Lluïsa Vidal
Lluïsa Vidal
Este apellido usa forma española del nombre; el primero o apellido paterno es Vidal y el segundo o
materno es Puig.
Autorretrato
Información personal
2 de abril de 1876
Nacimiento
Barcelona
22 de octubre de 1918
Fallecimiento (42 años)
ibíd.
Causa de la muerte Gripe española y gripe
Nacionalidad española
Familia
Padre Francesc Vidal i Jevellí
Educación
Educada en Académie Julian
Información profesional
Área Pintura
Movimiento Modernismo (arte)
Género Retrato
Firma
Su padre era Francesc Vidal, ebanista, decorador y fundidor, dedicado al arte y los
negocios. Lluïsa creció en un ambiente propicio a las creaciones artísticas. Se educó con
su padre, recibiendo lecciones de Joan González (hermano del escultor Julio González),
de Arcadio Mas, del xilógrafo Gómez Polo; y en París, de Eugène Carrière. Influirían en
ella artistas como Rusiñol y Casas (este en el retrato, y Rusiñol sobre todo en cuanto a
soluciones compositivas).
Su participación en el mundo artístico se inició en Els Quatre Gats, donde fue la única
mujer que expuso. Colaboró en la revista Feminal, en ella ilustró cuentos de las mejores
escritoras catalanas del momento (Dolors Monserdà, Caterina Albert, Carme Karr, etc.).
En 1910 se incorporó al Instituto de Cultura y Biblioteca Popular para la Mujer, creado
por Francesca Bonnemaison, del cual fue presidenta del Tribunal de exámenes y jurado
de la sección de arte. También participó en el Patronato de Obreras de la Aguja, fundado
por Dolors Monserdà, y en La Llar, la residencia para estudiantes y profesores fundada
por Carme Karr.
Pintó muchos retratos a la sanguina y al óleo, ambas técnicas que siempre dominaría
excelentemente, también escenas íntimas de género, así como paisajes y fiestas
populares. Su pintura ha estado considerada como modernista por los tonos de su paleta,
el uso de la transparencia luminosa en los colores de fondo, y también en la elección de
los temas. Juntamente con Joaquín Mir, Oleguer Junyent, Julio González, Javier
Gosé, Ricard Canals, Josep Maria Sert, Ramón Pichot, y el joven Picasso; siendo incluida
dentro de la segunda generación de los modernistas. Algunas de sus obras, como el
retrato de la mujer de Miquel Utrillo, fue atribuida a Ramón Casas.
Índice
1 Biografía
2 Obra
2.2 Retratos
2.4 Paisajes
3 Estilo y técnica
4 Exposiciones
5 Legado
5.1 Eponimia
5.2 Invisibilización
6 Fuentes
7 Véase también
8 Referencias
9 Bibliografía
10 Enlaces externos
Biografía[editar]
Lluïsa Vidal i Puig nació el dos de abril de 1876 en el domicilio de Trafalgar, número trece,
siendo la segunda hija de doce hermanos, diez niñas y dos varones. Su nacimiento
coincidió con la exhibición del primer mueble de estilo Art Nouveau en la Gran Exposición
de París.
En aquellos años había problemas con la colonia de Cuba, se leía a Zola y a Dostoievski,
se escuchaba a Richard Wagner, ya se había inventado el teléfono, el nacionalismo
catalán crecía, y la Renaixença catalana estaba en plena
fiebre neogótica ecléctica en Barcelona. José Vilaseca, Antoni Gaudí, Lluís Domènech i
Montaner eran la vanguardia y comenzaban a construir edificios.4 En aquellos
momentos Cataluña contrastaba enormemente con el resto de España.5 Respecto a
Cataluña impusieron una política restrictiva y autoritaria. El movimiento
anarquista adquiría en Europa, una fuerza sin precedentes.
Francesc Vidal i Jevellí, padre de Lluïsa, era un exquisito mueblista que mejoró y
consolidó su posición social después de su matrimonio. Estudió en París y abrió una
tienda en el Pasaje del Crèdit, de muebles y objetos decorativos de su propio obrador y
también de objetos de arte de importación. Francesc trabajaba con materiales de
primerísima clase, con una artesanía impecable y perfeccionista en técnicas. Escogía
personalmente a los trabajadores para su obrador. La apertura de esta tienda fue un
acontecimiento importante en la vida cultural de Barcelona, sus ideas de decoración de
interiores era nueva. Era hijo de Lluís Vidal, un artesano exigente que tenía su ebanistería
en la calle de Argenteria, 22. Considerado como el mejor ebanista de la península ibérica,
tenía un gran prestigio nacional y estaba especializado en la fabricación de pequeños
objetos de madera exquisitamente trabajados.
