Panikhida Brevior
Panikhida Brevior
Panikhida Brevior
-Panijida-
oraciones para el perdón de pecados y el reposo del difunto en el Reino de los Cielos.
Durante el oficio de una Panijida los parientes y amigos del difunto están con velas
encendidas como señal de que ellos también creen en la futura vida radiante. Hacia el
final del Panijida, durante la lectura de la Oración del Señor, estas velas se extinguen
como una señal de que nuestras vidas, como las velas encendidas, deben expirar, la
Ministro: Bendito sea nuestro Dios, en todo tiempo, ahora y siempre y por los siglos de los
siglos.
Coro: Amén.
Todos: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros. (3 veces)
Aleluya
Troparios
Coro: Con tu profunda sabiduría y amor a la humanidad, todo lo ordenas y brindas a todos lo
que es de su beneficio, Único Creador, Haz descansar Señor el alma de tus siervos, pues han
cifrado su esperanza en Ti, Creador, Hacedor y Dios nuestro. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu
Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén. En Ti tenemos nuestro amparo y
puerto seguro, Tú que oras permanentemente y cuya oración es agradable a Dios a quien diste
a luz, Madre de Dios no desposada, eres la salvación de los fieles.
Bendito eres, Señor, enséñame tus mandamientos. El coro de los Santos encontró la fuente de
la vida y las puertas del paraíso. Pueda yo también encontrar el camino por el
arrepentimiento; yo soy la oveja descarriada, llámame, Salvador, y sálvame. Oh Santos, que
predicasteis al Cordero de Dios y fuisteis inmolados como corderos, siendo trasladados a la
vida gloriosa y eterna, pedida, Mártires, sin cesar al Cordero de Dios que nos dé el perdón de
nuestros pecados. Concede, oh Señor Dios, el descanso a tus siervos y llévalos al paraíso,
donde los Coros de los Santos y los rectos brillan como astros. Haz descansar a tus siervos
difuntos, perdonándoles todos sus pecados. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Cantemos con piedad a la Triple Luz de la Única Divinidad, exclamando: Santo eres Tú, oh
Padre Eterno, con Tu Hijo, igualmente Eterno, y el Espíritu Divino. Ilumínanos a los que te
servimos con fe y líbranos del fuego eterno. Ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Amén.
Regocíjate, Purísima, que concebiste en la carne a Dios, para que todos fuéramos salvados, y
por ti la humanidad encontró la salvación. Que por tu mediación encontremos el paraíso, oh
Pura y Bendita Madre de Dios.
Letanía
M: También rogamos por el descanso de las almas de tus difuntos siervos de Dios (nombre) y
para que les sea perdonado todo pecado, voluntario e involuntario.
M: Para que el Señor Dios disponga sus almas allí donde los rectos descansan.
M: La misericordia divina, el reino celestial y el perdón de sus pecados, pedimos a Cristo, Rey
Inmortal y Dios nuestro.
M: Roguemos al Señor.
siervo (nombre) ¡oh, Cristo Dios nuestro! Y te elevamos gloria, junto con tu Padre
Coro: Amén.
Canon:
Coro: Con los Santos haz descansar, oh Cristo, el alma de tu siervo, donde no hay dolor, ni
tristeza, ni angustia, sino vida eterna. Tú sólo eres inmortal, Tú que has creado y formado al
hombre. Nosotros los humanos hemos sido formados de la tierra y vamos a ir a la tierra, como
lo mandaste, oh Creador, cuando dijiste: Eres tierra y volverás a la tierra. Allá iremos todos los
hombres al son de lamentos fúnebres: Aleluya, Aleluya, Aleluya.
ODA
Todos: Dios, a quien los hombres no pueden ver ni las órdenes angelicales se atreven a mirar,
se manifestó a la humanidad como el Verbo encarnado; por Ti oh Purísima, exaltándolo con los
ejércitos celestiales, te celebramos.
Coro: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros (3 veces).
M: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Amén.
M: Santísima Trinidad, ten piedad de nosotros. Señor, perdona nuestros pecados. Soberano,
absuelve nuestras transgresiones. Oh Santísimo, mira y sana nuestras dolencias, por Tu
nombre.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Todos: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga tu reino,
Ministro: Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, ¡oh! Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y
siempre y por los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Oración
Ministro: Dios de los espíritus y de toda carne, que venciste a la muerte, abatiste al demonio y
diste la vida al mundo; dígnate Señor conferir al alma de tu siervo difunto (nombre) el lugar de
refrigerio, de luz y de paz, el lugar donde el dolor, la tristeza y las angustias no tienen entrada.
Oh Dios bueno y misericordioso, perdónale todos los pecados que haya cometido con el
pensamiento, palabra y obras, pues ningún hombre hay en este mundo sin pecado; Tú sólo
eres libre de él, tu justicia es terna y tu palabra es la verdad. Pues Tú eres oh Cristo, Dios
nuestro, la resurrección, el descanso y la vida de tu siervo difunto (nombre), y Te glorificamos
en unión de Tu Eterno Padre y Tu santísimo, bueno y vivificador Espíritu, ahora y siempre y por
los siglos de los siglos.
Coro: Amén.
Coro: Tú eres más honorable que los Querubines e incomparablemente más gloriosa que los
Serafines. A Ti que sin mancha diste a luz al verbo de Dios, y que eres la verdadera Madre de
Dios, engrandecemos.
Coro: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Ahora y siempre y por los siglos de los siglos.
Amén.
Todos: Señor, ten piedad, Señor, ten piedad, Señor, ten piedad.
Ministro: Cristo nuestro verdadero Dios, (que resucitó de entre los muertos), Rey inmortal, que
tiene imperio sobre los vivos y los difuntos; por la intercesión de su Purísima y Santísima
Madre; de los santos gloriosos y célebres Apóstoles; de nuestros venerables y teóforos padres
y de todos los santos, establezca el almas de Tu siervo (nombre) que ha partido de este
mundo, en la morada de los justos que les haga descansar en el regazo de Abrahán y le
enumere con los bienaventurados; y tenga piedad de nosotros, puesto que Él es bueno y ama
a la humanidad.
Coro: Amén.
Ministro: Por las oraciones de nuestros Santos Padres, oh Señor Jesucristo Dios nuestro, ten
piedad de nosotros y sálvanos.
Coro: Amén. (Sus almas habitarán entre los buenos. Su memoria perdurará de generación en
generación.)