimo de producción de biomasa
por parte de la leguminosa, para que efectivamente funcione como una
cobertura y no como una maleza más en el sistema. Finalmente, el grupo
comenzó a mencionar sistemas “más sustentables en ciertos aspectos y con
limitaciones en otros atributos”, evitando emitir juicios absolutos.
Se presentaron, sin embargo, algunos problemas a nivel conceptual. A
veces fue difícil distinguir un punto crítico, un criterio de diagnóstico y un
indicador. Esto se manifestó en las múltiples versiones propuestas para la

263

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

tabla de puntos críticos y criterios de diagnóstico, que se presenta aquí como


una matriz todavía tentativa (véase el Cuadro 6.4, p. 231). Asimismo, la
articulación entre las varias escalas de la evaluación podría haber sido
motivo de más trabajo. Finalmente, quizás la etapa más difícil fue la final,
de integración de los resultados: La discusión en el ET fue rica, pero no se
pudo utilizar ninguna de las metodologías cuantitativas o gráficas sugeridas
por el MESMIS (análisis multivariado, diagrama amiba, etc.).

La implementación de la idea en el campo


La ejecución de la estrategia de evaluación se enfrentó a una serie de
dificultades de diversa índole, aunque es necesario aclarar que prácticamente
cada uno de estos elementos, que de alguna manera fueron percibidos como
problemas para la implementación, también pueden ser considerados como
fortalezas del enfoque metodológico elegido. Merecen citarse, en particular:
Las dificultades del trabajo interdisciplinario: Tal como lo recomienda el
MESMIS, este tipo de evaluación requiere de un equipo multidisciplinario.
Para el ET, sin embargo, no fue fácil consolidar ese equipo; el proceso llevó
tiempo y requirió de facilitación externa.
Las dificultades del trabajo intersectorial: En el ET trabajaron académicos
y profesionales de ONGs en forma conjunta. Fueron claras las diferencias de
perspectivas e intereses, sobre todo al inicio del proyecto. La construcción
de un marco conceptual compartido, utilizando el MESMIS, y la integración
de diversas herramientas de trabajo entre los integrantes del proyecto fueron
ejercicios valiosos que contribuyeron a ampliar el entendimiento y las
perspectivas originales de los participantes.
Las dificultades de la diversidad dentro del CCC: La decisión de crear un
grupo campesino, el CCC, que tuviera un papel fundamental en la evaluación
fue un intento radical de promover la participación de los directamente
interesados en el cambio tecnológico. No fue fácil, sin embargo, poner en
práctica esta idea. En el CCC trabajaron campesinos de diferentes etnias y
religiones, muchos de los cuales, además, carecían de experiencias previas
en este tipo de tareas. Convivieron en el CCC promotores campesinos con
bastante contacto previo con técnicos y campesinos sin esos contactos, lo
que provocó momentos difíciles para el grupo cuando los primeros quisieron
imponer sus criterios.

264

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L A S U S T E N T AB I L ID A D D E S IS T E M A S M A ÍZ – M U C U N A E N E L S U R E S T E

Los problemas de comunicación entre ET y CCC: Por un lado, se intentó


mantener al CCC protegido de la influencia de los técnicos, pero, por otro
lado, fue necesario cierto grado de interacción desde un principio, para
llegar a acuerdos sobre los objetivos del proyecto.
Una evaluación acotada en el tiempo: La evaluación de la sustentabilidad
implica interpretar procesos pasados y estimar la evolución futura del
sistema (a veces con procesos graduales y no necesariamente lineales). Sin
embargo, el trabajo de campo del Proyecto Pachuca fue un corte transversal
en el tiempo. El ET decidió abordar un segundo ciclo de evaluación,
ajustando algunas metodologías e inclusive revisando el listado de puntos
críticos y de criterios de diagnóstico.
La evaluación de los sistemas en fincas de campesinos: El trabajo de los
técnicos en las parcelas de los campesinos no fue fácil, ya que técnicos y
campesinos tienen distintos calendarios y ritmos. Este trabajo constituyó, sin
embargo, un excelente aprendizaje para algunos investigadores.
La evaluación de sistemas en vez de prácticas aisladas: Los sistemas
comparados son complejos y diversos. La evaluación de su funcionamiento,
tanto desde el punto de vista biofísico como en lo que se refiere a las
decisiones del campesino, es una tarea mucho más complicada que la simple
evaluación agronómica de prácticas de manejo.
El trabajo a diferentes escalas: Tal como lo menciona el MESMIS, este tipo
de evaluación requiere trabajar a varias escalas o niveles. El ET lo intentó
pero se encontró con dificultades cuando se pasó de la parcela a la unidad
familiar, y más dificultades aun cuando se intentó trabajar a escala de cuenca
o región.

6.3. Reco men d aci on es p ara u n segu ndo ci cl o


d e eval u aci ón
Las enseñanzas de este primer ciclo de evaluación permiten emitir una serie
de sugerencias metodológicas para una segunda fase:
 Un planteamiento más amplio sobre los sistemas de manejo a evaluar en
cada comunidad, de acuerdo con sus condiciones agroecológicas,
considerando al uso de AVCC sólo como una entre varias opciones de un
menú.

265

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

 Un ajuste de los criterios de diagnóstico y de los indicadores en función


de estos nuevos sistemas a comparar y de los recursos disponibles.
 Una definición de valores de referencia y umbrales, en función de los
cuales puedan ser evaluados e integrados los indicadores.
 Un replanteamiento de los objetivos y relaciones de las instituciones con
intereses en el tema, que incluya la profundización y sistematización del
conocimiento sobre el uso de AVCC, la apertura de la agenda de
investigación a otros temas y el fortalecimiento de los vínculos entre las
ONGs, las instituciones académicas y los organismos gubernamentales.
 Un fortalecimiento de las herramientas del análisis económico,
especialmente en el contexto campesino.

7. B I B L I O G R A F Í A
Aguilar J., C.E. 1996. El agroecosistema maíz (Zea mays L.) - nescafé
(Stizolobium deeringianum Bort.) en el valle del Tulija, Chiapas: Su
potencial de sustentabilidad agroecológica (tesis de maestría). Veracruz:
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Aguirre M., J.L. 1995. Control de maleza en la asociación maíz (Zea mays L.)
frijol terciopelo (Stizolobium deeringianum Bort.) en terreno de ladera,
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269

 
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VII

EL DISEÑO DE SISTEMA S
SUSTENTABLES DE MAÍZ EN
LA REGIÓN PURHÉPECHA

Marta Astier, Esperanza Pérez Agis, Florentino Mota García,


Omar Masera y Claudio Alatorre Frenk

1. A N T E C E D E N T E S

1.1. L a agri cu l tu ra d e añ o y vez

En México la agricultura del maíz ocupa un lugar muy importante en las


unidades de producción agro–silvo–pastoriles. En 1991, este cultivo abarcó
el 58 por ciento (6.5 millones de hectáreas) de la superficie sembrada con
cultivos anuales a nivel nacional y el valor de la producción maicera
representó el 18 por ciento del valor total de la producción agrícola ( INEGI,
1994). Por otro lado, el 85 por ciento de la superficie sembrada con maíz se
localiza en zonas de temporal, y la mayoría de las unidades productoras de
este cultivo son pequeñas parcelas (de menos de 5 hectáreas), organizadas
como ejidos en suelos de mala calidad, con terrenos de ladera y bajo
condiciones de alta incertidumbre climática (CCA, 1999).

271

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Los pequeños agricultores que cultivan tierras de ladera en las zonas


temporaleras y templadas del país utilizan frecuentemente el sistema de
manejo denominado año y vez, que consiste en cultivar la tierra un año,
dejándola descansar después durante un periodo de entre 1 y 3 años, a veces
con presencia de ganado. En 1981 existían en el país más de un millón de
hectáreas de tierras de pendiente cultivadas con maíz bajo este sistema
(Masera, 1990).

1.2. L a cu en ca al ta d el L ago d e Zi rah u én


La cuenca alta del Lago de Zirahuén, ubicada dentro de la Región
Purhépecha del estado de Michoacán, es representativa de las condiciones
arriba descritas. Esta cuenca se extiende sobre los municipios de Salvador
Escalante y, en menor medida, Pátzcuaro, en la Subregión Purhépecha del
Lago de Pátzcuaro (véase la Ilustración 7.1). Su fisiografía es accidentada,
con pendientes que van del 4 al 13 por ciento, y sus suelos son de origen
volcánico, con fertilidad media a baja.
Aquí se combina la producción forestal (se trata de una de las zonas de
la porción centro–norte del estado en las que esta industria tiene un interés
mayor) con la agropecuaria (que abarca el 64 por ciento de la superficie
total) (Cruz, 1998). El sistema de manejo año y vez se practica en la mayor
parte de la superficie agrícola de las partes altas de la región (hasta 3340
metros sobre el nivel del mar).1
La población indígena de la región, heredera directa de una de las
últimas culturas lacustres que florecieron en la antigua Mesoamérica
(Toledo et al., 1992), mantuvo hasta mediados de la década de los sesenta
una serie de instituciones tradicionales de regulación, bajo las cuales el
sistema de año y vez cumplía una importante función, complementando el
abasto familiar y diversificando el riesgo económico.
Hoy en día, sin embargo, las prácticas agrícolas tradicionales de
conservación de suelos (labranza en contra de la pendiente), de fertilización
orgánica (a base de estiércol) y de asociación y rotación del maíz con otros

1
En el ciclo primavera–verano de 1991, el 63 por ciento de la superficie laborable de los
municipios de Cherán, Nahuatzen, Salvador Escalante y Tingambato no se cultivó (Álvarez
et al., 1993), lo que da cuenta de la importancia del sistema de año y vez en la región. (El
maíz abarcó el 58 por ciento de la superficie que sí se sembró.)

272

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E L DISEÑO DE SISTEMAS SUSTENTABLES DE MAÍZ EN LA R EGIÓN P URHÉPECHA

Ilustración 7.1. Ubicación de la Subregión Purhépecha del


Lago de Pátzcuaro

México Michoacán de
Ocampo

Quiroga

Erongarícuaro

Lago de Tzintzuntzan
Pátzcuaro Subregión Purhépecha
Lago de Pátzcuaro

Pátzcuaro
Lago de
Zirahuén
Casas
Blancas

Salvador Escalante
Fuente: GIRA, A.C.

cultivos, (en particular frijol, Phaseolus vulgaris, cocotz, Phaseolus


coccineus, amaranto, Amaranthus hypochondriacus y chía, Chenopodium
sp), han disminuido o desaparecido.
Este deterioro del sistema año y vez ha provocado una disminución en la
productividad del maíz y un empeoramiento en la calidad del ganado. Esto,
aunado a la drástica caída en los precios reales de los productos agrícolas, ha
llevado al sistema a una seria crisis (Astier, 2000).

273

 
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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Por otro lado, el abandono de las prácticas de conservación de suelos, el


uso de prácticas agrícolas inadecuadas y el sobre–pastoreo han provocado
que los suelos permanezcan sin cobertura durante muchos meses al año (en
año de cultivo de marzo a junio y en año de descanso de marzo a julio y casi
todo el invierno), lo que los hace altamente susceptibles a la erosión hídrica.
Esto a su vez ha provocado el azolvamiento y la contaminación de los lagos
de la región (Chacón, 1991).

1.3. E l estu d i o d e caso


Ante esta situación, los agricultores de algunas comunidades de la cuenca
alta (en particular Casas Blancas, Opopeo y Santa Clara del Cobre) han
manifestado un gran interés por rescatar el cultivo del frijol y del amaranto y
por introducir cultivos forrajeros adecuados.
Fue así que el Programa de Agroecología de GIRA (Grupo
Interdisciplinario de Tecnología Rural Apropiada, Asociación Civil) inició
en 1995, en la comunidad de Casas Blancas del municipio de Salvador
Escalante, un proyecto de investigación participativa y difusión para generar
un sistema de manejo alternativo que pudiera capitalizar las fortalezas del
sistema de manejo tradicional de año y vez e incidir sobre sus debilidades.
El proyecto busca diversificar el sistema de maíz con base en el rescate
de cultivos tradicionales (frijol, cocotz, haba y amaranto) y en la
incorporación de cultivos forrajeros mejorados (vicias, avenas y pastos
nativos) de doble propósito (fertilización y forraje).
El proyecto ha contado con apoyos económicos del Grupo Consultivo
sobre Investigaciones Agrícolas Internacionales (CGIAR) y del Centro de
Estudios Latinoamericanos (CLAS) de la Universidad de California.
Recientemente, el proyecto se integró al Programa de Gestión de Recursos
Naturales de la Fundación Rockefeller en México. (Con el apoyo de este
programa, Astier et al. (2000) publicaron una descripción más detallada del
proyecto).

1.4. Metod ol ogí a


Para evaluar las potencialidades ambientales y socioeconómicas de las
prácticas de diversificación propuestas, el proyecto se sustenta en el Marco

274

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E L DISEÑO DE SISTEMAS SUSTENTABLES DE MAÍZ EN LA R EGIÓN P URHÉPECHA

para la Evaluación de Sistemas de Manejo de Recursos Naturales


incorporando Indicadores de Sustentabilidad (MESMIS) (Masera et al., 1999).
En un principio, el equipo evaluador, formado por un técnico
agropecuario, dos agrónomas y un especialista en ecología de los recursos
naturales, realizó una caracterización general de la unidad de producción, e
identificó la problemática de los distintos sistemas de manejo agrícola año y
vez. Para ello, el equipo organizó talleres y acompañó a los ejidatarios en
varias actividades comunales. A partir de ahí se vio que son dos los sistemas
de manejo preponderantes (un sistema de manejo es un conjunto de prácticas
agrícolas), que se denominaron tradicional y comercial.
Posteriormente, para caracterizar con mayor detalle ambos sistemas
agrícolas, se hicieron visitas y mediciones en el campo, se asistió a las
asambleas ejidales y se aplicó una entrevista a 16 agricultores (que incluyó
una recapitulación histórica de prácticas y tecnologías agrícolas usadas en
los últimos diez años), así como una encuesta detallada a tres productores
representativos de cada sistema de manejo. Además se consultaron los
censos regionales y la bibliografía pertinente.
Con base en toda la información recopilada y en otras investigaciones
realizadas en la región, se hizo un análisis comparativo de ambos sistemas y
se propuso un sistema alternativo que pretende incidir en los puntos críticos
identificados en la evaluación, mejorando la sustentabilidad económica y
ambiental de la producción agrícola.
A continuación se describen los dos sistemas de manejo agrícola, y
posteriormente se presenta el análisis comparativo. La propuesta de sistema
alternativo aparece al final de este capítulo.

2. D E S C R I P C I Ó N DE LOS SISTEMAS DE MANEJO AGR ÍCOLAS A


EVALUAR

2.1. L a u n id ad d e prod u cci ón ti p o d el eji d o


d e Casas B l an cas
La comunidad de Casas Blancas es un fiel representante de las poblaciones
rurales de la cuenca alta de la Región Purhépecha, con predominio de las
actividades económicas de carácter primario. La comunidad tiene una

275

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

población de aproximadamente 1,000 personas y cuenta con electricidad,


agua potable, escuelas y clínica de salud.
El ejido de mismo nombre, formado por 54 ejidatarios, tiene una
superficie de 1620 hectáreas, de las cuales el 80 por ciento están cubiertas de
bosque y el 18 por ciento se dedican a la agricultura. Cada ejidatario cuenta
con una superficie compacta de 30 hectáreas que hemos denominado unidad
de producción. Por lo general cada productor destina el 70 por ciento de la
superficie a actividades de aprovechamiento forestal y el 30 por ciento a
actividades agropecuarias (véase la Ilustración 7.2). El 60 por ciento de los
pobladores se dedican a la agricultura.
La producción agrícola depende del temporal y se desarrolla en laderas
con una pendiente que va desde un 4 hasta un 13 por ciento. Las parcelas
miden de 6 a 8 hectáreas, con rendimientos de 1 a 2 toneladas por hectárea.

Ilustración 7.2. Unidad de producción tipo.


Ejido Casas Blancas, Michoacán, 1998

Insumos
Mano de obra Núcleo Familiar
Asesoría técnica Traspatio
La familia
6 personas
$15,000/año
$1,250/bienio
$1,250/ton

Subsistema forestal Subsistema pecuario Subsistema agrícola,


22 has. manejo año y vez
Aves: 15 6 a 8 has.
Superficie Superficie Caballar: 2
corta reforestada Bovino: 5-9 Parcela en Parcela
comercial y pastoreo descanso con maíz
5 has 17 has 3 a 4 has. 3 a 4 has.

Aserraderos Mercado local y


regionales Mercado local regional

Flujo monetario Flujo físico


Nota: Precios de 1997 (tipo de cambio: 8.00 pesos por dólar E.U.A.).

276

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E L DISEÑO DE SISTEMAS SUSTENTABLES DE MAÍZ EN LA R EGIÓN P URHÉPECHA

El maíz es el principal cultivo y se practica principalmente en condiciones


de monocultivo, aunque hay pequeñas superficies en las que existe
policultivo de maíz con legumbres y frutales. A este tipo de agricultura se le
considera de subsistencia, ya que la mayor parte de la producción se destina
al autoconsumo. Cuando hay excedentes de maíz, se venden principalmente
en el mercado regional, a través de CONASUPO, y en menor medida en la
localidad.
Los suelos en que se desarrolla la actividad agrícola son andosoles de
origen volcánico, con una baja disponibilidad de fósforo y nitrógeno y un
alto contenido de materia orgánica. Estos suelos son altamente estables a la
descomposición microbiana por su naturaleza físico–química (Etchevers
et al., 1985; Alcantlaya, 1982).
El subsistema pecuario está formado por un hato de ganado bovino de
entre 5 y 9 cabezas, que normalmente pasta libremente en las parcelas en
descanso y en el área forestal. El ganado representa una fuente de ingreso
periódico (un becerro para engorda se vende cada 2 ó 3 años en el mercado
local o regional) y una fuente monetaria inmediata en caso de necesidad, y
puede ser también un medio de producción (como animales de tiro para la
yunta).
El subsistema forestal abarca alrededor de 22 hectáreas, subdivididas en
áreas de aprovechamiento y áreas de reforestación, y aporta tanto bienes
materiales para la vivienda (leña y postes de construcción) como un ingreso
anual de aproximadamente 15,000 pesos por la venta de madera en rollo a
los aserraderos.2
El principal órgano colectivo para la toma de decisiones al interior del
ejido es la asamblea, formada por todos los ejidatarios. La asamblea ejidal se
reúne cada mes y en ella se organizan mejoras a las obras urbanas, a la
escuela, a la clínica de salud, etc., por medio de comités. La asamblea
también se encarga de impartir justicia en casos menores. Cada año se
celebra además una asamblea especial en la que se toman decisiones sobre el
aprovechamiento forestal y sobre ciertos trámites institucionales.

2
Precios de 1997 (8 pesos mexicanos por dólar de Estados Unidos). Para mayor información
sobre la composición del ingreso, véase Astier et al. (2000).

