Guia Parkinson
Guia Parkinson
Guia Parkinson
COORDINADOR
José Matías Arbelo González
COMITÉ EDITORIAL
José Matías Arbelo González
Hospital Insular Universitario de Gran Canaria. Las Palmas de Gran Canaria
Javier López del Val
Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Zaragoza
María del Carmen Durán
Hospital Universitario Infanta Cristina. Badajoz
Gurutz Linazasoro Cristóbal
Inbiomed. San Sebastián
Advertencias
La medicina es un área en constante evolución. Se recomienda a
los lectores que contrasten la información y analicen los últimos
datos aportados por la industria fabricante de cada fármaco para
comprobar sus indicaciones, dosis recomendadas, efectos secundarios y
contraindicaciones. Los autores y editores no pueden asumir la completa
responsabilidad por actos médicos que pudieran estar relacionados
con los contenidos de esta obra.
COORDINADORES DE CAPÍTULOS
Ernest Balaguer Martínez María Rosario Luquin Piudo
Hospital Universitari General de Catalunya. Hospital Universitario de Navarra. Pamplona
Barcelona
María José Martí Domènech
Víctor Manuel Campos Arillo Hospital Clínic. Barcelona
Hospital Vithas Xanit Internacional. Málaga
Juan Carlos Martínez Castrillo
María José Catalán Alonso Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid
Hospital Clínico San Carlos. Madrid
Pablo Martínez Martín
Pedro José García Ruiz Centro Nacional de Epidemiología. Instituto
Hospital Universitario Fundación Jiménez de Salud Carlos III. CIBERNED. Madrid
Díaz. CIBERNED. Madrid
Adolfo Mínguez Castellanos
Francisco Grandas Pérez Hospital Universitario Virgen de las Nieves.
Hospital Universitario Gregorio Marañón. Granada
Madrid
-3-
Pablo Mir Rivera Francesc Valldeoriola Serra
Hospital Universitario Virgen del Rocío. Hospital Clínic. Barcelona
CIBERNED. Sevilla
Lydia Vela Desojo
María Cruz Rodríguez Oroz Hospital Universitario Fundación Alcorcón.
Hospital Universitario Donostia. San Sebastián Alcorcón
AUTORES
Araceli Alonso Cánovas Yaroslau Compta
Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid Hospital Clínic. Barcelona
-4-
Antonio Koukoulis Fernández Berta Pascual Sedano
Complejo Hospitalario Universitario de Vigo. Hospital de la Santa Creu i Sant Pau.
Vigo CIBERNED. Barcelona
-5-
PRÓLOGO
La guía va precedida de una introducción a cargo del Dr. Arbelo en la que se pone
de relieve la necesidad de este proyecto, dados los cambios tan notables ocurridos
en el conocimiento de la enfermedad de Parkinson en los últimos años, que abarcan
todos los aspectos, desde la epidemiología, la genética, la patogenia, la anatomía
patológica, la clínica y el diagnóstico, hasta el tratamiento.
Destacable es, por primera vez, la inclusión de una mayoría de autores jóvenes
y, aunque no debiera ser noticia, la gran participación femenina, representando
ambas inclusiones los cambios que se están produciendo en la Sociedad Española
de Neurología.
Pero también deseo dejar constancia, en este breve prólogo, que la guía va dirigida
de forma muy especial a los pacientes, que son a quienes se dedican todos los
esfuerzos que realizan los miembros de nuestra Sociedad, tal como destaca el coor-
dinador de la obra cuando se refiere al alcance de la misma.
-7-
Por todo ello, desde la Junta Directiva de la Sociedad Española de Neurología no
podemos más que felicitar a todos los que han participado en la confección de esta
guía, y darles las gracias por el notable esfuerzo realizado, del que se beneficiarán no
solo los profesionales sanitarios sino también los pacientes y sus familiares.
-8-
INTRODUCCIÓN
Las alteraciones motoras siguen siendo síntomas guías para el diagnóstico de la enfer-
medad de Parkinson (EP), pero se puede afirmar que el avance en el conocimiento de
la enfermedad ha variado notablemente en los últimos 15 años. Fundamentalmente
destacaría el mejor conocimiento sintomático de los signos no motores, el desarrollo
de la genética, el importante cambio producido por la estimulación cerebral profunda
en el control de complicaciones motoras y su contribución al mejor conocimiento
fisiopatológico de los circuitos a nivel de ganglios basales, y el desarrollo de biomarca-
dores, aún en fase de investigación, para el diagnóstico en la fase premotora de la EP.
-9-
Su tratamiento deberá ser sobre todo personificado, atendiendo a las situaciones
personales, familiares, laborales y sociales de cada paciente, y por otra parte, multi-
disciplinar, en el que deberán intervenir otros profesionales dependiendo de la pro-
gresión de la enfermedad. Un aspecto importante es conseguir homogeneizar bajo
el principio de equidad las diferentes alternativas terapéuticas que faciliten la mejor
recomendación basada en la evidencia científica.
Por último, la actual reedición viene justificada por la necesidad de realizar una
puesta al día (Update) en dos aspectos muy destacados y novedosos desde el punto
de vista neurofarmacológico y de la evidencia clínica que, sin duda, contribuyen en
dos sentidos: mejorar la calidad de vida de los pacientes, y en la confirmación de
eficacias terapéuticas en la práctica clínica diaria.
Alcance
Objetivos
wE
stablecer el correcto diagnóstico e identificación de los problemas durante las
diferentes fases de la enfermedad.
wR
ecomendar el mejor manejo terapéutico en base a la mejor evidencia científica.
wA
yudar a tomar decisiones adecuadas.
Metodología
- 10 -
En la elaboración de los diferentes capítulos se han tenido en cuenta otras guías de
revisión terapéutica, diagnóstica y de niveles de evidencia, como se especifica más
adelante, pero siguiendo como principal referencia la metodología de la AAN:
wA
AN, American Academy of Neurology (2006): utilizan niveles de evidencia A
(establecida; requiere dos estudios clase I consistentes), B (probable; requiere
un estudio clase I o dos clase II consistentes), C (posible; requiere un estudio
clase II o dos clase III consistentes) y U (inadecuado o conflictivo) (Anexo II).
wN
ICE, National Institute for Health and Care Excellence (2006): utilizan niveles
de evidencia de 1 a 4 y grados de recomendación de A a E (Anexo II).
wS
IGN, Scottish Intercollegiate Guidelines Network (2010): utilizan niveles de
evidencia de 1 a 4 y grados de recomendación de A a E (Anexo II).
wE
FNS, European Federation of Neurological Societies (2013): utilizan A (esta-
blecida), B (probable), C (posible) y evidencia insuficiente para recomendación.
wC
anadian Guidelines on Parkinson´s Disease (2012): utilizan A (establecida), B
(probable), C (posible), D (opinión del experto o consenso), U (inadecuado o
conflictivo) y GPP (buena práctica clínica) (Anexo II).
wR
evisiones de ensayos clínicos, preferentemente publicados en los últimos 5
años, aunque también previos cuando han sido de especial interés (Cochrane).
En lo posible, se han excluido recomendaciones no basadas en ensayos clíni-
cos o en metaanálisis.
Conflicto de intereses
Agradecimiento
Finalmente, quisiera dar las gracias sinceramente a todos los participantes: autores,
coordinadores, comité asesor y miembros de la Junta del GETM, por su implicación
y dedicación de forma desinteresada. La conclusión de este proyecto es el resultado
del gran esfuerzo realizado por todos ellos.
- 11 -
ÍNDICE
PRÓLOGO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
CAPÍTULO 2. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
Diagnóstico por neuroimagen estructural. Neurosonografía.
Neuroimagen funcional
CAPÍTULO 3. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
Diagnóstico por genética
CAPÍTULO 4. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
Evaluación de la enfermedad
CAPÍTULO 6. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
Tratamiento de los síntomas motores en la fase primaria de la enfermedad
CAPÍTULO 7. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131
Manejo y tratamiento de las primeras complicaciones motoras
con terapia convencional: fluctuaciones y discinesias. UPDATE 2018
CAPÍTULO 8. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
Manejo y tratamiento de las complicaciones no motoras
CAPÍTULO 9. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179
Concepto de enfermedad de Parkinson avanzada. Tratamiento de las
complicaciones motoras no respondedoras al tratamiento convencional:
terapias de segunda línea. UPDATE 2018
- 13 -
ANEXOS
Anexo I. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 245
Algoritmo para el diagnóstico de la enfermedad de Parkinson
Algoritmo para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson en fase inicial
Algoritmo para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson avanzada:
terapias de segunda línea
Anexo II . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249
Niveles de evidencia de diferentes guías consultadas
- 14 -
PARTE 1
DIAGNÓSTICO Y
EVALUACIÓN DE LA
ENFERMEDAD DE
PARKINSON
DIAGNÓSTICO CLÍNICO,
TEST FARMACOLÓGICOS
Y DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
COORDINADORAS
Julia Vaamonde Gamo y Rosa Yáñez Baña
AUTORES
1
Alberto Bergareche Yarza, Yaroslau Compta
y Diego Santos García
1. Diagnóstico clínico, TEST FARMACOLÓGICOS y diagnóstico diferencial
Introducción
Diagnóstico de la enfermedad
- 19 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Hay varios conjuntos de criterios diagnósticos que se han creado y usado de forma
variable para el diagnóstico de la EP5-7. Desde la publicación de estos criterios, el cono-
cimiento ha avanzado y los conceptos de la enfermedad están cambiando, de forma
que algunos estudios sugieren que los clínicos experimentados pueden diagnosticar
la EP con mayor precisión que los criterios diagnósticos formales2. Por lo tanto, hasta
que los marcadores de diagnóstico definitivos y validados estén disponibles, la opi-
nión de expertos se mantendrá como la técnica de diagnóstico estándar en vida. En
este sentido se pronunció el EFNS/MDS-ES Scientist Panel on Parkinson’s disease and
other movement disorders8 recomendando el uso de los criterios validados del Banco
de Cerebros de la Sociedad de Enfermedad de Parkinson del Reino Unido (United King-
dom Parkinson’s Disease Society Brain Bank Clinical Diagnostic Criteria, UK-PDSBB)
para el diagnóstico clínico (nivel de evidencia B, según EFNS 20049) (Tabla I).
- 20 -
1. Diagnóstico clínico, TEST FARMACOLÓGICOS y diagnóstico diferencial
• Inicio unilateral
• Presencia de temblor de reposo
• Curso progresivo
• Síntomas de inicio asimétrico
• Respuesta excelente (70-100 %) a levodopa
• Corea grave inducida por levodopa
• Respuesta a levodopa mantenida durante 5 o más años
• Curso clínico de 10 años o más
• Hiposmia
• Alucinaciones visuales
MPTP: 1-metil-4-fenil-1,2,3,6-tetrahidropiridina.
- 21 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
wE
P clínicamente establecida. Su objetivo es maximizar la especificidad. La gran
mayoría (es decir, al menos el 90 %) de los sujetos que cumplan estos criterios
tendrá una EP. Se presume que muchos casos de EP verdaderos no cumplirán
con este nivel de certeza.
- 22 -
1. Diagnóstico clínico, TEST FARMACOLÓGICOS y diagnóstico diferencial
wE
P clínicamente probable. Su objetivo es obtener un equilibrio entre sensibili-
dad y especificidad. Un 80 % de los pacientes diagnosticados como EP probable
tendrán EP y además se podrán identificar un 80 % de todos los casos.
Otras características clave para la valoración de los criterios diagnósticos son las
siguientes:
- 23 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
se pueden realizar para resolver casos inciertos. Se aceptan como tales aquellas
que sirvan como criterios de soporte y que tengan publicados tres estudios
realizados en diferentes centros con un mínimo de 60 participantes y más de
un 80 % de especificidad en el diagnóstico diferencial del parkinsonismo en la
mayoría de los estudios. Se acepta como sustitutivo de uno de los tres estu-
dios requeridos la existencia de un metaanálisis con menos de 60 pacientes
(son imperativos los otros dos estudios). Actualmente cumplen estos criterios
el déficit olfatorio y la gammagrafía cardiaca con 123I-metayodobencilguanidina
(123I-MIBG) (nivel de evidencia A). Los estudios con neuroimagen funcional de
la vía dopaminérgica presináptica con PET (tomografía por emisión de positro-
nes) o SPECT (tomografía por emisión de fotón único) pueden distinguir la EP
de entidades que parecen una EP sin parkinsonismo (temblor esencial), pero
no son una herramienta cualificada para diferenciar la EP de otros parkinsonis-
mos (nivel de evidencia A).
wB
radicinesia: se define como enlentecimiento y disminución de la amplitud o
velocidad (o vacilaciones o paradas progresivas) del movimiento. Puede ser eva-
luada utilizando los ítems de la escala MDS-UPDRS que cuantifican el tapping
de pies y manos, movimientos de manos y piernas, pronosupinación (ítems 3.4,
3.5, 3.6, 3.7 y 3.8). Aunque la bradicinesia también puede ser documentada en
la voz, facies, dominios axiales y en la marcha, es necesario demostrar la bradi/
hipocinesia en brazos y piernas para poder hacer el diagnóstico de parkinso-
nismo. La bradicinesia, tal y como se entiende aquí, combina las definiciones de
bradicinesia (lentitud) y acinesia/hipocinesia (disminución de la amplitud del
movimiento). Ambas están generalmente presentes en la exploración aunque
no siempre de forma simultánea.
wR
igidez: es definida como la resistencia de un “tubo de plomo”, es decir, una
resistencia independiente de la velocidad del movimiento y que no refleja sola-
mente un déficit en la relajación muscular (distinto de la espasticidad y la para-
miotonía). Aunque el fenómeno de la “rueda dentada” puede estar presente
(y señala la existencia de temblor), la existencia de “rueda dentada” sin fenó-
meno de “tubo de plomo” no cumple los criterios necesarios para definir rigidez
en el parkinsonismo. Tal y como se describe en la MDS-UPDRS, la rigidez se
explora por medio de “movimientos pasivos lentos de las articulaciones mayo-
- 24 -
1. Diagnóstico clínico, TEST FARMACOLÓGICOS y diagnóstico diferencial
- 25 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
esta respuesta inicial (poca información, uso de agentes con menor eficacia o
dosis bajas), la mejoría necesaria para cumplir el criterio se puede definir como
una marcada mejoría a medida que se aumenta la dosis o un marcado empeo-
ramiento a la reducción de la dosis. Se puede documentar de forma objetiva con
(1) un cambio de más del 30 % en la escala UPDRS-III tras el cambio de trata-
miento, o (2) la aparición inequívoca y marcada de fluctuaciones.
2. Presencia de discinesias inducidas por levodopa.
3. Temblor de reposo en una pierna, documentada en la exploración clínica.
4. Resultado positivo de por lo menos una de las pruebas diagnósticas auxiliares
que tengan al menos un 80 % de especificidad para el diagnóstico diferencial
entre la EP y otros parkinsonismos. Las pruebas que actualmente cumplen esta
condición son:
wD
éficit olfatorio (en rango anósmico o claramente hipósmico ajustado por
edad y sexo) (nivel de evidencia A).
wD
enervación simpática cardiaca documentada por gammagrafía con 123I-MIBG
(nivel de evidencia A).
Para todos los criterios de exclusión y para las “banderas rojas” se asume que si el
criterio no se cumple por una causa alternativa y no relacionada no constituye un
criterio de exclusión (por ejemplo, si se objetivan anormalidades cerebelosas unila-
terales atribuibles a un ictus cerebeloso).
- 26 -
1. Diagnóstico clínico, TEST FARMACOLÓGICOS y diagnóstico diferencial
6. La ausencia de una respuesta a altas dosis de levodopa a pesar de que la gra-
vedad de la enfermedad sea moderada. El paciente debe haber recibido dosis
de levodopa superiores a 600 mg/día durante 6 semanas. Si no es así, este
criterio no se puede aplicar. La ausencia de respuesta debe ser documentada
de forma adecuada, si es posible, con exploraciones secuenciales.
7. Déficit sensitivo cortical inequívoco (por ejemplo, agrafestesia o esteroagnosia
con modalidades sensitivas primarias intactas o una clara apraxia ideomotora
en extremidades superiores o afasia progresiva).
8. Estudio del sistema presináptico dopaminérgico por neuroimagen funcional
normal. Este criterio no implica que el estudio de imagen dopaminérgica fun-
cional sea necesario para el diagnóstico de EP. Si el estudio no se ha realizado
este criterio no se aplica.
9. La documentación de una condición alternativa conocida que produzca parkinso-
nismo y que esté en relación plausible con los síntomas del paciente. O que el clí-
nico que evalúa el paciente, basado en la valoración diagnóstica completa, opine
que la existencia de un síndrome alternativo puede ser una opción más probable
que la EP en ese momento evolutivo. Este criterio hace referencia no solamente a
síndromes raros sino también a parkinsonismos más frecuentes como son atrofia
multisistema (AMS) o la parálisis supranuclear progresiva (PSP).
“Banderas rojas”
- 27 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Conclusiones
A pesar de los avances en el conocimiento de distintos aspectos de la enfermedad
de Parkinson, actualmente su diagnóstico sigue siendo fundamentalmente clínico,
aunque hay pruebas complementarias como el estudio del déficit olfatorio, la gam-
magrafía cardiaca con 123I-MIBG y los estudios con neuroimagen funcional de la
vía dopaminérgica presináptica con PET o SPECT, que pueden realizarse de forma
ocasional con objeto de resolver casos dudosos (nivel de evidencia A). Por lo
tanto, hasta que dispongamos de marcadores diagnósticos validados definitivos la
opinión de expertos será la técnica de diagnóstico estándar en vida del paciente.
Se recomienda el uso de los criterios validados del UK-PDSBB para el diagnóstico
clínico (nivel de evidencia B). Aunque todavía no están validados, los criterios
diagnósticos de la MDS publicados recientemente han revisado los criterios diag-
nósticos previos manteniendo los elementos que han demostrado ser valiosos
y omitiendo aspectos que ya no están justificados, actualizando así el diagnós-
tico según el conocimiento actual de la enfermedad. Aunque estos criterios están
destinados fundamentalmente para su uso en investigación, pueden también ser
utilizados en el diagnóstico clínico.
- 28 -
1. Diagnóstico clínico, TEST FARMACOLÓGICOS y diagnóstico diferencial
Recomendaciones
wE l diagnóstico de la enfermedad de Parkinson sigue siendo fundamentalmente
clínico, aunque hay pruebas complementarias que pueden realizarse ocasional-
mente con objeto de resolver casos dudosos (nivel de evidencia A).
w L a EFNS/MDS-ES recomienda el uso de los criterios validados del UK-PDSBB para
el diagnóstico clínico (nivel de evidencia B) (Tabla I).
wD esde la publicación de estos criterios, el conocimiento y el concepto de la enfer-
medad están cambiando, lo que ha obligado a replantearse aspectos básicos
como son la definición de la enfermedad de Parkinson y sus criterios diagnósti-
cos10,11,13.
wR ecientemente, la MDS ha presentado sus Criterios diagnósticos para la enfer-
medad de Parkinson (MDS-PD Criteria) destinados fundamentalmente para su
uso en investigación aunque pueden también ser utilizados en el diagnóstico
clínico. El objetivo es sistematizar el diagnóstico clínico de forma que pueda
ser reproducible en los diferentes centros y aplicable por aquellos clínicos con
menor experiencia en el diagnóstico de la enfermedad de Parkinson. Los autores
proporcionan en su trabajo un resumen ejecutivo que puede ser imprimido para
su uso clínico13.
2. TEST FARMACOLÓGICOS
Introducción
Los dos fármacos empleados en este tipo de test son la levodopa, que en tanto que
precursor de la dopamina implica mecanismos presinápticos (síntesis de dopamina
a partir de la levodopa) y postsinápticos (unión al receptor dopaminérgico), y la
apormofina, cuya acción es eminentemente postsináptica, al tratarse de un agonista
dopaminérgico17,18.
Situaciones de uso
- 29 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
ya tratados en periodo off, pudiéndose entender este como un off natural o habi-
tual (esto es, el que no es producido por una suspensión o discontinuación de la
medicación crónica) o como un off inducido tras la retirada de la medicación por
un periodo de horas que teóricamente debiera durar de tres a cinco semividas del
fármaco o los fármacos empleados, pero nunca más de lo que el paciente pueda
llegar a tolerar, siendo una norma habitual la de 12 horas de suspensión (común-
mente entre la última toma de la noche de un día y la primera del día siguiente).
Por el contrario, cuando se emplean con fines diagnósticos el perfil es diferente
(respuesta a fármacos antidopaminérgicos desconocida o incierta, ausencia de
fluctuaciones motoras, etc.), por lo que se llevan a cabo en la situación clínica basal
o habitual del paciente19-21.
Procedimiento
Test de levodopa
Se lleva a cabo típicamente por la mañana tras la discontinuación de todas las medi-
caciones antiparkinsonianas durante la noche previa y habitualmente en situación
de ayuno también nocturno. Si bien habitualmente se emplea una formulación oral
estándar, la absorción se puede acelerar mediante formulaciones en suspensión
(Madopar® dispersable, no disponible en España, o Sinemet® triturado) en 100-
150 ml de agua carbonatada. En la última década la difusión del uso de la infu-
sión continua de gel intestinal de levodopa ofrece la opción de realizar una prueba
nasoduodenal con esta formulación de levodopa con finalidad de prueba farmaco-
lógica para valorar la respuesta o falta de respuesta en pacientes en que se plantee
la disyuntiva entre falta de respuesta por problema de absorción (por ejemplo, gas-
troparesia asociada a la EP) frente a parkinsonismo atípico con falta de respuesta
a levodopa por degeneración postsináptica a nivel nigrostriatal. Está por ver si el
advenimiento de otras formulaciones no orales de levodopa (por ejemplo, levodopa
inhalada) que aún están en fase de ensayo clínico podrá ofrecer también la posibili-
dad de su empleo con fines no solo terapéuticos sino también diagnósticos.
Test de apomorfina
- 30 -
1. Diagnóstico clínico, TEST FARMACOLÓGICOS y diagnóstico diferencial
Evaluación de la respuesta
Interpretación
La falta de mejoría se ha de tomar con cautela, ya que hasta un 40 % de los casos
con respuesta negativa a una prueba farmacológica aguda pueden experimentar
posteriormente una respuesta crónica a la levodopa21.
En pacientes de novo esto puede deberse a que se ha empleado una dosis subum-
bral, por lo que es aconsejable repetir la prueba con aumentos graduales del 25 % de
la dosis de levodopa. Por su parte, en pacientes tratados, un problema de absorción
puede ser la explicación de la aparente falta de respuesta, tanto aguda como crónica,
a la terapia oral. En estos casos puede ser útil efectuar un test de apomorfina, o
incluso emplear otra vía o forma de administración de levodopa, como se ha comen-
tado previamente. Por el contrario, en casos en que se realice un test de apomorfina
en primer lugar y este resulte negativo, debe realizarse un test de levodopa, ya que se
ha documentado la respuesta a esta tras un test negativo de apomorfina.
Por último, en pacientes tratados no fluctuadores pero con indicios de tener algún
grado de respuesta a la medicación crónica, el efecto de la prueba aguda con una
dosis subumbral puede quedar enmascarado por el efecto crónico del tratamiento
habitual, incluso a pesar de haber procedido a la preceptiva discontinuación de
medicaciones antiparkinsonianas previa a la realización de la prueba.
- 31 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
En esta revisión, la última disponible sobre el tema por parte de la American Aca-
demy of Neurology (AAN), del diagnóstico y el pronóstico de la EP de nueva presen-
tación, se incluyeron estudios con al menos diez pacientes con EP y diez controles,
con datos presentados de forma suficientemente detallada para permitir la estima-
ción de sensibilidades y especificidades25. La premisa de la que se partía (como se ha
apuntado en la introducción) era que, atendiendo a que la mejoría de los síntomas
motores con la terapia dopaminérgica crónica es crítica (si bien no inequívoca) para
el diagnóstico diferencial entre la EP y otros parkinsonismos, es esperable que la
respuesta a un test farmacológico agudo pueda predecir esta respuesta crónica y,
por tanto, servir de apoyo para el mencionado diagnóstico diferencial.
En el caso concreto de las guías de la AAN del año 200625, dos estudios cumplie-
ron los criterios de inclusión. El primero era un estudio clase I, doble ciego, de 82
pacientes con síntomas parkinsonianos de nueva presentación a quienes se admi-
nistró una dosis oral de 250 mg de levodopa/carbidopa, siendo examinados por
un evaluador de la MDS-UPDRS (“ciego” para la situación del paciente basal versus
postest) y en los que una mejoría igual o superior al 30 % se consideraba favorable al
diagnóstico de EP26. A la revaloración de los pacientes 24 meses después aplicando
los criterios diagnósticos de EP del UK-PDSBB, el test resultó tener una sensibilidad
del 71 % y una especificidad del 81 %, si bien esta última mejoraba hasta el 100 %
cuando la puntuación de la MDS-UPDRS postest era igual o inferior a 10, mientras
que en aquellos con signos más graves en el momento de presentación (MDS-
UPDRS-III > 21) la sensibilidad disminuía al 36 %, con una especificidad del 87 %26.