La madre de Lluïsa, Mercè Puig i Buscó, fue una incondicional admiradora de los logros
de su marido, compañera ejemplar, dulce, sensible, refinada, virtuosa, bien educada y
mejor instruida de lo habitual. Estaba dotada para la música, y era hábil en todas las
tareas domésticas; dominaba además el alemán, el francés, el italiano, el castellano y
el catalán. Se crio en una familia muy religiosa. Era también una ávida lectora, inteligente
e imaginativa. En los primeros veinte años de matrimonio tuvo doce hijos. El padre de
Mercè era un reputado músico y compositor de música sacra. Mercè inculcó a su prole
virtudes como la obediencia, la cortesía, la modestia, la elegancia, el sentido del deber, la
sociabilidad, el espíritu de sacrificio, la humildad y una profunda fe religiosa y supo crear
un cálido clima de convivencia. Era una familia cariñosa. Los Vidal hicieron varios
cambios de domicilio, el primero en 1882, trasladándose a la parte alta del Paseo de
Gracia, a la planta noble del número 149.
Francesc Vidal inculcaría los valores propios de un artista que vive por su arte a sus hijos
y también el afán de independencia, destreza e ideales elevados. La estimulación
intelectual femenina se consideraba inadecuada y una pérdida de tiempo en aquellos
momentos. Vidal rompe esquemas, tomando fama de artista excéntrico que presume del
talento de sus hijas. La norma de mantener a la mujer y los hijos en casa, y apartados de
la vida cultural de la ciudad no se cumplía en la casa de los Vidal-Puig. Inculcó a sus hijos
el amor a lo que él consideraba los más elevados ideales: arte, belleza y música. Los hijos
procuraron complacerle. El perfeccionismo de Vidal provocaba diferentes respuestas
entre sus hijos y un cierto grado de competición entre sí.
Vidal procuró a sus vástagos los mejores profesores posibles, eso no era lo más normal
en la época. Las hijas mayores aprendieron idiomas: francés, alemán, italiano, castellano,
y catalán. También historia y literatura; y el capellán de la familia se encargó de la
educación religiosa. Las pequeñas fueron a la escuela parroquial de las Cortes, y luego a
la de San Gervasio, donde estudiaron con monjas irlandesas. Debemos tener en cuenta
que el ochenta por ciento de las mujeres de la época eran analfabetas. Los varones
también fueron a la escuela parroquial, pero se escapaban y se educaron en el obrador
de su padre. Federico, el heredero, tenía gran habilidad para el dibujo, Claudio, el
pequeño, creció mimado en un hogar de mujeres y nunca estuvo a la altura de Federico.
Francesc Vidal confió la preparación artística de Lluisa a los que consideraba los
maestros más interesantes y dotados. Pidió al xilógrafo Enric Gómez, hermano de Simó,
que le diera clases de dibujo. Lluisa descubrió que lo que quería hacer era pintar; y así
Vidal recurrió al pintor Joan González, considerado un dibujante extraordinario. Lluisa se
destacó siempre en la pintura, pero también tocaba muy bien el violín y cantaba. A los
diecisiete años estudiará pintura con Mas y Fontdevila, considerado uno de los mejores
pintores del periodo.
Lluïsa conoce al padre Jaume Collell, en Els Dachs, una masía situada en las afueras
de Vich, ciudad natal del abuelo Puig, donde iban a veranear. Jaume Collell era un
enérgico promotor catalanista a través de la prensa. Hizo amistad con Lluisa y sería su
confidente, alentador y corresponsal durante más de veinte años. También lo sería de
Merceditas, de Frasquita y de María, pero en menor grado.
La familia pasaba los meses más calurosos en San Gervasio, en su torre y en agosto se
trasladaban a Sitges, hasta mediados de octubre y participaban en la vida artística de
Sitges y de las amistades de las mejores familias. En aquellos momentos se hacían las
fiestas modernistas en Sitges que serían iniciadas por Santiago Rusiñol en 1892. Enric
Morera i Viura estrenó la ópera La Fada y también dirigiría la orquesta de un
nuevo poema sinfónico, interpretado y compuesto por Merceditas al piano.
Eran frecuentes los viajes a Vich, y a Alsacia, país natal de la abuela Buscó, la madre de
Mercè. Cuando tenía dieciséis años, Lluisa acompañó a su padre a Madrid,
al Escorial para realizar el marco del retrato de Felipe II, en aquel momento atribuido
a Sánchez Coello, sino hecho por la gran pintora italiana Sofonisba Anguissola, mujer
del siglo XVI, que el Duque de Alba había llevado a Madrid para que fuese pintora de la
Corte. Esa historia se repetiría con Lluisa, cuando algunas de sus obras fueron firmadas y
vendidas como si fueran de otro artista, Ramón Casas.8 9 Para Lluïsa, la única razón de
su viaje era el Museo del Prado. Así fue su primer contacto con la obra de los maestros
españoles. Lluisa siempre remarcó los méritos fundamentales de Goya y de Diego
Velázquez, quizás esas primeras visitas inspiraron su desarrollo de interesarse por el
retrato, pero también desde el punto de vista profesional consciente de las perspectivas
económicas del género retratístico.10 El director del Museo del Prado, Federico de
Madrazo, autorizó tanto a la hija y al padre, a permanecer en el Museo todo el tiempo que
quisieran.