277

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

2.2. O b jeto d e estu d i o


Este estudio de caso se centra en el subsistema agrícola (que comprende las
parcelas en producción de maíz y las parcelas en descanso), aunque toma en
cuenta sus relaciones con el subsistema pecuario (flujos de estiércol y
rastrojo), que son muy importantes para el suelo agrícola.
Los dos sistemas de manejo agrícola preponderantes, es decir, el
tradicional y el comercial, se diferencian por (a) el tipo de fertilizante y de
semilla; (b) el tipo de tracción para la labranza; (c) el tipo de mano de obra,
y (d) el objetivo de la producción.
A grandes rasgos el sistema de manejo tradicional emplea estiércol
como principal fuente de fertilizante (un grupo minoritario de productores
aplican pequeñas dosis de fertilizante químico en la primera escarda cuando
perciben amarillamiento del cultivo), más de una variedad de maíz y otras
especies en la misma parcela, tracción animal y mano de obra
principalmente familiar. El objetivo de la producción en este sistema es el
autoabasto familiar.
El sistema de manejo comercial se puede caracterizar por el empleo de
fertilizante químico, únicamente maíz blanco comercial, tracción tanto
mecánica rentada (para el barbecho y la cruza) como animal (para el resto de
las labores) y mano de obra principalmente contratada. Los objetivos del
sistema comercial son la producción para el autoabasto y la generación de
ingresos monetarios por la venta de excedentes.
A continuación se describen con mayor detalle ambos sistemas.

2.3. Descri p ci ón d e l os si stemas d e ma n ejo


agrí col a

Sistema de man ejo tradicional


El propósito de este sistema es el autoabasto de maíz como principal
producto y, en menor cantidad, calabaza y chilacayote, también para el
autoconsumo familiar. Se practica en laderas con pendientes que van del 4 al
13 por ciento, con rotación anual o bianual alternada de 2 ó 3 parcelas. El
predio agrícola tiene una superficie promedio de 6 hectáreas, divididas en
parcelas de 2 a 3 hectáreas cada una (véase la Ilustración 7.3). Cada parcela
permanece bajo cultivo por 9 meses (marzo a noviembre) y luego en

278

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 

E L DISEÑO DE SISTEMAS SUSTENTABLES DE MAÍZ EN LA R EGIÓN P URHÉPECHA

Ilustración 7.3. Sistema tradicional de manejo año y vez.


Ejido Casas Blancas, Michoacán, 1998

Parcela en cultivo: 3 ha Parcela en descanso: 3 ha


Insumos: maíz cremoso, pinto y negro; 3 meses de libre pastoreo
 Estiércol calabaza y chilacayote 11 meses de descanso
 Mano de
obra Cultivo: Labranza:
asalariada  Siembra de  Tracción
(cosecha) cultivos animal
simultáneos  Fertilización
orgánica
(estiércol) Ganado:
5 cabezas

Maíz para Carne para


autoconsumo mercado
familiar

descanso durante 11 meses (diciembre a octubre), lo que permite recuperar


parte de la fertilidad del suelo.
Las variedades de maíz que se cultivan en la ladera son criollas, con un
ciclo más corto que las de los valles, predominando las variedades cremosas
y en menor cantidad las pintas. Pequeñas superficies de la parcela se dedican
al policultivo con semillas criollas de calabaza y chilacayote, y existen casos
aislados de productores que todavía cultivan en sus huertos familiares un
frijol semiperenne llamado Cocotz (Phaseolus coccineus).
La labranza se practica con yunta de bueyes para el barbecho y la
siembra, y yunta de caballos para la escarda y tapado de la semilla en la
siembra. Dado que un número importante de ejidatarios no cuenta con yunta
de bueyes propia, dan sus terrenos a medias con productores que tienen
facilidades para labrar los terrenos. A lo largo del ciclo, la familia aporta la
mayor parte de la mano de obra, con excepción de la época de cosecha, en la
que se requiere contratar algunos jornales.

279

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

La fertilización se basa principalmente en la aplicación en la siembra de


una tonelada por hectárea de estiércol de res o de puerco, que los
productores compran a granjas especializadas en la región. En ocasiones se
aplica además en la primera escarda un refuerzo de fertilización nitrogenada
(sulfato de amonio, 21-0-0) que varía de 2 a 4 bultos por hectárea
(equivalente a 21 a 42 kilogramos por hectárea de nitrógeno), dependiendo
del dinero con que cuente el productor al momento de la siembra.
Recientemente se observa una tendencia hacia el aumento en el número de
productores que utilizan estiércol como fertilizante, debido al incremento de
precio que los fertilizantes sintéticos han tenido desde 1993.
Para el control de plagas y enfermedades no se practica ninguna labor
específica; el control de malezas se hace mediante las escardas y
manualmente hasta el cuarto mes de edad del maíz. Las malezas se dejan a
lo largo del surco, lo que puede funcionar como un acolchado y como fuente
de nutrientes (véase la Ilustración 7.4).
El rendimiento de maíz varía de 800 a 1,900 kilogramos por hectárea
(con un promedio de 1.2 ton/ha). El principal destino de la producción es el
autoconsumo y, en caso de haber algún excedente, éste se vende localmente.
El sistema de manejo agrícola tiene una importante relación con el
sistema pecuario. El tamaño del hato promedio es de 5 cabezas de ganado
bovino (incluyendo la yunta) y 2 de caballar de raza criolla (los caballos se
mantienen en el poblado). Durante los meses de enero a marzo, el ganado
bovino se alimenta de los residuos de la cosecha de maíz (esquilmos) que
quedan en pie en las parcelas en descanso y realiza un abonado in situ que es
aprovechado por el cultivo del siguiente ciclo agrícola. Después de marzo,
cuando se agotan los esquilmos, el ganado es llevado al monte, donde se
mantiene de los pastos nativos por el resto del año (9 meses). El tiempo de
engorda para la venta de una cabeza dura normalmente 3 años. El
subsistema pecuario provee entonces en este sistema un medio de
producción, un ingreso por venta periódica y una fuente monetaria inmediata
en caso de necesidad.
Actualmente 40 ejidatarios (que representan el 74 por ciento del total)
practican el manejo tradicional.

280

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E L DISEÑO DE SISTEMAS SUSTENTABLES DE MAÍZ EN LA R EGIÓN P URHÉPECHA

Ilustración 7.4. Calendario de actividades de los sistemas


tradicional y comercial. Ejido Casas Blancas, Michoacán, 1998

Barbecho octubre Barbecho


noviembre
diciembre
enero Cruza
Cruza
febrero
marzo Siembra y
Siembra y fertilización
fertilización abril química
con estiércol
mayo Segunda
aplicación de
junio fertilizante
julio Aplicación de
Escarda
herbicida
Sistema tradicional

Sistema comercial
agosto
Deshierbe septiembre Deshierbe
manual manual
octubre
noviembre
Cosecha diciembre Cosecha
enero
Pastoreo febrero Pastoreo
marzo
abril
mayo
junio
Descanso Descanso
julio
agosto
septiembre

Nota: La duración de las tareas agrícolas corresponde a parcelas de tamaño promedio (tres hectáreas en el sistema
tradicional y cuatro en el comercial).

281

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Sistema de manejo comercial


El propósito de la producción es el abasto familiar de maíz y la venta de
excedentes para cubrir el resto de las necesidades familiares. Esta agricultura
se practica en parcelas con pendientes que van del 4 al l3 por ciento y con
fácil acceso para la maquinaria agrícola. El predio promedio es de 8
hectáreas, dividido en dos parcelas de 4 hectáreas cada una (véase la
Ilustración 7.5).
En su mayoría, los ejidatarios cuentan con semilla criolla seleccionada
proveniente de ejidos aledaños con clima ligeramente más templado, pues
opinan que esta semilla responde mejor a las condiciones locales. Esta
semilla se usa durante dos años, después de lo cual es necesario renovarla.
Además, el programa estatal de comercialización de maíz (CONASUPO) ha
fomentado el desplazamiento de las semillas de maíz amarillas, cremosas y
de color (negras y pintas) por semillas criollas blancas.

Ilustración 7.5. Sistema comercial de manejo año y vez.


Ejido Casas Blancas, Michoacán, 1998

Parcela en cultivo: 4 ha Parcela en descanso: 4 ha


Insumos: maíz criollo y mejorado 3 meses de libre pastoreo
 Semilla 11 meses de descanso
 Fertilizante
 Herbicida Cultivo: Labranza:
 Tractor y  Siembra de  Mixta
yunta monocultivo  Fertilizante
 Mano de de maíz químico
obra blanco
asalariada Ganado:
9 cabezas

Maíz para autoconsumo Carne para


familiar y venta a mercado
CONASUPO

282

 
 

E L DISEÑO DE SISTEMAS SUSTENTABLES DE MAÍZ EN LA R EGIÓN P URHÉPECHA

En su mayoría, los agricultores comerciales rentan tractor para el


barbecho y realizan el resto de las labores (siembra y escardas) con yunta
también rentada; emplean mano de obra principalmente familiar en la
siembra y en la aplicación del herbicida, mientras que en la cosecha recurren
a jornaleros.
Este tipo de agricultura se empezó a promover a partir de la década de
los sesenta con la introducción a la región de los fertilizantes químicos,
principalmente sulfato de amonio. Actualmente lo más frecuente es aplicar
en cada hectárea 200 kilogramos de fosfato de diamonio (18-46-0) y 100 de
sulfato de amonio simple (21-0-0), aunque algunos productores utilizan, en
vez de éste último, nitrato de amonio (35.5-0-0), triple 17 (17-17-17) o urea
(46-0-0). La fertilización se hace en dos aplicaciones: la primera a la
siembra y la segunda 60 días después. Para el control de plagas no se realiza
ninguna labor específica, aunque los productores han observado un aumento
considerable en la incidencia de plagas rizófagas (Macrodactilus sp.,
Agrostis sp.), a partir de los 15 días de nacido el maíz. Para el control de
malezas se está generalizando la aplicación de herbicida.3
El rendimiento de grano de maíz por hectárea varía de 1.5 a 3 toneladas
(en promedio 2.2 ton) y el destino de la producción es principalmente el
mercado regional.4
Finalmente, el tamaño promedio del hato de ganado bovino en el sistema
comercial es de 9 cabezas. El ganado se alimenta de enero a marzo del
rastrojo en pie (esquilmos de cosecha de maíz) en las parcelas dejadas en
descanso, y posteriormente es llevado hacia las áreas forestales, donde pasta
durante 9 meses. Algunos productores cultivan pequeñas superficies con un
cultivo forrajero (principalmente avena), que usan como complemento
alimenticio, con lo cual recortan el periodo de engorda. Los objetivos de la
producción pecuaria son entonces la venta periódica de ganado de engorda
(cada dos años), la venta inmediata en caso de necesidad y, en pocos casos,
el suministro de un medio de producción para la yunta.

3
El más común es Marvel, a razón de 1 litro por hectárea. Sus ingredientes activos son
Dicamba (sal de potasio de dicamba ác. 3,6-dicloro 0 anísico) 132 gr + Atrazina (2 cloro 4
etilamina 6 isopopilamina S-triazina) 252 gr /litro del producto comercial.
4
En el ciclo 1997 la compra de maíz por el Estado fue restringida, y se fijó un precio de
garantía de 1,250 pesos por tonelada, menor al del ciclo anterior.

283

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Actualmente 14 ejidatarios (26 por ciento) cuentan con superficies


adecuadas y recursos económicos suficientes para producir bajo este manejo
(el Cuadro 7.1 resume las principales características de ambos sistemas de
manejo).

Cuadro 7.1. Características de los sistemas de manejo


año y vez. Ejido Casas Blancas, Michoacán, 1998
Determinantes del Sistema tradicional Sistema comercial
agroecosistema
Clima subhúmedo con lluvias en verano. Temperatura media anual de
14oC a 2100 msnm. Precipitación anual de 1000 mm. Heladas tardías en
marzo y abril, que afectan el cultivo de maíz durante los primeros 15 días
Biofísicas de nacido. Heladas tempranas de octubre a enero, que afectan el llenado
de grano del maíz y los cultivos de invierno. El granizo se presenta de 2 a
4 días al año, generalmente acompañado de viento durante los meses de
junio y julio. Suelos andosoles húmicos y ócricos
Tipo de especies y Maíz (blanco, cremoso y pinto), Maíz (blanco);
variedades manejadas chilacayote y calabaza ocasionalmente cultivos forrajeros
Organización cronológica Policultivo Monocultivo
Tecnológicas y de manejo

de los cultivos
Labranza Tracción animal Tracción mecánica
Manejo Trac-
de suelos ción

Labores culturales Tracción animal Tracción animal


Conservación No No
Química (sulfato diamónico y sulfato
Fertilización Orgánica (estiércol de res y puerco) simple, estiércol de res)
Manejo de plagas y No No
enfermedades
Manejo de arvenses Deshierbe manual Herbicida y deshierbe manual
Manejo pecuario Extensivo Extensivo
Ejidatarios con una superficie Ejidatarios con una superficie
Tipo de productores promedio de 6 ha para la promedio de 8 ha para la
Socioeconómicas

producción de maíz producción de maíz


Autoconsumo y venta de
Objetivo de la producción Autoconsumo
excedentes
Tipo de mano de obra Principalmente familiar Principalmente contratada
Organización para la
producción No No

284

 
 

E L DISEÑO DE SISTEMAS SUSTENTABLES DE MAÍZ EN LA R EGIÓN P URHÉPECHA

3. P U N T O S CRÍTICOS Y SELECC IÓN DE INDICADORE S

A partir de la caracterización detallada de los sistemas agrícolas tradicional


y comercial, así como de entrevistas y reuniones realizadas con los
productores, productores e investigadores identificaron conjuntamente los
puntos críticos que inciden directamente sobre la sustentabilidad de los
sistemas de año y vez practicados en la comunidad de Casas Blancas (véase
el Cuadro 7.2). Nótese que la mayoría de los atributos son cubiertos con
indicadores correspondientes a, por lo menos, dos áreas de evaluación. Los
indicadores se numerarán para mayor claridad.
Para el atributo productividad se identificaron dos puntos críticos
importantes: la baja productividad agropecuaria y la baja rentabilidad.
Estos problemas se deben, por un lado, a las características originales de la
zona, con terrenos en ladera y suelos de origen volcánico que tienen una
baja disponibilidad de fósforo y nitrógeno para los cultivos agrícolas. Al no
ser manejados adecuadamente, en cuanto a fertilización, labranza, labores de
conservación, tiempo de descanso, regulación del pastoreo, adición de
enmiendas orgánicas, etc., estos suelos disminuyen su productividad con el
tiempo. Por otro lado, el aumento en los precios de los insumos y la
disminución en los precios de garantía del maíz han provocado también una
reducción de los ingresos netos obtenidos en estos sistemas. Además, los
productores manifiestan que existe una escasez de forraje de calidad para el
ganado, ya que, para alcanzar 400 kilogramos por cabeza, el ciclo de
engorda puede durar hasta 3 años. En el largo plazo, el libre pastoreo reduce
la calidad y cantidad de las especies forrajeras nativas, tanto en los terrenos
agrícolas como en los forestales, debido a que los pastos son consumidos de
forma selectiva (subpastoreo) o de forma excesiva (sobrepastoreo). Para la
evaluación de este atributo, se seleccionaron indicadores de las áreas
ambiental y económica que reflejan tanto el nivel de productividad como su
efecto sobre los recursos naturales que la sustentan: En el área ambiental,
1 rendimiento de productos por sistema, 2 índice de cosecha, 3 nivel de
disponibilidad de forraje y 4 capacidad de carga animal; y en el área
económica, 5 costos de producción, 6 ingreso, 7 utilidad y 8 relación
beneficio–costo.

285

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 7.2. Indicadores para evaluar la sustentabilidad de los


sistemas de manejo. Ejido Casas Blancas, Michoacán, 1998
Atri- Puntos críticos Criterios de Indicadores AE1 MM2
buto diagnóstico
Baja productividad 1 Rendimiento de grano A i,a
agrícola 2 Índice de cosecha A i,a
Disponibilidad de forraje A a,f
Productividad

Baja productividad 3
pecuaria 4 Capacidad de carga animal A j
Eficiencia
5 Costos de producción E a,b,c
6 Ingreso E a,b
Baja rentabilidad
7 Utilidad E k
8 Relación beneficio–costo E k
Altos costos para la
adopción del sistema Distribución de 9 Grado de adoptabilidad S g
Equidad

comercial costos y
Limitado abasto fami- beneficios
10 Grado de autosuficiencia alimentaria S a,b,l
liar de granos básicos
Alta susceptibilidad a 11 Control de erosión del suelo A m, d
la erosión Conservación
Estabilidad

de recursos
Degradación del suelo 12 Estabilidad del balance de nutrientes A a,f,m
Predominio del Diversidad en el Grado de diversidad de especies
monocultivo tiempo y en el 13 agrícolas por parcela A a,f,b
espacio
14 Grado de innovación tecnológica por los S a,b,e
Adaptabilidad

productores
Fracaso de paquetes Capacidad de Grado de permanencia de los
tecnológicos en la cambio e 15 S b,e
zona innovación productores en el paquete tecnológico
Capacidad de adaptación a cambios
16 S/A a,b,m
ambientales y políticos
Grado de participación de los
17 S g
productores en asambleas ejidales
Autogestión

Falta de cooperación Participación, Número de productores que se han


entre los productores control y 18 integrado a los talleres de GIRA S h
organización
19 Grado de independencia de insumos y S a,b
servicios externos
(1)Áreas de (2) Métodos de medición
evaluación a Encuesta e Reuniones con los productores i Medición de grano mediante muestreo
f Medición directa en parcelas aleatorio en parcelas (C.P., 1986)
E Económica b Entrevistas
g Censos o mediciones en asambleas j Estimación según Trillas (1982)
S Social c Talleres ejidales k Cálculos según Masera et al., (1999)
d Visitas a h Registro de la participación de los l Cálculos según Alarcón (1997)
A Ambiental campo ejidatarios en talleres participativos m Revisión bibliográfica

286

 
 

E L DISEÑO DE SISTEMAS SUSTENTABLES DE MAÍZ EN LA R EGIÓN P URHÉPECHA

Para el atributo equidad se identificaron como puntos críticos los altos


costos para la adopción del sistema comercial y el limitado abasto familiar
de granos básicos. Esto se debe a que la adopción de tecnología moderna
está asociada, por un lado, a una alta inversión de insumos externos y, por
otro, al abandono de prácticas tradicionales benéficas desde el punto de vista
ambiental, como la asociación de cultivos y el uso de variedades locales.
Los indicadores que se seleccionaron son 9 grado de adoptabilidad y
10 grado de autosuficiencia alimentaria, ambos en el área social.
Dentro del atributo estabilidad se identificaron tres puntos críticos: alta
susceptibilidad de los suelos a la erosión hídrica, degradación del suelo y
predominio del monocultivo. La estabilidad de los agroecosistemas se ve
afectada por la simplificación o el abandono de las prácticas de manejo de
tipo agroecológico. Por un lado, la práctica del monocultivo (intra e inter
específico) ha provocado una notable disminución de la variedad de
productos para el autoconsumo. La tendencia al monocultivo ha respondido,
en parte, al estímulo institucional y financiero para la siembra exclusiva de
maíz blanco, que ha desplazado a otras especies como el frijol, la calabaza,
el chilacayote, el maíz de color, el amaranto y el trigo. Por otro lado, las
condiciones intrínsecas de los suelos de la región mencionadas
anteriormente, así como su manejo inadecuado, provocan procesos de
erosión hídrica y de degradación de la fertilidad. Finalmente, los productores
de Casas Blancas han manifestado reiteradamente su preocupación por el
creciente empobrecimiento de los suelos de la comunidad. Los indicadores
que se seleccionaron, dentro del área ambiental, son 11 control de erosión
del suelo, 12 estabilidad del balance de nutrientes y 13 grado de diversidad
de especies agrícolas por parcela.
El atributo adaptabilidad se refiere a la capacidad de los sistemas de
adaptarse a cambios económicos y ambientales del entorno. Aquí se
consideró como principal punto crítico el fracaso de los paquetes
tecnológicos impulsados por el Estado. Para evaluarlo se seleccionaron
indicadores del área social que tienen que ver con el nivel tecnológico del
ejido: 14 grado de innovación tecnológica por los productores y 15 grado de
permanencia de los productores en el paquete tecnológico, así como uno que
pertenece tanto al área ambiental como a la social, a saber, 16 la capacidad
de adaptación a cambios ambientales y políticos.

