Farinelli 2

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FARINELLI

Nació en 1705 en Andria ( Italia), hijo de Salvatore Broschi compositor y maestro di


capella de la catedral. Su familia poseía un estatus económico aceptable. En 1711 los
Brochi se mudan a Nápoles y en 1712 su hermano mayor Ricardo ingresó en el
conservatorio Santa María di Loreto, para especializarse en composición. Carlo poseía
grandes condiciones para el canto y fue presentado a Nicola Porpora, maestro en el
Conservatorio de San Onofrio. En 1717 signaría en buena medida su futuro. Su padre
muere súbitamente y la situación económica de la familia se deteriora, sobrevino
entonces la inevitable caída del caballo por lo que debieron castrarlo.

El joven efectuó grandes progresos de la mano de Porpora y pocos años después hizo
su debut con Angélica e Medoro una composición del mismo Porpora y texto de Pietro
Trapassi “ Metastasio”, con quien trabaría una profunda amistad. En 1722, cantó por
primera vez en Roma. El mundo musical hablaba de los éxitos de este ragazzo y
aquellos años también surge la versión del supuesto desafío entre él y un músico que
debía ejecutar una aria con trompeta del cual el joven salió airoso.

En 1724, Farinelli hizo su primera aparición en Viena, invitado por Pio di Savoia,
director del Teatro Imperial. En 1727 se presentó en Boloña con el famoso castrato
Antonio Bernacchi, si bien Faarinelli era dueño de una voz penetrante, rica y bien
modulada, con un excelente control de amplitud y merecedora de grandes elogios,
Bernacchi lo supero en exquisitez. Farinelli le solicitó que lo instruyera en eses técnicas
a lo que Bernacchi acordó.
En 1734 se trasladó a Londres. Un año antes, Senesino, otro castrado de la compañía
de Haendel, a su vez interesado en incorporar a Farinelli a su agrupación, había
entrado en reyertas con el compositor por lo que estableció una compañía reival en
Lincoln´s Inn Fields. La compañía tenía a Porpora como compositor y Senesino
cantante principal. Farinelli se unió a ello y el éxito no se hizo esperar. Su tato
amigable y cortés hizo que el público lo adora.

Permaneció en la ciudad hasta el verano de 1737 cuando recibió una invitación para
visitar la corte española. Elisabetta Farnese, la Reina pensaba que la voz de Farinelli
curaría la severa depresión de su esposo Felipe V, la musicoterapia era una práctica
aceptada. Arribado a España, en agosto de 1737, Farinelli fue nombrado músico de
cámara del Rey y criado familiar. Dejo las apariciones para el público. Se volvió el
favorito real y muy influyente en la corte, aunque se mantenía al margen de cuestiones
políticas. Solía cantar para otros miembros de la familia real y les organizaba
actuaciones en privado. Su influencia en la corte se acrecentó aún más con el ascenso
de Fernando VI al trono. El nuevo rey era un músico aguzado y su esposa una
apasionada de este arte. En 1750 se le designo caballero de la Orden de Calatrava. Su
suerte cambió radicalmente cuando en 1759, Fernando fue sucedido por su hermano
Carlos III, éste no solo carecía de simpatía por la música, sino que nunca le había
perdonado a Farinelli su decisión de permanecer en la corte tras la muerte de Felipe V.
Farinelli se retiró a Boloña donde poseía una propiedad y ciudadanía. Fue visitado por
grandes personalidades, pero poco a poco se fue quedando solo a medida que
sobrevivía a los amigos de su generación. Vivió en la ciudad desde 1761 hasta su
muerte en 1782 y fue enterrado en el cementerio del monasterio de capuchinos de
Santa Croce.
LOS CASTRATI

Eran jóvenes castrados antes de la pubertad y muy importantes para la música


eclesiástica habida cuenta que estaban prohibidas las voces femeninas. La práctica se
introdujo en 1599, cuando el Papa Clemente VIII quedó prendado por la dulzura y
flexibilidad de voces muy aptas para los coros y las óperas que muy pronto ganarían la
escena.

Los castrati despertaban una cautivante sensación de otredad para algunos y el horror
para otros. Ni hombres ni mujeres, tampoco niños, algo totalmente novedoso
“castrati”.
Como la práctica era ilegal, la causa por la cual el joven coreuta había sobrellevado la
castración se debía a un terrible accidente.

Los niños eran tratados con opio, y luego se los sumergía en una tina de agua muy
caliente hasta que quedaban inconscientes. El cirujano cortaba los cordones
testiculares y tras ello los iba traccionando para su remoción. Por ser castrados antes
de la pubertad, sus cuerpos no experimentaban los cambios debidos a la testosterona,
mantenían las características infantiles, con ausencia de bello facial, no desarrollaban
calvicie ni demasiada masa muscular y tampoco lograban una erección completa

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