En el año 1898, Lluïsa hizo su primera exposición en los Quatre Gats, teniendo veintidós
años, una de las pocas mujeres exponentes a lo largo de la historia del local.
Seguramente formó parte de una de las exposiciones colectivas.11 Algunos autores
dudan de que haya expuesto en "Els Quatre Gats",12 ya que en sus primeros años de
profesión, estaba muy dirigida por los puntos de vista estéticos y sociales de su padre. Y
se refuerza tal conjetura, por la línea de los Masriera, o de su maestro Arcadio Mas, que
se movían en un ambiente más refinado y no en el marco bohemio en el que se
enmarcarían los Quatre Gats.
Su carrera artística profesional la comenzó en 1898, con tres exposiciones, dos de ellas
exclusivamente de retratos. En abril, colgó tres retratos al óleo en la IV Exposición de
Bellas Artes e Industrias Artísticas de Barcelona. En esa exposición, había más de 2.000
obras, entre otras de Casas, Santiago Rusiñol, Brull, Joaquín Mir, Ramon Pichot,
y Arcadio Mas. En la ceremonia de clausura fue galardonada con una Mención honorífica
por su cuadro de Mossèn Collell. El retrato, así como las cartas y todos los dibujos que a
Lluisa le solían regalar por su santo, desaparecieron, seguramente quemados en
la guerra civil española.
A partir del éxito de aquella primera exposición oficial, los críticos comenzaron a reseñar
en serio su trabajo. Raimon Casellas, prestigioso crítico de la época, en una breve reseña
de la Exposición, publicada en La Vanguardia incluía a Lluïsa entre los artistas
consagrados. Decía que el retrato de la Noia de Sitges “era tan desembarazado y simple
de factura, tan sugestivo por carácter y la expresión que ya lo quisieran para los días de
fiesta muchísimos pintores retratistas del otro sexo”.13
El crítico del Diari de Barcelona Miguel y Badia afirmaba que “ejecutados con una
severidad y una sobriedad nada comunes hoy día, son los retratos de Lluisa Vidal, que
recomendamos a nuestros lectores por ser testimonio fehaciente del talento de la joven
artista”.13
Estancia en París[editar]
Lluïsa fue la única pintora española de la época, que completó sus estudios en París.
Viajó sola, en una época donde jamás viajaban solas. Se instalaría en París, a principios
de junio de 1901, en la pensión Durand, sobre el Boulevard Haussmann.
Primero visitó el Louvre, y la exposición del Salón de París, se sentía sola, aunque el
hecho de conocer artistas y visitar sus talleres le estimulaba la ambición artística, pero
también le socavaba la confianza en su propio talento.
Un amigo común le presentó a Henri Léopold Lévy, un pintor académico, y entre ellos se
estableció una estrecha y cordial relación. Lévy se convierte así, en el primer mentor de
Lluïsa en París. Lévy conocía muy bien las reglas del juego, mientras ella se sentía
perdida entre tantos artistas ambiciosos y con talento.
Se matricula en la popular "Académie Julian" que tenía fama de ser la única escuela de
artes para mujeres de todo París, y la más cosmopolita de las Escueles alternativas. La
academia basaba su exitosa estrategia en talleres separados para hombres y mujeres,
pero regidos por los mismos principios, utilizando modelos vivos. Estaba cerca
de Montmartre. Era una Escuela privada, fundada en el año 1873 preparando a artistas
para las exposiciones del Salón o entrar en la École des Beaux-Arts, patrocinada por el
Estado.
Las correcciones eran semanales a cargo de dos profesores de Bellas Artes, Henri Royer
y Jean-Paul Laurens. Los alumnos de la Escuela de Julian solían ser extranjeros, la tarifa
de inscripción era dos veces más cara en mujeres que en hombres, también la obra de las
mujeres se solía vender mucho más barata. El taller de mujeres era dirigido por Amèlie
Beaury-Saurel, coetánea del padre de Lluïsa, principalmente era retratista, y Lluïsa
encontraba su obra inteligentemente ejecutada, pero fría y exagerada.14
Baschet revisó el primer trabajo de Lluïsa, y encontró que su color era frío, pero le dijo
que tenía cualidades y que se veía que conocía el oficio. Lluïsa trabajaba en el taller ocho
horas al día y esperaba la corrección de Laurens, pero él la descalificaba sin
miramientos.15 Duró un mes más y luego comenzó a buscar una alternativa.