287

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

El atributo de autogestión evalúa el grado de autosuficiencia o no


dependencia de los sistemas para poder enfrentar problemas productivos. En
este caso se identificó como punto crítico la falta de cooperación entre los
productores para superar tanto los problemas productivos como los sociales.
La asamblea ejidal ha resultado ineficaz para resolver los problemas de los
productores y mejorar el manejo de los recursos naturales del ejido. Dentro
del área social se seleccionaron los indicadores 17 grado de participación de
los ejidatarios en las asambleas ejidales y 18 número de productores que se
han integrado a los talleres de GIRA. Dentro del área económica, el 19 grado
de independencia de insumos y servicios externos.

4. R E S U L T A D O S POR INDICA DOR

A continuación se presentan los resultados de los indicadores que se


seleccionaron a partir de los puntos críticos y de los criterios de diagnóstico
(véase el Cuadro 7.2), agrupados conforme al atributo que corresponde y
cubriendo las áreas social, económica y ambiental, con el fin de brindar una
visión integral de la evaluación de la sustentabilidad del sistema. Para cada
indicador se describe también la forma de evaluación. (Para una descripción
detallada de los métodos y de los cálculos para cada indicador, véase Astier
et al., 2000).

4.1. Atri b u to p rod u cti vi d ad

1 Rendimiento de grano
Para la estimación del rendimiento se hizo un muestreo en tres terrenos
cultivados por cada sistema de manejo. En cada terreno se seleccionaron tres
sitios al azar, y en cada sitio se tomaron muestras de rastrojo y mazorca y se
determinó la densidad de plantas por hectárea, según la metodología del
Colegio de Postgraduados (1986).
El rendimiento total del cultivo de maíz se calculó a partir de la
estimación de la biomasa en el grano (sin incluir el olote, o raquis de la
mazorca) y en el rastrojo (incluyendo tallo y hojas). Así se vio que el
rendimiento de grano de maíz varía mucho entre ambos sistemas: de 1.2

288

 
 

E L DISEÑO DE SISTEMAS SUSTENTABLES DE MAÍZ EN LA R EGIÓN P URHÉPECHA

toneladas por hectárea en el sistema tradicional a 2.2 en el comercial (véase


el Cuadro 7.3).

Cuadro 7.3. Rendimiento de productos de los sistemas


de manejo. Ejido Casas Blancas, Michoacán, 1998

Indicador Unidad Sistema Sistema


tradicional comercial
Grano 1.2 2.2
Grano seco 1.03 1.90
[ton/ha/año]
Rastrojo seco 3.7 3.5
Biomasa total 4.73 5.40
Índice de cosecha [-] 0.21 0.35
Densidad [plantas/ha] 33250 26666

2 Índice de cosecha
El índice de cosecha (es decir, el peso seco del grano dividido entre la
biomasa total) es de 0.21 y de 0.35 en los sistemas tradicional y comercial,
respectivamente (véase el Cuadro 7.3). Se sabe que las variedades criollas
tienen normalmente un IC de alrededor de 0.39 y que un valor menor refleja
problemas en la producción de grano, probablemente ocasionados por
deficiencias nutrimentales o por competencia.5 Otro factor que influye en el
rendimiento de rastrojo y grano, y por ende en el IC, es la densidad de
plantas por hectárea, que es en el sistema tradicional 24 por ciento mayor
que en el comercial.

3 Disponibilidad de forraje
En el mes de enero el ganado es liberado en las parcelas recién cosechadas
para que consuma los esquilmos y el rastrojo en pie y permanece ahí durante
aproximadamente tres meses.
El sistema tradicional produce 3.7 toneladas de rastrojo (materia seca)
por hectárea (véase el Cuadro 7.3), y el comercial un poco menos

5
Sarandón, 1999, comunicación personal.

289

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

(3.5 ton/ha),6 y la mitad de este rastrojo es de buena calidad para el ganado.7


Si además tomamos en cuenta que en el sistema tradicional típico la
densidad ganadera es de 1.67 unidades animales (UA)8 por hectárea, la
disponibilidad de rastrojo de buena calidad por cabeza de ganado y por año
es de 1.11 toneladas en este sistema. En cambio, en el sistema comercial,
con una densidad de 2.25 UA/ha, esta disponibilidad es de sólo 0.78
toneladas (véase el Cuadro 7.4).
Por otro lado, se ha visto que cada UA requiere 12 kilogramos de materia
seca por día (Trillas, 1982), es decir, 1.08 toneladas durante los tres meses
de pastoreo. Esto significa que el ganado del sistema comercial se ve
obligado a consumir durante esos tres meses 300 kilogramos de rastrojo de
mala calidad (es decir, el 28 por ciento de su alimentación), lo que implica
una situación de sobrecarga animal.

Cuadro 7.4. Disponibilidad y consumo de rastrojo en parcelas


en descanso. Ejido Casas Blancas, Michoacán, 1998
Sistema tradicional Sistema comercial
Indicador (5 UA / 3 ha) (9 UA / 4 ha)
por hectárea por UA por hectárea por UA
[ton/ha/año] [ton/UA/año] [ton/ha/año] [ton/UA/año]
Rastrojo total (materia seca) 3.7 2.22 3.5 1.56
Disponibilidad de forraje de buena calidad 1.85 1.11 1.75 0.78
Consumo en el periodo de pastoreo 1.8 1.08 2.43 1.08
Rastrojo remanente1 1.9 1.14 1.07 0.48
1 El volumen remanente se verificó en campo.

6
Laird (1984) y Etchevers et al. (1985) también reportan casos de sistemas agrícolas
comerciales que, a pesar de tener rendimientos de grano mayores, rinden menores volúmenes
de rastrojo.
7
El ganado en libre pastoreo puede ser muy selectivo sobre el rastrojo y prefiere las hojas y
las partes blandas del tallo, desechando las partes de peor calidad (tallo grueso lignificado).
Se ha visto que en estas condiciones hay normalmente un 50 por ciento de desperdicio de
rastrojo (aunque en algunos casos se llega hasta el 80 por ciento, de acuerdo con informes
del Colegio de Postgraduados, 1991).
8
La UA equivale a un animal de 400 kg de peso vivo más un ternero de 160 kg.

290

 
 

E L DISEÑO DE SISTEMAS SUSTENTABLES DE MAÍZ EN LA R EGIÓN P URHÉPECHA

4 Capacidad de carga animal


Se define a la capacidad de carga animal (CCA) como la superficie necesaria
para mantener una UA a lo largo del año (Trillas, 1982). Para los fines de
este estudio se utilizó la capacidad de carga animal temporal ( CCAT), es
decir, sólo tomando en cuenta la demanda del pastoreo de enero a marzo y la
disponibilidad anual de rastrojo de buena calidad:
demanda de rastrojo por UA durantelos tres meses de pastoreo
CCAT 
disponibilidad de rastrojo por hectárea y por año
En el sistema tradicional:
1.08 ton/UA/año ha
CCATST   0.58
1.85 ton/ha/año UA

Y en el sistema comercial:
1.08 ton/UA/año ha
CCATSM   0.62
1.75 ton/ha/año UA

Si comparamos estas cifras con los índices reales de agostadero, que son de
0.6 ha/UA en el caso del sistema tradicional y de 0.44 ha/UA en el comercial,
podemos corroborar que en éste último hay un déficit de forraje de calidad
adecuada.

5 Costos de producción
Para la evaluación de los costos de producción del cultivo de maíz en ambos
sistemas, se asignó un valor monetario a cada uno de los insumos que se
emplean desde el barbecho hasta la cosecha, pero sin considerar la renta de
la tierra. Ahora bien, para estimar el costo de los insumos propios, es decir,
la mano de obra familiar, la semilla y la tracción animal, se optó por no
seguir el enfoque de la evaluación clásica, que utiliza valores de mercado,
sino un costo de oportunidad. En el caso de la mano de obra familiar
(compuesta principalmente por madres de familia, mujeres jóvenes, niños y
hombres maduros), la posibilidad de emplearse en otras parcelas es mínima,
mientras que las yuntas tienen alta demanda de trabajo en la época de las
principales labores (barbecho, siembra y escardas) y es poco usual que se

291

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

renten para trabajar terrenos ajenos. Es por esto que el valor de estos
insumos no comprados se estimó como la mitad del valor monetario en el
mercado local.
Si comparamos los costos entre sistemas (véase el Cuadro 7.5), podemos
observar que el costo más fuerte del sistema tradicional es el que
corresponde a la labranza, y en el sistema comercial a la adquisición de
insumos (principalmente fertilizante) y al pago de jornales a lo largo del
ciclo. También se puede observar que el número total de jornales (familiares
o contratados) por hectárea varía muy poco entre ambos sistemas, pero, al

Cuadro 7.5. Comparación de costos de producción.


Ejido Casas Blancas, Michoacán, 1998
Sistema tradicional Sistema comercial
Costos [pesos/ha/año] Costos [pesos/ha/año]
Actividad
oportunidad

oportunidad
en especie

en efectivo

en especie

en efectivo
Cantidad Cantidad
de

de
Cruza 4 jornales 48
Siembra 1.3 jornales 16 3 jornales 36
Mano de Fertilización 1.3 jornales 16 1 jornal 25
obra Deshierbe1 8 jornales 96 6.6 jornales2 64 50
Cosecha 5 jornales 405 7 jornales 567
Subtotal 19.6 jornales 176 405 0 17.6 jornales 100 567 75
Barbecho 7 días yunta 525 1 día tractor 220
Cruza 5 días yunta 375 ½ día tractor 50
Tracción Siembra 2.6 días yunta 195 2 días yunta 300
Deshierbe1 3 días yunta 225
Subtotal 1320 0 0 0 0
570
Siembra 19 kg semilla 38 19 kg semilla 63
Fertilización 1 ton estiércol 133 fertilizantes3 664
Insumos
Deshierbe1 1  herbicida 61
Subtotal 38 0 133 0 0 788
1534 405 133 100 567 1433
Totales (74%) (20%) (6%) (5%) (27%) (68%)
2072 2100
1 Incluye todas las actividades de control de malezas (escarda, aplicación de herbicida, etc.)
2 4.6 jornales familiares para la aplicación de herbicida y 2 jornales contratados para control de malezas
3 200 kg de fosfato de diamonio (18-46-0) y 100 kg de sulfato de amonio simple (21-0-0): $500+$164

292

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 

E L DISEÑO DE SISTEMAS SUSTENTABLES DE MAÍZ EN LA R EGIÓN P URHÉPECHA

ser mayor el número de jornales contratados en el sistema comercial, el


costo en este rubro es considerablemente mayor en este sistema. Los costos
de producción totales varían muy poco entre los dos sistemas.

6 Ingreso
Para calcular los ingresos por la venta o el consumo directo de los productos
de cada sistema, se estimó el valor comercial del grano y del forraje. En el
caso del maíz, el precio de compra regulado por el Estado es menor que el
del mercado local, por lo que se optó por este último, es decir, el precio que
el productor hubiera tenido que pagar para adquirir maíz para su propio
consumo (Pommier y Videa, 1994).
Así se estimó un ingreso marginal por hectárea (sin descontar costos de
producción) de 4,112 pesos en el sistema comercial, y de 2,738 pesos en el
tradicional (véase el Cuadro 7.6), aunque hay que recordar que el objetivo
primordial de éste último es satisfacer el autoconsumo de grano y forraje y
no tanto lograr ingresos por la venta de grano.

Cuadro 7.6. Ingresos por la venta o consumo directo de


productos. Ejido Casas Blancas, Michoacán, 1998
Sistema tradicional Sistema comercial
Precio
Producto Producción Ingreso Producción Ingreso
[pesos/kg] [kg/ha/año] [pesos/ha/año] [kg/ha/año] [pesos/ha/año]
Maíz 1.50 1209 1813 2152 3228
Forraje 0.25 3700 925 3537 884
Total 2738 4112
Nota: Precios de principios de 1997.

7 Utilidad
Al igual que el ingreso, la utilidad (la diferencia entre los ingresos netos y
los costos de producción) está directamente influenciada por el rendimiento
de grano. De hecho la utilidad del sistema comercial es más de tres veces
mayor que la del sistema tradicional (véase el Cuadro 7.7).

293

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 7.7. Utilidad y relación beneficio–costo.


Ejido Casas Blancas, Michoacán, 1998

Indicador Unidad Sistema Sistema


tradicional comercial
Costos de producción 2072 2100
Ingresos [pesos/ha/año] 2738 4112
Utilidad 666 2012
Relación beneficio–costo [-] 1.32 1.96
Nota: Para el cálculo de la relación beneficio–costo no se tomó en cuenta inflación ni tasas de
interés, porque los egresos e ingresos ocurren durante un periodo relativamente corto de tiempo.
Ver cálculos más detallados en Astier et al., 2000.

8 Relación beneficio –costo


La relación beneficio–costo (el cociente entre ingresos y costos) es también
mucho más ventajosa para el sistema comercial (1.96, es decir que se
obtiene 96 por ciento más de lo que invierte) que para el tradicional (1.32).
Esto implica que en el caso de ambos sistemas resulta más conveniente
invertir en la agricultura a lo largo del ciclo agrícola que en el banco, ya que
la tasa de recuperación rebasa las tasas de interés bancarias.9

4.2 Atri b u to eq u i dad

9 Grado de adoptabilidad
El grado de adoptabilidad es el porcentaje de productores que practican cada
uno de los dos sistemas. (Este indicador refleja el grado de equidad en el
acceso a los sistemas de manejo). En base a entrevistas se estimó que 74 por
ciento de los productores practican el sistema tradicional, y el resto (36 por
ciento) el comercial. (Véase más adelante el indicador 15 grado de
permanencia de los productores en el paquete tecnológico).

9
Las cuentas de ahorro de BANRURAL a las que tienen acceso los productores tenían en 1998
una tasa de interés del 7.5 por ciento anual. Aquí hay que recordar que la renta de la tierra no
se consideró entre los costos de producción.

294

 
 

E L DISEÑO DE SISTEMAS SUSTENTABLES DE MAÍZ EN LA R EGIÓN P URHÉPECHA

10 Grado de autosuficiencia alimentaria


Para el cálculo de este indicador se consideró que cada familia requiere
anualmente 1.3 toneladas de maíz para su consumo propio y 1.5 toneladas
para sus animales de traspatio.10 Por otro lado, tomando en cuenta los
rendimientos (véase la p. 288) y los tamaños de la parcela promedio en
ambos sistemas (3 hectáreas en el sistema tradicional y 4 en el comercial), se
ve que la producción total familiar es de 3.6 toneladas al año para el sistema
tradicional y de 8.4 para el comercial (véase el Cuadro 7.8).
Esto implica que ambos sistemas cumplen con su objetivo prioritario, es
decir, satisfacer la demanda de maíz como grano básico en la alimentación
diaria. Además de esto, el sistema tradicional produce un ligero excedente
de 800 kilogramos (que se suele usar en las fiestas y en la temporada de
siembra y cosecha, ya que es costumbre alimentar a las personas que ayudan
en esos días), y el comercial un excedente más elevado (5.6 ton), que se
vende en las bodegas regionales de CONASUPO y en la comunidad.

Cuadro 7.8. Consumo y excedentes de granos básicos.


Ejido Casas Blancas, Michoacán, 1998
Sistema Sistema
Indicador tradicional comercial
[ton/familia/año]
Producción total 3.6 8.4
Consumo familiar 1.3 1.3
Consumo de animales de traspatio 1.5 1.5
Excedente 0.8 5.6

10
Para el cálculo del consumo familiar se supuso un consumo anual de 274 kilogramos por
adulto y 200 kilogramos por niño, de acuerdo con datos a nivel nacional (Alarcón, 1997), y
una familia promedio 2 adultos y 4 niños, de acuerdo con datos del ejido Casas Blancas.
(Nótese que el maíz representa para la nutrición de las familias rurales el 65 por ciento de las
proteínas y el 71 por ciento de la energía, de acuerdo con Alarcón, 1997.) Para el cálculo del
consumo de los animales de traspatio, se consideró que cada familia tiene en promedio 15
aves de corral grandes, 2 caballos, un asno y a veces un cerdo de engorda. La alimentación
de estos animales se complementa con maíz.

295

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

4.3. Atri b u to estab i l i d ad

11 Control de erosión del suelo


De acuerdo con Gómez Tagle (1994) e INIFAP (1997), la primera causa de
erosión en la región son las prácticas inadecuadas de laboreo en la
agricultura que se practica en laderas de vocación forestal. En estos terrenos
se pueden registrar arrastres de hasta 1.2 toneladas de suelo por hectárea tan
sólo en el mes más lluvioso (julio o agosto). La segunda causa es el pastoreo
y sobrepastoreo en el bosque y en las parcelas en descanso, en donde el
arrastre pueden llegar a 0.6 toneladas de suelo por hectárea en el mes más
lluvioso (INIFAP, 1997). En los terrenos de ladera cultivados con maíz bajo
labranza convencional se ha reportado una pérdida de suelo de 2.55
toneladas por hectárea en pendientes del 8 por ciento (Tiscareño et al.,
1997).
La aplicación de estiércol permite que se formen en el suelo agregados
que favorecen la infiltración de agua y resisten más el arrastre de suelo. Sin
embargo, en el sistema tradicional la cantidad de estiércol que se añade es
tan baja que aparentemente no se llega a tener tal efecto positivo. En suma
consideramos que ambos sistemas tienen un nivel de pérdida de suelo de 2.5
toneladas por hectárea y por año, ya que practican la labranza en pendientes
que van del 4 al 13 por ciento.
Este nivel de erosión es relativamente alto, sobre todo si se compara con
el valor de 600 kilogramos por hectárea y por año que, de acuerdo con
Tiscareño et al. (1997), se puede dar en suelos bajo labranza de
conservación y con 100 por ciento de residuos de cobertura.

