Modelos de Recuros de Apelacion NCPP

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 29

Expediente : Nro. 145-2015.

Juez : Juzgado Colegiado Transitorio.


Especialista : Aliaga Fernández.
Delito : Robo agravado.
Sumilla : Interpongo recurso de Apelación de
Sentencia.

AL JUZGADO PENAL COLEGIADO TRANSITORIO DE LA CORTE SUPERIOR


DE JUSTICIA DE CAÑETE:

ABOG. LUIS ANGEL CHUQUISPUMA


SAUÑE, abogado defensor de BRANDY SAUL
CHAVEZ QUIROZ, en los que se le sigue por la
presunta comisión del delito de Robo Agravado, en
agravio de CELESTE SAYURI MENACHO
ZAVALA; ante Usted Muy respetuosamente Digo:

Que, estando notificado la sentencia N° 49-2015/JPCT-CSJCÑ/PJ, recaída en la Resolución


N° Seis de fecha 10 de noviembre de 2015, donde el Juzgado Colegiado Transitorio en lo
Penal de la Corte Superior de Justicia de Cañete, falla condenando a mi patrocinado por el
delito de robo agravado, a la pena de doce años de pena privativa de libertad, Interpongo
Recurso de Apelación, señalando las formalidades que exige la norma art. 405 inciso 1:

a) Que sea presentado por quien resulte agraviado por la resolución.

Al respecto esta formalidad que exige la norma, es lógico que una persona que es
sentenciada a doce años de pena privativa de libertad, le cause un gran agravio, ya
que priva de la libertad ambulatoria que tiene mi patrocinado, BRANDY SAUL
CHAVEZ QUIROZ.

b) Que sea Interpuesto por escrito y en el plazo establecido por ley.


Como se trata de una sentencia, esta debe ser presentada por escrito, ya que esta
norma tiene relación con el trámite de la sentencia, art. 421 inciso 1), donde nos dice
que la “sala conferirá traslado del escrito de fundamentación del recurso de apelación
por el plazo de cinco días”, como es de advertirse, como tal está siendo presentada
por escrito y dentro de plazo legal señalado por ley.

c) Que se precise las partes o puntos de la decisión a los que se refiere la


impugnación y la fundamentación de hecho y derecho.
Que, del punto II de la parte Considerativa, parte tercera y cuarta, la sentencia
recurrida ha valorado medios probatorios de manera individual y conjunta vulnerando
para ello el principio de inmediación, oralidad y de contradicción, principios que se
encuentra establecido en el artículo 356° del Decreto Legislativo 957, dichos medios
probatorios son los siguientes: La declaración previa de Luis Carlos Colorado
Barahona, el mismo que ha sido valorado, La declaración previa de Marden Jair
Flores Espinoza, La declaración previa de Hugo Jerzon de la Cruz Ramos y de la
pericia del Certificado Médico Legal N° 000714-L, cuya pericia tenía que ser
ratificada por el Perito Alfonso Gómez Castillo.

Que, en ese sentido, señores Jueces es de verse que ha sido introducida la declaración
de testigos como documentales, así como del perito médico legal, vulnerándose para
ello con el principio de inmediación, principio que es recogido por nuestro modelo
procesal vigente, el mismo que cautela los derechos del procesado ante el juzgador,
ya que la prueba no habla por sí sola, sino que los mismos deben ser actuados en
juicio, es decir, en contacto con el juzgador, para efectos también de que las partes
puedan ejercer su derecho de contradicción, derecho fundamental a la defensa que ha
sido vulnerado por el juzgador al admitir dichas testimoniales como documentales
mediante su declaración previa. Para mayor abundamiento con respecto al principio
de inmediación el maestro Jauchen sostiene: “El principio de inmediación significa
que el juez debe configurar su juicio sobre la base de la impresión personal que ha
obtenido del acusado y de los medios de prueba; en este sentido no está autorizado
a remplazar el interrogatorio de testigos por la lectura de un acta, confeccionada
por un juez comisionado. Por lo tanto, el tribunal que dicta la sentencia tiene que
percibir por sí mismos (inmediación formal) y además el tribunal tiene que extraer
los hechos por sí mismos de las fuentes, es decir, no está autorizado a utilizar ninguna
prueba subrogada (inmediación material)”1. Asimismo, Andrés Baytelman y
Mauricio Duce, afirman lo siguiente: “Que la regla general del sistema solo
considera como testigo a la persona que comparece al juicio a prestar su declaración
en la audiencia, sometiéndose a las reglas del examen y contraexamen. Su
declaración personal no puede ser sustituida o reemplazada por la lectura de sus
actas anteriores en la que consten versiones previas de las mismas……Solo es testigo
y puede ser valorada como prueba testimonial la declaración presentada en juicio
por la persona que comparece al tribunal bajo el formato de presentación de prueba
testimonial (examen directo y contraexamen)”2.

Por lo antes expuesto, es de verse que el principio de inmediación importa una idea
general sobre la necesidad de que todas las partes y el órgano jurisdiccional obren
juntos y que, de este modo, perciban personalmente la producción de las pruebas con
prescindencia de toda otra intermediación. Principio de inmediación que ha sido
vulnerado por el colegiado al admitirse las declaraciones de los testigos antes
señalados y del perito mediante documentales; yendo para ello en contra del sistema
adversarial que rige nuestro modelo procesal vigente, el mismo que prevé que los
testigos y los peritos sean sujetos tanto al examen directo y contraexamen,

1
Eduardo, Jauchen. (2012). Tratado de derecho procesal penal. El juicio. Capítulo 15. Editorial Rubinzal
Culzoni. Pag. 300 – 301.
2
Andrés, Baytelman y Mauricio, Duce. (2011). Litigación penal y juicio oral. Examen directo de testigos.
Capítulo III. Editorial Ibañez. Pag. 96.
contraexamen que no ha sido posible realizar en todas sus dimensiones, ya que el
juzgador admitió las declaraciones brindadas en sede fiscal de los testigos antes
referidos, vulnerándose el derecho de contradicción y al contraexamen que le es
garantizado a todo procesado, asimismo, en nuestro Sistema Acusatorio Adversarial,
se pretende que los testigos declaren oralmente ante el juez y que estos jamás se
sustituyan sus declaraciones por documentos3. Asimismo, el colegiado admitió que
se dé lectura del Certificado Médico Legal Certificado N° 000714-L, el mismo que
tenía que ser ratificado por el perito ofrecido por la fiscalía, sin embargo, se admitió
una vez más la documental de dicha pericia sin la ratificación del mismo por el perito
a cargo, vulnerándose una vez más los principios de inmediación y de contradicción,
principio de contradicción que es una derivación de la garantía constitucional de la
inviolabilidad del derecho de defensa (artículo 139° inciso 14 de la Constitución
Política del Estado). Por ello es que el artículo IX del Título Preliminar del Código
Procesal Penal de 2004 señala que toda persona tiene derecho a intervenir en plena
igualdad en la actividad probatoria, y en las condiciones previstas por la ley a utilizar
los medios de prueba pertinentes4.

Por todo lo aunado, es de advertirse de manera inteligible que se ha vulnerado los


principios de inmediación, oralidad y de contradicción, ya que de los medios
probatorios antes señalados han sido valorados vulnerándose los principios citados,
más aún cuando en la actividad probatoria se nos ha recortado nuestro derecho al
contraexamen, el mismo que se encuentra inmerso en el derecho de defensa, el cual
se encuentra establecido en los Artículos I inciso 2 y 3, IX inciso 1 del Título
Preliminar del Decreto Legislativo N° 957.

Por consiguiente señor Juez, se advierte que estamos ante una sentencia que contiene
vicios y vulneraciones a derechos y garantías previstos por nuestra constitución, por
lo que estamos ante una Nulidad Absoluta, el mismo que se encuentra establecido en
el artículo 150° literal d), ya que dicho pronunciamiento viene vulnerando los
principios de inmediación, oralidad y de contradicción.