Benjamin-Constant era una posibilidad, pero no tenía un taller, y como en aquel momento
estaba en Inglaterra, fue al estudio de Henri Lévy, el cual le aconsejó que hiciera estudios
y que hasta dentro de un tiempo no hiciera obras terminadas.16
En agosto de 1902, se trasladó a Inglaterra con los Durand, donde se decidió a pintar al
aire libre. Visitó los museos más importantes, Joseph Mallord William Turner la alabó
como exquisita y Jean-François Millet, magistral. Londres la impresionaría mucho.
Una vez de nuevo en París Lluïsa se dedicó a copiar obras en el Louvre, y por las tardes
copiaba del natural, en un estudio que había alquilado para completar su formación. Más
adelante vuelve a la Academia Julian, sin entusiasmo, y pide una reducción de tarifa que
no conseguirá. Después de eso, Lluïsa decidió estudiar con Georges Picard y Eugène
Carrière en la Academia particular de Georges Humbert, director de los estudios
femeninos de la Escuela de Bellas Artes.17 Los maestros de esa Academia eran
conocidos por su disposición a la crítica constructiva.18 Esta academia le gustó mucho
más que la de Julian. El ambiente de aquella escuela era más apropiado para Lluïsa, aquí
se exigía un uso más vivo del color que en la Academia Julian. Además, a Lluïsa le
interesaba tal Academia para estudiar con Carrière. Ignacio Zuloaga, Santiago
Rusiñol, Ramón Casas, y Miguel Utrillo habían pasado por su estudio.
Lluïsa sucumbió como muchos otros, al encanto de Carrière, y éste le recomendaba sobre
todo sencillez y le parecía que Lluïsa era demasiado habilidosa.
Lluïsa pudo vender obras a la Galería Daunon, con una compañera chilena de la
Academia Julian, soliendo hacer bocetos las dos juntas a orillas del Sena, aunque a veces
también trabajaba sola.
Terminó su curso de tres meses en la Academia Humbert, hacia fines de 1901. Mientras
esperaba la decisión del padre, visitaba museos, y trabajaba copiando en el Louvre, y
también en su estudio con un modelo.
A partir de 1902, asistía cada sábado a conferencias sobre historia del arte que daba, en
la École del Louvre, Lafênestre, el antiguo director del museo.
Lluïsa retorna a Barcelona llamada por su madre, ya que tres de sus hermanas estaban
enfermas, y María estaba trabajando en Alemania. En aquellos momentos, Barcelona
estaba sacudida por las huelgas y los conflictos sociales.
Más adelante volverá a París, pero su padre le sugiere que continúe trabajando por su
cuenta y que no vuelva a la Académie, ya que en ese momento están pasando
dificultades económicas.20 Por suerte, Picard se brindó a continuar corrigiendo sus obras.
Lluïsa fue la única que no tuvo dificultades para obtener dinero cuando estaba en el
extranjero, no pasando lo mismo con sus hermanos, ni con Frederic, ni con María, ni
después con Claudi.
Cuando se inauguraró el Saló, Lluïsa fue a verlo, y los cuadros de Joaquín Sorolla la
abrumaron.21 Aquella primavera recibió cartas, de su padre y de Manuel Fuxà,
desaprobando el cambio que tomaba su pintura, lo que le desagradó mucho. Pero Picard
la seguía alentando.
De nuevo en Barcelona[editar]
Al año de su estancia la llamaron para que volviera a Barcelona. Volvió con un montón de
obras. Los Vidals, aquel verano alquilaron una casa en Blanes, querían un lugar más
tranquilo y Lluisa estaba deseando pintar al mar. Julia había intentado casarse
con Manuel de Montoliu tres veces, pero su padre se negó las tres a darle su
consentimiento. También la familia Montoliu se oponía. Júlia se casará de todas maneras,
y Francesc Vidal le va prohibir tornar a la casa.
Poco después que Lluïsa retornó de París, la familia Vidal se instalará en San Gervasio,
pero conservaron el piso de Paseo de Gracia. María se decidirá quedarse en Alemania, y
Frederic en aquellos momentos hacía jornadas de doce y catorce horas en el obrador, lo
que demostraba el indiscutible éxito de sus proyectos de vidrio alveolado que había
estudiado en Inglaterra.22
A partir de 1903, se dedicó a preparar una exposición tras otra. Pèl & Ploma le publicará
cuatro pinturas, y diversos estudios y dibujos; y retornará a exponer en la Sala Parés,
ocupando el espacio central. A septiembre de 1903 Pèl & Ploma publicó ocho
reproducciones de sus obras más recientes. La influencia parisina en las obras
reproducidas era evidente por la diversidad de tendencias.
