Salmo 51
Salmo 51
Salmo 51
Esta es una oración muy personal; nótese con cuánta frecuencia David usa «yo», «mí» y «mi pecado». Sus ojos no están
sobre algún otro; están sobre él y en el Señor.
1.4-El versículo 17 sugiere que el corazón de David no sólo se contaminó, sino que también se
endureció. Cuando albergamos el pecado, este endurece el corazón. Los ojos de David también
quedaron afectados; todo lo que veía eran sus pecados (v. 3).
1.5-Por lo general, los que tienen la conciencia sucia están a la defensiva, preguntándose cuánto
sabrán los demás. El pecado también afectó sus oídos, porque perdió el sonido del gozo y la alegría
(v. 8). Nada le suena bien a alguien que está fuera de la comunión con Dios.
1.6-Incluso los labios de David se afectaron, porque ya no podían testificar ni siquiera cantar alabanzas
a Dios (vv. 13–15). Nada cierra la boca del cristiano como el pecado sin confesar. Su mente quedó
afectada, porque suplicaba sabiduría (v. 6). El ser interior (corazón y espíritu, v. 10) estaba fuera de la
comunión con Dios (v. 11) y no había alegría.
1.7-Dios no retira su Espíritu Santo cuando pecamos (Jn. 14.16), pero sí entristecemos al Espíritu y
por consiguiente perdemos su comunión y ayuda (Efe. 4.30–32). ¡Nunca olvidemos el alto costo de
pecar!