El segundo era un estudio clase II consistente en una revisión de 134 casos consecu-
tivos con parkinsonismo sometidos a test de levodopa o apomorfina27. En este caso,
el test de levodopa tuvo una sensibilidad del 77 % y una especificidad del 71 % en
la diferenciación de la EP de otros parkinsonismos, siendo los resultados similares
para dosis variables de apomorfina (1,5 mg: sensibilidad 66 %, especificidad 70 %;
4,5 mg: sensibilidad 67 %, especificidad 76 %)27.
En consecuencia, en esta guía clínica de la AAN se concluyó que estos test farma-
cológicos agudos probablemente son útiles con fines de diagnóstico diferencial,
con resultados comparables entre la levodopa y la apomorfina. Se destacaba, no
obstante, que empleando el diagnóstico clínico (sin confirmación neuropatológica)
como patrón estándar comparador (con la importante limitación que ello con-
lleva), al menos un 30 % de los pacientes con EP no serían diagnosticados con
ninguna de las dos pruebas (falsos negativos) y entre un 20 % y un 30 % con
un diagnóstico final de otro tipo de parkinsonismo tendrían una respuesta al test
agudo (falsos positivos).
- 32 -
1. Diagnóstico clínico, TEST FARMACOLÓGICOS y diagnóstico diferencial
La recomendación de la AAN fue, por tanto, que estos test se pueden considerar
en el proceso de diagnóstico diferencial con un nivel de evidencia B, si bien no se
podía establecer si ofrecían alguna ventaja en comparación a los criterios clínicos de
diagnóstico (nivel de evidencia U).
En la última revisión del tema por parte del National Institute for Health and Clinical
Excellence (NICE) del National Health System (NHS) del Reino Unido, publicada en
200628, una de las recomendaciones finales era que ni el test de levodopa ni el de
apomorfina deberían emplearse en el diagnóstico diferencial de los síndromes par-
kinsonianos. En la misma línea fueron las más recientes guías SIGN (Scottish Interco-
llegiate Guidelines Network, también en el marco del NHS)29. En ellas, tras la valora-
ción de una revisión sistemática en la que se comparaba la terapia crónica (definida
como pautas de hasta 1.000 mg/día de levodopa al menos durante 1 mes) con las
pruebas agudas de levodopa y apomorfina, y en la que la fiabilidad diagnóstica de
las segundas no superaba a la de la primera (Tabla II)30, se concluyó que como la
mayoría de pacientes con sospecha de EP recibirán terapia dopaminérgica en algún
momento, no habría un beneficio adicional por parte de las pruebas agudas, las
cuales además no están exentas de riesgos o efectos adversos (especialmente en
pacientes con EP y edad avanzada, alteración cognitiva o ambas).
Por tanto, la recomendación de estas guías es que estas pruebas agudas no deben
emplearse, considerando que los pacientes en los que la bradicinesia y/o la rigidez
no mejoren con una terapia crónica de hasta 1.000 mg/día de levodopa durante 1
mes son “no respondedores a levodopa”, y en estos casos la medicación debería ser
suspendida gradualmente.
Test de levodopa (275 mg) 75 % (IC 95 % 64-85 %) 87 % (IC 95 % 77-97 %)
Test de apomorfina (0,7-10 mg) 86 % (IC 95 % 78-94 %) 85 % (IC 95 % 74-96 %)
Test crónico con levodopa 91 % (IC 95 % 85-99 %) 77 % (IC 95 % 61-93 %)
(hasta 1.000 mg/día)
- 33 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Conclusiones y recomendaciones
En base a la escasa evidencia disponible para el uso específico de los test farmaco-
lógicos para el diagnóstico de la enfermedad de Parkinson así como de los consen-
sos y las guías disponibles, se puede resumir que:
- 34 -
1. Diagnóstico clínico, TEST FARMACOLÓGICOS y diagnóstico diferencial
nérgica frente a estos test, cuya utilidad está mejor establecida en la evaluación
de las fluctuaciones motoras y el grado de respuesta tanto de cara a plantear
futuros tratamientos (incluyendo la indicación o exclusión de terapias complejas
en pacientes con enfermedad de Parkinson y complicaciones crónicas del trata-
miento), como a valorar la falta de respuesta de terapias dopaminérgicas orales
secundaria a problemas de absorción (en el caso del test de apomorfina).
◗ L os test de levodopa/apomorfina no suponen ninguna ventaja sobre el trata-
miento crónico con levodopa para diferenciar la enfermedad de Parkinson inicial
de otros síndromes parkinsonianos y no deberían usarse en el diagnóstico dife-
rencial de los síndromes parkinsonianos.
Introducción
El diagnóstico de la EP debe ser clínico mediante los criterios del UK-PDSBB (nivel de
evidencia B, según EFNS 20138 y NICE 200631), y es recomendable que el paciente
sea remitido sin tratamiento antiparkinsoniano para su evaluación por parte de un
especialista en trastornos del movimiento (nivel de evidencia B, según NICE 2006).
- 35 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Parkinsonismos secundarios
• Farmacológico
• Inducido por tóxicos
• Postencefalítico y posvacunal
• Postraumático (incluyendo encefalopatía pugilística)
• Vascular
• Hidrocefalia
• Lesiones ocupantes de espacio (tumor, hematoma, etc.)
• Trastornos metabólicos:
– Enfermedad de Wilson
– Degeneración hepatocerebral adquirida
– Enfermedades paratiroideas (fundamentalmente hipo y pseudohipoparatiroidismo)
– Enfermedad de Fahr (calcificación idiopática de los ganglios de la base)
– Alteraciones del metabolismo del ácido fólico
– Hipoxia
– Mielinolisis extrapontina
• Enfermedades causadas por priones:
– Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob
– Síndrome de Gerstmann-Sträussler-Scheinker
Otros
• Síndrome hemiparkinsonismo-hemiatrofia
• Calcinosis estriopalidodentada bilateral
• Parkinsonismo psicógeno
AMS: atrofia multisistema; DCB: degeneración corticobasal; ELA: esclerosis lateral amiotrófica;
PSP: parálisis supranuclear progresiva.
- 36 -
1. Diagnóstico clínico, TEST FARMACOLÓGICOS y diagnóstico diferencial
según NICE 2006). La Tabla IV muestra diferentes entidades que se han de considerar
en el diagnóstico diferencial de la EP teniendo en cuenta algunos aspectos clínicos.
Parkinsonismos secundarios
- 37 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
- 38 -
1. Diagnóstico clínico, TEST FARMACOLÓGICOS y diagnóstico diferencial
Parkinsonismos heredodegenerativos
Con respecto a la RM craneal, un estudio de 1,5 T puede resultar útil para distinguir
la EP de parkinsonismos atípicos (nivel de evidencia B, según EFNS 2013). En el
caso de la PSP lo característico es la atrofia del tronco cerebral y el signo del colibrí
(nivel de evidencia B, según EFNS 2013), y atrofia (nivel de evidencia C, según
EFNS 2013) y cambios en la difusión (RM-DWI) (nivel de evidencia A, según EFNS
2013) del pedúnculo cerebeloso superior. En la AMS, destacan la atrofia putaminal,
el signo del ribete, la hiperintensidad del pedúnculo cerebeloso medio y el signo de
la cruz (nivel de evidencia A, según EFNS 2013) y cambios en la difusión (RM-DWI)
- 39 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
• Neurolépticos:
− Fenotiacinas (clorpromacina, levomepromacina, prometacina, tioridacina, periciacina,
metopimacina, pipotiacina, trifluorpromacina, mesoridacina, piperacetacina, acetofenacina,
flufenacina, perfenacina, trimepracina, tietilperacina, dixiracina, tioproperacina)
− Butirofenonas (haloperidol, droperidol, triperidol)
− Fenilbutilpiperidinas (pimozida, fluopiridene, penfluridol)
− Molindona
− Neurolépticos atípicos (risperidona, amisulprida, aripiprazol, sertindol, ziprasidona, olanzapina)
− Benzamidas sustituidas (sulpirida, alizaprida, remixiprida, tiaprida, veraliprida,
metoclopramida, cleboprida)
− Benzoquinolicinas (tetrabenacina)
− Derivados de la rauwolfia (reserpina)
− Tioxanteno (flupentixol)
− Dibenzotiacepina (clotiapina)
− Dibenzoxacepina (loxapina)
− Azafenotiacina (isopitendilo)
• Bloqueadores de la entrada de calcio:
− Flunaricina
− Cinaricina
• Hipotensores (metildopa)
• Otros (trimetacidina)
• 5-HTP (5-hidroxitriptófano)
• Papaverina
• Sulindac
- 40 -
1. Diagnóstico clínico, TEST FARMACOLÓGICOS y diagnóstico diferencial
AMS-C: atrofia multisistema cerebelosa; AMS-P: atrofia multisistema parkinsoniana; DCB: degeneración
corticobasal; EP: enfermedad de Parkinson; PSP: parálisis supranuclear progresiva; + = presente; - = ausente
o poco habitual; +/- = puede estar presente; (p) = precozmente; (t) = tardíamente.
- 41 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Técnica Datos
RM convencional • EP:
– Depósitos de hierro en SNpc, pérdida de
hiperseñal
– Pérdida de volumen de la SNpc
• AMS:
– Atrofia y aumento de hiposeñal en putamen
– Margen posterolateral hiperintenso por gliosis
– SNpc normal
– Degeneración de fibras pontinas (signo de la
“cruz del santiaguiño”)
• PSP:
– Atrofia del mesencéfalo
– Atrofia y cambio de señal de colículos
– Atrofia frontal
– Gliosis de la sustancia gris periacueductal
• DCB:
– Atrofia cortical asimétrica frontoparietal
ADC: aparent difussion coeficient; AMS: atrofia multisistema; DCB: degeneración corticobasal; EP:
enfermedad de Parkinson; SN: sustancia negra; pc: pars compacta; PSP: parálisis supranuclear progresiva.
Pruebas de olfacción como el BSIT (Brief Smell Identification Test), el UPSIT (Univer-
sity of Pennsylvania Smell Identification Test) o el SDOIT (San Diego Odor Identifica-
tion Test) pueden permitir distinguir la EP de parkinsonismos atípicos (normal en el
parkinsonismo vascular y alteración muy frecuente en la EP y demencia por cuerpos
de Lewy, menos frecuente en la PSP y AMS y excepcional en la DCB) (nivel de
evidencia A, según EFNS 2013). Por el contrario, realizar estudios de función auto
- 42 -
1. Diagnóstico clínico, TEST FARMACOLÓGICOS y diagnóstico diferencial
AMS-C: atrofia multisistema cerebelosa; AMS-P: atrofia multisistema parkinsoniana; DCB: degeneración
corticobasal; DCL: demencia con cuerpos de Lewy; EP: enfermedad de Parkinson; GPe: globo pálido
externo; LC: locus coeruleous; PSP: parálisis supranuclear progresiva.
El temblor esencial (TE) es, posiblemente, la entidad con la que más frecuentemente
se plantea el diagnóstico diferencial de la EP. Lo característico del TE (Tabla IX)
será la presencia de antecedentes familiares positivos de temblor, fundamental-
mente postural de manos bilateral y relativamente simétrico, de cabeza y voz, y
mejoría del temblor con el consumo de alcohol; no esperaríamos encontrar otros
datos de parkinsonismo aunque en ocasiones puede asociar temblor de reposo.
En casos de duda, un DaTSCAN® podría ser de ayuda en el diagnóstico diferencial
con la EP, resultando este normal en caso de TE (nivel de evidencia A, según EFNS
- 43 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
2013 y NICE 2006). Algunos estudios han observado que los pacientes con TE tie-
nen más probabilidad de desarrollar EP36, por lo que se deberá tener en cuenta en
su seguimiento evolutivo.
Factores de influencia:
– Reposo ↑ ↓
– Acción ↓ ↑
– Concentración ↓ ↑
– Escritura ↓ (micrografía) ↑ (escritura temblorosa)
– Deambulación o marcha ↑ ↓
– Alcohol - ↓
AD: agonistas dopaminérgicos; CNZ: clonazepam; ECP: estimulación cerebral profunda; GBP: gabapentina;
ICOMT: inhibidores de la catecol-O-metiltransferasa; IMAO-B: inhibidores de la monoaminooxidasa tipo B;
LD: levodopa; NE: nigroestriada; SN: sustancia negra; TPM: topiramato.
- 44 -
1. Diagnóstico clínico, TEST FARMACOLÓGICOS y diagnóstico diferencial
Conclusiones
◗E
l diagnóstico de la enfermedad de Parkinson en la práctica clínica habitual es
clínico mediante la utilización de los criterios validados del UK-PDSBB.
◗A
nte un caso de parkinsonismo siempre deberemos descartar que el paciente
pueda estar recibiendo algún tratamiento antidopaminérgico revisando estricta-
mente su medicación e interrogándole adecuadamente.
◗A
nte la presencia de signos clínicos atípicos deberemos considerar la posibilidad
de un parkinsonismo plus (parálisis supranuclear progresiva, atrofia multisistema
o degeneración corticobasal), siendo recomendable revisar periódicamente el
diagnóstico.
Recomendaciones
◗ L a realización del estudio funcional presináptico con SPECT 3I-b-CIT (DaTSCAN®)
puede ayudarnos a distinguir un parkinsonismo heredodegenerativo (enferme-
dad de Parkinson o un parkinsonismo plus) de un parkinsonismo farmacológico,
parkinsonismo psicógeno o del temblor esencial, siendo el estudio normal en
estos tres últimos casos (nivel de evidencia A).
◗P ara distinguir la enfermedad de Parkinson de un parkinsonismo atípico pue-
den ser de utilidad estudios complementarios con RM craneal (buscando signos
característicos de cada parkinsonismo plus), gammagrafía con 123I-MIBG (nor-
mal en los parkinsonismos plus y alterada precozmente en la enfermedad de
Parkinson), o estudios funcionales de la vía postsináptica. La SPECT 123I-IBZM es
inespecífica en la atrofia multisistema y se solapa con la parálisis supranuclear
progresiva y la degeneración corticobasal, siendo la PET 18FDG de mayor utilidad
en el diagnóstico diferencial de los parkinsonismos atípicos.
- 45 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
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- 47 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
- 48 -
DIAGNÓSTICO POR
NEUROIMAGEN ESTRUCTURAL.
NEUROSONOGRAFÍA.
NEUROIMAGEN FUNCIONAL
COORDINADORA
María Rosario Luquin Piudo
AUTORES
2
Esther Cubo Delgado, Araceli Alonso Cánovas
y Javier Arbizu Lostao
2. Diagnóstico por NEUROIMAGEN ESTRUCTURAL. NEUROSONOGRAFÍA. NEUROIMAGEN FUNCIONAL
INTRODUCCIÓN
1. NEUROIMAGEN ESTRUCTURAL
Aunque hasta hace poco la resonancia magnética (RM) estructural tenía un papel
más bien limitado en el diagnóstico de la EP, en los últimos años, gracias a los avan-
ces de la técnica, se pueden describir signos y rasgos característicos tanto de la EP
como de los parkinsonismos atípicos. No obstante, en la práctica clínica habitual
todavía no se pueden usar de rutina muchas de estas técnicas2.
wE
n la EP, la existencia de depósitos de hierro en la sustancia negra (SN), visibles
en secuencias T2 en la RM cerebral. Diferentes autores han publicado que el
depósito de hierro puede incluso ayudarnos a diferenciar la PSP de la EP, al
encontrarse en la PSP mayores depósitos de hierro a nivel del tálamo, globo
pálido y núcleo rojo. En cambio, en la AMS, a diferencia de la PSP y la EP, existe
un mayor depósito de hierro a nivel del putamen3.
wE
n la PSP, el signo del colibrí y el signo del ratón Mickey por atrofia del mesen-
céfalo.
wE
n la AMS, una atrofia olivopontocerebelosa y putaminal, hipointensidad en
el putamen junto con un realce hiperintenso lateral secundario a astrogliosis
reactiva, y el signo de la cruz producido por una degeneración de las fibras pon-
tocerebelosas que puede causar una hiperintensidad en el pedúnculo cerebral
medio y protuberancia4,5.
- 51 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
La atrofia cerebral puede ser también evaluada a nivel global. La morfometría basada
en vóxels (VBM) es una técnica totalmente automatizada, independiente del eva-
luador, que no precisa una delimitación a priori de ROI. Usando esta técnica (VBM),
diferentes autores han encontrado atrofia cortical sobre todo en áreas asociativas
temporales, límbica, paralímbica, frontal y parietales en la EP8. En cambio, en la PSP
han mostrado una reducción de la sustancia blanca en protuberancia, mesencéfalo y
adyacente a los ganglios basales, y reducción de la sustancia gris en tálamo, mesen-
céfalo, ganglios basales, corteza frontal e insular. En la AMS se ha descrito pérdida
de volumen putaminal sobre todo, pero también en cerebelo, protuberancia, corteza
sensorial y motora, premotor, frontal e insular, permitiendo incluso diferenciar los
diferentes subtipos parkinsoniano y cerebeloso de la AMS.
La RM por difusión supone una técnica novedosa que permite valorar la integridad del
cerebro a nivel microestructural, al medir el movimiento de las moléculas de agua, lo
que posibilita medir la integridad de las fibras de la sustancia blanca. En general, en las
enfermedades neurodegenerativas se produce un daño axonal y pérdida de neuronas
asociado a un incremento en el movimiento de moléculas y por tanto el coeficiente de
difusión. La imagen del tensor de difusión proporciona además información sobre la
difusión media en un vóxel y la dirección de difusión (anisotropía fraccional). En gene-
ral, la RM por difusión, a diferencia de la RM estructural, puede objetivar cambios más
precoces estructurales que no son observados en la RM estructural normal.
- 52 -
2. Diagnóstico por NEUROIMAGEN ESTRUCTURAL. NEUROSONOGRAFÍA. NEUROIMAGEN FUNCIONAL
Esta técnica de RM evalúa la energía transferida entre protones que se unen fuer-
temente a estructuras como la mielina con protones con alta movilidad en el agua.
Por tanto, la magnitud del ratio de transferencia de la magnetización es altamente
dependiente de la mielinización axonal. Esta técnica puede objetivar alteraciones
que se producen en la desmielinización en enfermedades neurodegenerativas. En
este sentido se ha observado reducción del ratio de transferencia de la magnetiza-
ción en el núcleo caudado, putamen, tálamo y en la sustancia blanca periventricu-
lar, frontal y parietal en los síndromes parkinsonianos, pero todavía no se tiene la
suficiente experiencia como para poder diferenciar los diferentes síndromes par-
kinsonianos.
- 53 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Conclusiones y recomendaciones
wE l diagnóstico de la EP y otros síndromes parkinsonianos se basa en el examen
clínico.
w La principal utilidad que tiene la RM estructural es poder descartar lesiones estructu-
rales que puedan provocar parkinsonismos secundarios (nivel de evidencia III).
w La RM por difusión tiene más sensibilidad para poder objetivar cambios sutiles
microestructurales y ha mostrado cierta potencialidad para poder diferenciar los
diferentes síndromes parkinsonianos (nivel de evidencia III).
w En los últimos años se han desarrollado nuevas técnicas de adquisición de imá-
genes por RM pero su utilidad como herramienta diagnóstica en la EP y otros
síndromes parkinsonianos está por definir.
2. NEUROSONOGRAFÍA
- 54 -
2. Diagnóstico por NEUROIMAGEN ESTRUCTURAL. NEUROSONOGRAFÍA. NEUROIMAGEN FUNCIONAL
Diencefálico (10-20º)
Mesencefálico (0º)
Figura 1. Posición
de los planos de
observación en la
sonografía transcraneal. Fosa posterior
CIST
SN
NR
RAFE
Figura 2. Imagen sonográfica y esquema del plano mesencefálico por sonografía transcraneal.
AC: acueducto; CIST: cisterna; NR: núcleo rojo; SN: sustancia negra.
- 55 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
- 56 -
2. Diagnóstico por NEUROIMAGEN ESTRUCTURAL. NEUROSONOGRAFÍA. NEUROIMAGEN FUNCIONAL
trica es más frecuente en pacientes con deterioro cognitivo asociado a EP. Varios
autores han observado áreas de ecogenicidad mayores en el lado contralateral al
hemicuerpo más afecto. No hay diferencias claras entre los subtipos rígido acinético
y tremórico, ni relación entre la hiperecogenicidad de la SN y la aparición de compli-
caciones motoras o afectación axial23. La hipoecogenicidad del rafe se ha asociado a
depresión y disfunción urinarias, la dilatación de ventrículos laterales con el deterioro
cognitivo, y la hiperecogenicidad del caudado con psicosis dopaminérgica22.
Respecto al parkinsonismo inducido por fármacos (PIF) con SN+, lo que proba-
blemente ocurra es que el uso de fármacos ha desenmascarado la EP28. Estudios
prospectivos recientes indican que la ecogenicidad normal de la SN se asocia con
una alta probabilidad de reversibilidad de los síntomas de PIF, con elevado valor
predictivo negativo para descartar EPI subyacente desenmascarada (96 %)29.
- 57 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Conclusiones y recomendaciones
w La neurosonografía del parénquima cerebral es una técnica no invasiva, de bajo
coste, cómoda para el paciente, fiable y reproducible en manos expertas, con
amplia experiencia clínica y literatura científica que la respalda.
w La determinación del área ocupada por la sustancia negra mediante esta técnica
permite obtener el biomarcador de su hiperecogenicidad, definida por un área
superior al percentil 90 de una población control. Se trata de un parámetro esta-
ble que no se modifica en periodos de hasta 10 años de observación, que se rela-
ciona con cambios de la distribución del hierro tisular y no traduce degeneración.
w Este marcador, sin ser exclusivo, se asocia fuertemente a la enfermedad de Par-
kinson, así como a sus manifestaciones premotoras y otros factores de riesgo
asociados con esta patología (nivel de evidencia IA).
w Las guías internacionales recomiendan con nivel de evidencia IA la neurosono-
grafía del parénquima cerebral para el diagnóstico de la enfermedad de Parkinson
y su diagnóstico diferencial con otras entidades (temblor esencial, parkinsonismo
vascular, parkinsonismos atípicos).
w En el caso de los parkinsonismos atípicos, existen anomalías específicas (hipere-
cogenicidad del núcleo lenticular, ampliación del tercer ventrículo) que permiten
un diagnóstico positivo de los mismos frente a la enfermedad de Parkinson.
3. NEUROIMAGEN FUNCIONAL
Aspectos técnicos
wP
ET y SPECT. Los equipos de tomografía por emisión de fotón único (SPECT)
y tomografía por emisión de positrones (PET) son actualmente equipos mul-
timodalidad que incluyen una TC (SPECT/TC o PET/TC) o una RM (PET/RM)
y mejoran la visualización de las estructuras cerebrales y la corrección de la
atenuación. Asimismo, los equipos de última generación han optimizado las
prestaciones de sensibilidad y resolución de la imagen.
w I magen de la vía nigroestriatal dopaminérgica. El 123I-ioflupano o 123I-N-3-fluo-
ropropil-2b-carbometoxi-3b-(4-iodofenil) nortropano (123I-FP-CIT) es el radio-
- 58 -
2. Diagnóstico por NEUROIMAGEN ESTRUCTURAL. NEUROSONOGRAFÍA. NEUROIMAGEN FUNCIONAL
- 59 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
AMS-P: atrofia multisistema parkinsoniana; AMS-C: atrofia multisistema cerebelosa; DCB: degeneración
corticobasal; DCL: demencia por cuerpos de Lewy; EP: enfermedad de Parkinson; PSP: parálisis
supranuclear progresiva. Modificado de: Arbizu J et al.36
Enfermedad de Parkinson
- 60 -
2. Diagnóstico por NEUROIMAGEN ESTRUCTURAL. NEUROSONOGRAFÍA. NEUROIMAGEN FUNCIONAL
• Cocaínaa
• Anfetaminasa
• Estimulantes del SNC (efedrina)a
• Modafiniloa
• Antidepresivos (bupropión, mazindol, radafaxina)a
• Agonistas adrenérgicos (fenilefrina, norepinefrina)b
• Anticolinérgicos
• Opioides (fentanilo)a
• Anestésicos (ketamina, fenciclidina, isoflurano)a
El diagnóstico diferencial se puede plantear con el temblor esencial (TE), los parkin-
sonismos atípicos de origen degenerativo y los parkinsonismos secundarios.