Momentos difíciles[editar]
Profesión y familia[editar]
1905
En 1905, Carlota muere de viruela, quedando la familia hundida por la tragedia, sobre
todo el padre de Lluïsa que se siente enormemente culpable, por no haber dejado
vacunar a su familia. Ese mismo año envía un cuadro al Salón de París que es
rechazado. Aquel verano irán a Blanes, y Lluïsa aprovechará para preparar la próxima
exposición. El padre Francesc comenzaría a comportarse de una manera irracional,
reduciendo gastos en el hogar y el obrador, volviéndose reservado y acusador. Para
principios de 1906 se desmorona física y mentalmente. En marzo de ese año, Lluïsa
participará en otra exposición colectiva de la Sala Parés en la que expuso trece obras,
pinturas, y estudios hechos al aire libre. La exposición levantó controversia debido al
retrato que le hizo a María Pella, la cual se disgusta por el modo como la había plasmado,
y le pide que la retire de la exposición, mas Lluïsa no accederá a esa petición.
El periodista Roviralta se refería a Lluïsa como ejemplo de la lucha de la mujer, en el
diario republicano catalanista El Poble Català, con el permiso de Lluïsa.
1907
La familia alquiló un piso en la tercera planta de la casa Ferrer-Vidal, un nuevo edificio
modernista de Enric Sagnier, al 269 de la calle de Provenza. Lluïsa pasaba mucho tiempo
en Blanes preparando exposiciones. La familia trataba de mantener una apariencia
burguesa próspera, aunque pasaban auténticas necesidades económicas. Aquel cambio
de circunstancias contribuyó a acentuar su sensibilidad feminista, y la empujó a la acción
social, dentro de los límites de su posición y de sus creencias religiosas.26
Hacia el fin de 1907, el Círculo Artístico organizó en la Sala Reina Regente, una
exposición de autorretratos patrocinada por la casa real. Lluïsa, la única pintora
representada, colgó el óleo intitulado Posant-se la jaqueta (Poniéndose la chaqueta),
valorado en 1.000 pesetas.
1908
Francesc Vidal retorna a Olot y vivirá en San Gervasio con sus hermanas. Mercè intentó
reconciliarse con él sin éxito. Vidal continuó recluido, ignorando a su mujer, pero
manteniendo el dominio sobre los hijos. Cuando se sintió de nuevo fuerte para volver al
obrador, lo primero que hizo fue despachar a Federic, que en enero de 1908 se
embarcará a Buenos Aires, donde allá conseguirá triunfar como piloto de coches. Claudi
en aquellos momentos se encuentra en Londres pasando hambre, ya que su padre no le
envía dinero. Júlia estaba en Alemania, y Maria en Mannheim también con graves
problemas económicos.
Como con lo que hacía no tenía suficiente para cubrir las necesidades de la familia, Lluïsa
decidirá dar clases particulares de arte en su estudio de la calle de Provenza. Debido a
ello, su producción creativa se resintió.
1909
Frasquita se casa en mayo de 1909 con Felip Capdevila, y su padre le niega la dote.
Lluïsa retorna a exponer en la Sala Parés, en mayo de 1909 junto con Pepita Teixidor,
exponiendo doce cuadros. Feminal dedicó varias páginas a alabar la exposición.27
Activa y comprometida[editar]
Lluïsa y su familia eran cada vez eran más autosuficientes. Después de cinco años de
enfermedad y comportamiento disfuncional, Francesc Vidal reapareció con un nuevo taller
en la Casa Fuster, con capacidad para cien trabajadores. Comenzó a anunciarse en los
periódicos y en los catálogos de las exposiciones. Pero las relaciones con la familia
seguían siendo difíciles. Claudi retornaría de Londres, y fue a trabajar con su cuñado Felip
Capdevila. Lluïsa en aquellos momentos participó en la Tómbola del Trabajo de la Mujer
Catalana, donó un cuadro, y también participó con la Tómbola, que se hizo por Raimon
Caselles, donando un desnudo a la sanguina, esa última Tómbola la organizó la galería
de arte de Faianç Català para recoger dinero para la viuda de Casellas, y para hacerle un
monumento al difunto.
1911
Este año abrió una Academia en la Calle Grande de Gracia, en el antiguo estudio
de Isidre Nonell. Así, impartía cursos de modelado en yeso, decoración, acuarela, dibujo y
pintura con modelos vivos. Eran cursos de tres horas diarias, y costaban cincuenta
pesetas. Corregía tres veces por semana los trabajos de sus alumnos. También hacía
cursos de dos horas, de ocho y media a diez y media tres días a la semana, que solo
costaban quince pesetas, pensados para principiantes. En las clases de once a una, se
doblaba el precio, pues Lluïsa contrataba modelos para las sesiones de esas horas.
