Monografia Incontinencia Urinaria
Monografia Incontinencia Urinaria
Monografia Incontinencia Urinaria
Monografía:
“DISTOSIAS OBSTETRICAS”
Docente:
MANUEL ISAAC PEREZ KUGA
………………………………………..
Alumno:
Paul Arturo Delgado Fernández
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ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................... 3
II. OBJETIVOS ............................................................................................................................. 4
III. MARCO TEÓRICO ............................................................................................................... 5
1. DEFINICIÓN........................................................................................................................ 5
2. FACTORES DE RIESGO........................................................................................................ 5
3. CAUSAS DE LA INCONTINENCA URINARIA ........................................................................ 6
4. TIPOS: ................................................................................................................................ 6
5. RECUERDO ANATOMOFISIOLÓGICO DE LA IU: ................................................................. 7
6. IMPACTO DE LA IU EN LA CALIDAD DE VIDA ................................................................... 10
7. DIAGNÓSTICO CLÍNICO DE LA INCONTINENCIA URINARIA ............................................. 11
8. PRUEBAS DIAGNÓSTICAS COMPLEMENTARIAS .............................................................. 12
9. TRATAMIENTO DE LA INCONTINENCIA URINARIA .......................................................... 13
IV. CONCLUSIONES ............................................................................................................... 17
V. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ........................................................................................... 18
2
I. INTRODUCCIÓN
3
II. OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL
4
III. MARCO TEÓRICO
1. DEFINICIÓN
La Incontinencia Urinaria, según la Sociedad Internacional de Continencia (ICS),
clasificó en el año 2002 los síntomas del tracto urinario inferior en síntomas de fase de
llenado y síntomas miccionales; y consideran la Incontinencia Urinaria como un
síntoma de la fase de llenado y la define como: “Cualquier pérdida involuntaria de
orina que se supone un problema social o higiénico” (1, 4,5, 7). A su vez la IU es
considerada por la OMS como: “La pérdida involuntaria de orina objetivamente
demostrable, es un problema social, tanto para los pacientes que la sufren, como para
quienes cuidan de ellos. Puede producir problemas higiénicos y sociales con efectos
devastadores en la calidad de vida del individuo por afectar a su vida social,
profesional y familiar”.
La incidencia de IU aumenta casi linealmente con la edad hasta ser considerada como
uno de los síndromes geriátricos tanto por su elevada prevalencia, como por el
impacto negativo en el adulto mayor que la padece (3, 5,6). La Incontinencia Urinaria
está sujeta a diversas condiciones, y la frecuencia de IU en mujeres es el doble en
relación a los hombres. Existen diversos tipos de IU, sin embargo, en la población
femenina la más frecuente es la Incontinencia Urinaria por Esfuerzo (IUE); dado que el
embarazo y el parto son factores de riesgo altamente relacionados con la aparición de
incontinencia urinaria, una de las disfunciones más frecuentes del suelo pélvico, con
una prevalencia aproximada entre el 40% y el 59%.
5
Enfermedad neurológica y daño cerebral como el ictus, la demencia y la
enfermedad de Parkinson.
Diabetes Mellitus
Obstrucción para el vaciado de la orina por tumores pélvicos.
6
INCONTINENCIA URINARIA DE URGENCIA (IUU): Es definida como la
pérdida involuntaria de orina asociada a un fuerte deseo de orinar, que se
denomina “urgencia” o “micción imperiosa”. Se debe a una contractibilidad
aumentada de la vejiga urinaria, que en condiciones normales sólo se contrae
cuando el sujeto decide orinar voluntariamente. Este tipo de IU viene precedido
por una sensación de urgencia, imposible de controlar, que es consecuencia de
una contracción involuntaria del músculo del detrusor de la vejiga urinaria. La
prevalencia se incrementa a partir de los 40 años, con un pico a partir de los
75; de hecho, es la forma más frecuente de incontinencia en ancianas mayores
de 75 años (4, 12, 14). la prevalencia es entre 11 y 20% de las mujeres
incontinentes que tienen síntomas de IUU. (5)
INCONTINENCIA URINARIA MIXTA (IUM): Está definida por la ICS, como una
pérdida involuntaria de orina asociada tanto a la urgencia miccional como al
esfuerzo. Es la que se presenta con urgencia y también al realizar ejercicios,
esfuerzos, estornudos o toser. La pérdida se produce por un doble mecanismo:
hiperactividad del detrusor e incompetencia esfinteriana. Es el tipo más
frecuente en la mujer después de la IU de esfuerzo, siendo su prevalencia del
35%.
