Esterilización y Calor Seco
Esterilización y Calor Seco
Esterilización y Calor Seco
El calor seco se obtiene por medio del horno, un mueble metálico de forma rectangular
o cuadrada, 40 % de aproximadamente 80 cm cúbicos, aunque se comercializan otros
de menor o superior tamaño. En su parte inferior o base, está situada la fuente de
calor; una resistencia eléctrica que ocupa todo el área del fondo del horno, la cual
queda cubierta por una tapa metálica perforada, por cuyos orificios pasa el calor, que
se disemina por todo el interior del horno, por medio de un ventilador ubicado en una
de las paredes laterales. A diferentes niveles de altura están situadas las parrilladas en
posición horizontal, donde serán colocados los materiales a esterilizar.
En la parte superior externa se encuentra un orificio ocupado por un regulador,
encargado de expulsar el exceso de aire del interior del horno. En la parte anterior,
debajo o al lado de la puerta presentan un panel donde se encuentra el interruptor, el
botón para regular el termostato, el termómetro y un bombillo piloto. Casi todos los
hornos tienen dos puertas; una interna de vidrio que se halla dentro de un marco
metálico y otra externa metálica forrada de amianto, con la cual se cierra firmemente el
equipo.
Uso del horno
El horno se utiliza para esterilizar cristalería de laboratorio, objetos de metal, aceites,
grasas sólidas o productos en polvo, que debido al bajo porciento de agua que
contienen no son penetrados suficientemente por la humedad generada por el vapor
de agua de las autoclaves.
Manipulación del horno
1. Coloque en las parrillas los materiales a esterilizar, debidamente preparados
cuidando de que queden separados entre sí y de las paredes del horno, que por ser
metálicas adquieren un mayor grado de temperatura y pueden quemar el material
comburente empleado, y para que el aire caliente circulante tenga acceso por igual en
toda la superficie del material a esterilizar.
2. Cierre firmemente la puerta.
3. Encienda la fuente de calor (automáticamente el ventilador comenzará a funcionar y
el bombillo piloto se encenderá)
4. Gire el botón del termostato hasta que indique la temperatura deseada y espere a
que el termómetro registre de 160 ó 180 C (en ese momento se apagará
automáticamente el bombillo piloto).
5. Comience a contar el tiempo de esterilización, que en este equipo debe ser de
90 minutos a 2 horas.
6. Transcurrido el tiempo de esterilización, apague la fuente de calor, accionando el
interruptor y espere hasta que el horno se enfríe para extraer el material.
La esterilización en horno requiere de una temperatura superior a la utilizada con el
autoclave, así como un tiempo de exposición más extenso, ya que el calor seco no se
distribuye uniformemente por todo el equipo como lo hace el vapor de agua,
garantizando de esta manera que en el área del horno donde se alcance menos
temperatura, exista la suficiente para que el material quede estéril.
Advertencia
Cuando el horno haya alcanzado una elevada temperatura no debe abrirse para
introducir o sacar algún material, ya que los paños, algodón etc. Empleados pueden
inflamarse por la penetración abrupta de oxígeno y ocasionar quemaduras al
manipulador.
LAS RADIACIONES
Las radiaciones empleadas en microbiología como método de esterilización son
esencialmente de dos tipos:
- Radiaciones ionizantes.
- Radiaciones no ionizantes.
Radiaciones ionizantes
Deben su acción a la capacidad de producir partículas que al interaccionarse ceden la
energía suficiente para producir ionización; fenómeno mediante el cual, una molécula,
átomo o ion estrictamente neutro, se ven privados de uno o mas electrones mediante
la acción de un campo eléctrico.
Los rayos gamma, rayos x y rayos catódicos, ejercen una acción letal sobre las
diversas estructuras, el ADN y las proteínas celulares, no solo por sus propiedades
ionizantes, sino además, por su elevada capacidad de penetración.
Aplicación: Se utilizan regularmente para la esterilización de inyectables, equipos
médicos, catéteres, jeringuillas plásticas y alimentos.
Advertencia: La exposición a las radiaciones ionizantes son nocivas para las células
del cuerpo humano, por lo que si su empleo es reiterado deben emplearse las medidas
de protección radiológicas establecidas.
Radiaciones no ionizantes
A diferencia de las radiaciones ionizantes, las no ionizantes tienen poca capacidad de
penetración. Su efecto esterilizante depende de que la energía propagada, procedente
de sus radiaciones electromagnéticas (luminosas) sean absorbidas por la célula
microbiana, oxidando las proteínas y los ácidos nucleicos, para dar lugar a la
inactivación de las enzimas, mutación genética o muerte.
Las radiaciones no ionizantes más empleadas en los laboratorios de microbiología y
en determinadas áreas del ámbito hospitalario, son las producidas por lámparas de luz
ultravioleta cuyo espectro está comprendido en rango de longitud de onda de 2600 a
2700 .
Aplicación: El poco poder de penetración de estos rayos lo hacen inefectivos para
esterilizar compuestos o medios de cultivo, además de que son agentes catalizadores
de la oxidación de las grasas, lo que acarrearía numerosos trastornos, sin embargo su
aplicación resulta efectiva para la esterilización del ambiente de quirófanos, cuartos de
siembra, etc. Así como para las paredes, piso y techo del inmueble o la parte externa
del mobiliario, siempre y cuando se cumpla la indicación referida al tiempo de
exposición y se tenga en cuenta la distancia entre la ubicación de la lámpara y el
objeto o espacio a esterilizar.
Las radiaciones de luz ultravioleta además de ser germicidas, son muy efectivas
contra las esporas.
En el trabajo diario la lámpara se debe encender 2 ó 3 horas antes de comenzar a
trabajar en el local.
Advertencias
- No se debe entrar ni permanecer en ningún local que tenga encendida la lámpara de
luz ultravioleta, pues ocasiona daños en la vista e incluso pueden producir
quemaduras cuando la exposición es prolongada, por lo que el interruptor debe estar
ubicado fuera del local.
- Debe chequearse periódicamente la lámpara para determinar su estado de
agotamiento, que en caso de ser significativo reduciría su capacidad germicida.