También daba clases individuales un domingo si, y otro no. Y, generalmente en julio hacía
exposiciones de obras de las alumnas de su estudio. En el estudio tenía colgados sus
cuadros, dibujos, estudios, abanicos pintados, máscaras... Lluïsa continuaba activamente
pintando retratos.
Como ilustradora[editar]
Lluïsa ilustrará el relato mensual de la revista Feminal durante los años 1907 al 1915, con
ello conseguirá un ingreso regular, aunque insignificante. También participó en el
incipiente movimiento feminista catalán y colaboró en eventos culturales y sociales.
También diseñó la bandera de la Federación Sindical de Obreras, que se fundaría
en 1912, como un favor personal a la fundadora y amiga de Lluïsa, Maria Domènech de
Cañellas.
1913
En enero de 1913, Frederic después de cinco años retornará a la casa, habiendo triunfado
como piloto automovilístico en Sudamérica. Ocupó el lugar del padre en el trabajo, no sin
que éste intentara hacerle la vida imposible. Lluisa se sintió aliviada por el hecho de poder
compartir una parte de responsabilidad familiar con Frederic. Marta trabajaba de
secretaria, y Rosina de bibliotecaria en la Biblioteca de Cataluña, con ello se cubrían sus
gastos.
1914
En la primavera de 1914, hizo una exposición en la Sala Parés, donde la prensa
de Barcelona en aquellos momentos la trata de ”ilustre dama” y “celebrada artista”. 30 La
exposición fue considerada un gran éxito. Y Carme Karr, bajo el pseudónimo de Joana
Romeu, con el cual escribía en la revista Feminal, manifestaba su indignación por el
tratamiento tan sexista que recibía de la premsa.
1915
Lluïsa se suscribió a la revista de arte de Folch y Torres Vell, y Nou, y concurre a la
moderna galería de arte de Josep Dalmau i Rafel. En la primavera de 1915 envió
a Madrid para la Exposición Nacional de Pintura, Escultura y Arquitectura dos óleos
titulados Otoño y primavera, y A pleno sol.
Colaboradora en la causa pacifista[editar]
Durante la primera guerra mundial apoyó la causa pacifista. En 1915, en una reunión
del Ateneo Barcelonés las feministas católicas fundaron el Comité Femenino Pacifista de
Cataluña, y Lluïsa se incorporó como una de las vocales de esa organización.
1906
En octubre de 1916 se hace la Tómbola para el monumento de Pepita Teixidor, donde
Lluïsa brinda una obra de la Sala Parés. El monumento se erigiría en el Parque de la
Ciudadela.
1918
En la primavera boreal de 1918, la gripe causará millones de muertos en todo el planeta,
sin haber tratamiento alguno contra la dolencia; siendo el 12 de octubre que haría
testamento dejando su patrimonio y sus posesiones a sus hermanas solteras. No pudo
hacer constar su profesión, ya que los documentos legales españoles no permitían la
figuración de la profesión de las mujeres.
Obra[editar]
Lluïsa Vidal se especializó en retratos, en escenas íntimas de género, paisajes, y
celebraciones populares pintadas al aire libre. Su pintura ha sido considerada como
modernista por los tonos de su paleta, por el uso de la transparencia luminosa en los
colores de fondo, y también por la elección de los temas.
Cirici Pellicer afirmó que Lluïsa Vidal aportó al movimiento una única visión artística
femenina, y que fue bastante parecida a la de Berthe Morisot dentro del
movimiento impresionista de Francia.32
Como las mujeres no podían cursar estudios oficiales, no podían disponer de los modelos
que había en las escuelas. Así Luisa, inteligentemente, usó a sus hermanos y hermanas,
muy a menudo, pero eran modelos neófitos, impacientes, y tenía que trabajar con rapidez,
por eso muchas veces utilizaba sanguinas33. Su pintura reflejaba poder de observación
como artista y como mujer, su obra en general tiene intensidad pictórica y una mirada
directa.
Aunque Lluïsa conoce la producción de los nuevos artistas del momento, el entorno en el
que se mueve es el de los pintores de la Sala Parés. Aquí hizo exposiciones durante toda
su vida profesional. La producción plástica de Lluisa se movía dentro de la tradición
modernista moderada. Únicamente Lluïsa y Pepita Teixidor desarrollaron su labor de
pintores exponiendo regularmente y teniendo una clientela fiel. Pepita se dedicó a la
pintura de flores, un género considerado femenino y Lluisa tuvo que recurrir a la
enseñanza, para completar las ganancias que obtenía como artista.
Todos los profesores que Lluïsa tuvo en París se habían alejado de un modo u otro de la
tradición artística a partir de indagaciones propias, esto favoreció que Luisa conociera
planteamientos pictóricos diversos. Su aprendizaje fue heterogéneo, y sus influencias se
pueden reconocer en la pintura de Lluïsa:
los temas elegidos, la elección cromática y el uso vibrante de los colores de Arcadio Mas
las tonalidades más sombreadas de Carrière
y los fondos fluidos y las pinceladas las aprendió de los grandes maestros españoles,
sobre todo de Diego Velázquez.
