Plegarias de Liberación
Plegarias de Liberación
Plegarias de Liberación
Kyrie eleison. Dios nuestro Señor, oh Soberano de los siglos, omnipotente y todopoderoso, tú que
lo has hecho todo y que lo transformas todo con tu sola voluntad; tú que en Babilonia
transformaste en rocío la llama del horno siete veces más ardiente y que protegiste y salvaste a tus
tres santos jóvenes; tú que eres doctor y médico de nuestras almas; tú que eres la salvación de
aquellos que se dirigen a ti, te pedimos y te invocamos, haz vana, expulsa y pon en fuga toda
potencia diabólica, toda presencia y maquinación satánica, toda influencia maligna y todo
maleficio o mal de ojo de personas maléficas y malvadas realizados sobre tu siervo... haz que, en
cambio, de la envidia y el maleficio obtenga abundancia de bienes, fuerza, éxito y caridad; tú,
Señor, que amas a los hombres, extiende tus manos poderosas y tus brazos altísimos y potentes y
ven a socorrer y visita esta imagen tuya, mandando sobre ella el ángel de la paz, fuerte y protector
del alma y el cuerpo, que mantendrá alejado y expulsará a cualquier fuerza malvada, todo
envenenamiento y hechicería de personas corruptoras y envidiosas; de modo que debajo de ti tu
suplicante protegido te cante con gratitud: “el Señor es mi salvador y no tendré temor de lo que
pueda hacerme el hombre.” “No tendré temor del mal porque tú estás conmigo, tú eres mi Dios,
mi fuerza, mi poderoso Señor, Señor de la paz, padre de los siglos futuros”. Sí Señor Dios nuestro,
ten compasión de tu imagen y salva a tu siervo... de todo daño o amenaza procedente de
maleficio, y protégelo poniéndolo por encima de todo mal; por la intercesión de la más que
bendita, gloriosa Señora, la madre de Dios y siempre Virgen María, de los resplandecientes
arcángeles y de todos sus santos. ¡Amén!
Espíritu del Señor, Espíritu de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Santísima Trinidad, Virgen
Inmaculada, ángeles, arcángeles y santos del paraíso descended sobre mí.
Expulsa de mí todas las fuerzas del mal, aniquílalas, destrúyelas, para que yo pueda estar bien y
hacer el bien.
Expulsa de mí los maleficios, las brujerías, la magia negra, las misas negras, los hechizos, las
ataduras, las maldiciones y el mal de ojo; la infestación diabólica, la posesión diabólica y la
obsesión y perfidia; todo lo que es mal, pecado, envidia, celos y perfidia; la enfermedad física,
psíquica, moral, espiritual y diabólica.
Quema todos estos males en el infierno, para que nunca más me toquen a mí ni a ninguna otra
criatura en el mundo.
Ordeno y mando con la fuerza de Dios omnipotente, en nombre de Jesucristo Salvador, por
intercesión de la Virgen Inmaculada, a todos los espíritus inmundos, a todas las presencias que me
molestan, que me abandonen inmediatamente, que me abandonen definitivamente y que se
vayan al infierno eterno, encadenados por San Miguel Arcángel, por San Gabriel, por San Rafael,
por nuestros ángeles custodios, aplastados bajo el talón de la Virgen Santísima Inmaculada.
Señor Jesús, tu has venido a curar los corazones heridos y atribulados, te ruego que cures los
traumas que provocan turbaciones en mi corazón; te ruego, en especial que cures aquellos que son
causa de pecado. Te pido que entres en mi vida, que me cures de los traumas psíquicos que me
han afectado en tierna edad y de aquellas heridas que me los han provocado a lo largo de toda la
vida. Señor Jesús, tú conoces mis problemas, los pongo todos en tu corazón de Buen Pastor. Te
ruego, en virtud de aquella gran llaga abierta en tu corazón, que cures las pequeñas heridas que
hay en el mío. Cura las heridas de mis recuerdos, a fin de que nada de cuanto me ha acaecido me
haga permanecer en el dolor, en la angustia, en la preocupación. Cura, Señor, todas esas heridas
íntimas que son causa de enfermedades físicas. Yo te ofrezco mi corazón, acéptalo, Señor,
purifícalo y dame los sentimientos de tu Corazón divino. Ayúdame a ser humilde y benigno.
Concédeme, Señor, la curación del dolor que me oprime por la muerte de las personas queridas.
Haz que pueda recuperar la paz y la alegría por la certeza de que tú eres la Resurrección y la Vida.
Hazme testigo auténtico de tu Resurrección, de tu victoria sobre el pecado y la muerte, de tu
presencia Viviente entre nosotros. ¡Amén!
Plegaria de Liberación
Oh, Señor, tú eres grande, tú eres Dios, tú eres Padre, nosotros te rogamos, por la intercesión y con
la ayuda de los arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel, que nuestros hermanos y hermanas sean
liberados del maligno que los ha esclavizado.
Oh, Señor, que dijiste “la paz os dejo, mi paz os doy”, por la intercesión de la Virgen María
concédenos ser librados de toda maldición y gozar siempre de tu paz. Por Cristo Nuestro Señor.
¡Amén!
ORACION DE LIBERACION
Monseñor Morales
Señor nuestro Jesucristo te adoro, te alabo, te bendigo, gracias por tu infinito amor por el que te
has hecho uno de nosotros naciendo de la Virgen María y por el que subiste a la Cruz para dar tu
vida por nosotros.
Con tu sangre preciosísima brotada de tus sacratísimas sienes traspasadas por espinas: cúbrenos,
séllanos, lávanos, purifícanos, libéranos, destruye en nosotros todo pecado, toda iniquidad, todo
poder maligno, todo poder satánico.
Con tu sangre preciosísima brotada de tu hombro y espalda llagados por la Cruz a cuestas:
cúbrenos, séllanos, lávanos, purifícanos, libéranos, destruye en nosotros todo pecado, toda
iniquidad, todo poder maligno, todo poder satánico.
Con tu sangre preciosísima brotada de tu costado abierto por la lanza: cúbrenos, séllanos, lávanos,
purifícanos, libéranos, destruye en nosotros todo pecado, toda iniquidad, todo poder maligno,
todo poder satánico.
Con tu sangre preciosísima brotada de tus pies y de tus manos traspasados por los clavos:
cúbrenos, séllanos, lávanos, purifícanos, libéranos, destruye en nosotros todo pecado, toda
iniquidad, todo poder maligno, todo poder satánico.
Con tu sangre preciosísima brotada de todo tu cuerpo llagado por los azotes: cúbrenos, séllanos,
lávanos, purifícanos, libéranos, destruye en nosotros todo pecado, toda iniquidad, todo poder
maligno, todo poder satánico.
"El niño Jesús sea la estrella que te guíe a lo largo del desierto de la presente vida."
-PADRE PÍO-
-Amén-