SUELO PÉLVICO:
El suelo pélvico es un conjunto de estructuras musculares y viscero aponeuróticas que
cierran inferiormente la cavidad abdominopelviana. Está compuesta por el Diafragma
Pélvico (Formado por los Músculos Elevador del Ano y Coccígeos) y El Periné
(Conjunto de partes blandas que cierran la cavidad pelviana, por debajo del diafragma
pélvico). (8, 10)
El diafragma pélvico se inserta entre los agujeros ciáticos; quedando el mayor encima
del suelo pélvico y el menor por debajo.
El periné es el suelo de la pelvis que sostiene las vísceras, las contienen y son
perforadas por las mismas. Tiene forma romboidal; se halla limitado hacia delante por
la sínfisis púbica, lateralmente por las ramas isquiopubianas y las tuberosidades
isquiáticas y hacia atrás por los ligamentos sacrociáticos mayor y menor y el coxis. La
línea biisquiática divide el periné en un triángulo anterior urogenital, donde se
encuentra el diafragma urogenital, y un triángulo posterior o digestivo con el orificio
anal. (23) Está compuesto por un conjunto de músculos y fascias que trabajan juntos
para proveer soporte a las vísceras pélvicas, está conformado el 80% de tejido
conjuntivo facial y el 20% de tejido muscular. El tejido muscular está conformado en
mayor parte, el 80% compuesto de fibras tónicas y el resto de fibras fásicas. El periné
está formado por 3 planos: Un plano superficial, plano medio y un plano profundo.
PLANO SUPERFICIAL:
- El esfínter externo del ano: Es el único músculo del plano superficial que
pertenece al periné posterior. Es un anillo de fibras concéntricas que se origina
en el centro tendinoso hacia el ligamento anococcigeo, rodeando la cara
superior y lateral del clítoris. Su función es el cierre del ano.
7
- El músculo perineal transverso superficial: Se extiende desde la cara
interna del isquion hasta el centro tendinoso que va del ano a la comisura
bulbar. Su función es estabilizar el centro tendinoso, asegurando la posición de
los órganos de la pelvis y el mecanismo de cierre de la uretra.
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pélvicos. La fascia pélvica es considerada una prolongación de la Fascia Transversal
Abdominal en la pelvis y puede ser divida en dos partes: La fascia Parietal y la fascia
Visceral.
LA FASCIA PARIETAL:
Es parte de un conjunto general que reviste la cara interna de las paredes
abdominales y pélvicas. En las paredes laterales de la pelvis, esta lámina conjuntiva
se torna más espesa para revestir la cara interna de los músculos elevadores del ano
y los coccígeos, y constituir la fascia superior del diafragma pélvico. (10)
LA FASCIA VISCERAL:
O endopelviana; Se localiza entre el peritoneo y la fascia parietal y sirve de envoltura
para el útero, la vagina, la vejiga, el recto y la vaina de los vasos. Se extiende sobre la
pared vesical posterior hasta el cervix uterino, recibiendo la denominación de fascia
vesicopélvica (o fascia pubovesical) responsable del soporte de estas estructuras, así
como de la pared vaginal anterior. El mantenimiento del eje uretrovesical, determinada
por esta fascia, es fundamental para la micción normal. El tejido conjuntivo
subperitoneal pélvico se condensa en torno al tejido conjuntivo visceral de la pelvis
para constituir las vainas del recto, la vagina y la vejiga, en sus puntos de
condensación, se presenta diferenciado en verdaderos ligamentos cuyos principales
son:
Ligamento transverso cervical (ligamento cardinal o de Mackenhodt): Fija el
cuello del útero a la extremidad superior de la vagina y las paredes laterales de
la pelvis.
Ligamento sacro cervical (sacros uterinos): Fija el cuello del útero a la
extremidad superior de la vagina y a la extremidad inferior del sacro. Forma
dos crestas uno a cada lado de la excavación rectouterina (fondo de saco de
Douglas).