Al retornar de París, en 1903, le representó una cierta consagración, la influencia parisina
era evidente por la diversidad de tendencias.
En octubre de 1903, expuso en la Sala Parés diez óleos y dos dibujos a la sanguina. Los
críticos una vez más alabaron a Lluisa por su extraordinario talento masculino.
Aplaudieron la excelencia y la variedad de la pintora, la creación de arte superior
mediante un dominio técnico absoluto, la firmeza del dibujo, y la fuerza y la veracidad del
color.35 El crítico Raimon Casellas publicó un artículo en La veu de Catalunya en el que
dedica comentarios muy positivos hacia Lluïsa, en los que comentaba la magnífica
impresión que le había causado el virtuosismo de su arte.36 Pero también el cronista la
critica por no descubrirse a sí misma, sino a otros pintores. Lluisa lo que quería era
demostrar en aquellos momentos, su versatilidad artística. Todo lo que había expuesto en
la Sala Parés formaba parte de las nuevas tendencies aceptadas por el arte francés.
Para Casellas el cuadro que consideró como la clara demostración de talento y el carácter
de Lluïsa será La nena del gatet negre, tiene muchas cualidades que lo hacen atractivo, la
resolución de los espacios interiores y exteriores, esto también se puede observar en
otros cuadros como Les mestresses de casa o en la Maternitat. Es muy interesante para
el tratamiento de la perspectiva, la luz y el sombreado. Los interiores tienen un juego de
luz y sombra a través de los corredores, puertas medio abiertas o medio cerradas, que
dan a otras puertas o otras ventanas, parecen representar una visión personal de Lluisa
en la frontera del interior al exterior o viceversa.37
Retratos[editar]
Entre sus clientes estaban: Maria Luisa Güell, Mossèn Jaume Collell de Vich, Carme
Karr, Caterina Albert (Victor Català), Dolors Monserdà, Margarita Xirgu, Ricard
Canals, Manuel Fuxà entre otros.
Lluïsa pintó un retrato de Dolors Vidal, esposa de Miquel Utrillo, director de Pèl & Ploma,
posteriorment ese retrato se atribuiría erróneamente a Casas.38 Posiblemente se debió a
evidentes paralelismos entre la pintura de Lluisa y la de Casas. En la obra de los dos se
puede observar la influencia de Diego Velázquez, la de Sargent, Whistler,
y Manetposteriormente. Lluïsa tenía menos oportunidades profesionales y pintaba un
entorno femenino más limitado, el mundo íntimo de la familia y amigos. La cotización
de Casas creció sin parar, mientras la pintura de Luisa no fue nunca codiciada.35
Como mujer tenía dificultad para trabajar con modelos, por lo que la mayoría eran sus
familiares más directos.33
Sin título , 1903-1905
Lluïsa conoció el diario "La Fronde" y el entorno del feminismo parisino, por lo tanto la
intención de este dibujo quizás fuese representar la capacidad de confrontación y
transgresión de Dolors Monserdà.
Muchos de los encargos que recibió, ponen de relieve el reconocimiento público y plenitud
profesional.
Autorretratos
Tiene tres autorretratos conocidos, cada uno en una posición diferente. El primero es una
declaración de intenciones, vestida con bata, delante del caballete, con la paleta y el
pincel. La mirada es directa y concentrada, y tiene una actitud nítidamente profesional. El
segundo es un dibujo a carbón. El tercero, titulado: Posant-se la jaqueta (Poniéndose la
chaqueta), de 1908, la pintora en el estudio se prepara para marcharse después del día
de trabajo. A fines de 1907, el Círculo Artístico organizará en la Sala Reina Regente, una
Exposición de autorretratos patrocinada por la casa real. Lluïsa, fue la única pintora
representada, colgando el óleo intitulado Posant-se la jaqueta, valorado en 1.000 pesetas.