Temblor esencial
- 61 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Parkinsonismos secundarios
Conclusiones y recomendaciones
w La neuroimagen funcional resulta útil como prueba complementaria para el diag-
nóstico clínico de la enfermedad de Parkinson y su diagnóstico diferencial con
otras entidades que cursan con parkinsonismo (nivel de recomendación A).
w La alteración de la vía dopaminérgica presináptica (SPECT con 123I-FP-CIT o PET
con 18F-FDOPA) permite diferenciar los pacientes con enfermedad de Parkinson
de controles sanos, parkinsonismo farmacológico y temblor esencial, pero no
- 62 -
2. Diagnóstico por NEUROIMAGEN ESTRUCTURAL. NEUROSONOGRAFÍA. NEUROIMAGEN FUNCIONAL
resulta útil para el diagnóstico diferencial con los parkinsonismos atípicos degene-
rativos (nivel de recomendación A).
w El rendimiento diagnóstico de la gammagrafía cardiaca con 123I-MIBG resulta infe-
rior a la SPECT con 123I-FP-CIT como prueba complementaria para el diagnóstico
de la enfermedad de Parkinson, mientras que los resultados se solapan entre
diferentes entidades que cursan con parkinsonismos atípicos (nivel de reco-
mendación B).
w La PET 18FDG es la prueba complementaria más útil en el diagnóstico diferen-
cial de la enfermedad de Parkinson con otras entidades neurodegenerativas que
cursan con parkinsonismo, especialmente la atrofia multisistema (nivel de reco-
mendación A).
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- 65 -
DIAGNÓSTICO POR
GENÉTICA
COORDINADORAS
3
Renée Ribacoba Montero y Lydia Vela Desojo
AUTORES
Javier Ruiz Martínez, Jon Infante Ceberio
y Juan Carlos Gómez Esteban
3. DIAGNÓSTICO POR GENÉTICA
INTRODUCCIÓN
El sistema de locus asignados a símbolos (DYT, PARK, etc.) utilizado hasta el mo-
mento se estableció originalmente para especificar regiones cromosómicas que
habían sido ligadas a un trastorno familiar aunque el gen fuera desconocido. Este
sistema, más fácil de recordar, se aceptó por los clínicos, pero el avance genético
planteó problemas como relaciones inconsistentes entre los miembros afectos y el
fenotipo de los trastornos de movimiento, la existencia de más de un símbolo asig-
nado para el mismo trastorno o incluso el hecho de que no se hayan confirmado
asociaciones entre un gen o locus y un trastorno del movimiento. En la actualidad
se han asignado 21 genes y locus al acrónimo PARK. En los casos previamente
denominados como PARK 3, 5, 11, 13, 18 y 21 la relación no está confirmada. Ade-
más, las tres entidades previamente conocidas como PARK 10, 12 y 16 han pasado
a la categoría de factor de riesgo. Finalmente, el PARK1 y el PARK4 se refieren al gen
SNCA y son idénticos. Considerando los avances habidos en genética, que justifican
un posible componente hereditario en esta enfermedad, el Task Force on Genetic
Nomenclature in Movement Disorders de la Movement Disorder Society (MSD)
ha publicado unas recomendaciones en las que se revisa la nomenclatura de la
genética de los trastornos de movimiento1 y se consideran las condiciones necesa-
rias para garantizar la evidencia imprescindible al asociar una alteración genética a
una enfermedad determinada. Basándose en estas recomendaciones, el MSD Task
Force presentó una nueva lista de parkinsonismos hereditarios, que se presenta a
continuación (Tabla I).
1. Incluir solo aquellos genes donde es posible realizar una prueba genética diag-
nóstica.
2. Asignar un prefijo al fenotipo que lo relacione con el mismo. Por ejemplo,
cuando el parkinsonismo es lo más llamativo de la clínica, se le asignaría el
prefijo PARK, pero si es la distonía el síntoma predominante, se asignaría el
prefijo DYT/PARK, como por ejemplo en el caso de DYT/PARK-ATP1A3.
3. Reemplazar el número del sufijo por el nombre del gen. Por ejemplo, no se
empleará en lo sucesivo PARK8, sino PARK-LRRK2 (Tabla I).
- 69 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Tabla I. Proposición del MDS TASK Force para los parkinsonismos hereditarios
PARK-SNCA AD PARK1
PARK-LRRK2 AD PARK8
PARK-VPS35 AD PARK17
PARK-Parkin AR PARK2
PARK-PINK1 AR PARK6
PARK-DJ1 AR PARK7
PARK-ATP13A2 AR PARK9
PARK-FBX07 AR PARK15
PARK-DNAJC6 AR PARK19
PARK-SYNJ1 AR PARK20
DYT/PARK-ATP1A3 AD DYT12
DYT/PARK-GCH1 AD DYT5a
AR Ninguno
DYT/PARK-TH AR DYT5b
AR Ninguno
AR Ninguno
DYT-PARK-SPR AR Ninguno
DYT-PARK-QDPR AR Ninguno
DYT-PARK-PTS AR Ninguno
DYT/PARK-SLC6A3 AR Ninguno
DYT/PARK-SLC30A10 AR Ninguno
DYT-PARK-GLB1 AR Ninguno
- 70 -
3. DIAGNÓSTICO POR GENÉTICA
Tabla I. Proposición del MDS TASK Force para los parkinsonismos hereditarios
NBIA-PARK-CP Corea AR
Trastornos que habitualmente aparecen con otros fenotipos, pero en los cuales puede
predominar parkinsonismo
PARK-GBA AR Ninguno
AD: autosómica dominante; AR: autosómica recesiva; HSP: paraplejia espástica hereditaria; NBIA:
neurodegeneración con acumulación cerebral de hierro.
- 71 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Por tanto, la irrupción de la genética nos ha permitido tener una visión distinta de la
enfermedad y aproximarnos a nuevos mecanismos fisiopatológicos. Se ha demos-
trado que numerosos genes en clara asociación con las formas mendelianas de EP,
además de justificar el componente familiar de un número importante de casos,
podrían tener un rol principal en dicha EP esporádica2, como es el caso de algunas
mutaciones de las formas monogénicas (por ejemplo, mutaciones en LRRK2) o de
los alelos de susceptibilidad (por ejemplo, mutaciones en el gen GBA). Los resulta-
dos de un reciente metaanálisis en estudios de asociación genómica muestran una
serie de locus en asociación clínicamente significativa con el riesgo de desarrollar
EP3, y se podría hablar de un espectro de la enfermedad que va desde mutaciones
altamente patógenas, pasando por variantes de riesgo moderado hasta múltiples
locus que confieren bajo riesgo de enfermedad.
En la práctica clínica la utilidad de las pruebas genéticas con fines diagnósticos está
limitada por la reducida proporción de casos de Parkinson en los que se puede en-
contrar una mutación genética causal (menos del 5 % de los casos, con la excepción
de determinadas poblaciones) y por la ausencia de tratamientos específicos para las
diferentes formas genéticas de la enfermedad.
- 72 -
3. DIAGNÓSTICO POR GENÉTICA
ción. En este contexto, una prueba genética positiva permite llevar a cabo un ase-
soramiento genético al paciente y a los familiares en riesgo, y posibilita una mejor
orientación terapéutica derivada de la seguridad del diagnóstico.
wP
acientes con EP típica e historia familiar positiva sugestiva de herencia domi-
nante (gen LRRK2, mutaciones patogénicas).
- 73 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
wP
acientes con EP esporádica de inicio tardío, solo en poblaciones con una fre-
cuencia conocida elevada de mutaciones patogénicas (LRRK2-R1441G en País
Vasco, LRRK2-G2019S y GBA en judíos ashkenazíes, LRRK2-G2019S en árabes
del norte de África).
wF
amilias con múltiples individuos afectos en más de una generación, sugestivo
de herencia dominante, con edad de inicio precoz o tardía (gen SNCA).
wE
P típica con historia familiar compatible con herencia recesiva, particularmente
si la edad de inicio es inferior a 50 años (genes Parkina, PINK1, DJ1).
wE
P esporádica de inicio precoz, particularmente si el inicio es antes de los 40 años
y hay signos atípicos como distonía en pie al inicio (genes Parkina, PINK1, DJ1).
Por este motivo, es recomendable que las pruebas genéticas, fuera del ámbito de la
investigación y aplicadas en la práctica clínica, sean realizadas en centros especiali-
• En los casos esporádicos de inicio precoz: cuanto más temprano es el inicio de la enfermedad,
más probable es la existencia de una causa genética, mayor aún si existen casos familiares
sugestivos de un patrón de herencia recesivo. En este contexto las mutaciones más frecuentes
son las de los genes recesivos PARK-Parkin y con una frecuencia menor PARK-PINK1 y PARK-DJ1.
• El 15 % de los casos de EP esporádicos < 45 años tienen mutaciones en PARK-Parkin.
• Entre los casos familiares con herencia recesiva la frecuencia de mutaciones en PARK-Parkin
alcanza el 50 %.
- 74 -
3. DIAGNÓSTICO POR GENÉTICA
Conclusiones
Como resumen final, antes de plantearse un estudio genético en un paciente con
EP hay que analizar el resultado informativo que aportará dicha determinación en
función de la edad de inicio y el patrón de herencia. Es recomendable que el estu-
dio genético se realice en un centro especializado con conocimientos y experiencia
en consejo genético. En líneas generales, la determinación de mutaciones en los
genes LRRK2 y Parkin son las más frecuentes en formas dominantes y recesivas de
inicio precoz de manera respectiva. Las pruebas diagnósticas de otras mutaciones
estarían indicadas en casos seleccionados, sobre todo teniendo en cuanta el origen
étnico de la muestra a estudiar.
Niveles de recomendación
◗S
olicitar estudio de mutaciones en el gen LRRK2 en todos los casos de EP con
antecedentes familiares y patrón autosómico dominante (nivel de evidencia B).
- 75 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
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- 76 -
EVALUACIÓN DE LA
ENFERMEDAD
COORDINADOR
Pablo Martínez Martín
AUTORES
4
Pablo Martínez Martín y Carmen Rodríguez Blázquez
4. Evaluación de la enfermedad
INTRODUCCIÓN
Ante una entidad tan compleja como es la EP, es necesario contar con instrumentos
de evaluación que ayuden a identificar la presencia de algunas manifestaciones o
complicaciones, cuantifiquen su gravedad e impacto, documenten la evolución del
proceso, valoren el efecto de las intervenciones terapéuticas y faciliten el intercam-
bio de información entre clínicos, con otros profesionales y con los propios pacientes
y sus familias. Por último, estas evaluaciones pueden suponer la base para la toma
de decisiones y la planificación y asignación de recursos en política sanitaria.
El desarrollo de una escala sigue una metodología que consta de diversas fases:
1) especificación de los objetivos, propósito, formato y modo de aplicación de la
escala; 2) selección de los componentes del instrumento (ítems, dominios), el
- 79 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
A la hora de utilizar una escala es necesario tener en cuenta, además, la carga del
instrumento (conjunto de tiempo, esfuerzo y requerimientos necesarios para su uso)
relacionada con la viabilidad, así como la necesidad de adaptación transcultural, en
el caso de que se vaya a utilizar en un contexto cultural o en una población diferente
a la original (por ejemplo, en otro país).
Escalas multidominio
La UPDRS es una escala derivada de otras anteriores que consta de 42 ítems agru-
pados en cuatro subescalas: Sección I (estado mental, conducta y estado de ánimo);
- 80 -
4. Evaluación de la enfermedad
Aceptabilidad
Asimetría (skewness) –1 a +1
Asunciones escalares
Fiabilidad
Validez
Precisión
Interpretabilidad
Tamaño del efecto (varios métodos) 0,20-0,49, pequeño
0,50-0,79, moderado
≥ 0,80, grande
- 81 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
- 82 -
4. Evaluación de la enfermedad
Sección II (actividades de la vida diaria, AVD); Sección III (exploración del sistema
motor); y Sección IV (complicaciones)4. Todas las secciones son puntuadas por un
evaluador mediante entrevista y exploración física. El rango de puntuaciones de las
tres primeras secciones es de 0 (normal) a 4 (grave). En la Sección IV algunos ítems
se puntúan de 0 (ausencia) a 1 (presencia) y otros de 0 a 44. La UPDRS se com-
plementa con la clasificación de HY1 y la SES2, formando una batería de evaluación.
Durante más de dos décadas ha sido la escala más ampliamente utilizada en inves-
tigación y en la práctica clínica, así como la escala de referencia para los organismos
reguladores internacionales (Food and Drug Administration, FDA; European Medici-
nes Evaluation Agency, EMEA).
Todos los ítems tienen instrucciones para una aplicación uniforme, dirigidas al
paciente, evaluador o ambos. Cada ítem presenta cinco opciones de puntuación, de
0 (normal) a 4 (intenso, grave). La puntuación total para cada sección se obtiene por
la suma de las puntuaciones de los ítems correspondientes, pero no hay una puntua-
ción total de la escala.
- 83 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
dad y del tratamiento y entre estadios HY. También muestra una adecuada sensibi-
lidad al cambio.
La escala de Hoehn y Yahr fue desarrollada hace más de 40 años para proporcionar
una evaluación global del paciente con EP (función motora y progresión de la enfer-
medad) de manera simple y descriptiva1. La versión original consta de seis niveles
(de estadio 0: no hay signos de enfermedad, a estadio 5: confinado en silla de rue-
das o encamado si no tiene ayuda).
- 84 -
4. Evaluación de la enfermedad
- 85 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
que son graves pero infrecuentes y los menos graves pero persistentes, así como el
seguimiento de su progresión y su respuesta al tratamiento. Tras la revisión llevada
a cabo por un subcomité de la IPMDS se encuentra en fase de validación una nueva
versión (MDS-NMS).
- 86 -
4. Evaluación de la enfermedad
- 87 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
La PDSS es una escala de evaluación de las alteraciones del sueño nocturno (insom-
nio, inquietud, nocturia, etc.) y de la hipersomnia diurna, específica para pacientes
con EP24. Contiene 15 ítems, cada uno de los cuales se puntúa de 0 (síntoma grave
y que se sufre con frecuencia) a 10 (sin síntomas) en una escala visual analógica.
- 88 -
4. Evaluación de la enfermedad
La escala SCOPA-S resulta de utilidad como medida fiable y válida de los trastornos
de sueño y la hipersomnia diurna en los pacientes con EP. Valora la somnolencia
diurna más exhaustivamente que la PDSS aunque, a diferencia de esta, no explora
posibles causas de las alteraciones del sueño en la EP, y no incluye preguntas sobre
algunas alteraciones del sueño frecuentes en la EP como la apnea o el síndrome de
piernas inquietas. Ha sido clasificada como escala recomendada por la IPMDS.
La AS es una escala específica para EP28. Está compuesta por 14 ítems que evalúan
los síntomas emocionales, cognitivos y conductuales de la apatía. Los ítems se pun-
túan en una escala de 0 a 3, y la puntuación total se calcula a partir de la suma de
los mismos. Las puntuaciones más altas indican mayor gravedad de la apatía. Se ha
establecido un punto de corte ≥ 14 para apatía en la EP. Los estudios de validación
de la escala muestran excelentes resultados, por lo que es una escala recomendada
por la IPMDS.
La HAM-D es una escala genérica compuesta por 21 ítems, aunque sólo los 17 prime-
ros forman parte de la puntuación total29. Se administra en forma de entrevista estruc-
turada al paciente por parte de un evaluador entrenado. Ha sido validada en EP y es
muy frecuentemente utilizada en esta población, por lo que forma parte de las escalas
recomendadas por la IPMDS para evaluación de la depresión en pacientes con EP.
- 89 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
La PFS es una escala de 16 ítems que evalúa los aspectos físicos de la fatiga en
pacientes con EP y su impacto en las actividades de la vida diaria31. Los ítems se pun-
túan en una escala de 1 (completamente en desacuerdo) a 5 (completamente de
acuerdo) y la puntuación total se obtiene mediante la suma de los ítems (rango de
16 a 80 puntos), mediante la media de los ítems o mediante la suma de las respues-
tas positivas (“de acuerdo”). Es una escala fiable y válida, corta y sencilla de utilizar,
por lo que ha sido recomendada para su uso por parte de la IPMDS.
Para determinar la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) de los pacientes
con EP se pueden utilizar medidas genéricas y medidas específicas.
Las primeras informan sobre aspectos de salud general, se pueden aplicar a indi-
viduos sanos y a pacientes con diferentes patologías, y permiten comparaciones
entre distintas enfermedades y situaciones de salud. Como desventaja, su conte-
nido puede estar poco relacionado con las manifestaciones presentes en el paciente
con EP y, por tanto, su sensibilidad al cambio puede ser baja. Estos inconvenientes
no se dan en las medidas específicas, pero estas no informan sobre aspectos de
salud general y no se pueden usar en poblaciones diferentes a aquella para la que
fueron diseñadas.
La IPMDS ha publicado una revisión sobre los instrumentos de CVRS en EP. Las esca-
las de evaluación de CVRS más utilizadas en EP se exponen a continuación.
- 90 -
4. Evaluación de la enfermedad
En ambas versiones, el marco temporal explorado es el mes pasado y cada ítem pre-
senta cinco opciones de respuesta (de 0, nunca, a 4, siempre o incapaz de hacerlo).
La puntuación para cada dominio se calcula dividiendo la suma de las puntuaciones
de los ítems por la máxima puntuación posible para esa dimensión y se expresa en
porcentaje. El índice sumarial del PDQ-39 y del PDQ-832,33 se calcula como la media
de las puntuaciones de las 8 dimensiones o de los 8 ítems, respectivamente.
EuroQol-5D (EQ-5D)
Se trata de una escala genérica de evaluación del estado de salud y de la CVRS que
ha sido ampliamente utilizada y validada en EP35. Consta de una parte descriptiva
que evalúa cinco dimensiones (movilidad, autocuidado, actividades de la vida dia-
ria, dolor/malestar y ansiedad/depresión), cada una con tres posibles opciones de
respuesta (1: sin problemas, 2: problemas moderados, 3: problemas graves), que
se convierten en un índice de 0 a 1 mediante una fórmula. Además, incluye una
escala visual analógica que evalúa el estado de salud actual en un rango de 0 (el
peor estado de salud imaginable) a 100 (el mejor estado de salud imaginable). Ha
sido validada y ampliamente utilizada en pacientes con EP, con buenas propiedades
psicométricas y sensibilidad al cambio, por lo que ha sido clasificada como reco-
mendada por la IPMDS.
- 91 -
DIAGNÓSTICO Y EVALUACIÓN DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Conclusiones
Existe una amplia variedad de medidas específicas para evaluación de los pacientes
con EP. Para seleccionar los instrumentos más adecuados para los objetivos de
cada estudio o para la práctica diaria, así como para la lectura crítica de artículos
relacionados con EP, se recomienda conocer los instrumentos de medida más
habituales (e informarse suficientemente sobre los más recientes). Este conoci-
miento debe comprender, aparte de las características de contenido y estructurales,
la calidad de la medida en lo referente a sus principales propiedades psicométricas.
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PARTE 2
TRATAMIENTO DE
LA ENFERMEDAD
DE PARKINSON
NEUROFARMACOLOGÍA
DE LA ENFERMEDAD DE
PARKINSON. UPDATE 2018
COORDINADOR
Pedro José García Ruiz
AUTORES
5
Inés Legarda Ramírez, Juan García Caldentey,
Rocío Malo de Molina, Rocío García Ramos,
Verónica Giménez de Béjar, Elena Bellosta Diago,
María José Martí, José Matías Arbelo González y
Pedro J. García Ruiz
5. NEUROFARMACOLOGÍA DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON. UPDATE 2018
1. LEVODOPA
La levodopa (LD) es un profármaco de dopamina; actúa a nivel central tras ser trans-
portada en el intestino delgado con mecanismo activo. Es necesario evitar su transfor-
mación periférica por la enzima descarboxilasa (ubicua en múltiples tejidos) mediante
carbidopa o benserazida. La LD alcanza la barrera hematoencefálica y es introducida
por otro transportador de aminoácidos neutros al interior cerebral. Allí será convertida
en dopamina por la descarboxilasa cerebral1. La LD posee un mecanismo de acción
complejo y controvertido. Además de su acción sintomática, la LD (y otros fármacos
dopaminérgicos) es capaz de modificar la plasticidad del estriado denervado y esti-
mular la liberación de factores tróficos en modelos experimentales2,3. Por otra parte, la
supuesta toxicidad de la LD, tan en boga en los años noventa4, no se ha confirmado;
de hecho, clínicamente parece que no es lesiva tras largos años de uso4-6.
- 99 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Niveles de recomendación
wA
(2016). La levodopa es el fármaco sintomático antiparkinsoniano más eficaz
disponible para la enfermedad de Parkinson.
◗B
(2016). Existe una relación dependiente de dosis en la reducción de escalas
clínicas.
wA
(2009-2016). No hay evidencias de que la levodopa retard prevenga el desa-
rrollo de las complicaciones motoras.
◗B
(2016). Si bien la levodopa es el fármaco antiparkinsoniano más eficaz, su uso
precoz se asocia a más frecuencia de discinesias y fluctuaciones motoras.
2. AGONISTAS DOPAMINÉRGICOS
- 100 -
5. NEUROFARMACOLOGÍA DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON. UPDATE 2018
Los AD ergóticos, usados con profusión en décadas pasadas, han caído en desuso.
Aunque su efectividad antiparkinsoniana era comparable a los modernos AD, sus
efectos secundarios, incluyendo fibrosis pleuropulmonar y cardiaca, han limitado
su empleo (especialmente cabergolina) a una terapia marginal solo en casos muy
seleccionados22.
Los AD no ergóticos son útiles fármacos antiparkinsonianos. Todos ellos son eficaces
en monoterapia en EP inicial y reducen complicaciones motoras incluyendo las dis-
cinesias (frente a LD) en estudios controlados24,25. Algunos estudios posteriores han
puesto en tela de juicio este hecho; probablemente tanto la edad como el grado de
denervación estriatal intervienen, aun más que la medicación inicial, en la presencia
de estas complicaciones5-26.
El pramipexol posee alta afinidad para los subreceptores D3 > D2, tiene una exce-
lente biodisponibilidad (> 90 %) por vía oral; alcanza su concentración máxima al
cabo de 1,5-2 horas. Se excreta fundamentalmente por vía renal, en su mayor parte
sin metabolizar (75 %), por lo que no se debe emplear en pacientes con insuficiencia
renal avanzada y la dosis debe ajustarse en caso de insuficiencia renal leve y mode-
rada28,29. En los últimos años, se ha introducido la presentación oral de liberación
prolongada (LP) que permite una única administración al día. La formulación se
basa en un comprimido matricial con carbómero que favorece una liberación lenta
y constante del fármaco por difusión y erosión. La concentración máxima se alcanza
a las 6 horas de su administración y las fluctuaciones de los niveles plasmáticos del
fármaco son discretas (de 1 a 0,5 ng/ml), en comparación con la administración tres
veces al día de la formulación de liberación inmediata (LI)29,30.
Existe evidencia científica sólida que avala el uso de pramipexol tanto en EP inicial
como en EP avanzada. El estudio CALM-PD demostró que el inicio del tratamiento
con pramipexol de LI reducía significativamente la incidencia de discinesias y fluctua-
ciones motoras respecto a la LD en los primeros 2 años31,32. El 32 % de los pacientes
pudo mantener el tratamiento con pramipexol en monoterapia al finalizar el periodo
de estudio24.
- 101 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
El ropinirol es un agonista dopaminérgico no ergótico con alta afinidad por los recep-
tores D2 y D3 (afinidad D3 < D2). En la formulación de LI, la absorción es rápida
(concentración máxima en 1-2 horas, se retrasa 1-2 horas si se toma con alimentos)
y la biodisponibilidad es del 50 %. Su unión a proteínas es escasa y sin relevancia
clínica. El metabolismo es hepático, a través del citocromo P-450 y se elimina por la
orina36-38. La formulación de LP se basa en una matriz recubierta de una barrera de
dos capas y permite una liberación y absorción continua del fármaco a lo largo de
24 horas e independiente de las comidas. Estudios comparativos han demostrado
concentraciones plasmáticas del fármaco más estables y con menores oscilaciones
que las conseguidas con dosis similares de la LI administrada tres veces al día36-38.
Los ensayos clínicos han demostrado que el ropinirol de LI es eficaz tanto en mono-
terapia como en terapia añadida a la LD. En estadios iniciales, el ropinirol se asocia
a una menor tasa de discinesias respecto a LD, aunque el control de síntomas es
menor. Al finalizar el estudio (5 años), el 30 % de los pacientes se mantenían en
monoterapia con ropinirol39,40. En la EP avanzada, varios estudios demostraron la
eficacia de ropinirol de LI frente a placebo, así como su potencial para la reducción
de dosis total de LD y del tiempo en off (del 20 frente a 11 %) a los 6 meses de tra-
tamiento41,42. A su vez, los ensayos realizados con la formulación de LP demostraron
eficacia y seguridad del tratamiento en monoterapia en EP precoz y en combinación
con LD en la EP avanzada. El ropinirol de LP no es inferior frente a LI en la EP inicial43
y avanzada44 y es claramente superior al placebo en la EP avanzada (2,1 horas de
reducción off frente a 0,3 horas con placebo)45.
- 102 -
5. NEUROFARMACOLOGÍA DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON. UPDATE 2018
46 % del principio activo se absorbe en 24 horas. Los niveles plasmáticos se estabili-
zan tras 2-3 días de aplicación y se mantienen casi constantes a lo largo de 24 horas.