En Cuanto a pronunciamientos judiciales indistintos:

Que, de la lectura de fallo emitido por el juzgado colegiado con fecha 11 de


noviembre de 2015, se condenó a mi patrocinado a doce años de pena privativa de
libertad y al pago de la reparación civil de trescientos nuevos soles; en ese sentido, se
citó fecha para la audiencia de la lectura integra de la sentencia recurrida con fecha
23 de noviembre de 2015, lectura que se llevó a cabo empero con un Fallo distinto a
la lectura de fallo, condenando en dicho acto a mi patrocinado a la pena de 17 años
de pena privativa de libertad y al pago de una reparación civil de ochocientos nuevos

3
De Castro Gonzales, Alejandro. El uso de documentos y escritos en la audiencia de juicio oral. Pag. 03
4
Talavera Elguera, Pablo. (2009). La prueba en el nuevo proceso penal. La actuación de los medios de prueba.
Capítulo V. AMAG. Lima. Pag. 81.
soles, argumentando para ello consideraciones distintas en cuanto a la determinación
de la pena y de la reparación civil; sin embargo, en la notificación de la sentencia
escrita se aprecia un Fallo que condena a mi patrocinado a la pena de doce años y al
pago de la reparación civil de trescientos nuevos soles, por lo que es de advertirse
señor Juez que estamos ante un razonamiento distinto en cuanto a la determinación
de la pena y de la reparación civil, ya que de la lectura integral se advierte en el audio
consideraciones con respecto a la pena y a la reparación civil distintos a los señalados
en la sentencia escrita que nos fue notificada con fecha 09 de diciembre de 2015,
razones por la cual señores Jueces Superiores es de verse que estamos ante una
sentencia que es NULA en todos sus extremos, ya que se ha realizado consideraciones
y razonamientos distintos, vulnerándose para ello la seguridad jurídica y a la
inmutabilidad de las decisiones judiciales que tiene todo justiciable, en aras de un
debido proceso, por consiguiente señor Juez, la sentencia recurrida presenta vicios
del cual no se puede soslayar, ya que a todas luces se ha vulnerado la inmutabilidad
de las decisiones judiciales que le asiste a todo justiciable, del cual no se puede
vulnerar, ya que acarrea inseguridad jurídica con respecto a las decisiones judiciales.

I. PRETENSIÓN CONCRETA.

Que, se declare la NULA la sentencia N° 49-2015/JPCT-CSJCÑ/PJ, recaída en la Resolución


N° Seis de fecha 10 de noviembre de 2015, y se ordene para ello un nuevo juicio oral por
otro colegiado, el mismo en donde espero que se respete los principios procesales y del
derecho de defensa que recoge nuestro modelo procesal vigente, derechos y garantías que se
le ha sido vulnerado a mi patrocinado por el colegiado que lo sentencio.

OTROSI DIGO:

Que, firma el letrado de conformidad al artículo 290° de la Ley Orgánica del Poder Judicial
y al amparo de lo establecido por el artículo 84° inciso 10 del Decreto Legislativo N° 957.

Cañete, 14 de diciembre de 2015.


Expediente : Nro. 393-2013.
Juez : Colegiado
Especialista : Carla Regina Gutiérrez Portilla.
Delito : Robo agravado.
Sumilla : Interpongo recurso de Apelación de
Sentencia.

AL JUZGADO COLEGIADO A DE LA CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE


CAÑETE:

KATERIN KARINA PRUDENCIO ROJAS,


Identificado con Documento Nacional de Identidad
N° 47907789, con domicilio real en Cerro Alegre
Mz. B, L- 14, del Distrito de Imperial, Provincia de
Cañete, ante Usted Muy respetuosamente Digo:

Que, estando notificado la sentencia N° 037-2014, donde el Colegiado en lo Penal de la Corte


Superior de Justicia de Cañete, decide condenarme por el delito de Robo Agravado, a la pena
de ocho años de pena privativa de libertad, Interpongo Recurso de Apelación, señalando las
formalidades que exige la norma art. 405 inciso 1:

d) Que sea presentado por quien resulte agraviado por la resolución.

Al respecto esta formalidad que exige la norma, es lógico que una persona que es
sentenciada a ocho años de pena privativa de libertad, le cause un gran agravio, ya
que priva de la libertad ambulatoria que tiene la señorita Katerin Karina Prudencia
Rojas.

e) Que sea Interpuesto por escrito y en el plazo establecido por ley.


Como se trata de una sentencia, esta debe ser presentada por escrito, ya que esta
norma tiene relación con el trámite de la sentencia, art. 421 inciso 1), donde nos
dice que la “sala conferirá traslado del escrito de fundamentación del recurso de
apelación por el plazo de cinco días”, como es de advertirse, como tal está siendo
presentada por escrito.
f) Que se precise las partes o puntos de la decisión a los que se refiere la
impugnación y la fundamentación de hecho y derecho.

En la sentencia, punto II donde señala como Razonamiento, de la cual en el


considerando cinco (5) Valoración Conjunta, la cual nos señala en el punto (5.4)

Debemos de mencionar que al respecto a la valoración conjunta de los medios


probatorios, que realiza el colegiado, es incorrecta ya que nos menciona en la página
N° 13 y 14, de la sentencia punto 5.4, nos dice “ en cuanto a la vinculación de los
acusados se tiene la declaración del agraviado Gualberto Timoteo Elías, que hace la
incriminación inculpatoria que se encuentra debidamente corroborada con pruebas
periféricas de carácter objetivo, como es la declaración de la acusada Katerin Karina
Prudencio Rojas, quien reconoce estas en el lugar de los hechos con sus inculpados”
debemos de preguntarnos si la declaración de la acusada Katerine ¿es una prueba
periféricas, como señala el colegiado?, creemos que no lo es, ya que todo medio de
prueba debe pasar por el filtro de la etapa intermedia, entonces como debemos
considerar la declaración del acusado, creemos que lo deben considerar como un
medio de defensa.
ahora como creer la declaración del agraviado si este destruye los hechos que presenta
la fiscalía en su acusación, en las circunstancia posteriores, donde nos señala en la
acusación lo siguiente “ … lograron aprehender a la imputada Katerine Prudencio, en
circunstancias que se encontraba por el parque sindicato de choferes, ubicado a tres
cuadras del lugar de los hechos, llego asimismo, de forma inmediata personal de
serenazgo, quienes la trasladaron hacia la comisaria” es de entender de la narración
de este hechos que el serenazgo llego de forma inmediata, al parque de sindicato de
choferes, cuando lograron ha aprehender a la acusada katerine Prudencio. Pero sin
embargo en la declaración del agraviado Gualberto Timoteo, en juicio oral, de fecha
16 de julio del 2014, en el minuto 52:51 segundo para adelante, el agraviado nos
señala que “del lugar de los hechos al parque de sindicato de choferes hay dos o tres
cuadras, donde le encontré a la acusada, donde lo he reducido y le hemos subido al
carro, para ser justicia con nuestras propias manos, peor por el mercado de chocos la
camioneta de serenazgo nos da el alcance, posteriormente llega la policía”.
sobre el punto 5.5 de la sentencia en su página 14, el colegiado nos menciona que “…
en el camino a la entrada de Hualcara, uno de ellos simula quedarse, momento que es
aprovechado por katerine Karina, Enzo Francescoli y el otro sujeto quienes le agreden
físicamente y le jalan hacia el asiento posterior, y el acusado Jose Angel le amenaza
con un arma de fuego, para luego sustraerle sus pertinencias y ante la presencia del
taxista Yimer Torres Quiroz, huyen del lugar en direcciones distintas. Ahora bien esta
versión adquiere contundencia, por cuanto los acusados con posterioridad a los
hechos le han amenazado al agraviado, así como al testigo Yimer Torres, quien antes
las constantes amenazas a su persona y su familia no ha concurrido a juicio a prestar
a declaración testimonial, hecho que fue referido por el mismo agraviado en el
contradictorio”
Tenemos que mencionar en este punto que el Juez a cargo del debate, en su sentencia
nos menciona que los acusados, que estaban en la parte posterior del carro lo jalan,
hacia el asiento posterior, pero no nos menciona que la acusada Katerine Prudencia,
lo jala o lo cogoteo ella sola, sino que nos dice que todos lo que están atrás del carro
lo jalan, no llegando se probar los hechos que el fiscal nos menciona en su acusación
que es “la acción violenta de la imputada Katerine Prudencio, manipulo la manija del
asiento del conductor, lo que hizo caer hacia atrás y lo cogió del cuello, dándole
múltiples golpes”.
Sobre el punto que nos dice el señor juez de debate en su sentencia de que “el testigo
Yimer Torres ante la constante amenaza a su persona y a su familia no ha concurrido
a juicio a prestar su declaración testimonial hecho que fue referido por el mismo
agraviado”. Sin embargo en el desarrollo de juicio del 16 de julio del 2014, en el
minuto 46 : 08 segundo cuando al señorita fiscal lo preguntaba por qué no quería
venir el testigo a declarar, este lo respondía, pero en el minuto 47: 20 segundo, el
señor juez le menciona a la fiscal que pregunte sobre los hechos ya que eso no es
materia de juicio, pero ahora observamos que el juez valora, la declaración del
agraviado que no es materia de hechos a probar, además