Ligamentos pubo cervicales: Representados por dos haces densos de tejido
que se originan en la superficie posterior del pubis y se dirigen hacia el cuello
uterino bilateralmente, posicionándose lateralmente al cuello vesical, parte de
sus fibras confiere sustento al cuello vesical (ligamentos pubovesicales). (14)
LA VEJIGA:
Es una bolsa muscular elástica que se localiza detrás de la sínfisis del pubis y delante
del útero. La pared de la vejiga está formada principalmente por tejido muscular liso. El
llamado musculo detrusor o capa muscular formada por una red de haces
entrecruzados de fibras musculares lisas, el detrusor está formado por un 70% de
fibras elásticas y un 30% de fibras colágenas. Estos haces se cruzan en todas las
direcciones, circular, oblicua y longitudinalmente, asimismo por pliegues. Gracias a
ellos la vejiga se puede distender de forma extraordinaria. Se denomina trígono a la
región de la pared vesical posterior que se encuentra entre los orificios uretereales y el
meato uretral interno; que también tiene inervación parasimpática.
La vejiga cumple dos funciones importantes; Reservorio de la orina antes de que
abandone el organismo y La expulsión de la orina del organismo con ayuda de la
uretra. Durante la fase de llenado, la orina se acumula en la vejiga a un promedio de
20ml/min. La capacidad vesical según los individuos, se considera normal 350-500ml.
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Al inicio de ésta, en la fase de almacenamiento, la vejiga se distiende manteniendo
una presión baja de llenado debido a la relajación del músculo detrusor. En la fase
final de la misma, la presión aumenta produciendo sensación de plenitud y deseos de
orinar. En la fase de vaciado, se produce la contracción del detrusor gracias al
estímulo del S.N. Parasimpático.
URETRA FEMENINA:
Es un pequeño tubo tapizado por membrana mucosa que se extiende desde el suelo
de la vejiga (trígono) hasta el exterior del organismo.
Tiene una doble función: de control de vaciado y de su conducción. Posee 4 capas; la
capa más externa esta revestida por músculo estriado, extendiéndose en el 80% del
cuerpo uretral total. Está constituido por dos partes:
Esfínter Parauretral o Esfínter Interno: Se encuentra en el cuello vesical,
está formada por fibras musculares de contracción lenta (De tipo I), se
encuentran en contacto directo con la uretra, siendo responsables de la
mantención del tono basal. Importante para mantener la continencia.
Esfínter periuretral o Esfínter Externo: Está formada por fibras de tipo I y
fibras de tipo II, derivadas de haces de la musculatura del elevador del ano y se
caracteriza por tener contracción rápida, con importancia en la contracción
refleja que ocurre en respuesta al aumento de la presión abdominal, como
ocurre al toser o estornudar. Durante la fase de llenado vesical la presión
intrauretral permanece más alta que la intravesical asegurando la continencia,
la diferencia de presión entre la uretra y la vejiga, recibe el nombre de presión
uretral de cierre. En la fase de vaciado se produce la apertura del esfínter
interno y la relajación voluntaria del esfínter externo con una caída de presión
intrauretral que favorece la micción.
Varios estudios han tratado de medir la calidad de vida relacionada con la salud
(CVRS) en las mujeres incontinentes. Estos estudios varían en su diseño,
metodología, criterios de diagnóstico de IU e incluso definición de calidad de vida. Sin
embargo, en todos ellos se expone que la IU tiene un impacto negativo notable sobre
múltiples aspectos de la vida diaria, tanto en el entorno social (menor interacción social
o mayor aislamiento, abandono de algunas aficiones, etc), como en el físico
(limitaciones a la práctica deportiva), sexual (pérdida de la actividad sexual, evitación
de la pareja), psicológico (pérdida de la autoestima, apatía, depresión, sentimientos de
culpabilidad, etc), laboral (absentismo, menos relación) y doméstico (precauciones
especiales con la ropa, protección de la cama, etc). (1)
Las mujeres con IU desarrollan hábitos de comportamiento para paliar el problema en
parte, tales como la reducción en la ingesta de líquidos, el aislamiento y retracción
social, la utilización de absorbentes y la adquisición de una determinada frecuencia
miccional, y otros hábitos miccionales, voluntaria. (4)
La IU afecta más a la CVRS de las más jóvenes y está relacionada con el tipo de IU de
que se trate. (6)
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7. DIAGNÓSTICO CLÍNICO DE LA INCONTINENCIA URINARIA
Los métodos básicos disponibles en todos los niveles asistenciales para el correcto
diagnóstico de la IU son la anamnesis, la exploración física y el diario miccional.
Una detallada anamnesis, correctamente enfocada no sólo hacia el tipo de síntomas
sino también hacia posibles factores de riesgo, permitirá intuir el tipo de incontinencia
y, a partir de ahí, dirigir las pruebas diagnósticas complementarias en ese sentido.