El metabolismo de la rotigotina es hepático (citocromo P-450 y glucuronidación) y
sus metabolitos se eliminan por la orina. La tasa de unión a proteínas es mayor del
90 %. No se han descrito interacciones farmacológicas relevantes49.
- 103 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
En cuanto a la retirada de los AD, es preciso hacerlo de forma gradual para evitar la
aparición de un síndrome de deprivación dopaminérgica (apatía, síndrome de pier-
nas inquietas, etc.). En el caso de pramipexol se recomienda una reducción diaria de
0,52 mg (2 comprimidos de 0,26 mg), y al alcanzar la dosis de 0,52 mg al día, reducir
0,26 mg diarios hasta suspenderlo. El ropinirol se reduce 4 mg al día hasta llegar a la
dosis de 8 mg diarios, momento en el que se reducirán 2 mg al día hasta suspenderlo.
En el caso de rotigotina, la dosis se reduce 2 mg cada día hasta su suspensión36,49,58.
- 104 -
5. NEUROFARMACOLOGÍA DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON. UPDATE 2018
Niveles de recomendación
◗A
(2009 y 2016). Los agonistas no ergóticos pramipexol, ropinirol y rotigotina son
eficaces en la enfermedad de Parkinson inicial en monoterapia y en la enferme-
dad de Parkinson avanzada asociados a levodopa.
◗A
(2016). Los agonistas, incluyendo pramipexol, ropinirol y rotigotina (especial-
mente los orales), se asocian a trastorno de control de impulsos; es necesario
avisar a los pacientes de este potencial efecto secundario.
◗A
(2016). El empleo precoz de agonistas reduce la incidencia de complicaciones
motoras comparado con levodopa, a costa de menor eficacia terapéutica y mayo-
res efectos secundarios (alucinaciones, somnolencia y edemas).
◗A
(2016). La rotigotina mejora la calidad del sueño y el dolor, además de la aci-
nesia matutina.
◗A
(2016). La rotigotina y el pramipexol exhiben una discreta acción antidepresiva.
3. INHIBIDORES DE LA MONOAMINOOXIDASA B
- 105 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
- 106 -
5. NEUROFARMACOLOGÍA DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON. UPDATE 2018
Niveles de recomendación
◗ A:
Los inhibidores de la MAO-B selectivos selegilina y rasagilina son fármacos
antiparkinsonianos eficaces.
◗ A:
La rasagilina es eficaz en monoterapia en pacientes de novo.
◗ A:
La rasagilina es eficaz en la enfermedad de Parkinson con fluctuaciones motoras
en terapia combinada con levodopa. Su eficacia es comparable a la de la entacapona.
◗ B:
Se considera que la rasagilina tiene efecto modificador del curso de la enfer-
medad de Parkinson en estadios iniciales (dosis de 1 mg).
- 107 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
- 108 -
5. NEUROFARMACOLOGÍA DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON. UPDATE 2018
Niveles de recomendación
◗A
(2009-2016). La asociación levodopa/entacapona es eficaz en la enfermedad
de Parkinson con fluctuaciones motoras.
◗A
(2016). La asociación levodopa-entacapona administrada con levodopa en
enfermedad de Parkinson inicial no previene la presencia de discinesias.
◗A
(2009-2016). La tolcapona es eficaz en la enfermedad de Parkinson con
fluctuaciones motoras y es capaz de disminuir la dosis de levodopa diaria. Sin
embargo, hay que considerar la toxicidad hepática, por lo que la tolcapona debe
ser valorada sólo en pacientes con enfermedad de Parkinson y fluctuaciones que
no responden, o no son candidatos a otros tratamientos adyuvantes.
◗A
(2017). La opicapona (50 mg al día) asociada a levodopa es eficaz en la enfer-
medad de Parkinson con fluctuaciones motoras, disminuyó significativamente el
tiempo off frente placebo y se objetivó no inferioridad respecto a entacapona.
5. AMANTADINA
En los últimos años han aparecido nuevas evidencias sobre algunos aspectos anti-
parkinsonianos de este fármaco clásico.
Desde 1998 ya se había observado que la amantadina poseía una singular potencia
antidiscinética; a observaciones aisladas y reportes anecdóticos en modelos expe-
rimentales y humanos102,108 siguieron estudios controlados que han confirmado el
efecto antidiscinético marcado de este fármaco103,109-111. La amantadina reduce las
discinesias relacionadas con medicación antiparkinsoniana; de hecho, en la actuali-
dad se considera el fármaco antidiscinético de elección en la EP103. Recientemente
un compuesto de amantadina de liberación sostenida se ha mostrado eficaz en
reducir de forma significativa las discinesias inducidas por LD112.
- 109 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Niveles de recomendación
◗A
(2009-2016). La amantadina es eficaz en la enfermedad de Parkinson tanto
en monoterapia como coadyuvante. No obstante, la mayor parte de los trabajos
son de escasa calidad, en buena parte por ser muy antiguos (la mayoría ante-
riores a 1980).
◗A
(2016). La amantadina es eficaz en la reducción de discinesias relacionadas
con la levodopa.
6. SAFINAMIDA
- 110 -
5. NEUROFARMACOLOGÍA DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON. UPDATE 2018
Niveles de recomendación
◗A
(2016). La safinamida, en combinación con levodopa, es eficaz en la reducción
de fluctuaciones motoras, reduce el tiempo off y mejora los parámetros motores.
7. APOMORFINA
- 111 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
La técnica es sencilla pero requiere supervisión estrecha los primeros días a cargo del
neurólogo; es imprescindible realizar primero una estimación de la dosis mínima efi-
caz, lo que se consigue con una prueba aguda con apomorfina en inyección intermi-
tente; una vez establecida la dosis mínima eficaz, se procede a insertar el dispositivo
y aumentar la dosis hasta llegar a un razonable control de los síntomas131. A la vez,
se reduce hasta suprimir la medicación no imprescindible (AD orales, inhibidores de
la MAO, amantadina). El objetivo razonable es mantener al paciente con la mínima
cantidad de LD posible (asociada o no a inhibidores de la COMT) y con apomorfina
ISC. La apomorfina se ha usado por diversas vías de administración incluyendo la
vía intranasal, rectal, transdérmica y sublingual139-141, pero todas estas vías, aunque
eficaces, se han asociado a irritación local. Hasta el momento solo la ISI y la ISC han
alcanzado práctica clínica extensa.
- 112 -
5. NEUROFARMACOLOGÍA DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON. UPDATE 2018
Niveles de recomendación
◗A
(2016). La apomorfina en inyección subcutánea es eficaz para disminuir la
duración de episodios off de pacientes con enfermedad de Parkinson avanzada.
◗A
(2018). La apomorfina en infusión subcutánea continua es eficaz para el control
de las fluctuaciones motoras en pacientes con enfermedad de Parkinson avanzada.
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- 122 -
TRATAMIENTO DE LOS
SÍNTOMAS MOTORES
EN LA FASE PRIMARIA
DE LA ENFERMEDAD
COORDINADORES
6
Ernest Balaguer Martínez y Víctor Manuel Campos Arillo
AUTORES
Berta Pascual Sedano, Caridad Valero Merino
e Ignacio Javier Posada Rodríguez
6. Tratamiento de LOS SÍNTOMAS MOTORES EN LA FASE PRIMARIA DE LA ENFERMEDAD
Son numerosos los estudios que avalan el beneficio del ejercicio físico en los pacien-
tes con enfermedad de Parkinson (EP) durante todos los estadios de la enfermedad.
Un estudio observacional basado en un registro de 4.866 pacientes ha demostrado la
importancia de la actividad física regular en la EP. Se clasificó a los pacientes en tres
grupos: sedentarios, poco deportistas (menos de 2 horas y media de ejercicio semanal)
y deportistas habituales (más de 2 horas y media a la semana), y se les siguió durante
1 año. Los deportistas habituales puntuaban mejor en el PDQ-39 (Parkinson’s Disease
Questionnaire, versión de 39 ítems), en la escala TUG (“timed up and go”) y en la sobre-
carga del cuidador1. Asimismo, el ejercicio aeróbico ha mostrado efectos beneficiosos
en diversos estudios. Un ensayo evaluó la puntuación en la UPDRS-III (Unified Parkin-
son’s Disease Rating Scale, Sección III) en off en pacientes que realizaron un entrena-
miento supervisado de fuerza y estiramientos con resistencia progresiva, demostrando
una reducción significativa en las puntaciones motoras de los pacientes participantes2.
La terapia con pistas sensoriales, auditivas o visuales, se utiliza para entrenar activida-
des específicas, como mejorar la longitud del paso, la velocidad de la marcha y reducir
el freezing. Un ensayo aleatorizado en 195 pacientes con EP leve-moderada comparó
el taichí con otras dos intervenciones (entrenamiento de resistencia y estiramientos)
durante 24 semanas. El grupo de taichí mostró mejorías significativas en la evaluación
motora y en el número de caídas, que se mantuvieron 3 meses después de la inter-
vención3. Por último, un reciente metaanálisis de 43 trabajos ha concluido que no hay
evidencias suficientes para recomendar o desestimar una técnica sobre otras4.
Terapia ocupacional
Se especifican al final de cada apartado las recomendaciones y los niveles de evidencia utilizados y
en vigor de la American Academy of Neurology (AAN, 2006 y 2010).
- 125 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Acupuntura
No hay dietas específicas que influyan en el curso de la EP. Debe aconsejarse una
dieta equilibrada, rica en fibra y abundante en líquidos dada la frecuencia de estreñi-
miento desde estadios precoces. No hay evidencia de que dosis altas de vitamina E
o coenzima Q10 sean eficaces. La Mucuna pruriens o grano de terciopelo y la ingesta
de habas pueden aportar una mejoría motora por su contenido de levodopa.
Conclusiones y recomendaciones
◗ L a psicoeducación puede proporcionar al paciente y a sus familiares herramientas
para la comprensión de la enfermedad (grado de recomendación C).
◗ El
ejercicio físico es beneficioso desde etapas iniciales. El taichí puede ser de
utilidad (grado de recomendación B).
◗ La
terapia ocupacional puede ser beneficiosa en la enfermedad de Parkinson
inicial (grado de recomendación C).
Levodopa
- 126 -
6. Tratamiento de LOS SÍNTOMAS MOTORES EN LA FASE PRIMARIA DE LA ENFERMEDAD
Agonistas dopaminérgicos
Inhibidores de la monoaminooxidasa B
Inhibidores de la catecol-O-metiltransferasa
Amantadina
Fármacos anticolinérgicos
Pueden tener un efecto leve sobre el temblor. El trihexifenidilo es el más usado, aun-
que su posible eficacia se ve limitada por sus efectos secundarios de tipo cognitivo y
psiquiátrico13 (nivel de evidencia III).
- 127 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Domperidona
Conclusiones y recomendaciones
◗ No
hay un fármaco de primera elección para el tratamiento de la enfermedad de
Parkinson inicial. No se justifica retrasar el inicio de los fármacos dopaminérgicos.
No existe una justificación teórica de evitar la levodopa. Cualquiera de los grupos
de IMAO-B, los agonistas dopaminérgicos y la levodopa puede estar indicado
(grado de recomendación A).
◗ En
pacientes con enfermedad de Parkinson de reciente comienzo y con leve
afectación funcional se puede iniciar el tratamiento sintomático con selegilina o
rasagilina (grado de recomendación A).
◗ Si
se requiere una eficacia mayor, se pueden emplear agonistas dopaminérgicos
en los casos leves-moderados en pacientes menores de 70 años y levodopa en
los casos de edad avanzada o con especial repercusión funcional.
◗ Los
agonistas dopaminérgicos son útiles en monoterapia durante periodos va-
riables de tiempo (meses o años) antes de iniciar el tratamiento con levodopa,
dependiendo de la incapacidad motora del paciente.
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- 129 -
7
MANEJO Y TRATAMIENTO
DE LAS PRIMERAS
COMPLICACIONES MOTORAS
CON TERAPIA CONVENCIONAL:
FLUCTUACIONES Y DISCINESIAS.
UPDATE 2018
COORDINADORAS
María José Catalán Alonso y María José Martí Domènech
AUTORAS
Matilde Calopa Garriga, Irene Martínez Torres
y Lydia López Manzanares
7. MANEJO Y TRATAMIENTO DE LAS PRIMERAS COMPLICACIONES MOTORAS CON
TERAPIA CONVENCIONAL: FLUCTUACIONES Y DISCINESIAS. UPDATE 2018
wG
ravedad de la enfermedad y tiempo de evolución.
wT
ratamiento crónico con levodopa: después de iniciar el tratamiento con levo-
dopa desarrollan complicaciones motoras un 10 % de pacientes por año. Influ-
yen negativamente diferentes factores:
— Dosis elevadas de levodopa en etapas iniciales.
— Forma de administración del fármaco: estimulación crónica pulsátil de los
receptores dopaminérgicos postsinápticos frente a estimulación continua
wE
dad de inicio de la EP (inicio joven).
wF
enotipo clínico de la EP (forma tremórica).
wF
actores farmacogenéticos: existen polimorfismos genéticos de los receptores
dopaminérgicos que favorecen el desarrollo de complicaciones.
wM
ujeres y pacientes con bajo peso se han relacionado con mayor incidencia de
discinesias.
wP
érdida de neuronas dopaminérgicas de la sustancia negra compacta con la
consiguiente denervación dopaminérgica y reducción de dopamina estriatal.
wF
actores farmacocinéticos centrales como:
– Reducción de la síntesis de dopamina a partir de levodopa.
– Conservación del metabolismo de dopamina por los enzimas monoami-
nooxidasa (MAO) y catecol-O-metiltransferasa (COMT).
– Disminución de la capacidad para almacenar dopamina presináptica.
– Dependencia directa del aporte externo de levodopa.
wF
actores farmacodinámicos de la levodopa que provocan una estimulación
anormal pulsátil de los receptores y cambios postsinápticos. La vida media de
los fármacos influye en la forma de estimulación de los receptores y se consi-
dera importante un sistema de estimulación dopaminérgica continuada.
- 133 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
wF
actores farmacocinéticos de la levodopa periféricos que modifican los niveles
plasmáticos y su disponibilidad cerebral (absorción gastrointestinal).
wH
ipersensibilidad de los receptores D1 por estimulación pulsátil postsináptica.
wM
ecanismos no dopaminérgicos serotoninérgicos que transforman la levodopa
exógena a dopamina pero sin mecanismos de control.
wR
espuesta anormal estriatal de las neuronas medianas espinosas gabaérgicas
con estimulación de la vía directa con hipoactividad del pálido interno y núcleo
subtalámico y activación talamocortical.
wA
umento de la actividad glutamatérgica al estriado desde el córtex cerebral.
Fluctuaciones motoras
wD
eterioro de “fin de dosis” predecible (wearing-off): es la reaparición gra-
dual de los síntomas parkinsonianos al final de cada dosis de levodopa. La
duración del beneficio de la levodopa es igual o inferior a 4 horas y se produce
un declive regular y previsible de su efecto. Cuanto más corto es el periodo de
beneficio, más grave es el fenómeno de wearing-off. Se relaciona con los nive-
les plasmáticos de levodopa.
wA
cinesia matutina: presencia de los síntomas parkinsonianos, efecto de la
última dosis del día anterior; suele ser la primera manifestación de fluctuación
motora.
- 134 -
7. MANEJO Y TRATAMIENTO DE LAS PRIMERAS COMPLICACIONES MOTORAS CON
TERAPIA CONVENCIONAL: FLUCTUACIONES Y DISCINESIAS. UPDATE 2018
Síntomas Características
Fluctuaciones motoras
Fluctuaciones no motoras
• Neuropsiquiátricas Pueden fluctuar en relación con las tomas de
• Autonómicas levodopa y sin estar necesariamente asociadas
• Sensoriales a las fluctuaciones motoras
• Otras: euforia, agitación
- 135 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
wF
luctuaciones on-off/yo-yoing: también denominadas “oscilaciones al azar” o
“on-off verdadero”. El término se utiliza para describir cambios rápidos u oscila-
ciones predecibles o impredecibles entre el estado on y el estado off durante el
curso de una dosis de levodopa o a lo largo del día.
Discinesias
wF
enomenología del movimiento: tipo (corea, distonía o balismo) y distribución
(piernas o parte superior del cuerpo).
wM
omento de aparición en relación con la dosis de levodopa (discinesias de
dosis alta y discinesias de dosis baja).
wP
ercepción de la discinesia por el paciente.
wD
iscinesias de dosis alta:
– “Discinesias de pico de dosis” y, con menor frecuencia, las “discinesias en
meseta” a lo largo de todo el periodo on: se producen en el estado on,
1-2 horas después de la dosis de levodopa. Se manifiestan con movimien-
tos coreicos, inicialmente en el cuello y la cara, que en fases posteriores se
extienden al tronco y extremidades, junto con posturas distónicas de extre-
midades y cuello (distonía on). En casos más graves se pueden producir
movimientos balísticos. Muchos pacientes solo las presentan en las tomas de
la tarde o la noche, lo que se debe a la dosis de levodopa acumulada durante
el día. Pueden mejorar reduciendo la dosis de los fármacos, aunque a veces
a costa de disminuir su eficacia antiparkinsoniana. Muchos pacientes no las
reconocen o no les molestan y, por tanto, no se recomienda reducir la medi-
cación excepto cuando son molestas o se quiere evitar el empeoramiento.
– Discinesia ocular: suele acompañar a las discinesias de pico de dosis. Exis-
ten dos patrones: desviación de la mirada hacia arriba (crisis oculógiras) y
movimientos lentos en vaivén.
– Discinesia respiratoria: ritmo respiratorio irregular y profundo por afectación
de la musculatura respiratoria en la discinesia de pico de dosis.
– Mioclono: es poco frecuente, se suele producir en los primeros 10-20 minu-
tos de la dosis de levodopa y desaparecer en el estado on pleno. Suele
aparecer en pacientes con demencia.
- 136 -
7. MANEJO Y TRATAMIENTO DE LAS PRIMERAS COMPLICACIONES MOTORAS CON
TERAPIA CONVENCIONAL: FLUCTUACIONES Y DISCINESIAS. UPDATE 2018
wD
iscinesias de dosis baja: son distonías off; la discinesia se produce durante
el periodo off y wearing-off, es predominantemente distónica y tiende a afectar
piernas y pies (inversión del tobillo y extensión o flexión del dedo gordo del
pie). Puede ser dolorosa, provocar deformidad, dificulta la marcha y es molesta
para el paciente. La forma más frecuente es la que se presenta por la mañana
antes de la primera dosis de levodopa (distonía precoz matutina o early mor-
ning dystonia). Otras formas más raras de distonía off son: blefarospasmo, dis-
tonía de apertura mandibular, de la mano o pierna, cervical o estridor laríngeo.
La distonía off se correlaciona con niveles plasmáticos bajos de levodopa.
wD
iscinesia bifásica: también denominada fenómeno D-I-D o “dystonic-impro-
vement-dystonic”. Se produce al inicio o al final del beneficio de una dosis, que
corresponde respectivamente cuando los niveles plasmáticos de levodopa
están aumentando o disminuyendo. Dura varios minutos y crea importante
discapacidad al paciente. Tiende a afectar principalmente las piernas, se com-
binan movimientos distónicos y coreicos, manifestándose con movimientos
lentos estereotipados, rápidos y alternando las piernas, y en ocasiones pata-
das balísticas.
- 137 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Fluctuaciones no motoras
Levodopa estándar
En los periodos de “fin de dosis” es útil acortar el intervalo entre dosis de levodopa.
En ocasiones es preciso también disminuir la cantidad de levodopa en cada toma,
estrategia que también mejora las discinesias. Al realizar estos ajustes hay que tener en
cuenta que: 1) dosis frecuentes pueden empeorar las discinesias vespertinas debido a
los niveles mantenidos de levodopa; 2) dosis bajas pueden inducir discinesias bifásicas.
Aunque los resultados de los ensayos clínicos no sean concluyentes parece que:
1) La levodopa de liberación prolongada permite un pequeño aumento del tiempo
on (menos de 1 hora al día). 2) Puede ser útil cuando se utiliza en combinación con
la levodopa estándar para el tratamiento de los episodios de “fin de dosis”. Esta com-
- 138 -
7. MANEJO Y TRATAMIENTO DE LAS PRIMERAS COMPLICACIONES MOTORAS CON
TERAPIA CONVENCIONAL: FLUCTUACIONES Y DISCINESIAS. UPDATE 2018
Levodopa en solución
Estos preparados permiten una absorción más rápida de la levodopa y por tanto de
su inicio de acción. En un estudio piloto con cuatro pacientes, la levodopa líquida
demostró aumentar la duración del on sin aumentar las discinesias, permitiendo una
respuesta más rápida a los periodos off3.
Inhibidores de la catecol-O-metiltransferasa
- 139 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Tolcapona
Antes del inicio del tratamiento con tolcapona se debe descartar que el paciente
presente alguna hepatopatía. Generalmente es necesario reducir entre un 25-30 %
la dosis de levodopa para evitar discinesias. Es necesaria la monitorización de tran-
saminasas (cada 2-4 semanas durante los primeros 6 meses y posteriormente según
criterio médico).
Entacapona
Diversos estudios (clase I) comparados con placebo han demostrado que la entaca-
pona reduce el tiempo en off. La reducción del tiempo off es comparable a la obtenida
con rasagilina. Esta mejoría se mantiene en el tiempo, tal y como demostró un metaa-
nálisis de estudios de clase I y sus extensiones abiertas. En cuanto a la dosis útil de
entacapona un estudio no encontró diferencias entre 100 y 200 mg en cada toma6.
Opicapona
- 140 -
7. MANEJO Y TRATAMIENTO DE LAS PRIMERAS COMPLICACIONES MOTORAS CON
TERAPIA CONVENCIONAL: FLUCTUACIONES Y DISCINESIAS. UPDATE 2018
Se recomienda tomar una cápsula de 50 mg día, una hora después de la última dosis
del preparado de levodopa (levodopa/inhibidor de la DOPA-descarboxilasa).
Inhibidores de la monoaminooxidasa B
Rasagilina
Dos estudios clase I han demostrado que rasagilina es eficaz en disminuir el tiempo off.
El estudio PRESTO comparó rasagilina (0,5 y 1 mg) con placebo. Ambas dosis fueron
superiores a placebo en la reducción del tiempo en off. Rasagilina 1 mg produjo disci-
nesias molestas (no con 0,5 mg) y los efectos secundarios leves fueron más frecuentes.
Sin embargo, no se encontraron diferencias en las tasas de abandono entre ambas
dosis. Otro estudio comparó rasagilina (1 mg) con entacapona y placebo. Se encontró
un aumento del tiempo on, sin aparición de discinesias molestas respecto a placebo6.
Selegilina
- 141 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
La dosis recomendada de selegilina es 10 mg, en una o dos tomas. Con esta dosis
no hay riesgo de “efecto queso”. No se recomienda su uso con antidepresivos ISRS,
ISRS y noradrenalina, tricíclicos, otros IMAO (por ejemplo, el antibiótico linezolid),
petidina ni simpaticomiméticos.
Safinamida
En un estudio clase I safinamida (50 y 100 mg) aumentó el tiempo on sin producir
discinesias molestas (24 semanas de seguimiento). A largo plazo (24 meses) las
discinesias no empeoraron y se observó una reducción de las discinesias modera-
das-graves con 100 mg. Las mejorías sobre la función motora, actividades de la vida
diaria, síntomas depresivos, estado clínico y calidad de vida se mantuvieron a los
24 meses13. La safinamida fue bien tolerada y la frecuencia de efectos adversos fue
similar a la del grupo placebo.
Con safinamida no hay riesgo de “efecto queso” y su gran especificidad por la MAO-B
hace posible que se pueda administrar junto con ISRS (fluoxetina y fluvoxatina a
dosis bajas) sin riesgo de síndrome serotoninérgico.
Agonistas dopaminérgicos
Dados los efectos cardiopulmonares graves, como la fibrosis valvular, los agonistas
dopaminérgicos ergóticos se usan sólo en situaciones excepcionales.
wR
opinirol: en fases avanzadas de la enfermedad, asociado a tratamiento con
levodopa, mejora las fluctuaciones motoras y permite reducir la dosis de levo-
dopa14. Los estudios prospectivos, aleatorizados, doble ciego, dan un grado de
recomendación A a ropinirol como tratamiento eficaz en la EP avanzada redu-
ciendo las fluctuaciones motoras.
- 142 -
7. MANEJO Y TRATAMIENTO DE LAS PRIMERAS COMPLICACIONES MOTORAS CON
TERAPIA CONVENCIONAL: FLUCTUACIONES Y DISCINESIAS. UPDATE 2018
wP
ramipexol: en la enfermedad avanzada es efectivo en el tratamiento de las
fluctuaciones motoras, reduciendo el tiempo off. En un ensayo con 363 pacien-
tes a 6 meses, comparado con placebo en tratamiento asociado a levodopa,
la reducción del tiempo off al día fue de 2,5 horas con pramipexol frente a 10
minutos con placebo15. El pramipexol en EP avanzada es eficaz en la disminu-
ción de la aparición de fluctuaciones motoras (grado de recomendación A).