II. PRETENSIÓN CONCRETA.

Que se REVOQUE, la sentencia N° 037 -2014, de fecha veintisiete de agosto del dos mil
catorce, que decide Condenar a la Señorita Katerine Karina Prudencio Rojas, a la pena de
ocho años y a la Reparación Civil de 1.500 Nuevos Soles, y REFORMANDOLA, absuelva
de los cargos que se encuentra en la Acusación.

Cañete, 01 de Octubre de 2014.


Expediente : Nro. 706 - 2015.
Juez : Ascencio Ortiz.
Sumilla : Interpongo recurso de Apelación de
Auto de Prisión Preventiva.

SEÑOR JUEZ DEL PRIMER JUZGADO DE INVESTIGACIÓN


PREPARATORIA DE LA CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE CAÑETE.-

Abog. LUIS ANGEL CHUQUISPUMA SAUÑE,


abogado defensor de PAULO CESAR GUEVARA
LAURA; Identificado con Documento Nacional de
Identidad N° 45487505, recluido en el
establecimiento penitenciario de Cañete, en los que
se le sigue por la presunta comisión del delito
contra el patrimonio – robo agravado, en agravio de
ANGEL PABLO CARRIZALES ADRIANO, ante usted
respetuosamente expongo:

Que, con fecha 01 de julio del presente en la sala de audiencias C de la Corte


Superior de Justicia de Cañete, se emitió la resolución sin número que
declara fundado el requerimiento de prisión preventiva en contra de mi
patrocinado, Paulo Cesar Guevara Laura, por la presunta comisión del
delito de robo agravado en contra de Ángel Pablo Carrizales Adriano, al cual
en su oportunidad señalamos la interposición del recurso de apelación, así
cumpliendo con las formalidades de ley desarrollamos:

a) Que sea presentado por quien resulte agraviado por la resolución.


Al respecto esta formalidad que exige la norma, mi patrocinado ha
sido mediante la resolución recurrida antes señalada, recluido en el
centro penitenciario de Nuevo Imperial-Cantera por el plazo de 9
meses, así esta resolución restringe su derecho constitucional a la
libertad, asimismo señalamos que los suscribientes se encuentran
facultados legalmente para ello al amparo del art. 84 inc. 10 del D.L.
957.

b) Que sea Interpuesto por escrito y en el plazo establecido por ley.


Que, de conformidad con el artículo 278° inciso 1) del Código Procesal
Penal – DL N° 957, prescribe que: “Contra el auto de prisión preventiva
procede recurso de apelación. El plazo para la apelación es de tres
días”. En ese sentido, siendo la resolución impugnada emitida el día
01 de julio del presente nos encontramos dentro del plazo establecido
por la norma señalada.
c) Que se precise las partes o puntos de la decisión a los que se
refiere la impugnación y la fundamentación de hecho y derecho.

1). En cuanto al primer presupuesto de que existan fundados y


graves elementos de convicción para estimar razonablemente la
comisión de un delito que vincule al imputado como autor o
partícipe del mismo:

En el Fundamento Cuarto:
Señala el Juez: “ Que el dicho del agraviado tiene que corroborarse
con las otras declaraciones….Con eso nos basta para casualmente
señalar definitivamente que los hechos que estaba señalando el
agraviado se concuerda con las declaraciones que existe en autos y que
efectivamente éstos le habrían robado el celular y la billetera y para tal
efecto habría utilizado una arma blanca, lo cual el arma blanca no
se encontró, su defensa sabrá qué hacer con respecto a esas
situaciones, igual también como no se ha encontrado el dinero
que se indica haber estado dentro de la billetera, porque del acta
del registro personal que corre a fojas 25 – 26 han arrojado
negativo, por algo han arrojado negativo y no ha encontrado
nada, no lo ha señalado la defensa, no es cuestión de acá del abogado
del juzgado, ponerse de lado del abogado defensor o del fiscal, sino ser
imparcial”.

Asimismo en el Fundamento Quinto:


Señala el Juez: “ Que hay unos reconocimientos médicos legal
practicados a Guevara Laura que arrojó que presenta lesiones
traumáticas recientes producidas por agente contundente, también hay
un reconocimiento médico legal de Pachas Armas que presenta signos
de lesiones traumáticas recientes producidas por agente contundente,
también han tenido lesiones pero hay que tomarlos en cuenta como es
la forma y circunstancias de producidas los mismos, acá ha habido que
se han estado golpeando el agraviado con uno de los imputados, con
Guevara Laura Paulo Cesar y el otro es que ha venido con el cuchillo y
lo ha amenazado para quitarle su billetera y de ahí los han perseguido
y lo han encontrado a uno en un baño, quienes lo han encontrado son
ciudadanos, quien ha sido su cuñado y su padre del agraviado quien
también ha estado presente, ahora sí ha ocurrido así que ha habido
forcejeo lesiones, es de entenderse que sí, no puede decirse que no ha
habido nada, entonces sí ha arrojado si, cuál será la teoría del caso de
la defensa, no lo han expuesto en esta audiencia, para deslindar al
menos algún tipo de responsabilidad ya que han sido dos formas o
circunstancias diferentes de cada uno, uno ha sido quien lo ha
agarrado directamente del cuello, según la imputación fiscal, mientras
el otro no participaba, cuando le ha quitado el celular es que ha ido y
se lo ha entregado dice al otro imputado, el cual con el otro imputado
después de ahí se ha seguido trompeando con Guevara Laura así está
en la imputación y después ha aparecido nuevamente el señor Pachas
Armas de acuerdo a la imputación y lo amenaza con el cuchillo,
entonces la participación de cada uno es diferente, uno más ha
participado de los golpes y el otro en la amenaza con el cuchillo, pero
eso alguna situación que se halla plasmado acá que porque se produjo
esa situación de parte de la defensa no ha existido, por lo tanto yo no
puedo crear una teoría del caso a nadie, siendo así entonces vemos que
hay graves y fundados elementos de convicción en cuanto al primer
presupuesto que se analiza”.