12 Estabilidad del balance de nutrientes

El balance de macronutrientes (N, P y K) en el suelo de estos


agroecosistemas está determinado por una serie de entradas y salidas (véase
la Ilustración 7.6). Las principales entradas son:
 Abonado in situ. Los nutrientes aportados por las heces y la orina del
ganado se calcularon a partir del consumo de forraje en ambos sistemas
durante los 3 meses de pastoreo (es decir, 1.8 y 2.43 toneladas por
hectárea en los sistemas tradicional y comercial, respectivamente, véase

296

 
 

E L DISEÑO DE SISTEMAS SUSTENTABLES DE MAÍZ EN LA R EGIÓN P URHÉPECHA

Ilustración 7.6. Flujo de nutrientes en el suelo

SUELO
Contenido de
nutrientes

Entradas: Salidas:
 Fertilización  Desnitrificación
 Sedimentos  Lixiviación
 Abonado in situ  Volatilización
 Lluvia  Escorrentía
 Cosecha de grano
y forraje
 Erosión

la p. 291), y de la digestibilidad del forraje, que es del 50 por ciento.11 Se


estima, por lo tanto, que la masa (medida como materia seca) de heces y
orina que se deposita en los terrenos en los sistemas tradicional y
comercial es respectivamente de 900 y 1215 kilogramos por hectárea
cada año. A partir de los datos de la concentración de N, P, y K en heces
y orina (de acuerdo con Pratt et al., 1973 y Power et al., 1975), se
calculó el aporte de estos nutrientes durante el periodo de pastoreo
(véase el Cuadro 7.9).12
 Fertilización. Finalmente, el aporte de nutrientes por fertilización
química se calculó con base en la dosis aplicada normalmente por el
productor de cada sistema. En el sistema comercial se tomó la dosis de
200 kilogramos por hectárea de fosfato de diamonio (18-46-0) en la
siembra, y de 100 kilogramos de sulfato de amonio (21-0-0) en la
primera escarda, mientras que en el tradicional se consideró una tonelada
de estiércol de puerco, que se aplica en la época de siembra.13 (La

11
La digestibilidad del forraje es menor que la de los pastos, que suele estar entre 60 y 65 por
ciento (González, comunicación personal).
12
Hay que tener en cuenta que el 75 por ciento del N del estiércol se hace disponible para las
plantas en el transcurso del año siguiente al depósito, mientras que los nutrientes contenidos
en la orina se encuentran inmediatamente disponibles (Prat, 1982). Para más detalles de los
cálculos, véase Astier et al., 2000.
13
Véase en Astier et al. (2000) las concentraciones de N, P y K del estiércol de porcino.

297

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 7.9. Entradas y salidas de nutrientes en el suelo.


Ejido Casas Blancas, Michoacán, 1998
Sistema tradicional Sistema comercial
Análisis
[kg/ton] Flujo de Flujo de nutrientes Flujo de Flujo de nutrientes
Producto productos [kg/ha/año] productos [kg/ha/año]
[ton/ha/ [ton/ha/
N P K año] N P K año] N P K
Heces y orina in situ 16 3 10 0.9 14.4 2.7 9.0 1.215 19.4 3.6 12.1
Estiércol de puerco 20 6 15 1.0 20 6 15
Entradas

Fosfato de diamonio 180 460 0.2 36.0 92.0


Sulfato de amonio 210 0.1 21.0
Total 34.4 8.7 24.0 76.4 95.6 12.1
Biomasa 12.4 2.3 10.3 -3.14 -38.9 -7.2 -32.3 -4.89 -60.6 -11.2 -50.4
Salidas

Erosión 3.3 0.0 0.3 -2.5 -8.2 -0.0 -0.7 -2.5 -8.2 -0.0 -0.7
Escorrentía1 -1.5 -0.5 -0.1 -2.8 -0.4 -0.1
Total -48.6 -7.7 -33.1 -71.6 -11.6 -51.2
Balance -14.2 1.0 -9.1 4.8 84.0 -39.1
1 Se estimó una fuga de nutrientes por escorrentía del 3% de N y P con abonado estiércol (Edwards et al., 1996), así
como del 5% de N y 0.4% de P de los fertilizantes químicos (Tiscareño et al., 1997).

aplicación ocasional de sulfato de amonio en la escarda no se consideró


en el análisis).
 Otras entradas. El frijol en el sistema tradicional aporta nitrógeno al
sistema gracias al proceso de fijación, pero se trata de una contribución
menor, debido a que su densidad promedio es muy baja. La lluvia aporta
también nitrógeno, pero esta contribución es la misma para ambos
sistemas y no se ha medido en la región.
Las salidas, por su lado, son principalmente:
 Biomasa. La biomasa que sale del sistema se compone de granos (véase
la p. 288), de olotes (o raquis de la mazorca, cuyo peso, de acuerdo con
Astier, 2000, equivale al 12 por ciento del peso del grano) y del rastrojo
consumido por el ganado durante los tres meses de pastoreo (véase la
p. 291). Esto suma 3.14 toneladas por hectárea en el sistema tradicional
y 4.89 en el comercial. El contenido de nutrientes para este tipo de

298

 
 

E L DISEÑO DE SISTEMAS SUSTENTABLES DE MAÍZ EN LA R EGIÓN P URHÉPECHA

biomasa se obtuvo de datos del Instituto de la Potasa y el Fósforo de


Estados Unidos.14
 Erosión. La pérdida de nutrientes por arrastre de suelo se calculó
suponiendo una erosión anual de 2.5 toneladas por hectárea (véase la
p. 296) y el contenido de nutrientes en el suelo de acuerdo con los
resultados de análisis de suelos publicados por Astier (2000).15
 Escorrentía. La disolución de nutrientes en el agua (escorrentía) es
particularmente importante en el caso de los fertilizantes nitrogenados,
que son altamente solubles. Tiscareño et al. (1997) reportan que en
sistemas de maíz de temporal bajo labranza convencional, en suelos de
ando, se pierde alrededor del 5 por ciento del total del fertilizante
nitrogenado aplicado y 0.4 por ciento del fertilizante fosforado. Por lo
que se refiere al sistema tradicional, Edwards et al. (1996) registraron en
parcelas de escurrimiento una pérdida de aproximadamente 3 por ciento
del N y del P del estiércol aplicado. Finalmente, el dato de potasio
disuelto en la escorrentía que se usó para ambos sistemas es el de 0.076
kilogramos por hectárea y por año publicado por Tiscareño et al. (1997).
 Otras salidas. Las pérdidas de nutrientes por lixiviación, volatilización
y desnitrificación no se pudieron estimar para este estudio. Se ha visto
que la pérdida de nitrógeno mediante procesos de lixiviación resulta
insignificante en estos suelos (Astier, 2000). En cambio, la pérdida de
nitrógeno por desnitrificación podría ser significativa, de acuerdo con
Etchevers et al. (1985) y Rodríguez (1993).
Si observamos el balance de nutrientes y lo comparamos con la
disponibilidad de nutrientes en el suelo, vemos los siguientes puntos (véase
el Cuadro 7.10):
 La disponibilidad de fósforo en el suelo es notablemente baja, a pesar de
que se trata de suelos con una gran cantidad de materia orgánica (más
del 8 por ciento), debido a la elevada capacidad de adsorción que

14
Información proporcionada por Ramón Aguilar, INIFAP Norte de Guanajuato.
15
De acuerdo con Astier (2000), los suelos de Casas Blancas contienen aproximadamente
0.33% de N total, 0.4 PPM de P (método Bray) y 267 PPM de K (método acetato amónico),
tienen una profundidad promedio de 25 centímetros y una densidad de 0.6 g/cm³. Esto quiere
decir que contienen 4950 kilogramos por hectárea de N, 0.6 de P y 400 de K. Nótese que en el
caso de P y K se trata de las fracciones en forma disponible para las plantas.

299

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Cuadro 7.10. Tiempo estimado de agotamiento de nutrientes.


Ejido Casas Blancas, Michoacán, 1998
Sistema tradicional Sistema comercial
Indicador Unidad
N P K N P K
Balance anual [kg/ha/año] -14.2 1.0 -9.1 4.8 84.0 -39.1
Reservorio en el suelo1 [kg/ha] 4950 0.6 400 4950 0.6 400
Tiempo teórico de agotamiento2 [años] 349 (∞) 44 (∞) (∞) 10
1 Véase la nota 15. Nótese que no son cantidades totales, sino sólo las fracciones de P-Bray y K-acetato amónico.
2 Dado que este análisis no considera todas las salidas, estos tiempos de agotamiento son en realidad inciertos, en
particular en el caso de K para el sistema tradicional y de N para el comercial.

presentan los Andosoles y a la alta resistencia del suelo a la


descomposición (Etchevers et al., 1985). Esto hace que el P juegue el
papel de nutriente crítico en ambos sistemas (Contreras y Álvarez, 1983;
González, 1983; Madrigal, 1982): Aunque su balance sea positivo, la
baja cantidad de este nutriente en forma disponible para los cultivos16
limita el aprovechamiento de los demás y, por lo tanto, la obtención de
mayores rendimientos. El sistema tradicional está cerca del desequilibrio
en cuanto al P, y en particular en suelos donde existe elevada erosión
hídrica es probable que el balance sea negativo. En el futuro se deberán
incluir más fuentes de P al sistema (roca fosfórica o estiércol).
 El balance de nitrógeno es negativo en el sistema tradicional y cercano
al desequilibrio en el comercial, lo que muestra la necesidad de
aumentar el aporte de este nutriente, ya sea en forma de fertilizante o
incorporando leguminosas (abonos verdes o cultivos de cobertera) al
sistema.
 Existe un claro déficit de potasio en ambos sistemas, lo que quiere decir
que parte de la producción se está basando en la extracción de las
reservas de este nutriente en el suelo, que son elevadas. De continuar
este ritmo, calculamos que dentro de aproximadamente 10 y 44 años, los
sistemas comercial y tradicional (respectivamente) llegarán a un punto
de agotamiento de la fracción de K-acetato amónico. Para evitar esta
situación es necesario aumentar las entradas de potasio al sistema. Dado

16
Se ha documentado que en los andosoles una gran fracción del P se encuentra en estado no
disponible para el cultivo.

300

 
 

E L DISEÑO DE SISTEMAS SUSTENTABLES DE MAÍZ EN LA R EGIÓN P URHÉPECHA

que no se están considerando algunas salidas, los resultados son un tanto


inciertos, y habría que corroborar esta tasa de pérdida a través de
mediciones directas en el suelo a lo largo de un periodo de tiempo.
 El sistema tradicional es extractivo en cuanto al uso de los tres nutrientes
y el comercial es extractivo en K. Los balances negativos de N, P y K
representan signos de alarma que llaman a replantear el tipo de manejo
de la fertilidad de los suelos que se está llevando a cabo en estos
agroecosistemas. El uso de estiércol en el manejo tradicional es más
equilibrado que el uso de fertilizantes químicos, gracias a que aquél
proporciona los tres nutrientes principales —N, P y K—, aunque una
tonelada por hectárea es insuficiente. De hecho, una fertilización basada
en la adición de estiércoles sería lo recomendable para este tipo de
suelos.

13 Grado de diversidad de especies agrícolas


por parcela
Aunque en el ejido de Casas Blancas predomina el maíz en monocultivo, los
agricultores (sobre todo los tradicionales) conservan todavía una gran
variedad de semillas criollas conservadas y seleccionadas por generaciones.
Las variedades más utilizadas son las de maíz aperlado y en menor cantidad
las cremosas (véase el Cuadro 7.11). También se siembran variedades de
maíz morado o azul y pinto, que se utilizan en eventos especiales. Estas
semillas tienen además un valor especial por su precocidad, lo que las hace
especialmente útiles cuando alguna plaga o temporal tardío obliga a
resembrar. La mayoría de los productores tradicionales cultivan además
calabaza y chilacayote en asociación con el maíz a una densidad muy baja,
para el autoconsumo en fresco o para usarlos como alimento
complementario del ganado en épocas de escasez.

Cuadro 7.11. Grado de diversidad de especies agrícolas.


Ejido Casas Blancas, Michoacán, 1998
Familia Sistema tradicional Sistema comercial
Gramíneas Maíz aperlado, cremoso, azul y pinto Maíz blanco; avena criolla
Cucurbitáceas Calabaza y chilacayote -

301

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

El productor comercial siembra básicamente maíz comercial en


monocultivo. Algunos productores recurren a otras regiones para comprar
semillas criollas cuateras que rinden más ―dan dos mazorcas por mata―
pero que se deben renovar cada 2 años. Es posible que de manera empírica
estén aprovechando la respuesta a la heterosis17 entre las semillas criollas
locales y las de otras zonas. La mayoría de estos productores han dejado de
sembrar calabaza y chilacayote, y algunos siembran pequeñas superficies de
avena criolla como complemento alimenticio para los animales.

4.4. Atri b u to ad ap tab i l i d ad

14 Grado de innovación tecnológica por los


productores
Los productores del sistema comercial empezaron a utilizar fertilizantes
sintéticos desde 1982. El fertilizante más utilizado era el sulfato de amonio
simple (21-0-0) y a partir de 1992 comenzaron a usar también fertilizantes
más concentrados como la urea (46-0-0). Desde 1997, se añade en la
siembra fosfato de diamonio (18-46-00), además de sulfato de amonio,
nitrato de amonio (35.5-0-0) o triple 17, dependiendo de la cantidad de
efectivo con que cuente el productor.
Todos los productores comerciales entrevistados siembran principal-
mente maíz blanco criollo, aunque un 40 por ciento mantienen pequeñas
superficies con maíz aperlado y pinto para el autoconsumo. Una tercera
parte de los productores comerciales renuevan su semilla criolla con semilla
proveniente del ejido de Santa Rita, porque han observado mayores
rendimientos que con la criolla de Casas Blancas. El 80 por ciento de los
productores practican el barbecho y la cruza con maquinaria rentada y
realizan el resto de las labores con yunta, ya sea propia o rentada.
Por lo que se refiere al sistema tradicional, la totalidad de los
productores entrevistados usan estiércol como principal abono del cultivo.
En los noventa se registró un aumento en el número de productores que
utilizan este fertilizante (véase la Ilustración 7.7), principalmente debido al

17
Reproducción entre dos variedades diferentes de la misma especie, que provoca un aumento
de rendimiento en la primera y segunda generación, como resultado del efecto del vigor
híbrido.

302

 
 

E L DISEÑO DE SISTEMAS SUSTENTABLES DE MAÍZ EN LA R EGIÓN P URHÉPECHA

Ilustración 7.7. Uso de fertilizantes por los productores.


Ejido Casas Blancas, Michoacán, 1987-1997

50
Número de productores

40 Estiércol
30
20
Químico
10
0
1987

1990

1994

1997
Año

alza en el precio de los fertilizantes sintéticos ―iniciada en 1993― y a la


preocupación por la pérdida de fertilidad de los suelos, atribuida al continuo
empleo de fertilizantes químicos. Hay ejidatarios que mantienen esta
práctica desde hace 15 años.
Históricamente los productores del sistema tradicional se han mantenido
al margen de las innovaciones tecnológicas impulsadas por el Estado (a
través de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, SAGAR,
y del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y
Pecuarias, INIFAP), así como por las casas comerciales de agroquímicos,
como son el uso de semillas mejoradas de maíz, maquinaria agrícola y
fertilizantes químicos. Las razones son varias, pero la más importante es de
orden económico, pues los productores no excedentarios deben minimizar
cualquier gasto que requiera de dinero en efectivo.
En conclusión, consideramos que el grado de innovación es bajo para los
productores tradicionales y alto para los comerciales.

15 Grado de permanencia de los productores en


el paquete tecnológico
La política agrícola de las últimas décadas ha impulsado la difusión de las
tecnologías modernas ―insumos químicos y tractores― en numerosas
regiones del país. Se ha supuesto implícitamente que el proceso de adopción
de las nuevas tecnologías lleva a una conversión automática, es decir, al

303

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

abandono completo e irreversible de la tecnología tradicional. Sin embargo,


la realidad del agro mexicano ha demostrado que no existen formas de
adopción únicas. Mientras más difícil es el acceso en términos de costos
socioeconómicos y características fisiográficas de los terrenos, menos
automática será la adopción de la tecnología moderna. Para evaluar la
permanencia de las tecnologías modernas en los diferentes sistemas de
manejo estudiados, se seleccionaron tres criterios: (a) principal fuente de
fertilización empleada para el cultivo de maíz, (b) origen de la semilla
utilizada y (c) tipo de tracción empleada. En todos los casos se utilizó como
periodo de estudio los últimos 10 años.

a. Principal fuente de fertilización


empleada en los últimos 10 años
Hace más de 30 años, la fertilidad de los suelos se mantenía gracias al uso
de estiércol ―que los productores obtenían de sus animales de traspatio―, a
la asociación y rotación de cultivos, a la mayor duración del tiempo de
descanso, etc. La introducción de fertilizantes químicos provocó el
desplazamiento del empleo de estiércol de corral. De hecho, a finales de los
ochenta, en el ejido de Casas Blancas predominaba el empleo de fertilizantes
químicos, particularmente sulfato de amonio. Como se señaló antes, el
incremento en los precios de los fertilizantes de 1993 provocó una reducción
drástica en su empleo, y actualmente la mayoría de los productores compran
estiércol de puerco y res para aplicarlo como refuerzo de la fertilización en
sus parcelas (véase la Ilustración 7.7).

b. Origen de la semilla empleada en los


últimos 10 años
La semilla de maíz que se emplea en el ejido es criolla. Cada productor
conserva la semilla seleccionada por sus antepasados renovándola cada ciclo
agrícola. Sin embargo, hace 5 años algunos de los productores comerciales
empezaron a sembrar otro tipo de semilla criolla, proveniente de un ejido
aledaño (Santa Rita), que se debe renovar cada 2 años (véase la
Ilustración 7.8). Cabe señalar que mientras el productor tradicional siembra
tres variedades de maíz, el comercial siembra sólo una, para satisfacer la
demanda del mercado.

304

 
 

E L DISEÑO DE SISTEMAS SUSTENTABLES DE MAÍZ EN LA R EGIÓN P URHÉPECHA

Ilustración 7.8. Uso de semillas por los productores.