Cuando empeoran las discinesias como efecto adverso al asociar un agonista dopa-
minérgico a levodopa, se recomienda primero reducir las dosis de levodopa.
wR
opinirol: en pacientes con enfermedad de moderada a avanzada se ha visto una
rápida mejoría incluso en las 2 primeras semanas, en probable relación con la más
rápida y sencilla titulación de la formulación prolongada. En la enfermedad avan-
zada, en el tratamiento asociado a levodopa, se ha demostrado frente a placebo
una reducción del tiempo en off y reducción de la dosis de levodopa mayor o igual
al 20 %. La última revisión centrada en la medicina basada en la evidencia concluye
que ropinirol de liberación prolongada es eficaz en el tratamiento de las fluctua-
ciones motoras, pero no hay suficiente evidencia en el manejo de las discinesias6.
wP
ramipexol: la última revisión centrada en la medicina basada en la evidencia
concluye que para pramipexol de liberación prolongada no hay suficiente evi-
dencia en el manejo de las complicaciones motoras6.
wR
otigotina: es el único agonista dopaminérgico transdérmico comercializado en
nuestro medio. Respecto a las complicaciones motoras, en un ensayo clínico a
28 semanas frente a placebo con dos dosis de rotigotina de 8 y 12 mg/día, en
351 pacientes con fluctuaciones motoras y más de 2,5 horas de off al día, hubo
una reducción del tiempo en off al día significativa (56 %) en ambos brazos de
rotigotina16. En otro estudio que comparaba rotigotina (dosis media 12,95 mg/
día), pramipexol (media 3,1 mg/día) y placebo, en 506 pacientes con más de
2,5 horas de off al día, hubo una reducción significativa del tiempo off de -1,58
horas en el brazo de rotigotina, con un aumento del tiempo on sin discinesias
problemáticas de +2,8 horas comparado con +1,4 horas en el brazo placebo17.
Basándose en la evidencia de los estudios disponibles, la rotigotina es eficaz en
el tratamiento de las fluctuaciones motoras6, con un grado de recomendación A.
Apomorfina intermitente
- 143 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Aunque la apomorfina subcutánea es muy efectiva para tratar los episodios off, esta
ruta de administración puede no ser aceptada en todos los pacientes. La eficacia de
apomorfina en espray intranasal ha sido evaluada en un pequeño estudio (n = 9)
doble ciego, controlado con placebo y cruzado23. De acuerdo con los diarios de los
pacientes, el inicio de acción medio fue de 11 minutos y la duración media del efecto
de 50 minutos. La puntuación de las escalas de Western y UPDRS mejoró significa-
tivamente con apomorfina pero no con placebo. Los efectos secundarios reportados
fueron náuseas, discinecias e irritación nasal.
Otras vías como la sublingual o rectal, aunque efectivas, presentan un inicio del
efecto más lento que la vía subcutánea.
Amantadina
- 144 -
7. MANEJO Y TRATAMIENTO DE LAS PRIMERAS COMPLICACIONES MOTORAS CON
TERAPIA CONVENCIONAL: FLUCTUACIONES Y DISCINESIAS. UPDATE 2018
Dos estudios aleatorizados, controlados con placebo, tipo “wash-out”, reportaron la efi-
cacia del tratamiento con amantadina y que esta se mantenía a largo plazo. En un estu-
dio24 se aleatorizaron 32 pacientes que estaban en tratamiento con amantadina para
controlar las discinesias durante un mínimo de 1 año y con dosis promedio de 298 mg/
día. Fueron aleatorizados de forma ciega, y un grupo continuó con el mismo tratamiento
y en el otro grupo se cambió la amantadina por placebo, presentando un empeora-
miento significativo de las discinesias a las 3 semanas y un aumento de las discinesias
incapacitantes en tiempo on. El segundo estudio, AMANDYSK trial25, fue realizado con
un diseño similar pero con mayor seguimiento (3 meses). Se aleatorizaron 57 pacientes
que recibían amantadina entre 6 meses y 3 años. Los resultados también mostraron
que el grupo que cambió a placebo presentaba un empeoramiento de las discinesias.
El efecto antidiscinético era significativamente superior en el grupo que continuaba con
amantadina, el efecto se mantenía después de varios años de administración y la dosis
media era 250 mg/día. Se demostró con un nivel de evidencia II que la retirada de
amantadina comportaba un empeoramiento significativo de las discinesias en 7 días.
Conclusiones y recomendaciones
Los factores de riesgo más consistentes para el desarrollo de fluctuaciones y dis-
cinesias están asociados a la gravedad y progresión de la enfermedad y a la dosis
diaria de levodopa.
Levodopa
wE
videncia científica insuficiente que demuestre la pauta más adecuada en dife-
rentes situaciones clínicas.
- 145 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
wE
strategias para mejorar el control de las fluctuaciones motoras y discinesias
(aumentar la frecuencia/reducir la dosis de cada toma). Formulaciones de levo-
dopa de liberación controlada: evidencia insuficiente para concluir que la levo-
dopa de liberación prolongada es eficaz para el tratamiento de las fluctuaciones
motoras. Puede ser útil su administración antes de acostarse para mejorar la
acinesia nocturna y matutina.
w F ormulaciones líquidas: presentan absorción más rápida, por lo que son útiles
para “adelantar el on”. La evidencia clínica es insuficiente para el uso de levodopa
líquida y melevodopa.
w L a infusión continua de levodopa duodenal es eficaz en el control de las fluctua-
ciones motoras y las discinesias.
ICOMT
IMAO-B
w Rasagilina:
eficaz y clínicamente útil en reducir el tiempo en off (grado de reco-
mendación A).
wS
elegilina: evidencia clínica insuficiente para el tratamiento de las complicaciones
motoras.
afinamida: evidencia insuficiente (grado de recomendación B).
wS
Agonistas dopaminérgicos
- 146 -
7. MANEJO Y TRATAMIENTO DE LAS PRIMERAS COMPLICACIONES MOTORAS CON
TERAPIA CONVENCIONAL: FLUCTUACIONES Y DISCINESIAS. UPDATE 2018
Amantadina
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- 148 -
MANEJO Y TRATAMIENTO
DE LAS COMPLICACIONES
NO MOTORAS
COORDINADORES
8
María Cruz Rodríguez Oroz y Pablo Mir Rivera
AUTORES
Carles Gaig Ventura, Begoña Ares Pensado,
Javier Pagonabarraga Mora, Àngels Bayés Rusiñol,
Oriol de Fabregues Nebot, Eva López Valdés y
María Pilar Sanz Cartagena
8. Manejo y tratamiento de las complicaciones no motoras
INTRODUCCIÓN
Los síntomas no motores de la enfermedad de Parkinson (EP) son una parte impor-
tante de su clínica, llegando a ser tan incapacitantes como los signos motores. Se
incluyen, entre otros, los síntomas neuropsiquiátricos como depresión, apatía, ansie-
dad, trastorno del control de impulsos, síntomas psicóticos, déficits cognitivos y
demencia, y también las alteraciones del sueño, hiposmia, trastornos autonómicos
y sensitivos. Afectan a la calidad de vida del paciente y de sus cuidadores, incluso
cuando el control motor es bueno.
Los trastornos del sueño incluyen la somnolencia diurna excesiva (SDE), las altera-
ciones del sueño nocturno con el insomnio y el trastorno de conducta durante el
sueño REM (TCSR) (Tabla I). Estos trastornos del sueño son especialmente frecuen-
tes en la EP avanzada, probablemente debido a la combinación de diversos factores,
como por ejemplo el incremento en el tratamiento dopaminérgico y el uso de otros
fármacos, el empeoramiento de los síntomas motores de la enfermedad y quizás la
neurodegeneración de las áreas encefálicas que regulan la vigilia y el sueño. Una
excepción sería el TCSR, que con frecuencia antecede a los síntomas motores de
la enfermedad o puede estar ya presente en el momento del diagnóstico de la EP.
Las causas de somnolencia en la EP pueden ser diversas. La SDE puede ser un efecto
secundario de los fármacos dopaminérgicos, incluyendo la levodopa, pero en especial
de todos los agonistas dopaminérgicos. En algunos pacientes la relación entre la SDE
y los fármacos dopaminérgicos es clara, pues la somnolencia aparece al introducir o
incrementar la dosis del fármaco. Otra causa de SDE en la EP puede ser la adminis-
tración como consecuencia de comorbilidades neuropsiquiátricas de otros fármacos
con efecto sedante, como por ejemplo neurolépticos, antidepresivos o hipnóticos.
Un insomnio y un sueño nocturno insuficiente por los problemas asociados a un mal
control de los síntomas motores o sensitivos por la noche también pueden dar lugar a
SDE. La SDE en la EP también puede estar en relación con la presencia de una depre-
sión, otro síntoma no motor frecuente en la EP. Si bien el síndrome de apneas obs-
tructivas del sueño (SAOS) no ocurre con más frecuencia en la EP que en la población
general, un SAOS coincidental también puede ser la causa de una SDE en un paciente
con EP. Finalmente, la SDE puede ser un síntoma propio de la EP, causado por la
- 151 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Causa Tratamiento
Mala calidad del sueño nocturno por mal Incrementar el tratamiento dopaminérgico
control de los síntomas motores o sensitivos nocturno con fármacos de vida media larga (p. ej.
rotigotina o ropirinol de liberación prolongada)
Causa Tratamiento
Fármacos antiparkinsonianos con efecto Retrasar la toma del fármaco a primera hora del
estimulante (p. ej. selegilina o amantadina) día o suspenderlo
Trastorno del ritmo circadiano (adelanto de Melatonina, exposición a la luz solar y actividad
fase) física por la tarde
Causa Tratamiento
Disfunción de las áreas encefálicas que Clonazepam (0,25-2 mg/noche)
regulan el sueño REM Melatonina (4 mg/noche)
- 152 -
8. Manejo y tratamiento de las complicaciones no motoras
- 153 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
- 154 -
8. Manejo y tratamiento de las complicaciones no motoras
Los trastornos afectivos son frecuentes desde las fases iniciales de la EP. Dentro
de ellos debe diferenciarse la presencia de depresión, ansiedad y apatía. Si bien
coexisten con frecuencia en un mismo paciente, su diferenciación implica el uso de
fármacos específicos para cada problema. El desarrollo de apatía sin depresión, ade-
más, se asocia con un mayor riesgo de progresión hacia la demencia. Debe tenerse
en cuenta que los trastornos de ansiedad representan el síntoma afectivo más fre-
cuente, y se manifiestan desde fases muy iniciales de la enfermedad6.
Diagnóstico
- 155 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Para el diagnóstico de la apatía, tres escalas han mostrado una buena validez de
constructo y han sido validadas para su uso en la EP10. La Escala de Apatía (Apathy
Scale, AS), con nota de corte ≥ 14, y la Escala de Apatía de Lille (Lille Apathy Rating
Scale, LARS), con nota de corte ≥ 17, son útiles para el cribado, seguimiento y res-
puesta al tratamiento, mientras que el ítem 7 del Inventario Neuropsiquiátrico (Neu-
ropsychiatric Inventory, NPI), con nota de corte ≥ 4, puede ser útil para el cribado
pero no para el seguimiento ni la valoración de cambio del síntoma en el tiempo.
Tratamiento
Múltiples estudios abiertos, cruzados o doble ciego comparados con placebo han
intentado comprobar cuáles son los mejores fármacos para el tratamiento de la
depresión en la EP. El solapamiento con síntomas propios de la enfermedad, los
factores psicosociales que acompañan a un paciente con una enfermedad degene-
rativa crónica y el desarrollo de depresión en diferentes momentos evolutivos de la
EP dificultan dar una respuesta unívoca a esta pregunta. Basándonos en la eviden-
cia aportada por ensayos a doble ciego, aleatorizados y comparados con placebo,
así como en revisiones y metaanálisis recientes12, los fármacos antidepresivos con
mayor respaldo de la literatura son citalopram 10-20 mg/día, paroxetina 10-20 mg/
día, venlafaxina 75-150 mg/día, nortriptilina 50 mg/día y desipramina 50-75 mg/día
(nivel de evidencia I). En la práctica clínica habitual, los inhibidores selectivos de la
recaptación de serotonina (sertralina 50-100 mg/día, escitalopram 10-15 mg/día) y
los inhibidores duales de la recaptación de serotonina y noradrenalina (duloxetina
60 mg/día) son los fármacos antidepresivos más utilizados. Su uso generalizado se
basa en una menor tasa de efectos secundarios y en la eficacia contrastada de estas
familias de fármacos en estudios naturalísticos sobre muestras amplias de pacientes
seguidas durante periodos prolongados de tiempo13. Finalmente, un ensayo doble
ciego y controlado con placebo también demostró la eficacia de pramipexol 2,1 mg/
día para el tratamiento de la depresión en la EP14.
- 156 -
8. Manejo y tratamiento de las complicaciones no motoras
Las conductas impulsivas y compulsivas (CIC) comprenden los trastornos del con-
trol de impulsos (TCI), el trastorno por dependencia de fármacos dopaminérgicos o
síndrome de disregulación dopaminérgica (SDD) y distintos trastornos compulsivos.
Se trata de trastornos complejos de la conducta caracterizados por un incremento
de la impulsividad, con respuestas rápidas, repetitivas y poco planificadas ante estí-
mulos internos y externos, desinhibidas y con poca valoración de las consecuencias
negativas tanto para el propio sujeto como para los demás18. Entre los trastornos
compulsivos, el punding, por ejemplo, se caracteriza por conductas repetitivas y
estereotipadas con detrimento de la normal actividad diaria (por ejemplo, limpiar,
ordenar cosas, etc.), el hobbysmo es un punding más elaborado (como tocar un
instrumento musical, escribir, etc.), el walkabout consiste en vagar sin rumbo en
exceso y el hoarding es un acaparamiento excesivo que conlleva el acopio de gran
número de elementos de poco o ningún valor objetivo. El SDD se caracteriza por
un uso compulsivo de la medicación dopaminérgica asemejándose a la adicción a
drogas de recreo. Entre los TCI, los más frecuentemente observados en la EP son la
- 157 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Frecuencia
Las CIC se caracterizan por ser una comorbilidad sorprendentemente frecuente tanto
en la EP sin tratar como en controles sanos18 y se observan en un 13-35 % de los
pacientes tratados19, aunque solo lo manifiesten espontáneamente un 12 %. Su pre-
valencia oscila entre un 13 % de los primeros estudios usando como criterio diag-
nóstico el DSM-IV20 y el 40 % de las últimas series cuando el criterio diagnóstico
empleado es el Cuestionario para Trastornos Impulsivos-Compulsivos en la Enferme-
dad de Parkinson (Questionnaire for Impulsive-Compulsive Disorders in Parkinson’s
Disease - Rating Scale (QUIP-RS)21.
Causas
Aunque todavía no está aclarada su fisiopatología en la EP, están implicados los cir-
cuitos mesolímbicos, el estriado ventral y el córtex prefrontal23.
Tratamiento
Medidas preventivas-correctivas
- 158 -
8. Manejo y tratamiento de las complicaciones no motoras
En el manejo del SDD, que conlleva una paulatina disminución de levodopa, el val-
proato ha sido particularmente útil (nivel evidencia IV)37.
- 159 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
4. ALUCINACIONES Y PSICOSIS
La psicosis, con una prevalencia de más del 50 %, es una de las principales causas de
ingreso de los pacientes con EP en centros asistidos. El principal factor de riesgo es
la demencia asociada a la enfermedad seguido por edad avanzada, larga evolución,
clínica motora grave, trastornos del sueño, trastorno autonómico y depresión.
Las alucinaciones son el síntoma psicótico más frecuente. Suelen aparecer por la
noche, cuando disminuyen los estímulos ambientales externos. En los primeros años
de la enfermedad son típicas las alucinaciones menores (“alucinaciones minor”),
que son breves y con autocrítica conservada. Incluyen tres fenómenos: alucinaciones
visuales transitorias o de pasaje (el paciente ve sombras en la periferia de su campo
visual, que desaparecen cuando se gira para verlas); alucinaciones de presencia (el
paciente siente que hay alguien detrás pero no lo ve); e ilusiones ópticas (objetos
reales que se trasforman en otros; por ejemplo, flores que parecen caras, bocas de
riego que parecen perros, etc.).
Con el tiempo las alucinaciones se vuelven más complejas: visión de personas, ani-
males, partes del cuerpo aisladas u objetos móviles. No generan miedo ni preocu-
pación, por lo que el paciente no suele darles importancia y no lo cuenta, pudiendo
pasar fácilmente inadvertidas en la anamnesis. En fases más avanzadas las alucina-
ciones son más estructuradas, se pierde la autocrítica y el paciente presenta ante
ellas irritación, agitación e incluso agresividad. Pueden asociar delirio, que suele ser
paranoide o de celotipia. Con menos frecuencia se han descrito también alucinacio-
nes auditivas, táctiles, olfatorias o gustativas39.
Fisiopatología
- 160 -
8. Manejo y tratamiento de las complicaciones no motoras
Tratamiento
En primer lugar debemos descartar otras causas posibles del cuadro, sobre todo
cuando el comienzo es brusco y agudo, entre otras: delirio, infecciones y trastornos
toxicometabólicos. El siguiente paso consistirá en suspender la medicación no antipar-
kinsoniana que no sea imprescindible para el paciente y que pueda contribuir a la apa-
rición de psicosis como: antidepresivos tricíclicos, benzodiacepinas, anticolinérgicos y
opioides. En tercer lugar hay que disminuir o incluso suspender la medicación antipar-
kinsoniana. Primero los IMAO-B (selegilina, rasagilina), luego la amantadina, después
los agonistas dopaminérgicos (pramipexol, ropinirol y rotigotina), después los ICOMT
(tolcapona, entacapona) y finalmente, si es necesario, se reducirá la dosis de levodopa.
Los neurolépticos atípicos más utilizados para tratar las alucinaciones y la psicosis en
general en la EP son la clozapina y la quetiapina40,41.
Clozapina
- 161 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
alternas los siguientes 6 meses y posteriormente una vez al mes durante todo el
tratamiento. La dosis indicada varía según los casos (6,25-50 mg/día). Otros efec-
tos secundarios descritos de la clozapina son somnolencia, sedación, hipotensión
ortostática y sialorrea40,41.
Quetiapina
A pesar de que varios estudios abiertos han demostrado la buena tolerancia, la efi-
cacia y la seguridad del uso de quetiapina en la psicosis de la EP, es cierto que varios
ensayos controlados doble ciego mostraron datos contradictorios sobre su eficacia.
Se considera por ello que tiene un nivel de evidencia III, es decir, insuficiente
evidencia pero aceptable seguridad. Su uso es seguro, el manejo sencillo y no se
necesita realizar monitorización del hemograma durante el tratamiento, por eso es
el más utilizado en la práctica clínica diaria. La dosis media suele variar entre 50 y
150 mg/día. Los efectos secundarios incluyen somnolencia, sedación e hipotensión
ortostática40,41.
Otros fármacos
5. SÍNTOMAS DISAUTONÓMICOS
Sialorrea
- 162 -
8. Manejo y tratamiento de las complicaciones no motoras
En cuanto al tratamiento, se aconseja retirar todos los fármacos que puedan aumen-
tarlo, como los inhibidores de la acetilcolinesterasa o los antipsicóticos, y corregir el
tratamiento dopaminérgico a criterio del clínico.
- 163 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Hipotensión ortostática
Su manejo precisa de una primera fase en la que se reduzcan y controlen los posi-
bles precipitantes: fragmentación de las comidas evitando las ingestas copiosas de
carbohidratos, aumento del consumo de agua y sal (> 8 g/día), uso de calcetines
de presión o maniobras para recuperar la tensión ante los primeros síntomas, como
ponerse en cuclillas, inclinarse hacia delante o cruzar las piernas haciendo presión
en los muslos y pantorrillas.
Disfunción vesical
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8. Manejo y tratamiento de las complicaciones no motoras
Disfunción sexual
- 165 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Estreñimiento
Es el trastorno autonómico más frecuente entre los pacientes EP, afectando hasta
al 80 % de ellos48. Puede preceder en años la aparición de los síntomas motores.
A pesar de su frecuencia, pocos tratamientos distintos de los hábitos dietéticos,
incluyendo la hidratación o la actividad física, han demostrado su eficacia en estos
pacientes. El macrogol, un laxante osmótico, resultó eficaz en un estudio doble ciego,
aleatorizado, controlado con placebo y de grupos paralelos en el que no se descri-
bieron efectos secundarios (nivel de evidencia I, grado de recomendación A)45.
Aunque no hay estudios específicos en la EP, se utilizan con frecuencia reguladores
del tránsito intestinal, sobre todo aumentadores del volumen del bolo como metil-
celulosa o Plantago ovata.
Hiperhidrosis
Los pacientes con EP pueden presentar tanto aumento como descenso o norma-
lidad de la sudoración. La hiperhidrosis en forma de crisis de sudoración excesiva
suele presentarse durante el off y con menos frecuencia durante el on, en el contexto
de las fluctuaciones motoras, pero también puede ser una fluctuación no motora.
Es posible la hiperhidrosis cefálica con reducción de la sudoración en el resto del
cuerpo. Para su tratamiento, controladas las fluctuaciones en la medida de lo posi-
ble, no se dispone de medidas específicas48.
- 166 -
8. Manejo y tratamiento de las complicaciones no motoras
Fatiga
La fatiga es un síntoma común, que presentan alrededor del 50 % de los pacientes
que sufren EP, aunque a menudo es un síntoma poco reconocido. Debe identificarse
si existe depresión, somnolencia u otras causas y tratarlas adecuadamente (nivel de
evidencia IV, grado de recomendación U). Cuando no está relacionada con nin-
guno de estos factores, su tratamiento es más difícil.
Estudios abiertos con terapias avanzadas no evalúan el efecto sobre la fatiga sino
en subdominios de escalas globales como el dominio sueño/fatiga o en el total de
síntomas no motores. La levodopa intrayeyunal52 y la ECP53 mejoraron los síntomas
no motores en conjunto y el dominio sueño/fatiga.
- 167 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Se han publicado pocos estudios específicos sobre el dolor en la EP, con lo que el
conocimiento de la fisiopatología y de los efectos de los diversos tratamientos apli-
cados en la clínica es escaso. En su tratamiento, en primer lugar hay que identificar
si el dolor se debe a otra patología concomitante, la cual debe ser tratada de modo
independiente. Si el dolor está relacionado con fluctuaciones motoras o no moto-
ras, lo primordial será optimizar el tratamiento dopaminérgico. En el análisis post-
hoc del estudio RECOVER se sugiere que la rotigotina reduce significativamente el
dolor55. La ECP también ha mostrado en varios estudios ser efectiva en aumentar el
umbral del dolor en la EP y que el efecto es mantenido a 8 años56. Los estudios rea-
lizados con levodopa intrayeyunal52 y apomorfina29, que evalúan la mejoría en los
síntomas no motores, no estudian el dolor por separado sino dentro del dominio
miscelánea (nivel de evidencia IV, grado de recomendación U).
Los pacientes con EP pueden presentar otros trastornos sensoriales como altera-
ciones visuales, disfunción olfatoria y del gusto, parestesias, calambres, sensación
de quemazón, dolor genital o sensación de boca quemante, que pueden llevar a
intervenciones agresivas innecesarias. La mayoría de estos síntomas se relacionan
también con las fluctuaciones motoras. No existen ensayos aleatorizados que eva-
lúen el efecto de otros tratamientos en estos síntomas.
Pérdida de peso
Los pacientes con EP muestran un índice de masa corporal menor que la población
general. Las causas son multifactoriales. El inicio de la pérdida de peso no se rela-
ciona con el estadio de la enfermedad y puede incluso aparecer tanto en la fase
premotora como en fases avanzadas. No existen ensayos que evalúen el tratamiento
de la pérdida de peso en la EP.
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8. Manejo y tratamiento de las complicaciones no motoras
Demencia-enfermedad de Parkinson
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TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
I. Características principales
• Cognitivas:
" Atención: pobre rendimiento en tareas atencionales. Puede fluctuar durante una jornada o
según el día
" Funciones ejecutivas: alteración en tareas que requieren iniciativa, planificación, formación
de conceptos, etc. Enlentecimiento mental
" Funciones visuoespaciales: alteración en tareas que requieran orientación visuoespacial,
percepción o construcción
" Memoria: alteración en el aprendizaje de nuevo material que mejora con pistas y en el
reconocimiento
" Lenguaje: mayormente preservado. Puede haber dificultades en la búsqueda de palabras o
comprensión de frases complejas
• Conductuales:
" Apatía
" Cambios en la personalidad o estado de ánimo
" Alucinaciones
" Delirios
" Somnolencia diurna
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8. Manejo y tratamiento de las complicaciones no motoras
SÍ NO
1. Diagnóstico de enfermedad de Parkinson según criterios Queen Square
Brain Bank
2. Desarrollo de la enfermedad de Parkinson antes de la demencia (> 1 año)
3. MMSE < 26
Para el diagnóstico de D-EP probable, TODOS los ítems tienen que ser SÍ
- 171 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Con relación al tratamiento farmacológico, a pesar de que en los últimos años se han
llevado a cabo diversos estudios con agentes colinérgicos, dopaminérgicos y nora-
drenérgicos, no hay una evidencia clara de beneficio de ninguno de los tratamientos
ensayados66. Los IMAO, como la rasagilina o la safinamida, los agonistas dopaminér-
gicos o la levodopa, pueden mejorar las funciones ejecutivas y la atención67 (nivel
de evidencia I). Un estudio controlado doble ciego reciente, con rivastigmina en par-
ches de 9,5 mg/día, administrados durante 24 semanas, no ha mostrado cambios
significativos68 (nivel de evidencia I). Puesto que las alteraciones en el estado de
ánimo afectan el rendimiento cognitivo, deberá valorarse individualmente el posible
uso de antidepresivos y ansiolíticos.