En la tabla 2 se indican una serie de datos a valorar en la entrevista de una mujer que
consulta por IU.
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del suelo pelviano y los reflejos bulbocavernoso y anocutáneo. La demostración del
escape de orina debe hacerse primero en decúbito, haciendo toser a la paciente y
observando el escape de orina por la uretra. Si no hay escapes debe repetirse en
bipedestación.
El grado de hipermovilidad uretral se puede evaluar con el test del bastoncillo,
introduciéndolo en la uretra y valorando el movimiento del mismo con la tos (positivo si
es superior a 30º).
Finalmente, debe cuantificarse la orina residual mediante sondaje o ecografía.
Pocas pruebas de laboratorio son necesarias. Es imprescindible descartar infección
urinaria mediante la realización de un cultivo de orina. No obstante, se consideran de
utilidad como cribado las tiras reactivas, que tienen una elevada especificidad (92-
100%) pero variable sensibilidad (35-85%) en el caso de la bacteriuria
Estudio urodinámico
Considerando que lo fundamental en el diagnóstico de IU en la mujer es identificar
aquellas pacientes con IUU y distinguirlas de aquéllas que tienen IUE o IUM, y que el
diagnóstico exacto de IUU sólo es posible con un método que permita objetivar la
presencia de contracciones involuntarias del detrusor en la fase de llenado, se puede
resumir que los estudios urodinámicos (Tabla 3) son imprescindibles en mujeres que
consultan por IU31:
En el caso de una IUE pura (poco frecuente pues se estima en sólo 5-10% IUE
como único síntoma) la exploración urodinámica debe confirmar la IUE y excluir
la hipoactividad del detrusor y la vejiga hiperactiva. Debe valorar la
acomodación vesical y evaluar el patrón de vaciado y si está alterado,
diferenciar una obstrucción vesical de una hipocontractilidad. Debe obtener una
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medida objetiva de la intensidad de la IUE mediante los puntos de presión de
fuga o la presión máxima de cierre uretral, estableciendo, si lo hubiera, el
diagnóstico de deficiencia esfinteriana intrínseca. Todo lo anterior es
determinante en la elección del tratamiento apropiado.
En pacientes con IUU es imprescindible una cistometría para evidenciar la
presencia de un detrusor hiperactivo y sus características.
En pacientes con IUM es fundamental para conocer el componente de IUE y de
detrusor hiperactivo (evaluando la existencia o no de contracciones, la
intensidad de las mismas, el volumen en el que se producen). Es importante
también para dilucidar otras alteraciones funcionales menos claras (como
obstrucción) enmascaradas detrás de supuestas IUM.
Determinar la etiología de la IU en pacientes en las que ha fracasado el
tratamiento conservador o farmacológico.
Pruebas de imagen
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Modificación del entorno
Tratando de facilitar el acceso al cuarto de baño evitando las barreras físicas
domésticas y disponer de sustitutivos (orinales, cuñas sanitarias, etc) o de algún tipo
de adaptación. Esto es especialmente importante en pacientes con IUU o IUM
fundamentalmente si tienen limitada su movilidad (ancianos).
Medidas higiénico-dietéticas
Un tratamiento aceptable en las mujeres con sobrepeso es la disminución del peso. En
la actualidad se considera como una medida preventiva eficaz evitar la sobrecarga del
suelo pelviano manteniendo un peso adecuado. (10)
Parece existir alguna evidencia que sugiere que las mujeres que realizan esfuerzos
intensos con aumento de la presión presentan mayor riesgo de desarrollar IUE y
prolapso genital, por lo que en la actualidad se recomienda evitar este tipo de
ejercicios.
Existe una asociación demostrada entre el hábito tabáquico y la IU, quizá debido al
aumento de presión abdominal en la fumadora crónica. (10)
Una ingesta hídrica abundante, sobre todo en las horas previas al descanso nocturno,
se relaciona con un mayor número de episodios de IU. Limitar esta ingesta a partir de
la merienda y reducir el consumo de sustancias excitantes (alcohol, café, té) puede
tener efectos beneficiosos sobre el número de escapes, aunque no hay datos
concluyentes (10).
Las medidas destinadas a disminuir el estreñimiento, el cambio en el tipo de prendas
de ropa a utilizar (cómodo y con aperturas fáciles) o la modificación de aquellos
fármacos que alteran la continencia (Tabla 4) pueden ser también medidas
beneficiosas (11).