Fundamentos de hecho y de derecho:


Al respecto, debemos señalar que el juzgador sostiene que existen
graves y fundados elementos de convicción, esto basándose en la
declaración del agraviado y de las otras declaraciones que obra en
autos; sin embargo, debemos indicar que el juzgador no ha realizado
un adecuado razonamiento para el primer presupuesto que se está
cuestionando, ya que respecto a los hechos que se suscitaron el 29 de
Junio de 2015 donde presuntamente se había cometido el delito de
robo agravado en agravio de Ángel Pablo Carrizales Adriano, pues de
las declaraciones de que obra en autos, es decir, del padre del
agraviado, Juan Carrizales Saravia y del agente de serenazgo, Pedro
Pablo Huapaya Quiñones, debemos señalar que ninguna de estas
declaraciones manifiestan que hayan presenciado los hechos, por lo
que estos testigos de referencia no pueden corroborar con la
declaración del agraviado, ya que los testigos de referencia no han
presenciado el robo del celular, de la billetera y de la existencia de una
arma blanca, en ese sentido, dichas declaraciones no pueden ser
tomadas en cuenta al igual que la testimonial del agraviado, tal como
lo prescribe el artículo 158° inciso 2 del Código procesal Penal que
señala lo siguiente: “En los supuestos de testigos de referencia,
declaración de arrepentidos o colaboradores y situaciones análogas,
donde se encuentra el agraviado, solo con otras pruebas que corroboren
sus testimonios se podrá imponer al imputado una medida coercitiva”,
es de verse entonces que las otras testimoniales no corroboran la
testimonial del agraviado. No obstante, de lo antes señalado, debemos
precisar que no existen suficientes elementos de convicción que
sustenten la medida cautelar más grave que ha previsto nuestro
ordenamiento procesal penal, ya que del registro personal que obra en
autos, se puede apreciar que tanto del imputado, GUEVARA LAURA,
como del otro imputado, PACHAS ARMAS, ha arrojado negativo, y esto
se puede corroborar tal como lo menciona el juez en su cuarto
considerando, ya que el propio juzgador ha señalado que no se le ha
encontrado nada a los coimputados; en ese sentido, como pretende el
juzgador fundar el primer presupuesto del artículo 268° del Código
procesal penal basándose solo en la declaración del agraviado y de los
otras declaraciones, cuando sabemos que todo delito contra el
patrimonio, más aún en el delito de robo agravado que es materia de
investigación, se requiere de violencia y/o amenaza y de la
preexistencia del bien que ha sido sustraído, si bien es cierto ha
existido lesiones en el agraviado y de los coimputados, pues esto ha
sido por la pelea que hubo entre el agraviado y mi patrocinado,
GUEVARA LAURA, sin embargo, el juzgador sostiene que ha habido
violencia y amenaza por estar acreditados por los reconocimientos
médicos legal que obra en autos y la amenaza por el otro imputado
por haber utilizado un cuchillo; sin embargo, tal como señalamos en
el presente acápite no se ha encontrado el cuchillo, ni el celular que
presuntamente le fue robado sus pertenencias al agraviado por parte
de mi patrocinado; es decir, no existe suficientes elementos de
convicción para fundar el primer presupuesto de la prisión preventiva,
ya que del registro personal a los imputados ha arrojado negativo, por
lo tanto no se ha acreditado la preexistencia del bien, que es un
presupuesto fundamental para tipificar el delito de robo, el mismo que
se encuentra tipificado en el artículo 188° del Código penal que
prescribe: “El que se apodera ilegítimamente de un bien mueble …”.

Que, en cuanto a la billetera que presuntamente le fue sustraído al


agraviado por parte de mi patrocinado, debemos señalar que fue el
padre del agraviado quien entregó el objeto antes señalado a la
comisaría de la dependencia, esto al siguiente día de sucedidos los
hechos, al respecto debemos señalar, como un objeto de una billetera
se encuentra tan fácil en una avenida tan circulada como lo es la
avenida libertadores del distrito de San Vicente de cañete, con todo
ello queremos señalar que es obvio que la billetera no le fue sustraído
al agraviado, siempre ha estado en su disposición, en ese sentido, es
de verse que mi patrocinado no ha tenido el animus de querer robar
al agraviado, sino por el contrario los hechos se produjeron por un
roce que hubo entre mi patrocinado, GUEVARA LAURA, con el
agraviado, y al estar mi patrocinado bajo los efectos del alcohol desató
su ira contra el agraviado, produciéndole para ello lesiones, lesiones
de las cuales no se pueden objetar porque ellas están corroborados
con los reconocimientos médicos legales que obra en autos, como
tampoco el presunto agraviado podrá objetar aquellas lesiones que le
produjo a mi patrocinado, por consiguiente, como se pretende fundar
un requerimiento de prisión preventiva cuando del registro personal
hecho a los imputados ha arrojado negativo, es decir, no se le ha
encontrado nada, por tanto, el razonamiento hecho por el juzgador es
errada por no haber elementos de convicción suficientes para
acreditar el fumus boni iuris, es decir, no existe elementos de
convicción suficientes que vinculen a mi patrocinado con la
realización del hecho presuntamente delictivo que es objeto de
investigación.

2) En cuanto al segundo presupuesto sobre la prognosis de la


pena:

En el Fundamento Sexto:
Señala el Juez: “Nos encontramos en el artículo 189° robo agravado,
la pena será no menor de 12 ni mayor de 20 años, si el robo es cometido
durante la noche o en lugar desolado y con el concurso de dos o más
personas, entonces a ello hay que concordarlo con el artículo 188°, en
el cual debe haber violencia y/o amenaza, ya hemos dicho que ha
existido violencia, porque ha existido el reconocimiento legal, por lo
tanto, se configuraría este delito y la pena mínima sería de 12 años,
ahora 12 años se nos ha dicho por parte de la defensa que podría ser
menor de 12 años, vale decir alguna atenuante genérica o específica
para decir que podría ser por debajo de los 12 años y que la pena a
aplicarse sería no mayor a cuatro no ha existido ningún argumento, por
lo tanto el argumento de la fiscalía toma solidez y por consiguiente
entonces la pena a aplicarse debe ser mayor a cuatro años. Por lo tanto
se cumple con el segundo presupuesto”.

Fundamentos de hecho y de derecho:


En cuanto al presupuesto material de la prognosis de la pena,
objetamos el considerando antes señalado, esto debido a que la pena
a aplicarse no será mayor a cuatro años, y esto lo sustentamos en el
sentido, que el hecho que es materia de investigación no se subsume
en el delito de robo agravado, ya que de los elementos de convicción
que obra en autos se advierte que el registro personal hecho a los
imputados han arrojado negativo, máxime cuando no se ha
encontrado el cuchillo con el cual se amenazó al agraviado, el celular
que le fue sustraído que presuntamente le fue robado, entonces de los
hechos que es materia de investigación se establece que estos no se
subsumen en el delito de robo agravado, por lo que la pena que
prescribe el mencionado delito no será aplicable, por tal razón es que
cuestionamos este presupuesto; en ese sentido, al no haberse
acreditado la preexistencia del bien no será posible imponer pena
alguna a mi patrocinado, ya que lo más probable es que el presente
caso se sobreseda o se absuelva de todo cargo a mi patrocinado, tal
como lo señala la jurisprudencia de la Corte Suprema recaída en el
expediente N° 3337-2001: “Como se advierte del proceso no obstante
la imputación coherente de la agraviada en contra del encausado; es
del caso señalar que la citada agraviada no cumplió con acreditar la
preexistencia del dinero…, por consiguiente, … , declararon no haber
nulidad en la sentencia que absuelve al procesado” .