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8. Manejo y tratamiento de las complicaciones no motoras
Clasificación de DCL-EP por subtipos (opcional, requiere evaluación del nivel II)
Evaluado y altamente recomendado para investigación
- 173 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
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CONCEPTO DE ENFERMEDAD DE
PARKINSON AVANZADA. TRATAMIENTO
DE LAS COMPLICACIONES
MOTORAS NO RESPONDEDORAS AL
TRATAMIENTO CONVENCIONAL:
TERAPIAS DE SEGUNDA LÍNEA.
UPDATE 2018
COORDINADORES
Adolfo Mínguez Castellanos y Francesc Valldeoriola Serra
AUTORES
Ángel Sesar Ignacio, Víctor Manuel Puente Periz,
Ossama Morsi Hassan y José Matías Arbelo González
9. CONCEPTO DE ENFERMEDAD DE PARKINSON AVANZADA. TRATAMIENTO DE LAS COMPLICACIONES MOTORAS
NO RESPONDEDORAS AL TRATAMIENTO CONVENCIONAL: TERAPIAS DE SEGUNDA LÍNEA. UPDATE 2018
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Tabla I. Clasificación de síntomas determinantes para el diagnóstico de enfermedad de Parkinson avanzada
(Consenso sobre la definición de la Enfermedad de Parkinson Avanzada. Estudio CEPA)
Nivel de Características Discapacidad Síntomas motores Síntomas motores Síntomas no motores Trastornos
relevancia generales relacionados con el relacionados con relacionados con la neuropsiquiátricos
tratamiento la enfermedad enfermedad y cognitivos
Síntomas Requerimiento Presenta
definitivos de ayuda para fluctuaciones motoras
(un solo las actividades con un tiempo de
síntoma es de la vida vigilia en off del 25% Disfagia grave
determinante diaria con limitación para Demencia
para el realizar actividades
diagnóstico de básicas, aunque no
EPA) requiera ayuda Caídas recurrentes
Síntomas Tiempo de Limitación Discapacidad Disfagia moderada
probables evolución de la para funcional por
- 182 -
(la asociación EP de 10 años actividades discinesia con un Bloqueos de la Alucinaciones con
de dos o más básicas, tiempo de vigilia on marcha falta de insight
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
*Síntomas de diferentes áreas (características generales, discapacidad, síntomas motores relacionados con el tratamiento, etc.).
9. CONCEPTO DE ENFERMEDAD DE PARKINSON AVANZADA. TRATAMIENTO DE LAS COMPLICACIONES MOTORAS
NO RESPONDEDORAS AL TRATAMIENTO CONVENCIONAL: TERAPIAS DE SEGUNDA LÍNEA. UPDATE 2018
Aunque las tres terapias son eficaces en cuanto a mejorar las complicaciones moto-
ras (y también aspectos no motores) de la EP, son diferentes en cuanto a sus objeti-
vos, perfiles beneficio/riesgo y aspectos prácticos relacionados, de tal forma que una
buena selección del candidato para cada uno de los tratamientos es un factor deter-
minante para el éxito del mismo. Es importante señalar que, si bien el diagnóstico de
EPA (en el sentido antes expresado) es un requisito para considerar estas terapias,
en ocasiones están contraindicadas precisamente por la existencia de datos clínicos
de enfermedad más avanzada: demencia/psicosis grave, o periodos on subóptimos
(con síntomas motores refractarios y/o afectación axial grave). Es necesario, por
tanto, añadir también el concepto de “EP en fase paliativa”3, como último periodo
en el que ya no sería apropiado iniciar estas terapias.
Por último, debemos alertar sobre la extensión del uso en español del término
“terapias avanzadas” para referirnos a las infusiones continuas de fármacos y la
ECP. Por una parte, se enfrenta al uso oficial, que denomina así a aquellas terapias
experimentales basadas en células o genes, tal como se viene regulado en diferen-
tes normativas europeas4. Por otra parte, la asociación de conceptos “enfermedad
avanzada-terapia avanzada” pudiera generar, en entornos no especializados, mayor
confusión que beneficio puesto que, como se ha indicado, muchos pacientes con
EPA no serán candidatos a estas terapias y, por otro lado, pudieran ser circunstan-
cialmente útiles en algunos pacientes menos avanzados.
- 183 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
La APMic se administra generalmente durante las horas de vigilia a dosis variables entre
4-7 mg/hora (0,8-1,4 ml/hora). La titulación del fármaco ha de hacerse de forma lenta
para evitar efectos secundarios. En estos casos debe hacerse una prueba de apomorfina
antes de iniciar el tratamiento en infusión continua; en el caso de que resulte positiva, la
colocación del dispositivo y el inicio de la infusión pueden realizarse de forma ambula-
toria. Es muy importante que el paciente o la familia comprendan el manejo básico del
infusor, lo que pueden esperar del tratamiento y los posibles efectos adversos. Se reco-
mienda tratar al paciente con domperidona 10 mg tres veces al día durante 5 días antes
del inicio de la apomorfina. Se comienza con un ritmo de infusión bajo (1 mg/hora)
y en los días siguientes se va incrementando hasta obtener una respuesta adecuada.
Eficacia
Desde que se utiliza la APMic para la EPA se han publicado numerosos estudios
abiertos que han mostrado una importante reducción del tiempo de mal control
motor y una notable reducción de la cantidad diaria de levodopa necesaria. En los
últimos años también se ha constatado una mejoría global de los síntomas no moto-
res. En cuanto a las discinesias, la mayoría de los estudios indican que tienden a
mejorar, probablemente por la reducción de la levodopa y el efecto de una estimu-
lación dopaminérgica continua.
- 184 -
9. CONCEPTO DE ENFERMEDAD DE PARKINSON AVANZADA. TRATAMIENTO DE LAS COMPLICACIONES MOTORAS
NO RESPONDEDORAS AL TRATAMIENTO CONVENCIONAL: TERAPIAS DE SEGUNDA LÍNEA. UPDATE 2018
En otros estudios la APMic ha sido comparada con los otros tratamientos indicados
en la EPA. Comparando grupos de pacientes con APMic y con ECP y seguimiento de
12 meses6, se observó que ambos grupos mostraron una importante reducción en el
tiempo de mal control motor, si bien en el grupo de la ECP la reducción fue mayor. En
ambos grupos hubo una importante reducción de la levodopa, mayor en el grupo de
la ECP. En el grupo de la ECP se observó una notable mejoría de las discinesias, mien-
tras que en el grupo de la apomorfina la intensidad y duración de las discinesias no
se modificaron. No hubo cambios en las escalas MMSE ni en la Escala de Depresión
de Hamilton en ambos grupos. En cuanto al Inventario Neuropsiquiátrico (Neuropsy-
chiatric Inventory, NPI) no varió en el grupo de la apomorfina y empeoró en el grupo
de la ECP, especialmente la apatía, la ansiedad y la depresión. Los mismos autores
publicaron el seguimiento 5 años después: 12 de los 13 pacientes tratados con apo-
morfina habían abandonado la terapia. Tomando como referencia la última fecha
de seguimiento de los pacientes del grupo de la apomorfina y comparándolos con
el grupo de la ECP, se mantenía el empeoramiento en el NPI de este último grupo7.
- 185 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
pacitantes asociados con el off; 4) regímenes terapéuticos muy complejos que dificultan
su cumplimiento; 5) como alternativa a la ECP por incumplimiento de criterios o prefe-
rencia del paciente, y 6) absorción gástrica de la levodopa enlentecida por gastroparesia.
Efectos adversos
Los efectos adversos más frecuentes son los dopaminérgicos (mareos, náuseas, vómi-
tos, discinesias, alucinaciones, delirio) y los nódulos subcutáneos en el lugar de la
inyección. Las reacciones alérgicas son menos frecuentes. Rara vez puede verse ane-
mia hemolítica o síndrome eosinofílico. Los nódulos eran el motivo más común de
abandono del tratamiento en los primeros tiempos de su utilización. Con los años de
uso se han conseguido minimizar los problemas con los nódulos por mejoría de la
higiene, rotación de los lugares de infusión, agujas Teflon® insertadas con ángulo de
45-90 grados, masajes en la zona de infusión o parches de silicona. En caso de que los
nódulos sean muy numerosos la aplicación de ultrasonidos puede ser una solución14.
Conclusiones
w L a apomorfina está indicada en la enfermedad de Parkinson avanzada.
w L os criterios para su aplicación no están definidos como en el caso de la estimu-
lación cerebral profunda.
w L os estudios recientes indican que hay una mejoría significativa de las horas de
buen control motor y reducción del tiempo off.
w L as discinesias mejoran en casi todos los estudios.
wT ambién mejoran los síntomas no motores, especialmente el humor.
w L a función cognitiva no empeora, por lo que parece razonable emplear la apomor-
fina en casos de deterioro cognitivo no grave.
Recomendaciones
La apomorfina en infusión continua para el tratamiento de la enfermedad de Parkin-
son avanzada es efectiva para el tratamiento de los síntomas dopaminérgicos tanto
motores como no motores, de modo que incrementa significativamente el tiempo
de buen control de la enfermedad (grado de recomendación A).
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9. CONCEPTO DE ENFERMEDAD DE PARKINSON AVANZADA. TRATAMIENTO DE LAS COMPLICACIONES MOTORAS
NO RESPONDEDORAS AL TRATAMIENTO CONVENCIONAL: TERAPIAS DE SEGUNDA LÍNEA. UPDATE 2018
Eficacia
Dos estudios aleatorizados con evaluaciones ciegas compararon la LPEC con levo-
dopa oral15,16. Ambos mostraron un aumento significativo del tiempo on diario del
16 % y 19 %, con reducción del tiempo off del 13 % y 17 % respectivamente. Las dis-
cinesias disminuían en el primer trabajo y se mantenían estables en el segundo. En
un estudio reciente17, multicéntrico prospectivo, controlado con placebo, con doble
ciego y enmascaramiento, de 12 semanas de duración, que incluyó 71 pacientes, se
comparó la LPEC con el mejor tratamiento convencional optimizado. Dicho estudio
muestra una reducción del tiempo off diario de los pacientes tratados con LPEC de
2 horas respecto del tratamiento convencional y de 4 horas respecto de la situación
basal. A su vez, el tiempo on sin discinesias y el tiempo on sin discinesias molestas
mejoraba cerca de 2 horas y 2,3 horas respectivamente. Estos resultados son simila-
res a los publicados en otros estudios prospectivos observacionales que comparaban
la LPEC con la situación basal con tratamiento convencional. Así, Fernández et al.18
publicaron un estudio prospectivo a 54 semanas en el que participaron 354 pacientes
que mostraba que los pacientes reducían el tiempo off 4,4 horas al día (equivalente
a un 65,6 %), aumentaban el tiempo on diario sin discinesias molestas 4,8 horas al
día y se reducía el tiempo con discinesias graves casi 30 minutos (equivalente a un
22,5 %). Estos resultados se replican en otro reciente estudio multicéntrico prospec-
tivo abierto de 375 pacientes en seguimiento durante 12 meses, que evalúa la efecti-
vidad del tratamiento a largo plazo19, con reducción del tiempo off diario y del tiempo
on con discinesias de 4,7 y 1,7 horas respectivamente. A pesar de los diferentes méto-
dos usados para cuantificar las fluctuaciones, la mayoría de los trabajos muestran una
reducción del tiempo off diario en torno a unas 4 horas20-23. En algunos casos conlleva
la desaparición de momentos off durante el día. De forma consecuente, el tiempo on
diario también aumenta entre 4 a 6 horas en casi todos los trabajos publicados. La
mayoría de los estudios observacionales también muestran reducción de discinesias
a lo largo del tiempo respecto a la situación basal con tratamiento convencional.
- 187 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
disfagia y disartria25. Algunos autores han descrito el uso de LPEC durante 24 horas
al día para controlar la sintomatología nocturna en casos seleccionados26.
Estudios sobre calidad de vida16 han mostrado una mejora de 18 puntos en la escala de
calidad de vida PDQ-39, mientras que otros más recientes17 muestran una mejora de
calidad de vida de 7 puntos medidos con la misma escala. Algunos estudios muestran
mejoras en la calidad de vida bastante similares, con mejoras de entre 10 y 18 puntos
en escalas específicas de calidad de vida como la PDQ-3921,27,28. Dos estudios observa-
cionales prospectivos de gran tamaño (que incluyen a 324 y 375 pacientes seguidos
durante al menos 12 meses) han replicado recientemente los mismos datos respecto
a calidad de vida18,19. La mayoría de los pacientes que inician tratamiento con LPEC se
mantienen en monoterapia de levodopa. Hasta un 76,5 % de los pacientes, según Fer-
nández et al.18, al año de iniciar el tratamiento y un 63 % a los 3,7 años de tratamiento29.
Tras un periodo de tratamiento de más de 3 años, la cantidad de levodopa usada
a lo largo del tiempo no muestra cambios significativos según algunos trabajos17,18,29,
mientras que otros muestran un pequeño aumento estadísticamente significativo25,28.
La práctica clínica recomendada y habitualmente seguida es usar la LPEC durante las
horas del día y discontinuar el tratamiento durante la noche. Sin embargo, existen tra-
bajos retrospectivos que relatan el uso seguro de infusión durante 24 horas durante un
tiempo medio de 33 meses, sin aumento de tolerancia o de efectos adversos26.
Efectos adversos
Los efectos adversos son frecuentes aunque la mayoría la mayoría son de tipo local
y reversibles. En un reciente estudio prospectivo realizado durante un largo periodo
de tiempo con 321 pacientes, cuya variable principal fue la seguridad medida a través
de efectos adversos, complicaciones del dispositivo y número de pacientes que dis-
continuaron, se concluye que la mayoría de los pacientes (92 %) sufrieron algún tipo
de evento adverso. Los más frecuentes fueron aquellos derivados fundamentalmente
del dispositivo de inserción, dolor abdominal, procedimiento doloroso, granuloma e
infección18. La mayoría de los efectos adversos fueron leves/moderados y transitorios,
siendo reducido el porcentaje de pacientes que discontinuaron (7,6 %). La mayor inci-
dencia de estos efectos adversos se presentó en la primera semana posgastrostomía
percutánea (65 %), para disminuir a partir de la cuarta semana a un 17 %.
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9. CONCEPTO DE ENFERMEDAD DE PARKINSON AVANZADA. TRATAMIENTO DE LAS COMPLICACIONES MOTORAS
NO RESPONDEDORAS AL TRATAMIENTO CONVENCIONAL: TERAPIAS DE SEGUNDA LÍNEA. UPDATE 2018
Conclusiones
w L a levodopa en infusión enteral continua produce un importante control de las
fluctuaciones motoras incrementando el tiempo on sin discinesias o discinesias
poco molestas, mejora también de forma significativa los síntomas no motores y
la calidad de vida, que se mantienen en el tiempo.
w L a mayoría de los efectos adversos, aunque frecuentes y locales, son controlables
y de fácil solución.
Recomendaciones
w L a infusión continua intraduodenal de levodopa en gel es un tratamiento eficaz
para controlar las fluctuaciones motoras en pacientes con enfermedad de Parkinson
que no tengan una respuesta satisfactoria con la terapia convencional (grado de
recomendación A). En este tipo de pacientes, reduce el porcentaje de tiempo
off, aumenta el tiempo on diario de forma significativa sin aumentar las discinesias
invalidantes y mejora la calidad de vida (grado de recomendación A).
w L a infusión continua intraduodenal de levodopa en gel puede tener efecto benefi-
cioso en algunos casos seleccionados de pacientes con enfermedad de Parkinson
que presenten síntomas no motores mal controlados con el tratamiento conven-
cional (grado de recomendación B).
Eficacia
- 189 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
En otros estudios a largo plazo41,42, los síntomas y signos con respuesta a levodopa mejo-
raron con la ECP-NST de forma significativa. Se observó una mejoría media del 50 % en
las puntuaciones de la subescala motora de la UPDRS y de las actividades de la vida dia-
ria (AVD), comparando la situación off-medicación/on-estimulación postoperatoria con
la de off-medicación preoperatoria. Las discinesias se redujeron en un 69 % de media.
En otro estudio a 10 años, clase III, sin grupo control, pero con evaluaciones ciegas,
el beneficio motor de la ECP-NST se demostró globalmente mantenido a lo largo
de 10 años tras la operación, incluyendo el temblor y la bradicinesia. Los mismos
hallazgos se encontraron en las discinesias, las fluctuaciones motoras, las AVD y la
reducción de la DELD. Sin embargo, el beneficio sobre los síntomas axiales empeoró
significativamente a lo largo del tiempo42.
Esta tendencia al empeoramiento de los rasgos axiales a largo plazo se suele atribuir
a la propia evolución natural de la enfermedad. Sin embargo, faltan estudios contro-
lados para demostrarlo.
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9. CONCEPTO DE ENFERMEDAD DE PARKINSON AVANZADA. TRATAMIENTO DE LAS COMPLICACIONES MOTORAS
NO RESPONDEDORAS AL TRATAMIENTO CONVENCIONAL: TERAPIAS DE SEGUNDA LÍNEA. UPDATE 2018
(grupo A) con otro grupo que únicamente recibió tratamiento médico (grupo B).
Las características de los pacientes incluidos en este estudio fueron diferentes a las de
los incluidos en los clásicos estudios controlados previos. Eran más jóvenes (52 versus
59-62 años), con menor duración de la enfermedad (7,5 versus 12 años) y tenían menor
tiempo de evolución de las complicaciones motoras (fluctuaciones y discinesias), solo
1,5 años. Los del grupo A tuvieron una mejoría significativa en la calidad de vida (26 %
en el PDQ-39), mientras que los del grupo B empeoraron un 1 %. La diferencia entre
ambos grupos al cabo de 2 años fue atribuida fundamentalmente a la mejoría obtenida
por la ECP-NST. La evaluación ciega en estado on-medicación/on-estimulación del grupo
A y off-medicación del grupo B demostró una mejoría del 53 % en la UPDRS-III de los del
grupo A. Las fluctuaciones motoras y las discinesias fueron un 61 % mejor en el grupo
A. La DELD se redujo en el grupo A un 39 % mientras aumentó un 21 % en el grupo B43.
Todo ello demuestra un posible beneficio de la ECP-NST en una fase menos avan-
zada de la enfermedad en la que las complicaciones motoras se hayan presentado,
sin que hayan progresado hasta alcanzar su máxima magnitud.
Efectos adversos
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TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Factores predictivos
Coste-beneficio
La ECP-NST supone un gasto adicional de 34.389 euros por año de vida ajustado por
la calidad de esta (QALY) en comparación con el mejor tratamiento médico, lo que
se considera una relación de coste-eficacia aceptable, según un estudio español54.
Un análisis económico alemán concluyó que la ECP-NST resulta rentable a partir del
segundo año tras la cirugía55. En Estados Unidos esta terapia tiene un coste adicional
de 49.194 dólares por QALY56.
Durante la era de cambio del tratamiento ablativo a la ECP, la palidotomía fue sus-
tituida por la ECP-GPi, por las ventajas ya mencionadas de la estimulación eléctrica
sobre la ablación. Pocos años después, los resultados de los estudios con ECP-NST
establecieron esta diana como la preferida por la mayoría de los centros implantado-
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9. CONCEPTO DE ENFERMEDAD DE PARKINSON AVANZADA. TRATAMIENTO DE LAS COMPLICACIONES MOTORAS
NO RESPONDEDORAS AL TRATAMIENTO CONVENCIONAL: TERAPIAS DE SEGUNDA LÍNEA. UPDATE 2018
Eficacia
Conclusiones
w L a evidencia acumulada disponible en la actualidad apoya la eficacia de esta
terapia para reducir el tiempo en off, las discinesias y la dosis de medicación
dopaminérgica. De igual modo, demostró ser eficaz en mejorar las limitaciones
motoras, la discapacidad y la calidad de vida.
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TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Recomendaciones
La estimulación cerebral profunda del núcleo subtalámico podría considerarse una
opción terapéutica en pacientes con enfermedad de Parkinson idiopática cuyos
síntomas motores no se controlen con el tratamiento médico convencional, con
el objetivo de reducir los periodos off motores y las discinesias, además de la
dosis total de fármacos dopaminérgicos. El paciente candidato debe conservar un
beneficio clínico con la levodopa, que podría considerarse un factor predictivo de la
respuesta a la ECP-NST. Además, debe tener un estado de salud general adecuado,
sin comorbilidades significativas, y no debe presentar una enfermedad mental clí-
nicamente significativa como demencia o depresión. Los pacientes deben ser pro-
vistos de una información detallada acerca del procedimiento, sus posibles riesgos
y beneficios (grado de recomendación A).
- 194 -
9. CONCEPTO DE ENFERMEDAD DE PARKINSON AVANZADA. TRATAMIENTO DE LAS COMPLICACIONES MOTORAS
NO RESPONDEDORAS AL TRATAMIENTO CONVENCIONAL: TERAPIAS DE SEGUNDA LÍNEA. UPDATE 2018
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IDENTIFICACIÓN
Y MANEJO DE LAS
COMPLICACIONES
MOTORAS REFRACTARIAS
10
COORDINADOR
Francisco Grandas Pérez
AUTORAS
Marina Mata Álvarez-Santullano, Rocío García Ramos
y Ana Rojo Sebastián
10. IDENTIFICACIÓN Y MANEJO DE LAS COMPLICACIONES MOTORAS REFRACTARIAS
Bloqueos de la marcha
Los bloqueos en la marcha (FOG, freezing of gait)1 son uno de los retos terapéu-
ticos más importantes en la enfermedad de Parkinson (EP). Los bloqueos pueden
aparecer en off y responder al tratamiento dopaminérgico, pueden ser parcial o
totalmente resistentes a la terapia dopaminérgica y también pueden ser originados
por el tratamiento, tanto médico como quirúrgico, de la EP (Tabla I).
Es el tipo de bloqueos más frecuente. Suelen ser más intensos y prolongados en off.
El tratamiento de elección es la levodopa (nivel de evidencia B). Un estudio observó
incidentalmente menor riesgo de bloqueos en un grupo de pacientes tratados con
levodopa respecto al grupo de pacientes tratados con agonistas dopaminérgicos
(nivel de evidencia A2). Este estudio prospectivo de 5 años de duración comparó
la incidencia de discinesias en dos grupos de pacientes tratados con levodopa o con
ropinirol. El grupo tratado con ropinirol presentó menos discinesias, pero el tiempo
hasta que el 25 % de los pacientes incrementó los bloqueos en la marcha fue de 207
semanas en el grupo de levodopa frente a 166 semanas en el grupo de ropinirol,
y se produjo un aumento del FOG en el 25 % de los pacientes del grupo levodopa
frente al 32 % en el grupo de ropinirol. Dado que la potencia de la levodopa como
medicación antiparkinsoniana es mayor que la del ropinirol, no se puede descartar
que los bloqueos en el grupo tratado con agonistas se originen porque los pacientes
en este grupo estaban hipotratados, pero, según la opinión de algunos expertos1,
todos los agonistas pueden inducir bloqueos en la marcha que no tienen por qué
reaparecer cuando se introduce en su lugar la levodopa.
- 201 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
- 202 -
10. IDENTIFICACIÓN Y MANEJO DE LAS COMPLICACIONES MOTORAS REFRACTARIAS
- 203 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Una situación particular es la de los bloqueos que aparecen en ECP-NST. En este sub-
grupo de pacientes, la administración de metilfenidato a dosis de 1 mg/kg/día ha
mostrado efectos beneficiosos en un estudio (nivel de evidencia B). No obstante,
el metilfenidato no es efectivo para los bloqueos en la marcha en pacientes parkin-
sonianos no tratados con ECP-NST, basándose en un estudio doble ciego controlado
con placebo en 23 pacientes4.
En los bloqueos en pacientes tratados con ECP-NST se recomienda ajustar los pará-
metros de estimulación: reducir voltajes, reducir frecuencia a 60 Hz, minimizar las
diferencias izquierda-derecha en los electrodos, o aumentar la dosis de levodopa
(opinión de expertos).
- 204 -
10. IDENTIFICACIÓN Y MANEJO DE LAS COMPLICACIONES MOTORAS REFRACTARIAS
Otra aproximación es la corrección del déficit colinérgico que parece contribuir a los
bloqueos resistentes a dopamina. Se han utilizado los inhibidores de la acetilcoli-
nesterasa para intentar reducir las caídas en pacientes parkinsonianos, pero no se ha
valorado específicamente su efecto sobre los bloqueos en la marcha.