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Medidas paliativas
En algunos pacientes se pueden utilizar los absorbentes como un elemento eficaz en
el control de las consecuencias de la IU. Estos absorbentes permiten minimizar las
repercusiones de la IU pero también pueden condicionar una falta de adecuado
diagnóstico y tratamiento.
Técnicas de modificación conductual
Se agrupan bajo este nombre todas aquellas acciones destinadas a restablecer un
patrón normal de vaciamiento vesical. Fundamentalmente, se basan en la realización
de una micción programada, aumentando paulatinamente el intervalo entre micciones
al instruir al paciente en disociar el deseo miccional de la acción de vaciado voluntario.
En este entrenamiento del vaciado vesical el diario miccional tiene un papel importante
al permitir objetivar los progresos conseguidos. (10)
Esta terapia conductual permite una disminución en la frecuencia de los escapes y en
la severidad de la IU en alrededor de la mitad de los pacientes y en menor medida
puede incluso recuperarse la continencia. (11)
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en el 20-30% de los casos y produzcan una mejora significativa de los síntomas en el
50% de los pacientes. Los utilizados actualmente no muestran selectividad por los
receptores muscarínicos vesicales, aunque su efecto parece más pronunciado en la
vejiga que en otros órganos. Son estas reacciones las que limitan su utilización por los
efectos secundarios, fundamentalmente sequedad de boca, ojos secos, estreñimiento,
reflujo esofágico, visión borrosa, mareo y palpitaciones. (12,14). Por ello, se están
desarrollando nuevos agentes más selectivos para la vejiga, los últimos de los cuales
son la darifenacina y la solifenacina, de reciente aparición en el mercado. Ambas han
demostrado ser eficaces y bien toleradas, reduciendo significativamente la urgencia y
los episodios de escape, con una baja incidencia de efectos secundarios,
acompañándose de una baja tasa de abandonos de tratamiento, mejorando el
cociente eficacia/tolerancia. (14)
Por otro lado, las monoaminas serotonina y noradrenalina están claramente implicadas
en el mantenimiento del tono muscular y en los mecanismos de la continencia uretral.
Los agonistas serotoninérgicos suprimen la actividad parasimpática y aumentan la
actividad simpática y somática en el tracto urinario inferior, facilitando el llenado
vesical. Basados en estas potenciales propiedades como promotoras de la continencia
tanto de la serotonina como de la noradrenalina se han desarrollado varios estudios
experimentales con inhibidores selectivos de la recaptación de ambos, a la cabeza de
los cuales se sitúa la duloxetina. (11). Este fármaco es el primero de los aprobados
para el tratamiento de la IUE en la mujer, y de los datos actuales se deduce que
ocasiona un descenso en los episodios de incontinencia de 50-60%, con un 56-74%
de las mujeres tratadas que se sienten mejor tras el tratamiento (10). El efecto adverso
más significativo son las náuseas, aunque de intensidad leve a moderada, transitorias
y no progresivas, que suelen desaparecer en un corto periodo de tiempo. De momento
está pendiente su aprobación en España con esta indicación.
Tratamiento quirúrgico de la incontinencia urinaria
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La cirugía se considera el tratamiento adecuado en las pacientes en las que el
tratamiento conservador ha fracasado o en aquellas con IUE moderada-severa. Su
propósito es incrementar la resistencia uretral para evitar el escape de orina por la
uretra durante los aumentos de la presión intraabdominal, preservando el vaciamiento
vesical completo a baja presión.
Existen en torno a 200 procedimientos quirúrgicos diferentes para tratar la IUE, pero,
pueden agruparse en tres tipos básicos: colposuspensiones, cabestrillos suburetrales
e inyectables uretrales (11)
IV. CONCLUSIONES
La prevalencia de la incontinencia Urinaria en las mujeres está comprendida
entre 30-80 años de edad. Los predictores de mayor probabilidad de sufrir IU
son el número de partos, el IMC, la edad y el número de embarazos
Se encontró relación significativa entre la incontinencia urinaria y la calidad de
vida, es decir si la mujer presenta IU ésta afectará a su bienestar personal,
social y familiar.
La calidad de vida en mayor proporción es regular sobre todo en mujeres
casadas; el área más afectada es Repercusión psicosocial, así como
Comportamiento de Evitación y limitación de la conducta, donde su calidad de
vida es regular.
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V. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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