3) En cuanto al tercer presupuesto del peligro de fuga u


obstaculización:

En el Fundamento Séptimo:
Señala el Juez: “ (…) El peligro de fuga está contemplado en el artículo
269°, en el cual se señala sobre el arraigo, la gravedad de la pena y la
importancia del daño resarcible, así también como el comportamiento
del imputado durante el procedimiento o en otro procedimiento. El
peligro de fuga tiene indicadores y esos indicadores están en base a la
importancia del daño y a la actitud del imputado, a la gravedad de la
pena esperada, al arraigo en el país y al sometimiento de la persecución
penal. El arraigo en el país a la vez se subdivide en índices y esos
índices son: el domicilio, la residencia habitual, asiento de familia,
asiento de trabajo y facilidades para ocultarse o abandonar el país.
Estos indicadores y estos índices deben de ser debidamente analizados
para decir que efectivamente hay peligro de fuga o no lo hay, en el caso
presente no hay ningún documento alguno que haya presentado por
parte de los imputados que demuestren si quiera su domicilio, un
trabajo o su actividad social, familiar, laboral, no existe ningún
documento, no hay ninguno, solamente lo que ellos han señalado es
que sus domicilios donde habitan que tampoco no han sido
debidamente ni corroborado por ninguna autoridad…..por lo tanto acá
no hay ningún tipo de documento que pueda acreditar que alguna forma
tiene arraigo, sino por el contrario no hay arraigo porque no está
demostrado, por lo que hay peligro de fuga por la gravedad de la pena,
por no tener arraigo laboral, familiar, social ni domiciliario, por lo tanto,
se dan los indicadores y los índices de incluso de facilidades para
poder ocultarse o abandonar el país, porque no se sabe nada de ellos
definitivamente”.

Fundamentos de hecho y de derecho:


En cuanto al presupuesto de peligro de fuga, cuestionamos este
presupuesto, debido a que los imputados si cuentan con arraigo
domiciliario, laboral y familiar, si bien es cierto no obra un documento
objetivo para acreditar el arraigo de mi patrocinado; sin embargo, cabe
señalar que los imputados han dado sus domicilio en la audiencia de
prisión preventiva, asimismo, es preciso señalar que los imputados no
pudieron presentar documentos fehacientes para acreditar su arraigo,
esto ha sido pues por la premura del tiempo, por tal razón no pudieron
presentar los documentos para acreditar su arraigo, más aun cuando
desde el inicio de las investigaciones no se le ha permitido brindar su
declaración, ya que durante las primeras diligencias prestaron su
consentimiento a declarar para esclarecer los hechos, sin embargo,
esto se frustró por obra de la propia defensoría pública, quien por
razones injustificadas señaló que no saben por qué no asistió el
abogado de oficio para la diligencia de las declaraciones de los
imputados, por tal motivo, los imputados no pudieron prestar su
declaración, en el cual pudieron señalar su domicilio y su actividad
laboral, quien pudo ser debidamente corroborada por el fiscal, en ese
sentido, el juzgador ha vulnerado el artículo VI del título preliminar
del Código Procesal Penal que prescribe sobre la legalidad de las
medidas limitativas de derechos: “… La orden judicial debe
sustentarse en suficientes elementos de convicción, en atención a la
naturaleza y finalidad de la medida,…”.

Por todo lo expuesto y no habiendo concurrido los presupuestos


materiales señalados en el artículo 268° del Código Procesal Penal,
deberá tomarse en cuenta lo prescrito en el artículo 286° del cuerpo
normativo señalado.

FUNDAMENTACIÓN JURIDICA:
Artículo 139° inciso 6) de la Constitución Política del Estado que prescribe
sobre la pluralidad de instancias.
Artículo I inciso 4) del Título Preliminar del Código Procesal Penal que
prescribe que las resoluciones son recurribles en los casos y el modo
previsto por la Ley.

Artículo II del Título Preliminar del Código procesal penal que prescribe
sobre la presunción de inocencia.

Artículo VI del Título Preliminar del Código Procesal Penal que prescribe
sobre la legalidad de las medidas limitativas de derecho y que señala que la
orden judicial debe sustentarse en suficientes elementos de convicción, en
atención a la naturaleza y finalidad de la medida y al derecho fundamental
objeto de limitación, así como respetar el principio el principio de
proporcionalidad.

Artículo IX del Título Preliminar del Código Procesal Penal que prescribe el
derecho a la defensa y que toda persona tiene derecho a ser asistida por un
abogado de su elección o en su caso por un abogado de oficio desde que es
citada o detenida por la autoridad.

Artículo 158° inciso 2) del Código procesal penal que prescribe que en los
supuestos de testigos de referencia, declaración de arrepentidos,
colaboradores y situaciones análogas, solo con otras pruebas que
corroboren sus testimonios se podrá imponer al imputado una medida
coercitiva.

Artículo 268° literal a), b) y c) del Código Procesal Penal que prescribe sobre
los presupuestos materiales de la prisión preventiva.

Artículo 188° del Código Penal Vigente que tipifica el delito de robo, el cual
señala que el que se apodera ilegítimamente de un bien mueble.

PRETENSIÓN CONCRETA.
Que se REVOQUE, la resolución que declara fundado el requerimiento de
prisión preventiva en contra de mi patrocinado, PAULO CESAR GUEVARA
LAURA, Y DECLARANDO INFUNDADO el requerimiento de prisión
preventiva, DICTE el mandato de comparecencia simple.

OTROSI DIGO:
Que, señalo como domicilio procesal en la Urbanización San Isidro Labrador
Mz. I Lote 01 Oficina 02 del distrito de San Vicente de Cañete, lugar donde
se me hará llegar las notificaciones que emita vuestro despacho.
Cañete, 06 de Julio de 2015.

Se está ante un documento público cuando es otorgado por


funcionario público en ejercicio de sus atribuciones. De lo contrario,
es documento privado conforme con el artículo 236 del Código
Procesal Civil. Esta exigencia funcional tiene notoria importancia en
tanto complementa adecuadamente al artículo 428 del Código
Penal, que tipifica el delito de falsedad ideológica.

De esta forma, no todo documento suscrito por funcionario público


le otorga el mencionado carácter que exige la norma. Para ello, es
necesario que la autoridad que lo haya suscrito sea competente para
dar fe de los hechos que se manifiestan en el instrumento. Tal
situación permitirá dar al documento un efecto erga
omnes (oponible a terceros), brindando mayor seguridad jurídica.

Así lo ha señalado la Primera Sala Penal Transitoria de la Corte


Suprema, al resolver la Casación N° 1118-2016-Lambayeque,
mediante su sentencia emitida el 1 de enero de 2018.

La Corte también precisó que el delito de falsedad ideológica, tal


como está previsto en el artículo 428 del Código Penal, establece
que el que inserta o hace insertar, en instrumento público,
declaraciones falsas concernientes a hechos que deban probarse con
el documento, con el objeto de emplearlo como si la declaración
fuera conforme a la verdad, será reprimido, si de su uso puede
resultar algún perjuicio, con prisión no menor de tres ni mayor de
seis años y con 180 a 365 días-multa.

Y, además, que quien hace uso del documento como si el contenido


fuera exacto, siempre que de su uso pueda resultar algún perjuicio,
será reprimido, en su caso, con las mismas penas.

Del mismo modo, la Sala Suprema señaló que dicho tipo penal
sanciona a quien realiza el comportamiento típico sobre
un documento que debe tener la característica de público.
"Precisamente, tal rasgo fundamenta el mayor reproche del injusto
descrito en el tipo penal antes indicado. El carácter público del
documento no se determina por la finalidad probatoria de él, sino
por cómo se origina. En nuestro sistema, tal carácter es definido por
la norma prevista en el artículo 235 del Código Procesal Civil", refirió
la Corte.

Como se recuerda, dicho artículo del Código Procesal Civil establece


que es documento público: 1. El otorgado por funcionario público en
ejercicio de sus atribuciones. 2. La escritura pública y demás
documentos otorgados ante o por notario público, según la ley de la
materia. 3. Todo aquel al que las leyes especiales le otorguen dicha
condición. La copia del documento público tiene el mismo valor que
el original, si está certificada por auxiliar jurisdiccional respectivo,
notario público o fedatario, según corresponda.