Ejido Casas Blancas, Michoacán, 1987-1997

60
Número de productores

50 Criolla local
40
30
20
10
Criolla externa
0
1987

1990

1994

1997
Año

c. Principal tipo de tracción empleada en


los últimos 10 años
En contraste con la rápida adopción del fertilizante químico, las elevadas
pendientes y el difícil acceso a las parcelas han limitado un empleo más
extendido de los tractores en esta región. La mayor parte de los terrenos
poseen pendientes mayores al 5 por ciento y algunas parcelas se encuentran
a más de 2 horas de distancia de la comunidad; además, a medida que
aumenta la distancia a las parcelas aumenta también el costo de la maquila
por hectárea. En Casas Blancas predomina el empleo de la yunta de bueyes
para labores pesadas como son el barbecho y la rastra, y de la yunta de
caballos para labores ligeras, como la siembra y la escarda. Sin embargo,
actualmente sólo uno de cada tres ejidatarios posee yunta (de bueyes)
propia. En el ejido, todos los productores tradicionales y el 36 por ciento de
los comerciales utilizan la yunta para el barbecho. Únicamente 16 por ciento
del total de los ejidatarios labran con tractor (véase la Ilustración 7.9).
La reducción del número de yuntas en el ejido no ha provocado la
proliferación de tractores sino más bien el incremento de la mediería para el
usufructo de los terrenos (un agricultor pone el terreno y otro se encarga de
las labores; la cosecha obtenida se comparte). Cabe señalar también que,
dado que en la región se practica principalmente una agricultura de

305

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Ilustración 7.9. Tipo de tracción para el barbecho. Ejido Casas


Blancas, Michoacán, 1987-1997

60
Número de productores

50
Yunta
40
30
20
10 Tractor
0
1987

1990

1994

1997
Año

subsistencia, los productores han tenido limitado acceso a créditos estatales


para la adquisición de maquinaria.

16 Capacidad de adaptación a cambios políticos


y ambientales
Para la evaluación de este indicador, se analizaron, por un lado, las
tendencias actuales de las políticas económicas que afectan al agro
mexicano y que se expresan principalmente en la reducción del precio de
garantía de maíz y en el aumento de los precios de los fertilizantes químicos.
Por otro lado, se tomaron en cuenta las variaciones climáticas que se han
registrado en los últimos años, y específicamente el retraso (de hasta un
mes) de la época de lluvias. Estos cambios políticos y ambientales se
cotejaron con los datos cualitativos de ingreso, costo de insumos críticos y
diversidad de especies agrícolas. Asimismo, se realizaron 16 entrevistas para
obtener información sobre los efectos del retraso del temporal en los
rendimientos.
Debido a su mayor interdependencia con el mercado, el productor
comercial sufre más los efectos de la reducción del precio de garantía de
maíz18 y del incremento del precio de los fertilizantes.19

18
Hasta mediados de julio de 1997, el precio de maíz era de $1.90/kg, para el mes de
noviembre el precio bajó a $1.55/ kg y se pronostica que va a bajar a $1.30 el kg. (valor en
pesos mexicanos) (FIRA, 1996).

306

 
 

E L DISEÑO DE SISTEMAS SUSTENTABLES DE MAÍZ EN LA R EGIÓN P URHÉPECHA

Cuadro 7.12. Capacidad de adaptación a cambios políticos y


ambientales. Ejido Casas Blancas, Michoacán, 1998

Cambio Sistema Sistema


tradicional comercial
Reducción del precio de garantía del maíz Muy alta Baja
Aumento de precios de fertilizantes Alta Baja
Retraso del temporal Alta Alta
Promedio Alta Baja
Nota: La capacidad de adaptación se clasificó como muy alta (los cambios le resultan indiferentes
al productor), alta (afectan ligeramente) o baja (tienen un efecto directo).

Por otro lado, la mayor cantidad de variedades de maíz con que cuenta el
productor tradicional (algunas precoces y de crecimiento rápido) le permite
resistir mejor los retrasos en el temporal, tal como ocurrió en 1998 (véase el
Cuadro 7.12).

4.5. Atri b u to au togesti ón

17 Grado de participación de los produ ctores en


asambleas ejidales
Para medir este indicador se tomó en cuenta a los ejidatarios en su conjunto.
Se considera que la organización es una forma de enfrentar los problemas de
la producción agrícola y que el nivel de participación en un órgano colectivo
indica el grado de unión para el mejor manejo de recursos.
En Casas Blancas se realizan asambleas mensuales para tratar asuntos
generales (apoyos institucionales de PROCAMPO, permisos de aprovecha-
miento forestal, etc.), tal como lo establece la normatividad ejidal. Sin
embargo, la participación es muy baja (30 por ciento en promedio) y las
asambleas frecuentemente se tienen que posponer por falta de quórum.
Como este ejido está dividido en parcelas individuales, en las asambleas no
se discuten los aspectos de regulación del uso del suelo y del pastoreo del
ganado, como se hace en la mayoría de los ejidos de la zona.

19
En 1998 el sulfato de amonio y la urea tuvieron una ligera reducción de precio (8%),
mientras que el fosfato de diamonio tuvo un aumento del 16% con respecto al año anterior,
de acuerdo con información recabada en casas de venta de agroquímicos en Pátzcuaro.

307

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Por acuerdo de la Asamblea, el comisariado ejidal y un pequeño grupo


de ejidatarios (comisionados especiales) se reúnen frecuentemente durante
las tardes. Los acuerdos tomados en este grupo son posteriormente
comunicados al resto de los productores.
Cuando es necesario tomar una decisión urgente se hace un llamado
imperioso. A principios de los noventa los ejidatarios lograron organizarse
para solicitar un permiso de aprovechamiento forestal, pero después no
pudieron consolidar la organización.

18 Número de productores que se han integrado


a los talleres de G I R A
La asistencia a los talleres que ha realizado GIRA es un indicador del interés
que tienen los productores por encontrar opciones de bajo costo que les
permitan mejorar la productividad. En 1996 se iniciaron trabajos de
experimentación con leguminosas en la parcela de un productor, con el fin
de evaluar su potencial como mejoradoras del suelo y como forraje. A partir
de este primer contacto, en 1997 se invitó a algunos productores a probar
tres variedades de frijol, como una posibilidad de mejorar el sistema y de
aumentar el autoabasto familiar. Los resultados de esta experiencia se
presentaron en un taller y se logró que se integraran más productores (véase
el Cuadro 7.13).
Cuadro 7.13. Participación de productores en talleres de GIRA

Indicador Sistema Sistema Total


tradicional comercial
Número de ejidatarios (1997) 40 (74%) 14 (26%) 54 (100%)
1996 0 1 1
Número de ejidatarios que cooperan con GIRA 1997 2 1 3
1998 8 (62%) 5 (38%) 13 (100%)
% respecto al número de ejidatarios de cada sistema → (20%) (36%) (24%)

Desde entonces se han seguido realizando talleres y actividades de


acompañamiento sobre el problema de la erosión en la zona y sobre las
diferentes opciones para controlarla (surcado siguiendo las curvas de nivel y
empleo de cultivos de cobertura). La respuesta de los productores ha sido
muy positiva, y actualmente se está trabajando con 13 ejidatarios, de los

308

 
 

E L DISEÑO DE SISTEMAS SUSTENTABLES DE MAÍZ EN LA R EGIÓN P URHÉPECHA

cuales 8 (el 62 por ciento) practican el sistema tradicional y 5 (el 38 por


ciento) el comercial.
La reciente incorporación de los productores comerciales refleja su
apertura a las innovaciones tecnológicas y su mayor solvencia económica.
Actualmente este grupo de 5 personas representa el 36 por ciento de los
ejidatarios comerciales y el 38 por ciento de los productores que cooperan
con GIRA. La respuesta de los productores tradicionales también ha sido
positiva, probablemente debido a que las propuestas que se manejan
responden más a sus necesidades. Por otro lado, la metodología utilizada
posibilita una participación gradual tanto en tiempo como en esfuerzo, lo
que les permite involucrarse a un costo muy bajo. Actualmente este grupo de
8 personas representa el 20 por ciento de la población de ejidatarios
tradicionales, pero el 61 por ciento de los productores cooperantes.

19 Grado de independencia de insumos y


servicios externos
Este indicador se estimó mediante el porcentaje de los costos de producción
que son aportados por la propia unidad de producción, es decir, los costos
familiares o de oportunidad (véase la columna “costos de oportunidad” en el
Cuadro 7.5, p. 293).
El sistema tradicional requiere del exterior únicamente estiércol de
granja, que se consigue regionalmente, y mano de obra para la cosecha, que
se paga en especie. La mayor parte (74 por ciento) del costo corresponde a la
mano de obra, la yunta y las semillas aportadas por la unidad de producción,
lo que muestra que este sistema tiene una gran autonomía.
En el sistema comercial, en cambio, el 95 por ciento del costo de
producción se invierte en insumos y servicios externos, y la contribución
interna representa sólo el 5 por ciento. Este alta dependencia refleja un bajo
control de los medios de producción y poca autonomía.

5. I N T E G R A C I Ó N Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS

5.1. In tegraci ón
Para comparar integralmente las bondades y las limitaciones de los sistemas
de manejo evaluados, se escogió la técnica mixta de la AMIBA, que presenta

309

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

en forma gráfica los resultados de los indicadores tanto cualitativos como


cuantitativos (véase la Ilustración 7.10; la construcción de los índices para
cada indicador y los valores de referencia se muestran en el Cuadro 7.14).
Por motivos de claridad, en la presentación gráfica se escogieron los
indicadores más representativos por atributo de sustentabilidad: En el caso
del atributo productividad se utilizó 1 rendimiento de grano, 2 índice de
cosecha, 3 disponibilidad de forraje, 4 capacidad de carga animal y
8 relación beneficio–costo. Para el atributo equidad, se graficaron 9 grado
de adoptabilidad y 10 grado de autosuficiencia alimentaria. En el caso de la
estabilidad, se utilizaron los indicadores 11 control de erosión,
12 estabilidad del balance de nutrientes, y 13 grado de diversidad de

Ilustración 7.10. Evaluación integral de los sistemas de


manejo de año y vez. Ejido Casas Blancas, Michoacán, 1998

1 Rendimiento de grano
19 Independencia del exterior 100 2 Índice de cosecha

18 Integración 75 3 Disponibilidad
a talleres de forraje

50
17 Participación 4 Capacidad de
en asambleas carga animal
25

0
16 Adaptación a 8 Relación
cambios beneficio–costo

14 Innovación 9 Adoptabilidad
tecnológica

13 Diversidad de 10 Autosuficiencia
especies agrícolas alimentaria
12 Balance de nutrientes 11 Erosión
Sistema tradicional Sistema comercial Óptimo

310

 
 

E L DISEÑO DE SISTEMAS SUSTENTABLES DE MAÍZ EN LA R EGIÓN P URHÉPECHA

Cuadro 7.14. Equivalencia de los indicadores para la amiba

Óptimo (100%)
Tradicional

Comercial
Indicador Criterio para el óptimo

1 Rendimiento de grano 1.2 2.2 2.2 Rendimiento máximo de la localidad y


[ton/ha/año] (55%) (100%) expectativa de los productores

2 Índice de cosecha [-] 0.21 0.35 0.39 De acuerdo con D. Etchevers


(54%) (90%)
3 Disponibilidad de forraje 1.11 0.78 1.08 Valor del sistema autosuficiente en rastrojo
[ton/UA/año] (100%) (72%)
Capacidad de carga animal 1.72 1.61
4 1.72 Criterio personal en base al referente local (ST)
[UA/HA]1 (100%) (94%)
1.32 1.96
8 Relación beneficio–costo [-] 1.96 Valor máximo de la localidad
(67%) (100%)
Grado de adoptabilidad de cada 74 26
9 sistema [%] (74%) (26%)
100 Valor máximo posible

10 Grado de autosuficiencia 100 100 100 Valor máximo posible


alimentaria [%] (100%) (100%)
11 Control de erosión del suelo 0.4 0.4 1.67 Valor correspondiente a 600 kg/ha/año, óptimo
[ha∙año/ha]1 (24%) (24%) según Tiscareño et al. (1997)

12 Estabilidad del balance de 44 10 100 Criterio personal


nutrientes [años] (44%) (10%)
Grado de diversidad de especies 2 1 Debe haber al menos tres especies diferentes, y
13 3
agrícolas [-] (67%) (33%) al menos una de ellas leguminosa
Grado de innovación tecnológica 30 100
14 100 Criterio personal basado en la tendencia local
por los productores [%] (30%) (100%)
Capacidad de adaptación a
16 cambios ambientales y políticos 60 30 100 Criterio personal basado en la tendencia local
(60%) (30%)
[%]
17 Grado de participación en 30 30 100 Valor máximo posible
asambleas ejidales [%] (30%) (30%)
18 Productores que se han integrado 62 38 100 Valor máximo posible
a los talleres de GIRA [%] (62%) (38%)
19 Grado de independencia de 74 5 100 Criterio personal
insumos y servicios externos [%] (74%) (5%)
1 Estos dos indicadores (4 capacidad de carga animal y 11 erosión) son negativos, en el sentido de que cuanto más
alto es su valor, peor está el sistema. Para facilitar su integración con los demás indicadores, los expresamos de
modo positivo utilizando las cantidades inversas. En el caso de la capacidad de carga animal, el indicador usado aquí
representa el número de unidades animales que se pueden alimentar en una hectárea [UA/ha], mientras que en el
caso de la erosión, el valor que toma el indicador (en [ha∙año/ton]) se puede interpretar como la cantidad de hectáreas
que producen una tonelada de erosión en un año.

311

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

especies agrícolas. Con respecto al atributo adaptabilidad se seleccionaron


14 grado de innovación tecnológica, por su importancia para mejorar la
productividad del sistema, y 16 capacidad de adaptación a cambios
ambientales y políticos (que incluye los resultados de la reducción del precio
de garantía del maíz, del incremento en los precios del fertilizante químico y
del retraso del temporal). Finalmente, para el atributo autogestión se
tomaron todos los indicadores: 17 grado de participación de los agricultores
en asambleas ejidales; 18 número de productores que se han integrado a los
talleres promovidos por GIRA, y 19 grado de independencia de insumos y
servicios externos.
Los resultados que arrojaron los diferentes indicadores se convirtieron
en un porcentaje, tomando al valor óptimo como el 100 por ciento. (En la
gráfica el nivel óptimo de sustentabilidad esta representado por este 100 por
ciento).

5.2. Di scu si ón
Con el fin de agilizar la discusión sobre los sistemas tradicional ( ST) y
comercial (SC), analizaremos los resultados por atributo de sustentabilidad.

Productividad
El objetivo productivo del subsistema agrícola en el ST es el abasto de maíz
para la familia y de forraje para el subsistema pecuario, cuyos objetivos son
a su vez el mantenimiento de la tracción animal y el ingreso, tanto de forma
periódica como en caso de necesidad. En el caso del SC, el subsistema
agrícola tiene además como objetivo la comercialización de maíz, mientras
que el subsistema pecuario se limita por lo general a la comercialización de
ganado en el mercado regional. El SC presenta mayor rendimiento de grano,
índice de cosecha y relación beneficio–costo, pero su disponibilidad de
rastrojo de buena calidad y su capacidad de carga animal son menores que
en el ST.
A pesar de que el rendimiento de maíz por hectárea en el ST es
ligeramente menor a la media regional y considerablemente menor que en el
sistema comercial, se alcanzan a recuperar los costos de producción y se
tiene una utilidad del 32 por ciento (sin tomar en cuenta la renta de la
tierra). Sin embargo, la mayoría de los productores manifiestan

312

 
 

E L DISEÑO DE SISTEMAS SUSTENTABLES DE MAÍZ EN LA R EGIÓN P URHÉPECHA

preocupación por la paulatina reducción de los rendimientos de maíz. La


parcela de maíz satisface completamente las necesidades de forraje de buena
calidad para el hato de ganado durante los tres meses de pastoreo, con lo que
se cubren las expectativas del productor en este atributo.
El rendimiento de grano del SC supera la media regional, lo que le
permite obtener una utilidad del 96 por ciento, es decir, el triple que el
sistema tradicional. Sin embargo, apenas cubre el 70 por ciento de la
demanda de forraje de buena calidad, por lo que posiblemente se da una
situación de sobrecarga animal, en detrimento de la engorda de ganado.
Finalmente, el SC invierte considerablemente más en mano de obra
contratada que el ST.

Equidad
El ST es más equitativo, ya que muestra una alta adopción de 74 por ciento,
debida al constante aumento de los precio de los insumos agrícolas. El
restante 26 por ciento de los ejidatarios producen bajo el sistema comercial.
Los dos sistemas son autosuficientes en maíz y rastrojo para el ganado,
aunque no lo son en otros granos básicos. El SC produce además un
excedente que se comercializa tanto adentro como afuera de la comunidad.

Estabilidad
El nitrógeno y fósforo son en estos sistemas nutrientes críticos, ya que, a
pesar de tratarse de suelos con mucha materia orgánica, su concentración (en
forma disponible para las plantas) es extremadamente baja. Esto quiere decir
que en ambos sistemas los rendimientos dependen directamente de las
entradas de estos nutrientes a los agroecosistemas, que son insuficientes en
nitrógeno y fósforo en el ST. Si bien el ST tiene menores rendimientos, su
situación en lo que se refiere al agotamiento de nutrientes disponibles para
las plantas es más estable en el corto plazo, debido a que, aparentemente, en
el SC se agotará dentro de unos diez años la fracción de K–acetato amónico
en el suelo, lo que representa un serio riesgo para la estabilidad de este
sistema.
Debido a la ausencia de labores de conservación de suelos, la erosión es
relativamente importante en ambos sistemas, pero en materia de diversidad
es clara la mayor estabilidad del ST, gracias a que se utilizan en éste más de

313

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

2 variedades criollas de maíz, así como otras especies para el autoconsumo,


mientras que en el SC se observa que las variedades locales de maíz de color
y otras especies han sido gradualmente desplazadas por el maíz criollo
blanco. Esta baja diversidad explica muy probablemente el aumento
paulatino de la incidencia de plagas, que es uno de los principales problemas
del SC, de acuerdo con varios productores.

Adaptabilidad
El productor tradicional muestra poca permeabilidad ante las innovaciones
tecnológicas promovidas por el Estado y por las casas comerciales de
agroquímicos. El productor comercial, en cambio, muestra un mayor interés
por aumentar los rendimientos, por lo que se mantiene alerta sobre técnicas
promovidas por las instituciones agrícolas de la región. Podemos afirmar
entonces que este productor tiene un mayor grado de innovación
tecnológica.
Por otro lado, el número de productores que practica el ST ha pasado de
14 en 1987 a 40 en 1997 (tomando como criterio el uso de estiércol como
fuente de fertilizante), debido sobre todo al fuerte incremento en el precio
del fertilizante químico a mediados de los noventa. De igual modo, como la
programación de la producción agrícola del ST no depende de la demanda
comercial, este sistema es más resiliente ante el descenso en los precios de
garantía de maíz. En suma, el sistema tradicional tiene una mayor
tolerancia a la variabilidad de políticas públicas que el comercial.