Los críticos lo alabaron, porque era un cuadro lleno de vida, pintado con energía y
libertad. Acababa de cumplir treinta años, rellenita y muy elegante, era la artista que se
dispone a salir del estudio. Mas, no hay satisfacción en su expresión, no es alegre lo que
le espera. Está hecha en tonos oscuros, los tres espacios verticales de la composición la
sitúan en el centro, la paleta y los cuadros representan el ámbito seguro y lleno, por otro
lado la puerta oscura la espera.39
Tenía un buen conocimiento del mundo privado femenino, en contraste con el mundo
exterior masculino, que también conocía como profesional.40 A diferencia de las
tradicionales representaciones domésticas pasivas, las imágenes de Lluïsa solían estar
involucradas de una forma activa en las situaciones.41
Ejemplos de esas expresiones íntimas, son: Maternidad, La nena del gatito negro, y Las
amas de casa
En algunas de estas pinturas podemos ver espacios cerrados iluminados desde fuera,
corredores con ventanas, interiores con luz al fondo o detrás de la puerta, balcones que
parecen jaulas, jardines cerrados, todo ello podían ser metáforas de las barreras que
tenían las mujeres de ese momento.42 Lluïsa conoce la producción de los autores
"modernos" catalanes, y la huella de Rusiñol se ve presente en los dos ambientes que
dominan la escena de este cuadro. Josep Mirabent, que admiraba el talento de Lluïsa, le
compró el cuadro Maternitat.43
Paisajes[editar]
A Lluïsa le gustaba pintar al aire libre. Viajaba y colocaba su caballete al aire libre. Incluyó
estos trabajos en las exposiciones. Pintó playas de Sitges y de Blanes entre otros, pero
también pintaba bosques y otros paisajes. También pintaría en París, bajo un puente del
Sena. La mayoría de esas obras, como muchas más de la pintora se encuentran en
colecciones particulares.
Estilo y técnica[editar]
Simultaneaba técnicas diversas con preferencia de dibujos a la sanguina y al óleo. En el
conjunto de su obra, las pinturas, los dibujos y las ilustraciones mantienen una estrecha
relación. El óleo y el carbón fueron sus medios preferidos. La pintura de Luisa estuvo muy
influida por los maestros españoles, pero el modernismo era visible en los tonos de su
paleta, en el uso de la transparencia luminosa, en los colores de fondo, y en la elección
cada vez más frecuente de temas simbólicos.32 Dominaba perfectamente la técnica
preferida de las mujeres: la acuarela, pero no la inspiraba, la utilizaba antes para bocetos
preparatorios de los cuadros al óleo.
Exposiciones[editar]
Cronología de exposiciones
3. ↑ Palau, Maria (18 de febrero de 2013). «Modernisme 23. ↑ Rudo, 1996, p. 147.
24.
femení Un llibre dedicat a Lluïsa Vidal, la primera dona que ↑ Rudo, 1996, p. 161.
va fer de la pintura la seva professió, descobreix desenes 25. ↑ Rudo, 1996, p. 166.
d'obres seves en les col·leccions particulars». El Punt
26. ↑ Rudo, 1996, p. 171.
Avui (en catalán). Consultado el 22 de junio de 2013.
10. ↑ Rudo, 1996, p. 75. 33. ↑ Saltar a:a b Panadès, 2001, p. 105.
12. ↑ Panadès, 2001, p. 107. 35. ↑ Saltar a:a b Rudo, 1996, p. 148.
13. ↑ Saltar a:a b Rudo, 1996, p. 85. 36. ↑ Rudo, 1996, p. 149.
46. ↑ El País (28 de marzo de 2013). «Quadern. singular gracias a haber nacido en el seno de una familia
excepcional.»
Lluïsa Vidal i altres dones pintores» (en catalán).
Oltra Esteve, Consol (2013). Lluïsa Vidal. La mirada d'una Biografía de la autora (en catalán) - en Enciclopedia
dona, l'empremta d'una artista. Barcelona: Salvatella Catalana
dona entre els mestres del modernisme. Barcelona: Boletín de los museos de Arte de Barcelona. Julio de 1935.
Fundació la Caixa. p. 176. ISBN 9788476647448. Nº. 50 Vol. V (en catalán)
Ràfols, J.F. Diccionario Ràfols de artistas de Catalunya, L'exposició Lluïsa Vidal a la Sala Pares (en catalán)
Valencia y Baleares. Vol.6. Barcelona: Edicions Catalanes.
Feminal Any 1914, núm 87 (28 juny 1914) (en catalán)
Ràfols, J.F. (1935). Butlletí dels Museus d'Art de
Art Nouveau Magazine Herstory (en catalán e inglés)
Barcelona. Nº50,. Barcelona.
Spanish Artists from the Fourth to the Twentieth Century: A
Rudo, Marcy (1996). Lluïsa Vidal, filla del modernisme.
Critical Dictionary (en inglés) - en Frick.org
Barcelona: La Campana. ISBN 8488791305.
Proyectos Wikimedia
Rius Vernet, Núria. Dels fons a la superfície: obres
Datos: Q10530812
d'artistes catalanes contemporànies anteriors a la
Multimedia: Lluïsa Vidal i Puig
dictadura franquista. Barcelona: Centre de Cultura de
Control de autoridades
Dones Francesca Bonnemaison.
Identificadores
p. 168. ISBN 9788461220045. WorldCat
VIAF: 50061236
ISNI: 0000 0000 6682 6746
BNE: XX986983
CANTIC: a10695886
GND: 120609819
LCCN: nr98030820
ULAN: 500040316
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