¿Falsedad o falsificación?

Partiremos preguntándonos ¿qué es falsedad? Según lo define Ossorio y


Florit es:

Falta de verdad o autenticidad. Falta de conformidad entre las palabras, las


ideas y las cosas […] En el aspecto penal, la falsedad del testimonio,
consistente en la tergiversación u ocultación de los hechos acera de los
cuales una persona es interrogada.[1]

Nos preguntamos luego ¿qué entendemos por falsificación? Para


responder esta pregunta nuevamente recurriremos a Ossorio y Florit, que
define a la falsificación como:

Acción o efecto de falsificar, de falsear, adulterar o contrahacer. Penalmente


configura delito contra la fe pública que presente diversas manifestaciones,
consideraciones en las locuciones siguientes[2].
¿Falsedad o falsificación? Claramente podemos concluir que el
término falsedad está ligado más al tema de falta de verdad sobre hechos
o declaraciones in concreto. En cambio, en la falsificación la conducta va
más hacia el acto mismo de falsificar. Así es como se define en el artículo
427 del Código Penal: «que tiene como conducta típica al que hace, en todo
o en parte, un documento falso o adultera uno verdadero». Con respecto al
artículo 428, tiene como conducta típica al que inserta o hace insertar en
instrumento público declaraciones falsas concernientes a hechos que
deban probarse con el documento, con el objeto de emplearlo como si la
declaración fuera conforme a la verdad.

Lea también: Consumación del delito de defraudación tributaria [R.N.


3442-2011, Ucayali]

3. Bienes jurídicos protegidos

Partiendo de la doble función del Estado, como regulador de su propia


actividad, al imponer formas a la actuación de los funcionarios que lo
representan, y como regulador de la conducta de los individuos, en cuanto
impone formas a los actos de estos para asignarles eficacia en las
relaciones jurídicas, se señala que en una y otra las formas instrumentadas
suscitan un estado de confianza que se asienta en la intervención de aquel
como persona, o como legislador que impuso obligatoriamente las formas
de los actos[3].

El profesor Prado Saldarriaga sostiene que, de modo predominante, se


espera que toda definición debe reflejar el rol funcional que socialmente
cumple el bien jurídico, y que, en razón de ello tiene el rol de «permitir el
tráfico social o, mejor dicho, facilitar la interacción de los individuos a partir
de un consenso o confianza en el significado y validez de determinados
actos y símbolos.»[4] Parafraseando a Juan Bustos Ramírez, Prado asevera
que, en su proceso evolutivo, el concepto de fe pública se ha ido
diferenciando de un simple derecho a la verdad para orientarse más bien
hacia una exigencia de verdad legal o jurídica, es decir, una verdad basada
en la existencia de presupuestos o formas. Los bienes jurídicos protegidos
en los delitos de falsedad documental han sido caracterizados por la
doctrina[5]. En general, se considera como tales la seguridad en el tráfico
jurídico y la fe pública.

Lea también: El tipo penal de falsedad ideológica en el Código Penal


peruano

3.1. La fe pública

Para Manuel Ossorio, citando a Cabanellas, la buena fe es, entre otras


cosas, la convicción de que el acto realizado es lícito, así como la confianza
en la certeza o verdad de un acto o hecho jurídico. La mala fe es la íntima
convicción de que no se actúa legítimamente, ya sea por existir una
prohibición legal o disposición en contrario, ya sea por saberse que se
lesiona un derecho ajeno o porque no se cumple un deber propio[6].

El bien jurídico tutelado es la fe pública, entendida como la confianza


generalizada en la autenticidad y el valor de ciertos objetos, signos o
documentos que suscita o impone la garantía que les dispensa el Estado,
sea directamente o a través de las instituciones o los funcionarios en
quienes se delega al efecto[7]. Se trata de una fe colectiva y pública, no
solo subjetivamente, por ser creencia de todos, sino también de manera
objetiva, porque acompaña al escrito como si se incorporara a ellos y ante la
colectividad se les confiere un valor universal[8].

La «fe pública» es una expresión que, como observa Carrara, no debe


interpretarse como fidelidad en el mantenimiento de una obligación
contraída, sino en el sentido de confianza. Algunos autores consideran
como fe pública solo la impuesta por la ley, pero tal opinión no del todo es
aceptable, pues la fe pública reconoce a determinados documentos
destinados a probar hechos originadores de consecuencias jurídicas. Un
documento es una manifestación de voluntad en forma escrita, capaz de
probar hechos de trascendencia jurídica. Pero no es preciso que esté
relacionado o confeccionado con la finalidad de servir de prueba; basta que
sea apto para ello[9]. Sobre el particular, Muñoz Conde se refiere a la fe
pública como
[…] un bien jurídico que se representa en una apariencia de conformidad
con la realidad y que fluye de documentos o símbolos; y, que además esta
apariencia de verdad que generan tales signos, genera una confianza, una
fe, en la sociedad, en el público en general la fe pública que se protege por
el Estado en cuanto es necesaria para el tráfico jurídico y puede servir como
medio de prueba o autenticación[10].

Para el profesor Eduardo Alberto Donna, la fe pública es «la confianza


general que despiertan las instituciones creadas por el Estado en esas dos
funciones». Más concretamente, afirma que «debe ceñirse el concepto de fe
pública al amparo o tutela, en su primera función, de los signos e
instrumentos convencionales que el Estado impone con carácter de
obligatoriedad y, en su segunda función, a los actos jurídicos que respetan
ciertas formas materiales y que son destinadas a los objetivos legalmente
previstos»[11].

Para Reiner Chocano, por último, la fe pública se entendería como la


amplia confianza que se tiene en el tráfico jurídico y social
documentario[12].

Lea también: La colusión comprende en su integridad el injusto de los


delitos de falsedad [R.N. 2648-2016, El Santa]

3.2. Seguridad en el tráfico jurídico

Según la doctrina moderna, la fe pública es el presupuesto de la


seguridad en el tráfico jurídico. Debe diferenciarse en esta posición dos
etapas: la primera, que ve la seguridad jurídica como bien jurídico, y la
segunda etapa en la cual se busca concretarlo, debido a la indeterminación
y a su generalidad, tal como había pasado con la idea de fe pública. Desde
esta perspectiva, según Donna y tal como está legislado en los códigos
penales, no hay duda en afirmar que la seguridad jurídica aparece como
una prolongación de la fe pública, con la cual tiene varios criterios en
común. Lo positivo al tomar este bien jurídico es el abandono de las
connotaciones psicológicas que tenía la fe pública, así como su vaguedad
conceptual. Se pasa desde esta perspectiva a un concepto objetivo del bien
jurídico, a la vez que se mantiene la noción de que sigue siendo un ideal
inmaterial[13].

4. El tipo penal de falsedad ideológica

Partiremos definiendo la falsedad ideológica:

Inserción en un instrumento público de declaraciones deliberadamente


inexactas, concernientes a un hecho que el documento deba probar de
modo que pueda resultar perjuicio. De ella dice pena que comprendería la
mentira escrita, en ciertas condiciones que se enumeran en varios
supuestos punibles […] en la falsedad ideología siempre la realización
externa es real y el documento está confeccionado por quien en la forma en
que es debido, de modo que resulta la contradicción punible como
consecuencia de que esa correcta exteriorización genera una desfiguración
de la verdad objetiva que se desprende del texto[14].

En el delito de falsedad ideológica el documento ha sido elaborado en


forma legal, es decir, es verdadero y contiene todos los elementos
necesarios para surtir efectos jurídicos. Sin embargo, el vicio se encuentra
en el contenido del documento público: las declaraciones han sido
insertadas en este (o se han hecho insertar) con conocimiento de su
falsedad, con fin de hacer pasar como cierto lo que no es.