Autogestión
En general es baja la participación de los productores en las asambleas
ejidales, aunque algunos ejidatarios al ser entrevistados manifestaron su
inconformidad sobre la gestión de las autoridades ejidales, así como su
inquietud por conseguir asesoría para mejorar los sistemas de producción en
forma integral.
Si bien los productores comerciales tienen una mayor participación
relativa en los talleres impulsados por GIRA (una tercera parte del total de
productores comerciales ha participado en estos talleres, y sólo una quinta
parte de los tradicionales), es notable que, a pesar de su menor
disponibilidad de tiempo, los productores tradicionales han mostrado un

314

 
 

E L DISEÑO DE SISTEMAS SUSTENTABLES DE MAÍZ EN LA R EGIÓN P URHÉPECHA

gran interés por buscar opciones para mejorar el abasto familiar y la


productividad de los sistemas (el 60% de los participantes son productores
tradicionales).
Finalmente, los productores del ST tienen una baja dependencia
respecto a insumos y servicios externos (incluyendo mano de obra
contratada), pues sólo invierten en ellos el 26 por ciento de sus costos totales
de producción. En el SC, en cambio, el 95 por ciento de los costos de
producción se destinan a la compra de insumos químicos, renta de
maquinaria agrícola y mano de obra, lo que hace a este sistema altamente
dependiente del exterior.

6. C O N C L U S I O N E SY RECOMENDAC IONES : HAC IA UN SISTEMA


DE MANEJO SUSTENTABLE

6.1.Con cl u si on es
En la Subregión Purhépecha Lago de Pátzcuaro una importante proporción
de las tierras de ladera está destinada a la agricultura maicera, y lo mismo
ocurre en muchas regiones montañosas de México. Por lo tanto, el análisis
sobre la sustentabilidad de los sistemas de manejo del maíz es determinante
para la conservación de los recursos naturales de estas regiones. En este
estudio se identificaron varios aspectos problemáticos de los sistemas
actuales, que deberán tomarse en cuenta en el diseño de sistemas
alternativos:
 Los agroecosistemas estudiados tienen condiciones naturales biofísicas
adversas, es decir, suelos volcánicos, altas pendientes y siniestros
climáticos.
 Los productores no son sujetos de crédito y cuentan con un escaso
capital en infraestructura y en dinero.
 Las instituciones y tecnologías tradicionales (semillas locales,
asociación de cultivos, etc.) se han perdido gradualmente.
Los sistemas agro–silvo–pastoriles, sin embargo, siguen siendo una unidad
integral, funcional y rentable. El subsistema pecuario es articulador de los
subsistemas agrícola y forestal, ya que en el hato ganadero se mantiene en
ambos sucesivamente a lo largo del año. Debido a esta interdependencia

315

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

entre los tres subsistemas, en el diseño de un sistema alternativo se debería


prestar atención a los siguientes aspectos:
 Existe una demanda pecuaria temporal que debe de cubrirse ya sea por
variedades de maíz de doble propósito (grano y forraje) o por otros
cultivos forrajeros.
 El arreglo y uso del terreno deberá satisfacer tanto las demandas de
productos agrícolas para el autoconsumo o venta como la demanda de
forraje para el ganado. Por lo mismo, los rendimientos de los cultivos
difícilmente podrán alcanzar los rendimientos de los sistemas
comerciales, ya que las variedades seleccionadas, en su mayoría criollas,
deben cumplir con este doble propósito.
 En posteriores estudios es necesario investigar los efectos del impacto
del subsistema pecuario en el subsistema forestal durante el libre
pastoreo y el potencial de los pastos nativos como fuente de forraje para
el ganado.
 En el estudio se observa que los sistemas menos monetarizados son a su
vez los más equitativos, adaptables y resilientes a los cambios actuales.
Por su inserción en una economía de mercado desventajosa, los sistemas
comerciales, aunque más rentables económicamente, son más
vulnerables a las políticas de precios agrícolas. Se puede concluir que,
en las condiciones de agricultura campesina y bajo la política económica
agrícola actual, resulta menos riesgosa la producción de maíz para el
productor tradicional de autoconsumo que para el productor comercial.
Por lo tanto, para lograr sistemas resilientes a los cambios venideros, los
sistemas agrícolas de carácter campesino deberán minimizar el uso de
insumos y servicios externos. Asimismo, se deberá enfatizar la
diversidad intra e inter específica de cultivos dirigidos a cubrir la
autosuficiencia agrícola y pecuaria y la conservación de la estabilidad
ecológica de los sistemas agrícolas.
 Hay que prestar especial atención al balance de nutrientes, es decir, al
manejo de la fertilidad y a la preparación de los Andosoles, ya que,
dadas las características de elevada desnitrificación potencial, adsorción
de fósforo y baja liberación de nutrientes, pueden llegar a ser deficitarios
en nutrientes críticos, lo que puede provocar el descenso en su

316

 
 

E L DISEÑO DE SISTEMAS SUSTENTABLES DE MAÍZ EN LA R EGIÓN P URHÉPECHA

productividad y la pérdida de sus propiedades. Además, los suelos,


ubicados en elevadas pendientes y labrados convencionalmente, son
susceptibles a la erosión hídrica. Es necesario, por lo tanto, incluir
prácticas para el mantenimiento de la fertilidad y la conservación de
suelos (por ejemplo, incluir abonos verdes —que incluyan
leguminosas—, aumentar el aporte de estiércol por hectárea y disminuir
los pasos de labranza).
Existe ya un grupo de 20 productores que están diversificando los cultivos y
que forman parte de una red de intercambio de semillas (de amaranto, de
frijol y de cultivos forrajeros). Un aspecto clave para el futuro del programa
de agroecología de GIRA es cómo replicar esta experiencia a gran escala.
La metodología empleada resulta útil tanto para caracterizar los sistemas
de manejo como para evaluar sus ventajas y desventajas en cuanto a la
sustentabilidad, lo que da la pauta para proponer un sistema alternativo que
pueda resolver los puntos críticos. El proceso de retroalimentación
propuesto por el MESMIS sirve tanto para identificar los aspectos cruciales
donde se debe actuar para mejorar los sistemas de manejo como para
proponer nuevos sistemas alternativos, como sucede en el caso del presente
estudio. A continuación se enumeran algunas recomendaciones:
 Es necesario explorar nuevos indicadores económicos para la agricultura
campesina (dirigida al autoconsumo y dependiente de la mano de obra
familiar con bajo costo de oportunidad), ya que los indicadores
ortodoxos provenientes de la economía clásica están enfocados a la
agricultura comercial.
 En futuras investigaciones, se deberán incorporar los servicios
ambientales que proporcionan los agricultores campesinos, tales como la
conservación de recursos naturales y de diversidad genética.

6.3. Prop u esta d e u n si stema al t ern ati vo


Las conclusiones de la evaluación sirven de base para generar una propuesta
de sistema de manejo alternativo. Dicho sistema debe, por un lado, incidir en
los problemas más importantes y resolver los cuellos de botella y, por el otro
lado, rescatar los puntos críticos positivos identificados en los sistemas
comercial y tradicional.

317

 
 

S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

El sistema alternativo propuesto se ha ido desarrollado en los últimos


tres años mediante experimentación (Astier, 2000) e investigación
participativa en la comunidad de Casas Blancas y consta de dos módulos
que no necesariamente deben adoptarse simultáneamente (véase la
Ilustración 7.11). El primer modulo consiste en la reintroducción20 de las
leguminosas, en particular el frijol de las variedades tziwin (una variedad
local) y vaquita, además del haba y del amaranto. El segundo módulo
consiste en la introducción de cultivos de cobertura de doble propósito
(forraje y abono) en una superficie definida dentro de las parcelas en
descanso. A continuación se hace un caracterización general de cada uno de
las módulos que podría elegir el productor. (Para una descripción aun más
detallada de ambos módulos, recomendaciones técnicas y calendarios véase
Astier et al., 2000).
1. Primer módulo: Asociación maíz–frijol y otras especies. Consiste en
la siembra asociada de maíz y frijol intercalados en el mismo surco y la
siembra de otras especies, como son el haba y el amaranto. Sus
propósitos son (a) mejorar el autoabasto de grano, (b) hacer más
eficiente el uso de la tierra,21 (c) mejorar el estado del agroecosistema en
su conjunto (reduciendo la incidencia de plagas, enfermedades y
malezas), (d) disminuir el gasto familiar dedicado a la alimentación y
(e) obtener un ingreso económico extra por la venta de amaranto.
2. Segundo módulo: Parcela con cultivos de cobertura. Consiste en la
introducción de cultivos, con el doble propósito de abono verde y

20
Se habla de reintroducción, ya que antiguamente se sembraba en esta región maíz, frijol,
calabacita, amaranto (o chía) y chilacayote en policultivo.
21
La asociación entre gramíneas y leguminosas es en muchos casos ventajosa debido al uso
más eficiente de luz, agua y nutrientes del suelo y a la mayor protección de plagas insectiles,
en comparación con el monocultivo. La ventaja de la asociación de cultivos simultánea,
reflejada en el uso más eficiente de la tierra, es el resultado de la interacción de muchos
factores. En cuanto al aspecto nutricional, se ha demostrado que entre las raíces de gramíneas
y leguminosas en asociación puede existir transferencia de N (por senectud de los nódulos de
Rhizobium) y P (vía micorriza) de la leguminosa a la gramínea y de P (micorriza) de la
gramínea a la leguminosa, lo cual mejora el estado nutrimental (y los rendimientos) de las
plantas asociadas en comparación con las plantas en monocultivo. Por último, la presencia de
frijol aumenta la cantidad de nitrógeno que entra al sistema, gracias al efecto de la fijación
biológica, aunque la mayor parte de este nitrógeno vuelve a salir en forma de semillas de
frijol (Vandermeer, 1992).

318

 
 

E L DISEÑO DE SISTEMAS SUSTENTABLES DE MAÍZ EN LA R EGIÓN P URHÉPECHA

Ilustración 7.11. Sistema alternativo de manejo año y vez para


la Región Purhépecha Lago de Pátzcuaro, Michoacán, 1998

Parcela en descanso
Parcela en cultivo
Con cultivos de cobertura de
Insumos: Maíces, legumbres, doble propósito:
 Semillas frijol, amaranto
 Pastoreo controlado
 Fertilizante Cultivo: Labranza:  Incorporación como abono
fosforado verde
 Siembra de  Tracción ani-
 Mano de cultivos mal o mixta
obra simultáneos
asalariada  Fertilización Forraje de buena
 Reintroduc- mixta calidad en meses Estiércol
(cosecha) críticos fresco
ción del frijol,  Aplicación de
el amaranto una fuente de
y el haba fósforo
Ganado:
5 cabezas

Aumento en el Recuperación de la Reducción de la


rendimiento de fertilidad del suelo. erosión hídrica
productos Equilibrio en el
agropecuarios balance de nutrientes

forraje, añadiendo un fertilizante fosforado como arrancador22 en una


superficie definida dentro de la parcela que se encuentra en descanso.
Sus propósitos son (a) aumentar la disponibilidad de forraje de buena
calidad en los meses de abril y mayo, (b) mejorar las propiedades físicas,
químicas y biológicas del suelo, (c) disminuir, gracias al efecto de la
fijación de nitrógeno,23 el uso de insumos externos como el fertilizante
químico nitrogenado o el estiércol comprado, (d) mejorar la calidad del
hato ganadero y (e) reducir la erosión hídrica de los suelos.

22
Esto permite que se aumente el nivel de reciclamiento de otros nutrientes, como el N, y por
consiguiente se incremente la acumulación de biomasa.
23
En la prueba de la reducción de acetileno, se ha visto que la Vicia sativa da resultados
similares al chícharo y más elevados que el frijol (variedades Flor de Mayo y Bayocel), por
lo que se piensa que la fijación biológica de nitrógeno de esta especie es importante (Astier,
2000).

319

 
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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

Ambos módulos en su conjunto permiten al agricultor tradicional


(a) incrementar la cosecha de maíz y consecuentemente la rentabilidad y la
relación beneficio–costo, (b) mejorar el suministro de alimentos para
autoconsumo, y (c) mitigar la degradación de la fertilidad de los suelos, ya
que se contempla la adición de fósforo y la incorporación de residuos
orgánicos al suelo. Los resultados preliminares indican que, aplicando las
prácticas propuestas, el productor comercial podrá aumentar el aporte de
forraje y consecuentemente mejorar la calidad del ganado y reducir el
sobrepastoreo en terrenos forestales (Astier, 2000). Asimismo, reducirá el
nivel de dependencia de insumos externos y los costos de inversión en el
mediano y largo plazos. Ambos sistemas podrán reducir los niveles de
erosión de suelos, aumentar su diversidad de cultivos y disminuir los costos
de inversión para la compra de fertilizantes.
Es probable que en el mediano plazo, con la práctica continua de dicho
sistema, pueda surgir algún tipo de organización de productores que apoye
los procesos de autogestión, por ejemplo para la compra de insumos (semilla
de abonos verdes, fertilizante fosforado, etc.) y para la venta de productos.
Actualmente el primer módulo ha sido adoptado por un grupo de 16
productores y se tiene una red para el intercambio de semillas de frijol entre
agricultores de tres comunidades (Casas Blancas, Santa Isabel y Opopeo). El
segundo módulo está siendo validado en un terreno experimental y existen
ya algunos datos preliminares (Astier, 2000; Astier et al., 2000). En cuanto
al posible incremento de los costos de inversión, será necesario promover las
bondades del sistema alternativo ante las dependencias de gobierno, para
gestionar algún apoyo durante los primeros años (por ejemplo para la
adquisición de semillas de frijol, haba, amaranto y forrajes).

7. B I B L I O G R A F Í A
Alcantlaya, A.U.D. 1982. “Economía del nitrógeno en suelos de cenizas
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320

 
 

E L DISEÑO DE SISTEMAS SUSTENTABLES DE MAÍZ EN LA R EGIÓN P URHÉPECHA

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E L DISEÑO DE SISTEMAS SUSTENTABLES DE MAÍZ EN LA R EGIÓN P URHÉPECHA

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323

 
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VIII

CONCLUSIONES

Santiago López-Ridaura y Omar Masera

1. I N T R O D U C C I Ó N

Como planteamos al inicio del libro, vivimos en México una gran


paradoja: Contamos con un enorme acervo de recursos naturales, con una de
las mayores diversidades biológicas del planeta y con una alta diversidad
sociocultural, que configuran un potencial muy amplio para impulsar un
proceso de desarrollo rural sustentable, y sin embargo existe un acelerado
proceso de deterioro ambiental y un empobrecimiento progresivo de los
productores rurales.
Revertir estos procesos de deterioro para iniciar la construcción de un
futuro alternativo en el que exista una relación armónica entre el ambiente y
la sociedad rural es sin duda una tarea ardua y compleja. Implica cambios
profundos a escala local, regional, nacional y hasta internacional.
Especialmente crítico en el ámbito rural es lograr un entorno
macroeconómico y de políticas favorable a los pequeños productores
rurales, así como valorar adecuadamente el rico conjunto de experiencias
dentro del contexto campesino. En efecto, los sistemas de manejo

325

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

agropecuario y forestal campesinos, que han sido sistemáticamente


marginados, constituyen un punto de partida necesario para cualquier
propuesta alternativa de manejo de recursos en el sector rural de México.
Sánchez y Nigh (1992) calculan que el 70 por ciento de la superficie
destinada a la producción agrícola en México consiste en terrenos
montañosos cultivados por campesinos de diferentes culturas indígenas,
mientras que según Carabias y colaboradores (1994) la producción
campesina ocupa al 86 por ciento de la población rural y abastece más de la
mitad de los productos agrícolas básicos en México. Por otro lado,
actualmente el 95 por ciento de los aprovechamientos forestales se da en
bosques naturales, y 70 por ciento de éstos pertenecen a ejidos y
comunidades y son manejados bajo diferentes modalidades de silvicultura
social (Poder Ejecutivo Federal, 1996). Finalmente, las culturas indígenas
desempeñan un papel preponderante en las estrategias de conservación de
los recursos naturales en México: Toledo (2000) señala que más del 60 por
ciento de las áreas prioritarias de protección ambiental en el Centro y Sur del
país están habitadas por grupos indígenas.
Para llevar adelante un proceso de desarrollo rural más sustentable es
importante también impulsar la generación y difusión de sistemas
alternativos de manejo de recursos naturales en los que se retomen
críticamente las experiencias de los sistemas de manejo campesino. Lograr
este objetivo implica, entre otras cosas, desarrollar marcos teóricos
coherentes de evaluación de sustentabilidad que, como el MESMIS, permitan
identificar las fortalezas y las limitantes socioambientales de las distintas
alternativas.
En este sentido, es esencial que los nuevos marcos rebasen el
reduccionismo productivista-economicista que domina actualmente en las
metodologías convencionales. Específicamente, además de analizar aspectos
de productividad, es necesario explicitar las ventajas y los problemas de los
sistemas de manejo en cuanto a su confiabilidad, resiliencia, estabilidad,
adaptabilidad, autogestión y equidad. Por lo general, al tomar en cuenta
estos atributos, se resalta el valor de los sistemas campesinos en
comparación con las alternativas convencionales y se ayuda a lograr un
verdadero equilibrio entre los aspectos ambientales, económicos y sociales
claves para el mantenimiento y mejora de estos sistemas campesinos a largo
plazo.

326

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C O N C L U S IO N E S

Dado lo novedoso y lo complejo de la temática de evaluación de


sustentabilidad, es necesario aplicar sistemáticamente las metodologías
propuestas a una amplia gama de estudios de caso, para fortalecer las bases
teóricas y prácticas del proceso de evaluación y aumentar su aplicabilidad.
En este libro se ha presentado la aplicación del marco MESMIS en cinco
estudios de caso contrastantes en el México rural; ahora es momento de
analizar y comparar las diferentes experiencias. A través de este análisis
comparativo pretendemos, por un lado, examinar los aspectos
metodológicos de mayor relevancia para la evaluación del manejo de
recursos naturales, para así proporcionar directrices encaminadas a
fortalecer las estrategias de evaluación de sustentabilidad en el futuro. Por
otro lado, nos interesa examinar de manera integral los diferentes estudios
de caso, con el fin de identificar de manera general los factores que
favorecen o impiden la generación, el desarrollo, la difusión y la
permanencia de sistemas de manejo más sustentables en el México rural.
En la primera sección de este capítulo se sintetizan entonces las
principales conclusiones de tipo metodológico que surgen de la aplicación
del MESMIS en los estudios de caso. Al principio se resumen los principales
resultados de la evaluación desarrollada en cada estudio, para luego
presentar un análisis de las bondades y limitantes metodológicas de conjunto
que surgieron de la aplicación del marco metodológico.
La segunda sección presenta un análisis de los diferentes factores que
fortalecen o debilitan la sustentabilidad de los sistemas de manejo
analizados. Concluimos el capítulo con una serie de reflexiones sobre los
aspectos que en el presente pueden desempeñar un papel importante dentro
del desarrollo, la difusión, la adopción y la evaluación de alternativas más
sustentables de manejo de recursos naturales en México.