Otras terapias han mostrado resultados insuficientes: algunos pacientes tratados con
estimulación magnética transcortical en un estudio (nivel de evidencia D) y en otro
con terapia electroconvulsiva (nivel de evidencia D) mejoraron.
Los bloqueos inducidos por medicación dopaminérgica son raros (5 %). Pueden
producirse por levodopa y, más frecuentemente, por agonistas dopaminérgicos. El
tratamiento de elección es la reducción de la medicación, primero de los agonistas
dopaminérgicos y después de la levodopa; no es efectivo sustituir un agonista por
otro (opinión de expertos). En casos aislados se ha objetivado mejoría con la ECP-
NST al reducir la dosis de medicación dopaminérgica.
Terapias no farmacológicas
Las terapias basadas en estrategias de pistas visuales o auditivas son efectivas para
el tratamiento de los bloqueos en la marcha (nivel de evidencia B). Según las reco-
mendaciones de la European Federation of Neurological Societies (EFNS) para el tra-
tamiento de la EP7, el entrenamiento basado en pistas es probablemente efectivo en
los bloqueos en la marcha (estudio clase II). La asociación de pistas visuales o audi-
tivas con entrenamiento en cinta proporciona mayores beneficios (estudio clase II).
Acinesia de la marcha
- 205 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Entre los sistemas más utilizados en los últimos años para la mejoría de la marcha
destacan el entrenamiento en cinta y los dispositivos con descarga de peso. Este
sistema de entrenamiento de la marcha consiste en una suspensión con arnés, que
reduce un porcentaje del peso de forma simétrica sobre ambas extremidades, mien-
tras se camina en una cinta.
Una revisión reciente del efecto del entrenamiento con cinta con o sin descarga
de peso en pacientes parkinsonianos incluyó ocho estudios con un total de 203
pacientes en estadios leve-moderado8. De ellos, en siete estudios controlados con
un total de 153 pacientes se observaron mejorías en la velocidad de la marcha; cinco
estudios con un total de 95 pacientes observaron mejoría en la longitud del paso;
dos estudios con un total de 41 pacientes observaron aumento de la distancia reco-
rrida; y cuatro estudios con 78 pacientes no objetivaron mejoría de la cadencia. En
ninguno de los estudios se detectaron efectos adversos.
Conclusiones y recomendaciones
Las técnicas de entrenamiento con cinta son útiles para aumentar la velocidad de
la marcha, longitud del paso y distancia recorrida en la acinesia de la marcha en
la pacientes parkinsonianos en estadios I-III, si bien el número de estudios con-
trolados es pequeño. Está por determinar su efecto a largo plazo y la duración de
los efectos beneficiosos una vez terminado el tratamiento. No obstante, dada la
seguridad del procedimiento, parece razonable recomendarlo como tratamiento
adyuvante en pacientes en estadios I-III con acinesia de la marcha.
Caídas
- 206 -
10. IDENTIFICACIÓN Y MANEJO DE LAS COMPLICACIONES MOTORAS REFRACTARIAS
Terapias no farmacológicas
Taichí
Se conoce desde hace tiempo que esta práctica milenaria favorece el equilibrio a
través de movimientos de cambio de peso, desplazamiento del centro de gravedad
en los límites del equilibrio y movimientos de pasos en dirección anteroposterior
y lateral.
Desde entonces, varias revisiones y metaanálisis han intentado evaluar los resul-
tados reales del taichí en la EP. En el último metaanálisis publicado en 201411 se
incluyeron siete estudios aleatorizados y controlados, y un estudio no controlado,
llegando a la conclusión de que el taichí es efectivo en pacientes parkinsonianos
para mejorar el equilibrio (Escala de Equilibrio de Berg, Berg Balance Scale), función
motora (Unified Parkinson’s Disease Rating Scale, UPDRS-III) y movilidad funcional
(Timed Up and Go Test) en pacientes con EP. Comparado con otras terapias activas,
el taichí aporta mejores resultados únicamente sobre el equilibrio. No hay evidencia
suficiente para confirmar o refutar el efecto de taichí sobre la velocidad y resistencia
de la marcha, o la longitud del paso. Los resultados a largo plazo deben ser evalua-
dos en más estudios, ya que la evidencia actual es insuficiente.
En resumen, las evidencias indican que la práctica del taichí puede recomendarse
para mejorar el equilibrio y la función motora en pacientes parkinsonianos, y, en
especial, es superior a otras terapias activas en la mejoría del equilibrio.
- 207 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Basándose en dos estudios con 100 pacientes, la terapia con baile mejora más la
función motora medida por la UPDRS respecto a la no intervención, y no muestra
diferencias respecto al ejercicio físico. En el equilibrio medido por la Escala de Equi-
librio de Berg, y basándose en dos estudios con 43 pacientes, el baile es efectivo
respecto a la no intervención, y es más efectivo comparando con el ejercicio físico.
Respecto a los bloqueos en la marcha, no se observaron mejorías.
Antecolis
- 208 -
10. IDENTIFICACIÓN Y MANEJO DE LAS COMPLICACIONES MOTORAS REFRACTARIAS
wT
ratamiento farmacológico:
– Ajustar el tratamiento dopaminérgico si existe modificación de la postura
en función de las fluctuaciones motoras del paciente. Retirar los agonistas
si ha existido relación temporal con el inicio de agonistas dopaminérgicos.
– Toxina botulínica: no hay evidencias de resultados con toxina botulínica en
la musculatura flexora superficial del cuello. Se puede utilizar una guía con
EMG, ecografía y PET-FDG para inyectar la musculatura flexora profunda del
cuello14 (nivel de evidencia 4, grado de recomendación C).
wT
ratamiento quirúrgico con ECP: no hay evidencia para el tratamiento de ante-
colis de pacientes con EP con ECP de forma aislada, a no ser que se considere
como parte del tratamiento de otros síntomas.
En los casos en que predomina la miopatía se puede intentar tratamiento con cor-
ticoides o inmunosupresores en los pacientes en los que hay datos de miopatía
inflamatoria (nivel de evidencia 4, grado de recomendación C)15.
Camptocormia
- 209 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
wT
ratamiento no farmacológico: se puede valorar el empleo de corsés y tera-
pias de rehabilitación (nivel de evidencia 4, grado de recomendación C).
wT
ratamiento farmacológico:
– La camptocormia se considera un signo que no responde a levodopa pero
se puede ajustar el tratamiento dopaminérgico si se observa fluctuación de
la postura según el estado motor. En casos seleccionados y jóvenes en los
que puede predominar el cuadro distónico se puede intentar el tratamietno
con anticolinérgicos.
– Toxina botulínica: no hay estudios con resultados positivos. Se recomienda
inyectar los músculos oblicuos externos en los casos en que no se encuen-
tre beneficio inyectado solo los rectos anteriores17 (nivel de evidencia 4,
grado de recomendación C).
– Inyección de lidocaína en los músculos oblicuos externos18 (nivel de evi-
dencia 4, grado de recomendación C).
w Tratamiento quirúrgico:
– ECP: los estudios realizados con ECP tanto en el NST como en el globo pálido
interno en series pequeñas de casos han mostrado resultados variables. La
indicación de ECP en camptocormia asociada a EP no debe considerarse ais-
lada sino dentro de la valoración global de la indicación de esta técnica, por sus
complicaciones motoras19 (nivel de evidencia 4, grado de recomendación C).
– Cirugía ortopédica: se debe considerar la corrección de deformidades solo
en casos graves seleccionados, así como cirugía local descompresiva en
pacientes con fracturas y/o aplastamientos vertebrales que condicionen
radiculopatía y/o mielopatía asociada.
Se define como la inclinación lateral del tronco (más de 10 grados) que se corrige de
forma pasiva o en decúbito supino. Hay que diferenciarla de la escoliosis, que es un tér-
mino ortopédico con rotación vertebral. El síndrome de Pisa puede tener o no asociada
una escoliosis. La fisiopatología es compleja y multifactorial: se ha relacionado con fárma-
cos (neurolépticos e inhibidores de la acetilcolinesterasa), distonía y, sobre todo, con un
desequilibrio en el funcionamiento de los ganglios basales y una alteración de la integra-
ción sensitivomotora que favorecerían la postura anormal. En la mayoría de los pacientes
con EP la curvatura suele ser hacia el lado contralateral al inicio de los síntomas20. El inicio
es crónico y curso progresivo. Los pacientes pueden tener desequilibrio, disnea y dolor.
wT
ratamiento no farmacológico: ortesis y rehabilitación (nivel de evidencia 4,
grado de recomendación C).
- 210 -
10. IDENTIFICACIÓN Y MANEJO DE LAS COMPLICACIONES MOTORAS REFRACTARIAS
w Tratamiento farmacológico:
–S e debe comprobar si se ha añadido algún fármaco que pueda causar el
síndrome y retirarlo. Ajustar el tratamiento dopaminérgico si se observa
cambio de la postura según la situación motora del paciente. Se pueden
usar clozapina y anticolinérgicos (nivel de evidencia 4, grado de reco-
mendación C).
– Toxina botulínica: inyectar en la musculatura paravertebral, cuadrado lum-
bar e ileopsoas21 (nivel de evidencia 4, grado de recomendación C).
w Tratamiento quirúrgico:
– ECP: en el NST ha mostrado resultados contradictorios y hay publicados
casos aislados que han mejorado con estimulación del núcleo pedunculo-
pontino (nivel de evidencia 4, grado de recomendación C).
– Cirugía ortopédica: se debe considerar la corrección de deformidades solo
en casos graves seleccionados, así como la cirugía local descompresiva en
pacientes con fracturas y/o aplastamientos vertebrales que condicionen
radiculopatía y/o mielopatía asociada.
3. DISARTRIA Y DISFAGIA
Disartria
En la EP son frecuentes los trastornos de la voz y del habla, más aún con la progre-
sión de la enfermedad, pudiendo llegar a ser muy limitantes y mermar de forma
muy significativa la calidad de vida. Los más frecuentes son: bajo volumen (hipofo-
nía) y monotonía en el tono de la voz (disprosodia), articulación imprecisa, repe-
tición de palabras, aceleración del ritmo (palilalia, taquilalia), voz entrecortada y
temblor vocal. Algunos de ellos pueden deberse a la hipocinesia y a la rigidez (y
por ello pueden mejorar con la terapia dopaminérgica). También existe una mala
coordinación entre habla y respiración, y defectos en la percepción acústica con
alteración de la autopercepción.
- 211 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Hay un ensayo en marcha que pretende reclutar más de 60 pacientes con un segui-
miento hasta el año para comparar el LSTV con un tratamiento estándar y con un
control (PD COMM Pilot).
- 212 -
10. IDENTIFICACIÓN Y MANEJO DE LAS COMPLICACIONES MOTORAS REFRACTARIAS
Conclusiones y recomendaciones
w L a logoterapia en pacientes con enfermedad de Parkinson puede ser de ayuda
para mejorar el volumen de la voz y otros parámetros del habla (grado de reco-
mendación C).
wC
onsiderando el pequeño número de pacientes en los estudios, los resultados
heterogéneos y las dificultades metodológicas, la evidencia es insuficiente para
indicar o refutar de forma tajante una forma de terapia sobre otra en un paciente
concreto. Tampoco hay evidencia suficiente para avalar o refutar la logopeterapia
frente a la no intervención o placebo.
l LSVT, con un grado de recomendación B, es el único tratamiento con una
wE
efectividad relevante a corto plazo que puede mantenerse 24 meses.
wE
xiste evidencia limitada en favor del LSVT-LOUD sobre el LSVT-ARTIC y los ejer-
cicios respiratorios, y una no inferioridad de la versión online del LSVT comparada
con la técnica presencial. Se obtienen resultados de inteligibilidad a favor de la
terapia tradicional al compararla con la RAR. La RAR mejora más que la terapia
tradicional la articulación.
Disfagia
- 213 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Existen dos cuestionarios para la detección precoz de disfagia que han sido valida-
dos específicamente en la EP: el Swallowing Disturbance Questionnaire y el Munich
Dysphagia Test-Parkinson’s Disease. El SWAL-QoL valora la calidad de vida relativa a
la deglución (duración de las comidas, fatiga, miedo a la asfixia, sueño, etc.).
Se están evaluando pruebas sencillas y sensibles para determinar los pacientes que
deben ser estudiados más en profundidad (flujo espiratorio durante la tos voluntaria,
inducción de tos por aerosoles, etc.). La prueba de volumen-viscosidad no ha sido
validada específicamente para la EP.
wF
ibroendoscopia de la deglución (FEES): permite la visualización directa de
toda la superficie mucosa de la faringe y vestíbulo laríngeo, objetivando el posi-
ble residuo de secreciones o de alimentos y el riesgo de penetración/aspira-
ción. No provoca radiación pero no permite la valoración de la fase oral.
wV
ideofluoroscopia (VFS): proporciona un registro funcional de todas las fases
de la deglución. Se utiliza material de contraste en diferentes volúmenes y con-
sistencia. Permite valorar la eficacia de las modificaciones compensatorias de
la dieta, posturas y maniobras deglutorias. Es la prueba más sensible para la
detección de aspiración.
El diseño del plan de tratamiento debe ser individualizado, en función de las altera-
ciones objetivadas en las pruebas, de los hábitos alimenticios, de la presencia o no
de deterioro cognitivo y del soporte familiar.
Existen revisiones sistemáticas que analizan la literatura disponible sobre las prác-
ticas compensatorias o rehabilitadoras en el manejo de la disfagia orofaríngea en
la EP27,28.
Hay que hacer conocer al paciente y a la familia normas para una adecuada deglu-
ción, como realizar la ingesta de los alimentos en situación on, no forzarla y de modo
atento, sin distractores, comer lentamente y en pequeñas cantidades, y asegurarse
de vaciar la boca antes de ingerir de nuevo.
- 214 -
10. IDENTIFICACIÓN Y MANEJO DE LAS COMPLICACIONES MOTORAS REFRACTARIAS
- 215 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Conclusiones y recomendaciones
w L a disfagia debe ser identificada precozmente y tratada de forma individualizada
(grado de recomendación C).
◗ Las
aproximaciones compensatorias (espesor de tipo pudin o néctar, postura de
barbilla hacia abajo, estimulación termotáctil) pueden aliviar los síntomas de dis-
fagia en pacientes con EP pero no mejoran en sí el problema de la deglución. Los
tratamientos rehabilitadores (ejercicios de deglución, LSVT, deglución con biorre-
troalimentación, entrenamiento de la musculatura espiratoria) tienen el potencial
de reducir la disfagia en sí misma pero con una ganancia más lenta (grado de
recomendación C).
wS e recomienda valorar la utilización de las técnicas LSVT y VAST para el manejo de
los problemas de deglución en personas con EP. El tratamiento de fortalecimiento
de la musculatura espiratoria y el VAST pueden ser eficaces solos o en combina-
ción con terapia dopaminérgica (grado de recomendación B).
wS e recomienda no considerar como primera línea la utilización de la técnica de
bajar la barbilla junto con líquidos poco espesos para disminuir la incidencia de
neumonía por aspiración.
w L as propuestas de intervención son muy heterogéneas, con poca consistencia
y no concluyentes, por lo que no se puede establecer la relevancia e impacto
clínico de forma global. Hay que tener en cuenta que muchos de los pacientes
no se benefician de ninguna de las intervenciones estudiadas. Deberían rea-
lizarse estudios controlados con un seguimiento mayor de los pacientes para
comprobar verdaderamente si la eficacia es mantenida. Se recomienda abor-
dar de manera multidisciplinar los trastornos de la deglución formando equipos
de trabajo coordinados que incluyan especialistas en endocrinología y nutrición,
rehabilitación, logopedas, enfermeras y terapeutas ocupacionales (grado de
recomendación D).
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- 218 -
URGENCIAS Y
HOSPITALIZACIÓN
COORDINADORES
11
Juan Carlos Martínez Castrillo y Francisco Vivancos Matellano
AUTORES
Iciar Avilés Olmos, Fátima Carrillo García,
Francisco Javier Carrillo Padilla, Antonio Koukoulis Fernández
y Mónica Kurtis Urra
11. Urgencias Y HOSPITALIZACIÓN
En los estudios con pacientes con EP y controles se objetiva un patrón de mayor fre-
cuentación de los servicios de Urgencias, estimándose que el 16-45 % de estos enfer-
mos acuden al menos una vez al año3. También se observa un incremento de admisio-
nes hospitalarias, en un rango de frecuencia de hospitalización entre el 7 % y el 28 %
por año, entre 1,2 a 1,45 veces por encima de los controles. Por último, en la población
de EP de edad avanzada se aprecia una prolongación de días de estancia, que se estima
en torno a 2-14 días más de estancia, o unas 1,19-1,20 veces más que los controles3,4,
reseñándose que los pacientes con EP tienen casi el doble de probabilidades de per-
manecer en el hospital más de 3 meses (ratio 1,90; IC95 % 1,83, 1,97). Sin embargo,
otros estudios no han mostrado diferencias entre las estancias hospitalarias5,6 y dis-
crepan entre las tasas de mortalidad6. Las comorbilidades no agudas parecen contri-
buir a estas cifras, siendo las causas más comúnmente implicadas la patología de ojos
y oídos (89 %), psiquiátricas (68 %), musculoesqueléticas (64 %), gastrointestinales
bajas (62 %), respiratorias (60,5 %), gastrointestinales altas (59,2 %) y genitourinarias
(53,9 %). Respecto a la polifarmacia, hay una relación entre frecuentación de Urgencias
y pacientes con EP mayores de 65 años consumidores de más de cinco fármacos.
- 221 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Comorbilidad
- 222 -
11. Urgencias Y HOSPITALIZACIÓN
wS
índrome confusional, delirio y encefalopatía. Se han descrito como motivo
para hospitalización la encefalopatía (7 %) y el delirio (5-7 %), aunque estas
cifras varían según la ubicación geográfica de los centros, ya que en un estudio
multinacional eran notificadas en el 6 % de los centros estadounidenses frente
al 38 % en otros países1. También la presencia de agitación, confusión e hiper-
termia fue observada en un 28 % durante la hospitalización, interpretándose
que era originada por la propia hospitalización, la infección intercurrente, los
cambios de tratamiento, los efectos de la anestesia o en el contexto de una
demencia preexistente.
wS
íncope e hipotensión. Representan el 4 % de las causas de admisión, mien-
tras que la hipotensión ortostática, que es muy común en la EP, se observa en
aproximadamente el 11 % durante la hospitalización.
wA
lteraciones gastrointestinales. Originan entre el 11 % y el 15% de las razones
de ingreso, destacando la oclusión intestinal (11 %) sobre otras causas como
disfagia (6 %), hemorragia digestiva alta (3 %), diarrea/vómitos (2 %) o estre-
ñimiento (2 %)4.
wU
rgencias cardiovasculares. Se han descrito como causa de ingreso en el 12 %
y son fundamentalmente por angina (6 %), insuficiencia cardiaca (6 %) e infarto
de miocardio (2 %), ictus/isquemia cerebral transitoria (2-3,6 %), arritmia car-
diaca (2 %) y trombosis venosa profunda (1 %)4.
wO
tras causas de ingreso. Se han descrito: neoplasias (4-7 %) -aunque signifi-
cativamente menores que en los grupos controles, especialmente en hombres-,
procedimientos quirúrgicos (11 %), sustitución protésica por artrosis (7 %) y
causas metabólicas o alteraciones de electrolíticos y de fluidos.
wC
omorbilidades relacionadas directamente con la EP. Solo representan entre
el 15 % y el 25 % de las causas de ingreso3, y no solo corresponden a las com-
plicaciones motoras, sino también a los síntomas psiquiátricos y sensoriales,
disfunción autonómica, trastornos del sueño y efectos secundarios de los fárma-
cos antiparkinsonianos. En general son debidas a complicaciones de las últimas
etapas de la EP o a los propios tratamientos. Durante la hospitalización, entre
una quinta parte y el 38 % de todos los pacientes experimentan deterioro de sín-
tomas motores de la EP, objetivándose un empeoramiento de la rigidez (12 %),
temblor (9 %), problemas de equilibrio (3 %), bradicinesia (3 %) y discinesias
(8 %), de tal forma que se ha descrito que al alta la función motora puede ser
peor hasta en el 28 % de los pacientes, con un incremento medio de más de
5 puntos en la UPDRS-III7 (Unified Parkinson’s Disease Rating Scale, Sección
III). Dos de las grandes causas de ingreso relacionadas directamente con la EP
son los trastornos neuropsiquiátricos y las caídas. De los trastornos neuropsi-
quiátricos cabe destacar que los cuadros psicóticos son el origen de ingreso en
el 8-23 % de los pacientes, aumentando hasta el 25 % en pacientes jóvenes6.
La depresión, con una prevalencia del 30 % al 40 % en la EP, o la ansiedad, del
40 %, pueden también requerir hospitalización. Todos los trastornos psíquicos
descritos contribuyen a los síntomas motores de la EP, a las complicaciones
- 223 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Conclusiones y recomendaciones
w L os pacientes con enfermedad de Parkinson tienen un mayor riesgo de ingresar
que los sujetos de su misma edad sin enfermedad, y de que este ingreso se
prolongue entre 2 y 14 días más que los controles. La mayoría de estos ingresos
son no programados, es decir, ocurren a través de Urgencias.
wD
ebe revisarse siempre la medicación independientemente del motivo de con-
sulta urgente (grado de recomendación C) y se aconseja, para mejorar los
resultados de la hospitalización, la valoración precoz por parte del neurólogo
(grado de recomendación C).
wA
nte un paciente con enfermedad de Parkinson que acude a Urgencias por
empeoramiento de su estado motor o mental debe realizarse un cribado de pro-
cesos intercurrentes, especialmente de infecciones pulmonares o genitourinarias
(grado de recomendación C).
wE
n vista de la variedad de complicaciones descritas, y pese a la escasez de estu-
dios publicados6, cada centro hospitalario debería disponer de una vía clínica de
manejo del paciente con enfermedad de Parkinson en Urgencias/Hospitalización
(grado de recomendación C).
- 224 -
11. Urgencias Y HOSPITALIZACIÓN
El SNM es una complicación grave del tratamiento con neurolépticos que puede
surgir hasta en el 0,2 % de los pacientes que los toman, independientemente de la
dosis usada ya que se trata de un problema idiosincrásico10,11. Aunque la mayoría de
casos son provocados por neurolépticos también se ha descrito con el uso de otros
fármacos bloqueantes o deplecionadores dopaminérgicos.
El cuadro clínico puede verse complicado, a veces de forma irreversible, con la pre-
sencia de fracaso renal debido a la rabdomiólisis, fallo respiratorio, neumonía por
aspiración, así como por otras complicaciones secundarias a la inmovilidad como
trombosis venosa profunda/tromboembolismo pulmonar o úlceras por presión.
Todo ello condiciona una situación de gravedad con una mortalidad que puede
llegar al 20-30 %.
Existen unos criterios diagnóstico mayores (fiebre, rigidez y aumento de CK) y unos
menores (taquicardia, presión arterial anómala, taquipnea, alteración del nivel de
consciencia, diaforesis y leucocitosis). La presencia de los tres criterios mayores,
o dos mayores y cuatro menores permite establecer con una alta probabilidad el
diagnóstico de SNM en el contexto clínico apropiado. El diagnóstico diferencial más
importante debe realizarse con el síndrome serotoninérgico, la hipertermia maligna
y la catatonía.
- 225 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Síndrome parkinsonismo-hiperpirexia
Se trata de un síndrome prácticamente indistinguible del SNM salvo por que ocu-
rre en pacientes ya diagnosticados de parkinsonismo. Tiene lugar cuando a estos
pacientes se les retira o reduce de forma abrupta la medicación dopaminérgica.
Clásicamente ocurría cuando se realizaban vacaciones de levodopa, y si bien actual-
mente esta situación ya no se da, sí se puede observar este síndrome en el con-
texto de cambios terapéuticos “agresivos” en relación con cirugía de estimulación
cerebral profunda (ECP) en pacientes con EP, en caso de falta de cumplimiento
terapéutico o en relación con ingresos hospitalarios por otras patologías cuando
no se respeta la pauta dopaminérgica previa. Igualmente se han comunicado casos
tras disfunción de estimuladores cerebrales profundos. Es posible que el SNM, el
parkinsonismo-hiperpirexia y la crisis acinética y la acinesia aguda sean el espectro
de un mismo síndrome12.
Síndrome discinesia-hiperpirexia
- 226 -
11. Urgencias Y HOSPITALIZACIÓN
Síndrome serotoninérgico
Muchas de sus manifestaciones clínicas se solapan con las del SNM; sin embargo, el
síndrome serotoninérgico presenta como características clínicas diferenciales mioclo-
nías, hiperreflexia, crisis y alteraciones del estado de ánimo en forma de inquietud o
ánimo exaltado. El inicio del cuadro suele ser agudo, tras la introducción o aumento
del agente causal, aunque a veces hay casos de curso insidioso o recurrentes, con
aparición de cambios sutiles en el rendimiento cognitivo, trastornos de conducta y
temblor que duran de días a semanas antes de la aparición del cuadro florido.