El artículo 428 del Código Penal está redactado de la siguiente manera:

El que inserta o hace insertar, en instrumento público, declaraciones falsas


concernientes a hechos que deban probarse con el documento, con el
objeto de emplearlo como si la declaración fuera conforme a la verdad, será
reprimido, si de su uso puede resultar algún perjuicio, con pena privativa de
libertad no menor de tres ni mayor de seis años y con ciento ochenta a
trescientos sesenticinco días-multa.
El que hace uso del documento como si el contenido fuera exacto, siempre
que de su uso pueda resultar algún perjuicio, será reprimido, en su caso,
con las mismas penas.

Es falso todo aquello que no es verdadero, que se aparta de la verdad. Por


lo tanto, falsedad es todo «mudamiento de la verdad». Tal idea vulgar de lo
falso no es relevante para el derecho penal, porque no se castigan todas las
mentiras o, en otras palabras, porque la mentira en sí misma es impune.
La falsedad se refiere a los sujetos y consiste en afirmar lo que no es
verdadero o realizar un acto que carece de autenticidad, es decir, poner lo
falso en lo que debiera ser verdadero[15].

Al respecto señala Carlos Creus:

La falsedad ideológica –que algunos también llaman histórica– recae


exclusivamente sobre el contenido de representación del documento, sin
que se modifiquen ni imiten para nada los signos de autenticidad. En ella
nos encontramos con un documento cuya forma es verdadera, como lo son
también sus otorgantes, pero que contiene declaraciones falsas sobre
hechos a cuya prueba está destinado: en él se hacen aparecer como
verdaderos –o reales–, hechos que no han ocurrido, o se hacen aparecer
hechos que han ocurrido de un modo determinado, como si hubiesen
ocurrido de otro diferente.

Es, pues, un primer presupuesto del documento ideológicamente falso, la


veracidad de su autenticidad o genuinidad; esto es, tiene que tratarse de un
documento auténtico con todos los signos que lo caracterizan como tal. Y es
esa autenticidad lo que se aprovecha para mentir, para hacer que contenga
declaraciones falsas, es decir, no verdaderas; el autor se sirve de los signos
de autenticidad formalmente verdaderos para hacer pasar, como tales,
hechos o actos relatados en el documento, pero que no lo son. En resumen,
en el documento ideológicamente falsificado hay una forma auténtica y un
contenido falso[16].
Lea también: Dar identidad falsa al momento de la intervención y en
diligencias posteriores constituye delito de falsedad genérica [R.N.
1593-2014, Lima]

5. Verbos rectores del tipo penal de falsedad ideológica

5.1. Insertar

La Real Academia Española define el


verbo insertar como incluir, introducir algo en otra cosa. Señala Donna sobr
e este verbo rector:

Se insertan declaraciones falsas cuando lo que se consigna en el


documento tiene un sentido jurídico distinto del actor que realmente ha
pasado en presencia de quien tiene la obligación de colocar lo que
verdaderamente ocurrió. Tanto se logra este fin incluyendo un hecho que no
ocurrió o afirmando su existencia cuando es lo contrario y, de igual manera,
con declaraciones que se han vertido en su presencia o, al contrario, que no
se han hecho[17].

Al respecto, Jorge Sandro, en comentario a la legislación argentina, señala:

Cuando la acción realizada es insertar, sólo puede ser sujeto activo el oficial
público predispuesto legalmente para la realización del acto, pues
solamente él está investido de competencia para incorporar a un documento
público atestacionés que obren con aptitud probatoria erga omnes respecto
de la existencia de los hechos que declara haber cumplido en persona,
como de los que certifique haber pasado en su presencia (arts. 993, 994 Y
994, Cód. Civil)[18].

Lea también: Análisis histórico y jurídico-penal de los delitos de


colusión agravada, peculado, cohecho y falsedad genérica en una
sentencia de apelación

5.2. Hacer insertar


Hacer insertar declaraciones en un documento público: esta forma de
comisión del delito materia de estudio se concreta cuando un particular
hace introducir una o varias declaraciones falsas con la finalidad de que el
funcionario las tome como verdaderas y surtan efectos jurídicos. El agente,
de manera dolosa, induce a error al funcionario y declara como cierto algo
que conoce que es falso. Por ejemplo, en un proceso de prescripción
adquisitiva de dominio, cuando el solicitando señala que la posesión es
pacífica y continua a pesar de haber litigado durante un tiempo determinado
por el bien que pretende prescribir. A este respecto, Buompadre aclara:

Si la acción típica consiste en hacer insertar, se incluye en la categoría de


sujeto activo a cualquier persona. Aquí, el funcionario otorgante del
documento es utilizado como un instrumento, pues el autor de la maniobra
le está haciendo insertar declaraciones falsas que no deberían quedar
asentadas en el documento. Esta acción sólo será posible con la presencia
de ambos sujetos, el otorgante, que es quien aporta la declaración falsa, y
el oficial público, que es quien extiende el documento, es decir el que
inserta la falsa declaración en el instrumento[19].

5.3. Instrumento público

Otro vocablo rector del tipo delictivo es «instrumento público». Pero, ¿qué
entendemos por instrumento público? ¿Es lo mismo un instrumento que
documento público? Ossorio formula las siguientes observaciones:

[…] los instrumentos se dividen, principalmente, en privados y públicos […]


se tendrán por públicos, las escrituras públicas hechas por escribanos
públicos en sus libros de protocolo, o por otros funcionarios con las mismas
atribuciones[20]. El mismo autor respeto al significado de documento
público señala lo siguiente: El otorgado o autorizado, con las solemnidades
requeridas por la Ley, por notario, escribano, secretario judicial u otro
funcionario público competente, para acreditar algún hecho, la
manifestación de una o varias voluntades y la fecha en que se
producen[21].
5.4. Que de su uso pueda resultar algún perjuicio

La Sala Penal Especial de la Corte Suprema de la República ha establecido


criterio dogmático en la sentencia contra Alberto Fujimori Fujimori y otros
(Expediente Nº A.V. 23-2001) en su fundamento 51, cuarto y quinto
párrafo: el tipo legal circunscribe el objeto de la falsedad a un hecho
que el documento deba probar y que, asimismo, sea oponible a terceros
(se ha de tratar de manifestaciones destinadas a surtir efecto en el ámbito
jurídico y que recogen una manifestación de voluntad). Tales
manifestaciones deben importar una alteración de la verdad, por incluir bajo
el amparo de la fe pública un hecho no cierto[22]. De esta exigencia resulta
la distinción en falsedad esencial y falsedad no esencial en materia
de falsedad ideológica. No toda declaración falsa incluida en un documento
público es constitutiva de esta modalidad delictiva: «La trascendencia penal
de la inveracidad en la narración de los hechos ha de incidir sobre aspectos
esenciales del documento, que tengan relevancia jurídica,
bien aisladamente considerados, bien por su vinculación o interacción con el
conjunto de lo documentado»[23].

La norma penal exige que «de su uso» pueda resultar algún perjuicio, lo
que debe apreciarse como una situación de peligro abstracto. Esto último
debe entenderse como la posibilidad de que, mediante el empleo del
documento cuestionado, se vulnere algún otro bien, no necesariamente
patrimonial, con tal de que esa situación de peligro sea derivada de la
falsedad misma y del empleo del documento falso[24].

Lea también: ¿En qué momento se consuma el delito de falsedad


documental?

6. Sujetos

Como hemos visto, el tipo penal hace una diferenciación entre «hacer
insertar» e «insertar». En ese sentido, podemos señalar que en la acción
de «insertar», el sujeto activo o agente puede ser solo el
funcionario que tiene la misión de autenticar el documento en el que están
insertas las declaraciones falsas. En cambio, en la acción de «hacer
insertar», son autores o sujetos activos los otorgantes o
solicitantes del acto que, con conocimiento y voluntad (dolo), hacen
insertar declaraciones falsas, con el consentimiento del funcionario o sin él.