2. L A A P L I C A C I Ó N D E L M A R C O MES M IS : D I S C U S I Ó N D E L O S
PRINC IPALES ASPEC TOS METODOLÓGICOS

Recu en to gen e ral d e l os d i sti n tos estu d i os d e


caso
A continuación se resumen los principales resultados y los rasgos más
relevantes del proceso de evaluación los estudios de caso. Es importante

327

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

destacar que en cada uno de ellos se utilizó el marco MESMIS de manera o


bajo contextos muy diferentes. Se desarrollaron estudios transversales y
longitudinales, analizando sistemas de manejo de recursos naturales muy
variados, con diferentes herramientas de medición y monitoreo, en
situaciones contrastantes de acceso a la información y con diferentes grados
de participación campesina en el proceso de evaluación.
En los Altos de Chiapas (Capítulo III), la evaluación de los dos sistemas
de producción de café sugiere que la producción orgánica certificada asegura
no sólo un manejo más integral de los recursos sino también una mayor
seguridad comercial para los productores. La alta adopción del sistema de
producción orgánica es reflejo de las ventajas que éste ofrece,
fundamentalmente a través de la estabilidad que otorga la certificación ante
caídas bruscas en el precio internacional del café y del fortalecimiento de la
economía familiar por la diversificación de especies aprovechadas.
La evaluación de este sistema incluye un análisis completo desde todas
las perspectivas (técnica, social, ambiental y económica), incorporando
información de diversas fuentes y una rica participación por parte de los
productores. Las recomendaciones elaboradas por el equipo evaluador se
dirigen a atender problemas específicos, en particular la dependencia de
estiércol y de otros insumos externos al sistema y los altos costos de la
capacitación de productores.
La evaluación del sistema de aprovechamiento forestal de la Zona Maya
de Quintana Roo (Capítulo IV) permite analizar los aspectos de mayor
relevancia para mejorar el manejo forestal comunitario en el contexto de las
selvas tropicales. A partir de la formación de una organización de ejidos con
un órgano encargado del manejo técnico, se elaboró un programa de manejo
de recursos y se capacitó a los ejidatarios para llevarlo a cabo. Las acciones
de la organización han brindado una mayor seguridad al sistema,
beneficiando directamente a los ejidatarios y sus familias, así como a los
recursos naturales de la región. Entre estas acciones se encuentra el
establecimiento de áreas forestales permanentes, los programas de
reforestación, la diversificación de la extracción y comercialización de
productos forestales, la generación de empleos entre la población local y la
lucha contra intereses políticos y comerciales que han perjudicado a la selva
y a sus habitantes desde hace mucho tiempo.

328

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C O N C L U S IO N E S

Por lo que se refiere a la metodología, este estudio de caso se caracteriza


por aplicar el marco de evaluación en forma longitudinal y retrospectiva, es
decir, comparando el sistema que existía antes de la formación de la
organización con el prevaleciente años después. Usando principalmente
información proveniente de los archivos de la organización, se analizan los
cambios sociales y económicos que se han dado en los últimos años.
En el estudio del Sur de Sinaloa (Capítulo V), el sistema de manejo
agrosilvopastoril alternativo disminuye la degradación de suelos a través del
establecimiento de praderas y de la modificación de los patrones de
labranza. Asimismo, con la introducción de variedades de sorgo de doble
propósito y con su ensilado, logra aumentar la productividad y la estabilidad
del ingreso derivado de las actividades pecuarias, así como reducir la
dependencia de insumos externos.
Hasta el momento, el trabajo realizado en Sinaloa se ha centrado en
aspectos principalmente técnicos y económicos tanto en el diseño del
sistema alternativo como en el proceso de evaluación. Sin embargo, se han
identificado aspectos sociales que son de suma importancia para la
sustentabilidad del sistema. El fortalecimiento del área social, tanto en las
alternativas de manejo como en su evaluación, es por lo tanto uno de los ejes
que dirigen las prioridades de acción en el futuro por parte de las
instituciones involucradas.
Dentro del estudio de caso que evalúa la sustentabilidad de los sistemas
maíz–mucuna en diferentes comunidades del Sureste mexicano
(Capítulo VI), sobresalen las capacidades de esta estrategia de manejo para
fortalecer la confiabilidad, la estabilidad y la resiliencia de los sistemas
campesinos. Sin embargo, en términos productivos y de eficiencia
económica, la utilización de la mucuna no cambia en el corto plazo el
panorama con respecto a los sistemas predominantes en esta región.
Desde el punto de vista metodológico, este estudio de caso es muy
interesante, ya que emplea el marco MESMIS para evaluar el impacto de una
estrategia o práctica agroecológica en diferentes sistemas de manejo, en vez
de abordar a los sistemas de manejo como unidad mínima de análisis. Esta
modificación metodológica representa una buena oportunidad para analizar
la flexibilidad del marco MESMIS en la evaluación de alternativas de manejo.
Asimismo, en este estudio sobresale la estrategia de la evaluación paralela

329

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

por un equipo técnico y uno campesino, formado por campesinos de


diferentes regiones agroclimáticas.
Finalmente, el estudio de caso sobre la producción de maíz de temporal
en la Región Purhépecha (Capítulo VII) toma en cuenta las fortalezas y
debilidades de dos sistemas de producción de maíz, para diseñar un sistema
alternativo. Sugiere así acciones concretas para la conservación de las
propiedades físicas y químicas del suelo, para la diversificación de la
producción, para el pastoreo controlado y para la producción de forraje de
buena calidad en los meses de mayor escasez.
Este estudio de caso permite ilustrar la utilización del marco de
evaluación como herramienta para el diseño de sistemas más sustentables.
Este es un aspecto importante del MESMIS, ya que, como se establece en el
marco metodológico, lo que se busca no es otorgar una calificación a los
sistemas analizados, sino emprender un proceso de acción–evaluación que
fortalezca los sistemas de manejo de recursos naturales.

Asp ectos me tod ol ógi cos sob resal i en te s en el


con ju n to d e estu d i os d e caso
La importancia de analizar en su conjunto los aspectos metodológicos de las
experiencias de aplicación del marco MESMIS radica en que nos permitirá,
por un lado, mejorar su aplicación y, por el otro, identificar los aspectos
teóricos que requieren de mayor análisis, con el fin de enriquecer la
discusión en torno al concepto de sustentabilidad y a su evaluación. A
continuación se presentan los aspectos más sobresalientes del proceso de
evaluación, ordenados de acuerdo con los pasos propuestos por el propio
marco metodológico:

Caracterización de los sistemas de manejo


Este paso requirió de un intenso esfuerzo interdisciplinario para lograr una
visión sistémica del objeto de la evaluación. En particular, en virtud de la
complejidad de los sistemas campesinos, esta tarea representó un importante
reto para los diferentes equipos de evaluación. La caracterización de los
sistemas permitió tanto identificar los principales aspectos que diferencian a
los sistemas alternativo y de referencia como delimitar de forma precisa el
objeto de la evaluación.

330

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C O N C L U S IO N E S

En casi todos los casos, por la complejidad de los sistemas analizados y


por tratarse de ciclos iniciales del proceso de evaluación, se caracterizó de
manera general al sistema de manejo completo y se identificaron, aunque
fuera de manera cualitativa, los flujos entre los diferentes subsistemas, pero
se concentró el análisis en uno de éstos. Por ejemplo, el estudio realizado
por la Unión de Ejidos Majomut se concentró en el subsistema café, sin
analizar con tanta profundidad el subsistema milpa. De igual modo, el
estudio de la OEPFZM se enfocó en el subsistema selva. En el estudio
elaborado por GIRA A.C. en la Región Purhépecha, el énfasis del proceso de
evaluación se puso en el subsistema agrícola, analizando de manera más
superficial el funcionamiento de los subsistemas pecuario y forestal.
En el caso de los abonos verdes y cultivos de cobertura ( AVCC,
Capítulo VI), debido a que el estudio se centró en una práctica alternativa de
manejo de la milpa en diferentes comunidades, se dejó de lado a los demás
subsistemas productivos de manejo de recursos naturales. En el estudio de
caso de Sinaloa, se analizó integralmente a los sistemas agrícola y pecuario,
pero sin estudiar con tanto detalle lo que sucede en las tierras de agostadero
comunales.
A partir de las interrelaciones identificadas entre subsistemas, varios de
los grupos incluyen entre sus prioridades para futuros ciclos de evaluación
un análisis más detallado de otros subsistemas. Por ejemplo, en el estudio
realizado en Majomut se identifica la importancia de incluir en la evaluación
al subsistema milpa, con el fin de tener una visión más integral del manejo
de recursos naturales en la zona. Asimismo, en Michoacán, el equipo
evaluador está actualmente realizando estudios sobre la dinámica de los
subsistemas forestal y pecuario.
En todos los casos, el uso de diagramas de flujo y de tablas de resumen
fueron herramientas de mucha utilidad para organizar y sintetizar la
información recabada.

Identificación de puntos críticos


Este paso permitió dirigir el resto del proceso de evaluación hacia los
aspectos de mayor relevancia para la sustentabilidad de los sistemas de
manejo. Gracias a la experiencia de trabajo con que contaban en sus
respectivas regiones, fue relativamente fácil para los equipos identificar los

331

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

puntos críticos de la evaluación. Los proyectos con más tiempo en la zona,


como la Unión de Ejidos Majomut en Chiapas o la OEPFZM en Quintana Roo,
tenían identificados con anterioridad los principales puntos críticos, que de
hecho constituían la razón de su trabajo. En cambio, para los proyectos con
menor tiempo de trabajo en su región, como GIRA en la región Purhépecha y
el grupo Pachuca en el Sureste Mexicano, la identificación de puntos críticos
fue una tarea que requirió de mayor trabajo por parte del equipo evaluador.
Las reuniones con los productores, los recorridos por parcelas, la
elaboración de encuestas y la asistencia a asambleas fueron herramientas de
gran utilidad para esta fase de la evaluación. De hecho, en muchos casos la
identificación de puntos críticos impulsó a los equipos de evaluación a
establecer un contacto más estrecho con las comunidades.
Entre los principales puntos críticos identificados, destacan:1
 La baja productividad y rentabilidad de los sistemas de manejo.
 La alta degradación de los recursos locales (suelos y vegetación, entre
otros).
 La acelerada pérdida de diversidad biológica.
 La baja diversificación de mercados.
 La alta dependencia de los sistemas de manejo de insumos y recursos
externos.
 El bajo grado de organización y participación de los productores.
Desde el punto de vista metodológico, uno de los aspectos más
sobresalientes de esta etapa de la evaluación es que en los diferentes
estudios de caso se logró cubrir todos los atributos de sustentabilidad a
través de la identificación de puntos críticos. Con esto fue posible dirigir
la evaluación hacia una perspectiva sistémica del manejo de los recursos
naturales, evitando enfoques reduccionistas en el análisis.
Sin embargo, se observa en los equipos evaluadores ciertas tendencias
que habría que revisar:
 La identificación de los puntos críticos de acuerdo a la composición
del grupo evaluador. A pesar de que en todos los estudios de caso se

1
En la siguiente sección de este capítulo se profundiza en las características de estos puntos
críticos y en las estrategias que han utilizado algunos de los proyectos para enfrentarlos.

332

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C O N C L U S IO N E S

exploran las dimensiones ambientales, sociales y económicas de forma


conjunta, los desequilibrios disciplinarios de los equipos de evaluación
provocaron sesgos en la priorización de los puntos críticos identificados.
 La identificación de una mayor cantidad de puntos críticos
negativos que positivos. Si bien son más evidentes los primeros, es
decir, los aspectos que ponen en riesgo la sustentabilidad de los
sistemas, es también muy importante identificar los aspectos que
fortalecen los atributos de sustentabilidad.
 La identificación de puntos críticos sólo para el sistema de
referencia. En los casos en los que el sistema alternativo se practicaba
desde tiempo atrás, se habían identificado los puntos críticos
correspondientes. Sin embargo, los proyectos que estaban apenas
diseñando o poniendo a prueba nuevos sistemas no tenían el
conocimiento necesario para identificar sus puntos críticos.

Determinación de indicadores estratégicos


Esta fue, en todos los casos, una de las tareas que requirió un mayor
esfuerzo. Durante el establecimiento de los indicadores, el uso de criterios
de diagnóstico fue una estrategia esencial para cubrir las diferentes áreas de
evaluación (ambiental, social y económica) y así lograr un conjunto de
indicadores que permitiera analizar los diferentes atributos de
sustentabilidad desde una perspectiva interdisciplinaria.
La gran variedad de indicadores utilizados por los diferentes equipos de
evaluación hace imposible un análisis conjunto, ya que éstos dependen de
los procesos particulares de cada sistema de manejo. Sin embargo, la
revisión de los criterios de diagnóstico más comúnmente utilizados nos
permite identificar las características de los sistemas de manejo en las que se
hizo mayor énfasis a lo largo de las evaluaciones (véase en el Cuadro 8.1
una relación de los principales criterios de diagnóstico utilizados y algunos
ejemplos de indicadores).
Para el atributo de productividad, en todos los estudios de caso se
utilizó el criterio de eficiencia, ya sea productiva o económica, de los
sistemas de manejo (rendimientos y rentabilidad o relación costo–beneficio).
Para los atributos de estabilidad, resiliencia y confiabilidad, los
criterios de diagnóstico estuvieron principalmente dirigidos a analizar: (a) la

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

degradación de los recursos abióticos (especialmente erosión y pérdida de


fertilidad del suelo); (b) la diversidad de especies presentes o aprovechadas;
y (c) la vulnerabilidad tanto productiva como económica de los sistemas
(usando indicadores tales como la evolución de precios de insumos y
productos o la variabilidad de la productividad a lo largo del tiempo).
En cuanto a la adaptabilidad, el principal criterio de diagnóstico
utilizado en los estudios de caso estuvo relacionado con la capacidad de
cambio o de adopción de innovaciones tecnológicas por parte de los
campesinos.
Por lo que se refiere al atributo de equidad, los diferentes estudios de
caso dirigieron sus esfuerzos principalmente al diseño de indicadores que
permitieran analizar la distribución de los costos y beneficios entre los
individuos o familias involucradas en el manejo del recurso en cuestión. En
algunos casos, la capacidad de adopción de nuevas tecnologías estuvo
relacionada con la equidad, especialmente cuando el grado de adoptabilidad
estaba sujeta a la capacidad de inversión inicial.
Para el atributo de autodependencia o autogestión, los criterios de
diagnóstico utilizados tuvieron que ver principalmente con la capacidad
organizativa de los individuos involucrados en el manejo de los recursos. La
dependencia de insumos externos para la producción fue otro criterio
comúnmente usado por los diferentes equipos de evaluación en este atributo,
aunque en algunos casos (por ejemplo, en la asociación maíz–mucuna), se
relacionó con la estabilidad, la resiliencia y la confiabilidad del sistema.
La relación entre los criterios de diagnóstico utilizados para el análisis
de los atributos de sustentabilidad y el área de evaluación o perspectiva de
análisis se dio de la siguiente manera:
 Con la productividad, los criterios utilizados con más frecuencia fueron
de tipo económico y ambiental (o técnico–ambiental), al igual que con
los atributos de estabilidad, resiliencia y confiabilidad.
 En el caso de los atributos de adaptabilidad, equidad y autodepen-
dencia, los criterios estuvieron principalmente dirigidos hacia aspectos
sociales y económicos.

334

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C O N C L U S IO N E S

Cuadro 8.1. Criterios de diagnóstico e indicadores utilizados


comúnmente durante las evaluaciones
Atributos Criterios de diagnóstico Indicadores
 Rendimiento por producto
Eficiencia (rendimientos,
Productividad rentabilidad)  Calidad del producto
 Relación beneficio–costo
 Balance de nutrientes
Degradación o conservación de  Nivel de erosión
recursos abióticos  Características físicas del suelo (es decir,
Estabilidad; compactación, % de materia orgánica)
resiliencia; Diversidad de especies presentes o  Número de especies aprovechadas
confiabilidad aprovechadas  Ingreso por especie
Vulnerabilidad productiva o  Incidencia de plagas, enfermedades y arvenses
económica (variación temporal de la  Variación de precios de insumos y productos
producción)*  Evolución histórica de rendimientos
 Adopción y permanencia de productores en el
Capacidad de cambio o adopción de sistema
Adaptabilidad
nuevas tecnologías  Proporción de superficie con adopción de
tecnologías
 Costos de inversión inicial
Equidad Distribución de costos y beneficios
 Distribución de costos y beneficios
Grado de Organización  Formas de organización y participación de
Autodependencia productores
Dependencia de insumos externos**  Uso de insumos y recursos externos
* En algunos casos como criterio para Adaptabilidad.
** En algunos casos en Estabilidad.

Medición y monitoreo de indicadores


Todos los equipos hicieron un gran esfuerzo en la búsqueda y adecuación de
herramientas de medición, de acuerdo con sus capacidades técnicas,
financieras y de tiempo. En general se puede concluir que:
 En pocos casos, el monitoreo de los indicadores se hizo exclusivamente
a partir de material bibliográfico: El establecimiento de parcelas
experimentales y lotes de escurrimiento, la medición de indicadores
directamente en el campo, los análisis de laboratorio y las entrevistas y
encuestas fueron las herramientas preferidas de medición y, a pesar de
su costo relativamente alto, rindieron información de mucha utilidad

335

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

para el proceso de evaluación. Por otro lado, la utilización de modelos


de predicción proporcionó información muy relevante, especialmente en
atributos como la resiliencia, la confiabilidad y la estabilidad.
 La participación de los campesinos en la medición de los indicadores fue
variable pero en general bastante buena. Alcanzó su máximo en el
estudio de caso del asocio maíz-mucuna, en el que los productores
formaron su propio equipo de evaluación. En el resto de los estudios de
caso, la participación de productores se dio mediante la experimentación
y muestreo en sus parcelas, el seguimiento de estudios de caso, la
organización de talleres y entrevistas y la ayuda en la aplicación de
encuestas.
El uso de tablas y gráficas para la presentación de resultados por indicador
fue de gran utilidad para comparar el comportamiento de los sistemas en
cada uno de los aspectos analizados.

Integración de resultados
Este paso permitió elaborar una serie de juicios comparativos de valor sobre
la sustentabilidad de los sistemas de manejo y señalar sus fortalezas y
debilidades. Aquí se pueden identificar varios aspectos metodológicos
sobresalientes:
 El uso de tablas resumen y diagramas tipo AMIBA permitió conjuntar
la diversidad de variables cuantitativas y cualitativas, ofreciendo los
elementos necesarios para la evaluación comparativa de los sistemas de
manejo analizados.
 La identificación de valores óptimos o umbrales resultó ser una tarea
difícil para los equipos de evaluación que usaron la gráfica AMIBA para
la integración y presentación de resultados. Sin embargo, este ejercicio
proporcionó los elementos necesarios para elaborar con mayor precisión
las recomendaciones, planes y prioridades de acción al futuro.
 La identificación de relaciones de sinergismo o competencia entre los
diferentes indicadores quedó pendiente en los estudios de caso. Sin
embargo, esta tarea podrá cubrirse al realizar los subsecuentes ciclos de
evaluación.