- 227 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
32 mg/día. Por otra parte, es necesario tratar algunas manifestaciones clínicas y com-
plicaciones (crisis, arritmias, coagulopatía, hipertermia, etc.). El pronóstico puede ir
desde una resolución rápida y completa hasta ser potencialmente fatal (rango de
mortalidad entre el 2,4 % y el 12 %)11,13.
Parkinsonismo agudo
- 228 -
11. Urgencias Y HOSPITALIZACIÓN
wH
emorragia (intraventricular, subdural, epidural, subaracnoidea, intrace-
rebral). La frecuencia es del 0,6-3,3 %. Se deben al daño de vasos sanguíneos
por el microrregistro (MER) y/o pasos del macrorregistro14. El diagnóstico se
realiza mediante TC craneal. En cuanto al tratamiento, requiere el ingreso en la
Unidad de Cuidados Intensivos y medidas conservadoras de soporte vital en la
mayoría de los casos.
w I nfarto venoso. Debido al daño de venas corticales en el contexto de edema y
hemorragia que condiciona estasis venosa e hipertensión.
wT ormenta discinética. Ocurre sobre todo en pacientes con graves discinesias
en el periodo preoperatorio. Se debe al MER, la localización de la cánula y/o la
localización del electrodo en la porción sensitivomotora del núcleo subtalámico
(NST). Su aparición indica buen pronóstico. Solo en casos muy extremos con
presencia de discinesias y rabdomiólisis puede requerir sedación con propofol
intravenoso.
wA lteración comportamental y trastornos cognitivos en el postoperatorio
precoz. La incidencia de confusión es del 5 %. Estas urgencias están relaciona-
das sobre todo con la cirugía del NST, el tratamiento con anticolinérgicos (para
la EP o la incontinencia urinaria) y la edad. Se debe siempre hacer un cribado
de las posibles causas tratables (infección del tracto urinario, hemorragia, fár-
macos). La alteración cursa con alucinaciones y delirios. Se debe manejar como
una emergencia, con cribado de las posibles causas orgánicas (TC craneal, bio-
química completa) y el tratamiento será el de la causa responsable y/o neuro-
lépticos atípicos (quetiapina/olanzapina)14,15.
w I ntento de suicidio. No queda del todo claro si la ECP aumenta el riesgo de
suicidio o este es equivalente al que presentan los pacientes con EP. Se ha visto
asociado a la existencia de intentos de suicidio previos, presencia de trastor-
nos del control de impulsos, disregulación dopaminérgica, depresión y apatía
postoperatorias y pacientes solteros. Por tanto, es muy importante la evaluación
neuropsicológica y psiquiátrica preoperatoria. Los pacientes deben ser ingre-
sados para recibir un abordaje multidisciplinar (terapia cognitivo-conductual,
terapia psicológica, ajuste del estimulador y tratamiento médico)14.
w I nfarto agudo de miocardio. Es importante la revisión preoperatoria de la
comorbilidad médica. Los pacientes en tratamiento con antidepresivos tricícli-
cos tienen mayor riesgo con la anestesia general. La incidencia de angina y
arritmias tras la ECP es del 0,3 %.
wE mbolismo aéreo. Su incidencia es del 3 %. Se debe a la entrada de aire al sis-
tema venoso; por ello deben cubrirse con cera los bordes del trépano e irrigarse
bien el campo quirúrgico durante todo el procedimiento.
- 229 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
wS
íntomas motores. Pueden aparecer discinesias, corea, balismo, trastorno de
la marcha, disartria e hipofonía. La mayoría mejoran con estrategias de repro-
gramación.
wS
íntomas no motores. Incluyen parestesias, alteración del comportamiento,
problemas cognitivos, síntomas pseudobulbares, depresión y manía. Se deben
a la irradiación de corriente a áreas asociativas y límbicas. Requieren estrategias
de reprogramación y/o ajustes de medicación. En casos graves (sobre todo
ante depresión y manía) pueden requerir ingreso hospitalario con verificación
de la localización del electrodo, reprogramación y/o ajuste de la medicación.
Siempre se debe adoptar un abordaje multidisciplinar.
wA
pagado accidental del sistema. Puede ocurrir en presencia de determinados
detonantes ambientales (congelador magnético, cajas fuertes muy potentes).
- 230 -
11. Urgencias Y HOSPITALIZACIÓN
- 231 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Otras complicaciones dentro de este grupo más banales y que no suelen ser motivo
frecuente de consulta en Urgencias son el dolor abdominal, dolor orofaríngeo, estre-
ñimiento, flatulencia y enrojecimiento a nivel del estoma. Aunque tienen una alta
incidencia en las distintas series20,21, suelen ser leves y autolimitadas.
Uno de los motivos más frecuentes de consulta urgente en pacientes con perfusión
intestinal de levodopa lo constituyen las infecciones periestomales, las cuales suelen
ser locales y leves y rara vez provocan celulitis extensa o abscesos a nivel de la pared
abdominal22. Ante la sospecha de infección periestomal debe tratarse de entrada con
antibioterapia empírica, realizándose cultivo y antibiograma del exudado simultá-
neamente para conocer el germen patógeno responsable y la adecuada sensibilidad
del mismo a los distintos antibióticos. De esta manera se garantiza la resolución de
la infección o se modifica la pauta antibiótica de inicio si fuera necesario. Dado que
esta terapia conlleva de forma permanente la colocación de una sonda externa, no
es infrecuente la colonización e infección del sistema por pseudomonas22. Para la
prevención de infecciones periestomales es fundamental la adecuada higiene y lim-
pieza de la piel y del estoma.
También los granulomas a nivel del estoma suponen un motivo de consulta en Urgen-
cias22 dado que suelen sangrar espontáneamente o con el roce, y esto constituye un
motivo de alarma para los pacientes. No obstante, los granulomas a nivel del estoma
no suponen una urgencia en sí misma y deben tratarse con la aplicación de nitrato de
plata una vez al día hasta su resolución. Es frecuente la recidiva.
Este grupo de urgencias son las propias de cualquier paciente con EP que se encuen-
tre en tratamiento con levodopa. Aunque la forma de administración de la levodopa
a través de la perfusión intestinal continua a modo de gel aumenta claramente la
biodisponibilidad del fármaco, la incidencia de este tipo de complicaciones es similar
a la observada en pacientes que se encuentran en tratamiento con levodopa oral19.
Dentro de los motivos de consulta a Urgencias en este grupo cabe destacar las
siguientes: discinesias, psicosis, alucinaciones e hipotensión ortostática19. Este tipo
- 232 -
11. Urgencias Y HOSPITALIZACIÓN
wH
ipotensión, que suele ser leve y rara vez constituye motivo de consulta a
Urgencias. Suele ser manejada con medidas no farmacológicas tales como
aumento en la ingesta de sal y líquidos, medias compresivas, etc.
wL
os síntomas neuropsiquiátricos como psicosis, alucinaciones, o confusión sue-
len ser leves e infrecuentes, pero hasta en un 10 % de los casos pueden ser
graves y por tanto constituir motivo de consulta a Urgencias23. Otros síntomas
neuropsiquiátricos como el trastorno del control de impulsos, el punding o el
síndrome de disregulación dopaminérgica pueden ocurrir como con cualquier
otro agonista dopaminérgico.
wL
as náuseas intensas que constituyan un motivo de consulta a Urgencias son
infrecuentes y puede controlarse con domperidona o trimetobenzamida previa-
mente al inicio del tratamiento con perfusión subcutánea de apomorfina.
wL
a anemia hemolítica constituye un proceso potencialmente grave e idiosincrá-
tico en pacientes en tratamiento con apomorfina. Aunque su incidencia es baja,
menor al 1 %, es preciso conocerlo por su gravedad23.
wE
l síndrome eosinofílico es también una complicación muy infrecuente y rara
vez suele ocasionar manifestaciones graves como daño hepático o cardiaco. Su
aparición conlleva la retirada del tratamiento con apomorfina23.
- 233 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Se debe destacar en primer lugar que los pacientes con EP deben ser sometidos
a cirugía si está indicada. Esta aseveración se da por sentada en casos de cirugía
urgente, pero también debe ser evidente en las cirugías electivas. Sin embargo, es
frecuente que en diferentes ámbitos quirúrgicos se rechace a los candidatos con EP
porque pese más el temor a las posibles complicaciones que la obtención de bene-
ficio del paciente. Es innegable que la EP es compleja y su abordaje perioperatorio
debe tener en cuenta todos sus síntomas, motores y no motores, así como las posi-
bles interacciones farmacológicas. Con una planificación adecuada y un abordaje
multidisciplinar (equipos de Cirugía, Neurología, Enfermería, Nutrición y Fisioterapia)
se pueden anticipar las complicaciones, prevenir la morbimortalidad nosocomial,
disminuir los tiempos de ingreso y mejorar la tasa de éxito quirúrgico. El objetivo de
este apartado es dar unas pautas claras para el manejo del paciente con EP antes,
durante y después de la cirugía.
Manejo preoperatorio
wS
i el paciente estuviera tomando un inhibidor de la monoaminooxidasa B
(IMAO-B) como selegilina, rasagilina o safinamida, este se debe suspender
2-3 semanas antes de la intervención por su posible interacción con algunos
opioides24.
wS
i el paciente está tomando un anticolinérgico (trihexifenidilo) también se debe
suspender por su posible interacción con otros fármacos y precipitación de un
síndrome confusional24.
wS
i el paciente presenta sialorrea, se puede infiltrar con toxina botulínica en las
glándulas parótidas para disminuir la salivación y así reducir el riesgo de bron-
coaspiración perioperatoria25.
wD
esde el momento del ingreso se debe continuar con la medicación habi-
tual (salvo el IMAO suspendido) según el régimen que el paciente tomaba en
casa. Esta directriz, aparentemente tan sencilla, es muy difícil de cumplir en
el ambiente hospitalario. En los estudios de manejo prequirúrgico los errores
de tratamiento reportados oscilan entre el 30 % y el 71 %26. Los errores más
frecuentes son de prescripción (por ejemplo, cambio de horario), el retraso de
las tomas e incluso la omisión de alguna. Se debe concienciar a todo el equipo
médico y de enfermería de la importancia del seguimiento estricto del trata-
miento pautado, respetando su horario, ya que se ha demostrado que los erro-
res de tratamiento prolongan de forma significativa la estancia hospitalaria26.
Por tanto, la recomendación es realizar todas las tomas de medicación, hasta
las 6 horas habituales de ayunas antes de la cirugía. Si el paciente está en tra-
tamiento con levodopa (vida media de 1,5 horas), dependiendo de la gravedad
de su enfermedad se pueden administrar 100-250 mg de levodopa (con una
cucharada de agua o gelatina) con la premedicación 1 hora antes de la cirugía.
- 234 -
11. Urgencias Y HOSPITALIZACIÓN
wS
i el paciente tiene una enfermedad muy avanzada y requiere tomas de levo-
dopa frecuentes o va a estar a dieta absoluta durante más de 12-24 horas, se
deben considerar tratamientos alternativos a la vía oral. No solo porque el cese
abrupto del tratamiento antiparkinsoniano durante más de 24 horas puede ser
potencialmente mortal ya que se puede desencadenar un síndrome de parkin-
sonismo-hiperpirexia, como se ha descrito previamente (sus síntomas princi-
pales son fiebre, disautonomía, alteración del nivel de consciencia o confusión,
acinesia, rigidez y elevación de CK), sino para permitir la mejor movilidad y
comodidad del paciente. Si el paciente tiene una enfermedad leve-moderada,
la mejor opción es la rotigotina, un agonista dopaminérgico que tiene un for-
mato de parche transdérmico de 24 horas de duración. Se debe calcular la dosis
que precisa el paciente según las equivalencias conocidas27. Se debe vigilar la
aparición de efectos secundarios frecuentes como el eccema cutáneo en la
región del parche, náuseas y somnolencia.
wS
i el paciente tiene una enfermedad más avanzada, requiere altas dosis de levo-
dopa (más de 1.000 mg) o va a precisar dieta absoluta de forma prolongada,
se puede considerar un tratamiento alternativo con apomorfina en infusión
continua. Este agonista dopaminérgico tienen un perfil de actividad similar a
la levodopa (actúa sobre los receptores D1/D2) y puede pautarse en forma de
perfusión subcutánea calculando las dosis equivalentes27. Este cambio se debe
prever con tiempo ya que la apomorfina puede causar náuseas y vómitos que
son evitables con premedicación (domperidona a dosis de 10 mg en desayuno,
comida y cena desde 3 días antes). Se debe hacer el cambio de la medicación
oral a la perfusión subcutánea la semana previa a la cirugía para optimizar el
control de los síntomas y vigilar la posible aparición de hipotensión, somnolen-
cia o ataques de sueño.
Manejo intraoperatorio24,25
wE
l propofol es el fármaco de elección. Puede mejorar el parkinsonismo, pero
también inducir discinesias.
wS
e debe evitar la ketamina porque puede provocar una respuesta simpática
exagerada. Se debe evitar el tiopental porque puede reducir la liberación de
dopamina a nivel estriatal.
wS
e debe evitar el halotano porque puede interaccionar con la levodopa y
aumentar la sensibilidad cardiaca a las catecolaminas.
wL
os relajantes musculares no despolarizantes son seguros y el rocunorio es de
elección.
wS
e deben evitar fármacos con efectos serotoninérgicos en pacientes que toman
IMAO (si no se han podido suspender en las semanas previas), ya que la inte-
racción puede producir agitación, rigidez, diaforesis, hiperpirexia e incluso un
síndrome serotoninérgico y la muerte. Algunos opioides con actividad inhibito-
ria sobre la recaptación de serotonina son la meperidina y en menor medida el
- 235 -
TRATAMIENTO DE LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
Manejo postoperatorio
wL
a mayoría de las complicaciones perioperatorias de los pacientes con EP ocu-
rren durante el postoperatorio. Por su enfermedad basal estos pacientes tienen
mayor riesgo de presentar alteraciones motoras, disautonómicas y cognitivas.
Los problemas posquirúrgicos más frecuentes son las infecciones (del tracto
urinario, de la herida quirúrgica o pulmonares), el síndrome confusional, la
hipotensión, las caídas y el mal control de la EP. Se deben anticipar estas com-
plicaciones y considerar aspectos particulares del enfermo parkinsoniano para
su mejor manejo (Tabla III)25.
wC
omo se ha señalado con anterioridad, es prioritario que el paciente reciba su
medicación antiparkinsoniana lo antes posible tras la cirugía. Para ello se debe
evaluar periódicamente su nivel de consciencia y su capacidad de ingesta oral.
Si la vía oral no es posible en las primeras horas del postoperatorio, se debe
valorar el poner una sonda nasogástrica para medicación o administrar la medi-
cación antiparkinsoniana por vía transdérmica o subcutánea.
wS
e debe comenzar la fisioterapia respiratoria de forma precoz para evitar infec-
ciones respiratorias, la inmovilidad, las contracturas, las trombosis y el estreñi-
miento.
wE
l síndrome confusional es frecuente, incluso en pacientes sin deterioro cog-
nitivo previo, y puede ocurrir de forma diferida tras 36 horas de la cirugía en
hasta un 70 % de los pacientes26. Generalmente se trata de un cuadro de alte-
ración del ritmo sueño-vigilia, acompañado de alucinaciones o delirio y agita-
ción. Como en todo paciente, se debe hacer un estudio para detectar la posi-
- 236 -
11. Urgencias Y HOSPITALIZACIÓN
Conclusiones
wE
n el manejo perioperatorio de la enfermedad de Parkinson, anticiparse a las
complicaciones previene la morbimortalidad nosocomial y disminuye los tiempos
de ingreso.
w L as complicaciones más frecuentes aparecen en el postoperatorio e incluyen las
infecciones, el síndrome confusional, la hipotensión, las caídas y el mal control de
la enfermedad de Parkinson.
wE s prioritario cumplir el tratamiento antiparkinsoniano del paciente de forma
estricta y evitar los neurolépticos con efecto antiparkinsoniano como el haloperi-
dol o la metoclopromida. Los errores de pautas, omisiones de medicación o uso
de fármacos parkinsonizantes agravan el pronóstico del paciente.
wP ara el control del síndrome confusional los fármacos de elección son la que-
tiapina o la clozapina y para el control de náuseas y vómitos se puede utilizar
domperidona por vía oral u ondansetrón intravenoso.
Niveles de evidencia
El nivel de evidencia encontrado es bajo. No hay estudios controlados con un
número adecuado de pacientes. El mejor nivel de evidencia es III y IV.
- 238 -
11. Urgencias Y HOSPITALIZACIÓN
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- 240 -
ANEXOS
ANEXO I
ALGORITMO PARA EL DIAGNÓSTICO DE LA
ENFERMEDAD DE PARKINSON
ALGORITMO PARA EL TRATAMIENTO DE LA
ENFERMEDAD DE PARKINSON EN FASE INICIAL
ALGORITMO PARA EL TRATAMIENTO DE LA
ENFERMEDAD DE PARKINSON AVANZADA:
TERAPIAS DE SEGUNDA LÍNEA
ANEXO II
NIVELES DE EVIDENCIA DE DIFERENTES
GUÍAS CONSULTADAS
ANEXOS
AUTORES
José Matías Arbelo González, Ernest Balaguer Martínez,
Víctor Manuel Campos Arillo, Ana Rojo Sebastián,
Julia Vaamonde Gamo y Francesc Vallderiola Serra
ANEXO I
Sospecha de EP si:
• Torpeza, lentitud, acinesia
• Rigidez
• Temblor de reposo
• Otros: otros temblores, depresión, trastorno del sueño REM, etc.
• Inicio paulatino y asimétrico
Persiste
la clínica
NO SÍ Retirada
Parkinsonismo
Desaparece la clínica
por fármacos
¿Cumple criterios
clínicos de posible
EP según criterios
UKPDSBB? Considerar otros parkinsonismos
secundarios y de causa tratable:
• Si la clínica sugiere alteración tiroidea
o hepática: analítica
• Si la clínica sugiere hidrocefalia, tumor,
SÍ NO enfermedad vascular cerebral, infección,
etc.: TC/RM
• Si hay clínica psiquiátrica, hepática,
hemólisis, distonía, historia familiar, etc.
y sospecha de enfermedad de Wilson:
Derivación a especialista sin examen oftalmológico, cobre en sangre
tratamiento dopaminérgico y orina, ceruloplasmina, etc.
- 245 -
ANEXOS
SÍ NO
- 246 -
- 247 -
ANEXOS
< 70 años
Sin deterioro cognitivo
Discinesias Cualquier edad con
< 70 años
como problema deterioro cognitivo
Sin deterioro cognitivo
predominante leve/moderado
o
Temblor refractario
Levodopa/carbidopa
en infusión
enteral continua
Bomba de infusión
de apomorfina
Bomba de infusión
subcutánea
de apomorfina
subcutánea
Estimulación cerebral
profunda del núcleo
subtalámico
Levodopa/carbidopa
en infusión enteral
continua
- 248 -
ANEXO II
Clase I. Estudio clínico aleatorizado controlado, de una intervención de interés, con resultados en-
mascarados o con evaluación objetiva, en una población representativa. Las características relevan-
tes basales entre los dos grupos de tratamiento se presentan y son sustancialmente equivalentes
o hay un ajuste estadístico apropiado si se presentaran diferencias.
Las siguientes condiciones también deben satisfacerse:
a. Ocultamiento de la asignación.
b. Clara definición del (los) resultado(s) principal(es).
c. Clara definición de los criterios de inclusión y exclusión.
d. Adecuada descripción de pérdidas de pacientes (al menos el 80% de los sujetos deben com-
pletar el estudio) y de cruzamientos con números suficientemente bajos como para tener un
potencial mínimo de sesgo.
e. En caso de ensayos clínicos de no inferioridad o equivalencia que buscan probar la eficacia de
una o las dos medicaciones evaluadas, se requieren también los siguientes requisitos*:
1. El tratamiento estándar que se utiliza en el estudio es sustancialmente similar al utilizado en
los estudios previos para establecer la eficacia del tratamiento estándar (por ejemplo, para un
fármaco, el modo de administración, la dosis y los ajustes de dosificación son similares a los
que han demostrado ser eficaces previamente).
2. Los criterios de inclusión y exclusión para la selección de los pacientes y los resultados de los
pacientes en el tratamiento estándar son sustancialmente equivalentes a los de los estudios
previos que establecen la eficacia del tratamiento estándar.
3. La interpretación de los resultados del estudio se basa en el análisis de casos observados.
Clase II. Estudio clínico aleatorizado controlado, de una intervención de interés, con resultados
enmascarados o con evaluación objetiva, en una población representativa, que carezca de una de
las características a-e de la Clase I, o un estudio de cohorte prospectivo apareado con resultados
enmascarados o con evaluación objetiva, en una población representativa, que cumpla las caracte-
rísticas b-e de la Clase I. Las características relevantes basales entre los dos grupos de tratamiento
se presentan y son sustancialmente equivalentes o hay un ajuste estadístico apropiado si se pre-
sentaran diferencias.
Clase III. Todos los otros estudios controlados (incluyendo controles de historia natural bien de-
finidos o pacientes utilizados como su propio control) en una población representativa, donde
el desenlace sea independientemente evaluado o independientemente derivado por medición
objetiva del mismo.
Clase IV. Estudios que no cumplan los criterios de las Clases I, II o III, incluyendo consenso u
opinión de expertos.
- 249 -
ANEXOS
Grados de recomendación
Subcommittee of the American Academy of Neurology. Practice parameter: diagnosis and prognosis
of new onset Parkinson disease (an evidence-based review): report of the Quality Standards
Subcommittee of the American Academy of Neurology. Neurology. 2006;66(7):968-75.
Nivel de
Tipo de evidencia
evidencia
Metaanálisis de gran calidad, revisiones sistemáticas de ECA o ECA con muy bajo
1++
riesgo de sesgos.
Metaanálisis bien realizados, revisiones sistemáticas de ECA o ECA con bajo riesgo
1+
de sesgos.
- 250 -
Grado de
Evidencia
recomendación
B • Un volumen de evidencia que incluya estudios categorizados como 2++, que
sea directamente aplicable a la población diana y que demuestre globalmen-
te consistencia de los resultados, o
• Evidencia extrapolada de estudios categorizados como 1++ o 1+.
C • Un volumen de evidencia que incluya estudios categorizados como 2+, que
sea directamente aplicable a la población diana y que demuestre globalmen-
te consistencia de los resultados, o
• Evidencia extrapolada de estudios categorizados como 2++.
D • Evidencia nivel 3 o 4, o
• Evidencia extrapolada de estudios categorizados como 2+.
• Consenso formal.
Grado de
Evidencia
recomendación
- 251 -
ANEXOS
Ib • Estudios nivel 1.
II • Estudios nivel 2, los cuales son estudios que tienen solo uno de lo siguiente:
– La población es limitada (la muestra no refleja la población a la cual se apli-
caría la prueba).
– Se usa un estándar de referencia pobre (definido como aquel en el cual “la
prueba” está incluida en la “referencia”, o donde la “realización de la prueba”
afecta la “referencia”.
– La comparación entre la prueba y la referencia estándar no es ciega.
– El estudio es un estudio de casos-controles.
• Revisiones sistemáticas de estudios nivel 2.
III • Estudios nivel 3, los cuales son estudios que tienen al menos dos de las caracte-
rísticas enumeradas para los estudios nivel 2.
• Revisiones sistemáticas de estudios nivel 3.
- 252 -
Niveles de evidencia
1++ Metaanálisis de gran calidad, revisiones sistemáticas de ECA o ECA con muy bajo riesgo de sesgos.
1+ Metaanálisis bien realizados, revisiones sistemáticas o ECA con bajo riesgo de sesgos.
4 Opinión de expertos.
Grados de recomendación
• Al menos un metaanálisis, revisión sistemática o un ECA categorizados como 1++, que sea
directamente aplicable a la población diana; o
A • Un volumen de evidencia que consista principalmente en estudios categorizados como 1+,
que sea directamente aplicable a la población diana y demuestre globalmente consistencia
de los resultados.
• Un volumen de evidencia que incluya estudios categorizados como 2++, que sea directamente
B aplicable a la población diana y demuestre globalmente consistencia de los resultados; o
• Evidencia extrapolada de estudios categorizados como 1++ o 1+.
• Un volumen de evidencia que incluya estudios categorizados como 2+, que sea directamente
C aplicable a la población diana y demuestre globalmente consistencia de los resultados; o
• Evidencia extrapolada de estudios categorizados como 2++.
• Evidencia nivel 3 o 4; o
D
• Evidencia extrapolada de estudios categorizados como 2+.
✔ Mejor práctica recomendada basada en la experiencia clínica del grupo que elabora la guía.
- 253 -
ANEXOS
Grado de
Evidencia
recomendación
- 254 -
XXXXXXXXXXXXXXXX