Un zorro se enamoró de la luna y decidió ir a su encuentro caminando hacia ella. Después de un largo viaje en el que se encontró con un sabio que lo guió, llegó a la cima de un alto cerro nevado y pudo ver que había alcanzado la luna, que lo abrazó y atrapó en su cara, donde permanece hasta el día de hoy.
Un zorro se enamoró de la luna y decidió ir a su encuentro caminando hacia ella. Después de un largo viaje en el que se encontró con un sabio que lo guió, llegó a la cima de un alto cerro nevado y pudo ver que había alcanzado la luna, que lo abrazó y atrapó en su cara, donde permanece hasta el día de hoy.
Un zorro se enamoró de la luna y decidió ir a su encuentro caminando hacia ella. Después de un largo viaje en el que se encontró con un sabio que lo guió, llegó a la cima de un alto cerro nevado y pudo ver que había alcanzado la luna, que lo abrazó y atrapó en su cara, donde permanece hasta el día de hoy.
Un zorro se enamoró de la luna y decidió ir a su encuentro caminando hacia ella. Después de un largo viaje en el que se encontró con un sabio que lo guió, llegó a la cima de un alto cerro nevado y pudo ver que había alcanzado la luna, que lo abrazó y atrapó en su cara, donde permanece hasta el día de hoy.
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EL ZORRO ENAMORADO LA LUNA
Un zorro se enamoró de la luna
al verla tan bella y brillante en el cielo. Un día decidió ir a su encuentro y empezó a caminar hacia ella. En el trayecto se encontró con un viejo sabio, quien, al verlo tan triste, le indico el camino. El zorro miró cuál podría ser el cerro más grande y alto y se fue hacia ahí. Así, caminó el zorro con la lengua afuera, cansado de tanto subir y bajar. Hasta que un día llegó a un cerro muy alto, cubierto de nieve. Miró por todos lados y por fin había llegado al techo del mundo. La luna lo abrazó y atrapó, y hasta el día de hoy se ver al zorro en la cara de ella.