336

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C O N C L U S IO N E S

Conclusiones y recomendaciones
Los diferentes equipos de evaluación discutieron y analizaron las principales
limitantes y potencialidades de los sistemas alternativos, así como del propio
proceso de evaluación, a fin de fortalecerlos. En general, las
recomendaciones para aumentar la sustentabilidad de los sistemas de manejo
se enfocaron a:
 La modificación o incorporación de estrategias de manejo para algún
recurso en particular.
 El diseño de sistemas alternativos a partir de los resultados obtenidos
durante la evaluación.
 El establecimiento de líneas prioritarias de investigación o acción por
parte de las instituciones u organizaciones involucradas.
Por lo que se refiere a la metodología del proceso de evaluación, se
recomendó:
 Incluir en ciclos subsecuentes subsistemas poco analizados en el primer
ciclo de evaluación.
 Fortalecer el enfoque interdisciplinario e incorporar los puntos de vista
de los diferentes sectores involucrados en el proceso de evaluación.
 Profundizar en algunos aspectos débilmente analizados (principalmente
sociales) o modificar el enfoque de análisis económico (sobre todo en
relación con las características específicas de la economía campesina).
 Articular distintas escalas de evaluación.

Con si d eraci on es metod ol ógi cas d e con ju n to


A partir del análisis de los diferentes estudios de caso, podemos extraer las
siguientes consideraciones finales dirigidas a fortalecer la aplicación del
marco MESMIS en estudios de caso posteriores:
 La evaluación de sustentabilidad es un tema de estudio en sí mismo.
Para ser realmente útil, el proceso de evaluación no debe verse como una
receta de aplicación rápida y en serie; por el contrario, es necesario
entender las bases teóricas del marco metodológico utilizado para el
análisis y darse un tiempo para asimilar los diferentes conceptos y

337

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

técnicas. Sólo de esta manera se logrará adaptarlo a las condiciones


específicas de los sistemas de manejo a evaluar.
 Es indispensable constituir un equipo interdisciplinario bien coordinado,
con el fin de integrar realmente y no simplemente adicionar las
diferentes áreas de evaluación. Sólo a través del trabajo en equipo se
podrá mantener el equilibrio entre las diferentes disciplinas que
intervienen en el análisis de sustentabilidad.
 Dada la complejidad y fuerte integración de los sistemas de manejo
campesinos en sus aspectos agrícolas, pecuarios y forestales, es
importante caracterizar adecuadamente tanto el sistema conjunto como
cada uno de sus subsistemas y examinar las interrelaciones entre éstos.
Sólo de esta manera se podrá tener una visión realmente sistémica del
manejo de recursos naturales y generar alternativas que mejoren las
características socio–ambientales generales de los productores.
 Es necesario garantizar y fortalecer la participación campesina en el
proceso de evaluación, desde el diseño de la evaluación y la selección de
indicadores hasta la integración de resultados y la identificación de
planes de acción para mejorar los sistemas de manejo.
 Se debe prestar mayor atención a la identificación de los puntos críticos
positivos de los sistemas de manejo. Sólo a partir de éstos últimos
podremos determinar cuáles aspectos que fortalecen la sustentabilidad
del sistema de manejo de referencia se están recuperando o sacrificando
en los sistemas de manejo alternativos.
 Es importante que la evaluación vaya más allá de un trabajo meramente
bibliográfico e incorpore un mínimo de mediciones directas en el campo.
Por otro lado, se debe prestar particular atención a la construcción y
revisión de tendencias históricas, más que a los simples datos puntuales.
 Se necesita destinar suficiente tiempo y suficientes recursos financieros
y humanos para llevar a cabo un proceso de evaluación que incluya por
lo menos dos ciclos completos, ya que por lo general uno solo no basta
para identificar adecuadamente las tendencias de los diferentes
indicadores ni sus relaciones de sinergismo y competencia.

338

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 

C O N C L U S IO N E S

3. E L M A N E J O D E R E C U R S O S N A T U R A L E S E N M É X I C O :
ASPEC TOS QUE DETERMIN AN LA SUSTENTABILIDA D DE LOS
SISTEMAS CAMPESINOS Y ACCIONES DIR IGIDAS A SU
FORTALECIMIENTO

E l emen tos co mu n es q u e d eb i l i tan l a


su sten tab i l i d ad d el man e jo d e re cu rso s
n atu ral es en l os si ste mas d e r ef eren ci a
Los estudios de caso reunidos en este volumen representan varios de los
sistemas de manejo de recursos naturales campesinos más comunes en
México. En este sentido, el análisis de estas experiencias de evaluación
permite establecer algunas conclusiones generales sobre los factores que, a
escala local, determinan la sustentabilidad de los sistemas de producción
campesinos en el ámbito rural mexicano.
Para llevar a cabo este análisis es importante, primero, identificar cuáles
son los principales factores que debilitan la sustentabilidad de los sistemas
de manejo de referencia. En la siguiente sección revisaremos cuáles son las
alternativas ofrecidas por las instituciones u organizaciones que están
trabajando en las diferentes regiones y cómo estas alternativas atienden los
puntos críticos identificados.
Entre los puntos críticos negativos para la sustentabilidad de los sistemas
analizados que aparecen más recurrentemente, están los siguientes:
Baja productividad y rentabilidad.- Los aspectos que limitan la
productividad y rentabilidad en los diferentes sistemas son específicos para
cada estudio de caso, ya que el contexto ambiental y económico en donde se
desarrollan, así como los objetivos de la producción y las estrategias de
manejo, son muy variables. Sin embargo, es posible identificar algunos
aspectos en común:
1. Los sistemas utilizados por la mayoría de los campesinos en las
diferentes regiones ocupan tierras marginales con un bajo potencial
productivo debido a factores biofísicos extremos (es decir, altas
pendientes, largas sequías, suelos con poca capacidad de retención de
nutrientes, etc.).

339

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

2. Los sistemas que han mantenido una mayor productividad tienden en el


presente a disminuir su rentabilidad debido al incremento en los precios
de los insumos necesarios para la producción y a los bajos precios de los
productos obtenidos.
3. La producción de los sistemas se encuentra generalmente restringida a
ciertas épocas del año en las que el comportamiento de los mercados de
insumos y productos es desfavorable. Por ejemplo, la producción de
leche y carne en el sistema tradicional del Sur de Sinaloa es casi nula en
los meses de sequía, cuando los precios en el mercado son mayores.
Pérdida de diversidad biológica y comercial. La problemática productiva
ha conducido a los distintos sistemas a ejercer una mayor presión sobre la
tierra y a tender hacia una mayor especialización de la producción. Se
observan por lo tanto los siguientes problemas:
1. En los sistemas predominantes de producción de las diferentes regiones
se ha mermado la diversidad biológica, con efectos negativos sobre el
funcionamiento del sistema (es decir, mayor incidencia de plagas,
pérdida de características genéticas favorables de los cultivos, pérdida de
especies valiosas comercialmente, etc.). Por ejemplo, en los sistemas de
producción de maíz en Michoacán y en el Sureste la diversidad de
cultivos complementarios es muy baja, lo que impide aprovechar las
bondades que éstos ofrecen en cuanto a la conservación de humedad en
el suelo y el control de arvenses.
2. Se ha perdido diversidad en los productos obtenidos, lo que aumenta la
vulnerabilidad ante los cambios en los factores ambientales y
económicos que rigen su productividad. Por ejemplo, los productores
convencionales de café en los Altos de Chiapas dependen casi
exclusivamente de los ingresos provenientes de la venta de este
producto, lo que pone en riesgo la estabilidad de la economía familiar.
En cambio, en la misma región, los sistemas cafetaleros de mayor
diversidad pueden obtener hasta un 20 por ciento del total de sus
ingresos de productos diferentes al café.
3. Es importante señalar que la baja diversidad productiva de los sistemas
de manejo actuales tiene una estrecha relación con los problemas de
estabilidad y de concentración temporal del ingreso de los productores.

340

 
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C O N C L U S IO N E S

En efecto, los sistemas especializados en el manejo de una sola especie o


de unas cuantas especies presentan inevitablemente problemas de
concentración de la producción en una época del año, que generalmente
coincide con la época de precios más bajos. El aprovechamiento de un
mayor número de especies permite a los productores obtener productos
en diferentes épocas del año y mantener una mejor distribución temporal
de ingresos.
Alta dependencia de insumos y recursos externos. Los bajos rendimientos
y la especialización productiva han provocado que los sistemas de manejo
de recursos naturales dependan cada vez más de insumos externos para
mantener una productividad aceptable. Como consecuencia de esto:
1. Los sistemas de producción son vulnerables ante las variaciones externas
de precios y ante la disponibilidad de insumos necesarios para la
producción, con consecuencias negativas para su rentabilidad.
2. Debido a sus altos precios, los insumos externos suelen rebasar la
capacidad de inversión de los productores para incorporar innovaciones
tecnológicas en los sistemas de manejo.
Degradación de los recursos locales (suelos, vegetación y otros recursos).
En particular:
1. En casi todos los sistemas de manejo analizados se ha disminuido la
capacidad productiva del suelo, debido sobre todo a la erosión. Por
ejemplo, en el Sur de Sinaloa la erosión anual en el sistema tradicional
alcanza las 41 toneladas por hectárea.
2. En los sistemas agro–silvo–pastoriles existe una alta presión sobre la
vegetación natural, como consecuencia del manejo de hatos ganaderos
en pastoreo extensivo.
3. Se ha dado un manejo de tipo minero de los bosques. Específicamente,
se ha concentrado la extracción en especies comerciales, sin preocuparse
por la renovabilidad del recurso.
Bajo grado de organización y participación de productores. En
particular:

341

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

1. Existe poca o nula organización de los individuos involucrados en el


manejo de los recursos naturales, lo que disminuye su capacidad de
optimizar los distintos procesos productivos y comerciales.
2. Existe un bajo grado de participación de los productores en el proceso de
toma de decisiones sobre las políticas y programas tecnológicos y
comerciales relacionados con el manejo de recursos naturales. Por
ejemplo, hasta antes de la creación de la Organización de Ejidos
Productores Forestales de la Zona Maya en el estado de Quintana Roo,
el control de la comercialización estaba en manos de intermediarios, lo
que disminuía los beneficios alcanzados directamente por los
campesinos.

Acci on es d i ri gi d as al f ortal eci mi en to d e l a


su sten tab i l i d ad
Para frenar el efecto de los factores negativos anteriormente mencionados,
las diferentes instituciones de investigación, ONGs y organizaciones de
productores que participaron en los estudios de caso han diseñado, adoptado
o adaptado estrategias integrales que responden a las necesidades más
apremiantes de las comunidades encargadas del manejo de los recursos
naturales.
Uno de los principales propósitos de estas estrategias es aumentar la
rentabilidad y productividad de los sistemas de manejo, sin menoscabo o
incluso a partir de la mejora de otros atributos, tales como estabilidad,
autogestión y equidad. Entre los aspectos más comúnmente abordados por
los diferentes proyectos, encontramos:
 La conservación y mantenimiento de las propiedades físicas y
químicas del suelo, a través de (a) cambios en los patrones de labranza
con el objeto de disminuir el grado de erosión; (b) mayor uso de
fertilizantes orgánicos para mantener la fertilidad y la actividad
biológica del suelo; y (c) introducción o recuperación del uso de plantas
leguminosas como abonos verdes, cultivos de cobertera o cultivos
comerciales y alimenticios, con el fin de aprovechar su capacidad de
fijación de nitrógeno.
 El aprovechamiento o la introducción de un mayor número de
especies, con el fin de diversificar tanto los sistemas de manejo —desde

342

 
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C O N C L U S IO N E S

el punto de vista genético— como los canales de ingreso económico


para los campesinos.
 El apoyo a la organización y la capacitación de los productores, para
que tengan una mayor participación en los procesos de toma de
decisiones que afectan el manejo y la comercialización de los recursos
aprovechados.
 La sustitución de insumos externos por recursos del sistema y
prácticas agroecológicas. En particular, en los sistemas con una
importante actividad pecuaria se ha buscado mantener un nivel
aceptable de autoabasto de forraje a lo largo de todo el año, evitando
así el excesivo gasto en alimento durante la época seca del año, así como
la especificidad temporal de la producción. De igual modo, se intenta
promover el manejo controlado de los animales con el fin de disminuir
los daños al suelo y a la vegetación.
Las estrategias anteriormente mencionadas han incidido de manera directa
sobre los puntos críticos de mayor relevancia. En general, los sistemas
alternativos para el manejo de recursos naturales han fortalecido la
sustentabilidad de los sistemas predominantes (o de referencia) en las
diferentes regiones, abordando los problemas y diseñando las soluciones
desde una perspectiva sistémica e interdisciplinaria que integra los aspectos
económicos, sociales y ambientales. Sin embargo, para estos nuevos
sistemas también se han identificado limitantes que ponen en riesgo su
adoptabilidad a gran escala:
Costo de inversión adicional. A pesar de ser rentables cuando se
consideran en su conjunto y a pesar de tener evidentes ventajas ambientales
y tecnológicas, las alternativas sugeridas suelen requerir una inversión
inicial tan alta que los productores campesinos carecen de los recursos
económicos necesarios para adoptarlas completamente.
En torno a esta problemática, los distintos proyectos han identificado
algunos puntos más específicos que deberán ser abordados en el futuro:
1. Falta de mecanismos de apoyo y autogestión económica de los
productores individuales y de las organizaciones durante el periodo de
transición de los sistemas de referencia a los alternativos, tanto para la
adquisición de los insumos necesarios para realizar cambios

343

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

estructurales como para los gastos que involucran los procesos de


capacitación y de promoción tecnológica.
2. Falta de articulaciones eficientes que permitan a los diferentes sectores
involucrados en el manejo de recursos naturales establecer programas de
apoyo técnico y financiero para realizar los cambios necesarios en las
estrategias de manejo.
Necesidades organizativas. Los sistemas alternativos de producción
requieren de una mayor organización de los productores para obtener los
mayores beneficios posibles del manejo de recursos.
La organización de los diferentes individuos o grupos en torno al manejo
de recursos naturales es un aspecto esencial para mejorar la sustentabilidad
de las alternativas propuestas. Se ha demostrado que, bajo una adecuada
organización (véase por ejemplo el caso de la Unión de Ejidos Majomut), se
obtiene una mayor seguridad y diversificación de mercados, tanto para la
comercialización de los productos obtenidos como para la adquisición de
insumos. Asimismo, la seguridad que se obtiene a través de las
organizaciones es un aspecto clave en el funcionamiento de muchos
sistemas de manejo en México, ya que éstos son comúnmente susceptibles a
agresiones políticas, sociales y económicas que ponen en riego su capacidad
autogestiva.

4. C O N S I D E R A C I O N E S FINALES

A partir del análisis de las secciones anteriores es posible establecer una


serie de conclusiones finales sobre las necesidades futuras en el campo de la
evaluación de sustentabilidad. Estas conclusiones permitirán establecer las
líneas prioritarias de acción para fortalecer tanto el marco metodológico de
evaluación como la sustentabilidad misma de los sistemas de manejo.
Por lo que se refiere a la metodología, consideramos que el marco
MESMIS, tomado como una herramienta en desarrollo, resultó en general útil
para la evaluación de sistemas complejos como los sistemas de manejo de
recursos naturales campesinos. Este marco permitió comenzar a analizar de
manera integral e interdisciplinaria el comportamiento de los sistemas de
manejo y establecer recomendaciones y líneas de acción a fin de
fortalecerlos.

344

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 

C O N C L U S IO N E S

Existen empero varios aspectos metodológicos que deberán ser


trabajados a mayor profundidad en el futuro. Uno de ellos es el desarrollo de
dinámicas que fortalezcan el trabajo interdisciplinario de los equipos de
evaluadores en todas las fases de la evaluación y que permitan incorporar
más profundamente a los propios campesinos en el proceso de evaluación.
Asimismo, un aspecto clave para futuras evaluaciones de sustentabilidad es
la necesidad de elaborar estrategias para articular las diferentes escalas de
evaluación, desde la finca hasta la comunidad y desde la cuenca hasta la
región.
Los estudios de caso han permitido obtener un primer avance en la
construcción de indicadores ambientales, económicos y sociales relevantes y
de aplicabilidad práctica. Consideramos, sin embargo, que para éstos
últimos se requiere un mayor esfuerzo por parte de especialistas y equipos
de trabajo. De igual modo, es necesario desarrollar indicadores económicos
apropiados al contexto específico de la economía campesina. En efecto, los
indicadores financieros convencionales (tales como la relación Beneficio–
Costo, la Tasa Interna de Retorno y el Valor Neto Presente) asumen la
monetarización de todos los procesos productivos, resultando insuficientes o
inadecuados para situaciones de mercados imperfectos, con costos y
beneficios no valorados directamente en dinero y con un alto empleo de
mano de obra familiar.
Para el desarrollo futuro de estos aspectos metodológicos sería
conveniente organizar grupos de trabajo que, por un lado, analicen
diferentes experiencias de evaluación de sustentabilidad y discutan las
fortalezas y debilidades operativas del marco metodológico utilizado y, por
otro, aborden los planteamientos teóricos de la evaluación de sustenta-
bilidad.
En el contexto más general del sector rural de México, el análisis de los
estudios de caso deja claro que la problemática por la que atraviesan los
sistemas de manejo de recursos naturales en México es enormemente
compleja. La estrecha intersección de factores ambientales, tecnológicos,
económicos y sociales que limitan o favorecen la sustentabilidad de estos
sistemas exige un cambio en los paradigmas hasta ahora usados para el
desarrollo y la evaluación de alternativas de manejo.
Las alternativas de desarrollo rural que ponen por encima de todo la
maximización a corto plazo de la productividad y de la rentabilidad de los

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S U S T E N T A B I L ID A D Y S IS T E M A S C AM P E S IN O S

sistemas de manejo campesinos han mostrado ser inadecuadas para resolver


la problemática del manejo de recursos naturales y para alcanzar la
multiplicidad de objetivos deseados. Es urgente adoptar una visión integral
para generar alternativas que procuren niveles aceptables de productividad,
que permitan la conservación de los recursos base para la producción y de
los agroecosistemas a largo plazo y que promuevan el fortalecimiento de las
estructuras organizativas y de toma de decisiones entre los campesinos.
Afortunadamente, a pesar del panorama sombrío que nos presenta el
rápido deterioro social y ambiental del campo en México, existe un también
creciente número de ONGs, instituciones de investigación y desarrollo y
organizaciones de productores que están realizando importantes esfuerzos
para generar alternativas integrales hacia un manejo más sustentable de los
recursos naturales en el país. Esperamos que todos ellos encuentren en este
ejercicio de documentación y análisis un material útil y alentador para la
construcción de un futuro mejor en el campo mexicano.

5. B I B L I O G R A F Í A
Poder Ejecutivo Federal. 1996. Programa Forestal y de Suelo 1995-2000.
México: Gobierno Federal. 81 pp.
Toledo, V.M. 2000. Indigenous People and Biodiversity. En: S. Levin et al.
Encyclopedia of biodiversity. Academic Press. pp. 1181_1-13.
Sánchez, R. y R.B. Nigh. 1992. Certification of Organic Products in Mexico.
En: IX Conferencia Científica de IFOAM. Sao Paulo, Brasil (noviembre).
pp. 14-19.
Carabias J., E. Provencio y C. Toledo. 1994. Manejo de recursos naturales y
pobreza rural (Capítulo 4: Alcances y conclusiones). México: UNAM-
FCE. 138 pp.

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