«Hacer insertar» es lograr que se incluyan en el documento público


manifestaciones que no revelan la verdad pasada, dando como ocurrido lo
que no sucedió o lo que ocurrió de un modo distinto. A diferencia del
verbo ‘insertar’, se advierte una concurrencia múltiple de personas. La
acción de insertar solo puede realizarla el funcionario; en cambio, en este
supuesto necesariamente debe darse la conducta del que hace insertar y la
del que inserta en el documento lo que se le pide o sugiere.

Lea también: Corte Suprema precisa diferencias entre falsedad


ideológica y falsificación de documentos [R.N. 545-2012, Cusco]

7. Consumación

Para la doctrina dominante, se consuma la acción cuando el objeto en el


que se han hecho las inserciones falsas adquiere la calidad de
documento público. La consumación se da con el perfeccionamiento del
instrumento (escritura pública) o al adquirir este valor como tal.

El delito en estudio se consuma cuando el documento público queda


perfeccionado como tal, con todos los signos de autenticidad requeridos por
ley, aunque no se hayan realizado todavía los actos necesarios para oponer
ante terceros la prueba por él constituida, pues ya en ese momento ha
nacido la posibilidad de perjuicio.

8. Tipo subjetivo

El presente es un delito doloso, compatible solo con el dolo directo. Este


requiere la conciencia acerca del tipo de documento en que se introduce la
falsedad, de la falsedad misma y de la posibilidad de perjuicio, así como de
la voluntad de realizar la conducta típica. En este tipo de figuras no caben
el dolo eventual ni las formas imprudentes.

9. Relación con el delito de defraudación en su figura de estelionato

Para poder dilucidar este punto plasmaré brevemente un caso que vengo
patrocinando en la ciudad de Chiclayo. Un sujeto X adquiere un predio de
4.000 m2 (en adelante X1), colindante con el predio de mi patrocinado Y de
1.000 m2 (en adelante Y1). Ambos predios se encuentran inscritos en
Sunarp, con títulos de propiedad y partidas registrales independientes. En
el año 2002, Y se da con la sorpresa de que el sujeto X habría creado un
cerco perimétrico en su lote X1, pero incluyendo dentro de dicho cerco el
bien Y1 que le pertenecía a Y, además de un callejón que le pertenecía a la
Municipalidad. Y interpone demanda de reivindicación y sale airoso.

En el año 2006 se dicta sentencia en primera y segunda instancia;


asimismo, en casación el recurso es declarado improcedente, por lo que se
obtiene la calidad de cosa juzgada firme. Pero, como para las personas
que ven una forma de «trabajo» el tráfico de terrenos, el sujeto X interpuso
un sinfín de demandas, entre ellas los de nulidad de cosa juzgada
fraudulenta, nulidad de acto jurídico y mejor derecho a la posesión,
todas ellas declaradas infundadas por el órgano correspondiente. Luego de
casi 10 años de constante litigio, en octubre de 2012 se ordena la
ministración de la posesión a favor de Y con derrumbe de parte del cerco
construido indebidamente. La persona Y toma posesión pacífica de su
predio y actualmente viene ejerciendo la posesión pública.

Lea también: ¿Comete falsedad ideológica quien inscribe una sucesión


intestada dejando de lado a otros herederos forzosos?

No obstante, en el año 2014 se notifica a Y una demanda de


reivindicación y pago de daños y perjuicios. Ante esto, analizando los
documentos anexos a la demanda, se da con la sorpresa de que la persona
X había realizado ante un notario de Chiclayo un trámite de saneamiento de
linderos del terreno X1, solicitud presentada en mayo de 2012
aprovechando la existencia del cerco indebidamente creado, y en
septiembre del mismo año adquiere su respectiva acta de determinación de
linderos e inscribe en registros. A los seis días vende, en primer lugar, a uno
de sus abogados; el abogado vuelve a vender a Z, y Z
demanda reivindicación e indemnización. Es decir, tres ventas en menos
de seis meses. Ante estos hechos, se contesta la demanda de
reivindicación realizada por Z, se interpone demanda de nulidad de acto
jurídico y se denuncia por falsedad ideológica en concurso real con
defraudación en su figura de estelionato.

Hace no muchos días, me han notificado la acusación fiscal en la cual se


acusa por falsedad ideológica y se sobresee por estelionato. El argumento
para sobreseer es el siguiente: la formalización de la investigación
preparatoria tuvo como sustento que X vendió como propio el terreno del
agraviado Y, sito en Y1, de 1.000 m2, el cual fue falsamente incluido en el
lote X1 mediante trámite notarial que dio origen al acta de rectificación de
áreas, linderos y medidas perimétricas, venta que se realizó con fecha 31
de octubre de 2012 (cuando el agraviado Y se encontraba ya en posesión
del lote Y1) a favor de J, y este a su vez lo ha transferido a S. Ambos títulos
fueron presentados a Sunarp y fueron debidamente inscritos.

Sin embargo, se debe tener en cuenta que los elementos constitutivos


del estelionato son los mismos que integran el delito de estafa genérica.
Lo característico en este tipo de delitos es la disposición fraudulenta de
bienes propios o ajenos, con plena conciencia y voluntad de su
comportamiento reprochable y en el que el momento consumativo ocurre en
el instante en que el agente recibe el precio de la venta como consecuencia
del negocio fraudulento, hecho materializado a través del engaño y
aprovechando la buena fe de los agraviados, móviles que determinan la
adquisición del inmueble. En tal sentido, de manera alguna se ha acreditado
el engaño por parte de X al agraviado Y, por cuanto no ha sido a este a
quien le vendió el terreno ajeno incorporado en otro, sino a J, y este, a
su vez, lo ha transferido a S, siendo ambos títulos inscritos ante la Sunarp,
máxime si en el delito de estelionato, el sujeto pasivo es la persona sobre
quien recayó el engaño y en tal virtud se aceptó la contratación.
Mis preguntas son las siguientes:

1) ¿En el delito de defraudación-estelionato el agraviado siempre es quien


compra o adquiere el bien inmueble, o también puede serlo el propio dueño
que ha sido agraviado por un acto fraudulento con la finalidad de despojarlo
de su propiedad?, y

2) Si se demuestra que entre comprador y vendedor existe un ánimo


defraudatorio en agravio de un tercero (real propietario), ¿este último debe
ser considerado como agraviado y los otros dos como autor y cómplice
primario del delito de estelionato respectivamente?

Personalmente considero que el delito de estelionato se adecua al


tipo defraudación si se logra demostrar que entre comprador y vendedor
existe un fin, cual es el de causar perjuicio al verdadero propietario y que
tales ventas son solo simuladas. Para ello, partamos de las premisas de
que quien falsifica un documento siempre tendrá un ánimus de defraudar y
de que nadie realiza dicha conducta de buena fe. Ahora bien, con respecto
a las pruebas hay que entender que en los delitos de estafa inmobiliaria o
defraudaciones los agentes actúan de forma subrepticia y es aquí donde
toma mayor fuera la prueba indiciaria. En el caso narrado podemos afirmar
que existe un poderoso indicio de oportunidad: la solicitud fue presentada
antes de la ministración de la posesión a favor de Y, aprovechando la
oportunidad del cerco perimétrico. También se observa un indicio de móvil,
que en el presente caso fue meramente lucrativo y defraudatorio, toda vez
que el agente había sido vencido en todos los procesos judiciales. Por lo
tanto, considero que en el tipo penal de estelionato no siempre el
agraviado es el comprador, si se demuestra que entre este y el vendedor
existe un ánimus de defraudar a un tercero, como en el caso en comento.

Lea también: El delito de falsedad genérica agravada

También podría gustarte